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MEDICINA INTERNA

APNEA HÍPNICA OBSTRUCTIVA Y RESPIRACIÓN BUCAL

DRA. ADA SOFIA RAMOS DOVAL

UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA


FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ODONTOLOGÍA
2020-I

SANTA MARTA-MAGDALENA
Apnea hípnica obstructiva
Es un síndrome que se caracteriza por somnolencia excesiva e inexplicada en horas diurnas
que se acompaña cuando menos de cinco lapsos de obstrucción respiratoria (apnea o
hipopnea) por hora de sueño, que en los adultos representa un periodo de 10 s o más, donde
el sujeto no respira o disminuye la ventilación cuando menos 50% frente al nivel previo o
basal respectivamente, durante el sueño.

Signos y Síntomas
La apnea hípnica es más frecuente en varones de edad media, por lo general entre 40 a 65
años. Existen factores predisponentes como la obesidad, acortamiento de uno o ambos
maxilares, el hipotiroidismo y la acromegalia, en los que por infiltración hística se reduce la
luz del tercio superior de vías respiratorias, en la distrofia miotónica, el síndrome de Ehlers-
Danlos y en el tabaquismo.
La obstrucción respiratoria ocasiona somnolencia diurna y deterioro del estado de vigilia;
del rendimiento cognitivo y de la capacidad para conducir vehículos; depresión;
alteraciones del sueño e hipertensión. La elevación de la presión arterial media es mayor en
personas con hipoxemia nocturna recurrente y es de 4 a 5 mm Hg, como mínimo, pero
puede llegar a 10 mm Hg. Este ascenso se cree es consecuencia de una combinación de
elevaciones de la presión arterial que acompaña al despertar y al incremento del tono
simpático circadiano. Datos demográficos sugieren que dicha elevación de la presión
aumenta el riesgo de infarto del miocardio y, en proporción mayor, de accidente
cerebrovascular.

Exámenes paraclínicos necesarios para su diagnóstico y control


La sospecha clínica es fundamental en el diagnóstico del SAHOS, por lo que una historia
detallada y el examen físico, constituyen la piedra angular de la evaluación inicial para
cualquier paciente que se presente con síntomas de desorden respiratorio u otro trastorno
del sueño. El síndrome de apnea hipoapnea obstructiva del sueño es un continuo, que se
presenta desde el roncador simple (ronquido sin apnea, ni síntomas significativos) hasta el
extremo opuesto, del paciente con apneas severas, síntomas floridos e insuficiencia
cardiaca congestiva.
La recomendación para evaluar y diagnosticar los desórdenes respiratorios del sueño ha
cambiado, en los últimos años y se pueden resumir en dos grupos de pacientes:
a) Aquellos pacientes sintomáticos en los que el objetivo principal es el tratamiento de los
síntomas y
b) Aquellos con factores de riesgos para SAHOS, en los cuales el objetivo es tratar esos
factores de riesgos, a pesar de la ausencia de síntomas claros, con la idea de disminuir la
morbilidad y mortalidad.
Los tres pasos que siempre deben seguirse cuando se sospecha de apnea de sueño son:
detección (pacientes susceptibles); evaluación clínica para determinar la severidad de la
enfermedad y el diagnóstico diferencial; finalmente, el estudio de sueño debería efectuarse
de acuerdo con la posibilidad pre test de apnea de sueño y la presencia de comorbilidad
conocida.

Tratamiento
Los tratamientos más utilizados son la presión positiva continua en las vías respiratorias
(por lo general se utilizan presiones de 5 a 20 cm Hg para mantener abiertos los conductos
respiratorios durante el sueño) y el uso de férulas para reposición mandibular que actúan
para sostener la mandíbula y lengua hacia delante, de manera que aumenta el diámetro de la
faringe.

