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Kant es uno de los filósofos más importantes del Idealismo Alemán, produce una
conmoción en la filosofía que se venía practicando desde los griegos; desde
entonces el hombre volcó su capacidad cognoscitiva hacia el exterior: se preocupó
por conocer el ser de las cosas; en Kant se produce una ruptura de esa manera de
entender la Filosofía, Kant, se pregunta sobre nuestra capacidad de conocer el
mundo exterior, y principalmente el conjunto de leyes que rigen nuestro mundo
interior, el de los hombres, el de los juicios, el de nuestra razón, el de nuestra
posibilidad de conocer. Para el conocimiento del mundo él no se fija, según
nuestra capacidad, en las condiciones sociológicas, sino en las meramente
lógicas, va de una vez y directamente al apriori. Para poder considerar un apriori
en el conocimiento es indudable que tiene que partir de una "imagen del hombre,
la cual se la proporciona a Kant el esencialismo. Para él, lo universal y necesario
no pueden tener validez en la experiencia sino que tienen que partir de lo apriori.
El supuesto desde el cual inicia su indagación, implica pensar de qué hay o puede
haber algo universal y necesario en todo este devenir del Mundo y de la
humanidad. Como buen heredero de la tradición helénica del platonismo perpetuó
la falacia metafísica. La preocupación de cómo iluminar el mundo desde las
esencias cambia de signo en cómo proporcionar unos juicios válidos para todo
hombre y para toda época?
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abstracciones. Lo que la voluntad debe, es precisamente lo que puede ser
cumplido por todos los hombres. De ahí que lo que el hombre hace, o como obra,
tiene como mediador la humanidad entera. Se debe obrar, según la óptica
Kantiana, de tal modo que mi acción se constituya en regla de conducta para el
universo entero. O como deberían obrar todos los hombres colocados en las
mismas condiciones. ¡Resulta sencillo partir hacia una construcción moral, y aún
jurídica considerando que el hombre participa de una uniquicidad de
entendimiento con los demás hombres; es decir, que estos se identifican en sus
capacidades cognoscitivas y de entendimiento. De ahí que su máxima sea la de
que cada hombre debe obrar como si fuera legislador. Kant coloca a la humanidad
entera como juez.
Kant, con su idealismo afirma que los juicios provenientes dé la voluntad no son
como los juicios provenientes del entendimiento, juicios del ser sino del deber-ser.
Por lo tanto, la voluntad no es buena en sí, sino en vista a un fin. Véase GARCÍA
MAYNEZ, Eduardo Ética, Edt. Miracle 2ª ed. 1964 cp. sobre la Ética formal. "El
mérito mayor de la "filosofía práctica de Kant consistió en la superación de las
diversas formas del empirismo. La ética de bienes y el empirismo miden el valor
de los actos humanos en función de los resultados. El mérito de la conducta
depende de sus efectos, Kant, por el contrario, afirma que la significación moral de
un comportamiento no reside en los resultados externos sino en la pureza de la
voluntad y la rectitud de los propósitos").
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adelanta León Dujovne: "La ética Kantiana se funda en la noción de libertad
legisladora de la voluntad humana y quiere asentar principios universales dentro
del ámbito de la conciencia individual. Para Kant, la ley moral ordena, y ella es un
mandato dirigido a todos los hombres en toda circunstancia. Por eso Kant debió
elaborar una fórmula que abarcara todos los actos morales, que expresara el móvil
de la "razón práctica" en su absoluta autonomía y que fuera aplicable siempre. En
el imperativo categórico tal como Kant lo presenta, se exterioriza el pensamiento
de que la razón humana ha de obrar como legisladora, para que se realice el ideal
moral a que el hombre ha aspirado, y ha de aspirar por su misma condición
humana. El imperativo categórico encierra el pensamiento de que "la humanidad"
en el hombre tiene valor absoluto. Por eso prescribe: "Todo lo que hagas, has de
hacerlo de modo que la máxima de tu conducta pueda convertirse por tu voluntad
en ley universal". Y este imperativo categórico se completa y aclara con este otro
dictado: "Todo lo que haces debes hacerlo de modo que a la humanidad, tanto en
tu persona como en la de los otros, no la consideres nunca como medio, sino
como fin" (Dujovne León, ob. cit. p. 42).
Esto lleva a formular de que los hombres deben de actuar de un modo tal que así
mismos y a los demás no se les tenga como un medio sino como un fin. La
dificultad es inmensa no sólo en relación con las relaciones coexistenciales de los
hombres sino con las realizaciones existenciales. Respecto a los demás, los
hombres actúen en el opaco mundo de la objetividad, de los objetos aún sin
quererlo los hombres se tratan recíprocamente como objetos. Respecto a la
subjetividad pasa otro tanto, pues cada hombre, en cierta medida hace de su
pasado un objeto. El momento presente de un hombre sirve para dar nacimiento a
lo que será. Es consubstancial de la Condición Humana plantear perspectivas
teleológicas. SI hombre actúa en miras a fines próximos o remotos; y su ser
presente, que está en continuo cambio, no es más que un objeto del sujeto
presente que será. La libertad no implica un "es", sino una tensión en relación a un
proyecto existencial por realizar.
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valoraciones subjetivas que pudiesen ir en contra de la valoración oficial. En tanto
existen libertades individuales, el Derecho requiere de la coerción.
La misma idea fundamental respecto a la ética inspira la Filosofía del Derecho de
Kant, y también la Filosofía de la Historia - Consecuencialmente estas
apreciaciones llevan a pensar que la sociedad humana ha de crear un Estado
moral basado en la libertad humana. Sin embargo, a diferencia del concepto de
Estado de Hegel, en Kant, el Estado y el ordenamiento jurídico serán los tutores
de la libertad humana, y los hombres no estarán postrados al Estado como
medios.
