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los formuladores de políticas preocupados por la interfaz periurbana

encuentran sus mayores desafíos en el rápido desarrollo


urbano.crecimiento de las regiones montañosas en desarrollo, ya
que las limitaciones causadas por el relieve y la altitud a menudo
conducen a unaaumento de la competencia entre el uso de la tierra
rural y urbana en los suelos del valle. En este contexto, poca
atenciónse ha pagado a las percepciones de los agricultores
afectados sobre el crecimiento periurbano: información
importantenecesarios para la realización de una planificación
territorial sostenible. ¿Cómo es el proceso de suelo urbano-rural?
cambio percibido y evaluado por las comunidades de pequeños
agricultores periurbanos? Cuales son las mayores dificultadesser
superado? ¿De qué medios están reaccionando las personas
afectadas y cómo son estas estrategias de adaptación?vinculado
con las transformaciones del paisaje en curso del interior?Usando el
ejemplo de Huancayo Metropolitano, una emergente ciudad
montañosa peruana, se muestraque el cambio de suelo rural-
urbano se discute intensamente dentro de los grupos de pequeños
agricultores periurbanos. A pesar de queLa urbanización también
conduce a inversiones en infraestructura por parte de las
instituciones públicas, una ventaja percibidaen toda el área de
estudio, prevalecen los impactos negativos del cambio de uso del
suelo rural-urbano. Las percepciones 'El análisis revela que la
disminución de tierras agrícolas fértiles e irrigadas en el fondo del
valle quechua esespecialmente considerado como una amenaza
para la subsistencia, la alimentación y la seguridad de los ingresos.
Para compensar la pérdidade las capacidades de producción,
muchos pequeños agricultores tratan de ampliar o intensificar el uso
de la tierra en el suni altitudinalcinturón: una zona agroecológica
caracterizada por pendientes pronunciadas y sin riego que en
realidad no se pueden utilizarpara la producción anual de cultivos
previamente cultivados en la zona quechua

Antecedentes y objetivos

Debido a la diversidad socioeconómica y biofísica de híbridos zonas rurales-urbanas, el


mosaico de uso de la tierra altamente dinámico en elperiurbano1 i Nterface ( Allen, 2003;
Brinkley, 2012; y QviströmCadieux, 2012; Simon, 2008 ) ha recibido una atención creciente
porinvestigación aplicada, planificación del uso de la tierra y formulación de políticas,
especialmentedurante la ultima decada. Hasta cierto punto, esta tendencia también se aplica∗
Tel .: +43512 507 5416.Dirección de correo electrónico: andreas.haller@uibk.ac.atURL:
http://mountaingeography.org .1 En el presente estudio, el término "periurbano" se utiliza en
un doble sentido (por lo tanto,ing "lo marginalmente urbano en el margen urbano"). Me
refiero a esas partes del antesinterior exclusivamente rural que ahora se caracteriza por una
mezcla de zonas rurales y urbanasestructuras de uso y cobertura del suelo. La periurbanización
( Zasada et al., 2011 , p. 63) espor tanto, esa parte de "cambio de suelo rural-urbano"
(intercambiable con "urbanizaciónción ”) que conduce temporal o permanentemente a
estructuras de paisaje periurbano.a estudios sobre la percepción del cambio de uso del suelo.
Gilg ( 2009) c on-indica que los agricultores suelen sobreestimar las zonas urbanasy que el
"idilio rural" sigue siendo un mito persistente dentro de laspoblaciones; estudios recientes
( Ives y Kendal, 2013; Slemp et al.,2012; Soini et al., 2012; Swanwick, 2009 ) muestran además
cómolos paisajes periurbanos cambiantes son percibidos por diferentes actorestitulares. La
investigación en esta área, sin embargo, ha sido predominantementellevado a cabo en países
más desarrollados y apenas ha consideradoespecificidades geográficas regionales.Los valles
montañosos, por ejemplo, representan un tipo peculiar de espacioque es particularmente
vulnerable a la expansión urbana y las zonas rurales-urbanascambio de uso de la tierra, como
la construcción de carreteras y,La expansión de los elementos se produce principalmente en la
tierra cultivable delsuelos de valles y pendientes inferiores contiguas. En consecuencia,
rápidoLa urbanización, especialmente si es de baja densidad, provoca ambos cambios enel uso
de recursos ambientales (como la tierra para la producción de alimentos)producción) y las
transformaciones sociales dentro de las zonas rurales del interiorcomunidades. MacDonald y
Rudel (2005)han subrayado elpatrones peculiares de uso de la tierra residencial y forestal en
Nueva Jerseyvalles exurbanos de los Apalaches y, en este contexto, Rudel et al.(2011) h ave
señaló que los impactos de la recién emerg-formas más exclusivas de uso de la tierra en la
sociedad y el medio ambientesiguen siendo poco entendidos. También con respecto a la
europea0264-8377 © 2013 El autor. Publicado por Elsevier
Ltd.http://dx.doi.org/10.1016/j.landusepol.2013.11.010Acceso abierto bajo Licencia CC BY
.Acceso abierto bajo licencia CC BY .

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240A. Haller / Política de uso de la tierra 38 (2014) 239–247Alpes, varios estudios sobre
urbanización y desarrollo del uso del suelolos mencionados ya se han realizado ( Bertrand
yVanpeene-Bruhier, 2007 ; Hersperger y Bürgi, 2009; Perlik y col.,2001; Peyrache-Gadeau y
Fleury, 2005 ) . Respecto al Cen-Andes tradicionales, por el contrario, en los últimos años se ha
prestado menos atenciónpagado a la reestructuración rural-urbana y su percepción porla
población local, especialmente en el interior de los montes intermediostain ciudades. Sin
embargo, esto es eminentemente necesario, ya que muchos medianosCiudades
latinoamericanas (Bolay y Rabinovich, 2004; Goluchowska,2002; Klaufus, 2012; Stadel, 2001;
Steel, 2013 ) están siguiendo laEl desarrollo de las metrópolis de grandes ciudades urbanas
impulsadas por la globalización.reestructuraciónBorsdorf e Hidalgo, 2008, 2013; Portes
yRoberts, 2005; Roberts, 2005 ) ; diferentes actitudes socioculturales(Knapp, 2010 ) ,
principalmente neoliberal versus indígena Weltanschau-ungen, conducen a diferentes
entendimientos de cómo debe ser el uso de la tierradirigido por planificadores y formuladores
de políticas (Othengrafen y Reimer,2013 ) . Además, las crecientes desigualdades
socioecológicas dentro delpaisaje montañoso rural-urbano: una tendencia parcialmente
impulsadapor la migración rural-urbana impulsada por la pobreza y el estilo de
vidamovimientos urbanos-rurales: conspicuamente implican potencial para la tierrautilizar
conflictos entre las partes interesadas. Entre los respectivosgrupos de interés, los habitantes
de los asentamientos agrarios periurbanosa menudo no se tienen en cuenta en la planificación
urbana, probablementeporque la lengua vernácula rural no se considera parte de la
modernaciudad. Sin embargo, estas personas representan un grupo directamente afectado
porla expansión urbana; aunque no siempre de forma perjudicial ( Robinson, 2008 , p.25;
Satterthwaite et al., 2010 ).Dados los objetivos de participación participativa del programa
ONU-HABITATresolución de problemas y gobernanza en favor de los pobres, el presente
estudio de casogeneralmente con el objetivo de investigar las percepciones de los lugareños
sobre lacambios en la tierra rural-urbana y, por lo tanto, respaldar la toma de decisionespara el
desarrollo y la gestión sostenibles en el interior(Raymond et al., 2010 ) de las ciudades andinas
de montaña. Utilizando laejemplo de Huancayo Metropolitano, una ciudad montañosa
peruanade 420.000 habitantes actualmente distribuidos en siete distritos(Haller y Borsdorf,
2013 ) , los objetivos específicos del estudio fueron los siguientes:mínimos: (1) para determinar
las actitudes de los pequeños agricultores hacia laexpansión urbana de Huancayo
Metropolitano; (2) para comprender elconsecuencias de la urbanización para su uso del suelo;
(3) para inter-pret contra estas evaluaciones (de Haller 2012) q resultados cuantitativasdel
cambio territorial rural-urbano de Huancayo. Cuales son los impactosde la urbanización en los
medios de vida de los pequeños agricultores percibidos porlas propias comunidades
afectadas? ¿Se están beneficiando de esto?desarrollo residencial mediante la venta de lotes a
la nueva periurbana¿habitantes? ¿Qué otras consecuencias tiene para la agricultura?uso rural
de la tierra y cómo se pueden vincular estos cambios con eltransformación del paisaje?
Temporalmente, la atención se centró en los últimos 15 años (1998-2013),para el Zeitgeist de
las políticas neoliberales en Perú surgió conpresidente Alberto Fujimori durante la década de
los noventa. Epistemológicamente,La presente investigación se posicionó principalmente entre
el empirismoy perspectivas humanistas, e incluía una visión historicista(Gade, 2011; Rudel,
2009 ) ; aplicando el método inductivo,La observación generalmente permitió una
aproximación paso a paso decasos individuales a un tipo característico de percepción,
mientrasLa interpretación hermenéutica condujo además a una mejor comprensiónposición
del impacto de estas actitudes en el paisaje culturalgénesis.Área de estudioLa aglomeración
central peruana de la Metropolitana de Huancayotano (3260 m snm), situado
aproximadamente a 12 ◦ 4 S y 75 ◦ 12 Wentre la Cordillera Occidental y Oriental en el Valle del
Mantaroley, ha cambiado de un pueblo rural de alrededor de 6000 personas (en elfinales del
siglo XIX) a una aglomeración comercial emergenteque ahora está experimentando
importantes cambios socioeconómicos (Hallery Borsdorf, 2013; Roberts, 1995 ) . Su núcleo
urbano se ubica enel abanico aluvial del río Shullcas, afluente del MantaroRío que desemboca
cerca del Chuspicocha (del quechua ch'uspi para"Volar" y qocha para "lago") y Lasuntay — del
quechua qasa para"Escarcha" y quntay para "humo" ( Cerrón-Palomino, 1989 ) —glaciallagos a
4600 m snm. A los efectos del presente informe cualitativoinvestigación, el lado izquierdo
orográfico del valle inferior de Shullcas(Fig.1 ) , que se ubica íntegramente dentro del distrito
de Huancayo,ha sido considerado eminentemente adecuado: (1) representa una zona
deimportante desarrollo periurbano en Huancayo Metropolitano (Hallery Borsdorf, 2013 ) y es
conocido localmente como uno de los mejoresáreas residenciales; (2) se encuentra
principalmente por debajo de los 3500 m snm dentro deel cinturón altitudinal quechuaPulgar
Vidal, 1946; Zimmerer y Bell,2013 ) , la zona donde ocurren casi todos los procesos de
urbanización(Haller, 2012 ).Las observaciones directas de campo han identificado a Palián
como el másperiférico de los asentamientos totalmente urbanizados en las ShullcasValle. Este
límite coincide con el final de la “zona de dis-trict commerce ”(zona de comercio distrital) y el
comienzo dela "zona residencial de baja densidad" (zona residencial de densidadbaja), según
lo definido por la zona de uso de suelo urbano del municipio.ción 1996-2005 ( Municipalidad
Provincial de Huancayo, 1996 ).En consecuencia, utilizando las estadísticas de 1993 de aldeas y
aldeas(Instituto Nacional de Estadística e Informática, 1993 ) así comoun mapa topográfico
(escala 1: 100.000) de la National GeographicInstituto ( Instituto Geográfico Nacional, 1999 ) -
todo el personal del distritoasentamientos agrarios o unidades agropecuarias tísticamente
definidosubicados más allá de Palián y dentro de la zona altitudinal quechua hanse han tenido
en cuenta: U˜nas, Vilcacoto y Chamisería; mientrasel primero se encuentra dentro de la "zona
residencial de baja densidad", elestos últimos ya forman parte de la "zona agrícola inviolable"
(zonaagrícola intangible). Los individuos pertenecientes al pueblo agrarioLas familias de los
lagos se han considerado entonces pequeños propietarios, inclusoaunque no todos los
miembros de la familia trabajan en el sector primario.Siguiendo (Figueroa, 1984 , págs. 13-14),
estas familias en su mayoría nuclearesLas mentiras se definen como aquellas personas que
viven en elmisma casa.materiales y métodosDiseño de muestreoDado el diseño de
investigación del estudio (grabado en audio, estructuradoentrevistas realizadas
exclusivamente por el autor), la deseadatamaño de muestra de 75 personas, la extensión
espacial del área de estudio (aprox.aproximadamente 4000 m × 500 m) y el tiempo disponible
exclusivamente paraentrevistas (un mes), apareció un muestreo de cuotas no probablesmás
adecuado para el proceso de investigación cualitativa planificado.Este método tiene como
objetivo lograr una estructura de muestra similar ala de la población total (a menudo conocida
a través de datos censales;Tabla 1 ): por ejemplo, con respecto a la distribución relativa por
génerodentro de un área determinada, a fin de permitir un cierto grado de
generalizaciónización ( Daniel, 2012 , págs. 105-107) y se aplica principalmente si no hay una
lista delos elementos estadísticos de la población existen. Por un lado, porLos entrevistados no
se seleccionan al azar, el error de muestreo no puedeestimarse y el sesgo de selección no se
minimiza. En el otromano, sin embargo, la consideración de las variables de interés (lugarde
residencia, sexo, edad) dentro de una cuota de muestreo proporcionalplan aumenta la
probabilidad de incluir incluso elementos de pequeñagrupos y permitió una identificación más
detallada de las percepcionesdentro de la muestra.Dado que la información estadística se
muestra en la Tabla 1 o ofrecido ólodatos separados (género, edad) sobre los respectivos
asentamientos 'población, sin dar detalles sobre las proporciones de género por edad

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A. Haller / Política de uso de la tierra 38 (2014) 239–247241Fig. 1. Los sitios del estudio de caso
en el valle inferior de Shullcas cerca de Huancayo Metropolitano. Se muestra el crecimiento
continuo del área urbana de 1975 a 2008. El mapa ha sido elaboradosobre la base de datos de
Landsat 2 MSS de 1975, Landsat 5 TM de 2008 y Aster GDEM.grupo: se hicieron dos
suposiciones: (1) el excedente femenino fuemás bien un producto de la emigración masculina
que el resultado de una mayornúmero de nacimientos de mujeres; (2) emigración laboral o
superiorla educación ocurrió predominantemente dentro del segundo grupo de edad(mayor
de 14 años). Así, una proporción sexual igual fuesupuesto para el primer segmento (menor o
igual a 14 años). Estafa-En consecuencia, para mantener el excedente femenino total (Tabla
1 ),las proporciones combinadas más realistas entre la población mayorresultó como se
muestra en la Tabla 2 .Los últimos estratos (hombres y mujeres> 14 años) fueron
entoncesconsiderado el único relevante, ya que las personas más jóvenes noplanteados para
tomar decisiones sobre el uso de la tierra. Además, se asumió quelas distribuciones relativas
de las variables de interés desde 1993sería válido para la situación de 2013. Así, al multiplicar
elporcentajes por lugar del grupo objetivo (Tabla 2 ) por el respectivotabla 1Características de
la población de los sitios de estudio en 1993.Ponga su
nombreCuantificaciónGéneroAñosMasculinoHembra≤14 años> 14 añosU ˜nasAbsoluto
[recuento]436485413508Relativo [%]47,352,744,855,2VilcacotoAbsoluto
[recuento]426499432493Relativo [%]46,153,946,753,3ChamiseríaAbsoluto
[recuento]66726870Relativo [%]47,852,249,350,7TotalAbsoluto
[recuento]92810569131071Relativo [%]46,853,246,054,0Fuente: Instituto Nacional de
Estadística e Informática (1993) .población total del asentamiento, y redondeando los
resultados avalores enteros: el plan de muestreo de cuotas combinado (tamaño de muestra
de75 entrevistados) podría definirse ( Tabla 3 ).Diseño de entrevistasEn vista de los objetivos
del estudio y las preguntas de investigación, seEl diseño de la entrevista fue elegido para
evaluar los impactos percibidos decambio de suelo rural-urbano en pequeños agricultores
periurbanos. Debidoa la corta duración de las entrevistas (hasta 15 minutos cada una), el
númeroEl número de entrevistados potenciales no cooperativos fue muy bajo. Así,esta técnica
permitió entrevistar personalmente a unnúmero de personas, así como para categorizar y
comparar diferentespercepciones entre la población objetivo. Por los resultados de estosLas
entrevistas exploratorias eran bien codificables, razonablementeTabla 2Grupos de edad y sus
proporciones asumidas de la población de los respectivos asentamientos porgénero.Ponga su
nombreGéneroAños≤14 años> 14 añosU ˜nasMasculino [%]22,525,0Femenino
[%]22,530,0VilcacotoMasculino [%]23,523,0Femenino [%]23,530,0ChamiseríaMasculino
[%]24,523,5Femenino [%]24,527,5TotalMasculino [%]23,024,0Femenino [%]23,030,0

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242A. Haller / Política de uso de la tierra 38 (2014) 239–247Tabla 3El plan de muestreo por
cuotas: las proporciones relativas se refieren a la población de 1993 del grupo objetivo.Ponga
su nombreGéneroEdad> 14 añosCuota [personas]Absoluto [recuento]Relativo [%]U
˜nasMasculino23121,6dieciséisHembra27725,920VilcacotoMasculino21319,914Hembra27826,
020ChamiseríaMasculino333.12Hembra393.63Total1071100,075interpretable — un hecho
importante si la metodología y la investigaciónLa producción debe contribuir al diseño de
futuras tierras sostenibles.políticas de uso. La atención se centró más bien en el contenido de
las respuestas.que en sus aspectos cuantitativos; por lo tanto, su diseño fue ampliamentede
carácter cualitativo. Todas las entrevistas fueron grabadas en audio; mientrasLas respuestas
narrativas de los encuestados a las dos preguntas abiertas fueronposteriormente transcrito, la
respuesta a la pregunta cerrada finalsobre la evaluación general de la transición rural-urbana
fue directamentemarcado por el entrevistador en el cuestionario.Para seleccionar a los
entrevistados adecuados, se pidió a las personassi tenían su lugar de residencia en el área de
estudio al menosdurante los últimos 15 años, porque esta fue una característica clave. A
continuación, elEl cuestionario se estructuró principalmente a lo largo de la investigación de
este estudio.preguntas. Se siguieron algunas palabras introductorias (un minuto)por dos
preguntas abiertas separadas (5 minutos cada una), donde elSe pidió a los espectadores que
hablaran tanto de lo positivo como de lo negativoimpactos del crecimiento periurbano durante
1998-2013 a lo largo delShullcas Valley sobre la vida de los pequeños agricultores locales:"En
su opinión, ¿cuáles fueron las { ventajas, desventajas } dela expansión urbana de la ciudad
hacia { U ˜nas, Vilcacoto, Chamisería }para la vida de los pequeños agricultores locales durante
los últimos 15 años? "Además, se preguntó a los encuestados si loslos impactos negativos de la
expansión urbana descontrolada o ninguno de losambos — prevaleció (2 min). Además,
aproximadamente dosminutos se mantuvieron libres para breves conversaciones en el sitio de
estudiocambio de paisaje durante 1998-2013, así como para algunospreguntas al final de cada
entrevista.Análisis e interpretación de datosLas entrevistas grabadas realizadas en español se
transfirieron posteriormenteescrito utilizando software de procesamiento de texto
convencional. De este modolas preguntas del entrevistador fueron excluidas, porque fueron
identificadaspreguntado ticamente dentro de cada entrevista. Además, las transcripcionesno
incluir información sobre paralelenguaje, ya que este tipo dela carpa no se consideraba
importante; con respecto a la ortografía, ella transcripción siguió las reglas estándar de la Real
AcademiaEspañola. A continuación, un análisis cualitativo del contenido manifiesto.(Hsieh y
Shannon, 2005; Krippendorff, 2013; Mayring, 2000;Schreier, 2012 ) —los componentes de
texto visibles y obvios— se aplicócon el fin de clasificar sistemáticamente las percepciones y
permitiruna interpretación intersubjetivamente comprensible. Metodologíacalicamente, un
proceso inductivo, similar a los descritos por HällgrenGraneheim y Lundman (2004) o Elo y
Kyngäs (2008) , fueadoptado para los propósitos del presente estudio exploratorio ( Tabla 4 ).
lossegmentación de las respectivas respuestas (las unidades de análisis) enunidades de
significado, y un resumen de las últimas (condensación; unadescripción cercana al texto):
habilitó la comparación de respuestasy así la generación de subcategorías razonables
(abstracción).Por lo tanto, las subcategorías surgieron "de abajo hacia arriba" (inductivamente)
delos datos. Finalmente, se analizaron estas últimas subcategorías y pudieronser interpretado
contra las preguntas de investigación formuladas (elcategorías principales "ventajas" y
"desventajas") en ordenpara comprender mejor las percepciones existentes.Resultados y
discusiónLas 76 entrevistas realizadas en febrero de 2013, es decir, en eltemporada de lluvias
culturalmente activa, compuesta por 37 personas en U˜nas (17hombre, 20 mujeres), 34 en
Vilcacoto (16 hombres, 18 mujeres) y cinco enChamisería (dos hombres, tres mujeres); por lo
tanto, los requisitos deSe podría considerar el plan de muestreo por cuotas diseñado
previamente.cumplido.Pros y contras del cambio de suelo urbano-ruralLas 20 subcategorías,
que representan una ventaja percibidalas desventajas o desventajas del cambio de suelo rural-
urbano para lapequeños agricultores periurbanos, muestran que la diversidad deimpactos (15)
es claramente superior a la variedad de impactos positivos(cinco). Por lo tanto, el número de
subcategorías (Tabla 5 ) que puederesumirse como perteneciente a un grupo de consecuencias
socioeconómicassecuencias (identificadores A, B, F, G, I, J, K, L, N, R y S) es
insignificantesuperior a la de las subcategorías asignables a un grupo de sociosimpactos
ecológicos (C, D, E, H, M, O, P, Q, T). Esta distribución equitativaprobablemente se deba a los
estrechos vínculos entre el ser humano y el medio ambiente quetípico del ámbito rural andino
central ( Gade, 1999 ), donde elconciencia social de la importancia de los recursos naturales
para la vidaEl sostenimiento de las actividades económicas (por ejemplo, la producción de
alimentos) es tradicionalmentealto.Las percepciones socioeconómicas llaman la atención
sobrecambios impulsados por la urbanización dentro de las comunidades agrarias;la
emigración de pequeños agricultores, así como la inmigración de personasde actitudes
culturales contrarias a las de los lugareños conducen a ladebilitamiento o destrucción parcial
de las redes sociales. Contrariamente ael supuesto de que la migración de la búsqueda de
comodidades de Huancayoclase alta a la interfaz periurbana causaría incomodidad
parahabitantes de los asentamientos agrarios, la llegada de otros pequeñostitulares del suni
superior (3500-3800 m snm) y el contiguozonas altitudinales de la puna (3800-5200 m snm),
que migran haciafranja rural-urbana a nivel quechua en busca de nuevas
oportunidadesvínculos, se percibe más a menudo como una desventaja, para estos "sin
educaciónpersonas ”no respetaría el medio ambiente y la sociedad localesCuadro 4El flujo de
trabajo de categorización por paso (1 denota la primera tarea), proceso y
resultado.PasoProcesoResultadoExplicaciónEjemplo1PredefiniciónCategoria principalLas
preguntas de investigación predefinidasdeterminar las categorías principalesVentajas de la
expansión urbana para la periurbanala vida de los pequeños
agricultores2SegmentaciónUnidad de significado originalLos resultados de la entrevista
transcrita sondividido en unidades de significadoLa expansión urbana es buena para el pueblo,
que ahora estáavanzando por ejemplo, se ha ampliado la carretera, etc.3CondensaciónUnidad
de significado condensadaCada unidad de significado original esresumido y simplificadoLa
expansión urbana ha provocado mejoras en la carretera.4AbstracciónSubcategoríaLas
categorías abstractas se crean paracontenido similarImplicaba la mejora del transporte

