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The Vanishing Game PDF
The Vanishing Game PDF
Sinopsis
Corregido por LizC
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Índice
Sinopsis Carbonizada
Maratón Sombras
El sobre La Verdad
Watertown Monopoly
Acosador La Petición
El Trato Confesión
El mensaje Reconocimiento
La Torre Pelea
Flowers La Asignación
Condolencias "X"
Conversación Jack
Dixon Atardecer
3
Cómo Empieza
Traducido por Paaau
L
a vida es una serie de respiraciones cortas. Y en cualquier
respiración, todo puede cambiar.
Inhala.
Exhala.
Inhala.
Exhala.
***
4
Mi teléfono vibró y revisé el mensaje de texto. Era de Brooke, queriendo
saber si iba a ir al campamento. Los seis de nosotros asando hot-dogs y
malvaviscos. Contando historias de fantasmas. Tratando de hacer reír al
resto. ¿Podría reír de nuevo alguna vez? No lo creo.
Si Jack aún estuviera vivo, ambos iríamos. Pero hace tres semanas mi
hermano gemelo estuvo en un fatal accidente de autos. Desde entonces,
adonde quiera que fuera, el dolor de perderlo iba conmigo. Me usaba
como un bolso, golpeando a un ritmo angustiante contra mi alma con
cada paso.
Abrí el armario del pasillo, tomé un saco de dormir y fui escaleras arriba.
Entrando en mi habitación, dejé caer el saco en el piso. Mi mente estaba
5
en el campamento: qué empacar, qué usar, sobre qué no hablar. Noté la
carta. Probablemente más cosas sobre la Universidad, pensé.
6
1
Maratón
Traducido por Mari NC
P
ermaneciendo en las sombras de los edificios en lo posible, corrí
a lo largo de la acera. Las suelas de mis zapatos golpearon el
concreto mojado y amortiguó un coro desesperado que decía:
llegar a él... llegar a él... mientras motores de autos zumbaban en la
distancia. Tejí mi camino por las calles laterales y a través de pasillos
abiertos, sin aliento para el momento en que giré a la Calle Arsenal, la cual
conectaba con la plaza pública de Watertown. Atrapadas en los
circulares halos apagados de las farolas se arremolinaban espirales de
lluvia. Me recordaron la Noche Estrellada de Van Gogh, la pintura favorita
de mi hermano Jack. En cualquier otro momento habría apreciado la
belleza abstracta, pero en ese momento lo único que podía pensar era, es
demasiado brillante aquí.
Dos autos se acercaban por el camino, sus luces bajas, como linternas
penetrantes. Di un paso atrás en las sombras, mi corazón martillando y mis
pulmones doloridos. Después de que se alejaron, salí corriendo a través de
la amplia calle. Entrando en la plaza pública, pasé junto a la fuente de
7
Lady Spray, su agua silbando bajo la lluvia. Bordeé los grandes edificios de
ladrillo enfrente a la plaza central y me sentí menos vulnerable en sus
oscuras sombras. Unos segundos más tarde me precipité por un callejón,
luego crucé el estacionamiento desierto de un banco. ¡Sólo dos cuadras
más! Mientras corría, una pregunta desesperada se mantuvo dando
vueltas por mi cabeza: ¿seguirá allí?
Noah Collier era un chico de hábitos, y debido a esos hábitos sabía que
tenía la oportunidad de encontrarlo. Un minuto más tarde, doblé una
esquina y vislumbré mi meta: un estacionamiento poco iluminado. Mis ojos
se desplazaron por el estacionamiento y el alivio se apoderó de mí cuando
vi su Jeep Cherokee negro.
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perseguida, entonces quienquiera que estaba allí estaría aquí en los
próximos segundos. Mi adrenalina subió de nuevo, y consideré seriamente
asomarme por la ventana. Sin embargo, no lo hice, y después de un par
de minutos parecía posible que me había escapado.
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oscuros y etéreos. Si había estado incómoda antes apretada en la parte
trasera, una vez que nos movimos los empujones lo hicieron aún peor. El
área de equipaje de un Jeep no es precisamente para pasajeros, y
necesitaba moverme porque pinchazos como agujas estaban
comenzando a ascender en mis pies. No me atrevía a levantarme lo
suficiente como para que alcanzara a ver la parte superior de mi cabeza,
así que cuidadosamente traté de reajustar mi posición. Cada vez que
giramos unas cuantas esquinas tuve que prepararme. También estaba el
espantoso frío en la parte trasera y si él llegaba a poner el calentador al
frente, ningún aire caliente me alcanzaría.
La conducción duró unos diez minutos, pero pareció mucho más tiempo.
Estar escondida en la parte trasera de un auto perteneciente a un chico
con el que no había hablado en casi cinco años estaba muy fuera de mi
zona de confort. ¿Iba a reconocerme? Yo había cambiado mucho.
Mientras escuchaba la lluvia, la radio, y el crujido de los limpiaparabrisas,
traté de pensar en qué decir cuando nos encontráramos cara a cara.
Hola, Noah. Lo creas o no soy yo, Jocelyn Harte, y creo que realmente
tenemos que hablar. Sé que ha pasado un tiempo, y no partimos en los
mejores términos, ya que me dijiste que si alguna vez me veías de nuevo
me matarías, pero sólo éramos niños en ese entonces y tú en realidad no
quisiste decir eso, ¿verdad?
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quedé muy quieta, permaneciendo abajo y presionándome contra la
parte posterior del asiento. Analicé cada ruido.
La puerta del conductor se abrió. Noah bajó del auto y la cerró de golpe.
Oí crujir sus pies sobre el áspero concreto y mis oídos se tensaron a
cualquier ruido. Sabía que iba a ser mucho más inteligente para mí esperar
a que él estuviera dentro antes de acercármele. No me atrevería a llamar
a la puerta que va desde el garaje hasta su mitad del dúplex, pero me
podría deslizar afuera, ir hacia el frente, y tocar el timbre.
Él se alejó del Jeep. Oí una puerta abrir y cerrar. Durante unos segundos,
respiré un poco más fácilmente, aunque mi corazón todavía latía con
fuerza. Me arrastré de rodillas y miré por la ventana. Estaba sola. La
ventana trasera no se podía abrir desde el interior, por lo que subí sobre el
asiento de atrás y salí. Recorrí el garaje y vi dos puertas. Una llevaba
adentro, la otra al patio trasero. Ahí era donde tenía que ir, pero tendría
que ser silenciosa para que no me oyera. Sabía por espiarlo que la otra
mitad del dúplex estaba vacío. Al menos, no estaría el problema de evitar
los vecinos entrometidos.
Había dado sólo unos pocos pasos cuando el sonido suave de piedras
trituradas en el cemento me sobresaltó. Girando alrededor, vi la gran figura
de Noah medio segundo antes de que se estrellara contra mí,
golpeándome la espalda contra su Jeep. La sacudida envió un estallido
de dolor por todo mi cuello y grité. Él sofocó el sonido envolviendo sus
manos alrededor de mi garganta. Luché contra él, pero tenía los brazos de
un orangután. No podía llegar a él con mis golpes y fácilmente evitaba mis
patadas. La lucha contra él no funcionó, así que desesperadamente traté
de explicar, pero sus manos se agarraron más fuerte hasta que sólo unos
cuantos gruñidos y jadeos se me escapaban mientras mi cuerpo luchaba
por aire. Él me tenía. No había nada que pudiera hacer.
Frenética, clavé mis dedos en sus manos, pero sin ningún resultado. No
podía pensar en otra cosa que hacer, sino ofrecerle el nombre que podría
liberarme. Miré a su rostro enfadado y comencé a repetir dos importantes
palabras una y otra vez. No salió ningún sonido, y probablemente me
parecía a un pez fuera del agua con la boca abriéndose y cerrándose,
pero seguí intentándolo. Repetidamente pronuncié las dos palabras tan
claramente como pude, mirándolo con los ojos desorbitados.
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¿Por qué no lo entiende? ¡Estaba a centímetros de su cara! ¿No podía el
idiota leer los labios? La sangre latía en mis oídos ahora como una resaca
en oleaje, y mi rostro se sentía hinchado y caliente. Una neblina tenue
comenzó a cruzar mis ojos. ¡Él me iba a matar!
Abrí los labios para hablar, horrorizada cuando ningún sonido surgió de mi
tráquea. Sus dedos comenzaron a apretar de nuevo. Recuperé la última
gota de fuerza que tenía y grazné—: ¡Tercer fenómeno!
Noah dejó caer sus manos como si yo estuviera hecha de brasas. Dio un
paso atrás y se quedó mirando. Varias expresiones cruzaron por su rostro:
asombro, duda, y luego ira. No le presté mucha atención, sin embargo,
porque mi cuerpo estaba demasiado ocupado tragando aire con
delirante codicia. Mis miembros estaban temblando, y me sentí empezar a
deslizarme por el costado del Jeep. Él saltó hacia adelante para
atraparme, pero levanté mi puño con toda la fuerza que pude encontrar.
Éste chocó contra él bastante duro en una zona bastante sensible y se
dobló, cayendo de rodillas, con un gemido.
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2
El Sobre
Traducido por Andy Parth
E
staba agradecida por el calor saliendo de la chimenea de gas
mientras me sentaba en el banquillo, secando mi cabello con una
toalla pequeña. A excepción de una luz tenue, las llamas eran la
única iluminación. Sombras rondaban las esquinas de la habitación y
chocaban sus extremos en el techo.
Jack y Noah han sido mejores amigos desde que éramos niños. Eran un par
de genios de la computación, que terminaron haciendo un programa de
seguridad, juntos. Éste fue comprado por una compañía que también los
contrató como programadores a medio tiempo.
Pensar en Jack causó una tormenta de emociones en mí. Hoy ya eran tres
semanas que había vivido con el dolor de perderle, y era como tener mi
corazón aplastado por una pesada roca. Hasta que llegó el sobre.
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—Entonces… ¿qué infiernos te pasó? —preguntó Noah desde la esquina
del sofá.
Corrí mis dedos a través de mi cabello mojado. —Ha sido un duro día.
—¡Crecí! ¿Qué pensabas? ¿Qué siempre sería una niña tonta? —Mis ojos
revolotearon a las ventanas nocturnas que parecían llorar con la lluvia—.
¿Puedes cerrar las cortinas?
Noah se detuvo unos segundos antes de hacerlo. Corrió las cortinas para
cerrarlas y se sentó de nuevo.
—No habría creído que eras tú, de no ser por esos dos pequeños lunares en
tu cuello. Parecen una mordedura de vampiro. Solía sentarme y
contemplarlos, sabes, fantaseaba con morderte allí.
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fase de Drácula. Eventualmente fue reemplazada por el combo de Darth
Vader/Luke Skywalker2, y posteriormente por un ninja cinta negra.
—No planeaba volver. Pero entonces, después del accidente… —Mi voz se
quebró y no pude terminar. Escuché el silencioso murmullo de la lluvia.
—Sí. Fue su sugerencia, ya que somos mucho más mayores que sus otros
hijos. Ellos han hecho mucho por nosotros. Incluso nos inscribieron en una
escuela privada técnica, de modo que Jack pudiera ser un programador y
yo pudiera enfocarme en el arte digital. Tomo clases en la mañana y hago
una pasantía en la tarde. Aunque mis horas terminaron hace dos semanas.
Ahora debo volver a la programación regular en la escuela.
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Asentí.
—¿Todavía estás molesto por lo que pasó la noche que dejé la Casa
Seale? Era sólo una niña, ya lo sabes. —Miró lejos y continué—: Esto fue un
error.
—¡No estoy llorando! —mentí. Aunque él tenía razón. Nunca fui una niñita
llorona. Pero hace tres semanas, cuando recibí la noticia de que Jack
estaba muerto, había sido destrozada. Luego, ayer cuando encontré ese
sobre la esperanza se había disparado como un gorrión volando su camino
hacia el sol. Partiendo de la desesperanza hacia una tambaleante altura,
dejándome mareada. También llevándome al pánico. Estaba
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desesperada por llegar a Jack y averiguar qué sucedió con él. Conduje
hasta Watertown y comencé a espiar a Noah, creyendo que mi hermano
acudiría al único chico en el que siempre confió. Pero cuando no
apareció, sentí mi mundo hundirse en un abismo. Es por eso que las
lágrimas no tardaron mucho en venir.
Noah atrapó mi mandíbula en sus dedos y giró mi rostro hacia él. Vi sus
angulosas facciones nadando a través del desenfoque húmedo y di un
tirón, lo que hizo que una lágrima se derramara por mi mejilla. La limpié.
Puso su mano en mi hombro y me empujó hacia abajo, a la chimenea.
Esta vez se sentó a mi lado.
—Recuerdo mi primera noche en la Casa Seale. Hazel Frey nos puso a Jack
y a mí abajo, en el sótano. Estábamos muy asustados. Jack normalmente
trataba de decirme que todo iba a salir bien. Pero él estaba tan quieto.
Miserable, como yo. Tienes razón, no lloro, pero esa noche lo hice.
—No era sólo estar asustados. Era más sobre la esperanza siendo aplastada
como una araña por un zapato. La Casa Seale parecía tan grande e
impresionante. Por primera vez en un mucho tiempo hubo algo de
esperanza. Pero cuando Hazel nos encerró en el sótano, supimos que sería
igual.
***
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Luego, el chico que habíamos visto antes bajaba las escaleras con
escalofriantes pasos en una capa de Drácula. Él tenía una linterna.
Nos dijo que su nombre era Noah, y luego nos mostró una gran caja de
cartón. Abriendo las solapas dijo:
—Gracias Noah.
***
—Parece que fue ayer para mí. —Me aparté un par de centímetros de
Noah para mirarlo—. Tú preguntaste si yo era un niño o una niña, estaba
avergonzada. —Un par de días antes de ir a la Casa Seale, mi mamá había
cortado mi cabello, lo único que demostraba que era una niña, ya que sin
él, me veía como un niño alto y torpe—. Aunque no me molesté con tu
pregunta, ya que estabas siendo amable. Te recuerdo sentado en una
almohada mientras nos contabas todo sobre vampiros.
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Noah suspiró.
—Quién sea que la haya quemado debe haber odiado realmente el lugar.
Supongo que no puedo culparlos, porque había algo mal con la Casa
Seale. Algo aterrador. Quizás tenía un poltergeist.
—¿Un poltergeist?
—¡Eso es una locura! ¿Por qué estás sacando toda esta basura del
pasado?
—Créeme Noah, nuestro reencuentro fue lo último que planeé hacer. Pero
tuve problemas esta noche y no sabía a dónde más ir.
—¿Qué pasó?
—Mi auto fue robado, con casi todo lo que tenía dentro, incluyendo mi
dinero y teléfono. —No agregué que también estaba segura que me
habían seguido—. ¿Tan sólo me puedes ayudar ahora, hasta que averigüe
qué hacer? Después saldré de tu vida y podrás pretender que esta noche
infeliz nunca sucedió.
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Éste era el Noah que recordaba, nunca dispuesto a dejar ir cualquier cosa.
Tomé una respiración profunda y luego exhalé lentamente.
—Si tú lo dices.
—¡Eso no es posible!
***
—Si están leyendo esto —leí en voz alta mientras Noah se asomaba sobre
mi hombro—, entonces significa que están cerca de encontrarme. Esta
pista conduce a la pieza final del rompecabezas. Hay páginas que están
ocultas, pero no en un libro. Están a simple vista y no se tomen su tiempo o
vayan lejos. Deben encontrarme pronto.
—Jason December.
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—¡Lo tengo! —Extrajo un lápiz regordete de su bolsillo y escribió en la parte
posterior de la carta: J(ulio) A(gosto) S(eptiembre) O(ctubre) N(oviembre)
December3—. Es el último semestre del año.
—¡Es cierto! —Miré a Noah con flamante respeto—. Eres tan inteligente
como Jack.
—Más inteligente.
Después de eso, cada caza del tesoro que Jack nos mandaba, y cada
mensaje suyo, venía con el seudónimo de Jason December. Era nuestro
secreto y sólo nosotros tres sabíamos lo que significaba.
***
—Creo que él todavía está vivo Noah. —Empujé a un lado el sollozo hasta
que mi voz se estabilizó—. Y sé que si está en problemas vendrá a ti. Eres su
mejor amigo.
—Él no sigue vivo. —La voz de Noah fue muy baja—. No puede estarlo.
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—Es por ti que Jack terminó trabajando para ISI y se exigía tanto. Y tal vez
es por ellos que se metió en problemas. ¿Qué si ocurrió algo que realmente
le molestó o quiso hacerlo desaparecer?
***
—¡Te dije que te dieras prisa! —dije con mi voz enojada mientras él cerraba
la puerta de un portazo, soltando el freno y acelerando añadí—: La señora
Biddway va a estar realmente enojada si llego tarde otra vez.
—¡Fácil! El correo dice que ellos contactarán con la escuela para ver si
puedo empezar una pasantía el próximo semestre.
—¡No es cierto!
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—Dado que mis notas son buenas, estoy seguro que el director me dejará.
Y no vas a creer cuánto dinero me están ofreciendo.
***
Trabajar para ISI hizo que Jack y Noah tuvieran bastante dinero para
chicos de su edad, una recompensa que habían estado felices de recibir.
También había consumido mucho tiempo de Jack, así que al final, había
habido un precio.
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aire frío. Pero entonces, mentalmente abrigué esa esperanza, no dispuesta
a dejar que la infiel lógica de Noah la extinguiera.
Además, había una cosa que ya sabía a ciencia cierta, y era una
pequeña información que estaba muy contenta de tener: Noah no había
sido el que me envió el sobre de Jason December. Dado que sólo Noah,
Jack, y yo sabíamos acerca de ese nombre clave, nadie más podría
haberlo enviado. Mi hermano estaba vivo y en algún lugar en Watertown,
debido a que el sello postal muestra que fue enviado desde aquí.
Por qué Jack había fingido su muerte y me envió esta pista, era
desconcertante. Y sin embargo sabía que no me hubiera dejado sufrir
como lo había hecho en las últimas semanas sin una razón. Una vez que lo
encontrara, él me diría todo.
24
3
Watertown
Traducido por Mari NC
M
e desperté de un sueño sin sueños para ver la apagada luz de la
mañana, y miré el reloj en la mesilla de noche. Eran casi las once, y
otro día nublado. Allí tumbada, relajada, mi mente volvió
nuevamente a mi hermano. Mi gemelo, Jackson Harte, y yo éramos los
únicos hijos de nuestra madre, Melody. Insistiendo en que casi la habíamos
matado durante el parto, ella inmediatamente había exigido que el doctor
ligara sus trompas.
Jack y yo éramos altos y muy similares, excepto que mis ojos eran azules y
los suyos eran marrones. Viniendo de una madre de complexión delgada,
y de metro sesenta y dos, sólo podíamos conjeturar acerca de nuestro
padre. Nunca lo conocimos y Melody no hablaba de él. Más de una vez
Jack y yo inventamos historias, siempre suponiendo que él era alto. Durante
uno de nuestros juegos en proceso de fantasía, decidimos que jugaba en
un equipo de la NBA.
***
—¿Cuál crees que podría ser? —le pregunté mientras mirábamos las
eliminatorias por televisión. Yo tenía diez años y me mantuve estudiando los
breves destellos de los rostros que mostraban las cámaras, con la
esperanza de encontrar un parecido evidente con el hombre que podría
haber contribuido a nuestro ADN.
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—Eso no importa.
—No, si mamá tuvo sexo con dos tipos diferentes en un mismo día. —Se rió
al ver mi expresión—. Puede suceder, hermanita. Lo leí en el periódico.
Aparté la mirada para ocultar mi expresión. Unos minutos más tarde salí de
la sala y fui a nuestra pequeña, y en mal estado, habitación. Fuera de la
ventana bolitas secas de nieve, duras como cristales de sal, golpeaban los
vidrios.
—Por supuesto.
***
El recuerdo me hizo sonreír para mis adentros y luego reprimir las lágrimas.
Jack fue el único familiar que había querido o me preocupaba. Él protegió
mi cordura, de la misma manera que yo protegí la suya. En el torbellino
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infantil de la negligencia de Melody y la brutalidad de sus novios, nos dimos
la crianza mutua que un hijo único nunca habría tenido. No había ninguna
rivalidad de hermanos entre nosotros. A veces, había palabras burlonas,
pero nunca nada destinado a herir.
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Apagando el secador y reenfocando mis ojos en el espejo, la imagen de la
vieja Jocey finalmente se desvaneció. Ahora, con casi dieciocho años,
admití que había sido un extra mi poco atractivo aspecto en ese entonces.
Teniendo en cuenta todos los hombres que entraban y salían de la vida de
Melody, si yo hubiera sido tan linda como mi madre probablemente
hubiera pasado por cosas mucho peores de las que había pasado. Pero
puesto que todo lo que veían era una niña alta y flaca que podría haber
pasado por un chico, me dejaron sola. El mejor de ellos nos ignoró tanto a
mí como Jack; el peor tenía una vena cruel que evitábamos
convirtiéndonos en seres invisibles.
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Al acercarse el crepúsculo, deambulé por las familiares calles principales
en el viejo vecindario. Hacia el oeste el cielo turbio era de una tonalidad
extraña de parduzco púrpura. Me recordó a una contusión formándose.
Enfrente, en el este, las distantes nubes de lluvia colgaban como bufandas
en capas de color gris oscuro. Una nueva tormenta podría estar llegando a
la ciudad, sin embargo si traería otro aguacero como el de anoche, no
podía estar segura.
Como atraída por un imán, mis pies me llevaron de vuelta a la Casa Seale.
De pie en la acera de enfrente, estudié la casa de gran tamaño que
dominaba el vecindario. Tenía escalones acercándose a las enormes
puertas dobles, y un frente de piedra rosa que se convirtió en terracota
con la débil luz. Las sombras se profundizaron en el porche,
ensombreciendo los paneles de vidrio en las puertas y oscureciendo las
ventanas. Por un instante pareció que hubo un movimiento plateado
detrás de un panel oscuro. Me dije que era sólo el reflejo de una nube
pasajera.
La casa que había visto una vez tan hermosa en el exterior casi estaba
arruinada, carbonizada, negra en el lado este. No podía dejar de mirar
fijamente con un estremecimiento de miserable placer como el que sentí
hace dos años después de saber que Melody, mi depravada madre,
finalmente había partido a la muerte.
Apreté mis ojos durante unos segundos, con ganas de bloquearlo. Pero
incluso con mis ojos cerrados la casa permaneció, quemó en mis retinas
como si tuviera el poder para emitir rayos UV. Una vez más, tenía doce
años de edad.
***
—Estás enamorada.
29
—Tú también —le susurré de vuelta, sabiendo lo que él estaba pensando
porque podía oírlo en su voz. Estábamos los dos esperanzados de que ese
hogar adoptivo no sería tan malo después de todo. De hecho, a lo mejor
iba a ser genial.
* **
Había sólo dos veces que cualquiera de los niños adoptivos alguna vez
usaban las puertas dobles frontales de la Casa Seale: cuando iban allí a
vivir y cuando se iban para siempre. Virando a la derecha, a lo largo del
lado de la casa que no estaba carbonizado, pasé adelfas y plantas
espinosas de acebo garantizadas para desanimar a los niños de subir por
las ventanas. Miré a los paneles de vidrio antiguo que ciegamente
reflejaban mi imagen. Mi imaginación desenfrenada hacía parecer como
si estos fueran ojos mirándome a través de cataratas. Aparté la mirada y
me di cuenta que la hierba era más larga de lo que jamás había visto.
También había malezas en las macetas de flores, cosa que nunca se había
permitido durante mi tiempo aquí. Me deslicé a través del espacio entre la
cerca de madera desgastada y la casa, un poco apretado desde que ya
no tenía doce.
30
supuesto. Cerré mis ojos por un par de segundos, recordando cómo lo
había hecho Jack: girar la perilla al extremo izquierdo, levantarla, y
agitarla unas cuantas veces. Las bisagras estaban sueltas, lo que permitió
sólo el movimiento suficiente para deslizar el cierre fuera de su ranura. Brotó
libre y la puerta se abrió sin hacer ruido. Esto era peor para mis nervios que
si hubiera hecho un crujido fuerte. Jack y Noah habían mantenido el
interior de esas bisagras bien engrasadas para que pudiéramos salir a
hurtadillas y Hazel Frey no nos oyera. Pero, ¿quién la había mantenido
funcionando suavemente en los años transcurridos desde que el hogar
adoptivo había sido cerrado?
El olor del humo grasoso cubría todo. Me pregunté cómo la Casa Seale
había permitido esto, recordando las pocas veces que algunos de los niños
habían tratado de prender las cortinas en fuego. Las llamas de inmediato
se fueron, como si la casa estuviera extinguiendo el fuego. El pequeño
Dixon lo había llamado un truco de magia. Sólo de pensarlo me puso los
pelos de punta.
31
desvanecerse en el papel tapiz. Mi corazón se aceleró ante el recuerdo,
aunque sabía que eso es todo lo que era. Angry Beth se convirtió en una
sombra de nuevo, pero todavía podía sentir su malicia. Estaba tan llena de
odio. En realidad no hacia mí, a menos que me pusiera en el camino, sino
hacia todos.
