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NARRATIVA BARRIO MORAVIA-MEDELLÍN.

Presentado por:
CAMILA RESTREPO OSORIO

NRC: 14952

Profesor:
JENNY MUÑOZ MUÑETÓN

Asignatura:
TEORÍA, ÉTICA Y MÉTODO CON COMUNIDAD

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS


FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES
TRABAJO SOCIAL
BELLO, COLOMBIA
2018
El área metropolitana se empezó a construir hacia los lados del Poblado,
Envigado, Sabaneta… El basurero se encontraba ubicado en sus afueras, en este
tiempo era exactamente donde se encuentra ahora la Universidad de Antioquia.
Comenzó a expandirse hacia el Norte, se planeó la Terminal de Transportes y se
tomó la decisión de trasladar el basurero a otro lado ya que estaba mal visto que
los viajeros llegaran y se encontraran de inmediato con el basurero.
Moravia, un barrio de la comuna 4
de Medellín, limita al norte con la
calle 93 y la quebrada La
Herradura, al oriente por con la calle
78 y las carreras 55, Carabobo y la
Antigua vía a Machado; al sur con la
calle 77 y al occidente con el río
Medellín, todas importantes vías
que llevan a Moravia, barrio vecino
de lugares tan importantes como la
Terminal de Transporte del Norte, el
Jardín Botánico, La Universidad de
Antioquia, el futuro Parque Explora, el Parque de los Deseos, el Planetario
Municipal, la Casa Museo Pedro Nel Gómez y el Parque Norte [ CITATION Car10 \l
3082 ].

Este barrio es conocido por su amplia diversidad cultural, debido a que llegaban
personas de diferentes lugares buscando construir un hogar. Un dato muy
interesante de este barrio, es que contaba con un total aproximado de 15.000
habitantes en 1983 y el periodo en el que este estuvo constituido legalmente como
relleno municipal fue entre los años 1977 y 1984. De acuerdo con lo anterior y
datos narrados por personas del sector, Moravia es un barrio construido por sus
habitantes, nunca
consideraron que hubo
pobreza, sino
desconocimiento de
oportunidades, debido a
que no sabían que algunos
elementos de la basura,
tales como: cartón, vidrio, plástico, aluminio, entre otros; podían ser
comercializados. Poco después, sus habitantes empiezan a ver en los elementos
encontrados una fuente de ingreso para sus familias. Todos los proyectos y
sueños se hacen por beneficio colectivo.

Con esta introducción se dio inicio a nuestro encuentro en el Centro Cultural de


Moravia. Un poco de la historio y alguna información para aclarar nuestras dudas,
datos erróneos frente a este barrio, pues una cosa es lo que vemos y escuchamos
en los medios a la realidad que se vive en dicha zona. Conociendo este espacio
que es “La Casa de Todos”, pudimos evidenciar y conocer la cantidad de
programas que prestan a su comunidad completamente gratis, programas como:
Danza, clases de inglés, música, talleres para niños desde los 3 años hasta viejos
de 99 años. ¿Quién se hace cargo de los gastos o de dónde sale el dinero para
este Centro? Es una oportunidad maravillosa para cada una de las personas que
viven allí gracias a cada ciudadano de Medellín que paga impuestos. Pero si
hablamos un poco de percepciones y de lo que vimos un poco más allá en el
Centro Cultural, es que los participantes de la clase de danza contemporánea que
se daba en ese instante, no son más de tres personas de este barrio, la mayoría
podrían ser de alguna otra comunidad. ¿Entonces quiénes disfrutan en realidad de
estos espacios?

