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Rua Guillermo
Farmacéutico comunitario
¿Sabes vender? La técnica de venta en la
Botica
Todos sabemos lo difícil de convencer a alguien para que haga algo, cuanto más
convencer a alguien para que compre un producto y más todavía cuando se trata de
convencerles para que nos lo compren a nosotros. Esta dificultad se amplía si no
estamos cualificados para vender, si no estamos formados para desarrollar una actividad
tan compleja como la venta, el azar será nuestro único compañero, el peor compañero.
Con la situación actual de la Farmacia no nos podemos permitir el lujo de improvisar en
la venta. Corremos el peligro de dejar a un lado la oportunidad de vender, pero sobre
todo no mejoraremos la atención y la profesionalidad del farmacéutico.
TÉCNICAS DE VENTAS
Si espera leer ¿Qué técnica debo emplear para vender ese producto en exceso de
stock, que no consigo adjudicar y, que para colmo está muy subido de precio? Mi
respuesta va a ser contundente: Seguro que tiene mejores cosas que ofrecer a sus
clientes. No continúe leyendo y espero que en otra ocasión, con otro tema, le pueda
resultar de más utilidad.
La venta es un proceso natural alguien ofrece un bien, una mercancía, otra persona se
interesa por el producto o servicio, se realiza el intercambio de producto/servicio
por dinero y la venta queda cerrada.
Las técnicas de venta tienen como misión acelerar el proceso de venta, pero ese
proceso iba a tener lugar tarde o temprano. “Vender es el proceso por medio del
cual el vendedor averigua y activa las necesidades y/o deseos del comprador y satisface
los mismos con ventajas o beneficios mutuos y continuos para ambas partes”.
Existen diferentes técnicas de venta, aunque la efectividad de todas ellas dependerá de
que el que se disponga a llevarla a cabo haya recibido una formación adecuada. Vamos
a centrarnos en 2 técnicas:
1.- La técnica de la satisfacción de las necesidades: Con esta técnica las necesidades
del cliente son el punto de partida para hacer una venta. La tarea del vendedor es
identificar las necesidades del posible comprador, hacer que adquiera conciencia de esas
necesidades y, de ahí, convencerlo de que el producto o servicio satisfacerá sus
necesidades mejor que cualquier otra opción.
a. Ventaja:
• Se dirige al cliente y es flexible, creando las bases para desarrollar la lealtad del
cliente, confiando en la asesoría del vendedor.
b. Desventajas:
• Exige personal de ventas altamente formado, que comprenda perfectamente a
sus posibles clientes. Deben contar con la preparación y experiencia suficiente
para adecuar su presentación a las necesidades de cada cliente.
• En una técnica que requiere tiempo para su realización (ha de recabarse la
información), y el tiempo, (como también la formación), supone un coste.
2.- Una extensión lógica de la técnica de satisfacción de necesidades es la técnica de la
solución de un problema: También denominadas "ventas consultivas. Con esta
técnica, el vendedor (un farmacéutico) se concentra en las necesidades individuales del
posible comprador (paciente, cuidador, usuario) y va más allá: le ayuda a identificar
varias soluciones, analizar sus ventajas y desventajas y elegir la mejor.
a. Ventajas:
• El vendedor resta importancia al producto que ofrece, y se centra en dar su
consejo de experto.
• Crea relaciones de largo plazo con los clientes, que a la larga producirá clientes
satisfechos y leales.
b. Desventajas:
• Exige de personal muy cualificado, que entienda perfectamente a sus posibles
clientes, puesto que deben contar con la preparación y experiencia suficiente
para adecuar su presentación a las necesidades de cada cliente.
• Es una técnica que también requiere de tiempo.
Vender satisfaciendo necesidades del cliente es el enfoque que, en la actualidad,
proponen tanto los profesionales del marketing como los de ventas, puesto que no se
trata de hacer una venta esporádica o puntual. Más importante que hacer clientes es
conservarlos y asegurarnos su fidelidad. Eso únicamente se conseguirá con la filosofía
del yo gano-tú ganas.
Recuerden, buscamos demostrar que el producto o servicio ofrece la solución ideal para
satisfacer las necesidades del cliente, y además, el valor que percibe éste es muy
superior al precio de compra.
Otro ejemplo:
A la hora de argumentar:
B.- Sabe que el cuidado diario de la piel es una rutina: debe acostumbrarse a lavarse
la cara y utilizar un tónico que elimine restos de limpiador e impurezas imperceptibles
no retiradas con el lavado del rostro y prepara la piel para los beneficios del hidratante
que debe aplicar a continuación. Debe lavarse e hidratarse todos los días mañana y
noche, y además exfoliarse una vez a la semana. ¡Ah! Y por supuesto, usar protector
solar todos los días. (Detectamos que además de hidratantes, también puede precisar
tónico, exfoliante y protección solar, que constituirán opciones o posibilidades para
realizar ventas cruzadas).
- Farmacéutico: Este sérum, (habla mientras deja la caja en las manos del
paciente), contiene Vitamina C que aumenta la síntesis de colágeno,
proporcionando mayor elasticidad a la piel y disminuye la aparición de líneas
de expresión. Además, bloquea la formación de radicales libres que provocan
envejecimiento. También lleva y ácido Hialurónico, (hidratante), encapsulado
en nanosomas para favorecer su penetración. (Se presentan más beneficios
adaptados a la información obtenida).
