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Cuaderno teórico de
formación
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Índice

Introducción--------------------------------------------------------------------------Pag 3

1.Perfil---------------------------------------------------------------------------------Pag 4

2.Etica---------------------------------------------------------------------------------Pag 29

3.Especifismo-------------- ---------------------------------------------------------Pag 38

4.Trabajo de Base e inserción social------------------------------------------Pag 71

5.Feminismo-----------------------------------------------------------------------Pag 95

6.Categorias para el análisis social-------------------------------------------Pag 103


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Introducción

Este cuadernillo contiene una serie de textos que tratan de abordar el


conjunto de temáticas y categorías que hacen a nuestra corriente del
anarquismo, el especifismo.

Los textos son en general producciones de otras federaciones anarquistas


del especifismo latinoamericano, o de autores que son militantes de esas
federaciones, de los cuales se destacan materiales de la fAu (Federación
Anarquista Uruguaya), organización pionera del anarquismo especifista en
latinoamerica.

La división de este cuadernillo en temáticas, hace a la necesidad de recortar


partes de un mismo conjunto de nociones teóricas y prácticas, y apunta a
que el lector pueda reflexionar sobre los ejes planteados e ir
relacionándolos con su práctica cotidiana en los espacios de militancia
social.

Las producciones vertidas en este cuadernillo no son elucubraciones


intelectuales realizadas en espacios alejados de la realidad popular, sino
que son sistematizaciones de años de lucha y organización, funcionan como
hipótesis de trabajo y apuntan a una acumulación de las experiencias para
la construcción de una estrategia revolucionaria en sentido anarquista. Por
lo tanto su lectura, y su necesaria relectura a lo largo de la trayectoria
militante de cada lector, implican un compromiso con la causa del
SOCIALISMO Y LA LIBERTAD.
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1. Perfil

ANARQUISMO SOCIAL

Federação Anarquista do Rio de Janeiro (FARJ)

El anarquismo es para nosotrxs una ideología, siendo esta un conjunto de


ideas, motivaciones, aspiraciones, valores, que estructura un sistema de
conceptos que poseen una conexión directa con la acción – lo que llamamos
práctica política.

La ideología exige formulaciones de objetivos finalistas ( de largo plazo y de


perspectivas de futuro), la interpretación de la realidad en que se vive y un
pronostico mas o menos aproximado, sobre la transformación de esta
realidad. A partir de este análisis la ideología no es un conjunto de valores
e ideas abstractos disociados de la practica con un carácter puramente
reflexivo, sino, un sistema de conceptos que existe en la medida en que es
concebido junto a la práctica y volcado a ella. Así la ideología exige
actuación voluntaria y consiente con el objetivo de imprimir a la sociedad
la transformación social deseada.

Entendemos al anarquismo como una ideología que proporciona


orientación para la acción en el sentido de sustituir al capitalismo, y al
estado y sus instituciones, por el anarquismo – sistema basado en la
autogestión y el federalismo – sin pretensiones científicas y proféticas.

Como otras ideologías, el anarquismo surgió de una historia y en un


contexto especifico. No nace, el anarquismo, de intelectuales y pensadores
ajenos a la práctica que buscan solo la reflexión abstracta. El anarquismo
tiene su historia desarrollada en el seno de las grandes luchas de clases del
siglo XIX, cuando fue teorizado por Proudhon, y tomo cuerpo en medio de
la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), como la actuación de
Bakunin, Guillaume, Reclus y otros que defendían el socialismo
revolucionario, en oposición al socialismo reformista, legalista y estatista.
Esta tendencia de la AIT fue conocida mas adelante como
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“federalista” o “antiautoritaria” y tuvo su continuidad en la militancia de


Kropotkin, Malatesta y otros.

Por tanto en el seno de la AIT que el anarquismo tomo cuerpo, “ en la lucha


directa de los trabajadores contra el capitalismo, por las necesidades de los
trabajadores, por sus aspiraciones de libertad e igualdad que viven
particularmente en las masas de trabajadores de en las épocas más
heroicas”. El trabajo de teorización del anarquismo fue realizado por
pensadores y trabajadores que estaban directamente involucrados con las
luchas sociales y que ayudaron a formalizar y difundir este sentimiento que
estaba latente en que aquello que se llamó “movimiento de masas”. De esta
forma: “el anarquismo en su génesis, en sus aspiraciones, en sus métodos
de lucha, no tuvo ningún vínculo con algún sistema filosófico. El anarquismo
nació de la rebelión moral contra las injusticas sociales. Cuando aparecieron
hombres que se sitieron sofocados por el ambiente social en que estaban
forzados a vivir, y cuya sensibilidad se vio ofendida por el dolor de los demás
como si fuese propio, y cuando estos hombres se convencieron de que
buena parte del sufrimiento humano no es conecuencia fatal de las leyes
naturales y sobrenaturales inexorables, sino que, deriva por otro lado, de
hechos sociales dependientes de la voluntad humana, eliminables por obra
del hombre, se abrió entonces la via que condujo al anarquismo”

[Errico Malatesta. “Anarquismo e Anarquia”].

Con el pasar de los años el anarquismo se desarrolló teórica y


prácticamente. Por un lado contribuyo en distintos episodios de
transformación social, conservando su carácter ideológico, como, por
ejemplo, la revolución Mejicana, la Revolución Rusa, la Revolución
Española, etc. Por otro lado, en determinados contextos el anarquismo
asumió ciertas características que le sacaron este carácter ideológico,
transformándose en un concepto abstracto, que paso constituir solamente
una forma de observación critica de la sociedad. Con el pasar de los años
este modelo de anarquismo asumió una identidad propia, encontrando
referencias en la historia y al mismo tiempo, perdiendo su
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carácter de lucha por la transformación social. Eso se evidencio de manera


más clara, en la segunda mitad del siglo XX. Pensando a partir de esa
perspectiva el anarquismo deja de ser una herramienta de los oprimidos en
su lucha por la emancipación y funciona como un pasatiempo, una
curiosidad, un tema para el debate intelectual, un nicho academico, una
identidad, un grupo de amigos, etc. Para nostros esta visión amenaza
fuertemente el propio sentido del anarquismo.

