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EL ENTIERRO PREMATURO EDGAR ALLAN POE (1809 - 1849)

Hay ciertos temas de interés absorbente, pero demasiado horribles para ser objeto de una obra de
mera ficción. Los simples novelistas deben evitarlos si no quieren ofender o desagradar. En este
cuento se dan a conocer diferentes casos de personas, que presentan una enfermedad que
consiste en que el cuerpo no da ninguna señal de vida. Esto puede durar horas o incluso meses.

El miedo al enterramiento en vida era muy común en la época, y Edgar Allan Poe obtuvo provecho
literario de ello. En este relato, el narrador anónimo describe en primera persona un trastorno que
le aqueja, caracterizado por ataques de una afección singular que los médicos coinciden en
denominar catalepsi. Esta enfermedad lleva a nuestro protagonista con frecuencia a pérdidas
de conciencia muy similares a la muerte y lo conduce a un terror y pánico a ser enterrado vivo en
alguna de tales circunstancias. Esta narración, hecha en primera persona, acerca de la catatonia, y
otras enfermedades que llegaban a considerar, en su época, como muerto a quien las padecía y de
esta manera generar el temor a ser enterrado en vida, originando una epidemia de temor y un
auge de técnicas para escapar a este terrible destino.

Poe nos narra con notable agudeza la posibilidad de morir y despertar en un ataúd a algunos
metros del suelo, nos permite imaginar la posibilidad de despertar y no encontrar más que
oscuridad, poco oxígeno y la terrorífica sensación de opresión de la tierra encima de nosotros, nos
hace golpear mentalmente la puerta del cajón, nos hace gritar de horror en busca de auxilio, nos
hace sentir nuestras uñas debilitadas y malgastadas en la tapa de madera, nos hace sentir la
desesperación del catalíptico. Nos lleva a imaginarnos el horror que tiene esta gente de ser
enterrada viva, de la difícil vida que llevan al no querer salir de casa, las medidas que toman en el
caso de ser enterrados con vida y las innumerables pesadillas. Esta enfermedad lo lleva con
frecuencia a pérdidas de conciencia muy similares a la muerte, lo que conduce al personaje a un
terror pánico a ser enterrado vivo en alguna de tales circunstancias.

El protagonista es un hombre que padece catalepsia, y comienza a contar horribles historias de


gente que ha sido enterrada viva por equivocación y cómo ha cambiado su vida por el miedo que
le causa esta enfermedad. Un día despierta en un lugar oscuro y desconocido, pequeño como un
ataúd, donde no se escucha ningún ruido. Al oír su voz, otros hombres protestan, y es entonces
cuando recuerda que simplemente estaba a bordo de un pequeño barco, durmiendo en una
incómoda y minúscula litera.  Después de este suceso, el hombre deja de tener tanto miedo a la
enfermedad, hasta el punto que desaparece por completo

Análisis de la obra El entierro prematuro

El miedo a ser enterrado vivo tiene profundas raíces en la cultura occidental del siglo XIX. Se
conocían cientos de casos reales en su época en los cuales los doctores habían errado en su
declaración de muerte y enterraban a las personas que, por así decirlo, no estaban del todo
muertas. En aquel tiempo, en efecto, los ataúdes a menudo se equipaban con complejos artilugios
que posibilitasen a aquel que lo necesitara pedir ayuda en tan comprometidas circunstancias.

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