Luis Piscoya - Lógica general-UNMSM (2001) PDF

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Luis Piscoya Hermoza es Doctor en

Educación y Doctor en Filosofía, grados


académicos conferidos por la UNMSM.
Asimismo, es Doctor honoris causa por la
Universidad de Trujillo y Profesor honorario
.
de la Universidad Ricardo Palma En San
Marcos ha ejercido, entre otros, los cargos
,
de Director de la Escuela de Postgrado Jefe
del ex Departamento Académico de
Humanidades y Director de la revista Letras.
Actualmente es Profesor Principal en los
programas de Maestría en Epistemología y
en el Doctorado en Filosofía, donde dirige
seminarios como el de Lógica Matemática y
Epistemología de las ciencias naturales y
formales. Profesor investigador visitante del
Instituto de Filosofía, Epistemología y Lógica
de la Universidad de Ludwig Maximiliam de
Múnich (1999-2000), del Departamento de
Filosofía de la Universidad de Dortmund
(1992), Alemania, y del Departamento de
Filosofía de la Universidad de Castellón
(1997), España, entre otras. Hizo estudios de
,
Postgrado en la Universidad de Kansas en la
Universidad de Stanford, California, y en la
Luis Piscoya Hermoza Universidad de Chile. Entre sus libros
mencionamos: Investigación científica y
educacional, Metapedagogía, Tópicos en
Epistemología, Lógica general, Filosofía y
Lógica para Educación Secundaria, Filosofía
para el Bachillerato peruano, Filosofía: guía
del profesor y Perfil de la formación docente
en el Perú. Actualmente es Consultor del
Instituto Internacional para la Educación
Superior en América Latina y el Caribe de la
Ediciones del Vicerrectorado UNESCO y miembro del Consejo Nacional
Académico UNMSM para la Educación.
Luis Piscoya Hermoza es Doctor en
Educación y Doctor en Filosofía, grados
académicos conferidos por la UNMSM.
Asimismo, es Doctor honoris causa por la
Universidad de Trujillo y Profesor honorario
.
de la Universidad Ricardo Palma En San
Marcos ha ejercido, entre otros, los cargos
,
de Director de la Escuela de Postgrado Jefe
del ex Departamento Académico de
Humanidades y Director de la revista Letras.
Actualmente es Profesor Principal en los
programas de Maestría en Epistemología y
en el Doctorado en Filosofía, donde dirige
seminarios como el de Lógica Matemática y
Epistemología de las ciencias naturales y
formales. Profesor investigador visitante del
Instituto de Filosofía, Epistemología y Lógica
de la Universidad de Ludwig Maximiliam de
Múnich (1999-2000), del Departamento de
Filosofía de la Universidad de Dortmund
(1992), Alemania, y del Departamento de
Filosofía de la Universidad de Castellón
(1997), España, entre otras. Hizo estudios de
,
Postgrado en la Universidad de Kansas en la
Universidad de Stanford, California, y en la
Luis Piscoya Hermoza Universidad de Chile. Entre sus libros
mencionamos: Investigación científica y
educacional, Metapedagogía, Tópicos en
Epistemología, Lógica general, Filosofía y
Lógica para Educación Secundaria, Filosofía
para el Bachillerato peruano, Filosofía: guía
del profesor y Perfil de la formación docente
en el Perú. Actualmente es Consultor del
Instituto Internacional para la Educación
Superior en América Latina y el Caribe de la
Ediciones del Vicerrectorado UNESCO y miembro del Consejo Nacional
Académico UNMSM para la Educación.
Luis Piscoya Hermoza

Lógica
general

Ediciones del
Vicerrectorado Académico
UNMSM
ISBN: 9972-46-374-7
Hecho el Depósito Legal en la
Biblioteca Nacional del Perú N.°: 2007-13522

Primera edición: Lima, 1997


Segunda edición: Lima, 2001
Tercera edición: Lima, diciembre de 2007

© Luis Piscoya Hermoza


© Fondo Editorial de la UNMSM

Tiraje: 500 ejemplares

La universidad es lo que publica

Carátula: Derechos reservados

C e n tr o de P r o d u c c ió n F o n d o E d it o r ia l

U n iv e r s id a d N a c i o n a l M a y o r d e S a n M a r c o s

Calle Germán Amézaga s /n Pabellón de la Biblioteca Central -


4." piso - Ciudad Universitaria,
Lima-Perú
Correo electrónico: fondoedit@unmsm.edu.pe
Página web: http://www.unmsm.edu.pe/fondoeditorial/

Director / José Carlos Bailón Vargas

— P r o d u c c ió n —

Editor / Odín R. Del Pozo O.


Diagramador / Gino Becerra Flores

— V e n t a s y D is t r ib u c ió n —
Adolfo Franklin Winkelried Salazar
619-7000 (anexo 7530)

— A d m in is t r a c ió n —

Erminia Pérez Vásquez


Telefax: 619-7000 (anexo 7529)

— D if u s ió n —

Miriam Castro Castañeda


619-7000 (anexo 7529)

Impreso en Lima-Perú
Queda prohibida la reproducción total o pardal sin
permiso escrito de la casa editora.
Contenido

Reconocimientos 15

Introducción 17

Metodología 23

I
PROPOSICIONES

CUESTIONARIO 1: Proposiciones 29
LECCIÓN 1. Proposiciones 31
1.1. Definición 31
1.2. No son proposiciones 33
1.3. Proposiciones elípticas y descripciones definidas 34
1.4. Metalenguaje y lenguaje objeto 34

II
EL LENGUAJE DE LA LÓGICA PROPOSICIONAL

CUESTIONARIO 2: El lenguaje de la lógica proposicional 39


LECCIÓN 2. El lenguaje de la lógica proposicional 41
2.1. El lenguaje de PM 41
2.2. La conjunción 42
2.3. Tablas de verdad 44
2.4. Conjunción lógica vs conjunción en el lenguaje natural. 47

7
III
D IS Y U N C IÓ N Y N E G A C IÓ N

CUESTIONARIO 3: Disyunción y negación 51


LECCIÓN 3. Disyunción y Negación 53
3.1. Las disyunciones inclusiva y exclusiva 53
3.2. La negación 55
3.3. Negación de una conjunción y de una disyunción 57
3.4. Doble negación 59

IV
EL CONDICIONAL Y LA IMPLICACIÓN

CUESTIONARIO 4: El condicional y la implicación 63


LECCIÓN 4. El condicional y la implicación 65
4.1. Delimitación conceptual 65
4.2. El condicional 66
4.3. Condicional contrafáctico 67
4.4. Relación de atingencia 69
4.5. Condicional vs. Lenguaje Natural 69
4.6. Implicación 70
4.7. Implicación estricta 71
4.8. Condición necesaria vs condición suficiente 71

V
BICONDICIONAL, FUNCIONES DE VERDAD
Y EQUIVALENCIA

CUESTIONARIO 5: Bicondicional, funciones de verdad y


equivalencia 77
LECCIÓN 5. Bicondicional, funciones de verdad y
equivalencia 79
5.1. El bicondicional 79
5.2. Las conectivas como funciones de verdad 80
5.3. Dominio y rango 82
5.4. Proposiciones atómicas y moleculares 83

8
5.5. Proposiciones lógicamente equivalentes 84
5.6. Traducción de la proposición bicondicional a una
conjunción de dos condicionales. 85
5.7. Bicondicional y definición 86

VI
JERARQUÍA DE LAS FÓRMULAS DEL LENGUAJE
DE LA LÓGICA PROPOSICIONAL

CUESTIONARIO 6: Jerarquía de las fórmulas del lenguaje


de la lógica proposicional 91
LECCION 6. Jerarquía de las fórmulas del lenguaje de
la lógica proposicional 93
6.1. Lenguaje natural versus lenguaje formalizado 93
6.2. Reglas de formación de fórmulas 94
6.3. La jerarquía en el lenguaje PM 95
6.5. Ocurrencias de una variable proposicional 98
6.6. Reglas auxiliares sobre jerarquía 99
6.7. Los puntos como signos de jerarquía 101
6.8. Tabla de verdad de las proposiciones con más de dos
variables 102

VII
TAUTOLOGÍA, PRINCIPIOS LÓGICOS Y VALIDEZ

Cuestionario 7: Tautologías principios lógicos y validez 107


Lección 7. Tautologías, principios lógicos y validez 111
7.1. Fórmulas tautológicas, consistentes y contradictorias 111
7.2. Fórmulas tautológicas vs. proposiciones tautológicas 111
7.3. Limitaciones en la transformación de proposiciones
tautológicas 113
7.4. Los principios lógicos clásicos 114
7.5. La validez lógica 116
7.6. Tautologías vs. fórmula lógicamente válida 117
7.7. Tautología vs. contenido informativo 118

9
VIII
F O R M A L IZ A C IÓ N

Cuestionario 8: Formalización 123


Lección 8. Formalización 127
8.1. Formalización mediante un lenguaje proposicional 127
8.2. ¿Qué significa 'postular la verdad de una proposición? 129
8.3. Inferencia 130
8.4. Formulación y análisis de la validez de argumentos
mediante el lenguaje de la lógica proposicional 131
8.5. Formalización y validez de argumentos complejos 134
8.6. Formas conocidas de argumento 136
8.7. Método indirecto 138
8.8. Reglas adicionales de abreviación 142

IX
DEDUCCIÓN NATURAL

Cuestionario 9: Deducción natural 147


Lección 9. Deducción Natural 153
9.1. La deducción de Gentzen 153
9.2. Transferencia de la verdad 153
9,3* Deducción e implicación 154
9.4. Esquemas de fórmulas 155
9.5. Reglas de deducción natural para un lenguaje
proposicional 156
9.6. Aplicación de las reglas RDN 158
9.7. Las RDN no constituyen un algoritmo 160
9.8. Prueba condicional 161
9.9. Demostración por reducción al absurdo 163

X
SIMPLIFICACIÓN DEL LENGUAJE PROPOSICIONAL PM

CUESTIONARIO 10: Simplificación del lenguaje


proposicional PM 167

10
LECCIÓN 10. Simplificación del lenguaje proposicional PM 169
10.1. Las 16 funciones de verdad posibles 169
10.2. Lenguaje de Nicod 170
10.3. Algoritmo de Traducción de Post 171
10.4. Traducción algorítmica al lenguaje de Nicod 173
10.5. El Ideal de Simplicidad 177
10.6. La Navaja de Occam 178
10.7. Traducción del sistema Hilbert-Ackerman 180
10.8. Lenguaje de Nicod y Tecnología 181

XI
BASES LÓGICAS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

CUESTIONARIO 11: Bases lógicas de la inteligencia artificial 185


LECCIÓN 11. Bases lógicas de la inteligencia artificial 187
11.1. Sistemas expertos y robots 187
11.2. Hardware y Software 188
11.4. Diseño de circuitos eléctricos para computadoras 190
11.5. Circuitos lógicos a compuertas 195
11.6. Circuitos lógicos a compuertas para fórmulas negadas 200
11.7. Compuertas NAND y ÑOR 201
11.8. Tablas de verdad vs. tablas aritméticas 202

XII
LÓGICA CLÁSICA

CUESTIONARIO 12: Lógica clásica 207


LECCIÓN 12. Lógica clásica 209
12.1 Criterio de demarcación 209
12.2 El silogismo clásico 211
12.3 Las cuatro proposiciones predicativo - categóricas clásicas 215
12.4 El cuadro de Boecio 216
12.5 Modos y Figuras silogistas 218
12.6 Tipos de generalidad 219
12.7 Los nombres propios 221

11
xm
DIAGRAMAS DE VENN

CUESTIONARIO 13: Los diagramas de Venn 225


LECCIÓN 13. Los diagramas de Venn 235
13.1 El método de los diagramas de Venn 235
13.2 Aplicación de los diagramas de Venn a la decisión de
la validez de silogismos. 241
13.3 Silogismo en los que se establecen condiciones necesarias 248
13.4 Inferencias inmediatas 249
13.5 Falacias Lógicas y Retóricas 250

XIV
EL LENGUAJE PREDICATIVO

CUESTIONARIO 14: EL LENGUAJE PREDICATIVO PMP 255


LECCIÓN 14. Un lenguaje predicativo PMP 257
14.1 Predicados lógicos 257
14.2 Proposiciones en el lenguaje PMP 259
14.3 Términos y fórmulas 260
14.4 Cuantifícadores 261
14.5 Fórmulas cerradas 262
14.6 Alcance de un cuantificador 263
14.7 Forma normal prenex 264
14.8 Formalización del cuadro de Boecio en el lenguaje PMP 266
14.9 Formalización de proposiciones con predicados de grado 2 267
14.10 Reglas de equivalencia entre cuantifícadores 268
14.11 Reglas de eliminación y reintroducción de
cuantifícadores 269
14.12 Aplicación de las reglas RDNP a la deducción
silogística 272
14.13 Deducción con predicados relaciónales 273
14.14 Mecanismo de refutación de hipótesis 275

12
XV
L A IN D U C C IÓ N C L Á S IC A

Cuestionario 15: La inducción clásica 279


LECCION 15. La inducción clásica 281
15.1 La inducción como inferencia amplificadora 282
15.2 El fundamento del silogismo 283
15.3 Las seudoinducciones 284
15.4 El principio de uniformidad de la naturaleza 286
15.5 Premisas mayor de un silogismo inductivo 287
15.6 Leyes de la naturaleza y sistema axiomático 288
15.7 La ley de la causalidad 289
15.8 Aspectos de la causalidad 290
15.9 Los métodos de Stuart Mili 292
15.10 La deducción 299
15.11 Resultados de la inducción clásica 300

XVI
RESEÑA HISTÓRICA DE LA LÓGICA

CUESTIONARIO 16: Reseña histórica de la lógica 305


LECCION 16. Reseña histórica de la lógica 307
16.1 Aristóteles y los orígenes de la lógica 307
16.2 Los precursores de la Lógica matemática 309
16.3 La lógica matemática contemporánea 310
16.4 La lógica matemática en América Latina 313
16.5 La lógica matemática y otras «lógicas» 313

BIBLIOGRAFIA BÁSICA 315

Glosario 317

SOLUCIONARIO 329

ACTIVIDAD: MAPAS CONCEPTUALES 354

13
Reconocimientos

Deseo expresar mi gratitud a las siguientes personas: A mi amigo el pro­


fesor Isaac Canales Quevedo por haberme invitado a escribir un libro de
Lógica que satisfaga las necesidades deformación humanística e ins-
tnimental requeridas por una adecuada educación universitaria, a la pro­
fesara Julia Rubio Calderón que ha coordinado con dedicación y eficien­
cia al equipo de correctores y digitadores de este texto, a la señorita Li­
lia Pizarro y al señor Oliver Oscco que han tenido la gentileza de elabo­
rar la primera versión del solucionario, al señor Cristóbal Suárez por
haberme ayudado a un mejor tratamiento pedagógico del texto propo­
niendo la redacción de los objetivos de las lecciones y diseñando los ma­
pas conceptuales. Al profesor Alberto Vásquez Tasayco que leyó la pri­
mera versión y sugirió algunos cambios terminológicos A la señorita
Victoria Santisteban y al señor Femando Varas que han hecho la com­
posición de texto, en diferentes etapas, con la paciencia y el cuidado que
impone la edición de un libro que contiene muchos signos especiales. A
la señorita Carla Piscoya Salinas que ha corregido, sin concesiones, las
tres primeras pruebas de página a las que se ha sometido el cuerpo de
este texto. No me hubiera sido posible elaborar este manual, en la forma
final que tiene, sin el esfuerzo, la inteligencia y la generosidad de este
equipo sanmarquino de trabajo. Sin embargo, debo enfatizar que los erro­
res que el lector encuentre son de mi estricta responsabilidad.

Ciudad Universitaria de San Marcos, octubre de 2001.


El autor

[15]
Introducción

Iniciaremos este texto examinando algunas creencias generaliza­


das que usualmente se tiene sobre lo que es o debería ser la lógi­
ca. Ellas han merecido nuestra atención porque son desorienta-
doras aunque, presumiblemente, sean parte de nuestras tradicio­
nes culturales.
«La lógica es una y sólo una»
Normalmente se cree que existe una única manera de pensar
lógicamente que correspondería a la estructura profunda de la
mente, de la razón o del cerebro, según sea el caso. Esto conduce
a suponer que la Lógica se descubre de manera análoga a como se
habría descubierto la estructura de la célula o del átomo. Por tan­
to, la Lógica existiría ya hecha en algún lugar y la tarea del profesor
—ya sea a través de las clases o de un libro— consistiría en ense­
ñarnos a descubrirla. Sin embargo, el desarrollo no sólo de la ló­
gica sino de lo que actualmente se conoce como ciencias cognitivas,
nos conduce a pensar que lo anterior es un error. En efecto, en
sentido estricto no existe, dentro de la comunidad científica y
filo só fic a , la L ó g ic a como una unidad sino un conjunto
diversificado de sistemas lógicos o, en términos más descripti­
vos, de lenguajes lógicos que no siempre son equivalentes en­
tre sí. Y es de esta manera, porque todos los investigadores nota­
bles lo que han hecho es crear lenguajes lógicos, que pueden ser
utilizados como reglas, para analizar la corrección de los argu­
mentos científicos y de los que se usan en la comunicación coti­

[17]
diana. Por ejemplo, uno es el lenguaje lógico creado por Aristóteles,
y otros notablemente distintos entre sí los creados por Russell y
Whitehead, por Brouwer y Heyting, y por Vasiliev entre otros.
De lo anterior se deduce que lo que se enseña propiamente en las
universidades y en otros centros educativos no es propiamente la
Lógica sino un determinado lenguaje lógico, presuntamente el más
difundido o más usual dentro de nuestros medios académicos.
«La lógica permite establecer verdades fundamentales»
Con frecuencia se acude a la Lógica cuando se quiere probar
que ciertos puntos de partida o afirmaciones básicas son clara­
mente verdaderos a la luz de los hechos o de nuestra experiencia.
Este afán es infructuoso porque los lenguajes lógicos —vale de­
cir, la lógica— no están diseñados para probar la verdad de una
afirmación básica que constituye el punto de partida de una
argumentación científica, filosófica o cotidiana. La lógica está
diseñada estrictamente para transferir o transmitir la verdad de
unas afirmaciones a otras una vez que ésta ya ha sido estableci­
da, por medios no lógicos. Haciendo una analogía con el compu­
tador, que hoy es parte de la vida diaria, podemos afirmar que la
lógica debe ser entendida como un conjunto de comandos para
transferir la verdad pero no para producirla.
«La lógica es difícil a causa de los signos que utiliza»
En la medida que los cursos de lógica introducen al estudiante
en el manejo de lo que se denomina un lenguaje formalizado, cu­
yos componentes se han tomado básicamente del lenguaje mate­
mático, se cree usualmente que en el carácter «poco natural» o
«artificial» de estos signos radica la dificultad en el aprendizaje
de la lógica. Ello se debería a que se trata de un sistema de signos
muy alejado de la claridad y naturalidad que se experimenta cuan­
do se usa el lenguaje cotidiano.
Empero, en lo fundamental el aprendizaje de la lógica con­
siste, como siempre que se aprende una ciencia, en el aprendiza­
je de un sistema de conceptos y los signos especiales sólo cons­
tituyen un medio para expresar con precisión tales conceptos.
Por tanto, la dificultad se produce cuando se olvida los conceptos
y se produce una enseñanza mecanicista que convierte la clase de

18
lógica en un ejercicio que consiste en transformar unas manchas
de tinta en otras manchas de tinta sin que se comprenda el senti­
do del simbolismo y el tipo de problemas que soluciona. Como se
deduce, el mismo riesgo corre la enseñanza de la matemática.
«De afirmaciones falsas se deduce lógicamente sólo falsedades»
Es común encontrar que personas, incluyendo muchas de las
que han aprobado un curso de lógica, crean que ésta garantiza
que si partimos de afirmaciones falsas llegaremos a conclusiones
igualmente falsas. Se puede dar muchos ejemplos para probar lo
contrario, como lo haremos en la sección correspondiente, pero el
argumento principal para poner en evidencia este error consiste
en precisar que los lenguajes lógicos son diseñados estrictamen­
te sólo para transmitir la verdad y, por tanto, no brindan ningu­
na garantía cuando las afirmaciones de partida son falsas. Por
tanto, hacer deducciones desde premisas falsas constituye un
mal uso de un sistema lógico y posibilita obtener cualquier con­
clusión, inclusive una verdadera. Lo anterior hace comprensible
que los científicos sólo acudan al uso de un sistema lógico cuando
consideran que cuentan con al menos un punto de partida que
sus investigaciones prueban que es verdadero.
"Conclusiones verdaderas presuponen premisas verdaderas"
Esta es la creencia errónea complementaria o recíproca res­
pecto de la anterior. Parece tener analogía con la expresión que
sugiere que si los frutos son buenos la planta también debe ser
buena. Sin embargo, es importante señalar que la lógica no esta­
blece relaciones de causa a efecto o de efecto a causa sino rela­
ciones de deducción, implicación o de consecuencia que son de
otra naturaleza, pues no está prohibido por las reglas de los sis­
temas lógicos en uso que la conclusión sea verdadera y las
premisas, sin embargo, falsas. En breve, la verdad de la conclu­
sión no asegura la verdad de las premisas o puntos de partida.
Lo que sí es correcto afirmar es que si la conclusión es falsa, en­
tonces al menos una de las premisas es falsa. Por ello se ha dicho
que la lógica es la ciencia que transmite la verdad y retrotransmite
la falsedad.

19
"La lógica formal es un saber abstracto e inútil"
Existe entre los planificadores y diseñadores de los currículos
de los distintos niveles de nuestro sistema educativo, con alguna
frecuencia, la creencia de que la lógica formal es una disciplina
que consiste en la capacidad para manejar fórmulas, parecidas a
las de la matemática, pero que carecen de aplicaciones importan­
tes y que no ayudan a mejorar sensiblemente ni el razonamiento
cotidiano ni el razonamiento científico. Por el contrario, se cree
que existen recursos retóricos que no requieren del usuario el
manejo de fórmulas pero que son muy útiles para construir argu­
mentos que convencen o persuaden con eficiencia al interlocutor.
Según los cultores de esta creencia, lo que debería incluirse en los
currículos para mejorar la capacidad argumentativa de los alum­
nos es elementos de retórica o alguna forma de lógica intuitiva
que no exija el manejo de fórmulas.
Respecto del prejuicio antes descrito podemos afirmar, sin
riesgo de inexactitud, que dentro de la comunidad académica in­
ternacional todos los sistemas lógicos científicamente reconoci­
dos son estructuras simbólicas que están constituidas por conjun­
tos de fórmulas sometidas a reglas precisas de transformación y
deducción. En breve, dentro del ámbito de la ciencia y de la tec­
nología lo único que existe, desde hace algo más de un siglo, para
decidir la validez de los argumentos y de las pruebas son los sis­
temas de lógica matemática denominados genéricamente lógica
formal.
Asimismo, dichos sistemas, creados inicialmente por George
Boole y desarrollados posteriormente con diversidad, profundi­
dad y complejidad crecientes, se han convertido en el sector del
conocimiento teórico que ha dado lugar a las más impresionantes
y eficientes aplicaciones tecnológicas durante los últimos sesenta
años. A ello debe añadirse sus aplicaciones en la matemática, en
el análisis, construcción y reconstrucción de teorías científicas, en
el diseño experimental de simuladores de las funciones del cere­
bro y de la mente y en el conocimiento metodológico, por men­
cionar sólo algunos ejemplos.
Refiriéndonos a las aplicaciones tecnológicas, es suficiente1
destacar que tanto la arquitectura del computador electrónico

20
como los lenguajes de autómata son subproductos de las investi­
gaciones en lógica-matemática realizadas alrededor de 1935 por
A. Church, S. Kleene, A. Turing y C. Shannon, entre otros. Asi­
mismo, los circuitos de todo computador electrónico, hasta la fe­
cha, están gobernados por las ecuaciones del álgebra de Boole
que es anterior a 1850. Es innecesario abundar aquí en datos para
mostrar cómo la tecnología digital, la robótica y la informática
han transformado, entre otros campos, las comunicaciones, la pro­
ducción industrial y la medicina. En relación con las aplicaciones
al desarrollo mismo de la ciencia, es relevante para los educado­
res reparar en el hecho, por citar sólo un ejemplo, de que las in­
vestigaciones psicológicas de Piaget en el campo del desarrollo
conceptual humano son prácticamente ininteligibles para un lec­
tor que carece de conocimientos de lógica proposicional y de la
estructura algebraica de grupo.
Finalmente, pretender que la lógica puede ser sustituida por
la retórica o por la teoría de la argumentación equivale a perder
de vista el sentido de la filosofía y de la ciencia en su conjunto. El
conocimiento científico y filosófico que utiliza la lógica como ins­
trumento de análisis y de prueba no se propone la persuasión o el
convencimiento de un auditorio sino el establecimiento de un sa­
ber verdadero. Históricamente, el convencimiento o persuasión
de un auditorio, con mucha frecuencia, no ha requerido de argu­
mentos lógicos estrictos sino de imágenes o figuras que interesen
o agraden al interlocutor. Ello permite entender por qué durante
casi quince siglos de nuestra era las mayorías representadas por
los intelectuales oficiales pensaban y sostenían que la tierra era
plana y que no se movía. De esta manera hemos aportado argu­
mentos suficientes para permitirnos advertir que lo que se pre­
tende como sustituto útil de la lógica ha sido históricamente un
obstáculo para el desarrollo de la ciencia y para la búsqueda de la
verdad.

21
Metodología

La forma como está estructurado este texto parte de algunas te­


sis metodológicas que se fundan en lo que consideramos más pro­
ductivo para justificar la enseñanza de la lógica en los currículos
universitarios. La estrategia didáctica aquí propuesta es conoci­
da en los medios pedagógicos como enseñanza por solución de
problemas.

1. La enseñanza de la lógica, como disciplina científica, debe


tomar en consideración que los estudiantes ingresan al cur­
so con una habilidad intuitiva para resolver correctamente
algunos problemas lógicos. Consecuentemente, el éxito de
la enseñanza de esta disciplina debe medirse por el incre­
mento de la capacidad de los estudiantes para compren­
der y solucionar problemas que antes de tomar el curso ex­
cedían sus posibilidades.
2. La información que se proporciona en el texto de un curso
de lógica debe tener como referencia precisa el tipo de pro­
blemas relevantes que permite resolver al usuario. Conse­
cuentemente, parece más productivo que la enseñanza esté
organizada de tal manera que se parta de los problemas a
la información y no viceversa. De esta suerte, el aprendi­
zaje se convierte en un proceso de investigación en el que
el estudiante se enfrenta primero con problemas que debe
examinar con atención y luego busca la información que,
en función de sus necesidades, requiere para resolverlos

[23]
correctamente. En breve, consideramos que el orden más
adecuado es el inverso al usado tradicionalmente en los
manuales que proporcionan primero información y luego
ejercicios. Teóricamente, si un alumno estuviera en condi­
ciones de resolver los problemas propuestos sin leer el tex­
to, entonces debería ser exonerado del curso y tomar uno
más avanzado.
3. Las consideraciones anteriores explican por qué en este tex­
to comenzamos las lecciones con un cuestionario de pro­
blemas o interrogantes y, luego, proporcionamos la infor­
mación necesaria para su solución. Pretendemos así que
el método de enseñanza reproduzca, en lo que es posible,
las inquietudes propias del método de investigación cien­
tífica, cuya dinámica depende de la profundidad e intensi­
dad con que el investigador percibe los problemas. *
4. Las fronteras entre lógica y matemática son tan difusas
como discutibles. Hay especialistas que consideran a la ló­
gica como parte de la matemática y otros que sostienen la
tesis inversa. Sin tomar partido en esta discusión, en este
manual no se abordará elementos de teoría de las clases o
de los conjuntos porque actualmente ya se cuenta con tex­
tos especializados en lengua castellana. Asimismo, la
formalización axiomática de la teoría de los conjuntos ex­
cede el nivel elemental de este libro.
5. El sentido de este curso de lógica es formativo e instrumen­
tal. Desde el punto de vista formativo, se pretende ejerci­
tar funciones mentales como el conceptualizar, deducir, ar­
gumentar y contraargumentar. Desde el punto de vista ins­
trumental, se propone entrenar en el manejo de una frac­
ción de un lenguaje standard de primer orden que puede
ser usada como herramienta, principalmente, en el ámbito
del análisis de la ciencia y de su metodología de investiga- 1
ción. Por ello, concedemos un lugar importante al manejo
de variables predicativas y cuantificadores, que posibilitan
el análisis de relaciones que usualmente escapan al alcan­
ce de la mayor parte de los manuales en uso, aún de los
buenos.

24
6. Existe la creencia infundada pero difundida de que las co­
nocidas como falacias retóricas son parte de la lógica. Des­
de el punto de vista de los sistemas lógicos en uso, diseña­
dos principalmente para el análisis de argumentos cientí­
ficos, estas falacias carecen de relevancia porque es claro
que su objetivo es la persuasión apelando a los sentimien­
tos y no la prueba de la verdad de una afirmación. Sin em­
bargo, como el uso de tales falacias es frecuente, particu­
larmente en el discurso político que no raras veces, preten­
de hacerse pasar por riguroso, hemos considerado alguna
de ellas en vista de que los estudiantes tendrán poca opor­
tunidad de abordar este tema en otro curso. Asimismo,
como ciertamente existen falacias propiamente lógicas, he­
mos incluido una sección especial (13.5) para abordar el
asunto de manera elemental.
7. Consideramos fundamental, desde el punto de vista forma-
tivo, que el estudiante logre una comprensión básica de la
evolución histórica de los conceptos científicos. Ello permite
apreciar la medida en que el pasado condiciona el presen­
te y el futuro. Empero, ¿cómo podría comprenderse ade­
cuadamente la evolución de conceptos que, presumi­
blemente, se ignora casi totalmente? La respuesta la hemos
dado situando la parte histórica al final de nuestro texto,
esto es, en la fase en la que el estudiante ha tenido ya con­
tacto con los conceptos cuya evolución nuestra breve re­
seña histórica pretende hacer inteligible.
8. P a ra a p ro b a r el cu rso d el P ro g ra m a L E M M n o es in ­
d is p e n s a b le q u e e l a lu m n o c o n o z c a la s le c c io n e s 9 , 1 0 ,
1 4 y 1 5 . E lla s e s tá n re s e r v a d a s p a ra q u ie n e s d e s e e n u n a
a lta c a lific a c ió n . E n e s te c a s o , lo s in te r e s a d o s s o lic ita ­
r á n a lo s tu to re s d e l P ro g ra m a , la e v a lu a c ió n a d ic io n a l
c o rre s p o n d ie n te .

25
I
PROPOSICIONES

Objetivos:

• Identificar proposiciones y distinguirlas de las expresiones no


proposicionales
• Reconocer las proposiciones elípticas como proposiciones
abreviadas.
• Distinguir las descripciones definidas de las proposiciones.
• Distinguir el lenguaje objetivo del metalenguaje.
CUESTIONARIO 1: Proposiciones

Instrucciones.-

I. Entre las siguientes expresiones unas son proposiciones y otras


no. Escriba sobre la línea que se encuentra frente a cada expre­
sión la palabra Sí en caso de que ésta sea proposición y la pala­
bra N o , en caso contrario. Para orientar adecuadamente su res­
puesta, estudie cuidadosamente el contenido de la lección 1.

1. El manco de Lepanto., 2 2 . Existe a lo más un gato.

2 . El m anco es de Lepanto. 2 3 . «La noche está estrellada y tiritan

3 . E l cuadrado de dos.____ azules los astros a lo lejo s» ._____

4. ¡Eureka!________________ 2 4 . E l dios de los Incas.

5. E l hijo de U lises. 2 5 . La B iblia es la palabra de Dios.

6. El teorema de Pitágoras. 2 6 . «¡Am ado sea el niño, que cae y aun

7. No matarás a tu prójimo. llora, y el hombre que ha caído y ya

8. El quinto dice no matarás. no llora!».

9. L a m ujer del César.______ 2 7 . D os más dos son cinco.

10. L a m ujer del C ésar 2 8 . El río que cruza P a rís._

debe ser honesta. 2 9 . El río es caudaloso.

11. L a mujer del C ésar 3 0 . E s el hijo de Héctor.

fue honesta. 3 1 . ¿E s el h ijo de Héctor?_

12. Cóm prame una novela.. 3 2 . El h ijo de H éctor y Luisa.


2
13. El teorema es de Pitágoras., 33. a es siempre par._______

14. L a espada de D am ocles.___ 3 4 . L a s Olimpiadas de Atenas._

15. E l solitario de Sayán.______ 35. Las Olimpiadas fueron en Atenas._

16. E l culpable de la crisis. 3 6 . ¡O jalá me am aras!_____________

17. L isto s... ¡Fuego!______ 3 7 . Hay un universo sin objetos.,

18. ¡Fuego!______________ 3 8 . ‘ G ato’ es un animal.

19. Tres al cubo. 39 . ‘ C arla’ es bisilábica.

2 0 . T res no es cúbico. 4 0 . ‘2 x 3 = 6 ’ es el nombre

2 1 . O jalá hubiera m arcianos. de 2 x 3 = 6

4 1 . ‘P erro’ es un mamífero

[29]
LECCIÓN 1
Proposiciones

1.1. Definición

A continuación escribiremos un conjunto de afirmaciones con


las que está familiarizado todo estudiante que ha concluido
secundaria.

a . El lapicero es rojo.
b. El protón tiene carga positiva
c . El teorema de Tales está demostrado en los Eletnentos
d. Todo número entero positivo elevado a la potencia cero es igual a uno.
e. 2 + 5 = 5 + 2
f. El sol es una estrella fija.
g . La tierra no se mueve.
h. Existe al menos un círculo con área equivalente a tin cuadrado.

Es sencillo constatar que estas afirmaciones pertenecen a cam­


pos distintos. La primera, por ejemplo, a la vida cotidiana de cual­
quier escolar. Las otras, a la matemática, a la física, etc. Asimis­
mo, todas ellas están expresadas en un lenguaje determinado que
en este caso es el español, con excepción de la quinta que está
expresada en lo que llamaremos l e n g u a j e m a t e m á t i c o . La afir­
mación 2+5=5+2 puede figurar de la misma manera en un libro
en inglés, francés o cualquier otro idioma ya que es una expresión
matemática que es parte de un lenguaje distinto a los indicados y
que se usa intemacionalmente. Además, debido a que las afirma-

[31]
ciones anteriores están expresadas o formuladas en un lenguaje,
todas están constituidas por un conjunto de signos escritos que
respetan ciertas reglas. Por ejemplo, la que dice que el verbo
copulativo 'ser7 o 'estar' debe estar entre el sujeto y el predicado.
Hablando en términos que describen mejor lo que observamos,
cada una de las afirmaciones está expresada por una sucesión o
secuencia finita de signos, cada uno de los cuales es una letra de
nuestro alfabeto.
De otra parte, sabemos que algunos de nuestros ejemplos son
afirmaciones verdaderas (los cinco primeros) y que otros están
constituidos por afirmaciones falsas (los tres últimos). Esto signi­
fica que hay secuencias finitas de signos que con sentido pueden
ser calificadas de verdaderas y que hay secuencias finitas de sig­
nos que pueden ser calificadas de falsas. Las secuencias finitas de
signos de esta clase nos interesan particularmente en un curso de
lógica y se denominan proposiciones. En armonía con esto, pro­
porcionaremos la siguiente definición.

Definición 1. Diremos que desde el punto de vista lógico son proposiciones:


i) Todas las secuencias finitas de signos que con sentido pueden ser calificadas de
verdaderas.
^ ii) Todas las secuenáas finitas de signos que con sentido pueden ser calificadas de falsas. ^

De conformidad con la definición anterior todas las afirma­


ciones que hemos formulado al comenzar esta explicación son
proposiciones. Las cinco primeras, por ser consecuencias finitas
de signos que podemos calificar de verdaderas, satisfacen la pri­
mera condición de la definición. Las tres últimas, por ser secuen­
cias finitas de signos que podemos calificar de falsas, satisfacen la
segunda condición de la definición. Podríam os definir
abreviadamente 'proposición' indicando que es toda secuencia
finita de signos que con sentido puede ser calificada de verda­
dera o de falsa. Esta definición es correcta a condición de que se
entienda que esto no significa que una misma secuencia finita de
signos pueda ser verdadera y falsa a la vez.
Es importante puntualizar que así como a las personas y a las
cosas les asignamos nombres que nos permiten hablar sobre ellas,
de la misma manera podemos darle nombres a las proposiciones,

32
los mismos, que pueden ser muy breves para ganar simplicidad.
De este modo, podemos convenir que en nuestro listado inicial
cada una de las letras es el nombre de la proposición a la cual
antecede. La primera proposición tiene como nombre a, la segun­
da tiene como nombre b, y así, sucesivamente, hasta llegar a la
octava cuyo nombre es h. En adelante, para abreviar, llamaremos
a tales proposiciones por su nombre.
Hay proposiciones que son oraciones gramaticales como es
el caso de todas las de nuestro listado excepto e. Estas oraciones
están formuladas en un lenguaje que en nuestra situación concre­
ta es el español, pero bien podría serlo el inglés, el francés, el ale­
mán o cualquier otra lengua que se use en la vida diaria o cotidia­
na. A tales lenguas se les denomina lenguajes naturales o
vernáculos, y a las proposiciones que son oraciones dadas en es­
tos lenguajes se les llama proposiciones en lenguaje natural. En
cambio, la proposición e está formulada usando signos especiales
que no son los que usamos en la comunicación familiar o social
sino cuando trabajamos en Matemática. Esta proposición está dada
en un lenguaje especializado, el matemático. Y a los análogos a
éste les llamaremos lenguajes formalizados, los mismos que no
son usados en la comunicación cotidiana sino principalmente en
la actividad científica.

1.2. No son p roposiciones

En los lenguajes naturales hay oraciones que no son proposiciones.


Tal es el caso de las oraciones interrogativas como ¿Qué hora es?
u oraciones imperativas, como ¡Vete a dormir! que son ciertamen­
te secuencias finitas de signos pero que no pueden ser calificadas
comq verdaderas o como falsas. Lo mismo ocurre con exclamacio­
nes como ¡Gracias a Dios! u ¡Ojalá ganaras! Las oraciones de nues­
tro listado inicial son de naturaleza especial, pues a ellas sí sin di­
ficultad las podemos calificar de verdaderas o de falsas debido a
que todas afirman o describen «algo». Cuando ese «algo» es el caso,
entonces decimos que son verdaderas y cuando ese «algo» no es
el caso, entonces decimos que son falsas. Por esta razón estas ora­
ciones se llaman gramaticalmente aseverativas y podemos decir
que toda oración aseverativa es una proposición.

33
Sin embargo, no podemos sostener que toda proposición es
una oración aseverativa, pues la proposición e, que está escrita en
lenguaje formalizado, no es exactamente una oración aseverativa
sino es más propiamente un tipo de fórmula matemática.

1.3. Proposiciones elípticas y descripciones definidas

Hay expresiones exclamativas como ¡Oro!, o ¡Fuego!, por citar sólo


dos ejemplos, que podrían ser interpretadas como proposiciones
en el sentido de que ellas pueden traducirse por 'En mi mina hay
oro' y 'Allí hay fuego’, respectivamente. De esta suerte, las anterio­
res exclamaciones resultan proposiciones abreviadas o elípticas. La
interpretación anterior en general es correcta y podemos decir que
cuando una exclamación puede ser expresada de modo más deta­
llado, mediante una oración aseve-rativa, entonces tal exclamación
puede ser considerada una proposición elíptica o abreviada.
De otra parte, es importante advertir que hay un cierto tipo
de frases que a menudo originan dificultades en los estudiantes
que tienden a confundirlas con proposiciones. Por ejemplo, las
frases 'El autor del Quijote7, 'El hijo de la Reina Madre', 'El cua­
drado de dos7, y las de su tipo, no son proposiciones porque no
aseveran nada. Estas frases se reducen a ser meros artificios para
sustituir nombres, pues la primera puede ser sustituida por 'Mi­
guel de Cervantes7, la segunda por 'Luis Miguel7, y la tercera por
'47. En efecto, un nombre no es una proposición sino sólo un com­
ponente de ella. Consecuentemente, cuando nos encontramos ante
una secuencia finita de signos que puede ser sustituida por un
nombre, con toda seguridad tal secuencia no es una proposición
y larílamaremos descripción definida.
El uso de la palabra 'proposición 7 es muy difundido entre los
especialistas, pero algunos prefieren usar palabras como 'enun­
ciado7, 'sentencia7/ oración', etc. para referirse a lo que, en este
texto, denotamos con 'proposición'.

1.4. Metalenguaje y lenguaje objeto

En la sección 1. hemos dicho que a, b, c, etc. son nombres de pro­


posiciones. Así el nombre de la proposición '2+5=5+27 es e. Esto

34
significa que e no es nombre de lo que se llama un objeto mate­
rial, por ejemplo, una mesa, sino el nombre de una proposición
que es una secuencia de signos que denominamos objeto lingüís­
tico. Por esta razón e es un nombre metalingüístico y forma par­
te de un metalenguaje que se define como un lenguaje que se
usa para describir otro lenguaje llamado lenguaje objeto. Esta
distinción se refiere a dos funciones distintas y no a dos idiomas
distintos. Así las afirmaciones que hacemos en este texto sobre las
propiedades de las proposiciones son metalingüísticas y las pro­
posiciones mismas que usamos como ejemplos son parte del len­
guaje objeto. Una manera sencilla de construir el nombre de una
proposición, que no excluye otras, consiste en escribirla entre co­
millas simples. De este modo '2+5=5+2' es el nombre de 2+5=5+2.
La primera expresión pertenece al metalenguaje de este texto y
la segunda a su lenguaje objeto. Análogamente se puede construir
nombres de nombres, de predicados, etc. Por ejemplo, 'perro 7 es
el nombre de la palabra perro y 'audaz7 es el nombre de la pala­
bra audaz. Y no puedo decir que 'perro7 es un animal pero sí qu e
'perro7 es bisilábica, pues en este caso no estoy hablando de un
animal sino de la palabra misma. Afirmaciones como 'gato' es un
animal son malas construcciones y no se consideran proposicio­
nes sino sin sentidos.

35
II
EL LENGUAJE DE LA LÓGICA PROPOSICIONAL

Objetivos:

• Aprender la lógica como la ciencia dedicada a la construcción


de lenguajes formales.
• Identificar las características de lenguaje standard de PM.
• Definir la conjunción como conectiva proposicional.
• Reconocer y aplicar el concepto de variable proposicional en la
construcción de fórmulas conjuntivas.
• Definir las condiciones de verdad de una proposición conjuntiva.
• Construir algorítmicamente tablas de valores.
CUESTIONARIO 2:
El lenguaje de la lógica proposicional

Instrucciones

I. Escriba las proposiciones componentes de las siguientes expre­


siones, reemplace cada proposición componente por una varia­
ble proposicional y luego construya una fórmula conjuntiva.

1. ]uan y Pedro viajarán al Japón,


2. El profesor de historia es amistoso pero estricto.
3. El hijo de Ulises fu e paciente pero no buen arquero.
4. El problema de la cuadratura del círculo ha tenido solución, aunque
fue difícil encontrarla.
5. Gustavo tiene dificultades con su investigación, sin embargo perseve­
rará en su empeño.
6 . El número ocho es una potencia par y Lima es una ciudad grande.
7. 2" es una potencia par pero 3nes una potencia impar.
8 . Pedrito predica caridad; sin embargo vive con mucho lujo.
9. Francisco es a la vez juez y parte.
10. Fortunato cobra dinero a pesar de que no trabaja.
11. Sam, el defensor de los torturados, es también empresario.
12. Pan y circo destruyeron a los romanos.
13. Fútbol y circo distraen a las multitudes.
14. La integral de Nezuton era correcta pero la de Riemann era más
sencilla.

[39]
II. Señalar cuáles en el siguiente listado son afirmaciones falsas:

1. El signo especial llamado conectiva de conjunción forma parte del len­


guaje natural.
2. Las variables proposicionales son parte de nuestro lenguaje objeto.
3. Como el alfabeto es finito nosotros podemos obtener nuevas variables
proposicionales, en caso de necesitarlas, escribiendo la misma letra
con diversos subíndices y tendremos p 1........ p
4. El margen de una tabla para una proposición con cuatro variables
proposicionales tiene 12 arreglos.
5. La matriz de la conjunción es verdadera para el tercer arreglo.
6. Para que una proposición conjuntiva sea falsa es necesario que sus dos
componentes sean falsos.

III. Responder a las siguientes preguntas:

1. ¿Cómo sería la matriz de la conjunción si en lugar de comenzar


el margen con un arreglo constituido por dos valores verdade­
ros lo comenzarámos con un par de valores falsos?
2. ¿Cómo se define algoritmo?
3. ¿Son las cuatro operaciones elementales de la aritmética
algorítmicas?
4. ¿Por qué la matriz principal de una conjunción de dos variables
proposicionales no puede tener dos valores verdaderos?
5. ¿Qué relación hay entre el número de valores que puede tomar
una variable y la definición de proposición?
6 . ¿Podemos entender el primer arreglo del margen como un par
de proposiciones verdaderas?
7. ¿Quedes lo importante en la tabla de verdad, el valor de las pro­
posiciones o su significado?

40
LECCIÓN 2
El lenguaje de la lógica proposicional

2.1. El lenguaje de PM

La lógica actual, también denominada Lógica matemática, pue­


de ser definida, en una primera aproximación, como una ciencia
dedicada a la construcción de lenguajes especiales, llamados len­
guajes formales o artificiales, adecuados para el análisis de la es­
tructura y contenido de las teorías científicas. Por extensión, los
lenguajes lógicos también son muy productivos en el análisis del
método de investigación científica y de estructuras argumentati­
vas filosóficas, morales y jurídicas, por citar sólo algunos ejem­
plos. La variante que es necesario enfatizar, desde el inicio, es que
cuando un lenguaje lógico se usa para analizar una teoría mate­
mática o física, entonces ocurre que se usa un lenguaje formal para
examinar otro lenguaje formal, pero cuando se lo usa en el análi­
sis de una argumentación moral o política, sucede que se usa un
lenguaje formal para analizar lo que se llama el lenguaje natural,
que es el que se usa en la comunicación cotidiana, por lo que tam­
bién se le llama lenguaje ordinario.
Los lenguajes lógicos tienen diferentes usos y niveles de com­
plejidad. A un lenguaje que reúne los requisitos mínimos como
para ser adecuado para el análisis de discusiones científicas y fi­
losóficas se lo conoce como un lenguaje de primer orden. Asimis­
mo, hay variantes importantes dentro de los lenguajes de primer
orden y en el desarrollo de un curso hay que elegir el que goza de
mayor aceptabilidad dentro de la comunidad científica intema-

[41]
cional. Consideramos que el lenguaje de primer orden más ade­
cuado para nuestros objetivos es el que se construye a partir de la
obra señera de B. Russell y A. Whitehead, titulada Principia
Mathematica, cuya primera edición se publicó en Londres en 1910.
Nos referiremos a él con la sigla PM y en lo que sigue de este
texto, que es muy elemental, desarrollaremos sólo algunos frag­
mentos de este lenguaje, siendo el primero el que corresponde a
lo que se denomina un lenguaje proposicional.
Procederemos a explicar la función de una clase especial de
térm inos que los lógicos su elen denom inar co n ectiv a s
proposicionales porque, en general, cumplen la función de co­
nectar o enlazar a las proposiciones entre sí. En algunos libros de
lógica se les denomina conectores; en otros, términos de enlace u
operadores proposicionales constantes lógicas. Los autores que
los denominan operadores proposicionales desean enfatizar que
estos términos además de enlazar proposiciones establecen ope­
raciones entre ellas, que son análogas a cualquier operación ma­
temática. Nosotros hemos preferido usar la denominación
conectivas proposicionales porque es la que con mayor frecuen­
cia se usa en los textos de lógica que hay en lengua española.

2.2. La co n ju n ció n

Para explicar esta conectiva tomemos como punto de partida las


dos siguientes proposiciones:

a. Kant fue un notable filósofo


b. Gódelfue un lógico checoslovaco.

Sobre la base de estas dos proposiciones, enlazándolas me­


diante la partícula 'y' nosotros podemos construir una nueva. De
este modo tenemos:

c. Kant fue un notable filósofo y Gódel fu e un lógico checoslovaco.

Como puede observarse, la proposición c tiene como compo­


nentes a las proposiciones a y b, las mismas que se encuentran
ligadas por la partícula 'y', a la cual llamaremos conjunción. Asi­

42
mismo, a la nueva proposición c la denominaremos proposición
conjuntiva y quien la afirma dice la verdad solamente en el caso
que la proposición 'Kant fue un notable filósofo' sea verdadera y
la proposición 'Godel fue un lógico checoslovaco' sea verdadera.
Vale decir, las dos proposiciones componentes deben ser verda­
deras para que una proposición conjuntiva sea verdadera.
Siguiendo el mismo procedimiento nosotros podemos cons­
truir un número ilimitado de proposiciones conjuntivas. Todo lo
que necesitamos hacer es elegir pares de proposiciones y luego
ligarlas mediante la conectiva 'y'. De esta manera tendremos tan­
tas proposiciones conjuntivas como deseemos y todas ellas ten­
drán en común una forma lógica o estructura que puede ser re­
presentada así

y
En este esquema los puntos suspensivos que están hacia la iz­
quierda de la 'Y representan el lugar que ocuparía la primera pro­
posición, y los puntos suspensivos hacia la derecha de la 'Y repre­
sentan el lugar que ocuparía la segunda proposición. Este recurso
también nos muestra que para entender la estructura lógica de una
proposición conjuntiva, no es indispensable recurrir a ejemplos
concretos sino que los puntos suspensivos son suficientes para in­
dicamos que los lugares a la derecha y a la izquierda de la 'y 7 pue­
den ser ocupados por cualquier par de proposiciones.
Debido a lo anterior es posible que en lugar de los puntos
suspensivos utilicemos las últimas letras de nuestro alfabeto ( p,
q, r, s, e tc ) para representar proposiciones sin necesidad de inte­
resamos en especificarlas al detalle. A estas letras se les denomi­
na variables proposicionales por analogía con las variables
algebraicas de expresiones tales como ' 2 x + c', en las que la varia­
ble algebraica V representa a cualquier número no especificado.
De modo semejante, por ejemplo, la variable proposicional/? re­
presenta a cualquier proposición. En armonía con lo anterior pro­
porcionaremos la siguiente definición:

D efinición 2. Son variables proposicionales las le/ras p , q, r, etc., que tienen la


Junción de representar a cualquier proposición no especificadas.

43
Empleando variables proposicionales, la estructura lógica de
cualquier proposición conjuntiva puede ser formulada así:

p y q

donde la variable proposicional p representa la primera propo­


sición que elijamos y la variable proposicional q representa la
segunda. Pero además, para incrementar este nuevo lenguaje que
estamos construyendo, podemos reemplazar la 'y' por el signo
especial a al que llamaremos conectiva de conjunción y lo tra­
' '

duciremos al castellano por 'y'. De esta manera, utilizando va­


riables proposicionales y el signo a podemos representar, de
' '

la siguiente manera la estructura lógica de cualquier proposición


conjuntiva.

p a q

La expresión anterior constituye en sentido estricto una fór­


mula lógica que no está dada en idioma español sino en un len­
guaje lógico formalizado que iremos incrementando progresiva­
mente. Debido al nivel elemental de este curso, a la fórmula ante­
rior también la llamaremos proposición conjuntiva sin entrar
en otras distinciones propias de niveles más avanzados. El mis­
mo procedimiento será adoptado en adelante en casos similares.
El vocabulario lógico introducido anteriormente nos permite
ahora dar una definición que establezca las condiciones de ver­
dad de una proposición conjuntiva.
---------f -----------------------------------;------------------------------------------------ v
Definición S. Si las variables proposicionales p y q representan cualquier par de
proposiciones, luego la proposición conjuntiva de la forma p a q es verdadera
solamente en el caso que p sea verdadera y q también sea verdadera. En cualquier
otro caso la proposición p a q es falsa.
\________________________________________________________ /

2.3. Tablas de verdad

Para determinar cómo funciona la definición anterior en la prác­


tica, es necesario recurrir a un artificio lógico llamado tabla de

44
verdad, el cual parece que fue conocido de manera rudimentaria
desde la antigüedad. La presentación que hoy día tiene es la que
usó el filósofo Ludwig Wittgenstein en su libro Tractatus Logico-
Philosophicus. La tabla de verdad es necesaria debido a que por
definición de variable proposicional es posible que p y q repre­
senten en unos casos a proposiciones verdaderas y en otros a pro­
posiciones falsas, lo que nos da varias posibilidades de com­
binar sus valores. Sin embargo, todo lo que puede ocurrir debido
a esto es que p sea en unos casos verdadera y en otros casos falsa
y lo mismo con q. Consecuentemente, p puede asumir o tomar
dos posibles valores (Verdadero - Falso) y la variable q también.
Luego, la tabla de verdad debe presentar en orden todas las com­
binaciones posibles de los valores de las variables p y q para lue­
go aplicar la correspondiente definición y establecer la verdad de
la proposición conjuntiva. El proceso de construcción de la tabla
de verdad puede hacerse siguiendo las siguientes reglas.

2.3.1. Algoritmo para la construcción de tablas de verdad

R l. Dibújese una tabla, denominada de doble entrada, como la


que sigue, de tal manera que para cada variable proposicional
exista una correspondiente columna debajo de ella y los valores
que asuma la proposición conjuntiva, por aplicación de la Defi­
nición 3, puedan ser escritos, paralelamente y en corresponden­
cia, con los valores de las variables proposicionales. Al sector de
la tabla donde deben estar las columnas de valores de las varia­
bles se les llama margen.

p q p A q

MARGEN

R2, Escríbase en columnas todas las combinaciones posibles, de


los posibles valores de las variables p y q de tal manera que éstos
aparezcan ordenados por pares. (Usese para el valor verdadero

45
la abreviatura V y para el falso F). A cada uno de dichos pares se
le denomina arreglo. El número de valores que van a constituir
cada columna se calcula aplicando la fórmula: N.° de valores de
cada columna = 2n. En esta fórmula la letra 'n' es una variable
numérica cuyo valor depende del número de variables proposi­
cionales que tenga la proposición que vamos a tabular. En nues­
tro caso, dado que nuestra proposición a tabular contiene sola­
mente las variables p y q, entonces n = 2 y, consecuentemente,
2n = 4. El número de arreglos coincide con el número de valo­
res que constituyen cada columna.
Efectuado lo dicho en R 2, la tabla queda así:

P q p a q

Primer arreglo V Y
Segundo arreglo V F
Tercer arreglo F V
Cuarto arreglo F F

Es recomendable escribir en la primera columna como apa­


rece aquí, la mitad de valores verdaderos y la mitad de valores
falsos. En la segunda columna un cuarto de valores verdaderos y
un cuarto de valores falsos; en la tercera, cuando hay tres varia­
bles, un octavo y así sucesivamente. Estas sucesivas particiones
de las columnas de valores aléticos son siempre posibles debido a
que todo número que se obtiene aplicando la fórmula 2 es siem­
pre par.'
R$. Inspecciónese cada uno de los arreglos y escríbase deba­
jo de la conectiva de la proposición conjuntiva el valor que les
corresponde de acuerdo a lo establecido por la Definición 3. Por
ejemplo, en este caso la proposición conjuntiva es verdadera sola­
mente en el primer arreglo, pues es el único en el que se cumple
que ambas variables proposicionales son verdaderas, como lo pres­
cribe la Definición 3. En todos los demás arreglos le asignaremos
a la proposición conjuntiva el valor falso porque al menos una de
las dos variables proposicionales es falsa. Así obtenemos una nue­
va columna de valores que llamaremos matriz de la conjunción.
La tabla queda finalmente de esta manera:

46
p q p A q

V V V
V F F
F V F
F F F MATRIZ DE LA CONJUNCIÓN
Tabla 1

Este proceso de construcción de una tabla de verdad puede


parecer largo y tedioso a un principiante. Sin embargo, con muy
poca práctica, se encuentra que es muy sencillo y rápido. Lo que
ocurre es que la explicación ha sido lo más detallada posible para
que queden claros todos los aspectos que deben tenerse en cuen­
ta, para lograr una comprensión lúcida que permita luego cons­
truirla mecánicamente. En efecto, la construcción de una tabla de
verdad es un procedimiento mecánico que adecuadamente apli­
cado conduce necesariamente al resultado buscado y a los proce­
dimientos de esta clase se les denomina en lógica algoritmos.
Es importante aclarar, antes de seguir adelante, que algunas
palabras que en el lenguaje natural no tienen exactamente el mis­
mo uso que 'y', deben ser traducidas al lenguaje lógico por la
conectiva de conjunción. Es el caso de palabras como 'pero' 'sin
embargo', 'aunque', 'empero', que desde el punto de vista lógico
son equivalentes a 'y'. Si asumimos que la variable proposicional
p representa a la proposición 'Carlita irá al cine' y que la variable
q representa a la proposición 'Carlita no tiene dinero', luego p a cj
es la traducción lógica de las siguientes proposiciones:

Carlita irá al cine pero no tiene dinero.


Carlita irá al cine, sin embargo no tiene dinero.
Carlita irá al cine aunque no tenga dinero.

2.4. Conjunción lógica vs conjunción en el lenguaje natural.

De otra parte, la conjunción en lógica es conmutativa, mientras


que en el lenguaje natural no ocurre siempre así. Por ejemplo, en
lenguaje natural la proposición 'Gustavo disparó y mató al vena­
do' tiene distinto sentido que 'Gustavo mató al venado y dispa-

47
ró\ La diferencia radica en que la primera sugiere claramente una
relación de causalidad que se desvirtúa en la segunda que ya no
expresa claramente a qué disparó Gustavo. Sin embargo, la co­
nectiva de conjunción no establece ningún tipo de nexo causal o
de orden. En armonía con ello, las siguientes proposiciones son
lógicamente equivalentes aunque en el lenguaje natural no sea así:
Luis abrazó a su novia y se fu e a la China.
Luis se fu e a la China y abrazó a su novia.

48
III
DISYUNCIÓN Y NEGACIÓN

Objetivos:

• D efinir la disyunción y la negación como conectivas


proposicionales.
• Esclarecer el carácter inclusivo y exclusivo de la disyunción.
• Diferenciar entre la negación de una variable proporcional y la
negación de una conectiva u operador de conjunción y de
disyunción
• Definir las condiciones de verdad de la disyunción inclusiva,
disyunción exclusiva y de la negación
• Expresar en el lenguaje lógico las proposiciones disyuntivas y
negativas del lenguaje natural.
• Distinguir los usos de la doble negación en el lenguaje formal y
en el lenguaje natural.
CUESTIONARIO 3: Disyunción y Negación

Instrucciones

I. Usando el lenguaje lógico expresar las siguientes proposiciones,


distinguiendo las disyunciones inclusivas de las exclusivas:
1 .Jaime es pimponista o tenista.
I.Este polígono es un triángulo o un cuadrado.
3. Volverás con el escudo o sobre el escudo.
4. Se presentarán al Jurado los que tengan libreta electoral o sean mayo­
res de 18 años.
5. Ingresarán a la Escuela Politécnica los que aprueben el examen de
ingreso o los que estén exonerados de él.
6. El soldado sobrevivirá o perecerá en combate.
7. El libro es voluminoso o interesante.
8. Borges es cuentista o novelista.
9 .0 aceptas el aumento o vas a la cárcel.
10. Recibirás el dinero o la casa pero no ambas cosas.
I I . Perico es alto o bajo.
12. Perico es alto o María es estudiosa.
13. César conquista las Galias o Cleopatra no es reina de Egipto.
14. Perico no es piadoso o Jaime no es belicoso.
15. Perico nunca ganará el premio o será feliz.

11. Usando el lenguaje lógico expresar las siguientes proposicio­


nes (no debe usarse la disyunción exclusiva):

[51]
1. No es el caso que seis sea impar o que existan agujeros negros en el
cosmos.
2. No es el caso que seis sea impar, o que existan gatos.
3. No es el caso que el acusado sea inocente y que sea sentenciado.
4. No es el caso que un número sea divisible entre dos y que no sea par.
5. No es el caso que una persona obligatoriamente sea atea o inmoral
6 . Es el caso que Lina es estudiosa o no es aplicada.
7. No es el caso que no te diviertas o seas infeliz.
8. No tengo nada o soy muy rico.

III. Indicar cuáles en el siguiente listado son afirmaciones falsas:

1. La matriz de la disyunción exclusiva tiene más valores verdaderos que


la matriz de la inclusiva.
2. Si a la negación de p la negamos,, nuevamente obtenemos una matriz
igual a los valores de p.
3. Basta que una variable sea verdadera para que la matriz de la disyun­
ción inclusiva sea verdadera.
4. La disyunción exclusiva es verdadera en el único caso en que la inclusiva
es falsa.

IV. Responder a las siguientes preguntas:

1. ¿Por qué la negación es un mecanismo inversor?


2. ¿En qué se diferencia la negación lógica de la castellana?
3. ¿Existe en español un signo especial para la disyunción inclusiva y
otro para la exclusiva?

52
LECCIÓN 3
Disyunción y negación

3-1. Las d isyu nciones in clu siv a y exclusiva

A menudo nosotros nos encontramos con proposiciones tales


como las siguientes:

a. Carlos es un buen jugador de ajedrez o un buen lector.


b. El marco de una pintura es deforma rectangular o deforma circular.

