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l f
- f NACIONAL
% J J # DE COLOMBIA
Sede Bogotá
colección s e d e
GRUPO DE INVESTIGACIÓN
ESTATUTO EPISTEMOLÓGICO DE LA CIENCIA POLÍTICA
INVESTIG ADORES
Diana Coral
Adolfo Chaparro
Liliana Chaparro
Juliana Cubides
Óscar Mejía
Hjalmar Newmark
Jhon Palacios
Jorge Iván Rodríguez
Carolina Rosero
Óscar Ernesto Sánchez
José Pablo Tobar
DIRECTOR DE LA INVESTIGACIÓN
ADOLFO CHAPARRO
E S T U D I A N T E S DEL D E P A R T A M E N T O DE F I L O S O F Í A DE
LA U N I V E R S I D A D N A C I O N A L DE C O L O M B I A
Diana Coral*
Liliana Chaparro
Jorge Iván Rodríguez*
Carolina Rosero
Óscar Ernesto Sánchez*
José Pablo Escobar*
E S T U D I A N T E S DEL D E P A R T A M E N T O DE C I E N C I A POLÍTICA
DE LA U N I V E R S I D A D N A C I O N A L DE C O L O M B I A
Juliana Cubides*
Jhon Palacios*
E S T U D I A N T E DE LA F A C U L T A D DE D E R E C H O DE LA
U N I V E R S I D A D DE LOS A N D E S
Hjalmar Newmark*
El posestructuralismo
en la filosofía política
francesa contemporánea
PRESUPUESTOS, CRÍTICAS Y PROYECCIONES
Coordinación editorial
Dora Inés Perilla Castillo
Revisión editorial
Emma Ariza
Carátula
Camilo Umaña Caro
Diseño y diagramación:
Isabel Sandoval
Preparación editorial e impresión:
Universidad Nacional de Colombia, Unibiblos
dirunibiblo_bog@unal.edu.co
ISBN 9 5 8 - 7 O I - 4 I 9 - 7
ISBN 9 5 8 - 7 O I - I 3 I - 7
(obra completa)
446 p-
ISBN : 958-701-419-7
CDD-21 3 2 0 . 0 1 / 2 0 0 4
Tabla de contenido
Prólogo,
VÍCTOR FLORIÁN B. 19
Presentación,
21
ÓSCAR MEJÍA QUINTANA
21
Marco de la problemática,
22
Del contractualismo a Marx
23
El paradigma autopoiético
24
El paradigma consensual-discursivo
25
Estructuralismo y posestructuralismo
27
Origen, objetivos y metodología de la investigación
M A R C O DE R E F E R E N C I A
Introducción 31
1. La teoría de la justicia 34
41
1.4. El equilibrio reflexivo
2. El debate liberal-comunitarista 43
11
2.1. La crítica liberal 43
Conclusión 70
Introducción,
JORGE 1VÁN R O D R Í G U E Z 75
PARTE i:
Contexto y crítica al posestructuralismo francés
CAPÍTULO I
Introducción 81
2.1. El antiedipo 99
Conclusiones 123
[12]
CAPÍTULO ÍI
Las formas paradójicas del juicio en la
filosofía política francesa contemporánea
ADOLFO CHAPARRO AMAYA
Introducción 125
2. Foucault 129
3. Lyotard 135
4. Deleuze 143
5. Derrida 150
Conclusiones 157
CAPÍTULO III
Introducción 161
[13]
2.2. Reconstrucción de Heidegger 19)
Conclusiones 209
PARTE Ii:
Elementos para el bosquejo de una teoría
del sujeto político posmoderno
CAPÍTULO IV
Individualismo contemporáneo o proceso de
personalización en Gilíes Lipovetsky
L I L I A N A PATRICIA CHAPARRO
Introducción 213
Conclusiones 246
[14]
CAPITULO V
Introducción 249
Conclusiones 304
CAPÍTULO VI
Introducción 313
Conclusiones 323
U5J
PARTE 111:
Bosquejo de una teoría de legitimidad
en la posmodernidad
CAPÍTULO VII
Crítica del posrepublicanismo francés al
neorrepublicanismo anglosajón
CAROLINA ROSERO NIETO
Introducción 329
Conclusiones 362
CAPÍTULO VIII
Introducción 363
16
i.i.¿Qué es el marxismo analítico? 368
Conclusiones 395
CAPÍTULO IX
Introducción 397
M
2. La obra de Jean-Marc Ferry 410
Conclusiones 432
Conclusiones
JORGE IVÁN RODRÍGUEZ 435
Í18
Prólogo
[19J
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
Víctor Florián B.
PROFESOR TITULAR
U N I V E R S I D A D N A C I O N A L DE C O L O M B I A
20
Presentación
ÓSCAR MEJÍA QUINTANA*
Marco de la problemática
ESTA INVESTIGACIÓN COLECTIVA INSCRITA en la línea y el grupo de inves-
tigación sobre el "estatuto epistemológico de las ciencias políticas" busca bos-
quejar los lineamientos de la crítica al posestructuralismo desarrollada en los
últimos 20 años en Francia por la nueva generación de filósofos políticos y ju-
rídicos franceses. Su horizonte de reflexión está centrado en la asunción que
sus máximos exponentes, Foucault y Deleuze especialmente, hicieron de los
presupuestos de Nietzsche y Heidegger, y en la reivindicación del modelo de
política premoderna que desemboca en la relativización de toda resistencia
y la descalificación de la modernidad y el humanismo jurídico.
