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Misterio de la Iglesia.
I de filosofía, 2020.
En los evangelios hay dos hechos que, de modo muy particular, expresan la convicción de que
la Iglesia ha sido fundada por Jesús de Nazaret:
Las palabras (logia) de Jesús que conciernen a Pedro, como también el relato de la Cena,
juegan ciertamente un papel primordial en la discusión sobre el problema de la fundación de
la Iglesia. Sin embargo, hoy es preferible no ligar la respuesta a la cuestión que se pone a
propósito de la fundación de la Iglesia por Jesucristo, únicamente a una palabra de Jesús o a
un acontecimiento particular de su vida. A continuación se muestran una clasificación tanto
histórica como referente a hechos concretos presentes en las sagradas escrituras de la
fundación de la Iglesia tomado de tres fuentes distintas:
El designio del Padre Dios de salvar a los hombres por la Iglesia tiene las siguientes etapas
históricas:
En el comienzo del mundo: la prefiguración.
En la historia de Israel: la Preparación.
En el tiempo de Cristo: la institución.
En el final de la historia: la consumación.
En detalle se pueden descubrir y describir los elementos preparatorios, los progresos y etapas.
Se encuentran así:
Las promesas que en el Antiguo Testamento conciernen al pueblo de Dios, promesas que
la predicación de Jesús presupone, y que conservan toda su fuerza salvífica.
El envío del Espíritu Santo que hace de la Iglesia una creatura de Dios («Pentecostés» en
la concepción de san Lucas).
Mateo 4, 23-25: Recorría Jesús toda la Galilea enseñando en las sinagogas, predicando el
Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia del pueblo. Su fama se extendió
por toda Siria; y le traían a todos los que se sentían mal, aquejados de diversas enfermedades
y dolores, a los endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curaba…
Lucas 11, 20: Pero, si yo expulso los demonios por el dedo de Dios, está claro que el Reino de
Dios ha llegado a vosotros.
Marcos 1, 14-15: Después de haber sido apresado Juan, llegó Jesús a Galilea predicando el
Evangelio de Dios y diciendo: El tiempo se ha cumplido y está cerca el Reino de Dios; haced
penitencia y creed en el Evangelio.
Marcos 3, 14-16: Y eligió a doce, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar con
poder de expulsar demonios. Y formó el grupo de los doce:…
Lucas 6, 12-16: Sucedió en aquellos días que salió al monte a orar, y pasó toda la noche en
oración a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió a doce entre ellos, a los
que denominó Apóstoles: a Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, y a su hermano
Andrés, Santiago y Juan, Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, Santiago de Alfeo y a Simón,
llamado Zelotes, a Judas de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Mateo 16, 18-19: Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las
puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del Reino de los Cielos; y
todo lo que atares sobre la tierra quedará atado en los Cielos, y todo lo que desatares sobre la
tierra, quedará desatado en los Cielos.
Juan 21, 15-17: Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan,
¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Le dijo: Apacienta
mis corderos. De nuevo le preguntó por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Le
respondió: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le preguntó por
tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro se entristeció porque le preguntó por
tercera vez si le amaba, y le respondió: Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te amo. Le dijo
Jesús: Apacienta mis ovejas…
Lucas 22, 19: Y tomando pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Esto es mi cuerpo,
que es entregado por vosotros. Haced esto en memoria mía.
Mateo 28, 18-20: Y acercándose Jesús les habló: Se me ha dado todo poder en el Cielo y en la
tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo cuanto os he mandado. Y sabed
que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Hechos 2, 1-13: Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar.
Y de repente sobrevino del cielo un ruido, como de viento que irrumpe impetuosamente, y
llenó toda la casa en la que se hallaban. Entonces se les aparecieron unas lenguas como de
fuego, que se dividían y se posaron sobre cada uno de ellos. Quedaron todos llenos del
Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les hacía
expresarse…
¿Cómo y cuándo?
Ninguna etapa, tomada aparte, es totalmente significativa, pero todas las etapas, puestas una
tras otra, muestran bien que la fundación de la Iglesia debe comprenderse como un proceso
histórico de la revelación. El Padre, por tanto, «determinó convocar en la santa Iglesia a los
creyentes en Cristo, la cual, prefigurada ya desde el origen del mundo, preparada
maravillosamente en la historia del pueblo de Israel y la antigua alianza, constituida en los
últimos tiempos, se manifestó por la efusión del Espíritu y será consumada gloriosamente al
fin de los siglos». Simultáneamente, en este desarrollo se constituye la estructura fundamental
permanente y definitiva de la Iglesia.
Teniendo en cuenta esta serie de argumentos se puede decir que el “como” de la fundación de
la Iglesia se produce en la vida y los actos de nuestro Señor Jesucristo, como “actos
fundantes” llevando a cumplimento el querer del padre (la Iglesia prefigurada desde el antiguo
Testamento), apoyándose para esto en sus apóstoles. El “cuándo”, no tiene un momento
específico en el tiempo referido a un acto, pero de un modo más concreto, es preciso situar en
la vida y obra de Jesús hasta llegar al acontecimiento pentecostés, un periodo histórico en
donde se desarrollaron dichos hechos fundantes.
REFERENCIAS
Sayés, J., (2003). La Iglesia de Cristo, Curso de Eclesiología, Madrid, España: Ediciones
palabra.