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P alabra:

“Entonces ellos le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan ayunan muchas
veces y hacen oraciones, y asimismo los de los fariseos, pero los tuyos
comen y beben? El les dijo: ¿Podéis acaso hacer que los que están de bodas
ayunen, entre tanto que el esposo está con ellos? Más vendrán días cuando
el esposo les será quitado; entonces, en aquellos días ayunarán. Les dijo
también una parábola: … Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra
manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se
perderán. Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo
otro se conservan. Y ninguno que beba del añejo, quiere luego el nuevo;
porque dice: El añejo es mejor.” (Lucas 5:33-39)

P redicación:
La palabra de Dios nos da siempre luz, Su luz que nos ilumina y nos da el
entendimiento de su Palabra de Verdad, cuando los fariseos le preguntaron a
Jesus; ¿Por qué los discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen
oraciones, y asimismo los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben?,
pues porque no llevaban a cabo los mismos rituales que los fariseos, quienes
se jactaban de “cumplir” la Ley y los profetas, sin embargo Jesus en
innumerables veces les mostraba realmente donde tenían su corazón.
Mientras los discípulos convivían con Jesus, no ayunaban, porque lo veían de
cerca todos los días, sus enseñanzas eran en persona… “porque el reino de
los cielos se ha acercado.” (Mateo 4:17) así lo decía el mismo Jesus. E
inmediatamente en ese contexto El Señor dice la parábola de los odres y del
remiendo del vestido, refiriéndose a lo viejo y lo nuevo, Jesus ya había dicho
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido
para abrogar, sino para cumplir.” (Mateo 5:17), por lo tanto Jesus no iba a
quebrantar ni uno de los mandamientos y también venia para que se
cumplieran las profecías del Mesías en El, entonces que hay de los nuevo y
lo viejo, el vino nuevo es El Espíritu Santo, a quien no lo pueden contener
nuestros formas que proceden del viejo hombre, nuestras formas religiosas
y llenas de “sacrificios” que no tienen nada que ver con el nuevo hombre que
necesita nacer de nuevo, y caminar en fe, permitiendo que El Espíritu Santo
obre en su corazón y que el viejo hombre sea muerto para revivir en Cristo,
“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús,
hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente
con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida
nueva.” (Romanos 6:3-4)
O ración.
“Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me
hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies
sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo,
alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en
Jehová. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no
mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.” (Salmo 40:1-
4)

Señor Santo delante de ti estoy, tu renuevas mi ser, tú me das nueva vida


en libertad para ser esclavos tuyos, siendo tu mi Señor y maestro, en ti la
vida tiene un nuevo sentido que no conocía antes, en ti sé que mi vida tiene
propósito, en ti muero pero en ti vivo, en ti me regocijo con una nueva
naturaleza que me permite morir a mí yo y encontrar un gran gozo en ello,
en ti encuentro un cantico nuevo que endereza mis pasos, que no busca lo
suyo, que alaba tu grandeza, que reconoce lo sublime del Espíritu Santo y
no exalta mis sentimientos.

Amen

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