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ESCUELA DE INGENIERÍAS AGRARIAS

REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA SOBRE LA DEHESA


EXTREMEÑA, UN SISTEMA VULNERABLE AMENAZADO,
“LA SECA”.

TRABAJO FIN DE GRADO

GRADO EN CIENCIAS Y TECNOLOGÍAS DE LOS ALIMENTOS

Marcos Ardila Galván


Badajoz, Enero 2020
TRABAJO FIN DE GRADO

REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA SOBRE LA DEHESA


EXTREMEÑA, UN SISTEMA VULNERABLE AMENAZADO,
“LA SECA”.
GRADO EN CIENCIAS Y TECNOLOGÍAS DE LOS ALIMENTOS

AUTOR: Marcos Ardila Galván

TUTOR/ES:

Tutor Alejandro Hernández León Cotutor Ana de Santiago Roldán

Fdo:........................................... Fdo:......................................

Convocatoria:
ÍNDICE

Índice
1. RESUMEN ........................................................................................................................ 2
2. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 3
- 2.1. La dehesa extremeña. Datos socioeconómicos. ................................................... 3
- 2.1.1 Extensión (Europa, España, Extremadura). ....................................................... 3
- 2.1.2. Valor socioeconómico de la dehesa extremeña................................................. 5
- 2.2. Productos obtenidos de encinas y alcornoques y otros asociados a la dehesa. .... 9
- 2.2.1. Alimentación animal y cerdo ibérico. ............................................................. 11
- 2.2.2 Miel y quesos. .................................................................................................. 14
- 2.2.3. La bellota en la alimentación humana. ............................................................ 18
3. OBJETIVOS ................................................................................................................... 20
4. PHYTOPHTHORA CINNAMOMI. ............................................................................... 21
- 4.1 Clasificación, taxonomía y características de Phytophthora cinnamomi. ........... 22
- 4.2 Ciclo biológico .................................................................................................... 24
- 4.3 Hábitat. ................................................................................................................ 27
5. RELACIÓN Phythopthora-Quercus ............................................................................. 31
6. MÉTODOS DE DETECCIÓN DE PHYTOPHTHORA CINNAMOMI .................... 34
7. MÉTODOS DE CONTROL DE PHYTOPHTHORA CINNAMOMI ........................ 37
8. INFLUENCIA DE LA SECA EN LOS PRODUCTOS DE LA DEHESA................ 43
9. CONCLUSIÓN ............................................................................................................... 44
10. BIBLIOGRAFÍA. ......................................................................................................... 46

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1. RESUMEN

Las explotaciones agro-silvopastorales de dehesa constituyen uno de los


ecosistemas más característicos de la Península Ibérica. Están constituidas por cinco
componentes básicos que se integran manteniendo el equilibrio ecológico del sistema: el
estrato arbóreo, principalmente especies del género Quercus, los pastos, el matorral,
cultivos forrajeros de secano y la ganadería extensiva. La dehesa es ante todo un sistema de
producción ecológico, en el que se integra la conservación del arbolado, pastos y matorral,
con la producción ganadera. La desestabilización de alguno de los elementos que
constituyen la dehesa, y que son la base de su sistema de producción, conlleva importantes
daños en el ecosistema; lo que supone además, la no sostenibilidad del mismo y por lo tanto
su abandono. Desde principios de los años 90 se viene observando un severo decaimiento
de los Quercus mediterráneos de las dehesas del sur de España y Portugal, originando una
elevada mortalidad de encinas y alcornoques. Entre los factores asociados a este
decaimiento destaca por su gravedad la podredumbre radical causada por el patógeno de
suelo Phytophthora cinnamomi. Este oomiceto causa la muerte del arbolado, que según las
condiciones ambientales puede ser un proceso de muerte lenta o de muerte súbita (en pocos
meses). En ambos casos, los síntomas observados a nivel aéreo son amarillez y/o marchitez
foliar, defoliación y muerte regresiva de brotes y ramas (puntisecado) y a nivel radical,
necrosis de las raicillas absorbentes o ausencia de las mismas. Debido a esta problemática,
la conservación de la biodiversidad de la dehesa exige tanto el mantenimiento de su
superficie actual como la conservación de sus formas extensivas y multifuncionales de
manejo, generadoras de mosaicos de vegetación dentro de las fincas y también a mayor
escala. Es importante que algunas de las prácticas “tradicionales” se modifiquen a la luz de
los conocimientos recientes y teniendo en cuenta el estado generalizado de deterioro de las
dehesa

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2. INTRODUCCIÓN

- 2.1. La dehesa extremeña. Datos socioeconómicos.

- 2.1.1 Extensión (Europa, España, Extremadura).

Europa posee sistemas agro-silvopastorales principalmente en la cuenca mediterránea,


en los cuales la producción agraria y forestal se compagina con la ganadería extensiva. En
este último caso, nos encontramos con arbolado, pastos-ganados y varios cultivos
simultáneamente. A nivel paisajístico su fisonomía puede ser muy variada.
En España las estimaciones más recientes de la superficie de formaciones forestales
adehesadas corresponden a los informes del MMA (2007) y del MAPA (2008). El primero
da una cifra de 3.997.185 hectáreas de dehesas perennifolias con arbolado de encina,
alcornoque y acebuche. Las llamadas dehesas caducifolias (con robles, quejigos, fresnos,
castaños o hayas) ocuparían 793.198 hectáreas. Añadiendo las zonas abiertas de sabinar,
pinar y algunos montes bajos, la superficie total ascendería a 5.741.557 hectáreas.

FIGURA 1. Superficie Forestal en España: Distribución de la superficie, grupo y tipo de


especies. Fuente: (MAGRAMA, 2012).

Una estimación mucho más ajustada a tal definición estima la superficie de


formaciones adehesadas con arbolado productor de bellotas en 3.515.920 hectáreas en las
cinco Comunidades Autónomas y 1300 municipios donde se considera la presencia de tales
formaciones (MAPA 2008). De esta superficie, Extremadura cuenta con 1.237.000 ha

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(35%), Andalucía con 946.482 ha (27%), Castilla La Mancha con 751.554 ha (21%),
Castilla y León con 467.759 ha (13%) y Madrid con 113.051 ha (3%) (Pulido y Picardo,
2010). Otros documentos generados por las propias Comunidades Autónomas arrojan cifras
diferentes debido al uso de criterios o fuentes cartográficas distintas (por ejemplo,
Extremadura considera su superficie en 1.428.791 ha y Andalucía en 1.262.594 ha ó
981.431 ha si se excluyen las “dehesas potenciales” densamente cubiertas de matorral).

Las cifras sobre la superficie que ocupa la dehesa son muy dispares ya que existe
discrepancia en su concepción y dimensión. Para algunos autores el área total en la
península Ibérica puede llegar hasta los 17 millones de hectáreas, otros lo reducen a dos
millones de hectáreas pudiendo estimarse entre los 4,5 y 5 millones de hectáreas siempre
pensando que la dehesa es un espacio arbolado.

En Extremadura las cifras son también dispares aunque en los últimos 20 años se ha
avanzado enormemente en su conocimiento gracias a los estudios de tipo geográfico y
especialmente a los relativos a la cartografía digital del terreno. Actualmente el área de la
dehesa como sistema arbolado ocuparía alrededor de los 1,5 millones de hectáreas sin
embargo los espacios adehesados pueden suponer una superficie mayor ya que existen
áreas como los espacios intercalados de matorral (jarales y brezales). Entre las zonas
arboladas adehesadas, si incluyéramos las áreas con densidad arbórea por debajo de los 5
árboles por hectárea, los retamales desarbolados, los bosques destinados a la explotación
cinegética compartida con el aprovechamiento ganadero tradicional etc. sumarían cerca de
dos millones de hectáreas como espacios adehesados.

Basándonos en los datos reflejados en la tabla 1 podemos indicar que los espacios
adehesados en Extremadura alcanzan los 1,7 millones de hectáreas aunque las zonas con
paisaje de dehesa en el sentido estricto no superen el millón y medio de hectáreas o incluso
menos.

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Tabla 1. Distribución de la superficie de las áreas típicas de dehesas y espacios adehesados
colindantes o anexos. (Tomada de Pérez y Pozo, 2001).

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En millones de ha.

- 2.1.2. Valor socioeconómico de la dehesa extremeña.

El objetivo de este apartado es realizar un diagnóstico básico del sector desde el


punto de vista socioeconómico, para ofrecer una visión generalizada del valor de la dehesa
extremeña, desde el punto de vista de la amplia gama de productos forestales maderables y
no maderables y de servicios (usos recreativos) que proporciona, así como analizado desde
el punto de vista de la ganadería extensiva para la producción de carne.

a. Valor social de la dehesa.

El 75% de las explotaciones de dehesa son privadas y el resto corresponde a la


categoría de bienes de gestión colectiva de propiedad comunal, de grupos de vecinos
asociados para su compra o de ayuntamientos. El empleo intensivo de mano de obra
especializada asociado a las dehesas de explotación privada, suele contar con un solo
empleado fijo. No obstante la contratación para tareas estacionales se realiza durante el
año con trabajadores no especializados. Si se ha constatado que la tasa de actividad y la
densidad de población es menor en los municipios con dehesas respecto a los que no las
incluyen (MAPA 2008). En las explotaciones cuyo tamaño y uso requiere más personal,
además del encargado de la finca, pueden trabajar en ella de forma permanente los
responsables del manejo del ganado y la vigilancia en cotos de caza mayor. Para las
tareas estacionales que no realiza el encargado (en muchos casos polivalente) se produce
la contratación temporal principalmente para la poda, la saca del corcho, o el cultivo.
Pero es sin duda la comercialización posterior de los productos de la dehesa la que
genera mayor número y diversidad de empleos, generalmente ligados al sector
agroalimentario.

Los propietarios de dehesas responden a la siguiente tipología: pequeños


propietarios que dependen estrechamente de sus explotaciones ganaderas y dedican todo
su tiempo a la explotación, medianos propietarios con fincas de tamaño medio o grande

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que se encargan de la gestión comercial de sus productos, y, por últimos, las sociedades
procedentes de otros sectores de actividad que contratan servicios de gestión de las fincas
sin que éstas supongan su principal fuente de ingresos.

b. Valor ambiental.

