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AGUAITA

REVISTA DEL O B S E RVAT O R I O DEL CARIBE COLOMBIANO


AGUAITA
R E V I S TA D E L O B S E R VAT O R I O D E L C A R I B E C O L O M B I A N O
N Ú M E R O 8 D I C I E M B R E D E 2 0 0 2 C A R TA G E N A D E I N D I A S

d i re c to r Alberto Abello Vives


editor Jorge García Usta
as es ores ed ito r ia le s Enrique Grau Araújo
Héctor Rojas Herazo (†)
Cecilia López Montaño
Adolfo Meisel Roca
Carmen Arévalo Correa
María del Rosario Guerra de Mesa
Soad Louis Lakah
Mario Giraldo García
Patricia Iriarte Díaz Granados
Ariel Castillo Mier
Beatriz Bechara de Borge
Felipe Merlano de la Ossa
d i s eño g r á f ico Eduardo Polanco
diagramación Camila Cesarino Costa
co l ab or ad ores d e es te n úm e ro Gloria Triana
José Polo Acuña
Adolfo Meisel Roca
Juan Carlos Trujillo
Dairo Novoa
Patricia Iriarte Díaz Granados
Cristo Figueroa Sánchez
Germán Arciniegas
Bibiana Vélez
Juan Carlos Guardela
Lauren Mendinueta
Martín Salas Avila
Margarita Vélez
Frank Patiño
Fabio Zambrano
Jorge Nieves Oviedo
Giobanna Buenahora
foto grafías Diario El Universal
Juan Diego Duque
José Polo Acuña
Gregorio Hernández de Alba
Roberto Pineda
Patricia Iriarte Díaz Granados
Archivo Javier Moscarella
Archivo Edelmira Massa Zapata
Archivo Germán Espinosa
Archivo Bibiana Vélez
i lu s tr ac io n e s Rómulo Bustos Aguirre
as es or í a e d ito r ia l Escribir Asesores
preprensa Elograf Ltda
i m p re s i ó n Panamericana Formas e Impresos sa
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en los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no comprometen al Observatorio del Caribe Colombiano.
Impreso en Colombia, Printed in Colombia, Bogotá, Colombia, diciembre de 2002.

issn 0124-0722
C O N T E N I D O

editorial
5

opinión
Entrevista con Totó la momposina
Guerrera y cantadora de historias de mar, sabana y río
Gloria Triana
7

historia
Identidad étnica y cultural en
una frontera del Caribe: La Guajira 1700-1800
José Polo
13
Bajo el signo del cóndor: Empresas y empresarios
en el Caribe colombiano: 1821-2000
Adolfo Meisel Roca
32

economía y sociedad
La crisis del patrón de acumulación
en la industria del Caribe colombiano (1990-1999)
Juan Carlos Trujillo y Dairo Novoa
47

ciudad y región
Conservación y gobernabilidad en las áreas
protegidas del Caribe colombiano
Patricia Iriarte Díaz Granados
70

c u lt u r a
Romanza para murciélagos y La balada del pajarillo
de Germán Espinosa: Regreso a la historia reciente
y fundación de nuevas geografías narrativas
Cristo Figueroa Sánchez
76
Delia Zapata Olivella
En la patria del merecumbé
Germán Arciniegas
84
Bibiana Vélez
Amar es lo único que se opone a la destrucción
88
Poesía
92
noticias
94
la alegria de leer
107
la alegria de bailar
114
mensajes
116
autores
118

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L
a escritura académica regional, especialmente la de las ciencias sociales, está en crisis.

L
Y la crisis, de la que no nos excluimos, presenta manifestaciones variadas: desde el
uso endeble o disperso de las convenciones gramaticales hasta el propio sentido de
la escritura, desde la falta de relaciones, posiblemente fructíferas e irradiantes, con otros
lenguajes hasta la desatención práctica a las nociones de funcionalidad, gozo y comunicabilidad
de la escritura. Son partes de esta crisis prolongada y crónica, que nos lleva con frecuencia a
A

creer que el texto definido como académico, el texto que trae y difunde nuevos conoci-
mientos, debe estar empacado en un lenguaje pedregoso y predecible, custodiado por
referencias y autorreferencias casi insufribles, coloquialismos mal usados, revoltillos de
lenguaje técnico y lenguaje conversacional, concordancias desquiciadas, extravíos del su-
jeto, narraciones truncas, anfibologías permanentes, transiciones escolares, altisonancia y
almidonamiento del decir, presuntuosidad terminológica.
I

El conocimiento científico, la producción intelectual, la capacidad de análisis crítico que se


desarrolla en el seno de nuestras universidades y los institutos de investigación, entre los que
nos incluimos, deben buscar y conseguir, en forma innovadora, los géneros, los lenguajes y
los estilos que le permitan afianzar su nivel científico pero que le faciliten, igualmente, ser
productos comunicables de la inteligencia y el rigor, no esoterismos de ghetto, tics de cofra-
R

día, reconfortantes pero inanes. No se trata de desconocer, ni más faltaba, las precisas exigen-
cias de determinados géneros, en los que han terminado recluidos, más por comodidad y
rutina que por convicción, numerosos trabajos científicos de la región. En muchas áreas ni
siquiera hemos conseguido el nivel primario, el de la redacción correcta pero insabora. Se
trata de que la intelectualidad costeña pueda hacer gratamente comunicables los productos
de su pensamiento y su investigación. La academia puede, sin vulgarizar su propósito, explo-
O

rar todos los géneros que le permitan masificar, en forma adecuada, sus hallazgos.

No sabemos por qué permanecemos indiferentes al examen de mal tan extendido y patético,
que ha terminado por afectar gran parte de la estructura de producción y divulgación inte-
lectuales de nuestra región. Esta escritura está, en muchos casos, prisionera de la más
provincianista interpretación de la cientificidad y del seguimiento acrítico de corrientes de
T

interpretación hasta confundirla con una reeditada noción del texto pétreo y desangelado.
Pero sobre todo con sistemas de exposición de información que parecen destinados por
encima de todo –en virtud de la ya viciosa impericia o de la apresurada exhibición de las
lecturas recientes– no a compartir el gozo del nuevo saber y a conquistar lectores sino a
ahuyentarlos, a enredar a estudiantes jóvenes, a envalentonar con frases despectivas a franjas
de los sectores dirigentes, a alimentar la autocomplacencia personal por el cumplimiento de
I

la pundonorosa cuartilla que no alcanza la media docena de lectores. Ni rigor ni sabor ense-
ñan muchas de estas páginas en las que sin embargo, es posible detectar un autor bien inten-
cionado y algún dato o muchos datos valiosos, sepultados por la grisura de la prosa.

Se han abierto paso lugares comunes tan terribles como “investiga bien pero escribe mal”,
con lo cual se trata de explicar, excusándola piadosamente, una conducta epidémica: se sa-
D

ben buscar datos pertinentes, pero se desconocen las gracias de su exposición. Los recursos
de la buena retórica están desaparecidos en este campo yermo en el que se ha calcinado
buena parte de la producción científica universitaria, que parece, por otro lado, inmune
también a las conquistas del lenguaje literario contemporáneo y a las seductoras innovacio-
nes del buen periodismo moderno. Pensamos que la formación del talento investigativo
E

implica la del talento verbal o expositivo. La falta de destreza expresiva no se puede excusar

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alegando apego profesional a la frialdad objetivista de la ciencia cuando tal frialdad es polar
e inhabitable, es decir, ilegible. Se desempolva la mayor gloria aldeana de la comunicación:
lo que no tiene manera de ser entendido o comunicado debe ser el fruto complejo de mentes
superiores. Sin embargo, toda verdad científica puede ser comunicada, de manera grata o
cautivante, o cuando menos correcta, comprensible. Al menos éste ha sido el legado de los
más grandes divulgadores científicos, para quienes el gran foro de especialistas o la nota de
prensa para públicos heterogéneos eran oportunidades igualmente válidas y legítimas para
divulgar el conocimiento.

Es probable que tan inquietante situación tenga raíces remotas y diversas, pero hoy repercute
en las propias posibilidades no sólo de construir un sólido campo de investigación moderno
que reúna diferentes saberes sino en las posibilidades de la necesaria participación del inte-
lectual, el investigador social y el científico costeños en la construcción de lo público y en la
transformación de las realidades regionales.

La obtención del Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar” por la revista Aguaita con
la crónica de un investigador académico como Ariel Castillo, nos reitera las bondades que las
técnicas del periodismo suelen presentar en la aprehensión de la realidad cuando son bien
tratadas, y, desde luego, confirma el enriquecimiento que puede ganar cualquier género de
expresión cuando desoye los prejuicios y esquemas de la pedestre ortodoxia y aúna conoci-
miento de la materia, precisión y agilidad expresivas, sentido crítico, mirada rigurosa y di-
versidad técnica.

Estamos seguros de que sin establecer canales sistemáticos de relación y apropiación mu-
tua entre el lenguaje científico, el lenguaje literario y el lenguaje periodístico, sin organizar
encuentros, talleres y diálogos entre investigadores, científicos, escritores y periodistas, sin
procurar la enseñanza de los más diversos géneros periodísticos y literarios entre los estu-
diantes de ciencias sociales o del rigor de los métodos de la ciencia entre los estudiantes de
periodismo, difícilmente podremos crear la necesaria diversidad de formas y géneros
divulgativos y modalidades del relato que permitan comprender a cabalidad la realidad
regional y transformarla. a

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O P I N I O N

Entrevista con Totó, La Momposina


Guerrera y cantadora de historias
de mar, sabana y río
Por Gloria Triana

Con la piel color majagua como los bogas


de la piragua del Maestro José Barros, la
cabellera de Juana Peinate, la mujer que
tenía un gallo que ponía huevos de oro y
curaba los niños del mal de ojo; l a sonri-
sa y l a potencia de l a voz de Miguelina
Epalsa, la cantadora de tambora de Altos
del Rosario, donde los muchachos llora-
ban cuando Alejo Durán abandonaba el
pueblo; la fortaleza de Libia Vides, su ma-
dre, que con el canto y la danza borró las
tristezas de su peregrinaje, y la ternura, la
sensibilidad y tenacidad de Daniel Bazanta,
su padre, que tocaba tambor con la misma
pasión y rigor con que elaboraba sus zapa-
tos, Sonia Baz anta, Totó l a Momposina,
co n lo s b a i l e s c a n ta d o s d e lo s p u e b l o s
ribereños del Magdalena, las cumbias, los
bullerengues y los porros, y con su voz ha
llenado los escenarios de muchos países de
Europa, Asia y América.
Totó vive en Bath, una ciudad cerca de
Londres desde donde planea sus giras por
el mundo.

Totó en plena actuación.


FOTO EL UNIVERSAL

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La infancia en Talaigua y mi papá decidió instalar su taller allí para hacer los
zapatos de los obreros de la petrolera.
Bonita tu casa de palma Pero también allí empezaron a perseguirlo. Recuer-
Bonita su varazón do que una vez tuvimos que escondernos en una finca
Bonita la que está adentro en Apiay en un granero en medio de un pocotón de
Prenda de mi corazón bultos de arroz . Un día llegaron al almacén de zapatos
(versos de los bailes cantados) unos hombres vestidos de caqui, destrozaron las vitri-
nas, cogieron a culatazos a mi papá y se lo llevaron.
Tengo además la imagen del toque de queda en
Villavicencio que era a las 6 de la tarde y después de
Totó, ¿cuando estás en el camerino en Londres antes de esta hora empezaban a disparar. Nosotros no nos acos-
salir a cantar en el Barbican Center, por ejemplo, no tábamos en la cama sino en el suelo, y cuando salía-
piensas a veces en tu infancia en Talaigua? mos para el colegio caminábamos encima de los
muertos que yacían debajo de los palos de mango de la
Cuando se está en cualquier lugar del mundo siem- plaza.
pre pensamos que vamos a mostrar en el escenario todo Cuando mataron a Gaitán, a mi papá se lo lleva-
lo que aprendimos desde niños, y comenzamos a tras- ron para la cárcel porque lo confundieron con alguien
mitir ese sentimiento y esa felicidad. parecido a él y que estaba metido en la guerra entre
Mis primeros recuerdos de niña en Talaigua don- liberales y conservadores. Mi padre era el ser más pací-
de yo nací se asocian con una casa de techo de palma, fico del mundo. Fue entonces cuando el doctor Pa-
una cama de horqueta y un toldillo amarillo, noso- chón Padilla que era nuestro pediatra nos ayudó a venir
tros todos adentro y mi mamá echándonos fresco para a Bogotá y nos consiguió un apartamento de dos pie-
protegernos no sé de qué, esa es la visión que conser- zas en el barrio de las Cruces.
vo entre brumas. Tengo también el recuerdo de mi
tío Edulfo, que tú conociste, y el sonido lejano de los
tambores cuando los mayores se reunían en el atrio
de la iglesia y cantaban y bailaban los chandés para la El rechazo al sonido del
pascua. Tengo la visión del barco David Arango que tambor y al color de la piel
recorría el Río Magdalena todo pintado de blanco,
con las puertas y ventanas azules, y nosotros embar- ¿Que pasó con la música en esta peregrinación de Ta-
cándonos, pero lo que no tengo bien claro es si fue en laigua a Barranca, de Barranca a Villavicencio, de
Talaigua o en Barrancabermeja desde donde noso- Villavicencio a Bogotá?
tros dejamos nuestra tierra para nunca volver a vivir
en ella. Mi mamá, mis hermanos y yo llegamos primero a
Bogotá, y mi padre se reunió con nosotros después, cuan-
do salió de la cárcel. Yo no entendía en esa época por
El comienzo de la peregrinación qué era un delito ser liberal, por qué mi padre debía
tener un taller clandestino de zapatería, que era lo único
¿Por qué salió la familia Bazanta de su pueblo? que sabía hacer además de tocar el tambor. En Bogotá
empezamos a sentir la necesidad de la música pero cuan-
Mi mamá dice que salimos de Talaigua por la vio- do de pronto cogíamos un tambor los vecinos gritaban:
lencia. Nosotros éramos liberales y había empezado ya ¡que se callen esos negritos¡ ¡callen a esos negritos! ¡cá-
la persecución. Eso ocurrió antes de la muerte de Gaitán. llense, negritos!. Y cuando salíamos a la calle nos decían:
La primera etapa vivimos en Barranca. Allí mi padre “negras, corazón de chulo, pensamiento de burro”.
instaló su taller de zapatería y mi mamá le vendía la En esa época, yo me escondía cuando veía pasar
comida a los obreros. De Barranca nos fuimos para adolescentes de mi edad pues me daba miedo que me
Villavicencio pues la Troco había encontrado petróleo, dijeran malas palabras. De las Cruces nos fuimos en-

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Estefanía Caicedo, maestra del folclor costeño, canta en el suroriente de Cartagena, una imagen que a pesar de las
dificultades de la fotografía, registra uno de los instantes más intensos en la vida de la cantadora, al final de sus días.
FOTO EL UNIVERSAL

tonces al barrio de la Culebrera. Conseguimos una casa encontró al fin el espacio para expresar todo lo que
lote, y en la parte de atrás teníamos una huerta donde llevaba muy adentro. La casa era grandísima. Un día
sembrábamos cebolla, calabaza, papa criolla y de la otra, cualquiera ella nos dijo que se iba para Talaigua, a traer
y nos sentíamos bien pues teníamos otra vez el contac- unos tambores, un millero y un gaitero para que noso-
to con la tierra. tros no olvidáramos las tradiciones de nuestro pueblo,
En Bogotá, la vida empezó a cambiar cuando a mi y los trajo. Ellos vivieron con nosotros varios meses
papá le dijeron que había un barrio donde sólo se fa- mientras aprendíamos. Yo tenía entonces como trece
bricaban y vendían zapatos. Entonces nos fuimos a vi- años, y cuando ya habíamos aprendido algunos cantos
vir al barrio Restrepo. y bailes, mi mamá armó un grupo y nos llevaba a con-
cursos. Ensayábamos con música en vivo, sábados y
domingos, en un patio que tenía sembrados cincuenta
El reecuentro con la tradición ciruelos. El primer contrato que tuvimos fue en
Usaquén cuando Rojas Pinilla comenzó a hacer con-
Totó, mientras te oigo pienso en el desarraigo y en las ciertos en el parque (por cierto recuerdo que esa pre-
pérdidas que ocasiona el desplazamiento. ¿Cuándo sentación nunca la pagaron). De ahí en adelante,
retoman ustedes las tradiciones de la cultura de los empezamos a viajar a las fiestas de otros pueblos en el
pueblos del río? Tolima, Cundinamarca y Caldas, y mi mamá le puso
al grupo, el nombre de “Danzas del Caribe”, que esta-
Cuando llegamos al barrio Restrepo, mi mamá ba conformado sólo por la familia.

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Las fiestas en el patio como se llamaba en esa época la música de acordeón.
Como Esteban Cabezas era del Pacifico, aprendimos
Totó, ¿por qué la casa de la Familia Bazanta se con- también arrullos, bundes, currulaos, abozaos, danzas y
vierte en aquella época en el sitio de encuentro de toda contradanzas.
la gente que estaba vinculada a la cultura popular? Creo que fue por este programa que mi papá se
volvió amigo de Gustavo Vasco, quien reunía en su
Como los ensayos de los sábados se convertían en casa a intelectuales como Tito de Zubiría, Fabito Lo-
fiesta, nuestra casa se volvió el punto de referencia de zano Simonelli, y poetas, escritores, pintores. Noso-
todos esos muchachos que venían a estudiar a Bogotá tros íbamos a cantar en sus fiestas. Y cuando mi papá,
desde Mompox, El Banco, San Sebastián, Barranquilla, que se inclinaba por la música de acordeón, empezó a
Cartagena, Santa Marta, que eran los parejos de baile organizar parrandas con los acordeoneros, todos estos
de todas nosotras, y por las noches bailábamos la mú- personajes iban a nuestra casa. Mi papá, que nació en
sica de “Pacho” Galán, “Lucho” Bermúdez, los Corra- Magangué, era hijo de un músico de allá, director de
leros de Majagual, la Sonora Curro, la Sonora Matancera, una banda y tocaba muy bien el clarinete. Pero las pa-
y bailábamos bolero. Mi papá salía con nosotros a com- rrandas de mi casa en aquella época no sólo se hacían
prar los discos para las fiestas y ya entonces existían las con acordeón, pues allí llegaban los gaiteros, los
grabaciones de acordeoneros como Abel Antonio Vi- milleros, las bandas. Los jóvenes hacíamos matinés
lla, Luis Enrique Martínez, Pacho Rada, Alejo Durán. bailables, y bailábamos salsa pero también porro y
Mi papá compraba música de banda, pero también a cumbia y, desde luego, vallenato.
Leo Marini. A nosotras nos gustaba también la música Al contar esto, mezclo todo porque todo eso se
de Los Beatles y los Rolling Stones. Éramos como una mezcló en esa época. A la casa llegaban Aníbal
esponja abierta a todo tipo de música. Velásquez, Náfer Durán, Alejo Durán, Abel Antonio
Villa, Emiliano Zuleta, Lorenzo Morales, pero tam-
bién Delia Zapata que ya había empezado con Ma-
De la escuela del patio nuel, su hermano, su trabajo sobre la cultura popular.
a los escenarios

¿Como trasciende ese ambiente musical doméstico De la escuela del patio


y se vuelve una expresión para el público? a la escuela del río

Cuando llegó la televisión a Colombia el patio de Hay recuerdos inolvidables de ese primer viaje que hi-
mi casa fue la escuela que nos permitió participar en cimos las dos cuando recorrimos 11 pueblos ribereños
un programa que se llamaba “Acuarelas costeñas”, en del Río Magdalena y recogimos información sobre 35
donde hacíamos música tradicional y se presentaban danzas y no sé cuántos cantos. ¿Te acuerdas por dónde
artistas de la televisión. Nunca se me olvidará que hi- empezamos?
cimos un montaje donde aparecía Raquel Ercole, no-
sotros éramos los africanos y yo cantaba la canción Eso fue en los comienzos de los años 70. Llegamos
“Tembandumba”; el montaje se refería a la manera en tren a Tamalameque, después por carretera fuimos
cómo se integraban las culturas de los esclavos en el al puerto y de allí tomamos una chalupa para El Ban-
Nuevo Mundo. Esa canción fue compuesta por co, y de aquí a Barranco de Loba donde nos encontra-
Esteban Cabezas y Alvaro García, y el libretista era mos con Venancia Buenosbarrios, la cantadora del
Guillermo Valencia Salgado, el “Compae Goyo”, quien pueblo, que no había vuelto a cantar porque los jóve-
manejaba todo el concepto del programa. Como este nes se burlaban de ella y cuando llegamos a su casa
programa se hacía en vivo todos los sábados, teníamos estaban bailando el “zumba-que zumba, zumba la pava”
que cambiar permanentemente el repertorio, hacíamos porque era el velorio de su nieto que había muerto la
cumbias, bullerengues, mapalés y además introdujimos noche anterior. Te impresionaste pues nunca habías
también los bailes cantados y los merengues que era visto un velorio de angelito.

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De allí salimos tristes, y al-

FOTO JORGE GARCÍA USTA


guien nos dijo que para recoger
cantos tradicionales debíamos
irnos para Altos del Rosario, un
antiguo palenque de negros ci-
marrones donde había muchas
cantadoras y tamboreros. Al lle-
gar al puerto y bajarnos de la
chalupa dos mujeres negras ves-
tidas de blanco y con flores en
la cabeza se acercaron a recibir-
nos. Primero habló Miguelina
Epalsa y nos dijo con un tono
afirmativo y una amplia sonri-
sa: “hemos venido a recibirlas
porque esta mañana cuando
Agripina leyó las cartas le salió
que hoy venían en busca de no-
sotras una mujer rubia y una
morena, y aquí estamos. ¿Uste-
des, qué andan buscando? Ve-
nimos a buscar las cantadoras y
los tamboreros de este pueblo,
respondimos sorprendidas.
Pues nosotras somos las
principales, dijeron en coro.
Entonces empezaron a contar-
nos todo lo que teníamos que
hacer para poderlos escuchar.
“Desempeñar” los tambores
que estaban empeñados en la
tienda del señor Zabaleta, con-
seguirle los cueros, comprar el
ron, que el tamborero princi-
pal no tenía sombrero y así no
podía tocar, que las cantadoras
sin el menticol para refrescarse
no cantaban. ¿Te acuerdas de
estas historias ? Pasamos tres días
cantando y bailando con ellos
sólo con una pequeña grabadora, pues ni siquiera te- El gaitero José Lara y su esposa.
níamos dinero para hacer fotos, y la gente nos veía como Lara fue uno de los integrantes de la
legendaria agrupación "Los gaiteros
un par de locas pues en ese tiempo no estaba de moda de San Jacinto", uno de los modelos
la cultura popular. No sé de donde sacábamos la plata valorados por Totó tanto en su
para financiar todas estas cosas, pero si sé que en este y proceso de formación como en su
trayectoria madura como cantadora.
otros viajes aprendí los mejores temas que todavía canto FOTO JUAN DIEGO DUQUE

en mis viajes por el mundo.

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Cantando por el mundo ¿Cómo fue tu vinculación con World Music?

¿Cómo fue tu comienzo en los escenarios internacionales? Después de la presentación en la entrega del pre-
mio Nobel recibo por primera vez una invitación para
Fue en el Radio City Music Hall en New York. participar en el Womad Festival (World Music Arts
Fuimos con Delia Zapata y los Gaiteros de San Jacin- & Dance), un festival itinerante de músicas étnicas
to. Ensayamos varios meses con un director artístico del mundo que reúne en escenarios de Europa, Asia
que vino de ese teatro. Blas Emilio Atehortúa hizo los y América a los más importantes representantes de
arreglos musicales. Años más tarde se presentó el viaje países muy diversos. En 1991 me invitaron otra vez
a Francia en una semana de Colombia organizada por y esta fue la segunda puerta que se abrió para mí,
Air France que incluía una muestra gastrónomica, y tú pues el concepto de Peter Gabriel era precisamente
fuiste conmigo. ¿Te acuerdas que era en un restaurante abrir espacios a músicas tradicionales con nuevas pro-
en Momparnasse y que los franceses mandaban a decir puestas.
que le bajáramos el tono a los tambores porque con Esta era la oportunidad que yo necesitaba para
ese ruido ellos no podían comer, y yo lloraba en los consolidar el trabajo que había hecho en los años an-
intermedios? teriores. El contacto con los músicos africanos me
Cuando Belisario Betancur estuvo de Embajador permitió profundizar y explorar otras sonoridades
en España fuimos invitados a un festival en Palos de conservando la estructura rítmica pero enriquecién-
Moguer y después estuvimos en Francia donde hici- dola con la incorporación de otros instrumentos. Un
mos contacto con un colectivo con el cual cantábamos día en Japón canté una canción sobre un instrumen-
en la calle, en el mercado de las pulgas, en el Metro, en to de madera que se llama “manduco”, que usan las
Marsella, en Lyon. Con ese colectivo hicimos el apren- mujeres costeñas para lavar la ropa en el río, y cuál
dizaje de la calle. Fue una experiencia dificil pero no sería mi sorpresa cuando Remmy Ongala, maes-
gratificante. tro africano del soukous, se me acercó emocionado
París fue la ciudad que me enseñó a ser más gue- para decirme que ese mismo ritmo se lo había escu-
rrera porque allí comencé a sentir que uno tenía que chado a su padre cuando niño. Ese fue el comienzo
luchar y prepararse para obtener lo que quería. Pero de varios conciertos que hicimos juntos pues era ma-
pienso que mi verdadera etapa de proyección interna- ravilloso descubrir la comunicación que lograbamos
cional empezó a partir de mi participación en la cele- con el lenguaje de los tambores.
bración del premio Nobel de Gabo en Estocolmo. Te
acuerdas que después de la actuación en el banquete ¿En ese recorrido por el mundo y con el contacto con
del Palacio, la Reina Silvia mandó un emisario adonde músicos de otras latitudes no se te ha ocurrido compo-
estábamos comiendo para que me dijera que no fuera ner tus propias canciones ?
a dejar nunca de cantar porque ella nunca olvidaría esa
noche. Le dijo a Gabo que quería aprender a bailar Yo improvisaba versos y nunca me había atrevido
cumbia. A nosotros nos extrañó ese interés por nues- a componer pero un día descubrí que podía contar
tra música pero después nos enteramos que la Reina historias y ponerles melodía. Entonces comencé a acor-
tenía ascendencia brasilera. Estocolmo fue como el darme de Estefanía Caicedo, una cantadora con quien
reto de una segunda etapa en otro nivel, después de tuve una gran amistad, y pensé que era bueno recordar
haber hecho los cursos de cantar en la calle. Vino un a estos personajes de la historia musical de mi país, y
replanteamiento del trabajo que me hace quedar en esta historia que compuse vino con melodía pues tenía
París, me matriculo en la Sorbona y estudio organi- ya los sonidos del mar de Cartagena, donde vivía
zación de espectáculos, historia de la danza, coreo- Estefanía, los sonidos de su barrio, y así salió esa can-
grafía, ritmo, y descubrí que debía canalizar todo lo ción que se llama “Oye Manita”, que aparece en mi
que sabía en algo concreto: mejorar la proyección último disco.
escénica de mis actuaciones, y comienzo a trabajar Lo que si tengo bien claro es que yo vine a este
intensamente en ese sentido. mundo sólo para cantar. a

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H I S T O R I A

Identidad étnica y cultura en una frontera


del Caribe: La Guajira, 1700-1800*
Por José Polo Acuña

Familia guajira con el padre Ángel de la misión capuchina de la Guajira en la inauguración de la exposición con motivo de la celebración
del iv Centenario de la Fundación de Bogotá. F O T O : A R C H I V O F O T O G R A F I C O D E G R E G O R I O H E R N Á N D E Z D E A L B A E N P I O N E R O S D E L A A N T R O P O L O G Í A , C O L C U LT U R A -
BANCO DE LA REPÚBLICA

*Esta ponencia, preparada para la Cátedra del Caribe Colombiano, organizada por el Observatorio del Caribe Colombiano y el Minis-
terio de Cultura, contiene reflexiones que recogen las hipótesis generales de un proyecto de investigación más amplio sobre Etnicidad,
conflicto social y cultura fronteriza en la Guajira, 1700-1850: Una visión etnohistórica, ganador de la iv Convocatoria de las Becas de Investi-
gación Cultural “Héctor Rojas Herazo”, 2002.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 13
Improvisados puertos de madera, construidos en Esta es una muestra de las imágenes que han teni-
la Alta Guajira para que los barcos repletos de mercan- do los colombianos sobre la Guajira: contrabando,
cías provenientes de Aruba, Curazao y Panamá, donde marihuana y carbón. Las dos primeras representan
se compra mercancía barata, atraquen en los fondea- lo ilícito, lo ilegal, lo violento, y han sido difundi-
deros naturales de la península. Una multitud de indí- das y popularizadas por la música, la literatura y la
genas y mestizos descarga las naves con asombrosa televisión.
rapidez ante la mirada paciente y tranquila de un pe-
queño grupo de comerciantes, intermediarios algu- Allá en la Guajira arriba
nos, dueños de la mercancía otros. Una vez descargada Donde nace el contrabando
la mercancía, en los camiones se procede a cubrir el El almirante “Padilla”
flete con una carpa gigantesca amarrada a la base de Llegó a Puerto López y lo dejó arruinao1
los mismos. El camión semeja entonces una caja de
Pandora, que deparará sorpresas al ser abierta en su La televisión, espacio estratégico en la producción
estación final. Después, las máquinas parten en fila in- de las imágenes que se hace el país de sí mismo y con
dia levantando una nube de polvo en medio del ar- las cuales quiere hacerse reconocer de los demás países,
diente sol que hiere a la Guajira. ha contribuido también a crear un imaginario sobre la
En otro tiempo, veloces e imponentes camionetas frontera guajira. Adaptando textos más cercanos a la
rangers cruzaban el desierto y las polvorientas calles de crónica, a la literatura popular de masas que a la litera-
los municipios guajiros, conducidas por sujetos que tura erudita, las telenovelas han logrado “nacionalizar”
ostentaban poder y riqueza. Aquellos hombres com- la Guajira con obras como La mala hierba, de Juan
praban artículos suntuarios y construían mansiones en Gossaín, adaptada para la televisión por Martha Bossio,
medio de la nada. El valentón guajiro era omnipoten- que mostró los altibajos de una familia guajira vincu-
te, controlaba y compraba todo. Detrás de él venía su lada a la bonanza marimbera, desde su ascenso hasta
familia, el grupo de parientes y amigos que se benefi- su decadencia. Otro tanto puede decirse de Guajira,
ciaba de su riqueza. de Fernando Gaitán, trasmitida entre 1995 y 1996, cuya
Dos lugares que parecen transportados de otro pla- trama gira alrededor del contrabando, el carbón, el
neta se revelan a la vista del impávido observador. Gran- mestizaje y las relaciones amorosas en el seno de dos
des buldózeres y maquinaria pesada unen los dos sitios sociedades: la wayúu y la “arijuna”, como designa este
mediante el transporte del oro negro extraído de las vocablo wayunaikii a los no indios, los no wayúu2.
entrañas de la tierra guajira, mineral que recorre los
mercados de Europa y Estados Unidos en busca de
1
nuevas plazas y buenos precios. A diario, entre Cueste- El Almirante Padilla, Canción de Rafael Escalona, 1951.
2
cita y Puerto Bolívar, gente de todos los sexos, colores Para una discusión sobre la relación entre literatura y televi-
sión colombiana en el marco de la creación de un imaginario
y edades se mueve alrededor del oro negro, escuchan- nacional véase a Jesús Martín Barbero, “Televisión y literatura
do el ruido de un tren de vagones interminables. nacional”, en: María Mercedes Jaramillo, Betty Osorio y Ángela

14 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
La literatura ha ensayado también una visión exó- sector turístico impulsando la hermosura de los paisa-
tica, romántica, melancólica y bucólica de la tierra de jes guajiros.
Padilla. El novelista y periodista bogotano Eduardo Esta guerra de las imágenes, para utilizar el término
Zalamea Borda, por ejemplo, la describe como “tierra acuñado por Gruzinski, no difiere mucho del debate
de sed ardiente, de besos extenuantes, de sol agobia- ocurrido en el siglo xix latinoamericano sobre el tema
dor, de misterio impreciso y de muerte posible. La de civilización y barbarie a propósito de los espacios
Guajira, tierra de sol, de sal, de indias y de alcoholes… de inclusión y exclusión, es decir, entre espacios mayo-
La Guajira, tierra de beso, de ensueño y de misterio”. res donde el control, el orden y la institucionalidad
Más adelante se refiere a algunos de sus habitantes: eran las características fundamentales, y espacios me-
“Salen a recibirnos todos los habitantes de El Pájaro. nores donde predominaban lo bárbaro, el desorden, la
13 personas en total. Alegres todos, y fajados de mar y rochela y lo impuro5. Esto no ha permitido entender el
de brisas. Se creería que en las venas no llevan sangre, problema de las zonas fronterizas como la Guajira, ya
sino un viento verde, color de nordeste. 13 personas: que manifestaciones de una herencia de cientos de años
5 blancos, 3 indias, 3 mestizos y dos negros”3. son aún penalizadas, criminalizadas y concebidas como
Gabriel García Márquez describe los primeros días contrarias a la lógica de civilización y progreso. Por lo
en Macondo: “José Arcadio Buendía ignoraba por com- tanto, la investigación del acontecer histórico de la
pleto la geografía de la región. Sabía que hacia el oriente frontera guajira es fundamental para comprender el
estaba la sierra impenetrable, y al otro lado la antigua tejido cultural de la península. Hay, pues, que enten-
ciudad de Riohacha, donde en épocas pasadas Sir der la cultura guajira como parte de una dinámica de
Francis Drake se daba al deporte de cazar caimanes a procesos históricos agenciados por actores sociales de
cañonazos, que luego hacía remendar y rellenar de paja carne y hueso, vivos, y en espera de ser incorporados a
para llevárselos a la reina Isabel”4. la historia de Colombia y el Caribe6.
La otra imagen de la Guajira se ha divulgado con
la explotación y exportación de carbón en el complejo
5
del Cerrejón, que representa la civilización, el progre- El término guerra de las imágenes es tomado de Serge Gruzinski,
en La guerra de las imágenes: de Blade Runner a Cristóbal Colón
so y la legalidad, y por tanto la presencia del Estado. Y 1492-2019, México, Fondo de Cultura Económica, 1994. Para una
se complementa con la amplia difusión que hace el muestra del debate sobre lo civilizado y lo bárbaro puede verse a
Domingo Faustino Sarmiento, Facundo: Civilización y barbarie.
Vida de don Juan Facundo Quiroga, México, Porrúa, 1973.
6
En un plano de análisis más amplio, la investigación histórica
Inés Robledo (compiladoras), Literatura y Cultura del siglo XX.
de los espacios fronterizos colombianos como los Llanos Orienta-
Volumen III Hibridez y alteridades, Bogotá, Ministerio de Cultu-
les, el Valle del Patía, el Magdalena Medio y Urabá, entre otros,
ra, 2000, pp. 431-461.
resulta de gran utilidad para entender constantes históricas como
3
Eduardo Zalamea Borda, Cuatro años a bordo de mí mismo, el conflicto armado. Véase el trabajo de María Teresa Uribe “La
Medellín, Bedout, 1986, pp. 78 y ss. territorialidad de los conflictos y la violencia en Antioquia”, en:
4
Gabriel García Márquez, Cien años de soledad. Bogotá, Oveja Realidad Social, t. 1, Departamento Administrativo de Planeación,
Negra, 1982, p. 14. Gobernación de Antioquia, Medellín-Edinalco, 1990; igualmente

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 15
Sostengo que la identidad étnica 7 ha desempeñado consolidó como una fuerza y actor social importante
un papel importante en la configuración del tejido en la zona: los wayúu supieron responder a los cam-
cultural guajiro, lo cual no sido fortuito, sino el pro- bios de un siglo que tuvo particularidades en dos nive-
ducto de un proceso histórico de larga duración que se les que se retroalimentaron mutuamente, uno externo
comenzó a gestar desde los primeros contactos entre y otro interno. En el primer nivel estuvo la recomposi-
europeos y nativos de la Guajira a finales del siglo xv; ción del juego político y la transferencia de soberanías
sin embargo, fue en el siglo XVIII cuando lo étnico 8 se entre las grandes potencias europeas; la aparición de
una nueva mentalidad en la Corona española con el
advenimiento de la dinastía borbónica y, sobre todo,
«Las soberanías en disputa, ¿Conflicto de identidades o de dere- para el caso guajiro, una nueva mirada a las colonias
chos?”, en: Gonzalo Sánchez y María Emma Wills (compiladores), del Caribe tanto por España como por Inglaterra, Fran-
Museo, memoria y nación, Bogotá, Museo Nacional de Colombia,
cia y Holanda9.
2000, p.p. 455-479.
7
El nivel interno lo dio la consolidación del contra-
Se entiende la etnicidad como un modo de ser de uno con una
cultura si se compara con el modo de ser de otra o de otras cultu- bando y el mestizaje. Ahora bien, los wayúu se integra-
ras. Históricamente la etnicidad puede presentarse como un pro- ron a este nuevo orden precisamente con estos dos
ceso continuo de referencias del yo cultural y del grupo étnico a factores que no supusieron la desintegración de la co-
otros yoes culturales integrados en sociedades y formas étnicas dis-
tintas. No obstante, en su dinámica, esto es, en su historia, la munidad nativa, y por el contrario la fortalecieron. En
etnicidad asumida colectivamente consistirá en un largo proceso consecuencia, los wayúu se apropiaron de un espacio
de transformaciones culturales y contactos sociales en los que, de que compartieron con los colonos hispano-criollos y
algún modo, varios grupos se disputarán el espacio y los recursos.
las autoridades militares, civiles y religiosas españolas.
La problemática de la identidad étnica y de la etnicidad presen-
De la identidad étnica wayúu se han desprendido ele-
ta, de modo simultáneo o alterno, una interpretación política a la
vez que emocional. En las naciones con etnias que luchan por su mentos culturales identificatorios de la sociedad guaji-
independencia política, la etnicidad acelera el dramatismo de las ra, encarnados fundamentalmente en los principios de
adaptaciones sociales, sobre todo cuando la identidad étnica se reciprocidad y redistribución de los guajiros10.
presenta como un instrumento de la afirmación de una conciencia
de grupo cultural opuesta a otra. Si los efectos primarios que resul-
tan de la actuación social de la etnicidad consisten en reforzar el
sistema de identidad del individuo, en los casos en que dicha comparte valores culturales fundamentales realizados con unidad
etnicidad es resistida de modo equivalente por otra igualmente manifiesta en formas culturales, que integran un campo de comu-
étnica, entonces la acción social abre energías profundas organiza- nicación e interacción, y cuenta con miembros que se identifican a
das en torno de ideas históricas sobre la propia identidad cultural. sí mismos, son identificados por otros y constituyen una categoría
En tal caso, la identidad étnica a que me refiero no es necesaria- distinguible de otras categorías del mismo orden.
mente equivalente a una idea de nación en el sentido de un grupo 9
Sobre las reformas borbónicas puede verse a John Lynch, El
de población constituido en Estado o con aspiraciones de organi- siglo XVIII : historia de España, XII . Barcelona, Crítica, 1991, espe-
zarlo. Me refiero, mejor, a un grupo con un sistema cultural pro- cialmente los capítulos 7, 8, 9 y 10: “Carlos III : los límites del
pio que actúa como conciencia suficiente para establecer una absolutismo”; “El Estado borbónico”; “España y América y Carlos
identificación de etnicidad por parte de él mismo y de los indivi- IV” y “La crisis de la España borbónica”, pp. 222-377. Del mismo
duos pertenecientes a otra identidad étnica. Por ello, la fuerza com- autor, Hispanoamérica 1750-1850: ensayo sobre la sociedad y el Estado,
ponente de la etnicidad se asegura por medio de una clase de Bogotá, Universidad Nacional, 1987. Anthony McFarlane, Colom-
conciencia que hace posible darle continuidad a través de la dife- bia antes de la independencia: economía, sociedad y política bajo el
rencia cultural, por medio de la oposición a perderla. dominio borbón, Bogotá, Banco de la República - El Áncora Edito-
La noción de identidad étnica reconoce, por lo tanto, una clase res, 1997.
de diferenciación social por la cual el individuo asume su identifi- 10
Sobre la Guajira durante el siglo XVIII existe una variedad de
cación con símbolos específicos de su cultura, y éstos van implíci- artículos, libros, tesis e informes de la época entre los se pueden
tos en los reconocimientos que hacen de uno otros individuos, mencionar los de María Teresa Oliveros de Castro, Goajira. Mérida,
mientras sugiere que algunas de las respuestas y expectativas que el Venezuela, Universidad de los Andes, 1975; Thomás Gómez, “Los
individuo obtendrá de otros y se propondrá a sí mismo en el curso indios guajiros y su visión por un militar y un religioso”, en: Langues
de su actuación social son formas simultáneamente latentes y abier- Néo-Latines, 28, París, 1987, pp. 81-94; Allan Kuethe, “La campa-
tas de expresar la etnicidad. En tal extremo, la identidad étnica es ña pacificadora en la frontera de Riohacha (1772-1779)”, en: Hue-
usada como un símbolo clasificatorio de estatus y abarca tanto al llas, 19, Barranquilla, Universidad del Norte, 1987, pp. 9-17. René
individuo como al grupo étnico a que se pertenece. de la Pedraja Tomán, “La Guajira en el siglo XIX : indígenas, con-
8
Se entiende lo étnico como un concepto que designa una co- trabando y carbón”, en: Desarrollo y Sociedad, 6, Bogotá, Universi-
munidad que, en gran medida, se perpetúa biológicamente, que dad de los Andes, 1981, pp. 327-359. Pablo Ojer, El Golfo de

16 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
El contrabando cosos habitantes impedían poblar, o porque carecían
de metales preciosos. Desde muy temprano, en 1602,
Desde el segundo cuarto del siglo xvii, Holanda, los holandeses crearon la compañía de las Indias Orien-
Francia, Inglaterra y luego Dinamarca ocuparon per- tales, “cuya finalidad fundamental era desplazar a Por-
manentemente algunos territorios en Hispanoamérica tugal del comercio de las especias, por la ruta del
que España tenía en relativo abandono, ya porque fue- Atlántico meridional y hacerle frente a las compañías
ran terrenos inhóspitos o estériles, o porque sus beli- pequeñas inglesas en el Báltico”11. Al mismo tiempo
se interesaron por las salinas de Araya, en territorios
aledaños a Cumaná, en el Caribe venezolano. En 1621,
Venezuela: una síntesis histórica, Caracas, Universidad Central de conformaron la Compañía de las Indias Occidentales,
Venezuela, 1985. José Polo Acuña, Protesta y resistencia indígena en que valida el triple método de colonizar, realizar pillaje
la Guajira 1750-1800. Bogotá, Universidad Nacional, tesis de Maes-
y contrabandear a gran escala, y se encarga de hostigar
tría en Historia, 1999; “Aspectos históricos de Riohacha durante el
período colonial”, en: Historia Caribe, 3, Barranquilla, pp. 33-48; las posesiones españolas en América. Su blanco inicial
“Contrabando y pacificación indígena en una frontera del Caribe fueron las costas del noroeste de Brasil para aprove-
colombiano: La Guajira, 1750-1800”, en: Aguaita, Revista del Ob- char las plantaciones de azúcar y el potencial de las
servatorio del Caribe Colombiano, Cartagena, 3, 2000, pp. 41-62;
“Poblamiento y conflicto social en la frontera guajira 1700-1800”, maderas de tinta para textiles. Entre 1624 y 1625, se
en El Taller de la Historia, 1, Cartagena, Universidad de Cartagena, apoderaron de Pernambuco, Paraiba, Sergipe, Río
2001, pp. 27-79; “Una mediación fallida: El Cacique Cecilio López Grande del Norte y Manahao. En forma pasajera se
Sierra y el conflicto hispano-wayúu en la Guajira 1750-1770”, en:
establecieron en la Guayana o Costa Salvaje, entre el
Historia Caribe, 4, Barranquilla, 1999, pp. 67-77; “En defensa de
la tierra: colonización y conflicto en la Guajira Siglo XVIII ”, en: La Orinoco y el Amazonas.
Guajira: Multiétnica y Pluricultural, Riohacha, Fondo Mixto para En este primer cuarto del siglo xvii fundaron las
la Promoción de las Artes y la Cultura Guajira, 2000, pp. 105-140; colonias de Berbice, Esequibo, Pomeroon y Surinam,
“Los wayúu y los cocina: dos caras diferentes de una misma mone-
da en la resistencia indígena guajira siglo XVIII ”, en: Anuario co-
esta última cedida por Inglaterra en el tratado de Breda
lombiano de historia social y de la cultura, 26, Bogotá, Universidad en 166712. Luego, en el segundo cuarto del siglo xvii se
Nacional, 1999, pp. 7-31; Alberto Tarazona, Raza y violencia: un establecieron en las Antillas Menores y al tiempo que
estudio sobre la Guajira durante el siglo XVIII . Bogotá, Universidad ocupaban a Aruba y Bonaire, desalojaron a los españo-
Nacional, tesis de pregrado en Antropología, 1975; Eduardo Barre-
ra Monroy, Resistencia, comercio y mestizaje: La Guajira durante la les de Curazao. La primera de estas tres islas operó como
segunda mitad del siglo XVIII , Bogotá, Instituto Colombiano de punta de lanza de sus incursiones por el Caribe y en la
Antropología e Historia, 2000. Guajira.
Las crónicas tardías de José Nicolás de la Rosa, Floresta de la Santa Los ingleses se apoderaron de otras islas antillanas,
Iglesia, catedral, ciudad y provincia de Santa Marta, Barranquilla,
Biblioteca de Autores Costeños, 1945, y de Antonio Julián, La per-
como Jamaica que pasó a sus manos en 1655, y Barba-
la de América, Provincia de Santa Marta, Bogotá, Presidencia de la dos, Bermudas, Anguila, San Cristóbal, San Kitts, Tor-
República, 1951, aportan muchos datos sobre la Guajira durante el tuga, Antigua, Nevis, Barbuda y Tobago, desde las
siglo XVIII . Los informes de la época, como los de Francisco Sil- cuales afianzaron su presencia en puntos vitales de las
vestre, Descripción del Reyno de Santa fe de Bogotá, Bogotá, Univer-
sidad Nacional, 1968, pp. 47, 49,50,51, 52, Antonio de Narváez y costas del Norte y Centroamérica: Laguna de Térmi-
La Torre, “Informe sobre la Provincia de Santa Marta y Río del nos, Bélice, Islas de la Bahía, de Maíz y Mosquitia y
Hacha, 1778”, en: Sergio Elías Ortiz (compilador), Escritos de dos las de Providencia y San Andrés, y compartieron la
economistas coloniales, Bogotá, Banco de la República, 1965, p.p.
17-65. Antonio de Arévalo, “Descripción y Discurso sobre la Pro-
vincia del Río de el Hacha, su historia y su población”, en El Taller
de la Historia, 1, Cartagena, Universidad de Cartagena, 2001, p.p.
La mayoría de estos trabajos, pese a que incluyen como actores
213-250. Dos obras importantes que aunque no se ocupan directa-
sociales a los indios guajiros, no ofrece un intento sistemático de
mente de la Guajira si la incluyen en sus temas son las de Lance R
reconocer y relacionar la importancia de lo étnico en la “personali-
Grahn, Contraband, Commerce and Society in New Granada, 1713-
dad histórica” y cultural de la península de la Guajira, que es el
1763, Duke University, Disertación doctoral, microfilm international,
tema central de nuestras reflexiones.
1985, especialmente entre las páginas 17 y 54, y Celestino Araúz
11
Monfante, El contrabando holandés en el Caribe durante la primera Celestino Araúz Monfante, El contrabando holandés en el Cari-
mitad del siglo XVIII . 2 tomos, Caracas, Biblioteca de la Academia be durante la primera mitad del siglo XVIII , Caracas, Biblioteca de la
Nacional de la Historia, 1984, especialmente entre las páginas 87- Academia Nacional de la Historia, 1984, t.1, p. 23.
12
101, 259-280 del tomo 1 y las páginas 137-151, 173-203 del tomo 2. Ibid., p. 26.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 17
FOTO: ARCHIVO PERSONAL
de soberanía”, señala Isabel Batalla13. En efecto, los tra-
tados de paz de Utrecht entre 1713 y 1715, dieron tér-
mino a la Guerra de Sucesión española y crearon un
nuevo equilibrio de poderes. La ‘coparticipación’ for-
taleció a Gran Bretaña al concederle mayores ventajas
económicas que a Holanda y Francia, que se reflejaron
en el contexto internacional del siglo xviii, pues, en el
Caribe, por ejemplo, se afirmó el predominio británi-
co. Esta nueva división de poderes obligó a concesio-
nes españolas como dar permiso para que un navío de
500 toneladas con mercancías inglesas fuera enviado
cada año a las ferias; o la transferencia, por treinta años,
del asiento de los negros, que fue otorgado en 1701 por
Felipe V a la compañía francesa de Guinea con el con-
siguiente rompimiento del monopolio comercial de
España con sus colonias14.
Los ingleses aprovecharon su influencia en la zona
para fortalecer su dominio como se evidenció en 1722,
cuando reclamaron al gobierno danés la soberanía
sobre las islas de Saint Thomas y Saint John, y en 1730
Portada del periódico Ecos de la misión, a Francia sobre las de Barlovento, Santa Lucía, Saint
órgano del vicariato apostólico de la Guajira, 1947. Vincent y Dominica. Su interés por estos puntos era
estratégico y económico, pues, desde el siglo xvii, las
islas danesas habían servido como puente para coloni-
Guayana con los holandeses. De todas estas islas, Ja- zar el Caribe y como posibles bases para el ejercicio del
maica fue la más importante al convertirse en eje de contrabando.
actividades de piratería y servir de base al comercio El papel de Jamaica en la estrategia británica en el
ilícito en el Caribe. A diferencia de Curazao, cuyo sue- Caribe se refleja en que:
lo era estéril, Jamaica era fértil para el cultivo de la Fue importante como base de operaciones de los
caña de azúcar. Estas dos islas, Curazao y Jamaica, fue- piratas y filibusteros británicos que, auspiciados por la
ron puntos básicos desde donde ingleses y holandeses Corona, no dejaban pasar oportunidad de asaltar cuan-
incursionaron en territorio guajiro. Los franceses se to convoy español cruzara por el Caribe. Más tarde, ante
establecieron en San Bartolomé, San Vicente, Domi- el aumento del consumo de azúcar en Europa, Jamaica
nica, Martinica, Granada, Guadalupe y el norte de se va convirtiendo poco a poco en gran productor de
Santo Domingo, mientras que los daneses se tomaron caña de azúcar y de su principal derivado, el ron. La isla
Saint Thomas, Santa Cruz y los cayos de San Juan. En se transforma en un conglomerado de plantaciones con
consecuencia, las costas de la Península de la Guajira uno de los más altos índices de población esclava15.
hicieron parte de un conjunto de territorios disputa- La actividad de los piratas asentados en la isla dis-
dos a España por diversas naciones en el escenario del minuyó, pero aumentó el número de tratados de co-
mar Caribe.
En el siglo xviii sucedieron muchos cambios en
Europa y en Hispanoamérica. “El Caribe se convirtió 13
Isabel Clemente Batalla, “El Virreinato de la Nueva Granada y
en un escenario de primer orden: allí se definieron al- las relaciones internacionales en el Caribe”, Huellas, 44, Universi-
dad del Norte, Barranquilla, 1995, pp. 18-27.
gunas acciones decisivas en la pugna por el poder mun- 14
Ibid., pp. 18-27
dial; adicionalmente las confrontaciones entre potencias 15
Gustavo Bell Lemus, “La conexión Jamaiquina y la Nueva
europeas tuvieron un impacto directo en los territo- Granada 1760-1840”, Huellas, 18, Barranquilla, Universidad del
rios insulares y ribereños, y provocaron transferencias Norte, 1986, pp. 9-19.

