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BLAS EMILIO ATEHORTÚA;

El maestro Blas Emilio Atehortúa (22 de octubre de 1943 - 5 de enero de 2020) es considerado el


compositor colombiano más prolífico de su generación y sin duda el más importante a nivel
internacional, durante su carrera recibió numerosas distinciones de organismos internacionales y
de entes gubernamentales de varios países. Atehortúa es considerado el "padre" de la música
académica actual en el país.

"Blas Atehortúa personifica el intercambio productivo de talento e ideas que ha hecho la vida
musical de las Américas muy rica en nuestro siglo..." Ricchard Freed, en notas al programa del
concierto ofrecido por la Orquesta Sinfónica Nacional en el John F. Kennedy Center en
Washington, D. c., septiembre 17, 18, 19 Y 22 de 1992, y acerca del estreno mundial del Concierto
para piano N° 2 de Atehortúa, con Sara Wolfensohn como solista, bajo la dirección de Mstislav
Rostropovich.

Biografía

Blas Emilio Atehortúa nació en Santa Elena (Antioquia), el 22 de octubre de 1943. Inició
tempranamente sus estudios musicales con profesores privados desde los 9 años; a los 12 ingresó
al Conservatorio de Bellas Artes de Medellín, y a los 16 surgieron sus primeros ensayos como
compositor: pequeños preludios para piano u otros instrumentos.

En 1951 se consagró a los estudios de armonía con el profesor Bohuslav Harvaneck y con él mismo
siguió viola y violín. Tres años más tarde estudió armonía y contrapunto con el padre salesiano
Andrés Rosa, quien entonces ejercía en Medellín. Por esta misma época, perteneció a la banda
departamental, encargado de los timbales. Luego viajó a Bogotá y se matriculó en el Conservatorio
Nacional.

Cursó armonía con Antonio María Benavides, contrapunto con el director del plantel, Fabio
González Zuleta, morfología musical con Andrés Pardo Tovar y orquestación para banda con José
Rozo Contreras. Fue secretario del Centro de Estudios Folklóricos y Musicales del Conservatorio, y
al mismo tiempo realizó interesantes investigaciones sobre etnomusicología.

Carrera profesional

En 1963 ganó, en concurso internacional, una beca para cursar estudios avanzado de composición
y orquestación en el Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales del Instituto Torcuato Di
Tella, de Buenos Aires, donde estuvo entre 1963 y 1964, y entre 1966 y 1968.

Allí fue alumno de Alberto Ginastera, director del Centro, de Aaron Copland, Olivier Messiaen,
Ricardo Malipiero, Luigi Dallapiccola, Luigi Nono, Bruno Madema, Cristóbal Halffter, Iann is
Xenakis, Gerardo Gandini y Earle Brown; en el campo de la música electrónica con Femando von
Reichenbach y José Vicente Asuar, y en el de música para cine con Maurice le Roux. También
asistió a los seminarios de musicología de Robert Stevenson, Lauro Ayestarán, Paola Suárez
Uterbey y Gilbert Chase. Entre 1968 y 1970 viajó de nuevo a Buenos Aires para revisar y
reorquestar varias de sus obras, bajo la guía de Alberto Ginastera. Estudió dirección orquestal con
Olav Roots y Bruno Maderna (Bogotá y Buenos Aires), y violín y viola con Buhus]av Harvanek y
Joseph Matza en Colombia, y con Panagiotis Kyrkiris en Argentina. [1]
Obtuvo becas de las Fundaciones Rockefeller y Di Tella (Argentina), del Instituto de Educación
Intemacional- Fundación Ford (Estados Unidos), de la Organización de los Estados Americanos
-Oficina de Educación Iberoamericana y Ministerio de Educación y Ciencia de España, y de la John
Simon Guggenheim Memorial Foundation para cursar un programa sobre composición musical en
los Estados Unidos.

Regresó a Colombia en 1968 para dedicarse al profesorado por cuenta de la Organización de


Estados Americanos (OEA). En 1970 se hizo cargo de la Dirección del Conservatorio de Popayán y a
mediados de 1972 se posesionó como director del Conservatorio de la Universidad de Antioquia.
En 1973 fue nombrado director del Conservatorio Nacional en Bogotá.

Adicionalmente a su actividad creativa, en calidad de Director Invitado ha dirigido importantes


orquestas sinfónicas en Brasil, Bolivia, Puerto Rico, Venezuela y otras en América Latina. En 1974
fue Director Interino de la Orquesta Sinfónica de Colombia, y entre 1979 y 1982 se desempeñó
como Director Asistente de la Orquesta Filarmónica de Bogotá.

Su trabajo académico va desde los arduos ensayos en el Instituto de Bellas Artes, hasta sus
conferencias y labor pedagógica en varias universidades y conservatorios en Colombia, Argentina,
Venezuela y Europa. Fue también subdirector académico y profesor en el Instituto Universitario de
Estudios Musicales lUDEM en Caracas (Venezuela).

Entre 1973 y 1977 fue director del Conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia en
Bogotá y director del Conservatorio de la Universidad de Antioquia entre 1972 y 1973. También se
desempeñó como director y profesor de la Cátedra Latinoamericana de Composición en el Sistema
de Orquestas Juveniles de Venezuela, en Caracas.

