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Los celos son sentimientos de envidia y resentimiento hacia otra persona que se
supone obligada a prestarnos atención y no lo hace. Constituyen una reacción emotiva
próxima a la ansiedad.
Los celos son un estadio relativamente normal que hay que superar y no tienen
importancia si son circunstanciales y pasajeros, pero hemos de prestarles atención
cuando alteren la convivencia y el desarrollo normal del niño o sean persistentes y no
remitan pasados los cinco años de edad.
1.- Los celos y rivalidades entre los hermanos, así como el afecto que se profesan,
son tan antiguos como la propia humanidad, constituyendo la familia el ambiente más
seguro para aprender a manejar los sentimientos de odio y rivalidad
Los hermanos son los primeros entre quienes aprendemos a compartir nuestras
posesiones y a competir sin malicia.
2.- Por supuesto todas las familias son diferentes entre sí, pero es raro que en ellas
no exista un hijo predilecto, lo que no es sinónimo de un hijo al que se quiera más. Esta
es una situación a la que los niños pueden hacer frente con mayor facilidad que la que
suponemos.
Es imposible tratar de la misma manera a todos los hijos y en diversos momentos
uno puede sentir envidia del otro por alguna razón. A pesar de los esfuerzos de los
padres, esto no puede evitarse pero si constantemente demostramos preferencia por un
grupo de edad o sexo o si nos manifestamos orgullosos de que uno de los hijos sea más
sociable, más inteligente que el resto, podemos convertir estos celos naturales en
rivalidades mucho más dolorosas.
Ver que los padres valoran a cada hijo por si mismo contribuye a que en la familia se
desarrolle un espíritu de tolerancia que en el futuro los niños harán extensivo a sus
propios hijos.
CAMBIOS EN EL COMPORTAMIENTO:
más desobedientes
más llorones y tercos
irritables y nerviosos
agresividad creciente contra madre y hermano
retraimiento, genera hostilidad contra el hermano
afectuosidad excesiva hacia el bebé
CONDUCTAS INFANTILES:
se chupa el dedo
vuelve a hacerse pis o caca encima
utiliza de nuevo el "lenguaje bebé"
vuelven las rabietas
cambios de sueño
se incrementan las conductas rituales
Relación con los padres antes del nacimiento del bebé; se ha comprobado que en
las familias en las que el niño tiene una relación estrecha con el padre antes del
nacimiento la escalada del conflicto con la madre tras el nacimiento del bebé es
mucho menos marcada.
No podemos evitar los celos, solo ayudar a que sean menos dolorosos y a no
fomentarlos
¿QUE HACER?:
Hablarle con claridad al niño contestar a sus preguntas, seguir las manifestaciones
del embarazo, (tocar la barriga...)
Si la madre debe internarse en un hospital, se debe explicar de la forma más
completa y sencilla posible al niño la situación nueva y los cambios que van a existir en
su vida diaria.
No descuidar al hijo mayor, por exigentes que sean los preparativos para la llegada
del nuevo hijo.
Si el niño es pequeño, hay que tener en cuenta que tras la ausencia de la madre por
unos días, estará deseando encontrar a su madre dispuesta a mostrarle todo el cariño del
que siempre gozó, por eso será conveniente que a la vuelta a casa el bebé esté ya en su
cunita o en brazos del padre. ESA PRIMERA IMPRESION ES IMPORTANTE.
No es que la madre deba disimular amor al 2º hijo para que no se enfade el primero,
sino que no debe darla impresión al mayor de que su infancia de pronto ha terminado.
El primer paso es que los padres sientan que es algo natural que el niño tenga celos
y aceptar la evidencia. Para muchos padres es difícil aceptarlo e insisten que el niño
adora a su hermano.
Se deberá aceptar que el mayor adopte una conducta más aniñada y demande más
atención, ello contribuirá a superar la etapa.
Restituir al niño la certeza de que sigue siendo amado es un gran paso, siempre que
eso no se consiga creando resentimiento en el resto de los hijos y sin mimar al celoso.
Darle tiempo para que se adapte a la nueva situación, tratando, ambos padres de
concederle un poco mas de atención.
Recordarle al niño que hace unos años la mama le bañaba y alimentaba como hace
ahora con el 2º e incluso contarle anécdotas concretas de su infancia.
Estimular al niño a hacerse cargo de algunas tareas sencillas que supone el cuidado
del bebé, demostrando nuestro agradecimiento por su solicitud.
¿QUE EVITAR?
* Evitar las comparaciones entre los hermanos, evitar colmar de alabanzas a uno de
los hermanos o que lo hagan otras personas, o al menos contrarrestar ello. Por ej:
valorando al hijo que no le ha hecho ninguna alabanza la vecina.
* A veces se intenta preparar al niño para la llegada del nuevo bebé recordándole
qué lindo será tener alguien con quién jugar. El niño descubrirá desencantado que el
bebé es demasiado pequeño para eso y que no se parece al compañero de juegos que
se le prometió.
ASPECTOS POSITIVOS:
La llegada de un nuevo hermano ayuda al niño a descubrir que puede sobrevivir a la
necesidad de compartir el amor de sus padres y a comprobar que, después de todo, no
es reemplazado en el afecto de éstos.
Al aprender a compartir ese afecto, aprende también a admitir la necesidad de
compartir otras cosas, lo cual es un enorme paso adelante hacia la madurez e implica
que el niño comienza a abandonar el espíritu posesivo de la infancia.
ORIENTACIONES GENERALES:
Los niños celosos suelen pensar que no son apreciados por sus padres. Para cambiar
estas condiciones los padres deben gastar mucho tiempo, haciendo excursiones con
ellos, estando a su lado tratando de escucharles o participar con ellos en los hobbies que
tengan.
En otras ocasiones bastará con que los padres recuerden a sus hijos celosos lo bien
que se sentían de pequeños cuando ellos le sonreían, jugaban o les ayudaban a resolver
sus pequeños conflictos y dificultades.
Basta con recordar juntos aquella ocasión en que el padre le fue a buscar al colegio
aquel día que, por haber llovido tanto, temía por su salud; o en aquella otra ocasión,
cuando se perdió en la feria del pueblo y tuvo que movilizar a sus amigos para ir en su
búsqueda hasta que lo encontró; o como muchas noches de invierno iba a su habitación
y le arropaba si estando dormido se había destapado, con el fin de que no se enfriara; o
como su padre le protegió entre sus brazos cuando corría angustiado buscando su
protección por haberse asustado de los ladridos de un enorme perro.
Cuando juntos se recuerdan aquellas viejas anécdotas es muy difícil que el niño
celoso continúe pensando que a el se le quiere menos que a su hermano pequeño y, a
partir de aquí, se puede comenzar a cambiar y madurar. Si desaparecen sus temores, el
niño celoso cambiará; en caso contrario, continuará revisando su diario de afrentas y
agravios y la protesta continuara.
2.- Intentar cambiar lo menos posible la rutina del niño tras el nacimiento del
hermano.
En distintos estudios se ha comprobado que disminuye considerablemente el volumen
de atención que recibe el primogénito al tiempo que cambia su rutina tras el nacimiento,
esto afecta mucho al niño/a, por lo tanto procurar controlar su tiempo especial, los ritos
para acostarse, seguir diciéndole lo mismo sobre lo que está permitido y lo que no.
Algunos Ejemplos: "A ella le gusta mirarte", "¿Se habrá enfadado por despertarle",
"No sonreirá si le gritas porque le asusta un poco", "Escucha a la pequeña Adela, quiere
su biberón", podemos preguntar al niño lo que cree que quiere o siente el bebé.