18 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Indígenas apalaanchi antes de salir a pescar. Expedición al departamento de la Guajira del Ministerio de Educación Nacional y la
Universidad de Pensilvania. F O T O : A R C H I V O F O T O G R A F I C O D E G R E G O R I O H E R N Á N D E Z D E A L B A E N P I O N E R O S D E L A A N T R O P O L O G Í A , C O L C U LT U R A - B A N C O D E L A R E P U B L I C A

mercio, de tal forma que las manufacturas inglesas de fácil acceso a las islas antillanas en manos de Espa-
inundaron su mercado y se crearon varias firmas co- ña, o las que pasaron al poder de Inglaterra, Francia y
merciales con socios en Londres y Kingston. Desde Dinamarca”, escribe Celestino Araúz17. A las radas de
ésta última se exportaban azúcar, ron, cacao, esclavos Curazao arribaban cada año entre 30 y 40 navíos y unas
del África y sal de las islas adyacentes, y a ella llegaban 400 balandras dedicadas al tráfico en el Caribe. En este
cristales, telas, prendas de vestir y cualquier producto sentido la isla fue un centro importante del comercio
que Europa exportara al resto del mundo, lo que la clandestino de Holanda en el Caribe, especialmente
convirtió en un gran depósito de mercancías inglesas después del fracaso de la compañía de las Indias Occi-
en busca de mercados1 6. Hacia allí fueron llevadas las dentales en Brasil, ya que a los holandeses no les que-
mulas criadas en la Guajira, las perlas pescadas y los dó otra alternativa puesto que el tratado de Utrecht
esclavos indígenas capturados en la península. Tal ac- relegó su competencia a Europa, excluyéndolos de los
tividad requirió el envío de emisarios comerciales des- mercados hispanos. De Curazao arribaban naves y ba-
de y hacia Riohacha. landras holandesas a las costas guajiras en busca del
Curazao fue para los holandeses lo que Jamaica palo Brasil que extraían los indios guajiros de los Mon-
para los ingleses. A pesar de no contar con agua, se tes de Oca.
convirtió en un puerto libre por el que circularon los La situación internacional del siglo xviii, caracte-
productos de las pequeñas salinas y, fundamentalmen- rizada por dos formas de ejercicio comercial, y que po-
te, el palo Brasil. “No obstante, constituyó una valiosa sibilitó el surgimiento de la actividad del contrabando
adquisición por su posición estratégica –lo llamamos en la región caribeña de la Nueva Granada, es descrita
ventaja posicional–, al estar encima de la tierra firme y por Antonio García:

17
16
Ibid., pp. 9-19. Celestino Araúz Monfante, Op. cit., t. I, p. 12.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 19
Las leyes del desarrollo capitalista demostraron tener considerables porciones de ganado de asta y caballos,
mayor fuerza práctica que las leyes prohibitivas, repre- copiosas salinas y otros útiles frutos que comercian con
sivas y casuísticas del Estado Español. Desde finales del los extranjeros, especialmente con los holandeses de
siglo xviii, (diríamos mas bien desde el principio) el Curazao en aquella dilatada costa, y además de los
comercio de contrabando –esto es, el correspondiente al cueros, mulas y caballos, el palo del Brasil, en cuyo
nuevo tipo de comercio internacional, promovido e cambio los proveen de armas de fuego, pólvora y otros
impulsado por potencias europeas forjadas en la revo- pertrechos: de manera que cada una de aquellas gran-
lución industrial y en los victoriosos movimientos de- des parcialidades inmediatas a la costa, suele tener su
mocráticos-burgueses en Holanda, Inglaterra y Francia– propio puerto, a donde vienen los extranjeros a tratar
se convirtió para la Nueva Granada en una forma co- con ellos 20.
mercial dominante, no sólo por la regular y franca uti-
lización de las vías ya definitivamente abiertas en la En la costa Atlántica de Nicaragua y en la Moskitia,
Guajira y el Darién, sino por la casi total suspensión donde se producía añil, zarzaparrilla, caña de azúcar,
del comercio oficial con la metrópoli18. cueros y maderas, los ingleses establecieron pactos di-
rectos con el pueblo indígena miskito21, en la Guayana
En efecto, Antonio de Arévalo, en la segunda mi- los neerlandeses suministraron armas a los indios cari-
tad del siglo xviii, denunció que en toda la costa de bes con la contraprestación de recibir el tabaco de
Sotavento y Barlovento de Riohacha fondeaban las Barinas, mulas, cueros y esclavos indios22. En la Alta
balandras extranjeras y españolas en los puertos meno- Guajira, se realizaron negociaciones entre los holande-
res de la Enea, Puerto de la Cruz Vieja, El Pajar, Almi- ses y los caciques indígenas pertenecientes a apüshis*
dones, Manaure y Tucuraca, Uñama, Carrizal, Rincón poderosos de,
del Carpintero, Cabo de la Vela e Iriguani; en los puer-
tos mayores de Bahía Honda y Puerto Taroa, Punta …cuyos puertos son poseedores de ellos los rebeldes in-
Gallinas, Chimare y Cabo de Chichivacoa; Sabana del dios guajiros, quienes con la mayor despotiquez, y des-
Valle, Tucacas y Cojoro19. Es decir, los contrabandistas vergüenza, protegen con todas sus fuerzas, despreciando
ingleses y holandeses traficaron libremente toda clase cualquier riesgo, el comercio holandés, por cuya nación
de mercaderías en los puertos naturales de la península se les contribuye con ello, bebidas, y otras cosas; y para
guajira de la misma manera en que lo habían hecho en asegurar su trato en aquellos puertos, y caletas, pasó y
otras zonas de frontera como la Guayana, la Moskitia llevaron en el año de cincuenta y dos (1752), con toda
y el Darién, donde ganaron la confianza y contaron comodidad, y atención particular, del indio Caporinche
con la ayuda de los indios a quienes estimulaban el (capitán y cabeza de una gruesa parcialidad que man-
odio a las autoridades españolas. Francisco Silvestre tiene a sus expensas con el mucho ganado que posee) a
describió la situación: la isla de Curazao, e hicieron los holandeses con este
indio formal convenio, de que siempre sería su protec-
La mayor parte de la provincia la ocupan las varias
tor, a cuyo fin lo recibieron en aquella isla con muchas
parcialidades de los Barbaros Indios Goagiros, con
fiestas, vistiéndolo, y a los que llevó consigo de su
parcialidad, costosamente con Casacas, pelucas y de-
18
más, haciéndole a la entrada y salida, una salva de
Antonio García, “El conflicto Hispano-Británico y el ordena-
miento capitalista del Caribe”, Antonio García, Los comuneros en
la pre-revolución de Independencia, Bogotá, Plaza y Janés, 1981, pp.
119-128. 20
Francisco Silvestre, Descripción del reino de Santafé de Bogotá,
19
Archivo General de la Nación, Bogotá, en adelante a.g.n., Bogotá, Universidad Nacional, 1968, pp. 51.
Bogotá, Milicias y Marina 119, f. 452 v., “Informe sobre la situa- 21
Antonio García, Los comuneros en la pre revolución de indepen-
ción, condiciones materiales, población e historia de la provincia
dencia, Bogotá, Plaza y Janés, 1981, pp. 119-128.
de Rioacha, por Don Antonio de Arévalo. Año de 1773”. (En ade-
22
lante esta información se citará como Arévalo, indicando el núme- Celestino Araúz Monfante, Op.cit., t. 1, p. 45.
*
ro del folio). Este informe de Arévalo fue transcrito recientemente El apüshi es un grupo residencial de hermanos y hermanas
en El Taller de la Historia, 1, Cartagena, Universidad de Cartagena, maternos, asentados en un territorio en el que tienen sus huertas,
2001, pp. 213-250. pozos de agua y cementerio.

20 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
fuego, empleadas después en ataques contra los espa-
ñoles, como en las protestas de 1769, las de Apesi en
1775 y el ataque a Bahía Honda en 1776. La finalidad
de estos intercambios no era, pues, sólo comercial sino
política, ya que los extranjeros adiestraron a los indios
en el manejo de armas y en la planeación de tácticas
militares de emboscada contra las autoridades reales.
Así, por ejemplo, en octubre de 1775, un capitán inglés
de nombre Constantino, que estaba en los puertos de
Sabana del Valle y Chimare, en la Alta Guajira, vendió
a los indios armas, pedreros y municiones, e instruyó a
muchos de ellos en el manejo de los pedreros de barca,
“encargándoles las pusiesen en los caminos por donde
debían pasar los españoles y que hiciesen excavaciones
colocando en ellas rayas envenenadas y que las cubrie-
ran de ramas para que no fuesen conocidas…”24.
La extracción del palo Brasil de los Montes de
Oca resultaba atractiva y de mayor lucro para los
neerlandeses, pues se decía que la variedad y viveza de
sus tintes excedían en calidad al que los ingleses saca-
ban en Campeche. “Los holandeses… han sacado mi-
Gregorio Hernández de Alba con un cacique llares de cargas que vendían en curazao a 8, y 10, y
guajiro. Expedición al departamento de la
Guajira del Ministerio de Educación Nacional
hasta 16 pesos”25. De igual forma, por Riohacha salían
y la Universidad de Pensilvania. muchas mulas para las plantaciones de Jamaica y
FOTO: ARCHIVO FOTOGRAFICO DE GREGORIO HERNÁNDEZ Surinam, y se enviaban clandestinamente a Cuba para
DE ALBA EN PIONEROS DE LA ANTROPOLOGÍA, COLCULTURA-
BANCO DE LA REPUBLICA ser empleadas en las haciendas de trapiche26. La activi-
dad de los barcos ingleses provenientes de Jamaica que
quince cañonazos; y lo despacharon con una embarca- arribaban a un sector costero comprendido entre el
ción armada, después de haberle regalado porción de ar- Cabo de la Vela y Carrizal tenía por fin pescar tortugas
mas, como fusiles, sables, pólvora y plomo, remitiendo ya que de su caparazón extraía el carey 27. Antonio de
con dicho Caporinche a el indio Majusare (otro capi- Narváez y la Torre había advertido sobre este recurso:
tán de una muy gruesa parcialidad que tiene a su de-
voción, en mayor número que Caporinche, como es el Abunda mucho toda esta Costa de las tortugas de carey
más poderoso de aquella nación por la muchedumbre de que toma el nombre la concha que de ella se saca;
de ganado vacuno y caballar y de que mantiene su pero como no hay gentes dedicadas a su pesca, ni se ha
parcialidad, siendo estos dos indios compañeros y pa- pensado en hacer ésta rama de comercio, solo se consi-
rientes, protegiéndose el uno del otro) algunos presen- gue tal cual por casualidad cogen los indios; y más
tes y cartas muy afectuosas, para lograr los holandeses bien que nosotros se aprovechan de esta producción de
tener a su devoción a uno y otro, y asegurar por este nuestros mares los Ingleses, que en Guayres, y Balandras
medio y protección su trato y comercio ilícito en aque-
llos parages23. 24
a.g.n, Bogotá, Milicias y Marina, 11, f. 894 r, año 1775.
Entre los géneros que recibían los indios guajiros, 25
“Informe de Antonio de Narváez y la Torre sobre la Provincia
como frutos del contrabando, estaban las armas de de Santa Marta y Rioacha, 1778”, Sergio Elías Ortíz, (Comp.),
Escritos de dos economistas coloniales, Bogotá, Banco de la Repúbli-
ca, 1965, p. 27.
26
Sergio Elías Ortíz, Escritos de dos economistas coloniales, p. 28.
23 27
a.g.n, Bogotá, Caciques e Indios, 4, f. 647 r y v, año 1757. a.g.n., Bogotá, Milicias y Marina, 20, f. 393 v., año 1773.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 21
pequeñas vienen a pescar, tortugas a esta Costas en las en diciembre próximo pasado, y todos llevan algunos com-
estaciones favorables…28 prados muy baratos y los llevan a Jamaica y vender por
esclavos para Filadelfia y aquella costa31.
La esclavitud y el comercio de esclavos negros por
medio del contrabando fue común en la Guajira, pues La pesca de perlas o actividad del peruleo fue otro
indios e hispano-criollos de la provincia poseían “pie- rubro importante del comercio ilícito en la Guajira. Se
zas» que, en su mayoría, habían sido suministradas por realizaba entre Carrizal (inicialmente fundada en la
los tratantes extranjeros. A menudo, los guardacostas ciudad de los Remedios o Río de la Hacha y abando-
reales apresaban balandras con mercaderías y negros nada después por carecer de agua dulce en sus inme-
esclavos. “Más de seis leguas a Sotavento de esta ciu- diaciones) y el Cabo de la Vela. Recuérdese que, a
dad (Riohacha) tuvo su comandante denuncio sobre mediados del siglo xvi, el agotamiento de los ostrales
una balandra inglesa acosada de un corsario francés, en las costas de Cubagua en Venezuela había determi-
y que su capitán y tripulación, y algunos negros se nado el traslado de numerosas familias hispanas a las
hallaban en tierra, a lo que su celo dispuso la marcha costas occidentales de la península de la Guajira don-
para la segura recaudación del quinto…”29. Se desco- de establecieron la pesquería. La mano de obra em-
noce el número de esclavos comprados ilícitamente pleada era de negros esclavos y de indios provenientes
por los indios, pero su magnitud puede ser alta si se del oriente de Venezuela, de las islas Lucayas, Margari-
considera que las autoridades reales concedieron pe- ta, Trinidad y Santo Domingo. También se ocuparon
riódicos indultos a los líderes indígenas que llevaran indios traídos del Brasil, Santa Marta, Valledupar y
sus negros a marcar30. Además, existía un comercio Mompox, pertenecientes a grupos y pueblos como
de esclavos indígenas capturados por los guajiros y los onotos, caracas, caquetíos, piritas, cumanagotos,
vendidos a extranjeros de Jamaica y Surinam como chuaos, guaricos y maracapanes.
mano de obra para las plantaciones de caña. Tales Esta actividad fue trasladada al suroccidente bor-
indios eran los llamados cocinas, segmento étnico deando la costa hasta quedar en la nueva ciudad de
guajiro acusado de ser ladrón y saqueador, y despre- Riohacha, cerca de la desembocadura del río Ranche-
ciado por los clanes matrilineales wayúu, como lo ría –Calancala–, lo que la envolvió en un aire de pros-
describe De Arévalo en 1773: peridad que hizo famosa la calle de la Platería o de la
Mar, en donde hábiles enjoyadores procesaban las per-
estos indios andan dispersos por la tierra haciendo daños las32. El ambiente de prosperidad fue percibido por las
sin tener casa ni hacienda ninguna, y son enemigos de todos autoridades hispanas que procedieron a establecer una
los demás de la provincia, y en tal manera malquistos, que caja real con el fin de obtener el derecho del quinto.
se agravian éstos de que se les digan que son Cozinas porque Sin embargo, en 1721, a raíz de problemas con los
esto quiere decir tanto como que son unos levantados ladro- indios buzos, un informe de Don Francisco de Alcantud
nes; por cuyas razones está recibido y corriente entre todos,
que los hijos pequeños, que les cogen los venden en la costa y
31
a los demás que se los compran (de los cuales hay aquí algu- a.g.n., Santa Fe de Bogotá, Historia Civil 20, f. 452 r., año
1771.
nos), y los ingleses han sacado muchos de Bahía Honda y
32
Al respecto véase el trabajo de Socorro Vásquez y Hernán Darío
Portete, de los cuales el Jorobado (Capitán Inglés) sacó 60
Correa, Relaciones de contacto en la Guajira en el siglo XVI: wayúus y
arijunas en las pesquerías de perlas en el Cabo de la Vela, Informe
presentado a la Pontificia Universidad Javeriana y Colciencias,
28 Bogotá, 1988. De igual forma el reciente artículo de Wilder Gue-
Sergio Elías Ortíz, Op.cit., pp. 31-32.
rra Curvelo, “La ranchería de perlas del Cabo de la Vela (1538-
29
a.g.n, Bogotá, Negros y Esclavos-Panamá, ff. 583-600, año 1757. 1550)”,en: Huellas, 49-50, Barranquilla, Universidad del Norte,
Petra J. Moreno y Alberto Tarazona, Materiales para el estudio de 1997, pp. 33-51. Un estudio más completo sobre las actividades
las relaciones inter-étnicas en la Guajira. Siglo XVIII , Documentos y perleras es el de Enrique Otte, Las perlas del Caribe: Nueva Cádiz
mapas, Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional de la Histo- de Cubagua, Caracas, Fundación John Boulton, 1977, 620 pp.
ria, 1984, p. 57. Así mismo, ver a Antonio Julián, La perla de América Provincia
30
a.g.n, Bogotá, Milicias y Marina 138, ff. 916-921, año 1753. de Santa Marta, Bogotá, Biblioteca Popular de Cultura Colom-
Moreno y Tarazona, Materiales para el estudio, p. 45. biana, 1951, pp. 35-48.

22 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Virginia Gutiérrez en
expedición realizada por
miembros del Instituto
Etnológico Nacional,
departamento de la
Guajira, 1947.
FOTO: ROBERTO PINEDA
GIRALDO-ARCHIVO DEL ICAN,
EN PIONEROS DE LA ANTRO-
POLOGÍA, COLCULTURA-BANCO
DE LA REPUBLICA

y Gaona, capitán de infantería del batallón fijo de Al amanecer volvió la lancha a tierra. Se mandó aviso a
Cartagena, planteó al Virrey la posibilidad de introdu- Pacho Gamés a su casa que está a 1_ leguas de la costa, y
cir esclavos negros para hacer este trabajo, “por lo que pasaron a bordo de la balandra seis indios en un cayuco
mira a la pesquería de perlas, lo que me parece conve- (canoa) grande, […] en tierra se hallaron hasta 120 in-
niente es que los cien negros piezas de indias, mandará dios, 12 cayucos, que sirven para la pesca de perlas en
su majestad fuesen muleques de a dos por uno o tres aquellas costas; que hay ocasiones, como es en octubre,
por dos; que no es necesario sean buzos, que siendo de que está la mar muy sosegada, que salen de 60 a 70 cayucas
esta calidad muchos, presto aprenderán y serán ágiles con dos o tres indios cada uno, a hacer la pesca en tres
fácilmente para todo el ministerio de buceo…”33. La brazas de fondo y no más; y los vecinos de la ciudad de
complicación en el desarrollo de la actividad produjo los Remedios del Río de la Hacha pasan allí a hacer el
que, en el siglo xviii, tal explotación desapareciera rescate, llevando varias especies de víveres, coral, abalo-
prácticamente como empresa lucrativa para los espa- rios y otras cosas para hacerle. Y es, sin duda, el renglón
ñoles debido a que los ostrales estaban en proceso de de conocida utilidad que tienen aquellos vecinos, pero
agotamiento y que los indios guajiros los habían ex- muchos años hace que los quintos de su Majestad no
pulsado, y se adueñaron de la costa y de los sitios de han tenido valor. Esto no hay duda que consiste en poco
pesca. El mayor temor de los españoles consistía en cuidado y mal gobierno de los que deben celarlos, por-
que con el negocio de los ostrales los nativos podían que todos buscan utilizarse en este trato.
adquirir armas y pólvora.
En 1773, Antonio de Arévalo describió el peru- A renglón seguido, aconsejaba que:
leo y su organización bajo la explotación de los in- Para el fomento de la pesquería de las perlas en aquella
dígenas: costa, para tener este camino del río de la Hacha a Ba-
hía Honda abierto y corriente con el tráfico de los via-
33
jeros y tener una centinela continua y avisos frecuentes
a.g.n., Bogotá, Miscelánea 60, ff. 576 v y 577r., “Informe de
Don Francisco de Alcantud y Gaona al Virrey sobre el estado de la de los tratantes de la costa, conviene juntar un pueblo
Provincia y ciudad de Riohacha. Año 1721”. de los indios buzos de aquellas cercanías del mando de

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 23
Pacho Gámez, haciéndole a él capitán y teniente al que
hubiere34.

Los ingresos dejados de percibir por la Corona es-


pañola fueron calculados por Antonio de Narváez y la
Torre. El total de los valores reales entre los géneros
que los extranjeros y los vecinos del Río de la Hacha
llevaban a los indios para que éstos les rescataran las
perlas, según De Narváez, ascendía a tres mil o cuatro
mil pesos, en tanto que las perlas procesadas y taladra-
das por los enjoyadores sumarían entre 16.000 y 30.000
pesos35.
Como se observa, los wayúu se adaptaron perfec-
tamente a las nuevas condiciones establecidas por el
contrabando en el siglo xviii en el Caribe. Un infor-
me de Antonio de Arévalo, pacificador de la Guajira
entre 1772 y 1776, describe la situación:

El rescate de las perlas que hacen a los indios de la Cos-


ta del Carrizal el cambio de género, víveres, tabaco y
otras cosas semejantes, su beneficio y venta, la del gana-
do y mulas y el trato ilícito que ha tenido la provincia
con extranjeros y los vecinos de la jurisdicción del valle,
ha mantenido a los españoles de ella establecidos en
esta ciudad y sitios o lugares, comprando los géneros y
demás, que han necesitado de ilícito trato con extranje-
Indígena de la Guajira.
ros, sacando éstos los frutos de la provincia y los que
FOTO DE FRANCO BARROS - ARCHIVO DE JOSÉ POLO
han conducido del Valle de Upar, en lo cual se han
empleado de muchos años a esta parte haciendo ya na-
turaleza envejecida costumbre que han ejercitado sin
freno y sin reconocimiento al soberano como sus
vasallos, ni a la superioridad del Virrey; considerándose
como una rochela separada del dominio real porque
siempre han hecho lo que han querido con unos de sus
tenientes de gobernadores, doblándolos a su arbitrio, a
otros sujetándolos con amenazas, concurriendo todos a
la maldad…36.

El mestizaje
La carencia de censos de la primera mitad del siglo
xviii y unos pocos datos de la segunda dificultan ha-

34
a.g.n., Bogotá, Historia Civil 20, ff. 537 v y 538 r., año 1773.
35
Sergio Elías Ortiz (comp.), Escrito de dos economistas coloniales, p.33.
36
Arévalo, f. 455 r.

24 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
cer una caracterización rigurosa sobre la población en de tomar las armas. El resultado del conteo del capitán
la Guajira de esa centuria, pero se pueden mostrar al- de milicias Hilario Suárez y del teniente Juan Rosa
gunas líneas generales de la tendencia poblacional, se- Amaya es más conservador y presenta una cifra de
ñalando cómo el siglo xviii significó también un siglo 9.600. Y el conteo de Luis Guerrero dio como resulta-
de mestizaje racial para la Guajira. do 5.460 indios. Estas cuatro últimas cifras superan de
La hipótesis de trabajo pretende mostrar la impor- lejos el número de nativos registrados en los censos de
tancia de los elementos indígenas wayúu en el proceso 1777 y 1778. Es más, si arbitrariamente multiplicára-
de mestizaje, por encima de grupos humanos como mos estas cifras por un coeficiente de dos obtendría-
los negros y los blancos, lo cual pudo deberse, en nues- mos resultados que dejan muy mal parados los dos
tra opinión, a que la población indígena en la Guajira censos mencionados: sobre el primer dato el resultado
fue mucho mayor comparativamente que la de los otros es 39.900 indígenas; el segundo, 29. 940; el tercero,
grupos humanos. El censo de 1778 no lo muestra con 19.200, y el cuarto ofrece una cifra mucho más conser-
claridad, entre otras razones porque se basó en el conteo vadora de 10.920. Estas cifras se acercan a las de Anto-
de la población fácilmente identificable o sujeta, y sa- nio de Narváez y la Torre, que calculó el número de
bemos que la mayoría de los indios guajiros no estaba indios guajiros en unos 30 mil, y de Francisco Silvestre
reducida ni sujeta a ningún tipo de control. en unos 40 mil38. De todas formas son cifras tentati-
Los anexos reproducen algunas cifras en su totali- vas, que deben ser tomadas con reserva, puesto que no
dad. El censo de 1777 realizado sobre la base de ocho existen datos secuenciales del número de habitantes.
poblaciones (Riohacha, sitio de Moreno, la Villa de Al ser mucho más numerosa, con contactos per-
Pedraza, Sabana del Valle, Sinamaica, Bahía Honda, manentes con extranjeros por el contrabando –por
sitio de Camarones y Boronata), presenta este resulta- medio del cual adquirían armas de fuego y entrena-
do general: blancos 428; mestizos (catalogados como miento en el manejo de las mismas, esclavos, licor y
pardos, zambos, mestizos) 1662; negros, 143; esclavos, toda clase de géneros, además de domesticar y utilizar
506; indios, 37. Un año más tarde, en 1778, se realiza a la perfección el caballo–, la población nativa se con-
otro censo ahora sobre diez poblaciones –agregándose virtió de hecho en otro poder en la península de la
dos a las anteriores: Arroyo Cardón y San Pedro de Guajira, disputándole el espacio tanto a los colonos
Cototama– cuyo resultado fue este: blancos, 333; in- hispano-criollos como a la misma Corona española.
dios, 633; mestizos, 2513; esclavos, 469. Se situó en una posición ventajosa en la que lo étnico
Sin embargo, se puede pensar y concluir por el logró jalonar un proceso de conformación de una cul-
momento que la población nativa en la Guajira bien tura fronteriza, y los elementos culturales wayúu tuvie-
pudo ser la mayoritaria. En este sentido, hacia 1761 ron mayor preponderancia en el proceso de mestizaje.
Bernardo Ruiz de Noriega hizo un cálculo de los in- Un ejemplo ilustra este argumento: es el pueblo de
dios, tanto de los que estaban reducidos como de los Boronata, originalmente población de indígenas fun-
que no lo estaban, que presentó un resultado de 19.950 dada en 1694 por los curas capuchinos en la aldea de
indígenas37. En 1779 se efectuó un cálculo de indios San Nicolás de los Menores. Este poblado pasó a ser
guajiros en capacidad de tomar las armas, sobre la base un pueblo de mestizos donde residían los “caciques
de unos 17 asentamientos indígenas no sujetos, conteo mayores” de la “nación guajira”, sujetos mestizos que
que se hizo a tres manos en distintas épocas. Los resul- ostentaba prestigio en la comunidad aborigen, casi
tados fueron los siguientes: según el cómputo del Te- siempre descendientes de un apüshi rico y de alguna
niente Coronel Anastasio Cejudo y de Ramón García familia hispana de comerciantes.
Pizarro, ambos gobernadores de la provincia de Estos caciques mayores enfrentaban problemas
Riohacha, se encontraron 14.970 indios en capacidad permanentes con las autoridades civiles, religiosas y
militares porque no cumplían cabalmente las funcio-

37
Archivo General de Indias, Sevilla, Audiencia de Santa fe, 1128,
38
en: Hermes Tovar Pinzón, Convocatoria al poder del número: censos Antonio de Narváez y La Torre, “Informe”, en: Sergio Elías
y Estadísticas de la Nueva Granada, 1750-1830 **incompleta**. Ortíz, Op. cit., p.36. Francisco Silvestre, Descripción, p.70.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 25
nes que les habían encomendado: servir de mediado- Las autoridades españolas miraron con malos ojos
res entre las autoridades españolas y los indios con el que en los pueblos de indios vivieran personas que no
objeto de sujetarlos, controlarlos e impedir que hicie- fueran aborígenes, a quienes consideraban como des-
ran tratos ilícitos con los extranjeros, y dedicarlos a ordenados e incitadores a la rebelión. De Arévalo plan-
trabajos forzados en las pesquerías de perlas. En esta teaba hacia 1776 que aparte de desarmarlos totalmente,
medida, la presencia del cacique se volvió importante, en los pueblos no se debía dejar “zambo alguno por-
al punto de que el comandante de Riohacha informó que son los peores generalmente”41. El pueblo de
al Virrey sobre la necesidad de entenderse con el caci- Boronata, como dijimos antes, era un caso típico de
que Cecilio para facilitar la pacificación y reducción esta situación. De Arévalo lo denunciaba en los siguien-
de los indios: tes términos: “Dos vecinos libres de Boronata que lla-
man españoles, son los peores vasallos que tiene el
Hasta la presente no he conseguido la venida a mi pre- Rey en esta provincia (aunque hay muchos como ellos
sencia de el cacique de los guajiros, Don Cecilio, por solapados y ocultos en esta ciudad [Riohacha]), por-
motivo de hallarse enfermo, pero ya mejorado espero la que no les conviene por sus fines particulares en que
ejecute, pues tengo concebido que este sujeto ha de ser se mantengan en paz los indios por cuya razón convie-
medio para que se facilite la reducción de esta nación a ne tener allí alguna tropa”42. Once de estos vecinos fue-
población –admitiendo en cada una de ellas religioso ron sacados por De Arévalo para que fueran a colonizar
misionero– por el dominio y sequito que tiene en ella;
con cuya diligencia se logrará extinguir el continuo tra-
to que ejercen los extranjeros en la costa, sacando la abun- La perla de América Provincia de Santa Marta, Bogotá, Biblioteca
Popular de Cultura Colombiana, 1951, pp. 243-246.
dancia de palo de brasil y perlería que uno y otro tienen
Aunque ha sido difícil establecer una cronología exacta con los
en sus tierras. Y teniendo como tengo noticias seguras de
nombres de los caciques durante el siglo XVIII, se elaboró una
la docilidad e inteligencia del insinuado cacique, no des- secuencia provisional de estos personajes: José de Amuscótegui,
confío poder granjearlo a mis disposiciones…39 nombrado desde 1702 Sargento Mayor de los Guajiros, probable-
mente corresponde al mismo personaje de nombre Juan de
Amuscótegui, quien fue bautizado junto a Luisa de Velasco en 1694
Sin embargo, las relaciones entre las autoridades cuando se fundó el pueblo de Boronata en San Nicolás de los
españolas y el cacique Cecilio no siempre fueron bue- Menores. Ellos fueron descritos como los caciques mayores de la
nas, a menudo los misioneros y los militares tuvieron nación guajira. A este respecto véase a.g.n. (Bogotá), Historia Ecle-
siástica, 15, fls. 250 v y 259 r, 1718. Sobre el nombramiento de José
dificultades con él, se le acusaba de ser ebrio y poseer
de Amuscótegui a.g.n. (Bogotá), Milicias y Marina, 124, fl. 185-
varias esposas, de no obligar a los indios al buceo de 186. Juan López Sierra, muerto en 1718, véase a.g.n. (Bogotá),
perlas y de asistir a las misiones capuchinas40. Caciques e Indios, 33, fl. 563. Simón López Sierra, capitán indígena
en 1719, véase a.g.n., Bogotá, Caciques e Indios, 33, fls. 564-566.
José Lorenzo Salguero, cacique en 1718, véase a.g.n., Bogotá, Mi-
39
a.g.n., Bogotá, Milicias y Marina 138, f. 906r, año 1754, “Co- licias y Marina, 134, fls. 391-441; así mismo consúltese a José Nico-
municación del comandante de Riohacha, Manuel Martínez de lás de la Rosa, Floresta de la Santa Iglesia Catedral de la ciudad y
Escobar al Virrey sobre su entendimiento con el Cacique de los provincia de Santa Marta, Barranquilla, Biblioteca de Autores Cos-
Guajiros para facilitar la pacificación”. teños, 1945, pp. 286. Cecilio López Sierra, quien heredó el cacicazgo
40 de su tío Salguero hacia 1735, véase a José Polo Acuña, “Una me-
Sobre este interesante personaje, don Cecilio López Sierra,
diación fallida…” (ya citado), pp. 67-77. Finalmente, José Fran-
véase a José Polo Acuña, “Una mediación fallida: las acciones del
cisco de Sierra, cacique entre 1784 y 1788. Se ha establecido que la
Cacique Cecilio López Sierra y el conflicto Hispano-wayúu en la
sucesión hereditaria en estos cargos era determinada por vía uterina,
Guajira 1750-1770”, en: Historia Caribe, 2, Barranquilla, 1999, pp.
es decir, lo heredaba el sobrino materno del titular, lo que demues-
67-77. Para las contradicciones entre el Cacique Cecilio y las auto-
tra cómo, siendo los caciques sujetos mestizos, se regían por las
ridades españolas puede consultarse en a.g.n., Bogotá, Milicias y
leyes parentales Wayúu.
Marina, 124, fl. 213 v. 1765; Milicias y Marina, 138, fls. 916 a 921.
41
1753; Milicias y Marina, 70, fl. 228 v. 1770. En alguna ocasión el Archivo del Servicio Histórico Militar de Madrid, signatura
Cacique Cecilio le presentó un plan de sujeción de toda la provin- p.7-207 = (5-2-7-3) “Plan de Operaciones que deberán ejecutarse
cia de Riohacha al Virrey José Solís, en el cual se aliaba con un en la provincia del Hacha contra los indios de ella, por Antonio de
comerciante andaluz. El plan fue finalmente desechado por el Vi- Arévalo. Julio de 1776”, en María Teresa Oliveros de Castro, Goajira.
rrey, quien lo consideró desventajoso para la Corona y debido a Mérida, Universidad de los Andes, 1975, ,pp. 179-196.
42
que en realidad no confiaba en el cacique Cecilio, a quien acusa- a.g.n., Bogotá, Colonia. Milicias y Marina, Legajo 20. Fl.
ban como contrabandista. A este respecto véase a Antonio Julián, 502v. 1773.

26 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Indígenas guajiros. FOTO DE JOSÉ POLO

Bahía Honda, 10 forzados a vivir en Fonseca, Barran- Eduardo Barrera Monroy ha demostrado que las
cas y Moreno. Pero ni aún así fueron expulsados total- relaciones de mestizaje antes que debilitar a los indios
mente de Boronata, pues quedaban “en el monte, hasta wayúu los fortaleció, pues eran una forma de estable-
el número de 12 a 14 dispersos, viviendo desnudos como cer alianzas con los blancos y servirse de ellos. Desde
los indios a su libertad, con el patrocinio de los indios este punto de vista, Barrera concibe el mestizaje como
de aquel pueblo que a influjo de los fugitivos los de- una de las formas de resistencia de los indios guajiros
fienden para perdición de todos; por cuya razón el ante los españoles45. Es importante tener en cuenta el
pueblo de Boronata es el peor de todos y más corto en mestizaje no sólo porque contribuyó a aumentar el pie
indios”43. de fuerza en las tropas guajiras sino porque muestra
Pero la realidad era más compleja. En los mestizos también que estos mestizos asimilaron en gran parte
había una preponderancia de elementos culturales elementos culturales de la comunidad wayúu, es decir,
wayúu más que europeos. En numerosos documentos asumían su práctica social. El abate Antonio Julián
se comprueba esta situación, pero baste mencionar el
enfrentamiento ocurrido entre las huestes españolas y
44
una tropa de indios armados que reclamaban la liber- a.g.n., Bogotá, Colonia. Milicias y Marina, Legajo 138, fls.
835-838. 1753 . En Petra Moreno y Alberto Tarazona, Materiales
tad de un zambo llamado Vicente González, vecino para el estudio de las relaciones inter-étnicas en la Guajira, siglo XVIII-
del sitio de Boronata, a quien patrocinaba el cacique Documentos y mapas, Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional
Don Cecilio López Sierra 44. de la Historia, 1984, pp. 50-51.
45
Eduardo Barrera Monroy, Mestizaje, Comercio y Resistencia: La
Guajira durante la segunda mitad del siglo XVIII , Tesis de Maestría
en Historia, Universidad Nacional, 1992. Recientemente se publi-
43
a.g.n., Bogotá, Colonia. Historia Civil, Legajo 10, fl. 509r.v. có este trabajo con el mismo título, su edición correspondió al
1773. recién creado Instituto Colombiano de Antropología e Historia.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 27
comprendió esta situación en la segunda mitad del si- Esto fue contrario a lo sucedido con la población
glo xviii, y con lenguaje peyorativo afirmó que de “ahí negra en la Guajira, que fue, como dijimos, asumida
proviene que no solamente se aumenta el número de por los wayúu e incluida en su universo socio-cultural.
gente entre los guajiros, sino también se multiplica la Además, las estructuras de la dominación colonial fue-
diversidad de razas temibles de mestizos, de mulatos, ron diferentes en ambas zonas: mientras en la Guajira
de zambos, etc. , los cuales unidos con los guajiros ha- resultaron débiles, en el Bajo y Medio Atrato estuvie-
rán siempre más formidable esta nación, y más difícil ron mucho más consolidadas.
cada día su conquista”46.
Sería interesante un ejercicio comparativo sobre el Conclusiones
grado de desarrollo de las relaciones inter-étnicas du-
rante el siglo xviii en otras espacios fronterizos dife- Los wayúu respondieron de excelente forma a la
rentes al Caribe. Ello nos permitiría ver cuáles han sido nueva situación política y económica del Caribe du-
las estrategias de supervivencia de ciertos grupos abo- rante el siglo xviii. Se adaptaron perfectamente a los
rígenes frente a las políticas de control y sujeción im- contactos con otras culturas y aprendieron de ellas el
pulsadas por los españoles, pero además, mirar cómo trato ilícito por medio del cual se abastecían de todo
han sido los procesos de construcción de identidades tipo de géneros (armas, pólvora, esclavos, licor, etc).
colectivas. Durante el siglo xvii, domesticaron el caballo, cuyo
Werner Cantor ha hecho un análisis interesante uso consolidaron en el siglo xviii 48. En tal sentido ocu-
sobre las casi nulas relaciones interétnicas entre los in- rre el fenómeno que Nathan Wachtel, que sobre la re-
dios y negros en el Bajo y Medio Atrato durante el acción de los indios de Huamanga frente a la conquista
siglo xviii, y sostiene que, más bien, se presentó un española, llama un movimiento dialéctico, donde el pa-
distanciamiento producido por las políticas de segre- sado se conserva y se reestructura a la vez49. Marshall
gación de los dos grupos impulsadas por los blancos. Sahlins lo denomina la revaloración funcional de las
Por una parte, los indios rechazaban el pesado trabajo categorías culturales 50.
de horticultura y pesca para sostener a las cuadrillas de También establecieron alianzas que se pueden de-
negros; por otra, los españoles temieron siempre una nominar como políticas, por medio de pactos direc-
posible alianza entre ambos grupos para desestabilizar tos con los contrabandistas extranjeros. En efecto, los
el orden47. líderes de apüshis poderosos en la Alta Guajira, que
controlaban territorialmente puertos naturales como
Bahía Honda, Portete y Tucacas, viajaban a menudo
a Curazao y Jamaica para entrevistarse con comercian-
tes y mercaderes de todo género. Este vínculo se estre-
46
Antonio Julián, La perla de América provincia de Santa Marta. chaba en la medida en que los wayúu hacían bautizar a
Bogotá, Biblioteca Popular de Cultura Colombiana,1951, pp. 227-
228.
47
Erik Werner Cantor, Ni aniquilados ni vencidos: Los Emberá y
la gente negra del Atrato bajo el dominio español, Bogotá, Instituto
Colombiano de Antropología e Historia, 2000. Igual tendencia se 48
Este uso fue descrito por José Nicolás de la Rosa: “Gozan la
observa al leer los informes del padre Joseph Palacios De la Vega
cría de los mejores caballos de aquella comarca y estiman más los
sobre el proceso de poblamiento y sujeción entre los indios y ne-
que pintan en variedad de colores, porque los tienen por más fuer-
gros de la provincia de Cartagena en el período 1787-1788. Joseph
tes y briosos; y así, si un caballo es matizado de cinco pelos, dice el
Palacios De la Vega, Diario de Viaje entre los indios y negros de la
indio amo: Este mi caballo maña cinco caballos, cogiendo cinco
Provincia de Cartagena de Indias en el Nuevo Reino de Granada.
menaos; esto es que lo estima en el valor de cinco caballos, porque
1787-1788, Barranquilla, Ediciones Gobernación del Atlántico, 1994.
alcanza en una carrera tantos venados como colores tiene el pelo”.
La primera edición de estos informes fue hecha por Gerardo
En: José Nicolás de la Rosa, Floresta, pp. 279.
Reichel-Dolmatoff en 1955 y publicada por editorial ABC. De igual
49
manera puede consultarse a Hugues Sánchez Mejía, “Los rezagos Nathan Wachtel, Los vencidos: los indios del Perú frente a la
de una sociedad esclavista: cultura, poblamiento y economía en el conquista española (1530-1570). Madrid, Alianza América, 1976,
Caribe colombiano 1750-1900”, ponencia presentada en el IV Se- pp. 306-309.
50
minario de Historia del Caribe colombiano. Cartagena, Universi- Marshall Sahlins, Islas de historia.La muerte del capitán Cook.
dad de Cartagena, 29 de mayo-junio 1 de 2001. Metáfora, antropología e historia. Barcelona, Gedisa, 1997, p. 11.

28 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
sus hijos por los capitanes de las embarcaciones tratantes Este complejo entramado de factores sociales, cul-
que arribaban a los mencionados puertos. Un examen turales y étnicos que constituyen lo que podríamos lla-
cuidadoso de numerosos expedientes del Archivo Gene- mar “la personalidad histórica y cultural de la Guajira”,
ral de la Nación confirma que la mayoría de los vecinda- ha sido ignorado durante mucho tiempo por el Esta-
rios wayúu poseía algún grado de parentesco entre sí, de do, cuyas políticas “penalizadoras” no sólo han afecta-
tal forma que si bien no existía entre los indígenas una do la economía de la zona, sino su mismo sustrato
estructura política centralizada, sí había un alto grado cultural. Un suceso, entre muchos, muestra muy cla-
de cohesión social entre los distintos vecindarios. En ramente este desconocimiento de la cultura guajira por
este orden de ideas las comunidades nativas establecie- las políticas estatales. En 1968, las relaciones entre Co-
ron lo que Zacarías Moutoquias denomina Redes Ego, lombia y Venezuela llegaron a extremos tan delicados
tanto dentro como fuera de la comunidad51. por el diferendo de las áreas marinas fronterizas, que el
Sin duda estos elementos comprueban que lo ét- gobierno colombiano envió comisiones cívico-milita-
nico ha tenido y tiene una importancia significativa en res a la Guajira para tareas de concientización con la
la consolidación de un cierto ethos socio-cultural guajiro, gente de la región, especialmente los indígenas. Al frente
a diferencia del resto de la sociedad caribe colombiana del patriótico encargo se puso al General José Joaquín
que se identifica como “costeños” frente a los “otros”. Matallana, quien venía de combatir a las guerrillas del
Ese ethos guajiro se manifiesta claramente, por ejem- Tolima y del Llano en el sur del país. Cuando ya se
plo, en las letras de numerosas canciones vallenatas: consideró que la frontera estaba insuflada de patriotis-
“soy guajiro y vivo orgulloso de mi región”; “No sé por mo, y que los indígenas tenían clara su misión como
qué la Guajira se mete al océano así, como si pelear guardianes de la nación colombiana, se preparó un gran
quisiera, como engreída, como altanera…”; “y yo le acto en Manaure, con izada de bandera, Himno Na-
canto a mi Guajira…”. El alto grado de cohesión so- cional y vivas a Colombia. Estaban presentes distin-
cial de las familias guajiras es una manifestación de la guidos representantes de las Fuerzas Armadas, del
influencia del principio de reciprocidad y redistribución Gobierno Nacional y del departamento. Ante un mar-
propios de la comunidad wayúu: la ley de cobro o de co tan grandioso y solemne, el General Matallana qui-
venganza es muestra de ello. so refrendar el éxito de su misión concientizadora y
subió a la tarima con un joven indígena, a quien des-
pués de una arenga militar le preguntó: “Guarecuz
51
Para las alianzas de los líderes indígenas con los comerciantes (amigo, en lengua wayúu), si se inicia la guerra con
de Jamaica y Curazao puede consultarse en A.G.N., Bogotá, Caci- Venezuela y tú tienes una metralleta como esta en la
ques e Indios, 4, fl. 647 v. y r. 1757. Con respecto al bautizo de mano ¿qué harías?” El indígena, orgulloso de su papel,
indígenas por tratantes ingleses y holandeses véase “Expedición
se acercó al micrófono y contestó: “En caso que venga
Fidalgo. Derrotero de las costas de la América septentrional desde
Maracaibo hasta el río Chagres, que explica las cartas esféricas de la guerra con Venezuela, yo cojo el fusil y mato bastan-
las costas de la Guajira y Provincia del Río de el hacha, Santa Mar- te cachaco”52. a
ta, Cartagena de Indias, Darién del Norte y Portobelo”, en: Anto-
nio B. Cuervo, Colección de Documentos Inéditos sobre la Geografía
e Historia de Colombia, t. I, Bogotá, 1882, pp. 40-41. El concepto 52
Ángel Acosta Medina, “El hombre guajiro: Descubrimiento y
de Redes Ego fue tomado de Zacarías Moutoquias, El concepto de nacionalización”, en: La Guajira: pluriétnica y multicultural,
redes en Historia Social: Un instrumento de análisis de la acción co- Riohacha, Fondo Mixto para la Promoción de las Artes y la Cultu-
lectiva. S.f.p. Copia mecanografiada. ra Guajira, 2000, pp. 57-76.

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Anexos

Convenciones
hc Hombres casados
soip Solteros incluso párvulos
mc Mujeres casadas
saip Solteras, incluso párvulas
sol Solteros
sola Solteras
s Solteros
total Total
b/bp Porcentaje de blancos sobre los blancos de la provincia
b/pt Porcentaje de blancos sobre la población total de la provincia
i/ip Porcentaje de indios sobre los indios de la provincia
1/pt Porcentaje de indios sobre la población total de la provincia
l/lp Porcentaje de libres sobre los libres de la provincia
l/pt Porcentaje de libres sobre la población total de la provincia
e/ep Porcentaje de esclavos sobre los esclavos de la provincia
e/pt Porcentaje de esclavos sobre la población total de la provincia

ta b l a 1 Censo de la Provincia de Riohacha, 1777


poblaciones blancos pardos zambos negros esclavos indios mestizos total
Ciudad del 205 797 310 64 400 13 0 1769
Río Hacha
Sitio 11 545 211 17 71 0 0 855
de Moreno [857]
Villa de Pedraza 19 174 83 6 21 0 1 304
Fundación de 21 16 7 0 0 0 52
Savana del Valle [54]
Fundación de 162 151 15 1 0 12 5 346
Sinamaica
Fundación de 10 77 8 23 0 0 0 118
Bahía Honda
Sitio Camarones 0 72 31 6 2 0 0 111
Pueblo de 0 56 82 26 12 12 13 201
Boronata
Total 428 1888 747 143 506 37 27 3776
[3780]
f u e n t e Hermes Tovar Pinzón, Convocatoria al poder del número: censos y estadísticas de la Nueva Granada, 1750-1830, Bogotá, Archivo
General de la Nación, 1994, pp. 531-535.

30 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
ta b l a 4 Censo de la Provincia de Riohacha, 1778 Libres de varios colores
poblaciones hc soip mc saip total % l/lp % l/pt
Riohacha 89 305 107 442 943 37.52 23.78
Pedraza 29 104 33 109 275 10.94 6.93
Bahía Honda 7 43 5 6 61 2.43 1.54
Sinamaica 26 71 29 56 182 7.24 4.59
Sabana del Valle 3 5 4 3 15 6.60 0.38
Moreno 97 230 103 261 691 27.50 17.42
Arroyo Cardón 0 1 0 0 1 0.04 0.03
Boronata 29 81 27 102 239 9.51 6.03
Camarones 16 38 16 34 104 4.14 2.62
San Pedro de Cototama 0 2 0 0 2 0.08 0.05
Totales 296 880 324 1013 2513 100.0 63.36
f u e n t e Hermes Tovar Pinzón, Convocatoria al poder del número: censos y estadísticas de la Nueva Granada, 1750-1830, Bogotá, Archivo
General de la Nación, 1994, pp. ***.

ta b l a 5 Censo de la Provincia de Riohacha, 1778 Indios


poblaciones hc soip mc saip total % i/ip % i/pi
Riohacha 0 5 2 10 17 2.69 0.43
Pedraza 0 0 0 0 0 0.00 0.00
Bahía Honda 0 0 0 0 0 0.00 0.00
Sinamaica 0 0 0 0 0 0.00 0.00
Sabana del Valle 0 0 1 0 1 0.16 0.03
Moreno 0 0 0 0 0 0.00 0.00
Arroyo 27 36 38 31 132 20.85 3.33
Boronata 25 64 48 46 183 28.91 4.61
Camarones 22 36 30 38 126 19.91 3.18
San Pedro de Cototama 48 41 48 37 174 27.49 4.39
Totales 122 182 197 162 633 100.0 15.96
f u e n t e Hermes Tovar Pinzón, Convocatoria al poder del número: censos y estadísticas de la Nueva Granada, 1750-1830, Bogotá, Archivo
General de la Nación, 1994, pp. ***.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 31
H I S T O R I A

Bajo el signo del cóndor: empresas y empresarios


en el Caribe colombiano, 1821-2000*
Por Adolfo Meisel Roca

Ha desaparecido formalmente la scadta, pero de facto noticia a través de la experiencia de un solo indivi-
su espíritu sigue viviendo bajo la bandera de la Avianca. duo. El quinto artículo narraba la historia de una fa-
Toda una generación de colombianos a la cual le tocó milia y el último se refería a unos acuerdos sobre
volar bajo el signo del cóndor de la vieja Scadta, la impuestos entre líderes republicanos del Congreso de
recuerda con cariño. El nuevo cóndor de Avianca levan- los Estados Unidos. En su opinión, las noticias mejor
ta sus alas para alcanzar cada día nuevos horizontes, y contadas son “aquellas que revelan, a través de la ex-
los colaboradores alemanes sobrevivientes de la Scadta periencia de una sola persona, todo lo que hace falta
observamos con satisfacción y orgullo el continuo desa- saber”. Refiriéndose a las noticias presentadas por
rrollo de una empresa en cuya fundación y organiza- medio de individuos particulares en la edición men-
ción tuvimos la satisfacción y el honor de cooperar para cionada, Martínez puntualizó1:
bien de Colombia.
coronel herbert boy Lo que buscaban aquellos artículos era que el lector iden-
Una historia con alas, 1955 tificara un destino ajeno con su propio destino. Que el
lector dijera: a mi también puede pasarme esto. Cuan-
do leemos que hubo cien mil víctimas en un maremoto
El 26 de octubre de 1997 en Guadalajara, México, en Bangladesh, el dato nos asombra pero no nos con-
en una conferencia ante la Sociedad Internacional de mueve. Si leyéramos, en cambio, la tragedia de una
Periodismo el reconocido escritor argentino Tomas Eloy mujer que ha quedado sola en el mundo después del
Martínez se refirió a la importancia que tiene para el maremoto y siguiéramos paso a paso la historia de sus
periodismo la narración de experiencias individuales pérdidas, sabríamos todo lo que hay que saber sobre ese
en la presentacion de las noticias y puso como ejem- maremoto y todo lo que hay que saber sobre el azar y
plo la primera página de la edición del New York Ti- las desgracias involuntarias y repentinas.
mes del domingo 28 de septiembre de 1997, en la cual
cuatro de los seis artículos que contenía contaban la Como historiador económico lo que a mí me atrae
de la historia empresarial es que nos permite bajar del
nivel abstracto y cuantitativo, en el cual se desenvuelve

* Una primera versión de este trabajo se presentó en el simposio


“Balances y perspectivas de la historia empresarial colombiana. Una
mirada desde las regiones”, Universidad de Antioquia-Universi- 1
Tomás Eloy Martinez, “Periodismo y Narración: Desafíos para
dad Eafit, Medellín, 17 y 18 de octubre, 2002. El autor agradece los el siglo xxi”, Conferencia ante la Asamblea de la sip el 26 de octu-
comentarios de Juan Carlos Jurado y demás asistentes al simposio. bre de 1997 en Guadalajara, México.