Después de nuestro recorrido


por el centro, de conocer sus
aulas, sus espacios y lo que han
construido en ella, continuamos
con el desplazamiento hacia la
entrada principal para ser el
punto de partida de nuestro
recorrido por el barrio.
Escuchamos algunas
sugerencias de parte de nuestro
guía para tenerlas en cuenta durante todo el recorrido, necesitábamos un orden
para hacer de la caminata un encuentro agradable.
Nos encontrábamos ubicados entre el Centro Cultural y el Jardín infantil “Buen
Comienzo Moravia” que es operado por la fundación Carulla, con su programa
pedagógico AEIOTU, son atendidos hasta los cinco años, de ahí pasan a
directamente a la Institución Educativa. Detrás teníamos ubicada la quebrada ‘La
Bermejala’, tiene como característica que cruza todo el barrio y territorialmente lo
divide. Tiempo atrás cuando había tanta violencia las personas de Moravia no
podían pasar al Bosque ni los del Bosque podían pasar a Moravia, diseñaron una
especie de muro que lo llamaron “El muro de Berlín”, ahora no es así, ya cada
quien camina por donde quiere. En este momento el guía hizo una aclaración
sobre las bandas que manejan o protegen dicho espacio, y para que ellos protejan
una casa o algún lugar deben pagar una vacuna, sino no será así o podrían
atentar contra esa persona que no la paga. Nos advirtió no preguntar por nada ni
mostrarnos sospechosos para evitar problemas con estos grupos y la comunidad.
Conocimos y caminamos una parte de la zona comercial, allí se encuentra
cualquier tipo de cosas sin necesidad de dirigirse fuera del barrio. Por aquí, una de
las calles nos arrojaba al morro que es donde antes era el basurero.
Estando ya en el morro, observamos un lugar donde hacen un
proceso llamado el compostaje. El súper mercado la 80 siempre
tiraba sus residuos donde era la placita de Caribe y las personas
de este lugar le hicieron la propuesta de donarles todos los
residuos para hacerles tratamiento. Se organizan por capaz y se
empieza a hacer el compostaje. Esto es una iniciativa
comunitaria. Quien opera el mejoramiento del morro y en este
caso en el proceso el compostaje, es la secretaria del medio
ambiente, ellos subcontratan un operador y en este caso es la
fundación de la Universidad de Antioquia.
En esta parte del morro empezábamos a transitar el sendero del
arte y la memoria, es un camino que tiene fotografías y datos
importantes de cada una de ellas, es una forma de recordar y
conocer la historia de este lugar. Ahora la parte de arriba se encuentra el jardín
llamado “Jarún”, Jardineros unidos de Moravia, fue una de sus exigencias el hecho
de que cada una de las personas que trabajara aquí fueran
de la misma comunidad. En estas imágenes se ve
claramente lo que tanto se ha contado, que llegaban allí
muchos camiones de basura y debían hacer una enorme
fila para dejar la basura. El morro llegó a tener 48 metros de
altura en basura, se ha ido compactando y no se
derrumbaría en ningún momento por los múltiples
elementos que botaban, ellos se aferran y no se caería, ahí
es donde se crean las capaz y se pueden observar en
algunos puntos de este espacio.
Hay un vivero ubicado ahí que funciona para aporte y
beneficio de la misma comunidad, es un apoyo colectivo
para todos ellos. Bajamos hacia la cancha a saber un poco
más sobre esta historia. Aunque mientras nos
desplazábamos hacia abajo, pasamos por la mitad de una casa, donde vimos que
tienen varios animales de campo (Gallinas, patos…), todos los miembros de esta
estaban reunidos en el corredor de su casa mientras nos desplazamos por ahí.
Esto me llevó a preguntarme qué pensaban ellos sobre el hecho de que varios
estudiantes pasaran por medio de su casa, ¿Esto los hace sentir seguros? ¿Les
parece algo normal si hablamos de nuestra la intimidad de nuestro hogar? ¿Qué
sienten cuando pasan tantas personas tan seguido por aquí?

