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Semillero de género

Relato 1:
Hace tiempo, gané la custodia de mis hijos (soy mujer). He recibido muchos comentarios
de lo injusto que es esto para mi ex marido. El cual se la pasaba el día en el bar, no iba
nunca a buscarles al colegio y no sabe ni los alimentos a los cuales es alérgico mi hijo
menor.
Relato 2:
Hace unos meses, cogí un bus para volver a mi pueblo a las 10 de la noche en enero. Es el
único autobús para volver al día desde la ciudad. En una parada, el chofer no paró, a pesar
de que una mujer le dio el alto. Un hombre le dijo que se había dejado a alguien, a lo que el
chofer la contestó riéndose, que ya lo sabía pero que no le había dado la gana de pararse por
una mujer.
Relato 3:
Hace unos meses, comencé como becaria en una empresa y al tercer día uno de los chicos
que trabaja allí me preguntó extrañado por qué había escogido esa carrera (ingeniería
electrónica) siendo una mujer. De los diez ingenieros que hay ahí, siete son mujeres, de las
cuales una es la mejor de la unidad, pero según él, éste es un trabajo de hombres.
Relato 4:
Hace unos años, mi madre, a pesar de ser una mujer conservadora y católica hasta la
cabeza, siempre me decía que debía respetar a los homosexuales y que son personas al igual
que todos. Hace un año salí del armario y tengo que soportarla hasta el día de hoy con cosas
como “No sé quién eres, pero devuélveme a mi hija”.
Relato 5:
La semana pasada, vino a casa un amigo de mi hermano muy apenado. Él quería tener un
niño para poder jugar a los videojuegos y ese día se enteró que iba a tener una niña. Para
intentar levantarle la moral, le comenté que no tenía de qué preocuparse, que yo soy mujer
y juego a la Xbox a diario. Me contestó: “Ya, pero es que tú eres una marimacha”.
Relato 6:
Soy tatuadora y un día vino un chico con una muy mala pinta a pedir un tatuaje. En cuanto
se dio cuenta de que la tatuadora era yo, dijo “a mí una mujer no me pone un dedo encime,
a saber si me vas a contagiar de hormonas”, y se fue.

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