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Ratas, ratones y amores

Luis Rafael Gutiérrez


A mis sobrinos:

Jaider, Alexis, Luis, Tatiana y Melanis.


“El amor es el amor no importa por quien se sienta...”

Rafael Morris Barros Pastor


ÍNDICE

Pág.

Prólogo...………………………………………………………………………..….....

Personajes…………………………………………………………..….……….….…..

Primera escena………………..………………..……………………………….…......

Segunda escena………………………………………………………………………

Tercera escena………………………………………………………………………..

Cuarta escena…………………………………………………………………………

Quinta escena.………………………………………………………………………..

Puesta en escena……………….….….……………………………………………..

Epílogo……………………………………………………………………………………
Prólogo

Cuando era profesor en el Instituto José Celestino Mutis, un colegio privado de


Santa Marta que hoy no existe, me encantaba montar obras de teatro para que los
niños la representaran. Algunas veces las tomaba de autores como Cervantes o
Shakespeare. Otras, adaptaba cuentos al teatro como sucedió con El ruiseñor y la
rosa de Oscar Wilde, que representamos una vez con la diferencia de que el
ruiseñor se fue volando en pleno acto porque sintió aquello que algunos llaman
“pánico escénico”.

Cada obra de teatro que llevábamos a escena en aquella institución constituía


toda una nueva experiencia. Nunca actué en las obras de mis estudiantes, mi
papel siempre fue el de director y, por qué no decir también, espectador. Años
más tarde debuté como actor en la Universidad del Magdalena y sentí lo que sintió
el ruiseñor aquella vez, pues ensayar una obra de teatro puede vivirse como todo
un juego, pero representarla ante el público, definitivamente es un verdadero reto.

Otra gran reto del teatro es escribirlo. Hay que fijarse en muchas cosas: los
personajes, las acotaciones y los diálogos. A veces, es muy interesante improvisar
con los actores y motivarlos a que sean ellos mismos quienes escriban sus
parlamentos. Pero, por lo regular, no queda memoria de la obra. Por ello, en esta
ocasión, decidí dejar por escrito la obra que ahora tienes en tus manos, aunque la
verdad es que el teatro se ve mejor en las tablas que en el papel.

Espero que disfrutes de la lectura de esta obra de teatro y de su puesta en escena


tanto como yo disfruté escribiéndola.

¡Lee, siente y vive el teatro…!


Personajes

(Por orden de aparición)

Don Ratón

Doña Ratona

Rata Blanca, vendedora de flores

Ratael, repartidor a domicilio.

Músico 1

Músico 2
Primera escena

(La acción se desarrolla en una calle de San Nicolás. Es de noche. Las luces son
azules. Se escucha el fuerte sonido del viento. Entra Don Ratón con una flor en la
mano, sonriendo.)

Don Ratón: Yo soy don Ratón, un anciano al que le ha empezado a latir de nuevo
el corazón (olfatea la flor) gracias a la dama más bella de todo San Nicolás, doña
Ratona. (Al público) ¿Creen ustedes qué un ratón anciano no puede estar
enamorado? Pues, se equivocan. Yo, por ejemplo, estoy enamorado, tanto que
pasé de la tristeza al canto. (Cantando) En el bosque de la China la chinita se
perdió como yo andaba perdido nos encontramos los dos…

Luego de un silencio, Don Ratón camina hasta el proscenio y le pregunta al


público: ¿Creen acaso que estoy muy viejo para eso? Otra vez se equivocan.
Déjenme decir algo: viejo es el sol y, aún, resplandece. Tal y como lo hago yo, por
causa del amor. Basta con que piense en doña Ratona  para que se ilumine mi
cara. No obstante, dudo a veces de que ella me corresponda de la misma manera.
Por ello, le pido a esta flor mágica que por favor me diga lo que siente por mí esta
dama sin igual. (Desojando la flor): Me quiere, no me quiere, me quiere, no me
quiere… ¡Me quiere! ¡Sí, Doña Ratona, me quiere! Esta flor me lo ha revelado.De
modo que, le haré un poema a la musa de mi inspiración y con este habré de
ganarme su esquivo corazón. (Al público.) Ya van a ver…

(Sale y vuelve con una hoja y un lápiz de madera. Se sienta y empieza a escribir
mientras habla…)

“Vengo de miradas inquietas

que se buscan en antaño.

