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Paolicchi
PRIMERA PARTE:
Se presentan: un recorte de observación y un recorte de entrevista a padres.
SEGUNDA PARTE:
Conceptualización Psicogenética
Conceptualización madurativa
La mamá de Ariel nos cuenta que le dio el pecho hasta los cuatro meses. Que
para ella era un placer y que él la miraba mientras lo hacía. Diferentes
observaciones acerca de la lactancia y la interacción en el vínculo temprano
han puesto en evidencia un ordenamiento en la alternancia entre esfuerzos de
succión y pausas, que ponen de manifiesto una suerte de regulación de parte
del bebé, que favorece la relación temprana entre madre e hijo. Es en las
pausas realizadas durante una succión nutritiva –o sea, en los momentos en
que no se ingiere la leche que satisface la necesidad cuando se intercambian
cierto tipo de señales (miradas, sonidos, gestos) fundamentales para la
constitución subjetiva.
Ariel logró ponerse de pie aproximadamente a los 10 meses, momento en el
que el bebé ya logra permanecer en pie sosteniendo el peso del cuerpo sobre
las piernas. Sin embargo, la adquisición del equilibrio necesario para lograrlo
sin apoyo no es inmediata tal como lo relata su padre, el cual cuenta se
agarraba de la mesa ratona. Este proceso requiere de cierto tiempo de
práctica.
Alrededor de los 11 meses se marca la lordosis lumbar 4, lo cual permitirá
superar la inclinación del tronco hacia delante y lograr el equilibrio de la
posición en pie definitiva. Paralelamente, el desarrollo en dirección próximo-
distal a nivel de los miembros superiores ha alcanzado la adquisición de la
pinza fina usando el pulgar y el índice, situación que lo lleva a querer agarrar
cualquier objeto que esté a su alcance y motivo por el cual se vieron obligados
a retirar los adornos de la mesita ratona en la cual se sostenía.
Nos relata que a los 12 meses empezó a caminar y que rápidamente anduvo
por toda la casa. Esto se debe a que a esta edad ya puede mantenerse en pie
sin apoyo, y los primeros pasos independientes, aunque aún bruscos y rígidos,
hacen su aparición. El equilibrio general ha mejorado, pero aún es dificultoso.
El horizonte se amplía, y el medio circundante es un potente estímulo que
incentiva a la práctica de nuevas adquisiciones.
El planteo de naturaleza socio-genética, implica que existe un desarrollo
comunicativo previo a la aparición del lenguaje, desarrollo que es específico y
no dependiente del desarrollo cognitivo, y en el que la contribución de los
cuidadores es tan importante como la del propio niño. Tal como nos cuenta la
mamá de Ariel referente a cuáles eran sus respuestas ante el llanto del niño.
Notamos en Ariel el desarrollo de la intencionalidad comunicativa. Llega a ser
capaz de coordinar secuencias de conductas dirigidas hacia una meta, se
suman objetivo y plan de acción, caso de intersubjetividad secundaria, lo que
significa que la comunicación entre el bebe y el adulto gira en torno a objetos y
situaciones externas. Será en este caso Protodeclarativa, lo que significa que el
niño utiliza un objeto del medio para atraer al adulto. En la observación Ariel
menciona varios objetos y se los muestra a las observadoras, momento que se
da una interacción causal. Según Palacios el adulto será responsable de la
acomodación mutua, toma la perspectiva de Vygotsky sobre el lenguaje, el
desarrollo cognitivo y lingüístico desarrollan una unidad, uno depende del otro
Existe un mecanismo cognitivo, construido a lo largo del primer año de vida,
mediante el cual pudo utilizar, de forma apropiada, diferentes medios para
conseguir un fin deseado, ya sea el uso de un adulto como agente de una
acción determinada o sea el uso de un objeto para reclamar la atención del
adulto. Transita de conductas protoimperativas a conductas protodeclarativas.
Como bien nos cuentan sus padres, inicialmente empleaba el repertorio
conductual con el que llegó a este mundo, el llanto. Pero de a poco incorpora
gestos más arbitrarios o culturales como la señalización.
Al principio, seguramente, como un acto intencional señalando el objeto, meses
más tarde alternando su mirada entre el objeto y el adulto (o su hermana en
este caso) tornándose su gesto intencional, haciéndole saber al otro que es lo
que quiere.
Este gesto de alcanzar luego desaparece y es sustituido por la señalización,
procedimiento más cultural que el “gesto de alcanzar”. Este aprendizaje es
anterior a la aparición del lenguaje propiamente dicho y se cumple mediante
gestos, vocalizaciones, miradas, entre otros. Pero es imprescindible para que el
lenguaje pueda aparecer tal como sucedió posteriormente en Ariel, cuya
función comunicativa seguirá afianzándose a lo largo del segundo año de vida.
