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OBRA DE TEATRO SEMANA SANTA INFANTIL

JESÚS MURIÓ, RESUCITÓ Y SE QUEDÓ PARA SIEMPRE CON NOSOTROS

Primera escena: ENTRADA TRIUNFANTE DE JESÚS EN JERUSALÉN

NARRADOR: Así comienza la historia:


Por aquel entonces Jesús era una persona muy conocida en Jerusalén. Había predicado a miles de
personas, había curado a ciegos, cojos, paralíticos y enfermos de toda clase. Todos le querían.
Bueno, la verdad es que algunas personas importantes no lo querían nada: le tenía envidia, no
aceptaban sus palabras y se enfrentaban con él.
Jesús, se daba cuenta y nos decía:

Jesús: “Mirad que tengo que sufrir mucho, me matarán y a los tres días resucitaré”.

NARRADOR: Nosotros no lo podíamos creer. Sin embargo unos días antes de que lo crucificaran
ocurrió algo fantástico. Jesús dijo:

Jesús: Id a la aldea de enfrente, encontraréis enseguida una borrica atada con su pollino, desatadlo
y traédmelo.

NARRADOR: Fueron dos discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron la borrica y
el pollino, echaron encima sus mantos y Jesús se montó. La multitud extendió sus mantos por el
camino; algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada.

Y la gente que iba delante y detrás gritaba:

Pueblo: ¡Viva el Hijo de David!


Pueblo: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
Pueblo: ¡Viva el Altísimo!
Pueblo: ¡Viva el Hijo de David!
Pueblo: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
Pueblo: ¡Viva el Altísimo!

PUEBLO Y NARRADOR: CANTOS DE ALABANZA…

NARRADOR: Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada:

Mujer: ¿Quién es éste?


Hombre: Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea.

NARRADOR: Cuando vimos y oímos todo esto nos llenamos de alegría. Pero Jesús sabía que todo
podía cambiar de un momento a otro. Todos decían: “viva”, pero podían cambiar pronto de
opinión….

Segunda escena: ULTIMA CENA Y LAVATORIO DE LOS PIES

NARRADOR: Juan y yo, os vamos a contar algunos detalles de la cena más especial que Jesús tuvo
con sus discípulos. Todas las familias de nuestro pueblo se reunían aquella noche. Comían y
bebían, recordaban cómo Dios los había liberado de la esclavitud de Egipto y le daban gracias.
Jesús y cada uno de los discípulos habíamos celebrado muchas veces la cena de Pascua. Pero esta
cena fue distinta.
En un momento de la cena, Jesús tomó un pan y lo partió despacio, como si quisiera que no nos
perdiéramos nada de lo que hacía y decía. Nos miró a cada uno de los doce apóstoles y nos dijo
estas palabras:

Jesús: Tomad, comed: esto es mi cuerpo.


NARRADOR: Y después, cogiendo un cáliz pronunció la acción de gracias y se lo pasó diciendo:

Jesús: Bebed todos; porque esta es mi sangre, sangre de la alianza derramada por todos para el
perdón de los pecados.

NARRADOR: Os digo la verdad, no entendimos casi nada de lo que nos decía. Pero poco a poco nos
dimos cuenta de lo que Jesús nos quería enseñar con sus gestos y palabras; con ese pan y en ese
vino nos regalaba algo mucho más valioso: su amor y su vida…
Cuando menos lo esperamos, Jesús se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla,
se la ata al cinturón; luego echa agua en una palangana y se pone a lavarles los pies a sus
discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Nadie se atrevía a hablar. Sólo algunos
esclavos lavan los pies de sus señores... No podían comprender cómo Jesús, que era su jefe, su
Señor, pudiera caer tan bajo.

Todos se dejaron lavar los pies, pero cuando se acercó a Pedro, éste le dijo:

Pedro: Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?

Jesús: Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.

Pedro: No me lavarás los pies jamás.

Jesús: Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.

Pedro: Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.

Jesús: Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio.

NARRADOR: Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:

Jesús: ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? si yo, os he lavado los pies, también vosotros
debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con
vosotros, vosotros también lo hagáis.

Salen todos los personajes y los niños para iniciar las VIACRUCIS…
VIACRUCIS INFANTIL

Primera estación: Jesús es condenado a muerte

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: "Pilato se lo entregó para que lo crucificaran..." (Jn 19,16)

El Papa Juan Pablo II nos dice: «Los niños no son una carga para la sociedad, no son instrumentos
para la ganancia; son miembros preciosos de la comunidad humana, encarnan las grandes
esperanzas y potencialidades de toda la humanidad».