De nuevo usa la pregunta reflejo: hace notar que la ha escuchado y además va a ser
útil como nexo para pasar a argumentar.
Las madres lactantes son candidatas a multitud de ventas cruzadas. Desde discos de
lactancia para evitar que la leche manche la ropa entre tomas o una crema para reparar
heridas y rozaduras en el pezón hasta cualquier producto de la sección infantil que el
bebé pueda necesitar.
En esta fase de la venta, una vez que tenemos claras sus necesidades le ofreceremos
un producto que las satisfaga, y presentamos los argumentos de ventas, (las ventajas y
beneficios específicos para ese cliente en concreto).
En esta fase de argumentación, será bueno tener en cuenta los siguientes puntos:
1.- El entusiasmo y la motivación ayudan a persuadir a las personas, por lo que deben
estar siempre presentes en la venta. Aunque nos parezca que estamos contando una
historia repetida, para el cliente es la primera vez que la está escuchando. Es muy difícil
vender un producto en el cual no creemos o realizar un trabajo con garantías sin
estar a gusto.
2.- Conocer nuestro producto en términos de beneficios para el consumidor y sus
ventajas con respecto a otros productos similares de la competencia y, por último, saber
ofrecer las recomendaciones que hacen que el tratamiento sea más eficaz minimizando
los inconvenientes.
3.- Imágenes: Los estímulos visuales ayudan al vendedor a controlar la presentación y a
mantener la atención del cliente. Si al mensaje verbal le añadimos las imágenes
adecuadas, el cliente retiene en su memoria mucha más información. Además acerque el
producto al cliente. Los estudios de Merchandising afirman que si el cliente puede tocar
el producto es más fácil que lo compre.
4.- Participación del cliente:
cliente: El cliente ha de sentirse implicado en la conversación,
sentir que sus opiniones son tenidas en cuenta. Hacer ver al cliente que él es el que
decide, que se sienta importante.
5.-Pero sobre todo: Hablarle al cliente de los beneficios,
beneficios, de las ventajas que
qu le
proporcionará el producto. He ofrecido un aceite de almendras dulces para después de
la ducha, que puede ser un complemento perfecto para prolongar la hidratación, que se
vea en su casa disfrutando de una piel hidratada.
hidratada
6.- Nº argumentos: Dispersarse resta eficacia, si se convence con un argumento para
qué usar más, por ejemplo si intento vender un producto anticaída y hablo de la forma
de aplicarse o que el frasco es opaco el cliente puede olvidar que es para detener la
caída del pelo.
7.- Orden de presentación: Usar al principio los argumentos fuertes para dejar
impresionado al cliente y que preste máxima atención a nuestra argumentación.
8.- Claridad y precisión: el vendedor debe ser claro, usar un lenguaje comprensible
para la otra persona, evitando los términos técnicos, la jerga del profesional o del
iniciado. Y debe ser preciso, es decir, debe adecuarse a la motivación principal del
interlocutor.
9.- Otra cosa que los farmacéuticos solemos hacer es dar consejos: En caso de tos seca:
beber agua, cuidado con aires/calefacciones, no fumar…, es mejor darlos al final de la
venta, ya que pueden llevar a error, pensar que un consejo es la solución. Si bebo agua »
se me va la tos » no necesito nada.
10.- Será importante en la argumentación las habilidades de comunicación, tanto la
comunicación verbal como la no verbal. Nuestra comunicación nos permitirá causar una
mejor impresión y si observamos la del cliente obtendremos más información acerca del
mismo.
Ante este panorama tan desolador, le conviene estar muy atento a las siguientes líneas,
donde se hablará de las técnicas para tratar de acabar con las temidas objeciones.
DOS PREMISAS PREVIAS: NO CAMBIAR LA CARA Y RESPONDER CON
SEGURIDAD
Por lo pronto, procure no cambiar la cara cuando su cliente le salga con la primera
de las objeciones porque lo perderá todo. Un ejemplo: un paciente me puso pegas
cuando sugerí usar un mucolítico
mucolítico para facilitar la eliminación de la mucosidad en el
pecho,, un compañero me comentó: “Paco, no te has visto la cara de odio con que le
has mirado al decirte que no hay evidencia de su eficacia clínica”.. Y claro, con caras
de odio no hay nada que vender.
vender (Debí haber respondido que los pacientes declaran una
impresión subjetiva de la mejora de la sintomatología).
sintomatología
Desde entonces, me esfuerzo por seguir sonriendo por más que interiormente me
haya tocado hondo.
Porque podemos controlar lo que decimos, pero no tenemos un espejo delante en el que
miramos cuando ponemos esas caras de pocos amigos a la menor objeción.
El público, se encuentra cada vez más preparado, de manera que muchas veces ponen
pegas que pueden dejar mudo al más osado. Pueden hacernos preguntas de las que no
conozcamos la respuesta.