Esa desastrosa influencia del anarquismo fue notada y criticada por diversos
anarquistas, desde Malatesta, cuando polemizo con los individualistas que
estaban en contra de la organización, pasando por Luigi Fabri, que realizo
su critica de las influencias burguesas del anarquismo, incluso antes del
siglo XX, también Murray Bookchinn a mediados de la década del 1990,
apunto este fenómeno y advirtió: “ A menos que este gravemente errado –
y espero estarlo – los objetivos sociales y revolucionarios del anarquismo
están sufriendo un desgaste de largo alcance pudiendo llegar al punto de
que la palabra anarquía se vuelva parte del vocabulario elegante burgués
del próximo siglo como desobediente, rebelde, despreocupado, pero
deliciosamente inofensivo”

[Murray Bookchin. Anarquismo Social ou Anarquismo de Estilo de Vida]

Defendemos que el anarquismo retome su carácter original de ideología


como definimos anteriormente, como un “sistema de conceptos que
poseen una conexión deirecta con la acción, de práctica política”. Buscando
retomar ese carácter ideológico del anarquismo para diferenciarnos de las
demás corrientes que están en el amplio campo del anarquismo
contemporáneo, reivindicamos el anarquismo social, ya que acordamos con
las críticas de Malatesa, Fabri y afirmamos la dicotomía identificada por
Bokkchin, de que hay un anarquismo social, involucrado en el desarrollo de
la lucha de clase, y un anarquismo de estilo de vida, que renuncio a la
propuesta de transformación social y de involucramiento en las luchas
sociales de nuestro tiempo.

Para nosotros, el anarquismo social es un modelo de anarquismo que, como


ideología busca ser fermento de los movimientos sociales y de la
organización popular, con el objetivo de superar el capitalismo, y el
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estado, y de construir la anarquía. Para eso, se sostiene un retorno


organizado de los anarquista a la lucha de clases con el objetivo de retomar
el vector social del anarquismo. Creemos que entre las clases oprimidas –
las mayores victimas del capitalismo – es que el anarquismo tiene
condiciones de florecer. Como afirmo Neno Vasco, debemos buscar sentar
los cimientos del anarquismo en el terreno mas fértil y este terreno es para
nosotros la lucha de clases, que se da en las movilización populares y en las
luchas sociales.

Lucha Libertaria– Militanciay Activismo

Felipe Correa

Porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa

Con la publicación de este artículo que fue escrito y difundido en el medio


libertario de San Pablo a mediados de 2004, pretendo contribuir con los
debates que vienen siendo forjados en torno a dos modelos de movilización
y dos “estilos militantes” diferentes.

En la época en la que el artículo fue publicado, tenía vínculos – en ese


momento ya críticos- con lo que quedaba del Movimiento de Resistencia
Global llamado vulgarmente “Movimiento Anti-globalización”

Por ese motivo, en un primer momento, considere que los compañeros


habían exagerado, y que la cosa no era tan asi, etc. En tanto, que con el
pasar del tiempo, creo que la crítica era de hecho acertada, y si no adherí
antes – lo que haría completamente el año siguiente- era más por
sentimientos de afinidad con aquello que se criticaba, que por un análisis
racional de las condiciones que estaban dadas.

En fin, creo que el extinto Colectivo Anarquista Lucha Libertaria, en este


artículo, contribuyo de sobremanera con ese debate que se coloca entre el
modelo de movilización deseada, y la diferencia entre lo que se llama
“Militancia y Activismo”, que no deja de marcar significativamente las
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distinciones entre aspectos considerados más clásicos de los movimientos


populares y los aspectos que vienen prevaleciendo en los llamados “nuevos
movimientos sociales”.

Espero que el retomar de este articulo contribuya con el debate y con el


desarrollo de aquello que en San Palo – y porque no en Brasil – continua,
de cierta manera, permeados por el antiguo “Espíritu de Acción Global de
los Pueblos”, de inicio de los años 2000.

Felipe Corrêa, junio de 2011

En el medio Libertario es grande la confusión que se hace entorno al


concepto de militancia. Se llega incluso al absurdo de tratarlo como algo
dogmático típico de un militante comunista ortodoxo.

Caracterizaciones como esa evidencian un infeliz y desesperado esfuerzo de


aproximar la militancia a algo autoritario y jerárquico, súper- valorizando un
vocabulario institucionalizado, y así sin militar, se actúa en detrimento de
toda una infinidad de conceptos producidos a partir de la lucha real e
histórica de organizaciones populares y especificas anarquistas en un busca
de una sociedad más justa. Evidencian también un claro desprecio por la
lucha de los oprimidos que forjaron cada uno de esos conceptos con su
propia sangre y dedicación a lo largo del tiempo en diversos lugares.

Generalmente los críticos de la militancia oponen a ella y proponen como


forma de actuación política el activismo. ¿Podrán ser la militancia y el
activismo comparados y sustituidos uno por otro? Muchos más que
términos, palabras diferentes, ambos son conceptos diferentes y como
tales tienen contenidos diferentes que en nuestro punto de vista, más que
diferenciarse se oponen en muchos aspectos.