En este sendero nos encontrábamos con palabras plasmadas en el suelo, como:


Respeto, malicia indígena, resistencia, dialogo, dignidad, responsabilidad, unidad
y fuerza; todo finaliza en un crecimiento colectivo, son las palabras más
significativas en el proceso del barrio Moravia. La malicia indígena es cuando llega
a la academia con otro conocimiento técnico, teórico practico y se articula con el
conocimiento barrial, ancestral, empírico;
y lo ponemos al servicio de todos.
La cancha es uno de los lugares que
más historias bonitas tiene para la
comunidad. La primera es que fue
construida por ellos mismos. Había
muchos niños sin donde recrearse y la
gente dijo que necesitaban un espacio
donde nos encontremos, comenzó a ser
el espacio donde ocurrían todos los eventos sociales. Pablo
Escobar estuvo ahí dándoles mercados a cada familia que lo
necesitaba, regalando balones y ganándose a la gente para
que lo apoyara y votara por él cuando se lanzó a la política;
también fue quien puso el primer alumbrado de esta. Esta
zona además fue el espacio mediador de los problemas
entre las dos bandas que había en ese momento, los de
Chocochiquitos y los del Oasis, cuando decidieron jugar un
partido de futbol con la condición de arreglar sus problemas
personales, vestirse de mujer porque querían generar un
recuerdo en el barrio y fue uno de los principales inicios de
calma para todos. Aún se hace este partido de futbol en
octubre.
Cuando empezó Moravia resulta que llegaban invasores y
empezó a venir el padre Vicente Mejía que traía a sus estudiantes a ayudarles a
hacer las viviendas, a enseñarles a leer y hacer la misa los domingos. Su primero
territorio lo llamaron Fidel Castro porque es conocido como el padre de la teología
y la liberación.
Nos desplazamos hacia la parte que los medios no muestran de este barrio, lo que
muchos de nosotros no conocemos ni imaginamos que hay allí, y diría yo que
hacia la parte que menos me gustó de esta experiencia. No me gustó por lo que
se sentía mientras se caminaba allí, por lo que se veía. Era algo completamente
nuevo para mí, caminar y escuchar que algunos hombres nos ofrecían droga, me
llevaba a pensar en qué tan natural es este tipo de comercio en esta zona, ¿Por
qué lo hacen con tanta tranquilidad en las puertas de sus casas sin importar que
personas iban en ese momento por ahí?
También logre observar que están acostumbrados a cierto desorden y cierto
desaseo, crecieron en ambientes de la basura. Están orgullosos de su barrio que
era antes un basurero, ahora es lo que ellos llaman un barrio.

Son los habitantes que quedaron sin casa después del incendio del 2007, que
Ante esto el Municipio prometió la reposición de viviendas a todos los afectados.
Tal compromiso nunca se cumplió.

Moravia es un barrio que tiene toda una historia por contar y por mostrar, es una
historia que muchos de nosotras desconocemos, ni tenemos idea de la mala
información o referencia que nos dan de dicho barrio. Son personas que luchan
por el derecho a un espacio, que tienen resistencia política y cultural ante las
distintas iniciativas de la Municipalidad por desalojar estos terrenos. Personas que
llegaron en busca de una mejor condición de vida, o por lo menos un espacio para
habitar. A pesar de sus diferencias, ha sido un barrio que persiste, que ha querido
salir adelante, enriquecerse y crecer. Un barrio que está lleno de sueños
colectivos, de ganas y de esperanza.
Como conclusión, observación y percepción como persona y como Trabajadora
Social en formación, se habla se “cierta paz”, pero ¿cómo se ha conseguido esta
paz? Es una paz comprada, una paz bajo amenazas de los mismos combos que
lideran la comunidad, los que “cuidan” el barrio. A pesar de que hay presencia de
la autoridad esta no es notable, se desplazan como si nada en el barrio y no es
exactamente ellos quienes regulan la zona.
Es una población que creyó en una primera transformación que logró crecer y
construir varias cosas a beneficio propio y colectivo. También están esperando
una segunda transformación, pero esa segunda transformación deberías
apostársela a los niños y jóvenes que son la generación más temprana que habita
allí, educarlos y empoderarlos del cambio. Ellos seguramente tienen el anhelo de
salir de allá, de formarse y lograr llegar muy lejos, ser profesionales…

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