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UNidad I-Londoño
UNidad I-Londoño
Sandrade
PhD
la
Lilianapsicología
Londoño Calero
en el Marco del conflicto armado
Resumen
1
El conflicto en Colombia tiene una historia de larga duración, tan extensa que
casi consideramos haber vivido siempre en él. Las cifras del conflicto muestran
población afectada en todas las direcciones, resulta en particular preocupante
la violencia contra niños, niñas y jóvenes, la violencia contra la mujer y la
agresión a población indígena y afrodescendiente. Frente a ello, el profesional
en Ciencias Sociales tiene grandes desafíos, entre ellos romper las fronteras de
su práctica tradicional, abordar el conocimiento de su realidad y rescatar el
valor y el poder de las poblaciones para agenciar su cambio. La formación de
profesionales que enfrentarán en el inmediato futuro este ingente desafío,
deben ser educados a la altura del desafío, con nuevas prácticas, mayor
contacto con la realidad y mayor pertinencia y espíritu crítico en los
contenidos. Este es el recorrido de este documento de cuatro escenas, que
deja la última al lector para que se convierta en vida.
Palabras claves:
Introducción
En la siguiente presentación haré un recuento de algunos hechos de violencia
social que son el día a día en Colombia y que precisan y describen el contexto
de los desafíos más ingentes que enfrentamos como científicos sociales. No son
cifras exhaustivas ni agotan los análisis posibles, se presentan a modo de
Pese a las dificultades que siempre habrá en las cifras por diferentes razones,
algunas de las cuales ya he señalado, voy a permitirme presentar algunos datos
recolectados de diferentes informes, artículos y documentos, producidos por
periodistas, ONG´s y organizaciones del Estado que se encargan de la
denuncia, del seguimiento y del diseño de programas para atender y disminuir
la diversidad de efectos de todo orden que trae consigo este conflicto. La
recolección de información que he hecho, si bien no es exhaustiva, ni
sistemática, ni tiene pretensión de ser un estado del arte, busca sensibilizar
6 sobre el enorme reto que se presenta a los profesionales colombianos a la hora
de pensar qué tipo de disciplina debemos proponer para enfrentar con
pertinencia los retos y desafíos que se imponen desde la realidad del conflicto
armado que vivimos.
En el panorama nefasto de nuestro conflicto interno, los niños, niñas y
adolescentes, han sido una de las poblaciones más vulneradas, y al afirmar
esto, no me refiero sólo a la cantidad que ha sido afectada, o a la diversidad de
formas en que ha sido vulnerada, sino a las graves consecuencias y efectos que
puede tener para un ser humano, el vivir, tan temprano en su existencia
realidades tan severas y degradantes.
CEJIL (2007) Tomando como fuente a UNICEF Y a Human Right Watch (2006)
reconoce que un poco menos de la mitad de la población que ha sido
desplazada en Colombia durante los últimos seis años son niñas y niños, 1
millón cien de ellos y ellas aproximadamente, en una población aproximada de
3 millones de personas desplazadas calculadas para 2006. En otro aspecto del
conflicto, Según datos del sistema de Información del Observatorio de Minas
Antipersonales del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho
Internacional Humanitario, hablando de cifras entre 1990 y 2006, se afirma
que 5.619 colombianos y colombianas han sido víctimas de las minas
antipersona y entre ellos 567 son menores de edad (442 niños y 125 niñas).
Pecáut (2001) señala que las personas sometidas a contextos de terror como
los que nosotros hemos vivido “sufren una triple experiencia:
Desterritorialización, es decir, el espacio pierde características sociales
respecto del trabajo y de la solidaridad, no hay zonas seguras.
Destemporarización: la guerra impide ver el futuro y un eje temporal continuo,
la gente le cuesta tener un relato colectivo. Desobjetivación. El sujeto pierde
la capacidad de afirmarse como sujeto de su propia vida, es un sujeto
sometido a las leyes de otros. (p.293) unas leyes que no son claras,
11 homogéneas, permanentes y ancladas en valores compartidos.
