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De los modelos de nicho ecológico a las áreas de distribución geográfica

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Patricia Illoldi Escalante Tania


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F O C U S A R T I C L E

De los modelos de nicho ecológico a las áreas de


distribución geográfica

POR PATRICIA ILLOLDI-RANGEL Y TANIA ESCALANTE

En los últimos diez años se ha observado un avance la biogeografía, llamadas biogeografía ecológica e his-
vertiginoso en el desarrollo de algoritmos que permi- tórica, deberían integrarse en una sola aproximación
ten modelar el nicho ecológico de las especies. Los donde los patrones que se identifican y sus procesos
modelos de nicho ecológico se han utilizado para una subyacentes deben ser incorporados (Crisci et al. 2006,
gran variedad de aplicaciones, que incluyen desde la Escalante 2007, entre otros), puesto que tanto los pro-
cuantificación del nicho ecológico de una especie en cesos históricos como los ecológicos están operando
particular, hasta la evaluación del efecto de los cam- simultáneamente. Pero, ¿como hacerlo? Una forma de
bios climáticos y la deforestación sobre la biodiversidad integrar ambos aspectos de la biogeografía es a tra-
(para una revisión ver Guisan y Thuiller 2005). El uso vés del uso de los modelos de nicho ecológico de los
más frecuente de estos modelos en biogeografía es taxones aplicados en metodologías históricas, por
como predicciones o modelos del área de distribución ejemplo en biogeografía cladística (v. gr. Wiens y
geográfica de un taxón, los cuales pueden usarse para Donoghue 2004, Wiens y Graham 2005) y en la iden-
identificar posteriormente patrones biogeográficos, tificación de áreas de endemismo, combinados con
tales como los que conducen a proponer regio- los métodos del Análisis de Parsimonia de Endemismos
nalizaciones biogeográficas. Un modelo de distribución (PAE; Morrone 1994) (v. gr. Rojas-Soto et al. 2003,
de especies relaciona las observaciones realizadas en Escalante et al. 2007) y el método de optimación de
campo de los taxones con variables ambientales (Gui- áreas de endemismo (Szumik et al. 2002, Szumik y
san y Zimmermann 2000). Estas relaciones entre las Goloboff 2004). También podrían ser útiles para iden-
especies y el ambiente pueden causar diferentes patro- tificar zonas de transición, al mejorar los datos bási-
nes espaciales, observables a diferentes escalas. Este cos utilizados en índices biogeográficos y en la carac-
tipo de datos, derivados de las relaciones, son manipu- terización de nodos panbiogeográficos. Sin embargo,
lados más adecuadamente a través de un Sistema de el uso actual casi indiscriminado de los modelos de
Información Geográfica (SIG), herramienta que también nicho ecológico nos lleva a preguntarnos qué es en
se ha desarrollado en las últimas décadas y que ha teni- realidad un modelo de nicho ecológico y por qué es
do gran influencia en el desarrollo del modelamiento que puede ser usado para inferir áreas de distribución
de los nichos y de las áreas de distribución. potencial y patrones biogeográficos (tales como los
Aquí analizamos las aplicaciones de los modelos gradientes de riqueza, el endemismo y la disyunción).
de nicho ecológico para ser inferidos como áreas de
distribución potencial, sus limitaciones y las perspec-
tivas que ofrece su uso en biogeografía. El nicho ecológico
Si queremos referirnos al modelado de especies, de-
Biogeografía ecológica e histórica bemos definir, en primera instancia, el concepto de
y su integración nicho. Éste incluye a todos los factores bióticos y
abióticos con los cuales cualquier organismo se rela-
De acuerdo con Ruggiero y Ezcurra (2003), el análisis ciona, en un tiempo y espacio determinado. Formal-
de las áreas geográficas, en particular los de las zonas mente, el nicho ha sido descrito como un hipervolumen
de transición, es estudiado con un enfoque claramen- de n-dimensiones, donde cada dimensión correspon-
te cuantitativo por parte de los biogeógrafos ecólogos, de a uno de los factores antes descritos. De esta for-
mientras que para los biogeógrafos históricos esta ma, el nicho involucra a todos los recursos presentes
orientación es más bien cualitativa. Recientemente se del ambiente, las adaptaciones de los organismos y
ha propuesto que las subdisciplinas que conforman a cómo se relacionan éstos dos, sensu Grinell (1917) o