32 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Aerofotografía de
Barranquilla, en la década
de 1920, tomada desde
un avión de Scadta.
FOTO: UNA HISTORIA CON ALAS,
DE HERBERT BOY, 1955.

la nueva historia económica, al caso individual, al dra- amplia formación técnica y comercial, visión cosmo-
ma cotidiano de los seres humanos en todas sus di- polita, abiertos a la innovación, dispuestos a participar
mensiones. En esa medida, la historia económica y la en empresas asociativas, con gran sentido de la opor-
historia empresarial son complementarias, las dos ca- tunidad económica y capacidad para asumir riesgos.
ras de una misma actividad, el nivel macro y el nivel Primero haré un análisis descriptivo y cuantitativo
micro. Además, la historia empresarial nos permite de 34 artículos y libros (la lista completa se presenta en
observar las actuaciones de los únicos agentes históricos el apéndice), con el fin de establecer algunas regulari-
que la hacen: los individuos. Todos los demás agentes dades o vacíos 2. Después abordaré el análisis del tipo
históricos, clases sociales, grupos étnicos y raciales, em- de fuentes utilizadas en la reciente literatura sobre his-
presas, mercados, son sólo abstracciones y sus acciones toria empresarial del Caribe colombiano. Muchas de
son la sumatoria de muchas acciones individuales. esas fuentes estaban casi inexploradas hasta la fecha.
En los últimos veinte años se ha producido una Así mismo, expongo algunas de las dificultades y obs-
gran efervescencia en la producción académica acer- táculos a la hora de tratar de tener acceso a algunos de
ca de los empresarios y empresas que desarrollaron su los tipos de fuentes mencionadas. En la siguiente sec-
actividad económica en la Costa Caribe de Colom- ción se realiza un balance de los principales temas y
bia. En este trabajo me propongo revisar y discutir regularidades que surgen de leer como conjunto la re-
algunos de los principales artículos y libros que se ciente producción académica sobre el empresariado
publicaron sobre historia empresarial del Caribe co- costeño y se interpretan esas conclusiones a la luz de la
lombiano entre 1982 y 2002. Mi objetivo principal es reciente literatura sobre la historia económica de la re-
leer estos trabajos como conjunto, con el ánimo de gión y en relación con la pregunta que ha orientado
establecer una interpretación global de la experiencia buena parte de la misma: ¿Por qué se rezagó la econo-
empresarial costeña en el periodo republicano. Para mía de la Costa Caribe colombiana con respecto a la
ello, además de establecer las principales conclusio- de la zona andina del país en el siglo xx? Al final se
nes derivadas de los trabajos sobre empresas y empre- presentan las conclusiones y se señalan algunos va-
sarios, contextualizo esos aportes en el marco de lo cíos en los estudios sobre empresas y empresarios en
que hemos aprendido en las últimas décadas sobre el Caribe colombiano.
historia económica de la región Caribe.
Todo lo anterior nos lleva a una nueva visión del
empresariado costeño como un grupo en cuyas filas, a 2
Esta lista no pretende ser exhaustiva sino representativa del
lo largo de los siglos xix y xx, se encuentran nume- tipo de trabajos publicados en este campo en el periodo 1982-
rosos miembros con una sólida tradición mercantil, 2002.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 33
En 1982, hace exactamente 20 años, la Fundación económica y cultural tenemos grandes vacíos.
Antioqueña para los Estudios Sociales, faes, publicó
el libro Los estudios regionales en Colombia: El caso de El vacío anotado por Jaramillo Uribe era espe-
Antioquia, que recogió los trabajos presentados en un cialmente notorio en los estudios empresariales, te-
simposio que se celebró en Medellín con una temática rreno en el cual la hegemonía antioqueña fue absoluta
similar a la del título mencionado. En ese simposio durante las décadas de 1960 y 1970 cuando ante el
estuvieron presentes la mayor parte de los historiado- éxito económico de esa región en la primera mitad
res más influyentes del país en ese momento e impor- del siglo xx, muchos científicos sociales extranjeros y
tantes historiadores norteamericanos especialistas en antioqueños trataron de contestar la pregunta: ¿Por qué
Colombia, como Frank Safford, Charles Bergquist y los antioqueños? En esa literatura se destacan entre otros
Ann Twinam. En su intervención el profesor Jaime los trabajos de James Parsons (1950), Everett Hagen
Jaramillo Uribe 3 recalcó que: (1962), Alvaro López Toro (1970), Frank Safford (1977),
Roger Brew (1977) y Ann Twinam (1982). Afortunada-
…nuestra historiografía regional, por varias razones mente, lo que hemos presenciado a partir de 1982 es
ha tenido notables limitaciones y restricciones geográ- un auge sin precedentes en los estudios sobre historia
ficas. En efecto, gran parte de sus estudios han recaído empresarial del Caribe colombiano, con lo cual se ha
sobre dos regiones: Antioquia y Cundinamarca, esta demostrado que “el empresariado y el espíritu empre-
última identificada prácticamente con Bogotá. Sobre sarial no fue patrimonio exclusivo de los habitantes de
otras regiones, todas ellas de gran importancia para la una región”4 del país. En este artículo me propongo
historia nacional y de gran originalidad geográfica, analizar esa última literatura.

Aeropuerto de Veranillo en Barranquilla, década del veinte. FOTO: O T R O C Ó N D O R S O B R E L O S A N D E S , D E G U S TAV O A R I A S D E G R E I F F, F I D U C A F E .

4
3
Jaime Jaramillo Uribe, “Visión sintética de la tarea inves- Véase el prólogo de un evaluador anónimo al ensayo de Joa-
tigativa desarrollada sobre la región antioqueña”, en: Los estu- quín Viloria, ”Empresas y empresarios de Santa Marta durante el
dios regionales en Colombia: El caso antioqueño, faes, Medellín, siglo xix: El caso de la familia de Mier”, Monografías de Adminis-
1982, p. 2. tración, Universidad de los Andes, nº 65, Agosto, 2002.

34 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Los señores Diego y
Miguel Martínez Recuero
y una parte del personal de
la Oficina de Cartagena.
FOTO: CARTAGENA 400 AÑOS Y EL
ANTIGUO BOLÍVAR.

Análisis descriptivo y lución económica de la Hacienda Berástegui, el prin-


cuantitativo de la producción cipal patrimonio de esa familia ganadera del Sinú.
académica sobre empresas En esta sección haré un sencillo análisis descripti-
y empresarios en el Caribe vo de los que a mi juicio son algunos de los artículos
en 1982-2002 y libros más representativos sobre la historia empre-
sarial costeña escritos entre 1982 y el 2002. La lista
de 34 trabajos se incluye como apéndice del presen-
Tras dos décadas de intensa actividad en el campo te artículo.
de la investigación sobre historia empresarial costeña La primera característica que quiero destacar acer-
resulta sorprendente constatar que en este campo no ca de los trabajos incluidos en la lista es que el 73.5%
hay un sólo trabajo académico con anterioridad a 1982. fue escrito por autores de la región, aunque en tres
Tal vez ello ayude a explicar el amplio y merecido re- casos en asocio con autores extranjeros o de otras re-
conocimiento que ha tenido el artículo pionero de giones colombianas. Además, sólo el 6.% son de
Manuel Rodríguez y Jorge Restrepo “Los empresarios autoría de académicos extranjeros. Esto contrasta con
extranjeros de Barranquilla, 1820-1900”, publicado lo sucedido en Antioquia, donde los trabajos de los
precisamente en 1982. Quizás el único trabajo que ha- norteamericanos y europeos han sido cruciales en el
bría que rescatar del periodo anterior por sus aportes a desarrollo de toda la literatura sobre el tema empresa-
nuestro conocimiento de la actividad económica de rial en esa región.
un individuo innovador y emprendedor es la biografía Desde el punto de vista temporal, los trabajos es-
El general Burgos (1965), de Remberto Burgos Puche.5 tán concentrados en forma abrumadora en el periodo
Aunque se trata principalmente de una biografía polí- 1870-1950, 28 en total contra 4 del periodo 1820-1870.
tica, el autor, quien era hijo del general Burgos, tuvo Como es apenas entendible, sólo 2 trabajos se refieren
acceso a una inmensa cantidad de documentos fami- al periodo 1950-2002.
liares que le permitieron reconstruir parte de la evo- En el Cuadro 1 se presenta una clasificación de los
empresarios por el origen étnico o nacional. ¿Qué lla-
ma la atención en el Cuadro 1? En primera instancia
5
que los extranjeros e inmigrantes tienen una amplia
Remberto Burgos Puche, El general Burgos, Gobernación
de Bolívar-Instituto Internacional de Estudios del Caribe, Carta- participación ya que hay 14, es decir, el 41.2% del to-
gena, 2000. tal. También sobresale que sólo medio artículo, el de

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 35
Fawcett y Posada, se refiera a la actividad empresarial dad empresarial en la Costa Caribe y que me parece
de los árabes, desde el punto de vista cuantitativo el una omisión protuberante. Resulta sorprendente que
primer grupo de inmigrantes en la Costa en el siglo xx en una región donde a finales del siglo xviii se clasifi-
(el resto del artículo de Fawcett y Posada se refiere a los có al 90% de la población como indígena, negra o
inmigrantes judíos). mezclada, aparentemente fueran blancos todos los
empresarios no inmigrantes referenciados en los estu-
cuadro 1 dios en discusión.
Clasificación por origen étnico Para ilustrar lo anterior veamos los cinco casos de
o nacional de los empresarios
trabajos que estudian empresarios que no eran inmi-
origen nº grantes: el de Manuel Julián de Mier, Juan de Fran-
Colombianos costeños 14 cisco Martín, Ernesto Cortissoz, Diego Martínez y José
Estados Unidos 7 Vicente Mogollón. Los dos primeros eran hijos de
Otros extranjeros 5 inmigrantes españoles y el tercero de inmigrantes
Judios inmigrantes 1.5 sefarditas. Diego Martínez era bisnieto del Coronel del
Árabes inmigrantes 0.5 Regimiento Fijo de Cartagena, José C. Martínez, quien
Otras regiones de Colombia 1 murió luchando por la causa patriota durante la inde-
No aplica 5 pendencia. De tal forma que de los cinco casos en men-
Total 34 ción sólo Mogollón se salía “de los cánones socialmente
aceptados”, pues aunque provenía de una familia pres-
n o t a Este cuadro se refiere al apéndice.
tante, ya que era bisnieto del prócer de la independen-
En el grupo de empresarios clasificados como co- cia de Cartagena Ignacio Cavero, su padre nunca se casó
lombianos costeños (Cuadro 2) se evidencia que la con su madre y fue criado por su abuela materna6.
mayoría son de Cartagena. Esto es entendible por la Mogollón se casó con María Paulina de Zubiría,
abrumadora presencia de extranjeros en Barranquilla perteneciente a una familia descendiente de españoles
y por la continuidad, con todo y la crisis por la cual asentados en Cartagena desde el siglo xviii, pero tuvo
atravesó la ciudad después de la independencia, de una que hacerle frente a la oposición de la familia de la
elite mercantil en Cartagena, como lo atestiguan los novia, ya que inicialmente no lo consideraron del mis-
casos, entre otros, de las familias Pombo, del Castillo, mo nivel social. Por lo tanto, el caso de Mogollón es
Vélez, y de Francisco Martín. atípico, aunque no se sale de una de las normas que se
cumple en los cinco casos analizados: todos eran miem-
cuadro 2 bros de un grupo social minoritario en la región, las
Origen de las empresas y empresarios clasificados personas consideradas de raza blanca o, al menos, como
como colombianos costeños en el Cuadro 1 “blancos de la tierra” 7.
origen nº
El mundo empresarial de la Costa parece contras-
Cartagena 6
tar con el mundo de la política, donde desde la inde-
Sinú 2
Sabanas de Bolívar 2
6
Barranquilla 2 Rodolfo Segovia y Claudia Navarro, “J. V. Mogollón & Cia.,
Ensuciando papel”, en Carlos Dávila, editor, Ensayos de historia
Santa Marta 1
empresarial de Colombia, en publicación.
No aplica 1 7
Por “blancos de la tierra” nos referimos en este contexto a aque-
Total 14 llas personas con algún grado de ancestros africanos pero que tan-
nota Esta categoría arbitraria, como todo sistema de clasificación, to por su fenotipo como por sus características culturales habían
excluye a todos los extranjeros más una sociedad de empresarios sido aceptadas en la elite. En algunas casos es posible que hubieran
antioqueños. referencias, privadas o públicas, a que ciertas personas eran “real-
mente mulatas”, aunque su pertenencia a la elite social fuera un
hecho que no se cuestionaba. Por ejemplo, este tipo de personas
Por último, quiero mencionar algo que ha estado podían ser miembros prestantes de los clubes sociales más exclusi-
completamente ausente de la literatura sobre la activi- vos y casarse con miembros de las familias más tradicionales.

36 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
pendencia misma los mulatos, zambos y mestizos, e La tradición oral de las familias estudiadas y de sus
incluso negros libres, empezaron a jugar un papel muy empleados, y de clientes y personas que estuvieron re-
visible. La misma apertura racial parece haberse presen- lacionadas con ellas de diversas maneras, es una fuente
tado en las fuerzas armadas y las profesiones liberales. primaria esencial que los investigadores deben saber
La duda existente es si la actividad empresarial era más aprovechar con tacto, pero también con sentido críti-
excluyente que otras esferas de la sociedad o si no he- co. En efecto, a menudo no sólo lo que se dice, sino
mos estudiado suficientemente bien la historia empre- también lo que se calla puede ser útil para el investiga-
sarial de la región y no hemos detectado aún la presencia dor. Pero sobre todo, pienso que la tradición oral pue-
de empresarios de origen racial diferente al de blanco o de dar pistas y orientar al investigador hacia algunos
“blanco de la tierra”. Es probable que la respuesta sea temas. Mi propia experiencia es que este tipo de testi-
que ambas circunstancias estén presentes, es decir, que monios tiene un valor muy variable, de acuerdo con
había mayor exclusividad racial por parte de la elite las características personales del entrevistado. Por últi-
empresarial, pero también que no se han realizado estu- mo, señalaría que a menudo pequeños detalles que se
dios sobre empresarios mulatos, negros y mestizos. obtienen por esa vía nos acercan a la dimensión huma-
na de los actores, algo que no siempre se logra obtener
Fuentes primarias utilizadas de las fuentes escritas. Por supuesto, como todas las
fuentes, su autenticidad debe ser confirmada.
La utilización de nuevas fuentes escritas, muchas Las fuentes notariales son muy importantes en va-
de ellas completamente desconocidas, es una de las rios de los trabajos incluidos en el apéndice. Por ejem-
fortalezas más claras de la literatura reciente sobre his- plo, en el de Sergio Solano sobre la Fábrica de Tejidos
toria empresarial en el Caribe colombiano. Esas fuen- Obregón se utiliza ese tipo de fuente para establecer la
tes las podemos agrupar en cuatro grandes categorías: fecha de constitución de la sociedad, socios, capital,
notariales, prensa, archivos institucionales y archivos reformas e inversiones. También es evidente el uso de
familiares. En mi opinión, cada una de estas fuentes esta fuente en el trabajo de Joaquín Viloria, “Ganade-
tiene fortalezas y debilidades normalmente, razón por ros y Comerciantes en Sincelejo, 1880-1920”. Sin em-
lo cual el ideal es poder usar el mayor número de ellas, bargo, a menudo más allá de los nombres de los
ya que resultan complementarias entre sí. propietarios, capitales aportados y fechas, es poco lo

El burro y la hélice.
FOTO: IMAGEN TEMPORAL
DE BARRANQUILLA SIGLO XX,
DE ALFREDO DE LA ESPRIELLA.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 37
Lorica desde el cielo,
década del veinte.
FOTO: UNA HISTORIA CON ALAS,
DE HERBERT BOY, 1955.

En su artículo sobre la Scadta, Stefan Rinke utilizó


los archivos de la fábrica de aviones Junkers en Dessau,
los del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania
y los de la Lufthansa. Es posible que en Avianca reposen
al menos una parte de los archivos de la Scadta, con lo
cual se podrían investigar otros aspectos del desarrollo
de esa empresa germano-barranquillera.
que se obtiene de las fuentes notariales y por tal moti- Infortunadamente, el clima, las actitudes de algu-
vo es necesario complementarlas con otras fuentes para nos administradores y la ausencia hasta épocas recien-
lograr una visión precisa de la marcha de los negocios, tes de archivos históricos en la región, ha producido la
sus ventas, costos y rentabilidades. desaparición de buena parte de los archivos empresa-
Los archivos extranjeros, tanto los oficiales como riales. A finales de la década de 1980, cuando investi-
los de las empresas, constituyen las fuentes esenciales gaba la historia de los bancos de Barranquilla, algunas
en varios trabajos y el necesario complemento en otros. pistas me llevaron hasta la Superintendencia Bancaria
En particular, habría que destacar que los escritos más en un esfuerzo por encontrar los archivos del Banco
recientes de Marcelo Bucheli están basados en los ar- Comercial de Barranquilla, fundado en 1905, y sin
chivos de la United Fruit Company. Parece ser que lugar a dudas el más importante banco local en toda
Bucheli es el primer investigador que ha tenido acceso la historia de ese puerto. Casualmente una amiga era
a los archivos de esa empresa, por ello los resultados de en ese momento una alta funcionaria de la Superinten-
sus investigaciones, de la cual los artículos menciona- dencia Bancaria, y entonces la llamé para ver si me
dos en el apéndice son sólo avances parciales, serán podía confirmar que los archivos del Banco Comercial
seguramente de la mayor relevancia para los estudios de Barranquilla estaban en poder de la Superbancaria.
acerca de la actividad empresarial en el Caribe colom- Con mucha pena me confesó que hacía un año, debi-
biano en el siglo xx. do a los altos costos de bodegaje que se estaban pagan-
A pesar del gran avance para la historia industrial do, ella misma había ordenado que esos archivos fueran
de Cartagena que representa la investigación de Maria incinerados. Por esos riesgos, en nuestro medio es de
Teresa Ripoll de Lemaitre y Javier Báez sobre el desa- crucial importancia que los historiadores estén siem-
rrollo de la ciudad como puerto petrolero y luego como pre atentos a encontrar nuevos archivos8.
polo petroquímico, todavía hay mucho por estudiar De los trabajos en discusión, tal vez los que con
sobre el enorme papel de la Andian Corporation en la mayor provecho utilizaron la prensa de la época
economía de la ciudad entre 1926 y 1974. Es muy pro- fueron los artículos de Manuel Rodríguez y Jorge
bable que los archivos de esa empresa canadiense, filial
de la Exxon, se encuentren en Canadá, ya que allí esta-
ba ubicada la casa matriz de la Andian. El investigador 8
Afortunadamente, no en todos los casos los archivos desapare-
que logre ubicarlos podrá realizar un aporte enorme a cen, como sucedió con los del Banco Comercial de Barranquilla.
la historia económica, social, política y urbanística de En una de mis investigaciones pude establecer que una de la fuen-
tes primarias que estaba buscando estaba lista para ser destruida, lo
Cartagena, ya que durante la década de 1920 esa ciu- cual no se había hecho por falta de tiempo del funcionario a cuyo
dad se asemejó en muchos aspectos a un company town “cuidado” estaban los papeles. La investigación sirvió, entre otras
de la Andian. cosas, para salvar esa valiosa documentación.

38 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
El comerciante David Dáger
y su secretario. Su casa comercial
fue fundada en 1900.
FOTO: CARTAGENA 400 AÑOS
Y EL ANTIGUO BOLÍVAR.

Restrepo sobre los empresarios de Carta-


gena y Barranquilla en el siglo xix. Fuera
de la prensa de la época, prácticamente la
única otra fuente utilizada por dichos au-
tores fueron los informes de los cónsules
norteamericanos.
Finalmente, me quiero referir a la que
en mi concepto ha sido la fuente primaria de mayor El de Rafael del Castillo & Co. es, sin lugar a dudas,
importancia para las investigaciones sobre empresarios el archivo empresarial más importante existente en la
en la Costa, tanto por el volumen como por su conte- Costa Caribe colombiana hasta el presente, y uno de los
nido: los archivos familiares. Buena parte de los traba- más importantes del país, por el horizonte temporal que
jos incluidos en la lista que analizamos y que han abarca, y por el estado de conservación en que se en-
contribuido a ampliar enormemente nuestros conoci- cuentra…
mientos acerca de las actividades, el talante y las prác-
ticas de los empresarios que desplegaron su actividad Otro trabajo que fue posible escribir debido al ac-
económica en la Costa Caribe de Colombia están ba- ceso que tuvo el historiador a un archivo privado hasta
sados en fuentes primarias que estaban en poder de los ese momento desconocido es el de Eduardo Posada
descendientes de los empresarios o de sus allegados. Carbó sobre Karl C. Parrish, el ingeniero de Iowa que
Por ejemplo, la mayor parte de la documentación en asocio con capitalista locales como Manuel de la
utilizada por Ripoll de Lemaitre estaba en poder de las Rosa, hizo de la Barranquilla de los años 1920 y 1930
familias de los empresarios y no había sido utilizada una de las ciudades urbanísticamente más modernas
hasta la fecha por los investigadores. En el trabajo so- de Colombia.
bre Rafael del Castillo y Compañía, por ejemplo esta Pienso que una de las fuentes primarias más útiles
historiadora cartagenera tuvo a su disposición el archi- y que casi siempre conservan los descendientes de los
vo contable de dicha firma. Al respecto, dice Ripoll de empresarios, incluso más que los documentos escritos,
Lemaitre9: son las fotografías. En ellas se pueden apreciar los esta-
blecimientos comerciales y fabriles, las tecnologías,
La principal fuente primaria que he utilizado ha sido
infraestructura de transporte, cultivos y viviendas de
el archivo de contabilidad de Rafael del Castillo &
los propietarios y sus trabajadores y muchas más cosas
Co., conservado por la familia del Castillo, y que con-
de importancia para el historiador económico. Toda-
tiene los Diarios y Mayores desde la fundación dela
vía deben existir cientos de fotografías en poder de las
primera tienda de telas, en noviembre de 1861, hasta
familias de la Costa, de otras regiones de Colombia y
los libros contables de 1960: cien años de actividad
del exterior que pueden ser de gran utilidad para los
comercial anotados en 95 volúmenes…
investigadores de la historia empresarial costeña.
Ejemplo de un trabajo que se enriqueció mucho
con el uso de fotografías familiares es el bellísimo li-
9
María Teresa Ripoll de Lemaitre, “El comercio y las redes fami-
bro que narra la historia de la hacienda cafetera “Vis-
liares en Cartagena: Rafael del Castillo & Compañía, 1861-1960”,
Aguaita, Revista del Observatorio del Caribe, nº4, diciembre, 2000, ta Nieve” en la Sierra Nevada de Santa Marta. El libro,
p. 58. titulado Vista Nieve, escrito por el biólogo samario-

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 39
norteamericano Melbourne R. Carriker, profesor emé- Caribe sólo es posible apreciarlos claramente cuando
rito de la Universidad de Delaware, cuenta la historia se leen estos trabajos en conjunto.
de la Hacienda “Vista Nieve” donde su padre, un La primera característica que quiero destacar es la
ornitólogo enamorado de la Sierra Nevada, cultivó café fuerte presencia de extranjeros en la experiencia em-
a comienzos del siglo xix. El autor también era nieto presarial de la Costa. Por supuesto, esto fue especial-
del ingeniero norteamericano Orlando Flye, quien ini- mente marcado en la Barranquilla de la segunda mitad
ció en 1898 la Hacienda Cincinnati en la Sierra Neva- del xix y anterior al estallido de la Segunda Guerra
da de Santa Marta para cultivar café. Las fotografías de Mundial. Sin embargo, desde los primeros años de la
las casas, cultivos, caminos y propietarios de las ha- república también en Cartagena, Santa Marta y las zo-
ciendas “Vista Nieve” y “Cincinnati” nos acercan más nas rurales de la región se sintió la presencia extranjera
que cualquier texto escrito a una parte del mundo ru- en el comercio internacional y en la actividad agro-
ral costeño hasta ahora poco conocida, y sobre la que pecuaria, comercial e industrial. Estos extranjeros se
hacía no mucho tiempo Joaquín Viloria había llama- asociaban a menudo con empresarios locales en dis-
do la atención en su artículo “Aspectos históricos del tintas empresas y proyectos como lo atestigua la histo-
café en la Sierra Nevada de Santa Marta”, Historia Ca- ria de la Scadta.
ribe, nº3, Barranquilla, 1998. Un segundo tema destacable es el gran capital hu-
No me extenderé en la discusión de otros casos en mano existente en los empresarios de distintas épocas,
los que los archivos familiares fueron fundamentales ya sean ellos inmigrantes o nativos. Muchos de los na-
para las investigaciones, como el de Adelaida Sourdís tivos, por ejemplo, adquirieron los conocimientos ne-
sobre los judíos sefardíes, Meisel-Viloria y Held,10 María cesarios para sus actividades en largos periodos de
Teresa Ripoll de Lemaitre y los Pombo, o esta última estudios, prácticas empresariales o viajes de observación
historiadora y Diego Martínez Camargo. Sin embar- y familiarización con técnicas y maquinarias. Por ejem-
go, quiero enfatizar que salvo algunos archivos de em- plo, Ernesto Cortissoz quien fuera gerente del Banco de
presas extranjeras que se puedan encontrar y tal vez el Crédito Mercantil y uno de sus principales accionistas,
de algunas pocas empresas locales, en los próximos años estudió comercio en Bremen, y además de alemán sabía
las mayores posibilidades para avanzar en la historia francés, inglés e italiano11. En el caso de la familia
empresarial costeña estarán abiertas para aquellos in- Obregón, quien fundó en 1910 una importante empresa
vestigadores que con inteligencia, tacto y persistencia textilera en Barranquilla, que fue la primera del país
puedan tener acceso al gran número de documentos, en la década de 1920, se encuentra que dos de los hijos
fotografías y recuerdos de los cuales son depositarias de Evaristo Obregón, Rafael y Mauricio, estudiaron
las familias de la región. ingeniería mecánica y eléctrica en Inglaterra12.
Muchas veces, los extranjeros traían conocimientos
Principales temas en la reciente y experiencias empresariales adquiridas como emplea-
literatura sobre empresas y empresarios dos de firmas en sus países de origen, donde a menudo
en el Caribe colombiano se habían iniciado como aprendices a temprana edad.
Además, muchos de los locales eran miembros de fami-
Considero que varios de los temas tratados en la lias con una larga tradición comercial que en nuestro
reciente literatura sobre historia empresarial de la Costa país se remontaba a la era anterior a la independencia,
como eran los casos de las familias cartageneras del Cas-
tillo, Pombo, de la Espriella, o las samarias de Mier,
10
En caso del estudio sobre Adolfo Held, paradójicamente los Obregón, Noguera y Díaz Granados.
archivos a que tuvimos acceso los investigadores no estaban en
manos de sus descendientes sino de las familias Oeding y Oeding
Kuethe, descendientes de empleados alemanes de los Held. En
11
parte ello se explica, por el trauma económico que representó la Miguel García Bustamante, Ernesto Cortissoz, Conquistador de
Segunda Guerra Mundial para los Held, por la expropiación de utopías, Lerner, Bogotá, 1994.
12
su patrimonio por parte del gobierno de Colombia, debido a las Sergio Solano, “Familia empresarial y desarrollo industrial en
presiones de Estados Unidos, ya que los Held eran ciudadanos el Caribe colombiano. El caso de la Fábrica de Tejidos Obregón”,
de Alemania. Historia y cultura, Universidad de Cartagena, 1, 1993.

40 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Grupo de empleados de la Oficina Central de la Andian Corporation. FOTO: C A R TA G E N A 4 0 0 A Ñ O S Y E L A N T I G U O B O L Í VA R .

Un tercer aspecto que habría que mencionar es que o de orientación empresarial de las nuevas generacio-
no hay ninguna evidencia empírica que muestre que nes de propietarios y la existencia de un movimiento
en la actividad agropecuaria las prácticas empresariales sindical que elevaba los costos laborales y entorpecía
y las tecnologías aplicadas por los empresarios nativos el avance tecnológico.
de la Costa fueran muy distintas a las de los extranjeros Es lamentable, por ejemplo, que en un excelente
o personas de otras regiones del país. Por ejemplo, en el trabajo de historia económica, la tesis doctoral de Da-
estudio de Gloria Isabel Ocampo sobre la Hacienda vid S.C. Chu sobre los efectos de la Gran Depresión
Marta Magdalena, dedicada a la ganadería en el Sinú y en la industrialización de Argentina y Colombia, con
que era propiedad de la familia Ospina de Medellín, se una evidencia anecdótica frágil13, ese autor deje entre-
encuentra un uso extensivo de la tierra y una relativa- ver que la causa principal para el lento crecimiento de
mente baja absorción de mano de obra. Algo similar Tejidos Obregón en la década de 1930 fue que los hijos
sucedía en la Hacienda Jesús del Río, ganadería del ale- de la familia Obregón “no tenían interés en el manejo
mán Adolfo Held en Zambrano, Bolívar. Es decir, que de la compañía, radicándose en Europa, donde reci-
las condiciones ecológicas y climáticas eran el elemento bían mensualmente su giro”14. Toda la información que
más importante detrás de la existencia de una ganadería tiene al respecto Chu proviene de una entrevista con
extensiva en la región y no la supuesta mentalidad pre- uno de los empleados de Tejidos Obregón. Lo que tal
capitalista de los ganaderos costeños. vez no sabía Chu, o por lo menos no le advierte al
A partir de la década de 1940 muchas de las em- lector es que los hijos de la familia Obregón fueron los
presas ubicadas en la región atravesaron épocas difíci- fundadores de la empresa en 1909, cuando ya su pa-
les, que en gran número de casos implicó el cierre de dre, Evaristo Obregón Díaz Granados había muerto.
las mismas. Los casos de Tejidos Obregón, J.V. Mogo- Tampoco menciona, o tal vez desconocía que aunque
llón y Cia., y los ingenios de Sincerín y Berástegui, son tres miembros de la familia se radicaron en España,
ejemplos importantes de esos cierres.
En la tradición oral costeña, y a veces en trabajos 13
David S.C. Chu, The Great Depression and Industrialization in
académicos sin desarrollos sistemáticos y sin susten- Latin America: Responses to Relative Price Incentives in Argentina
tación empírica, se ofrecen dos tipos de explicaciones and Colombia, 1930-1945, Ph.D. Dissertation, Yale University, 1972.
para estos fracasos económicos: la falta de capacidad 14
Ibíd.,p. 213.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 41
Julián Patrón, uno de los
más poderosos hacendados
de las sabanas de Sucre.
FOTO: CARTAGENA 400 AÑOS
Y EL ANTIGUO BOLÍVAR.

uno de ellos, Mauricio, murió en 1924 cuando la em-


presa estaba en plena expansión y otro, Pedro Manuel,
no era socio de la firma. Por último, tampoco se refiere
a los dos hermanos Obregón Arjona, Rafael y Grego-
rio, que permanecieron al frente de los negocios en
Barranquilla15.
En forma implícita Chu le imputa el rezago de
Tejidos Obregón a la falta de talento empresarial de
sus propietarios. Es más, contrasta a los Obregón con
los Echavarría, esos sí, según él, interesados en perma-
necer al frente de sus negocios. En la actualidad conta-
mos con evidencia muy sólida, y que Chu no conoció,
que muestra que desde comienzos de la década de 1930
la economía de Barranquilla, y del departamento del
Atlántico, se rezagó en su pib per-cápita con respecto
al resto del país16. Además, desde la década de 1910,
con el ascenso de la economía cafetera, la economía
costeña tuvo un ritmo de crecimiento económico mu-
cho menor que la del interior del país, que se reflejó
en mercados regionales muy poco dinámicos, lo cual
fue la base de la pérdida del dinamismo industrial
barranquillero.
Me he detenido en la anécdota mal narrada por empresarial los resultados tienden a ser negativos. En-
Chu sobre Tejidos Obregón, por cuanto en el fondo tre finales del siglo xix y la década de 1960, es decir,
se alimenta de estereotipos muy arraigados en el país, desde que comenzó operaciones en la Zona Bananera
por razones que trataremos de explicar en las conclu- del Magdalena la United Fruit Company fue la com-
siones. pañía más exitosa del mundo en la producción, trans-
Cuando se analiza el caso de la United Fruit porte y comercialización del banano. Sin embargo, su
Company en la Zona Bananera de Santa Marta se evi- desempeño económico en la Zona Bananera no fue
dencia que ante circunstancias económicas adversas de demasiado exitoso durante años y como resultado ter-
naturaleza estructural, a pesar de que se tenga talento minó retirándose del lugar en la década de 1960.
En uno de los trabajos de Marcelo Bucheli se mues-
tra que desde finales de los años 1940 la tasa bruta de
15
Sergio Paolo Solano, “Familia empresarial y desarrollo indus- ganancia tenía una tendencia decreciente y que ésta se
trial en el Caribe colombiano. El caso de la Fábrica de Tejidos tornó negativa a fines de los años 195017. En un perio-
Obregón”, Historia y Cultura , Universidad de Cartagena, nº 1,
1993.
16 17
Adolfo Meisel Roca, editor, Regiones, ciudades y crecimiento Marcelo Bucheli, “United Fruit Company in Colombia:
económico en Colombia , Banco de la República, Colección de Eco- Institutional Changes and Profitability in an International Context”,
nomía Regional, Bogotá, 2001, p. 30. lasa, Chicago, September 24-26, 1998, Graph 13.

42 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
do anterior, 1935-1950, hay evidencia también de que parece haber evidencia de que el rezago económico de
la rentabilidad debía estar bajando ya que el precio in- los departamentos costeños que se presentó respecto
ternacional del banano convertido a pesos constantes del resto del país a lo largo de casi todo el siglo xx
presentó una tendencia decreciente18. La razón de esa tenga su origen en la falta de capacidad empresarial de
tendencia decreciente fue el auge de las exportaciones sus elites.
de café durante el periodo 1910-1950, cuando crecie- De lo que si hay evidencia muy clara es del rezago
ron al 6.1% anual en términos reales. Como resultado, económico costeño en el siglo pasado y de sus causas.
en Colombia se presentó en la primera mitad del siglo En primera instancia, hay que señalar que a mediados
xix una situación conocida en la literatura económica de la década de 1920 el pib per-cápita de la Costa Cari-
como la “enfermedad holandesa”. La principal conse- be debía ser similar al del resto del país, de acuerdo
cuencia de este fenómeno es que aquellos sectores con la información disponible para variables econó-
exportadores que no están en auge pierden participa- micas tales como los depósitos bancarios reales per-
ción. Eso ocurrió exactamente en Colombia entre 1910 cápita20. Sin embargo, con el ascenso de la economía
y 1950, cuando el café desplazó a todos los otros pro- cafetera las exportaciones de la Costa Caribe perdie-
ductos. Desde el punto de vista regional ese resultado ron competitividad debido a la revaluación del peso
fue especialmente perjudicial para la Costa Caribe ya que generó el auge cafetero. Además, el reemplazo de
que sus suelos no son muy aptos para el cultivo de Barranquilla por Buenaventura como principal puerto
café. Ante esa situación, ni siquiera la capacidad em- del país, que para las exportaciones ocurrió a partir de
presarial de la United Fruit Company era suficiente la década de 1930, llevó al estancamiento de una ciu-
para frenar la caída de la rentabilidad en los cultivos de dad que había sido el motor de la economía costeña
banano19. desde fines del siglo xix.
Hemos señalado que en la literatura académica no
hay evidencia de una falta de capacidad empresarial en
Conclusiones la Costa Caribe, sin embargo, es común encontrar alu-
siones en ese sentido. Incluso en ambientes académi-
En este artículo se hizo una revisión de la amplia cos, personas provenientes de otras regiones evocan
literatura sobre historia empresarial del Caribe colom- repetidamente las características culturales de los cos-
biano publicada en el periodo 1982-2002. Considero teños, tanto de las clases trabajadoras como de sus elites
que la principal conclusión que se puede extraer de empresariales, para tratar de explicar la falta de dina-
esa producción académica es que en la región, en dis- mismo económico de la región en las últimas décadas.
tintos periodos de la vida republicana, se han des- Este tipo de análisis simplista en la cual se señala al
empeñado empresarios extranjeros y locales con gran costeño como “el otro”, por supuesto inferior (“la Costa
capacidad para innovar en los negocios, asumir riesgos es otro país”, es ya un lugar común en el catálogo de
e invertir en diferentes campos de la economía, tanto los prejuicios colombianos), es una de las manifesta-
en forma individual como asociada. Por lo tanto, no ciones del triunfo económico y político que el café le
permitió a las zonas andinas del país en el siglo xx.
18
En países con niveles de desarrollo muy desiguales
Adolfo Meisel, “Dutch Disease and Banana Exports in the
Colombian Caribbean, 1910-1950”, Borradores de economía, Banco es común encontrar juicios culturales que señalan a
de la República, nº 108, 1998. unas regiones como exponentes de actitudes que limi-
19
En el trabajo de Bucheli de 1998 se argumenta que la caída en tan su crecimiento económico. Tal vez el caso más es-
la rentabilidad de la United Fruit Company en la Zona Bananera tudiado es el de Italia, donde al Mezzogiorno, la región
fue producto de una creciente actividad sindical. Sin embargo, la
evidencia que presenta es anecdótica y poco convincente. En ese
sentido su estilo de argumentación en este punto se parece más al
20
de los historiadores tradicionales que al de la nueva historia econó- Jaime Bonet y Adolfo Meisel, “La convergencia regional en
mica, que suele basarse en argumentos económicos explícitos sus- Colombia, Una visión de largo plazo, 1926-1995”, en Adolfo Meisel,
tentados con evidencia estadística sistemática. Ese último estilo de editor, Regiones, ciudades y crecimiento económico en Colombia ,
argumentación rigurosa es el que encontramos en otras secciones Banco de la República, Colección de Economía Regional, Bogotá,
de ese mismo trabajo. 2001, p. 30.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 43
sur de ese país, se le señala a veces por tener una cultu- ma clara que los estereotipos que suponen una cultura
ra donde “la sensación domina todo...se dejan llevar empresarial costeña homogénea, con una esencia inmu-
por la naturaleza ofuscante...”21. Algo así como lo que table e intrínsecamente diferenciada de la de las zonas
en 1934 el escritor antioqueño Luis López de Mesa22 le andinas del país no corresponde a la realidad.
imputaba a la cultura de los costeños: A pesar de los notables avances logrados en el pe-
riodo 1982-2002 en los estudios sobre empresas y em-
El temperamento costeño se da todo en expansivo ges- presarios del Caribe colombiano todavía subsisten
to. En poco se recata y esconde, en casi todo se pronun- vacíos protuberantes. En primera instancia, quiero re-
cia explosivamente: en el hablar, en el reír, en el amor saltar que hay muchísimo que aprender y estudiar so-
fulminante y fugaz, en el fervor político de una hora, bre el aporte de los inmigrantes árabes al desarrollo
en el acento tribunicio de sus hombres, en el derroche económico y a la conformación del empresariado cos-
de palabras, de alabanza y vituperio, de dinero, en fin, teño. Desde la última década del siglo xix, los árabes
porque son de suyo generosos, gastadores, sin cuento, se convirtieron en el grupo de inmigrantes más nume-
imprevisores... y eternamente simpáticos como toda roso de la Costa norte colombiana, influyendo de ma-
exaltación de vida. nera decisiva en todas las esferas de la vida de la región.
Por ello, es un tanto sorprendente que no exista a la
Los modelos de superioridad cultural regionales o fecha una sola monografía dedicada a estudiar la vida
nacionales surgen de imposiciones que se logran por de un empresario árabe en el Caribe colombiano. Per-
medio del poder político y económico. Los trabajos sonas como Elías M. Muvdi, Salomón Ganem, Salim
del crítico literario de origen palestino Edward Said Bechara, y muchos más, tuvieron una influencia enor-
han sido muy importantes para entender cómo los sis- me en la actividad económica de la región a comienzos
temas de representación del “otro” responden a una del siglo xx, y sus vidas y actividades comerciales de-
lógica y deben ser entendidos como un discurso. berían ser investigadas para saber más del impacto po-
Para analizar los escritos sobre el Oriente, Said sitivo de esa corriente inmigratoria en la Costa Caribe.
utilizó los aportes de Michel Foucault sobre las Habría que tener en cuenta que tal vez porque su nú-
interrelaciones entre el conocimiento y el poder, y de mero fue mucho mayor que el de otros inmigrantes,
Antonio Gramsci sobre la hegemonía. Su conclusión los árabes se esparcieron por toda la Costa, estable-
es que esa literatura orientalista expresa23: “Una volun- ciéndose también en poblaciones intermedias de gran
tad... no sólo para entender lo que era no-europeo, vitalidad mercantil, como Magangué, Lorica, Sincelejo,
sino también de controlar y manipular lo que era ma- y Ayapel.
nifiestamente diferente”. Otro grupo que merece estudiarse es el de los ju-
Los estereotipos que conforman buena parte del díos Ashkenazi, que se asentaron desde la década de
discurso con el cual algunos autores de las regiones 1930 en Barranquilla y han cumplido un papel prota-
andinas pretenden con frecuencia homogeneizar la cul- gónico en la industria y el comercio de la ciudad. Tam-
tura de los habitantes del Caribe colombiano respon- bién llamaría la atención sobre la necesidad de investigar
den a una lógica orientalista. Por esa razón, los trabajos a los inmigrantes franceses, ya que fueron importantes
de Said son de enorme vigencia en nuestro medio. en el Sinú, sur de la Guajira y Cartagena.
La gran ventaja de muchos de los trabajos sobre his- También es muy importante analizar el papel de la
toria empresarial mencionados en este artículo es que al raza en la conformación del empresariado costeño ya
mostrarnos personajes de carne y hueso ilustran en for- que hasta la fecha no se cuentan con estudios que ilus-
tren al respecto. Pero quizás el mayor vacío que afron-
tamos actualmente es el estudio de la ganadería y los
21
Jane Schneider, editor, Italy´s “Southern Question”. Orientalism ganaderos. Durante mucho tiempo, la ganadería fue el
in One Country , Berg, usa, 1998, p. 4.
22
primer renglón de la economía costeña. Sin embargo,
Luis López de Mesa, De cómo se ha formado la nación colom-
biana , Editorial Bedout, Medellín, 1970, p. encontramos muy pocos estudios de caso sobre hacien-
23
Edward Moustafa Bayoumian and Andrew Rubin, editors, The das ganaderas o ganaderos. En parte eso se debe a las
Edward Said Reader , Vintage Books, usa, 2000, p.64. grandes limitaciones de fuentes, ya que sólo en el caso

44 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
de las principales se llevaba una contabilidad y unos la historia de la hacienda ganadera, y en general de
archivos organizados. Sin embargo, deben existir en- toda la historia empresarial de la Costa, se harán sobre
tre los descendientes de ganaderos importantes de la la base de fuentes primarias que en este momento de-
región como Julián Patrón, Arturo García, Francisco ben estar en poder de las familias de la región. Ubicar-
Burgos, muchos documentos que podrían servir para las antes de que el comején y las reducciones de espacio
el propósito de reconstruir la historia económica de la que implican los traslados de casas a apartamentos es
hacienda ganadera costeña. Por esa razón, pienso que un enorme reto para los historiadores interesados en
en los próximos años los avances más importantes en esta región de Colombia. a

Apéndice

Algunos articulos y libros sobre historia empresarial en el


Caribe colombiano publicados en las ultimas dos décadas (1982-2002)
autores título publicación
Bell Lemus, Gustavo y “Los herederos del poder: Próximo a publicarse en: Ensayos de
Ripoll de Lemaitre, María Teresa Juan de Francisco Martín, 1799-1869” de Historia Empresarial de Colombia,
Carlos Dávila (editor), 2002.
Blanco, Wilson “Comercio e inmigración en la El Taller de la Historia, nº2,
provincia costeña. Los italianos en Universidad de Cartagena, 2002.
El Carmen de Bolívar: el caso de los Volpe”
Brungardt, Maurice P. “La United Fruit Company en Colombia” Innovar, nº 5, junio, 1995.
Bucheli, Marcelo “Empresas multinacionales y enclaves Monografías, 40, Facultad de
agrícolas: el caso de la United Fruit Administración Universidad
en Magdalena y Urabá (1948-1968)” de los Andes, 1994.
Bucheli, Marcelo “United Fruit Company in Colombia: lasa, Chicago, 1998, (mimeo).
Institutional Changes and Profitabilility
in an International Context”
Bucheli, Marcelo “United Fruit Company and Local Stanford University, Departament
Politics in Colombia, 1900-1970” of History, 2000 (mimeo).
Carriker, Melbourne R. Vista Nieve Federación Nacional de Cafeteros,
Bogotá, 2002.
Conde, Jorge y Solano, Sergio Elite empresarial y desarrollo industrial Ediciones Uniatlántico,
en Barranquilla, 1875-1930 Barranquilla, 1993.
Fawcett, Louise y “Árabes y judíos en el desarrollo del Boletín Cultural y Bibliográfico,
Posada Carbo, Eduardo Caribe colombiano, 1850-1950” Biblioteca Luis Angel Arango,
vol xxxv nº49, 1998.
Isaza, José Fernando y Sucedió en la Costa Atlántica, los albores El Áncora Editores, Bogotá, 1991.
Salcedo, Luis Eduardo de la industria petrolera en Colombia
Machado, Aldalberto “La exportación de carne en el Packing Monografía de grado, Departamento
House de Coveñas, 1918-1938” de Economía, Universidad
Tecnológica de Bolívar, 1989.
Meisel Roca, Adolfo y “Los bancos de la Costa Caribe, 1873-1925” En Fabio Sánchez (editor), Ensayos
Posada Carbo, Eduardo de historia monetaria y bancaria en
Colombia, Tercer Mundo Editores,
Bogotá, 1994.
Meisel Roca, Adolfo y “Barranquilla Hanseática: el caso Próximo a publicarse en: Ensayos de
Viloria De la Hoz, Joaquín de un empresario alemán” Historia Empresarial de Colombia,
Carlos Dávila (editor), 2002.
Meisel, Adolfo, y “Los alemanes en el Caribe colombiano: Boletín Cultural y Bibliográfico,
Viloria De la Hoz, Joaquín el caso de Adolfo Held, 1880-1927” Biblioteca Luis Angel Arango,
nº 49, Bogotá, 1998.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 45
Molina, Luis Fernando “El viejo Mainero. Actividad empresarial Boletín Cultural y Bibliográfico,
de Juan Bautista Mainero y Truco Biblioteca Luis Angel Arango, nº17,
en Bolívar, 1860-1918” Bogotá, 1988.
Ocampo, Gloria Isabel “Cuando Marta era Marta…: la instauración Universidad de Antioquia,
de la hacienda en el Valle del Sinú Medellín, 1999.
(Caribe colombiano), 1881-1956”
Posada Carbo, Eduardo “Karl Parrish: Un empresario colombiano Boletín Cultural y Bibliográfico,
en los años veinte” Biblioteca Luis Angel Arango,
vol xxiii, 1986.
Posada Carbo, Eduardo “Ganaderos y empresarios en el Próximo a publicarse en: Ensayos de
Caribe colombiano, 1850-1950” Historia Empresarial de Colombia,
Carlos Dávila (editor), 2002.
Restrepo, Jorge y “La actividad comercial y el grupo de Estudios Sociales, i, 1, 1986.
Rodríguez, Manuel comerciantes de Cartagena a fines del
siglo xix”
Rinke, Stefan “Amalgamarse al alma de Colombia. Innovar, nº 10, julio-diciembre,
Scadta y los principios de la aviación 1997.
en Colombia, 1919-1940”
Ripoll de Lemaitre, María Teresa “El Central Colombia: inicios de la Boletín Cultural y Bibliográfico,
industrialización en el Caribe colombiano” Biblioteca Luis Angel Arango,
nº 47, Bogotá, 1997.
Ripoll de Lemaitre, María Teresa “Diego Martínez Camargo pionero de la Huellas, Universidad del Norte,
industria petrolera en el Caribe colombiano” Barranquilla, nº 62, 2001.
Ripoll de Lemaitre, María Teresa “El comercio y las redes familiares en Revista Aguaita, Observatorio del
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Ripoll de Lemaitre, María Teresa “La tradición mercantil en Cartagena” En Haroldo Calvo y Adolfo Meisel,
editores, Cartagena de Indias en el
siglo XIX , 2002.
Ripoll de Lemaitre, María Teresa Desarrollo industrial y cultura empresarial Universidad Jorge Tadeo Lozano,
y Báez Ramirez Javier Eduardo en Cartagena, la Andian Corporation Seccional del Caribe, Cartagena,
y la Refinería de Mamonal, 1920-2000 2001.
Rodríguez, Manuel y “Los empresarios extranjeros Desarrollo y Sociedad, Uniandes, 8,
Restrepo, Jorge de Barranquilla, 1820-1900” 1982.
Segovia, Rodolfo y “J.V: Mogollón & Cia., 1900-1930. Próximo a publicarse en: Ensayos de
Navarro, Claudia Ensuciando papeles” Historia Empresarial de Colombia,
Carlos Dávila (editor).
Solano de las Aguas, Sergio “Familia empresarial y desarrollo industrial Historia y Cultura, Revista de la
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Fábrica de Tejidos Obregón” sidad de Cartagena, nº 1, 1993.
Sourdis Nájera, Adelaida “Los judíos sefarditas en Barranquilla. Boletín Cultural y Bibliográfico,
El caso de Jacob y Ernesto Cortissoz” Biblioteca Luis Angel Arango, nº49,
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Sourdis, Adelaida El registro oculto de los sefardíes del Caribe en Academia Colombiana de Historia,
la formación de la nación Colombia, 1813-1886 Bogotá, 2001.
Viloria De la Hoz, Joaquín “Empresarios de Santa Marta: el caso de Revista Aguaita, nº 5, Cartagena,
Joaquín y Manuel Julián de Mier, 1800-1896” 2001.
Viloria De la Hoz, Joaquín “Ganaderos y comerciantes en Sincelejo, Cuadernos de Historia Económica y
1880-1920” Empresarial, nº 8, Cartagena, 2001.
Viloria de la Hoz, Joaquin “Aspectos históricos del café en Historia Caribe, nº 3, Barranquilla,
la Sierra Nevada de Santa Marta” 1998.
Zambrano, Milton El desarrollo del empresariado Universidad del Atlántico,
en Barranquilla, 1880-1945 Barranquilla, 1998.

