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cine colombiano
cuadernos de
cuadernos de cine colombiano
Una memoria de nuestras artes
22 publicaciones sobre cine en colombia
Santiago Trujillo Escobar
Las publicaciones de la Cinemateca Distrital: una
memoria crítica para el cine colombiano
Julián David Correa Restrepo
La crítica de cine en Colombia
en los años cincuenta: los aportes fundacionales de
Hernando Valencia Goelkel y Jorge Gaitán Durán
Pedro Adrián Zuluaga
La batalla por lo real. Dos publicaciones periódicas de
los sesenta sobre cine en Colombia: Guiones y Cine(mes)
Francisco Montaña Ibáñez
Crónicas de la espera: el cine
colombiano en la revista Cuadro 1970-1979
Luisa Fernanda Ordóñez Ortegón
Tres modelos de crítica de cine en Colombia: Carlos Álvarez,
Andrés Caicedo, Luis Alberto Álvarez
Mauricio Durán Castro
Ojo al cine: instantáneas de la
producción crítica del Grupo de Cali
Luisa Fernanda Ordóñez Ortegón
¿Historias de lo que no existe? La historia del cine
colombiano de Hernando Martínez Pardo
Anne Burkhardt
La autonomía del cine: Umberto Valverde,
Reportaje crítico al cine colombiano
David M. J. Wood
Revista Cinemateca
con el guion de tres épocas
Pedro Adrián Zuluaga
Cine para leer
Hugo Chaparro Valderrama
Ver con la metáfora en los ojos:
la vuelta a Arcadia
Carolina Sourdis Arenas
La casa de Kinetoscopio
Hugo Chaparro Valderrama
publicaciones sobre cine en colombia


ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ D.C. MINISTERIO DE CULTURA
Gustavo Petro Urrego Mariana Garcés Córdoba
ISSN: 1692-6609
INSTITUTO DISTRITAL DE
Contenido
ALCALDE MAYOR DE BOGOTÁ D.C. MINISTRA DE CULTURA LAS ARTES (IDARTES) 4 Una memoria de nuestras artes
Calle 8 No. 8-52 Santiago Trujillo Escobar
Clarisa Ruiz Correal Adelfa Martínez Bonilla Bogotá, Colombia
SECRETARIA DE CULTURA, DIRECTORA DE CINEMATOGRAFÍA Conmutador: (571) 379 5750 8 Las publicaciones de la Cinemateca Distrital:
RECREACIÓN Y DEPORTE Síguenos: www.idartes.gov.co Imagen de la cubierta: fotograma de El abrazo de
la serpiente (Ciro Guerra, 2015). Imágenes de la una memoria crítica para el cine colombiano
CINEMATECA DISTRITAL-GERENCIA contracubierta: extractos de las cubiertas de las revistas Julián David Correa Restrepo
INSTITUTO DISTRITAL DE DE ARTES AUDIOVISUALES DEL CINEMATECA DISTRITAL-GERENCIA
DE ARTES AUDIOVISUALES DEL Ojo al cine no. 1 (1974), Arcadia va al cine no. 3 (1982),
LAS ARTES (IDARTES) IDARTES
Cinemateca no. 4 (1978), Kinetoscopio no. 37 (1996) y 40 La crítica de cine en Colombia
IDARTES
Santiago Trujillo Escobar Julián David Correa Restrepo Carrera 7 No. 22-79 Guiones no. 7 (circa, 1963). en los años cincuenta: los aportes fundacionales de
director general Bogotá, Colombia
gerente de artes audiovisuales Imágenes del interior del archivo bibliográfico de Hernando Valencia Goelkel y Jorge Gaitán Durán
Bertha Quintero Medina Clara Nydia Pardo Murillo Conmutador: (571) 379 5750, la becma -Biblioteca Especializada en Cine y Medios
subdirectora de las artes ext. 3401 - 3406 Audiovisuales-, Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, Pedro Adrián Zuluaga
asesora administrativa
Síguenos: infocinemateca@idartes.gov.co
María Adela Donadío Copello Giovanna Segovia Mercado www.cinematecadistrital.gov.co
archivo personal de los articulistas, de Diego Rojas y de 56 La batalla por lo real. Dos publicaciones periódicas de
Sandro Romero. Fotografías del interior provenientes del
subdirectora de asesora misional Facebook: Cinemateca Distrital archivo de la becma (p. 2, 5, 6, 11, 12, 19 y 184), Jenny los sesenta sobre cine en Colombia: Guiones y Cine(mes)
equipamientos culturales Twitter: @cinematecadb Alexandra Rodríguez (p. 13), Claudia Palacio (p. 3 y 27), Francisco Montaña Ibáñez
Jenny Alexandra Rodríguez Peña
Orlando Barbosa Silva El contenido de los artículos es Juan Santacruz (p. 7) y Hernando Martínez Pardo (p. 167).
78
asesora de programación
subdirector administrativo y publicaciones responsabilidad exclusiva de los autores Agradecimientos especiales a Cristina Gallego, Ciro Crónicas de la espera: el cine
y financiero
David Zapata Arias
y no representa necesariamente el Guerra, Etienne Boussac, Tatiana Fernández-Mendinueta, colombiano en la revista Cuadro 1970-1979
pensamiento del Instituto Distrital de las Diego Rojas, Sandro Romero, María Camila Ruiz,
CUADERNOS DE asesor de formación y convocatorias Artes (idartes), ni del Ministerio de Cultura. (coordinadora revista Kinetoscopio), Juan Carlos González,
Luisa Fernanda Ordóñez Ortegón
CINE COLOMBIANO NO. 22 María Paula Lorgia Garnica
Publicación impresa y digital de Angélica Reyes, Juan Francisco Rodríguez, Claudia 96 Tres modelos de crítica de cine en Colombia:
PUBLICACIONES SOBRE asesora de nuevos medios Palacio y Juan Santacruz.
CINE EN COLOMBIA distribución gratuita con fines educativos Carlos Álvarez, Andrés Caicedo, Luis Alberto Álvarez
Cesar Almanza Vargas y culturales. Queda prohibida su
Observatorio Latinoamericano Vivian Vásquez Jiménez reproducción total o parcial con o sin Mauricio Durán Castro
de Historia y Teoría del Cine Diego Saldarriaga Cuesta ánimo de lucro sin la debida autorización
134 Ojo al cine: instantáneas de la
expresa para ello. Información adicional
Cira Mora Forero equipo localidades en: infocinemateca@idartes.gov.co. producción crítica del Grupo de Cali
coordinación de contenidos Juan Carlos González Navarrete
Luisa Fernanda Ordóñez Ortegón
Marina Arango Valencia coordinador becma
Henry Caicedo Caidedo Angélica Reyes Hernández 148 ¿Historias de lo que no existe? La historia del cine
Ministerio de Cultura asistente becma colombiano de Hernando Martínez Pardo
Jenny Alexandra Rodríguez Peña Ricardo Cantor Bossa Anne Burkhardt
Julián David Correa Restrepo asesor comisión fílmica de bogotá
coordinación editorial Reina Tinjacá Jiménez, Milena 168 La autonomía del cine: Umberto Valverde,
Reportaje crítico al cine colombiano
Ivón Alzate Riveros Pimentel Vásquez, Alejandra Losada
Peña, Yesith Pineda Cortés, Diana
asistente editorial David M. J. Wood
Cifuentes Gómez, Nicolás Cuadrado
Neftalí Vanegas Menguán Ávila y María del Pilar Acosta Barrios 182 Revista Cinemateca
diseño editorial equipo comisión fílmica de bogotá con el guion de tres épocas
Luisa Fernanda Montero Trigos Pedro Adrián Zuluaga
eLibros Editorial y enlace prensa-oficina asesora de comunicaciones
Neftalí Vanegas Menguán
Mónica Higuera Coronado 202 Cine para leer
diagramación
asistente administrativa Hugo Chaparro Valderrama
QuadGraphics Colombia Cristian Camilo Reyes David
impresión 224 Ver con la metáfora en los ojos:
apoyo logístico
la vuelta a Arcadia
Cuadernosdecinecolombiano-nuevaépoca:publicacionessobrecineenColombia/ Camilo Parra Martínez Carolina Sourdis Arenas
Cinemateca Distrital Jaiver Sánchez Leal
– Gerencia de Artes Audiovisuales del idartes
Bogotá: Cinemateca Distrital; idartes, 2015
proyeccionistas 242 La casa de Kinetoscopio
280 p.: fot.; 20 cm (ISSN 1692-6609; no. 22) Hugo Chaparro Valderrama
Bibliografía al final de cada capítulo
1.Cinecolombiano–Historiaycrítica.2.Cinecolombiano–Historia-Siglos 262 Catálogo de publicaciones
xx-xxi.3.CinematecaDistritaldeBogotá–Historia.4.Cinecolombiano–Críticae
interpretación.5.Cinecolombiano–Publicacionesseriadas-Catálogos. editadas por la Cinemateca Distrital
276 Perfiles de los autores
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publicaciones sobre cine en colombia una memoria de nuestras artes

Una memoria
de nuestras artes
Santiago Trujillo Escobar
Director General
idartes

cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época

Taquilla de la Cinemateca Distrital, circa, 1986.


Durante tres años, el Instituto Distrital de las obras audiovisuales, de teatro, de música y
Artes (idartes) ha creado programas y espa- de danza. De esta manera se ha producido y productores audiovisuales interesados en tuales más importantes que con su obra han
y gestionado una cultura más democrática profundizar su conocimiento histórico sobre el aportado a la cultura del cine colombiano.
cios que aportan a nuestros ciudadanos en
todos los ámbitos artísticos: la literatura, las que se refleja y se hace visible en una mayor cine nacional y su relación con el acontecer Para nosotros es fundamental preservar
artes plásticas, el teatro, las artes audiovisua- participación de los ciudadanos en nuestras del cine latinoamericano y mundial. las distintas expresiones de la crítica cine-
les, la danza y la música, entre otros. Durante actividades y procesos de formación. Con este número de Cuadernos de cine matográfica, labor a la que aporta este reco-
este tiempo hemos hecho un gran esfuerzo colombiano - nueva época no. 22. Publica- rrido por la historia de las publicaciones y estado
Otra de nuestras grandes iniciativas ha sido del arte sobre lo que se ha dicho acerca del
por incentivar proyectos culturales y generar apoyar publicaciones en todas nuestras áreas ciones sobre cine en Colombia, destacamos y
campo audiovisual, con énfasis en los resul-
espacios de formación, no solo en nuestros que investigan y restituyen la memoria de las ponemos a disposición del lector las investi-
tados de diferentes procesos de producción
escenarios, sino también en todas las loca- artes en Bogotá. Por ejemplo, la Cinemateca gaciones más importantes del cine colombia-
y reflexiones sobre esta disciplina. Recorrido
lidades de la ciudad, como en los Centros Distrital - Gerencia de Artes Audiovisuales del no desde la década de los cincuenta, época de gran importancia, pues alumbra la mane-
Locales de Artes para la Niñez y la Juventud idartes, ha lanzado este año cinco publicacio- en la que se crearon los primeros cineclubes de ra en que nos representamos y nos reflejamos
(clan) y en Tejedores de Vida. Además, idartes nes sobre distintos géneros cinematográficos, la ciudad y período en el que se empezaron a en la pantalla, tanto en el pasado como en el
ha creado programas para todas las edades, que han logrado fomentar la memoria de las formar nuestros primeros críticos de cine. Con presente. Es nuestra apuesta para impulsar
como el de Primera Infancia, que atiende a artes audiovisuales y la investigación del cine esta obra contribuimos a la memoria audio- el pensamiento y la investigación del cine en
los niños y niñas hasta cinco años, a través nacional e internacional. Todas han estado diri- visual del país, haciendo un recorrido por las Colombia. En idartes trabajamos para que te
de experiencias artísticas y la presentación de gidas a un público de investigadores, artistas publicaciones más emblemáticas y los intelec- sientas vivo.
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publicaciones sobre cine en colombia las publicaciones de la cinemateca distrital

Sala de la Cinemateca Distrital, circa, 1986. Sala de la Cinemateca Distrital, 2015. Foto: Juan Santacruz.
cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época

Las publicaciones de la
Cinemateca Distrital: una memoria
crítica para el cine colombiano
Por Julián David Correa R.

Para Luis Alberto Álvarez y Paul Bardwell,


dos de los culpables.
Las ciudades no existen,
existen los ciudadanos que las habitan.

En agosto de 1997 se expidió la Ley de Cultura que creó el Ministerio de Cultura con todas
sus direcciones; entre ellas, la Dirección de Cinematografía. A fines de 1997 –en sus primeros
meses compuesta por un prolífico grupo unitario: Felipe Aljure–, esta Dirección se trasladó a la
casa de la calle 35 no. 5-89, que había sido de la Compañía de Fomento Cinematográfico (focine)
y que con los años devino en bodega de muebles viejos. A comienzos de 1998, el reclutamiento Logo de la Cinemateca
de Felipe Aljure daba frutos: el equipo de Cinematografía empezaba a crecer y necesitaba espacios. Distrital en 1988.
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publicaciones sobre cine en colombia las publicaciones de la cinemateca distrital

1 · Versión en inglés del


libro Filmar en Colombia,
de cine colombiano, primera época, y libros de La Cinemateca Distrital: primera sede fue la sala Oriol Rangel en el 2 · Hasta el 2015, la
Cinemateca ha tenido dos
por Miguel Ángel Lozano, pasta dura que se titulaban Colombia. The Set 1. transformando miradas Planetario y las primeras oficinas quedaron en sedes: la del Planetario y la
Leonor Martínez, Alberto actual (Cra. 7 no. 22-79),
León y Diego Rojas. Este texto, que inicialmente debía ser la desde 1971 uno de los locales de los pisos bajos de las habilitada en 1976 por
Bogotá: Compañía de
presentación de Cuadernos de cine colom- Torres del Parque2. Isadora de Norden fue la Jaques Mosseri de lo que
Fomento Cinematográfico fuera el foyer del Teatro
- focine, 1987, 128 pp. biano - nueva época, 22. Publicaciones sobre Para presentar la historia de las publica- primera directora de la institución y la persona Colombia (actual Teatro
Jorge Eliécer Gaitán), un
cine en Colombia, pasó a ser el resultado ciones y la política editorial de la Cinemateca que lideró el proyecto de su creación, apoyada espacio que en otra época,
de una investigación y un conjunto de deci- Distrital, es necesario dar a conocer las estra- por su esposo y director de cine, Francisco fue el Grill Colombia.

siones más amplio: presenta la historia de tegias de esta organización. Cuatro son los Norden, junto con amigos como Hernando
las publicaciones de la Cinemateca, junto pilares de toda cinemateca: la preservación Salcedo Silva y Hernando Valencia Goelkel.
con sus actuales títulos y criterios editoriales. de un patrimonio audiovisual (a través de una Los textos y el trabajo de ambos Hernandos
Los desarrollos recientes de esta política filmoteca, videoteca o mediateca), la circula- incluyeron la realización de crítica cinemato-
editorial muestran que se quiere definir la ción del patrimonio a través de proyecciones, gráfica en publicaciones como la revista Mito,
estrategia de publicaciones de la Cinemateca, la formación de públicos y realizadores, y el y fueron trascendentales en el desarrollo del
como si esta institución también fuera una desarrollo de investigaciones y publicaciones cineclubismo que condujo a la fundación de
editorial independiente, y que en el proceso que fortalezcan los pilares anteriores. Muchos instituciones como la Cinemateca Colombiana,
se ha procurado aprender de la historia del saben que la Cinemateca Distrital nació en
cine colombiano y de la historia del propio 1971 siguiendo el modelo de la Cinemateca
fondo editorial. Se ha aprendido por igual de Francesa, fundada en 1936, y que desde
los aciertos y de los errores. La historia de las entonces es un lugar en donde se preserva y
publicaciones de la Cinemateca Distrital está desde donde se pone a circular el patrimonio
unida a la del cine colombiano y a la de los cinematográfico de la humanidad. Es un hecho
instrumentos (normas, instituciones y fondos) conocido que desde 2011 la Cinemateca
Colombia, The Set. Compañia de fomento
Cinematográfico focine, 1987. que nuestro Estado ha implementado para el Distrital también es la Gerencia de Artes Audio-
desarrollo del cine. Todos sabemos que dentro visuales del Instituto Distrital de las Artes
Todas las puertas de la casona se abrieron de la historia del cine colombiano hay instru- de Bogotá (idartes), dependencia de la Alcaldía
y los muebles viejos, el polvo y las pulgas mentos fallidos y herramientas del Estado que Mayor de Bogotá, y que, por hacer parte de esta
salieron poco a poco. Durante la colonización fracasaron en su tarea de impulsar el desarrollo institución, su fortalezas se han multiplicado.
de la Casa del Cine, se limpió el sótano, que de una cinematografía propia y estable. Es El 11 de abril de 1971, el alcalde de Bogotá,
hedía a orín de gato, y se encontraron estan- inevitable equivocarse de vez en cuando, pero Carlos Albán Holguín, expidió el Decreto
terías y cajas, y en las cajas se hallaron libros los errores deben convertirse en parte de un 0631 mediante el cual se creó la Cinemateca
nuevos, hojas que envejecieron sin conocer la proceso de aprendizaje o seguirán siendo Distrital de Bogotá, como entidad dependiente
luz: colecciones completas de los Cuadernos para siempre errores. de la Secretaría de Educación del Distrito. Su

Fachada Cinemateca Distrital, circa, 1982.


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las publicaciones de la cinemateca distrital

con logros tan destacados como que el corto- que circulan por esas salas en Bogotá, en
metraje Leidi (Simón Mesa Soto), realizado Colombia y en otros países. La red de salas
con recursos de las convocatorias de 2013, asociadas a la Cinemateca en Bogotá suma
Palma de Oro en el Festival Internacional de un centenar de pantallas en 16 localidades.
Cine de Cannes de 2014, la primera Palma de
Formación para públicos,
Oro que cualquier película colombiana haya
formadores, preservadores y creadores
obtenido en toda la historia del cine nacional.
La Cinemateca trabaja por la formación
Así, desde el año 2012, la Cinemateca de constructores de cultura, tanto de creadores
Distrital, que también es la Gerencia de como de gestores y públicos, a través de
Artes Audiovisuales del idartes, desarrolla las foros, talleres, seminarios y conferencias. En
siguientes estrategias: la sala Rayito se desarrollan talleres para la
primera infancia, junto con el programa Teje-
Preservación
dores de vida de idartes.
Filmoteca, becma y formación. La Cinema-
Interior de la Cinemateca Distrital, circa, 1985.
teca desarrolla seminarios de preservación, Desarrollo de
3 · La Cinemateca la Cinemateca Distrital y la Fundación Patri- entrega una beca para la gestión de archivos publicaciones e investigaciones
siempre ha pertenecido a y cuenta con un archivo fílmico y una media- La Cinemateca fomenta la investigación
la Alcaldía, pero ha depen- monio Fílmico Colombiano, entre otras.
dido de diferentes oficinas teca (la becma: Biblioteca Especializada en con becas y proyectos propios y desarrolla
de la municipalidad: de Los cuatro pilares básicos mencionados de Cine y Medios Audiovisuales), que a la fecha publicaciones en video e Internet, y ha conso-
1971 a 1976 hizo parte de
la Secretaría de Educación;
toda cinemateca, también son las columnas dispone de unas 50.000 unidades de infor- lidado tres colecciones en papel: Cuadernos
de 1976 a 2006 estuvo que sostienen la labor de la Cinemateca mación que incluyen libros, revistas, archivos de cine colombiano – nueva época; Becas; becma, 2015.
adscrita al Instituto Distrital Distrital de Bogotá. Colombia no es Francia,
de Cultura y Turismo; digitales y magnéticos de audio, fotos, diapo- y Catálogos Razonados. Algunos proyectos los talleres de guión para web series, entre
de 2006 en adelante por supuesto, y en el caso de la Cinemateca, sitivas y afiches, entre otros soportes, además editoriales se desarrollan en alianza con otras
ha estado adscrita a a sus estrategias originales se sumaron otras otras acciones.
la Secretaría Distrital de colecciones audiovisuales en diferentes instituciones.
de Cultura, Recreación tareas que pueden resumirse diciendo que, formatos digitales y magnéticos. Cinemateca rodante: estrategia de
y Deporte, en donde desde hace décadas, la Cinemateca Distrital Tecnologías de la información
dependió entre 2009 intervención integral y territorial en
y 2011 de la Fundación es la dependencia de la Alcaldía Mayor de Programación, generación de y las comunicaciones (tic)
contenidos y salas asociadas El cine es tic. La Cinemateca publica las localidades para el desarrollo
Gilberto Alzate Avendaño; Bogotá3 que desarrolla políticas públicas para
y desde 2011 es parte del
la evolución del cine. Un buen ejemplo de este Muestras y festivales que reflejan la diver- en nuevos medios, cuenta con convocato- audiovisual
Instituto Distrital de las
Artes (idartes). rol es el programa de convocatorias que –a sidad del cine, un hecho social que es arte, rias que estimulan proyectos para ventanas En 2012 se inició la estrategia Cinemateca
partir de 1994 , tras el final de focine, entidad industria y expresión ciudadana. La Cine- convergentes y nuevas tecnologías y adelanta rodante, un conjunto de programas dirigidos
Fundada en 1978 y liquidada en 1993– mateca fortalece el desarrollo de salas del programas de formación, como los seminarios a las localidades de Bogotá. Actividades con
entrega recursos para hacer cine en Colombia, circuito alternativo y genera muestras de cine transmedia y sobre narrativas audiovisuales, y vocación territorial que parten de diagnósticos
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publicaciones sobre cine en colombia las publicaciones de la cinemateca distrital

previos y ofrecen programas de preservación sión Fílmica de Bogotá (cfb), formalizada con tres épocas”; a Francisco Montaña Ibáñez,
(Videoteca local) y formación en diferentes el Decreto 340 de 2014, y la creación de la autor de “La batalla por lo real. Dos publica-
cinematografías, cineclubismo y empren- Nueva Cinemateca de Bogotá (que empezará ciones periódicas de los sesenta sobre cine
dimiento. a construirse a finales de 2015). en Colombia: Guiones y Cine(mes)”; a Luisa
Estímulos económicos Todas las investigaciones y publica- Fernanda Ordóñez, autora de “Crónicas de
a través de convocatorias públicas ciones de la Cinemateca se integran con este la espera: el cine colombiano en la revista
Desde 1994, la Cinemateca realiza convo- conjunto de estrategias y las representan. Cuadro 1970-1979” y de “Ojo al cine: instan-
catorias para financiar la creación audiovisual, táneas de la producción crítica del Grupo de
Cali; a Mauricio Durán Castro, autor de “Tres
pero desde que hace parte del idartes esas Escribir y publicar modelos de crítica de cine en Colombia:
convocatorias han crecido en modalidades sobre cine en Colombia
y recursos. Así, hoy las convocatorias de la Carlos Álvarez, Andrés Caicedo, Luis Alberto
Cinemateca Distrital hacen parte del Programa Este Cuaderno de cine colombiano – Álvarez”; a Anne Burkhardt, autora de “¿Histo-
Distrital de Becas y Estímulos, y entregan nueva época, 22. Publicaciones sobre cine en rias de lo que no existe? La historia del cine
recursos para obras de ficción, animación Colombia, se ocupa de manera detallada de colombiano de Hernando Martínez Pardo”;
y documentales, nuevos medios, becas de la construcción de la crítica y del fenómeno a David M. J. Wood, autor de “La autonomía
investigación, gestión de archivos y circu- de publicar sobre cine en Colombia. Cada uno de del cine. Umberto Valverde, Reportaje crítico
lación, entre otras. Así mismo, se promueve los textos que forman este Cuaderno es un al cine colombiano”; a Hugo Chaparro Valde-
el intercambio internacional y se cofinancian relato sobre los títulos surgidos del trabajo de rrama, autor de “Cine para leer” y “La casa
proyectos de organizaciones que trabajan por apasionados que le dieron forma a un fondo de Kinetoscopio”; a Carolina Sourdis Arenas,
el desarrollo audiovisual. editorial común: el de la crítica de cine en autora de “Ver con la metáfora en los ojos.
Colombia. La vuelta a Arcadia”. Gracias también a las
Políticas públicas para el personas de la Dirección de Cinematografía
desarrollo audiovisual Antes de continuar, en el espíritu de del Ministerio de Cultura, nuestros aliados en
De manera coordinada con la Secretaría presentar este Cuaderno 22, quiero dedicar la creación de estos Cuadernos; a Alexandra
de Cultura, Recreación y Deporte (scrd), todo un párrafo de agradecimiento a todas las
Rodríguez, con quien coordino las publica- Cubierta de La crítica de cine, una historia en textos, 2011.
idartes, el Consejo Distrital de Artes Audiovi- personas gracias a cuyo trabajo es posible
ciones de la Cinemateca; al estupendo equipo
suales, los diferentes sectores audiovisuales esta nueva publicación del cine colombiano:
de la Cinemateca Distrital que se ha venido con este Cuaderno 22, sí quiero señalar 4 · Juan Gustavo Cobo
de Bogotá y organizaciones gubernamen- a Cira Inés Mora, quien coordinó los textos Borda y Ramiro Arbeláez.
formando en estos tres años, y a todos los algunos hechos: tanto en el libro La crítica de La crítica de cine, una
tales, la Cinemateca acuerda el diseño de de los artículos; a Pedro Zuluaga, autor de
colegas del idartes. cine, una historia en textos 4 de Juan Gustavo historia en textos. Bogotá:
acciones, instrumentos y políticas públicas “La crítica de cine en Colombia en los años Proimágenes Colombia y
para el desarrollo audiovisual. Dentro de esta cincuenta. Los aportes fundacionales de Aunque no es necesario repetir un relato Cobo Borda y Ramiro Arbeláez, como en otras Universidad Nacional de
Colombia, 2011, 342 pp.
estrategia se destacan dos grandes logros de Hernando Valencia Goelkel y Jorge Gaitán detallado del desarrollo de las publicaciones cronologías, se recoge el hecho de que la
los tres últimos años: la creación de la Comi- Durán y Revista Cinemateca con el guion de sobre cine en Colombia, relato que se hace labor de escribir sobre cine en este país se inició
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publicaciones sobre cine en colombia las publicaciones de la cinemateca distrital

al mismo tiempo que las primeras proyec- editorial) y un conjunto de naciones en donde contextos históricos, fueron los de Hernando
ciones y los primeros registros fílmicos. Esta se vive paralelamente una suerte de moder- Salcedo Silva (1916-1987), Jorge Gaitán Durán
realidad no significa que tras las primeras nidad urbana, acompañada por extensísimos (1925-1962), Hernando Téllez (1908-1966),
proyecciones y registros hubiera alguna forma territorios en donde se imponen los horrores Hernando Valencia Goelkel (1928-2004),
de cine nacional o que existiera un ejercicio feudales. En 1955, los índices de lectura y el Guillermo Angulo (nacido en 1928) y Francisco
crítico sobre las imágenes en movimiento. respeto de las libertades individuales eran aún Norden (nacido en 1929).
Cobo Borda y Arbeláez califican a los primeros más bajos que hoy. En 1955 Colombia tenía
escritores sobre cine en Colombia, no como una larga tradición de centralismo y cierre Revista Mito
críticos, sino como “curiosos precursores”, y en de fronteras físicas y mentales. Hasta 1955,
su libro hacen un recuento de nombres y textos año de fundación de la revista Mito, lo que se En 1955, año de fundación de la revista
que se inician con “Días de Cine-Cinemató- había escrito sobre el cine en Colombia estaba Mito, habían pasado poco menos de 12
grafo” de Clímaco Soto Borda (1870-1919), dictado por el mercadeo o por un apasiona- meses desde la realización del filme colom-
una opinión publicada a finales del siglo XIX, miento de cronista cultural que carecía de biano La langosta azul, cinta experimental en
que versaba sobre una proyección realizada profundidad. Un año antes, en 1954, Gabriel la que participaba uno de los más impresio-
en Bogotá con el Vitascopio de la empresa García Márquez inició su labor como crítico
nantes carteles de la cultura colombiana: el
de Tomás Alva Edison. La lista de precursores cinematográfico, sin que marcara grandes
librero catalán Luis Vicens –fundador del Cine
que proponen Cobo Borda y Arbeláez incluye diferencias con el pasado: como crítico cine-
Club de Colombia y de la Cinemateca Colom-
nombres imprescindibles en las artes colom- matográfico, Gabo desarrolló su oficio en El
biana–, el fotógrafo Nereo, el artista plástico
bianas, como el escritor antioqueño Tomás Espectador, El Universal y El Heraldo y, a pesar
Grau y los escritores Álvaro Cepeda Samudio
Carrasquilla (1958-1940), el ensayista Ernesto de su talento en tantos otros frentes, en el
caso de la crítica los resultados que ofrecía y Gabriel García Márquez, entre otros. Antes Foto de Hernando Salcedo Silva, publicada en la revista
Volkening (1908-1982) o el editor, dramaturgo de ese filme, el cine colombiano había tenido Kinetoscopio, no. 73, 2000.
y librero Ramón Vinyes (1882-1952). no eran muy diferentes de los de comenta-
ristas anteriores: las de García Márquez eran un período breve y brillante, el período silente,
El hito más importante en el desarrollo de que terminó con la llegada del sonido, y tras páginas, el diálogo posible con los creadores 5 · Orlando Mora.
columnas apasionadas, teñidas de opiniones “La crítica de cine en
la crítica llegó con la revista Mito. Con siete el silencio y la frustración de los cinematogra- del cine nacional era muy poco. Colombia. De la disección
políticas que poco se preguntaban por el desa- de un cadáver a la vida
años de trabajo (1955-1962), 42 números y rrollo cinematográfico. Gabo también estuvo fistas, había llegado en los años 40 un tiempo En la revista Cinemateca, el abogado y de un filme”. Cinemateca,
varios libros publicados (que firmaban autores vinculado con la revista Mito, donde publicó cantado, ruidoso e inane, con películas que crítico de cine Orlando Mora afirma que la 10 (2000). Cinemateca
Distrital del Instituto
como Marta Traba y Álvaro Cepeda Samudio), algunos de sus primeros textos literarios, pero imitaban los musicales mexicanos y argentinos y carencia de un cine nacional limita el desa- Distrital de Cultura y
Mito marcó un punto de giro en las artes y ninguna crítica cinematográfica. Los nombres que al final no podían ni sincronizar el sonido, rrollo de la crítica cinematográfica5. En ese Turismo.

su crítica en Colombia. En este año 2015, que hicieron de Mito el primer espacio consis- así que pasaron sin gloria. Ese era el cine mismo texto de la transición hacia el siglo
Colombia es un país de pocos lectores (con tente para una crítica de amplios horizontes colombiano que existía en el año de la funda- XXI, en que evalúa el sentido y desarrollo de
48,5 millones de habitantes, la venta de 2.000 culturales, que se preguntaba por el desarrollo ción de la revista Mito, y a pesar de todos la crítica cinematográfica en Colombia, Mora
ejemplares de un título se considera un éxito del cine en vinculación con otras artes y con los valores de las críticas publicadas en sus afirma que, a pesar de las muchas debilidades
18 19
publicaciones sobre cine en colombia las publicaciones de la cinemateca distrital

zaba en Bogotá Hernando Salcedo Silva y 7 · Cifras proporcio-


nadas por el Centro
Hernando Martínez Pardo y en Medellín Luis Regional para el Fomento
Alberto Álvarez) y la llegada del video, que del Libro en América Latina
y el Caribe (Cerlalc)-Unesco.
permitió ver todo el cine del mundo. En rela-
ción con este tercer factor, Mora recuerda una
pregunta que con frecuencia hacía Darío Ruiz
Gómez en cualquier debate sobre cine: “¿Esa
película la viste o la leíste?” Es evidente que
con programas de educación formal, con la
evolución tecnológica que facilita el acceso
a obras audiovisuales y con la existencia de
espacios para la sensibilización de públicos y
realizadores es posible el surgimiento de un
pensamiento crítico alrededor del cine. Que
este pensamiento se desarrolle y tenga algún
fruto ya es otro tema, y pasa por lograr que
esas reflexiones se vuelquen en la creación6
y esas ideas encuentren lectores con quienes
dialogar a través de publicaciones. Acerca de
Sala de la Cinemateca Distrital, circa, 1990.
la posibilidad de encontrar espacios para la
publicación de crítica cinematográfica, Mora espacio posible. Sin embargo, en este campo eran sobre cine, y en 2013 no se presentó una
es pesimista: “Con unos periódicos que en los espacios también son pocos: como se gran variación: las cifras fueron de 194.009
Cubierta catálogo, Cine colombiano 1950-1973. general quieren parecerse cada vez más a la señaló en párrafos precedentes, Colombia no y 353, respectivamente. De esos títulos, en
televisión por el carácter ligero y digerible de es un país de lectores, y esa realidad incide de 2012 Colombia solo aportó 19 libros sobre
6 · Como decía Luis y de la sensación general de que no existe
Ospina en el documental los textos que aconsejan, es difícil encontrar manera directa en el número de títulos que se
que hizo Roberto Triana crítica del arte en Colombia, sí ha habido cine y en 2013 una cifra aún menor: 157.
apoyo para un tipo de escritos más densos editan y en el volumen de producción de cada
sobre Mayolo, “nos una evolución en la crítica cinematográfica, y
cansamos de hacer crítica y provocadores. Por eso es más frecuente la título. En términos cuantitativos, y de acuerdo 1971 a 2001: publicaciones
en una revista, y asegura que esta ha sido posible gracias a tres
información que la crítica”. con los registros del Número Estándar Inter- de la Cinemateca Distrital
decidimos hacerla con factores: la generalización de carreras univer-
Agarrando pueblo”.
sitarias que incluyen formación audiovisual Ya se sabe que las revistas y periódicos nacional de Libros (o International Standard
(como las carreras de periodismo y comuni- no son la única opción para un registro histó- Book Number, isbn), en total en los países de La labor de crear una cinemateca en
cación social), la existencia de programas de rico y para la presencia de una crítica cine- América Latina se publicó en 2012 un acumu- un país sin cine nacional tuvo mucho de
formación de públicos (como los que reali- matográfica; que también los libros son un lado de 188.388 títulos, de los cuales 324 sueño quijotesco. Los primeros meses de la
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publicaciones sobre cine en colombia las publicaciones de la cinemateca distrital

muestras de cine se acompañaron con plega- En 1974 la Cinemateca Distrital publicó el


bles que las presentaban y que son la semilla primer libro de su historia: Crónicas de cine,
de todas las publicaciones de la Cinemateca de Hernando Valencia Goelkel, quien, como
Distrital de Bogotá. se ha mencionado, fue uno de los funda-
dores de Mito y de la Cinemateca. Este libro
En 1973 la Cinemateca realizó la primera
recogía una selección de críticas editadas
muestra de cine colombiano de toda la
entre 1959 y 1974 y es un importante paso
historia del cine nacional: “Cine colombiano
en la construcción de una crítica de cine en
1950-1973”, que contó con un emblemático
Colombia. En 1981 se inicia la publicación
catálogo. Ese catálogo llevaba en su portada
de los Cuadernos de cine colombiano. Hasta
la imagen más famosa del documental Chir-
1988 se editaron 25 Cuadernos con el apoyo
cales: la del niño rubio que carga ladrillos
de la Compañía de Fomento Cinematográfico
a la espalda. En 1972, tras cinco años de
(focine). Retrospectivamente, se puede ver que
trabajo, Marta Rodríguez y Jorge Silva habían
esos primeros 25 Cuadernos son la colección
concluido el documental Chircales, que es
más importante entre las publicaciones que
la primera cinta colombiana con una amplia
en sus primeros 10 años de trabajo realizó la
participación y premios en festivales interna-
Cinemateca, y aunque no tuvieron la amplia
cionales (Leipzig y Oberhausen, entre otros). Cubiertas, Cuadernos de cine colombiano, 1982.
distribución que merecían, esas primeras
Esa primera publicación de la Cinemateca
obras monográficas preservaron la memoria
era muy sencilla: un catálogo daba a los asis-
Crónicas de cine, de Hernando Valencia Goelkel, 1974. del cine nacional y hoy son testimonio de
tentes a la sala la sinopsis y ficha técnica de
las propuestas de Cine Mujer, de la primera
las películas proyectadas, pero, en su senci-
Cinemateca estuvieron dedicados a labores etapa de Luis Ospina, del trabajo de Oswaldo
llez, esa primera publicación es literalmente
burocráticas, como pasa en la fundación de Oduperly y de la labor de muchos otros. Son
el fundamento de todo el trabajo de publi-
cualquier institución pública del mundo, pero títulos que todos los interesados en el cine
caciones de la Cinemateca: la decisión de
ya en octubre de 1971 empezaron las mues- colombiano atesoramos.
la portada demuestra conocimiento del cine
tras de cine en la sala Oriol Rangel del Plane- nacional y de un cine con valores trascen- Dos fueron las debilidades de esos primeros
tario Distrital, con una programación que es dentes, y la selección de películas y el rigor de Cuadernos: el diseño, que, aunque respondía
ejemplo del cine que circulaba por salas alter- la información demostraban interés en cons- a la época, envejeció rápido y mal, y un conte-
nativas en la época: maestros del cine clásico truir una memoria del cine nacional, incluso en nido siempre laudatorio. Cada uno de los
francés, la edad de oro de la comedia ameri- una época en que se había olvidado el pasado 25 Cuadernos de cine colombiano eran un
cana, expresionismo alemán, documentales y del cine colombiano y lo que se filmaba era homenaje a sus protagonistas. Sin duda los
la obra de Charles Chaplin, entre otros. Estas poco y de calidad discutible. homenajes son necesarios, pero en ninguno de
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publicaciones sobre cine en colombia las publicaciones de la cinemateca distrital

8 · En este mismo cializadas. El archivo gráfico de la Cinemateca memoria de revistas previas, como Ojo al cine;
Cuaderno de cine colom-
biano no. 22, encontramos contaba en ese momento con 350 afiches e inspiró el desarrollo de otras publicaciones
el artículo: “Revista y 700 fotografías de cine colombiano y lati- periódicas, como Kinetoscopio, que en 1992
Cinemateca con el guion
de tres épocas” escrito por noamericano. Ambos ejercicios: el de inves- crearon los fallecidos Paul Bardwell, Luis
Pedro Adrián Zuluaga (ver tigar y publicar, y el de poner al acceso del Alberto Álvarez y Juan Guillermo López, y que
página 182).
público una amplia colección de soportes de tras 25 años se sigue publicando.
la memoria audiovisual, hacen parte de una
misma labor y son coherentes, como parte de El cine colombiano de los años setenta
los intereses de preservar la historia audiovi- se caracterizó por un instrumento estatal que
sual del país. buscaba fomentar el desarrollo del cine: el
“Sobreprecio”. El 6 de septiembre de 1972,
Otra publicación de la Cinemateca que la resolución 315 de la Superintendencia de
marcó un hito fue la revista Cinemateca 8 , que Precios fijó un cobro adicional en cada boleta,
inicia su carrera en 1977, año del suicidio de para recaudar un dinero que a través de los
Andrés Caicedo. Ese valioso primer número exhibidores debía pasar a los realizadores de
de Cinemateca está enteramente dedicado a cortos y largos colombianos. Gracias a este
Caicedo, a su revista Ojo al cine y a su aporte instrumento, en tres años la producción de
a las artes colombianas. De la revista Cine- cortos pasó de 6 a 83. La medida, en prin-
mateca se editaron 12 números hasta el año cipio útil, pues logró la producción de algunos
2000. El último fue diverso y disperso, con un cortometrajes con relevancia estética e histó-
Cubierta de la revista Kinetoscopio no. 16, 1992. diseño mejor que el de los primeros números, rica, pronto se convirtió en una manera de
pero muy distinto del precedente. Este hacer dinero fácil: muchos realizadores empe- El cortometraje del sobreprecio, 1982.
esos Cuadernos había siquiera un asomo de número 12, como las revistas que lo antece- zaron a hacer cortos con retazos de filmes o
mirada crítica ni una pizca de interés en la dieron, cuenta con textos valiosos de autores tales), filmes en los que muchos realizadores
de comerciales y en las grandes pantallas se
construcción de una versión que no fuera una como el ya citado Orlando Mora, Enrique pudieron formarse, pero, como dice Camila
proyectaron cintas que llevaban el sello de
historia oficial y feliz del cine nacional. Dos Pulecio, R. H. Moreno Durán, Hugo Chaparro, Loboguerrero, fueron esos trabajos los que
ser cine colombiano, siendo productos sin
defectos en 25 títulos que hoy siguen siendo Juan Manuel Roca, Esteve Riambau, Amanda inician la “leyenda negra del cine colombiano”,
ningún valor estético ni mínimos estándares
imprescindibles a la hora de recordar el cine Rueda, Octavio Arbeláez, Gilberto Bello, Diego la que asegura que la calidad del cine nacional
técnicos, y ello a pesar de la creación de una
colombiano. Rojas y Augusto Bernal, entre muchos otros. es inferior al de cualquier otra cinematografía.
Junta de Control de Calidad. Desde entonces,
El mismo año en que se inician los La revista Cinemateca fue importante: tanto la Junta como la medida del Sobreprecio En 1982, para reflexionar sobre el fenó-
Cuadernos de cine colombiano, en 1981, se propuso diálogos entre el cine internacional y han recibido todo tipo de críticas, y es verdad meno del Sobreprecio, la Cinemateca publica el
pone en servicio la biblioteca de la Cinema- el colombiano; fue tribuna de críticos, escri- que gracias al sobreprecio se realizaron libro El cortometraje del sobreprecio, de Carlos
teca, con más de 600 libros y revistas espe- tores y cinematografistas nacionales; recogió la más de 600 cortos (439 de ellos documen- Álvarez, cuyos textos, como su cine (¿Qué es
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publicaciones sobre cine en colombia las publicaciones de la cinemateca distrital

entonces dictó Lisandro Duque, y en 1984


el boletín Súper 8, que presentaba la obra
de creadores alternativos. En ese entonces,
muchos cinematografistas jóvenes y con
pocos recursos se expresaban a través de
cámaras con cintas de Súper 8 milímetros.
Esas pocas publicaciones sobre el fenómeno
del Súper 8 demuestran que muchos de
quienes dirigieron la Cinemateca estuvieron
interesados tanto en lo mejor del cine del
mundo como en cualquier forma de creación
audiovisual de Colombia.

2001: los Cuadernos de


cine colombiano de la Cubiertas de los Cuadernos de cine colombiano - nueva época números 1 y 2, 1993.

nueva época
nombre original de la colección; sin embargo, Los primeros cinco Cuadernos de cine 10 · Descubriendo
miradas: historia del
Boletín Súper 8, no. 3, 1985. En el año 2001, la Cinemateca Distrital y a pesar de ese homenaje, los Cuadernos colombiano – nueva época marcaron la cine colombiano y de la

cumplió 30 años “descubriendo miradas”, de cine colombiano de la nueva época poco pauta en diseño y contenidos de lo que desde Cinemateca Distrital (1971-
2003). cd-rom que incluye
9 · Se regresó al la democracia? - 1975), entre otras produc- como dijimos en ese entonces. En ese año se tenían que ver con las 25 publicaciones de la entonces ha venido sucediendo con nuestra cronologías, biografías,
concepto original de la
ciones, siempre fueron críticos de las realidades colección insignia. El desarrollo del diseño y selección de textos sobre
palabra “cine”, que es la inició un proceso que renovó el concepto de década de los ochenta. el cine colombiano y una
abreviatura de “cinemato-
colombianas. Sobre esa publicación, el histo- de la imagen de estos Cuadernos tomó casi docena de cortometrajes
grafía”, de “escritura con lo que la Cinemateca entendía como cine9 y
imágenes en movimiento”, riador Diego Rojas nos recuerda que la obra se En el mismo período de nacimiento de los año, y la construcción de sus contenidos financiados por las convo-
de lo que sus publicaciones debían ser. Así, catorias de la Cinemateca,
sin importar si esas
publicó sin el prólogo, “por razones institucio- Cuadernos de cine colombiano – nueva época llevó dos. En 2003 se imprimieron los cinco entre otros documentos.
imágenes se capturan se decidió crear una colección que repre- primeros números que en todo sentido indi-
en material fotoquímico, nales”, y que luego ese mismo prólogo se editó sentara su labor y su compromiso con el se creó la página web de la Cinemateca (www.
magnético o digital o se
de manera independiente. cinematecadistrital.gov.co) y se publicó un caron el camino de la colección: Balance
desarrollan para la pantalla desarrollo del cine colombiano. El título que argumental (no. 1), Acevedo e hijos (no. 2),
grande o para cualquier
entonces se escogió fue el de Cuadernos de cd-rom sobre la historia del cine colombiano
otra pantalla. Otras dos interesantes experiencias en Víctor Gaviria (no. 3), Rostros y rastros (no. 4)
publicaciones de la Cinemateca a comienzos cine colombiano, por su relevancia histórica, y de la Cinemateca de 1971 a 200110. A los y Balance documental (no. 5). Los Cuadernos
de los años ochenta las representan los por la claridad del compromiso, expresada en 30 años de actividades era claro que existían de la nueva época empezaban por mostrar
cuadernillos que fueron resultado y parte su título, y por su conexión con los clásicos nuevos medios para la creación y la memoria, y los cambios en el cine de Colombia. Decía la
del proceso de los talleres de crítica que por Cahiers du Cinema, que habían inspirado el se buscó la manera de aprovecharlos. presentación de aquel primer número:
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publicaciones sobre cine en colombia las publicaciones de la cinemateca distrital

iniciativa de la Cinemateca Distrital [...], urbano. Este número de los Cuadernos que aquí resumiremos en cinco ideas. La
muchos cambios se han producido de 1988 concluye con un texto sobre el video y primera de todas, que estos Cuadernos,
hasta ahora: focine desapareció y el las posibilidades que ofrecen los nuevos como el cine nacional, plantean constantes
video acercó un mayor número de personas medios, escrito basado en una conversa- contradicciones y existen gracias al compro-
a la creación de imágenes. En estos años ción sostenida con el realizador Andrés miso de sus autores: no hemos buscado
la ciudad habitó el cine colombiano, el Burbano. Este texto resulta imprescindible construir una única versión de los hechos de
Ministerio de Cultura nació y desde este si se tiene en cuenta que los Cuadernos nuestro cine, ni una “historia oficial”, sino
se engendraron la Dirección de Cinemato- de la vieja época nada decían del video y una memoria y una reflexión caracteri-
grafía y Proimágenes en Movimiento11. que este medio, junto con la Internet se zadas por las preguntas de los protagonistas.
Las crisis económicas y las múltiples han convertido en herramientas capaces de Cada autor de estos cuadernos (incluido
guerras robaron el aliento a muchos, pero transformar por completo la relación de los su director) ha expresado lo que a su
las imágenes en movimiento no dejaron creadores con sus imágenes y su público. […] entender ha sido la historia de nuestro cine,
de producirse. Los sueños continuaron y
la necesidad de recrear el mundo a través Aunque, como suele decirse, los textos Lanzamiento de los Cuadernos de cine colombiano - nueva época, no. 21, Carlos
del audiovisual se impuso sobre los más de estos Cuadernos reflejan la posición de Mayolo, Cinemateca Distrital, 2015.
pesimistas. quienes los firman y no necesariamente la
Al lado del audiovisual colombiano, la de la Cinemateca Distrital y la Alcaldía
Cinemateca Distrital ha continuado su Mayor de Bogotá, también es necesario
camino y hoy esta institución, también decir que no puede creerse en una historia
pequeña y tozuda como nuestro cine, uniforme, de héroes y vencedores. Estos
entrega al público y a los creadores una Cuadernos deben ser, como el cine
nueva época de los Cuadernos. Este colombiano, un espacio para las contradic-
primer número presenta cuatro artículos ciones y las preguntas: ¿Cine de autor o cine
sobre el audiovisual nacional, que buscan comercial? ¿Apología a la violencia o
Cubierta de Cahiers du Cinema no. 557, 2001. ser un balance del argumental realizado retrato social? No: cine, opiniones escritas
durante los años en que los Cuadernos o fotografiadas con convicción por quienes
11 · Hoy Proimágenes En el 2001, la Cinemateca Distrital aguardaron en los estantes y los sótanos las han pensado en un país que bulle y
Colombia. cumplió 30 años descubriendo miradas, su momento para continuar escribiendo que no puede permitirse más espacios sin
la historia […]. Balance argumental, opinión y más temor a las palabras”
acompañado a los creadores, estimu-
el primer número de estos Cuadernos
lando económicamente la producción, incluye un artículo de la comunicadora
formando públicos y realizadores, y La presentación del número 5 de los
social Diana Osorio Gómez sobre las
preservando y haciendo circular nuestra mujeres y el cine en Colombia […]. El Cuadernos de cine colombiano – nueva época,
memoria audiovisual. Con estas líneas, periodista y crítico de cine Oswaldo Osorio completaba los principios de esta propuesta,
quien hoy dirige esta institución se siente presenta en su artículo titulado “Del cine que en parte refleja la política editorial de la
orgulloso de presentar otra forma de hacer político a lo políticamente correcto” […].
común nuestra memoria: el primer número El arquitecto y crítico Mauricio Durán
Cinemateca:
de una nueva época de los Cuadernos nos entrega una mirada sobre uno de los En las introducciones que acompañan estos
de cine colombiano [...]. De 1981 a más llamativos fenómenos del cine nacional cinco primeros Cuadernos hemos venido
1988, se editaron 25 Cuadernos por en estos años: el paso del cine rural al cine planteando nuestros principios editoriales,
28 29
publicaciones sobre cine en colombia las publicaciones de la cinemateca distrital

rastros) y Óscar Campo (Balance docu-


mental). Al lado de estos investigadores
están los nombres de talentosos jóvenes,
como Diana Osorio (Balance argumental),
Cira Inés Mora y Adriana Carrillo
(Acevedo e hijos) y María Fernanda
Luna (Rostros y rastros), entre otros. //
Las ideas tercera y cuarta se manifiestan
en la selección de los temas: nos parece
necesario entender nuestra memoria de
imágenes en movimiento como la historia
no tanto de un “cine nacional”, sino de un
“audiovisual nacional”, y esta posición ha
sido clara desde Balance argumental.
También hemos querido dejar claro
que aunque los gobiernos de Colombia
han estado enfermos de centralismo, su
producción audiovisual no [lo ha estado]:
en el breve espacio que permiten estas
primeras páginas de los Cuadernos se ha
dado cabida por igual a experiencias del
altiplano cundiboyacense, trabajos paisas,
milagros caleños y esperanzas caribes.
// Una quinta y última idea descansa
Cubierta de Bogotá fílmica, 2012. en la manera como hemos compuesto los
Cubiertas de las becas de investigación antes y después de su renovación. Izquierda: beca 2008 Relaciones entre el cine y la
grupos de los Cuadernos: un fenómeno televisión en Colombia, Ximena Ospina Hurtado, 2011, y derecha: beca 2012, Poéticas de la resistencia: el video indígena en Colombia,
y lo único que hemos exigido ha sido rigor argumental y un fenómeno documental Pablo Mora, 2015.
académico en las afirmaciones. La segunda contemporáneos, más el rescate de un hecho
idea es que la selección de los autores de audiovisual no contemporáneo […]. // ha conservado su forma y su espíritu, y se ha realizaron, entre las que se cuentan las estu-
estos cuadernos expresa nuestra fe en la La existencia de estos cinco Cuadernos
nos llena de orgullo, tanto por la calidad de fortalecido: en el último lustro, la Dirección pendas 100 años Lumière: retrospectiva de
memoria de los experimentados y en el de Cinematografía del Ministerio de Cultura de
talento de los jóvenes: estas páginas las su diseño y contenido como por la riqueza la obra documental de los grandes cineastas
comparten personas de la experiencia de de sus perspectivas. Para la nación de Colombia se asoció a la iniciativa y paralela- franceses desde Louis Lumière hasta nuestros
naciones que es Colombia, nada mejor que mente se creó la figura de “Editor invitado”,
Jorge Ruffinelli (Víctor Gaviria), profesor días (1993), Kurosawa 101 (2012), Materia y
una memoria diversa y capaz de repre- para tener siempre a un especialista a cargo
de la Universidad de Stanford; Gustavo cosmos: las películas de Artavazd Pelechian
sentar su multiplicidad.
Fernández (Balance documental), profesor de cada uno de los títulos de la colección.
de la Universidad Nacional de Colombia,
(2012), Víctor Gaviria: 30 años de vida fílmica
y los profesores de la Universidad del Tras más de una década, la colección A medida que se desarrollaban los (2009), Jorge Silva y Marta Rodríguez: 45 años
Valle, Ramiro Arbeláez (Rostros y Cuadernos de cine colombiano – nueva época Cuadernos, muchas otras publicaciones se de cine social en Colombia (2008), Bogotá
30 31
publicaciones sobre cine en colombia las publicaciones de la cinemateca distrital

12 · Ambos títulos se fílmica: ensayos sobre cine y patrimonio como las líneas que imitaban cintas de cine, y fondo editorial: “La coherencia del catálogo es
pueden descargar en PDF
en línea: cultural (2012) y Nueva Cinemateca de Bogotá un interior abarrotado de letras, con poco aire importante para que el público encuentre su
(2014) que presenta una historia del cine colom- para los lectores y escasas imágenes. Preci- camino […]. El pasaje de la microedición a la
biano y de la Cinemateca Distrital. Aunque en samente porque se ocupa de temas audiovi- edición profesional viene dado por esa toma de
la Cinemateca Distrital hemos tomado la deci- suales y es importante para la historia crítica conciencia de que un catálogo se moldea
sión de privilegiar el desarrollo de colecciones del cine colombiano, la colección Becas nece- y se construye para ser percibido, para ser
por sobre la edición de títulos aislados, es muy sitaba una renovación completa en su diseño. comprendido, apreciado por su originalidad y
probable que en casos especiales se conti- Con esta intención se empezó a trabajar en el su especificidad”13. A esta opinión del francés
núen editando libros extraordinarios como año 2012, y en el 2014 se publicó el primer Colleu se suma la de editores como el italiano
respuesta a oportunidades que podrían estar título con nueva imagen: Cine colombiano: Roberto Calasso y otros, quienes opinan que
13 · Gilles Colleu. La representadas en un patrocinador inesperado cánones y discursos dominantes. En abril cada título de un fondo editorial debe ser
edición independiente como
herramienta protagónica de
o un suceso extraordinario (la creación de la de 2015 se presentó el segundo título de como el capítulo de una misma novela.
la bibliodiversidad. Buenos nueva Cinemateca de Bogotá, por ejemplo). esta renovada colección: Poéticas de la resis-
Aires: La Marca, 2008.
tencia12. Dos investigaciones de contenidos En muchos sentidos, la labor editorial de
14 · Pierre Bourdieu. una cinemateca semeja a la de una editorial
Las reglas del arte: génesis Catálogos razonados, necesarios que forman parte de bellos libros.
independiente o, por lo menos, de una editorial
y estructura del campo
literario. Barcelona: colección Becas, No vale la pena hacer libros feos.
que pretende serlo. Decía Pierre Bourdieu que
Anagrama, 2002. publicaciones en video y en Siguiendo criterios en donde predomina existen dos clases de editoriales: las de ciclo
Internet (2012) el respaldo a la programación de la sala y la corto, que buscan retornos inmediatos de la
oportunidad, la Cinemateca de Bogotá, como inversión y para lograrlo minimizan los riesgos,
En el año 2005, la Cinemateca Distrital – muchas pantallas alternativas del mundo, al adaptarse a las demandas de los mercados,
entonces parte del Instituto Distrital de Cultura ha hecho catálogos asociados a sus mues- Catálogos razonados, Daupará, 2013.
aunque eso significa con frecuencia la rápida
y Turismo– inició su Programa de Becas de
tras de cine, títulos cuya existencia y diseño obsolescencia de sus productos; y “las
Investigación, que desde entonces ha finan- Así como no puede concebirse que
dependen tanto del material proyectado como empresas con un ciclo de producción largo,
ciación una pesquisa anual sobre cine colom- la programación de una cinemateca o de
de la efeméride o el socio de turno. Gracias fundado en la aceptación del riesgo inherente una importante sala del circuito alternativo
biano y ha publicado esa investigación. En el
año 2006 se editó el primer número de esa a que se aprovecharon estas oportunidades, a las inversiones culturales”14. Las primeras dependa esencialmente del material dispo-
colección, que tiene muchos valores, siendo el la Cinemateca Distrital cuenta en su fondo editoriales satisfacen los gustos del mercado, nible en las distribuidoras locales, en detri-
primero de todos el ser resultado de una beca editorial con títulos fascinantes, como el de de los lectores existentes; las segundas trans- mento de la formación de los públicos y
otorgada a través de un concurso público. Artavazd Pelechian o el de Jorge Silva y Marta forman el mercado, crean lectores con nuevos realizadores, tampoco puede esperarse que
La debilidad de esta colección estaba prin- Rodríguez, para mencionar dos importantes intereses. Ese proceso de transformar lectores su fondo editorial esté formado por objetos
Cubierta de Kurosawa, cipalmente en su diseño: portadas carentes casos, pero la oportunidad no puede ser el es, como muchos otros que adelanta la Cine- de formas disímiles y contenidos dictados por
101, 2011. de creatividad con clichés cinematográficos criterio dominante para la construcción de un mateca, un proceso de formación de públicos. el azar. Por estas razones se creó en 2003
33
las publicaciones de la cinemateca distrital

Para preservar, circular y reflexionar sobre 17 · Los libros electró-


nicos Cuadernos de cine
el patrimonio audiovisual colombiano, la Cine- colombiano – nueva época
mateca Distrital también realiza publicaciones (17A y 17B); Cine y video
indígena: Del descubri-
en Internet y en video: desde el año 2003 se miento al autodescubriento,
creó la página de la Cinemateca (www.cine- se encuentran disponibles
en la sección “Multi-
matecadistrital.gov.co) y todos los libros que media” de www.cinemate-
se imprimen en papel también se publican en cadistrital.gov.co.
18 · Para futuras refe-
pdf para descarga gratuita por Internet. En el rencias, el total de visitas
año 2012 realizamos un experimento que, por en el primer semestre
(1 de enero a 15 de junio
sus costos no hemos podido continuar: el de de 2015) al micrositio de
crear libros electrónicos con los Cuadernos la Cinemateca Distrital
que hace parte de la
17a y 17b sobre cine y video indígena: Del página de idartes es de
descubrimiento al autodescubrimiento. Un 128.786.
libro electrónico es un espacio en Internet que
aprovecha su presencia en línea: es una obra
multimedial e hipertextual. Los Cuadernos
electrónicos dedicados al cine y al video indí-
gena colombiano no son archivos planos,
Cubierta de la caja Colección 40/25: joyas del cine colombiano, 2001. Cubierta de la caja Dunav Kuzmanich (1935-2008), 2013.
son espacios que dan acceso a los mismos Videoteca local, 2014.

15 · La Muestra de cine y video indígena en Colombia, Daupará (en embera, “El poder la colección Cuadernos de cine colombiano textos de las publicaciones en papel, junto con
de ver más allá”), fue concebida en 2009 por un grupo de comunicadores indígenas, videos, archivos de audio y vínculos a páginas mateca Distrital de Bogotá, un espacio que,
activistas y documentalistas: Silsa Arias, del pueblo kankuamo, y Alcibiades Calambás, – nueva época y en 2013 la colección Catá-
ligados a la Organización Nacional Indígena de Colombia (onic) y la Coordinadora
de Internet que enriquecen la navegación17. entre otros servicios, contará con información
logos razonados –con un apellido que trata
Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas (clacpi); Marta completa de las diferentes programaciones
Rodríguez de la Fundación Cine Documental; Carlos Gómez de la Fundación Cineminga; de marcar una diferencia con los catálogos Desde diciembre de 2012 se inició el
Rossana Fuentes del pueblo kankuamo, Rosaura Villanueva y Daniel Maestre del pueblo proceso de reformular la página de la Cine- de la Cinemateca (tanto en su sede principal
kankuamo y Gustavo Ulcué del pueblo nasa; Germán Ayala de la Fundación Laboratorio
previos, aunque todo buen catálogo implica como en espacios asociados), información de
Accionar; y Pablo Mora, documentalista. La Cinemateca se hizo socio del proyecto en el el ejercicio de razonamiento sobre las obras mateca Distrital. En 2013 se logró una
año 2013. alianza con la Alta Consejería de las tic, de la las convocatorias y procesos en curso, una
curadas–, cuyos cuatro primeros títulos fueron mediateca virtual que tendrá todo el fondo
16 · Ciclo rosa: muestra de cine lgbti creada en 2001 por el Goethe Institut, el Instituto Secretaría de Gobierno de la Alcaldía Mayor
Pensar de la Universidad Javeriana y la Cinemateca Distrital, con la participación del claros en reflejar las prioridades y estrategias de Bogotá. Desde entonces se han venido editorial de la Cinemateca, junto con otros
Centro Colombo Americano de Medellín. cicla (Cita con el Cine Latinoamericano), de la Cinemateca: Daupará15, Ciclo rosa, cicla
fundada en el año 2013 por la Asociación de Agregados Culturales de América Latina en desarrollando una serie de tareas de diseño libros y revistas digitalizados, afiches, fotos,
Colombia y la Cinemateca Distrital. Artes mediales: catálogo que presenta conferencias, y Artes mediales16. La Cinemateca Distrital y digitalización de contenidos, que se presen- archivos de audio y películas, y será una
ensayos y programaciones audiovisuales asociadas a los seminarios de narrativas trans-
media realizados por la Cinemateca en 2013 y 2014. Los PDF de todos los catálogos se
de Bogotá existe para celebrar y explorar la tarán públicamente en el segundo semestre página que ofrece programas de formación
pueden descargar en en la sección “Multimedia” de www.cinematecadistrital.gov.co. diversidad. de 2015, como la nueva página de la Cine- en línea a través del aplicativo Moodle18. Para
34
publicaciones sobre cine en colombia

concluir estas líneas sobre las publicaciones en Colombia (2006), El amor, el deber y el país habían representado sus movimientos
en Internet, es inevitable mencionar las redes crimen (1926). sociales –campesinos, estudiantiles, por los
sociales, que son herramientas de divulgación. derechos de la mujer, etc.–, la respuesta
En el año 2001, la Cinemateca Distrital
Al iniciar el segundo semestre del año 2015, de Bogotá cumplió 40 años de labores y la audiovisual a esta pregunta se presentó en
el Facebook de la Cinemateca tenía 30.900 Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano abril de 2015 e incluye tres nuevos documen-
seguidores, el de la Biblioteca Especializada cumplió 25. Por ello, en una primera edición tales19 que presentan el desarrollo histórico
en Cine y Medios Audiovisuales (becma) 3.580 con patrocinio de la empresa Cine Colombia, de los movimientos sociales desde la primera
y el Twitter de la Cinemateca, 19.000. se publicó la caja 40/25: Joyas de cine mitad del siglo XX, y lo hace con profusión de
Página de Facebook de la Ci-
nemateca Distrital.
En el año 2008 se inició un conjunto de colombiano, que reunió 16 filmes, una vario- imágenes, tanto del cine como de la televisión
publicaciones que tecnológicamente era impen- pinta muestra del cine nacional que incluye nacional. Estos tres documentales van acom-
sable cuando se creó la Cinemateca: las títulos realizados de 1930 a 2012, que pañados de algunas obras completas que son
colecciones de video. La primera selección de abarcan tanto materiales patrimoniales de la emblemáticas en nuestro cine: una selección
este tipo la publicó la Fundación Patrimonio fpfc y la Cinemateca, como cintas financiadas de noticieros de la familia Acevedo (de 1929 a
Fílmico Colombiano (fpfc) con el apoyo de la a través de las convocatorias de la Cinema- 1946), el documental Chircales (Marta Rodrí-
Cinemateca Distrital, que en ese momento teca Distrital. guez y Jorge Silva, 1972) y el argumental
hacía parte de la Fundación Gilberto Alzate Canaguaro (Dunav Kuzmanich, 1981).
En el año 2013, con la Fundación Patri-
Avendaño –dependencia de la Alcaldía Mayor monio Fílmico Colombiano y por primera vez En el año 2012 se inició la publicación
Perfil de Twiter de la Cinema- de Bogotá que aparece como patrocinadora con Proimágenes Colombia, se publicó una de dos colecciones de video que recogen
teca Distrital @cinematecadb. de la caja–. La estupenda Colección Cine caja de películas Dunav Kuzmanich (1935- los resultados de la estrategia Cinema-
Silente Colombiano de la fpfc incluye filmes 2008), el director chileno en el cine colom- teca rodante: Videoteca local y Cinemateca
producidos en el país de 1915 a 1933 y biano, colección que incluye un cuadernillo rodante. Estas cajas incluyen una serie de
tres documentales contemporáneos sobre ese con información básica sobre los títulos títulos en dvd y un cuadernillo con la informa-
período: Garras de oro (1926), Manizales seleccionados, un documental sobre Kuzma- ción básica de las obras seleccionadas. Cubierta caja de películas Movimientos sociales a través del cine colombiano. 2014.
City (1925), Bajo el cielo antioqueño (1925), nich realizado por Javier Mejía y cinco filmes
Alma provinciana (1926), Archivo histórico dirigidos por Dunav Kuzmanich en Colombia, Videoteca local es el programa de preser-
encuentran cada año se publican en cajas de 19 · El principio de la
cinematográfico de los Acevedo (1915- lugar que fue su segunda patria y en donde vación de la estrategia Cinemateca rodante, rebeldía (1915-1960),
video para entregar a sus creadores, a biblio- Entre la guerra y la resis-
1933), Acevedo e hijos: por un arte propio desarrolló la mayor parte de su obra. También actividad a través de la cual se han venido tencia (1960-1985) y El
recopilando las obras de los creadores audio- tecas públicas y a otras cinematecas. Hasta
(2006), La tragedia del silencio (1924), Los con la fpfc, en el año 2012 se inició el proceso inicio de la reconciliación

Di Domenico: pioneros del cine Colom- de creación de la caja Movimientos sociales visuales de las localidades de Bogotá del el momento se han publicado Videotecas (1985-2015), realizados
por Enrique Garzón con la
biano (2006), Madre (1924), Aura o las a través del cine colombiano, el resultado año 2004 al 2015. Todo el material recogido con trabajos realizados en las localidades de investigación de Gustavo
Becerra Jurado.
violetas (1924), Como los muertos (1925), de una investigación que se preguntaba en hace parte de la colección de la mediateca Ciudad Kennedy, Suba y Ciudad Bolívar en
1897-1937: Cuatro décadas de cine silente qué medida las imágenes en movimiento del becma, y los mejores 50 a 55 trabajos que se 2012; Usme, Fontibón, Usaquén, Rafael Uribe
36
publicaciones sobre cine en colombia

Uribe y Tunjuelito en 2013; y Teusaquillo, Santa Bolívar, Ciudad Kennedy, Usaquén, Suba y Pensar la Cinemateca como
Fe, Mártires, San Cristóbal y Puente Aranda en Fontibón; y la de 2014 con nueve títulos una editorial independiente
2014. La colección de películas Cinemateca de: Suba, Ciudad Bolívar, Rafael Uribe Uribe,
rodante tiene el nombre de la estrategia que le Ciudad Kennedy, Usaquén, Fontibón, Tunjue- En términos estrictos, esta Cinemateca,
dio origen y recoge cortometrajes resultado de lito y Usme. que hace parte del Instituto Distrital de las
los talleres de formación para la creación. A la Artes (idartes) de la Alcaldía Mayor de Bogotá,
Todas estas cajas se distribuyen nacional
fecha se han publicado dos cajas: la de 2013 no puede ser una editorial independiente.
e internacionalmente para que hagan parte de
con ocho títulos de las localidades: Ciudad Por definición, es una institución estatal que
colecciones de universidades, centros cultuales,
desarrolla labores editoriales, es una edito-
Cubierta caja de películas de Carlos Mayolo, 2015. bibliotecas públicas, miembros de la Red de
rial estatal, pero la independencia de una
Bibliotecas Iberoamericanas de Cine (biblioci)
editorial no la define el tamaño ni la fuente
y la Federación Internacional de Archivos
de los recursos, la define su razón de ser y
Fílmicos (fiaf), y algunas colecciones alimentan
sus decisiones. Por ello, queremos entender
programas de circulación de la Cinemateca la Cinemateca Distrital como editorial inde-
como Cine para Exportar, Salas Asociadas y pendiente, en el sentido en que lo enuncia la
Salas Aliadas. declaración de los editores independientes de
En 2015 también se ve la luz de una Dakar 2003: “los editores independientes son
nueva generación de colecciones de video: los actores esenciales que permiten la difu-
Cine colombiano, una selección cuyo primer sión de las ideas, la promoción de los patrimo-
Cubierta Catálogos razonados, Ciclo rosa, 2013.
número está dedicado a Carlos Mayolo. Esta nios culturales, la transmisión de los saberes
nueva colección incluye filmes recientemente plurales”20. Mientras las editoriales privadas están 20 · Alianza Inter-
nacional de Editores
restaurados y digitalizados en alta defini- Los gestores culturales de América sujetas al balance de pérdidas y ganancias, Independientes (www.
ción, se producirán en soporte Blu-Ray y dvd, sabemos, como lo saben los de otros conti- y se enfrentan al reto cotidiano de cumplir con alliance-editeurs.org)

contará con subtítulos en inglés y un cuader- nentes, que no es tan grande la distancia entre su misión y acumular, junto al valor de marca, 21 · Buenos ejemplos de
las semejanzas en las reali-
nillo bilingüe, y estará acompañado por una las realidades de la industria editorial y las de un capital económico que les permita forta- dades de ambos bienes
página en Internet que ampliará las búsquedas la industria audiovisual21. En ambos casos, la lecerse, las editoriales estatales se enfrentan culturales, en cuanto a difi-
cultades y soluciones, los
de investigadores y público en general. Esta búsqueda de la diversidad y la calidad técnica, a las presiones que supone la búsqueda de presenta André Schiffrin
nueva colección es posible gracias a recursos el respeto de valores estéticos y la defensa capital político. en su libro Words & Money.
Nueva York: Verso, 2010.
del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico de los patrimonios culturales se enfrentan Los libros que de verdad importan son los
(fdc) y el trabajo de los equipos de la Funda- con similares obstáculos, y en ambos casos que trascienden el tiempo, los que contribuyen
ción Patrimonio Fílmico Colombiano, Proimá- el perseguir esas búsquedas es fundamental a la construcción de la memoria de la huma-
genes Colombia y la Cinemateca Distrital. para el desarrollo de una nación. nidad y a expandir sus horizontes culturales.
Cuadernos de cine colombiano - nueva época no. 20. Animación. 2014.