Las ideas éticas kantianas se mueven en el plano interno; el Derecho expresa esa
ética en la realidad social del plano externo. Es decir, el hombre ha de
relacionarse con los demás, como se vincula consigo mismo, es decir, como
objeto y sujeto de libertades, como un fin en sí mismo. Dicho en otros términos,
por medio del Derecho la ética se concretiza en la externalidad de los
acontecimientos: por medio del Derecho los imperativos categóricos trascienden
de la subjetividad a la objetividad de las relaciones sociales. O como lo dice
Dujovne: "El Derecho es la concreción positiva de la ética en el desenvolvimiento
histórico de la sociedad humana". (Dujovne León ob. cit. p. 42).
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fuerza gratuitamente, sino teniendo como basamento la libertad en aras del
cumplimiento de los fines éticos implícitos en la ley.
Bajo la perspectiva Kantiana el Derecho no tiene como objetivo la legalidad en sí,
sino la moralidad, la realización de la moralidad. El Derecho para Kant tiene un fin
educador, el de educar al hombre para que las regulaciones no se cumplan por ley
sino por moral, por conveniencia, por autovaloración. Como el Derecho no puede
dejar al simple arbitrio de los particulares el cumplimiento cuenta con el factor de
coercibilidad, sin el cual, también el Derecho perdería toda significación.
Tenemos que repetir nuevamente que para nosotros esas condiciones no son
otras que: la igualdad en la satisfacción de las necesidades. Para que todos
puedan ser libres subjetivamente hablando, todos tienen que ser, en cierta medida
esclavos objetivamente. Para crear las condiciones de creatividad es menester
someter las condiciones de productividad a proporciones humanas. Para que
puedan coexistir las libertades, las necesidades de todos tienen que encontrarse
satisfechas, menos las vitales de una manera rigurosamente igualitaria. ¡Otra
clase de libertad es utópica. Si las gentes no tienen posibilidad de practicar sus
libertades, más que en abstracto, por ejemplo mediante el "voto mal se podría
hablar de un papel del Derecho eficaz.
Las condiciones de que habla Kant, no pueden ser otras que 1 condiciones
materiales de existencia. La libertad se basa en la satisfacción de las necesidades;
por ello, el papel del Derecho consiste hacer nacer la libertad, que nunca está
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dada de antemano; la libertad humana de autoconciencia y de autoproyección
implica siempre su tarea.
Si bien los imperativos formulados a partir de la razón van permitir la construcción
del Derecho; los preceptos jurídicos se diferencian de los imperativos de la moral.
Y no solo en relación con interioridad o externalidad de las esferas en juego. Sino
en relación a la coercibilidad o no de los mismos. Acaso se puede llegar a afirmar
que los imperativos morales persiguen la libertad interna en tanto que los
imperativos jurídicos la externa? Es cuestionable. El campo de la moralidad es
más amplio que el de la juridicidad.
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jurídica. Es el Estado quien introduce la coercibilidad, la obligatoriedad, la sanción
y, en parte, la compensación en las relaciones de coexistencia de los hombres.
Desdibuja el Estado la razón objetivada que se impone a las razones subjetivas de
los hombres. Ciertamente cada hombre presta atención tan sólo a sus
necesidades, si acaso a los intereses de su clase; se puede acaso concebir un
Estado que represente los intereses de todos? No representa ese Estado los
intereses de todos? No representa ese Estados los intereses participares
predominantes, que pretenden satisfacer las necesidades de todos los hombres?
Los intereses particulares introducen la irracionalidad dentro de la racionalidad
toda del Sistema que propicia reglar comportamientos dentro del contexto de
sociedad históricamente determinadas; nos cuestionamos entonces, si el Estado
no se constituye en un agente de irracionalidad? No puede ser acaso, el Estado
una valoración, que amparándose en la creencia de que es la valoración oficial,
reflejo de los intereses de todos, sea tan sólo una valoración subjetiva? La
contradicción es evidente. Se requiere una conciencia o grupo de conciencia que
produzcan la valoración oficial adecuada a las condiciones objetivas de necesidad
de la realidad para proseguir la correspondiente regulación jurídica; sin embargo,
estas conciencias se radican en un sujeto. Si el Estado pretende ser el
representante del Bien General, ¿cómo entonces quebrar la contradicción entre la
objetividad y la subjetividad de los factores intervinientes?
Kant, ciertamente, no postula de que debamos obrar como cada uno quiere obrar,
sino como seres racionales. Vuelve a remitir el problema al igual que sus
antecesores históricos a la Razón; entre los juicios analíticos apriori y los juicios
sintéticos; entre la legalidad y la moralidad; remite el problema a la Razón, en
tanto parte del supuesto de que la razón común a todos los hombres constituye el
marco de referencia universal y necesario para la consiguiente regulación jurídica.
Sin embargo, en nuestra interpretación no podemos olvidar de que fue al modo, al
como, a la instrumentación de los mecanismos razonantes; vale decir, se quedó
en la forma como la razón conoce; se quedó en la mecánica del entendimiento no
en el contenido; en modo alguno fue al fondo. Y es que el fondo se encuentra
vacío; el contenido de la razón es un contenido silencioso. Ya no lo temíamos, la
razón también se alimenta de los datos de la realidad, del bullicio externo, del
cambiante y mutable devenimiento de la externalidad. El contenido y no la forma
de la razón sufre modificaciones. La conformación del entendimiento está
supeditado a la conformación lingüística; el análisis lingüístico dará su versión en
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el sentido de que la palabra, el signo, es anterior a la representación, a la
construcción mental. Ya vendrá la versión del positivismo lógico. Entre tanto,
digamos tan sólo que lo universal y necesario en el hombre no es ni puede ser la
forma como el hombre conoce.