Lo que tienen en común las proposiciones a y b es que ellas


han sido construidas sobre la base de otras proposiciones que han
sido enlazadas mediante la partícula 'o' que en lógica se denomi­
na conectiva de disyunción. De manera detallada, las proposi­
ciones que constituyen la proposición cuyo hombre es a son 'Car­
los es un buen jugador de ajedrez7 y'Carlos es un buen lector'. En
nuestro ejemplo aparecen de manera abreviada que evita redun­
dancias no elegantes en idioma castellano. La proposición disyun­
tiva que forman estas proposiciones es de carácter inclusivo en
el sentido de que, aunque se dice que Carlos tiene una entre dos
propiedades, no excluye la posibilidad de que pueda poseer
ambas. Es completamente posible que alguien pueda ser al mis­
mo tiempo un buen jugador de ajedrez y un buen lector.
Distinta es la situación del ejemplo nombrado por b. La ra­
zón de ello es que las proposiciones componentes 'El marco de
una pintura es de forma rectangular' y 'El marco de una pintura
es de forma circular' no pueden ser ambas verdaderas. Si se da el
caso de que el marco es rectangular, entonces ya no puede ser
circular y si se da el caso de que es circular, entonces ya no puede

[531
ser rectangular, porque tales propiedades son excluyentes entre
sí. Vale decir, en nuestro segundo ejemplo, la verdad de una de
las proposiciones componentes excluye la verdad de la otra. Por
eso se dice que se trata de una disyunción en sentido exclusivo.
Aunque en español en ambos casos se usa la misma letra V , en
lógica la disyunción exclusiva se denota por el signo V para dis­
tinguirla de la inclusiva que se denota por el signo V 7.
Utilizando las variables proposicionales que representan en
cada caso a las proposiciones componentes, la estructura lógica
de la disyunción inclusiva es mostrada por la siguiente fórmula:

pvq

y la de la disyunción exclusiva por

p * q

Debemos anotar que la distinción anterior es importante, pero


no indispensable. Se puede prescindir de la disyunción exclusiva
con relativa facilidad en lógica, razón por la que muchos autores
no la mencionan y la mayor parte de los ejercicios de este texto,
sólo requiere, para su ejecución, de la disyunción inclusiva.

f D. efinición 4. La proposición disyuntiva inclusiva de la forma p v q es verdadera \


siempre que p sea verdadera o que q sea verdadera o que ambas variables
prop osicion ales sean verdaderas. Es fa ls a sólo cuando am bas variables
^proposicionales son falsas._____________________________________________

Definición 5. La proposición disyuntiva exclusiva de la forma p ^ q e s verdadera si


una, y solamente una de las variables proposicionales, es verdadera. En cualquier
oti& caso es falsa.

Con el auxilio de estas definiciones nos encontramos en con­


diciones de construir la tabla de verdad de la disyunción inclusiva
y de la disyunción exclusiva. Para ello es necesario proceder exac­
tamente de la misma manera como procedimos en el caso de la
conjunción, hasta la aplicación de la regla R2.
En el momento de realizar el paso correspondiente a la regla
R3, entonces la variante consistirá en que aplicaremos la Defini­
ción 4, para obtener la matriz de la disyunción inclusiva y la De-

54
finición 5, para obtener la matriz de la disyunción exclusiva. La
tabla de verdad de la disyunción inclusiva es como a continua­
ción se grafica:

MATRIZ DE LA
DISYUNCIÓN
INCLUSIVA
T a b la 2 1 ____ í

Asimismo, la tabla de verdad de la disyunción exclusiva que­


da graficada del siguiente modo:

p q p*q
V V F
V F V
F V V MATRIZ DE LA
F F DISYUNCIÓN
F
EXCLUSIVA
T a b la 3 t ____ í

Es evidente que la disyunción inclusiva sólo es falsa en el


cuarto arreglo debido a que es el único en que ambas variables
son falsas. La disyunción exclusiva es verdadera en los arreglos
segundo y tercero porque sólo en ellos una y sólo una de las va­
riables es verdadera. Remarcaremos que la diferencia entre am­
bas tablas se encuentra en el valor correspondiente al primer arre­
glo que es verdadero en la disyunción inclusiva, y falso en la ex­
clusiva que no admite que dos proposiciones sean verdaderas.

3.2. La negación

La negación es una conectiva especial porque no enlaza proposi­


ciones sino que se aplica directamente a sólo una proposición. Esto
lo comprenderemos muy fácilmente usando ejemplos. Tengamos
las proposiciones:

55
c. El cuaderno es rojo.
d. El número seis es par.

En efecto, a partir de ella es posible construir nuevas propo­


siciones que sean sus negaciones, introduciendo la partícula 'no7.
Así tenemos:

e. El cuaderno no es rojo.
f. El número seis no es par.

Y este procedimiento podemos aplicarlo tanto como quera­


mos, pues, dada una proposición, siguiendo un mecanismo se­
mejante a éste, siempre es posible construir una nueva que sea su
negación, a la que se denomina proposición negativa. Sin embar­
go, el uso de la partícula 'no 7 en lógica no se hace dentro de la
oración como en los casos anteriores, en los que se respeta la gra­
mática española usual. Los lógicos prefieren construir la nega­
ción de una proposición anteponiéndole la partícula 'no7. Siguien­
do este criterio, las negaciones lógicas de a y b son:

el. no - (El cuaderno es rojo)


f l. no - (El número seis es par)

Esto nos permite comprender que la estructura lógica de una


proposición negativa cualquiera puede ser grafícada como sigue:

n° - ( ................................... )

SiAisamos variables proposicionales y el signo ' ~ 7 que se usa


en lógica para simbolizar la partícula 'no7, entonces tenemos que
una proposición negativa se escribe en lenguaje lógico así:

~P

Es claro que 'e l 7 y 'f l 7 no son afirmaciones elegantes en español


aunque sean lógicamente correctas. Para salvar este detalle ellas
pueden ser traducidas por 'No es el caso que el cuaderno sea rojo7 y
por JNo es el caso que el número seis sea par'. Asimismo, resulta muy

56
intuitivo que cuando una proposición es verdadera su correspon­
diente proposición negativa debe ser falsa y viceversa.

Definición 6. La proposición negativa de laform a ~p es verdadera solamente cuando


la variable p es fa lsa y es fa lsa solamente cuando la variable p es verdadera.

Con ayuda de esta definición y de las reglas R1 y R2 pode­


mos construir fácilmente la tabla de verdad para una proposición
negativa. La variante en este caso será, además de la aplicación de
la Definición 6 , que hay una sola variable proposicional, por lo que
en el margen habrá sólo una columna. Asimismo, la columna ten­
drá solamente dos valores debido a que en este caso n = 1 y 2 = 2
porque hay una sola variable proposicional.

V
F

T a b la 4

Debe observarse que los valores de la matriz de ~ p se escri­


ben en columna debajo de la conectiva para no confundirlos
con los valores de la variable p. Asimismo, la disposición de la
tabla nos permite comprender ahora que, es muy conveniente
colocar la negación delante de la variable para poder escribir
los valores de la matriz sin dar lugar a confusiones. Anotamos
también que la conectiva de negación funciona como un artificio
inversor que transforma el valor verdadero en falso y viceversa.

3.3. Negación de una conjunción y de una disyunción

Hemos dicho que la conectiva de negación se aplica a una pro­


posición. Los ejemplos e y f muestran ello con proposiciones sim­
ples pero una proposición también puede ser compuesta como es
el caso de las conjuntivas y disyuntivas. Por ejemplo, podemos
examinar las siguientes proposiciones:

57
g. No es el caso que Juan sea honesto y tenga una conducta inmoral.
h. No es el caso que Hugo sea piloto o cocinero.

En los ejemplos anteriores no se niega proposiciones simples


sino se niega operaciones lógicas con proposiciones simples: en el
ejemplo g se niega una conjunción y en el ejemplo h una disyun­
ción. Como en este caso no se niega proposiciones aisladas sino la
«conexión» entre proposiciones, los esquemas que corresponden
a g y h, respectivamente son:

~ ( ..... A ......)
~ ( ..............v ............... )

De este modo las fórmulas del lenguaje proposicional que


corresponden a g y h, en el mismo orden, son:

gl. ~ ( p A q )
h l. ~ ( p v q )

Así queda claro que es verdad que la conectiva de negación


siempre se aplica a una sola proposición, la misma que puede ser
simple o compuesta. En este segundo caso, para hacer visible la
unidad de la proposición compuesta, hemos procedido a ence­
rrarla entre paréntesis y de este modo se logra que se perciba con
claridad que el alcance de la conectiva llega hasta el corres­
pondiente paréntesis de cierre.
Aunque posteriormente trataremos con detalle la jerarquía
de las conectivas, podemos adelantar que en g l y h l la conectiva
de negación es la de mayor jerarquía, pues en el primer caso nie­
ga la matriz de la conjunción y en el segundo la matriz de la disyun­
ción inclusiva. Por ello a las reglas R l, R2 y R3 hay que añadirles,
en este caso, la regla que establece que la matriz principal de una
fórmula es la que corresponde a su conectiva de más alta jerar­
quía. Como se aprecia en las tablas de verdad, los valores verda-
dero-falso de las proposiciones simples no están negadas.

58
p q ~ ( P Aq) P q ~ ( P V q)
V V F V V V F V
V F V F V F F V
F V V F F V F V
F F V F F F V F
i
MATRIZ PRINCIPAL DE LA MATRIZ PRINCIPAL DE LA
NEGACIÓN ALTERNATIVA NEGACIÓN CONJUNTA
El lógico norteamericano W. O. Quine denomina negación
alternativa a la negación de la conjunción y negación conjunta a
la negación de la disyunción. Para entender el sentido de estas
denominaciones es necesario conocer las fórmulas de De Morgan
que presentaremos en una lección posterior. Asimismo, la nega­
ción alternativa la utilizaremos para definir la regla de construc­
ción de la matriz de la conectiva que en este libro llamamos «ba­
rra de Nicod».

3.4. Doble negación

En los lenguajes lógicos, como el lenguaje PM, es frecuente el uso


de la doble negación para construir las fórmulas que correspon­
den a expresiones como:

i. No es el caso que el número cuatro no sea par.

La fórmula correspondiente a i se obtiene a partir de un es­


quema como el siguiente:

No (n o ( el número cuatro es par) )

que traducido a fórmula permite obtener ~ ( ~ ( p ) ) o simple­


mente, prescindiendo de los paréntesis, se tiene — p. La tabla de
verdad respectiva es:

V F
MATRIZ PRINCIPAL DE
F V LA DOBLE NEGACIÓN

59
Esto permite constatar que los valores de p coinciden con los
de la matriz de — p. Por ello se dice que en lógica la doble negación
de una proposición siempre equivale a su afirmación. Esto no ocu­
rre igualmente en castellano. Una persona en lugar de decir «Yo no
tengo dinero» para negar que posee dinero, dice coloquialmente:
«Yo no tengo nada». Si procedemos a anteponer la negación, como
señalan las reglas de PM, obtenemos el esquema

No ( Yo tengo nada )

el mismo que podemos interpretar como «No es verdad que yo


tenga nada» que permite entender que «Yo tengo algo», lo que
contradice la intención del hablante cuando dice «Yo no tengo
nada». En este sentido, si contamos "nada7 como una segunda ne­
gación, debemos aceptar que en castellano frecuentemente la do­
ble negación sigue siendo negación.
Un ejemplo adicional y frecuente lo proporciona la expre­
sión coloquial «No hay nadie», usada en castellano para expresar
la completa ausencia de personas en un recinto determinado. Si
interpretamos el segmento 'hay nadie 7 en términos de «no existe
en el recinto al menos una persona», encontramos que la mencio­
nada locución da lugar al siguiente esquema:

No ( no existe en el recinto al menos una persona )

El esquema anterior como se aprecia, contiene claramente


una doble negación que da lugar a que, desde el punto de vista
lógico, se lo pueda interpretar como equivalente a «Existe en el
recintb al menos una persona», lo que contradice la intención del
hablante que dice «No hay nadie», normalmente, en sentido ne­
gativo. Esta peculiaridad del castellano, que consiste en admitir
usos que transgreden la regla de equivalencia lógica entre una
proposición afirmada y su doble negación, no es compartida por
- otros idiomas como el inglés o el alemán cuyas oraciones negati­
vas usan una sola vez la negación. En castellano esta discrepancia
entre regla lógica y uso se puede subsanar si en lugar de decir
«No hay nadie», decimos «No hay persona alguna». Esta última
expresión conserva el sentido negativo del lenguaje coloquial y
usa sólo una negación.

60
IV
EL CONDICIONAL Y LA IMPLICACIÓN

Objetivos:

• Definir el condicional como una conectiva proposicional.


• Distinguir entre los conceptos de condicional, implicación, im­
plicación estricta y condicional contrafáctico.
• Reconocer las condiciones de verdad de un condicional.
• Distinguir la verdad de una proposición condicional de la rela­
ción de atingencia entre antecedente y consecuente.
• Definir lógicamente los conceptos de condición necesaria y con­
dición suficiente.
CUESTIONARIO 4
El condicional y la implicación

Instrucciones

I. Subrayar el antecedente y el consecuente de cada una de las


siguientes proposiciones.

1. Si vas a la Iglesia, entonces eres creyente.


2. Si comes alimentos, entonces no adelgazarás.
3. Si lloras, entonces no demostrarás valor.
4. Si Arístides no es honrado, entonces nadie es honrado en Atenas.
5. Si Pancho no es deshonesto, entonces nadie es deshonesto.
6. Si los precios suben por la crisis, entonces hay quien está ganando
dinero con la crisis.
7. Si la Aritmética es consistente, luego la Geometría también lo es.
8. Si hay problemas sociales, entonces seremos muy cautos con las
distracciones.

II. Expresar en el lenguaje lógico las siguientes proposiciones.

1. Iré al cine solamente si tengo dinero.


2. Las crisis se producen porque alguien toma malas decisiones.
3. Un número es par si es divisible por 2.
4. Una figura es un triángulo siempre que tenga exactamente 3 lados.
5. La Geometría de Riemannfue posible porque existió la de Euclides.
6. Los vendedores de armas ganan dinero solamente si hay guerra.

[63]
7. Si alguien gana dinero con la crisis, entonces hay alguien que tiene
interés en mantener la crisis.
8 . No es posible gastar en distracciones porque no hay dinero para la
solución de las necesidades primarias.

III. Realizar las siguientes tareas:

1. Construir cinco ejemplos de condicionales contrafácticos.


2. Construir cinco ejemplos de implicaciones.
3. Construir tres ejemplos de implicaciones estrictas.

IV. Responder a las siguientes preguntas:

1. ¿A qué se llama relación de atingencia entre el antecedente y el


consecuente?
2. ¿Es necesario que haya relación de atingencia entre el antecedente y el
consecuente para que una proposición condicional sea lógicamente
correcta?

V. Construir fórmulas y tablas para:

1. Si p, luego no es el caso que no p .


2. Si no es el caso que no p, luego p.
3. Si p o n o p , entonces no es el caso que no p.
4. Si p, luego no p.
5. p si no es el caso que no p.

(En este grupo de ejercicios debe usarse de manera explícita la doble


negación.)

64
LECCIÓN 4
El condicional y la implicación

4.1. D elim itació n concep tu al

En esta sección abordaremos probablemente la conectiva más dis­


cutida por los especialistas y de mayor relevancia en la compren­
sión de lo que es el razonamiento lógico denominado por Piaget
pensamiento hipotético deductivo: el condicional o implicación
material. Al respecto los trabajos especializados distinguen entre
el condicional o implicación material, la implicación y la impli­
cación estricta desarrollada por C. I. Lewis. Las diferencias son
finas e importantes pero en este texto, bastante introductorio, no
podemos detallarlas. Por ahora sólo señalaremos que las tres «im­
plicaciones» antes mencionadas tienen en común corresponder en
castellano a la expresión esquemática «Si..., entonces....» que a su
vez corresponde a nuestras oraciones hipotéticas del tipo 'Si me
sacara la lotería, me compraría un Mercedes Benz'. En este caso, no
estoy afirmando sin condiciones que me voy a comprar un Mer­
cedes Benz sino que lo haré si tuviera lugar la hipotética situa­
ción de que me sacara la lotería. Normalmente no se me conside­
rará mentiroso si no me compro un Mercedes Benz mientras no
me saque la lotería, pero sí en el caso de que me la saque y no lo
compre. En buena cuenta, podemos entender que lo que quiere
decir la anterior oración hipotética es: JNo es posible que me saque
la lotería y que no me compre un Mercedes Ben¿. Esta expresión tra­
ducida al lenguaje de PM corresponde a la fórmula: ~ ( p a - q )

[65]
En esta sección trataremos el condicional o implicación ma­
terial entendiéndolo como un operador (así también se suele lla­
mar a las conectivas) que equivale a la negación de una conjun­
ción cuya primera variable proposicional está afirmada y cuya
segunda variable proposicional está negada. Asimismo, preferi­
mos usar en esta expo-sición inicialmente la palabra 'condicional'
para luego introducir con mayor precisión el uso de la palabra
'implicación7.

4.2. E l cond icion al

Iniciaremos esta explicación a partir de algunos ejemplos muy cer­


canos a nuestra experiencia:
a. Si son dados el par de puntos A y B, entonces se puede trazar una
recta que los una.
b. Si Ricardo Palma ha nacido en Lima, entonces es peruano.
c. Si todos los gatos son negros, entonces algunos gatos son negros.
d. Si Túpac Ama.ru hubiera atacado el Cusco, entonces su revolución
habría triunfado.
e. Si la Luna se ve blanca, entonces la Luna es de queso.

Todas estas proposiciones, llamadas proposiciones condicio­


nales, tienen la característica común de tener una estructura del
tipo 'Si...entonces...'. Lo que las diferencia es que los componentes
que ocupan los lugares que corresponden a los puntos suspensivos
son en cada ejemplo distintos. Como en los casos anteriores, a la
lógica le interesa fundamentalmente el aspecto estructural. Por
eso la expresión 'S i ... entonces .../ se interpreta como la conectiva
denominada condicional cuyo signo lógico es
A la proposición que se encuentra entre 'Si7 y 'entonces7 se
denomina antecedente y a la que se encuentra después de 'en­
tonces7 se le denomina consecuente. Por ejemplo, de manera de­
tallada, en la proposición a el antecedente es 'son dados el par de
puntos A y B' y el consecuente e s 'se puede trazar una recta que una a
los puntos A y B7. Este consecuente no coincide exactamente con el
que aparece en a pero es estrictamente equivalente a él. Lo que
ocurre es que a como las otras proposiciones de nuestro listado,
contiene algunas abreviaciones propias del idioma español que

66
nosotros hacemos completamente explícitas cuando damos la
versión detallada.
De manera intuitiva y sin mayor discusión, se puede conce­
der que las cuatro primeras proposiciones del listado son correc­
tas. La proposición a porque es un postulado conocido de la Geo­
metría. La proposición b porque establece una condición que sa­
tisfacen todos los limeños que, por ser tales, son necesariamente
peruanos. Aceptamos la correción de c porque esta proposición
no afirma a secas Todos los gatos son negros'. Más bien, nos dice
que si éste fuera el caso, si aceptamos esta hipotética situación en
la que todos los gatos son negros, entonces algunos de ellos (una
parte) tienen que ser negros.

4.3. C o n d icio n al contrafáctico

La proposición d es usualmente reclamada como correcta por los


historiadores, pues no se afirma que Túpac Amaru atacó el Cus­
co, sino que si se hubiera producido esa hipotética situación, en­
tonces habría triunfado su revolución. En esta condición, noso­
tros aceptamos que d expresa un razonamiento correcto a pesar
de que sabemos que el antecedente aisladamente no es una pro­
posición verdadera ni el consecuente tampoco. A las proposicio­
nes como d se las llama condicionales contrafácticos, porque se
acepta su correción a pesar de que sus antecedentes y sus conse­
cuentes van contra los hechos. Otro ejemplo de este tipo es 'Si
Dante Alighieri hubiera nacido en Lima, entonces sería paisano
de José Santos Chocano', cuya correción lógica es irreprochable.
Una situación distinta nos plantea la proposición e. Todos
diríamos que es falsa. Lo importante en este caso es precisar cuál
es la variante que presenta esta proposición condicional respecto
a las anteriores que nos obliga a calificarla de falsa. Una primera
inspección nos muestra que el antecedente 'La Luna se ve blcmcd es
verdadero mientras que el consecuente 'La Lima es de queso' es
decididamente falso. Esta es ciertamente una situación nueva,
como lo demostraremos.
En efecto, examinando el ejemplo a ocurre que su anteceden­
te es una proposición verdadera y su consecuente también es una
proposición verdadera. Lo mismo puede decirse de b. En el caso

67
de la proposición condicional c encontramos que el antecedente
es una proposición falsa y el consecuente una proposición verda­
dera. Examinando la proposición condicional d es claro que el
antecedente es una proposición falsa y el consecuente también es
una proposición falsa. Sin embargo, estos distintos valores de los
antecedentes y consecuentes de estas cuatro proposiciones condi­
cionales parecen no alterar fundamentalmente la situación gene­
ral, pues ocurre que en tanto cada una de ellas expresa una co­
nexión razonable entre antecedente y consecuente, las calificamos
como verdaderas sin mayor dificultad. En cambio, cuando el an­
tecedente es verdadero y el consecuente es falso la situación ge­
neral sí cambia, pues la proposición condicional resulta inacepta­
ble racionalmente y por ello la calificamos de falsa, como es el
caso de e. Este análisis puede ser esquematizado como sigue, usan­
do la abreviación V para verdadero y la abreviación F para falso.

EJEMPLO ANTECEDENTE CONSECUENTE PROPOSICIÓN


CONDICIONAL
a V V V
b V V V
c F V V
d F F V
e V F F
Esto muestra claramente que las proposiciones cuya estruc­
tura lógica está dada por 'Si ... entonces solamente son falsas
cuando el antecedente es verdadero y el consecuente es falso.
Asimismo, si usamos variables proposicionales para el antecedente
y el consecuente, y el signo entonces tenemos que la fórmula
lógica de una proposición condicional es:

p ->q
defin ición 7. La proposición condicional de la form a p q, que tiene como
antecedente a p y como consecuente a q, es fa lsa solamente cuando p es verdadera
y q es falsa. En cualquier otro caso es verdadera. _____ j

Con ayuda de esta definición y siguiendo las reglas que ya


conocemos, construiremos a continuación la tabla de verdad de
una proposición condicional.

68
La tabla anterior permite entender que el condicional puede
ser interpretado como una prohibición que dice que no es posible
que el antecedente sea verdadero y el consecuente falso. Si esto
sucede, entonces la proposición condicional es falsa. Igualmente
nos asegura que una proposición condicional con antecedente
verdadero sólo es verdadera cuando su consecuente también es
verdadero.

4.4. R elació n de atingencia

Es necesario aclarar, además, que la verdad de una proposición


condicional es completamente independiente de las relaciones
que puedan existir o no entre los significados del antecedente
y del consecuente. En los ejemplos de nuestro listado existe rela­
ción entre lo que afirman los antecedentes y los consecuentes; ha­
blan de lo mismo, por decirlo así. Cuando esto ocurre, entonces,
hay una relación de atingencia entre el antecedente y el conse­
cuente. Sin embargo, pueden encontrarse muchos ejemplos de
proposiciones condicionales verdaderas en las que no se da una
relación de atingencia, pues lo que dice el antecedente es com­
pletamente diferente de lo que dice el consecuente. Así, tenemos
la proposición 'Si 2 + 2 = 4, entonces el Perú está en Sudaméricd es
verdadera a pesar de que no existe relación entre los significados
de sus proposiciones componentes, porque el antecedente ' 2 + 2 =
4' es verdadero y el consecuente 'el Perú está en Sudamérica' tam­
bién es verdadero. Sin embargo, es importante aclarar que los con­
dicionales interesantes para la ciencia y la filosofía general­
mente son atingentes.

4.5. C ond icional vs. Lenguaje N atural

Asimismo, la fórmula, en lenguaje lógico, p —> q n o sólo sirve para


expresar proposiciones de la forma 'Si p, entonces q', sino tam­
bién proposiciones frecuentes en español de las formas:
p solamente si q
qsip
q porque p
q siempre que p

69
Para ilustrar lo anterior daremos algunos ejemplos. Supon­
gamos que la variable p representa la proposición 'Gustavo com­
pra un reloj' y que la variable q representa la proposición 'Gusta­
vo recibe una propina de su padre'. Luego la proposición p -» q
es la expresión lógica de las siguientes proposiciones formuladas
en lenguaje natural:

a. P Gustavo compra un reloj solamente si recibe una propina de su padre


tJ
b. q Gustavo recibe una propina de su padre es p ara comprar un reloj
U
c. q Gustavo recibe una propina de su padre porque comprará un reloj

Gustavo recibe una propina de su padre | siempre que compre un reloj


-u ü
Como se aprecia, cuando se usa /... solamente si el orden
dado en el lenguaje natural se conserva en el mismo sentido en la
expresión lógica. Pero cuando se usan las partículas'... s i ...', '...
porque ...' y /... siempre que ...' el orden de las proposiciones se in­
vierte cuando se pasa a la expresión lógica.

4.6. Im p licación

El antecedente de un condicional puede ser cualquier proposición


compuésta y de la misma manera el consecuente. Por ejemplo, Si
Irene no va a misa y Juan no es católico, entonces Juan se casará reli­
giosamente o no es católico. En este ejemplo el antecedente es una
conjunción y el consecuente una disyunción. Si usamos parénte-
sisTpara separar claramente el antecedente del consecuente, en­
tonces obtendremos la siguiente fórmula y su respectiva tabla de
verdad (construiremos ocho arreglos debido a que la traducción
requiere tres variables proposicionales).

70
p q r (~ p a ~ q )-> (r v ■~ q)

V V V F F F V V F
V V F F F F V F F
V F V F F V V Y ,v
V F F F F V V V V
F V V V F F V V F
F V F V F F V F F
F F V V V V V V V
F F F V V V V V V

MATRIZ DEL MATRIZ MATRIZ DEL


ANTECEDENTE PRINCIPAL CONSECUENTE

Observando la matriz principal se encuentra que esta propo­


sición condicional es siempre verdadera (por ello se le denomina
tautología). Ello nos permite definir una implicación como un
condicional cuya matriz principal es siempre verdadera. Tam­
bién se califican los condicionales de este tipo de lógicamente
válidos. Esta peculiaridad diferencia al condicional anterior d e p - > q ,
cuya matriz principal no es siempre verdadera.

4.7. Implicación estricta

En este caso daremos directamente un ejemplo y procederemos


a construir su correspondiente tabla de verdad.
Si una proposición es verdadera o no lo es, entonces no es posible
qne sea verdadera y al mismo tiempo no lo sea.
Como se observa, es una implicación pero se diferencia de la
anterior en que la matriz de su antecedente es siempre verdade­
ra. Así definiremos una implicación estricta como una implica­
ción cuyo antecedente es siempre verdadero.

4.8. Condición necesaria vs condición suficiente

De otra parte, en el vocabulario lógico se dice que cuando se tie­


ne una proposición condicional de la forma p —» q, entonces el

71
consecuente es condición necesaria del antecedente y el antece­
dente es condición suficiente del consecuente.
Cabe precisar que tradicionalmente a la condición necesaria
se le ha conocido como condición sine qua non, lo que en caste­
llano significa condición sin la cual no se produce un cierto he­
cho, acontecimiento o fenómeno. Por ejemplo, en condiciones
usuales, el oxígeno es condición necesaria para la combustión.
Por tanto, nosotros podemos añrmar el siguiente condicional 'Si
se produce combustión en la habitación Z en to n ces existe oxígeno en la
habitación Z, con la seguridad de que siempre que el antecedente
es verdadero el consecuente también, inevitablemente, lo es. En
cambio el condicional recíproco 'Si existe oxígeno en la habita­
ción Z, entonces se produce combustión en la habitación Z' es
falso porque es posible que exista oxígeno en cualquier habita­
ción, por ejemplo en la Z, y, sin embargo, no se produzca com­
bustión, como ocurre todos los días en las habitaciones de nues­
tras viviendas. De este análisis se deduce que si reconocemos un
condicional como verdadero, entonces lo afirmado en el conse­
cuente es condición necesaria para lo afirmado en el antecedente,
y lo afirmado en el antecedente es condición suficiente para lo
afirmado en el consecuente. En nuestro ejemplo, la existencia de
combustión en la habitación Z basta para afirmar la existencia de
oxígeno en dicha habitación. Sin embargo, no es condición nece­
saria porque es completamente factible cambiarla. Podemos de­
ducir el mismo consecuente desde otro antecedente. Por ejemplo:
'Si existen personas respirando satisfactoriamente en la habitación Z,
entonces existe oxígeno en Zf es un condicional también verdadero.
En cambio, la condición necesaria no la podemos cambiar, pues
tod^s sabemos que 'No es posible que se produzca combustión y no
que haya oxígeno'. Esta última afirmación formalizada correspon­
de a ~ ( p A ~ q ) , que pone en evidencia que para que se cumpla
'p' la presencia del oxígeno es inexcusable. Asimismo, si se hace
la tabla de verdad de dicha fórmula, se verá que coincide con la
de p -> q.
Existe la tendencia errónea a creer que la condición necesaria
debería aparecer primero, vale decir, como antecedente. Espera­
mos que ello esté suficientemente aclarado en esta sección. Igual­
mente es un error intentar definir estos conceptos sin una refe­

72
rencia específica. Ninguna afirmación expresa en sí misma una
condición necesaria o una suficiente. Son conceptos relaciónales.
Debido a ello siempre un A, por ejemplo, es condición necesaria
para algún B, pero podría no serlo para un C. La manera efectiva
de evitar imprecisiones es construir condicionales verdaderos cada
vez que estos conceptos estén en discusión.

73
V
BICONDICIONAL, FUNCIONES
DE VERDAD Y EQUIVALENCIA

Objetivos:

• Definir el bicondicional como una conectiva proposicional.


• Reconocer las condiciones de verdad del bicondicional.
• Relacionar el concepto de función matemática y el concepto de
función de verdad.
• Distinguir las proposiciones atómicas de las moleculares.
• Determinar cuándo las fórmulas son lógicamente equivalentes.
• Usar las fórmulas equivalentes como definiciones que permi­
ten reemplazar una fórmula por otra.
• Traducir las proposiciones bicondicionales en condicionales.
CUESTIONARIO 5
Bicondicional, funciones de verdad y equivalencia

Instru cciones

I. Sabiendo que las letras p, q, etc. representan proposiciones, ex­


presar completamente en lenguaje lógico las siguientes afirma­
ciones.

1. p, si y solamente si p
2. No p si y solamente si no p
3. Si no p, entonces no q
4. Si no q, entonces p
5. No p si y solamente si q

II. Traducir al lenguaje lógico las siguientes afirmaciones.

1. Un número es par si y solamente si es divisible por 2


2. Iré ajuicio si y sólo si estoy seguro de ganar.
3. Ganarás dinero solamente si trabajas.
4. Juan campeonará si gana la pelea.
5. El postulado V es verdadero si y sólosi el espacio es recto.

III. Dados los bicondicionales p <-> q y r <-» s, ¿Cuáles de las si­


guientes proposiciones son equivalentes a uno de ellos ?

1. p -» q y q -» r 4. r -» s y s -» r
2. p -» q y r -» p 5. s - » r y r - » s
3. p - » q y q - » p 6 . r —» q y p —» r

[77]
IV. Indicar cuáles del siguiente listado son afirmaciones falsas.

1. El bicondicional es verdadero allí y sólo allí donde la disyunción ex-


chisiva es falsa.
2. La conectiva de negación puede definirse com of°( p ) : W 2
3. Dos condicionales con cuatro variables distintas son equivalentes a un
bicondicional con dos variables distintas.

V. Indicar usando variables proposicionales cuántas proposiciones


atómicas distintas hay en cada uno de los siguientes razonamien­
tos. Se recomienda hacer un listado de proposiciones atómicas y
poner a un costado las variables que las representan.

1 . Si está lloviendo o nevando entonces está corriendo viento.


corrie?ido viento entonces no está nevando.
Y
si no está

2. Usted se casará o se convertirá en una actriz. Si usted no se convierte


en una actriz, usted no será famosa. Usted será famosa o no se casará.
Por tanto, usted no se convertirá en una actriz.
3. Si la gente no piensa en la crisis; entonces alguien la distrae. Si el
fiítbol es una distracción de masas, entonces puede ser propiciado por
los beneficiados por la crisis.

VI. Resolver:

1. ¿ Es ~ ( p a q ) lógicamente equivalente a pv ~ q )l
2. ¿ Es ( p a q ) lógicamente equivalente a ~ ( ~ p v ~ ¿ 7 ) ?
3. ¿ Es ( p -> q ) lógicamente equivalente a ~ ( p a ~ q ) l

4. ¿ Es ( p -» q ) lógicamente equivalente a (~ p v q ) ?
5. ¿ 4 s ( p v q ) lógicamente equivalente a ~ (~ p a ~ q ) ?

78
LECCIÓN 5
Bicondicional, funciones de verdad y equivalencia

5.1. El bicondicional

El bicondicional es una conectiva que en algunos libros es llama­


da equivalencia. En el lenguaje natural su sentido está dado por
la expresión/... si y solamente s i que en el lenguaje lógico se de­
nota mediante el signo que es una flecha en ambas direccio­
nes. Las proposiciones bicondicionales se encuentran especialmen­
te en la matemática. Por ejemplo, 'Un número es par si y solamente
si es divisible por 2'. En el lenguaje natural también encontramos
proposiciones bicondicionales tales como 'Matías viajará a Jauja
si y solamente si toma el tren. Lo que caracteriza esencialmente
a los ejemplos anteriores es que establecen las siguientes propo­
siciones, cada una de las cuales está constituida por dos proposi­
ciones condicionales de sentido inverso.

a. Si un número es par, entonces es divisible por dos y si un número es


divisible por dos, entonces es par.
b . Si Matías viaja a Jauja, entonces toma el tren y si Matías toma el tren,
entonces viaja a Jauja.

Como puede apreciarse, las proposiciones bicondicionales


sancionan relaciones más exigentes que las puramente condicio­
nales. Establecen que si el antecedente es verdadero, entonces el
consecuente tiene que ser verdadero pero, además, que si el con­
secuente es verdadero, entonces el antecedente también tiene que

[79]
serlo. En otras palabras, la verdad o falsedad de una proposición
exige necesariamente la verdad o falsedad de la otra.

Definición 8. La proposición bicondicional de la forma p<-> q es verdadera cuando


las variables p y q tienen e l mismo valor, esto es, cuando am bas son verdaderas y
cuando am bas son falsas. En cualquier otro caso es falsa.

Con el auxilio de esta definición y de reglas que ya no necesi­


tamos repetir, construiremos la tabla de verdad de una proposi­
ción bicondicional de la siguiente manera.

p q p q
V V V
b rT7 MATRIZ DE LA
pr pr
V
\VT PROPOSICIÓN
BICONDICIONAL
F F V /
A
Tabla 6
Observando la tabla anterior se encontrará que la conectiva
bicondicional puede ser interpretada como inversa de la disyun­
ción exclusiva, en el sentido de que es verdadera en los arreglos
en los que la disyunción exclusiva es falsa y es falsa en los arre­
glos en los que la disyunción exclusiva es verdadera.
Asimismo, en la proposición bicondicional p <-> q se dice que
p es condición necesaria y suficiente de q y que q es condición
necesaria y suficiente de p.

5.2. Lás conectivas como funciones de verdad

El concepto de función es uno de los más fundamentales de la


matemática y por ello desde los cursos introductorios de aritmé­
tica y álgebra todo estudiante lo conoce. Como es sabido, un ejem­
plo de función aritmética es ' y = 2x 7 que se comporta de la si­
guiente manera:

80
Cuando 'x' es igual a 1, entonces 'y ' es igual a 2.
Cuando V es igual a 2, entonces 'y ' es igual a 4.
Cuando 'x' es igual a 3, entonces 'y' es igual
Y así sucesivamente...

Puede apreciarse fácilmente que el mecanismo de la función


consiste en que a un determinado valor de la variable 'x' le co­
rresponde un único valor de la variable 'y'. Y no es posible que
dos valores distintos de la variable 'y' correspondan al mismo
valor de la variable 'x\ Este tipo de correspondencia, que va de
los valores de 'x' a los valores de 'y', es lo que da lugar a que los
valores de 'y sean determinados única y exclusivamente por los
valores de 'x .
De otra parte, analizando cualquiera de las tablas de verdad
que hemos construido, por ejemplo, la de la conjunción, encon­
tramos que en ella se establece una correspondencia de tal mane­
ra que a cada arreglo ( a cada par de valores de p y de q ) le co­
rresponde solamente un valor en la matriz, y los valores de ésta
son determinados única y exclusivamente por los valores de las
variables proposicionales. Veámoslo en la tabla.

P q p Aq

1.° a rre g lo (V , V) — ►V
2.° a rre g lo (V , F ) - ------ ► F
3.° a rre g lo (F , V ---- ► F
) -
4.° a rre g lo (F , * H -------► F
Debido a la existencia de este tipo de correspondencia, que
va de los valores de las variables proposicionales a los valores de
la matriz, es que, por analogía con la matemática, se ha llamado a
las conectivas funciones. Pero como en este caso las variables no
asumen valores numéricos sino sólo el valor verdadero y el valor
falso, entonces para tipificarlas se les denomina funciones de
verdad. El lógico que inició el estudio de las funciones de verdad
fue Gottlob Frege en su libro escrito en alemán bajo el título de
Begriffsschrift, publicado en 1879.

81
5.3. Dominio y rango

Recurriendo al concepto matemático de función, sabemos que


toda función f ( x ) se define tomando como referencia un con­
junto dominio y un conjunto rango. La función f es una regla que
asocia cada valor que toma la variable x en el conjunto dominio
con un único valor en el rango. Si A es el dominio y B el rango,
la función f ( x ) se define mediante el esquema:

f ( x ): A => B

En el caso de las funciones lógicas o funciones de verdad


el conjunto base es W = { V, F } que tiene solamente dos objetos
distintos. Si, por ejemplo, la conjunción la representamos como
función, escribimos f l ( p, q ) y podemos definirla así:

fl(p,q):WxW=> W

Hemos tomado como dominio el producto cartesiano de W x


W (W2) debido a que f 1 es una función que tiene dos variables y,
por tanto, asocia, cada vez, un par ordenado (arreglo) con un úni­
co valor del rango. Esta definición puede aplicarse a todas las
conectivas de dos variables. La negación, que podríamos repre­
sentarla como la función f 0 ( p ) sería la única función, que por
tener una sola variable, puede definirse simplemente de W en W
como a continuación:

f 0 ( p ) : W => W

Los gráficos conjuntistas de f l y fO se representan así:


W2 W W W

A f 1 se le llama función suryectiva y a fO se le llama función


biyectiva.

82
Definición 9. Las fórmulas conjuntivas, disyuntivas, negativas, condicionales y
bicondicionales son funciones de verdad definidas tomando como base el conjunto
W= { V,F} debido a que los valores de sus matrices son determinados de manera
única y exclusiva por los valores de sus variables proposicionales componentes.

5.4. P rop osicion es atóm icas y m olecu lares

Las conectivas lógicas que hemos introducido en las secciones pre­


cedentes constituyen, junto con las variables proposicionales, los
elementos básicos del lenguaje de la lógica proposicional desarro­
llada en este curso. A partir de ellos construiremos proposicio­
nes más complejas, analizaremos la corrección lógica de argumen­
tos o razonamientos y esbozaremos alguna aplicación de la lógi­
ca a la solución de problemas tecnológicos.
Antes de continuar, es necesario que sobre la base de lo hasta
aquí dicho demos una clasificación muy sencilla de las proposi­
ciones que las divide en atómicas y moleculares. A las primeras
también se les denomina simples y a las segundas compuestas.

Definición 10. Se dice que una proposición es atómica cuando no contiene entre
sus signos a ninguna conectiva proposicional y puede ser representada sólo por una
variable proposicional p.
V________________________________________________________ /
Definición 11. Se dice que una proposición es molecular cuando entre sus signos
contiene al menos una conectiva proposicional.

En armonía con las definiciones anteriores, todas las propo­


siciones para las cuales hemos construido tablas de verdad son
moleculares, pues ellas contienen necesariamente una conectiva
proposicional. En cambio, las proposiciones siguientes, debido a
que todas carecen de conectivas proposicionales, son atómicas.

c. La pizarra es verde.
d. ( a + b )2 = a2 + 2ab + b2
e. (a + b ) + c = (a + b ) + c
f. Juan es hermano de Enrique.
g. Luna estu entre Tr'ujulo ¿ ícu.

83
Existe la creencia errónea de considerar que una proposición
atómica debe tener un sólo sujeto. Los ejemplos g y f demuestran
lo contrario a nivel del lenguaje natural, en el sentido de que, des­
de el punto de vista lógico, Lima, Trujillo e lea son tres nombres,
que tienen la misma jerarquía en una relación, en este caso, triádica.
Lógicamente, ninguno es predicado. En estos ejemplos los predi-
cados son '...entre ...'y y hermano de ...'.
Asimismo, a modo de ejemplo, daremos un razonamiento
para luego señalar las proposiciones atómicas que lo constituyen
y las variables proposicionales que pueden representar a cada una
de ellas.
O los pájaros están trinando o la bebé está llorando. Si lar bebé no
está llorando, el viento no está soplando. O los pájaros no trinan o el
viento no sopla. En consecuencia, si la bebé no está llorando, los pájaros
no están trinando.
Las proposiciones atómicas que constituyen este razonamien­
to son:

Los pájaros están trinando ( la representamos por p ).


La bebé está llorando ( la representamos por q ).
El viento está soplando ( la representamos por r ).

Evidentem ente, toda proposición negativa es tam bién


molecular de acuerdo con la Definición 11. Las proposiciones
moleculares pueden ser claramente distinguidas porque contie­
nen conectivas y están separadas por punto y seguido.

5.5. P rop osicion es ló g icam en te equ iv alen tes

Para exponer el concepto de proposiciones lógicamente equiva­


lentes o de fórmulas lógicamente equivalentes es aconsejable
pasar al examen directo de una tabla de verdad que facilite el ac­
ceso a definiciones generales. Tomaremos como ejemplo la tabla
de verdad de una proposición bicondicional cuyos componentes
son proposiciones moleculares.
En Id tabla anterior el primer miembro dei bicondicional es
una conjunción con los componentes negados y el segundo miem­

84
bro es una disyunción negada. La matriz principal, que corres­
ponde a la conectiva bicondicional, es siempre verdadera (tauto­
logía) debido a que la matriz del primer miembro asigna a cada
arreglo del margen los mismos valores que la matriz del segundo
miembro. Esta igualdad de valores en sus matrices significa que
la fórmula del primer miembro es lógicamente equivalente a la
fórmula del segundo miembro. Por tanto, la tabla prueba que la
fórmula ( ~ p a ~ q ) es lógicamente equivalente a ~ ( p v ¿7 ). Otra
manera de expresar el mismo concepto es decir: si una fórmula
bicondicional es verdadera en todos sus arreglos (tautología), en­
tonces sus dos miembros son entre sí proposiciones o fórmulas
lógicamente equivalentes.
Probar que dos fórmulas son lógicamente equivalentes es
muy importante dentro del estudio de la lógica y cada que lo
hacemos, como en la tabla anterior, tenemos lo que en breve se
denomina una equivalencia. Esta permite que podamos reem­
plazar una fórmula por la otra cada vez que lo consideremos
necesario. En la práctica, una equivalencia es una fórmula
bicondicional tautológica que funciona como una regla que
autoriza a transformar una fórmula en otra. Como referencia
histórica, señalamos que el ejemplo de nuestra tabla se conoce
como equivalencia o tautología de De Morgan (DM) en home­
naje a Augusto De Morgan, uno de los fundadores de la Lógica
matemática.

5.6. T ra d u cció n de la p ro p o sició n b ic o n d ic io n a l a u na


co n ju n ció n de dos c o n d ic io n a le s .

Para facilitar el manejo del lenguaje de la lógica proposicional de


PM se usa con frecuencia una equivalencia que posibilita el re­
emplazo de una fórmula bicondicional ( p <-» q ) por la conjun­
ción de dos condicionales ( p -» q ) a ( q ~ > p ).
Este procedimiento, dentro del lenguaje natural o coloquial,
se usa en la sección 5.1 de esta lección con los ejemplos a y b. En
este caso lo haremos dentro del lenguaje formalizado y para ello
construiremos una tabla de verdad que nos permite demostrar
que la equivalencia antes mencionada existe.

85
p q ( P <-> q ) <-> ( ( p - > q ) A Í q - > p ) )

V V V V V V
V F V F F V
F V V V F F
F F V V V V
T 4
MATRIZ DEL MIEMBRO MATRIZ MATRIZ DEL MIEMBRO
IZQUIERDO PRINCIPAL DERECHO

Como se observa, la fórmula tabulada muestra una matriz


principal siempre verdadera lo que prueba que sus miembros son
fórmulas lógicamente equivalentes y pueden reemplazarse mu­
tuamente. Resulta pertinente destacar que el primer miembro de
esta fórmula es a su vez una fórmula bicondicional pero no una
equivalencia en tanto que es claro que ( p ) no es una tautolo­
gía. Lo que es una equivalencia es la fórmula total.

5.7. Bicondicional y definición

La conectiva bicondicional, en la medida que posibilita construir


equivalencias, es utilizada para construir reglas de traducción de
un lenguaje lógico a otro, como ocurre con los diccionarios bilin­
gües. Como miembro izquierdo o entrada se escribe la fórmula
que queremos definir y que pertenece a un lenguaje L° que no es
el nuestro. Como miembro derecho se escribe la fórmula equiva­
lente a la primera y que pertenece a nuestro lenguaje L1. De esta
manera se establece una regla que permite traducir una fórmula
de L° a otra de L1. El bicondicional en su conjunto es propiamen­
te una definición. Al miembro izquierdo se lo denomina defi-
niendum y al miembro derecho definiens.
Si suponemos, verbi gracia, que L es el lenguaje de PM y que
nuestro lenguaje L es una versión, reducida en el número de
conectivas, que contiene solamente las de conjunción ' A ' y nega­
ción entonces las definiciones que son reglas de traducción de
las fórmulas de L a las de L son:

86
( p v q) f > ~ ( ~ p A ~ q )
(P ~ > q) * * ~ ( P A ~ q )
( p * q) 0 ~ ( p A q ) A ~ ( ~ p A ~ q )
( p o q ) f>~(pA~q)A~(~pAq)

(Ejercicio: construir las tablas correspondientes a las cuatro


equivalencias anteriores).

87
VI
JERARQUÍA DE LAS FÓRMULAS
DEL LENGUAJE DE LA LÓGICA
PROPOSICIONAL

Objetivos:
• Conocer y aplicar las reglas de formación de fórmulas.
• Definir y aplicar en el lenguaje formalizado el concepto de
Jerarquía.
• Reconocer el carácter convencional de los sistemas de jerarquía.
• Aplicar notaciones alternativas para jerarquizar fórmulas
• Establecer el orden de operaciones en la resolución de tablas de
verdad.
CUESTIONARIO 6
Jerarquía de las fórmulas
del lenguaje de la lógica proposicional

Instrucciones

I. ¿ Cuáles de las siguientes expresiones son fórmulas de PM ?

I . (p-> (q a r ) ) —» ~ ( ~ q v ~ ( ~ r ) )
2- ( P -> q -> ) P
3. ~ p ( q v r ) p
4- ( P v q ) ->(p A q )
5- ( ( P A <1 ) Ar) A ~ S A p
6. p ( ~ ( ~ ( ~ q )))

II. Las siguientes fórmulas están ordenadas o jerarquizadas por el


método de los puntos. Ordénalas manteniendo las mismas je­
rarquías por el método de los paréntesis.

1 .p o q /v p e q

2. p o q-»qv~p

3. p - » q v r - » s

4. p -> q - > r

5. p —> q —> r v p —> r v q

6. p - » q -»q-»r-»p-»r

[91]
7 p-»~q^q -»~p

8. p -> q a r . A . p - » q v p - » r
III. Ordenar por el método de los puntos las siguientes proposicio­
nes de tal manera que la jerarquía no se altere.

1. ( p v q ) A ( r v p )
2. ( p v q ) A ( r v - p )
3. p —> ( q a ( t a - s ))
4. ( p - > q ) v ( ( r - > s ) a ( s v p ))
5- ( ( p - > q ) v s ) A ~ r

IV. Construir tablas de verdad para las proposiciones de los gru­


pos II y III.

V. Usando el método de los paréntesis proceder a negar las si­


guientes proposiciones:

1. p - > q
2. p * q
3. p v ~ q
4 . p —> ~ q
5. ( p —» q ) —> ( q —» p )
6. ( p - > q ) —> ( ( p - > q ) v r )

VI. Responda a las siguientes preguntas:

1. ¿Por qué es necesario establecer una jerarquía entre las


conectivas?
2. ¿Son equivalentes dos proposiciones que tienen las mismas
variables componentes, las mismas conectivas, pero diferente
jerarquía?
3. ¿En qué consiste el método mixto de jerarquización?
4. ¿Existen sólo los métodos de jerarquización aquí estudiados o
cualquier persona podría proponer y usar otro?
5. ¿Qué significa decir que un método es convencional?

92
LECCIÓN 6
Jerarquía de las fórmulas del lenguaje de
la lógica proposicional

6.1. Lenguaje natural versus lenguaje formalizado

Tomando como punto de partida nuestro conocimiento del len­


guaje natural, comenzaremos esta sección enfatizando lo impor­
tante que es el uso de los signos de puntuación, para precisar el
sentido de aquello que deseamos comunicar. Son conocidos ejem­
plos tales como:

a. Mientras dormían, los centinelas vigilaron el campamento


b. Mientras dormían los centinelas, vigilaron el campamento.

Como se aprecia entre los ejemplos a y b hay una diferencia


sustantiva de sentido. En el primer caso, se entiende que fueron
los centinelas los que realizaron la vigilancia. En cambio, en el
segundo, fueron otras personas las que presuntamente vigilaron
mientras los centinelas descansaban. Es importante percibir que
a y b son conjuntos de palabras que tienen exactamente los mis­
mos elementos pero que, sin embargo, dicen cosas distintas debi­
do a que están ordenadas o jerarquizadas de manera distinta por
la coma. Esto significa que para entender castellano no es sufi­
ciente conocer el uso de las palabras. Se necesita también conocer
las reglas que rigen su ordenamiento, las mismas que definen
una jerarquía. Entre tales reglas son muy importantes ias refe­
rentes al uso de los signos de puntuación.

[93]
Una diferencia notable entre los lenguajes lógicos y los len­
guajes naturales es que estos tienen una cantidad, en términos
comparativos, muy grande de palabras en relación con los len­
guajes formalizados. Un lenguaje formalizado, como el tipo PM
que estamos desarrollando, cuenta propiamente con sólo seis fór­
mulas básicas. Ellas son las fórmulas de negación, conjunción,
disyunción inclusiva, disyunción exclusiva, condicional y
bicondicional. Asimismo, hay muchos lenguajes para la lógica
proposicional que usan sólo dos fórmulas básicas. Entre ellos el
lenguaje de Post usa solamente las fórmula de conjunción y nega­
ción. En el caso límite, hay lenguajes que usan sólo una fórmulas
básica. Un ejemplo lo brinda el lenguaje de Nicod que usa sólo la
fórmula de incompatibilidad.
La otra diferencia es que los lenguajes formalizados, propia­
mente, no jerarquizan sus fórmulas mediante signos de puntua­
ción sino a través de signos de agrupación, que establecen el or­
den en que debe ejecutarse las operaciones que la fórmula define.
Como veremos los signos de agrupación más usuales en los len­
guajes lógicos son los paréntesis, sin embargo ello no obsta para
usar otras convenciones, que bien pueden ser puntos, que tratán­
dose de fórmulas lógicas también funcionan como signos de agru­
pación que definen un orden de operaciones.

6.2. Reglas de formación de fórmulas

En los lenguajes lógicos las fórmulas, a diferencia de las oracio­


nes en los lenguajes naturales, se construyen en base a reglas de
formación muy precisas y todas ellas pueden ser interpretadas
corno proposiciones o afirmaciones.
Ahora es oportuno hacer una aclaración. Hasta el momento
hemos usado de manera casi indistinta los términos 'fórmula' y
'proposición'. En un curso introductorio ello no entraña mayores
dificultades, pero es importante señalar que en el trabajo especia­
lizado, existe una diferencia sustantiva entre ambos conceptos.
Por ahora, basta señalar que las proposiciones, que hemos usado
en este libro, generalmente han sido expresadas en un lenguaje
natural o en lenguaje matemático, en cambio las fórmulas sola­
mente en el lenguaje PM. Las fórmulas están sujetas al concepto

94
de prueba o deducción, mientras las proposiciones al concepto
de verdad. Asimismo, todas las fórmulas que hemos usado hasta
el momento pueden ser interpretadas como proposiciones, pero
una cosa es una fórmula y otra su interpretación. Por ahora, deja­
mos anotado que los sistemas lógicos frecuentemente se desarro­
llan como conjuntos de fórmulas sin interpretar, lo que no impide
que a nivel elemental sigamos hablando indistintamente de fór­
mulas y proposiciones.
Si mantenemos la convención de llamar al lenguaje pro-
posicional que estamos exponiendo, lenguaje PM, las reglas de
formación o construcción de fórmulas son las siguientes:

rl. Si p es una variable proposicional entonces es una fórmula


de PM.
r2. Si p es una fórmula de PM, entonces ~ p es también
una fórmula de PM.
r3. Si p y q son fórmulas de PM, entonces también p a q,
p v qf p ^ *?/P *7 Y P * * q sonfórmulas de PM.
r4. (Regla de cierre) Solamente son fórmulas de PM aquellas
expresiones construidas por la aplicación de r l, r2 o r3.

Las reglas anteriores son metalingüísticas y definen a PM


como un lenguaje de estructura predeterminada y cerrada. Lo
primero debido a que las reglas preven la estructura de toda po­
sible fórmula de PM y lo segundo porque se excluye que cual­
quier otra fórmula, obtenible por la aplicación de reglas distin­
tas, sea considerada como elemento o miembro de PM.
Por otro lado rl, r2, r3 y r4 constituyen lo que se conoce como
una definición recursiva de 'fórmula' en el lenguaje PM y, a su
vez, son un algoritmo que permite decidir mecánicamente si una
expresión cualquiera es o no una fórmula dé PM.

6.3. La jerarquía en el lenguaje P M

La existencia de dos o más conectivas plantea la necesidad de es-


lauiCLCi una jc ia iq u ia c íilíc caacjo y p a ia cuu caíolcíl ic^iab que: nu

son estrictamente novedosas porque han sido tomadas de la ma­


temática. Consecuentemente, esta explicación partirá de la expe-

95
riencía que gana un estudiante en cualquiera de sus cursos de
matemática, por ejemplo, el de álgebra elemental.
Supongamos que alguien escribiera en la pizarra la siguiente
expresión

3x + 2 - 5 . 4 - 7x = 8

y luego nos pidiera que la calculemos. La respuesta inmediata es


que no se puede hacer ningún cálculo en tales condiciones, pues
no se ha establecido ninguna jerarquía entre las operaciones;
de tal modo que no está claramente determinado por cuál co­
menzar y por cuál terminar. Esta es la razón por la que un pro­
fesor de matemática, cuando quiere que se haga un cálculo pre­
ciso, presenta la expresión anterior, por ejemplo, de la siguiente
manera:

3 (x + 2 ) - 5 ( 4 - 7 x ) = 8

Entonces ahora sí está unívocamente establecido que la ope­


ración de mayor jerarquía es la resta que está al centro del pri­
mer miembro de la igualdad y que la suma y la resta que están
dentro de los paréntesis tienen menos jerarquía que los pro-ductos
establecidos fuera de los paréntesis. Así podemos decir que el
primer miembro de la igualdad es una diferencia de dos produc­
tos y ningún estudiante diría que 5 ( 4 - 7x ) es una resta sino un
producto, porque sabe que toda operación exterior a los parén­
tesis tiene más jerarquía que toda operación interior a los pa­
réntesis y que la operación de mayor jerarquía es la que da nom­
bre a una expresión.

6.4. Jerarquía y tablas de verdad

En el lenguaje lógico puede producirse una situación similar a la


anterior. Valiéndose del vocabulario que hemos introducido, es
posible escribir una expresión tal como:

p v p —> q

96
que no puede ser tabulada porque hay dos conectivas y rio se sabe
cuál es la de mayor jerarquía para establecer un orden en la cons­
trucción de la tabla. Valiéndonos del método de los paréntesis,
usado en la matemática, podemos darle la siguiente presentación
a la operación anterior:

p v (p q)

De esta manera hemos establecido una jerarquía o un orden


que, siguiendo la regla general de uso de paréntesis, nos indica
que la conectiva principal es la disyunción porque está fuera del
paréntesis y que la de menor jerarquía es el condicional porque es
interno al paréntesis. Ésto significa además que si confecciona­
mos la tabla de verdad habrá dos matrices: una secundaria, que
irá debajo de la conectiva de menor jerarquía, y una principal,
que irá debajo de la conectiva de mayor jerarquía y que tiene la
condición de ser el resultado final de la tabla de verdad.
Como el acto de escribir una matriz debajo de la conectiva
puede ser entendido como una operación, entonces podemos de­
cir sin dificultades que cada una de las conectivas estudiadas de­
termina una operación lógica. En este mismo sentido, podemos
decir que la jerarquía que establecen los paréntesis en una propo­
sición determina de manera inequívoca un orden de operaciones
que va desde las operaciones de menor jerarquía hasta finalizar
en la de mayor jerarquía. Antes de construir la tabla de verdad,
de la proposición que hemos ordenado o jerarquizado mediante
paréntesis, señalaremos a través de la siguiente figura el orden de
operación a seguir:
Observando el orden de operaciones anterior, la tabla resul­
ta así:

pv(p-^q) MATRIZ
SECUNDARIA
ra.

2 da<_ MATRIZ PRINCIPAL

97
6.5. Ocurrencias de una variable proposicional

La matriz secundaria es el resultado de confrontar los valores de


p y de q de acuerdo a la definición que corresponde al condicio­
nal. Después se ha confeccionado la matriz principal que es el re­
sultado de confrontar los valores de p con los valores de la ma-*
triz secundaria, de acuerdo a la definición que le corresponde a
la disyunción inclusiva. Es claro que el margen tiene sólo cuatro
arreglos porque la proposición tabulada tiene sólo dos variables
proposicionales distintas que son p y q. Lo que sucede es que p
tiene dos apariciones que en lógica se llaman ocurrencias de una
variable proposicional, pero sigue siendo la misma variable. Es
más, una misma variable puede tener muchas ocurrencias en la
misma proposición pero se la cuenta siempre sólo como una.
Antes de dar otro ejemplo añadiremos como una regla que la
conectiva de negación, cuando está delante de una variable
proposicional, es siempre el operador de menor jerarquía. Po-
dentos verlo en la siguiente proposición:

( p v ~ q ) —> p

en la que la negación tiene menor jerarquía que la disyunción in­


clusiva y, consecuentemente, al hacer la tabla, la primera matriz
que se calcula es la de la negación. La tabla es como sigue :

98
p q (p. v ~ q ) -> P
V V V F V 3.a MATRIZ
V F V V V <— (Principal o final)
F V F F V
F F V V F 1.a MATRIZ
t 1
t 2.a MATRIZ
Tabla 8
En este caso el orden de operación ha sido el siguiente. Pri­
mero se obtuvo la matriz de la negación, aplicando la Definición 6
a los valores de q. Luego se obtuvo la segunda matriz, aplicando
la Definición 4 a los valores de p y a los valores que constituyen la
primera matriz.
Es evidente que el primer valor de p se coteja con el primer
valor de la primera matriz y así sucesivamente. Finalmente, la
matriz principal se obtuvo aplicando la Definición 7 a los valores
de la segunda matriz y a los valores de p.

Definición 12. Una proposición dada en el lenguaje lógico está bien escrita si y sólo
si existe una jerarquía claramente establecida entre sus conectivas. A esta jerarquía
también se le llama un orden. Asimismo, una proposición mal escrita carece de sentido.

D efinición 13. En una proposición dada en lenguaje lógico, si se ha establecido


un orden mediante paréntesis, entonces toda conectiva interna a los paréntesis es
de menor jerarqu ía que toda conectiva externa a los paréntesis. La conectiva que
se encuentra más externa a los paréntesis es la de mayorjerarqu ía y la que le da
nombre a la proposición.

De acuerdo con estas definiciones, las dos proposiciones an­


teriores están bien escritas y, teniendo en cuenta cuáles son sus
operadores más externos, ocurre que la primera se llama proposi­
ción disyuntiva y la segunda proposición condicional.

6.6. Reglas auxiliares sobre jerarquía

se deduce de la Definición13,
La primera regla adicional se refiere a la negación. Aunque ella
sin embargo,, nosotros la haremos
explícita para facilitar el aprendizaje.

99
R4. Cuando se desea negar una proposición compuesta o
molecular se la encierra dentro de paréntesis y se le antepone el
signo En este caso la conectiva de negación no niega los valo­
res de una variable proposicional sino los valores de la matriz
que está debajo de la conectiva de mayor jerarquía que se encuen­
tra dentro del paréntesis. Asimismo, de acuerdo con la Definición
13, estas proposiciones tomadas en su conjunto tienen como
conectiva principal a la negación y son proposiciones negativas.
Por ejemplo, si se desea negar la proposición p <-> q, entonces la
respectiva proposición negativa es ~ ( p q ). De acuerdo a lo
anterior, la tabla de verdad de esta proposición es la que aparece
en esta página como Tabla 9.

p q ~ (p <H>q)
V V F V
V F V F
F V V F MATRIZ PRINCIPAL
F F F
t V Tokio O
1

R5. En ausencia de paréntesis y de todo signo de jerarquía,


puede considerarse por convención que la conectiva de mayor
jerarquía es el bicondicional; en segundo lugar el condicional; en
tercer lugar la disyunción exclusiva; en cuarto lugar la disyun­
ción inclusiva; en quinto lugar la conjunción; y en sexto lugar la
negación. Esto significa lo siguiente:

p q -> r se lee como si fuera p <->( q -> r)


p q ^ r se lee como si fuera p ( q * r )
p v q ^ r se lee como si fuera ( p v q ) j = r
p a q v r se lee como si fuera ( p a q ) v r

Consecuentemente, la proposición siguiente, bastante más


compleja que las anteriores,

pAq^r«-»r^pvq

100
se le e c o m o s i fu e r a

( ( p Aq ) - M - ) < - > ( r - > ( p v q ) )

A pesar de que esta regla es una convención bastante usa­


da por los lógicos, nosotros en este texto la usaremos lo menos
posible.