La regeneración del arbolado es una condición imprescindible para la persistencia


del sistema adehesado. Deben abordarse con urgencia las técnicas de regeneración más
adecuadas desde el punto de vista económico y ecológico, y empezando por las zonas
que no alcanzan los umbrales mínimos de presencia y cobertura de arbolado. El estado
sanitario del arbolado, singularmente en relación con la patología de la Seca, requiere el
desarrollo de soluciones efectivas a medio plazo, para lo cual es necesario reforzar las
labores de investigación coordinada.

La degradación del suelo y el pastizal es un problema en buena parte de las


dehesas, por lo que prácticas como el triturado de los restos de podas, la limitación del
laboreo y la prevención del daño estival del ganado a la vegetación deben ser tenidas
muy en cuenta.

La conservación de la biodiversidad de la dehesa exige tanto el mantenimiento de


su superficie actual como la conservación de sus formas extensivas y multifuncionales de
manejo, generadoras de mosaicos de vegetación dentro de las fincas y también a mayor
escala. Es importante que algunas de las prácticas “tradicionales” se modifiquen a la luz
de los conocimientos recientes y teniendo en cuenta el estado generalizado de deterioro
de las dehesas.

c. Valor económico de la dehesa.

El valor económico de la dehesa, está principalmente asociado a bienes y


servicios privados, como la producción de pastos naturales y bellotas libres para
alimentación del ganado. Su cuantificación es difícil, y se establecen baremos sobre el
consumo por la ganadería y las especies cinegéticas de pastos naturales y bellotas sólo
cuando existe un propietario de ganado u operador cinegético que esté dispuesto a pagar
al propietario de la tierra por el arrendamiento de pastos y bellotas.

Las especies cinegéticas y la fauna silvestre no-cinegética se estima que una parte
de sus consumos de pasto naturales y bellotas no compiten por su ingesta con la
ganadería, siendo en este caso estos consumos de un valor económico nulo. Es decir, los
pastos y bellotas consumidos sin que sean objeto de demanda efectiva por los

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propietarios del ganado y/o los titulares de cotos cinegéticos son de hecho bienes libres
(gratuitos). Estos consumos libres de pastos y bellotas, cuando es posible su
contabilización, se deben incorporar en la cuenta de producción de la dehesa valorados a
precio cero, ya que su contribución resulta indispensable para hacer posible las
producciones finales económicas de las faunas doméstica y silvestre de la dehesa.

Una de las dificultades que entraña asociar un valor económico a la dehesa, es la


presencia de Empleo familiar no asalariado. El trabajo por cuenta propia del propietario y
las ayudas familiares en la dehesa puede llevarse a cabo en situaciones en las que su valor
económico sea nulo para la totalidad de las horas empleadas o para una parte de las
mismas. La racionalidad económica que subyace detrás de este comportamiento del
propietario familiar (no industrial) es que este último es un inversor y a la vez consumidor
de los servicios ambientales que rinde su capital privado inmovilizado de la dehesa. El
propietario de la dehesa puede realizar contribuciones en forma de empleo de tiempo libre
necesario para generar las producciones privadas y públicas de la dehesa.

Tabla 2. Valor económico total de la Dehesa (Tomado de: Campos, 2012). Seminario “Paisajes
Culturales Silvopastorales” (Plasencia).
USO ACTIVO USO PASIVO
VALOR CORRIENTE VALOR FUTURO VALOR sujeto a la
Directo Indirecto Opción EXISTENCIA de
Producción final Producción intermedia Producción final PRODUCCION final
Bienes y servicios económicos Bienes y servicios Pago por las personas Pago por las personas físicas
que se destinan económicos que se físicas o jurídicas de una o jurídicas de una prima con
al consumo y la inversión reemplean en la producción prima para garantizar una el exclusivo fin de evitar la
propia durante el año en la de bienes y servicios finales de cantidad determinada de extinción futura de una cosa
dehesa la dehesa oferta futura única
Ejemplos: Ejemplos: Ejemplos: Ejemplos:
- Productos finales comerciales -Pastos y bellotas consumidos -Conservación por los -Preservación de los hábitats
de la agricultura, la ganadería, en pastoreo por los animales. recursos biológicos para y/o especies únicos en peligro
la cinegética y la silvicultura la investigación de nuevos de extinción.
medicamentos y la lucha
biológica contra plagas.
-Autoconsumo ambiental -Cultivos de plantas y semillas -Preservación de culturas
para plantación y siembra. únicas de la dehesa.
-Servicios recreativos públicos
-Recolección de hongos y -Compensaciones por los - Disponibilidad a pagar -Preservación de
plantas o animales silvestres servicios del paisaje y la del público y el gobierno construcciones y
biodiversidad amenazada por la producción del equipamientos únicos
paisaje cultural de la históricos de la dehesa.
dehesa
-Servicios de carbono para la
mitigación del calentamiento
global

Extremadura es el paradigma de la ganadería extensiva en España, ya que el 90% de


su producción ganadera es obtenida mediante sistemas de producción extensiva, que
suponen, a su vez, alrededor del 40 % de la Producción Final Agraria de Extremadura. Los
sistemas de producción animal presentan en Extremadura características singulares a las del

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resto de regiones ganaderas españolas y, aún mayores, a las de otros estados miembros de
la Unión Europea. Dichas diferencias afectan, fundamentalmente, a la gestión técnica y
económica de las explotaciones (Escribano et al., 2005).

Según Escribano et al. (2005), existe una correlación negativa entre la carga
ganadera y la superficie de la explotación. A medida que aumenta el tamaño de las
explotaciones disminuye la carga ganadera que éstas soportan. Ya que las inversiones en
capital fijo de infraestructuras y de mobiliario mecánico son mayores en las explotaciones
de menor dimensión, debido a la necesidad de unas instalaciones mínimas para el desarrollo
de la actividad y la concentración de ganado en fincas de pequeño tamaño que obliga a la
construcción de cercados, naves, charcas, etc.

En la estructura de las rentas, aparece también la intensificación del bovino como


responsable de los mayores márgenes y excedentes de explotación. Se observa una
correlación positiva significativa entre las reproductoras autóctonas de vacuno y las
reproductoras autóctonas de ovino (raza merina) frente a las reproductoras totales de la
explotación. Destaca la correlación positiva entre la mano de obra presente en la
explotación con los niveles de carga ganadera totales, y especialmente con la carga
ganadera de ovino, lo cual indica que la mayor presencia de ovino en las explotaciones
determina una mayor contribución de mano de obra total.

Las explotaciones de vacuno con más carga ganadera tienen más mano de obra
familiar. Las explotaciones de ovino con más carga tienen también más mano de obra
familiar, pero menos fija. Se observan diferencias significativas en el capital fijo tierra entre
las explotaciones que explotan animales de la especie porcina y las explotaciones
orientadas fundamentalmente a la explotación de ovino. En el caso del capital fijo ganado
las diferencias son muy significativas entre las explotaciones de ovino y las de bovino y
porcino. Existe correlación elevada y positiva entre la carga ganadera total del sistema y los
indicadores de costes: gastos en materias primas, costes corrientes y costes totales, y con
los indicadores de producciones, ventas de producción final, producción final, producción
intermedia y producción bruta. Lo mismo sucede con la correlación de la carga ganadera de
porcino por ha y los indicadores de costes y producciones (coste corriente y coste total). La
mano de obra tiene una correlación positiva con los costes de materias primas, los servicios
exteriores, los costes corrientes, los costes totales y las producciones (intermedias, finales y
brutas), lo cual indica que la mano de obra de las explotaciones de dehesa es determinante,

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tanto en sus costes como en sus producciones, mientras que no presenta correlación con la
tasa de rentabilidad.

- 2.2. Productos obtenidos de encinas y alcornoques y otros asociados a la


dehesa.

La producción forestal por excelencia en Extremadura es el corcho, aunque cada


vez está más limitada por la fluctuación entre demanda y mercado. El corcho como
producto forestal no maderable se ha consolidado en uno de los grandes baluartes de la
exportación regional año tras año, con más de 115 millones de euros en ventas al exterior
debido a su alta productividad. La producción de corcho en plancha en 2019 se ha situado
en torno a las 24000 toneladas, y se destina tanto para manufacturas de tapón natural y
aglomerado como de corcho natural descortezado en plancha. El corcho manufacturado
tiene como principal destino el mercado francés mientras que el natural y descortezado se
dirigen sobre todo a Portugal donde se realiza su industrialización final.

Con respecto a los aprovechamientos de madera y leña, Extremadura mantiene


una tasa de extracción superior a la media a pesar de su baja disponibilidad de madera por
hectárea arbolada y de aportar el 4% de los recursos madereros (al total de España). La
dehesa Extremeña aprovecha en mayor medida la producción de leña, no siendo
representativa la extracción de madera. Debido al exceso de podas (para combustibles) que
sobre la copa de los árboles de la dehesa se llevaron a cabo en las décadas de los 60,70 y
80, actualmente existen limitaciones de poda, recogidas en la ley de 1986. De las podas
procedente de encinas, aproximadamente el 75% se destinan a la producción de carbón, las
taramas para picón, y las podas de ramas en verano para la alimentación del ganado. El
25% restante se destina una vez seca al consumo en fresco para chimeneas o la producción
de pellets cada vez más demandada (Pulido et al., 2007). En los últimos años existe un
interés creciente por mejorar y conocer la producción de leña y de nuevos productos
(pellet), lo que derivará en una mejor obtención de datos y elaboración de las estadísticas
relacionadas.

Las bellotas, de encina y alcornoques, son utilizadas principalmente para


alimentación animal, específicamente para la montanera por el cerdo ibérico ya que el
ganado es la principal herramienta para el mantenimiento de un estrato herbáceo estable. En

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las dehesas predomina el ganado vacuno, ovino y porcino, aunque cabras y caballos
alcanzan también cifras importantes. El ovino es la especie con censos más numerosos
(tabla 3) y la más adecuada para el aprovechamiento de los pastos y la minimización de los
daños al arbolado. El vacuno, se consolida como el más importante en términos de unidades
ganaderas, y las cabras se concentran donde abundan los pastos leñosos. Finalmente, el
porcino suele estar ligado a zonas densamente arboladas, donde los animales aprovechan en
extensivo la producción de las bellotas.