46 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
E C O N O M I A Y S O C I E D A D

La crisis del patrón de acumulación en


la industria del Caribe colombiano, 1990-1999*
Por Juan Carlos Trujillo y Dairo Novoa Pérez

La década de los noventa trajo consigo la prolon-

FOTO: COSTA 2000, EVOCACIÓN Y DESTINO DEL CARIBE. NUESTRO MUNDO


gación y, particularmente en el segundo quinquenio,
el agravamiento de la crisis industrial desatada desde
comienzos de los años ochenta. Las reformas econó-
micas asociadas al patrón de desarrollo aperturista que
se implementaron en esa década, y que auguraban la
conversión del Caribe colombiano en la región indus-
trial y exportadora por excelencia, dada su proximidad
a los puertos, no presentaron los resultados esperados.
La evidencia confirma que la industria tendió a con-
centrarse aún más en la zona andina y, dado que en las
etapas iniciales del proceso aperturista el sector indus-
trial de la región presentaba grandes deficiencias, se
profundiza un proceso de desindustrialización relati-
va, que, debido al carácter estructural de los proble-
mas afrontados, está lejos de superarse. Factores como
el desplome de la inversión industrial que propicia la
caída en la producción y con ella la pérdida de partici-
pación de la industria regional en el agregado nacio-
nal, la caída en el margen de ganancia –mark up–, la
reducción sustancial en la utilización de la capacidad
instalada, la escasa incorporación de cambio técnico
y el desastroso desempeño del comercio exterior, se
convierten en los elementos explicativos de la crisis
de acumulación industrial en el Caribe colombiano
durante la década de los noventa.

*
Este artículo es un resumen del trabajo de grado de maestría en La industria costeña no presentó los resultados esperados como
economía titulado “El Estancamiento de la Industria Manufacture- producto de las reformas económicas asociadas al patrón de
ra en el Caribe Colombiano, 1990-1998” realizado por Juan Carlos desarrollo aperturista. En la gráfica, un aspecto de Propilco en la
Trujillo en el marco del convenio interinstitucional Universidad zona industrial de Mamonal en Cartagena.
Nacional de Colombia - Observatorio del Caribe Colombiano. FOTO CARTAGENA INDUSTRIAL, DE JAIME BORDA Y GUILLERMO DURÁN

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 47
cuadro 1
Dinámica de la Inversión Bruta en la Industria Nacional y Regional
(Tasas promedio de Crecimiento Anual)

Industria nacional Industria regional

Períodos Inversión Inversión Sin 351 Sin 390 Sin 351 - 390
bruta total bruta total
1990-1994 0.52% 3.56% 10.82% 4.16% 14.51%
1995-1998 -14.21% -15.90% -28.30% -21.87% -41.74%
1990-1998 -2.09% -1.67% -3.38% -3.33% -8.14%
fuente Cálculo de los autores con base en dane-eam, dnp-dde.

Con el fin de evaluar cada uno de estos factores, el de inversión durante los noventa. Las periodizaciones
presente artículo analiza la evolución de la actividad utilizadas en este análisis son las siguientes: 1990-94,
industrial en la región Caribe a lo largo de los noven- 1995-98 y 1990-98. En general, el primero de estos
ta. El artículo aborda, en primer lugar, el comporta- subperíodos coincide con la implantación de las pri-
miento de variables como la inversión industrial, la meras medidas liberacionistas y caracteriza el compor-
composición e intensidad de la inversión y la relación tamiento dinámico del sector en la corta expansión
capital-producto. Enseguida se evalúa el desempeño previamente mencionada y además presagia la crisis que
de la industria regional, haciendo hincapié en los re- se suscita en el subperíodo 1995-98. Así, en este último
sultados que arrojó la productividad total de los facto- lapso la industria regional acusa los signos más severos
res y el modelo propuesto sobre los determinantes del de la recesión, alcanzando una tasa de desinversión pro-
cambio técnico. Prosigue con el análisis del impacto medio de 15.9%. Este desplome de la inversión bruta
sectorial de las demandas interna y externa, detenién- industrial se convierte así en un elemento consubstan-
dose un poco en la evolución del comercio exterior cial con la dramática pérdida de participación de la
por sectores industriales. Para finalizar, a modo de industria en el pib regional (Gráfico 1).
conclusión, se plantean los hallazgos más relevantes y Un resultado interesante se presenta al excluir del
se brinda al lector un glosario con la terminología total de la inversión bruta regional los sectores de sus-
técnica utilizada. tancias químicas industriales (ciiu 351) –que han
jalonado tradicionalmente el desarrollo industrial de
Comportamiento de
la Inversión Industrial1 gráfico 1
Participación Media de los Grandes Sectores
Las vicisitudes experimentadas por la industria Económicos en el pib Regional
manufacturera regional se palpan en forma fehaciente
al observar la dinámica de la inversión bruta indus- 100
Participación (porcentaje)

90
trial. Los indicadores de crecimiento registrados en 80
el Cuadro 1 constatan la relativa fragilidad del flujo 70
60
50
40
30
1
En el tratamiento de la inversión bruta de la industria regional, 20
10
se identifican cuatro grandes grupos de inversión según activos: 0
inversión en maquinaria y equipo, inversión en edificios y estruc-
Agropecuario Minería Industria Servicios
turas, inversión en equipo de oficina y sistemas e inversión en equipo
de transporte. Estas categorías de activos fueron deflactadas con
los índices de formación bruta de capital fijo (ifbk), provistos por fuente Cálculo de los autores con base en dane-Cuentas
el dane, tomando como año base 1990. Nacionales.

48 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
la región– y el de otras industrias manufactureras (ciiu méstica que permitan lograr procesos de adaptación
390) –sesgado por la inclusión del sector de refinerías tecnológica y por esta vía, desarrollar ventajas com-
de petróleo–. Las cifras del Cuadro 1 destacan una vez petitivas dinámicas3. En este sentido, la inversión in-
más el confinamiento de la acumulación en las ramas dustrial debe cumplir un papel de vaso comunicante
consolidadas durante las primeras fases de la sustitu- por medio del cual se introducen los cambios tecno-
ción de importaciones –alimentos, principalmente-, lógicos que el aparato productivo necesita para ser
ligadas fuertemente a la evolución de la demanda do- competitivo.
méstica. Tal es el caso del quinquenio 1990-94, que A partir de 1990 la evolución de la inversión in-
registra una tasa de crecimiento promedio de la inver- dustrial total en el Caribe colombiano muestra impor-
sión sin ciiu351 y ciiu 390 de 14.5%, sustancialmente tantes variaciones cíclicas (Gráfico 2). Cabe resaltar la
mayor que el indicador de la inversión total (3.56%), suave caída de esta variable en 1992, su intensa recupe-
mostrando así el impacto del boom de la demanda na- ración en 1993, su retroceso en 1994 y los fuertes ciclos
cional que siguió a las estrategias de desregulación que exhibe hasta 1998. Sería muy difícil intentar darle
comercial emprendidas en dicho período. Lo mismo una explicación válida a semejante volatilidad en el
es evidente para los años 1995-1998 cuando, al reorien- comportamiento de la inversión durante esos años,
tar el modelo aperturista y ponerle freno a la excesiva máxime cuando no existen datos sobre la utilización
liberación de los mercados de factores2, se propicia la de la capacidad instalada en la industria regional para
declinación de la demanda agregada con el consecuen- ese período. No obstante, se podría afirmar que frente
te retroceso en la dinámica inversionista que en ese a la pérdida de mercados internos y externos, muchos
lapso registra un crecimiento real atípico de -41.74%. empresarios del sector intentaron compensar su dete-
Sobre el impacto de la demanda interna se volverá rioro competitivo cambiando de equipos, aprovechan-
más adelante. do las facilidades de acceso al crédito de inversión4. Tal
argumento puede tomar fuerza al observar que tanto
Composición de la Inversión la inversión en maquinaria y equipo como el acervo
Industrial y Formación de Capital total de capital registraron tasas de crecimiento pro-
medio anual positivas del orden de 7.3% y 4.3%, res-
En términos generales, la consolidación de la in- pectivamente (Cuadro 2).
dustria ha estado asociada al avance paulatino en la En el cuatrienio 1995-98, cuando la apertura se
inversión sectorial, haciéndose más evidente cuando el consolidó, las cosas no resultaron mejores para la di-
sector productivo de un país (o región) se expone a la námica inversionista. Durante este período se registra-
competencia externa, resultando indispensable la in- ron retrocesos sin precedentes en el crecimiento real
tensificación de los requerimientos de inversión do- de la inversión bruta, de la inversión en maquinaria y
equipo, y del acervo de capital, los dos primeros alcan-
zando tasas negativas. De particular importancia en
2
Es conveniente señalar que hasta 1994 el país crecía basado en
este período es el año 1997 cuando la inversión bruta
el incremento sostenido de la demanda doméstica, consecuencia cae -48.6%, –la tasa más baja registrada desde 1974– y
entre otros factores del aumento del gasto público, pero con graves la inversión en maquinaria y equipo desciende a una
problemas de revaluación o de deterioro en la cuenta corriente de tasa de -48.9% –superada sólo por la lograda en 1984,
la balanza de pagos financiada parcialmente por la apertura de la
cuenta de capital. No obstante, la administración Samper mantu- de -49.4%–, al tiempo que el acervo de capital mostró
vo el proceso de apertura desde 1994 esta vez reorientando los ob- por primera vez –desde que existen cifras para la in-
jetivos de política económica en el control de la demanda agregada dustria regional– un índice de crecimiento negativo
y de la revaluación a través de un freno a los flujos de capital y el
aumento del ahorro interno vía incremento de las tasas de interés.
Para mayores detalles, véase Garay, Luis (director). Colombia: Es-
3
tructura Industrial e Internacionalización, 1967-1996. Departamen- Un argumento en favor de una estrategia para el fortalecimien-
to Nacional de Planeación, Colciencias, Consejería Económica y to de la inversión doméstica en el marco de los procesos de apertu-
de Competitividad, Ministerio de Comercio Exterior, Ministerio ra puede verse en Rodrik, Dani. Cómo hacer que la apertura funcione,
de Hacienda y Crédito Público, Proexport. Bogotá, Julio de 1998, Ediciones Tercer Mundo-odc, Bogotá, 2000.
pp. 37-38. 4
Garay, Luis, op. cit., p. 120.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 49
Barranquilla, puerto marítimo
y fluvial en la desembocadura
del río Magdalena.
COSTA 2000, EVOCACIÓN Y DESTINO
DEL CARIBE. NUESTRO MUNDO

(-2.1%). Este protuberante desplome incidiría en las y los asociados al transporte muestran en este período
subsecuentes caídas de la producción bruta –de -0.3% un comportamiento decreciente en la inversión.
en 1998 y de -4.0% en 1999– a pesar de que la inver- Durante el período 1990-1994, los sectores agru-
sión repunta en 1998, aunque con un ligero impacto pados en los bienes de consumo no durable y bienes
en el acervo de capital que crece apenas 0.6% ese año. de capital fueron los que presentaron mejor desempe-
En los sectores agrupados por tipo de bien5, la in- ño en la inversión industrial, identificándose, en el pri-
versión industrial presentó en el período 1990-94 un mer grupo de bienes, la fabricación de productos
desempeño significativamente mayor al período pre- alimenticios por presentar crecimientos en la inversión
vio (1985-89), destacándose el buen desempeño del gru- y en el acervo de capital, de 8% y 6.5% anual, respecti-
po de bienes de capital que creció 57.4% en promedio vamente. Este desempeño sectorial es justificable si se
anual. (Cuadro 2). En particular, los bienes interme- tiene en cuenta que la producción de la industria de
dios registraron crecimientos negativos en sus gastos alimentos se orienta hacia el mercado interno y que
de inversión, un fenómeno explicable por el deterioro la demanda doméstica en ese período evolucionó de
competitivo que sufrió este grupo de bienes como re- manera considerable. Por su parte, los bienes de ca-
sultado de la revaluación del tipo de cambio, dado el
carácter transable de su producción. Un ejemplo de gráfico 2
esta dramática situación fue lo ocurrido en el sector de Crecimiento de la producción y de la
sustancias químicas, cuyos niveles de inversión fueron inversión industrial en el Caribe colombiano
notablemente reducidos entre 1990 y 1994 –desciende
de 32 a 16 millardos de pesos de 1990– aun cuando el Producción bruta Inversión bruta
Inversión en maquinaria y equipo Acervo de capital
acervo de capital creció ligeramente durante el mismo
40
lapso. De igual forma, los bienes de consumo durable 30
20
Porcentaje

10
0
5
-10
Según la clasificación por uso o destino económico (cuode) -20
de los sectores industriales a un nivel de desagregación de tres dígitos -30
-40
del Código de Identificación Industrial Uniforme (ciiu), se iden-
-50
tifican cinco grandes grupos de bienes industriales, a saber: bienes
1980

1981

1982

1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

de consumo durable (bcd), bienes de consumo no durable (bcnd),


bienes intermedios (bi), bienes de capital (bk) y bienes asociados
al transporte (bat). fuente Cálculo de los autores con base en dane-eam, dnp-dde.

50 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
cuadro 2
Crecimiento promedio anual de la inversión, el Acervo de capital y la producción industrial

Tipo de bien Inversión industrial Acervo de capital Producción industrial


Tasa de crecimiento promedio Tasa de crecimiento promedio Tasa de crecimiento promedio

1980-84 1985-89 1990-94 1995-98 1990-98 1980-98 1980-84 1985-89 1990-94 1995-98 1990-98 1980-98 1980-84 1985-89 1990-94 1995-98 1990-98 1980-98
BCD -20.6% 11.4% -9.1% -26.5% -7.4% -9.0% 0.8% 4.2% 5.1% -1.2% 2.9% 4.2% -8.1% 18.3% -2.9% -0.1% -1.6% 1.1%
BCND -6.0% 36.0% 24.9% -42.9% -13.8% -5.6% 9.4% 3.4% 8.9% 0.8% 5.6% 5.6% 2.3% 5.7% 7.4% 4.6% 7.2% 5.3%
BI 17.7% -7.6% -5.3% -9.8% 0.2% 5.1% 15.2% 1.8% 2.7% 0.6% 2.4% 5.3% 0.9% 7.0% 1.2% -0.1% 2.7% 3.3%
BK 1.5% 12.8% 57.4% -16.2% 46.3% -1.1% 4.9% 8.8% 3.4% 3.7% 3.6% 4.2% -2.3% 6.5% -1.6% 11.3% 0.7% 0.9%
BAT 21.1% 69.9% -30.6% -39.5% -21.5% -9.0% 25.7% 3.5% 2.6% -8.0% -2.6% 4.2% 11.4% 16.8% -29.9% -5.4% -9.5% 1.1%
Total industria 9.9% -0.6% 3.6% -15.9% -1.7% 2.6% 13.2% 2.5% 4.3% 0.5% 3.1% 5.2% 0.9% 7.4% 2.1% 1.8% 3.5% 3.7%

fuente Cálculo de los autores con base en dane-eam, dnp-dde.

pital evidenciaron el mayor dinamismo de la inver- una tasa de crecimiento de 1.8% promedio anual
sión en la industria regional jalonado exclusivamente (Cuadro 2).
por el sector de construcción de maquinaria no eléc- En síntesis, durante la segunda mitad de los no-
trica en donde la inversión creció a una tasa media de venta, la industria manufacturera regional evidencia
12.8% anual. claros síntomas de aletargamiento, sustentados en bue-
Entre 1995 y 1998, la inversión manufacturera na medida en el bajo dinamismo de la inversión –que
mostró un agudo retroceso en el conjunto de la indus- decrece a una tasa promedio de -1.7% anual entre 1990
tria. Todos los grupos de bienes experimentaron creci- y 1998– al que subyace el pobre desempeño de la in-
mientos negativos en la inversión, destacándose la versión en maquinaria y equipo, que durante el mis-
abrupta caída en los bienes de consumo no durable (- mo período registra una caída de -4.2% anual. De
42.9%). Sin embargo, se aprecia por un lado, que a manera similar, en la primera fase del período apertu-
nivel regional el acervo de capital no decreció en la rista (1990-94), la inversión bruta total de la industria
misma proporción de la inversión, y por otro, que con- nacional mostró un buen desempeño, alcanzando un
forme a lo visto en el gráfico 2, la inversión en maqui- crecimiento de 2.6% promedio anual 7, un punto por
naria y equipo decreció sustancialmente entre 1995 y debajo del guarismo observado en esta variable a nivel
1997, lo que demuestra que el resto de rubros de la regional. Sin embargo, en el período 1994-98, al igual
inversión contribuyeron en buena medida a que la que en la industria regional, la dinámica de la inver-
caída en el acervo de capital no fuera más pronuncia- sión bruta industrial nacional decae ostensiblemente8.
da6. En general, con pocas excepciones, los sectores
industriales presentaron reducciones significativas en Intensidad de la
sus niveles de inversión, particularmente entre 1996 Inversión y del Capital
y 1997, y se recuperaron paulatinamente en los años
posteriores pero con dramáticas consecuencias en los La intensidad de la inversión, definida como la
ritmos de producción. Nótese que entre 1995 y 1998 relación entre la inversión y la producción, es un indi-
la producción manufacturera regional logra apenas cador que permite evidenciar las adiciones a la capaci-
dad productiva provistas por el flujo de inversión
respecto a cada unidad de producto obtenida, o qué
6
En efecto, aun cuando las inversiones en edificios y estructu- porción de la producción se reinvierte. En particular,
ras y en equipos de transporte ostentaron crecimientos negativos este indicador refleja la dinámica de incorporación de
durante el período 1990-1998, la inversión en equipos de oficina nuevos patrones técnicos y tecnológicos al conjunto
y sistemas creció durante el mismo lapso a una tasa de 13% pro-
medio anual, convirtiéndose en el segundo rubro de inversión de la estructura industrial.
más dinámico de la industria regional en los noventa. El creci-
miento sostenido de este tipo de inversión alude a la intensifica-
7
ción en el uso de tecnologías informáticas por parte de un buen Garay, Luis, op. cit., p.538.
8
número de empresas regionales sin que el efecto haya sido sufi- Malaver, Florentino. Dinámica y transformaciones de la Indus-
ciente para enfrentar el deterioro progresivo de la industria re- tria Colombiana, en Cuadernos de Economía nº 36, Universidad
gional en su conjunto. Nacional, Bogotá, 2002, p. 17.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 51
Aspecto de la producción
en Polymer, zona industrial
de Mamonal.
FOTO CARTAGENA INDUSTRIAL, DE
JAIME BORDA Y GUILLERMO DURÁN

Desde los inicios de la década del noventa, la inten- en la inversión bruta; un leve repunte en 1995 y final-
sidad de la inversión en la industria del Caribe colom- mente, a partir de 1996, un desplome vertiginoso en la
biano ha mostrado un discreto desempeño logrando intensidad de la inversión, resultado de la descomunal
tan sólo una tasa de 6.2% promedio anual entre 1990 y reducción en la dinámica de la inversión entre 1996 y
1998 (Gráfico 3). Un análisis más detallado de la evolu- 1998 –principalmente en 1997 cuando ésta toca fondo–
ción de este indicador permite caracterizar sus distin- y la relativa estabilidad observada en la producción
tas fases: la primera, entre 1990 y 1992, en la cual el bruta durante ese breve período.
estancamiento de la inversión bruta es la principal causa Ahora bien, la parsimoniosa incorporación de ca-
de la inercia exhibida; una segunda fase en 1993, cuando pital por la vía de la inversión bruta se percibe más
la intensidad de la inversión registra una tasa de 9.2% claramente al observar el comportamiento de la inten-
–la más alta desde 1983– gracias a las masivas inversio- sidad de capital (k/l) –relación entre el acervo de ca-
nes en maquinaria y equipo durante ese año; un fuerte pital y el número de trabajadores– (Gráfico 4).
retroceso en 1994 debido fundamentalmente a la caída Concretamente, se aprecia en primera instancia en 1992

gráfico 3 gráfico 4
Intensidad de la inversión industrial Intensidad de capital (k/l) con y sin ciiu 390
Región Caribe Región Caribe

100 20.000
Miles de pesos constantes por empleado

18.000
80 16.000

14.000
Porcentaje

60 12.000

10.000
40 8.000

6.000
K/L
20 4.000
K/L sin CIIU 390
2.000
0 0
1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1980

1981

1982

1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

fuente Cálculo de los autores con base en dane-eam, dnp- Deflactor utilizado: ifbk base 1990.
dde. fuente Cálculo de los autores con base en dane-eam, dnp-dde.

52 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
cuadro 3
Comportamiento de la intensidad de capital y la inversión en maquinaria y equipo

Tipo de bien Inversión industrial Acervo de capital Producción industrial


Tasa de crecimiento promedio Tasa de crecimiento promedio Tasa de crecimiento promedio

1980-84 1985-89 1990-94 1995-98 1990-98 1980-98 1980-84 1985-89 1990-94 1995-98 1990-98 1980-98 1980-84 1985-89 1990-94 1995-98 1990-98 1980-98
BCD -20.6% 11.4% -9.1% -26.5% -7.4% -9.0% 0.8% 4.2% 5.1% -1.2% 2.9% 4.2% -8.1% 18.3% -2.9% -0.1% -1.6% 1.1%
BCND -6.0% 36.0% 24.9% -42.9% -13.8% -5.6% 9.4% 3.4% 8.9% 0.8% 5.6% 5.6% 2.3% 5.7% 7.4% 4.6% 7.2% 5.3%
BI 17.7% -7.6% -5.3% -9.8% 0.2% 5.1% 15.2% 1.8% 2.7% 0.6% 2.4% 5.3% 0.9% 7.0% 1.2% -0.1% 2.7% 3.3%
BK 1.5% 12.8% 57.4% -16.2% 46.3% -1.1% 4.9% 8.8% 3.4% 3.7% 3.6% 4.2% -2.3% 6.5% -1.6% 11.3% 0.7% 0.9%
BAT 21.1% 69.9% -30.6% -39.5% -21.5% -9.0% 25.7% 3.5% 2.6% -8.0% -2.6% 4.2% 11.4% 16.8% -29.9% -5.4% -9.5% 1.1%
Total industria 9.9% -0.6% 3.6% -15.9% -1.7% 2.6% 13.2% 2.5% 4.3% 0.5% 3.1% 5.2% 0.9% 7.4% 2.1% 1.8% 3.5% 3.7%

fuente Cálculo de los autores con base en dane-eam, dnp-dde.

una dramática caída que obedece a una mayor diná- grave incidencia en el crecimiento sectorial y en la efi-
mica en la generación de empleo respecto al crecimiento ciencia productiva de las empresas.
en el acervo de capital y, en segunda instancia, una
relativa estabilidad de la intensidad de capital como Desempeño de la Industria
resultado del estancamiento en los ritmos de crecimien- Regional en los Noventa9
to tanto del acervo de capital como del empleo manu-
facturero –entendiendo el empleo manufacturero como Otro de los determinantes fundamentales de la
la suma de los empleos permanentes y temporales–. inversión por el lado de la demanda es la rentabilidad,
Tal proceso podría reflejar la exigua variación en los representada en la tasa de beneficio. En efecto, la ren-
patrones técnicos de la industria regional como quiera tabilidad de la actividad manufacturera depende de la
que, por un lado, la acumulación de capital estaba es- evolución de la demanda toda vez que una mayor acti-
tancada, y por otro, se advierten caídas sustanciales en vidad económica incrementa la masa de ganancias,
la utilización de la capacidad instalada de la industria a aumentando en consecuencia, y para un nivel deter-
partir de 1997 –tema que se aborda más adelante–. minado de acervo de capital, la tasa de beneficios.
Al analizar la dinámica de la intensidad de capital En el cálculo de la tasa de beneficio y el margen de
por tipo de bien se aprecia, a partir de los noventa, una ganancia se usó la metodología aplicada por Chica10
extraordinaria desaceleración en todos los grupos frente para la industria nacional, en la cual se sigue un marco
al desempeño logrado en la década anterior, lo que analítico postkeynesiano-estructuralista.
sugiere nuevamente la escasa importancia que la in- El Cuadro 4 muestra los resultados del desempeño
dustria regional concedió al mejoramiento en la efi- industrial de la región durante los noventa. En prime-
ciencia de los factores de producción (Cuadro 3). No ra instancia, entre 1990 y 1991, se presenta una leve
obstante, las cuantiosas inversiones en maquinaria y caída en la productividad del capital acompañada de
equipo en los años 1993 y 1995 contribuyeron en bue- un incremento en el costo laboral unitario; así mismo,
na medida a profundizar la especialización tecnológica la tasa salarial y la productividad laboral experimentan
en algunas ramas de la industria. Dentro de los grupos
de bienes, los intermedios y los de consumo no dura-
ble presentan claras tendencias a la intensificación de 9
Para el análisis de la rentabilidad en la industria regional se
capital, en los cuales se destacan los sectores de sustan- acoge como marco analítico la visión postkeynesiana, según la cual
cias químicas (351), refinerías de petróleo (353) y ali- las decisiones de inversión están determinadas por factores de de-
manda y rentabilidad y donde la factibilidad en la implementación
mentos excepto bebidas (311). de estas decisiones depende de factores financieros y de disponibili-
Nuestra investigación permite afirmar entonces que dad de divisas. Éstos últimos factores se excluyen del presente análi-
la apertura económica y la desregulación emprendidas sis en razón de la escasa información que se dispone a escala regional.
Una amplia revisión de la evidencia empírica en favor de las res-
en los noventa no incentivaron en los empresarios re-
tricciones de demanda sobre la inversión puede verse en Junankar,
gionales la modernización de la industria –aumentos Raja. “Investment: theories and evidence”, Mcmillan, Essex, 1972.
significativos en k/l– por la vía de mayores gastos en 10
Véase Ricardo Chica. “El desarrollo industrial colombiano, 1958-
inversión incorporadora de cambio tecnológico con una 1980”, en Desarrollo y Sociedad, nº 12, Bogotá, 1984, p. 94.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 53
cuadro 4
Indicadores de desempeño industrial Región Caribe (Porcentajes)

Año Productividad Tasa salarial* Costo Laboral Productividad Utilización Tasa de Margen de
laboral* unitario* del capital* capacidad beneficio ganancia
instalada
1990 4.6 1.3 -3.2 -0.9 n.r 3.2 7.36
1991 1.0 3.2 2.2 -1.2 n.r 2.8 1.73
1992 17.0 -4.2 -18.1 16.1 n.r 12.9 31.67
1993 2.5 8.8 6.2 -8.5 n.r 2.4 6.06
1994 -4.1 -1.2 3.0 -6.2 n.r 9.8 1.71
1995 30.5 7.1 -18.0 19.2 n.r 6.2 14.37
1996 -0.4 7.3 7.7 -5.2 n.r 9.0 21.05
1997 10.3 2.2 -7.3 11.1 76.9 11.1 25.38
1998 5.7 4.5 -1.1 -0.1 73.8 7.8 17.63
1999 4.3 6.7 2.3 -9.2 ** 71.9 3.8 ** 9.5

n.r.: No se dispone de información estadística. * Tasas de crecimiento. ** Calculado con acervo de capital proyectado.
nota La utilización de la capacidad instalada fue tomada de la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta de la andi.
fuente Cálculo de los autores con base en dane-eam, dnp-dde.

tímidos incrementos, situación en la que todavía se bién por la mayor variación en el empleo respecto al
carece de suficientes elementos de juicio para visualizar valor agregado– muestra alzas notorias durante este lap-
el impacto aperturista en el contexto industrial. En so, aunque no de manera sostenida. A ello hay que
1992, se manifiesta un inusitado incremento tanto en agregar como hecho favorable para la competitividad
la tasa de beneficio como en el margen de ganancia, industrial el retroceso sustancial en el costo laboral
atribuible a los menores gastos industriales y a la re- unitario en 1995 y la tendencia decreciente que exhibe
ducción en el costo de la mano de obra como efectiva- desde ese entonces. La combinación de estos eventos
mente se evidencia en la caída de la tasa salarial. No en la industria regional desde 1993 hasta los inicios de
obstante, al año siguiente estos dos indicadores se de- 1997 permite hablar entonces de una leve mejora en
bilitan ostensiblemente, situación que obedece esta vez las condiciones de realización, liderada esencialmente
a los mayores incrementos en los gastos y las remune- por la recuperación paulatina de los salarios y por el
raciones del sector frente a un retroceso en la dinámica incremento en la tasa de beneficio.
del valor agregado11. No obstante, el panorama empieza a deteriorarse
A partir de 1994 empieza a configurarse un esce- desde 1997 como consecuencia del “recalentamiento”
nario distinto para la industria regional ya que tanto la de la economía nacional. En 1998, los descensos simul-
tasa de beneficio como el margen de ganancia se recu- táneos en la tasa de beneficio y en el margen de ganan-
peran e inician un notable proceso de crecimiento que cia se producen justo en el momento en que la
se extiende hasta 1997. Simultáneamente, desde 1994 participación de las remuneraciones en el valor agre-
se observan repuntes intermitentes en la productivi- gado –o el costo laboral unitario– venía deteriorándo-
dad del capital, causados principalmente por las varia- se y cuando no era muy clara la tendencia al aumento
ciones en el valor agregado. El crecimiento de la tasa en la intensidad de capital en la producción. Así mis-
salarial desde 1995 se debe principalmente a las mayo- mo, las reducciones sistemáticas en el uso de la capaci-
res caídas en el empleo manufacturero. Así mismo, la dad instalada se agregan a esta desafortunada situación
productividad laboral –cuya evolución se explica tam- que a estas alturas remite necesariamente a un proble-
ma de formación de demanda por bienes industriales.
11
Adicionalmente, entre 1997 y 1999 se nota una tenden-
Al respecto, cabe señalar que entre el total de gastos industria-
les de la región, los costos laborales de administración y ventas y el cia creciente en la tasa salarial concomitante con meno-
rubro de otros gastos de administración y ventas crecieron conjun- res crecimientos en la productividad laboral, llegando
tamente casi el 50% entre 1992 y 1993. En particular, en este últi- incluso la primera a estar por encima de la segunda en
mo rubro se destaca la dinámica creciente de los costos en los
1999. Esta situación presiona la caída del margen de ga-
servicios públicos, en los arrendamientos de bienes inmuebles y en
el alquiler de maquinaria y equipo al amparo de las presiones infla- nancia en este último año con funestas consecuencias
cionistas de estos años. para la inversión y el empleo manufacturero.

54 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Sin duda, los brotes recesivos surgidos en la eco- mente un factor específico, y 2) no incorporado, es
nomía nacional desde 1996 transmitieron la erosión decir, que los insumos de producción son por igual
progresiva de la demanda agregada al sector indus- eficientes en el tiempo. En otras palabras, no se tienen
trial de la región por la vía de la rentabilidad, con- en cuenta las variaciones en la calidad de los insumos.
virtiéndolo en una actividad poco atractiva para la Es de advertir que se hará referencia al cambio téc-
inversión12. nico (o dinamismo tecnológico) sólo a las variaciones
positivas en la ptf, dejando por fuera del análisis el
Productividad total de los nivel absoluto de ésta (eficiencia productiva).
factores y cambio técnico
Productividad total de los factores
El modelo de crecimiento neoclásico se ha consti-
tuido en el marco analítico dominante respecto a la Antes de analizar los resultados de la ptf para la
medición de la tasa de cambio técnico tanto en el pla- industria regional, es conveniente señalar que existen
no teórico como en el empírico. En este sentido, la dos enfoques en la literatura neoclásica sobre la medi-
importancia de este modelo –a partir de los artículos ción del cambio técnico: 1) el basado en números índi-
de Solow sobre la función de producción y el cambio ce, también llamado no paramétrico, que intenta
técnico13– radica en que bajo los supuestos tradiciona- descomponer el producto entre sus fuentes sin suponer
les de: 1) competencia perfecta en los mercados de pro- a priori una forma funcional específica para la tecnolo-
ductos y de factores, 2) rendimientos constantes a gía y 2) el paramétrico, que utiliza formas funcionales
escala, 3) optimización de largo plazo de las firmas y específicas de la tecnología para, a partir de éstas, dedu-
ausencia de externalidades en la producción y 4) pro- cir ecuaciones paramétricas de cambio técnico.
greso técnico no incorporado a los bienes de capital, la En este estudio, recurrimos al enfoque paramétrico
tasa de cambio técnico es igual al residuo no explicado que permite medir la tasa de cambio técnico a través
por el crecimiento de los factores productivos, es decir, del residuo. Sin embargo, esta metodología ha recibi-
la productividad total de los factores (en adelante, ptf). do duras críticas desde sus inicios14, pero su utiliza-
Asumiendo entonces una función de producción ción, al menos para el caso colombiano, continúa
–forma paramétrica de la tecnología–, el cambio en los siendo aceptada entre los estudiosos de la industria na-
insumos productivos genera movimientos a lo largo de cional15. Aún así, hay que aclarar que dentro de este
esta función de producción en tanto que la variación enfoque el comportamiento de la ptf es apenas un
positiva en el residuo (ptf) representa un desplaza- reflejo de la dinámica del cambio técnico y no debería
miento ascendente de la función de producción man-
teniendo constantes los precios de los factores. Tal
desplazamiento implica cierto grado de progreso téc- 14
Para una extensa revisión de las criticas a esta metodología de
nico, el cual posee dos connotaciones: 1) es neutral, lo medición, véase Jan Fagerberg. “Technology and international diffe-
que significa que las innovaciones no ahorran relativa- rences in growth rates”, Journal of economic literature, vol. xxxii,
September, 1994, pp. 1147-1175.
15
En particular, véanse los trabajos de Juan Echavarría. Cambio
técnico, inversión y reestructuración en Colombia, en Coyuntura Econó-
12
Desde luego, existen factores de orden estructural en la región mica, vol. xx, nº 2, Junio de 1990; Guillermo Bonilla. “Tenden-
como la inadecuada provisión de infraestructura pública y el esca- cias de la productividad en la industria manufacturera colombiana”,
so nivel de formación del recurso humano que indefectiblemente en Luis J. Garay (Ed.) Estrategia industrial e inserción internacional,
inciden en la baja rentabilidad. Sobre estos y otros temas relevan- Fescol, Bogotá, 1992; Ricardo Chica. “Crecimiento de la producti-
tes para la región puede consultarse Calvo, Haroldo y Meisel, Adolfo vidad y cambio técnico en la industria manufacturera colombia-
(Eds.) “El Rezago de la Costa Caribe Colombiana”. Banco de la Re- na”, en Ricardo Chica. El Crecimiento de la Productividad en
pública, Fundesarrollo, Universidad del Norte, Universidad Jorge Colombia, dnp, Bogotá, 1996, y Luis J. Garay (coord.), 1998, op.
Tadeo Lozano. Bogotá, 1999. cit. Un intento de medición de la tasa de cambio técnico para la
13
Robert Solow (1956). “A contribution to the theory of Economic industria colombiana utilizando el enfoque no paramétrico puede
growth”, Quarterly journal of economics, 70, pp. 65-94; Robert Solow verse en Carlos Pombo. “Productividad industrial en Colombia:
( 1957 ). “ Technical change and the aggregate production function”, una aplicación de números índices”, en: Revista de economía del
Review of economics and statistics, 23, pp. 101-108. Rosario, vol 2, nº 1, junio de 1999.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 55
confundirse con el concepto mismo de él16; razón por mitieran consolidar progresivamente mayores niveles
la cual la aplicación de esta metodología responde más de competitividad y aprovechar las externalidades pro-
a un criterio de aproximación al desempeño innova- venientes de su ventaja comparativa –y estratégica– de
dor de la industria regional en general. localización geográfica en el marco de la globalización
Se propone entonces una función de producción de la economía.
(o tecnología) del tipo Cobb-Douglas de la forma: No obstante, si se analiza con mayor detalle la evo-
lución de la ptf por sectores durante el período de
Qt=At * Ktα * Mtβ * Ltγ apertura, puede verse cómo algunos de éstos mostra-
ron un notable incremento de esta variable frente a lo
Donde Qt: producción bruta real; At: PTF; Kt: que ocurrió en el período inmediatamente anterior.
acervo de capital; Mt: materias primas; Lt: personal Tales cifras corroboran entonces los procesos de rees-
ocupado; el subíndice t representa el tiempo en años; tructuración acometidos por algunos de estos sectores
los superíndices α, β y γ expresan los rendimientos o en la medida en que se reacomodaban a una nueva
productividades marginales de los respectivos factores estructura de mercado más competitiva. Entre los sec-
de producción. Bajo el ya mencionado supuesto de tores que le imprimieron mayor dinamismo a la inno-
rendimientos constantes a escala se tiene que: vación se destacan aquellos considerados intensivos
en capital como sustancias químicas (351), fabricación
α + β + γ = 1. de otros productos minerales no metálicos (369) e in-
dustrias básicas de hierro y acero –ferroniquel– (371),
Operando algebraicamente la función de produc- sectores que de alguna manera aprovecharon la co-
ción se llega a establecer la siguiente ecuación lineal de yuntura revaluacionista de esta etapa para gestar im-
cambio técnico: portantes procesos de incorporación de equipo. Así
mismo, otros sectores presentaron interesantes diná-
dLnAt dLnQt dLnKt dLnMt dLnLt micas innovadoras como el caso de bebidas (313) favo-
-α -β -γ
dt = dt dt dt dt recido como se sabe por la no transabilidad de sus
productos; el sector de confecciones (322), que vio iró-
A partir de esta ecuación se obtiene el conocido nicamente afectada su competitividad externa por la
índice de Divisia: revaluación cambiaria17, y los sectores de fabricación
• • • • • de muebles (332) y de imprentas y editoriales (342) que
A Q K -β M -γ L también observaron desempeños significativos respec-
A = Q

K M L
to a la incorporación de cambio técnico.
Durante la fase postaperturista, se rezaga la di-
Los resultados de la aplicación de esta fórmula para námica tecnológica de los sectores mencionados. En
cada uno de los sectores que conforman la industria general, los sectores líderes de la industria regional –
regional se presentan en el cuadro 5. químicos (351), otras industrias manufactureras (390),
Durante la década de los noventa, el desempeño alimentos (311) y bebidas (313)– presentan sendas caí-
de la industria del Caribe colombiano en materia de das en la ptf. Una vez se replantea la apertura y em-
incorporación tecnológica no se correspondió con
los pronósticos de los teóricos promotores de la po- 17
Cabe señalar que este sector industrial, importante para la re-
lítica liberacionista. En efecto, las cifras confirman gión por su alta participación exportadora desde finales de los
que tanto para el período de apertura como para la ochenta, no pudo resarcirse de los efectos perversos del proceso
fase postaperturista, el cambio técnico en la industria revaluacionista con el buen desempeño en materia de innovación
tecnológica, y quedó en una posición poco competitiva en los
regional no evidenció impactos sustanciales que le per- mercados externos con el agravante de ver disminuida su partici-
pación en el mercado doméstico a causa de la afluencia masiva de
importaciones textiles y el descomunal incremento en los niveles
16
Sobre el concepto general de cambio técnico puede verse Al- de contrabando. Al respecto, véase Ramos, José. El comercio inter-
varo Zerda. Apertura, nuevas tecnologías y empleo, Fescol, Bogotá, nacional del Caribe Colombiano. Ediciones Uninorte, Barranquilla,
1992, cap. 4. 2001, pp.57-59.

56 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
cuadro 5
Variación porcentual de la Productividad total factorial en la Industria regional
(Tasas de crecimiento promedio)

CIIU 1981-1984 1985-1989 1981-1989 1990-1994 1995-1998 1990-1998 1981-1998


322 4.54 4.47 3.48 3.72 -3.46 2.40 0.87
324 -3.86 1.10 -2.49 -2.19 1.83 0.90 -0.58
332 -0.45 -1.82 -0.10 2.56 1.14 0.60 0.47
342 -9.69 -5.24 -3.72 5.89 -2.63 0.79 -0.13
352 3.88 -2.89 0.14 -0.88 1.29 -1.32 0.35
BCD -1.27 -0.69 -0.55 1.76 -0.44 -0.65 0.15
311 -2.30 -0.20 -0.27 0.33 -1.77 0.06 -0.11
312 4.83 2.80 1.10 0.16 -0.46 0.41 0.26
313 -7.69 -6.52 -2.21 4.02 2.09 0.32 1.25
BCND -1.25 -1.08 -0.33 1.61 0.04 0.27 0.46
321 7.14 -2.83 -0.72 0.35 0.47 -0.25 0.85
331 3.39 7.91 4.36 -3.37 11.90 0.45 1.24
341 3.57 -1.16 0.88 -0.43 -6.13 -1.95 -0.65
351 0.39 -1.50 0.22 3.76 -2.56 0.20 -0.04
356 -2.40 -2.15 -1.96 -1.09 -5.29 -1.07 -0.95
369 -4.69 3.64 -0.51 5.32 -0.45 0.55 -1.17
371 10.38 3.34 4.68 7.01 -0.71 2.11 1.44
390 7.55 -1.25 -0.04 -0.46 -9.84 -0.15 0.21
BI 2.84 0.75 0.79 1.41 -0.71 -0.25 0.87
381 12.64 0.93 -0.81 -4.61 -11.48 -4.55 -1.96
382 -12.22 -3.81 0.01 -0.02 8.17 0.97 1.59
383 -2.52 2.86 -2.77 1.77 0.83 5.04 1.23
BK 1.43 -4.70 -1.23 -1.13 -0.94 0.53 0.35
355 2.94 -3.16 -1.20 -1.45 -4.61 -6.35 -3.06
384 15.41 -1.15 1.94 -5.16 5.99 -0.48 2.81
BAT 8.45 -2.23 0.18 -3.40 -3.55 -2.87 0.05
Total
Industria 1.47 -0.32 0.00 0.73 -0.75 -0.06 0.19

fuente Cálculo de los autores con base en dane-eam.

pieza a desvanecerse la burbuja consumista con el sub- ficando no sólo el estancamiento estructural de esta
secuente retroceso progresivo de la demanda agregada, variable sino también, y más grave aún, el rezago tec-
las empresas regionales se vieron forzadas a concen- nológico de la industria regional.
trarse en la reducción de costos –principalmente los
costos variables– con el fin de mantener la posición Determinantes del Cambio
lograda en el período precedente, aunque esta vez en Técnico en la Industria Regional
un mercado con mayores restricciones, restándole re-
lativa importancia a las actividades de innovación18. Para establecer el impacto de las medidas de libe-
A manera de comparación, las variaciones de la ralización comercial de los noventa sobre el cambio
ptf en la industria regional se encuentran en niveles técnico en la industria caribeña, se hicieron estimacio-
inferiores a los registrados para el agregado manufac- nes econométricas aplicando un modelo similar a los
turero nacional19. En el plano regional, los resultados utilizados para la industria nacional por Echavarría,
obtenidos para la ptf no difieren significativamente Bonilla y Garay 21. Los cálculos para la industria regio-
de los trabajos precedentes de Novoa, y de Quesada y
Rosado20. De esta forma, las exiguas variaciones en la 20
Dairo Novoa. Crecimiento industrial y productividad factorial
ptf a lo largo de las dos últimas décadas estarían rati- en la industria manufacturera del Caribe Colombiano, 1974-1996. Tesis
de grado. Programa de Economía, Universidad de Cartagena, 1999,
p.94, cuadro 17; Victor Quesada y Luis Rosado. Productividad y cam-
18
Sobre este aspecto, véase Juan C. Trujillo, op. cit., p.33. bio técnico en la industria manufacturera de la Costa Atlántica, 1974-
19
En su reciente estudio, Malaver encuentra las siguientes varia- 1991. Tesis de Magister en Ciencias Económicas, Universidad
ciones de la ptf para la industria nacional: en el período 1990-94, Nacional de Colombia, sede Bogotá, 1996, p.36, cuadro 3.2.
21
1.7%; para 1994-98, 6% y para 1990-98, 3.6%. Véase Malaver, op. Juan Echavarría. Op. cit., pp.115-124; Manuel Bonilla. Op.
cit., p. 14, cuadro 4. cit., pp.320-327; Luis Garay. Op. cit., pp.550-552.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 57
nal se realizaron con un nivel de desagregación a tres de que en los noventa éstos se tornan positivos. Este
dígitos del ciiu tomando como base los registros de la resultado parece indicar que la composición de capital
Encuesta Anual Manufacturera. no ejerció mayor influencia en el desarrollo tecnológi-
El modelo que se propone es el siguiente: co de la industria regional durante esta década.

d lnPTF = C + β 1 *d lnVA+ β 2 *d lnINSK+ β 3 *d lnPL+ β 4 *d lnPK+ β 5 *d lnAPEX+ β 6 *d lnPI

donde: En cuanto a las productividades factoriales, queda


PTF productividad total de los factores. claro que el cambio técnico fue liderado durante los
VA valor agregado ochenta y el primer cuatrienio de los noventa por la
INSK intensidad de capital. productividad del capital –mayor valor agregado en
PL productividad laboral. relación con la inversión–. Sin embargo, en el período
PK productividad del capital. 1995-98 la productividad laboral comienza a presentar
APEX coeficiente de apertura exportadora. un coeficiente positivo y significativo, lo que corrobo-
PI coeficiente de penetración de importaciones. ra sin duda el deterioro continuo en los niveles de
empleo conjuntamente con la caída –aunque en me-
Los resultados obtenidos para el total de la indus- nor proporción– en la dinámica del valor agregado
tria regional aparecen resumidos en el Cuadro 6. La durante este lapso. De esta forma, la modificación de
relación funcional entre el cambio técnico y el valor las relaciones tecnológicas y en especial la reducción
agregado –positiva y significativa en todos los perío- de la mano de obra industrial –de carácter permanen-
dos y en la mayoría de los modelos– verifica el cumpli- te– a partir del segundo lustro de los noventa afectó
miento de la Ley de Kaldor, según la cual el lento positivamente el pobre desempeño de la industria re-
(rápido) crecimiento del producto incide negativamen- gional en materia de dinamismo tecnológico.
te (positivamente) en la dinámica innovadora de la in-
dustria. En esencia, ésta es la relación que podría La Demanda en la Industria Regional
explicar la baja incorporación de cambio técnico en la
industria regional y, de contera, su estancamiento du- Ahora, abordamos la crisis industrial analizada
rante los noventa. antes desde la perspectiva de la demanda regional. Para
De los resultados sobre las variables de apertura
–tasa de apertura exportadora y tasa de penetración
de importaciones– se desprende que el cambio técni-
co no fue influenciado por las crecientes medidas de
liberalización comercial. De hecho, sólo la penetra-
ción de importaciones registra un coeficiente positi-
vo muy bajo en el período de apertura económica y
no es estadísticamente significativo. Para el resto de
períodos del análisis, estas dos variables revelan una
alta inelasticidad en la relación cambio técnico-aper-
tura. Más aún, estas estimaciones confirman la nimia
importancia del comercio exterior en el desarrollo tec-
nológico de la manufactura regional en su conjunto.
Sobre la intensidad de capital cabe decir que sus
coeficientes no resultaron estadísticamente significati-
vos en ninguno de los subperíodos analizados, a pesar

21
Juan Echavarría. Op. cit., pp.115-124; Manuel Bonilla. Op. Cartagena, la oportunidad portuaria.
cit., pp.320-327; Luis Garay. Op. cit., pp.550-552. FOTO: ASI ES CARTAGENA DE INDIAS- EDICIONES GAMMA

58 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
cuadro 6
Determinante del Cambio Técnico en la Industria Manufacturera
del Caribe colombiano, 1982-1998 (Por Subperíodos)
Variable dependiente: ptf
1982-1989 [1] [2] [3] [4] [5] [6] [7]
Constante -0.019865 -0.019462 0.001408 -0.019054 0.005775 -0.003281 -0.0120145
Valor agregado 0.565039** 0.559757** 0.561747** 0.203372 0.573978**
Coeficiente exportador -0.007297 -0.01891
Penetración de importaciones -0.00098 -0.016456
Intensidad de capital -0.008821
Productividad del capital 0.484086** 0.33704**
Productividad laboral -0.002193 -0.011074

R2 ajustado 0.34159 0.335241 0.007019 0.337648 0.368806 0.378526 0.346352

1990-1994 [1] [2] [3] [4] [5] [6] [7]


Constante 0.000878 -0.00146 0.014378 0.000887 0.030558 0.035078 0.00068
Valor agregado 0.430674** 0.426941** 0.439102** -0.070219 0.432241**
Coeficiente exportador -0.00763 -0.036864
Penetración de importaciones 0.009261 0.010914
Intensidad de capital 0.024564
Productividad del capital 0.442321** 0.501093**
Productividad laboral -0.004173 -0.004356

R2 ajustado 0.435314 0.427846 0.005324 0.430405 0.534868 0.534266 0.432341

1995-1998 [1] [2] [3] [4] [5] [6] [7]


Constante -0.016288 -0.020016 -0.007665 -0.020657 -0.032505 -0.010715 -0.03848
Valor agregado 0.112395* 0.171214* 0.152334* -0.277351 0.473664**
Coeficiente exportador 0.052949 -0.003401
Penetración de importaciones 0.030935 -0.040909
Intensidad de capital 0.079974
Productividad del capital 0.50373** 0.400498**
Productividad laboral 0.096481** 0.0917**

R2 ajustado 0.044803 0.0373 -0.015062 0.038693 0.518162 0.12143 0.389541

1990-1998 [1] [2] [3] [4] [5] [6] [7]


Constante -0.005648 -0.011716 0.003228 -0.007665 0.004716 0.013423 -0.008191
Valor agregado 0.221739** 0.23927** 0.258242** -0.203946* 0.286192**
Coeficiente exportador 0.012656 -0.031824
Penetración de importaciones 0.021978 0.007409
Intensidad de capital 0.082204
Productividad del capital 0.314656*** 0.432746
Productividad laboral 0.028339** 0.026316**

R2 ajustado 0.163421 0.165514 0.000602 0.165542 0.315679 0.250572 0.229551

* Estadísticamente significativo al 95%


** Estadísticamente significativo al 99% fuente Cálculo de los autor es con base en dane-eam.

tal efecto, nuestro análisis se divide en dos partes: una demanda, las cuales se clasifican en tres grupos: de-
primera centrada en el estudio de los componentes de manda doméstica, sustitución de importaciones, y ex-
la demanda industrial en la región y sus fuentes de cre- portaciones.
cimiento, y una segunda en el examen del deterioro En el Cuadro 7 se puede observar la participación
comercial de la industria como resultado de la erosión de cada fuente de la demanda al crecimiento de la pro-
de su competitividad. ducción bruta industrial del Caribe colombiano para
distintos subperíodos. Además se presentan las contri-
DEMANDA INTERNA buciones en términos porcentuales y en su aporte a la
El crecimiento de la demanda es un factor clave en tasa de crecimiento del producto.
el proceso de acumulación industrial22, por lo cual es Las participaciones del cuadro muestran la gran
importante analizar las fuentes del crecimiento de la importancia de la demanda doméstica en la tasa de
crecimiento de la producción industrial de la región,
22
no sólo porque representa la fuente principal para to-
Nuevamente se pone de relieve el marco analítico “postkey-
nesiano”, según el cual la demanda es un factor imprescindible en dos los subperíodos, sino también porque su impor-
el análisis de las crisis de acumulación industrial. tancia crece en la medida en que se revierte el proceso

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 59
cuadro 7 No obstante, los retrocesos tanto en la demanda
Descomposición del Agregado Manufacturero doméstica como en la sustitución de importaciones
según Fuentes de Crecimiento Región Caribe
fueron acompañados por la débil contribución de las
Subperíodos Demanda Sustitución de Exportaciones Total
exportaciones como fuente de crecimiento, que, a pe-
doméstica importaciones sar de ser positiva en el período 1995-99, no alcanza a
1980-89 68.4 16.1 15.6 100.0
1990-94 528.3 -479.3 51.0 100.0 contrarrestar la presión de las importaciones, lo que
1995-99
1990-99
153.8
185.3
-87.5
-149.4
33.6
64.1
100.0
100.0
implica en forma manifiesta el deterioro en la balanza
comercial de la industria regional.
1980-89 5.3 1.2 1.2 7.7
1990-94 11.2 -10.1 1.1 2.1 De la mano del estancamiento industrial va la pér-
1995-99 2.9 -1.6 0.6 1.9
1990-99 6.3 -5.1 2.2 3.4
dida de dinamismo de la demanda interna que depen-
de, en buena medida, del nivel de empleo y de la tasa
nota Los registros de expor taciones e impor taciones fuer on de salario real. Así, la formación de la demanda en la
tomados de la D irección de I mpuestos y A duanas Nacionales
–dian-. Estos registros son de origen, lo que significa que las
región Caribe se ha visto afectada por la dramática caí-
exportaciones corr esponden a cada uno de los depar tamentos da en el empleo manufacturero desde 1994 con una
de la región y las importaciones a las demandadas por éstos. creciente temporalidad en las ocupaciones generadas
fuente Cálculo de los autor es con base en dane-eam.
por el sector que se extiende desde 1994 hasta 199723
(Gráfico 5a). La situación se agudiza después, y sólo
de sustitución de importaciones. Así, en el período entre 1997 y 1999 se pierden 7.923 puestos de trabajo
1990-94, la sustitución de importaciones contribuye en las dos categorías de empleo. No obstante, este con-
negativamente al crecimiento en -479.3%, lo cual re- siderable deterioro en los niveles de empleo estuvo
presenta un efecto recesivo de 10.1 puntos, de tal for- acompañado por una evolución especialmente favora-
ma que el producto habría crecido en un hipotético ble en las condiciones de remuneración de los trabaja-
12.3% en lugar del 2.1% al cual creció sino hubiera sido dores industriales (Gráfico 5b). Así, el aumento del
por el efecto negativo de la sustitución de importacio- poder adquisitivo del fondo salarial de la industria li-
nes. Se observa además la pérdida de dinamismo de
esta última fuente, y la caída sustancial en la contribu- gráfico 5b
Evolución de los Salarios Reales en la Industria
ción de la demanda doméstica, a lo largo del período
Región Caribe
1995-99.