Por eso, lo peor es una duda, un titubeo, porque pone de manifiesto toda nuestra
inseguridad. Esto que cuento a continuación es más una anécdota que un ejemplo, pero
me hizo gracia como paradigma de vendedor inseguro y por eso la refiero en estas
líneas.
Hace un mes entré en una ferretería a comprar un candado y pregunté: “¿Será seguro
este candado, verdad?”, a lo que el tendero respondió no muy convencido… “Hombre,
seguro no hay nada en la vida”. Sin comentarios.
Responda lo que responda ante una objeción, hágalo con seguridad, con aplomo, o
responda sencillamente “no lo sé”, le contestaré cuando me informe, pero no se
ande con titubeos del tipo… “Hombre…, bueno…, depende…”, una respuesta que me
hubiese convencido por parte del ferretero sería: “todo candado puede ser abierto por
un delincuente, pero este le llevaría un rato, lo lógico es que se busque otro palo más
fácil”.
Un ejemplo en nuestro campo: “… ¿para qué voy a usar un protector solar en invierno
si no trabajo al aire libre?” Una respuesta: “Incluso los pocos minutos que camina de
casa al trabajo, o al coche está expuesto a los rayos UV. La radiación UV, incluso a
dosis pequeñas, se acumula con el tiempo y daña la piel, todos necesitamos proteger
nuestra piel, aún de exposiciones ocasionales o imprevistas”.
CONOCE EL PRODUCTO/SERVICIO QUE OFRECES
En este mismo sentido, cuando ofrecemos un producto (o un servicio), debemos
conocerlo perfectamente, y debemos conocer también sus posibles debilidades con
respecto a los de la competencia. Porque no existe un producto/servicio perfecto,
unos tienen unas ventajas e inconvenientes y otros tienen otras, es sólo eso.
Debemos saber qué decir cuando nos ponen las objeciones correspondientes, (que
suelen ser las mismas en cada tipo de producto/servicio).
MÉTODO PARA ACTUAR ANTE LAS OBJECIONES
Decíamos que, tras presentar cómo los productos o servicios aportan beneficios para
solucionar los problemas del cliente, suelen surgir las objeciones. Las objeciones son
dificultades o dudas que el cliente ve en nuestra oferta. No son más que una parte del
proceso de la venta. Pero, por encima de todo, no dé por perdida la venta, piense que:
Una objeción es un indicio de compra, muchas o ninguna, lo contrario.
En efecto, cuando alguien no pretende comprarnos, lo más normal es que no ponga la
menor objeción, que se limite a comentar: “No me interesa nada, no lo necesito”. “No,
gracias ya tengo uno”. También los hay que para hacernos ver su desinterés nos aborde
con multitud de pegas: “Lo que nos faltaba, con el poco tiempo que tenemos con tanto
papeleo, además me parece un tema complicado y poco rentable, no deseo cambiar…”
Sin embargo, cuando el cliente muestra cierto interés puede salirnos con objeciones
como… “El producto está bien, pero resulta muy caro”. Lo que ha dicho realmente el
cliente es que le parece muy bien pero lo que el comercial ha escuchado seguramente es
pero resulta caro. O está muy bien entrenado en resolución de objeciones o este
vendedor va a empezar, me temo, a tirar la toalla y a buscarse otro cliente más manso.
Sin embargo, las objeciones indican interés por parte del comprador. La objeción no
supone, por lo general, un rechazo frontal al producto/servicio ofrecido. Sólo es una
manera de pedir información adicional.
Cuando un cliente empieza a objetar, quiere decir que comienza a considerar nuestra
oferta en serio. Mediante la objeción, el cliente nos indica que hay algo de nuestra
propuesta que no le gusta, pero a la vez, esto implica que lo demás sí le interesa.
Las objeciones suelen ser relativas al precio, falta de información, información errónea,
falta de confianza, complacencia y reticencia al cambio.
El método para actuar ante las
l objeciones que nos plantea el cliente es:
1.- Debemos escucharla de principio a fin. No interrumpa, escuche.. Si el vendedor
interrumpe sólo logrará irritar al cliente. Quizá no haya entendido lo que el comprador
quiso decir, especialmente si éste no tiene la facilidad de la palabra. Si lo hace, habrá
perdido la venta y no habrá descubierto la razón real de la objeción.
2.- Deseamos conocer en profundidad cuál es la objeción. objeción. Si es necesario,
preguntaremos para que el cliente la aclare y proporcione más
más información.
3.- Conviene hacer una pausa antes de responder,
responder, permaneciendo calmados y no a la
defensiva.
4.- Agradeceremos el comentario, y repetiremos la objeción para estar seguros de que
se entiende
ende lo que comenta el cliente.
5.- A continuación: debemos
emos responder a la objeción argumentándola,
argumentándola sin discutir
con el cliente.
6.- Intentaremos aclarar si esa objeción es la única que impide realizar la compra.
Una vez estudiadas, el comercial debe desarrollar los pertinentes
contraargumentos para abatirlas, de manera que no quede fuera de combate al
escuchar una pega, por otra parte más que recurrente. Cada uno, en cada producto o
servicio, en cada zona, tenemos nuestras propias objeciones.
