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Inteligencia emocional y gestión del

cambio
Cuántas veces has reaccionado a un cambio en tu organización pensando: ¿Otra vez lo
mismo? ¿No hemos probado esto mismo ya como mil y una veces? ¿Por qué quieren
cambiarlo siempre todo?

En el entorno laboral, los cambios pueden tener un gran impacto emocional, y pueden
causar ansiedad, frustración, confusión, miedo e impotencia. Algunos expertos incluso han
observado una cierta similitud entre el dolor sufrido por la pérdida de un ser querido, con el
dolor sufrido por un cambio laboral. Esto hace que el cambio pueda ser muy agotador física
y emocionalmente, y a menudo activa un ciclo vicioso que amplifica la resistencia al
cambio en las personas. Como es natural, si hemos sufrido a lo largo de un cambio
organizacional, nuestras defensas psicológicas pueden activarse de forma automática ante
cualquier cambio posterior, sin que esta resistencia sea el resultado de un ejercicio
intelectual de reflexión y análisis.

Por otro lado, como regla general, las personas no queremos convertirnos en boicoteadores
profesionales de cualquier iniciativa de cambio. Es decir, no queremos ser obstáculos para
nuestra empresa, para nuestra propia carrera, ni para nuestro desarrollo personal.

Por estos motivos, es vital mejorar nuestra adaptabilidad al cambio. Esta mejora de nuestra
adaptabilidad no es otra cosa que un desarrollo de la inteligencia emocional que nos ayuda
a salir del ciclo vicioso de la resistencia al cambio.

Por suerte, la adaptabilidad puede aprenderse. Muchas personas cansadas de sentirse


frustradas y enfadadas por los cambios en el trabajo se someten a procesos de mejora o
coaching personal para desarrollar su adaptabilidad y dejar de tener una actitud de
resistencia automática a los cambios.

Como recomendación, la próxima vez que os veáis inmersos en un cambio organizacional


de cierta importancia, podéis utilizar alguna de estas estrategias de inteligencia emocional
para haceros más fácil la aceptación del cambio:

1. Convierte el cambio en una ventaja competitiva: cuando viene un cambio con el


que no estás de acuerdo, las cosas pueden parecer un poco oscuras, pero la verdad
es que algunos estudios nos enseñan que tener una perspectiva positiva puede
abrirte a nuevas posibilidades y hacerte más receptivo. El simple hecho de hacerte
algunas preguntas puede ayudar a pensar de forma más optimista: ¿Qué
oportunidades hay para mí en este cambio? ¿Cómo puede este cambio ayudarme a
mí y a otros?
2. Identifica el origen de tu resistencia. Muchas veces se requiere un nivel de
autoconciencia muy elevado para llegar a entender las razones subyacentes de la
resistencia al cambio. Dicho esto, si te preocupa que el cambio organizacional
requiere de nuevas habilidades, puedes crear un plan de formación para desarrollar
las nuevas competencias que necesitarás. Si, por otro lado, lo que te preocupa es
perder autonomía, puedes hablar con las personas que estén liderando el proceso de
cambio para intentar participar en él. Incluso si no te gusta la dirección en la que se
está moviendo la organización, el hecho de participar en el proceso de cambio
puede ayudarte a recuperar una cierta sensación de control, y a reducir la necesidad
de resistirte al cambio.
3. Cuestiona la base de tu resistencia. Nuestras reacciones emocionales al cambio, a
menudo reflejan nuestras interpretaciones de la realidad, o incluso relatos sin
fundamento de los que nos hemos convencido con el tiempo, pero que podrían no
ser ciertos. En realidad, muchas veces nuestras “historias” son subconscientes y
pocas veces están alineadas con la realidad. Está bien preguntarse ¿Cuál es la
principal emoción que siento en relación con este cambio? ¿Miedo, ira, frustración,
tristeza? Una vez hayas identificado la emoción, pregúntate sobre su verdadero
origen. ¿Cuál de mis creencias me hace sentir miedo, ira, frustración o tristeza? Este
tipo de preguntas pueden ayudar a iluminar los relatos que impulsan nuestras
emociones e influyen en nuestras percepciones. Como ejemplo, un middle manager
de una empresa de IT, indentificó su reacción emocional como una rabia intensa.
Mientras continuaba cuestionándose la base de su rabia, se dio cuenta de un relato
subyacente: él se consideraba a sí mismo como una víctima impotente de la
inminente iniciativa de cambio. Con esta nueva conciencia ampliada, pudo separar
de los hechos reales su relato fantasioso y su reacción emocional. Esto le permitió
identificar algunas opciones para asumir nuevas responsabilidades de liderazgo
dentro de la propia iniciativa de cambio. Con estas nuevas oportunidades para
recuperar su sensación de poder, su mentalidad pasó de pensar que los cambios le
estaban sucediendo a él, a centrarse en cómo podría asumir un papel de liderazgo
del propio cambio, de forma que esto le brindase oportunidades tanto para su carrera
como para la organización.
4. Responsabilízate de tus emociones. Muchas veces es difícil ver claramente el
papel que jugamos nosotros mismos en una situación que percibimos como
negativa. Por lo general, una persona con autoconsciencia reflexiona sobre cómo
sus actitudes y comportamientos contribuyen a su experiencia del cambio. Por
ejemplo, supongamos que te das cuenta de que te vas poniendo cada vez más más
tenso y más irascible cuando escuchas que se avecina un cambio. En estos casos, la
práctica del mindfulness te puede permitir examinar tus sentimientos y observar
cómo estos afectan a tu actitud. Cualquier negatividad y pesimismo sin duda
afectarán a tu comportamiento, tu rendimiento y tu bienestar (y no de una forma
agradable precisamente). Al final, si reflexionas sobre cómo tu reacción inicial
contribuye a una cadena negativa de eventos, verás con más claridad qué puedes
hacer para ajustar tu actitud con el fin de estar más abierto a nuevas perspectivas, y
esto en última instancia cambiará la forma en que reaccionas ante todo.
5. Afronta la aceptación con naturalidad. La aceptación de un cambio con el que no
estamos conformes suele pasar por una serie de etapas con un gran impacto
emocional. El mero hecho de saber que la aceptación no es un proceso inmediato,
suele ayudar a minimizar su impacto. A veces puede ser de gran ayuda identificar
en qué parte del proceso de adaptación nos encontramos para poner nuestras
emociones en un contexto conocido, en perspectiva, y de esta manera, reducir su
desgaste emocional.
En resumen, Una buena capacidad de adaptación al cambio es, sin duda, una gran ventaja
competitiva para un líder. La próxima vez que sientas que te estás resistiendo a un cambio,
usa los cinco enfoques anteriores para ganar fuerza y energía psicológica para ti mismo, y
para los demás. 

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