La militancia, por ejemplo, presupone un grado de entrega, seriedad y


compromiso que generalmente no está presente en el activismo, así como
el desarrollo de un trabajo regular que busque generar la lucha
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revolucionaria en los más diversos sectores explotados y oprimidos de la


sociedad.

La Militancia también presupone un trabajo de largo plazo donde los


militantes verdaderamente comprometidos se ven obligados a reorganizar
su propia vida, es decir transformar su propia vida en práctica militante.

En tanto en la militancia pasa a ser la propia vida del militante, en el


activismo pasa la relación opuesta, es decir, la propia vida la que pasa a ser
practica activista. En el primer caso, la vida personal se adapta a las
necesidades la lucha, en el segundo caso, es la militancia la que debe caber
en la vida personal del individuo.

De esa manera se crea un estilo diferenciado, que incluye el modo de


vestirse o adornarse el cuerpo, de alimentarse, la manera de habitar o
decorar la casa, de mantenerse económicamente y el desarrollo del gusto
cultural por uno supuestamente “consiente” entre otras cosas.

Se crean variadas, actuaciones creativas y esporádicas donde “todo es


anarquismo”. En fin se opta por un estilo de vida excéntrico que pasa a ser
la propia actuación política, posibilitando así, que no se precise renunciar a
ningún placer o diversión en pos de la “revolución”, pues ella ya fue hecha
por el (activista) consigo mismo. Es como si la revolución fuese algo
meramente individual, existente en el comportamiento, y no en un proceso
social.

Todo eso hace que a partir del activismo, la persona no se vea como un
trabajador un oprimido, explotado por el capitalismo y el estado, sino como
un activista, alejándose de los medios sociales “normales y alienados”,
identificándose apenas con otros activistas y creando un aislamiento del
campo popular incompatible con la militancia. Muchas veces
reproduciendo preconceptos de clases intermedias, de donde tienen origen
muchos jóvenes que se acercan al activismo, siguiendo la autocrítica del
propio Reclaim The Streets – grupo inglés que fue uno de los mayores
incentivadores de la dinámica activista de finales de la década del 90.
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El activismo en relación a los movimientos sociales y la población en


general

Ese aislamiento da origen a un grupo social peculiar que tiene ciertas


normas de conducta y que se opone a otros grupos debido a su visión
diferenciada del mundo, oponiéndose incluso al propio trabajador en tanto
representante de las clases oprimidas, que pasa a ser visto como una
“persona común” o “alguien que no tienen nada que ver”. Este tipo de
activista constituye un nuevo gueto social, con sus propios valores y al final
de cuenta tiene grandes diferencias para dialogar con todo aquel que se
diferencie de él. Es interesante notar que cuando se encuentran algunos de
estos activistas en un medio público más amplio, ellos hablan apenas entre
ellos, un tipo de relacionamiento que simplemente impide el contacto de
quien sea diferente, sin ningún esfuerzo para conocer, integrar, dialogar.

Irónicamente el activista se propone luchar contra el capitalismo, lo que


lleva implícito la lucha contra los efectos perversos del sistema. Siendo que
quienes más sufren con este sistema son las clases oprimidas. Es irónico que
los activistas no luchan nunca con ella, sino por ella, dando origen a una
verdadera elite dirigente, por más que rechacen el autoritarismo, el
dirigismo, el vanguardismo, refutando eso con palabras, en la práctica sus
posturas llevan justamente a eso. Este punto es polémico porque los
propios defensores del activismo acusan a los militantes más regulares,
pertenecientes a grupos políticos y movimientos sociales de ser dirigentes
y manipuladores de las masas. Y en verdad esa es una falsa polémica,
porque los militantes en general forman parte de la masa; siendo que están
organizado con personas con las que se tiene afinidades políticas similares;
no se deja de ser parte de las masas que sufren los perjuicios del capitalismo
y por eso se organizan socialmente en movimientos sin definiciones
ideológicas, religiosas, etc., que por su perfil Bakunin llamo movimientos de
masas.

El militante solo puede ser entendido como dirigente si se la da el sentido


de que su deber es de garantizar el carácter revolucionario, y libertario, en
el caso del anarquismo, a los movimientos sociales y eso se hace no por
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decreto, sino de igual a igual a través de la discusión y la práctica política.


Mismo si su papel se reduce a eso, cuidar para que el movimiento no caiga
en el reformismo y avance cada vez más hacia rumbo a una radicalización y
futuramente a una ruptura revolucionaria, siendo esa la única dirección
para la cual apunta. El militante anarquista no es más que un fomentador
de la revolución social en los más apáticos e influenciados por el
reformismo.

Irónicamente es el activismo el que asume un carácter típicamente


dirigente. Una de las actividades más comunes, y tal vez el punto más alto
de la dinámica activista, es movilizar los que ya están ideológicamente
comprometidos para actos en la calle cuantitativamente expresivos y
festivos y/o violentos contra el capitalismo y la globalización, en los moldes
de actos promovidos por la AGP alrededor del mundo, siempre en nombre
de la población pobre y explotada, ya que ella es la que más sufre con el
capitalismo y la globalización de la economía. Estos actos se convierten en
grande eventos debido al fenómeno del turismo político, pero raramente
cuentan con la participación de los trabajadores y sus organizaciones de
lucha. En este tipo de acto el trabajador que lamentablemente reducido al
papel de espectador que observa indiferente por el colectivo o camino al
trabajo.