Mi cuerpo estaba tan tenso para entonces que apenas podía obligarme a
seguir moviéndome. Mis orejas tensas por el sonido de su ronco susurro,
incluso mientras me recordaba a mí misma que Beth no podría estar aquí
ahora. Ciertamente había crecido y se fue, de la misma manera que yo lo
había hecho. Mi corazón latía como loco de todos modos. No faltaba
mucho por recorrer.
Unos pasos más y vacilé, congelada por el sonido de una voz hablando en
voz baja. Venía de otra habitación. A diferencia del fantasma de Beth del
pasado, esta persona era real.
32
4
El Sótano
Traducido por Andy Parth
U
na voz se convirtió en dos, el tono y el descenso de la conversación
indescifrable, entretejiéndose con el suspiro del viento. Giré en la
dirección del sonido y vi un parpadeo de luz. ¿Linternas? Entonces me
di cuenta de que nada emitiría ese tipo de resplandor amarillo excepto
llamas expuestas. ¿Había venido alguien a la Casa Seale planeando
terminar su destrucción? Mi primer instinto fue ofrecer mi ayuda hasta que
recordé que las intenciones de las personas no son buenas, como habría
dicho Hazel Frey, rara vez eran amistosas. Así que me quedé en la parte
más oscura de las sombras y me trasladé silenciosamente, justo como
había aprendido durante los meses que pasé aquí.
***
—Todavía no.
***
33
para los invitados y trabajadores sociales, el único momento en que a los
niños se les permitía entrar era cuando desempolvábamos los muebles o
llevábamos educadamente limonada o té a los visitantes de Hazel Frey.
Ahora, sin embargo, la una vez encantadora sala tenía el muro oriental
ennegrecido, los muebles arruinados y unos extraños visitantes.
34
Abriendo la puerta lentamente, de modo que no chillara, me deslicé en la
oscuridad. Mi corazón empezó a hacer un desagradable baile tap5.
Por más que no quería seguir bajando los escalones, era la única opción
que me quedaba. Sabía que si Jack me había dejado un mensaje en
algún lugar de la Casa Seale, el sótano sería donde lo habría puesto. Al
principio había pensado que el recorte de periódico sobre el incendio era
la forma que mi hermano tenía de decirme lo que pasó. Y que me estaba
diciendo que buscara a Noah. Ahora, sin embargo, pensaba que la pista
era más directa que eso. Probablemente quiso decir todo el tiempo que
viniera para acá y en su lugar lo había sobre-analizado, lo que
normalmente hacía.
A mitad del camino, tuve una nueva idea. ¿Jack posiblemente podría
estar tan asustado que estaba escondido en el sótano? No podía imaginar
tal cosa, pero la ansiedad me alentó a continuar.
No hubo respuesta.
***
luminoso". Es un diodo semiconductor que emite luz. Se usan como indicadores en muchos
dispositivos, y cada vez con mucha más frecuencia, como mínimas linternas.
35
—Odio cuando lloriqueas —dijo mi hermano, aunque no había nada
odioso en su tono. En todo caso sonaba animado.
—Deja de actuar tan machito. Sé que estás tan aterrado de este sótano
como yo.
***
Dixon, de siete años de edad, había estado más aterrorizado que nadie
del sótano, despertándonos a todos gritando porque tenía pesadillas sobre
él. Según Noah, Dixon estaba seguro de que los cadáveres de los niños
desobedientes estaban enterrados en esa tierra enmohecida.
Externamente, todos nos burlábamos de la idea; pero secretamente, la
mitad lo creíamos.
36
necesitaba ver si había dejado un mensaje para mí en su escondite
secreto.
Estaban en silencio ahora, y aun así dudaba que se hubieran ido. ¿Estaban
parados en la parte superior de las escaleras, mirando hacia abajo a la
oscuridad de la forma en que lo había hecho hace diez minutos? ¿Se
habían retado el uno al otro para entrar en el sótano, en algún tipo de
juego escalofriante o sospechaban que estaba aquí? No me moví mientras
mis ojos se enfocaban en el ligero parpadeo de las sombras grises de
arriba.
37
Esperando, esperando… ¿pero qué pasaba en las escaleras? Pese a que
el frío concreto absorbía la calidez de mi cuerpo mis extremidades estaban
empapadas y mi cara se sentía caliente. ¿Era sólo mi imaginación tratando
de enviarme en un clavado a lo profundo del miedo, o realmente había
alguien allí esperando que me moviera? Estaba haciendo sonidos con las
pequeñas respiraciones, así que puse mis labios juntos e inhale el frío y
húmedo olor del sótano a través de mi nariz. Mis oídos tensos por cualquier
sonido. Casi me había convencido de que mi imaginación estaba
llevándome a un paseo salvaje cuando hubo un chirrido, como alguien
dando un paso hacia abajo.
Quien sea que estuviera allí parecía estar escuchando. Una nueva idea
vino hacia mí, más aterradora que enfrentar a un grupo de chicos hostiles.
Si ellos cerraban y bloqueaban la puerta, estaría atrapada aquí abajo. Una
cosa que sabía a ciencia cierta sobre este lugar era que: sólo había una
forma de salir. Estaba lista para saltar de debajo de la escaleras y hacer
una confrontación usando mi pequeña luz azul hasta que mi oreja captó
un nuevo sonido. Era el astuto deslizar de una navaja fuera de su mango.
Desde que Beth, de quince años de edad, había sacado tantas veces la
hoja de su cuchillo durante las noches en la habitación que compartíamos,
ese sonido había quedado grabado para siempre en mi memoria. Cambio
de planes. Me quedé quieta. Mis piernas y mi espalda comenzaron a doler
y me olvidé de la caja escondida.
El miedo empezó a crecer como una ola, y la oscuridad húmeda y fría del
sótano llegó a ser sofocante. Apreté mis ojos cerrados.
***
38
—Me imagino que tienen hambre —dijo Hazel Frey. Ella parecía una
abuela, con características anodinas y un casco de cabello marrón
grisáceo. Nosotros asentimos y ella sonrió con frialdad—. Eso es demasiado
malo entonces.
Noté que algunos niños estaban mirándonos con disculpas en los ojos,
mientras que otros ignoraban todo excepto la comida.
—Vengan conmigo —dijo Hazel y fuimos con ella hacia la puerta junto a la
escalera.
Encendió la luz, abrió la puerta y nos llevó abajo. Una sola bombilla sobre
las escaleras iluminaba tenuemente el camino y una vez que estuvimos en
la parte inferior señaló una fea colcha hecha de cuadros de rugoso
poliéster.
—Sólo para que sepan, hay algo que los niños que vienen aquí tienen que
aprender antes que nada. La regla de la Casa Seale. Sólo tenemos una y
es esta: no hagan nada para molestarme. Si rompen mi regla, se saltaran la
cena y pasarán la noche aquí abajo. Así que, para que vean lo que se
siente, tratarán de pasar su primera noche aquí.
Hazel giró y pisoteó por las escaleras mientras jadeábamos tras ella. Azotó
la puerta y la bloqueó. La luz se apagó, hundiéndonos en la oscuridad.
***
Mi mente gritaba: ¡No es real! Pero podía sentir el aire caliente erizando el
cabello contra mi cuello, así como podía sentirlo merodeando, igual que
39
como había olvidado hace tanto tiempo. La razón exigía que me estirara
hacia atrás y probara que no había nada excepto espacio vacío. Y aún
así, ¿qué si tocaba algo viscoso o en descomposición?
El viento estremeció los aleros mientras los otros tres chicos se reunían en
torno a su amigo. Escuché una ronca maldición y pareció prudente
retroceder lentamente hacia las escaleras.
40
Los años se disiparon y recordé una vez más el código cauteloso que Noah
nos había enseñado a Jack y a mí para ayudarnos a saltar las tablas
chirriantes. Empecé a contar silenciosamente para mis adentros. Cuatro,
cinco, seis… muévanse hacia el extremo izquierdo y suban. Diecisiete,
dieciocho… den vuelta a la derecha con un paso gigantesco. Echen un
vistazo alrededor de la esquina. Si el camino está despejado, sigan
subiendo de dos en dos hasta el rellano.
Hasta ahora todo bien. Entonces escuché algo de mi pasado que congeló
la aguja de mi ya sobre-estimulado medidor de ansiedad.
—Jocey… —llamó una voz baja mientras el chico subía las escaleras detrás
de mí—. ¿Jocey, dónde estás?
41
5
Escape
Traducido SOS por LizC
E
l olor a tabaco rancio llenaba la segunda planta. Ambas paredes
en el pasillo estaban chamuscadas, pero una estaba quemada por
completo y parte de los aleros se habían derrumbado. El viento
soplaba en el interior mientras me apresuraba al pasar.
***
El Hermoso Dixon, que tenía siete años, se sentó. Sus pálidos rizos estaban
revueltos de dormir, las sábanas estaban en lo alto hasta su barbilla. Había
preocupación en sus ojos.
***
7Corner Boy/Chico del Rincón: hace un juego de palabras con el nombre Conner a
Corner que significa “esquina” o “rincón.”
42
detalles acerca de los niños de la Casa Seale, y ni siquiera había pensado
en incluir a Corner Boy. La parte que había jugado casi me destruye… él
fue la razón por la que terminé huyendo de la Casa Seale. Sin embargo, no
lo había recordado hasta ahora. ¿Había otras piezas fuera de lugar de mi
pasado que también había olvidado?
Obligué a volver los recuerdos y alcé las estrechas persianas. Cayó un rayo
y el trueno estremeció los cristales. Mis dedos dieron la vuelta al viejo
pestillo de metal, pero entonces me detuve ante el sonido de voces
apagadas en el pasillo. Todavía no estaba segura de si ese chico con la
navaja había dicho realmente mi nombre. ¿Cómo podía saber quién era
yo? Aún más espeluznante, ¿por qué había decidido meterme en este
juego macabro de las escondidas?
El trueno siguió por lo que empujé con más fuerza. ¿Hazel Frey habría
aprendido la verdad acerca de nuestras salidas secretas y colocó clavos
en esta para sellarla? Pero si eso era cierto, entonces ¿por qué la puerta
del guardarropa se había abierto con tanta facilidad? ¿Qué pasa si la
Casa Seale me dejó entrar, pero no quería que me fuera?
43
El frío viento me quitó el aliento. Me tiré al tejado de la misma manera que
Jack, Noah, y yo habíamos hecho docenas de veces. Por supuesto en esas
noches la luna iluminaba por lo general nuestro camino y no había viento
fuerte. Trepé a la cima y caminé cuidadosamente a lo largo, diciéndome a
mí misma no mirar hacia abajo, porque eso era lo que Noah siempre me
había advertido. El viento se remolcaba a mis pies y sacudía el cabello en
mi rostro, pero seguí avanzando hacia adelante, decidida.
Tomé varios tragos de aire, refrescante después del olor a humo y cenizas
húmedas. Mirando hacia atrás, vi la silueta de la forma de un chico, como
un gran mono encorvado, trepando a la cima de la azotea. Se deslizó a
través de las tejas desgastadas sin ninguna dificultad en absoluto. ¿Iba el
loco chico yendo a esa velocidad? Me empujé hacia adelante, tratando
de apresurarme a la cima a pesar de que el viento me hacía temblar las
piernas. Estaba haciendo un buen progreso hacia el lugar familiar donde el
pico se reunía a un segundo voladizo. Justo en ese momento, la punta de
mi zapato se enganchó con un guijarro curvado y me caí hacia adelante,
aterrizando duro.
Los tablones calcinados se rompieron y una parte del techo cedió bajo mis
manos. Grité, agitando los brazos en busca de un asidero a medida que las
tejas y vigas débiles caían con estrépito a la superficie de abajo. Apenas
era capaz de sostenerme, agarré la madera que se desmoronó a lo lejos
como ennegrecidas cerillas. Las fauces oscuras amenazaron con
tragarme. Me aparté del agujero. Si no me hubiera resbalado y golpeado
ese lugar en el techo con las manos, habría dado un paso en él y habría
caído a través del ático al segundo, o incluso al primer piso, de abajo.
44
Muy por debajo había un lamentable tronco de árbol, todo lo que
quedaba del gran abedul.
Antes de que pudiera pensar qué hacer, fui golpeada en la espalda por
algo duro. Girando alrededor vi al chico tirar un guijarro hacia mí como si
fuera un disco volador. Me agaché y me moví hacia un lado. Un tercero
rebotó en mi hombro, escociendo, pero apenas lo noté ya que en ese
momento una ráfaga de viento me levantó de mis pies. Perdí el equilibrio,
caí hacia adelante, y golpeé el techo. De repente estaba deslizándome
por los aleros empinados, disparada hacia la tierra mientras mi mejilla,
mandíbula y manos rozaban la superficie rugosa de las tejas. Se me
desgarró el dobladillo de mi camisa, el techo rasgando mi estómago
también, hasta que mis pies se estrellaron contra la cuneta. Esto me impidió
seguir hasta el borde.
45
pulmones trabajaran de nuevo, finalmente logrando empujar un bulto
doloroso de aire dentro.
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6
El Callejón
Traducido por Areli97
Sus botas golpeaban contra el concreto a mis espaldas, pero eso era todo.
No me maldijeron o gritaron que me detuviera. Nada de eso me habría
dado tanto miedo como esta silenciosa persecución.
47
última vez que estuve aquí. Aunque algunos edificios me eran familiares,
mucho había cambiado lo suficiente para hacerme sentir como una
extraña. Sólo esperaba que mis perseguidores se quedaran sin aliento y se
retiraran.
48
—¿Por qué has vuelto? —dijo una voz chillona.
—Jocelyn —lo corregí—. ¿Cuál eres tú? ¿Martin o Georgie? ¿O tal vez la
pequeña Evie vestida como hombre?
Se acercó hasta que pude ver sus facciones claramente. Mirando más allá
del pesado maquillaje para ojos y los piercing en sus labios y cejas, parecía
haber un manto familiar. Había sido tan pequeño en aquél entonces, un
niño rubio usando un pijama de Spider-Man. Un extraño tipo de tristeza me
sacudió.
—Tú también.
49
—He estado fuera durante un largo tiempo. ¿Cómo sabías que era yo?
Los otros se estaban acercando cada vez más; vacilando ahora a causa
de nuestra conversación.
Ahora que había dejado de correr el frío había empezado a filtrarse en mis
magulladas articulaciones. Me estremecí.
—Tu corazón.
Aunque, tal vez sí lo era. Los otros se estaban acercando, y una sensación
de hundimiento se apoderó de mí, la desconsoladora rendición en una
pesadilla cuando no hay escapatoria. El peor escenario: que no me
50
despierte de este sueño funesto. Georgie arremetió con el cuchillo de
verdad esta vez.
Una de las chicas empezó a gritar. Salté por encima de la valla y me dejé
caer en unos barriles de metal con un doloroso estruendo. Rodando, me
agaché detrás de los barriles y escudriñé a través del revoltijo de cajas de
cartón. En el otro extremo del callejón estaba la silueta de un hombre
iluminada por el resplandor sulfuroso de la farola. No podía ver su rostro o
algo más, pero cuando dio otro disparo los chicos olvidaron a su amigo
caído y se desvanecieron. Mi corazón golpeaba tan rápido que mi
respiración se convirtió en pequeños y aterrorizados jadeos. Por sólo un
momento observé la figura distante del hombre que me había salvado
hasta que desapareció en la esquina.
51
Le di la espalda y huí pasando los contenedores de basura y una furgoneta
de reparto aparcada. Me tropecé una vez, mi rodilla estrellándose contra
el asfalto, pero me levanté, con miedo a detenerme. Corrí ciegamente.
52
7
Acosador
Traducido por Viktoriak
U
na vez que estuve segura de que nadie me observaba, me deslicé
entre las sombras y comencé a correr de nuevo. Sin embargo no pude
mantener el ritmo por mucho tiempo. La fatiga me abrumó y todo lo
que pude hacer entonces fue simplemente caminar. Me movía sin rumbo,
sin saber a dónde me dirigía. Aunque nadie parecía estar siguiéndome,
salté algunas veces debido a las inofensivas formas en la oscuridad. Los
edificios y tiendas se habían convertido en un borrón. La lluvia de tormenta
había pasado, las nubes grises desaparecían en el negro cielo. El frío
continuaba en aumento. Traía puesta una camisa manga larga, pero sin
chaqueta. Me froté los brazos, e hice una mueca por el dolor.
53
Alguien intentó abrir la puerta cerrada, sorprendiéndome. Rápidamente
trabajé en mi cabello, alisándolo con los dedos, pero sin mucho éxito. Al
salir del cuarto de baño, pasé junto a una madre con su niña. En la parte
de atrás de la pizzería me escabullí en una mesa tenuemente iluminada.
Parejas y grupos de familias se dispersaban por todo el lugar, comiendo o
hablando. Envidié tanto sus relaciones, como sus pizzas. También deseé
haber tenido más dinero que sólo menos de dos dólares, dado que ya me
había gastado el efectivo de Noah en el taxi y el acceso a internet.
Recordé haber estado sentada en esta misma mesa, y jugar a soplar papel
con una pajita. Le había dado a Noah en la frente, y todos nos habíamos
reído. Ese día los tres habíamos estado realmente emocionados. Una
empresa local había donado dos computadores a la Casa Seale. No
tenían juegos instalados, sólo los sistemas operativos y algunos programas
básicos de procesamiento de texto. Y por supuesto, a Hazel nunca se le
ocurriría comprar otro software o pagar por acceso a internet, por lo que
no había mucho que pudiéramos hacer con ellos. La mayoría de los otros
niños perdieron rápidamente el interés, pero nosotros habíamos decidido
aprender a programar. Ese día hicimos algo de investigación utilizando el
acceso a internet de la biblioteca, y comprobando un par de libros. Jack y
Noah iban en serio con eso; yo simplemente estaba feliz de estar con ellos.
54
Había un chico fornido, con una camiseta negra con un RIT impreso en
naranja en la parte delantera. Una chica de cabello largo colgaba del
brazo de un chico de gorra de béisbol. La otra era de cabello corto y
castaño, piel bonita, y un bonito maquillaje. Ella hablaba con Noah y
sonreía. Él asentía a lo que ella le decía, y luego al levantar la mirada, sus
ojos se encontraron con los míos.
Noah enarcó una inquisitiva ceja. La chica dejó de hablar para volverse y
seguir la dirección de su mirada. Me estudió, sus ojos perfectamente
delineados y utilizando las mejores pestañas postizas que nunca hubiese
visto. Un par de segundos después sus brillantes labios se apretaron como si
estuviese chupando un limón.
Un brote de cólera me hizo deslizarme del asiento para irme, pero Noah
me cerró el paso. Se sentó a mi lado en la banqueta, obligándome a
retroceder.
—Relájate, ¿quieres?
55
No le respondí, y tampoco hice contacto visual.
—¿Jocelyn?
—No te estoy acosando, Noah. ¿Cómo podría siquiera saber que estarías
aquí esta noche?
—Siempre vengo los miércoles por pizza, algunas veces mis amigos lo
hacen también. Jack sabía eso.
La chica le hizo un ademán a Noah para que regresara. Ella incluso abrió
mucho los ojos de una forma incitadora y murmuró alguna cosa con la
boca.
—Ordenen sin mí —gritó él, ella se dio la vuelta con una rabieta y se sentó.
—¿Quién es ella?
—Sasha.
—¿Están saliendo?
—No todavía.
—No quiero echarte a perder lo que sea que tengas en marcha. Déjame
salir y podrás ir a comer con tus amigos.
—¿Por qué?
56
Me estudió con una expresión que resultaba familiar, y sin embargo, fuera
de lugar en sus rasgos maduros.
—Jack ya no está para cuidar de ti. No le habría gustado que dejara que
algo te sucediera.
Me quedé mirándolo.
—¿Cuándo te volviste tan delicada? Era mucho más fácil pasar el rato
contigo a los doce.
Señaló mi rostro.
—¿Entraste?
57
—Sí.
—Es probable que ni siquiera sea seguro estar allí a causa del fuego.
—¿Estás bien?
Entonces le dije:
—Principalmente porque cuando Jack murió, fue igual que dejar que el
aire escapara de una balsa salvavidas. Sin él, no me quería quedar. Quiero
decir, encontramos nuestro amor por los computadores juntos en primer
lugar, ¿cierto? Los dos estábamos tan emocionados por la programación.
Y luego por cómo ISI se interesó en nosotros. Ahora que él se ha ido, no es
lo mismo.
58
Noah podía ser tan difícil y susceptible algunas veces, pero su lealtad
hacia mi hermano realmente me conmovió.
Unos minutos más tarde la camarera trajo una pizza humeante con capas
de salchichas, jamón y cebollitas glaseadas. Noah excavó en ella,
haciendo arrastrar un pedazo de queso cuando la levantó. Entonces me
miró.
—¿Las palmas de tus manos también están lastimadas? ¿Todo esto de sólo
una caída?
59
—Necesitas conseguir algo para esos arañazos, especialmente el de tu
rostro. Tengo un tubo de gel antibacterial en casa. —No le respondí, por lo
que agregó—: Creo que sería mejor que pasaras otra noche en mi casa.
—No lo hago.
—Vámonos.
Esta vez me senté en el asiento del pasajero, lo que fue mucho más
cómodo que mi último viaje. No hablamos mientras abandonábamos el
centro de la ciudad. Encendió la radio, y yo observaba el oscuro escenario
al pasar. Mis pensamientos danzando en un lento remolino de inquietud.
¿Quién había matado a Georgie? ¿Me había salvado ese hombre del
cuchillo de Georgie, o había disparado y fallado, dándole a Georgie por
accidente? Por encima de todo, ¿qué pasaba con Jack? Mi hermano
había fingido su muerte por una razón, y ahora estaba segura de que algo
grave sucedía.
60
lo que restaba de la noche; me lo reservaría para mañana. En el calor del
auto de Noah, incluso intenté convencerme, de que el miedo por mi viejo
hogar de adopción debió ser simplemente provocado por mis temores de
la infancia.
—Gracias.
61
8
El Trato
Traducido por Zeth Lickstein
E
l camino se retorcía a lo largo como un moño gris blanquecino, en
gran medida el paisaje envuelto en las sombras nocturnas. Nuestra
camioneta traqueteaba mientras conducíamos cerca del borde de
un acantilado. Sobre nosotros, la luna era un orbe desigual y el cielo
brillaba por las estrellas.
Jack era la voz de la razón que lograba mantener los más oscuros miedos
de nuestra madre alejados. Yo sólo era la ingeniosa bufón que se
esforzaba por hacer reír a Melody. Cuando reía, y cuando estaba feliz, era
mejor para todos nosotros.
62
dorsal mientras me sentaba entre el durmiente Jack y la miserable Melody.
Estaba ahora claro que el rojo en el capo no era para nada óxido sino
sangre. El abollado capo estaba manchado con ella, y la mancha se
acercaba a nosotros como dedos que se arrastran. El aire que se precipitó
recogió una gota, la cual golpeó en el parabrisas. Otra siguió, y luego más,
hasta que fue como lluvia roja salpicando el cristal.
***
63
Decidí preocuparme por eso más tarde y me vestí con la misma camiseta
color salvia y los mismos pantalones arrugados. Más que nunca extrañé mi
equipaje y mi auto robado. Había trabajado por meses para ganar el
suficiente dinero para comprar ese Civic algo maltratado, y me pregunté si
lo vería de nuevo alguna vez. Además, ¿qué harían mis padres adoptivos
cuando se enteraran? No había planeado contarles de este viaje al norte
del estado, pero tendría que hacerlo. Estarían enojados de que hubiese
venido aquí yo sola, y decepcionados de mí por mentirles en que iba de
campamento con mis amigos. La decepción de Marilyn y Brent era peor
que ser castigada.
Señaló a la mesa, la cual estaba puesta con platos morados y vasos llenos
con jugo de naranja. Me senté mientras él tomaba los huevos revueltos en
un tazón poco profundo y se acercó a la mesa. Al ver las tiras de tocino en
un plato junto a mí, entendí cual había sido el delicioso olor. El tocino era
otra de las comidas que Melody no nos dejaba comprar. Era la dulce
venganza por burlarse de mi peso, yo podía comer lo que fuese que
quisiera y no me preocupaba por el peso de la manera en que ella lo
hacía.
64
no había mucho del chico que había conocido en Noah. Parecía mucho
más duro. No sólo eso, sino también cuando éramos niños, yo había sido un
poco más alta. Desde que nos habíamos separado, él había crecido y de
hecho me llevaba un par de centímetros. También había llenado su pecho
y brazos, con músculos que no había visto cinco años atrás.
Cuando niños, había dos cosas sobre Noah que siempre me habían
intrigado. La primera era el bajo sonido de su voz, el cual se había
suavizado aún más ahora que era más adulto. Incluso cuando estaba
enojado, el tono de su voz me atraía hacia él. Lo otro eran sus ojos; eran
inteligentes de una manera pensativa, y el color era maravilloso. Los noté el
primer día en la Casa Seale, incluso antes de que bajase al sótano y los tres
nos volviéramos amigos.