Oremos:
Señor Jesús: cuando Pilato te condeno a muerte quisiste reclamar tu inocencia. Pero callaste.
Miraste a lo lejos y viste las caritas de los niños que lloran por la muerte de sus padres, víctimas de
la violencia y preferiste unirte a su dolor. Siguen siendo caritas de miles de niños destruidas por el
hambre, rostros de niños marcados por el cansancio, rostros de nuestros propios niños
desplazados por el hambre y la violencia. Perdónanos, Señor, porque no hemos aprendido todavía
a respetar la vida humana. Nos permitimos condenar a muerte a la criatura que haz creado a tu
imagen y semejanza.
Padrenuestro y Avemaría…….Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...

Segunda Estación: Jesús carga con la Cruz

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Jesús salió llevando la cruz, para ir al lugar llamado "De la
Calavera o Gólgota».(Jn 19,17)

Nos dice el Papa: «En algunos países existen niños que son obligados a trabajar desde tierna edad,
niños que son maltratados, castigados violentamente y a los cuales prácticamente no les pagan sus
trabajos. Se aprovechan de ellos porque son débiles, porque los pueden obligar fácilmente y no
son capaces de defenderse por si mismos»

Oremos:
Señor Jesús, cuando te han cargado la cruz, la has abrazado con cariño porque tu amor te ayudaba
a llevarla. Imaginamos que recordabas a tantos niños que cada día tienen que cargar pesados
ladrillos en las alfarerías; que tienen que arrastrar enormes y pesas carretas con carbón mineral en
las minas. Señor Jesús, te pedimos perdón porque hemos inventado esclavos por todas partes,
porque cargamos a nuestros propios amigos y hermanos con tareas que nos corresponden,
porque nos olvidamos de ayudarles a llevar incluso su propia cruz.

Padrenuestro y Avemaría……Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...

Tercera Estación: Jesús cae bajo el peso de la Cruz.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Señor protégeme de los violentos, de quienes tienden trampas
para hacerme caer» (Salmo 104,4)

Nos dice el Papa: «En algunos países se ha llegado hasta el punto de obligar a los niños y niñas a
prestar el servicio militar. Los encierran en los campamentos militares, los hacen aguantar
hambre, los maltratan y los obligan a asesinar incluso a las personas de su propio pueblo»

Oremos:
Señor Jesús, cuando caíste bajo el peso de la cruz, te olvidaste de ti mismo y preferiste recordar a
tus pequeños hermanitos que caen en las redes de hombres crueles que los entrenan para la
guerra, los obligan a disparar y les hieren mortalmente su propio corazón. El fusil es su propia cruz;
aprenden a manejarlo, a cargarlo, brillarle y por la noche a ponerlo de almohada. Cuando
duermen sus sueños son turbados con pesadillas terribles.
Perdónanos, Señor, porque con nuestro pecado hemos hecho más pesada tu cruz hasta el punto
que no puedes soportarla y caes. Perdónanos por haber caído en la tentación de dar golpes y
patadas a nuestros hermanos y amigos y de hacerles insoportable la vida con nuestras palabras e
insultos.
Padrenuestro y Avemaría…….Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...

Cuarta Estación: Jesús encuentra a su Madre.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Simeón le dijo a María: una espada traspasará tu alma» (Lucas
1,34).

Nos dice el Papa: «Son muchos los niños que están expuestos a padecer graves traumas a causa de
las tensiones que viven sus padres en el hogar y de la destrucción de sus familias. La mayoría de
las veces los adultos arreglan sus problemas matrimoniales y se separan de manera egoísta sin
pensar en sus hijos».

Oremos:
Señor Jesús, cuando tu madre se acercó a ti en el camino del Calvario hubiera querido gritar al
mundo entero su enorme dolor, pero en cambio, prefirió llorar en silencio, Para hacerse solidaria
con las madres de tantos niños mutilados por la guerra, atrofiados por la enfermedad,
encarcelados, desnutridos, ofendidos, humillados y explotados. Tu santísima madre ha unido su
dolor al de aquellas madres que han perdido a sus hijos causa de la droga, de la violencia y de los
accidentes de tránsito...
Perdónanos María, porque pensamos mucho en nuestros dolores y caprichos y nos olvidamos de
amar y respetar a nuestras madres como se lo merecen

Padrenuestro y Avemaría…. Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...

Quinta Estación: El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la Cruz.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Obligaron a un cierto Simón de Cirene, padre de Alejandro y de


Rufo, para que llevara la cruz de Jesús» (Marcos 15, 21).

