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Los incendios son una gran amenaza en el ámbito laboral teniendo en cuenta las
innumerables pérdidas y desperfectos que pueden ocasionar a nivel material y, en
los casos más graves, la infinidad de personas que pueden llegar a resultar
afectadas.
Esta fase de planificación puede ser muy sencilla si estamos ante una empresa
con un riesgo muy bajo de incendios, con unas instalaciones modernas y que
cumplen toda la normativa de seguridad, con un volumen de empleados no muy
grande y que todos realizan el mismo horario, etc. Por ejemplo, este sería el caso
de una oficina. Por el contrario, si realizamos el simulacro de una empresa
química, con un volumen elevado de empleados, que desarrollan la actividad en
turnos, esto hará que se requiera una planificación mayor y que se tengan que
realizar varios simulacros.
La fase de ejecución es la realización en concreto del simulacro en sí mismo. Si
hemos hecho una buena planificación, esta fase, a pesar de ser la que puede
parecer la más compleja, realmente no tiene porque serlo. Se trata de poner en
práctica lo que hemos definido. En este sentido, en la planificación se establecen
varios roles, las vías de evacuación, el punto de encuentro, etc. Así que se trata
de ir siguiendo la “hoja de ruta” marcada para una correcta ejecución.
Finalmente, y para que el simulacro tenga sentido y una conclusión, realizaremos
una fase de evaluación. Aquí realizaremos un informe en el que evaluaremos si se
han cumplido los objetivos definidos, que problemas se han detectado, si es que
ha habido alguno, y medidas correctoras. Esta fase de retroalimentación es la que
le da sentido a todo el simulacro ya que se realiza precisamente para esto, para
anticipar una situación crítica y que nada quede al azar.
Fases clave para efectuar una evacuación segura y eficaz en caso de incendio
son: