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Manuel Vázquez Montalbán:

Historia y comunicación social

El Libro de' Bolsillo


Alianza Editorial
Madrid

®
~ Manuel Vázquez Montalbán, 1980
@ Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1985
Calle Milán, 38, 28043 Madrid;- teléf. 200 00 45
. ISBN: 84-206-0120..9
·Depósito lega1: M. 30;969-1985
Papel fabricado por Sniace, S. A. . . ..
·Fotocomposición EFCA, S. A.- Avenida de Pabl~.- ~glesias, 17
~m preso en · Lavel. Los Llanos, nave 6. H~ '(Madrid)_, .
Printed in Spain :__ ·
44 Manuel Vázquez Montalbán

pular utilizaba los tics culturales memorizados (mitos,


símbolos, retórica) y los modificaba al servicio de la tra-
ducción de los hechos de la realidad .cotidiana. Sólo te-
nían transmisión oral, porque la escritura y la lectura eran
prácticas prohibitivas para un vulgo perfectamente acul-
turalizado.
La función del juglar no aparece, como han creído mu-
chos romanistas, a la sombra del trovador creado por la
cultura provenzaL En la corte del mismísimo Atila tras
las canciones encomiásticas y guerreras, seguían las re-
presentaciones cómicas de los payasos que, segun Hau-
ser, eran herederos de lo~ mimos y antepasados de los ju-
glares medievales. El juglar, según Hauser, « .•• pertenece
a la gente desarraigada, vagabundos y rameras, clérigos
fugitivos y estudiantes perdularios, charlatanes y mendi-
gos. Se le ha llamado 'el periodista de su tiempo', pero
cultiva propiamente todos los géneros: la canción de dan-
za como la de burlas, el cuento como el mimo, la leyen-
da de santos como la epopeya)).
Cuando cuajan las ciudades, ya aparece el «vagan)) 12 :

tolas publicado por Estudios de Información, número 12. Especial in-


terés merecen las Coplas de Mingo Revulgo, anónimas y que-eviden-
cian la presencia de modelos similares anteriores.
12
El «vagan,. urbano tiene relación con el vagabundo intelectual del
siglo XII, el agoliardo,, que iba de una escuela a otra, de una corte prin-
cipesca o episcopal a otra, y dejó un reguero de canciones vita1ísimas
recogidas en el Carmina Burana ~(¿Puede considerarse a los goliard9s
como miembros de ese sector subversivo? --se pregunta Le Goff-.
Indudablemente fueron turbulentos. Esos clérigos erraines (nave-
gantes) que toman su nombre de un ser mítico, Golias, de un apodo
gueulard (glotón y deslenguado) o, más verosímilmente, de una corrup-
ción de Goliath, personificación del diablo, son poetas irrespetuosos
para con la sociedad y la religión. Alaban el amor exclusivamente físi-
co, el vino, y el juego y, si se cree a los moralistas y a los cánones si-
nodiales, ponen en práctica cuanto alaban, sin ninguna vergüenza.>>
• ... La edad de oro de los goliardos será el siglo XII, siglo de vagabun;
dos, de grupos emigrantes de estudiantes, de pululación en las cortes· ·
rpiscopales o principescas que acogen a los desclasados .... Su sátira so-
c::i:al DO perdona a nadie: clero ávido y avaro, caballería brutal e iletrada,
• 4.-sinos incultos y brutales.»
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«Es --dice Hauser- un clérigo o un estudiante perdula-


