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VALORACIÓN DEL PATRIMONIO.

ANÁLISIS DE EJEMPLOS CONCRETOS


DEL USO SOCIAL DEL PATRIMONIO CULTURAL EN AMÉRICA

AMERICA VALORACIÓN
América es el segundo continente más grande del planeta Tierra. Tiene una
superficie de más de 43.300.000 km² y concentra cerca del 12% de la población
mundial.
El continente americano debido a su gran tamaño y a sus características
geográficas se divide tradicionalmente en América del norte, América central,
América del sur.
En la actualidad América se divide en 35 naciones soberanas 1 estado libre
asociado (Puerto Rico) y 24 territorios independientes
Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil.
Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El salvador,
Estados Unidos, Granada, Guyana, Haití, Guatemala, Honduras, Jamaica, México,
Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República dominicana, San Cristóbal y
Nieves, San Vicente, Santa Lucia, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y
Venezuela.
En total, la región de América Latina y el Caribe tiene actualmente 96 bienes
culturales, 37 naturales y 5 mixtos, sumando un total de 136 bienes declarados
como Patrimonio Mundial; 8 de ellos están en peligro. México es el país de
América con más bienes culturales y naturales de la humanidad, con 35 de ellos.
Según la UNESCO hay una presencia desequilibrada en la lista del patrimonio
donde algunos países mantienen el interés en el rescate, conservación,
salvaguardia y difusión de sus sitios de valor excepcional; mientras que otros
tienen una mínima presencia en el contexto mundial, otros nunca han presentado
algún expediente de nominación. Por otro lado, más de 600 centros históricos y
sitios de valor cultural de la región han sido declarados bienes de interés cultural y
patrimonial a nivel local, bajo legislaciones nacionales. Esto nos convierte en una
de las regiones del mundo con la mayor riqueza en bienes culturales, naturales e
históricos.

No obstante, una gran parte se encuentra deteriorado, y en situación de alta


vulnerabilidad, ante los desastres naturales y aquellos causados por el hombre
como se verá más adelante. En el mejor de los casos, está desaprovechado, sin
las estructuras necesarias para su preservación y aprovechamiento, ni los
recursos adecuados para su gestión efectiva. Esto no es casualidad, para muchos
de nuestros gobiernos, ha sido visto tradicionalmente como un rubro de baja
prioridad, incluso en aquellos sitios incluidos en la lista de patrimonio mundial de la
Unesco; su preservación se percibe como un gasto improductivo. En otras
palabras, su preservación es un gasto y no una inversión a pesar de ser un
importante activo para el desarrollo. Se debe de entender tal preservación como
una inversión ya que es clave para el desarrollo y pasa por identificar sus impactos
a multiplicadores a nivel urbano, económico, ambiental, y a nivel cultural.
Asimismo, es un activo valioso de las ciudades de América Latina para desarrollar
y dinamizar su base económica. Este rico patrimonio urbano representa un capital
para impulsar el desarrollo socioeconómico de sus ciudades, potenciando
actividades como el turismo, la construcción y las industrias culturales y creativas
EJEMPLOS
Los lunes de septiembre parecen no haber sido buenos para la cultura de América
Latina y el Caribe. El 2 de septiembre del 2018 despertamos ante devastadoras
imágenes de un incendio en el Museo Nacional de Brasil, en Río de Janeiro. En
cuestión de horas, gran parte de la memoria histórica del mayor país
sudamericano se convirtió en cenizas. Por lo menos 20 millones de piezas
invaluables desde el punto de vista científico y cultural ya no existen. La pérdida
de este valioso legado es sin duda una tragedia para el país y para el mundo.
Antes, otro lunes, esta vez el 19 de septiembre de 2017, alrededor de la una de la
tarde, un terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Richter cimbró violentamente
el Valle de México. Además de las lamentables víctimas mortales y cuantiosas
pérdidas económicas, el desastre afectó a más de 1.800 inmuebles del valioso
acervo cultural mexicano, poniendo en riesgo su pérdida irreparable.
Estas catástrofes culturales suscitan todo tipo de interrogantes: ¿Somos los
latinoamericanos realmente conscientes de la riqueza patrimonial de nuestro
continente? ¿Somos capaces de valorar ese legado y de protegerlo
adecuadamente para generar desarrollo? ¿A quién le corresponde la
responsabilidad de impulsar y liderar su protección y puesta en valor?