Incluso si había alguna participación popular, organizada o no, participar en


un acto de este tipo implicaría fácilmente ser arrastrado por el activismo
dirigente que piensa y organiza ideologiza actuando solos. En este caso hay
una pared que separa el activista, que no actúa socialmente, y el militante
social, que busca en su vida diaria involucrar cada vez más personas en la
lucha. Los papeles son bien claros, en tanto el militante social tiene la tarea
regular y diaria, el activista tiene el trabajo profesional de organizar un acto
de vez en cuando. Es como si el activista, o la elite activista, fuese un puente
por el cual la clase oprimida tendría que obligatoriamente pasar para ir
rumbo a la libertad.

Nosotros como anarquistas siempre reivindicamos a los oprimidos como


protagonistas de una transformación social. “La emancipación de los
trabajadores deben ser obra de los propios trabajadores”. De que sirve la
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frase de la internacional y el propio anarquismo, si vamos actuar fuera del


pueblo o lo que es peor en su nombre.

Los dirigentes “invisibles” y la jerarquía informal

Incluso el dirigismo activista se manifiesta en el interior del propio


movimiento activista. Con el argumento de ser anti-autoritario, se alejan de
cualquier organicidad, método decisorio y principalmente de la unidad de
acción, en pos de un espontaneismo. Sin embargo, frecuentemente el único
espotaneismo que se manifiesta es el de una pequeña fracción de personas
que, por tener más experiencia, tener más tiempo libre, tener los
“contactos”, dominar mejor las palabras, ser mas desinhibidas, tener un
tono de voz más alto y una infinidad de otros factores, terminan
imponiendo su propia voluntad a la mayoría, que tendrá que seguirlos si
quiere hacer alguna cosa, siguiendo la propia lógica del activista de estar en
todo sin centrar sus fuerzas en nada. Despues el grupo dirigentes activistas
se arroga e derecho de marcar quien deja de hacer algo (lo que debería sr
un derecho ya que en la dinámica activista nadie está obligado a hacer nada
que no quiera) y con eso ganar más respeto y autoridad por ser ellos los que
hacen. No importa cuál es el resultado, ellos hicieron su parte y tienen
derecho a juzgar a los que no hicieron. Son auténticos líderes.

Para el que tenga dudas de esto, basta hacer un esfuerzo de memoria y


preguntarse quién decide el destino de los fondos recaudados en nombre
del movimiento? Quien decide que debe ser una noticia destacada o no?
Que alguien decide eso todo lo sabemos, pero como, quienes, y con que
criterios, todo eso parece envuelto en una nube de humo. Por detrás de ello
están los dirigentes auto elegidos que hacen y deshacen en nombre del
colectivo, y que de hecho dirigen tal como los dirigentes de las centrales
sindicales y de los partidos que tanto critican.

La organicidad y la existencia de mecanismo que impidan la reproducción


de la autoridad son necesarios. El federalismo es una herramienta
importante donde la democracia directa es ejercida por los grupos y la
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decisión final es tomada por una instancia mayor entre los delegados de los
grupos, incluso en el caso de grupos pequeños donde la delegación no es
necesaria, la unidad de acción es mucho más importante, pues ella permite
la realización de actividades y luego una evaluación colectiva. En grupo
menores, más integrados debido a la práctica diaria, la democracia directa
es una realidad, pero en reuniones más amplias en donde las personas no
se conocen, mecanismos como la inscripción de oradores y el tiempo de
habla son garantías contra la centralización y estimulan la participación
colectiva en los debates. Los verdaderos autoritarios rechazan esto. Con
reglas colectivas e igualdad son obligados a respetar a los demás, ya que no
pueden ganr con sus gritos ni con el personalismo.

El acto por el acto y la auto-alimentación del movimiento

Uno de los aspectos negativos del activismo, nombrado en el apartado


anterior, es la sobrevalorización de los actos festivos en la calle a punto de
que son su actividad principal. Ahora cual es la finalidad de esos actos? Cual
es la finalidad de tratar de impedir o solo conseguir atrasar algunas horas
una reunión del Banco Mundial o del FMI ¿ Sera que con eso atraso dejaran
de planear la política económica para los próximos meses? Y si no se reúnen
será que el capitalismo cesara de existir? Humildemente creemos que no.
Obviamente que esas reuniones son divulgadas y transformadas en
encuentros para mantener una falsa imagen de la democracia, y de que
todo es hecho a los ojos del pueblo y de todo el mundo. No será que el
Banco Mundial y el FMI intercambian información y hacen planificaciones
sin que sepamos?

Algunos pueden argumentar que estos actos sirven simbólicamente y que


representan la indignación popular y que la acción violenta típica del
activismo llama más la atención (como si el empleo de la violencia fuese
típico únicamente del activismo), pero pensamos que esto tampoco es
cierto. Primero porque ese tipo de acto no tiene nada de popular, sino que
se hace en representación del pueblo. Nuestras propuestas, en tanto
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anarquistas y revolucionarios, que somos, ya están lo suficientemente


difundidas para ganarnos el derecho y la confianza de la población oprimida
que no está organizada para la lucha? Sera que realmente representamos
sus anhelos? Nuevamente creemos que no.

Parece que la lógica de la dinámica activista de realizar actos y actividades


es para auto-alimentarse. Y en el mejor de los casos este tipo de práctica
atraería que no son las que están involucradas ideológicamente que son
una minoría rotunda en proporción a la gente que sería necesario movilizar
para una legítima manifestación popular, y entonces terminan no
cumpliendo este papel, porque como ya fue visto en la practica la cosa tiene
a enfriarse y esos actos desparece. Se termina gastando tiempo y energía
por nada.

Como militantes creemos que nuestro trabajo es en verdad un proceso que


pasa por varias etapas, en un primer momento necesita crear raíces y
referencias en los movimiento populares autónomos fortaleciéndolos para
a partir de ahí partir para un enfrentamiento más directo, siempre con un
apoyo popular como mínimo significativo. De lo contrario nada tendría
sentido, ya que estaríamos asumiendo prácticamente un carácter
vanguardista sin preocuparnos si la población va a acordar con nosotros o
que se va a concientizar por vernos bailar en la calle o tirando piedras al Mc
Donald. Seria un cuasi-foquismo, solo que en vez de armas y secuestros se
hacen batucadas y fiestas.

