PAPEL DE LA ENFERMERA EN LA VGI Y EN QUÉ ÁMBITO DEBE REALIZAR SU VALORACIÓN.

La enfermera debe centrarse en la realización de la denominada “Valoración Funcional” dentro

de la Valoración Geriátrica Integral (VGI), en la que intervienen numerosos profesionales
sanitarios de distintas disciplinas. En este aspecto, la valoración de Enfermería se dirige a
detectar las necesidades del enfermo que estén afectadas y requieran cuidados de Enfermería,
fundamentalmente, relacionados con la falta de autonomía, para que la enfermera las trate
con acciones de suplencia.

Para ello, disponemos de un modelo conceptual enfermero (MCE) muy utilizado en la etapa de
valoración, es el MCE de Virginia Henderson, que consta de 14 necesidades que deben ser
satisfechas, si el paciente no pudiera por sí mismo la enfermera se encargará de hacerlo
supliendo o detectando sus conductas insuficientes o inadecuadas e intentando modificarlas.

Además, hay una herramienta enfermera para la valoración muy empleada también: Los
patrones funcionales de Gordon, que son 11 y valoran aspectos similares a las necesidades de
Henderson. Por otro lado, existen múltiples escalas y cuestionarios que valoran distintos
aspectos de la vida del enfermo para detectar las dificultades que se le presentan. Algunas de
éstas tratan sobre las actividades básicas de la vida diaria (ABVD) y otras sobre las actividades
instrumentales de la vida diaria (AIVD), y otras muchas se centran en aspectos concretos de los
patrones funcionales o sobre problemas de salud concretos. En la web oficial de la Junta de
Andalucía se ofrece el listado completo de los cuestionarios más empleados, por lo que están a
disposición de cualquier enfermero. Enlace:
http://www.juntadeandalucia.es/servicioandaluzdesalud/principal/documentosAcc.asp?pagin
a=pr_desa_Innovacion5
Además, en la etapa de valoración, la enfermera también emplea técnicas como la observación
o la entrevista, con las que recoge más información para saber en qué aspectos debe ayudar al
paciente.

La VGI es muy recomendable por su gran utilidad, ya que ofrece una visión holística del
paciente y puede abordarse la enfermedad desde una perspectiva mucho más completa.
Dentro de ésta, la valoración funcional realizada por la enfermera aporta numerosos datos
sobre el estado del usuario, y cómo éste se desenvuelve, siendo esto fundamental para una
mejor adaptación a su nueva situación de salud.