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A. Haller / Política de uso de la tierra 38 (2014) 239–247243Cuadro 5Aparición (1) y no


aparición (0) de las ventajas (+) y desventajas (-) percibidas del cambio de suelo rural-urbano;
mostrada por lugar de residencia y sexo. losLas subcategorías surgieron de las entrevistas
transcritas por segmentación, condensación y abstracción.CARNÉ DE IDENTIDADSubcategoríaU
˜nasVilcacotoChamiseríaSumaMasculinoHembraMasculinoHembraMasculinoHembraUNACreé
nuevas oportunidades para el comercio (+)1111116siCondujo a la llegada de personas
malvadas (-)1111004CProvocó la pérdida de tierras agrícolas (-)1111116reImpulsó la
destrucción de bosques y matorrales (-)1111004miResultó en contaminación de la tierra y el
agua (-)1111004FSedujo a los pequeños agricultores para que vendieran lotes
(-)1110104GRAMOAumento de la emigración de pequeños agricultores (-)1111116HConducido
a una mejor gestión del agua (+)1111004yoAumento de la inmigración de personas sin
educación (-)0111003JImplicada la mejora del transporte (+)1111015KImpulso de la
delincuencia y el abuso de drogas (-)1111004LEgoísmo y competencia generados
(-)1001002METRODañó la situación de salud de los pequeños agricultores
(-)0001001norteSubsistencia afectada, seguridad alimentaria y de ingresos
(-)1111116OContribuido a la valorización de lotes (+)0011002PAGSPersonas obligadas a
cultivar tierras de gran altitud (-)1110115QContaminación atmosférica inducida en el pueblo
(-)0001001RNecesitaba el uso de fertilizantes (-)1001002STecnología de comunicación traída
(+)1011003TEscasez y pérdida de recursos biológicos producidos (-)1010103(por ejemplo,
contaminando el río Shullcas). Con respeto aimpactos socioeconómicos negativos de origen
urbano, el aumentodelincuencia y abuso de drogas, a menudo percibidos junto con laaparición
de gente de mal vivir (literalmente "gente que vive maldad") - esmencionado con frecuencia.
Sin embargo, el aumento de la población de los asentamientosLas cifras de población per se se
consideran una ventaja de lascambio de tierras, ya que los habitantes sienten que
estedinámica conduce a una mayor atención prestada a las aldeas poremprendedores vate y
hacedores de políticas públicas de Huancayo; de este modo,las mejoras en los servicios de
infraestructura (gestión del agua,transporte, comunicaciones) y las posibilidades comerciales
adicionalesbilidades se perciben como ventajas de gran importancia para ella vida diaria de los
pequeños agricultores. Respecto a la frecuencia absoluta de las subcategoríasvalores de
frecuencia por género se muestra ( Fig. 2 ) que C (“causó la pérdidade tierras agrícolas "), J ("
implicó la mejora del transporte ")y P ("personas obligadas a cultivar tierras de gran altitud") se
destacandentro de los resultados masculinos y femeninos. Las mujeres, sin embargo,
ademásdestacar los efectos del cambio de suelo rural-urbano en el comercioposibilidades (A),
contaminación de la tierra y el agua (E) y subsistencia,seguridad alimentaria y de ingresos (N).
Las últimas tres percepciones podríanexplicarse por los múltiples roles que desempeñan las
mujeres en las familias rurales,mientras que los pequeños agricultores se dedican
predominantemente a la agriculturature. En resumen, el número medio relativamente bajo de
subcategoríaspor entrevista (entre tres y cuatro) indica que esos pocoslas áreas temáticas
mencionadas por los pequeños agricultores son claramente dominantessus respectivas
actitudes hacia la expansión urbana y por lo tantojuegan un papel decisivo para
ellos.Estrechamente relacionado con el impacto socioeconómico negativo enseguridad
alimentaria y de ingresos, los efectos de la tierra rural-urbanausar transiciones en el paisaje en
el fondo del valle (pérdidade tierras agrícolas) parecen ser muy temidos por losers; según
algunos entrevistados, la mayoría de los pequeños agricultores solo poseenpequeñas parcelas
de tierra (minifundios), que se utilizan para subsistenciaagricultura de tence. Además, muchos
de ellos perciben que los ricos yinversores en tierras bien educados de fuera engañan a los
humildesfundistas, seduciéndolos para que vendan lotes, a precios significativamentepor
debajo del valor de mercado. Además, muchos de loslos pequeños propietarios pobres
alquilan parcelas adicionales de tierra cultivable en elzona quechua agrícolamente favorable,
con el fin de producir cultivos dealta demanda del mercado, como maíz (Zea mays), alcachofas
(Cynaracardunculus) o patatas (Solanum spp.) - a la venta; por consiguiente,la valorización
monetaria de la tierra percibida positivamente pareceser más una carga que un beneficio. En
resumen, las declaraciones de uncriador de cuyes de Vilcacoto, representante de muchosotros
entrevistados críticos con la urbanización: describen mejor lospercepciones positivas del
cambio de la tierra rural-urbana, los pequeños agricultores tienen:“El problema es el creciente
número de viviendas; estas¡Los habitantes están sembrando hormigón! Yo lo llamo la siembra
de hormigón.Allí, en la tierra fértil y productiva, están sembrandoCreta. ¡En el futuro no habrá
producción de alimentos! [...] Ahíson propietarios —campesinos— que alguna vez cultivaron
su tierra; pero ahoratoman el camino fácil, venden sus tierras, migran a laciudad, comprando
un coche. Les importa poco la producción de alimentos ".Este comentario indica claramente
los diferentes puntos de vistaexistente en la población de pequeños agricultores. Un grupo,
cuanto mástradicionalista: reclama la protección de la tierra cultivable parasalvaguardar la
producción de alimentos para sí mismos y para la generación futuraeraciones. Los miembros
del grupo opuesto, por el contrario, consideranLa agricultura andina es atrasada y,
evidentemente, prefiere sus pueblos.la integración de lages en el mundo urbano "civilizado"; a
menudo justificandocambio de suelo rural-urbano mediante el uso de la connota-ciones
"progreso", "avance" o "desarrollo", según la opiniónde un cristiano protestante evangélico de
Vilcacoto ejemplifica:“Otros pequeños agricultores tienen que ir a zonas de gran altitud,
oincluso emigrar a la selva tropical; pero ya sabes: desarrollarEl progreso es progreso y un
hombre que sirve es un hombre vivo, unoquien no lo hace es hombre muerto! [...] Servir a la
humanidad esprogreso, ¿o no? Por tanto, aquellos que migran por trabajolejos de casa luego
traer dinero para continuar ensus aldeas ".Para comprender las consecuencias del cambio de
suelo rural-urbanopara el uso de la tierra de los pequeños agricultores, es útil determinarlas
percepciones de impacto más extendidas que tienen la mayorventajas o desventajas
percibidas. Por tanto, todas las subcategoríasgories ( Tabla 5 ) que aparecen dentro de al
menos cinco de los seis gruposde interés se seleccionan. A continuación, se supone que esas
ventajas(desventajas respectivamente), que son, en términos relativos, la
mayoríafrecuentemente mencionado en combinación con un positivo
(respectivamentenegativo) evaluación total de la expansión urbana, son de mayor efectopara
las decisiones de uso de la tierra de los pequeños propietarios.Como se muestra en la Fig.3 -
una forma simple de un diagrama triangulardiseñada con un Microsoft ® hoja de cálculo Excel
desarrollada por

Página 6

244A. Haller / Política de uso de la tierra 38 (2014) 239–247Fig. 2. Valores absolutos de


frecuencia de aparición de las subcategorías por lugar para hombres(a) y mujeres (b)
entrevistadas.Fig. 3. Las subcategorías A (n = 20), C (n = 45), G (n = 11), J (n = 22), N (n = 18) yP
(n = 24); mostrando los resultados relativos de la evaluación total con respecto al totalnúmero
de aquellas entrevistas cuyas respuestas contenían la subcategoría respectiva.Fig. 4. Los
minibuses adelantan a los burros. La nueva infraestructura de transporte seconsideró un
impacto positivo del cambio de suelo rural-urbano por parte de los pequeños agricultores en
Vilcacoto.Graham y Midgley (2000) - , las desventajas C (“causaron pérdidasde tierras agrícolas
”), N (“ subsistencia, alimentos e ingresos afectadosseguridad ”) y P (“ obligó a las personas a
cultivar tierras de gran altitud ”)se mencionan en combinación con una evaluación total
negativa enaproximadamente el 70% de los casos respectivos, mientras que el aumentola
emigración de pequeños agricultores (identificador G) parece no ser tanun fuerte argumento a
favor de una tasación total negativa (45%); a pesar de quese considera una desventaja, los
pequeños propietarios son conscientes delos impactos positivos de este proceso, para la
emigración de otrosconduce a la remesa de capitalcito (literalmente "algo de dinero")y así
contribuye al “progreso” de las aldeas. Con respecto alas ventajas del cambio de suelo rural-
urbano, la mejora detransporte (Fig.4 ) representa la subcategoría que con mayor frecuencia
coincidecides con una calificación general positiva (70%) dentro de los respectivosentrevistas;
la creación impulsada por la urbanización de nuevosoportunidades, por el contrario, muestra
poco más que una coincidenciadel 50%.Cambio de uso del suelo y verticalidadSobre los efectos
de estas percepciones para la tierra de los pequeños agricultoresuso, la interacción entre las
desventajas percibidas C, N yP merece un análisis más profundo. Para la demanda de suelo a
nivel urbanoEl margen está aumentando, impulsado por la búsqueda de comodidades urbanas
y laspobres rurales, y la disponibilidad de tierra en el fondo del valle se estádisminuyó debido
al sellado del suelo, las posibilidades de alquiler de los pequeños propietariostierra adicional
para la producción de cultivos destinados a la venta (maíz,alcachofas, patatas) se están
reduciendo. Muchos pequeños agricultores luego reaccionanexpandir o intensificar el uso de la
tierra en las alturas más altas de suni y punacinturones tudinales, donde la tierra pertenece
predominantemente a la agriculturacomunidades. Estas percepciones y sus consecuencias
para la tierracoincidencia de portada con los resultados cuantitativos presentados por
Haller(2012) , quien, basándose en análisis de sensores remotos y SIG, informala expansión e
intensificación de la silvicultura y la agricultura en elsuni y puna del interior de Huancayo.Sin
embargo, esta estrategia de adaptación implica varias desventajas adicionalesventajas para los
agricultores afectados: (1) el ahora mejoradola infraestructura vial no llega hasta los campos
de gran altitudy, por tanto, ya no representa una ventaja para el transporteción de bienes; (2)
las posibilidades percibidas para el cultivo de cultivos comercialesse reducen, ya que el maíz y
las alcachofas no se pueden cultivar con éxitoanimado por encima de la zona quechua; (3) la
producción anual dela papa es casi imposible en los cinturones altitudinales más altos, ya
quees, contrariamente al fondo del valle, una falta de infraestructura de riego.En
consecuencia, las actividades agrícolas se limitan a las lluvias.temporada, como comunero
(miembro de la comunidad) de San Vicenteasociación explica:

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A. Haller / Política de uso de la tierra 38 (2014) 239–247245Fig. 5. En el interior de Huancayo


(Valle de Shullcas), la zona altitudinal suni escada vez más cubierto por Eucalyptus globulus y
utilizado para la producción de madera.La línea superior de plantaciones de eucalipto en la
foto (tomada en febrero de 2013) está en3700 m snm.“Aquí en nuestra comunidad San
Vicente, algunos tienen muy pequeñospaquetes. Solo siembran para su propio consumo,
nadamás, nada a la venta. Allá arriba, en las empinadas laderas haytierra comunal, que se
divide entre los comuneros; ahípodríamos sembrar más, ¡pero esta tierra no está irrigada!
Ansiosamenteesperamos la lluvia, luego sembramos; sin lluvia, por el contrario, hay¡nada! El
municipio y el gobierno regional no¡apóyanos en absoluto! "Estas conclusiones subrayan la
capacidad de los pequeños agricultores periurbanosdilema; mientras Zimmerer ( 1999) R
NFORMES que las áreas utilizadas para el IRRILa agricultura cerrada y orientada al mercado se
expande en elel remoto valle rural de Paucartambo (del quechua pawqar paraery "y tampu
para" lodge ") - debido a la creciente demanda de patataspor la creciente sociedad urbana en
Cusco, la pequeña propiedad periurbanaLos habitantes del Valle de Shullcas pierden muchos
de estos campos irrigados debido aal cambio de suelo urbano-rural. Para un habitante
evangélico de Vilca-coto, estos procesos incluso recuerdan descripciones conocidasdel
cristianismo ("La urbanización provocará una larga sequía; ya queestá en la Biblia! ”).Para los
otros tubérculos tradicionales del suni como elmashua de alto rendimiento (Tropaeolum
tuberosum), el resistente yoca resistente a las heladas (Oxalis tuberosa) y la sequía moderada-
olluco resistentes (Ullucus tuberosus) no se perciben como dealto potencial de mercado, cada
vez más pequeños agricultores optan porplantación de Eucalyptus globulus (Fig.5 ) para
compensarlas fuentes de ingresos perdidas por la urbanización. Esta estrategia esobviamente
un producto de la creciente demanda de madera por parte del con-sector de la construcción,
una rama que claramente se beneficia de lascambio de tierras en la región quechua. Haller
( 2012) e estimó un plus de114% (durante 1988-2008) con respecto a la tierra cubierta por
árboles yarbustos al nivel del suni. De ese modo, los resultados de la observación directa de
campociones en 2011 y 2013 indican que gran parte de esta cubierta terrestrelos cambios
están vinculados al cultivo de la madera mencionada.Con estos antecedentes, se podría
plantear la hipótesis de que, en ocasionesde la urbanización andina, las empinadas laderas no
irrigadas del suniel interior se están convirtiendo en las comunidades de pequeños agricultores
periurbanosnuevas áreas de producción orientada al mercado.En suma, se puede afirmar que
la dinámica del mercado de suelo a nivelsuelo del valle son los principales impulsores de la
expansión del uso de la tierra de los pequeños propietariossión o intensificación en los
cinturones altitudinales más altos de la ciudadretaguardia. Sorprendentemente, exactamente
este mercado podría haber sido estimuladoulado por la reforma agraria de Juan Velasco,
entonces presidente, durantela década de 1970Mayer, 2009 ). Como Calderón Cockburn
(2006) i llustratedPara el caso de Lima, muchos terratenientes que temían la
expropiaciónpriation se convirtieron en promotores inmobiliarios y vendieronsus lotes para
urbanización.¿Protección para la producción?Aunque no se les preguntó explícitamente,
muchos entrevistados hanexpresaron sus visiones sobre cómo la futura tierra del municipiola
política de uso debería verse así. Como lo ejemplifican las ideas de un ancianopequeña
agricultora de U˜nas, muchos encuestados subrayan lanecesidad de conservación de tierras
agrícolas a lo largo del valle de Shullcas:“Desde mi punto de vista, esta área alguna vez fue una
hermosa agriculturapaisaje cultural, donde la gente cosechaba papas, maíz,frijoles: ¡todo tipo
de alimentos! No estoy de acuerdo en absoluto [con el proceso deurbanización]; hoy, no hay
producción, pero hay¡hormigón! Sí, este desarrollo, por supuesto, me afecta. Aparte, ellos
nuevos habitantes construyen casas diminutas; ellos no piensan en el¡futuro! Debe haber
edificios de tres pisos; Necesitamos más¡planificación! Aunque la urbanización nos trae más
civilización, enen mi opinión, las tierras agrícolas deberían protegerse. [...] Oth-De lo contrario,
Huancayo ya no tendrá producción de alimentos.Entonces, ¿qué comeremos? Tendríamos que
comprar todo desdeotras provincias! "Sorprendentemente, algunos pequeños propietarios
exigen la construcción deedificios de varios pisos, mientras que otros proponen la construcción
decasas en las laderas empinadas, para proteger las fértiles aluvionessuelos del fondo del
valle. Por lo tanto, una habitante de Vilcacotopunto de vista enfatiza que los minifundios más
tradicionalistasLos reclamos de protección de las tierras agrícolas por parte de los habitantes
están motivados por el miedode perder la seguridad alimentaria y de ingresos que por el deseo
de estéticapaisajes:“¿Qué vamos a comer ahora, casas? Seria mejor urbanizarlas colinas en
lugar de la fértil tierra agrícola; porque nuestra vidase basa en el cultivo de cultivos. Esta
amenaza de desarrollonos. Sin duda el crecimiento urbano también tiene un lado positivo;
todavía,nuestra producción agrícola no debe sufrir daños. [...] Así,la urbanización nos afecta
severamente, es completamente negativo ”.La protección de las tierras agrícolas quechuas
mediante el uso de unenfoque de zonificación (por ejemplo, zonificación euclidiana), sin
embargo, parece no¡Ser una solución a los desafíos percibidos por los pequeños productores!
Una simple comparación de la situación in situ 2013 con la urbanaplan de zonificación del uso
de la tierra 1996-2005 (Municipalidad Provincial deHuancayo, 1996 ) deja claro que la
denominada “agropecuaria inviolablezona cultural ”(zona agrícola intangible) es inexistente o
tienese ha cambiado fácilmente en el pasado. En el contexto de a menudoestructuras de
propiedad poco claras, disminución de la oferta y aumentodemandas de lotes, la ya
mencionada dinámica del mercado de la tierraKet a nivel quechua (la zona más adecuada para
el asentamiento)obstaculizar la realización práctica y la supervisión de la tapa
convencionalpolíticas de zonificación. En este contexto, el establecimiento de "metazonas
”(zonas de diferentes políticas de planificación) podrían representar mejor unaenfoque de
planificación que toma el mosaico fragmentado de la agriculturacultura y asentamiento en las
afueras de las ciudades andinas ( Borsdorf,2003; Zimmerer, 1999 ) en cuenta; mientras que el
totalmente urbanizadopartes de la ciudad representarían un área adecuada paraZonificación
euclidiana, zonificación de rendimiento ( Baker et al., 2006; Coolset al. , 2002; Ottensman,
2005 ) podría ser conveniente para losInterfaz periurbana dinámica del cinturón altitudinal
quechua. Estafa-En consecuencia, la última "zona meta" debe planificarse utilizando
métodosque definen áreas prioritarias para la conservación ( Garrard et al., 2012; Orsiy
Geneletti, 2010 ) . Por lo tanto, una investigación inicial de lospercepciones ambientales de
diferentes partes interesadas, para definiruna línea de base común: probablemente ayudaría a
"calibrar" o alinear ellas actitudes de los planificadores y formuladores de políticas con las
evaluaciones depequeños agricultores afectados.Además, los esfuerzos serios de políticas para
fomentar la periurbanaresiliencia de los pequeños agricultores ( Coy, 2010; Stadel, 2008 ) a la
percepciónLa inseguridad alimentaria y de ingresos debe centrarse en el uso de

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246A. Haller / Política de uso de la tierra 38 (2014) 239–247verticalidad del interior rural y
complementariedad ecológica sensuMurra ( 2009, págs. 83-142) . Las zonas altitudinales del
suni ypuna ofrecería abundantes posibilidades para la producción de frescoscultivos
alimentarios, su procesamiento, por ejemplo, toqosh (pulpa de papa fermentada)o chu˜no
(patatas liofilizadas) —y patrimonialización ( Gade,2004 ) . Esto tendría el potencial de vincular
tanto la valorizaciónla creación de paisajes culturales y la producción dealimentos con los
consumidores urbanos, que todavía perciben laimportancia de cultivos nativos como la maca
(Lepidium meyenii) oquinua (Chenopodium quinoa) para la identidad local (Córdova Aguilaret
al., 2005 ) . Este enfoque de conservación con intensificación(Zimmerer, 2013 ) , sin embargo,
requeriría una revitalizaciónde los vínculos entre los pequeños agricultores y el mercado (Rist,
2000 ) . Ejemplos derural alpinoBender, 2010 ) y casos metropolitanos prepirenaicos(Paül y
McKenzie, 2013 ) prueban la viabilidad de la idea en diferentesentornos geográficos.Síntesis y
perspectivaLos resultados de la presente investigación muestran que el cambio de suelo
urbano-rurales un fenómeno claramente percibido por la periurbana de los sitios de
estudiopequeños agricultores; la amplia gama de 20 factores socioeconómicos y
socioeconómicosLos impactos ecológicos mencionados, ya sean positivos o negativos,
pruebanla importancia que los minifundistas centroandinos atribuyen al pro-ceses de
expansión urbana. Además, con el ejemplo de los másdesventajas vistas negativamente, el
análisis explica las fuertesinterrelaciones entre estos impactos y, en consecuencia, susefectos
sobre el comportamiento del uso de la tierra de los pequeños agricultores. En este contexto,
laEl enfoque metodológico aplicado demuestra la utilidad del análisisobtener datos primarios
recopilados in situ sobre las percepciones ambientalesutilizando técnicas tanto cuantitativas
como cualitativas, una estrategia queindudablemente desafía al investigador a cambiar entre
el objetivotivista (empirista) y la posición más subjetivista (humanista).Las percepciones del
cambio de suelo rural-urbano, determinadas porpreguntas de entrevista estructuradas pero
principalmente abiertas, revelanque ya no existe un solo grupo homogéneo de pequeños
agricultores;Las influencias culturales evidentemente han dividido a la comunidad de las
aldeas.comunidades en tradicionalistas de orientación más indígena (tienden a seropositores a
la urbanización) y grupos modernistas neoliberales (más bienproponentes). Ambos son
conscientes de los pros y los contras; sin embargo, laminoría más modernista destaca los
efectos positivos de la poblacióncrecimiento de las inversiones en infraestructura del
gobiernoy el creciente potencial comercial, mientras que las numerosas tradicionesLos
nacionalistas perciben especialmente los impactos negativos relacionados con la alimentación
yinseguridad de ingresos; sin embargo, los comentarios citados, así como la tierradecisiones de
uso impulsadas por la última percepción transmiten la impresiónsión de que, más que escasez
de alimentos, la pérdida de ingresos monetarioses temido por los pequeños agricultores
periurbanos. Los minifundistas sienten que,debido al rápido crecimiento urbano, sus
posibilidades de alquilar adicionaleslas parcelas para cultivos alimentarios están disminuyendo
drásticamente. En ordenpara compensar la producción de alimentos de regadío y orientada al
mercadopendientes perdidas, cada vez más empinadas y no irrigadas del suni secon cultivos de
madera que gozan de una alta demanda del mercado y,menor extensión, utilizada para el
cultivo de papa durante la época de lluvias.En resumen, el enfoque regional en las
peculiaridades geográficas de lossistemas humanos-ambientales en el área a planificar,
comolos Andes centrales ( Borsdorf y Stadel, 2013 ) —ha demostradoque las futuras
evaluaciones ex ante y ex post de los cambios de uso de la tierradebe concentrarse en las
percepciones de la población local afectada, paraesto cerraría la brecha social entre los "bien
educados"el mundo real de los planificadores y la percepción de los pequeños propietarios
"humildes"ambiente; por lo tanto, podría ayudar a alcanzar el programa ONU-HABITATLos
objetivos del programa de resolución participativa de problemas ygobernancia. Especialmente
en tiempos de políticas de planificación urbana neoliberalciesSager, 2011 ) , una actitud más
humanista por parte de laautoridades locales y promotores inmobiliarios (incluida la
empatíanecesario para reconocer las experiencias percibidas de los pequeños agricultoresde
urbanización) ya representaría un paso adelante haciaplanificación sostenible del uso de la
tierra, ¿quizás basada en el desempeño?entornos periurbanos. Por tanto, sobre la base de un
mutuoentendimiento entre familias de agricultores periurbanos ylos responsables de las
políticas de uso de la tierra, la "siembra de hormigón" podría resultar enuna cosecha
abundante para ambas partes: el Año Internacional de la ONULa agricultura familiar 2014
representaría un punto de partida perfecto.AgradecimientosEsta investigación contribuye al
proyecto “Rapid Urban Growth inlos Andes ”que está financiado con gratitud por el Fondo
Austriaco de Ciencias(FWF) [Proyecto No. P24692]. También estoy agradecido por la
financiación inicial.cing concedido por el Gobierno Regional del Tirol (TWF) y elUniversidad de
Innsbruck, que permitió la preparación de este estudio.La realización del proyecto no habría
sido posible sinel apoyo de mi mentor Axel Borsdorf (Instituto de
Interdisciplinariedadinvestigación disciplinaria sobre las montañas, Academia de Ciencias de
Austria), queha ofrecido excelentes consejos y la necesidad de libertad académicaEs necesario
seguir la propia curiosidad en la investigación de la montaña. Finalmente,Me gustaría
mencionar a Hildegardo Córdova Aguilar (AplicadaCentro de Investigaciones en Geografía,
Pontificia Universidad Católica del Perú)cuyas interesantes ideas influyeron en la
interpretación de los resultados de este estudioción, así como los revisores anónimos que
proporcionaron información útil ysugerencias muy específicas. ¡Muchas gracias de hecho!
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Texto o
Influencia de la urbanización en la vivienda rural y
calidad de vida en las familias - CONACyT
 

Concepción Sánchez Quintanar

Colegio de Posgraduados en Ciencias Agrícolas - Montecillo, Estado de


México - (México)

Resumen

El crecimiento acelerado de las ciudades en el mundo invade el medio rural. El


estudio se realizó en un municipio cercano a la Ciudad de México, sobrepoblado y
en procesos de urbanización. La interrogante fue si los cambios en la vivienda rural
(VR) aportan calidad de vida a sus habitantes. El objetivo: obtener la respuesta a
partir de la subjetividad de los moradores. El método combinó técnicas cualitativas
y cuantitativas.  Variables: Calidad de vida y Placer. Participaron 120 personas de 6
pueblos en cada uno 20 personas. Se identificaron: 1) La infraestructura de los
poblados y servicios de las VR. 2) Red de categorías de cada variable y sus
interacciones.

Resumo

O crescimento acelerado das cidades no mundo invade o médio rural. O estudo


num município próximo à  Cidade de México, sobrepoblado e em processos de
urbanización. A interrogante foi se ¿as mudanças na moradia rural (VR) contribuem
qualidade de vida a seus habitantes? O objectivo: obter a resposta a partir da
subjetividad dos moradores. O método combinou técnicas cualitativas e
cuantitativas.  Variables: Qualidade de vida e Prazer. Participaram 120 pessoas de
6 povos na cada um 20 pessoas. Identificaram-se 1) A infra-estrutura dos
povoados e serviços  das VR. 2) Rede de categorias da cada variable, e suas
interacções.

Summary

The accelerated growth of cities throughout the world imposes upon rural
environments.  The study was making in a municipality near to Mexico City, with
overpopulation, and urbanization process. The research question was: Do the
changes in rural homes improve the quality of life of their inhabitants?  The
objective was to answer this question based on the subjectivity of the inhabitants of
rural homes. The methodology was a combination of qualitative and quantitative
techniques. Variables: Quality of life and Enjoyment. The participants were chosen
from six towns, in each town, twenty people whose sources of income are
predominantly agricultural.  There were identificated: 1) The infrastructure of towns
and of the services related to rural homes. 2) A group of categories for each one
variable and their interactions.