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Hutchinson (1957). Este concepto general de nicho localidad de las especies. El algoritmo básico de
puede ser delimitado a lo que ha sido llamado nicho BIOCLIM (Nix 1986, Busby 1991, McMahon et al. 1996)
ecológico, en donde hace referencia al tiempo actual encuentra el intervalo climático en el que se encuen-
en el cual se desarrolla el organismo, y cómo éste tran los puntos para cada variable climática involucrada
interactúa con los factores ambientales que lo rodean. en el análisis. Las suposiciones principales utilizadas
Para una discusión más extensa del concepto de nicho en modelos de envoltura climática son: (1) la distribu-
ver Peterson (2006). ción de las especies está determinada por el clima, (2)
la distribución estadística de las variables climáticas
es normal, y (3) todas las variables con intervalos res-
Modelos de nicho ecológico tringidos influyen a la especie de interés.
GARP (Genetic Algorithm for Rule-set Prediction,
En general, en la literatura son a menudo usados in- por sus siglas en inglés) utiliza un algoritmo genético
distintamente los nombres “modelos de nicho para la búsqueda de asociaciones entre variables am-
ecológico” y “modelos de distribución”, e incluso bientales y la ocurrencia conocida de las especies, con-
conceptualmente pueden ser muy semejantes. Los trastándola con las características ambientales a lo lar-
modelos de nicho ecológico son modelos usados para go de toda el área de estudio. El algoritmo remuestrea
desarrollar relaciones entre los valores ambientales y automáticamente los datos para crear una población
los datos de presencia, presencia-ausencia y/o abun- de 1250 puntos de presencia. Un número equivalente
dancia conocidos de las especies (Graham et al., 2004). de puntos se remuestrea en el resto del área de estu-
Por otro lado, los modelos de distribución de especies dio, en donde la especie no ha sido registrada. Esto
son modelos que relacionan las observaciones de cam- crea un total de 2500 puntos que serán utilizados para
po de los taxones con variables ambientales predictivas, realizar los modelos y validarlos (Peterson y Nakazawa
basadas en una respuesta estadística o teórica (Gui- 2008). Una vez realizado ésto, el algoritmo elabora
san y Zimmermann 2000, Guisan y Thuiller 2005). Sin modelos diferentes con las reglas elegidas (atómicas,
embargo, aunque parecen lo mismo, pensamos que de intervalos, de intervalos negados y de regresión
existe una diferencia, aunque sutil, entre ambos con- logística) hasta alcanzar un número determinado de
ceptos (ver más abajo). iteraciones (repeticiones de las reglas) o alcanzar un
Los modelos de distribución de especies, utilizan- determinado límite de convergencia, es decir, cuando
do el nicho ecológico como base teórica, son herra- ya no se modifique la precisión de la predicción a par-
mientas muy útiles para resolver preguntas de ecología tir de nuevas adiciones. Los modelos de nicho ecológico
aplicada, conservación y biogeografía, debido a las finales serán entonces proyectados en el espacio geo-
bases ecológicas y evolutivas subyacentes (Guisan y gráfico como mapas digitales. Este método ha sido
Thuiller 2005). Se han desarrollado varios modelos que ampliamente aplicado en la predicción de la distribu-
ayudan a comprender algunas de las dimensiones am- ción de especies de animales y plantas (v. gr. Peterson
bientales y ecológicas en las que se encuentra un taxón, et al. 2002a, b, Illoldi-Rangel et al. 2004, Thomas et
principalmente aquellas relacionadas con factores al. 2004, Araújo et al. 2005, Thuiller et al. 2005). El
abióticos (precipitación, temperatura, entre otras) y uso de modelos generados en GARP presenta una se-
bióticos (tipos de vegetación en las cuales se puede rie de beneficios: (1) permite la determinación cuanti-
encontrar). El desarrollo de algoritmos matemáticos tativa de probabilidades de cualquier dato, incluyen-
permite, cada vez más, modelar con mayor precisión do aquellos datos únicamente de presencia (i.e. regis-
el nicho ecológico de los taxones. Entre los diferentes tros de museos); (2) se añade valor al escaso muestreo
algoritmos de modelado que existen, podemos men- que existe para algunas especies al incrementar la co-
cionar principalmente a BIOCLIM (Busby 1991), GARP bertura y resolución; y (3) permite producir modelos
(Stockwell y Peters 1999) y Maxent (Phillips et al. 2006). de fácil comprensión basados en reglas para explicar
Cada uno de ellos presenta un acercamiento diferente relaciones entre los datos (Peterson y Nakazawa 2008).
al problema del modelado del nicho ecológico, ya sea Maxent está fundamentado en el concepto de
a partir del uso de algoritmos de envolturas climáticas máxima entropía, utilizando una aproximación
(BIOCLIM), de algoritmos genéticos (GARP) o de algorit- mecanicista para realizar predicciones a partir de in-
mos de máxima entropía (Maxent). formación incompleta. Maxent estima la distribución
más uniforme (de ahí el concepto de máxima entropía)
a lo largo del área de estudio con la restricción de que
Algoritmos para modelar nichos ecológicos el valor esperado para cada variable ambiental en una
distribución concuerda con su promedio empírico (va-
BIOCLIM utiliza lo que se denomina envoltura climática lores promedio para el conjunto de datos de ocurren-
(climatic envelop) para encontrar una regla única que cia) (Phillips et al. 2004, 2006). Maxent pesa cada ca-
identifique todas las áreas con clima similar al de la racterística (variable ambiental) al multiplicarla por una