Nos dice el Papa: "El recuerdo de millones de niños asesinados, los ojos tristes de tantos de sus
coetáneos que sufren cruelmente nos invitan a emplear todas las vías posibles para salvaguardar o
restablecer la paz, haciendo cesar los conflictos y las guerras."

Oremos:
Señor Jesús, cuando te vieron agotado y casi a punto de derrumbarte de nuevo, te dieron la ayuda
de Simón el Cirineo, que venía cansado de trabajar en el campo pero que no se negó a ayudarte,
sino que puso su espalda bajo tu cruz para aliviar tu carga y tu dolor. Seguramente con esa ayuda
has podido descansar un poco y has pensado en tantas personas buenas que muchas veces se
olvidan de sí mismas y de sus problemas para ayudar a otros. Tal vez has pensado especialmente
en tantos misioneros que con entusiasmo y amor van por el mundo entero en ayuda de sus
hermanos.

Señor: haz que estemos siempre dispuestos a ayudar a nuestro prójimo, especialmente a los que
sufren en sus almas y en sus cuerpos.

Padrenuestro y Avemaría…….Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...

Sexta Estación: La Verónica limpia el rostro de Jesús.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo


Escuchemos la Palabra de Dios: (Salmo 27)

¡Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz,


apiádate de mí y respóndeme!
Mi corazón sabe que dijiste:
"Busquen mi rostro".
Yo busco tu rostro, Señor,
no lo apartes de mí.
Nos dice el Papa: "Además de los niños asesinados, quiero también recordar a los mutilados
durante los conflictos bélicos y a consecuencia de los mismos. Finalmente, mi pensamiento se
dirige a los niños sistemáticamente perseguidos, violentados y eliminados durante las llamadas «
limpiezas étnicas ».

Oremos:
Una mujer quiso refrescarte con cariño y por eso se acercó a ti sin tener miedo a los soldados y en
el paño que usó quedó estampado tu rostro...
Jesús, queremos refrescarte en los hermanos que hoy sufren por el desprecio y la injusticia
Que sepamos imitar su gesto de compasión y valentía. Que el dolor ajeno no nos deje insensibles
sino que nos llenemos de amor y solidaridad. Que consolemos a los demás cuando sufren, viendo
en ellos al Señor.

Padrenuestro y Avemaría…..Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...

Séptima Estación: Jesús cae por segunda vez.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: "Todos andábamos perdidos como oveja sin pastor, y el Señor
cargó sobre él todos nuestros crímenes" (Mc 6,34)

Nos dice el Papa: "Existen además personas que no tienen escrúpulos en reclutar niños para
actividades criminales, especialmente para el tráfico de drogas, con el riesgo, entre otras cosas, de
quedar enganchados en el uso de tales sustancias."

Oremos:
Jesús ya no da más y se cae de nuevo. Los soldados lo tratan mal y nadie lo ayuda .

Jesús, nosotros no entendemos tanto mal que hay en este mundo. ¿Por qué? Igual que tú
queremos estar al lado del que sufre. Y si nos cansamos de hacer el bien queremos aprender de ti
a levantarnos y seguir luchando.

Padrenuestro y Avemaría….Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...

Octava Estación: Jesús consuela a las hijas de Jerusalén.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que
se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: "¡Hijas
de Jerusalén!, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos. (Lc 23,27)

Nos dice el Papa: "Los niños han llegado incluso a ser blanco de los francotiradores, sus escuelas
destruidas premeditadamente y bombardeados los hospitales donde son curados. Ante
semejantes y monstruosas aberraciones ¿cómo no levantar la voz para una condena unánime?"

Oremos:
Señor, haz renacer nuevamente en nosotros la ternura y la compasión. Que nuestras alegrías o
nuestras tristezas no nos hagan olvidar el dolor ajeno, sino que su dolor sea el nuestro; que
sepamos darle confianza, alegría y la certeza de tu amor.

Padrenuestro y Avemaría….Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...


Novena Estación: Jesús cae la tercera vez.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: "Vengan a mi todos los que están afligidos y agobiados y yo los
aliviare. Carguen sobre ustedes mi cruz y aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón"
(Mt 11,28)

Nos dice el Papa: "El futuro de los niños usados en la guerra está con frecuencia marcado. Después
de años de servicio militar, algunos son simplemente licenciados y enviados a casa, y a menudo no
logran reintegrarse en la vida civil, Otros, avergonzándose de haber sobrevivido a sus compañeros,
acaban cayendo en la delincuencia o en la droga. - ¡Quién sabe los fantasmas que continuarán
turbando sus ánimos! ¿Podrán alguna vez desaparecer de sus mentes tantos recuerdos de
violencia y de muerte?"