Introducción

En las últimas décadas la urbanización en el mundo se ha acelerado, las ciudades


ocupan el  4% del planeta y alojan a la mitad de su población, quien consume tres
cuartos de los recursos naturales y genera otra cifra igual de contaminación y
desechos (Redman & Jones, 2005)  En 1957 el 30% de la población global vivía en
las ciudades, en el 2000 el 47%, y para el 2030 se espera el 60% (UN Pupulation
Division 2030, citado por Readman & Jones, 2005)

La sobrepoblación es la principal causa del daño ecológico, del crecimiento de la


inseguridad y la necesidad de lograr el desarrollo sustentable (Cassils, 2004); es
particularmente productora de contaminación, lo que ocasiona que los ecosistemas
lleguen a sus límites al consumir sin medida agua y suelo (Harte, 2007).

La urbanización y aparición de las ciudades se inició con la industrialización de los


países, la población rural dejaba el campo en busca de trabajo en fábricas,
consolidándose las ciudades  y provocando el fenómeno del continuo rural-urbano
cuyas características y dinámica fueron descritas por  el antropólogo (Redfield
1953). En la actualidad las grandes ciudades invaden el ambiente rural, inducen a
la población al consumo por la introducción  de grandes centros comerciales, o bien
la desplazan de su capacidad productiva y la margina, estimulando con ello  las
diferencias sociales y la inequidad social.

Lo anterior es el contexto del problema en el municipio de Texcoco en la Zona


Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), que concentra 17.8 millones de
habitantes Iracheta ( 2003), correspondiente al 18% del total nacional (INEGI,
2005). El municipio tiene  58  localidades rurales (menores de 2500 habitantes) y
14 urbanas. Entre  1990  y  2000 la población se incrementó en 61% (INEGI,
2005). Su  urbanización responde a la demanda de la población excedente de la
ciudad de México, que requiere  vivienda, infraestructura, servicios, trabajo,
alimentos y escuelas.

En México la expansión de las ciudades al campo se  facilita por el cambio en el


artículo 27  Constitucional  que permite rentar, enajenar o vender el ejido. La
propiedad rural mayoritaria  del municipio era de  pequeños ejidatario (de .5 a 1
hectáreas) ellos venden  a compañías constructoras de casas habitación de
diferentes tipos, sin prevenir  las repercusiones de alojar población no oriunda de la
región, en su mayoría de tipo proletario de ciudad. Los nuevos asentamientos
humanos tienen modelos urbanos, calles asfaltadas, luz, agua entubada y casas de
dos pisos; los inmigrantes  no perciben  el efecto depredador en los ecosistemas y
tierras de cultivo que las colonias producen.
La pregunta del estudio en este marco socio ambiental es: Dados los cambios en el
Municipio  ¿qué calidad de vida les provee la vivienda rural (VR) a las familias que
la habitan?  Los Objetivos fueron: 1) Obtener la respuesta a partir de la narrativa
subjetiva de los habitantes de viviendas rurales.  2) Tomar  en consideración y
asociar a lo anterior el grado urbanización de los pueblos elegidos y su zona
ecológica. 

Calidad de Vida (CV)

El concepto CV se generó como medida para buscar niveles aceptables de vida


humana, sus múltiples aportaciones tienen el sesgo de aplicabilidad  inmediata para
promover en la población la restauración de  condiciones  de vida sana y
permisible, por lo que la revisión bibliográfica puede ser muy amplia  si no se le
ponen límites. En esta investigación se citan los trabajos más significativos que son 
fuentes de conocimiento y reflexión para su aplicación en diferentes ámbitos de la
vida humana.

La limitante de carácter multidisciplinario en el estudio de la CV ha sido la


elaboración de instrumentos confiables que midan y comparen el concepto en
diferentes países, lo que significa diferentes sociedades, culturas, ecologías y
niveles socioeconómicos;  y desde luego, diferentes enfoques en la investigación
(Veenhoven, 2005). La superación del problema promovió la comparación entre
naciones, expresando la familiaridad o lejanía que pueden tener unas con relación a
otras, así como las características únicas de cada país. En una  investigación
dirigida por el mismo autor en 67 países, emergió la subjetividad de los sujetos
como inevitable, porque solo ellos pueden apreciar cómo viven. Sin duda, fue un
aporte importante, dado que los indicadores empleados eran, para países
desarrollados, los ingresos y  servicios con los que contaban las personas; para los
pobres se  empleaban  los de salud, nutrición, mortandad y acceso a fuentes de
trabajo. 

Al  estudiar CV se han  elegido diversos sinónimos: "salud y bienestar,"


"satisfactores económicos o de otro tipo" y "ser felices". En Estados Unidos
Kenneth, Meadows  y  Taylor (2007) usaron el concepto "bienestar de niños y
jóvenes" para estudiar losindicadores de CV concernientes a esas etapas en la
década de 1960-1970. Con la información que obtuvieron elaboraron en 1975 el
cuestionario Well Being Index (WBI)  para esas edades. Sus investigaciones  entre
1975 – 2004 en  niños y jóvenes les permitieron conocer  los cambios en el
significado de "bienestar" por generaciones e interrelacionarlos con las épocas
socio económicas y  políticas de ese país. 

En el área de la salud se estudia la percepción o respuestas subjetivas sobre el


ambiente local, porque la persona al interiorizar los factores sociales externos como
conocimiento, relacionan  el ambiente externo (social, cultural y físico) con el
interno (biológico).  Muhajarine, Labote,  Willams y  Randal (2008) han considerado
la percepción del individuo sobre sí mismo, con su vivienda y  comunidad. 

En México Mercado, Ortega, Luna y Estrada (1995) en su estudio de la


Habitabilidad de la Vivienda Urbana, la consideran  un microambiente, cuyos 
componentes de percepción ambiental guían las interrelaciones familiares.
Landázuri, Terán, Mercado y Sánchez (2003)  refieren el concepto de CV a  la
vivienda como  factor que incide directamente en esta,  en la cualidad de modo de
vida,  entendible desde la sensación y percepción que cada individuo tiene del
grado de satisfacción que le aporta su vivienda para la resolución de sus
necesidades.

Esta investigación se acepta la posición anterior haciendo algunas modificaciones


teóricas y metodológicas: La vivienda como microambiente se refiere únicamente a 
la casa; en el ambiente rural el espacio habitacional es uno, el conjunto consta de
patio, traspatio y huerta familiar, o alguno de éstos; por ello se prefieren  los
principios  Ecológicos de Desarrollo Humano de  Bonfrenbernner (1986).

La VR es un espacio construido que aloja al microsistema de las interacciones de la


familia; éste, como  red social interactúa con otras semejantes formando  al meso
sistema o comunidad; cuyas interacciones tienen injerencia directa en el desarrollo
familiar. Las comunidades son entidades sociales que integradas  al municipio, éste
es un exo sistema, en él interactúan autoridades locales con las municipales para
mejoras colectivas. La ZMCM es el macro sistema que afecta  el desarrollo humano
de los habitantes; en este nivel ellos no  comprenden el problema demográfico, ni
pueden  interactuar para influir en él. 

Método

El Modelo de  Habitabilidad de la Vivienda Urbana consta de 7 variables: que se


miden con escalas tipo Likert.  En el presente trabajo se abordan CV y Placer, pero
no se emplearon las escalas correspondientes porque la VR obedece a la lógica de
producción agropecuaria, reproducción humana y social; que no incluyen las
escalas para la vivienda urbana. También se consideró la escolaridad y falta de
familiaridad para contestar encuestas de los habitantes rurales. Sí se aceptó el
concepto e indicadores de las  variables por considerar que se complementan. La
Tabla 1 contiene las definiciones, y las preguntas derivadas de los indicadores.

TABLA  1.    Definición operativa e indicadores de las Variables:

Zona de estudio, participantes y pueblos elegidos

Se eligieron 6 pueblos, dos de cada zona ecológica, en cada uno 20 personas, 10


hombres y 10 mujeres, en total 120; el criterio de elección fue que la familia
tuviera actividad agropecuaria significativa.
En el municipio se  observan claras diferencias de urbanización entre los pueblos
ubicados a la orilla de las carreteras que comunican a la ciudad de México y la de 
Texcoco, cabecera municipal, con los que se encuentran a la mitad de la sierra y los
que ocupan la parte mas alta.  El Municipio tiene 4 zonas ecológicas delimitadas
que influyen en las actividades económicas y de organización social (Ayuntamiento
de Texcoco, 2004). Para obtener una muestra que las representara se eligieron dos
poblados de cada una (Mapa 1):

MAPA 1.  Municipio de Texcoco y sus zonas ecológicas

1. Tocuila, 2. Cuautlalpan, 3. Huexotla, 4. Tequexquinahuac, 5. Tecuanulco 6.


Amanalco

En la Zona Lacustre no hay asentamientos humanos,  es la zona salina del ex lago


de Texcoco, ahí se eligieron a Tocuila y Cuautlalpan, que administrativamente son
de esta zona y colindan con la Zona Urbana-rural. Su  población conserva una
herencia campesina con actividades como cría de ganado y pequeñas siembras de
auto consumo y forraje, no obstante lo reducido de sus predios y la sobrepoblación
inmigrante. Tienen acceso directo a las carreteras que comunican a la región con la
ciudad de México.

La zona Urbana-Rural es una planicie  con los mejores suelos agrícolas, hay 
agricultura de riego en grandes propiedades particulares que se dedican a cría y
explotación de ganado mayor; es la más poblada, de más rápido crecimiento
demográfico y mayor demanda de servicios. Hay un movimiento grande de 
urbanización, aunque con muchas limitantes, se han establecido unidades
habitacionales de interés social, grandes centros comerciales que atraen población
de pueblos, municipios y ciudad de México.

Al pie de la Sierra, en  límites con la Urbana-Rural se eligió a Huexotla, pueblo de


gran actividad económica, diversificada y disminución importante de actividades
primarias. Colindando  con la zona de la Sierra se eligió a Tequexquinahuac, en
donde  ha disminuido la agricultura tradicional,  hay desplazamiento de fuerza de
trabajo a otros sectores; la agricultura que persiste se moderniza e intensifica; la
población rechaza claramente la inclusión de personas ajenas al pueblo. Tiene agua
de manantiales  y  ríos pequeños contaminados, suelos conservados por terrazas de
origen prehispánico. Entre los dos poblados hay unidades habitacionales, colonias
de casas y residencias de fines de semana.

En la Sierra se eligieron Tecuanulco y Amanalco,  pueblos con mayor población


indígena y marginalidad social,  mas en el primero,  en éste hay más agricultura de
subsistencia  combinada con compra y venta de productos agrícolas, y trabajo
asalariado en las zonas bajas. Se distingue, dentro y fuera de la región, por su
herencia de cultura musical. Entre  ambos pueblos hay bosque deforestado del que
extraen madera para varios usos, muchas viviendas carecen de servicios y predios,
causa de contaminación de los ríos. Hasta  Amanalco hay inmigrantes que se
dedican al comercio en varios rubros.

Procedimiento Metodológico

Se aplicó: 1) Encuesta socioeconómica para los datos generales de la familia,


equipamiento y servicios de la casa. 2) Entrevista focalizada con guía elaborada a
partir de los conceptos e indicadores de las variables estudiadas  (Tabla 1).  3)
Croquis de la casa,  antes o después de la entrevista se solicitaba al participante
que dibujara un croquis de su vivienda, para entender mejor el discurso de la
entrevista y las condiciones de la vivienda.  4) Las entrevistas se grabaron y
transcribieron textualmente.

Para el análisis  cualitativo del contenido  se integró y entrenó  un  equipo de 6


pasantes y 2 profesionales de psicología que trabajaron en tres etapas de la
investigación: 1) Entrevistaban, gravaban la conversación, la transcribirla en el
programa Word. 2)  Para  clasificar  las respuestas se identificaron  las categorías
que los entrevistados dieron en cada pregunta,  para lograr objetividad  se usó el
consenso  y  se lograron   definiciones operacionales para cada una, que unificaron
los criterios de clasificación del contenido de las entrevistas. (Tablas 2 y 4).

3) Con apoyo del software MAXQDA (2001), compatible con Word y el SPSS V-7,
se  marcaron en  los textos cada respuesta, procedimiento que facilitó  listados de
respuestas y  frecuencias por categorías para el  análisis cuantitativo: Estadísticas
descriptivas (promedios y porcentajes); de comparación (prueba "t" de Student) y 
X2  Chi Cuadrada); de correlación ("r" Pearson) y el Escalamiento Multidimensional
(Visauta, 1998)

Resultados

Datos generales de la muestra y las viviendas

Hubo diferencias significativas en los promedios de: Edad hombres 43.05 años y
mujeres 36.4 (t =-2.186 p=.031); en escolaridad coincidieron (7.9 años). 
Habitantes por vivienda fue de 6, en los pueblos más cercanos (Tocuila y
Cuautlalpan)  5.4 y  7.4 en el pueblo más alejado (Amanalco).

De las 120 viviendas tienen luz  96.7%, agua entubada  75%. Los pueblos de la
Sierra, tienen menos drenaje en sus casas que los demás (X253.86, p=0.00), los
habitantes que no tienen este servicio lo suplen con "el monte o el
rio," contaminando elrio que atraviesa todo el municipio. En Amanalco menos casas
tienen cisternas o recipientes para almacenar agua (X2 21.01, p=0.001); mas
personas lavan  ropa en el rio (X2  33.55 y p=0.00); utilizan más leña como
combustible  (X2 29.77, p=0.00). Usan más el traspatio (X2 11.13, p=0.04) para
hortalizas, plantas alimenticias y medicinales.

En Tequexquinahuac, las casas tienen más bodegas e invernaderos (X2 de 29.32


p=0.00) que coincide con su resistencia al cambio ("aquí no queremos extraños")  y
tendencia a modernizar la agricultura. En Cuautlalpan, hay menos "cocinas de
humo"  (X217.38, p=.004) en las que usan  leña, carbón o petróleo, también
tienen menos espacios para las actividades agrícolas o de cría de animales de
corral.  En Amanalco y Tecuanulco las viviendas  tienen menos equipamiento: WC
(X2 29.09; p=0.00), regadera (X2 28.51, p=0.00) y lavabo (X2 27.62; p=0.00). 

Hubo espacios atípicos en: Tecuanulco (tejados, hornos de pan y temascales -


espacios de origen prehispánico que sirven para baños de vapor,  son pequeños
construidos con adobe, tierra y agua-), y en Huexotla un estudio y una alberca.

Análisis cualitativo y cuantitativo de la Variable Calidad de Vida (CV)  

La clasificación del contenido de las respuestas de CV aportó siete  categorías


(Tabla 2),  las frecuencias de cada una están en la Tabla 3. 

TABLA  2.  Contenido  de las categorías de la variable Calidad de Vida

Diferencias de frecuencias. La Categoría de máximas frecuencias fue Cariño con


109, 21% del total; la  segunda Familia Unida con 89 (17.5 %) y la  de menor 
Opinión tuvo 41 8%. (Tabla 3).

TABLA  3   Frecuencias  de las categorías de Calidad de vida en  cada


pueblo
 

Tecuanulco,  pueblo de la sierra  y  Cuautlalpan,  cercano a las  vías de


comunicación, tuvieron más frecuencias en la categoría Familia Unida (X2=19.95,
p.03), lo que se puede explicar al considerar, por un lado,  que en las comunidades
campesinas, y más en las indígenas, la familia ha conservado características  de la
Unidad Económica Campesina, descrita por Chayanov (1974), en especial  su  doble
función, como reproductora social y unidad económica,  que vincula doblemente a
sus integrantes. Y  por el otro, en Cuautlalpan  las familias viven cambios
progresivos y continuos hacia la cultura de la ciudad,  que  constituyen una 
amenaza a los valores de las familias campesinas, por ello tratan de conservarse
unidos como familia "al menos comer juntos los fines de semana, y participar en
las fiestas del pueblo."

Las respuestas de la categoría Familia Unida que dieron  los pueblos, se relacionan
con comunicación y apoyo mutuo; sin embargo,  en los pueblos mas alejados se
insiste en la cooperación y ayuda para el trabajo; que habla dificultades para
conservar la interdependencia de roles en la actividad económica. En Huexotla,
Tocuila y Cuautlalpan, hay énfasis en "reuniones familiares" porque altener
diferentes empleos no sienten la unión familiar.

Correlaciones.  Se consideraron correlaciones bajas hasta "r" 0.30, medias entre


0.31 y 0.60 y altas de 0.61 a 1.00; para lograr interpretaciones  fieles a las
respuestas de los entrevistados, el análisis  se inicia a partir de las mas altas; las
medias se ven como tendencias y las bajas con reserva.

Las  correlaciones altas son Familia Unida y Enojo(r=.65) y Familia Unida y Amigos


(r=.61). Familia Unida contiene deseos, aprecio y contención del grupo
familiar: "conservarse en armonía y apoyarse mutuamente; resolver los problemas
de común  acuerdo; que lo tomen a uno en cuenta  y tenerse confianza entre
padres e hijos;" o bien "que todos ayuden, que trabajemos bien." A mas deseos de
unidad  las familias, mas manifestaciones de enojo se toleran: "sí se enoja mi
papá,  pero luego se le pasa; mis hijos  pelean pero luego están otra vez jugando".

Familia Unida y Amigos (r=.61) revela un grupo funcional que facilita la


incorporación en sus interacciones a los amigos de sus integrantes; sin embargo,
hay diferencias cualitativas que comparan la confianza entre la familia y los amigos:
En los poblados mas alejados, siempre es la familia a la que le confieren mas
confianza para hablar "de sus cosas"; o "mis amigos, no están alejados de mi
familia".  En los pueblos más cercanos a vías de comunicación y entre jóvenes hay
otras expresiones "te apoyan mas en tus problemas que tu propia familia."La
correlación (r=.55) entre  Familia Unida y Cariño,solorevela una tendencia lógica: a
mayor unidad, mayores expresiones  verbales, de comportamiento y costumbres
para darse cariño.

La correlación entre Amigos y Enojo (r=.47) guía la atención a expresiones


como: "cuando tengo problemas siempre hay un amigo en que le cuentas para
sacar tu coraje."Lascorrelaciones  bajas señalan alguna correspondencia entre pedir
la Opinióna los miembros de la familia para decisiones relacionadas con la vivienda
(modificaciones y cambios) y Cariño(r=.30) "por que  lo toman a uno en
cuenta", esto es una manifestación de pertenencia a la familia y respeto a sus
miembros. La categoría Opinión  correlaciona igual con  Familia Unida y con
Amigos  (r=.36); y con Enojo de manera negativa  y baja ( r= - .29)  se entiende
como un suceso que tiene algúna aparición y coherencia: No tomar  en cuenta la
opinión de algún miembro de la familia  para decisiones sobre la vivienda puede 
provocar  Enojo, es otra forma de señalar que  "tomar en cuenta",  se aprecia como
manifestación  de Cariño.

La correlación Familia Unida y Realización Familiar (r=.24) es baja, revela una


relación que tiende a desaparecer,  entre características  derivadas de la
coincidencia de la familia y  sus actividades  agrícolas como fuente común de
trabajo, y las nuevas metas económicas de los miembros de la familia que son mas
variadas:  "tener su propia casa,  tener otras  fuentes de trabajo, tener más vacas,
mas maquila, para que trabaje bien la señora; dentro de la  vivienda"; también
desean  que "los hijos estudien y hagan una carrera."Por la variedad  de metas
económicas es posible que las diferentes generaciones de una familia  no coincidan.

A lo anterior  se suma  la  correlación negativa (r= -.38) entre Superación Familiar
y Realización Familiar: a más emociones relacionadas con las  metas,  avances y 
desarrollo como familia ("orgullo  de mantenerse unidos, sentirse seguros de tener
casa propia, dichosa en mi casa, no pagamos renta")menosmetas económicas
concretas, derivadas de acciones económicas y beneficios  de la vivienda en donde
ya no laboran todos los miembros de la familia.  Es posible que las correlaciones
bajas y la negativa reflejen la diversidad de reacciones de  la familia campesina  al
vivir  el cambio hacia  familia proletaria que conlleva la transformación del campo
por la inmigración de población de la ciudad.

Análisis cualitativo y cuantitativo de la Variable Placer

El  análisis de contenido de las respuestas de la Variable Placer dio  seis categorías
(Tabla 4)

TABLA 4.    Contenido de las Categorías de la variable  Placer

 
Hubo cinco categorías: dos pares de polos  excluyentes uno del otro: Espacios
Internos y Espacios Externos, y Satisfacción e Insatisfacción; y la categoría
Apreciación de la Casa por la Familia  (Tabla 5)

TABLA  5.Frecuencia de las categorías de Placer en cada pueblo

Los  Espacios Internos (33%)  son mas preferidos que los externos  (11%),
sobresale el gusto por  la sala (sala comedor) espacio de vivienda urbana que 
están adoptando por que les permite "estar todos juntos" y realizar muy variadas
actividades: "arreglan la flor;  envasan conservas; ven la tele y platican; usan
cuando tienen visitas." La recámara facilita las reuniones familiares para
comunicación más personal.

Los  Espacios Externos están asociadas a estar solos o aislarse "cuando me enojo


me voy a la huerta; entre los árboles me siento a pensar o leer; arreglando mis
plantas me siento a gusto." Tocuila fue el único pueblo en que se  manifestaron 
más preferencias  por los espacios internos, situación asociada a los problemas de
contaminación con las aguas negras de riego que atraviesan al pueblo.

Hubo mas respuestas de Satisfacción que  Insatisfacción con sus viviendas, en los
poblados mas alejados y los dos de la Zona media: Amanalco (X2  = 4.4; p .00),
Tecuanulco (X2 = 5.3; p .03) Tequexquinahuac (X2  =4.7; p .03) y Huexotla (X2 
=11.8; p .00).  La gente se expresó de manera muy semejante con afecto y
sentimientos de seguridad, tranquilidad y arraigo. Las relaciones parentales y con
los ancestros están presentes y valoradas por haberles dejado en donde vivir, así
como el deseo de heredarles a sus hijos. En  Tequexquinahuac  hubo más
respuestas relacionadas con "el orgullo por haberla construido, o haber hecho un
esfuerzo y conseguirla."  Solo en Huexotla hablaron de confort "mi casa es
confortable, nos da comodidad " y a pesar de estar en la Zona Urbana-rural, hay un
fuerte arraigo "siempre hemos vivido aquí; tengo recuerdos cosas de la infancia, o
sea, es la segunda mamá." Las apreciaciones negativas  se relacionaron con
pobreza  "sentir  mi casa muy sencillita; mi hija ya quiere su propio cuarto;
quisiera tener otro cuarto pa` lavar los trastes adentro; mi casa esta caída y me
siento mal".

En los pueblos de la orilla de la carretera, Tocuila y Cuautlalpan, no hubo


diferencias estadísticamente significativas entre Satisfacción e Insatisfacción (X2
=1.8; p .21) y (X2 = 5.6; p .06) respectivamente.  Los contenidos de satisfacción
más frecuentes fueron: "tener algo propio y no pagar renta, eso da seguridad;
porque es para la familia y les dejamos algo a los hijos". La insatisfacción en
Tocuila es  "por no tenerla terminada; es duro tenerla bien." En Cuautlalpan  la
queja principal es "que es muy chica, nos sentimos todos apretados."  El modelo
para el mejoramiento de la vivienda es el urbano: "de dos pisos y con comodidades
y baño adentro."

Correlaciones. Solo hubo una baja y positiva Apreciación Familiar y Satisfacción (r=


.23) las demás fueron negativas, bajas y lógicas por excluyentes: Lugares
Internos y  Externos (r= -.34),  Satisfacción e Insatisfacción  (r=
-.36).  Satisfacción y Lugares Externos (r= -.18)  La mayoría de respuestas de las
últimas 2 son de los pueblos mas cercanos a las ciudades, que por lo reducido de
sus predios,  construyen  casas de dos pisos para dar espacio a los animales
(vacas, cerdos, toros y becerros) pero no están satisfechos con las modificaciones.

Análisis multidimensional  Dados los bajos resultados de las correlaciones entre


categorías de cada variable, se buscó asociaciones  entre las categorías de ambas.
En el Análisis Multidimensional (Figura 1) se  identifican  dos cúmulos.

FIGURA  1.    Escalamiento multidimensional de Calidad de Vida y Placer

Cúmulo I  Contiene3 categorías de la variable CV: Familia Unida, Amigos y Cariño.


La primera es el eje de la asociación y correlacionó  con  Amigosy  Cariño.  Cerca,
sin ser parte del cúmulo, hay 2 categorías: Enojo, que con Familia Unida fue la
correlación más alta; y Apreciación Familiar de la vivienda, de la variable Placer.

Conjunto II Incluye a Realización Familiar de CV y 2 categorías de Placer, Espacios


Internos y Satisfacción. Las 4 restantes no están asociadas, la  ubicación de
Espacios Externos es opuesta a Espacios Internos; y Superación Familiar a
Realización Familiar; Insatisfacción a Satisfacción.

Conclusiones

1. La familia campesina tradicionalmente ha formado una unidad de roles


interdependientes en lo doméstico y en lo económico, en el municipio estudiado   se
encuentra,  por la inmersión de la ZMCM,  en desajuste y transformación. Esto es,
el medio ecológico profundamente  perturbado y en desequilibrio, contiene de la
misma manera a sus habitantes. Los entrevistados y la generación anterior  antes
del crecimiento demográfico se conservaban en un equilibrio ecológico más o
menos adecuado y sustentable. El estudio tiene la limitante de entender solo el
proceso de cambio de solo un tipo de población, falta lo que pudiera ser objeto de
otra investigación, los procesos de la población inmigrante del la ciudad de México y
la CV de su vivienda.