El número de objeciones es limitado. Lo cual facilita la planificación de las réplicas
que podrán darse. Trabajemos sobre ellas con el mismo entusiasmo que cuando
presentamos el producto/servicio.
1.- Seremos creativos, tratando de convertir lo negativo en positivo. Utilizaremos un
lenguaje positivo.
2.- Nos comportaremos como un consultor dispuesto ayudar al cliente a resolver sus
problemas.
A continuación te enumeramos las objeciones más relevantes que nos podemos
encontrar en las ventas, así como la forma para afrontarlas:
a).- Pretexto: A menudo, la técnica del comprador para cortar de raíz las exposiciones
del vendedor es formular pretextos, sin que esto suponga por parte suya, la necesidad de
dar explicaciones, y continuamente ocultará las verdaderas razones, por lo que resulta
inútil intentar rebatirlas. (Usaremos la técnica de ignorar la objeción. Ésta y otras
técnicas las veremos en los próximos 2 capítulos).
-Farmacéutico: …y este jarabe le ayudará a calmar la tos…
-Usuario: Seguro que está malo.
Ante la posibilidad de que se pudiera formular nuevas exposiciones, el comprador
encontraría otras objeciones sin dejarnos opción. En el caso de las objeciones muy
duras, ilógicas y malintencionadas, no vale la pena el esfuerzo porque no obtendríamos
nada, lo que debemos hacer es: responder con un monosílabo o una sonrisa y
continuar con la presentación o argumentación.
b).- Prejuicio: Son ideas preconcebidas que el cliente tiene hacia la empresa o hacia el
producto.
-Usuario: este servicio farmacéutico me obliga a venir con cierta frecuencia.
frecuencia
Esta objeción se solventa haciendo preguntas abiertas (es la técnica de las preguntas)
preguntas
para ver cuál es la causa. Luego presentaremos pruebas y hechos que demuestren la
situación real. Ejemplo: el servicio de AMPA puede suponer una visita al mes, para el
SPD puede ser suficiente con una visita cada 15 días…
c).- Escepticismo:: el cliente duda que el producto o servicio proporcione el beneficio
que le hemos comunicado. Por ejemplo: al leer nuestro folleto sobre el servicio de
cesación tabáquica nos comentan: ya lo he intentado otras veces, por qué ahora sí
funcionará.. Para superar esta objeción argumentaremos, demostraremos y
presentaremos pruebas que el producto o servicio proporciona dicho beneficio para el
cliente. Las pruebas deben ser concretas, tangibles e imparciales. Nos centraremos en
las necesidades del cliente y no en sus dudas.
En el ejemplo sobre cesación tabáquica que se ha puesto, podríamos argumentar: ambos
conocemos los beneficios que obtiene al abandonar el tabaco, en ahorro económico y
sobre todo en valor añadido para su salud… ¿por qué puede serle útil nuestro servicio?
porque con el uso de tratamiento y seguimiento se multiplican por 6 las probabilidades
probabilidad
de tener éxitoo en el abandono, (una de las técnicas usadas es la técnica
ca del sí, pero…).
d).- Malentendido:: el cliente cree que el producto tiene una desventaja que en realidad
no existe fruto de una información incompleta o errónea. Demostrando su falsedad se
convertirán
rán fácilmente en argumento de venta. Para resolver esta objeción debemos
descubrir por qué piensa así el comprador. Después le aclararemos el malentendido.
Aclarémonos, no existe NADA que sirva para adelgazar mientras se harta de pasteles.
¡Que no!, que es mentira, que perder peso requiere de esfuerzo y sacrificio en mayor o
menor medida. A partir de ahí en la farmacia algunas cosas tenemos, útiles y eficaces,
pero sin milagros, (de eso se encargan Lourdes y Fátima). Tenemos coadyuvantes para
dietas de adelgazamiento, en cada caso vendrán mejor unos que otros: saciantes,
captadores de grasa, drenantes, etc. Además en la farmacia te hacemos un seguimiento
de la pérdida que (esperamos) vas consiguiendo, lo que entre otras cosas motiva y
compromete. (Técnicas a utilizar: la refutación directa y/o la negación taxativa)
e).- Indiferencia: el cliente trabaja con nuestra competencia y/o no quiere cambiar. Por
complacencia: “Si te soy sincero, visto lo visto, ya estoy bien como estoy gracias” o
por miedo al cambio: “Esto lo hemos hecho así durante 15 años y prefiero no
cambiar”. Para superar esta situación hace falta que utilicemos tres procedimientos:
i).- Demostrar al comprador que realmente supone más esfuerzo no realizar el cambio
que llevarlo a término.
ii).- Evidenciar que en caso de una negación al cambio, las pérdidas serán evidentes.
iii).- Ofrecerle pruebas de que el cambio le aportará beneficios, (descubriremos que
necesidades no le cubre nuestra competencia y le ofreceremos nuestros productos que
solucionan dichas necesidades).