Radbruch considera: "el golpe definitivo contra el Derecho natural se dio por la
teoría del conocimiento y no por la historia del Derecho; por la filosofía crítica y no
por la escuela histórica; por Kant y no por Savigny'" (RADBRUCH, Gustavo -
Filosofía del Derecho, Edt. Bosch p. 39). La Crítica de la Razón Pura de Kant ha
mostrado, de la manera más magistralmente racional, paradójicamente que la
razón no constituye un arsenal de conocimientos teóricos acabados, ni mucho
menos éticas y estéticas maduras y acabadas. La razón tiene, o puede tener
facultad para alcanzar el conocimiento; sin embargo, no yace en su contenido la
aplicación. La verdad no está del todo en el; hombre; ni tampoco en el mundo,
como el positivismo quiere verlo. La verdad se encuentra a la vez en el hombre y
en la realidad; la verdad cuenta con un sujeto que la aprehende y un objeto que es
aprehendido. Hablar de una verdad universal y necesaria, subsumida en la mente
del hombre, que es viable extraer por mayéutica, es una quimera. La verdad
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supone un término de relación; no es todo el objeto, no es todo el sujeto; la
verdad, toda verdad, para su formulación requiere de los extremos intervinientes.
Extremos que no se expresan de modo distinto al postulado del: hombre cara al
mundo. La verdad implica un juego dialéctico entre las influencias que el mundo
aporta al hombre; datos de la realidad al sujeto cognoscente. El hombre con esas
influencias, las aprehende y conjuga, y, a su vez, proporciona su influencia. Para
que esta influencia pueda trascender de la interioridad del sujeto a la externalidad
es menester que reciba anticipadamente datos de la realidad.
Hemos analizado como el Derecho Natural, según las posturas asumidas ha sido
el baluarte de posiciones políticas. Los defensores del Derecho Natural en su
primer sentido quisieron defender el absolutismo; en el segundo sentido, como
contractualistas apoyaron tesis liberalizantes. Esas concepciones han servido para
justificar muchas realidades. En la Antigüedad se decía que había hombres que
naturalmente habían nacido para la esclavitud. Del Vecchio dice: "La Escuela del
Derecho Natural engendró así, casi una mitología que ofreció después materia
abundante para una fácil ridiculización". (Del Vecchio Giorgio; ob. cit. p. 129).
Kant, ciertamente, también parte del Hombre para llegar al Estado; entiende por
Estado, la síntesis de los derechos fundados en la naturaleza humana. Al menos
en Kant no se constata la confusión, como en otros autores precedentes, entre lo
histórico y lo racional. El se quedó con lo puramente ideal de los principios del
Derecho, no pretendió hacer historia a partir de unos principios racionalmente
obtenidos. Kant no cae en la falacia del contrato social; la considera como una
idea que ha de fundamentar o puede fundamentar jurídicamente al Estado; no se
atreve a postularlo como una realidad histórica. Lo concibe como arquetipo
racional, nunca como un fenómeno o hecho natural. El contrato social no es un
hecho históricamente acaecido realmente; no fue concertado en un momento
dado; las condiciones no están nunca puestas para que pueda concertarse, tan
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sólo cobra sentido como idea: o como ideología justificativa de sistemas
establecidos o de posturas revolucionarias.
Algunos afirman que con Kant el Derecho Natural tan sólo cambió de designación.
En lugar de denominarse derecho natural se llamó derecho racional. Es que con el
rótulo de Derecho Natural se han calificado diversísimas posturas a lo largo y
ancho de la historia del pensamiento jurídico; tan es así, que muchas veces
resultan antagónicas muchas concepciones que se denominan bajo el nombre
genérico de "Derecho Natural".
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realidad social, al nivel de las condiciones ideales de existencia, que den margen a
la libertad humana.
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Kiedkegaard quien dice: "lo personal es todo lo real". La mejor manera de calificar
la Filosofía de Fichte es el de caracterizarla de monismo ético. Es indispensable
entender cuáles son los términos que intervienen en la relación. Resulta
indispensable para captar este sistema monista. Fichte tiene como punto de
partida la conciencia. El Yo es el absoluto. A diferencia de Schelling o de Hegel
que quiebran el dualismo por el lado del objeto. Y su dualismo ya no va a ser
idealismo subjetivo sino idealismo objetivo. En Hegel: "pan-logismo". En Fichte el
sistema se inicia en el sujeto; en Hegel en el objeto, en lo real, hasta el extremo
que llega a afirmar "lo real es racional". Sin embargo, para Fichte la única realidad
es el yo, el ser conciente: fuera de esa esfera nada puede existir.
El Yo se opone ante todo a sí mismo, y por esto en el mismo acto pone además
un "no-yo". Vale decir, en un momento de la confrontación lógica se encuentran
enfrentado el Yo y algo; o como diría Ortega, el Yo y su circunstancia.
Entendiendo por circunstancia el “no-yo". Sin embargo la originalidad de Fichte
consiste en afirmar "El término de contraposición es engendrado por el Yo" (Ibíd.,
p. 285). En otros términos, la circunstancia, vendría a ser proyectada por el Yo. El
monismo es integral pues la imagen que aparece en la conciencia sólo es posible
en razón de ella misma. El Yo, la conciencia cognoscente, hace brotar el objeto
cognoscente. El Hombre es el que hace posible al Mundo. El Mundo sin el hombre
carece de temporalidad. Para que exista Mundo, no en sentido ontológico es
menester la actividad cognoscente del Hombre que diga Mundo. El Mundo sin el
hombre es una masa amorfa y opaca; o como diría Sartre, un en-soi vacío, una
realidad vaciada por completo de contenido. Y Fichte, a pesar de su idealismo
radical, bien entendido, no está del todo errado; acaso no es el hombre la
conciencia del mundo y de la vida? Nietzsche está dispuesto a reconocer que el
hombre es el sentido de la Tierra.