En esa dirección, la investigación rescata del e s t r u c t u r a l i s m o y
posestructuralismo los elementos que permitan identificar y articular una lí-
nea de reflexión de filosofía política francesa proyectiva -encaminado a su-
perar la diáspora de la disciplina, polarizada entre la filosofía política
francesa, por una parte, y la norteamericana y alemana, por la otra, y pro-
pender -parafraseando a Boaventura de Sousa S a n t o s - por una nueva
ecumene de la filosofía política universal a partir de la recuperación de su pro-
pia tradición y de los elementos comunes con las tradiciones afínes.
Para Colombia esto tiene una justificación de dos caras: de una parte, al
actualizar la recepción de la filosofía política francesa del último cuarto de
siglo, intentar superar la lectura dogmática que se ha hecho del posestructu-
ralismo en nuestro contexto. De otra, inferir de ello elementos que posibili-
ten nuevas lecturas del conflicto colombiano desde la filosofía política y la
proyección potencial de soluciones normativas, lo cual supone abordar pro-
blemas centrales de la filosofía política: un problema central y recurrente, el
21
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
22
PRESENTACIÓN
El paradigma autopoiético
En un primer punto de inflexión, la investigación exploró la tensión
dilemática de la filosofía práctica contemporánea entre dos de sus paradigmas
dominantes: uno, el autopoiético o autorreferencial que concibe la moral, la
política y el derecho como sistemas sociales autonomizados entre sí, sin otro
tipo de comunicación que el sistémico o funcional. Y otro, el dialógico o
deliberativo (Rawls, Habermas) que, por el contrario, los comprende abier-
tos a los impulsos provenientes del entorno, es decir, de la pluralidad propia
del mundo de la vida.
Una u otra orientación paradigmáticas tienen, por supuesto, implica-
ciones decisivas en la vida práctica e institucional de una sociedad, constituyén-
dose en dos modelos de legitimidad, justificación moral y democracia de
naturaleza y carácter diferentes, por no decir que opuestos.
El paradigma autopoiético de Niklas Luhmann se interpretó como una ra-
dicalización tanto del liberalismo clásico como del iuspositivismo, resimbo-
lizando la voluntad popular y la validez jurídica en términos de una concepción
autorreferente de la política. En general, se buscó reconstruir críticamen-
te el proceso de maduración, consolidación y constitución del paradigma
en la perspectiva de lograr una comprensión histórico-estructural de con-
junto que permitiera acercarse a la multiplicidad de perspectivas que se
desprenden del mismo.
En esa dirección, inicialmente se reconstruyó el proceso de maduración,
consolidación y proyección del paradigma autopoiético en y desde sus orígenes
sociológicos y sus derivaciones en el análisis de los sistemas sociales, en parti-
cular los que conciernen a los campos de reflexión de la filosofía práctica, tales
como la moral, la política y el derecho.
Se abordaron tres momentos en el desarrollo del paradigma: en el prime-
ro se mostró el proceso de maduración del paradigma, a partir de la crítica a
la teoría clásica sociológica y la propuesta alternativa -todavía muy influen-
ciada por la obra de Parsons-que empieza a bosquejarse en su abordaje sobre
el problema del poder, por ejemplo. En el segundo, la consolidación del para-
digma, emplazándose ya frente al contexto sociológico contemporáneo. En el
tercero, la proyección del paradigma, mostrando la recepción y aplicación que
el mismo empieza a tener como nuevo esquema de interpretación social y su
papel heurístico en el análisis de la integración en las sociedades complejas, par-
ticularmente en lo que se refería a la moral, la política y el derecho y sus rela-
ciones recíprocas como sistemas autorreferentes.
I23J
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
El paradigma consensual-discursivo
Frente al paradigma autopoiético pueden oponerse, más que cronoló-
gica, analíticamente, dos propuestas sistemáticas filosófico-políticas. La pri-
mera de ellas es la representada por el paradigma consensual-discursivo, en
cabeza de Rawls y Habermas, fundamentalmente, que condicionan la legitimi-
dad del ordenamiento jurídico-político a una concepción consensuada y deli-
berante de la justicia social.
En este punto la investigación se orientó, inicialmente, a reconstruir el
desarrollo del planteamiento rawlsiano desde una perspectiva histórico-estruc-
tural que permitiera comprender sus orígenes, consolidación y proyección en
el conjunto de la filosofía práctica (moral, política y jurídica) contemporánea.
El primer planteamiento de Rawls de Teoría de la justicia (1971) inten-
ta resolver la dicotomía contemporánea entre legalidad y legitimidad a tra-
vés de u n procedimiento de consensualización m o r a l que s o m e t e el
ordenamiento jurídico-político a unos criterios de justicia concertados im-
parcialmente. Pero esta propuesta, más que resolver la cuestión, reaviva el
debate Kant-Hegel en los términos clásicos. La polémica entre liberales y
comunitaristas que tiene como principales protagonistas a Buchanan y
Nozick, de una parte, y a Maclntyre, Taylor, Sandel y Walzer, de otra, po-
lariza la discusión sobre la legitimidad en torno a los términos dilemáticos
y excluyentes de la economía y la tradición, reeditando la dicotomía anota-
da en una dirección que generaliza la discusión al conjunto de la filosofía
práctica contemporánea.
La investigación abordó la respuesta de Rawls, tanto a los liberales como
a los comunitaristas, en los artículos "Unidad social y bienes primarios" (1978),
"El constructivismo kantiano en la teoría moral" (1980) y "Sobre las libertades"
(1981), los cuales anticipan el "giro pragmático" que se presenta en el Libera-
lismo político (1993) y "El derecho de los pueblos" (1993), donde Rawls concreta
el planteamiento normativo de su primera etapa en una concepción política de
la justicia, fruto del consenso e n t r e c r u z a d o de las diversas visiones
omnicomprensivas que componen la sociedad, mostrando, incluso, sus poten-
ciales derivaciones a nivel global.