Cuando se plantean las cosas de este modo la contradicción con el activismo


es radical. Nosotros como militantes, reconocemos la importancia de actos
y manifestaciones, pero eso debe ser construido día a día. Si no tenemos
una fuerza organizada que actué junto a trabajadores, estudiantes,
población de los barrios y favelas, etc jamás haremos actos realmente
eficaces. Las personas que van a las manifestaciones son personas que
están involucradas de alguna manera en algún trabajo militante, personas
que saben el porqué de la manifestación, sus objetivos, que se construyen
colectivamente.

Si militamos regularmente tenemos que debatir eso con otras personas y


de esa forma nos organizamos colectivamente para ir a un acto. En el caso
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contrario irían solamente los organizadores y algunas personas que están


de pasada y que de vez en cuando adhieren a un acto por curiosidad. Aparte
de eso el único factor que puede “inflar “un acto es una coyuntura muy
positiva, que altere el estado de animo de una parte de la población, pero
entendemos que no es bueno tener como referencia a la coyuntura porque
la misma cambia. Ejemplo vivo de esto fueron los actos anti- globalización
del 2001, la coyuntura ayudaba y mucha gente fue a los actos, la onda paso
la cosa menguo, y menguo porque allí no había una base real movilizada,
porque no se avanzaba para la organización popular.

Hoy vemos activistas que se siente en una derrota general y se preguntan


qué paso sin obtener respuestas. Con la AGP? Con aquella juventud anti-
globalización? Algunos hacen lista de los que traicionaron al movimiento,
imaginan nuevas siglas, nuevas palabras para el movimiento, intentan
nuevos encuentros, nuevos actos, todo en vano. Y no encuentran
respuestas en tanto no hicieron para si mismos una auto-critica que ataque
al propio activismo. Esta más que probado que no solamente con panfletos
se convence a alguien a ir a un acto, sino con organización popular
cotidiana, con inserción social, por más trabajoso y difícil que eso sea. Es el
activismo que renuncia a eso.

El carnaval político y la destrucción de la mercancía

El carácter festivo del dicho carnaval político y el fetiche por la destrucción


de la mercancía también son cosas a criticar. Ese principio activista de
“transformar la política en una fiesta”, desacredita al anarquismo frente a
los movimientos populares, desprecia a las personas sin techo, escuela,
trabajo, comida, etc que no tienen nada que festejar. Transformar al lucha
en una fiesta es lo que hace el estado cada dos años durante las elecciones,
“la gran fiesta de la democracia” y una vez por año en el 1º de mayo que
dicho sea de paso es un día de lucha y no de fiesta.

Ahora en relación al simple acto de destrucción de la mercancía, creemos


que es poco loable, ya que no nos trae beneficio alguno ya que es bien
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diferente a la expropiación ( en donde recuperamos lo que es nuestro en


tanto productores alienados) y, al contrario de lo que se piensa no perjudica
a nadie (sino a nosotros mismos), simplemente porque todos ganan: el
propietario que recibe el seguro, la aseguradora que ya fue pagada para eso
y principalmente la mediana burguesía que se aprovecha de la
desinformación de la población para difundir la idea de “un vandalismo sin
sentido”. Estas explosiones de rabia periódicas parecen una especie de dia
de furia, donde activistas que no hacen nada en el día a día, excepto tal vez
acceder a internet, descargan su rabia acumulada. El acto se convierte en
una especie de catarsis colectiva, después del cual cada uno vuelve a su
cotidiano, donde la militancia raramente está presente. De tiempo en
tiempo una nueva catarsis se da, cada cual se alivia, siente que fue parte de
algo y culpa al mismo pueblo que solo estuvo parado sin hacer nada. Sera
que la población que ve todo bien distante por la televisión, entiende, el
porqué del banco, donde esta su dinero conquistado con mucho esfuerzo,
esta siendo apedreado? Este tipo de acciones son muy difíciles de explicar
cuando se está distante de los movimientos sociales organizados en el que
esta una buena parte de la población y que muchas veces tienen el respeto
y el apoyo de la parte no organizada. Además de ello destruir la mercancía
siempre fue una táctica de la burguesía para regular la economía capitalista
siguiendo sus criterio, con la diferencia que ella sabe exactamente lo que
está haciendo.

La aceptación del uso de la violencia y de prácticas “ilícitas” por parte de los


movimientos sociales siempre fue un punto delicado, principalmente en un
momento como este, en el que la ideología oficial de la burguesía asume un
carácter pacifista de combate hipócrita a la violencia y que es profundizada
por la mayoría de la sociedad. No es que estemos en contra del uso de la
violencia, todo lo contrario, ella es necesaria, pero debe ser introducida en
las luchas populares de manera estratégica, de lo contrario solo servirá para
tergiversar nuestra lucha y para perjudicarnos como viene pasando.

Algunos argumentan en favor de la destrucción sin sentido de la mercancía,


que es justificable porque es el corazón del capitalismo, y la “sociedad
espectacular” según sus términos, donde las vitrinas presentan
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a la mercancía deificada. Si ese fuese el mismo corazón del sistema, entones


estaríamos en el siglo XVI y probablemente llamaríamos al sistema
mercantilismo.

El “colonialismo activista”, la clase media el haciendo “bien” y el porqué de


la militancia.

