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MARÍA DE ZAYAS Y JOAN W.

SCOTT

Déborah Ruiz Cedeño

El prevenido engañado es una novela corta escrita por María de Zayas en el siglo XVII. En ella

podemos observar comportamientos o actitudes típicas en los personajes correspondientes al

género, pero también transgresión y crítica a los mismos. Con ayuda en el texto: “El género: una

categoría útil para el análisis histórico”, se hará un pequeño análisis.

Ubicada en la España del siglo XVII, los personajes se mueven en un ambiente religioso,

cristiano -aunque lo transgredan-, los matrimonios son por conveniencia más que por amor

verdadero: Fadrique pide la mano a los padres de Serafina, una joven noble como él, pero menos

rica y el narrador menciona que “los padres se ofrecen a ser esclavos suyos” (p. 297), ya que don

Fadrique, además de noble, tenía más dinero. Todas las personas con las que Fadrique busca

relacionarse emocionalmente -a excepción de Gracia- tienen criados, colocándolos en una clase

social parecida.

Fadrique es el personaje protagónico, busca a una esposa virtuosa, teme de los engaños

de las discretas, es controlador y celoso: espiaba a las mujeres que le interesaban y las seguía. En

lugar de afrontar conflictos, huye o se esconde. Representa un pensamiento muy conservador y

generalizado socialmente sobre el papel de las mujeres: “una mujer no había de saber más de

hacer su labor y rezar, gobernar su casa y criar sus hijos” (p. 301). En otras palabras, una mujer

no debe ser inteligente ni debe interesarse en temas que no le correspondan, sólo debe existir

para la casa y los hijos.

Joan W. Scott retomando algunos textos de Mackinon o de Kelly, por ejemplo, menciona

que la maternidad y la sexualidad son de los primeros aspectos que el hombre busca controlar y,
desde los cuáles, convierten a la mujer en un objeto de dominación. Tal parece ser lo que busca

Fadrique: una necia e ingenua que no conozca los engaños de la vida y que sólo viva para

complacerlo a él. No obstante, Zayas presenta una serie de personajes femeninos que buscan

disfrutar de su sexualidad y que deciden sobre su maternidad a costa de su familia, maridos o

amantes. Fadrique las juzga a pesar de que su comportamiento no es muy distinto: disfruta

sexualmente con la Duquesa y ayuda a su amigo don Juan siendo partícipe de las infidelidades.

Cada vez que Fadrique conoce a una mujer, la describe como la más hermosa o una de las

más hermosas que ha visto. En general, dan la imagen física de seres angelicales, como en las

descripciones a Beatriz, que incluso toca el arpa. Es importante resaltar una imagen interesante

que crea Zayas a partir de esto: Beatriz con su criado negro. Fadrique espiaba a ambos

“pareciéndole en la hermosura ella un ángel y él un fiero demonio” (p. 310), se describen las

hermosas manos de Beatriz, sus lágrimas como perlas, amorosa y tierna; de él se resalta la

fealdad, incluso nombrándole abominable. Entran en juego los roles de poder: él es hombre, pero

es un criado negro; ella, rubia y rica, pero mujer y con “viciosos apetitos”. Así, ambos personajes

son la imagen de la maldad para Fadrique.

Beatriz es bella, con talentos musicales y amorosa; Serafina, también hermosa, y

arrepentida por sus acciones; la duquesa es inteligente y astuta al igual que las primas Ana y

Violante. A pesar de sus cualidades y la constancia de su belleza, Fadrique las rechaza a todas -

incluso es violento con Violante por engañarlo- por un mismo motivo: su sexualidad. No parecen

ser personajes sumisos en todos los sentidos, ni controlables y eso lo afecta. Por ello, le dice a la

duquesa que busca mujer noble, virtuosa, bella y mejor necia antes que discreta. La duquesa lo

contradice “mala opinión es la vuestra, que a toda ley una mujer bien entendida es gusto para no

olvidarse jamás” (p. 331).


Es curioso poner en consideración todo lo que busca Fadrique en una mujer y lo que

rechaza, dado que los comportamientos que rechaza son similares a las que él practica: conoce a

una mujer, se enamora y, si puede, disfruta sexualmente. Finalmente, en Gracia encuentra lo que

buscaba, una mujer necia, inocente e ingenua. No obstante, al ser fácil de manipular, también le

es infiel de una manera tierna e ingenua “con el otro marido”.

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