Tabla 3: Censos ganaderos en Extremadura. Fuente: (MAPAGRAMA 2017).

Otro de los aprovechamientos importantes de la dehesa en Extremadura,


principalmente mediante cotos privados de caza, es el cinegético. Se halla en las mejores
condiciones de conservación debido a la alta diversidad y riqueza cinegética. De las 4,16
millones de ha de Extremadura, más del 80 % se dedica a este sector y existen unos 80.000
licencias de caza, lo cual da una idea del arraigo de esta actividad en nuestra región. El
sector de la caza ha experimentado en los últimos años un crecimiento muy importante. Si a
esto se une que Extremadura es la 4ª comunidad autónoma española con más superficie
forestal, susceptible de ser aprovechada cinegéticamente, y el enorme potencial del medio
para el desarrollo de especies de flora y fauna silvestres y de especies cinegéticas, esto
supone un sector con un potencial económico realmente importante, que actualmente
factura unos 4 millones de euros anuales.

La producción secundaria en la dehesa incluye miel, polen y cera procedentes del


sector apícola, una actividad muy implantada en las dehesas que es especialmente
importante en aquellas dehesas que cuentan con extensas manchas de matorral.

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- 2.2.1. Alimentación animal y cerdo ibérico.

Los cerdos ibéricos son sometidos al tradicional sistema de montanera: engorde en


las dehesas con bellotas y pastos, alimento principal para la acumulación de grasa, rica en
ácido oleico (procedente de la bellota) y en proteínas y antioxidantes naturales (presentes
en los pastos) que mejoran las características físico-químicas de la carne y los productos
curados derivados del cerdo ibérico.

Por otro lado, según Real Decreto 4/2014, de 10 de enero, podemos diferenciar métodos de
engorde por alimentación y manejo, de ahí la clasificación de los productos finales. Cerdo
ibérico de bellota (alimentado exclusivamente con bellotas, pastos y otros recursos
naturales), recebo o cebo de campo (cerdo ibérico alimentado con bellotas, pastos
naturales y piensos de harinas de leguminosas y cereales de alta calidad, cuyo manejo se
realiza en explotaciones extensivas o intensivas al aire libre, pudiendo tener parte de la
superficie cubierta) y cebo (donde el animal se alimenta con pienso y cereales toda su vida,
en sistemas de explotación intensiva).

El término “Pata Negra” sólo puede utilizarse en productos “de bellota 100%
ibéricos” y “Dehesa” o “Montanera” queda designado para productos “de bellota”.

Designación por tipo racial: 100% ibérico: Cuando se trate de productos


procedentes de animales con un 100% de pureza genética de la raza ibérica, cuyos
progenitores tengan así mismo un 100% de pureza racial ibérica y estén inscritos en el
correspondiente libro genealógico. Ibérico: Cuando se trate de productos procedentes de
animales con al menos el 50% de su porcentaje genético correspondiente a la raza porcina
ibérica, con progenitores de las siguientes características:

Para obtener animales del 75% ibérico se emplearán hembras de raza 100% ibérica
inscritas en libro genealógico y machos procedentes del cruce de madre de raza 100%
ibérica y padre de raza 100% duroc, ambos inscritos en el correspondiente libro
genealógico de la raza.

Para obtener animales del 50% ibérico se emplearán hembras de raza 100% ibérica
y machos de raza 100% duroc, ambos inscritos en el correspondiente libro genealógico de
la raza.

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Trazabilidad: En el matadero, los jamones, paletas y caña de lomo ibérico de cada
lote de productos obtenidos de animales sacrificados serán debidamente identificados, con
un precinto perfectamente legible e inviolable que será de distinto color para cada
denominación de venta, además de una numeración única de cada lote de productos:

- Negro: De bellota 100% ibérico


- Rojo: De bellota ibérico.
- Verde: De cebo de campo ibérico.
- Blanco: De cebo ibérico.

FIGURA 2: Dehesa Extremeña. Fuente: https://images.app.goo.gl/KsaM9VBQ6zRwDJnM8

La dehesa extremeña se asocia además con “Marcas de calidad diferenciada” que


son instrumentos legales, creados para la protección de alimentos con calidad y
características diferenciales, cumpliendo requisitos específicos que recogen reglamentos
que son verificados por organismos autorizados. Se incluyen en ellas las DOP
(denominaciones de origen protegidas) y las IGP (indicaciones geográficas protegidas).

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Denominación de Origen Protegida (D.O.P.):
Nombre que identifica un producto originario de un lugar
determinado, una región, o excepcionalmente, un país; cuya
calidad se deba fundamentalmente al medio geográfico con
sus factores naturales y humanos y cuyas fases de
producción tengan lugar en su totalidad en la zona
geográfica definida.

Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.): Similar


a la D.O.P. El vínculo con el medio geográfico sigue
presente en al menos una de las etapas de la producción, de
transformación o de la elaboración. Fases puede no
coincidir con el área geográfica indicada o no ser
determinantes para su calidad.

El actual DECRETO 77/2018, de 5 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de la


Denominación de Origen Protegida “Dehesa de Extremadura” por la excelencia el
reconocimiento de la D.O.P. Dehesa de Extremadura. Fuente:https://dehesa-
extremadura.com

 Vínculo natural Dehesas Clima (curación en sierras)


 Vínculo histórico
 Ganado porcino
 Producción desde hace siglos

Es una de las diferenciaciones de productos típicos de nuestra tierra, que se


distinguen por la manera de producirlo, ya que es el único lugar donde existe este tipo de
explotaciones asociado a un manejo del ganado, cuidadoso con el producto final y con el
territorio donde se asienta.

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- 2.2.2 Miel y quesos.

Según el B.O.E. Real Decreto 1049/2003, de 1 de agosto, por el que se aprueba la


norma de calidad relativa a la miel. Esta norma de calidad tiene por objeto definir miel
como “la sustancia natural dulce producida por la abeja Apis mellifera a partir del néctar de
plantas o de secreciones de partes vivas de plantas o de excreciones de insectos chupadores
presentes en las partes vivas de plantas, que las abejas recolectan, transforman
combinándolas con sustancias específicas propias, depositan, deshidratan, almacenan y
dejan en colmenas para que madure.”

Según su origen se clasifican en:

a) Miel de flores o miel de néctar: es la miel que procede del néctar de las plantas.

b) Miel de mielada: es la miel que procede en su mayor parte de excreciones de insectos


chupadores de plantas (hemípteros) presentes en las partes vivas de las plantas o de
secreciones de las partes vivas de las plantas.

El sector apícola español supone alrededor del 0,44% de la Producción Final


Ganadera y el 0,17% de la Producción de la Rama Agraria, con un valor anual de su
producción (miel, cera y polen) estimado en unos 62 millones de euros. No obstante, el
valor de este sector va más allá de lo puramente económico, ya que la apicultura juega un
papel fundamental en la conservación del medio natural, la polinización de los cultivos y el
mantenimiento de la biodiversidad. En el ámbito nacional, la mayor parte del censo de
colmenas y de la producción de miel y cera se concentra en las Comunidades Autónomas
de Andalucía, la Comunidad Valenciana y Extremadura, que representan el 25%, 20% y
15% del total de la producción de miel en España. Del mismo modo la producción de cera,
se concentra en estas CCAA, pasando Extremadura a ser la primera productora a nivel
estatal (figura 3).

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FIGURA 3: Producción de cera en España. Fuente: https://www.mapa.gob.es/es/

La miel se compone de azucares en un 70%, de los cuales el 38% es fructosa y el 32


restante glucosa. En la miel se analizan como parámetros de calidad, la actividad de agua
(aw), las cenizas, los ácidos libres, el contenido en agua, la conductividad eléctrica, el
contenido en sólidos insolubles, los azúcares, la cristalización, el contenido en
hidroximetilfurfural (HMF) y otros análisis microbiológicos. El contenido en agua
recomendable es del 17-18%, y aunque el contenido proteico es bajo (0,5%), son vitaminas,
enzimas y compuestos fenólicos saludables. También contiene minerales (0,1- 0,2%).

En Extremadura tenemos la D.O.P. Miel de las Villuercas-Ibores aprobada por el


REGLAMENTO DE EJECUCIÓN (UE) 2017/93 DE LA COMISIÓN de 10 de enero de
2017 por el que se inscribe una denominación en el Registro de Denominaciones de Origen
Protegidas y de Indicaciones Geográficas Protegidas [Miel Villuercas-Ibores (DOP)]
(sudoeste de Cáceres, formado por 27 municipios).

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FIGURA 4: Etiqueta D.O.P Villuercas-Ibores y su localización. Fuente:
http://mielvilluercasibores.eu/calidad/

 Vínculo natural; climatología especies botánicas


 Vínculo histórico; producción desde hace siglos
 Dos clases de miel, según donde se recolecta:
-Miel de Bosque
-Miel Multifloral

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Queso

Procedente de la ganadería tradicional del ganado ovino y caprino característico de


la dehesa, se obtiene la leche, cuya calidad excepcional ha orientado a muchas
explotaciones hacia la obtención de leche como objetivo productivo, quedando el cordero y
la lana como subproductos. En Extremadura la raza más numerosa es la Merina y aunque
existen dos grandes tipos de sistemas de explotación del ovino en función de su objetivo
productivo: explotaciones de ordeño (leche) y explotaciones de no ordeño (carne,
mayoritario en Extremadura, aunque en explotaciones de cría intensiva). Principalmente
asociado a la dehesa, tenemos explotaciones de ordeño, donde a pesar de representar sólo el
2% del total estatal (ovino) y el 8% (caprino), ha conseguido abrirse camino gracias a la
D.O.P Quesos Extremeños (Regulada por R.D. 1113/06 (BOE 6 10 2006). NC quesos y
quesos fundidos. Modificación: RD 818/2015, (BOE 12 9 2015)). En ella se definen los
quesos artesanos, como productos frescos o madurados, sólidos o semisólidos, obtenidos de
la leche total o parcialmente desnatada, de la nata, del suero de mantequilla o de una mezcla
de algunos o de todos estos productos, coagulados total o parcialmente por la acción del
cuajo u otros coagulantes apropiados, antes del desuerado o después de la eliminación
parcial de la parte acuosa, con o sin hidrólisis previa de la lactosa, siempre que la relación
entre la caseína y las proteínas séricas sea igual o superior a la de la leche.