6.7. Los p u ntos com o signos de jerarq u ía

R 6 . Se puede determinar la jerarquía de las conectivas reempla­


zando algunos o todos los paréntesis por puntos. La conectiva que
tiene el mayor número de puntos es la de mayor jerarquía. Si se
usan puntos y paréntesis, entonces se cumple que toda conectiva
interna a los paréntesis, aunque tenga puntos, es de menor jerar­
quía que otra externa a los paréntesis aunque no tenga puntos.
La proposición anterior, ordenada por el método de los pun­
tos, queda de la siguiente manera:

p A q ^ ro r^ p v q
Si usamos tantos puntos como paréntesis, entonces tenemos:

( P a q -> r ) ( r -> p v q )

En este caso, aunque el bicondicional no tiene puntos es de


mayor jerarquía que los dos condicionales que tienen puntos por­
que están internos en los paréntesis.
El método mixto de usar puntos y paréntesis tiene su origen
en la obra de Whitehead y Russell titulada Principia Mathematica
y es empleado por muchos autores. Nosotros lo indicamos para
que el estudiante lo conozca, pero sólo usaremos los paréntesis y
cuando sea necesario las convenciones establecidas por la regla
R5.
Aclaramos que los métodos de ordenar proposiciones, así
como muchos otros aspectos relacionados con los signos lógicos,
son completamente convencionales. Dcp Uj. LÍÍ.C1Líi.d CÍ\_lid díj CÁ.CiUD
especialistas. Nosotros hemos elegido uno que nos parece ade­
cuado, pero con igual éxito puede seguirse otro.

101
6.8. Tabla de verdad de las proposiciones con más de dos
variables

En este caso la mayor variante está en el margen, pues al haber tres


proposiciones entonces la fórmula '2n' para 'n=3' da lugar a 8 arre­
glos que es el valor de dos al cubo. A continuación daremos un
ejemplo señalando previamente el orden de operaciones estableci­
do por los paréntesis para luego construir la tabla de verdad.

(( P AJ I ) V ( p A r ) ) <-> ~ p
3 .a matriz 2 .a matriz 1 .amatriz

4.a matriz
i-------------v------------- ■
5.a matriz (principal)

La tabla de verdad es como sigue:

p q r ((P a q) v (p a r )) <-> ~ P
V V V V V V T F
V V F V V F F F
V F V F V V F F
V F F F F F V F
F V V F F F F V
F V F F F F F V
F F V F F F F V
F F F F F F F V
T
Tabla 10 MATRIZ PRINCIPAL

Otro ejemplo de tabla de verdad deuna proposición con tres


variables es:

102
p q r ( ( p v ~ p ) - > ( q A ~ q ) ) A r

V V V V F F F F F
V V F V F F F F F
V F V V F F F V F
V F F V F F F V F
F V V V V F F F F
F V F V V F F F F
F F V V V F F V F
F F F V V F F V F
4
MATRIZ
Tabla 11 PRINCIPAL
VII
TAUTOLOGÍA, PRINCIPIOS LÓGICOS
Y VALIDEZ

Objetivos:

• Reconocer fórmulas tautológicas consistentes y contradictorias.


• Diferenciar las fórmulas de las proposiciones tautológicas.
• Identificar los principios lógicos clásicos.
• Distinguir el concepto de fórmula lógicamente válida del de
fórmula tautológia.
• Diferenciar la validez lógica del contenido informativo.
CUESTIONARIO 7
Tautologías principios lógicos y validez

Instru cciones

I. ¿Cuáles de las siguientes fórmulas son tautologías, cuáles con­


sistentes y cuáles contradictorias?

1. ( pAq) ->p
2. (p v q ) -> ( p a q )
3 ( p - > q ) - > ( ( p - > q ) v (r->p))
4. ( p -> q ) ( ~p v q )
5-~((p->q)v(q->p))A(r->p)
M ( p - > q ) Aq ) - > p

II. Determine a qué fórmulas tautológicas corresponden los siguien­


tes razonamientos:

1. Si existe un libro, entonces existe un lápiz o un libro.


2. Dadas dos proposiciones distintas, ocurre que la segunda se deduce de
la primera o la primera de la segunda.
3. Una proposición implica que cualquier otra proposición la implica.
4. Si desde una proposición se deduce una contradicción, entonces esta
proposición debe ser rechazada.
5. Una proposición de la que se deduce su propia negación debe ser
rechazada.

III. Determine cuáles de las siguientes afirmaciones verdaderas no


son tautológicas y cuáles son atómicas.

[107]
1. Si n es un número natural, entonces n tiene un sucesor.
2. Todo número natural es par o impar.
3. Todo número es igual a sí mismo.
4. El número tres es mayor que cero.
5. No es posible que el mismo número sea par e impar.
6. No existe un número entero positivo que sea mayor que todos los otros.

IV.Determinar si las siguientes proposiciones son equivalentes.

1. pv~q y ~ ( p A q)
2- (p q) y (~ pv q)
3. ( p v ( q Ar)) y ( ( P v q ) A ( P v r ))
4- ( P -» ~ q ) y ( q - > p)
-Q

5. (p e q ) l

l
&
>

<

<
y

V. En lo que sigue usamos las abreviaturas V para verdadero y F


para falso. Completar correctamente las siguientes afirmacio­
nes usando las mismas abreviaturas.

1. Si un condicional tiene el antecedente igual a F, luego, sin importar el


valor del consecuente, el condicional es necesariamente....
2 . Si un condicional tiene su consecuente igual a V, entonces el condicio­
nal completo es igual a.....
3. Si la primera variable de una conjunción es F, entonces la conjunción
es.......
4. Un condicional con consecuente F para ser verdadero debe tener como
antecedente......
5. La negación del principio de no contradicción da una matriz con sólo
í valores........
6. Una disyunción inclusiva que tiene una variable V es necesariamen­
te.....
7. Si se pone una disyunción exclusiva como antecedente de un condicio­
nal y una inclusiva como consecuente, luego él condicional en el pri­
mer arreglo será.....
8 . Si p es V, luego la negación de la negación de p es...
9. Si ~ p es F, luego la negación de ~p es.....
10. Si la negación de la negación de p es F, luego p es....

108
VI. Responder las siguientes preguntas:

1. ¿Cuántos arreglos tendrá la tabla de verdad de una proposición


con cinco variables?
2. ¿Qué es una implicación?
3. ¿A qué se denomina lógica polivalente?
4. ¿Cómo se define el «espacio lógico»?
5. ¿Qué diferencia existe entre sinonimias y equivalencias lógicas?
6. ¿Qué significa afirmar que las tautologías abren el espacio lógico?
7. ¿Por qué las contradicciones cierran el espacio lógico?
8. ¿Por qué las tautologías, no transmiten información específica
alguna?

109
LECCIÓN 7
Tautologías, principios lógicos y validez

7.1. F órm ulas tau tológicas, consisten tes y contradictorias

Las tablas de verdad que hemos construido hasta ahora son sufi­
cientes para permitimos comprender que los valores de la ma­
triz principal de una fórmula se encuentran necesariamente en
una de las tres siguientes condiciones: 1) todos sus valores son
verdaderos, 2) algunos de sus valores son verdaderos y algunos
son falsos; y 3) todos sus valores son falsos. Las fórmulas cuya
matriz principal se encuentra en la primera condición se llaman
tautologías. (Ver tabla 7). Las fórmulas que poseen una matriz
principal que se encuentran en la segunda condición se denomi­
nan consistentes. Entre otros ejemplos pueden verse las tablas 8,
9 y 10. Las fórmulas cuya matriz principal se encuentra en la ter­
cera condición se denominan contradicciones. Un ejemplo nos lo
proporciona la fórmula de la tabla 11.

7.2. F órm ulas tau tológicas vs. p roposiciones tautológicas

Hasta esta sección hemos hablado indistintamente de proposicio­


nes tautológicas y de fórmulas tautológicas, aunque hemos ad­
vertido que no es el mismo concepto. El tema que ahora tratare­
mos requiere que precisemos un criterio de diferenciación y lo
haremos a partir de ejemplos.

[111]
a. p v ~ p
b. Lucas es casado o no es casado
c. Mercedes es silenciosa o no es silenciosa

El ejemplo a es claramente una fórmula siempre verdadera o


tautológica como puede establecerse, fácilmente, construyendo
la correspondiente tabla de verdad. Y decimos que a es una fór­
mula porque el significado de la proposición que está represen­
tada por la variable proposicional p está indeterminado. Teórica­
mente, cualquier proposición puede ocupar el lugar de p, lo que
equivale a decir, ninguna en especial.
Los ejemplos b y c si son genuinas proposiciones tautológicas.
Son proposiciones porque, claramente, tiene cada una un signifi­
cado específico que es un prerrequisito para poder calificar a una
proposición de verdadera, pues no podemos hablar de la verdad
de una proposición cuyo significado ignoramos porque ello equi­
valdría a hablar de la verdad de lo que desconocemos, y son
tautológicas porque tienen la forma de la fórmula tautológica
p v ~ p , sin embargo b y c son dos proposiciones semánticamente
distintas. En efecto, una cosa es hablar del estado civil de Lucas y
otra del temperamento o carácter de Mercedes.
Una fórmula como la del ejemplo a es fundamentalmente una
forma o estructura que admite reemplazos en sus lugares en blan­
co, que son los ocupados por p; y que tiene la propiedad de que
todos sus reem plazos posibles dan lugar a proposiciones
disyuntivas verdaderas. Como esto es así, abreviadamente, se
acostumbra a decir que la fórmula p v ~ p es siempre verdadera,
pero lo riguroso sería afirmar que todos sus reemplazos son ver-
dañeros. Es más, en la medida que toda la función que cumple la
variable p se reduce a la de representar un espacio a ser ocupado
por una proposición, podemos usar otro artificio que cumpla la
misma función. Por ejemplo, si usamos puntos suspensivos y pa­
réntesis que representan la noción de espacio en blanco, la fór­
mula a puede ser reemplazada, sin pérdida alguna, por;

( ................... ) v - ( ....................... )

112
7.3. L im itacion es en la tran sform ació n de proposiciones
tau tológicas

Una ventaja sustancial del ejemplo a sobre los otros dos es que
todas las transformaciones que hagamos sobre él, aplicando equi­
valencias lógicas, dan lugar a fórmulas que son, igualmente, siem­
pre verdaderas (tautologías). En cambio, si trabajamos con el ejem­
plo b y hacemos reemplazos usando lo que serían equivalencias
en castellano, encontraremos que algunas transformaciones po­
drían ser falsas. Si definimos 'casado7 como 'no soltero7, y hace­
mos el reemplazo correspondiente en el segundo componente de
la disyunción b, obtendremos lo siguiente:

b'. Lucas es casado o no no soltero.

Y ocurre que V puede ser una afirmación falsa si sucede que


Lucas es, por ejemplo, viudo. Bajo tal situación la proposición
'Lucas es casado' será falsa y también la proposición 'Lucas es no
no soltero' pues, conociendo que en PM la doble negación equi­
vale a una afirmación, esta última proposición equivale a 'Lucas
es soltero7 que, obviamente, no puede ser verdadera si Lucas es
viudo. Como sabemos, una disyunción, en este caso b', con am­
bos componentes falsos es falsa. Consecuentemente, la transfor­
mación de b a b ' es lógicamente inadmisible porque obtiene a
partir de una proposición verdadera una falsa. Vale decir, no se
cumple el sentido fundamental de la lógica que es la transmisión
de la verdad.
Sin embargo, lo anterior no se debe a deficiencias lógicas sino
a deficiencias en el castellano. Nosotros hemos supuesto que 'ca­
sado7y 'no soltero7son sinónimos y eso no es correcto. Ello debi­
do a que en los lenguajes naturales la sinonimia es siempre muy
imprecisa. Por tanto, b ' no ha sido obtenida desde b por aplica­
ción de reglas lógicas sino por aplicación de sinonimias castella­
nas que, por ser imprecisas, conducen a error.
De este modo queda aclarado que las proposiciones tauto­
lógicas formuladas en un lenguaje natural tienen la propiedad de
no poder ser transformadas, sin restricciones, por sus supuestas
equivalentes. En cambio, las fórmulas tautológicas pueden ser

113
reemplazadas, sin limitación alguna, por sus equivalentes. El no
conocer esta distinción conduce al error de atribuir las mismas
propiedades a las fórmulas tautológicas y a las proposiciones
tautológicas. Por ello, en esta sección el lector deberá tener pre­
sente cuándo nos referimos a unas y cuándo a las otras.
En lo que sigue consideraremos a las proposiciones tauto­
lógicas como un caso particular o un ejemplo, en un lenguaje na­
tural, de la estructura o forma que muestra la correspondiente
fórmula tautológica. Asimismo, todas las reglas lógicas proporcio­
nadas en este libro se refieren, propiamente, a fórmulas de PM.

7.4» Los principios lógicos clásicos

Es importante señalar que los lógicos desde Aristóteles hasta el


siglo pasado acostumbraron a hablar de tres principios lógicds
fundamentales: el de identidad, el de no-contradicción y el del
tercio excluido. Las proposiciones que en lenguaje natural corres­
ponden a cada uno de estos principios, en el mismo orden en que
han sido nombrados, son las siguientes:

c. Toda proposición es verdadera si y sólo si ella misma es verdadera.


d. No es posible que una proposición sea verdadera y falsa al mismo
tiempo.
e. Toda proposición es necesariamente verdadera o necesariamente falsa.
No'-existe una posibilidad intermedia.

Estas tres proposiciones, introduciendo variables propo-


sicionales, podemos expresarlas así:

c'. p es verdadera si y sólo si p es verdadera.


d'. No es posible que p sea verdadera y falsa a la vez.
e'. O p es verdadera o p es falsa.

Luego introduciendo las conectivas que conocemos y acep­


tando que escribir la variable p sin negación equivale a decir p es
verdadera y con negación, a decir p es falsa, nosotros podemos tra­
ducir las proposiciones, c, d y e dadas en lenguaje natural, a las
siguientes formuladas en el lenguaje lógico.

114
c". p <-> p ( Principio de identidad)
d". ~ ( P A ~ p) ( Principio de no-contradicción)
e". p v ~ p ( Principio del tercio excluido)

Mediante el método de las tablas probaremos que estas pro­


posiciones son tautologías.

P P <■> P
V V
F V Tabla 12

Los filósofos tradicionales magnificaron las tres proposiciones


anteriores y consideraron que eran las que tenían la jerarquía máxi­
ma dentro de la lógica. Igualmente, pensaron que eran los princi­
pios fundamentales de la realidad, razón por la que fueron conside­
radas las proposiciones fundamentales de la Ontología. Hoy día cual­
quier aprendiz de lógica sabe que rigen el comportamiento de los
lenguajes lógicos standard, tipo PM, pero que admiten usos diferen­
ciados en los lenguajes no clásicos, como los que se usan para cons­
truir los sistemas polivalentes de Lukasiewicz, el sistema intuicionista
de Heyting o los sistemas paraconsistentes de Jaskowskiy Da Costa,
entre otros. El error de los filósofos y lógicos tradicionales radicó en
sostener que estas proposiciones eran privilegiadas por ser las úni­
cas necesariamente verdaderas de manera evidente.
La investigación de este siglo ha probado fehacientemente que,
por ejemplo, el principio del tercio excluido no es umversalmente
verdadero. Esto se desprende de la lógica del polaco Lukasiewicz,
que admite, además de los valores verdadero-falso, un tercer valor.
A esta lógica se le denomina polivalente para oponerla a la que es­
tudiamos en este texto que se llama bivalente, porque sus variables
pueden asumir sólo dos valores (verdadero, falso). Los trabajos de
Lukasiewicz son un argumento entre muchos contra la lógica tradi­
cional y contra el no menos tradicional criterio de evidencia.
Es pertinente aclarar que el principio de identidad también
puede ser lógicamente expresado mediante un condicional que
tiene como antecedente y consecuente a la misma variable.

115
Es muy sencillo probar que esta fórmula es una tautología.
(Dejamos como ejercicio para el estudiante la construcción de la
tabla de verdad correspondiente).

7.5. La validez lógica

Las tautologías son fórmulas que han llamado la atención de los


filósofos y de los lógicos por tener la peculiaridad de ser siempre
verdaderas. Por esta razón se les denomina fórmulas lógicamen­
te verdaderas o lógicamente válidas.
En ellas no resulta decisivo el valor concreto que asuman las
variables proposicionales componentes, pues el valor verdadero
corresponde de la misma manera a todos los arreglos. De esta
suerte, las tautologías, originan una situación muy similar a la de
las funciones constantes en matemática. Por ejemplo, la función
'y = x ' siempre da lugar a 'y = V para todos los valores enteros
de V , pues es conocido que una potencia de grado cero es igual
a 1, cualquiera que sea el número entero de la base. De manera
análoga, una tautología es una función de verdad constante que
siempre toma el valor verdadero sea cuales fueren los valores de
sus variables componentes. El estudio de esta clase de funciones
de verdad constituye la tarea fundamental de los sistemas de ló­
gica proposicional, en tanto ellas son un instrumento poderoso
para el análisis de los argumentos dados en el lenguaje natural y
en los lenguajes formalizados, como es el caso de la matemática.

Definición 14. Si una proposición formulada en el lenguaje de lógica proposicional


es-una tautología, entonces se dice que es una proposición lógicamente verdadera
o lógicamente válida,
y

Algunos autores llaman a las proposiciones lógicamente vá­


lidas, simplemente, válidas. Otros ponen énfasis en el hecho de
que el método de las tablas es puramente formal y se realiza con
total independencia de la observación de los hechos, razón por la
que a las tautologías las llaman proposiciones analíticamente
verdaderas o verdaderas a priori.

116
7.6. Tautologías vs. fórmula lógicamente válida

Durante las décadas de 1920 y 1930 muchos filósofos y lógicos, en­


tre ellos L. Wittgenstein, usaron los conceptos de afirmación lógi­
camente válida y de tautología como sinónimos. Sin embargo, este
uso generó dificultades cuando se usó el lenguaje de PM para for­
malizar teorías matemáticas que presuponen la existencia de con­
juntos infinitos actuales, las mismas que resultaron ser la mayoría.
Una solución fue denominar tautologías solamente a las fórmulas
lógicamente válidas del lenguaje proposicional y a las de los len­
guajes predicativos cuyas fórmulas sean traducibles a las del len­
guaje proposicional. Pero a las fórmulas de los lenguajes predica­
tivos que son siempre verdaderas y que no son reducibles a fór­
mulas del lenguaje proposicional de PM se les denominó sólo ló­
gicamente válidas o lógicamente verdaderas. Rudolf Camap, no­
table lógico de nuestro siglo, usó la expresión afirm ación L-verda-
dera para expresar esta calificación.
La distinción anterior significa que en el uso actual el con­
cepto de fórmula lógicamente válida tiene mayor generalidad
que el de tautología. Es decir, toda tautología es una fórmula
lógicamente válida pero no toda fórmula lógicamente válida es
una tautología. En breve, el conjunto de las tautologías es un
subconjunto propio del conjunto de las fórmulas lógicamente
válidas.
Para ilustrar lo antes afirmado será suficiente dar un ejemplo
intuitivo, en lenguaje natural, de una afirmación que siempre es
verdadera pero que no es reducible a una fórmula proposicional.
Es el caso de la afirmación T ara todo objeto x, se cumple x = x'
(Todo objeto es igual a sí mismo ). En efecto se trata de una afirma­
ción atómica, lógicamente válida, que no puede ser representada
simplemente por p, pues de hacerlo tendríamos que aceptar que
puede tomar el valor verdadero o el valor falso. Y nuestra afirma­
ción en ningún caso es falsa. Por tanto, no es expresable en el len­
guaje proposicional de PM.

117
7.7. Tautología vs. contenido informativo

En la tabla de una fórmula de dos variables proposicionales, el


margen siempre contiene cuatro arreglos que son los pares orde­
nados ( V, V ), ( V, F ), ( F, V ) y ( F, F ). En general, para una
fórmula de n variables proposicionales, el margen contendrá 2n
arreglos y cada uno de ellos será una n-ada ordenada tal que la
primera tendrá n valores verdaderos y la última n valores falsos.
El esquema es como sigue:

Cada arreglo del margen del esquema anterior ha sido inter­


pretado como un 'mundo posible', concepto acuñado por el filó­
sofo Leibniz. Esto quiere decir que el primer arreglo representa
un mundo cuyos hechos convertirán en verdaderas a todas las
variables de la fórmula dada y el último arreglo representa un
mundo cuyos hechos convertirían en falsas a todas sus variables.
Los arreglos intermedios, que sólo se sugieren, representarían
diversos mundos que convertirían en verdaderas a unas varia-
blesy en falsas a otras. Según el filósofo Wittgenstein, el conjunto
délos mundos posibles (arreglos) constituye el 'espacio lógico'.
En la medida que cualquier tautología es una función de ver­
d ad / ( pt , —, p n ) siempre verdadera, significa que es igualmen­
te verdadera en todos los mundos posibles sin excepción. De esto
se deduce que una tautología no describe específicamente mun­
do alguno y, por tanto, no nos dice nada especial del llamado
mundo real en el que vivimos. Por tanto, una tautología sería una
manera de decirnos que todos los mundos son igualmente posi­
bles, el nuestro y cualquier otro racionalmente pensable. Debido
a ello Wittgenstein afirmó que las tautologías "abren el espacio

118
lógico" mientras las contradicciones lo cierran al ser siempre fal­
sas, lo que equivale a afirmar que ningún mundo es posible.
Lo dicho significa que las tautologías son lógicamente váli­
das pero vacías de contenido informativo. Por ello no nos sirven
como afirmaciones científicas sobre la realidad sino como re­
glas de deducción que transfieren la verdad establecida previa­
mente por la investigación científica. Son poderosas para orga­
nizar lógicamente el conocimiento pero no para producirlo.

119
VIII
FORMALIZACIÓN

Objetivos:

* Definir y aplicar el concepto de formalización de argumentos


expresados en un lenguaje natural en función de fórmulas de
PM.
* Comprender el concepto de postulación.
* Definir la noción de inferencia.
* Analizar la validez o invalidez de argumentos formulados en el
lenguaje natural.
* Conocer y aplicar el método indirecto al análisis de la válidez
lógica de argumentos.
CUESTIONARIO 8
Formalización

Instrucciones

I. Responder de manera precisa a las siguientes preguntas:

1. ¿Es el concepto de verdad sinónimo del de deducción?


2. ¿ Es verdad que a la lógica no le interesa la semántica?
3. ¿Cuáles han sido los aportes de Tarski y Kurt Godel a la lógica?
4. ¿Cómo se define el proceso de formalización lógica?
5. ¿Es el lenguaje proposicional de PM adecuado para la forma­
lización de argumentos científicos?
6. ¿Cómo se denomina la forma de argumento (fórmulas) que es­
tablece que si el antecedente es verdadero el consecuente tam­
bién lo es?
7. ¿Cómo se denomina la forma de argumento (fórmulas) que es­
tablece que si una conjunción es verdadera, entonces cualquie­
ra de sus componentes también lo es?
8. ¿Cómo se denomina la forma de argumento (fórmulas) que es­
tablece que la relación de deducción es transitiva?

II. Decidir por el método indirecto la validez lógica de las siguien­


tes fórmulas.

1. ( ( p A q ) a i ) - > ( s —> q )

2- ((pvq)vr)—» ( p A s )
3-((p-»q)A ( r - » s ) ) - » ( ~ s - » ~ p )

[123]
4. ( p - > q ) - > ( r v ( p - > q ) )
5.(p-^(qvr))-> ((q A r)A s)

III. Determinar si los siguientes razonamientos son válidos. (Sólo


debe usarse en la formalización la disyunción inclusiva).

1. Si el postulado V es independiente, entonces no puede ser un teorema.


El postulado V es independiente, luego no es un teorema.
V
2. Si la geometría de Lobaclievski es correcta, entonces el postulado es
independiente. Si el postidado V no es independiente, entonces no es

V
un teorema. Por tanto; si la geometría de Lobaclievski es correcta, en­
tonces el postulado no es un teorema.
3. Un número es inductivo o transfinito. Pero no es inductivo. Luego es
transfínito.
4. Si Gódel hubiera estado joven, entonces habría demostrado la hipóte­
sis del continuo. Pero Gódel no demostró la hipótesis del continuo. En
consecuencia, Gódel no estaba joven.
5. Si un país no puede cubrir las necesidades primarías de. su gente, en­
tonces no puede gastar dinero en distracciones como el fútbol. Pero si
gasta en distracciones como el fútbol, entonces los aficionados olvida­
rán sus problemas mientras dure el partido. Luego, si un país no pue­
de cubrir las necesidades primarías de su gente, entonces los aficiona­
dos olvidarán sus necesidades mientras dure el partido.
6. Si las leyes son justas, entonces todos son tratados de manera igual. Si
hay privilegiados, entonces no todos son tratados igual O todos son
tratados de manera igual o no lo son. En consecuencia, o las leyes no
son justas o no hay privilegiados.
7. No es posible que una persona sea privilegiada y defensora de lo justo.
Pero es privilegiada, entonces no es defensora de lo justo.
8. Si la matemática es correcta, entonces es eficaz. La matemática es efi­
caz. Por tanto, la matemática es correcta.
9. Si alguien impone su voluntad por la fiierza, entonces está recurrien­
do a la ley del más fuerte. Si alguien recurre a la ley del más fuerte,
entonces se está portando como si fuera una fiera en la selva. Por tan­
to, si alguien no se comporta como una fiera de la selva, entonces no
impone su voluntad por la fuerza.
10. Hitler ordenó la quema de libros porque creyó que las ideas podían ser
quemadas. Si Hitler no tuvo éxito, entonces los que hoy queman libros

124
correrán la misma suerte. O bien los que queman libros no corren la
misma suerte. O bien Hitler no ordenó la quema de libros. En conse­
cuencia, o Hitler tuvo éxito o las ideas no pueden ser quemadas.

IV. Responda a las siguientes preguntas:

1. ¿En qué consiste la postulación ?


2. De acuerdo con la Lógica y a la Matemática moderna ¿hay al­
guna diferencia entre axioma y postulado?
3. ¿Cómo se define la inferencia?
4. ¿Cuándo un argumento está adecuadamente formalizado?
5. ¿Qué se hace para que los argumentos muestren su estructura
lógica?
6. ¿Cuándo es un argumento lógicamente válido?
7. ¿Asegura la validez lógica la verdad de las premisas de un ar­
gumento?
8. ¿Qué es lo que esencialmente prohibe la validez lógica de un
argumento?

V. Complete correctamente las siguientes afirmaciones:

1. Un condicional cuyo antecedente es una proposición contradictoria es


necesariamente..........................
2. En todo argumento se postula la verdad d e ..............
3. Un argumento carece de fiabilidad lógica cuando se encuentra que las
premisas son...................................
4. Un argumento no es lógicamente válido si hay un arreglo en el que las
premisas son..............y la conclusión e s ...........

125
LECCIÓN 8
Formalización

8.1. Formalización mediante un lenguaje proposicional

Iniciamos esta sección definiendo el concepto de formalización,


como el proceso de traducción de un conjunto A de afirmacio­
nes, formuladas en un lenguaje L, a fórmulas escritas en un len­
guaje lógico, en este caso, el lenguaje PM. Este proceso a su vez
puede definirse como una función matemática f que toma como
dominio al conjunto de afirmaciones A y como rango al conjun­
to B, el mismo que tiene como miembros a cada una de las fór­
mulas de PM . La función f se comporta de tal manera que a cada
una de las afirmaciones de A le asigna una única fórmula de B.
El proceso de formalización es el mecanismo más conocido
para aplicar un lenguaje proposicional al análisis del lenguaje
científico y del lenguaje natural. Sin embargo, el lenguaje
proposicional PM y todos sus similares son muy pobres para
analizar el lenguaje científico, razón por la que sus aplicaciones
más usuales se realizan con el lenguaje natural. Ello explica que
numerosos textos de lógica elemental, se dediquen a examinar
razonamientos que carecen de toda relevancia científica y que
inclusive son perogrullescos.
Es verdad que en la medida que la lógica trata propiamente
con fórmulas; el contenido de las afirmaciones que se usa como
ejemplos es irrelevante para la comprensión de las propiedades
lógicas de las fórmulas. Pero esto no ocurre desde la perspectiva
de la aplicación. En efecto, la lógica moderna o matemática no se

[127]
inventó para analizar razonamientos cotidianos sino para abor­
dar con rigor los procesos deductivos que realizan los matemáti­
cos, y los científicos que usan la matemática como medio expresi­
vo de sus teorías. Por ejemplo, una preocupación central de Frege,
uno de los fundadores de la lógica actual, fue la fundamentación
lógica de la definición del concepto de número natural y de la
aritmética.
Nosotros asumimos como criterio, en la elaboración de este
texto, que la enseñanza de la lógica debe tender a usar ejemplos
que permitan visualizar su relevancia en el desarrollo de la cien­
cia y de la tecnología. Para ello el lenguaje proposicional es muy
pobre porque carece de medios para analizar conceptos científi­
cos debido a que carece de predicados, relaciones y cuantifica-
dores. Ello da lugar a que no permita hablar de la verdad de pro­
posición alguna respecto de un conjunto de objetos y de relacio­
nes definidas entre los mismos, lo que constituye el meollo de las
proposiciones científicas significativas.
La formalización teóricamente interesante se realiza mediante
la construcción de modelos para las teorías científicas. Este es un
proceso a través del cual se dota a un sistema de fórmulas lógicas
de significado específico respecto de las propiedades de los obje­
tos que son miembros del conjunto de base del modelo. De esta
manera se asigna a los sistemas lógicos una semántica que da
lugar a que la lógica no sea una disciplina puramente sintáctica o
formal. Ciertamente, el concepto de verdad es el más importante
de la semántica lógica y el de deducción o prueba de la sintaxis.
Por algún tiempo se pensó que los conceptos anteriores tenían la
misma extensión. Se conjeturó que las afirmaciones' Si A es dedu-
ciblédentro de la teoría T, entonces A es verdadera en un modelo de Y y
' Si A es verdadera en un modelo de T, entonces A es deducible en T
eran, ambas, verdaderas. El investigador Kurt Gódel derrumbó
esa esperanza en 1931 cuando demostró que la segunda afirma­
ción era falsa. Probó que en toda teoría matemática interesante
existe al menos una proposición que es verdadera en el modelo
principal pero que es indeducible. Este resultado, conocido como
el segundo teorema de Gódel sobre proposiciones indecidibles,
es, tal vez, el más famoso del siglo XX en lógica matemática por-

128
que establece que el concepto de verdad tiene un significado más
rico que el de deducción o prueba.
El lógico polaco Alfredo Tarski es reconocido como el instau-
rador de la Teoría lógica de modelos en la década de 1940. Se
mencionan a su lado los trabajos de Henkin y Robinson. Destaca­
mos este hecho porque todos lo trabajos serios en formalización
lógica están enmarcados dentro de la teoría de modelos y noso­
tros en este curso introductorio no estudiaremos estos conceptos.
Sin embargo, daremos algunos instrumentos conceptuales y sim­
bólicos para que nuestros ejercicios de formalización no se limi­
ten al puro análisis del lenguaje natural. Asimismo, presentare­
mos los elementos básicos para comprender la aplicación de la
lógica al diseño de circuitos para computadoras digitales, para lo
cual sí es suficiente un lenguaje proposicional reducido.

8.2. ¿Qué significa 'postular' la verdad de una proposición?


Para comprender adecuadamente cualquier análisis lógico de in­
ferencias, llamadas también argumentos, es indispensable tener
una idea muy clara del significado del concepto de postulación.
De la misma manera, la comprensión de este concepto es clave
para la captación de la naturaleza de la demostración matemáti­
ca y de las hipótesis de las ciencias empíricas.
Se postulan esencialmente proposiciones y hacerlo equivale
exactamente a suponer que ellas son verdaderas. Consecuente­
mente, el que postula la verdad de una proposición no afirma
que esa proposición es efectivamente verdadera sino que él
adopta la estrategia de suponer o ponerse en el caso de que sea
verdadera. Si la proposición postulada resulta falsa entonces sólo
cabe retirarla y postular otra en su lugar.
Las proposiciones fundamentales o primitivas de la mate­
mática y de la lógica son esencialmente postulaciones, motivo por
el cual muchos especialistas contem-poráneos prefieren hablar de
postulados en lugar de axiomas. Sin embargo, cuando un mate­
mático contemporáneo o un lógico todavía habla de axiomas, no
lo hace pensando en proposiciones evidentes por sí mismas, como
tradicionalmente se pensó desde Euclides, sino en proposiciones
cuya verdad se supone. Consecuentemente, los axiomas de cual­

129
quier sistema matemático son postulaciones que se hacen con in­
dependencia de que su verdad sea o no evidente. Asimismo, los
conceptos de axioma y de postulado son hoy día, en los medios
especializados, completamente equivalentes.

8.3. In feren cia

Tradicionalmente se da como ejemplo de inferencia razonamien­


tos como los siguientes:

(I) a. Si estoy viendo una película entonces estoy en el cine.


b. Estoy viendo ima película.
Por tanto, estoy en el cine.
(II) c. Juan es buen alumno o buen hijo.
d. Juan no es buen alumno.

Por tanto, Juan es buen hijo.


El sentido de estos dos razonamientos es afirmar la verdad
de las proposiciones llamadas conclusiones (las que se encuen­
tran debajo de las rayas) a partir de la verdad de las proposicio­
nes llamadas premisas (las que se encuentran sobre las rayas). Lo
importante aquí es reconocer que la verdad de las premisas es
postulada. Sólo si se admite la suposición de su verdad, la infe­
rencia tiene sentido. De ser falsas las premisas, la inferencia no es
incorrecta sino sin relevancia desde el punto de vista lógico.
rDefinición 15. Una inferencia o deducción es una operación lógica p or la que a
partir de la postulación de la verdad de ciertas proposiciones llam adas premisas, se
deriva la verdad de otra proposición llam ada conclusión.

Los ejemplos de inferencia dados anteriormente se encuen­


tran formulados en lenguaje natural. Podemos dar otro usando
esta vez proposiciones de la matemática.
(III) e. Si 2x =8, entonces x = 4
f. 2x = 8___________________________
Por tanto x = 4

130
Para diferenciar las inferencias de la matemática, que gene­
ralmente son llamadas demostraciones, de las formuladas en el
lenguaje natural, los autores usualmente llaman a las segundas
razonamientos o argumentos. Nosotros utilizaremos esta última
denominación.

8.4. Formulación y análisis de la validez de argumentos


mediante el lenguaje de la lógica proposicional
En efecto, los ejemplos I y II son típicamente argumentos porque
están dados completamente en lenguaje natural. Estos argumen­
tos constituyen inferencias pero todavía no sabemos si son, ade­
más, lógicamente válidas. Dar un método que nos permita esta­
blecer o decidir si esto último ocurre es lo que nos preocupará en
adelante.
Lo primero que hay que hacer para poder decidir la validez
lógica de un argumento es determinar su estructura o forma.
Nosotros estamos en condiciones de hacerlo, por ejemplo, con los
argumentos I y II, porque estamos en condiciones de traducirlos
al lenguaje lógico. A este proceso de traducción de un argumento
dado en lenguaje natural al lenguaje lógico es lo que se denomina
la formalización lógica de un argumento. Por extensión, cuando
una demostración matemática es traducida al lenguaje lógico tam­
bién se dice que ha sido formalizada.
Un argumento está adecuadamente formalizado cuando cada
una de sus distintas proposiciones atómicas ha sido sustituida
por distintas variables proposicionales y las palabras tales como
y, o, Si... entonces ..., etc., han sido sustituidas por los correspon­
dientes signos lógicos, denominados conectivas. Esto le da al len­
guaje lógico capacidad para mostrar la estructura de los argu­
mentos sin considerar su contenido o significado.
Examinando el ejemplo I y representando por p la proposi­
ción Estoy viendo una película y por q la proposición Estoy en el
cine, encontramos fácilmente que la traducción de tal argumento
al lenguaje lógico es la siguiente:

131
p —> q \ <— Premisas
P J
q} <— Conclusión

En el caso del argumento II, si ahora p representa a la propo­


sición Juan es buen alumno y q a la proposición Juan es buen hijo,
encontramos que la forma lógica de tal argumento es:

p v q \ <— Premisas
~P J
q } <— Conclusión

En el caso de la inferencia matemática que es el ejemplo III, si


representamos por p la proposición '2x = 8 ' y por q la proposi­
ción 'x = 4' entonces encontramos que la forma lógica de esta infe­
rencia matemática es la misma que la que corresponde al primer
argumento. Esto pone en evidencia que puede haber inferencias
que tengan el más diverso contenido pero que compartan la mis­
ma forma lógica. Consecuentemente, dichas inferencias desde el
punto de vista lógico pierden su diversidad para reducirse a un
sólo tipo de forma o estructura lógica.
Como segundo paso para decidir la validez de un argumen­
to, podemos construir un condicional que tenga como anteceden­
te a las premisas unidas por la conectiva de conjunción y como
consecuente a la conclusión. Si efectuada la tabla de verdad de
este condicional encontramos que se trata de una tautología,
entonces el argumento es lógicamente válido y se afirma que
las premisas implican a la conclusión.
En el caso de los argumentos I y II los respectivos condicio­
nales son:

( ( p -> q ) a p ) -> q
( ( p v q ) A - p ) -> q

El uso de los paréntesis es necesario para que la jerarquía


corresponda de manera inequívoca a la estructura condicional del
argumento. De manera intuitiva la estructura lógica de cualquier
argumento puede ser representada así:

132
Prem isas Conclusión

Los puntos suspensivos indican los lugares de las premisas


y de la conclusión.
Ahora vamos a construir la tabla de verdad que corresponde
a la estructura lógica del primer argumento.

p q ((p q )Ap) q

V v V V V
V F F F V
F V V F V
F F V F V

Como puede verse, se trata de una tautología y, consecuen­


temente, el argumento I es lógicamente válido. Pero como ade­
más, la inferencia matemática III también posee esta estructura,
ella también es lógicamente válida.
El segundo condicional también es una tautología. Dejamos
al lector comprobarlo mediante la construcción de la tabla corres­
pondiente.

D efinición 16. Un argumento A es lógicamente válido si y sólo si, al ser traducido


al lenguaje lógico, el condicional resultante que tiene como antecedente a la traducción
de las prem isas de A y como consecuente a la traducción de la conclusión de A es
una tautología. Si no es tautología, el argumento es-lógicamente inválido.

Es fácil darse cuenta que lo que prohíbe la lógica es que un


argumento válido pueda tener todas las premisas verdaderas y la
conclusión falsa, porque en este caso el condicional correspon­
diente sería falso para, al menos, un arreglo y no sería una tauto­
logía, Consecuentemente, la exigencia lógica esencial es que en
todo argumento válido si todas las premisas son verdaderas la
conclusión es necesariamente verdadera. Esto es todo lo que
garantiza la validez lógica de un argumento.
8.5. Formalización y validez de argumentos complejos

Determinar la validez de argumentos más complejos que los an­


teriores no es en principio más difícil sino más laborioso. Se si­
gue el procedimiento anterior, pero hay que considerar mayores
detalles, algunos de los cuales vamos a exponer luego.
R7. Es necesario considerar que cuando hay tres premisas,
entonces es necesario utilizar dos conjunciones para unirlas y, en
general, si hay un número n de premisas se necesitará un número
n - 1 de conjunciones para enlazarlas de tal manera que todo el
antecedente sea una proposición conjuntiva. Esta situación para
un argumento que tiene tres premisas puede ser representada así:

( ( ........................)• A ( .......................... ) A ( .......................) ) - * ( .........................)

En este caso, se han necesitado dos conjunciones y, debido a


que ambas están igualmente libres de paréntesis, la matriz final
del antecedente puede ser escrita debajo de cualquiera de ellas.
R8. Hay que considerar, asimismo, que palabras como 'pero",
'sin embargo7, son desde el punto de vista lógico conjunciones y
que esta conectiva es conmutativa porque en una proposición
conjuntiva los componentes pueden intercambiar lugares. En bre­
ve, las proposiciones:

p/vq y qa p

son lógicamente equivalentes.

R9. Proposiciones como No es posible que corra y duerma se


tradücen al lenguaje lógico como la negación de la conjunción y
no de las proposiciones componentes. Así, el ejemplo anterior se
traduce por la proposición negativa:

~ (P a q)

RIO. La conclusión de un argumento se reconoce porque,


generalmente, se escribe después de palabras como 'consecuen­
temente7, 'por tanto7, 'luego7, 'entonces7, 'en consecuencia7, 'por

134
consiguiente', etc. En algunos argumentos que no están lógica­
mente ordenados, la conclusión aparece antes que las premisas.
En tales casos la conclusión aparece antes de palabras como 'por­
que', 'debido a', etc.
Tomando en consideración las reglas anteriores, podemos
pasar a determinar la validez del siguiente argumento.
Habrá un concierto si y solamente si hay una conferencia. Si no
hay un baile entonces no habrá conferencia. Sin embargo, no es el caso
que haya baile y concierto pero habrá uno de los dos. Consecuentemente,
no habrá conferencia.
La primera tarea consiste en formalizar el argumento. Para
ello hay que representar sus distintas proposiciones atómicas por
distintas variables proposicionales. Esto lo podemos conseguir de
la siguiente manera:

Sea p la proposición Habrá un concierto.


Sea c¡ la proposición Hay una conferencia.
Sea r la proposición Hay un baile.

No hay más proposiciones distintas, pues el argumento está


constituido por la combinación repetida de las anteriores.
La primera premisa Habrá un concierto si y solamente si hay una
conferencia es claramente bicondicional.

p<-> q

La segunda premisa Si no hay un baile entonces no habrá conferen­


cia es un condicional con el antecedente y el consecuente negados.

~r ~q

Lo que sigue hasta antes de la palabra 'Consecuentemente'


son realmente dos premisas más, con la variante de que la última
está escrita de modo abreviado y nos corresponde hacerla com­
pletamente explícita. La primera parte es la premisa No es el caso
que haya baile y concierto y la segunda parte es, de manera explíci­
ta, la premisa O hay baile o hay concierto. Estas dos premisas se
formalizan en el mismo orden, como sigue:

135
~ ( r AP )
rvp

Lo que viene después de 'Consecuentemente' es la conclu­


sión No habrá conferencia que se expresa por

~q

De acuerdo con lo anterior, la estructura lógica del argumen­


to examinado es la siguiente:

p <-» q
^ r —» ~ q
^(r a p)
r v p
~q
Y para decidir su validez lógica es necesario determinar si el
siguiente condicional es una tautología.

( ( P<->q)A ( ~ r - » ~ q ) A ~ ( r A p ) A ( r v p ) ) - > ~ q
Nosotros adelantamos al estudiante que este condicional es
una implicación lógica, lo que significa que es necesariamente
tautológico. Por consiguiente, el argumento es lógicamente váli­
do. Dejamos como ejercicio la construcción de la correspondiente
tabla de verdad.

8.6, Form as conocidas de argum ento

A continuación daremos una lista de estructuras o formas de ar­


gumento que son lógicamente válidas, lo cual se puede verificar
formulando el condicional correspondiente y efectuando la tabla.
Estas formas de argumento son conocidas debido a que a ellas
recurre a menudo el razonamiento matemático y también el for­
mulado en lenguaje natural.

136
F l. p —» q Modus Ponens (MP)
P
q

F2. p -> q Modus Tollens (MT)


~ q
~ p

F3. p v q Silogismo Disyuntivo (SD)


~ p
• q

F4. p ->q Silogismo Hipotético (SH.)


q -» r
p -» r

F5. P Adición (Ad.)


pv q

F 6. p aq , p aq Simplificación (Simp.)

P q

El nombre de una forma de argumento es también el de la


tautología correspondiente. Dejamos al lector, como ejercicio, la
construcción de las respectivas tablas de verdad.
Hacemos notar que los ejemplos que dimos antes como I y III
corresponden a la forma de argumento del Modus Ponens. El
ejemplo II, en cambio, corresponde a la forma de argumento del
Silogismo Disyuntivo. Un ejemplo que tiene la forma del Modus
Tollens es el siguiente:

Si TúpacAmaru hubiera atacado el Cusco, entonces su revolución


habría triunfado. Pero su revolución no triunfó, en consecuencia, Túpac
Amaru no atacó el Cusco.

137
Un ejemplo de argumento de la forma del Silogismo Hipo­
tético es como sigue:

Si errar es humano, entonces nadie es infalible. Y si nadie es infali­


ble, entonces Pedrito se equivoca. En consecuencia, si errar es humano,
Pedrito se equivoca.

Un ejemplo de argumento en forma de Adición es:

Si vas a misa, entonces vas a misa o lees.

Un ejemplo de Sim plificación es:

Si el 8 es número cúbico y el 4 es cuadrado, entonces el 8 es


número cúbico.

8.7, Método indirecto

Existe un procedimiento que permite decidir si una fórmula de


la lógica proposicional es lógicamente válida sin necesidad de
recurrir a la construcción completa de una tabla de verdad. Este
método ha sido divulgado en nuestro medio, con el nombre de
método abreviado, a través del libro de Irving Copi titulado In­
troducción a la lógica. Su utilización es recomendable cuando la
fórmula, cuya validez se desea decidir, tiene numerosas variables
proposicionales, lo que no excluye que, por razones pedagógicas
o de comodidad , se lo aplique a casos simples. Puede conside­
rarse que a partir de tres variables proposicionales la confección
dé una tabla puede ser laboriosa. Asimismo, aunque este proce­
dimiento puede aplicarse a cualquier fórmula de la lógica pro­
posicional, su empleo está indicado cuando se trata de fórmulas
condicionales, que son las que resultan cuando se formaliza ar­
gumentos.
La aplicación de este método se funda en las siguientes pre­
suposiciones:

P l. Toda fórmula lógicamente válida es una tautología y, por


tanto, contiene en su matriz principal sólo valores verdaderos.

138
P2. Si una fórmula es una tautología, entonces la hipótesis H
que supone que su matriz principal contiene al menos un valor falso
debe conducir a contradicción y, por tanto, debe rechazarse H.
P3. Si la hipótesis H que supone que la matriz principal de una
fórmula tiene al menos un valor falso permite construir de manera
coherente el arreglo correspondiente ( sin contradicción), entonces
H debe ser aceptada y la fórmula dada no es una tautología.
Las presuposiciones P2 y P3 se basan en la regla de deduc­
ción por reducción al absurdo (RAA), cuya forma lógica presen­
taremos más adelante. Esta regla establece que toda hipótesis que
conduce a contradicción debe ser rechazada. En la medida que en
la larga tradición matemática las demostraciones por reducción
al absurdo se conocen como demostraciones indirectas, hemos
decidido denominar al procedimiento que presentamos método
indirecto. Las reglas son como sigue:
rl. Dada una fórmula condicional W debe formularse la hi­
pótesis H que afirma W no es tina tautología porque su matriz prin­
cipal contiene al menos un valor falso.
rl. En armonía con las hipótesis H debe asignarse al antece­
dente de W el valor verdadero y al consecuente el valor falso.
r3. Inmediatamente, debe asignársele a las letras variables del
consecuente exactamente los valores que se ajusten a la suposición
de su falsedad. Por ejemplo, si el consecuente está constituido por
una fórmula atómica, se asignará el valor falso a dicha fórmula. Si
el consecuente es de la forma ~A, se asignará a A el valor verdade­
ro. Si el consecuente tiene la forma A v B, entonces debe asignársele
el valor falso a ambos componentes. Si tiene la forma A a B es sufi­
ciente con asignar el valor falso a uno de los componentes. Si tiene
la forma A -> B debe asignarse necesariamente el valor verdadero
a A y el falso a B. Si tiene la forma A B debe asignársele distinto
valor a cada componente. Si tiene la forma A * B , debe asignarse
el mismo valor a ambos componentes.
r4. Debe asignarse a cada una de las letras variables del ante­
cedente, que también aparecen en el consecuente, exactamente
los mismos valores que ya se les asignó por efecto de la aplicación
de la regla r3. Si esto es suficiente para convertir al antecedente,
en su conjunto, en verdadero, entonces la hipótesis H debe ser
aceptada y W no es una tautología. Pero, si esta asignación de

139
valores entra en contradicción con la suposición de que el antece­
dente es verdadero, entonces la hipótesis H debe ser rechazada y
W es una tautología.
r5. Si la aplicación de r4 no permite tomar una decisión debi­
do a que en el antecedente existen letras variables que no han
recibido asignación de valores porque no aparecen en el conse­
cuente, entonces debe asignarse a estas letras variables los valo­
res adecuados para convertir al antecedente en verdadero. Si esto
es posible, la hipótesis H debe ser aceptada y W no es tautología,
pero si esta asignación de valores entra en contradicción con la
suposición de que el antecedente es verdadero, entonces H debe
ser rechazada y W es tautología.
Por ejemplo, supongamos que debemos decidir si es o no tau­
tología la fórmula:

(p-> q) (p a q)

Aplicando rl, la hipótesis H que dice que la fórmula anterior


tiene al menos un arreglo falso la escribiremos así:

F((p->q) -> ( p A q ) )

La consecuencia inmediata de H que asigna al antecedente el


valor verdadero y al consecuente el valor falso (regla r2) es:

F ( V ( p -> q ) -> F ( p a q ) )

Para mantener la hipótesis de que el consecuente es falso, es


süficiente, por ejemplo, aplicando r3, asumir que la variable q es
falsa. Así tenemos:

F ( V ( p —» q ) -» F (p a F ( q ) ) )

Aplicando r4 al antecedente tenemos:

F(V (p-»F(q))-> F( p a F( q) ) )

140
En este caso la decisión final depende del valor que le asigne a
p . Como el procedimiento consiste en hacer todo lo lógicamente
permitido para confirmar la hipótesis H, entonces, por r5, asigno a
p el valor falso y de esta manera convierto al antecedente en verda­
dero. Ello me permite construir justamente el arreglo en el que W es
falsa y, por tanto, debo aceptar la hipótesis H . En breve y con algún
sentido de observación, se puede decir que la fórmula propuesta no
es tautología porque su matriz principal es falsa al menos en el cuar­
to arreglo. La asignación completa de valores es como sigue:

F( V( F ( p ) F ( q ) ) -> F ( F ( p ) a F ( q ) ) )

Examinemos un segundo ejemplo. Se trata de decidir si la


siguiente fórmula es una tautología.

( ( P A q ) A r ) -> ( p v s )

Aplicando r l, la hipótesis H que dice que la fórmula anterior


tiene al menos un valor falso en su matriz principal, la escribire­
mos así:

F ( ( (p A q ) A r ) -> ( p v s ) )

Y la suposición derivada de la anterior, que afirma que el


antecedente es verdadero y el consecuente falso ( aplicando r 2 ),
la escribiremos como sigue:

F ( v ( (p A q ) A r ) - > F ( pvs))

Por aplicación de r3, la única manera de mantener la suposi­


ción de la falsedad del consecuente es asignar el valor falso a ambos
componentes. Así tenemos:

F ( V ( ( p a q) a r) F( F (p )v F(s) ) )

Aplicando r4, escribimos el valor de la única variable del


antecedente, en este caso p, que ya tiene valor asignado en el con­
secuente y obtenemos:

141
F ( V ( ( F ( p ) A q ) A r ) -> F (F (p )v F (s)))

Esta asignación de valores es suficiente para tomar una deci­


sión. En efecto, como p es también falsa en el antecedente, enton­
ces la conjunción p a q será falsa y, consecuentemente, la con­
junción ( p a q ) a r, del mismo modo, será falsa, lo que hace
imposible construir el arreglo que convertiría al antecedente en
verdadero manteniendo el consecuente falso, rechazándose así la
hipótesis H. Por tanto W es una tautología.

8.8. Reglas adicionales de abreviación

El uso del método indirecto puede ser adecuadamente comple­


mentado con la aplicación de algunas reglas de abreviación que
permiten simplificar el proceso.
ral. En la medida que la conjunción y la disyunción son ope­
radores conmutativos y asociativos, en los casos pertinentes, pue­
den escribirse como conjunciones o disyunciones de n componen­
tes. Así en lugar de las fórmulas:

( ( p A q ) A T ) A S ) A t ) A...,)
( ( p v q ) v r ) v s ) v t ) v ...,)

puede escribirse:

(p 1 a p a / —/a p n)»
( p V p V , ... , V p )
z

1 2
2

donde el subíndice n puede tomar un valor tan grande como


sé quiera.
ra2. Es suficiente que en una conjunción de n componentes
exista una letra variable falsa para que la conjunción, en su totali­
dad, sea falsa.
ra3. Es suficiente que en una disyunción de n componentes
exista una letra variable verdadera para que la disyunción, en su
totalidad, sea verdadera.
ra4. La manera abreviada de escribir una fórmula siempre
verdadera es ( pv~p) y la de escribir una fórmula siempre falsa es
(p a ~P).

142
ra5. Es suficiente que el consecuente de un condicional sea
verdadero para que el condicional, en su totalidad, sea verdade­
ro. Y también es suficiente que un condicional tenga el antece­
dente falso para que , en su totalidad, sea verdadero.
ra6. Si usamos 'l'e n lugar del valor verdadero, '0' en lugar
del valor falso y la expresión 'se reduce a para precisar que una
expresión puede ser reemplazada por la otra y viceversa, se pue­
de establecer las siguientes abreviaciones:

ra6.1. P v ~ P se reduce a 1
ra6.2. P A ~ P se reduce a 0
ra6,3. P A 1 se reduce a p
ra6.4. P A 0 se reduce a 0
ra6.5. P V 1 se reduce a 1
ra6.6. P V 0 se reduce a p
ra6.7. P -» 1 se reduce a 1
ra6.8. 0 -» P se reduce a 1

Aplicaremos las reglas anteriores a algunos ejemplos de sim-


plificación de fórmulas.

A. ( p A q A ~ q ) - > s
( p A 0 ) -» s ( por ra6.2)
0 -> s (por ra6.4)
1 ( por ra6.8)
p v~p ( por ra6.1)

B. p - > ( q v r v ~ r )
p - > ( q v 1) ( por ra6.1)
p-»l ( por ra6.5)
1 ( por ra6.7)
X

( por ra6.1)
<

C. ( p A q A ( s v ~ s ) ) - > ( q v ( P A P ) )
((P A q )A l)-> (q v O ) ( por ra6.1 y
( P A q ) —> q ( por ra6.3 y

La ventaja de las reglas ra6.1 - ra6.8 parece obvia. Es claro


que la fórmula simplificada es equivalente, en cada caso, a la
inicial.

143
IX
DEDUCCIÓN NATURAL

O b je tiv o s.-

• Comprender y usar las reglas de deducción natural (RDN) como


aquellas que permiten transferir la verdad de unas proposicio­
nes a otras.
• Ejecutar deducciones directas y por reducción al absurdo (RAA)
adquiriendo destreza en el manejo de 21 reglas de Gentzen.
• Manejar las RDN como procedimiento no algorítmico de carác­
ter heurístico.
• Resolver problemas cuya solución requiere del ejercicio del pen­
samiento hipotético deductivo.
Cuestionario 9
Deducción natural

Instru cciones

I. Justifique las siguientes deducciones propuestas por Irving Copi


en su libro Symbolic Logic

1.(1) (O - > ~ P ) a ( ~ Q - > R )


(2) ( S - » T ) a ( ~ U - » ~ Z )
(3) ( ~ P - > S ) a ( R - > ~ U )
(4) ( T v ~ Z ) —» ( W a X )
(5) O v ~ Q / \ W a X
6. ~ P v R
7. S v ~ U
8. T v ~ Z
9. W a X

2.(1) [(Av ~ B )V C ]-> [D (E


(2) ( A v ~ B ) —» [ ( F « * G ) - > H]
(3) A [ ( E <-> F ) - » ( F G )]
(4) A / \ D —» H
5. Av ~B
6. (Av~ B )v C
7. D ( E « * F )
8. ( E « * F ) - > ( F <- >G)
9. D —» ( F <H> G )
10. (F <->G)->H
11. D —» H

[147]
3.(1) A -» B
(2) C -> D
(3) ~ Bv~ D
(4) ■ A
(5) ( E a F ) - » C / \ ~ ( E a F)
6. (A->B) a (C->D)
7. ~A v ~C
8. ~C
9. ~ (EaF)

4.(1) ( G - » H ) - » ( I <-» J )
(2) K v ~ ( L -> M )
(3) ( G -> H ) v ~ K
(4) N -> ( L -> M )
(5) ~ (I o j ) / \~N
6. ~ ( G -> H )
7. ~K
8. ~ ( L -> M )
9. ~N

5.(1) H -> ( I -» J )
(2) K -» ( I - > J )
(3) ( ~ H a ~ K ) - > ( ~ L v ~ M )
(4) ( ~ L - » ~ N ) a ( ~ M ~O)
(5) ( P - > N ) a ( Q - » O )
(6).~(I-> J ) / \ ~ P v ~ Q
7. ~ H
8. ~ K
£ ~H a ~K
10. ~ L v ~ M
11. ~ N v —O
12. ~ P v ~ Q

II. Ejecute las siguientes deducciones o pruebas formales. Los ejer­


cicios 4 y 5 deben ser resueltos por reducción al absurdo

1.(1) F v ( G v H )
(2) ( G - > I ) a ( H - > J )

148
(3) ( I v J ) - » ( F v H )
(4) ~ F / H

2.(1) K -» L
(2) M -> N
(3) ( O -» N ) ÍJ ( P -» L )
(4) (~Nv~L)a(~M v~0) / (~Ov~P)a(~ M v ~K)

3.(1) Q -> ( R - > S )


(2) ( R -» S ) -> T
(3) (S aU)->~P
(4) ~P ->(R ~W )
(5) ~ T v ~ ( R < - > ~ W) / ~ Q v ~ ( S a U)

4.(1) ( 0 - » ~ P ) a ( P - » Q )
(2) Q - > O
(3) ~ R -> P / R

5.(1) X - » (Y -> Z )
(2) X -» ( A -» B )
(3) X a (Y v A)
(4) ~ Z / .‘. B

6 .( 1) C - » ( D - > ~ C )
(2) D/ ~ C a ~D

7.(1) J v ( ~ K v J )
(2) K v ( ~ J v K ) / (JaK )v (~ J a~ K )

8.(1) ( L v M ) v ( N a O )
(2) ( ~ L a O ) a ~ ( ~L a M ) / ~La N

III. Resolver aplicando la RDN, de prueba condicional, las siguien­


tes deducciones

1.(1) ( A v B ) - > ( C a D)
(2) ( D v E ) - » F / A -» F

149
2.(1) (EvF)-> G
(2) ( J - > ~ G ) a ~ H
(3) J v K / /. E K

3.(1) Q - > P
(2) T v S
(3) Q v ~ S / ~(Pv R)-> T

4.(1) A - > ( B - > C )


(2) B -» ( C -> D ) / /. A —> ( B —> D )

IV. A continuación se presenta un conjunto de premisas y un con­


junto constituido por conclusiones, algunas de las cuales se si­
guen lógicamente desde las premisas y otras no. En otras pala­
bras, algunas de las conclusiones propuestas completan las *
premisas de manera tal que configuran con ellas un razonamien­
to o argumento lógicamente válido, mientras que otras no se
comportan así. El ejercicio consiste en decidir mediante tablas
de verdad, en cada caso, si la conclusión propuesta se sigue
lógicamente o no desde el conjunto dado de premisas. Además,
debe construirse una deducción sólo para los casos en los que el
argumento es lógicamente válido.

a)Premisas

1) La lógica es difícil o no le gusta a muchos estudiantes.


2) Si la matemática es fácil, luego la lógica no es difícil.

Conclusiones propuestas ¿Se sigue lógicamente?


C . La matemática no es fácil si a muchos
estudiantes les gusta la lógica.____________________________

C2. A muchos estudiantes no les


gusta la lógica si la matemática
no es fácil._______________________________________________

C3. La lógica no es difícil o la


matemática es fácil._______________________________________

150
Conclusiones propuestas ¿Se sigue lógicamente?
C„.La matemática no es fácil
o la lógica es difícil._______________________________________

C5. La lógica no es difícil o la matemática


no es fácil.________________________________________________

C6. La lógica es difícil o la matemática


no es fácil._______________________________________________

Cr Si a muchos estudiantes les gusta la lógica,


Luego la matemática no es fácil o la lógica
no es difícil.______________________________________________

151
LECCIÓN 9
Deducción natural

9.1. La deducción de Gentzen


Las reglas conocidas como de Deducción Natural fueron propues­
tas en 1934 por el investigador Gerhard Gentzen. Desde entonces
se conocen diversas variantes de ellas que algunos textos de lógica
presentan como reglas para construir deducciones o pruebas for­
males. A nosotros nos parece más adecuado respetar su denomi­
nación original de Reglas de Deducción Natural, aunque la versión
que presentamos ya no sea la de Gentzen sino una versión más in­
tuitiva y pedagógica. Esto al propio tiempo quiere decir, desde el
punto de vista lógico, un conjunto más recargado de reglas puesto
que la facilidad pedagógica hace recomendable que se usen como
si fueran reglas necesarias, algunas que realmente son omitibles por
aplicación reiterada de otras reglas básicas. Sin embargo, si obvia-
ramos las reglas que no son básicas, las deducciones serían más sim­
ples si se considera que se utilizaría un número menor de reglas,
pero serían menos pedagógicas y más laboriosas si se considera la
mayor longitud de las deducciones resultantes.