rio, esto es, un déclassé, un bohemio. Es un producto de
la misma transformación económica, un síntoma de la
misma dinámica social que ha originado la buJtuesía ciu-
dadana y la caballería profesional; pero presenta ya ras-
gos importantes del desarraigo social de la moderna· in-
telectualidad: carece de todo respeto para la Iglesia y para
las clases dominantes, es un rebelde, un libertino que se
subleva por principio contra toda tradición y toda cos-
tumbre. En el fondo es una víctima del equilibrio social
roto, un fenómeno de transición característico de amplios
estratos de población de grupos estrechamente cerra-
dos que dominan la vida de todos sus miembros, a otros
más abiertos que ofrecen mayor libertad pero menos
protección. Desde el renacer de las ciudades y la con-
centración de población, y, sobre todo, desde el floreci-
miento de las universidades, puede observarse un nuevo
fenómeno: el proletariado intelectual.»
Si el juglar tenía un público indiscriminado con el que
establecía perfectamente comunicación mediante can-
ciones o historias que no había aprendido en ningún es-
crito y que también seguramente había adquirido por
transmisión oral, en cambio el vagan se aplica sobre
un público burgués de las ciudades de la Baja Edad Me-
dia. Se expresa en un latín convencional para burgue-
ses iniciados o en la lengua romance y cumple en cierta
manera un papel de puente entre la subcultura popular es-
pontánea y la cultura que necesita el nuevo público de
las ciudades para sentirse histórica y culturalmente alu-
dido.
Una función modificadora capital, tanto para el esta-
tuto económico como el de la intercomunicación, fue el
mercader. En su mayor parte, y ya desde el bajo Impe-
rio, eran de procedencia siria o judía, sobre todo en las
líneas comerciales que unían a los países del Mediterrá-
neo. La función de estos mercaderes mediterráneos era el
intercambio de productos entre oriente y occidente y con
los productos intercambiaban comunicaciones. También
Manuel Vázquez Montalbán

hubo un intenso comercio en el norte de Europa, servi-


do por mercaderes varegos o· kilfingo~, que participan a
veces de funciones dobles: mercaderes-piratas, comer-
ciantes-soldados. La relación establecida por estos mer-
caderes no sólo se circunscribía a los países del norte de
Europa y del centro, sino que por sus correrías marine-
ras llegaban al mismo Bizancio.- Otra línea de comunica-
ción servida por mercaderes er~ la que relacionaba Rusia
con Centroeuropa y con los países ribereños del mar Ne-
gro. Finalmente, a través de Bizaricio y España, el co-
mercio relacionaba las na~iones europeas con el mundo
asiático y árabe. ·
La progresiva regularización del intercambio comercial
facilitó la regularización de la transmisión de noticias, re-
gularización ultimada con la aparición de las grandes ciu-
dades comerciales,- las ferias y mercados fijos. A partir
del siglo XI ya hay dos clases delimitadas de mercaderes:
el que pertenecía a una determinada ciudad, centro radial
de sus actividades, y el mercader itinerante. El primer
tipo de mercader se convirtió en un informador periódi-
su
co que cr.eaba un mercado informativo paralelo ·a .. mer-
cado comercial. Resulta curiosa la descripció~ que hacen
los cronistas de los mercaderes.· Los viajes, s·u -facilidad
para relativizar costumbres y culturas, obligaba a que 1a.s
autoridades políticas y religiosas tuvieran más tolerancia
con ellos. Su filosofía de la vida, los otros, 1as cosas, es·-
taban condicionada por su capacidad de relación y comu-
nicación, frente a los limitados cuatro horizontes que de
por vida limitaban a sus congéneres. Le Goff habla de los
tipos sociales peculiar~s de la Baja Edad Media y junto a
emigrantes, viajeros, v·agab~ndos, coloca al· .mercader:
~<También e~rante.; desde lu'eg~) al mercader que en aquel
tiempo de renovación. del comercio sobre la tierra y so-
bre el ma:, viaja sin c·esar.>> En Inglaterra las jurisdic~io- li·
nes espectales que se les reservan se llaman courts of pzed- -
powders porque los mercaderes son hombres 'con los pies
cubiertos por el polvo de los caminos, pieds poudreux,
como explica perfectamente un texto de la primera mitad
Historia y comunicación social