39
las publicaciones de la cinemateca distrital

Para concluir este relato de la historia de


las publicaciones de la Cinemateca y de las
decisiones que en este momento dan cuerpo
a su fondo editorial, los dejo con este “decá-
logo” de nueve ideas que orientan las deci-
siones en la Cinemateca:
Criterios editoriales de la Cinemateca Distrital:
• El cine es arte, industria y expresión ciuda-
dana. El cine es un lenguaje que existe
Cubierta Catálogos razonados, Artes mediales, 2014. en diversas ventanas y se materializa en
diversos soportes y bienes culturales.
En la búsqueda de capital político, las edito-
• La Cinemateca trabaja por la preservación
riales estatales se ven obligadas, o se obligan
del patrimonio audiovisual de la huma-
a sí mismas, a hacer objetos de mercadeo y a
nidad, con énfasis en el patrimonio audio-
hacer regalos políticos –cosa que de vez en Cubierta Nueva Cinemateca de Bogotá, 2014.
visual colombiano.
cuando también les pasa a las editoriales
privadas y a empresas que no son editoriales, • Las publicaciones de la Cinemateca deben
por supuesto–: toman la decisión de publicar por servir a la construcción de una memoria
motivos ajenos a la calidad de la obra o a la perti- crítica.
nencia de la misma en relación con una colec- • Las publicaciones de la Cinemateca parten
ción o las metas institucionales. Los libros de de polifonías, aportes interdisciplinarios e
mercadeo son títulos que se editan para lograr intergeneracionales.
la autopromoción masiva, con el típico espíritu • Todas las acciones que el equipo de la
de un equipo de ventas en una feria. Los libros Cinemateca desarrolla fomentan el trabajo
como regalo político suelen ser homenajes en red.
indiscriminados, que buscan ganar la buena
• Se busca la construcción de colecciones,
voluntad del homenajeado y sus aliados. No
de proyectos interrelacionados.
queremos que ninguno de esos dos tipos
de libros haga parte de las colecciones de • El cine es tic. Las publicaciones de la Cine-
la Cinemateca, pues la búsqueda de capital mateca se sirven de los nuevos medios.
político no puede ser más importante que la • Se investiga con rigor académico.
construcción de una memoria crítica del cine • Se busca que cada producto editorial sea
nacional. bello. No vale la pena hacer libros feos.
cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época

La crítica de cine en Colombia


en los años cincuenta:
los aportes fundacionales de Hernando
Valencia Goelkel y Jorge Gaitán Durán
Por Pedro Adrián Zuluaga

Desde mediados de la década de 1950, empezaron a madurar en Colombia las condiciones 1 . Juan Gustavo Cobo
Borda. “Ir a cine, ver
para un cambio de dirección en la crítica de cine, que hasta entonces había sido casi siempre cine, escribir sobre cine”
un ejercicio de carácter anecdótico cuando no publicitario, sazonado con la reflexión filosófica (prólogo). La crítica de
cine. Una historia en textos.
o sociológica a partir de las películas y el ritual alrededor de su consumo. Juan Gustavo Cobo Bogotá, Proimágenes en
Borda describe este ambiente de recepción: “El negocio del cine, hecho de arte y técnica, de Movimiento /Universidad
Nacional, 2011, p. 18.
innovación y comercialización, continuaba su marcha. Y a su lado, siempre, la tradición de la nota
de prensa o la redacción del comentario hecho en Colombia”1.
Acontecimientos aislados en apariencia aunque conectados a un contexto latinoamericano
y mundial, permitieron en esa década la consolidación de nuevos enfoques en el consumo
especializado de películas dentro de un campo intelectual hasta entonces mayoritariamente
42
publicaciones sobre cine en colombia

2 . María (1922), reacio a emprender el diálogo entre el cine o no. En torno al emblemático Cineclub, cuya Hernando Valencia Goelkel, Hernando Sal-
una adaptación de la
novela de Jorge Isaacs, es y otras manifestaciones de la cultura, más primera proyección correspondió a Los niños cedo Silva, Francisco Norden, Guillermo An-
considerado hoy el primer allá de las previsibles adaptaciones literarias, del paraíso (1945) de Marcel Carné, se reunió gulo y Álvaro González, entre otros, merecen
largometraje de ficción
colombiano. Ver: Largome- frecuentes desde el origen mismo del largo- un grupo de intelectuales de diverso origen, destacarse dos antecesores, que anunciaron
trajes colombianos en cine metraje colombiano2. pero que coincidía en un interés y reconoci- algunos rasgos de modernidad en la crítica ci-
y video 1915-2004. Bogotá,
Fundación Patrimonio miento del cine como un arte autónomo y del nematográfica nacional: Camilo Correa y Luis
La creación en 1949 del Cineclub de
Fílmico, 2005. presente, o que por lo menos iría elaborando David Peña.
3 . Jorge Gaitán Durán.
Colombia, en cabeza del catalán Luis Vicens,
esa conciencia. A mediados de la década, El primero de ellos escribió en la década
“Notas sobre La strada”. representó el comienzo de una exhibición alter-
En: Mito, núm. 8, año II, Jorge Gaitán Durán (1925-1962), va a decir de 1940 en la revista Micro y en el periódico
nativa a los circuitos comerciales, industriales
Bogotá, junio-julio que el cine “tiene la edad física del hombre El Colombiano, y desde ambas tribunas instigó
1956, p. 127.
Cineclub de Colombia. Órgano informativo oficial no. 1. moderno y se nutre de toda la historia”3. permanentemente a favor de un cine nacional.
Mayo de 1953.
Hernando Salcedo Silva, Alejandro Obre- Con el paso de los años él mismo se convirtió
gón, Álvaro Mutis, Gabriel García Márquez, Her- en director y empresario, esto último a través
nando Valencia Goelkel, Álvaro Casta­ño Castillo de las productoras Pelco y Procinal, y se em-
frecuentaban las sesiones del Cineclub y actua- barcó en la frustrada aventura de Colombia
ron como legitimadores del cine desde las posi- linda (1955), un largometraje célebre por la
ciones de privilegio que empezaban a ocupaban desproporción entre el Camilo Correa crítico y
en el campo cultural colombiano. La fundación su paso a los hechos.
de la Cinemateca Colombiana en 1957, bajo el El segundo, Luis David Peña, escribió
ala protectora del Cineclub, fue una evolución entre 1948 y 1952 en Jornada, El Tiempo y
natural del respeto y atención que empezaba a El  Es­pectador. Aunque menos interesado en Gabriel García Márquez. Trailer no. 6, 1981.
merecer el cine, de su consideración patrimo- el cine nacional que Correa, resulta en cambio
nial y de la sentida necesidad de ir creando las muy llamativo que en algunas de sus colum- 4 . Luis David Peña.
alta cultura y otras manifestaciones como
condiciones para estudiar y valorar su tradición. nas llegó a tener clara conciencia del director “Gabin”. En: El Espectador,
la cultura no letrada y la cultura de masas. marzo de 1950, citado
En eso, el país respondía, con la precariedad como autor: “Carné posee una personalidad Gabriel García Márquez es hijo de esta co- por Hernando Martínez
de medios propia de la época, a un movimiento definida que se revela en todas las modali- Pardo, Historia del cine
yuntura. Su crítica cinematográfica se publicó colombiano. Bogotá,
internacional de creación de cinematecas y for- dades de sus películas” (escribe, por ejemplo, fundamentalmente en el periódico El Espec- Editorial América Latina,
mación de públicos especializados. sobre Marcel Carné)4. 1978, p. 209.
tador, diario al que se vinculó como redactor
Antes de que en los medios de comuni- En los cincuenta el país atravesó por un en 1954, en plena dictadura de Rojas Pinilla;
cación del país empezaran a aparecer en las fuerte remezón político e intelectual, que re- aunque ya en “La jirafa”, sus célebres co-
décadas de 1950 y 1960 las columnas de definió las tensiones entre centro y periferia, lumnas escritas en su época costeña, per-
Gabriel García Márquez, Jorge Gaitán Durán, tradición y modernidad, y de alguna manera petró algunos comentarios cinematográficos.
44 45
publicaciones sobre cine en colombia los aportes fundacionales de hernando valencia goelkel y jorge gaitán durán

5 . Jacques Gilard.
Jacques Gilard menciona que en su periodo probable que tuvieran un papel superior […] la verdadera aparición de la crítica 7 . Ibíd., p. 25.
“Prólogo”. En: Gabriel a las de García Márquez en la génesis de de cine coincide con aquellos años cuando
García Márquez. Entre cartagenero, García Márquez escribió una un cine nacional, incluso admitiendo que Jorge Gaitán Durán la inicia en El 8 . Juan Gustavo Cobo
cachacos-1. Obra periodística Borda. “Ir a cine, ver cine,
Vol. III, 1ra. edición, Bogotá,
nota hostil al sistema de Hollywood y una de- tuvieron la gran ventaja de aparecer en un Espectador y al irse a Europa se la escribir sobre cine”. Art.
Oveja Negra, 1983, p. 23. fensa del cine europeo, al mismo tiempo que momento más propicio. deja a Gabriel García Márquez, quien la Cit., p. 20.
6 . Es llamativo lo que demostraba su aprecio por Orson Welles y ejerce de 1954 a julio de 1955 en dicho 9 . Hernando Martínez
Las crónicas de García Márquez sobre diario. Y cuando Jorge Gaitán Durán Pardo. Historia del cine
García Márquez escribe de
un documental dirigido por Chaplin. Gilard también destaca el entusiasmo cine quizá no aporten nada nuevo ni nada y Hernando Valencia Goelkel fundan colombiano, Op. Cit., p. 212.
Jorge Valdivieso sobre el de García Márquez ante Ladrón de bicicletas positivo al conjunto de su obra. No hay Mito (1955-1962), y Valencia Goelkel
departamento de Boyacá comparación posible con “La jirafa” o critica y analiza películas en Cromos.
y patrocinado por Bavaria: (Vittorio de Sica, 1948), por su “autenticidad los reportajes que por sí solos merecen ser
“Es preciso destacar la humana” y su método “parecido a la vida”5. Ese es el punto de partida de la crítica de
rescatados y divulgados. Pero también es cine en Colombia” 8 .
calidad de este trabajo,
verdad que pueden contribuir a un mejor
sin lugar a dudas el mejor Al parecer García Márquez tuvo acceso conocimiento de cómo se fue forjando la
que hasta el momento se
no solo a muchas películas sino a material bi- obra y aclarar aspectos importantes del Aunque vistos individualmente el estilo,
ha hecho y presentado en
Colombia, no solo por su bliográfico sobre cine a través de sus amigos proceso creativo7. influencias y visión del cine de los tres escrito-
puro valor cinematográ-
Cepeda Samudio y Luis Vicens (quien en Eu- res tienen matices dignos de considerar.
fico, por su interés perio-
dístico y la discreción de ropa había trabajado en L’Ecran Francais), lo Lo cierto es que Valencia Goelkel y Gar-
la propaganda, sino espe-
cialmente por la manera que le permitía exhibir mucha erudición en la cía Márquez, como por cierto también Gaitán Dos críticos en la
cómo ha sido utilizado el columna que sostuvo en El Espectador la cual Durán, tuvieron poco acceso a la producción encrucijada
color, en un país donde
se llamó “Estrenos de la semana”, y se publicó histórica del cine hecho en el país, y no es-
todavía no se ha hecho
nada valioso en blanco y entre 1954 y 1955. Es el propio Gilard quien taba entre sus propósitos sentar las bases Este texto se ocupa fundamentalmente
negro. Este documental
habla del combate de García Márquez por la para la recuperación de un acervo patrimo- de los aportes de dos críticos: Jorge Gaitán
demuestra que, en la ruta
de los grandes tropiezos, el creación de un cine colombiano6, y confía en nial, como si fue claro en otro crítico de la Durán y Hernando Valencia Goelkel (1928-
Historia del cine colombiano de Hernando Martínez Pardo,
cine nacional está llegando
que en esa lucha radica el interés que los co- época, Hernando Salcedo Silva. Esas limita- 2004), quienes confluyeron en la experiencia 1978.
a alguna parte…”. Merece
ciones de acceso “justifican” el hecho de que fundacional de Mito y en el hecho de haber
situarse esta afirmación en mentarios de cine del Nobel pudieran tener,
relación con el entusiasmo se atrevieran a hacer afirmaciones tan su- escrito sobre cine para medios masivos – enfrentó con profundidad el cine. Hernando
que mostró Marta Traba más allá de que en sí misma fuera una buena
marias como las de García Márquez en torno El Espectador en el primer caso y Cromos Valencia Goelkel. De entrada me atrevo a afir-
en comentarios aislados, crítica:
aunque ya en los años al cortome​traje de Jorge Valdivieso o la que en el segundo–, pero que al mismo tiempo mar que se adelantó a su época”9. La obra
60, sobre el paisaje en el
cine de Norden y como el
A los historiadores del cine en Colombia, posteriormen­ te suscribirá Valencia Goelkel desarrollaron trayectorias intelectuales muy crítica de Valencia Goelkel, no sólo en torno
cine estaba mostrando el y de la crítica colombiana de cine, les a propósito de Camilo, el cura guerrillero distintas, la primera de ellas –la de Gaitán
país de una forma única y corresponderá apreciar la eficacia de lo al cine sino también a la literatura, ha sido re-
(1973), de Francisco Norden. Durán– malograda por su temprana muerte. cogida en libros como El arte viejo de hacer
nueva, y otro comentario que se hizo en la prensa del país en los
de la crítica argentina años 50 y principios de los 60. Puede ser
acerca de Bellas artes Aun así, la triada Gabriel García Márquez, En Historia del cine colombiano, Hernando novelas, Crónicas de libros, Oficio crítico, La
una impresión errónea, pero es como una Martínez Pardo es directo en su afirmación: lección del olvidado y Crónicas de cine, pero
(1963), un corto de Jorge
obligación decirlo aquí: Jorge Gaitán Durán y Hernando Valencia
Pinto, comentario elogioso
en torno al uso del color y las refinadas notas de Hernando Valencia Goelkel es tradicionalmente reconocida como “En medio de tanta mediocridad y lugar co- aun así, la valoración de su enorme aporte a
lo plástico en el cine. Goelkel, tan exclusivamente estéticas, es el parte aguas de la crítica de cine en Colombia: mún resalta la figura del primer crítico que la circulación de las ideas en Colombia y el
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publicaciones sobre cine en colombia los aportes fundacionales de hernando valencia goelkel y jorge gaitán durán

10 . Alberto Navarro. talante “adelantado” de las mismas, parecería críticas cinematográficas de Valencia Goelkel, […] un filme debe ser algo suficiente y […] este argumento, llevado al cine por el 13 . Hernando Valencia
“Hernando Valencia cerrado; algo total, compacto y liso como fotógrafo, el director musical, el guionista Goelkel. “La noche”. En:
Goelkel (1928-2004)”. En: insuficientemente valorado. Para el también a las que desde ya, por la amplitud de sus Oficio crítico, Bogotá, Presi-
una piedra de río. Todos los métodos de y el propio Stevens, se convierte en una
Cuadernos de cine colom- crítico y amigo personal de Valencia Goelkel, preocupaciones, la conexión con los proble- aproximación a su periferia –la historia, la película inolvidable. Lo cual es una prueba
dencia de la República,
biano - nueva época, núm. 1997, p. 393.
6, Bogotá, 2005, p. 20. Alberto Navarro, sus mas culturales de su tiempo y los vínculos con sociología, el psicoanálisis, todas las herra- adicional de una realidad que mucha 14 . Alberto Navarro.
11 . Ibíd. otras disciplinas artísticas habría que darles el mientas de la erudición o de la cultura– gente insiste en ignorar o en refutar: la “Hernando Valencia
12 . Hernando Martínez
[…] reflexiones sobre el quehacer literario estatuto de ensayos, en la misma categoría son legítimos, útiles y, hasta cierto punto, existencia de un modo de expresión artís- Goelkel (1928-2004)”. Art.
Pardo. Historia del cine pueden equipararse a las de Edmund indispensables; pero todos son también en tica llamado cine, cuyas manifestaciones Cit., p. 21
Wilson u Octavio Paz. Sin embargo, que tienen los trabajos, por ejemplo, de un 15 . Hernando Valencia
colombiano, Op. Cit., p. 212. última instancia inesenciales, en cuanto (y son enteramente propias y, por lo tanto,
entre nosotros su reputación no trascendió Hernando Téllez. esto en el mejor de los casos) no hacen sino intraducibles e insustituibles. Shane en Goelkel. “Shane”. En:
al público general y su importancia no era Crónicas de cine, Bogotá,
añadir ciertas claridades a algo previo, a forma de libro, o de argumento para la
reconocida fuera de un pequeño círculo, Como lo pone de relieve Hernando Mar- algo que ya estaba ahí, en la materia del radio, o de pieza teatral, sería, segura-
Cinemateca Distrital,
1974, p. 25.
principalmente académico, que casi podría tínez Pardo, una primera consideración para cuadro, de la estatua o del filme13. mente, intolerable; y la misma indigencia
considerarse elitista. A esto contribuyó, no situar el aporte de Valencia Goelkel está en la de la aventura –indigencia según el criterio,
debe quedar la menor duda, su discreción De algún modo, el propio Valencia Goelkel generalmente literario, con que solemos
personal. Pero otras fueron las circunstan- capacidad del ensayista para distinguir un len-
guaje cinematográfico independiente de otros estaría refutando en el comentario anterior la juzgar el guion cinematográfico– contribuye
cias fuera de Colombia, donde escritores a esclarecer, por contraste, la autonomía de
como Octavio Paz y Julio Ramón Ribeyro lenguajes de mayor tradición y respetabilidad valoración que se ha hecho de su crítica por el
la creación fílmica15.
hablaban de él como uno de los mayores en la historia de la cultura. hecho de “traer a colación una amplia gama
críticos literarios del continente10. de los temas de la época, estableciendo las
No es una contradicción, el dominio de Esa autonomía era puesta a prueba en el
la lengua propia es lo que capacita para conexiones que una película tenía con otras caso de las adaptaciones literarias, que se ha­
La celebridad que ha alcanzado en la cul- de naturaleza similar o diferente, y con el en-
aprender otra extranjera, el dominio bían convertido en un caballito de batalla de
tura colombiana la revista Mito, e incluso el de un lenguaje como el literario permite torno general en que había sido hecha y era
hecho de haberse convertido en el nombre comprender las características de otro – los comentaristas, para afirmar la supremacía
exhibida al público”14. A esto se volverá más de un medio sobre otro. Si bien el cine había
de una generación de poetas e intelectuales, como el cinematográfico– a condición de
que exista la conciencia del diferenciar. No adelante en sus implicaciones más amplias mirado la literatura en busca de argumentos,
quizá hayan también contribuido a opacar el
es una relación automática. El caso más a la hora de ubicar las coordenadas de una medios de expresión y por supuesto legitimi-
extraordinario aporte individual de una figura frecuente es el del literato que enfoca una época por parte del crítico cultural, pero por dad cultural, los críticos con frecuencia per-
como la de Valencia Goelkel. Si bien algunos película como si fuera un libro, fenómeno ahora vale la pena decir que esta erudición, severaban en un respeto reverencial por el
de sus ensayos sobre cine aparecieron en comparable al del psicólogo que analiza
una película como si fuera su paciente, o al expresada siempre sin pedantería, resultaba canon literario, salvo para fines de ilustración
esta revista, tanto como en su continuadora,
del sociólogo que la analiza como si fuera más un medio que un fin. o de una eventual ampliación de su público,
Eco, fue en una revista de interés general
la realidad12.
como Cromos donde Valencia Goelkel “publi- Sobre la autonomía del cine resulta ejem- pero siempre a costa de un empobrecimiento
caría, por varios años, semana tras semana, En el mismo sentido, y como prueba del plar el comentario de Valencia Goelkel en de la experiencia estética. La crítica sobre la
lo que pensaba de las películas en la carte- in­terés de Valencia Goelkel por despojar el torno a Shane (George Stevens, 1953), un adaptación de El viejo y el mar, dirigida por
lera bogotana y son esas consideraciones las análisis fílmico de todo elemento espurio, western no demasiado canónico pero que le Preston Sturges en 1958, a partir de la no-
que constituyen el grueso de su obra sobre el escribe sobre La noche (Michelangelo Anto- sirve al crítico para afirmar la independencia vela de Hemingway, demuestra que Valencia
cine”11. También el diario El Tiempo publicó las nioni, 1961): del cine como medio de expresión: Goelkel iba en otra dirección.
48
publicaciones sobre cine en colombia

16 . Hernando Valencia […] el espectador tiene la impresión el museo, etc.) la cámara se desboca por
Goelkel. “El viejo y el mar”. penosa de que en este caso, el cine desem- un ámbito urbano cuya coherencia, cuya
En: Oficio crítico, Op. Cit.,
pp. 337-338.
peña el papel ancilar, del llamado material realidad están puestas en tela de juicio por
pedagógico: los mapas, los croquis, los el ritornelo de la narración, por la música,
17 . Hernando Valencia
Goelkel. “Hiroshima Mon
dibujos, las fotografías que sirven para por la ansiedad de una fotografía que se
Amour”. En: Oficio crítico, ilustrarle a los niños un concepto quizá niega a detenerse, que rechaza la pausa y
Op. Cit., pp. 377-378. demasiado abstracto para ellos. la posesión del contorno que recorre.
[…] confundieron, bochornosamente, la […] En suma, los procedimientos
fidelidad con el servilismo, y la verdad de la técnicos de Resnais, la organización de su
apariencia con la apariencia de la verdad16. filme (la suma de sus recursos expre-
sivos) indica cómo se propuso de una
En directa relación con lo anterior estaría la parte violar una serie de convenciones del
conciencia de los medios técnicos propios con realismo cinematográfico y de la otra, y,
como corolario de la anterior, establecer
los cuales el cine logra esta autonomía como una nueva realidad fílmica, basada en la
medio de expresión. En el que es quizá su me- refutación de la apariencia17.
jor texto sobre cine, el que escribiera sobre Hi-
roshima mon amour (1959) de Alain Resnais, La obra crítica de Jorge Gaitán Durán en
Valencia Goelkel despliega su competencia torno al cine es mucho más limitada que la de
para el análisis de los elementos intrínsecos Valencia Goelkel, aunque el lugar de preemi-
del cine como lenguaje, de su familiaridad con nencia que tiene el poeta santandereano en
las teorías del montaje y el uso de este desde la cultura colombiana, habla muy bien de las
Griffith hasta Eisenstein pasando por Pudovkin: jerarquías en la valoración de la creación, por
Vemos entonces que la estructura del cine un lado, y del ensayo o la crítica por otro, de
de Resnais en “Hiroshima” está especial- parte del campo intelectual colombiano.
mente erigida sobre la negación, no sobre la
organización. Hemos tomado como ejemplo Gaitán Durán fue fundador de Mito y es- Revista Mito no. 8, junio-julio de 1956.
el plano de la mano que conjura un pasado, tuvo vinculado a ella hasta el mismo año de su
y he referido el proceso –más subjetivo– del muerte. Para Paola Marín, en “Ética, estética y La strada (1954) de Federico Fellini, el Continuando con esta inquietud básica, 18 . Paola Marín. “Ética,
nacimiento de unas plantas imaginarias. poeta plantea cómo el cinematógrafo ‘se también ve en dicho arte la consonancia estética y erotismo: La
Pero no se trata de planos aislados dentro erotismo: La reflexión crítica de Jorge Gaitán Du- reflexión crítica de Jorge
forma al mismo tiempo y con la misma entre “mecánica y expresión” que le permite
del filme, ni de una exégesis caprichosa; el rán”, un texto escrito para la Revista Iberoame- fluidez que nuestra propia y cotidiana
Gaitán Durán”. En: Revista
alcanzar la posibilidad de abarcar el ser en Iberoamericana, Vol. LXXIII,
procedimiento viene a constituir la médula ricana, la comprensión de la crisis del lenguaje: historia’”18. núm. 218, enero-marzo
de “Hiroshima” y, más allá, de todos sus toda su ambigüedad (incluida su situación
2007, p. 206.
abundantes virtuosismos técnicos, constituye […] es lo que permite acercarse a la impor- existencial, que no significa un determi-
Para el poeta, sigue diciendo Marín, el nismo directo del momento histórico). En
su esencia verdadera. En el travelling tancia que el cine tenía para Gaitán Durán,
por las calles de la ciudad (después de especialmente por su relación con el problema cine es un arte de síntesis, que une instante el cine, esa síntesis de momento –lo que él
la serie de secuencias sobre el hospital, de la comunicación. En su artículo sobre y eternidad. denomina su “dimensión vertiginosa” (“El
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publicaciones sobre cine en colombia los aportes fundacionales de hernando valencia goelkel y jorge gaitán durán

19 . Ibíd., p. 206. que debe morir”)– y perdurabilidad por 400 golpes de Truffaut, y el conoci- por Cobo Borda y Ramiro Arbeláez en La crí- Respecto a La ventana indiscreta se 21 . Jorge Gaitán Durán.
20 . Juan Gustavo Cobo un lado, y técnica y expresión por el otro, miento del gran guionista del neorrea- tica de cine. Una historia en textos, resulta evi- extiende en poner en entredicho la geniali-
“La ventana indiscreta”.
En: El Espectador, 17 de
Borda. “Ir a cine, ver cine, iluminan la totalidad del razonamiento lismo, Cesare Zavattini, de quien tradujo
escribir sobre cine”, Art. estético de Gaitán Durán. Esta preocu- un delicioso cuento: “Cine”20. dente el carácter de cruzada que en algunos dad, casi indiscutida, de Alfred Hitchcock, en septiembre de 1955,
Cit., p. 20. republicado en La crítica de
pación por el estilo es lo que denomina momentos tiene la escritura de Gaitán Durán. quien él no ve más que las habilidades de un cine. Una historia en textos,
“realismo poético”: “El estilo de La Pero en Mito no solo se escribía sobre el Una cruzada con enemigos muy concretos: la prestidigitador: Op. Cit., p. 58
strada es pasión pura (…) Eternamente hecho artístico, con un carácter plural que ad- gazmoñería (“nos parece conveniente la ex- 22 . Jorge Gaitán Durán.
confinado en el signo, ningún personaje En realidad sería necio negar o discutir “El nuevo cine francés”. En:
literario alcanza semejante riqueza. Gelso- mitió la literatura, el cine o las artes plásticas presión de un erotismo auténtico”, escribe a El Espectador, 12 de agosto
la inteligencia, la habilidad y los
mina es la realidad de la poesía”19. en pie de igualdad, sino que se emprendieron propósito del esteticismo que ve en La ven- conocimientos técnicos del inglés. Pero
de 1959, republicado en La
crítica de cine. Una historia
batallas contra las distintas formas de censura tana indiscreta (1954) de Alfred Hitchcock21), sí se pueden negar o discutir la profun- en textos, Op. Cit., p. 56.
En “El mito del cine en Mito”, un apartado que ensombrecían el panorama cultural de los la hipocresía intelectual y moral, en suma, la didad de su realización y la amplitud 23 . Jorge Gaitán Durán.
de su introducción a La crítica de cine. Una años cincuenta, una década que no solo ha- de su universo humano. Para nosotros “La ventana indiscreta”,
“inmovilidad”, como bien la definió su defensa
historia en textos, Juan Gustavo Cobo Borda bía soportado al laureanismo en el poder, sino es ciertamente un maestro, pero maestro Art. Cit., p. 57.
de Rojo y negro. apenas del film comercial, es decir, de 24 . Jorge Gaitán Durán.
reafirma ampliamente el carácter de la revista los cierres de medios instigados por el caudi- “Notas sobre La strada”,
como pionera en la historia de la crítica de La crítica de Gaitán Durán tiene una am- la obra cuyo objeto es apenas gustar o
Art. Cit., pp. 127-128.
llismo de Rojas Pinilla. bición intelectual distinta a la de Valencia seducir o ignorar un mundo problemático
cine en Colombia: y obsedido por la expresión23.
Un hecho clave en esta coyuntura lo cons- Goelkel; en ella son identificables unas de-
Fiel a su tradición cosmopolita, Mito tituye la censura a Rojo y negro (1942), una mandas éticas, un compromiso que se le pide
miró al mundo y prestó atención Pero esas exigencias éticas al cine como
inteligente a este nuevo arte. Destacó, película basada en la novela de Stendhal, que al arte con respecto a la condición humana medio de expresión moderno, son compati-
en primer lugar, el homenaje a Chaplin motiva la renuncia de Gaitán Durán a la Junta que matizan el simple jugueteo formal o lo co- bles con una idea recurrente en la crítica de
en su número cuatro, donde Jorge de Clasificación de Películas de la que el poeta nectan con reclamos quizá más ambiciosos.
Gaitán Durán escribe sobre Tiempos Gaitán Durán, la constatación del cine como
hacía parte. “Colombia es un país que ha es- Sobre Los 400 golpes (1959) escribe, en “el arte del presente”:
modernos, Hernando Salcedo sobre
Monsieur Verdoux y Candi- cogido la inmovilidad”, escribió Gaitán Durán, tono admonitorio:
lejas, y Antonio Montaña repasa toda reiterando un compromiso con la libertad El que está en tela de juicio es nuestro No nos damos cuenta de que el cinema-
su trayectoria. Luego, su interés por el intelectual que tuvo en Mito y con los miem- mundo, el mundo de los adultos. Ese tógrafo ha crecido vertiginosamente con
neorrealismo italiano y la nouvelle bros de su generación, unos adalides que niño de París tiene que luchar contra la la época, ni de que, al realizar la unidad
vague francesa, con su punto más alto en estupidez de sus padres, de los policías, entre los avances de la arte y de la indus-
el valioso ensayo de Hernando Valencia no se doblegaron, aunque, como lo mostró de los maestros, de los sicólogos y médicos, tria, resume nuestro presente y nuestras
Goelkel sobre Hiroshima, mon el pacto del Frente Nacional, todo cambiaría para conquistar un sitio en el mundo. posibilidades. Su imagen en movimiento
amour de Alain Resnais, con guion de para que todo siguiera igual. Ese niño que nació por descuido, ese permite descubrir otra dimensión del ser,
Marguerite Duras. Pero no se trata solo niño abofeteado, relegado, que ve a su identifica la realidad y la apariencia,
de eso: su director, Jorge Gaitán Durán, Jorge Gaitán Durán también escribió madre besándose con un desconocido, solo supera la distinción entre acto y potencia.
viajero por Europa, reseñaba La strada sobre cine en El Espectador, entre 1955 y encuentra la fraternidad, la ternura, en […] Arte de síntesis, arte consiguiente-
de Fellini; Francisco Norden, desde París, 1959, la misma columna, “Estrenos de la otro niño de su edad. Cuando huye del mente ambiguo, el cinematógrafo tiene la
hablaba de René Clair; y Guillermo reformatorio y en la escena final llega al edad del hombre moderno y, a la vez, se
Angulo, después de estudiar en Cinecittà, semana”, que estuviera en manos de García mar, su gesto no es de alegría, sino de nutre de toda la historia, implica todas las
se preocupaba por traer a Colombia Los Márquez. En dos de esos textos, recuperados desconcierto ante la existencia22. semillas primordiales24.
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publicaciones sobre cine en colombia los aportes fundacionales de hernando valencia goelkel y jorge gaitán durán

25 . Hernando Valencia Este mismo convencimiento, aunque ex- Ese ejercicio de “enseñar a ver” y “formar la Compañía de Fomento Cinematográfico- Exaltado ante la calidad de la mirada que
Goelkel, citado por Alberto
Navarro. “Hernando presado con otros matices, sobre la esencia el gusto” carecía de un talante autoritario, focine,que él mismo dirigió. De 1974 es un despliega Francisco Norden en este documen-
Valencia Goelkel (1928- actual y popular del cine, la manifestó Valen- pues lo decisivo es que “lograron contagiar su texto emblemático de Valencia Goelkel, publi- tal, Valencia Goelkel escribe: “Es la primera
2004)”, Art. Cit., p. 21.
26 . Juan Gustavo
cia Goelkel. Para él: “La gente va al cine por pasión por el cine; pasión que no excluía, en cado originalmente en El Espectador, sobre obra importante que produce el cine nacional.
Cobo Borda. “La función muchos motivos: uno de ellos es que se trata ningún momento, la severidad del análisis”28. Camilo, el cura guerrillero. […] Es, fuera de esa significación doméstica,
de la crítica” (prólogo). del único arte popular de nuestro tiempo, es Ninguno de los dos participó de la pasión re-
En: Crónicas de cine, Op.
Cit. p. 11. decir, de la única manera de entrar en con- volucionaria, tan propia de que vio el triunfo
27 . Ibíd., p. 11. tacto (deliberada o espontánea e involuntaria- de la Revolución Cubana a la vuelta de la es-
28 . Ibíd., p. 10. mente, si se quiere) con la belleza”25. quina. Su revolución fue más discreta y por
29 . Ibíd., p. 11. cierto tan poco aislada o localista como la
La crítica y el ensayo combinación de formas de lucha propugnada
como tareas civilizadoras por el marxismo convertido en praxis dogmá-
tica. Para Cobo Borda “[…] en toda América
En el sentido vislumbrado arriba, la labor Latina se daba, simultáneamente, la misma
de crítica, traducción y divulgación sobre la actitud: educar, abrir la sensibilidad, moder-
cultura universal –y el cine inserto dentro nizar, en últimas, nuestras relaciones con los
de ella– que emprendieron tanto Valencia seres y las cosas”29. Que esta cruzada se haya
Goelkel como Gaitán Durán tenía sin duda, dado desde una posición de privilegio, no ex-
en términos sociales, un propósito civilizador cluye su generosidad.
y emancipatorio, muy a tono con la labor de
los intelectuales, como voces que podían con- Gaitán Durán moriría en 1962 en un ab-
tribuir a un destino político de sus sociedades surdo accidente aéreo, dejando interrumpida
menos definido por la barbarie. una labor creativa e intelectual que se vislum-
braba como de largo aliento. El mismo año
El propósito último de estos críticos, como muere la revista Mito. Eco, su heredera na-
lección que supera con creces el ejercicio del tural, había comenzado a publicarse en mayo
narcicismo en que ha caído buena parte de la de 1960. Desde las páginas de esta nueva
crítica de cine contemporánea en Colombia y revista, Valencia Goelkel siguió ejerciendo un
sus alrededores, era, si acogemos las pala- magisterio indiscutible en la crítica y el ensayo
bras de Cobo Borda: “Dar, a través del cine, sobre hechos culturales y obras artísticas.
testimonio del mundo”26, y de esa vocación se Posteriormente Valencia Goelkel prolongó su
desprendía “una viviente inquietud por valores vinculación a la crítica a través de revistas
y problemas”27. como Cinemateca y cine, una publicación de Crónicas de cine, artículo sobre Camilo, el cura guerrillero, 1974.
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publicaciones sobre cine en colombia

Referencias
30 . Hernando Valencia un documento maravilloso, organizado, claro,
Goelkel, “Camilo: El cura
guerrillero-1973”. En: sobrio, elegantemente subversivo”30. Indepen-
Crónicas de cine, diente del hecho de compartir o no la valora-
Op. Cit., p. 178.
ción sobre esta obra, polémica como pocas
Arbeláez, Ramiro y Cobo Borda, Juan Gustavo Marín, Paola. “Ética, estética y erotismo: la
en la tradición del cine colombiano, lo que (investigación y selección de textos). La reflexión crítica de Jorge Gaitán Durán”.
llama la atención de la afirmación es el vacío crítica de cine. Una historia en textos. En: Revista Iberoamericana, Vol. LXXIII,
histórico en el que se inscribe la afirmación. Bogotá, Proimágenes en Movimiento / núm. 218, enero-marzo 2007.
Aunque para la época ya se había empezado Universidad Nacional, 2011.
a superar, a través de las cinematecas y los Martínez Pardo, Hernando. Historia del cine
Cobo Borda, Juan Gustavo. “Ir a cine, ver cine, colombiano. Bogotá, Editorial América
cineclubes, las dificultades de acceso material escribir sobre cine” (prólogo). En: La
al cine colombiano de otras épocas, todavía Latina, 1978.
crítica de cine. Una historia en textos,
eran frecuentes los juicios sumarios que con- Bogotá, Proimágenes en Movimiento / Navarro, Alberto. “Hernando Valencia Goelkel
denaban de plano la producción nacional. Eso Universidad Nacional, 2011. (1928-2004)”. En: Cuadernos de cine
favoreció una tendencia a siempre empezar colombiano - nueva época, núm. 6,
———. “La función de la crítica” (prólogo). Bogotá, 2005.
de cero, a suscribir entusiasmos que no es- En: Crónicas de cine, Bogotá,
taban respaldados por una acercamiento más Cinemateca Distrital, 1974. Valencia Goelkel, Hernando. Crónicas de
paciente a una tradición, precaria y parcial- cine, Bogotá, Cinemateca Distrital,
Gaitán Durán, Jorge, “Notas sobre La strada”.
mente invisible, como la que representaban 1974.
En: Mito, núm. 8, año II, Bogotá, junio-
las películas colombianas. julio 1956. ———. Oficio crítico. Bogotá, Presidencia de
Y el verdadero desafío de una crítica es Gilard, Jacques, “Prólogo”. En: García la República, 1997.
enfrentar lo más cercano, algo para lo cual, Márquez, Gabriel, Entre cachacos-1. Largometrajes colombianos en cine y video
en los años cincuenta, por lo menos, no es- Obra periodística Vol. III, 1ra. edición, 1915-2004, Bogotá, Fundación
taban dadas las condiciones. Reconocer esas Bogotá, Oveja Negra, 1983. Patrimonio Fílmico, 2005.
limitaciones no equivale a demeritar un aporte
cultural tan significativo como el de Valencia
Goelkel y Gaitán Durán, dos nombres, entre
otros varios, que sentaron las bases de una
nueva mirada al cine en medio de una Co-
lombia que se despertaba entre la barbarie y
el dogmatismo.

Fotografías de Hernando Valencia Goelkel y Jorge Gaitán


Durán publicadas en revista Mito.
cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época

La batalla por lo real. Dos


1 . Fundación mexicana
de cineastas. Hojas del cine:
testimonios y documentos del

publicaciones periódicas de
nuevo cine latinoamericano.
T.1. Universidad Autónoma
Metropolitana; Fundación

los sesenta sobre cine en Colombia:


mexicana de cineastas.
México. septiembre 1988,
pp. 135–141.

Guiones y Cine(mes) 2 . Homero Alsina y


Joaquín Romaguera, eds.,
Textos y manifiestos del cine.
Por Francisco Montaña Ibáñez Madrid, Ediciones Cátedra
S.A., 2000, pp. 225–247 y
254–273.

Uno. Principio 3 . Fundación mexicana


de cineastas. Op. Cit.,
pp.17–23.
Una rápida mirada a ciertos acontecimientos muy posiblemente cercanos al desarrollo intelectual 4 . Véase, Julianne
del cine en Colombia en la década de los años sesenta indica la enorme cantidad de relaciones Burton-Carvajal e Instituto
Nacional de Cine y Artes
positivas que pudieron establecerse entre posturas políticas y estéticas generadas en diver- Audiovisuales, Argentina.
sas latitudes a través de ciertas concepciones del cine. En 1955, Nelson Pereira Dos Santos Cine y pensamiento: las
publicaba su artículo Conciencia del cinema Novo1, un año después del escrito por François charlas de Mar del Plata.
Buenos Aires, Ediciones
Truffaut Una cierta tendencia del cine francés, al tiempo de Film as an original art form de Hans En Danza, 2007; Julianne
Richter2 y como antecedente de Cine y subdesarrollo de Fernando Birri3 que de acuerdo con Burton, Cine y cambio social
en América Latina: imágenes
algunos teóricos4 inaugura un nuevo canon de ruptura en la concepción, producción y distri- de un continente. México,
bución de materiales filmados en el continente, que podría tener su contrapunto particular Editorial Diana, 1ra. ed. 1991.
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publicaciones sobre cine en colombia guiones y cine(mes)

5 . En: http://cinema- en el texto –y evidentemente en las películas, como La hora de los hornos (1968) de Fer- moderno y su potencia narrativa. La relación reconocimiento del poder de la imagen como 6 . Estas ideas han sido
novo.com.ar/estetica_del_ discutidas y desarrolladas
hambre.htm (Consultado Barravento (1961), Dios y el diablo en la nando Solanas y Chircales (1972) de Marta entre la obra y lo real se resolvía habitual- fuerza configuradora de lo real. Así, el arte, se en los últimos años por
11 de noviembre de 2011). tierra del sol (1966) de Glauber Rocha– Es- Rodríguez y Jorge Silva, por mencionar solo mente con una ética documental que valoraba convierte en una herramienta para dar la ba- diversos investigadores
latinoamericanos entre
tética del hambre de 19655. Esta importante dos de ellas y de numerosos textos y ensayos el registro de lo real, en tanto documento de talla por la conquista de lo real, y el cine, en los que es necesario
década para la cinematografía continental con- críticos y teóricos que completaban el esfuerzo los procesos y evidencias materiales de las este aspecto, juega su mayor carta. mencionar a Susana
Velleggia, La máquina de
tinúa con la creación del Instituto Cubano del por enmarcar y definir sus ideas sobre cine. condiciones objetivas de la vida humana. la mirada. Los movimientos
Arte y la Industria Cinematográfica ICAIC, en
Más allá de pretender construir un pano-
Al hacerlo, el cine propiciaba, al tiempo que Dos. Las revistas cinematográficos de
ruptura y el cine político
1963 y la seguidilla de encuentros y festiva- una moral, una cierta militancia crítica frente latinoamericano. Buenos
les que terminaron por posicionar una cierta rama profundo del desarrollo del pensamiento
a lo real, una continuación de la obra en la Es en este contexto que aparecen en Bo- Aires, Altamira, 2009; Ana
opción de concebir el cine en el continente: sobre el cine en estas décadas, es importante María López, “The State of
vida a través de la acción política concreta6. gotá, desde 1961 hasta mediados de la dé- Things: New Derections
Pessaro, Italia 1968; Mérida, Venezuela, 1968 notar la agitación intelectual, política y estética
El problema de la representación, la míme- cada, (1967 tal vez) las publicaciones Guiones in Latin American Film
y Viña del Mar Chile, 1969 acompañadas por en torno al cine que se vivía de manera, tal History”. En: The Americas,
sis y la diégesis, como fundamentos de un y Cine(mes). Dirigidas por Héctor Valencia y 2006; Ana María López,
la presentación de películas determinantes vez general, en el ámbito de lo que pudiera
cierto régimen del arte occidental, son parte Roberto Peña, respectivamente, contaron “Early Cinema and Moder-
llamarse la cultura occidental. nity in Latin America”.
del centro de la discusión que con esta dis- entre sus colaboradores habituales con Ugo En: Cinema Journal, 2000;
Así pues, es posible encontrar que una tancia, es posible leer en la gran proliferación Barti y Carlos Álvarez, entre otros. Tuvieron Paulo Paranaguá, Cine
documental en América
de las ideas que palpita con mayor énfasis en intelectual (textos, películas, conferencias, colaboraciones esporádicas de personas Latina, Madrid, Cátedra,
este periodo tiene que ver con la intención de activismo político) que rodeó y configuró una como Fanny Buitrago en el ámbito nacional 1ra. ed., 2003. entre otros.

privilegiar la capacidad del cine de establecer parte del campo del cine en la década de los y publicaron textos de George Sadoul, Miche-
relaciones con un cierto estatuto de lo real, en- años sesenta. langelo Antonioni y Guillermo Cabrera Infante,
tendido como la comprensión de las relaciones entre otros.
políticas, históricas y de clase que determinan Esto da como resultado un marcado
a los individuos y su papel en la historia. El inten­to de distanciamiento de la producción A lo largo de las páginas de los doce nú-
realismo, un particular tipo de realismo, resulta industrial y un consecuente acercamiento meros que conforman la serie se comparten
entonces uno de los ejes estético-políticos a una cierta noción de arte definida por esa algunas preocupaciones indicadas por su rei-
más predominantes entre las posturas de la misma ética de lo documental, lo real y lo terada aparición (en tanto tema de discusión,
década, que precisamente es necesario reco- verdadero. En tanto expresiones de la liber- argumento de respuesta a los lectores, centro
nocer en su doble y explícita dimensión esté- tad y transparencia, estas nociones ayudan a ideológico de análisis y crítica del cine), y que
tica y política. configurar una idea de arte que participa del podrían interpretarse como los indicadores
proyecto político del cine y se entrelaza con de una concepción política del cine que pasa
El proyecto político revolucionario que se de- posturas similares en las artes plásticas, es- por el sentido de la Nueva Ola, pero desarro-
sarrollaba en dicha década le otorgaba un muy cénicas y la literatura, por lo menos, en las lla elementos propios. Aunque su epicentro
importante lugar al cine definido por su po­der de cuales se privilegia el descubrimiento de la argumental está anclado en una cierta idea
Contracubierta de la revista Cine(mes), no. 1, 1965. representación y conmoción, por su carácter moral burguesa, la ruptura de los tabúes y el de realismo como ideario estético y político,
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publicaciones sobre cine en colombia guiones y cine(mes)

precisamente la distancia que las revistas movimiento continental, por una parte; y por cinematográfica con su voluntad moderna 7 . Editorial, “Cartas
del lector”. En: Guiones,
construyen frente a esa paternidad “nuevao- otra, poner en perspectiva algunos elementos es la indicada para descubrir el rostro de lo 1961, p. 3.
lista” los sitúa mucho más cerca de las ideas centrales de la configuración del canon cine- nuevo. Vale la pena detenerse un instante so-
del Nuevo Cine Latinoamericano, y en cierto matográfico colombiano y su arraigo en la dis- bre este rostro desconocido que el cine re-
sentido, como antecesores de las mismas. cusión sobre el cine colombiano en Colombia. velará al lector de la revista. Es conocida la
tremenda atracción que ejerce sobre la mente
Así, cuestiones como la libertad de expre- El primero de ellos aparece en el número humana la posibilidad de transgresión del lí-
sión, la censura, la pacatería moral, la indus- tres de la revista en la sección “Cartas del lec- mite de lo conocido. Lo conocido se asimila a
tria, la legislación, la circulación, la exhibición tor” como una clara manifestación de principios. lo posible y así, al invitar a lo desconocido, se
comercial y en cineclubes, el cine nacional,
El cine, a través de Guiones le va a está invitando a lo imposible. ¿A cuál imposi-
sus películas, sus directores, su insuficiencia;
mostrar a usted un rostro desconocido, ble?, se hace necesario preguntar. Antes de
la crítica, el festival de Cartagena, el cine que
aspectos nuevos que usted tiene que
se ve y se quisiera ver configurado a partir observar con la atención necesaria. El Cubierta de la revista no. 3 de la revista Guiones, 1961.
de una reiterada repetición de ciertos nom- mundo no es una vitrina para niños. El
bres franceses e italianos; la comprensión y mundo es un espectáculo de trazos violentos
explícita manifestación del cine como asunto que pasa de la ternura a la bestialidad,
ya sea sexual, política o religiosa. Es
político y nacional; entre otras cosas, son las preciso que este mundo se muestre, en todo
reflexiones que se desarrollan en estas dos su rigor, en la plenitud de su verdad, y
publicaciones periódicas, y a través de las cua­ para ello contamos con el cine realista, con
les, sería posible rastrear este ideario estético nuestro empeño a través de Guiones, con
claridad, sin velos y sin censuras7.
y político.
La composición de esta “política” que al El interés de este primer texto no solo
mismo tiempo que da identidad a la revista y está en la cadencia estilística que permitiría
al pensamiento de sus autores, expresa cla- pen­sar en la adopción de la imparcialidad ma-
ramente un espíritu de una época y podría quinística del dispositivo cinematográfico en
permitirnos, con la perspectiva de los años, in- la revista, sino en la personificación del cine
tentar comprender las relaciones ideológicas como sujeto activo que, a través de la revista
en un sentido amplio, que se concretaron en como medio, ejercerá su acción esclarece-
publicaciones y películas, que establecieron dora. El punto de partida, como en casi cual-
los redactores de Guiones y Cine(mes) con el quier manifiesto, está definido por una resig-
nificación de la cadencia temporal. El tiempo
Cubiertas del primer número de las revistas Cine(mes),
empieza con este gesto que se diferencia del
1965 y Guiones, (1960). pasado e incluye la novedad. La máquina
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publicaciones sobre cine en colombia guiones y cine(mes)

8 . Walter Benjamin. “La intentar responder hay dos elementos más. El Para Guiones esta atención se caracteriza hacerlo, distinta de un acto de diferenciación ‘realistas’ solo pueden evocar la realidad en 11 . De acuerdo con
obra de arte en la época
primero es que lo imposible está enmarcado con un giro importante: el mundo que el cine edípica. Al ser capaces de ver este mundo, ya el modo de la nostalgia o de la burla […]. el recuerdo de Carlos
de su reproductibilidad Álvarez recogido en
La fotografía y el cine deben imponerse
técnica, (primera y tercera en un rostro: la figura humana no es descono- nos va a revelar no es una vitrina que pueda no somos niños, ya somos adultos. Esa reali- sobre la pintura y sobre la novela cuando
entrevista realizada en
redacciones)”. En: Obras Bogotá durante el mes de
Libro 1, Vol.2. Madrid, cida y convocarla puede ser entendido como ser observada por los niños. ¿Cuál es la que dad, esa verdad, es lo que nos hace indepen- se trata de estabilizar el referente, de septiembre de 2011.
Abada, 2008, p. 19. un acto de domesticación del ángel-demonio puede serlo? ¿Cuál es el imposible hacia el dientes y autónomos. Pero, a continuación es ordenarlo respecto de un punto de vista 12 . Editorial, “Cineísta”.
9 . La relación de este que hay en el mundo. Lo segundo es que para cual el cine y su voluntad nos impulsan? Es claro, que no es cualquier cine el que es capaz que lo dote de un sentido reconocible, de En: Guiones, 1962, p. 7.
carácter epistémico del repetir la sintaxis y el léxico que permiten
cine con los procesos observarlo, se requerirá del lector una acti- claro, las siguientes líneas lo expresan amplia- de ejercer esa voluntad. Es un cierto tipo de al destinatario descifrar rápidamente las
de industrialización y tud distinta de la habitual: atenta. Esa aten- mente. El imposible al que nos invitan es al cine, el realista, el que actúa con claridad, sin imágenes y las secuencias y, por lo tanto,
su impacto en la cultura
han sido ampliamente ción es la demanda de la voluntad del cine del mundo desvelado de lo sexual, lo político velos, sin censuras.
estudiados, véase por a cambio de su ofrenda de claridad. La má- y lo religioso. Los hombres no somos capa-
ejemplo el ya citado y los
demás: Benjamin. “La obra quina que nos muestra una nueva cara, nos ces de ver esa virginidad panteísta de Bazin Esta manifestación de principios apare-
de arte en la época de su remite ineludiblemente al Kino-Glaz de Vertov. sino el mundo de las relaciones humanas, el cida en la primera edición de la revista, que
reproductibilidad técnica, también como gesto inaugural empieza a
(primera y tercera redac- El hombre de la cámara que de tanto ejercer que se configura gracias a la actividad social.
ciones)”; Jacques Ranciere. esa mirada se separa del mundo y por fin lo El ángel-demonio de lo real que el cine des- circular en el número tres, no en el tradicional
La fábula cinematográfica.
mira para comprenderlo de una nueva, única cubre parece tener una entidad distinta de la y antiguo uno11, inaugura pues la discusión
Barcelona, Ediciones
Paidós Ibérica, 2005; Edgar y reveladora manera. La cámara, muestra lo que plantea el teórico francés. Mientras para sobre el primer aspecto de esa concepción
Morin. El cine o el hombre
que nuestro ojo no ve, “la mano se descarga Guiones el mundo que la máquina cinemato- política del cine: el realismo.
imaginario. Barcelona,
Ediciones Paidós Ibérica, por primera vez de las incumbencias artísticas gráfica sí ve y nos muestra a cambio de tan
2001; Ana López, “Early
Cinema and Modernity
más importantes que en adelante van a con- poco, es el mundo cultural; para Bazín es el Tres. El realismo
in Latin America”; Velle- cernir únicamente al que mira por el objetivo. mundo desprovisto de la mugre emocional,
ggia. Op. Cit.
El ojo es más rápido captando que la mano di- aquel que permitirá al espectador establecer “Ante todo ello, corroboramos nuestra fe
10 . André Bazin. ¿Qué es
el cine?. Madrid, Eds. Rialp, bujando”8, 9. O como dice el inspirador teórico una relación de amor. Esta filiación es radi- y entusiasmo por seguir adelante y lograr los
7ma. ed., 2006, p. 29. de la Nueva Ola de cine francés, André Bazin: calmente distante de la que puede percibirse fines que nos hemos propuesto, a saber: con-
en Guiones. Si para el francés el problema es vertir a Guiones en una revista de cine basada
Las virtualidades estéticas de la foto- que a través de la objetividad del cine se en- en el máximo de verdad”12, afirma una edito-
grafía residen en su poder de revelarnos cuentra el alma del mundo, para los jóvenes rial de la revista. ¿Pero qué están entendiendo
lo real. No depende ya de mí el distinguir
en el tejido del mundo exterior el reflejo escritores de la revista colombiana, la obje- por realismo y por qué tiene una relación tan
de una acera mojada, el gesto de un tividad demostrará un mundo que depende determinante con la verdad? Tratemos de
niño; solo la impasibilidad del objetivo, de la determinación adulta de aceptar y com- acercarnos al tema.
despojando al objeto de hábitos y prejui- prender. No se trata de una búsqueda ontoló-
cios, de toda la mugre espiritual que le Pero el capitalismo tiene por sí solo tal
añadía mi percepción, puede devolverle gica, se trata de una búsqueda materialista. poder de desrealizar los objetos habituales,
la virginidad ante mi mirada y hacerlo Es preciso ver este mundo, dicen, aunque no los papeles de la vida social y las institu-
capaz de mi amor10. quede clara la razón por la cual sea necesario ciones, que las representaciones llamadas Carta manifiesto al cineísta de la revista Guiones, 1962.
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publicaciones sobre cine en colombia guiones y cine(mes)

13 . Jean-Francois llegar sin problemas a la conciencia de su Esta afirmación de Birri expresa la postura situación, sino el que intenta incidir en ella mismo realismo. La acción que se hace sobre 17 . Ibíd., pp. 41, 48, 51.
Lyotard. Lecturas de infancia. propia identidad al mismo tiempo que a la que ha marcado su desarrollo como artista ya sea como elemento impulsor o reacti- el mundo, es la acción de esta nueva forma 18 . Umberto Eco. Obra
Eudeba, 1997, pp. 15-16.
del asentimiento que recibe13. vador. No es simplemente cine testimonio, abierta. Barcelona, Ariel,
14 . Jacques Ranciere. La y militante. La realidad está al otro lado del ni cine comunicación, sino ante todo del cine, que por ejercer sobre la historia, no 2da. ed. 1979.
fábula cinematográfica. Op.
Cit., p. 10. “Las representaciones llamadas ‘realistas’ realizador y la cámara es la mediación entre cine-acción. […] [Porque] nuestra época es deja de serlo. 19 . Jacques Rancière.
época de hipótesis más que de tesis, época Sobre políticas estéticas.
15 . Fundación mexicana solo pueden evocar la realidad en el modo los dos. El adverbio de la actividad, realista- Barcelona, Museu d’Art
mente, es el énfasis que nos interesa. No se de obras en proceso, inconclusas desorde- En efecto, “latin american filmmakers
de cineastas., Op. Cit., pp. de la nostalgia o de la burla”, afirma Lyotard nadas, violentas, hechas con la cámara
Contemporani Servei
17–22.
trata de filmar de cualquier manera. Esa rea- have variously perceived their medium as a de Publicacions de la
comprendiendo que el realismo como modo en una mano y una piedra en la otra, Universitat Autònoma de
16 . Ibíd., pp. 29–64.
lidad es posible filmarla sin descubrirla. Para tool for conciousnees-raissing (concientiza-
de representación multiplica “las fantasías de imposibles de ser medidas con los cánones Barcelona, 2005, p. 17.
poder realmente verla, no basta, en efecto con de la teoría y la crítica tradicionales17. ción), as instrument for research and social 20 . Ibíd., p. 29.
realismo”. El discurso que pretende establecer
el uso del dispositivo cinematográfico. Es ne- analysis, and as a catalyst to political action 21 . Julianne Burton.
una relación mimética con la realidad, es dis-
cesario hacerlo realistamente, críticamente y Esta postura, que abre la obra, casi en and social transformation”21, afirma Burton “The Camera As a Gun”.
tinto necesariamente a lo que puede llamarse En: Latin American Perspec-
con óptica popular. simultánea con el semiólogo italiano Umberto quien mantiene en su análisis la distancia tives, 1978, p. 49.
lo real. “La vida no conoce historias. No conoce
Eco18 implica más que una estrategia estética, entre obra y mundo sin preguntarse por qué
progresiones dramáticas hacia un fin con­creto,
En el ensayo Sobre el tercer cine16 Oc- un movimiento político que pone en el centro razón, además del explícito compromiso polí-
solo el movimiento largo, continuo, constituido
tavio Getino y el Fernando “Pino” Solanas de la transformación de la realidad mucho más tico, se hace tanto énfasis en vincular el cine
por la infinidad de micromovi­mientos”14, de
1969 examinan las relaciones entre industria que su representación. Acá el arte se disuelve latinoamericano de los sesentas y setentas
donde se deduce que el realismo es tan real
cinematográfica y movimientos artísticos y en la vida, más allá de establecer relaciones con la realidad, y qué operaciones permiten
como el no realismo. Sin embargo, en térmi-
políticos de liberación. Para ellos el primer con lo real; lo político del arte se encuentra comprenderlo dentro del campo del arte y no
nos de herramienta de gestión de lo real, ha
cine es el industrial de Hollywood y Europa, en “la distancia misma que guarda con rela- de la sociología o la historia de los movimien-
cumplido un papel determinante, de manera
el segundo es el resultado del cine de au- ción a estas funciones, por el tipo de tiempo tos sociales.
particular en el llamado Nuevo Cine Latinoa-
mericano, movimiento al que Guiones precedió tor (Neorealismo italiano, Nueva Ola, Cinema y de espacio que establece, por la manera en El realismo que Guiones enarbola como
en tiempo, donde la estrategia de descubrir lo Novo, incluso el mismo Birri) que permitió una que divide ese tiempo y puebla ese espacio”19, bandera, conscientemente o no relacionado
real ocupó parte central de sus presupuestos cierta autonomía de los presupuestos estéti- porque como el mismo Rancière anuncia más con el movimiento continental que tenía lugar
axiomáticos. cos y políticos de los realizadores frente a las adelante: “La política del arte en el régimen simultáneamente, requiere de una caracteri-
condiciones de producción y un tercer cine, o estético del arte está determinada por esta
“Nos interesa hacer un hombre nuevo, zación que aún no hemos hecho.
cine liberación. paradoja fundadora: el arte es arte a pesar de
una sociedad nueva, una historia nueva, y
por lo tanto un arte nuevo, un cine nuevo. El cine no será ya para quien se lance a tal que también es no-arte, una cosa distinta al Para hacerlo, echemos antes una sola
Urgentemente. Con la materia prima de aventura (la del segundo cine), una “indus- arte”20. El arte es acción política y la acción mirada a una afirmación de Alfredo Guevara
una realidad poco y mal comprendida”, tria generadora de ideología”, sino un política es estética. Ese pareciera ser el presu- de 1963, primer director del icaic fundado el
dice Fernando Birri en 1962, para instrumento para comunicar a los demás puesto de Solanas y Getino. Esta idea implica mismo año de la revolución, 1959. “El artista
concluir “ponerse frente a la realidad con nuestra verdad, de ser profunda, objetiva- una dimensión del realismo que no considera
una cámara y documentarla, filmar realis- mente subversiva. […] El cine revolucio- revolucionario, lo es siempre el verdadero ar-
tamente, filmar críticamente, filmar con nario no es fundamentalmente aquel que la escisión entre obra y mundo que está en tista: el que con su arte penetra más aguda y
óptica popular el subdesarrollo”15. ilustra y comenta o fija pasivamente una la base de la mímesis y en consecuencia del profundamente la realidad, el que abre brecha
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22 . Fundación mexicana marcha una reforma agraria que resultó tan y diferenciadas por origen de clase, también 24 . Ibíd., Vol. II y Vol. IV.
de cineastas. Hojas del cine: 25 . Editorial, “Cineísta”.
testimonios y documentos amañada como la democracia en la que se del desarrollo de los medios industriales de En: Guiones, 1962.
del nuevo cine latinoame- pre­tendía instaurar, un ejército ya cercano al producción de bienes culturales, de hecho 26 . Jacques Rancière.
ricano. T. 2. Universidad
autónoma metropolitana; poder y fuertemente influenciado y apoyado Guiones es una prueba de ello y baste recordar El reparto de lo sensible :
estética y política. Santiago
Fundación mexicana por el anticomunismo norteamericano, un que fue 1954 la fecha de la primera emisión de Chile, lom Ediciones,
de cineastas. México.
Septiembre 1988, p. 24. sistema monetario de devaluación (del 20% de imágenes en movimiento a través del espa- 2009, p. 42.
23 . Jaime Jaramillo y más anual), ajuste fiscal de la mano indi- cio electromagnético en el país.
Uribe et. al., Nueva Historia
de Colombia (NHC).
cadora del fmi, transformación de los movi-
Vol. II. Bogotá, Planeta, mientos campesinos armados de defensa El mundo cambiaba y se movía a velocida-
1989, p. 197.
contra la policía conservadora en el llamado des asombrosas y en Guiones confiaban en la
bandolerismo y en guerrillas comunistas, cre- capacidad del cine para comprenderlo.
cimiento y fortalecimiento de la universidad Consideramos el cine como el primer arte
pública que recibía tomas constantes por de nuestra época. Escribir Guiones no
parte del ejército, muerte de Camilo Torres constituye un despliegue de ilustración, sino
en 1966, matanzas de estudiantes en ma- una determinada forma de acción. Tenemos
una posición ante la sociedad y, conse-
nifestaciones, publicación de Cien años de cuentemente ante el arte, la cual se refleja
soledad de Gabriel García Márquez en 1967 en el contenido de lo escrito. Ante el cine
Cubiertas de los números 4 y 6 de la revista Guiones, circa, 1960-1963. en Buenos Aires, de El sueño de las escalina- con fines oscurantistas y a contrapelo del
tas de Jorge Zalamea 1964, nacimiento del progreso, oponemos la actividad elucidante
en ella y la enriquece, el que nos la entrega, firman la declaración de Benidorm, Alberto que lo desenmascare. […]. Buscamos la
Nadaismo, publicación de La nueva prensa verdad en el cine y, lógicamente, estamos
más real, más compleja, más verdadera”22. Lleras Camargo y Laureano Gómez, en la que dirigida por Alberto Zalamea son algunos de contra quienes, haciéndolo o comentándolo,
se hace una “declaración de principios sobre los aspectos más generales que pudieran ca- conspiran contra esa verdad25.
Este realismo se vincula con la verdad y
la situación política, la dictadura y el retorno al racterizar la década24.
se opone a la fantasmagoría propia de la pro-
gobierno civil. Se afirma la necesidad de una Según Rancière, el problema de lo verdadero
ducción industrial cinematográfica. ¿Pero de
coalición partidista para derrocar al general Es simplemente ridículo siquiera pretender en el arte contemporáneo y particularmente
cuál verdad nos habla el cine que reclama
Rojas Pinilla”23 que será el germen de más de dar cuenta de la complejidad histórica de una en el cine resulta de la fantasmagorización de
Guiones?
veinte años de un remedo de democracia lla- década en un párrafo. No se trata más que de la mercancía como estrategia de comprensión
Tal vez para completar el enunciado, sea mado el Frente Nacional que no puede carac- indicar brevemente aquello que Guiones reclama de las contradicciones de la sociedad. Así:
necesario recordar que hacía apenas pocos terizarse precisamente por grandes avances como realidad y hacia lo cual espe­ra movilizarse “lo ordinario se vuelve bello como huella de lo
años había terminado el gobierno del gene- en el campo social o educativo, por mencionar y movilizar a través del cine. Como puede in- verdadero”26. La reunión valorativa de lo bello
ral Rojas Pinilla, caracterizado por reprimir en solo algunos aspectos. Concebido como una tuirse se trata de una década convulsionada y lo verdadero como estrategia política tiene
ciertos aspectos y desarrollar una actividad manera de dar fin a la violencia bipartidista, desde el punto de vista social y económico, de sentido cuando el mundo, ese monstruo-ángel
modernizadora liberal moderada. En 1956 antes de que llegara a las ciudades, puso en surgimiento de tendencias de oposición claras indescifrable aparece expresado en el cine, a
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27 . Ibíd., p. 47. través de su techné que implica la ficción. que lo explica y lo dota de sentido. Este rea- En Colombia todavía existen la violencia, de las películas por el alto contenido erótico 29 . Ibíd., núm. 3.
28 . Editorial, “Cartas del
Esta paradoja, buscar la verdad del mundo lismo que aparece una y otra vez en las comu- el fanatismo, el paludismo y la Junta de que se desprende de los desnudos femeninos. 30 . Ibíd., núm. 5.
lector”. En: Guiones. Censura Cinematográfica29. 31 . Enrique Posada.
invisible e invisibilizado, en la ficción, es lo que nicaciones (falsas o verdaderas) establecidas En Cine(mes), en el número 2 aparece una en- “¿Cuándo caerá la máscara
el mismo filósofo entiende como el resultado con los lectores, en realidad, de lo que habla Un señor francés recordaba hace poco en trevista de Carlos Álvarez a julio abril, miembro de la censura del cine?”.
un conversación que cada pueblo tiene En: Guiones, julio 15,
de la era del arte estético. es de un tipo distinto de narración que sea ca- la censura que se merece. De donde se de la junta de censura, conversación a través 1962, p. 33.
paz de ordenar comprensiblemente el real que deduce que Colombia no se merece la censura
De este modo, se encuentra revocada resulta incomprensible e inabarcable para sus que tiene. ¿O sí se la merece? Entonces
la línea de reparto aristotélica entre es preciso trabajar por cambiar las
las dos “historias” –la de los historia- habitantes.
circunstancias, hasta obtener que no se la
dores y la de los poetas–, la cual no “¿Qué condiciones requiere una persona merezca. ¿Que un film puede traer males
separaba solamente la realidad de la para escribir sobre cine?” Pregunta un a una nación? A una nación débil, puede
ficción, sino también la sucesión empírica lector. N de la R. Para escribir –sobre ser. Y una nación está debilitada cuando
y la necesidad construida […]. La cine o sobre lo que sea– se requieren cinco en ella la cultura no cuenta. Una nación
revolución estética trastorna las cosas: condiciones para vencer las cinco dificul- educada no es jamás débil. Lo que nos
el testimonio y la ficción dependen de tades que advirtió Bertold Brecht a todo el hace daño es la incultura no el cine”30.
un mismo régimen de sentido. Por un que escribe sobre la verdad: 1) El coraje
lado, lo “empírico” lleva las marcas de de escribir la verdad, 2) La sagacidad de La aparición repetida y continua de notas
lo verdadero en la forma de huellas e reconocer la verdad, 3) El arte de hacer la
impresiones. “Lo que pasó” depende, en sobre la censura en la revista hace pensar en
verdad manejable como un arma, 4) El que realmente se trataba de un asunto urgente
consecuencia, directamente de un régimen juicio de escoger aquello en cuyas manos
de verdad, de un régimen remanifesta- la verdad se hace eficaz, 5) La astucia de en la época. Tan es así, que en las páginas inte-
ción de su propia necesidad. Por otra propagar la verdad entre muchos28. riores de la número IV se encuentra un artículo
parte, “lo que podría pasar” no tiene
ya la forma autónoma y lineal del en que se pregunta ¿Cuándo caerá la máscara
La verdad como metarrelato es lo que le de la censura del cine?, en el que Enrique Po-
agenciamiento de acciones. La historia
poética articula de ahí en adelante permite a este realismo constituirse en polí- sada se lamenta por la prohibición de La dolce
el realismo que nos muestra huellas tico. Al buscar lo verdadero, la ficción realista vita (1960) de Fellini y asegura que “el pecado
poéticas inscritas en la misma realidad y es buena. Pero eso verdadero se encarna en no está en el cine sino en el mundo. Corríjanse
el artificialismo que monta máquinas de lo que la máquina cinematográfica permite
comprensión complejas27. los vicios del hombre en la vida real, el homo-
ver. Lo que la mirada de la máquina no ve, no sexualismo, el incesto, la miseria y usted puede
Así, en Guiones la operación de introducir es pertinente. Sí lo es todo aquello que impide estar seguro de que los directores de cine no
el cine, máquina de sueños, como herramienta que esa mirada, neutra, objetiva y verdadera, los inventaran ante la cámara”31. Nuevamente
para descubrir lo verdadero, a través del rea- se exprese sin límites: es decir, la censura. aparece la confianza en la neutralidad del dis-
lismo se explica más allá de la idea de que se positivo cinematográfico y su relación objetiva
cree en lo que se ve y en consecuencia lo que Cuatro. La censura y directa con el mundo. En el número VII se en-
se ve es real y verdadero, y se inscribe dentro ¿Todavía existe la junta de Censura Cine- cuentra un artículo llamado “Elogio del censor”,
de un espacio de comprensión más amplio matográfica en Colombia? N. de la R.: seguido de una serie de fotogramas recortados Cubierta del no. 7 de la revista Guiones, circa, 1963.
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32 . Carlos Álvarez. de la cual se aclaran las atribuciones de la Esta insistencia en la censura, además de ¿Qué pasa si uno ve La dulce vida? De 33 . Editorial, “Cartas del
“Quién puede vetar una
junta y se descubre la pacatería moral con que indicar el ambiente social en medio del cual la R: Pasa que uno descubre el fresco más lector”. En: Guiones, Vol. 4.
película es el comité de 34 . Editorial, “Con
grandioso y aterrador sobre la élite social
revisión”. En: Cine(mes), son juzgadas las películas y la intensión explí- se producían las revistas, da cuenta de otro hastiada y corrompida. Además nos abre aliento...!”. En: Guiones, julio
agosto 1965, sin número. 15, 1961, p. 8.
cita del entrevistador por comprometer el juicio aspecto de la configuración de la política del los ojos.
moral con el juicio político. “Usted habla de cine que desarrollan las revistas que también
orden moral, solamente; ¿o puede haber un or- gravita sobre la relación entre arte y realidad. Viendo bien las cosas sin apasionamientos,
yo creo que si La dulce vida es un film
den social, un orden político qué defender?”32. Desde un punto de vista negativo, la censura terrible lo deben prohibir, porque la cautela
Ante lo que el entrevistado simplemente no indica la misma necesidad, y posibilidad que nunca sobra. Padre de familia. N de la R:
puede responder. Mientras Álvarez pesca en tiene el cine de permitir comprender el mundo. Sí, usted tiene razón; deben prohibir este
aguas conocidas, las de la relación insepara- Al quitarle partes al cine, bien sea en esce- film porque es muy terrible: dice la verdad.
La verdad, esa mala costumbre, ¿no?
ble entre cine y política, cine y orden social, el nas, bien sea en películas, el mundo al que ¡Cómo cae de gorda!33.
miembro de la comisión de censura, considera se tiene acceso también aparece censurado.
que el mundo aún está escindido y que el or- Tal vez un poco más que imagen del mundo,
den moral se preserva en una cierta sexualidad el cine pareciera ser el mundo mismo. Así, el Sobran comentarios
que sobra enunciar como heterosexual, donde reclamo por la libertad de exhibición de cine El número 3 de la revista tiene como ca-
la mujer es pasiva y fiel. se convierte directamente en el reclamo por la rátula un fotograma de Sin aliento (1960) de
libertad en sí misma. Godard sobre la cual hay un comentario muy
Ahora bien, ¿cuál es el cine-mundo que poco elogioso en las páginas interiores. Este
Aviso publicitario de La dolce vita aparecido en la
revela el monstruo-ángel del mundo sobre revista Guiones, no. 6. circa, 1960-1963. comentario va a servir posteriormente en el nú­
el que se ocupan los jóvenes de Guiones y mero 4 al (los) escritores de las cartas al lector
Cine(mes)? para demostrar su amplitud de pensa­miento,
Cartagena y se fue sin ver una sola película pues “¿De qué sirve la libertad de expresión si
de la que le pareció una despreciable progra- nadie la utiliza?” Y en seguida sobre la película
Cinco. El cine-mundo- mación, aparece un dossier sobre Italia 1960. “El mundo es más de una vez ‘salido de la
nacional En este se anuncia la importancia que tiene el vida, del mundo’; y el mundo es contradicto-
cine italiano de la década para los espectado- rio, ¿o no lo es?; y el mundo y sus actores ‘se
En el número 3 de Guiones después de res y la cinematografía colombiana. Las pelí- pierden’ con más frecuencia, con regularidad.
un texto delirante al lado de una bella foto culas son: La dolce vita de Fellini, La aven- ¿Qué otra cosa podía esperarse de un artista
de la rolliza Marylin, de un texto sobre Hum- tura de Antonioni Rocco y sus hermanos de que sabe ver estos desarreglos, si este artista
phrey Bogart, otro sobre Orson Welles y una Visconti, entre otras. Y sobre La dolce vita tiene el valor de enseñarlos?”34.
entrevista que le hace Héctor Valencia a Peter cuya proyección produjo una cierta excitación
Extracto de imagen del artículo “Elogio del censor”
Baker, el director de la revista inglesa Films en la ciudad, aparece el siguiente comentario Queda así expresada la profunda admira-
publicado en la revista Guiones no. 7, circa, 1963. and Filming quien estuvo en el festival de en la misma sección de carta a los lectores. ción que sienten los escritores de Guiones por
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35 . Editorial, “Cartas del la Nueva Ola, por su herencia del cine italiano Cartagena. Además de la ya cita entrevista a realizarse en mayo 25, Junio 6 y Julio 25, encarna la producción y en su mi­rada positiva 37 . En mayúsculas en el
lector”. En: Guiones, núm. 5.
de la posguerra (al que continuamente apare- realizada por Héctor Valencia al director de la Agosto 8 de 1963, respectivamente. Conde- sobre las coproducciones que no encarnen un
original.
36 . Editorial, “Raíces de nada por la censura y habilitada por el comité 38 . Jaime Lopera, “Tres
piedra”, En: Guiones, julio cerán referencias durante todas las ediciones) revista inglesa Films and filming se cuestiona de revisión como apta para todos. No podrá intervencionismo ideológico38. realizadores colom-
15, 1961, pp. 15, 48. bianos (entrevista)”. En:
y por el sentido con el que lo reciben. Esta en el artículo la desconexión entre el festival ser vista por el público colombiano…
Cine(mes), 1965.
recepción es la que al lado de la urgencia y la ciudad, la facilidad con que se entregan ya que los exhibidores no tienen cupo Más allá de analizar a profundidad esta
39 . Ver http://www.
por descubrir el mundo colombiano a los ojos premios y la solicitud de contar con un direc- para el Cine Nacional, dado sus grandes interesante entrevista, es importante destacar patrimoniofilmico.org.
compromisos con los productores extranjeros37. de ella el esfuerzo por completar la figura del co/index2.htm, sección
de los espectadores, despertar a las masas, tor nacional y abandonar la idea de realizarlo Vanguardia y cine social
asume el realismo como estrategia argumen- gracias a una nómina de ayudantes gratuitos. cine como proyecto político que encarnan es-
El infortunio con que ha sido visto el cine 1960 – 1977.
tal de enorme poder y alcance. Sobre el tema de Cartagena se vuelve en el tas dos revistas. Mientras la gran mayoría de
nacional tiene un respiro en el primer número
número 10. páginas de la revista están dedicadas al cine
Sin embargo, esta relación con el mundo de Cine(mes). Allí en la carátula aparece una
italiano, francés, y en general europeo, como
llamado Colombia, tiene un eslabón perdido: foto de una campesina desconocida, con el
En el 4, a contra página de un nuevo co- reclaman sus lectores, el cine nacional es un
el cine colombiano. subtítulo: “El nuevo cine latinoamericano re-
mentario sobre el festival de Cartagena, apa- vacío tremendo, vacío que al no existir en el
flejo de un yugo que se apresta a romper las
rece una nota sobre el rodaje de Raíces de mundo material en su aspecto productivo, el
Al respecto, los lectores (si escribían en cadenas”. En lugar de un editorial aparece
piedra (José María Arzuaga, 1961) en el que número de películas colombianas de la dé-
realidad o no, ni es importante para la confi- el artícu­ lo de Tomás Carrasquilla dedicado
aseguran: “Guiones siempre ha sostenido la cada no supera la docena39 debe ser suplido
guración de la revista como discurso) se pre- al cine, destaca la frase: “Toda vida, la vida
posibilidad de crear una industria de cine en por otros aspectos del campo comprendido
guntaban por qué el énfasis sobre Europa. “No- toda, es un reflejo, una película” y enseguida
nuestro país y confía en que el entusiasmo dentro de la noción del cine que comprendían
sotros estamos con el cine. Si el cine se hace un apartado dedicado a Tres realizadores co-
de este grupo sea la primera muestra de esta los escritores de las revistas en cuestión. Así
hoy en Europa, miramos para allá. Si se hiciera lombianos: Pepé Sanchéz, Jorge Pinto, Alberto
afirmación. […] Quizá Raíces de piedra sea es como la exhibición se empieza a configurar
en África miraríamos para ese lado con el ma- Mejía, quienes después serían llamados los
el lanzamiento de la primera piedra”36. Poste- como uno de los espacios de construcción del
yor de nuestros entusiasmos. De nosotros no maestros por su papel de iniciadores junto a
riormente en la contra carátula de la número cine nacional más importantes y visibles a tra-
depende el lugar donde se hace hoy el cine”35. Francisco Norden. En las entrevistas la primera
10 aparece una reseña de la película muy vés de la cada vez más importante actividad
Sin embargo, sí existen reclamos e inten- pregunta que se hace es: “¿Existe un cine na-
breve en los siguientes términos: de los cineclubes.
tos por configurar una mirada sobre lo que cional?” Sobre la que se produce un enfrenta-
Raíces de piedra. Cinematografía miento con Jorge Pinto quien reclama el punto En Guiones ya los cineclubes ocupan una
pueden ser los orígenes de una cierta reno- Julpeña. Primera película colombiana de
vación o nacionalización de la producción ci- de vista de Cine(mes) sobre cine nacional parte importante de la atención de los redac-
largometraje en Dyaliscope, sobre un tema
nematográfica nacional, acontecimiento que social, que representó con éxito a Colombia como concepto. Se discute enseguida sobre tores. En Cine(mes), en el número 2, aparece
tuvo lugar durante la década que nos ocupa. en el IV Festival Cinematográfico Interna- el género de mayor aceptación y Alberto Mejía un artículo donde se analiza el problema de
cional de Cartagena y en consecuencia ha sido explica: “Yo creo que lo que más se está ven- la circulación para las películas colombianas.
Su conciencia del cine como campo y no invitada por los festivales de Berón, Cannes, diendo en el mundo actualmente, en el cine, es
San Sebastián, San Francisco, Moscú y En las dos publicaciones la literatura ocupa
simplemente reducido en su comprensión Sestri Levante. La falta de apoyo ha hecho violencia y sexo. Yo creo que inventar otra cosa
a las películas que lo componen se puede que se inscriba y participe únicamente en los sería difícil ¿no?”. Y en cuanto a los costos, los un lugar predominante. Desde el número 3 de
ver en los comentarios sobre el Festival de festivales de Sestri Levante (Italia) y Moscú, tres realizadores coinciden en la di­ficultad que Guiones cuando al lado de una foto de Marylin
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publicaciones sobre cine en colombia guiones y cine(mes)