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Bajo la perspectiva planteada, el Yo establece una relación entre él mismo y
aquello que es diverso a él. El Yo se viene a limitar a sí mismo en sus relaciones
con el "no-yo". Nos estamos desviando un tanto de la consideración jurídica; sin
embargo, resulta indispensable para la posterior aprehensión de su
pensamiento .jurídico, que sólo tiene sentido en relación con su metafísica.
Explicitando esté punto en particular podemos decir lo siguiente: Decimos que el
Yo fija el límite entre lo que es y lo que no es. Vale decir, entre el yo mismo y el no
yo. Pero esto es llevado a dos planos. El Yo puede considerarse a sí mismo como
determinado en el mundo externo y entonces se pone como ser cognoscente; o
puede considerarse como determinado, determinante del mundo externo, en el
acto de limitar, manipular y determinar lo exterior a él; entonces se coloca, en
función de lo que Pichte denomina Operante, como sujeto, no de conocimiento,
sino de acción. En tanto libre hacedor en vez de libre pensador. Este constituye el
fundamento y justificación de la división y distinción de Fichte de la Filosofía en
teórica ó teorética, como él la denomina, y practica.
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Luego de esta breve referencia a su metafísica vamos a explicar los rasgos
generales de su pensamiento jurídico. Se justificaba esa referencia, a su
metafísica para explicitar de una manera más coherente su pensamiento sobre el
derecho. Encontrándose como se encuentran las consideraciones jurídicas
enclavadas dentro de un sistema de pensamiento no es posible explicarlas
claramente sin hacer referencia a la Filosofía General del autor.
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en el seno mismo de la Naturaleza, a la que Imita, el reino de la libertad que
implica". El Derecho requiere una comunidad de libertades para poder existir, para
adquirir significado pleno. El Derecho, por tanto, será la valoración oficial, por
encima de las valoraciones subjetivas de los yo particulares. El Derecho será la
conciencia colectiva que implica una comunidad de seres libres; vale decir, el
reconocimiento de cada uno de la libertad de todos. Por tanto el Derecho no va
referido nunca al individuo mismo sino a la comunidad; de ahí que Pichte
conceptúe que quien se sitúa por fuera del Derecho lo hace igualmente fuera de la
comunidad. La sumisión de todos al Derecho de todos Implica que el ejercicio da
la libertad de cada uno no impida la libertad de los otros.
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que la justicia tiene como objeto salvaguardar. La racionalización jurídica debe
procurar satisfacer las necesidades vitales de los hombres, propiciar el que se
proporcionen a todos los ciudadanos los medios de vivir y de atender a sus cargas
sociales; y permitirles, además, disponer de suficiente tiempo libre, por encima de
la productividad, para su cultura espiritual, o como diría Fichte, para el ejercicio de
su vida moral. Sostenía Fichte que la propiedad de la tierra solo puede ser un
derecho de uso y de usufructo; el derecho de hacer producir al suelo lo necesario
para la subsistencia de la vida de la población. Resulta inadmisible, un Derecho de
Propiedad absoluto y exclusivo, sin vinculación del trabajo que produce. Al
respecto dice Fichte: "El contrato sobre el cual se basaría semejante derecho sería
tachable de nulidad, pues sería en el fondo un contrato sin reciprocidad".
Hegel crea el denominado "idealismo dialéctico", según el cual todas las cosas no
son más que manifestaciones del Espíritu Absoluto, del Espíritu universal. Se
mueve incesantemente en tesis, antítesis y lo real son para Hegel una sola cosa.
Betancur puntualiza al respecto: “La lógica expresa el proceso de la idea, y explica
la realidad toda, la cual no es más que un proceso lógico de evolución racional.
Por tal motivo su sistema se nombra también -pan-logismo-". (BETANCUR,
Cayetano ob. cit. p. 15 et. s.). Hegel pretendió superar todas las contradicciones,
aún la del ser y la del deber-ser, de la que hablaba Kant.
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Hegel admite la unidad absoluta; como idea, cuyo inmenso desarrollo a través del
espacio y del tiempo da por resultado el espíritu absoluto. Esta idea es una
especie de abismo sin fondo, pues al darse la manifestación en el espacio, en la
naturaleza da como concentración de sí la conciencia, el espíritu. De la perfección
de la conciencia se llega al estado de libertad. Hegel expone esto: "El Espíritu, en
tanto que voluntad, se conoce como determinándose en sí y cumpliéndose por él
mismo. Este ser para sí cumplido -o esta individualidad- constituye el lado de la
existencia o la realidad de la Idea del Espíritu; como voluntad, el espíritu entra en
la realidad; como saber, está en el dominio de la generalidad de la noción. Al
darse su contenido ella misma, la voluntad es en sí, libre, de una manera general;
está allí su noción determinada". (Hegel, Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas
parágrafo 469).
La Filosofía del Espíritu contiene tres esferas distintas: espíritu subjetivo, espíritu
objetivo y espíritu absoluto. Con la filosofía del espíritu llega a su integración el
sistema de Hegel como una totalidad. Para Hegel la filosofía del Derecho era lo
mismo que la filosofía del Espíritu objetivo. Queda ubicada dentro del contexto de
la filosofía hegeliana en su conjunto. Dice Hegel: "La ciencia filosófica del Derecho
tiene por objeto la Idea del Derecho o sea el concepto del Derecho y su
realización. La ciencia del Derecho, Edit. Claridad Buenos Aires, Guillermo
Federico, Filosofía del Derecho, Edit. Claridad Buenos Aires, cuarta Ed. 1955
Trad. Angélica Mendoza de Montero p. 39). La validez del desarrollo del proceso
implica la Idea del Derecho, por ello es viable afirmar, como lo hace Dujovne que:
"Para Hegel, la verdad no se hallaba en el resultado final de un proceso
intelectual, sino en el desarrollo completo de este proceso". (Dujovne, León; ob.
cit. p. 109).