Salario obreros permanantes Salario empleados permanantes

gráfico 5a Salario industrial Salario mínimo


100.000.000 48.000
Evolución del Empleo Manufacturero 90.000.000
Región Caribe 80.000.000
46.000
Miles de pesos de 1990

70.000.000 44.000

Pesos de 1990
60.000.000
42.000
50.000.000
Empleo permanente Empleo temporal
40.000
53.000 40.000.000
30.000.000 38.000
48.000
20.000.000
36.000
Número de empleados

43.000 10.000.000

38.000 0 34.000
1980

1982

1984

1986

1988

1990

1992

1994

1996

1998

33.000

28.000

23.000
Deflactor utilizado: ipp base 1990.
18.000 fuente Cálculo de los autores con base en dane-eam.
13.000
1980

1982

1984

1986

1988

1990

1992

1994

1996

1998

23
Como consecuencia de la aprobación de la ley 50 de 1990 que
flexibilizó el mercado laboral desde 1992 formando parte integral
Deflactor utilizado: ipp base 1990. de la estrategia aperturista con miras a la racionalización de los
fuente Cálculo de los autores con base en dane-eam. costos empresariales.

60 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Instalaciones de Rafael del Castillo y cia. s.a., sobresaliente industria harinera de la región costeña.
FOTO CARTAGENA INDUSTRIAL, DE JAIME BORDA Y GUILLERMO DURÁN

gado al proceso deflacionista de la segunda mitad del comercial. Como se observa en el cuadro 8, la partici-
decenio24 no alcanzó a compensar la “destorcida” en el pación de las exportaciones industriales regionales en
empleo, lo que aunado al exiguo crecimiento del pro- las nacionales declinó de manera dramática entre 1990
ducto y a la caída en los niveles de inversión contribu- y 1999 al tiempo que la participación importadora
yen a la profundización de la crisis estructural que ya mantuvo una relativa estabilidad en el mismo perío-
padecía la industria caribeña. do. En forma similar, el coeficiente exportador, que
registra sus niveles más altos entre 1990 y 1991, cae
demanda externa: abruptamente en 1992, año a partir del cual se estanca;
a u g e d e l a s i m p o r ta c i o n e s por su parte, el coeficiente importador muestra un ver-
y d e t e r i o r o e x p o r ta d o r tiginoso incremento entre 1991 y 1992 y presenta luego
Las dificultades por las que atravesó la industria del una suave tendencia decreciente.
Caribe colombiano a lo largo de los noventa se refleja- A partir de estos indicadores, es claro que la aper-
ron marcadamente en el deterioro de su competitividad tura económica no significó, como se esperaba, un
jalonamiento para las exportaciones manufactureras en
las empresas de la región habida cuenta de su cercanía
24
Situación también observable en los salarios reales de la eco- a los puertos. Al contrario, se evidencia una dramática
nomía en general durante ese período. Sobre este aspecto, véase arremetida de las importaciones industriales especial-
López, Hugo. Características y Determinantes de la Oferta Laboral
mente en 1992 cuando éstas alcanzan un crecimiento
Colombiana y su Relación con la Dinámica del Desempleo, en Urrutia,
Miguel (Ed.). Empleo y Economía, Memorias del Seminario, Banco de 140% (Gráfico 6). Este descomunal incremento en
de la República, Bogotá, dc, 2001, pp.158-159. las importaciones, que afectó el crecimiento industrial,

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 61
cuadro 8 gráfico 6
Comercio Exterior Manufacturero Crecimiento de las Exportaciones e Importaciones
Región Caribe (Porcentajes) Industriales de la Región Caribe y Comportamien-
to del Índice de Tasa de Cambio Real
Años Participación Participación Coeficiente Coeficiente
Exportaciones Importaciones Exportador Importador
Región/Nación Región/Nación
Exportaciones Importaciones ITCR
1980 31.08 9.07 14.88 15.57 140 140
1981 26.00 9.33 11.87 17.46 120
120
1982 47.49 9.72 19.49 19.55 100
80 100
1983 35.30 12.55 10.02 19.69
60 80
1984 32.31 14.27 8.44 20.68
40
1985 30.40 9.68 10.09 14.10 60
20
1986 31.30 12.04 16.33 24.14 0 40
1987 34.59 13.59 16.47 21.50 -20
20
1988 40.02 11.17 18.90 17.50 -40
1989 39.95 11.07 22.58 17.46 -60 0
1990 39.87 12.00 28.84 21.05
1991 40.13 12.19 37.32 20.86
1992 30.50 23.28 24.17 44.74
1993 23.88 11.16 23.08 37.25
fuente Cálculo de los autores con base en dian,
1994 26.54 12.47 21.96 38.45 Banco de la República.
1995 26.52 14.36 23.42 42.53
1996 27.98 11.78 22.20 32.31
1997 24.98 13.65 20.88 39.26
1998 23.58 13.59 22.20 40.51 gráfico 7
1999 25.49 16.56 26.66 41.23
Balanza Comercial Manufacturera
Región Caribe
fuente Cálculo de los autores con base en dane-eam, dian.

revela el menor grado de integración vertical de la in- 1.000.000.000

dustria regional que, en condiciones de apertura, per- 0

mite prescindir de las barreras a la entrada de empresas -1.000.000.000

a través del control de materias primas, insumos y bie- -2.000.000.000


nes de capital25. Este proceso explica a su vez la reorga-
-3.000.000.000
nización y la racionalización de los costos de producción
-4.000.000.000
que acometieron las empresas regionales y que se veri-
fica durante la segunda mitad de la década. A partir de -5.000.000.000
1980-84 1985-89 1988-91 1980-89 1990-94 1995-99 1990-99
1995, la dinámica del comercio exterior industrial em-
pieza a desvanecerse al mismo tiempo que asoman las
fuente Cálculo de los autores con base en dian.
primeras señales inequívocas de la recesión.
Ahora bien, si se analiza con mayor detenimiento está fuertemente atado a la evolución de la tasa de cam-
el dinamismo exportador de la industria regional en el bio real aunque reaccionando en forma tardía durante
período de apertura económica, se puede confirmar los noventa. Nótese que para 1998 las exportaciones
con nitidez que la competitividad internacional de los industriales empiezan a repuntar débilmente luego de
bienes manufacturados se vio afectada en parte por la producirse el quiebre en la tendencia revaluacionista
desmejora sustancial de los precios relativos originada en tanto que las importaciones ya venían en franco
en la sobrevaluación real del peso –legado de la aper- descenso desde 1997.
tura sin par en la cuenta de capitales26–. En efecto, el Por su parte, el inusitado vigor de las importacio-
Gráfico 5 muestra cómo el ritmo de las exportaciones nes al inicio de la década revela también su rápida
respuesta a la rebaja en las posiciones arancelarias
como consecuencia de la estrategia aperturista. En
25
Corchuelo, Alberto. “El Proceso de Industrialización y la Aper- suma, lo que se advierte en el fondo es la incapacidad
tura”, en: Revista Economía Colombiana, nº 248, Julio-Agosto de
1994, p.114. de la industria regional para crear ventajas competiti-
26
Fenómeno concomitante con lo acaecido en la industria na- vas dinámicas en el corto plazo así como una oferta
cional. Véase Florentino Malaver. Op. cit., p.2, cuadro 1. exportable sólida que le permitiese compensar la ava-

62 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
lancha importadora, máxime en un entorno macroeco- bricación de maquinaria eléctrica (383). Por su parte, los
nómico adverso al desarrollo industrial27. sectores de Confecciones (322), Calzado (324) y Otros
Esta desafortunada combinación de deterioro en productos minerales no metálicos (369) muestran tam-
el intercambio comercial de la industria del Caribe bién un alto grado de participación exportadora pero
colombiano se plasma de manera contundente al ob- han mantenido paralelamente una apertura importadora
servar los resultados de su balanza comercial. Como se relativamente baja desde los ochenta.
aprecia en el Gráfico 7, en los noventa el déficit co- Así, los sectores más intensivos en importaciones
mercial se cuadruplicó en relación con la década ante- son a su vez los más intensivos en capital, lo que impli-
rior. También es claro que la “destorcida” en el comercio có que los mayores beneficios del discreto desempeño
exterior se propicia desde la segunda mitad de los no- exportador de la industria en general quedaran en
venta luego de haberse socavado la incipiente estruc- manos de estos últimos. Así, sectores como Químicos,
tura exportadora de la industria regional. Ahora bien, Ferroniquel y Maquinaria eléctrica enfrentaron tipos
sólo en el período 1988-91 se observa un superávit co- de cambio real más favorables en el sentido de abaratar
mercial que coincide con la época de mayor esplendor los costos de producción por la vía de las importacio-
en el comportamiento de las exportaciones en los últi- nes de insumos y de bienes de inversión que, de algu-
mos veinte años, llegando a una tasa de crecimiento na manera, los hizo relativamente más competitivos.
promedio anual de 29%. Por tipo de bien, cabe decir que los bienes interme-
En consecuencia, es innegable que la estrategia dios siguen conservando el mayor flujo comercial en la
aperturista de los noventa le propinó un severo golpe a industria regional. Dentro de esta categoría, la apertura
la manufactura regional, dejando comprometidos en económica significó una expansión exportadora en sec-
el mediano plazo los esfuerzos orientados a fomentar tores como Ferroniquel, Sustancias químicas y Texti-
el desarrollo exportador desde esta zona del país. les, aunque la penetración de importaciones creció
también considerablemente en los dos últimos. La ca-
tegoría de bienes de consumo durable registra un alto
Un vistazo al desempeño comercial
desempeño exportador durante la apertura, influenciada
por sectores y tipo de Bienes
enormemente por el sector de Confecciones. La partici-
pación exportadora de este sector casi se triplica en los
En el ámbito sectorial se puede deducir que el pa-
primeros años de los noventa respecto al promedio de la
trón de comercio exterior de la industria del Caribe
década anterior. Sin embargo, este auge exportador se
colombiano tiene en general características de tipo
debilita posteriormente y cae a participaciones nunca
intraindustrial ya que los sectores con las mayores parti-
antes vistas para este sector y queda en 1998 por fuera de
cipaciones en las importaciones son los que poseen tam-
la clasificación de los renglones de mayor importancia
bién los más altos coeficientes de exportación dado su
exportadora en la industria del Caribe colombiano29.
peso específico en el agregado industrial28 (Cuadro 9).
Los bienes de consumo no durable también mues-
Entre estos sectores cabe mencionar el de Otros pro-
tran un tímido repunte exportador durante la apertura,
ductos químicos (352), Textiles (321), Sustancias quími-
encabezados esencialmente por el sector de Alimentos.
cas industriales (351) y Ferroniquel (371) y, aunque con
Luego su participación se estabiliza aunque permanece
una baja participación en la industria, el sector de Fa-
alta con relación a la de los ochenta. Su penetración
importadora se mantiene estable en los noventa. De
27
otro lado, los bienes de capital presentan una fuerte
Además de la revaluación que se extiende hasta 1998, también
incidieron en la pérdida de competitividad de las exportaciones expansión importadora desde los primeros años de la
industriales factores como los aumentos recurrentes en las tasas de apertura; incluso la participación de las importaciones
interés, las continuas reformas tributarias encaminadas a corregir para esta clase de bienes se incrementa en el segundo
el déficit fiscal, el rezago en la infraestructura pública regional, la
lustro del decenio. Así las cosas, es de esperar, siguiendo
inseguridad y la corrupción.
28
Característica que históricamente ha sido observada en el agre-
gado manufacturero nacional. Al respecto, véase Garay, Luis, op.
29
cit., p. 519 Ramos, José, op. cit., pp. 66-67.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 63
las prescripciones de Rodrik30, que la dinámica de asi- la formación de la demanda por bienes manufactura-
milación tecnológica por la vía de las importaciones de dos, redujo el ritmo de crecimiento de la productivi-
bienes de capital mejore significativamente en la indus- dad del capital desde ese año y de paso su contribución
tria regional en los años venideros, aunque hay que re- al desempeño innovador (variaciones en la ptf) de la
conocer también que ese proceso no ocurre en forma industria regional en general. Ahora bien, si los retro-
espontánea. Por último, los bienes asociados al trans- cesos en la productividad del capital fueron compen-
porte exhiben altas tasas de penetración importadora sados en parte por el crecimiento de la productividad
que afloran masivamente desde el período aperturista y laboral y la tendencia decreciente en el costo laboral
se refuerzan desde entonces. Entre las importaciones más unitario desde 1995, los mayores incrementos en la tasa
dinámicas se destacan las de llantas y las de equipo y salarial respecto a la productividad laboral comprimie-
material de transporte. ron fuertemente el margen de ganancia configurando
Finalmente, se debe reconocer que los sectores más un escenario poco favorable para la inversión indus-
representativos en la industria regional resultan ser de trial. Esta situación empeora a partir de 1997 con la
inconveniente desarrollo exportador en términos del sucesión de quiebras y concordatos en varias empresas
bajo valor social presente en su expansión exportadora manufactureras importantes de la región, la mayoría
–químicos, textiles, ferroniquel, confecciones, alimen- de ellas medianas, incluso llegando algunas a acogerse
tos– o de un desarrollo sobredimensionado frente a a los mecanismos de salvamento contemplados en la
una dinámica comercial intersectorial más afín con ven- Ley 550 de 199931.
tajas de elasticidad ingreso y de progreso técnico. El desempeño tecnológico de la industria regional
aproximado por los cambios en la ptf es una muestra
Conclusiones más del rezago del sector. Se confirma la vigencia de la
Ley de Kaldor: la industria no creció y por ello no pudo
Durante la década de los noventa la industria ma- aprovechar economías de escala, al tiempo que fue
nufacturera del Caribe colombiano tuvo que enfren- imposible incorporar avances tecnológicos en un esce-
tarse a un contexto competitivo mucho más exigente nario de lento crecimiento. De otro lado, se mostró
y a un entorno macroeconómico menos favorable cómo las variaciones de la ptf (dinamismo tecnológi-
que el existente en el período de sustitución de im- co) en los ochenta y durante la apertura económica se
portaciones. Este nuevo escenario produjo, como se debieron a la mayor productividad del capital con la
ha visto, un retroceso sensible en el desempeño de productividad laboral relativamente estancada. Por el
sus principales indicadores agregados. En este senti- contrario, en la segunda mitad de los noventa la pro-
do, se necesita explorar el significado de los resulta- ductividad laboral empieza a explicar parcialmente los
dos obtenidos para establecer criterios que permitan cambios en la dinámica tecnológica como resultado de
viabilizar la profundización y la competitividad del la caída sustancial en los niveles de empleo. No obstan-
sector industrial en esta importante zona geográfica del te, en la década el nivel de cambio técnico de la indus-
país. A continuación se destacan algunos resultados per- tria regional en conjunto fue deplorable. Los sectores
tinentes en términos de sus implicaciones. que más se esforzaron por incorporar tecnología duran-
La crisis desatada a partir de 1995 provocó la re- te la fase aperturista no lo hacen en el período siguiente.
ducción y posterior parálisis de la inversión bruta y del Las mayores tasas de actualización tecnológica se pre-
crecimiento en el acervo de capital. La racionalización sentaron en los sectores considerados tradicionales en la
e intensificación en los procesos de trabajo se pusieron industria regional como químicos, ferroniquel, bebi-
a la orden del día, mermando el nivel de empleo y das, confecciones, muebles e imprentas y editoriales.
explicando así el aumento en la productividad laboral.
Contrariamente, la disminución en la capacidad ins-
31
talada desde 1997, como fruto de problemas relativos a Según la Superintendencia de Sociedades, de 41 empresas re-
gionales que a 31 de agosto de 2002 se han acogido a acuerdos de
reestructuración desde la implementación de la Ley 550, 9 perte-
necen al sector manufacturero, y éstas son empresas medianas y
30
Dani Rodrik, op. cit., p. 19. con capital exclusivamente regional.

64 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
cuadro 9
Comercio exterior manufacturero por sectores
Región Caribe

Coeficiente exportador Coeficiente importador


CIIU 1985-89 1980-89 1990-94 1995-99 1990-99 1985-89 1980-89 1990-94 1995-99 1990-99
322 109.32 78.53 287.27 57.49 172.38 3.33 1.71 13.81 10.16 11.98
324 59.35 51.74 82.18 63.18 72.68 2.71 1.96 3.87 8.94 6.41
332 19.50 10.94 7.02 3.89 5.45 0.52 0.96 5.98 19.23 12.61
342 7.39 4.36 11.86 1.67 6.76 13.01 10.21 35.74 47.17 41.46
352 16.59 15.84 20.31 28.62 24.47 20.63 23.95 43.72 49.01 46.37
BCD 42.43 32.28 81.73 30.97 56.35 8.85 8.17 20.63 26.90 23.76
311 11.22 11.81 22.13 16.11 19.12 2.40 4.90 4.40 5.80 5.10
312 029 0.75 0.75 0.23 0.49 1.74 1.26 5.84 7.12 6.48
313 0.06 0.05 1.34 1.41 1.38 0.83 0.60 0.68 2.96 1.82
BCND 3.85 4.20 8.07 5.91 6.99 1.70 2.30 3.64 5.29 4.47
321 31.49 25.94 61.68 52.10 56.89 6.11 8.18 31.95 33.07 32.51
331 12.79 11.77 6.95 9.78 8.36 0.70 2.53 3.09 8.18 5.63
341 5.95 5.90 3.28 6.88 5.08 23.34 19.18 31.93 43.04 37.49
351 15.09 11.78 27.80 37.28 32.54 26.14 23.07 46.09 53.61 49.85
356 8.75 11.67 9.81 16.97 13.39 1.88 1.96 7.52 9.07 8.30
369 35.36 31.62 37.46 29.01 33.23 2.56 2.18 5.61 5.38 5.50
371 238.95 147.52 287.33 175.22 231.27 117.81 210.71 166.58 128.00 147.29
390 5.41 13.34 9.14 7.55 8.35 5.29 6.42 14.80 18.28 16.54
BI 44.22 32.44 55.43 41.85 48.64 22.98 34.28 38.45 37.33 37.89
381 8.77 13.18 37.76 20.29 29.03 25.16 32.09 54.34 94.74 74.54
382 5.77 6.97 16.09 20.36 18.23 224.65 323.20 356.74 601.41 479.08
383 1.86 3.15 23.97 86.36 55.16 128.33 142.28 414.34 592.67 503.50
BK 5.46 7.77 25.94 42.34 34.14 126.05 165.86 275.14 429.61 352.37
355 4.00 2.83 8.65 1.17 4.91 384.96 273.13 424.65 609.57 517.11
384 6.85 3.55 3.60 6.64 5.12 66.17 80.03 312.17 418.57 365.37
BAT 5.42 3.19 6.12 3.90 5.01 225.57 176.58 368.41 514.07 441.24
Total
Industria 28.80 22.06 46.02 30.58 38.30 50.39 55.74 94.47 131.71 113.09

fuente Cálculo de los autores con base en dane, dian.

La descomposición del agregado manufacturero de joramiento del entorno mesoeconómico, y por otro, que
la región por tipos de demanda revela la estrecha vin- propicie firmemente la reactivación de la demanda do-
culación del crecimiento del producto industrial a la méstica como potenciador del crecimiento industrial.
demanda doméstica. Así, mientras esta última contri- No menos importante sería recobrar en forma parcial y
buyó a impulsar el robusto crecimiento de los prime- selectiva la estrategia de sustitución de importaciones
ros años de la apertura, en la fase postaperturista su para profundizar la transformación productiva de la in-
desaceleración produjo la pérdida de dinamismo de la dustria regional y en particular los sectores productores
industria en general. Por su parte, la sustitución de de bienes intermedios y bienes de capital. Desde luego,
importaciones se muestra como una fuente refractaria este tipo de estrategia deberá contemplar mecanismos
a la dinámica industrial y, como era de esperarse, se que inhiban el surgimiento de ineficiencias en los secto-
evidenció la debilidad de las exportaciones como fuente res que resultan prioritarios para los objetivos de la polí-
del crecimiento industrial. De ahí que el deterioro tica industrial del país. Por último, se sugiere la
exportador y la expansión de las importaciones se re- importancia de consolidar un sistema de innovación
flejaran en el abultado déficit comercial de los noven- regional que ayude en la promoción y adaptación de
ta. Durante gran parte de la década, la distorsión de nuevas tecnologías y nuevas estructuras organizacionales
los precios relativos con el rezago cambiario infligió a en las empresas regionales, para crear una cultura de
los bienes industriales de exportación una violenta caí- competitividad industrial por la vía de una mayor pro-
da en su competitividad. ductividad, y cuyo esfuerzo se vea reflejado en el creci-
Este desolador panorama de la industria regional miento sostenido de las exportaciones como fuente
obliga entonces a pensar en la necesidad de una es- alterna de expansión de la producción, aprovechando
trategia que recupere por un lado, los incentivos a la de esta manera la ventaja estratégica de la localización
inversión sectorial a través de estímulos fiscales y de me- geográfica del Caribe colombiano. a

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 65
Glosario

Acervo de capital des que se pueda utilizar al elaborar estadísticas sobre


Es el valor monetario que tienen todos los edifi- ellas. Tiene por objeto satisfacer las necesidades de
cios, máquinas, equipos y existencias en un período de quienes buscan datos clasificados sobre categorías com-
tiempo determinado. Es el resultado de inversiones parables internacionalmente de tipos específicos de
realizadas en el pasado menos el efecto del desgaste actividades económicas.
periódico que sufren dichos activos como consecuen-
cia de su uso en el proceso productivo o por obso- Coeficiente exportador (CX)
lescencia tecnológica (lo que técnicamente se denomina Indica el porcentaje de la producción industrial
depreciación). (QB) que tiene como destino el mercado internacio-
nal – exportaciones (X)–. Se calcula así:
Bienes de capital
X
También conocidos como bienes de inversión, CX= * 100
QB
constituyen una forma de capital físico que incluye la
maquinaria y los edificios utilizados en la producción.
Coeficiente importador (CM)
Son bienes que se utilizan para producir otros bienes.
Indica la participación de las importaciones (M)
en la producción bruta industrial (QB). Se calcula así:
Bienes de consumo durable
Son bienes de consumo adquiridos por las econo- M
CM= * 100
mías domésticas que generan flujos de servicio tanto QB
en la actualidad como en el futuro.
Costo laboral unitario (CLU)
Bienes de consumo no durable Representa la participación de las remuneraciones
Son bienes de consumo adquiridos por las econo- totales (RT) en el valor agregado de la industria (VA).
mías domésticas y se usan con bastante rapidez. Se calcula así:
RT
Bienes intermedios CLU= * 100
VA
Son mercancías compradas para ser vendidas de
nuevo o ser utilizadas en la producción y venta de otros Demanda doméstica
bienes. También llamada demanda interna, se define en
términos del consumo aparente que resulta de sustraer
Capacidad instalada del valor de la producción bruta total (PIB) más las
Se define como el nivel del producto alcanzable al importaciones (consumo importado), el valor de las
utilizar totalmente los factores variables de la produc- exportaciones (ventas externas).
ción, dada la tecnología instalada y manteniendo los
factores fijos en sus niveles corrientes. Empleados permanentes
Se refiere a los empleados contratados a término
Clasificación Internacional indefinido que figuran en la nómina del 15 de noviem-
Industrial Uniforme (CIIU) bre o la fecha más próxima a ésta para la cual se dispo-
Clasificación uniforme de las actividades econó- ne de datos.
micas por procesos productivos. Su objetivo principal
es proporcionar un conjunto de categorías de activida-

66 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Empleados temporales SK
INSK=
Son los contratados a término fijo directamente L
por el establecimiento industrial o a través de agen-
cias o empresas especializadas en el suministro de Inversión bruta
personal. Corresponde a la suma de las inversiones en acti-
vos fijos. Estos se han dividido a partir de 1992, en no
Gastos industriales (GI) depreciables (terrenos, construcciones en curso, ma-
Los gastos industriales incluyen, energía compra- quinaria y equipo en montaje y otros no depreciables)
da, otros energéticos consumidos, gastos por subcontra- y depreciables (edificios y estructuras, maquinaria y
tación industrial, gastos por labores industriales a equipo, equipo de transporte, equipo de oficina y de
domicilio, gastos por servicio de reparación y mante- sistemas y otros depreciables).
nimiento, accesorios y repuestos consumidos, servicios
públicos, honorarios y servicios técnicos, papelería y Margen de ganancia (MG)
suministros de oficina, publicidad y propaganda, im- También conocido como mark up, es un exceden-
puestos directos, seguros, depreciación causada, arren- te de los beneficios de la industria sobre los costos va-
damiento de bienes inmuebles y alquiler de maquinaria riables. Se calcula así:
y equipo.
VA — RT — GI
MG=
Índice de tasa de cambio real (ITCR) (CI + RT + GI)/4
Corresponde al indicador de precios relativos que
donde :
mide los cambios en la competitividad de los produc-
VA: Valor agregado industrial
tos nacionales, de acuerdo con la evolución de los pre-
RT: Remuneraciones totales
cios y tasas de cambio externos e internos.
GI: Gastos industriales
CI: Consumo intermedio
Industria manufacturera
El denominador de la fórmula, conocido como
Para efectos de la investigación estadística, se defi-
capital de trabajo, se divide entre cuatro, que represen-
ne como la transformación mecánica o química de
ta el número de veces que éste rota al año.
sustancias orgánicas e inorgánicas en productos nue-
vos, ya sea que el trabajo se efectúe con máquinas o a
Producción bruta (QB)
mano, en fábrica o a domicilio, o que los productos se
El cálculo del valor de la producción bruta corres-
vendan al por mayor o al por menor. Incluye el mon-
ponde al valor de todos los productos y subproductos
taje de las partes que componen los productos manu-
elaborados por el establecimiento durante el año valo-
facturados, excepto en los casos en que tal actividad
rados a precio de venta en fábrica (sin incluir los im-
sea propia del sector de la construcción.
puestos indirectos), realizados para otros, más el valor
de la energía eléctrica vendida, más el valor de otros
Intensidad de capital (INSK)
ingresos operacionales, más el valor del inventario fi-
Calculada como la relación entre el acervo de
nal de productos en proceso de fabricación, menos el
capital (SK) y el número de empleados industriales
valor del inventario inicial de productos en proceso de
(L). La intensidad de capital determina el nivel de
fabricación, más el valor de los ingresos causados por
equipamiento por trabajador en la estructura produc-
CERT.
tiva. Se calcula así:

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 67
Glosario [continuación]

Productividad del capital (PK) GI: Gastos industriales


Se entiende como la eficiencia del factor capital, SK: Acervo de capital.
señalando la contribución que cada unidad del acervo
de capital (SK) hace al valor agregado (VA). Se calcula Utilización de la capacidad instalada (UCI)
así: Refleja el tiempo que cuando el sistema producti-
vo está técnicamente disponible, se encuentra siendo
VA
PK= utilizado en la labor productiva. Es decir, es el tiempo
SK
que el sistema productivo está técnicamente disponi-
ble. Durante todo el tiempo de operación no siempre
Productividad laboral
el sistema productivo funciona a capacidad máxima,
Hace referencia a la eficiencia del factor trabajo, al
hay determinados períodos en que se puede estar ex-
reflejar la contribución que cada unidad de trabajo (L)
plotando solamente un porcentaje determinado de esa
hace al valor agregado (VA). Se calcula así:
capacidad. Para efectos de este estudio, la UCI de la
industria regional fue calculada como el promedio de
VA
PL= los registros obtenidos para Barranquilla y Cartagena,
L
ponderado por las respectivas participaciones sectoria-
les de estas dos ciudades en el agregado manufacturero
Productividad total factorial (PTF)
regional. Su fuente es la Encuesta de Opinión Indus-
Incorpora al análisis de generación del producto o
trial Conjunta de la ANDI que sólo muestra registros
del valor agregado no sólo la eficiencia de los trabaja-
desagregados a partir de 1997.
dores, sino también la inversión en maquinaria y equi-
pos, mejoras técnicas y efectividad en los procesos
Valor agregado (VA)
productivos.
Corresponde al valor de los ingresos recibidos por
el uso de los factores productivos (tierra, capital, tra-
Tasa salarial (TW)
bajo, organización empresarial), participantes en el
También conocida como remuneración media,
proceso de producción durante el período estudiado.
representa el promedio de las remuneraciones totales
El DANE obtiene el valor agregado de la industria
(RT) de la industria por trabajador (L). Se calcula así:
manufacturera deduciendo del valor de la producción
bruta el valor del consumo intermedio, definido éste
RT
TW= último como el resultado de adicionar en unidades
L
monetarias el rubro de materias primas y el consumo
de energía eléctrica.
Tasa de beneficio(TB)
Es un excedente de los beneficios netos de la in-
dustria sobre los costos de capital. Se calcula así:

VA — RT — G
TB=
SK

donde:
VA: Valor agregado industrial
RT: Remuneraciones totales

68 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
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A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 69
C I U D A D Y R E G I O N

Conservación y gobernabilidad
en las áreas protegidas del Caribe colombiano*
Por Patricia Iriarte

Que el Estado colombiano destine tres millones línea costera, sólo están protegidos 91 de los 1.600 ki-
de pesos al año a la protección de un ecosistema que lómetros de longitud que tiene la Costa Caribe desde
abastece de agua a varias poblaciones de la alta Guajira Cabo Tiburón, en Panamá, hasta el río Sillamana en
(zona desértica, cero servicios), es digno de calificarse Venezuela.
como realismo trágico. La misma suma reciben otras No queremos abusar de las cifras, pero es necesa-
áreas protegidas del Caribe que hacen parte del Siste- rio recurrir a ellas para entrar de lleno en materia: la
ma Nacional de Parques; a pesar de que esta región Dirección Territorial Costa Atlántica (aún el Ministe-
alberga el 71% de las fuentes abastecedoras de agua de rio no ha evolucionado hacia el concepto de región
todo el país. caribe) tiene 97 funcionarios para desarrollar su labor,
Eso ameritaría que todos los humedales de la costa pero no todos son guardaparques, lo que quiere decir
estuvieran protegidos y que la entidad encargada de que cada uno de éstos tiene que velar por unos 80 Kms2
administrarlos contara con los recursos necesarios. Pero de territorio.
en este campo, como en tantos otros de la vida nacio- ¿Qué hace un funcionario de parques en eso que
nal, la respuesta institucional va en contravía de las llaman área protegida? En un día corriente, un jefe de
necesidades que presenta la realidad. área puede pasar de un decomiso de madera en la Ca-
Saber que tenemos 10 áreas protegidas1 en la re- rretera Troncal a la reunión con una organización de
gión es una buena noticia –aunque la mayoría de los mujeres que se han organizado para producir conserva
parques tienen la respetable edad de 35 años. De todas de fruta, y de allí a un recorrido con expertos que ade-
maneras, falta mucho para que la “noticia” sea la me- lantan una investigación científica, y de éste a una re-
jor: sólo 2.75% de toda el área terrestre de la región unión con la Corporación Autónoma Regional para
Caribe se encuentra protegido (6.350 Kms2 de 132.288 coordinar un proyecto conjunto, y al final de la tarde
Kms2), y en el área marina solamente 1.257 Kms2 están preparar viaje a Santa Marta para asistir a un taller de
bajo el cuidado de la Unidad de Parques Nacionales capacitación. A la semana siguiente es posible que ten-
del Ministerio del Medio Ambiente. Si hablamos de la ga que sofocar un incendio forestal o un problema de
seguridad de uno de sus funcionarios, y prepararse para
una reunión de varios días con los miembros de una
1
El concepto de área protegida empleado aquí se refiere a las comunidad indígena.
diferentes categorías contempladas en el Sistema Nacional de Par- ¿Qué condiciones le ofrece el Estado a estas per-
ques Nacionales Naturales: parque nacional, reserva natural, san-
sonas para que desarrollen su trabajo? Entre 1996 y
tuario de fauna y flora, vía parque y área natural única, pero existen
otras categorías propuestas por las entidades territoriales y la socie- 2001 el presupuesto de la Dirección Territorial dis-
dad civil y que se encuentran en proceso de reglamentación. minuyó en 75%, lo que da una idea de las restricciones

70 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
La Ciénaga Grande. En los humedales del Caribe colombiano está el 71% de las fuentes de agua del país. F O T O : C O R T E S I A D E J AV I E R M O S C A R E L L A

operativas y logísticas que deben sortear para conser- les dice la comunidad, asume su responsabilidad con
var cierta capacidad de respuesta y de movilización. El un nivel de compromiso que deberían imitar muchas
Parque Nacional Macuira (ejemplo con el que empe- instituciones en el país. Los obstáculos a su labor son
zamos esta nota), con una extensión de 25.000 hectá- pan de cada día, la violencia se atraviesa y trata de im-
reas, cuenta con tres funcionarios, una motocicleta y ponerles sus reglas, las presiones de los sectores políti-
un presupuesto de tres millones de pesos al año. Entre cos y productivos se dejan sentir. Los actores armados
tanto, los que tienen un vehículo están obligados a ra- los siguen de cerca. Y todo esto es enfrentado nada
cionalizar los recorridos por falta de plata para la gaso- más que con el uniforme y la mística. Las insignias del
lina y los peajes, ya que sus presupuestos no superan ministerio y de la Unidad de Parques en la camisa azul
en mucho al de la Macuira. son toda su protección, y su armamento lo conforman
El equipo de la Vía Parque isla de Salamanca, que el Código de Recursos Naturales, la Ley 99 y la neu-
debe recorrer permanentemente el trayecto de carrete- tralidad frente al conflicto.
ra que atraviesa el parque, tuvo que buscar un atajo No obstante, la voluntad no hace menos vulnera-
paralelo a la vía para evitar el pago del peaje, pues de lo ble a nadie en un país como Colombia. En 1995 fue
contrario este costo acabaría en pocos meses con su asesinado el jefe del parque Tayrona, Héctor Vargas.
exiguo presupuesto. Hace unos años estuvo a punto El pasado 20 de agosto el eln secuestró al jefe del Par-
de concretarse un acuerdo con la Concesión Vial, que que Nacional Utría, Efraim Rodríguez y a 26 excursio-
le permitiría al parque obtener recursos a través de una nistas. En Ciénaga y Salamanca los funcionarios deben
pequeña sobretasa al peaje, pero la Gobernación del tomar precauciones extremas durante las salidas de
Magdalena se negó a firmarlo porque los dineros se- campo, y el robo de equipos, lanchas y motores en
rían recaudados por el Fondo Nacional Ambiental y algunas zonas ponen en aprietos a las compañías ase-
no por el departamento. guradoras.
Todo ello en virtud de un sistema de asignación de
recursos en el que sólo se salvan aquellos que generan Parques ¿para qué?
ingresos por concepto de entradas, como el Tayrona o
Corales del Rosario. De cualquier modo, como to- La creación de áreas protegidas es una estrategia
dos los colombianos, los parques tienen que rebuscarse del Estado para sustraer de la dinámica productiva
la vida, ya sea a través de la gestión de proyectos, la aquellas porciones del territorio que poseen valores
cooperación internacional u otros mecanismos. naturales y culturales dignos de conservar. La mayoría
Pese a estas debilidades, a las que se suman las difí- de las 47 áreas que tiene actualmente el país se encuen-
ciles condiciones laborales, la “gente de parques” como tra en zonas estratégicas para la conservación del agua

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 71
Parque Tayrona. Islas Del Rosario.
FOTO ALDO BRANDO, FOTO ANDRÉS LEJONA,
EL CARIBE COLOMBIANO, REALIDAD AMBIENTAL Y DESARROLLO, CORPES. ASÍ ES CARTAGENA DE INDIAS, EDICIONES GAMMA.

o de la diversidad biológica y cultural. Pero no son re- El mayor reto para esta política lo plantea la pre-
giones deshabitadas, y esta es una realidad que ha obli- sencia de otros grupos sociales que dependen de la ex-
gado a revisar conceptos considerados paradigmáticos tracción de los recursos naturales para su supervivencia
en esta materia, como el de la incompatibilidad entre pero que lo hacen de una manera que agota los recur-
conservación y desarrollo. sos. Es el caso de los pescadores que usan dinamita o
El problema no está en la presencia de comunida- trasmallos no permitidos o que capturan las especies
des indígenas u otros grupos étnicos que han ocupado por debajo de las medidas que aseguran su reproduc-
ancestralmente el territorio y cuyas prácticas tradicio- ción. Es el caso de los “leñeros” que extraen mangle en
nales de manejo de los recursos hoy son reconocidas la isla de Salamanca para hacer carbón. O de los caza-
por el Estado como fundamentales en la tarea de con- dores y madereros de Los Colorados. Es el caso de los
servación. La política de Parques con la Gente, formu- colonos que no conocen los suelos de la Sierra Nevada
lada en 1998, es clara en ese sentido, y permite hacer y siembran de modo inadecuado; o el de las plantacio-
afirmaciones como esta, que encontramos en la pági- nes de banano y palma que hacen mal uso de los
na web de la institución: “Los grupos humanos habi- insumos químicos y terminan por envenenar la Cié-
tantes de las áreas protegidas son los aliados estratégicos naga Grande de Santa Marta.
para conservarlas. Con ellos, concertadamente y en- En algunos lugares el dilema es conservar o sobre-
tendiendo las diversas maneras que tienen de entender vivir; en otros, conservar o producir. Lo cierto es que
la naturaleza, sumado a los esfuerzos de entidades gu- en cada uno hay que buscar soluciones técnicas y es-
bernamentales y no gubernamentales, organizaciones trategias educativas para minimizar el impacto sin afec-
internacionales y la comunidad científica, se espera tar la supervivencia de la gente. En algunas ocasiones
conservar efectivamente las áreas del sistema de Par- se debió reemplazar ciertas actividades dañinas por otras
ques Nacionales Naturales y generar en ellas oportuni- que sin afectar, generan recursos económicos para las
dades para el desarrollo social participativo y la familias asentadas en los parques. Lo que se ha hecho
conservación de tradiciones culturales”. en Corales del Rosario con la capacitación de mujeres

72 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
recicladoras y jóvenes ecoguías es un ejemplo claro de esfuerzo mayúsculo, sobre todo cuando el otro tiene
esta estrategia. armas largas y motores de 75 caballos, y el funcionario
Quizás sea el momento de ilustrar a los lectores sólo tiene un discurso y un motor de 24. En ese caso,
sobre los efectos prácticos que tiene la diferencia entre el discurso tiene que ser más fuerte que los fusiles.
un parque y un santuario: mientras en el primero se Uno de los argumentos, con rango de artillería
permite desarrollar ciertas actividades económicas, pesada, es el que propone el Sistema Nacional de Áreas
siempre que no afecten la conservación del área (por Protegidas (Sinap)2:
ejemplo, el ecoturismo), en el segundo estas activida-
des son altamente restringidas. Así, mientras en el …es necesario que la intervención de Parques trascien-
Tayrona o Corales existe cierta infraestructura turísti- da las fronteras de las áreas que protege y logre la arti-
ca, en los santuarios sólo se permite el aprovechamien- culación y reconocimiento explícito por parte de los
to para fines de subsistencia. Las visitas son controladas distintos grupos humanos, de su importancia para el
y no hay infraestructura, mucho menos de vivienda. desarrollo regional y nacional. Esto sugiere un cambio
Sin embargo, en este caso la realidad tampoco se fundamental en la noción tradicional de conservación
comporta como lo dicta la norma. ¿Cómo puede ha- –basado principalmente en herramientas jurídicas y
ber tres barrios y varias fincas dentro del Santuario Los prohibitivas, que en su mayoría centraban las acciones
Colorados? Por un lado, porque ya estaban allí cuando y esfuerzos hacia la gestión interna del área protegida,
se creó el santuario y por otro, porque alguien vendió generando en muchas ocasiones una visión aislada y
lotes a los campesinos de la zona después de haberse desarticulada de la realidad regional– y que ahora
declarado el área protegida y algunos políticos cam- avance en la participación del desarrollo regional con
biaron votos por tierra o materiales de construcción una visión territorial, donde los parques son un com-
para que se construyeran las casas, según lo relataron ponente fundamental en la resolución de conflictos a
varios lugareños a la Corporación Desarrollo Solidario partir de la dimensión ambiental 3.
de Cartagena, la cual hizo en 1998 un diagnóstico ru-
ral de las áreas de amortiguación del santuario. Esto Quizás todavía no se ha logrado en todas parte esa
implica que el Estado debe recuperar esa zona para la gobernabilidad, pero en alianza con las organizaciones
conservación por la vía del saneamiento, como lo debe sociales y con autoridad técnica –un campo que nadie
hacer en el Tayrona, pero el Estado nunca parece dis- le disputa– la Unidad de Parques ha construido proce-
puesto a destinar esos recursos. Un funcionario de Par- sos socioambientales cuyo impacto ya comienza a
ques nos aseguraba que con un día del Plan Colombia percibirse.
podría sanearse el Tayrona, terminando con un con- Algunos mecanismos creados en la región al am-
flicto que desde hace décadas desgasta a la institución paro de esta política son verdaderos ejemplos de parti-
y a los propietarios. cipación y concertación que recogen experiencias y
lecciones aprendidas para el manejo de ecoregiones es-
Frente a las armas, el discurso tratégicas. El Parque Nacional Natural Sierra Nevada de
Santa Marta, que se traslapa con los resguardos, cuenta
Realidades como la supervivencia de la gente o las con una política de participación social indígena que es
actividades de los grupos al margen de ley le exigen a
la institución un esfuerzo enorme en el campo de la
legitimidad. Trabajar a nombre del Estado en zonas 2
El Sinap es un proceso en construcción capaz de interpretar el
donde éste siempre ha sido el gran ausente es disputar- conocimiento y prácticas de las comunidades tradicionales e in-
le al hambre y a los grupos armados la “legitimidad” corporarlos en los criterios de planificación del territorio, en la
que estos han tomado por la fuerza. Pero hacerlo ade- cartografía, en los planes de manejo y en la proyección de nuevas
áreas. Se desarrolla y aplica a nivel regional bajo el concepto de
más en condiciones de desventaja y debilidad es algo
Sistema Regional de Areas Protegidas (Sirap).
que aún el país no ha valorado. 3
Sub-región 2 Sierra Nevada de Santa Marta. Sistema Regional
Mantener la gobernabilidad de unas áreas contro- de Áreas Protegidas (Sirap) del Caribe colombiano. Documento bo-
ladas por el paramilitarismo o la guerrilla requiere un rrador.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 73
producto de un arduo trabajo entre estas organizaciones jurídica, que se ocupa del tema de la titularidad de los
y las autoridades ambientales. Cuenta con un Consejo predios y de buscar estrategias legales para el sanea-
Ambiental Regional (car) donde participan las tres miento del parque; la ecoturística, que se encarga de
gobernaciones involucradas, las organizaciones indíge- manejar el tema del uso público, la zonificación, la
nas de la sierra y La Guajira, ong, los ministerios del capacidad de carga y la formación de los actores socia-
Interior y del Ambiente, el dnp y las corporaciones les; y la mesa de operación y gestión, que se concentra
autónomas regionales, entre otros. A su vez, el car de en el tema del control y la protección del área.
la sierra cuenta con un comité técnico que coordina Así mismo, se conformó otro mecanismo cuya fun-
las agendas y hace seguimiento de los acuerdos. ción es aplicar las sanciones dentro de los procesos que
En este espacio, donde la Unidad de Parques es se adelantan por la ocupación y uso ilegal del área. Allí
sólo uno de los actores, se discuten todas las decisiones intervienen la Alcaldía, la Procuraduría, la Dimar, el
relacionadas con la sierra, y en lo que hace al Consejo das y la Fiscalía.
Territorial de Cabildos (ctc)4, es la única instancia Por último, el Tayrona viene adelantando un pro-
válida de negociación con el Estado. Allí, el año pasa- ceso de concertación con los las organizaciones de
do, se debatió una de las decisiones más trascendenta- pescadores, guías, dueños de restaurantes, arrieros, co-
les que haya tomado el pueblo indígena en relación merciantes, lancheros, etc., con el fin de ordenar sus
con el manejo del territorio, y que el país tampoco actividades y cualificar los servicios que prestan. Este
conoció: la negativa a recibir los recursos de la Comu- trabajo implica capacitarlos y carnetizar a las personas
nidad Europea para un proyecto de desarrollo sosteni- que demuestren su capacidad para trabajar en el área
ble que incluía recursos, entre otros, para el saneamiento protegida bajo las condiciones que ésta requiere.
de resguardos. Las razones de más peso esgrimidas por También en Corales del Rosario, Los Colorados y
las autoridades tradicionales para tomar la decisión la Ciénaga Grande de Santa Marta se adelantan proce-
fueron la falta de claridad del proyecto frente al reco- sos de concertación, participación ciudadana y coor-
nocimiento del indígena como autoridad del resguar- dinación interinstitucional que convocan agentes
do, y su convicción de que para conservar la sierra no públicos y privados alrededor de la conservación. En
se requiere dinero sino el fortalecimiento de las cultu- el caso de Ciénaga, por ejemplo, donde existen 15 fren-
ras que la han conservado ancestralmente. tes de conflicto, se destaca la iniciativa de la Agenda
Otro ejemplo de manejo concertado es el que se Común, liderada por la Gobernación del Magdalena.
da en el Tayrona a través del Plan de Ordenamiento Este espacio ha hecho grandes avances para superar la
Ecoturístico, considerado como una estrategia para la desarticulación y duplicación de acciones que tradi-
resolución de conflictos de uso y ocupación. El plan cionalmente se había presentado entre las 25 organiza-
cuenta con un Comité Consultivo en el que partici- ciones e instituciones que confluyen en torno a la
pan la Unidad de Parques, la Cámara de Comercio de recuperación del complejo lagunar y la atención de sus
Santa Marta, la Alcaldía de esa ciudad y representantes poblaciones.
de los propietarios legítimos y de los prestadores de En todos estos escenarios se está poniendo a prue-
servicios. Se han organizado tres mesas temáticas: la ba la efectividad de los instrumentos de participación
ciudadana creados por la Constitución del 91 y la Ley
99 del 93, porque quizás no existe otro sector en el país
4
El ctc es un instrumento creado por las organizaciones indí- que haya hecho un uso han intenso de ellos como el
genas de la Sierra “para afianzar el proceso unificador de los cuatro sector ambiental5 para dirimir los conflictos de intere-
pueblos y para la construcción de la entidad territorial indígena de
la Sierra. Este Consejo será un ente rector y regulador de los pro-
gramas, proyectos, acciones y actividades que se propongan para el
5
territorio tradicional, y ha de ser el único vocero a la hora de Mecanismos como las audiencias públicas, las acciones popu-
interlocutar con el Estado en torno a los problemas y asuntos lares, las acciones de cumplimiento y la participación de las comu-
globales que afecten el territorio tradicional indígena de la Sierra” nidades indígenas y afrocolombianas en los procesos de
(Declaración conjunta de las cuatro organizaciones indígenas de la otorgamiento de licencias ambientales, han sido profusamente uti-
Sierra para la interlocución con el Estado y la sociedad nacional. lizados desde 1994, tanto por las organizaciones sociales como por
Valledupar, noviembre de 1999). los sectores público y privado.

