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UNIVERSIDAD DE PAMPLONA

ENSAYO
“VIAJE A ICARIA”

JULIAN CAMILO JAUREGUI ORTEGA


1092390417

GRUPO:AR

PRESENTADO A
BERNANDO SÁNCHEZ

SEDE VILLA DEL ROSARIO


GESTIÓN DE CAMBIO ORGANIZACIONAL
22/09/2020
Esta maravillosa historia cuenta con unos suaves toques de sátira lanzados sutilmente sobre
la aristocracia y sobre el funcionamiento de la democracia en general. Relata un mundo
ideal, en el que a la mayoría de personas le gustaría vivir o crecer, un utópico mundo que
nos denota la maravillosa obra del viaje por icaria. Contando con estratégicos puntos clave
en cada uno de sus capítulos, produce una sensación de curiosidad y emoción en el lector.
Es necesario establecer su síntesis principal, antes de comenzar a desmenuzar dicho relato
de manera adecuada para su comprensión. Se nos introduce a Lord W. Carisdall, nuestro
cautivador protagonista que, en su deseo de saciar su curiosidad, intenta averiguar si todo
aquello que había escuchado y leído respecto a Icaria se basaba en la realidad. Sin embargo,
Icaria no solo era tan maravillosa como había escuchado, sino mucho más que eso, le hizo
creer incluso que se trataba de un espejismo en su cabeza frente a tantas sorpresas en medio
del camino. Ubicándonos el siglo XIX, en el que el auge de la industrialización se daba a
flote.
El señor Lord W. Carisdall, de los jóvenes más ricos de los tres reinos y mejor formados.
Cuenta con la esperanza de contraer matrimonio con una jovencita de 15 años, teniendo el
22; sin embargo, debido a su viaje es necesario aplazar dicho matrimonio para poder
instruirse de manera más adecuada y así mismo, permitirle a su amada entrar un poco más
al mundo de la adultez. Carisdall tuvo su repentino interés por Icaria debido a un libro con
impresión magnífica, junto a bellas y finas hojas, cosa que causó un brote de curiosidad en
el joven al leer un pequeño tramo del mismo:
“aquí tienen, pues, un idioma perfectamente racional, regular y sencillo, que se escribe
como se habla, y se pronuncia del mismo modo que se escribe; un idioma que tiene
poquísimas reglas sin excepción alguna; un idioma cuyas palabras todas, compuestas
regularmente de un corto número de raíces, tienen una significación perfectamente
definida, siendo su gramática y su diccionario tan sencillos, que ambos se hallan
contenidos en este delgado volumen y tan fácil su estudio que cualquier hombre puede
aprenderlo en cuatro o cinco meses.”
Casi de inmediato se empezaron a hablar de las maravillas del pueblo de Icaria, un lugar de
ensueño. Dando sus perspectivas de la forma en la que se encontraba estructurado dicho
lugar, se continuó inspirando aún más para un viaje hacia las inesperadas puertas del
mismo. Sus cualidades lo hacían ver como un lugar ideal, e incluso era comparado con
Francia e Inglaterra, debido a que consideraban que se encontraba sumamente poblado y
¿Cómo no iba a estarlo al ser descrito de tal forma?
“Debe ser ese país tan poblado como Francia e Inglaterra juntas, aunque su territorio
apenas comprende el espacio de una de ellas. Según él, es un país de maravillas y de
prodigios: sus caminos, sus ríos y sus canales son magníficos, sus campiñas llenas de
atractivos, sus jardines encantadores, allí las habitaciones son deliciosas, las aldeas
risueñas y las ciudadelas soberbias y adornadas con monumentos que recuerdan los de
Roma y Atenas, los de Egipto y Babilonia, los de la India y de China...”
Cautivado por dichas descripciones y de forma decidida nuestro protagonista decide de
manera clara pedir prestado aquel libro de gramática con el diccionario, para poder
aprender rápidamente dicha lengua y tan solo unos días después se da a la idea de
emprender un viaje hacia Icaria, para poder vivir en carne propia aquella experiencia que
relataban de manera tan placentera. Por lo que a uno par de días de navidad en 1985 dio su
salida de Londres hacia su tan deseado viaje junto a su fiel compañero.
Sin embargo, no todo era color de rosa y Cardissdall nos revela pequeñas desgracias que
sucedieron a medida que se incursionaba en su viaje a Icaria, empezando por las pequeñas
sorpresas no tan agradables para él. Siendo unas de las condiciones para visitantes que
deseaban conocer Icaria: Saber el idioma y de lo contrario quedarse unos meses en Camiris
para aprender la lengua, Se encontraba Totalmente prohibida la venta de cualquier producto
y no solo esto, sino también su compra dentro del sector Icariano. Solo podían visitar Icaria
aquellos deseosos de satisfacer su curiosidad, entre muchas otras cosas.
Siendo atendido por el consul, el cual fue el encargado de explicar las reglas y restricciones
de la entrada, nuestro protagonista aprendió que Tirama era parte Icaria. Por lo que Milord