común. Difícilmente podría encontrarse una intelectual vinculada al cine en nuestro país.
pretensión más moderna en términos filosó- Este artículo, no intentó más que comprender
ficos e históricos y modernizante en términos las estrategias intelectuales y discursivas que
programáticos. El nacionalismo sobre el que subyacen a la construcción de dicho proyecto,
las revistas completan la preposición a tra- reconociendo claramente que estas publica-
vés de los fragmentos del campo del cine, ciones, comprenden un universo de una com-
y de la literatura, es un nacionalismo que se plejidad enorme que permitiría análisis desde
opone a las tinieblas que ofrece la realidad muchos otros puntos de vista como el diseño
construida por lar formas hegemónicas de gráfico, o profundizar en aspectos discursivos
acción simbólica. Esta oposición, y es una de relacionados con algunos de los énfasis que
la paradojas que hace de estas dos revistas dan pie a este análisis, como son las ideas de
un punto determinante en la comprensión del realismo, nación, vínculo entre política y arte,
pensamiento sobre el cine producido en Co- el rol de la mujer, entre muchos otros que por
lombia, fue una de las que engendró y desa- extensión y enfoque se ha eludido en este
rrolló el movimiento cinematográfico llamado escrito que ha pretendido comprender, desde
Cubiertas de la revistas números 2, 3 (1965) y 7 (circa, 1966) de Cine(mes). del Nuevo Cine Latinoamericano de manera cierto punto de vista la manera en que estas
paralela en algunos casos y posteriormente dos revistas han incluido el cine en esta bata-
40 . Editorial, “Cartas del aparece un texto nada periodístico, sino más lo hicimos para variar. Para darle matices en otros casos. A través de esta comprensión lla por lo real que se desprende de él mismo
lector”. En: Guiones, p. 3.
bien expresivo, por decirlo de alguna manera, a los textos, para evitar la monotonía.
Alguien nos ha dicho que les damos del cine realista, político, revelador, las revis- cine como dispositivo.
hasta los primeros números de Cine(mes) en demasiada importancia a las implicaciones tas Guiones y Cine(mes) construyeron durante Una nación está debilitada cuando en ella
los cuales se dedica explícitamente un espa- políticas. ¿Qué otra cosa puede esperarse?40 la década de los años sesenta un proyecto la cultura no cuenta. El cine como arte es
cio a la literatura, a través de publicación de político y cultural que comprendía el poder de un factor de la cultura. Al escamotearlo la
censura –que tiene una extraña predilección
cuentos y fragmentos de novelas. Seis. Final simbolización del cine y de constitución de es- por vetar los films de calidad– está agravando
pacios democráticos de encuentro y construc- esa constante de la población colombiana: su
La convicción de que la palabra escrita
Aunque no haya películas colombianas, sí ción de ciudadanía. Que ese proyecto haya incultura. Proyectar films de incuestionable
puede terminar de componer esa figura del valor artístico a un pueblo inculto, es luchar
hay pensamiento cinematográfico colombiano tenido diferentes resultados a la enunciación
cine nacional, está incluso en el subtexto que con un arma de notable eficacia porque esa
y ese pensamiento se expresa en términos de que tiene lugar en la existencia misma de las
da razón y origen a las revistas mismas. su condición de pueblo inculto sea menos
una política. Y esta política reclama, en primer revistas, es una pregunta de un alcance dis- grave. El cine no es la solución total. Pero
N de la R: Verbalmente, otras personas lugar, la constitución de un proyecto nacional tinto al que se ha planteado este artículo. El sí es uno de los varios factores importantes
nos han hecho críticas similares. Le que se desarrolle a través de la claridad con que necesariamente cuentan. Por lo tanto, lo
vamos a contar: Nos han dicho: Hay en hecho de que circularan (malamente por lo que
la que el cine, de acuerdo a la concepción de parece), no hace más que reiterar la existencia que nos hace daño a nosotros es la incul-
Guiones mucha literatura. Alegan que el tura –incultura de la que es completamente
texto sobre Marylin es demasiado literario cine que ya se expuso, sea capaz de com- de ese proyecto en la sociedad colombiana y responsable el Estado–, y no el cine. (…)
y que otros tienen el mismo dejo. Nosotros prender esa realidad y convertirla en discurso obliga a reconocerlo como parte de la historia Los Films que le podría acarrear males sin
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publicaciones sobre cine en colombia

Referencias
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Anuncio promocional de la revista Guiones.


cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época

Crónicas de la espera:
el cine colombiano en la revista 1 . Revista publicada

Cuadro 1970-1979 entre 1974 y 1977. El


epicentro de acción de la
misma fue el Cine Club de
Cali y las actividades de
Por Luisa Fernanda Ordóñez Ortegón producción cinematográ-
fica alrededor del Grupo de
Cali. De Ojo al cine se publi-
caron cinco números, el fin
El estudio de la historia del cine colombiano en la década del setenta es uno de los temas predi- de la revista está asociado
con la muerte del escritor y
lectos de críticos e historiadores. Alrededor de ella se ha construido un canon historiográfico que crítico Andrés Caicedo.
da cuenta de la producción artística de una generación sin precedentes, sin embargo, han sido 2 . El primer número de
más los estudios realizados alrededor de la producción cinematográfica y el régimen legal bajo la revista Cinemateca se
publicó en julio de 1977.
el cual estaba reglada, que de los espacios de discusión que la rodeaban e intentaban definirla.
3 . El primer número
de Cuadernos de Cine se
Las publicaciones seriadas de la época dieron cuenta, sin duda, de un momento importante publicó en 1975. Luego de
en la historia del cine colombiano. Revistas como Ojo al cine1, Cinemateca2, Cuadernos de Cine3 4 números la revista dejó
de funcionar en 1977.
y Cuadro4, propiciaron desde distintos ángulos la discusión –aún vigente– sobre el esperado
4 . Revista publicada
surgimiento del cine colombiano. En el caso de Cuadro, el debate intentó articularse con el pen- entre 1970 y 1979 y diri-
samiento político de izquierda que para entonces, en el caso particular del cine latinoamericano, gida por Alberto Aguirre.
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publicaciones sobre cine en colombia crónicas de la espera: el cine colombiano en la revista cuadro 1970-1979

5 . Octavio Getino y se tomaba de la mano con los postulados del existencia del cine nacional fueron profusos mirada ampliada a la producción cinemato- desaparecida). Estas revistas consti- 10 . Ibíd., p. 22.
Fernando Solanas. Hacia
Tercer Cine formulados por Octavio Getino y tanto en las publicaciones especializadas gráfica de la década del sesenta y lo que iba tuyen la respuesta a la crítica oficial del
un tercer cine. Publicado
momento, que se hacía a través de los
por primera vez en 1968 y Fernando Solanas en 19685. como en las separatas de cine en los periódi- corrido de los setentas. Allí, señalaron que la periódicos y se caracterizaba como confusa.
reproducido en la Revista
Cuadro 1 y 2 en 1970. cos de mayor circulación. Pero es en los años emergencia del papel de los cineclubes y las Es la primera vez que se intenta hacer
6 . Diego Rojas.
El lugar privilegiado de la década del se- inmediatamente posteriores a la declaratoria publicaciones seriadas especializadas comen- una crítica seria, donde se nota una
Indagación diagnóstica tenta en la historia del cine colombiano está de la Ley de sobreprecio, que la discusión zaba a jugar un papel esencial en la confor- creciente preocupación por el cine nacional,
sobre la investigación del cercado por una serie de hitos de carácter que para esos años estaba dando ya
cine colombiano: Informe llega a sus puntos más álgidos; primero con mación de un campo: algunos pasos. De estas páginas surgen los
de consultoría. http:// ineludible: la fundación de la Cinemateca Dis- el entusiasmo y luego con la decepción frente La actividad cinematográfica de los sesenta críticos Ugo Barti que en 1968 dirigiría
www.mincultura.gov. trital en 1971, el auge del cineclubismo cen- a los incentivos perversos que se generaron no se circunscribe solo a la realiza- el periódico Cine sí, Héctor Valencia,
co/?idcategoria=22851,
consultado el 6 de trado en los casos del Cine Club de Medellín desde las políticas estatales de fomento a la ción de películas. En 1961 aparece la director de Guiones, Abraham
noviembre de 2011, p. 18. y el Cine Club de Cali, la promulgación de la revista Guiones, que después de diez Zalzman, que escribió un libro sobre Joris
7 . Pedro Adrián
producción. números desaparece, y es reemplazada Ivens (**) y Carlos Álvarez, que más
Ley de Sobreprecio en 1972 y la aparición de
Zuluaga. “Cine colom-
Para aproximarse a una respuesta, uno por Cine(mes), en 1965 (hoy también tarde sería importante realizador10.
biano: las historias de la “nuevas revistas especializadas como Cuadro,
historia”. Ponencia presen- Ojo al cine, Cuadernos de cine y Cinemateca, de los propósitos de los autores colombia-
tada para el Segundo
Encuentro de Investiga- cuya atención por el cine colombiano es no- nos dentro de las publicaciones seriadas fue
dores en cine del Observa- toria y un factor fundamental de su razón”6. el de intentar construir los primeros esbozos
torio Latinoamericano de
Historia y Teoría del Cine, Todos estos elementos fueron los principales de una posible historia del cine colombiano
octubre de 2010, p. 10. contribuyentes a que sobre esta época se vista como un proceso de larga duración. Si
8 . Hernando Martínez
cimentaran las bases de un canon que, se- bien la publicación en 1978 de la Historia del
Pardo. Historia del cine
colombiano. Bogotá, gún Pedro Adrián Zuluaga es “simétrico a la cine colombiano8, de Hernando Martínez fue
Librería y Editorial América intención de promover, facilitar o reiterar una un punto culmen en la materialización de este
Latina, 1978.
mirada esencialista sobre el país”7. objetivo, desde los primeros años de la dé-
9 . Ramiro Arbe-
láez y Carlos Mayolo. cada hubo varios intentos de aproximarse a
“Secuencia crítica del cine Esta mirada esencialista resonaba en los este propósito.
colombiano”. En Ojo al
cine no. 1. Cali, Ediciones
textos que circularon dentro de las publicacio-
Aquelarre, 1974. nes seriadas de entonces. ¿Cuáles fueron los En 1974 Carlos Mayolo y Ramiro Arbeláez
eventos que permitieron pensar que el cine publicaron la “Secuencia crítica del cine co-
colombiano estaba naciendo, o que era el lombiano”9 en la revista Ojo al cine, un texto
momento en que necesitaba hacerlo?, ¿qué que intentó describir de manera desagregada
significaba tener un cine nacional?, ¿bajo la complejidad de la tarea de la escritura
qué cimientos se construyó esa idea? de una historia del cine en el país, frente a
una producción nacional que históricamente
Los debates sobre la creación, recrea- se percibía fragmentada y poco constante.
ción, fundación, nacimiento, consolidación o Mayolo y Arbeláez intentaron proponer una Páginas interiores de la revista Cuadro, no. 5, 1978 y no. 3, 1977.
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publicaciones sobre cine en colombia crónicas de la espera: el cine colombiano en la revista cuadro 1970-1979

11 . Ibíd. Para los autores, el oficio crítico que ger- del 76, así como hubo más material de Aguirre y se publicó gracias al apoyo fi­ cartelera y entrevistas tomadas de Cahiers du 15 . Revista Cuadro
12 . Editorial. Cuadernos
minaba en las páginas de algunas iniciativas desecho, hubo también películas más nanciero del Cine Club de Medellín; sus dos Cinéma, se publicó –probablemente por pri-
no. 1. Medellín, Editorial
Antorcha, primer bimestre
de cine. no. 1, Bogotá, destacadas. Este año el nivel fue más
marzo-abril de 1976. independientes fue una respuesta vehe- parejo, más uniforme. Se ascendió un primeros números aparecieron este año, pero mera vez en una revista colombiana– el texto de 1970. Portada. En el
primer número se publica
13 . Alfonso Monsalve. mente contra la crítica de cine avalada por peldaño hacia la consolidación de un cine no fue sino hasta ocho años después, cobijada Hacia un tercer cine, de Fernando Solanas y una parte del texto, la
“Paneo al Festival de Cine colombiano13.
Colcultura 1977”. En:
el Estado. Así, las revistas se constituyeron por el ambiente de desilusión en torno a la po- Octavio Getino. Este texto es introducido en continuación se encuentra
en el segundo número.
Cinemateca no. 1 Vol. 1, en un espacio de disensos posibles y de in- lítica del sobreprecio, que la revista se reeditó, la portada de la siguiente manera: “temas &
julio de 1977. Mayúsculas Varios artículos publicados en el Maga-
tentos, en muchos casos fallidos, por intentar con seis números más. El último número fue nombres: el primer cine es arma de coloniza-
en el original. zín Dominical de El Espectador entre 1977 y
14 . Para indagar más a definir el cine nacional: publicado en diciembre de 1979. ción cultural, el tercer cine es arma en la lucha
197914 giraron en torno a este mismo eje de
fondo pueden consultarse
Ni el entusiasmo del público de los El marcado tinte político de Cuadro desde de liberación”15.
los artículos: Lisandro discusión. El cine nacional, como eje pivotal
Duque. “Cine nacional cineclubes, ni el surgimiento de la crítica del debate produjo una serie de textos en los la publicación del primer número llevó a los La publicación de Hacia un tercer cine
o pasatiempo”, 23 de durante la década del 60, lograron dar las
octubre de 1977. p. 6; bases para el desarrollo de una actividad que sus autores trataron de proponer y con- articulistas a comprometerse con la causa del en los dos primeros números de la revista,
Hernando Martínez. “El
cinematográfica coherente, sustentada traponer distintas miradas sobre la posibilidad cine nacional desde distintos frentes. En los puede leerse como un motivo para introducir
cine nacional: entre las
leyes y el público, 6 de en la realización regular de películas. de su existencia. ocho números de la revista los artículos es- dentro de un problema de mayor enverga-
noviembre de 1977. p. Por el contrario, parece que la produc- critos se ajustaron a tres categorías temáticas dura el debate acerca de las condiciones de
4”; Umberto Valverde. ción aislada e inconsistente, es decir, la En las anteriores referencias el debate transversales: la pregunta por las posibilida- posibilidad de un cine nacional en Colombia:
“El cine colombiano”, 13 inexistencia de un grupo de cineastas que se dio, pero no necesariamente de manera
de noviembre de 1977. p. trabajaran consecuentemente por un cine des de un cine alternativo en Colombia, que el del horizonte táctico de acción del cine
11; Jairo Osorio. “El cine
nacional, produjo la no continuación de
uniforme o propositiva. La profusión de tex- correspondía a las lógicas de los postulados latinoamericano durante la Guerra Fría. Las
nacional: una cantilena que
aburre”, 18 de diciembre estos esfuerzos11. tos críticos en estas publicaciones se centró del tercer cine y el Nuevo Cine Latinoameri- circunstancias ideológicas del momento de-
de 1977, p. 8; Juan Diego más en las reflexiones sobre la producción cano; la definición del cine colombiano con mandaron una toma de posición más acá o
Caicedo, “Del documental Avanzando en la década del setenta, en cinematográfica, y poco sobre los marcos
al cine argumental”, 1 de relación a su historia y su legislación; y la mi- más allá del centro, que tuvo una fuerte re-
enero de 1978, p. 10; Juan el primer número de la revista Cuadernos de legales y teóricos que también sustentaron e rada al cine de Occidente desde una crítica sonancia en el campo de las artes en todas
Diego Caicedo, “Por un Cne se escribía: “el cine colombiano, a pesar intentaron cimentar las bases de un campo
movimiento cinemato- hacia el cine de autor. Además, los números 7 las latitudes. El cine como herramienta de
gráfico”, 12 de octubre de de su despegue económico anda en busca de de producción artística en camino de confor- y 8 de la revista fueron números monográficos combate fue uno de los conceptos que atra-
1978, p. 12; Juan DiegoCai- una definición. O de muchas, que serían más marse. La controversia fue algo esporádico e
cedo, “La propuesta de los dedicados a dos temas claves para la historia vesó las discusiones abiertas por la revista a
representativas de la variedad que ya se ad- inconstante, pues las vocaciones editoriales
cineastas”, 31 de diciembre del cine en la década del setenta: el cine cu- lo largo de su historia, esto se relaciona a su
de 1978, p. 12. vierte12”; en la revista Cinemateca, la conso- de cada publicación variaban. bano y el lugar de la mujer en el cine. vez con la vehemencia de las posiciones de
lidación del cine colombiano se presentía a la
los articulistas que escribieron en ella, que en
vuelta de la esquina; por ejemplo, dentro de Revista Cuadro: apertura El tercer cine y el cine la mayor parte de los casos estaban ubicadas
las conclusiones del Festival de cine Colcul- de nuevos espacios
tura de 1977, Alfonso Monsalve anotaba: latinoamericano en las del lado izquierdo del debate.
La revista Cuadro, una apuesta editorial páginas de Cuadro La puesta en circulación de este ma-
El balance final de este festival muestra
que el nivel promedio se elevó con relación cuyo epicentro fue Medellín, comenzó a cir- En el primer número de la revista, además nifiesto es además la evidencia de la toma
al del año pasado. Sin embargo, en el cular en 1970 bajo la dirección de Alberto de incluirse una serie de críticas a películas en de una posición política por parte de los
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publicaciones sobre cine en colombia crónicas de la espera: el cine colombiano en la revista cuadro 1970-1979

16 . Fernando Solanas y intentan aproximarse a las dinámicas propias


Getino, Octavio. Hacia un
miembros de la revista, vinculada a los pos- Aunque alrededor de la publicación del
tercer cine, publicado en tulados de un cine combativo, inserto dentro manifiesto del grupo Cine Liberación de Ar- del campo de producción cinematográfica en
Cuadro no. 1 y Cuadro no. 2. de la lógica de la lucha de clases y el dis- gentina no hubo reflexiones simultáneas en la década del setenta. No es osado afirmar
p. 4 de la no. 1.
17 . Ibíd., p. 20.
curso de la descolonización, como lo propu- las páginas de Cuadro en sus primeros dos que durante varias décadas la producción
18 . Carlos Álvarez. “El sieron Solanas y Getino. Un tercer cine, que números, Carlos Álvarez realizó una apropia- artística, en general, asociada a las ideas po-
Che dibujado por la CIA”, fuese alternativo al cine de industria y al cine ción del texto para ser pensado en términos líticas de izquierda en Colombia fue relegada
En Cuadro no. 1, Medellín,
1970. p. 9. de autor, un instrumento subversivo para locales, un tercer cine colombiano también a un segundo plano por ser considerada pan-
19 . Ibíd., p. 1. El subra- comunicar y desafiar la realidad imperante era una opción posible. fletaria. Aún no ha sido posible establecer
yado es mío. en el contexto latinoamericano: “Tercer cine una distancia entre el compromiso político
es para nosotros aquel que reconoce en esa Reconocido cineasta y crítico, Álvarez fue
de los autores y artistas y la calidad de hecho de
lucha la más gigantesca manifestación cul- desde el inicio de la revista uno de los articu-
listas “de planta”, su trabajo oscilaba entre lo su producción.
tural, científica, artística de nuestro tiempo,
la gran posibilidad de construir desde cada polémico y lo censurable. En el primer número Ocho años después de la publicación de
pueblo una personalidad liberada; la desco- de la revista se publicó un artículo de su au- Hacia un tercer cine y luego de una larga pausa
lonización de la cultura”16. toría, “El Che dibujado por la CIA”18 sobre la en la publicación de la revista, Carlos Álvarez
película Che (1969) dirigida por Richard Fleis- revalúa el manifiesto de Solanas y Getino para
Los autores hacen énfasis en la nece- cher, sobre este, en las notas editoriales se realizar su propia apuesta: en Cuadro número
sidad de un cine comprometido, revolucio- escribió: “El artículo de Carlos Álvarez sobre la 4 se publica “El tercer cine colombiano”, este
nario (contra el cine de consumo), un cine película Che había sido escrito originalmente
que asume riesgos, un cine de destrucción texto también opera a modo de proclama en
para el Magazine Dominical de El Espectador contra de las precarias bases sobre las que se
y construcción. Formalmente, debía ser un
de Bogotá, donde Álvarez ha colaborado ha- estaba cimentando el cine colombiano y se-
cine testimonial cuyo canal más viable era el
bitualmente; pero esta vez fue rechazado con ñala cómo había sido persistente la tendencia
género documental:
el pretexto de que estaba escribiendo sobre de refundar el cine nacional:
El cine conocido como documental con política y no sobre cine”19.
toda la variedad que este concepto hoy Al cine colombiano lo que sí le ha faltado,
encierra, desde lo didáctico a la recons- Esta es una frase con la que algunos crí- entre otras cosas, es una seria reflexión
trucción de un hecho o una historia, ticos contemporáneos juzgaron la producción sobre su condición. Haberse puesto a
constituyen quizá el principal basamento pensar qué clase de cine era factible y
de una cinematografía revolucionaria. tanto escrita como audiovisual de Álvarez. necesario en un país como Colombia,
Cada imagen que documenta, testi- Pero más allá de las pruebas que la susten- subdesarrollado, dependiente y capitalista
monia, refuta, profundiza la verdad ten, puede ser también una de las afirmacio- atrasado. […] Esta negativa a buscar
de una situación, es algo más que una nes a partir de las cuales se puede pensar la identidad, a constatar hechos o a fijar
imagen fílmica o un hecho puramente algún tipo de pautas teóricas culturales
artístico, se convierte en algo indigerible en el siglo XXI, que Cuadro es una fuente ci- no hizo sino estar acorde a los bamboleos
para el sistema17. tada con poca frecuencia por los autores que erráticos del cine colombiano en los últimos Cubierta de la revista Cuadro, no. 4, 1978.
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publicaciones sobre cine en colombia crónicas de la espera: el cine colombiano en la revista cuadro 1970-1979

20 . Carlos Álvarez. “El años, en que la producción se incrementa 1. El cine para América Latina tiene que de Alberto Mejía, sobre la que argumenta: se introduce en la lista con sus producciones 24 . Ibíd., p. 49.
tercer cine colombiano”. y continúa y recurrentemente se habla del ser un cine político. “Una cosa es trabajar con pocos medios y Asalto (1968), Colombia 70 (1970) y ¿Qué 25 . Ibíd., p. 50.
En: Cuadro, no. 4, 1978. 4.
último film como el verdadero inicio del
Medellín, Editorial Lealon,
cine colombiano20. 2. Tiene que ser “el cine de los 4 minutos” otra cosa trabajar sin aplicar lo mejor posi- es la democracia? (1971). El valor de estas
Primer trimestre de 1978. su tiempo clave. ble esos pocos medios para obtener el mejor películas radicaba en que estos fueron traba-
El subrayado es mío.
21 . Ibíd., p. 47.
El argumento de Álvarez demanda una 3. Será hecho con las mínimas condiciones. film posible”24. jos de difusión popular en la medida en que la
22 . Ibíd., p. 48. apertura en los límites conceptuales a partir No importa tanto la hechura como lo que fuente de creación era el pueblo mismo, sin
de los cuales se define el cine colombiano. se diga. Este cine político, efímero y austero no
23 . Ibíd. embargo para Álvarez un arma de doble filo se
Aunque el descontento con las producciones 4. Tiene que ser un cine documental. tendría otra forma alternativa a la del cine
locales y el intento fallido de formar una in- documental. El autor consideraba el cine de
5. Hoy peleamos con el cine en la mano.
dustria de cine nacional es el punto de partida, Mañana las condiciones cambian y pelea- ficción un sueño imposible de cumplir con las
el prejuicio que prevalece a la hora de intentar remos con otra cosa. No somos inmuta- condiciones de subdesarrollo de los países
definirlo también se dirige a la precariedad, bles. Es decir, este cine, como todas las latinoamericanos, la salida era entonces el
actividades en América Latina tendrá que documental, la terapéutica de los sueños frus-
inconstancia y falta de diálogo entre quienes ser terriblemente dialéctico22.
se dedican a reflexionar sobre ello. trados de los cineastas nacionales:
“El tercer cine colombiano” es un reco- Con respecto al primer postulado, es El documental es una terapéutica contra
nocimiento a los conceptos propuestos por reiterativa su posición dirigida a realizar el los deseos ocultos de todo realizador
ci­ne político que la desbordante realidad re- subdesarrollado de volverse, alguna vez, un
Solanas y Getino en su manifiesto de 1968, gran director de cine, como esos de por allá.
en tanto el cine hecho en Colombia es visto quiere, con el caos y la crisis como costumbre Proponer hacer cine documental.
como producto del neocolonialismo y el obje- “¿Cómo no hacer un cine que refleje todo este
[…] es también proponer otra forma de
tivo de crear una industria es desbordado por mundo y que no sea radicalmente político?”23; terapia para nuestros sueños de cineastas25.
la realidad del subdesarrollo: “Simplemente el cine de los 4 minutos, aunque pro­ducía
nos dimos cuenta de nuestra colonización films incompletos permitía tocar la mayor va- Álvarez termina su artículo criticando la
cultural, cuando deseábamos una industria riedad de temas que demanda­ba la realidad producción cinematográfica contemporánea
de cine como existía allá, mientras acá no contemporánea; lo efímero de la produc- en Colombia, seguido de una lista del cine no
había ni película virgen para filmar”21. Tam- ción se sacrificaba en pos de la provocación oficial de calidad, que se ajusta a los paráme-
bién es una revaluación a un texto escrito que los cortometrajes podrían causar en el tros de un posible cine marginal y alternativo
por el mismo Álvarez en 1968, en el que una público. Este cine debía seguirse haciendo al cine de industria promovido por esos años.
serie de postulados para el cine latinoameri- con las mínimas condiciones, para Álvarez Allí incluyó películas y autores que décadas
cano hacen contacto con el texto de los ar- era injustificable que el aparente aumento después han sido considerados por la crítica
gentinos. En 1978, el objetivo del autor fue de posibilidades de producción llevara a la y la historia del cine colombiano canónicos,
revisar de manera desagregada sus postula- realización de películas de cuestionable ca- como Planas (1970) de Jorge Silva y Marta
dos para reiterar la vigencia de los mismos. lidad. Esto último termina de ilustrarlo con Rodríguez, y Oiga vea (1972), de Carlos Ma- Facsímil del cabezote del texto “El tercer cine colombia-
Álvarez proponía: el ejemplo de la película Carvalho (1969) yolo y Luis Ospina. Estratégicamente, Álvarez no” publicado en la revista Cuadro, no. 4, 1978.
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26 . Ibíd., p. 56. escondía tras la producción desde el margen: […] Este panorama significaba el que en cada uno de los números de la revista además de ser necesaria una industria cine- 29 . Orlando Mora.
27 . Arbeláez, Mayolo.
la condición inevitablemente burguesa de los nacimiento de un cine nuevo, marginal y permiten entrever una mirada más amplia matográfica para el país; el Cine Nacional, con
“Informe sobre el cine
colombiano y su legisla-
Ibíd., p. 23. dentro de su gestación, Carlos Álvarez se
28 . Ibíd., p. 26. directores. iría a convertir en uno de sus más fuertes sobre la toma de posición política desde la mayúscula, no iba a terminar de consolidarse ción”. En: Cuadro no. 4, 1er
trimestre de 1978; Orlando
pioneros. Este cine tendría que tomar, cada crítica al cine colombiano y a su historia. La si el proceso no estaba acompañado de una Mora. “La exhibición
“El tercer cine colombiano” era entonces vez, mayor importancia y fuerza28. propuesta de Carlos Álvarez desborda el con- discusión teórica y crítica consciente del estado cinematográfica en el país
un cine sincero cuyo mensaje, infortunada- y su reglamentación”. En:
tenido de las páginas de Cuadro, y aunque es del cine en el país para entonces, sus márge- Cuadro no. 7 febrero/abril
mente no lograba propagarse en las jóvenes El concepto de cine marginal emerge
inevitable eludirla por su carácter contundente nes de acción y sus posibilidades a futuro: de 1979.
generaciones. Para construirlo, era necesario como respuesta a las tendencias imperantes 30 . Orlando Mora.
y su discurso totalizador, su voz no es la única
acogerse a las pautas enumeradas, pero sin de la producción cinematográfica de enton- Para 1978 Colombia estará en por lo “Cinco hipótesis sobre
que resuena. el cine colombiano”. En:
hacer a un lado aspectos de relevancia, como ces, que estaban infortunadamente ligadas menos seis largometrajes y calculo que en Cuadro no. 6, 3er trimestre
la creación de formas alternativas de produc- a los requerimientos del sobreprecio y de la unos 35 cortos. Esta realidad meramente
Acerca de cinco hipótesis cuantitativa va a obligar a un contacto
de 1978, p. 28-33.
31 . Ibíd., p. 28.
ción, exhibición y distribución; y sobre todo demanda de industria. El lugar de Álvarez sobre cine colombiano casi diario del público con el cine nacional,
darle a este cine su rol de herramienta de com- como crítico y realizador que prometía una y tendrá que forzar un incremento de la
bate, para que fuera, además de una media- salida posible a los problemas del mal na- Orlando Mora, reconocido crítico de cine, reflexión acerca de la nueva industria,
ción del contexto político imperante, una forma cido cine colombiano, seguía las lógicas de fue también autor de varios artículos en la re- al fin despojada de su forma larvaria de
de liberación. Estos postulados son reclamados la discusión en torno a la pregunta de cómo vista, algunos alrededor del tema de la historia tantos años […]. No puede quedar duda:
el debate está abierto. Lo importante ahora
con urgencia, pues “la reflexión sobre la con- hacer cine en Colombia desde el margen, de la legislación sobre el cine en Colombia29. es que poco a poco se vaya avanzando en el
dición del cine colombiano se hace necesaria por fuera de los parámetros oficiales; pero En estos textos el autor revisó la normativa re- análisis, ganando en profundidad, afinando
comenzarla o recomenzarla ya”26. también era un concepto íntimamente ligado lacionada con el área en el país desde 1942, la perspectiva, de manera que este proceso
al de cine militante. con miras a cuestionar las condiciones de po- de consolidación del cine nacional no se
Con todo lo anterior, es deducible enten- sibilidad del cine colombiano en la atmósfera quede huérfano de un marco teórico que lo
der por qué Carlos Álvarez fue visto por sus Sin embargo, no es solo desde la figura aclare y proyecte31.
del sobreprecio.
contemporáneos como la figura capaz de de Carlos Álvarez que comienzan a plantearse
proponer alternativas a los dilemas que en- este tipo de respuestas. El contexto de polari- Pero es quizá cuando escribe “Cinco hi- En este mismo texto Mora hace un recono-
frentaba el cine nacional. Mayolo y Arbeláez lo zaciones ideológicas propio de la Guerra Fría pótesis sobre el cine colombiano”30 que Mora cimiento de las fuentes que, simultáneamente
describieron en su “Secuencia crítica” como: influía, lógicamente, en las apuestas que los realiza su mayor apuesta dentro de las pági- a las publicaciones seriadas contemporáneas,
críticos y realizadores formulaban: el caso de nas de la revista. Este texto también recoge intentaron proponer abordajes de más largo
El primer crítico que propone un posible
camino a seguir al cine colombiano, un la Revista Cuadro tiene, al respecto, una pers- algunos de los postulados formulados por aliento sobre el cine colombiano, como Repor-
camino comprometido con la realidad del pectiva particular. En sus páginas están inclui- Carlos Álvarez en “El tercer cine colombiano”, taje crítico al cine colombiano (1978), de Um-
subdesarrollo que lleve a convertir al cine dos varios artículos de Álvarez que abordan, sin hacer a un lado una serie de apuestas berto Valverde; Historia del cine colombiano
en una cultura como acción. Su posición desde distintas facetas, la posibilidad de que propias de carácter inédito. Allí, Mora hace (1978), de Hernando Martínez Pardo; y “El ter-
ha surgido, principalmente, del festival de
Viña del Mar (Chile), del 67, y más tarde el cine marginal en Colombia tenga cabida, hincapié en un aspecto que quizá ninguno de cer cine colombiano”, de Carlos Álvarez. Sobre
es complementada con las experiencias del pero el desarrollo de este concepto tiene eco los autores de las publicaciones seriadas en este último reclama la vigencia del debate pro-
festival de Pésaro, en junio del 68”27. en los distintos artículos y apuestas editoriales Colombia había sido consciente de lanzar: que puesto, pero con algunas tonalidades críticas:
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o dice a cada instante es inminente, y pienso en que consideraba que: “El inicio de la ver- páginas de Cuadro, pero para Mora la opción 34 . Ibíd., p. 29
35 . Ibíd., p. 29.
que debe asumirse con todo rigor el compro- dadera historia del cine nacional debe ubi- del cine marginal, que en el caso de Álvarez
36 . Ibíd., p. 30.
miso moral con las palabras y los hechos”33. carse a principio de los años sesenta; de ahí se toma de la mano del cine militante, es una
El autor lanza una contundente mención para atrás tenemos sin más una prehistoria a discusión que ya no tenía vigencia pues este
de responsabilidad para los implicados en el donde nada habrá que ir a buscar”35. era un cine fuera de concurso:
debate en torno al cine nacional en ese mo- Frente a esta historia “recién nacida” no ya no solo no se hace cine militante sino
mento. En este orden de ideas, arroja sus 5 habría otra forma de respuesta. El cine de que prácticamente no se habla de él. La
hipótesis sobre el estado del cine nacional y industria ligado a las lógicas del capitalismo, controversia en torno al cine colombiano se
sus prospectos de consolidarse o morir en el y el cine marginal, que se esfuerza por contra- mueve alrededor del proceso que conduce a
la creación de una industria; hoy hablar de
intento. decirlas. Esta tensión conceptual atraviesa las la situación del cine nacional es hablar del
La primera, el cine de industria y el cine estado de esa industria. Ni cine militante y
apenas leves asomos de un cine experimental,
marginal son dos caminos distintos, entra base indiscutible para afirmar la presencia
en inmediato contacto con los postulados de de una conciencia cinematográfica36.
Página interior de la revista Cuadro, no. 7, 1979.
Álvarez. Esta fórmula bipolar de los caminos
posibles para el cine en la Guerra Fría, una Con respecto a lo anterior, se arroja la si-
época en la que discursos modernistas totali­ guiente hipótesis: Las normas dictadas a par-
32 . Ibíd. Carlos Álvarez, en un artículo publicado tir de 1972 tienden exclusivamente a crear un
en Cuadro 4, denunciaba la falta de
zadores aún imperaban, nos presenta una
33 . Ibíd.
hipótesis ligada a un problema historiográfico: cine industrial. En este apartado, Mora critica
una reflexión seria sobre la condición del
cine colombiano. Creo en los 3 o 4 años “La reducida historia del cine colombiano na- la mirada de empresa privada que ha impe-
transcurridos desde la elaboración del ció marcada por la dicotomía cine de industria rado en la elaboración de la legislación colom-
texto de Álvarez, algo se ha adelantado. y cine marginal”34 biana enfocada al cine.
Pero al menos esa afirmación lacónica y
drástica del autor útil todavía para llamar Esta afirmación no es gratuita, y de hecho La tercera hipótesis tiene un valor agre-
la atención acerca de la responsabilidad y está en sincronía con lo propuesto por Ma- gado en relación con la discusión propuesta
seriedad que debe distinguir hacia el futuro en este artículo: Una industria colombiana de
cualquier pensamiento sobre nuestro cine32. yolo y Arbeláez en su “Secuencia crítica”, y
posteriormente por Hernando Martínez Pardo la producción no equivale a un cine nacional.
El punto central de la discusión está ro- en su Historia del cine colombiano. Para to- Nuevamente, la discusión sobre la pertinencia
deado por la pregunta acerca del destino del dos estos autores el cine nacional tenía una de refundar o definir esto último pone las car-
cine nacional y, entre líneas, se entrevé como historia que no comenzaba más atrás de la tas sobre la mesa, el cine nacional para este
la polarización del pensamiento de Álvarez década del 60; para Mora la historia del cine autor:
no puede ser tomada a la ligera; ni desde la colombiano estaba marcada por una dicoto- […] se entiende a partir de un propósito, de
posición del emisor del mensaje ni desde sus mía de contexto, poner el germen fundacional su espíritu de crear, de desarrollar y rescatar
receptores: “[…] El riesgo de lo que se hace de la misma en esta dualidad está soportado Página interior de la revista Cuadro, no. 3, 1977. valores nacionales, y desafortunadamente
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publicaciones sobre cine en colombia crónicas de la espera: el cine colombiano en la revista cuadro 1970-1979

37 . Ibíd., p. 31. –casi que por principio-, este espíritu contrario a los intereses de crear un cine autor era un cine autoritario y excluyente que Los números monográficos son una señal 41 . Luis Ospina y
38 . Ibíd., p. 36 es contrario al propio de una industria acorde con la realidad social contemporánea. de ninguna forma podría ser un modelo im- reveladora de los cruces del cine con la coyun-
Patricia Restrepo. “Exigen-
cias de un cine militante:
39 . Alberto Aguirre. “El privada de la producción37.
cine fatuo de occidente: Una serie de artículos suyos publicados en las puesto o importado por los realizadores loca- tura histórica del momento. Por un lado, el cine habla Jorge Sanjinés”. En:
Cuadro Nº 4, 1er trimestre
Godard el fetiche”. En: La industria abocada a la producción será páginas de Cuadro obedecen a este orden39. les en aras de alcanzar el ansiado objetivo de cubano como modelo ejemplar pa­ra el pensa- de 1978.
Cuadro no. 4, 1er trimestre
de 1978; “El cine de exclusiva de la etapa general de la industria Aguirre encontraba en la figura sublimada del consolidar un cine nacional consciente de la miento de izquierda es un punto de referencia
Occidente como señal de cinematográfica en el país. Pero hay una po- autor, la realización de un cine realidad en que se produce. obligado en las discusiones, sobre todo si los
poder imperialista”. En:
Cuadro no. 5, 20 trimestre sibilidad que se aparece entre líneas: Orlando […] presuntuoso, como signo de una
debates seguían girando en torno a la lucha
de 1978; “Los “Encuentros Mora considera que la alternativa, sobre el ci prepotencia cultural. Está henchido de una Cine latinoamericano y por un cine combatiente y subversivo en las
cercanos” y sus efectos
mistificantes”. En: Cuadro ne marginal, experimental o militante, es la del prepotencia cultural. Está henchido de números monográficos
no. 6, 3er trimestre de cine personal, es decir, la del cine de autor. autosuficiencia, se pavonea. Esta cultura
1978. se encierra sobre sí misma, aprende a Además de los ejes transversales en las
Frente al panorama desolador en el que el ensalzar sus productos, que impone luego al
40 . Alberto Aguirre. “El
cine fatuo de occidente: auge del cortometraje no ha generado necesa- mundo como modelos. Tal actitud revierte discusiones propuestas por los autores de
Godard el fetiche”. En: riamente un auge de directores, Mora reclama sobre las obras mismas, que se tornan Cuadro, la revista cuenta con una serie de va-
Cuadro no. 4, 1er trimestre ampulosas y, por ello, inanes40.
de 1978, p. 18. un cine personal y profesional como un asunto lores agregados que no han de ser desestima-
de dignidad, y como una manera de reescribir dos. El cine latinoamericano fue también una
El caso de Jean Luc Godard fue una de
la breve historia del cine colombiano: constante del debate, y no solo desde el punto
sus citas más frecuentes. Su crítica estaba
de vista de los postulados del Tercer cine en
El cine industrial colombiano, en mayor fundamentada en el lamentable trayecto en el
sus dos versiones. Desde las primeras edicio-
o menor grado de acuerdo con la evolución que los productos de la contracultura termina-
de sus productores, tendrá que dejar los nes de la revista se publicaron entrevistas a
ban por convertirse inevitablemente en parte
resquicios para un cine personal. En esos afamados directores contemporáneos, de las
momentos habrá que contar con la gente de la sociedad de consumo, y el cine de autor
que se destacan la entrevista realizada por
que pueda hacer uso de las oportunidades, no era la excepción. Por ende, este era para
Luis Ospina y Patricia Restrepo a Jorge San-
ese será el puente para llegar a lo que Aguirre un cine poco eficaz, que sacrificaba
muchos críticos apresurados ya reclaman jinés41 y el número monográfico dedicado al
el mensaje en aras de un esteticismo falso,
al cine colombiano: un cine de autor. Este cine cubano. También se publicaron los guio-
sería el principio de la nueva historia38. inerte. El formalismo era considerado un error,
nes de Agarrando pueblo (1977) y Asunción
la realidad era desbordada por la experimen-
(1975), de Luis Ospina y Carlos Mayolo. El
talidad, así, el cine de autor no era otra cosa
La mirada al cine de que un cine estéril.
último número de la revista es un monográ-
occidente desde una crítica fico dedicado al lugar de la mujer en el cine,
al cine de autor Así, las premisas de Aguirre entraban en allí se publicaron textos de Edgar Morin, Liv
cier­to contacto con las premisas del Tercer ci Ullman, Aura López, y dos manifiestos: Por un
Contrario a la propuesta del autor como ne, sobre todo porque este autor también con- cine no sexista (Manifiesto de Utrecht, 1977),
salvador en el caso de Mora, Alberto Aguirre, sideraba que el único cine eficaz polí­ticamente y Por una feminidad radical, de María Klonaris Página interior de la revista Cuadro no. 3 (1977) con un
reconoce en esta figura un posible fetiche hablando era el cine documental. El cine de y Katerina Thomadaki. extracto del guión de Asunción.
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publicaciones sobre cine en colombia crónicas de la espera: el cine colombiano en la revista cuadro 1970-1979

42 . Carlos, Álvarez.
Conclusiones Con la distancia del análisis. 40 años des-
Sobre cine colombiano y
pués, pueden editarse los giros ideológicos y latinoamericano, p. 34.
“Hablar de cine colombiano, como de aun así percibirse las dificultades de construir
cine francés o argentino, no es más que una política pública del cine en Colombia. El
una búsqueda inútil y desesperada por lugar de la crítica en este objetivo no deja
alcanzar definiciones que de hecho el de ser transversal, sin embargo, es preciso
mismo cine no da”42. demandar al debate contemporáneo una ex-
Carlos Álvarez tensión a la pregunta sobre cuáles son las
fuentes con que se está escribiendo la historia
La vigencia de la discusión acerca de las
y la crítica del cine nacional y si la falta de
condiciones de posibilidad del cine en Co- revisión o el desconocimiento de toda una tra-
lombia más allá de una mirada meramente dición alrededor de este debate está llevando
industrial, es un asunto por el que aún tiene nuevamente, en el contexto actual, heredero
relevancia preguntarse. Aunque los discursos de la Ley de cine, a sobrevaluar la pregunta
totalizadores de la modernidad estén cada vez por el nacimiento del cine colombiano sin te-
más devaluados, y un tanto más los discur- ner en cuenta los pasos que indiscutiblemente
sos de la izquierda ortodoxa que demandaban se dieron hace décadas. Además de la profu-
el arte al servicio del pueblo, la realidad del sión de textos sobre la producción cinemato-
subdesarrollo aún desborda las ilusiones de gráfica de entonces, es preciso hacer mella
creación de una industria cinematográfica en el engranaje teórico y conceptual que la
próspera en Colombia. ha acompañado, hasta ahora un agujero ne-
gro a partir del cual intenta obstinadamente
En los setenta, fue muy común en las pu­
refundar un cine nacional que posiblemente
Cubierta y muestra de una página interior de la revista Cuadro, no. 8, 1979. blicaciones seriadas hacer evidente la nece­ solo se reconozca por el común denominador
si­dad de abrir un debate en torno a la po­lítica del olvido.
circunstancias del subdesarrollo y en el dilema interdisciplinar de las artes en torno a este pública de cinematografía. La Ley de So-
por un cine marginal en contra de un cine aspecto. El último número de Cuadro, que cir- breprecio con sus resultados cuestionables, Detalle cubierta del no. 7 de la revista Cuadro.

de industria. culó en el último trimestre de 1979, ya estaba demandaba ese tipo de inquietudes. Aunque
consciente de una situación que permeaba desde las páginas de Cuadro las circunstan-
Por otro lado, la publicación de un número todas las esferas de la producción artística: cias ideológicas desviaron el discurso hacia la
dedicado enteramente al problema de gé- un año antes, un grupo de mujeres colombia- izquierda, la constancia de intentar responder
nero al calor del furor del movimiento femi- nas habían iniciado el proyecto de la Funda- en cada número por esta cuestión, la con-
nista, fue una puerta abierta hacia un diálogo ción Cine Mujer. vierte en una fuente de obligada consulta.
cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época

Tres modelos de crítica


de cine en Colombia:
Carlos Álvarez, Andrés Caicedo,
Luis Alberto Álvarez
Por Mauricio Durán Castro

Carlos Álvarez: la crítica como militancia política


Nos dimos cuenta de nuestra colonización cultural,
cuando deseábamos una industria de cine como existía allá,
mientras acá no había ni película virgen para filmar.
Carlos Álvarez

Carlos Álvarez inició su labor como crítico con el seudónimo de Jay Winston en la página de
cine del periódico bumangués Vanguardia Liberal entre 1960 y 1961, que retomó entre 1964
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publicaciones sobre cine en colombia tres modelos de crítica de cine en colombia: carlos álvarez, andrés caicedo, luis alberto álvarez

y 1965. Desde 1965 escribió para la revista y censura a los largometrajes de José María cine colombiano”, publicado en la revista Cua- 1 . Álvarez, Carlos.
Sobre cine colombiano y
especializada Cine(mes), publicación de corta Arzuaga Raíces de piedra (1963) y Pasado dro número 4 de 1978. latinoamericano. 1989,
vida, donde empezó a tratar sobre documen- el meridiano (1966). Entre 1966 y 1969, Universidad Nacional de

tales colombianos como Después de Palo- ejerció la crítica en el periódico de Bogotá Con ocasión de la recopilación de varios de Colombia, Bogotá, p. 8.

sus textos en el libro Sobre cine colombiano y 2 . Ibíd., p. 9.


negro y Camilo Torres (Diego León Giraldo, El Espectador. Durante este tiempo se interesó
1966), el mediometraje Ella y la reciente lle- por el cine documental y el Nuevo Cine Lati- latinoamericano, publicado en 1989 por el
gada de los “maestros” Julio Luzardo o Alberto noamericano; viajó a Argentina donde conoció Centro Editorial de la Universidad Nacional de
Mejía, con Tres cuentos colombianos (1963) las obras de Fernando Birri, Fernando Solanas Colombia, Álvarez escribió el prólogo “El oficio
y El río de las tumbas (Julio Luzardo, 1965), y Octavio Getino; y al Festival de Mérida en de crítico de cine”, donde expone su posición
que pone en contraste con la abrupta aparición 1968 donde mostró su primer documental acerca de la que debe ser la función del crítico
Asalto (1968). En este mismo año estuvo pre- y manifiesta su preocupación por la forma en
sente en la histórica IV Muestra del Nuevo Cine que “las nuevas generaciones que acceden al
en Pésaro dedicada al cine latinoamericano, mundo del cine, continúan desconociendo las
donde se estrenaron Memorias del subde- bases principales y los principios que permi-
sarrollo (1968) de Tomás Gutiérrez Aléa y La tieron el afianzamiento de lo que hoy conoce-
hora de los hornos (1968) de Solanas y Ge- mos como el Nuevo Cine Latino Americano”1.
tino. Sobre cine colombiano escribió críticas En este mismo texto mostró las tendencias de
elogiosas sobre los largometrajes argumenta- la crítica frente al cine nacional y las reaccio-
les de Arzuaga y el documental Camilo Torres nes de quienes realizan las películas:
(1967) de Diego León Giraldo; y alertó sobre la Cualquier crítica aparece como un
trampa del cine comercial que veía en Aquileo parásito y cuando no contiene alabanzas,
venganza (1969) de Ciro Durán. Teorizó sobre es despreciada por los autores de los
films. Es “como el despreciado pariente Cartel de Tres cuentos colombianos. Julio Luzardo y
la necesidad de iniciar una tradición cinema- pobre: lo leen unos cuantos intelectuales Alberto Mejía, 1963.
tográfica en el documental y el cortometraje, semi-ociosos”, pero debería ser mayor
alentando a la Universidad Pública –concre- su cantidad y mejor su calidad, en
“periódicos, revistas generales o especia- La hora de los hornos, que el mismo consi-
tamente la Nacional– a apoyar un proyecto
lizadas”, pues su tarea debe compren- guió, distribuyo y exhibió en Colombia.
de cine de interés social y cultural, no oficia- derse en conjunto con la producción
lista, antes que un cine industrial, comercial de una cultura nacional auténtica 2. La crítica en Colombia valora aisladamente
e incluso artístico. En 1975, tras realizar sus los productos de gran aceptación internacio-
documentales más importantes: Colombia 70 Es necesario encontrar medios más di- nal, como un Bergman o un Fellini, y apenas
(1970), ¿Qué es la democracia? (1971) y rectos, como la acción discursiva y crítica en le merece un mínimo de interés la producción
Los hijos del subdesarrollo (1975), dio a co- cineclubes y discusiones con estudiantes u nacional, es una crítica auto limitada y super-
Afiche Río de las tumbas. Julio Luzardo, 1965. nocer su texto a modo de manifiesto “El tercer obreros, donde se proyecten películas como ficial que indica cuanto “desconoce el cine
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publicaciones sobre cine en colombia tres modelos de crítica de cine en colombia: carlos álvarez, andrés caicedo, luis alberto álvarez

3 . Ibíd., p. 10. como un fenómeno cultural globalizante”3. aparece el ejemplo de la figura de los jóvenes un cine no industrial ni comercial, sino com- de “ver” el cine del nuevo espectador. Así el 5 . Ibíd., pp. 57 y 58.
4 . Ibíd., pp. 44-46.
Esta es la visión de alguien que se interesó por críticos de la revista Cahiers, como Truffaut prometido social y culturalmente con la reali- espectador, en paralelo a esta transformación
la aún incipiente producción nacional de los cuando se enfrentó a la tradición de la calidad dad del país. La relación de la intelectualidad en su visión, podrá comprender de manera
sesenta. Para Carlos Álvarez la crítica debe del cine de su país en su famoso manifiesto: con el producto cinematográfico le parece radicalmente dialéctica, su propia realidad
estar atenta al buen o mal cine colombiano “Una cierta tendencia del cine francés”, para ambigua, pues tras despreciar el cine por su para transformarla. La labor de este crítico
sin ninguna clase de paternalismos, que antes después realizar en la práctica cinematográ- masividad y mal gusto, pasa a lamentarse solo podrá hacerla desde el momento en que
de juzgar con referencias a la obra de We- fica las exigencias que hacía en el texto. De la por la incomprensión que el público tiene de el mismo tome consciencia de su situación
lles, Herzog o Altman, debe tener en cuenta misma manera Álvarez supone que la crítica películas con propiedades artísticas, sin pre- de intelectual burgués, quizá promotor de
las condiciones de producción locales. Así, y colombiana también debe realizar sus pro- guntarse “de fondo sobre el carácter social del un cine artístico y que celebra a los grandes
dadas las circunstancias del momento y lugar, puestas y teorías propias, que por su parte cine y del público”. Esta actitud se encuentra autores del cine de festivales europeos, para
las expuso en su manifiesto “Un tercer cine reflejada en una crítica idealista que pide al comprender la condición socio económica
colombiano”, influenciado este por el de Hacia gran público que comprenda “después de ver de su realidad e interesarse en trabajar en
un tercer cine de Getino y Solanas. un doble con Antonio Aguilar, el último Anto- su transformación desde la crítica, cineclu-
nioni”, y exige a los realizadores nacionales bes y foros de discusión entre estudiantes y
Para Carlos Álvarez, la crítica de cine en
que no hagan tantas imitaciones de Agui- obreros. En su proceso, desde las primeras
Colombia adquiere una mayoría de edad con
lar, sino más bien de Antonioni, sin tener en críticas a principios de los sesenta hasta su
la aparición de la revista Guiones en 1962,
cuenta el contexto económico dónde y cómo construcción teórica más clara a mediados de
con el impulso de Ugo Barty, Héctor Valencia
se produce el cine local, ni tampoco el con-
y Abraham Zalzman, que alimentó el naci-
texto social y cultural del público. Fotografía de Carlos Álvarez publicada
miento de la posterior Cine(mes) en 1965, en Ojo al cine, no. 3, 1976.
donde él mismo publicó. Pero esta se acabó
Álvarez analiza además cómo este tipo de
y sus mejores críticos se acomodaron a cual-
crítica es producto también del pensamiento
quier otro medio de comunicación. Solo cine-
dominante, el “producto ideológico” de la bur-
clubes como el de “algunos muchachos de
guesía media del subdesarrollo, sin conscien-
Cali” a principio de los setenta, podía ser el
cia de clase e idealista5. El compromiso de la
lugar de donde surgiera el cine que Álvarez
crítica desde su perspectiva revolucionaria,
esperaba: sinceros y valientes documentales
debe ser claramente el de transformar la rea-
y cortometrajes4.
lidad, y esto debe hacerse dentro de la nueva
En “Cultura, universidad y cine” publicado maquinaria que compone el cine, que además
en la Revista de la Universidad Industrial de debe ser transformado en sus diferentes lu-
Santander en 1970, se pregunta por la res- gares de producción, distribución, exhibición y
Cubierta del libro Sobre cine colombiano y latinoameri-
ponsabilidad de las instituciones educativas crítica. Es decir, la crítica debe ser un elemento
cano, 1989. en la formación del público y la producción de actuante en la transformación de la manera
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publicaciones sobre cine en colombia tres modelos de crítica de cine en colombia: carlos álvarez, andrés caicedo, luis alberto álvarez

6 . Ibíd., p. 9. los setenta, Carlos Álvarez asume esta trans- de producción, sino estos los que dominan a cine desde la base, que documente, reflexione 8 . Ibíd., p.7
7 . Ibíd., p. 59. 9 . Ibíd., p.8
formación que exige al crítico. aquellos”. Esto impide que se dé una transfor- y represente su propia realidad.
10 . Ibíd.
mación social hasta tanto no se invierta esta
En cuanto a los métodos, en “El oficio relación, cuando los productores se apropien Álvarez enfatiza en la necesidad de un
de crítico de cine” hace ver la no especifici- de los medios de producción7. Este sustrato cine documental que no responda a requeri-
dad de la crítica, su ambigüedad o hibridez: teórico se une así a la práctica, en el caso del mientos comerciales ni industriales, es decir,
“No es el film, con sus logros o desaciertos, cine latinoamericano con las teorías y prácti- que pueda ser corto, medio o largo y estar fil-
ni es literatura, con su especificidad u origi- cas de Birri, Getino y Solanas, Jorge Sanjinés, mado en formatos más económicos, como el
nalidad”6. No se aprende en ningún lugar, solo García Espinoza o Glauber Rocha, a lo largo de 16 mm. En “El oficio de crítico de cine”
se alimenta, por no decir que copia los pará- de un continente conmocionado políticamente examina la circunstancia política, social y eco-
metros, de las revistas españolas, francesas por el proceso de la revolución cubana, que nómica de Latinoamérica, “conformada por
o inglesas. Debe haber un lugar, en espacios invitaba a usar los medios de producción en países-islotes, carentes de comunicación en-
como los cineclubes o las escuelas de comu- función de una transformación social radical. tre sí y más notoria cuando se trata de ex-
nicación y de cine, que se proponga como se- Álvarez se apropia de estos ejemplos para presiones culturales no tradicionales” como
millero de nuevos críticos que consideren la llevarlos al campo de la crítica, la teoría y la el cine documental8. En estas circunstancias el
gran importancia de su labor y la hagan con práctica cinematográfica. cine debe ser “un proceso cultural que par-
la mayor responsabilidad, seriedad y cono- tiendo de las condiciones sociales y económi-
cimiento. En su metodología, este hijo de su Frente a la falsa dicotomía entre un cine cas, pasa por los avatares de su concepción y
época y su condición histórica y social, toma industrial y otro de atributos artísticos, pro- realización, y culmina cuando llega al especta-
de la teoría y análisis dialécticos y materialis- pone a la universidad colombiana tomar el dor”9. El momento de la recepción debe ser de
tas de la realidad social expuestas por Marx, ejemplo para sus programas de estudio y sus capital importancia en los niveles de diversión,
Engels, Luckács y otros, para sustentar una producciones, de cierto cine latinoamericano: reflexión, discusión y crítica colectiva, con el
práctica política que combine diferentes for- el de Fernando Birri en la Universidad del Lito- que una comunidad aprende un punto de vista
mas de lucha, tales como el discurso crítico ral en Santa Fe, donde realizó con estudiantes sobre la realidad, lo discute y lo comprende. Fotograma de Tire dié. Fernando Birri, 1958.
con el público, el activismo en universidades su famosa “encuesta social” Tire dié (1958); Tal proceso mejorará cuando lo asuma ana-
y sindicatos, la realización cinematográfica y el del grupo Cine Liberación; el del Tercer Cine lítica y críticamente un público cada vez más con cualquier cine que se realice en Colom-
la crítica y teoría del cine, como partes de un de Octavio Getino y Fernando Solanas; o el de maduro: “El cine de cada país, y de la región bia. La crítica en su relación con la producción,
solo proyecto: el de transformar dialéctica- la escuela de Cine Experimental de la Universi- en general, debe apuntar como una opera- aunque siempre se realice posteriormente a la
mente la realidad social colombiana. En su dad de Chile en los años sesenta. Todas estas ción consciente, hacia la formación, afianza- producción cinematográfica, no debe ser in-
texto “Cultura, universidad y cine”, cita el Anti- son experiencias que escapan a la tentación miento y desarrollo de una identidad cultural útil ni superficial. Solo así podrá darse en el
Dührim de Engels: “En toda sociedad de de- comercial (primer cine) y a la del autor artista propia, descolonizada y liberadora”10. Así, Ál- Nuevo Cine Latinoamericano una distancia en-
sarrollo espontaneo de la producción, no son (segundo cine), para comprometerse con una varez prefiere tomar una posición extrema y tre el cine soñado y el realizado, distancia que
los productores los que dominan los medios tercera opción que consista en construir un radical que, aún con excesos, no se conforme debe vislumbrar la teoría y la crítica.
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publicaciones sobre cine en colombia tres modelos de crítica de cine en colombia: carlos álvarez, andrés caicedo, luis alberto álvarez

11 . Ibíd., p. 39. Carlos Álvarez examinó la historia del cine cine industrial y comercial de Hollywood, o de lo que propone, conociendo desde 1968 la ex- formato y relación documental con la realidad, 13 . Ibíd., p. 95.
12 . Ibíd., p. 92. 14 . Ibíd., p. 96.
colombiano en “Colombia: una historia que la pretensión intelectual de la Nueva Ola fran- periencia argentina de Birri, Solanas, Getino, puede cumplir la promesa de ser terrible-
está comenzando”, ponencia presentada en la cesa, o del más próximo, el cine mexicano11. etc., los siguientes postulados: mente dialéctico al momento de mostrar, criti-
IV Muestra de Cine Nuevo de Pésaro en 1968. En esta Historia el balance del cine colom- 1) El cine para Latinoamérica tiene car y dar a pensar la realidad que se dispone
En ella propuso que el cine colombiano na- biano es desolador hasta los años sesenta, que ser un cine político. 2) Tiene que ser a transformar mediante un espectador crítico
cería cuando sus realizadores tuvieran una cuando aparecen las prometedoras personali- “el cine de los 4 minutos”. Su tiempo clave. y activo. Para él este cine comenzó a hacerse
“perspectiva histórica, social y política”, y se dades de José María Arzuaga con Pasado el 3) Será hecho con las mínimas condiciones. en 1967 con Camilo Torres de Diego León
No importa tanto la hechura como lo que
hubieran despojado de cualquier influencia meridiano y Diego León Giraldo con el docu- se diga. 4) Tiene que ser cine documental. Giraldo, que empezó a filmarse cuando murió
del cine extranjero: de la tentación de imitar al mental Camilo Torres. 5) Hoy peleamos con el cine en la mano. Camilo en 1966, y después con los trabajos
Mañana las condiciones cambian, y pelea- Chircales (1971) y Planas (1970) de Marta
Su texto más conocido como propuesta remos con otra cosa. No somos inmuta- Rodríguez y Jorge Silva, El hombre de la sal
y manifiesto es “El tercer cine colombiano”, bles. Es decir, este cine, como todas las (1969) y Los santísimos hermanos (1970)
actividades en Latinoamérica tendrá que
donde recoge muchas de sus experien- ser terriblemente dialéctico13. de Gabriela Samper, Oiga vea (1971) de Luis
cias como crítico, teórico, realizador y mili- Ospina y Carlos Mayolo, otros de los colectivos
tante de izquierdas, para exponer claramente Se trata de un cine que como acto polí- Crítica 33 y La Rosca, Un día yo pregunté
su idea de lo que debe ser el cine en este tico busca transformar la realidad, sin des- (1970) de su esposa Julia Álvarez, y los suyos:
momento en el país. Se publicó en la revista conocer el trabajo de producción inserto en Asalto, Colombia 70, ¿Qué es la democra-
Cuadro número 4 de 1975 y fue traducido al todo un circuito que incluye la distribución cia? y Los hijos del subdesarrollo. Lamenta
alemán para hacer parte del libro de Peter y exhibición de películas y, necesariamente, finalmente que en 1975 no haya más sangre
Schumann, Kino und Kampf in Lateinamerika. la formación de públicos en discusiones, cine- joven que citar, ya que los demás realizadores
Como su referente inmediato, Hacia un tercer clubes y en la crítica y teoría del cine. “Es un están dedicados a la publicidad o los cortome-
cine de Getino y Solanas, se parte del reco- cine que pretende cambiar toda la forma tra- trajes de sobreprecio.
nocimiento de una realidad concreta geopolí- dicional de ‘ver’ cine”14. Parte de su eficacia
tica y social, de situarse de manera consciente política está dada por su velocidad de produc- Este texto da cuenta de su pensamiento
y descolonizada en el Tercer Mundo, del ción, como también de proyección y recepción sobre el cine, formado desde la crítica hasta
que hace parte Latinoamérica y concreta- de sus mensajes en 4 minutos: films “incom- la teoría y práctica con toda consecuencia, la
mente Colombia. Solo así puede pensarse en pletos” y “provocadores” que serán completa- que incluso lo llevaría a la cárcel a principios
“qué clase de cine es factible y necesario dos por los espectadores, aunque se deberán de los setenta. Son años de beligerancia po-
en un país como Colombia, subdesarrollado, aplicar lo mejor posibles los pocos medios lítica, cultural y artística, de rechazo absoluto
dependiente y capitalista atrasado”12. En es- que se tengan a la mano. Para Álvarez vale a las acciones del capitalismo colonialista, y
tas circunstancias Álvarez no encuentra po- más, hacer muchos y veloces documentales de la promesa de transformación política y so-
Afiche de la película La hora de los hornos. Fernando sibilidad para un cine industrial y comercial de 4 minutos que un único largometraje ar- cial que representaba la Revolución Cubana
Solanas y Octavio Getino, 1968. (primero), ni para uno de autor (segundo), por gumental. Además, solo gracias a su rapidez, y la lucha del pueblo vietnamita. La palabra
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publicaciones sobre cine en colombia