9.2. Transferencia de la verdad


Para entender el sentido fundamental de las Reglas de Deducción
Natural (RDN) es necesario tener presente que la función esen­
cial, de cualquiera de estas reglas, es la transferencia de la ver­
dad de unas proposiciones a otras. A las proposiciones que se usa

[1531
como condiciones iniciales para este proceso de transferencia se
les conoce como premisas y a las proposiciones que reciben la ver­
dad transferida o que «heredan la verdad», por así decirlo, se les
denomina conclusiones o consecuencias lógicas. Esta idea se pue­
de graficar (Fig. 1) a través de un modelo de caja negra que con­
cibe a las reglas de deducción como una máquina, la que cada
que entra información verdadera en sus unidades de procesamien­
to, emite o produce como salida, necesariamente, información ver­
dadera. Adicionalmente, la máquina no proporciona garantía al­
guna cuando la información que ingresa es falsa, pues no está di­
señada para procesar entradas falsas.
Recíprocamente, la máquina sí está diseñada para asegurar­
nos que si la salida emite información falsa, entonces está ingre­
sando, necesariamente, información falsa. Esto se puede graficar
(Fig. 2) mediante el mismo modelo de caja negra añadiendo un
circuito de feed back o de retroalimentación.

Fig. 1 V V
Entrada Salida

Entrada Salida F
Fig. 2
F
Feed back.
------------- <-----------

9.3. Deducción e im plicación


La siguiente cuestión a tenerse en cuenta es que si desde un con­
junto de premisas Px, P2, P n hemos deducido, aplicando correc­
tamente las Reglas de Deducción Natural, la conclusión o conse­
cuencia lógica C, entonces podemos decir que las referidas pre­
misas implican a la conclusión y que, por tanto, el condicional

( P j A P j a , .........., a P ) C

es lógicamente válido. Ahora, si las premisas y la conclusión es­


tán escritas en el lenguaje de la Lógica proposicional, de PM, por
citar un ejemplo, entonces el esquema anterior debe ser una tau­
tología.

154
Esto último puedé suscitar en el aprendiz la siguiente pre­
gunta: Y para qué necesitamos las RDN si con la sola aplicación
de tablas de verdad podemos decidir si las premisas implican o
no a la conclusión. La respuesta es que, por un lado, cuando las
fórmulas que constituyen las premisas exhiben cinco variables
proposicionales o más, resulta mucho más breve y elegante apli­
car las RDN, pero, por otro lado, existen muchos casos que exce­
den a los lenguajes proposicionales en los que la construcción de
una tabla de verdad para decidir si las premisas implican a la
conclusión, no es posible, pues el método de las tablas de verdad
sólo tiene lugar en los casos elementales. Por ejemplo, cuando se
parte de premisas que contienen predicados diádicos, usuales en
aritmética, como «...mayor que...», «...menor que...», «..igual a...»
la construcción de tablas de verdad es, en principio, imposible
debido a la existencia de pares de cuantificadores universales y
existenciales variando sobre un conjunto infinito.

9.4. Esquemas de fórmulas

Escribiremos las RDN numerándolas y en forma de quebrado, de


tal manera que en el lugar del numerador aparecen las premisas
y en lugar del denominador aparece la conclusión. En este caso,
las premisas y la conclusión no son fórmulas, en sentido estricto,
de la lógica proposicional, sino esquemas de fórmulas que perte­
necen al metalenguaje de la lógica proposicional porque su fun­
ción es prescribir lo que está permitido hacer con las fórmulas.
Estos esquemas proporcionan la estructura común a una multi­
tud de fórmulas y el hecho de estar escritas en forma de quebra­
do nos dice que las fórmulas que aparecen en el numerador im­
plican a las que aparecen en el denominador. Por ejemplo, las fór­
mulas de la lógica proposicional siguientes:

pv^q
(p A q ) v ~ ( r v s )
pv ~ ( q a t )

tienen en común el ser de la forma A v ~ B, o en otras palabras, el


corresponder a dicho esquema.

155
En el caso de las reglas, que establecen equivalencias o dobles
implicaciones, hemos preferido escribirlas horizontalmente ligándo­
las por la abreviatura sss que corresponde a la expresión 'si y sólo si7
que a su vez corresponde a la lectura castellana del bicondicional.
En el caso de las reglas, que no conducen a una única conclu­
sión, hemos escrito al costado derecho el mismo esquema acom­
pañado de la conclusión alternativa. Asimismo, es conveniente
enfatizar que las reglas que son equivalencias funcionan propia­
mente como reglas de reemplazo, pues autorizan a reemplazar
una fórmula de cierta forma por su equivalente, cualquiera que
fuera el lugar donde ésta aparezca.
También es oportuno señalar que el dar las reglas en forma de
esquemas y el construir deducciones con letras esquemáticas ( A, B,
P, Q,...) tiene la ventaja que de este modo se hace alusión a conjuntos
infinitos de casos particulares que son válidos por simple inspección
en el caso de que su estructura corresponda a alguna de las 2 1 RDN
a continuación proporcionadas. En la versión que presentamos in­
cluimos a la regla de la Prueba condicional y a la de Demostración
por reducción al absurdo, las mismas que a menudo son omitidas y
tratadas como si sólo fueran estrategias deductivas. Lo real es que lo
son, pero su legitimidad reposa en las reglas 20 y 21.

9.5. R eglas de d ed u cció n n atu ral p ara u n len g u aje


proposicional

1. A -» B
A Modus Ponens (MP)
B
2. A -» B
~B Modus Tollens (MT)
.'.-A
3. A -> B
B -» C Silogismo Hipotético (SH)
..A ->C
4. A v B
-A Silogismo Disyuntivo (SD)
B

156
5. A —» B
C -> D Dilema
A vC Constructivo (DC)
• B vD
6. A-> B
C -> 1) Dilema
-B v ~D Destructivo (DD)
-A v~ C
7. P a Q y también P a Q Simplificación
.P Q (Simp.)
8. P p
Q y también Q Conjunción
PaQ .Q a P (Conj.)
9. P V también P Adición (Ad.)
..P v Q ■Qv P
10. ~ ( P a Q) sss ~P v ~ Q Regla de
-(P v Q ) sss ~P a ~ Q De Morgan
(DM)
11. ( P a Q) sss ( Q a P) Conmutatividad
(P v Q ) sss (Q v P ) (Conm.)
12. P A (Q A R) sss (PaQ)aR Asociatividad (As.)
P V (Q V R) sss (P v Q )v R
13. P a (Q v R) sss (PaQ)v(PaR )Distributividad
(Dist.)
P v (Q a R) sss (Pv Q ) a (Pv R)

14. P sss —P Doble negación (DN)


15. A ->B sss ~B —> ~A Transposición
(Trans.)
16. A ^ -B sss ~A v B Definición de 4— por ‘v ’

157
17. A o B sss (A —» B) a (B —» A) Definición
d e 'o '

18. A<-»B sss (A a B ) v (-A a ^B) Definición


de ' o '
(A a B)-^ C sss A -^(B^C) Exportación
(Exp.)

19. A sss A aA Idempotencia (Idemp.)


A sss Av A

20. 1.A
Prueba condicional
n. B
n + 1. A - > B

21. A —> ( B a ~ B ) Reducción al


~A absurdo (RAA)

9.6. Aplicación de las reglas RDN


En lo que sigue presentamos ejemplos de deducción natural que
prueban que una fórmula denominada conclusión se deduce de
otras fórmulas que son, en cada caso, las premisas. Es importan­
te enfatizar que las fórmulas en sí mismas no son ni conclusiones
ni premisas y que estas denominaciones hacen referencia a la fun­
ción específica que cumplen en una situación determinada. Di­
cha función podría ser muy distinta en otro contexto. Al respec­
to, mencionamos que hay otro tipo de deducciones, denomina­
das axiomáticas, y semiaxiomáticas que no abordaremos en esta
sección.
Cada deducción está constituida por una secuencia de líneas
numeradas, en cada una de las cuales está escrita una fórmula.
Las líneas con los números entre paréntesis son las premisas y las
Otras son las consecuencias lógicas de las premisas obtenidas por
la aplicación de las RDN. La última línea debe ser necesariamen­
te la conclusión que se pretende deducir.
En términos descriptivos, una deducción o prueba es una
secuencia finita de líneas que por aplicación de los RDN transfor­

158
ma unas fórmulas denominadas premisas, en otras fórmulas hasta
obtener una deseada, denominada conclusión.
A la derecha de cada línea, por razones pedagógicas, hemos
escrito unas abreviaturas que corresponden al nombre de la regla
que nos ha permitido obtener la respectiva fórmula. También apa­
recen, unos números que corresponden a las líneas anteriores a
las que hemos aplicado las reglas, para obtener la transformación
deseada. A estas inscripciones o anotaciones se les conoce como
justificaciones de las líneas de deducción.
Una presuposición válida y comprensible es que la forma­
lización de algún argumento que no hace falta especificar, ha dado
lugar a la construcción de las premisas y de la conclusión pro­
puesta. El sentido de la prueba es establecer que desde las premisas
se deduce la conclusión, más no que las premisas sean, en efecto,
verdaderas, cuestión que como sabemos, no concierne a las re­
glas de deducción lógica.
A continuación proporcionaremos un ejemplo explicativo del
mecanismo de construcción de una deducción, conocida también
como prueba formal. Nos valdremos nuevamente de un ejemplo
tomado del libro de Irving Copi titulado Symbolic Logic.

1. (1) ( A a B ) -> [ A -» ( D a E ) ]
(2)( A a B ) a C / .*. D v E
3. A a B Simp. (2)
4. A - > ( D a E) MP (1), 3
5. A Simp. 3
6. D a E MP 4, 5
7. D Simp. 6
8. D v E Ad. 7

Este ejercicio está constituido por ocho líneas de demostración


o prueba. Las dos primeras (1) y (2) son premisas y desde la línea 3.
a la número 8. tenemos seis líneas deducidas desde las premisas
aplicando las RDN. Al costado de la línea (2) y después de un seg­
mento diagonal, sucedido por tres puntitos, se encuentra escrita la
conclusión que se pretende obtener o probar. Por tanto, la parte
que está a la derecha de los tres puntitos no es parte de la deduc-

159
ción sino sólo una ayuda para que el aprendiz tenga presente a
dónde quiere llegar con los pasos demostrativos.
Las líneas (1) y (2) no requieren justificación porque la verdad
de las premisas se presupone o postula. La línea 3. ha sido deduci­
da de la linea (2) por la RDN N.° 7, de simplificación, debido a que
( A a B ) a C tiene la forma del esquema de fórmula P y\Q. La línea
4. ha sido obtenida por aplicación de la RDN N.°l (MP) a las líneas
(1) y 3, debido a que ( A a B ) —> [ A —> ( D a E ) ] tiene la forma de
A -> B , de tal manera que ( A a B ) es A. La línea 5. se ha obtenido
por una nueva aplicación de la regla de simplificación a la línea 3.
La línea 6. se ha obtenido por una nueva aplicación de la regla 1.,
MP, a las líneas 4. y 5. La línea 7. se ha obtenido por aplicación, una
vez más, de la regla de simplificación a la línea 6. Finalmente, la
línea 8. se ha obtenido por aplicación de la RDN N.° 9, de Adición,
a la línea 7. De este modo se ha deducido la conclusión propuesta
desde las premisas numeradas con (1) y (2).
Es claro que en cada deducción, cada línea tiene sólo dos
posibilidades: O es una premisa o es consecuencia de una o más
premisas obtenida por algunas de las RDN. Asimismo, es com­
pletamente lícito aplicar la misma regla tantas veces como se juz­
gue necesario. El ejercicio que hemos realizado se denomina de
justificación de las líneas de deducción.

9.7. Las RD N no constituyen un algoritmo


A continuación desarrollamos un ejemplo, también de I. Copi,
muy similar al anterior. Este tiene la peculiaridad de contener 7
letras variables distintas. Esto significa, que si alguien deseara pro­
ba? por el método de las tablas que la conclusión se deduce de
las premisas, tendría que construir una tabla con un margen de
128 arreglos que es el valor de 27. Asimismo, el uso del método
indirecto para decidir si una fórmula es una tautología también
sería laborioso. Por ello, una deducción de 9 líneas resulta un pro­
cedimiento breve y elegante que muestra las virtudes de las RDN.
La limitación de las reglas que estamos presentando es que no
constituyen un algoritmo porque no garantizan que, en un núme­
ro finito de pasos, decidiremos si la conclusión se sigue o no de
las premisas. Podría ocurrir que la decisión debiera ser positiva

160
pero que carezcamos del ingenio suficiente como para construir
la deducción adecuada. Pero podría ser que la decisión debiera
ser negativa y que carezcamos de ingenio para probar que la con­
clusión no se deduce de las premisas. Sólo tenemos garantías ple­
nas en un caso: cuando somos capaces de construir la deducción.
Si es así, sabemos que la conclusión se deduce de las premisas
como en el ejemplo que sigue.

(1)(~Xv ~ Y )-> [A -> (P a ~Q)]


(2)(~Xa ~ R )-> [(P a ~Q)->Z]
(3)(~Xa ~ R ) a ( ~ Z v A) / .*. A - ^ - Z
4. ~ X a ~ R Simp. (3)
5. ( P a ~ Q ) - > Z MP (2), 4
6. - X Simp. 4
7. ~ X v - Y A d.6
8. A - > ( P a ~Q) MP (1), 7
9. A - * Z SH 8 ,5

Es importante puntualizar que los problemas lógicos y mate­


máticos tratables algorítmicamente son los más elementales. En
lógica todos ellos se reducen, en última instancia, a la construcción
de tablas de verdad o a su equivalente. En matemática, sólo son
algoritmizables las funciones que se reducen a sumas. Empero los
problemas relevantes en lógica y matemática plantean la creación
de deducciones, lo que excede en mucho el nivel algorítmico.

9.8. Prueba condicional


Ahora introduciremos un ejemplo que ilustre el manejo de la RDN
20, conocida como regla de la prueba condicional. Teóricamente,
esta regla es muy importante porque expresa con claridad la idea
de consecuencia lógica y es, además, irreductible a las diecinue­
ve anteriores. Destacaremos, inmediatamente, este segundo aspec­
to señalando que de las diecinueve reglas anteriores, diecisiete son
redundantes en el sentido de que son omitibles al costo de hacer
mucho más laboriosas las deducciones. Se trata de reglas que son
derivables con ayuda de las no-omitibles que son el Modus Po­
nens, la definición que figura como RDN 16, la Prueba condicio­

161
nal y la RDN 21, que es la regla de deducción o demostración por
reducción al absurdo. Por tanto, las reglas omitibles cumplen la
función de abreviaciones deductivas, las mismas que tienen un
obvio interés desde el punto de vista pedagógico.
Para comprender de qué manera esta regla da expresión al
concepto de consecuencia lógica, podemos referir el hecho de que
hay deducciones, lógicamente válidas, que sólo son posibles si se
usa la regla de la prueba condicional (PC). Por ejemplo, la fórmu­
la A —> ( A a B ) se deduce desde la fórmula ( A -> B ). Sin embar­
go, la demostración correspondiente sólo se puede realizar, den­
tro del sistema de Gentzen, usando PC. La razón de ello, es que es
la única regla que nos permite incrementar nuevas premisas para
«ayudar» a las que ya disponemos, las mismas que pueden ser
insuficientes. Sin embargo, esas premisas adicionales son una es­
pecie de «muletas» que una vez que nos permiten lograr el objeti­
vo deseado, podemos desecharlas, eventualidad que en el papel
no se puede representar de manera muy intuitiva porque la refe­
rida «muleta» está escrita de la misma manera que las premisas
propiamente dichas. A causa de ello se introduce una simbología
especial prescrita por las reglas que a continuación especificamos.

rcl. La regla PC está indicada en las deducciones en las que la


conclusión a deducir tiene la forma condicional A —> B.
rc2. Debe añadirse a las premisas dadas, como una premisa adi­
cional, la fórmula que sea antecedente de la conclusión busca-
da,y escribirse a su derecha Pr. ai., que es la abreviatura de
Premisa adicional.
rc3. Üsando las premisas dadas y la premisa adicional, aplicando
fes RDN, deben hacerse las transformaciones que permitan de­
ducir la fórmula que figure como consecuente de la conclusión,
lo cual se alcanza en el paso n de la deducción, al que lo llama­
remos línea Ln.
rc4. En la línea siguiente, en Ln + 1 , constrúyase una fórmula con­
dicional que tenga como antecedente a la premisa adicional y
como consecuente a la fórmula obtenida en la línea Ln. Escríba­
se a la derecha de la línea Ln + 1 , como justificación, la abrevia­
tura PC, con el número correspondiente a la línea de la premisa
adicional y el número correspondiente a Ln.

162
rc5. Después de aplicada la regla anterior, trácese una flecha en L de
tal manera que nazca al costado izquierdo del número de la línea
de la premisa adicional y termine como si subrayara la fórmula de
Ln. El sentido de esta flecha es precisar que la fórmula de Ln + 1 ,
que es la conclusión buscada, no depende de la premisa adicional
sino solamente de las inicialmente dadas. Es el paso que marca el
abandono de las «muletas» y es de uso muy importante cuando se
aborda deducciones no muy elementales, las que escapan al alcan­
ce de este manual. Sin embargo, sería un error omitir esta regla.

Nuestro ejemplo estará constituido por las fórmulas que ci­


tamos antes, por ser particularmente ilustrativas.

(1) A - > B / A —> (A a B )


2. A Pr. ad. Por rc2
3. B MP en (1) y 2 . Según rc3
4. A a B Conj. en 2 y 3 .Según rc3
------------------------ >
5. A ^ ( A a B) PC en 2, - 4 según rc4

Un ejemplo adicional lo proporciona el siguiente ejemplo,


tomado con algunas adaptaciones, del libro de Suppes titulado
Introducción a la lógica matemática.

(1) S a ( ~ P v M)
(2) M - > ( Q v R ) / :. P -> (~ Q -> R)
3. P Pr. ad.
4. ~ P v M Simp. en (1)
5. — P DN en 3
6. M SD en 4, 5
7. Q v R MP en 2, 6
8. — Q v R DN en 7
9. ~ Q ^ R ^ RDN 16 en 8
10. P - > ( ~ Q - > R ) PC en 3, 9

9.9. Demostración por reducción al absurdo

La regla RDN 21 (RAA) es conocida desde la antigüedad en ma­


temática y la usó Euclides en su famosa obra Elementos. Consiste
en postular o suponer que la conclusión no se deduce de las pre-
misas, para luego rechazar esta postulación debido a que condu­
ce a una contradicción de la forma A a ^ A.
La aplicación de la deducción por reducción al absurdo es un
caso particular de la deducción por PC. La variante radica en que
se añade como premisa adicional la negación de la conclusión
buscada. Luego, a partir de las premisas dadas y de la adicional,
se deduce una fórmula contradictoria, se aplica PC y se niega (re­
chaza) la premisa adicional aplicando RDN 21. Finalmente por
RD N 14, doble negación, se demuestra que la negación de la pre­
misa adicional es la conclusión buscada. En breve, la hipótesis
básica de esta estrategia demostrativa es que toda postulación
que conduce a contradicción es absurda y, por tanto, debe ser
rechazada.
Un ejemplo dará operatividad a esta explicación.

( 1 ) A - > ( B a C)
(2) ( B v D ) -> E
(3) D v A /.-. E
4. ~E Pr. Ad.
5. ~( B v D ) MT en (2), 4
6. ~B a ~ D DM en 5
7. ~D Simp. en 6
8. A SD en (3), 7
9. B a C MP en (1), 8
10. B Simp. en 9
11. ~B Simp. en 6
12. B a ~B Conj. en 10, 11
13,. ~ E —» ( B a ~ B ) PC en 4, - 12
14. — E RAAen 13
1'5. E DN en 14
Los textos frecuentemente dan por concluida la deducción
en la línea 12, cuando se deduce la contradicción. Eso es una abre­
viación. La idea completa es como se muestra en la deducción
¿nterior.

164
X
SIMPLIFICACIÓN DEL LENGUAJE
PROPOSICION AL PM

Objetivos:

• Identificar el lenguaje Nicod como un lenguaje capaz de expre­


sar de manera completa la lógica proposicional standard me­
diante el uso de un solo operador.
• Conocer y manejar las reglas del algoritmo de Post, para la tra­
ducción de una fórmula cualquiera en el lenguaje PM.
• Comprender la importancia del lenguaje de Nicod en la tecno­
logía del diseño de los circuitos que constituyen la arquitectura
del computador electrónico.
CUESTIONARIO 10
Simplificación del lenguaje proposicional PM

Instrucciones

I. Responder a las siguientes preguntas:

1. ¿Hasta cuántas conectivas de dos argumentos puede definirse?


2. ¿Puede seleccionarse sólo dos conectivas para construir un len­
guaje proposicional adecuado?
3. ¿Es posible enumerar las funciones de verdad diádicas que no
tienen uso en el lenguaje PM?, ¿cuáles son?
4. ¿Existe alguna función de verdad diádica equivalente a la ne­
gación de la variable p y otra equivalente a la negación de la
variable q l
5. Entre las funciones de verdad de dos argumentos ¿cuántas son
funciones de valor constante?
6. Si a la negación de una función de verdad f la denominamos
función inversa de f , ¿es verdad que cada función de verdad de
dos argumentos tiene su función inversa?
7. Si consideramos funciones de verdad de tres argumentos o va­
riables proposicionales y las denominamos funciones triádicas
¿cuántas funciones de verdad triádicas puede definirse?
8. ¿Cómo se prueba que toda fórmula de PM es traducible al siste­
ma de Nicod?
9. ¿Es el lenguaje lógico más simple, a la vez, el de manejo más
sencillo?

[167]
10. ¿Por qué puede afirmarse que el sistema de Nicod expresa el
ideal de la Navaja de Occam?
11. ¿Podría el lenguaje construido por Nicod reemplazar al de PM?
12. ¿Es verdad que una fórmula del lenguaje PM admite una única
traducción en el lenguaje de Nicod?

II.Traducir al lenguaje de Nicod las siguientes fórmulas (en este


ejercicio usaremos letras mayúsculas):

1. ~ ( ~ ( A a B ) a ~ ( D a E ) )
2. ( ~ A a ~ B ) v ( ~ B a C )
3. ~ ( A v B ) v ~ ( C v D )
4. ~ ( ~ ( ~ ( C a D ) a ~ E ) a ~ ( ~ A a B ) )
5. ( A a B ) v ( C a D )
6. ~ ( ( ~ A v ~ B ) a ( ~ C v ~ D ) )
7. ~ ( ( A - > B ) a ( B - > A ) )
8. ~ (( A v B) a ( A B ))
9 . ~ ( ~ ( A « B ) a ( C v D))
10. (( A —► B ) a A ) —► B
11. ( A v B ) -> ( B v A)
12. A -> ( B v A )

168
LECCIÓN 10
Simplificación del lenguaje proposicional PM

10.1. Las 16 funciones de verdad posibles

Es importante señalar que las conectivas que utiliza el lenguaje


PM son las que parecen más adecuadas para la formalización del
lenguaje científico y del lenguaje natural. Sin embargo, ellas son
sólo una parte del conjunto de las funciones de verdad de dos
argumentos. Anteriormente, hemos definido cada conectiva diá-
dica como una función f : W2 -> W, donde W = { V, F }, lo que
equivale a afirmar que las matrices de la conjunción, disyunción,
etc., son elementos de un conjunto de 16 funciones de verdad diá-
dicas posibles, como lo demostraremos a través de la siguiente
tabla.

p q f f f f f5 f f f f f1 f 2 f3 f4 f5 f6

V V V V V V V V V V F F F F F F F F
V F V V V V F F F F V V V V F F F F
F V V V F F V V F F V V F F V V F F
F F V F V F V F V F V F V F V F V F

La tabla anterior muestra que su margen, que está constitui­


do por los cuatro pares ordenados del producto cartesiano W x
W (W 2), puede ser asociado con 16 matrices posibles. Es visible
que la función f2 corresponde a la disyunción inclusiva, f5 al con­
dicional, f 7 al bicondicional, f8 a la conjunción y flO a la disyun­
ción exclusiva. Las otras once matrices no tienen normalmente
uso en PM, sin embargo, algunas de ellas podrían ser especial­

[169]
mente útiles, lo que de hecho ocurre con f9 y f l5 que se conocen
como operadores de Sheffer. El primero se denomina operador
de incompatibilidad y el segundo de negación conjunta. Aunque
ambos se traducen de manera poco común al lenguaje ordinario,
son especialmente productivos en los usos teóricos y tecnológicos
de la lógica proposicional. En esta sección dedicaremos especial
atención al operador de incompatibilidad, el mismo que sirvió a
Nicod para crear un sistema lógico particularmente interesante
por sus aplicaciones a la tecnología.
Para representar la función f9 como conectiva usaremos el
signo"/', conocido también como barra de Nicod. Su tabla de ver­
dad es:

p q p/q
v v V
V V V
F V V
F F F

Una inspección mostrará que la matriz de una fórmula de


incompatibilidad es equivalente a la de ~ ( p a q ). Esto nos
permitirá definirla explícitamente en los términos siguientes:
/ _ \
Definición 17. Unafórm ula de incompatibilidad p / q e s fa lsa s i , y sólo si, sus dos
variables proposicionales p, q son verdaderas. En cualquier otro caso el valor de
su matriz será verdadero.

10.2. Lenguaje de Nicod

Se conoce como lenguaje de Nicod a un lenguaje capaz de expre­


sar de manera completa la lógica proposicional standard a tra­
vés del uso exclusivo del operador , denominado barra de Ni­
cod, y de signos de agrupación ordinarios como paréntesis, cor­
chetes, etc.
En términos operacionales la fórmula 'p/ q' se define como la
negación de la conjunción ordinaria, lo que claramente establece
la validez de la equivalencia '( p / ^ ) o ~ ( p a ^ Desde el
punto de vista operacional, la traducción de las fórmulas de la
lógica proposicional, escritas usualmente en el lenguaje de Prin­

170
cipia Mathematica (PM), al lenguaje de Nicod se facilita mucho
cuando se utiliza como intermediario al lenguaje de Post, el mis­
mo que se limita a usar exclusivamente los operadores de ' a ' y de
más los usuales signos de agrupación.
Las traducciones ordinarias del lenguaje de PM al lenguaje
de Post son las que a continuación escribimos:

D I. (pvq) = Df~(~pA~q)
D2. (p q ) = Df ~ ( p a ~ q )
D3. ( p< - » q) = D f ~ ( p A ~ q ) A ~ ( ~ p A q )
D4. (p*q) = Df~(pAq)A~(~pA~q)

Las traducciones anteriores son operacionalmente equivalen­


cias en el sentido de que la tabla de verdad que corresponde a la
fórmula de la izquierda tiene la misma matriz final que la tabla
de verdad de la fórmula que se encuentra a la derecha de la defi­
nición. A la fórmula de la izquierda se le conoce como D efi-
niendum, y a la de la derecha como Definiens. Esto significa que
las cuatro definiciones anteriores pueden ser entendidas como una
máquina muy simple que tiene la propiedad que consiste en que
cada vez que introducimos en ella un Definiendum, en el len­
guaje de PM, emite com o salida u n D e fin ie n s en el lenguaje
de Post. La ú nica excepción a las definiciones anteriores está
dada por las fórm ulas que son tautologías. Sin em bargo,
ello se subsana con sencillez cuando la traducción al len­
guaje de P ost no se realiza intuitivam ente, sino se la regula
a través de u n conjunto de reglas de operación de eficacia
inevitable que se denom ina algoritm o.

10.3. Algoritmo de Traducción de Post

Consideremos que toda fórmula de la lógica proposicional se es­


cribe utilizando las letras p, q, r,..., etc. como variables proposi­
cionales distintas. Sin embargo, también se pueden escribir tan­
tas variables proposicionales distintas como se desee, utilizando
sólo una letra a la cual se le añade cada vez que es necesario un
subíndice distinto. Así, por ejemplo, asumimos que P , P2,..., Pn
son n variables proposicionales distintas. Evidentemente, en cada

171
caso concreto el valor específico de n dependerá del número de
variables distintas que necesitamos.
Asimismo, tomando como referencia la tabla de verdad de
una fórmula de PM cualquiera, estableceremos que con la expre­
sión Ai podemos referirnos a cualquiera de los 2n arreglos de
valores verdadero-falso que existen en el margen de la Tabla y
con la expresión Fi a cualquiera de los valores falsos que apare­
cen en la matriz final de dicha tabla. Consecuentemente, diremos
que un valor falso Fi corresponde al arreglo Ai. En el caso de una
tabla de verdad para una fórmula que tiene sólo las variables
proposicionales P l, P2, P3, es claro que el valor de n es igual a 3 y
el número de arreglos verdadero-falso es 8. Si la matriz de dicha
fórmula fuera falsa en el primer y en el último arreglo, entonces
Fi se transformaría en F l en el primer caso y en F8 en el segundo
caso. A F l le correspondería el arreglo V W y a F8 le correspon­
dería el arreglo FFF.
Asumiendo las convenciones anteriores, las reglas del algo­
ritmo de Post, para traducir una fórmula W, dada en el lenguaje
de PM, a otra WO en el lenguaje de Post, debe procederse de la
siguiente manera:
RP1. Se identifica las n letras variables proposicionales que
aparecen en W y se procede a construir su tabla de verdad para
sus 2n arreglos de valores verdadero-falso. Existen sólo dos posi­
bilidades relevantes para W según las características de su matriz
final. O la fórmula es una tautología porque posee sólo valores
verdaderos para sus 2n arreglos, o no es una tautología y tiene un
número n de valores falsos tal que n es siempre mayor que cero.
^RP2. Si W no es una tautología, se procede a construir un
número n de espacios entre paréntesis; se antepone a cada uno de
dichos espacios el signo de negación y entre cada par de espacios
entre paréntesis se escribe el signo de conjunción. De esta mane­
ra, cada uno de los espacios entre paréntesis corresponde a cada
uno de los valores Fi y a cada uno de los arreglos Ai en los que W
resulta falsa en la tabla de verdad. Por ejemplo, si una fórmula
tiene en su matriz principal 3 valores falsos ( n = 3) se escribirán
tres espacios entre paréntesis así

( .......................... ) A ~ ( .................................) a ~ ( .............................)

172
RP3. Escribir dentro de cada espacio entre paréntesis corres­
pondiente a cada Fl las variables proposicionales P l, P2,..., Pn de
tal manera que si en el respectivo arreglo Ai una letra Pi (1 < Pi< n ),
tiene asignado el valor verdadero, entonces se la escribe afirmada
y si tiene asignado el valor falso, se la escribe negada. Entre cada
par de letras cualquiera, escríbase el signo de conjunción.
RP4. Si W es tautología, entonces escríbase sólo un espacio
entre paréntesis, antepóngasele el signo de negación, escríbase
dentro de él las P l, P2,...,Pn letras variables proposicionales y
añádase a ellas ~Pn. Entre cualquier par de letras escríbase el
operador de conjunción.
Las reglas anteriores dan lugar a que toda fórmula de la
lógica proposicional en el lenguaje de Post tenga la forma de ~
( . . . a . . . a . . . a ...) o de conjunciones cuyos componentes re­
producen el esquema anterior. Cuando una fórmula reúne es­
tos requisitos se afirma que constituye una Forma Normal de
Post y por ello a las cuatro reglas anteriores se les llama algo­
ritmo de normalización de Post. Como ejercicio elemental de
aplicación, el lector puede aplicar el algoritmo de Post a las
fórmulas de las definiciones D I, D2, D3 y D4. Haciendo la ta­
bla de verdad de cada D efiniendum , obtendrá el D efiniens,
mecánicamente, por el algoritmo de Post.

10.4. Traducción algorítmica al lenguaje de Nicod

Ahora, volviendo a nuestro objetivo inicial, ocurre que debido a


que el operador de Nicod, llamado también de incompatibilidad,
se define mediante la negación de la conjunción y a que la forma
normal de Post consiste de una o más conjunciones negadas, en­
tonces resulta sencillo establecer un algoritmo para traducir fór­
mulas que contienen a lo más dos variables proposicionales dis­
tintas, y que están escritas en el lenguaje de Post, a fórmulas en
el lenguaje de Nicod. Las reglas son:

rl. Toda fórmula de la forma ~ ( p A q ) se traduce por la fórmu­


la de la forma p / q .
r2. Toda fórmula de la forma ~p se traduce por p /p .
r3. Toda fórmula de la forma p A q se traduce por ( p / q ) / ( p /q ) .

173
Es importante advertir que cuando hablamos de «una fór­
mula de la forma...» es necesario tomar esta expresión con mucho
cuidado. Por ejemplo, una fórmula de la forma ~ A puede ser ~q
o también una que anteponga la negación a un paréntesis, tal como
~ ( V A *7 )• Lo que define la forma en este caso es que la fórmula
en cuestión tenga como operador de más alta jerarquía al de ne­
gación. Análogamente, una fórmula de la forma A a B es cual­
quier fórmula que tiene el operador de conjunción como el de
más alta jerarquía. Esto significa que las formas específicas del
componente p y del componente q quedan sin determinación al­
guna. Puede ocurrir que a su vez tanto p como q sean de la forma
del esquema ~ ( .... ), aunque esto último no tiene que ser necesa­
riamente así.
En el caso de fórmulas en el lenguaje de Post, que tienen más
de dos variables proposicionales, es suficiente dar una regla adi­
cional que se aplica igualmente a las expresiones que están den­
tro de los paréntesis como a la jerarquización de las conjunciones
externas a los paréntesis.
r4. Si se tiene una conjunción de la forma P1 a P2 a ... Pn deberán
usarse paréntesis, tantos como sean necesarios para que la fórmu­
la adquiera la forma A a B. Realizado este proceso se aplica r3.
Consecuentemente, mediante la aplicación mecánica y mo­
nótona de las reglas RP1, RP2, RP3, RP4 y r l, r2, r3, r4 podemos
transformar toda fórmula de la lógica proposicional del lenguaje
PM, lenguaje standard, en una fórmula en el lenguaje de Nicod.
A continuación desarrollaremos un ejemplo completo.
Sea W una fórmula dada en el lenguaje de PM, tal que W es:

( ( p - > q ) A ( q - > r ) ) -» ( r - > p )

Para construir su correspondiente fórmula WO, conocida como


forma normal de Post, aplicamos RP1 construyendo su tradicio­
nal tabla de verdad.

174
pqr ((p->q)A(q->r))->(r->p)
l.V VV V V V V V
2.V VF V F F V V
3.V FV F F V V V
4.V F F F F V V V
5.F VV V V V F F
6.F VF V F F V V
7.F FV V V V F F
8.F F F V V V V V
(1) (3) (2) (5) (4)

En este caso W no es tautología y el número n de valores


falsos en su matriz principal es 2. En la quinta línea y en la sépti­
ma, esto es lo que denotamos como F5 y F7 que corresponden al
arreglo A5 que es F V V y al arreglo A7 que es F F V, respec­
tivamente. De esta manera construimos W aplicando RP2 y RP3,
lo que da como resultado la conjunción de los dos siguientes pa­
réntesis negados, uno por cada Fi.

W°: ~ ( ~ p a q A r) a ~ ( ~ p A ~ q A r)

A esta fórmula, que hemos denominado WO, le aplicaremos


las reglas r l, r2, r3, r4 para obtener una nueva fórmula W00 que
será la traducción de WO, luego por transitividad W00 será tra­
ducción de W.
Por razones de comodidad transformaremos primero el pri­
mer componente de la conjunción, el mismo que por tener más de
dos variables proposicionales, aplicando r4, lo reescribiremos así:

~ ( ( ~ p a q) a r)

aplicando r l tendremos:

(~PAq)/r

175
lo que aplicando r2 resulta en (( p / p ) a q ) / r, donde el compo­
nente '({p / p ) A q ) ' es de la forma A a B. Debido a ello aplican­
do r3 obtenemos:

'(((p/p)/q)/((p/p)/q))/r',

que denominaremos abreviadamente D. Aplicando el mismo pro­


cedimiento al segundo componente conjuntivo de W° obtenemos:

' ( ( ( p / p ) / ( q / q ) ) / ( ( p / p ) / ( q / q ) ))/*',

que denominaremos abreviadamente E.


De lo anterior se deduce que la fórmula W ha quedado trans­
formada por ahora en el esquema que abreviadamente se escribe
D a E. Pero como este esquema mantiene todavía el signo de ma­
yor jerarquía de W°, que es el operador externo de conjunción, en­
tonces debemos aplicarle r3 y así obtenemos el esquema:

W "(D/E)/(D/E)

que es el esquema de la nueva fórmula en el lenguaje de Nicod, a


la que hemos llamado W . Ella se escribe explícitamente, reem­
plazando D y E por las fórmulas que representan, de la siguiente
manera:

(((p/p)/q)/((p/p)/q))/r./.(((p/p)/(q/q))/((p/p)/
(q / q ) ) )/*:/: ( ( ( p /p ) /q ) /( ( p /p ) /q ) ) /r ./.( ( ( p /p )
/ ( q / q ))/
(fp/p)/(q/q)))/r

Dada la longitud de la expresión, para no abundar en parénte­


sis, que dificultan la lectura, hemos recurrido a un método de Russell
para establecer la jerarquía de los operadores usando puntos, con
la variante de que Russell tiende a prescindir de los paréntesis, lo
que nosotros no hacemos, pues hemos optado por una alternativa
mixta. La regla de jerarquía prescribe que entre cualquier par de
operadores (en este caso barras de Nicod), igualmente externos a
los paréntesis, tiene mayor jerarquía el operador que posee en sus

176
flancos el mayor número de puntos. En nuestro ejemplo, la barra
punteada :/: es el operador de mayor jerarquía y divide la expre­
sión en dos compo-nentes iguales. A su vez cada componente está
subdividido de manera semejante en dos segmentos por la barra
punteada /. que obviamente tiene mayor jerarquía que una barra
sin puntos. Como se comprenderá, el esquema ( D / E ) / ( D / E )
tiene en esta exposición una función pedagógica y no lógica. Su
escritura es omitible si se tiene práctica en el manejo de fórmulas
de longitud mayor que la de una línea.

10.5. El Ideal de Simplicidad

Es importante advertir que si bien el procedimiento algorítmico


que hemos propuesto nos conduce necesariamente desde una fór­
mula W de PM a otra W00 en el lenguaje de Nicod, sin embargo,
una misma fórmula de PM tiene traducciones alternativas en el
lenguaje de Nicod, igualmente válidas pero con algunas propie­
dades distintas, como la de simplicidad. Por ejemplo si a 'p <-» cf
de D3 le aplicamos las reglas anteriores, obtendremos:

'((p/(q/q))/((p/p)/q))/((p/(q/q))/((p/p)/q))'

Pero si a 'p<-> q* se le aplica la conocida equivalencia'(p a q )


v (~ P A ~ Y y se le transforma por la regla de De Morgan, se
llega a una fórmula muy parecida a la forma normal de Post que
permite obtener directamente: '(p / q ) / ( ( p / p ) / ( q / q ) ) ' .
Esta fórmula es una traducción igualmente válida que la anterior
pero más breve y, por tanto, de más fácil manejo. Sin embargo, el
argumento de la brevedad es importante pero no decisivo. Ocu­
rre que hay fórmulas que tienen mayor productividad deductiva
que sus equivalentes más breves. Consecuentemente, cuando se
trata, por ejemplo, de elegir axiomas, lo más importante es la pro­
ductividad deductiva de las fórmulas que se eligen y en segundo
lugar la brevedad.
De otra parte, la simplicidad no siempre se entiende en tér­
minos de brevedad. Por ejemplo, la construcción de lenguajes
como el de Nicod está animada por un ideal de simplicidad más
que de brevedad. En efecto, se considera que un lenguaje lógico

177
es más simple que otro cuando usa un número menor de opera­
dores. En este sentido el lenguaje de Post es más simple que el de
PM, pues las presentaciones ordinarias de PM contienen 6 opera­
dores, mientras que el de Post, como hemos visto, sólo 2. El len­
guaje de Nicod va aún más lejos porque utiliza un solo operador
para expresar cualquier fórmula de la lógica proposicional. Este
operador fue también conocido por Sheffer pero fue Nicod el que
construyó una axiomatización completa de la lógica proposicional
que podemos considerar la más simple posible porque utiliza un
solo operador. Sin embargo no es la más breve u operativa para
los seres humanos porque las fórmulas resultan bastante largas.
Existe otro lenguaje igualmente simple que el de Nicod construi­
do mediante la «daga» de Sheffer, la misma que se escribe así: '4/.
Empero, las fórmulas obtenidas por este medio no han sido igual­
mente interesantes para las aplicaciones de la lógica, especialmente
al diseño de circuito para computadoras.

10.6. La Navaja de Occam

El ideal de simplicidad o de economía es de vieja data en el pen­


samiento occidental desde que Guillermo de Occam formulara el
famoso enunciado Entia non sunt m ultiplicanda p raeter necesi~
tatem (No multiplicar innecesariamente las entidades) conocido
como la Navaja de Occam. En este caso tomaría la forma «No
multiplicar innecesariamente los operadores lógicos».
Pero Nicod no sólo se propuso construir un sistema lógico
con el mínimo posible de operadores sino con el mínimo posible
de axiomas. En su tiempo el sistema PM tenía cinco axiomas para
laf lógica proposicional; la simplificación de Hilbert-Ackerman
redujo los axiomas a cuatro; Lukasiewicz propuso una axioma-
tización con sólo tres axiomas, pero todo ello fue excesivo en rela­
ción con el ideal de Nicod de no multiplicar innecesariamente los
axiomas. De este modo propuso, utilizando el lenguaje más sim­
ple posible, la axiomatización de la lógica proposicional con el
mínimo número de axiomas, esto es, uno. Asimismo, utilizó una
única regla de deducción diferente del tradicional Modus Ponens
utilizado en PM y sistemas afines. El axioma de Nicod para la
lógica proposicional es el siguiente:

178
( P/ ( Q/ R)) / ( ( T/ ( T/T )) / ( ( S / Q) / ( ( P/S ) / ( P/S ) ) ) )
La regla de deducción es:

«Desde P y P / ( R / Q ) se deduce Q»

Advertimos que hemos utilizado letras mayúsculas porque el


anterior, aunque puede ser entendido como axioma, es propiamente
un esquema axiomático, concepto que no se utilizó en PM, sistema
que requirió una regla adicional de sustitución de variables
proposicionales que es innecesaria cuando se usa el concepto de
esquema axiomático. Los axiomas tradicionales, tipo PM, son res­
pecto a los esquemas axiomáticos ejemplos concretos, dados en el
lenguaje de PM, de una estructura general o de un conjunto de
estructuras generales que no pertenecen a PM sino al metalenguaje
de PM. Con este mismo criterio quedó establecido que las reglas de
deducción no pertenecen al sistema axiomático sino a su metalen-
guaje. De este modo, los sistemas axiomáticos lógicos contemporá­
neos se diferencian de la versión original de PM en que demues­
tran, más propiamente, metateoremas en lugar de teoremas.
La potencia deductiva del sistema de Nicod (SN) se aprecia
si se considera que dentro de él son deducibles como teoremas los
axiomas del sistema Hilbert-Ackerman (HA) y, por ende, los de
PM. Esto ha llevado a una mejor comprensión del concepto tradi­
cional de axioma que ha sido definido por su autoevidencia y su
carácter absoluto. Lo errada que era la concepción tradicional se
comprueba con el hecho de que el axioma de Nicod, por ejemplo,
no es evidente, pues la alta redundancia del operador' / ' obliga a
un análisis para establecer su validez. Asimismo, el hecho de que
los axiomas de HA y PM aparezcan en SN como fórmulas deriva­
das o teoremas, permite comprender claramente que el concepto
de axioma es sostenible solamente si se lo define en relación a una
teoría. Consecuentemente, no se puede hablar rigurosamente de
axioma 'A' en general sino del axioma 'A' de la teoría axiomática
T. Pues es perfectamente posible que en otra teoría, por ejemplo
T , 'A' sea teorema y no axioma.

179
10.7. Traducción del sistema Hilbert-Ackerman

Los esquemas axiomáticos de HA son:

e l. ~ ( P v P ) v P
e2. P v ~ ( P v Q )
e3.-(PvQ)v(QvP)
e4. ~ ( ~ P v Q ) v ( ~ ( R v P ) v ( R v Q ) )

La traducción de estos axiomas requiere de una regla de tra­


ducción de fórmulas de la forma A v B al lenguaje de Nicod. Si se
toma la forma normal de Post, el procedimiento antes expuesto
conduce a la forma ( A /A ) / ( B/B ) en el lenguaje de Nicod. Esto
conduce a un proceso altamente redundante que para el esquema
el., da lugar a:

( e l* ) ( ( ( ( P / P ) ) / ( ( P / P ) / ( P / P ) ) ) / ( ( ( P / P ) / ( P / P ) ) / ( (
p/p ) / ( p/p ))))/( p/p )

La fórmula anterior es más simple que e l. en el sentido de


que está expresada a través de un sólo operador, pero es menos
breve y menos intuitiva. Es más simple en el sentido de más ho­
mogénea, pero por este mismo hecho es altamente reiterativa y
monótona. A los seres humanos las operaciones monótonamente
repetidás nos agotan rápidamente y llevan a errores mecánicos,
ya sea por fallas en la coordinación visomotriz o por cansancio de
nuestros órganos sensoriales. Sin embargo, las máquinas no es­
tán igualmente expuestas a estas debilidades. Por ello el esquema
E puede ser fácilmente leído por una computadora que está capa­
citada para repetir la misma operación millones de veces por se­
gundo o por fracciones de segundo. Bajo tales condiciones la fór­
mula anterior resulta breve y operativa. Lo difícil para la compu­
tadora es variar sus rutinas. Cuanto menos variaciones hay en la
rutina, el proceso es más rápido. Esto explica por qué el lenguaje
de Nicod es más interesante que el de PM y sistemas afines cuan­
do se trata de diseñar un computador. Permite reducir los dife­
rentes operadores de la lógica proposicional standard a una sola
rutina. Así resulta irrelevante que para demostrar e l en SN se

180
requieran dieciséis largos teoremas previos, pues procesados a la
velocidad, de un computador los mñes de pasos previos se cum­
plen en lapsos brevísimos.

10.8. Lenguaje de Nicod y Tecnología

Y lo anterior es posible porque el lenguaje de Nicod ha facilitado


el diseño de los circuitos internos del computador que se han con­
vertido en millones de artificios llamados compuertas (en inglés
Gates), que realizan eléctricamente el comportamiento de la fór­
mula 'p/ q'. La compuerta conocida como NAND (abreviación de
NO-AND), repetida tantas veces como se desee, permite cumplir
el trabajo de cualquier fórmula de la lógica proposicional. Si a ello
se añade el hecho de que los tradicionales valores verdadero-fal-
so pueden traducirse sin dificultad a los dígitos 0,1, entonces las
combinaciones de valores verdadero-falso de las tablas de verdad
se convierten en números escritos en el sistema binario y las ope­
raciones lógicas, adecuadamente combinadas, se convierten en
operaciones aritméticas. Con un par de compuertas NAND se
puede construir, por ejemplo, un artificio conocido como flip-flop
(FF) el mismo que puede ser utilizado para construir unidades
de memoria y para cumplir procesos de corrección mediante sus
feed-backs.

NAND

D NAND

FLIP-FLOP
Las fórmulas que gobiernan este flip-flop son:

D = A/B; B = C/D; D=A/(<7D); B = C/(A/B)

Además de ellas, para comprender su funcionamiento, es


necesario considerar el sentido de la secuencia temporal y tener

181
información sobre el estado anterior. A simple vista se advierte
que este flip-flop permite el almacenamiento de la salida A /B en
la segunda compuerta y el retorno de la información que trans­
porta la salida C /D a la primera compuerta, lo cual puede permi­
tir recuperar información o corregir. En este simple ejemplo esta­
mos operando con números binarios que no exceden los tres
dígitos, pero en la medida que podemos prolongar el flip-flop a
voluntad, añadiendo nuevas compuertas NAND, entonces pode­
mos operar con cifras de magnitud considerable.
De este modo hemos podido tener una visión suficiente de la
importancia teórica y tecnológica del lenguaje de Nicod. Si no se
le visualiza desde esta perspectiva, parecería el fruto de una pa­
sión inútil por la simplicidad. Ello, afortunadamente, no es así,
pues SN posee potencia deductiva y productividad tecnológica,
a pesar de que la idea tiene algo más de setenta años. Ciertamente
es muy anterior a la construcción del primer computador electró­
nico con circuitos lógicos, tarea que cumplió Shannon. Sin embar­
go, Shannon utilizó los clásicos circuitos en línea-paralelo que
constituyen una etapa previa al uso de las computadoras. Cuan­
do esto ocurrió, el monótono y redundante lenguaje de Nicod re­
sultó el más adecuado a las características rutinarias del compu­
tador, para el cual la longitud de los algoritmos carece de rele­
vancia. El problema de fondo se presenta cuando estamos ante
un problema lógico, matemático o real, el cual no es reducible a
una rutina conocida. En ese caso el computador tiene poco que
hacer. Pero la situación es más radical cuando estamos ante con­
juntos de fórmulas que se demuestra que no es posible someter­
las a rutina alguna. Esto es, que no admiten solución en términos
dereiteradas operaciones monótonas. En este caso se dice que tal
conjunto de fórmulas no admiten solución algorítmica y, conse­
cuentemente, el computador allí no tiene lugar alguno. Un ejem­
plo de conjunto de fórmulas de este tipo lo proporciona la aritmé­
tica de Peano formalizada axiomáticamente en el lenguaje de PM
y otro una teoría lógica de primer orden con predicados n-arios.

182
XI
BASES LÓGICAS
DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Objetivos:

• Entender la manera como el lenguaje P.M. puede aplicarse al


diseño de circuitos que constituyen la arquitectura de los compu­
tadores electrónicos (hardware).
• Aplicar el lenguaje P.M. a la. construcción de circuitos en serie
y en paralelo.
• Aplicar el lenguaje P.M. a la construcción de circuitos a com­
puertas.
• Entender los mecanismos que permiten convertir a una tabla
de verdad en una tabla aritmética.
• Entender los mecanismos que dan lugar a que un computador
ejecute operaciones aritméticas y simule la conducta inteligente.
CUESTIONARIO 11
Bases lógicas de la inteligencia artificial

Instrucciones

I. Responda a las siguientes preguntas.


1. ¿Cómo se define un sistema experto?
2. ¿Qué diferencia puede establecerse entre un sistema experto y
un robot?
3. ¿De qué trata la teoría de autómata?
4. ¿Qué diferencia existe entre cuestiones de software y cuestiones
de hardware ?
5. ¿Cuál es el mecanismo mediante el cual las tablas de verdad
permiten realizar operaciones aritméticas?
6. ¿En qué consistió el aporte de Shannon al diseño de
computadoras?
7. ¿En qué consistió el aporte de Hao Wang?
8. ¿Es posible construir un circuito a compuertas para cualquier
fórmula del lenguaje PM?
9. ¿Existe para todo circuito en línea y paralelo un correspondien­
te circuito a compuertas?
10. ¿Cuál es el tipo de compuerta más compatible con la Forma
normal de Post?
11. ¿Qué diferencia existe entre autómata físico y autómata ideal?
12. ¿En qué consiste el problema del halting1
13. ¿Puede describirse una tarea que está fuera del alcance de cual­
quier computador?
14. ¿Qué es una máquina de Turing?

[185]
15. ¿Se ha elaborado la teoría de autómata examinando computa­
dores reales o físicos?
16. ¿Cuántos dígitos binarios se necesitan para escribir 64 y 127?

II. Construir circuitos para:


1. ( p A q ) v ( p v q )
2. ( p v ( q A r ) ) A ( r v s ) )
3. ( p a q ) v ( ~ q a r ) v ( ~ P a ~ s )
4 . ( p A q A r ) v ( p A q A - r ) v ( ~ P A~ q )
5. ¿Cuál es ía fórmula del circuito siguiente?

III. Construir un diagrama de circuito a compuertas para cada una


de las fórmulas del ejercicio II y convertir el plano de circuito
de II.5. también a un circuito a compuertas.

IV. ¿Cuál es la fórmula que corresponde al siguiente circuito a com­


puertas?

186
LECCIÓN 11
Bases lógicas de la inteligencia artificial

11.1. Sistemas expertos y robots

A partir de 1960 se ha desarrollado intensamente una nueva dis­


ciplina conocida con el nombre de Inteligencia artificial, a la mis­
ma que usualmente se hace referencia con la abreviación IA. Den­
tro de este campo de investigación se emplea como herramienta
principal de trabajo el computador digital.
La idea central de la IA es la construcción de programas que
ordenen a un computador adecuado que simule lo que normal­
mente se reconoce como una conducta inteligente. Por tanto, los
investigadores en IA, propiamente, no se proponen la construc­
ción de artefactos inteligentes sino de simuladores de la con­
ducta inteligente. Se considera iniciadores de esta disciplina a J.
McCarthy, M. Minsky, Papert,R. Schank, T. Winograd y D. Marr,
entre otros
Dentro de este contexto se considera, que la conducta de un
médico auscultando a un paciente para hacer un diagnóstico, la
de un cajero de un banco atendiendo a un cliente en la ventanilla
o la de un abogado resolviendo el curso más adecuado que debe
darse a un expediente judicial, son ejemplos de las conductas de
un experto en un determinado campo. Uno de los temas ya clási­
cos en IA es elaborar programas que ordenen a una computadora
que simule la conducta de un cierto experto. A los programas de
esta clase se los denomina Sistemas expertos.

[187]
En otros casos no se trata de simular conductas sino, por
ejemplo, el funcionamiento del cerebro. Estas investigaciones
comenzaron con los esfuerzos de McCullochy Pitts que justamente
utlizaron el lenguaje proposicional de PM para construir un mo­
delo que simule el funcionamiento de las neuronas. Con objetivos
semejantes F. Rosenblatt creó una máquina llamada Perceptron
que se proponía la simulación de la función retiniana en el acto
de la visión. Esta línea de investigación no se propone solamente
crear programas sino robots con una estructura física que les per­
mita ejecutar tareas específicas.

11.2. Hardware y Software

El lenguaje de la lógica proposicional, en la versión que desarro­


llamos en este libro o en la que lo presenta como un algebra de
Boole, ha sido decisivo para el diseño de los circuitos eléctricos
que constituyen la estructura física o la arquitectura de un com­
putador digital. De esta manera se ha contado con un método al­
gebraico que, en lo principal, permite calcular, por decirlo así,
dado un trabajo determinado, cuál es el circuito óptimo que pue­
de realizarlo. Consecuentemente, el lenguaje proposicional PM es
conocido, dentro de la jerga especializada, como la base teórica
más fuerte del hardware del computador debido a que se aplica
al diseño de su estructura física.
Empero, el hardware es solamente un aspecto dentro de la
problemática que plantean los computadores. El otro, es el rela­
cionado con el software y se refiere a la creación de los lenguajes
especiales que se requiere para dar órdenes al computador y las
formas como debe representárselas. Estos lenguajes, conocidos
también como lenguajes de máquina, requieren de una gramáti­
ca, la misma que hoy día se ha diversificado en varios tipos. El
lenguaje lógico también constituye la base teórica principal para
el desarrollo de las gramáticas de los lenguajes de máquina. Y el
estudio de las relaciones entre las gramáticas y las computadoras
constituye la Teoría de autómata.
El lenguaje PM desarrollado en este manual es insuficiente
para aplicarlo a las gramáticas de los lenguajes formales o de
máquina, razón por la que en esta sección nos limitaremos a brin­

188
dar los conocimientos más elementales que permitan entender la
manera como el lenguaje PM, aquí desarrollado, puede aplicarse
al diseño lógico de circuitos, el mismo que es un tema de hardware.

11.3. Máquina de Turing

A las computadoras también se les denomina autómatas y es ne­


cesario distinguir entre un autómata teórico o ideal y otro real o
físico. Lo más inmediato es precisar que un autómata real o físi­
co es lo que constituye propiamente la materia de los problemas
de hardware y es un artefacto sujeto a un conjunto grande de con­
tingencias. Por ejemplo, puede dejar de funcionar por falta de flui­
do eléctrico, entregar resultados incorrectos por desgaste de una
pieza, incendiarse, etc. En cambio, un autómata ideal es una des­
cripción lógica de un artificio infalible que no está sujeto a nin­
guna contingencia material. Es más, desde esta perspectiva tam­
poco interesa si existen los recursos para construir un artefacto
que sea capaz de asumir los estados y realizar los cómputos pro­
puestos en la descripción del autómata ideal. Y es que éste no es
un artefacto sino, esencialmente, un teorema demostrado dentro
de un formalismo adecuado.
Se conoce como Máquina de Turing (abreviadamente Tm),
con el problema del halting resuelto, a un autómata ideal que no
es otra cosa que la descripción más general posible de un artificio
capaz de realizar cualquier cómputo pensable de manera infali­
ble. Esto es posible debido a que cualquier estado que asuma la
Tm determina de manera necesaria el siguiente. La transición de
un estado a otro se realiza mediante reglas preestablecidas que,
adecuadamente aplicadas, conducen inevitablemente a un resul­
tado. Tales reglas constituyen un algoritmo y establecen un pro­
cedimiento denominado recursivo. Las Tms son múltiples y no
todas tienen resuelto el problema del halting, lo que significa que
no siempre se puede demostrar que la máquina hará alto, condi­
ción indispensable para que entregue un resultado.
La Tm es la base teórica de cualquier tipo de computador
digital, pues si se trata de una artefacto capaz de entregar resulta­
dos mediante su unidad de salida, entonces es necesariamente la
materialización de algún tipo de Tm ideal con el problema del

189
halting resuelto. Asimismo, todo computador material o real sólo
puede hacer los cómputos previstos en alguna Tm.
Los resultados reseñados antes fueron establecidos, por el ló­
gico y matemático inglés Alan Turing, en un famoso articulo publi­
cado en 1936, con el título On computable numbers, with an applicatio7i
to the Entscheidungspróblem ( Sobre números computables, una apli­
cación al problema de la decisión), el mismo que fue presentado a
la Sociedad Matemática de Londres al menos cinco años antes de
que exista computador electrónico alguno. Este trabajo tiene la enor­
me virtud de señalar los alcances y límites de una Tm y, por tanto,
de cualquier computador real o posible. En el se establece clara­
mente que una Tm es un artificio que sólo puede hacer cómputos
que requieran un número finito de pasos o estados de la máquina.
S i , por ejemplo, se le ordena a una Tm, por poderosa y moderna
que sea físicamente, que imprima todos los números reales que
existen entre 1 y 0, no podrá ejecutar esta orden porque en ese in­
tervalo hay un conjunto infinito de números reales que, además,
no pueden ser contados o enumerados. Y no sólo no existe sino que
, lógicamente, no puede existir una Tm capaz de hacer de manera
efectiva un número infinito no enumerable de cómputos. De esta
suerte queda claro que la teoría lógica permite demostrar no sólo lo
que un computador físico, en el mejor de los casos, puede hacer,
sino también lo que sería absurdo esperar de él.

11.4. Diseño de circuitos eléctricos para computadoras

La aplicación de la lógica proposicional a la construcción de cir­


cuitos eléctricos se debe mayormente al aporte del investigador
Claüdio Shannon, quien es uno de los diseñadores de las moder­
nas computadoras. En lo que sigue explicaremos las nociones más
elementales de la contribución de Shannon.
Consideramos que una llave eléctrica de las que todos cono­
cemos puede ser representada mediante una palanquita; como la
de la figura 1, que solamente tiene dos posiciones posibles: o deja
pasar la corriente cuando se la baja y entonces está en la posición
de cerrada*, o no deja pasar la corriente cuando está levantada y

* Los términos abierto y cerrado se usan en sentido inverso en otras


publicaciones.

190
está en la posición de abierta. Nosotros podemos denominar a la
llave o conmutador con la variable proposicional p. Cuando el
conmutador p esté en la posición de cerrado, diremos que p toma
el valor de V; y cuando el conmutador p esté en la posición de
abierto, diremos que toma el valor de F. Asimismo, con la II llave
p podemos construir un circuito, como el de la figura 1 que tiene
un pedazo de cable de entrada y otro de salida. Se aprecia clara­
mente que sólo hay una corriente de salida si la llave p está cerra­
da, pues en otro caso la corriente eléctrica no pasa.
De la misma manera, cuando hay impulso eléctrico de salida
y se enciende un foco, diremos que la salida es igual a V; cuando
por ausencia de impulso eléctrico el foco no se enciende diremos
que la salida es igual a F.

Foco encendido = V
Foco apagado = F
____ E
Entrada Salida
Figura 1

Ahora, usando los conmutadores p y q construyamos un cir­


cuito en línea como lo muestra la figura 2. La observación nos
indica claramente que para que el foquito se encienda es necesa­
rio que las dos llaves estén cerradas, pues basta que una esté abierta
para que no haya corriente de salida y el foco no se encienda. En
otras palabras, para que la salida sea igual a V es absolutamente
necesario que p sea V y que q sea V, pues en cualquier otra posi­
ción de las llaves, la salida será F. Esto significa que un circuito
en línea se comporta exactamente igual que una conjunción.
Por tanto, en el lenguaje lógico un circuito en línea se representa
por una conjunción p a q cuando hay sólo dos llaves. Pero si es un
circuito en línea con tres llaves o más se representa por una con­
junción con tres o más variables proposicionales, una por cada
llave. Por ejemplo, la expresión lógica del circuito de la figura 3 es
p a q a r. Como indicamos anteriormente, en este caso no es nece­
sario usar signos de jerarquía.

191
Ahora procedemos a construir un circuito en paralelo como
se muestra en la figura 4. Este circuito tiene a los conmutadores p
y q ubicados uno frente al otro. Como la observación claramente
lo revela, es suficiente que uno de los conmutadores esté en la
posición de cerrado para que haya impulso eléctrico de salida y
se encienda el foquito. Asimismo, para que no haya corriente de
salida es absolutamente necesario que los dos conmutadores es­
tén en la posición de abierto, pues solamente en este caso la co­
rriente no pasa al sector del circuito denominado de salida. Con­
secuentemente, el circuito en paralelo se comporta como una
disyunción inclusiva debido a que la salida es igual a V cuando
p es V o cuando q e s V, y la salida es F solamente cuando ambos
conmutadores toman el valor F, lo cual coincide exactamente con
la definición dada para construir la tabla de verdad de la disyun­
ción inclusiva.

