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79. cidh, Acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia sexual en Mesoamérica, oea/
Ser.l/v/ii. Doc. 63, 2011
80. cidh, Acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia sexual en Mesoamérica. Op. cit.,
Párr. 47:
Este esquema sistemático de discriminación social se manifiesta de diversas formas en todos los ámbitos.
Instituciones como la familia, el lenguaje, la publicidad, la educación, los medios de comunicación masiva,
entre otras, canalizan un discurso y mensaje ideológico que condiciona el comportamiento de hombres y
mujeres conforme a los patrones culturales establecidos que promueven las desigualdades.
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En su artículo 6, la Convención de Belém do Pará establece que el
derecho de toda mujer a vivir libre de violencia incluye, entre otros: (a)
el derecho de la mujer a ser libre de toda discriminación y (b) el derecho
de la mujer a ser valorada libre de patrones estereotipados de comporta-
miento y prácticas sociales y culturales basadas en conceptos de inferio-
ridad o subordinación.
Ahora bien, una de las modalidades –no la única– que adquiere la
discriminación basada en estereotipos de género es la violencia de géne-
ro. La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer (Convención Belem Do Pará) define este tipo
específico de violencia como:
[U]n término más preciso que pone de manifiesto las causas y los efectos
relacionados con el género de la violencia. La expresión refuerza aún más
la noción de la violencia como problema social más que individual, que
81. Corte idh, Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México., párr. 401.
82. Comité cedaw. Recomendación General 19. Párr. 1. Disponible en: https://bit.ly/VoLxjn
83. Corte idh. Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009. Serie C No. 205. Corte idh. Caso
Fernández Ortega y otros. Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 30 de agosto de 2010 Serie C No. 215. Corte idh. Caso Rosendo Cantú y otra Vs. México. Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2010. Serie C No. 216.
84. Comité cedaw. Recomendación General 35, Párr. 9. Disponible en: https://bit.ly/VoLxjn
86. Corte idh. Caso del Penal Miguel Castro Castro vs. Perú, Fondos, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 25 de noviembre de 2006. Serie C No. 160, párr. 292
87. onu. Informe del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, a/hrc/31/57, 5 de enero de 2016, párr. 7
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igualdad y la misma protección en el seno de la familia, la protección contra
la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes y la libertad de ex-
presión, de circulación, de participación, de reunión y de asociación (párr. 15).
88. cidh, Acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia sexual en Mesoamérica, oea/
Ser.l/v/iii. Doc. 63, 2011
89. Corte idh. Caso Rosendo Cantú y Otra Vs. México. Op. cit. párr. 109.
51. […] las formas de violencia sexual como el abuso, el acoso, la pornogra-
fía, la explotación sexual, la esterilización forzada, la maternidad forzada,
la negligencia contra las niñas o la violencia sexual, entre otras, se levan-
tan como expresiones derivadas directamente de la discriminación social e
histórica que han sufrido y sufren las mujeres: “sucede como culminación
de una situación caracterizada por la violación reiterada y sistemática de
los derechos humanos”.91
90. Organización Mundial de la Salud (oms), Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud,
Washington, D.C., 2002, pág. 21
91. cidh, Acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia sexual en Mesoamérica, oea/
Ser.l/v/ii. Doc. 63, 2011
92. Ídem.
93. Corte idh. Caso Espinoza Gonzáles Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 20 de noviembre de 2014. Serie C No. 289. Párr. 192.
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65. […] la violación sexual no implica necesariamente una relación sexual
sin consentimiento por vía vaginal, como se consideró tradicionalmente.
Por violación sexual también debe entenderse actos de penetración vagi-
nales o anales sin consentimiento de la víctima. Además, en la perpetra-
ción de este delito se pueden usar otras partes del cuerpo del agresor u
objetos e incluye la penetración bucal del miembro viril. Para que exista
violación sexual no se requiere resistencia física a la agresión, es suficiente
que haya elementos coercitivos en la conducta. Cuando la violación sexual
es cometida por un agente del Estado contra una mujer detenida, el acto
es especialmente grave y reprobable, tomando en cuenta la vulnerabili-
dad de la víctima y el abuso de poder que despliega el agente.94
[…]a violación sexual no es la única forma de violencia sexual, sino que este
término abarca otras formas de agresión como la desnudez forzada, las
94. cidh, Acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia sexual en Mesoamérica, Op. Cit.
Véase también Corte idh. Caso Penal de Castro Castro. Op. cit. Párr. 311. Ver también, echr.
Case of Aydin v. Turkey, Judgement of 25 September 1997. App. No. 57/1996/676/866. Párr. 83.
95. Corte idh. Fernández Ortega y otros Vs. México; sentencia de 30 de agosto de 2010, párr. 124.
Véanse también los informes del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes: a/hrc/31/57, párr. 8; y A/HRC/7/3, párr. 36.
96. Corte idh. Caso Penal de Castro Castro. Op. cit. Párr. 311.
97. Ídem.