74 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
ses que se presentan en torno a los proyectos o iniciati- trol del territorio pretenden abrogarse también el
vas que afectan el entorno. control de los caños que riegan las fincas, de la pes-
El medio ambiente, el uso del suelo, el aprovecha- ca de ciénagas y litorales, de la tala de los bosques.
miento de los recursos biológicos y por tanto, las áreas Así ha sido en la Amazonia y el Pacífico y así es
protegidas, son asuntos que están en el centro de los ahora en predios del Caribe. Y hay una fuerza soli-
conflictos territoriales que en este momento histórico taria tratando de mantener para el Estado de Dere-
ponen en jaque a la nación colombiana. cho la potestad de proteger lo que es de todos los
Los mismos actores armados que buscan el con- colombianos. a

Cuáles son y dónde están

T ayrona, Islas del Rosario


y Providencia son nombres
familiares para miles de colom-
santuario llamado Mono
Hernández6.
De los lugares que hemos
cuenta con cuatro P A R Q U E S
N A C I O N A L E S : Macuira, en la
Alta Guajira; Old Providence
bianos que han pasado allí sus mencionado, al único que se le Mc Bean Lagoon, en la isla de
vacaciones alguna vez, o que sin conoce como parque es al Tayrona, Providencia; la Sierra Nevada de
haberlos visitado, los reconocen pero tal vez la opinión pública Santa Marta y Corales del Rosario
como sitios de descanso y ignore que junto a él existen otras y San Bernardo. En el grupo de
recreación. En cambio, la nueve áreas protegidas en la los SANTUARIOS están la Ciéna-
Ciénaga Grande y la Sierra región, entre parques y santuarios ga Grande de Santa Marta, Los
Nevada de Santa Marta se de fauna y flora, algunas de ellas Colorados (en Bolívar), Los Flamen-
distinguen tanto por su creadas hace más de 30 años. cos (en La Guajira) y el “Mono”
importancia ecológica como Pongamos orden, entonces, Hernández, entre Bolívar y Sucre.
por los brotes de violencia en esta presentación: además del Algunas de estas áreas ostentan
que en los últimos años han Tayrona, el Caribe colombiano además otros títulos que acreditan
cobrado cientos de víctimas su importancia internacional. El
entre pescadores, indígenas Parque Nacional Old Providence
y campesinos. A la Isla de 6
El área se localiza entre Sucre y Bolívar, Mc Bean Lagoon pertenece
Salamanca se le asocia con en jurisdicción de los municipios de San a la reserva de la Biosfera del
Onofre y Arjona respectivamente. Hace par-
vastas extensiones de manglar te del delta del Canal del Dique y posee una Archipiélago de San Andrés
destruido, y existe alguna superficie aproximada de 3.850 hectáreas. y Providencia; la Sierra Nevada
Incluye, principalmente, áreas de manglar,
noción de que ese desastre fue bosques de corcho (Pterocarpus officinalis), es también reserva de la biosfera,
ocasionado por la construcción playones aluviales y fluviomarinos, panta- categoría que se extiende al
nos salobres y de aguas dulces, ciénagas y
de la Troncal del Caribe. Los caños. El 5 de agosto de este año fue decla- Tayrona, y la Ciénaga Grande,
Flamencos, la Macuira y Los rado santuario y bautizado así en honor a además de santuario y reserva
Jorge Hernández Camacho, conocido como
Colorados son bastante menos el “Mono” Hernández, quien fue uno de los
de la biosfera, está incluida en
conocidos, y por último, nadie creadores del Sistema Nacional de Parques y el Convenio Ramsar como
uno de los científicos más importantes que
en la región Caribe ha oído haya tenido el país. Murió en septiembre del
uno de los humedales más
hablar todavía de un nuevo 2001 mientras hacía un recorrido por el área. importantes del mundo.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 75
C U L T U R A

Romanza para murciélagos y la balada del pajarillo


de Germán Espinosa: Regreso a la historia reciente
yPorfundación
Giobanna Buenahorade nuevas geografías narrativas
Por Cristo Figueroa Sánchez

La recurrente contraposición esfera local-esfera glo- Las siguientes re-


bal constituye uno de los ejes estructurantes del uni- flexiones pretenden
verso literario y de la visión de mundo de Germán abordar la narrativa
Espinosa; su amplia producción lírica, narrativa, reciente de Germán
ensayística, biográfica, periodística y de traducción Espinosa –el libro de
desde 1954 hasta el año 2001, se levanta sobre una ten- relatos Romanza pa-
sión dialéctica entre temporalidades hispanoamerica- ra murciélagos (1999)
nas e historiografías eurocéntricas, imaginarios del y la novela La ba-
colonizado y posiciones del colonizador, sensibilidad lada del pajarillo
criolla y racionalismo filosófico, cultura caribeña y (2000)–; su reco-
tradición occidental, referentes colombianos y arque- nocida trayectoria
tipos clásicos. Dicho universo literario no sólo consti- dentro de las posi-
tuye una referencia indiscutible en nuestra cultura bilidades del géne-
contemporánea, sino que gracias a las potencialidades ro, conforma un mo-
de la función poética del lenguaje, hace posible la per- delo del quehacer li-
cepción de procesos irresueltos en el devenir del terario centrado en el
subcontinente hispanoamericano, la enunciación ima- trabajo miniaturista del
ginaria de la historia, el descubrimiento de significa- lenguaje, en el diálogo
dos ocultos en situaciones concluidas y el cultural y en la creación de
establecimiento de nuevas conexiones que logran afir- estructuras significativas
mar un presente y proyectar un futuro, sin olvidar capaces de resituar la his-
nunca el peso de un pasado lleno de conflictos, desco- toria, recrear la memo-
nocimientos y exclusiones1. ria colectiva o disparar la
imaginación hasta enun-
1
ciar inéditamente una
En nuestro trabajo “El universo literario de Germán Espinosa:
un referente indiscutible de la cultura colombiana contemporá- realidad que nos toca
nea” (2001, 9-38), se analiza la producción lírica, la ensayística y de cerca.
especialmente toda la narrativa de Germán Espinosa, referenciando
bibliografía crítica al respecto.

76 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
De los primeros cuentos

FOTO CARTAGENA, UN SIGLO DE IMÁGENES - BANCO DE LA REPÚBLICA


a Romanza para murciélagos
Durante más de 35 años, Germán Espinosa se ha
dedicado a la creación rigurosa del cuento en tanto
género literario autónomo, el cual comporta una vi-
sión englobante a partir de una percepción sincrónica
de la realidad; en este proceso el autor dilata y contrae
el estatuto del género centrándose en una búsqueda
constante de significación a través de motivos lejanos
o cercanos, localizados en contextos conocidos, desco-
nocidos, ficticios, históricos, regionales o legendarios,
a través de formalizaciones que mezclan el relato con-
vencional, el cuento artefacto, el minicuento y formas Interior de una casa en el centro de Cartagena, 1920, de autor
mixtas como la nouvelle y el relato de largo aliento2 . anónimo. Cartagena es uno de los escenarios primordiales en
la narrativa de Germán Espinosa.
En todos los casos, las estrategias narrativas, los datos
escondidos y los procesos de enunciación se aglutinan dad de contrariar el destino, el trastoque de valores y
para interesar al lector y conducirlo casi siempre a una la obsesión por escudriñar el pasado.
revelación, que unas veces lo sorprende, otras le crea Germán Espinosa nos sorprende con Romanza para
dudas inquietantes o lo sumerge en la incertidumbre. murciélagos, (1999), libro integrado por tres relatos cer-
En efecto, su primer libro La noche de la trapa (1965) canos a la “nouvelle”,3 caracterizados por el control
incursiona en lo fantástico, la magia o el guiño cerca- narrativo, primera persona focalizadora, ningún hilo
no a la ciencia-ficción como categorías universales que suelto y conciencia de escritura; incluso el título mis-
permiten remover realidades locales y resituarlas en mo, Romanza, inspirado en la música, mediación estéti-
ámbitos amplios de la historia y de la cultura: el mago ca cara a Germán Espinosa, alude a una cierta brevedad
que logra avivar la bestia que vive en todos los hom- de la composición instrumental cantada por una sola
bres, la inversión de la teoría de Taine o el traslado voz; y a su vez, la referencia al murciélago, motivo tam-
bradburiano de la civilización humana a planetas leja- bién fascinante para el autor, contiene connotaciones
nos. En El naipe negro (1988) la prosa se desnuda aún asociadas con el misterio y con visiones ominosas que
más para apuntar hacia la esfera sicológica sin abando- contrarían la regularidad y la lógica humanas.
nar la dimensión fantástica. Las formas narrativas se Los motivos desencadenantes de una visión de
multiplican –cuentos breves, relatos clásicos, versiones mundo no sólo son de rancia estirpe literaria, sino que
provenientes de tradiciones orales, reelaboración de se sitúan en nuestra historia reciente: la hipnosis regre-
testimonios, etc.–, para abordar diversidad de tópicos: siva como forma de resistencia ante el destino inexora-
el hombre como mera alusión del universo; el hombre ble, en Una ficción perdurable, relato desarrollado en
y el universo como poseedores de infinidad de dobles; una ciudad hidalga, análoga a Popayán, en las décadas
el cruce enigmático de temporalidades; la imposibili- del sesenta y setenta del siglo xx; la imposibilidad de
desestemporalizar leyendas políticas sostenidas con cre-
ces en Por amor a la momia, relato ubicado entre fines
2
César Valencia Solanilla (1998) se detiene en la amplitud temá- del siglo xix y comienzos del xx en un pequeño y po-
tica de la cuentística de Germán Espinosa, hasta El naipe negro, bre país caribeño gobernado desde París por un presi-
libro de 1988; señala sus conexiones con el relato fantástico, con la
denominada literatura de ciencia-ficción y destaca de manera es- dente que desconoce al pueblo que lo llevó al poder; y
pecial la confluencia “de una escritura tradicional pero con una la afirmación suprema de la propia voluntad en aras de
visión totalmente moderna en la composición del texto literario” violentar la tradición y enfrentarse a lo desconocido,
(72). Dicha confluencia se realiza por la voluntad de expresar una
en Romanza para murciélagos, relato localizado en la
idea a través de la enunciación de una anécdota, por el papel
paratextual y a la vez intratextual que cumplen los epígrafes y por Bogotá de la segunda mitad del siglo xx que sufre el
una recurrente visión paradojal de la existencia. impacto del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán. Los tres

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 77
relatos se unifican a través de dos motivos recurren- Tanto la preocupación por el proceso de escritura
tes: la reflexión y vivencia del proceso de escritura y y sus posibles efectos, como el desplazamiento de refe-
la preocupación por vencer los rigores de la tempora- rentes a la época contemporánea con la consecuente
lidad. reescritura de viejos motivos literarios para resituar el
En Una ficción perdurable, el narrador protagonis- carácter criollo de nuestra cultura en el mundo globa-
ta se pregunta por el sentido de la escritura en un in- lizado, vinculan Romanza para murciélagos con la pro-
tento por suprimir el límite que separa la ficción de la puesta de la última novela, La balada del pajarillo.
realidad. Durante la hipnosis regresiva a la que se so-
mete para conocer al asesino de su esposa, se sitúa en De la novelización del pasado
un tiempo diferente al que gobierna el mundo cotidia- a La balada del pajarillo
no; cree encontrarse suspendido en la atemporalidad,
lo cual no sólo le ocasiona felicidad al sentir que per- Los treinta años del trayecto novelístico de Germán
manece con su amada compañera, sino que el adelan- Espinosa se sustentan en la elaboración miniaturista
to temporal que logra durante la regresión se constituye del lenguaje, cuya factura barroca absorbe multitud de
en profecía para el tiempo real. Precisamente, la escri- referentes culturales, se regodea en el detalle expresivo
tura, proveniente del yo espiritual ubicado más allá de para enmarcar circunstancias sicológicas y sociales,
la vigilia, propicia otro nivel de conciencia más lúcido, amplía el espacio-tiempo y desborda la significación a
capaz de cambiarle el rumbo al destino antes de que través de complejos simbolismos que permiten la con-
las cosas sucedan. vivencia de opuestos, desnudan contradicciones y traen
El narrador de Por amor a la momia recurre al po- al presente significados reprimidos o expulsados de
der de la escritura para desacralizar la figura de un pre- la conciencia colectiva. A su vez, la novedad de las
sidente ausente de su país, sin embargo, la leyenda tejida estructuras narrativas se apoya en el aprovechamien-
alrededor de aquél lo hace perdurable en la memoria to del poder de la ficción para señalar aspectos pro-
colectiva que lo inmortaliza, pese al atraso económico blemáticos de la historia y para lograr sorprendentes
y social que significa sostener su imagen; de allí, la reinvenciones del pasado en su conexión con las incer-
dualidad del punto de vista del que narra implicado en tidumbres del presente4 . De esta manera se crea una
la historia: odia al personaje real que disimuló su deca- tensión entre el presente histórico de Espinosa y las
dencia moral, su pobreza intelectual, y no se compro- recreaciones que hace del pasado como “condición
metió con las funciones de su investidura, pero al necesaria para la consolidación de su memoria privada
mismo tiempo adora a la momia disecada que durante y pública” (Álvarez, 568).
15 años simuló ser la figura presidencial para alimentar Entre Los cortejos del diablo (1970), la primera no-
las esperanzas del pueblo sometido. vela de Espinosa y la célebre La tejedora de coronas
La voz narradora-protagonista de Romanza para (1982), la tercera, se establece una continuidad temáti-
murciélagos duda del poder objetivador de la escritura, ca y se evidencia una evolución hacia la madurez lite-
pues sabe que la subjetividad y la fantasía al intervenir raria que caracteriza al autor. Mientras el referente de
en la génesis de aquélla, desplazan significantes o in- Los cortejos del diablo lo constituye la historia de
vierten significados. En este caso, la escritura no repre-
senta el tiempo por años, sino por el impacto de los 4
Precisamente, desde esta perspectiva, Sarah González de Mojica
acontecimientos ocurridos en ellos acercándose así a emprende la lectura de Los cortejos del diablo y La tejedora de coro-
una forma de la eternidad. Por eso, el relato es la re- nas, señalando en la primera el poder de fuerzas históricas anóni-
construcción del amor incestuoso entre el narrador- mas, que si bien debilitan una hegemonía, no alcanzan a destruir
sus efectos en nuestro débil acceso a la modernidad; la segunda
protagonista y la hermana; mientras él se vampiriza, novela le permite percibir un legado de absolutismo y de políticas
ella sufre una mutación luciferina que concluye con el totalitarias, cuyas conductas disociativas y corruptas impidieron la
nacimiento del niño satánico, quien ni siquiera nece- formación de individuos ciudadanos; de esta forma, es posible leer
sita respirar, pues él y sus padres han abandonado el tanto El signo del pez como Sinfonía desde el nuevo mundo, la pri-
mera en cuanto a los orígenes y proyecciones del cristianismo, y la
tiempo de los hombres para situarse en las tinieblas de segunda en relación con las contradicciones de largo alcance gene-
la inmortalidad. radas en la ideología republicana (1992, 115-143).

78 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
FOTO ARCHIVO PERSONAL
de atención narrativa: la ciudad capital de Colombia
como emblema de una sociedad en crisis, en contraste
con la preocupación anterior de ficcionalizar a
Cartagena durante la Colonia. Por su parte, Los ojos
del basilisco (1992) y La lluvia en el rastrojo (1994), dos
novelas de apretada tensión narrativa, focalizan a Bo-
gotá en distintos momentos de su historia con el obje-
to de evidenciar tensiones internas en la conformación
de su modernidad fracturada y de desnudar las defor-
maciones sociales que se generan en el interior de las
clases decadentes en sus luchas por el poder económi-
co. En la primera una retrospección de mediano al-
cance logra recrear un fresco de Bogotá entre finales
del siglo xviii y la primera mitad del siglo xix. De la
mezcla de anécdotas y situaciones dramáticas resulta el
contrapunteo de una persistente tradición anacrónica
y las dinámicas de una modernización posible, en me-
dio de la interminable lucha de conservadores y libera-
Espinosa con el escritor Dario Ruiz, en París. les. En La lluvia en el rastrojo, Espinosa opera a través
del procedimiento del esperpento, que en este caso vier-
Cartagena durante los siglos xvi y xvii, con énfasis te la acción en un discurso de carácter alucinante, cen-
en el papel de la Inquisición, en La tejedora de coro- trado en reflejar las deformaciones sociales y síquicas
nas se reelabora esta misma historia desde finales del de la sociedad bogotana de mediados del siglo xx.
siglo xvii hasta la plenitud del siglo xviii, centrán- La creación novelística de Germán Espinosa des-
dose en el problemático y difícil acceso de los criollos emboca en La balada del pajarillo (2000), que no pre-
a las ideas de la Ilustración5. A su vez, Sinfonía desde tende enunciar profecías desde el pasado, ni se vale de
el nuevo mundo (1990) continúa la línea de regreso al dispositivos paródicos, ni de complejos juegos estruc-
pasado, para abordar ahora la ideología romántica que turales con el espacio o con el tiempo, sino que se nu-
animó la formación de las repúblicas hispanoamerica- tre de referentes contemporáneos, ubicados en un
nas durante el primer tercio del siglo xix. La estrategia espacio latinoamericano durante los últimos 20 años
estética para el caso es, nuevamente, ficcionalizar la del siglo xx. Dicho espacio está representado en una
historia, enfatizando la historización de la imaginación. ciudad innominada que, como Cartagena o como La
Como es usual en Espinosa, el cruce de puntos de vis- Habana, posee playa y malecón, y como Bogotá u otra
ta evidencia un proceso dinámico de influencias y urbe análoga, tiene seis millones de habitantes, una
transculturaciones mutuas entre el Viejo y el Nuevo moderna infraestructura urbana, industrias culturales,
Mundo. vida intelectual, agencias de viaje, cadenas hoteleras,
En 1991 publica una novela de concentrada trama medios de comunicación, narcotraficantes, pandillas.
narrativa, La tragedia de Belinda Elsner, en la cual des- En la composición de La balada del pajarillo se
plaza el referente al momento contemporáneo –de ini- reescriben, resemantizándolos en un presente intensa-
cios de la década del setenta a inicios de la década del mente vivido, mitemas o relatos provenientes de la
noventa del siglo xx–, inaugurando así un nuevo foco antigüedad clásica, de la historia medieval de Occi-
dente, de las culturas precolombinas y de comunida-
des étnicas actuales, si bien los ámbitos representados
5
Para conocer perspectivas interpretativas de estas dos novelas, parecen acercarse a las dinámicas de la globalización,
véase el libro colectivo de Clara Lucía Calvo, Cristo Rafael Figueroa,
quizá por eso mismo, Espinosa enfatiza de nuevo el
Sarah González de Mojica, Luz Mery Giraldo, Blanca Inés Gómez
y Carolina Torres: Seis estudios sobre La tejedora de coronas. Bogotá, punto de vista del criollo hispanoamericano frente a
Pontificia Universidad Javeriana. Fundación Fumio-Ito, 1992. un eurocentrismo que quiere conservar rasgos hegemó-

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FOTO ARCHIVO PERSONAL
nicos y excluyentes. Al recurrir al viejo truco de los
manuscritos encontrados, da paso a una primera per-
sona bajo cuyo proceso enunciativo se implica de dife-
rentes maneras para matizar asuntos y temas que le
han obsesionado siempre: la función de la literatura
en el individuo y en la sociedad, la burocratización del
arte, el academicismo paralizante, la individualidad del
artista, la potencia creadora de la fantasía, el acceso a
lo desconocido, el carácter híbrido de la cultura crio-
lla, es quizá en este sentido que César Valencia (2001,
59) señala la densidad de la novela como representa-
ción “de una paleografía de la cultura en que todos los
signos están implicados”.
Ahora bien, los dos manuscritos de Braulio Cen-
dales, uno de 1990 en dos momentos y otro de 1994,
escritos desde la prisión, se mediatizan a través de la
Balada, asumida como género lírico y a la vez como
estructura musical. Desde la perspectiva poética, este
género de origen medieval contiene un asunto amoro-
so formalizado en rimas variadas, que rematan en es-
tribillos persistentes el mismo núcleo temático. Desde
la perspectiva musical, es una pieza cantada, polifónica, Espinosa con su amigo, el novelista nicaragüense Segio Ramírez.
también con recurrencia periódica del asunto central.
En términos estructurales la confesión de Braulio supone el paso o el tránsito de un estado a otro, su
Cendales no es más que la reconstrucción de su frac- objetivo principal es obtener conocimiento a través
turado itinerario amoroso con Mabel Auselou, poeti- de la prototípica estructura de sufrimiento, muerte y
sa catalana, esposa del pintor Primitivo Drago, y a la resurrección rituales. Dicho modelo6 está en la base
vez, el lamento por las terribles consecuencias que ella de los manuscritos de Cendales, quien establece un
trajo a su vida. Como en la Balada, repite insistente- diálogo permanente con un lector posible, donde in-
mente el motivo que lo llevó a escribir, recapitula con siste en la sinceridad que lo anima a confesarse, seña-
frecuencia las incertidumbres que lo habitan, las in- la la necesidad imperiosa de recuperar la imagen de
quietudes que no resuelve y su decadencia física y moral Mabel, de reivindicarse ante sí mismo y ante los de-
desde el momento en que la relación con Mabel más, de purificar sus culpas, de hallar comprensión
descentró su vida. Así mismo, el texto establece una en los otros y sobre todo de enseñar con el ejemplo
polifonía de puntos de vista de Cendales consigo mis- a los inadvertidos.
mo y con quienes lo rodean de manera directa o con
quienes entra en contacto.
6
De acuerdo con Josep Flericgla (28-29), el esquema puntual de
En tanto relato, los manuscritos de Braulio Cen-
la trayectoria iniciática, si bien puede presentar variantes, incluye:
dales pueden leerse a la manera de un rito de iniciación 1) Llamado al futuro iniciado, el cual se produce por vocación,
o viaje iniciático, en particular como un Descenso a los enfermedad, crisis o razones de herencia; 2) Obligatoriedad del
infiernos, así lo señala al referirse al canto vi de La iniciado a corresponder el llamado, aún a costa de la propia vida;
3) Alejamiento de los valores sociales ordinarios que regían la vida
Eneida (252). Dicho carácter se refuerza con alusiones y la consecuente vivencia de otra realidad paralela, usualmente sa-
míticas, visiones sobrenaturales, estados de trance, co- grada; 4) Retorno a la vida cotidiana con el conocimiento y la
incidencias enigmáticas, sueños premonitorios, deli- revelación adquiridos, que se ponen generalmente al servicio de
los demás. Este esquema puede incluir trances, de hecho incluye
rios, indicios incomprensibles, etc. Toda iniciación
sufrimientos, enfrentamientos con el dolor y el miedo, superación
consiste en “un ingreso, un aprendizaje, el comienzo de pruebas difíciles. Precisamente, en la trayectoria de Cendales se
de una experiencia destinada a continuar” (Reis, 21); constata este proceso.

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El primero de los signos que recibe Cendales como del cadáver de su sirvienta, ritual demoníaco que en su
llamado iniciático lo constituye la irrupción de Primi- conjunción de Eros y Thánatos sella definitivamente
tivo Drago en su oficina, cuyo aspecto de vampiro el pacto del personaje con el mal.
melancólico lo seduce y al mismo tiempo lo atemoriza Así pues, la primera parte del manuscrito de 1990,
su aire de intemporalidad que parece situarlo por fue- denominada significativamente Las bodas de Epimeteo
ra de la vida. Luego, el sueño angustiante de la Cierva establece la conexión mítica entre el héroe clásico y el
Blanca y la solicitud que le hace Eliseo Verano de repa- personaje novelesco: el primero se muestra sordo ante
rar una pintura de La Virgen del Amparo, lo pertur- la advertencia de su hermano Prometeo de no aceptar
ban por completo7. Mientras en el sueño no puede tocar ninguna dádiva de los dioses, y al casarse con Pandora
la cierva, en la vigilia lo extraña el rostro lascivo de la firma su desdicha8 ; de igual manera Braulio Cendales,
Madona, alejado no sólo del prototipo mariano, sino imprudente e irreflexivo, se une a Mabel, iniciando así
sensualmente enmarcado en colores dionisíacos que la vertiginosa caída de su vida.
obstruyen figuras de ángeles y querubines. Posterior- La segunda parte del manuscrito de 1990, El cielo
mente, el sueño del puente ruinoso en que una fuerza que me tienes prometido, se concentra en la segrega-
superior lo induce a cruzarlo, coincide con el descu- ción social de Cendales: borra por completo la pin-
brimiento de una superposición de pinturas en el cua- tura de la Virgen del Amparo y se queda con la versión
dro que restaura: una versión erótico-tropical de la original de la Venus lasciva, identificada cada vez más
Venus de Boticelli se asoma por entre los ropajes sa- con Mabel… ella le enseña la infinita capacidad de
cros de la Virgen del Amparo. De inmediato sobrevie- ser libres, de no respetar ninguna norma, de entre-
ne el encuentro con Mabel Auselou que lo estremece, garse a todo tipo de arrebatos dionisíacos –desafue-
a primera vista se enamora locamente de ella y descu- ros sexuales, escándalos públicos y comportamientos
bre impresionado el parecido de su rostro con el de la inescrupulosos–; el espíritu de Cendales se compro-
ambigua Venus del lienzo. Después de varios encuen- mete con el culto de la Diosa Blanca, la cierva del
tros y de velados procesos de mutua seducción, la tra- sueño, coincidencia de opuestos, cuyo abrazo definiti-
yectoria descendente de Braulio Cendales inicia un vo es la muerte, divinidad que inspiró a trovadores
ritmo acelerado la noche en que posee a Mabel cerca provenzales y a grandes poetas: Petrarca, Dante,
Silecius, Novalis, Coleridge, Keats, Rimbaud, Gra-
ves, y la Diosa es además la amante invisible de los
7
En la novela abundan indicios misteriosos y extrañas coinci- chamanes9. Como iniciado, Cendales tiene dos expe-
dencias, que implican conexiones intratextuales y potencian la riencias fundamentales, el trance del opio cuando sólo
interpretabilidad del texto; entre otros, destacamos en la primera
parte dos de estas señales, fundamentales en nuestra interpreta-
oye la voz de Mabel pronunciando su nombre y la
ción: a) La figura y la actitud de Eliseo Verano reproducen estimulación de la coca que desata su sexualidad.
condensadamente el estado final de conversión del iniciado en los A Cendales lo habita el horror al descubrir en el
misterios perversos; a Cendales lo impresionan la dentadura ama- cuadro del pajarillo muerto aprisionado en un muro
rillenta y el aire intemporal de Eliseo Verano; incluso, para llegar a
la casa de éste debe transitar un camino tétrico, descender por os- de ladrillo la representación del asesinato de Mabel,
curas escaleras, traspasar umbrales y portones, como si en verdad obsesión que desemboca en dolor total cuando con-
descendiera a un submundo sombrío y atemorizante (34-38); b) templa el otro cuadro creado por Primitivo Drago, en
Desde el primer encuentro con Primitivo Drago, Cendales identi-
el cual el cadáver de aquélla parece abandonado a la
fica su aspecto, su rostro y su prepotencia con lo monstruoso como
afirmación suprema de individualidad que excluye al otro; por eso
su condición de vampiro, más que una cualidad zoomórfica, se
aloja en su conciencia, desprecia y desconoce lo que representan
8
los puntos de vista de Cendales: las peculiaridades de la cultura Para una ampliación de los significados culturales de Epimeteo
hispanoamericana. A Cendales lo molesta sobremanera el discurso y de Pandora, véase Enciclopedia Universal Europeo Americana, 1970,
de este europeo que no sólo se regodea en sí mismo, sino que seña- vol. 20, pp. 310-312; vol. 41, p. 750; vol. 43, pp. 402-403.
9
la constantemente la ausencia de clasicismo en la cultura criolla César Valencia detiene su mirada en la tradición de la Diosa
como signo de atraso e inferioridad. Mientras el vampiro se aferra Blanca de la poesía, la cual en la novela se transforma en dispositivo
a su visión intemporal divorciada del dinamismo histórico, Cen- narrativo; el tratamiento erudito que Espinosa da a este tópico per-
dales se aferra a la vida y a sus contingencias, y desde esta ubica- mite caracterizar la novela como “narrativa de ideas”, suspendida
ción mide la distancia insalvable entre los dos (52-64). entre lo apolineo y lo dionisíaco, el amor y la muerte (2001, 61-63).

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 81
humedad. De aquí en adelante son inminentes el nificativas, siempre joven, capaz de mirar el mundo
resquebrajamiento y la degradación de Cendales: pier- con la sorpresa de los ojos del niño, mientras que Mabel
de el trabajo, se desprestigia socialmente, lo abandona Auselou y Primitivo Drago representan un vampirismo
la seguridad de otros tiempos y se convierte en un al- cultural excluyente que disminuye sus miradas
cohólico consumado. En verdad, el cielo prometido se inmovilizándolos en un anacronismo incapaz de situar-
ha trocado en un infierno de locura y desesperación. se en las vicisitudes del tiempo y de la historia11. La
Ahora bien, el título mismo del manuscrito de muerte “ritual” de Cendales hace emerger una nueva
1994, La caja de Pandora, extrapola su significación conciencia, en la cual la hybris podrá ser expulsada cuan-
mítica a la actualidad de Braulio Cendales, pues los do se perciba que no dinamiza la vida, sino la soledad
males esparcidos lo persiguen implacablemente tor- y el aislamiento; entonces Epimeteo –Cendales, guia-
nando vertiginosa su caída: humillante encarcelamien- do nuevamente por Prometeo, podrá decidir su desti-
to, incomprensión de los amigos, impotencia sexual, no en aras de celebrar la vida y no la muerte12. En este
adicción a la coca y luego al crak, en fin, despojamiento sentido, la escritura de los manuscritos y su evidente
de su ser y de las pertenencias que lo relacionaban con deseo de encontrar recepción en los lectores, puede leer-
el mundo; fuerzas oscuras desvían el sentido de sus se como un exorcismo liberador orientado hacia la afir-
acciones y lo llevan a tocar fondo. Después de expulsar mación de la vitalidad de la cultura criolla representada
demonios interiores y de convocar el fantasma de Mabel por Cendales, y orientado también hacia la negación
durante el rito purificador de la danza del Tetembé y de un discurso eurocéntrico sustentado en la inmovili-
de la bebida del Caudalupi, su descenso queda suspen- dad de un poder hegemónico, que todavía parece des-
dido en una revelación dolorosa, la cual no es del todo conocer la voz y la diferencia del otro, quien ya ha
transmisible ni genera un nuevo proyecto de vida, ca- descolonizado su historia y su imaginación. a
paz de potenciar las acciones de quien se ha iniciado
en los misterios. Sin embargo, la rica polisemia del texto
abre todo tipo de posibilidades: inspirado en contra- 11
A través del motivo recurrente de reuniones de amigos en al-
dicciones del pensamiento de Virgilio con respecto a muerzos, cenas y conversatorios sobre asuntos culturales o del re-
la fatalidad, que descubre en La Eneida (396), no tiene corrido por sitios y museos de la moderna ciudad criolla
representada en la novela, Espinosa desliza puntos de vista contra-
claro si su caída es producto del destino inexorable o puestos que relocalizan y revaloran las peculiaridades de la cultura
de su incapacidad para actuar; si bien en la vigilia cru- hispanoamericana entre los intersticios del mundo globalizado de
za el puente desvencijado de la perversidad –su rela- la actualidad: además de lo señalado en la nota 7 de este trabajo, es
importante destacar la discusión en la cual Primitivo Drago piensa
ción con Mabel–, no sucede lo mismo en el sueño,
que quizá sólo en el siglo xxii América podrá competir con Euro-
donde las fuerzas de la vida lo atraen más que el juego pa, pues en estas latitudes no ha sido posible todavía crear la idea
paralizante de la eternidad. A su vez, al descubrir la auténtica del Estado; Cendales reconoce que aunque de manera
falsedad y la traición de Mabel decide asesinarla rom- fracturada, sí hemos accedido a variantes del Estado moderno, pero
de ninguna manera hemos llegado a crear el horror de los hornos
piendo así la cadena de malignidad10. Nunca sabremos crematorios (57–58); en otro momento Cendales sostiene frente a
si en esta caja de Pandora quedó escondida la esperan- Drago la capacidad de resistencia que hemos tenido frente a la
za de un futuro menos trágico; no obstante, la sinceri- simbiosis cultural por lo que implica de subordinación, en cambio
sí hemos privilegiado la hibridación porque a través suyo se crean
dad que anima la escritura de los manuscritos constata
significados que juntan procedencias heterogéneas con herencias
que Cendales es el portador de una cultura abierta, propias hasta conformar nuevos símbolos culturales (167-170). Así
dispuesta a trasformar lo foráneo en hibridaciones sig- pues, la implicación ideológica del autor en las discusiones de los
personajes pone de relieve la necesidad de afirmar las condiciones
concretas y la localización específica del espacio hispanoamericano
frente al peligro de una homogeneización cultural generada por
10
En este momento de la novela conocemos la degradación de la quienes detentan el máximo poder económico en el mundo
Diosa Blanca: Mabel Auselou es sólo el seudónimo de María globalizado.
12
Montserrat Pérez, para homenajear a los poetas provenzales; alco- Los 33 años que tiene Cendales cuando sufre el dolor de su
hólica por vocación y prostituta consumada, traicionó a su primer caída existencial (415) lo aproximan simbólicamente a Cristo, ar-
marido con Primitivo Drago y a éste con Cendales, quien sabe quetipo del redentor, que a esa misma edad inicia las acciones que
ahora que a su vez ella lo traicionaba con Wingo, su amante actual lo conducen a asumir en el calvario el dolor de todos para lograr la
(509-516). redención de los hombres.

82 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
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A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 83
C U L T U R A

Delia Zapata Olivella


En la patria del merecumbé*
GiobannaArciniegas
Por Germán Buenahora

Una de las primeras visiones de la importancia cultural del trabajo de Delia Zapata
Olivella la dio Germán Arciniegas, también uno de los primeros biógrafos del Caribe.
Una muestra de generosidad relacional entre el pensador andino y la creadora caribe.
Los dos ya no están con nosotros. Aguaita enlaza sus obras y trayectorias en estas páginas
afectuosas.

Delia Zapata Olivella reunió una vez treinta y cin- Alemania Occidental, que la cumbia está parándole
co mil pesos. ¿Treinta y cinco mil pesos? No lo puedo los pelos a los alemanes de cabeza de cepillo. Una
creer. Pues así fue: treinta y cinco mil pesos. Tomó un criada que le oía salió a contar la historia por el ba-
avión y se fue a París. Iban ella, Manuel y sus veinti- rrio Getsemaní:
cinco negritos. Llegaron a París en invierno. Andaban
con blusas y camisas blancas, como en Cartagena. Bai- La Delia bailó en Mojcú,
laron una cumbia, y se acabó el frío. De París volaron la Delia bailó en Pequí.
a Moscú, al festival folklórico internacional. Los cosacos
que bailan la mitad en la tierra y la mitad en el aire se A poco ya se bailaba con algún comentario:
pusieron en cuclillas a mirarlos. Les bailaron un porro,
y la revolución roja se quedó pálida. Los invitaron a Y dijo el señor Kruché: miércolé,
Pekín, a la Mongolia interior. Bailaron el mapalé, y al y dijo el chino don Miau: ¡miau!
día siguiente en los periódicos salieron las columnas
llenas de palitos anunciando el descubrimiento de En el alma de esta gente ronda el tambor de tal
América. Cincuenta mil personas desfilaron por un manera que cuando Juan Zapata Olivella habla, su
museo para ver el cañaemillero, la gaita y los tambores palabra es un merecumbé. Si se pudiera grabar lo que
a cuyo son Delia baila con sus diablitos cumbia, mapalé, dice Juan, se bailaría hasta el polo. Una vez fue él,
fandango, porro, bullerengue, merecumbé. como médico, a un congreso de pediatría, a
Juan, el hermano de Delia, contaba las aventu- Copenhague. Como era una asamblea internacional,
ras de estas giras, y leía a sus amigos las cartas de la reina les dio un agasajo. “¡Qué locura!”, me dice
Juan, “le di la mano, y ¡era una reina de carne y hue-
so!” Hubo un baile, y seis danesas se le acercaron,
* Tomado del libro de Germán Arciniegas, Nueva imagen del temblando. Como si llegaran al misterio nocturno.
Caribe (1970). Querían que Juan las bailara. Las bailó. Lo que sigue

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FOTO ARCHIVO EDELMIRA MASSA ZAPATA

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FOTO ARCHIVO EL ESPECTADOR
Delia en Bogotá.

será ya leyenda danesa de las torres rubias que roza- Hay aquí una fábrica de jabones que trabaja vein-
ron el trópico. ticuatro horas al día. Es una de las más grandes de
Ramón de Zubiría dormía y no dormía en una Sudamérica. La maquinaria es formidable: por un
mecedora, y pudo sorprender a la negra del servicio tubo sale la glicerina, por otro tubo sale el jabón. “Em-
que cantaba el romance de “Yo soy la viudita del con- pezó”, me cuenta el propio Tito de Zubiría, “con once
de Laurel...”, de esta manera. negras que amasaban pasta en una mesa y Daniel
Lemaitre que hacía los versos.
Los jabones se vendían por los danzones que escri-
Un joven de Cuba – me mandó un papel
bía el dueño. El danzón de las cremas decía:
Mandando decir – me case con él.
Y yo le contesto – en otro papel
Quitan manchas y espinillas
Que yo sí me caso – pero no con él.
pequitas y tal,
Cásate, mija, – que yo te daré
y quitan hasta la mancha
Zapatos y medias – color de café…
del pecado original…

La negra cantaba y bailaba. Barría y bailaba. Es “La vendedora de cremas y jabones era Pepa
más fácil trabajar cantando. Y sin bailar, ¿cómo es vivir? Simanca, que hacía sus pedidos en telegramas así:

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‘Manda jabón Manoblanca –Que lo piden como agua. cuela del barrio Getsemaní. Hoy no sabe qué hacer,
–Mis saludos a Maruja. –Tu atenta, Pepa Simanca’. pues se han presentado para las eliminatorias veintisie-
Hoy, las maquinarias de la fábrica se mueven con acei- te conjuntos. Algunos vienen con creaciones de su pro-
te, pero cuando comenzó, el motor para las once ne- pia imaginativa. Y por las noches, cuando se está
gras era el cantar”. practicando, la escuela parece un infierno –cumbia,
Se anuncia para estos meses un concurso nacional mapalé, fandango, porro, bullerengue, merecumbé...-
del Folklore en Colombia. Un distinguido universita- en donde se ve como un náufrago sobreaguando al
rio que hizo sus estudios de Filosofía en la Sorbona, y pobre santo sacerdote que tiene a su cargo el edificio
baila merecumbé, se ha encargado de preparar el con- de las pruebas.
junto cartagenero. Comenzó a organizarlo en una es- ¡Bendita la patria del merecumbé! a

Tal vez fue la primera en llevar el folclor Conocimos la realidad de la danza na de potencialidades que se ha ido ma-
al escenario. Recuerdo que trabajaba negra colombiana a través de ella. En nifestando a lo largo de los años en muy
en el Teatro de la Comedia. Allí la co- mi niñez, fue uno de los pocos artis- diversos quehaceres de la cultura, unas
nocí y aprendí mucho de su trabajo. tas auténticos que pude ver. Tenía ese veces en la narrativa, como es el caso de
Soy una admiradora de su obra. privilegio de transmitir a través de la Manuel, médico y caminante por todos
danza la belleza de la vida. Con ella los caminos del mundo de la expresión
Sonia Osorio descubrimos un país. estética; como es, igualmente, el caso
Directora Ballet de Colombia de Juan, narrador, espejo de la mejor rea-
Peter Palacios lidad colombiana en la actividad diplo-
Su trabajo no se quedó en el escenario. Bailarín contemporáneo mática, y Delia, quien siempre estuvo
Fue una investigadora que abrió los es- presente en aquellas manifestaciones re-
cenarios urbanos a las tradiciones popu- Es una pérdida nacional muy grande. lacionadas con el rescate de las tradicio-
lares y logró reconocimiento inter-nacio- Fue una mujer que desde los 15 años nes populares, de manera especial en el
nal. Es una pérdida irreparable… La difundió y rescató la cultura colombia- campo de la danza. Ese espacio, parti-
tristeza es grandísima para la cultura na y llevó la representación no sólo de cularmente en lo relacionado con la ex-
popular. Ella fue pionera junto con Ma- Colombia, sino de América al mun- presión de las negritudes, fue llenado de
nuel, su hermano, en la promoción y do. La muerte de Delia es una pér- manera abundante y fulgurante, por
difusión de la cultura popular desde lo dida irreparable que entristece a los co- Delia. Tuve el privilegio de verla en dis-
local al resto del mundo. Ella y Manuel lombianos de todas las razas. Los tintos escenarios nacionales e internacio-
siempre trabajaron juntos poniendo en llaneros, las personas de la regiones nales, de verla en teatros europeos y perci-
escena e investigando como lo hizo en lo Andina y Pacífica, todos lamentamos bir la fascinación que diversos públicos
teórico el maestro Guillermo Abadía. su muerte. La madre del folclor. Eso sentían ante esas manifestaciones viven-
Fue la primera persona que llevó a los era Delia Zapata. ciales de la más profunda filosofía plásti-
Gaiteros de San Jacinto a Europa, fue ca. Es una gran pérdida para el mundo
quien llevó las danzas folclóricas de las Esperanza Biohó
de la cultura la muerte de Delia Zapata
calles a los teatros. Directora General de la Fundación
Olivella. Pero su huella queda de mane-
Colombia Negra
ra perenne en la historia de la cultura.
Gloria Triana
Antropóloga Asesora La familia Zapata Olivella representa Belisario Betancur
Fundación bat en la cultura colombiana una saga lle- Ex presidente de Colombia

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C U L T U R A

Bibiana Vélez.
Amar es lo único que se opone a la destrucción
Por Redacción Aguaita 1

Bibiana Vélez es una de las más importantes pintoras del Caribe colombiano. Ha creado una
obra personal, llena de sugerencias y aperturas sobre nuestro mundo, alejándolo de toda
mirada estereotípica y llenando sus elementos de nuevas significaciones. Aguaita ofrece un
panorama de miradas sobre esta obra singular, desde los certeros augurios de la legendaria
crítica de arte, Raquel Tibol y las visiones del maestro Enrique Grau hasta las valoraciones
informadas de contemporáneos de Vélez, como Eduardo Hernández y Dalmiro Lora.

FOTO ARCHIVO PERSONAL

Bibiana Vélez, pintora cartagenera.

1
Aguaita agradece a la realizadora audiovisual Marta Yances, quien hizo la compilación de la información sobre la pintora. La revista es
responsable de la selección y edición de los textos.

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FOTO ARCHIVO PERSONAL

con un elemento como el agua. De todas maneras, el


mar es símbolo indiscutible de vida, el mar es vida, el
mar es regazo, es maternal, es el seno. Es como un sím-
bolo de flotar en la vida.
Este es un mar arquetípico. No es una playa en
algún sitio, sino como una playa en el alma. Podría-
mos decir que es el sentimiento oceánico. El borde de
la playa es como el borde del mundo. Ya el mar no es el
mundo, el mar es la vida…
Y en el mar bailo. Claro, porque la ingravidez del
agua es incomparable para bailar. Siempre he querido
hacer un ballet en el agua, o siempre lo hago. Mirar
olas es un oficio zen y un oficio cartagenero también.
Se necesita tener ocio para mirar el mar. Es un tiempo
sagrado. Tener tiempo para mirar el mar y tener tiem-
Sorpresa fecunda de los vínculos: la pintura de Bibiana
Vélez se ha inspirado, entre otros muchos elementos,
po para meterse al mar. Eso siento cuando me meto en
en formas de la pintura popular cartagenera. el mar y cuando lo pinto.

Yo cuando niña encontraba caracoles y piedras en Bibiana, vid e o d o cume nta l , 1 9 9 2


las playas. Ahora ya no hay caracoles, ahora encuentro
chancletas .
En los años ochenta estaba muy interesada en toda
la estética popular cartagenera y de todo el país. Me A mí me gusta pintar flores. Las flores son un tema
influenció muchísimo la decoración de los buses, con colorido. Yo las pinto en el mar uniendo el bodegón
todos los flequitos colgando, con muchos objetos dis- con el paisaje. Las flores han estado ligadas siempre
puestos uno al lado del otro, mucha mezcla de mate- al culto y al amor que es lo mismo. Las flores son
rial, y mezcla de imágenes. De pronto encuentra uno a ofrendas a la divinidad, ofrendas a la pachamama, y
la Virgen al lado del “Che” Guevara, y casi nunca falta
un zapatico colgando. Yo creo que allí empezó mi acer-
camiento al zapato. La chancleta es, por excelencia, el
zapato de la Costa, lo más cómodo que hay. ¿Quién
no ha usado las abarcas trespuntás? Caminando por
las playas de Cartagena y de toda la Costa me fui en-
contrando chancletas y sucumbí a la tentación de re-
cogerlas. Estaba, como dije, influenciada por toda la
estética popular y creo que el material kitsch por exce-
lencia es el plástico, que se ha prestado para todas las
imitaciones, y las chancletas eran plástico de colores.
Yo veo las chancletas, cuyo material industrial ha sido
trabajado ya por la intemperie y la naturaleza, como
una pintura hecha por el tiempo. Mi pintura se en-
contró con los colores de las chancletas.

Flotar en el mar es meditar, es cargarme de ener-


gía, estar en un estado de oración, de compenetración Pintándome, acrílico sobre lienzo, 81 x 92 centímetros, 2002.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 89
representan exactamente lo que es para mí la pintu-
ra: una ofrenda. Para mí hacer una pintura es hacer
una ofrenda. Es un mundo panteísta en donde todos los senti-
dos están a flor de piel: tacto, olfato, sonido y sexo. Su
Credo, vi deo documental , 1 9 9 9 siempre autorretrato está en la mitad de esa vorágine
tropical. Ella es el centro de su universo.
Si sus obras se pusieran en fila, una al lado de la
otra, hasta completar un círculo, se encontraría el es-
Creo que en Colombia falta el paisaje moderno. pectador en un mundo virtual sin principio ni fin, en-
Hay un paisaje tradicional de acuarelitas y eso, y hay vuelto en una experiencia bella y única. ¡Qué maravilla!
un paisaje bueno, con sus tropicalismos. Pero un pai-
saje con meditación, tanto en la composición como en E nr ique G r au
la estructura, comienza a darse en la cartagenera Bibiana Pintor, (en el catálogo de Credo,
Vélez Covo, una artista extraordinariamente talentosa. Museo de Arte Moderno de Cartagena, 1998).
Esta muchacha vendrá a revolucionar el paisaje en
Colombia. Trabaja la perspectiva curvilínea y creo que
no hay en el paisaje colombiano alguien que trabaje
así. En Dificultad inicial hace una gran perspectiva Es una pintura que trasciende lo local, lo narrati-
curvilínea de casi 360 grados. Su autorretrato, en la vo, lo anecdótico para convertir lo caribe –una identi-
parte inferior, está hecho a la Mantegna. En realidad dad particular–, en una propuesta universal también.
es autobiográfico. Paleta y pincel en mano, pinta to- Su relación con el mar es de identidad. Como el mar,
dos los problemas que tiene con respecto al paisaje. su obra también es cambiante y al mismo tiempo tiene
una unidad permanente, como el mar.
Raquel Tib o l
La referencia personal es constante en su obra. El
Crítica mexicana, Jurado del XXXII
autorretrato: siempre se retrata ella misma, todo lo que
Salón Nacional de Artistas 1989.
toca lo vuelve ella misma, es una manera también de
apropiarlo, de relacionarse con eso y de relacionarse
Ofrenda, acrílico sobre lienzo, 81 x 92 centímetros, 2002. con todo. Es un arquetipo, no es
un retrato personal.

E d ua rd o H e r ná nde z
(en Credo, video documental
de
Luis Ernesto Arocha, Telecaribe,
1999).

La perspectiva de Bibiana
Vélez nos sumerge en una visión
que sólo obtenemos cuando mira-
mos hacia arriba acostados en la
arena de la playa como quien jue-
ga a contar estrellas en una noche
de luna. Es una perspectiva que
muestra otra faceta del paisaje. Una
perspectiva con puntos de fuga que

90 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
se pierden en un horizonte personal y atrevido, y que, Porque tanto plasma escenas de amor, como otras si-
aparte de ser su propuesta para la plástica del momen- tuaciones cotidianas; pero el enigma se revela es con la
to y de constituirse como uno de los valores de su esté- perspectiva. Son visiones desde arriba, como si mirára-
tica, mantiene también un espíritu de búsqueda mos a través de un lente convexo por distintas venta-
incesante proveniente desde su niñez cuando paseaba nas de un mismo edificio y descubriéramos piernas que
boca-arriba en las noches de amigas y juegos. Aquello pisan un tapete, una mano con una brocha, a una
que inicialmente era un placer, lleva al camino de con- caracucha dialogando con la arena tibia, a un caracol
vertirse en lenguaje. con un rastro baboso y a la huella que dejó la pareja
Tal pareciera que sus obras perderían todo su en- arrastrada por la ola caliente del amor.
canto visual sin la perspectiva usada. Emplea visiones
en “picada” como otras imágenes virtuales en donde se Da l miro L o r a
indaga también por ángulos diferentes de la visión. La perspectiva como una propuesta visual.