Figura 4. Circuito en paralelo para p v q


También presentaremos un conmutador llamado inversor,
que es la versión electrónica de la negación lógica. Al conmuta-
doj inversor lo denominaremos con la variable p a la que añadi­
remos una comilla simple: p '. De esta manera, p r representa el
inversor o negación de p. La propiedad esencial de p' es que se
encuentra en la posición de cerrado si y sólo si p se encuentra en
la posición de abierto, y se encuentra en la posición de abierto si y
sólo si p se encuentra en la posición de cerrado. Vale decir, p' es V
cuando p es F y p' es F cuando p es V. En la figura 5 representa­
mos un conmutador inversor.

192
______ 5 ^ „ _________
Figura 5. Conmutador inversor que representa p’

Con los conocimientos anteriores se pueden construir circui­


tos más complejos para expresiones de la lógica proposicional más
complicadas y que estén constituidas por disyunciones inclusivas,
conjunciones y negaciones. La jerarquía de la expresión lógica se
conserva en el circuito, de tal manera, que si la disyunción es la
conectiva de mayor jerarquía, entonces el circuito de mayor jerar­
quía será en paralelo y si la conjunción es la conectiva de mayor
jerarquía, entonces el circuito principal será en línea. Por ejem­
plo, dada la fórmula de la lógica proposicional ( p a q ) v r, su
circuito correspondiente será uno en paralelo cuyo primer sub-
circuito estará en línea, como se ve en la figura 6.

--------- ■ir
b o------ ------------cr o-----------
o------------------o—

Entrada Salida

Figura 6

Como fácilmente se entiende, cada vez que se enciende el


foquito equivale a un valor V en la matriz principal de la tabla de
verdad, de la correspondiente expresión lógica. Y cada vez que
no enciende el foquito equivale a un valor F en la misma matriz.
Las diferentes posiciones en que podemos colocar las llaves co­
rresponden a los diferentes arreglos del margen de la tabla de
verdad. Consecuentemente, en este caso sólo podemos mover las
tres llaves hasta ocho posiciones posibles que coinciden con el
número de arreglos de una tabla de verdad para una fórmula con
tres variables. Por tanto, este circuito de la figura 6 es exactamen­
te el plano de una maquinita que con las veces que se enciende y
las que no se enciende su foquito nos indica cuál es la matriz prin­
cipal de ( p a q ) v y.
El circuito para ( p v ^ ) A ( r v s ) será uno en línea con dos
subcircuitos en paralelo, como se muestra en la figura 7.

193
Figura 7

Asimismo, de acuerdo a lo anterior, a una tautología debe


corresponderle un circuito que para todas las posibles posiciones
de sus llaves siempre encienda el foquito. Por ejemplo, a la tauto­
logía p Ú ~ p le corresponde un circuito en paralelo, que en un
lado tiene una llave y en el otro su correspondiente inversor, de
tal manera que la corriente siempre pasa, puesto que si p estuvie­
ra abierto, entonces p f debe estar necesariamente en la posición
de cerrado y por este lado pasaría la corriente. Asimismo, si p r
estuviera abierto, entonces p necesariamente estaría en la posi- '
ción de cerrado y dejaría pasar la corriente. El plano de este cir­
cuito se puede ver en la figura 8.

P
':V
&I
*3?
Entrada Salida

Figura 8. Circuito para p v - p

A continuación veremos dos ejemplos de construcción de cir­


cuitos para dos fórmulas lógicas más complicadas. En cada caso
lo decisivo es mantener la jerarquía de las conectivas en el diseño
del circuito.

a. ( p A ( f q A r ) v s ) ) v ( ~ p a ( ( ~ q ~ r ) v s ))
a

b. (~pAq)v((pv(~pAq))Ar)v(pA(qvrvs))

194
Salida

Figura 9. Circuito para a.


11.5. Circuitos lógicos a compuertas

Los circuitos, que hemos presentado en la sección anterior, pro­


porcionan una idea precisa sobre la forma como la lógica propo­
sicional puede ser aplicada al diseño de computadoras electróni­
cas. Dichos circuitos que son conocidos como circuitos a conmu­
tadores, llaves o switches, han sido, sin embargo, reemplazados
por dispositivos más ágiles, conocidos como circuitos lógicos a
compuertas, que son más acordes con las exigencias de la tecno­
logía contemporánea.
La necesidad de diseñar compuertas está ligada al hecho de
que la computadora actual se encuentra en la práctica muy aleja­
da de las llaves o switches, a los que ha sustituido gradualmente
por relays, transistores y circuitos integrados (chips). Pero esto
no debe llevar a la creencia de que las compuertas complican el
manejo lógico de los circuitos, pues la situación es exactamente al
revés. Lo facilitan y permiten visualizar mejor la aplicación de las
fórmulas lógicas.
Una compuerta es un artefacto que en general tiene entra­
das y una salida, las mismas que se representan con líneas. El
artefacto mismo se representa convencionalmente por una me­
dia luna o por un triangulito y su función es dejar o no pasar un
tipo de impulso eléctrico, bajo ciertas condiciones.
La figura 11 facilitará considerablemente la comprensión de
lo dicho a través de un ejemplo que será el de la compuerta de
conjunción.

195
A

Figura 11. Compuerta de conjunción o compuerta


del producto lógico.
Los alambres A y B son las entradas y el alambre A . B es la
salida. Debemos aclarar que A . B significa lo mismo que A Ü B
pero hemos preferido usar el punto en este caso porque se aproxi­
ma más a la idea de producto y la conjunción es el producto
lógico. Consecuentemente, al diagrama de la figura 11 llamare- ♦
mos compuerta de conjunción o del producto lógico, o simple­
mente, compuerta Y. Su regla de funcionamiento es la siguiente:
R ll. Una compuerta Y, de conjunción, emite un impulso eléc­
trico de salida si y sólo si todas sus entradas, en este caso A y B,
permiten el ingreso de impulsos eléctricos. Al impulso eléctrico
de salida lo llamamos abreviadamente impulso A . B
Sin embargo, las compuertas en la práctica no se utilizan para
distinguir entre la presencia de impulso eléctrico y su ausencia,
como los conmutadores o switches de los circuitos en línea y en
paraleló. Para que la lógica sea aplicable es suficiente que se distin­
ga claramente dos estados que no tienen que ser del tipo todo-nada
como los switches, sino que perfectamente pueden ser del tipo im­
pulso eléctrico de alto potencial versus impulso eléctrico de bajo
potencial; en breve, la dicotomía impulso alto-bajo. De acuerdo a
esto debemos reajustar la Regla 11 en la siguiente forma:
R ll . reajustada. Una compuerta Y emite un impulso de sali­
da alto si y sólo si todas sus entradas, en este caso A y B, permiten
el ingreso de impulsos altos. En otro caso, vale decir, si al menos
una de sus entradas permite el ingreso de un impulso bajo, enton­
ces no se produce el impulso alto de salida A . B.
El diagrama de compuerta de disyunción o suma es muy
parecido al de la conjunción. Para distinguirlos se ha convenido
que en este caso la media luna esté cortada horizontalmente por

196
la linea que representa al alambre de salida. A esta compuerta se
tiende a llamarla de suma porque la disyunción es la suma lógi­
ca y, abreviadamente, se la denomina compuerta O. La represen­
tación de las entradas y de la salida es la misma que en el caso de
la compuerta Y.

R12. Una compuerta O, de disyunción o suma, emite un im­


pulso alto de salida cuando al menos una de sus entradas, en este
caso A y B, permite el ingreso de un impulso alto. Al impulso alto
de salida lo llamamos abreviadamente A + B, y, evidentemente,
si más de una entrada permite el ingreso de un impulso alto tam­
bién se producirá el impulso de salida A + B. En el único caso en
el que no se emite impulso de salida A + B es cuando ninguna de
las entradas permite el ingreso de un impulso alto.
La tercera compuerta que es necesario diagramar es la del
tipo inversor que corresponde a la negación lógica. Un ligero aná­
lisis muestra que en la fórmula ~ p el operador de negación fun­
ciona como un inversor de valores, pues cuando p = V se obtiene
~ p = F y cuando p = F se obtiene ~ p = V. En correspondencia con
esta propiedad de la negación lógica, una compuerta inversora
transforma un impulso alto en un impulso bajo, y viceversa. Su
representación convencional es un triangulito con un circulito a
la salida.

NO

Figura 13. Compuerta inversora o compuerta No.

197
R13. Una compuerta inversora o compuerta No (se le llama
abreviadamente inversor) emite un impulso de salida alto si la
entrada admite un impulso bajo y emite un impulso de salida
bajo si la entrada admite un impulso alto. Al impulso de salida se
le llama A que significa lo mismo que ~A. El cambio de notación
se debe a que en el diseño de circuitos se usa un simbolismo
algebraico en lugar del de la lógica proposicional. Sin embargo,
como hemos visto, las equivalencias son muy sencillas.
Generalmente, se prefiere no usar los valores verdadero-fal-
so; En este texto por razones de comodidad a los impulsos altos
se los representa por el cero y a los impulsos bajos por el uno.
Asimismo, si cambiamos en el margen el orden en que escribimos
los arreglos y comenzamos con el arreglo 0,0 las tablas de verdad
de la conjunción, disyunción y negación se transforman de la si­
guiente manera:

A B A .B A B A +B A A
0 0 0 0 0 0 0 1
0 1 0 0 1 1 1 0
1 0 0 1 0 1
1 1 1 1 1 1

En base a estas tablas, las reglas anteriores se pueden abre­


viar en los términos siguientes. En una compuerta Y se tiene A.B =
1 si y solamente s iA = l y B = l ; e n otro caso A.B = 0. En una
compuerta O se tiene A + B = 0 si y sólo si A = 0 y B = 0; en
otro caso A + B = 1. En una compuerta No se tiene A = 1 si A = 0 y
A —7 0 si A = 1.
R14. Jerarquía de las compuertas. La jerarquía de las com­
puertas corresponde a la jerarquía de las conectivas de las fórmu­
las cuyo circuito se está diagramando. Asimismo, una compuerta
cualquiera W tiene más jerarquía que cualquier otra Z si la salida
de Z funciona como una entrada de W.
Para explicar mejor el contenido de la regla anterior recurri­
remos a un ejemplo. Construiremos el circuito lógico a compuer­
tas de la fórmula ( p a q ) v r que podemos escribirla, usando
notación algebraica, de la siguiente manera ( A . B ) + R. En la

198
fórmula la disyunción o suma es de mayor jerarquía que la con­
junción o producto; por consiguiente en el diagrama de circuito,
la compuerta o debe ser de mayor jerarquía que la compuerta Y,
lo que significa que la salida de la compuerta Y debe ser entrada
de la compuerta o.

El circuito de la figura 14 ejecuta eléctricamente la tabla de la


fórmula ( A . B ) + R que a continuación se detalla. El uso de 'V y
'O', dígitos binarios, facilita, cuando se necesita, la adaptación de
los circuitos para que realicen operaciones aritméticas que es su
objetivo principal.

ABR A.B) + R
1.° arreglo 0 0 0 0 0
2.° arreglo 0 0 1 0 L
3.° arreglo 0 1 0 0 0
4.° arreglo 0 1 1 0 1 MATRIZ PRINCIPAL
5.° arreglo 1 0 0 0 0
6.° arreglo 1 0 1 0 1
7.° arreglo 1 1 0 1 1
8.° arreglo 1 1 1 1 ±

Como se puede apreciar, el único caso en el que la tabla an­


terior no coincide con la suma y el producto de la aritmética es en
el octavo arreglo, pues como A = 1, B = 1 y R = 1, se tiene en
términos aritméticos (1 x 1 ) + 1 que es igual a 2 y no a 1 como dice
la matriz principal de la tabla. Todos los demás casos coinciden
con las operaciones arit-méticas, así el séptimo arreglo, en el que
A = 1, B = 1 y R = 0, da lugar a (1 x 1 ) + 0 que es igual a 1, lo que
coincide con el valor que la matriz principal otorga a ese arreglo.
Tomando otro caso, el tercer arreglo da lugar a (0 x 1 ) + 0 que es
igual a 0, coincidiendo nuevamente con la tabla. El análisis de los

199
otros arreglos puede dejarse como ejercicio. Téngase presente
siempre que la fórmula en términos aritméticos establece la suma
de un producto más un dígito.
El caso discrepante, el octavo arreglo, se corrige con un circui­
to adicional que nos permite representar el número dos en dígitos
binarios, artificio sencillo pero que por ahora debe esperar.

11.6. Circuitos lógicos a compuertas para fórmulas negadas

Una de las ventajas de los circuitos a compuertas es que permi­


ten diagramar fácilmente circuitos para fórmulas negadas como
es el caso de las de De Morgan. Este autor señaló las siguientes
equivalencias que las escribiremos en lenguaje algebraico.
Es necesario aclarar que la fórmula (A + B) equivale a la
~ ( A v B ) déla lógica proposicional, y la ( A . B ) a la ~ (A a B ).
Se trata de las negaciones de la disyunción y de la conjunción
respectivamente.
El ejemplo i afirma que los dos circuitos siguientes son equi­
valentes.

A A+B
B
El ejemplo ii afirma que los dos siguientes circuitos también
son equivalentes.
Asimismo, valiéndonos de lo aprendido hasta ahora pode­
mos construir el circuito de la fórmula ( A .B ) + (C + D ) d e l a
siguiente manera.

Antes de terminar con esta exposición contestaremos una


pregunta que debe preocupar al lector. ¿Es posible construir cir­
cuitos para proposiciones que contienen otras conectivas además
de la disyunción inclusiva, la conjunción y la negación?. La res­
puesta es afirmativa y el método para lograrlo es sencillo. Es más,
casi todos los problemas de lógica que pueden plantearse con los
conocimientos dados en este texto, pueden ser resueltos con gran
facilidad por una computadora construida mediante un número
muy grande de circuitos como los que hemos mostrado. El lógico
chino Hao Wang en el año 1960, usando una computadora IBM -
704, demostró 220 teoremas de la lógica proposicional en sólo tres
minutos. Como se puede comprender, las computadoras pueden
demostrar teoremas de la Lógica Matemática, porque sus circui­
tos han sido diseñados en correspondencia con las propiedades
de las conectivas.

11.7. Compuertas NAND y ÑOR

En el diseño de circuitos es frecuente utilizar algunas abreviacio­


nes tanto en el vocabulario como en los diagramas. Así a la se­
gunda compuerta del ejemplo i) se le dice abreviadamente com­
puerta ÑOR por que es la negación de una disyunción en inglés
(Not - or). Análogamente a la primera compuerta del ejemplo ii)
se le llama compuerta NAND (Not - and). El operador de incom­
patibilidad o barra de Nicod se representa usualmente por una
compuerta NAND debido que es equivalente a la negación de una
conjunción. Usando este artificio es posible construir un circuito

201
para cualquier fórmula de PM aunque contenga operadores dis­
tintos a la negación, disyunción y conjunción. Un recurso es ob­
tener para la fórmula dada su Forma normal de Post siguiendo
el algoritmo que desarrollamos en la lección anterior. El otro es
aplicar las equivalencias que sean adecuadas, tomando como re­
ferencia las que dimos como Reglas de deducción natural.
Por ejemplo, dada la fórmula ~ ( A <-> B ) su circuito usando
compuertas NAND es el siguiente:

La estructura del circuito se debe a que la Forma normal de Post


de A <-> B es ~( A a ~B ) a ~( ~ A . B ) y, consecuentemente, su
negación tiene como fórmula equivalente ~(~(A a ~ B ) a ~(~A a B )).
Utilizando una compuerta NAND y dos compuertas ÑOR, el
circuito de la fórmula ~(~ ( A - » B ) A ~ ( B - » A ) ) e s e l siguiente:

La forma de este diagrama se debe a que la fórmula: ~ (~ (A —>


B) a ~(B A ) ) puede ser, aplicando la RDN16, transformada
fácilmente en A v B ) a ~(~B v A )).

11.8. Tablas de verdad vs. tablas aritméticas

En esta sección sugeriremos el mecanismo a través del cual una


tabla de verdad puede ser interpretada como una tabla aritméti-

202
ca. La idea central se funda en el hecho de que si en lugar de F
escribimos 0 y en lugar de V escribimos 1, entonces si comenza­
mos primero con los valores falsos y pensamos en una tabla para
una fórmula con tres letras variables p, q, rf el primer arreglo se
escribirá 000, lo que corresponderá al primer número entero 0,
pues los ceros a la izquierda no añaden valor a la cifra. El segun­
do arreglo se escribirá 001, que corresponde al número entero po­
sitivo 1, pues, reiteramos, los ceros a la izquierda no añaden va­
lor a la cifra. El tercer arreglo se escribirá 010, que corresponde
al número dos del sistema decimal. Y como este tercer caso no es
de comprensión obvia como los anteriores, describiremos breve­
mente el principio que regula la construcción de sistemas numé­
ricos con cifras de valor posicional.
En principio todo sistema de numeración usa un determina­
do número de signos. El decimal, que es cotidiano, usa diez: 0,1,
2 ,3 ,4 , 5, 6, 7, 8, 9. Y el binario, que es el que resulta de las tablas
de verdad, usa sólo dos signos 0, 1. La base de un sistema de
numeración está dada por el número de signos que usa. En este
caso la base de nuestro sistema es 2. Una característica inherente
a los sistemas de numeración posicional es que el valor de la base
no se puede escribir, dentro del sistema, usando un sólo signo.
Una muestra de ello es que diez es el primer número que se escri­
be con dos signos dentro del sistema decimal. Análogamente, dos
no se puede escribir con un sólo signo dentro del lenguaje binario.
En efecto se necesita dos signos para escribir dicho valor: 10. En el
párrafo anterior aparece con un 0 adelante, pero prescindimos de
él porque está a la izquierda.
En lo que sigue hablaremos genéricamente de cifra binaria y
diremos que cualquier cifra binaria es una n-ada de dígitos 0,1
cuyo valor es igual a la suma del valor posicional de sus compo­
nentes. El valor posicional de cada componente se determina
multiplicándolo por la potencia correspondiente de una n-ada de
potencias en base 2 crecientes hacia la izquierda. Esta n-ada de
potencias tiene la forma: 2n, 2 n -l,..., 2o. Por razones pedagógicas
hemos confeccionado una tabla de doble entrada cuyas columnas
precisan el valor posicional de cada digito binario.

203
23 23 23 23 V alor d ecim al
1 0 1 1 11
1 1 0 0 12
0 0 1 0 02

La cifra binaria 1011 corresponde al once de nuestro sistema


decimal. Esto se explica por qué el primer 1 de la derecha vale
uno debido a que se multiplica por 20que siempre es igual a uno.
El siguiente 1 se multiplica por 21 y , consecuentemente vale dos.
El 0 , obviamente tiene valor cero y e l l del extremo izquierdo,
por las razones dadas, vale ocho, pues se multiplica por 23. Su­
mando los valores anteriores 1 + 2 + 0 + 8 = 1 1 , obtenemos el
valor de la cifra binaria examinada.
Aplicando el criterio anterior se constatará que la cifra 1100
corresponde al valor doce y no hace falta pormenorizar por qué a
10 le corresponde el valor dos. De igual manera se comprobará
que el margen de cualquier tabla de verdad, con las sustituciones
propuestas y comenzando con el valor F, en este caso 0, puede
leerse como una sucesión creciente de números escritos en código
binario. Cuando la tabla sea para tres variables, el último arreglo
corresponderá al valor siete. Si es para cuatro letras variables, el
últi-mo arreglo corresponderá al valor 15. Esto demuestra, que
aumentando el número de arreglos, podemos obtener una cifra
binaria para un número tan grande como se desee.
Todos los cálculos que realiza un computador los efectúa en
dígitos binarios y luego los traduce al sistema decimal. En efecto,
sus Circuitos están gobernados por fórmulas lógicas que se com­
putan como tablas de verdad, las mismas que son equivalentes a
tablas aritméticas en código binario. Asimismo, la estructura in­
terna del hardware son circuitos y estos en en último término pue­
den distinguir entre dos cosas reducibles al hecho elemental de
que la corriente pase o no pase.

204
XII
LÓGICA CLÁSICA

Objetivos.-

• Reconocer proposiciones categóricas típicas en el cuadro de


Boecio.
• Distinguir en un silogismo las premisas, la conclusión y sus tres
términos.
• Definir y construir silogismos categóricos y reconocer en ellos
el modo y la figura a la que pertenecen.
• Distinguir entre contradicción y oposición entre proposiciones.
• Distinguir a las proposiciones por su grado de generalidad.
• Identificar nombres propios en lógica.
CUESTIONARIO 12
Lógica clásica.

Instrucciones

I. Responde a las siguientes preguntas


1. ¿En qué sentido Principia Mathematica es una obra que se inscri­
be dentro de la lógica clásica?
2. ¿Porqué se considera a la lógica intuicionista no-clásica?
3. ¿Cuál es la característica de los sistemas llamados paraconsis-
tentes?
4. ¿Excluye Principia Mathematica al silogismo aristotélico?
5. ¿Porqué el lenguaje proposicional PM no permite establecer re­
glas para decidir la validez de silogismos?
6. ¿Por qué 'perro7, 'g a to ',' hombre' y otros sustantivos comunes
no son nombres desde el punto de vista lógico?
7. ¿Cómo se decide cuál es la premisa mayor y cuál es la premisa
menor de un silogismo?
8. Si los silogismos tuvieran tres premisas y una conclusión ¿Cuán­
tos modos habría?
9. ¿Es correcto afirmar que la negación de una proposición gene­
ral universal es a veces también universal?
10. Considerando que los términos S y P tienen un significado es­
tablecido ¿cuántas
contradicciones pueden construirse en el cuadro de Boecio?
11. ¿Es correcto afirmar que dos silogismos tienen la misma es­
tructura si coinciden en la figura pero no en el modo?
12. ¿Por qué las preposiciones existenciales también son generales?

[207]
13. ¿Por qué una descripción individual no corresponde a ningu­
no de los esquemas del cuadro de Boecio?
14. ¿Cómo se define una constante individual y cómo se represen­
ta en caso de que necesitemos millones de ellas?
15. Porqué la expresión' proposición particular' es desorientadora?

II. Dados los siguientes silogismos, determinar su modo y figura.

1. Ningún cuadrúpedo sabe silbar.


Algunos gatos son cuadrúpedos.__________________________
Luego, algunos animales que saben silbar no son gatos.
2. Ningún borrego es terrible.
Algunos sueños son terribles.
Luego, algunos sueños no son borregos.
3. Ninguna criatura razonables espera imposibles.
Todo bogavante es razonable.
Luego, ningún bogavante espera imposibles.
4. Todas las criaturas hoscas son mal acogidas.
Todas las avispas son hoscas.______________________________
Luego, todas las avispas son mal acogidas.
5. Ningún canario que se siente melancólico canta con potencia.
Todos los canarios bien nutridos cantan con potencia.________
Luego, ningún canario bien nutrido se siente melancólico.
6. Ninguna experiencia desagradable se busca con avidez.
Toda pesadilla es desagradable
Luego, ninguna pesadilla se busca con avidez.
7. Todos los mamíferos respiran a través de pulmones.
Algunos mamíferos son animales acuáticos.
Lúego, algunos animales acuáticos respiran a través de pulmones.
8. Todas las serpientes marinas son animales acuáticos
Todas las serpientes marinas son serpientes.
Luego, todas las serpientes son animales acuáticos.
9. Todos los no-fumadores ahorran dinero
Todos los vegetarianos son no-fumadores.
Luego, todos los vegetarianos ahorran dinero.
10.Todos los no-fumadores ahorran dinero
Ningún vegetariano es fumador.
Luego, ningún vegetariano es gastador.

208
LECCIÓN 12
Lógica clásica

12.1 Criterio de demarcación

En los llamados textos de lógica moderna se asume, de manera


explícita o implícita que la lógica clásica o aristotélica está cons­
tituida por la teoría de silogismo y el manejo del cuadro de Boe­
cio. A ello se añade que la lógica moderna, simbólica o matemá­
tica, surge a mediados del siglo pasado con el Algebra de Boole
y con el tratamiento que hizo, posteriormente, Gottlob Frege de
la lógica proposicional, en su famosa obra Begriffsschrift.
Sin embargo, este esquema que traza una línea de demarca­
ción entre la lógica clásica y la lógica matemática se ha ido modifi­
cación paulatinamente. En principio, se ha establecido con clari­
dad que los lógicos megáricos de la antigua Grecia, entre ellos
Crisipo, Filón y Diodoro Cronos, tuvieron ideas interesantes sobre
la lógica proposicional, sector considerado inicialmente cono pa­
trimonio exclusivo de la lógica moderna. Asimismo, se ha encon­
trado que muchos desarrollos contemporáneos de la lógica mate­
mática, a pesar de ser deductivamente mucho más poderosos que
el silogismo de Aristóteles comparten con él algunas propiedades
sustanciales que los inscriben dentro de la misma concepción de lo
que está permitido y excluido por las reglas lógicas.
Para precisar este análisis señalamos que Principia Mathematica
(PM), de Whitehead y Russell, es el primer trabajo sistemático que
se reconoce como expresión completa del nuevo sistema de lógi­
ca, que marca una diferencia radical con el Organon de Aristóteles,

[209]
el mismo que no queda excluido de la lógica sino convertido, des­
pués de haberlo sido todo por más de 2000 años, en una pequeña
subestructura del nuevo edificio de la lógica-matemática. Sin
embargo, esta diferencia tan notoria entre lo nuevo y lo antiguo
no excluía el hecho de que tanto el silogismo como el sistema PM
compartían los mismos principios lógicos y, por tanto, las mis­
mas estrategias deductivas. Por ejemplo, tanto Aristóteles cono
Russell y Whitehead admitían la estrategia de demostración o
deducción por reducción al absurdo, que hemos examinado cuan­
do estudiamos las reglas RDN de Gentzen.
Sin embargo, los lógicos y matemáticos intuicionistas de la
primera mitad de nuestro siglo, como Brouwer y Heyting, objeta­
ron duramente la validez del método de demostración de reduc­
ción al absurdo, porque presuponía la plena vigencia del princi­
pio lógico clásico del tercio excluido, que ellos consideraban que
debía ser omitido para rigorizar la matemática a través de méto­
dos constructivos. En ese sentido, los intuicionistas consideraban
que en lo fundamental el sistema de PM era tan clásico como el de
Aristóteles y que ellos eran los primeros en crear sistemas no
aristotélicos.
Francisco Miró Quesada, investigador peruano, a partir de
este hecho ha propuesto un criterio para calificar a un sistema
lógico de clásico o no. Un sistema lógico S es clásico si admite
como válidos los tres principios lógicos de identidad, no-contra­
dicción y del tercio excluido. Y un sistema S no es clásico, en ma­
yor o menor medida, si desconoce la validez plena de uno, dos o
todos los principios clásicos. En este sentido, que recoge un punto
de vista extendido en la comunidad académica internacional, el
sistema de PM es clásico pero no antiguo y los sistemas de Heyting
y Broouwer son no-clásicos. Existen otros sistemas que debilitan
el uso del principio de no-contradicción, a los que el mismo Miró
Quesada ha denominado paraconsistentes. Entre ellos se cuentan
los de Vassiliev, Jaskowski, da Costa y Routley. Consecuentemen­
te, hablar de lógica clásica no es necesariamente hacer referencia
a la lógica aristotélica, pues tanto PM como todos los sistemas
que se deriven de PM, que son los más usados por la ciencia con­
temporánea, son sistemas clásicos en el sentido aquí definido. Por
otra parte, hablar de lógica no-clásica es hacer referencia a un con-

210
junto de sistemas lógicos disímiles entre sí. Por ejemplo, los cál­
culos Cn de da Costa admiten la demostración por reducción al
absurdo que excluyen los sistemas intuicionistas.
En esta sección desarrollaremos algunos elementos de lógica
clásica, en el sentido de lógica aristotélica o de la antigua Grecia.
Este aporte ha estado vigente por más de dos mil años a tal extre­
mo que filósofos notables como Kant consideraron que a lo hecho
por Aristóteles no era pertinente quitarle o añadirle algo. El siste­
ma del silogismo era toda la lógica y parecía cosa acabada en su
perfección. Respecto a los sistemas no-clásicos, hay que decir que
conservan vitalidad; pero en este texto sólo podemos mencionar­
los con motivo de este necesario esclarecimiento terminológico.

12.2 El silogismo clásico

Como se conoce, Aristóteles inventó la lógica como disciplina sis­


temática y estudió con detalle el silogismo que es una estructura
deductiva históricamente anterior a la lógica proposicional pre­
sentada en las páginas precedentes. En esta unidad se estudia al
silogismo pero sin recurrir a las reglas aristotélicas clásicas, cuyo
estudio podría ser muy tedioso para el estudiante que se inicia.
Por este motivo hemos preferido un tratamiento más moderno,
en base al álgebra de Boole, que tiene la ventaja de ser más sim­
ple y de no adolecer de algunos importantes errores del genial
estagirita.
Para introducirnos en los conceptos de esta parte de la lógica
comenzaremos reflexionando sobre un ejemplo de argumento o
inferencia que tiene particular interés para nosotros.

(I) Ningún m am ífero es insecto.


Algunos anim ales dom ésticos son mamíferos.
Luego, algunos anim ales dom ésticos no son insectos.

Es fácil darse cuenta de que el argumento anterior es lógica­


mente válido, pues la verdad de la conclusión se deduce clara­
mente de la verdad de las premisas. No se viola la exigencia lógi­
ca que prohíbe que las premisas sean verdaderas y la conclusión
falsa, porque positivamente sabemos que las premisas son verda-

211
deras y que la conclusión también lo es. Sin embargo, si forma­
lizáramos el argumento precedente usando el lenguaje de la lógi­
ca proposicional, encontraríamos que resultaría lógicamente in­
válido porque si representamos las premisas con las variables
p y q, y la conclusión con r, ocurre que el condicional:

(P a q) -> r

no es una tautología , los cual puede verificar el lector cons­


truyendo la tabla de verdad correspondiente.
Este hallazgo plantearía una especie de contradicción entre lo
que intuitivamente vemos con claridad y lo que establece la lógi­
ca. Pero afortunadamente ésta no es una situación de esa clase. En
efecto, el anterior argumento es lógicamente válido y lo que ocu­
rre es que la lógica proposicional no es un instrumento lo suficien­
temente potente para mostrar su estructura y decidir su validez.
En este caso es inadecuado proceder a representar directamente
las proposiciones componentes por variables proposicionales, de­
bido a que es necesario analizar los componentes de cada proposi­
ción para que se nos revele su estructura interna y podamos pro­
nunciarnos sobre la validez lógica del argumento.
Avanzando en nuestro estudio podemos esquematizar con
sencillez nuestro argumento. Si por el término 'mamífero7 usa­
mos la abreviación M, por 'insecto' la abreviación P y por 'ani­
males domésticos' la letra S, tenemos:

(E l) Ningún M es P
Algunos S son M
Luego, algunos S no son P

Este esquema es una aproximación a la estructura lógica del


argumento examinado y además pone en evidencia que pode­
mos construir otros, del más variado contenido/ que posean la
misma forma. Por ejemplo:

(II) Ningún p eru an o es chilen o.


Algunos fu tbolistas son peruanos.
L u ego, algunos fu tbolistas no son chilenos.

212
Representando los términos 'peruano7, 'chileno7 y 'futbolis­
ta7 por las letras mayúsculas, M, P y S, respectivamente, obten­
dremos el esquema E l. De otra parte, también es posible cons­
truir argumentos similares como el que a continuación sigue, in­
troduciendo algunas variantes.

(III) Todos los m am íferos son vertebrados.


Todos los gatos son mamíferos.
Luego, todos los g atos son vertebrados.

Esta vez el esquema es así:

(E2) Todos los M son P


Todos los S son M
Luego, todos los S son P
Los argumentos anteriores se llaman silogismos y son los
que ocuparon preferentemente la atención del filósofo griego
Aristóteles.
Como lo sugiere la observación de los esquemas que hemos
formulado, el estudio del silogismo requiere que se ponga aten­
ción en los elementos componentes de las proposiciones, que son
palabras. En ellos se representan con signos especiales (letras
mayúsculas) las palabras que aparecen como sujetos y predica­
dos de las proposiciones, las que en lógica se denominan térmi­
nos. De esta suerte cada proposición posee un término predica­
do y un término sujeto.
Es importante enfatizar que las denominaciones precedentes
se refieren a la función que desempeña un término en la inferen­
cia y no al término en sí mismo. Por ejemplo, en los silogismos I, II
y III se cumple que el término que es sujeto en la primera premi­
sa, representado en los esquemas por M, desempeña la función
de predicado en la segunda.
Los términos sujeto y predicado de la lógica no deben ser iden­
tificados con sus correspondientes gramaticales. Los sujetos gra­
maticales normales son denotados por nombres propios como 'juan
Hinojosa7 y por nombres comunes como 'perro7. Nosotros en esta
parte del curso sólo trabajaremos con sustantivos comunes, que
desde el punto de vista lógico son predicados porque ellos hacen

213
referencia a propiedades y no a un individuo en concreto, como la
hacen los nombres propios. Así, en nuestros ejemplos, las propie­
dades de las que se habla son la de "ser mamífero, la 7ser insecto", la
de 'ser animar, la de 'ser peruano', etc. Consecuentemente, aun­
que términos como los anteriores pueden desempeñar la función
de sujetos en las proposiciones, ellos no son nombres en este con­
texto sino predicados lógicos porque denotan propiedades. Por esta
razón, a la parte de la lógica que se ocupa del estudio de tales
términos se le llama lógica de los predicados.
En lo que sigue, en base a la observación de los ejemplos que
hemos dado, definiremos el silogismo y proporcionaremos algu­
nos detalles adicionales.

Definición 18. Un silogismo es un tipo de inferencia o argumento que consta de


tres proposiciones de las cuales dos son premisas y una conclusión. Tiene tres
términos y cada unos se repite dos veces. Hay uno que aparece en ambas premisas
y se omite en la conclusión.

Examinando el ejemplo II, o cualquiera de los dados, se cons­


tata que en efecto tienen dos premisas y una concusión. En el in­
dicado ejemplo los términos son 'peruano', 'chileno' y 'futbolis­
ta', y cada uno se repite dos veces. El término común a ambas
premisas es 'peruano'.
Aunque no es indispensable, daremos la nomenclatura que
tradicionalmente se utiliza para los silogismos, debido a que to­
davía muchos autores recurren a ella y el estudiante podría des­
orientarse, por un detalle irrelevante, al leer otro libro.
Al término común a ambas premisas, que se omite en la con­
clusión, se le llama término medio y se lo simboliza con la letra
mayúscula M. El predicado de la conclusión recibe el nombre de
término mayor y se lo representa por la letra mayúscula P. El
sujeto de la conclusión es el término menor y se lo simboliza
mediante la letra mayúscula S. A la premisa que contiene al tér­
mino mayor se le llama premisa mayor y a la que contiene al tér­
mino menor se le denomina premisa menor. En el ejemplo I, el
término medio es 'mamífero', el término mayor 'insecto' y el tér­
mino menor 'animales domésticos'. La premisa mayor es la pro­
posición 'Ningún mamífero es insecto' y la premisa menor la pro­
posición 'Algunos animales domésticos son mamíferos'.

214
El mismo Aristóteles también llamó al silogismo inferencia
mediata, porque tiene más de dos proposiciones. Asimismo, al si­
logismo cuyo estudio hemos iniciado se le dice categórico para di­
ferenciarlo del hipotético, que es una forma de argumento que per­
tenece a la lógica proposicional y que no es de origen aristotélico.

12.3 Las cuatro proposiciones predicativo - categóricas


clásicas
Todo silogismo se construye sobre la base de proposiciones, cada
una de las cuales corresponde a uno de los cuatro esquemas
siguientes:

A. Todos los S son P


E. Ningún S es P
I. Algunos S son P
O. Algunos S no son P

Las letras que aparecen a la izquierda son los nombres con


que se conoce a estas proposiciones desde que los medievales
enseñaban el famoso cuadro de Boecio. El esquema A correspon­
de a proposiciones como Todos los pájaros tienen alas. El esquema E
a proposiciones como Ningún gato es perro. El Esquema I a propo­
siciones como Algunos sabios son físicos. Y el esquema O a proposi­
ciones como Algunos lógicos no son griegos.
Puede afirmarse que la lógica aristotélica se redujo al conoci­
miento de estas cuatro proposiciones y a las inferencias que se
puede construir con ellas. Hoy día es un sector muy pequeño y
débil de la lógica, pues en él no se pueden expresar los problemas
matemáticos y científicos relevantes.
En el esquema A el sentido de la palabra 'todos' es muy im­
portante, pues hay proposiciones que no contienen dicha palabra
pero que corresponden al mencionado esquema. Por ejemplo, las
proposiciones 'Cada hombre tiene una cabeza', 'Cualquier número par
es divisible por 2', deben ser traducidas a las proposiciones 'Todo
hombre tiene una cabeza' y 'Todo número par es divisible por 2' que
mantienen su sentido y corresponden a la forma canónica que
hemos establecido como esquema A.

215
Asimismo, hay proposiciones que son generales pero que no
contienen explícitamente una palabra que denote cantidad, como
'Los hombres son mortales', cuya expresión más precisa es 'Todos los
hombres son mortales'. El esquema A corresponde a las proposicio­
nes universales afirmativas. El esquema E corresponde a las pro­
posiciones universales negativas y en él la palabra 'ninguno' debe
entenderse en el sentido de 'Ni siquiera uno' o de 'No existe aunque
sea uno'. Por tanto, afirmar 'Ningún felino es cetáceo' equivale a decir
'Ni siquiera un felino es cetáceo' o 'No existe aunque sea un felino que
sea cetáceo'.
El esquema I corresponde a las proposiciones particulares
afirmativas y el esquema O a las particulares negativas. En am­
bos esquemas aparece la palabra 'algunos' y su sentido es el de 'al
menos uno'. Esto significa que cuando en general uno o varios ob­
jetos, pero no todos, tienen una propiedad se puede decir que
algunos la tienen. Por ejemplo, sabemos que muchos futbolistas
son veloces, pero no todos lo son. Luego podemos decir 'Algunos
futbolistas son veloces'. Asimismo, sólo podemos decir 'Algunas es­
trellas son conocidas' porque no tenemos la seguridad de conocer
todas, aunque tenemos información sobre millones de ellas.
Otra variante para 'algunos', muy usada por los lógicos, es
'hay al menos uno'. Si recurrimos a ella nuestros ejemplos anterio­
res son traducidos a 'Hay al menos un futbolista veloz' y 'Hay al
menos una estrella conocida'.
Es importante puntualizar que las llamadas inferencias in­
mediata clásicas también se construyen con proposiciones que
corresponden a uno de los cuatro esquemas expuestos. Nosotros
noclas abordamos en detalle pero el método que emplearemos
para determinar la validez de los silogismos se usa también para
decidir la validez de tales inferencias que constituyen argumen­
tos más sencillos.

12,4 El cuadro de B o ecio

Tradicionalmente se atribuye al lógico Ancius Boecio, que vivió


entre los años 480-524 de nuestra era, una manera muy especial
de clasificar y presentar las cuatro proposiciones predicativo - ca­
tegóricas clásicas.

216
Las proposiciones de las formas A, O son recíprocamente con­
tradictorias. Asimismo, lo son las formas E, I. Esto significa que A es
equivalente a la negación de O y, recíprocamente, O es equivalente a
la negación de A. También que E es equivalente a la negación de I, e
I es equivalente a la negación de E. La relación anterior entre las
proposiciones puede verse con más claridad a través de ejemplos.
La proposición 'Algunos hombres no son altos' es de la forma
O. Su negación 'No es el caso que algunos hombres no sean altos'
equivale exactamente a 'Todos los hombres son altos' que es de la
forma A. Ahora, la negación de esta última proposición es 'No es
el caso que todos los hombres sean altos', que equivale a algunos hom­
bres no son altos. Consecuentemente, ~ O <-» A y ~ A <-» O.
La proposición 'Algunos gatos son blancos7 es de forma I. Su
negación es 'No es el caso que al menos un gato sea blanco' que equi­
vale a 'Ningún gato es blanco' que es una E. Asimismo, la negación
de esta última proposición es 'No es caso que ningún gato sea blanco'
que equivale a 'Al menos un gato es blanco' que es de la forma I.
Consecuentemente, ~ I <-> E ~ E <-> I.
Nosotros por ahora no podemos dar una prueba formal de la
validez de los bicondicionales o equivalencias, anteriores. Los
ejemplos son un recurso intuitivo pero no de plena validez lógi­
ca. Sin embargo, más adelante brindaremos una mejor aproxima­
ción a la validez de dichos bicondicionales mediante gráficos.
A las proposiciones del par A, E se les llama recíprocamente
contrarias. A las del par I, O se les denomina recíprocamente
subcontrarias. Y a los pares A, I y E, O, exactamente en este or­
den, se les llama subalternas.
Boecio, según narra la tradición, representada la anterior cla­
sificando mediante el siguiente gráfico conocido como cuadro de
oposición o, simplemente, Cuadro de Boecio.

Ningún S es P (E)

Algunos Sno son


P(O)

Las flechas dobles señalan los casos en que las relaciones son recíprocas; y las
simples, los casos en que la relación se cumple en un solo sentido.

217
12.5 Modos y Figuras silogistas

Por definición, todo silogismo está constituido por tres proposi­


ciones. Cada una corresponde a uno de los cuatro esquemas A,
E, I, O. Consecuentemente, para cada silogismo posible existe un
triplo o terna de letras, por ejemplo EAE, AOO, AOI, Eli, AEO,
AAA, etc., que se denomina el modo de un silogismo. Natural­
mente, al escribir el modo de un silogismo, las dos primeras le­
tras corresponden a las premisas y la tercera a la conclusión. Para
ilustrar esta explicación indicaremos que el modo de nuestro ejem­
plo III, por citar sólo un caso, es AAA.
De lo anterior se deduce que todos los modos posibles están
dados por todas las temas que se pueden formar con los cuatro
esquemas, A, E, I, O. Sabemos que el número de ternas posibles
que se pueden formar con cuatro cosas es igual a 43, lo que signi­
fica que son 64 modos silogísticos posibles.
También podemos observar que el llamado término medio
M, que es común a ambas premisas, puede cumplir la función de
sujeto en la primera premisa y de predicado en la segunda, o des­
empeñarse como predicado en ambas premisas, o ser sujeto en
ambas premisas, o ser predicado en la primera y sujeto en la se­
gunda. Cada uno de estos arreglos posibles del término medio en
las premisas se llama figura silogística. Las cuatro figuras pue­
den ser esquematizadas como sigue:

MP PM MP PM
SM SM MS MS
SP SP SP SP
(1 .a) (2 .a) (3.*) (4.*)
Figuras silogísticas
Teniendo en cuenta que cada modo puede ser presentado en
cada una de las cuatro figuras, ocurre que el número total de
silogismos posibles es igual a 64 x 4, esto es, hay 256 silogismos
posibles. De ellos solamente 15 son válidos de acuerdo con las
exigencias establecidas por los diagramas de Venn y otros méto­
dos modernos. Las reglas de Aristóteles permiten establecer 19

218
silogismos válidos, pero con instrumentos más potentes, como
los aquí usados, cuatro de ellos son defectuosos y necesitan ser
subsanados.
A continuación indicaremos los 15 silogismos lógicamente
válidos.

Primera figura AAA, EAE.AII,EIO


Segunda figura EAE, AEE, EIO, AOO
Tercera figura IAI, An, OAO, EIO
Cuarta figura AEE, IAI, EIO

Los lógicos medievales usaron nombres artificioso para re­


cordar los modos y figuras de los silogismos válidos. Estas ayu­
das nemotécnicas contenían como vocales en el mismo orden de
aparición las letras que constituyen el modo. A continuación de­
tallamos los referidos nombres especificando la figura:

Primera figura : Barbara, Celarent, Darii y Ferio.


Segunda figura : Cesare, Camestres, Festino y Baroco.
Tercera figura : Datisi, Feriso, Disamis y Bocardo.
Cuarta figura : Calemes, Dimotis y Fresison.

12.6 T ip o s de generalid ad

Es frecuente encontrar en textos de lógica que la deducción silo­


gística se ilustre mediante el siguiente ejemplo:

Todos los hombres son mortales


Sócrates es hombre
Sócrates es mortal
Una pregunta inmediata a propósito de este supuesto silo­
gismo era la referente a cual era su modo. Estaba claro que la
primera premisa correspondía al esquema A pero no estuvo claro
a qué esquema correspondía la segunda premisa y la conclusión.
Decir que 'Sócrates es hombre' es una afirmación universal iba
contra el sentido común ya que se estaba hablando de un indivi­
duo específico. Y decir que era particular, tampoco resolvía el

219
problema, porque se puede afirmar que hay al menos un hombre
que es mortal sin que éste tenga que ser necesariamente Sócrates.
Podría ser Alejandro Magno o Pericles, por citar dos ejemplos entre
millones.
Es claro que si no se conocía a que esquemas pertenecían la
segunda premisa y la conclusión, entonces el modo de esta infe­
rencia quedaba indeterminado. La discusión ha tomado siglos y
condujo a detectar que la expresión 'proposición particular' es
imprecisa y desorientadora. En principio parecía significar lo
opuesto a proposición general. Sin embargo, si se admite que el
significado de 'algunos' se expresa con claridad a través de 'exis­
te al menos un objeto x' o 'hay al menos un x', entonces lo más
adecuado era denominar a las proposiciones que comienzan con
'algunos' proposiciones existenciales, pues su sentido es afirmar
la existencia de al menos un objeto, lo que equivale a sentenciar
que el conjunto de objetos al que hacen referencia no es vacío. De
esta suerte, actualmente se prefiere calificar a las proposiciones I,
O de existenciales.
Sin embargo, el hecho de que una proposición sea existencial
no es incompatible con que sea, también, general. Así la afirma­
ción 'Algunos gatos son negros' adecuadamente formulada se tra­
duce por Existe al menos un objeto x que es gato y que es negro, la que
es de carácter general porque no se refiere específicamente a gato
alguno sino que habla de cualquier gato de un conjunto que pue­
de ser infinito. Consecuentemente, las proposiciones que comien­
zan con 'algunos' se denominan propiamente proposiciones ge­
nerales existenciales para diferenciarlas de A,E que son genera­
les universales. Lo que ambos tipos de proposiciones tienen en
común es que se refieren a un conjunto de objetos y no a un objeto

Los resultados anteriores han conducido como conclusión a


establecer que la afirmación 'Sócrates es hombre' no corresponde a
ninguno de los cuatro esquemas que aparecen en el cuadro de
Boecio. Consecuentemente, ha quedado abierto el problema con­
sistente en encontrar una interpretación lógica adecuada a la pro­
posición anterior.

220
12.7 Los nombres propios

Un criterio para distinguir, 7Algunos griegos son hombres7 de 7Só­


crates es hombre' ha sido señalar que esta segunda proposición per­
mite identificar a un individuo específico, mientras que la primera
no se refiere a persona alguna en especial, pues todo lo que nos
dice es que dentro del conjunto de los hombres hay al menos uno
que es griego; pero no nos dice quién ni nos asegura que sea el
único. La segunda proposición contiene en cambio el término 'Só­
crates7 que es un nombre propio y, por tanto, expresa un modo
individualizador de hablar, mientras que la primera contiene
nombres comunes y expresa una manera genérica de hablar.
Un nombre común no es nombre de un objeto sino de un con­
junto de objetos. Así el nombre "griego7 no designa a persona
alguna sino al conjunto de individuos que tienen la propiedad de
ser griegos. Por ello, en los lenguajes lógicos a los nombres comu­
nes no se los interpreta como nombres sino como propiedades de
conjuntos de individuos. Los únicos nombres lógicamente ad­
misibles son los términos que permiten identificar inequívoca­
mente a un objeto o individuo, esto es, en los lenguajes lógicos
sólo hay nombres propios.
A los nombres, en lenguaje lógico, se les denomina constan­
tes individuales y se les designa por las letras minúsculas inicia­
les del alfabeto a, b, c, etc. Cuando se necesita muchos nombres se
utiliza números enteros positivos como subíndices de las referi­
das letras y así se genera tantos nombres como se desee. Empero,
en lógica no sólo las personas son nombradas mediante nombres
propios sino cualquier objeto. Puede ser un mueble, una muestra
de sangre para el laboratorio, un átomo o una persona, etc.
El uso de nombres propios permite construir proposiciones
que son descripciones de las propiedades de individuos concre­
tos. Por ejemplo, 'a es azul' es la descripción de un objeto que
tiene la propiedad de ser azul. Asimismo, en la medida que esta
descripción es irreductible a otra más simple; la proposición an­
terior es un ejemplo de proposición atómica. Pero si escribo 'a es
azul y a es pesado', entonces tenemos una descripción que tiene un
solo sujeto pero que es molecular porque contiene la conectiva de
conjunción. El hecho de que a aparezca dos veces no significa en

221
modo alguno que tenga dos sujetos sino que el mismo nombre
tiene dos apariciones (ocurrencias) en la proposición conjuntiva.
Al mismo tiempo, podemos tener la situación inversa. La propo­
sición 7a ama a b' tiene don nombres pero es atómica porque no
contiene conectiva alguna. A las proposiciones anteriores las
denominaremos descripciones individuales.
Lo anterior significa que 'Sócrates es hombre' es tina descrip­
ción individual y como tal no tiene lugar en los esquemas del cua­
dro de Boecio que son para proposiciones generales. Este resulta­
do conduce a establecer que la deducción de la sección anterior
no es propiamente un silogismo sino otro tipo de inferencia que
examinaremos cuando estudiemos el uso de un lenguaje predica­
tivo con cuantificadores. En esa lección abordaremos el tratamien­
to que se da a las descripciones individuales en la deducción me­
diante las reglas de ejemplificación universal y ejemplificación
existencial.

222
XIII
DIAGRAM AS DE VENN

Objetivos:
• Conocer el lenguaje del álgebra de Boole.
• Decidir la validez lógica de expresiones del álgebra de Boole
mediante los diagramas de Venn.
• Aplicar los diagramas de Venn para determinar la validez de
inferencias de la lógica clásica aristotélica.
CUESTIONARIO 13
Los diagramas de Venn

Instrucciones
I. A continuación se presenta un conjunto de afirmaciones en
forma esquemática. El ejercicio consiste en traducirlas al len­
guaje de Boole y construir en cada caso el correspondiente
diagrama de Venn.

1. Todo S es P

2. Ningún S es P

3. Algunos S son P

4. Algunos S no son P

[225]
5. Todo S es no P

6. Todo no S es P

7. Todo no S es no P

8. Ningún S es no P

9. Ningún no S es no P

1¿Q. Algún S no es no P

11.Algún no S es P

226
12. Algún no S no es no P

13. Algún n o S es no P

14. Algún n o S no es P

II. A continuación se presenta un conjunto de afirmaciones para


cada una de las cuales se proponen tres traducciones a los es­
quemas tradicionales A, E, I, O. El ejercicio consiste en: 1) deci­
dir cuál de las alternativas propuestas es la traducción correcta
de la afirmación respectiva; 2) escribir en el lugar en blanco la
fórmula algebraica que corresponde a la traducción antes elegi­
da; y 3) construir el diagrama de Venn que corresponda a la
fórmula antes mencionada. Como sugerencia proponemos las
letras A y B para representar predicados.

1. Nadie sino los becarios comerán


en la mesa grande.
a) Todos los becarios comen en la mesa
grande.
b)Algunos becarios comen en la mesa
grande.
c) Todos los que comen en la mesa
grande son becarios.
A = becarios
B = personas que comen en la mesa grande

227
2. Nadie puede recordar la batalla de las
Carinas a menos que sea muy viejo.
a) Todo el que es muy viejo puede
recordar la batalla de las Cannas.
b) Todo el que puede recordar la batalla
de las Cannas es muy viejo.
c) Ningún joven estuvo en la batalla de
las Cannas.
A = personas muy viejas
B = personas que recuerdan
la batalla de las Cannas.

3. Los consumidores de alcohol pierden


el autodominio.
a) Todos los consumidores de alcohol pierden
el autodominio.
b) algunos consumidores de alcohol
pierden el autodominio.
c) Algunos de los que pierden el autodominio
son consumidores de alcohol
A = consumidores de alcohol;
B = personas que pierden el
autodominio.

4. Un hombre que mantiene su promesa


eshonesto.
a) Ningún hombre honesto mantiene
¿u promesa,
by Todo hombre que mantiene su
promesa es honesto.
c) Algunos hombres que mantienen su
promesa son honestos.
A = hombres que mantienen su promesa;
B = honestos.

228
5. Sólo los becarios comerán en la mesa
grande.
a) Todos los que comerán en la mesa
grande son becarios.
b)Todos los becarios comerán en la
mesa grande.
c) Algunos becarios comerán en la
mesa grande.
A = personas qite comerán en la mesa
grande;
B = becarios.

6. Nadie que va a una fiesta deja de


peinarse.
a)NÍ7iguno de los que van a una fiesta
es un despeinado.
b)Todos los que se peinan van a una
fiesta.
c) Ningún peinado va la fiesta.
A = asistentes a una fiesta;
B = despeinados.

7. Cualquiera qne no objeta a los actores


admira el cine.
a) Todo el que admira el cine no objeta
a los actores.
b)Algunos que objetan a los actores no
admiran el cine.
c) Todo el que no objeta a los actores
admira el cine.
A = personas que objetan a los actores;
B = admiradores del cine.

8. Cada caballo tiene un jinete.


a) Todo caballo tiene un jinete.
b) Algunos caballos tienen jinete.
c) Algunos caballos no tienen jinete.
A = caballos
B = jinetes

229
9. Cada caballo no tiene un jinete.
a) Algunos caballos no tienen jinete.
b) Algunos caballos tienen jinete.
c) Ningún caballo tiene jinete.
A = caballos
B ~ jinetes.

10.No todos los caballos tienen jinete.


a) Algunos caballos tienen jinete.
b) Algunos caballos no tienen jinete.
c) Algunos jinetes no tienen caballo
A = caballos
B = jinetes

11. Todo caballo no tiene jinete.


a) Ningún caballo tiene jinete.
b)Ningún jinete tiene caballo.
c) Hay un caballo que no tiene jinete.
A = caballos
B = jinetes

12.Nadie es admitido en la sala a no ser


que sea bien educado.
a) Todo el que es admitido en la sala
es bien educado.
b)Todo el que es bien educado es
admitido en la sala.
c) Al menos uno de los admitidos en
la sala es bien educado.
A = admitidos en la sala
B = bien educados

13. Todos, inclusive el más bravo,


saldrán corriendo.
a) Todos los bravos saldrán corriendo.
b)Todos los que saldrán corriendo
son bravos.
c) Algunos cobardes no saldrán
corriendo.
A = bravos.
B = personas que salen corriendo.

230
III. A continuación presentamos un conjunto de silogismos cuya
validez debe ser decidida mediante los diagramas de Venn. El
ejercicio debe cumplirse a través de los siguientes pasos: a) es­
cribir en los lugares blanco respectivos las fórmulas algebraicas
de las premisas y la de la conclusión; b) construir en el recuadro
el diagrama de Venn de las premisas; c) responder si el silogis­
mo es válido o inválido; d) indicar el modo y la figura del silo­
gismo.

1. Ningún emperador es dentista y todos los dentistas son temi­


dos por los niños. Luego, ningún emperador es temido por los
niños.

Premisas Conclusión

2. Todo vehículo popular es confortable y ninguna carretilla es


confortable. Luego, ninguna carretillas es popular.

Premisas Conclusión

231
3. Ningún ladrón es honesto y algunos honestos son gente lista.
Luego algunos ladrones son gente lista.

Premisas Conclusión

4. Todos estos bombones son de crema de chocolate y todos estos


bombones son deliciosos. Luego, todo lo que está hecho de cre­
ma de chocolate es delicioso.

Premisas Conclusión

5. Alguna gente saludable es gorda y ninguna persona saludable


£s débil, algunos gordos no son fuertes.

Premisas Conclusión

232
6. Los diccionarios son valiosos y todos los libros valiosos son de
mucha ayuda. Por tanto, los diccionarios son de mucha ayuda.

Premisas Conclusión

7. Ningún pato es poético y algunas ranas no poéticas. Luego, al­


gunas ranas no son patos.

Premisas Conclusión

8. Al azúcar es dulce y la sal no es dulce. Luego, la sal no es azú­


car. (Indicación: el estudiante debe tener muy presente que
'sal7y 'azúcar7no son nombres propios)

Premisas Conclusión

233
9. Algunos epicúreos son no generosos y todos mis tíos son gene­
rosos. Por tanto, mis tíos son no epicúreos.

Premisas Conclusión

10.Todos los trabajadores son productores de la riqueza de un


país. Ningún productor de la riqueza de un país es antisocial.
Por tanto, ningún trabajador es antisocial.

Premisas Conclusión

234
LECCIÓN 13
Los diagramas de Venn

13.1 E l m étodo de lo s diagram as de V en n

Al lógico y matemático del siglo pasado John Venn se debe un


método intuitivo para decidir la validez de argumentos del tipo de
silogismo. Aunque este método desde el punto de vista lógico es
limitado, es mucho más simple y más potente que las numerosas
y tediosas reglas que formuló Aristóteles con el mismo fin. La su­
perioridad de los llamados Diagramas de Venn en simplicidad y
claridad se debe, en gran medida, a la incorporación de métodos
del álgebra de conjuntos a la Lógica, que es una de las notas más
saltantes de los desarrollos modernos de esta disciplina.
El método de Venn consiste básicamente en representar los
términos de las inferencias mediante círculos. Se postula que uno
de tales círculos encierra al conjunto* de individuos que tienen
la propiedad denotada por un término dado. Esta postulación
resulta correcta porque uno de los axiomas de la teoría de conjun­
tos, el de comprehensión, afirma que una propiedad determina
inequívocamente un conjunto.
En armonía con lo anterior decimos que, por ejemplo, la pro­
piedad de 'ser vertebrado' determina el conjunto de todos los
objetos que son vertebrados.

* Al nivel del curso podría parecer indiferente hablar de clases o de conjuntos.


Sin embargo, en la Lógica Matemática moderna se diferencia nítidamente
ambos conceptos, razón por la que es decididamente mejor hablar de conjuntos
en relación con los diagramas de Venn.

[235]
Esto se representa gráficam ente así:

La letra mayúscula S es el nombre del círculo que representa


al conjunto de objetos vertebrados, como lo muestra el diagrama 1.
Asimismo, de conformidad con los conceptos básicos de la
teoría de los conjuntos, se acepta que existe el conjunto vacío que
se caracteriza porque no tiene ni siquiera un objeto. Para repre­
sentar gráficamente el hecho de que un conjunto es igual a un
conjunto vacío se dibuja un círculo y se lo raya o sombrea. Las
rayas o sombras significa, que tal conjunto carece absolutamente
de miembros. Veamos el diagrama siguiente:

D iagram a 2

En el diagrama 2 las rayas indican que el conjunto S esta vez


carece de miembros y es igual al conjunto vacío, que lo denota­
mos por la letra griega f que en español se llama 'phi'. Cabe seña­
lar qué la convención de sombrear, total o parcialmente, un círcu­
lo sexisa en los textos de matemática con un significado distinto
al establecido en este texto para los diagramas de Venn.
También se asume que existe un conjunto muy grande en el
cual están incluidos todos los conjuntos determinados por los
términos de las inferencias que vamos a analizar. A este conjunto
lo llamaremos universo del discurso y lo representaremos por
un rectángulo (ver el diagrama 3) que contiene tantos círculos
como sea necesario dibujar. Algunos autores llaman a este con­
junto clase universal, pero ello tiene el inconveniente, muy cono­
cido, que conduce a contradicciones llamadas paradojas, las cua-

236
OO
les fueron señaladas particularmente por el lógico y filósofo
Bertrand Russell.

s p

Diagram a 3
Sin embargo, representar un conjunto con un círculo sin som­
bras y sin ninguna otra señal, como en los diagramas 1 y 3, re­
quiere de mayor precisión. Pues, por ejemplo, si el conjunto es
determinado por la propiedad de 'ser el hijo del Quijote', enton­
ces hay que rayarlo porque es vacío, pero si es determinado por la
propiedad de 'ser peruano', entonces hay que escribir en su inte­
rior una equis, como lo hacemos en el diagrama 4, para significar
con ello que sabemos que el conjunto no es vacío y tiene al menos
un miembro. Consecuentemente, cuando un conjunto es grafícado
sólo por un círculo en blanco, diremos que no tenemos informa­
ción sobre si es o no vacío tal conjunto.

S ^ <j>
(S diferente de <j>)
O

Diagram a 4

Por tanto, los diagramas nos plantean tres situaciones muy


claras:
El conjunto es vacío cuando está rayado; el conjunto es dife­
rente del vacío si muestra en su interior una equis; el conjunto no
proporciona ninguna información sobre sus miembros si se trata
de un círculo en blanco.
Señalamos, además, que para todo conjunto existe otro que
se llama su conjunto complemento, y está constituido por todos

237
los objetos que no pertenecen al primero. Así, dado el conjunto A,
su complemento se escribe así: A y se lee «no A». Esto se repre­
senta gráficamente en al diagrama 5. Asimismo, para todo objeto
x del que hablemos, este tendrá exactamente dos posibilidades
con respecto a cualquier conjunto A. O el objeto x es miembro de
A o no lo es, pero no serlo equivale a que x es miembro de A.

Diagrama 5
Asimismo, podemos diagramar la operación de intersección
de conjuntos mediante dos círculos que se cortan o intersecan. El
conjunto intersección estará constituido por la zona común a
ambos círculos. De manera abreviada, dados dos conjuntos A y
B, su intersección la denotaremos, usando el lenguaje algebraico,
mediante A n B que significa: el conjunto A se interseca con el
conjunto B. También podemos decir que A n B es el conjunto de
intersección de A y B. Lo anterior se grafica en el diagrama 6.

A
\ B
' 7 S '

( )

Diagrama 6
Si queremos representar gráficamente que la intersección de
A y B es vacía, entonces rayaremos la zona común a ambos círcu­
los. Si, en cambio, deseamos repre-sentar gráficamente que la in­
tersección de A y B es diferente del conjunto vacío, en-tonces es­
cribimos una x en la zona común a ambos círculos para expresar
que en ella hay al menos un objeto x. Estas dos situaciones pue­
den verse en los diagramas 7 y 8.