“lucha” se inserta en este manifiesto, como carácter de evidente didactismo político, pero
en el de Getino y Solanas, o en los contempo- esta era su intención radical: antes que diver-
ráneos de Glauber Rocha y Jean Luc Godard. tir, o enseñar el arte cinematográfico, contri-
El cine es claramente pensado y manipulado buir a transformar la realidad en función de
como un instrumento de transformación polí- una política y partidos determinados. Este fue
tica y social de la realidad, política al buscar el canon buscado y consecuentemente pro-
cambiar órdenes establecidos de los que de- puesto y realizado tanto en la teoría como en
nuncia su injusticia social, y social al acceder la práctica audiovisual. Luego vendrían otras
a una transformación del pensamiento de sus propuestas que, incluso, revisarían con todo
espectadores. En este último juegan papeles respeto la de Carlos Álvarez, como las de An-
importantísimos la producción y la crítica, solo drés Caicedo y Luis Alberto Álvarez.
que esta debe ejercerse sobre todo en los ci-
neclubes, foros y otros espacios de discusión Andrés Caicedo: Andrés Caicedo en la revista Arcadia no. 2, 1982.
que acompañan de manera directa la proyec- la crítica como terrorismo
ción de las películas. En contraste con esta y una gran influencia en el país. En primer En la entrevista Caicedo afirma que la crí- 15 . Andrés Caicedo.
pedagógico Ojo al cine. Bogotá.
propuesta de un “tercer cine”, Álvarez realiza lugar nos centraremos en tres textos: la en- tica debe “desarmar, por medio de la razón Grupo Editorial
un estudio sobre la producción del sobreprecio Ante la oscuridad de la sala el trevista para unas estudiantes universitarias (no importa cuán disparatada sea), la magia Norma, 1999, p. 25.

a partir de la creación de la Ley de estímulo en espectador se haya tan indefenso “De la crítica me gusta lo audaz, lo irreve- que supone la proyección”15. Defender al es-
1971, dictaminando un triste balance de este como en la silla del dentista rente”; la ponencia presentada en la Univer- pectador del estado de vulnerabilidad que le
pretendido cine industrial o “primer cine”. Andrés Caicedo sidad del Valle en 1973 “Especificidad del propicia el mismo cine, parecido al del pa-
cine”; y su texto inédito “El crítico, en busca ciente en la silla del dentista. Debe entonces
Sus películas Asalto y Colombia 70 no Andrés Caicedo realizó entre 1969 y 1977, de la paz, se da toda la confianza”; donde se ayudar a “comprender”, más que “conocer”,
excedían los cuatro minutos; los mediometra- una veloz y prolífica carrera de crítico de cine, puede apreciar su pensamiento en cuanto a la los mecanismos de la ilusión realista que pro-
jes ¿Qué es la democracia? y Los hijos del cine-clubista, director de la revista Ojo al cine, función, las tendencias, el compromiso, los vee el cine: la cámara oscura y la reacción
subdesarrollo, fueron presentadas muchas guionista, actor y realizador, que además al- medios y los métodos de la crítica. Luego se química de los soportes expuestos a la luz;
veces por su autor en cineclubes, manifesta­ ternó con la de escritor de cuentos, novelas y tendrán en cuenta también sus comentarios los efectos de movimiento logrados al filmar a
ciones estudiantiles, sindicatos, barrios obre- obras de teatro. Publicó reseñas y críticas en críticos y entrevistas a la obra de José María diferentes velocidades; los efectos ópticos que
ros y otras poblaciones marginales, y en El Magazín Dominical de El Espectador de Arzuaga y a la aparición de Oiga vea (1971) se logran con los diferentes objetivos; la escri-
conjunto con otras películas como La hora de Bogotá; en los periódicos Occidente, El País realizada por sus compañeros de aventura tura del guion; la puesta en escena; el mon-
los hornos, en proyectores de 16mm, que lle- y El Pueblo de Cali; esporádicas colaboracio- Luis Ospina y Carlos Mayolo. Todos estos tex- taje y las relaciones audiovisuales; incluso el
vaban los mismos organizadores a cada sitio. nes en la revista peruana Hablemos de cine; y, tos fueron publicados en 1999 en Ojo al cine, efecto supremamente realista de la proyec-
Quizá sus discursos, y sobre todo sus retó- desde 1974 hasta su muerte en 1977, editó selección de sus escritos de cine que hicieron ción cinematográfica. Aunque el público no
ricas, hayan recibido muchas críticas por su su revista Ojo al cine que alcanzó 5 números Luis Ospina y Sandro Romero. desconoce estos mecanismos del cine, ni sus
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publicaciones sobre cine en colombia

16 . Ibíd., p. 96. avances técnicos, sucede “que no los distin- contundente es el de la industria cinematográ- y siempre acompañado); el intelectual (que lo
17 . Ibíd., p. 25.
gue”, por lo que la función del crítico debe ser fica mexicana, que cuida celosamente y forta- considera una forma de arte y conocimiento,
18 . Ibíd., p. 29.
.
ayudarle a distinguir estos mecanismos técni- lece la ignorancia de su público, pues donde y sobre todo escoge películas de sus auto-
19 Ibíd., pp. 29 y 30.
cos y sus efectos estéticos. Solo al distinguir este aprenda a leer el cine mexicano desapa- res preferidos); y el lumpen (que se interna
y comprender, antes que conocer, el espec- recería o tendría que revolucionar su estética. en las salas de barrio, lugar de bajo mundo
tador puede decir: “comprendo esto, veo los El acceso a la lectura marca una diferencia y delincuencia, donde huye de la realidad y
trucos, no me pueden engañar, y el resultado radical de calidad entre la literatura y el cine, solo sale para ir a dormir). Esta clasificación
de esta relación entre la pantalla y mi persona que hace más popular al segundo. Aunque el es importante para la función que puede tener
no puede ser la alienación”16. Se trata de po- cine también tenga su propio “código gramá- la crítica con el espectador. Ya se dijo que el
ner en alerta a los aparatos de percepción tico”, para letrados e iletrados solo requiere de cine es para Caicedo un objeto cultural diri-
y de juicio crítico del espectador, para que se “la vista y el oído” de su público, y esto en el gido a la vista y el oído del público, de manera
defienda ante la sugestión realista, la hipnosis caso de la exhibición del cine mexicano en que la representación realista del mundo será
colectiva, que supone el cine en su proyec- Colombia se hace totalmente evidente, pues la que menos “esfuerzo de abstracción de-
ción cinematográfica. Todos “conocemos”, es una de las pocas cinematografías habladas manda para su aprehensión”. Es un arte que
sabemos que se trata de trucos y simula- en español. Un gran porcentaje de este pú- no exige prepararse intelectualmente, no se
cros de realidad, realizados con sofisticadas blico acude al cine sin mayores prevenciones cuestiona durante la experiencia de su re-
técnicas de ilusionismo, pero no siempre se críticas, convirtiéndose en dócil e influencia- cepción, no permite discutir los criterios y es-
“comprende” como se logran tales efectos, ble para la “transmisión de una moral y una téticas de sus espectadores mientras sucede
y menos cuando se está sometido en la sala ideología”19. Mientras alguien que va todos el espectáculo, como se dice: “hay que comer
oscura a la proyección de la película. El crítico los días al cine durante un año, no necesaria- callado”. Es “de todas las artes, la que más
debe adoptar permanentemente este “me- mente va a saber más de cine y quizá solo ha dificultades pone para adoptar ante ella un
canismo intelectual de defensa propia” para alimentado una costumbre cultual que lo pue- mecanismo de distanciamiento, y por lo tanto,
luego develar la operación del mecanismo ci- den llevar a la evasión de la misma vida, a la de reconocimiento”20. Sin embargo, también
nematográfico en cada película, a sus amigos alienación, la neurosis u otros traumas como tiene la posibilidad de realizar representacio-
y al público en general17. la desadaptación o la paranoia; quien lee se- nes de la realidad más sofisticadas, construc-
manalmente un libro, al año habrá adquirido ciones simbólicas y alegóricas del mundo,
En cuanto a la noción de “lo popular”, un mayor conocimiento para poder elegir en- abstracciones que requieran de una “lectura
Caicedo es bastante incrédulo en las buenas tre diferentes referencias la mejor opción y cuidadosa”, aunque obviamente este cine no
intenciones de quienes la defienden en gene- acción para su propia vida. se dirija a todo el público.
ral. En su ponencia “Especificidad del cine”,
denuncia como lo que “comenzó siendo la Caicedo considera que hay tres tipos de Caicedo explica cómo el cine al ser un me-
distracción ideal para los analfabetos, es hoy espectadores: el medio o pequeño burgués dio técnico tiene un resultado técnico diferente
el arte de los analfabetos”18. El ejemplo más (que va a cine unas dos veces por semana al de una mirada directa sobre la realidad. Andrés Caicedo en la revista Cinemateca no. 11, 2000. 20 . Ibíd., pp. 30 y 31.
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publicaciones sobre cine en colombia tres modelos de crítica de cine en colombia: carlos álvarez, andrés caicedo, luis alberto álvarez

21 . Ibíd., p. 32. El aparato permite diversas ópticas, veloci- busca comprenderla a partir del conocimiento pudo expresarse de manera autónoma y decir técnicos secuencia por secuencia o de una 23 . Ibíd., p. 25.
22 . Ibíd., pp. 32 y 33. 24 . Ibíd., pp. 27-28.
dades de obturación, encuadres y movimien- que tiene del cine como modo de expresión todo lo que pensaba. Esta no contaba con más sola secuencia, pueden ser muy interesante,
tos de cámara, revelados del negativo, formas autónomo, con sus técnicas de la puesta en de dos mil lectores, pero se trataba de espec- pero también pueden parecerle muy estériles
de empalmar las imágenes, que crean distin- escena y del montaje22. Este último, que es de tadores cinéfilos con los que podía desarro- al lector. Quizá le sirva al crítico más como mé-
tos efectos técnicos que a su vez constituyen todos el más solitario, busca compartir a través llar y argumentar sus modelos de análisis o todo, para una mayor comprensión de la obra,
efectos formales que matizan, expresan, exa- de la conversación o de otros medios como la interpretación. pero tal vez no sea la mejor forma de exposi-
geran la realidad, para terminar creando sig- crítica, sus gustos, opiniones y apreciaciones; ción y escritura final para el lector. Consideraba
A la pregunta de si el crítico debe ser “te-
nificados a partir de sus imágenes, es decir pero si no los logra expresar puede conver- que esta metodología solo había sido llevada
rrorista” o “paternalista”, respondió de ma-
“valen lo que el sustantivo y el adjetivo”21. Ante tirse en un cinéfilo cada vez más solitario, des- a cabo en el país hasta estos momentos, en
nera inmediata y unánime a favor de la primera
estas alteraciones de lo real, no se puede decir plazando la experiencia directa de su vida a algunas páginas de la revista Ojo al cine (sus
opción, aclarando que esta posición solo se
ya que el cine sea una perfecta ventana de la la experiencia de ver películas, enamorándose textos sobre ciertas películas de Pasolini) o en
puede lograr desde un medio propio e in-
realidad, como a veces lo asume el espectador. de mujeres en la pantalla, apartándose cada exposiciones y textos de Martínez Pardo.
dependiente. Considera que muy pocos han
vez más de su grupo social, enmudeciendo,
logrado mantener su “terrorismo” inicial, quizá [En Colombia], el resto de críticos no son
Entonces, para los diferentes tipos de es- empalideciendo e incluso “tartamudeando”, ni siquiera teóricos sino interpretativos,
Ugo Barty y Carlos Álvarez, pues los medios
pectadores el cine tendrá distintos significa- añade Caicedo completando su retrato en analíticos aproximativos. Abunda aún el
masivos tienden a ablandar a los críticos, que
dos o sentidos: el pequeño-burgués, desde su esta descripción. afán de encontrar simbologías o correspon-
por más lúcidos que hayan sido terminan dencias argumentales en los films. Importa
pretensión intelectual, intenta apropiarse de
haciendo concesiones23. Caicedo reconoce más, creo yo, la correspondencia visual,
modelos de interpretación con que reducir la En tiempos de Caicedo, los medios para la imaginería iconográfica que una guía de
metodologías como las de realizar análisis
obra y acercarla a su propia realidad, “de por ejercer la crítica eran dos: las columnas de las preferencias, arbitrariedades, obsesiones
sí pobre y colonizada y penetrada”; el lum- cine en los periódicos y las revistas especiali- Facsímil de la sección “Ojo x ojo”, en revista Ojo al cine, y aberraciones del autor 24.
pen, de manera más simple y sin pretensio- zadas. En los primeros se puede tener un ma- no. 1, 1974.

nes, juzga cada película por la aproximación yor número de lectores pero los textos que se Las diferentes posiciones, gustos e influen-
del mundo representado a su propia realidad escriben difícilmente sobrepasan un nivel in- cias en la crítica de Caicedo, parecen en mo-
“cruel y peligrosa”, de ahí su gusto por gé- formativo, didáctico o una opinión de gusto sin mentos ambiguas o contradictorias. La mayoría
neros de violencia, en especial la callejera; posibilidad de mayores argumentaciones. Cai- de las veces aboga por la teoría del “cine de
el intelectual marxista, la juzga de acuerdo cedo escribió reseñas y críticas para los pe- autor” que impuso la revista francesa Cahiers
con la aproximación que tenga con la teoría riódicos como Occidente y El Pueblo, en los du Cinema en sus primeros años (1952-67),
que él tiene de la realidad, pudiendo ser una que consiguió influir en un mayor número de bajo el liderazgo de los futuros cineastas de
película progresista o reaccionaria; el hombre lectores y espectadores, aunque sus escritos la Nueva Ola: Truffaut, Chabrol, Rohmer, Go-
de letras, la enjuicia por la importancia de sus fueran alterados, recortados y censurados. dard y Rivette. En la misma entrevista Caicedo
temas, sin preocuparse tanto por la obra del En cambio en su revista Ojo al cine, realizada argumenta que “los niveles artísticos pueden
director y menos por los aspectos visuales y en colaboración con un importante grupo de seguir analizándose según la política de los
cinematográficos; y el espectador cineasta, amigos caleños, nacionales e internacionales, autores, según la evolución de la carrera de
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25 . Ibíd., pp. 25 y 26. cada director”; y prefiriendo también la crítica pueden caer en una “situación de inercia y es-
26 . Ibíd., p. 25.
que asume posiciones desde “lo insólito, lo au- terilidad” donde encuentren “la fórmula “per-
27 . Ibíd., p. 27.
daz, lo irreverente, lo maleducado”, que busca fecta” para resumir la función del arte”, pero
28 . Ibíd., p. 29.
“desmitificar las grandes celebridades y los más que “función del arte” solo se encontrará
mensajes de gran importancia”, hasta poder que tal ideología ha determinado su mirada
encontrar “lo mejor en lo trivial”25. Confiesa su sobre la realidad y el arte.
predilección por un cineasta como Jerry Lewis,
bastante despreciado por las tendencias más En “La especificidad del cine” Caicedo
intelectuales o las más politizadas, que solo aborda de manera más precisa la cuestión de
ven en él un vulgar cómico norteamericano; la ideología del cine y sus películas. Realiza
e invita a arremeter contra películas de au- un breve y elíptico repaso al inicio del cine,
tores reconocidos como El pasajero de Mi- desde Lumière y Edison hasta Meliès y el
chelangelo Antonioni, o contra un cine político cine soviético, para ilustrar cómo pasó de ser Cubiertas folleto Ojo al cine no. 1 (1971), 2, 3, 4 y 5 (1972). Folleto que antecedió a la revista Ojo al cine31.
italiano que terminó convirtiéndose en otro gé- un medio de mostrar la realidad a un medio de
nero más de la industria cinematográfica que contar historias de manera divertida, y luego
29 . Ibíd., p. 26.
tanto critican estas mismas películas. En su en un medio al servicio de unas ideas y dis- sistema capitalista estaba en franca deca- preferidos entre 1952 y 1967, haciendo que
30 . Ibíd.
ponencia “La especificidad del cine”, insiste cursos por divulgar, convirtiéndose en “una dencia, habiendo perdido el “humanismo” y la a partir de entrevistas y críticas “directores
31 . “De este primer
en su crítica a este género de cine político forma de agitación política de probada efica- “imparcialidad” que tuvo en su época clásica, como Aldrich, Preminger, Hitchcock, etc; me- intento saldrían cinco
que termina rindiéndole “pingues ganancias cia, al servicio del partido”. Concluye que el para convertirse de manera descarada en un joraran o modificaran sus obras”30. Esta rela- números entre los
meses de mayo de 1971
a los mismos norteamericanos: la Paramount febril momento de conjunción entre revolución medio de propaganda dirigida de su ideología. ción fue emulada a su escala por Caicedo y y septiembre de 1972, el
(Gulf + Western) y la Warner Bross (A Kinney bolchevique y nacimiento del cine soviético, La industria se ha politizado a favor de la ideo- sus colaboradores cercanos en la revista Ojo primero publicado sólo
por Caicedo, con un total
Company)”26. En la misma entrevista Caicedo con toda su potencia expresiva e innovadora, logía del sistema económico y político que la al cine, en las entrevistas que hicieron a reali- de 16 páginas, los cuatro
responde que aunque el crítico debe escribir fue reducido por el partido a la “militarización soporta. Por lo que Caicedo celebra dentro de zadores colombianos. En el caso de Caicedo a siguientes serían el trabajo
en conjunto de un grupo de
desde los “postulados concretos” de una ideo- de la cultura”, es decir, al realismo socialista este cine el trabajo de algunos pocos autores José María Arzuaga, Julio Luzardo y Marta Ro- estudio”, Galindo Cardona,
logía, él prefiere “hablar en términos de moral, stalinista como control de contenidos, con- que vuelven a trabajar ciertos géneros clási- dríguez y Jorge Silva, como también sus tex- Yamid. En: “Ojo al cine:
revista de crítica cinema-
de posición personal del crítico ante la obra de virtiendo al “cine soviético en la lamentable cos pero desde una revisión crítica: Robert tos críticos sobre sus películas y otras como tográfica”, escrito que hace
arte”, advirtiendo que tal moral debe ser de expresión artística que es hoy”. Sin embargo Aldrich, Arthur Penn o Sam Peckimpah. Oiga vea de Luis Ospina y Carlos Mayolo, o el parte de la investigación
titulada Cine club de Cali,
izquierda. Considera que un film debe anali- presiente que el espíritu del primer cine sovié- extenso balance sobre el cine colombiano rea- 1971-1979.
zarse además “a partir de la relación de este tico y revolucionario, ronda en “la expresión de Para Andrés Caicedo, “los críticos solo lizado en conjunto por Mayolo y Ramiro Arbe-
con la anterior carrera del director, con su gé- los países del tercer mundo que más sufren pueden dar testimonio del progreso del arte, láez: “Secuencia crítica del cine colombiano”.
nero y con la sociedad a la que pertenece”27. dominación económica y cultural del imperia- si lo hay”29, pero quizá la excepción que con- Sin lugar a dudas la obra de Caicedo ha sido
Pero también piensa que al hacer caso ciega- lismo”28. En cuanto al cine norteamericano, firma la regla sea el diálogo que los jóvenes y sigue siendo de gran influencia para sus vie-
mente a una ideología, el crítico y el cineasta consideró que la producción general de su críticos de Cahiers tuvieron con sus “autores” jos amigos y sus siempre jóvenes lectores.
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En “Especificidad del cine”, Caicedo pro- mucho. Finalmente propone para la crítica que la gestión y dirección de colectivos culturales personales por géneros que exploran el miedo, 32 . Andrés Caicedo.
Op. Cit., p. 34.
pone que, para actuar en contravía de un los orientadores o líderes políticos estén infor- como el Cine Club de Cali y la Revista Ojo al el horror y el terror, tanto en el cine de serie B 33 . Ibíd., p. 35.
cine industrial que es respuesta inmediata mados del cine como medio y arte, pues no cine, e incluso los intentos por realizar su película norteamericano, como en la narrativa de su 34 . Ibíd.
del capitalismo, y de otro que tras haber sido basta con la formación marxista para que se Angelita y Miguel Ángel (1971), se encuentra amado Edgar Allan Poe y otros autores de la li-
revolucionario en un momento terminó por comprenda cuando una película es real o fal- en su texto “El crítico, en busca de la paz, se da teratura gótica. Quizá “el supremo terror de no
burocratizarse a través de los empeños de samente revolucionaria, cuando es reacciona- toda la confianza”. Inicia con una frase cate- distinguir anormalidad de normalidad, injusti-
partido por “ideologizar” el arte, es necesa- ria y también cuando una película reaccionaria górica: “América Latina es un continente con cia de justicia, violencia de paz”, que aunque
rio entonces organizar políticamente los di- puede revelar las contradicciones del sistema. una expresión propia”, para encontrar en las se sabe que existe, los “mecanismos de alie-
ferentes estamentos del cine. Estos distintos expresiones artísticas (pintura, novela, poesía, nación” no permiten comprenderlo. Terror que
En relación a la crítica Caicedo parece co-
estamentos son la producción, la distribución teatro) de un continente que lucha por cons- sin comprenderlo solo aparece como un “con-
nocer mucho más el problema, cuando pone
y exhibición, y la crítica. Su propuesta para la truir su propio futuro y comprender su realidad, flicto privado” y quizá adolescente, pero que en
en evidencia el maniqueísmo de ciertas pelí-
producción, aquí sin la lucidez y convicción “unos principio ofrecidos por el terror, el terror su sensibilidad resulta haciéndose evidente y
culas de izquierda que suponen personajes
de Carlos Álvarez, Getino o Solanas, consiste compuesto por hambre, ignorancia y perse- se objetiva por medio de la crítica y la creación:
buenos (comunistas) y malos (reaccionarios).
en aprovechar las circunstancias del subde- cución”32. Se aproxima así a otras propuestas pues “las cosas solo se descubren, cuando se
Esta advertencia a la crítica ingenua que busca
sarrollo de las condiciones de producción en dentro del cine latinoamericano, como las del expresan”33. Convocar a un terror que explora
orientaciones y posiciones políticas en su ejer-
Latinoamérica y el tercer mundo, para que el “Cine imperfecto” del cubano García Espinoza y ciertos miedos morales y sociales propios de
cicio, se aproxima a las editoriales que Comolli
partido apoye proyectos cinematográficos que “La estética del hambre” de Glauber Rocha; la burguesía y, que puede tener también de ra-
y Narboni hacen desde la redacción de los Ca-
él ve como posibles con gran calidad en Cuba, y también a la más antigua del “Manifiesto an- zones metafísicas –“eso que se agita en las
hiers en su momento de mayor radicalización
dado la gestión del mismo Estado, o aún en tropofágico” de Oswald de Andrade en 1928. profundidades”–, pero que ante todo puede
política entre 1968 y 1972, advirtiendo como
condiciones de marginalidad como en Bolivia Una “estética del terror” parece desprenderse revelarse en la vida cotidiana e inmediata en
el producto cinematográfico surge inevitable-
y Argentina. Sus ejemplos son precisamente de este introspectivo texto, donde Caicedo la Cali de los años sesenta y setenta, dando
mente de la industria capitalista. Estos tex-
La hora de los hornos y la obra de Jorge habla más de sus emociones y motivos per- magníficos ejemplos en sus cuentos y en el
tos reconsideran ciertas interpretaciones de
Sanjinés. Caicedo parece ignorar las urgen- sonales en momentos donde ya es clara su po- cine que harían sus compañeros Mayolo y Os-
izquierda ingenuas y reduccionistas, que dan
cias de un partido comunista en su trabajo sición tomada frente a una burguesía de la que pina. Como el mismo lo sitúa, un terror que se
la categoría de cine político a películas que
social y político, y sus escasos recursos en es hijo, pero de la que repudia su inconciencia puede vislumbrar en “un trato diario con este
simplemente denuncian problemas sociales,
países altamente colonizados. moral y la frivolidad de sus costumbres, las de sol nuestro, con el viento que viaja de los Fara-
mostrando tiranos o héroes revolucionarios
sus compañeros de colegio y las “peladas” que llones, a las cuatro de la tarde”34. Tal gusto por
para hacer propaganda oficial de partido.
Para la distribución y exhibición propone le gustaban en ese momento. estos géneros determinados, no es gratuito
circuitos y lugares de proyección y discusión Una propuesta mucho más sincera, con- sino que se conecta con su propia percepción
marginales pero permanentes, donde se lle- sistente y auténtica, un posible canon no solo Esta “estética del terror” fue también prac- y comprensión de la realidad, quizá la de un
gue a otros sectores de población con pelícu- para la crítica, sino sobre todo como mani- ticada en su oficio de crítico de cine como en inconforme hijo de la burguesía latinoameri-
las didácticas y políticas: experiencia que no fiesto expresivo de este autor que se movía sus creaciones literarias, teatrales y cinema- cana, que explora su asco, repudio y horror,
parece haber conocido ni haberle interesado entre la crítica de cine, la creación literaria y tográficas: que incluso evidencian sus gustos a través de imágenes y narraciones donde
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35 . Ibíd., p. 25. aflore el terror del que está hablando. Este vampirismo que celebran y denuncian Mayolo recursos técnicos, como el emplazamiento de Colombo Americano de Medellín. Fue asesor y 36 . Ibíd., pp. 273 - 280.
37 . Luis Alberto Álvarez.
terror no difiere de su posición confrontadora y Ospina en la pornomiseria puesta en eviden- la cámara detrás de rejas, los zoom out, el so- colaborador permanente de la Fundación Pa- Páginas de cine. Vol. 1.
desde la crítica, en donde prefiere claramente cia en Agarrando pueblo (1977), que Caicedo nido en off y no sincrónico, la voz del pueblo, trimonio Fílmico Colombiano. Además realizó Medellín, Universidad de
Antioquia, 1988, p. 5
no situarse del lado del paternalismo, ese “ori- no alcanzó a ver. Sin embargo los alcances de que remarcaban su clara intención de hacer el cortometraje El niño invisible. Su clara po-
gen de la materia” que tanto repudia Caicedo, una estética del terror están latentes en Asun- un “documental de contra información” que se sición ética y social sobre el trabajo y respon-
sino del terrorismo, tal como responde en la ción de Ospina y Mayolo, y La hamaca de oponía al “cine oficial”36. sabilidad de la crítica de cine con el público y
entrevista de “De la crítica, me gusta…”: “Hay Mayolo, ambas de 1975 y vistas por Caicedo. la producción nacional, se encuentra a lo largo
que alertar al espectador […] del peligro que Este grupo de Cali fue marcado por gustos Luis Alberto Álvarez: la de toda su obra, pero de manera más explí-
significa el acto aparentemente trivial de ir a recurrentes como el del terror, la sangre, el crítica en busca de la imagen cita en: “En contra de los lugares comunes”,
cine […] desmitificar los falsos valores, las vampirismo, la retaliación de los subordina- del hombre colombiano “El cine colombiano y la crítica: la necesidad
grandes celebridades, los mensajes de “gran” dos, el incesto, la cinefilia, que aparecen en de diálogo”, y otros textos recogidos en los
importancia”35. la obra posterior de Ospina y Mayolo, sin em- Hay que emprender la difícil tarea de tres volúmenes de Páginas de cine, publica-
bargo Caicedo solo comentó en detalle Oiga crear un público desalienado, educado, dos por la Universidad de Antioquia en 1988,
El terror es además en su obra literaria vea (1971) de sus dos amigos, en Ojo al cine un público consciente, activo, pueblo real 1992 y 1998; y en el ensayo “Las latas en el
no solo una poética y una estética, sino todo número 1 de 1974. En un análisis secuencia Luis Alberto Álvarez fondo del río. El cine colombiano visto desde
un género que luego derivó en lo que Mayolo por secuencia de este documental, Caicedo la provincia”, escrito con Víctor Gaviria y pu-
bautizó como “gótico tropical”, e incluso el celebra y destaca sobre todo el uso de los El sacerdote claretiano Luis Alberto Ál- blicado en la revista Cine número 8 de 1982.
varez estudió teología en Italia y Alemania,
Fotograma de La mansión de Araucaíma, Carlos Mayolo, 1986, uno de los filmes en donde se asienta la noción del estilo
donde además asistió a seminarios de ac- En su texto “En contra de lugares comu-
“gotico tropical”.
tualización cinematográfica en momentos en nes” publicado en 1983 en El Colombiano, se
que surgía el Nuevo Cine Alemán. A principios presentó a sí mismo como crítico de cine, an-
de los setenta regresó a Colombia para ins- tes que como periodista o agremiado a cual-
talarse en Medellín, su ciudad natal. Desde quier institución o grupo:
allí inició su labor de formador de público Quien esto escribe ha publicado artículos de
cinematográfico en la radio y la prensa. De cine en periódicos y revistas por más de diez
1977 a 1997, año en que murió, tuvo a su años y ha realizado un buen número de
cargo la influyente página de cine del perió- programas de radio sobre el mismo tema.
No posee tarjeta profesional de periodista
dico El Colombiano, además de escribir para y le importa más bien poco si alguien lo
revistas especializadas como Cuadro y Kine- clasifica o no dentro de este gremio37.
toscopio en Medellín, Cine y Cinemateca en
Bogotá, y otras publicaciones internacionales. De la misma forma, en otros escritos re-
Fue profesor de la Universidad Pontificia Boli- calcó lo poco que le importaba que su crítica
variana, y de los institutos Wolfang Goethe y molestara al público o a quienes hacen las
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el país alguien que se haya esforzado tanto según él “fueron penetrando poco a poco en un público que exija un auténtico cine colom- 39 . Ibíd., p. 1.
40 . Ibíd., p. 6.
por crear un cine nacional”38. En Salcedo veía la conciencia de la gente”. biano, que refleje al hombre colombiano y no
41 . Ibíd., p. 10.
más que a un crítico, a alguien enamorado del su caricatura. Por un lado preparar al público
Para Luis Alberto Álvarez el crítico es ante
cine y del cine colombiano, del que pensaba para que aprenda a distinguir en las imágenes
todo un “un espectador intensivo” con algún
había que salvarlo y darlo a conocer todo, por de sí mismo que le devuelve el cine, entre el
conocimiento, y su función con el público
breve y pobre que este fuera. Para Álvarez, “espejismo” que le ofrece el producto familiar
debe ser la de: “poner a disposición de la gente
Salcedo fue alguien que, aunque no realizó de la televisión y un auténtico reflejo de su
que va a cine informaciones y referencias que
ninguna película, estuvo absolutamente com- “identidad legítima”41. “El cine colombiano y
le ayuden a formar su propio juicio, incluso con-
prometido con esta empresa desde su papel la crítica: la necesidad del diálogo”, está de-
tra el del mismo crítico”39. En su trabajo nunca
como exhibidor, cineclubista, cuidador, archi- dicado al papel que debe jugar la crítica en la
pretendió ser más que un espectador con un
vador, investigador y crítico, a la manera de creación de un cine nacional, evidenciando
espacio a su disposición, fuera este una sala
un “espectador intensivo”. Identificándose con la responsabilidad de esta en la posibilidad del
de cine, un programa radial o una página de
la pasión de Salcedo por el cine colombiano, colombiano. Pero Álvarez no ve que esto sea
periódico o revista especializada, donde po-
Álvarez dedicó también su vida y trabajo a la un hecho, y enjuicia el pobre resultado de la
día “comunicar sus experiencias y sus pare-
misma causa. crítica causado por su escasa permanencia,
ceres”40. A través de estos medios buscó dar
comunicación y organización, y sobre todo
los elementos necesarios al espectador para
Además de su educación religiosa y huma- por su falta de diálogo con los realizadores y
Fotografía de Luis Alberto Álvarez. que pudiera tener un juicio más estético y ético
nista en la comunidad de los claretianos, los el público. De esta incomunicación surgieron
sobre las películas, lograr distinguir entre el
referentes cinematográficos de Luis Alberto los frecuentes malentendidos que han llevado
38 . Ibíd. Vol. 2.
divertimento de consumo y las obras que re-
películas. A Luis Alberto Álvarez no le impor- Álvarez estuvieron marcados por sus viajes y a crear estereotipos desde todos los frentes:
1992, p. 20. presentan al mundo y a hombres y mujeres
taban tanto las diferencias entre crítico, co- largas estadías en Roma, donde se aproximó una crítica que desconoce las condiciones
reales, en los que el espectador puede reco-
mentarista o comentador, como la idoneidad, a la obra neorrealista y la de sus sucedáneos de producción, unos cineastas que juzgan
nocerse con sus sueños y temores, sus logros
honestidad y calidad de los juicios y argumen- Antonioni, Pasolini o Fellini; y a la de Fassbin- a los críticos como realizadores frustrados y,
y fracasos. Su función es que el espectador
tos de quienes escribían, y siendo así no de- der, Herzog y Wenders en el momentos de la finalmente, un público que desprecia el cine
logre distinguir con su propio juicio entre una
berían ser menospreciados en el conjunto del eclosión del nuevo cine alemán; además de su nacional e ignora la labor de la crítica. La me-
caricatura de la realidad y un reflejo del mundo
fenómeno cinematográfico nacional. En home- gusto y estudio de formas más clásicas como jor actitud que ha tenido la crítica, aunque
verdadero y sus hombres. Así el cine entonces
naje a la memoria del crítico Hernando Salcedo el cine clásico norteamericano y la opera. Los escasa, ha sido la forma como ha construido
podría hablar a un público ya desalienado, que
Silva escribió en 1987, año en que este murió, principios éticos en la conformación de una en “sueños” la necesidad de un cine que re-
no busque una evasión de su realidad sino una
resaltando su importancia no solo como crí- estética: la sujeción de la belleza a la ver- fleje al hombre colombiano, donde este pueda
reflexión sobre esta: la vida humana.
tico, sino también como historiador, coleccio- dad, propia del platonismo, de la escolástica mirarse y encontrarse. Esta fue sin duda su
nista, mentor y promotor del cine colombiano, tomística, de la filosofía idealista alemana y Para Luis Alberto Álvarez el compromiso actitud, tanto como la de aquellos que le han
para muchos con un “paternalismo irrespon- del discurso humanista de neorrealistas como de la crítica de cine es doble, con el público y servido de ejemplo: Camilo Correa, José María
sable”, pero que para él: “difícilmente hay en Rossellini, Visconti o De Sica y sus obras que con quienes realizan las películas, debe crear Arzuaga y Hernando Salcedo. Para él la crítica
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42 . Ibíd., p. 63. no debe tener coartadas, debe buscar en las que el cine en Colombia debe ser como el de de este cine propuso otro donde el especta- gentes, porque lo que se pretende decir pasa a 48 . Ibíd., p. 8.
43 . Luis Alberto 49 . Ibíd.
Álvarez. Op. Cit. 1988, p. 5.
obras mismas para encontrar lo que sus crea- Bergman o Altman, y no ven que lo que están dor reconociera “su mundo y sus necesidades, un segundo plano, mientras que en el primero
50 . Ibíd., p. 9.
44 . Ibíd., p. 6. dores buscan expresar y comunicar. Confron- haciendo es “un cine para el pueblo, un cine sus anhelos, su dolor y su placer son captados campean la sucesión de anécdotas sueltas y la
51 . Ibíd., p. 10.
45 . Ibíd. tar su manera de representar nuestra realidad, popular”44. Esta reacción hace difícil la crítica con fidelidad”, más allá del goce, el llanto y banalidad”50. Esperó siempre del cine colom- 52 . Ibíd.
46 . Ibíd., p. 7. teniendo en cuenta sus condiciones de pro- sincera y el papel que debe jugar en el mejora- la risa inducidos mecánicamente. Enfatizó biano “un cine de identidad legítima, un cine
47 . Ibíd. ducción. Las tareas y métodos de la crítica de- miento de la calidad de la producción cinema- entonces en la función conjunta del cine y en el que Colombia se reconozca. Es posible
ben conducir a la pregunta por “la finalidad de tográfica nacional. La noción de lo popular, con la crítica: “emprender la difícil tarea de crear que cuando surja tenga que luchar con la in-
la creación cinematográfica en un país como el las distintas interpretaciones que esta palabra un público desalienado, educado, un público comprensión del público. Es posible que sea
nuestro y plantear fórmulas y experimentos de puede tener, fue una de las grandes discusio- consciente, activo, pueblo real. Esa tarea es atacado por ser, tal vez, deficitario o insatis-
producción, distribución y exhibición y, sobre nes por las que se interesó, intentando aclarar solo en parte de la crítica; le pertenece, ante factorio como espectáculo”51. Este cine, dados
todo, proponer (o deducir de lo existente) una no solo el papel del crítico sino el del cine con el todo, a los que hacen las películas”48. En este sus riesgos económicos, debe obtener las ayu-
o unas estéticas, unas características capaces público. Ciertos realizadores usaron el término sentido un cine que no se dirija a los “intelec- das del fomento estatal cinematográfico (para
de darle identificación al cine colombiano”42. “popular” como un “cuchillo de doble filo”, po- tuales elitistas” que los realizadores suponen este momento ya funciona la empresa focine),
niéndose del lado del pueblo y a la crítica como que son los críticos, sino a todo el pueblo, pero además de asegurarse mecanismos de distri-
La falta de diálogo entre la crítica y los rea-
“intelectuales elitistas”. Pero Álvarez siempre sin que se “sacrifiquen la ética, la estética y bución, lanzamiento y exhibición no tramposos,
lizadores colombianos fue siempre una preo-
se consideró, en conjunto con otros críticos, la honradez artística”49. Álvarez señala aquí las “distinto al absurdo sistema que impera en el
cupación para Luis Alberto Álvarez:
entre los que exigían “un cine que sea vehículo cualidades que debe tener el cine: honradez comercio cinematográfico y que hace que dos
Algunos realizadores nacionales consideran y reflejo de la realidad nacional, un cine con artística, que puede resolverse también en la o tres días de exhibición y sus respectivos índi-
que la crítica es un frente enemigo. Por colombianos de carne y hueso, tridimensiona- respuesta estética de una mirada ética, una ces de asistencia sean el criterio para el triunfo
amistad ellos entienden solo la contempo-
rización y la complicidad […] Así, por les y no caricaturas de pueblo”45. Exigió aclarar mirada sincera sobre nuestra propia realidad, o la condenación definitiva de una película”52.
ejemplo, una de las ideas más socorridas estos términos para evitar malos entendidos: antes que desear inventar imágenes de hom- Respondió a algunos realizadores colombianos
es que los críticos se guían en sus aseve- distinguir entre la observación y el retrato bres (los interpretados por el Gordo Benjumea)
raciones por un cine europeo o americano, Foto de Dominique Sanda y Luis Alberto Álvarez publicada en Arcadia va al cine,
del pueblo, y la caricatura de este, “entre lo o mundos (la supuesta Bogotá en El taxista números 9, 1984 y 14-15, 1987.
o por los clásicos productos de cinemateca y
que de acuerdo con ello le hacen exigencias popular y el simple producto de consumo”46. millonario (Gustavo Nieto Roa, 1979) que no
al cine colombiano43. No se debe confundir lo popular con el éxito son los nuestros, para enganchar a un mayor
comercial, que en últimas puede ser pasajero público, o para sorprender a espectadores y
Realizadores que insinuaban que la tarea y generado por circunstancias externas a la críticos que desean un Bergman o un Altman
del crítico es “el fruto de una frustración, de la misma película: “ambiente social, momento colombianos. Su crítica insistente a la gran
incapacidad de producir cosas como las que histórico, oportunidad, información”, películas mayoría de largometrajes colombianos fue por
se critican”, que rechazaban una crítica des- de moda que no implican un verdadero re- su “fracaso estético”, sin importarle su éxito o
favorable y que además realizaban “un ataque conocimiento y comprensión de su realidad fracaso comercial: “Han sido fracasos estéti-
global de descalificación a todos los que escri- para quienes la ven, y que quizá más tarde cos confrontados con nuestra realidad, por
ben de cine”. Para ellos, la crítica solo piensa no serán ni siquiera recordadas47. En contra ser caricaturas ineptas de Colombia y de sus
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53 . Ibíd., p. 11. que consideraban que el problema del cine Sus críticas a la gestión de focine tienen que exhibición de las películas; y la voluntad ca- concretos o ante vicios y virtudes perma- 55 . Ibíd., p. 41.
54 . Luis Alberto
colombiano era la crítica: “El problema es ver con esta falta de claridad: que promueve prichosa de ciertos autores por realizar una nentes, el que toma posición ante hechos 56 . Ibíd., p. 43.
Álvarez. Op. Cit. 1992, concretos o ante vicios o virtudes perma- 57 . Ibíd., p. 48.
p. 42. de la clase de cine que es necesario hacer y películas que no recuperan sus inversiones; película, cualquiera que sea, antes que pen- nentes, el que propone, sacude, polemiza, 58 . Ibíd., p. 51.
apoyar, un cine útil, digno, verdadero, un cine o, por el contrario, que apoya un cine comer- sar estrategias para su adecuada distribución se indigna o entusiasma por cosas y hechos
nuestro, un cine popular. En esto, me consta, cial que debería apoyar más bien la empresa y exhibición. Las políticas de fomento habían que para nosotros son identificables y
estamos de acuerdo muchos críticos aun- privada. Entre la idea de hacer una empresa debido articular: estrategias que aseguraran a comprensibles, el que parte de los elementos,
imágenes y sonidos que tienen que ver con
que, malévolamente, se nos atribuya otro tipo rentable de cine y la de fomentar un cierto la producción un circuito de distribución y ex- este país para crear propuestas estéticas,
de interés”53. cine que requiera de ayudas estatales, nunca hibición (televisión y video en buenas condi- ideas, narraciones” 56.
logró desarrollar una política clara: ni un pe- ciones de horarios y señal), a pesar de los
Hacia final de los ochenta, Luis Alberto queño Churubusco, ni una clara decisión de intereses comerciales de las distribuidoras La metáfora del cine para Álvarez fue la
Álvarez escribió dos artículos en los que ma- apoyar proyectos de carácter cultural, social de cine internacional; con la promoción de un del espejo y su función esencial, la de reflejar
nifestó la necesidad de hacer un balance de y artístico, como lo han hecho las oficinas es- cine que expresase originalmente la imagen una realidad colombiana. Concluye este texto
esta década marcada por focine: “Reflexiones tatales de cine en Europa y otros países lati- del país siendo útil para nuestro público; y la “este asunto que tiene que ver con la imagen
sobre cine en Colombia con focine al fondo” y noamericanos. Difiere de la posición de Carlos formación de este público, empezando por que el país tiene de sí mismo, con la posibi-
“El cine colombiano: en los ochentas: ya hay Álvarez que, ante la imposibilidad de un cine comprender su actual estado para hacer ma- lidad de que algún día pueda mirarse en un
con quien pero no hay como”. Ante todo industrial en el tercer mundo, invita a hacer un durar su nivel en la recepción. Álvarez cita al espejo auténtico y no en las distorsiones de
encontró el mayor error de esta empresa en tercer cine que busque estrategias marginales cercano cine boliviano y peruano como ejem- los ajenos”57.
el hecho de no haber tenido claridad sobre lo de producción, distribución y exhibición, radi- plos del cine que debía fomentarse: un “cine
que entendía por cine y por cine colombiano, calmente diferentes de las del cine comercial, de gente de cine hecho con sensibilidad de En su otro texto “El cine colombiano: en
nunca tuvo claro qué cine hacer y cómo fo- y no comprometa su apuesta con mecanis- cineastas y no un cine con complejo de culpa los ochentas: ya hay con quien pero no hay
mentarlo. En cada una de las 19 adminis- mos de ayudas estatales como el sobrepre- que se pasa pidiendo padrinazgos”55. Pero so- como”, empieza por celebrar, tras una década
traciones en sus diez años de vida, se orientó cio o focine. Para Luis Alberto Álvarez, no hay bre todo su discurso propendió de intentos no logrados plenamente, la obra de
hacia diversos frentes sin continuar y profun- duda en cuanto al cine que debe fomentar Por un cine colombiano, que preocu- Víctor Gaviria Rodrigo D. No futuro (1990).
dizar en alguno. Álvarez distinguía sobre todo el Estado, no uno expuesto a las variables pado de su recepción por el público no se En esta Álvarez encuentra lo que en el texto
tres políticas muy distintas: fomentar una in- del mercado, sino un cine “de relevancia hu- resuelva como populismo comercial, y que anterior exigía al cine colombiano: “el primer
dustria cinematográfica, enseñar los oficios y mana, política y estética […] Casi siempre surgiendo de la creación de un artista no se ejemplo legítimo y acabado de ese cine que ya
distancie del contexto al que se debe dirigir
garantizar el trabajo de sus técnicos y profe- fruto de la expresión personal de un artista en primera instancia, este debe ser “el cine no creíamos posible”58. Es Rodrigo D. No fu-
sionales; crear una imagen propia del país y su […] Donde, casi siempre, surgen las cosas de identidad colombiana, […] que refleja turo, y en general el cine de Gaviria, la obra
cine a partir de obras y autores que observen de valor permanente, llámese arte o como la realidad nacional, colectiva o individual, que resume el canon estético que Álvarez pro-
con profundidad y sensibilidad el entorno de se quiera”54. Vio también como causas de su […] que rescata los modos de ser regio- movía desde la crítica: unas imágenes que le-
nales y el espectro cultural del país, el que
donde surjan las historias y personajes; crear dificultad: los intereses de los monopolios de identifica valores y anti-valores y asume jos de la caricatura y el populismo ofrezcan un
estrategias para encontrar talentos que rea- la distribución comercial (Cine Colombia), que una actitud crítica frente a la organización reflejo auténtico de la realidad y el hombre co-
licen obras sensibles, originales y artísticas. impedían lograr el circuito hasta alcanzar la social, el que toma posición ante hechos lombiano, una obra que además ha tomado la
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59 . Luis Alberto Álvarez. mejor lección del neorrealismo italiano. Luego de Patrimonio Fílmico, como salvaguarda de No futuro: “Gaviria ha sido el único director de Pasado el meridiano en el texto “El hombre 61 . Ibíd., p. 61.
Op. Cit. 1998, p. 52. 62 . Ibíd., p. 29.
60 . Luis Alberto
continúa su balance del cine de los ochenta, las imágenes encargadas de reflejar nuestra cine de ficción (exceptuando a Arzuaga y los de Arzuaga”. Ante todo analiza sus películas,
63 . Ibíd., p. 31.
Álvarez. Op. Cit. 1992, reconociendo los intentos de otros autores pasada realidad nacional, y la de la Escuela primeros trabajos de Carlos Mayolo), en cuya no como cine colombiano ni español, la nacio-
p. 54. 64 . Ibíd., p. 35.
como Carlos Mayolo, Pacho Bottía y Sergio Ca- de Cine y Televisión de la Universidad Nacio- obra es totalmente reconocible el hombre co- nalidad de Arzuaga, sino como cine que habla 65 . Ibíd., p. 34.
brera, pero examinando cómo la confusión de nal, encargada de formar a quienes deberán lombiano y su entorno”61. del hombre universal como: 66 . Ibíd., p. 30.
los propósitos de focine y los desmedidos inte- propender a esta misma función en el futuro. Ser social, como persona que necesita comu-
reses comerciales de Cine Colombia fueron los José María Arzuaga: nicación, calor, amistad […] El hombre
mayores obstáculos para el cine colombiano. Más de 10 años después, en 1995 Álvarez un modelo de autor de hoy: el hombre solo. Una soledad que
no proviene de la angustia, de moda o no”.
Reconoce en todo caso grandes aportes al final da una conferencia en la Cinemateca Distrital a retomar Agrega que en el caso de este hombre, se
de esta década en la creación de la Fundación que titula “Reflexiones desordenadas”, cen- trata de un producto del desarrollo de la
trándose en el problema de la región en el cine En “Esa ingenua ilusión” publicado en el clase burguesa “que ha construido sus
Afiche de la película Rodrigo D. No futuro, Victor Gaviria,
1990. colombiano. Define al país como un país ha- Magazine Dominical del El Espectador el 29 de bases sobre factores que han alienado al
blado, es decir, con una escasísima tradición enero de 1967, Carlos Álvarez realizó un ba- hombre 64.
visual que ha generado en buena medida su in- lance del presente del cine colombiano en el Para el libro que compiló estos textos en
cipiente desarrollo cinematográfico. Exalta una que subraya el papel de José María Arzuaga 1989, Álvarez afirma además que:
escasa tradición visual lograda de manera po- y sobre todo de su reciente Pasado el meri-
sitiva en Melitón Rodríguez y Fernando Botero, diano: “el film más serio que ha hecho el cine Arzuaga representó con total propiedad
al director de cine colombiano de la década
en quienes ve como “realmente se pintó a Co- colombiano a través de muchos años de su de los sesenta. A un inexistente director
lombia”59. Encuentra en algunas excepciones escasa filmografía”62. En este da cuenta bre- estructurado sobre necesidades artís-
de cine regional (Bottía o Gaviria) un fuerte nexo vemente de la historia y personajes de Pasado ticas, que era a su vez limitado por las
con lo regional de donde le parece que surgen el meridiano relacionándola con la de Raíces escasísimas empresas productoras, dedicado
a sobrevivir con el cine publicitario y cons-
imágenes mucho más auténticas que reflejan de piedra, encontrando en ellas el tema de la ciente de su impotencia” 65.
una identidad nacional: “lo que continua te- soledad del hombre, no la angustia que pa-
niendo validez es aquello cuya perspectiva es rece producirse en el alma del burgués, sino la Imagen que se refleja en la primera parte
“regional”, es decir, está claramente enquis- desintegración social e impotencia del hombre de Pasado el meridiano, en donde retrata el
tada en un ambiente, en un modo de entender reducido a su valor de producción de capital: trabajo, intereses y personalidades, de una
la vida que nunca es colombiano a secas sino, sean el celador o el obrero. Ve cómo Pasado agencia de publicidad,
antioqueño, valluno, costeño y, por supuesto, el meridiano capta la “soledad terrible en que Que incluye un documental demagógico,
bogotano”60. Entonces retoma los ejemplos se mueve el hombre que por cuestión clasista patéticos avisos de prensa, una frustrada
de Arzuaga y quizá Julio Luzardo que, aun- no ha conocido todavía la llamada soledad de demostración práctica de la técnica persua-
que con lamentable solución técnica, son los siva empleada, que luego es ahogada en
la angustia burguesa”63. En la revista Nova una función de cine rojo, whisky y chicas
pocos donde se refleja la imagen del hombre número 5 y 6 de julio del mismo año, amplió “amables y comprensivas” especialmente
colombiano, junto a la celebrada Rodrigo D. su visión de Arzuaga y específicamente de invitadas para “ablandar” al cliente 66.
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67 . Op. Cit. Caicedo, En el primer número de Ojo al cine (1974), análisis, secuencia por secuencia de estas La apreciación y valoración que Caicedo sonido, doblajes de diálogos, falsos racords en 68. Ibíd., p. 284.
p. 286. 69 . Ibíd.
Andrés Caicedo publica una extensa crítica dos películas, rescata su inusual valor en el hace sobre la obra de Arzuaga, también como el montaje), como Arzuaga los utiliza a ma-
sobre Raíces de piedra y Pasado el meri- contexto nacional, y lamenta la poca influen- la de Carlos Álvarez, es el del mejor ejemplo en nera de efectos expresivos para acentuar la
diano y una entrevista a José María Arzuaga, cia que puedan tener una década después el escaso panorama del cine nacional: “Raí- fealdad del mundo que retrata y su “diatriba
realizada en conjunto con Luis Ospina. En su de realizadas y que hayan sido injustamente ces de piedra y Pasado el meridiano son las en contra de la publicidad”. Al final el crítico
censuradas: muestras más representativas de los caminos vuelve a resaltar como Pasado el meridiano y
por donde podría tomar el cine colombiano, Raíces de piedra, contienen en “sus mejores
Teniendo siempre en cuenta que se trata
de films realizados según urgencias de si no por organización de materia, por mostra-
Primera página de la entrevista a José María Arzuaga publicada en la revista Ojo al cine
inspiración (sobre todo Pasado el meri- ción, sí por las preocupaciones que ambas pe- no. 1, 1974.
diano), por lo cual, cuando la censura los lículas evidencian”69. Define esta obra, como
prohíbe, Arzuaga, considerando ya saciada el mismo Arzuaga lo expresa en su entrevista
su necesidad, se desentiende de ellos, y así
nunca han podido exhibirse en función en el mismo número de la revista, como un re-
comercial normal. portaje de la “cultura de la pobreza”, que para
Caicedo por extensión se aproxima también
Para Caicedo, la censura a estas pelícu- a una “cultura de la locura” y “de la crueldad”,
las, más que por mala calidad técnica, fue que hacen pensar tanto en las “estéticas del
impuesta por algunas escenas de sexo, cier- hambre y de la violencia” de Glauber Rocha,
tos diálogos en el caso de Raíces de piedra, como en su propio intento por una “estética del
y sobre todo por la “imagen más bien amarga y terror”, esbozada en “El crítico, en busca de la
despojada del hombre colombiano”67. Caicedo paz…”. A partir de esta presentación y toma
reconoce la misma imagen que Carlos Álvarez de posición, el crítico describe las líneas ar-
brinda de Arzuaga, la de un cineasta inspi- gumentales y desarrolla un extenso y minu-
rado, honesto y auténtico, pero atrapado por cioso análisis de algunas secuencias de las
las circunstancias de la producción nacional dos películas, encontrando en ellas el aporte
en la publicidad: de un “esquema narrativo neorrealista” a las
obvias narrativas del cine nacional, una pri-
Para el cineasta colombiano obtener una
buena mañana una idea genial es algo mera introducción a relatos elípticos guiados
que lo emparenta con el desastre: entre la por el azar, retratos crudamente realistas, per-
idea y la realización, media, literalmente, sonajes involucrados y productos de su con-
la seguridad económica personal ¿De qué texto social, y una consciente preocupación
entonces han servido dos películas que han
relegado a Arzuaga a la única ocupación por los cánones de belleza cinematográfica
Primera página de la crítica a Pasado el meridiano y Raíces de piedra de las cuñas, también por lo que tiene una que dictamina la publicidad. También ve en
publicada en la revista Ojo al cine no 1, 1974. familia por la que responder? 68. algunos de sus defectos técnicos (fotografía,
129
tres modelos de crítica de cine en colombia: carlos álvarez, andrés caicedo, luis alberto álvarez

momentos una visión del hombre colombiano Doce años después en su conferencia 70 . Ibíd., p. 292.
71 . Luis Alberto Álvarez.
inédita hasta el momento en nuestro cine”, de 1995 “Reflexiones desordenadas”, insiste Op. Cit. 1988, p. 11.
que demuestra el interés que tiene el autor en esta apreciación: “La positiva y frustrada 72 . Ibíd., p. 58.
por “la condición de vida de la clase explotada tendencia “neorrealista” de los sesenta, re- 73 . Luis Alberto Álvarez.
Op. Cit. 1992, p. 62.
en Colombia”. Estas conclusiones hacen pre- presentada en José María Arzuaga y Julio
74 . Álvarez, Luis Alberto
guntarse a Caicedo “¿Hasta qué punto el mal Luzardo, no parece haber tocado para nada Álvarez y Víctor Gaviria.
gusto creativo […] haya influido en la factura al cine hecho fuera de la capital”72. A finales “Las latas en el fondo del
rio: el cine colombiano
final (técnica) del film?”, hasta lograr que el de los ochenta en “El cine colombiano y la visto desde la provincia”,
en Cine no. 8, 1981, focine,
“mal gusto triunfe por la vía del absurdo”70, crítica: la necesidad del diálogo”, es mucho Bogotá.
aunque considere finalmente que tanto las más drástico en su apreciación de la obra de
películas como el público hubieran merecido Arzuaga, quien “nos dejó una herencia que es
un mejor acabado. más lo que pudo haber sido que lo que en rea-
lidad fue”73. En cambio en su ensayo escrito
En tres textos distanciados en el tiempo, en conjunto con Víctor Gaviria “Las latas en el
Luis Alberto Álvarez aludió a la obra de Ar- fondo del río: el cine colombiano visto desde
zuaga rápidamente. En “En contra de lugares la provincia”, publicado en la revista Cine
comunes” publicado en 1983 en El Colom- número 8 de 1981, los dos autores le dedican
biano, denuncia primero sus defectos para un mayor espacio a la obra de Arzuaga (Raí-
rescatar luego su intento de mostrar y reflejar ces de piedra y Pasado el meridiano), res-
la más auténtica realidad colombiana: catando sus grandes valores: su concepción
Si el cine que José María Arzuaga hizo del espacio y el movimiento de sus personajes
en los años sesenta (Raíces de piedra integrándose a este, como también la puesta
y Pasado el meridiano), no tuviera la en escena que pone en relación los persona-
desventaja de defectos técnicos que lo hacen jes y objetos con los movimientos de cámara.
fatigoso de ver, podría ser algo así como
los clásicos del neorrealismo, un cine que El modo como se mueven los personajes
podría presentarse una y otra vez, porque en las películas de Arzuaga, la manera
sus historias son legítimas y porque sus en que están integrados a su mundo, un
personajes, captados hace tres décadas, son hombre bañándose en una terraza, un loco
todavía auténticos y convincentes, porque y su hija en un despeñadero de barriada,
sus soluciones visuales, su puesta en escena los empleados y los guachimanes en una
y los ambientes que describe son la más oficina, son un fenómeno, una apariencia
Fotograma de Raíces de piedra, José María Arzuaga, 1963. auténtica Colombia71. única y hasta ahora no repetida74.
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Arzuaga está en diálogo con las búsque- que ha comenzado a violarla”77. Álvarez y Ga- calor, amistad, una “soledad que no proviene 75 . Ibíd.
76 . Ibíd.
das del neorrealismo italiano y sus “respetuo- viria observan como a principio de los ochenta, de la angustia” burguesa y sus modas79.
77 . Ibíd.
sas esperas”, y la sensibilidad del nuevo cine aunque se tenga un cine con menos defectos Andrés Caicedo encuentra en ciertos defectos
78 . Ibíd.
de los sesenta, sin ser esnob, sino simple- técnicos que el de Arzuaga, se ha perdido la técnicos de sus películas un efecto expresivo 79 . Carlos Álvarez.
mente observando al hombre en su contexto osadía de “dar el salto al vacío”, por querer con el que parece identificarse: el reportaje Op. Cit. 1989, p. 35.
antes que intentando narrar argumentos to- parecer mejor realizado. Como muestra de de Arzuaga a la “cultura de la pobreza”, y sus 80 . Andrés Caicedo.
Op. Cit. p. 292.
mados de manuales de guion. Sin embargo “salto al vacío” se refieren al “complejo movi- prolongaciones hacia una “cultura de la locura”
81 . Luis Alberto Álvarez
el problema radica en su técnica inadecuada: miento de cámara en el banco en Pasado el y “de la crueldad”, y quizá lo que Caicedo ha y Víctor Gaviria. Op. Cit.
Sus dollys, su cámara en mano, sus meridiano, que en su torpeza actual deja en- llamado una “estética del terror”, en donde se
angulaciones, no están realizadas por trever uno de los momentos más maravillosos puede justificar que el “mal gusto triunfe por
operadores de cámara confiables y en sus del cine colombiano”78. la vía del absurdo”80. En cambio Luis Alberto
directores de fotografía no encuentra quién Álvarez lamenta los defectos técnicos que han
sepa crear una belleza en la realización El cine de Arzuaga sirve a estos tres críticos
que corresponda a la perceptible belleza en dificultado la visión de estos intentos por hacer
la concepción75. de cine como ejemplo de tres diferentes pro- un auténtico cine colombiano. Pero el mismo
puestas para el cine en Colombia. Coinciden Álvarez con Gaviria, se preguntan desde la pro-
El suyo es un cine altamente intuitivo, en celebrar en sus dos películas la forma de vincia, si finalmente vale la pena retornar a Ar-
terco y valiente, en el que no renuncia a sus acercarse a la realidad, indagando sobre la so- zuaga, no tanto para promover un culto a algo
ideas, pero donde, aunque “se imagina lo ledad del hombre moderno, de manera cruda que no está “suficientemente elaborado como
que se está queriendo decir […] termina por y con total honestidad, como también la forma para constituirse en modelo, sino como un
no ser dicho”, pero a pesar de sus deficien- como se exige en ellas un espectador desalie- modo de ver, una aproximación, una sensibi-
cias técnicas, parece que “no puede quedarse nado. Para Carlos Álvarez en 1967, Pasado el lidad de la que necesitamos urgentemente”81.
sin saltar, aunque el salto pueda no parecer meridiano es la película más seria hecha en En relación con la forma en que se representa
ornamental y produzca quebraduras”76. Es un Colombia, no objeta sus defectos técnicos sino la realidad colombiana, Caicedo y Luis Alberto
cine de la mirada, a veces a distancia aunque que más bien muestra como fueron disculpas Álvarez coinciden al encontrar en Raíces de
dignamente incisiva, como la que registra el para que la censura la prohibiera. Para él, piedra y Pasado el meridiano la imagen del
“ataque de locura del personaje de Raíces Arzuaga ha sabido retratar por primera vez en hombre colombiano en su propio contexto,
de piedra, temblando en la acera como un el cine colombiano la soledad y alienación del mientras que para Carlos Álvarez se trata de
epiléptico, a través de la vitrina de un almacén hombre moderno y universal, es decir, producto la imagen de un hombre universal solitario y
en donde se destaca, sin inmutarse, perfecto del desarrollo capitalista de la clase burguesa, alienado por el desarrollo de la clase burguesa
y elegante, un avión publicitario de juguete”; un ser social, necesitado de comunicación, y el capitalismo.
o al personaje de Pasado el meridiano que
“corre dejando a su espalda a su novia re-
Afiche de la película Pasado el meridiano, José María Arzuaga, 1966. ciente, en manos de una barra de muchachos
Referencias
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cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época

Ojo al cine: instantáneas


de la producción crítica
del Grupo de Cali
Por Luisa Fernanda Ordóñez Ortegón

Ojo al cine, una revista de cinco números que circuló entre 1974 y 1976, fue una iniciativa que 1 . Andrés Caicedo.
Ojo al cine. Bogotá: Norma,
surgió en el marco de las actividades del Cine Club de Cali, siguiendo la secuencia de publicacio­ 1999, 541 pp.
nes facsimilares que apoyaban las proyecciones de cine desde la época en que Andrés Caicedo
dirigió el cine club del Teatro Experimental de Cali. Esta publicación es la materialización de un
trabajo juicioso de un grupo de cinéfilos a quienes convocaba el cine de autor y los nuevos giros
del cine latinoamericano después de la Revolución Cubana.

Suponer que la historia de la revista está únicamente ligada a la vocación crítica de Andrés
Caicedo es un error que se suele cometer: Ojo al cine fue también el nombre de la columna que
el escritor publicó durante varios años en el Diario de Occidente y posteriormente en el periódico
El Pueblo de Cali, cuyo contenido constituye el grosor del libro homónimo editado por Luis Ospina
y Sandro Romero para la editorial Norma en 19991.
136
publicaciones sobre cine en colombia

de los sesenta y setenta. Los autores de Ojo al Después de cinco números y desespera­
cine, colombianos y extranjeros, respondieron das súplicas por encontrar financiación mani­
al poder de convocatoria de la imagen en mo­ festadas periódicamente en las editoriales, la
vimiento, sobre todo como herederos de una muerte de Andrés Caicedo fue la estocada
tradición instaurada desde Cahiers du Cinema: final que dejó interrumpido otro proceso de re­
la de la política del autor. flexión escrita especializada acerca de la pro­
ducción cinematográfica nacional y de lecturas
Así, la cinefilia, como eje transversal de la
críticas sobre los avatares contemporáneos de
revista, interactuó con otros hechos coyuntu­
la imagen en movimiento.
rales determinantes para la producción cine­
matográfica contemporánea: por un lado, el
Nuevo Cine Latinoamericano y las tendencias Cine colombiano
que desde el continente propusieron la posibi­ en la revista Ojo al cine:
lidad de existencia de un cine descolonizado; la Secuencia crítica
por el otro, la atmósfera ambigua creada por del cine colombiano
el ambiente del Sobreprecio en la que el cine
colombiano se debatió entre la ilusión y la La sonrisa mueca de una habitante del barrio
desesperanza. El Guabal, eje transversal del argumento de
Oiga vea2 (1972), es el inquietante atractivo
Entonces, las páginas de Ojo al cine dan
que da inicio al primer número de la revista
cuenta de un diálogo atravesado, entrecru­
Ojo al cine. No es la chica de portada de al­
Cubierta del libro Ojo al cine, Editorial Norma, 1999. zado y afectado por tres ejes: el momento del
guna revista de modas; sin embargo, esa risa
cine nacional en la década de los setenta y las
nerviosa, tan macabra como contagiosa, es Cubierta de la revista Ojo al cine, no. 1, 1974.
Cada número de Ojo al cine fue producto múltiples teorías sobre su refundación; la re­
además sintomática del reconocido tono bur­
del trabajo colectivo del comité de redacción flexión crítica y las apuestas por un cine revo­ 2 . Cortometraje codi-
lón que caracterizó la obra de Carlos Mayolo y por su lugar como autores y productores en
conformado por Andrés Caicedo, Luis Ospina, lucionario recibidas desde distintas latitudes rigido por Luis Ospina y
Luis Ospina, tanto en sus textos críticos como el campo: Ojo al cine No. 1 es una publicación Carlos Mayolo a propósito
Carlos Mayolo, Ramiro Arbeláez y Patricia en América Latina; y la política del autor y la
en sus películas. que intenta responder a ese problema desde de los Juegos Panameri-
Restrepo. Además, la revista contó con la co­ vocación de serlo por parte de algunos miem­ canos de Cali en 1971.
un lugar crítico.
laboración de autores como Miguel Marías, bros del equipo de redacción de la revista. Ojo Este extraño juego con la imagen, que se
Juan Bullita y Segismundo Molist, quienes le al cine fue también el campo en el que, estra­ traduce en una paradójica estética del ham- El punto de partida de Ojo al cine se ex­
dieron una serie de matices que permiten hoy tégicamente, la producción cinematográfica bre –que no es propiamente la de Rocha–, cu­sa en la muestra de cine colombiano rea­
aproximarnos a ella como una fuente en la del Grupo de Cali se consolidó como un canon termina por convertirse en un intento del comité lizada en la Cinemateca Distrital, en Bogotá,
que fue posible establecer un diálogo crítico potencial –hoy efectivo– en la historia del cine editorial de la revista de preguntarse por el en 1973. Esta muestra, en donde se exhibie­
entre múltiples miradas al cine de las décadas en Colombia. horizonte de sentido del cine colombiano y ron películas colombianas de las dos décadas
138 139
publicaciones sobre cine en colombia ojo al cine: instantáneas de la producción crítica del grupo de cali

3 . S. A. “Al lector”. predecesoras, generó en los miembros de la En el primer número se publicaron en­ de una periodización que se vio desbordada pioneras de un potencial cine nacional, porque 5 . Ídem.
Editorial. Ojo al cine, 1. 6 . Entrevista con José
Ediciones Aquelarre, Cali, revista la inquietud por resolver –como ocurrió trevistas realizadas a los tres primeros y un por la preferencia de los autores por el cine de establecen un diálogo entre problemática so­ María Arzuaga, realizada
1974. “S.A.” probablemente con muchos de sus contemporáneos– la pre­ análisis escrito por Andrés Caicedo de la pe­ sus inmediatos contemporáneos. En el texto, cial y habilidades técnicas en la producción por Andrés Caicedo y Luis
es Andrés Caicedo.
gunta por el destino del cine nacional. Desde lícula Oiga vea, uno de los pocos artículos Mayolo y Arbeláez señalaron que los obstáculos cinematográfica. Ospina en Bogotá, 11 de
4 . Ramiro Arbeláez y noviembre de 1973. Trans-
Carlos Mayolo. “Secuencia el primer editorial se señaló la premura por escritos por Caicedo sobre cine colombiano. para la escritura de esta historia eran prin­ cripción y montaje: Andrés
La figura de Arzuaga se la retoma nueva­
crítica del cine colombiano”. abrir las puertas a una reflexión constante so­ La orientación del análisis revelaba la preocu­ cipalmente la falta de fuentes primarias y la Caicedo y Luis Ospina. Ojo
Ojo al cine, 1, p. 16. Cali,
falta de rigor de la crítica coetánea por asumir mente en el mismo número de la revista, en al cine, 1, p. 62.
Ediciones Aquelarre, 1974. bre el cine colombiano desde el pensamiento pación de los autores por resolver visualmente 7 . Para mayor infor-
dicha tarea: “Los intentos de conformar una una entrevista realizada por Caicedo y Ospina.
crítico de los autores: “Tenemos firmes in­ un problema contemporáneo y latente en el mación, véase Carlos
visión documentada sobre épocas o períodos Allí, el cineasta español reflexiona sobre el Álvarez. “El tercer cine
tenciones de unificar en una redacción a los cine latinoamericano: la distancia entre cine
de nuestro cine han tropezado con la esca­ cine latinoamericano contemporáneo, particu­ colombiano”. Cuadro, 4
cineastas colombianos que juzguen necesario y realidad, por lo que las reflexiones giraron (enero-marzo 1978).
sez de fuentes en relación con los primeros larmente sobre la figura de Glauber Rocha, y
clarificar, desde la teoría, mejores modos de en torno a la eficacia del cine documental y a 8 . Arbeláez y Mayolo.
tiempos, y en lo referente al cine más reciente anota: “Aquí en Colombia hay un afán des­ “Secuencia crítica del cine
funcionamiento en la producción y distribu­ la introducción del concepto de cine marginal.
han sido visiones parciales, anecdóticas y en medido por incrustarnos dentro de cinema­ colombiano”, Op. Cit., p. 27.
ción de un cine que ya lo ha probado, existe y
Pero quizá el aporte más significativo de algunos casos de dudosas omisiones”5. tografías hechas, de patrones establecidos.
se enriquece 3.
los autores de Ojo al cine en términos de cons­ Entonces la cosa se empieza a desorbitar, uno
Entonces, el cine colombiano si existía. truir una reflexión sistemática acerca del cine No obstante el acierto con relación a la va persiguiendo una cosa que además no está
Los redactores de la revista, quienes asu­ colombiano es la Secuencia crítica del cine co- forma en que históricamente se ha compor­ ni geográficamente al alcance de uno6”.
mieron al mismo tiempo el rol de críticos y de lombiano, escrita por Carlos Mayolo y Ramiro tado la crítica de cine en Colombia, al continuar
el texto, luego de una breve enunciación de Esta afirmación es clave para enten­
cineastas, reclamaron un lugar de posibilidad Arbeláez. Un intento de relatar los procesos,
nombres y directores del cine colombiano de la der cómo los autores de Ojo al cine, en su
en donde su trabajo tuviese acogida: deman­ hechos, películas y acontecimientos que ha­
primera década del siglo XX, los autores esta­ intento por aportar una definición propia de
daban un espacio en una Historia del Cine Co­ bían marcado la historia del cine en el país
blecen una serie de categorías –que no dejan cine nacional desde el lenguaje audiovisual,
lombiano, con mayúsculas, tarea que todavía hasta entonces. Como bien señalaron los au­
de ser parciales– en las que la escritura de un optan por acoger el concepto de cine margi-
estaba pendiente por escribirse. tores, “tratar de construir una historia del cine
discurso histórico soportado por hipotéticos nal, término emparentado con los postulados
colombiano es una tarea difícil”4, pero dentro
La dinámica moderna de fundar autorías grandes nombres y grandes autores salta a la que Carlos Álvarez defendiera en su apuesta
del espíritu de la creación de un canon, era
y grandes discursos, aún vigente en la dé­ vista. Así, el cine colombiano de la década de por un Tercer cine colombiano7, un cine “cuyo
preciso solucionar el problema de la escritura
cada de los setenta, se ajustaba a la lógica los sesenta tiene, entre otras categorías, una propósito central ha sido el de acercarse a
de la historia, hasta entonces –y muy proba­
del programa crítico de Ojo al cine. Así, en generación de “Maestros”, en donde clasifi­ testimoniar y a descubrir una realidad que ha­
blemente todavía– incipiente.
el inmediato porvenir del cine colombiano, can Jorge Pinto, Francisco Norden, Guillermo bía sido usualmente falsificada y escondida.
los redactores de la revista vislumbraron un La Secuencia fue una instantánea a la his­ Angulo y Álvaro González; y lo que los auto­ El desarrollo incipiente de este cine marginal,
panorama de potenciales figuras capitales en toria del cine en Colombia vista como un pro­ res llaman “Obras pautas”, específicamente, especialmente del documental, ofrece par­
el cine nacional: José María Arzuaga, Marta ceso de larga duración. Instantánea, por las Pasado el meridiano (1965) de José María ticularidades de las cuales es necesario dar
Rodríguez y Jorge Silva y, por supuesto, Carlos dificultades de circulación de la información Arzuaga y Camilo Torres (1967), de Diego cuenta, si se trata de buscar posibilidades del
Mayolo y Luis Ospina. sobre el cine colombiano y por la propuesta León Giraldo. Estas películas son consideradas desarrollo del cine colombiano8”.
140 141
publicaciones sobre cine en colombia ojo al cine: instantáneas de la producción crítica del grupo de cali

9 . Carlos Álvarez. “¿Qué En la Secuencia crítica se hacen reitera­ y Arbeláez traen a colación un argumento que generación de cineastas que finalmente iba a igual capacidad crítica, sino por las erosiones
hacer?” Revista Casa de
la Cultura (junio-agosto das citas a una serie de artículos escritos por bien podrían haber interpretado como un se­ lograr lo que nadie había podido hacer antes que este suceso causó entre los miembros del
1968). Bogotá. Álvarez, lo que lleva a afirmar que, indepen­ ñalamiento directo a los miembros del Grupo por el cine en Colombia, que la lucha contra Grupo de Cali.
10 . Arbeláez y Mayolo.
“Secuencia crítica del cine
dientemente de la producción cinematográ­ de Cali: “Finalmente hace un llamado a la for­ la resistencia que tiene el cine colombiano a
colombiano”, Op. Cit., p. 23. fica ligada a él, su aporte como teórico es mación de una generación de cineastas en que se le escriba una historia iba a tener un
11 . Ibíd., p. 30. fundamental para las nuevas generaciones de Colombia y cuenta que la vanguardia de esta punto final.
12 . Ibíd., p. 29. cineastas, que se sienten destinados a hacer generación ha de salir de los cineclubes [...] ¿Qué tan probables son estas versiones?
del cine una herramienta de cambio social. En Carlos Álvarez es, pues, el primer crítico que La limitada escasez de fuentes y la nula pre­
una referencia a un artículo suyo publicado propone un posible camino a seguir al cine ocupación por la recuperación de la memoria
en la revista de la Casa de la Cultura9, Mayolo colombiano, un camino comprometido con la del cine en Colombia en la primera mitad del
realidad del subdesarrollo que lleve a convertir siglo XX por parte de los autores de la Se-
al cine en una cultura como acción”10. cuencia crítica nos deja la desazón de lo que
Sin embargo, para Mayolo y Arbeláez, “la pudo ser. Un conveniente vacío en la histo­
etapa de la denuncia se encuentra ya supe­ ria del cine colombiano refuerza hoy el valor
rada”11. Así, es preciso hacer a un lado la de una generación que, aunque representó
militancia política y develar el potencial lugar una evidente ruptura en el lenguaje cinema­
del cine marginal en la construcción de una tográfico en el país, no ha podido estable­
nueva realidad, y es allí cuando la descrip­ cer comunicación con el cine nacional que
ción de Oiga vea aparece en escena, como le antecede.
“uno de los mejores logros documentales Cabe destacar la enunciación por parte
colombianos, que en cierto sentido metodo­ de los autores de las publicaciones seriadas de
lógico se acerca mucho a Chircales”, y como los años sesenta y setenta. Pero esta es nue­
“respuesta marginal de la versión oficial so­ vamente una historia quebrada, interrumpida,
bre los Juegos Panamericanos”12. llena de iniciativas independientes que sucum­
ben en el tiempo por falta de financiación. La
Estratégicamente, Carlos Mayolo, coautor
historia de la desaparición de Ojo al cine, aun­
del texto y al mismo tiempo codirector de la
que similar –son desesperados los intentos que
destacada película, equipara su trabajo con
desde el editorial y en el diseño gráfico de la
el de Rodríguez y Silva, con el objeto de for­
revista intentan llamar la atención sobre el he­
talecer un canon, de probar que había una
cho–, está inevitablemente ligada a la muerte
Facsímil de “Secuencia crítica del cine colombiano” de Andrés Caicedo, no porque su ausencia no
en revista Ojo al cine no. 1, 1974. pudiera ser suplida por textos de autores de Cubierta de la revista Ojo al cine, no. 2, 1975.
143
ojo al cine: instantáneas de la producción crítica del grupo de cali

una gran cantidad de material informa-


tivo básico para posteriores análisis. En
segundo lugar, el levantamiento sistemático
del problema de la metodología de trabajo.
En tercer lugar, el aporte para la crítica
de un tipo de análisis detallado que define
niveles de significación. En cuarto lugar, la
misión más histórica, menos radical, con
respecto al cine marginal  14.