Denominación: Queso + indicación según origen de la leche (especie, mezcla) o/y


según maduración (fresco, madurado).

En Extremadura tenemos varias D.O.P en diferentes tipos de quesos, están


destacan por tener unas característica propias y únicas de la región.

FIGURA 5. D.O.P. Torta del Casar y Queso de la Serena. Fuente:


https://www.quesodeextremadura.com/

- Vínculo natural (Clima, Oveja merina).


- Vínculo histórico (Ganado ovino)

17
- Producción desde hace siglos
- Elaboración original

FIGURA 6. D.O.P Quesos Ibores. Fuente: https://www.quesodeextremadura.com/

- Vínculo natural Clima, Serranías y Razas Autóctonas


- Vínculo histórico (Ganado caprino)
- Producción desde hace siglos

- 2.2.3. La bellota en la alimentación humana.

La bellota (figura 7) es el fruto de árboles del género Quercus sp. En la mayoría de


las dehesas extremeñas predomina el arbolado de la encina (Quercus ilex) y el alcornoque
(Quercus suber). A pesar de la gran presencia de ambas especies del género Quercus, el
interés principal para el consumo de la bellota recae sobre la encina. La mayoría de las
encinas producen bellotas con sabor amargo, debido a los taninos presentes, pero existen
ciertos individuos cuyo fruto ha perdido el amargor debido a menor cantidad de esos
taninos, llegando a denominarse a estas bellotas como “dulces”, cuyo dulzor se incrementa
con el secado (https://www.bellotasaludable.es/).

Las bellotas poseen una abundante presencia de ácidos grasos insaturados, ciertas
vitaminas y minerales esenciales, además de una capacidad antioxidante asociada a los
taninos. Otro de los aspectos nutricionales destacados de la bellota es que no tiene gluten,
haciéndola ideal para el consumo de aquellas personas alérgicas.

18
FIGURA 7: Bellota natural. Fuente: https://www.bellotasaludable.es/

La bellota dulce se comercializa hasta ahora en puestos callejeros y ciertos


mercados urbanos de larga tradición, como la Boquería de la Rambla de Barcelona o La
Plaza de la Catedral de Palma de Mallorca. Aunque su presencia en estos mercados es
puntual. En la actualidad, con el advenimiento de las dietas funcionales o el resurgir de las
tradicionales, puede hablarse de un cierto movimiento cultural a favor de la bellota en la
dieta humana que tiene su máxima expresión. El hecho de que la bellota no sea
generalmente dulce disuade de su consumo en fresco y favorece su uso como alimento
procesado en forma de aceites y harinas. (https://www.bellotasaludable.es/)

En el mercado actual, podemos encontrar la bellota natural, harinas de bellota,


aceites de bellota, infusiones, cremas, bebidas, cervezas de bellotas, turrón y dulces de
bellota y cosméticos. (Figura 8).

FIGURA 8: Productos de la bellota. Fuente: https://www.bellotasaludable.es/

19
3. OBJETIVOS

La presente revisión bibliográfica pretende situar al lector ante una situación actual
de la dehesa que debe ser mejorada desde el punto de vista del manejo de las explotaciones,
para controlar el principal problema del decaimiento de la producción de bellotas
denominada “la seca”, y aumentar la productividad del agro-ecosistema en estudio,
mejorando a su vez los productos asociados a la dehesa.

Con este fin, este trabajo contempla el estudio del sistema patógeno/Quercus
patosistema, comenzando por situar en el foco, al organismo encargado del decaimiento, y
su relación con los sistemas forestales que nos encontramos en nuestros sistemas
adehesados. Principalmente sobre el género Quercus sp.

Para ello se abordarán los siguientes objetivos:

- Phytopthora cinamomi, como causante de la destrucción de la dehesa.


- Problemática de la seca respecto a los productos obtenidos de la dehesa
extremeña.

20
4. PHYTOPHTHORA CINNAMOMI.

El nombre Phytophthora, del griego phytón, "planta" y phthora, "destrucción";


"destructor de plantas", refleja la gravedad e importancia de las enfermedades causadas por
las especies pertenecientes a este género. Éstas actúan principalmente como parásitos
primarios de raicillas absorbentes, causando podredumbres de raíz, del cuello de la raíz y
chancros en el tronco y ramas, tanto en arbustos como en árboles. Phytophthora cinnamomi
es uno de los patógenos vegetales más agresivos, desvastadores y ampliamente distribuidos
en la naturaleza. Está incluido en la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas
del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Lowe et al,
2004). En la figura 9 podemos ver a Phytophthora cinnamomi en microscopio óptico.

FIGURA 9: Género Phytophthora cinnamomi. Fuente: (Zentmyer & Mircetich, 1966)

La primera especie descrita por Anton de Bary en 1876 fue Phytophthora infestans.
El origen geográfico de la especie Phytophthora cinnamomi no está claramente establecido.
Fue descrito por primera vez en Indonesia (Sumatra) en 1922. Zentmeyer (1988) sugiere
que la especie es originaria del sudeste asiático y sur de África y que durante el siglo XVIII
se dispersó a través del Océano Pacífico hasta Latinoamérica (EPPO/CABI
(Commonwealth Agricultural Bureaux International), 2011). Sin embargo, en 1996, Brasier
determinó la zona de origen de Phytophthora cinnamomi en Papúa Nueva Guinea.
Independientemente de la zona de origen del microorganismo, éste presenta en la
actualidad una distribución mundial.

21
- 4.1 Clasificación, taxonomía y características de Phytophthora cinnamomi.

El género Phytophthora se ha clasificado tradicionalmente en el reino Fungi,


subdivisión Mastigomycotina, clase Oomycetes, orden Peronosporales, familia Pythiaceae
(Ainsworth, 1973). Posteriormente ha sido clasificado en el reino Stramenopila, phylum
Oomycota, clase Oomycetes, orden Pythiales, familia Pythiaceae (Hawksworth et al.,
1995). Recientemente, se ha modificado la clasificación de los Oomycetes, ubicándolos
dentro del super-grupo Chromalveolata, primera categoría Stramenopiles, segundo grado
Peronosporomycetes y tercer grado Peronospora (Adl et al., 2005). Sin embargo, algunos
autores continúan utilizando la clasificación de Hawksworth et al. de 1995 (Rossman y
Palm, 2008).

Phytophthora cinnamomi está incluida en el grupo VI de Waterhouse (Waterhouse


y Waterston, 1966), es decir, se trata de una especie heterotálica, de esporangios no
papilados y anteridios anfiginos. Los esporangios de Phytophthora cinnamomi son ovoides,
obpiriformes o elipsoides y no papilados (Figura 10). Son redondeados o cónicos en la
base, persistentes y se sitúan en posición terminal en el esporangióforo. Muchos de ellos
pueden presentar el ápice truncado (Sánchez et al., 2005). Pueden presentar proliferación
interna y externa. Su tamaño medio oscila entre los 86,7 x 36,7 μm descritos por Rands
(1922). Más recientemente se ha estimado el tamaño medio de los esporangios de aislados
de P. cinnamomi de origen andaluz en 51,3 x 36 μm con una ratio longitud-anchura de 1,5
(Sánchez et al., 2003) y entre 40 x 31 μm, con un ratio medio de 1,2 (Sánchez et al., 2005).
Se pueden presentar en esporangióforos aislados o formando ramificaciones simpodiales.
Cada esporangio puede liberar entre ocho y 40 zoosporas (Rands, 1922). Las zoosporas son
reniformes y heterocontas, con dos flagelos diferentes entre sí, uno tipo látigo (liso) y otro
mastigonemado o barbado (con fibrillas secundarias que le dan un aspecto plumoso).
Ambos emergen de la zona cóncava de la zoospora (Rands, 1922; Erwin y Ribeiro, 1996).
Su tamaño oscila entre 11-18 μm, pero una vez que se enquistan su diámetro se reduce a
10-11 μm (Rands, 1922).

22
FIGURA 10: a) Esporangio maduro de Phytophthora cinnamomi, b) esporangio con las
zoosporas ya diferenciadas en su interior. Fuente: (Sánchez et al., 2005)

Las clamidosporas de P. cinnamomi (figura11) son de forma globosa y en general


tienen la pared más delgada que otras especies de Phytophthora (Zentmeyer, 1980). Las
podemos encontrar en posición terminal o intercalar y en ocasiones formando racimos de
tres a 10 clamidosporas. Las hinchazones hifales (figura12) también son más abundantes
que en otras especies. Estas son intercalares o terminales; pueden ser esféricas, elipsoides o
angulares y presentarse aisladas o formando cadenas de longitud variable o en forma de
racimos.

FIGURA 11: Clamidosporas de Phytophthora cinnamomi producidas en extracto de suelo.


Fuente: (Sánchez et al., 2006).

23
FIGURA 12: Hinchazones hifales de Phytophthora cinnamomi: a) hinchazones irregulares
(micelio botrioso), b) hinchazones hifales esféricas en racimo. Fuente: (Sánchez et al.,
2006)

Phytophthora cinnamomi es un patógeno de distribución mundial, muy difícil de


controlar debido al elevado número de huéspedes que parasita (Brasier, 2008; Jung et al.,
2013), principalmente porque el rango de temperaturas de crecimiento de P. cinnamomi es
muy amplio, situándose entre los 5-34 ºC, con unas temperaturas mínimas de 5-15 ºC,
óptimas de 20-32,5 ºC y máximas de 30-36 ºC (Anonimous., 2004). Además, poseen
esporas de resistencia (clamidosporas) que se mantienen latentes hasta que mejoran las
circunstancias ambientales, pudiendo sobrevivir además en suelos encharcados y mal
drenados en forma de zoosporas habiéndose detectado en cebos flotantes incluso a
profundidades superiores a 5 m (Corcobado-Sanchez, 2013).

