Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Indefensión Aprendida
La Indefensión Aprendida
ocultar
ÍNDICE DE CONTENIDOS
1. ¿qué es la indefensión aprendida?
2. ¿cómo desarrollamos la indefensión aprendida?
3. Síntomas de la indefensión aprendida
4. Estrategias para mejorar la indefensión aprendida.
Puede tener diversas implicaciones negativas en la vida diaria de las personas ya que sus
síntomas son: ansiedad, depresión, falta de motivación, etc. Por ello, te explicamos qué
es, cómo se desarrolla, qué síntomas tiene y cómo se puede superar.
Pues bien, el primer perro, es decir el que había aprendido a parar las descargas con la
palanca, buscó una manera de evitar estas nuevas descargas y enseguida pasó a la zona
de no descargas, el perro que no había podido controlarlas a través de la palanca, se
quedó en la zona de descargas eléctricas sin hacer nada y sin buscar una manera de
evitarlas como había hecho el otro perro.
La conclusión que extrajo Seligman, fue que el segundo perro percibía que nada podía
hacer, que no podía poner en marcha ninguna conducta para modificar la situación, es
decir, había aprendido a comportarse de manera pasiva. El perro había
desarrollado una actitud de resignación que se extendía incluso a aquella situación
en la que si podía modificar su situación saltando el muro.
Estos mismos resultados se han visto en los presos de cárceles en las que se permite a
los prisioneros mover el mobiliario están menos estresados. (Myers, 2012).
Para entender cómo se desarrolla vamos a poner un ejemplo: María sale a cenar con sus
amigos y durante la cena una de las personas que está en la mesa de al lado se empieza a
meter con ella, incluso llega a insultarla. Marta, otra de las participantes del grupo le
pregunta: “¿por qué no te defiendes?” María responde: “la gente siempre se mete
conmigo, no puedo hacer nada”.
Como se puede ver en el ejemplo, María se mantiene indefensa. Es decir, no hace nada
porque piensa que no es capaz de hacerlo. Es pasiva porque cree que si se defiende sus
actos no tendrán ningún tipo de efecto. Se llama indefensión aprendida, por un lado,
porque María está indefensa y, por otro lado, porque ha aprendido a serlo.
Probablemente en el pasado María haya vivido un suceso negativo e incontrolable
donde se defendió, pero está defensa no obtuvo buenos resultados.
A raíz de esto, María aprendió que defenderse no tenía resultados positivos y a partir de
ese momento, empezó a experimentar la indefensión aprendida. Estas personas
adquieren una actitud pasiva porque piensan que lo que hagan no tendrá ningún
tipo de efecto (percepción de falta de control). Podría incluso decirse que son
personas resignadas.
En muchas ocasiones las mujeres víctimas de violencia de género, niños que han sido
maltratados, o incluso personas que han sufrido bullying o mobbing pueden
desarrollar este fenómeno.
Por ello, las estrategias para superar la indefensión aprendida irán orientadas a deshacer
estas creencias erróneas (a estas técnicas se les denomina técnicas de reestructuración
cognitiva) y a fomentar la autoeficacia. A continuación, se explican algunas estrategias:
Piensa que eres una persona capaz. No pienses: “no puedo”, “no se hacerlo”,
“no soy capaz”, “no valgo para nada”, etc. Cambia tu discurso y di: “soy capaz”,
“yo puedo”, “soy una persona válida”. Pregúntate a ti mismo a ver porqué no vas
a poder hacer algo que otras personas hacen. Piensa que eres una persona capaz
y totalmente valida.
Realiza actividades que antes no hacías. Si has dejado de hacer cosas por tu
indefensión vuelve a hacerlas. Siguiendo el ejemplo que pusimos en el primer
punto, María podría haber dejado de ir a ese restaurante o podría haber dejado de
salir con sus amigos por no volver a encontrarse con esa persona que le dijo
cosas negativas. Para superarlo María tendría que volver a ese restaurante y
hacerle frente a la situación. Esconderse o acobardarse no sirve de nada, solo nos
traerá consecuencias negativas.
Hay otros caminos. Piensa que siempre existen otras alternativas y que
podemos hacer frente a los problemas de diferentes maneras. No existe solo la
vía de la indefensión.
Trabaja la asertividad. Pon en práctica las técnicas de asertividad.
Como vimos anteriormente, existen 3 estilos comunicacionales: pasivo (priorizar
los derechos o necesidades de otros por encima de los nuestros), agresivo
(priorizar los derechos o necesidades nuestros por encima de los de otros) y
asertivo (luchar por nuestros derechos y necesidades sin pisar los de otros). El
estilo asertivo es el más adecuado y existen diferentes técnicas como la
de “banco de niebla” o “disco rayado” que nos pueden servir en este tipo de
situaciones. Las personas con indefensión aprendida suelen ser pasivas.
Analiza la situación. Cuando te encuentres ante una situación en la que tiendas
a responder de manera pasiva piensa y analiza. Párate un momento a pensar cuál
podría ser una respuesta asertiva y llévala a cabo. Pregúntate a ti mismo “¿por
qué no puedo defenderme?”, “¿qué puedo hacer para defenderme de una manera
asertiva?”.
Referencias Bibliográficas: