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1.

Introducción
El presente informe tratara temas como el estado peruano y la economía
social de mercado, describiendo fundamentos y características de este
régimen económico bajo el cual se desarrolla el país. También se hablará de
la persona jurídica y la capacidad que tiene. Cabe mencionar que al poseer
esta, capacidad jurídica, los derechos y las obligaciones, que surjan en
relación a ella le serán imputados directamente y no a sus miembros
individualmente considerados.

2. Objetivos
 Identificar, resumir y estudiar el modelo económico establecido por la
Constitución.
 Identificar, resumir y estudiar acerca de la persona jurídica, su
capacidad entre otros aspectos.

3. Marco teórico

El Estado Peruano, un Estado Social y Democrático de Derecho


De acuerdo a la Sentencia del Tribunal Constitucional analizada, el Estado
peruano definido por la vigente Constitución de 1993, presenta las
características básicas de Estado social y democrático de derecho. Asimismo,
se sustenta en los principios esenciales de libertad, seguridad, propiedad
privada, soberanía popular, separación de las funciones supremas del Estado
y reconocimiento de los derechos fundamentales. Principios de los que se
deriva la igualdad ante la ley y el necesario reconocimiento de que el
desarrollo del país se da bajo el modelo económico de una economía social
de mercado.

Además, las funciones de nuestro Estado social y democrático de derecho


tienen que ver con aspectos económicos, sociales, políticos y jurídicos.
a) Aspectos económicos
La economía social de mercado es una condición importante del Estado social
y democrático de derecho. Por ello debe ser ejercida con responsabilidad
social y bajo los valores constitucionales de la libertad y la justicia. En suma,
se trata de una economía que busque garantizar que la productividad
individual sea, por contrapartida, sinónimo de progreso social.
b) Aspectos sociales
Se trata del Estado de la integración social, dado que se busca conciliar los
intereses de la sociedad, dejando de lado las oposiciones clasistas del
sistema industrial.
c) Aspectos políticos
El Estado social y democrático de derecho posibilita la integración del Estado
y la sociedad, así como la democratización del Estado. La democracia, por
ello, constituye un elemento imprescindible del Estado, ya que posibilita la
elección y nombramiento de sus operadores y sirve como mecanismo para
conseguir el principio de igualdad en el ámbito social.
d) Aspectos jurídicos
El sistema jurídico en el Estado social y democrático de derecho, trasciende la
regulación formal, y apareja la exigencia de que sus contenidos axiológicos se
plasmen en la vida cotidiana.
Dicha concepción presupone los valores de justicia social y de dignidad
humana, los cuales buscan la realización material de la persona; esto es, el
libre desenvolvimiento de la personalidad y el despliegue más acabado de las
potencialidades humanas sobre la base del principio de libertad.

Economía social de mercado


Tal como se encuentra prescrito en el artículo 58° de la Constitución “La
iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economía social de mercado. Bajo
este régimen, el Estado orienta el desarrollo del país, y actúa principalmente
en las áreas de promoción de empleo, salud, educación, seguridad, servicios
públicos e infraestructura”.
La economía social de mercado es representativa de los valores
constitucionales de la libertad y la justicia. Asimismo, en ésta predominan los
principios de libertad y promoción de la igualdad material dentro de un orden
democrático garantizado por el Estado.
De allí que L. Herhärd y A. Muller (1981) afirmen que se trata de un orden “en
donde se asegura la competencia, y al mismo tiempo, la transformación de la
productividad individual en progreso social, beneficiando a todos, amén de
estimular un diversificado sistema de protección social para los sectores
económicamente débiles”.

Según el Tribunal Constitucional (2003) este régimen económico está


caracterizado, fundamentalmente, por los tres elementos siguientes:
a) Bienestar social; lo que debe traducirse en empleos productivos, trabajo
digno y reparto justo del ingreso.
b) Mercado libre; lo que supone, por un lado, el respeto a la propiedad, a la
iniciativa privada y a una libre competencia regida, prima facie, por la oferta y
la demanda en el mercado; y, por otro, el combate a los oligopolios y
monopolios.
c) Un Estado subsidiario y solidario, de manera tal que las acciones estatales
directas aparezcan como auxiliares, complementarias y temporales. Dentro
del marco establecido por el principio de subsidiariedad y en el ejercicio de su
actividad económica, el Estado, tal y conforme lo dispone el artículo 58°,
asume roles sociales en áreas tales como el de la promoción del empleo,
salud, educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura.