El cine colombiano como eje central de


la publicación se diluye con el correr de las
ediciones, mientras las críticas sobre cine
europeo y norteamericano cobran mayor es­
pacio. En Ojo al cine no. 2 se publica: “Algunas
consideraciones acerca del cine en Colom­
bia”, artículo de Lisandro Duque, una entre­
vista con Julio Luzardo y otra con Fernando
Laverde; en el no. 3 se publica el artículo de
Julio Luzardo “Negociando el peligro, el gran
negocio de los largometrajes colombianos” y
una entrevista a Hernando Salcedo Silva. Sin
Revista Cine cubano, 1990, no. 129, La Habana, Cuba. Cubierta de la revista Hablemos de cine, 1983, no. 76,
embargo, una reflexión sistemática y orde­ Ediciones cubanas. Lima, Perú.
nada sobre la problemática del cine colom­
Cubierta de la revista Ojo al cine, no. 3, 1976.
biano de la envergadura de la primera revista en referencia a los autores. El Nuevo Cine La­ hacer seguimiento a las redes de crítica de
no se repite en los cuatro números siguientes. tinoamericano, con todas las tendencias que cine que se construyeron en América Latina,
13 . Hernando Martínez. Sobre la Secuencia crítica y sobre Ojo al
Historia del cine colombiano. albergaba, ofrecía las condiciones de posibili­ a través de publicaciones seriadas como Ha-
Bogotá: Librería Editorial cine volvería Hernando Martínez Pardo en su El nuevo cine dad para que un cine revolucionario tuviera su blemos de cine en Perú, Cine cubano y Cine
América Latina, 1978. Historia del cine colombiano13, en una carac­ latinoamericano y la manifestación propia en el país. al día en Venezuela, pues en ellas se intentó
14 . Ibíd., p. 393.
terización juiciosa de la revista como fuente pregunta por los modos crear un tejido alrededor de la pregunta por
primaria para el cine colombiano, haciendo En Ojo al cine juega un papel fundamen­
de hacer los modos de hacer cine en América Latina, y
énfasis en el número 1 de la revista y, por ex­ tal el trabajo de los articulistas Ramón Font, rastrear la circulación del pensamiento sobre
tensión, a la Secuencia crítica. Anota: El espacio de la revista se abre para dar Miguel Marías, Segismundo Molist y Juan la posibilidad de un cine revolucionario, desde
Una mirada al primer número de Ojo al cabi­da a otros relatos de primer orden en la co­ Bullita, todos autores de la revista peruana el Tercer Cine de Solanas y Getino, pasando
cine deja como balance, en primer lugar, yuntura de la historia del cine contemporáneo Hablemos de cine. Es aún tarea pendiente por las propuestas de Jorge Sanjinés o la
144 145
publicaciones sobre cine en colombia ojo al cine: instantáneas de la producción crítica del grupo de cali

la pregunta por las condiciones de posibilidad Epílogo: la cinefilia de hace una década que según sus mismos 16 . Lucas Hildebrand.
elementos desarrollan hoy Jean Eustache, “Cinematic promiscui-
de los planteamientos de los cineastas de la y la política del autor Jacques Doillon, ni las teorías de la “caja ting: Cinephilia after
región en Colombia– se orientaba al contenido china” de Jacques Rivette 17.
videophilia”. Framework,
50 (1-2) (verano-otoño
de las películas mismas, pues la distribución “Si hubo una política en los Cahiers 2009), p. 217.
y exhibición del cine latinoamericano era tan du Cinéma, fue la política del autor, que A partir de estos postulados, a lo largo 17 . “Editorial”. Ojo al
precaria que en muchas ocasiones se conocía consistía en tomar seriamente la cultura de los cinco números de la revista se intentó cine, 3 (1976), p. 3.
popular elevando ciertos directores al 18 . Antoine De
de las películas más por el trabajo crítico que instaurar una nueva tradición de la crítica de Baecque. Una cinefilia a
por el mismo hecho de haberlas visto. status de artistas16. cine en el país; no una refundación –pues contracorriente: la Nouvelle
los autores de Ojo al cine tienen y reconocen Vague y el gusto por el cine
El cine de autor, primer coletazo de la histo­ americano. Barcelona:
El aporte que la producción contemporá­ como predecesores inmediatos los trabajos
ria del cine desde y después de la Nueva Ola Paidós, 2004, p. 140.
nea del continente pudo haber dado al cine de Hernando Salcedo y Luis Alberto Álva­
Francesa, es el centro de interés de los edi­
colombiano fue un llamado al orden después rez–, pero sí un inédito corpus alrededor de
tores de Ojo al cine. Herederos de la defensa
de una probable dispersión producto del furor la producción cinematográfica mundial, que
de la política de autor de Cahiers du Cinema,
postrevolucionario cubano. En el caso de Ojo albergaba desde traducciones de los textos
abogaron por el inevitable diálogo entre cine
al cine, estas apuestas se vieron más como un de Dziga Vertov, hasta breves textos monográ­
europeo y norteamericano, tan criticado por
llamado a definir lo nacional en la producción ficos sobre Charles Chaplin, Ingmar Bergman,
algunos de los contemporáneos de la revista
cinematográfica: Sergio Leone o Sam Peckinpah. Este corpus,
francesa. Andrés Caicedo señala esta situa­
ción en el editorial de Ojo al cine no. 3: esa “tirita de nombres que quizá le darían la
Es cierto que la influencia positiva
del cine latinoamericano, especialmente del vuelta al mundo” da cuenta de un caso clásico
documental cubano (cuyo desarrollo integral El hecho es que somos un grupo de gente de cinefilia,
Getino y Solanas en revista Cinemateca no. 3, 1978. empieza a partir de la Revolución) ha que creció bajo la influencia de la Nueva
incidido en la gestación del cine colombiano, Ola y que hoy nos interesa Vertov, ... ligado a una cierta idealización de lo que
pero en estos momentos las obras están Latinoamérica y Miclos Jancsó, pero igual significa hacer una película, en el sentido de
15 . Ibíd., p. 30. producción cinematográfica ligada al Instituto planteando y exigiendo un desarrollo más Jerry Lewis […] porque él es el centro ver una película […]. Pero además está la
Cubano del Arte e Industria Cinematográficos independiente, que permita marcar las que regula nuestro universo y observar vocación de Banda aparte de los autores
(icaic). Así, en los números 3 y 4 de Ojo al posibilidades para el descubrimiento de uno de sus films es una experiencia que del Grupo de Cali: las páginas de Ojo
una cultura nacional. Estéticamente ya pone en tela de juicio cultura recibida y al cine y las palabras que les dan sentido
cine, los editores se propusieron realizar una intentan subrayar juicios de gusto y destacar
se ha roto con los esquemas de las ideas moral malamente desarrollada en este
“Introducción al cine cubano” a partir de dos generales, planteadas en los festivales de tránsito doloroso etc. y etc. (sic) y Jean unos modos de hacer cine que serán
entrevistas: una con Manuel Pérez y otra con cine latinoamericano y las obras adquieren Pièrre Leaud, Bernardette Lafont, Billy luego los descriptores de un programa cine-
Daisy Granados; y en el no. 5 se publica el ar­ una mayor originalidad, volviéndose con Wilder, Luis Buñuel, Alfred Hitchcock matográfico ahincado en el programa crítico
tículo “Problemas de la forma y del contenido esto más útiles por su calidad que por su y demás fénices de los ingenios, que ahora esbozado en la revista. Todo conduce, como
cantidad. Es la hora, en fin, de que el no nombramos porque sus nombres en señalaba Antoine de Baecque, a instaurar
en el cine revolucionario” de Jorge Sanjinés. cine marginal colombiano responda con una tirita le darían, quizás, la vuelta al ‘una cultura de la diferencia: encontrar una
La curiosidad del comité de redacción por el más fuerza a las exigencias históricas mundo; más no hay que pasar por alto la coherencia intelectual allí donde no aparece
cine latinoamericano –además de responder a nacionales 15. visión crítica y desencantada al cine francés como algo evidente’ 18.
146
publicaciones sobre cine en colombia

19 . Ídem. La cinefilia soportó la revista y fue el


fuego alimentador de sus páginas durante su
Referencias
corta existencia. Alrededor de Ojo al cine es­
tuvo, por supuesto, la actividad del Cine Club Álvarez, Carlos. “¿Qué hacer?” Revista Casa
de la Cultura (junio agosto 1968).
de Cali, con el lugar que este ha tenido en
Bogotá.
la consolidación del canon de la historia del
cine colombiano: en la formación de públi­ . “El tercer cine colombiano”. Cuadro, 4
cos y en el séquito de adeptos que le dieron (enero-marzo 1978).
forma está toda una generación inquieta por Arbeláez, Ramiro y Carlos Mayolo. “Secuencia
la producción cinematográfica de vanguardia. crítica del cine colombiano”.
Pero además está la vocación de Banda aparte Ojo al cine, 1.
de los autores del Grupo de Cali: las páginas de Caicedo, Andrés. Ojo al cine. Bogotá: Norma,
Ojo al cine y las palabras que les dan sentido 1999.
intentan sub­rayar juicios de gusto y destacar
Caicedo, Andrés y Luis Ospina. “Entrevista con
unos modos de hacer cine que serán luego los José María Arzuaga”. Ojo al cine, 1.
descriptores de un programa cinematográfico
ahincado en el programa crítico esbozado en la De Baecque, Antoine. Una cinefilia a
revista. Todo conduce, como señalaba Antoine contracorriente: la Nouvelle Vague y el
gusto por el cine americano. Barcelona:
de Baecque, a instaurar “una cultura de la di­
Paidós, 2004, p. 140.
ferencia: encontrar una coherencia intelectual
Cubierta de la revista Ojo al cine, no. 5, 1976. allí donde no aparece como algo evidente”19. Fujiwara, Chris. “Cinephilia and the
imagination of filmmaking”. The Journal
of Cinema and Media, 50 (1-2) (verano-
otoño 2009).
Hildebrand, Lucas. “Cinematic promiscuiting:
Cinephilia after videophilia”. Framework,
50 (1-2) (verano-otoño 2009)
Martínez, Hernando. Historia del cine
colombiano. Bogotá: Librería Editorial
América Latina, 1978.
S. A. [¿Andrés Caicedo?]. “Al lector”. Editorial.
Ojo al cine, 1. Ediciones Aquelarre,
Cali, 1974. Anuncio promocional de la revista Ojo al cine.
cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época

¿Historias de lo que no existe?


La historia del cine colombiano
de Hernando Martínez Pardo Por Anne Burkhardt

Introducción
1 . Hernando Martínez
En 1978, Hernando Martínez Pardo, historiador y profesor de la Universidad Nacional de Colom­ Pardo, Historia del cine
bia, publicó su famosa y muchas veces citada Historia del cine colombiano1, el único libro sobre colombiano, Bogotá, Edito-
rial América Latina, 1978.
este tema al nivel mundial. A lo largo de 472 páginas, el autor intenta reconstruir la historia de
2 . Ibíd., p. 15.
un fenómeno cuya existencia frecuentemente ha sido negada por los críticos e incluso por los
mismos cineastas: el cine colombiano.
Con el rigor y placer de un verdadero “coleccionista de anécdotas”2, desde su llegada al país
hasta 1976, cuando termina su investigación, Martínez Pardo analiza y evalúa una inmensa cantidad
de información, extraída de numerosos periódicos, revistas, reseñas y críticas, relacionados con el
cine nacional. El hecho de que la producción de cine en Colombia nunca haya sido significativa en
150 151
publicaciones sobre cine en colombia la historia del cine colombiano de hernando martínez pardo

3 . Entrevista personal comparación con otros países latinoamerica­­ importantes. Al mismo tiempo busca mostrar nacional, como Hernando Salcedo Silva, quien Como no existe una crítica sistemática en 6 . Entrevista con
con Hernando Martínez Hernando Martínez Pardo,
Pardo, Bogotá, 16 de nos como México, Brasil o Argentina, para los métodos de trabajo evidentes en el texto le presta un listado de películas –la primera Colombia9, Hernando Martínez Pardo encuen­ Op. Cit.
junio de 2011. Martínez Pardo no es un argumento válido en y las diferentes posiciones que toma el autor cronología del cine colombiano– que había tra más que todo crónicas que describen el 7 . Ibíd.
4 . Martínez Pardo elaborado con Carlos Álvarez. Empieza a ver y
Op. Cit., p. 15.
contra de su trabajo: “Para mí, el problema de frente a su objeto de estudio, como historiador, ambiente de los estrenos en los teatros y la 8 . Ibíd.
la historia no es un problema cuantitativo. [...] analista y crítico de cine. Finalmente, resume analizar minuciosamente esas películas, bus­ reacción inmediata del público. Esas crónicas, 9 . Según Martínez
5 . Este capítulo está Pardo, los únicos críticos
basado en una extensa Una cosa del investigador es analizar los vacíos, la repercusión que ha tenido este trabajo al cando sus elementos “estrictamente cinema­ con los análisis de películas hechos anterior­ que ya publicaban de
entrevista personal con
Hernando Martínez
los vacíos son parte de la historia”3. Incluso son nivel nacional e internacional, señalando sus tográficos”6, con el enfoque usual de la época: mente por él mismo, forman la base de la manera constante eran
Hernando Salcedo Silva,
Pardo, realizada por estos los elementos que más le interesan: “Eso éxitos y méritos, pero también sus posibles “Uno es producto de su época. El enfoque era investigación del libro. Aparte, son completa­ Gabriel García Márquez
miembros del Observa-
torio Latinoamericano de
es lo interesante de nuestro cine, sus contradic­ fallas y limitaciones. más que todo: ‘esta película es buena o es dos por entrevistas y otros materiales como y Hernando Valencia
Goelkel.
Teoría e Historia del Cine ciones, sus momentos de entusiasmo, sus fra­ mala’, o ‘esta película es interesante, pero
(Universidad Nacional de
Colombia), el 16 de junio
casos, su continuo nacer, morir, y renacer. Eso Génesis y proceso de tiene tales problemas’; digamos, más desde el
de 2011 en Bogotá. es lo que hay que explicar. Es un trabajo de bús­ trabajo5 punto de vista de juicios”7. Por falta de acceso
queda del hilo conductor que explique qué le ha a algunas películas que se encontraban en el
pasado al cine colombiano desde 1904, para Después de haber estudiado teoría e listado de Hernando Salcedo –muchas siguen
que, a finales de 1976, estemos proclamando historia del cine en Roma durante dos años, perdidas hasta hoy– y también con el objetivo
–una vez más– su nacimiento definitivo”4. Hernando Martínez Pardo vuelve a Bogotá a de profundizar más la investigación histórica,
comienzos de los años setenta y se compro­ Hernando Martínez Pardo empieza a buscar
La concepción del libro devela su ex­
mete a dar un taller sobre apreciación y aná­ notas sobre cine en revistas y periódicos.
periencia como historiador, su interés por
lisis de cine en la Cinemateca Distrital, que
relacionar los hechos con el mundo en que Fueron unos 5 o 6 años de trabajo.
en ese momento es dirigida por Isadora de Contraté a unos ayudantes que recogían en
ocurren, y entre sí: nunca mira al cine como un
Norden. Junto con otros apasionados como los periódicos de las bibliotecas –la Luis
fenómeno aislado, sino lo ubica en su contexto Ángel Arango y la Biblioteca Nacional–
Gustavo Ibarra, Margarita de la Vega, Diego
social, político y económico. Describe, analiza, desde comienzos de siglo hasta los años
Rojas y Sandro Romero Rey, se reúnen en la
aclara, ilustra, evalúa y opina sobre las pelícu­ 60 los artículos sobre cine. No había una
Cinemateca para discutir los temas y conte­ sección de cine, ni cultural, por lo tanto
las, su proceso de producción, distribución y
nidos del curso. Un día, Isadora de Norden el artículo sobre estrenos de cine podía
exhibición, como también sobre su éxito o fra­ aparecer en cualquier página. Tocaba
le propone escribir algo sobre cine colom­
caso con el público nacional e internacional. coger periódico por periódico y buscar hoja
biano. Le facilita la consulta de las películas
No juzga, ni busca culpables para el supuesto‚ por hoja. Y ahí uno encontraba la notica
de las cuales dispone la Cinemateca en ese chiquita que se estrenó tal cosa, y así
“subdesarrollo” del cine colombiano.
momento y le hace los contactos con los ci­ encontré cosas que ni siquiera Hernando
El presente artículo quiere llamar la aten­ neastas más importantes. Con la Cinemateca Salcedo tenía en su lista8.
ción sobre este libro importantísimo y caído en como espacio de proyección y encuentro,
el olvido, dando una visión general sobre su Hernando Martínez Pardo rápidamente se Fotografía de Martínez Pardo publicada
génesis, sus contenidos y sus hipótesis más hace amigo de otros investigadores del cine en revista Cinemateca, no. 4, 1978.
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publicaciones sobre cine en colombia

10 . Entrevista con guiones y fotografías. En el caso de las pelícu­ contexto socio-político como punto de refe­ autor ni siquiera pensaba en la publicación
Hernando Martínez Pardo,
Op. Cit. las perdidas tiene que enfrentar el problema rencia para su Historia del cine colombiano. Lo de la obra:
11 . Ibíd. de reconstruir la obra con base en las crónicas que todavía no entra en esa contextualiza­ción Yo estaba escribiendo por puro placer,
12 . Ibíd. y materiales adicionales, los cuales son fuen­ es la relación del cine con la otra produc­­ sin pensar en editoriales. Y de golpe, por
tes poco confiables: “Es un drama porque es ción cul­tural y artística de Colombia, lo cual medio de la Cinemateca Distrital, conocí al
fiarse de las crónicas y de las entrevistas. Yo hoy le parece una falta grave. Sin embargo dueño de la Librería y Editorial América
Latina, que traía muchas cosas de comuni-
entrevisté a los pioneros de los años cuarenta hace referencia a algunos momentos de la cación, entonces yo iba con frecuencia, y un
y cincuenta, y cada uno tiene su versión, cada producción de cine de otros países, como Mé­ día le comenté (al dueño) en lo que estaba,
uno es Lumière, o Griffith, en el mejor de los xico, Cuba y Estados Unidos, y cómo estos han y él me dijo: “Yo se lo publico”13.
casos”10. Aún más complicado fue tener que influido en determinados momentos en el cine
analizar una película a base de foto fija, como colombiano. Al escribir, Hernando Martínez De esta manera, en 1978 se imprimen
en el caso de Bajo el cielo antioqueño (Ar­ Pardo no tuvo un modelo como tal, pero sí un unos dos mil ejemplares del trabajo. Es la
turo Acevedo, 1925): referente que seguía: única edición oficial del libro, que hasta hoy
no ha sido actualizado.
Había un álbum muy completo de fotogra- Soy un admirador furibundo de Jean
fías que no me acuerdo cómo lo conseguí, Mirty, tanto del libro de teoría, sicología
muy bueno. Pero de todas maneras, ¿qué y estética del cine, como del de la historia Contenidos, enfoques y
puede detectar uno ahí? Algo del concepto del cine. Es una cosa mostruosa, me gustó estructura de la Historia del
estético que tenía Acevedo, un hombre de mucho, y trato de aplicarlo. Hice una cine colombiano
teatro y fotógrafo, el concepto que tenía divisón por periodos, primero periodizar
de imagen y de narración. Ahí se pueden –que es lo que hace todo historiador– y Hernando Martínez Pardo divide su His-
detectar esos encuadres que después, cuando en segundo lugar las variables, el aspecto toria del cine colombiano en cuatro capítulos
uno ve la película, dice: “Claro, esa cámara industrial, el aspecto económico y la crítica,
frontal eterna y los personajes que entran la actitud de la crítica, como desarrollaba, que revelan el desarrollo del cine nacional
y salen como en el teatro, el paisajismo”. como dividía la crítica... Entonces, yo en orden cronológico, proponiendo al mismo Portadilla del libro Historia del cine colombiano, 1978.
Pero juzgar o analizar una película por las divido en capítulos, pero el modelo era el de tiempo una periodización, que ha sido adap­
fotografías es peligrosísimo11. Jean Mirty12. tada por muchos otros estudiosos del cine 13 . Ibíd.
de las proyecciones y la repercusión que
A continuación, Hernando Martínez Pardo Durante estos seis años de trabajo, colombiano. tuvie­ron las primeras funciones en el público. 14 . A: “El cine
llega a Colombia”; B:
se pone en la tarea de contextualizar la infor­ Hernando Martínez Pardo no recibió ningún El primer capítulo trata de la llegada del Vale la pena destacar que apenas comienza el “Las revistas”; C: “La
producción”; D: “Un
mación encontrada, buscando elementos que apoyo económico, ni para la investigación, cine a Colombia y de la producción de cine desarrollo del sector cinematográfico, ya apa­ divorcio faltal”.
relacionen la historia del cine con aquellas ni para escribir, ni para la redacción del li­ silente (1900-1928). Está dividido en cuatro recen los primeros intentos de reglamentación 15 . Posiblemente en
otras “historias” del país. Vuelve a estudiar bro. Fue un trabajo completamente perso­ subcapítulos14, los cuales nuevamente son por parte del Estado, cobrando impuestos e 1914 ya existía una Junta
de Censura de la cual se
la historia de Colombia, averiguando cuándo nal, con la ayuda de unos buenos amigos divididos. Arranca con los pioneros del cine instalando una junta de censura15. Dando quejaban los críticos de
y cómo el cine entra en interacción con los e instituciones que lo apoyaron en cuanto a en Colombia (los Di Doménico y los Acevedo), mucha importancia a la reflexión y a la crí­ cine. Véase Martínez Pardo
Op. Cit., p. 34.
movimientos políticos y sociales y escoge el fuentes, contactos y motivación. Al principio, el los primeros teatros, las condiciones técnicas tica, Martínez Pardo les dedica un subcapítulo
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publicaciones sobre cine en colombia la historia del cine colombiano de hernando martínez pardo

16 . Roberto Mirue: “La entero (I.B), señalando las pocas revistas en el siglo pasado. Lo que para el público y 1937, “no se encuentra ningún documento 19 . Ibíd., p. 60.
censura”. En: El Kine, No.
producción de cine en el país17. Una hipótesis
donde ya se opinaba sobre el cine nacional. italiano era una forma de revivir el pasado que haga referencia a la realización de cortos, 20 . Ibíd., p. 61.
12, Sincelejo, 31 de junio frecuentemente discutida es la supuesta des­ grandioso o de soñar que algún día se 21 . Ibíd., p. 66.
de 1914, p. 2. Citado en: Como en todo el libro, el autor cita y enfrenta vinculación del cine colombiano de la realidad cambiaría la situación, para el colombiano películas o documentales fuera del que testi­
Martínez Pardo 22 . Ibíd., p. 67.
Op. Cit., p. 34. diferentes posiciones características para el del país: mientras se acaba la Guerra de los Mil era una forma de sentirse vivo19. monia sobre la filmación de un documental 23 . Ibíd., p. 77.
17 . Ibíd., pp. 56-57. discurso de la época. En este caso, la discu­ Días, seguida por otras guerras civiles y la se­ sobre la guerra con el Perú en 1932, reali­ 24 . Ibíd., p. 73.
18 . Ibíd., p. 58. En la sión gira alrededor de la censura, la cual fue paración de Panamá, el cine nacional se ocupa Una tendencia que identifica Martínez zado por los Acevedo”23. Hernando Martínez 25 . Ibíd., p. 77.
entrevista mencionada,
rechazada fuertemente por la mayoría de los de mostrar la clase alta de Medellín paseando Pardo como característica del cine silente Pardo ni siquiera hace el intento de especular
aclara que sí le parece
que el arte debe reflejar la críticos: por calles y campos hermosos (Bajo el cielo colombiano es la costumbre de copiar: según sobre las posibles razones, sino compila la
realidad, pero de manera
La censura previa, cualquiera que sea antioqueño) o de adaptar novelas románticas él, no sólo se imitaba la propia herencia lite­ información de las entrevistas realizadas con
estética, construyendo
memoria, no necesaria- la forma en que se ejercite, es un ataque al cine (María, Aura o las violetas). Aquí, raria (por medio de las adaptaciones cinema­ testigos de su época. El personaje al que se
mente reproduciéndola. al pensamiento humano, una violación Hernando Martínez Pardo toma la posición tográficas), sino también los contenidos y las debe gran parte del desarrollo sonoro en Co­
al derecho de exteriorizar las ideas y las estructuras dramáticas y estéticas de otros
sensaciones como el alma las concibe y las opuesta y aclara que ni Eisenstein, ni Griffith, lombia es Carlos Schroeder, al que llamaban
siente. La inmoralidad de una obra no ni Renoir filmaron las guerras o crisis de sus países, mayoritariamente europeos o nortea­ “el loco del aparato sonoro”24, debido a su
está en ella misma, sino en los espíritus que países en el momento en que ocurrían, sino mericanos20. Lo único que no se copiaba era obsesión por construir una máquina según
reciben su influencia. [...] Ningún abuso es años y décadas después. “No es solamente el know-how de cómo hacer una industria de los modelos encontrados en revistas extran­
tan odioso como el de romper la hermosura cine21. Parece interesante destacar que, para
y la unidad de una obra de arte16. injusto pedirle al ci­ne colombiano que esta­ jeras; observando las fallas técnicas de los
bleciera ese tipo de relación inmediata con la el autor, la crítica también es responsable de aparatos importados en las salas de Cine Co­
En el siguiente subcapítulo, Martínez Pardo realidad, sino que es absurdo porque no es esa que haya fracasado la industria de cine en esa lombia, junto con César Estévez desarrolla el
presenta los famosos noticieros de los Acevedo la función del arte”18. Martínez Pardo no sólo primera época, por haber tomado una posi­ primer aparato sonoro colombiano:
y las primeras películas, como María (Máximo opina sobre las posiciones de personas terce­ ción demasiado ideológica y poco realista: “La
El equipo sonoro y parlante Cine Voz
Calvo y Alfredo del Diestro, 1922), Aura o las ras, también formula sus propias hipótesis, en utopía está en exigirle al cine nacional una Colombia es un aparato al cual se puede
violetas (Pedro Moreno Garzón y Vincenzo di la mayoría de los casos ampliando el discurso actitud crítica y revolucionaria ante la realidad adaptar cualquier proyector de los antiguos
Doménico, 1924), Como los muertos (Pedro en cuestión mediante la alusión a argumentos [...]. La historia está en que el cine mundial para cintas mudas. Montando el proyector
Moreno Garzón y Vincenzo di Doménico, 1925) históricos. Al intentar de explicar la afición de nació en una estructura capitalista”22. sobre la cabeza del equipo se podrán pasar
y Bajo el cielo antioqueño (Arturo Acevedo, cintas empleadas para producir música,
los cineastas –y del público colombiano– al voces y sonidos, en forma tan nítida y
1925), basándose principalmente –como melodrama y la tragedia pasional que llegaba El segundo capítulo aborda el tema del
natural que la acción corresponde exacta-
ya se ha mencionado– en las crónicas de la desde Italia y Francia al país, argumenta con el cine sonoro, empezando con su llegada en mente al sonido25.
época y las fotografías correspondientes. Al momento histórico y el sentido de vida predo­ 1929 y terminando en 1946, cuando Colom­
principio de esta sección (capítulo I.D), el autor minante a comienzos del siglo XX en Colombia: bia entra a un periodo de revuelta política y Como en el capítulo anterior, Martínez
analiza las posibles causas de la primera cri­ social profunda que también se manifiesta Pardo analiza los nuevos desafíos para todo
El melodrama de conflictos morales y senti- en la producción artística y cultural del país. el sector cinematográfico, no sólo para la pro­
sis del cine colombiano que se evidencia por mentales, de pasiones heroicas, de héroes
una baja notable de la producción en 1926 y frustrados, venía a ponerle vida a una Este periodo se destaca más que todo por un ducción (II.B), sino también para la distribu­
se agudiza en 1928, cuando casi se acaba la nación que continuaba viviendo por inercia enorme vacío en la producción: entre 1931 ción, la legislación y la crítica (II.B), la industria
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publicaciones sobre cine en colombia la historia del cine colombiano de hernando martínez pardo

26 . Por ejemplo, y el público (II.C). Aunque la estructura interna Por un lado, esa nomenclatura ayuda a iden­ lo turístico-comercial, lo folclórico-paisajista 29 . Autor desconocido:
en la tercera parte del
cine colombiano representan un material im­ “El sereno de Bogotá.
segundo capítulo (II.C: “La de los capítulos varía un poco, se puede per­ tificar los temas tratados en cada capítulo ya portantísimo para reinterpretar la historia del y lo crítico social. Como representante más Ulises, La ciudad y el
industria, el público y el cibir una tendencia general: primero, el autor dese el índice, por el otro lado, a veces es di­ cine en Colombia, cuestionando las catego­ característico para la primera tendencia, el mundo”. En: El Espectador,
cine popular”), tematiza 5 de noviembre de 1945,
la Ley Novena. A los suele dar una visión general sobre el cine y fícil diferenciar entre las partes informativas y rizaciones que habitualmente son repetidas autor destaca a Marco Tulio Lizarazo, quien p. 6. Citado en: Martínez
subcapítulos en cuestión, su contexto político, social e histórico, des­ críticas. por todos los críticos e historiadores de cine. descubre el cine como instrumento publicita­ Pardo Op. Cit., p. 114.
le pone los siguientes 30 . Ibíd., p. 122.
nombres: “¿Por qué la pués constata las fuentes y la información La Historia hace un gran aporte para detec­ rio, organizando sesiones de cine populares y
La fortaleza del segundo capítulo está, sin 31 . Ibíd., pp. 122-123.
Ley Novena?”, dando las re­levante, y finalmente sigue una evaluación tar las constantes en la percepción del cine gratuitas a nombre de empresas33. En 1955,
razones de su surgimiento, 32 . Ibíd., p. 167.
y luego “La falla no es de la propia y personal, en la cual opina sobre lo duda, en la investigación minuciosa sobre las nacional y las medidas estatales tomadas. Es Lizarazo incluso rueda un documental sobre
33 . Ibíd., p. 173.
ley”, dando enseguida su anteriormente planteado, muchas veces com­ casas productoras y las escasas películas del sorprendente que en 1945 ya había preocu­ Rojas Pinilla en el cual actúa este mismo,
propia opinión sobre sus 34 . Ibíd., p. 178.
resultados. parando el caso colombiano con otros países temprano cine sonoro27, las cuales en su ma­ pación por la “mala imagen” de Colombia que presentando al dictador como salvador del 35 . Ibíd., p. 180.
27 . Capítulo II.A.3. latinoamericanos. Los títulos que da a cada yoría están perdidas hasta el presente. Mar­ el cine llevaba al extranjero: “Es necesario que país34. Con su empresa Grancolombia Films 36 . Ibíd., p. 200.
28 . Ibíd., p. 108. capítulo guían al lector por el texto. En algunos tínez Pardo rescata los títulos y las reseñas el Gobierno Nacional [...] tome las medidas termina realizando el primer filme publicita­
casos, esos títulos incluso dejan prever la opi­ contemporáneas del olvido histórico, dándole del caso para que las “películas” como esta rio sobre Colombia, el documental Visión de
nión del autor sobre los asuntos en cuestión26. al lector una impresión viva de cómo se veían [El sereno de Bogotá] no salgan del territo­ Colombia, con el objetivo de mostrar su be­
esas obras en la época de su estreno. Las rio nacional, si no queremos desacreditarnos lleza: “Un documental que abarcara los aspec­
crónicas compiladas por Martínez Pardo lla­ hasta el máximo”29. tos más importantes y más bellos que tiene el
man la atención sobre el hecho de que aquel país como sus paisajes, su folclor, sus danzas,
canon de películas, las cuales consideramos Otra fortaleza de Martínez Pardo es su sus monumentos. Todo lo que en realidad
importantes hoy en día, es totalmente relativo: capacidad para detectar unas tendencias his­ vale. Desde la Guajira hasta el Amazonas”35.
la película Antonia Santos (Miguel Joseph, tóricas en los datos que analiza. En el caso Los títulos de otras películas filmadas en la
1944), por ejemplo, que se puede considerar del cine sonoro hasta 1946, destaca dos misma época, como Pasión llanera (Roberto
la primera película histórica realizada en el tendencias principales: “la publicidad política Saa Silva, 1947), Colombia linda (Camilo Co­
país28, tuvo excelente repercusión en el pú­ y el registro de acontecimientos de crónica rrea, 1955), San Andrés, isla de ensueño
blico y recibió gran reconocimiento por parte social”30. Más adelante, añade cuatro más: (Alejandro Kerk, 1962) o Antioquia, crisol de
de la crítica. Sin embargo, por haberse per­ la comedia musical costumbrista, el drama libertad (Alejandro Kerk, 1960) ejemplifican
dido, hoy en día nadie se acuerda de Antonia histórico, lo publicitario turístico-comercial y el esa tendencia turística o folclórica-paisajista.
Santos, mientras películas contemporáneas romance31. Esta categorización seguramente Una nueva tendencia aparece, sin embargo,
a ella, como Allá en el trapiche (Roberto no es la única imaginable, sin embargo el au­ con El milagro de sal (Luis Moya Sarmiento,
Saa Siva, 1943) o Bambucos y corazones tor las sigue usando en los siguientes capítu­
1958), que Martínez Pardo considera la película
los, dándoles continuidad a sus ideas.
(Gabriel Martínez, 1945), se han vuelto los más importante de su época36. Aunque la
puntos de referencia para la evaluación del El tercer capítulo es dedicado al cine he­ estructura melodramática todavía predomina
cine sonoro de los 40. El inmenso archivo cho en el periodo entre 1947 y 1960, enten­ sobre el realismo, es evidente el intento de
Imagen de Historia del cine colombiano, circa, 1978. de Hernando Martínez Pardo y su Historia del dido como “el encuentro de tres tendencias”32: cuestionar las condiciones sociales de la
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publicaciones sobre cine en colombia la historia del cine colombiano de hernando martínez pardo

37 . Ibíd., p. 201. clase trabajadora: “[...] la película oscila entre país, según Martínez Pardo, son la novedosa calidad técnica y artística del cine nacional. 45 . Ibíd., p. 210.
que analiza los años de 1960 a 197649. Para
38 . Ibíd., p. 202. 46 . Ibíd., pp. 214-221.
el melodrama y el realismo dándole más im­ concepción de su estructura y la nueva forma Después nombra a “Los ocasionales”45, que que el cine pueda afrontar la realidad con
39 . Ibíd., p. 201. 47 . Propuestos por
portancia al primero, pero dejando elementos de relacionarse con la realidad, construyendo –a veces de manera anónima y bastante mayor profundidad, según Hernando Mar­ Hernando Valencia. Véase
40 . Ibíd., p. 202.
41 . Ibíd., p. 198.
de juicio sobre la vida del trabajador”37. Mar­ una “crónica cercana a la ciencia ficción y subjetiva– opinan sobre películas comer­ tínez Pardo habría que corresponder a dos Martínez Pardo
Op. Cit., p. 215.
42 . Ibíd., p. 198. tínez Pardo también nombra en este contexto paralelamente una crónica de la vida”41. La cá­ ciales como Heidi (Franz Schnyder, 1955) o condiciones básicas: 48 . Ibíd., p. 217.
43 . Ibíd., p. 228. al poco conocido filme nariñense Chambú mara se olvida del argumento como tal –la Macbeth (Orson Welles, 1948) en los grandes 49 . Este último capítulo
44 . Ibíd., p. 209. (Alejandro Kerk, 1961), cuyo tema es la vida búsqueda de la langosta azul– y se dedica periódicos. Finalmente presenta a Hernando En primer lugar una conciencia del cine se divide en dos partes, las
de su función social real, no utópica o películas de 1960 a 1971 y
de los trabajadores de las canteras de pie­ a “hacer un reportaje visual del ambiente: el Valencia Goelkel, Gabriel García Márquez y ideal sino ubicada en las condiciones de las de 1972 a 1976.
dra en la zona de Bocanegra38. Esta fue mi perro, la mujer que cocina, los niños y las co­ Hernando Salcedo Silva como “Los nuevos”46 producción y en su relación con la evolución 50 . Ibíd., p. 235.
vereda, cortometraje realizado en 1959 por metas, los hombres trabajando, el calor, las que reforman la crítica cinematográfica, con de la conciencia y gusto del público. En 51 . Ibíd., p. 239.
Gonzalo Canal Ramírez, es destacado por ser calles desiertas”42. Finalmente constata que acercamientos teóricos novedosos como la segundo lugar, el desarrollo del cine como 52 . Ibíd., p. 239.
lenguaje artístico, [...] que es definitivo
la primera pieza audiovisual colombiana que con este experimento surrealista –que para­ relación producción-espectador o la influencia para la construcción de significados y para 53 . Ibíd., p. 241.
re­lata una historia sobre La Violencia que llega dójicamente se puede considerar lo más re­ del director en el resultado artístico47. Martí­ provocar en el espectador una participación
a una zona rural en el Norte de Santander. alista que se ha hecho en Colombia hasta nez Pardo identifica los diferentes estilos de cinematográfica50.
Para Martínez Pardo, este cortometraje es ese momento– sus realizadores se adelan­ los críticos, cuestionándolos al mismo tiempo:
importantísimo por su “alta calidad cinemato­ taron diez años al desarrollo cinematográfico a García Márquez le critica su tendencia a En una visión general (IV.A.1), Martínez
gráfica y estética”39. Sin embargo, también le del país. evaluaciones generalizadas como “realización Pardo destaca a Raíces de piedra (José
encuentra su punto frágil: María Arzuaga, 1961), Tiempo de sequía,
excelente”, “conducción impecable del argu­
En cuanto a su estructura, el tercer ca­ La sarda (Julio Luzardo) y El zorrero (Al­
“Es cierto, la película no analiza ninguna mento”, “plasticidad de escenas”, “aprove­
pítulo termina como los dos anteriores: des­ berto Mejía), cortometrajes compilados en
de las causas de La Violencia. Se detiene chamiento del color que revela una intención
únicamente en describir cómo una aldea pués de haber analizado la producción y las el largometraje Tres cuentos colombianos
estética no siempre compensada por la ha­
bucólica, pacífica, trabajadora se desin- nuevas tendencias en la películas, le dedica (1962), y El hermano Caín (Mario López,
bilidad narrativa”48. Esta “crítica a la crítica”
tegra con la llegada de los guerrilleros. un subcapítulo a los cambios en la distribu­ 1962), cuyos directores logran construir “una
Esa es su gran deficiencia, el quedarse en hecha por Martínez Pardo es única en la li­
ción y exhibición (III.C), a la crítica (III.D) y a la atmósfera en la cual lo individual tiende a ad­
una visión afectiva, en la añoranza del
censura (III.D), finalizando con un resumen de teratura especializada sobre el cine nacional
terruño acogedor”40. quirir características de condición social”51 y
esa nueva “muerte” del cine nacional (“El cine hasta ese momento, y, por lo tanto, de un valor
“un cine de tema artístico que en su cons­
se acomoda”43, III.E). Hablando de la crítica, extraordinario.
Otro crédito excepcional le da a La lan- trucción se vuelve demostración de su propia
gosta azul (1954), mediometraje surrealista, Martínez Pardo propone una diferenciación Concluyendo los logros de la etapa de forma”52. Aparte, destaca a Carlos Mayolo y
realizado por un equipo de cuatro personajes interesante: como “Los que vienen”44 clasi­ 1947 a 1960, Martínez Pardo insiste en la Luis Ospina (Oiga vea, 1971) y a Marta Ro­
del sector artístico e intelectual: Gabriel Gar­ fica a Luis David Peña, quien escribe crítica importancia de las primeras películas que dríguez y Jorge Silva (Chircales, 1972) por
cía Márquez, Enrique Grau, Álvaro Cepeda y sobre cine extranjero en periódicos como El se acercan narrativa y estéticamente a pre­ su aporte en cuanto al documental con inten­
Luis Vicens. Los dos elementos que este me­ Tiempo, El Espectador y Jornada, y a Camilo sentar la “realidad” del país, dándole paso al ciones políticas53. En el siguiente subcapítulo
diometraje aporta al lenguaje audiovisual del Correa, quien se especializa en detectar la último y más extenso capítulo de su Historia (IV.A.2) sigue una descripción detallada de los
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publicaciones sobre cine en colombia

54 . Ibíd., p. 315. realizadores y sus obras realizadas entre 1960 salirse de los esquemas de narración tradi­ cual dispone Martínez Pardo. Sin embargo se
55 . Ibíd., p. 324.
y 1972, seguida por un capítulo de reflexión y cionales seguramente es un paso importante podría llegar a la conclusión de que aquí se
56 . Ibíd., p. 324.
análisis (IV.3) que muestra las diferentes “vo­ para el desarrollo de una cinematografía pro­ mezclan la investigación rigurosa y la crítica
57 . Ibíd., p. 325.
58 . Ibíd., p. 340.
luntades”54 de los organismos estatales, de la pia. Por el otro lado, Martínez Pardo considera subjetiva de manera confusa: las categorías
59 . Ibíd., p. 345.
industria y los mismos realizadores. Martínez fundamental la sostenibilidad económica. El propuestas por el autor son un juicio en sí
60 . Ibíd., p. 387. Pardo llama la atención sobre la divergencia próximo subcapítulo (IV.B) lo dedica, por lo mismo. En vez de proponer categorías crono­
61 . Ibíd., p. 389. entre los conceptos teóricos y la práctica, en­ tanto, al sector industrial. lógicas, temáticas o estéticas, Martínez Pardo
tre las intenciones de los cineastas, el juicio agrupa las películas según su propio juicio.
del público y de la crítica. La hipótesis ante­ Dando un paso para atrás, el autor primero Hoy, él mismo se arrepiente de ese tipo de
riormente mencionada, de que el cine sigue ilustra los antecedentes de los actuales pro­ evaluación, cuya raíz ve en los estándares de
desvinculado de su público, es reafirmada en cesos, como los intentos de legislación por crítica de su época. En una entrevista reciente
el siguiente ejemplo: parte del Estado. Al analizar los pro y contra
responde a la pregunta: “¿Qué cambiaría si
del Decreto 879, la Ley del Sobreprecio, la
Un público no va a entender un concepto volviera a escribir una Historia del cine colom-
abstracto –como el del imperialismo, tal Jun­ta de Calidad, el Fondo de Fomento y la
biano?” de la siguiente manera: “Insistir tanto
como lo grita la película– completamente Cuota de Pantalla, Martínez Pardo se inventa
en el bien y el mal. En el buen cine y el mal
desvinculado de su realidad, [...]. El cuatro categorías, que al mismo tiempo le
concepto se queda ahí, en concepto, porque dan sus nombres a los siguientes subcapí­ cine. Ese concepto histórico de juzgar, que yo
la vivencia del campesino no se relaciona
tulos (“Los resultados que se buscaban”58, creo es tan relativo... Lo importante es poner
con el imperialismo sino con el patrón que los parámetros desde los cuales se analiza”62.
le da trabajo en la hacienda [...]55. “Los resultados que no se buscaban”59, “Los
resultados directos: las obras de receta”60 y Para Martínez Pardo, los análisis de la historia
La posición del director frente a la realidad “Los resultados indirectos: la reflexión”61). Es­ también son históricos, por lo tanto tienen que
se vuelve tan importante que la crítica ter­ tas categorías, que a primera vista no suenan ser leídos desde su contexto. Hay que conside­
mina categorizando las películas según este particularmente científicas, revelan informa­ rar también que la Historia del cine colombiano
criterio, inventándose dos nuevas categorías ción de todos los ámbitos del sector cinema­ es una obra muy personal, por decirlo así, de
(“el evasivo y el que afronta la realidad”56), tográfico. En las primeras tres es analizada “autor”: todos los procesos son realizados por
mientras la práctica ya daba casos que supe­ gran cantidad de obras surgidas entre 1972 Martínez Pardo, la investigación, la composi­ Facsímil de la página 325 del libro Historia del cine colombiano, 1978.

raban esa aproximación limitada, como Oiga y 1976, tanto corto como largometrajes, docu­ ción, la redacción e incluso la edición63. 62 . Entrevista con
el cine colombiano: “crecen la distribuición y
vea o Chircales. Según Martínez Pardo, estas mentales y de ficción. En la cuarta categoría, Hernando Martínez Pardo,
La Historia del cine colombiano termina exhibición mientras se dedican pequeños ca­ Op. Cit.
dos obras “habían hecho el mejor análisis del el autor enfoca en otros factores relacionados
cine colombiano al articular la investigación, con la producción, como las revistas de cine, con tres subcapítulos más: en “El obstáculo (?): pitales a la producción”65 –hipótesis que pro­ 63 . Ibíd.
64 . Martínez Pardo Op.
el lenguaje del medio, la problemática del es­ los críticos, los comentaristas y los cineclubes. la distribución y exhibición”64 (IV.B.7) el autor bablemente se discutiría diferente en la ac­ Cit., p. 430.
pectador y el desarrollo de las luchas popu­ Estos análisis nuevamente comprueban el vo­ hace referencia al desequilibrio entre estos tualidad. El próximo subcapítulo, “Lo inútil”66, 65 . Ibíd., p. 435.
lares”57. La propiedad de estas películas de lumen del archivo de datos tan completo del sectores, el cual considera característico para identifica dos fenómenos como perturbadores 66 . Ibíd., p. 436.
162 163
publicaciones sobre cine en colombia la historia del cine colombiano de hernando martínez pardo

67 . Ibíd., p. 449. del desarrollo: la censura (tematizada fre­ frente a su obra: ¿Quiere solamente compi­ 75 . Ibíd., p. 16.
su propia opinión79. Al mismo tiempo que la
68 . Ibíd., p. 449. 76 . Ibíd., p. 16.
cuentemente en los capítulos anteriores) y lar información, analizarla y presentarla de historia de cine se vuelve más compleja y los
69 . Ibíd., p. 453. 77 . Entrevista con
–graciosamente– el Festival Internacional de la manera más “neutral” y “objetiva” que se factores que influyen en ella se multiplican, la Hernando Martínez Pardo,
70 . Ibíd., p. 453.
Cine de Cartagena. Las fallas del festival más pueda? ¿O busca también evaluar los datos estructura aplicada en los primeros capítulos Op. Cit.
71 . Ibíd., p. 454.
grande de Colombia, para Hernando Martí­ y criticar las películas y las instituciones del parece perderse sucesivamente: en el cuarto 78 . Martínez Pardo Op.
72 . Ibíd., p. 456. Cit., p. 16.
73 . Entrevista con
nez son evidentes desde su primera edición sector audiovisual? capítulo (1960-1976), el lector fácilmente di­ 79 . Un ejemplo es el
Hernando Martínez Pardo, en el 60: graves problemas de organización, vaga entre las partes informativas y de opinión primer capítulo: los subca-
Op. Cit. la “concepción esencialmente turística del Primero hay que constatar que obviamente o análisis, también debido al hecho de que el pítulos 1-3 reproducen la
74 . Martínez Pardo Op.
Cit., p. 458.
evento”67, la selección de las películas y el ninguna historia puede ser totalmente objetiva autor “edita” esas secciones de manera abier­
información (A: “El cine
llega a Colombia”, B: “Las
“olvido del cine colombiano en su programa­ y neutral, por más que el autor intente dejar su tamente subjetiva, dándoles a los capítulos revistas”, C: “La produc-
ción”68. En el último capítulo (“El futuro”69) se propia posición por fuera, ya solo escogiendo nombres que ya expresan su propia opinión
ción”), mientras el subca-
pítulo 4 contiene el análisis
niega a definir los supuestos culpables para el la información “relevante” o “no relevante”
Detalle de la tabla de contenido del libro Historia del cine (véase arriba80). Por lo tanto durante todo el y la opinión del autor (D:
subdesarrollo del cine nacional, que frecuen­ colombiano, 1978. para la historia, la está creando y editando de
“Un divorcio fatal”, “Un
libro, pero más que todo en la segunda parte, cine desvinculado”, “La
temente se habían buscado en el distribuidor,
La última hipótesis del libro expresa la fe manera personal. El caso de Martínez Pardo, es importantísimo que el lector detecte esa gran oportunidad”, “De la
el exhibidor, el Gobierno o incluso en el espec­ utopía a la historia”, etc.).
del autor en el desarrollo cinematográfico co­ sin embargo, es diferente. En la introducción particularidad en la estructura de la obra y no
tador70. Prefiere ver el cine como un proceso, 80 . Ver por ejemplo
lombiano. Según él, la dinámica actual com­ del libro, el mismo declara que le interesan las caiga en la trampa de tomar la “historia” por los textos que hacen refe-
en dos sentidos: “[...] un proceso industrial
probaba que el cine colombiano sí podía crear dos cosas: “recoger y discutir”75 los enfoques, una verdad indiscutible. rencia a los piés de página
que incluye el momento de la producción y 64 o 66 de este artículo.
las condiciones necesarias (capitales, infraes­ “pero partiendo de los hechos que los han
el de circulación. En el segundo sentido es un
proceso de comunicación que incluye la pro­ tructura, canales de distribución y una legisla­ provocado”76. En una entrevista, lo plantea de Sin duda, gran parte de la Historia del
ducción de mensajes y la circulación de los ción adecuada) para crear su público74. Ahora, la siguiente manera: “Yo quería combinar los cine colombiano muestra a Martínez Pardo
mismos”71. Este último también se relaciona muchos años después de la publicación del dos aspectos: historiador, este es el cine que como científico e investigador riguroso: las
con el espectador, el cual le parece un factor libro, valdría la pena discutir esas hipótesis se ha hecho en Colombia, se produjo en tales secciones en las cuales pone a los cronis­
importantísimo para analizar el sector cine­ desde un punto de vista contemporáneo, para circunstancias, en tal contexto, y el resultado tas y críticos de la época a dialogar, no sólo
matográfico. Según Martínez Pardo, el cine, identificar los cambios en el sector audiovisual de las películas es esto, que es la crítica”77. representan un verdadero tesoro de fuentes
incluso debería ser una respuesta a una ne­ y también las posibles constantes. Por lo tanto pretende organizar “cada capítulo desconocidas, sino también reviven aque­
cesidad –ficticia o real– del espectador72: “El en secciones informativas y sección de análi­ llos pasados olvidados de los más lejanos
cine no construye al espectador, el cine entra Hernando Martínez Pardo: sis”78. Efectivamente, más que todo durante años de la producción de cine en Colombia.
en relación con un público construido. [...] por ¿investigador, historiador, los primeros tres capítulos, se reconoce ese Especialmente hay que destacar las sec­
lo tanto, el cine lo que tiene que hacer es bus­ científico o crítico de cine? concepto en cuanto a su estructura formal. Los ciones que resumen la producción de una
car construcciones, es buscar personajes[...]. primeros subcapítulos de estos capítulos, en época (organizada por casas productoras o
En este sentido la gran crítica que les hago a En su Historia del cine colombiano, Her­ su mayoría son compilaciones de información directores), como también el enfoque per­
los cinematografistas colombianos es que ni nando Martínez Pardo, como todo autor, y crónicas, mientras el último trae los resulta­ manente en la reflexión y crítica audiovisual
se ven los unos a los otros, ni se analizan”73. tiene que enfrentar el desafío de posicionarse dos de análisis de Martínez Pardo, expresando en cada etapa.
164
publicaciones sobre cine en colombia

81 . Como por ejemplo Yo creo que ya hay una distancia. En esta


“en mi opinión...”, “consi-
Dentro de las secciones de reflexión y Repercusión del libro época, el mundo del cine era muy chiquito,
derando... podría llegar a la análisis, Martínez Pardo generalmente con­
entonces la Cinemateca Distrital era
conclusión de que...”, etc. serva el tono del historiador: nunca empieza La Historia del cine colombiano fue escrita abierta todo el tiempo. La puerta nunca
82 . Entrevista con en una época cuando también en otros ámbi­
Hernando Martínez Pardo,
sus intervenciones con términos de introduc­ estaba cerrada y uno entraba a la biblioteca
Op. Cit. ción que le indiquen al lector que en este tos del arte y la cultura los investigadores se y sabía que allá encontraba a todos los
83 . Ibíd., p. 6. preocupaban por encontrar el origen, la raíz cinematografistas y a toda la crítica. Todo el
momento está opinando81, ni tampoco suele cine colombiano se reunía en la Cinemateca,
poner referencias cuando está hablando de lo propio, de lo nacional. Surgieron varias era delicioso, ir a tomar tinto84.
de “hechos” históricos. Como estas opinio­ “historias” nacionales, por ejemplo del arte,
nes no son declaradas como tales, existe el del teatro o de la poesía colombiana. Este fe­ A la pregunta en cuánto pudo haber in­
peligro de que el lector las pudiera interpretar nómeno también se observa en otros países fluido el libro en el canon actual del cine
como verdades comprobadas, más que todo de América Latina que, desde su colonización colombiano, Martínez Pardo responde de la
si recordamos que esta obra, como dice su por los españoles o portugueses, han reco­ siguiente manera, señalando tanto la repercu­
rrido momentos políticos y sociales parecidos. sión deseada como también la no esperada:
título, es la “Historia” del cine colombiano,
que nos sugiere “la verdad”. Para todos los Aun así, la Historia del cine colombiano no Uno puede hacerse la ilusión de que lo
causó mucho debate en su época, sólo algu­ que escribe sirva para otros críticos, para
estudiosos del cine colombiano después de guionistas, para realizadores. Sí, puede
Martínez Pardo, esta publicación es la fuente nos amigos del autor escribieron sobre ella82: hacerse la ilusión. Creo que la realidad Fotografía de Martínez Pardo publicada en revista Kinetoscopio no. 15 (2005) para el
artículo “La columna vertebral de la historia del cine en Colombia” escrito por Cira Mora.
per se, la primera fuente consultada para es otra cosa. No creo que haya incidido,
En su época, escribieron comentarios ni incida. No me puse como objetivo ese,
cualquier investigación que se aproxime al Alberto Aguirre, al estilo Alberto, y sigue siendo la única al nivel mundial, y segu­ 84 . Ibíd., p. 6.
sino más que todo expresar una opinión,
tema. Considerada como “Historia” y por lo Hernando Salcedo. Fueron artículos sobre un debate, y que ojalá se armara el relajo. ramente revela la colección de fuentes histó­ 85 . Ibíd., p. 9.
tanto infalible, muchas veces ha sido citada el libro, dentro de lo que era el canibalismo Al principio resentí que el libro no tuviera 86 . Ibíd., p. 9.
habitual, hoy en día es un poco menos, ricas más grande sobre el tema. Como se ha
de tal manera que no sólo las secciones in­ mayor repercusión, pero tuvo repercusión: 87 . Véase: “Hernando
pero en esa época era muy fuerte. Alberto me encontré un día en la calle con un explicado arriba87, no hay ninguna publicación Martínez Pardo: ¿investi-
formativas, sino también las reflexiones y fue durísimo con una parte del libro. La director que trató de darme un puño, y sobre el cine colombiano después de 1978 gador, historiador, cientí-
opiniones de Hernando Martínez Pardo se parte de antes de los 50 y 60 le gustó, pero logré esquivarlo85. que no cite directa o indirectamente a Her­ fico o crítico de cine?” en
este artículo.
difundieron en el pequeño mundo de la in­ después, en lo más cercano, [...] el libro no nando Martínez. Por lo tanto podría uno sos­
vestigación cinematográfica de modo sobre­ le gustó. Hernando era mi amigo, entonces Por lo tanto, hoy se arrepiente de haber
él escribió más una respuesta que un pechar que sí ha influido fuertemente, no sólo
proporcionado. Investigadores interesados en pensado tanto en la facilidad de uso del libro: en el canon de las películas que hoy se reco­
comentario. Después silencio83.
una revaluación del canon literario sobre el “Lo que detecté es que lo peor que puede ha­ noce como cine colombiano, sino también en
cine nacional tendrían que tener en cuenta Casi 20 años más tarde, sin embargo, la cer uno es poner este índice de directores. Es el de la literatura especializada. Sin embargo,
esas posibles “herencias de opinión” de Her­ Historia del cine colombiano finalmente en­ útil, pero los directores se leen sólo las pági­ no se puede negar la necesidad de una actua­
nando Martínez Pardo y detectarlas también cuentra un espacio para ser debatida: nas pertinentes”86. lización urgente. Primero, porque las épocas
en la literatura especializada después de la Después, en los años 90, comienzan a A pesar de la modestia de su autor, hay que más productivas del cine colombiano –la pro­
Historia del cine colombiano. aparecer algunos artículos y citas interesantes. constatar que la Historia del cine colombiano ducción de focine y las películas después de la
166
publicaciones sobre cine en colombia

88 . Entrevista con Ley de Cine del 2003– se quedaron por fuera También modificaría su método de análisis:
Hernando Martínez Pardo,
Op. Cit. de la Historia, y segundo, porque muchas de
89 . Ibíd. las películas antiguas sobre las que escribe En este momento me preocupa menos
90 . Ibíd.
juzgar que analizar, digamos, el ubicar
Martínez Pardo, no pudo verlas en su época. las películas dentro de construcciones
91 . Ibíd.
En cambio hoy en día, por medio del dvd y dramáticas y relación con el espectador [...].
92 . Ibíd.
otros medios reproducibles, se pueden con­ Coger los géneros, y teniendo en cuenta el
sultar más fácilmente y elaborar unos análisis fenómeno universal del cruce de géneros que
se está dando, ver cómo se están haciendo
estéticos basados en las mismas películas, sin
esas simbiosis de género en Colombia, [...]
tener que confiar en las crónicas. Habría que más que ir organizando las películas por
incluir la obra de cineastas tan importantes construcciones dramáticas, tengan o no
como Víctor Gaviria, Sergio Cabrera, Luis Os­ tengan repercusión en el público89.
pina o Carlos Mayolo, como también a nuevos
realizadores jóvenes, como Ciro Guerra, Óscar Martínez Pardo nunca ha dejado de ver
Ruiz Navia, Jorge Navas y Rubén Mendoza. y observar el cine colombiano, al que tam­
bién analiza y discute con sus estudiantes.
A Martínez Pardo le gustaría revisar las Su perspectiva preferida es la del analista,
películas del cine silente y el sonoro antiguo, que –teniendo en cuenta toda la historia del
enfocando especialmente en la parte de la cine colombiano– filtra qué aporta al lenguaje
construcción social del espectador: audiovisual y qué no aporta, qué contribuye y
Desde el punto de vista del espectador, qué no contribuye90. De esta manera ha ido
no solamente como consumidor que calificando las películas después de su pu­
produce tal taquilla, sino como ser
social construido por unas coordi- blicación hasta hoy, centrándose en primer
nadas políticas, económicas, sociales y lugar en la sinopsis y las características de la
culturales [...]. Eso expresa también construcción dramática, “espacio, tiempo y
cómo percibe el público no sólo el cine, narrador”91, que considera como sus criterios
sino la vinculación del cine con lo que
es el contexto del país [...]. Hoy en fundamentales. A la pregunta de si ya estaba
día habría que introducir variables trabajando activamente en la actualización
tecnológicas importantísimas que están del libro, Hernando Martínez Pardo se rio y
produciendo al espectador, todo lo que respondió con algo de preocupación: “Tengo
son las nuevas tecnologías que en cine
están per se [...]. Hay que meter ahora unas carpetas, estoy organizando archivos,
el dvd y dentro del dvd la piratería apuntes, tengo ideas, ideas... Necesito un año
que es fundamental88. sabático”92.
Reportaje crítico
al cine colombiano
cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época

La autonomía del cine:


Umberto Valverde,
  Reportaje crítico
al cine colombiano
Bogotá/Cali, Editorial Toronuevo, 1978
David M. J. Wood

Entre mayo y agosto de 1977, el escritor, periodista y crítico de cine colombiano Umberto 1 . Umberto Valverde,
Reportaje crítico al cine
Valverde entrevistó a doce cineastas colombianos contemporáneos, más al crítico Hernando colombiano, Bogotá/Cali,
Salcedo Silva, con miras a establecer un balance de la situación ideológica, industrial, discur- Editorial Toronuevo,
1978, p. 47.
siva y estética actual del cine en el país. A pesar de su afirmación de que el libro que resultó de
sus entrevistas presentaba “una visión panorámica de nuestra cinematografía”1, sus intencio-
nes no fueron enciclopédicas sino estratégicas.
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publicaciones sobre cine en colombia la autonomía del cine: umberto valverde, reportaje crítico al cine colombiano

2 . Ibíd., p. 47. Entre sus entrevistados se cuentan “los el paso del cortometraje (ya sea “marginal” o simple evaluación del estado de la cuestión del mente. Esto le daba un carácter espontáneo 6 . Hernando Martínez
3 . Carlos Álvarez,
mejores representantes de la corriente ‘margi- de sobreprecio) a la producción sostenida de cine en Colombia hacia finales de la década de y libre, que fue en últimas el espíritu que se Pardo, Historia del cine
El cortometraje del sobre- quiso mantener en la versión final 8. colombiano, Bogotá,
precio (Datos 1970-1980), nal’ y la tendencia del ‘sobreprecio’”2, sien­do largometrajes. los setenta, como en señalar lo que Valverde Librería y Editorial América
Bogotá, Cinemateca Latina, 1978.
este último un mecanismo estatal de apoyo a identifica como los rumbos más prometedo- Claro está que la sustanciosa introducción
Distrital, 1982. 7 . Paulo Antonio
4 . “Creación y estruc- la producción y exhibición de cortometrajes Sin embargo, de los 15 largometrajes co- res, desde su visión estética e ideológica, de de Valverde, así como la agenda que pone al Paranaguá, “Dos o tres
tura de focine” [1978]. En: nacionales fundado en 19713, y antecedente lombianos que en efecto fueron estrenados un cine nacional que, por lo visto, estaba ape- seleccionar y al cuestionar a sus entrevista- cosas sobre la historia del
Hojas de cine: testimonios cine en América Latina”,
y documentos del nuevo
del establecimiento en 1978 de la Compa- entre 1977 y 19795, figuran en el libro de Val- nas en ciernes. dos, impiden que veamos su libro como un en Versiones, subversiones
cine latinoamericano, ñía de Fomento Cinematográfico de Colom- verde los directores de tan solo dos de ellos: vehículo invisible y sin mediaciones de las y representaciones del cine
Vol.1, Centro y Sudamé-
bia (focine)4. Efectivamente, el libro de Valverde Ciro Durán (Gamín, 1977) y Mario Mitriotti (El Reportaje crítico al cine colombiano se pu- colombiano. Investigaciones
rica, México, Secretaría visiones de los cineastas que entrevista. Al recientes (Memorias de
de Educación Pública/ da cuenta de una amplia gama de opiniones candidato, 1978). Entre los ausentes (quizás blicó el mismo año que la Historia del cine co- la XII Cátedra Anual de
Fundación Mexicana de
en torno a las posibilidades y limitaciones del no cumplieron con los criterios de calidad o lombiano de Hernando Martínez Pardo6: obra Historia Ernesto Restrepo
Cineastas/Universidad Tirado), Bogotá, Museo
Autónoma Metropolitana, patrocinio gubernamental a la producción ci- de compromiso de Valverde) se cuentan di- pionera de la historiografía cinematográfica en Nacional de Colombia/
1988, pp. 267-273. nematográfica. El texto da voz, cuestiona y rectores tan diversos como Pepe Sánchez Colombia que, para Paulo Antonio Paranaguá, Fundación Patrimonio
Fílmico Colombiano, 2008,
5 . Largometrajes
desafía tanto a realizadores (como Lisandro (El Patas, 1978) y José María Arzuaga (Pa- marcó el inicio de la historia del cine del país7. pp. 27-43.
colombianos en cine y
video, 1915-2004, Bogotá, Duque o Ciro Durán) convencidos de las po- sos en la niebla, 1978), ambos invocados por Pero a diferencia del trabajo históricamente 8 . Valverde, Op.
Fundación Patrimonio
tencialidades que ofrecía el cine de sobre- varios de los entrevistados de Valverde como denso y exhaustivo de Martínez Pardo, que Cit., p. 48.
Fílmico Colombiano, 2005,
pp. 77-87. precio, como a aquellos (por ejemplo Carlos figuras claves en el cine social colombiano desarrolla a lo largo de sus más de 400 pá-
Álvarez, Marta Rodríguez y Jorge Silva) que lo por sus proyectos anteriores; Jorge Gaitán ginas una serie de propuestas claras en torno
rechazaban rotundamente; mientras que un Gómez, cuya coproducción venezolana Ma- al pasado y presente del cine nacional, Repor-
tercer grupo de directores, entre ellos Carlos magay (1977) es criticada severamente por taje crítico es coyuntural y urgente, y la voz
Mayolo, Luis Ospina y Mario Mitriotti, se ne- varios colaboradores; y el director más prolí- narrativa de Valverde se dispersa entre una
gaban a ubicarse plenamente en alguno de fico de la época, Gustavo Nieto Roa (Esposos multiplicidad de visiones alternativas. El escri-
los dos campos. A pesar de sus diferencias en en vacaciones, 1978; Colombia Connec- tor pone énfasis (quizá excesivamente) en la
cuanto a metodologías de trabajo, tendencias tion (Contacto en Colombia), 1978; El taxista transparencia e inmediatez de este proceso al
artísticas y modelos de distribución y exhibi- millonario, 1979). Aunque no enuncia una final de su extensa introducción:
ción preferidos, lo que comparten todas las apología abierta de ninguno de sus colabora-
Grabamos con una condición previamente
voces que comprenden el Reportaje crítico es dores, Valverde privilegia a algunos realizado- ofrecida: el entrevistado tenía derecho a
una preocupación por lograr, por medio de la res cuyas obras se limitaban al cortometraje y revisar su material antes de ser publicado,
imagen en movimiento, un análisis profundo al mediometraje (Alberto Duque López, Arturo con el fin de hacer variaciones y autorizar
de la realidad social del país que pueda sen- Jaramillo, Alberto Giraldo Castro y Luis Alfredo su edición. El esquema de reportaje,
elaborado con antelación, era más un eje
tar las bases de una industria cinematográ- Sánchez) sobre otros ya más activos en el lar- estructural sobre el cual debía realizarse la
fica colombiana sólida y comprometida con la gometraje. De esta manera, queda claro que grabación. Sin embargo, durante la conver- Fotografía de Umberto Valverde publicada
sociedad: una industria que sea capaz de dar el proyecto no consiste tanto en realizar una sación se varió, en algunos casos, notable- en revista Cinemateca no. 4, 1978.
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publicaciones sobre cine en colombia la autonomía del cine: umberto valverde, reportaje crítico al cine colombiano