En el marco de esta problemática, Habermas desarrolla, en la última etapa
de su monumental reflexión, una teoría del derecho y la democracia que, de una
parte, profundiza sus reflexiones tempranas sobre la legitimación en el capita-
lismo tardío, que le permite replantear y complementar su propia teoría de la
acción comunicativa y, de otra, en diálogo con las principales corrientes con-
[24]
PRESENTACIÓN
Estructuralismo y posestructuralismo
La segunda propuesta filosófico-política que analíticamente puede
oponérsele al paradigma autopoiético la constituye la teoría del poder del
estructuralismo y posestructuralismo francés, denunciando los nuevos tipos de
legitimación que corresponden a la sociedad poscapitalista.
Foucault plantea en un primer momento las nuevas dimensiones que el
problema de la legitimidad presenta en la sociedad contemporánea, así como
los nuevos retos que ello supone para las perspectivas críticas y contestatarias
que pretendieran resimbolizarla. Deleuze se aproxima a toda esta nueva com-
plejidad adivinándola en la esquizofrenia polivectorial que sostiene invisible
el andamiaje poscapitalista.
Barthes y Canetti la escudriñan en los recónditos entramados de un pa-
sado cuasi-animal siempre presente en sus expresiones actuales, ya como el
reverso de una libido dominandis, ya en el secreto como médula del poder.
La consideración posestructuralista radicaliza estas evidencias. La legi-
timación en Lyotard es la clave de bóveda del conflicto de saberes de la socie-
dad posmoderna. La legitimidad queda así reducida a las estrategias seductoras
y fatales (Lipovetsky, Baudrillard) de un poder etéreo e inasible enraizado,
más que en las relaciones de clase, en su propia dinámica de deseo.
La filosofía política francesa de la segunda mitad del siglo XX puede ca-
racterizarse, a grandes rasgos, por tres momentos. El primer momento, en los
años inmediatos de la posguerra, representado por Sartre y cuya característi-
ca principal es su pretendida simbiosis entre existencialismo y marxismo, en lo
que se reconoció como el humanismo existencialista. El segundo momento vie-
ne dado por la reacción estructuralista y posestructuralista, a partir de Lévi-
Strauss, liderada por Foucault, Deleuze, Lyotard y Derrida, entre otros, cuyo
denominador común será -frente al periodo anterior- su decidido talante
antihumanista, recuperando una matriz nietzscheano-heideggeriana de la que
desprenden no pocos de sus planteamientos críticos sobre la modernidad.
I25J
El. POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
En este marco se desarrollan varias líneas de reflexión: una teoría del suje-
to, que busca desentrañar las estrategias de subjetivización desarrolladas por
la modernidad y que anticipan el nuevo perfil del sujeto político posmoderno;
y una teoría del poder que igualmente explora la naturaleza que este adquiere
en las sociedades poscapitalistas, así como los nuevos tipos de legitimación que
empiezan a corresponderle. Foucault plantea, inicialmente, las nuevas dimen-
siones de estas problemáticas en la sociedad contemporánea, así como los nue-
vos retos que ello supone para las perspectivas críticas y contestatarias que
pretendían resimbolizarla, desde una reflexión sistemática sobre el sujeto y la
nueva economía de poder que empezaba a evidenciarse.
El marxismo estructuralista francés, de Goldmann, Althusser y Poulantzas,
desarrolla una versión más puntual, mediada por las relaciones de dominación
y explotación de clases, pero que se inscribe, en términos generales, en esa
reinventada economía de poder como dispositivo plural, ya a través del «su-
jeto ideológico», ya a través de un fraccionamiento de la clase hegemónica.
La consideración posestructuralista radicaliza estas evidencias. La legiti-
mación en Lyotard es la clave de bóveda del conflicto de saberes de la sociedad
posmoderna, si bien poco tiene que ver con la justificación intersubjetiva que
suponía el contrato social de la modernidad. Legitimidad que se ve apuntala-
da por nuevas y sutiles estrategias de subjetivización (Lipovetsky, Baudrillard)
a través de las cuales ese poder etéreo e inasible, enraizado, más que en las rela-
ciones de clase, en la propia dinámica de deseo, somete a la sociedad a una do-
minación implacable pero aceptada por todos.
Un tercer momento, cuya recepción no ha sido suficientemente asimilada
en nuestro medio, viene dado, a partir de mediados de los ochenta, por una
contracrítica radical del estructuralismo y el posestructuralismo francés, la re-
cuperación de problemas clásicos de la filosofía política francesa y un intento
de apertura y diálogo con otras tradiciones fílosófico-políticas continentales
y americanas.
La punta de lanza de esta crítica es la denuncia a los supuestos nietzs-
cheanoi-heideggerianos de la reflexión estructuralista, abordados de manera
olímpica por la generación anterior sin explorar sus ambivalencias y am-
bigüedades y que, finalmente, comprometieron su proyecto filosófico-po-
lítico, reduciéndolo a una denuncia estéril sin estrategias de proyección
prepositivas y edificantes.