Sus ojos eran un tono de café que no era chocolate o café, a menos que
añadieras una gran cantidad de crema a la taza. Pero decir que eran
café claro no los explicaba por completo. Quizás si pudiese escoger una
palabra, diría cálidos. Podría estar enojado o perturbado y frunciendo el
ceño como un vampiro asesino, pero aún así ese color me llamaba en al
menos una docena de maneras diferentes. Nunca había visto a nadie con
ojos como los de Noah.
—Entiendo. Para ti sólo soy un gran problema. Tal vez eso sea todo lo que
siempre fui. La fastidiosa hermana de Jack que se pegaba a ustedes.
—¿Qué?
65
—Ya no eres un fenómeno, ¿cierto? ¿Recuerdas cómo esas chicas de la
escuela se burlaban de ti?
Él asintió.
—Si pudiesen verte ahora, supongo que se quedarían calladas. Eres más
hermosa de lo que cualquiera de ellas haya soñado jamás.
—Sí.
—Así que cuando te digo que regreses a casa y afrontes tu dolor, puedes
ver que estoy siendo honesto.
—Escucha Noah, apreció que me tuvieses aquí dos noches y que hicieras
este desayuno. Pero necesito seguir buscando a Jack.
66
—No es de mi estilo.
—Cálmate.
—No.
—Hay sólo tres personas que saben ese nombre: tú, Jack y yo. —Sacando
el sobre de mi bolsillo, lo arrojé en la mesa—. Mira los hechos, ¿quieres?
Tiene una estampilla de Watertown, enviada a mí en Troy. Es por eso que
dejé todo para venir hasta aquí. ¿Qué más podía hacer? Tenía que
intentarlo y asegurarme de que sigue con vida.
—No lo está. Leí una copia del reporte de la policía que ISI obtuvo de la
policía.
67
—Tal vez está en serios problema y por eso no puedo contactarnos de
manera directa. Me envió ese sobre por alguna razón. Tengo que descubrir
por qué.
Noah parecía seguir mis puntos, uniendo los hechos. Tomó el sobre y
examinó la estampilla. Casi contuve mi aliento, esperando con muchas
ganas de que aceptara lo que estaba diciéndole.
—¿Qué escondite?
—Esto no.
68
toque me sorprendió. Por un par de eléctricos segundos miró directamente
en mis ojos y ninguno de los dos dijo nada.
—Seguro.
69
9
La Casa Seale
Traducido por carmen170796
S
ólo para que sepas. Creo que es un error no llevar con nosotros
un arma —dije mientras que Noah aparcaba su Jeep Cherokee
— en frente de la Casa Seale.
La primera de estos tres había sido Angry Beth, la niña más grande en el
hogar adoptivo. Ni siquiera podía recordar cuántas veces había tratado
de hablar con ella, terminando siendo conversaciones unilaterales de las
cuales no estaba segura que siquiera escuchó. Ella era como una tetera
cocinándose a fuego lento a punto de chillar, y queriendo
desesperadamente herir a alguien. Todos estuvimos aliviados cuando
finalmente decidió empezar a lastimarse a sí misma en lugar de nosotros.
70
Corner Boy, al que más había temido, y a quien había olvidado hasta ayer.
Ahora pensando sobre eso, admití que había un montón de razones para
tratar y olvidarlo. Y el niño por el cual había estado tan asustada había sido
Dixon de siete años, un hermoso pero lastimado niño que me seguía como
un cachorro perdido. Sabía que uno de ellos, estaba muerto. Los otros dos
se habían esfumado de mi vida, en la miserable y nevada noche que
escapé.
—Lo sé. ¿Quieres que lleve el destornillador por ti, dado que llevas esa
enorme linterna?
—Sí.
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—Ya que estás siendo tan cobarde, Jocey, demos un vistazo primero.
—No hay nada peligroso aquí abajo, a menos que cuentes los hongos
venenosos que están creciendo en la sucia parte trasera de aquí.
Finalmente la tabla cedió, y él apuntó la luz dentro para que así pudiera
ver.
—Uh-huh.
72
—Así que encontraste un viejo contenedor. Eso no prueba nada.
—¡No de nuevo!
—Apaga la luz.
Escapándome del agarre de Noah, corrí más allá de él y por arriba en las
escaleras, buscando a tientas la manija. Empecé a golpear la puerta pero
la repentina luz de la linterna de Noah me detuvo. Él me dio la vuelta para
enfrentarlo, y en la iluminación de la luz sus facciones parecían estiradas,
recordándome a su fase de vampiro.
73
Él se agachó y tomó el destornillador.
—Sostén la linterna.
—¡Oh, vamos!
Hazel Frey dirigía la Casa Seale como una comandante militar. Los cartillas
decretaban cada tarea. Enumeraban todos nuestros quehaceres rotativos,
turnos para hacer tareas, lo que comíamos, e incluso en cuánto tiempo
nos teníamos que bañar. Que el cielo ayudara al niño que leyera mal la
74
cartilla o lo estropeara. Y aunque los trabajadores sociales la elogiaban por
tal organización, estoy segura de que no sabían cuán rápidos y crueles
podían ser sus castigos. Para Hazel, la crianza de niños adoptivos era un
ingreso y nada más. No creo que haya tenido una sola gota de
amabilidad en su precaria alma. Sin embargo, montaba un buen
espectáculo para los trabajadores sociales, dado que nunca parecían
entender la verdadera razón por la cual trabajábamos tan duro en los
macizos de flores o paladeábamos la nieve.
***
Era una húmeda noche de verano y a algunas de las chicas más grandes
se nos había permitido dormir en el porche en la parte trasera de la casa.
Había estado durmiendo tan profundamente que fue como salir nadando
desde el fondo de una turbia piscina. Su respiración en mi cara olía mal.
Sabía que nunca se cepillaba los dientes, sólo pretendía hacerlo cuando
Hazel revisaba a los chicos durante su ritual nocturno.
Un rayo de luna se asomó bajo los aleros. Sus rayos cubrieron los otros
cuerpos dormidos con una luz acuosa pero no disipó las sombras del rostro
de Conner. Ninguna brisa agitó el aire, y excepto por los distantes grillos, la
noche estaba calmada.
75
Se lanzó sobre mí con sus manos en alto, sus largas y sucias uñas
clavándose en mi cara.
***
76
Pensé que aun olía el dulce hedor de la marihuana y me pregunté si Hazel
había sido la que había empezado el fuego al quedarse dormida con el
humo de la marihuana. ¿Por qué la Casa Seale me había traído a esta
habitación que había sido un lugar prohibido durante mi niñez? Entonces,
antes de que siquiera se me pudiera ocurrir una teoría, hubo un chirrido
detrás de mí.
77
—Tu rostro está sangrando —señaló.
—¿Lo está?
—Es sólo un rasguño, pero puedo sacarte un ojo con mi cadena. ¿Me
crees?
—No. Ella debe haber sido a la que escuchamos, porque revisé en todas
partes. La casa está vacía. ¿Por qué estás en la habitación de Hazel?
78
—Primero abre la caja.
79
10
El Mensaje
Traducido por Aylinachan
I
nsistí en que abandonáramos la Casa Seale antes de abrir el sobre,
no explicando que tenía miedo de ser transportada al sótano o al
tejado en contra de mi voluntad. Nos dirigimos a su Jeep y nos
sentamos en el interior, al abrigo del viento. Puse la maltrecha caja
metálica en el suelo y me quedé mirando el sobre marrón por un par de
segundos.
Noah tomó los papeles, examinando cada uno de ellos. No dijo nada,
simplemente los giró cada uno y se quedó mirando el escrito con la boca
formando una sombría línea. Sabía que estaba luchando por aceptar la
evidente verdad: Jack nos había dejado esa pista, lo que significaba que
todavía debía estar vivo.
80
Noah me devolvió los papeles.
—Sé que tienes ahora en la cabeza eso de que Jack está vivo, pero hay
que reflexionarlo, Jocelyn. Podría haber escondido esa caja en las
escaleras hace mucho tiempo. Tal vez meses, o incluso años atrás.
—¿Qué?
81
—Gracias por tu ayuda.
—Cierra la puerta.
—¿Por qué?
—Ha sido muy duro. Pienso en mi hermano todo el tiempo. Cada mañana
me despierto y siento como si una tonelada de ladrillos estuviera
aplastándome el corazón. Y entonces, vino el sobre.
—Lo sé.
82
Entendí lo que quería decir, aliviada por lo menos al ver su lado humano
una vez más. Cerré la puerta.
—Un amigo mío programador lo hizo y me permitió tener una copia. Es una
herramienta de descifrado muy buena. Sin embargo, esto podría llevar un
tiempo.
Tomé los papeles del escáner y me senté en una mesa de trabajo al lado
del escritorio. Cuando tomé un cuaderno y un lápiz, Noah se empujó en
una silla de oficina con ruedas.
—Sólo estoy jugueteando. ¿Te acuerdas de la búsqueda del tesoro que los
dos hicieron en nuestro decimo tercer cumpleaños?
—No lo sabía.
83
cumplimos trece años el año que nos alojamos en la Casa Seale. Le regalé
a Jack un libro de problemas de lógica, su tipo de rompecabezas favorito.
Pero eso no fue nada comparado a la búsqueda que me enviaron en
cambio. ¿Te acuerdas?
84
Inmediatamente escribí dos nuevas listas de fragmentos de palabras que
comenzaban con letras mayúsculas y minúsculas. Nada tenía sentido.
Después las agrupé en función de la dirección en que fueron escritas. Una
vez más, nada. Trabajé mediante diversas variantes, y también las leí al
revés. Todo lo que obtuve fue galimatías. Pasó más de una hora y Noah se
fue para hacer el almuerzo mientras yo seguí trabajando. Estaba
empezando a tener dolor de cabeza, pero no podía dejarlo para ir a
buscar un ibuprofeno.
—¿Para qué? ¿Sólo para llevarme a un callejón sin salida? Jack no lo haría.
Él siempre tenía un propósito para lo que hacía. Hay un mensaje en
alguna parte. Sólo tengo que averiguarlo.
85
—¿Qué estás haciendo? —Fui en busca del papel, pero él lo retiró.
—En nuestra escuela pasábamos notas así, ¿cierto? Excepto, por supuesto,
que generalmente poníamos el mensaje en el interior. Hazlo en esta otra
hoja de papel si te acuerdas de cómo era. Que sea igual que esta. Tenías
razón cuando dijiste que Jack no dejaría un código que pudiera ser
descifrado por un programa. Se había asegurado de que tú tuvieras todo
lo necesario para averiguarlo por tu cuenta. Yo mismo debería haberme
sacado de la ecuación.
86
Completó la estrella y los dos la miramos con decepción. Las letras que
aún eran visibles no tenían sentido.
Sonrió presumidamente.
—Ahí está. —Le dio la vuelta para que yo pudiera leer la inscripción.
Cada arista del papel formaba media palabra, y ahora que estaba puesta
junta se formaron cuatro palabras que me llamaron la atención:
—¡La Peace Tower10! Ahí es donde nos dirigimos durante nuestra excursión
de campo, ¿verdad? Cualquiera que esté en la clase de francés del señor
Montchaude tiene que ir.
Noah dijo:
87
—¿Y hacer qué, exactamente? ¿Encontrar a Jack? ¿Piensas que ha
estado sentado en un banco todo este tiempo? ¿Simplemente
merodeando, esperando a que descifráramos esta clave y nos
presentemos?
—¿Tienes pasaporte?
—Sí, pero ¿qué hay de ti? No te permitirán cruzar la frontera sin uno.
—Esto me deja cruzar cualquier frontera de los EEUU. Mis padres adoptivos
me lo compraron hicieron conseguir un par de meses atrás para que así
pudiéramos visitar las Cataratas del Niágara.
—Sí. Y tú, por supuesto, me vas a conducir hasta allí. Estás tan interesado
de ver hacia donde lleva esto como lo estoy yo. Piensa en ello como una
divertida excursión.
—¡Mira esto!
88
—¿Cuál es el Hall de Olbil? —preguntó—. Nunca he oído hablar de eso.
—No quise.
Me quedé mirándolo.
—Ah, claro, debido a todos esos libros que te la pasabas leyendo. Sin
embargo, eso no sucedió. En su lugar, terminaste viviendo en Nueva York,
89
al igual que yo. La vida nunca resulta de la forma en que crees que irá
cuando eres un niño pequeño.
90
11
La Torre
Traducido por alexiacullen
L
os tres chicos cucarachas parecían fuera de lugar bajo el foco
azulado del Ford Focus que estaban conduciendo. No es que
deberían estar conduciendo en absoluto; probablemente eran
menores de edad. No tuve mucho tiempo para pensar sobre esto porque
otra roca se estrelló contra el parabrisas, dejando una esquila del tamaño
de un cuarto. Noah frenó. Tuve una fugaz visión de dos chicos con el
cabello negro colgando de las ventanas laterales, los cañones de goma
de sus tirachinas ondeando en el aire. Sonreían como demonios y nos
hicieron gestos obscenos mientras su auto aceleraba alejándose de
nosotros.
—En la Casa Seale esta mañana, me imaginé que esa chica que se reveló
fue una casualidad. ¿Pero otro ataque ahora? ¿Por qué tengo la
sensación de que hay más de esos chicos intentando sacarte del mapa
que una simple coincidencia?
91
—Me encontré con ellos anoche cuando estaba mirando alrededor, ¿de
acuerdo? Fueron quienes hicieron una fogata en la habitación de
enfrente. Pensé que podrían haber empezado el primer incendio también,
pero no estoy segura.
—No me digas.
—Intentó apuñalarme.
—¡Muy bien! Me lo inventé todo, junto con esos chicos tirando piedras
hacia tu parabrisas.
Noah no dijo nada durante un rato mientras nos dirigíamos a lo largo del
camino, yo sentada en el asiento del pasajero con mis brazos cruzados y él
mirando a la carretera. Hice como que no me importaba.
92
Metió un CD en el reproductor y dejamos que la música nos separara. Mis
pensamientos iban a la deriva entre la escuela y las clases de Inglés de la
señorita Chen. Ya había conseguido una prórroga para indagar en mi
ensayo sobre Mary Shelley. Se suponía que debía terminar de escribirlo
durante las vacaciones de primavera y enviárselo a ella antes del lunes,
pero el borrador todavía estaba en mi computador portátil. El cual estaba
en mi auto. El cual había desaparecido.
Decidí no pensar sobre ello ya que no había nada que pudiera hacer. En
cambio escuché la música de Noah, dándome cuenta de los similares que
sus gustos eran de los de Jack.
—¿Dónde estamos?
Conduciendo en Ottawa, Noah tuvo que seguir pisando los frenos porque
un pequeño autobús delante de nosotros estaba deteniéndose por
93
pasajeros. Conduciendo por la lenta vía de parada y marcha del tráfico,
hicimos nuestro camino hacia los masivos edificios gubernamentales en el
corazón de la capital de Canadá. Miré por las ventanas a las imponentes
estructuras que estaban talladas en piedra. Muchos de los tejados de
cobre estaban verdes por la edad, del mismo tono que la Estatua de la
Libertad. Pensé que el Parlamento y el Centre Block se parecían más a un
castillo inglés que a oficinas gubernamentales.
Nos dirigimos por la acera, pasando dos automóviles de policía con rayas
rojas y azules. PRMC, recordé que significaba Policía Real Montada de
Canadá. Un minuto más tarde pasamos a través de una amplia puerta de
hierro forjado alrededor de la Llama del Centenario, donde ardía una
llama eterna en el centro del agua fluyendo. Acercándome a la torre
levanté la mirada, estudiando las imponentes esculturas. Las gárgolas me
devolvían la mirada.
94
Entramos por la puerta de los visitantes que estaba en la esquina de la
entrada principal dentro del edificio del Parlamento. Después de esperar
en la fila, llegamos a la zona vigilada. Era parecida a la vigilancia del
aeropuerto. Tuvimos que vaciar las cosas de nuestros bolsillos en los
contenedores de plástico, enviar nuestros zapatos y todo lo que
llevábamos más allá de un escáner de rayos X, y caminamos a través de
una puerta de detección. Luego nos dirigimos hacia dos tramos de
escalones de piedra. Pasamos por el centro de la corte, la cual estaba
llena de esculturas impresionantes, mamposterías y vidrieras.
La torre era mucho más alta que cualquier otro edificio en el área y daba
una gran vista de Ottawa y la Colina del Parlamento. Desde la plataforma
de observación había cinco puntos de vista, incluyendo uno que se veía
en los techos de cobre del Centre Block. Sin embargo, sólo un punto de
vista me interesaba, y era una de las ventanas que daban al noroeste. Nos
acercamos y miramos hacia afuera.
—¿Cómo lo sabes?
—Nos alojamos allí durante unos pocos días antes de que volviéramos al
otro lado de la frontera y termináramos en la Casa Seale.
95
Desde así de lejos todo parecía tan pequeño e insignificante, sin embargo,
uno de mis recuerdos más dolorosos provenían de ese lugar. No quería
explicar esto a Noah.
—No puedo ver el por qué. Fue hace mucho tiempo y estuvimos allí sólo un
par de días. No recuerdo la dirección y no sabría dónde buscar.
***
Nessa rió.
Las otras dos, Tabby y Genna se unieron con burlas a sus comentarios. Me
giré para mirar hacia abajo a las cuatro chicas menudas con sus cabellos
largos y sombras de ojos brillantes.
Unos cuantos de los chicos se rieron, incluyendo a Jack y Noah. Los ojos de
Nessa se estrecharon.
—No.
—No creo que lo hagas nunca. De hecho, creo que eres sólo un chico que
se viste como una chica.
—Al menos no soy una chica que se viste como una puta.
96
Indignada, Nessa osciló su bolso hacia mí, pero Noah la detuvo y lo
bloqueó con su brazo en un movimiento impresionante. El rostro de ella se
puso rojo y fue contra su cabeza. Él tomó el bolso de ella y lo envió
deslizándose a través del suelo de la plataforma de observación. A lo largo
del camino se dispersaron barras de labios, tampones y un peine. Con un
grito, le llamó por varios nombres obscenos y luego se largó corriendo.
***
—Sí. Sólo una de las muchas veces que tuve que intervenir porque tu boca
te metió en problemas. ¿Crees que estar aquí tiene algo que ver con eso?
—No sé.
97
Miré a la izquierda y luego a la derecha, tan lejos como el cristal me
dejaba ver. No había nada especial en ninguna dirección. Me aparté de
la vista y miré alrededor de la plataforma de observación. Mis ojos
buscaban en el área circundante, con la esperanza de una pista, pero no
estaba escondida en ningún lugar. Finalmente tomé el papel en forma de
estrella del sobre.
—Podría ser.
98
—¿Sabes dónde está la sala que podría ser?
99
12
Flowers
Traducido por Lore_Mejia
Q
ué sucede? —preguntó Noah—. Te ves alterada.
100
—Estoy bien. Sólo me puse un poco claustrofóbica.
—¿Claustrofóbica?
—Como estamos buscando una fecha —dijo Noah—. Creo que éste sería
un buen lugar para empezar.
Noah susurró.
—De los números que Jack nos dejó, no creo que el primer 7 signifique
Julio, creo que se refiere al séptimo libro.
Asintiendo estando de acuerdo con él, lo seguí pasando por el lado de dos
ancianas hacia el segundo cajón contando desde la derecha.
101
—Y menciona a todas las personas que sirvieron en actividades en tiempos
de paz.
Recordando fragmentos del discurso del guía turístico durante nuestro viaje
de campo, sabía que las páginas eran más obras de arte que páginas de
un libro. El nombre de los fallecidos estaban impresos en caligrafía
estilizada y las páginas estaban decoradas con iluminaciones heráldicas y
hermosas acuarelas. Mirando a través del vidrio, vimos que el libro estaba
abierto en una página que listaba los fallecidos en 1956.
—Muy bien. —Se puso los guantes como un doctor alistándose para una
cirugía—. ¿Un familiar?
102
importante encontrar a mi hermano. El peligro en él que estaba parecía
más serio que nunca.
Stuart sacó una llave de cobre de su bolsillo del pecho, abrió la vitrina y
levantó la tapa de vidrio.
—¡Ja! —dijo Stuart triunfante, luego miró a su alrededor y bajó la voz como
si estuviera apenado porque se le había olvidado estar tranquilo—.
Theodore Gregory Hall, 1970. ¿Éste es el que buscan?
—Entonces les daré un momento a solas. —Miró hacia una pareja de edad
media que acababa de entrar a la recámara.
—Pero, ¿por qué este nombre? ¿”Theodore Hall” significa algo para ti?
—No, pero el nombre que está justo encima sí. ¿Recuerdas la salida de
campo? La última vez que estuvimos aquí, los tres nos detuvimos a mirar
este libro y estaba abierto en ésta página. Vimos ese nombre.
103
—Oh, cierto… espera un segundo. ¿Tenía algo que ver con Watertown?
¿Cómo la Avenida Flower?
—¡La biblioteca!
—Jack preguntó si este era el nombre del hombre por el cual la librería se
llamaba así. Pero el señor Montclaude le explicó que era otra persona. Un
gobernador, creo.
—Eso es.
—¿Qué pasa?
—Estás bromeando.
—No.
—¡No me digas que Jack nos mandó de viaje todo camino a Canadá sólo
para hacernos volver a Nueva York!
Del otro lado de la habitación Stuart nos lanzó una mirada ansiosa.
—Shh —le susurré, acercándome a Noah—. Por supuesto que eso es lo que
ha hecho. ¿No recuerdas que sus pistas siempre nos llevaban a ir y volver?
104
—Encontrar un libro escrito por alguien llamado Theodore Hall, por
supuesto.
Noah volvió a poner mala cara, sus labios formaban una línea recta.
Tomó mi brazo y me llevó hacia las escaleras. Miré como sus dedos
cómodamente se dirigieron a mi muñeca y luego envolvieron mi mano.
Aunque Noah parecía no darse cuenta de su casual caricia, no pude
evitar pensar en cómo la Jocey de doce años hubiera estado encantada.
Nos dirigimos hacia las puertas principales del edificio del Parlamento y
pasamos junto a una multitud de monjes tibetanos en togas naranjas.
Mientras salíamos por las puertas, Noah miró a nuestros dedos enlazados y
se vio casi sorprendido.
Pasamos por tiendas y cafés. Banderas rojas con blancos y una hoja de
maple ondeaban en balcones y astas, los autos se movían por la
abarrotada calle mientras los conductores buscaban un lugar donde
aparcar. Todo tipo de compradores y turistas pasaron a nuestro lado. Un
hombre de piel oscura que llevaba un sombrero y un traje hecho
completamente de correderas obtuvo una mirada nerviosa de una mujer
que llevaba un traje de negocios hecho a la medida. Escuchamos una
gaita; a la distancia estaba un sujeto con una falda escocesa y todo un
atuendo escocés. La gente se detenía a verlo tocar y dejaba dinero en su
tarro de cobre.
Una vez que llegamos al Jeep, nos tomó otra hora salir de Ottawa. Noah
estuvo enfurruñado todo el camino de vuelta a Watertown, y no podía
culparlo. Jack siempre se había dejado envolver haciendo pistas
extravagantes para sus juegos del tesoro, pero esto era extremo. ¿Por qué
105
mi hermano tenía que hacer que todas las pistas fueran tan difíciles y
enrevesadas? Aun así, no imposibles. Jamás las hacia imposibles.
El sonido de la radio.
Su grito de terror.
***
106
Noah no respondió.
Salimos del Jeep, agarrotados por el largo viaje, y subimos las escaleras.
Una placa en la puerta doble mostraba las horas.
—Eso veo.
107
—Jack no pondría una pista en cualquier viejo libro, especialmente no en
uno sobre entrenamiento de perros o pérdida de peso.
Bajando por la lista vi el nombre Greg Hall e hice clic en él. Tres libros de no
ficción aparecieron:
* Programación Neuro-lingüística.
—¡Sí! ¿Y qué hay del último? Tiene las mismas tres letras que la pista de la
parte de atrás de la estrella: R C R. ¡Estoy segura de que ése es!
—Chica inteligente.
108
13
Condolencias
Traducido por IreneRainbow
E
l hombre de pie detrás de nosotros estaba en sus veinte años, y por
alguna razón que no podía explicar sentí un incremento de
ansiedad. Él bajó la vista hacia nosotros y me puse de pie
instintivamente, queriendo estar al mismo nivel que él.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Noah. No fue hasta que él habló,
que me di cuenta que también se había puesto de pie.
—Nuestro jefe quería que viniera a verte, pero eres un tipo difícil de
rastrear. —Girándose hacia mí, se presentó y me ofreció su mano—. Soy
Zachary Saulto.
Noah se movió para quedar ligeramente por delante de mí, y Saulto dejó
caer su mano, pero su sonrisa de autosuficiencia permaneció.
109
—Dile a Sam que no tengo nada que decir. Pensé que había quedado
claro la última vez que hablamos.
—Puede que no quieras hablar con nosotros, pero quizás Jocelyn lo haga.
Entonces, ¿qué te trajo a Watertown?
—Gracias.
—¿No quieres oír lo que tengo que decirte? —le preguntó Saulto.
—Demándenme, entonces.
110
Saulto sonrió de nuevo y se apartó.
—Lo siento, no quise decir nada con ello. Fue un placer conocerte. Jack no
habló mucho sobre ti, pero desearía que lo hubiera hecho.
Una campana sonó, y una voz femenina anunció por el altavoz que la
biblioteca estaba cerrando. Noah me alejó de Zachary Saulto. Él no nos
siguió, pero volteando a ver comprobé que nos seguía observando.
—No. No lo tenemos.
—La biblioteca abre a las diez. Te prometo que lo primero que haré
mañana será traerte.
111
De repente, su consejo sobre la pista de Jack sólo siendo para que yo la
encontrara tuvo sentido. Así que cedí, y caminé con él a través de las
puertas de cristal.
112
14
Conversación
Traducido por Viktoriak
C
ompramos comida china para llevar, y para el momento en el que
estuvimos de vuelta en casa de Noah, ya era tarde. Nos sentamos en
la mesa de la cocina, sirviendo la comida en nuestros platos. Estaba
cansada, todos mis antiguos dolores, y los de ayer, comenzaron a emerger.
Metí mi rollo de huevo en la mostaza caliente, pensando en cuánto nos
había encantado a los tres la comida china. Y recordé la comida que,
Jack y Noah, prepararon en la víspera de Año Nuevo, y de cómo nos
habíamos reído de la manera tan torpe en la que Jack usaba sus nuevos
palillos. El recuerdo debería haber sido agradable, en cambio comenzó a
desarrollarse un estado de ánimo melancólico dentro de mí.
113
debía, de alguna extraña manera. Fuiste quién siempre cuidó de nosotros.
Quién mantuvo la Casa Seale en marcha.
—La última vez que estuvimos juntos, él me dijo que eras su mejor amigo.
—No, por supuesto que no. Jack simplemente dejó claro que hablar de ti,
más que en pasado lejano, estaba fuera de límites. Él no quería hablar de
tu vida actual o lo que estabas haciendo. No sé exactamente por qué. En
cierto modo me imaginé que estaba siendo protector. Tal vez pensó que
seguía estando molesto por la forma en que te fuiste de la Casa Seale. No
fue sino hasta hace unas semanas que empezó a ser más abierto cuando
preguntaba por ti.
114
—Jack me contó acerca de todo el movimiento de ustedes dos. Acerca
de tu madre y cómo eran las cosas. No fue difícil de entender por qué
ustedes dos terminaron en el sistema.
—¿Y qué hay de ti? ¿Finalmente le contaste a Jack por qué fuiste enviado
a la Casa Seale? Solías insistir en que tu padre era el Conde Drácula y que
se vio forzado a dejarte atrás porque el Profesor Van Helsing lo quemó
gravemente con una cruz.
—Eso era porque la verdad no era tan interesante. Mi madre era una
drogadicta, cuyo proveedor la dejó embarazada. Ella realmente no me
quería. Supongo que en aquel entonces parecía menos perjudicial
inventar una historia en lugar de decir la verdad.
—Claro.
—No lo sé.
—¿Pero por qué dejaste de trabajar para ellos? Y no me digas que sólo fue
porque Jack murió.
115
—Entiendes el trabajo que hacía para ellos, ¿cierto? En su mayor parte
personalizaba el programa de seguridad que ya habíamos escrito.
—Si no le dicen a sus clientes, lo es. Supongo que ISI no quiere que nadie lo
sepa, o podrían ser demandados de una forma bastante fea.
—No lo sé.
—No hay manera de saberlo. Pero cuando murió, todo el asunto me puso
nervioso. Decidí que era hora de dejar de programar para ellos.
116
—Era Don Iverson. Es un detective de la policía y algo parecido a un amigo
mío.
117
negaban a encajar, creyendo que si pudiera descubrir el “por qué” de
todo esto, entonces entendería todo lo demás.
En mi sueño la mujer era realmente vieja, su piel tan clara y fina como el
pergamino. Mechones de cabello blanco descansaban sobre su frente y
sienes, y llevaba una cruz de plata contra una blusa de color púrpura. A
medida que nos quedamos mirando la una a la otra, un dolor profundo me
embargó, y sin embargo, instintivamente supe que ella no era la causa de
ese dolor. Quizá era sólo una testigo.
—Jocelyn, despierta.
118
durante unos segundos me había parecido tan real, que sólo aumentó mi
confusión.
Aparté las mantas y me abalancé hacia la puerta. Una forma oscura voló
hacia mí desde las sombras y me estampó de vuelta sobre la cama. Lo
golpeé, pero un golpe de su puño hizo dar vueltas mi cabeza, y en
cuestión de segundos me estaba presionando bajo su peso. Una mano
retorcía mi cabello con crueldad clavando mi cabeza contra el colchón,
la otra me apretaba la garganta en un doloroso agarre.
Su rostro sombrío estaba justo sobre el mío. A medida que sus dedos se
cerraban sobre mi ya mallugada garganta, su voz rugió:
119
15
Estamos Acercándonos
Traducido por Nanndadu
120
Dejé la habitación, más estable en mis pies para entonces, y me encontré
con Noah en la puerta de enfrente. Él entró y la cerró; estaba sin aliento.
—No. Estoy bien. —Mi voz estaba ronca, y debido a su mirada preocupada
caminé al espejo más cercano. Él encendió una lámpara y me quedé sin
aliento. La carne de mi garganta era un desastre: quemada y pelada.
Él parecía incomodo.
Se hizo evidente que Noah estaba más preocupado sobre lo que ISI podría
estar haciendo de lo que él había dado a entender. Agregó:
—Por supuesto, no tenía idea de que eras tú. Jack nunca me envió por
correo electrónico una foto tuya reciente, incluso aunque se la pedí.
121
Me gustó el hecho de que él le hubiese pedido a Jack una foto de mí. ¿Por
qué mi estúpido hermano fue tan sobreprotector? No le habría hecho
daño enviarle a Noah mi foto de último año.
—Ese tipo seguía diciendo la misma cosa una y otra vez: “Dime dónde está
eso.” ¿Decirle dónde está qué, Noah? ¿Qué quería?
—¿Viste su rostro?
—Gracias.
—No. Este tipo no era calvo. Tenía el cabello más largo. Eso es todo lo que
noté, excepto que tenía aliento a ajo. No ayuda mucho, ¿no?
—Un poco. No tanto como debería, supongo. —No agregué que esto me
asustaba aun más, ya que sabía que la ausencia de dolor en una
quemadura significaba que era seria.
122
Usando la esquina de la toalla húmeda, Noah limpió cuidadosamente mi
garganta. Sus dedos removieron delgados y quemados trozos de piel y se
inclinó un poco más, su rostro cerca del mío. Lo estudié. Noah había
desarrollado las características magras que una vez lo habían hecho
parecer desgarbado. Ahora tenía un aspecto afilado que era irresistible,
especialmente con la oscura barba incipiente en su barbilla y mandíbula.
El chico que había conocido ni siquiera tenía la necesidad de afeitarse. A
pesar de que había estado enamorada en secreto de él en ese entonces,
ahora se había vuelto mucho más maduro y masculino de lo que nunca
podría haber imaginado.
Sentado en su sofá de esa forma, con sus dedos tocando con suavidad mi
cuello, fue extrañamente sensual; excepto por el pequeño y desagradable
recordatorio de cómo un par de días atrás esos mismos dedos me habían
estrangulado peor que el espantoso tipo de esta noche. Justo entonces no
quería pensar en eso, en lugar de ello me concentré en sus ojos marrones.
Por un par de segundos incluso fantaseé con él empujándome en sus
brazos y sosteniéndome de la forma en la que siempre había soñado.
¿Cómo sería presionar mi boca contra la suya? ¿Se sorprendería si lo
besaba?
—¿Es grave?
—¿Qué?
123
Me guió hasta el sofá y me deslicé debajo de la manta, moviendo mis
piernas por debajo de mí. Noah fue a su baño, luego volvió y se sentó a mi
lado en el sofá. Desenroscó la tapa de un tubo de ungüento para
quemaduras.
Me senté.
—¿Lo estaré, Noah? Todos estos años he estado trabajando muy duro para
convencerme de que las alocadas cosas en la Casa Seale no eran nada.
Tal vez sólo mi hiperactiva imaginación. Crecí y comencé a vivir en el
mundo real donde la lógica domina todo. La lógica establece límites, y me
gusta eso. Pero ahora es como si tuviera doce años de nuevo y no tuviera
ningún control de mi vida. Están sucediendo cosas que no puedo explicar.
Dije—: Dime algo. ¿No crees que haya una posibilidad de que Corner Boy
todavía esté vivo?
124
―Jocey, parece que ese tipo se quemó peor que tú. ¿Hay alguna forma
en la que podrías haber enviado ese calor hacia él para protegerte?
—¿Te refieres a súper poderes o algo así? Eso sería bueno. ¿Crees que voy
a desarrollar visión de rayos x después?
—Está bien, fue una pregunta tonta. Supongo que si pudieras hacer esa
clase de cosas, me lo habrías hecho en el garaje.
Haciendo una pausa, pensé sobre el extraño sueño que había tenido antes
de ser atacada. Noah debió haber notado algo en mi expresión.
—¿Qué es?
—No es tan malo como tu teoría de los súper poderes, ¿no es así?
Él sacudió su cabeza.
—Entonces me estoy quedando sin ideas. ¿Por qué ese tipo seguía
preguntándome dónde está “eso”? No tengo ninguna idea de qué puede
ser “eso.”
125
—Sí, y ya he cumplido mi cuota. Además, esto no es sólo otra cosa extraña
al azar. Pienso que todo está relacionado.
—Yo también.
—No, pero lo que sucedió esta noche prueba que necesito encontrarlo. El
hecho de que las cosas se estén poniendo escalofriantes significa que
estamos acercándonos.
126
16
Ponerse Al Día
Traducido por Lorenaa
N
oah recuperó mi almohada y me dio un manta extra para que así
pudiera dormir en el sofá… ambos estábamos renuentes a que yo
pasara el resto de la noche en la otra habitación. A pesar de mis
protestas él también se echó sobre el reclinable cercano. Excepto por la
lámpara de la esquina el resto de las luces del salón estaban apagadas.
Estaba lo suficientemente oscuro para dormir pero suficientemente
iluminado para ver todavía.
―Estás llorando.
127
Sentándome, miré al reloj junto al espejo. Eran cerca de las cuatro.
―¿Qué pasa?
―Un rato, sí. Es en las primeras horas de la mañana como ahora, cuando
no puedo dormir, que más extraño a Jack.
―Lo extraño todo el tiempo. ―Lo dije tan suave que no estaba segura de
que él me hubiera escuchado.
―Sí, lo sé. Es extraña la manera en que la vida gira. ¿Piensas que fue el
destino el que nos puso a los tres juntos?
―Supongo que tienes razón. No creo que fuera el destino el que nos puso
en el programa de adopción. Sólo los inútiles padres a quienes nunca les
debieron permitir llevarse a sus bebés del hospital a casa.
128
―Tienes razón. De lo que Jack me contó de tu madre, estoy algo
sorprendido de que no los hubiera abandonado a la primera oportunidad.
―Yo tampoco. Pero Melody tuvo una infancia horrible. Creció entre
pobreza y abusos en una sucia granja de Nebraska.
Estos días, siempre que pensaba en mi madre, lo que era casi nunca, tenía
siempre este pequeño nudo de odio envuelto en alivio de que estuviera
muerta y fuera de mi vida para siempre.
―Una vez le pregunté a Jack por qué eras tan delicada acerca de
maldecir ―dijo Noah―. Él me dijo que era por todos los novios de mala vida
de tu madre. Odiabas su mal lenguaje. ¿Es verdad?
129
―Sí. Detestaba a los idiotas descerebrados de los que Melody siempre se
enamoraba. La detestaba a ella, también, y todo lo que hizo. Mi principal
objetivo en la vida fue asegurarme que nunca acabara como ella.
―Soy virgen, si, aunque no estoy segura por qué tengo que avergonzarme
de eso. Esos patanes que se citaban con mi madre, sólo se preocupaban
por una cosa. Después que crecí y vi la misma reacción patética de los
chicos, fue una gran decepción.
―No todos, no. He salido con algunos chicos agradables. Aunque si las
cosas se ponían serias, lo terminaba. No quería involucrar a algún pobre
chico en todas las cosas que estoy acarreando.
130
―Estoy avergonzada, por supuesto. Admitir que mi madre fue la zorra más
grande del mundo y que nunca supe quién es mi padre, es humillante. No
animaría exactamente a ningún chico de mi instituto a pedirme una
segunda cita.
―¿Fue culpa de Angry Beth que sus hermanos mayores se metieran con
ella? ¿O la de Dixon, que su madre lo abandonara en un sucio
apartamento durante días?
131
―Alguien tenía que serlo, en aquel lugar.
―Y por qué el mar está hirviendo y si los cerdos tienen alas ―terminó él con
una sonrisa en su voz.
―¿Tienes hambre?
―Es tan temprano. Nunca desayuno hasta después de las nueve. Vamos a
prepararnos para estar en la biblioteca cuando abran, ¿de acuerdo?
―De acuerdo ―acordó con la boca llena de tocino, luego dejó caer otro
panqueque en mi plato―. Todo lo que estoy diciendo es que podrías
manejar unos dos kilos más.
132
―¡Bien! Voy afuera a recoger el correo de ayer.
133
17
Otra Pista
Traducido por Xhessii
M
iré a mi Civic color marrón claro. El auto estaba asentado
inocentemente en el camino, y apenas podía creerlo. Miré
alrededor del vecindario silencioso. Estaba desierto, a excepción por
un hombre mayor que sacaba el bote de la basura al bordillo de la calle.
Caminamos hacia mi auto. Mirando por la ventana, miré mi mochila en el
piso del lado del pasajero. Mi cosmetiquera y mi computador portátil,
seguían en el asiento trasero donde los había dejado hace tres días.
Saqué las llaves del bolsillo de mis pantalones y me dirigí al maletero. Noah
alzó su mano.
—Déjame hacerlo.
—¿Por qué?
Pensé que tal vez había algo macabro dentro del maletero. Aún así, no iba
a dejarlo pensar que era una gallina. Ignoré su palma hacia arriba y metí la
llave en la cerradura de mi maletero, abriéndolo. No había nada más que
mi maleta. Noah la sacó mientras agarraba mis cosas del interior del auto.
Fuimos a su casa y él cerró la puerta. Miré a través de mi mochila; nada
había sido robado.
Revisé mi celular. Había varios mensajes de texto y una foto de los amigos
que me habían pedido ir a acampar con ellos. Estaban juntos, haciendo “I-
Love-You” y el gesto del rock con sus manos.
134
diciéndole que había caminado hasta un lugar en el que había recepción,
pero que probablemente estaría fuera de contacto por el resto del tiempo.
Que no se preocupara, que estaba bien.
Mentirle apestaba, pero si traía de regreso a casa a Jack, sabía que todo
quedaría olvidado.
—No creo que alguien haciendo una buena acción lo hubiera dejado sin
tocar a la puerta, porque es triste no saber cómo llego aquí. Así que quién
sea que lo trajo quiere que sepas que te están siguiendo la pista. Lo que
significa que ya no es seguro quedarse aquí. Especialmente después de
que fuiste atacada. Si quieres cambiarte de ropa, hazlo ahora. Voy a
empacar unas cuantas cosas. Luego necesitamos salir de aquí. Tienes diez
minutos.
135
mi cabello, haciendo muecas por el dolor, y luego rápidamente me puse
algo de maquillaje. Los arañazos de mi rostro habían prácticamente
desaparecido cuando terminé, y mis ojos resaltaban con la sombra
ahumada y el delineador que había aplicado. Sintiéndome más como yo,
sonreí, hasta que vi las marcas rojas en mi garganta. La marca de la mano
de mi atacante todavía era visible y me molestaba.
Escarbando en mi maleta, saqué una larga bufanda china con rayas color
ciruela y verde, y con cuentas en los bordes. La enrollé alrededor de mi
cuello un par de veces, hasta que escondí la quemadura.
—Lo es. —Él tenía una expresión alegre, que contrastaba con sus palabras.
—Vamos.
136
Él miró sobre su hombro mientras nos alejábamos.
Noah encendió la radio. La música de un grupo inglés peculiar salió por las
bocinas. Él tarareaba.
—Mira, Jocey, el vínculo entre tú, Jack y yo siempre ha sido franco. Así que,
aquí está la verdad. En vista de las dos piezas de evidencia sólida, estoy
muy aliviado de saber que no estás loca. No me mires así. ¿Qué pensarías
si estuvieras tú en mi lugar?
—Eso fue años atrás. Desde que nos reunimos de nuevo, me has dicho
unas cuantas cosas locas. Tenía la sospecha de que tú estabas haciendo
todo y tal vez pusiste esa prueba en la Casa Seale por ti misma. Pero
anoche ese sujeto te atacó. Y tu auto estaba en mi calle esta mañana.
Prueba de que me estabas contando todo como es.
—Siempre he estado de tu parte. Y saber que Jack quizás esté con vida es
enorme. Si él simuló su muerte, lo hizo porque no tenía alternativa.
137
—Eso es lo que te estuve diciendo.
—Por aquí. —Me guió a una mesa vacía detrás de varios estantes altos que
nos podían dar algo de privacidad.
138
—¿Lo que significa qué? —preguntó.
—No, claro que no, pero cuando descifras los códigos de Jack, la primera
regla es que siempre la pone en pirámide. Empieza con las suposiciones
más amplias y estréchalas. De esta manera no perderemos nada. Haz algo
útil y trata de hacer un anagrama con esas letras, ¿de acuerdo?
—¿Por qué simplemente no nos dejó una nota que dijera: “los veo en la
terminal de autobuses” o algo así?
—Nunca seguiría una nota como esa, porque no sería de Jack. —Miré a la
inútil Sección Amarilla—. Bajo la lista de abogados sólo hay un Rylund pero
no un Ryla. ¿Crees que sea su nombre?
♂+♂-♀:+♀-♂-♂+♂-♀:+♀-♂-♂+♂-♀:+♀-♂-♂+♂-♀
139
—Una ecuación de lo masculino y femenino —dijo Noah.
—Está repetida. Usó dos puntos para separar los cinco símbolos principales,
de la manera en que lo hizo con las pistas del farol una vez, ¿recuerdas?
Bien, así que, ¿qué es lo que resulta de agregar una mujer, sustraer dos
hombres, agregar un hombre y sustraer una mujer?
Era tan raro que quería escribir la fecha para recordarla. Aún así, decidí
que no decir nada que nos pudiera sacar al límite de nuestra relación
susceptible, sólo sonreí y regresé a la ecuación.
—No, no lo creo. Para Jack, las pistas son sobre pistas. Él usaría el borde de
ecuación para decirnos como resolver las pistas de letras.
—Sí. Y, ¿recuerdas por qué estaba estresado todo el tiempo? Por los
artículos masculino y femenino, porque los sustantivos son de un género
específico. Lo básico del francés es “le” y “la”, eso creo. Traduce esos
símbolos masculinos/femeninos al papel.
140
Hice lo que sugirió y terminé con: +la, −le, −le, +le, −la. Quitándome el
bolígrafo, él agregó el primer “la” enfrente de U TREC y lo puso todo junto.
—¿Qué es eso?
Él sacudió su cabeza.
141
El viento se levantó, moviendo las nubes de lana gris por el cielo y agitando
las hojas en los árboles. Tomó un par de pasadas por la Calle Holcomb
antes de que lo encontráramos. La pequeña galería era una casa
convertida de ladrillos color café claro con toldos color verde oscuro. Las
pinturas en las ventanas estaban elegantemente montadas en caballetes
cubiertos de tela. Noah se estacionó, salimos y cruzamos la calle. Una
campana tintinó cuando abrimos la puerta y entramos. Alisé mi cabello
con mis dedos.
Unas gradas tenían esculturas de latón, y las pinturas cubrían las paredes
que estaban empapeladas con seda tornasolada. Adentrándonos al local,
escuchamos que alguien dijo—: Veré quién es.
142
18
Dixon
Traducido por kathesweet
L
a fría lluvia durante la última semana de mayo parecía una broma
pesada. Con la promesa del verano tan cerca y la finalización de la
escuela tan pronto, deberíamos haber sido capaces de vestir
pantalones cortos y cholas. Pero no aquí, en el estado de Nueva York,
donde el frío se filtraba desde Canadá. No podía esperar a ser libre de las
aulas sofocantes, del acoso de chicas estiradas, y los profesores que
repartían hojas de cálculo aburridas.
Sentí que alguien estaba cerca y levanté la mirada para ver a Dixon
observándome. Sus ojos estaban rebosando de humedad, y parpadeó
con fuerza para contenerla. Las lágrimas, sabía, sólo molestaban a Hazel
Frey, y en el cruel orden jerárquico de familias de acogida en el que
estaban también eran una señal de debilidad. Durante los pocos meses de
Dixon en la Casa Seale, había aprendido a no permitir que otros niños lo
vieran llorar, pero al ver simpatía en mis ojos, era difícil para él contener las
lágrimas.
―¿Qué te pasa?
143
―¿Quién te mordió?
Dixon asintió.
―Si Dixon hizo algo para molestarte ―dije en una voz fuerte,
agachándome―, entonces dile que te deje en paz. En esta casa no nos
herimos. Y especialmente no tocamos a los niños pequeños.
No le pregunté “¿por qué lo mordiste?” ya que “por qué” era una palabra
que no debía ser usada con niños en adopción. “Por qué” sacaba a
colación un balde de carga de basura del pasado que la mayoría de ellos
no quería compartir y el resto de nosotros no quería oír. Los mandatos
simples eran mejores.
144
parte superior de mi brazo. Con un grito me eché hacia atrás,
arrastrándolo conmigo. Le pegué fuerte sobre el lado de la cabeza y el
impacto rompió su agarre. El dolor se disparó por mi brazo pero apenas
hubo tiempo de incredulidad para registrar porque se estrelló contra mí,
esta vez derribándome. Me arañó, sus dientes chasqueando en mi cara.
Logré retenerlo, pero aunque era más alta que él, tenía la fuerza nervuda
de un lunático.
Conner nos miró con ojos saltones antes de darnos un asentimiento hosco.
―¡Cambio mis planes ahora! ―Su voz alta era más tenebrosa que si hubiera
hablado en el tono áspero bajo de Darth Vader―. Iba a salir de aquí esta
noche, pero ahora me voy a quedar. ¡Quedarme hasta vengarme de ti!
145
Me giré y vi a Dixon parado en la puerta, sus ojos amplios con miedo. Dejé
la habitación y lo alejé de la puerta. Jack y Noah me siguieron.
―El pequeño y maloliente Erv ni siquiera debería estar aquí ―dijo Noah,
llamando a Conner por el término privado que usábamos con frecuencia.
―Y ahora que se la pasa aspirando más coca por su nariz, necesita cada
dólar que pueda recibir ―agregué.
―¡Shh! ―Noah miró hacia el pasillo para asegurarse de que nadie más
estaba por ahí y luego miró a Dixon.
―Noah y yo tendremos un ojo sobre Corner Boy. Somos más grandes que
él, y somos dos. Tres cuando estés cerca, Jocey.
146
Después de la cena y los platos, cuando la luz se fue volviendo más tenue
en el crepúsculo lluvioso, Dixon me buscó adonde estaba leyendo, con
una expresión tímida en su rostro. Me entregó un pedazo de papel con un
dibujo en él, era una chica montando un unicornio, volando hasta pasar
estrellas y la Luna.
―Es realmente lindo. Uno de los mejores que has hecho, aunque creo que
esta chica es demasiado bonita para ser yo.
***
El chico sonrió.
―Vivo arriba con mi madre. Esta es su tienda ―se giró hacia mí y su sonrisa
titubeó. Mirándome a los ojos, lentamente exhaló mi nombre―. ¿Jocey?
―¿Me reconoces?
147
Dixon corrió hacia adelante y me agarró en un abrazo alrededor de la
cintura. Estaba conmovida, por lo que reí.
―¡Estás tan crecida! Pero tus ojos azules son exactamente los mismos, de la
manera en que siempre los dibujé. Vaya, Jocey, te convertiste en una
verdadera belleza.
Sonreí.
―Mamá ―dijo Dixon. Dejó los pinceles sobre una mesa y se acercó a ella―.
Quiero que conozcas a mis amigos, Jocey y Noah. Los conocí en la Casa
Seale, antes de venir a vivir contigo.
Ella nos miró con una expresión preocupada, pero Dixon no pareció
notarlo.
―Jocey era como una hermana mayor para mí ―dijo Dixon―. Ella se ocupó
de mí.
148
―¿Todavía dibujas pinturas? ―pregunté.
―No estoy sorprendida. Recuerdo los unicornios que solías hacer, Dixon.
Dibujabas mejor a los siete de lo que yo lo hacía a los doce. Debe gustarte
mucho tomar lecciones.
―Oh. Bueno, hace algún tiempo él… desapareció. Esa es la razón por la
cual Noah y yo estamos aquí. Nos dejó algunas pistas que hemos estado
siguiendo. Estamos tratando de encontrarlo y creímos que había venido a
verte.