del siglo XII. Con el desarrollo de las ciudades, los mer-


caderes más poderosos integraron el patriciado y se con-
virtieron en sus sectores sociales más determinantes a la
hora del enfrentamiento contra el feudalismo y también
fueron ellos los que estuvieron en condiciones de propi-
ciar el desarrollo de una cultura urbana frente a una cul-
tura monacal.
Estos tipos fronterizos, factores personales de relativi-
zación del cuerpo de verdades establecidas, oficiadas por
el médium dentro de cada territorialidad medieval, pade-
cieron las limitaciones derivadas de la precariedad instru-
mental de aquellos tiempos. Ya muy entrada la Baja Edad
Media fueron impulsores de propaganda política y noti-
cierismo comercial manuscrito, pero durante siglos tuvie-
ron que limitarse a la transmisión oral como instrumento
de comunicación. Es la precariedad instrumental la que
actúa corno paralizadora de los esta tus. adquiridos.
La correspondencia, por ejemplo, no se transmite se-
gún sistemas regulares, sino a tenor de necesidades co-
yunturales del poder espiritual o temporal. La caracterís-
tica de la Baja y Alta Edad ·Media es la libertad de cami-
nos. N o se ha llegado al concepto de propiedad de vías
de comunicación por parte del príncipe porque no se ha
llagado a la idea de propiedad territorial nacional que apa-
recerá en el centralismo monárquico absolutista. Hay una
libenad acordada de transporte de personas, mercancías
o correspondencia que con el tiempo dará origen, ya en
la Baja Edad Media, a servicios privados de correos o bien
a servicios dependientes de algunas corporaciones: comu-
nidades religiosas o la propia Universidad. Los sobera-
nos que trataron de restablecer la unidad imperial roma-
na crearon servicios postales que les unieran con las mar-
cas territoriales de su expansión. Carlomagno creó tres
rutas postales que le unían con Italia, Alemania y Espa-
ña, recorridas penosamente por mensajeros no siempre
dotados de caballos y las más veces sin más vehículo que
el de sus pies.
Desde el siglo VII funcionaron correos al servicio de ór-
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denes monásticas para intercambiar noticias y mercancías


entre conventos. La Universidad de París creó un siste-
ma de transmisión de mensajes entre los estudiantes y sus
familias, ·posteriormente imitado por las nuevas institu-
ciones universitarias surgidas en toda Europa. Tras la apa-
rición de las ciudades y sobre todo a partir de su conso-
lidación en el siglo XIII, funcionaron cuerpos municipa-
les de correos, determinantes de la aparición del primer
«noti.cierismo regular manuscrito» al servicio de los co-
merciantes.
Con todo, la lenta expansión de la escritura constituía
una rémora para la función comunicativa de la corres-
pondencia. También la poquedad instrumental para ma-
terializar el mensaje por la dificultad de hacerse con ma-
terial de escritura. Según parece, el papel.se inventó en
China hacia el año 105 de nuestra era, año en el que Ts'ai
Lun informa al Emperador de su descubrimiento. El uso
del papel se desplazó hacia Occidente con una lentitud
dependiente precisamente de la precariedad intercomuni-
cativa. Llegó a Europa a través de los árabes tras su vic-
toria sobre los chinos en Samarcanda en el año 751. Allí
capturaron a soldados chinos dedicados a la elaboración
del papel y el conocimiento del nuevo materiab~vanza
por el norte de Africa con la expansión musulmana para
llegar a España en 1150. A Italia no llega hasta 1270 y a
Alemania hasta 1390. Francia utilizó el nuevo material lle-
gado de España desde el siglo XII, pero no lo fabricó has-
ta el XIV.
La vitela y el pergamino seguían siendo los soportes
fundamentales de la escritura. Los primeros libros se hi-
cieron a base de hojas de vitela o pergamino dobladas por
en medio. Posteriomente se cosieron estas hojas a lo lar-
go de toda la doblez en un primitivo intento de encua-
dernación. Estos materiales eran exclusivamente utiliza-..
dos por los monjes y dedicados a los escritos de aposto-~ -.
lado y a la reproducción de textos clásicos, muchas veces
adaptados a la nueva intencionalidad espiritual y ecumé-
nica de la Iglesia. La dificultad de acceso aL material y la
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dificultad de manipulación del material contribuyó a la