En efecto, las doctrinas de Nietzsche sobre el nihilismo, el vitalismo, la
muerte de Dios, el eterno retorno, aunados a las tesis sobre la obstaculización
26
PRESENTACIÓN
[27]
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
28I
PRESENTACIÓN
I29J
MARCO DE R E F E R E N C I A
Desarrollos posrawlsianos de la
filosofía política contemporánea:
republicanismo, marxismo analítico
y democracia deliberativa
ÓSCAR MEJIA QUINTANA
Introducción
EL RESURGIMIENTO DE LA FILOSOFÍA POLÍTICA en la segunda mitad del siglo
XX se origina, cronológicamente, con la publicación de la Teoría de la justicia
(1971) de John Rawls, cuyos planteamientos constituyen un audaz intento por
fundamentar una nueva concepción de la moral, la política y el derecho, y de
sus relaciones entre sí, con sustanciales connotaciones para el desarrollo insti-
tucional de la democracia e inaugurando con ello un proyecto alternativo, si-
milar al de Habermas, que hoy se inscribe en lo que ha dado en llamarse
democracia deliberativa.
La Teoría de la justicia termina de redondear la crítica al utilitarismo que
Rawls había emprendido 20 años atrás, cuando decide acoger la tradición
31
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
1
John Rawls, Teoría de la justicia, México: FCE, 1979.
2
Stephen Mulhall & Adam Swift, Liberáis & Communitarians, Oxford
& Cambridge: Blackwell, 1992.
3
John Rawls, Liberalismo político, Barcelona: Crítica, 1996.
4
Para una visión crítica alternativa de la tendencia republicana ver los
decisivos estudios de Marcel Gauchet, La Révolution des Droits de
l'Homme, Paris: Gallimard, 1989; Blandine Kriegel, Cours de Philosophie
Politique, Paris: Librairie Genérale Francaise, 1996; Alain Renaut et al.. Les
Philosophies Politiques Contemporaines, Paris: Calmann-Lévy, 1999 y,
[32]
MARCO DE REFERENCIA
[33]
E i POSESTJÍÜCriyJÍAi/SMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
i. La teoría de la justicia
i.i. La crítica al utilitarismo
El propósito de Rawls será tratar de fundamentar una teoría de la justi-
cia contractualmente, buscando generalizar y llevar a un nivel conceptual más
alto la visión tradicional del contrato social, superando las inconsistencias de
los modelos clásicos de Locke y Rousseau, desde una lectura igualmente críti-
ca de Kant13.
9
De lo cual puede servir de referencia, ya para ser revisada, el texto de
Jürgen Habermas, "Tres modelos normativos de democracia", en La
inclusión del otro, Barcelona: Paidós, 1999.
10
Por ejemplo, Michael Sandel, Democracy's Discontent, Cambridge:
Harvard University Press, 1996. Y, en una línea similar, aunque con directa
influencia posutilitarista, Amy Gutman, Dennis Thompson, Democracy
and Disagreernent, Cambridge: Harvard University Press, 1996.
11
Jon Elster, Deliberative Democracy, Cambridge (UK): Cambridge
University Press, 1998.
12
Ver James Bohman, Public Deliberation, Cambridge (USA): MIT
Press, 1996; así como James Bohman & William Rehg, Deliberative
Democracy, Cambridge: MIT Press, 1997. Y, en el contexto europeo,
Chantal Mouffe, El retorno de lo político, Barcelona: Paidós, 1999.
13
John Rawls, Teoría de la justicia, op. cit.
[34]
MARCO DE REFERENCIA
Puesto que el principio para un individuo es promover tanto como sea posi-
ble su propio bienestar, esto es, su propio sistema de deseos, el principio para
la sociedad es promover tanto como sea posible el bienestar del grupo, esto es,
realizar en la mayor medida el sistema comprensivo de deseos al que se llega a
partir de los deseos de sus miembros... Una sociedad está correctamente or-
denada cuando sus instituciones maximizan el balance neto de satisfacción14.
l4
/b¿d.,p.42.
15
Ibid., p. 45.
[35]
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
moral de los principios ni, mucho menos, ningún acuerdo social que los san-
cione como justos o, al menos, concertados por la mayoría de la sociedad.
w
!btd.,p. 35.
17
Ibid., p. 36.
[36]
M A R C O DE R E F E R E N C I A
... tenemos que anular los efectos de las contingencias específicas que ponen a
los hombres en situaciones desiguales y en tentación de explotar las circuns-
tancias naturales y sociales en su propio beneficio... Para lograr esto supongo
que las partes están situadas bajo un velo de ignorancia18.
]$
Ibid.,p. 163.
19
Ibid., p. 167.
[37]
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
[38]
MARCO DE REFERENCIA
(v) Las bases sociales del respeto de sí mismo son aquellos aspectos de las ins-
tituciones básicas que normalmente son esenciales para que los ciudadanos ten-
gan un sentido vivo de su propio valor como personas morales y sean capaces
de realizar sus intereses de orden supremo y promover susfinescon confian-
za en sí mismos20.
Estos bienes primarios son necesidades que los ciudadanos, como perso-
nas libres e iguales, requieren para el desarrollo de sus planes racionales de vida
y, como tales, tienen conocimiento de ellos en sus consideraciones al interior
de la posición original, en cuanto saben que los principios de justicia deben ase-
gurarles un número suficiente de éstos en su vida ciudadana.
20
John Rawls, "Unidad social y bienes primarios", en Justicia como
equidad, Madrid: Tecnos, 1986, p. 193.
[39]
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
Primer principio:
Cada persona ha de tener un derecho igual al más amplio sistema total de li-
bertades básicas, compatible con un sistema similar de libertad para todos
[Igual libertad].