Técnicas a utilizar: técnica del sí, pero… y técnica del boomerang.
f).- Desventaja real: (no existe un producto perfecto, unos tienen unas ventajas e
inconvenientes y otros tienen otras). Para solventar esta objeción preguntaremos para
saber cuál es el alcance real de la objeción. A continuación, enunciaremos todos los
beneficios de nuestra oferta que el cliente reconoce que sirven para solucionar sus
necesidades, resaltando estos beneficios frente a la desventaja. Subrayaremos nuestros
beneficios y minimizaremos la desventaja. (Usaremos las técnicas de minimizar la
objeción y/o la de compensar la objeción).
g).- Precio: “La verdad es que lo encuentro caro, no me interesa”. El cliente considera
que el precio de la oferta es caro en relación al valor que puede percibir. El precio es
relativo. Si de verdad fuera demasiado alto, nadie compraría la oferta ¿eso ocurre? El
precio es un asunto subjetivo y la meta del vendedor es que lo que vende vale el precio
que se pide. Para resolver esta objeción debemos preguntar para comprender bien la
objeción. Conviene que el vendedor se muestre de acuerdo con el cliente y admita que
no es el que cobra menos del mercado. Preguntaremos con quién nos está comparando,
si las calidades son las mismas y cuál es la diferencia de precio. En ocasiones los
compradores comparan ofertas de productos muy diferentes que no son comparables.
Reconduciremos el punto de vista del cliente desde la objeción de precio hacia los
beneficios que nuestra propuesta le proporciona. Debemos incrementar la percepción
que tiene del valor de nuestra oferta. (Usaremos las técnicas de compensar la objeción
y/o de dividir-multiplicar).
El precio siempre es importante, pero no siempre es lo más importante. El trabajo de
todo vendedor es establecer el valor y no discutir el precio. Mientras, el interés del
cliente es buscar la solución general más barata y no el precio más bajo.
Un último consejo: Prométame que,que después de leer estas líneas, se entrenará en
resolución de objeciones.. De otro modo será muy difícil que salga con la lección
aprendida.
¿Sabes vender? La Resolución de
objeciones: Cuarta fase de la Técnica de
Venta en la Botica (2)
En el capítulo anterior decíamos: tras presentar cómo los productos o servicios aportan
beneficios para solucionar los problemas del cliente, suelen surgir las objeciones. Las
objeciones son dificultades o dudas que el cliente ve en nuestra oferta. No son más que
una parte del proceso de la venta”. Hay quien va aún más lejos: “Cuando hay
objeciones es cuando empieza la venta, si no ha habido objeciones lo que hacías no
era vender sino mas bien despachar un producto”. De tal suerte el vendedor tiene que
saber lidiar y vencer las objeciones que los propios clientes pondrán en su camino.
Tranquilos, si en el capítulo anterior indicamos el método de actuación y los tipos de
objeciones:
En éste y el siguiente vamos a mostrar algunas técnicas que nos permitan abordar las
objeciones de la forma más profesional.
Pero, Prométanme que, después de leer estas líneas, se entrenarán en la resolución de
objeciones, de otro modo será muy difícil que salgan con la lección aprendida.
A.- LA MEJOR MANERA DE ENFRENTARSE A UNA OBJECIÓN ES
ADELANTARSE A ELLA.
Busque los puntos débiles de su producto o servicio, y tenga preparado un
argumento que lo invalide, porque el cliente atacará por este punto y sólo de esta
forma tendrá preparadas las respuestas. Por otro lado, si es el vendedor el que pone la
objeción primero encima de la mesa, ganará ciertas ventajas. Generará más confianza en
el cliente, ya que este verá que no se intenta ocultar nada y dará al vendedor la
oportunidad de rebatirla bajo su punto de vista, zanjando de esta forma la situación.
Nunca olvidemos que, en cualquier caso, las objeciones se rebaten nunca se
discuten.
B.- TÉCNICAS PARA ABORDAR OBJECIONES:
Una vez identificada la verdadera objeción, ésta debe ser respondida. Para un vendedor
eficiente, una objeción es una oportunidad para resaltar las fortalezas del producto
o servicio. Siempre hemos de tener presente que rebatimos las objeciones, nunca
discutimos las objeciones con el cliente. Seguidamente te mostramos una serie de
técnicas para resolver con éxito las objeciones:
EL CIERRE DE LA VENTA
Cerrar la venta significa ayudar al cliente a tomar una decisión, algo tan lógico como
que Vender es ayudar a Comprar.
Debemos entender esta fase como una parte más del proceso. Aclaremos algunas
cuestiones:
1.- El cierre no es una fase aislada de la venta, sino que tiene lugar de forma
natural, como consecuencia de una buena realización de los procesos previos.
2.- Para el cierre no existen fórmulas magistrales, sino la correcta aplicación de las
normas del cierre.
3.- No hay una manera de cerrar mejor
mejo que la otra.
Desde un punto de vista psicológico, también dejaremos claro que…
TODOS TENEMOS MIEDO CUANDO DEBEMOS PROPONER EL CIERRE.
El miedo al cierre es tan natural como el miedo al rechazo. No hay cosa que
moleste más al ser humano que ser rechazado, de ahí que llegue a sentir miedo.
¿Por qué pasamos tanto miedo cuando declaramos nuestro amor a alguien? El temor a
ser rechazados puede con nosotros y demora la declaración una y otra vez; exactamente
lo mismo que les pasa a muchos vendedores.
