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EL DERECHO A LOS RECURSOS: EL CASO DEL AGUA POTABLE

La Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU) manifiesta que: “El derecho al agua potable y el
saneamiento es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos
humanos”. El agua potable es indispensable para la vida y, por lo tanto, debe ser valorada y cuidada como
principal recurso para generaciones futuras. En el año 2011, la ONU reconoce un derecho suplementario
al agua, por ser imprescindible para disfrutar de otros derechos establecidos como los derechos a la vida y
la salud. Además, se consideró que la designación del recurso hídrico como derecho humano implica que
el suministro debe ser continuado y “suficiente para cubrir los usos personales y domésticos”; la calidad del
agua debe ser “saludable y aceptable”; y los servicios de abastecimiento deben ser físicamente accesibles,
tener mantenimiento aceptable y ser asequibles para todos
En el ámbito nacional, respecto al derecho del agua, la Constitución Política del Perú establece en su
artículo 7A del Capítulo I de los Derechos Económicos y Sociales, que el Estado reconoce el derecho de
toda persona a acceder al agua potable priorizando el consumo humano de estos recursos sobre otros
usos.
Sin embargo, en algunos distritos periféricos, de algunas ciudades de nuestro país, no se cuenta con agua
las 24 horas o dependen del agua entregada por camiones cisterna u obtenida de pozos clandestinos. Eso
ocurre, mientras hay una cultura de desperdicio de los recursos en algunos sectores que sí cuentan con el
servicio del recurso de manera suficiente; el despilfarro de agua reduce aún más la cantidad disponible
para su repartición, intensificando la inequidad entre estos sectores de la población.

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