¿Somos los latinoamericanos realmente conscientes de la riqueza patrimonial de


nuestro continente?
Debido a la variedad de culturas y distintos procesos de rescate y valoración del
patrimonio en diversos países la riqueza cultural toma más importancia, e incluso
en unos cobran impuesto al patrimonio como lo es Argentina, Uruguay, Colombia
Algunos expertos prefieren hablar de impuesto al patrimonio, porque desde el
punto de vista técnico se trata de un gravamen a los activos menos las deudas. Es
distinto al impuesto sobre la renta, ya que no recae sobre los ingresos de una
persona, sino sobre su riqueza acumulada, pero se hace más complicado de
calcular y suele tener grises que facilitan la evasión, lo lógicamente se contrapone
con el objetivo recaudatorio principal.
Según Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se trata de "una
alternativa válida, un instrumento muy útil", dado que considera que "la
desigualdad de riqueza o de patrimonio en América Latina es mucho más grande
que la desigualdad medida por ingresos".

¿Somos capaces de valorar ese legado y de protegerlo adecuadamente para


generar desarrollo?
Si no conocemos nuestro patrimonio cultural, nos será imposible valorarlo,
protegerlo y conservarlo. Debemos saber qué tenemos, cómo está clasificado, qué
nombre tiene, dónde está ubicado y en qué estado se encuentra. Por lo tanto, en
cada nación, es sumamente importante identificar, tanto a nivel local como
regional y nacional, los elementos significativos que componen nuestra herencia
cultural.
En el caso de Perú el Ministerio de Cultura lleva un registro de los bienes que
integran el patrimonio cultural de la Nación. Éste se realiza en base a fichas donde
se indican los datos más importantes de cada bien, acompañados por fotografías
o dibujos, y planos en el caso de construcciones de carácter arqueológico e
histórico. Sin embargo, los bienes culturales son innumerables y variados, y los
recursos para identificarlos adecuadamente, muy escasos. Por ello, la tarea de
registrar datos importantes de cada uno es una labor que no tiene fin. Es muy
importante que toda persona o institución involucrada en el cuidado de un bien
cultural cuente con documentación necesaria que permita identificar el mismo en
caso de pérdida o robo. Una vez que se ha identificado el patrimonio es importante
establecer un plan de defensa que contemple las acciones a corto, mediano y
largo plazo.
La gran diversidad cultural que existe en el territorio de Latinoamérica implica
también oportunidades de desarrollo económico y la posibilidad de ofrecer
servicios y productos distintivos en un mundo cada vez más anónimo y
globalizado. Convirtiéndose en una ventaja competitiva que permite ofrecernos
como un destino turístico cultural que está en constante crecimiento, aspecto que
a su vez creará empleo y generará ingresos económicos para asegurar el
desarrollo sostenible de las comunidades.
Es muy necesario fomentar el turismo cultural asegurándose que los visitantes
respeten las normas o las señalizaciones establecidas. Recordemos que sin
cultura no hay turismo, (Ministerio de cultura).

¿A quién le corresponde la responsabilidad de impulsar y liderar su protección y


puesta en valor?
La protección y defensa del patrimonio cultural es, pues, una tarea que compete
no sólo al personal de las instituciones culturales, sino también a cada ciudadano.
La tarea más importante es lograr un cambio de actitud en la comunidad en
general y sensibilizar a la población en torno a la importancia de nuestro legado.
Los gobiernos, organizaciones e instituciones locales son los líderes principales
para conseguir este cambio de conducta.