tomó un bote que se dirigía hacia allá, topándose con el jefe de la embarcación llamado
Tegar (el cuidador) y este fue el encargado de hacerles entender lo que debían hacer en
casos de tempestades según lo que decía la guía del viajero en el mar el cual era el manual
de como sobrellevar algunos problemas en alta mar según su sexo y edad, el cual también
servía para gente que tenía mareos a la hora de abordar la tripulación, gracias a esto, Milord
supo que en Icaria se había hecho un concurso de que el medico que descubriera alguna
cura que pudiera mantener los mareos a raya o que de por si pudiera eliminarlos se ganaba
una recompensa bastante jugosa.
Al llegar a Tirama en cuyo puerto entraron inmediatamente; nuestro protagonista describe
como apenas tuvo un momento para admirar la playa, los edificios y las embarcaciones de
Icaria que tanto había deseado ver. Siendo recibido por un enorme letrero que decía:
“El Pueblo icariano es hermoso de todos los demás Pueblos. ”
Se embarcaron en un coche llamado taramoli, el cual los llevaría a donde quisieran
gratuitamente. Milord se encontró con un compañero en el barco junto a él, cuyo nombre
era Valmor, con el cual empezó a hablar respecto a la ciudad y cómo se encontraba
constituida. Era bastante obvio que dicho amigo era un habitante de icaria, debida a la
cantidad de información que poseía respecto a esta. Nuestro protagonista pidió ciertas
indicaciones, recibiendo por parte de su nuevo amigo una interesante historia sobre un
agente que sobrepuja a la potencia del vapor, producido por el orujo. El cual era un
material más abundante que el mismísimo carbón, ser el causante de una gran revolución en
la industria, haciendo que se multipliquen mucho más notablemente las vías de hierro que
tenían, que en ese momento eran 12 y que cruzaban toda la ciudad.
Al día siguiente cuando despertaron en sus habitaciones llegaron a Camira, la ciudad
situada a las orillas de la ancha ria, al señor Lord le parecido muy extraño no encontrar allí
a ningún Inglás al llegar a la capital, pero se encontró con un joven pintor francés, llamado
Eugenio, desterrado de su país a consecuencia de la revolución de julio, y que hacía unos
quien días estaba en icaria.
Al hablar con el joven francés, llegaron al tema de que Icaria era un estado democrático y
cómo estaba rotundamente prohibida la aristocracia, así que las personas debían ser
demócratas de manera obligatoria para poder convivir en paz en Icaria. lord estaba
confundido por un término que muchos utilizaban el cual era “la soberana”, el claramente
pensaba que la soberana debía ser una mujer, una reina o una monarca, pero se llevó la
sorpresa de que los Icarianos llamaban la soberana no a una mujer sino a la república, la
democracia y la igualdad.
Nuestro protagonista se sorprendió, al ver que cada casa debía tener su respectivo jardín y
el podía acceder a cualquier jardín cuando quisiera y deleitarse con las maravillosas vistas y
olores que le proporcionaba esa pequeña parte de naturaleza, por su parte a Eugenio no le
parecía tan agradable la comparación que otorgó milord de Icaria con los squares de
Londres a quien eugenio recalca que son zona de aristócratas
Milord pudo ver que en aquella zona se solo se encontraban puros staragomis (coches
populares), y le sorprendió más al oír decir que en icaria no habían ni fiacres, ni cabrioles,
ni omnibuses. Finalmente, eugenio llevo a milord a un extraño puente llamado sagal (el
salto) y de ahí fueron a la casa de la familia de Valmor
Milord es llevado hacia a su familia, y el abuelo de la familia le hace saber que todo el
mundo tenía un trabajo, que en Icaria nadie era pobre, que todos tenían una buena vida y
que todos trabajaban y conseguían lo que necesitaban.
El abuelo por su parte había ido a Londres hace bastante tiempo y se había encontrado con
la escena más horrible de todas, ver cómo unos indigentes estaban recién muertos de
hambre y de frío en Londres apenas el abuelo salía de una gran cena. Después de aquello
Milord fue a descansar y al día siguiente Valmor lo despertó con una broma acerca de qué
la familia posiblemente no lo habían aceptado en su hogar.

Pero ¿Qué aprendemos de todo esto? Que tal vez la solución no se da en perseguir el deseo
propio de felicidad, sino en trabajar juntos para alcanzarlo. El egoísmo nunca va a ser mejor
que la ayuda en equipo. Se puede ver algo tan perfecto que es difícil de creer y es necesario
experimentarlo debido a que no vivimos en un lugar así, pero para vivir en un lugar así es
necesario no pensar por cada uno sino pensar por todo. Por lo tanto, lo que nos enseña es
que debemos servir a los demás y los demás nos servirán a nosotros.

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