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All content following this page was uploaded by Escalante Tania on 04 January 2016.
En los últimos diez años se ha observado un avance la biogeografía, llamadas biogeografía ecológica e his-
vertiginoso en el desarrollo de algoritmos que permi- tórica, deberían integrarse en una sola aproximación
ten modelar el nicho ecológico de las especies. Los donde los patrones que se identifican y sus procesos
modelos de nicho ecológico se han utilizado para una subyacentes deben ser incorporados (Crisci et al. 2006,
gran variedad de aplicaciones, que incluyen desde la Escalante 2007, entre otros), puesto que tanto los pro-
cuantificación del nicho ecológico de una especie en cesos históricos como los ecológicos están operando
particular, hasta la evaluación del efecto de los cam- simultáneamente. Pero, ¿como hacerlo? Una forma de
bios climáticos y la deforestación sobre la biodiversidad integrar ambos aspectos de la biogeografía es a tra-
(para una revisión ver Guisan y Thuiller 2005). El uso vés del uso de los modelos de nicho ecológico de los
más frecuente de estos modelos en biogeografía es taxones aplicados en metodologías históricas, por
como predicciones o modelos del área de distribución ejemplo en biogeografía cladística (v. gr. Wiens y
geográfica de un taxón, los cuales pueden usarse para Donoghue 2004, Wiens y Graham 2005) y en la iden-
identificar posteriormente patrones biogeográficos, tificación de áreas de endemismo, combinados con
tales como los que conducen a proponer regio- los métodos del Análisis de Parsimonia de Endemismos
nalizaciones biogeográficas. Un modelo de distribución (PAE; Morrone 1994) (v. gr. Rojas-Soto et al. 2003,
de especies relaciona las observaciones realizadas en Escalante et al. 2007) y el método de optimación de
campo de los taxones con variables ambientales (Gui- áreas de endemismo (Szumik et al. 2002, Szumik y
san y Zimmermann 2000). Estas relaciones entre las Goloboff 2004). También podrían ser útiles para iden-
especies y el ambiente pueden causar diferentes patro- tificar zonas de transición, al mejorar los datos bási-
nes espaciales, observables a diferentes escalas. Este cos utilizados en índices biogeográficos y en la carac-
tipo de datos, derivados de las relaciones, son manipu- terización de nodos panbiogeográficos. Sin embargo,
lados más adecuadamente a través de un Sistema de el uso actual casi indiscriminado de los modelos de
Información Geográfica (SIG), herramienta que también nicho ecológico nos lleva a preguntarnos qué es en
se ha desarrollado en las últimas décadas y que ha teni- realidad un modelo de nicho ecológico y por qué es
do gran influencia en el desarrollo del modelamiento que puede ser usado para inferir áreas de distribución
de los nichos y de las áreas de distribución. potencial y patrones biogeográficos (tales como los
Aquí analizamos las aplicaciones de los modelos gradientes de riqueza, el endemismo y la disyunción).
de nicho ecológico para ser inferidos como áreas de
distribución potencial, sus limitaciones y las perspec-
tivas que ofrece su uso en biogeografía. El nicho ecológico
Si queremos referirnos al modelado de especies, de-
Biogeografía ecológica e histórica bemos definir, en primera instancia, el concepto de
y su integración nicho. Éste incluye a todos los factores bióticos y
abióticos con los cuales cualquier organismo se rela-
De acuerdo con Ruggiero y Ezcurra (2003), el análisis ciona, en un tiempo y espacio determinado. Formal-
de las áreas geográficas, en particular los de las zonas mente, el nicho ha sido descrito como un hipervolumen
de transición, es estudiado con un enfoque claramen- de n-dimensiones, donde cada dimensión correspon-
te cuantitativo por parte de los biogeógrafos ecólogos, de a uno de los factores antes descritos. De esta for-
mientras que para los biogeógrafos históricos esta ma, el nicho involucra a todos los recursos presentes
orientación es más bien cualitativa. Recientemente se del ambiente, las adaptaciones de los organismos y
ha propuesto que las subdisciplinas que conforman a cómo se relacionan éstos dos, sensu Grinell (1917) o
predicen que en realidad se distribuye en ese sitio una evitar razonamientos tautológicos (circulares): si es que
especie muy relacionada con ella (especie hermana), o el resultado de la investigación no serán otros esque-
que los Andes han actuado como una barrera geográ- mas de regionalización y si las variables ambientales
fica que ha confinado su distribución solo a Chile y por utilizadas en la generación del modelo no fueron in-
eso no se distribuye del otro lado de la cordillera. cluidas para generar el esquema de ecorregiones.
Por los motivos antes señalados, se han generado (2) Recorte con coberturas que incluyan algún carác-
diferentes métodos para proyectar un modelo de ni- ter histórico, tales como provincias fisiográficas (por
cho ecológico como el área de distribución geográfica ejemplo: Escalante et al. 2007), mapas geológicos,
de un taxón, eliminando la sobrepredicción en los si- cuencas y subcuencas hidrográficas, terrenos tecto-
tios donde se conoce que el taxón no puede estar o noestratigráficos, etc.
no ha sido registrado incluso con amplio esfuerzo de (3) Selección de las áreas en donde se tengan localida-
recolecta. Entre estos métodos podemos encontrar des conocidas, lo cual implica también considerar con-
cinco básicos: tinuidad o discontinuidad de las áreas.
(1) Recorte (eliminación de la sobrepredicción) a par- (4) Contrastación con mapas de distribución de la lite-
tir de esquemas de regionalización previamente desa- ratura (dibujados con otras metodologías, generalmen-
rrollados, como ecorregiones o provincias bióticas (por te mapas “de manchas”) y opinión de expertos (por
ejemplo: Sánchez-Cordero et al. 2005). Este método ejemplo: Anciaes y Peterson 2006).
sólo puede ser adecuado en dos casos, ambos para (5) Recorte con cartografía que represente alguna
Patricia Illoldi-Rangel
Laboratorio de Sistemas de Información Geográfica,
Departamento de Zoología, Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
Apdo. Postal 70-153, 04510 México, D. F., México;
y Biodiversity and Biocultural Conservation Labo-
ratory, Section of Integrative Biology, University of
Texas at Austin, Austin, TX 78712, E.U.A.
Tania Escalante
Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera”, Departa-
mento de Biología Evolutiva, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
Apdo. Postal 70-399, 04510 México, D. F., México.