9 . Ana M. López, incluir en su texto sus propias preguntas –muy impacto enorme al nivel de la crítica interna- “una forma de explotación comercial de los La tensión dialéctica que frecuentemente 13 . Ibíd., p.13.
1991. “Setting Up the 14 . Ibíd., p.192.
Stage: A Decade of Latin parecidas entre sí en la mayor parte de las cional. Para Valverde, efectivamente, “den- condicionamientos aculturales del mismo pú- sostiene Valverde entre el discurso político y
15 . Julianne Burton,
American Film Scholar- entrevistas– Valverde evita los problemas tro de la industria” el cine de autor “es la blico”13. Más adelante, Carlos Mayolo y Luis el discurso artístico de una película a veces “Marginal Cinemas and
ship”. En: Quarterly Review
of Film and Video, 13. 1-3, que Ana López identifica en entrevistas con única manera de alcanzar el nivel crítico que Ospina expresan un punto de vista cercano al colapsa bajo la presión de las visiones más Mainstream Critical
Theory”. En: Screen, 26.3-4,
pp. 239-260; cineastas latinoamericanos publicados en exige la obra artística y esa autonomía que la planteamiento de Valverde y de Rocha: simplistas de algunos entrevistados. Sin em- mayo-agosto de 1985, pp.
esta cita, p. 243.
10 . Valverde, Op.
los años setenta y ochenta por Marcel Mar- particulariza y la hace una”10. En el contexto CM: […] Uno no puede ir al público con bargo, esta discusión sobre la naturaleza del 2-21; esta cita, p.3.
Cit., p.12. tin y por Julianne Burton, quienes al excluir latinoamericano de las décadas de 1960 y los mismos reflejos condicionados porque lenguaje nuevo que el autor del cine crítico
11 . Ibíd., p. 28. sus propias voces de entrevistadores, “de- 1970, entre los planteamientos teóricos que precisamente de ellos se tienen que liberar. debe buscar, y sobre las condiciones bajo las
12 . Ibíd., p.13. jan de incorporar su propia otredad en el tuvieron más impacto internacional en torno Es necesario hablar en un idioma nuevo, cuales podría surgir, es una de las obsesiones
aunque no lo entiendan de entrada pero
texto”9, de esta manera dando la impresión a la figura del autor cinematográfico estuvie- que tenga un análisis profundo de la más omnipresentes, y también más producti-
de que el texto ofrece una destilación pura de ron los del Tercer Cine de los argentinos Fer- realidad. vos, del libro. De esta forma, en el marco del
las ideas de los entrevistados. Reportaje crí- nando Solanas y Octavio Getino y del “cine LO: No se trata de conquistar al público proyecto de Valverde queda claro que, como
tico se caracteriza más bien por un estilo de junto al pueblo” del boliviano Jorge Sanjinés, sino de crearlo. Conquistarlo es fácil, se bien lo ha señalado Julianne Burton, la adop-
ruptura y diálogo –afín a la tendencia de la quienes promovieron una disolución de la le da lo que quiere, lo que está acostum- ción de la política de los autores en América
historia oral que por esos años había adqui- autoría para convertir al director en portavoz brado a ver, lo que les ofrece el peor cine Latina responde no a la postura crítico-retros-
extranjero. […]
rido cierta fuerza en los estudios históricos en de un pueblo en vías de emancipación. Pero pectiva de la cual nació en Francia, sino a una
CM: El público está deformado por el cine
general– que ofrece un modelo alternativo al el referente al cual vuelve Valverde una vez malo que mundialmente se hace, basado en “postura práctico-estratégica […] desde la
clasicismo de la obra (todavía indispensable tras otra es el del Cinema Novo brasileño. violencia, sexo, etc. No se puede recurrir cual combatir la norma existente o teórica de
el día de hoy) de Martínez Pardo. a estos esquemas. No se le puede dar al un sistema jerárquico basado en los estudios
Para el crítico colombiano, la película-ma- público el mismo veneno. Es preciso encon- de cine”15. Más aún, si bien el libro de Val-
Un último punto merece comentarse nifiesto del tercer cine La hora de los hornos trar un lenguaje nuevo14.
verde estaba lejos de los debates en torno a
sobre la lógica global del libro de Valverde, (Fernando Solanas/Octavio Getino, Argentina, Para Mayolo y Ospina, y también para Val- la muerte del autor en la teoría crítica poses-
antes de pasar a debatir algunas reflexio- 1968) “era un cine para convencidos, en el verde, la función del autor cinematográfico no tructuralista y en la teoría del cine francesa
nes claves que se desarrollan a través de cual se trataba de masajear el mensaje, ma- es ni desaparecer en un intento populista de contemporánea, la manera en que el entre-
las entrevistas. Al estructurar su investiga- nipular los efectos, pero que no daba cabida entregar la autoría al pueblo que protagoniza vistador cuestiona y reinterpreta las obras de
ción en torno a la figura del director de cine al raciocinio, al análisis”11. En cambio el Ci- sus filmes, ni tampoco crear mediante el cine sus interlocutores, de por sí, constituye cierto
(con la única excepción del crítico Hernando nema Novo tenía, como ningún otro cine de un universo estético enteramente original y desafío a la autoridad textual y a la autonomía
Salcedo Silva), Valverde demuestra una clara su época, una singular “capacidad para aden- personal. Su tarea, más bien, es la de forjar expresiva del director-como-autor.
afinidad con la llamada “política de los au- trarse en su realidad y expresarla significati- un “lenguaje nuevo” que rechace el supuesto
tores” que llegó a dominar la crítica cine- vamente”12. Valverde cita con aprobación a oscurantismo del cine comercial y que tenga Esta preocupación por encontrar un “len-
matográfica francesa en la década de 1950 Glauber Rocha, quien rechaza la noción de que un doble uso pedagógico y artístico que per- guaje nuevo”, o un “lenguaje propio”, enunciada
–más notoriamente en las páginas de la el director cinematográfico deba buscar “con- mita al espectador lograr una comprensión ra- por muchos de los interlocutores de Valverde
revista Cahiers du Cinéma– y que tuvo un quistar” al público, ejercicio que equivaldría a cional de su realidad. de todas las tendencias, es sintomática de un
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publicaciones sobre cine en colombia la autonomía del cine: umberto valverde, reportaje crítico al cine colombiano

16 . “Historia de la deseo de renovación generacional presente y con toda justicia con su abyecto ‘populismo’ [En] Francia, por ejemplo, cuando cine estadounidense contemporáneo –que 19 . Ibíd., p. 81.
Fundación Patrimonio Cahiers du Cinéma era más o menos la 20 . Ibíd., pp. 14, 97, 158,
Fílmico Colombiano”, en el cine político latinoamericano en general nacionalista”17. desde la década anterior estaba en su pro-
biblia de los cineastas, dado el colonia- 209, respectivamente. El
http://www.patrimoniofil- de esa época, cristalizado en el denominado lismo de la cultura francesa, [François] pia fase de transición y de renovación tras la propio Valverde (p. 14) y
mico.org.co/info/historia. El cine colombiano de la generación in- Mario Mitriotti (p. 222)
htm. “Nuevo Cine Latinoamericano”. Más amplia- Truffau [sic.], cuando era crítico, escribió crisis del modelo anteriormente hegemónico
mediatamente anterior –la llamada “genera- reconocen que ciertas
17 . Valverde, Op. Cit., mente, nos remite al pensamiento utópico en un texto demoledor contra los cineastas del cine clásico– encuentra poco interés entre corrientes del cine mexi-
p. 260. Aquí Valverde coin- ción de los maestros”, representada en el libro de la llamada “Tradición de la cualidad cano marcan una ruptura
torno a la liberación continental con su creación Valverde y sus entrevistados. Si bien el libro
cide con Martínez Pardo, por Francisco Norden– está más presente en [sic.]”, y produjo un revuelo, y fue algo con aquellas tendencias
quien en su Historia del cine del “hombre nuevo” guevarista, idea heredada, así como un manifiesto en el cual se cuenta con las voces de Luis Ospina y Carlos enajenantes, específica-
la mira de los cineastas entrevistados por Val-
colombiano del mismo año a su vez, del pensamiento de la época de la apoyaba la Nueva Ola francesa. Pero Mayolo en representación de la revista caleña mente las películas de Luis
señala que el cine colom- verde, y algunos lo valoran aunque siempre con Buñuel y las del “nuevo cine
biano de las primeras Ilustración de Jean-Jacques Rousseau. resulta que en la época que yo escribía Ojo al cine, la actitud que predomina en ma- mexicano” contemporáneo
décadas está marcado por
un ojo crítico. Marta Rodríguez nombra a Jorge contra los cineastas de la generación de facilitado por cierta aper-
Pinto y a Pepe Sánchez como antecedentes yor o menor grado, es la de Carlos Álvarez,
un “divorcio fatal” con su
Para el grupo de cineastas y críticos re- “los maestros”, en un tono furibundo, tura hacia el cine crítico
público. Martínez Pardo,
claves de los años sesenta, influidos por el ci- terrible no sirvió para nada, a nadie le para quien las críticas de Andrés Caicedo so- patrocinado por el estado.
Historia, p. 57. unidos en este libro, lo nuevo y lo propio son importó lo que uno dijera19. bre el cine de Roman Polanski y compañía en Mitriotti, sin embargo,
18 . Ibíd., p. 309. neclubismo y la nueva ola francesa (Sánchez y señala con perspicacia
inseparables y prácticamente sinónimos. La las páginas de dicha revista tienen una “fun-
Pinto realizaron el cortometraje Chichigua en El modelo de renovación representado por
que “el cambio de estilo
falta de una cultura amplia, sólida y funcional ción mistificadora”: son “de una inutilidad tan del gobierno mexicano no
1963); aunque a continuación Jorge Silva se- el cine de los “maestros”, apoyado en patro- responde a una actitud
de archivos de cine se evidencia en el libro, grande, que a uno le da pena que se gaste el
ñala las severas limitaciones de aquel cine de nes de renovación surgidos en el seno del cine
desinteresada, o porque de
en el cual las referencias al cine colombiano tiempo así, cuando hay tantos problemas cer- pronto se volvió demócrata
renovación con sus fuertes influencias de ten- de autor europeo, era entonces casi tan pro- o liberal; lo ha hecho senci-
de las primeras décadas están prácticamente canos a nosotros, más importantes”21.
dencias regeneradoras extranjeras: blemático como el cine mexicano que histó-
llamente por una razón, el
ausentes, lo cual fomenta la impresión de la cine mexicano anterior, o
verdadera novedad, en los años setenta, de “Era el principio y el fin de todos los ricamente había dominado (junto con el cine Las respuestas con las que los cineastas sea ‘los Tintán’ y los ‘Viruta
sueños cinematográficos de la gente. El cine y Capulina’, eran películas
realizar cine en Colombia. Hernando Salcedo estadounidense) la cartelera colombiana. El colombianos contemporáneos deben de en- que ya no producían dinero
se planteaba en relación a la “nueva ola”
Silva, entonces director de la Cinemateca Co- o no era nada. Por esta razón surge una cine mexicano es denunciado casi unánime- frentar este escenario, y las maneras en que y tuvieron que cambiar su
onda para asimilarse a lo
lombiana –institución que se remonta al 1954 película como Ella, de [Jorge] Pinto. Se mente por Valverde y sus colaboradores por el “nuevo” cine debe relacionarse con estos que se estaba haciendo en
con la fundación de la Filmoteca Colombiana había profundizado ese proceso de desperso- su “folclorismo, falso nacionalismo y […] modelos supuestamente caducos, constituyen la cinematografía mundial,
nalización cultural, pero no se veía al país, o sea, un cine crítico”. Para
y que en 1986 se integraría a la recién esta- pobreza imaginativa” (Valverde); como una uno de los puntos de debate más álgidos para una discusión detallada de
no había una identificación”18.
blecida Fundación Patrimonio Fílmico Colom- trauma infantil que “afortunadamente la me- Valverde y sus entrevistados. Ciro Durán em- la producción cinematográ-
fica mexicana de aquellos
biano16– da cuenta del proyecto entonces aún Efectivamente, la “generación de los maes­ moria borró” (Alberto Duque López); como el pieza su intervención con una reflexión bas- años, ver Carl J. Mora,
inconcluso de adquirir las cintas mudas Bajo tros” en general es desatendida por completo modelo estético dominante (junto con la te- tante utópica en torno a lo que él ve como el “Decline, Renovation, and
the Return of Commercia-
el cielo antioqueño (Arturo Acevedo, 1925) o rechazada por los entrevistados de Valverde. levisión) con el cual un cineasta aspira a que nacimiento de una nueva forma de expresión lism, 1960-1980” [1982].
y Madre (Samuel Velázquez, 1926); mientras Pero en su propia denuncia del elitismo de sus su próximo filme “no tenga nada que ver” (Ar- cinematográfica en Colombia: En: New Latin American
Cinema, Vol. 2, Studies
que para Salcedo Silva, las películas de la dé- antecedentes, Carlos Álvarez reconoce que in- turo Jaramillo); o simplemente como sinónimo of National Cinemas, ed.
Creo que sí, existe un nuevo cine
cada de 1940, tales como Allá en el trapiche cluso este rechazo fue una postura importada del “cine de mal gusto” (Carlos Mayolo)20. In- colombiano, aquel que está empezando
Michael T. Martin, Detroit,
Wayne State University
(Roberto Saa Silva, 1943) y Bambucos y co- de patrones europeos que no logró tener el cluso los esfuerzos en algunos círculos críti- a explorar la realidad del país, la nueva Press, 1997.
razones (Gabriel Martínez, 1945), “fracasaron impacto del fenómeno original: cos por lograr una comprensión crítica del realidad […] Es un cine que apenas está 21 . Ibíd., p. 80.
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publicaciones sobre cine en colombia la autonomía del cine: umberto valverde, reportaje crítico al cine colombiano

22 . Ibíd., pp. 127-128. naciendo. […] El estilo debe nacer de uno vive en el mundo y es producto de todo se remonta a los orígenes positivistas del cine gozosa de la superficialidad, y la ausencia, 27 . Ibíd., pp. 132-133.
23 . Ibíd., p. 132. confrontar esa realidad, por eso siempre he lo que se ha hecho de todas las generaciones a finales del siglo diecinueve. Pero el prag- en última instancia, de referencialidad de la 28 . Ibíd., p. 198.
24 . Ibíd., p. 167. pensado que ante esa nueva realidad uno que lo antecedieron, ellos han trabajado y Al respecto, Mayolo
tiene que llegar un poco virgen en el estilo, han elaborado un lenguaje y no es posible matismo de Durán lo lleva a proponer una vi- imagen cinematográfica –postura enunciada comenta que “es una
25 . Ibíd., p. 22. película sobre un carnaval,
26 . Ibíd., pp. 167, 219,
es decir, uno se ha formado inevitablemente pasar por alto todo eso. Pero creo que si sión más ambigua del fenómeno mediático. de manera brillante en su “falso documen- tiene ese tono”.
319, respectivamente. en una serie de culturas, y más en el cine, uno llega desprevenido ante esa realidad Por un lado, acepta la necesidad de realizar tal”29 Agarrando pueblo (1977), realizado el 29 . Pongo la frase
la cultura europea, la cultura norteameri- puede surgir un nuevo estilo22. “el análisis objetivo y dialéctico de la realidad mismo año en que Valverde hizo las entrevis- “falso documental” entre
cana, pero uno tiene que tratar de llegar comillas, ya que el propio
virgen para enfrentar esa nueva realidad del país”, y asume su papel pedagógico y pa- tas para Reportaje crítico–.
Resulta difícil, sin embargo, reconciliar término implica la exis-
con el propósito de que ese mundo lo inunde ternalista al querer “bajar al nivel del público tencia de un “verdadero
a uno y posiblemente le transmita su propio
esta postura con otra afirmación de Durán documental” – propuesta
para subirlo, o subir el nivel de ellos, el nivel Como sería de esperarse, aquellos cineas-
estilo. No quiero decir que uno se olvide de más adelante en su entrevista. Valverde le que tiende a negar tanto
cualitativo del espectador cinematográfico”. tas más identificados con el cine “marginal” Agarrando pueblo como la
todo lo que ha aprendido, eso es absurdo, hace su pregunta habitual sobre la forma en obra de Mayolo y (parti-
Pero esta misma operación implica que al (término que no todos aceptan: algunos prefie-
que el cineasta debe dirigirse a su público: cularmente) Ospina en
Cubierta del libro Reportaje crítico al cine colombiano, 1978. cineasta comprometido le resulta “imposible ren hablar del cine “militante”, “nuevo”, “inde- general. Para una serie de
“¿De qué manera se le presenta la imagen
ignorar los gustos del público” que, gracias pendiente” o “no industrial”) suelen encontrar discusiones a fondo sobre
del país a ese público? ¿Se les ofrece la ima- el “falso documental”,
a la amplia difusión del cine extranjero, “ya un grado mucho mayor de calidad artística, ver Alexandra Juhasz y
gen que ellos creen vivir o aquella imagen que
conoce un lenguaje cinematográfico adelan- de autenticidad y de análisis racional en las Jesse Lerner (eds.), F is
tiene el director?”23. Se trata, por supuesto, for Phony: Fake Documen-
tado”27. Estas afirmaciones solamente se pue- películas de dicha corriente que en los cor- tary and Truth’s Undoing,
de una pregunta retórica: “la imagen que ellos
den reconciliar con su posicionamiento naïf tometrajes de sobreprecio. El mecanismo del Minneapolis, University of
creen vivir” es, evidentemente, el producto de Minnesota Press, 2006.
(citado arriba) si aceptamos que las imágenes sobreprecio es caracterizado –incluso por los 30 . Sin embargo, para
la enajenación y del imperialismo cultural, lo
“tergiversadas” y mediatizadas formen parte que trabajan dentro de su marco– por ser un una descripción razonada
que en otros contextos Valverde denomina “la
de la realidad objetiva del público. Hay cierta sistema que se presta a la corrupción de parte de los orígenes y motivos
imagen falsa del país”, la “apariencia”24, una del mecanismo de sobre-
concordancia aquí con la afirmación de Luis del productor, del distribuidor y del exhibidor; a precio, ver la entrevista
“referencia a la realidad […] mediatizada,
Ospina quien, con su filme Cali de película la autocensura de parte del realizador; al faci- con Luis Alfredo Sánchez,
deformada y tergiversada”25. Para él, el cine Valverde, Reportaje crítico,
(1973), buscó criticar la realidad altamente lismo en cuanto al discurso y a la mala calidad p. 282.
crítico debe buscar, en cambio, “la verda-
superficial de la Feria de Cali, no con el análi- estética de los filmes30. En cambio, los rea- 31 . Carlos Álvarez y
dera y real imagen”; o, en otras palabras, “un Arturo Jaramillo expresan
sis racional que promueve Valverde, sino con lizadores que trabajan fuera de los sistemas
lenguaje más auténtico con nuestro país” este punto de vista en
una película que, a su vez, es superficial28. Si hegemónicos estatales y privados, muchas Valverde, Reportaje crítico,
(Mario Mitriotti) que trate de “testimoniar
en las afirmaciones de Durán se puede detec- veces con tecnologías sub-standard como cá- pp. 57, 155.
una realidad que objetivamente se daba
tar cierto esfuerzo modernista y mcluhaniano maras de super-8mm o 16mm, afirman haber
así” (Jorge Silva)26.
por integrar una comprensión del medio en su adquirido una autonomía ideológica y artística
La postura de Valverde, Mitriotti y Silva praxis como cineasta socialmente comprome- que la industria nunca hubiera permitido31. Por
(entre otros colaboradores) defiende una opo- tido, Ospina y Mayolo se ubican mucho más su parte, Lisandro Duque califica al cine “mar-
sición entre la imagen mediatizada y la ima- plenamente en una corriente posmoderna ca- ginal” como elitista y sectario, en busca de
gen “real” del mundo exterior y tangible que racterizada por una tensión entre cierta crítica una pureza ideológica imposible. Para Duque,
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publicaciones sobre cine en colombia la autonomía del cine: umberto valverde, reportaje crítico al cine colombiano

hace inevitable cierta negociación entre el ar- leer. De ahí la afición y la gratitud del entrelazados del cine de autor y del tercer cine, 34 . Ibíd., p. 9.

tista y su entorno político y económico33. La espectador hacia el cine, fuente inago- explorados a fondo en este libro. En este sen- 35 . Ver al respecto, por
table de impresiones y sensaciones 34. ejemplo, Paolo Cherchi
noción romántica de la creación artística au- tido, una de las preocupaciones centrales de Usai, The Death of Cinema:
History, Cultural Memory
tónoma que sostenía la política de los autores, Sin dejar de ser, finalmente, instrumental, Valverde y de sus interlocutores va en torno and the Digital Dark Age,
de por sí cuestionada desde el pensamiento la reflexión de Trotsky reconoce que el cine no a la existencia o no, y la viabilidad, del cine Londres, British Film Insti-
estructuralista y posestructuralista que ya se es nada sin su capacidad de generar reaccio- “nacional”, definido por los distintos partici- tute, 2001; Niels Niessen,
“Lives of Cinema: Against
había popularizado en la academia metropoli- nes distraídas, subjetivas y afectivas en el es- pantes en términos económicos e infraestruc- Its ‘Death’”. En: Screen,
tana, se vuelve, pues, totalmente insostenible pectador. Esta capacidad del cine para rebasar turales (la capacidad y volumen de producción; 52.3, otoño de 2011,
pp. 307-326.
en el cine. lo racional está detrás de la noción de verisi- el control de la distribución y la existencia del
militud de Christian Metz, invocada en múlti- mercado interno), en términos de temática (la
En el fondo, la agenda de Valverde con su capacidad analítica del cine para llegar a com-
Reportaje crítico parece ser la de explorar la ples ocasiones por Valverde en su libro, en la
cual lo que cuenta no es el realismo del filme prender la realidad colombiana, y para cum-
tensión que frecuentemente detecta el crítico plir con las expectativas del público nacional), y
entre la necesidad de que el cine se vincule en propiamente dicho, sino su capacidad para
mantener al espectador dentro de un entorno en términos de nacionalismo cultural (el grado
un nivel profundo con la realidad social que lo desde el cual el cine colombiano está hecho
enmarca, por un lado, y la relativa autonomía narrativo y estético viable y creíble, a pesar de
que esté consciente, en un nivel racional, de la por y para colombianos).
–cierta calidad irreducible a la realidad mate-
rial– que debe tener el elemento estético de irrealidad de la historia. El desafío yace en unir
una estética verosímil con un compromiso so- En el momento presente, frecuentemen­te
la obra si esta va a tener un impacto real en caracterizado como digital (posanalógico) y
el espectador. Resulta interesante que el libro cial que tienda un puente entre la afectividad
y el raciocinio. globalizado (posnacional), los términos del de-
esté enmarcado, no por la supuesta invoca- bate planteado por Valverde son otros. La si-
ción por Lenin del cine como herramienta de La pregunta que hace Valverde al principio tuación descrita por Hernando Salcedo Silva
Contracubierta del libro Reportaje crítico al cine colom- propaganda revolucionaria, sino por una cita de su introducción –“¿Ha muerto el cine?”– de la preservación cinematográfica en el país
biano, 1978.
mucho más reflexiva por Trotsky sobre el tema: bien podría plantearse en nuestra época actual, ahora es algo más alentadora (sin dejar de ser
32 . Ibíd., p. 115. el arte crítico no nace de una separación ta- El instrumento más importante, a principios del siglo veintiuno35. Para Valverde, precaria), y las tecnologías digitales –princi-
33 . Ibíd., p. 286. jante entre el artista y los factores socioeconó- el que supera de lejos a todos los en 1978, esta duda fue suscitada por la crisis palmente, todavía, el dvd, pero también cada
demás es, sin duda, el cine. […] La
micos y políticos que estructuran la creación pasión del cine se basa en el deseo de estructural del cine clásico de Hollywood y por vez más el internet– facilitan al investigador
artística, sino de un diálogo inteligente y estra- distraerse, de ver algo nuevo, inédito, el fallecimiento o retiro de toda una generación un acceso mucho mayor que antes (aun-
tégico con ellos: “el arte se enriquece dema- de reír y hasta de llorar, no sobre la de grandes directores norteamericanos y euro- que todavía limitado) al cine colombiano, y a
siado en las contradicciones, y surge como las propia suerte sino sobre la de otros. peos (nombra a Ford, Visconti, Pasolini, Lang, la información sobre esta. De las preguntas
llamas de gas por entre los basureros”32. De la El cine ofrece una satisfacción óptica
totalmente viva e inmediata a todas Buñuel, Hitchcock y Hawks); y las respuestas a que hace Valverde a los directores que entre-
misma manera, Luis Alfredo Sánchez señala esas necesidades, sin exigir nada del esta crisis yacían en una valorización y apro- vista, tal vez la más relevante hoy en día es
que la naturaleza técnica e industrial del cine espectador, ni siquiera la capacidad de piación de los modelos tanto enfrentados como una que no hemos debatido aquí, sobre las
180
publicaciones sobre cine en colombia

posibilidades y limitaciones de realizar largo- y de distribución fuera de los circuitos mayo-


metrajes mediante coproducciones, modelo ritarios son ahora mucho más amplias que en
que muchos de los participantes en el libro de 1978. ¿Cuál es la validez, entonces, del debate
Valverde rechazaron rotundamente, pero que entre la “marginalidad” y el financiamiento es-
pocos en la coyuntura actual pueden darse el tatal? ¿Cuál es la función de la piratería en la
lujo de desatender. circulación y fomento del cine colombiano?
¿Cómo estas transiciones en las tecnologías
La pregunta de si existe o no un cine co-
mediáticas afectan la creación y la circulación
lombiano hoy adquiere otro nivel de signi-
de las identidades culturales marcadas por la
ficado: no sólo queremos saber si lo que se
crisis del estado-nación y la migración?
produce es “colombiano”, sino también si es
cine. La multiplicidad y la descentralización de La novedad, la autenticidad y la autonomía
los formatos en los cuales se producen y di- que reclaman los colaboradores del Reportaje
funden las imágenes en movimiento convier- crítico nos pueden sonar algo utópicos en la
ten a la producción (proto)industrial en tan década de 2010; hoy pocos son los cineastas
solo una de muchas posibilidades. ¿Podemos que se declararían en busca de un cine sin
hablar, entonces, de un video nacional o, algo mediaciones. Pero la ética de la estética plan-
absurdo, de una producción audiovisual en in- teada por Valverde no podría ser más actual.
ternet “nacional”? ¿Qué se considera cine y En el momento en que la tecnología digital
qué no? ¿La distinción sigue importando? Si empieza a posibilitar la creación de una ima-
el festival de cine de Cartagena fue rechazado gen en movimiento totalmente sintética, esta-
como una irrelevancia con total unanimidad mos más necesitados que nunca de un cine
por los interlocutores de Valverde, ¿qué tanto que busque vínculos entre la imagen virtual y
importan los festivales de cine hoy? Si en el su entorno sociopolítico y cultural. Para con-
siglo veintiuno las posibilidades de obtener fi- ceptualizarlo, quizá nos hace falta un nuevo
nanciamiento estatal siguen vigentes, las posi- Reportaje crítico para el siglo veintiuno: en lí-
bilidades de encontrar espacios de producción nea, interactivo y descentralizado.

Fotografía de la fachada de la Cinemateca Distrital, (circa, 1982) cuando inició la becma, Biblioteca Especializada en Cine y Medios Audiovisuales.
cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época

Revista Cinemateca
con el guion de tres épocas
Por Pedro Adrián Zuluaga

La celebración en 2011 de los cuarenta años de la Cinemateca Distrital sirvió, entre otras cosas,
para recordar y recapitular la ascendencia que esta institución bogotana, adscrita a la adminis-
tración municipal, ha tenido sobre el cine colombiano en su conjunto. Y esta influencia, que se
ha ido transformando con el tiempo, no le debe poco a su larga permanencia, la mayor entre
todas las instituciones dedicadas a la promoción y apoyo de un cine colombiano marcado por la
inestabilidad, los entusiasmos pasajeros y las frecuentes depresiones.
Si bien la Cinemateca se ha ocupado especialmente de la difusión –muchos aún pueden
llegar a reducirla a un espacio de exhibición alterna– y la preservación, pilares de toda cinema-
teca, en la época reciente su incidencia más positiva se puede rastrear en su apoyo a la producción
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publicaciones sobre cine en colombia revista cinemateca con el guion de tres épocas

y la investigación. En cuanto a lo último –que Dentro de su línea de publicación e inves- 2001, con la publicación de los números 10 1 ·Fue precisamente
Cobo Borda el editor de
es lo que concierne a los propósito de este tigaciones, aunque probablemente en ese y 11, bajo la responsabilidad editorial de un la primera edición de Qué
artículo–, la Cinemateca ha mantenido ininte- momento fuera aún muy difícil de recono- grupo del que hacían parte Isadora de Norden, viva la música (1977), poco
antes de la muerte – “por
rrumpidamente, en los últimos años, una beca cerse como tal, la Cinemateca emprendió en María Claudia Parias y Octavio Arbeláez, y el sus propios medios” – de
anual de investigación y ha reactivado sus 1977 la edición de una revista de cine, diri- número 12, según los criterios de Enrique su autor.
2 ·Orlando Mora,
publicaciones, seriadas (las revistas) o coyun- gida por la propia Isadora de Norden, con un Pulecio. Tanto en la segunda como en la “Las revistas de cine en
turales (los catálogos de muestras y festivales consejo editorial integrado por el gran crítico tercera etapa, Cinemateca procuró reaccionar Colombia”, Cine colom-
biano Entre extremos,
y los resultados de las becas). literario y cinematográfico Hernando Valencia a la realidad audiovisual de su momento, visi- no. 2, 1997.
Goelkel, Carlos Villar Borda y el futuro presi- bilizando las discusiones al uso y actuando
Esta vocación ya se perfilaba desde el dente de Colombia Ernesto Samper Pizano, y de acuerdo con “el guion de la época”. Desa-
comienzo de los años setenta, en los primeros la coordinación de Alberto Navarro. fortunadamente, la mayoría de estos debates
años de la Cinemateca, con la retrospectiva quedaron truncos, por lo menos en las páginas
de cine colombiano que organizó su primera Orlando Mora, en su recuento de las
de la revista; llevarlos a su fin o por lo menos
directora, Isadora de Norden. La muestra en revistas de cine en el país resume la trayec-
seguir su desarrollo era una empresa desco-
mención sentó las bases para una primer toria de la revista en estos términos:
munal que habría requerido de la publicación
acercamiento historiográfico al cine colom- Cinemateca se llamaba la revista, cuyo una continuidad que no tuvo. La revista Cine-
biano, que se vio reflejado en textos como primer número es del 1 de julio de 1977 y mateca ha sido, paradójicamente, uno de los
“Secuencia crítica del cine colombiano”, de que apareció sin una definición preliminar
de objetivos. Se reunía allí un material
proyectos más azarosos de la institución de
Carlos Mayolo y Ramiro Arbeláez, publicado en variado, que abría con un homenaje a más duración en el cine colombiano (si se
el número inicial de Ojo al cine (Cali, 1974), Andrés Caicedo, quien es además el descuenta, por supuesto, a Cine Colombia).
en el propio catálogo de la muestra y poste- motivo de la portada. El material para
recordar al malogrado crítico y escritor lo Dentro de este recuento inicial sobre las
riormente en los trabajos de investigadores integran una selección de sus textos y una publicaciones de la Cinemateca Distrital es
como Jorge Nieto y Hernando Martínez Pardo. encomiosa introducción de Juan Gustavo imprescindible mencionar otro proyecto edito-
Se iba haciendo claro también en Colombia Cobo Borda1. Cinemateca publicó seis rial que vio la luz por primera vez en marzo
que no hay investigación ni historiografía sin la números hasta 1979 y tuvo una prolon-
gada interrupción entre enero de 1979 y de 1981: los Cuadernos de cine colombiano,
posibilidad de acceder al acervo de películas julio de 1987. En este segundo período que alcanzaron 25 números en su etapa
y sin un espectador que se acerque a otra (1987-1988) alcanzan a publicarse tres inicial y que tuvieron como su primera impul-
forma de consumo de imágenes como el que números más, bajo la dirección de María sora a Claudia Triana, y a María Elvira Talero
las cinematecas, los cineclubes o las salas de Elvira Talero. El último, correspondiente
al número 9, aparece en julio de 1988” 2 . en la etapa intermedia. Estos 25 primeros
arte y ensayo empezaban a hacer posible: un Cuadernos, publicados entre 1981 y 1988,
consumo especializado y autoconsciente de Queda todavía un tercer periodo de la en el corazón de lo que convencionalmente
Foto de la sala de la Cinemateca, circa, 1980. la tradición. revista Cinemateca, entre los años 2000 y se conoce como la era de focine, son números
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publicaciones sobre cine en colombia revista cinemateca con el guion de tres épocas

monográficos dedicados cada uno a una figura Triana, al que después se incorporarían María Los primeros números de 3 · Cinemateca, número
3, Vol. 1, enero de 1978,
del cine nacional. El periodo de trabajo de los Elena Castañeda y Olga Esther Gamba. La Cinemateca o una revista p. 2.
directores seleccionados cubre desde los años revista se complementaba –o viceversa– para el fin de una época
cuarenta hasta entrados los años ochenta, y con retrospectivas de la producción en este
el esquema de la publicación es más o menos formato, que pretendían abrir el necesario Por tratarse de un material de difícil
estable: una larga entrevista con el director, canal de divulgación para ese material cuya acceso, por la continuidad que tuvo –nunca
una biofilmografía y las fichas técnicas de las utilización y exploración se estaba incenti- la deseable pero mayor que la de los otros
películas acompañadas de una muestra de vando. Pero tampoco las retrospectivas fueron dos periodos– por su vinculación con las
las mismas que se organizaba simultánea- muchas debido a una escasez de producción discusiones de una época donde estaban
mente en la sala de la Cinemateca. Gracias a que desmentía las aspiraciones democratiza- germinando procesos fundamentales como
este proyecto se pueden conocer de primera doras del súper 8 (en cualquier caso la obra la creación de focine, la consolidación de los
mano, las memorias –frecuentemente de inicial de directores como Víctor Gaviria y Luis gremios y las preguntas sobre el carácter y
más valor anecdótico que de reflexión esté- Fernando “Pacho” Bottía es en este formato el destino que debía seguir el largometraje
tica– de directores, técnicos o pioneros como y existe además el referente ineludible de colombiano, la más interesante de las tres
Oswaldo Duperly, José María Arzuaga, Marta los trabajos de Juan Escobar y Regina Pérez, etapas de la revista Cinemateca es la primera,
Rodríguez y Jorge Silva, Fernando Laverde, que provocaron el entusiasmo del crítico más que termina con el número 6, fechado en
Gloria Triana, Cine Mujer, Mario Jiménez, Jairo influyente de la época: Luis Alberto Álvarez). El enero de 1979. Aunque como lo advierte
Pinilla, Camila Loboguerrero y Julio Luzardo, número 2 de esta revista es de junio de 1984, Orlando Mora, el número 1 de la publicación,
de julio de 1977, no tiene una declaración de
por mencionar a algunos. y el número 3 de febrero de 1985.
principios explícita sobre su vocación edito-
También en la década de 1980, la Cine- En 2001, y coincidiendo con los 30 años rial, en el número 3 (enero de 1978), que es
mateca Distrital publicó tres números de la de la Cinemateca Distrital, dirigida entonces el primero que incluye un editorial, se lee que el
revista Súper 8, una respuesta claramente por Julián David Correa, se diseñó una nueva propósito de la revista es “informar intensa-
coyuntural al entusiasmo por un formato que etapa de los Cuadernos de cine colombiano, mente sobre el cine actual de América Latina
y exhaustivamente, si se quiere, sobre el cine Cubierta de la revista Cinemateca, no. 1, 1977.
cinematecas, cineclubes y salas de arte y y durante 2003 se publicaron cinco de ellos:
ensayo apoyaron y difundieron, con la ilusión Balance argumental, Acevedo e hijos, Víctor nacional”3.
los mitos. La revista publica sus textos sobre
de ver nacer un nuevo cine, más viable por su Gaviria, Rostros y rastros y Balance docu- A decir verdad no logró ni lo uno ni lo otro, Kim Novak (“Kiss me Kim”) y Jerry Lewis (“El
bajo costo y por lo tanto menos dependiente mental. Hoy en día el proyecto continúa y ha pero el fracaso parcial no le resta interés a genio de Jerry Lewis”), evidencia del amor
de esos dos ogros que son el mercado y el logrado publicar con éste, 22 números, con los logros obtenidos. En el número 1, como de Caicedo por el cine estadounidense, su
Estado. El primer número de Súper 8 salió una clara intención de aportar insumos para ya se dijo, la figura central es el escritor y reflexión sobre la crítica “De la crítica me
en enero de 1984, con un consejo editorial la investigación sobre el cine en Colombia y al crítico Andrés Caicedo, que hacía muy poco gusta lo audaz, lo irreverente”, y el artículo
conformado por Isadora de Norden y Claudia mismo tiempo para generarla. había ingresado directamente al Olimpo de “Hollywood desvestido”. Llaman la atención
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publicaciones sobre cine en colombia revista cinemateca con el guion de tres épocas

4 · Siglas de la Coope- otros artículos que dejan claro qué estaba en que cubren el X Festival de Cine de Moscú: hermanas Gutiérrez y en casi todos los 6 · Álvaro Medina.
rativa Productora de de Los Pérez somos así, programas “¡Chanfle!, los superimpe-
Películas Colombianas, el horizonte de expectativas del campo cine- “Diálogo con [Tomás] Pérez Turrent, el guio- rialistas no sospecharon
que produjo varios cortos en los que es posible cerrar los ojos y
y largometrajes desde los
matográfico colombiano: “Trascienden las tele- nista de ‘Canoa’”, una entrevista de Alberto seguir los acontecimientos porque son
tal parodia”. En Cinema-
teca, número 2, vol. 1,
años setenta. novelas nacionales?”, del crítico de arte Álvaro Duque López; “América Latina en Moscú”, ante todo auditivos. No, en Chapulín octubre de 1977, p. 74.
5 · El índice de este Medina, en el que ya se empieza a entender también de Duque López, y “X Festival de cine Colorado hay que mirar y oír porque
primer número se puede
ver online en http://www. la imposibilidad de considerar el cine de de Moscú”, de Alberto Navarro. hay una excelente utilización del medio.
cinelatinoamericano. Una estupenda lección para aquellos que
manera aislada, sin vincularlo a otros sectores han trasladado la radio a la TV y ahora
org/biblioteca/assets/ Como señal de la apertura editorial de
docs/revista/numeros/ de la producción audiovisual, en este caso pretenden trasladar la TV al cine, caso
IND%201.pdf la revista, que no tenía problema en despla-
la televisión (una tensión que se profundizará este último del deplorable y pésimo filme
zarse hacia otras manifestaciones artísticas titulado Mamagay 6 .
hasta una máxima polarización en la década
contemporáneas distintas al cine, está en
de 1980, como se puede ver en los textos de
la edición número 2 de Cinemateca el texto Por último, en el número 2 aparece un
las revistas Cine y Arcadia); y tres textos con
“Apuntes sobre el teatro colombiano. Falsas artículo que es emblemático en la reflexión
reflexiones sobre mecanismos de la indus-
opciones y caminos reales”, del dramaturgo sobre el cine de la época, aunque sea por
tria para consolidar la producción nacional:
y director teatral Carlos José Reyes. Se trata su carácter “revisionista” y oposicional: “Cine
“Coproducción”, de Jaime Díaz, “Copelco”,4
de un texto de muchas formas simétrico con nacional y tercermundismo”, del escritor y
de Lisandro Duque, y “Compensación” (sobre
las búsquedas sobre lo específico que debía crítico de arte Darío Ruiz Gómez. En su estilo
la cuota de compensación que reclamaban las
tener un cine nacional y dependiente como siempre lúcido y polémico, Ruiz Gómez cues-
películas colombianas”), de Francisco Norden5.
el colombiano, si bien el teatro llevaba un tiona la voluntad política de nuestro cine y el
El número 2 de Cinemateca, publicado en camino más evolucionado en nuestro medio. pantano en el que frecuentemente naufraga.
octubre de 1977, tiene en la portada a Iván Por su parte, Álvaro Medina persevera en su Vale la pena citar los matices en los que se
el Terrible (1944), de Serguei Eisenstein, que propósito de hablar de la televisión, en este expresa su argumentación:
anuncia el cubrimiento sobre cine soviético número con un sesudo artículo sobre el
de las páginas interiores. El mini-dossier, con […] estos actos de contrición [se refiere
Chapulín Colorado: “¡Chanfle!, los superim-
a la inclusión de Gian María Volonté,
dos artículos sobre Eisenstein de Luis Alfredo perialistas no sospecharon tal parodia”, que el actor político por excelencia, en Actas Cubierta de la revista Cinemateca, no. 2, 1977.
Sánchez y uno de Luis Alberto Álvarez sobre le sirve de disculpa para lanzar sus buenos de Marusia (1976), el filme de Miguel
Dziga Vertov, coincidió con la exhibición en dardos contra la televisión colombiana de la Littin con el que Ruiz Gómez empieza a ricanos. Desde el verdadero suelo cultural
la Cinemateca Distrital de dos filmes eisens- época, y de contragolpe, contra el cine que se desarrollar su tesis] para la gente “progre”, que podría darle no solo justificación sino
teinianos desconocidos hasta ese momento empezaba a parecer a ella: no indican, pues, sino la subsistencia de un fundamentalmente sentido. Porque se hace
problema ya casi secular en la mayor parte bajo esquemas preconcebidos –que se toman
en Colombia: La línea general (1929) y Los
La comunicación, en Chapulín del llamado cine político latinoamericano: como lo “político– y no, pues, planteando
campos de Bejin, (1936) y de una serie Colorado, es ante todo visual. De el que se hace mirando hacia ese público las razones estéticas de un nuevo cine que
de documentales de Vertov. “Coincidencial- allí que no acontezca eso que sufrimos de entendidos, de radicales de coctel, y no quiere ser la expresión de una sociedad
mente”, en este número se incluyen tres textos en buena parte de los libretos de Las desde los verdaderos presupuestos latinoame- en conflicto.
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7 · Darío Ruiz Gómez. Por eso lo que molesta en el dedo que y al cabo, ya que las imágenes del baile realista. El cine recorre el camino desde y tercermundismo” siguen teniendo vigencia 8 · Ibíd., pp. 25-26.
“Cine nacional y tercer- sangra, en la sangre que cae sobre la en palacio, el rostro del muchacho muerto, el cine mismo: el delirio de la metáfora en 9 · Ibíd., p. 27.
mundismo”. En: Cinema- para pensar la dimensión política (o el vacia-
teca, no. 2, salsa en Asunción de Mayolo-Ospina, no los guerrilleros en el juicio, son la imagen Taxi driver (Martin Scorsese, 1976) 10 · Ver: Víctor Gaviria
vol. 1, octubre de 1977, es la escolar referencia a Buñuel sino la imborrable de un momento de nuestra es heredera directa de ciertos momentos de miento político) del cine colombiano. y Luis Alberto Álvarez.
p. 23. incapacidad a la larga de crear elementos historia. Allí la imagen cinematográfica Samuel Fuller –recuérdese La casa de “El cine colombiano visto
simbólicos propios: el film es infinitamente se saturó del clima doloroso, mórbido, bambú (House of Bamboo, 1955), El número 3 de Cinemateca, de enero de desde la provincia. Las
latas en el fondo del río”.
inferior a la idea del guion, por incapa- de nuestras luchas, de nuestros errores o Los merodeadores de Merrill 1978, trae a Charles Chaplin, Groucho Marx En: Cine, no. 8, 1981.
cidad de hacer valer la banda sonora –por pequeños triunfos. Allí el plano se satura (Merrill`s Marauders, 1962)– ahora y Howard Hawks en la portada. En esta 11 · Lisandro Duque
ejemplo– como factor determinante del de nuestra realidad porque es desde ella y con un contenido más preciso, menos edición, además de la declaración de propó- Naranjo. “¿Qué le falta al
clímax. Y el ritmo y el montaje desconocen no desde un esquema, desde donde se busca primitivo probablemente, más acentuada- largometraje colombiano?”,
las posibilidades dramáticas del hecho: no un sentido formal. Lo que no ha logrado mente crítico. Pero es la renovación desde la sitos editoriales que ya se ha mencionado, se En: Cinemateca, no. 3, Vol.
1, enero de 1978, p. 26.
hay un solo plano que nos defina a Asun- hacer Luis Alfredo Sánchez, confeccionista forma de una temática tradicional, el hacer encuentra el artículo “¿Qué le falta al largo-
ción, no hay un solo momento definitorio de un cine académico, neutro, en donde hincapié como lo pedía Bazin, en el rigor metraje en Colombia?”, de Lisandro Duque
de la tensión interior que debería vivirse. también, como en Álvarez, los esquemas de la puesta en escena ya que en ésta se Naranjo, líder de Copelco y un crítico y reali-
Nada sabemos, fuera del clisé, de esa otra pretenden decirnos lo que las imágenes encuentra determinada esa particular pers-
cultura que representa Asunción –esa que son incapaces de decirnos. Cine dentro de ese pectiva del mundo en donde diferenciamos zador muy activo y beligerante en la época. No
sin pretensiones nos dio Alcoriza, el viejo patrón académico, viejo desde antes de entre un autor y un simple ilustrador de es casual que 1978 sea el año de la creación
Gavaldón, etc.–7. nacer, y que es tan característico de ciertas guiones. En donde se traduce el camino de de la Compañía de Fomento Cinematográ-
cinematografías socialistas en donde una esa verdadera madurez gracias a la cual, fico- focine, que empezó a operar realmente
Ruiz Gómez, en últimas, propone buscar lo particular idea de “realismo” llegó ya como señala Aristarco, es posible pasar del
al delirio. En donde la fórmula a priori simple relato al período de la novela8. en 1979 como órgano adscrito al Ministerio
específico frente a la tentación del estereotipo
redime el trabajo verdadero: el ahondar de Comunicaciones. Isadora de Norden,
y lo general, que se expresa no pocas veces en
en esa problemática, el descubrir en ésta El artículo se cierra con tres preguntas de primera directora de la Cinemateca Distrital,
el tono del panfleto disfrazado de compromiso su clima de opresión, de miseria, pero las cuales se intuye la respuesta: ¿Es político fue a su vez la primera gerente de focine. El
político: también su grandeza, su respuesta a esas
inclemencias. nuestro cine? ¿Es neutro? ¿Es estetizante? texto de Duque Naranjo es también muy diciente
¿Qué nos quedó de los esquemas de Ruiz Gómez afirma que esos supuestos nece- del talante político que estuvo en la base del
Carlos Álvarez? Porque los porcentajes de ¿Pero entonces, qué es un cine nacional?
desempleo, de víctimas de la violencia, ese Si ya en la literatura o en el arte el término sarios para una posible discusión, ni siquiera reclamo por un apoyo estatal a la industria
tipo de análisis de nuestros conflictos, lo puede llegar a molestarnos, hay que darse existen, no se plantean. El texto reivindica cinematográfica:
dan indudablemente mejor cualquiera de cuenta de que en lo que al cine se refiere ciertas intuiciones momentáneas de Pasado
nuestros nuevos historiadores. Quiero decir el término nunca deja de tener vigencia. […] hay una curiosidad colectiva hacia
el meridiano (1967), de José María Arzuaga: nuestras producciones, independientemente
que esa imagen, ese rostro quieto, ese otro Es más, cada día adquiere consistencia
como respuesta a un cine internacional que “un rostro atónito, un medio sucio, unos —y es una desgracia, claro está, esta inde-
país –su verdadero compromiso– careció de
interés para un cineasta paradójicamente nada nos dice. El caso de Milos Forman sentimientos perplejos”,9 aquello que apenas pendencia— de que algunas de ellas despil-
más interesado en los datos estadísticos, que en y su necesidad inmediata de incrustarse cuatro años después van a reconocer en el farren esa expectativa con películas cuyos
ese hombre al cual pretendió ayudar, que en una problemática concreta es más que director español, Víctor Gaviria y Luis Alberto contenidos no son necesariamente reivindi-
esa realidad a la cual pretendió radiogra- elocuente. La radical inmersión del nuevo cativos de nuestra formación cultural frente
cine americano en su problemática señala Álvarez en su texto manifiesto “Las latas en a las intrusiones deformantes de un alto
fiar. Como sí nos queda el Carvalho, de
Mejía; balbuciente a veces, confuso en sus por un lado esa necesidad temática y por el fondo del río”10. Lo asombroso es que las porcentaje del cine estadounidense que
planteamientos, pero hombre de cine al fin otro la renovación formal de una tradición preguntas que deja en el aire “Cine nacional nos llega11.
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12 · En “Universo de pro- Hay que contextualizar ese supuesto proceso. Por eso carece de historia. Y no 14 · Alberto Aguirre.
vincia, provincia universal”, tiene personalidad. “Tan bella como la Loren,
un texto de Carlos Mayolo, interés colectivo –y su desperdicio según tan actriz como la Mag-
hay una reflexión que se
Duque Naranjo– con los éxitos de algunas Se puede hablar de aquella anécdota (las nani”. En: Cinemateca, no. 4,
emparenta con las ideas películas, los nombres) desde 1907 hasta Vol. 1, mayo de 1978, p. 93.
de Duque Naranjo y las de películas de Gustavo Nieto Roa (Esposos hoy, para construir una crónica. Es lo que 15 · Ibíd.
“Las latas en el fondo del
río”. El artículo de Mayolo en vacaciones, 1978; Colombia Connec- hace Martínez. Y lo hace muy bien. 16 · Hernando Martínez
fue publicado original- Pardo. Historia del cine
mente en la revista caleña
tion o El taxista millonario, 1979), Jairo Pero al final la misma pregunta del colombiano, Bogotá,
Caligari, no. 1, de junio de Pinilla (Funeral siniestro, 1977) o Jorge comienzo, que es igual a la formulada por Editorial América Latina,
1983, y fue republicado en Valverde: ¿existe un cine colombiano?, 1978, p. 358.
la reciente antología edita- Gaitán (Mamagay, 1977). Evidentemente las ¿por qué no existe aquí una industria del
da por Juan Gustavo Cobo primeras producciones realizadas con apoyo
Borda y Ramiro Arbeláez,
cine? La pregunta en sí está indicando la
La crítica de cine, una de focine, como Canaguaro (Dunav Kuzma- carencia de historia y, por ende, la carencia
historia en textos. Artículos de personalidad 14.
memorables en Colombia nich, 1981) o Pura sangre (Luis Ospina,
1897-2000 (Proimágenes 1982) van a dar respuestas concretas a
en Movimiento, Universi- El principal reproche de Aguirre a Martínez
dad Nacional, 2010). nuevas búsquedas temáticas y estilísticas en Pardo es su intento de periodizar el cine
13 · El título es tomado el cine colombiano que, con el concierto de colombiano según la ilusión de la historio-
de una frase del periódico
El Independiente, de mayo otros factores en juego, están esbozadas en grafía académica más tradicional:
de 1958, y hace referencia
a la ex reina Merceditas
textos como el de Duque Naranjo12.
Baquero. Se usó para En cualquier proceso social los periodos
anunciar su participación El número 4 de Cinemateca, de mayo de señalan la presencia de una dinámica, esto
en una película que nunca 1978, es contemporáneo del lanzamiento de dos es, de una historia. Son las etapas de un
se hizo. camino. Fenómeno que no se presenta en
libros con ambición historiográfica: Historia del la suma de películas hechas en Colombia
cine colombiano, de Hernando Martínez Pardo a lo largo de los años, y las divisiones que
(Editorial América Latina) y Reportaje crítico al propone Martínez obedecen a esquemas
cine colombiano, de Umberto Valverde (Edito- arbitrarios15.
rial Toronuevo). La revista no se desaprovecha Cubierta de la revista Cinemateca, no. 3, 1978. Lo otro es el hervor patriotero que ve en
la oportunidad y le pide al agudo crítico antio- algunas argumentaciones de Historia del cine
Cubierta de la revista Cinemateca, no. 4, 1978.

queño Alberto Aguirre, que los comente. El El cine colombiano tiene una existencia colombiano, como aquella citada por Aguirre,
resultado es un texto con el curioso título de pero no tiene una historia. Intentos constantes que no provienen de una elabora-
donde Martínez Pardo dice que Luis Alfredo
esporádicos, tentativas amorfas, realización ción abstracta sino de una práctica con visos
“Tan bella como la Loren, tan actriz como la Sánchez, Alberto Giraldo, Carlos Mayolo y Luis
saltuaria de películas, indican que existe de experiencia”16. Igual sucede con la afirma-
Magnani”.13 El texto de Aguirre es demoledor, un cine hecho en Colombia. Pero es un cine Ospina, Ciro Durán y Mario Mitrotti y Lisandro
a su mejor estilo. Pero el objeto de las impre- que no va inserto en el orden social, que no Duque “han realizado una serie de obras que ción de Martínez Pardo sobre un cine colom-
caciones de Aguirre es más al cine colombiano corresponde a una circunstancia, que carece permiten afirmar que hay un cine con perso- biano que habría encontrado su lenguaje en
que a los textos de referencia: de una dinámica, que no obedece a un nalidad colombiana, caracterizado por algunas el periodo 1960-71, para “apropiarse de la
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17 · Ibíd., p. 241 realidad con complejidad y establecer una reconoce también la virtud de contribuir a En la edición número 5, de agosto de 1978, el principal foco era la divulgación cultural, 22 · Luis Alberto Álva-
18 · Alberto Aguirre. Art. rez. “Profundo sur: el cine
Cit., p. 94. (Mayúsculas en relación con el espectador”17. Pero, increpa aclarar la contradicción radical entre cine se empieza a cumplir el propósito de informar incluso por encima de las polémicas intestinas de Francesco Rosi”. En:
Cinemateca, no. 6, Vol. 2,
el original). Aguirre; comercial (sobreprecio) y cine crítico, la polé- exhaustivamente, “si se quiere”, sobre el cine o las discusiones sobre lo que tendría que ser enero de 1979, p. 27.
19 · Ibíd., p. 95. mica más álgida de los años setenta: “Son dos colombiano contemporáneo. Las notas sobre el cine nacional, frentes que sin embargo el
20 · Ibíd., p. 95. ¿Cómo es que un cine comatoso y nonato,
un cine que gira sobre sí mismo, sin opciones. Dos caminos diversos. A cada uno Agarrando pueblo (1978), de Luis Ospina y crítico antioqueño no rehuyó.
21 · Ibíd., p. 97.
arrancar del cero, que está siempre ‘como el suyo”21, remata. Carlos Mayolo, y sobre el guion de otro corto-
En el artículo del escritor Jaime Eche-
en el principio de la historia’, ha logrado metraje, Cuartico azul (1978), de Luis Crump
ya un lenguaje? ¡Qué enormidad! Es el
verri “El cuento en el cine… y el cuento del
y Sebastián Ospina, revelan además el criterio
pecado que se denomina voluntarismo, con cine”, el autor se ocupa del problema de la
para identificar dos obras que han sobrevivido
su buen adobo patriótico18. adaptación literaria, un asunto viejo en cual-
en el tiempo entre la ingente producción de
quier cinematografía y en el que las películas
cortometrajes de la época. Carlos José Reyes
Aguirre reconoce la importante acumula- colombianas no eran una excepción. Eche-
por su parte comenta el III Festival de Cine
ción de datos de Historia del cine colombiano: verri ofrece una visión general del problema,
Colombiano en un texto que se titula, de forma
“sus datos sobre exhibición y producción, sus aunque en un apéndice del texto afirma que
programática, “Ausencias y polémicas”.
referencias a la crítica, a las revistas, a los sus reflexiones fueron suscitadas por algunos
cineclubes, son material de mucho valor”19. El número 6, de enero de 1979 y el último cuentos llevados al cine por directores colom-
Y distingue dos tonos en el libro de Martínez de esta primera época de la revista, trae en bianos, entre ellos La hamaca (1975) y Rodi-
Pardo: su portada a tres personajes: Francesco Rosi, llanegra (1976), cortometrajes de Carlos
Henri Langlois y Raúl Ruiz. El texto sobre Rosi Mayolo, adaptados de textos literarios de
Hasta 1960 opera la crónica, la acumu- es escrito por Luis Alberto Álvarez, quien ya José Félix Fuenmayor y Umberto Valverde,
lación de datos. Es la mitad del libro.
empezaba a sentar las bases de su prolongada respectivamente. Echeverri identifica varios
En la otra mitad se dedica a la polémica,
a la disputa sobre el cine colombiano influencia en la crítica de cine en Colombia, problemas:
del momento. Abandona la perspectiva con artículos en los que sobresalían la claridad
El primero sería de traducción. El traslado
histórica (entendida como distancia), que de sus análisis, el horizonte humanista de su
ha mantenido con algún rigor hasta ese de un sistema de significación a otro, resulta
argumentación y el carácter primeramente de siempre una aproximación y nunca una
momento, para caer de bruces en el debate
divulgación de los textos que acometía: “[…] exactitud. […] Si la traducción es difícil
intestino del cine actual.
este artículo no puede pretender ser algo más en sí misma, al carecerse de elementos que
[…] Aquí su libro se emparenta con el permitan el dominio de un lenguaje el
de Umberto Valverde. Es otro reportaje que divulgación. Divulgación, porque se trata
de presentar una obra con una cierta organi- resultado es la tergiversación involuntaria,
de tono subjetivo y polémico. Atizan la pero condenable. De allí que, si las películas
hoguera. Mucho humo y pocas luces 20. cidad, a un público que no ha tenido la oportu- documentales andan desequilibradas por
nidad de conocerla sino por retazos”22. Álvarez afición a la verbalidad, los argumentales
Al final de su exaltado comentario a los dejaba sentada su convicción de la crítica apoyados en la literatura generalmente se
textos de sus colegas, Alberto Aguirre les Cubierta de la revista Cinemateca, no. 5, 1978. como una forma de intervención social donde estancan en lo verbal y, cuando se quieren
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23 · Jaime Echeverri. tradición teatral, en su sentido real. Y, incluye a Diego Rojas, Guillermo González, 24 · R.H. Moreno
aunque el teatro surge sorpresivamente en Durán. “En torno a La
“El cuento en el cine… y
Santiago Mutis y la propia María Elvira Talero, mansión de Araucaima. El
el cuento del cine”. En: los últimos diez años, se convierte en un falansterio violado”. En:
Cinemateca, no. 6, Vol. 2,
discurso político que, como tal, acoge el y en él aparece una monografía sobre La Cinemateca, no. 7, 1987.
enero de 1979,
pp. 47-48. maniqueísmo explotadores-explotados, o mansión de Araucaíma (1986). Entre los
represores-reprimidos, hasta el punto de textos sobre el segundo largometraje de
que al público le basta ver una sola pieza Mayolo, sobresale el de R.H. Moreno Durán,
y asegurar sin temor que no se perdió
ninguna en los últimos años. […] Existe “El falansterio violado”. El escritor no se
un buen número de personas dedicadas a muestra especialmente a gusto con el resul-
la actuación, pero su desenvolvimiento en tado de la adaptación del libro de Mutis:
escena peca por defecto de matices o por el
estereotipo23. De cualquier forma, frente a un texto tan
atractivo y pese a sus menores posibili-
dades de ser traducido a otro género -cine,
Cinemateca en los años pero también teatro-, lo ideal sería hacer
ochenta y frente al nuevo abstracción del ilustre modelo y ejercer
milenio plenamente la libertad de recrearlo al
antojo y riesgo del director, crear otra obra,
en otro ámbito, en otra circunstancia, con
La revista Cinemateca reaparece entonces identidad estética propia. Sin embargo, la
en el periodo 1987-1988, cuando se publican película que comentamos acusa un excesivo
los números 7, 8 y 9, en plena efervescencia de terror reverencial y a ningún lector del
la época de focine, y en momentos en que el libro se le escapará el hecho de que lo que
ve en la pantalla proviene del libro que leyó24.
modelo de apoyo de la compañía mostraba
señales evidentes de desgaste, por una suma
Del mismo número sobresale una
de hechos imposibles de ampliar aquí, pero
encuesta a cinematografistas colombianos,
Cubierta de la revista Cinemateca, no. 6, 1979. que se podrían resumir en falta de compro-
a quienes abordan con la pregunta ¿por qué Cubierta de la revista Cinemateca, no. 7, 1987.
miso y honestidad de todas las partes invo-
aproximar al lenguaje visual, obtienen hace usted cine? En esta edición responden
lucradas en hacer viable el mecanismo de
imágenes débiles, insignificantes. Lisandro Duque, Carlos Mayolo, Luis Ospina, hacer cine fuera un desperdicio impensable o
financiación estatal (productores, exhibidores,
El otro problema también lo habíamos esbo- Camila Loboguerrero y Jaime Osorio. La un lujo burgués en un país con problemas más
distribuidores y, por supuesto, pero no sola-
zado antes. Es la discordancia entre palabra mente, los agentes encargados de imple- pregunta tiene una larga tradición en el cine urgentes que resolver.
e imagen y que denota la precariedad de mentar la política pública). colombiano, como lo prueban encuestas
dominio del lenguaje cinematográfico. similares hechas en las revistas de los años La contraportada del número 7 de Cine-
[…] Otro aspecto conflictivo surge de la El número 7, dirigido por María Elvira sesenta, y casi que implica siempre una posi- mateca es toda una curiosidad. Para promo-
puesta en escena. Nuestro país carece de Talero, se apoya en un comité editorial que ción de algún modo vergonzante, como si cionar el Festival de Cine de Cartagena y a
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25 · Hernando Martínez Colombia como lugar de filmación de pelí- La mayoría de los mediometrajes se ha historia y para proclamar que lo único que
Pardo, “El mediometraje propuesto narrar una historia y muchos cuenta en una película es el ambiente, la
de focine”, Cinemateca, culas con capital de otros países, se rubrica
no. 8, 1988, republicado lo han logrado en forma excelente. En atmósfera. La impresión se confirma al leer
en La crítica de cine. Una sin empacho el siguiente eslogan “Colombia algunos se percibe algo que me parece los análisis escritos en El Colombiano
historia en textos, Op. Cit. y Macondo son la misma cosa”. Las discu- muy importante: la preocupación centrada por Luis Alberto Álvarez.
p. 188.
siones actuales sobre la Comisión Fílmica, el en la actividad de narrar, calculando Con seguridad voy a simplificar los hechos,
cada momento para llevar de la mano la pero tampoco tanto como para falsear la
uso de las marcas país con sus inevitables emoción del espectador. El autor ama la realidad. Desde hace rato se ha ido cons-
reduccionismos o incluso las polémicas por historia que quiere contar, vive sus perso- truyendo la imagen de la televisión como el
el nombre de los premios nacionales de cine najes y los ve reaccionando ante determi- enemigo: el monstruo centralista, bogotano,
adoptados por la recién creada Academia nados acontecimientos. mediocre y comercializado que no ha hecho
colombiana demuestran que son circulares y De ahí han salido obras con fuerza y sino participar muy activamente en la
capacidad de emocionar intensamente; degradación de este país. Con tal imagen
que la historia se repite (la segunda vez como Aquel 19 (C. Mayolo, U. Valverde, todo lo de la televisión resulta terrible, la
farsa, según la frase de Marx). 1985), El hombre de acero (C. maldad personificada, y como los dramati-
Duplat, 1985), Semana de pasión zados televisivos prefieren narrar historias
En el número 8 de Cinemateca aparece (J. Luzardo, F. Riaño, 1984), Atra- hacerlo se volvió un estigma. Con estas
Hugo Chaparro como editor. En el contenido pados (J. J. Vejarano, 1985), Juegos premisas se postula otra dramaturgia, la
se destaca un juicioso balance sobre el medio- prohibidos (Camila Loboguerrero, de ambientes y atmósferas, como la drama-
Beatriz Caballero, 1986), Querida turgia, la única y verdadera. Cuando
metraje colombiano escrito por Hernando Romy (F. Ramírez, 1986), Ella, el menos la más noble.
Martínez Pardo, con su habitual ambición chulo y el atarván (F. Vélez, M. En la exaltación de la teoría del ambiente
sistemática y sus opiniones siempre polé- Arias, 1986), Con amigos así (L. influyó mucho el logro indiscutible de
micas. El corpus analizado corresponde natu- A. Restrepo, L. González, 1986), La Los habitantes de la noche (V.
carta (D. L. Hoyos, María Lozano, J. M. Gaviria, 1984), punto de llegada
ralmente a los trabajos realizados dentro del Bonilla, 1987), Momentos de una de experiencias anteriores de Gaviria
programa Cine en televisión, creado por focine vida (Patricia Restrepo) y De vida o en la misma línea. Pero se la convirtió en
como un punto intermedio de producción muerte (Alexandra Cardona, J. Osorio, el modelo. Muchos ya, por principio, no
1987)25. querían contar historias sino apenas una
industrial, que tuviera al menos garantizada la tenue línea que reuniera varias situaciones Cubierta de la revista Cinemateca, no. 8, 1988.
exhibición, un cuello de botella que la entidad Sobre la segunda tendencia polemiza que, a su vez, serían las que construirían
estatal nunca pudo resolver. Martínez Pardo, con blancos concretos: el ambiente. Eso no tiene nada de malo. guardia, de Víctor Manuel Gaviria,
El cine francés, el italiano, el alemán y una historia de jubilados del ferrocarril de
El autor identifica ciertas tendencias en He dejado para el final este grupo por ser el norteamericano han creado obras de Antioquia, realizada con actores no profe-
esta producción entre ellas la de los mediome- el más polémico. Al leer las entrevistas valor reconocido con esta dramaturgia. El sionales y que, en mi concepto, no solo es la
publicadas en el número 14-15 de la problema está en mitificar algo que no es mejor película entre los mediometrajes tele-
trajes que cuentan una historia y la de aquellos sino una entre muchas formas de narrar.
que privilegian la atmósfera, el ambiente (cine revista Arcadia va al cine —un número visivos de focine, sino la película más bella
de lujo— se tiene la impresión de que se EI paso siguiente, es proclamar al Profeta, y madura que se haya filmado jamás en
de autor en la expresión de Martínez Pardo). está preparando un manifiesto, si no es que al ser que encarna el ideal. Luis Alberto este país” (El Colombiano, abril 28 de
Respecto a lo primero afirma: ya existe, en contra de la dramaturgia de Álvarez escribió lo siguiente: “La vieja 1985), y, como si fuera poco, dos párrafos
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26 · Ibíd., p. 190-191. más adelante afirma que “haber visto con Mora, “La crítica de cine en Colombia. De la formulación de propósitos editoriales de largo
dos días de diferencia Los habitantes disección de un cadáver a la vida de un filme”, alcance. Pero siempre fue una constante
de la noche y La vieja guardia
(1985) me lleva a una afirmación que un texto autorreflexivo y con aportes históricos la libertad editorial que la caracterizó y la
no está hecha a la ligera: Víctor Gaviria de parte de uno de los críticos colombianos forma que en ella tuvieron acogida voces de
es el realizador más importante del cine con más regularidad en su ejercicio. Una mucho peso en la cultura colombiana, antes
colombiano y hasta hoy el único y verdadero sección, Cinema Novo, trata de responder al de que la crítica de cine se convirtiera en el
autor que haya surgido entre nosotros26.
desafío de entender el signo de los tiempos compartimento estanco que con frecuencia es
Estas polémicas intestinas entre críticos, reflejado en el cine contemporáneo de los hoy en día. Cuán difícil es que intelectuales o
no son pocas en el cine colombiano y las años noventa. Textos de esta sección como creadores de gran peso en la cultura nacional
revistas son el lugar privilegiado para seguirlas “Crisis del personaje, crisis de la persona”, de como los que escribieron en Cinemateca –r.h.
y situarlas en el contexto de su época. Pedro Adrián Zuluaga o “El cinema líquido Moreno Durán, Juan Gustavo Cobo Borda,
del ciberespacio”, de Felipe César Londoño, Álvaro Medina, Carlos José Reyes, entre los
En el número ocho responden a la pregunta
dan cuenta de esos cambios que afectaban el más destacados– hagan lo propio hoy en
de por qué hacen cine los directores Luis
oficio entero de la crítica incluso antes de la nuestras revistas de cine. Y parafraseando
Alfredo Sánchez, Sara Bright y Mady Samper.
migración generalizada hacia internet. a Paulo Antonio Paranaguá, podríamos decir
El último número de esta segunda fase, el
nueve, está fechado como ya se dijo en julio Cinemateca atraviesa pues tres décadas, que el cine es algo demasiado serio para dejar
de 1988 y su editor es Guillermo González. aunque en breves periodos que impiden la su análisis en manos de críticos de cine.
Técnicas de duelo (1988), el filme de
Sergio Cabrera, es el motivo de la portada; en
páginas interiores se publica una entrevista
de González con el director, el diario de filma-
ción de la película y un comentario de Hugo
Chaparro, “Sobre un asunto de honor”. Este
segundo periodo acabó abruptamente y no Cubierta de la revista Cinemateca, no. 9, 1988.
logró consolidar una reflexión paralela a un
periodo de intensas contiendas ideológicas trabajo de las entidades públicas. El número
como los años ochenta; mucho de ese tinglado 10 de noviembre/enero de 2000 tiene una
de ideas puede leerse con mayor desarrollo en portada de Bajo el cielo antioqueño (1925),
Cine y Arcadia. un filme del periodo silente que recientemente
La tercera época de Cinemateca es igual o se había restaurado, y viene con un dossier
más melancólica, por la evidencia de políticas sobre cine colombiano, que combina presente
a corto plazo que no pocas veces lastran el y pasado. Hay un ambicioso texto de Orlando Cubiertas de la revista Cinemateca, no. 10, 11 y 12, 2000.
publicaciones sobre cine en colombia

cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época

Cine
para leer
Hugo Chaparro Valderrama / Laboratorios Frankenstein ©

Con pragmatismo editorial y fervor patriótico en términos cinematográficos, Isadora de Norden,


gerente de la Compañía de Fomento Cinematográfico (focine), recibía al lector del primer número
de la revista Cine con un texto en el que manifestaba su comprensión ante “las limitaciones
inherentes a una revista de esta índole”, limitaciones definidas por el riesgo de una publicación
especializada, leída por el gueto cautivo que nunca ha sido tumultuoso en Colombia.
Alertó de una manera sensata de que se trataba de un “público importante pero necesaria-
mente limitado”, y se interesó por “divulgar las actividades de las cinematografías nacionales,
y las de los países de América Latina. Obviamente, a la que más amplia y detalladamente que
querríamos referirnos es a la colombiana”.
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cierta extensión (idealmente, de cierta a la exhibición de películas como bailar, pati- tomando como ejemplos para un texto sobre
profundidad también) para los cuales no nar, presentar combates de boxeos, partidos el miedo y sus variaciones a Roman Polanski,
hay cabida por lo general en los órganos de
información escrita. Es posible comentar de hockey, actos de ventriloquía y contorsio- William Friedkin y Werner Herzog, mientras
una película en seis o siete líneas; Cine no nismo, además de disfrutar con el gusto de recordaba películas tan pedagógicas como El
considera que tal cosa sea también, forzo- rozarse el cuerpo entre la multitud y coque- inquilino (Polanski, 1976); El exorcista (Frie-
samente, deseable, y que hay escritores, tear, en un camino de doble vía sexual que dkin, 1973), y esa aventura hacia el desqui-
como hay temas, que requieren de mayor confundía a hombres y mujeres en el salón,
dilación. ciamiento, También los enanos empezaron
lo que era una ganancia adicional al precio de pequeños (Herzog, 1970). “Ni el hombre ‘civi-
Aclarados los criterios de la publicación, la boleta–, el lector entendía a través de las lizado’ ha abandonado la barbarie, ni las socie-
hizo de Hernando Valencia Goelkel el director páginas de Cine que las fronteras no existen dades modernas son esa cristalización misma
de una revista que permitía la confianza en en el mundo interminable de una pantalla. de la razón que quisieron los humanistas”,
la inteligencia del crítico literario hecho crítico Hernando Salcedo Silva entrevistó a Pedro concluía de manera esperanzada Diego León.
cinematográfico, con un talento semejante Moreno Garzón, pionero del cine colombiano, Una entrevista de Patricia Restrepo con
al que definió la escritura de James Agee que trabajó a órdenes de los Di Domenico, ilus- Guillermo Cabrera Infante (“Opiniones de
en la prensa norteamericana de los años trándose en el texto (“Cine colombiano. Los Caín”), sirvió para que la rubia y el chino mulato
40 según el poeta británico W. H. Auden: su años veinte”) con la imagen pálida y ojerosa intercambiaran películas, novelas y suicidas –
trabajo periodístico tenía “un valor literario de la actriz italiana Mara Meba, diva fugaz de un Andrés Caicedo y Ricardo Vigón–; Carlos Freer
permanente”. melodrama tan superlativo como su título, El enseñó el panorama de un país casi invisi-
Cubierta de la revista Cine, no. 1, 1980. Cine revivió la tradición del riesgo y su amor, el deber y el crimen (Moreno Garzón, ble en sus imágenes filmadas (“Costa Rica:
pasión para que la escritura cinematográfica 1925), y con la fotografía angelical de Isabel nuestro cine”); Luis Ospina, nuestro cinéfilo
Además de las consideraciones sobre no sucumbiera a la soledad de los artistas. Von Walden en un jardín de rosas, actriz de de cabecera, publicó dos textos sobre el hit
el paisaje doméstico en relación con el cine, Aura o las violetas (Moreno Garzón/Vicenzo parade del cine mundial y el documental (“25
Isadora brindaba a los críticos de entonces la Desde el primer número, publicado en octu- Di Domenico, 1924) –“una muchacha muy años de encuestas: lo mejor de la producción
generosidad de sus páginas para contrarrestar bre de 1980, el lector tuvo la certeza de su bonita”, la definió Moreno Garzón, “de rostro mundial” y “El cine político de Emile De Anto-
línea editorial: el cine doméstico tenía que suave y dulce”, que aceptó trabajar en la pelí-
la mezquindad del espacio que se iría redu- nio”); un rescate de Frederick Palmer evocó
nutrirse del cine de otras geografías y otras cula “por ser hija de extranjeros y no compartir
ciendo con el tiempo a niveles bonsái en los el sabor dulzonamente ingenuo y encantador
épocas. los prejuicios contra los actores”–.
diarios del país. que hace parte de la arqueología cinematográ-
Tras la carátula donde aparecían las buta- Al carácter lánguido pero esforzado del fica (“Breviario del guionista en 1919”), donde
“Cine quisiera llenar un cometido muy
cas del Salón Olympia, inaugurado por la fami- cine colombiano y sus pioneros, tras la quimera la Palmer Photoplay Corporation de Los Ánge-
específico”, escribió Isadora: lia Di Domenico en Bogotá el 8 de diciembre de les aseguraba que “solo existen treinta y seis
del oro en la pantalla, seguía el despliegue
Darles a los críticos o comentaristas del 1919 –con capacidad para 6.000 espectado- del mapa entre el acá y el allá. Diego León situaciones dramáticas fundamentales cuyas
país la posibilidad de redactar textos de res y diversidad para entretenciones paralelas Hoyos escribía “Sobre monstruos y dobles”, diversas facetas constituyen las bases de todo Logotipo de focine.
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Ello y un texto de Bill O’Connell, tomado de la Y para ello hemos tenido que hacernos
revista Film Comment de septiembre-octubre algunas concesiones, rebajar la calidad del
papel, de las ilustraciones, levantar soste-
de 1979, es decir, la solidaridad del cine ante nidas intolerancias hacia ciertos autores y
todo, sirviendo Film a Cine, sobre el deterioro ciertos textos, confiando, en últimas, que
del color en las películas (“Fade Out”), garanti- la empresa general marche, y en los tonos
que ha sido costumbre hasta ahora, que sea
zaban el buen comienzo de una revista hecha una publicación audaz, que aporte nuevos
por cinéfilos y para cinéfilos, ilusionados con términos de comprensión del cinematógrafo.
leer y escribir más y mejor según lo permitiera
la práctica periódica de la publicación. Críticos al borde de un ataque de nervios,
la situación, antes y después de Cine, no varió
Algo dudoso, pero no del todo imposible, del todo en la carrera contra el destino que ha
cuando el respaldo institucional garantizaba su decidido la vida de las revistas, semejantes a
continuidad. La historia de las revistas de cine milagros en el país del Divino Niño.
en Colombia no ha sido menos tortuosa que la
Aunque se cuentan empresas editoriales,
historia del cine registrado por sus cronistas
prósperas en su cantidad, el riesgo del lector
en esas mismas revistas. Desde la publica-
apático ha sido un peligro compartido, capaz
ción en 1908 de Cinematógrafo, dirigida por
de reducir la gran ilusión a un par de números,
Manuel Álvarez Jiménez en Bogotá, hasta que
Imágenes de Psyco (Hitchcock, 1960) publicada en el evocados después con nostalgia.
artículo “Piscosis o el psicoanálisis del auditorio” de Miguel nace, crece y muere Cine, desde finales de
Falquez, Cine, no. 2, 1981. Facsímil de la primera página del Cinematógrafo, 1908. Excepciones que confirman con su heroísmo
1980 hasta su número diez (septiembre-octu-
bre, 1982), el papel protagónico que ha tenido la norma: la revista Películas, de los hermanos
drama humano”, siendo algunas de ellas la en el último editorial que se publicó en el Di Domenico, que alcanzó algo más de un
el cine para leer en el cine colombiano, cifra número 5 de Ojo al cine:
súplica; la liberación; el crimen seguido de centenar de números desde que empezara a
la ansiedad de sus críticos por contribuir a
venganza; el ser víctima de la crueldad o del publicarse, en 1916, hasta que se convirtiera
través de la escritura al desarrollo del país Después del eufórico apogeo que significó
infortunio; la rebelión; el odio a los parientes; la aparición de nuestro número 3/4, en un fantasma del paisaje; Películas y exhibi-
recreado visualmente.
el adulterio homicida; la imprudencia fatal; los hemos ido enfrentando el pánico económico, dores registró otro tanto a finales de los años
crímenes involuntarios del amor; el homicidio A mediados de los años setenta, los lecto- la inacción espiritual y, en últimas, casi la
muerte. Estas líneas son, en efecto, una 60; Arcadia va al cine se sostuvo durante seis
de un pariente a quien no se había recono- res celebraron el exceso y su camino hacia la expresión de moribundez. Quisimos hacer años y varios números, gracias a la obsesión
cido; el sacrificio de sí mismo por un ideal o sabiduría según la revista Ojo al cine (cinco de esta revista una realidad mensual, pero de su editor y gestor, Augusto Bernal Jiménez,
por motivos de familia; el descubrimiento de números publicados en Cali desde 1974 los avatares de distribución, de pagos y un cinéfilo que suda celuloide derretido en
que la persona amada es indigna; los obstácu- hasta 1976). Las limitaciones señaladas por cobros, de una nómina de colaboradores
estables, del estado psicológico grave y crítico las maratones fílmicas donde se ejercita día
los en el amor; los celos infundados; el amar a Isadora de Norden años después en Cine, de los primeros responsables, han dilatado tras día; Kinetoscopio mantiene su longevidad
un enemigo o el extravío de personas amadas. fueron motivo del canto del ci(s)ne, explícito la aparición de Ojo al cine número. 5. a pesar de la ausencia que hace extrañar la
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actitud generosa de sus fundadores: Paul


Bardwell, Luis Alberto Álvarez, Juan Guillermo
López.
Cine mezcló el cómo, el quién y con quié-
nes hacer una revista que rebasara lo artesa-
nal y aprovechara lo institucional para seguir
adelante aunque Isadora fue enfática:
Quiero dejar en claro que no va a ser ésta
en modo alguno una publicación de las
llamadas institucionales. No se pretende
hacer con ella relaciones públicas ni
adornar la imagen, mala o buena, que de
la Compañía [de Fomento Cinematográ-
fico, focine] puedan tener sus eventuales
lectores; y, por supuesto, tampoco busca
Fotograma de El inmigrante latino, 1980, Nieto Roa, publicado en Cine, no. 3, 1981.
divulgar las otras actividades que focine
desempeña ni las que haya de emprender
en el futuro.