Vengo de rojas mejillas

y suspiros eternos.
Vengo de corazones acelerados

y latidos sonoros.

Vengo de cuerpos magnéticos

y noches infinitas…

Vengo del amor

y como hijo del amor

estoy destinado a amarte

para siempre.”

Don Ratón: (Orgulloso de su ingenio) Con este poema doña Ratona caerá, cual
fruta madura, rendida a mis pies. Mañana se lo llevaré a su casa a primera hora.

Sale, silbando.
Segunda escena

(La escenografía es la misma, pero las luces son blancas. Es de día. Entra Don
Ratón y toca la puerta de Doña Ratona.)

Doña Ratona: (Detrás de la puerta.) ¿Quién es?

Don Ratón: Don Ratón, su más fiel admirador.

Doña Ratona: (Asomándose a la ventana.) ¿Qué quiere?

Don Ratón: Vine a traerle este bello poema.

Doña Ratona: No puedo recibirlo. Sepa usted que la lectura me da dolor de


cabeza y, además, hace más de una semana que no encuentro mis lentes de leer.

Don Ratón: Si quiere yo se lo recito.

Don Ratona: No, ahora no. Estoy arreglando la casa. (Sacude una manta.) Por
favor, vuelva más tarde que ahora estoy muy atareada.

Don Ratón: (Con voz apagada.) Está bien. Eso haré.

Doña Ratona: (Cerrando la ventana.) Hasta luego.

Don Ratón: Hasta luego (Doña Ratona no alcanza a escucharlo).

(Don Ratón se dirige al parque y se pone a leer el periódico. Entra Rata Blanca,
la vendedora de flores, pregonando su mercancía con una voz dulce, pero
desesperante).

Rata Blanca: Vendo flores que enamoran. De todos los colores y aromas. Vendo
flores. Flores naturales. Flores artificiales. ¡Flores…!

Don Ratón: (Soltando el periódico) ¡Esta vez le llevaré flores. ¡Muchas flores! (A
Rata Blanca) Señorita: véndame un ramo, por favor.

Rata Blanca: ¿Artificiales o naturales?

Don Ratón: Naturales, por supuesto.

Rata Blanca (con picardía): por lo que veo usted va en plan de conquista

Don Ratón: Así es.


Rata Blanca: Si así es, por qué no la invita esta noche a “Voltaje”. A mi encantaría
que algún pretendiente me llevara allí.

Don Ratón: ¿A dónde?

Rata Blanca: A Voltaje, la discoteca más prendida de San Nicolás.

Don Ratón: Hay muchacha, conociendo a Doña Ratona, lo más seguro es que se
enoje si le hago esa propuesta. Además, a mí lo que me gustan son las retretas.

Rata Blanca: ¿las re… qué?

Don Ratón (Deletreando): Re-tre-tas, bailes que se hacían antes en este parque.

Rata Blanca: ¡ay, don Ratón, usted vive en el pasado!

Don Ratón. (Molesto) Sin pasado no habría presente. Ahora deja de criticarme y
mejor véndeme las flores.

Rata Blanca: Sí, señor. Aquí tiene.

Don Ratón: ¿Cuánto te debo?

Rata Blanca: Una rebanada de queso.

Don Ratón: (Hurga en sus bolsillos y saca dos rebanadas de queso. Una grande y
otra pequeña. Se queda con la más pequeña y le da la más grande a Rata
Blanca.) Aquí tienes muchacha y muchas gracias.

Rata Blanca: Siempre a la orden.