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constante, y la divide posteriormente para asegurar
valores de probabilidad entre 0 y 1. El programa inicia
con una distribución uniforme de probabilidades e
iterativamente altera el peso de una variable a la vez
para maximizar la similitud de los datos de ocurren-
cia. El algoritmo está garantizado para converger en
la distribución probabilística óptima, y dado que no
aleatoriza, los resultados son determinísticos. Las pre-
dicciones de Maxent para cada celda analizada hacen
referencia a valores acumulativos, representando como
porcentaje el valor de probabilidad para la celda en
cuestión y todas aquellas con valores iguales o meno-
res de probabilidad. Una celda con valor de 100 es la
más adecuada, mientras que celdas con valores cerca-
nos a 0 son las menos adecuadas dentro del área de
estudio (Phillips et al. 2004).

La proyección hacia el área


de distribución geográfica Fig. 1. Factores que determinan la presencia de una
especie en un área geográfica determinada.
Una vez que se han generado los modelos, bajo cual-
quier algoritmo que se seleccione, es necesario pro-
yectarlos a lo que se define como el área de distribu- tos de recolecta de la especie en cuestión. Sin embar-
ción geográfica potencial, o simplemente área de dis- go, esta área puede estar ubicada, por ejemplo, en
tribución potencial. Este paso no es trivial. Es necesa- sitios donde se conoce históricamente que la especie
rio aclarar entonces el concepto de área de distribu- no puede existir. Las razones que están involucradas
ción antes de continuar: un área de distribución es la tienen que ver directamente con los factores que deli-
superficie geográfica ocupada por un taxón, con la mitan el área de distribución de un taxón. Por ejem-
que interactúa de manera no efímera, y se construye a plo: en la figura 2 se muestra la predicción de un taxón,
partir de las localidades donde se ha registrado (Espi- en este caso una especie de coleóptero de Chile cen-
nosa et al. 2001, Zunino y Zullini 2003). El área de tral, Eurymetopum modestum. Este modelo de nicho
distribución potencial será la inferencia acerca de cuál ecológico fue elaborado a partir de 48 registros pun-
es el área de mayor probabilidad en la que un taxón tuales (Solervicens 1986, 2002) y 19 variables bioclimá-
esté presente (Espinosa et al., 2001). Los factores que ticas (temperatura media anual, intervalo de tempe-
determinan entonces que una especie se encuentre ratura media diurna, isotermas, estacionalidad de la
en un área determinada son (Soberón y Peterson 2004): temperatura, temperatura máxima del mes más ca-
(1) las condiciones abióticas (incluyendo al clima, am- liente, temperatura mínima del mes más frío, interva-
biente físico, condiciones edáficas, etc., en general lo de temperatura anual, temperatura media del tri-
aquellos factores que limitarían fisiológicamente la mestre más lluvioso, temperatura media del trimestre
sobrevivencia de un taxón en un área); (2) los factores más seco, temperatura media del trimestre más calu-
bióticos (interacciones con otras especies que modifi- roso, temperatura media del trimestre más frío, preci-
can la capacidad de mantener poblaciones); (3) la dis- pitación anual, precipitación del mes más lluvioso,
persión hacia áreas accesibles dependiendo de la precipitación del mes más seco, estacionalidad de la
vagilidad de cada taxón; y (4) las capacidades evoluti- precipitación, precipitación del trimestre más lluvio-
vas de las poblaciones para adaptarse a nuevas condi- so, precipitación del trimestre más seco, precipitación
ciones. Además, nosotras incluiríamos: (5) los proce- del trimestre más caliente y precipitación del trimes-
sos de extinción; (6) la presencia de barreras geográfi- tre más frío; http://www.worldclim.org/) en Maxent, a
cas, relacionadas con eventos vicariantes; y (7) los pro- una resolución de 0.01°. Es posible que este insecto
cesos de especiación (Fig. 1). no se encuentre pasando la Cordillera de los Andes en
Dado lo anterior, un modelo de nicho ecológico Argentina, ya que no se conoce de esas localidades,
puede estar sobrerepresentando el área de distribu- aunque el modelo de nicho ecológico predice que exis-
ción geográfica de una especie, dado que en el mode- ten las condiciones ambientales para su superviven-
lo se están considerando todos aquellos sitios en don- cia. Las razones para ello pueden ser variadas, desde
de se encuentran las mismas condiciones ecológicas que quizá se extinguió recientemente o no ha sido
bajo las cuales se registraron originalmente los pun- recolectado por falta de muestreo, hasta aquellas que

