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ESTUDIANTE CAÍDO?
Algunas organizaciones y universidades del país recordaron esta semana esta fecha en la
que se rinde homenaje a 11 personas asesinadas en una marcha estudiantil en junio de 1954.
¿Qué ocurrió?
Durante el primer semestre del 2011, aparecen en Colombia acciones colectivas por
parte de organizaciones estudiantiles universitarias que sacuden la dinámica de
participación política colombiana, la cual se debate entre las acciones violentas de los
distintos grupos armados y delincuenciales, y las acciones
colectivas aisladas, locales y poco estructuradas de las múltiples organizaciones de
base que han venido consolidándose en el país durante las últimas décadas. Por ello,
la interpretación de la movilización estudiantil por parte de los sectores políticos y
medios de comunicación tradicionales como el inicio de un movimiento social, nos
parece aventurado e impreciso frente a los lineamientos y condiciones que un
movimiento social debe cumplir para que se pueda categorizar como tal.
Por lo tanto, podemos afirmar “que un movimiento social es un agente de influencia y
persuasión que desafía las interpretaciones dominantes sobre diversos aspectos de la
realidad, incidiendo así en todos los ámbitos de la política”
(Ibarra, Gomà, & Martí, 2002, p. 30)
Sin embargo, es importante argumentar que no toda movilización deriva en la
formación de un movimiento social, ya que de presentarse este último, debe de
superar seis tareas de suma importancia para que sus propósitos tengan impacto en
la sociedad, a saber: conseguir nuevos miembros; mantener la moral y el nivel de
compromiso de los miembros con los que ya cuenta; conseguir cobertura de los
medios de comunicación e idealmente (aunque no necesariamente) favorable a sus
puntos de vista; movilizar el apoyo de grupos externos; limitar las opciones de control
social que pudieran ser ejercidas por sus adversarios y; finalmente, influir sobre lo político
y conseguir que la administración actúe
(McAdam, 1999, p. 47)
.
Así, este artículo pretende hacer una reflexión sobre cómo la forma, organización,
duración y magnitud de las movilizaciones evidencia un cambio en la forma en que es
ejercida la protesta en un país con debilidades políticas,
económicas, simbólicas y organizativas para realizar este tipo de participación
política. En ese sentido, la acción del movimiento estudiantil fue más
institucionalizada, localizada y estratégica, visibilizando con sus demandas la tensión
de dos proyectos políticos: el neoliberal de privatización y el democrático-participativo.
En ese orden de ideas, la hipótesis es que la movilización
de noviembre de 2011 dirigida y coordinada por los estudiantes de universidades
públicas y privadas de
Colombia, logró reformular el movimiento estudiantil erigiéndolo como un actor
político que aunque tuvo recursos para desafiar a la institucionalidad no logró conformarse
como un movimiento social.
Revista Andina de Estudios Políticos Vol. III, N° 2, pp. 32 - 55
El Mayo Francés no fue solo mayo, ni solo francés ni sólo en 1968. Fue un movimiento que
abarcó a América Latina, Europa y Estados Unidos. Sputnik habló con Camilo González
Posso, uno de los protagonistas de las históricas jornadas de luchas estudiantiles a fines de
los años sesenta y comienzos de los setenta.
Esto suscitó un movimiento sin precedentes que "involucró a toda la juventud universitaria
con modalidades muy novedosas y multitudinarias, integradas con la ciudad, en los
parques, los centros culturales, que planteaba el retiro del programa y de los Cuerpos de
Paz de Colombia".
El movimiento se empezó a extender por todo el país y se fue radicalizando, para denunciar
cada vez más los planes de contrainsurgencia que venían de Estados Unidos. Durante esos
años la radicalización de miles de jóvenes alentados por los sucesos de Cuba y las ansias de
tierra de los campesinos dieron nacimiento a las guerrillas como las FARC, el Ejército de
Liberación Nacional (ELN) y más tarde el M19. Se dio una convergencia del movimiento
estudiantil con el sindical y el despertar de los movimientos sociales, lo que se expresó en
grandes movilizaciones, recordó González Posso.
La tercera oleada fueron las grandes huelgas estudiantiles que se comenzaron en 1971 y que
se extendieron por varios años. "Fue un movimiento que se inició en la Universidad del
Valle como una protesta por las orientaciones pedagógicas de esta Universidad que fue
pionera en incorporar una adaptación a las corrientes de Estados Unidos con presencia de
fundaciones de las más importantes universidades de ese país, que significaba un giro en la
orientación anterior, más provincial y europeizante de la educación superior", destacó.