2. En la actualidad la transformación del municipio es rápida por los procesos de


urbanización acelerados realizados para darle  a la región mayor capacidad de
alojamiento para la nueva población.  Situación que orienta los comportamientos de
los habitantes originarios a la disolución y alejamiento de su cultura inmediata
anterior, la campesina. El proceso se contempla como una prolongada forma de
decaimiento ecológico y humano, en donde el mayor riesgo que enfrenta la familia
rural es su disolución como núcleo familiar, no obstante haya modificaciones en lo
individual  que  les atraen y asimilan, como son otras actividades económicas y en
su vivienda modelos o partes del modelo de la vivienda  urbana o "moderna".

Los pueblos de la sierra perciben el proceso en un tiempo más lento  y se sumergen


en su identidad más indígena, pero viven más pobreza, marginalidad  y menos
apoyo para el cambio. Esto son algunas de las causas de la desforestación y
contaminación de ríos del municipio. El cambio hacia la urbanización es muy 
deficiente, los pueblos tienen que organizarse y poner fuerza de trabajo para
conseguirlos.  Solo  en Tequezquinahuac  se encontró conciencia en los
entrevistados, de los efectos que conlleva el avance de la población inmigrante, 
hasta el momento su opción es no participar en el cambio, no vender sus ejidos y
modernizar la agricultura. Sin embargo, también atienden trabajos asalariados
fuera del pueblo,  y no pueden preservar a su comunidad  de la depredación
ecológica y adopción de modelos urbanos en su vivienda.

3. Los sentimientos y preocupaciones mas claras por la desvinculación familiar la


manifiestan los pueblos Huexotla, Cuautlalpan y Tocuila  en los cuales la 
asimilación a la vida de la ZMCM  es más intensa. Su situación es una combinación
de  resistencia para no  abandonar por completo la economía rural e identidad
campesina, y  enfrentarse a otro tipo de vida, cuya CV es incierta. Las familias 
viven hacinamiento y confusión entre los  valores que han dado desarrollo y
bienestar a sus familias, y los que se ven impulsados a eliminar para obtener otro
tipo de CV.  Lo anterior lo manifiestan en dos necesidades: 1) Buscar la formar y
comportamientos para contener al grupo familiar ("reunirse "al menos los fines de
semana o domingos").y 2)  Sus comportamientos se motivan  por  dos objetivos
entremezclados, modificar sus viviendas para continuar con algunas actividades
productivas de tipo campesino, al tiempo que modernizan su vivienda para darle CV
a su familia, con  modelos de vivienda urbana.

4. La combinación de métodos cualitativos y cuantitativos, fue un acierto  dada la


comprensión de la problemática que se logró, la apreciación de procesos de
comportamiento y sus relaciones con los cambios de sociales y ecológicos,
traducidos en problemas de  valores y cambio de identidad de campesina a
proletaria. La variable Placer proporcionó  contenidos  suficientes para estructurar 
métodos cuantitativos como escalas de medición, a las que habría de incluir
aspectos de autovaloración relacionados con los tipos de viviendas y la
nomenclatura proveniente de la misma  población: "casas sencillas, de meros
campesinos, modernas y  con todas las comodidades."

5. Para que los psicólogos, en especial ambientales, aportemos al desarrollo


sustentable y calidad de vida de habitantes rurales, no podemos prescindir de los
hechos y realidades sociales, culturales y económicas que constituyen el entorno. 
Al no atender el contexto, por complicado que parezca,  estaremos aceptando un
obstáculo para la integración de las subculturas de un país, esta referencia es 
específica de los campesinos e indígenas de América Latina, ya que  participan en
labores de suma importancia para toda la población, como producir alimentos y
materia prima para la industria.

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Periferias urbanas y nuevas formas espaciales


Rafael Mas Hernández

  —[201]→   

Las nuevas periferias urbanas no son precisamente un terreno en el que la unanimidad de


criterios sea muy fuerte, a juzgar por el abanico de términos empleados para su análisis. Espigando
entre los trabajos científicos no es difícil hallar una mezcla de denominaciones que puede conducir
con facilidad a una notable confusión.
De entrada, los términos utilizados en la explicación de la ciudad en etapas anteriores, tales
como extrarradio o arrabal se hallan en franco desuso, y quedan limitadas a la identificación de
tramas generadas en la expansión histórica de la ciudad, nunca después de la Guerra Civil. Y las
expresiones de tipo posicional, como inmediaciones, afueras o áreas próximas tampoco abundan.
Una excepción notable a la pérdida del uso de términos tradicionales es el caso de alfoz. Ya en 1983
se utiliza para dar título a una revista madrileña preocupada por el Área metropolitana de Madrid,
publicación que ha logrado cumplir diez años de existencia. Más tarde, el término de alfoz ha sido
reivindicado como sinónimo de espacio periurbano, de todo él en su conjunto, en una clara
reivindicación de un concepto muy utilizado por Manuel de Terán (López Trigal, 1987, 20).
Sin embargo, proliferan muchas otras denominaciones de las periferias, términos muchas veces
asimilados desde la bibliografía urbanística internacional y que presentan no pocos problemas de
comprensión y de adaptación a nuestra lengua. Un breve intento de sistematización quizás no sobre
en esta presentación general.
Una doble segmentación de la realidad urbana puede ser procedente de cara a esa clarificación.
Por un lado, los procesos de crecimiento urbano y de difusión urbana tienden a ser objeto de
denominaciones propias propuestas como categorías y que tienen un amplio uso, en tanto que los
territorios concretos, las áreas urbanas, adquieren nombres distintos de acuerdo a criterios propios.
Nombres de procesos y nombres de áreas, pues. Por otro lado, las diferencias existentes en las
ciudades de acuerdo a su tamaño son muy sustantivas, tanto que aconsejan una segmentación interna
por este motivo.
  —202→   

Vayamos primero al territorio, a las áreas urbanas.


Comenzando por los mayores núcleos, la denominación de Área metropolitana ha tenido un
éxito indudable, gracias seguramente a su carácter administrativo y a estar basada en unos datos
cuantificables desde el momento de su diseño inicial. El concepto no es nada equívoco: la ciudad
central está rodeada por un área metropolitana, cuyos centros más dependientes han recibido la
denominación de ciudades-dormitorio. Cuando la delimitación administrativa se ha quedado
pequeña ante el proceso de expansión territorial se ha acuñado el término de área metropolitana
funcional, y cuando la intensidad de los fenómenos adquiere ritmos distintos se ha tendido a hablar
de coronas metropolitanas, ordenadas por su distancia al núcleo central, más escasa en la primera
corona y mayor en la segunda. Para Barcelona ha sido muy común deslindar entre las periferias
metropolitanas, atendiendo a antiguas divisiones territoriales derivadas del planeamiento,
generalizándose el concepto de región metropolitana para la parte más lejana del área.
En las mayores regiones urbanas del país, los problemas terminológicos se agudizan cuando
acaba el territorio de las áreas metropolitanas. Un buen número de autores coincide en señalar que
fuera de las áreas metropolitanas el fenómeno periurbano es acusado; afecta a la denominada «trama
rural de la industrialización difusa» (Ortega, 1990), que se ubica en la «periferia provincial de las
mayores ciudades de nuestro país o incluso en las provincias aledañas, como las de Segovia, Toledo
y Cuenca para el caso de Madrid» (Fernández, A., 1993, 325). No estaría de más incluir aquí a
alguna provincia catalana, como Tarragona.
De hecho, el límite provincial se ha visto superado en parte de los elementos característicos de
las áreas periurbanas, al margen de la industria, como pueden ser la segunda residencia o una intensa
movilidad poblacional diaria. Es por ello que algunos autores insisten en la forma emergente de
la «urbanización diluida» que se desparrama «por el territorio en torno a núcleos más densos». Esta
nueva pieza urbana no es otra que la spread city, traducida alguna vez como «ciudad galáctica» y
consistente en «nuevas piezas territoriales de dominante residencial difusa» (Valenzuela, 1988-89,
177-8.)
Las ciudades sin área metropolitana parecen tener un deslinde más claro si seguimos el criterio
seguido con firmeza por un grupo de autores. La formulación de las categorías se hace explícita en
un trabajo sobre la ciudad de Valladolid y luego se generaliza a otras ciudades. Frente a la ciudad
compacta existe un espacio periurbano general, que de acuerdo a la intensidad y naturaleza de los
fenómenos territoriales en ella registrados se divide en dos partes diferenciadas: un área suburbana,
inmediata a la ciudad, con procesos de consumo de   —203→   suelo muy intensos y un marcado
carácter urbanizado, frente a un área periurbana, más lejana, con menor presión urbana y con menor
consumo de espacio, cuyos usos urbanos dominantes son la segunda residencia y los espacios de
ocio. Para la ciudad de Valladolid en 1985 incluso se aventuraban unos límites ciertos: a unos 8 ó 10
kilómetros del frente de urbanización acaba el área suburbana para dejar paso al área periurbana, que
a su vez tiene un radio variable, entre 20 y 40 kilómetros (González, 1985).
El contraste entre un área suburbana más cercana a la ciudad, frente a un área periurbana más
distante es seguido por bastantes autores (Cabero, 1996, Delgado/García, 1995, López Trigal, 1987).
En lo que se podría llamar la periferia inmediata, el área suburbana es la de formación más antigua,
que incluye los antiguos arrabales, los primeros suburbios y polígonos, los bordes, extremos y orillas
de la ciudad, alcanzando inclusive a algunos municipios vecinos de la ciudad central. En la periferia
lejana, el área periurbana recoge las formas de urbanización difusa que están transformando el
mundo rural.
El esquema es claro y eficaz, pero quizás se preste a equívoco en la denominación de  área
suburbana, aquí pegada a la ciudad, mientras en los territorios metropolitanos el término parece
evocar ámbitos más lejanos. Así, en el área metropolitana madrileña referencias a la mancha de
vivienda suburbana, por ejemplo, parecen involucrar a la totalidad del espacio periurbano, y no sólo
a su corona más interior. Sin duda perturba el doble sentido del término suburbio, responsable del
adjetivo: entre nosotros tiene un claro componente peyorativo y se asocia casi siempre a tramas
edificadas marginales y de escasa calidad -las iniciales del área suburbana-, mientras que en el
ámbito anglosajón el suburb recrea por lo usual unos espacios de residencia unifamiliar de una cierta
calidad. La pujanza de la literatura anglosajona y la propia difusión de tramas de residencia
unifamiliar de calidad en nuestras periferias coinciden en socavar progresivamente la acepción
española del término. Quizás la referencia a las periferias cercanas y lejanas fuera una solución al
problema, aunque muy prosaica, ciertamente.
Como se aprecia, los criterios para diferenciar las distintas periferias son de tipo administrativo
en los mayores núcleos y más intuitivos en las ciudades pequeñas. En general, los datos de
crecimiento poblacional son muy utilizados para fijar las aureolas de crecimiento, lo mismo que los
desplazamientos laborales diarios son muy eficaces para evaluar el funcionamiento interno de las
regiones metropolitanas. En este sentido, la relación existente, y su evolución temporal, entre la
población residente y la población empleada de cada una de las zonas urbanas, proporciona unos
resultados bastante ilustrativos (Massot/Orfeuil, 1995).
  —204→   

Dentro de las áreas urbanas, merecen consideración especial los núcleos urbanos. En los
diferentes estudios acerca de jerarquía urbana, hay bastantes elementos de coincidencia en lo
referente a las denominaciones, no así en los criterios seguidos para su delimitación. Parece claro el
acuerdo en denominar metrópolis a las mayores ciudades del país; Madrid y Barcelona siempre
tienen el carácter de metrópolis nacionales, condición que algunos discuten para Valencia, según el
umbral se coloque en el medio millón de habitantes o en una cifra mayor. El segundo escalón urbano
es el de las metrópolis regionales, en el que sólo se engloba a Sevilla, Zaragoza, Málaga y Bilbao,
utilizando un criterio demográfico (Campesino, 1995), y se amplía a otras siete ciudades empleando
como factor discriminador la cuota de mercado estimada para cada ciudad (López Trigal, 1995).
Por debajo de las metrópolis ya no hay consenso. López Trigal considera la categoría
de capitales subregionales, incluyendo a 31 ciudades, por encima de las ciudades medias y de
las ciudades pequeñas, mientras que Campesino, que sigue en esto a Precedo, no contempla esta
categoría intercalada y pasa directamente de las metrópolis regionales a las ciudades medias. Los
criterios de asignación entre ciudades medias y ciudades pequeñas no son uniformes entre estos dos
autores, ni entre otros, que analizan grandes regiones urbanas (Delgado/García, 1995). El umbral
más socorrido, el poblacional, que utiliza Campesino, establece un mínimo de 150.000 habitantes
para la pequeña ciudad, 250.000 para la ciudad media y 500.000 para la metrópoli regional.
Pasemos ahora a los procesos. Los procesos están más sistematizados, pues se han hecho
reflexiones desde otras perspectivas, como la agraria o la industrial. Los efectos de la fuerte
expansión contemporánea, que afecta a unas periferias cada vez más lejanas, se manifiestan en
denominaciones diferentes. Como se ha señalado, «si nos situamos en la óptica rural esta
urbanización destructora se llama rururbanización y luego generalmente periurbanización; si nos
colocamos desde un punto de vista urbano, se habla de exurbanización o de contraurbanización.»
(Barrere, 1990).
En realidad, han tenido bastante aceptación las cuatro fases del proceso que enunció Klaasen en
el año 1981. Una primera etapa es la urbanización, en la cual la ciudad central aglutina población y
recursos. Una segunda fase es la suburbanización, marcada por un descenso demográfico de la
ciudad central y un aumento del papel de las periferias. En tercer lugar figura la desurbanización,
también llamada contraurbanización, consistente en un «decrecimiento de las zonas metropolitanas
en beneficio de las zonas rurales colindantes o de ciudades medias más alejadas». El último de los
períodos es la reurbanización, al que se llega cuando se revitaliza en términos de actividad y empleo
el centro de la   —205→   ciudad (Valenzuela, 1988-89). Todos estos neologismos son profusamente
utilizados en la literatura geográfica española, aunque en muchas ciudades de tamaño reducido no se
haya superado todavía la primera fase. En alguna área metropolitana, sin embargo, algunos autores
creen reconocer ya atisbos, en términos de crecimiento relativo, de la tercera etapa.
Tras este breve repaso terminológico, creemos llegado el momento de pasar al análisis del
contenido de las nuevas periferias.

I. Las nuevas periferias en España


Ya son muchas las reflexiones de orden general existentes sobre la evolución reciente de la
ciudad española y más concretamente sobre las zonas de su crecimiento periférico. Entre ellas
destacan las de los especialistas, como son las varias de Valenzuela, o la de García Manrique.
Nuestro propósito es muy sencillo, el de realizar un encuadre general del fenómeno, reparando en los
aspectos territoriales más evidentes, apoyándonos en los usos del suelo, en el plano o en las formas
urbanas más llamativas. Una glosa terminológica y unas referencias generales sociales y
demográficas enmarcan esta reflexión territorial.
Por todo ello, quisiéramos partir aquí de una visión, suponemos que bastante intuitiva,
realizada por Rafael Moneo en el año 1982. Puesto a interpretar la evolución de la ciudad española
entre 1950 y 1980, es relevante que se incline por analizar los cambios físicos de la ciudad,
confiando en ellos como clave interpretativa del proceso; ello implica, es claro, una toma de partido
por la morfología urbana, a la que tan propensos somos algunos geógrafos. Moneo basa su análisis
en la comparación de fotografías aéreas de diferente fecha y en algunos casos recurre incluso a la
observación de los contornos urbanos desde el avión.
Muchas de las observaciones de Moneo son pertinentes para el asunto que nos ocupa. En
concreto, cuando señala:
1. La «aparición de operaciones infraestructurales de gran escala, la mayor parte de las veces
relacionadas con el sistema viario dada la creciente importancia del automóvil y que, por lo general,
se resuelve en cinturones y variantes, de más a menos envergadura según las circunstancias, pero
que, en todo caso, han afectado de manera decisiva y no siempre controlada a la ciudad, hipotecando
su desarrollo futuro».
2. La «construcción de edificios institucionales, sobre todo escuelas y hospitales, en los
extrarradios, que se incorporan a la ciudad con irrespetuosa autonomía...».
  —206→   

3. La «formación de áreas industriales indiscriminadas sobre las vías de acceso a las ciudades».
y 4. La «proliferación en las inmediaciones de las grandes ciudades, como consecuencia de la
aparente facilidad de los desplazamientos que ha traído consigo la civilización del automóvil, de
áreas de segunda residencia a modo de ciudad jardín», de las que pronostica que «su incidencia
sobre el paisaje y sobre la estructura misma de la ciudad va a ser de mucho más alcance del que
pensaban tanto quienes las proyectaron como quienes las legitimaron» (Moneo, 1982).
Esas constataciones sirven también para acotar temporalmente la evolución reciente de las
nuevas periferias, por lo que volveremos a ellas después (vid. III). Los cambios que se evidencian
hoy y no señalaba Moneo tenían poco o nulo desarrollo hacia 1980, erigiéndose pues en las
modificaciones más recientes.
II. Los cambios morfológicos representativos de los últimos veinte
años

Comparando la situación descrita en 1980 con la actual, hay algunos hechos que resultan casi
exclusivos del devenir reciente de la ciudad. Las antiguas periferias degradadas y suburbiales
mejoran mucho en su calidad edificatoria, mientras que en el avance de la mancha urbana aparece
una trama largo tiempo pretendida en nuestras ciudades, la edificación unifamiliar. Por fin,
respondiendo a los nuevos ritmos de vida, la plétora de nuevas formas comerciales en los bordes de
las aglomeraciones resulta apabullante. Veamos estas tres circunstancias con algún detalle.

1. La remodelación de las periferias internas

Hasta 1975 era una nota clara la presencia en las ciudades españolas de dos tejidos periféricos
de vivienda de baja calidad: las barriadas de autoconstrucción y los polígonos de vivienda pública.
En ambos casos se ha notado el paso del tiempo, y para bien.
Los barrios de urbanización marginal han tenido en la península un fuerte proceso de
remodelación interna, casi siempre autóctona, que dificulta hoy el reconocimiento en ellas de las
características iniciales. El cambio ha venido de la mano del aumento del volumen construido,
inducido por las ordenanzas, hasta un horizonte común de 3 ó 4 plantas. El proceso de cambio ha
contado con el indudable beneficio del aumento de precio del suelo, que ha quedado por lo general
en manos de los primeros usuarios de las barriadas, que han podido realizar también su plusvalía.
Las nuevas construcciones son casi siempre   —207→   residencias, de tono popular o medio, pero
de una calidad constructiva incomparablemente mayor que los edificios a los que sustituyen. De un
modo evidente, esta transformación puede simbolizar el cambio social y económico del país, en el
que ya no se puede decir que sus ciudades están rodeadas de suburbios tercermundistas.
Este cambio, trascendental, es comprobable en la mayor parte de las ciudades. Espacios que
habían llegado a ser simbólicos en los medios universitarios, por la existencia de publicaciones
científicas, como puedan ser el barrio de los Pajarillos Altos de Valladolid, las parcelaciones de la
Bassa en Badalona o el barrio Schammann en Las Palmas, se hallan muy transformados:
conviviendo las construcciones originales con las modernas, o totalmente sustituidas por éstas.
Este proceso general de remodelación del suburbio ha contado con el beneplácito del
planeamiento, que, por lo general, ha legalizado las parcelaciones suburbiales, confiriéndoles
además una calificación de residencial intensiva. Si sólo esta circunstancia ya dice mucho acerca de
la planificación urbana y su relación con la política de hechos consumados en nuestro país, algunos
matices de detalle dentro del panorama estatal también dan que pensar. Nos referimos en concreto a
la conversión de algunos suburbios en barriadas jardín y al proceso de remodelación suburbial en
Madrid.
En efecto, en algunas ocasiones, coincidiendo con una escasa densificación del suburbio inicial
y su localización cercana a áreas cotizadas, el suburbio ha podido ser reconducido hacia la trama de
vivienda unifamiliar, exenta, en hilera o adosada. Es lo que ha ocurrido en la barcelonesa barriada de
C'an Caralleu, ubicada en el tramo occidental de la Sierra de Collçerola, y cercana por lo tanto al
sector de mayores precios residenciales de la ciudad. Y en el sector nordeste del área metropolitana
de Madrid también se halla algún caso, como Corralejos (Canosa, 1995, 212). Cabe recordar que
este cambio no es demasiado extraño, si se tiene en cuenta que ya en el pasado algunas barriadas
jardín de comienzos de siglo se habían acabado proletarizando, al menos en las ciudades de Madrid
y Barcelona. Encontramos aquí, por lo tanto, otro ejemplo de la importancia que tiene la producción
inicial del suelo urbano, sin que la modalidad primitiva sea lo decisivo, pues la propia ciudad se
encarga luego de ir reinterpretando el papel que a cada pieza de la ciudad le corresponde.
La remodelación del suburbio de Madrid ha sido muchas veces comentada (Mas, 1989) y se ha
convertido casi en enseña de un período urbanístico, que se proclama en los manuales y se muestra a
los visitantes extranjeros como síntoma del cambio y del desarrollo español. En la remodelación de
Palomeras, que incluye otra barriada casi mítica, como el Pozo del Tío Raimundo, el suburbio
original ha desaparecido por completo, incluso en el plano. En su lugar hay   —208→   bloques de
vivienda en edificación abierta, que dejan lugar a múltiples servicios y equipamientos. La clave de la
operación consistió en la negativa inicial del planeamiento a que el suburbio se consolidara, a
diferencia de lo que era común, como hemos dicho, y a la concesión final de que la Administración
pública garantizaba el realojamiento en viviendas de nueva construcción «in situ» para los habitantes
del suburbio inicial. La remodelación ha sido tan completa que ha sobrado suelo para crear una
minibarriada de nueva vivienda pública y social, Madrid Sur, y que el antiguo suburbio pasa a tener
alguna centralidad, de lo que puede ser muestra de que allí se construye la próxima sede del
parlamento autonómico, la Asamblea de Madrid.
Los polígonos de vivienda pública han tenido también una evolución peculiar. De entrada han
mantenido casi sin oposición su individualidad, pues después del franquismo no se ha vuelto a
construir apenas vivienda de promoción pública en cantidades significativas. Lo que fuera llamado el
suburbio vertical (García Fernández, 1974, 85) ha necesitado de unas fuertes inversiones de
mantenimiento, que ha llegado incluso a su sustitución completa en bastantes ocasiones. Es
importante señalar que la propiedad de las viviendas se ha transferido a las Comunidades
Autónomas, con lo que se ha dado lugar a situaciones contrapuestas.
La marginalidad física se ha atenuado bastante, en vialidad, en transporte y en dotaciones.
Muchas ciudades han tenido como prioritaria la búsqueda de la reconstrucción de las periferias, por
utilizar el término de Bohigas (1986, 47), entendiendo por ello las actuaciones en el espacio público
y los equipamientos, con lo que plazas, parques y paseos ocupan ahora el lugar de los antiguos
descampados. Incluso los espacios vacantes de muchos polígonos públicos periféricos han dado
lugar a equipamientos -deportivos, asistenciales, culturales- que están al servicio de la ciudad
completa, como sucede en algunas ciudades pequeñas.
Estos polígonos, por lo demás, han tenido una vida asociativa muy rica, lo que ha acabado
propiciando una más intensa labor pública de mejora general de las barriadas. Suelen tener una
población muy envejecida, planteándose ahora el relevo generacional y fuertes interrogantes en la
cohesión social futura. En estas barriadas, también se está realizando un trasvase general de la
propiedad de los pisos, desde las instancias públicas hacia sus ocupantes, que a veces se ralentizan
por la presión de los vecinos a que las necesarias reformas de las obras las paguen los estamentos
públicos antes de entregar las escrituras (Tatjer, 1995). De cara al futuro, la movilidad de la
propiedad, ya privatizada, es la que acabará dando cuenta del diferente grado de marginalidad que
puedan atesorar todavía tales barriadas.
  —209→   

A pesar de las monografías existentes sobre la creación de esos polígonos, suelen ser espacios
bastante marginados en la literatura oficial de las ciudades, no suelen aparecer en los planos
turísticos, en las guías, están al margen de los grandes fastos urbanos, etc... En realidad, gran parte
de los habitantes de la ciudad pueden no conocerlos o no han estado nunca en ellos. Es por ello que
hay que insistir en las iniciativas encaminadas a su plena inserción en la ciudad y en la vida
comunitaria1.
En conjunto, pensamos que en buena parte de las situaciones son válidos los términos
utilizados para la evolución reciente de una barriada barcelonesa:
«Al final de casi medio siglo de vida, el barrio de la
Trinidad Nueva puede afrontar su futuro con esperanza. Se ha
consolidado un fuerte movimiento vecinal y asociativo que
ha cohesionado una verdadera vida de barrio y ha propiciado
el entendimiento entre todos los habitantes.
Se han mejorado los transportes públicos, los servicios y
las infraestructuras, y la fisonomía del barrio ha cambiado en
los últimos años de un modo tan espectacular que su paisaje
tiene poco que ver con el que tuvo durante más de tres
décadas. En definitiva, la Trinidad Nueva está dejando de ser
periferia para comenzar a convertirse en ciudad»

(Tatjer, 1995, p.
       
129).

