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Tenías una carrera antes de que la cagaras, antes de que se empezara a olvidar quién

carajo está atrás de esa careta, haces una obra basada en un libro escrito hace más de
cecenta años para mil ancianos ricos blancos, que lo único que les importa es a donde irán
por su café y pastel cuando terminen, aparte de vos a nadie le importa. Y solo pensalo, no
haces esto por el bien del arte, haces esto porque queres sentirte relevante otra vez, bueno
sabes qué? Hay un mundo ahí afuera donde la gente lucha por ser relevante cada día, y
actúas como si no existiera. Las cosas pasan en un lugar que vos ignoras. Un lugar que por
cierto incluso se olvidó de tu existencia. Decime, quién mierda te crees que sos? Vos sos el
que no existe, haces esto porque estás aterrado al igual que el resto de no importar. Y
sabes que? Tenés razón! No importas. No sos importante.

La popularidad es la primita cachonda del prestigio. Significa que mi reputación está en


juego, y vale mucho, si. Exacto. Si esto no funciona para vos entonces volve con tus
amigotes del estudio y sumergite en el genocidio cultural que están perpetrado. Ya sabés!
Nace un imbécil por minuto. Ustedes saben bien que si lanzan cualquier basura tóxica, la
gente hará fila y pagará para verla. Pero después de que te hayas ido voy a estar ahí en
ese escenario ganándome la vida, desnudando mi alma, luchando contra emociones
humanas complejas. Lo que pasó anoche fue entender si la obra estaba viva, hacerla
sangrar. Así es cómo hacemos las cosas acá. Un hombre se convierte en un crítico cuando
no puede ser un artista, así como un hombre se convierte en un delator cuando no puede
ser un soldado, no cierto?

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