238
A n B = (j)

Diagram a 8 A n B*<j>

Todos los S
son P (A)
S n P = <j>

Algunos S no
sonP (0)
S n P ^<j)

Algunos S
nosonP(I)
S n P

239
El diagrama 9 tiene rayada la zona del círculo S que está fuera
de P. Ello significa que no hay ni siquiera un miembro de S fuera
de P, lo que equivale a afirmar que todos los miembros de S están
dentro de P, que es lo que dice la proposición 'Todos los S son P\
Consecuentemente, la proposición A equivale, en los diagramas
de Venn a la afirmación de que la intersección entre S y P es vacía.
Por eso hemos rayado la zona común al conjunto S y al conjunto P.
Esto lo denotamos algebraicamente mediante S n P = <j).
El diagrama 10 expresa que no existe ningún elemento en
común entre los conjuntos S y P. Por esta razón hemos sombrea­
do la zona común a ambos círculos. Esto equivale claramente a la
proposición 'Ningún S es Y , que en lenguaje algebraico de Venn
se escribe S n P = <j).
El diagrama 11 afirma que existe al menos un objeto x co­
mún al conjunto S y al conjunto P, lo que significa que su intersec­
ción es diferente al vacío. Ahora, como decir 'Al menos un S está
fuera de P' es lo mismo que afirmar la proposición de forma O7.
'A l menos un S no es P7, entonces consideramos que la expresión
algebraica S n P * f es la traducción de cualquier proposición
predicativo-categórica que corresponde al esquema O.
El diagrama 12 afirma que hay un objeto x común a los con­
juntos S y P, razón por la que hemos escrito una equis en la zona
común a ambos círculos. El sentido claramente corresponde al
del esquema I que afirma Algunos S son P' y que se expresa
algebraicamente mediante S n P ^ f
Es importante remarcar que los diagramas sólo afirman
aquello que está claramente precisado mediante la presencia
de ifcyas o de una letra equis. Sobre las zonas del diagrama que
no contienen ni una equis ni rayas, no se puede afirmar nada
desde el punto de vista lógico y, como dijimos antes, ellas dela­
tan ausencia de información.
Los diagramas nos dan una prueba visual muy sencilla de
que, en efecto, la negación de una proposición de forma A es una
proposición de forma O y viceversa. Observando los diagramas
9 y 11 se encuentra que el primero está rayado en la zona en
donde el otro tiene una equis. Mientras que el primer diagrama
afirma que tal zona es igual al vacío, el segundo afirma que dicha
zona es diferente del vacío. Esto se traduce en sus expresiones

240
algebraicas que sólo difieren en que donde una exhibe el signo
igual'= ' la otra exhibe el signo V .
Del mismo modo, los diagramas 10 y 12 prueban que la ne­
gación de una propo-sición de forma E es otra de forma I y vice­
versa. En efecto, respecto de la misma zona, el primero afirma
que es igual al conjunto vacío y el segundo afirma que es di­
ferente del vacío. Esto también se refleja en sus expresiones alge­
braicas que son una negación muy clara de la otra. Así, S n P = §
es negada por S n P ^ ( | y viceversa.

13.2 Aplicación de los diagramas de Venn a la decisión de


la validez de silogismos.

En lo que sigue daremos las reglas que nos permiten mediante


los diagramas de Venn decidir si un silogismo es o no lógicamente
válido.
R15. Cada una de las tres proposiciones del silogismo debe
traducirse al lenguaje algebraico. Para ello al término medio hay
que representarlo por M, al término menor por S y al mayor por
P. Así se obtiene lo que se llama el esquema algebraico del silo­
gismo.
R16. A cada término se le asigna un círculo que se nombra
mediante una de las letras M , S o P según convenga, procediéndose
a dibujar los tres círculos de tal manera que ellos se corten o
intersequen entre sí.
Si tomamos en cuenta la existencia de los conjuntos comple­
mentos de S, de P y de M y los representamos como S, P, M,
entonces quedan determinadas ocho zonas de intersección que
graficamos a continuación.
R17. En el diagrama obtenido por la aplicación de la regla
anterior se procede a representar las premisas de acuerdo con los
diagramas-modelo que hemos dado para las proposiciones A, E,
I, O. Si una premisa es universal y la otra particular, entonces
debe graficarse primero la premisa universal.
R18. Si al graficar una premisa particular (existencial) hay
más de una zona donde se puede escribir la letra equis, entonces
ésta debe ser escrita necesariamente en la zona que presupone
menos, que es aquella común al menor número de círculos. (Esta

241
regla tiene limitaciones, como todo método gráfico, que no afec­
tan a los ejercicios propuestos en este texto).
R19.B El silogismo es lógicamente válido si y solamente si al
ser graficadas las premisas queda automáticamente graficada, de
manera inequívoca, la conclusión. Si no queda graficada la con­
clusión, entonces el silogismo es lógicamente inválido.
Veamos ahora la aplicación de estas reglas a un ejemplo.
Tengamos el siguiente silogismo del modo OAO de la terce­
ra figura:

Algunos números no son transfinitos


Todos los números son objetos ideales
Algunos objetos ideales no son transfinitos.
Al término medio, común a ambas premisas, es 'números' y
lo representamos por M. El término mayor es 'transfínito' y lo
representamos por P. El menor es 'objeto ideal' y lo representa­
mos por S. De este modo, haciendo la traducción ordenada por la
regla R l l , el esquema algebraico del silogismo es:

(O) M nP*<¡>
(A) M n S = (¡)
(O) SnP*<j>

242
Por la aplicación de la regla R16 se obtiene el siguiente
diagrama:

Luego, aplicando la regla R17, procedemos a graficar las


premisas dentro del diagrama anterior y, como una es particular
y la otra es universal, entonces, conforme a lo indicado por la
misma regla, procederemos primero a graficar la que es univer­
sal. Así tenemos:

En el diagrama anterior sólo está graficada la segunda pre­


misa que es de forma A, la razón por la que hemos rayado toda la
parte de M que está fuera de S, como lo establece 'todos los M
son S'.
Completamos el diagrama procediendo a graficar la premisa
que resta escribiendo una equis en la única parte no sombreada
de M , que está fuera de P , como lo exige la proposición de forma
O.

243
M n S = (f>
El diagrama anterior ya está completo. Nosotros lo hemos
dibujado en tres pasos por razones pedagógicas, pero el lector se
habrá dado cuenta que esto puede hacerse fácilmente en solamente
un paso. Corresponde aplicar ahora la regla R19. Esto se hace
observando atentamente si la conclusión ha quedado graficada
automáticamente al graficarse las premisas. En efecto, ha ocurri­
do así pues el diagrama nos dice con toda claridad que existe al
menos un objeto x fuera del círculo P y dentro del círculo S, lo
que significa que la intersección entre S y P es diferente del con­
junto vacío, que es lo que afirma la traducción algebraica de la O.
Consecuentemente, el silogismo anterior es lógicamente válido y
podemos decir que todo silogismo del modo OAO de la tercera
figura (OAO-3) es lógicamente válido. Los medievales, para acor­
darse del silogismo OAO-3 lo llamaban BOCARDO, que es una
ayuda nemotécnica cuyas vocales corresponden al modo del silo­
gismo analizado.
En lo que sigue daremos dos ejemplos adicionales para ga­
nar famñiaridad con los métodos de Venn:

(I) Ningún hombre es felin o


Todo felin o es un ser con garras
Luego, algunos seres con garras no son hombres.
(II) Todos los peruanos son americanos
Todos los limeños son peruanos
Luego, todos los limeños son americanos.

244
(III) Todos los hombres hablan
Todos los loros hablan
Luego, todos los loros son hombres.

El esquema algebraico del primer silogismo es el siguiente:

P n M = (j)
M n S = <|>

S n P * (j>

Graficando las premisas obtendremos el siguiente diagrama:

Como se observa, la conclusión no ha quedado automá­


ticamente grafícada al diagramarse las premisas. Para qüé ello ocu­
rra hace falta que, como la conclusión es de forma O, aparezca una
equis en alguna parte de la zona del círculo S que está fuera del
círculo P, lo que no sucede. Consecuentemente, un silogismo de la
forma EOA de la cuarta figura (EAO-4) no es lógicamente válido.
Anotamos que una de las deficiencias de la lógica aristotélica y de
la medieval fue considerar a este silogismo válido.
El esquema algebraico del segundo silogismo es el siguiente:

M n P _ = <j>
S n M = <j>

S n P =<|>

El diagrama resultante es el dibujado a continuación:

245
Como se observa, la conclusión que es una proposición de
forma A, ha quedado automáticamente graficada al completarse
el diagrama de las premisas. Consecuentemente, un silogismo del
modo AAA de la primera figura (AAA-1) es lógicamente válido.
Los medievales lo llamaban silogismo BARBARA.
El esquema algebraico del tercer ejemplo es como sigue:

P n M = <j>
S n M = <i>

S n P =4>

El gráfico dibujado a continuación muestra que este silogis­


mo es lógicamente inválido porque, siendo la conclusión de for­
ma A, toda la zona de S que está fuera de P debe quedar rayada y
esto, en efecto, obviamente no sucede.

246
Como se puede constatar, la conclusión no ha quedado
automáticamente grafícada porque no aparece equis alguna en la
zona S n P , lo que significa que el silogismo examinado no es
válido.
Añadiremos un ejemplo en el que se usa un predicado nega­
tivo, lo que a menudo fuerza el uso del lenguaje natural pero pone
a prueba el uso de los diagramas de Venn para representar la
intersección entre dos o más conjuntos. El predicado que usare­
mos es 'no-fumador':

Todos los no-fumadores son ahorradores


Ningún vegetariano es fum ador
Luegoy todo vegetariano es ahorrador.

Las fórmulas de Boole correspondientes son:

(A ) M n P = <j)
(E ) S n M = <|>

(A ) S n P = *

Como puede observarse, la zona de S que está fuera de P ha


quedado totalmente sombreada al graficarse las dos premisas. Ello
significa que el silogismo anterior es válido, aunque no corres­
ponde directamente a ninguno de los 15 conocidos debido a que
usa un predicado negativo.

247
13.3 Silogismo en los que se establecen condiciones
necesarias

Intuitivamente W es condición necesaria para Z cuando la reali­


zación o cumplimiento de Z presupone el cumplimiento de W.
En otros términos, no es posible que se produzca Z y no W. Por
ejemplo, tener libreta electoral es condición necesaria para poder
para poder sufragar. Ello nos permite construir el siguiente con­
dicional verdadero: Si Juan ha sufragado en las elecciones de ayer en­
tonces tiene libreta electoral. En efecto, no es posible dentro de nues­
tro sistema legal que alguien sufrague y no tenga libreta electo­
ral. En cambio, es posible que alguien tenga libreta electoral y no
sufrague. La causa de eso podría ser una enfermedad o un viaje
el día de las elecciones. Debido a lo anterior el condicional Si Juan
tiene libreta electoral entonces ha sufragado en las últimas elecciones no
es necesariamente verdadero porque admite excepciones; el an­
tecedente puede ser verdadero pero el consecuente falso en el caso
de que, por ejemplo, Juan haya estado enfermo.
Lo dicho demuestra que la condición necesaria aparece siem­
pre en el consecuente de un condicional que es verdadero porque no
admite excepciones. Sin embargo, en el lenguaje natural la condi­
ción necesaria puede aparecer en la primera parte de una afirma­
ción. Cuando se dice Nadie sino un médico puede prescribir un
medicamento, lo que se está estableciendo es que ser médico es con­
dición necesaria para legalmente prescribir medicamentos. Y ello nos
permite afirmar Si Wprescribe un medicamento entonces es médico pero
no la proposición recíproca Si W es médico entonces prescribe un medi­
camento. Todo esto en el caso de que admitamos que ser médico es
condición necesaria para prescribir un medicamento. Otra manera
de decirlo sería Solamente los médicos pueden prescribir medicamentos.
Este análisis conduce a establecer que cuando estamos ante
una afirmación que establece que W es condición necesaria para Z
y deseamos traducirla a uno de los esquemas del cuadro de Boecio,
la solución es recurrir al esquema A con la salvedad de que la con­
dición necesaria no debe figurar en el lugar del sujeto sino del pre­
dicado, esto es, en el segundo lugar. Consecuentemente las afirma­
ciones Nadie sino un médico puede prescribir un medicamento y Sola­
mente los médicos pueden prescribir medicamentos deben ser traduci­

248
das por Todos los que prescriben medicamentos son médicos. Este expe­
diente permite su representación mediante los diagramas de Venn.
Un ejemplo ayudará a operativizar nuestra explicación.
Este silogismo lo podemos traducir aplicando los criterios
expuestos de la siguiente manera:

N adie sino los ap robad os ingresarán a l aula


Solam ente los que ingresan a l aula recibirán prem io

Luego, solam ente los ap robad os recibirán p rem io.


El método de los diagramas de Venn es completamente apli­
cable a tales inferencias inmediatas para decidir su validez lógi­
ca. En este caso también se cumple:

Todos los que Ingresarán a l au la serán los aprobados


Todos los que recibirán p rem io ingresarán a l aula
Luego, todos los que recibirán p rem io serán los aprobados.

Dejamos al lector, como ejercicio, la construcción del diagra­


ma de Venn respectivo. Se trata de modos y figuras que deben
serle conocidos.

13.4 Inferencias inmediatas

La lógica tradicional trataba de un conjunto de inferencias a las


que llamaba inmediatas, porque están constituidas sólo por dos
proposiciones de las cuales una cumple la función de premisa y
la otra de conclusión. Asimismo, las proposiciones usadas tradi­
cionalmente en tales inferencias son de una de las cuatro formas:
A, E, I, O. Ejemplos de este tipo de inferencias son:

I) Ningún p eru an o es australiano


L u ego, ningún australiano es p eru an o.
II) Todos los enteros p a r e s son números
Luego, todos los números son enteros p a res.

III) Algunos peru an os no son religiosos


L u ego, algunos religiosos no son peruanos.

249
lo establecido por la regla R19 para el caso de los silogismos.
Consecuentemente, una inferencia inmediata es lógicamente
válida si sólo si al graficarse su premisa queda automáticamente
graficada su conclusión.
En lo que sigue nosotros decidiremos la validez sólo del ter­
cer ejemplo; los otros dos, que son muy sencillos, lo dejamos al
lector como parte de su práctica.

El gráfico muestra claramente que la inferencia no es válida,


pues para serlo debería haber una equis en la zona común a S y P,
y eso no ocurre.

13.5 Falacias Lógicas y Retóricas

Las inferencias lógicamente inválidas, de acuerdo con los diagra­


mas de Venn, son falacias de la lógica de los predicados.
Las falacias así definidas son carácter estructural, formal,
sintáctico o estrictamente lógico. A ellas se puede añadir lo que se
denomina falacias semánticas cuyo origen es el uso de términos
cuyo significado es ambiguo. Un ejemplo es el siguiente silogis­
mo: Todos los países descritos por algún narrador famoso están
situados en algunos de los cinco continentes. Alicia y sus per­
sonajes vivieron en un país descrito por un narrador famoso.
Por tanto, Alicia y sus personajes vivieron en un país situado
en alguno de los cinco continentes. El error, intencional o no,
consiste en que el término medio, "país descrito por algún narra­
dor famoso", ha sido utilizado con dos significados distintos. En
el primer caso se refiere sólo a países geográficamente existentes
y en el segundo caso se refiere a un país de ficción. De esta mane­
ra un solo término encubre dos y, consecuentemente, el silogismo
anterior tiene realmente cuatro términos, cuando por definición

250
debe tener sólo tres. Por ello a esta falacia, que generalmente se
comete en el uso del término medio, se le llama falacia de cuarto
término, en latín, Quatemio terminorum.
Hay otro tipo de falacias ajenas al campo de la lógica y se
denominan retóricas. Se incluyen en algunos manuales porque
tienen frecuentemente semejanza con el uso de silogismos. Sin
embargo, la aplicación de un método como el de Venn, o cual­
quier otro adecuado, permite mostrar la diferencia entre una de­
ficiencia estructural o sintáctica y una de carácter semántico. Las
falacias retóricas se basan en la significación difusa de los térmi­
nos y en el impacto emocional que tienen en el auditorio. Los as­
pectos sintácticos carecen, en este caso, de importancia. Un estu­
dio detallado de este tema escapa a los objetivos de este texto.
Como orientación general señalaremos que los argumentos
retóricos se proponen exclusivamente convencer a un público o
auditorio. Ellos no pretenden probar la verdad como ocurre en la
lógica. Un ejemplo de falacia rétorica es la expresión Vox populi,
Vox dei, que significa literalmente que la voz del pueblo es la voz
de Dios. En breve, se asume que las mayorías siempre dicen la
verdad o tienen la razón. Esta falacia se denomina Argumento ad
populum. Su falsedad es clara, durante siglos el pueblo dijo que la
Tierra no se movía y se encarceló a Galileo y se persiguió a
Copérnico por decir lo contrario. Este ejemplo histórico, y mu­
chos como él, prueban concluyentemente que lo que dice el pue­
blo no es necesariamente verdadero.
Existen muchos falacias retóricas semejantes a la anterior.
Mencionaremos sólo algunas de las más conocidas. El recurso al
Argumentum ad Verecundiam consiste en apelar a una autoridad
muy prominente para apoyar la afirmación que se sostiene. Por
ejemplo, en la Edad Media se decía "la Tierra no se mueve" es
indudable porque Aristóteles así lo escribió. Y en efecto, Aristóteles
fue un pensador, aún hoy, de notable solvencia intelectual, pero
ninguna persona, por sabia que sea, es fuente de verdad. Desde
hace mucho tiempo todos conocemos que respecto de la posición
y movimiento de la tierra Aristóteles se equivocó. El Argumentum
ad hominem consiste en refutar una tesis descalificando a la perso­
na que la sostiene. Un ejemplo de esta falacia sería afirmar que lo
que decía Winston Churchill era falso porque padecía de alcoho­

251
lismo. El Argumenhim ad misericordiam consiste en apelar a los sen­
timientos piadosos o humanitarios del auditorio para que se acepte
una conclusión. Por ejemplo, que un acusado no es culpable por­
que su infancia fue muy dura y miserable. La falacia ignoratio
elenchi (ignorancia del asunto) consiste en pretender probar una
afirmación con argumentos que carecen de pertinencia o antingen-
cia. Por ejemplo, pretender probar la verdad de un enunciado
sobre un experimento recurriendo al trabajo denodado de los
investigadores científicos. La falacia de la Falsa generalización
es uno de los casos especiales porque es de carácter lógico y retó­
rico. Consiste en atribuir una propiedad a todo un conjunto
cuando se ha constatado que la poseen sólo algunos elementos de
éste. Su invalidez lógica se prueba demostrando que las fórmulas
(3x) Px (Vx) Px y Fa (Vx) Fx son lógicamente inválidas. Ello
ocurre cuando se afirma que «Todos los brasileños son buenos
futbolistas» porque se conoce que algunos efectivamente lo son.
La comprensión del funcionamiento de las dos fórmulas anterio­
res requiere del estudio de la lección 14. En fin, hay otras muchas
falacias retóricas menos frecuentes. Lo común a todas es que pre­
tenden persuadir a un auditorio para obtener su apoyo sin que
interese la verdad. Los sofistas griegos fueron los que usaron con
especial maestría las falacias retóricas cuando intervenián en el
Ágora de Atenas, por encargo de quienes tenían poder pero no el
don de la palabra, para influir en las decisiones de la ciudad to­
madas mediante votación. Como se conoce, el Ágora de Atenas
es uno de los lejanos antecedentes de los parlamentos modernos.

252
XIV
EL LENGUAJE PREDICATIVO

Objetivos:

• Conocer y aplicar un sistema formal cuyos mecanismos de fun­


cionamiento no se fundan en la observación de diagramas sino
en reglas de deducción.
• Formalizar usando el lenguaje PMP expresiones monádicas y
relaciónales cuantificadas.
• Analizar la estructura interna de las proposiciones y ampliar
las reglas RDN.
• Superar las limitaciones propias de los diagramas de Venn.
CUESTIONARIO 14
EL LENGUAJE PREDICATIVO PMP

Instrucciones

I. Determinar cuáles de las siguientes fórmulas no son inter­


pretables como proposiciones.
1. F ( a , b )
2. ( 3 y ) F ( x , y )
3. ( 3 y ) F ( y ) - > ( V y ) F ( x ) )
4. (V x ) (V y ) F ( x , y ) -» R ( x , y )
5. P ( x ) a ~ Q ( x )
6. P ( a ) A ~ Q ( a )

II. Determinar cuáles de las siguientes fórmulas están en forma


normal prenex.
1. (V X ) F ( X ) V ( 3 y ) G ( y )
2 . F ( a , b ) - > ( 3 x ) ( F ( X/b) a ~ P ( x ) )
3. (Vx)( 3 y ) R ( x , y )
4. (Vx) F ( x ) -» (V x ) Q( x )
5. (Vx)( 3 y ) ( R ( x , y ) - > S ( x ) )
6. (Vx) (Vy) (Vz) ( ( R ( x , y ) A R ( y , z ) ) - > R ( x , z ) )

III. ¿Cuáles de las siguientes fórmulas no son lógicamente válidas?


1. ( V x ) F ( x ) ^ F a
2. ( 3 x ) F ( x ) - > F ( y )
3. F a ^ ( V y ) F ( y )
4. ( 3 x ) F ( x ) - > ( V y ) F ( y )
5. ( 3 y ) P ( y ) - > ( V x ) P ( x ) )
6. ( V x ) ( 3 y ) R ( x , y ) - » ( 3 y ) ( V x ) R ( x , y )

IV. Formalizar, usando cuantifícadores, las siguientes afirmaciones:

1. No todos los números son pares.


2. Algunos números son primos.

[255]
3. Ningún electrón es un protón.
4. Cada alumno tiene nota aprobatoria.
5. Solamente los aprobados recibirán diploma.
6. Si todos son enemigos de todos, entonces cada uno es su propio
enemigo.
7. Hay una persona que ama a todas las personas.
8. Hay un número natural que es menor que todos los números
naturales.
9. Hay al menos un alumno que se matricula en todos los cursos
10. Todas las cabezas de caballo son cabezas de animales.

V. Probar las siguientes equivalencias (Puede usarse la regla RAA)

l-(3y)(P(y)-*(Vx)P(x))*>((Vy)P(y)-»(Vx)P(x))
2 . ( Vx ) ( P ( x ) a Q ( x ) ) o ( ( V x ) P ( x ) ) a ( V x ) Q ( x ) )
3.(Vx)(P(x)v(Vy)Q(y))H((Vx)P(x)v(Vy)Q(y))
4 . ( 3 x ) ( P ( x ) v Q ( x ) ) « ( ( 3 x ) P ( x ) v ( 3 x ) Q ( x ))

VI. Construir una deducción que pruebe que las premisas impli­
can a la conclusión.

1. Todos los cuadros son rombos


Algunos rectángulos no son rombos
Luégo, algunos rectángulos no son cuadros.
2. Ningún número imaginario es un número real
Algunos números complejos son números reales
Luego, algunos números com plejos no son imaginarios.
3. Ningún número imaginario es un número real
Todos los números racionales son números reales
Luego, ningún número racional es imaginario.
4. Todos los cuadros son polígonos regulares
Ningún trapezoide es un polígono regular
Luego, ningún trapezoide es un cuadrado
5. Hay un cisne que no es negro
Luego, no todos los cisnes son negros.

256
LECCIÓN 14
Un lenguaje predicativo PMP

En esta lección, nos proponemos incrementar el repertorio de sím­


bolos y de reglas del lenguaje proposicional PM extendiéndolo a
un lenguaje predicativo PMP, el mismo que se construye añadien­
do medios expresivos que nos permitirán analizar la estructura
interna de las proposiciones y ampliar nuestras reglas de deduc­
ción. Si consideramos un esquema de fórmula como A B , ahora
estaremos en condiciones de decidir, en situaciones específicas,
en base al examen de la estructura interna de A y de B, si el con­
secuente se deduce o no del antecedente.

14.1 Predicados lógicos

Hay una semejanza parcial entre los predicados del lenguaje na­
tural y los predicados lógicos, en el sentido, de que palabras, que
denotan propiedades o cualidades como 'rojo', 'caliente', 'veloz7,
'peruano', etc. son predicados gramaticales y también son predi­
cados lógicos de una posición, porque se afirman de sólo un nom­
bre; por ejemplo, 'Juan es veloz'. La diferencia se produce con tér­
minos como 'gato', 'león' u otros que son sustantivos comunes
pero que en lógica, en ningún caso, son nombres sino predicados.
La situación se acentúa más con palabras como 'hermano', 'cu­
ñado', 'cabeza'que el lenguaje PMP considera predicados de dos
posiciones o predicados relaciónales en el sentido de que se apli­
can a dos nombres; por ejemplo, 'Juan es hermano de Magda' o
'Elena es cuñada de Rosa'. En estos casos, de manera general, los

[257]
predicados son '...hermano de '...cuñada de../, '...cabeza de...'.
Como para comprender el sentido de estos predicados no es ne­
cesario determinar nombre alguno, en lugar de ello podemos usar
letras tales como x, y, z, etc. cuyo sentido es representar cualquier
nombre sin necesidad de especificarlo. Debido a lo dicho, tales
letras se conocen como variables de nombre o variables indivi­
duales. De manera análoga, en lugar de 'hermano de', 'cuñado
de' y 'cabeza de' podemos usar letras mayúsculas R, S, T, VV, etc.
De tal suerte que los ejemplos anteriores pueden quedar repre­
sentados por las fórmulas R( x , y ), S( x , y ), T( x , y ). A las
letras mayúsculas anteriores se les denomina variables predica­
tivas o, simplemente, letras predicativas. Su función es represen­
tar cualquier predicado de dos posiciones lo que no quiere decir
que sen las únicas variables predicativas que usemos. Podemos
usar cualquier otra letra mayúscula, y, lo que define su sentido
en el lenguaje PMP, es el número de variable de individuo que
se escribe a su derecha.
Los predicados que se aplican a una sola variable de nombre
también se representan mediante variables predicativas. Por ejem­
plo, el predicado 'número par' se escribe en PMP así: P ( x ).
Análogamente, 'gato' se puede representar por G ( y).
En el lenguaje natural la fórmula P ( x ) se lee x es P o x tiene
la propiedad P. Particularizando la expresión a la interpretación
que hemos dado en estas exposición, tendríamos como lectura: x
es una número par. Y para G ( y ) la lectura sería y es un gato. En
circunstancias en las que el contexto está claro y se requiere ser
muy rápido y operativo las fórmulas como P(x) se leen en térmi­
nos eje P de x.
Á las fórmulas de la forma R ( x , y ) se las lee: el par x, y
satisface la relación R, o el par x , y cumple la relación R. En algu­
nos textos se propone la siguiente lectura: entre el par x, y existe
la relación R. Esta propuesta es intituitiva pero es inexacta por­
que equivale a cuantificar existencialmente a la variable predi­
cativa R, lo que rebaza a un lenguaje de primer orden como PMP.
Sin embargo, el lector principiante sólo podrá comprender este
argumento, con exactitud, en un texto más avanzado que este.
A las fórmulas P ( x ) , G ( y ) etc. Se les denomina funciones
proposicionales monádicas o de grado 1 porque su variable

258
predicativas se aplican a una sola variable de nombre. A las fór­
mulas R ( x , y ) , S ( w , z ) , etc. Se les llama fu nciones
proposicionales diádicas porque sus variables predicativas se
aplican a un par de variables de nombre. Hay funciones
proposicionales triádicas porque sus variables predicativas se
aplican a tres variables. Y, en general, hay funciones proposi­
cionales de grado n cuando sus variables predicativas se apli­
can a n variables de nombre y n es un número tan grande como
se desee. La forma general de una función predicativa de grado
n es P ( x , xy ..., x ) en la que el exponente n sólo indica el
grado de la variable"predicativa P y, por tanto, de la fórmula en
su conjunto. Siempre que n 3 2, la variable predicativa es una
relación.

14.2 Proposiciones en el lenguaje PMP

Debido a que el lenguaje PMP es de primer orden, se asume que


las variables predicativas se comportan como predicados o cons­
tantes predicativas en el sentido de que siempre que se las escri­
be, el contexto determina su significado específico.
Sin embargo, aunque se asume que el significado de las va­
riables predicativas es conocido, por lo que se les llama abrevia­
damente predicados, en cambio el significado de una función
proposicional cualquiera P ( x ) se considera desconocido porque
como x no es un nombre no se sabe de qué objeto se predica P y,
consecuentemente, P ( x ) no es ni verdadera ni falsa. Sim ple­
mente, las funciones proposicionales, desde el punto de vista
lógico, carecen de valores de verdad (verdadero-falso) llamado
también valores aléticos o veritacionales.
Un primer mecanismo para lograr dotar a una fórmula P ( x )
de un valor alético consiste en reemplazar todas sus variables de
nombre por nombres o constantes individuales que se represen­
tan por las primeras letras minúsculas del alfabeto a, b, c , ... En
caso necesario se usa subíndices a , ay ..., ba, by ... Estas constan­
tes individuales son, en este contexto nombres propios abre­
viados . Si asumimos que P es el predicado 'peruano' y a una
manera abreviada de escribir Tupac Amaru' entonces desde P ( x )
podemos obtener P ( a ) como una proposición verdadera porque

259
la variable x ha sido reemplazada por el nombre de un individuo
que tiene la propiedad de ser peruano. Si b es una manera abre­
viada de escribir 'Leonardo de Vinci' entonces P ( b ) será, evi­
dentemente, una proposición falsa.
Es importante señalar que, en el lenguaje PMP, los números
naturales, enteros, racionales, reales y complejos son considera­
dos nombres propios o constantes indi-viduales. De tal suerte,
que si Q es el predicado 'impar7, entonces Q ( y ) es una función
proposicional y Q ( 6 ) es una proposición falsa. En general, a
fórmulas como P ( b ), Q (6) etc. las llamaremos ejemplificadones,
las mismas que permiten deducir que para dotar de significado a
una función proposicional o interpretarla es necesario recurrir a
un conjunto, no vacío, de objetos o individuos nombrables al que
denominaremos dominio de interpretación. Este puede ser un
conjunto muy pequeño o bastante grande; pero siempre limitado
a sólo los objetos de los que pretendemos hablar: personas, nú­
meros, figuras geométricas, etc. Los conjuntos que pretenden in­
cluir todo tipo de objetos están excluidos como dominios de in­
terpretación. Asimismo la única manera de hablar de los objetos
de un conjunto es asignándoles nombres al7 a3, ...etc.

Definición 19. Una función proposicional P(x^.,.xJ de grado n se convierte


en proposición si, y sólo sí, cada una de sus variables de nombre es reemplazada
por una letra constante individual o nombre.

14.3 Términos y fórmulas

A las letras variables de nombre y a las constantes individuales


se le» denomina, por convención, términos y nos referimos a ellos
mediante la letra minúscula t. En cambio, a las letras P, Q, R, etc.,
como dijimos antes, las denominaremos abreviadamente predi­
cados. Las variables de nombre son términos que se refieren a in­
dividuos u objetos no especificados del dominio de interpretación
cuya identidad se desconoce. Las constantes individuales están
asociadas con individuos específicos del dominio de interpreta­
ción. Adicionalmente, aunque no las utilizaremos en este manual,
las letras que denotan funciones matemáticas de la forma f (x) tam­
bién son términos en el lenguaje PMP. Asimismo, una letra pre-

260
dicativa del tipo P, Q, etc. No es una fórmula de PMP y tampoco
lo es un término aislado. Pero una letra predicativa de grado n
seguida de n términos si es una fórmula. Es el caso de P( x ), P
( a ), R ( x, y ), R ( a , y ), R ( x , b ), R ( a, b ), que sí son fórmulas
de PMP bajo la suposición de que P es un predicado de grado 1
y de que R es un predicado de grado 2. Las fórmulas anteriores
son, excepto la segunda y la última, funciones proposicionales
porque en ellas hay al menos una variable que no ha sido susti­
tuida por un nombre, la misma que se llama variable libre. Asi­
mismo, las fórmulas predicativas que tienen al menos una varia­
ble de nombre libre se denominan fórmulas abiertas. Todas las
fórmulas anteriores son atómicas y la conjunción, disyunción in­
clusiva, disyunción exclusiva, el condicional, la equivalencia y la
incompatibilidad que las tienen como componentes son fórmu­
las predicativas moleculares de PMP. Ejemplo : P ( x ) v R ( x , b ) .

14.4 Cuantificadores

En el lenguaje natural hay términos como 'todos7, 'cada uno',


'cualquiera', etc. que se usan para hacer referencia a la totalidad
de los miembros de un conjunto. Por ejemplo la afirmación 'Cual­
quier ciudadano puede defender la constitucionalidad de la Re­
pública' significa que todo ciudadano puede hacerlo. Si en el sa­
lón de clases el profesor dice Cada uno tome su lápiz, se entiende
que la orden debe ser cumplida por todos los alumnos.
Todas estas expresiones del lenguaje natural son expresadas
en el lenguaje PMP mediante el operador ' V ' que se denomina
cuantificador universal. También hay expresiones como 'hay un
objeto', 'existe al menos uno', 'alguna cosa', 'al menos una cosa'
etc. que en el lenguaje PMP son representadas por el operador' 3 '
denominado cuantificador existencial. En la medida que los
cuantificadores están siempre asociados a variables de nombre
los escribiremos así ( V x) y ( 3 x ). Asimismo, anotamos que las
variables de nombre cumplen en PMP una función muy semejan­
te a la cumplida por los pronombres personales en los lenguajes
naturales como el castellano, ingles, etc.
Supongamos que la función proposicional L ( x,a ) la inter­
pretamos en el lenguaje natural como la expresión 'x aprende

261
Matemática' donde a es el nombre de la asignatura de Matemáti­
ca y señalamos como dominio de interpretación al conjunto de
los alumnos de un salón de clase D. Es posible que afirmemos la
proposición 'Hay al menos un alumno que aprende Matemática',
la misma que puede ser formalizada en el lenguaje PMP como
( 3 x ) L ( x , a ) . Igualmente, la proposición Todos los alumnos de
la clase aprenden Matemática' puede ser formalizada como (V x )
L ( x, a ). La primera fórmula la leeremos Existe al menos un indivi­
duo x tal que x aprende Matemática y la segunda Para todo individuo
x, x aprende Matemática.
De lo anterior se infiere que cuando anteponemos un cuanti-
ficador existencial a una función proposicional lo que hacemos es
afirmar que el conjunto de individuos que satisface un determi­
nado predicado no es vacío.En cambio, cuando anteponemos un
cuantificador universal a una función proposicional afirmamos
que todos los miembros de un conjunto satisfacen un predicado.
Como sabemos, en ambos casos, ese conjunto se denomina domi­
nio de interpretación.

14.5 Fórmulas cerradas

Si tenemos una función proposicional L ( x , y ), denominada tam­


bién fórmula abierta, y le anteponemos un cuantificador que afec­
ta a cada una de sus variables libres, entonces obtenemos una fór­
mula cerrada de la forma ( V x ) ( 3 y ) L ( x , y ) y a l a s letras x , y se
les denomina en este caso variables ligadas. Si asimismo mante­
nemos la interpretación anterior de tal manera que x varía sobre el
conjunto D de los alumnos e y varía sobre el conjunto D* de las
asignaturas del currículum, entonces la fórmula anterior puede leer­
se en lenguaje natural como Para todo alumno x, existe al menos una
asignatura y, tal que x estudia y. Esta proposición equivale a la ora­
ción coloquial Todo alumno estudia alguna asignatura'.
En este caso el dominio de interpretación es un conjunto de
pares ordenados que constituyen el producto cartesiano D x D*.
Es respecto de este dominio que los cuantificadores adquieren
significado y que la fórmula anterior es verdadera o falsa. Será lo
primero si, en efecto, todo alumno estudia al menos una asigna­
tura. Y será lo segundo si existe algún alumno que no estudia

262
asignatura alguna. De lo dicho se deduce que una fórmula ce­
rrada sí es una proposición en el sentido de que es verdadera o
falsa respecto de un dominio de interpretación.

14.6 Alcance de un cuantificador

Examinemos los siguientes ejemplos:

i) ( V x ) ( P ( x ) v Q ( x ) )
ii) ( V x ) L ( x , y) v ( 3 y ) R ( x , y )
m) (3 x ) L ( x,a) v Q ( x ) )

Se denomina alcance de un cuanfificador a la porción de una


fórmula, hacia su derecha, dentro de la cual liga las ocurrencias o
apariciones de una variable. Un cuantificador hacia su derecha sólo
puede tener o un paréntesis '('/ llamado de abre, o una letra
predicativa con n términos de la forma P ( t t ). En el primer
caso, su alcance llega hasta el respectivo paréntesis')', llamado de
cierre, y en el segundo caso, su alcance llega hasta el paréntesis que
cierra al término t . En el ejemplo i) la variable x tiene dos ocurren­
cias ligadas, porque el cuantificador es el operador de mayor jerar­
quía debido a que es externo respecto de los paréntesis que agru­
pan a la disyunción inclusiva. La primera ocurrencia de x en i) no la
contamos porque en ella forma parte del cuantificador. Con la ex­
cepción anterior, definimos las ocurrencias de una variable de
nombre v en una fórmula F como el número de veces que aparece
v en F a la derecha de algún predicado.
En el ejemplo n) la disyunción inclusiva es el operador de
mayor jerarquía, porque el alcance del primer cuantificador ter­
mina antes de la primera conectiva a su derecha. El segundo
cuantificador no puede disputarle la jerarquía a 'v' porque, sim­
plemente, no tiene alcance hacia la izquierda y 'v ' sí tiene alcance
hacia la izquierda y hacia la derecha. En este ejemplo la primera
ocurrencia de y es libre porque el primer cuantificador sólo liga
la primera ocurrencia de x y el segundo no tiene alcance alguno
hacia la izquierda. Asimismo, la segunda ocurrencia de x tam­
bién es libre porque el segundo cuantificador no liga a x pero si la
segunda ocurrencia de y.

263
En el ejemplo m) las dos ocurrencias de la única variable es­
tán ligadas y a la letra a no se le puede aplicar un cuantificador
porque no es una variable sino una constante individual con sig­
nificado específico. Tanto el primer ejemplo como el tercero son
fórmulas cerradas interpretables como proposiciones generales,
universal y existencial, respectivamente. El segundo ejemplo es
una función proposicional de forma disyuntiva a causa de que
tiene a y como variable libre, en su primera ocurrencia, y a x en la
misma situación, en su segunda ocurrencia. Por tanto, este ejem­
plo no es una proposición en el lenguaje PMP.

14.7 Forma normal prenex

Si consideramos una función proposicional tal como L ( x , y ) en­


contramos que hay ocho maneras distintas de cerrarla.

(Vx)(Vy)L(x,y)
( Vy)( Vx)L(x,y)
(3x)(3y)L(x,y)
(3y)(3x)L(x,y)
(Vx)(3y)L(x,y)
(3y)(Vx)L(x,y)
(Vy)(3x)L(x,y)
(3x)(Vy)L(x,y)

Si esta vez interpretamos L ( x, y ) como x ama a y, entonces el


dominio de interpretación va a ser el conjunto de los pares o pa­
rejas de seres humanos. Si denominamos al conjunto de los seres
humanos H, entonces el dominio de interpre-tación estará consti-

264
2
tuidos por el producto cartesiano de H x H ( H ). En la medida
que todas las fórmulas anteriores son cerradas, entonces cada una
2
de ellas será verdadera o falsa respecto de H .
La interpretación de las dos primeras fórmulas afirma que
todo ser humano ama a todo ser humano lo que equivale a soste­
ner que todos los pares ordenados que formemos con el conjunto
H satisfacen la función proposicional x ama a y. De ser asi, las dos
primeras fórmulas son lógicamente equivalentes.
Las fórmulas tercera y cuarta también son lógicamente equi­
valentes. La interpretación de ambas afirma hay al menos una
persona que ama a al menos una persona. Las cuatro primeras
fórmulas establecen que el orden es irrelevante cuando los cuanti-
ficadores que están antepuestos a una fórmula, denominados en
conjunto prefijo, son todos universales o todos existenciales.
La quinta fórmula se interpreta en función de que toda perso­
na ama a al menos tina persona. Esta proposición excluye la posibili­
dad de que haya una persona que no ame a persona alguna.
La sexta fórmula establece que hay al menos una persona
que es amada por todos, cuyo sentidos es distinto del de la ante­
rior a causa sólo del diferente orden en el que aparecen los cuanti-
ficadores. La séptima fórmula afirma la totaüdad de las personas
es amada por al menos una persona. Y la última afirma que hay al
menos una persona que ama a todas las personas.
El sentido distinto, en cada caso, que muestran las interpre­
taciones de las cuatro últimas fórmulas prueban que cuando los
cuantificadores que forman el prefijo son universales y existen­
ciales el orden es relevante y si es alterado se altera también las
condiciones de verdad de las fórmulas correspondientes.
Se dice que cuando una fórmula exhibe todos los cuanti­
ficadores adelante, independientemente del orden en que se en­
cuentren, entonces está en forma normal prenex. Asimismo, si
ocurre que en el prefijo todos los cuantificadores existenciales
preceden a los cuantificadores universales, entonces está en for­
ma normal de Skolem.
Los ocho ejemplos anteriores están en forma normal prenex.
Los ejemplos sexto y octavo son ejemplos de la forma normal de
Skolem. Las fórmulas tercera y cuarta ilustran, además, el caso en
el que el número de cuantificadores universales es igual a cero.

265
14.8 Formalización del cuadro de Boecio en el lenguaje
PMP

Un ejemplo de la proposición A del cuadro de Boecio es la afir­


mación física 'Todos los cuerpos que se someten a la acción del calor
se dilatan. En esta afirmación hay dos predicados monádicos. El
primero x es un cuerpo sometido a la acción del calor y el segundo x
se dilata. Al primero lo escribimos como P( x ) al segundo como
Q ( x ), siguiendo convenciones antes establecidas. Un aspecto
adicional a considerar es que toda afirmación general universal
del tipo de A es interpretada como hipotética en el sentido de que
no es posible constatar que todos los individuos de un conjunto
tienen una propiedad cuando este conjunto es infinito. Y ocurre
que en la formalización de las teorías científicas con frecuencia
hay que postular que los dominios de interpretación son conjun­
tos infinitos, como, por ejemplo, el conjunto de los números na­
turales. Ello conduce a que se interprete que la estructura interna
de una proposición A es condicional y a que pueda ser adecua­
damente parafraseada como sigue: Para todo objeto x, si x tiene la
propiedad P, entonces x tiene la propiedad Q. Ello nos conduce a la
siguiente fórmula:

(A ) (Vx)(P(x)-»Q(x)

Una afirmación del tipo E también es en el lenguaje PMP una


fórmúla general universal de estructura interna condicional por
la misma razón que antes expusimos. Manteniendo la misma in­
terpretación de los predicados P y Q, la afirmación Ningún cuerpo
sometido a la acción del calor se dilata puede ser parafraseada así:
Para todo objeto x, si x tiene la propiedad de ser sometido a la acción del
calor, entonces x no tiene la propiedad de dilatarse. Esto da lugar a la
siguiente fórmula:

(E ) ( V x ) ( P ( x ) —» ~ Q ( x ) )

Una afirmación del tipo I, que es una fórmula general


existencial afirmativa, dentro de la misma interpretación es
parafraseada así: Existe al menos un objeto x tal que x tiene al mismo

266
tiempo la propiedad de ser sometido a la acción del calor y de dilatarse.
La respectiva fórmula es la siguiente:

(I) (3x)(P (x)aQ (x)

De manera análoga el parafraseo de una proposición del tipo O


es: Existe al menos un objeto x, tal que x tiene la propiedad de ser sometido
a la acción del calor y x no se dilata. La fórmula en este caso es :

(O ) ( 3 x ) ( P ( x ) a ~ Q ( x ))

14,9 Formalización de proposiciones con predicados de


grado 2

Una limitación fundamental del cuadro de Boecio y de la teoría


del silogismo de Aristóteles, es que no permite traducir al lenguaje
lógico proposiciones científicas, inclusive algunas muy elemen­
tales. La razón es que las afirmaciones científicas establecen re­
laciones entre los objetos de un conjunto o dominio, lo que no pue­
de ser formulada mediante predicados monádicos que son los
únicos que admiten el cuadro de Boecio. Por ejemplo, la afirma­
ción que dice dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí,
que se usa como axioma en los Elementos de Euclides, no puede
ser expresada usando los medios expresivos del cuadro de Boe­
cio debido a que este viejo axioma contiene el predicado de igual­
dad que sólo puede ser formalizado usando un predicado de gra­
do 2, denominado también una relación.
Sí formalizamos el predicado x es igual a y mediante la fun­
ción proposicional R ( x, y ), entonces la proposición matemática
antes mencionada da lugar a la siguiente formalización:

(V X ) (V y ) (V z ) ( ( R ( x , y ) a ( R ( y, z ) ) —> R ( x , z ))

La lectura de esta fórmula, que es también su parafraseo en


lenguaje natural es: Para toda terna de objetos x, y, z, si el primero
está con el segundo en la relación R y si el segundo está con el tercero en
relación R, entonces el primero está con el tercero en la relación R.

267
Hay otras afirmaciones, comunes en aritmética, que tampo­
co pueden ser expresadas en el lenguaje de Aristóteles y Boecio.
Por ejemplo la proposición T ara todo tipo de número natural
existe siempre otro mayor que él" la misma que equivale a la pro­
posición negativa 'No existe el mayor número natural'. Si forma­
lizamos el predicado relacional x es mayor que y mediante la fun­
ción proposicional M ( x, y ), la formalización correspondiente es:

( Vy ) ( 3 x ) M ( x, y )

14.10 Reglas de equivalencia entre cuantificadores

Los esquemas de fórmula que presentamos, en lo que sigue, tie­


nen validez general sin que las limite el hecho de que el predica­
do que escribimos sea presentado como monádico. Lo que ellas
autorizan es a intercambiar un cuantificador universal negado en
el flanco izquierdo (externo) por uno existencial negado en el flan­
co derecho (interno) y un cuantificador existencial negado en el
flanco externo por uno universal negado en el flanco interno. La
tercera y la cuarta equivalencia son consecuencias lógicas de las
anteriores.

~(Vx)P(x)o(3x)~P(x)
~ ( 3,x ) P ( x ) < - » ( V x ) ~ P ( x )
~(3x)~P(x)-o-(Vx)P(x)
~{ V x ) ~ P ( x ) o ( B x ) P ( x )

Si se supone que el dominio de interpretación es un conjun­


to finito de n objetos, la prueba de las equivalencias anteriores
es inmediata en relación con los conocimientos brindados en este
manual. Ella se basa en la aplicación de las reglas de De Morgan.
En tal caso una cuantificación universal es definida como una
conjunción de n compo-nentes y una cuantificación existencial
como una disyunción de tam bién n componentes. En la medi­
da que estamos trabajando con cuantificadores negados, la fór­
mulas ~ ( V x ) P ( x ) y ~ ( 3 x ) P ( x ) dan lugar a las siguientes
equivalencias:

268
~ ( V x ) P ( x ) ^ ~ ( P ( a i ) A P ( a 2) A ........A P ( a J )
- ( 3 x ) P ( x ) <-> - ( P ( a 1) v P ( a 2) v / . . . / v P ( a n) )

Si se obtiene, aplicando la regla de De Morgan, la equivalen­


cia de la conjunción negada, se tendrá una disyunción con cada
uno de sus n componentes negados que corresponde a la defini­
ción de (3 x ) ~ P ( x ). Y si, análogamente, se obtiene la equiva­
lencias de la disyunción negada, se obtendrá una conjunción de n
componentes, cada uno negado que es la definición de ( V x ) ~ P
( x ). Los detalles los dejamos como ejercicio en la medida que el
lector atento, al estudiar esta parte del libro, ya tiene conocimien­
tos y entrenamiento suficiente como para hacer las verificaciones
necesarias. La prueba de validez de la equivalencia mostrada por
la tercera y cuarta fórmula, restringida a este contexto, también
se puede efectuar, de manera inmediata, siguiendo el mismo pro­
cedimiento. Esta tarea la dejamos al lector.

14.11 R eg las de e lim in a ció n y re in tro d u cció n de


cuantificadores

La realización de deducciones con fórmulas cuantificadas requiere


de una ampliación de la versión que hemos dado antes de las re­
glas RDN de Gentzen. De esta manera, construiremos un siste­
ma de deducción natural RDNP que está constituido por RDN
más las reglas adicionales que a continuación expondremos. Es­
tas reglas tienen como función eliminar cuantificadores por me­
dios lógicamente válidos para permitir la aplicación de las reglas
de deducción a las conectivas que forman parte de la estructura
interna de las fórmulas cuantificadas. Luego, posibilitan la rein­
troducción de los cuantificadores, allí donde es posible, para ob­
tener las conclusiones buscadas.

14.11.1 Ejemplificación universal


Una fórmula de la forma ( Vx ) P ( x ) es verdadera respecto de
un dominio D si todos (y cada uno) de los elementos de D per­
miten la construcción de afirmaciones verdaderas de la forma Pa,
Pb, etc. (En este caso y en adelante, por razones de simplicidad,

269
escribiremos las constantes individuales sin paréntesis). Supon­
gamos que D = { 2, 4, 6..., 2n \y que la función proposicional P ( x )
es interpretada como x es par, luego la fórmula cerrada ( Vx ) P ( x )
es verdadera en D debido a que cada una de las afirmaciones
P (2), P (4), etc. es verdadera. Como cada una de estas afirmacio­
nes es un ejemplo o un caso particular respecto de ( Vx ) P ( x ),
podemos decidir que esta fórmula es verdadera en D porque to­
dos sus ejemplos son verdaderos. Lo anterior pone en claro que
la definición de la verdad de una proposición cuantificada debe
realizarse necesariamente respecto de un dominio, pues una mis­
ma proposición puede ser verdadera respecto de un dominio y
falsa respecto de otro. Por ejemplo, si tomamos como dominio de
interpretación el conjunto de los números naturales N = { 1, 2, 3,
..., n, n+1, ... \,debe resultar claro que la proposición ( Vx ) P ( x )
no es verdadera respecto de N porque tendría infinitos ejemplos
falsos, tales como P ( 1 ) , P ( 3 ), etc. Lo dicho nos permite dedu­
cir que si ( V x ) P ( x ) es verdadera, entonces cualquier ejemplo
de ella es verdadero o también un ejemplo concreto. La idea de
cualquier ejemplo la expresaremos a través de P ( y ) pues la va­
riable y no identifica individuo alguno. La idea de un ejemplo con­
creto la expresaremos usando nombres propios en fórmulas ta­
les como Pa. El esquema de esta reglas es:

( Vx ) P ( x ) ( Vx ) P ( x )
---------- ■
---------- --------------------- (EU) RDNP22
P(y) Pb

La postulación es que desde una fórmula cuantificada um­


versalmente podemos derivar o un ejemplo arbitrario o un ejem­
plo ¿concreto debido a que damos por sabido que todos los miem­
bros del dominio satisfacen la función proposicional P ( x ).
La idea de un ejemplo arbitrario es la de un ejemplo tomado
al azar como, por ejemplo, cuando se saca un bolo de un ánfora
en un sorteo.

14,11.2 Generalización universal


Esta regla permite reintroducir el cuantificador universal bajo la
presuposición de que la propiedad que es verdadera de un indi-

270
viduo arbitrariamente tomado de un dominio, es verdadera de
todo el dominio. Vale decir, si en una línea de deducción tene­
mos el ejemplo arbitrario P ( y ) y sabemos que la variable y no
está libre en nin-guna de las premisas que estamos utilizando, en­
tonces podemos deducir ( V x ) P( x ). El esquema es el siguiente:

P(y)
-------------------------( G U ) RDNP 23
( Vx ) P ( x ) siempre que y no aparezca al menos una vez
libre en alguna línea anterior que es premisa.

Esta regla no nos permite deducir, por ejemplo, de la afirma­


ción x es ladrón la conclusión Todos son ladrones porque la variable
x está libre en la única premisa que hemos usado.

14.11.3 Ejemplificaciones existencial

Una fórmula ( 3 x ) P ( x ) es verdadera, en un dominio D, si exis­


te al menos un objeto del domino que permite construir un ejem­
plo verdadero. Este objeto, que podría ser único, lo designaremos
con un nombre propio o constante individual que debe satisfacer
la condición de no haber aparecido antes en la deducción para
evitar la presuposición innecesaria de que se trata del mismo ob­
jeto al que hacen referencia otras proposiciones. El esqueleto es
el siguiente:

(3x)P(x)
( E E . ) RDÑP 24
Pa siempre que a no aparezca antes en la deducción

Esta regla nos impide deducir desde Hay un gato y Hay un


perro la conclusión Hay un animal que es a la vez perro y gato porque
tendríamos que presuponer que las premisas hacen referencia al
mismo objeto, lo que se impide con la restricción que establece
que el nombre propio que se introduzca por aplicación de EE. no
debe aparecer antes en la deducción.

271
14.11.4 Generalización existencial

Si en una línea de deducción tenemos un ejemplo arbitrario del


tipo P ( y ), entonces podemos deducir (3 x ) P ( x ). Esta fórmula
también puede ser deducida de un ejemplo con constante indivi­
dual tal como Pb. El esquema es como sigue:

P(y) P(a)
--------------------- --------------------- ( G E .) RDNP 25
(Bx)P(x) (3x)P(x)

Debe anotarse que en esta exposición la fórmula P ( y ) es


denominada función proposicional y también ejemplo arbitrario.
Ello introduce una dosis de ambigüedad que no puede evitarse
sin complicar la simbología que estamos utilizando a un nivel que
excede los alcances de este manual. Esta concesión al rigor es co­
mún en los textos introductorios.

14.12 A plicación de las reglas R D N P a la deducción


silogística
En esta sección formalizaremos algunos silogismos presentados
en lenguaje natural y mostraremos que su conclusión se deduce
desde las premisas aplicando las reglas RDNP. Para el efecto re­
curriremos directamente a un ejemplo.

Todas las criaturas hoscas son vistas con desconfianza


Todas las avispas son criaturas hoscas
lu e g o , todas las avispas son vistas con desconfianza

Si representamos con M ( x ), S ( x ) y P ( x ) los predicados x


es una criatura hosca, x es una avispa y x es una criatura vista con
desconfianza, respectivamente, entonces la formalización en el len­
guaje PMP del silogismo anterior y la deducción a que da lugar
aplicando las RDNP es la siguiente:

1. ( V x ) ( M ( x ) —» P ( x ) )
2. ( V x ) ( S ( x ) —» M ( x ) ) / ( V x ) ( S ( x ) -> P ( x ) )
3. M ( y ) -> P ( y ) EU. en ( 1 )

272
4. S (y )->M (y ) EU. en(2)
5. S ( y ) -> P ( y ) SH. en 3,4
6. ( Vx ) ( S ( x ) -> P ( x ) ) GU. en 5

El procedimiento anterior puede ser aplicado a la siguiente


deducción que es frecuentemente presentada como sí fuera un
silogismo:

Todos los hombres son mortales


Sócrates es hombre
Luego, Sócrates es mortal.
La correspondiente formalización en PMP y la deducción a
que da lugar es:

(1)(Vx)(H(x)->M(x))
(2) Ha /M a /.\ M a
3. Ha -> Ma Eu. en 1
4. Ma MP. en (2), 3

Como se puede apreciar, no es propiamente un silogismo


porque solamente tiene, en lenguaje clásico, dos términos ( H ( x ),
M ( x )). El nombre propio 'Sócrates' lo hemos representado por
a. Como se comprende fácilmente, los diagramas de Venn no per­
miten decidir la, validez de esta sencilla y antigua deducción por­
que no consideran el uso de nombres propios.

14.13 Deducción con predicados relaciónales

El lenguaje PMP posibilita formalizar deducciones que contienen


predicados relaciónales. Examinemos el siguiente ejemplo:

Quienquiera que perdone a cualquier persona es un santo


No hay santos
Luego, nadie perdona a nadie.

273
Si representamos x perdona a y por F ( x, y ) y x es un santo por
S ( x ), entonces el razonamiento anterior da lugar a la siguiente
deducción.

(1) ( V x ) ( Vy ) ( F ( x , y ) —» S ( x ) )
(2) ~ ( 3x) S ( x ) / :. ( V x ) ( V y ) ~ F ( x , y )
(3)(Vy)(F(w,y)->S(w)) EU. en (1)
(4) F ( w , z ) -> EU.
S (wen) 3.
(5) ( V x ) ~ S ( x ) Equiv. de cuant.
en 2.
(6) ~ S ( x ) EU. en 5.
(7) ~ F ( w , z ) MT. en 4,6
(8) ( V y ) ~ F ( w , y ) GU. en 7.
(9) ( V x ) ( V y ) ~ F ( x, y ) GU. en 8.

Para entender la formalización dada es importante conside­


rar que las afirmaciones negativas, en el lenguaje natural, tienen
una traducción lógica poco intuitiva pero precisa. Por ejemplo, si
deseo representar en PMP la afirmación Nadie es matemático, pue­
do usar la función proposicional P ( x ) para representar x es mate­
mático y la fórmula ( V x ) ~ P ( x ) para expresar la idea de que
todos los individuos del dominio de interpretación no son mate­
máticos lo que equivale a la afirmación Nadie es matemático. Este
criterio de traducción debe ser considerado para comprender la
traducción que le hemos dado a la conclusión del razonamiento
anterior que equivale a la afirmación Para todo par de personas, no
se cumple que una perdone a la otra.
Asimismo, desde el punto de vista de la aplicación de las
RDNP, es importante señalar que en la línea 3, al hacer EU. no era
posible usar la variable y debido a que hubiera quedado ligada
por el cuantificador ( Vy ) que se mantiene, en esa línea, dentro
del cuerpo de la fórmula. Esa es la razón por la que necesaria­
mente recurrimos a la variable w, pues de otro modo se incurriría
en incorrección deductiva. Por tanto, cuando se aplica la regla EUen
lina determinada línea de deducción, la variable y utilizada no sólo no
debe ser libre en premisa alguna usada en la deducción sino, además, no
debe quedar ligada por un cuantificador todavía no eliminado en esa
línea. Ésta es una restricción que no hemos incluido en la sección
14.11.1 por razones pedagógicas.

274
14.14 Mecanismo de refutación de hipótesis

Las reglas RDNP posibilitan mostrar el mecanismo de refutación


de hipótesis científicas, bajo la suposición bastante aceptada de
que toda hipótesis científica se formaliza mediante una fórmula
A del cuadro de Boecio o mediante una versión relacional de esta
fórmula, análoga a la estructura de la primera premisa del ejem­
plo de la sección anterior.
El mecanismo lógico a mostrarse aprovecha, como paso in­
termedio, la relación de contradicción que existe en el cuadro de
Boecio entre una fórmula A y una O, en el sentido de que la ver­
dad de ambas no puede ser afirmada simultáneamente debido a
que O es equivalente a la negación de A y A es equivalente a la
negación de O. Esto es, si se asume o se prueba la verdad de una
proposición de la forma O, entonces se concluye la verdad de ~A,
lo que equivale a la falsedad de A que representa a una hipótesis
cualquiera. Este mecanismo que consiste en probar la verdad de
una proposición O para demostrar la falsedad de una hipótesis
de forma A fue utilizado por el filósofo Karl Popper para susten­
tar sus tesis epistemológicas falsacionistas.
El argumento parte de la tesis que sostiene que toda observa­
ción de hechos específicos se describe mediante enunciados sin­
gulares que identifican a los objetos de los que estamos hablando.
Así, supongamos, por ejemplo, que observamos un objeto a que es
cuervo y que no es negro. Esto daría lugar a la verdad del enuncia­
do singular Pa a ~ Qa, el mismo que sería un refutador o falsador
de la hipótesis Todos los cuervos son negros, ( V x ) ( P ( x ) - » Q ( x ) ) ,
en la medida que permitiría deducir la verdad de su negación,
como mostramos a continuación.

(1) Pa a ~ Qa //.~(Vx)(P(x)->Q(x))
2. ( 3 x ) P ( x ) a ~ Q ( x ) GE en (1)
3.(3x)~(~P(x)vQ(x)) DM. En 2
4. (3x)~(P(x)-»Q(x)) RDNP 1 6 e n 3
5. ~ ( V x ) ( P ( x ) - » Q ( x ) ) Equiv. 14.10en4.

Es importante alcarar que en tanto todas las reglas de deduc­


ción aplicadas al ejemplo anterior son equivalencias, no ha sido
necesario usar las reglas EE y GU.

275
XV
LA INDUCCIÓN CLÁSICA

Objetivos:

• Extender la introducción de Stuart Mili como un procedimien­


to de investigación de los casos de causación.
• Conocer la lógica subyacente en los manuales de metodología
de la investigación.
CUESTIONARIO 15
La inducción clásica

Instrucciones

I. Responda a las siguientes preguntas, respecto de la lógica de


Stuart Mili:

1. ¿Cuál es la obra de lógica principal de Stuart Mili y cuál es su


temática?
2. ¿Qué es lo específico de las inferencias estrictas según S. Mili?
3. ¿Es el silogismo una inferencia circular según S. Mili?
4. ¿Acepta S. Mili el criterio que establece que lo que legitima a
una inferencia es la transferencia de la verdad?
5. ¿Es la inducción exhaustiva una genuina inferencia?
6. ¿Es la inducción matemática una genuina inducción?
7. ¿En qué consistió el error de S. Mili respecto de la naturaleza de
la matemática?
8. ¿Cuál es la limitación de las leyes de Kepler según S. Mili?
9. ¿Cómo se define el principio de uniformidad de la naturaleza?
10. ¿Cuál sería el fundamento del principio de uniformidad de la
naturaleza?
11. ¿Cómo se justifica lógicamente un silogismo inductivo?
12. ¿Es el principio de uniformidad de la naturaleza evidente por
sí mismo?
13. ¿Cómo se define una ley de la naturaleza?
14. ¿Son leyes de la naturaleza las regularidades derivadas?
15. ¿Cómo se definen los fenómenos sicrónicos?