(Rata Blanca sale del escenario, pregonando: “Vendo flores que enamoran. De
todos los colores y aromas. Vendo flores.” Don Ratón se acomoda el cuello de la
camisa. Oculta las flores detrás de su espalda. Luego se lleva el dedo índice a la
boca en señal de que el público debe quedarse en silencio. Seguidamente,
atraviesa el escenario y golpea con fuerza la puerta de la casa de doña Ratona.)

Doña Ratona: (Detrás de la puerta.) ¿Quién es? 

Don Ratón: Don Ratón, su eterno enamorado.

Doña Ratona: (Asomándose a la ventana.)¿Qué quiere?  

Don Ratón: Vine a traerle este ramo de flores.  


Doña Ratona: No me gustan las flores (estornudando.) Soy alérgica al polen.
Discúlpeme, pero debo cerrar la ventana. Espero verlo más tarde, pero sin esas
flores. (Cierra la ventana de un solo golpe). 

Don Ratón: (Con voz apagada.) Sus deseos son órdenes.  

Don Ratón sale del escenario.


Tercera escena

(La misma escenografía, pero las luces son anaranjadas. Es de tarde. Entra Don
Ratón con un libro gigante. Se sienta en la banca del parque y se pone a leer.)

Don Ratón (Leyendo): Charlie y la fábrica de chocolates.

Don Ratón: (Soltando el libro) ¡Ya sé! Esta vez le llevaré chocolates.  (Saca un
teléfono celular gigante y habla en voz alta.) Aló, Doña Rata, ¿cómo le ha ido?... A
mí muy bien. La llamo para pedir un domicilio… Se trata de una caja de
chocolates. ¿Cuánto cuesta?... ¡Tanto!... ¡Ay, Doña Rata, si continúa usted así de
carera va a perder toda la clientela! Pero no importa, envíamela… Sí, me parece
bien que la envíe con Ratael. Quedo a la espera entonces… Lo mismo Doña Rata,
un abrazo y hasta pronto.

Entra Ratael, el repartidor a domicilios, en una bicicleta.

Ratael: Hola, Don Ratón.

Don Ratón: Hola, Ratael.

Ratael (sacando una caja grande): Aquí tiene los chocolates.

Don Ratón (sacando tres rebanadas de queso): Aquí está el dinero. Te puedes
quedar con las vueltas.

Ratael (curioso): perdone que le pregunte, Don Ratón, pero se puede saber para
quién son estos chocolates.

Don Ratón: para mi amada Doña Ratona.

Ratael: oiga y porque no la invita a comer a “La trampa”

Don Ratón (estupefacto): ¿A dónde?

Ratael: A “La trampa”, así se llama la venta de comidas rápidas más popular de
San Nicolás.

Don Ratón: ¡Qué horror! Ni Doña Ratona ni yo vamos a ir a comer a un sitio con
ese nombre.

Ratael: ¿Entonces?
Don Ratón: Tal vez la invite a Ratatouille, el restaurant de comida francesa.

Ratael: Buena idea y de allí se la lleva para Voltaje.

Don Ratón: ¡Otro con el Voltaje ese! Pues no, no creo que a Doña Ratona le guste
ese ambiente. Pero, aquí entre nos, te cuento que hay una chica de tu edad que
se muere por ir allí.

Ratael: ¿Quién? ¿Quién? Desembuche.

Don Ratón: Rata Blanca, la vendedora de flores

Ratael: Qué curioso tiene el mismo nombre de la banda de rock que estoy
escuchando. ¿Quiere escuchar?

Don Ratón (complaciente): Está bien

Ratael saca su reproductor de música. De repente, suena a todo volumen La


leyenda del Hada y el Mago de la banda musical Rata Blanca.

Don Ratón: ¡Apaga ese condenado aparato!

Se hace silencio casi de inmediato y, casi de inmediato, es roto por el pregón de


Rata Blanca, la vendedora de flores.

Rata Blanca: Vendo flores que enamoran. De todos los colores y aromas. Vendo
flores. Flores naturales. Flores artificiales. ¡Flores…!