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Fig. 2. Modelo de nicho ecológico de Eurymetopum modestum (Coleoptera: Cleridae) elaborado en Maxent a
partir de 48 registros puntuales y 19 variables bioclimáticas. Los tonos en rojo indican mayor probabilidad de
encontrar la especie, y disminuye conforme se torna verde.

predicen que en realidad se distribuye en ese sitio una evitar razonamientos tautológicos (circulares): si es que
especie muy relacionada con ella (especie hermana), o el resultado de la investigación no serán otros esque-
que los Andes han actuado como una barrera geográ- mas de regionalización y si las variables ambientales
fica que ha confinado su distribución solo a Chile y por utilizadas en la generación del modelo no fueron in-
eso no se distribuye del otro lado de la cordillera. cluidas para generar el esquema de ecorregiones.
Por los motivos antes señalados, se han generado (2) Recorte con coberturas que incluyan algún carác-
diferentes métodos para proyectar un modelo de ni- ter histórico, tales como provincias fisiográficas (por
cho ecológico como el área de distribución geográfica ejemplo: Escalante et al. 2007), mapas geológicos,
de un taxón, eliminando la sobrepredicción en los si- cuencas y subcuencas hidrográficas, terrenos tecto-
tios donde se conoce que el taxón no puede estar o noestratigráficos, etc.
no ha sido registrado incluso con amplio esfuerzo de (3) Selección de las áreas en donde se tengan localida-
recolecta. Entre estos métodos podemos encontrar des conocidas, lo cual implica también considerar con-
cinco básicos: tinuidad o discontinuidad de las áreas.
(1) Recorte (eliminación de la sobrepredicción) a par- (4) Contrastación con mapas de distribución de la lite-
tir de esquemas de regionalización previamente desa- ratura (dibujados con otras metodologías, generalmen-
rrollados, como ecorregiones o provincias bióticas (por te mapas “de manchas”) y opinión de expertos (por
ejemplo: Sánchez-Cordero et al. 2005). Este método ejemplo: Anciaes y Peterson 2006).
sólo puede ser adecuado en dos casos, ambos para (5) Recorte con cartografía que represente alguna

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interacción biótica en particular (por ejemplo, la dis- Ciencias, México, D. F.
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El uso de los modelos de nicho ecológico tiene mu- Guisan A, Thuiller W. 2005. Predicting species distribution: offer-
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dades de conservación en términos geográficos. Sin Guisan A, Zimmermann NE. 2000. Predictive habitat distribution
embargo, los modelos de nicho no deben utilizarse models in ecology. Ecological Modelling 135: 147–186.
directamente como áreas de distribución, sino solo Hutchinson GE. 1957. Concluding remarks. Cold Spring Harbour
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distribución. Estos modelos resultan muy importan- Illoldi-Rangel P, Sánchez-Cordero V, Peterson AT. 2004. Predict-
tes para generar propuestas biogeográficas, pero cree- ing distributions of Mexican mammals using Ecological Niche
mos que su uso sin considerar sus implicaciones po- Modeling. Journal of Mammalogy 85(4): 658–662.
dría resultar, incluso, aventurado. McMahon JP, Hutchinson MF, Nix HA, Ord KD. 1996. ANUCLIM
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Escalante agradece la beca de PROFIP (DGAPA-UNAM) Peterson AT. 2006. Uses and requirements of ecological niche mod-
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Patricia Illoldi-Rangel
Laboratorio de Sistemas de Información Geográfica,
Departamento de Zoología, Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
Apdo. Postal 70-153, 04510 México, D. F., México;
y Biodiversity and Biocultural Conservation Labo-
ratory, Section of Integrative Biology, University of
Texas at Austin, Austin, TX 78712, E.U.A.

Tania Escalante
Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera”, Departa-
mento de Biología Evolutiva, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
Apdo. Postal 70-399, 04510 México, D. F., México.

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