Manejo de este tipo de paciente en la consulta y tratamiento odontológico


El profesional dentista, deberá realizar a sus pacientes una serie de preguntas para
determinar si es posible que esté sufriendo de apnea del sueño, como cuando:
● Se despierta cansado por las mañanas.
● Está adormilado durante todo el día.
● Tienen cambios de humor.
● Tienen problemas de memoria u olvidan las cosas.
● Se quedan dormidas viendo la televisión, leyendo o trabajando.
● Tienen frecuentes dolores de cabeza.
Para el tratamiento de esta enfermedad se utiliza la presión positiva continua nasal
(CPAP) pero no todos los pacientes lo toleran bien por ello cada día más los aparatos de
avance mandibular (MAD) están ganando terreno en este campo. Los aparatos que más se
utilizan para tratar esta patología reducen el colapso de las vías respiratorias superiores por
el avance de la mandíbula. Hay evidencia científica que demuestra que los MAD mejoran
los síntomas de la apnea del sueño en la mayoría de los pacientes incluyendo algunos
graves. Aunque el porcentaje de éxito es alto un tercio de los pacientes no experimentan
mejoría. Estos aparatos son muy bien tolerados por los pacientes y muchas veces prefieren
este tipo de tratamiento en vez del tratamiento con CPAP. Aunque esta última técnica
demuestra mejores resultados en la polisomnografía no son resultados que se pueden
trasladar a la mejoría clínica del paciente. La eficacia de los MAD comparado con la CPAP
ha sido atribuida a un mayor uso nocturno de los MAD que trae como consecuencia una
reducción de los síntomas de la apnea del sueño. Estos aparatos mejoran el funcionamiento
del endotelio y restauran los niveles de los derivados del óxido nitroso en el suero.
Este tipo de aparatos o férulas intraorales que modifican la posición de la mandíbula, de la
lengua y de las estructuras garantizando que la vía respiratoria quede libre evitando que se
obstruya el paso del aire durante el sueño, se realizan a medida para cada paciente por ello
una adaptación personalizada está garantizada.

Respiración bucal
El síndrome de respirador bucal no constituye una enfermedad, involucra al conjunto de
alteraciones que provocan dificultad para que la función respiratoria se lleve a cabo por la
nariz y produce una sustitución por respiración bucal. El hábito de respiración bucal
ocasiona asimetrías faciales, problemas posturales y alteraciones en la oclusión. Los
síntomas más comunes de los pacientes que respiran por la boca se refieren a falta de aire o
insuficiencia respiratoria, cansancio inmediato al realizar actividades físicas, dolor en los
costados y en la musculatura del cuello, disminución del sentido del olfato y del gusto,
halitosis, boca seca, agrandamiento hiperplásico gingival en dientes anteriores superiores,
dificultad para dormir, roncar y somnolencia durante el día.

Signos y Síntomas
Las alteraciones encontradas con mayor regularidad en los respiradores bucales son
alteraciones craneofaciales: crecimiento de esta región anatómica con predominio vertical,
ángulo goníaco aumentado, paladar ojival, bóveda palatina muy alta, dimensiones faciales
estrechas, hipodesarrollo de los maxilares, narinas estrechas o inclinadas, menor espacio en
la cavidad nasal, desviación del tabique nasal; es usual que se presente una oclusión molar
clase II con over jet, mordida cruzada y/o abierta, protrusión frecuente de los incisivos
superiores e hiperplasia gingival irritativa por resequedad.
Otras alteraciones son hipofunción de los labios y de las mejillas, labio superior retraído o
corto y el inferior invertido e interpuesto entre los dientes; además, es usual observarlos
secos, estriados y con alteraciones de color. El desarrollo de infecciones repetidas del oído
medio puede llevar a hipoacusia conductiva.
La respiración bucal siempre se ha asociado con hiperplasia e inflamación gingival. La
encía se encuentra aumentada de volumen, edematosa e inflamada. La hiperplasia suele
estar localizada en la zona anterior superior y se aprecia una línea de demarcación entre la
mucosa gingival normal y la hiperplásica. No se ha podido evidenciar el mecanismo de
acción del aire sobre la mucosa gingival del respirador bucal, se presume que es por
resequedad, misma que favorece la ausencia salival y la falta de control y presencia de
biofilms dentobacterianos.

Tratamiento
Una vez esclarecida la causa de la disfunción respiratoria y elaborado el plan terapéutico, se
iniciará la intervención que será miofuncional y multidisciplinaria en la mayoría de los
casos. Sabemos que la respiración oral promueve el desequilibrio dentro y fuera de la boca,
hecho que requiere trabajar primeramente sobre la musculatura mediante una serie de
praxias orales encaminadas al logro de un tono muscular y una movilidad más apropiada
para cada órgano y función orofacial. La realización de pocos ejercicios, pero efectivos son
suficientes para lograr buenas respuestas musculares y funcionales.