¿Sabe por qué muchos vendedores no ayudan a sus clientes a tomar la decisión? Dicho
de otra forma: ¿sabe por qué muchos vendedores NO cierran la venta?
La gran mayoría de los vendedores no lo hace por temor al “NO”... Es decir: NO
QUIEREN.
¡El miedo al fracaso pesa mucho más que el deseo de alcanzar el ÉXITO!...
No quieren enfrentarse a la posibilidad de que el cliente les diga “NO”.
Un consejo: no presuponga que su cliente no va a comprar... ¡No sea cobarde! No le
tenga miedo al NO.
EL MOMENTO OPORTUNO
Lo más importante del cierre es el momento. Si nos precipitamos podemos cometer
un error grave de anticipación y por el contrario, si abordamos el cierre demasiado
tarde, habremos dejado que las dudas asalten a nuestro cliente que, seguramente, se
negará a aceptar nuestra propuesta con la sempiterna excusa del “me lo tengo que
pensar”.
Nada mejor, para abordar el cierre en su justo momento, que conocer los indicios de
cierre que los clientes nos brindan. Son las señales que nos indicarán que ha llegado
el momento de “pasar a la acción”, olvidarnos de seguir vendiendo y tratar de cerrar.
El momento adecuado del cierre suele ser cuando se ha resuelto la última objeción.
Precisamente, durante la fase de resolución de objeciones, el cliente suele manifestar las
señales de compra o indicios de cierre.
INDICIOS DE CIERRE
Una advertencia previa que entiendo relevante: “Un indicio de cierre no suele significar
nada. Varios pueden significar todo”.
Los indicios de cierre más habituales son de dos tipos; verbales y no verbales.
1.- Los indicios de cierre verbales. Aquellos que salen por la boca de nuestro
cliente:
a).- Interés por el precio o la financiación.
Cuando nos pregunta por el precio del producto o servicio que ofrecemos, sabemos que
se muestra interesado en su adquisición. Por ello, se recomienda no decir el precio hasta
que el cliente lo solicite y, si consideramos que lo ha hecho demasiado pronto, decirle
que al final de nuestra exposición hablaremos de precio (nada peor que comenzar
hablando de lo que cuesta nuestro producto).
Hay infinidad de productos o servicios que requieren financiación, por lo que el cliente
es probable que se interese por la manera de poder financiar su adquisición. Este es otro
de los inicios más relevantes que nos indica que debemos proceder a la fase de cierre.
b).- Comentarios positivos sobre el producto.
En ocasiones, el cliente mismo se muestra feliz hablando de nuestro producto y sus
posibilidades. Realiza comentarios favorables hacia el producto o servicio. Este indicio
unido al de “interés por precio o financiación”, pueden ser suficientes para abordar el
cierre.
c).- Habla de vivencias futuras.
El cliente habla de cómo usará el producto, ya se está imaginando el producto en su
casa. Por eso es conveniente provocar situaciones en las que el futuro usuario se vea
utilizando el producto.
d).- Interés por pequeños detalles.
Si alguien no se encuentra interesado en nuestro producto, es poco probable que nos
pregunte por pormenores relativos a él. Por ejemplo, si no le gusta el tarro de crema que
tiene en sus manos es muy improbable que nos pregunte cómo huele, o si hay un
tamaño más grande.
e).- Repetir condiciones económicas ya vistas
f).- Murmurar.
Si nuestro cliente se encuentra acompañado y tiene cierto interés por el producto, es
muy posible que murmure al oído de su acompañante. Por el contrario, si el cliente no
se muestra nada convencido, lo normal es que dirija una mirada de desaprobación al
compañero.
2.- También pueden aparecer indicios no verbales. El cliente no realiza comentarios
pero nos manifiesta con sus gestos interés por nuestra propuesta:
a).- Cabeceos afirmativos.
Una vez explicadas las ventajas del producto, el cliente asiente con la cabeza. Nos está
diciendo: “Me gusta”. Muchos vendedores avispados, conocedores de esta forma de
expresar de interés se dedican a cabecear ante el cliente en la fase final de la
explicación. Dichos cabeceos son de lo más contagioso, (como la risa o los bostezos), y
el cliente acaba cabeceando en señal de conformidad.
b).- Nerviosismo, excitación.
Cuando la compra es importante, los clientes sienten temor y la manera más humana de
manifestar miedo es mostrándonos nerviosos. Aumento en la frecuencia de tics,
agitación de la cabeza, rascarse compulsivamente, estereotipias en las piernas,
movimientos excesivos en las manos, podrían ser ejemplos de ese nerviosismo del
comprador.
c).- Mira el producto con atención.
Observe la cara de su cliente cuando se encuentra interesado en un producto que se
encuentre delante de él. Fíjese cómo lo mira, como lo remira. Es un buen indicio de su
interés por adquirirlo. Una variante es que mire fijamente algún folleto o documento que
le hemos entregado.
d).- Calcula mentalmente.-
Cuando llega la hora de decidir, muchos de los clientes hacen cuentas en su cabeza. Y
esto se nota porque sus ojos apuntan hacia el techo, y porque “ponen cara de pensar”.
