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PROHIBICION GENERAL:

El primer deber de quienes actúan en el mercado es hacerlo correctamente, de


acuerdo con el principio de la buena fe comercial, las sanas costumbres
mercantiles y los usos honestos en materia industrial y comercial. Dado que no se
trata de una conducta típica sino de un marco, la Superintendencia repetidamente
ha dicho que la misma aplica cuando la situación de hecho del caso no puede
ajustarse a un tipo de acto específico. Si bien la definición del tipo es general y un
poco gaseosa la SIC tampoco le ha asignado el papel de comodín estableciendo
algunas pautas. Así por ejemplo las buenas costumbres referidas por la ley no
deben confundirse con la costumbre como fuente del derecho mercantil. Se trata
de estándares de comportamiento socialmente aceptados fuera del los cuales sus
autores ingresan en el terreno de lo no aceptado, lo incorrecto. En una decisión
reciente la SIC dijo por ejemplo que repartir volantes de propaganda en las
instalaciones del competidor es una forma de publicidad invasiva incorrecta.

La competencia desleal es una práctica comercial engañosa o ilícita que


perjudica económicamente a los consumidores o entidades comerciales

La competencia desleal es caracterizada por todas aquellas actividades de dudosa


honestidad que puede realizar una persona física o jurídica (no es necesario que
sea un empresario) para favorecer su negocio.
Las consideraciones de la Superintendencia aclaran que el bien jurídico y el valor
supremo de la Ley 256 es “la lealtad en los medios para competir”, lo cual se
fundamenta en la cláusula general de prohibición. Así mismo, exponen que el
objetivo de la Ley se expresa en la cláusula general y es la protección del
mercado, para prevenir que “los competidores actúen en contra de la buena fe
comercial, las sanas costumbres mercantiles y los usos honestos en materia
industrial y comercial con el fin de producir un daño a otro participante en el
mercado
EJEMPLO
a Delegatura para Asuntos Jurisdiccionales de la Superintendencia de Industria y
Comercio (SIC) declaró que la sociedad Alpina Productos Alimenticios S.A.
incurrió en un acto desleal de imitación sistemática.

Alpina fue denunciada por Danone por desarrollar una estrategia comercial que
consistía en imitar las iniciativas que Danone ya había utilizado en otros países del
mundo.
Como un primer obstáculo desleal la Superindustria encontró que Danone era
titular y usaba en otros países ciertas marcas que fueron registradas por Alpina en
Colombia, las cuales en algunos casos resultan idénticas y, en otros, similares.
Esto implicó que en algunos casos Danone no pudiera usar su portafolio de
marcas al momento de participar del mercado nacional

Desviación de la clientela
Si bien la función de la competencia consiste en permitirle a las empresas ganar la
clientela de los rivales y todos los actos de competencia por definición tienen un
elemento concurrencial, esta es desleal cuando la canalización de la clientela se
logra mediante la utilización de medios incorrectos. Es otra especie de prohibición
general respecto de la cual la SIC sostiene una tesis similar de establecimiento de
deberes objetivos de conducta y aplicarla cuando los hechos no se ajusten a algún
tipo específico. En varias ocasiones la SIC también ha sostenido que quien la
alega debe demostrar el hecho de la desviación. En varios casos, por ejemplo,
relacionados con la práctica del “call back” la entidad dijo que no bastaba
enunciarla sino que las empresas de teléfonos supuestamente afectadas tenían el
deber de probar detalladamente la desviación.
“ARTÍCULO 8o. ACTOS DE DESVIACIÓN DE LA CLIENTELA. Se considera
desleal toda conducta que tenga como objeto o como efecto desviar la clientela de
la actividad, prestaciones mercantiles o establecimientos ajenos, siempre que sea
contraria a las sanas costumbres mercantiles o a los usos honestos en materia
industrial o comercial.”.
EJEMPLO:

La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), sancionó a Claro a pagar una


multa de $908.891.312 a la Compañía Móvil (Tigo), tras encontrar que la empresa
“incurrió en actos de competencia desleal de desviación de la clientela, engaño y
violación de normas".
La conducta de competencia desleal consistió en que asesores comerciales de
Claro ofrecían una promoción de un chip gratis de la misma compañía, bajo la
condición de tener una línea con otro operador, solicitándole al usuario el número
de dicha línea.
Al usuario le informaban que le iba a llegar un código de la promoción vía mensaje
de texto, el cual debía ser informado al asesor, quien con ese código, que
realmente era el NIP, efectuaba la portabilidad sin consentimiento del usuario,
quien a los pocos días se enteraba que su número había sido portado a la red de
Claro.
Según el fallo de la SIC, se declara que Comunicación Celular S.A.
(Claro), incurrió en los actos de competencia desleal, de desviación de la clientela,
engaño y violación de normas, lo que en consecuencia ordena el pago a favor de
Colombia Móvil S.A., dentro de los 10 días siguientes a la ejecutoría de la
providencia, más de 900 millones de pesos. Pasado este término, la parte
opositora deberá reconocer intereses de mora, liquidados a la tasa del 6 por
ciento anual.
De igual manera, se ordena la suspensión inmediata del comportamiento que dio
lugar a la declaración de deslealtad y la nulidad de las demás pretensiones
formuladas en la demanda.

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