Exámenes paraclínicos necesarios para su diagnóstico y control


Determinar la etiología de la respiración bucal es fundamental para elaborar el plan de
tratamiento y ejecutar la rehabilitación, por esta razón cuando el paciente no aporta
informes de ORL, se lo deriva a este especialista por la posible existencia de obstrucción
aérea superior (zona nasofaríngea). Nuestra actuación diagnóstica consistirá en valorar la
permeabilidad de la vía aérea superior mediante diferentes pruebas objetivas y subjetivas
que existen para este fin en logopedia.

La función respiratoria se evalúa observando atentamente al paciente en momentos de


relajación (durante la administración de la anamnesis), para así consignar el tipo y modo
respiratorio que presenta en forma pasiva. Si el consultante es un adulto, durante el
interrogatorio examinamos la respiración activa (al iniciar el habla), ya que ésta suele ser
torácica o clavicular durante la fonación. Igualmente, verificamos la posición de reposo
labial, el modo respiratorio (nasal; bucal o mixto), para luego relacionar estos datos con las
pruebas específicas.

Aunque el sujeto consulte o sea derivado por un trastorno respiratorio, se efectuará


un examen funcional completo que incluya la función respiratoria y el resto de las
funciones orofaciales (deglución, fonoarticulación…), como así también comprobaremos la
postura corporal (de frente; de espalda y perfil). El objetivo del examen será detectar
posibles alteraciones morfológicas (forma) y funcionales (función) a nivel orofacial, para
luego tratarlas o derivar al paciente al especialista idóneo.

Es bien sabido que la respiración bucal (por obstrucción orgánica o hábito) es una causa
frecuente de desequilibrio estructural y funcional, por ende, una correcta valoración nos
aportará la información necesaria para diagnosticar y programar la intervención para cada
caso en particular. Los trastornos respiratorios orgánicos sin resolución médica serán
considerados en la elaboración del diagnóstico y el pronóstico. En tales circunstancias,
remitiremos a la persona al ORL e iniciaremos la reeducación en forma conjunta o posterior
al tratamiento médico o quirúrgico otorrinolaringológico.

Manejo de este tipo de paciente en la consulta y tratamiento odontológico


❖ Observación inicial

Cuando el paciente llega a consulta Odontológica por primera vez debemos observarlo
desde el momento que entra al consultorio observando discretamente su postura sentado en
la sala de espera y caminando hacia el sillón dental, notar asimetrías de posición del
hombro, curvatura de la columna vertebral, posición de la cabeza, etc., esto nos brinda
información importante que aportará a la determinación de sus características posturales.
❖ La anamnesis

Debe estar constituida por datos como son el tiempo de amamantamiento, inicio de
semisólidos, uso de chupón y biberón, padecimiento y evolución de problemas
nasofaríngeos de tipo obstructivo crónico o agudo, presencia de hábitos, medio social,
rendimiento escolar, rendimiento físico, presencia de cansancio con poco esfuerzo, relación
con sus padres y familiares, desenvolvimiento con amigos etc. esta fase nos permitirá
conocer las características psicosociales del paciente y al mismo tiempo permitirá a través
de la conversación observar al paciente discretamente para determinar características
faciales, posturales y funcionales.

❖ El examen clínico extraoral e intraoral

Observamos las características faciales del paciente para determinar si corresponde con la
fascie adenoidea propia del respirador bucal; Al examen clínico intraoral verificamos
estado gingival, superficie dental, desarrollo transversal de los maxilares, posición de los
dientes, posición de la lengua.
Tratamiento Odontológico

Este síndrome debe ser atendido por un equipo multidisciplinario capaz de abordarlo desde
las diferentes instancias que implica, de tal forma de atacarlo integralmente y lograr así el
bienestar para el paciente. Dentro de las especialidades que deben conformar este equipo se
encuentran: el pediatra, otorrino, inmunólogo, odontólogo, fonoaudiólogo, etc.

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