Disposiciones internacionales en materia de uso del patrimonio cultural


USOS
El patrimonio cultural de américa latina es muy valioso y cuantioso algunos países
le sacan más provecho que en otros, poniendo en puesta de valor que como
consecuencia genera desarrollo y sostenibilidad de la comunidad.
De acuerdo a los documentos sobre patrimonio cultural emitidos por el Consejo de
Europa, los valores que pueden atribuirse al patrimonio cultural son: a) de uso, b)
formal y c) simbólico. Centrándonos en el primer tipo de valor, podrían resultar tres
nuevos tipos: 1) uso de visita: que es el turístico por excelencia, además de ser el
más investigado; 2) uso social: es el que se hace dentro de los bienes
patrimoniales como las ciudades declaradas, conjuntos históricos con una
normativa de protección y, finalmente; 3) uso laboral: es decir, quienes viven del
patrimonio cultural, de su gestión, su investigación, restauración o quienes lo
difunden. Conforme a sus postulados de creación, la UNESCO es la entidad
responsable de la protección normativa internacional del patrimonio cultural. Esto
lo hace a través de la administración de diversas convenciones que protegen los
bienes culturales en conflictos armados, impiden la importación y exportación
ilícitas, y protegen el patrimonio subacuático. También realiza esta labor a través
de diversas recomendaciones para la protección del patrimonio cultural y organiza
talleres de capacitación sobre la aplicación de las Convenciones mencionadas.
1. La Convención para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto
armado (1954) y sus dos Protocolos (1956 y 1999). 2. La Convención sobre las
medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la
exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales (1970). 3.
La Convención sobre la protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural
(1972). Asimismo, difunde noticias sobre objetos robados y envía misiones de
expertos para consultar a las autoridades nacionales sobre la protección del
patrimonio cultural. La UNESCO tiene el propósito de salvar el patrimonio material
amenazado por los conflictos, desastres naturales, el paso del tiempo, la
expansión económica y la negligencia humana a través de la solidaridad,
educación, difusión de habilidades y conocimientos, entrenamiento y creación de
conciencia. Pero lo que en realidad importa es identificar la herencia, darle un
significado el cual quizá refleja la diversidad y solidaridad humana y alimentar
nuestro futuro a través de nuestro pasado común.
Repensar el patrimonio exige deshacer la red de conceptos con los que se halla
envuelto. Los términos con que se acostumbra asociarlo son identidad, tradición,
historia, monumentos que delimitan un perfil un territorio en el cual tiene sentido su
uso. La mayoría de los textos que se ocupan del patrimonio lo encaran con una
estrategia conservacionista, un respectivo horizonte profesional como el de los
restauradores, los arqueólogos, los historiadores, en suma, los especialistas del
pasado.
Sin embargo, algunos autores vinculan al patrimonio con otras redes conceptuales
como el turismo, desarrollo urbano, mercantilización, comunicación masiva. Estos
términos son mencionados casi siempre como adversarios del patrimonio:
desafíos o agresiones que proceden de universos distintos.
La reformulación del patrimonio en términos de capital cultural tiene la ventaja de
no presentarlo como un conjunto de bienes neutros, con valores y sentidos fijos,
sino como un proceso social que, como el capital, se acumula, se renueva,
produce rendimientos que los diversos sectores se apropian de forma desigual.
El patrimonio cultural sirve para unificar a una nación de las desigualdades en su
formación y apropiación exigen estudiarlo también como espacio de lucha material
y simbólica entre las clases etnias y grupos; como recurso sirve para reproducir
diferencias entre los grupos sociales y la hegemonía de quienes logran un acceso
preferente a la producción y distribución de los bienes los sectores dominantes no
solo definen cuales son bienes superiores y merecen ser conservados sino que
disponen de medios económicos e intelectuales, tiempo de trabajo ocio para
imprimir a esos bienes de calidad y refinamiento.
Como consecuencia de la hegemonía las prácticas culturales se están perdiendo,
la gente compra objetos occidentales en vez de comprar objetos que nos
identifican con nuestro pasado. Asimismo, el crecimiento urbano y las industrias
culturales son una amenaza continua por lo que es indispensable hacer una buena
gestión para preservar los bienes históricos y las costumbres tradicionales, que
son testimonios únicos
El patrimonio tiene la peculiaridad de brindarnos conocimiento, identidad,
educación y desarrollo cultural a nivel local y nacional; además como motor
económico es un gancho tremendo para el turismo, genera oportunidades de
negocio y empleo local y lo bueno es que tenemos ahí el patrimonio a nuestra
entera disposición.
Conservar los monumentos es de mucha importancia, cabe resaltar que nos
otorgan identidad y permite conocernos mejor socialmente y reencontrarnos con
nuestro pasado.