Segundo principio:
b) unido a que los cargos y las funciones sean asequibles a todos, bajo condi-
ciones de justa igualdad de oportunidades [Principio de la justa igualdad de
oportunidades].
a) una libertad menos extensa debe reforzar el sistema total de libertades com-
partido por todos;
b) una libertad menor que la libertad igual debe ser aceptada por aquellos que
detentan una libertad menor.
[40]
MARCO DE REFERENCIA
Concepción general
21
Ibid., pp. 340-341.
22
/bííí.,p. 38.
[41]
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
23
Ibid., pp. 460-469.
24
Ibid., p. 623.
[42]
MARCO DE REFERENCIA
2. El debate liberal-comunitarista
2.1. La crítica liberal
El planteamiento rawlsiano genera un debate sin precedentes en el cam-
po de la filosofía moral y política que, aunque se inicia en los Estados Unidos,
se extiende rápidamente a Europa y otras latitudes por sus implicaciones para
la estructuración o reestructuración institucional de los estados y sociedades,
en el marco de una tendencia globalizadora que exige radicales reformas inter-
nas en los mismos.
Las primeras reacciones a la propuesta rawlsiana, en la misma década de
los setenta, van a provenir, desde la orilla liberal, de los modelos neocon-
tractualistas de Nozick25 y Buchanan26, siguiendo a Hobbes y Locke respecti-
vamente, y más tarde, aunque en forma menos sistemática, la del mismo
Hayek27. Un tanto tardía, diez años después, Gauthier28 igualmente se inscribe
en el marco de esta crítica liberal a Rawls. Todas tienen como denominador co-
mún la reivindicación de la libertad sin constricciones, la autorregulación de
la economía sin intervencionismo estatal, la minimización del Estado y la rei-
vindicación del individuo y su racionalidad instrumental.
La propuesta más representativa de esta tendencia sin duda la constituye
la posición libertariana de Robert Nozick. Su planteamiento se basa en tres prin-
cipios: el 'principio de las transferencias' según el cual cualquier cosa adquiri-
da justamente puede ser transferida libremente; el 'principio de la adquisición
inicial justa' y el 'principio de rectificación de justicia que proporciona el cri-
terio para actuar sobre las adquisiciones injustas. De ellos, paulatinamente,
Nozick justifica la existencia de un Estado mínimo que, en términos contem-
poráneos, estaría actualizando el ideal anarquista de la plena jurisdicción del
individuo sobre sí mismo sin intervenciones estatales, su racionalidad
maximizadora de utilidades, poniendo de presente, con ello, el poderoso po-
tencial utópico del ideario neoliberal.
25
Robert Nozick, Anarquía, Estado y utopia, México: FCE, 1988 (1974).
26
James Buchanan, The Limits of Liberty, Chicago: University of
Chicago Press, 1975.
27
Friedrich Hayek, Droit, Legislation et Liberté, Paris: PUF, 1995 (1973-
1979).
28
David Gauthier, La moral por acuerdo, Barcelona: Gedisa, 1994 (1986).
[43]
EL POSESTRl/CTl/RAL/SMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
29
David Gauthier, Egoísmo, moralidad y sociedad liberal, Barcelona:
Paidós, 1998, pp. 41-65.
Í44]
M A R C O DE R E F E R E N C I A
30
Alasdair Maclntyre, After Virtue, London: Duckworth, 1981.
31
Charles Taylor, Sources ofthe Self, Cambridge (MA): Harvard
University Press, 1989.
32
Michael Walzer, Spheres ofjustice, New York: Basic Books, 1983.
33
Michael Sandel, Liberalism and the Limits ofjustice, Cambridge:
Cambridge University Press, 1982.
[45]
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
34
Ver Pablo de Greiff, «Maclntyre: narrativa y tradición», en Revista
Sistema, Madrid: Separata, 1989, pp. 99-116.
[46]
MARCO DE REFERENCIA
35
Ver, sobre esta segunda etapa del debate comunitarista-liberal, el
ensayo de Alessandro Ferrara, "Sobre el concepto de comunidad liberal",
en Revista de Filosofía Política (No. 3), Madrid: Editorial Anthropos, 1994,
pp. 122-142.
36
Ver Carlos Thiebaut, "Universalidad, pluralismo cultural e identidad
moral" (Entrevista), en Revista de Filosofía Política (No. 3), Madrid:
Editorial Anthropos, 1994.
[47
EL POSESTJÍL'CTL'KAl/SMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
37
Michael Sandel, Democracy's Discontent, op. cit.
38
Will Kymlicka, Multicultural Citizenship, Oxford: Oxford University
Press, 1995.
[48]
MARCO DE REFERENCIA
Kymlicka son armas eficaces que se pueden esgrimir para proteger y permitir
el florecimiento de las culturas minoritarias.
Esta polémica liberal-comunitarista permite comprender los giros sustan-
ciales dados por Rawls y su aproximación a las posturas comunitaristas, mu-
chas de cuyas objeciones al proyecto moderno liberal parece compartir aquél,
en lo que se ha definido como la "pragmatización del proyecto liberal". En este
orden, y aunque Rawls no lo haya reconocido de manera explícita, los bienes
sociales primarios que ha querido mantener en la enunciación normativa de
la Teoría de la justicia quedarían sujetos al consenso entrecruzado de las dife-
rentes visiones omnicomprehensivas y, en un sentido más amplio, al equilibrio
reflexivo de la deliberación pública.