[279]
16. ¿Cómo se definen los fenómenos diacrónicos?
17. ¿Cuál es la ley de los fenómenos diacrónicos?
18. ¿Es lo mismo una relación causal que una relación de
invarianza?
19.. ¿Sostiene S. Mili que la casualidad es siempre aditiva?
20. ¿Por qué el método de la concordancia no proporciona induc­
ción completa?
21. ¿Cuál es el método que S. Mili privilegia por su grado de fiabi­
lidad ?
22. ¿Se asocia la tesis de Laplace sobre probabilidad con los méto­
dos deS. M ili?
23. ¿Juega la enumeración de casos un rol importante en los méto­
dos de S. Mili?
24. ¿Cuál fue la propuesta de S. Mili sobre la oposición tradicional
entre inducción y deducción?

280
LECCIÓN 15
La inducción clásica

La presente lección se propone hacer un estudio de los plantea­


mientos fundamentales que sobre la inducción formuló Stuart Mili
(1806-1873) en su conocido libro Sistema de lógica. Las referencias
que haremos se basan en la versión castellana de Daniel Jorro pu­
blicada en Madrid en 1917. La naturaleza misma de nuestra ta­
rea nos ha llevado a elegir aquello que consideramos sustantivo
y a desestimar lo que podría ser considerado accesorio o de ca­
rácter reiterativo, como, por ejemplo, las diversas y abundantes
ejemplificaciones en las que entra con alguna frecuencia Stuart
Mili para probar la misma tesis.
Consideramos importante aclarar que en la literatura espe­
cializada en lógica matemática es normal que se omita como tema
la inducción clásica. Sin embargo, si se revisa los manuales de
metodología de la investigación de carácter operativo y de uso
actual generalizado, se encontrará que ellos se basan en la lógica
Stuart Mili más que en los resultados específicos de la lógica con­
temporánea. Por ejemplo, la lógica subyacente en los llamados
diseños de investigación, ya clásicos, de Campbell y Stanley, no
es de manera directa un sistema de lógica matemática sino las
reglas decimonónicas de Stuart Mili sobre los casos de causación.
Debido a la consideración anterior, hemos juzgado necesario
incluir este capítulo que facilita la comprención de los manuales
sobre investigación científica y que apertura una forma distinta
de razonar que en nuestro siglo ha sido perfeccionada a través de
los sistemas de lógica probabilitarios.

[281]
La presente exposición la hemos dividido en dos partes: la
primera referente a la ubicación y fundamentación de la induc­
ción dentro de lo que podríamos considerar una teoría general de
la inferencia; y la segunda versa sobre la inducción entendida
básicamente como un procedimento de investigación de los casos
de causación. Asimismo, hacemos notar que la segunda parte es
la que usualmente se resume en algunos manuales de lógica y
metedología bajo la denominación de los métodos de Mili.
En lo que sigue procedemos a desarrollar el plan antes descrito.

15.1 La inducción como inferencia amplificadora

Comenzaremos puntualizando que Struart Mili define a la lógi­


ca como una disciplina cuyo objeto de estudio es la prueba de la
verdad de proposiciones o aserciones, lo que se desprende clara­
mente de una lectura del numeral 1 del capítulo primero del li­
bro II de Sistema de lógica (SL). Asimismo, considera que la ac­
ción de probar consiste principalmente en hacer inferencias, pero,
hasta donde hemos podido constatar, no se esmera en proporcio­
nar inicialmente una definición explícita, precisa y rigurosa de in­
ferencia sino que prefiere proporcionar un conjunto de nociones
a partir de las cuales el lector puede derivar una caracterización
de ella.
Entre tales nociones podemos citar la siguiente: «Inferir una
proposición de otra proposición previa o de otras; prestarle fe o
exigir que se le preste fe como conclusión de alguna otra, es razo­
nar en el sentido más amplio de la palabra» (p. 182). De este texto
se sigue que inferir es la operación por la que se desprende o se
deriva una conclusión a partir de otra u otras proposiciones, lo
cual, en gran medida, coincide con lo que clásicamente se ha di­
cho al respecto.
Sin embargo, la lectura numeral 2 revela que Stuart Mili no
está pensando exactamente igual que los clásicos aristotélicos
porque, en esta parte de su exposición, de manera sumaria, anali­
za las tradicionales inferencias inmediatas sistematizadas en el
cuadro de Boecio y concluye que no son inferencias. La razón es
que se trata de equivalencias, de modos distintos de decir lo mis­
mo, esto es, de meras traducciones que como tales sólo compor­

282
tan una modificación en los medios expresivos; pero no en el es­
tado del conocimiento que de esta manera no sufre incremento
alguno.
El hecho de que Stuart Mili descalifique como inferencias a
operaciones lógicas clásicas, por ser equivalencias, se compren­
de, si se considera que sus planeamientos de manera clara exigen
que para que algo pueda ser denominado inferencia posea una
conclusión cuya verdad sea nueva con respecto a lo dicho en las
premisas. Vale decir, toda inferencia genuina debe producir un
proceso de real incremento del conocimiento y en ese sentido debe
ser amplificadora. Consecuentemente, de acuerdo con esta con­
cepción, las operaciones realizadas por la lógica no son meros
medios de explicitación de lo ya dicho en las premisas sino genui-
nos instrumentos de descubrimiento de verdades que antes no se
conocían.

15.2 El fundamento del silogismo

Stuart Mili, inicialmente, distingue dos tipos de inferencias: las


que operan de lo particular a lo general, llamadas inductivas, y
las que operan de lo general a lo particular, llamadas silogismo o
argumentaciones. Al hacer esta clasificación se aparta de las pro-
siciones inductivistas tradicionales, como la de Bacon, que consi­
deraban al silogismo como un procedimento circular y como una
seudoinferencia. En cambio, para Stuart Mili, por definición, el
silogismo es una inferencia en sentido estricto porque permite el
paso de lo conocido a lo desconocido.
Abundando en detalles argumentativos, afirma que la pre­
misa mayor de un silogismo es una fórmula cuya «intención» con­
densa un conjunto muy grande de inferencias que proceden de lo
particular a lo general, lo que significa que el fundamento de la
premisa mayor es su intención inductiva. El silogismo resulta así
una inferencia en sentido estricto porque su conclusión no esta
contenida en la proporción denominada premisa mayor, sino, que
es obtenida conforme a su «intención» inductivas que no es lo
mismo.
La implicación material, tal como lo sostuvo el obispo Whately
y otros filósofos, era de este modo insuficiente para justificar la

283
validez del silogismo, pues Mili rechaza el criterio que dice que
lo que legitima a una inferencia es la imposibilidad de que las
premisas sean verdaderas y la conclusión falsa. El fundamento
del silogismo, es en última instancia, la intención inductiva de la
premisa mayor. En concordancia con este punto de vista, rechaza
la posibilidad de reducir la teoría del silogismo a un formalismo
algebraico, lo que en su tiempo, sin embargo, ya había sido logra­
do por los trabajos de Boole y de Venn.
Con relación a la inducción, Struat Mili es explícito en su
definición como vemos en la siguiente cita: «La inducción por
consiguiente, es la operación del espíritu por la cual inferimos
que lo que sabemos ser verdadero en uno o varios casos particu­
lares será verdadero en todos los casos que se parezcan a los pri­
meros bajo ciertas relaciones asignables. En otros términos, la in­
ducción es el procedimiento por el cual concluimos que lo que es
verdadero de ciertos individuos de una clase es verdadero de toda
la clase, o que lo que es verdadero algunas veces, lo será siempre
en circunstancias semejantes», (p. 292).
En esta definición se aprecia claramente el carácter ampli-
ficatorio asignado a la inducción, pues la verdad de la conclusión
afecta a más casos que los incluidos en las premisas. Pero esto no
debe llevamos a pensar en que el sentido de esta inferencia es
establecer una relación que va del presente al futuro (predictiva),
en la medida que muchos de los casos referidos por la conclusión
puedan coexistir con los descritos por las premisas con la diferen­
cia de que en un determinado momento todavía no son conoci­
dos. Consecuentemente, lo fundamental en todo proceso induc­
tivo, como en cualquier inferencia, es proceder de lo conocido a
lo desconocido.

15.3 Las seudoinducciones

En armonía con el planteamiento anterior, nuestro autor considera


necesario señalar tres tipos de seudoinducciones debido a que son
tenidas como inferencias genuinas por algunos tratadistas.

(i) El primer tipo de seudoinducción es lo que hoy día podemos


llamar inducción exhaustiva, caracterizada porque en las

284
premisas se agotan los casos del universo del discurso o lo que
hemos denominado antes dominio de interpretación y, por con­
siguiente, la conclusión no puede agregar ninguno más, convir­
tiéndose así en una escritura abreviada de las premisas. Evi­
dentemente, los procedimientos de este tipo no satisfacen la de­
finición de inferencia adoptada por Mili, pues la conclusión no
excede lo dicho en las premisas.
(ii)El segundo tipo de seudoinducciones lo constituyen las demos­
traciones por inducción matemática. Es oportuno anotar que en
este caso S. Mili da muestras de no conocer las diferentes for­
mas que puede adoptar la inducción matemática, a pesar de
que se trata de un método conocido desde los trabajos de Pascal.
La base de su error consiste en que confunde las leyes de la
matemática con las leyes de la naturaleza; así por ejemplo, iden­
tifica las leyes de la geometría con las leyes del espacio real,
desconociendo que ya en su tiempo estaban desarrolladas las
geometría no-euclidianas de Lobachevski y Riemann, cuya co­
rrespondencia con el espacio real no tenía ningún significado
matemático.
(m)El tercer tipo de seudoinducción está constituido por las llama­
das coligaciones que, según S. Mili, no son propiamente infe­
rencias sino solamente descripciones que se reducen a los casos
observados y que, consecuentemente, no dicen nada acerca de
los casos no observados. La coligaciones se limitan a ser des­
cripciones de concordancia que se observan en la naturaleza,
como sería el caso de las llamadas leyes de Kepler sobre las
órbitas de los planetas. De acuerdo a Mili, estas leyes enuncian
relaciones constantes o uniformidades observadas; pero no per­
miten un conocimiento mayor debido a que no establecen las
causas. En cambio, las inducciones hacen referencia a regulari­
dades observadas, pero, también, hacen afirmaciones acerca de
hechos nuevos que exceden en contenido a las coligaciones.

Después de examinar las seudoinducciones, señalaremos que


lo importante, para Mili, no es solamente hacer inducciones ge-
nuinas sino ser capaz de escoger aquellas que son relevantes para
probar algo con respecto a ciertos objetos. Las reglas de la lógica
nos sirven para determinar la validez de las inducciones una vez

285
que éstas han sido creadas, sin embargo son de poca ayuda para
crear las inducciones que necesitamos. Esta tesis, con ligeras va­
riantes, ha sido defendida en nuestro siglo por el positivismo ló­
gico y también por Popper, entre otros.

15.4 El principio de uniformidad de la naturaleza

El fundamento de la inducción, según S. Mili, está dado por el


principio de uniformidad de la naturaleza, el mismo que está pre­
supuesto en toda inferencia de este tipo. En efecto, la generali­
dad inherente a toda conclusión obtenida por métodos inducti­
vos sólo es posible si se asume como principio que en circunstan­
cia semejantes la naturaleza se comporta de la misma manera. Mili
expresa esta idea en los siguientes términos. «Es preciso ante todo
observar que hay un principio implicado en el enunciado mismo
de lo que es la inducción, un postulado relativo al curso de la na­
turaleza y al orden del universo, a saber: que hay en la naturale­
za casos paralelos; que lo que sucede una vez sucederá también
en circunstancias bastantes semejantes, y sucederá siempre que
las dichas circunstancias se presenten».
Pero afirmar que el principio de uniformidad de la naturale­
za es el fundamento de la inducción no significa en modo alguno,
para Mili, aceptar algunas tesis tradicionales que veían en él la
expresión de una especie de tendencia instintiva a inducir, que
supuestamente era inherente a la naturaleza humana. Sostiene,
que el fundamento de este principio también es inductivo en la
medida que lo adquirimos como una especie de generalización
suprema de nuestra experiencia. Por tanto no constituye una de
nuestras inducciones más simples y más primigenias, sino más
bien se encuentra en el rango de ser la más elaborada. Esto expli­
ca, que el enunciado de dicho principio prácticamente haya sido
accesible sólo al espíritu entrenado de los filósofos, que han sido
capaces de derivarlo de otras generalizaciones de menor jerar­
quía. En efecto, sería la constatación de que en los diversos órde­
nes de la naturaleza existen leyes científicas que expresan relacio­
nes uniformes y constantes respecto de fenómeno de un cierto
género, lo que habría conducido a los filósofos a pensar que las
diversas regularidades conocidas, sólo son la manifestación de

286
una regularidad y unifor-midad universal inherente al compor­
tamiento de la naturaleza como un todo. El proceso del razona­
miento ha sido inductivo, sostiene S. Mili, en tanto se ha inferido
que en todos los nuevos fenómenos que se conozcan, la naturale­
za observará un comportamiento uniforme, consistente en que
condiciones semejantes serán seguidas por efectos semejantes.

15.5 Premisas mayor de un silogism o inductivo


Evidentemente el planteamiento anterior abre inmediatamente
una interrogante crucial, ¿cómo es posible que un principio, que
ha sido obtenido presuponiendo un número muy grande de in­
ducciones, sirva de fundamento a la inducción? La respuesta de
S. Mili es que el principio de uniformidad de la naturaleza es el
fundamento de la inducción, no en el sentido de que a partir de
él se construyan todas las inducciones, porque esto es claramen­
te falso, sino en el sentido de que este principio constituye la jus­
tificación lógica que hace legítima a toda inferencia inductiva. Y
esta justificación consiste en que él guarda con las inferencias in­
ductivas la misma relación que la premisa mayor con un silogis­
mo. Por consiguiente, el mencionado principio es fundamento no
porque sirva para explicar las inducciones sino porque es condi­
ción necesaria para la prueba de su validez lógica, puesto que de
acuerdo a reglas clásicamente conocidas no hay conclusión legí­
tima si es que no hay una premisa mayor en la cual fundarla.
Este punto de vista, que luego no recibe un tratamiento deta­
llado y sistemático, está presente de manera implícita y a veces
explícita en el desarrollo de la inducción que hace S. Mili espe­
cialmente en el libro III. Su importancia radica en que, nuestro
autor, no cayó en la tradición baconiana de oponer deducción a
inducción pues, como resulta claro de lo dicho anteriormente, la
inducción es lógicamente válida solamente porque puede ser for­
mulada en los términos de un silogismo válido cuya premisa
mayor es el principio de uniformidad de la naturaleza. Aunque
Mili no lo afirma con suficiente claridad, su posición implica lógi­
camente que la inducción es un caso particular de silogismo en la
medida que, de acuerdo con sus tesis, toda inducción puede ser
traducida a la forma de un silogismo que tiene como premisa

287
mayor al principio de uniformidad de la naturaleza. Sin embargo
pero no todo silogismo tiene que ser necesariamente inductivo en
el sentido de que puede tener una premisa mayor distinta.

15.6 Leyes de la naturaleza y sistema axiomático

Consecuentemente, para que la lógica inductiva sea posible de­


ben existir previamente premisas mayores que permitan justifi­
car las inferencias, y por tanto, es necesario para construir este
tipo de lógica postular la existencia de ciertas inducciones bási­
cas y universales, análogas al principio de uniformidad de la na­
turaleza, que ya no se justifican dentro del sistema de la lógica
inductiva sino que lo hacen posible. Asimismo, si somos más exac­
tos, el mencionado principio debe ser entendido como una plu­
ralidad de uniformidades más que como una sola. Se trata más
bien de una conjunción de las uniformidades que se dan separa­
damente en los diferentes fenómenos que acaecen. De otra parte,
entre esta multitud de uniformidades puede distinguirse aquellas
que son primitivas e irreductibles y aquellas que resultan como
una combinación de las premisas y que son, por tanto, reducibles
a sus componentes básicos. Según S. Mili, solamente las unifor­
midades que son irreductibles pueden llamarse propiamente le­
yes de la naturaleza y aquellas que son derivadas, como serían
las de Kepler, son meras concordancias que pueden ser deriva­
das de proposiciones más simples como las leyes de Newton. Con­
secuentemente la investigación de las leyes de la naturaleza con­
siste en tratar de responder a la siguiente pregunta: «¿Cuál es el
nújnero mínimo de proposiciones generales desde las cuales po­
drían ser inferidas deductivamente todas las uniformidades de la
naturaleza?».
Como puede comprenderse, esta manera de plantear la in­
vestigación de las leyes de la naturaleza coincide con el proceso
de construcción de un sistema hipotético-deductivo de proposi­
ciones, conocido tradicionalmente como sistema axiomático, en
el que a partir de un número mínimo de axiomas se derivan las
otras como teoremas. Este modelo de investigación científica, que
tienen su origen en los Elementos de Euclides, fue tradicionalmen­
te usado para ejemplificar un método deductivo que se entendía

288
como opuesto al inductivo. Sin embargo, en S. Mili encuentra una
especie de conciliación con los planteamientos inductivistas, pues
aunque el desarrollo del sistema es deductivo y consiste en «silo­
gizar», la naturaleza de los axiomas es la de inducciones básicas e
irreductibles que constituyen las uniformidades primarias de la
naturaleza. En el logro de esta comprensión no-baconiana del
proceso de desarrollo y organización de la ciencia, indudablemente
influyó la posibilidad que tuvo S. Mili de conocer la versión
axiomática de la mecánica debida a Newton. Esta presunción re­
sulta completamente plausible cuando se constata que a lo largo
de la obra estudiada abundan los ejemplos tomados de los Prin­
cipios de matemática aplicados a la filosofía natural.
Asimismo, aunque podría ofrecerse abundantes argumento
para apoyar la interpretación de que Mili consideró al modelo
hipotético-deductivo como el paradigma hacia el cual debería ten­
der la organización de la ciencia, consideramos que será suficien­
te aportar la siguiente cita, cuya claridad y comprensión nos exi­
me de hacer mayores comentarios: «Así no hay que desesperar
de elevar la Química y la Fisiología al rango de las ciencias deduc­
tivas, pues aunque sea imposible deducir todas las verdades quí­
micas y fisiológicas de las leyes o principios de las sustancias
simples o agentes elementarlos, podrían ser deducidas de las le­
yes que aparecen cuando estos elementos se reúnen en un peque­
ño número de combinaciones no muy complejas».

15.7 La ley de la causalidad

Mili divide en general los fenómenos, en sincrónicos y diacróni-


cos. Las leyes de los fenómenos sincrónicos son las referentes al
número y a la figura, esto es, son las leyes de la aritmética y de la
geometría que, como dijimos antes, él les otorgó el mismo esta­
tuto que a las demás leyes de la naturaleza. Al hacer esta tipifi­
cación, sin embargo, no pudo dejar de notar que las leyes de la
aritmética pueden ser intituivamente entendidas con referencia
a la sucesión de los números naturales y, consecuentemente, pue­
den fácilmente, por este hecho, ser caüficadas de leyes de fenó­
menos diacrónicos. Debido a ello, concedió que las leyes del nú­
mero se cumplen también en los fenómenos sincrónicos además

289
de en los diacrónicos, mientras que las de la geometría, que es­
tán referidas a las propiedades del espacio, se limitarían a los fe­
nómenos sincrónicos. Pero como la verdad de las leyes de lo sin­
crónico puede ser establecida sin necesidad de presuponer el
transcurso de un intervalo de tiempo, las leyes de ambas ciencias
pueden ser entendidas como intemporales y como establecidas
universalmente de una sola vez para siempre.
De manera análoga, los fenómenos diacrónicos tienen a su
vez una ley fundamental que es privativa de ellos porque su ver­
dad presupone necesariamente la noción de sucesión temporal.
Esta ley, que es una de las pocas que gozan del mismo grado de
universalidad que las verdades matemáticas, es la de causalidad.
S. Mili expresa esta idea de la manera siguiente: «Esta ley, sin
embargo, es universal también en otro sentido; es coextensiva con
el campo entero de los fenómenos, pues todos los hechos de suce­
sión son ejemplos de ella. Esta ley es la ley de causalidad. Es ver­
dad de que todo lo que comienza a ser tiene una causa que es
coextensiva a toda la experiencia humana».
La cita anterior, además de revelarnos la universalidad que
nuestro autor atribuyó a la causalidad, nos proporciona una enun­
ciación muy general de dicho principio, al cual dedicaremos al­
gunas líneas más. Este proceder se justifica porque, según el pen­
samiento examinado, la noción de causa es la «raíz de toda la
teoría de la inducción» (p.325). En consecuencia, una compren­
sión correcta de la lógica inductiva clásica requiere que precise­
mos cuatro aspectos de la noción de casualidad a los que S. Mili
otorga especial atención.

15.8 Aspectos de la causalidad

(i) En principio, para S. Mili, una causa no es simplemente en evento


sino una conjunción de condiciones que producen un efecto o
que son seguidas por un efecto, de tal suerte que cada que tal
conjunción de condiciones se repite, se seguirá necesariamente
el mismo efecto.
(n) La referida conjunción de condiciones, sin embargo, no tiene
que ser hecha explícita completamente siempre, pues en la prác­
tica resulta suficiente enumerar sólo las condiciones más rele­

290
vantes y muchas pueden ser omitidas en la formulación sin
mayor dificultad.
Simultáneamente, con la conjunción de condiciones que son se­
guidas de un cierto efecto, pueden darse algunas condiciones
contrarias. Para incluir este caso, la causa en sentido general es
la suma algebraica de las condiciones positivas y negativas «el
total de las contingencias de toda naturaleza, que siendo rea­
lizadas, hacen que siga el consiguiente de toda necesidad»
(p. 332).
(m) Aunque una relación de causalidad establece una relación de
invarianza o uniformidad, la causalidad es mucho más que esta
última, es además una relación incondicionada. Un ejemplo de
relación invariante es la sucesión del día y la noche que se pro­
duce uniformemente en el tiempo, sin embargo, no es una rela­
ción de causalidad, porque todos sabemos que el día no es la
causa de la noche ni viceversa. Más bien ambos fenómenos tie­
nen una causa común en el movimiento de la tierra alrededor
del sol. La relación de causalidad según S. Mili, es incondi­
cionada en el sentido de que la relación entre la causa y el efecto
es necesaria en todas las circunstancias imaginables y, por tan­
to, para explicar el efecto siempre será suficiente recurrir a su
antecedente y no a otro elemento ajeno a la sucesión, lo que es
necesario en el caso de la secuencia establecida por el día y la
noche. Consecuentemente, mientras toda relación de causalidad
es una relación de uniformidad no toda relación de uniformi­
dad o de invarianza es una relación de causalidad, con lo que se
estatuye que la relación de causalidad es un caso particular muy
importante, dentro del conjunto de las relaciones de invarianza.
A partir de la distinción anterior, S. Mili deduce los casos en los
que un método establece una inducción completa y los casos en
los que esto no es posible. Un método conduce al logro de una
inducción completa cuando permite la determinación de una
relación incondicionada. Si sólo permite la determinación de
una relación de invarianza o concordancia, entonces no aporta
una inducción completa en la medida que no nos permite aso­
ciar inequivocadamente una causa con su efecto y viceversa.
(iv) Según S. Mili la relación de causalidad es, en general, aditiva
en el sentido de que el efecto total de un conjunto de causas es

291
igual a la suma de los efectos que producirían éstas por separa­
do. Esta relación es análoga a la de composición de fuerzas en
la mecánica, en la cual la resultante de la aplicación de un con­
junto de fuerzas es igual a la suma de los efectos que éstas pro­
ducirían por separado (la suma es aquí obviamente entendida
en sentido algebraico puestos que unas causas pueden actuar
en sentido distinto o contrario a las otras, tal como ocurre con
las fuerzas). Excepcionalmente, según S. Mili la causalidad no
es aditiva, en el sentido de que el efecto total de un conjunto de
causas no es igual a la suma de los efectos que estas produci­
rían por separado. En este caso, el todo es algo más que la suma
de las partes y tiene leyes que difieren de las que gobiernan las
partes tomadas aisladamente. Es el caso de la Química y de la
Fisiología que por esta razón están constituidas por leyes que S.
Mili llama heteropáticas. En la imposibilidad de reducir las le­
yes de la química a las de sus componentes más simples, radi­
caría el origen de la dificultad para lograr una presentación
axiomática de esta disciplina.

15.9 Los métodos de Stuart Mili

Realizadas las delimitaciones anteriores sobre la noción de cau­


salidad, en lo que sigue pasaremos a exponer los métodos de S.
Mili cuyo objetivo es «determinar cuáles son las leyes de causa­
ción existentes en la naturaleza, determinar los efectos de cada
causa y las causas de todos los efectos» (p. 355).
Para exponer los métodos será conveniente que previamente
establezcamos algunas convenciones de notación. Las causas las
denotaremos con las letras mayúsculas A, B, C, D,...etc. y sus efec­
tos respectivos con las correspondientes minúsculas a, b, c, ...etc.
Usaremos una flecha que en este trabajo es sólo una manera abre­
viada de decir «desde...se sigue... », lo cual no debe confundirse ni
con la noción de implicación lógica ni con el nexo casual. Cuando
la flecha debe expresar además de «desde...se sigue...» un nexo cau­
sal, lo indicaremos al costado entre paréntesis.

292
15.9.1 El método de la concordancia

El enunciado del método de la concordancia propuesta por S. Mili


es el siguiente:
«Si dos o más fenómenos objeto de la investigación tienen sola­
mente una circunstancia común, la circunstancia en la cual todos
los casos concuerdan es la causa (o el efecto) del fenómeno»
(p.369).

El enunciado anterior nos conduce a una inferencia de la si­


guiente forma:

A, B , C , -------------------------------------------------- ^ a , b, c.
A, D, E , ---------------------------------------------------" ^ a , d, e.
Luego A ^ a

La inferencia anterior nos indica que siempre que sucede A


también ocurre a, pero para ser válida requiere que entre los con­
juntos de circunstancias ABC y ADE deba haber solamente una
circunstancia común porque si además de A hubiera otra implíci­
ta, entonces cualquiera de las dos podría ser la causa. De haber
más de una circunstancia en común, A seguiría siendo un antece­
dente de c, como lo es el día de la noche, pero no necesariamente
la causa.
El método de la concordancia no proporciona inducción com­
pleta, en la medida de, que no existe ningún procedimiento segu­
ro para decidir si dos conjuntos de circunstancias tienen solamente
un elemento en común. Asimismo, al no permitirnos identificar
de manera unívoca la causa no es aparente para la experimenta­
ción, pues ella exige que seamos capaces de producir un efecto lo
que no es posible sin el conocimiento unívoco de su causa. Conse­
cuentemente, este método sólo permite el establecimiento de re­
laciones de invarianza, lo que reconoce claramente S. Mili en el
siguiente texto: «El método de concordancia no conduce más que
a las leyes de los fenómenos (como se les llama a veces, pero
impropiamente, pues que las leyes de causalidad son también le­
yes de los fenómenos), es decir, a uniformidades que, o no son
leyes de causación, o respecto de las cuales la cuestión de la
causalidad puede por el momento quedar» (p. 373).

293
Sin embargo, es importante señalar que nuestro autor consi­
dera que en ciertas condiciones que exigen reiteradas variaciones
de las circunstancias y el uso de métodos adicionales, la concor­
dancia puede permitirnos establecer relaciones de causalidad.
Aquí la cuestión radica en el número de variaciones de las cir­
cunstancias necesitado y el número de concordancia que es signi­
ficativo para pensar que un antecedente es además una causa.
Esta problemática puede ser respondida por el cálculo de las pro­
babilidades a través de la noción de frecuencia relativa. Para S.
Mili el gran auxilio en este caso es el desarrollo realizado por
Laplace en su Ensayo filosófico sobre la probabilidad, regla sexta, que
aparece ampliamente comentada en el Cap. XVIII, numeral 5, del
libro III de Sistema de lógica. Lo que aquí ha expuesto S. Mili no
es otra cosa que los fundamentos del conocido teorema de Bayes
para averiguar la probabilidad de una causa. El razonamiento que
justifica este recurso según nuestro autor es que es mejor recurrir
a la probabilidad para determinar una causa que pensar que cier­
tos acontecimientos se producen por una especie de coincidencia
maravillosa que supera en mucho las leyes del azar. Consecuen­
temente, cuando se usa el método de la concordancia variando
muchas veces las circunstancias y se encuentra una uniformidad
que excede mucho las reglas del azar, tal como fueron definidas
por Laplace, entonces hay que pensar que esta uniformidad o
invarianza es además una relación de causalidad.

15.92 Método de la diferencia

La enunciación que Mili da del método de la diferencia es la si­


guiente: «Si un caso en el cual el fenómeno se presenta y un caso
en el que no se presenta tienen todas las circunstancias comunes,
fuera de una sola, presentándose ésta solamente en el primer caso,
la circunstancia única en la cual difieren los dos casos en el efecto
o la causa, o parte indispensable de la causa del fenómeno» (p. 370).
Esta regla conduce a una inferencia del siguiente tipo:

A, B , C,
A, C,
Luego "K
causalmente a)

294
Esta inferencia según Mili nos proporciona inducción com­
pleta porque el hecho de que en dos circunstancias semejantes la
presencia de A da lugar al efecto a y la ausencia de A conlleve la
desaparición del mencionado efecto, nos autoriza a concluir que
la causa del efecto a es la circunstancia A. Este resultado, asimis­
mo, nos pone en condiciones de producir y suprimir el efecto a en
la medida que ¿01 icemos su causa, la razón por la que el método
de la diferencia es considerado como el adecuado a la investiga­
ción experimental mientras que el de la concordancia es restringi­
do a los casos en lo que es factible sólo la observación.
S. Mili considera que este método es conclusivo porque es
posible decidir con seguridad cuando dos situaciones se diferen­
cian solamente en una condición sin importar que tengan más
puntos de coincidencia de los que ya tenemos enumerados. Des­
de su punto de vista es más fácil controlar las diferencias que las
semejanzas, pues nosotros podemos introducirlas experimental­
mente en forma tal que, por ejemplo, el estado de un perro en el
momento M es el mismo que en el momento M' con la diferencia
única de que en M' hemos puesto un trozo de carne ante su vista.
De esta manera, si se produce salivación ella debe ser causada
por el factor introducido y esto se ratifica cuando comprobamos
que después que retiramos la carne la salivación cesa.
Actualmente se sabe que es más fácil controlar las diferen­
cias manteniendo constantes ciertas condiciones, sin embargo,
tampoco hay ninguna regla que nos asegure completamente que
la única diferencia entre dos estados es la que nosotros hemos
introducido, pues bien podría haberse producido una sin que nos
percatemos de ella. Consecuentemente, aquí la inferencia tam­
bién es de probabilidad, aunque nuestro autor no haya recomen­
dado el cálculo de las probabilidades en este caso. Sin embargo,
es evidente que este tipo de inferencia, cuando es posible, es el
más compatible con los diseños experimentales que buscan un
control óptimo de las variables consideradas en una investiga­
ción. Los metodólogos contemporáneos han prestado especial
atención a esta regla y a la circunstancia diferencial A la denomi­
nan variable experimental.

295
15.9.3 Método indirecto de la diferencia

El enunciado de este método es el siguiente: «Si dos casos o más


en los cuales se efectúan el fenómeno tienen una sola circunstan­
cia en común, mientras que dos casos o más en los cuales no se
efectúan no tienen más en común que la ausencia de esta circuns­
tancia, la circunstancia por la cual únicamente difieren los dos gru­
pos de casos es el efecto, o la causa, o una parte necesaria de la
causa del fenómeno» (p. 376).
Este método es una combinación de los anteriores, se trata de
dos grupos de concordancias que pueden ser distinguidos por­
que tienen diferente elemento común. En el primer grupo el ele­
mento común es una circunstancia A y el segundo el elemento
común es la circunstancia no-A, esto es la ausencia de la circuns­
tancia anterior. Vale decir, al interior de los dos pares de grupos
hay concordancia y al exterior de ellos diferencia por un sólo fac­
tor. La forma de la inferencia es como sigue:

A, B , C , D,

A ,F ,G ,H ,

no - A , B , C , D

n o -A ,F ,G ,H

A a

Según Mili este método debería proporcionar inducción


completa pues los dos grupos al presentar sólo una variante per­
mitiría]? aplicar el método de la diferencia que es conclusivo.
Sin embargo, su debilidad estaría en que cada grupo tomado
aisladamente es un caso de concordancia y este no es un método
conclusivo.

15.9.4 Método del residuo

El enunciado de este método es el siguiente: «Separad de un fe­


nómeno la parte que se sabe, por inducciones anteriores, ser el
efecto de ciertos antecedentes restantes» (p.379).

296
Esta regla nos conduce a una inferencia de la forma:

A, B, C, ----------------------------^ a, b, c,
Por inducciones anteriores se sabe que:

A ------------------------^ a
B ---------------------^ b
Luego, C --------------------------- c

Como es claro, esta es una variante del método de la diferen­


cia. Lo distintivo de este caso es que recurre a inducciones ante­
riores como premisas, mientras que en todos los casos anteriores
se supone que las premisas son registros inmediatos de observa­
ciones. Obviamente, la confiabilidad de este método depende de
la confiabilidad con que hayan sido obtenidas sus premisas. Si
ellas han sido obtenidas por el método de la diferencia y se está
seguro de que C es el único antecedente de c, entonces según Mili,
el método es conclusivo. Sin embargo, él mismo reconoce que es
muy difícil llegar a estar seguro de que C es el único antecedente
de c por lo que no afirma que en general el método del residuo
aporte una inducción completa.
A este método frecuentemente se le ha llamado deductivo
por su forma, pues presenta la estructura de una premisa mayor
general y premisas particulares de las que se concluye también
una proposición particular. Esto, no afecta la posición de Mili,
porque él no hace inconciliables inducción y deducción y, por otro
lado, el hecho de que algo se concluya para un caso, según S. Mili,
no significa que la conclusión necesariamente es particular, pues
si la inferencia ha sido correcta, lo que es verdad de un caso lo es
también de todos los de su género. Según S. Mili la enumeración
no siempre es necesaria en la inducción ni lo más importante, pues
lo fundamental es como se eligen los casos. A veces puede ser
suficiente un caso, como lo indica en el siguiente texto: «Cuando
un químico anuncia la existencia de una sustancia nuevamente
descubierta y de sus propiedades, si tenemos confianza en su exac­
titud estamos seguros de que sus conclusiones deben valer uni­

297
versalmente, aunque su inducción no se funde más que en un
solo hecho» (p.313).

15.9.5 M étodo de las variaciones concomitantes

El enunciado de este método es el siguiente: «Un fenómeno que


varía de cierta manera, siempre que otro fenómeno varía de la
misma manera, es, o una causa o un efecto de este fenómeno, o
está ligado a él por algún hecho de causación (p. 382). Para re­
presentar la inferencia a que da lugar esta regla, introduciremos
la notación v (A) que es una abreviación de la expresión «varia­
ción de A...».

A ,B 9C ---------------------------^ a , b, c
v ( A ), B, C ----------------------- ^ v ( a ) , b , c
Luego~A V a ( De A se sigue
^ causalmente a ).

En la interpretación que hemos hecho de la regla de Mili he­


mos presupuesto, legítimamente, a nuestro juicio, que la intro­
ducción de una variación en una condición se hace manteniendo
constantes todas las demás condiciones para poder sentirnos au­
torizados a atribuir la variación en el efecto a este hecho y no a
otro. SegúrtS. Mili, la proposición que sirve de base a este método
es la siguiente: «Una cosa cuyas modificaciones tienen siempre
por consecuentes las modificaciones de un efecto debe ser la cau­
sa (o debe estar ligada a la causa) de este efecto» (p. 384).
Nuestro esquema lo que expresa es que si A es un anteceden­
te de a y una variación de A es seguida por una variación de a,
entonces A es la causa de a. La única limitación que señala nues­
tro autor a esta inferencia es la mayor o menor posibilidad de
observar las variaciones; siempre que tal observación pueda ha­
cerse, la inferencia es conclusiva, esto es, da inducción completa.
Como puede apreciarse, es te método para llevarse a la prác­
tica necesita algún tipo de medida o de cuantificación de las va­
riaciones lo que propicia la matematización de la inferencia. Lo
que propiamente se establece aquí, es una relación de funcio­
nalidad que bien puede ser directa o inversa. Será directa si a

298
mayores valores de A corresponden mayores valores de a y a
menores valores de A corresponden menores valores de a. Será
inversa si a mayores valores de A corresponden menores valores
de a y a menos valores de A corresponden mayores valores de a.
En la investigación en ciencias humanas de nuestros días se usa
frecuentemente un esquema parecido a éste que es expresado a
través del método estadístico de la correlación, solamente que a
esta no se la considera siempre reveladora de causalidad, salvo
cuando relación entre A y a es claramente asimétrica y tiene sen­
tido, además, afirmar que A produce o genera a.

15.10 La deducción

Stuart Mili declara que los cuatro métodos anteriores son los úni­
cos métodos inductivos que él conoce y puede imaginar. Cierta­
mente no está contando al tercero que es una combinación de los
dos primeros. Todo lo que queda fuera de ellos es la deducción
de la cual ya dimos una idea en la parte introductoria. Sin em­
bargo, puede encontrarse otra caracterización de la deducción, un
tanto más general, que la define como un método que está cons­
tituido por tres partes: la inducción, el razonamiento y la verifi­
cación. A la deducción así definida se le asigna un rol preponde­
rante en la ciencia. En sus palabras: «Al método deductivo así de­
finido en sus tres partes constituyentes: la inducción, el razona­
miento y la verificación debe el espíritu humano sus más brillan­
tes triunfos en la investigación de la Naturaleza. Le debemos to­
das las teorías que reúnen fenómenos numerosos y complicados
bajo algunas leyes simples, que, consideradas como leyes de es­
tos fenómenos, no habrían podido nunca ser descubiertas por el
estudio directo» (p. 439).
Hemos creído pertinente citar el texto anterior, para indicar
cómo para S. Mili, con toda claridad, la inducción sólo tenía sen­
tido dentro del marco de la deducción, aunque los axiomas de los
sistemas deductivos sean obtenidos inductivamente, razón por la
que la inducción es la primera fase de la deducción. De esta ma­
nera, la lógica es entendida como una teoría de la prueba a través
de inferencias deductivas, las mismas, que cuando tienen como

299
premisa mayor una proposición sobre uniformidades de la natu­
raleza, se llaman inducciones.
Lo anterior corrobora fuertemente la afirmación que hicimos
anteriormente en el sentido de que S. Mili constituye un antece­
dente muy claro de la tesis contemporánea que concibe a las teo­
rías científicas como sistemas hipotéticos-deductivos de enun­
ciados contrastables. En efecto, inscribir la inducción dentro de
un proceso deductivo más complejo, como un momento de él, no
es otra cosa que asignarle en la práctica científica la fase constitui­
da por la postulación de hipótesis o conjeturas de las que hay que
obtener consecuencias observables (proceso de razonamiento)
para luego someterlas a contrastación (verificación).
Es ciertamente un mérito de S. Mili el haber establecido las
bases del llamado modelo hipotético-deductivo, el mismo que es
uno de los ejes sobre los que ha girado la discusión epistemológica
en los últimos sesenta años. Evidentemente, el modelo hipotético
deductivo como método de trabajo científico existe desde la épo­
ca de los Elementos de Euclides, en la forma de método axiomáti­
co, pero su conceptualización filosófica y su uso como criterio de
cientificidad son logros recientes.
Es la conjunción, del aporte de S. Mili y del desarrollo fron­
doso de la lógica matemática en nuestro siglo, lo que ha posibili­
tado que la tradicional oposición entre inducción y deducción sea
resuelta en términos de la teoría de la probabilidad, recibiendo a
su vez un tratamiento hipotético deductivo que circunscribe la
discusión a la naturaleza de las probabilidades básicas.

15.11 Resultados de la inducción clásica


1. La tesis de S. Mil que caracteriza la inferencia, en sentido estric­
to, como la operación lógica en la que el contenido cognoscitivo
de la conclusión excede al de las premisas remite la decisión, en
últimas instancia, a la medida de la cantidad de información
que portan las premisas y la conclusión. Este recurso, aun con­
siderando los aportes de la moderna teoría de la información,
tiene grandes dificultades para lograr resultados precisos y la
mayor de ellas la única definición disponible de cantidad de
información es la de Shannon, pero no es aplicable a esta discu-

300
sión la pretensión parece ser que las reglas de deducción en un
sistema lógico dado sólo deban permitir el paso lógicamente
necesario desde un conjunto de fórmulas P (consideradas como
premisas o axiomas) a un conjunto de fórmulas C (consecuen­
cias); pero no el proceso recíproco. Sin embargo, esta propie­
dad no parece autorizar de manera precisa ninguna estimación
fundada sobre la cantidad de información de los referidos con­
juntos de fórmulas. Lo que sí queda a salvo es la idea del desa­
rrollo deductivo y, por tanto, de la superación al menos de la
circularidad formal.
2. La tesis de nuestro autor, que afirma que una inducción sólo es
fundada y válida cuando puede ser formulada como un silogis­
mo en el que la premisa mayor es el principio de uniformidad
de la naturaleza, privilegia definitivamente al silogismo como
modelo de inferencia válida y es claramente incorrecta, Esto ex­
cluiría del tratamiento lógico de la ciencia a todas las propieda­
des expresables como predicados de grado 2 o mayores que 2.
Afortunadamente, en este aspecto y en otros conexos, la evolu­
ción de los hechos ha sido muy distinta a la que S. Mili previo.
Asimismo, esta tesis presupone que existen premisas mayores
o inducciones básicas que propiamente no pertenecerían al sis­
tema de proposiciones inductivamente probadas sino que lo
hacen posible. La justificación de éstas, también llamadas uni­
formidades básicas, sigue siendo problemática.
3. El planteamiento directo de la lógica inductiva como un conjun­
to de métodos para investigar los casos de causación es proba­
blemente uno de los aspectos más rescatables del pensamiento
de Mili y que de hecho ha tenido una acusada influencia entre
los metodólogos de nuestro siglo. Sin embargo, dentro de la filo­
sofía epistemológica contemporánea este aporte incidiría direc­
tamente en lo que se ha denominado contexto del descubrimien­
to y gravitaría menos sobre el llamado contexto de la justifica­
ción. Asimismo, como en gran medida la discusión filosófica hasta
aproximadamente 1960 ha sido sobre el contexto de la justifica­
ción, la atención que en los círculos epistemológicos han mereci­
do los métodos de S. Mili no ha sido de mayor significación.
4. La relación de causalidad es para S. Mili en general aditiva, pero
las excepciones que el señala para la Química, la Fisiología así

301
como las ciencias humanas, que estarían constituidas por leyes
heteropáticas, esto es, no aditivas, tienen especial significación
porque tal análisis es una interesante aproximación a las difi­
cultades, actuales para usar el modelo hipotético deductivo,
particularmente, en ciencias humanas, pues, en otras áreas, como
la Química, la dificultad ha sido superada.
5. A pesar de que S. Mili estuvo dedicado al cultivo de la lógica, se
aprecia en su pensamiento grandes dificultades para reconocer
la peculiar naturaleza de la lógica y de la matemática respecto de
las ciencias naturales. Asimismo parece que desconoció o no con­
cedió la debida importancia a aportes de su época como los de
Boole, Venn y las geometrías no-euclidianas. Posiblemente ese
desconocimiento lo llevo a privilegiar al silogismo otorgándole
posibilidades que no tenía o negándole otras que sí tenía, como
su expresión algebraica. Lo que sí es rescatable, en este aspecto,
es su concepción de la lógica como una disciplina dedicada al
estudio de la prueba de la verdad de las proposiciones.
6. Tal vez el aporte mayor de Sistema de Lógica es que echa las bases
para la construcción del modelo hipotético-deductivo como ca­
tegoría central para el análisis de la ciencia. Esto permitió su­
perar el tradicional antagonismo entre inducción y deducción
dentro de un marco más general e integrador que el de la teoría
de la probabilidad. También ha permitido resolver las insuficien­
cias de la inducción enumerativa, en cualquiera de sus formas,
introduciendo el criterio de relevancia en la investigación de los
casos de causación. Podría afirmarse que el aporte del sector
neopositivista de la filosofía epistemológica contemporánea, con
algunas excepciones importantes, ha consistido básicamente en
úna profundización de la óptica hipotético-deductiva de S. Mili
a través del uso de aparatos formales lógico matemáticos y de
categorías e instrumentos de carácter semántico.

302
XVI
RESEÑA HISTÓRICA DE LA LÓGICA

Objetivos:
• Comprender la evolución histórica de los conceptos lógicos.
• Adquirir información básica sobre las etapas históricas princi­
pales del desarrollo de la lógica.
• Identificar a los principales investigadores en lógica a través de
la historia.

303
CUESTIONARIO 16
Reseña histórica de la lógica

1. ¿Qué importancia histórica tiene el Organon y quién fue su


autor?
2. ¿Cómo se denomina el tipo especial de deducción a cuyo estu­
dio dedicó Aristóteles sus mayores esfuerzos?
3. ¿Aristóteles estudió las deducciones desde el punto de vista de
su estructura o desde el punto de vista desde su contenido?
4. ¿Por qué para Aristóteles la lógica es una ciencia formal?
5. ¿Existieron en la antigua Grecia, además de Aristóteles, otros
filósofos interesados en la lógica?
6. ¿Cuál es el primer sistema axiomático de la historia?
7. ¿Cuál fue el aporte de Guillermo de Occam?
8. ¿Por qué Leibniz es el primer precursor genuino de la Lógica
Matemática?
9. ¿Por qué la Lógica Matemática creada por G. Boole es un len­
guaje muy distinto al de Aristóteles?
10. ¿Por qué Leibniz quería convertir la lógica en un calculo?
11. ¿Estuvo en lo correcto el filósofo Kant cuando consideró a la
lógica un conocimiento cerrado y agotado por Aristóteles?
12. ¿Cúal ha sido el aporte de Gottlob Frege?
13. ¿Cuál es el hito que marca el inicio de la Lógica Matemática
contemporánea ?
14. ¿Cuáles fueron los hechos que crearon la necesidad de que
Hilbert inventara la Metamatemática?
15. ¿Cúal ha sido el aporte de Kurt Gódel?
16. ¿Cuál fue la contribución de Claudio Shannon?

[305]
17. ¿Qué estudios han contribuido al surgimiento de la disciplina
de la Epistemología?
18. ¿Conoces los nombres de dos lógicos soviéticos?
19. ¿Conoces los nombres de dos lógicos latinoamericanos?
20. ; Qué diferencias existen entre la Lógica-Matemática y las otras
"lógicas"?

306
LECCIÓN 16
Reseña histórica de la lógica

16.1 Aristóteles y los orígenes de la lógica

La disciplina científica conocida como lógica, en sentido más pro­


pio, se denomina Lógica Matemática debido a que una de sus
principales características, a partir del siglo pasado, ha sido la
incorporación a su campo de métodos y símbolos algebraicos. El
desarrollo desbordante de esta disciplina durante el último si­
glo ha dado lugar a que influya decisivamente en la ciencia con­
temporánea, tanto en sus proyecciones teóricas como tecnológi­
cas. Así, por ejemplo, puede afirmarse que la actual revolución
electrónica debe su dinamismo y eficacia a las contribuciones del
álgebra de Boole, a las creaciones de Church y Turing y a la teo­
ría lógica de circuitos eléctricos de Claudio Shannon, entre otros
aportes.
Los orígenes de la lógica científica^se remontan al filósofo
griego Aristóteles (384-322 a. C) quien en su trabajo conocido
como el Organo?i desarrolló el primer estudio sistemático de la
deducción en la sección denominada Primeros Analíticos.
Aristóteles examinó en particular un tipo especial de deducción:
el silogismo. Un ejemplo típico de él nos lo proporciona el razo­
namiento: Si todos los cuadrados son rombos y todos los rombos
son p aralelogram os, en to n ces todos los cuadrados son
paralelogramos.
El acierto de Aristóteles radicó principalmente en estudiar
estas deducciones considerando sólo su forma o estructura con

[307]
independencia de su significado o contenido. De esta manera un
razonamiento como: Si todos los peruanos son americanos y to­
dos los americanos son occidentales, entonces todos los perua­
nos son occidentales es, desde el punto de vista lógico, igual al
anterior porque tienen exactamente la misma estructura o forma.
Desde el punto de vista de su significado, el primero habla de
figuras geométricas y el segundo de seres humanos pero si se exa­
mina las relaciones que existen entre sus términos, se encontrará
que en ambos casos son las mismas. Los dos ejemplos correspon­
den al esquema «Si todo A es B y todo B es C, luego todo A es C».
Lo dicho anteriormente nos sirve para hacer comprensible
que la notable contribución aristotélica fue desarrollar una teoría
sobre la validez de los razonamientos o deducciones que no ten­
gan en cuenta el contenido de los mismos, sino su forma o estruc­
tura. Esta es la razón por la qué la lógica desde su creación es una
ciencia formal o estructural y este carácter lo mantiene hasta nues­
tros días después de veinticuatro siglos. Asimismo, el tratamien­
to estructural que hizo el estagirita (así se le llama a Aristóteles
por haber nacido en Estagira) de la deducción, le posibilitó otro
aporte sustancial al desarrollo de la lógica y de la matemática: el
método axiomático. Debido a que todos los razonamientos po­
dían ser considerados como estructuras, Aristóteles axíomatizó
su teoría del silogismo, seleccionado como puntos de partida cua­
tro estructuras básicas, a las que llamó axiomas, y luego constru­
yó todas las demás como derivaciones de las básicas. De esta
manera la teoría del silogismo constituye el primer sistema axio-
mático-de la historia de la ciencia.
Casi contemporáneos con Aristóteles fueron los lógicos es­
toicos, quienes tuvieron el mérito de profundizar en algunos cam­
pos a los que el autor del Organon no les había concedido sufi­
ciente atención. Estos filósofos son los precursores más lejanos de
la actual lógica proposicional y de las teorías que incluyen predi­
cados relaciónales que son indispensables para dotar a la mate­
mática de una lógica adecuada que el silogismo no proporciona.
También los lógicos conocidos como megáricos hicieron en épo­
cas, cercanas a Aristóteles, aportes ingeniosos a la llamada lógica
modal. El más importante de ellos Diodoro Cronos, se dedicó a la
lógica de las modalidades temporales esclareciendo relaciones

308
importantes entre verdad y tiempo. Sin embargo, el influjo de
Aristóteles fue avasallador y los estoicos y megáricos fueron des­
conocidos en la Edad Media durante la cual las investigaciones
lógicas se centraron en el silogismo y sus aplicaciones. Esta temá­
tica acaparó las preocupaciones de Boecio, Tomás de Aquino,
Pedro Hispano y Juan Buridano. Escaparon a ella Abelardo, Lulio
y Occam que visualizaron otros horizontes, especialmente este
último que trabajó apreciablemente la lógica proposicional y co­
noció sus principales reglas de inferencia, a pesar de no manejar
un lenguaje simbólico adecuado, lo que hizo muy difícil su tarea.
Por añadidura, su conocida concepción nominalista de los uni­
versales, que interpreta a los conceptos como nombres genéricos,
es muy próxima a la noción contemporánea de predicado lógico.

16.2 Los precursores de la Lógica Matemática


Los especialistas consideran al filósofo alemán Leibniz (1646-1716)
como el primer genuino precursor de la Lógica Matemática, aun­
que reconocen que esta idea ya estaba en germen en la obra Ars
Magna del español medieval Raimundo Lulio. Leibniz fue el pri­
mero que sostuvo con claridad que el método para convertir la teo­
ría de la deducción lógica en una ciencia estricta e infalible era con­
vertirla en un cálculo mediante la utilización de procedimientos
matemáticos. Esta nueva ciencia sería una mathesis universalis
cuya función consistiría en demostrar la verdad de las afirmacio­
nes filosóficas y científicas sin tener en cuenta su significado sino
solamente su estructura expresada en símbolos de un lenguaje ar­
tificial, construido especialmente para calcular. Leibniz decía que
calcular era operar con símbolos y, consecuentemente, así como se
podía calcular con símbolos aritméticos también ello era factible con
símbolos que representen estructuras deductivas. El ideal leibni-
ziano era lograr un instrumento lógico lo suficientemente podero­
so como para traducir cualquier discusión significativa sobre la cp-
rrección de las deducciones a una operación en la que los oponen­
tes se limiten a revisar los cálculos para ubicar el error, de manera
parecida a como se corrige una suma cualquiera.
El proyecto de Leibniz era demasiado ambicioso y por ello
fracasó. Aunque su intuición fue grande, estuvo lejos de lo posi-

309
ble y de la construcción de un lenguaje simbólico que supere
significativamente la vieja silogística aristotélica. Fue la inexis­
tencia de un lenguaje lógico-matemático adecuado hasta media­
dos del siglo XIX lo que llevó al filósofo Kant (1724-1804), a pesar
de su genialidad, a afirmar erróneamente que la lógica creada
por Aristóteles era un conocimiento acabado, cerrado y comple­
to, puesto que la investigación post-aristótelica no había ni refu­
tado ni aportado nada nuevo en relación con las enseñanzas del
Organon. Este famoso error del filósofo de Kónisberg se debió fun­
damentalmente a que no conoció o no valoró suficientemente los
avances de los estoicos, de los megáricos y de Guillermo de Occam.
El creador indiscutible de la Lógica-matemática fue el inglés
George Boole (1815-1864) a través de sus obras Análisis matemáti­
co de la lógica e Investigaciones de las leyes del pensamiento. Boole
utilizó el lenguaje del álgebra para atacar los problemas lógicos
tradicionales planteados por el silogismo aristotélico, los cuales
resolvió a través de procedimientos mecánicos de cálculo. Sin
embargo, este nuevo lenguaje, conocido como Algebra de Boole,
manifestó su potencia resolviendo problemas que excedían los
alcances de la lógica aristotélica y poniendo por primera vez en
evidencia los errores del estagirita. El Algebra de Boole también
se conoce como álgebra de clases o álgebra de conjuntos que con­
tinuó investigando Augusto de Morgan (1806-1878). Posterior­
mente el inglés Jevons, el alemán Schroeder y el soviético Poretskiy
convirtieron el álgebra de clases en un álgebra de proposiciones;
y Gottlob Frege en su trabajo titulado Begriffsschríft (en español,
Ideografía), propuso un método de cálculo de matrices para la ló­
gica proposicional muy semejante al que se usa actualmente. Asi­
mismo, Frege desarrolló de manera importante la lógica predica­
tiva con el fin de aplicar el método axiomático a la naciente teoría
de conjuntos de G. Cantor.

16.3 La lógica matemática contemporánea

La lógica contemporánea debe mucho de manera inmediata a las


enseñanzas de Frege y el hito que marca su inicio es la obra mo­
numental de Bertrand Russell y Alfred Whitehead titulada Prin­
cipia Mathematica aparecida en 1910, editada en Inglaterra, en tres

310
tomos. El propósito de esta obra fue poner toda la matemática co­
nocida hasta entonces en estricto orden lógico, utilizando lo que
ahora se conoce como un lenguaje lógico de primer orden. Para
ello Russell y Whitehead aprovecharon los hallazgos del matemá­
tico italiano Peano expuestos en su libro Los principios de la arit­
mética presentados por un nuevo método, en el que se aplica por pri­
mera vez el método axiomático a la aritmética. Debido a este he­
cho, el simbolismo lógico más usado actualmente (es el que se usa
en este manual) recibe el nombre de notación Peano-Russell.
La aparición de las geometrías no euclidianas por creación de
Lobachevski (1793-1856), Bolyai (1802-1860) y Riemann (1826-1866)
introdujo en la matemática espacios hiperbólicos y esféricos que
alteraban el espacio rectilíneo trabajado por Euclides. Alteraciones
semejantes en el álgebra tradicional habían sido introducidas por
la creación del álgebra abstracta por Evaristo Galois en 1832. Estos
hechos crearon la necesidad de estudiar a las teorías matemáticas
mismas a fin de determinar sus propiedades. David Hilbert, en esta
línea de trabajo, inventó la Metamatemática cuyo objetivo es el es­
tudio de las teorías matemáticas aplicando los lenguajes lógicos
que habían sido creados por Frege y Russell. Notables investigado­
res han dedicado sus mejores esfuerzos a la Metamatemática y a la
solución de sus grandes problemas que fueron planteados por
Hilbert en un Congreso de Matemática realizado en 1900. El más
conspicuo de todos ha sido Kurt Godel, quien demostró alrededor
de 1930 el más importante teorema de Lógica-Matemática de este
siglo, conocido como Teorema de las proposiciones indecidibles.
En 1938, Claudio Shannon aplicó el álgebra de las proposiciones al
diseño de circuitos eléctricos a conmutadores y relays lo que cons­
tituye el aporte más importante a la construcción de las modernas
computadoras electrónicas digitales. De esta manera, la Lógica-
matemática dejó de ser un instrumento puramente teórico para
convertirse en un instrumento que sirve de soporte a la tecnología
más sofisticada de nuestro siglo.
La diversificación de las investigaciones en Lógíca-Matemátí-
ca, durante los últimos sesenta años, ha conducido al surgimiento
de ramas altamente especializadas. El polaco Lukasiewicz desa­
rrolló las lógicas polivalentes y Tarski, del mismo origen, creó la
semántica lógica con sus investigaciones sobre el concepto de ver-

311
dad en los lenguajes formalizados y demostró la necesidad inelu­
dible de usar metalenguajes, reafirmando así los resultados de
Russell y Hilbert. A partir de estos resultados se'ha formulado la
moderna teoría de modelos que tiene entre sus representantes a
Tarsky, Keisler, Kreisel, Morley y Robinson. De otra parte Hans
Reichenbah, Keynes, Carnap y Popper han desarrollado las lógi­
cas probabilitarias y las han aplicado al análisis de teorías físicas y
del método de investigación científica. Estos estudios y sus resul­
tados han contribuido al nacimiento y afianzamiento de una nue­
va disciplina llamada Epistemología, cuyo sentido es el análisis
de la ciencia utilizando instrumentos proporcionados por la Lógi­
ca-Matemática a través de sus diferentes ramas. Han destacado
como epistemólogos el mismo Popper, Hempel, Nagel, S. Barker,
Stegmüller, Moulines y el argentino Mario Bunge, entre otros. En
Estados Unidos han descollado alrededor de la década del cin­
cuenta los trabajos de Kleene y los de Church sobre funciones
recursivas, cuyos resultados han permitido esclarecer a nivel teó­
rico y práctico las limitaciones y los alcances de una computadora
electrónica cualquiera. También son notables en este país los tra­
bajos del profesor W. O. Quine quien ha inventado lenguajes muy
complejos y potentes. Sin embargo, el mayor aporte de la lógica
norteamericana está dado por la demostración que hizo Paul Cohén,
en la década del sesenta, de la independencia de la de la hipótesis
del continuo en la teoría de conjuntos de Cantor. Este teorema que
al igual que el de Gódel constituye una respuesta a uno de los veinte
problemas de Hilbert, puede ser considerado el segundo en im­
portancia en la Lógica-matemática de nuestro siglo.
Eñ la Unión Soviética también ha habido aportes sustancia­
les a través de Malser, Kolmogorov, P.S. Novikov, A. Markov y
Shanin, entre otros. En la China se han destacado Wang Hsien
Chun, Hao Wang y Shih Hua. El segundo ha trabajado en Esta­
dos unidos y ha aportado al método de procesamiento de teore­
mas lógicos a través de computadoras.

16.4 La Lógica Matemática en América Latina

La Lógica-Matemática ha ocupado la actividad de un número cre­


ciente de investigadores latinoamericanos durante los últimos

312
veinte años. Tal vez el núcleo más activo sea el ubicado en Brasil
en las universidades de Sao Paulo y Campiñas. Su representante
más distinguido es Newton da Costa, quien es creador de lengua­
jes lógicos especiales conocidos como paraconsistentes debido a
que hacen un uso muy especial del principio de no-contradicción.
Otro sector importante de investigadores se agrupa alrededor de
la universidad de Bahía Blanca en Argentina y entre ellos mere­
ce especial mención L. Monteiro, que con un grupo de profeso­
res colaboradores ha hecho importantes publicaciones en lógica
algebraica. En Chile destacó un residente alemán, Gerold Stahl,
quien hizo investigaciones metamatemáticas. En las universida­
des católicas de Santiago y Valparaíso existe un grupo de profe­
sores que trabajan en lógica algebraica y lógica probabilitaria.
En el Perú, la actividad en Lógica-Matemática la inició el po­
laco Rosenblat y la continuó Francisco Miró Quesada C. Los tra­
bajos están orientados en su mayor parte a la divulgación, espe­
cialmente en niveles introductorios. Sin embargo, la actividad es
creciente y su núcleo más activo se encuentra en la Universidad
de San Marcos y en la Universidad Católica de Lima.