―Sí, como esos. Y uno de ellos nos trajo a esta galería. Cuando te vi, medio
supuse que te había visitado antes de que estuviéramos aquí.
Los ojos de Noah exploraron las paredes que estaban llenas con obras de
arte.
149
―Está bien, aunque necesito que Dixon me ayude con algo.
Miré a Noah.
―¿Entonces por qué se supone que teníamos que venir aquí? ¿Sólo para
ver que Dixon todavía está vivo y bien? Quiero decir, estoy
verdaderamente feliz por él. ¿Pero qué está haciendo Jack?
―No necesitas hacerlo. Sólo busca algo que no pertenezca a este lugar.
―Eso es feo. ¡Y el artista quería cien dólares por ella! Podría haber pintado
eso con una venda puesta.
150
―¡Jason December!
―Fue un pedido especial. Llegó por correo hace unos días con un cheque
por cien dólares. Había una nota pidiendo que nuestra galería lo
mantuviera por una semana. Si no se vende, puedo quitarlo. Me han
prometido otro cheque por el precio de venta.
Me pregunté por qué Jack estaba tirando sus ahorros de esta manera.
Noah dijo:
―No ―admitió.
Noah dijo:
―¿Cree que tenga el recibo del correo con el que llegó, así podemos
revisar la estampilla?
La puerta del frente se abrió y otro cliente entró. Era un tipo atractivo con
piel color oliva que parecía estar cerca de los treinta. Merodeó en el lado
alejado de la tienda.
151
Después de que pagué por la pintura, la mamá de Dixon empezó a
envolverla en papel café pero Noah la detuvo.
―¿Puedes entender? Tomó casi dos años que sus pesadillas se detuvieran.
Muchas noches se levantaba gritando. No quiero que empiece de nuevo.
―Lo sé. ―Su mano libre fue a la parte baja de mi espalda, guiándome a
través de la calle.
―¿Se van?
152
Volví en el tiempo a cuando él era pequeño.
Asintió.
―Jocey, antes de que te vayas quiero decirte algo. Sé que todos estaban
enojados contigo esa noche por lo que sucedió. Yo no. Lo hiciste para
salvarme. Después de que dejé la Casa Seale terminé en una casa
temporal mejor. Así es como conocí a mi nueva mamá. Era su prima y le
gusté desde el primer minuto. Vine a vivir con ella y ahora me ha
adoptado.
Hay un poco de orgullo en su voz, uno que nunca había escuchado antes.
―No fue tu culpa, y ni siquiera pienses eso, ¿de acuerdo? ¿Lo prometes?
153
―Lo prometo.
Cerré la puerta y Noah encendió el motor; nos alejamos. Mantuve mis ojos
sobre Dixon hasta que volvió al interior de la tienda.
154
19
La Pintura
Traducido por Andy Parth
N
oah trató a las calles de Watertown como si fuera una pista de
carreras y me sorprendió de que no hubiera causado un accidente o
fuera detenido por un policía.
Sacudí mi cabeza.
—¿Lo conoces?
—Seguro, pero no sabía que estabas tan metido en eso. —No pude evitar
mi sonrisa—. Te convertiste en un ninja, después de todo.
155
Agarrándome a mí misma mientras se saltaba una luz roja, lo miré.
—¿Es programador?
—¿Renunció también?
—Se fue hace más de un mes porque ISI tuvo un problema con él. Pero no
sé qué fue. Creo que podría haber malversado su dinero. Aunque, si eso es
cierto, ellos no dejaron que la noticia saliera.
—Por supuesto que una empresa de seguridad no desea que sus clientes
sepan que no pueden proteger sus propios activos. Podría hacerles perder
muchos negocios.
—Pero, ¿qué quiere Paul Gerard de mí? ¿Qué es “eso” sobre lo que me
estuvo preguntando?
156
—Creo que Gerard está tratando de intimidarnos. Justo ahora quiere
asegurarse de que lo vimos, para hacerme saber quién fue el que te atacó
la noche pasada.
Agarró la pintura de los asientos traseros y utilizó una navaja para cortar la
parte posterior. Pegado con cinta adhesiva al lienzo habían tres cosas: una
pequeña bolsa plástica sosteniendo cinco piezas de rompecabezas, una
estrecha tira de papel rojo cubierto de letras y una clave.
157
Examinamos todo. El papel era lo más interesante. Era cerca de tres
centímetros de ancho con grupos de letras impresos en bloques.
Se removió en su asiento.
—¿Cuánto más durará esto? Una cosa es mandarnos a buscar pistas como
si fuéramos niños otra vez. Es otra cuando involucra a alguien como
Gerard.
—Nunca has tenido miedo de nadie, Noah. Ni siquiera de los abusones del
último año que nos perseguían con cigarrillos encendidos. ¿Por qué le
tienes miedo a este sujeto?
—Oh.
158
—Probablemente puedo defenderme bien. Pero va a ser difícil tratar de
mantenerte a salvo si Gerard quiere herirte. ¿No lo entiendes, Jocelyn? Él
está completamente afanado por poner sus manos en lo que sea que
Jack nos está mandando a encontrar en esta loca persecución. Lo que
significa que estamos condenados tanto si lo encontramos, como si no lo
hacemos. De cualquier manera Gerard vendrá por nosotros al final.
—No. Necesitamos el premio final. Bien sea Jack, o algo que Jack te dejó.
De lo contrario no tendremos nada para ayudarnos a entender lo que está
sucediendo.
—Es una escítala —dije. Casi podía escuchar la voz de Jack después de
todos estos años.
***
Noah y yo nos inclinamos cerca, viéndolo trabajar. Escribió una o dos letras
en el borde de cada solapa de papel, girando lentamente el lápiz para
escribir varias líneas:
14¿Madre, me dejas?/Mother May I: El juego consiste en un niño/a que se hace pasar por
“madre” y está de pie a distancia de los otros jugadores. El objeto es ser la primera
persona en tocar a “madre.” Los jugadores le piden permiso diciendo: ¿Madre, me dejas
tomar 2 (3, 4, etc) pasos? Y la “madre” dice sí o no; si la respuesta es “sí” el niño avanza
por la cantidad de pasos que pidió permiso. El juego sigue con los niños tomando turnos
hasta que uno toque a la madre con su dedo, y de este modo tomará el turno de ser la
“madre,” empezando el juego de nuevo.
159
Nos reímos mientras Jack desenredaba la tira de papel y la alisaba sobre la
mesa de la cafetería. Ahora las letras no tenían ningún sentido porque no
estaban en su orden original.
***
—Nop.
Me encogí de hombros.
—Probablemente porque si Paul Gerard está buscando las pistas que Jack
dejó, entonces querría asegurarse de que sólo nosotros pudiéramos
descifrarlas. Quiere que sólo nosotros leamos el mensaje.
160
—Así que todo lo que tenemos que hacer es encontrar la varilla del
escítala.
—Sí.
—Eso es tranquilizador.
—Creo que recuerdo este lugar. ¿No vinimos aquí cuando nos saltamos la
escuela y fuimos a ver una película?
—Casi había olvidado eso. Esa fue la primera vez que comí aquí. Tienen los
mejores sándwiches de carne asada.
161
Le quité el papel a mi pajilla, jugueteando con él. Noah me estudió con
una expresión de interés.
—Con todos, realmente. Solía preguntarme que estaba mal con ellas. Aquí
solo éramos unos pobres niños adoptivos. Ellos venían de hogares decentes
y tenían todo lo que querían. Todo lo que yo quería era que me dejaran
sola contigo y Jack.
—Sí, lo sé.
—En ese día cuando nos escapamos, ¿recuerdas el calor que hacía? Todo
el mundo se quejaba porque normalmente habría sido mucho más frío.
Estábamos tratando de encontrar una sombra durante la hora del
almuerzo. Esas chicas tenían sus pequeños ventiladores eléctricos,
vaporizándose a sí mismas con rocío. Por supuesto, yo estaba tan ocupada
haciendo el diálogo de Star Wars contigo y Jack que no las vi venir.
—Tienes razón.
162
soportar no ser el centro de atención. Se presentaron y nos llamaron
“fenómenos geek”. Luego se marcharon a arreglar su cabello.
Ahora que estábamos hablando de eso, más imágenes de ese día vinieron
a mi mente.
Noah asintió.
—Se estaban poniendo todo ese fijador bajo el resplandor caliente del sol.
Su cabello simplemente se encendió. Fue divertido. Estaban gritando y
dándose bofetadas en la cabeza. Alguien arrojó un cartón de leche a
Nessa para apagarla.
—Lo fue. Pero la cosa es que hasta que vine a Watertown nunca vi al
cabello de un niño incendiarse así o cortinas que se apagaban una vez
que las encendías, ni paredes deformándose como si estuviera en un mal
sueño a pesar de que estaba despierta. A veces desaparecían las cosas a
escondidas, y los niños se sentían tan frustrados. Beth solía ponerse furiosa
cuando su navaja secreta desaparecía de bajo su colchón. Apareciendo
en su cajón del tocador o en otros lugares. A veces la encontraba bajo mi
almohada y eso le pasaba a Jack y a Dixon también.
—Lo peor de todo fue una vez que soñé que estaba abajo, en el sótano y
siendo atacada. A la mañana siguiente encontré moretones. Hasta que
viví en la Casa Seale, cosas como esas sólo ocurrían en la televisión.
163
Me volví hacia Noah y había una renuente aceptación en sus ojos. Dijo:
—¿Alguna teoría?
—Dime.
—Eso es lo que he estado tratando de hacer desde que me fui. Hasta que
Jack decidió tirarme de vuelta justo en el centro de esto.
164
—¿Eso es todo lo que vas a comer?
—Estoy llena. Puedes comerte mis papas si aun tienes hambre. —Me
concentré en las piezas del rompecabezas, tratando de encontrar otras
que encajaran y decepcionándome cuando no lo hacían.
—También era más alta que tú. Me alcanzaste y hasta más, si no lo has
notado. Es agradable, por cierto, no mirar abajo, hacia la cima de tu
cabeza. Me cansé de ver tu caspa cuando eras un niño.
—¡Eso es tan estúpido! ¿Por qué nos da una escítala sin una varilla?
—Vámonos.
165
20
Carbonizada
Traducido SOS por LizC
N
oah condujo a gran velocidad. No hablamos mucho en el camino, y
no podía culparlo. Miré el sinuoso camino a través de los árboles a
medida que llegábamos a su vecindario.
Comparado con esto, el incendio de la Casa Seale fue sólo una pequeña
parrillada. Lo miré con preocupación. Parecía aturdido.
166
La puerta del garaje estaba elevada hasta la mitad y un vehículo de
emergencia bloqueaba la entrada. Sin decir nada, Noah estacionó al otro
lado de un auto de policía.
Nadie, excepto los niños adoptados quienes fueron rechazados por ahí
como un balón no deseado, podía entender lo mucho que significaba
tener un hogar y sus pertenencias permanentes. Me dolía el corazón ante
la ruina, y, por su expresión, pude ver que se sentía como si hubiera sido
golpeado en el estómago.
―Noah ―lo llamó un hombre, y ambos nos volvimos para ver que alguien se
acercaba.
167
―Jocey, este es el Detective Iverson. ―Sus ojos siguieron evaluando el
dúplex en ruinas.
—Por supuesto. Don, ¿por qué estás aquí si esto es sólo un incendio de
rutina?
―¿Una bomba?
―¿Qué pasa?
168
―Eso creo. Por lo menos no estabas en el interior. Podrías haber resultado
herido o muerto. Y es una suerte que la otra mitad del dúplex estaba vacío.
―Sí.
―Y he tenido el placer de ver que hayas podido cambiar las cosas y hacer
una vida mejor por ti mismo. Sobre todo porque las probabilidades estaban
en tu contra. Pero si no fuera por el tipo de joven que sé que eres, ni
siquiera estaríamos teniendo esta conversación.
―No lo entiendo. ―Por primera vez Noah estaba más centrado en su amigo
que en la casa―. ¿Estoy en problemas porque mi casa se incendió?
—Ven conmigo.
169
Bordeando el gran vehículo de emergencia, pasamos por debajo de la
puerta del garaje entreabierta y entramos. Varios policías trabajaban en
una esquina.
170
21
Interrogatorio
Traducido por Cami.Pineda
L
os minutos pasaron a medida que me sentaba en la dura banca en
el cuartel de policía mientras Noah estaba en una habitación siendo
interrogado. El Detective Iverson me había pedido la identificación, y
por suerte aun tenía la copia de la identificación de mi escuela en la
cartera. Hubiera podido dar el nombre de mi familia adoptiva de Haberton
en nuestra pequeña ciudad de Troy, y aunque la policía realizara una
exhaustiva búsqueda en el computador, nada aparecería.
La puerta finalmente se abrió y Noah salió con Don Iverson. Ninguno dijo
nada. Caminé con ellos hasta que estuvimos en el vestíbulo principal,
donde el detective me miró, y luego le dio una larga mirada a Noah. Lo
estudié también. Justo en ese momento parecía tan joven para mí, un
171
sujeto que siempre actuó maduro para su edad, pero que dentro seguía
siendo un chico que había pasado por mucho.
—Esto está lejos de terminar, Noah —dijo Don—. No vas a dejar el área,
¿entendido?
—Sí. —Él estaba tratando de verse calmado pero era una actuación, y se
notaba. Incluso me sentí más triste por él.
—Claro.
—Entonces, espera aquí. Haré que un oficial los lleve hasta tu auto.
—Gracias.
Después de una última mirada hacia nosotros, Iverson se fue. Exhalé con
alivio.
—¿Qué pasó?
—¿Qué dijiste?
172
me miró, pero luego de un segundo o dos, sus dedos se cerraron alrededor
de los míos.
—Quédate aquí.
—¿Quién más?
173
—No. Quiero ir por mi cuenta y darle a Gerard una razón para deshacerse
de mí para siempre.
—Oh. —Abrí la puerta del auto y me subí. Manejó a lo lejos de su casa, sin
mirar atrás.
—Don aun cree en mí. Me dijo que aunque hubiera matado a ese chico, la
última cosa que haría sería ponerlo en mi garaje. Por no hablar de
incendiar mí casa. Lo que él quiere saber, y lo que no le dije, es quien trató
de inculparme.
—Ya habrá tiempo para eso una vez que tengamos lo que Jack quiere
que encontremos. Pero si la policía se envuelve, me temo que todo
quedará sin desenmarañar. Nunca sabríamos que está pasando.
—No tenemos opción. Tiene que haber algún tipo de pasador que sea del
tamaño adecuado para envolver el papel alrededor. En el único lugar en
el que pienso que puede estar escondido es en la Casa Seale.
174
nos había suplido de lo que necesitáramos para resolver sus pistas. Esto era
muy diferente a él.
—Mejor trae eso con nosotros, para así probarlo en lo que sea que
encontremos.
Noah suspiró.
—Creo que sé lo que Jack quiere que usemos como varilla. —Agarré la
caja de metal del piso. Dándole la vuelta, la dejé caer y abrí la tapa.
Recogí uno de los palillos negros y los miré con una sonrisa triunfante.
Envolví el papel rojo al final del palillo, dejando cada capa superpuesta a
un cuarto de centímetro para que así las letras se emparejaran.
Lentamente lo giramos, leyendo las palabras inclinadas diagonalmente en
la varilla:
175
Desenrollando el papel, le di la vuelta y lo volví a envolver alrededor del
palillo para leer la otra parte de la pista:
—Me parece que hay una gran diferencia entre vernos con Dixon de
nuevo e ir a buscar a Hazel. El sentido de humor de Jack se está poniendo
pesado.
—Jack no quiso que eso pasara. ¡Lo sé! Eres su mejor amigo, Noah.
176
Casa Seale se veía inclusive aun más amenazante en las sombras
alargadas.
Me forcé para dejar de babear sobre él, sin querer que se volteara y viera
cómo me sentía.
Con un grito me agaché, mientras Noah arrancó tan fuertemente que hizo
un chirrido. El motor rugió y él presionó el acelerador. El Jeep saltó
alejándose de inmediato.
177
22
Sombras
Traducción SOS por Zeth
A
los treinta minutos siguientes al tiroteo, vi aéreas de Watertown con
las que había estado completamente desfamiliarizada. Noah, sin
embargo, parecía conocer casi todas las calles y callejones.
Atravesamos un camino tortuoso, a veces conduciendo rápido, otras lento,
incluso deteniéndonos por un instante detrás de una tienda de comestibles
donde pudimos ver si alguien nos estaba persiguiendo. Con el tiempo se
puso más oscuro y espesas nubes ocultaron la cara de la luna.
—Paul Gerard tiene que ser el hombre que mató a Georgie —dije
finalmente.
—Estoy de acuerdo.
—Oh.
178
—Para de disculparte, ¿sí? Además, no podemos estar seguros de si fue
Gerard quien nos acaba de disparar. La Casa Seale es un lugar de reunión
para los amigos de Georgie, y me pregunto, si fue uno de ellos. ¿Notaste
que alguno de esos chicos tuviese un arma?
—¿Dónde estamos?
179
—En un lugar que acepté cuidar hasta que sea vendido. Quédate aquí
por un momento. —Él salió y presionó un botón para cerrar la puerta del
garaje. Lo vi desaparecer en el interior de la casa.
180
vieja, al menos parecía haber sido limpiada recientemente. También había
el suave olor de pintura nueva, pero no estaba tan mal.
—Es bueno que los pintores no hayan tirado estos. No serán mucho para
dormir pero al menos, nos darán un poco de relleno.
—Mejor que hagas lo mismo. Las baterías de esta linterna no van a durar
toda la noche.
181
—Sí, tienes razón. —Me sentí desanimada y con necesidad de
tranquilidad—. Sabes, a pesar de todo, sigo creyendo que Jack está vivo.
¿Y tú?
—Así que, ya que ninguno de los dos tiene sueño —dijo—, ¿qué tal si me
cuentas qué has estado haciendo este año?
—¿Tomgeeks?
Él sonrió.
182
Me pregunté si se estaban divirtiendo asando malvaviscos y hablando
sobre sus juegos de computador favoritos.
Noah me analizó.
—¿Qué? —dije.
—Has cambiado bastante desde los días en que estábamos juntos. Quiero
decir, en algunas cosas eres igual y veo a la vieja Jocey. Pero eres
diferente, también. Con mucha más autoconfianza.
—Ayuda poder vivir en un solo lugar. Supongo que algunas de las cosas
sobre las que estoy feliz podrían ser pequeñas cosas para otros chicos. Me
gusta cenar en la mesa con una familia normal, incluso si no es en realidad
la mía. Me gusta tener mi propia habitación. Ropa limpia y zapatos
decentes cuando los necesito. Y no estar en el programa de almuerzo
gratis. No me importa estar en un hogar adoptivo, siempre y cuando sea
con alguien como los Haberton.
—Seguro.
183
Noah lentamente se sentó, mirándome fijamente a través de las sombras.
—Jocey, no me estás diciendo que Erv era una persona real, ¿cierto?
184
23
La Verdad
Traducido por Areli97
Nos reímos y él no pudo entender por qué pensamos que el vómito era
divertido. Para Jack y para mí, y pronto para el resto de la Casa Seale,
mientras más repugnante fuera algo, era más Ervy.
***
185
Podía sentir a Noah mirándome en la oscuridad. Jack y yo nunca le
habíamos explicado nuestra broma privada.
—Pero pensaba que Erv era una palabra que se habían inventado. ¿Ahora
me estás diciendo que era el nombre de alguien?
—Sí, bueno, supongo que era nuestra manera de vengarnos del tipo que
despreciábamos.
—¿Quién?
—¿Qué pasó?
—Tengo tiempo.
—En ese entonces, Melody trabajaba de mesera. Hasta el día que tuvo
una gran pelea con su jefe. Cuando él no estaba viendo, robó dinero de la
caja registradora y se lo llevó. Nos recogió de la escuela, nos llevó a casa y
nos dijo que empacáramos rápidamente. Nunca tuvimos oportunidad de
despedirnos de nuestros amigos y profesores. O inclusive tomar las cosas de
nuestros escritorios. Luego manejó a Nueva York, sólo uno de los tantos
lugares a los que nos llevó. Cuando finalmente llegamos a Syracuse, nos
dejó a Jack y a mí con Cheryl, su prima.
186
—No tan malo. Cheryl era soltera y trabajaba como secretaria legal.
Recuerdo que vivía cerca de la librería, cocinaba lasaña, y tenía un gato
llamado Minkie. Era amable y no le importaba tenernos con ella.
Esperábamos poder quedarnos. Mientras estaba en el trabajo nosotros
limpiábamos, pasábamos la aspiradora, y nos asegurábamos de lavar los
platos. Parecía que iba a funcionar. Pero Melody volvió por nosotros como
un búmeran indeseado. Siempre volvía. Hasta la última vez, cuando Jack y
yo teníamos catorce.
—Melody estaba emocionada por este nuevo sujeto que conoció. Erv.
Decía cosas como: “Esperen a que conozcan a Erv. Es realmente apuesto.
Maneja un Jaguar negro y tiene acento Francés.” Dijo tonterías como esas
todo el camino hasta Gatineau, Quebec.
—Sí. Es donde él vive. Pero antes de conocer a Erv, Melody dijo que quería
que nos viéramos lindos. Al menos esa fue la mentira que nos dijo. Siendo
niños estúpidos, le creímos. Empezó comprándonos ropas nuevas. Jack y
yo obtuvimos el mismo tipo de pantalones y camisetas. Luego me llevó a la
peluquería.
—Claro que quiero. —Su tono era amable y mostraba que sabía que la
historia era más profunda que lo que quería ir. Eso me ayudó a seguir
hablando.
Todavía podía ver las largas piezas de cabello cayendo al suelo y sentir la
tristeza de ser tan impotente.
187
—Incluso aunque quería llorar, no lo hice. Melody se sentó ahí mirando,
asintiendo y sonriendo como si fuera fantástico. “¡Qué lindo!” seguía
diciendo. Sabía que estaba mintiendo.
—Por eso es que ahora lo uso largo. Como sea, después de que nos
encontramos con Jack y él vio lo que me había hecho, fingió que mi corte
de cabello se veía bien. Pero vi su primera reacción. Sólo estaba tratando
de hacerme sentir mejor.
Noah maldijo. Sólo entonces sentí que él la odiaba casi tanto como yo.
—No, así que supongo que una cosa buena salió de mi cabello cortado.
Excepto que creo que su libertad condicional también debió prohibirle
estar cerca de todos los niños, no sólo las niñas. Él era cruel. Nunca
habíamos visto a ninguno de sus amigos con unos ojos tan locos. —Me
detuve, recuperándome del recuerdo espinoso—. Estuvimos ahí sólo un par
de días cuando se puso furioso por comernos lo último de su cereal Kix. Erv
golpeó a Jack por toda la cocina.
188
donde nos detuvieron. Los oficiales Canadienses nos entregaron a las
autoridades de Nueva York.
—No importa que tan largo es mi cabello o cuanto maquillaje uso, cuando
me miro en el espejo todavía veo a Jocey con su corte de cabello
masculino. No sé si perderé esa fea parte de mí.
Escuché la verdad en su voz. Todos los sentimientos que hace mucho tenía
por él volvieron frescos como si fuéramos niños otra vez. Estaba lo
suficientemente cerca para que pudiera ver la preocupación en sus
facciones. Noah apartó un mechón de cabello de mi cara. Sentí su
incertidumbre.
—¿Qué pasa?
—Quiero besarte.
—Está bien.
189
ninja vestido de negro me vino a la mente antes de que finalmente nos
separáramos.
—Estuve esperando que hicieras eso desde que tengo doce años.
190
24
Monopoly
Traducido por Panchys
E
l relleno de los edredones no era suficiente para hacer un lugar de
descanso cómodo. Dormí irregularmente. Un par de horas después
de la medianoche desperté de un sueño. Melody estaba llorando
por su amor perdido Calvert, y le di una bofetada. Ella se giró y corrió hacia
la oscuridad, dejándome con una vieja mujer que llevaba una cruz de
plata con la que tocó mi cabeza y mi corazón antes de desaparecer. Me
desperté justo lo suficiente para saber lo cansada que estaba, mi mente
consciente apenas saliendo a la superficie. Me giré y me dejé caer en un
sueño profundo.
La segunda vez que soñé, era un sueño dentro de un sueño. Una vez más
yo estaba en la Casa Seale, de pie en el dormitorio de las niñas,
hipnotizada por las paredes. Una pequeña Jocey acababa de despertar
de un sueño profundo. Al principio parecía que debía estar aun soñando,
porque la pared había cambiado de yeso a carne, con un lento ondular
de una serpiente gigante. Hechizada, extendí la mano y sentí su palpitante
fuerza de vida bajo mis dedos. El ritmo era lento, como el latido de un
corazón lo suficientemente grande como para pertenecer a una gran
ballena azul. El aliento de Jocelyn de doce años, quedó atrapado en sus
pulmones mientras la pared continuaba distorsionándose, tomando la
apariencia de un tumor maligno. Gritando de terror, me tambaleé
alejándome.