2. La reaparición de la trama de edificación unifamiliar como alternativa a los


bloques de vivienda masiva en altura
La edificación unifamiliar, el chalé, ha reaparecido en la periferia de las ciudades españolas
después de varias décadas en que estaba restringida a los escasos barrios de las élites (como las
madrileñas) o a la muy extendida solución de la segunda periferia. No es que se haya sustituido al
bloque de pisos como forma preferente del crecimiento, pero sí que la edificación unifamiliar
participa ahora en ese crecimiento, cosa que antes apenas sucedía.
El inicio del fenómeno puede datarse en el área metropolitana de Madrid en los primeros años
80, cuando surgió la iniciativa del denominado Sector 3 de Getafe. Sobre 350 has. de suelo rústico
surgen más de 6.000 casas adosadas de mano de un movimiento cooperativo de raíz sindical,
acogiéndose todas las residencias a los beneficios de la Protección Oficial (VPO) (Valenzuela, 1990,
—210→   227). También fue pionero, y de éxito fulgurante, el cometido de la cooperativa Rosa
Luxemburgo, emanada del sindicato comunista CC.OO., cuya primera actuación, en San Sebastián
de los Reyes, data de 1979 (Valenzuela/Vázquez, 1991).
En alguna ciudad concreta, como Castellón (Ortells/Querol/Martí, 1996) puede no observarse
el fenómeno, seguramente por la presión edificatoria que implica el alto precio del regadío
periurbano, pero bien puede decirse que el fenómeno es casi general. Afecta a grandes y a pequeñas
ciudades, e inclusive a las ciudades dormitorio de las periferias metropolitanas, que han visto
modificado su tradicional perfil de paralelepípedos masivos lindantes con el campo. Aquí y allí las
promociones de unifamiliar salpican la periferia urbana española.
Semejante cambio, de gran alcance morfológico y territorial, está lejos de haber sido bien
explicado.
El inicial paralelismo entre la fórmula unifamiliar y las cooperativas sindicales no ha durado
mucho. Cierto que VITRA, la marca de Comisiones Obreras, sigue construyendo promociones, pero
la quiebra de PSV resultó muy trascendente; muchas de las iniciativas emprendidas, y no finalizadas,
incluían grandes números de vivienda unifamiliar, como los propuestos para Rivas-Vaciamadrid o
Laguna de Duero2. Y el fiasco del brazo constructor del sindicato socialista ha resultado muy nocivo
para la vivienda en cooperativa en general. De uno u otro modo, la iniciativa privada, las sociedades
inmobiliarias se han involucrado en el proceso, por razones varias. Y la edificación unifamiliar está
en todos los lugares, aunque asociada a unos costos unitarios elevados, por encima del precio de un
piso medio. Dicho de otro modo, el adosado, como toda la edificación unifamiliar, se dirige hoy a un
comprador con elevado poder adquisitivo, reconvirtiendo el sesgo social que tuvo la fórmula en los
primeros años 80.
En el ámbito de las sociedades inmobiliarias se pueden reconocer los factores económicos que
ayudan a explicar las ventajas de la fórmula unifamiliar desde el lado de la oferta, una vez detectada
la demanda por parte de las promotoras sindicales. Con la edificación unifamiliar se evita la
concentración de riesgos, pues la construcción individualizada, o en fases muy cortas, permite
construir al ritmo de las ventas y, en todo caso, comprometerse menos en el inmovilizado y en su
financiación que levantando bloques de pisos. Repasando   —211→   la coyuntura reciente, marcada
por el estancamiento del número total de viviendas producidas, se observa que, en los primeros años
90 las sociedades inmobiliarias no han desarrollado lo unifamiliar tanto como preveían, y que han
tenido que centrarse más en una vivienda de tamaño y calidad medias, casi siempre en edificios
plurifamiliares.
Otro posible factor explicativo del auge de la edificación unifamiliar viene de la mano del
planeamiento. Abandonando la especialización impuesta por el «zoning», y con un claro rechazo
hacia los bloques en edificación abierta, se recupera la calle, la alineación, el parcelario y,
consecuentemente, la manzana cerrada. En la nueva moda de hacer ciudad, que entronca con los
modelos tradicionales de los cascos o los ensanches (López de Lucio, 1995), la edificación
unifamiliar tiene quizás más fácil cabida. En realidad, muchas de las actuaciones más señaladas así
lo atestiguan: cuando en la ACTUR de Tres Cantos se cambió el planeamiento, en 1986, fue para
abandonar la mayor parte de la volumetría inicial, y para colocar unos cuantos miles de edificaciones
unifamiliares (Mas, 1989). Y acudiendo otra vez a las más modernas de las experiencias
urbanizadoras en la periferia madrileña, como Ciudad Loranca, también la residencia unifamiliar se
codea con la plurifamiliar en los diseños encaminados a encauzar la vivienda social en la Comunidad
de Madrid a través de los Consorcios Urbanísticos (Comunidad, 1995).

3. La abundancia de los centros comerciales periféricos

El cambio en los hábitos y en las fórmulas comerciales es, sin duda, uno de los más aparatosos
en la ciudad española contemporánea. Y en el proceso general de cambio comercial, la periferia
juega un papel muy destacado, erigiéndose en el lugar elegido por buena parte de las fórmulas más
innovadoras.
El hipermercado es una fórmula comercial bien característica de las últimas décadas. Su
primera instalación en España se produjo en el año 1973 (Gómez, 1983), pero diez años después el
número de hipermercados era ya de 58. Y la evolución sigue después siendo muy rápida, pues para
el año de 1995 se alcanza ya la cifra de 155 (López González, 1995). El total de instalaciones se
distribuye de un modo muy consecuente con las áreas más urbanizadas y las turísticas, siendo claro
su matiz periférico, tanto en las principales ciudades como en las áreas metropolitanas.
El crecimiento fulgurante de los hipermercados es paralelo, aunque retrasado, con respecto a lo
ocurrido en los países europeos más urbanizados, Francia y Alemania, en especial. Y presenta unas
notas muy distintivas en los diferentes planos del análisis urbano. En primer lugar, es un sector muy
concentrado desde el punto de vista empresarial, con lo que la capacidad de decisión, y   —212→  
de organización espacial de tales sociedades es muy notoria y, en consecuencia, el gran comercio
urbano se ha convertido ya en un poderoso agente urbano, con estrategias propias de localización y
capaz de pugnar fuerte por ellas. En segundo término, su actuación territorial no es neutra, pues a la
vez que se instala en emplazamientos estratégicos, su propia presencia tiende a inducir o reforzar
nuevas pautas de urbanización en su entorno. Y ello es así, por la estricta dependencia de la mayor
parte de los hipermercados con las vías periurbanas de circulación rápida, que acaba provocando una
masiva utilización del vehículo privado y un fuerte aumento de la movilidad intraurbana (Gómez,
1983). Por lo que a su forma se refiere, el modelo se repite de un modo sistemático: grandes playas
de aparcamiento rodeando a un núcleo comercial en el que la ubicación de las mercancías y los
puntos de cobro siguen también pautas estereotipadas; tal es el tipo de hipermercado periférico, que
puede tener variaciones en los emplazamientos más céntricos o los ubicados en los centros
comerciales de nuevo cuño.
En el detalle de los emplazamientos se reconocen los principios generales con claridad. Así,
cuando a mitad de los años 80 se hace un repaso de las grandes superficies comerciales en Madrid, el
hipermercado tiene una localización mucho más periférica que las otras fórmulas comerciales
analizadas, como eran los almacenes populares, los supermercados o los grandes almacenes; y se
comprueba, además que la crisis económica de los primeros 80 repercutió en un acercamiento de los
hipermercados a la ciudad consolidada, para lo que tuvo que adaptar su morfología, incorporando el
aparcamiento en la superficie edificada (Sanabria, 1986).
Y puede resultar modélica, en la presentación general del modelo y en el detalle de la
ubicación, la reflexión que se hace para un hipermercado de Murcia «... y no deja de tener interés el
recordar que PRYCA -en suma, del centro a la periferia, de la ciudad de antaño a la que se está
haciendo, la tercera generación de las superficies comerciales, después de la tienda de la ciudad vieja
y el gran almacén del nuevo centro de negocios-, que PRYCA se ha instalado oportunamente en dos
puntos estratégicos de la estructura urbana de la aglomeración: en el contacto de la ciudad y de la
huerta, al encuentro de la metrópoli y de su zona de influencia, pero también en la frontera, social y
espacial, de las clientelas acomodadas que residen en la ciudad y las clientelas populares que habitan
los barrios más periféricos del casco o viven en la huerta» (Herin, 1990, 52).
Los centros comerciales suponen un segundo tipo de innovación comercial. Son espacios
integrados de nuevo cuño, que además de comercio incluyen otras actividades, como la restauración
o el ocio como complementos necesarios.
  —213→   

Uno de los centros comerciales más tempranos y simbólicos es La Vaguada en Madrid,


inaugurado en 1983, que se vio involucrado en las luchas urbanas de la transición política y en la
oposición del pequeño comercio. Su propia localización, junto a una barriada masiva popular, el
barrio del Pilar, levantado en los años 60, puede ser tildado de periferia interna, que resulta muy
abundante en los centros de este tipo, que no desdeñan tampoco ubicaciones más céntricas.
Los centros comerciales también han tenido un crecimiento fulgurante en las ciudades
españolas. Si para el año 1985 su número se calculaba en 69, en el año 1992 la cifra de estos
establecimientos ya era de 223. Con todo, la superficie comercial acumulada sólo era en 1992 del
7% de la total del país, quedando bastante lejos de la referencia extranjera usual, la francesa y la
estadounidense (Filo, 1993). Este crecimiento rápido, y las posibilidades estimadas de un mayor
aumento, han llevado precisamente a muchas sociedades inmobiliarias a interesarse por el centro
comercial como producto, como después se señalará.
Precisamente, una de esas sociedades inmobiliarias acotaba las características del centro
comercial ofrecido del modo siguiente:
* Superficie entre 25.000 y 60.000 metros cuadrados.
* Núcleo urbano próximo superior a los 200.000 habitantes.
* Disposición de varias «locomotoras» entre las que destaca un hipermercado, que combina
adecuadamente su presencia con medianas superficies y tiendas especializadas.
* Buena calidad de las vías de acceso.
* Facilidad de aparcamiento de vehículos. (Filo, 1993, p. 35).
Pero, como reconoce otro promotor, el centro comercial: «es un producto que está
evolucionando constantemente de acuerdo con las tendencias que van imponiendo los países más
desarrollados. Así del concepto anterior de una simple galería comercial con hipermercado se está
pasando a parques comerciales, basados más en ocio, con mayor peso de medianas superficies,
restaurantes y multicines dentro de las grandes ciudades» (Metrovacesa, 1997, p. 27).
Los centros comerciales, por lo tanto, son un concepto bastante versátil en su forma, pues
puede incluir desde galerías comerciales céntricas hasta establecimientos periféricos, y de evolución
conceptual muy rápida.
En los centros comerciales periféricos cabe destacar el factor de cambio que implican en los
hábitos comerciales vigentes en los núcleos urbanos de menor tamaño, como puedan ser Cáceres,
Palencia o Jaén. En las ciudades de mayor tamaño pueden convivir centros de diferente entidad y
localización, pero   —214→   son relevantes los que buscan una posición de periferia metropolitana,
como Baracaldo en el caso de Bilbao o El Saler para Valencia. Y en el área metropolitana de
Madrid, se nota incluso un claro matiz diferencial entre los múltiples centros de la periferia
metropolitana, en términos de calidad, precios y diseño según su cercanía a los núcleos de diferente
composición socioeconómica3.
Como decíamos, la potencia del fenómeno de los centros comerciales ha propiciado que a lo
largo de los años 90 las principales sociedades inmobiliarias del país se hayan interesado por el
producto, en paralelismo a la atonía del mercado de viviendas de nueva planta y a la saturación del
mercado de oficinas. El hecho es que algunas sociedades se han lanzado al mercado nacional,
abandonando antiguas especializaciones regionales. Una antigua sociedad inversora barcelonesa,
Filo, penetrada por el capital cooperativo de Mondragón, ha promovido centros en Santander,
Baracaldo y Hospitalet. Una de las principales promotoras de viviendas, Vallehermoso, ha levantado
también centros en Palma de Mallorca, Málaga y Zaragoza. E inclusive una vieja inmobiliaria
patrimonial madrileña, como Metrovacesa, se ha lanzado de lleno al subsector, atesorando un total
de 7 centros inaugurados entre 1989 y 1996.
La estrategia de Metrovacesa puede servir para dar cuenta de los diferentes agentes
involucrados en el proceso. La inmobiliaria actúa de un modo combinado. Por un lado, tiende a
vender las grandes y medianas superficies «que actuarán como "locomotoras" de atracción de
público» (Metrovacesa, 1997, 26). Y, por otro lado, la sociedad conserva como patrimonio en renta
el espacio destinado a pequeña superficie comercial, confiada en la liquidez de los alquileres de unos
espacios con fuerte demanda. Las otras inmobiliarias trabajan de modo similar, como lo hacía Filo
cuando concertó con Eroski la adjudicación de las grandes superficies comerciales. En realidad, la
estrategia de las inmobiliarias puede realizarse en paralelo a la de algunos grupos comerciales
dominantes en los ámbitos locales, como ha ocurrido con Metrovacesa y el grupo Cruz Mayor en el
centro La Ballena, de Las Palmas (Morales/Hernández, 1996).
Pues bien, en esta situación tan cambiante y dinámica, ya han llegado a las ciudades españolas
nuevas fórmulas comerciales, más allá de los hipermercados o los centros comerciales. Son
los hipermercados superespecializados, que ofrecen una sola línea de productos, basados en la más
clásica de las economías de escala. Los hay de juguetes (Toy's), de bricolaje (Leroy Merlín, Akí), de
electrodomésticos (Miró), de muebles (Ikea), de deportes (Decathlon)...   —215→   Por lo usual no
son de gran tamaño, pero repiten incansablemente la misma fórmula a través de un elevado número
de centros: Decathlon ya tiene 14 instalaciones en nuestro país, a pesar de que la primera data del
año 1992 (Barciela, 1997). En fin, una estrategia nueva, ya ensayada con éxito en los Estados
Unidos.
Por más que estas superficies especializadas pueden encajar en múltiples tramas por su
reducido tamaño, de nuevo se prefiere la localización periférica, otra vez obligados por la necesaria
óptima movilidad del cliente potencial. De ahí que no suelan estar lejos de las grandes arterias de
tráfico, muchas veces en espacios nuevos preparados al efecto, y no muy lejos de hipermercados
convencionales y centros comerciales. De lo que se derivan espacios modélicos, con múltiples
posibilidades de compra, donde coinciden personas llegadas desde lugares muy distantes, y donde
los hitos visuales son los grandes rótulos y letreros en lo alto para que puedan ser percibidos desde
lejos por el automovilista, mimetizando por completo las formas acuñadas en la ciudad
estadounidense. Entre esos novísimos espacios en uso, un lugar destacado es el parque comercial de
Alcorcón, junto al cruce de la nacional V y la M-40, que ha sido precisamente señalado como
producto tipo de la planificación urbana en periferia (Feria, 1996).
En conjunto, todos estos enclaves han ayudado a modificar en alto grado los ritmos de la vida
cotidiana, se combinan a la perfección con la expansión urbana y con el auge de la edificación
unifamiliar. Son la expresión, en último término, de los cambios profundos que sufre la ciudad
actual, y que han sido convenientemente sintetizados en su apartado comercial (Rubio/Santiago,
1993).
Pero estos tres elementos nuevos en la periferia de la ciudad actual no se presentan aislados,
sino que se incardinan en un conjunto territorial peculiar, algunos de cuyos síntomas ya se hacían
presentes hacia 1980. Refirámonos ahora a estos últimos.
III. La consolidación de las tendencias previas

En el panorama bosquejado por Moneo es evidente que había unas líneas de apertura espacial
de la ciudad hacia el exterior, después de haber permanecido largo tiempo casi inmóvil, anclada en
unas líneas tradicionales de crecimiento, que apenas habían tenido modificación desde la aparición
del ferrocarril o el tranvía. Las nuevas pautas de organización del espacio que el automóvil supone
no han hecho sino imponerse en los últimos veinte años, de modo que la importancia de los viales
periféricos, la salida de las industrias del centro urbano, la proliferación de equipamientos en las
afueras y el crecimiento irrefrenable de la segunda residencia contribuyen a extremar la movilidad
cotidiana   —216→   de la población urbana, urdiendo en las afueras de las ciudades una maraña de
relaciones complejas bastante difícil de desentrañar. Repasemos los fenómenos uno a uno.

1. La mejora de los accesos urbanos periféricos

La progresión de «cinturones y variantes» ha sido imparable en los últimos tiempos. El


«urbanismo de las obras públicas» se ha seguido demostrando como el más eficaz motor de cambio
en las periferias urbanas. Las nuevas vías organizan el crecimiento futuro de la periferia, afectando a
toda su amplia gama de usos del suelo. En buena lógica no hay diferencia entre el polígono
comercial que se ubica junto a una orbital en un área metropolitana o el campo de golf que se coloca
en la variante de circunvalación de una ciudad media. Ambos usos buscan sobre todo accesibilidad;
en estos casos los cambios son muy evidentes y se dan con rapidez.
Las nuevas carreteras son buscadas por los nuevos usos, pero también dan una mayor
accesibilidad a los usos ya existentes en sus cercanías, aunque los cambios en este supuesto son más
difíciles de apreciar y se manifiestan con una mayor lentitud.
La mayor parte de las ciudades españolas que carecían de ella se han dotado de vías de
circunvalación en este período. En el caso de las autopistas, pensemos en la de Zaragoza o en el
célebre «by-pass» de Valencia. Ambos tramos, públicos, han cambiado el curso del transporte
pesado de larga distancia y buena parte del flujo de turismos, con las consecuencias inmediatas
(almacenes, talleres, restauración,...), pero han incidido también en la organización interna de sus
áreas metropolitanas, cambiando itinerarios, imponiendo nuevas distancias medibles en tiempo y
mejorando en general la accesibilidad, tanto de dentro a afuera, como en el sentido contrario o la
transversal. Y si hablamos de ciudades de menor tamaño las variantes de las nuevas autovías han
afectado a un número amplísimo de núcleos, en los que los cambios no se han hecho esperar, tal
como se atestigua en algunas publicaciones4.
Un caso peculiar de las circunvalaciones lo constituyen las denominadas orbitales existentes en
las mayores áreas metropolitanas, a modo de anillos situados a distancias crecientes de los centros de
la aglomeración. Correspondientes   —217→   a la periferia interior son la M-30 en Madrid y el
segundo cinturón (B-20) en Barcelona. Y las áreas metropolitanas contienen la B-30 en Barcelona y
la M-40 y M-50 en Madrid, está última sólo con un pequeño tramo por ahora. En los últimos veinte
años se han realizado la M-40, el tramo de la M-50 y la B-20, con repercusiones espectaculares en
todos los casos. En Barcelona la operación vino de mano de las mejoras urbanas complementarias
con los Juegos Olímpicos de 1992, incidiendo en buena parte de las zonas de mayor degradación
material y social de la ciudad, con el consiguiente efecto de renovación y mejora. La M-40
madrileña, con 60 kilómetros de perímetro, se construyó de modo casi autónomo frente al
planeamiento urbanístico y ha repercutido en la salida de nuevos usos, en una mejora tremenda de la
movilidad transversal y en el proyecto de nuevos espacios residenciales. La M-50, en fin, ya se ha
diseñado para instalar nuevos usos en la zona sur metropolitana. Los mayores cambios morfológicos
de ambas ciudades tienen que ver, sin duda, con estas vías de circunvalación.
Por otro lado, el reciente Plan Nacional de Autovías ha supuesto una reducción general de las
distancias en muchas zonas del país. Las mejoras han sido tanto más espectaculares cuanto más
difícil fuera el trazado de las vías previas. Así, se ha comprobado una gran mejora en los trayectos
Bilbao-Santander, Madrid-Zaragoza, Oviedo-León, Valladolid-Palencia y un largo etcétera. Pues
bien, ello ha tenido indudables consecuencias en la mayor irradiación de la segunda residencia,
señalándose ya la presencia de asturianos en el norte de Castilla la Vieja y una mayor frecuentación
de madrileños en las playas valencianas y alicantinas. Esta progresiva difusión de la segunda
residencia hace que muchos espacios se saturen, como el mencionado eje Madrid-Zaragoza, que ya
queda todo él bajo el alcance de la isocrona de la hora y media, cifra en la que se estima el alcance
de los movimientos pendulares de fin de semana (Canto, 1995).

2. La industria en la periferia

La tendencia a la salida de la industria hacia las afueras de la ciudad no ha hecho sino


incrementarse en los últimos veinte años. Como respuesta a la crisis industrial, la descentralización
productiva ha supuesto una localización de los «nuevos establecimientos productivos... en las áreas
periféricas (coronas metropolitanas y franjas periurbanas) y sobre los grandes ejes de conexión
intermetropolitana» en búsqueda de las rentas espaciales y de situación (Fernández, A., 1993). Y se
ha escrito mucho al respecto, por lo que no parece muy necesario insistir en ello 5. Recordemos sólo
que las razones tecnológicas de la salida parecen sólidas, lo   —218→   mismo que la atracción de
las zonas de mejor accesibilidad para el tráfico por carretera, cada vez más importante en el país.
Asimismo, en los peores años de la crisis, los 80, los incentivos para la atracción de industrias
pudieron ser otro factor de atracción para los nuevos emplazamientos.
Un elemento singular de la dinámica industrial ha sido la de los parques tecnológicos. En pleno
proceso de cambio de modelo industrial, la mayor parte de las grandes ciudades han acabado
construyendo sus polígonos aptos para las nuevas tecnologías, la investigación y el desarrollo (I+D),
con desigual fortuna, pues resta por saber qué han supuesto tales esfuerzos en la evolución
económica de cada territorio. En todo caso, los parques tecnológicos constituyen una buena síntesis
de la coyuntura presente, pues responden a los criterios de innovación tecnológica, planificación
estratégica y competitividad urbana tan en boga.
Sea como fuere, los bordes de las ciudades están repletos de polígonos para talleres, almacenes
y otros muchos usos, pues el concepto de polígono industrial ha evolucionado mucho, tal como
refleja incluso el término de «parque industrial», tan extendido. Tan así ha sido, que incluso el suelo
destinado a la industria ha sido objeto de la atención por parte de los promotores urbanos, que han
observado posibilidades de negocio. En consecuencia, han aparecido polígonos con «imagen de
marca» en distintas ciudades y grandes inmobiliarias -como Metrovacesa- se han dedicado de lleno
al sector, por vez primera en toda su existencia. Y qué decir de las instancias oficiales:
Ayuntamientos, a través de empresas públicas de suelo, los organismos pertinentes de las
Comunidades Autónomas, el propio SEPES actuando a un ritmo muy veloz,... No puede decirse que
haya faltado suelo para la industria, lo que se contradice con la atonía del empleo industrial y el
progresivo aumento de los servicios. El proceso de creación de suelo industrial ha sido muy potente,
pero no por ello siempre se ha realizado dentro de la normativa urbanística. Precisamente es en este
ramo donde parece apreciarse una mayor indisciplina, con la consecuente mezcla de las instalaciones
industriales con el parcelario rural, para un mayor elogio de la irracionalidad.
El denominado vaciado industrial de las ciudades (Pardo, 1991) encuentra también apoyo en
las cuestiones medioambientales o en la propia presión de las rentas de situación, que provocan un
alto precio de las instalaciones de la fábrica central si se puede destinar a otro uso, residencial por
ejemplo. De ahí ha resultado un fluido diálogo entre empresarios, municipios, asociaciones de
vecinos y sindicatos, que ilustran mucho sobre el funcionamiento de la ciudad y de la sociedad en su
conjunto. La consecuencia suele ser un cierre de la factoría central, un traslado lejano y una generosa
edificabilidad en los antiguos terrenos   —219→   fabriles, donde alguna vez hay algún
equipamiento comunitario. El fenómeno afecta en especial a las ciudades centrales, inclusive en sus
bordes, pero ya hay indicios de que las periferias más antiguas también pierden sus industrias para
dejar paso a otros usos (Costa/Canales, 1991).
En su conjunto, el proceso centrífugo de la industria, la gran industria en especial, no afecta
sólo a los viejos tejidos industriales, sino que involucra también a partes relativamente recientes de
la ciudad. Un modelo de la industria franquista como era la fábrica automovilística de SEAT, en la
zona franca de Barcelona, ya ha sido preterido, por una factoría más lejana, en Martorell, con mayor
tecnificación, mejor situada en la red de transportes, etc.... La misma zona franca ya tiende a asumir
funciones terciarias, vinculadas al transporte y al puerto.
Esa movilidad rotunda del panorama industrial no se ve acompañada por idéntico ritmo en lo
que a los trabajadores se refiere. Ya es conocida la rigidez de nuestro mercado de la vivienda,
anclado por el régimen de propiedad, con lo que el cambio de domicilio no es siempre fácil. Y la
consecuencia global es que acaba incrementándose la movilidad cotidiana de los trabajadores
industriales, en un sentido inverso al de los empleados terciarios que gravitan sobre la ciudad central.