Reconocimientos

Blas Emilio Atehortúa ganó varios premios en concursos nacionales e internacionales de


composición: en 1971 ganó el Concurso Nacional de Composición por su obra Apu Inka
Atawalpaman Op. 50, que ganaría también en 1979 con Tiempo - Americandina Op. 69 y en 1981
con Kadish Op. 107. También ganó el Primer Concurso Internacional de Composición para Cuarteto
de Cuerdas de la agrupación Beethoven, de Santiago de Chile, en 1979 y fue galardonado en el
Primer Premio del Concurso Internacional de la Joven Orquesta Nacional de España (1991) por su
poema sinfónico-coral Cristóforo Colombo, Op 167.

Fue merecedor de varias condecoraciones: la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito Civil otorgada
por el Rey Juan Carlos de España (1982), la Medalla Conmemorativa del Centenario del Natalicio
de Béla Bartók concedida por los Organi mo Húngaros (1983), el Premio a las Letras y las Artes de
la Gobernación de Antioquia, la Medalla a la Gran Excelencia del Instituto Distrital de Cultura y
Turismo de Bogotá, la Medalla de Ciudadano Meritorio de la Gobernación de Santander, y la
Condecoración del Congreso de la República en el grado de Cruz de Caballero del Congreso de
Colombia (1994). En 1991 la Universidad Nacional de Colombia le confirió el título de Doctor
Honoris Causa; en 1992 el Centro de Estudios Sefaradíes de Caracas, de la Asociación Israelita de
Venezuela, le otorgó el título de Miembro Honorario, y en 1998 la Asociación de Exalumnos de la
Universidad Nacional de Colombia le confirió el premio Excelencia Nacional al Mérito Profesional,
Categoría Artes y Letras.
También fue merecedor del premio India Catalina en 1989 por la banda sonora que compuso para
la famosa serie Los Pecados de Inés de Hinojosa, y compuso la banda sonora de la exitosa película
colombiana Edipo Alcalde, en 1996.

Sus obras son interpretadas por orquestas sinfónicas y de cámara en Europa, América Central,
América del Sur, Canadá y en los Estados Unidos; en este último país uno de sus éxitos más
destacados ha sido el estreno mundial de su Concierto No. 2 para piano, con la pianista Sara
Wolfensohn y la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la dirección de Mstilav Rostropovich en el
Kennedy Center en Washington, D. C. (Septiembre 17, 18, 19,22 de 1992).

En 2006 el Ayuntamiento de Valladolid (España) le comisionó la obra Colón el gran navegante, Op


226, para conmemorar los 500 años de la muerte de Cristóbal Colón.

En 2017, con motivo de su aniversario 50, la Orquesta Filarmónica de Bogotá interpretó en estreno
mundial la Obertura Triunfal, Opus 255, compuesta y dedicada por el maestro Atehortúa para la
ocasión.

En 2018 estuvo presente la interpretación de su Concierto para Cuarteto de Cuerdas y Orquesta,


realizada por la Fusión Filarmónica Juvenil de la Orquesta Filarmónica de Bogotá y el Cuarteto Q
Arte, bajo la dirección de Robin O’Neill.

Obras

Su obra, inmensa y vanguardista, —más de 300 composiciones, concebidas en una gran variedad
de géneros y formas y para toda suerte de instrumentos y ensambles— conjuga libremente
elementos de la tradición musical europea y una visión muy personal de lo latinoamericano y lo
colombiano. La música de Atehortúa está más allá del concepto de música colombiana, pues él
logra reunir los elementos de la música contemporánea (el dodecafonismo, el serialismo o el
expresionismo), sin dejar de imprimirle a ella su formación, su inspiración post-romántica y, en el
momento adecuado, el tinte nacionalista.

Entre sus obras tempranas se destacan el Tríptico para orquesta, el Concertino para timbales y
orquesta de cámara y el Ensayo concertante para orquesta de cuerdas, Op.5. A partir de 1968
evoluciona hacia un estilo muy propio y maduro, en donde su personalidad se conjuga con una
visión americanista desligada del nacionalismo obvio. A lo largo de todas 5 sus etapas creativas, de
formación y profesionales, Atehortúa hace referencias constantes a la tradición barroca, evidentes
no sólo en los títulos de las obras sino en el contenido de las mismas, los contrastes de la
instrumentación, las técnicas de variación, la presencia del contrapunto y el impulso rítmico
mouiz.

Entre sus obras premiadas figuran Kadish, Op. J 07, el Cuarteto No. 4 Op. 87 para cuerdas,
la Cantata Tiempo-Americandina, Op. 69 y la Cantata Apu Inka Atawalpaman, Op. 50.

Atehortúa, ejecutante de viola, posee una empatía singular con la cuerda, la cual emplea en un
sinnúmero de contextos sinfónicos y de cámara. Los dos primeros cuartetos datan de 1960 y 1961
respectivamente, previos a las experiencias formativas vividas en el Instituto Torcuato di Tella de
Buenos Aires. Los cuartetos tercero y cuarto datan de 1968 y 1979 , respectivamente. En general la
obra de Atehortúa reserva un espacio singular para lo lírico, y en los movimientos lentos no sólo lo
expresa en extensas melodías sino en la creación de ambientes que reflejan estados de ánimo
contemplativos y evocadores. [2]

Sus únicas obras publicadas son Fantasía Concertante, para piano y orquesta de vientos,
Op.103 (N.Y.: Peters, 1985); Concierto para oboe y orquesta de vientos, Op. 90 (N.Y.: Peters, 1982)
y Preludio, variaciones y presto alucinante para piano (Revista A Contratiempo, No. 9, 1997).

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