Lo que sería plenamente compatible, además, con la afirmación
rawlsiana de la primacía de lo razonable sobre lo racional, planteada desde
su "Constructivismo kantiano en teoría moral", de 1980, así como de la lec-
tura política de la figura del equilibrio reflexivo que permitiría, desde el im-
perativo de adecuación de la universalidad de los principios al sentido de
justicia de los ciudadanos en tanto personas morales, someter al proceso de
consensualización político no sólo el orden, sino el espectro de bienes socia-
les primarios mismos por distribuir.
39
Roberto Gargarella, "Marxismo analítico y teoría de la justicia", en Las
teorías de la justicia después de Rawls, Barcelona: Paidós, 1999, pp. 99-123.
[49]
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
40
El origen de la propuesta se halla en el artículo "Una vía capitalista al
comunismo" de Philippe van Parijs y Robert J. van der Veen, publicado en
1986 en la revista Theory and Society, y ha provocado desde entonces
amplias discusiones, especialmente académicas, con ramificaciones muy
amplias.
41
R. Gargarella, op. cit., p. 117.
42
Ibid., p. 116.
i}
Ibid., p.Wl.
[50]
MARCO DE REFERENCIA
44
Ver Philippe van Parijs, "Rawls face aux libertariens", en Catherine
Audard, Jean-Pierre Dupuy et Rene Séve (eds.), Individu et Justice Sociale,
Paris: Editions du Seuil, 1988.
[51J
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
45
Ver Peter Vallentyne, "Self-ownership and Equality", en Ethics,
Chicago: The University of Chicago Press, 1997, pp. 321-343.
[52]
MARCO DE REFERENCIA
[53J
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POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
46
Philippe van Parijs, "Más allá de la solidaridad. Los fundamentos
éticos del Estado de bienestar y su superación", en Rubén Lo Vuolo
(comp.), Contra la exclusión: la propuesta del ingreso ciudadano, Buenos
Aires: CIEPP/Miño y Dávila Editores, 1994.
47
Ver la intervención de Philippe van Parijs en el Coloquio Repensar
(Radicalmente) la Solidante, realizado en Lovaina la Nueva, organizado
[54]
M A R C O DE R E F E R E N C I A
155 J
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POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
48
Karl Marx, Manuscritos económico-filosóficos de 1844, México:
Grijalbo, 1968, p. 160.
49
John Rawls, Liberalismo político, Barcelona: Crítica, 1996.
MARCO DE REFERENCIA
50
John Rawls, Political Liberalism, New York: Columbia University
Press, 1993.
51
Al respecto ver Charles Taylor, "The Politics of Recognition", en Amy
Gutmann (ed.), Multiculturalism, Princeton; Princeton University Press,
1994; así como, en el mismo volumen, los comentarios de Jürgen
Habermas, "Struggles for recognition in the democratic constitutional
state".
52
J. Rawls, Political Liberalism, op. cit., pp. 133-172.
1VJ
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
ción del bien, compatibles con el pluralismo que caracteriza a los regíme-
nes constitucionales.
Sólo una concepción política de la justicia puede servir de base al con-
senso entrecruzado puesto que en ella los principios y valores políticos cons-
titucionales son lo suficientemente amplios como para integrar y superar
los valores que entran en conflicto. Esos macrovalores gobiernan el mar-
co de la vida social y especifican los términos fundamentales de cooperación
social y política que este liberalismo consensual intenta sintetizar y sobre
los cuales los ciudadanos, desde su plena libertad de conciencia y perspec-
tiva omnicomprehensiva, conciban con sus valores políticos y comprehen-
sivos particulares.
Ello nos conduce al objetivo cardinal de la versión rawlsiana de su libera-
lismo político que es lograr un consenso entrucruzado de doctrinas
onmicomprehensivas razonables sobre los principios de justicia, en tanto
macrovalores reguladores de la estructura social.
La concepción política que rige la estructura básica de una sociedad no
requiere ser monocomprehensiva. Su estabilidad no depende de una visión
sistemáticamente unificada sino necesariamente pluralista. Cuando se
adopta este marco de deliberación, los juicios convergen lo suficiente como
para que la cooperación política, sobre la base del mutuo respeto, pueda
mantenerse. Tal concepción política constituye un marco de deliberación
y reflexión que permite buscar acuerdos políticos sobre cuestiones de jus-
ticia y aspectos constitucionales básicos para toda la sociedad.
La concepción de justicia más razonable para un régimen democrático es,
por lo mismo, ampliamente liberal. Cuando un consenso entrecruzado man-
tiene y alienta esta concepción, ella no es vista como incompatible con valores
fundamentales, morales o psicológicos, pues las virtudes de cooperación polí-
tica que posibilita un régimen constitucional son y deben ser macrovirtudes de
tal amplitud.
El consenso, fiel a su carácter constructivista, debe cumplir un determi-
nado proceso procedimental. Una primera etapa la constituye lo que Rawls
denomina la etapa constitucional. Esta etapa satisface los principios procedi-
mentales de convivencia política, autonomía y neutralidad, que como tales se
aceptan, sin incluir ni suponer ideas fundamentales sobre la sociedad y la per-
sona. Define, en últimas, los procedimientos políticos de un sistema constitu-
cional democrático.
[58]
MARCO DE REFERENCIA
53
7Wd,pp.212-254.
[59]
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POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
54
Al respecto ver, por ej., Ronald Dworkin, Ética privada e igualitarismo
político, Barcelona: Editorial Paidós, 1993; igualmente, Charles Taylor, La
Ética de la autenticidad, Barcelona: Editorial Paidós, 1994.
[6o
M A R C O DE R E F E R E N C I A
Í61I
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
55
Jürgen Habermas, "Tres modelos normativos de democracia", en La
inclusión del otro, op. cit., pp. 231-246.