191
decía durante nuestras sesiones de terapia: las pesadillas realistas eran
simplemente la manera en que mi mente lidiaba con el miedo y el dolor
pasado. Después abrí los ojos y me acerqué de nuevo, no había nada más
que una pared normal.
Él negó con la cabeza y frotó las palmas de sus manos en las cuencas de
sus ojos como si tratara de despertarse. ¿Habíamos experimentado
pesadillas al mismo tiempo? Habíamos tenido tanto estrés en los últimos dos
días como para que nos dieran pesadillas y mucho más. Una vez que bajó
sus manos parecía más él, aunque su expresión todavía lucía enojada. Le
pregunté qué le pasaba.
Su voz se llenó de ira. Noah podría ser sarcástico y enojón, pero el odio
puro era algo que rara vez había visto en él.
192
demasiado tarde? Ahora todo se ha ido, incluyendo mi computador y
todos los accesorios de alta tecnología que había comprado.
—Es horrible.
—Sé que sólo son cosas, pero eso es casi todo lo que he tenido. Quería
hacer un hogar para mí que fuera diferente a la Casa Seale. —Me miró por
un rato—. No importa. Los dos estamos a salvo. Y por lo menos todavía
tengo mi portátil.
—No fue mi intención haberte preocupado —se disculpó contra mis labios,
la última de sus palabras ahogada por el beso. Un lento calor se propagó a
través de mí en respuesta a lo que su boca estaba haciendo, y mis dedos
trazaron los músculos de su pecho, mientras él me acercaba más. Nos
separamos, y me sentía nerviosa, pero feliz. Él parecía mejor también.
Aún había agua en la casa, pero estaba helada por lo que no nos
duchamos. Nos cambiamos de ropa, abrigándonos ya que el cielo estaba
nublado y el aire de la casa estaba frío. Me puse un jersey negro que
ocultaba las marcas de los dedos de estrangulamiento en la garganta.
Para cuando habíamos metido las cosas en nuestros bolsos y guardado los
edredones, había suficiente luz para leer. Nos sentamos en el suelo y
desplegamos las pistas, viendo las piezas del rompecabezas, la llave
pequeña, y la escítala. Releímos el verso sobre Hazel, y luego tomé la llave.
—Cuando vimos por primera vez esto, dijiste que se parecía a la llave de
una casilla de correo con el número tachado. ¿Qué pasa si esa pista en la
parte inferior de la escítala, dos seis nueve, es el número de una casilla de
correo?
193
—¿Por qué ahí?
Afuera, el cielo era de un gris sombrío. Lo único seguro del clima de abril en
Watertown era que siempre cambiaba. El viento de ayer había dado paso
a una extraña calma, y las nubes se cernían sobre nosotros como lana
empapada.
Noah dijo:
—Lo siento. No quise decirlo así. Sé que cuidar de mí parece la cosa más
natural para ti. En ese entonces eras sólo un niño encargándose de todo
en la Casa Seale y nos mantenías a todos en movimiento. Especialmente
en los días malos, cuando Hazel estaba realmente drogada. Fuiste mucho
194
más un padre adoptivo que ella. Es una de las razones por las que tanto te
amaba.
Tan pronto como la confesión salió, me sentí nerviosa y un poco incierta, sin
embargo, mi vergüenza se evaporó cuando Noah extendió la mano y
tomó la mía en la suya. Fue sorprendente lo reconfortante que se sentía el
tener sus dedos cálidos rodeando los míos.
—Aquí vamos.
—Supongo que era inevitable que nos dejara uno, ya que era su favorito.
Sólo me alegro de que no esté encriptado.
—Espera un minuto. Esos son los símbolos del Clue, no del Monopoly.
—Entonces Jack cambió las reglas; déjame terminar: “En la última ronda
cada jugador recibe una última tirada de los dados para ver dónde van a
195
parar. ¿Puedes averiguar dónde parará cada uno? —Di vuelta al papel—.
Aquí está la lista de pistas.
1. Los cinco jugadores son: aquel con el veneno, aquel que aterrizó en la
Avenida Oriental, Jocelyn, la persona con el tubo de plomo, y el jugador
que terminó en los Jardines Marvin.
Dije:
—Mira esa última pista. ¿Jack se esconde porque tiene miedo de ser
arrestado?
196
Eché un vistazo a las piezas del rompecabezas.
—Parece que no hay suficiente para terminar esto. ¿Por qué no ves si
pueden encajar?
Noah sacó la bolsa de plástico del primer sobre y tiró el resto de las piezas
en el mostrador. Ambos trabajamos en silencio por un rato, y yo me
enfrasqué en las pistas mientras el jugador de Jack fue a la Cárcel y mi
personaje terminó atrapado en la plaza Chance17. Eso encajaba, ya que
tanto en mi vida parecía haber sucedido por casualidad.
—¿Cómo va eso?
—Un minuto más. —Le puse una cruz a los recuadros en mi cuadrícula y
marqué círculos en las casillas correctas—. Ten, terminé. De acuerdo con
197
esto, Beth termina en la Avenida Oriental con el cuchillo. Eso no es una
sorpresa, ¿verdad? Y yo tengo el revólver.
—¿Por qué?
—Drogas.
—Solías decir: “¿Por qué se envenena con esa hierba mala y ese polvo?”
—Noah, ¿qué pasa con esa otra pista? “Cizaña de hazel, malas hierbas
que apestan…” ¿Crees que Jack se refería a sus caladas?
198
—Tal vez. No puedo estar seguro. Hay docenas de tiendas de mala muerte
como esa en los sectores más antiguos de la ciudad. Podríamos ir en busca
de ella, supongo. Excepto que no sé cuánto tiempo tomaría.
—¿Cuántos años crees que tiene Hazel? ¿No estaba ya en los mediados
de los cincuenta, cuando Jack y yo estuvimos allí? ¿Así que tiene tal vez
sesenta? Aquí podría ser donde está.
—¿Por qué?
199
—Sí, bueno, ahora estoy más que dispuesto a reunirme con él. Preferiría
una lucha abierta a todo este recorrido.
—Pero Gerard no luchará justo. Ya lo sabes. —Recogí las pistas y las piezas
del rompecabezas, poniéndolas en el sobre. Después me dirigí a la puerta.
—¿Adónde más? A ese instituto Park Place, ya que no está tan lejos de
aquí.
—No es eso.
—No.
200
En el cielo, las nubes grises se tornaban gruesas. Oí el rumor lejano de un
trueno, sentí la presión en el aire empapado. Una sensación de pánico me
atravesó, al igual que cuando estaba en el ascensor de la Torre de la Paz.
Parecía como si toda esperanza estaba siendo succionada hacia un túnel
negro, amenazando con llevarme con ella. Quizá Noah estaba en lo
cierto, queriendo poner fin a nuestra búsqueda. ¿Qué bien podría provenir
de Jack conduciéndonos de nuevo a la mujer que había odiado tanto,
secundando a Melody?
—Métete en el auto.
—No.
—¿Y tú no?
—¡Está bien! Te llevaré a ver a Hazel. Sólo entra al maldito auto, ¿ya?
—¡No me mires! No cerré la puerta tan fuerte. Tal vez sea todo por la
presión baja.
201
—Claro.
—No es mi novia.
Así que Hazel tenía Alzheimer. Sabiendo eso acerca de alguien más habría
sentido lástima, pero era difícil exprimir una gota de compasión por alguien
que había sido tan cruel.
202
—Un momento, ¿de acuerdo? —Miré a un tablero de corcho enmarcado
que tenía algunos papeles y una tarjeta pegada en él, y luego presté más
atención a los estantes. En uno había varias baratijas que estuvieron
encima de la mesa —ahora en ruinas— que había visto en la habitación
del segundo piso en la Casa Seale. El otro estante tenía tres fotografías
enmarcadas, lo cual realmente llamó mi atención. La primera era de Hazel
como una mujer joven, el parecido seguía ahí, aunque su sonrisa lucia
fuera de lugar. Otra era de ella como de cuarenta años, sentada en una
silla con un bebé. El tercero era de un niño pequeño con un mono.
Nos dimos la vuelta. Había una mujer en silla de ruedas. Todavía tenía el
mismo peinado en casco, pero ahora era más gris. Su cara estaba
demacrada, su cuerpo más en forma de pera que nunca. Sin embargo, no
había duda de aquellos ojos fríos, mientras se reducían en acusación.
—Mira, Hazel, tienes visita. —Su voz fue alegre cuando asintió con la
cabeza y preguntó—: ¿Cómo estás, Noah?
—¡Fuera de mi habitación!
203
25
La Historia de Noah
Traducido por Zeth
E
ra la tercera semana de octubre. El cielo era de un azul intenso y
estaba despejado, y el viento llevaba con él, el frio beso del otoño.
Se agitaban las hojas que cubrían el suelo forestal, susurrando como
si fuesen papel quebradizo. Me dirigí hacia adelante, asegurándome de
que mis pasos no pudiesen ser escuchados, mientras aspiraba el olor. El
polvoriento aroma de hojas muriendo era una de mis esencias favoritas,
seguida de la lluvia y las palomitas. Examiné los troncos de los arboles
oscuros, buscando a Noah y Jack.
204
alzó a mi atacante del piso, el dolor era insoportable mientras el alambre
cortaba mi piel. Sin embargo, él no me soltó y una oscuridad mareante me
envolvió.
Noah se giró.
205
—Nosotros lo vimos y empezamos a correr. Pensé que no te alcanzaríamos
a tiempo. Luego su nariz empezó a sangrar y él te soltó.
De alguna manera los tres regresamos a la Casa Seale con Corner Boy a
cuestas. Hazel estaba rebanando remolacha en la cocina cuando
entramos y Noah explicó lo que pasó. Luego él tomó el teléfono y se lo
tendió.
Sabíamos que estaba mintiendo por la manera en que sus ojos miraron de
un lado a otro como un insecto corriendo frenéticamente entre dos
rincones oscuros. Pero él bajo las escaleras y cerró la puerta tras él. Ella la
aseguró y apagó la luz justo cuando Noah la enfrentó.
—¡No es suficiente, Hazel! —Su voz era firme, sus ojos serios—. Conner es
peligroso. No es como los otros chicos que están tan asustados que hacen
lo que sea para no quedarse en el sótano. Ningún castigo será lo
suficientemente fuerte para hacerlo preocuparse. Especialmente si ese es
el único castigo que obtiene por tratar de matar a Jocey.
206
—Ella puede cuidarse sola.
Le dije:
—Nunca lo hará.
***
207
—La mayoría del tiempo ella no recuerda quien soy. No conté con que esa
enfermera diría algo.
—¿Por qué les diría que Hazel era mi madre, cuando ambos la odiaban?
No era estúpido.
—Sí.
Analicé su rostro para encontrar un parecido con las fotos que había visto.
Era ligero.
—No mentí, te dije que mi madre era una drogadicta que quedó
embarazada de su proveedor de drogas y que nunca me quiso en
realidad.
—Creció allí. Su madre murió cuando era pequeña y su padre la crió. Él era
malvado. Pudo haber parecido de carácter fuerte, pero siempre estaba
débil y asustada… atrapada, supongo. Ella cuidó del desagradable viejo
por años hasta que éste murió. Tomando drogas era como lidiaba con él.
—¿Y? ¿Quién no tuvo una vida difícil? Al menos ella tuvo un hogar.
Además, cuando te estaba contado sobre el pasado de Melody, dijiste
208
que no tenías simpatía por las personas que justifican su mal
comportamiento con una mala niñez.
—¿Lo fue?
Él miró a lo lejos.
Recordé esa primera noche cuando Noah bajó al sótano para decirnos a
Jack y a mí donde estaban las mantas y la linterna. Jack y yo creímos que
era simplemente otro chico huérfano que había aprendido a sobrevivir en
el sistema. No nos dimos cuenta cuánto más había en su historia.
—Supongo que estás en lo correcto. Debe de haber sido difícil hacer ese
balance constante de mantener a todos en línea. Cuidabas de ella y
llevabas la casa, también.
—La peor parte era ver como todos los niños la odiaban. Estaba asustado
de que también me odiasen, si se enteraban. Cuando era pequeño, Hazel
y yo aprendimos por las malas como sería. Los primeros niños huérfanos me
dieron una paliza para vengarse de ella. Así que después de tomar a otro
grupo de niños, ella decidió hacer que pareciera que yo era simplemente
otro chico en la casa. No tenía mi propia habitación, y la llamaba Hazel,
de la manera en que todos lo hacían. Nadie supo que yo era su hijo ya
209
que no nos parecíamos. Y ella me había dado el nombre de soltera de su
madre, Collier, como apellido. Así fue que me convertí en Noah Collier.
—¿Cómo te hizo sentir eso? ¿Tener a Hazel negando que tú fueras su hijo?
—Vamos, Noah. Fui criada por una madre que no me quería tampoco,
¿recuerdas?
Se puso de pie, bajó la mirada hacia mí con una expresión que no pude
descifrar.
—Entonces, ¿ya hemos terminado con toda esta mierda? Tenemos que
resolver por qué Jack nos hizo venir hasta aquí.
210
decidida en encontrarla en primer lugar? Había muchos sentimientos sin
resolver en mi interior, pero también sabía que hasta que encontrara a
Jack, la mayoría de ellos necesitaban ser dejados de lado. Cuando
finalmente viera a mi hermano, tendría algunas duras preguntas que
responder acerca de traernos aquí.
211
26
La Clave Cifrada
Traducido por Viktoriak
H
azel se había trasladado de la silla de ruedas a un sillón frente a la
televisión, donde se inclinaba hacia adelante con el control remoto
entre los dedos. El sonido de la televisión era bajo. Sus ojos estaban
absortos en la pantalla, mientras pasaba de canal con rapidez en un
borroso lío de imágenes de telenovelas, programas, concursos e
infomerciales.
Noah arrimó la otra silla y tomó el control remoto, el cual ella enseguida le
arrancó de las manos.
—Hazel —dijo él con voz suave—, ¿por qué no apagas eso para que
podamos hablar?
Ella sacudió la cabeza, moviendo el casco de cabello gris piedra, sus ojos
todavía pegados a la pantalla, con los canales saltando de uno en uno
velozmente. A pesar de todo su deterioro, tanto físico como mental,
todavía tenía el fuerte deseo de darle un puñetazo. En su lugar, le dije:
—¿No puedes intentar al menos una vez en tu vida ser amable con Noah?
—¡Tú eres aquella chica tan mala! Tú cerraste la puerta, ¿no es así?
212
Me indicó con una mirada que debía comenzar a buscar en la habitación.
Me moví fuera de la línea de visión de Hazel, y sus ojos se deslizaron de
vuelta a la pantalla de la televisión. Noah intentó de nuevo.
Ella no respondió.
No hubo respuesta.
Les di otra mirada a las fotografías tomando nota de los detalles de Noah
como bebé y como niño. Aquello me tocó con una extraña melancolía.
Me sentía irritada con Jack, debido a que habría estado feliz de haber
vivido siempre sin saber la verdad acerca de Hazel y Noah.
213
—¡Ladrona! —gritó Hazel de una forma tan familiar que me sobresalté. Me
di la vuelta, y la vi mirándome con ojos furiosos—. ¡Aléjate de ahí!
—¡Eso no fue amable! Si no puedes ser amable entonces les diré a las
enfermeras que no puedes recibir esta noche tu medicación.
—No, es demasiado alta para usar tus pantalones. —Me miró mientras
cerraba el estuche y lo escondía detrás de mi espalda—. ¿Te ibas a llevar
sus pantalones? —Negué con la cabeza y él se giró de vuelta hacia
Hazel—. No, ¿ves? Ella está dejando tus pantalones justo donde estaban.
Noah vino y recogió el control remoto y sus baterías, poniendo todo junto
de nuevo.
—Lo hice todo por ti, Noah. Di todo por ti. —Su voz ya no era débil o
quejumbrosa, y su mirada estaba despejada cuando lo miró.
214
Unos segundos más tarde volvió su atención a la televisión y comenzó a
pulsar el control remoto tan rápido que las imágenes y el sonido se
convirtieron en un borrón ilegible. Salimos de la habitación.
Una vez dentro del auto, abrí el pequeño estuche. Saqué el cuchillo y
desenrollé tres tiras de papel de color rojo alrededor del mango.
—Hazel nunca ha poseído nada como eso —dijo Noah—. Jack debe
haberlo puesto ahí.
—Estoy de acuerdo. Además contiene éstas pistas, así que sabemos que es
de él. Lo que significa que estuvo en la habitación de Hazel no hace
mucho.
215
Tomé un lápiz, volviendo a copiar las letras en mi bloc de notas. Entonces
comencé a sustituir las letras para resolver el código.
—Esta tiene un tipo de sello que no puedo leer, sin embargo, estoy seguro
de que tú lo podrás hacer. —Y entonces me la tiró de vuelta.
—¿Qué pasa?
—Todo. Todas estas pistas son sólo un montón de cosas de niños. ¿Y para
qué se molestaría él en venir a la habitación de Hazel a esconder ese
cuchillo?
—¿Te has parado a pensar que Jack podría estar haciendo todo esto
porque ha tenido algún tipo de desequilibrio mental?
216
—Ah, eso. Sí, lo sé. Iba a hacerme cargo… —El ceño de Noah se
profundizó—. ¿Pero tengo que hacerlo en este momento?
—¿Qué pasa?
—¡A veces Don puede ser tan molesto! Tengo que ir a la corte.
—¿Por qué?
—¿Cuánto retraso?
Él sólo hizo un gesto brusco con la cabeza, pero fue suficiente para
hacerme sentir aliviada de haber arreglado las cosas. Tomé el cuchillo y le
di la vuelta. Lo examiné centímetro a centímetro. Pero no encontré nada a
excepción de una hoja de buena calidad con el nombre de la marca
Cold Steel grabado en el mango. Poniéndolo de nuevo en el estuche,
tomé la pista con los números romanos y conté la cantidad de números en
español que representaban.
217
Pronto llegamos a la Corte del Condado de Jefferson, estacionamos y
bajamos. Entramos al vestíbulo principal, y Noah ubicó la línea
correspondiente. Yo fui por un pasillo en busca de una fuente de agua
potable. En mi camino de regreso me sorprendí al ver a Zachary Saulto, el
sujeto de ISI que había hablado con nosotros en la biblioteca. Seguía
teniendo la misma confianza en sí mismo para alardear y pavonearse
como la última vez. Sonriéndome, con su rostro de Silly Puffy viéndose
todavía aun más espeluznante bajo la luz fluorescente.
—Mi jefe, Sam Marvin, me pidió que viniera a comprobar cómo estabas.
Nos enteramos del incendio. ¿Estás bien?
—Mira, puedes hablar con Noah si lo deseas. Pero yo no tengo nada que
decirte. —Me dirigí al vestíbulo y él comenzó a caminar a mi lado.
—Es una historia muy larga. —Él dio un paso más cerca y se inclinó, como si
lo que estaba a punto de decir era confidencial—. Básicamente, Paul
Gerard tomó algo que pertenecía a nuestra empresa. Jack fue a
recuperarlo para nosotros.
218
—¿Por qué haría eso?
—¿Hubo un problema?
—Si les robo, entonces ¿por qué ISI no involucró a la policía en lugar de a
mi hermano? Espera, déjame adivinar. No querían hacer público el hecho
de que no pudieron proteger sus propios activos.
—Sólo para que lo sepas. Él nunca ha podido resistirse a las rubias altas y
guapas. Pero entonces, yo tampoco lo he hecho.
219
—Estoy más allá de comenzar. —Sonrió, y me pregunté si esa sonrisa falsa
no le haría daño a sus mejillas—. Dime una cosa, ¿qué ves en un geek de
computación como Noah?
—Y cerebro.
No la tomé.
—¿Qué cosa?
—La verdad. Si están tan preocupados por mí, se honesto. Dime lo que se
robó Gerard y mi hermano trató de recuperar.
Miré a Noah.
—Vámonos.
Nos dimos la vuelta y sentí la mirada de Saulto sobre nosotros hasta que
salimos de la corte.
220
27
Jason December
Traducido por Zeth (SOS)
D
urante los pocos minutos siguientes, Noah mantuvo un ojo en el
espejo retrovisor mientras conducía. Le dije todo lo que Saulto dijo,
y me pregunté en voz alta qué le había robado Paul Gerard a la
ISI y cómo mi hermano había logrado recuperarlo. Noah y yo coincidimos
en una cosa: Jack definitivamente lo había obtenido, la cual era la razón
por la que fingió su muerte. Era también la razón por la que Gerard me
atacó después y luego le prendió fuego a la casa de Noah.
Entre más hablábamos, más seria se ponía la cara de Noah, sabía en qué
debía estar pensando. La historia de Saulto explicaba mucho, simplemente
no explicaba suficiente. Ambos nos sentimos frustrados y que nos
acercábamos, pero aún permanecíamos en la oscuridad.
—¿No es Saluto el saco más grande de Erv que hayas conocido jamás?
221
Él rió.
—Sí, lo es.
—Odio cuando a los chicos presuntuosos les gusta venir detrás de mí.
Secretamente disfruté su mirada celosa. Era genial ser más para Noah que
sólo la hermana de su mejor amigo.
Dejamos el área del centro y regresé a las pistas. En una de las tiras
convertí los números romanos en números regulares.
20 15 16 19 5 8 20 19 11 18 1 13 24
—Ya que ninguno de ellos pasa del veintiséis, deben representar letras.
TOPSEHTSKRAMX
222
(LA X MARCA EL LUGAR)
—Estás bromeando.
Recordé las muchas veces que habíamos visto esas películas “Indy”. Hazel
no permitía cable o alquileres, pero tenía al menos veinte DVD’s que vimos
repetidamente, incluyendo la antigua trilogía de Star Wars.
Cuchillos y agujas
conduciren a la muerte.
Se lo leí a Noah.
223
—No, pero no es sorprenderte que el rompecabezas sea sobre ella. Él nos
dejó un cuchillo, ¿cierto? Y ella también estaba en el problema de lógica.
Deberíamos haber sabido que el problema envolvía a Beth. ¿Qué hay de
la última pista?
December hecho?
en el Evening Sun?
Leí esto en voz alta para Noah y traté concentrar mi interés sobre en qué
significaba.
224
Luego de un poco de búsqueda encontramos “The Evening Sun,” que
estaba en Norwich. Y dije:
—No habría un obituario sobre Jack en este periódico. Norwich está hacia
abajo, en la parte inferior del estado. Su accidente ocurrió cuando él
regresaba a casa desde Albany, luego de una asignación laboral.
—Sí lo hace. ¿Sabes el reporte sobre su accidente que la ISI me envió? Esa
es la imagen que ellos enviaron de su auto siendo remolcado.
225
28
La Petición
Traducido por Nanndadu
E
stás seguro?
Sacudí mi cabeza.
—O Jack les quería hacer creer que se había ido, o ellos son los que están
fingiendo su muerte.
—No lo creo, porque él dejó todas estas pistas para nosotros. No podría
hacer eso si estuviera encerrado en algún lugar. Pero una cosa sí sabemos:
algo ocurrió el dieciséis de marzo. Y lo puso en tal peligro que él o ISI
fingieron su muerte.
226
Salí de Internet, apagué la laptop, y la puse en la parte trasera. Me dejé
caer en el asiento mientras Noah prendía el motor. Y dijo:
—Esa es una pregunta difícil. Jack nos dio tres pistas con el cuchillo, pero
ninguna de ellas tiene suficiente información. El periódico nos dijo algo
importante, pero ¿qué hacemos con ello? En cuanto a las otras dos, no
sabemos dónde está la X que marca el lugar, y tampoco sabemos dónde
está Beth.
227
bancas. En el verano, el río gris verdoso estaría lleno con botes, pero bajo
el cielo nublado de hoy sólo había un par de barcos de vela.
—Sí.
Noah sonrió y capturé un breve vistazo del chico que había significado
tanto para mí.
Apreté mis ojos cerrados. Noah no dijo nada y esperé, con la silenciosa
esperanza de que retirara su petición.
228
***
Corrí a través del suelo cubierto de nieve, mis pies temblando entre el
entumecimiento y el dolor. Los copos de nieve habían dejado de caer y el
cielo nocturno estaba despejado, cortando el mundo a la mitad: brillante
blanco en el suelo, un negro estrellado arriba. El aire helado quemaba mi
nariz y mi garganta, haciendo una nube de humo delante de mí cuando
exhalaba. Las lágrimas se convertían en carámbanos de hielo sobre mis
mejillas. A pesar del amargo aguijón del helado clima, era el dolor
punzante dentro de mí lo que peor hería. Seguía repitiendo la mirada de
traición en los ojos llenos de lágrimas de Noah, mientras él levantaba
lentamente su cabeza de sus brazos y me miraba con odio.
***
—Jocey, sólo era un niño realmente asustado. Pero el final del camino está
bien. Sobreviví, y tú también lo hiciste.
229
29
Confesión
Traducido por Lorenaa
E
staba lavando los platos y cantando con los Beatles, manteniendo
todas la vacilantes notas de “Ticket to Ride”. Sólo teníamos
permitido escuchar la vieja emisora de Watertown y para
asegurarse de esto, Hazel había utilizado pegamento en el dial.