Respecto de la desnudez forzada, el Protocolo de Estambul señala: La tortura sexual empieza
por la desnudez forzada, que en muchos países es un factor constante en las situaciones de
tortura. La persona nunca es tan vulnerable como cuando se encuentra desnuda y desvalida. La
desnudez aumenta el terror psicológico de todos los aspectos de la tortura pues abre siempre
la posibilidad de malos tratos, violación o sodomía.
Véase oacnudh. Protocolo de Estambul. Manual para la investigación y documentación efi-
caces de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, presentado el 9 de
agosto 1999, párr. 215. Disponible en: https://bit.ly/2KRI8qp
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En casos que involucran a mujeres, el marco jurídico sobre la prohibi-
ción de la tortura debe relacionarse íntimamente con el corpus juris de los
derechos de las mujeres; hemos recogido anteriormente los más impor-
tantes. De manera que, por ejemplo, la Convención Belem do Pará reco-
noce el derecho de toda mujer a una vida libre de violencia99 (sea física,
sexual y/o psicológica100) y reconoce especialmente que puede ser perpe-
trada o tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que ocurra.101
A su vez, este derecho implica la protección de otros como el derecho a
ser libre de toda forma de discriminación y ser valorada libre de estereoti-
pos102. Desde luego, vivir libre de violencia es indivisible e interdependien-
te103 de los derechos a la vida, a la integridad personal, a no ser sometida a
tortura, entre otros también protegidos por la Convención Belem do Pará.
En idéntico sentido, el Comité cedaw se pronunció sobre los derechos que
se vulneran, como referimos supra.
En el mismo camino, la cedaw establece como deber de los Estados
Por tanto, la tortura contra una mujer, y desde luego la tortura sexual,
implica una violación al derecho de las mujeres a una vida libre de violencia
y a la obligación de los Estados de abstenerse de cualquiera práctica de vio-
lencia contra la mujer.
98. Artículos 5.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, 5 de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos; 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; y numerales 20,
apartado A, fracción II, 22 y 29 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
99. Artículo 3.
100. Artículo 2.
102. Artículo 6.
103. Comité cedaw. Recomendación General 35. Op. cit. Párr. 15.
104. Artículo 7.
105. onu. Informe del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, Juan E. Méndez, Doc. onu a/hrc/31/57. 5 de enero de 2016, párr. 5 y 9.
106. Corte idh. Caso I.V. Vs. Bolivia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 30 de noviembre de 2016. Serie C No. 329. Párr. 263.
107. Comité cedaw. Recomendación General 35, Op. cit., Párr. 16.
109. cidh. “Informe No. 5/96, Caso 10.970, Raquel Martín de Mejía”, Informe Anual de la cidh, 1995.
110. Ver también cidh, Informe de fondo Núm. 53/01, Caso 11.565, Ana, Beatriz y Celia González
Pérez Vs México, 4 de abril de 2001, disponible en: https://bit.ly/2Ptm5bY
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El Sistema Interamericano de Derechos Humanos ha adoptado pau-
latinamente este entendimiento también. Ya desde la década de los
noventa, la cidh emitió un informe en un caso en el que consideró que la
violación sexual sufrida por la víctima constituía tortura109, lo que abrió
paso a una serie de avances en el sistema interamericano.110
Posteriormente, desde la emisión de la sentencia Castro Castro 111 la
Corte Interamericana inició el desarrollo de una jurisprudencia y de
111. Corte idh. Caso del Penal Miguel Castro Castro Vs. Perú. Op. cit.
113. Corte idh, Caso Fernández Ortega y otros. Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de agosto de 2010 Serie C No. 215. Corte idh, Caso
Rosendo Cantú y otra Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 31 de agosto de 2010. Serie C No. 216.
Sentencias publicadas el 11 de julio de 2011 en el Diario Oficial de la Federación, por así haber-
lo ordenado en dichas sentencias la Corte Interamericana.
114. cidh, Acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia sexual: la educación y la salud,
oea/Ser.l/v/ii.Doc. 65, 2011.
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8. Los elementos del propósito y la intención de la definición de tortura
(a/hrc/13/39/Add.5) se reúnen siempre que un acto está motivado por el
género o se ha cometido contra determinadas personas en razón de su
sexo, su identidad de género, su orientación sexual real o aparente, o su
incumplimiento de las normas sociales relativas al género y la sexualidad
(a/hrc/7/3). En la práctica, no suele estar claro el límite conceptual en-
tre los malos tratos y la tortura. Adoptar una perspectiva de género frena
la tendencia a considerar malos tratos determinados abusos cometidos
contra mujeres, niñas y personas lesbianas, gais, bisexuales y transgénero,
aunque encajarían mejor en la definición de tortura.
115. onu. Informe del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, a/hrc/31/57, 5 de enero de 2016. Op. cit., párr. 8.