El modelo activista, en algunos aspectos, se podría justificar en algunos


países del llamado primer mundo. Además este tipo de práctica viene
siendo importada por facciones del llamado “movimiento anti-
globalización” sin ninguna adecuación a nuestra realidad. Lo que prueba
que buena parte de nuestra juventud, a pesar de un discurso anti-bush,
anti-EUA, sigue teniendo una cabeza colonizada.

Existe una infinidad de organizaciones populares en el campo y en la ciudad,


y otra infinidad de problemas sociales existentes en donde se puede
trabajar. Alejarse de todos ellos sobre la excusa de que son jerárquicos,
institucionales, de que tienen problemas, etc que es lo mismo que decir “yo
solo actuó donde todo es libertario y autónomo”. Pero para que actuar
entonces? Es una posición muy cómoda y conformista, no involucrarse con
nada además de ellos. Es la escuela de actuar por placer, en aquello que
gusta, aquello que no me exige nada más que lo que estoy acostumbrado a
hacer, actuar donde están mis iguales, mis amigos, sin gente diferente,
extraña, con otros gustos.

La verdad, es triste reconocer esto, pero buena parte de los activistas son
elementos de la clase media con alguna culpa social por la situación en la
que se encuentran y que desean hacer algo para mitigarla. Pero ese algo
tiene que ser agradable, fácil, no exigir sacrificios, mucha dedicación y
convivencia con ese “extraño pueblo”. Muchos saben que eso no quedara
en nada. Videos, libros, artículos, charlas y entrevistas en la TV hacen mucho
bien al ego de los “dirigentes anti-globalización”. Lamentablemente?
Ciertamente, más ambiciones y personalismo se
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encuentran por ahí, y no solo entre burgueses, sino que abunda entre
activista.

Para nosotros la disparada existente entre la militancia anarquista y la


dinámica activista son grandes es por eso que optamos y proponemos una
actuación organizada de los anarquistas en los movimientos sociales de
nuestro pueblo, contribuyendo siempre a que sean combativos y estén
organizados de forma horizontal y que en un futuro no muy distante
esperemos den origen a legitimos organismo de poder popular en oposición
al poder del estado y del capital.

* Artigo publicado em duas partes no boletim Combate Anarquista,


números 37 e 38, julho/agosto de 2004.

FARJ - "Reflexiones sobre el compromiso, la responsabilidad y la


autodisciplina"
Material publicado en el sitio de FARJ.org.
Traducción al castellano por Neto do Caldeireiro (GZ)

"Un sujeto que tiene una Ética Libertaria


sabe por que está luchando y consigue explicar los motivos
ideológicos de la lucha, tiene compromisos y autodisciplina
para llevar a cabo las tareas asumidas"
Ideal Peres
Una de las características más importantes de la organización FARJ es el
compromiso militante de sus miembros. Creemos que para que nuestra
lucha tenga frutos prometedores, es fundamental que cada un@ de l@s
militantes de la organización tenga un alto grado de compromiso,
responsabilidad y autodisciplina.
Cuando nuestro querido Ideal Peres profirió las palabras de arriba, él
expreso, en una sola frase, una serie de opiniones de suma importancia para
nuestra organización. Él enfatizaba, antes de nada, la importancia de la
conciencia del militante en relación a los motivos de la lucha. Eso significa
que el militante anarquista no debe simplemente obedecer aquello que
determina una dirección desligada de la base o servir de "mano de obra"
para una élite con intereses personales por el dominio de
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personas y/o por otros intereses anti-éticos, desde nuestro punto de vista.
El militante anarquista es un sujeto que participa activamente de todas las
discusiones que se dan en el ámbito de la Federación. De él, se espera que
se involucre en las discusiones que suceden, posicionandose, discutiendo
las mejores salidas para las cuestiones presentadas e participando en los
rumbos tácticos y estratégicos adoptados por la organización.
Es por eso que todos los militantes deben tener claro de por qué se lucha,
contra el qué se lucha y en favor de qué se lucha. Para eso, es fundamental
el compromiso de cada un@ con su autoformación, independientemente
de las tareas de formación política que estén siendo realizadas por la
organización. Es obligación del militante buscar informarse y,
constantemente, formarse políticamente, para poder tener plena
conciencia de los objetivos de la organización, de las discusiones que
suceden y de las actividades que se están desarrollando. Así, el militante
consigue comprender los rumbos de la organización (en términos prácticos
y teóricos), estando preparado para conversar, discutir y debatir con l@s
otr@s, o incluso ponerse frente a una asamblea o hablar en publico en
cualquier circunstancia, evitando que recaiga en manos de un@s pocos, el
ejercício de tales tareas. También se espera que la organización dé soporte
a l@s militantes, auxiliando a aquell@s que tuvieran alguna dificultad.
El/la militante anarquista no es alienado. Él/ella no sigue ordenes que
vienen de arriba y no es "base" para intereses de vanguardias (o élites),
como sucede en los partidos políticos y en otras organizaciones jerárquicas.
La opinión del militante anarquista en el seno de la organización no es
apenas consultiva, y sí deliberativa. Es decir, son l@s militantes de la
organización que deciden su rumbo, y no hay vanguardias (élites), cuya
opinión vale más que la de l@s otros. Para nosotr@s, en una discusión, la
opinión de tod@s l@s miembros plenos de la organización tiene el mismo
peso.
Cuando Ideal Peres hablaba de compromiso y autodisciplina, él decía
fundamentalmente un compromiso individual con las decisiones colectivas.
¿Pero cómo funciona eso?
Es muy común en las organizaciones que se dicen horizontales y
apartidarias, una falta de compromiso enorme de l@s militantes en relación
a las cuestiones de compromiso y autodisciplina. Un ejemplo de eso es la
gran cantidad de personas que frecuentan reuniones (de grupos que son
relativamente abiertos), dando opiniones sobre asuntos que desconocen o
asumiendo responsabilidades, sabiendo que no podrán
20

