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MESTER DE CABALLERÍA

Memoria de negras cacerías

Por los corredores del tiempo


Oigo caballos sin freno galopando
Sobre los cráneos de los muertos,
Las crines mojadas por la lluvia
Y el sonoro latigazo de los ijares:
Los cascos enrojecidos
Al regreso de la fiesta. Oigo
La castigada piel de los siervos
Como un golpe seco sobre almohadones
De sangre. Miro los bosques lastimeros
Donde los perros persiguen
A un hombre apaleado
O acorralan a la hechicera sediciosa
De cabellos de fuego,
Junto al río nocturno que atraviesa
La aldea mordida por el miedo.
Miro los rojos estandartes
De las carnicerías, los tiempos que regresan
Con la cabeza del guerrero
Envuelta en trapos negros.
La aldea del mundo arde en mi sopa.

La noche de las sogas

Los orines espesos de la yegua


Junto a la alta empalizada que oponía la noche
(Cuando los señores del sueño bebían vino de oscuridad),
Sonaban en la calle con rumor de pieles o de gasas.
Por esos mismos parajes el sueño señoreaba
Junto al árbol que cantaba por el pico de un pájaro rojo
Donde colgaba el ahorcado viento
En la noche de las sogas
En aquella noche que vertía un agua lechosa
Y la mujer perseguida por los perros
(Su vestido blanco hecho jirones)
Tropezaba con cercados de sangre
Esta es la larga noche de mi país
La larga noche
Con el cuerpo cubierto de algas y cuchillos
Tal como aparecen en el grabado -aparecen sin título- en los grabados

Memoria de negras cacerías

Por los corredores del tiempo oigo caballos


Sin freno galopando sobre los cráneos de los
muertos.
Las crines mojadas por la lluvia y el sonoro
Latigazo en los húmedos los ijares:
Los cascos enrojecidos al regreso de la fiesta.
Oigo la castigada piel de los siervos
Como un golpe seco sobre almohadones de sangre.
Miro los bosques lastimeros donde los perros
Persiguen a un hombre apaleado
O acorralan a la hechicera sediciosa de cabellos
de fuego,
Junto al río nocturno
Que atraviesa la aldea mordida por el miedo.
Miro los rojos estandartes de las carnicerías
Los tumultuosos tiempos que regresan
Con la cabeza del guerrero envuelta en trapos
negros.
La aldea del mundo arde en mi sopa.

...falta averiguar el título…

Entre la fronda he visto al caballo de los sueños


Con sus belfos de espuma, escuchando la música solar.
Caballos góticos espoleados por el hambre, caballos
Sucios de patria pastando lentamente sobre la sangre
de sus muertos.
Ah, y esos caballos untados de luna
Corriendo entre jardines secretos cuyo rojo galopar
es cosa de leyenda,
Delirantes caballos que llegan deshojando a su paso
La flor de los días estivales.
Por espesos boscajes
Ladrones de gallos y reses rondan los establos
Con cuchillos ornados de negras crines
Y por el bosque lluvioso chapotean las yeguas.
De donde llega
El caballo en llamas que recorre la planicie
No lo sé.
Pero vuela sobre la flor coagulada de los homicidios,
Sobre las rotas banderas de las viejas banderas cuyo
Arsenal de heridos también pone a galopar mi corazón
Al que alguien clava espuelas de vidrio

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