- 4.2 Ciclo biológico

Los oomicetos presentan una serie de características propias que los diferencian de
los hongos (Reino Fungi): la mayor parte de su ciclo vital es diploide, mientras que el de
los hongos es dicariótico o haploide; sus paredes celulares están compuestas de celulosa y
β-glucanos, y no de quitina, y poseen zoosporas biflageladas. El microorganismo se
encuentra en el suelo en forma de estructuras de supervivencia (oosporas y más
frecuentemente, clamidosporas) capaces de subsistir durante un tiempo relativamente
amplio como propágulos en latencia, aunque habitualmente con densidades de inóculo en
suelo relativamente bajas (Sánchez et al., 2002; 2003; 2006; Romero et al., 2007). Estas
esporas germinan produciendo esporangios, que a su vez germinan emitiendo las zoosporas

24
móviles. Este proceso de germinación tiene lugar cuando hay humedad en el suelo y su
temperatura es relativamente alta (~25ºC), favoreciéndose además en suelos ácidos. Los
aislados de P. cinnamomi pueden crecer en un amplio rango de temperaturas, pero su
temperatura óptima oscila entre 26 y 30 ºC, rango situado en la zona alta de las
temperaturas óptimas descritas para la especie (Sánchez et al., 2002; 2006). Esto sugiere
que es un patógeno muy bien adaptado a las altas temperaturas que se registran
normalmente en verano en las dehesas y que puede existir un nivel muy bajo de
competencia entre P. cinnamomi y otros patógenos de suelo mejor adaptados a
temperaturas más bajas. En concordancia con esto, se ha encontrado también una
correlación positiva entre el éxito en el aislamiento de P. cinnamomi del suelo y el
incremento de las temperaturas mínimas (Sánchez et al., 2003). La existencia de agua libre
facilita la dispersión de las zoosporas, ya que tienen la capacidad de nadar, desplazándose
activamente en la película de agua que rodea las partículas del suelo, siendo entonces
atraídas químicamente por los exudados radicales de las especies vegetales susceptibles.
Cuando infecta al huésped, el oomiceto desarrolla su micelio en el interior de las raíces y se
desarrolla rápidamente en sucesivos ciclos de producción de esporangios y esporulación
(figura 13), dando lugar a un aumento de la población del patógeno (Erwin y Ribeiro, 1996)
mientras se mantengan las condiciones de saturación hídrica del suelo. Tras la colonización
y muerte de las raíces o cuando las condiciones ambientales no son favorables, el patógeno
forma nuevas esporas de supervivencia (clamidosporas; figura 13) que quedan en el suelo
como estructuras de resistencia (Erwin y Ribeiro, 1996; Romero et al., 2007).

25
FIGURA 13: Ciclo de patogénesis de Phytophthora cinnamomi. Fuente: (Sánchez et al.,
2010).

Según el Departamento de Conservación y Manejo de Tierras de Australia (2003)


afirma que, "cuando las condiciones son cálidas y húmedas, los hilos miceliales o hifas que
forman el cuerpo del oomiceto en el suelo o el tejido de la planta huésped producen
vegetativamente sacos de esporas microscópicos llamados esporangios y clamidosporas de
paredes gruesas. El micelio de diferentes tipos de apareamiento puede crecer junto para
producir esporas sexuales de paredes gruesas llamadas oosporas. Las zoosporas tienen
flagelos, que les permiten nadar distancias muy cortas (25-35 mm) en agua estancada o en
películas de agua en poros del suelo. También se pueden transportar en el agua en
movimiento a grandes distancias. Las zoosporas son de corta duración y frágiles, pero se
producen en grandes cantidades y probablemente son la causa de la mayoría de las nuevas
infecciones. A medida que se mueven a través de las zoosporas del suelo, las puntas de las
raíces de las plantas, donde se alojan, se enquistan y germinan para producir tubos de
gérmenes que penetran en las raíces. El micelio luego crece dentro de las raíces de las
plantas susceptibles y puede crecer desde la planta a través de puntos de contacto de raíz.
Este crecimiento de raíz a raíz es la causa principal de propagación de una infestación de P.
cinnamomi cuesta arriba. Las clamidosporas son esporas mucho más grandes que son

26
resistentes y de larga vida (dentro de las plantas muertas y el suelo). Se producen dentro de
las raíces de las plantas en respuesta a las condiciones de secado, y son la fase resistente y
"en reposo" del oomiceto. Pueden ser transportados en fragmentos de raíz o tierra y luego
germinar para causar una nueva infección cuando se encuentran con condiciones cálidas y
húmedas. Las clamidosporas germinadas pueden producir esporangios, más clamidosporas
o micelio que infectan directamente las raíces. Después de la infección, el micelio crece a
través del tejido de la raíz causando la descomposición de las células y 'pudrición' del
tejido. El patógeno se extiende hacia las raíces principales de especies susceptibles y puede
rodear la base del tronco. La muerte de la planta ocurre porque se evita el transporte de
agua desde las raíces. Varios factores ambientales controlan la tasa de crecimiento del
micelio dentro de la raíz".

- 4.3 Hábitat.

Phytophthora cinnamomi requiere condiciones de suelo húmedo y temperaturas


cálidas para estar activo, pero el daño causado por la enfermedad ocurre con mayor
frecuencia en verano cuando las plantas están estresadas por la sequía (Botanic Gardens
Trust). Menge (1998) afirma que, “El suelo con drenaje pobre, alto contenido de arcilla,
niveles freáticos altos, sartenes duros y arcilla o donde las piscinas o charcos de agua
después del riego o la lluvia, históricamente se han asociado con sitios donde la infección
por P. cinnamomi es grave”.

Desde un punto de vista físico, el área adehesada se desarrolla sobre unos suelos
delgados, oligotróficos de rocas silíceas, duras y ácidas, principalmente pizarras y granitos.
Son suelos generalmente pobres, con bajo contenido en materia orgánica y frecuentemente
deficientes en fósforo, nitrógeno y potasio (Fernández y Porras, 1998; González y Maya,
2016).

27
FIGURA 14. Profundidad de suelo bajo encina (izquierda). Aparición de roca madre
(derecha)

Aunque la escasez de suelo se ha relacionado con la mortalidad de Q. ilex (Galiano


et al., 2012), no existe una tipología de suelo relacionada directamente con el decaimiento,
pero sí que existen evidencias de que, en aquellos de textura más fina, donde la arcilla y el
limo son más abundantes, la producción de esporangios y la liberación de zoosporas es
mayor que en otros suelos (Shearer y Crane, 2011), siendo más complicado en éstos
controlar la dispersión del patógeno debida al paso de ganado y vehículos (principalmente)
(Sánchez et al., 2010).

La seca se observa en una gran diversidad de ambientes edáficos con variaciones en


su fisiografía. Aparece sobre litosuelos en las partes altas y sobre los suelos aluviales de las
vaguadas. También aparece en suelos arenosos con niveles freáticos altos y pH ligeramente
ácidos (Erwin y Ribeiro, 1996; Sánchez et al., 2010). Puesto que el patógeno necesita el
agua para realizar su ciclo vital, suelos con baja capacidad de infiltración y que potencian el
encharcamiento y la escorrentía favorecen la diseminación del patógeno (Carrasco et al.,
2009; Sánchez et al., 2010). Y en aquellos suelos donde la aireación se ve comprometida y
es insuficiente, como es el caso de suelos saturados y compactos, parece que se ven
afectados los procesos de respiración y crecimiento de las raíces y esto, una vez atacadas
por el patógeno, no les permite reponerse a una tasa mayor que a la que van enfermando
(Thomas y Hartmann, 1996; Rozas y García- González, 2012). Bajos potenciales rédox son
indicativos de esas situaciones de poco drenaje e insuficiente aireación, pero existen pocos

28
estudios de medidas rédox en campo que denoten evidencias significativas bajo la copa de
árboles afectados y no afectados (Corcobado-Sánchez, 2013).

Pueden crecer en un amplio rango de temperaturas, pero su temperatura óptima


oscila entre 20 y 32,5 ºC. Esto sugiere que es un patógeno muy bien adaptado a las altas
temperaturas que se registran normalmente en verano en las dehesas extremeñas y que
puede existir un nivel muy bajo de competencia entre P. cinnamomi y otros patógenos de
suelo mejor adaptados a temperaturas más bajas. En concordancia con esto, se ha
encontrado también una correlación positiva entre el éxito en el aislamiento de P.
cinnamomi del suelo y el incremento de las temperaturas mínimas (Sánchez et al., 2003).

Las zonas más afectadas se sitúan principalmente en áreas topográficamente bajas,


con buena capacidad de retención de agua en el suelo o que son susceptibles de sufrir
encharcamientos. En estas zonas la enfermedad se desarrolla muy rápidamente y ocasiona
la muerte súbita del arbolado afectado. Esto se debe a que el encharcamiento estacional del
suelo estimula la germinación de las clamidosporas, la germinación y la producción de
esporangios y la dispersión de las zoosporas. No obstante, los mayores daños se originan en
zonas secas, con primaveras lluviosas y veranos y otoños cálidos y secos. En estas
condiciones el sistema radical del árbol no es capaz de superar el estrés del déficit hídrico y
muere.

La distribución geográfica de P. cinnamomi causante de la seca es muy amplia.


Actualmente está presente en más de 70 países y está considerado uno de los 100 patógenos
más devastadores del mundo por la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (IUCN) (Figura 15).

29
FIGURA 15. Mapa de distribución definido por la EPPO para P. cinnamomi (EPPO, 2017)
www.eppo.int.

En Extremadura, en el año 2000, se realizó una serie de prospecciones en las que


se contabilizaron algo más de 450 focos con síntomas de decaimiento o seca.