cumplirlas. Es muy común que esas personas no aparezcan más en las


próximas reuniones y ni cumplan con aquello que prometieron, alegando
que no pudieron, por un motivo o por otro, o si quiera dando satisfacción
al colectivo. Lo peor de todo es que muchas de esas personas, al ser
cuestionadas, se sienten en cima víctimas de algún tipo de autoritarismo.
Hay un ejemplo muy ilustrativo en relación a la situación que señalamos
arriba: en una "radio libre" del sur del país (preferimos no decir el
nombre) que decía funcionar bajo autogestión, las personas que querian
hacer sus programas iban a las reuniones de la radio y marcaban sus
programas en la parrilla, de común acuerdo. Después de esto, muchas de
las personas que habían marcado sus programas simplemente no
aparecían, dejando la radio sin funcionar y impidiendo la oportunidad de
que otras personas pudiesen utilizar aquel horario. Al ser cuestionad@s
por l@s otr@s miembr@s del colectivo de la radio, l@s faltantes decían
que aquello era autoritarismo, pues ell@s estaban ejerciendo su derecho,
su "libertad", al no aparecer para hacer el programa, aunque se hubiesen
comprometido a ello desde el principio.
Este es un ejemplo aislado, pero desgraciadamente, situaciones como esas
son muy recurrentes en el llamado "medio libertario". Para nosotr@s, lo
que sucede es que hay una inversión de valores al juzgar que determinado
tipo de comportamiento es el/la autoritari@ – es decir, aquel/aquella que
se ha comprometido en algo con el colectivo y no cumple – se cree víctima
de autoritarismo.
El "compromiso y la autodisciplina para llevar a cabo las tareas asumidas"
resaltados por Ideal Peres huyen radicalmente del modelo presentado
arriba. En este tipo de actitud de compromiso y autodisciplina, coincidimos
con Ideal que, dentro de la organización, debe haber un gran espacio para
todas las discusiones y todos los puntos de vista deben ser analizados con
todo el cuidado y, como dijimos antes, tener el mismo "peso" en las tomas
de decisión de la organización. En esas reuniones, son deliberadas todas las
actividades que la organización hará, lo que quiere decir que sus miembros
las llevarán a cabo. Al final, la organización no hace nada por si sola. Ella no
tiene cerebro, brazos y piernas para poder ejecutar las actividades que se
discuten en su seno. Es por eso que todas las actividades que se deliberan
y que fueron responsabilidad de la organización tendrán, de una manera o
de otra, ser ejecutadas por sus miembros. Era sobre eso que Bakunin se
posicionaba, ya en el siglo 19, discutiendo la cuestión de la disciplina:
"Por enemigo que sea de lo que llaman, en Francia, disciplina, reconozco,
con todo, que cierta disciplina, no automática, y si voluntaria y reflejada,
21

está perfectamente de acuerdo con la libertad de los individuos, fue y será


necesaria, siempre que muchos individuos, libremente unidos, emprendan
un trabajo o una acción colectiva cualquiera. Esta disciplina no es más que
la concordancia voluntaria y reflejo de todos los esfuerzos individuales para
un fin común. En el momento de la acción, en medio de la lucha, los
papeles se dividen de forma natural, de acuerdo con las aptitudes de cada
uno, apreciadas y juzgadas por toda la colectividad: unos dirigen y
ordenan, otros ejecutan ordenes. Pero ninguna función se petrifica, ni se
fija y no permanece irrevocablemente ligada a una persona. Los niveles y la
promoción jerárquica no existen, de modo que el comandante de ayer
puede ser el subalterno de hoy. Nadie se eleva por encima de los demás, o
si se eleva, es solamente para caer al instante siguiente, como las olas del
mar, volviendo siempre al nivel saludable de la igualdad. En este sistema,
de hecho, ya no hay poder. El poder se funde en la colectividad, y resulta la
expresión sincera de la libertad de cada uno, en la realización fiel y seria de
la voluntad de todos [...]"
[Mikhail Bakunin. Imperio Knuto-Germánico. Extraído de Frank Mintz.
Bakunin: crítica y acción. Buenos Aires: Colección Utopía Libertaria pp. 74-
75.]
Cabe aquí abrir un paréntesis para decir que, de la misma manera que no
existe un "espíritu de organización" que resuelve problemas y que
desarrolla las tareas. Es fundamental, en el momento en que las
decisiones fueron tomadas, que se dividan las responsabilidades,
quedando los miembros formalmente responsables por su ejecución. Esto
es importante, pues otro problema común en las organizaciones
horizontales está en la deliberación de que se debe hacer esto o aquello y
después todos se van para casa, sin resolver quien se hace responsable
por cual o tal actividad. En este modelo, pasa una de las dos opciones: o
nadie realiza esas actividades, o las actividades caen en las espaldas de los
miembros más activos de la organización. Por eso, creemos la necesidad
de dividir las actividades entre los militantes, buscando siempre un
modelo que distribuya bien esas actividades y que huya de la
concentración de tareas sobre los miembros más activos o capaces.
A partir del momento en que un militante asume una o más tareas para con
la organización, tiene la obligación de realizarla y una gran responsabilidad
ante al grupo en relación a esa(s) tarea(s). Es la relación de compromiso que
el militante asume con la organización. Como las discusiones en el seno de
la organización son ampliamente democráticas y nadie asume las tareas
porque está obligado, cada compromiso es un compromiso asumido por
iniciativa del propio militante, siendo de su
22