[62]
MARCO DE REFERENCIA
[63]
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
[64]
M A R C O DE R E F E R E N C I A
determinado, no por las estructuras de los procesos económicos, sino por es-
tructuras propias de la comunicación intersubjetiva pública orientada al en-
tendimiento. Es decir, las condiciones de autodeterminación ciudadana no
están dadas por la dinámica del mercado sino por una dinámica dialógica. En
ese orden, los partidos que luchan por el acceso a posiciones estatales de poder
tienen que regirse por parámetros deliberatorios.
El tercer modelo de democracia radical que Habermas propone está fun-
damentado en las condiciones comunicativas, en donde los procesos políticos
tienen que producir resultados racionales de manera deliberativa. Este concepto
de una política deliberativa toma sentido cuando se tiene en cuenta la plurali-
dad de formas de comunicación en las que figura una voluntad común. Por eso,
cuando retoma para sí ese concepto procedimental de la política deliberativa,
como núcleo normativo de la teoría de la democracia, hay diferencias tanto de
la relación con la concepción republicana de Estado, concebida como una co-
munidad ética, como en relación con la concepción liberal del Estado, como
guardián de la sociedad centrada en el sistema económico.
La teoría discursiva asume elementos de ambas concepciones y los integra
en el concepto de un procedimiento ideal para la deliberación y la toma de re-
soluciones, pues el procedimiento va a generar una conexión interna entre ne-
gociaciones, discursos de autocomprensión y discursos referentes a la justicia,
convencida de que, en tales condiciones pueden alcanzarse resultados racionales
y equitativos. La autocomprensión normativa de la política deliberativa exi-
ge de la comunidad jurídica un modo discursivo de socialización.
56
Jürgen Habermas, "Sobre la traducción sociológica del concepto
normativizante de política deliberativa", en Facticidad y validez, op. cit., pp.
393-405.
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
57
Norberto Bobbio, The Future of Democracy, Cambridge: Polity Press,
1987.
58
Robert Dahl, Democracy and its Critics, New Haven: Yale University
Press, 1989.
661
MARCO DE REFERENCIA
39
Ver J. Elster, The Cement of Society, Cambridge: Cambridge University
Press, 1989; y H. Willke, Ironie des Staates, Frankfurt am Main: Suhrkamp,
1992.
60
Modelo desarrollado por Habermas a partir de una revisión crítica de
la propuesta de Bernard Peters, Rationalitát, Recht und Gesellschaft,
Frankfurt am Main: 1991.
[67]
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
168
MARCO DE REFERENCIA
[69]
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POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
Conclusión
Es en este marco donde se desarrolla la "disputa en familia" entre
Habermas y Rawls, sin duda uno de los debates de más incidencia en la filoso-
fía política de finales y comienzos de siglo, y donde ambos autores van a coin-
cidir en lo que algunos han llamado el republicanismo kantiano 61 que
caracterizaría una última etapa teórica de uno y otro62.
Rawls introduce dos conceptos estructurales que determinan su visión re-
publicana del liberalismo político: la del consenso entrecruzado {overlapping
consensus) y la de la razón pública. La primera para describir el objetivo final
de su liberalismo y, la segunda, para mostrar los mecanismos que garantizan
los principios de justicia en un régimen constitucional. Los dos representan el
énfasis social de la teoría rawlsiana y confirman su distanciamiento de todas
las teorías abstractas de la filosofía moral y política contemporánea.
También vale la pena resaltar que Rawls rescata en esta obra la noción de
equilibrio reflexivo que parecía haber perdido relevancia en las versiones de
1980 y 1981. Vuelve aquí a adquirir importancia como un mecanismo de
auditaje desde el cual el sujeto, ya sea en la figura del ciudadano o como sujeto
colectivo, replantea continuamente su juicio sobre el sistema social en el que
vive63. El contrato social deviene, con ello, un contrato social permanente y los
principios de justicia constituyen el criterio desde el cual la ciudadanía juzga
los actos del Estado o el gobierno y legitima -o deslegitima- el orden social que
lo rodea.
Y aquí se retoman algunas de las categorías profundizadas en las versio-
nes anteriores y que encuentran ahora toda su trascendencia social y política.
El ciudadano como persona moral vuelve a ser la piedra de toque de la concep-
[70]
MARCO DE REFERENCIA
ción de la justicia y, sin duda, en ella habría que buscar la presencia del legado
kantiano, aunque ello se complementa con una noción de sujeto colectivo, im-
plícita en el papel que Rawls le ha conferido siempre a las minorías, pero que
ahora se hace más expresa en el planteamiento político.
Además, el carácter público de la justicia define el rasgo sustancial de la
propuesta rawlsiana: la justicia como paideia social es la garantía de que la
sociedad conozca y, por tanto, exija la aplicación de los principios de justi-
cia y, a través de ello, el respeto a sí mismo, ya sea como ciudadano activo o
sujeto colectivo.
Como quiso mostrarse a lo largo de este estudio introductorio, en lo
que a Habermas concierne, este republicanismo estaría caracterizado por
varios elementos. Primero, por la decidida defensa del poder comunicati-
vo de la sociedad civil, entendida más en términos hegelianos, y de las liber-
tades políticas que garanticen la formación y voluntad de la opinión
pública. Segundo, por un modelo de democracia deliberativa, que a par-
tir de aquello se infiere, donde la participación activa de la ciudadanía es
corolario indispensable del desarrollo pleno del Estado. Tercero, por tan-
to, de la justificación de actos ciudadanos como la desobediencia civil que,
como test de constitucionalidad, permitan conciliar la Constitución con las
nuevas realidades y clamores sociales.