Phytophthora cinnamomi es el patógeno


conocido como responsable de la problemática
designada “la seca de encinas y alcornoques” al
hallarse en un 30% de los focos detectados siendo
un patógeno de difícil detención. Actualmente, la
enfermedad se halla ampliamente distribuida por
toda el área forestal de Extremadura y se
considera que existen más de 5.000 focos
sintomáticos habiéndose registrado más de 110
aislamientos confirmados del patógeno. Se
considera que el crecimiento anual de la
enfermedad Extremadura puede estar entorno al FIGURA 16. Mapa con focos de Phytophthora en
Extremadura. Fuente:http://cicytex.juntaex.es/es/
0,16 % y con acelerado crecimiento.

La distribución de este patógeno está condicionada por el frío ya que no crece por
debajo de los 5 ºC. Sin embargo, el calentamiento global podría estar favoreciendo su
expansión hacia zonas que no le han sido propicias hasta ahora, es decir hacia áreas de
mayor altitud y/o latitud. (http://cicytex.juntaex.es/es/)

30
5. RELACIÓN PHYTHOPTHORA-QUERCUS

El decaimiento que viene sufriendo la Dehesa en las últimas décadas, origina una
elevada mortalidad en encinas y alcornoques. Muchos factores se han contemplado como
agentes causales, pero entre todos destaca por su gravedad la podredumbre radical (en
adelante “seca”) causada por el patógeno de suelo Phytophthora cinnamomi. Este oomiceto
causa la muerte del arbolado, que según las condiciones ambientales puede ser un proceso
lento o darse súbitamente (en pocos meses). La sintomatología suele apreciarse a nivel
aéreo con una leve amarillez y/o marchitamiento foliar, llegando a la defoliación y muerte
regresiva de brotes y ramas (puntisecado) en casos más graves. A nivel radicular la
enfermedad aparece antes, mediante necrosis de la raíz, difícilmente detectable sin utilizar
los medios adecuados (Serrano, 2012).

Las primeras referencias a los síntomas de la “seca” aparecieron en Europa en el


siglo XIX bajo la denominación de la enfermedad de la “tinta del castaño”, causada por este
oomiceto de difícil control (Sampaio et al., 2013). Afecta a numerosas especies del género
Quercus (figura 17) (como Q. coccifera, Q. ilex, Q. pyrenaica, Q. faginea y Q. suber), pero
también se han observado efectos parecidos en plantaciones de aguacate (Persea
americana), en castaño (Fernández, 1997; Caetano et al., 2010; Ruiz et al., 2012) y hasta
en eucaliptos donde en Australia ha llegado a arrasar poblaciones enteras (Shearer y
Tippett, 1989).

FIGURA 17. Defoliación y secado de ramas y brotes de encina (izquierda) y alcornoque


(derecha). Primavera de 2019.

31
En el suelo de la Dehesa, las prácticas agrícolas han ido encaminadas a mejorar los
pastos de secano, aplicando abonos fosfatados y últimamente complejos NPK para
fomentar el desarrollo de las leguminosas y gramíneas. Han mejorado la fertilidad del suelo
a corto plazo, sin embargo, mediante el laboreo se promueve la pérdida del contenido de
materia orgánica por un lado (Martín- Polo et al., 2003) y que las esporas se dispersen más
fácilmente, por ello Fernández-Rebollo et al. (2008) recomiendan evitar o limitar en la
medida de lo posible el laboreo en los focos.

El clima mediterráneo impone una doble adversidad a los sistemas biológicos: la


limitación hídrica y la irregularidad (impredecibilidad) de las precipitaciones. Los episodios
de sequía en condiciones naturales (bosques mediterráneos) producen efectos adversos
sobre las comunidades microbianas de los suelos, siendo más acusados estos efectos en las
comunidades fúngicas que en las bacterianas afectando en ambos casos tanto a la cantidad
como a la calidad de la microbiota edáfica (Lloret et al., 2015). En el caso de los hongos,
disminuyen las micorrizas asociadas a la vegetación ya que el impacto de la sequía sobre la
vegetación (radiación y por lo tanto temperatura y humedad) es mayor que sobre los árboles
y alteran la rizosfera y los exudados que segregan modificando la composición y las
propiedades funcionales de los suelos (Curiel y Yuste et al., 2012). Las plantas muestran
ante el estrés hídrico respuestas que tienden a evitarlo o bien mecanismos o adaptaciones
que permiten tolerarlo, y ambas estrategias coexisten en sistemas mediterráneos donde las
especies que sufren un mayor estrés durante la sequía son las que muestran una mayor
transpiración y viceversa (Valladares et al., 2004). En la actualidad aún no están claros los
mecanismos de resistencia y/o tolerancia de las plantas a esta enfermedad y las hipótesis
más probables se centran en tres líneas (Tapias et al., 2004):

 La existencia de mecanismos generales de resistencia al estrés hídrico que


permitan a la planta sobrevivir con parte del sistema radical dañado como si
estuviera padeciendo una sequía severa.
 Que posean una alta capacidad de regeneración de raíces.
 Que existan diferencias en la composición bioquímica de las raíces que dificulten
la penetración y colonización del hongo.

32
Hay evidencias de que el estrés hídrico causado en las plantas infestadas por hongos
patógenos está ligado a la pérdida de la capacidad conductora del xilema (Vannini y
Valentini, 1994; Solla-Hach, 2000) y en el caso de las encinas, probablemente exista una
retroalimentación basada en la pudrición de las raíces finas que al consumir menos agua por
parte del árbol aumenta la humedad del suelo aledaña favoreciendo la infestación por P.
cinnamomi. La combinación de la pérdida de raíces y el estrés hídrico explicaría los
síntomas aéreos de los árboles decaídos y determinaría su supervivencia (Corcobado-
Sánchez, 2013).

La "seca" ha sido atribuida principalmente a complicadas asociaciones en la que


intervienen factores abióticos debido a la gran variedad de situaciones geográficas,
climáticas y culturales que estos árboles toleran, con episodios de lluvias (aunque
últimamente estas han sido muy escasas) y severas sequías, junto con una utilización
excesiva del monte y de la dehesa, así como a la presencia de ataques secundarios de
insectos y hongos (Brasier et al, 1993, Cobos et al, 1993).

El efecto de la "seca" depende de las condiciones climáticas. Estás interesan a la


incidencia de la enfermedad, a los síntomas mostrados por los árboles alterados, así como a
la distribución de la misma. La lluvia anual y, especialmente, la caída durante el verano y el
otoño, junto con la sequía condicionan bastante la manifestación de la "seca" de nuestros
encinares y alcornocales. La encina observa mayor mortalidad y mayor porcentaje de
infección que el alcornoque. La presencia de P. cinnamomi en las áreas de encinares y
alcornocales en Extremadura se encuentra muy disperso y altamente influenciado por las
condiciones climáticas, particularmente la falta de lluvia, que induce un bajo contenido de
humedad en el suelo. Factor necesario para el desarrollo del hongo y la formación de sus
órganos de reproducción (Gisi et al, 1980).

La inundación provoca elevada mortalidad, así como una gran infección de plantas
jóvenes que se encuentran en suelos infectados con P. cinamomi (Tuset et al., 1996).

33
6. MÉTODOS DE DETECCIÓN DE PHYTOPHTHORA CINNAMOMI

Los métodos tradicionales de detección de Phytophthora cinnamomi son los más


utilizados, sin embargo estos últimos años se han incorporado otras técnicas, denominamos
moleculares, basadas en el uso del ADN y los anticuerpos, y que han mejorado la
sensibilidad en la detección de este patógeno.

Para detectar la presencia de Phytophthora cinnamomi es necesario tomar muestras


del suelo y de raíces. Hay que llevar a cabo un muestreo correcto, ya que un muestreo
insuficiente o en puntos inadecuados puede dar como resultado un falso negativo. El
muestreo es muy importante en cuanto a la detección del microorganismo, debe de ser un
muestreo cualitativo y cuantitativo, y que el procedimiento sea el adecuado (figura 18).

FIGURA 18: Calicatas para toma de muestra de suelo para detección de Phytophthora
cinnamomi. Fuente: Elaboración propia.

Técnicas tradicionales

Phytophthora cinnamomi puede ser aislado del suelo si lo ponemos en condiciones


de inundación y colocamos cebos vegetales como hojas tiernas de encina o raíces de
altramuz (Lupinus). Si las zoosporas del patógeno están presentes atacaran el cebo
provocando un cambio de aspecto y color en los tejidos. El material infectado se siembra en
un medio de cultivo selectivo que permitirá aislar al patógeno e identificarlo
morfológicamente. Las raicillas de las plantas infectadas pueden ser directamente
cultivadas en estos medios selectivos. (http://cicytex.juntaex.es/es/)

Estos métodos son imprescindibles para aislar al patógeno vivo, sin embargo no
sirven para obtener información cuando los niveles de población de P. cinnamomi en el
suelo son bajos.

34
Para conseguir que la detección sea efectiva se deben tomar las muestras en óptimas
condiciones de humedad del suelo y de temperatura (por ejemplo, en primavera después de
las lluvias). (http://cicytex.juntaex.es/es/)

Actualmente, se están llevando a cabo ensayos en CICYTEX (Centro de Investigaciones


Científicas y Tecnológicas de Extremadura) e IPROCOR (Instituto del Corcho, la Madera
y el Carbón Vegetal) para el aislamiento de Phytophthora cinnamomi en Lupinus, Quercus
ilex, Quercus suber, y Castanea sativa, con condiciones de temperatura, humedad y dosis
de infección conocidas y controladas (figura 19).

FIGURA 19: Ensayos en Cicytex e Iprocor para el aislamiento de Phytophthora cinnamomi


en Lupinus. Fuente: Elaboración propia

Técnicas moleculares (inmunología y ADN)

Los métodos inmunológicos se basan en la unión antígeno-anticuerpo y en el


reconocimiento específico por parte del anticuerpo de ciertas moléculas presentes en el
antígeno.

El ensayo ELISA se usa mucho en laboratorios para detectar organismos patógenos


en los vegetales (figura 20). Los kit ELISA diseñados para P. cinnamomi son muy fáciles
de usar y presentan una alta sensibilidad pudiendo detectar contenidos de hasta el 1% de
tejido infectado, sin embargo, en ocasiones pueden dar como resultado falsos positivos
(diagnóstico positivo pero ausencia del patógeno) al detectar otras especies semejantes a P.
cinnamomi.