Además, dado el carácter "social" del modelo económico establecido en la


Constitución vigente, el Estado no puede permanecer indiferente a las
actividades económicas, lo que en modo alguno supone la posibilidad de
interferir arbitraria e injustificadamente en el ámbito de libertad reservado a los
agentes económicos.

Libre iniciativa privada


“Toda persona natural o jurídica tiene derecho a emprender y desarrollar, con
autonomía plena, la actividad económica de su preferencia, afectando o
destinando bienes de cualquier tipo a la producción y al intercambio
económico con la finalidad de obtener un beneficio.”
M. Rubio (1999) manifiesta que el ya mencionado derecho comprende dos
partes, la libertad y la actuación económica, cuya expresión es “que las
personas son libres de realizar las actividades económicas que mejor
consideren para obtener los recursos de su vida cotidiana y de su
capitalización”

Libertades patrimoniales que garantizan el régimen económico


El modelo económico consignado en la Constitución exige el reconocimiento y
defensa de una pluralidad de libertades económicas de carácter patrimonial,
que son:

a) El derecho a la propiedad
Establecido en los incisos 8) y 16) del artículo 2° de la Constitución, es
concebido como el poder jurídico que permite a una persona usar, disfrutar,
disponer y reivindicar un bien. Así, la persona propietaria podrá servirse
directamente de su bien, percibir sus frutos y productos, y darle destino o
condición conveniente a sus intereses, siempre que ejerza tales actividades
en armonía con el bien común y dentro de los límites establecidos por la ley.

b) El derecho a la libre contratación


Establecido en el inciso 14) del artículo 2° de la Constitución, se concibe
como el acuerdo o convención de voluntades entre dos o más personas
naturales y/o jurídicas para crear, regular, modificar o extinguir una relación
jurídica de carácter patrimonial. Dicho vínculo -fruto de la concertación de
voluntades- debe versar sobre bienes o intereses que poseen apreciación
económica, tener fines lícitos y no contravenir las leyes de orden público.

c) La libertad de trabajo
Establecida en el inciso 15) del artículo 2° de la Constitución, se formula como
el atributo para elegir a voluntad la actividad ocupacional o profesional que
cada persona desee o prefiera desempeñar, disfrutando de su rendimiento
económico y satisfacción espiritual; así como de cambiarla o de cesar de ella.
Para tal efecto, dicha facultad auto determinativa deberá ser ejercida con
sujeción a la ley. Por ello es que existen limitaciones vinculadas con el orden
público, la seguridad nacional, la salud y el interés público.

d) La libertad de empresa
Consagrada por el artículo 59° de la Constitución, se define como la facultad
de poder elegir la organización y efectuar el desarrollo de una unidad de
producción de bienes o prestación de servicios, para satisfacer la demanda de
los consumidores o usuarios.
La libertad de empresa tiene como marco una actuación económica auto
determinativa, lo cual implica que el modelo económico social de mercado
será el fundamento de su actuación, y simultáneamente le impondrá límites a
su accionar.

e) La libertad de comercio
Establecida en el artículo 59° de la Constitución, se trata de la facultad de
elegir la organización y llevar a cabo una actividad ligada al intercambio de
mercaderías o servicios, para satisfacer la demanda de los consumidores o
usuarios. Debe ejercerse con sujeción a la ley.

f) La libertad de industria
Establecida en el artículo 59° de la Constitución, es la facultad de elegir y
obrar, según propia determinación, en el ámbito de la actividad económica
cuyo objeto es la realización de un conjunto de operaciones para la obtención
y/o transformación de uno o varios productos.
La persona Jurídica