3. Los múltiples usos periféricos

Pero son muchas las personas que cada mañana salen de la ciudad con destino a la periferia.
Moneo señalaba las escuelas y los hospitales como nuevos usos periféricos, pero la serie de
establecimientos se está haciendo ya muy larga. En las áreas extremas de la ciudad encontramos a
muchas Universidades, que además proliferan incluso en ciudades pequeñas, al calor de la
organización autonómica. Están también los mercados centrales, que de modo sistemático están
fuera, a la espera de las mercancías alimenticias que traen los camiones. Incluso se han hecho ya
centros de transporte periféricos, donde se maneja todo tipo de mercancía y se facilita su transbordo
a vehículos mejor adaptados al tráfico urbano. También salen de la ciudad los cuarteles, los
cementerios privados, los recintos feriales, las cárceles o los equipamientos deportivos.
Un uso que ha salido sólo esporádicamente del centro es el sector de oficinas. En realidad, las
puede haber en algún eje de salida con buena accesibilidad, cerca de algún aeropuerto o junto a
recintos feriales de nuevo cuño y parques industriales de punta. Pero en torno a 1990 se creyó en la
descentralización masiva de las oficinas, coincidiendo con una subida de precios muy fuerte en el
subsector. Y ello animó a la iniciativa privada, y al sector público, a promover   —220→   polígonos
de oficinas en las afueras. En el área metropolitana de Madrid las oficinas se levantaron a unos 20
km. del centro de la ciudad, y no han tenido ciertamente mucho éxito, pues su ocupación ha
coincidido con una sobreoferta de oficinas en el centro, con la consiguiente reducción de precios y la
preferencia por el emplazamiento céntrico 6. Es ésta una buena muestra de la influencia de los ciclos
inmobiliarios en la organización espacial de la ciudad.
La implantación de esos usos periféricos varía, como es lógico, según el tamaño de la ciudad.
En las mayores áreas metropolitanas las últimas excrecencias de la ciudad, como pueden ser los
grandes centros penitenciarios (Ciempozuelos, Alcalá-Meco, Soto del Real, Cardedeu-La Roca,..)
están ya a decenas de kilómetros del centro, confundidas con la industria o la segunda residencia, en
plena amalgama periurbana. Y en las ciudades de menor tamaño hay una mayor gradación territorial,
tal como se ha descrito recientemente para Salamanca de un modo ejemplar:
* en los bordes de la ciudad: el cementerio, los cuarteles, la plaza de toros, la Campsa y, desde
hace poco, el gran hipermercado del Pryca.
* en los municipios inmediatos: barrios dormitorio, polígonos residenciales segregados,
urbanizaciones de segunda residencia reconvertidas, industrias, talleres y almacenes en polígonos o
agrupaciones dispersas, una gran instalación deportiva como el Estadio Helmántico.
* en pleno medio rural: a 20 km. están el aeropuerto y una fábrica de envasado de uranio, y a
25 un macrocentro penitenciario. A distancias similares del centro han aparecido también un campo
de golf (en Zarapicos) y un centro de recuperación de toxicómanos en la Armuña. Junto a estas
instalaciones puntuales «habría que sumar de manera generalizada los usos residenciales que han
transformado el caserío de los núcleos rurales o han picoteado con urbanizaciones parte del ancestral
paisaje agrario y ganadero» (Cabero, 1996, 113).
Los equipamientos deportivos tienen un especial protagonismo en el relleno de la periferia, en
consonancia con una mayor disponibilidad de tiempo libre y el aumento de la calidad de vida. En ese
ámbito, la práctica del golf adquiere un notable interés geográfico, por cuanto exige una cantidad de
terreno determinada, en torno a 50 hectáreas, lo que le hace ser relevante en términos de usos del
suelo. Además el golf se vincula casi siempre a soluciones urbanísticas   —221→   de residencia
unifamiliar de lujo, con lo que propicia también una clara lectura social del espacio. Y el golf se
asocia también a las tan debatidas estrategias urbanas, pues se suele incluir la existencia de estos
recintos como un atractivo más en las áreas de expansión económica. Donde sí hay una relación
clara es en la versión turística del golf, muy comprobada en las zonas de turismo litoral (Costa del
Sol, Mallorca, Costa Blanca), que parece intentarse ahora también en alguna que otra ciudad del
interior (Cáceres, Lerma). Muchos de esos factores se combinan y explican la presencia de estas
nuevas instalaciones en un número creciente de ciudades.
Un ejemplo que combina muchos de los factores, ya referidos, de reciente transformación de la
periferia, es la descripción de una promoción inmobiliaria en las cercanías de Murcia, que se
transcribe como modelo de funcionamiento actual de las zonas extremas de la ciudad:
«Urbanización Altorreal, Murcia. Situada a 10 km. de
Murcia, con el único campo de golf de la ciudad. La nueva
autovía de Murcia, autovía nacional Madrid-Albacete, pondrá
la urbanización de Altorreal a 5 minutos del centro de la
ciudad. La urbanización bordeada por la autovía dispondrá de
salida a la misma mediante un enlace a distinto nivel. Urbis
está comercializando parcelas individuales de 800 metros
cuadrados, casas adosadas con parcela de 300 metros
cuadrados y residencial colectiva. Con independencia de la
forma, tamaño y distribución de parcelas, los derechos
edificatorios en dicha urbanización permitirán a Urbis una
actuación continuada durante 8 a 10 años»
(Urbis, 1995, 39).       

4. La evolución de la segunda residencia periférica

Sin duda, el cambio más trascendente en términos de cantidad de suelo involucrado es el de la


segunda residencia periurbana. Se han cumplido las previsiones de Moneo cuando alertaba sobre la
trascendencia futura de unas manchas residenciales proyectadas y legitimadas con demasiada
alegría.
Y es que de modo general, la segunda residencia ha ampliado su radio de acción, gracias a la
mejora de las vías de comunicación, pero buena parte de lo que nació como segunda residencia se ha
convertido, se está transformando, en residencia permanente. Es éste un asunto crucial en la periferia
urbana, que merece perfilarse en detalle.
Son muchos los factores que inciden en el proceso y no es fácil deslindar entre ellos, pues lo
que resulta trascendente es precisamente su mezcla y no uno de ellos en solitario. Cuando menos,
tenemos la salida de muchos centros de trabajo (industriales, comerciales) que proporcionan una
nueva demanda   —222→   residencial, la mejora de las carreteras periféricas y de los ferrocarriles
de cercanías, que reducen tiempos y mejoran la accesibilidad, el brutal encarecimiento de la vivienda
urbana, que induce a la búsqueda de la residencia lejana, siempre más barata, la proliferación de las
nuevas tecnologías, que permiten cada vez más realizar ciertos trabajos en su propio domicilio, la
contribución de los promotores y sociedades inmobiliarias a través de la publicidad, creando una
imagen favorable a la vida suburbana, etc...
Entre todos ellos, uno estaría tentado de destacar a dos. En primer lugar la ya indicada
tendencia reciente hacia la edificación unifamiliar, que se encuentra con una gran cantidad de
promociones ya cuajadas de antigua segunda residencia y a precios competitivos, sólo que unos
kilómetros más lejos. Y la propia dificultad de acceso a la vivienda en la ciudad central puede
arrimar a muchos a utilizar más intensivamente un patrimonio construido, aunque para ello haya que
ampliar el tiempo destinado al transporte. En el caso de Valencia, dado el esmero con el que la
segunda residencia se adaptaba al contraste tradicional entre secano y regadío, muchas de las
manchas tradicionales están muy cercanas a la ciudad central (Miranda, 1985), con lo que el actual
proceso de conversión es muy rotundo.
Sea cuales fueren las causas, el hecho evidente es que en el área metropolitana de Madrid la
mayor parte de la vivienda nueva en núcleos distantes de 45 kilómetros, y con servicio de ferrocarril
de cercanías, es adquirida para primera residencia y que la distancia se reduce, pero poco, en los
núcleos que carecen de servicio ferroviario. En ciudades de menor tamaño, el radio de vigencia del
fenómeno es más corto, pero su propia existencia está atestiguada por numerosos estudios.
En la traducción espacial del fenómeno hay un importante matiz, la diferencia entre las
ciudades turísticas del litoral y el resto. La mezcla de usos es mucho mayor en el Mediterráneo o en
Canarias, habida cuenta de las infraestructuras y el equipamiento existentes al servicio del flujo
turístico creciente, que se mezcla con la propia segunda residencia de origen urbano.
Se trata de otro fenómeno complejo. La tendencia a la ampliación de la temporada turística
hace que la presencia de muchos equipamientos y servicios sea más activa, pues la propia temporada
turística basta muchas veces para su supervivencia, y su localización puede ser muy difusa, al
servicio de los centros turísticos, que no siempre coinciden con las ciudades tradicionales. Además,
el grado de utilización de la segunda residencia litoral es mayor que en el interior, por razones de
bondad climática, lo que contribuye a la permanencia de dichos equipamientos y servicios. En
determinados lugares, además, el propio tejido turístico tiende a ser utilizado como residencia
permanente por la   —223→   población de edad, como sucede en determinados ámbitos (Costa del
Sol, Mallorca, Costa Blanca) y la tendencia parece creciente.
En suma, este complejo turístico y residencial es en muchos lugares un espacio, de forma
lineal, plenamente urbanizado. Hablar de la existencia de una ciudad lineal real entre Blanes
(Gerona) y Cambrils (Tarragona), por ejemplo, puede sorprender, pero se trata de un ámbito casi
completamente edificado, y la población que se encarga de su construcción, mantenimiento,
abastecimiento o dotación de servicios ejerce unas actividades plenamente urbanas, los precios del
suelo son también de corte urbano y la atracción de población es un hecho, comprobable por el
crecimiento demográfico de los núcleos y la atracción de inmigrantes. Más aún, en algunos lugares,
como la Costa del Sol, la propia franja turística ya actúa como centro urbano, con problemas de
encarecimiento del suelo, de modo que algunas actividades, como la residencia de trabajadores de
hostelería se ve obligada a retirarse del área más cara, en este caso hacia el interior rural.
Nos parece indudable que en un contexto de segunda residencia litoral muy urbanizado como el
descrito, la tendencia a la conversión de la residencia temporal en permanente es más acusada.
Máxime cuando la abundancia de fórmulas de alojamiento más módicas, como los apartamentos,
posibilita el acceso a los grupos de edad con mayores problemas de vivienda, los adultos jóvenes. En
cualquier caso, hay constancia de que tal conversión en algunos productos de sociedades
inmobiliarias en apuros ha funcionado7.

IV. Otras pautas del proceso de urbanización

Hasta ahora hemos prestado atención preferente a los aspectos físicos de las periferias, pero
llegado es el momento de reseñar también otras cuestiones que carecen a veces de una traducción
espacial tan clara, pero no por ello son menos significativas 8. Al respecto figuran algunos hechos
reseñables, como los relativos a la distribución de la población y su movilidad, la permanencia de la
—224→   segregación social de las periferias y las pautas recientes del planeamiento del espacio
suburbano.

1. La movilidad de la población suburbana

Como suele ocurrir, el estudio de la población siempre constituye un punto de referencia básico
en los asuntos de geografía humana. En tal sentido, una síntesis muy clarificadora de las
modificaciones recientes en las periferias urbanas es la cartografía realizada de los potenciales
demográficos y su variación reciente en el Atlas Nacional de España. Las cuadrículas de 25
kilómetros cuadrados allí delimitadas muestran de modo rotundo la evolución poblacional de las
principales áreas urbanas en los últimos recuentos de población. Entre 1970 y 1991 resulta evidente
a la pérdida de dinamismo demográfico en las ciudades centrales frente al aumento del ritmo de
crecimiento poblacional de sus periferias. Lo que hace 25 años era exclusivo de Madrid y Barcelona,
en 1991 se extiende ya a un total de doce ciudades. Aunque fenómenos de índole diversa explican
casos particulares, como el de las ciudades vascas, Cádiz o Cartagena, la atribución del fenómeno a
la difusión urbana resulta inequívoca (Calvo/Pueyo/Jover, 1992).
Y hay detalles de la evolución demográfica reciente en las mayores áreas metropolitanas que
ponen de relieve fenómenos de interés. Para Madrid, se ha señalado un decrecimiento del ritmo de
aumento en las ciudades-dormitorio, mientras las mayores tasas de aumento demográfico corren a
cargo de los núcleos más alejados, el denominado «rural metropolitano» para el período 1986-1991;
en ello, los autores del trabajo creen ver un ejemplo del «modelo de difusión por contagio en ondas»
(Méndez/Razquín, 1992). Procesos similares se observan en Barcelona, donde las coronas
metropolitanas parecen basar su crecimiento en «la lenta redistribución desde la metrópoli hacia la
periferia» (Suau, 1995, 105); es singular algún detalle, como el retroceso absoluto de población en el
último intercensal de un núcleo de la primera corona metropolitana, como es Badalona, fenómeno en
el que debe haber influido la emigración de retorno (Dura, 1995).
En cualquier caso, la propia movilidad cotidiana de la población pone de relieve el alcance de
los fenómenos de integración laboral de las periferias urbanas. En las áreas metropolitanas es ya un
asunto recurrente en los análisis, pero recientes trabajos ponen de manifiesto que el fenómeno afecta
también a ciudades medias y pequeñas (Ganau, 1995, Salom/Carrasco y otros, 1995). Se confirma el
hecho de que la incorporación de la población periurbana al mercado laboral urbano es un fenómeno
más extendido que el de la incorporación de población urbana a los núcleos rurales periurbanos
(Valenzuela, 1986, 104).

  —225→  
2. La segregación de la periferia

Hemos insistido anteriormente en la mejora general de la calidad de la vivienda y de la


remodelación de los antiguos suburbios, pero ello no debe conducirnos a una idea equivocada acerca
del mercado residencial periférico.
En primer lugar, la marginación extrema no ha desaparecido. Los enclaves de población gitana
siguen asentándose en los lugares más insospechados de los alrededores de la ciudad, mostrando la
continuidad, la permanencia de nuestra peculiar parcela de segregación urbana. Pero en los últimos
años hay otros ocupantes de esas perfectas «bidonvilles» que sólo se llegan a visualizar desde una
vía periférica, que se reseñan en las páginas de sucesos de la prensa o que son campo de acción de la
asistencia social; nos referimos a las abundantes poblaciones de inmigrantes extranjeros, que no
siempre tienen fácil el camino de la integración residencial. En concreto, las barriadas marginales de
inmigrantes magrebíes parecen especialmente abundantes, aunque por lo general no hay suficientes
estudios que den cuentan de ello9.
Más allá de las incrustaciones tercermundistas que orlan nuestros bordes urbanos, el mercado
normalizado de vivienda no puede decirse que se mueva por el camino de la igualdad. La jerarquía
de precios en las periferias metropolitanas no decrece, sino que parece acentuarse. El tono general de
la vivienda ha mejorado, pero las diferencias de tamaño subsisten y hay nuevos contrastes en la
accesibilidad general, en la disponibilidad de ciertos recursos y servicios, en la cercanía de las zonas
de mayor calidad ambiental, etc...
En realidad, como señala Lois la periferia es actualmente el nuevo ámbito de la segregación
urbana: la residencia unifamiliar frente al bloque de pisos, las nuevas y rutilantes implantaciones
periféricas frente a las antiguas en decadencia... (Lois, 1997). Da la impresión de que los precios de
la vivienda no se mueven sólo en relación a la calidad material de la construcción, sino a la calidad
social del espacio circundante. El ejemplo de las grandes «urbanizaciones cerradas» de residencia
unifamiliar, con servicios y equipamientos de lujo parece cundir, en una tendencia fuerte a un mayor
anonimato y a la pérdida de los valores comunitarios. De ahí que muchas promociones de alta
calidad incluyan entre sus reclamos «la privacidad» o «la exclusividad» como valores positivos y
—226→   otras de nivel medio alto tiendan a imitarlas. En el lado opuesto, tendríamos muchos
núcleos periféricos, nacidos como ciudades-dormitorio, compuestos de promociones masivas de
pisos de calidad media y baja, a los que les resulta muy difícil mejorar sus niveles de vida, aunque
hayan sido reequipados en los últimos lustros. En cualquier caso, no parece que la solidaridad
territorial sea muy abundante, si atendemos a los conflictos que ocasionalmente se dan entre estas
dos tramas de la periferia cuando conviven en un mismo marco territorial, como ocurre en el
municipio de Alcobendas10.
El hecho es que la periferia, se está segregando en unos ámbitos de mucha calidad, que
prolongan casi siempre los distritos más valorados de la ciudad central, frente a otras zonas de
mucha menor valoración. En Barcelona se ha comprobado que «las diferencias de precios de la
vivienda entre las diversas ciudades del área metropolitana tienden a aumentar con el tiempo... Entre
1987 y 1993 las diferencias han aumentado considerablemente dando lugar a ciudades caras -Sant
Just, Sant Cugat- y a ciudades baratas -Badalona y Cerdanyola...» a la vez que se afirma que «el
precio de la vivienda se ha convertido en factor predominante de la localización residencial, mientras
que ha perdido relevancia el lugar de trabajo» (Tello/Martínez, 1995, 49-50). Para el área
metropolitana de Madrid parece también evidente que la segregación social no hace sino aumentar
(Mas, 1992), y que en la zona más problemática del sur metropolitano no se produce una mejora
notable de la calidad de vida, a pesar de algunos esfuerzos públicos.
En su mayor parte, por lo tanto, la periferia ha tenido hasta hace poco en España un concepto
claramente peyorativo, en la creencia generalizada de que la ciudad central se abandona obligado por
tener unos ingresos insuficientes11, pero pensamos que en los últimos años, en parte por la difusión
de la edificación, unifamiliar y por la absorción de la antigua segunda residencia, está progresando
una periferia de calidad basada en las mejores condiciones ambientales. Este contraste es
seguramente más intenso en las grandes ciudades que en las pequeñas, con lo que la segregación es
más evidente en las primeras.

  —227→  

3. ¿Un planeamiento periférico ineficaz?

Con los presupuestos ya enunciados, de mejoras en la vialidad, de gran movilidad laboral, de


fuertes tendencias centrífugas en las grandes metrópolis, parece claro que el planeamiento municipal
es incapaz de lograr una organización territorial coherente en las periferias urbanas, pues las
fronteras municipales están presentes en la mayor parte de los alrededores de las principales
ciudades del país. La periferia exige para su ordenación un plano de actuación supramunicipal.
Pero los especialistas indican una y otra vez sobre la dificultad de este planeamiento, en buena
parte por razones políticas. Eduardo Mangada, por ejemplo, ha insistido en la gran cantidad de buen
planeamiento nunca llevado a la práctica por la falta de una autoridad supramunicipal, y ha señalado
el carácter negativo de la supresión del área metropolitana de Barcelona (Mangada, 1993). Por su
lado, José María Feria, ha señalado el intento de coordinación que supone la aprobación de las
Normas de Coordinación Metropolitana de la Comarca de L'Horta, y el papel positivo que en Madrid
supone la Comunidad de Madrid como autoridad urbanística de todo el ámbito de influencia
metropolitana, pero lamenta la ineficacia de la coordinación territorial en Andalucía. En conjunto,
Feria afirma que, debido a una planificación inconsistente, la periferia se convierte en «un espacio
fragmentado, funcionalmente inconexo y formalmente confuso» (Feria, 1996).
La claridad del diagnóstico formulada desde unas perspectivas generales se ve corroborada por
la evidencia de los casos concretos. El panorama descrito para la evolución reciente de Ponferrada y
sus contornos es esclarecedor, con dispersión indiscriminada del hábitat individual, carencia
abundante de servicios básicos, fuerte competencia de municipios vecinos en la creación de
polígonos industriales hasta lograr el despilfarro territorial, etc... (Alonso, 1996). Y parece que no es
un fenómeno aislado.
En cualquier caso, siempre hay alguna excepción que señalar. En tal sentido cabría aducir
algún resultado de la ambiciosa política territorial emprendida en la Comunidad de Madrid a finales
de los años 80. Buena parte de los presupuestos iniciales no se han conseguido, pero al menos
quedan unos espacios bien urbanizados que se abren ya camino en las coronas metropolitanas de
Madrid. Se reconocen bajo el nombre de Consorcios Urbanísticos, que son las fórmulas de gestión
utilizadas para su creación. Entre ellos se puede resaltar a Ciudad Loranca, en Fuenlabrada, y los
Espartales, en Alcalá de Henares, que ya están muy adelantados. Hasta cierto punto son simbólicos
de estos últimos años: combinan la edificación unifamiliar con la plurifamiliar, contienen un buen
número de promociones a cargo de promotores sociales, tienen mayoría de   —228→   vivienda de
VPO,... Aunque hayan sido de gestión problemática en algunos casos, por problemas políticos y por
interferencias de los promotores privados, los Consorcios son, a nuestro entender, ejemplo de un
buen quehacer que debería ser mucho más abundante en nuestro país si se cree en la contribución del
urbanismo para una mayor equidad territorial.

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LA URBANIZACIÓN DEL CAMPO


METROPOLITANO DE SANTIAGO: CRISIS Y
DESAPARICIÓN DEL HÁBITAT RURAL (*).
Gladys Armijo Z.
Investigadora del Departamento de Geografía de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
Especialista en Geografía Rural.
E-mail: garmijo@abello.dic.uchile.cl

Resumen

El campo de la Región Metropolitana está siendo impactado por un acelerado proceso de


urbanización donde se desprende uno de elite y otro precario. Ambos se desarrollan al interior
de un mundo agrario, modernizado y excluyente en relación con la agricultura campesina
acorde con esta dinámica las ciudades menores están aumentando su población. Los suelos
agrícolas disminuyen progresivamente.

Palabras claves: hábitat rural, urbanización de elite, sub-urbanización.


Summary

The countryside of the Metropolitan Region is experiencing an accelerating process of


urbanization one is the elite and ther other is precarious. Both are depeloping inside the rural
world. According with this dimension the small cities are increasing there poblation and the rural
land is progressively uncreasing.

Key Words: rural habitat, elite urbanization, poverty

 
1. Marco teórico

Las transformaciones territoriales ocurridas en Chile y América Latina se inscriben en el


contexto mundial de la transnacionalización y el mercado internacional, a través del cual se
expresa la globalización. Esta integración multinacional y transnacional representa una etapa
avanzada de la empresa, cuyo carácter es eminentemente financiero. Se trata de una
vinculación funcional para controlar los mercados de bienes y de trabajos, y maximizando así
las utilidades (González C P 1998). El sistema ha creado nuevos tipos de corporaciones
globales con redes interrelacionadas, y una cultura transnacional que socializa las prácticas de
la globalización. Las políticas de inversión focalizadas en nichos, santuarios geográficos y
clusters, se combinan con políticas de publicidad y estímulos diferenciados, que se
complementan con nuevas fragmentaciones espaciales de instituciones que han llevado a la
privatización y desnacionalización, siendo la transnacionalización la fundadora de esta red
compleja transglobal.

Las macroestructuras del nuevo sistema mundo han incentivado la neo-modernización del
mundo rural chileno, con un estímulo económico centrado en la explotación de los recursos
naturales, que ha conducido a la reprimarización de la economía chilena.

En la actualidad, la nueva faceta de la modernización que afecta a la agricultura chilena, ha


producido alteraciones en las bases medias e inferiores de la malla de los asentamientos
poblados. Estos han ido experimentado cambios en sus funciones y un aumento notorio en la
población. Las relaciones campo-ciudad se insertan en un contexto caracterizado por la
aceleración tecnológica, la concentración financiera y la difusión inmediata de la información.
En el mundo rural se desarrollan en consecuencia, condiciones de producción muy favorables
para el desarrollo de empresas agroexportadoras, ligadas a circuitos internacionales de
comercialización "deslocalizados", en donde actúa el agrobusiness y en donde pierden
influencia las economías campesinas e itinerarios locales.

La integración del mundo rural a la economía global ocurre de modo correlativo a la


desarticulación espacial, que es una de las consecuencias geográficas más evidentes de las
nuevas formas de crecimiento económico(Kayser B, 1973). Esta economía abierta, que
estimula las exportaciones, origina transformaciones y requerimientos territoriales no previstos.
Sus efectos se dejan ver en las nuevas expresiones de la distribución de la población, pobreza
y capital.(Daher A. Lira L. 1990). El carácter de los impactos territoriales es desconcertador,
frente a un Estado funcional que no privilegia sectores ni espacios geográficos, por lo tanto las
inversiones dejan al desarrollo regional y local, desfavorecidos en cuanto a capacidades de
decisión.

1. Características del proceso de urbanización chileno

Dentro de la jerarquía urbana chilena, Santiago continúa siendo un megacentro, cuyo


crecimiento es más bien de carácter vegetativo. Sin embargo, el cuadro de una transición
urbana en proceso de atenuación, no se confundir con una situación de gran relevancia, que es
el proceso de urbanización que continúa siendo acelerado en Chile y en toda América Latina
(CEPAL, 1998).
Cabe destacar que la otrora industrialización sustitutiva dejó su sello espacial en el territorio,
más directamente potenció una jerarquía urbana en donde Santiago se convirtió en una ciudad
primada como receptora principal de las migraciones campo-ciudad. Actualmente, la
urbanización se ha revitalizado, aunque el crecimiento poblacional se ha desacelerado en la
metrópolis de Santiago, incorporándose la tesis de la megaloposición de toda la malla de
asentamientos urbanos de la Región Metropolitana.

El fenómeno urbano de mayor significación de hoy en día, se sitúa en el crecimiento de la


población de las ciudades grandes e intermedias(CEPAL, 1998). El crecimiento de las primeras
(entre 100 mil a 300 mil habitantes) ha sido superior al de la metrópolis. En cambio, las
segundas (entre 50 mil a 300 mil habitantes) registran un gran dinamismo económico. La
mayoría de estas ciudades están situadas al interior de los enclaves primo-exportadores. En la
Fig.Nº 1 se puede observar el crecimiento de estas ciudades a partir de 1982 a 1992: Arica con
un 5.3%, Rancagua con un 3.5%, Los Angeles y Temuco con un 3.3% y Puerto Montt,
Antofagasta e Iquique con un 3.2%, manteniéndose la Metrópolis de Santiago con 2.9% de
crecimiento.

Desde el punto de vista regional estas ciudades de tamaño mediano por su posición y
jerarquía, podrían funcionar a futuro como centros naturales de verdaderos subsistemas
potenciales a escala regional, en donde podrían constituirse en las piezas claves del proceso
de descentralización, para no caer en el extremo de la descentralización excesiva (Randle P,
1992).