"Esto llevó a la toma de la universidad por parte de los estudiantes y luego a una retoma
sangrienta que provocó la muerte de uno de los activistas y como respuesta, el
levantamiento de jóvenes en todo Cali y alrededores, que desembocó en una matanza que
todavía no ha sido descifrada, pero varios diarios señalaron que hubo decenas de víctimas,
algunos de ellos enterrados silenciosamente en los cementerios de las afueras de la ciudad",
agregó.
Esto implicó el levantamiento universitario en toda Colombia: durante los años 71, 72 y 73,
las más importantes universidades públicas de Colombia se movilizaron, y como resultado,
se conquistó lo que se llamó el 'Programa Mínimo'.
"Este fue nuestro Mayo Francés, nuestro periodo de rebeldía, muy sintonizado, con
símbolos, consignas, como las que se pintaban en las paredes de las universidades
alemanas, en Berlín, París, Berkeley, o Latinoamérica, un movimiento juvenil no solo
universitario sino que incorporó masivamente a los jóvenes de secundaria", agregó
González Posso.
Los jóvenes universitarios han sido protagonistas de las movilizaciones sociales más
importantes de los últimos años en Colombia. Sin embargo, su interés por la política aún
sigue siendo un motivo de controversia académica y social, a partir de los bajos índices de
participación electoral.
Al pensar en jóvenes se suele caer en lugares comunes: “a los jóvenes no les interesa la
Política”, “no participan en nada” “no piensan en el futuro”, entre otras afirmaciones. Pero
Paralelamente su condición de universitarios –para distinguirlos del resto de jóvenes que no
tienen educación superior– los convierte en uno de los sectores civiles con mayor criterio y
capacidad para hacerse un propio juicio e intentar, por tanto, trasmitirlo mediante el
involucramiento en diversos ámbitos de la vida pública.
Anudado a la posibilidad de discutir sobre diferentes temas, “hacen de este grupo
los dirigentes de los otros jóvenes, quienes les enseñen por qué debería de importarles el
participar en la política” (Villegas, sf, p. 7)
Los últimos años de la historia de Colombia han estado marcados por un incremento en los
niveles de participación ciudadana no convencional. Los distintos acontecimientos
políticos, como el proceso de paz, la polarización política que este trajo consigo y la
ampliación de la agenda pública hacia los asuntos de género, sexualidad, medio ambiente y
derechos de los animales, entre otros, han generado una mayor participación, sobre todo de
sectores juveniles en los asuntos públicos del país. La presencia de los jóvenes en el espacio
público nacional ha tenido como efecto inicial la revitalización de la movilización social,
sobre todo urbana, especialmente por la creciente incorporación de estudiantes de
universidades privadas, fruto de la ampliación de la agenda de demandas y
reivindicaciones. Esta agenda ha visto cómo los temas que han tomado protagonismo en el
escenario político como el medio ambiente, los animales, las minorías sexuales, entre otros,
han sido asumidos, en gran medida, por jóvenes, que, de manera individual u organizada
han tomado fuerza como actores determinantes de procesos políticos en Colombia.
Explicar cómo el sector social seleccionado aporta a la construcción
de la democracia.
Los movimientos estudiantiles que han tenido lugar en los últimos años, son reveladores de
una sociedad completamente fragmentada. Es como si la educación fuera un problema que
opone a los estudiantes frente a la institución y no por definición un tema común y el
problema de nuestro estar en común. Con respecto a esto, las protestas y en general los
movimientos estudiantiles de los últimos años, son reveladores de una carencia que a su vez
revela una democracia que quizás tiene los números, pero que es cualitativamente pobre.
Las protestas estudiantiles son un acto por sí mismo imponente. Sin embargo,
deslegitimizarla por su violencia, presupone una concepción reducida de la democracia. La
democracia no es solamente el espacio de la deliberación, es también el espacio del
conflicto.
https://www.semana.com/educacion/articulo/movimientos-estudiantiles-historicos-en-
colombia/529694
https://www.redalyc.org/pdf/110/11054032005.pdf
https://cambiocultural.org/cultura-politica/concepto-de-cultura-politica/
https://www.significados.com/democracia/
file:///C:/Users/Esteban%20Diaz/Downloads/7248-Texto%20del%20art%C3%ADculo-
33561-1-10-20140805.pdf
https://cuadernots.utem.cl/articulos/aportes-del-movimiento-estudiantil-los-procesos-de-
movilizacion-social-en-colombia/
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https://www.researchgate.net/publication/255687147_Jovenes_universitarios_y_cultura_po
litica_una_mirada_a_este_escenario_durante_el_proceso_electoral_de_2010
Cárdenas Ruiz, J. D. (2017). Jóvenes y cultura política: una aproximación a la cultura
política de los universitarios de Bogotá. reflexion politica.
https://www.redalyc.org/pdf/110/11054032005.pdf