La Filosofía del Derecho de Hegel concluye con la exposición de una teoría del
Estado y esquema de la historia, siendo por cierto, los estados los verdaderos y
reales protagonistas de esa historia universal. Eduardo Vásquez en su eminente
libro sobre la dialéctica de Hegel dice al respecto: "Hegel le encomienda, pues, al
Estado la misión de realizar la conciliación entre el interés privado y el interés
general.
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sea hecha conscientemente". (Vásquez Eduardo, Dialéctica y Derecho en Hegel,
Eit. Monte Ávila, C. A. pág. 12).
Coincidimos con Radbruch, quien afirma: "Hegel participa con la escuela histórica
la oposición contra el Derecho natural". (Radbruch, Gustavo, ob. cit. p. 26),
veamos porque "Las leyes son positivas en cuanto que tienen, en general, su
significación y oportunidad en circunstancias dadas; por lo tanto, solo poseen un
valor histórico, por lo cual, también son de naturaleza transitoria". (Hegel, Filosofía
del Derecho ob. cit. p. 43). Es evidente que al hacer depender Hegel el Derecho
de una manera tan absoluta del devenir histórico quiebra la estabilidad de los
"principios eternos", de que hablaba el jusnaturalismo.
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por el contrario, pretende por la mera razón comprender todo lo real. Esta
pretensión de Hegel hace que su sistema se califique de intelectualista, en donde
la lógica va a buscar abarcar el ser en sí; vale decir, un pan-logismo, o
identificación del pensamiento con el ser. La quiebra de la contradicción por Fichte
no se realiza ya en el Yo, o a partir del Yo sino con el pensamiento y el ser, no hay
nada fuera del pensamiento, todo es pensamiento, las cosas son tal y como son
pensadas. Sin embargo, a diferencia de Fichte, las formas subjetivas del
conocimiento implican las formas objetivas de la realidad. Y en el fondo, para
Hegel, la realidad no es más que una Idea en proceso, en devenir, en movimiento.
Para presentar al lector un texto de Hegel que es de los que mejor expresan lo
que es la dialéctica transcribimos los párrafos de la Enciclopedia de las Ciencias
Filosóficas, texto que se refiere a la Idea; -en la parte que trata de la lógica dice
Hegel- "La idea es lo verdadero en sí y por sí, la unidad absoluta- del concepto y
de la objetividad. Su contenido ideal no es otro que el concepto en sus
determinaciones; su contenido real solo es la exposición que el concepto se da en
la forma de existencia externa; y esta forma incluida en la idealidad del concepto,
en su potencia, se mantiene, así en él. La idea puede ser concebida como la
razón, pero como sujeto-objeto, como la unidad de lo ideal y de lo real, de lo finito
y de lo infinito, del alma y del cuerpo, como la posibilidad que tiene en sí misma su
realidad como aquello cuya naturaleza solo puede ser conocida como existente,
etc.; porque ella contiene todas las relaciones del intelecto, pero en su infinito
retomo y en su identidad en sí. La idea es esencialmente proceso, porque su
identidad es la identidad absoluta y libre del concepto solo si la negatividad,
absoluta y por consiguiente dialéctica,..". (Dujovne ob. cit. p. 84).
Friedrich, ubicando el Derecho de Hegel, dentro" del contexto de su sistema
expresa: "Derecho, Estado y Ética son expresiones de un desarrollo histórico que
es la manifestación de un espíritu racional, y estos espíritus nacionales en su
totalidad son la manifestación del espíritu mundial". (Friedrich ob. cit. p. 194).
Repetimos, Hegel logra la quiebra de la contradicción mediante la adecuación
dialéctica de los contrarios. Del Vecchio, citando un párrafo del prólogo de la
Filosofía del Derecho Hegeliana dice: "Todo lo que es real es racional, y todo lo
que es racional es real. Por consiguiente, se niega la posibilidad de una
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discordancia entre el ser y el deber-ser". (Del Vecchio ob, cit p. 152). Ciertamente,
ese Idealismo absoluto, en tanto la Idea, como Idea presente en la Filosofía de
Hegel tiene un carácter más distintivo, que es precisamente el evolucionismo.
Pues, ciertamente, Hegel afirma que nada es, y todo deviene. Por tanto, con Hegel
se revive a Heráclito, al presocrático que afirmaba que nada permanece, todo
fluye. Así pues, podemos afirmar que para Hegel la idea es lo absoluto, pero es
una idea en proceso, en devenir dialéctico, según los contrastes, las
contradicciones de momentos encontrados.
El sujeto del devenir es la idea. Primero a partir de sí, luego fuera de sí. Sin
embargo, posteriormente la Idea logra la síntesis, es en-si y para sí a la vez. La
antitesis, frente a una tesis con anterioridad propuesta desencadenan el proceso
dialéctico que desemboca en la síntesis. Empieza un nuevo proceso. Pues el en-sí
para-sí se toma igualmente en una tesis. Es por tanto un espíritu subjetivo, se
enfrenta al espíritu objetivo, para que del juego dialéctico se obtenga el espíritu
absoluto. A su vez, cada uno de estos tres espíritus o categorías presenta a la vez
tres grados. El espíritu subjetivo es diversificado en alma conciencia y razón. El
objetivo en derecho, moralidad y costumbre. Y el espíritu absoluto se diversifica a
la vez en Arte, Religión y Filosofía. En estas tres formas del espíritu se concilia
consigo mismo, dándose por fin la identidad entre sujeto y objeto.