—Cantas tan mal —dijo Beth aunque su tono fue suave. Su largo cabello
rojo y rizado estaba hacia atrás con una goma elástica y sus cejas eran tan
pálidas que difícilmente podías verlas.
Sonreí.
—Oh, ¡vamos! Sabes que algún día lo voy a lograr en grande como estrella
del Rock. Especialmente con este cuerpo. —Ella sólo sacudió la cabeza y
yo seguí cantando.
230
casa siempre se sentía fría, especialmente en el segundo piso. Realmente
extrañaba los días de verano y los primeros de otoño cuando éramos libres
de los confines de la Casa Seale.
Tomé el plato que Beth me pasaba y lo sequé. Deseaba haber sido capaz
de ir con Jack y Noah en sus mandados. Cada vez más, me preguntaba
cuán larga iba a ser la vida en esta casa sin que nada malo sucediera.
Sólo esta mañana Georgie había tratado de incendiar las cortinas otra vez,
y yo las había visto auto extinguiéndose antes de que el fuego las
devorara. Hace dos noches me desperté de un sueño, encontrándome a
mi misma de pie al lado de la pared de la habitación. Se ondulaba y
vibraba debajo de las palmas de mis manos como un organismo vivo. Tuve
una terrible visión de eso filtrándose hacía mi, engulléndome como un
extraterrestre en una película de terror. Por extraño que parezca, todas
estas cosas molestas parecían correr en paralelo con la creciente
agitación de Hazel y el comportamiento cada vez más retorcido de Corner
Boy.
Noah tuvo varias charlas severas con Hazel sobre Conner. Nada cambió.
Antes ella había sido tan dura sobre la aplicación de las reglas en la Casa
Seale, pero ahora parecería que había perdido su determinación. Nos
preguntábamos si eso era por el uso de las drogas. O bien, ni la marihuana
ni las inhalaciones ocasionales de cocaína le daban el escape que
necesitaba o había un problema con sus suministros. No lo sabíamos y no
era un tema que podías sacar sin meterte en serios problemas. Pero a ella
231
no le importaba mucho lo que hiciéramos a menos que te la cruzaras
directamente y entonces dejaba volar su control.
Dixon forcejeaba para mantenerse sujeto a mí, pero cuando ella sacudió
su brazo se soltó y gritó de dolor.
—¿Cuántas veces les tengo que decir que no corran por la casa, niños?
¡Ahora has roto la lámpara, y yo tendré que limpiarlo!
—¡Cómo te atreves!
232
Nunca la había visto tan fuera de control, y deseaba desesperadamente
que Jack y Noah volvieran a casa. Su voz se volvió amenazante cuando
ordenó—: ¡De… ja… lo… ir!
Dixon estaba histérico ahora tanto por el miedo como por el dolor de
haberse convertido en un tira y afloja humano.
Sacudí mi cabeza.
Usando su mano libre para abrir la puerta del sótano, arrastró a Dixon
hacía la oscuridad abierta. Ella y yo éramos de la misma altura y
estábamos equilibradas en nuestra batalla por Dixon, pero tenía miedo de
que le desencajáramos los brazos, así que lo solté. Escuché a Corner Boy
subir corriendo las escaleras, se reía enloquecidamente y a sangre fría
mientras esperaba fuera de nuestra vista. Dixon gritó como un animal
aterrorizado sabiendo que se lo iban a comer vivo, y sus brazos fallaron
cuando intentó escaparse. Miré hacia los ojos insensibles de Hazel. Era tan
cruel como una serpiente. Una tranquila comprensión se apoderó de mí.
No podía dejarla hacer esto de ninguna manera. Lanzándome hacia
delante, la golpeé en el estomago. Fuerte.
233
al lado de mis propios sentimientos furiosos. Ella no se acercó más pero sí
dijo:
Dixon se quedó con los puños cerrados a sus lados, su delgado cuerpecito
rígido.
234
—El aire estaba lleno, una hora más o menos —susurró—, con trozos de
algodón barato y calicó.
Más sonidos de golpes se elevaron hasta nosotros desde los escalones del
sótano y la puerta se estremeció bajo un gran impacto. Hubo un chillido
agudo que podía haber venido de cualquiera de los dos, Conner o Hazel.
—¡Te dije que te callaras! —gritó ella dirigiéndose hacia él. Di un paso entre
los dos, sujetando el cuchillo entre ambas manos, preparada para usarlo.
Dixon parecía no vernos para nada. En cambio sus ojos estaban clavados
en la puerta mientras recitaba su amado libro.
—Apártate, Dixon.
235
—Lo sé, lo sé —dije. Él deslizó su fríos deditos entre los míos y esperamos.
236
30
Mentiras
Traducido por carmen170796
H
azel se sentó en una de las sillas del comedor y la sangre brotaba de
los rasguños en su cara. Había marcas de mordidas en sus brazos y
parte de su cabello había sido arrancado. Para mi asombro, su
patética apariencia parecía avivar la simpatía del oficial más viejo. Él tenía
una cara redonda con cabello gris como cartón, y le hablaba a ella
calmadamente. El policía más joven estaba abajo en el sótano, buscando
a Conner.
237
volteo a mirar a Hazel con simpatía. Después expresó su tristeza al tener
que informarle que el chico estaba muerto. Parecía que su cuello se había
roto en la caída. Hazel rompió a llorar. Ella cubrió su cara con sus manos y
sollozó.
El oficial más viejo se volteó hacia Hazel, quien levantó la mirada con una
expresión llorosa.
La miré con odio, aún cuando sabía que sólo ayudaría a que los oficiales
creyeran su historia.
Hazel le dio una sonrisa acuosa y puso una expresión angelical que se veía
extraterrestre en ella, como si le hubiesen brotado antenas y colmillos. Me
sentí enferma del terror, pero así eran las cosas en el mundo del cuidado
238
adoptivo. Al ser niños problemáticos con pasados atribulados, nadie nos
creería.
―¡No, no! ―le rogó ella a los oficiales―. El chico cayó de la escalera y se
rompió el cuello. Nunca lastimaría a uno de mis niños.
―¡No hasta que mire donde le dije! ―El pánico vibraba dentro de mí como
una polilla atrapada golpeándose contra un frasco. A pesar de eso,
sostuve el arma firmemente en ambas manos. El frío metal parecía enviar
coraje a través de mi cuerpo para mantenerme de pie.
239
—Ya lo estoy.
240
—¿Por qué están tan enojados? —le pregunte a Jack en un susurro
miserable.
—Nope. Ahora con seguridad cerraran la Casa Seale. —Su voz carecía de
emoción y era tan diferente a ella. Siempre actuaba sin pensar, pero
alguien había apagado la tormenta y ahora se fundía en un pequeño
charco de nada—. Nos enviarán de vuelta de donde vinimos. O a un peor
241
lugar, con niños más grandes y una mamá más mala. Al menos aquí nos
teníamos mutuamente. Al menos aquí sabíamos qué esperar.
Nunca había escuchado a Beth decir tantas palabras, pero por primera
vez realmente deseaba que se callara.
Las lágrimas escocieron mis ojos, los cuales habían estado tan secos
segundos antes, y me alejé de él. En ese momento las bombillas en las dos
lámparas en cada lado de la sala explotaron, pedazos de vidrio roto
chocaron contra las sombras. La oscuridad se estableció en la habitación,
y Dixon dejó salir un terrible sollozo mientras que Evie empezaba a llorar a
gritos.
Desconsolada, corrí.
242
***
Jack había agarrado nuestras cosas y había dejado la Casa Seale poco
después de que yo lo hiciera. Él siguió mis pisadas en la nueve, y una vez
que me encontró, permanecimos juntos durante esa larga noche.
Temprano en la mañana tomamos un bus a Syracuse, donde vivía la prima
de nuestra mamá. Melody estaba ahí, dado que había terminado con Erv
un mes antes.
Asentí.
243
—Durante esos años después de dejar Watertown, realmente traté de
olvidar todo. Pero ahora quiero saberlo. ¿Qué te paso, Noah, después de
esa horrible noche?
—¿Cómo pudiste hacer eso? Eras un menor. Quiero decir, ¿quién te cuido
mientras Hazel estaba en la cárcel?
—Lamento todo, Noah. Aún me siento terrible por ti y todos los chicos.
—No fue tu culpa. Fue la de Hazel. Tienes que saberlo a estas alturas.
—Pero aún…
244
tiernamente mientras el frío viento se arremolinaba alrededor de nosotros.
Una sensación de calma se deslizo a través de mí, y me relajé. Finalmente
Noah me liberó, y nos sonreímos uno al otro hasta que él soltó mis brazos y
su expresión se volvió perpleja.
245
31
Reconocimiento
Traducido por Vettina
Q
ué demonios está pasando? —dijo Noah en una voz baja
mientras empujaba la manga de mi camisa. Sacudí mi cabeza,
—¿
incapaz de hablar. Ambos nos quedamos mirando hacia la
sangrienta marca de la mordida en mi brazo. Sacó un pañuelo blanco de
su bolsillo y limpió la herida—. ¿Por qué luce mucho peor que ayer?
—No. Un doctor llamaría a mis padres adoptivos. No quiero que sepan que
vine aquí en lugar de ir a acampar.
—Dime.
—En una forma extraña, siento como que hay una conexión entre la Casa
Seale y yo. Tal vez es por lo que pasó.
246
Recordé mi primer encuentro con Conner, y como me había mordido en
exactamente este mismo lugar en mi brazo. El rostro preocupado de Noah
mostraba que él tenía el mismo pensamiento.
Le dio golpecitos para secarla con una toalla de papel. A su favor trató de
ser un caballero y mantuvo sus ojos en mi brazo. Sabía que no era fácil, ya
que llevaba un sujetador deportivo de corte bajo color lavanda.
—Jocey…
Cubrió la herida con una fuerte dosis de gel anti bacterial y la cubrió con
una gasa.
Después de que Noah terminó de vendar mi brazo, agarré una camisa azul
de mi bolso. Mientras me la ponía dijo:
247
—Gracias —murmuré, besándolo y disfrutando de la forma en que me
regresó el beso.
—Vamos a ir a la biblioteca.
—¿Por qué?
248
tacos. En el momento en que terminamos de comer y llegamos de nuevo a
la pequeña casa de la ciudad, estaba cansada y desanimada.
—Oye, Capitán Solo, soy una chica grande ahora y puedo manejarme
fuera del Halcón Milenario.
—¡Acabo de entenderlo! Hazel solía vivir aquí, ¿cierto? Ese Toyota que
hemos estado conduciendo es de ella, y no de una antigua novia.
—Un esposo y una esposa. Pagaron mucho por ella, ya que Hazel les dejó
mantener la mayor parte de los muebles. Lo convirtieron en una posada.
249
No tuvo mucho éxito, sin embargo, y al final trataron de volverla a vender.
El lugar estuvo en el mercado por un año, cuando ocurrió el incendio.
—Si ese brazo tuyo no está mejor por la mañana, vamos a la sala de
emergencias.
—No está doliendo en este momento, así que no nos preocupemos por
eso.
—Sí, bueno, creo que sería bueno tener una cama de verdad para eso.
Eso me hizo reír. Miré a Noah a través de las sombras: siempre me había
gustado su voz y sus ojos. Ahora me encantaban sus labios también.
Alegre, comencé a caer en el pozo profundo del amor. Esperaba con
todo mi corazón que nada sucediera para arruinarlo.
250
Nos besamos un poco más, y en el momento en que terminamos, estaba
más relajada de lo que había estado en días. Acostada entre sus brazos,
dije:
—¿Noah?
—¿Sí?
—¿Noah?
—Había un artículo que leí hace un tiempo acerca de gemelos. Cómo que
casi pueden compartir los pensamientos del otro. ¿Crees que algo de eso
esté pasando aquí?
—No lo sé. La mayoría de la gente diría que no es muy lógico. Pero solía ver
la forma en que actuaban tú y Jack el uno con el otro. A veces era como
si compartieran el mismo cerebro. Él comenzaba una frase y tú la
terminabas.
Los dos nos quedamos dormidos por varias horas. Un rato después me
desperté. Noah no estaba a mi lado. Me quedé quieta, mis oídos atentos a
los sonidos apagados de la noche. Podía oír fuera la lluvia cayendo y sabía
que la cubierta de nubes había liberado finalmente su pesada carga. Al
presionar la luz de mi reloj, vi que era un poco pasada las tres. Quizá sólo
251
había ido al baño. Anhelaba el calor de sus brazos alrededor de mí y me
giré de lado, mi mano se deslizó por debajo de mi almohada improvisada.
252
32
Pelea
Traducido por Lalaemk
D
ejé caer el teléfono, tomé mi mochila, e introduje mis pies en mis
zapatos. Llegué a la puerta de entrada y busqué a tientas la
cerradura, el cuchillo aún en mi mano. Finalmente desbloqueando
el cerrojo, tiré de la puerta abierta y vi una lluvia constante.
—¡Suéltame!
—¿Por qué?
253
Noah decía mi nombre. Mirando por encima de mi hombro, me sentí
aliviada de ver que me estaba siguiendo, llevando la bolsa de lona de su
computador portátil. Corrió velozmente, alcanzándome.
254
convirtieron en una mancha dentro de la cortina de lluvia, y me quedé
temblando de la fascinación, observando los viciosos empujes de puños y
pies. No escuché sonido alguno de ellos por la lluvia.
—¿Estás bien?
255
en el interior. Oí el motor de un automóvil. Cuando sacó su Jeep Cherokee
por el camino de entrada, subí en él.
—Nada permanente.
—Creí haber escuchado algo y fui a investigar. No creo que tú tengas una
explicación razonable del por qué te estabas dirigiendo a la puerta
principal sin mí, ¿verdad?
—¿Entonces qué?
—Estás enojado.
—¡No me digas!
—No lo sé. ¿Por qué esa bomba se activó, y por qué el ninja negro se
presentó esta noche y trató de matarte?
—¿Cómo lo sabes?
256
—Luché una vez con él en mi dojo, ¿recuerdas? Él tenía algunos
movimientos particulares que nunca alguien más usaría.
—Creí… no sé qué creí. Algunas veces parece que no puedo separar los
sueños de la infancia de lo qué está pasando. —Pausando, tomé una
respiración lenta—. Mientras te habías ido, Jack llamó a tu celular y me dijo
que saliera de la casa.
—¿Qué?
Ninguno de nosotros dijo algo por varios segundos hasta que él preguntó:
—¿Estás segura de que era Jack? —Sólo lo miré y asentí con una expresión
sombría—. Bien. Así que, ¿Cómo sabía acerca de la bomba?
—No lo sé. Todavía estoy aturdida por el hecho de que escuché su voz y sé
con certeza que está vivo.
Noah me estudió.
—¿Por qué llamar? ¿Por qué no sólo apareció y nos ayudó? Pude haber
muerto esta noche, y Gerard te pudo haber atrapado.
Le di tres tabletas, junto con una botella de agua del asiento trasero.
—Lo siento mucho, Noah. Debí tratar de buscarte. Pero después de que
encontré el cuchillo bajo mi almohada y luego recibir la llamada de Jack,
estaba asustada. Tomé mi bolso porque las pistas estaban ahí.
257
Mi maleta pequeña llena de ropa había quedado atrás, junto con mi
portátil. Mi interior se encogió ante una pérdida tan costosa, por no
mencionar todos los archivos que no pude respaldar porque había estado
muy ocupada. Al menos ya había enviado por correo electrónico mi
ensayo de inglés.
—Bien, entiendo. Pero no podemos seguir así, sabes. Estamos siguiendo las
migas de pan que nos dejan caminando en un círculo.
—No tengo ninguna idea. Aunque siento que si Jack no puede venir hacia
nosotros, nosotros tendremos que ir hacia él. ¿Pero cómo hacemos eso?
258
Las pistas envueltas alrededor del cuchillo no nos dijeron lo suficiente. Tal
vez no hay nada más que podamos descifrar.
—En mi bolso.
259
33
La Asignación
Traducido por Maru Belikov
B
ajo el fuerte resplandor de la luz del estacionamiento, Noah y yo
terminamos el rompecabezas juntos. Con las últimas cuatro piezas
en su lugar, se mostraba una foto en blanco y negro de una
pequeña tienda con un letrero encima de la puerta que decía: TATTOO
ORIENT.
—Yo tampoco.
—Esto luce de algún modo familiar —dije mirándolo—. ¿Sabes dónde es?
—No, pero podemos encontrarlo en internet. Eso es, si mi laptop está bien
después que la dejé caer.
260
La lluvia había parado pero el aire estaba pesado con humedad, y una
niebla brumosa estaba empezando a desplazarse desde el río. Manejamos
a través de Watertown a un área no muy lejos de la Avenida Keyes, hacia
la calle de la Casa Seale. La tienda de tatuaje estaba entre una
peluquería y una boutique de consignación.
Noah dijo:
Tenía razón, aunque fue incómodo sentarse con nuestras ropas mojadas
mientras el tiempo marchaba lentamente. Noah dejó el auto en marcha
por un tiempo, las rejillas de ventilación soplaban aire caliente sobre
nosotros para ayudarnos a secar nuestras ropas. En un momento cerré mis
ojos e intenté ignorar el golpeteo bajo en mis sienes. Por fin, la adrenalina
se filtró de mi cuerpo y me quedé dormida de momento, a menudo con
espasmos que me hacían despertar. Mientras el cielo se volvía de un
traslucido gris en el este, escuché algo y abrí mis cansados ojos para ver un
auto de policía dirigiéndose a nosotros.
—Noah despierta.
—¡Lo que faltaba! —dijo, su voz gruesa por el sueño. Dos oficiales salieron
de su auto y se nos acercaron. Noah bajó la ventanilla y uno de los policías
miró hacia dentro y pidió ver su licencia y registro.
261
Él policía estudió los papeles y entonces dijo:
—¿Por qué?
—Fantástico.
—No puedo realmente culpar a Don. Dos casas a las que estoy conectado
consiguieron volar en menos de 48 horas.
Una vez que llegamos allí. Me hicieron esperar en una vacía habitación
para interrogatorios, donde me mordí las uñas y me preguntaba si alguien
iba a venir y hablar conmigo. Mi mente giró laboriosamente a lo largo de
un confuso ciclo. El recuerdo de escuchar la voz de Jack por teléfono me
llenaba con alivio y dicha. Ahora tenía una prueba de que él no había
muerto en el accidente de auto. Y aún así la verdad también trajo más
confusión y preguntas sin respuesta. Sólo Jack podría atar los cabos sueltos.
262
estiré. Mi necesidad de ir al baño me envió a la puerta, donde probé la
perilla y encontré que no estaba bloqueada. Abriéndola, me asomé pero
no vi a nadie. El oficial que había estado sentado afuera de la puerta
cuando vine ya no estaba en su silla y el pasillo estaba vacío. Supongo que
debió aburrirse y se fue. No podía culparlo.
—Quizás pasaste por alto algo obvio —dijo un hombre. Él sonaba familiar,
pero no creí que fuera el Detective Iverson.
—¿Te das cuenta cuán cerca estuvo Gerard de poner sus manos sobre ella
anoche? —preguntó un hombre con una voz más profunda.
¡Mi auto!
263
—Cálmate —dijo el hombre—. Sabes que hemos estado respaldando a los
dos. Si no fuera por la rápida conversación de mi parte con ese detective,
tú todavía estarías en la plancha.
—En cierta forma, sí. —Fue Saulto quien respondió esta vez—. Queríamos
poner un poco de presión para mantenerla en movimiento.
—¿Por qué no hablas con el Detective Iverson otra vez? Ve si él deja que
Jocelyn y yo salgamos de aquí para que así podamos terminar lo que
empezamos.
264
puertas finalmente se abrieron me deslicé dentro y pulsé el botón del
primer piso, contando los segundos hasta que las puertas se cerraron y el
ascensor empezó a moverse. Dejé salir el aliento que estaba conteniendo.
Todo tenía sentido ahora. Después de esa primera noche Noah parecía
ansioso por deshacerse de mí. Incluso me dejó dinero para que así me
fuera. Pero entonces, la segunda vez, cuando nos encontramos en la
pizzería, cambió su forma de ser tratando de ser amistoso. Prácticamente
demandó que regresara a su casa y me quedara. Por primera vez todo
estaba claro.
265
Después de que el taxi se detuvo frente a la tienda de tatuajes, le pagué al
conductor con el billete de veinte que obtuve del cajero automático. Él se
alejó, y caminé pasando el Jeep Cherokee negro de Noah. Una vez más
experimenté la enfermiza oleada de aplastante esperanza. Mirando más
allá, empujé la puerta del salón y entré, con un sonido de campana
anunciándome.
—Estaré contigo en un minuto —dijo una voz ronca a través de las cortinas
negras detrás del mostrador.
Pude escuchar el sonido de dos voces y miré por la ranura de las cortinas.
Todo lo que podía ver era la parte de atrás de un tipo corpulento con una
cabeza rapada y tatuajes en los brazos y cuello. Junto a él estaban las
piernas de una mujer joven acostada en una silla. Ella parecía estar
grabando algo en su tobillo, y los sonidos y muecas de dolor hicieron
parecer que un tobillo era un lugar doloroso para obtener un tatuaje.
—Hola, Beth —logré decir. Ella era un poco más corpulenta de lo que
había sido cuando éramos niñas. Su alguna vez largo cabello rojo había
sido rapado a unos meros centímetros, sus orejas y cejas pálidas cargadas
con perforaciones. Llevaba una camiseta suelta que mostraba un cuerpo
completamente tatuado con todos los diseños imaginables ondulándose.
266
34
“X”
Traducido por Lizzie
S
i alguna vez alguien me hubiera dicho que Angry Beth algún día
me abrazaría con flácidos brazos tatuados y sacudida a una milla
por minuto, no lo habría creído. Y, sin embargo eso es exactamente
lo que hizo. Me quedé allí mirándola gimotear a distancia como si
fuéramos viejas amigas que se acababan de ver entre sí hace unos días.
Fue increíble.
—Por cierto, Jocey, he estado pensando que debería haberte dicho algo
la última vez que estuvimos juntas. Fuiste una de las mejores amigas que he
tenido. Cuando compartimos esa habitación en la Casa Seale, siempre te
tomaste el tiempo para hablar conmigo. Incluso si estaba muy lastimada
para responder. Al principio no podía decirte lo mucho que significaba
para mí, y luego me olvidé de hacerlo. Sabes cómo es, ¿verdad?
267
—Me pongo enferma de esas putillas que quieren una mariposa en su
tobillo o una flor en el ombligo. ¿Sabes lo que quiero decir? Realmente me
molesta.
—Tengo que volver al tatuaje. ¿Vas a venir más tarde para que entonces
podamos hablar?
—Está bien. —No podía entender por qué en la tierra Jack me había
enviado allí o cómo podría traer a colación el tema.
***
268
—No seas cobarde. Vamos.
—La próxima vez, me dejas fuera de tus estúpidos planes, ¿lo harás?
***
269
Pensé en mi segunda visita a la habitación de Hazel hace unos días,
cuando me había encontrado de forma inesperada transportada allí.
Alguien o algo, ahora sabía, me había llevado allí por una razón. Se
suponía que debía abrir el cajón de la pequeña mesita, la baratija con
manchas de agua que todavía estaba asentada en su habitación de
arriba. Pero debido a que la chica había aparecido balanceando la
cadena, nunca tuve la oportunidad.
¿No era el único que nunca me había traicionado? Esta verdad fue clara,
amargamente revelada en la conversación oída entre Noah y Sam Marvin.
Oh, Jack, Jack... ¿dónde estás cuando más te necesito? Jack es ágil, Jack
es rápido, Jack salta por encima de esta mala pasada… ágil Jack…
saltarín Jack… irrelevante Jack…
Doblé una esquina y corrí hacia la casa de la que había pasado los últimos
cinco años huyendo.
Esta es la rata que se comió la malta que yace en la casa que Jack
construyó…
270
Obligada a caminar ahora, sostuve mi costado, esperando que el dolor se
fuera. Por último, en la distancia, la Casa Seale se levantaba como un
gigante medio quemado en la niebla. Me apresuré a cruzar la calle y subir
las escaleras. Empujando la puerta abierta, me moví dentro de la
oscuridad.
271
35
Jack
Traducido por Dai y LizC
D
e alguna manera subí las escaleras y a lo largo del pasillo que
conduce a la habitación de Hazel. Mi costado todavía dolía pero
el intenso ardor había disminuido un poco ahora que la imagen
estaba completa. No podía mirarla, no si iba a mantener mi cordura.
El piso crujió y gimió, mucho más retorcido de lo que alguna vez había sido.
Necesité todo mi coraje sólo para caminar a través de la Casa Seale.
Todavía apestaba a humo y madera mojada, también notando que olía
como al fétido olor de la muerte. Tuve una breve visión de este lugar como
un cadáver masivo donde nada humano podía sobrevivir. Pasé por la
puerta del dormitorio de las chicas y recordé a Evie hablando con su
muñeca, Juliann y Laura armando un rompecabezas juntas, y a Beth
sacando brillo a su cuchillo. Era el lugar donde había pasado tanto tiempo
soñando el día cuando Jack, Noah y yo podríamos dejar esta casa juntos.
272
Estaba arruinada, pero todavía fui capaz de abrir el cajón. Miré dentro,
estaba vacío.