16.5 La lógica matemática y otras «lógicas»


El filósofo Hegel es uno de los grandes responsables de las ambi­
güedades producidas con el uso de la palabra lógica. En efecto,
escribió el libro titulado La ciencia de la Lógica que no es una obra
que trate de sistemas deductivos sino de filosofía metafísica. Con
las modificaciones adecuadas, C. Marx fundó a partir de Hegel
el método dialéctico materialista al que algunos de sus seguido­
res han denominado lógica dialéctica. Este método también es fi­
losófico y no es, ni Marx pretendió que lo fuera, un procedimien­
to altamente sofisticado de cálculo que sólo es posible si se usa
un lenguaje matemático.
Sin embargo, debido a que a veces se ha utilizado la palabra
lógica libremente por el motivo antes explicado, se han cometido
confusiones adicionales al considerar como métodos lógicos a for­
mas del antiguo pensamiento oriental indio y chino que difieren
sustancialmente del racionalismo occidental. Es verdad que esas
formas del pensar tienen su propia estructura interna y que exis­

313
ten leyes y reglas que las gobiernan, las cuales en un sentido es­
pecial constituyen su lógica interna. Pero eso es hablar de lógica
en un sentido, muy lejano al de la Lógica-Matemática.
Es difícil definir breve y elementalmente a la Lógica-mate-
mática. Empero, para los fines que nos proponemos es suficiente
decir que es una ciencia formal dedicada a la construcción de
lenguajes especiales, llamados lenguajes formales, que sirven
para expresar o mostrar la estructura de la teorías científicas y
para dar las reglas que permiten transformar una estructura dada
en otra. Como puede comprenderse a partir del estudio de su
historia y de sus problemas, esta disciplina se encuentra indisolu­
blemente unida a la matemática y sus principales esfuerzos y lo­
gros han estado orientados hacia el esclarecimiento de los funda­
mentos de la aritmética, de la teoría de conjuntos, de la geometría
y del álgebra abstracta. Es a partir de sus aportes en estos campos
que la Lógica-Matemática ha aportado decisivamente a la cons­
trucción de computadoras y ha hecho posible la elaboración de
lenguajes para la comunicación entre el hombre y la máquina.
Como se comprende, no existe dificultad en que alguien
hable de otras lógicas siempre y cuando no pierda de vista
la diametral diferencia que existe entre ellas y la Lógica-mate­
mática. En el caso de un manual introductorio, como éste, hacer
una distinción clara y fundada es tarea ineludible que esperamos
haber cumplido.

314
BIBLIOGRAFIA BÁSICA

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BLANCHÉ, Robert
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1997 Logiques classiques et non classiques. París: Masón.
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1971 Lógica matemática elemental. Madrid: Ed. Tecnos.

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1964 Introduction to Mathematicál logic. Van Nostrand.
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1971 El sentido de la nueva lógica. Buenos Aires: Ed. Nueva Visión.
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1961 Las etapas de la lógica. Buenos Aires: Ed. Marisol.
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1967 From Frege to Gódel Harvard: Harvard University Press.

316
Glosario

ABSTRACCIÓN: Tradicionalmente, abstraer es el proceso intelectual


mediante él cual se separa, en la mente, una propiedad que en la realidad
es indesligable de otras que constituyen la totalidad de un objeto. Por ejem­
plo, el concepto de «fisiología de corazón» Imce referencia específicamente
al funcionamiento del corazón, aspecto que se puede estudiar aislándolo
mentalmente de otros. Sin embargo; en la realidad el funcionamiento del
corazón es inseparable de sus componentes anatómicos. No existe un co­
razón, sin componentes anatómicos, que funcione. En términos actuales
podemos decir que la abstracción es el proceso de formación o construc­
ción de conceptos (Ver la definición correspondiente).
ABSURDO: Una afirmación (o un conjunto de ellas) es absurda mando
es lógicamente contradictoria. La contradicción puede estar constituida
por ella misma o puede ser deducible de dicha proposición. De esta ma­
nera, lo contradictorio es lo irrazonable o lo racionalmente injustifica­
ble. Recientemente, en medios especializados, algunos investigadores han
definido grados de contradicción para los sistemas lógicos, dejando abierta
la posibilidad de que lo que es absurdo en un determinado sistema lógi­
co no lo sea del mismo modo en otro. A los sistemas lógicos, que de ma­
nera demostrada carecen de contradicción, se les llama sistem as con­
sistentes.
ALETICIDAD: Es la propiedad que tiene cualquier proposición por ser
susceptible de ser verdadera o falsa. A los valores «verdadero-falso» se
les denomina valores aléticos o también valores veritativos.,
ALGORITMO: Es un conjunto finito de reglas, de aplicación m ecá­
nica o au tom ática a la solución concluyente de un cierto tipo de pro-

[317]
blemas. A los algoritmos también se les llama -procedimientos de deci­
sión, y los métodos para sumar, restar o sacar raíz cuadrada son ejem­
plos de algoritmos conocidos. Las tablas de verdad también son algorít­
micas pero no las reglas conocidas como de deducción natural. Asimis­
mo, cualquier conjunto de órdenes adecuadas para un computadores un
algoritmo.
CAUSALIDAD: Aristóteles, en su obra M etafísica distinguió cua­
tros causas: 1) la causa m aterial, que es aquello de lo que está hecho
algo o aquello que lo constituye; 2) la causa form al, que es aquello que
define específicamente a una cosa o que es su esencia; 3) la causa efi­
ciente, que es la fuerza que produce una cosa, la mueve o la modifica;
4) la causa fin a l, que es el fin hacia el cual tiende algo. Ellas responden
a las preguntas «¿De qué...?, ¿Qué...?, ¿Por qué...? y ¿Hacia qué...?
respectivamente. El principio de causalidad de la ciencia moderna, fun­
dada por Galileo, asume sólo la causa eficiente de Aristóteles al afirmar
que todo hecho o acontecimiento que ocurre es efecto de otros que son
su causa y, a su vez, él mismo es causa de otros efectos . De esta mane­
ra, se concibe a la naturaleza como una multiplicidad de hechos que
constituyen elementos de cadena causales, las cuales pueden ser enten­
didas sin necesidad de recurrir a entidad sobrenatural alguna. Por con­
siguiente, la explicación de un hecho se convierte en la identificación del
hecho o hechos que la causan. Con el surgimiento de la mecánica de
Newton se comienza a hablar de leyes causales que rigen la naturaleza
y, particularinente, el movimiento, dichas leyes eran ecuaciones que fue­
ron perfeccionadas por Laplace. De este modo, si se conocía los valores
numéricos del m om ento y de la p osición de un móvil, por ejemplo la
Luna, aplicando las ecuaciones diferenciales de Laplace, se podía deter­
minar ios valores de sus momentos y posiciones posteriores. Esto con­
dujo a Laplace al m ecanicism o, que fue una corriente filosófica que con­
cibió al universo como una gran máquina cuyo funcionamiento está
regido por las leyes causales de Newton. El mecanicismo también es co­
nocido como determinismo y fue superado, en nuestro siglo, por la me­
cánica cuántica de Max Planck y Wemer Heisenberg.
CIENCIA: La palabra 'ciencia' tiene como origen etimológico la pala­
bra griega «episteme» que fue usada por Aristóteles para referirse al co­
nocimiento de las causas que producen el movimiento de las cosas par­
ticulares y el cambio de las mismas. Actualmente, se usa 'ciencia' para
hacer referencia al conocimiento que está constituido o conformado por

318
teorías científicas que se caracterizan por ser conjuntos de proposicio­
nes que muestran las relaciones más generales que existen entre los ob­
jetos y procesos que constituyen, un sector de la realidad. Las proposi­
ciones que constituyen las teorías son usualmente llamadas leyes cien­
tíficas, de manera preferente en lo campos de la física, química, biología
y, por extensión, en los de las ciencia sociales como la economía y la so­
ciología, o en el campo de las ciencias de la conducta, como es el caso de
la psicología. Las leyes científicas, en las áreas más desarrolladas del co­
nocimiento, se expresan en lenguaje matemático y cumplen la función
de explicar con precisión las causas de los hechos o procesos, del ámbito
que les es propio, y de predecir con rigor matemático el curso futuro más
probable de los mismos.
CIENCIAS EMPÍRICAS: Son todas aquellas ciencias constituidas por
proposiciones cuya verdad se establece contrastándolas con los hechos
de la realidad natural o social, que pueden ser percibidos por un obser­
vador. Consecuentemente, en estas ciencias es la experiencia la que nos
permite decidir la verdad o falsedad de una proposición. A estas disci­
plinas también se les denominan ciencias fácticas.
CIENCIAS FORMALES O ESTRUCTURALES: Son aquellas cien­
cias constituidas por proposiciones, cuya verdad se establece mediante
la construcción de demostraciones que se ajustan a reglas lógicas de de­
ducción o inferencia. En estas ciencias carece de sentido intentar esta­
blecer la verdad de una proposición por medio de la contrastación con
los hechos, pues en ellas sólo se admite una proposición como verdadera
si es que existe una demostración o prueba lógica para ella. Las ciencias
formales, son la Matemática y la Lógica-Matemática. Asimismo, la apli-
cabilidad de la matemática a la realidad natural y social no es una prueba
de su verdad sino consecuencia de ella. Para distinguir las diferentes
maneras de establecer la verdad en ciencias empíricas y en ciencias for­
males .se dice que las primeras poseen proposiciones empíricamente ver­
daderas o a p osteriori y las segundas proposiciones lógicamente ver­
daderas o válidas a priori.
CLASE: En los niveles elementales se usa indistintamente los concep­
tos de clase y conjunto, lo que da lugar a imprecisiones de magnitud
creciente. Desde Von Neumann, uno de los matemáticos más notables
de este siglo, se ha establecido que el concepto de clase es de mayor ex­
tensión que el de conjunto. De este modo, intuitivamente, se admite que
una clase es cualquier colección de elementos. Un conjunto es una clase

319
que puede ser elemento de otras clases y una clase últim a es una clase
que no puede ser elemento de clase alguna. Así’ los objetos concretos son
elementos de los conjuntos. Y los conjuntos, que son un tipo específico
de clase, son elementos de las clases últimas. A grosso m odo se dice
que un conjunto es una clase que no es demasiado grande y esta distin­
ción se ha hecho con el propósito de evitar paradojas que son contradic­
ciones especiales. Una consecuencia de ello, es que se puede definir «la
clase de todos los conjuntos que satisfacen la condición P(x) ». Pero no
«la clase de todas las clases que satisfacen la condición P(x) ». La «la
clase de todas las clases» es simplemente una contradicción en los tér­
minos. (Los círculos de Venn usados en este texto representan conjun­
tos; y el rectángulo, una clase última.)
CONCEPTO: Es un término que denota una propiedad que la posee o
satisface un conjunto de objetos o elementos. Un concepto, se refiere a
una pluralidad de individuos que constituyen el conjunto extensión del
concepto. Un nombre propio es desde el punto de insta lógico, lo opuesto
a un concepto en la medida que se refiere a un tínico elemento para iden­
tificarlo. Los conceptos pueden tener diversos grados de abstracción. Los
menos abstractos son aquellos cuyo conjunto extensión tiene como ele­
mentos objetos macrofísicos como, por ejemplo, el concepto felin o. Los
más abstractos tienen un conjunto extensión cuyos elementos o no son
directamente observables como el concepto microfísico de quark, o sim­
plemente se trata de objetos sólo entendibles como el de número com ­
p lejo. Lógicamente, los conceptos son predicados de la forma P(x).
CONJUNTO: (Ver CLASE)
CONTRASTACIÓN: Es el acto por el cual se coteja lo que dice una
proposición con lo que constatamos que ocurre en la realidad natural o
social Así se decide si la proposición es empíricamente verdadera o em­
píricamente falsa. La contrastación puede hacerse directamente, esto es,
estableciendo la correspondencia entre lo que dice la proposición y la rea­
lidad o indirectamente, esto es, cotejando con la realidad no la proposi­
ción misma en cuestión sino las proposiciones que se deducen lógica­
mente de ella. El concepto de contrastación, en la bibliografía actual, ha
reemplazado prácticamente al de verificación debido a la influencia del
filósofo Karl Popper.
CUANTIFICADOR: En lógica se denomina cuantificador, en gene­
ral, a un operdador que nos permite referimos a todos los objetos de una
clase, que se escribe ( V x ) , y a otro que nos permita afirmar que una

320
clase o universo dado tiene al menos un objeto, pudiendo tener muchos
más. Este segundo se escribe así: (3x). Al primero se le denomina cuan-
tificador universal y al segundo cuantificador existencia!. El cuantifica­
dor (\fx) se lee: «para todo objeto x , es el caso que» y el cuantificador
(3x) se lee: «existe al menos un objeto x tal que». De este modo, la fór­
mula Ox) P(x) se lee: «Existe al menos un objeto x tal que este x tiene
la propiedad P » y la fórmula (Vx)(P(x)—>Q(x)) se lee: «Para todo obje­
to x, si x tiene la propiedad P, entonces x, tiene la propiedad Q». Usan­
do el operador de negación los cuantificadores son interdefinibles y sus-
titiúbles entre sí. Así, la fórmula (\fx)P(x) es definible y sustitidble por
~ (3x) ~ P(x) y, de la misma manera, (3x) P(x) es reemplazada por
~ (Vx) ~ P(x). Esto significa que nn sistema lógico puede prescindir de
tino de ellos . Para algunos casos especiales se usa al denominado cuan­
tificador iota, introducido por B. Russell que se escribe (3xi) y se lee:
«Existe un único objeto x tal que». Este cuantificador es existencial y
su uso es muy limitado porque se puede prescindir de él mediante el
uso adecuado de los otros dos . Los cuantificadores también se utilizan
con predicados relaciónales (ver PREDICADO). Por ejemplo la fórmula
( V x ) ( 3 y ) R ( x , y ) s e lee: «Para todo objeto x existe al menos un
objeto tal que es el caso que x está en la relación R con y». El cuantifi­
cador de mayor jerarquía es el que aparece al comienzo de la fórmula y
así en orden de jerarquía decreciente.
DEDUCCION: Es una operación lógica que consiste en obtener, me­
diante la aplicación de reglas lógicas, llamadas de deducción, a partir
de un conjunto de proposiciones, conocidas como premisas, una nueva
proposición conocida como conclusión .
Lo que garantizan, en lo fundamental, las reglas lógicas de deducción
es que la conclusión se deriva de las premisas sin contradicción. Asi­
mismo, una demostración en matemática es estrictamente un ejemplo
de deducción.
DEFINICIÓN; Es una operación metodológica que sirve para explicar
de manera precisa el significado de un término. Consta de un Definien-
dum y de un Definiens. El Definiendum, es el término cuyo signifi­
cado se pretende explicar o determinar y el D efiniens, es el conjunto de
palabras de uso conocido que nos permite explicar el significado del De­
finiendum. Una definición se escribe a manera de una igualdad cuyo
primer miembro es el Definiendum y cuyo segundo miembro es el De­
finiens. El requisito fundamental que debe cumplir toda buena defini-

321
ción es que el Definiendum no sea elemento del Definiens. Si esto ocu­
rre, la definición es defectuosa y se le llama circular. Existen muchos
tipos de definiciones, tales como lexicográficas, estipulativas, operado-
nales, etc.
DEMOSTRACIÓN POR REDUCCIÓN AL ABSURDO (RAA):
Una proposición P se demuestra lógicamente por Reducción al absurdo
cuando el primer paso deductivo consiste en suponer que P es falsa (lo
cual se formaliza mediante no-P), y a partir de esta suposición se de­
duce una contradicción de la forma A y no-A. A si se dice, como la ne­
gación de P conduce a contradicción, entonces P es una proposición ne­
cesariamente verdadera. A esta demostración se les llama indirectas o
apagógicas.
HIPÓTESIS: Es una conjetura que pretende dar respuesta a una inte­
rrogación que expresa un problema científico. También puede definirse
como una solución tentativa a un problema científico. Una característi­
ca fundamental de las hipótesis es que deben ser decidibles como verda­
deras o como falsas, razón por la que son expresadas a través de propo­
siciones o enunciados.
INDUCCIÓN: Tradicionalmente se considera la inducción como la in­
ferencia que, a partir de premisas que describen hechos singulares o par-
ticidares, derivan una conclusión de carácter universal o general. Sin
embargo, como las premisas sólo se fundan en constataciones hechas en
algunos de los objetos del universo estudiado, esto es, en lo que se lla­
ma una muestra, y la conclusión es tina proposición general que hace
una afirmación sobre la totalidad de los objetos del universo, entonces
no se le considera verdadera sino probable. En breve, los clásicos como
Aristóteles y Francisco Bacon concibieron a la inducción como una in­
ferencia, opuesta a la deducción, que opera de lo particular a lo general
En et siglo pasado John Stuart Mili precisó que la inducción no es una
inferencia que estrictamente obtenga una conclusión general a partir de
premisas particulares, debido a que contiene siempre como premisa im­
plícita una proposición general, denominado por él principio de uni­
fo rm id a d de la naturaleza. De este modo, para Stuart Mili la induc­
ción era una deducción que se distinguía de las demás por tener como
premisa mayor al principio de uniformidad de la naturaleza. Actualmen­
te, la inducción se define como una inferencia no conclusiva que esta­
blece el grado de confirmación de una proposición general a partir de la
verdad de las proposiciones de observación que de ella se deducen. Por

322
inferencia no conclusiva se entiende que la conclusión no se sigue nece­
sariamente de las premisas y el concepto de grado de confirmación es
traducible por un valor detenninable dentro del cálculo de probabilida­
des, el mismo que fue utilizado por R. Carnap y C. Hempel para definir
matemáticamente dicho concepto. Asimismo, la tendencia actual enca­
bezada por el filósofo Karl Popper sostiene que la inducción carece de
fundamento y no forma parte del razonamiento científico.
INDUCCIÓN MATEMÁTICA: El matemático italiano Guiseppe
Peono fiie el primero en presentar la aritmética como una teoría riguro­
sa, esto es, como un sistema hipotético-deductivo de enunciados. Esta
tarea la cumplió en su obra P rincipios de aritm ética publicada en
1889. El quinto axioma de su teoría es conocido como «principio de de­
ducción matemática o principio de inducción completa», que es un enun­
ciado implicativo de naturaleza muy distinta a lo que se denomina in­
ducción en la filosofía tradicional (Ver IN D U C C IÓ N ). Dicho princi­
pio afirma que si una propiedad cualquiera se cumple para el cero,
y se cum ple adem ás para un núm ero natural cualquiera bajo la
presuposición de que se cum ple para su antecesor, entonces to ­
dos los núm eros naturales tienen la propiedad en cuestión . Usan­
do la simbología introducida en este glosario (Ver P R E D IC A D O y
C U ANTIFIC AD O R), una formulación aceptable del quinto postidado
de Peano es la siguiente:

(P(0)&( Vn)(P(n)->P(n+l)))->("x)P(x)

En este caso la letra «n» representa al número anterior al denota­


do por 'n+1' y la variable individual V hace referencia a cual­
quier número natural. La formulación anterior se conoce como
«principio de inducción matemática débil». Existe la versión fuerte
que se deduce de la primera. Intuitivamente se enuncia así: Si del
hecho de que todos los números anteriores a un número n ten­
gan la propiedad P se deduce que también el número n tiene
la propiedad P, entonces todos los números naturales tiene la
propiedad P. Utilizando la expresión 'z < x para denotar que un
número z cualquiera es anterior a otro x, la formula lógica de la
llamada inducción fuerte es la siguiente:

(Vx)[(Vz)(z<x^P(z))^P(x) ( Vx )P ( x )

323
LENGUAJES NATURALES U ORDINARIOS: Son aquellos len­
guajes que se usan en la vida cotidiana, como el español, el inglés, el
alemán, etc. Esta denominación se usa para distinguirlos de los lengua-
jes formales como los de la lógica y de la matemática.
LEY CIENTÍFICA: Es una hipótesis cuya verdad ha sido establecida
a través de la observación de hechos o acontecimientos que pertenecen
al sector de la realidad al cual se hace referencia. En la práctica científi­
ca se acepta como una limitación a esta definición el hecho de que exis­
ten proposiciones científicas que tienen la condición de leyes pero que
no son verdaderas en el sentido que lo son las leyes macrofísicas, como
las de la mecánica de Newton. Ello se debe a que estas proposiciones ex­
presan relaciones estadísticas lo que las ubica dentro del ámbito de la
probabilidad más que de la verdad. Las leyes de la termodinámica y de
la microfísica en general son probabilísticas y también las de la econo­
mía o las de la psicología, entre otras ciencias.
METALENGUAJE: Se dice que tm lenguaje L es un metalenguaje
cuando se lo usa para describir a otro lenguaje L° que se denomina len­
guaje objeto. Esto significa que, por ejemplo, el lenguaje L no tiene nom­
bres que denoten cosas u objetos del mundo real sino que los nombres
de L denotan o hacen referencia a los signos de L°, también a sus propo­
siciones y a sus nombres. En breve, L no habla de cosas o hechos sino de
objetos lingüísticos. Así, si en L° existe la palabra gato como nombre de
un animal doméstico, en L existirá la expresión 'gato' que no es el nom­
bre de un animal sino la palabra gato. Puede resultar raro que una pa­
labra tenga nombre; pero desde el punto de vista lógico, cada palabra de
L° tiene un nombre en L que se construye poniéndole comillas simples a
las palabras de L°. Tarski demostró que si con el lenguaje L° construi­
mos uña teoría científica cualquiera, entonces la palabra 'verdadero'no
puedf ser parte de L° sino L, que es el metalenguaje de L°.
METATEORÍA: Es la disciplina que estudia las propiedades de las teo­
rías científicas que son tomadas como lenguajes-objetos. La metateo-
ría hace uso de metalenguajes y algunos la llaman m etaciencia.
MODELO DE CAJA NEGRA: Es un diagrama explicativo y de si­
mulación que consiste en un rectángulo con una línea de entrada y otra
de salida (en inglés: input y ontput). Pretende representar el compor­
tamiento de un organismo o de un artefacto, de estructura indetermi­
nada, en interacción con su ambiente recibiendo estimulaciones a través
de sus entradas y emitiendo respuestas mediante sus salidas. Tiene ade­

324
más un circuito d efeed back (retroalimentación o autorregidación) que
representa la forma como el organismo o el artefacto representado va
modificando su comportamiento en función del modo como el ambiente
acepta o no sus respuestas.
ORGANON: Las obras de Aristóteles sobre lógica son conocidas bajo
el título de Organon, palabra de origen griego que también es conocida
en su versión latina de Organum. Los discípulos de Aristóteles, con la
palabra Organon quisieron enfatizar el sentido instrumental de las re­
glas de la lógica aristotélica para probar la verdad. En la filosofía pos­
terior Organon ha mantenido este sentido metedológico enfatizando la
idea de conjunto sistemático de reglas para pensar correctamente. Cier­
tamente, la pretensión también ha sido que tal conjunto de reglas es com­
pleto. Una más sería superfina y una menos daría lugar a insuficiencia.
Francisco Bacon, duro crítico de Aristóteles, escribió el Novum Org­
anum propugnando que debía dejarse atrás definitivamente la lógica y
metodología aristotélica expuesta en el Organon.
PARADOJA: Se conoce como paradoja a un tipo especial de contra­
dicción constituida por una proposición P cuya verdad implica su fal­
sedad y cuya falsedad implica su verdad. Recurriendo a un ejemplo clá­
sico supondremos que P es la proposición «Yo miento». Luego, si es
verdad que miento, entonces hago afirmaciones falsas y, como yo afir­
mo P, entonces P es falsa. Recíprocamente, si es falso que miento, en­
tonces digo la verdad y, como yo digo P, entonces P es verdadera. Una
contradicción normal del tipo L a rosa es roja y la rosa no es roja,
de la forma P y no-P, no tiene este comportamiento. Por ello es insufi­
ciente decir, simplemente, que una paradoja es una contradicción. Asi­
mismo, las paradojas se clasifican en lógicas y semánticas. La que he­
mos expuesto se conoce desde la antigüedad como paradoja de Epiméni-
des o del mentiroso.
PARALOGISMO: Es una falacia que generalmente consiste en alte­
rar ilegítimamente la estructura del silogismo. Los diagramas de Venn
permiten descartar la falacias que los antiguos conocieron como paralo­
gismos y otras que desconocieron por falta de instrumentos adecuados.
POSTULADO: En matemática, un postulado es una proposición cuya
verdad se acepta o se supone en la condición de punto de partida para
la demostración de la verdad de otras proposiciones, que son sus conse­
cuencias lógicas. Para algunas corrientes lógicas y filosóficas lo que con­
vierte a una proposición en postulado no es su verdad, que es irrelevan-

325
te, sino el hecho de que ofrezca características que la conviertan en un
punto de partida-productivo. Se considera que si las consecuencias de
un conjunto de postidados son verdaderas, entonces tales postulados son
verdaderos.
El geómetra griego Euclides (siglo III a. C.) distinguió entre axioma y
postulado en su obra Elem entos. Para la matemática contemporánea
carece de importancia tal distinción y adolece de sustento el criterio de
evidencia que usó Euclides para definir dichos conceptos.
PREDICADO: (En lógica) A las propiedades y cualidades de los obje­
tos, individuos, o procesos se denota en lógica usando predicados a lo
que se representa mediante fórmulas del tipo P ( x ) , Q ( x ) , S ( x ) ,
etc. las mismas que se leen en castellano como «el objeto x tiene la pro­
piedad P», «El objeto x tiene la propiedad Q», y así sucesivamente. Las
letras mayúsculas P, Q, S... se denominan letras predicativas y deno­
tan propiedades como las de 'ser azúV, 'ser número par', 'ser hombre'
o 'ser un polinomio' por citar sólo algunos ejemplos. La letra minúscu­
la x se denomina variable individual y denota de manera general a cual­
quier objeto o individuo que tiene la propiedad que la letra predicativa
respectiva representa. En lógica no se acepta los nombres comunes de la
gramática como tales sino como predicados. Así, el nombre común 'gato'
para efectos lógicos es el predicado 'x tiene la propiedad de ser un gato'
y se escribe G ( x ). Las fórmulas P ( x ), Q ( x ), etc. se conocen como
funciones proposicionales o predicativas. Las que tienen una sola varia­
ble individual se llaman monádicas, que es el caso de los ejemplos da­
dos. Existen también las diádicas de la forma R ( x , y ) , las triádicas de
la forma R (x, y, z), y así sucesivamente. Las funciones proposicionales
que tienen dos o más variables individuales se conocen genéricamente
como predicados relaciónales o, simplemente, relaciones. Por ejemplo la
fónnulh W ( x, y, z ) se lee: «Los objetos x, y, z se encuentran en la
relación W». Se dice en general, que un predicado tiene grado n si po­
see un número n de lugares para variables individuales. En el caso de
W ( x, y, z ) se trata evidentemente de un predicado de grado 3, y en el
de R ( x, z ) de un predicado de grado 2. Debido a lo anterior, la fonna
general de escribir un predicado en lógica es: P ( x , x^..., x j .
PROPOSICIÓN NECESARIAMENTE VERDADERA: Una pro­
posición P es necesariamente verdadera si desde su negación no-P es
posible deducir una contradicción lógica de la forma A y no-A. A estas
proposiciones también se les llama apodícticas.

326
RELACIÓN DE FUNCIONALIDAD: Se dice que existe una rela­
ción de funcionalidad entre dos hechos o propiedades cuando ésta puede
ser expresada mediante una proposición matemática de la forma y - f
(x). Sin embargo, esto no significa necesariamente que la propiedad o
hecho denotado por y es producido por el hecho denotado por x. Si esto
último ocurre, entonces, la relación de funcionalidad es además una re­
lación de causalidad.
TÉRMINO OBSERVACIONAL: Es aquel que denota o hace referen­
cia a objetos, propiedades o procesos directamente observables. Son tér­
minos observacionales, por ejemplo, 'rojo', 'azul', 'estornudo', 'columna
de mercurio de 37 grados centígrados', etc. En particular se afirma que
hay observación directa cuando el investigador tiene como dato inme­
diato no un efecto del objeto estudiado sino al objeto mismo. La presen­
cia o ausencia de instrumentos de observación en este proceso es irrele­
vante para su caracterización.
VERDAD: El concepto de verdad se usa en la ciencia y en la filosofía
como una propiedad que pueden tener sólo las proposiciones. De acuer­
do con esto no existen cosas verdaderas sino sólo proposiciones verda­
deras. A lo largo de la historia de la filosofía se ha dado al menos tres
tipos de definiciones para el concepto de verdad. La ontológica, sostiene
que una proposición es verdadera cuando lo que afirma corresponde a lo
que ocurre en realidad. La formal o de la coherencia sostiene que una
proposición es verdadera cuando es demostrable o deducible sin contra-
dicción. La pragmática sostiene que una proposición es verdadera cuan­
do lo que afirma es útil o produce acciones exitosas. Resultados debidos
principalmente al polaco Alfredo Tarski han puesto en evidencia, en este
siglo, que una definición adecuada del concepto de verdad requiere el uso
de un metalengnaje para evitar incurrir en paradojas (contradicciones)
como la del mentiroso.

327
SOLUCIONARIO

En lo que signe no se proporciona soluciones para todos los ejer­


cicios propuestos sino sólo para los más representativos.

CUESTIONARIO 1
Proposiciones

1. No 12. No 23. No 34. No


2. Sí 13. Sí 24. No 35. Si
3. No 14. No 25. Sí 36. No
4. No 15. No 26. No 37. Sí
5. No 16. No 27. Sí 38. No
6. No 17. No 28. No 39. Sí
7. No 18. Sí 29. Sí 40. Sí
8. Sí 19. No 30. Sí 41. No
9. No 20. Sí 31. No
10. No 21. No 32. No
11. Sí 22. Sí 33. Sí

CUESTIONARIO 2

1.pAq 5. p Aq 9.pAq 13, pAq


2. p A q 6. pAq 10. p A q 14. p a q
3.pA~q 7. p A q ll.pA ~q 15.pAq
4. pAq 8.-pA~q 12. p

329
CUESTIONARIO 3

I.
1. D isyunción inclusiva (DI) 6. DF 11. DF
2. D isyunción exclusiva (DF) 7. DI 12. DI
3 .D F 8. DI 13. DI
4. DI 9. DI 14. DI
5. DI 10. DF 15. DI

l.~(~p vq) 5. ~ ( P V ~ q )
2.~(~p vq) 6. ( p v q )
3~(~pAq) 7. ~ ( ~ p v - q )
4*~(pA~q) 8. ~ p v q
. l.F 2. V 3. V 4. F

CUESTIONARIO 4
II.
1. p q 5. q —» p
2. q -> p 6. p solam ente si q: p q
3. q p 7. Si p, entonces q: p -> q
4. q -> p 8. N o es posible p porque no q: ~ q
V.
l . p - > ~ ~p
2. ~ ~p p
3- (P-v ~ p) —» — p
4. pT-> ~p
5. ~ ~ p -*■ p

CUESTIONARIO 5
I. -

1.p<H>q
2.~ p<H>~p
3.~p->~q
4. ~ q -> p
5. ~ p •o- q

330
II.
1. p <-> q
2. p<H>p
3. p -> q
4. q - > p
5.p^q
III. Las proposiciones equivalentes son: 3 ,4 y 5
IV. Las afirm aciones falsas son : 2 y 3.
V I. p: Está lloviendo
q: Está nevando
r: Está corriendo viento
2. p: U sted se casará
q: U sted se convertirá en actriz
r: U sted será fam osa
3. p: La gente piensa en la crisis
q : A lguien distrae a la gente

r: El fútbol es una distracción de masas


s: El fútbol puede ser propiciado por los beneficios por la
crisis.
VI. Todos los ejem plos (1-5) representan proposiciones lógicam ente
equivalentes

CUESTIONARIO 6

I. Solamente son fórmulas de PM:


l . ( p - > (q a r ) ) - > ~ ( ~ q v ~ ( ~ r ) )
4 .— ( p v q ) -> ( p A q)
6.p (~ (~ (~q ) ) )
II.

1. (p -o -q ) a (p <->q)
2- (p<-> q ) - K q v ~ p )
3-(P —*q ) v (r—»s)

331
4. ( p - > q )-> r
5 . ( p —> q ) —> ( ( r v p ) —» ( r v q ) )
6 - ( p —> q ) —> ( ( q - > r ) - > ( p - > r ) )
7. ( p - > ~ q ) o ( q - > ~ p )
S .((p -> q )A r) A ((p -> q )v (p -> r))
III.
1. p V q A r v p

2. p v q a rv ~ p

3. p ^ q a r a~ s

4. p —> q . v . r —» s a svp

5. p - » q v s . A . ~ r
V.
1 . ~ ( p —>•q )
2.~ (p* q)
3.~(p v~ q )
4. ~ ( p —» ~ q )
5. ~ ( ( P -> q ) -»■( q ->■P ) )
6.~((p-> q )-» ((p -> q )v r))

CUESTIONARIO 7
I.
1. Tautología.
2 . Consistente.
3. Tautología.
4. Tautología.
5. Contradictoria.
6. Consistente
II.
1.p-»(q vp)
2 . ( p ^ q ) v ( q ^ p )
3.p-»(q-»p)

332
4. (p->(qA~q))-»~p
5- ( P -> ~ P ) -> ~ P
III.
1. A firm ación verdadera pero no tautológica
2. Es tautológica
3. Es tautológica
4. Afirm ación verdadera pero no tautológica
5. Es tautológica
6. A firm ación verdadera pero no tautológica
IV Solam ente los ejem plos 2,3 son proposiciones equivalentes
V.
1. V 3. F 5. F 7. V 9. V

2. V 4. F 6. V 8* V 10. F

C U E S T IO N A R IO 8

II.
1. Válida
2. Inválida
3. Inválida: Justificación:
H ipótesis H: F(((p v q ) v r ) —K P A S))
F(V ((p v q) v r) —» F (p a s))
F(V ((p v q) v V (r)) - > F(F(p) a F(s)))
H ipótesis H aceptada. La formula es
necesariam ente F cuando r es V, p es F y S es F
sin que importe el valor de q.
4. Válida
5. Inválida
III.
1. [ ( p -> ~ q ) a p J -» ~ q
2. A
[ ( P ->■q ) ( ~ q -> ~ r ) ] ^ ■ ( p ^ ~ r )
3. [(pvq)A~p]->cI
4. A
l ( P ->■q ) ~ q ] -> ~ P
5. [ ( —p — ~ q ) A ( q - > r ) ] -» ( ~ P -* r)
6. {1 ( P -»■q ) A ( r '- q ) ] ( q v ~ q ) } —>(
A
7. [ ~ ( P A q ) A p ] - > ~ q

333
8 - [ ( p —> q ) / \ q ] —> p

9. [ ( p - » q ) A ( q - » r ) ] - » ( ~ r - » ~ p )

10. { [ ( q ^ p ) A ( ~ r ^ s ) ] A ( - s v ~ p ) } ^ ( r v ^ q )

V.
1. V álido 2. Las premisas 3. falsas 4. Verdaderas - falsa.

C U ESTIO N A RIO 9
Deducción natural

I. Justificación de deducciones
(1)(0 -> ~ P )a (~Q ->R )
(2) ( S - » T ) a ( ~ U - > ~ Z )
(3) ( ~ P —» S ) a ( R - > ~ U )
(4) ( T v - Z ) —» ( W a X )
(5) O v ~ Q / W a X
6.~PvR DC. (1), (5)
7. S v ~ U DC. (3), 6
8. T v - Z DC. (2), 7
9. W a X MP. (4), 8
2.

0) [ ( A v ~ B ) v C ] —» [ D - » ( E F)]
(2) ( A v ~ B ) —» [ ( F < - > G ) —> H ]
(3) A - » [ ( E < -> F ) - > ( F G)]
(4) A / .. D - > H
5. A v~B Adic. 4
6. (Av~B)v C Adic. 5
7. D -> ( E F) MP. ( 1) , 6
8. (E ^ F) -> ( F o G ) MP. (3), (4)
9. D —> ( F <h > G ) SH. 7,8
10. (F G ) —> H MP. (2) 5
11. D -> H SH. 9,10

334
•u> 0) A -> B
(2) C -» D
(3) ~ B v ~D
(4) ~~A
(5) (Ea F) C/ ~(E a F)
6. (A —» B ) a ( C —» D ) Adj. (1), (2)
7. ~ Av ~ C DC. (3), 6
8. ~C SD. (4), 8
9. ~(E a F) MT. (5), 8

4.

O) (G - » H ) - K I <->J)
(2) K v ~ ( L —» M )
(3) ( G —» H ) v ~ K
(4) N -> ( L -> M)
(5) ~(I .-. ~N
6. ~(G H) MT. (1), (5)
7. ~K SD. (3), 6
8. ~ ( L -» M ) SD. (2), 7
9. ~N MT. (4)
5.

(1)- H -> ( I -> J )


(2). K —> ( I —> J )
(3). ( ~ H a ~ K ) —> ( ~ L v ~ M)
(4). ( ~ L —> ~ N ) a ( ~ M —> - O )
(5)- (P-»N)a(Q-»0)
(6). ~(I->J) /.'. ~ P v ~ Q
7. ~H MT. (1), (6)
8. ~K MT. (2), (6)
9. ~ Ha ~ K Adj. 7, 8.
10. ~Lv~M MP. (3), 9
11. ~ Nv ~ O DC. (4), 10
12. ~Pv~Q DD. (5), 11

335
II. EJECUCIÓN DE DEDUCCIONES

(1) Fv(GvH)
(2) ( G —» I ) a ( H —> J )
(3) ( Iv J ) - > ( F v H )
(4) ~F /:. H
5) G vH SD. (1), (4)
6) IvJ DC. (2), 5
7) FvH MP. (3), 6
8) H SD. (4), 7
2.

(O K L
(2) M —>■N
(3) ( 0 -> M )a(P->L)
(4) ( ~ N v ~ L ) a ( ~ M v ~ O ) /.: . ( - O v ~ P )
v ~ K)
5) ~ Nv ~ L Simp (4)
6) ~Ov~P DD. (3), 5
7) ( M —» N ) a ( K—»■L ) Conj. (1),(2)
8) ~Mv~K DD 5,7
9) (~Ov ~ P )a (~ M v ~ K) Adj. 6,8
J.
1) Q —» ( R - > S )
.2) ( R —» S ) - » T
•3) (SaU )^-P
4) ~ P —» ( R ~ W)
5) ~ T v ~ ( R o ~ W ) /:.■~ Q v ~(SAU)
6) Q -> T SH. (1), (2)
7) (S a U )->(R o ~W) SH. (3), (4)
8) ~(R<-»~W)v~T CONM. (5)
9) ( R < - » ~ W ) —» ~ T RDN. 16,
10) (S a U)-»~T SH. 7,9
11) T - > ~ ( S a U) Transp. 10
12) Q->~(S a U) SH. 6,11
13) ~ Q v ~ ( S a U) RDN. 16,

336
4.

(1) ( 0 - » ~ P ) a(P-»Q)
(2) Q -» N
(3) ~ R -» P / . . R
4) ~R P.A.
5) o->~p Simp. (1)
6) P >Q Simp. (1)
7) P MP. (3), 4
8) Q MP. 6,7
9) ~o MT. 5,7
10) ~Q MT. (2),9
11) Q a ~ Q Conj. 8,10
12) ~ R - > ( Q a ~ Q ) PC. 4, 11
13) ~ ~ R RAA. 12
14) R DN. 13

(1) X —»■( Y —»■Z )


(2) X —> ( A —> B )
(3) X a ( Y v A)
(4) ~Z /.. B
5) ~ B RA.
6) X Simp. (3)
7) Y —» Z MP. (1),6
8) A B MP. (2),6
9) Y v A Simp. (3)
10) ~ A MT. 5,8
11) Y SD. 9,10
12) ~Y MT. (4),7
13)
>

Conj. 11, i:
>*
<
l

14) ~ B -> (Y a ~Y) PC. 5, 13


15) ~~B RAA. 14
16) B DN. 15

1) C - » ( D —» ~ C )
2) C <-> D /.*. ~ C a ~ D

337
3) ( C a D) v (' ~ C A ~ ) DEF. BC (2)
4) ~ C v (-- D v - - C) DEF. 16. (1)
5) (~D v ~-C) v-~ c C0M .4
6) ~D v (~-C v ~ ■C) AS.5
7) (~C v ~' C) v -~ D C0M.6
8) ~Cv~D IDEMP. 7
6) ~ ( C a D) DM. 8
7) ~ Ca ~ D SD. 3,6
7.

1) Jv(~KvJ)
2) K v ( ~ J v K ) /.*. ( J a K ) v ( ~ J a ~ K )
3) (J v ~ K) v J Asoc. (1)
4) (K v ~ J) v K Asoc. (2)
5) ~JvK Asoc. + IDEMP. 4
6) ~K vJ Asoc. + IDEMP. 3
7) J-> K DEF. Asoc. + RDN.
8) K-> J DEF.
Asoc.+RDN.ló,
9) ( J —> K ) a ( K —> J ) Conj. 7,8
10 J <h>K DEF. BC. 9
11) ( J a K ) v ( - J a - K ) DEF. BC. 10
8.
1) : ( L v M ) v ( N a O )
2) (-L aO )a ~ (-L a M ) /. ~ L a N
3) ~ LaO Simp. (2)
4) Simp. 3
5) ~ (~ L a M ) Simp. (2)
6) Lv~M DM. 5
7) - M SD. 4,6
8) ~ L a ~M Conj. 4,7
9) - (LvM ) DM. 8
10) N a O SD. (1), 9
11) N Simp. 10
12) - L a N Conj. 4,11

338
III. PRUEBA CONDICIONAL

1.
(1) ( A v B ) ^ ( C a D)
(2) ( D v E ) - > F /.'. A - > F
3) A PA.
4) A vB Adic. 3
5) CaD MP. (1),4
6) D Simp. 5
7) D vE Adic. 6
8) F MP. (2),8
9) A -» F PC. 3, 8
2.

(1) (EvF)->G
(2) ( J —» ~ G ) a ~ H
(3) JvK /.\ E - » K
4) E PA.
5) EvF Adic. 4
6) G MP. (1),5
7) J —> ~ G Simp. (2)
8) ~J MT. 6,7
9) K SD. (3),8
10) E->K PC. 4, 9
o

(1) Q —> P
(2) T vS
(3) Qv~S ~(PvR)^T
4) ~ (Pv R) PA.
5) ~PA~R DM. 4
6) ~p Simp. 5
7) ~Q MT. (1),6
8) ~s SD. (3),7
9) T SD. (2), 8
10) ~ ( P v R ) - »T PC. 4, 9
4.
(1) A->(B->C)
(2) B —> ( C —» D ) A->(B->D)

339
3) A PA.
4) B PA.
5) B^C MP. (1),3
6) C^D MP. (2),4
7) C MP. 4, 5
8) D MP. 6, 7
9) B^D PC. 4, 8
10) A ^ ( B ^ D ) PC. 3, 9

a) Premisas.
1) pv~q
2) r ~p

C onclusiones que se siguen lógicam ente.


C, (1) q —» ~ r
C2 ( 5 ) ~ p v ~ r
C7 (7) q ( ~ r v p )

C U ESTIO N A R IO 10
II.
1) (A/B)/(D/E)
2) ((A/B)/(B/B))/((B/B)/C)
3) ((N/N)(B/B))/((N/C)/(D/D))
4) ((C/D)/(E/E))/((A/A)/B)
5) (A/B)/(C/D)
6) (A/B)/(C/D)
7) [ A / ( B / B ) ] / [ B / ( A / A ) ]
8) [ ( A / A ) / ( B / B ) ] / [ A / ( B / B ) ]
9) { [ A / (B/B)]/[(A/A)/B]}/[(C/C)
/(D/D)]
10) { [ A / ( B / B ) ] / A . / . [ A / ( B / B ) ] / A } / ( B / B )
11) [ ( A / A ) / ( B / B ) ] / { [ ( B / B ) / ( A / A ) ] / [ ( B /
B)(A/A)]}
12) A / { [ ( B / B ) / ( A / A ) ] / [ ( B / B ) / ( A / A ) ] }

340
CUESTIONARIO 11

II. Construcción de circuitos para las fórmulas dadas:

S / + ------- —cr o------ 1

R ^ /c _________c /o SO /' 0------

Vo_
_v<
V o --------&/V-

X / o ------i / *

4. ( p A q A r ) v ( p A q A ~ r ) v ( ~ p A ~ q )

p J a___s u / oo--------------
____i—o l J/ o--------
, 1

_____ i / r’o / "

u /c ___ í / o-

341
5. { ( p A q ) v [ p A ( ~ q v ~ r ) ] v ( r A s ) } A( q v r v s )
III.

l.(p A q ) v ( p v q )
( AB ) + ( A+B )

AB
B.
(AB)+(A+B)

A+B
B

2 . ( p v ( q A r ) ) v ( r v s ) = ( A + ( B C ) ) + (C + D )

A+(BC)
BC
(A+(BC)) + (C+D)
C+D
D

3 . ( p A q ' ) v ( ~ q A r ) v ( ~ p A ~ s ) = ( AB ) + ( BC ) + ( AD )

__A_ A.B
Bf
B.C (AB)(BC) (AD)
B k B

A. A.D
H ^D

342
4. ( p A q A r ) v ( p A q A ~ r _ ) v ( ~ p A ~ q ) s
( ABC ) + ( ABC ) ( A B )

5.((pAq)v(pA(~qv~r))v(rAs))A(qvrvs)
( ( AB ) + ( A ( B+C ) ) + ( CD ) ) . ( B+C+D )
A
AB

(AB) +(A.(B + C))+(CD)

((AB)+(A(B+C))+(CD)).(B+C+D)

343
IV.
La fórmula es:
( pa ~ q)v (~pAq)v(~pA~q)

CUESTIONARIO 12
Io Debe saber:

Algunos Gatos son cuadrúpedos


Ningún cuadrúpedo sabe silbar
Luego, algunos animales que saben silbar no son gatos.

II.
6. EAE. Segunda figura
7. AII. Tercera figura
8. AAA. Tercera figura
10. AEE. Primera figura

CUESTIONARIO 13

I. 9. S h P = <)>

10. SnP* <) >

344
12. SnP*<j>

13. SnP*<|>

14. S n P ^ (| )

II.
1. c) B n A = <)> 8. a) A n B = <)>
2. b) B n A = <|> 9. a ) A n B í i |i
3. a) A n B = <j> 1 0 . b ) A n B ^ <)>
4. b) A n B = <j> 11. a) A n B =<)>
5. a) A n B = <)> 12.a) A n B = <)>
6. a) A n B = cf) 13.a) A n B = <¡>
7. c)A n B =(()

III.
6. Premisas Conclusión
S n M = <|) M n P = <|) S n P = ^>

Válido AAA-1

345
7. Premisas Conclusión
P n M = (j) S n M ^ SnP^cj)

Conclusión
PnM^I S n M -(| ) S n P = (|)

9. Premisas Conclusión
P n M ^ (| ) S n M = <¡) S n P -< | )

10. Premisas Conclusión


S n M = (j> M n P = (j> S n P = (j)

346
CUESTIONARIO 14

1.- Determinar cuáles de las siguientes fórmulas no son interpretables


com o proposiciones:
1- F(a,b) Sí
2. (3y) F(x,y) No
3- (3y) ( Fy —> (V y) F x ) No
4. (V x) (V y) F(x,y) -» R (x,y) No
5. Px A ~Qx No
6. Pa A ~Qa Sí

2.- Determinar cuáles de las siguientes fórmulas están en forma normal


Prenex:
1. (V x) Fx V (3y) Gy No
2. F (a,b) -» (3x) ( F(x,b) A -P x ) No
3- (V x) (3y) R (x,y) Sí
4. (V x) Fx - » (V x) Qx No
5- (V x) (3y) ( R (x,y) —> Sx) Sí
6. (V x) (V y) (V z) ( ( R (x,y) A R (y ,z)) -> R (x ,z)) Sí
3.- ¿Cuáles de las siguientes fórmulas no son lógicam ente válidas?
1. (V x) Fx Fa : Lóg. válida
2. (3x) Fx —> Fy : N o es válida
3. Fa -» (V y) Fy : N o es válida
4. (3x) Fx -» (V y) Fy : N o es válida
5. (3y) ( Py-> (V x) P x ) : Lóg. válida
6. (V x) (3y) R (x,y) -» (3y) (V x) R (x,y) : N o es válida
4.- Fonnalizar, usando cuantificadores, las siguientes afirmaciones:
1. N o todos los números son pares.
~(V x) (N x -> Px)
2. A lgunos números son primos.
(3 x )(N x A Px)
3. Ningún electrón es un protón.
(V x) (Ex -» -P x )
4. Cada alumno tiene nota aprobatoria.
(V x) (Ex —> A x)
5. Solam ente los aprobados recibirán diploma.
(V x) (D x - » A x)

347
6. Si todos son enem igos de todos, entonces cada uno es su propio
enem igo.
(V x) (V y) E( x ,y )-> ((V x) (3y) E(x,y) .A .(x=y))
7. Hay una persona que ama a todas las personas.
(3x) (V y) A ( y ,x )
8. Hay un número natural que es menor que todos los números
naturales.
(3y) (V x) M ( x,y)
9. Hay al m enos un alumno que se matricula en todos los cursos.
(3y) (V x) M ( x,y)
10. Todas las cabezas de caballo son cabezas de anim ales.
(V x) (Cx—» A x)—» (V y)[(3x)( Cx A H(y,x)) -+(3x) (A x A H(y,x))]
5.- Probar las siguientes equivalencias:

1. (3 y ) { Py (V x) P x ) ((V y) Py - » (V x) Px).
1.1 (3y) ( Py -> (V x) P x ) -» ((V y) Py - » (V x) Px).

P1 (3y) ( Py -> (V x) P x ) ((V y) Py —> (V x) Px)


2. (V y) Py P.A.
3. P a -> (V x) Px E.E. 1
4. Pa E .U .2
5. (V x) Px M.P. (3,4)
6. (V y) Py -» (V x) Px P.C. (2-5)

1.2 ((V y) Py - » (V x) Px)) - » (3y) ( Py - » (V x) Px)


P V (V y) Py —> (V x) Px // (3y) ( Py -> (V x) Px)
2. ~(3y)(P y —> (V x) Px) RAA
3 . ( V y y (Py (V x) Px) R 14.10,2.
4. -(P y - » (V x) Px) R 1 4 . l l . 1,3
5. Py a ~ (V x) Px R D N. 16+D M ,4
6. Py Sim p. 5
7* (Vy) P P 1 4 .1 1.2,6
8. K V x)P x Sim p. 5
9. ~(V y)P y M T en P i, 8
10. (V y)Py a --<Vy) Py A dj.7,9

348
1 l.~ (3 y) (Py (V x)Px)—»(V y)Py a ~(V y) Py PC. 2,10
12. (3y)(P y -> (V x) Px) RAA, 11

II. (V x) ( Px a Q x ) <-» ((V x) Px a (V x) Qx)


2.1 (Vx) ( Px a Q x ) - > ((V x) Px a (V x) Qx)
P l (V x) ( Px a Q x ) (V x) Px a (V x) Qx.
2. Py A Q y EU. 1
3. Py Simp. 2
4. Qy Simp. 2
5. (V x) Px GU. 3
6. (V x) Qx GU. 4
7. (V x) Px a (V x) Qx Conj. (5,6)
2.2 ((V x) Px a (V x) Qx) -> (V x) ( Px a Q x )
P l (V x) Px a (V x) Qx //.*. (V x) ( Px a Q x )
2. (V x) Px Simp. 1
3. (V x) Qx Simp. 1
4. Pz E .U .2
5. Q z EU. 3
6. Pz a Qz Conj. (4,5)
7. (V x) ( Px a Qx) GU. 6
3. (V x) ( Px V (V y) Qy ) ((V x) Px V (V y) Qy ).
1. (V x) ( Px V (Vy) Q y ) / / . ’. ((V x) Px V (V y) Q y )
2. ~((V x) Px V (V y) Q y ) RAA.
3. -(V x ) Px A ~(V y) Qy DM.2
4. (3x) -P x A (3y)~Q y R. 14 J0
5. Px V (V y)Q y EU,1
6. -(V y ) Qy Simp. 3
7. Px SD .5,6
8. (V x) Px GU.7
9. (3x) -P x Simp.4
10. ~Pa EE.9
11. Pa EU.8
12. Pa A -P a Adj. 11,10
13. - ( ( Vx)Px V (Vy)Qy) ^ (Pa A -P a) PC. 2,12
14. (V x)Px V (V y )Q y R A A ,13

349
1, (Vx) Px V (Vy) Qy) II:. (Vx) ( Px V (Vy) Qy )■
2. ~(V x) ( Px V (V y) Qy ) RAA
3. (3 x ) ~ ( Px V (V y) Qy ) R. 14.10,2
4. (3x) (~P x A ~(V y) Qy ) DM .3
5. ~Pa A ~ (V y) Qy EE. 4
6. ~Pa Simp. 5
7. ~(V y) Qy Simp. 5
8. (V x) Px SD. (1,7)
9. Pa EU. 8
10. Pa A ~Pa Adj. 6,9
11. ~(V x) (Px V (V x)Q y) (Pa A ~Pa) PC 2,10
12. (V x) (Px V (V y) Qy ) R A A . 11
4. (3x) ( Px V Q x ) ^ (3x) Px V (3x) Qx.
1. (3 x ) ( Px V Q x ) //.-. (3x) Px V (3x) Qx.
2. ~ ((3 x ) Px V (3x) Qx) RAA.
3. ~ (3 x ) Px A ~ (3 x ) Qx DM.2
4. ( Vx) ~Px A (V x) ~Q x R. 14:10.3
5. (V x) ~P x Sim p. 4
6. (V x) ~Q x Simp. 4
7. Pa V Qa EE. 1
8. ~Pa EU. 5
9. Qa SD .7,8
10. ~Q a EU. 6
11. Q A~Q a Adj. 9,10
12. ~ ((3 x ) p x V (3x)Q x) -> (Q a A ~Q a) PC. 2,11
13. (3 x ) Px V (3x) Qx RAA.
1. ((3 x ) Px V (3x) Qx) //.-. (3x) ( Px V Q x )
2. ~ (3 x ) (Px V Qx) RAA.
3. (V x) ~ ( Px V Qx ) RR. 14.10
4. (V x) (~ Px A ~ Q x ) DM . 3
5. ~ Px A ~ Qx EU. 4
6. ~Px Simp. 5
7. (V x) ~P x GU. 6
8. ~ (3 x )P x R .14.10,7
9. (3x)Q x SD . 1,8
10. ~Q x Sim p. 5

350
11. (Vx)~Qx GU.10
12. Qa EE. 9
13. -Qa EU.ll
14. Qa A ~ Qa Adj. 14
15. ~(3x)(Px V Qx) -> (Qa A ~Qa) PC. 2,14
16. (3x)(Px V Qx) RAA. 15

5. (3y) ( Py ->(Vx) Px ) ^ (Vy) ( Py) -> (Vx)(Px)


1. (3y) ( Py ->(Vx) P x ) //.*. (Vy) (Py) -> (Vx)(Px)
2. (Vy)Py PA.
3. Pa -» (Vx) Px EE.l
4. Pa EU.2
5. (Vx)Px MP. 3,4
6. (Vy) Py -» (Vx) Px PC. 2,5

1. (Vy) ( Py) -» (Vx) (Px) // ,\(3y) ( Py -»(Vx) Px )


2. M3y)(Py -> (Vx)Px) RAA.
3. (Vy) ~(Py -> (Vx)Px) R. 14.10,2
4. -(Py - » (Vx)Px) EU. 3
5. PyA ~(Vx)Px RDN.16+DM,4
6. -(Vx) Px Simp. 5
7. Py Simp. 5
8. (Vx)Px GU.7
9. (Vx)Px A ~(Vx)Px Adj. 6,8
10. ~(3y)(Py -» (Vx)Px) -> [(Vx)Px A ~(Vx)Px] PC. 2,9
11. (3y)(Py -» (Vx)Px) RAA.10
6.- Construir una Deducción que pruebe que las premisas implican a la
conclusión:
1.- Todos los cuadrados son rombos.
Algunos rectángulos no son rombos.
Luego, algunos rectángulos no son cuadrados.
1. (Vx) (Cx - » Rx)
2. (3x) (Tx A -R x ) // (3x) (Tx A ~Cx)
3. Ta A ~Ra EE. 2

351
4. Ca - > Ra EU. 1
5. ~Ra Simp. 3
6. ~Ca MT. (4,5)
7. Ta Simp. 3
8. Ta A ~Ca Conj. (6,7)
9. (3x) (Tx A ~Cx) GU. 8

2.- Ningún número imaginario es un número real.


Algunos números com plejos son números reales.
Luego, algunos números com plejos no son imaginarios.
1. (Vx) (Ix —» ~Rx)
2. (3x) (Cx A Rx) //.-. (3x) (Cx A ~Ix)
3. Cb A Rb EE.2
4. Ib ~Rb EU. 1
5. Rb Simp. 3
6. -Ib MT. (4,5)
7. Cb Simp. 3
8. Cb A -Ib Conj. (6,7)
9. (3x) (Cx A ~Ix) GE. 8

3.- N ingún número imaginario es un número real.


Todos los números racionales son números reales.
Luego, ningún número racional es imaginario.
1. (Vx) (Ix - » ~Rx)
2. (Vx) (Cx - > Rx) (Vx) (Cx - > ~Ix)
3. Iy - > ~Ry EU. 1
4. Cy—> Ry EU. 2
5. Ry-> ~Iy Transp. 3
6. C y-> ~Iy SH. (4,5)
7. (Vx) (Cx - > ~Ix) GU. 6

4.- Todos los cuadrados son polígonos regulares.


Ningún trapezoide es un polígono regular.
Luego, ningún trapezoide es un cuadrado.

352
1. (Vx) (Cx —» Px)
2. (Vx) (T x —>•~Px) (Vx) (Tx ->
3. Cy - » Py EU. 1
4. Ty -► ~Py EU. 2
5. ~Py —» ~Cy Transp. 3
6. Ty - > ~Cy SH. (4,5)
7. (Vx) (T x - > ~Cx) GU. 6
5.- Hay un cisne que no es negro.
Luego, no todos los cisnes son negros.
1. (3x) (Cx A~Nx) / / ~(Vx) (Cx ->
2. ~(V x)~ (Cx A ~Nx) R. 14. 10,1
3. ~(V x) (~Cx V Nx) DM. 2
4. ~(V x) (Cx - > Nx) Def. Cond. 3
ACTIVIDAD
MAPAS CONCEPTUALES

A continuación presentamos una sugerencia de cómo podría es­


tudiar y provocar en usted un autoaprendizaje significativo, uti­
lizando la técnica de los mapas conceptuales. Esta técnica fue crea­
da por Joseph Novak quien la presenta como estrategia esquemá­
tica que pretende ayudar a los estudiantes a aprender represen­
tando gráficamente un conjunto de relaciones conceptuales.
Construya un resumen esquemático de cada lección estudia­
da, ordenado los conceptos de manera jerarquizada. Situé cada
concepto dentro de un recuadro y relaciónelo con los conceptos
de jerarquía semejante mediante líneas horizontales en forma de
flechas. Con los conceptos de menor jerarquía la relación se esta­
blece mediante flechas descendentes que nacen del recuadro co­
rrespondiente al concepto al que asignamos mayor jerarquia. Es­
tas flechas, con frecuencia, se bifurcan en ramas que deben
correponder a las distinciones conceptuales que consideramos
necesarias.
Veamos ahora algunos ejemplos de mapas que se han cons­
truido en base a algunas lecciones que figuran en el texto. Ud.
puede construir los suyos y así crear esquemas y estructuras rele­
vantes que le facilitarán la comprensión del sistema conceptual y
operativo que ofrece este libro.

354
MAPA CONCEPTUAL N.° 1: DISYUNCIÓN

355
MAPA CONCEPTUAL N.° 2: BICONDICIONAL

El Bicondicional
es un
conectivo proposicional
que relaciona
Proposiciones
a través de
expresiones

formalizando

Condición necesaria Condición necesaria


y suficiente y suficiente

de de

ejemplo [ e j e mp l o
Juan viaja a Jauja si, y sólo Juan toma tren si, y sólo si
' si si toma tren viaja a Jauja
I____________
se expresa como
/
poq

que es la forma de
una proposicion
bicondicional

356
MAPA CONCEPTUAL N.° 3: DEDUCCIÓN NATURAL

357
MAPA CONCEPTUAL N.° 4 SILOGISMO CLÁSICO

“Algunos S “Algunos S “Todos los “Ninguno


Son P” Son P” S Son P” S es P’9

358
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Serie Hum anidades


Normalmente se cree que existe una única manera de
Melisa Moore
En la encrucijada. Las ciencias sociales y la novela en el
pensar lógicamente que correspondería a la estructura
Perú. Lecturas paralelas de «Todas las sangres»
Nanda Leonardini
, >
profunda de la mente de la razón o del cerebro según el
El grabado en el Perú republicano. caso. Esto conduce a suponer que la Lógica se descubre de
Diccionario histórico
la manera análoga a cómo se habría descubierto la
Gonzalo Espino Relucé (comp.)
Tradición oral, culturas peruanas estructura de la célula o del átomo. Por tanto, la Lógica
— una invitación al debate—
Martha Barriga Tello existiría ya hecha en algún lugar y la tarea del profesor -ya
Influencia de la Ilustración borbónica en el arte limeño:
siglo xvm sea a través de las clases o de un libro- consistiría en
Carlos García-Bedoya M. enseñarnos a descubrirla. Sin embargo, el desarrollo no
Para una periodización de la literatura peruana
(segunda edición corregida y aumentada) sólo de la Lógica sino de lo que actualmente se conoce
S erie C o e d ic io n e s como ciencias cognitivas, nos conduce a pensar que lo

Thomas Cummins
anterior es un error: En efecto, en sentido estricto no existe ,
Brindis con el Inca. La abstracción andina y las
imágenes coloniales de los queros
dentro de la comunidad científica y filosófica, la Lógica
UNMSM-UMSA (Bolivia)-Embajada de los EE.UU.
como una unidad sino un conjunto diversificado de
Manuel Burga
Nacimiento de una utopía.
Muerte y resurrección de los incas
sistemas lógicos o, en términos más descriptivos de ,
UNMSM-Universidad de Guadalajara lenguajes lógicos que no siempre son equivalentes entre sí.
Cristóbal Aljovín de Losada J Eduardo Cavieres (eds.)
Perú-Chile/Chile-Perú: 1820-1920
Convenio Andrés Bello-Universidad de Valparaíso
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Liliana Regalado de Hurtado
Clío y Mnemósine. Estudios sobre historia, memoria y
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Del ágora ateniense al ágora electrónica.
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José Enrique Briceño Berrú
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La segunda visita ae William Burroughs
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Rocío Quispe-Agnoli
La Fe andina en la escritura: Resistencia e identidad de
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Biaggio D'Angeh
Borges en el centro del infinito
UNMSM-Universidad Católica Sedes Sapientae
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S erie C l á s ic o s Sa n m a r q u in o s
La universidad es lo que publica
José Antonio Russo Delgado
La ética en Demócrito
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