Se ubica el Derecho dentro del contexto del Sistema: hace parte del espíritu
objetivo. Del Vecchio explica en los siguientes términos:-"El espíritu objetivo se
pone ante todo en el derecho abstracto (tesis), que es, según Hegel, la existencia
del querer libre; es decir, es la libertad que se pone externamente; es la existencia
externa de la libertad. El querer del hombre es esencialmente libre, es libre en
cuanto es querer. De este modo, el problema de la libertad del querer, que tanto
fatigó a muchos filósofos, es salvado o zanjeado por Hegel, mediante una simple
identificación. Pero prosigue Hegel, la libertad externa que se realiza en las formas
externas del Derecho es defectuosa; por esto, la libertad se vuelve sobre sí misma
y da lugar a la moralidad interna o sea el momento subjetivo del deber, el cual,
empero, a su vez, es incierto e insuficiente. Siguiendo siempre el método
dialéctico, a esta contradicción debe seguir la síntesis: he aquí, por tanto el Ethos
objetivo. Este, en el lenguaje de Hegel significa la vida efectiva concreta, como
síntesis de las categorías abstractas del Derecho y de la Moral. En el Ethos
objetivo encontramos tres formas de organización: la familia, la sociedad civil y el
Estado. Nadie antes que Hegel había distinguido tan netamente Estado y
Sociedad, caracterizando a ésta como forma de organización espontánea y a
aquél como forma especial de organización jurídica. Hegel atribuyó erróneamente
a la sociedad muchos caracteres jurídicos. (Ibíd. p. 154). Explicando esto
podemos expresar ciertamente que el derecho abstracto a formal viene a constituir
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la síntesis. La antitesis viene a constituirse por la esfera de la moralidad. Y la
unidad o síntesis, viene a ser la moralidad objetiva o lo que Hegel denomina
eticidad. Sin embargo esta eticidad a su ve abre un triple abanico: el espíritu
natural constituida por la familia. Luego viene la antitesis o ramificación del anterior
fenómeno que e la sociedad civil. Y finalmente el Estado como síntesis del
proceso. Y el Estado para Hegel, sería por tanto la libertad universal y objetivo
dicho en otros términos, sería el espíritu objetivo orgánico y ve de un pueblo. Y a
su vez entra en la Idea absoluta o Espíritu absoluto' bajo las relaciones de los
distintos espíritus nacionales en la historia universal como espíritu del mundo,
cuyo derecho es el supremo.
Hegel considera que la ciencia filosófica del Derecho tiene por objeto la Idea del
Derecho, o sea, el concepto del Derecho y su realización. La ciencia del Derecho
es parte de la Filosofía. Respecto Derecho abstracto o la moralidad subjetiva hay
que tener de presente la connotación de Derecho Hegeliana, que es ante todo la
existen inmediata que se da la libertad de una manera patente. Sin embargo esa
libertad se da en tres formas diversas por la propiedad, el contrato y en la voluntad
en sí. Por tanto, la parte de la Filosofía del Derecho hegeliana abarca tres partes:
la propiedad, el contrato y el agravio o delito.
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A partir de Hegel la Filosofía representa la reconciliación de los hombres con su
realidad. .Sin embargo, acaso se logra esa reconciliación en la racionalización de
la realidad, sublimada en la misión de eticidad del Estado absoluto y de la Idea de
la libertad en su proceso?; respecto al Derecho se puede acaso afirmar que Hegel
logra la conciliación del Ser y del deber-ser? Hegel pretende la unidad desde la
idea, desde el imperativo, si se quiere desde la valoración; no desde el plano de la
necesidad. No alcanza pues la reconciliación entre lo que es y lo que debe ser. De
Hegel se espera que la libertad se realice en la realidad objetiva. Sin embargo, al
igual que los pensadores precedentes, participa de la especulación metafísica.
Pues el Derecho en modo alguno emana, de la libertad como idea pura; el
Derecho, vale decir, la correspondiente racionalización de las relaciones humanas
brota de los datos dé la realidad, de la necesidad, y solo de ella. Vale decir, de las
relaciones sociales que articulan la productividad, no de las que alimentan los
anhelos de creatividad. Las circunstancias de miseria e injusticia exigen a la razón
una concreción práctica; por tanto, el establecimiento de unas condiciones
materiales de existencia aptas para el despliegue de la libertad. En este sentido
coincidimos con Marcuse, quien respecto de la Filosofía Hegeliana afirma: "La
Filosofía del Derecho. La verdad teórica no puede tampoco regenerar las fuerzas
sociales que Hegel representa y comprende. La Filosofía del Derecho es la
filosofía de la burguesía que ha llegado a obtener plena conciencia de sí. Ella
refleja los elementos positivos y negativos de. Una sociedad madura y
perfectamente consciente de sus infraqueables limitaciones. Todas las nociones
fundamentales de la filosofía moderna se hallan replicadas en esta obra a la
realidad social de la cual han salido, y de esta manera retoman su forma original y
concreta. Su carácter abstracto y metafísico desaparece para descubrir su
contenido histórico*, la noción del sujeto (el Yo) revela su relación intrínseca con el
Homo económicos aislado, la noción de libertad, su relación con la propiedad, la
noción de razón, su relación con la carencia de universalidad real, de comunidad,
en el campo de la competencia; y la naturaleza aparece simplemente como la ley
de la concurrencia". (Marcuse, Hebert. La Filosofía Política de Hegel; capítulo IV
Razón y Revolución. En Revista Colombiana de Ciencia Política. Instituto de
Estudios Políticos Universidad Nacional de Colombia; p. 21 N9 1, 1971).