¿Por qué otra pista que conduce a ninguna parte? Y mientras tanto, ¿por
qué convocarme para que me enamore de Noah de nuevo, sólo para
dejarlo apuñalar mi corazón como si yo fuera el vampiro y él Van Helsing?
Hola Jocelyn,
Si recoges esta carta la primera vez que te traigo a la habitación de Hazel, entonces parte de esto
no tendrá sentido. De todas maneras, espero que empieces con la pista en el sótano y sigas la
ruta que he trazado para ti.
―Eso es tan de ti, ¿no? ―dije en voz alta, sonriendo tristemente a pesar de
todo.
Antes de llegar a la razón principal de esta carta, necesito dejarte saber que pasó en ISI. Todo
empezó cuando mi jefe, Sam Marvin, vino a mí. Él dijo que había un hombre llamado Paul
Gerard que solía trabajar para la compañía, y que les robó algo.
273
Como yo era el único empleado que Gerard no había conocido, Sam me pidió que lo recuperara.
Dijo que no podía decirme qué era, pero dejó en claro que en las manos equivocadas podía
arruinar a su compañía.
Estuve de acuerdo en ayudar, porque no quería que Noah saliera lastimado. Si el ISI quebraba,
podría arruinar todo para el único hombre que siempre veló por mí. No podía dejar que eso
sucediera, así que tomé la información que Sam me dio y fui a buscar a Paul Gerard.
No voy a escribir los detalles aquí, pero las cosas terminaron mal. A pesar de que recuperé el
archivo robado de Gerard, él pronto descubrió lo que había hecho y me siguió. Me atacó, y
apenas pude escapar. Estaba lastimado, y me dejó realmente conmocionado. Sam Marvin nunca
debió haberme enviado tras ese archivo, ya que podría haber sido asesinado.
Una vez que por fin llegué a un lugar seguro, decidí echar un vistazo a lo que Gerard había
tomado y por qué era tan importante. Después de abrir el archivo, estuve molesto al enterarme
de que las puertas traseras habían sido codificadas en muchos de los programas de seguridad
del ISI. Lo que Gerard robó fue la lista maestra de las contraseñas para entrar en todas esas
puertas traseras ocultas, lo que supongo que podría venderse por mucho dinero. Sam tenía
razón en una cosa: en las manos equivocadas podría acabar con su compañía. Eso tal vez podría
incluso causar algunos arrestos, porque es ilegal.
Todavía quería proteger a Noah, pero no estaba seguro de dar las contraseñas de nuevo a ISI.
Necesitaba tiempo para pensar las cosas, así que escondí la lista. Luego conduje hasta Canadá y
274
recorrí el Parlamento y la Torre de la Paz. Ahí es donde llegué por primera vez a la idea de dejar
las pistas.
Probablemente has estado preguntándote por qué te he llevado en tan extraña búsqueda del
tesoro. En primer lugar, quería que volvieras a visitar el sótano. Siempre le tuviste tanto miedo, y
sobre todo miedo de enfrentar a la memoria de Conner y lo que hiciste. ¿Sabes, la última vez que
estuvimos hablando acerca de la Casa Seale lo traje a colación pero te habías olvidado de él… o al
menos lo bloqueaste? Creo que es importante que te permitas dejarlo ir. Después de todo, eras
una niña tratando de ser la madura y hacer lo que se necesitaba. No creo que nadie te pueda
culpar por eso.
En segundo lugar, te envié a la Torre de la Paz, porque quería que miraras hacia abajo en
Gatineau, Quebec, desde una gran altura y te dieras cuenta de que a pesar de que Melody fue
tan abusiva contigo allí, ella y Erv y todo ese lugar son insignificantes. A pesar de que estuvimos
allí sólo unos días, lo que Melody te hizo dejó una cicatriz en ti. Pero viendo esa ciudad, y a ella,
desde la distancia, ¿puedes ver lo pequeño y despreciable que era ella? Así como aquellas niñas
malcriadas en la escuela en Watertown, y lo mismo con Hazel y su crueldad. Todos ellos son
como guijarros en la orilla. Si los mantienes cerca de tu ojo, parecen gigantescos. Pero si los
pones a donde pertenecen, puedes tener una mejor perspectiva de lo que realmente eran.
En tercer lugar, te envié al Séptimo Libro de la Sala de Velación ya que representa a los que
perdieron la vida en tiempos de paz, y en algunos aspectos eso me representa.
275
Miré hacia arriba y arrugué el papel. ¿Qué quiso decir con eso Jack? Seguí
leyendo.
Además, parece importante para ti encontrar las otras personas que frecuentaban tu pasado. Ya
sabes cómo eres, Jocelyn, cómo no dejas de lado nada. Es por eso que quería que te encontraras
con Dixon, para que veas por ti misma que él está bien, y lo mismo con Beth. También quería
que vieras a Hazel y reconozcas lo impotente que se ha convertido, y lo patética que siempre fue.
Ahora, la razón principal por la que dejé las pistas. Lo hice porque principalmente quería que
pasaras tiempo con Noah. Sabía que si dejaba esos rompecabezas difíciles, ninguno de los dos
sería capaz de resistirse a descifrarlos.
Hay algo que no sabes acerca de él, Jocey. Una vez, cuando estábamos charlando, me confesó
algo. Me dijo que desde que éramos niños, ha estado secretamente enamorado de ti.
Sorprendida, miré a la carta. ¿Cómo puede ser eso? Noah había actuado
tan malhumorado la primera vez que había aparecido. Por supuesto,
como un niño siempre había puesto en alto muros. Nunca había estado
segura de lo que él estaba pensando.
Varias veces ya Noah me ha pedido que lo dejara hablar contigo, pero cuando lo mencionaba tú
siempre te ponías tan terca. Yo sé lo mal que te sentías acerca de nuestra última noche en la
276
Casa Seale y lo que Noah te dijo, pero eso fue hace cinco años. Él ya no está enojado, y aunque no
es un tipo que alguna vez te enviaría flores o escribiría un poema, lo cual no te gustaría de todos
modos, hay mucho más dentro de él que lo que puedes ver en la superficie.
Y sé que te preocupas por él también. Tal vez eras simplemente una niña de doce años en ese
entonces, pero tus sentimientos por Noah nunca se fueron. Lo oía en tu voz cada vez que te
hablaba de él. Fue entonces cuando empecé a pensar que si ibas a tener un futuro, entonces
necesitaba dejar de hacer interferencia. Ha llegado el momento para que puedas sanar y dejar ir
el dolor.
Mientras estaba escondiendo las pistas, también decidí que no quería seguir trabajando para el
ISI, ya que no se podía confiar en ellos. Así que comprobé la línea estatal de noticias y leí un
artículo sobre este grave accidente en Norwich. Descargué una foto del auto totalmente
destrozado, escribí un informe falso del accidente, sustituí mi nombre, y lo envié a Sam Marvin.
Sabía que era hora de cortar mis lazos con ellos y desaparecer. Sé lo mucho que esto tiene que
haberte hecho daño, y lo siento.
Jocey, sé que siempre has creído que era el fuerte, pero no lo soy. He guardado tanta ira y odio,
mientras que tú has sido la única que es buena y amable. Sólo te estoy deprimiendo, haciéndote
daño cuando no quiero hacerlo, lo cual es por lo que estás mejor sin mí.
Antes de irme, quiero que sepas que siempre he sido consciente de tu angustia. Cuando lloras en
tu almohada, tus lágrimas mojan mi rostro. Incluso antes de que fingí mi muerte y sufriste a
277
causa de eso, he sabido de tu dolor. En demasiadas maneras he contenido tu ira y odio por ti,
mientras has llevado la pena por los dos. Es hora de que me dejes ir.
Jack.
278
36
El Enemigo
Traducido por Kathesweet
E
n las sombras oscuras, los rasgos hermosos de Gerard y la tez oliva
adquirieron un aspecto siniestro. Sonrió.
—Mucho mejor.
—Sabes, tengo que admitir que admiro tu bolsa de trucos. Creo que eres la
perra más inteligente que alguna vez he enfrentado. No la más linda, pero
sí la más inteligente.
279
—¿Dónde está tu gratitud, Jocelyn? Me lo debes. Si yo no le hubiera
disparado a ese chico, te habría apuñalado.
—No necesito matarte. —Puso su peso sobre mi muñeca hasta que estuve
jadeando de dolor―. Simplemente te dispararé en la mano, para empezar.
¿Qué te parece?
—No —imploré.
280
—Demasiado tarde. —Se acuclilló y puso el arma contra mi palma.
Apretando mis ojos, preparé mi cuerpo contra la explosión que traería más
dolor y desfiguración de lo que podría imaginar. Pero entonces una
maldición hostil escapó de Gerard y se tambaleó hacia atrás, liberando mi
muñeca. Mis ojos se abrieron mientras su arma golpeaba el suelo. Maldijo y
sacudió su mano. Agarré el arma pero la liberé inmediatamente… ¡Estaba
caliente!
281
levanté la mirada la habitación estaba de la manera en que había estado,
excepto por los fragmentos de vidrio cubriendo el suelo. Y Noah estaba allí.
Se arrodilló a mi lado y dijo algo, quizás preguntando si estaba bien. Igual
que la tarde de otoño hace años, cuando Conner casi me había matado,
no pude entender sus palabras por culpa del zumbido en mis oídos.
—¿Qué está mal con ella, Sam? —preguntó Noah de lo que sonó como
una gran distancia.
—Muéstrale la foto.
—Jocelyn, soy Sam Marvin, el jefe de Jack. Quiero ayudarte. ¿Sabes lo que
significaba para él este papel? ¿Es importante?
—Sé por qué te quedaste conmigo. Todavía estás trabajando para ISI.
¿Cómo pudiste traicionarme? Pensé que estábamos en esto juntos, por
Jack.
—Lo estamos.
Sacudí mi cabeza.
282
—No lo suficiente.
—No hay suficiente dinero en el mundo que me haga pasar por toda esta
locura. Simplemente estuve de acuerdo porque me preocupo por ti.
—Jocelyn —dijo Sam Marvin con una mirada sincera―. Es muy importante
que hablemos de Jack.
283
Hice una mueca de dolor, encorvándome, y agarré mi costado. Noah se
apresuró a volver a mi lado.
Noah dijo:
284
Marvin frunció el ceño y sacudió su cabeza.
—Realmente no sabes con qué estamos lidiando, Noah. Jack puso nuestra
información bajo esa marca y ahora quiere que la tomemos.
—Créeme, lo hizo.
Parecía ceñudo.
285
puerto USB del computador, tocó el área de contacto y estudió la
pantalla.
286
37
Memorias
Traducido por Mona
E
l camino serpenteaba lejos de nosotros como una cinta gris y
blanca, la luna una esfera desigual. Hacía un año desde que
habíamos dejado la Casa Seale y Watertown. Estábamos con
nuestra madre. Durante ese tiempo, Jack y yo habíamos comenzado a
reconstruir nuestra vida en Vermont, pero ahora todo estaba olvidado por
un momento de pánico. Ni siquiera volvimos a nuestro pequeño
apartamento para conseguir los pocos bienes que poseíamos.
Mi hermano y yo, que a los catorce años ya habíamos visto demasiado del
mundo, nos sentábamos cerca uno del otro. Jack estaba desplomado
contra la puerta del pasajero, su cabeza apoyada en la ventana. Su
respiración era baja y su frente roja. Había una mancha de sangre, sobre
su frente hinchada.
287
óxido, sino que también sangre. El capó abollado estaba manchado por el
impacto violento que había matado a Calvert el amor de Melody y la
mujer que estaba con él.
Temblé ante el recuerdo de lo que había pasado sólo una hora antes.
Jack y yo estábamos esperando a nuestra madre en el estacionamiento
del restaurante donde ella trabajaba. Cuando salió, estaba temblando y
sollozando. Mientras el camión arrancaba, Jack trató de hablar con ella,
para averiguar qué estaba mal. Todavía estaba tratando de calmarla
cuando el hombre al que ella identificó como Calvert y una mujer con el
cabello largo y oscuro salieron del lugar. Se pasearon juntos con sus brazos
alrededor del otro.
288
pulso de Jack. Trasladaron su cuerpo inconsciente a una camilla y se
apresuraron a entrar. Los seguí al hospital, mirando la puerta cerrada por la
que ellos se lo llevaron, tensándome cada vez que un enfermero pasaba
corriendo.
¿Cómo podía mencionar esos dos nombres al mismo tiempo? La miré con
frío disgusto. Ella me agarró del brazo y dijo:
—La policía está aquí. Los vi en el escritorio. ¡Tenemos que salir de aquí
antes que traten de hablar con nosotras!
A los catorce años yo era más alta que ella, aunque hasta ahora nunca
tuvo miedo de mí. Pero la mirada en mi rostro debe haber sido terrible
porque ella se apartó.
289
Melody me miró boquiabierta. Se olvidó de las lágrimas por Jack, incluso se
olvidó de sus lágrimas por el estúpido novio que la había dejado. Dio
media vuelta y se alejó corriendo, dejándome sola en la sombría capilla.
Me hundí en el banquillo. No quedaba nada en mí, sólo un alma hecha
jirones, sin una semilla de esperanza y ninguna razón para vivir. Anhelaba
estar con Jack, y me odiaba por agarrar el tablero y salvar mi vida.
Habíamos sido siempre dos partes de un todo. No sabía cómo podría
sobrevivir sin él.
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“No llores, Jocey”, le escuché decir en mi cabeza. Sus labios no se
movieron y su sonrisa nunca titubeó. “Ella tiene razón, sabes. Siempre estaré
contigo, en tu mente y en tu corazón.”
***
—No veo cómo eso puede ser cierto. He hablado con Jack todo el tiempo.
—Pero no estaban viviendo tan lejos el uno del otro. ¿No querías verlo?
—¡Eso es absurdo!
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de su muerte y luego internalizó su personalidad dentro de sí misma. Esto es
similar al trastorno de personalidad múltiple. Siendo gemelos y tan
cercanos como ella y Jack eran, fue fácil para ella abrazar su identidad.
De esta manera podía mantenerlo con vida.
—Como puedes ver, cuando Jack trabajó para nosotros, podría haber sido
en el cuerpo de Jocelyn, pero ella no tiene memoria de las cosas que él
estaba haciendo. Es casi como si le dio parte de su cerebro a él, ella no
sabe nada al respecto. Del mismo modo, cuando Jocelyn estuvo
involucrada en sus propias actividades, la personalidad de Jack no estaba
presente. La parte de él en su mente siempre estuvo consciente de lo que
ella estaba haciendo. En muchas maneras era como si dos seres distintos
compartieran un solo cuerpo. Él era el programador, ella era la artista
gráfica. Aunque ella es la que los creó, por supuesto. Es difícil entender
cuán mente realmente brillante es.
—¿Qué?
—¿Pero qué pasa con Jocelyn, Sam? Mira lo que le está pasando.
***
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Me quedé fuera de la tienda de tatuajes, tratando de reunir el coraje para
atravesar la puerta. Cuando por fin entré, Beth estaba allí. Estaba tatuada
y perforada de formas fantásticas y extrañas, su cabello rojo rapado tan
corto como el de un hombre. Al principio, mientras yo fingía mirar la vitrina,
ella se me quedó mirando. No podía creer que era yo.
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38
Fenómeno
Traducido por Mari NC
—No parecía gran cosa. Asumimos que Jack estaba manejando bien su
encuentro con Gerard. Lo siguiente que supimos fue que nos envió un falso
informe de muerte y desapareció. Jocelyn no tenía ni idea de nada de
eso, tampoco. Ella realmente creía que Jack había muerto. Nosotros no
queríamos perder los datos que le había robado de vuelta a Gerard pero
no pudimos averiguar dónde los había escondido. Luego ella condujo
hasta aquí a Watertown a principios de esta semana. Estábamos seguros
de que iba al lugar donde los había escondido. Pero en cambio, comenzó
a seguirte.
—Correcto.
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capaz de soportar el dolor que me habría destruido cuando tenía catorce.
Algo dentro de mí, tal vez estimulado por el peligro de ISI, debe haber
sabido que éste era el momento de dejarlo ir.
—Mi hermano murió, ¿por qué no debería estar triste? —fue todo lo que
diría. Después de eso me negué a hablar del tema, explicando que tenía
mi propio terapeuta fuera de la escuela.
Poco a poco abriendo los ojos, parpadeé para aclarar mi visión. Me senté
y mi cabeza palpitó.
—¿Cómo te sientes?
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—Aquí tienes, Jaclyn.
—Jocelyn —corregí.
—Es suficiente, Zach —dijo Sam Marvin. Se volvió hacia mí—. Por favor
mantén la calma, Jocelyn. Sé que esto es muy confuso. Si pudiera dejarme
hablar con Jack durante un minuto, realmente quiero preguntar lo que
está pasando con él.
Hubo un fuerte crujido y el espejo estalló, lloviendo vidrio sobre el suelo con
un sonido tintineante.
—¿No lo sabes? Tú eres el que solías vivir con ella. Ella tiene habilidades
telequinéticas.
—Eso es mentira.
—Es hora de que aceptes la verdad, Jocelyn. ¿Quién crees que detenía las
llamas en la Casa Seale cuando eran niños? ¿O explotó esos bombillos de
las lámparas la noche que te fuiste? ¿Y qué crees que te salvó de Gerard
esta mañana?
Sam no respondió.
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—¿Estaba eso en su expediente de terapia, también?
—Sólo una parte de él. Olvidas que he tenido una serie de conversaciones
con el lado de Jack de ella que ni siquiera se acuerda. Él me dijo que su
telequinesis no se desarrolló hasta que estuvo en la Casa Seale, y que
siempre ha sido impredecible. Por supuesto, al principio no lo podía creer y
le pedí una prueba. —Sam le dio a Noah una sonrisa irónica—. Eso fue un
error.
—¿Por qué?
Sam se volvió hacia mí. A pesar de su manera casual, pude ver que estaba
evaluando mi reacción.
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—¿Sabes qué raro y especial talento tienes? Las cosas que tú y Jack
pueden hacer son muy impresionantes. Mira cómo trataste con Gerard.
Hasta que lo tomaste, nosotros habíamos perdido la esperanza de
conseguir el archivo de nuevo. Con tus habilidades, puedes ser imparable.
Y como le dije a tu hermano la última vez que hablamos, no más escasos
salarios de pasantía. En cambio, estamos dispuestos a pagarte una buena
cantidad de dinero para venir a trabajar para nosotros a tiempo completo
después de graduarte.
Sam se cruzó de brazos. Estudió a Noah con fastidio y negó con la cabeza.
—Por supuesto que es eso. Nunca han estado interesados en Jack como
un programador… ni en mí como persona. Lo que quieren es utilizar mis
habilidades. Si piensan que está bien escribir puertas traseras en los
programas de seguridad de sus clientes, no les importará tenerme robando
documentos y programas importantes, tampoco.
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Mirando a la memoria USB sobresaliendo del puerto de la portátil de Saulto,
vi una delgada cinta de humo comenzar a levantarse de ella. Saulto no se
dio cuenta hasta que su pantalla quedó en blanco. Dejando escapar un
grito consternado, alcanzó la memoria USB y luego sacudió la mano hacia
atrás, maldiciendo y moviendo sus dedos chamuscados. Sam Marvin gritó y
corrió al computador portátil.
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El dolor de perder a mi hermano todavía me golpeaba, pero lo empujé a
un lado. Las lágrimas picaron mis ojos y parpadeé, obligándolas a
retroceder.
—Todas las veces que nos escribimos el uno al otro, y tú creías que yo era
Jack…
—Me dio la única amistad verdadera que he tenido. Ahora que sé que
eras tú, mucho más de lo que hemos pasado juntos estos últimos días tiene
sentido.
—Un fenómeno.
—Cuídate, Noah.
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39
Atardecer
Traducido por LizC
D
espués de que me alejé de Watertown, en mi auto dañado por el
fuego, no fui a casa de las Habertons. A pesar de que eso
significaba que no me graduaría de la secundaria, simplemente
no había manera de que pudiera volver a la casa en la que el Jack de
fantasía y yo habíamos vivido.
Envié a mis padres adoptivos una carta dándoles las gracias y diciendo lo
agradecida que estaba por su amabilidad. También pedí disculpas por
irme de manera tan inesperada y dije que nunca los olvidaré.
Durante las semanas que siguieron viví por mi cuenta, moviéndome por
todas partes y sobreviviendo con el dinero que había vaciado de mi
cuenta bancaria. Crucé la frontera con Canadá. Al principio fui a Toronto,
pero la ciudad era demasiado grande y ruidosa, y tuve un par de
momentos nerviosos cuando sentí miedo de que Paul Gerard me estuviera
siguiendo. A pesar de que ya no tenía el chip y sabía que su experiencia
en la Casa Seale probablemente le había asustado, no podía olvidar sus
ojos psicóticos. Me dije que eran sólo nervios, pero como no había ninguna
manera de estar seguro de que todavía no me sigue buscando, me
mantuve en movimiento.
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fusionan de nuevo es una buena cosa y muestra el progreso del paciente.
Los psicólogos lo llaman integración. No me sentía bien, sin embargo. A
pesar de haber ganado algunos de los recuerdos de Jack, todavía sentía
que había un gran agujero dentro de mí. Y cada vez que me duchaba y
me cambiaba de ropa, estaba el tatuaje en X, un recordatorio
permanente de la forma en que mi hermano había marcado mi vida.
Cada día me ocupaba de leer, viajar, y sólo pretender ser una turista
común y corriente. Por la noche era mucho más difícil, al estar tan sola.
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parque cercano. Estaba fingiendo correr en cámara lenta y yo me reía de
lo ridículo que se veía. Después de que me desperté, la felicidad de ese
recuerdo se quedó en mí, poco a poco sustituida por una sensación de
calma. Era como si la pesada piedra que había estado aplastando mi
corazón por mucho tiempo estuviera empezando a levantarse.
Durante varios minutos me quedé allí sentada, tocando las piezas cortadas
y tratando de hacer que encajen más cerca. Entonces saqué el teléfono
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celular nuevo que había comprado recientemente y marqué el número de
Noah. Él respondió al tercer repique. Al oír el sonido de su voz baja,
después de todo este tiempo hizo que mi corazón se acelerara aún más
rápido. Me quedé allí sentada, incapaz de decir una palabra.
No lo hice.
—Hola, Noah.
—Gracias.
Más torpeza.
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—No estoy haciendo muchas cosas de Internet en este momento. Sólo
tomando alguna clase de descanso por un tiempo.
—Claro.
—Una gran cantidad de cosas han pasado desde que te fuiste. Por un
lado, el ISI se fue abajo. El mes pasado se declararon en bancarrota. Y Paul
Gerard está en camino a la cárcel. Le dije todo al Detective Iverson, y la
policía encontró su arma en donde la dejó tirada en la habitación de
Hazel. Sus huellas estaban por todas partes. Hicieron una comparación a la
bala que mató a Georgie.
***
***
305
—¿Puedo ir a verte? —preguntó Noah—. Podría estar allí esta noche.
Recogí las piezas del rompecabezas en la mano y las apuñé. Era difícil
creer que en realidad quería volver a verme.
Colgué antes de que cualquiera de los dos pudiera decir nada más.
***
Fue justo antes del atardecer, cuando llegué al camino que conduce
hasta el faro de forma cuadrada en el borde de la bahía. El sol extendía
sus hebras de oro a través del agua, y el cielo añil estaba matizado de
nubes luminosas.
Al doblar una curva en el camino, me detuve, con los ojos fijos en la lejana
silueta de un hombre respaldado por la luz reflejada por la bahía. Se
apartó del árbol contra el que estaba apoyado y de inmediato lo reconocí
por la forma en que se movía. Era Noah.
Ahí estaba, más cortesía torpe, mientras estudiaba cada una de las
hermosas características de su rostro.
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Se encogió de hombros.
—¿Qué dices?
Yo no podía responder.
—Soy peligrosa.
Noah me atrajo hacia él. Me dio un beso largo y despacio, con tanta
ternura que todos mis temores ansiosos comenzaron a alejarse. Y entonces,
se apartó lo suficiente como para preguntar:
—¿Me amas?
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Me besó de nuevo, y después sus brazos me rodearon y me abrazaron.
Puse la mano sobre su pecho, sentí el ritmo constante de su corazón bajo
mis dedos, y respiré su aroma. Estuvimos así durante mucho tiempo hasta
que me relajé completamente dentro de su abrazo. Noah finalmente me
dejó ir y dio un paso atrás. Me miró con esos increíbles ojos suyos.
—Vamos, entonces.
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Sobre la Autora
Kate Kae Myers vive con su familia en Boise, Idaho, donde trabaja para un
distrito escolar local como un intérprete de lenguaje de señas.
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Créditos
Staff de Traducción Maru Belikov
Lizzie
Moderadoras:
Mona
Mona y LizC
LizC
Traductores:
Paaau
Mari NC
Staff de Corrección
Andy Parth
Revisión y Recopilación:
areli97
LizC
Viktoriak
Correctores:
Zeth
Samylinda
carmen170796
Melo
Aylinachan
Mari NC
alexiacullen
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