Segunda escena: Algunas claves del ejercicio
Esta perspectiva ya ha sido propuesta por las escuelas críticas en las ciencias
sociales, teorías llamada críticas y liberadoras, permitidas por el espíritu de
una época que puso en los 70 en movimiento una miriada de intelectuales
latinoamericanos por excelencia, pensadores inspirados y animados por la
Escuela Crítica de Frankfurt y a través de ella del marxismo, el
postestructuralismo, el interaccionismo simbólico y la teología de la liberación,
sabia amalgama sólo posible en nuestros países híbridos, jóvenes, del realismo
mágico y en la cola del desarrollo. Esta manera de pensar fue cuna de Paulo
Freire y su pedagogía del oprimido, de Orlando Fals Borda y la Investigación
Acción Participativa, de García Marquez, Cortazar, Borges y Sábato nuestros
visionarios intelectuales del mundo de la literatura, de Ignacio Martín Baró
psicólogo inmolado en el conflicto del Salvador impulsor sin tregua de la
Psicología de la liberación, de Maritza Montero, Elizabeth Lira y de tantos otros
que lograron darse cuenta de que era necesario, urgente y determinante,
construir un modo de actuar y de pensar pertinente en cuanto referido a la
realidad que estábamos viviendo desde el lugar de la gente común, cotidiana,
de las víctimas, de los oprimidos, de los sin voz, sujetos históricos y
13 contextuales sobre los que recae toda acción como intervención, acción que es
comportamiento, como solemos estudiar los científicos sociales, pero
comportamiento con sentido.
Es sabido, y así lo recuerda Bauman (2004) que en los lugares donde hay
violencia permanente se genera agresividad en las personas que va de lo
público a lo privado, el vecindario, la familia ya no son los espacios de
solidaridad y cooperación. Tanto dolor y angustia, recuerda el sociólogo alemán
en su libro “La sociedad sitiada”, tiende a destruir los lazos sociales. Las
personas no pueden aprender porque sus entornos se vuelven impredecibles y
el hecho de conformar hábitos, o de hacer memoria puede convertirse en un
acto suicida. Se necesita empezar siempre de nuevo, pensar que cada
circunstancia es única a fin de tener la flexibilidad para sobrevivir, aun si está
práctica desgarra y fragmenta la conexión con el pasado o con otros seres
humanos. Todo esto hace más grave y difícil la situación de las víctimas y más
urgente y determinante el papel del científico social, tejiendo y destejiendo
con los otros la posibilidad de existir y no desaparecer social e
individualmente.
Martín Baró (1989) señala que las ciencias sociales deben estudiar todos estos
hechos como los que se han mencionado hasta ahora, por el sólo hecho de que
son personas o grupos los que están detrás de estas acciones. Personas
sometidas a los determinismos y condicionamientos que operan para
determinar cualquier conducta en relación con su familia, hijos o equipos de
trabajo y que por eso podemos comprenderlos y analizarlos, intervenirlos y
confrontarlos.
Tercera escena:
Algunas ideas para avanzar en una propuesta educativa para
científicos sociales en tiempos de guerra y conflicto
Los que son educadores como quienes se educan en el ámbito de las ciencias
sociales, tal vez puedan pensar en algunas de estas ideas para la enseñanza
que describo a continuación, o mejor aún, ser creativos y estar a la altura del
desafío. Pero si el que lee, es un agente educativo, colectará intranquilo esta
suerte de propuestas y amanecerá el día siguiente al presente con la intención
de transformar su forma de enseñar y de aprender. Para hacerlo sugiero:
Hasta aquí hemos presentado algunas cifras del conflicto colombiano, convulso,
violento, complejo e incontrolable. Las violaciones a los derechos
fundamentales del ser humano proceden de diferentes actores, algunos incluso
en que las personas deberían poder confiar para su defensa y para su
tranquilidad.
25 http://www.paislibre.org/index.php?
option=com_content&task=blogcategory&id=28&Itemid=84
Medios para la paz. (S.F). Cifras y datos del conflicto colombiano. Recuperado
el 11 de junio de 2008 de: http://www.mediosparalapaz.org/
index.php?idcategoria=38
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