PERU
Perú al igual que muchos países del continente americano, cuenta con una
extraordinaria riqueza cultural, en nuestra Nación, florecieron gran cantidad de
expresiones culturales que han dejado una profunda huella, plasmadas en
construcciones en diversas zonas del territorio nacional en las que se encuentran
fundadas las tradiciones, conocimientos y valores, elementos básicos en la
formación de nuestra conciencia histórica y en la definición de nuestra identidad
nacional.
Los vestigios históricos y arqueológicos son numerosos en todo el territorio
nacional, por lo que se mencionara como ejemplo concreto a Macchu Picchu y el
proceso de cómo se valora y genera desarrollo nuestro patrimonio.
Macchu Picchu
Es sin duda alguna uno de los más importantes atractivos turísticos del cusco,
descubierta en 1911 por el explorador norteamericano Hiram Bingham, esta
ciudadela es considerada una de las más extraordinarias muestras de arquitectura
paisajística del mundo.
Machu Picchu, ciudad fundada por los incas alrededor del siglo XIV, está
enclavado en un majestuoso escenario natural de incomparable belleza entre las
montañas andinas y la selva amazónica. Considerado el más importante
patrimonio material legado por la Civilización Inca. Sus murallas y rampas
gigantescas dan la impresión de haber sido esculpidas en las escarpaduras de la
roca. Estas características únicas han motivado a la UNESCO a declararlo
Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad en 1983 bajo la denominación de
Santuario Histórico de Machu Picchu, dentro de la categoría de bienes mixtos que
representa valores tanto naturales como culturales excepcionales. Esta
designación de Machu Picchu como Patrimonio de la Humanidad ha trasformado
la ciudad y la región en un destino turístico mundialmente conocido. Además,
Machu Picchu fue reconocido como una de las Maravillas del Mundo Moderno en
el año 2007, lo cual incentivó aún más su fama internacional y la presión por
visitarlo.
Hoy en día es uno de los sitios turísticos más demandados de toda Latinoamérica.
Este lugar ancestral es visitado por millones de personas de todo el mundo, la
visión panorámica en este sitio genera ventajas y desventajas sociales que
afectan a los más pobres.
Machu Picchu abarca un espacio emblemático que a nivel internacional y nacional
se impuso como símbolo para todas las prácticas turísticas peruanas. Según los
datos de estudio muestran que el crecimiento turístico ha sido espectacular en los
últimos 20 años. En 1990 recibía 120.549 visitantes nacionales y extranjeros
mientras que en el 2016 ascendió a 1.419.507 visitantes.
Por otro lado, la infraestructura turística también se incrementó. El crecimiento se
observa principalmente en el sector hotelero, según el Ministerio de Comercio
Exterior y Turismo (MINCETUR), el número total de hoteles (clasificados y no
clasificados) de la región de Cuzco pasó de 351 hoteles en 1998 a 1 979 hoteles
en el 2016, concentrándose principalmente en la ciudad del Cuzco y el valle
sagrado.
El flujo turístico hacia Machu Picchu ha crecido de manera considerable, así como
la infraestructura hotelera creada para atender esa demanda. Este aumento
importante del volumen de visitantes representa uno de los principales desafíos en
la gestión de Machu Picchu. La capacidad de carga del monumento ha sido tema
de discusión en los últimos años, debido a la falta de rigurosidad en el límite de
visitantes, el cual fue determinado en el Plan Maestro del 2005 y establece el
ingreso máximo de 2.500 personas por día y en el Camino Inca 500 personas. Sin
embargo, estas medidas no se han cumplido en la realidad debido a la presión de
visitantes y a la falta de un control efectivo en el ingreso de visitantes
principalmente en temporada alta entre abril a octubre.
En vista de los graves problemas de gestión de Machu Picchu, el crecimiento del
turismo y la presión de la UNESCO por los riesgos y peligro de su conservación.