Don Ratón: Rata Blanca ven, que quiero presentarte a alguien.

Rata Blanca se acerca, contoneándose.

Don Ratón (Presentando): Rata Blanca, Ratael. Ratael, Rata Blanca.

Ratael: Dime una cosa nena, ¿tienes novio?

Rata Blanca: No

Ratael: Qué raro que una ratita tan bonita como tú no tenga a nadie que la
consienta.

Rata Blanca: Ajá

Ratael: Y dime que vas a hacer esta noche.

Rata Blanca: nada, ¿por qué?


Ratael: Es que me gustaría invitarte a comer a “La trampa” y si te animas más
tarde podríamos ir a Voltaje. ¿Qué dices?

Rata Blanca: Bueno, ya que insistes.

Ratael y Rata Blanca se despiden de Don Ratón y salen del escenario.

Don Ratón (Suspirando): Los tiempos cambian, pero el amor no.

(Don Ratón se acomoda de nuevo el cuello de su camisa y oculta con la mano


izquierda la caja de chocolates detrás de su espalda. Camina hacia la casa de
Doña Ratona y, en seguida, golpea la puerta varias veces.)

Doña Ratona: (Detrás de la puerta) Quién es y qué se le ofrece?

Don Ratón: Soy don Ratón y he venido a verle nuevamente…

Doña Ratona (Asomándose) ¿Trae flores?

Don Ratón: No, esta vez le traje chocolates.

Doña Ratona: ¿Quiere usted matarme?

Don Ratón: De ningún modo. ¿Por qué dice eso?

Doña Ratona: Porque soy diabética y no puedo ver chocolates ni en pintura.


¡Aléjese! ¡Aléjese de una buena vez con todos esos chocolates de la muerte!
(Cierra la ventana violentamente.)

Don Ratón: (Triste.) Como guste.

(Camina con desgano, mira al público)

Don ratón: ¿Quién entiende a doña Ratona?

(Abre la caja y sale del escenario comiéndoselos chocolates.)


Cuarta escena

(La misma escenografía. Las luces azules. Es de noche. Se escucha el sonido de


un río. Entra Don Ratón, luciendo un sombrero mexicano, en compañía de dos
amigos músicos).

Músico 1: Don Ratón, si no la mata con esta serenata no la mata con nada.

Don Ratón: ¡Oh no! Yo no deseo matarla, yo simplemente quiero enamorarla.

Músico 1: A eso me refiero.

Don Ratón: Pero con esa manera de hablar que tiene, no lo entiende nadie.

Músico 2: Bueno, menos bla bla bla y más música.

Don Ratón: Tienes razón. ¡Vamos! Empecemos a cantar de una buena vez, que
este viejo Ratón tiene que conquistar un corazón esquivo y solitario.

Músico 1: Pero, ¿qué cantamos?

Músico 2: ¿Qué les parece una balada rockera? ¡Es la última moda!

Músico 1: Genial.

Don Ratón: No muchachos. Esa música está bien para conquistar a chicas de su
generación, pero para conquistar a Doña Ratona se necesita algo más sutil. Algo
de nuestra época. Por ejemplo, Cielito lindo. ¿Se la saben?

Músico 1: Sí, pero usted la canta

Músico 2 (repitiendo): Sí, usted la canta.

Don Ratón: De acuerdo.

(A la cuenta de tres los músicos tocan sus instrumentos y Don Ratón comienza a
cantar en voz alta la canción “Cielito Lindo”.)

Doña Ratona: (Interrumpiendo.) ¿Quieren dejarme sorda?

Don Ratón: (Apenado). No mi señora, de ninguna manera.


Doña Ratona: Entonces váyanse con ese escándalo para otra parte y respete mi
sueño, ya que, entre otras cosas, sufro de insomnio. (Cerrando la ventana) ¡Hasta
mañana!

Don Ratón: (Muy suavemente) Hasta mañana, mi bella dama.