Problemática sobre la capacidad de obrar de la persona jurídica


La persona jurídica es un centro de imputaciones a partir de cual se organiza
y da una estructura jurídica a diferentes formas de organización social
encaminadas a la realización de determinados y concretos fines. Ante
necesidades concretas se ha generado tal entidad otorgándole determinados
atributos.
Siendo que la referida actuación social ha definido un entramado de
titularidades, se ha hecho necesario también que se definan los mecanismos
a través de los cuales la propia entidad hace efectivas tales prerrogativas,
desarrollándolas, complementándolas o, en general, disponiendo de ellas.
Así como no posible en puridad hablar de capacidad de goce de la persona
jurídica y en todo caso, de asumirse tal categoría, no sería refiriéndose al
mismo contenido conceptual que tradicionalmente se establece, la idea de los
mecanismos de disposición de derechos de la entidad no cuadra
precisamente dentro de la idea de capacidad de ejercicio o de capacidad de
obrar.
A pesar de ello, y de igual forma, el uso de la categoría remitiría a cuestiones
distintas que aquellas referidas para el caso de otros sujetos de derecho,
incidiendo en los particulares mecanismos con que cuenta la entidad para
actuar y que son simplificadas bajo la idea de la capacidad de obrar de las
corporaciones.
Planteamientos sobre la capacidad de obrar de la persona jurídica
La mera apariencia parece haber llevado a la doctrina latinoamericana a
considerar que la persona jurídica no sería apta para ejercer por sí misma los
derechos que ostenta, sea por que actúa siempre a través de un tercero, el
representante, sea porque se considera una limitación el que sea una entidad
incorpórea, etc. Desde esta perspectiva la persona jurídica carecería de la
llamada capacidad de obrar.
Por el contrario, el considerar, que la capacidad de obrar de las personas
jurídicas se manifiesta a través de sus órganos, siendo que al ser uno de
éstos la fuente generadora de la declaración de voluntad, se entendería que
es el propio organismo, la entidad, la que estaría declarando su voluntad. Ello
se explicaría al ser el órgano de representación parte de la propia corporeidad
del ente.
El objeto como supuesto límite a la capacidad de la persona jurídica. La
problemática de los actos ultra vires
Sabemos que la persona jurídica cuenta, por un lado, con capacidad jurídica
y, por otro, con capacidad de obrar. Una y otra, se conforman, estructuran y
manifiestan de manera acorde a la naturaleza del sujeto en cuestión.
Corresponde evaluar en qué medida la determinación del objeto de la persona
jurídica influye en la fenomenología referida.[ CITATION Jav \l 10250 ]
La importancia de la determinación del objeto de la persona jurídica
La entidad, bajo el planteamiento anterior, podría realizar las actividades
económicas vinculadas a aquella para la cual ha sido creada (o a la
multiplicidad de éstas si no encontramos ante una persona jurídica con un
objeto plural). Sea cual fuere el escenario, la particularidad de la regulación se
centrará en las consecuencias jurídicas que se asignen ante la verificación de
actos que exceden el objeto social de la entidad.
El planteamiento recogido por la llamada teoría de los actos ultra vires, remite
a categorías originarias del derecho anglosajón. Esta teoría considera que los
actos realizados por la persona jurídica, a través de su representante, se
entiende, que exceden el objeto para el cual ha sido creado la entidad, deben
ser sancionados con nulidad absoluta. Resulta claro que esta sanción no
puede ser subsanada bajo las reglas de la convalidación o la ratificación del
negocio jurídico.
Se puede apreciar que la llamada capacidad de obrar de la persona jurídica
bajo un sistema de capacidad restringida está vinculada necesariamente al
objeto para el cual ha sido creada la entidad: ésta puede hacer todos los
actos relativos a su objeto y que tiendan a consolidarlo de manera directa o
indirecta. Los actos realizados excediendo el objeto de la entidad o
contraviniéndolo, los que son definidos como actos ultra vires, son
considerados nulos.
La opción del legislador peruano en materia de capacidad de la persona
jurídica
La intención del legislador peruano sobre el particular, por lo menos en
apariencia, es remitirnos a un régimen general relativo a la existencia del
ente, su régimen jurídico, sus derechos, obligaciones y fines, así como el
régimen de capacidad que contemplaría el sistema que se encontraría o en el
propio código civil o en leyes especiales.

4. Conclusiones
 La Economía Social de Mercado es el actual régimen económico
del Perú, establecido en la Constitución de 1999. Bajo este
régimen, el Estado orienta el desarrollo del país, y actúa
principalmente en las áreas de promoción de empleo, salud,
educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura. En suma,
se trata de una economía que busque garantizar que la
productividad individual sea sinónimo de progreso social.
 La Persona jurídica, es un sujeto de derecho, el cual tiene
capacidad jurídica y capacidad de obrar. Además, toda persona
jurídica se crea para hacer efectivas determinadas actividades
económicas y cuenta con derechos patrimoniales, de uso y de
habitación. Asimismo, su objeto no delimita sino, más bien,
estructura la capacidad y determina las actividades que
desarrollará.

5. Referencias

EXP. N. º 0008-2003-AI/TC, 11/11/03

L. Herhärd y A. Muller (1981). El orden del futuro. La economía social de


mercado. Universidad de Buenos Aires.

M. Rubio (1999). Estudio de la Constitución Política de 1993, PUCP, Fondo


Editorial. Disponible en:
http://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/68
Pazos Hayashida, J. (2005). La capacidad de la persona jurídica: apuntes
indiciarios. IUS ET VERITAS, 15(31), 102-112. Disponible en
http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/iusetveritas/article/view/12411

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