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SANTA MARTA-MAGDALENA
Apnea hípnica obstructiva
Es un síndrome que se caracteriza por somnolencia excesiva e inexplicada en horas diurnas
que se acompaña cuando menos de cinco lapsos de obstrucción respiratoria (apnea o
hipopnea) por hora de sueño, que en los adultos representa un periodo de 10 s o más, donde
el sujeto no respira o disminuye la ventilación cuando menos 50% frente al nivel previo o
basal respectivamente, durante el sueño.
Signos y Síntomas
La apnea hípnica es más frecuente en varones de edad media, por lo general entre 40 a 65
años. Existen factores predisponentes como la obesidad, acortamiento de uno o ambos
maxilares, el hipotiroidismo y la acromegalia, en los que por infiltración hística se reduce la
luz del tercio superior de vías respiratorias, en la distrofia miotónica, el síndrome de Ehlers-
Danlos y en el tabaquismo.
La obstrucción respiratoria ocasiona somnolencia diurna y deterioro del estado de vigilia;
del rendimiento cognitivo y de la capacidad para conducir vehículos; depresión;
alteraciones del sueño e hipertensión. La elevación de la presión arterial media es mayor en
personas con hipoxemia nocturna recurrente y es de 4 a 5 mm Hg, como mínimo, pero
puede llegar a 10 mm Hg. Este ascenso se cree es consecuencia de una combinación de
elevaciones de la presión arterial que acompaña al despertar y al incremento del tono
simpático circadiano. Datos demográficos sugieren que dicha elevación de la presión
aumenta el riesgo de infarto del miocardio y, en proporción mayor, de accidente
cerebrovascular.
Tratamiento
Los tratamientos más utilizados son la presión positiva continua en las vías respiratorias
(por lo general se utilizan presiones de 5 a 20 cm Hg para mantener abiertos los conductos
respiratorios durante el sueño) y el uso de férulas para reposición mandibular que actúan
para sostener la mandíbula y lengua hacia delante, de manera que aumenta el diámetro de la
faringe.
Respiración bucal
El síndrome de respirador bucal no constituye una enfermedad, involucra al conjunto de
alteraciones que provocan dificultad para que la función respiratoria se lleve a cabo por la
nariz y produce una sustitución por respiración bucal. El hábito de respiración bucal
ocasiona asimetrías faciales, problemas posturales y alteraciones en la oclusión. Los
síntomas más comunes de los pacientes que respiran por la boca se refieren a falta de aire o
insuficiencia respiratoria, cansancio inmediato al realizar actividades físicas, dolor en los
costados y en la musculatura del cuello, disminución del sentido del olfato y del gusto,
halitosis, boca seca, agrandamiento hiperplásico gingival en dientes anteriores superiores,
dificultad para dormir, roncar y somnolencia durante el día.
Signos y Síntomas
Las alteraciones encontradas con mayor regularidad en los respiradores bucales son
alteraciones craneofaciales: crecimiento de esta región anatómica con predominio vertical,
ángulo goníaco aumentado, paladar ojival, bóveda palatina muy alta, dimensiones faciales
estrechas, hipodesarrollo de los maxilares, narinas estrechas o inclinadas, menor espacio en
la cavidad nasal, desviación del tabique nasal; es usual que se presente una oclusión molar
clase II con over jet, mordida cruzada y/o abierta, protrusión frecuente de los incisivos
superiores e hiperplasia gingival irritativa por resequedad.
Otras alteraciones son hipofunción de los labios y de las mejillas, labio superior retraído o
corto y el inferior invertido e interpuesto entre los dientes; además, es usual observarlos
secos, estriados y con alteraciones de color. El desarrollo de infecciones repetidas del oído
medio puede llevar a hipoacusia conductiva.
La respiración bucal siempre se ha asociado con hiperplasia e inflamación gingival. La
encía se encuentra aumentada de volumen, edematosa e inflamada. La hiperplasia suele
estar localizada en la zona anterior superior y se aprecia una línea de demarcación entre la
mucosa gingival normal y la hiperplásica. No se ha podido evidenciar el mecanismo de
acción del aire sobre la mucosa gingival del respirador bucal, se presume que es por
resequedad, misma que favorece la ausencia salival y la falta de control y presencia de
biofilms dentobacterianos.
Tratamiento
Una vez esclarecida la causa de la disfunción respiratoria y elaborado el plan terapéutico, se
iniciará la intervención que será miofuncional y multidisciplinaria en la mayoría de los
casos. Sabemos que la respiración oral promueve el desequilibrio dentro y fuera de la boca,
hecho que requiere trabajar primeramente sobre la musculatura mediante una serie de
praxias orales encaminadas al logro de un tono muscular y una movilidad más apropiada
para cada órgano y función orofacial. La realización de pocos ejercicios, pero efectivos son
suficientes para lograr buenas respuestas musculares y funcionales.
Es bien sabido que la respiración bucal (por obstrucción orgánica o hábito) es una causa
frecuente de desequilibrio estructural y funcional, por ende, una correcta valoración nos
aportará la información necesaria para diagnosticar y programar la intervención para cada
caso en particular. Los trastornos respiratorios orgánicos sin resolución médica serán
considerados en la elaboración del diagnóstico y el pronóstico. En tales circunstancias,
remitiremos a la persona al ORL e iniciaremos la reeducación en forma conjunta o posterior
al tratamiento médico o quirúrgico otorrinolaringológico.
Cuando el paciente llega a consulta Odontológica por primera vez debemos observarlo
desde el momento que entra al consultorio observando discretamente su postura sentado en
la sala de espera y caminando hacia el sillón dental, notar asimetrías de posición del
hombro, curvatura de la columna vertebral, posición de la cabeza, etc., esto nos brinda
información importante que aportará a la determinación de sus características posturales.
❖ La anamnesis
Debe estar constituida por datos como son el tiempo de amamantamiento, inicio de
semisólidos, uso de chupón y biberón, padecimiento y evolución de problemas
nasofaríngeos de tipo obstructivo crónico o agudo, presencia de hábitos, medio social,
rendimiento escolar, rendimiento físico, presencia de cansancio con poco esfuerzo, relación
con sus padres y familiares, desenvolvimiento con amigos etc. esta fase nos permitirá
conocer las características psicosociales del paciente y al mismo tiempo permitirá a través
de la conversación observar al paciente discretamente para determinar características
faciales, posturales y funcionales.
Observamos las características faciales del paciente para determinar si corresponde con la
fascie adenoidea propia del respirador bucal; Al examen clínico intraoral verificamos
estado gingival, superficie dental, desarrollo transversal de los maxilares, posición de los
dientes, posición de la lengua.
Tratamiento Odontológico
Este síndrome debe ser atendido por un equipo multidisciplinario capaz de abordarlo desde
las diferentes instancias que implica, de tal forma de atacarlo integralmente y lograr así el
bienestar para el paciente. Dentro de las especialidades que deben conformar este equipo se
encuentran: el pediatra, otorrino, inmunólogo, odontólogo, fonoaudiólogo, etc.