lentitud del avance de la comunicación escrita y a la su-
pervivencia de la comunicación verbal. Igual puede de-
cirse de la dificultad de reproducción en
serie de copias
y comunicados debido a la lentitud de lo manuscrito.
«Frecuentemente -escribe Albert A. Sutton 13- los co-
pistas monásticos realizaban su tarea en una gran habita-
ción de monasterio llamada 'scriptorium, o escritorio.
Generalmente era ésta una gran habitación con bancos y
pupitres sobre los cuales escribían. En el caso de que hu-
biera de realizarse más de una copia para una obra dada,
tantos escritores como libros debían repr.oducirse, escri-
bían simultáneamente las palabras que eran pronunciadas
lentamente por un lector situado en una plataforma en el
centro de la habitación. Los copistas profesionales llega-
ron a convertirse en habilísimos artistas de la pluma y
consiguieron libros escritos con letra casi tan perfecta
como nuestras mejores obras impresas modernas. De he-
cho los primeros tipos se construyeron sobre la escritura
manual de los monjes.))
Cuando aparece el relacionismo noticieril manuscri-
to, en las oficinas de redacción de la Baja Edad Media se
sigue el mismo procedirniento de dictado y copia emplea-
do en los monasterios. La pequeñez del mercado de «lec-
tores>> era hija de la impotencia de reproducir en serie el
comunicado, pero también era causa de que no se acti-
vase la búsqueda de nuevos procedimientos. Cuando au-
menta cuantitativamente el número de lectores, conse-
cuencia de la aparición de una aristocracia cortesana cul-
. ta, de una burguesía ávida de cultura y de profesionales
de la cultura surgidos de las universidades, se activa el in-
genio humano para forzar las barreras de la escritura a
mano. U no de los ensayos para la reproducción en serie
por procedimientos mecánicos fue la xilografía. En plan-

11
Alben A. Suuon, Concepción y Confección de un Periódico" Edit.
Rialp.
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chas de madera se grababa a mano el comunicado. Se en-


tintaba la forma y se imprimían las copias dc;seadas sobre
el papel. El procedimiento tenía la ventaja de facilitar la
reproducción, pero la desventaja de la morosidad del tra-
bajo inicial de grabar sobre madera. Por eso se utilizó
fundamentalmente la xilografía para la reproducción de
grabados, mientras subsistía el procedimiento manuscri-
to para el resto.
Los chinos también se anticiparon en el procedimien-
to xilográfico, incluso con el empleo de varios colores.
En el siglo VI de la Era Cristiana ya se utilizaba en China
el procedimiento xilográfico y el libro impreso más an-
tiguo que ha sobrevivido es el Diamond Sutra, escritura
budista conservada _en el Museo Británico, impresa elt 1
de mayo del 868. La xilografía no se extiende por Euro-
pa hasta el siglo XIV y casi siempre al servicio de la ilus-
tración más que de la escritura propiamente dicha. La re-
. producción de libros complejos por el procedimiento xi-
lográfico no cuajó en Europa hasta el siglo XV, ya en las
puertas de la invención del tipo móvil, de la imprenta. Es-
tos libros xilografiados obedecían a la demanda burguesa
y fueron denostados y desdeñosamente considerados por
la aristocracia culta, que hacía cuestión de cultura noble
el leer escritos de amanuense y no escritos xilografiados
al alcance de cual~uier mercader «parvenu>).
Giuliano Gaeta 4 enumera los factores que en su opi-
nión actuaron como agentes del cambio, representado por
el paso entre dos convencionales edades medias, la Alta
y la Baja: las cruzadas, la universidad, la sub cultura ini-
cialmente servida por las lenguas romances. Gaeta ve aquí
tres agentes de comunicación noticiera que ayudaron a
modificar la posibilidad de intercomunicación del mun-
do europeo. Es indudable que las cruzadas facilitaron una
movilización de población y un sentido de mundo tridi-

14
Giuliano Gaeta, Stori.a del Giomalismo, Edit. Dr. Francesco Va-
llardi.

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