Oremos:
Aunque caigamos muchas veces, el Señor nos perdonará por medio de la Confesión.
Ayuda Señor a todos los que son calumniados y perseguidos. Da tu fuerza a quienes en su labor
misionera se sienten cansados e incomprendidos. Siembra en todos los misioneros el gozo y la
alegría de trabajar por ti.

Padrenuestro y Avemaría…..Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...

Décima Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Y los soldados echaron suertes para repartiese la ropa de Jesús y
ver qué se llevaría cada uno» (Mateo 27,35)

Nos dice el Papa: «Aunque muchos niños viven en la abundancia de bienes materiales, algunas
veces tienen que vivir y crecer solos, sin cariño, sin una justa y amorosa orientación y sin una
adecuada formación moral».

Oremos:
Señor Jesús, contigo también han hecho lo que hacen con los pobres: se han llevado todo y te han
dejado sin nada. En el mundo se da el contraste entre millones de niños que mueren de hambre y
miles de niños que comen hasta reventar. Niños que no pueden asistir a la escuela mientras que
muchos otros no quieren aprovechar el estudio; niños que botan la comida y niños que escarban
en la basura para encontrarla.
Perdónanos Señor porque nos hemos olvidado de nuestros pequeños hermanos que mueren de
hambre, de frío, de sed o no pueden simplemente asistir a un colegio.

Padrenuestro y Avemaría…Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...

Décima primera Estación: Jesús es clavado en la Cruz.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Entonces lo crucificaron y con él crucificaron también a dos


bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda» (Marcos 15, 24.27).

Nos dice el Papa: "A menudo los niños son enviados como avanzada para limpiar los campos
minados. ¡Evidentemente su vida, vale bien poco para quien se sirve así de ellos!"

Oremos:
Señor Jesús, cuando te han clavado en la cruz has experimentado el dolor de tantos niños y niñas
que han sido heridos por las minas explosivas. Con ellas se ha arruinado la vida de millones de
seres humanos que han perdido sus piernas, sus brazos, sus ojos. Señor, perdona nuestra crueldad
y danos fuerza para desarmar las minas de la envidia y el rencor que llevamos camufladas en
nuestros corazones.

Padrenuestro y Avemaría…Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...

Décima segunda Estación: Jesús muere en la Cruz.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «No hay amor más grande que el que da la vida por sus
amigos...»(Jn15,13 )
Nos dice el Papa: "La muerte deliberada de un niño constituye una de las manifestaciones más
desconcertantes del eclipse de todo respeto por la vida humana."

Oremos:
Si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros, aceptar llenos
de esperanza los sufrimientos de cada día y descubrir a través de tu vida, buen Jesús, el verdadero
sentido del sufrimiento y del amor a todos los hombres.

Padrenuestro y Avemaría…Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...

Décima tercera Estación: . Jesús es bajado de la Cruz y entregado a su Madre.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: "Al atardecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que
también se había hecho discípulo de Jesús, y fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
Pilato ordenó que se lo entregaran. (Mateo 27, 57-58)

Nos dice el Papa: No son pocos los niños que acaban por tener como único lugar de vida la calle:
escapados de casa, o abandonados por la familia, o simplemente privados para siempre de un
ambiente familiar, viven precariamente, en estado de total abandono, considerados por muchos
como desechos de los que hay que desprenderse.

Oremos:
María está de pie junto a la cruz donde muere su Hijo. En ese momento solemne, Cristo nos la
entrega como Madre. María, Madre nuestra, enséñanos a imitarte en la aceptación por amor del
dolor, para que Cristo sea conocido y amado.

Virgen María, nuestra Señora de la Soledad, acompáñanos para seguir junto a tí, los dolores de
Cristo. Danos tu esperanza, tu ternura y tu amor. Jesús, danos esperanza de saber que siempre
triunfa el amor y la Vida.

Padrenuestro y Avemaría…Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...

Décima cuarta Estación: Jesús es puesto en el sepulcro.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «José de Arimatea tomó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una
sábana de lino limpia y lo puso en un sepulcro nuevo» (Mateo 27, 58-59).
Nos dice el Papa:
«Todos debemos hacernos pequeños como los niños, confiados totalmente al amor de Dios-Padre,
y llenos con humildad evangélica».

Oremos:
El Señor no se queda muerto en el sepulcro, Resucitó y nos ha abierto las puertas de la Vida
eterna.
Padrenuestro y Avemaría…Cantemos: Perdón, Señor, de tu pueblo ten piedad...

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