Se realiza el primer Plan Maestro del Santuario de Machu Picchu en el año 1998
por un periodo de 5 años (posteriormente hubo una reformulación de este plan
para el periodo 2005-2015). Este plan se centró principalmente en el desarrollo
turístico más que en la conservación del patrimonio. Tal como afirma Martorell en
su informe crítico sobre el Plan Maestro de 1998- la conservación de Machu
Picchu no ha sido un interés prioritario en la política nacional.
El nuevo Plan Maestro de Machu Picchu 2015-2019 plantea algunas cuestiones
interesantes en relación al ordenamiento de la actividad turística, regular el acceso
de la zona oeste (amazónico) por el kilómetro 122 de la vía férrea que une la
ciudad del Cuzco con Machu Picchu; la gestión participativa, inclusiva y activa de
las poblaciones locales de Machu Picchu para reducir los conflictos sociales. La
propuesta de la construcción de un centro de interpretación e información para
visitantes permitirá ordenar el flujo turístico que ingresa a Machu Picchu. Además,
se ha fijado una nueva capacidad de carga de la ciudadela inca en 5,940 turistas
al día que podrán ingresar a la ciudadela en dos turnos (de 6:00 a.m. a 12m. y de
12m. a 5:30 p.m.), medida aplicada desde el 1 de julio de 2017.
El Departamento de Cuzco tiene una población total de 1.316.729 habitantes, una
de las más importantes del sur andino. La variedad geográfica corresponde
también a una gran diversidad de poblaciones y de géneros de vida. En alta
montaña viven las poblaciones consagradas al pastoreo de altura, generalmente
muy aisladas, mientras las de los valles, precisamente las del valle del Cuzco son
muy dinámicas y activas en lo que se refiere a la agricultura y, en los últimos
treinta años, a las actividades turísticas y artesanales. Según el diagnóstico del
Plan Maestro, dentro de la actividad turística generalmente los hombres se
dedican a la conservación de los monumentos arqueológicos del santuario y como
porteadores en la red de Camino Inca y los pobladores en general al alquiler de
caballos (SERNANP, 2014). Es necesario señalar que Cuzco ha experimentado
un crecimiento económico espectacular
Los preocupantes problemas de gestión del santuario y a las prácticas cotidianas
desarrolladas en el entorno de las actividades turísticas, que desarrollan un
comercio informal, contratan porteadores en condiciones laborales precarias,
generan contaminación, conflictos sociales y exclusión de las poblaciones locales
que mantienen niveles de salud y educación bajísimas. En ese sentido, hemos
constatado la débil gestión en Machu Picchu por parte de los actores políticos que
consideran al turismo como una fuente de ingresos y no como una actividad que
puede contribuir al desarrollo de la región. Además, por los datos recolectados nos
obliga a reconocer que las desigualdades socioeconómicas aumentaron por lo
menos en un sector muy preciso, el de hotelería y los servicios casi esclavistas de
los porteadores. O sea, existe una explotación indebida del trabajo, la cual genera
altas tasas de ganancias empresariales y disminuye las posibilidades de distribuir
porcentajes más elevados del total de las ganancias entre los que producen los
bienes y servicios.
las condiciones para que la gestión del patrimonio y el desarrollo turístico cree
espacios de desarrollo sostenible, es asumir el hecho turístico como parte
integrante de la conciencia del grupo, así como de los individuos. Es decir, la de
comprometer a las poblaciones en la construcción de la conciencia que los hace
actores del desarrollo. En ese sentido, la actividad turística no desarrolla sólo
espacios para la contemplación sino asumen la responsabilidad colectiva de
mejorar el bienestar de la población local.
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Recuperado: https://www.iprofesional.com/economia/307659-como-les-va-a-los-
paises-de-america-latina-que-cobran-impuestos-a-la-riqueza

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