Bibiana Vélez [ Cartagena, 1956 ]

estudios Instalación multimedia. Museo de Arte


1975-1977 Taller de David Manzur, Bogotá Moderno, Cartagena
1981-1983 Ecole Supérieur des Beaux Arts, París 2000 Más allá: caminando impunemente
1989 Taller de dibujo con José Luis Cuevas, bajo las palmeras
México d.f. Sala Ojival. Ministerio de Administración
Interna, Lisboa, Portugal
exposiciones individuales Consulado de Colombia. Barcelona, España
Castillo de Vajdahunyad. Museo de Agricultura,
1979 Galería Banco Ganadero, Cartagena Budapest.
1980 Centro Colombo Americano, Medellín 2001 Más allá: caminando impunemente
1981 Galería Banco Ganadero, Cartagena bajo las palmeras
1984 Museo Arte Moderno, Cartagena Galería Estudio. Palacio de Cultura y Ciencias.
1985 Galería La Oficina, Medellín Varsovia, Polonia
1988 Museo Arte Moderno, Cartagena Enka Renaissance Galery, Estambul.
1989 Galería La Oficina, Medellín 2001 Más allá: caminando impunemente
1990 Galería Garcés Velázquez, Bogotá bajo las palmeras
Museo de Arte Moderno, La Tertulia, Cali Estocolmo, Suecia
1991 Centro de Arte Actual, Pereira Berlín, Alemania
Galería Chica Morales, Cartagena
1992 Galería Elida Lara. Barranquilla colecciones
Mar a la Vista, Sala Suramericana, Medellín
1993 Galería Jenni Vilá, Cali Banco de la República
1994 Ofertorio, Galería Museo de Arte Moderno, Museo de Arte Moderno, La Tertulia, Cali
Bogotá Museo de Arte Moderno, Medellín
1996 Reunión de Países No Alineados. Museo de Arte Moderno, Cartagena
Centro de Convenciones, Cartagena Museo de Arte Moderno, Barranquilla
1997 Galería Jenni Vilá, Cali Museo de Bellas Artes Caracas
El silencio de los Jaguares. Museo de Arte Religioso, Convento San Pedro Claver,
Banco de la República, Pasto Cartagena
Olas. Museo de Arte Moderno. Barranquilla. Colecciones particulares en América y Europa
1998 Homenaje al cincuentenario de la
Declaración Universal de Derechos Humanos. distinciones
Museo de la Ciudad, Quito, Ecuador Primer Premio xxxii Salón Nacional de Artistas, 1989
Credo. Museo de Arte Moderno, Cartagena Primera Mención v Salón Rabinovich mam,
1999 Bolívar Gallery. Medellín, 1985
Kingston Jamaica Comunión. Museo Primer Premio iv Salón de Artistas de la Costa,
Bolivariano de Arte Contemporáneo, Universidad Autónoma del Caribe, Barranquilla, 1983
Santa Marta Mención Salón Regional. Museo de Arte Moderno,
Mar de leva. Cartagena, 1995

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 91
C U L T U R A

Poesía
Ilustraciones de Rómulo Bustos Aguirre

Acta de nacimiento En cualquier parte


Por Giobanna Buenahora
De igual modo el tiempo es el infinito
Nombro padre o madre en el espíritu de la brisa
En ambos enfrentada no puedo ser La quietud purifica
Trono o Altar. Quién perdona a Dios
Con las manos manchadas de inocencia a esos que se asoman para recibir
Lo que tomo del aire me espanta. un poco de comida en esta navidad
¿Quién irá en mi lugar?
El cordero no es propicio aún La imagen está al servicio del verbo
Pero las sombras insisten se aproxima hasta tu mesa
Y estoy sola rodea tus días
Como en el principio y te asalta
Cuando la luz resbalaba
En el cuchillo de Caín. Qué metáforas le podemos brindar
Del aire al agua del agua al aire a esta juventud, a esta vida
¡Pobre cuerpo suelto en sí mismo! en estos barrios con nombres
Caduco Vencido Corrupto de árboles y pájaros.
Desde siempre.
De la luz a la sombra de la sombra a la luz Martín Sal as Avila
Y después
El grito primero.

Lauren Mendinueta

Gris
En estos días
en que sufro
en que he desnudado mi alma a las tormentas
en que a veces me siento grande
con la soberbia y la rabia que guarda el que soporta
Quisiera encontrar un culpable
a quien poder colgar de un árbol
un punto, un dios miserable
al que quejarme
una ira suprema que me parta.

Margarita Vélez

92 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Oración
i ii
Señor, hazme digno de los supermercados Señor, he hallado este maní en la mesita del
Déjame hallar sentido en lo que conversa la gente delicatessen
al fondo –Aún está aceitoso–. ¿Cuál fue tu trama al
y en el feedback de los altavoces donde nos dan germinarlo?
felicidad en paquetes ¿Cuál tu intención al dejarlo desamparado entre
y donde sueltan odas a los champúes. tanta confusión?
Déjame acudir al festejo de las registradoras, Ambos somos huérfanos entre tanto destino
al afelpado sigilo de los monederos. ¿Qué intentas enseñarme, Señor?
Al enredo de los delicatessen de moteadas grosuras De forma perfecta has hecho esta coincidencia
¡Oh, galerías de bocas bebiendo gaseosas en la que el maní y yo hallamos compañía.
alegrísimas! ¿Qué buscamos afanados apenas ponemos el
A mí me queda, por ahora, la pálida imprecación pie en el día?
de los vegetarianos. ¿Rosas? Nosotros no sabemos si la espina tiembla
Yo lato, Señor, yo estoy vivo, como estuvo el jamón al lado nuestro.
que tiembla en su gancho. ¿Cuál es el gesto que nos dobla hacia la vida o
Déjame estar aferrado a la cintura de los carritos hacia la muerte?
repletos ¿Qué buscamos? Señor ¿qué buscamos?
Haz que pertenezca al cielo de las canastas fungibles ¡Señor, pónte la mano de visera!
Al fluido de los envases, al aplauso cósmico de los ¡Señor, acelera el pedal!
mostradores ¡Aplaude!
Ampárame cuando me interne en el bosque de ¡Señor, alza el barrio y baila!
las bisuterías no retornables. ¡Ráscanos la oreja y silba!
Soy capaz de responder amorosamente a los ¡Abre una sandía!
maniquíes Sólo sentimos tu señuelo en relámpagos…
De acariciar sus corazones de escayola. ¿Por qué en pleno abandono vemos por fin
No permitas que mi crédito diezme Tu grandeza?
La pobreza me hace distante de la realidad.

Juan Carlos Guardela

Tapicería Romero
A Lember

Sacar el anuncio con esa fe que sólo es dable


en las horas iniciales del día. Esperar las minucias
que vendrán: estos cojines, estas telas. Caminar
en medio de los muebles sedentarios que ornarán
otras alegrías. Recordar el día en el que se fue
a Caracas, siguiendo los caminos del barrio y
alguna propensión hereditaria que lo hace triste.
Ver el crecimiento del álbum familiar y el
abigarramiento de sus espacios en el taller.

Pensar, creer, fingir, medir –aún ajena–


la felicidad.

Frank Patiño

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 93
N O T I C I A S

5 cinco años del observatorio del caribe colombiano


Un lustro buscando sinergias alrededor de los
saberes sobre el Caribe de Colombia [1997-2002]
Por Redacción Aguaita

“Celebro al Observatorio del Caribe Colombiano,


institución a la que profeso admiración genuina
ción Probarranquilla, la Cooperativa Agroindustrial de
Cereté, la dirección ejecutiva de la Asociación Nacio-
nal de Industriales de Cartagena y un grupo de intelec-
por la tarea quijotesca que viene cumpliendo con
rigor científico sin hacerle concesiones al folclorismo tuales y artistas de la región.
pernicioso y sin caer tampoco en las tentaciones El 15 de diciembre de 1997 se fundó en Cartagena
pintorescas”. de Indias el Observatorio como centro científico, hu-
Juan Gossaín manista y cultural, y la forma de una entidad privada,
independiente, sin ánimo de lucro. Al patrimonio
El Caribe colombiano necesita una institución de aportado por entidades y personas de la región se sumó
carácter regional dedicada a pensarlo. El atraso econó- un capital semilla aportado por Colciencias que du-
mico y la pobreza de sus habitantes exigen esfuerzos
permanentes y sistemáticos en el campo del conoci-

FOTO FERNANDO MERCADO


miento como contribución a la superación de sus
ancestrales dificultades.
Un proyecto para la creación de un centro de estu-
dios regionales presentado desde la región fue incor-
porado por el gobierno nacional a las Estrategias para
la gente Caribe –EsCaribe en 1997. Bajo estas orienta-
ciones de política, el Departamento Nacional de
El Maestro
Planeación, dnp, el Instituto Colombiano para el de-
Enrique Grau
sarrollo de la Ciencia y la Tecnología “Francisco José Araújo, co-fundador
de Caldas” –Colciencias– y el Fondo Nacional de Pro- del Observatorio,
diseñador del
yectos de Desarrollo –Fonade– auspiciaron el nacimien- logotipo institucional
to del Observatorio del Caribe Colombiano promovido y primer presidente
por las cámaras de Comercio de Cartagena y Sincelejo, de su Consejo
Directivo.
las universidades del Atlántico y Cartagena, la Funda-

94 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
rante un lustro se ha invertido y multiplicado para asesoría de prestigiosos investigadores colombianos,
generar y divulgar el conocimiento sobre el Caribe de entre ellos Luis Jorge Garay, Fabio Zambrano, Martha
Colombia. Madrid Malo De Andreis, Cristo Figueroa. En estos 5
El Observatorio del Caribe Colombiano es un cen- años, el Observatorio ha cumplido con su objetivo de
tro que realiza y estimula investigaciones sobre la re- convertirse en uno de los más importantes centros de
gión, acopia y organiza datos sobre su estado, relaciona investigación regional. La labor investigativa ha tenido
entre sí a los investigadores que la estudian y adelanta las siguientes características y proyecciones:
programas orientados a la apropiación pública del co- • Evaluación de los resultados de las políticas pú-
nocimiento sobre el Caribe colombiano. blicas descentralistas, y seguimiento y evaluación al es-
Sus actuaciones han dado al Observatorio una pre- tado de la región. Desde sus primeros momentos
sencia nacional y obedecen a una concepción plural e adelanta estudios sobre las principales tendencias del
incluyente en el estudio de la región, puesto que hacer desarrollo económico y social. Su primera publicación
contribuciones desde el conocimiento a la sociedad del El Caribe colombiano, la realidad regional al final del
futuro exige el acercamiento de múltiples visiones. De siglo XX fue comentada por el economista e investiga-
ahí que las dinámicas culturales de esta región rica y dor Haroldo Calvo Stevenson: “Una radiografía esta-
diversa sean consideradas por el Observatorio como dística que revela la región como la más atrasada del
fundamentales para retomar la senda de la prosperidad país y que debe ser referencia obligada para todo el que
y reafirmar su pertenencia al Caribe. se interese en los problemas de la Costa”.
A continuación presentamos un breve resumen de • Conformación de un grupo de estudio sobre la
la labor realizada durante los cinco años de existencia: industria manufacturera, que adelanta la más amplia y
profunda investigación que se haya realizado sobre este
importante sector de la economía. Al publicarse el li-
Más de treinta investigaciones bro Estructura Industrial del Caribe Colombiano (1974-
1996), Gabriel Misas Arango lo describió como: “un
Desde 1998, cuando se instala en Cartagena, el hecho destacado en la investigación sobre el desarrollo
Observatorio ha adelantado una serie de investigacio- manufacturero en el país. El trabajo da importantes
nes sobre el Caribe colombiano, que han permitido luces sobre la naturaleza y las características del desa-
hacer una contribución al conocimiento, un proceso rrollo industrial colombiano”.
que no solamente ha formado investigadores sino que • Continuación de estudios anteriores sobre el pro-
ha dado sustento técnico y científico a las acciones del ceso de poblamiento de la región y la conformación de
Observatorio. Las investigaciones han contado con la su sistema urbano-regional.

Cecilia López
Montaño, ex
directora del
Departamento
Nacional de
Planeación, decidida
gestora para hacer
del Observatorio
una realidad.

María del Socorro Guerra de Mesa, presidenta


del Consejo Directivo del Observatorio, durante
la Cátedra del Caribe que se dictó en la Cámara
de Comercio de su ciudad natal, Sincelejo.
1997-2002
A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 95
• Reflexión sobre el estado de las principales ciu-
dades e impulso a procesos locales para repensar el de-
sarrollo urbano. Cuando se publica el libro Poblamiento
y ciudades del Caribe colombiano, Luis Mauricio Cuer-
vo, director del Cider de la Universidad de los Andes,
sostiene: “…este trabajo nos alienta a pensar que se ha
dado un paso adelante y que se impone resolver cómo
continuar en esta apasionante, estimulante pero siem-
pre arriesgada tarea de construcción de un saber urba-
no plural e incluyente”.
• Evaluación de los resultados de las políticas pú-
blicas descentralistas. Ariel Castillo Mier, profesor e investigador de la Universidad del
• Evaluación de la gestión educativa de las entida- Atlántico, coordinador de la Cátedra del Caribe y colaborador
des territoriales. permanente del Observatorio. Atrás, fotografía de Héctor Rojas
Herazo, en cuyo nombre el Observatorio bautizó una de sus salas.
• Investigaciones culturales que se adelantan por
medio de becas.
tes y empaques en la historia social del campo costeño,
• Estrategias ambientales para el desarrollo soste-
la dinámica cultural de los puertos, los imaginarios
nible.
híbridos de las culturas populares en las ciudades cos-
Sobre la labor del Observatorio, el escritor Rober-
teñas, la exuberante producción de las artes plásticas
to Burgos Cantor ha escrito: “Son pocas las regiones
regionales, la presencia y las relaciones entre industria
del país que cuentan con un laboratorio en produc-
cultural y música popular han sido reconocidos como
ción constante de hipótesis y de ideas de primera mano
preocupaciones investigativas legítimas para conocer la
para trazar una carta de navegación hacia las solucio-
región. Los trabajos becados fueron los siguientes:
nes de justicia y prosperidad”.
Primera Convocato ria 1999
“Costa Caribe, ingenio, pesca y tradición”
Cuatro convocatorias, diez becas Andrés Lejona
“Contextos sociales y lingüísticos del Caribe
En homenaje al gran artista caribeño Héctor Rojas colombiano”
Herazo y para estimular la investigación cultural sobre María Trillos Amaya
el Caribe colombiano, el Observatorio y el Ministerio
de Cultura han convocado durante cuatro años las be- S e g u n d a C o n vo c ato ri a 2 0 0 0
“Las artes visuales del Caribe Colombiano”
cas de investigación cultural que llevan el nombre del
Eduardo Márceles Daconte
maestro. Es el primer programa regional de becas de “Imaginarios híbridos: el discurso anónimo de
este tipo que se realiza en Colombia, y ha estimulado las voces populares en Cartagena de Indias”
masivas participaciones de la comunidad científica re- Jorge Enrique Nieves
gional, consolidando líneas de investigación anteceden- “La risa trágica entre Luis Carlos López
tes y abriendo nuevas. De igual manera, las becas han y Raúl Gómez Jattin”
permitido el surgimiento de nuevas técnicas de inves- Gustavo Tatis Guerra
tigación de las realidades regionales, como la fotogra-
Te rc e r a C o n vo c ato ri a 2 0 0 1
fía, el reconocimiento de líneas como los estudios “Tambucos, seretas y cafongos; recipientes,
culturales y los de economía y cultura, y el abordaje de soportes y empaques del antiguo
nuevos objetos de estudio no considerados por la orto- departamento de Bolívar”
doxia investigativa. Como resultado de este proceso se Cristo Hoyos
han hecho investigaciones que amplían el conocimiento “Puerto, sociedad y conflicto en el Caribe
sobre la región. De esta forma, temas como las prácti- colombiano (1850-1930)”.
cas culturales de la pesca artesanal, el uso de recipien- Sergio Paolo Solano de las Aguas

96 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Además de realizarse
en 13 ciudades de la Costa
en 120 ocasiones, la Cátedra
del Caribe Colombiano, llegó
también a los barrios populares
de Cartagena. Aquí, en el
Centro Cultural Las Palmeras
en la zona suroriental de
esta ciudad.

1997-2002
Cuarta Convocato ria 2002 La red fue concebida desde los orígenes del Obser-
“Los caminos de la memoria. La música vatorio cuando se identificaron los profesionales dedi-
campesina del Caribe colombiano: gaitas, cados al estudio sobre la región y fue publicado en 1998
cumbias, tamboras y música de acordeón. el Directorio de Profesionales para la investigación. Lue-
El caso del departamento del Cesar” go, en el Plan Estratégico Institucional se define con
Hughes Sánchez Mejía y
claridad la visión del Observatorio como un colectivo
Adriana Santos Delgado
de investigadores que estudian la región Caribe desde
“Etnicidad, conflicto social y cultura fronteriza
en la Guajira, 1700-1800: una visión distintas disciplinas. Y con esa perspectiva ha trabaja-
etnohistórica” do el Observatorio.
José Polo Acuña Además, a lo largo de los cinco años, la entidad ha
“El futuro económico y cultural de la industria recibido a más de una docena de investigadores de uni-
discográfica de Cartagena: entre la champeta versidades colombianas y extranjeras como pasantes de
y la pared” investigación, quienes desarrollan destrezas y adelan-
Mauricio Soto y Carmen Abril Gutiérrez tan sus trabajos como parte de las líneas definidas por
el Observatorio.

Más de 100 investigadores en red


120 Cátedras del Caribe
Creada recientemente, con la coordinación del
Observatorio, la red Ocaribe aglutina a los investigado- Al cumplirse los cinco años, el Observatorio llega
res que se ocupan del estudio del Caribe colombiano a la realización de la Cátedra del Caribe nº 120. La
desde diversas perspectivas, con el propósito de cons- Cátedra fue concebida como “una tribuna del conoci-
truir un gran sistema de saberes sobre la región en sus miento y las ideas de la región Caribe Colombiana y
aspectos culturales, sociales, económicos y ambientales. busca la relación fecunda y coherente entre visiones y
La red es un proyecto conjunto con el Sistema disciplinas, escrituras y pensamientos, ciencia y artes:
Universitario Estatal del Caribe integrado por la Uni- una pluralidad que desborde los esquemas tradiciona-
versidad del Atlántico, la Universidad de Cartagena, la les y permita un nuevo horizonte analítico, riguroso y
Universidad de Córdoba, la Universidad de la Guajira, verídico pero múltiple y dialogante”. La cátedra ha sido
la Universidad del Magdalena, la Universidad Nacio- una sistemática contribución a la apropiación social del
nal de Colombia sede San Andrés, la Universidad Po- conocimiento, ha facilitado el encuentro de investiga-
pular del Cesar y la Universidad de Sucre. dores y públicos en 13 ciudades de la región, ha llevado

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 97
a los investigadores a sus regiones objeto de estudio con dad Nacional y su Instituto de Estudios Caribeños de
la consiguiente devolución del conocimiento, ha propi- San Andrés en la primera promoción de la maestría en
ciado el encuentro entre investigadores, y se ha converti- estudios del Caribe. La compilación de la memoria del
do en uno de los más importantes y fecundos eventos primer año de la Cátedra, realizada por su cordinador
culturales de todo el Caribe colombiano. Como conse- Ariel Castillo, fue publicada por el Observatorio con el
cuencia de ese intenso proceso, ha establecido una at- título de Respirando el Caribe.
mósfera apropiada para la revaloración del conocimiento
y ha permitido dibujar un nuevo, amplio e imprevisto Libros
mapa sobre el conocimiento de la región costeña.
Mediante convenio, la Universidad del Atlántico, Desde el primer momento, el Observatorio ha es-
la Universidad de Cartagena y la Universidad del Mag- timulado la apropiación social del conocimiento sobre
dalena apoyan en la orientación y realización de este la región. Por ello, ha hecho énfasis en sus publicacio-
programa del Observatorio, organizado de manera con- nes: 9 libros y 20 cuadernillos, de un apreciable cuida-
certada con el Ministerio de Cultura. También ha con- do formal, que han circulado masivamente en ferias
tado con el apoyo irrestricto del Banco de la República, del libro, centros educativos, bibliotecas, centros cul-
las cámaras de comercio de Sincelejo, Montería y turales, investigadores, periodistas, empresarios y fun-
Magangué, el patrocinio de la Alianza Summa, y el cionarios públicos. Al visitar las instalaciones del
apoyo de las universidades públicas de la región. Observatorio y conocer sus publicaciones, Álvaro Uribe
La Cátedra ha contado con la participación de Vélez, actual presidente de la República, comentó en
Germán Espinosa, Ramón Illán Bacca, Roberto Burgos comunicación escrita enviada posteriormente: “Que-
Cantor, Eduardo Posada Carbó, Cecilia López Mon- dé muy gratamente sorprendido por la seriedad y la
taño, Adolfo Meisel Roca, María del Carmen Borrego profundidad con las que ustedes han estudiado los te-
Plá, María del Rosario Guerra, María Trillos Amaya, mas relacionados con su región”.
Egberto Bermúdez, Adelaida Sourdís, Alejandro Jadad Los libros publicados son los siguientes:
Bechara, Jorge García Usta, Alvaro Medina, Alvaro
Barranquilla: Lecturas urbanas. Luis E.Sánchez
Miranda, Ariel Castillo Mier, Fabio Zambrano, Eduar- Bonnet. Compilador. 2002
do Márceles Daconte, Alicia Dussán de Reichel Resultados de la descentralización municipal en el
Dolmatoff, Oscar Collazos, Germán Márquez, Fran- Caribe colombiano. Martha Madrid Malo De
cisco Avella, Weildler Guerra, Rómulo Bustos, Con- Andreis y Luz Helena Díaz Rocca. Editoras. 2002
suelo Posada, Eduino Carbonó, Julio Marino Barragán, Ayer y hoy del Caribe colombiano en sus lenguas.
José Polo Acuña, Jorge Nieves Oviedo, Cristo Figueroa, María Trillos Amaya. 2001
Cristo Hoyos, Alberto Abello Vives, Heriberto Fiorillo,
William Fortich, Julio Sierra Domínguez, Claudia
Mosquera, Rafaela Vos, Julio Escamilla, Enrique
Muñoz, Estrella de los Ríos, Julio Oñate Martínez,
Germán Bustamante Patrón, Sara González, Javier Báez,
Numas Armando Gil, Gonzalo Restrepo, Pacho Bottía,
Marta Yances, Amilkar Caballero, Adolfo González,
Stella Salazar, Silvana Giaimo, Ana María Groot, Carl
Langebaeck, Gustavo Tatis Guerra, Numas Armando
Gil, Graciela Maglia, Guillermo Carbó, Edgar Rey
Sinning, Catalina Reyes, entre otros.
En 2002, la Cátedra se desarrolló también en la En esta sede de la
Calle de la Chichería
Universidad Nacional de Bogotá como una asignatu- en Cartagena, el
ra, que con la dirección del profesor Fabio Zambrano, Observatorio llega a
fue ofrecida en el primer semestre a más de 150 estu- sus cinco años de
existencia.
diantes. La Cátedra acompañó también a la Universi-

98 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Respirando el Caribe. Memorias de la Cátedra del pecto a revistas que se producen en la capital y tienen
Caribe colombiano. Ariel Castillo Mier. 2001 circulación nacional, pues la profundidad, investiga-
Poblamiento y ciudades del Caribe colombiano. ción y seriedad de sus textos la proyectan hacia un
Alberto Abello Vives y Silvana Giaimo Chávez. mercado con mejores perspectivas. Estas producciones
Compiladores. 2000 merecen ser apoyadas” y El Tiempo señaló: “Aguaita,
Estructura Industrial del Caribe colombiano (1974-
una revista que se defiende sola”.
1996). Alberto Abello Vives y otros. 2000
La revista Aguaita fue concebida desde sus inicios
El Caribe colombiano, la realidad regional al final
del siglo XX . Cecilia López Montaño como una forma no sólo de promover las investigacio-
y Alberto Abello Vives. Directores. 1998 nes científicas rigurosas sobre la región sino la de con-
La Costa que queremos. Reflexiones sobre el Caribe tribuir a replantear la noción del lenguaje académico,
colombiano en el umbral del 2000. Cecilia López la de abrir el espacio de la relación entre disciplinas y
Montaño y Alberto Abello Vives. Editores. 1998 lenguajes, la de combinar los géneros y fundar las sec-
Directorio de profesionales para la investigación ciones que resultaran indispensables para ofrecer una
en el Caribe colombiano. Alberto Abello Vives visión integral de la región costeña. Espacio plural por
y Jorge Iván Zapata. 1998 definición, Aguaita ha tratado, en sus múltiples dimen-
Además, este fin de año aparece el libro con la in- siones, de unir a la región sobre la base de artículos
vestigación ganadora de la beca de investigación cultu- revelatorios, serios, ágiles, basados también en la diver-
ral “Héctor Rojas Herazo”, Tambucos, seretas y cafongos; sidad de autores y regiones.
recipientes, soportes y empaques del antiguo departamento Una revista que pueda atender las múltiples disci-
de Bolívar, de Cristo Hoyos, que será publicado por plinas desde las que se mira, estudia, sueña, interroga,
Ediciones Gamma y Crown Colombia. debate y propone la región, pero también las perspec-
tivas y los enfoques, las ideas y los estilos y también los
La revista Aguaita géneros; esto último resulta particularmente importante
ante la necesidad de combinar el rigor académico, tan
Con esta edición, la revista institucional Aguaita necesario en medio de una tradición de culto, discreto
llega al número 8. Sobre su carácter y forma, El Espec- o abierto, a la superficie y a la ocurrencia esporádica,
tador escribió: “En Cartagena se está haciendo una re- con un lenguaje que, sin perder la bondad de ese rigor,
vista que vale la pena leer y elogiar. Se trata de Aguaita, permita la comunicación, logre relacionarse con un
la revista del Observatorio del Caribe Colombiano (…) público amplio y diverso, e incida sobre la realidad.
lo que parece ser una producción muy regional, de ta- Desde un principio entendimos que se trataba
lla internacional (…) Nada hay que envidiar con res- de propiciar un acercamiento entre nuestros peque-

Jorge García
Usta, editor de la
revista Aguaita y
colaborador del
Observatorio.

La revista Aguaita y una


de las series de publicaciones
del Observatorio.

1997-2002
A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 99
ños aportes y los aportes de la comunidad de cientí-
ficos sociales y artistas que están haciendo de nues-
tro Caribe no sólo una de las regiones más estudiadas
de Colombia, tal vez la más, sino de nuestro Caribe
uno de los más estudiados del ahora llamado Gran
Caribe.
En sus ocho números han estado entrelazadas la
historia, la economía y los estudios sobre la vida en
sociedad, con géneros como artículos de investigación,
ensayos, perfiles, crónicas, reportajes, opinión, crítica,
comentarios, reseñas. Los artículos de Eduardo Posada
Carbó, Joaquín Viloria de la Hoz, Weilder Guerra
Curbelo, María Teresa Ripoll de Lemaitre, José Polo,
Jorge Conde, Luis Alarcón o Adriana Santos, destaca-
dos estudiosos de nuestra historia, se encuentran con
los trabajos económicos de Cecilia López Montaño,
María del Rosario Guerra de Mesa, Jaime Bonnet, Una de las secciones más emotivas, aquella en la
Marta Madrid Malo De Andreis, y los novedosos estu- que recordamos a quienes ya no nos acompañan pero
dios sobre las culturas híbridas de Jorge Nieves, sobre gracias a los cuales seguimos viviendo, la inauguramos,
las poblaciones negras de Elizabeth Cunin, sobre la en ese marzo de 1999,con el artículo titulado Hace falta
construcción de identidad a través del baile y de la Alfredo, dedicado por supuesto a Alfredo Gómez Zurek,
música champeta de Claudia Mosquera y Marion una de las figuras centrales del desarrollo cultural de
Provansal, sobre las mujeres de Sahagún en Córdoba y Barranquilla. Y también en esa sección nos han hecho
sobre los signos culturales de la olvidada tradición fes- falta Cecilia Porras, Momo del Villar, Eligio –el “Yiyo”–
tiva del once de noviembre de Cartagena escrito por García Márquez y Héctor Rojas Herazo.
Enrique Muñoz. En fin, de la mano de Jorge García Usta, nuestro
Al lado de la fundación de pueblos, encontramos editor, se ha realizado esta travesía, enlazando tanto las
historias empresariales, problemas fronterizos, insisten- herencias vigentes del pensamiento y la reflexión como
cia en el tratamiento de la industria manufacturera, de- de la creación, en el empeño de contribuir a trazar el
sarrollos científicos, preocupación por nuestra situación reconocimiento integral de una región, y reconciliarla
ambiental como se aprecia en los artículos de Eduino con sus mejores cosas, las que iluminan mejor sus posi-
Carbonó y Jaime Polanía, y un permanente contacto bilidades de desarrollo, pues es imposible pensar en un
con el Gran Caribe gracias a los aportes de Francisco futuro social y económico distinto, sin considerar que
Avella Esquivel, Thomas Klak y Neville Duncan. lo cultural debe ser parte fundamental del proceso de
Están siempre las letras, he ahí los aportes de Ariel desarrollo, y establecerse como una prioridad multi-
Castillo, Ramón Illán Bacca, Fanny Buitrago, Pedro disciplinaria de la organización social.
Badrán, José Luis Garcés y Francisco Pinaud; los pa- En esa búsqueda de replantear el lenguaje acadé-
ladares contados sabrosamente por Estrella de los Ríos mico, Ariel Castillo Mier, colega de esta universidad,
y los sonidos musicales. Siempre hay y habrá un espa- coordinador de la Cátedra del Caribe, compañero en
cio para la poesía que ha sido inaugurado por Rómulo todas estas decisiones fundamentales y coordinador
Bustos Aguirre, Patricia Iriarte, Luis Mizar, Miguel de la Cátedra del Caribe, nos ha dado una gran lec-
Angel López, Jaime Manrique Ardila, Miguel Iriarte ción sobre la doble relación enriquecedora entre cien-
y Meira Delmar; para la indagativa y reveladora pale- cia y periodismo, con su crónica El vía crucis feliz de
ta de los artistas plásticos que han mostrado Cristo Derek Walcott en el Caribe colombiano, que lo hizo me-
Hoyos, Teresa Sánchez, Heriberto Cogollo, Delcy recer del Premio Nacional de Periodismo “Simón Bo-
Morelos, Mario Zabaleta, Roberto Angulo y Ruby lívar” del año 2002, y llena de orgullo a Aguaita y al
Rumié. Observatorio.

100 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
El trabajo interinstitucional ha sido factor clave en
las proyecciones del Observatorio. En la gráfica, a la
izquierda, la directora del área cultural del Banco de
la República en Cartagena, Silvia Marín, en acto
realizado en el Museo del Oro, al lado del médico
José María Caraballo y el director del Observatorio
Alberto Abello, y a la derecha, ponentes y organiza-
dores del primer seminario sobre “La cultura en
Cartagena, siglos XX y XXI”: Elena Lepesquer, jefe
de Bienestar de la Universidad de Cartagena, los
investigadores culturales Silvio Sánchez, Ignacio
Abello y Sergio de Zubiría, y el jefe de la sección
de Cultura de la Universidad de Cartagena,

1997-2002
Freddy Badrán.

Otro elemento básico considerado ha sido el cuida- ca, de su gerente Adolfo Meisel, y de la directora del
do de la forma, la estética, conscientes de que una revista área cultural, Silvia Marín, se han adelantado eventos
científica y cultural puede y debe y es también una obra de la trascendencia de dos seminarios sobre el tema “La
de la belleza, y que contenido y forma no deben ser cultura en Cartagena siglos xx y xxi”, con participa-
separados con el pretexto de que el conocimiento cien- ción de más de 150 investigadores culturales, creadores
tífico puede ir empacado en envoltorios deleznables y artísticos y gestores culturales, y con sede en la biblio-
sin el rigor procedimental contemporáneo. teca Bartolomé Calvo y el Museo del Oro; un semina-
rio sobre “Las relaciones entre periodismo y literatura”
(que contó con la participación, entre otros, de Juan
Trabajo interinstitucional Gossaín, Juan José Hoyos, Alberto Salcedo, Heriberto
Fiorillo, Ernesto McCausland, Fernando Guerra, José
De igual forma, el Observatorio ha adelantado una Luis Garcés, Blanca Brunal, Sigifredo Eusse, Ramón
política de trabajo interinstitucional en toda la región. Illán Bacca, y tuvo más de 160 asistentes diarios), con
Además de las universidades públicas y las cámaras de sede en el Aula Máxima de la Universidad de Cartagena,
comercio, ha contado con el apoyo del Banco de la y un seminario-concierto “Música sabanera: músicos,
República. En el caso de Cartagena, se han realizado bandas y orquestas”, al cual se vinculó también la Fun-
varios actos de gran significación para la cultura de la dación Hermandad Sabanera. a
región. Conjuntamente con la Universidad
de Cartagena, la División de Bienestar y la
sección de Cultura –y la vinculación espe-
cial de los funcionarios Elena Lepesquer y
Freddy Badrán– y del Banco de la Repúbli-

En el programa de la Cátedra del Caribe


Colombiano, el destacado investigador
musical Egberto Bermúdez presentó su
investigación sobre “La historia de la música
del Caribe’ el 8 de noviembre en la sala de
lectura de la Biblioteca de la Guajira, y el 15
de noviembre en la Universidad Nacional de
Colombia sede San Andrés.

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 101
cuatro años de la cátedra del caribe
Cátedras y libros que abren
nuevas perspectivas sobre la Costa
Por Redacción Aguaita

A la Cátedra sobre cómo se escribió la Historia doble de la El escritor Jairo Mercado ofreció su amplia y profunda
Costa, asistieron el investigador Fabio Zambrano, el director investigación sobre la historia y características del
del Observatorio, Alberto Abello, el rector de la Universidad cuento en el Caribe Colombiano. Mercado habló
del Atlántico, Juan Romero, Orlando Fals y la vicerrectora de ante una numerosa asistencia en el Teatro Amira de
la Universidad del Atlántico, Elvira Chois. la Rosa, el 23 de julio.

Una variada gama de temas que comprendió más Universidad del Magdalena un balance del estado
de 25 conferencias en ciudades capitales y municipios de la economía y del intercambio de bienes y servicios
de la región sobre la economía, la literatura, la historia, entre estos dos integrantes de la Cuenca del Caribe,
la música y la obra de algunos de los personajes más caracterizado hasta el momento por un largo filón de
destacados en el Caribe colombiano, fue el balance del oportunidades inexploradas.
segundo semestre de actividades de la Cátedra del Ca- El martes 23 y el jueves 25 de julio, el escritor
ribe, el programa de apropiación pública del conoci- sucreño Jairo Mercado dictó la conferencia sobre el
miento del Observatorio del Caribe Colombiano. Cuento en el Caribe colombiano, una visión retrospec-
Con el programa desarrollado durante el segun- tiva y actual de este notable género de la literatura en
do semestre, la Cátedra cumplió cuatro años llevando el cual la región ha brindado varios de los más valio-
conocimiento calificado a las ciudades y municipios sos exponentes del país. El acto se realizó en Barran-
de la Costa Caribe, con lo cual contribuye a ampliar quilla, en el Teatro Amira de la Rosa, y en Cartagena,
el entendimiento de los rasgos esenciales de la caribe- en la Casa Bolívar.
ñidad colombiana. Una semana después, el 2 y 10 de agosto, el investi-
Con un estudio sobre la Panorámica económica y gador musical Enrique Muñoz Velez dictó en bibliote-
comercial de Centroamérica y el Caribe colombiano se cas públicas de barrios populares de Cartagena su
abrió el jueves 27 de junio la programación del se- conferencia La champeta: la verdad del cuerpo, un reco-
gundo semestre de la Cátedra. El investigador Cami- rrido por los orígenes y el desarrollo sociocultural de
lo Acevedo presentó en el Auditorio Central de la esta expresión musical que constituye uno de los más

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El historiador Sergio Solano trató, en Más de cien personas se dieron cita el 10 de septiembre
el programa de la Cátedra, uno de los en el Museo del Oro de Cartagena para escuchar la
más apasionantes temas de la historia conferencia del pintor e investigador cultural Cristo Hoyos
costeña, Puertos, sociedad y conflictos sobre Tambucos, seretas y cafongos; recipientes, soportes
en el Caribe colombiano. Solano habló y empaques del antiguo departamento de Bolívar, una
el 11 de septiembre en el Museo del reveladora investigación sobre la utilidad, recursividad
Oro de Cartagena. y estética de los utensilios del campo costeño.

interesantes movimientos culturales de la ciudad a fi- nes musicales urbanas. Ambas cátedras se ofrecieron
nales del siglo xx y principios del xxi. en el marco de uno de los más importantes seminarios
La Cátedra dedicó buena parte de sus esfuerzos a sobre la música sabanera, organizado por el Banco de la
divulgar el conocimiento producido sobre la música del República, la Universidad de Cartagena, la Fundación
Caribe colombiano. Como Muñoz sobre la champeta, Hermandad Sabanera y el Observatorio.
el investigador y profesor universitario Jorge Nieves, En septiembre, en el marco de la Cátedra del Caribe
expuso el 28 de agosto, también en Cartagena, una se presentaron trabajos sobre la literatura, la cultura y la
Aproximación a la música sabanera. Y dos días después, historia costeñas. Graciela Maglia, investigadora litera-
el 30 de agosto, el reconocido investigador musical ria de nacionalidad argentina, expuso sobre Rostros y ras-
William Fortich habló sobre las Bandas populares de tros del Nobel, Gabriel García Marquez 20 años después.
música del Caribe colombiano, cuyo papel en el largo En esta conmemoración, se hizo una mesa redonda con
proceso de divulgación de ritmos caribeños ha sido tan la participación de los escritores Roberto Burgos Can-
importante como el de las orquestas y otras agrupacio- tor, Ariel Castillo, Jorge García Usta y Cristo García.

La investigación Tambucos, seretas y cafongos; El investigador cordobés William Fortich y el El investigador Jorge Nieves
recipientes, soportes y empaques del antiguo prestigioso músico Miguel Emiro Naranjo se presentó, en el marco de
departamento de Bolívar, de Cristo Hoyos, encontraron en el seminario “Música sabanera: la Cátedra, una reveladora
ha sido publicado por Ediciones Gamma músicos, bandas y orquestas”. Naranjo presentó y documentada conferencia
y Crown Colombia. La investigación un análisis de la música de banda y dirigió el sobre ritmos, figuras,
ganó la beca de investigación cultural concierto didáctico que ofreció la banda 19 orquestas y formatos de la
“Héctor Rojas Herazo”, convocada por de marzo que él fundó y dirige, y Fortich música sabanera. A su lado,
el Observatorio del Caribe Colombiano presentó una Cátedra del Caribe sobre la otro de los conferencistas
y el Ministerio de Cultura. historia del porro. invitados, Inis Amador.

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El investigador musical Enrique Muñoz hizo un recorrido grato y lleno de información El investigador musical Enrique Muñoz
y sugerencias sobre la música champeta, en la biblioteca del Centro Cultural Las Palmeras habló sobre la música champeta, en la
en el suroriente de Cartagena, donde estuvo acompañado por el director del centro biblioteca Jorge Artel, ubicada en el barrio
Orlando González, y el director del Observatorio Alberto Abello. Con asistencia de El Socorro, al suroccidente de Cartagena,
habitantes de esa amplia zona cartagenera, y de músicos, bailarines, investigadores de esa donde estuvo acompañado por el
y otras zonas de la ciudad, la Cátedra se trasladó a los barrios populares de Cartagena para director del centro Wilfrido Padilla, y la
promover el conocimiento y apropiación de expresiones significativas del mundo costeño. coordinadora de la Cátedra Lucy Porras.

El pintor e investigador cultural cordobés Cristo vestigación social costeña en el siglo xx, Orlando Fals
Hoyos y el historiador barranquillero Sergio Solano, Borda y el historiador bogotano Fabio Zambrano, di-
ganadores en 2001 de la Beca de Investigación Cultural sertaron sobre Cómo se escribió la Historia Doble de la
“Héctor Rojas Herazo” entregada por el Observatorio Costa, el libro capital de la obra de Fals Borda.
del Caribe Colombiano y el Ministerio de Cultura, Durante octubre la Cátedra itineró por Riohacha,
presentaron en el Museo del Oro de Cartagena los tra- Montería y Barranquilla. En la primera ciudad, el 16
bajos Tambucos, seretas y cafongos: recipientes, soportes y de octubre, Vicente Pérez Silva presentó en la Univer-
empaques del Antiguo Departamento de Bolívar y Puer- sidad de la Guajira su investigación Jorge Isaacs: explo-
tos, sociedad y conflictos en el Caribe colombiano, los días rador del litoral Caribe y descubridor de las hulleras de la
10 y 11 de septiembre respectivamente. Los resultados Guajira. En Montería, el investigador cordobés Cristo
de la investigación de Hoyos fueron presentados en una Figueroa expuso el jueves 17 de octubre sobre La na-
exposición de varios días en el Museo del Oro del rrativa de Roberto Burgos Cantor y la Nueva Fundación
Banco de la República. de Cartagena. Burgos Cantor es uno de los escritores
El jueves 26 de septiembre, el investigador musical costeños más importantes en la actualidad.
Egberto Bermúdez presentó una aproximación histó- Por su parte, en Barranquilla, la investigadora Ca-
rica sobre Qué es y qué no es la música vallenata, en el talina Reyes presentó las conclusiones de su trabajo his-
Auditorio Vicente Arroyo de la Universidad Popular tórico sobre Soberanía, ciudades y territorios en las
del Cesar, en Valledupar. El mismo día y en el Hotel provincias del Caribe colombiano durante la primera Re-
Royal de Barranquilla, el prestante sociólogo barran- pública, 1808-1815. La presentación de Reyes se realizó
quillero, una de las figuras más importantes de la in- en el Auditorio Mario Santo Domingo del Antiguo Edi-

La banda 19 de marzo de
Laguneta ofreció un concierto
didáctico en el marco del
seminario sobre la música
sabanera, realizado en el Museo
del Oro de Cartagena y
organizado por el Banco de la
República, la Universidad
de Cartagena, la Fundación
Hermandad Sabanera y el
Observatorio.

104 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
ficio de la Aduana Nacional y un mes después en la geografía y la historia social del campo costeño en lo
Universidad Popular del Cesar, en Valledupar. que hoy comprende los departamentos de Bolívar, Sucre
Justamente, durante noviembre en las ciudades de y Córdoba, se presentó también en Sincelejo, Cereté y
Riohacha y San Andrés Islas, el investigador musical Montería durante el mismo mes.
Egberto Bermúdez expuso sobre La historia de la músi- A finales de noviembre, en auditorios de las uni-
ca del Caribe. Una aproximación teórica, y el pintor cor- versidades del Magdalena, del Atlántico y de Cartagena,
dobés Cristo Hoyos realizó nuevamente la exposición se programaron las conclusiones de la investigación so-
y dictó la conferencia sobre Tambucos, seretas y cafongos: bre los Resultados de la descentralización municipal en el
recipientes, soportes y empaques del Antiguo Departamento Caribe colombiano, a cargo de la investigadora Martha
de Bolívar. El trabajo de Hoyos, un recorrido sobre la Madrid. a

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A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 105
Revista Aguaita gana Premio Nacional
de Periodismo “Simón Bolívar”
Por Redacción Aguaita

La revista Aguaita del Obser-


vatorio del Caribe Colombiano
ganó el Premio Nacional de Perio-
dismo “Simón Bolívar” en la mo-
dalidad de mejor reportaje cultural
en prensa con el trabajo El vía
crucis feliz de Derek Walcott en el
Caribe colombiano, escrito por el in-
vestigador Ariel Castillo. La cróni-
ca fue publicada en el número 5 de
Aguaita.
“La crónica ganadora surgió de
un sentimiento de pesar, casi de in-
dignación, frente al trato displicen-
te que dieron muchos medios de Momento en el que el escritor Ariel Castillo recibe el Premio Nacional de Periodismo “Simón
Bolívar”, y saluda al vicepresidente de la República Francisco Santos. Castillo es profesor de la
comunicación a la visita que hizo Universidad del Atlántico y cordinador de la Cátedra del Caribe del Observatorio del Caribe
al Caribe colombiano uno de los Colombiano, las universidades estatales de la región y el Ministerio de Cultura.
más grandes poetas de habla in-
glesa, Derek Walcott, ganador del Premio Nobel de hasta la fecha, la revista ha divulgado trabajos pertene-
Literatura”, dijo Alberto Abello, director del Ob- cientes a las más variadas disciplinas y géneros, bus-
servatorio. cando que el rigor investigativo se una a la solvencia y
Castillo es miembro del Consejo Editorial de la recursividad del lenguaje, en un esfuerzo por encon-
revista Aguaita y coordinador de la Cátedra del Cari- trar mejores vías a una cualificada masificación de los
be Colombiano, que organizan el Observatorio, las saberes sobre la región y al encuentro multidisciplinario
universidades estatales de la región y el Ministerio de indispensable para repensar la región de manera más
Cultura. Es profesor de la Universidad del Atlántico integral.
y uno de los más prestigiosos investigadores literarios Castillo, nacido en Barranquilla, es uno de los
de la costa. más serios críticos de la literatura caribeña y colom-
“El Observatorio está complacido por el premio a biana, a la que ha dedicado muchos años de investi-
Ariel, quien es uno de los investigadores de gran rigor gación y sobre la cual ha escrito diversos ensayos,
y conocimiento de nuestra cultura, un crítico de una publicados en revistas nacionales e internacionales.
gran disciplina y entusiasmo, y con un fervoroso senti- Ha hecho estudios de Maestría en Letras Iberoameri-
miento por el mundo costeño”, agregó Abello. “Pre- canas de la unam de México y de doctorado en Le-
mios como éste ponen de relieve la evidencia de que el tras Hispánicas de El Colegio de México. Es también
uso de las herramientas del periodismo es importan- editor del libro de crítica literaria de Carlos J. María,
tísimo para la escritura académica y la divulgación cien- Feedback, La literatura colombiana antes y después de
tífica, y que el uso del método científico puede servir, García Márquez. Ha escrito artículos sobre la obra de
de muchas maneras, al trabajo periodístico”. Alvaro Mutis, José Félix Fuenmayor, Rojas Herazo,
Es la primera vez que la revista Aguaita participa Illán Bacca, y varios ensayos sobre músicas y músicos
en un premio de periodismo. Desde su nacimiento del Caribe colombiano. a

106 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
L A A L E G R I A D E L E E R

La metodología de la Historia doble de la Costa


Historia doble de la Costa [ 4 to m o s ] , de Orlando Fals Borda
universidad nacional de colombia, banco de la república, el áncora editores, 2002

Las reflexiones que Orlando Fals sobre la historia de las dinámicas es- Tenemos así, en poco más de una
Borda ha hecho sobre el Caribe co- paciales de nuestro Caribe. Con esta década, la publicación de una obra
lombiano no se han limitado a His- obra, Fals inició la difusión de su tra- que va suscitar diversas polémicas por
toria doble de la Costa, su obra más bajo sobre esta región. Allí se inves- el método empleado, por la visión
conocida. En efecto, desde 1973 Fals tigaba sobre el poblamiento costeño de la otra Costa, –la que no está en
inicia sus estudios sobre esta región durante la colonia, la expansión de el litoral–, por la llamada al debate,
cuando, bajo la forma de un impre- la hacienda costeña y los orígenes del por poner en discusión el papel de
so mimeografiado, se publicó en la capitalismo en esta región, y se ha- los académicos y su relación con los
Universidad de Córdoba el trabajo cía énfasis en la lectura histórica de procesos sociales, en especial los del
Modos de producción y formaciones las dinámicas espaciales y la com- campo.
sociales concretas en la Costa Atlánti- plejidad de los procesos sociales allí La primera apuesta metodoló-gica
ca Colombiana. Si bien se trataba de sucedidos. Estos temas serán reto- del autor es la de la utilización de
una publicación de circulación restrin- mados luego en la Historia Doble de dos canales de lectura. En el primer
gida, marca el inicio de las preocupa- la Costa, donde gran parte de los pro- tomo, el libro abre con la adverten-
ciones de Fals sobre estos temas. Pos- cesos serán tratados en detalle. cia de la presentación de dos estilos
teriormente, esta misma obra aparece En efecto, al finalizar 1979 salió o canales diferentes de comunica-
con el título de Capitalismo Hacien- publicado el primer tomo de la His- ción. En las páginas impares, canal
da y Poblamiento en la Costa Atlán- toria doble de la Costa, con el título a, se presenta el relato, la descripción,
tica (Bogotá, Punta de Lanza, 1976), de Mompox y Loba. A este le siguie- el ambiente, la anécdota. En las pá-
la que aunque salió con un formato ron en 1981 el tomo 1i, El Presidente ginas pares, canal b, se presenta la
editorial bastante deficiente, –espe- Nieto; en 1984 el tomo 1ii, Resisten- interpretación teórica, los conceptos,
cialmente por la mala edición de los cia en el San Jorge, y el tomo 1v en las fuentes y la metodología de la
mapas que la acompañan– se convir- 1986, Retorno a la Tierra, todos pu- obra. El autor recomienda la lectura
tió en una entrada analítica que ge- blicados en el sello editorial Carlos independiente, de corrido. Esta
neró una renovación en las miradas Valencia Editores. apuesta comunicativa, completa-

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 107
mente novedosa, no deja de ser in- ferencias obligadas para quienes se Una característica de este primer
teresante, tanto por la calidad litera- acercan a esta temática. tomo es el propósito de difundir la
ria del relato que se ofrece en el ca- Por ello, al abordar el tema de la metodología aplicada. En efecto,
nal a, como por la diferencia radical depresión momposina, el autor la cada capítulo va acompañado con
en los estilos si se comparan los dos analiza desde su realidad, como un una explicación de la metodología
canales. Así, encontramos que el a territorio que se siente y se vive des- aplicada. El segundo tomo, El Presi-
le pone rostro a los procesos, –al in- de la Colonia, y en donde, como una dente Nieto, desata una gran polémi-
cluir gentes de carne y hueso, luga- especie de recipiente, se superponen ca, que se inicia desde el título y la
res concretos, situaciones específi- lo geográfico, lo histórico, lo social y carátula escogida, y sigue en el con-
cas,– al análisis impersonal, general lo económico, expresado en las co- tenido. Allí se registran los aconteci-
y falto de gentes que tiene el canal munidades, que, a su vez, forma par- mientos históricos más importantes
b. Queda la pregunta si se logró que te de la región costeña. Fals la califi- de la historia regional, como la crisis
los lectores de esta obra fueran dife- ca como una sub región. Es decir, el de Cartagena, el auge de las Saba-
renciados, según las formaciones de autor propone el juego de los reci- nas, la competencia entre los pode-
las personas, vale decir si los sectores pientes de lo regional y las escalas más res que se dan entre la provincia y la
populares leyeron el canal a. ¿Ha- pequeñas. Además, el reconocer las capital, la dislocación de las élites, el
bría tenido efecto diferente si se pu- características propias de la sub re- caudillismo provincial, el clientelis-
blica en un solo tomo la versión a y gión remite al tema del desarrollo mo y, en especial, la conciencia de
en otro la versión b? Esta es una pre- desigual en el interior de la región. que se pertenece a una región que
gunta que no tiene fácil respuesta. El reconocimiento de la especi- forma parte de una nación.
La segunda apuesta metodoló- ficidad territorial de esta sub región Igual que en el anterior, donde
gica se refiere al tema del espacio. De lleva al autor a otra apuesta meto- el autor ofrece variados aportes al
manera clara y contundente, Fals se dológica, el de la cultura anfibia, vis- conocimiento de la historia del Ca-
lanza con el tema del escenario geo- ta como un conjunto de conductas, ribe, acá, nos abre igualmente a nue-
gráfico de los acontecimientos que va creencias y prácticas relacionadas con vos temas. Antes del libro pocos co-
a tratar, es decir el tema de la región. la utilización de la oferta ambiental nocíamos el caso de Juan José Nieto.
Al comenzar el Tomo I afirma que “la que posee este territorio. Es esta cul- Además, Fals introduce el tema de
primera línea teórica se refiere al con- tura anfibia la que explica el tipo de la provincia para comprender a
cepto de región, aplicado a la llama- poblamiento que allí se encuentra, así Cartagena, las lógicas en la trans-
da depresión momposina… El con- como su persistencia en este espacio, misión del discurso. El tratamiento
cepto de región, que a primera vista remontándose al período prehispá- de los sucesos históricos que escoge
parece obvio, debe reconocerse y es- nico. Con estas apuestas, el autor el autor para sustentar sus tesis lo
tudiarse seriamente, porque tiene plantea una técnica de investigación, llevan a plantear las diferencias en
implicaciones importantes para la que combina la información sobre los los tres niveles de pertenencia que
práctica política, el frente ideológi- hechos con la reflexión y la comuni- se pueden encontrar a mediados del
co y la planeación económica y so- cación basadas en observaciones. Jun- siglo xix: la nación, la región y lo
cial”. Más adelante precisa que no to con otras técnicas, Fals construye local. Al igual que los contenidos de
puede entenderse “una formación la metodología que denomina inves- los otros tres tomos, en el rescate del
social sin expresiones geográficas, tigación acción participativa, iap, una personaje se retorna a la narrativa y
políticas y temporales concretas: se propuesta que va a tener un indiscu- se muestra la riqueza de la cotidiani-
mueve cada vez en un tiempo, en un tible impacto en la forma cómo las dad costeña.
espacio, y en una estructura social ciencias sociales han sido utilizadas en En conjunto, se trata de una obra
determinados” (p. 18 b). Esta entra- la investigación en nuestro país, lue- que utiliza un estilo audaz e inno-
da analítica se ha convertido en un go de ser formulada por Fals. vador, que combina diferentes estra-
aporte metodológico definitivo, no La aplicación de este método no tegias de comunicación: la profusa
sólo para la comprensión de la his- es fácil en una sociedad sin archi- ilustración empleada en los libros;
toria de Caribe colombiano, sino vos. Para ello el autor recurre a lo y las dos versiones, una dirigida a
que a partir de este trabajo Fals se que denomina el archivo de baúl, lectores con mayor formación, y
ha convertido en el intelectual que técnica que va a utilizar profusa- otra, analítica, dirigida a intelectua-
más ha reflexionado sobre el tema de mente en el desarrollo de esta His- les y gentes comprometidas con el
la región, y sus diversas obras son re- toria Doble. cambio social.