 
FIGURA Nº1

CHILE: EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN Y DE LA TASA DE CRECIMIENTO DE LAS


CIUDADES CON MÁS DE 50 MIL HABITANTES EN 1992; CENSOS DE 1952,1960, 1970,
1982 Y 1992

Ciudad Población Tasa de crecimiento (por


mil)
1952 1960 1970 1982 1992 1952- 1960- 1970- 1982- 1952-
    1960 1970 1982 1992 1992
Santiago 1.509.16 2.133.25 2.871.06 3.937.27 4.734.32 4.0 3.2 2.6 1.8 2.9
9 2 0 7 7
 
Valparaíso 348.022 438.220 530.677 674.462 750.713 2.7 2.0 2.0 1.1 1.9
- Viña
 
Concepción 211.305 285.444 379.793 505.479 610.380 3.5 3.0 2.4 1.9 2.7
Talcahuano
 
Antofagasta 62.272 87.860 125.086 85.486 225.316 4.0 3.8 3.3 1.9 3.2
 
La Serena- 66.362 83.293 114.920 167.125 220.172 2.6 3.4 3.1 2.8 3.0
Coquimbo
 
Temuco 56.387 73.894 110.513 157.634 210.587 3.1 4.3 3.0 2.9 3.3
 
Rancagua 42.385 54.701 88.665 142.938 184.942 3.0 5.1 4.0 2.6 3.7
 
Arica 19.628 21.000 87.726 139.320 161.333 0.8 15.2 3.9 1.5 5.3
 
Talca 55.839 71.226 95.366 138.924 159.711 2.8 3.1 3.1 1.4 2.6
 
Chillán 52.576 65.112 87.555 118.163 145.759 2.5 3.2 2.5 2.1 2.5
 
Iquique 39.576 50.655 64.477 110.153 145.139 2.9 2.6 4.5 2.8 3.2
 
Osorno 41.597 56.489 70.165 97.946 114.239 3.6 2.3 2.8 1.5 2.5
 
Valdivia 50.747 62.340 83.453 101.494 112.712 2.4 3.1 1.6 1.0 2.0
 
Puerto 30.998 44.454 64.900 88.947 110.139 4.2 4.0 2.6 2.1 3.2
Montt
 
Punta 35.679 50.383 63.405 96.193 109.110 4.0 2.4 3.5 1.3 2.8
Arenas
 
Calama 37.646 51.559 68.359 98.870 106.970 3.7 3.0 3.1 0.8 2.6
 
Copiapo 21.166 32.584 45.194 69.045 98.188 5.0 3.5 3.5 3.5 3.8
 
Los 25.071 35.511 49.175 70.529 94.716 4.0 3.5 3.0 2.9 3.3
Angeles
 
Coronel 30.630 52.387 54.765 65.918 79.677 6.2 0.5 1.5 1.9 2.4
 
Curicó 28.618 34.646 43.524 63.698 77.733 2.2 2.4 3.2 2.0 2.5
 
San 27.411 40.374 50.431 63.958 76.823 4.5 2.4 2.0 1.8 2.6
Antonio
 
Quillota 31.037 37.410 44.312 54.058 62.200 2.2 1.8 1.7 1.4 1.7
 
Linares 19.624 27.568 37.913 46.433 59.658 4.0 3.4 1.7 2.5 2.8
 
Ovalle 18.581 26.457 33.368 44.205 53.515 4.1 2.5 2.3 1.9 2.6
 
Lota 42.606 48.774 48.166 47.133 50.123 1.6 -0.1 -0.2 0.6 0.4
 
Metrópolis 1.509.16 2.133.25 2.871.06 3.937.27 4.734.32 4.0 3.2 2.6 1.8 2.9
9 2 0 7 7
 
Ciudades 559.327 723.664 910.470 1.179.94 1.361.09 3.0 2.4 2.2 1.4 2.2
grandes 1 3
 
Ciudades 836.436 1.108.67 1.531.43 2.168.17 2.658.76 3.3 3.4 2.9 2.0 2.9
intermedias 7 8 0 2
 
Ciudades 591.692 772.966 1.124.59 1.643.19 2.003.12 3.1 4.0 3.2 2.0 3.1
intermedias 0 3 9
 
(1)
Ciudades 244.744 335.711 406.848 524.977 652.633 3.7 2.0 2.1 2.2 2.5
intermedias
 
(2)

Fuente : CEPAL (1999)"Ciudades intermedias en América Latina y el Caribe: propuesta para la


gestión urbana p.62.

(1) Ciudades de entre 100 mil y 300 mil habitantes en 1992 -


(2) Ciudades de entre 50 mil y 99.999 habitantes en 1992.

1. La mundialización-especialización productiva del campo metropolitano

El mundo rural de la Región Metropolitana se sitúa en la Región Frutícola que es uno de los
enclaves más exitosos del modelo neo-liberal. Ella reúne en sí ventajas comparativas de
suelos, climas, población, vías de comunicación y fuerza laboral. Esta situación también es
compartida por las otras regiones enclaves: la Forestal, la Ganadera, la Pesquera y la Minera.
Ellas constituyen los ejes claves de las empresas agro-exportadoras y del mercado
internacional.

Pese a ello existen otras regiones, las llamadas deprimidas o perdedoras que poseen
características internas de marginalidad y pobreza, originándose de esta manera
contradicciones y nuevos desequilibrios regionales en el país. Desde el punto de vista socio
espacial (Fig.Nº2), se podrían distinguir en el mundo rural chileno las siguientes áreas:

a. enclaves primo-exportadores (regiones ganadoras)


b. espacios abandonados (Lota)

c. espacios refugio (áreas marginales de las ciudades intermedias y grandes)

d. espacios en reserva (Aysen y Magallanes).

Figura 2
 

1. Crisis y conflictos de la agricultura familiar

Al interior de las regiones dinámicas, en este caso la Región Frutícola, se presentan serios
conflictos internos entre la agricultura campesina o familiar y la empresa agroexportadoa. Cada
una de ellas con una funcionamiento propio que se proyecta nítidamente en el territorio. Es
necesario señalar que la pequeña agricultura familiar o campesina corresponde a aquel
trabajador rural que se dedica al cultivo de la tierra o/a actividades pecuarias, en compañía de
su familia, sin importar el régimen jurídico que le corresponde (pequeño propietario, mediero,
etc.). Su empresa se basa principalmente en la mano de obra que él mismo aporta y la de los
miembros de su familia. A estas características, se suman el uso de una tecnología
rudimentaria y una división simple del trabajo.

Las diferencias más importantes entre la agricultura campesina y la agroexportadora se basan


en los objetivos de la producción, uso de fuerza laboral, tecnología y otras variables (Fig.Nº3).

 
FIGURA Nº3

DIFERENCIAS ENTRE LA AGRICULTURA CAMPESINA Y LA EMPRESARIAL

VARIABLE AGRICULTURA AGRICULTURA


CAMPESINA EMPRESARIAL
Objetivo de la producción Reproducción de la Maximizar la tasa de
familia y de la unidad de ganancia y la
producción acumulación de capital
Orígen de la fuerza de Fundamentalmente Asalariada
trabajo familiar y en ocasiones,
intercambio recíproco
con otras unidades;
excepcionalmente
asalariada en cantidades
marginales
Tecnología Alta intensidad de mano Mayor densidad de
de obra, baja densidad capital por activo y mayor
de capital y de insumos proporción de insumos
comprobados por comprados en el valor del
jornada de trabajo. producto final.
Destino del producto y Parcialmente Mercantil Mercantil
orígen de los Insumos.
Criterio de Intensificación Máximo producto total Productividad marginal
del trabajo aún a costa del descenso igual o superior al salario.
del producto medio.
Componentes del Ingreso Producto o ingreso Salario, renta y
o Producto Neto. familiar indivisible y ganancias
realizado parcialmente exclusivamente
en especie. pecunarias.

Fuente: Echenique J., (1982) "Tipologías de productores agrícolas y políticas diferenciales


Agrarias", FAO, p.16.

 
De acuerdo a la distribución espacial de la agricultura campesina en Chile, en el campo de la
Región Metropolitana viven alrededor de 9.149 pequeños agricultores, en donde unas 441
familias se localizan en el secano interior, 398 en el valle de secano, 8.140 en el valle de riego
y finalmente 170 en la pre-cordillera (Echenique, 1997).

En este sentido, la mundialización-especialización productiva del campo chileno, ha provocado


serios impactos en los patrones de asentamiento de la población rural campesina. Las
corrientes migratorias de origen rural se presentan con nuevas características muy distintas a
las antiguas migraciones de carácter escalonado, originadas a partir de la industrialización
sustitutiva y que llevaron al hipercefalismo de Santiago. También han ocurrido dos grandes
transformaciones. Primero, la estructura laboral mediante la acentuación del trabajo estacional
que demandan las modernas empresas agroexportadoras y segundo, los cambios en el hábitat
rural en la relación que tienen los campesinos con la tierra, sin goces de tierras o subtenencias,
lo que ha originado agudización mayor de pobreza (Ferreira ME y Mangiamarchi S, 1998).

Los problemas campesinos de carácter económico social se estructuran en torno a un reducido


capital de inversión. Sus vinculaciones a los mercados se dan a través de la venta de
excedentes de producción y fuerza laboral y la compra de insumos, siendo estas siempre
desfavorables para la agricultura familiar. Las anteriores relaciones reflejan una subordinación
a los mercados, pues parte de los bienes, que necesita el campesino para reproducir y
consumir, se generan fuera de su unidad doméstica y por lo tanto debe adquirirlos en el
mercado. Por lo general, las familias campesinas venden parte de su producción y de su fuerza
de trabajo (Furche C,1992). Entonces, mientras mayores sean sus necesidades, mayor será el
grado de dependencia de los mercados. Como consecuencia, la agricultura campesina
experimenta un agudo proceso de diferenciación interna, que en la mayoría de los casos
origina la proletarización de las familias campesinas, y en muchos casos a la desaparición de
las unidades socio- productivas. Relacionado con este problema se inserta la venta de tierras
campesinas a inmobiliarias.

Cabe señalar que en el año 1980 entró en vigencia el decreto 3.516, que autorizó la subdivisión
de predios agrícolas y su utilización para uso agroresidencial, promoviendo de esta manera la
urbanización de parcelas agrícolas, acelerando más bien la transformación del espacio rural
existente. Los campesinos parceleros comenzaron a vender sus tierras debido a las
debilidades estructurales, que les impedían manejarse en el nuevo modelo de desarrollo. Los
beneficiarios directos de estas ventas, fueron en un primer momento, empresarios
agroexportadores, y posteriormente, inmobiliarias. Estas últimas, han ido dinamizando hasta
ahora, un mercado de tierras, que está representado por urbanizaciones de elite para
residentes urbanos, en la mayoría de elevados ingresos.

Cabe recordar también, que los Planes Reguladores Regionales y Micro-Regionales de


Santiago realizados y aprobados coordinadamente en 1958/1960 -siendo base del Plan
Regulador Intercomunal de Santiago 1958/60-, tuvieron como objetivos poder administrar el
crecimiento de las Metrópolis incluidas en la Región IV (de la época), de tal forma que, sin
impedir su expansión natural originada en sus recursos y sus relaciones geopolíticas internas y
externas, se lograra un conjunto de asentamientos urbanos a escala del hombre, en contacto
permanente con la naturaleza, protegiendo los ecosistemas de la Región y desarrollándolos
armónicamente. Se trataba de buscar una fórmula de desarrollo respetuoso de la calidad de los
suelos, sacando el mejor partido de la hidrografía y de la orografía, reforestando todo el
territorio entre la cota 700 y 1.000 de altura, evitando la pérdida de suelos agrícolas
productivos, orientando las nuevas áreas urbanizadas en suelos de menor calidad. Pero, por
sobre todo, manteniendo formas urbanas incorporadas a la naturaleza, en el diseño de los
centros poblados, evitando la ciudad radioconcéntrica de crecimiento repetitivo, monótono y
alejado de su cuadro natural. (1)

En los Planes Regional y Micro-Regional se buscaba propender al crecimiento urbano por:

a. renovación, rehabilitación y remodelación de los cascos antiguos de las ciudades grandes y


pequeñas de la Región (IV, en la época),
b. por relleno de las áreas eriazas dentro de dichas ciudades, y

c. por satelización, especialmente en las ciudades nuevas o antiguas, donde el suelo fuera de
baja calidad.

 
Habiéndose presupuestado una población para la Metrópoli de Santiago, de 5.000.000 de
habitantes para el año 2000, en el núcleo central, incluidos los Satélites Residenciales, y
llegando esta previsión a 6.000.000 para toda el área metropolitana, incluyendo los Satélites
Industriales, y a 9.000.000, incluyendo la totalidad de la Megalópoli, que abarca desde el valle
del río Teno hasta el valle del río La Ligua-Petorca, el crecimiento por satelización de la
Metrópoli de Santiago se conformó por un conjunto de sistemas complementarios entre si,
contenidos en el correspondiente Plan Micro-Regional. Para toda la Megalópoli debía
estructurarse los Planes Micro-Regionales correspondientes, donde no estaría ausente la
necesaria coordinación con la Argentina, para la integración económica de Mendoza (2).
(Figura color adjunta, vid. infra).

Lamentablemente la visión de los tres planes coordinados se perdió muy pronto luego de su
aprobación, centrándose la atención sólo en el área del Plan Regulador Intercomunal, salvo en
lo referido a vialidad estructurante mayor.

 
Plan Regulador Micro Regional de Santiago 1960, Ministerio de Obras Públicas.

Archivo de Juan Parrochia Beguin, 2000, por gentileza del Departamento de Urbanismo, F.A.U.
de la Universidad de Chile.

 
1. La metrópolis de Santiago y sus relaciones con el mundo rural circundante (Fig. Nº4)

La antigua dicotomía tradicional-moderna del dualismo de los años sesenta que visualizó a la
ciudad como el sector moderno e industrial y al mundo rural como agrícola y estancado, ha
cambiado (Heynig K, 1982). Las relaciones urbano rurales se insertan en un ámbito global en
donde lo urbano rural se integran y complementa acorde al reordenamiento territorial global.
Por ende el rol urbano, que demandan los enclaves primo-exportadores, se vincula al terciario
superior. En los últimos años toda América Latina ha tenido un significativo crecimiento de las
inversiones, fortaleciendo el papel de las mayores ciudades como centro de negocios (Díaz A
F, 1998). Existe por lo tanto, un marcado énfasis en la necesidad de convertir a las metrópolis y
ciudades latinoamericanas en "competitivas" aprovechando sus ventajas comparativas,
presencia de transnacionales, centros universitarios, servicios de comunicación y relaciones
internacionales (Borja J., De Form M., 1997).
Mas allá de esta tendencia, los conflictos internos prosiguen en la gran ciudad y más aún,
tienden a consolidarse a través de espacios selectivos de viviendas de lujo y viviendas básicas
de bajos ingresos junto a centros y oficinas comerciales y financieras.

 
2. El proceso de urbanización del campo metropolitano

a. Pérdidas de suelos agrícolas versus expansión de Santiago.

El proceso de periurbanización de reciente data en la historia del fenómeno urbano, ha


determinado la pérdida de ricos suelos de la perferia de Santiago, el deterioro del mundo rural
en la Región Metropolitana y específicamente de la actividad agrícola que allí se desarrolla
(Dascal G., Villagrán J., 1995). Este borde llamado también rururbano presenta una fisonomía
característica, que la diferencian de otras áreas rurales. Desde este punto de vista, se destaca
su dinámica de cambio en cuanto al uso del suelo. Lo anterior se relaciona con la "anticipación
urbana" (Sinclair R., 1968), mediante la cual el suelo urbano de mayor valor financiero desplaza
rápidamente al segundo.

El estudio de CIREN-CORFO realizado en 1991, reconoce que el área urbana del Gran
Santiago se ha cuadruplicado en los últimos 50 años, ya que la pérdida de suelos agrícolas de
la periferia, supera a la superficie que la capital llegó a tener desde su fundación hasta 1940.
Más del 90% de los suelos urbanizados corresponden a suelos agrícolas de gran potencial
para todo tipo de cultivos hortícolas y frutales. (Fig.Nº5)

 
Figura 5

 
De las 34 comunas que componían el gran Santiago en esa fecha, sólo 10 poseían superficies
significativas de suelos agrícolas. Ellas eran Huechuraba, Quilicura, Renca, Pudahuel, Maipú,
Peñalolén, La Florida, La Pintana, Puente Alto y San Bernando. Las 24 comunas restantes
estaban ya urbanizadas en su totalidad en 1970 o terminaron de hacerlo en los últimos 20
años. En Santiago Norte (Huechuraba, Conchalí y Quilicura) las construcciones de tipo
industrial eran de las de mayor impacto sobre los suelos agrícolas. En la siguiente figura, se
observa el crecimiento poblacional y expansión física de Santiago desde 1940 al año 1992
(Fig.Nº6). Así mismo en el Anexo Nº1 se puede observar la superficie, población de todas la
Región Metropolitana.

 
FIGURA Nº6

CRECIMIENTO POBLACIONAL Y EXPANSIÓN FISICA DEL SANTIAGO

Años Población de Población Total Superficie Densidad


Santiago del país
(hectáreas) (hab./ha.)
1907 332.724 3.231.022 - -
1920 507.296 3.730.235 - -
1930 696.231 4.287.445 - -
1940 952.075 5.023.539 11.348 84.0
1952 1.353.400 5.932.995 15.570 86.9
1960 1.907.378 7.641.115 22.880 83.4
1970 2.436.398 8.884.769 29.480 94.3
1982 3.650.541 11.275.440 38.364 103.6
1992 4.679.900 13.348.401 46.179 101.3

Fuente: INE Censos de Población y Plan Regulador Metropolitano de Santiago


1992

 
b. El crecimiento de las ciudades menores de la Región Metropolitana

Las ciudades menores de la región se han fortalecido y beneficiado por su localización


geográfica, al mismo tiempo que han mantenido sus sesgos característicos de ciudades rurales
vinculadas a la fruticultura de exportación. Estas ciudades se integran a los flujos migratorios
que anteriormente se dirigían hacia la Metrópolis. En total la superficie de la Región
Metropolitana es de 15.349.0 Km2, la urbana (metrópolis y el resto de ciudades menores) es
599.8 Km2, y la superficie rural corresponde a 14.749.2 Km2.

El crecimiento de estas ciudades aparece vinculado a un proceso de desruralización asociado


a la dinámica del sector exportador(Fig.Nº7). En el caso de la ciudad de Colina, su elevado
crecimiento intercensal de un 115.81% se inserta en lo que es el plan de urbanización de la
Provincia de Chacabuco, respecto a Puente Alto con un 130.7%, su conurbación a Santiago ya
está prácticamente terminada. El resto de las ciudades menores presentan crecimientos
intercensales positivos siendo los mayores: Batuco (90.85%). Buin (82.94%) y Paine 74.49%.

 
FIGURA Nº7

"CRECIMIENTO POBLACIONAL DE LAS CIUDADES MENORES DE LA


REGION METROPOLITANA 1982 - 1992"

CIUDADES 1982 1992 CRECIMIENTO


INTERCENSAL(%)
Batuco 3.870 7.386 90.85
Buin 18.071 33.059 82.94
Colina 15.504 33.459 115.81
Curacaví 7.877 11.866 50.64
El Monte 13.334 17.843 33.82
Esmealda 2.873 3.697 26.68
Isla de Maipo 6.667 9.731 45.96
Melipilla 33.684 45.722 35.74
Padre Hurtado 10.060 25.783 42.76
Paine 7.346 12.818 74.49
Peñaflor 36.497 46.711 27.99
Puente Alto 110.153 254.127 130.7
San Bernardo 117.187 179.396 53.09
San José de Maipo 4.429 5.307 19.82
Talagante 24.884 37.198 49.49
Santiago 3.654.760 4.295.593 17.53

Fuente : Censos de Población 1982 y 1992 INE

 
El acelerado crecimiento de estas ciudades, se explica en una primera instancia, por el
dinamismo del sector frutícola exportable y las consecuentes transformaciones internas del
hábitat rural. En general, existe una clara tendencia espacial hacia la concentración en el
asentamiento de la población campesina. Las empresas agroexportadoras no mantienen fuerza
laboral residente en su interior en oposición al antiguo fundo.

Sin embargo, aquellas unidades campesinas, que experimentan procesos de


descampesinización mediante la venta de sus parcelas, se trasladan en la mayoría de los
casos, como allegados a la periferia de estas ciudades menores. A ello debe agregarse
también una población flotante de campesinos sin tierras, cuyo asentamiento se daría en estas
periferias urbanas o bien han dado origen a poblados rurales. Por ende, la población activa
rural tiene más bien un carácter rururbano por ser una vinculación laboral agrícola.

 
c. Urbanización de elite:

Este proceso de avance de la urbanización sobre el campo, ha sido denominada


agrourbanización (Daher A., 1987) o sub-urbanización (Armijo G, 1991). Este fenómeno es
latente y marginal, puesto que se ha desarrollado más allá de lo planificado. Las parcelas y
condominios de agrado en su esencia representan la urbanización característica de los
sectores de elevados ingresos de la Metrópolis. Ellos corresponden más bien, a la dinámica
propia de la segregación social de la gran ciudad. Estas urbanizaciones funcionan como
verdaderos enclaves residenciales urbanos al interior del mundo rural.
El activo mercado de tierras accionado por las inmobiliarias, tienen como única traba legal el
decreto Ley Nº 3.516 que permite que el campesino se mantenga con un sitio de 0.5 ha. Las
nuevas propiedades son inscritas como agro-residenciales lo que en el fondo constituye un
resquicio legal que inhibe la acción de una efectiva política de planificación territorial.

De acuerdo a los tipos de transacciones se distinguen:

- Superficies agrícolas mayores a 100 ha., cuya demanda es accionada por inmobiliarias que
constituyen condominios de agrado.

- Superficies 10 y 100 ha. Agentes inmobiliarios urbanizan con agua potable, alcantarillado y
electricidad.

- Superficies agrícolas menores (Dascal G., Villagrán J., 1995).

 
En la Fig.Nº 8 se puede observar la parcelación de la superficie rural entre 1994 a 1997.
(Región Metropolitana)

 
FIGURA Nº 8

NUMERO DE LOTES, SUPERFICIE DE PARCELACIONES ENTRE 0.5 Y 1 HÁ. REGIÓN


METROPOLITANA, AÑOS 1994, 1995, 1996, 1997

Año Número Nº de Total Nº de Total Nº total de Superficie


de predios parcelación Superficie parcelación Superficies lotes o Total
afectados menor 1ha subdividida mayor 1 ha. subdividida Parcelaciones
menor 1 ha mayor 1 ha

1994 1677 35.116 35.116 1939 21.739,86 37.055 56.855,86

1995 930 16.714 16.714 1355 45.823,60 18.065 62.537,60

1996 847 35.216 35.216 4501 32.641,06 39.717 67.857,06

1997 713 18.456 18.456 1366 210.791,91 19.822 229.247,91

Total 4167 105.502 105.502 9161 310.996,43 114.652 416.498,43

Fuente: Ministerio de Agricultura

 
La localización geográfica de estos enclaves residenciales de carácter exclusivo, es realizada
por las inmobiliarias que acentúan en la propaganda: el contacto con la naturaleza, el refugio
contra la violencia, el escape de la contaminación de Santiago y una vida comunitaria entre
familias de iguales ingresos y cultura. Es posible observar en estas parcelas una
jerarquerización de la exclusividad e infraestructura, pero, desde todo los aspectos constituyen
espacios cerrados (ghetto) que no se relacionan con su entorno campesino, salvo en la
contratación de servicio doméstico.

 
a. La sub-urbanización:
Este proceso constituye una urbanización precaria del campo, vinculada en su base al mundo
campesino y a todos los problemas que desarticulan definitivamente su vinculación territorial
(venta de tierras campesinas, diferenciación y descomposición, proletarización, fuerza laboral
temporal, etc.) La relocalización poblacional se proyecta en un hábitat rural cuyas
manifestaciones más evidentes son la pobreza, la deficiente dotación de infraestructura básica
y la vinculación laboral a la agricultura de exportación.

La presión ejercida por esta población en la base inferior a la malla de asentamientos, se


agrega también, la difusión de contenidos urbanizantes, en virtud del cual esta población rural
es estimulada a urbanizarse. Esta adaptación marginal de patrones urbanos se identifica
claramente con una propuesta consumista generalizada que engloba a todos los estratos
sociales, incluyendo a los rurales y urbanos.

De esta manera, en el paisaje rural metropolitano han aparecido sectores residenciales que
tienen una nueva fisonomía y cuyo carácter es funcional al modelo modernizante de la
agricultura. Estos sectores residenciales son bastante heterogéneos entre sí, dependiendo de
la región de la especialización productiva en donde se sitúen geográficamente. Ellos aparecen
reforzados por demandas y ofertas de distinto origen: comités de allegados rurales que
presionan por viviendas, posibilidades de trabajo extraordinario, trabajos con diferentes
remuneraciones y otras condiciones. En su interior tienden a semejarse a las áreas marginales
de la gran ciudad.

Esta forma de urbanización está representada por asentamientos campesinos que multiplican
su población a través del crecimiento de familias, colectivos que albergan a trabajadores
temporales y campamentos espontáneos en las afueras de las ciudades menores,
generalmente situados en áreas de riesgos. Todos ellos representan en una forma u otra al
desarraigo de vida de los campesinos (Ortega E.,1987).

La venta de las parcelas significó para las familias campesinas la pérdida de su espacio
productivo y su consecuente proletarización. Desde el punto de vista del asentamiento, las
familias que lograron mantener los sitios (5.000m2), continuaron manteniendo sus viviendas en
el mundo rural. Sin embargo, dos fenómenos han ido incidiendo en su densificación. El primero
está representado por el allegamiento de familias que construyen sus viviendas en el sitio,
posibilitando así la formación de verdaderos conglomerados habitacionales de carácter
marginal los cuales se caracterizan por la deficiente infraestructura social básica. El segundo,
consiste en la continua fragmentación interna de los sitios debido a las sucesiones hereditarias.
Como consecuencia de estos procesos han surgido a orillas de los caminos, verdaderas
conurbaciones rurales (Fig.Nº9).