35
FIGURA 20: Kit ELISA diseñados para P. cinnamomi. Fuente: http://cicytex.juntaex.es/es/

Por otro lado, podemos encontrar técnicas genéticas basadas en ADN, con
capacidad para detectar en infinitas cantidades a P.cinnamomi sin necesidad de estar vivo.
Su especificidad se basa en las secuencias de ADN únicas existentes en el genoma de los
organismos de una determinada especie. La técnica de referencia en genética es la reacción
en cadena de la polimerasa (PCR). Con este método podemos obtener una cantidad
detectable de ADN de P. cinnamomi partiendo de tan solo unas copias de su material
genético extraídas de la muestra de raíces o del suelo infectado.
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Detección de Phytophthora cinnamomi mediante PCR

Existen diversas variaciones de la PCR que mejoran su sensibilidad, como la PCR


anidada (amplificador de fragmentos de ADN, fácilmente detectable y con una alta
probabilidad) que parece ser un método adecuado para la detección de Phytophthora
cinnamomi en los suelos, o bien la PCR en tiempo real que ha supuesto una mayor
automatización de la técnica, disminuyendo tiempo en los análisis y un alto conocimiento
de la cantidad de inoculo del patógeno presente en la muestra.

Otras técnicas más avanzadas se basan en la combinación de la PCR con la


secuenciación del ADN de diferentes zonas del genoma, lo que permite consultar las bases
de datos genéticas (GenBank) para una identificación más precisa.
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36
7. MÉTODOS DE CONTROL DE PHYTOPHTHORA CINNAMOMI

El primer paso en la lucha contra Phytophthora cinnamomi es detectar qué árboles


se están secando. Normalmente, cuando los árboles se encuentra en un estado muy
avanzados de la enfermedad es cuando nos damos cuenta de los síntomas, por lo que puede
haber pies infectados que no presenten indicios o éstos sean incipientes. Este desfase entre
la infección y los síntomas de la enfermedad afecta a la gestión por dos motivos: dificulta la
detección temprana y el frente de avance de la enfermedad puede encontrarse más allá de
los árboles sintomáticos, entre los aparentemente sanos de alrededor.

La determinación del patógeno causante de la muerte de los árboles es una tarea


bastante difícil, pues los métodos habituales de muestreo y diagnóstico de suelo infectado,
mediante cebos vegetales, tienen un cierto porcentaje de falsos negativos y la aparición de
parásitos secundarios en árboles debilitados es frecuente, por lo que la acción de
Phytophthora cinnamomi puede no ser advertida al imputar los daños a otros agentes.

FIGURA 21: Tipo de marcado de una encina infectada por P. cinnamomi. Fuente:
Elaboración propia

En la estrategia de lucha contra P. cinnamomi se considera fundamental la


delimitación, mapeo y señalización de la zona afectada, y establecer un perímetro de
seguridad (figura 21). Es importante también el aislamiento de la zona y el control en el
movimiento de personas, vehículos y sobretodo animales para evitar que terrones
37
infectados sean transportados a zonas no infectadas y pasen de unas zonas a otras. Esta
delimitación en el terreno, que puede hacerse mediante marcas o balizas, no es fácil debido
a que no se suele observar un frente claro. Se aconseja que la detección, el diagnóstico y el
mapeo sea realizado por personal formado y con experiencia. (http://cicytex.juntaex.es/es/)

La prevención pretende evitar que P. cinnamomi se extienda a otras zonas.


Phytophthora cinnamomi puede transportarse por el flujo de agua y por las partículas o por
barro o de tierra que quedan adheridos a las ruedas de vehículos, maquinaria, pezuñas de
animales e incluso al calzado. Estos terrones se forman y se adhieren mejor cuando el suelo
está húmedo.

A continuación, se indican algunas medidas de prevención recomendadas para las dehesas:

- Delimitar en parcelas y señalizar el foco donde existe la enfermedad, incluyendo


algunos árboles aparentemente sanos. Se recomienda cercarlo para evitar el
acceso de personas, animales o vehículos y evitar así una contaminación
cruzada.
- Evitar que la creación de cortafuegos o caminos que atraviesen el foco y
minimizar el movimiento de vehículos en la zona afectada, especialmente, en las
épocas de lluvias cuando el suelo esté húmedo.
- Evitar o limitar el laboreo. Si de obligación labrar en el foco o hacer
cortafuegos, hacerlo cuando el suelo no esté muy húmedo. Finalizada la labor,
desterronar y desinfectar el apero utilizado y las ruedas del tractor antes de
abandonar la parcela.
- Limitar la presencia de ganado en las parcelas afectadas. Si tenemos que mover
o meter en la cercas al ganado de manera imprescindible, hacerlo cuando el
suelo esté seco. Minimizar el movimiento del ganado por las zonas afectadas y
húmedas. Evitar que el ganado propague la infección al abandonar el foco.
- Evitar las instalaciones de abrevaderos y/o comederos cinegéticos y la
suplementación del ganado en las zonas afectadas.
- Algunas especies cultivadas como el altramuz y las tremosillas son muy
susceptibles a Phytophthora cinnamomi por lo que debe evitarse su cultivo ya
que actúan como multiplicadores del hongo. Este tipo de especies suelen
utilizarse como plantas trampas en ensayos de detección de P. cinnamomi.
- Prevención en viveros
- Repoblación de la zona afectada (figura 22).

38
FIGURA 22: Repoblación de zonas afectadas por la seca. Fuente: Elaboración
propia.

Debemos tener muy en cuenta las medidas de prevención a aplicar en viveros


forestales. Desde el año 1999 se tiene constancia de la presencia de Phytophthora
cinnamomi y de otras especies de Phytophthora sp. en éste tipo de instalaciones. La
infección de plantas en viveros está creciendo con el aumento de importaciones y
exportaciones internacional de plantas. Esta contaminación constituye un canal de
dispersión de la enfermedad y además puede atacar en zonas sanas donde se haga una
reforestación con estas plantas procedentes de viveros contaminado con P. cinnamomi.
Ante esta situación, es recomendable que los viveros organicen su producción controlada y
segura para minimizar los riesgos de infección de los plantones.
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El control de P. cinnamomi en vivero se basa también en la aplicación de medidas


de prevención para impedir la entrada del patógeno. La contaminación o infección se puede
producir a través del agua de riego, especialmente, en tomas de aguas superficiales en
embalses y ríos ya que es uno de los canales de transporte de P.cinnamomi más habitual; a
través de los sustratos de cultivo como arenas de río y tierras naturales; o por
contaminación cruzada debido a la falta de desinfección de herramientas, envases y
vehículos utilizados a la vez en el campo y en el vivero. (http://cicytex.juntaex.es/es/)

39
Control

Tratamientos químicos:

Hasta hoy en día, el único tratamiento directo conocido que puede prevenir o
detener por un tiempo el ataque de P.cinnamomi en árboles menos afectados es la
aplicación de ácido fosforoso. El ácido fosforoso cuenta con propiedades antifúngicas y es
capaz de estimular las defensas de los árboles. Aunque el principio activo es el ácido
fosforoso, a los árboles se les administra en forma de sales u otras formas no fitotóxicas
como el fosfito potásico o el fosetil-aluminio. Se trata de fungicidas sistémicos capaces de
llegar por vía interna a las raicillas que son el blanco del ataque de P. cinnamomi.

La aplicación de este ácido se puede llevar a cabo de varias formas: pulverización


de la copa, inyecciones en el tronco y aplicaciones al suelo. La forma más efectiva de tratar
árboles adultos es mediante la inyección en sus troncos pero para los brinzales se debe
emplear la pulverización sobre las hojas. Actualmente, algunos propietarios de dehesas
están optando por la aplicación en suelo tanto de zonas afectadas como zonas no afectadas.

Tratamientos silvícolas:

Otra posibilidad de tratar los focos de seca es a través de la silvicultura pero no


existen demasiados conocimientos al respecto pues hasta el momento los ensayos han sido
escasos y costosos.

Algunos tratamientos propuestos consisten en la eliminación de toda la vegetación,


la desinfección del foco mediante cortas y la aplicación de herbicidas y fungicidas para
disminuir la base alimentaria del patógeno hasta que éste desaparezca. Esta estrategia de
‘tierra quemada’, que debe mantenerse durante más de cinco años, podría ser adecuada para
pequeños focos incipientes.

Otra línea de acción puede basarse en la repoblación de focos con especies


resistentes o que podrían segregar sustancias antifúngicas. Estas plantas, además de privar
de soporte alimenticio a P. cinnamomi, impiden la regeneración natural de las especies
susceptibles y mantienen el suelo en sombra, reducen el encharcamiento y aumentan la
materia orgánica del suelo; todas son condiciones que dificultan la proliferación del
patógeno. Actualmente, IPROCOR está desarrollando experimentos para conocer la
resistencia de las especies arbóreas y arbustivas locales.

40
Métodos tradicionales:

Algunos tratamientos que han sido utilizados tradicionalmente en sanidad forestal,


como la poda, la tala de árboles afectados (figura 23) y el destoconado. Aunque estos
métodos resultan ineficaces en la lucha contra P. cinnamomi. Las cortas y podas de la parte
aérea de las plantas no actúan sobre el patógeno que se encuentra protegido en el suelo.

Con el destoconado siguen quedando raíces finas en el suelo con P.cinnamomi, sólo
se eliminan las raíces principales. Además, la utilización de la maquinaria para la
realización del destoconado favorece la dispersión del patógeno debido al movimiento de
tierra. (http://cicytex.juntaex.es/es/)

FIGURA 23: Talado de encinas infectadas y muertas por la seca. Fuente: Elaboración
propia.