De lo anterior se deriva, cuarto, el papel mediador que Habermas confiere
al Tribunal Constitucional en las sociedades complejas como hermeneuta po-
lítico-jurídico de esa soberanía popular activa y plural y su deber imperativo
de conciliar la tensión entre hechos y normas desde una perspectiva que garan-
tice la más amplia participación de los afectados en los procedimientos demo-
cráticos. Lo que supone, precisamente, que el Tribunal asuma, como
paradigma de adjudicación constitucional, el discursivo-procedimental que
Habermas propone como el más adecuado.
En este punto se presenta la distancia de Habermas frente al
republicanismo. El riesgo que implica es la potencial etitización de la vida pú-
blica y la lectura axiológica, buena para algunos, de la constitución que de ello
se desprendería, frente a la deontológica, justa para todos, que Habermas de-
fiende, en consonancia con Ackerman y Ely.
El paradigma discursivo-procedimental recoge el contenido normativo
de la soberanía popular procedimentalizada que las revoluciones democráti-
co-radicales proyectan para la sociedad c o n t e m p o r á n e a , p o n i e n d o de presente
la cooriginalidad del derecho y la política a partir de u n principio discursivo
171]
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
[72]
MARCO DE REFERENCIA
[73]
Introducción
JORGE IVÁN RODRÍGUEZ"
ESTE LIBRO BUSCA DAR UNA MIRADA global a la filosofía política francesa con-
temporánea, abordando el tema desde cuatro perspectivas diferentes: los an-
tecedentes, el sujeto, la sociedad y el Estado.
La primera parte tiene por objetivo brindar un conocimiento general de
los antecedentes inmediatos de la filosofía política francesa contemporánea.
Por esta razón se centra en el estudio de dos autores de los años cincuenta:
Michel Foucault y Gilíes Deleuze.
De Deleuze y Foucault a nuestros tiempos han ocurrido nuevos fenóme-
nos sociales y políticos (proceso de globalización, caída del bloque soviéti-
co, la unión de Europa, etc.). Entender las propuestas de estos autores es
entender algunos de los procesos que desencadenaron estos eventos, evitan-
do caer en el anacronismo que impide asimilar la dinámica que domina nues-
tra sociedad actual.
Durante el periodo de posguerra de la Segunda Guerra Mundial, Francia
estuvo dirigida por gobiernos conservadores. A pesar de que la economía fran-
cesa se encontraba en pleno crecimiento, en mayo de 1968 surgió la revolución
estudiantil que dio paso a una generación de intelectuales que rechazaban la
Ilustración, y en especial el humanismo derivado de esta, ya que pensaban que
sólo representaba los intereses de una clase social, la burguesa. Surgió una nueva
corriente de filosofía política que no se encontraba adscrita ni al marxismo, ni
al liberalismo.
Esta nueva corriente filosófica se destacó por dar paso a la expresión más
radical y visible de los movimientos sociales y de protesta que atravesaron Oc-
cidente, ya que no funcionó como un metadiscurso, alejado de la realidad, sino
como el compañero de las demandas realizadas por los trabajadores.
Foucault y Deleuze hacen parte de este contexto, fueron intelectuales mi-
litantes que desdeñaron del sistema democrático.
[75]
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
[76]
INTRODUCCIÓN
[77]
EL POSESTRUCTURALISMO EN LA FILOSOFÍA
POLÍTICA FRANCESA CONTEMPORÁNEA
y los derechos sociales o derechos crédito, que buscan reducir la diferencia en-
tre los diversos sectores de la sociedad.
Los posrepublicanos toman la distinción entre las dos clases de derechos,
presentando un tercer tipo de derechos: derechos participación, donde las le-
yes cobran importancia en la medida en que sean legitimadas por un proce-
so de diálogo político intersubjetivo; es decir, los derechos son parte
fundamental de la construcción democrática. La noción de Estado se encuen-
tra vinculada con la noción de participación directa; los derechos humanos
se garantizan en la medida en que se cumpla el proceso de deliberación que
lleve a la toma de decisiones.
La existencia de diálogo efectivo al interior de las comunidades garanti-
za su participación en el Estado para asegurar su propia felicidad. Es así como
los ciudadanos se encuentran comprometidos políticamente, ya que este
compromiso constituye la concepción misma de ciudadano. En consecuen-
cia, ser ciudadano no es solamente votar, tener derecho a la salud y a la edu-
cación, sino participar en la conformación del Estado. La construcción de una
sociedad de libertad participativa republicana se encuentra supeditada a los
procesos de comunicación.
Para Jean Marc Ferry, inscrito de manera paralela en la discusión del mar-
xismo analítico, la posibilidad de brindar los procesos de participación a los
miembros de una comunidad se encuentra estrechamente ligada a la posibili-
dad de tener condiciones de vida decentes, tener suficiente instrucción, tener
tiempo libre para participar en la vida pública, donde el trabajo deja de ser un
ideal ciudadano para convertirse en un proceso de agotamiento. Al no existir
condiciones económicas aceptables al interior de una comunidad se limita la
participación y la interacción social. Ferry propone dar a todos los ciudada-
nos una renta básica que se constituya en parte esencial de derechos y obliga-
ciones, que contribuya a incrementar los niveles de calidad de vida, para así
constituir una nueva forma de integración social acorde con los valores repu-
blicanos, que permita incrementar los niveles de comunicación y participación
al interior de las comunidades.
[78]
PARTE I
Contexto y crítica al
posestructuralismo francés