Tenemos que reconocer que la inteligibilidad de la Filosofía del Derecho de Hegel,
no es difícil. Y es que el Derecho, siendo como es manifestación, según Hegel, del
Espíritu Universal participa igualmente del denominado Idealismo dialéctico. La
lógica expresa el proceso de la idea y explica la realidad; Hegel pretende explicar
toda la realidad, la cual, según él, no es más que un proceso lógico de evolución
racional. No estamos muy seguros que la filosofía jurídica hegeliana haya podido
abarcar superando la contradicción del ser y del deber-ser jurídico; sin embargo,
en tanto participa de la Escuela Histórica, nos interesa constar las relaciones de
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esta filosofía con las concepciones del Derecho natural. Consideramos que Hegel
se constituye en uno de los más grandes, y quizás el más notable opositor de las
tesis del Derecho Natural. Citábamos a Radbruch: "Hegel participa con la escuela
histórica de la oposición contra el derecho natural; para la escuela histórica, la
historia está penetrada por un inescrutable decreto divino (providencialistas), para
Hegel descansa en la reconstrucción dialéctica, del auto despliegue de la razón
realizado en el proceso histórico. La razón se levanta frente al "espíritu del
pueblo". El hegelianismo trae consigo posibilidades radicales de evolución".
(Radbruch ob. cit. p. 39). Igualmente, García Venturini hablando de la filosofía de
la historia de Hegel que es la disciplina de donde hay que hacer desencadenar sus
demás realizaciones expresa: "Si la historia universal es la autoconciencia del
espíritu y la progresiva conquista de la libertad, es también la historia del Estado, a
la que Hegel se aplica especialmente". (García Venturini, ob. cit. p. 112). EI
proceso de la idea de la libertad termina para Hegel con el desenvolvimiento
totalitario del Estado.
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económicos, pues la economía es la que determina la división en clases y la
consiguiente lucha entre ellas. Por ello, los procesos económicos son el factor más
influyente en la interpretación de la historia y consecuencialmente de la dinámica
de la evolución jurídica. De ahí que la doctrina de Marx se denomine también
economismo histórico o teoría crítica práctica de la sociedad y de la historia.
Nosotros utilizaremos la denominación de "Concepción Económica de la historia",
que será materia de análisis más adelante cuando expongamos las diversas
clases de positivismos. La concepción económica de la Historia abarca dos
movimientos intelectuales claramente determinables. Está conformado por el
materialismo de Feur Bach y los de la Izquierda hegeliana; formada esta última, a
partir de Hegel, por David Friedrich Straus y por Bruno Bauer; y la escuela general
por Engels, Marx, Lenín y otros. Implica todo un movimiento ideológico.
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con \m plan, pero que no es el del necio espíritu universal de Hegel. El cambio
tiene lugar en la materia, en el mundo sensible que nos rodea, del cual nosotros
constituimos también una parte, al igual que el resto de los animales. Los cambios
producidos en este mundo material, al que puede denominarse simplemente el
medio ambiente que nos rodea determinan toda nuestra vida, nuestro bienestar
físico, nuestras instituciones, nuestras ideas de lo justo y de lo injusto, nuestra
cosmología". (Brinton, Grane, ob. cit. página 437).
Hay que tener de presente, que Marx pone el mayor énfasis en sus análisis
respecto a ese "medio ambiente", o de esos factores determinantes: en lo que él
llama los medios de producción; que son la manera que tienen los hombres de
producir lo que necesitan para vivir. El materialismo histórico ve la fuerza principal
y determinante del desarrollo de la sociedad en el modo de producción de los
bienes materiales que es la unidad de las fuerzas productivas y de las relaciones
de producción. El análisis de las categorías que caracterizan la posición de los
hombres frente a la naturaleza es el proceso de producción -fuerzas productivas-,
y el conjunto de las relaciones de los hombres entre sí en dicho proceso-
relaciones de producción-; el estudio de la dialéctica de las fuerzas productivas y
las relaciones de producción reflejan las leyes objetivas de desarrollo de la
producción.
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Así pues, el Derecho no se orienta hacia la idea de justicia, sino que es un medio
de dominación y un instrumento de los explotadores que emplean en interés de su
clase. Y si eso es el Derecho, el Estado, para ellos, no puede consistir en cosa
distinta que en "un comité que administra los problemas comunes de la clase
burguesa". (Ibidem p. 35); es decir, que el aparato estatal, es en última instancia,
el Estado, para ellos, no puede consistir en cosa distinta que en "un comité que
administra los problemas comunes de la clase burguesa". (Ibidem p. 35); es decir,
que el aparato estatal, es en última instancia, el instrumento de dominación
política de la clase que ejerce dominación económica. Pues el dominio político es
el reflejo del domino y de la opresión a nivel económico.
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según tal concepción ese acaecimiento. Marx no es muy claro en precisar como
es que el ser determina la conciencia; o como lo material es adoptado en la mente
humana. La Concepción Económica de la Historia, no obstante ser objetivista, y
pretender ser positivista participa de una Idea de Justicia. Evidencia la sociedad
presente como injusta en tanto la explotación y la opresión, en cambio la
organización futura como justa.
Friedrich considera que según esta Concepción el Derecho debe ser considerado
corrió una Ideología de clase (Friedrich ob. cit. p. 209). Consideran él Derecho
esencialmente, como parte de la superestructura ideológica que se eleva por
encima de la realidad material del control de los medios de producción. Dice
Engels: "La particular estructura económica forma la base real que, en último
análisis, servirá para explicar la superestructura de instituciones jurídicas y
políticas, y de la producción religiosa, filosófica y de otro tipo de cada período
histórico. Así pues, el Derecho no se orienta hacia la idea de justicia, sino que es
un medio de dominación y un instrumento de los explotadores que lo emplean en
interés de su clase". "Eso es tarea del critico del sistema jurídico existente, así
como de la sociedad desenmascararlo y reconocer su papel como parte de la
ideología de una clase. Esta! actitud de Marx y de Engels tiene su origen en una
idea derivada de Hegel, de que en una sociedad industrial el hombre está
enajenado de sí mismo. Agrega Friedrich: "La filosofía materialista y marxista del
derecho se funda, en último análisis, en el criterio dé que los movimientos de la
dialéctica, al ocurrir en el pensamiento humano no son sino un mero reflejó de una
dialéctica que actúa en la realidad" (Ibíd. página 219).
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Marx critica la Filosofía del Derecho de Hegel; considera que la concepción del
Derecho y del Estado tal como aparecen en esa obra son inaceptables porque
Hegel plantea tanto el Derecho y el Estado en función de una doctrina metafísica;
esto lo conduce a ver en los hechos concreciones de ideas, y no a la inversa, a
constar en las ideas reflejos de los hechos en la mente del hombre.
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entraña la idea de cooperación. Y la ordenación de las aspiraciones que tienden a
un fin común, requiere que haya una voluntad sobrepuesta a las distintas
aspiraciones y esencialmente diversas que las rija". (Dujovne, León, ob. cit. p.
279). La noción de Derecho no lo es de una simple aspiración superior, o suma de
aspiraciones individuales fundables jurídicamente. Su esencia ha de ser
desentrenada de aquella categoría de la voluntad que Stammler ha caracterizado
denominándola vinculatoria, como equivalente a la regulación externa. Así pues, a
la luz de la Filosofía Jurídica de Stammler el Derecho es una regulación externa;
regulación que liga a individuos, en la medida y en la extensión en que ellos
consienten en ser ligados. Dujovne establece la definición del concepto del
Derecho de Stammler de la siguiente manera: "El Derecho es una especie de
voluntad que tiene como mira a otro, que tiene autoridad propia, autárquica, y es
inviolable". Respecto al criterio de determinación del Derecho justo agrega: "Un
derecho justo es un derecho positivo, de contenido concreto, que aparece en la
vida social, a través de un proceso históricamente determinado. Es imperfecto en
cuanto -a las normas concretas de que se compone-, y no podría no ser
imperfecto. Pero, dentro del derecho imperfecto, históricamente condicionado,
cabe distinguir en términos absolutos entre normas jurídicas orientadas hacia la
suprema noción de comunidad pura, y normas que no se orientan hacia este punto
de mira ideal Stammler determina el significado de la expresión Comunidad pura
en estos términos. El fin de la justicia, a saber: la fundamental virtud de un
derecho, se alcanza aplicando la idea de la pureza de voluntad, la voluntad
jurídica en su carácter de vinculatoria. Agrega, que la voluntad vinculatoria toma,
los fines de uno como medios para otro y los fines de éste, a su vez, como medios
del primero; por consiguiente, será fundamentalmente justa una voluntad
vinculatoria cuando sus normas, en lo esencial, se hallen orientadas en el sentido
de la comunidad pura; una comunidad pura es una vinculación de los fines de
diversos hombres en que no se tome por noción determinante y supremacías
simples aspiraciones subjetivas de uno de los vinculados". (Ibíd. p. 280).
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que' ilumine todas las regulaciones y haga desencadenar todas las
racionalizaciones jurídicas.
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el concepto de Derecho justo, que en modo alguno Implican una misma realidad.
Se le pudiese reprochar a Stammler que no resulta viable aplicar las categorías
kantianas al Derecho, pues éste es fundamentalmente un fenómeno social. No es
posible concretar los rasgos del Derecho de una manera puramente formalista;
pues, no es en últimas el criticismo kantiano una proyección de una ética
formalista? En sentido estricto la esencia del Derecho no emana de la lógica.
Tampoco es posible que a partir del Derecho como regulación externa sea viable
captar y abarcar la conciencia social. Es indudable que el Derecho implica un
término de relación cuyos extremos son el individuo por una parte y la sociedad
por la otra. Por tanto, a partir de conceptos formales no es procedente describir el
derecho justo. Ya decía Hauriou: "En buena lógica, sociedad e individuo son
términos indisociables. Pero hay que tener presente, que según las épocas, el
acento se pone sobre el individuo o sobre la organización social". (Haurriou Andre,
Derecho Constitucional e Institucionales Políticas; biblioteca Demos de Ciencia
Política, Edit. Ariel, página 192). Detrás de ese "Derecho Justo" de Stammler tan
solo se esconden exigencias morales.
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Al cuestionarse la validez del orden jurídico, el fundamento de su obligatoriedad,
Kelsen plantea que tal validez es objetiva. Pues las normas se explican por
normas superiores y así sucesivamente. La Constitución Nacional crea el
fundamento último, refleja la norma primera y suprema que justifica la validez de
todo el orden positivo. Lo que interesa es que objetivamente se justifique, sea
expedida por el órgano competente y supeditada a la norma superior. Se mantiene
.toda norma en el mundo del deber. Así, una norma del deber, solo tiene
justificación en otra norma del deber-ser. De ahí que diga que el sistema jurídico
es cerrado y autárquico. La norma suprema se justifica en un postulado
metajurídico; constituye un presupuesto que exige la lógica, y ordena que hay que
obedecer el sistema jurídico.
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ideología de Glasé. Finalmente se llegó a la contemplación valorativa del Derecho
en el presente siglo.
Resulta posible concebir el Derecho como un instrumento que tienda a que los
hombres se relacionen a sí mismo como fines y no como medios? El Derecho
muchas veces, ha servido como instrumento de opresión antes que de libertad. Se
quiere significar que las condiciones no están nunca dadas del todo, es menester
configurarlas a cada momento. Es decir, a cada sociedad no se le asigna un
derecho justo por tradición resulta indispensable configurar a cada momento un
derecho que se ajuste a las condiciones históricas, pues éstas se encuentran en
continuo devenir.
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