La promesa se iría cumpliendo al pie de Cubierta de la revista Cine, no. 2, 1981. Cubierta de la revista Cine, no. 3, 1981.
las letras escritas y leídas por los que mantu-
vieron la función de Cine y su calidad. Las ediciones restantes presentaron a La última edición de Cine fue ilustrada con
Las carátulas sugerían la variedad del Helmut Berger en versión travesti de cabaret una imagen de Tiempo de revancha (Adolfo
cinematográfico según la dirección de Luchino Aristarain, 1981), una ironía cuando ya la revista
placer, sin importar de dónde viniera la imagen:
Visconti en La caída de los dioses (1969); al no pudo tomar revancha alguna para recupe-
G. W. Pabst en el número dos; Carlos Benjumea
director de fotografía Michael Ballhaus, quien rarse y renacer más allá de ese número.
en El inmigrante latino (Nieto Roa, 1980), le diera su talento y su ojo a Rainer Werner
pintó de violeta la edición número tres; en Fassbinder en varias de sus películas; el Aunque se hizo lo que se pudo de la mejor
el número cuatro aparecía la imagen de una número 8 se presentó con aire fúnebre regis- manera que se pudo. La única vez que Isadora
película que es ahora secreta y mítica en el trando la escena del cementerio en Pasado escribió de nuevo en trance editorial fue en el
cine colombiano, Canaguaro (Dunav Kuzma- el meridiano (José María Arzuaga, 1965), y número 9. Su interés por el cine colombiano
nich, 1981); el rostro de un director indepen- un aviso a manera de cartel anunciaba en el se manifestó en el encargo que se le hizo a
diente en México desde los años setenta, Paul número 9 la edición especial preparada para Hernando Martínez Pardo para que escribiera
Fotograma de Canaguaro, 1981, Dunav Kuzmanich, publicado en Cine, no. 4, 1981. Leduc, aparecía en el número cinco. el XXII Festival de Cine de Cartagena, 1982. un ensayo (“Panorámica del cine colombiano
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1958-1982”), y por el evento en el que se 1 · “El inmigrante,


de Nieto Roa, en Cine,
publicó: el Festival de Cine de Cartagena. número 3.

La Compañía tiene grandes esperanzas en


que la muestra de películas colombianas
que haya de presentarse en Cartagena,
refleje un adelanto cualitativo en la
creación fílmica del país, derivado en parte
del apoyo económico que focine le está
proporcionando a la industria. Como
lo indica su sola presencia activa en el
Festival, focine considera que su tarea
de fomento no debe limitarse exclusiva-
mente a facilitar la financiación sino que
también debe atender, así sea parcialmente,
a aspectos como la preparación profe-
sional. Dentro de este criterio, este año
la Compañía ha efectuado una serie de
talleres y seminarios, a cargo de expertos de
merecida reputación internacional, y sobre
diversos aspectos del trabajo cinematográfico.
Fotografía del taller de Michael Balhaus en Medellín publi- Hemos creído oportuno, a fin de que tenga
cada en revista Cine, no. 7, 1982. una mayor difusión, incluir en este número Cubierta de la revista Cine, no. 4, 1981. Cubierta de la revista Cine, no. 5, 1981.
especial la versión inglesa del magnífico
ensayo del crítico e historiador Hernando revisar las variaciones de la pantalla doméstica realizadas por Gustavo Nieto Roa–, como “el
Martínez Pardo sobre los últimos veinti- a la manera de Martínez Pardo. testimonio de esta época en que el país está
cinco años del cine en Colombia, concreta- cambiando su acostumbrado folclor y su retó-
mente sobre la producción de largometraje. Una bandera de Cine: atestiguar lo que
rica por Claudia de Colombia y Bruce Lee”1.
estaba sucediendo con los directores, guio-
Las palabras son una semblanza del trabajo nistas y técnicos nacionales, empeñados Aunque la risa esmaltada y fosforescente
realizado en colaboración con Hernando Valen- en ver y en filmar el escenario de Colombia. de la diva popular, las contorsiones acrobáti-
cia Goelkel y su comité editorial, compuesto Cuando se vislumbró, a principios de los años cas de Bruce Lee o títulos como El taxista
por Isadora, Diego Rojas y Alberto Navarro. ochenta, una transformación en el tempera- millonario (Nieto Roa, 1979) y Amor ciego
También la evidencia de un deseo: que los mento local, quizás lenta pero estimulante, (Nieto Roa, 1980), fueran solo la punta del
invitados internacionales, de paseo por Carta- descrita por Diego León Hoyos –al mismo iceberg comercial que entonces, como ahora,
Imagen de Pasado el meridiano, José María Arzuaga,
gena, pudieran conocer de qué se trataba el tiempo que asumía con valor la empresa de no logra romper el hielo para encontrar a su
1965, publicada en Cine no. 8, 1982. cine colombiano con la juiciosa precisión para analizar y hacerle su disección a las películas público.
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2 · “¿Nacionalización al La cortesía bogotana de Hernando Salcedo Martínez Pardo en su “Panorámica del cine
desnudo?”, en Cine, no. 3.
Silva sugería: “Las cuatro edades del amor colombiano 1958-1982”:
[Triana, Giraldo, Mitrotti, Durán, 1981] no es
Recorriendo la historia se encuentra que
el ideal para un cine auténtico pero, por lo desde las Actualidades de 1907, o
menos, representa más trabajo puramente desde El drama del 15 de octubre,
cinematográfico que el ordinario cine nacional primer largometraje en 1915, la constante
de consumo”2. ha sido la discontinuidad en la produc-
ción, la recurrencia periódica de crisis,
Aun así, esta clase de pioneros, tardíos desapariciones y resurgimientos que nunca
cuando se publica Cine, construyeron, a su pasaron de una docena de películas en
manera, el futuro. cinco años, que fue la máxima duración
de uno de esos “apogeos” (1922-1927).
Respondían a la pregunta que se hacía A la discontinuidad hay que agregar
Paul Eluard –“¿En qué forma se relaciona la la terquedad en pretender imitar otros
cines. En tales condiciones era imposible
creación artística con el cine, que constan- que se diera relación del espectador con
temente se devora a sí mismo, sin dejar otro el cine nacional, progreso en el manejo
rastro que su frágil existencia como nove- de su lenguaje estético que permitiera la
dad?”–, citado por René Clair en otro rescate apropiación de la realidad; era imposible
que hizo la revista, su discurso pronunciado en también que creciera la infraestructura y Artículo “La agonía del difunto” publicado en Cine, no. 5, 1981.
que surgieran enfoques analíticos y teóricos,
una reunión de cineclubs que tuvo lugar en la para no hablar de los capitales porque me Compañeros de viaje en la ruta de las
Venecia del lejano 1950 –¿O cercano 1950? llevaría a discutir de entrada, sin datos dificultades, tendrían que pasar muchos años
Al fin y al cabo, el título del discurso de Clair es previos, la famosa controversia sobre si no
hay cine porque no existe inversión o si para dejar atrás la retórica que saludaba al
“Un presente que no pasa”–.
no se invierte porque no hay cine. cine en una publicación de Carmen de Bolívar
En términos locales: ¿Cuántas veces llamada Ecos de la montaña –o “Eros de la
ha empezado el cine colombiano como una Hacia los años ochenta y luego de una montaña”, como sugiere la lujuriosa invención
novedad, demostrando la persistencia de la larga historia que moldeó con el tiempo el de un corruptor de pruebas–, clamando en
visión que crea la ilusión del movimiento en oficio de la crítica de cine, sus cronistas se
1914 “que venga, que venga el cine para disi-
el transcurso de la historia? Varias veces. La acercaron a los pioneros y a sus descendien-
par el tedio y su influjo preocupativo”.
novedad ha sido intermitente. Atraviesa el tes como espectadores implacables, solida-
siglo XX y cruza al XXI murmurando con el rios o angustiados por un sueño que se hacía El tiempo y su calendario avanzarían
vigor de un fantasma que se fortalece cada vez realidad, filmado en cámara lenta, afrontando después hacia una actitud distinta; a los textos
más –aunque el término industrial todavía la ruina o la posibilidad de que las películas de otros críticos –Luis David Peña y Camilo Fotograma de La agonía del difunto, Dunav Kuzmanich, 1981, publicado en Cine
no se aplique al arduo cine local–. Lo explicó fueran veladas en cámara ardiente. Correa en los años 40; Gabriel García Márquez, no. 5, 1981.
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3 · Revista Cinemateca, Hernando Valencia Goelkel, Hernando Salcedo dades, los mensajes de “gran importancia”. los “artículos referentes al arte cinematográ-
no. 1. Vol. 1. julio, 1977.
Silva, Ugo Barti en los cincuenta y sesenta; Uno encuentra muchas veces lo mejor en lo fico y teatral” con “cuentos y novelas cortas,
trivial. Dedicarle la atención necesaria a
Umberto Valverde, Gustavo Ibarra Merlano, de los mejores autores” y “poesías escogidas
la importancia de Jerry Lewis es un acto
Orlando Mora, Jorge Nieto, Alberto Aguirre, de terrorismo. Arremeter contra el cine entre las más célebres del habla española”;
Luis Alberto Álvarez y nuestra primera dama político italiano o contra un filme como El destacó las “biografías y anécdotas de los
del cine, Margarita de la Vega Hurtado, algu- pasajero (Antonioni, 1975) también. más renombrados artistas de la pantalla y la
nos de ellos desde los años cincuenta hasta Siempre, de la crítica, me ha gustado lo
escena”; publicó regularmente “una crónica
los años setenta y ahora–. insólito, lo audaz, lo irreverente, lo male-
ducado. Para esto sería bueno encontrar un extranjera sobre el asunto de más palpitante
Cuando el tiempo y su aprendizaje hicieron método que universalice lo personal. Cada actualidad” y “una sección de curiosidades
posible que un crítico comprendiera su oficio gusto es una aberración 3 . científicas y literarias”, aparte de brindar
como lo asumió Andrés Caicedo, respondiendo “información gráfica de los acontecimientos
a la pregunta que se le hizo en una encuesta Dos extremos divididos entre el antes y el
de más actualidad en el país y en el extranjero”.
acerca del terrorismo o el paternalismo de los después de los textos que surgían por obra
En otras palabras, descubrió que el cine era un
críticos colombianos: y gracia de un arte: el cine y sus imágenes.
Por la construcción visual de un país en la arte del Renacimiento en el siglo XX.
Primero que todo, considero que es más pantalla, vigilado por aquellos que permane- Hernando Valencia Goelkel, Luis Alberto
saludable una actitud terrorista que pater- cían atentos a las variables posibles de un
nalista. Pero para lograrla es necesario Álvarez, Hernando Salcedo Silva: tres herede-
contar con un medio propio, como es el caso vocablo laberíntico y difícil, Colombia, visto ros notables de una tradición que prolongaron
de nosotros con la revista Ojo al cine. por el ojo de una cámara. Facsímil de la primera página de la revista Películas, Her- y los convirtió, para fortuna de sus lectores,
Cuando un crítico enfrenta una serie de Críticos que tuvieron en Francisco Bruno manos Di Domenico, 1918. en cinéfilos profesionales y vampiros culturales
condiciones con las distribuidoras y con
el exigente gusto mediocre del espectador a un pionero dedicado para comprender, que no admitían fronteras para nutrir su escri-
por ciertos distribuidores como “cine fino”–.
medio, su crítica se irá ablandando, irá analizar y transcribir lo que veía en la panta- tura. Así definieron su oficio.
haciendo concesiones, no importa que Interesado hacia 1919 por el cine europeo,
lla. Estudiante de leyes en retiro hacia el
muchas sean involuntarias. Ugo Barti y cine, Bruno se ganó la vida trabajando como Bruno se desconcertó ante el hecho de que Goelkel –entre la literatura y el cine–:
Carlos Álvarez han escrito terrorismo, “haya espectadores a quienes guste la cinta
jardinero en el Parque de la Independencia Un buen film tiene más eficacia positiva en
pero hoy por hoy el panorama es mucho de aventuras y no la de arte”; comparó al
menos alentador. Hay que alertar al de Bogotá, hasta que lo contrató la familia Di la formación del gusto, en el ataque frontal
espectador, darle conciencia del peligro que Domenico como portero del Salón Olympia y cine italiano con el de “todas las otras nacio- contra los lugares comunes, en el estímulo
significa el acto aparentemente trivial de ir como editor de la revista Películas. Anticipó nes”; ensalzó fervorosamente el envío de un de inquietudes inéditas, que todas las
al cine, convencerlo de que la mayoría de con sus textos la distancia imaginaria entre el corresponsal que describió a los norteameri- páginas que puedan escribirse a favor o en
las veces detrás del producto se encuentra contra de determinado tipo de cine. Lo cual
“cine comercial” –¿Algún “cine” no intenta ser canos como “excelentes muchachos, trabaja-
una ideología dirigida en forma vertical nos lleva a poner, una vez más, de presente
contra el consumidor. Hay que desmitificar comercial? ¡Pregúntele a un productor!– y el dores, enérgicos, magníficos negociantes, pero la que, en el fondo, es la verdadera función
los falsos valores, las grandes celebri- “cine arte” –definido de manera presuntuosa ayunos de toda idea de arte y poesía”; alternó del comentarista: la de anotar la mera
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4 · Hernando Valencia presencia, la existencia de ese infrecuente importantes. Ahora bien, pero manejar
Goelkel. Crónicas de cine, fenómeno que es una buena película4. esos conceptos, hasta donde sea posible, con
Bogotá: Cinemateca
Distrital, 1974, p. 187. cierta sencillez, no tratar de complicarlos
5 · Luis Alberto Álvarez. Álvarez –entre su amor desmedido y llegar a ser un poco quiméricos como le
Páginas de cine, Medellín: por Mozart y el cine–: ocurre a la señora Kristeva, que es la quin-
Universidad de Antioquia, taesencia de la incomprensión […] 6 .
1992, p. xiii.
El crítico de cine es, más que otra cosa,
6 · Alberto León. un espectador intensivo. Su labor es, en mi
“Entrevista a Hernando La crítica hecha acción celebró el kilometraje
Salcedo Silva”, en Cine, opinión, poner a disposición de la gente que editorial que permitía la revista, donde se pudo
no. 9. va a cine informaciones y referencias que le
ayuden a formar su propio juicio, incluso escribir largamente y reflexionar acerca de lo
contra el del crítico mismo. Esto es lo que que era, había sido o podía ser una especie
he buscado realizar en más de diez años tan exótica como el cine colombiano, diag-
de colaboraciones cinematográficas para
el diario El Colombiano de Medellín y nosticando sus variables con el registro de
para otros medios5. eventos sobre “La producción en Colombia”
(número 3), o publicando entrevistas sobre las
Silva –primero crítico de ballet, después
acrobacias de Padre por accidente (Manuel
lector obsesivo de Robinson Crusoe, acaso
porque un hombre siempre es una isla en la Busquets, 1983), en la que no importó el cine Cubierta de la revista Cine, no. 6, 1981. Cubierta de la revista Cine, no. 7, 1982. Cubierta de la revista Cine, no. 8, 1982.

oscuridad de la sala, y luego espectador, histo- tanto como el efecto comercial de un melo-
drama, matizado por el sentimentalismo de los rumbos auténticamente renovadores de manera exhaustiva en “Canaguaro. Historia
riador y crítico, no menos obsesivo, de cine–
su actriz infantil –“Radiografía de una produc- las imágenes domésticas en la pantalla: Diego de peripecias” (número 4), gracias al diálogo
A mí me parece que en la crítica de los León Hoyos entrevistó a Martha Rodríguez y coordinado por Sara Libis, en orden de apari-
años setenta para acá, entran esa serie ción” (Alberto León, número 6)–, un texto con
de disciplinas como el estructuralismo, Jorge Silva en “Magias y mitos” (número 8), ción, con el director y guionista Dunav Kuzma-
el que se quiso “obtener la radiografía de la
la semiología, la lingüística. […] Eso tras el estreno de Nuestra voz de tierra, nich; su asistente de dirección y co-guionista,
me parece muy valioso. Indudablemente,
producción profesional e industrial de un
memoria y futuro (1982); Patricia Restrepo Pepe Sánchez; Juan José Vejarano, asistente
pensar que cada película por sí misma largometraje colombiano”, como señalaba su
publicó un perfil del grupo Cine-Mujer –o el de dirección; Arnulfo Briceño, actor y músico;
presenta una serie de problemas específicos, productora ejecutiva, María Emma Mejía, una
abstraerla de lo que uno pensaba antes, feminismo a 24 cuadros por segundo–, según Fernando Vélez en la cámara y Mario Jiménez
película “importante comercialmente, pero
que una película obedece a algo más que a lo que anunciaba su título y el nombre de la en el montaje.
su cédula de ciudadanía, es muy impor- cinematográficamente […]) como muchas
musa en el centro del grupo, “Presentando Tampoco se olvidó el reciclaje visual de
tante. Hay que entrar a descomponerla en otras”, en la que su director dejó a su aire o,
sus diferentes partes, tratar de ver cómo a Eulalia Carrizosa” (número 8); las aventu- la televisión: en un artículo saludablemente
según sus propias palabras, “a la buena de mi
funciona cada una de ellas, sus personajes, ras de una película sobre la guerrilla liberal explosivo, “Del libreto a la producción. Un
sus símbolos, etc., y así la película se enri- Dios”, a sus actores.
del Llano en los años cincuenta, Canaguaro, camino hacia lo trivial en la telenovela”
quece muchísimo. Eso es innegable. Salgan
como les salgan enemigos al estructura- Otros textos registraron experiencias que alargó su historia de realización y estreno (número 7), escrito por Martha Bossio de
lismo y a la semiología, creo que son muy mucho más estimulantes para comprender desde 1978 hasta 1981, se describió de Martínez, se recordaban “los hábitos y vicios
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favorables, posiblemente cuando se decida a


escribir… ya sea demasiado tarde”.
En otras palabras, aprende rápido y
escribe sin pretender algo más que darle a tus
historias el sabor de una hamburguesa visual.
No en vano, la literatura como oficio de escri-
tura siempre será más digna en sus propó-
sitos y alcances que una aventura escrita a
cuatro manos entre el autor y el rating.
Al panorama de Hernando Martínez Pardo
lo precedió en el número 8 un ensayo que
ahora es clásico, “Las latas en el fondo del río.
El cine colombiano visto desde la provincia”,
escrito por Luis Alberto Álvarez y Víctor Gaviria,
que obtuvo el primer premio en el Concurso
de Crítica Cinematográfica convocado por
focine, compartido con un texto que mezclaba
cine y literatura, “De la realidad a la fantasía.
Facsímil de la primera página del artículo “Las latas en el Marina Madrigal, una cineasta intemporal”, de Cubierta de la revista Cine, no. 9, 1982. Cubierta de la revista Cine, no. 10, 1982.
fondo del río”, publicado en Cine, no. 8, 1982. Juan Carlos Rubiano Vargas, crítico, escritor
y guionista que siempre ha mejorado el arte Bogotá ha sido constituida por designio, no que la temperatura no sea muy adecuada
de la televisión nacional” en los movidos de la divina providencia sino de claros y para los laboratorios y que el clima sea el
de escribir sobre películas con un estilo que precisos intereses políticos y burocráticos, en más imprevisible de toda la nación.
ochenta y se aconsejaba al posible libretista reinventa la crónica, la transforma en relato el lugar único e inamovible para todo el que
que aprendiera el oficio considerando que literario y tiene como paisaje de fondo a los en este país desee emprender algo. […]) El artículo favorecía el heroísmo que tuvieron
debería hacer concesiones para disfrutar de fantasmas del cine, en este caso, una reali- En un principio todavía era común que se para sostener sus aventuras cinematográficas,
la “trivialización final” que tendrían los temas zadora española que pasó de la realidad a la filmase ‘bajo el cielo antioqueño’. Luego se sin importar la calidad del resultado, pioneros
designó a Bogotá como capital indiscutible antioqueños del esfuerzo atlético para llegar
y su tratamiento, y advirtiendo la autora al fantasía y de la fantasía a la realidad para todos de la actividad cinematográfica y, posterior-
final del texto: “El libretista colombiano tiene los que leyeron el texto publicado en la revista. mente a esta designación, hay que tomar a su meta en la pantalla: Camilo Correa,
sus mejores oportunidades en la telenovela decisiones estéticas que se plieguen a las Guillermo Isaza, Enoc Roldán, Ivo Romani.
“Las latas en el fondo del río” es un memo-
y debe comprometerse en este proceso de exigencias del clima y del ambiente capita-
rial de agravios cinematográficos y regionales lino. Ello significa aceptar sin chistar un La capital vs. la provincia, el centro y el
cambio aun dentro de las limitaciones cono- en contra del centralismo y sus representacio- cine perpetuamente azuloso, lleno de cielos margen, la relación geografía y el cine, se
cidas, porque si espera circunstancias más nes visuales: grises y de personajes de suéter. No importa transformarían con el tiempo, mostrando
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—¿Qué el único director con una concepción amar, conmover, llorar. Es la vida que se
del espacio en el cine colombiano fuera, de desplaza en su espacio propio”.
nuevo paradójicamente, un español, José
María Arzuaga? La vida de las películas según el espacio
—¿Cómo era posible que se decidiera lanzar que observaron y construyeron sus realiza-
a las aguas negras del río Medellín las
películas de la Promotora Cinematográfica dores como si avanzaran dando pasos en la
Nacional (Procinal), fundada en 1946 niebla o revelaran aciertos sobre los que se
por Camilo Correa, compradas por $25 escribió en Cine. Con un agregado: la publi-
de la época por Guillermo Isaza antes cación de guiones. Al menos tres: Líos de
de que se perdiera su memoria en un
naufragio lamentable? chicle, escrito por Luis Enrique Maldonado
Rodríguez (número 3); Tú reinarás, escrito
Todo es posible en Colombia. Con el por Antonio Montaña, sobre el que anotó Ciro
tiempo, se entendió que el mundo existía Durán: “Pero falta sexo. Finalmente eso es lo
más allá del pueblo y que “lo nuestro” –un que al público le gusta” (número 4), y La paz
posesivo para magnificar el nacionalismo de colonial, escrito por Pepe Sánchez (número 6).
manera proteccionista como si se tratara de
El panorama fue completo. Latinoamérica
una especie frágil y en peligro– no se limi-
estuvo representada en las páginas de Cine Fotograma de Aquileo venganza, Ciro Durán, 1968, publicado en Cine, no. 10, 1982.
taba únicamente a la geografía regional; que
Fotograma de Raíces de piedra, José María Arzuaga, 1963, publicado en Cine no. 8, 1982.
–“¿Ficción o documental? Charla sobre el cine
la biografía y su aprendizaje podían escapar
brasileño” (Tomado de Filme Cultura, número
de la militancia impuesta por el himno, la
un vigor distinto al de los años ochenta. En 2); “Hablemos de cine” (Goelkel, número
la “provincia” del Caribe colombiano o del bandera, las fronteras o el “Ay, qué orgulloso
3); “Rui Guerra y sus proyectos” (Patricia
autismo antioqueño, se realizan actualmente me siento de ser un buen colombiano”.
Restrepo, número 4); “Paul Leduc y el dino-
proyectos autónomos en sus criterios de realiza- “El director de provincia sabe que ese saurio” (Hoyos, número 5); “Voluptuosidad
ción –aunque la gerencia estatal del gremio se trozo de película muda, sin montaje ni idea, del melodrama” (Silva, número 7)–, y tuvo un
encuentre todavía en el bogotrópico–. es el cine colombiano… o lo que debería ser paralelo con otras geografías del mundo para
El listado de reclamos preguntaba: el cine colombiano”, concluyeron Luis Alberto establecer un contraste de ventajas y caren-
—¿Por qué sufrir una relación tan depen- Álvarez y Víctor Gaviria. “En ese trozo de cias entre la industria continental que buscaba
diente de Bogotá? película, como en las latas de Procinal su camino y la colombiana que se aventuraba
—¿Sería posible que los únicos “actores sumergidas en el río, está vivo un espíritu… por horizontes distintos a los que ya se habían
profesionales” del cine colombiano fueran,
como en una insalvable paradoja, los de la el genio de la botella. Lo que esas latas y esa visto con registros melodramáticos (Como los
televisión? cinta encierran puede hacer vibrar, aterrar, muertos, Moreno Garzón/Vicenzo Di Domenico,

Fotograma de Un ángel de la calle, Zacarías Gómez Urquiza, 1967, publicado en Cine,


no. 10, 1982.
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1925; Madre, Velásquez, 1924); folclóricos repertorio del cine colombiano una confusión
(Bajo el cielo antioqueño, Vallarino, 1925; de sociología y ficción.
Flores del Valle, Calvo, 1941) o históricos
Cuando empezaría a cumplirse en el cine
(Antonia Santos, Mayolo/Martínez, 1944; El
colombiano el deseo de Sam Goldwyn, “Trái-
hijo de la choza, Roldán, 1961).
ganme clichés nuevos”, evocado por Luis
“El futuro parece promisorio”, concluía Ospina y Sergio Cabrera en “Hollywood: caza
Martínez Pardo su visión del cine colombiano de citas” (número 2), con el humor agridulce
visto con gran angular en el panorama citado. que permite el cine y el amor absoluto por
“Al menos el futuro inmediato si se piensa la forma como la pantalla logra multiplicar y
en los estrenos ofrecidos para 1982, entre ensanchar la vida.
las cuales señalo las producciones de Luis
Por todo esto y por su intención de escribir
Ospina, Luis Alfredo Sánchez, Lisandro Duque
y Francisco Norden”. a plenitud, agotando hasta la última línea su
tema, como sucede en textos que quisieron
Traduciendo: Pura sangre (Ospina, 1982); perfilar la figura de sus héroes de una manera
La Virgen y el fotógrafo (Sánchez, 1982); absoluta con el estilo de Luis Alberto Álvarez
El escarabajo (Duque, 1982); Cóndores no –“¿No es la vida suficientemente romántica?
entierran todos los días (Norden, 1983). El cine de Georg Wilhelm Pabst (1885-1967)”
La promesa hecha realidad, que enseñó (número 2); “La difícil ternura. Rainer Werner
otros caminos al cine después de Cine según Fassbinder (1946-1982)” (número 10)– o la
Carlos Mayolo en Carne de tu carne (1983); metafísica cinematográfica de Enrique Pule-
Jorge Aldana en Pepos (1984); Luis Fernando cio Mariño –“Luchino Visconti” (número 5 y
Bottía en La boda del acordeonista (1985); número 6)–, hay que agradecer a Cine su
Sergio Cabrera en Técnicas de duelo (1988); legado y su actitud generosa en la creación
Víctor Gaviria en Rodrigo D. No futuro (1988), o de un lector, animado por las líneas de los
Jaime Osorio en Confesión a Laura (1991), autores que publicaron en la revista; cuando
una película que cerró de manera entrañable la crítica en formato extenso aún existía en el
la década y el plano sobre personajes indivi- país del Divino Niño y demostraba la calidad Logotipo-cabezote de la revista Cine.
duales que representaban con su intimidad los de su oficio con el único material que puede
dilemas nacionales, sin la trampa de la obse- tener un autor: conocer sin límites el arte
sión testimonial que ha hecho de un amplio sobre el que escribe.
cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época

Ver con la metáfora en los ojos:


la vuelta a Arcadia
Por Carolina Sourdis Arenas

La re-vista a Arcadia
¿Qué es un mito? Una realidad mayor que la realidad: una bestia con cuerpo
de caballo y busto y cabeza de hombre. Es un animal que está por encima del
hombre y del caballo porque está en posesión de una realidad mayor: la doble
realidad del hombre y la bestia. Para decirlo con una paradoja repetida, un
centauro es un hombre que es algo más y algo menos que un hombre y un caballo
que es algo más y algo menos que un caballo: es lo que le falta sumado a lo que
le sobra lo que hace al centauro mayor que la realidad.
Guillermo Cabrera Infante En: Arcadia todas las noches
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2 · Entrevista inédita
realizada por la autora a
Augusto Bernal, Bogotá,
septiembre de 2011.
3 · El robo de la espada
de Bolívar en 1979, la
toma de la embajada de
República Dominicana
en 1980, los intentos
frustrados de diálogo
entre Jaime Bateman y
el gobierno de Belisario
Bentacourt (1982-1986)
y la toma del Palacio de
Justicia en 1985, para
nombrar algunos.

Logo-tipo Revista Arcadia va al cine.

1 · La crítica
cinematográfica publicada
La concepción del cine como territorio mítico de ver el cine marcada por determinadas
por el autor en las revistas y utópico, expuesta en los escritos sobre cine circunstancias. De esta re-vista se desprenden
Carteles y Lunes de
revolución (Cuba) bajo
de Guillermo Cabrera Infante1, se establece horizontes de sentido sobre nuestra realidad
el pseudónimo de Caín, como territorio idílico para dar el salto de la colombiana, o en palabras de Cabrera Infante,
compiladas en “Un oficio
del siglo XX”, (Alfaguara, imagen a la palabra, es decir, para escribir de ese estadio mayor que la realidad.
1963) circulaba en la época sobre cine. Pareciera que esa doble paradoja La revista Arcadia va al cine, fundada en
de fundación de la revista
Cubierta Arcadia va al cine, no. 1, 1981. Cubierta Arcadia va al cine, no. 3, 1982.
Arcadia va al cine, como que ilustra la realidad del centauro, es (in) 1982, representa una de la más importantes
“texto obligado” según
justamente desde dónde nos situamos cuando experiencias del ejercicio de la crítica cine-
Augusto Bernal, uno de sus desempeñó la función de gerente y luego El hecho de que la revista Arcadia, surgiera
fundadores. Una influencia pretendemos registrar con la palabra eso que matográfica en Colombia, y una interesante fue redactor hasta el número 5, dedicado a
aún más evidente, radica en una coyuntura política como respuesta al
en el origen del nombre nos dice la película. En el caso colombiano, el apuesta respecto a la manera de concebir la Luis Buñuel. Por motivos políticos hubo una rechazo de la militancia en una época política-
de la revista, tomado de ejercicio de la crítica cinematográfica, es rara producción cinematográfica que se realizó ruptura en el grupo:
la recopilación de una
vez categorizado dentro de la creación lite- mente agitada marcada por las acciones del
serie de conferencias que coetáneamente en el país. Con un total de 18
Cabrera Infante pronunció Nos retiramos por cuestiones políticas… movimiento insurgente 19 de abril (M-19)3,
en La Habana en 1962
raria, y en ocasiones es incluso desdeñado números publicados a lo largo de seis años, por militancia del M-19, cuando realmente
sobre el cine de Orson por los autores de las obras. Sin embargo, tiene sus antecedente en la Revista Comuni- abre la cuestión hacia la posibilidad de una
ninguno quería militar, querían que la revista
Welles, Alfred Hitchock,
John Huston y Vincent los escritos sobre cine (llámeseles crítica) carte, fundada a finales de los años setentas fuera como una ovación del M-19, en un construcción ideológica políticamente activa,
Minelli, “Arcadia realizados en diferentes épocas y lugares del por un grupo de cineclubistas de la Univer- momento bastante álgido del país […]. desde una revista de cine. Además, si nos
todas las noches” Decidimos fundar Arcadia, entraron como
(Seix Barral, 1978). país representan un documento de gran valor, sidad Nacional de Colombia. Allí Augusto fundadores Gilberto Bello, profesor y director situamos en el contexto más específico del
cuando es precisamente a través de ellos que Bernal, uno de los fundadores de Arcadia de la dependencia cultural de la Universidad nacimiento de focine (1979), ente estatal
se nos permite volver a una forma específica y su director hasta el número 18, primero Pedagógica, Edgar Acevedo y yo2. adscrito al Ministerio de Comunicaciones que
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publicaciones sobre cine en colombia ver con la metáfora en los ojos. la vuelta a arcadia

4 · Entrevista inédita supone una apertura para la puesta en común 8 · El primer número de
realizada por la autora a la revista está dedicado a
Augusto Bernal, Bogotá, y circulación de documentos oficiales de difícil Glauber en homenaje por
septiembre de 2011. su muerte en 1981.
acceso en otras circunstancias, que marcan
5 · Véase en Arcadia 9 · Son varias las inter-
va al cine: sicoltracine, una clara pauta al respecto. venciones de Fernando
(Sindicato Colombiano Birri publicadas en Arcadia.
de Trabajadores de Cine): Adicionalmente a esto, la tendencia de Véase “Fernando Birri: un
“Propuestas a focine”, cineasta ambulante”,
número 6-7, junio-julio abordar el cine latinoamericano desde su no. 6, junio – julio 1984,
de 1984; “Cine para pp. 22-35.
televisión, una donación
perspectiva como movimiento en los sesentas
10 · Augusto Bernal
de los trabajadores”, no. 8, y setentas por medio de la publicación de y Antonio Arango.
octubre 1984, pp. 16-17; “Violencia Política y Cine
Erwin Goggel, “Propuesta manifiestos y reflexiones alrededor de sus en Colombia (presenta-
de los realizadores lineamientos, reafirman la actitud política ción)”, no. 18, junio – julio
independientes”, no. 3, 198, pp. 35. (mayúsculas
septiembre – octubre, frente a la construcción de una cinematografía en original).
1982, pp. 28.
local. Plantearse el análisis de la producción
6 · Véase en Arcadia
va al cine: Encuentro de cinematográfica colombiana, con la Estética
Sochagota, 1981, no. 1, pp.
18-20, Encuentro de cine y del hambre8 de Glauber Rocha o la Poética de
literatura, 1984, no. 8, pp. la revolución de Fernando Birri9 de tela de fondo,
18-20; no. 9. pp. 18-22.
7 · De aquí surge
supone un punto de partida para activar una
“Fundamentos para una actitud crítica precisamente desde los cues-
cinematografía colom-
biana” de Jairo Obando, Foto de Erwin Geogel y Herminio Barrera publicada en Arcadia va al cine, no. 13, 1986. tionamientos del cine y sus modos de produc-
entrega en 4 partes.
Véase Arcadia va al cine
ción en un contexto subdesarrollado, propio Portadilla de “Violencia política y cine en Colombia” pu-
no. 10-15. regularía el funcionamiento de la industria escaparse”4, afirma Bernal. De esta manera de América Latina, y por supuesto Colombia. blicado en Arcadia va al cine, no. 17, 1987.
cinematográfica colombiana, esta relación el contenido de la revista apunta a delimitar
resulta mucho más compleja debido a la a la vez lo que se encuentra, dentro, fuera y Pero si el nacimiento de la revista, Pretendemos dar a conocer una serie de
obvia inserción de las políticas públicas en marcado por la coyuntura política dejaría leer entrevistas realizadas con directores tanto
contra los modos de producción establecidos, de largometraje, como de medio y cortometraje
la regulación de los modos de producción y toda la complejidad que ello representa. La entre líneas esa forma de aproximación a lo acerca de este tema en concreto, viendo las
cinematográfico. publicación de cartas dirigidas a entes esta- político desde un contenido cinematográ- diferentes opciones estéticas, políticas y sociales
fico, el último número publicado por Arcadia, que tuvieron la realización de sus trabajos
Lejos de escapar de una aproximación tales por gremios o realizadores5, las lecturas […]. Con esto más que lograr un debate de
crítica de su contexto, Arcadia busca el conte- de diferentes encuentros que se llevaron a reafirmaría esta búsqueda. Publicado en julio acuerdo con nuestras posibilidades, queremos
nido político fuera de sí: “Lo político va en cabo en torno a la Industria cinematográfica de 1988 el número 18 de la revista, proponía afrontar un tema que hasta hace poco estuvo
vedado por todos y conformar una filmografía
subtexto, la intención política no está abierta- en Colombia6, e incluso las lecturas que fueron para las siguientes entregas abordar el tema del cine político en colombia en aquellos
mente, está implícita, porque sería imposible rechazadas por esos eventos institucionales7, de violencia política y cine colombiano: aspectos relacionados a la violencia política10
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publicaciones sobre cine en colombia ver con la metáfora en los ojos. la vuelta a arcadia

Vemos en el fragmento anterior, cómo se cine desde la perspectiva de género, mientras vista por Pascal Bonitzer a Gilles Delleuze14 , 11 · Revista de cine,
fundada en 1967 en
hace explícita una búsqueda de lo político en el que el segundo se basó en el testimonio de entre otros, se establecen como antesala a la Nueva York, Estados
Unidos. “Por estudiantes
cine colombiano, en dos sentidos. Por un lado, autores que habían tenido un relativo éxito con exploración del cine colombiano. Al respecto y para estudiantes” véase
el contenido temático del film en relación a la sus mediometrajes para televisión. “Cine para Augusto Bernal comenta: Robert Skarl, “Cineaste’s
Early Years: The Quest
violencia, uno de los temas más recurrentes en T.V.”, entregado en tres números (número 11 – for a Radical, Readable
nuestro cine, y por otro lado, la alusión a esas La idea era darles un contexto y una difusión Film Criticism”, Cineaste
número 14) planteó desde diferentes puntos
formas “estéticas, políticas y sociales” que a esos artículos, hacerlos más públicos, en ese Vol. XXXII, no. 4, 2007.
de vista la revisión de la producción para sentido los cineclubes y los movimientos de Disponible en http://www.
tiene que ver con la “realización”. La aproxi- televisión, impulsada por focine, de los reali-
cineaste.com/articles/
súper 8 se preocuparon por aplicar no sola- emcineasteems-early-
mación de Arcadia, se definió sin duda mucho zadores colombianos. En “Cine de provincia”, mente la técnica sino también la teoría y creo years-the-quest-for-a-
más por la segunda vertiente, buscando que Arcadia en ese aspecto funcionó […] por
radical-readable-
el círculo más ampliamente desarrollado y film-criticism.
esos contenidos políticos desde las formas otra parte, creo que a la crítica colombiana le
complejizado a lo largo de la revista, Arcadia 12 · Contrapropuesta
del quehacer, más que desde un contenido faltaba un buen soporte teórico. Siempre me Francesa a los famosos
hace una caracterización del cine producido Cahiers du Cinema, fundada
explícito. Es por esto que uno de los rasgos interesó lo teórico y he tratado de mantenerlo, en 1952 por Bernard
en la época a partir de la búsqueda de un iden-
fundamentales de la revista, se determina por esa fue mi ilusión y mi pasión15. Chárdere.

la constitución de núcleos, proponiendo una tidad cinematográfica propia de cada región, y 13 · Ambos textos son
finalmente “El cine documental en Colombia”, publicados en el número
lectura del cine colombiano, de una u otra El número 19 de la revista, planeado con 2 de la revista, junio – julio
manera determinada por su aproximación a los se queda en su primera parte en el número Rodrigo D., la opera prima de Víctor Gaviria 1982, pp. 26-30

modos de producción. 18, con la intervención de Marta Rodríguez y como eje central, no fue editada bajo el nombre 14 · “Entrevista con
Gilles Delleuze: La
Jorge Silva, entre otros, y la presentación del Arcadia va al cine por inconvenientes técnicos, fotografía descansa en las
A pesar de que la revista tiene muchos cosas, por Pascal Bonitzer”
Cubierta Arcadia va al cine, no. 4, 1983. próximo círculo temático: “Violencia política circuló como Borradores de cine, “eso mató a número 13, octubre –
focos de atención, como lo son los festivales
y cine en Colombia”, referido anteriormente. Arcadia, en el sentido que por solucionar un noviembre, 1986, pp.
de súper ocho llevados a cabo en Cali y Mede- 72-78.
ticos para abordar la producción realizada en Como contexto de ésta búsqueda por esta- número que no salió, nació otra… fue una
llín a principio de la década de los ochenta, 15 · Entrevista inédita
Colombia, determinados de uno u otra manera blecer parámetros de lectura para el cine especie de parricidio, matamos al padre”16, realizada por la autora a
entrevistas a realizadores como Lisandro Augusto Bernal, Bogotá,
según criterios y sistemas de producción: colombiano, Arcadia deja ver un marcado comenta Bernal. Las páginas de esta Arcadia
Duque o Luis Ospina a propósito de su septiembre de 2011.
“Realizadoras colombianas”, “La otra cara”, “El interés por fomentar la circulación de textos va al cine, sin duda, son un testigo privile- 16 · Ibíd.
producción reciente, intervenciones de Camila
cine documental en Colombia”, “Cine para teóricos a partir de su traducción y (re)publica- giado a la hora de reconstruir las dificul- 17 · La forma textual
Loboguerrero o Jorge Alí Triana respecto a los predilecta de la revista es
T.V.” y “Cine de provincia”. ción. Algunos artículos editados por la revista tades industriales y las apuestas creativas del
puntos débiles y fuertes de la cinematografía la entrevista, que tiene
que leerse en doble vía.
colombiana, además de toda la escritura de “Realizadoras colombianas” y “La otra Cineaste11 o Positif 12, piezas fundacionales cine colombiano de entonces, permitiéndole
críticas sobre las películas que se encontraban cara”, basados en entrevistas a determinados de la teoría del cine como “La caméra Stylo” convertirse, casi a modo coral17, en un docu-
en cartelera. Encontramos el gran aporte de autores que correspondían a cada categoría. de Alexandre Astruc o “La cinematografía mento imprescindible a la hora de estudiar el
Arcadia en la constitución de círculos temá- El primer círculo evidentemente abordó el integral” de Germaine A. Dullac13, una entre- cine nacional.
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publicaciones sobre cine en colombia

18 · Solo hasta la cons-


titución de 1991 Colombia
de los llamados cines de provincia que venían la idea de una “cinematografía de provincia”,
sería reconocido por la articulándose desde finales de los setenta. ampliamente abordada desde varios puntos
legislación como un país
multicultural y pluriétnico.
La búsqueda por identificar, de alguna u otra de vista en la revista Arcadia; sino para pensar
19 · Cinema Journal, 40, manera una especie de identidad cinema- cómo esta idea de la imagen de lo periférico,
no. 1, Otoño 2000, pp. tográfica propia en los cines regionales que viene estrechamente ligada con la puesta en
48-78.
se constituían creativa y materialmente en la función del cinematógrafo en los países lati-
periferia, supone a la vez una reafirmación noamericanos. Podríamos afirmar, que el cine
de la diversidad cultural del país18, y del cine latinoamericano, es en esencia un cine perifé-
como espacio de constitución y cuestiona- rico, y que no solo es periférico en relación a
miento de parámetros culturales comunes a una cinematografía endógena, sino desde las
una colectividad. Ana M. López, Doctora en relaciones de poder establecidas al interior de
Estudios de Comunicación de la Universidad sus modos de producción.
de Iowa y profesora asociada de la Univer-
sidad de Tulane, en su ensayo Early Cinema En el caso particular de Colombia, y en
and Modernity in Latin America19, cuestiona referencia a esta década que como ya apun-
esta relación, planteada en la confrontación tamos anteriormente, representa el primer
de la modernidad industrial y los comienzos de intento oficial por regular una posible industria
la modernidad latinoamericana: cinematográfica colombiana con la creación
de focine. El centro de poder está situado en
A mechanism for accessible globality, Bogotá, foco desde donde las actividades
the cinema captured and accompanied the Cubierta Arcadia va al cine, no. 6-7, 1984.
Aviso de suscripción de Arcadia va al cine. vertiginous modernization of urban sectors, burocráticas se llevan a cabo, y único lugar en
as well as the simultaneous inertia of other donde el “tráfico” de equipos para la realiza- intereses políticos y burocráticos, en lugar 20 · Luis Alberto Álva-
zones and territories: in the discursive struggle ción cinematográfica resulta posible. Existen único e inamovible para todo el que en este rez y Víctor Gaviria. “Las
El realismo de ver between the urban and the rural as icons of país desee emprender algo20.
latas en el fondo del río”.

nationalisms, the cinema–the urban instru-


dos textos claves para aproximarnos a este En: Cine, no. 8, junio de
1982. Disponible en www.
Lo real maravilloso que yo defiendo, es lo real ment par excellence–actively contributed to the fenómeno publicados en 1982, “Universo de cinefagos.net
maravilloso nuestro. Es lo que encontramos Mayolo lo pone en sus palabras, en un
postulation of the nonurban as a folkloric provincia o provincia universal” de Carlos
en estado bruto, latente, omnipresente, en todo past or an anachronistic vestige. aparte de su artículo titulado “Aló, Bogotá”:
lo latinoamericano. Porque aquí en América Mayolo, publicado en el único número de la
Latina, lo insólito es cotidiano, siempre fue La concepción del registro de la periferia revista Caligari, y “Las latas en el fondo del río” Como primera medida, nuestro dedo índice
cotidiano. de Víctor Gaviria y Luis Alberto Álvarez, publi- parece haber estado metido en un sacapuntas
como vestigio anacrónico y pasado folclórico del disco telefónico, haciendo llamadas a
Alejo Carpentier en oposición a la imagen de la moderniza- cado por la revista Cine en su octavo número.
Bogotá para dejar razones a Zutanito de que
Uno de los aportes más significativos de ción de los espacios urbanos, es un punto de Bogotá ha sido constituida por designio, no de consiga a Perencejo a ver si quiere trabajar en
la revista Arcadia, radica en la caracterización partida no solo para identificar la matriz de la divina providencia sino de claros y precisos una película que estamos haciendo que llame,
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21 · Carlos Mayolo. que lo necesitamos. La razón nunca llega, colombiana, se había iniciado con Yuruparí 23 · Augusto Bernal.
“Universo de provincia o nuestro hombre no llama y cuando los azares “Cinematografía provin-
provincia universal”. En: (1982-1986), serie producida por la cadena ciana y provincia”. En:
Caligari, no. 1, junio de has sido tan grandes y la cuenta del teléfono Arcadia va al cine, no. 9,
1983, pp. 14-15. va cercana al precio de un tiquete de avión a de Televisión Audiovisuales con el apoyo de diciembre de 1984,
22 · Luis Alberto Álva- Bogotá, decidimos tomar este para reemplazar focine, bajo la dirección de la antropóloga pp. 4-5.
rez y Víctor Gaviria. 1982. la llamada telefónica y llegamos a Bogotá Claudia Triana. En esta serie realizada en 24 · Jesús Martín Bar-
húmedo, solo para firmar un papel o llenar bero y Ana María Ochoa.
16mm, se documentaron varios casos repre- “Políticas de multicultura-
un requisito a traer las benditas luces que nos
hacían falta y cuyo alquiler quizás sea menor sentativos de la cultura popular, por medio del lidad y desubicaciones de
lo popular”. En: América
que el precio del tiquete. Todo esto nos pone registro de diferentes hechos y personajes Latina: un espacio cultural
a pensar, casi irónicamente, que hacia dónde en un mundo globalizado,
en varias regiones del país. Por otra parte, Bogotá, Convenio Andrés
va el arte y la búsqueda estética, en sentido las telenovelas de la época, “se alejan de Bello, p. 116.
opuesto se aumentan las dificultades casi como
una regla de oro de la libertad 21. los grandes símbolos del bien y del mal para
acercarse a las ambigüedades y rutinas de
Esta caracterización del cineasta de provincia, la vida cotidiana y a la expresividad cultural
como héroe Quijotesco que emprende una de las regiones que forman el país”24. Esca-
aventura casi imposible para lograr hacer una lona dirigida por Sergio Cabrera en 1991, y
película, marca una pauta que define un rasgo Azúcar dirigida por Carlos Mayolo en 1989,
común a todos los cines que se gestionan al sirven como ejemplo para destacar la produc-
margen de cualquier centro. La dificultad en ción televisiva que tiene como núcleo esa
Cubierta Arcadia va al cine, no. 9, 1984.
los modos de producción que se opone como Cubierta Arcadia va al cine, , no. 8, 1984. inquietud por constituir desde la provincia,
una serie de obstáculos, es también determi- imaginarios identitarios.
dicen mientras contemplan su propia imagen como el propio del cine de provincia) que por
nante para establecer exploraciones en otros en una pantalla de video? 22. la obra-en-sí. De esta manera la aproximación Sin embargo la relación del cine con la
formatos y técnicas, como se resalta en “Las de Arcadia, que señala en las notas intro- constitución de elementos identitarios no se
latas al fondo del río”: Es apenas lógico, y de ninguna manera parti- ductorias23 dedicadas al cine de provincia, el queda en la exploración temática que se esta-
cular al cine colombiano, que las condiciones en germen del cine colombiano en la facilidad blece fácilmente como puente entre ambos
Es posible que en la provincia la necesidad las que se desarrolla la realización de un filme, relativa de adecuar argumentos y modelos de
cree el órgano y que las carencias terminen términos. Por el contrario, esta correspon-
por despertar creatividades que la abundancia tengan incidencia en las manifestaciones producción extranjeros, pone de manifiesto la dencia encuentra su punto más álgido cuando
no estimula. ¿Doblaje con actores bogotanos? de su lenguaje. Sin embargo en el caso de importancia de detener la mirada más allá de se cuestiona la relación misma del cine con su
Jamás. ¿Viaje a Bogotá con todo el elenco? los cinematografistas testarudamente provin- la pantalla, para ver la “Industria y la máquina público (y del público con su cine):
Imposible. Entonces vienen muchas noches de cianos, la forma en la que se nos presenta de hacer cine”, en este caso determinado por
insomnio pensando en una posible solución la noción de provincia. Viendo filmar una escena con el gordo
que satisfaga la moral y el presupuesto. ¡El el film, está más profundamente determinada
Benjumea uno se da cuenta de repente que
Betamax! ¿Por qué no llevar a los actores a por la manera en que se logró (por ese gesto Ya una búsqueda del audiovisual en el sitio, el campo abierto y las construcciones,
una sala de sonido normal y grabar lo que de un rough cut que Gaviria y Álvarez identifican cuanto a la expresión de la diversidad cultural la atmósfera, son idénticos a los de Pasado
236 237
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25 · Luis Alberto Álvarez


y Víctor Gaviria. 1982.
su imagen y de esa imagen con la realidad, nizada y la imagen rural como un vestigio 29 · Augusto Bernal.
“Cinematografía provin-
26 · Nombre con el que puede verse reconciliado en la convocatoria de lo folclórico, es precisamente a lo que ciana y provincia”. En:
Arcadia va al cine, no. 9,
se designa las tomas cine- que hace a finales de 1897 el periódico argen- se opone la búsqueda de ese cine costeño, diciembre de 1984, p. 5.
matográficas de los inicios
del cinematógrafo. tino El Diario, anunciando el lugar y la fecha caleño y antioqueño, como afirma Alberto 30 · Entrevista con
27 · El Diario, diciembre en donde serían fotografiadas las “vistas”26: Duque en entrevista con Augusto Bernal: Alberto Duque, por
Augusto Bernal. “Cine
29, 1897, citado en Ana
López; “Early cinema and “Those who would like to see their figures “En este momento ya se puede hablar de un costeño. III parte: Olor a
cine”, Arcadia va al cine,
modernity in Latin Ame- circulating on the screen of this theater should cine colombiano que está zafándose de ese no. 13, octubre-noviembre
rica”, Cinema Journal, 40,
no. 1, Otoño 2000, p. 61. take notice”27. Vemos aquí claramente cómo provincianismo, que por querer ser autóctono de 1986, p. 27.
28 · Nationess se resalta esa posibilidad del cinematógrafo se vuelve folclorista”30.
de generar una identificación entre la imagen Es en ese paso del provincianismo folcló-
y quien mira, asociación que en el ensayo de rico a la construcción expresiva de una iden-
López está vinculada a la intervención del tidad regional en donde parece fundarse la
cinematógrafo de una cierta idea de nación28. inquietud de los cinematografistas de la época,
Arcadia sitúa tres focos de atención en el tratando de negar la otredad supuesta en
estudio de las cinematografías de provincia: la imagen de provincia, “donde la visión del
cine costeño, cine antioqueño y cine caleño. indio, del “provinciano” se hará caricaturi-
Dividida en tres partes, la aproximación al zando las expresiones culturales, convirtién-
cine costeño se encuentra en números 9, 10 dolas en pintoresquismo folclórico, por ende
y 13 y consta de entrevistas a los directores provinciano, pero desde el punto de vista del
Cubierta Arcadia va al cine, no. 11-12, 1986. Luis Fernando Bottía y Jorge Nieto, y al crítico Cubierta Arcadia va al cine, no. 13, 1986.

de cine Alberto Duque López. En el número


el meridiano de Arzuaga. Lo terrible es un auténtico modo de evaluar los elementos
que los que están haciendo la película ni se 14-15, se hace un monográfico de cine
antioqueño, de nuevo basado en entrevistas culturales, las tradiciones, las contradicciones
enteran. (…) Están haciendo una película
falsa en medio de una verdadera, o de la con un total de ocho autores de la región y y las posibles tensiones que se desarrollan
realidad para una verdadera. Y gente, rostros al crítico Luis Alberto Álvarez. Finalmente las en su interior”29 a partir de los casos que se
bogotanos, se agolpan para mirar cómo se hace abordan en Arcadia.
la película. Parecen salidos de la película de intervenciones sobre cine caleño, a pesar de
Arzuaga. Están viendo hacer una película en estar presentes a lo largo de varios números El planteamiento de López respecto a
la que no saldrán... y sin embargo se dirá que de la revista, se sintetiza con un “Homenaje la forma de inercia rural que se deriva del
es sobre ellos25.
al Grupo de Cali” en el número 17. Habría registro de la modernización en los espacios
El doble desencuentro que plantea el frag- entonces que abrir aquí la pregunta de cómo urbanos, nos ilustra esta cuestión. Esa dife-
mento anterior, desencuentro del público con se propone “aquella expresión que busca renciación entre la imagen urbana moder-

Foto de Federico Restrepo (Cesareo) publicada en Arcadia va al cine, no. 13, 1986.
238
publicaciones sobre cine en colombia

31 · Carlos Mayolo, Op.


Cit. p. 15.
cosmopolita”31. La necesidad de una mirada Ver con la
32 · Entrevista con
a la periferia que se funde en el interior de metáfora en los ojos
Víctor Gaviria, por Luis lo tradicional-cotidiano y no desde una pers-
Alberto Álvarez, Carlos
pectiva modernizante, estableciendo así la La importancia de cuestionar la noción
Eduardo Henao y Augusto
Bernal, “Alegoría de lo posibilidad de “una provincia donde no haya de cine de provincia, que Arcadia va al cine,
natural”. En: Arcadia va al
provincia”32, es imposible sin una aproxima- identificó en la producción colombiana de
cine, no. 14-15, abril 1987,
p. 10. ción determinada a lo real, a lo filmado: la década de los ochentas, tiene su origen
33 · Luis Alberto Álvarez en una de las cuestiones más complejas en
y Víctor Gaviria. 1982.
Y entonces uno entra a esa gran corriente que relación al cine colombiano. Esto es, la posi-
34 · A pesar de que para permanece en la raíz del permanente fracaso
la época en que se editó la bilidad de trazar un estilo y un lenguaje cine-
revista, Víctor Gaviria no estético del cine colombiano y que consiste en
había realizado su opera creer que las cosas son intercambiables, que es lo matográfico propio y la posibilidad de encontrar
prima, ya ésta era un mismo un lugar que otro, un objeto que otro, un público que lo vea. Ambas Arcadias
proyecto conocido y en vía
de desarrollo. Su éxito en
una persona que otra 33. están cruzadas por el constante desengaño
los cortos y mediometra-
jes, lo identificaban como
que supone esta correspondencia. El desen-
uno de los autores (sino el Esta tendencia de ver lo real filmado como cuentro al que se refieren Gaviria y Álvarez
autor) más prometedores
de entonces. En una con-
algo “no intercambiable”, se identifica fácil- en la imposibilidad de agolpar esos estadios
versación en donde varios mente dentro de la filmografía de Gaviria34; de realidad que se desprenden de la realiza-
personajes del gremio
intentan identificar los el trabajo con actores naturales que marca ción cinematográfica podría empezar a apaci-
aciertos y desaciertos de
las políticas de producción una pauta a lo largo de toda su obra, desde guarse ahí, en el volver a mirar “eso” que se
instauradas por focine,
sus primeros trabajos en formato súper ocho, filma. De esta manera, la transformación del
publicada en el no. 14 de
la revista bajo el título de muestran claramente el interés por esta- exotismo endógeno que puede identificarse
“¿1.200.000.000: para
qué?”, Ana de Hoyos, blecer una relación de proximidad con lo real Cubierta Arcadia va al cine, no. 14-15, 1987. en la producción cinematográfica colombiana
afirma: “Víctor Gaviria
filmado. “Esa conexión directa entre la vida, la (en algunos casos más inmediatamente que
está salido del lote, si el texto de Mutis es tan real, que llego a una en otros), se reformula en un intento por mirar
logra confirmar en su
largometraje la calidad cotidianidad y un medio que habla su propio casa y allí estaba la descripción de Mutis”36. desde el interior de las culturas a las culturas
de los medios, Rodrigo lenguaje”35, también es palpable en La boda Así pues, pareciera que uno de los síntomas
D., va a ser una película mismas, con la esperanza de que sea una
importante. del acordeonista (1986) de Bottía, en donde para establecer esa identidad cinematográfica
El neorrealismo paisa”. mirada que a ellos (en la contradicción de ser
35 · Entrevista con
la búsqueda recae sobre lo real maravilloso de que se desprende de este interés por refor- siempre otro) no se les escape. Cubierta Arcadia va al cine, no. 16, 1987.
Luis Fernando Bottía la herencia mítica en los manglares costeños. mular la provincia recae en un “realismo”, si 36 · Entrevista con
por Augusto Bernal, “El
Carlos Mayolo por Augusto
debutante”. En: Arcadia va Así mismo, Mayolo apunta a esa identificación bien no necesariamente formal, sí ligado a la Bernal, “Estados góticos”.
al cine, no. 9, diciembre de
1984, p. 12. de lo real con lo filmado, cuando afirma: “[…] manera de percibir el objeto filmado. En: Arcadia va al cine, no. 16,
junio – julio 1987, p. 7.
240 241
publicaciones sobre cine en colombia ver con la metáfora en los ojos. la vuelta a arcadia

Referencias
Arcadia va al cine, números 1-18, 1982 –
1988, Bogotá.
Gaviria, Víctor y Álvarez Luis Alberto. “Las
latas en el fondo del río”, Cine. número
8, junio de 1982.
López, Ana María, “Early cinema and moder-
nity in Latin America”, Cinema Journal,
40, número 1, Otoño 2000.
Mayolo, Carlos, Caligari, número 1, junio de
1982.
Barbero, Jesús Martín y Ochoa Ana María,
“Políticas de multiculturalidad y
desubicaciones de lo popular” en
“América Latina: un espacio cultural
en un mundo globalizado”, Bogotá,
Convenio Andrés Bello, 2002.
Russo, Eduardo (Ed), “Cine independiente en
América Latina”, Argentina, 2007.
Zuluaga, Pedro Adrián, “Acción! cine en
Colombia”, Bogotá, Ministerio de
Cubierta Arcadia va al cine, no. 17, 1987. Cubierta Arcadia va al cine, no. 18, 1988. Cultura, 2007.