Segunda parte
El autor D. Winnicott sostiene que el ser humano tiene la capacidad de transitar
desde la dependencia del medio ambiente hasta una independencia, desde
una subjetividad parcial hasta dar cuenta de un mundo externo compartido y
real. Por ello se habla de que se debe realizar un proceso de adaptación del
mundo externo al propio, es decir de un yo a un no-yo En un principio,
Winnicott menciona que él bebe, en estadios tempranos de su desarrollo lo que
hace es vincularse con el exterior por medio de sí mismo, de sus propios
gestos, su propia elaboración creativa a la vez que es sostenido por otro, pero
este sostén o dependencia no es percibida por él bebe aun. El concepto de
ilusión es lo que toma el autor para poder explicar esa continuidad de los
gestos propios del bebe y de los objetos externos, un estado intermedio entre
la capacidad del bebe para reconocer la realidad y su creciente capacidad para
ello. Cuando el autor menciona que “un niño no tiene posibilidad de pasar del
principio de placer al de realidad...si no existe una madre lo bastante buena...".
habla justamente de esta ilusión la cual es producto de esta “madre
suficientemente buena” que, no tiene que ser necesariamente la madre del
niño, sino es quien se adapta a las necesidades del bebé proporcionándole
cuidados y su pecho como alimento, creándose en el bebé la ilusión de que el
mundo es solamente para satisfacer sus necesidades, de esa manera alucina
que el pecho materno existe sólo para él, y que ese pecho es parte de él.
Luego ella deberá, como se mencionó en un principio, quitarle esa ilusión
escalonadamente siempre y cuando le haya ofrecido reiteradas veces
oportunidades para la ilusión. Es decir, el bebé crea el pecho a partir de su
necesidad y la madre coloca su pecho en el momento en que el bebe está
pronto a crearlo en el momento oportuno. Winnicott lo describe en términos
psicológicos así: “el bebé se alimenta de un pecho que es parte de él y la
madre da leche a un bebe que forma parte de ella”.
Desilusionar al bebe es una tarea gradual para que pueda pasar del
principio de placer al principio de realidad, en donde no podrá tener todo lo
que desea, y depende de una adaptación activa a las necesidades de este, que
lo llevará a cabo según la capacidad del niño para hacer frente al fracaso y
tolerar la frustración.
La frustración comienza con el destete, como un proceso subyacente con el
que se ofrece la oportunidad para pasar de la ilusión a la desilusión de manera
paulatina. El bebé cuenta con medios para enfrentar el retiro materno que le
permiten experimentar, por eso al comienzo debe ser breve, con una creciente
percepción del proceso que le facilitará: el comienzo de la actividad mental, la
utilización de satisfacciones autoeróticas y el revivir de experiencias, fantasías
y sueños que le facilita integrar el pasado, presente y futuro. Puede ocurrir,
dentro de esta ilusión, que el niño en intento de desilusionarlo, entre en una
zona intermedia donde intenta dar cuenta de ese mundo externo a él, salir de
ese mundo interno donde la madre y él bebe eran solo uno y lo hace por medio
de un objeto transitorio. Dicho objeto es del tipo material del entorno, por lo
general blando, que el bebé elige y usa dentro del área intermedia de
experiencia. Posee características paradójicas, pues, aunque tiene
materialidad, para el sujeto no proviene del exterior ni del interior. Por medio de
él se irá separando de su madre reconociendo que hay una realidad externa y
a la vez se reconocerá como sujeto propio. Lo transicional no es el objeto en sí,
sino lo que el objeto representa, es decir, de pasar a un estado de fusión con
su madre a considerarla como algo externo a él. Esto se puede observar en la
entrevista a los padres de Ariel donde la madre menciona que este duerme con
un peluche que su tía le obsequio llamado “Jirafin”, al cual nombra “Jafin” y
abraza.
Si la Ilusión-desilusión no es realizada de manera normal la terminación de la
alimentación a pecho no es un destete. Mientras que si la Ilusión-desilusión se
desarrolla bien, se puede omitir de él durante el destete.
El desarrollo de la teoría de la Ilusión-desilusión es una tarea que no termina en
la infancia, se mantiene durante la vida del ser humano, permanece la tensión
que vincula la realidad interna con la exterior y el alivio lo proporcionan las
artes, la religión, etc., como una continuación del juego infantil.
BIBLIOGRAFÍA