Métodos biológicos de control:

El control biológico es el uso de organismos (o de sus metabolitos o subproductos)


que son enemigos naturales de una plaga o patógeno, con el fin de reducir o eliminar los
efectos dañinos en las plantas o sus productos (Serrano y Galindo, 2007). En los suelos
existe una gran diversidad de microorganismos que podrían presentar cierto potencial
antagónico o de supresión sobre P. cinnamomi. Algunos ejercen un efecto directo ya que
disminuyen la liberación de zoosporas o limitan su movilidad y otros microorganismos
provocan la lisis de las paredes celulares e incluso inhiben la producción de esporangios
(Broadbent y Baker 1974; Costa et al., 2000; Downer et al., 2001). Este es el caso de

41
Bacillus subtilis (en adelante BS), reconocido agente de control biológico que produce
compuestos activos (enzimas extracelulares) que dificultan la actuación de ciertos
patógenos debido a que causan la rotura de las paredes celulares de hongos como P.
cinnamomi (Nagorska et al., 2007; Chakraborty et al., 2006). Además del potencial
antagónico de estas bacterias contra hongos patógenos, el género Bacillus facilita la
solubilización del fósforo del suelo poniéndolo a disposición de las plantas y mejorando su
crecimiento (Kumar et al., 2012).

La idea de encontrar suelos “supresivos” de ciertas enfermedades existe desde que


Menzies lo pusiera por primera vez de manifiesto en 1959. Fue en 1983 cuando se aceptó
por la comunidad científica no como un hecho aislado, sino como una realidad (Hornby,
1983). Se han estudiado los suelos supresivos para P. cinnamomi en el cultivo del aguacate
y se han caracterizado como suelos bien drenados que con un amplio margen de pH (entre
5.5-7) con un alto contenido en NH4 y NO3 así como una alta capacidad de intercambio
catiónico y con contenidos en calcio óptimos. Se ha estudiado que suelos bajo estas
condiciones, mejoran el desarrollo de la comunidad microbiana antagonista del patógeno en
cuestión (Broadbent et al., 1974, 1989; Bonanomi et al., 2007). El origen de la supresión
del patógeno estriba principalmente en los procesos biológicos que llevan a cabo los
microorganismos antagónicos (Malajczuk, 1983; McDonald et al., 2007) y aunque se sigue
investigando sobre ellos, el género Bacillus tiene un papel reconocido en la supresividad de
P. cinnamomi (Broadbent et al., 1971; Duvenhage et al., 1991; Stirling et al., 1992; Yin et
al., 2004; Nyoman e Ian, 2006).

42
8. INFLUENCIA DE LA SECA EN LOS PRODUCTOS DE LA DEHESA

Los problemas medioambientales, económicos y sociales que atraviesa la dehesa,


amenazan esta forma de vida agroforestal de ganadería extensiva, de la que nacen
productos ya descritos en la introducción de este proyecto (el jamón ibérico de bellota, el
corcho, las bellotas, la miel o todo tipo de productos ovinos, vacunos y porcinos). El
principal problema es “la seca”, como hemos dicho en anteriores apartados, esta
enfermedad está causando la muerte de miles de encinas y alcornoques en nuestras dehesas,
que añadiendo otros problemas ambientales, como la falta de precipitaciones, la pobreza
nutritiva de nuestros suelos, la sequía, árboles muy viejos y escasa regeneración del
arbolado, el mal manejo, la elevada carga ganadera en ocasiones, la escasa mano de obra,
etc. Todo ello favorece el decaimiento de la dehesa. Aunque el patógeno causante de éste
lleva siglos entre nosotros, ahora es más virulento y cada vez más difícil de erradicar,
debido al cambio climático que favorece su desarrollo y propagación.
Hay evidencias de la baja producción de bellota, menos producción en árboles
infectados e incluso nula producción, sobretodo en alcornoques. La reducción del alimento
básico y principal de la dehesa para el cerdo, hace que sus productos se encarezcan, la
subida de precio debido a la cada vez más baja oferta de estos exclusivos productos.
La seca, como es evidente también afecta al corcho, cada vez más árboles infectados
y muertos, desarrollando una menor producción en la extracción del corcho.
La venta de animales de ganadería extensiva o productos derivados de ellos y la
venta de corcho es la base de la economía rural de la dehesa, el propietario busca otros
recursos económicos paralelos ya que cada vez obtienen menos rentabilidad económica de
sus productos debido a Phytophthora cinnamomi y su acción en la dehesa.

43
9. CONCLUSIÓN

La importancia del estudio del decaimiento de la encina y el alcornoque en


Extremadura, radica en la importancia de la Dehesa para esta comunidad, tanto desde el
punto de vista ecológico como económico. El beneficio económico esperado es difícil de
cuantificar ya que darle un valor numérico a los ecosistemas es un trabajo arduo que va a
depender del tipo de Dehesa y del propietario de la misma (Campos-Palacín, 2012) pero
según estimaciones de la Comisión de Medio Ambiente y Agricultura del Senado (2010) la
cantidad de árboles perdidos por la Seca superaría los 500.000 ejemplares, lo que se traduce
en una disminución de la productividad media de las explotaciones de dehesa de más de 1
millón de € y una depreciación media de las explotaciones superior al 20%. Esto suscita un
especial interés ya que el daño avanza a gran rapidez, alcanzando el estado de epidemia.
Disminuir la afectación de árboles con síntomas y sobre todo limitar su expansión, es
prioritario ya que parece que los árboles más débiles y viejos son los que favorecen la
infestación (Serrano et al., 2012).

La influencia de las propiedades del suelo sobre el ciclo vital de P. cinnamomi y


sobre el patosistema P. cinnamomi/Quercus han sido estudiadas en condiciones de
laboratorio, pero por el contrario, en condiciones naturales (dehesas) hay escasos trabajos,
destacando a Gomez-Aparicio (2012), Shearer y Crane (2011) y Corcobado-Sánchez
(2013) entre otros. Siendo únicamente estudiado sobre los Quercus en el tercer caso donde
no se probaban agentes químicos ni biológicos contra P. cinnamomi.

Como conclusión principal la definición de estrategias de control sostenible para


Phytophthora cinnamomi en la dehesa extremeña, debería llevarse a cabo para lograr:

1. Un mejor conocimiento de las propiedades del suelo que pueden estar relacionadas
con la aparición de la enfermedad. Esto se traduce en mejores métodos de
estimación del riesgo, de aplicación del producto donde se necesite y de mejoras en
el manejo integral de la dehesa.
2. Un mejor control del patosistema para la reducción de la incidencia del problema.
Posibilidad de actuar en los 5000 focos activos en Extremadura.
3. Aplicación extensible a otros cultivos donde el patógeno actúe.
4. Avanzar en el control fitosanitario sostenible de la Dehesa mediante el uso de
microorganismos y sustancias que respetan el medio ambiente (control
biológico).
44
El impacto económico sobre las dehesas será observable en cuanto mejore el
agrosistema en general ya que los bienes y servicios que se venden en pie o que se
cosechan en la dehesa (corcho, madera, etc.) producirán un mayor retorno en dehesas sanas,
que en dehesas afectadas sobre todo en el caso de bienes primarios, pero también en el caso
de bienes intermedios como es el caso de los pastos naturales ya que serán consumidos por
los animales que proporcionan bienes y servicios finales (carne, lana, leche, etc.).

Además, la consecuencia de todos los bienes y servicios aportados por la dehesa a la


sociedad repercutirán en un último beneficio: la fijación de la población rural.

Desde el punto de vista medioambiental, que suele ser ignorado por el análisis
económico convencional habría que medir el coste de reforestación y el de tratamientos
encaminados al control cultural de la seca (que suele ser escaso) para explicar los
beneficios económicos de “conservar” las dehesas.

45
10. BIBLIOGRAFÍA.

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FIGURAS

 FIGURA 1 “Diagnóstico del Sector Forestal Español” Análisis y Prospectiva - Serie


Agrinfo/Medioambiente nº 8
 FIGURA 10 SÁNCHEZ JE, SÁNCHEZ ME, TRAPERO A. 2005. La tinta del
castaño. Consejería de Medio Ambiente, Junta de Andalucía. 6 pp.
 FIGURA 11 SÁNCHEZ ME, CAETANO P, ROMERO MA, NAVARRO RM,
TRAPERO A. 2006. Phytophthora root rot as the main factor of oak decline in southern
Spain. En: Progress in Research on Phytophthora Diseases of Forest Trees. Forest
Research, Farnham. pp. 149-154.
 FIGURA 12 SÁNCHEZ ME, CAETANO P, ROMERO MA, NAVARRO RM,
TRAPERO A. 2006. Phytophthora root rot as the main factor of oak decline in southern
Spain. En: Progress in Research on Phytophthora Diseases of Forest Trees. Forest
Research, Farnham. pp. 149-154.
 FIGURA 13 SANCHEZ ME, FERNÁNDEZ-REBOLLO P, TRAPERO A. 2010.
Podredumbre radical de la encina y el alcornoque. En: Enfermedades de las plantas
causadas por hongos y oomicetos. Naturaleza y control integrado. Phytoma, Valencia. pp.
135-147
 FIGURA 15 Mapa de distribución definido por la EPPO para P. cinnamomi (EPPO,
2017) www.eppo.int.

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 FIGURA 16 http://cicytex.juntaex.es/es/
 FIGURA 2 https://images.app.goo.gl/KsaM9VBQ6zRwDJnM8
 FIGURA 20 http://cicytex.juntaex.es/es
 FIGURA 3 https://www.mapa.gob.es/es/
 FIGURA 4 http://mielvilluercasibores.eu/calidad/
 FIGURA 5 https://www.quesodeextremadura.com/
 FIGURA 6 https://www.quesodeextremadura.com/
 FIGURA 8 https://www.bellotasaludable.es
 FIGURA 9 ZENTMYER, G.A. AND S.M. MIRCETICH.1966. Saprophytism and
persistence in soil by Phytophthora cinnamomi. Phytopathology 56:710-712.
 FIGURA7 https://www.bellotasaludable.es

TABLAS

 TABLA 1 PÉREZ, M.C Y DEL POZO, J.L (2001) La superficie forestal de


Extremadura. En: J.M Coleto y col (Coords.) La Agricultura y Ganadería Extremeñas 2000.
205-230. Badajoz.
 TABLA 2 CAMPOS-PALACÍN P. (2012) "VALORES ECONÓMICOS
AMBIENTALES DE LA DEHESA". Seminario Paisajes Culturales Silvopastorales.
Plasencia, abril de 2012.
 TABLA 3 Censos ganaderos en Extremadura. (MAPAGRAMA 2017).

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