Músico 1: (Posando su mano sobre el hombro de Don Ratón) Más se perdió en la


guerra…

Músico 2: Sí, Don Ratón, ya aparecerá una dama que sí lo quiera.

Don Ratón: A estas alturas de la vida la única dama que espera a este viejo ratón
es la parca disfrazada de gata.

Músico 1: No diga eso Don Ratón.

Músico 2: Sí Don Ratón, no diga eso. Mejor vaya a descansar a su casa que
nosotros tenemos que ir a dar otra serenata.

(Los músicos se despiden y salen del escenario. Don Ratón, encogido de


hombros y mirando siempre hacia abajo, balancea el sombrero mexicano hasta su
casa. Una lluvia menuda empieza a caer. Pero, lentamente, su sonido se va
haciendo más fuerte.)

Don Ratón: Presiento que esta va a ser una larga noche. (Sale.)

(Pesadilla de Don Ratón. Luces rojas preferiblemente. Humo blanco y música de


fondo: Adagio en sol menor de Albinoni.)

Don Ratón entra al escenario y comienza a moverse de un lado para otro,


mientras escucha la voz en off de doña Ratona

Voz off doña Ratona:

“La lectura me da dolor de cabeza. No me gustan las flores, soy alérgica al polen,
¿Quiere usted matarme? ¡Aléjese! ¡Aléjese de una buena vez con todos esos
chocolates de la muerte! Sufro de insomnio, váyase con ese escándalo y respete
mi sueño.”

(Don Ratón sale del escenario atormentado.)


Quinta escena

(La escenografía es la misma, pero las luces son blancas. Es de día. Entra Don
Ratón, triste y cabizbajo)

Don Ratón: No me quiere, definitivamente…doña Ratona no me quiere. El cielo


me lo ha revelado en mi sueño y mi sueño es tan cierto, como que estoy despierto.

Por ello, esta vez escribiré una carta. Sí, una carta. Una carta donde le aclare a
Doña Ratona por qué he tomado la decisión de marcharme de San Nicolás.

(Sale de escena y entra con una hoja y un lápiz de madera. Escribiendo al tiempo
que dice…)

Don ratón:

“Último día en San Nicolás.

Estimada Doña Ratona:

Escribo esta carta con el fin de contarle que me voy para siempre de San Nicolás,
ya que mis detalles no han sido suficientes para enamorarle. Nada le gusta, todo
le enferma. Por lo menos, ha sido usted sincera, eso lo tengo en cuenta para
perdonarla. Sin embargo, no me puedo quedar cerca a la persona amada,
sabiendo que ésta me ignora. Gracias por, al menos, leer esta carta y disculpe mis
errores ortográficos.

Atentamente

Don Ratón.”

(Don Ratón cruza de nuevo el escenario y golpea con fuerza la puerta de la casa
de doña Ratona.)

Doña Ratona ¿Quién es y qué desea?

Don Ratón: Soy don Ratón y deseo entregarle una carta.

Doña Ratona: ¿Una carta de amor?

Don Ratón: No, ésta es una carta de despedida

Doña Ratona: ¿Se va de San Nicolás?


Don Ratón: (con firmeza) Por supuesto.

Doña Ratona: Y, ¿por qué se va?

Don Ratón: La carta lo dice todo.

(Doña Ratona recibe la carta. Don Ratón se aleja en cámara lenta. Doña Ratona
sale de su casa y lo llama.)

Doña Ratona: ¡Don Ratón, por favor, no se vaya!

Don Ratón:(Sin mirarla.) Debo hacerlo... Es lo mejor para los dos.

Doña Ratona: (Inquieta.)¿Por qué dice eso?

Don Ratón: A usted nada le gusta, todo le enferma.

Doña Ratona: Eso no es cierto.

Don Ratón: Sí es cierto.

Doña Ratona: Claro que no.

Don Ratón: (Enérgico) Sí, sí es cierto.

