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DRACÓN
Fue al primer legislador ateniense, célebre por la crueldad de sus leyes. Compuso el
primer Código escrito de Grecia, en el cual se prescribía la pena de muerte tanto
para los delitos como para las faltas, fuese cualquiera su entidad. Dracón justificaba
esta severidad diciendo que los pequeños delitos eran merecedores de la muerte y
que no hallaba pena mayor para los grandes. De ahí que el vocablo draconiano se
utilice, desde entonces, como sinónimo de exceso en la aplicación de la justicia.
Hombre, sin duda, de siniestro talante, un día subió a la tribuna ante la cual solía
reunirse el pueblo, y dijo así:
-Amigos míos: todos conocéis mi solar y la higuera que en él crece. Pues bien: os
anuncio que voy a edificar allí. De modo que si alguno piensa ahorcarse en la
higuera, apresúrese a hacerlo antes de que la mande arrancar.
Legislador de Atenas en el s. VII a.C. Fue famoso por la crueldad de sus fallos.
Por el delito más leve imponía las penas más severas, casi siempre de muerte.
Se ha dicho que Dracón escribió sus leyes, no con tinta, sino con sangre,
porque parece que no conocía más que una pena, la pena de muerte. Tal vez se debe
esta fama a que sólo se conservan parcialmente sus leyes, y precisamente son las
referentes a la muerte violenta las que han subsistido. Ni es extraño que estas las
conservara la historia, cuando aún Solón, que se supone haber suavizado las
costumbres y perfeccionado la legislación en materia de derecho criminal, se atuvo
al antiguo insertando en su código las leyes de Dracón, sin variarlas en lo más mínimo.