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A.

Antecedentes de la banca mexicana

Históricamente, el sistema bancario ha sido el intermediador de recursos más importante en


México. Formalmente, este papel se asume tras la creación de los primeros bancos privados, hacia
finales del siglo XIX, aunque los primeros antecedentes bancarios en el territorio mexicano se
remontan incluso al México colonial de Carlos III.

La evolución de la banca mexicana se entiende bien si se considera la

estructura de incentivos que determinaron las relaciones entre el gobierno,

los bancos y las empresas (Haber, 2004 y 2005). Esta estructura de

incentivos, de naturaleza dinámica, fue a su vez producto de las fuerzas que

imperaron en los distintos ciclos de institucionalidad política en México.11

En efecto, los ciclos políticos determinaron el marco regulatorio al que

estuvo sujeto el sistema bancario y, por lo tanto, la manera en que se

encararon los problemas de riesgo moral, cumplimiento de contratos,

expropiación y comportamiento oportunista – tanto de banqueros como de

deudores – entre otros. De igual forma, los ciclos políticos determinaron el

grado de proteccionismo y de represión financiera ejercido por el Estado.

A lo largo del siglo XX, la banca y el Estado tuvieron una relación simbiótica.

Por una parte, el Estado instrumentó  a través de la banca  un régimen de

represión financiera, con mecanismos de crédito dirigido y techos a las

tasas de interés. Como contraparte, la industria bancaria recibió protección

gubernamental, para impedir el ingreso de nuevas entidades  nacionales y

extranjeras  al mercado. En consecuencia, la industria se caracterizó por su

estructura oligopolística y por su dedicación al financiamiento de la actividad

industrial y agraria de gran escala (Villalpando-Benitez, 2000).

A partir de 1980 y durante los últimos veinticinco años, el sector se ha

caracterizado por una permanente transformación. Entre los eventos más

destacados se pueden mencionar:

(1) la nacionalización de la banca en 1982,

(2) la reestructuración de la banca en 1983, lo que se tradujo en

la reducción de 60 a 29 bancos en el sistema,


(3) la gradual liberación de la industria, proceso iniciado en 1988

con la eliminación de los techos a las tasas de interés y el

levantamiento de las restricciones y requerimientos al destino

del crédito,

(4) la desincorporación (privatización) de la banca entre 1991 y

1992,

(5) la crisis económica de 1994,

(6) los programas de rescate de la banca posteriores a la crisis,

(7) los cambios al marco regulatorio, que permitieron la

internacionalización de la banca, a partir de 1995, y

(8) la transformación gradual de los bancos en conglomerados de

servicios financieros.

II. El sector bancario mexicano

El sector bancario es uno de los siete sectores que constituyen el sistema financiero mexicano.2
Según la clasificación adoptada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el sector
bancario se halla compuesto por cuatro grupos de entidades: (1) banca múltiple, (2) sociedades
financieras de objeto limitado (SOFOLES), (3) banca de desarrollo y (4) fondos y fideicomisos de
fomento económico. Los dos últimos grupos son parte del paquete de intervenciones del Estado
en el sistema financiero y no se analizan en este documento. Al respecto, véase Villafani-
Ibarnegaray y González-Vega (2006a). Considerando a la banca múltiple, la banca de desarrollo y
las SOFOLES, a marzo de 2006 los activos totales del conjunto representaban 3,135 millardos de
pesos, de los cuales la cartera neta correspondía a 1,832 millardos de pesos.3 La cartera de los
bancos múltiples representaba el 66 por ciento de este sector, seguida por la banca de desarrollo
 con 24 por ciento  y el restante 10 por ciento correspondía a las SOFOLES.

III. Sociedades financieras de objeto limitado (SOFOLES)

Las SOFOLES son intermediarios financieros que se caracterizan por otorgar préstamos a sectores
específicos y porque no captan depósitos. Se financian principalmente a través de fondos
gubernamentales, emisiones de deuda y patrimonio. Si se considera el tipo de crédito que
otorgan, se puede clasificar este sistema en cuatro tipos de SOFOLES: (1) hipotecarias, (2)
empresas, (3) consumo y (4) automotriz.4 Como se explica más adelante, esta clasificación podría
resultar inadecuada para ciertos fines del análisis, ya que no considera las características del
estrato atendido por las diversas entidades. Sin embargo, es suficiente para los fines de este
trabajo.

Las SOFOLES son instituciones crediticias que han tomado un papel importante en el sistema
financiero mexicano, en particular las dedicadas al crédito hipotecario.

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