Doña Ratona: No, claro que no. Existe algo que me gusta y me cae muy bien.

Don Ratón: (Sorprendido) ¿Qué es?

Doña Ratona: (Cariñosa) Usted, don Ratón, usted.

(Sus cuerpos se funden en un tierno abrazo. Entran Rata Blanca, Ratael y los
músicos, cantando.)

“Arroz con leche

me quiero casar

con una señorita

de San Nicolás…”

Todos se toman de las manos y se inclinan haciéndole una reverencia al público.


Se apagan las luces y el telón cae lentamente.
Puesta en escena

A continuación se presentan algunas sugerencias para el montaje de la obra. Vale


la pena señalar que cada grupo puede realizar la escenografía, el vestuario y la
utilería con los materiales que se encuentren a su alcance, haciendo uso de su
imaginación y creatividad.

Escenografía

Para el montaje de esta obra se necesitan tres espacios escenográficos diferentes


que se construirán en tres paneles que han de instalarse en el escenario en forma
de “U”. Los paneles se pueden construir haciendo tres marcos de madera, que se
forrarán con papel reciclado. Es importante que antes de forrar los marcos con el
papel, estén dibujados los detalles de cada uno de los espacios.

La casa de don Ratón (ilustración)

Parque de San Nicolás. (ilustración)

La casa de Doña Ratona (ilustración)

Vestuario

Don Ratón usará sombrero, bastón y tirantas.

Doña Ratona: lucirá un vestido blanco de arandelas y una rosa roja en cualquiera
de las dos orejas. Su cabello canoso estará suelto.

Rata Blanca: llevará un vestido de flores.

Ratael: usará un jean azul y una camiseta negra con una imagen rockera.

Los músicos: estarán vestidos con trajes de mariachis, cuya talla deberá ser
mucho más grande para que el público los vea más cómicos.

Todos los personajes deberán tener algunos elementos que los configuren como
ratones. Por ejemplo, la cola, una nariz redonda, bigotes y orejas redondeadas o si
lo prefieren pueden elaborar mascaras de ratones.
Utilería

La banca

Deberá ser de madera u otro material resistente

Las flores

Pueden elaborarse con alambre y papel maché. hojas de revista u otro material
reciclable. Ver enlace: http://www.youtube.com/watch?v=V3NbS-EoufA

La caja de chocolates

Cualquier caja de chocolates reciclada puede servir. Se recomienda que sea


grande.

El sobrero mexicano

Se puede fabricar con cartulina, cartón u otro material. Ver enlaces:


http://www.youtube.com/watch?v=s-wABzF9T2k,

Las guitarras

A falta de guitarras reales pueden elaborase con materiales reciclables. Ver


enlace: http://www.youtube.com/watch?v=hydv-Qwwodc
Música

• La canción La leyenda del Hada y el Mago de la banda musical Rata Blanca


que reproduce Ratael está en este enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=wrHA2KscisY

• La canción “Cielito lindo” que interpretan los músicos y Don Ratón puede
estar puesta como música de fondo en esa parte de la obra. Ver enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=EaL9RMefkIE

• La pesadilla puede tener como música de fondo la composición “Adagio en


sol menor” de Albinoni. Ver enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=XMbvcp480Y4

• Al finalizar la obra se puede poner como música de fondo la canción “Arroz


con leche”. Ver enlace: http://www.youtube.com/watch?v=U4K-qKHwgGY

Efectos especiales

Voz en off: antes de iniciar la obra quien vaya a interpretar el papel de doña
Ratona, puede grabar el parlamento correspondiente a la pesadilla de don Ratón.

Humo

Una cámara de humo puede ser muy útil para ambientar la pesadilla don Ratón.

Lluvia:

El sonido de la lluvia puede reproducirse en el siguiente enlace:


http://www.youtube.com/watch?v=i-yu4NoS1HM

Juego de luces

Con varios reflectores portátiles colocados a los lados del escenario se pueden
realizar los efectos de luces, cambiando de colores.

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