Extracto de la foto "La vieja guardia de Víctor Gaviria", publicada en Arcadía va al cine, no. 14-15, 1987
publicaciones sobre cine en colombia

cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época

La casa de
Kinetoscopio
Hugo Chaparro Valderrama / Laboratorios Frankenstein ©

A finales de los años 80, el crítico de cine Luis Alberto Álvarez –un sacerdote claretiano de
gustos mundanos: aparte del cine lo seducía la ópera y el pecado de la gula hacía que disfrutara
de festines gastronómicos con un placer celestial-, se anticipó a los blogs soñando con escribir al
margen de los periódicos en un boletín mensual, tan sencillo que pareciera impreso por un taller Logotipo de
franciscano: apenas unas cuantas hojas, cosidas con un gancho, destacando el contenido sin Kinetoscopio.

que importara la forma. A dos tintas, multicopiado en mimeógrafo, la ilusión de Álvarez era difun-
dir el cine que le interesaba en los reportes mensuales del boletín, estableciendo un contraste
con los bonsáis periodísticos que amenazaban la crítica.
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publicaciones sobre cine en colombia la casa de kinetoscopio

Paul Bardwell recorrió así el mapa desde


su natal Northampton (Massachussets), hasta
el Colombo, con estaciones intermedias que lo
llevarían a conocer el mundo, comprendiendo
que su realidad se festejaba a plenitud si el
viajero respetaba –y admiraba- la diversidad
cultural por la que trató de vincular a Medellín
con el universo al otro lado de sus montañas.
La tercera pieza del rompecabezas que
organizó la imagen de Kinetoscopio fue un
periodista, catedrático, cineclubista, crítico y
realizador antioqueño llamado César Augusto
Fotografía de Paul Bardwell y Luis Alberto Álvarez publicada en Kinetoscopio no. 71, 2004.
Montoya. La perspectiva ante el cine se
multiplicaba en los derivados que permitía El boletín se concentraba en los límites de estrellas y los países. Serán bien recibidas
la pantalla tanto en la enseñanza como en la Medellín, acaso sin imaginar que otras fron- sus sugerencias y contribuciones, ¡y espe-
escritura que definió su entusiasmo ante el ramos que disfrute de las películas!.
teras podían interesarse en algo tan insólito
proyecto asumido con la pasión de un pionero y precario en Colombia como la aventura de Doce hojas en las que Montoya explicó,
para impulsar la revista. una revista de cine. Su editorial recordaba la citando la Historia del cine escrita por Román
El primer número cumplió con la intención herencia de los orígenes y el eco que podía Gubern, qué era el kinetoscopio y cuál fue su
de humildad propuesta por Álvarez, con la tener en un presente doméstico a través de evolución hacia el cinematógrafo, anuncián-
Fotografía en memoria de Luis Alberto Álvarez publicada
en revista Kinetoscopio no. 37, 1996. cautela económica de Mr. Bardwell y con la programación que exhibía el Colombo: dose también un ciclo de cine europeo con
la pasión hecha textos según Montoya. De la ficha técnica de cada película, además de
Se proyecta el primer número del Kinetos-
El sueño se hizo realidad con el pragmatismo una manera didáctica fue publicado como copio como una propuesta y alternativa de
presentar una sección que sería emblemá-
del gerente, un administrador de empresas que El kinetoscopio –desvaneciéndose desde el expresión cinematográfica para la ciudad tica en la revista, “La ventana indiscreta”,
había estudiado a mediados de los años 70 en número 3 el artículo-, y presentaba en su de Medellín. Su nombre deriva de un concluyendo el boletín con reproducciones de
Gettysburg College, especializado en lingüís- primera hoja la imagen, conmovedoramente arraigo profundo en el desarrollo e inven- carteles y publicidades que promocionaban
tica aplicada con un postgrado que realizó en borrosa, de un kinetoscopio. Debajo del aparato ción del cinematógrafo, que nos remonta películas “De estreno por el mundo” –Music
hasta el propio Edison y los hermanos
la Universidad de Georgetown, descubriendo de Edison se puede leer, en letras mayúscu- Box, Mystery Train, Enemies a Love Story,
Lumière.
que su destino lo anclaría en Medellín durante las, el rótulo con el que se definía el respaldo Labyrinth of Passion, Do the Right Thing,
La utilidad y necesidad de este medio de
27 años, a partir de 1977, donde trabajó como institucional del Centro Colombo Americano, expresión va unida a la actividad cinema- Drugstore Cowboy, Camille Claudel. En orden
profesor de inglés y empezó a dirigir el Centro registrándose el inicio de la historia: “No. 1 Febre- tográfica desplegada en la sala del Colombo de aparición: Costa Gavras, Jim Jarmusch,
Colombo Americano desde 1980. ro-Marzo 1990 Medellín, Colombia”. Americano, sus ciclos, los directores, las Paul Mazursky, Pedro Almodóvar, Spike Lee,
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publicaciones sobre cine en colombia la casa de kinetoscopio

Kinetoscopio con el fervor de los místicos: Mr. Bardwell cuando sus viajes lo conducían a
Juan Guillermo López. megatiendas como Sam the Video Man o hmv
en Toronto, donde llenaba canastas de super-
El primer artículo de López quiso desvane-
mercado con rapidez inaudita.
cer los límites del mundo parroquial escri-
biendo sobre el Festival de Cine de Londres. En La aventura comenzaba. Desafortunada-
el párrafo inicial lanzaba una advertencia ante el mente, el itinerario de López en Kinetoscopio
supuesto apocalipsis del cine –semejante a fue vulnerado por la violencia rampante que
los que estremecieron al público cuando se destrozó a Medellín: la ironía de su muerte,
perfeccionó el sonido o cuando la pantalla a mediados de 1993, se reveló en el balazo
Interior de la revista Kinetoscopio no. 2, 1990.
se pintó con una paleta de colores intensos del ladrón que le robó la cámara de video con
en la que muchos imaginaron un motivo de la que soñaba dejar un registro del mundo a
ceguera-, conjurando el miedo ante los demo- rata de laboratorio con la que experimen-
través de sus imágenes.
nios que amenazaban la industria con el aire taba la corriente mercantil del cine para que
respondiera a estímulos predecibles en térmi- El rostro de Víctor Gaviria en trance de
de redención que refrescó al festival:
nos emocionales y narrativos; preocupándose filmación ilustró la carátula del tercer Kinetos-
En alguna ocasión, David Mamet escribió Kinetoscopio por el rumbo tortuoso y heroico copio, publicado en junio-julio de 1990, con
sobre la muerte del cine ante el auge del del cine latinoamericano y colombiano; por
video. Sin embargo, en el 33º London Fotografía de Juan Guillermo López con su hija Sarita
Film Festival, no competitivo, se percibió un mapa que hacia el final del artículo López publicada en Kinetoscopio, no. 20, 1993.
un renacimiento lento e inexorable del cine describió como una región de “territorios
Revista Kinetoscopio no. 1, 1990.
a nivel mundial, todavía experimentando solitarios y abandonados”, distantes de las
en un mar de propuestas e intenciones
Gus Van Sant y Bruno Nuytten. Termómetros loables, que no cuajan en algo que pueda geografías donde sucedían eventos como el
que midieron con su temperatura el clima del llamarse ‘cine de autor’ o ‘expresión Festival de Londres y su vasto repetorio cine-
de espíritus personales’, que capten con matográfico.
cine hacia los años 90. sensibilidad el alma de nuestro tiempo. Se
destacó, además, la necesidad de muchos Eran los tiempos del canibalismo tecno-
La revista empezó a crecer. El número 2, jóvenes cineastas de volver a la niñez recu- lógico: el vhs devoraba al Betamax y el Laser-
publicado en abril-mayo de 1990, se alargó perando el mundo mediante las miradas Disc anticipaba al dvd y al Blu-ray. En la última
hasta alcanzar 52 páginas, agregó dos inocentes de estos seres.
página del boletín el Colombo anunciaba “una
secciones –“Festivales” y “Tecnología”, regis- El criterio de Kinetoscopio se manifestaba completa colección de videos que incluye las
trándose entonces la curiosidad del Imax-, y en las palabras de López y en la defensa del películas de los más grandes directores del
estrenó la que sería una larga lista de firmas cine que permitía comprender su arte y su cine”, al servicio de los usuarios en la que
cuando anunció en la bandera la “colabora- mundo con visiones estimulantes; en contra sería, según el aviso, una Super Videoteca
ción especial” de un cinéfilo que trabajó en de los hábitos que hacían del espectador una –agigantada de una manera asombrosa por
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publicaciones sobre cine en colombia la casa de kinetoscopio

96 páginas. A los nombres de los fundadores Álvarez; a Spike Lee, Alfred Hitchcock, Andy
se sumaron los de aquellos que serían cola- Warhol, Kira Muratova y Andrei Tarkovsky;
boradores fieles e indeclinables de la revista: a Greta Garbo, acertando Fernando Arenas
Fernando Arenas, Ana Ramos, Aldemar Betan- cuando escribió en Greta: la diva que nunca
cur, Marta Ligia Parra. En una entrevista de murió, publicado en el número 3, que Greta
César Augusto Montoya a Gaviria se insistía en Garbo era “el personaje más inolvidable entre
los casi 30 que creó Margreta (Greta) Lovisa
que el cine colombiano tenía futuro. Aparte de
Gustafsson”-, agradeciendo los fundadores de
las críticas y las reseñas de festivales, la revista
la revista, con el entusiasmo cómplice y gene-
se interesó por la preservación de la memoria
roso que definió sus primeros tiempos, a todos
audiovisual del país abriendo sus páginas a las los que asumieron el proyecto de Kinetoscopio
noticias de la Fundación Patrimonio Fílmico como un salvavidas para evitar el naufragio.
Colombiano. Los reportes tecnológicos siguie-
ron la evolución vertiginosa del cine buscando El crítico Orlando Mora, activo desde los
años 50 al frente del Cine Club de Mede-
cómo magnificar su espectáculo:
llín, trazó con Álvarez –también cineclubista
Después de casi quince años de adaptación cuando regresa a Colombia después de prepa- Parte del equipo de Kinetoscopio, sosteniendo la revista no. 9, 1991. La foto
fue publicada en la revista no. 71, 2004. De pie: Luis Alberto Álvarez, Hugo
y perfeccionamiento, el proceso Showscan rarse, a principios de los años 70, en el sacer- Chaparro y Santiago Gómez. Sentados: Fernando Arena, Aldemar Betancur, Paul
se concreta en el uso de película de 70 mm docio del cine cuando visita los templos italianos Bardwell y Juan Guillermo López.
Caricatura de Víctor proyectada a la velocidad de 60 fotogramas Revista Kinetoscopio, no. 3, 1990. y alemanes donde exhibían las películas de
Gaviria publicada en por segundo (el standard tradicional es de Rosselinni, Fleischmann o Fassbinder-, un Juan Carlos González, Juan José Hoyos,
revista Kinetoscopio
no. 5, 1990. 35 mm a 25 fotogramas por segundo). El boletín se transformó cuando el número puente generacional en Kinetoscopio con los Pedro Adrián Zuluaga, Oswaldo Osorio, César
Comparando los resultados de la proyec- 4, publicado en agosto-septiembre de 1990, nombres que empezaron a colonizar los espa- Alzate Vargas y el fantasma que escribe estas
1 · Showscan: un
nuevo concepto de
ción con una tradicional de 35 mm, las mejoró la calidad de su portada y pasó de ser cios de la crítica cinematográfica en Colombia: líneas, además de una galería interminable de
cine espectáculo, Cine impresiones visuales del espectador resultan
Colombia. una publicación cosida con un gancho, como además de Parra y Arenas, a partir del número colaboradores ocasionales que empezaron a
multiplicadas por diez. Los umbrales de
quería Álvarez, a una revista que mostraba 5 escribieron en sus páginas, con prisa y sin enviar sus artículos desde distintos rincones
saturación de la capacidad de percepción
del ojo humano, y de asimilación por parte orgullosamente el lomo al que se pegarían pausa, destacando el cine que privilegiaba su del mapa, atenuando nuestra condición “soli-
del cerebro, son casi alcanzados, hasta el las 120 páginas del número 5, publicado en capacidad creativa antes que la rutina de la taria y abandonada”.
extremo de que el espectador deja de ver la octubre-diciembre de 1990. Su editorial rese- forma hecha fórmula repetitiva, María Lucía
pantalla, que se convierte en una auténtica ñaba los ciclos y las películas proyectados Castrillón, Santiago Andrés Gómez, Lina María Kinetoscopio pasó en el número 7 del
ventana por donde penetran imágenes en el Colombo, acerca de los que se habían Aguirre, Octavio Escobar Giraldo, Diana Jara- blanco y negro al color cuando en su portada
casi reales, de una profundidad, de una publicado artículos en Kinetoscopio –recor- millo, Juan Guillermo Ramírez, Isleni Cruz apareció la imagen de un galán parecido a
claridad, de una precisión inimaginables1. dando a Romy Schneider, amante platónica de Carvajal, Julián David Correa, Adriana Mora, Clark Gable, a punto de besar –o morderle el
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publicaciones sobre cine en colombia la casa de kinetoscopio

la misma década, reactivándose en los años desconcertante como inspirador. Kinetoscopio


80 con tres números y en el 2000 con tres mantuvo el formato original del boletín -22 x 16
ediciones más; Cine, con diez números publi- cms- hasta el número 32 (mayo-junio, 1995),
cados entre 1980 y 1982; Caligari, con un después del que se aplicó un blow up al
solo número publicado en 1982, o Arcadia diseño, que amplió la revista -28 x 21 cms-,
va al cine, impulsada por un héroe hecho de acomodando sus páginas a un formato más
titanio cinematográfico como fue su director, tradicional. A partir de entonces su presen-
Augusto Bernal Jiménez, publicando en dos cia se consolidó en Colombia y Latinoamé-
décadas -1982/2000- algo más de 18 núme- rica. Cinco años en contra de los pronósticos
ros, aparte de un par de ediciones especiales confirmaron que el futuro era posible para una
y una prolongación llamada Borradores de generación de lectores y realizadores que se
cine, revistas que fueron capaces de sostener reunieron alrededor de Kinetoscopio.
la ilusión?
El Centro Colombo Americano de Mede-
No tendría que ser motivo de asombro por llín se convirtió así en una referencia para
algo más que el contraste con otras publica- el movimiento cinematográfico de Colombia,
ciones, pero soñar con una edición más allá apoyado por la revista y por los cronistas, críti-
del umbral que recordaban las cifras era tan cos e historiadores, que surgieron de manera
Revista Caligari no. 1, 1982. Revista Kinetoscopio no. 32, 1994.

Revista Kinetoscopio no. 7, 1991. Revista Kinetoscopio no. 8, 1991.

cuello- a una chica en Cartagena. Las cartas a edición prometían al menos noventa y seis
la dirección, animando a sus editores, empe- títulos más repartidos hasta el número 30
zaron a llegar desde Alemania, Chile, México de Kinetoscopio. ¿Sería posible llegar a una
y Portugal. El promedio de bateo se mantuvo cifra tan venerable en términos editoriales
alrededor de las 170 páginas. Álvarez se cuando otras aventuras, similares a Kinetos-
propuso contar la historia del cine en 100 copio en su actitud de observar el cine como
películas –empezando en el número 6 con El un arte en movimiento, aunque el estilo fuera
gran asalto al tren (Porter, 1903); El naci- notablemente distinto, fueron empresas del
miento de una nación (Griffith, 1915); Into- riesgo a la manera de Ojo al cine, que alcanzó
lerancia (Griffith, 1916) y El gabinete del Dr. cinco ediciones a mediados de los años 70;
Caligari (Wiene, 1919)-. Cuatro películas por Cinemateca, con seis números a finales de
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publicaciones sobre cine en colombia

La bandera editorial de la revista mantuvo donde lo guardó el 10 de febrero de 1996.


hasta mediados de 1996 el nombre de Paul Describió en sus líneas finales la situación del
Bardwell como director de Kinetoscopio y de público, sometido a las estrategias comercia-
Luis Alberto Álvarez como jefe de redacción. les de un mercado voraz. “Hay que aceptar
Pero el azar tropezó de una manera adversa que un público con sensibilidad e intereses
y “el corazón que latía a 24 cuadros por diferentes existe y que existe, tal vez, cada
segundo”, como tituló una publicación del vez más”, escribió Álvarez. “Se trata de culti-
Colombo y la Universidad de Antioquia (s. f.), varlo, de educarlo, de ofrecerle información
le falló al sacerdote del cine cuando muere en adecuada. Es cierto que estos son intere-
mayo de ese año. Luis Alberto Álvarez dejaba ses culturales y no económicos, pero estoy
así un rastro ineludible en el cine colombiano convencido de que es probable también crear
y en el trabajo que realizó para Kinetosco- una rentabilidad aceptable e incluso impor-
pio. Con saludable optimismo, el editorial del tante con este tipo de espectadores”.
número 36, tras lamentar la muerte de Álva- Kinetoscopio avanzó sin olvidar sus conse-
rez, concluía: “Después de la muerte, siempre jos y argumentos. Cuando la revista llegó a
nos queda la vida”. su mayoría de edad con el número 40, Mr.
“Año 101, la odisea de un medio” fue su último Bardwell nombró a Lina María Aguirre como
texto. Estaba agazapado en su computador, editora. Permaneció en el cargo hasta el
número 54, en la que fue una época de liber- Revista Kinetoscopio, no. 37, 1996.
Revista Kinetoscopio no. 33, 1995.
Revista Kinetoscopio no. 79, 2007.
tad absoluta para escribir sobre los cambios
de directores ilustró los nuevos rumbos y el
tumultuosa. Las cifras registradas en Publica- del cine durante una década de transición,
agobiada por su aparente precariedad crea- relevo generacional en la bisagra del siglo XX
ciones periódicas de cine y video en Colombia
tiva ante el legado que enaltecía a otras déca- al XXI: Wong Kar-wai; Lars von Trier & Thomas
1908-2007 (Bogotá: Fundación Patrimonio
Fílmico Colombiano, s. f.), tras la investiga- das –los años 20 animados por los pioneros; Vinterberg; Hal Hartley; Atom Egoyan; Tsai
ción coordinada por el hombre que lo sabe el entusiasmo de los años 30 y 40; la fiebre Ming-liang; Abbas Kiarostami; el enigmático
todo acerca de la historia del cine colombiano, de los años 60 o la ansiedad por filmar de Diego Fernández Torres, sobre el que escri-
Jorge Alberto Moreno, regresando de manera los años 70 representados por Scorsese, bió el crítico uruguayo Manuel Martínez Carril
cíclica al pasado en el túnel del tiempo que es Coppola, Altman, Ashby, Allen o los niños de como si se tratara del personaje de una novela
el archivo del Patrimonio Fílmico, suman 1.500 infancia eterna que jugaron con sus millones de anticipación, anotando en las páginas de
artículos, 170 colaboradores y 80 números –al al cine llamados George Lucas y Steven Spiel- la revista, publicada en 1999, que los tres
menos hasta diciembre 2007 / febrero 2008, berg-. Aún así, cuando se publica el número largometrajes de Torres –Montevideanos, El
pues la historia continúa. 50 de Kinetoscopio, una breve selección último café y Ciudad de la costa-, habían sido
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publicaciones sobre cine en colombia la casa de kinetoscopio

realizados entre 2009 y 2015, honrando Martí- ñaron un negocio rentable trabajando como sin compromiso, un cine de autor donde
nez Carril el oficio de la crítica como pretexto distribuidores y comprando los teatros donde la independencia creativa es total. Ojalá
uno de los grandes distribuidores de cine
para la ficción. exhibían sus películas. Kinetoscopio tenía el en Colombia descubriera estos tesoros
criterio y el Colombo, gracias a Mr. Bardwell, realmente desconocidos. A través del cine de
Mr. Bardwell, además de repasar la historia
tenía las salas para exhibir el cine que le ficción y el documental existe la posibilidad
de la revista en el número 50, anunció otro de ver un país con gente de carne y hueso,
interesaba a Kinetoscopio. El proyecto de la
sueño que ampliaría la influencia de Kinetos- una radiografía permanente de un país que
distribuidora ilustraría en la pantalla los comen-
copio en un público contrario a las manipu- sufre el complejo de ser confundido por los
tarios que promocionaban un cine marginado vecinos del sur, pero que tiene sus propias
laciones de la industria, “con sensibilidad e
de los circuitos oficiales; el cine de “directores preocupaciones y realidades2.
intereses diferentes”, que tal vez pasara de
secretos” -¿habrá algún misterio que no se
ser la excepción a convertirse en la norma El apoyo de Mr. Bardwell al cine cana-
revele en la pantalla?- como los canadien-
para hacer rentables los secretos de un cine ses Clement Virgo, Claude Fortin, Stephen diense lo situó en la galería de amigos del
arriesgado y creativo. Williams, Robert Lepage o Jean-Marc Vallée; Festival de Toronto por la puerta que le abrió
El equipo de redacción ahora se apresta el repertorio que a partir de 1993 se registró en Colombia a una industria relativamente
a encarar el reto de la próxima etapa de en la revista cubriendo el Festival Internacio- desconocida más allá de su paisaje domés-
la revista, el de llegar a la edición número nal de Cine de Toronto donde se presentaban tico. Un acto de lealtad que confirmaba la polí-
cien, garantizando, junto con ustedes, tica del Colombo bajo su dirección, facilitando
nuestros lectores, un futuro seguro para directores a los que el tiempo transformó en
Kinetoscopio”, escribió Mr. Bardwell, referencias de época –Jafar Panahi, Atom el intercambio cultural, si fuera posible, “con el
revelando la esperanza que definió su Egoyan, Michael Winterbottom, Jean-Claude mundo entero”.
trabajo. “Pueden seguir contando con la Lauzon, Sally Potter, Hirokazu Kore-Eda,
variedad de artículos e informes que han El destino esperaba de nuevo. La distribui-
Richard Linklater, Krzysztof Kiešlowski. dora fue un sueño que no alcanzó a concre-
sido siempre costumbre en la revista.
Para nosotros, el cine sigue vivo como En la edición 34 de Kinetoscopio, con la tarse. El número 71 de Kinetoscopio, cuando
arte y a través también de la sala de cine imagen de Rude (Virgo, 1995) en su carátula, la revista cumplía quince años, presentó en
del Colombo y de un proyecto próximo a
realizarse –Kinetoscopio La Distribuidora, Mr. Bardwell escribió: su carátula un indeseable, pero necesario
un proyecto que nos permitirá traer selectos y entrañable, in memoriam, acompañando
filmes de estreno para la distribución a El cine de Canadá nunca deja de ser el rostro de Mr. Bardwell, al que la muerte
nivel nacional-, Kinetoscopio quiere diferente, atrevido y definitivamente poco
convencional. Convencional, digamos, en alcanzó en noviembre de 2004. Entonces
consolidar un espacio para el séptimo arte recordé que Paul me había dicho en un viaje:
desde todas sus manifestaciones. términos de Hollywood. Tal vez con la Revista Kinetoscopio no. 34, 1995.
excepción de unos pocos como Norman “Si cayera muerto en este mismo momento,
Mr. Bardwell aprovechó las enseñanzas de Jewison y David Cronenberg, que tendría la satisfacción de haber vivido lo mejor amigos con la generosidad de un buen film, tal 2 · Perspective Canada.
emigraron a Hollywood, los excelentes Un cine no convencional.
la historia del cine. Comprendió la astucia de los directores de cine de Canadá se mantienen que pude”. Supuse que tenía razón. También vez uno semejante al que pudo haber soñado
pioneros que a principios del siglo XX dise- firmes en su convicción de hacer un cine que su vida había multiplicado la vida de sus si hubiera escrito un guion autobiográfico.
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publicaciones sobre cine en colombia la casa de kinetoscopio

se ocupó en hacer del oficio de la crítica una El criterio de encontrar soluciones mercan-
forma del diálogo con los realizadores; por tiles a una gestión cultural, reciclando el dete-
contribuir a la construcción de una cinema- rioro generalizado del público, contradecía las
tografía en desarrollo como la colombiana, intenciones de formar un espectador ideal
en manos de directores que definieron su según los sueños de Mr. Bardwell y de sus
estilo a principios del siglo XXI; por ofrecer three amigos -Álvarez, López & Montoya-, y
un diagnóstico de los oficios que decidían la de los colaboradores que tuvo hasta entonces
suerte de la pantalla doméstica. Los dossiers la revista.
que publicó sirven como el testimonio de una “Que el cine que se proyecta en las salas
época: “El documental. Transparencias y espe- del Centro Colombo Americano se quiera
jismos” (no. 61); “El productor y la producción parecer al de las salas de cine comerciales
en el cine colombiano”, con Ximena Ospina que existen en la ciudad, es como firmar
como editora invitada (no. 79); “Actuación y su propio certificado de defunción”, agregó
dirección de actores”, con Adyel Ospina (no. Zuluaga.
80), o “El documental, aquí y ahora”, con la Una carta, enviada el 20 de abril de 2008
asistencia editorial de Lina María Castaño a Enrique Uribe Escobar, presidente de la
González (no. 81), descubrieron a un activista junta directiva del Colombo, en la que cerca
cinematográfico, interesado por hacer de de ochenta firmas demostraban su solidari-
Revista Kinetoscopio no. 71, 2004.
la escritura un intercambio de ideas, con la dad y preocupación por Kinetoscopio, expresó
La revista no quedó del todo huérfana. capacidad suficiente para convertirse en un el malestar por la intención de complacer la
A partir del número 55, Kinetoscopio tuvo la compañero de viaje por la ruta que seguía el rutina de las modas comerciales, desvane-
cine colombiano. ciendo el rigor en los textos.
fortuna de contar con Pedro Adrián Zuluaga
como editor. Tras la muerte de Mr. Bardwell, “No soy reacio a los cambios”, declaró Con respecto a la revista de cine, en esta
Zuluaga preservó el criterio y la calidad de Zuluaga al periódico El Colombiano, cuando coyuntura amenazante para su supervi-
los artículos que definieron su relación con los sintió amenazado el legado de Kinetoscopio vencia es necesario aclarar de entrada, y Revista Kinetoscopio no. 55, 2000.
con total pragmatismo, que el Colombo
lectores. Luego de un breve relevo en el que por la administración que empezó a dirigir el nunca va a obtener ganancias económicas pretende mercadear. Escribir sobre cine,
Óscar Molina, director del programa de cine Colombo hacia el 2008. “Creo que si la revista con un proyecto como ese, pero si la nueva y en especial sobre el buen cine, siempre
del Colombo, trabajó también como direc- y las salas pueden cambiarse para mejorar, directora de la revista [Ana Catalina
Uribe] dice que la publicación es muy implicará acercarse al ensayo, a una forma
tor y editor de la revista, Zuluaga regresó a bienvenido sea el cambio, pero que se respete de pensamiento, y eso pide una actitud de
densa y que no la lee nadie, es porque
Kinetoscopio hasta el número 81, publicado la historia, la lógica de ambas. No de espaldas tiene una idea de Kinetoscopio que parte del lector que se puede motivar de
en marzo-mayo de 2008. Durante ocho años a un proyecto de más de 18 años”. está por completo alejada del producto que muchas maneras y en muchos sectores, una
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publicaciones sobre cine en colombia la casa de kinetoscopio

como la revista de cine más importante dirección de la revista sino también del
de América Latina, una revista que es editor y del equipo de redactores, que son
consultada en Europa y Estados Unidos finalmente quienes conocen mejor al público
más que todo por su contacto de primera objetivo de Kinetoscopio.
mano con la producción cinematográfica de
nuestra región. Esa importancia adquirida La renuncia de Zuluaga trazó un umbral
a lo largo de 18 años no se puede ver de entre el antes y el después de la revista.
ninguna manera como una pérdida, como Tratando de encontrar un término medio
un lujo o como un gasto inútil. En cambio, para continuar con la publicación entre los
reemplazar el concepto de la revista orígenes de Kinetoscopio y su futuro, se
por uno más ligero implicaría perder el nombró como editor a Juan Carlos González.
público que se tiene, y si eso se intentara Los textos fueron cada vez más cortos; los
para conseguir uno mayor numérica- dossiers se concentraron en la historia del
mente, habría que ser consciente de que cine –“Scorsese” (no. 84); “Woody Allen” (no.
se requeriría de un capital que nadie en 87); “La conquista del Oeste” (no. 89); “Roman
este país estará dispuesto a invertir para Polanski” (no. 92)-; el plano general, que
algo tan poco rentable como es informar
registraba películas y directores “de estreno
a todo color y en papel fino sobre cuánto
por el mundo”, se alternó con el primer plano
costó El señor de los anillos o qué
peleas hubo entre Bardem y los Coen del cine colombiano, y el número cien con el
mientras hacían Sin lugar para los que soñaron Mr. Bardwell y sus amigos de otro
débiles.
Kinetoscopio no será nunca tiempo fue una realidad.
rentable económicamente, pero ha hecho La historia quedaba en otras manos mien-
y aún está haciendo historia, generando tras terminaba el estilo de una época, evocada
cultura, promoviendo la diversidad, civili- por Julián David Correa en el párrafo final de
zando, en suma. Para reducir las pérdidas
su artículo “Los que no están, los que nunca
económicas que necesariamente conlleva
Revista Kinetoscopio no. 81, 2008. se marcharán”, publicado en el número 73
su edición existen muchas posibilidades
distintas a la de transformar un contenido
para la edición de aniversario por los quince
actitud por cierto edificante, ya que busca años de la revista: Revista Kinetoscopio no. 73, 2005.
la reflexión sobre asuntos muy pertinentes y una actitud ética que constituyen su
que el cine meramente comercial rara vez reconocido aporte, posibilidades agresivas Antes del cumpleaños 15 de la revista, tres llegado a tener diez pisos: decenas de
toca. Aunque es cierto que podrían ser más y económicas de mercadeo, que ni siquiera de sus fundadores murieron. Ir a Medellín salones, una inmensa biblioteca con esta-
los lectores, no son pocos en Colombia y en se han considerado y que merecen una y al Colombo Americano es muy diferente ciones de video, dos salas de cine, una gran
el exterior los que ven a Kinetoscopio reflexión aparte, no sólo a cargo de la ahora. El edificio que Paul levantó ha galería y muchos horizontes. El Colombo
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publicaciones sobre cine en colombia la casa de kinetoscopio

cambió y tres amigos murieron. En estos


años descubrí que la torre y el refugio
están en uno mismo: en la pasión, en la
constancia, en el trabajo. Gracias a lo que
aprendí con estos tres amigos, busqué el cine
y he trabajado por la cultura de Colombia.
Estos tres amigos están en nosotros y en sus
obras, pero nada sana la tristeza de saber
que hoy no ven el destino de lo que hicieron:
de una revista que cumple quince años y de
los caminos que andamos gracias a ellos.

Revista Kinetoscopio no. 77, 2006.

Revista Kinetoscopio no. 91, 2010.


Revista Kinetoscopio no. 109, 2015.
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Catálogo de publicaciones
Fernando Birri en Colombia 100 años Lumiére: retrospectiva de cine y medios audiovisuales de
Abril 1984 la obra documental de los grandes Iberoamérica, el Caribe y España
cineastas franceses desde Louis BIBLIOCI
Cine brasileño

editadas por la Cinemateca Distrital


Lumiére hasta nuestros días Cinemateca Distrital
Cinemateca Distrital, Embajada de Cinemateca Distrital,
Brasil, Embrafilme y Avianca 2009
Embajada de Francia
Agosto 1984 Septiembre 1993
Víctor Gaviria: 30 años de vida
Festival de cine británico fílmica, retrospectiva integral
cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época Cinemateca Distrital, Consejo Cine etnográfico francés
Febrero 2009
Británico Cinemateca Distrital, Embajada de
Febrero 1986 Francia, Alianza Colombo Francesa,
Universidad Nacional, Unitec ICAIC: 50 años de cine cubano en la
La Cinemateca siempre ha pertenecido a la Alcaldía, pero ha dependido de diferentes oficinas de la
municipalidad: de 1971 a 1976 hizo parte de la Secretaría de Educación; de 1976 a 2006 estuvo Escritores norteamericanos 1993 revolución, selección retrospectiva
adscrita al Instituto Distrital de Cultura y Turismo; de 2006 en adelante ha estado adscrita a la Secre- y el cine (1959 – 2009)
taría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte, en donde dependió entre 2009 y 2011 de la Fundación Septiembre 1988 Nuevo cine venezolano en Colombia Cinemateca Distrital, Cineclub
Gilberto Alzate Avendaño; y desde 2011 es parte del Instituto Distrital de las Artes (idartes).
1993 Universidad Central
Tarzán Julio 2009
Diciembre 1988
Publicaciones Festival de cine cubano
Septiembre 1975
Retrospectiva de Luchino Visconti
Cinemateca Distrital, Instituto
París - Bogotá: historias de
ciudades
impresas Nuevo cine francés
Italiano di Cultura Las 10 mejores películas
en la historia del cine
Cinemateca Distrital,
Primera muestra de cine de medio
oriente contemporáneo (First
Abril 1983 Embajada de Francia
Cine colombiano 1950-1973 Octubre 1975 Cinemateca Distrital, Cine Club de middle east contemporary cinema
1995
1950-1973 Del neorrealismo al cine Colombia exhibition)
Cinemateca Distrital 1971-1976 1989
Mayo 1976 italiano de los 70’ Cinemateca Distrital, Cineclub
Clásicos del cine mudo Ciclo: Glauber Rocha
Enero - junio 1973 Agosto - septiembre 1983 Universidad Central
Cinemateca 1971-1990 Cinemateca Distrital,
Boletín Cinemateca no. 1 Noviembre 2010
Cine brasileño 1990 Embajada de Brasil
Festival de cine polonés Septiembre 1976
Febrero 1973 Cinemateca Distrital, Embajada de Octubre 2004
Nuevo cine italiano Cinemateca 20 años Guerras de independencia y revolu-
Brasil, Embrafilme y Avianca 1991 ciones en América Latina
Festival de cortometrajes británicos Noviembre 1976 Jorge Silva / Marta Rodríguez: 45
Septiembre - octubre 1983
1973 Cinemateca Distrital, Unión Latina
Boletín Cinemateca no. 2 Ciclo: Gabo 25 años años de cine social en Colombia,
Boletín no. 1 Super 8 retrospectiva integral Octubre 2010
Crónicas de cine Diciembre 1976 Octubre 1992
1974 Enero 1984 Diciembre 2008
Boletín Cinemateca no. 3 Cine social en América Latina, una
Boletín no. 2 Super 8 Ciclo: los sueños posibles
Festival de cine polonés Febrero 1977 mirada retrospectiva
Junio 1984 Octubre 1992 Primer Seminario-taller sobre
Febrero 1974
El cortometraje del sobreprecio perspectivas y herramientas para Cinemateca Distrital, Embajadas
50 películas 1974-1975 (Datos 1970-1980) Boletín no. 3 Super 8 Ciclo: América, una mirada el trabajo en red de las unidades Latinoamericanas y del Caribe
Diciembre 1974 1982 Febrero 1985 Octubre 1992 de información especializadas en Noviembre 2010
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Semana de cine de Centroamérica y Colección Cuadernos no. 9: Luis Alfredo Sánchez no. 25: Mario Jiménez no. 6, vol. 1: Francesco Rosi, Henri
el Caribe Febrero 1983 Marzo 1987 Langlois, Raúl Ruíz
de cine colombiano
Cinemateca Distrital, Grupo de Enero 1979
no. 10: Luis Ospina
Embajadas de Centroamérica, Pana- Junio 1983 Revista Cinemateca
no. 7, vol. 1: Tendencias del Oscar.
má y República Dominicana no. 11: Camila Loboguerrero Andrei Tarkovsky
2011 Octubre 1983 Julio 1987
no. 12: Carlos Mayolo no. 8, vol. 1: Cine africano
Sentimientos tristes que bailan: Noviembre 1983 Enero 1988
cine y tango no. 13: Lisandro Duque no. 9, vol. 1: El cine de Sergio Cabrera
Cinemateca Distrital, INCAA, Emba- 1984 Junio 1988
jada de la República de Argentina no. 14: Leopoldo Pinzón
Septiembre 2011 1984 no. 10: Dossier cine colombiano
Enero 2000
no. 15: Fernando Laverde
Kurosawa 101 Febrero 1985 no. 11: Milenium tremens no. 6: Crítica cinematográfica
2012 Marzo 2000 Enero - Junio 2005
no. 16: Jorge Gaitán Gómez
Julio 1985 no. 12: Dossier Robert Bresson no. 7: Extranjeros en el cine
Materia y cosmos: las películas de Octubre 2000 colombiano I
no. 17: Lizardo Díaz
Artavazd Pelechian (Matière et no. 1: Julio Luzardo Junio - Diciembre 2005
Mayo 1986
cosmos: les film d’Artavazd Marzo 1981 Colección Cuadernos de
no. 18: Jorge Ruiz Ardila no. 8: Extranjeros en el cine
Pelechian) cine colombiano – nueva colombiano II
no. 2: Ciro Durán  Junio 1986
2012
Junio 1981 no. 1, vol. 1: Andrés Caicedo 1951 –
época Enero - Junio 2006
no. 19: Manuel Busquets Emilliani
Julio 1986 1977 no. 9: El cortometraje
Bogotá fílmica: ensayos sobre cine no. 3: Francisco Norden Julio 1977 no. 1: Balance argumental
Septiembre 1981 no. 20: Jorge Alí Triana Enero - Abril 2007
y patrimonio cultural Enero - Marzo 2003
Enero 1987 no. 2, vol. 1
Instituto Distrital de las Artes - idar- no. 4: Marco Tulio Lizarazo no. 10: Andrés Caicedo, cartas de un
Octubre 1977 no. 2: Acevedo e hijos
tes, Instituto Distrital de Patrimonio Diciembre 1981 no. 21: Grupo cine – Mujer cinéfilo 1971-1973
Marzo 1987 Abril - Junio 2003
Cultural - idpc no. 3, vol. 1 Mayo - Agosto 2007
no. 5: José María Arzuaga Enero 1978 no. 3: Víctor Gaviria
2012 no. 22: Grupo cine – Taller no. 11: Andrés Caicedo, cartas de un
Enero 1982 Marzo 1987 Julio - Septiembre 2003
no. 4, vol. 1 cinéfilo 1974-1976
Nueva Cinemateca de Bogotá no. 6: Gustavo Nieto Roa no. 23: Oswaldo Duperly Mayo 1978 no. 4: Rostros y rastros Mayo - Agosto 2007
Cinemateca Distrital, Empresa de Junio 1982 Marzo 1987 Septiembre - Diciembre 2003
no. 5, vol. 1: El búho Colcultura 1978 no. 12: Recepciones contemporáneas
Renovación Urbana de Bogotá - eru no. 8: Jairo Pinilla Téllez no. 24: Gloria Triana “Agarrando pueblo” no. 5: Balance documental de la imagen cinematográfica
2014 Diciembre 1982 Junio 1987 Agosto 1978 Enero - Junio 2004 2008
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* A partir del no. 12 el Ministerio de sobre cine digital y su aplicación Colombiano y Cinemateca Distrital (Juan Carlos Arango Espitia. 57 min.
Cultura es coeditor de los Cuadernos a la producción cinematográfica 2008 2006). 
colombiana Contiene: 10 DVD más catálogo:  DVD 8: 
no. 13: Investigación e historiografía
Cinemateca Distrital La tragedia del silencio (Arturo
2008 DVD 1: 
2010 Acevedo Vallarino. 51 min. 1924). 
Garras de oro (P.P. Jambrina. 56
no. 14 A: Cine y literatura Los Di Doménico: pioneros del cine
2009 min. 1926). 
Relaciones entre el cine y la Colombiano (Juan Carlos Arango
DVD 2:  Espitia. 26 min. 2006)
no. 14 B: Cine y literatura televisión en Colombia
Manizales city (Félix Restrepo. 52 DVD 9: 
2009 Cinemateca Distrital 
min. 1925). Madre (Samuel Velásquez. 21
2011
no. 15: Archivos audiovisuales y DVD 3 y 4:  min. 1924) 
cinematográficos Cine y culturas populares en Bajo el cielo antioqueño (Arturo Aura o las violetas (Pedro Moreno
2011 Colombia 1960-2009 Acevedo Vallarino. 124 min. 1925). Garzón. 18 min. 1924)
Cinemateca Distrital DVD 5 y 6:  Como los muertos (Pedro Moreno
no. 16: Los ríos y el cine
2011 2011 Alma provinciana (Félix Joaquín Garzón. 12 min. 1925)
Rodríguez. 126 min. 1926).  1897-1937: cuatro décadas de cine
no. 17 A: Cine y video Una ciudad en imágenes DVD 7:  silente en Colombia (Juan Carlos
indígena del descubrimiento al alternativas: historias de la CICLA 2013: Cita con el Cine Archivo histórico cinematográfico Arango. 21 min. 2006)
autodescubrimiento Latinoamericano DVD 10: 
televisión y el audiovisual en de los Acevedo 1915-1933 +
2012 Cinemateca Distrital El amor, el deber y el crimen (Pedro
Bogotá Acevedo e hijos: por un arte propio
2013 Moreno Garzón. 28 min. 1926)
no. 17 B: Cine y video indígena Cinemateca Distrital
del descubrimiento al 2011 Daupará: muestra de cine y video
Colección becas Colección 40/25 Joyas del
autodescubrimiento de los pueblos indígenas en
2012 Cine colombiano: cánones y Colombia cine colombiano
Miradas esquivas a una nación discursos dominantes Cinemateca Distrital Fundación Patrimonio Fílmico
no. 18: Colombia según el cine fragmentada: reflexiones en Cinemateca Distrital Colombiano, Cinemateca Distrital,
extranjero 2013
torno al cine silente de los años 2014 Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaria
2013
veinte y la puesta en escena de la Artes mediales: Distrital de Cultura, Recreación y
no. 19: Colombianos en el cine colombianidad Poéticas de la resistencia: el video convergencias y tecnologías Deporte
extranjero Cinemateca Distrital indígena en Colombia Cinemateca Distrital 2011
2013 2006 Cinemateca Distrital 2014 Contiene: 6 DVD más catálogo: 
no. 20: Animación en Colombia: una 2015
Retratos de Colombia desde su DVD 1: 
historia en movimiento
2014 cine: miradas a la violencia, la Colección Catálogos Publicaciones Expedición al Caquetá (César Uribe

no. 21: Carlos Mayolo


herencia y el mito
Cinemateca Distrital
razonados en video Piedrahita. 7 min. 1930/31). 
El milagro de sal (Julio E. Moya. 105
2015 min. 1958) 
2010 Colección cine silente
no. 22: Publicaciones sobre cine en Ciclo rosa audiovisual DVD 2: 
Colombia El cine digital como caballo de Cinemateca Distrital colombiano La huerta casera (Marco Tulio
2015 Troya: conceptos fundamentales 2013 Fundación Patrimonio Fílmico Lizarazo. 11 min. 1947)
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DVD 6:  Capítulo 8: El cine toma su rumbo Dunav Kuzmanich 1935 - Colombiano. Álvaro Acevedo Bernal
En agosto (Andrés Barrientos. 14 (1960 - 1970) 2008: el director chileno en y Gonzalo Acevedo Bernal. 27
min. 2007)  DVD 4:  el cine colombiano min. 1937)
Magnolia (Diana Montenegro. 15 Capítulo 9: De la ilusión al Candidatura de Eduardo
Fundación Patrimonio Fílmico Santos (Restaurado por la
min. 2008) desconcierto. (1970 - 1995). Del
Asunto de gallos (Joan Gómez sobreprecio al menosprecio Colombiano, Cinemateca Fundación Patrimonio Fílmico
Endara. 16 min. 2008) Capítulo 10: De la ilusión al Distrital, Proimágenes Colombia.  Colombiano. Álvaro Acevedo
Marina, la esposa del desconcierto (1970 1995). El 2013 Bernal y Gonzalo Acevedo Bernal. 8
pescador (Carlos Hernández. 13 estado de las cosas Contiene: 5 DVD más catálogo:  min. 1937)
min. 2009) DVD 5:  La semana de la democracia
La Hortúa (Andrés Chaves. 24 Capítulo 11: De la ilusión al DVD 1: Cadáveres para el en Bogotá (Restaurado por la
min. 2009) desconcierto (1970 - 1995) Las Alba (Carlos Sánchez. 10 min. Fundación Patrimonio Fílmico
Animalario (Sergio Mejía Forero. 17 cosas del estado 1975). Duni (Javier Mejía, 75 min. Colombiano. Álvaro Acevedo Bernal
min. 2012) Capítulo 12: De la ilusión al 2013) y Gonzalo Acevedo Bernal. 12
desconcierto (1970 - 1995) Las DVD 2: Canaguaro (Dunav min. 1945)
Historia del cine memorias del subdesarrollo
Kuzmanich. 87 min. 1981)
Transmisión del mando
colombiano DVD 6:  presidencial (Restaurado por la
Capítulo 13: Cine colombiano (1996 DVD 3: Ajuste de cuentas (Dunav Fundación Patrimonio Fílmico
Fundación Patrimonio Fílmico
- 2003) ¡El cine no se rinde, carajo!  Kuzmanich. 86 min. 1984) Colombiano. Álvaro Acevedo Bernal
Colombiano, Alcaldía Mayor de
Bogotá, Secretaría Distrital de Capítulo 14: Cine colombiano (2004 DVD 4: El día de las y Gonzalo Acevedo Bernal. 22
Cultura Recreación y Deporte.  - 2008) ¿Siempre a cinco centavos Mercedes (Dunav Kuzmanich. 100 min. 1946)
El río de las tumbas (Julio Luzardo. Audiovisuales del idartes. 24 min.
2011 del peso? min. 1985) DVD 2: 
87 min. 1964) 2013). 2. Selección de registros
DVD 5: Mariposas (Dunav Movimientos sociales Capítulo 2: 
DVD 3:  Contiene: 6 DVD más catálogo:  documentales del archivo Histórico Entre la guerra y la resistencia 1960
Rapsodia en Bogotá (José María Kuzmanich. 90 min. 1986) Cinematográfico Colombiano de los
DVD 1:  - 1985 (Fundación Patrimonio
Arzuaga. 24 min. 1963) Capítulo 1: Los pioneros (1897 - Acevedo Fílmico Colombiano y Cinemateca
Raíces de piedra (José María 1922) Movimientos sociales a 8 de junio de 1929 (Restaurado por Distrital - Gerencia de Artes
Arzuaga. 79 min. 1964) Capítulo 2: La edad de oro (1922 - través del cine colombiano la Fundación Patrimonio Fílmico Audiovisuales del idartes. 25 min.
DVD 4:  1928) Colombiano. Álvaro Acevedo Bernal 2014)
Cinemateca Distrital, Fundación
El páramo de Cumanday (Gabriela DVD 2:  y Gonzalo Acevedo Bernal. 11 min. Chircales (Marta Rodríguez y Jorge
Samper. 22 min. 1965) Patrimonio Fílmico Colombiano.  1929)
Capítulo 3: Adiós al cine mudo Silva. 41 min. 1972)
Pasado el meridiano (José María 2015 La apoteosis de Olaya
(1926) DVD 3: 
Arzuaga, 100 min. 1969) Capítulo 4: La tragedia del Contiene: 3 DVD más catálogo:  Herrera (Restaurado por la Movimientos sociales Capítulo 2: 
DVD 5:  sonido (1927 - 1938). Capítulo 5: El Fundación Patrimonio Fílmico El inicio de la reconciliación 1985 -
DVD 1: 
Alguien mató algo (Jorge Navas. 27 segundo aire (1938 - 1950) Colombiano. Álvaro Acevedo 2015 (Fundación Patrimonio Fílmico
min. 1999) Movimientos sociales Capítulo 1:  Bernal y Gonzalo Acevedo Bernal. 9
DVD 3:  Colombiano y Cinemateca Distrital -
La cerca (Rubén Mendoza. 21 Capítulo 6: Langostas, víboras y un El principio de la rebeldía 1915 min. 1934) Gerencia de Artes Audiovisuales del
min. 2004) milagro (1950-1960) - 1960 (Fundación Patrimonio Funerales de Olaya idartes. 24 min. 2015)
Curso 29 (Juan Mauricio Piñeros. 67 Capítulo 7: Llegan los maestros Fílmico Colombiano y Cinemateca Herrera (Restaurado por la Canaguaro (Dunav Kuzmanich. 87
min. 2005) (1960 - 1970) Distrital - Gerencia de Artes Fundación Patrimonio Fílmico min. 1981)
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Colección cine colombiano I la bolita de colores (10 min. 2009). Taller de video 2012 (Fundación El papá (Escuela Eko Audiovisual. 2 Consecuencias de un gran amor
Carlos Mayolo Los tomandos una historia de toma un niño de la mano. 50 min. min. 2011) y un mal negocio (Colegio Cafam
Proimágenes, Fundación Patrimonio hinchas (Pilar Pedraza y Karina 2012) No, es mi cometa (Escuela Eko Santa Lucia. 13:30 min. 2008)
Fílmico Colombiano y Cinemateca Delgado. 52 min. 2008) Manifiesto (Paola Gutiérrez Audiovisual. 2 min. 2011) Amor en pena (Colegio Cafam Santa
Distrital, 2015 Eterno retorno (Viviana Pulido. 8 Rodríguez. 14 min. 2010) ¿Cómo jugar escondidas? (Escuela Lucia. 7:47  min. 2008) 
Carlos Mayolo, 2015 min. 2010) Instrucciones para robar una Eko Audiovisual. 2 min. 2011) Inocencia censurada (Colegio
DISCO1 Informal (Pedro Raúl Cárdenas. 25 motocicleta (Felipe Solarte. 15 min. Las huertas de altos de la Cafam Santa Lucia. 11:32 min. 2008)
Carne de tu carne. 1983. 94 min. min. 2010) 1998) Florida (Escuela Eko Audiovisual. 2 Una vida inesperada (Colegio
DISCO 2 Triky triky (Mosca muerta. 4 min. La serie negra (Andrés Beltrán. 30 min. 2011) Cafam Santa Lucia.13:11 min. 2008) 
La mansión de Araucaima. 1986. 2011) min. 2010) Ese billete no es mío (Escuela Eko Me llaman calle (Colegio Cafam
85 min. Casa modelo (María Margarita Rural-es Bogotá (Eder Cuadrado. 26 Audiovisual. 2 min. 2011) Santa Lucia. 9:12 min. 2009)
DISCO 3 Herrera. 25 min. 2009). mn. 2010) Lo que escuchan nuestras Barriga llena corazón
Quinta de Bolívar. 1969. 6 min. Fotosensible (Carolina Villarraga. 27 niñas (Escuela Eko Audiovisual. 2 contento (Colegio Cafam Santa
DVD 7, 8 y 9 Ciudad Bolívar: 
Iglesia de San Ignacio. 1970. 6 min. min. 2010) min. 2011) Lucia. 13:00 min. 2010)
Contracuadro (Ericka Porras. 3:10
Macondo1 (Mosca muerta. 4 min. Arsys (Sergio Sánchez. 14 min. Actos irreversibles (Colegio Cafam
Monserrate (codirigida por Jorge min. 2011) 
2010) 2010) Santa Lucia. 11:35 min. 2010)
Silva). 1971. 4 min Bolívar es él (Carolina Vásquez. 17 Mentir (Diego Ballesteros. 6 min. Retratos (Colegio Cafam Santa
Contaminación es... 1975. 9:43 min. DVD 4, 5 y 6 Suba: min. 2011) 2012)
Sin telón. 1975. 8 min. El humo de las ideas (Reina Tinjacá. En camino (Magda Lizbeth. 2 min. Lucia. 9:57 min. 2010)
La hamaca. 1975. 15 min. 14 min. 2012) 2011) 
A puro balín (Alexander Yosa. 20 Videoteca local 2013 Amanecer (Colegio Cafam Santa
min. 2010) Usme, Fontibón, Usaquén,
Rodillanegra. 1976. 15 min. Taller de video niños (Fundación Cuando sea grande (Lina María Lucia.5:15 min. 2011)
Mundo (Jorge Tovar, Robert Méndez.
Aquel 19. 1985. 25 min. toma un niño de la mano. 6 min. 2011) Arias. 14 min. 2011) 24 min. 2009) 
Rafael Uribe Uribe y Vidas aisladas (Colegio Cafam
DISCO 4 El almuerzo (Julio Contreras. 8 min. Mujeres en la cumbre (Aseneth Tunjuelito Santa Lucia. 4:30 min. 2011)
La fábrica de envueltos (Niños y
Cortometrajes codirigidos con Luis 2010) Suárez Ruíz. 44 min. 2009) Cinemateca Distrital La familia supanteve 12:05 min.
niñas del barrio Potosí. 8:22 min.
Ospina El rebusque (Nicolás Echavarría. 8 Tejiendo luz (Natali Rosas. 8 min. 2013 2011)
2009)
Oiga vea. 1972. 27 min. min. 2012) 2010) El trago de la muerte (Colegio
Encuentro rural de Ciudad Contiene: 8 DVD más catálogo: 
Cali: de película. 1973. 14 min. Berenice (David Buitrago. 2 min. El corazón de Ciudad Bolívar (Felipe Cafam Santa Lucia. 3:47 min. 2012)
Bolívar (Sueños Films. 22 min.
Asunción. 1975. 15 min. 2012) Ávila. 64 min. 2005) DVD 1, 2, 3 y 4 Rafael Uribe Uribe:  Crónicas y reportajes (Colegio
2009)
Agarrando pueblo. 1978. 28 min. Hasta que esa gota se agota (Ana Konectadoz (Formato 19 k. 3:42 El país del sur ( David Santiago Cafam Santa Lucia. 6:10 min. 2012)
Videoclip Ciudad Bolívar (Sueños
Cristina Chávez, 25 min. 2010). min. 2009)  Films. 14 min 2010) Reyes. 32 min. 2006) Memorias de un rockero (Javier
Videoteca local 2012 Drogadicción (Chomsky. 4 min. Somos sabios por Videoclip Tallos rotos (Jahir Fernando Díaz. 12:08 min. 2013)
Kennedy, Suba y Tráiler a propósito del sur (Eliath
2012) naturaleza (Francisco Galiano. 25 Forero, Milena Forero. 3 min. 2012)  Sánchez Rivillas. 3:31 min. 2013) A la deriva (Laura Marcela Díaz. 61
Ciudad Bolívar Bolero (Seneth Rodolfo Torres. 5 min. 2010) Videoclip Legal o ilegal (Jahir min. 2013)
Cinemateca Distrital, Fundación Nuevo milenio (Eliath Forero, Milena
min. 2012) Buenos amigos (Escuela Eko Forero. 3 min. 2008) Sánchez Rivillas. 3:31 min. 2013) Dicho y hecho la imagen del
Patrimonio Fílmico Colombiano Voces de la marihuana (Corporación
Frágil (Sebastián Jiménez. 9 min. Audiovisual. 2 min. 2011) Así profe (Eliath Forero, Milena pirobo (Ana María Carrascal. 8 min.
2012
2012) El pájaro que no sabía Forero. 2 min. 2006) Colectivo Digerati. 30 min. 2013) 2011). 
Contiene: 9 DVD más catálogo:  Nocturno (Jorge Iván Díaz. 8 min. volar (Escuela Eko Audiovisual. 2 Banquitas (Eliath Forero, Milena Carnaval por la vida (Corporación A un paso de la muerte (Álvaro Iván
DVD 1, 2 y 3 Kennedy: 2010) min. 2011) Forero. 4 min. 2011) Colectivo Digerati. 8 min. 2013)  Cortés. 4 min. 2013)
El regalo (Natalia Bobadilla. 5 min. Un rincón de Bogotá (Miguel Juan y Antonio (Escuela Eko Bogotá 2060 (Julio César Castro. 12 Despabílate (Corporación Colectivo Yerma (Christian Hernando Barreto.
2012) Chiappe Pulido. 24 min. 2010). Audiovisual. 2 min. 2011) min. 2011) Digerati. 15 min. 2011/13) 45 min. 2012). 
272 273
publicaciones sobre cine en colombia catálogo de publicaciones

Héroes invisibles (Medios de Davinson dreams (Escuela de video Sumapaz camino del agua y de la DVD 2 Santa Fé:  Himno de los presos (Malagana. Ríos de San Cristóbal (Sebastián
comunicación alternativos y de Usaquén. 2006).  vida (Juan Carlos Pérez. 25 min. La reina criolla (Juan Manuel Casti- 4:41 min. 2014) Hoyos. 9:46 min. 2014)
comunitarios. 24 min. 2012) Pesadas cadenas (Escuela de video 2013) llo Lizarazo. 10 min. 2012) Sigo siendo Abarco (Malaga- Verjón (Red del Verjón. 14:37 min.
Huellas pasos y caminos (Medios de Usaquén. 2006)  Poesía de moviola (Javier Fernando Esencia real del Bersam (“El tinie- na. 6:03 min. 2014) 2010)
de comunicación alternativos y Respira (Escuela de video de Usa- Díaz. 10 min. 2013) blas”, “El Crazy”, “Carlos”, Sandra DVD 5 Mártires:  Gotas amargas (Alexis Herrera. 10
comunitarios. 23 min. 2012) quén. 2006) Toda la vida al campo (Llerly Darlyn Martínez, Antonio Castillo. 9:57 min. El bicho (Meyer Martínez, Juan Sán- min. 2008)
El pasado en mis manos (Fredy Recoge lo que siembras (Escuela de Guerrero, Alejandra Ríos Guzmán. 2014)  chez. 8:47 min. 2014) Caminando sobre la lluvia (Diego
Mauricio Muñoz. 9 min. 2012) video de Usaquén. 2006) 42 min. 2010) Quebrada las delicias (Juan Manuel Suburbia capital (Meyer Sneider Parra, Jhon Lara, Javier Laverde,
Trabajo es trabajo (Escuela de video Macondo TV (Sandra Isabel Teran. Díaz Santamaría. 5:43 min. 2013)  Cuellar, Jhon Barón Bermúdez, Jossy Andrés. 7:04. 2013) 
DVD 5 Tunjuelito y Fontibón:  de Usaquén. 2006)
La estupidez (Manuel David Beltrán. 25 min. 2011) Volver a morir (Miguel Urrutia. 84 Esteban Sánchez. 7:50 min. 2014)  Parque entre nubes (Juan Manuel
Sincretismos (Escuela de video de Pequeños descambios (Diego Parra. Droga de partido (Creación Colecti- Díaz Santamaría. 8:13 min. 2013) 
4:41 min. 2013).  seg. 2012) 
Usaquén. 2006) 8 min. 2012) va con guía de Savio Leite. 2:29 min. Ikwe indiapakwe ¿Usted es
Ilusión paralela (Juan Sebastián El chichipato (Felipe Moreno Sala-
Huellas (Escuela de video de Usa- 2014)  india? (Hansbleidy Patiño Umenza,
Londoño. 15:00 min. 2013) La preparación del actor (César zar. 12:52 min. 2010)
quén. 2006) Imperio urbano (Wilson Ardila. Benilda Ramos, Emperatriz Ramos,
Sur de la Universidad (Cristian Augusto Barrera. 17 min. 2000)
Todas las páginas hablan de DVD 3 Puente Aranda:  20:46 min. 2006) Luz Marina Ramos, Amber Patiño,
Rodríguez. 95 min. 2013) mi (Paula Díaz. 16:46 min. 2012) Modelo estéreo (Mario Grande. 4:15 Siendo tejido (Ángela Estupiñán. Carmenza Hernández, Antonio Cas-
Fontibón, los caminos DVD 7 y 8 Usme:
Videoteca local 2014 min. 2014) 3:00 min. 2014) tillo. 11:16 min. 2014)
olvidados (Lesly Katherine Segura. A un paso de la muerte (Álvaro Iván Teusaquillo, Santa Fé, Apiádate (Mario Grande. 5:20 min. Tenis (Héctor Tocarema. 27 min.
44 min. 2011) Mártires, San Cristóbal, DVD 7 Teusaquillo: 
Cortés. 4 min. 2013) 2014) 2008) 
Clase de baile (Camilo Cogua. 3:51
DVD 6 Usaquén:  Puente Aranda El coco (Diego Álvarez Campos. Nocturno (Guillermo Chávez. 8:06
min. 2013)
190 (Jovany Francisco Pinzón. 16:30 Cinemateca Distrital 2:23 min. 2007) min. 2013)
Lujuria / Ema Vlas Lust (José Luis
min. 2009) 2014.  Animación directa (Días de lluvia. Un rumor atraviesa el tiempo (Anna
Jiménez, Miguel Jiménez. 3:47 min.
Musicaliz ando en la zona (Fernan- Contiene: 8 DVD más catálogo: 3:01 min. 2013) Magdalena Silva Schlenker. 25 min.
2013)
do Riaño Álvarez. 18:45 min. 2012) Barrilonia Barcelona (Camilo Zam- 2013) 
DVD 1 Santa Fé:  Wilson el propio MOD (José Luis
Fidel (Mónica Rosario Taboada. brano. 8:50 min. 2012) Comercial plaza hierbas (Jhon Ber-
Un día más en Bogotá (Daniel Jara- Jiménez, Miguel Jiménez. 4:34.
18:19 min. 2012) La huella hídrica (Li Cornfeld, Jaier nal 54 seg. 2011) 
millo. 4,40 min. 2014) 2014)
Las caras de Bogotá (Susy Guevara. de la Cuadra, Joachim Jachlow, Die- Video arte (Jhon Bernal 6:04 min.
Jumain Wayuu (Felipe Jaramillo. Las latas al fondo del cine (Mauricio
42 min. 2011) go Álvarez, Rigoberto Aello, Camilo 2011)
8:05 min. 2013)  Casilimas. 15 min. 2014)
Supuestos opuestos (Jovany Fran- Zambrano. 2:29 min. 2009) DVD 6 San Cristóbal:
Cuerpos en tránsito perspectivas One two many mornings (Camilo
cisco Pinzón. 1 min. 2012) de una lucha (Guillermo Camácho. DVD 4 Puente Aranda:  Anei infomercial (Mónica Adriana Restrepo Fogarassy. 2:21 min. 2014)
Transparente (Jovany Francisco Pin- 25:49 min. 2013)  Magazín cultural ruta 16 (Diego Barrera. 8:33 min. 2010)  El lugar que habita (Edwin Duarte
zón. 2 min. 2013)  Fénix (Germán Rodríguez. 00.46 Álvarez, Rocío Delgado, Camilo Si mis lágrimas me alcanzan, pien- Romero. 9:4 min. 2013) 
Videoclip Juancho no te seg. 2011) Zambrano, Juan Felipe Ríos. 17:39 sa en lo que me hiciste (John Agui- Esa única mujer (Carlos Medina
mates (David Julián Ruíz. 2006) Si eres LGBT (Felipe Correa, John min. 2013)  rre. 13:17 min. 2008) Gaitán. 16 min. 2012)
Mal genio (Escuela de video de Usa- Meneses. 5:22 min. 2010) Surcos en la calle (Camilo Zambra- Existiendo en la esperanza (Mónica Bogotá Bakata yo qué sé (Juan
quén. 2006) Hijos del agro (Andrés Pacheco, no. 16:08 min. 2013) Adriana Barrera. 20 min. 2010) Andrés Rodríguez. 8:45. 2013)
Mentiras  (Escuela de video de Usa- Lukas Rodríguez, Luis Gómez, Oscar Pescadores (Jhon Darwin Herrera Jumeniduawa (Mónica Adriana ¿Y tu... a qué juegas? (Vianney
quén. 2006) Ramírez. 14:23 min. 2014) Álvarez. 25 seg. 2008) Barrera. 31 min. 2014) Herrera, Alexandra Londoño,
274
publicaciones sobre cine en colombia

Margarita Torres, Miguel Mira. 7:36 Rock al parque 20 años - ganador


min. 2013)  videografía 2014 (Aica Films. 5:41
Wake up animal tour bitácoras de min. 2014)
viaje FCO (Al loro producciones. Rock al parque - ganador videogra-
8:58 min. 2014) fía 2014 (Pájaro en mano produc-
DVD 8 Teusaquillo: ciones. 5:08 min 2014) 
El chango chingón (Al loro produc- Rock al parque realidad de
ciones. 3:35 min. 2013) inclusión - ganador videografía
La mesa de los sueños (El sanatorio 2014 (5:27 min. 2014)
audiovisual. 7:02 min. 2013)
Hollywoodoo films trailer (Lucas
Cinemateca rodante
Silva. 3:32 min. 2011)
2012 – 2013
Cinemateca Distrital
Los reyes criollos de la champe-
2013
ta (Lucas Silva. 30:25 min. 1997)
Mural Usaquén humana villa (La Contiene: 1 DVD más catálogo: 
sucursal video. 2:06 min. 2014) Más allá de la humarada (Ciudad
Celebración día de la patineta (La Bolívar. Sergio Sánchez. 7:36 min.
sucursal video. 3 min) 2013)
Rock al parque mueve - ganador La foto (Kennedy. Sergio Ruíz. 10:55
videografía 2014 (Álvaro Rodrí- min. 2013)
guez. 6:12 min. 2014) Buenos días (Usaquén. Lorena Samuel (Ciudad Bolívar. Fredy Rol-
Montero. 6:19 min. 2013) dán. 13:38 Min. 2014)
Vox Populi (Suba. Ana María López Pequeños sueños (Rafael Uribe Uri-
González. 6:58 min. 2013) be. Natalia Díaz. 11:23 min. 2014)
Siete minutos de cielo (Fontibón. Vox Populi, Vox Dei (Ken-
Sebastián Parra. 5:45 min. 2013).  nedy. David Bernal. 2014)
Desalojo (Ciudad Bolívar. César Pepe (Usaquén. Francisco Pinzón
Castro Prada. 6:53 min. 2012) Salas. 12 min. 2014)
El regalo (Kennedy. Natalia Bobadi-
La caja (Fontibón. Zuky Echeverry. 
lla. 4:09 min. 2012)
El humo de las ideas (Suba. Reina 10:05 Min. 2014)
Tinjacá. 13:42 min. 2012) No se rayan las paredes (Tunjuelito.
Wilson dueñas. 12 min. 2014). 
Cinemateca rodante 2014 Videoclip “No te quiero perder” 
Cinemateca Distrital (Usme. Edna Higuera, Diego Sáenz. 
2013 6:39 Min. 2014)
Contiene: 1 DVD:  Videoclip “Mírame” (Usme. Andrés
Granizo con sabor (Suba. Rafael Moreno,  John Da’ Silva, Cristian
Lozada. 14 min. 2014) Soto. 4:15 Min. 2014)
276 277
publicaciones
carlos mayolosobre cine colombiano perfiles de los autores

Perfiles de los autores


Francisco Montaña Ibáñez
Maestría en historia y teoría del arte de la Universidad Nacional de Colombia.
Especialista en libretos para televisión de la Pontificia Universidad Javeriana.
Estudió Guión de cine y televisión en el Instituto Internacional de Cine de Mos-
cú y es Licenciado en Filología e Idiomas de la Universidad Nacional de Colom-
cuadernos de cine colombiano 22-2015 nueva época bia. Es profesor asociado del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Facultad
de Artes de la Universidad Nacional de Colombia y coordinador del Observa-
torio Latinoamericano de Teoría e Historia del Cine. Ha publicado ensayos e
investigaciones en cine y televisión (La edad ingrata, infancias en los 400 Golpes
de François Truffaut y Mirada a la televisión de los 90, entre otras).

Julián David Correa Restrepo


Luisa Fernanda Ordóñez Ortegón
Dirigió la Cinemateca Distrital entre el 2000 y el 2004, y regresó en 2012. Historiadora de la Universidad Nacional, profesional en Gobierno y Relacio-
Gestor cultural, escritor, crítico cinematográfico y realizador audiovisual. nes internacionales de la Universidad Externado de Colombia, y Máster en
Tras la fundación del Ministerio de Cultura de Colombia, contribuyó al Preservación y presentación de la imagen en movimiento de la Universidad
diseño de los programas de su Dirección de Cinematografía y coordinó el de Amsterdam. Fue docente de historia de las artes y la cultura visual en la
área de formación. Ha sido jurado de festivales como el de Cartagena y el de Universidad Pedagógica Nacional. Ha participado en varios proyectos relacio-
Berlín. Ha dirigido y presentado series de TV como En cine nos vemos y Sin nados con los vínculos entre la política, las artes y la imagen en movimiento.
alfombra roja. Fue Subdirector del libro del CERLALC-UNESCO, Gerente de Coordinó el proyecto de intervención, clasificación, catalogación y acceso del
Literatura de la Alcaldía Mayor de Bogotá, y Coordinador de la Oficina del archivo del cineasta Luis Ospina, y del fotógrafo Eduardo Carvajal. También es
Libro del Ministerio de Cultura. Su página: www.geografiavirtual.com Asesora de curaduría, catalogación y gestión de colecciones audiovisuales de
Señal Memoria.

Pedro Adrián Zuluaga


Comunicador social y periodista de la Universidad de Antioquia y Magister en Mauricio Durán Castro
Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana. Ha sido periodista cultural, Arquitecto de la Universidad de los Andes, Maestro en Filosofía de la Pon-
docente universitario, investigador y crítico de cine en medios nacionales e tificia Universidad Javeriana. Se ha desempeñado en la investigación, crítica,
internacionales. Dirigió el programa de cine del Centro Colombo Ameri- docencia y realización cinematográfica. Desde hace más de veinticinco años
cano de Medellín y coordinó los programas de formación de públicos de la se dedica a la dirección de Cineclubes, realización de videos y animaciones,
Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura. Fue editor de la revista crítica cinematográfica en periódicos nacionales y revistas especializadas. Fue
Kinetoscopio, y uno de los creadores de la revista online Extrabismos y autor del director del Cine Club de la Universidad Central y editor de la revista Cuadernos
libro Cine colombiano: cánones y discursos dominantes (Beca Cinemateca). Es del Cine Club. Ha sido docente, en el campo de lo audiovisual, en las Univer-
miembro activo del Observatorio de Cine Latinoamericano, de lasa (Asocia- sidades Jorge Tadeo Lozano, Nacional de Colombia, de los Andes y Pontificia
ción de Estudios Latinoamericanos) y de la Asociación de Colombianistas. Universidad Javeriana.
278 279
publicaciones sobre cine en colombia perfiles de los autores

Anne Burkhardt Carolina Sourdis Arenas


En octubre de 2002 empieza a estudiar Estudios Cinematográficos y Realizadora de Cine y Televisión de la Universidad Nacional de Colombia, es
Teatrales en la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz, Alemania. investigadora Predoctoral del departamento de Comunicación de la Univer-
En diciembre de 2008 se gradúa como “Magistra Artium“, con una tesis sidad Pompeu Fabra en Barcelona. Autora de varios artículos académicos y
sobre el cine colombiano contemporáneo. En agosto de 2009 comienza un colaboradora regular de la publicación Cinema Comparat/ive Cinema del ocec
doctorado en Estudios Cinematográficos, Universidad Eberhard Karl en (Observatorio de Cine Europeo Contemporáneo). Como directora, guionista
Tübingen, sobre la historia del cine colombiano. Vivió cuatro años en Bogotá y montajista ha realizado los cortometrajes Quisiera la tarde y Now here,
investigando el cine colombiano, con apoyo del DAAD (Servicio Alemán de Nowhere!
Intercambio Académico). Actualmente vive en Tübingen y Berlín, donde está
terminando su tesis de doctorado, con apoyo de la Universidad de Tübingen.

David M.J. Wood


Su investigación y docencia cubren diversos aspectos de los estudios histó-
ricos y teóricos del cine, y tiene un interés particular en el cine documental
mexicano y latinoamericano, los vínculos entre el cine y los procesos políticos
en América Latina, los archivos fílmicos y el patrimonio cinematográfico, y la
teoría del cine. Ha sido becario de investigación postdoctoral en la Universidad
Nacional Autónoma de México y tiene un doctorado en Estudios Culturales
Latinoamericanos del King College de Londres. Ha sido profesor de Estudios
de Cine y Comunicación y Estudios Latinoamericanos en Londres y Ciudad de
México.

Hugo Chaparro Valderrama


Escritor y crítico cinematográfico. Ha publicado las novelas El capítulo de Ferneli
(1992); Si los sueños me llevaran hacia ella (1999) y No me olvides cuando mueras
(2007); un libro de cuentos, El discreto encanto de los melancólicos (2011); los
libros de ensayos Lo viejo es nuevo y lo nuevo es viejo y todo el jazz de New Orleans
es bueno (1992); Alfred Hitchcock. El miedo hecho cine (2005); Del realismo má-
gico al realismo trágico (2005) y Marilyn Monroe. En cuerpo y alma (2009). Fue
becario del International Writing Program de la Universidad de Iowa durante el
otoño de 2002. Es director de los Laboratorios Frankenstein.
Marta Rodríguez, Lisandro Duque y Carlos
Mayolo con la revista Claqueta editada por la
Federación Colombiana de Cine-clubes, 1986.
estos cuadernos de cine se terminaron de imprimir en octubre de 2015 en la ciudad de Bogotá
22

cine colombiano
cuadernos de
cuadernos de cine colombiano
Una memoria de nuestras artes
22 publicaciones sobre cine en colombia
Santiago Trujillo Escobar
Las publicaciones de la Cinemateca Distrital: una
memoria crítica para el cine colombiano
Julián David Correa Restrepo
La crítica de cine en Colombia
en los años cincuenta: los aportes fundacionales de
Hernando Valencia Goelkel y Jorge Gaitán Durán
Pedro Adrián Zuluaga
La batalla por lo real. Dos publicaciones periódicas de
los sesenta sobre cine en Colombia: Guiones y Cine(mes)
Francisco Montaña Ibáñez
Crónicas de la espera: el cine
colombiano en la revista Cuadro 1970-1979
Luisa Fernanda Ordóñez Ortegón
Tres modelos de crítica de cine en Colombia: Carlos Álvarez,
Andrés Caicedo, Luis Alberto Álvarez
Mauricio Durán Castro
Ojo al cine: instantáneas de la
producción crítica del Grupo de Cali
Luisa Fernanda Ordóñez Ortegón
¿Historias de lo que no existe? La historia del cine
colombiano de Hernando Martínez Pardo
Anne Burkhardt
La autonomía del cine: Umberto Valverde,
Reportaje crítico al cine colombiano
David M. J. Wood
Revista Cinemateca
con el guion de tres épocas
Pedro Adrián Zuluaga
Cine para leer
Hugo Chaparro Valderrama
Ver con la metáfora en los ojos:
la vuelta a Arcadia
Carolina Sourdis Arenas
La casa de Kinetoscopio
Hugo Chaparro Valderrama

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