La combinación de varios indicios (dos o tres) es suficiente para que nos decidamos
a abordar el cierre. Lo contrario nos llevará a caer en la peor lacra que afecta a
muchos vendedores; la reventa. Pese a estar ante toda clase de indicios, sigue
vendiendo, argumentando los beneficios, hablando de las diferencias con la
competencia... Si ha llegado el momento de cerrar la venta hay que tratar de
cerrarla, ¡no siga vendiendo, ya ha vendido!
TÉCNICAS DE CIERRE DE LA VENTA
No conozco mejor forma de cerrar que la de pasar a la acción directamente y con
la mayor simplicidad.
Para cerrar la venta realizaremos las siguientes acciones:
1. Resumiremos los beneficios del producto o servicio aceptados por el cliente durante
la conversación.
2. Enunciaremos el precio.
3. Repetiremos el principal beneficio para que quede el recuerdo de las ventajas, (factor
positivo) en vez del precio (factor negativo). La construcción de la frase es la
siguiente: beneficios + precio + beneficio.
4.- Realizaremos la pregunta de cierre: ¿por qué no lo prueba? ¿Lo lleva?, ¿al contado
o con tarjeta?
5.- Nos callaremos. Y mantendremos la boca cerrada hasta que el cliente hable.
Si el vendedor aguanta la presión del silencio, si tiene paciencia... el cliente hablará y
dará una respuesta a su pregunta de cierre.
La misma será:
a).- Sí, me lo llevo... Solo uno.... al contado.... o bien
b).- No, porque... (aparece una objeción específica, que es la información que el
vendedor necesita para poder ayudar a su cliente a decidir)
A continuación te presentamos algunos tipos de cierre que puedes usar en la farmacia:
1.- Cierre directo: Una ver superadas las fases previas de la venta, de la manera más
natural posible, preguntamos directamente al cliente con la finalidad que adquiera el
producto servicio. Por ejemplo: para un servicio “¿por qué no lo prueba?” y para un
producto “¿por qué no se lo queda?”.
2.- Cierre por doble alternativa: Ayudamos al cliente a tomar la gran decisión de la
compra, tomando una decisión menor que implica la adquisición del producto o
servicio. Por ejemplo: “¿prefiere el envase grande o el pequeño?”, “¿en efectivo o con
tarjeta?”.
3.- Cierre en falso: Se trata de hacer ver al usuario que ya ha comprado, aunque no
haya depositado dinero ni señal. Ocurre por ejemplo cuando lo citamos para proveerle
un servicio como el SFT o la RUM. El cliente se marcha con la sensación psicológica
de haber comprado pero no es un cierre “sensu strictu” puesto que no hay dinero que
selle el acuerdo.
4. Cierre de gancho: Consiste en anunciar que pasado un determinado tiempo no
podemos mantener nuestra oferta en las mismas condiciones favorables. Por ejemplo:
“El descuento del 20% en este producto se acaba la semana que viene. Te lo voy
envolviendo”. Es una aplicación del principio de escasez: “Las oportunidades nos
parecen tanto más valiosas cuanto más limitada sea su disponibilidad”.
Este tipo de cierre permite que comente una ayuda fundamental en el cierre; el
CONCEPTO DE ESCASEZ en ventas.
Mediante el uso de la escasez, lo que pretendemos es hacer ver al cliente que el
mejor momento para decidirse es ese. Tratamos de “cortar” el camino de salida. Dos
ejemplos:
a).- “80 euros. Un buen precio, que sólo puedo ofrecerle ahora. Nos han informado de
una subida inminente para esta misma semana. Es posible que mañana ya no estemos
hablando de este precio…”.
b).- O este caso que me ocurrió cuando fui a comprar mi casa, (antes de romperse la
burbuja inmobiliaria): “Menos mal que han venido ustedes hoy. Verá, nos queda el 14,
el 21, el 16 y el 24, pero esta semana un inversor viene a reservar dos y me temo que va
a quedarse con el 14 y el 21, que son los que tienen mejores vistas. Lo que vamos a
hacer es reservar uno de los dos para que no se queden sin él. ¿Cuál prefieren, el 14 o
el 21?”
En ambos ejemplos, los clientes pueden sentir miedo a perder una buena oportunidad.
No olviden que se venden algunos productos cuando el miedo a perderlos sea mayor
que el miedo a adquirirlos. (Como consecuencia del principio de aversión a perder).
Otro asunto sería la INSISTENCIA.
¿Cuántas veces debo insistirle a mi usuario para que se quede con el
producto/servicio?
El vendedor realiza la propuesta en el momento oportuno, y el cliente se retrae: Miedo a
tomar la decisión en ese momento, deseos de ganar tiempo, indecisiones de carácter
inespecífico…. Entonces el vendedor solventa y procede de nuevo a realizar la
propuesta de cierre.
El vendedor (para en el peor de los casos conocer qué le impide decidirse) pregunta:
“Sr. Carmona, ¿le parece todo conforme a sus exigencias?”.
O bien:
“¿Qué piensa de todos los beneficios que le he mencionado?”.