 
Figura 9

 
En las áreas de estudio con localidades rurales, los campesinos de San Adolfo y San Jorge,
Comuna de San Bernardo representan un claro ejemplo del avance de la sub-urbanización en
áreas de asentamientos en donde los campesinos solo mantienen aún la vivienda y los sitios.

Las familias que han vendido el sitio y el predio han migrado a ciudades menores o
intermedias, en donde se han asentado en las áreas marginales. Otras familias han construido
sus viviendas en terrenos rurales, públicos dando origen a campamentos espontáneos. Un
ejemplo es el campamento Los Guindos, en la Comuna de Buin, una de las comunas de mayor
actividad frutícola de la Región Metropolitana.
 
Conclusiones

El acelerado proceso de urbanización que experimenta el campo de la Región Metropolitana,


implica la conformación de espacios conflictivos, en los cuales el hábitat rural está
desapareciendo. El accionar de diferentes actores sociales que compiten por el uso del espacio
rural refleja nuevas fragmentaciones geográficas.

Desde variados aspectos, se están creando serios problemas ambientales relativos a la calidad
de vida y uso de recursos naturales, insertos en el paisaje rural. Sobre el campo y la ciudad, es
conveniente reflexionar en torno a estos desafíos ambientales futuros. Estos deben
considerarse bajo la perspectiva del desarrollo local y regional integral, en el cual participen
actores sociales cada vez más sensibles en torno a los roles que debe cumplir el mundo rural
(alimentación, recreación, etc.). El problema más grave del mundo rural reside en la
inexistencia de bases de regulación, esto permite la instalación en su interior de vertederos,
industrias contaminantes y otros. La esperanza esta en los nuevos planos reguladores que
introduce la variable territorial y los planes de desarrollo comunal (PLADECOS).

 
ANEXO Nº1 :REGION METROPOLITANA SUPERFICIE Y POBLACION URBANA Y RURAL
POR COMUNAS

COMUNA Sup.Total Sup.urbana Sup.rural Pob.total Pob.urbana Pob.rural


Km2 Km.2 Km.2 hab.
Las Condes 98.5 35.9 62.6 208.063 208.063 0
La Florida 70.2 33 32.5 328.881 328.881 0
Maipú 133 27.7 105.3 256.550 253.606 2.944
Puente Alto 87.8 27.6 60.2 254.673 254.127. 546
Vitacura 28.6 23.8 4.8 79.375 79.375 0
San Bernardo 154.8 23.6 131.2 190.857 181.960 8.897
Santiago 23 23 0 230.977 230.977 0
La Reina 23.3 17.8 5.5 92.410 92.410 0
Ñuñoa 16.3 16.3 0 172.575 172.575 0
Peñalolén 54.9 15.6 39.3 179.781 179.781 0
Recoleta 15 15 0 164.767 164.767 0
Providencia 14.2 14.2 0 111.182 111.182 0
El Bosque 13.9 13.9 0 172.854 172.854 0
Estación Central 14.3 13.4 0.9 140.896 14.896 0
La Pintana 30.3 12.9 17.4 169.640 169.640 0
Macul 12.3 12.3 0 120.708 120.708 0
Cerrillos 19 12 7 72.649 72.649 0
Buin 212.3 11.9 200.4 52.792 39.548 13.244
Renca 22.8 11.8 11 128.972 128.972 0
Quinta Normal 11.6 11.6 0 116.349 116.349 0
Peñaflor 68.8 11.3 57.5 50.148 46.711 3.437
Paine 675.6 10.7 664.9 37.529 19.973 17.556
El Monte 117.6 10.7 106.9 21.882 17.843 4.039
Conchalí 10.6 10.6 0 152.919 152.919 0
La Granja 10 10 0 133.285 133.285 0
La Cisterna 10 10 0 94.712 94.712 0
Melipilla 1.338.90 9.9 1.328.5 80.255 51.306 28.949
San Joaquín 9.9 9.9 0 114.017 114.017 0
San Miguel 9.5 9.5 0 82.869 82.869 0
Isla de Maipo 189.1 9.3 179.8 20.344 13.568 6.776
Cerro Navia 11 9.1 1.9 155.735 155.735 0
Pudahuel 196.5 8.6 187.9 137.940 133.393 0
Pedro Aguirre Cerda 8.8 8.6 0.2 130.441 130.441 0
Lo Espejo 8.1 8.1 0 120.075 120.075 0
San José de Maipo 4.997.90 7.4 4.970.5 11.646 7.911 3.735
Independencia 7.4 7.4 0 77.794 77.794 0
Lampa 449.4 7.2 442.2 25.033 16.373 8.660
San Ramón 6.6 6.6 0 100.817 100.817 0
Lo Prado 6.6 6.6 0 110.933 110.933 0
Huechuraba 44.3 6.4 37.9 61.784 60.957 827
Quilicura 56.6 5.6 51 41.121 39.954 1.167
Talagante 124.4 5.3 119.1 44.908 37.198 7.710
Colina 966.8 5.1 961.7 52.769 38.404 14.365
Padre Hurtado 80.8 4.6 76.2 29.372 25.783 3.589
Curacaví 691.2 3.2 688 19.053 11.866 7.187
Tiltil 650 2.7 647.3 12.838 6.133 6.705
Pirque 441.2 1.9 439.3 11.368 2.640 8.728
María Pinto 393.5 1 392.5 8.735 1.133 7.602
Calera de Tango 73.2 1 72.2 11.843 3.964 7.879
Lo Barnechea 1.029.50 0.2 1.029.3 50.062 46.768 3.294
Alhué 840.6 0 840.6 4.013 0 4.013
San Pedro 788.5 0 788.5 6.746 0 6.746

Fuente : Instituto Nacional de Estadísticas (INE) (1992), Ministerio de Agricultura.

 
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El proceso de expansión urbana y su impacto en la


cobertura y uso de suelo de la zona de presión
intermunicipal de Chihuahua
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Antonio Dávila-Rodríguez *, Alfredo Pinedo-Álvarez *, Carmelo Pinedo-Álvarez


*, Jesús A. Prieto-Amparán*
CIENCIA UANL / AÑO 20, No. 86 octubre-diciembre 2017

Resumen
El objetivo principal de este trabajo fue evaluar la dinámica de cambios de uso del suelo y
vegetación del área de la zona de presión intermunicipal de Chihuahua, en el periodo 2000-
2010 desde la perspectiva del desarrollo urbano sustentable. Las clases identificadas a
través de proceso de clasificación multiespectral fueron; Agricultura de riego y temporal
(Art), Asentamientos humanos (Ah), Bosques de encino-pino (Bqp), Comunidades de
Matorral (Cm), Cuerpos de agua (Ca) y Comunidades de pastizal (Cp). La evaluación
mostró una adecuada separación espectral para todas las clases. La precisión de las
clasificaciones mostró un coeficiente Kappa 0.80 para 2000 y de 0.81 para 2010. Los
cambios más importantes y evidentes se presentaron en la clase de asentamientos humanos
con una tasa de cambio de 30.80%, lo que equivale a 8,480.25 ha. Las clases
de Comunidades de matorral y Comunidades de pastizal presentaron una tasa de cambio de
-13.33 y -2.49, respectivamente, las cuales fueron probablemente convertidas en
asentamientos humanos.

Palabras clave: sensores remotos, Landsat TM, zona metropolitana, uso del suelo,


planeación urbana sustentable, área de presión intermunicipal.
Abstract
The main objective of this paper was to evaluate the dynamic around land use and
vegetation in the area of the intermunicipal pressure zone of Chihuahua, in the period of
2000-2010, from a sustainable urban development perspective. The classes, identified
through the multispectral classification process were: irrigated agriculture (IAg), human
settlements (Hs), pine-oak forest (POf), shrublands (Sh), water bodies (Wb)
and grasslands (Gr). Results from the evaluation showed an adequate spectral
separation for all classes. The classification precision resulted in a Kappa coefficient of
0.80 for 2000 and of 0.81 for 2010. The most important and evident changes were found
in the human settlements class, at a rate of 30.80%, which represents 8,480.25 ha. The
shrublands and grasslands classes presented change rates of -13.33 and
-2.49, respectively, which were probably transformed into human settlements.
Keywords: remote sensing, Landsat TM, metropolitan area, land use, sustainable
urban planning, area of intermunicipal pressure.
En el proceso de crecimiento y expansión de las ciudades se adhieren y absorben tierras con
aptitud diferente a la urbana, que pueden representar un beneficio medioambiental. De ahí
la importancia de controlar y orientar la ocupación del suelo con el objetivo de encontrar
un balance entre el medio ambiente natural y el construido por el hombre, bajo la premisa
de satisfacer las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las
generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades (WCED, 1987). El
crecimiento acelerado de las aglomeraciones urbanas genera una problemática propia del
proceso de urbanización, la ciudad crece y con ella las diferentes formas en que las
colectividades se desenvuelven. La concentración de la población promueve el desarrollo de
actividades dinámicas e innovadoras y una serie de oportunidades para la población. Sin
embargo, también se presentan grandes problemas de marginalidad, desigualdad y
desequilibrios. Por lo tanto, es necesario promover un crecimiento ordenado de la ciudad,
es decir, que éste se dé con una adecuada administración de servicios públicos, que se
presente una mezcla ordenada de usos de suelo y que se reduzca en lo posible la exposición
a riesgos naturales. Hay que considerar también el uso racional de los recursos territoriales
y minimizar al máximo la degradación ambiental (Moreno, 2010). En este sentido, el
análisis de los cambios que ocurren en la vegetación a través del tiempo y del espacio
permite entender cómo operan los procesos de regeneración, sucesión o degradación de los
ecosistemas (Forman, 1995; Vitousek et al., 1997; Farina, 1998). Alrededor del mundo se
han llevado a cabo estudios de este tipo empleando diferentes técnicas y metodologías
(Evangelista et al., 2009; Mas et al., 2009; Camacho et al., 2010; Mas et al., 2011; Guan et
al., 2011; Hong et al., 2011; Xin et al., 2012; Xu et al., 2013 y Dávila, et al., 2016) y
con diferentes enfoques, ya se trate de enfatizar el aspecto forestal, agrícola o urbano.

En relación a los asentamientos humanos, la primera conferencia que se realizó sobre el


tema fue en Vancouver, Canadá, en 1976. Años después, en la conferencia de Estambul,
Turquía, los gobiernos participantes se comprometen en logar que las personas
puedan contar con que los “asentamientos humanos sean más seguros, salubres, habitables,
equitativos, sostenibles y productivos” (UN, 1996). La zona de presión intermunicipal de
Chihuahua no es ajena a estos cambios, ya que actualmente se encuentra inmersa en una
fuerte presión inmobiliaria considerando el desarrollo limítrofe de fraccionamientos en los
límites municipales (Implan, 2015). Además de considerar que 97.94% de los habitantes de
la ZMCH viven en las tres localidades clasificadas como urbanas de las 1,268 que la
integran (INEGI, 2010a). El desarrollo urbano sustentable puede ser el medio a través del
cual se logre el compromiso de la conferencia de Estambul. En él se presenta una clara
combinación entre el desarrollo sustentable y el desarrollo urbano, como ambiente,
sociedad y economía (Ridell, 2004). Aunado a lo anterior, puede decirse que el desarrollo
urbano sustentable significa evolución potencial de la actividad humana para moverse de
los problemas hacia las oportunidades (Ravetz, 2000). Es también la forma en que se puede
alcanzar la sustentabilidad integrando temas como política económica, infraestructura y
servicios, calidad del aire y salud (Pug, 2000). Con base en lo anterior, el objetivo principal
de este trabajo fue evaluar la dinámica de cambios de uso de suelo y vegetación del área de
influencia de las tres localidades urbanas que conforman la zona de presión intermunicipal
de Chihuahua, en el periodo 2000-2010 desde la perspectiva del desarrollo urbano
sustentable, usando imágenes de satélite Landsat-TM5 como una alternativa en la
adquisición de datos de bajo costo y empleado métodos basados en técnicas de
teledetección.

Material y métodos
Descripción del área de estudio
La zona metropolitana de Chihuahua (figura 1) se conforma de tres municipios: Aldama,
Aquiles Serdán y Chihuahua; entre los tres suman 852,533 habitantes que representan
25.03% con respecto al estado. La determinación del área de estudio se realizó con base en
la zona de presión intermunicipal conformada por las áreas susceptibles a desarrollar
urbanísticamente ubicada entre los tres municipios conurbados, la cual se encuentra
actualmente inmersa en una fuerte presión inmobiliaria considerando el desarrollo
limítrofe de fraccionamientos en los límites municipales (Implan, 2015). Además de
considerar que 97.94% de los habitantes de la ZMCH viven en las tres
localidades clasificadas como urbanas de las 1,268 que la integran (INEGI, 2010a).
Se utilizaron dos escenas de satélite del sensor Landsat TM 2000 y 2010. El Path/Row correspondiente a
la localización de la imagen con relación al índice Landsat fue el 32-40. Los datos y análisis de la
información fueron soportados y procesados en el software IDRISI® y ArcGIS®.

Fuentes de datos
Se utilizaron dos escenas de satélite del sensor Landsat TM 2000 y 2010. El Path/Row
correspondiente a la localización de la imagen con relación al índice Landsat fue el 32-40.
Los datos y análisis de la información fueron soportados y procesados en el software
IDRISI® y ArcGIS®.

Procesamiento de las imágenes de satélite


Todas las imágenes fueron preprocesadas por el U.S Geological Survey (USGS) usando
métodos estándar de procesamiento, incluyendo corrección geométrica, calibración
radiométrica y corrección por terreno, también fue necesario hacer una conversión de nivel
digital (ND) a valores de reflectancia con la intención de comparar los cambios (Chuvieco,
2000).

Sobreposición de bandas
Como procedimiento base, las bandas de Landsat TM fueron sobrepuestas entre sí para
lograr una conjunción en una sola imagen, procedimiento que se aplicó utilizando la
función de composite de IDIRISI®. En el análisis geoespacial fue empleado Arcmap de
ArcGis 9.0. Las imágenes satelitales fueron tratadas con métodos estándar de acuerdo a los
requerimientos que sugiere Chuvieco (2000) para el análisis de cambio de cobertura y uso
del suelo. Por último, para comparar la serie de tiempo y determinar los cambios
(ganancias o pérdidas) para cada tipo de cobertura en los periodos evaluados, se calculó la
tasa de cambios de la zona de presión intermunicipal de Chihuahua utilizando la fórmula
de interés compuesto (Puyravaud, 2003).

Resultados
Composición de bandas
El análisis de imágenes de satélite multiespectrales permite generar mapas base de uso de
suelo y vegetación. El análisis preliminar de estos insumos permite obtener una
representación real de las condiciones actuales y pasadas de las coberturas del uso del suelo
y vegetación. Las imágenes de falso color o RGB (Red, Green y Blue), consiste en la
combinación de tres bandas de información para formar una imagen en color. Con este tipo
de combinaciones se pretende extraer y resaltar la información en función de los colores
resultantes. En este trabajo de investigación el empleo de imágenes Landsat TM5
proporcionó los elementos necesarios para obtener mapas base, conformados de las
siguientes combinaciones de las bandas 3 (0.63 – 0.69 µm), 4 (0.76 – 0.90 µm) y 7 (2.08 –
2.35 µm) en el orden del espectro visible rojo, verde y azul (RGB), fueron las seleccionadas
y las que mostraron un buen nivel de detalle en la discriminación de las coberturas
vegetales para los dos periodos evaluados, 2000 y 2010. Las figuras 2 y 3 muestran las
composiciones en falso color obtenidas para los años 2000 y 2010, dichos mapas muestran
las características de las condiciones de uso de suelo y vegetación en 2000 y las mismas
condiciones, con ligeros cambios espaciales, para la imagen de 2010. En las figuras 4 y 5 las
composiciones en falso color manifiestan buen contraste entre los dos periodos evaluados,
evidenciando que la banda que corresponde al infrarrojo cercano (banda 4) es clave en el
análisis de imágenes de satélite, donde el objetivo principal sea determinar cambios entre
las coberturas que componen el territorio.
Figura 2. Composición en falso color de la escena de Landsat TM de 2000 (elaboración propia).

Figura 3. Composición en falso color de la escena de Landsat TM de 2010 (elaboración propia).

Separabilidad espectral
Se aplicó la técnica de clasificación supervisada basada en el método de máxima
probabilidad para las imágenes del sensor Landsat TM de 2000 y 2010, se llevó a cabo a
través de la asignación de seis clases, las cuales permitieron observar un punto medio entre
la generalización y la dispersión de las clases, y de alguna forma establecer zonas
homogéneas de algunas categorías de uso de suelo y vegetación.

La selección de áreas de entrenamiento fue realizada considerando cada tipo de cobertura


presente en el área de estudio. Las clases identificadas fueron Agricultura de riego y
temporal (Art), Asentamientos humanos (Ah), Bosques de encino-pino (Bqp),
Comunidades de matorral (Cm), Cuerpos de agua (Ca) y Comunidades de pastizal (Cp).

El análisis de separabilidad espectral es un procedimiento importante en la determinación


de la similitud que poseen las clases que se determinan en el proceso de clasificación. La
evaluación mostró una adecuada separación espectral para todas las clases, lo que se
traduce en una buena identificación de las coberturas en todas las bandas del sensor
Landsat TM, que se utilizaron para generar la clasificación supervisada.

Clasificación multiespectral
En las figuras 4 y 5 se observa la distribución de la vegetación presente en la clasificación
para 2000 y 2010, respectivamente, misma que se encuentra definida por el límite de
presión intermunicipal de Chihuahua, es decir, más de la suma de los tres centros de
población.
Figura 4. Clasificación supervisada de la imagen de Landsat TM de 2000 (elaboración propia).
Figura 5. Clasificación supervisada de la imagen Landsat TM de 2010 (elaboración propia).

En la determinación de las superficies de 2000, la comunidades más ampliamente


distribuidas eran las de matorral, con 64,550.71 ha (44.54%), seguidas de la agricultura de
riego y temporal con 29,653.01 ha y las comunidades de pastizal con 29,376.75, que
aproximadamente equivale a 20.27% del área de estudio. Los asentamientos humanos o
áreas urbanas ocupaban 19,055.97 ha y estaban representados principalmente por la ciudad
de Chihuahua como el principal polo de desarrollo de la zona metropolitana. En los
resultados de las superficies de la vegetación presente en 2010, se observa claramente que
siguen el mismo comportamiento respecto al porcentaje en su distribución, sin embargo, se
observa una disminución en las comunidades de matorral y pastizal y un incremento en la
categoría de Agricultura de riego y temporal y Asentamientos humanos, esta última con un
incremento de 8,480.25 ha (tabla I).

Matriz de error para la clasificaciónbasada en Landsat-TM


En este estudio, la relación entre el número de puntos asignados y el total analizados
expresaron la confianza global del mapa. Los residuales en las columnas indican los tipos
de cubierta real que no se incluyeron en el mapa, mientras los residuales en filas son las
cubiertas en el mapa que no se ajustan a la realidad.

En definitiva, muestran los errores de omisión y comisión (Chuvieco, 2002). La exactitud


basada en el coeficiente multivariado discreto Kappa, para la clasificación de la imagen
Landsat-TM5 de 2000 fue de 0.80, mientras que para 2010 fue de 0.81; este valor refleja
el grado de exactitud esperada, más que la llevada a cabo por el simple azar.

Análisis de cambios
La comparación de imágenes clasificadas con respecto al periodo evaluado se presenta en la
tabla II, en ésta se detallan los cambios ocurridos en el lapso de diez años. Los resultados
del análisis se efectuaron tomando como base las clasificaciones independientes de cada
fecha.

El cambio más importante y evidente se presentó en la clase de asentamientos humanos


con una tasa de cambio de 30.80%, lo que equivale a 8,480.25 ha. Los datos anteriores
concuerdan con los registrados por el INEGI, el cual reporta una condición, en 2000, de
675,330 habitantes para la zona metropolitana de Chihuahua, aumentando su población,
para 2010, a 852,533 (INEGI, 2010b).

En este sentido, el crecimiento de la población ha impactado fuertemente en el aumento de


la mancha urbana, el cual ha promovido la construcción de fraccionamientos no planeados
en tierras ejidales y de pastizales abiertos (Implan, 2015). Las clases Comunidades de
matorral y Comunidades de pastizal presentaron una tasa de cambio de -13.33 y -2.49,
respectivamente, las cuales fueron convertidas posiblemente en Asentamientos humanos.

Discusión
En estudios relacionados se encontró que los datos empleados del sensor multiespectral
Landsat TM5 permiten determinar con buena precisión el uso de suelo y vegetación de
determinada región (Pinedo, 2008; Ashraf et al., 2008; Dávila, et al., 2016). En el primer
estudio llevado a cabo en la región de Guadalupe y Calvo, Chihuahua, se resalta la
importancia de la utilización de composiciones en falso color adecuadas y ajustadas para la
región bajo estudio.

En el segundo estudio realizado para la parte norte y oeste de los Estados Unidos se
determinó que las composiciones que mejor se ajustan para representar las coberturas
fueron: banda 3 (0.5 – 0.6 µm), banda 4 (0.7 – 0.8 µm) y banda 5 (0.5 – 0.7 µm),
información que coincide con los análisis obtenidos en este estudio para las bandas 3 y 5.
La pérdida de tierra agrícola que presenta este estudio coincide con un estudio realizado en
Guanajuato, en el cual se obtuvo como principal resultado una tendencia a la disminución
del área agrícola a consecuencia del crecimiento urbano (García et al., 2002). Sin embargo,
si bien se observa de forma visual una pérdida por el crecimiento urbano que hubo hacia la
ciudad de Aldama, por otro lado, existe una ganancia por el incremento que se observa
hacia la parte norte de la ciudad.

En el presente estudio la técnica de clasificación supervisada permitió identificar seis clases


de cobertura, situación similar se presentó en un estudio realizado en la reserva nacional de
Valdivia (Segura y Trincado, 2003); en dicho estudio se pudieron identificar cinco clases de
cobertura correspondientes a bosque adulto, renoval, plantaciones, matorral y
comunidades de pastizal, la exactitud de la clasificación global fue de 64%, mientras que la
clasificación de tipos de cobertura forestal fue de 77%. Con respecto al análisis de
cambios, en este estudio se pude determinar una tasa de deforestación de 0.00, situación
que no coincide con un estudio realizado en la región centro-norte de la Sierra
Madre Occidental en Chihuahua (Pinedo et al., 2007), en el cual la tasa de deforestación
anual fluctuó entre 1.9 y 2.7%. Lo anterior debido a que el crecimiento de la mancha urbana
no afectó la poca cantidad de la categoría de bosque que fue identificada en el área de
estudio.

Conclusiones
Tomando en cuenta que los cambios más importantes se presentaron en la clase de
asentamientos humanos, resulta evidente la relación que existe entre los procesos de
crecimiento y expansión de la ciudad con el cambio de cobertura y uso de suelo. Por lo
tanto, se concluye que el proceso de expansión urbana de la zona de presión intermunicipal
de Chihuahua ha provocado cambios en la cobertura y uso de suelo. Viéndose
afectadas comunidades de matorral y pastizales de la zona de estudio.
Estudios como éste inciden favorablemente en los patrones y dinámica de cambio en el uso
del suelo mediante la anticipación de las tendencias de cambio y elaboración de pronósticos
que permitan determinar el menor impacto en los recursos naturales debido al crecimiento
de la ciudad en el marco de la planeación urbana sustentable.

Es indudable que la forma en la que se manifiesta la ciudad hoy en día reclama ser vista
desde una forma integral y holística. De esta forma entenderemos que la ciudad se
comporta de un modo distinto que la suma de las partes que la integran. Lo anterior nos
permite encontrar soluciones de forma integral entre las relaciones e interacciones de las
partes y no solamente con un enfoque reduccionista.

La ciudad es una estructura que tiene que ser tratada como sistema complejo, dadas las
múltiples interacciones e interrelaciones de sus variados elementos económicos, sociales y
ambientales. Al hablar de metropolización, hacemos alusión invariablemente a un
crecimiento y expansión de la ciudad y podríamos pensar que este crecimiento representa
un mecanismo de progreso para la población que ocupa ese espacio, al transitar de una
sociedad rural a una eminentemente urbana. Sin embargo, en este proceso de crecimiento
y expansión de la ciudad refleja acentuadas desigualdades sociales y económicas. Por otro
lado, se dificulta la administración de servicios públicos, como el transporte, la seguridad,
la limpieza, entre otros.

La planeación del espacio físico es una actividad impostergable, la cual se debe apoyar en


instrumentos como el ordenamiento del territorio y el enfoque de la sustentabilidad en la
planeación urbana.

La planeación urbana sustentable puede ser una posibilidad para satisfacer las necesidades
de la población sin agotar el capital natural e incluyendo la minimización de costos
ambientales hacia el futuro. Siempre y cuando se desarrolle a escala de ciudad-región,
dado que es un sistema abierto y se tienen que considerar los flujos de agua, energía,
materiales y residuos, sin embargo, las acciones que se realicen en materia
de sustentabilidad cuentan desde cualquier escala espacial. La planeación urbana
sustentable tiene la tarea de integrar la dinámica económica, social y ambiental de la ciudad
en beneficio de la población.

*Universidad Autónoma de Chihuahua


Contacto: gdavila@uabc.edu.mx
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