108 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Las herramientas teóricas que donde reposa toda la documentación Por supuesto que la sociología se
utiliza el autor están signadas por la que Fals recogió en los archivos y bi- encuentra en todas las páginas. Sien-
interdisciplinariedad. Esa relación bliotecas que consultó. do el autor uno de los sociólogos más
de las culturas anfibias con su me- La geografía va a mostrar su utili- importantes de Latinoamérica, el
dio, el aprovechamiento de las ofer- dad en la definición de las territo- método sociológico atraviesa todos
tas ambientales que realiza este rialidades: región y sub región, que los temas: medir, pesar, cuantificar
poblamiento, se mueven en las lar- queda consignada en la elaboración los procesos sociales es lo que hace el
gas duraciones de cientos de años, de mapas, que ilustran los diferentes autor. A su vez, el trabajo de campo
que anteceden a los procesos hispá- tomos, y en especial en el libro ante- toma prestado de la antropología la
nicos y republicanos, y se remontan cesor de esta obra, como es el de observación y el registro etnográfico
a los pobladores originales, de quie- Capitalismo, hacienda y poblamiento de las sociedades que estudia.
nes se van a heredar técnicas y formas en la Costa Atlántica. En el conjunto La reedición de esta obra –prue-
de vida que están aún presentes. Los de estos trabajos se encuentra la rela- ba que superan pocos libros– mues-
métodos provenientes de la historia ción tiempo-espacio, es decir proce- tra la vigencia que, luego de dos dé-
son utilizados continuamente, en es- sos sociales y conformación territorial, cadas de su aparición original, tiene
pecial para el manejo de las con lo cual queda claro que el territo- la Historia doble de la Costa. Con ello,
temporalidades, las diferentes dura- rio es un espacio culturizado, social- uno de los propósitos del autor, el
ciones, y para el manejo de las fuen- mente construido, semantizado por de mostrar a la región como un reci-
tes de archivos y bibliotecas. Esta obra una sociedad particular. Los mapas de piente de sentimiento y vivencias de
se caracteriza por la consulta minu- la expansión de la hacienda, la reduc- sus habitantes, queda demostrado.
ciosa de varios archivos nacionales y ción de la territorialidad indígena, la
extranjeros, lo cual se puede consta- presencia de enclaves extranjeros, de- fabio zambrano pantoja
tar al consultar el fondo documental jan de ser simples ilustraciones de las *Este texto fue leído el 26 de septiembre de 2002
que se encuentra en la Biblioteca del publicaciones, para convertirse en par- en Barranquilla en el marco del Programa de la
Banco de la República en Montería, te indisociable de los textos. Cátedra del Caribe Colombiano.

Aciertos y generalizaciones en un libro meritorio


Música, raza y nación. Música tropical en Colombia, de Peter Wade
v i c e p re s i d e n c i a d e l a re p ú b l i c a , d n p, p ro g r a m a p l a n c a r i b e , 2002

Oportuna la publicación de este torio de música popular en Colom-


trabajo del antropólogo británico bia” (p. 41). Para ello el autor parte
Peter Wade1 conocido entre nosotros de exponer en la “Introducción” al-
por sus ponencias sobre la música en gunas ideas que entrecruzan discu-
Colombia2 y especialmente por su siones actuales sobre nación y nacio-
libro Gente negra, nación mestiza: las nalismos, homogeneidad y heteroge-
identidades raciales en Colombia3 . El neidad, y las articulaciones comple-
libro Música, raza y nación música jas de raza y nación, género, sexuali-
tropical en Colombia aparece en esta dad y música y el papel del “capi-
versión en español con traducción talismo musical” en las interacciones
del investigador musical Adolfo en que estos componentes producen
González Henríquez. “identidad”.
Como lo plantea Wade en el pri- El libro intenta responder a su
mer capítulo, el trabajo “busca ex- pregunta estratégica examinando la
plicar cómo y por qué razón la mú- situación de la Costa Caribe en el
sica del Caribe colombiano (…) se contexto de la nación colombiana
convirtió en el epicentro del reper- para tratar de dilucidar el papel que

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 109
juega la “música costeña”. Pasando precisión y amplitud comprensiva ficos, Wade entra a postular explica-
rápidamente por algunas de las ex- que pedía Geertz para la “descripción ciones que abarcan grandes períodos
plicaciones que distintos estudiosos densa”. A pesar de ello, la atención de tiempo. Así, también, como del
han ensayado sobre el origen de las que Wade presta a las relaciones en- estudio antropológico hecho en tres
modalidades musicales costeñas do- tre música costeña, corporeidad y ciudades (importantes sin duda para
minantes (porro, cumbia y vallenato) estereotipos sobre lo negro, la sexua- los procesos estudiados) induce con-
Wade examina la situación social de lidad y la región, son del mayor in- clusiones que pretende válidas para
Barranquilla (1920-1940) para mirar terés y ameritan una profundización. la nación en su conjunto.
la relación entre transformaciones El texto concluye con un ejerci- Finalmente, teniendo en cuenta
sociales y cambio musical en la mú- cio de interpretación especulativa que el libro Música, raza y nación:
sica costeña del mismo período. Lue- sobre los últimos cambios en la mú- música tropical en Colombia fue diri-
go describe el proceso de conquista sica del Caribe colombiano en el que gido inicialmente a un público de
del interior andino del país por la aventura explicaciones muy limita- habla inglesa, pueden entenderse las
música costeña de Lucho Bermúdez, das de estos fenómenos al reducir varias aclaraciones e ilustraciones que
José Barros, Pacho Galán entre otros, dinámicas complejas que obedecen podrían parecer redundantes para el
destacando la importancia del des- a múltiples factores a una simple lector caribeño colombiano. Pero por
plazamiento de Bermúdez a Bogotá y más o menos comercial vuelta eso mismo, el libro de Wade tiene el
y Medellín. nostálgica al pasado en el marco de inmenso mérito de referenciar mu-
Luego trata las reacciones y los reconocimientos oficiales a la chos trabajos de autores colombia-
contrareacciones de diferentes secto- constitución multicultural de la na- nos y caribeños (más de 100), lo
res ante esta irrupción musical para ción colombiana. que no es frecuente dado el habitual
pasar al papel de la industria fono- La reflexión final presentada en la desconocimiento de los autores
gráfica (en el capitalismo musical que “Conclusión: escribir sobre música anglosajones hacia la producción in-
ha planteado antes) y las alteracio- colombiana” es muy interesante por telectual “periférica”, aun cuando se
nes que ésta impone en la produc- la evaluación crítica certera que hace ocupen de temas “nuestros”.
ción musical de las principales figu- de los tipos de discursos que suelen Además, es muy positivo que te-
ras costeñas de la época así como en producirse sobre las prácticas y los mas como la música del Caribe co-
sus mejores discípulos del interior procesos musicales. Señalando las li- lombiano y los procesos regionales y
andino. mitaciones de la mayoría de los en- nacionales merezcan una atención
Cabe destacar el interés de Wade foques acostumbrados, Wade dice: seria y sistemática como la que dedi-
por una producción musical ha- “…he intentado narrar una historia ca el antropólogo británico en este
bitualmente desestimada en los es- donde, dentro de las limitaciones libro cuya lectura recomendamos.
tudios sobre música del Caribe co- prácticas y metodológicas que con- Resta sólo esperar que las entida-
lombiano: los grupos del llamado dicionaron mi investigación, puedan des auspiciadoras de la obra (Vice-
“sonido paisa” y el importante papel verificarse ciertos hechos y se pue- presidencia de la República, Depar-
de las disqueras basadas en Medellín dan criticar ideas y categorías gratui- tamento Nacional de Planeación,
en este proceso. tas. Por supuesto, lo he intentado Programa Plan Caribe) pongan este
Después el autor se ocupa de lo desde una perspectiva particular, la mismo empeño en publicar trabajos
que quizá constituye la parte menos del antropólogo en el contexto de las de estudiosos colombianos y parti-
consistente de su ejercicio explicati- teorías sobre sociedad y cultura de cularmente de la Costa Caribe de
vo, el examen de “los costeños y la finales del siglo xx. Desde esta pers- Colombia.
música costeña en el interior: recha- pectiva se abren a la discusión cate-
jorge nieves oviedo
zo y adaptación (1950-1980)”. A par- gorías como tradición, modernidad,
tir de entrevistas con personas de dis- autenticidad y corrupción comercial” 1
Publicado por la Vicepresidencia de la Re-
tintas edades y oficios y otras fuentes, (p. 300). Yo quisiera añadir también pública, Departamento Nacional de Planeación,
Wade intenta trazar una descripción categorías como nación, identidad, Programa Plan Caribe, Bogotá, 2002.
etnográfica del mundo mental y raza y género. 2
Por ejemplo “Lo negro, la música y la identi-
dad nacional? Tres momentos en la historia de
emocional en sus conexiones con lo Tal vez el problema mayor del li-
Colombia”, en el xi Congreso Colombiano de
familiar-social tanto de migrantes bro sea su exceso de generalidad. A Historia, Bogotá, agosto de 2000.
costeños como de usuarios andinos partir de datos que bien pueden em- 3
Ediciones Uniandes, Universidad de Antio-
de música costeña, sin alcanzar la plearse para ilustrar procesos especí- quia, Siglo del Hombre, Bogotá, 1997.

110 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Atridas y Altapuyas en el Caribe
Disfrázate como quieras, de Ramón Illán Bacca
e d i to r i a l p l a n e ta , 2 0 0 2 , 2 0 5 p á g i n a s.

La última novela de Ramón Illán de Lara Müller. Los tres primeros


Bacca, Disfrázate como quieras, pue- mueren en una noche de carnaval
de parecer un relato más sobre el car- con la canción “Era Marta la reina...”
naval de Barranquilla. A los ojos de como pieza musical de fondo, y de
un lector desprevenido, y que no aquí, se desprende una novela de tin-
haya leído sus dos novelas anterio- tes policíacos, en primera instancia,
res, Deborah Cruel (1990) y Maracas con un surtido de personajes que van
en la ópera (1996), el libro será solo a complicar la trama en un escena-
el relato humorístico de un crimen rio tragicómico, en el cual el carna-
pasional ocurrido en época de car- val es el único espacio posible para
naval. Sin embargo, Disfrázate como la historia.
quieras va más allá de esta incom- La relajación –y el cambio– de
prensión precipitada. La novela está hábitos y costumbres que propo-
compuesta de 19 capítulos, de los ne el carnaval facilitan que pasen
cuales 4 son columnas de prensa desapercibidos personajes y situa-
firmadas con los seudónimos de ciones que en días corrientes no
Nakonia y Freud Silvestre (Infante hubieran escapado a la morbosa cu-
de Lara y el profesor Clemente Na- riosidad caribeña, así la reconstruc-
rro son quienes usan el seudónimo ción del motivo de los crímenes se joven inspector experto en el cine
de Freud Silvetre) que le sirven al complica en manos de un inspec- de Buñuel y con pretensiones de
autor para contarnos, en un primer tor inepto, Sócrates Bruno Manos periodista, Goering Bermúdez
plano narrativo, las causas de la Albas, un ayudante con aspiracio- Díaz Granados, quien es asesinado
muerte de Jerónimo Carazúa nes de Watson, Robespierre Vaque- en Riohacha por esbirros de Tabaré
(Savonarola), Mecoro Montes, Mar- ro; un dudoso profesor de antro- Carazúa, pues descubre que uno de
ta La Noche y el suicidio de Infante pología, Clemente Narro, y un los crímenes fue cometido por el

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A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 111
segundo del terrateniente, Diamelo El uso del género epistolar, de las zate como quieras, los personajes se
Iguarán. notas de prensa, para descubrir la destruyen entre sí por el amor de
El libro nos introduce en una causa de los asesinatos, establece una Marta Gilda, una reina de belleza
imbricada trama policíaca con la his- marca de distancia con la oralidad, enceguecedora.
toria de espionaje vivida por Gunter es decir, con el uso del chisme –que Sócrates Bruno Manos Albas,
Müller –quien ya había aparecido en tiene presencia absoluta en Deborah quien no posee siquiera el recurso del
Deborah Cruel involucrado en otro Cruel– para resolver las situaciones. humor, es un ser sin aspiraciones,
caso de espionaje– después de la Se- Este distanciamiento le sirve al au- goloso, está perdidamente enamora-
gunda Guerra Mundial, su enamo- tor en doble vía: primero, valora la do de Marta Larissa, pero no corres-
ramiento primero de Larissa, y des- importancia de la fuente escrita, del pondido, tiene inclinaciones homo-
pués de Frida, dueña del cabaré más libro, y la coloca como elemento de sexuales y voyeuristas, y está abrasado
famoso de Barranquilla, una imagen modernidad en una ciudad donde por la desesperanza, la soledad y la
difusa, débil y con poca fuerza lite- aún lo premoderno presenta fuertes certeza de que se le pasó el tiempo
raria, pero relacionada con la idea de raigambres; pero, por otra parte, esa sin alcanzar a sentirse bien consigo
las grandes madamas dueñas de misma distinción se usa para estable- mismo, a sentir eso que otros llaman
cabarés, que ya habían aparecido en cer relaciones entre dos culturas, la la felicidad, y que para él se reducía
Maracas en la ópera. letrada y la oral, mostrando que la a mirar el crepúsculo desde Playa
Los crímenes obedecen a una una no se superpone a la otra, que Blanca y a remontarse en una co-
simple confusión: Infante de Lara tienen un espacio propio de acción meta por los cielos. Desafortunada-
confunde a su madre Mecoro con y que los límites en el Caribe se di- mente, Bruno pierde el único mo-
Marta La Noche, de quien está per- luyen fácilmente, pues lo que consi- mento de eternidad en su vida y
didamente enamorado, y la asesina. deramos como parte de la cultura debe resignarse a vivir en una pen-
Igualmente al saber esto, Savonarola letrada bien puede convertirse en un sión rodeado de revistas pornográ-
se suicida rociando su cuerpo con elemento de la oralidad, recrearse ficas, y periódicos viejos y libros; la
gasolina y prendiéndose fuego. En el desde allí y adquirir nuevas perspec- puerta verde no se vuelve a abrir
desarrollo de la novela nos entera- tivas y pretensiones, lo cual también nunca más para él.
mos de que la muerta no es Marta funciona en vía contraria. Los últimos Atridas en el Cari-
La Noche, prostituta protegida por En un plano narrativo de fondo, be, los Altapuya, tienen un sabor fa-
el “mal poeta” Agamenón Rosado – matizado y desdibujado por la his- miliar conocido. En su historia hay,
y vuelve aquí la intertextualidad– toria policíaca, se esconde el verda- reactualizados y en un espacio mo-
sino su hermano gemelo, a quien dero motivo de la obra: contar la his- derno, rastros de Cien años de sole-
asesinó Diamelo Iguarán, después toria de la familia Altapuya por su dad. Bruno revela su saga familiar
de descubrir que era un hombre y último descendiente Sócrates Bruno como quien descubre un secreto en
además estaba enamorado de él. Manos Albas. En la novela se com- documentos antiguos, o, y esta es
La historia de Gunter permite al para la historia familiar de los Alta- la magia del libro, en una sala de
autor introducir referentes nacio- puya con los Atridas, otorgándole a cine ante la sorpresa de una pelícu-
nales como la Masacre de las Bana- los primeros características de los la mexicana de los años 70,
neras, el asesinato de Jorge Eliécer descendientes de Atreo. ambientada por los boleros de
Gaitán, las disputas electorales en- Los Altapuya van muriendo en un Agustín Lara.
tre conservadores y liberales, y el mar de fracasos, agobiados por una Ramón Illán Bacca inicia la cons-
Frente Nacional, que le sirven al posición social descendente. Es una trucción de su universo narrativo con
autor para caracterizar a sus perso- familia conformada por perdedores, Deborah Kruel, y elabora un conti-
najes haciéndolos protagonistas de personajes grises y dementes, culpa- nuo con sus dos novelas posteriores
los hechos desde la orilla de lo in- bles –como el General Florentino y su libro de cuentos Marihuana
verosímil y dándole al texto una car- Altapuya, abuelo de Bruno– de la para Göering, en las que el lector
ga de ironía y sarcasmo, convirtien- Masacre de las Bananeras, y un Bru- deberá estar atento para entender las
do los hechos históricos en episodios no angustiado por su intrascenden- estrategias discursivas usadas y las
cotidianos, en situaciones salpicadas te existencia. Si en la literatura grie- referencias intertextuales a su pro-
por el humor baccano y el lenguaje ga se participa en la Guerra de Troya pia obra, a la mitología griega y a la
coloquial. por la defensa de Helena, en Disfrá- narrativa del Caribe. Maracas en la

112 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
ópera y ahora, Disfrázate como quie- estilísticas, recurrencia de anécdotas, una obra, la verdadera novela, de la
ras, conforman una especie de con- personajes y frases, presencia del cine cual estas tres son sólo partes de una
tinuación de la historia que se inició mexicano y de Hollywood, y una gran aventura narrativa.
en Deborah Kruel, y aunque con tra- mirada cinematográfica de la reali-
zados literarios diferentes, hay entre dad, que hacen pensar que Bacca está
las novelas afinidades temáticas y entregando por capítulos (novelas) giobanna buenahora

Prisma documentado sobre el siglo xi x cartagenero


Cartagena de Indias en el siglo X I X , u n i ve r s i d a d j o rg e ta d e o lo z a n o - s e cc i o n a l d e l c a r i b e ,
b a n co d e l a re p ú b l i c a , 2 0 0 2

El seminario sobre la Historia de Haroldo Calvo, rector de la


Cartagena, que organizan la Univer- ujtl, seccional del Caribe, y Adolfo
sidad Jorge Tadeo Lozano, seccional Meisel, gerente del Banco de la Re-
del Caribe, y el Banco de la Repú- pública en Cartagena, son los edito-
blica de Cartagena se ha convertido res de este valioso libro, que contie-
en una de las más calificadas citas ne las memorias del tercer seminario
académicas que se realizan en el Ca- referido a “Cartagena de Indias en el
ribe colombiano para entender los siglo xix”. El libro comienza con un
pormenores más diversos de la his- revelador estudio de la historiadora
toria de una ciudad. Destacados his- norteamericana Aline Helg sobre el
toriadores y escritores han participa- general Padilla en la Cartagena de
do desde 1997 en los tres simposios 1820 y culmina con otra también re-
realizados hasta la fecha. El simpo- veladora y polémica mesa redonda
sio además tiene el propósito de “des- sobre la visión que presentó el soció-
pertar el interés de la comunidad en logo Orlando Fals Borda sobre el Pre-
el estudio objetivo del pasado”. Pero sidente Juan José Nieto. Pero ya para
la ventaja de este simposio, además entonces hemos leído investigacio-
de convocar a estudiosos respetables, nes tan documentadas y escritas con
es la diversidad de los temas: la eco- tanta solvencia como “Núñez y
nomía, la vida urbana, la cultura, la Cartagena en la política nacional”,
vida política y social, con lo cual la de Eduardo Posada Carbó; “La vida
visión de cada período histórico tra- urbana en Cartagena en el siglo xix”,
tado desborda rígidos esquemas y lí- de Alberto Samudio”; “Epidemias y “El siglo xix cartagenero –escri-
mites equivocados; las ventajas de la salud pública en Cartagena en el si- ben Calvo y Meisel en el prólogo del
metodología empleada, que impide glo xix”, de Alvaro Casas; “A la som- libro– presenta un reto diferente
“sopetear” los temas y convoca al diá- bra de la Popa: el declive de Carta- cuando se pretende caracterizarlo y
logo profundo, pausado y esclarece- gena en el siglo xix”, de Haroldo abrazarlo en categorías que le den
dor. No, se trata, pues, de una re- Calvo, o “La tradición mercantil en algún sentido. Porque el siglo xix
unión bien organizada, con temas Cartagena en el siglo xix”, de María fue, desde sus inicios, una época de
atractivos y expositores reconocidos, Teresa Ripoll de Lemaitre. Los co- dolorosos ajustes de la ciudad a la
y un nivel creciente en su calidad. Y mentarios de José Polo, Carlos pérdida de sus privilegios coloniales,
con éste ya son tres seminarios y tres Méndez, Silvia Arango, Luis Javier a los enormes costos humanos, eco-
libros, que funcionan como cartas de Ortiz y Carlos Dávila amplían favo- nómicos y políticos que le significó
navegación para entender la tormen- rablemente la comprensión de las el movimiento emancipador y a la
tosa evolución de la vida cartagenera investigaciones publicadas y propo- lenta y traumática organización de
en los últimos siglos. nen nuevas miradas. la nueva República”. a

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L A A L E G R I A D E B A I L A R

Alé Kumá, imprescindible

cantadora guapireña acompañante; esto también se evi-


quien aprendió de su dencia en otros bailes cantaos de la
abuela, Margarita Cue- Costa Caribe, como el bullerengue”
ro “Mamaita” el oficio; –dice la presentación de este disco,
Martina Camargo, an- mientras que en el Pacífico “se destaca
taora de San Martín de un importante número de solistas que
Loba, Bolívar, y Gloria acompañadas por los más variados
Perea, del Carmen del formatos instrumentales, han contri-
Atrato, Chocó. Las cua- buido considerablemente a la perma-
tro proponen un retor- nencia de su tradición popular”.
no a las raíces musica- Es una hermosa muestra de la
les en el amplísimo síntesis poética, el ímpetu comuni-
tema de lo negro y lo tario y la belleza de la tradición, ba-
tradicional en las dos sada en los aires de tambora golpiá,
orillas de Colombia. fandango de lengua, aguabajo,
En Alé Kumá la tradi- cumbia sentá, currulao, bullerengue
ción y lo nuevo se en- sentao, juga, abozao, bunde, gua-
cuentran. “El canto femenino, den- cherna, chalupa, berroche y otros. La
Alé Kumá Cantoras, un disco tro de la diversidad musical de los calidad de la producción es aprecia-
compacto dedicado a Héctor Rojas litorales colombianos, está firmemen- ble, así como la respetuosa pulcritud
Herazo, uno de los poetas más im- te arraigado a las tradiciones popula- de la información gráfica que acom-
portantes de Hispanoamérica falle- res, en especial aquellas que tienen una paña al disco.
cido en el presente año, reúne 16 marcada influencia de origen africa- Los arreglos, la dirección y la
interpretaciones de cantaoras de la no. En el complejo de los aires de tam- producción musical están a cargo de
calidad de Etelvina Maldonado, una bora, el papel de la mujer es notoria- Freddy Henríquez, y la producción
prolífica compositora bullerenguera mente mayoritario, tanto en la voz y dirección general, de Leonardo
de Santa Ana, Bolívar; Benigna Solís, principal como en la masa del coro Gómez.

Para quitarse el sombrero


La tarea cultural que ha desarro- magnífico esfuerzo que ya nos ha emisoras de la Costa Caribe. El disco
llado la Gobernación de Córdoba y dado varias obras notables, como los sobre los decimeros mostraba la cali-
la Secretaría Departamental de Cul- discos dedicados a los decimeros y al dad interpretativa y las distintas mo-
tura en materia de recuperación y di- trovador Pablo Flórez, y que ahora nos dalidades del canto, la picardía y el
vulgación de las raíces musicales de vuelve a sorprender con dos joyas trazo sentimental de estos cultores
dicha región es ejemplarizante. La es- musicales que no deberían faltar en populares. El de Flórez reiteraba las
critora Soad Louis ha orientado este los centros culturales, bibliotecas y bondades de uno de los mayores ju-

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rey, En el huerto de los olivos, El silen-
cio de Dios, Con lágrimas, La soledad
de María, Alleluia, Epílogo.
La otra obra es una sorpresa lla-
mada Cantos de tierra y magia, que
reúne cantos negros de Uré, músi-
ca de banda de hojitas, música de
violina, y obras de los Hermanos Iz-
quierdo y de Marcelino Vertel. Se
trata de una de las más apetitosas
muestras de la música folclórica de
los ríos Sinú y San Jorge.
Los cantos de los negros uresanos
expresan el sentimiento y la sensibi-
lidad mágico-religiosa. De otro lado,
la creatividad y versatilidad del mú-
sico sinuano le permite apropiarse de
cualquier elemento natural para con-
vertirlo en instrumento musical en
su forma original o elaborada. Como
ocurre con la hoja, parte sustancial
de los vegetales, que los sinuanos,
gracias a su virtuosismo, convierten
en instrumento musical para inter-
pretar porros, fandangos, puyas y
cumbias. Los conjuntos de violina,
que provienen de mediados del siglo
xix, están esparcidos hoy por las ri-
beras del Sinú y el San Jorge, y cons-
tituyen una tradición que aparece en
los festivales folclóricos. El conjunto
Siete notas musicales de Pueblo Bujo
toca el arco con una cuerda de napa
tensada, donde se golpea con una
varita haciendo con la boca a mane-
ra de resonancia. Con el arco, que se
hace de una rama delgada de totumo
o membrillo, los Hermanos Izquierdo
hicieron el conjunto Siete notas musi-
glares de Colombia en el siglo veinte. con elementos y técnicas universales cales, con el que han interpretado el
Ahora, la cantata sacra Ciénaga de tanto europeas como americanas, “en más auténtico repertorio musical de
Oro, un trabajo del maestro Francis- un formato sinfónico-coral para lo- Córdoba. Y finalmente Marcelino
co Zumaqué, incursiona en un géne- grar la exaltación de las expresiones Vertel (1924-1996) y su pito embru-
ro poco difundido entre nosotros. Es raizales que nos caracterizan”, dicen jado. Vertel fue un virtuoso del pito
la primera obra producida como dis- los productores de la obra. La estruc- atravesao. Y este disco lo recuerda.
co dentro del proyecto de Zumaqué tura de la obra está determinada por Una obra plena de raíces y resonan-
titulado El taller de las utopías. Cons- la cronología de las manifestaciones cias, un canto a una de las riquezas
ta de nueve movimientos, y fue es- religiosas del pueblo Ciénaga de Oro. musicales más variadas de Colombia
crita con recursos musicales popula- Las obras que incluye son Ciénaga y un acto de fe en lo propio como
res de la región cordobesa en unión de Oro, Reina y madre, Jesucristo es el parte trascendente del mundo. a

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 115
M E N S A J E S

Estupendo el material de la revista Necesito un ejemplar de la revista Felicitaciones, qué rico tener la revista.
Aguaita. Quiero suscribirme. Los fe- para comentarla en mi columna lite- María Cristina Cuevas
licito por el esfuerzo de coordinar a raria. Vale pues. antropóloga, san andrés
tantas personas para hacer esta re-
Eliseo Cardona,
vista que, desde ya, podemos califi- crítico musical, Aguaita se ve muy interesante. Me
car como indispensable. el nuevo herald, miami
gustaría obtener una copia. Soy es-
Alvaro Burgos, escritor , cali critora barranquillera residente en
Los felicito por su excelente traba- Miami. La antología Palabras Fres-
jo. Los conocí leyendo en Sema- cas, de Editorial Planeta, incluye uno
Estoy haciendo llegar mis felicita- na.com la entrevista que Alberto
ciones sinceras por el extraordina- de mis cuentos. ¿Cómo consigo una
Abello le hizo a Carlos Vives. Me pa- copia de la revista?
rio contenido de la revista en su úl- reció espectacular y decidí buscar la
tima edición. publicación original, para encontrar- Beatriz Elena Mendoza
me con tan maravilloso espacio en el escritora, miami
Rafael Oñate Rivero
investigador de la música que se muestra la cultura costeña. Soy
vallenata, bogotá estudiante de Comunicación Social Envié un mensaje con dos motivos:
de Uniautónoma en Barranquilla, para felicitarlos por el premio “Simón
Mil felicitaciones, qué bueno qué y estoy muy interesado en vincular- Bolivar” y para decirles que me gustó
hayan logrado tanto éxito en tan me a ustedes de alguna manera, o man- mucho el programa de televisión de
corto tiempo, porque la verdad es tener comunicación permanente. Carlos Vives pues nunca había visto
que el Observatorio ya es conocido Carlos Navarro Rueda una entrevista tan emotiva, tan clara
por todo el mundo, y ustedes saben barranquilla y al mismo tiempo tan profunda. La
que es muy difícil que algo costeño edición del programa también me
sea reconocido por estas tierras. Un Felicitaciones por la empresa. ¿Cómo gustó y felicito al equipo que traba-
abrazo grande. haría para seguir recibiendo la revis- jó, especialmente a Marta Yances.
ta en Miami? ¿Qué tipo de colabo-
José Ignacio Abello ración podría prestarles? Gloria Triana
investigador cultural, investigadora cultural
universidad de los andes, Silvia Casabianca y realizadora audiovisual,
bogotá médica y escritora, miami bogotá

Mensajes por la obtención del Premio “Simón Bolívar”

Bogotá, 27 de septiembre de 2002 nómeno cultural por sus orígenes, conocer su historia para saber sus
objetivos y procedimientos. Sin em- orígenes y comprender su desarrollo.
Señor Ariel Castillo:
bargo, en Colombia es una opción En tal sentido el trabajo periodístico
Aprovecho esta misiva para felicitar- muy poco reconocida dada la inme- realizado por usted merece la doble
lo por ser el ganador del premio a diatez de la mayoría de los medios distinción de retomar nuestra histo-
Mejor reportaje cultural en prensa de comunicación. ria, rica en matices, y la de rescatar
otorgado en los Premios de Periodis- Colombia es un país rico en histo- la cultura típica del Caribe colom-
mo “Simón Bolívar”. Observando el rias. Sin embargo, la violencia que biano.
desarrollo de algunos suplementos nos aqueja desde hace tanto tiempo
Con un abrazo fraternal,
periodísticos que circulan a nivel ha hecho que nos acostumbremos a
mundial se podría afirmar que todo lo inmediato y a olvidar, con igual Álvaro Uribe Vélez
presidente de la
periodismo es, en definitiva, un fe- rapidez, los sucesos. El país necesita república de colombia

116 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
Bogotá, septiembre de 2002 más reciente premio, sólo me queda provocado que el público en general
desearle los mejores éxitos en su fu- olvide su propia historia, trabajos
Apreciado Ariel:
tura labor y reiterarle mi felicitación como el suyo merecen el reconoci-
Quería compartir con usted unas por tan merecido galardón. Con miento nacional.Es importante, ade-
pequeñas líneas para felicitarlo por sincero aprecio, de su colega, más, rescatar el periodismo cultural
la obtención del Premio “Simón en un país acostumbrado a un pe-
Bolívar” de Periodismo. Sin duda en Paulo Laserna Phillips riodismo frío y, en muchos casos,
la difícil y no siempre gratificante sensacionalista. La investigación es
labor periodística tenemos, como en Bogotá, 27 de septiembre de 2002 parte fundamental de la labor perio-
este caso, recompensas a nuestro dística y en Colombia no deberíamos
Señor Ariel Castillo:
diario esfuerzo de informar equili- darnos el lujo de olvidar. Con un
bradamente. Como colega reconozco el esfuerzo abrazo fraternal,
Permítanos desde el Canal Cara- de trabajos como el suyo por resca-
col reconocer su compromiso con la tar la historia de Colombia. En un Ricardo Galán
secretario de prensa
labor de registrar de una forma ba- país como el nuestro acostumbrado presidencia de la
lanceada los hechos, como usted bien a la violencia y en donde la continua república de colombia
lo sabe hacer y de eso es muestra su sucesión de noticias negativas, han

Felicitaciones. Aguaita es una de las supuesto a mi estimado amigo Ariel calidad y proyección. Reiteradas
las revistas culturales de excelencia Castillo, hijo de mi admirado profe- felicitaciones.
en este país. Tramítenle por favor sor de español cuando pasé por las Cristo Figueroa
a Ariel mi saludo de felicitaciones. aulas de la Universidad del Atlánti- crítico literario, univer-
Un abrazo, co (long time ago). La verdad es que sidad javeriana, bogotá
Luis Armando Soto tanto la revista como sus colabora-
ministerio de cultura, dores y la labor del Observatorio Felicitaciones para todos.
bogotá se merecerían más premios, becas, Francisco Avella
investigador universidad
Felicitaciones. auxilios, y todos los fondos que se nacional, san andrés isla
necesitan para proseguir y aumentar
Luis Mauricio Cuervo Felicitaciones por este premio.
director del cider, univer- los numerosos servicios que ustedes
sidad de los andes, bogotá prestan a una comunidad sedienta de Alberto Maldonado
este tipo de ayuda. consultor en asuntos
Felicitaciones. Es justo reconoci- de planeación, bogotá
Eduardo Márceles Daconte
miento a un trabajo muy profesio- escritor, periodista y Reciban un caluroso saludo. Quie-
nal y amor por el Caribe. crítico de arte, nueva york
ro felicitarlos por lo del premio de la
Un abrazo, Felicitaciones por el premio “Simón revista y también por lo de Ariel,
Leonardo Luque Bolivar”. Agradezco que hagan ex- todo ello ha sido muy merecido. Fe-
asesor empresarial, cali tensivo este mensaje a Ariel, con un licitaciones.
estrecho abrazo, José Polo
Los felicito mucho. Aguaita es una Eduardo Posada Carbó historiador, cartagena
publicación realmente valiosa, siem- historiador, inglaterra
pre lo he creído así, y me alegra que Hoy leí la noticia del premio “Simón
tenga esta distinción. Un abrazo. ¡Enhorabuena! Bien merecido. Un Bolívar” para Ariel, que entiendo
abrazo, como extensivo a todos, porque han
Marta Madrid Malo De Andreis
consultora, bogotá Alberto Chueca Mora, alentado la revista y forma parte de
oficial residente del
banco mundial en colombia su proyecto. Congratulaciones, me
Qué alegría saber que se han ganado produce una gran alegría.
ese merecido premio a todos sus es- Mis felicitaciones a la Revista Aguaita, Un gran abrazo,
fuerzos, desveladas, trabajo, dedica- por su premio más que merecido,
Fabio Zambrano
ción, empeño, sacrificios, y a la bue- nuestro amigo y colega Ariel es una investigador, universidad
na calidad de la revista Aguaita, y por persona integral, todo lo suyo tiene nacional, bogotá

A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2 117
A U T O R E S

GLORIA TRIANA ADOLFO MEISEL PAT R I C I A I R I A RT E


Bogotá. Se graduó en Sociología con Barranquilla, 1954. Economista de la DÍAZ GRANADOS
especialización en Antropología Social Universidad de los Andes, magíster y doc- Sincé, Sucre. Comunicadora Social de
en la Universidad Nacional de Colom- tor en Economía de la Universidad de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. De-
bia. Estudió en la Universidad de Texas Illinois, y candidato a doctor en sociolo- sarrolló su carrera periodística en Bogo-
y en el Colegio de México en el área de gía de la Universidad de Yale. Ha publi- tá, donde residió entre 1982 y 2000. Allí
estudios latinoamericanos. Profesora y cado, entre otros libros, El Banco de la estuvo vinculada a diversos medios es-
fundadora del Departamento de Antro- República: antecedentes, evolución y estruc- critos y a entidades como el Ministerio
pología de la Universidad Nacional. Di- tura (1990), Política, políticos y desarrollo del Medio Ambiente, el Departamento
rectora e investigadora de la Sección socio-económico de la Costa Atlántica: una Nacional de Planeación y la Universidad
de Etnografía del Instituto de Ciencias visión histórica (1989). Es compilador, con Javeriana, entre otros. Sus temas de inte-
Naturales de la Facultad de Ciencias de Haroldo Calvo, de los libros de historia rés han sido el medio ambiente, la cien-
la Universidad Nacional. Profesora del Historiografía de Cartagena de Indias, cia, la cultura y el desarrollo. Es autora
Instituto de Investigaciones Estéticas de Cartagena de Indias en el siglo X X , y del libro Manual para cubrir la guerra y
la Facultad de Artes de la Universidad Cartagena de Indias en el siglo X IX, y de la paz (1999) y de tres poemarios: Mal de
Nacional. La mayor parte de su trabajo economía El rezago de la Costa Caribe amores (1992), Territorio de Delirio (1998)
ha estado orientado a la investigación y colombiana. y Libro de viaje, aún inédito. Es coordi-
registro audiovisual de las culturas po- E-mail: ameisero@banrep.gov.co nadora del proyecto de formulación de
pulares de Colombia. Su aporte más im- la Estrategia de comunicaciones para las
portante ha sido su trabajo de antropo- JUAN CARLOS áreas protegidas de la región Caribe, eje-
logía visual. Yurupari (serie en cine para TRUJILLO cutado por el Observatorio del Caribe y
televisión), Aluna y Alé-Kuma son docu- Barranquilla. Economista. Candi- la Dirección Territorial Costa Atlántica
mentales que constituyen un valioso pa- dato a Magíster en Economía de la de la Unidad de Parques.
trimonio de imágenes en donde están re- Universidad Nacional de Colombia. Ac- E-mail: oriana@metrotel.net.co
gistradas las más importantes manifes- tualmente se desempeña como pasante
taciones populares expresadas en la músi- de investigación en el Observatorio del GERMÁN ARCINIEGAS
ca, la danza y las tradiciones festivas. Por Caribe Colombiano, donde realiza una Bogotá, 1990-1999. Fundó la Federa-
su trabajo ha recibido varias veces el pre- investigación sobre el impacto de la aper- ción de Estudiantes de Colombia. Se doc-
mio “Simón Bolívar” y el India Catalina tura económica en la crisis de la indus- toró en la Escuela Nacional de Derecho.
del Festival de Cine de Cartagena. tria manufacturera regional. Fue representante a la Cámara, diplomá-
E-mail: jctrujillo36@hotmail.com tico en Gran Bretaña, Argentina, Italia,
JOSÉ POLO Venezuela, Israel y Santa Sede, y minis-
Barranquilla, 1970. Licenciado en DAIRO tro de Educación en los periodos 1942-
Ciencias Sociales y Económicas, 1992. NOVOA PÉREZ 1943 y 1945-1946. Fue director del pe-
Magíster en Historia de la Universidad Magangué. Economista de la Univer- riódico El Tiempo y de numerosas
Nacional. Fue profesor de historia de la sidad de Cartagena. Es investigador eco- revistas, muchas de las cuales fundó.
Universidad del Atlántico. Ha sido di- nómico del Observatorio del Caribe Co- Miembro de diversas academias, recibió
rector del programa de historia de la lombiano. Hace parte del Comité importantes premios internacionales,
Universidad de Cartagena. Becario del Técnico y Comité Editorial de los Cua- como el Cabot de Estados Unidos, el
Fondo Mixto de Cultura de la Guajira dernos de Coyuntura Económica y So- Alberdi-Sarmiento de Argentina, el
para la investigación “La vida fronteri- cial. Ha participado en investigaciones Hammarskjöld de Suecia, el Madonnina
za en la Guajira, 1750-1800”. Ha dirigi- sobre economía regional, ha sido asesor de Italia y el Alfonso Reyes de México.
do la revista El taller de la historia, del de la Secretaría de Planeación Distrital Desde la publicación de El estudiante
programa de historia de la Universidad de Cartagena. Es coautor del libro Estruc- de la mesa redonda, en 1932, hasta la apa-
de Cartagena. Es autor de las investi- tura industrial del Caribe colombiano 1974- rición de América nació entre libros, en
gaciones “Protesta y resistencia indígena 1996, y del Cuaderno Regional nº 15 La 1997, Arciniegas publicó prácticamente
en la Guajira, 1750-1800”, “Historia y industria manufacturera del Caribe colom- un libro por año. Su infatigable labor se
multimedios: un acercamiento entre las biano 1980-1999: Una nota técnica sobre el reflejó, además, en centenares de ensa-
voces del pasado y la tecnología futura”, sector de sustancias químicas (C I I U 351). yos, artículos, prólogos, discursos y di-
“Los wayúu y los cocina: dos caras dife- Es autor del estudio Crecimiento indus- sertaciones académicas y universitarias.
rentes de una misma moneda en la resis- trial y productividad factorial en el Caribe Escribió además Diario de un peatón
tencia indígena guajira, siglo xviii”, colombiano 1974-1996. Cursa estudios de (1936), América, tierra firme (1937), Los
“Poblamiento y conflicto social en la posgrado en Finanzas en la Universidad comuneros (1938), Jiménez de Quesada
frontera guajira, 1700-1800”. de Cartagena. (1939), Entre la libertad y el miedo (1955),
E-mail: jpolo@ctgred.net.co E-mail: dnovoa@ocaribe.org Nueva imagen del Caribe (1970).

118 A G U A I TA O C H O / D I C I E M B R E 2 0 0 2
CRISTO FIGUEROA M A R G A R I TA V É L E Z Lingüística y Literatura, y profesor de se-
SÁNCHEZ Sincelejo. Poeta. Hizo estudios de De- miótica, de la Facultad de Ciencias Hu-
Sahagún, Córdoba. Es licenciado en recho en la Universidad de Cartagena, manas de la Universidad de Cartagena.
Filosofía y Letras de la Universidad en donde participó en el taller literario Es coordinador de Urdimbre, Grupo de
Javeriana, e hizo maestría y doctorado en Candil y desarrolló labores como actriz Estudios Socio-culturales. Investigador
literatura de la misma universidad. Es di- del Teatro Estudio de la Universidad de cultural. Ha ganado la beca de investi-
rector actual de la Maestría en Literatura Cartagena. Ha dirigido talleres de crea- gación “Héctor Rojas Herazo” del Ob-
de la Universidad Javeriana y del Progra- ción literaria. Publicó el libro de poemas servatorio del Caribe Colombiano y el
ma de Humanidades de la Universidad Los ángeles sólo bajan una vez. Ministerio de Cultura. Entre sus publi-
Colegio Mayor de Cundinamarca. Es caciones están: Acerca de la competencia
profesor de literatura hispanoamericana F R A N K PAT I Ñ O sociocultural, y Literatura indígena o
de los siglos xix y xx; de narrativa co- Cartagena. Poeta, ensayista, cuen- textualidad amerindia, en la revista His-
lombiana, explicación de textos y de ba- tista. Profesional en Lingüística y lite- toria y Cultura; Folclor: entre la tradición
rroco literario latinoamericano. Ha pu- ratura, graduado en la Facultad de y el consumo, en Revista Unicarta, ambas
blicado artículos sobre autores como Ciencias Humanas de la Universidad de de la Universidad de Cartagena. Ha sido
Sábato, Cortázar, Rulfo y Arguedas; es- Cartagena. Fundó y dirigió la revista ponente en diversos eventos nacionales
tudios del barroco colonial (Domínguez noventaynueve. Sus poemas han sido in- e internacionales. Publicará este año el
Camargo, Sor Juana Inés de la Cruz) y cluidos en antologías como Oscuro es el libro Travesías nómadas en las semiosis mu-
del neobarroco latinoamericano (Carpen- canto de la lluvia, Los bordes de babel e sicales del Caribe.
tier, Lezama, Sarduy, Arenas). Ha sido Inventario a contraluz, y sus cuentos en E-mail: jitonieves@hotmail.com
jurado de los premios nacionales de cul- la antología De acá para allá, del Minis-
tura del Ministerio de Cultura, en las mo- terio de Cultura. Ha ganado el Premio GIOBANNA BUENAHORA
dalidades de ensayo y novela. Departamental de Cuento, organizado Cartagena. Profesional en Lingüísti-
por el Ministerio de Cultura, 1999, y el ca y Literatura de la Facultad de Cien-
BIBIANA VÉLEZ Concurso de Poesía “Jorge Artel”, de la cias Humanas de la Universidad de
Ver información biográfica en el ar- Secretaría de Educación de Cartagena, Cartagena. Ganó el Concurso de Cuen-
tículo “Bibiana Vélez: Amar es lo único 1998. Fue coordinador del magazín ra- to Universitario de Cartagena, con la obra
que se opone a la destrucción” en esta dial cultural Días de radio. Ha publicado Seis en 1998. Ponente en el Seminario de
edición de Aguaita. los libros Historias de ruidos y piedras y Historia Regional del Caribe, Cartagena,
Papeles secundarios, ambos de poesía. Su y el iv Coloquio de Educación, Barran-
JUAN CARLOS novela Los días del naufragio ganó el pre- quilla. Cofundadora de la revista noven-
GUARDEL A mio de novela organizado por el Institu- taynueve, Cartagena. Especialista en el
San Juan Nepomuceno, Bolívar. to Distrital de Cultura de Cartagena en tema del mundo femenino en el siglo xix
Poeta, periodista. Estudios en Filoso- 2001. Ha publicado varios cuentos del en Cartagena, sobre el que ha escrito
fía y Letras. Hizo parte del taller lite- libro inédito Historias de la avenida ensayos como Educación femenina en
rario Candil, de la Universidad de Heredia. Es docente de las universidades Cartagena en el siglo XIX , De espejos, flores
Cartagena. Estuvo vinculado a El Perió- Jorge Tadeo Lozano, seccional del Cari- y amores: Escritoras del Caribe colombia-
dico de Cartagena. Ganó el premio de pe- be, y Santo Tomás, sede Cartagena. no en el siglo XIX . Coautora del libro Des-
riodismo “Alvaro Cepeda Samudio”, E-mail: antoniok@lycos.com orden en la plaza (2001). Poemas suyos
2000. Ha publicado poemas, crónicas y aparecieron en Los bordes de Babel, anto-
reportajes en diarios de la costa. Publicó FA B I O Z A M B R A N O logía de poesía joven de Cartagena.
el libro de poemas Sitio de brujo. Profesor de la Universidad Nacional. E-mail: gipabumo@yahoo.com
E-mail: jcguardela@hotmail.com Estudió en la Universidad de Sorbona,
París i. Es autor de La historia de Bogotá, RÓMULO BUSTOS
L AU R E N M E N D I N U E TA tomo iii, de la Fundación Misión Co- Santa Catalina, Bolívar. Pintor, poeta
Poeta y ensayista. Desarrolla en Ba- lombia. Ha sido profesor invitado de la y profesor universitario. Premio Nacio-
rranquilla su tarea de divulgación cultu- Universidad de Sorbona y de la escuela nal de Poesía. Autor de los libros de poe-
ral y literaria. Ha dado recitales de su poe- de Altos Estudios en Ciencias Sociales de sía El oscuro sello de Dios, Lunación del
sía en Colombia y el exterior. Ha dirigido Francia. Es miembro de número de la amor, En el traspatio del cielo, y de la an-
talleres sobre creación literaria y lectura Academia de Historia de Bogotá. Es tología Palabra que golpea un color ima-
en varias partes de la región. coautor de Ciudad y territorio. El proceso ginario. a
de poblamiento en Colombia.
M A RT I N S A L A S Á V I L A
Montería. Poeta, ensayista y divulga- JORGE NIEVES OVIEDO
dor cultural. Fundó y dirige el taller lite- Barranquilla, 1952. Licenciado en Li-
rario Siembra, en el que participan jóve- teratura y Lengua Española, Universi-
nes escritores de Cartagena. Es el creador dad del Cauca, Popayán, y Maestro en
del Festival Internacional de Poesía de Etnoliteratura, Universidad de Nariño,
Cartagena. Pasto. Ha sido director del Programa de

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