Y a continuación SE CALLA. Así, será el cliente quien tenga que hablar primero. Si lo
hace pueden pasar dos cosas:
a).- Que el cliente esté de acuerdo con el vendedor, y acepte la venta.
b).- Que el cliente dé sus razones para no estar de acuerdo, y se estará ante una objeción
que habrá de resolverse.
Otra opción es utilizar la “Técnica del Cierre de Benjamín Franklin”:
El vendedor finge que acepta la decisión del posible comprador, deja que el cliente
potencial crea que la venta ha terminado. Pero cuando el vendedor ya está a punto de
marcharse, puede decir algo como:
“Me imagino que quiere pensarlo porque no le gusta tomar decisiones apresuradas,
pero me preocupa que tal vez en los próximos días algunas de las cosas que le he dicho
ya no las tenga tan frescas. ¿Me da un minuto más para recordarle unos cuantos
puntos?”.
Este es el momento de que el vendedor saque una hoja y dibuje en ella una T. En el lado
izquierdo de la página puede escribir la palabra SI y en el otro lado un NO. El vendedor,
entonces, debe escribir en la columna del SI todos los beneficios de comprar el
producto/servicio. En la columna del NO, debe pedirle al comprador que incluya qué
razones encuentra para no comprar. Cuando el cliente ya no aporte más razones, el
vendedor puede rebatirle las razones negativas y de esta forma podrá realizar el cierre
de ventas.
¿Y qué sucede cuando se ha hecho todo eso perfectamente y el cliente sigue “dando
largas”?
1º) Dejar de presionar al cliente.
2º) Suavizar la conversación, no hablar del producto ni de su precio.
3º) Dejar al cliente unos días para que medite la conveniencia de adquirirlo.
A MODO DE RESUMEN:
1.- Aborde el cierre en el momento en que perciba los indicios de cierre.
2.- Pase a la acción directamente y con la mayor simplicidad. Preguntemos
directamente: “¿por qué no lo prueba?” ¡Cuántas veces el vendedor se queda mirando
al cliente esperando que éste diga “me lo quedo” sin que ese comportamiento se
produzca! El lenguaje comercial debe ser muy directo, casi tanto como el militar,
sobretodo en la fase del cierre. ¿Se imagina a un comandante, durante el desembarco de
Normandía, diciendo a sus hombres “si os parece bien desembarcamos”?
3.- La estructura básica a la hora de cerrar es: BENEFICIOS + PRECIO +
BENEFICIOS. Y recuerde que no se vende un producto/servicio sino los beneficios
que le dará al comprador.
4.- Y luego de la pregunta de cierre CÁLLESE (el tiempo que sea preciso hasta que
hable el cliente). El cliente tendrá que aceptar su oferta o explicar por qué no la acepta.
Y ADEMÁS 5 ÚLTIMOS CONSEJOS:
1.- No pregunte nunca “¿algo más?”, sino “¿qué más?” queremos hacer ventas
cruzadas.
2.- Ponga los acuerdos por escrito
Un error común es cerrar un acuerdo de forma verbal. Durante las negociaciones se
propondrán muchas ideas, algunas se aceptarán y otras serán rechazadas. No espere el
momento en que el comprador le diga “yo pensaba que usted dijo que…” “creí
entenderle que…” ponga los acuerdos por escrito y ahórrese dolores de cabeza.
Una vez la negociación ha finalizado se revisa el contrato, se acuerdan verbalmente
los términos y se pone por escrito. Debe dejársele al cliente una copia del pedido, para
que no haya malos entendidos de lo que nos ha solicitado. Deberán también estar bien
especificadas las ofertas que le hayamos prometido, los plazos de entrega y la forma de
pago, no olvidarlo demuestra la seriedad y la profesionalidad del vendedor y de su
empresa.
3.- Mantenga hasta el último momento la misma amabilidad y cortesía, despida al
usuario con una sonrisa. Si conocemos su nombre, lo mencionaremos al despedirnos.
4.- Una vez cerrada la venta, hable de cualquier cosa menos de ella. En la farmacia
puede usarse el recurso del consejo farmacéutico. Siempre recomendamos un
producto acompañado por un buen consejo. De esta manera se fidelizará a la clientela y
regresarán por el buen trato recibido. No olvidemos que “el éxito de una venta en
farmacia no es la venta en sí sino que el cliente/paciente vuelva y esto se consigue
gracias al consejo profesional”.
5.- No debe olvidarse del cliente tras el cierre de la venta.
En realidad el vendedor no se dedica a cerrar ventas. Su función es “crear” clientes para
toda la vida. De modo que el cierre de la venta es el principio, no el final de la relación.
Tras la venta:
1.- ¿Se mantuvieron todas las promesas?
2.- ¿Se realizó un seguimiento para comprobar la satisfacción del cliente?
3.- ¿Los contactos con el cliente le proporcionaron algún valor añadido?
La repetición de la compra es un autentico recordatorio de lo que se ha hecho durante el
tiempo trascurrido entre la compra anterior y la actual y de lo que se hizo para merecer
seguir teniendo la confianza del cliente.
Si un cliente solicita una rebaja en el precio, la probabilidad de que tenga que
concedérselo es inversamente proporcional a la calidad del servicio recibido entre la
compra anterior y ésta.
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