Durante este periodo, las mujeres son más vulnerables al abuso sexual y
otras formas de violencia […] En algunas sociedades en las que se limita el
papel de la mujer en la vida pública y el contacto con los hombres que no
sean miembros de su familia, debido a unas leyes y actitudes que son dis-
criminatorias contra la mujer, se pueden dar casos de interrogatorios reali-
zados por hombres para intimidar así a las mujeres y hacer que se sientan
extremadamente vulnerables. Esto también contiene una amenaza de abu-
so sexual, se llegue a realizar o no dicha amenaza. Durante este periodo, las
mujeres detenidas también son, por lo general, mucho más vulnerables que
los hombres detenidos, ya que la mayoría de las mujeres que se enfrentan al
sistema de justicia penal en los países de todo el mundo tienen un estatus
inferior que los hombres, tanto educativo como económico (a menudo de-
penden de sus cónyuges), y son menos conscientes de sus derechos legales.117
116. Informe sobre la visita a Brasil del Subcomité para la Prevención de la Tortura y Otros Tratos o
Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, cat/op/bra/1, 5 de julio 2012, párr. 80.
117. apt, Mujeres privadas de libertad: una guía para el monitoreo con perspectiva de género, 2013, p. 9.
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mayor cuando se trata de mujeres en detención, de tal suerte que este
riesgo existe incluso ahí donde no existe un conflicto armado formalmen-
te declarado. Este riesgo varía en intensidad y frecuencia dependiendo del
país. Es relevante, por tanto, abordar la específica condición de cada lugar
y entorno para analizar cómo ocurre la violencia sexual contra las mujeres
en condiciones de detención.
En el caso de México, esa revisión no puede pasar por alto que, como ade-
lantamos en el apartado referente al contexto de tortura y su sexualización118,
la tortura es generalizada y su uso es recurrente contra personas detenidas
con distintos fines, entre ellos castigar y/u obtener información incriminatoria.
Específicamente sobre la violencia sexual, el relator señaló:
118. Véase el apartado “La tortura generalizada en México y su sexualización como expresión
diferenciada y recurrente contra las mujeres”, correspondiente a la primera parte de este informe.
119. onu. Informe del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes: Misión a México, diciembre 2014. Op. cit., párr. 23.
120. onu. Informe del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos
o degradantes: Misión a México. 17 de febrero de 2017. Op. cit., párr. 34.
Los informes hasta aquí citados son sólo una muestra que confirma
cómo desde el ámbito internacional se ha recalcado que en nuestro país
se siguen presentando casos de violación y violación sexual en los que los
perpetradores son agentes estatales, calificables sin duda como tortura, en
el marco más amplio de la violencia por razón de género contra las muje-
res. Y aunque México no es el único país en el que esta práctica acontece en
la actualidad, sin duda la frecuencia con que ocurre violencia sexual contra
mujeres detenidas es extremadamente alta en nuestro país.
Factores como la subsistencia de un sistema penal de excepción de corte
escrito e inquisitivo para ciertos delitos como el de delincuencia organizada;
la política de mano dura en materia de seguridad y, sobre todo, la impunidad,
contribuyen significativamente a que esta realidad no se revierta.
Sobre la subsistencia del sistema penal inquisitivo para determinados
crímenes, como la delincuencia organizada, y su impacto negativo sobre
los derechos humanos, el propio Relator sobre la Tortura lo calificó como un
122. onu. Informe del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes: Misión a México, 2014. Op. cit. Párr. 23.
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En cuanto al modelo de seguridad de mano dura y las afectaciones
que produce, el Relator sobre Ejecuciones Extrajudiciales ha dicho:
21. El Relator Especial observa además que es bien sabido que, en cualquier
país, a los soldados que realizan labores policiales les cuesta mucho renun-
ciar al paradigma militar. Por lo general, la forma en que han sido adies-
trados hace que no sean aptos para mantener el orden público. El principal
objetivo de un cuerpo militar es someter al enemigo valiéndose de la su-
perioridad de su fuerza, mientras que el enfoque de derechos humanos,
que debe ser el criterio para juzgar cualquier operación policial, se centra
en la prevención, la detención, la investigación y el enjuiciamiento, y solo
contempla el uso de la fuerza como último recurso, permitiendo el recurso
a la fuerza letal únicamente para evitar la pérdida de vidas humanas. El
Relator Especial advierte que la aplicación de un enfoque militar al man-
tenimiento de la seguridad pública puede crear una situación en que la
población civil se vea expuesta a toda una serie de atropellos. Además, no
hay suficiente rendición de cuentas por esos actos en el sistema de justicia
militar, el cual carece de independencia y transparencia y ha sido sistemá-
ticamente incapaz de enjuiciar de manera efectiva a los soldados acusados
de haber cometido abusos graves. Estos problemas son particularmente
acuciantes en México y deben ser objeto de medidas inmediatas.123
123. Informe del Relator Especial sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Christof
Heyns, a/hrc/26/36/Add.1, párr. 21
124. cidh, Situación de los derechos de la mujer en Ciudad Juárez, México: el derecho a no ser objeto
de violencia y discriminación, oea/Ser.l/v/ii.117, párr. 128
política de seguridad
de mano dura
impunidad
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