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La charla a cargo de la investigadora, compositora y docente, Ana María Romano, incluirá una
escucha guiada de algunas de las obras de la compositora, así como una muestra de algunas obras
relevantes del catálogo de Jacqueline Nova, las cuales hacen parte de la colección del Centro de
Documentación Musical de la Biblioteca Nacional, como partituras, grabaciones de algunas de las
obras, testimonios y comentarios que en vida Nova realizó a manera explicativa sobre su obra.
En 1969, Nova creó, en conjunto con la artista plástica Julia Acuña, la obra Luz-Sonido-
Movimiento. Según sus creadoras, el personaje central era el público y no se podía hablar de
espectador en tanto el desarrollo de la obra era completamente vivencial a partir de la activación
que debía ejercer cada persona sobre los diferentes componentes, como una invitación a dialogar
con lo conocido y lo desconocido.
El papel de la creación interdisciplinaria fue tan importante que Nova colaboró, desde el ámbito
sonoro, en diversos proyectos: en teatro con Enrique Buenaventura y Jorge Alí Triana
componiendo la música para las obras Macbeth para conjunto de cámara (1967) y Julio César para
voces y sonidos electrónicos (1969) respectivamente; en literatura con la escritora Dora
Castellanos para la realización del Oratorio Hiroshima para orquesta, contratenor, contralto, 16
voces femeninas, coro y sonidos electrónicos (1972); y en el cine aportó desde la electroacústica al
componer la música original de la película Camilo, el cura guerrillero (1974) de Francisco Norden.
Lo anterior sumado a las colaboraciones en las artes plásticas y visuales con las artistas Feliza
Bursztyn y Acuña.
Una de las obras más innovadoras de Jacqueline Nova Sondag, es Creación de la Tierra, en la que
convergen dos de los más grandes intereses de Nova: la voz humana y los medios electrónicos. La
obra es una referencia obligada en la creación electroacústica latinoamericana de la década de los
setenta, realizada con material vocal a partir de los cantos de la creación de la tierra de los
indígenas U´wa.
Nova murió en Bogotá de cáncer de huesos en 1975, a los cuarenta años de edad. Su trágica y
temprana muerte no sólo truncó una carrera en plena fuerza creativa sino que afectó de manera
directa el desarrollo de la música electroacústica en el país: tras su muerte hubo un gran silencio
de más de una década en la creación musical con medios electrónicos en el país.