completa responsabilidad. Si sucede un imprevisto y el militante cree que


no podrá realizar aquello con lo que se comprometió, es su responsabilidad
informar a la organización con tiempo y transferir su responsabilidad a otro
miembro.
No creemos que el cobro, por parte de la organización, de las
responsabilidades asumidas por el militante sea algo autoritario. Debe
existir y, si se da esa irresponsabilidad o falta de compromiso constante,
debe haber una conversación franca de los otros militantes con él, a fin de
resolver la cuestión y no perjudicar los trabajos de la organización.
La autodisciplina es el motor de la organización autogestionaria. Como en
una organización de ese tipo – que es nuestro caso en la FARJ – no hay jefes
que "cobran" los funcionarios o la base para la ejecución de las tareas, el
que asume una responsabilidad debe tener la disciplina suficiente para
ejecutarla. De la misma manera, cuando la organización determina una
linea a seguir o algo a realizarse, es la disciplina individual que hará que
aquello que se delibero colectivamente se realice. No debe haber necesidad
de compensación, pues se espera que cada uno en el grupo informe por la
realización de las tareas determinadas en la organización, pero el individuo
debe satisfación a la organización, debiendo informarla del desarrollo de las
actividades bajo su responsabilidad y cuando no se realizan, explicar al
colectivo el motivo, pudiendo ser impelido por ello. Cuando hay problemas
en el desarrollo de las actividades de un miembro u otro, la organización
puede "cobrar" a los responsables por el desarrollo de las actividades,
también con el objetivo de no perjudicar los trabajos y la lucha. Obviamente
que la forma de ese cobro debe estar dentro de los criterios de respeto
mutuo y de ética anarquista.
Errico Malatesta, al discutir la cuestión de la disciplina, en 1920, la trato de
la siguiente forma:
"Disciplina: ete aquí la gran palabra de la cual se sirven para paralizar la
voluntad de los trabajadores conscientes. Nosotros también pedimos
disciplina, porque, sin entendimiento, sin coordinación de los esfuerzos de
cada uno hacia una acción común y simultanea, la victoria no es
materialmente posible. Pero la disciplina no debe ser una disciplina servil,
una devoción ciega a los jefes, una obediencia a aquel que siempre habla
para no tener que moverse. La disciplina revolucionaria es la coherencia
con las ideas aceptadas, la fidelidad a los compromisos asumidos, es
sentirse obligado a compartir el trabajo y los riesgos con los compañeros
de lucha."
23

[Errico Malatesta. Anarquistas, Socialistas y Comunistas. São Paulo: Cortes


p. 24.] (comillas nuestras)
Es relevante observar los comentarios de Malatesta, de acuerdo con que
esa disciplina y ese cobro no debe seguir el modelo autoritario, tanto de
opresión de los miembros del grupo como por la forma de esos cobros,
que, conforme mencionamos, también debe considerar el respeto y la
ética entre los miembros del grupo. Es una gran preocupación diferenciar
la autodisciplina que aquí proclamamos de la disciplina militar,
explotadora y opresora en su esencia y que, desde nuestro punto de vista,
no sigue rumbos diferentes de los de otros autoritarismos que bien
conocemos.
Sobre la cuestión de la disciplina en el medio libertario, vale la pena
observar con atención el debate que se dio en torno a la Plataforma
Organizativa de los Comunistas Libertarios, publicada por el grupo Dielo
Trouda, en su exilio en Francia. Tras su publicación en 1926, surgieron
diversas respuestas y un debate riquísimo, primeramente sobre los
aspectos organizativos del anarquismo, y también otras importantes
cuestiones, entre ellas la cuestión de la disciplina, sobre la cual nos
detendremos en este momento.
Son importantes las fuentes para este debate, tanto la propia Plataforma,
como las respuestas y discusiones que se dieron posteriormente como la
Síntesis y la "Respuesta" de 1927 a la Plataforma escritas por Volin y otros
miembros de la NABAT (Confederación Anarquista de Ucrania), la crítica
más detallada a la Plataforma fue la de G. P. Maximov llamada de
Constructive Anarchism [Anarquismo Constructivo], el debate entre Nestor
Makhno y Errico Malatesta – un riquísimo intercambio de cartas que van
desde 1927 a 1929 –, la respuesta de Piotr Arshinov a Malatesta, conocida
como Lo Viejo y lo Nuevo en el Anarquismo, además de varios artículos de
este periodo. Podemos citar importantes textos como La Response aux
Confusionistes de l'Anarchisme [La Respuesta a los Confusionistas del
Anarquismo] de Piotr Arshinov, la serie de artículos publicados en
Solidaridad Obrera por Alexandre Schapiro en 1932, otros artículos de
Volin, así como de pensadores como Sebastien Faure, Luigi Fabbri y Camilo
Berneri. Hay artículos centrales de Makhno (Sobre la Defensa de la
Revolución y Sobre la Disciplina Revolucionaria) y de Malatesta (A Propósito
de la Responsabilidad Colectiva), que también traen argumentos relevantes
a la discusión de la Plataforma.
Para el tema que aquí estamos discutiendo, creemos que la fuente más rica
sea el debate entre Nestor Makhno y Errico Malatesta. No es el caso aquí
tomar la defensa de uno u otro lado, pero si de observar las
24

posiciones pertinentes tanto de un lado como de otro, ya que tenemos un


gran aprecio por los dos militantes en cuestión y creemos que hay
argumentos correctos en ambos lados.
Estaremos de acuerdo con lo que presentan los exiliados rusos en la
Plataforma cuando afirman que "la situación miserable en la cual el
movimiento libertario vegeta, tiene su explicación en un número de causas,
de las cuales la más importante, la principal es la falta de principios y
prácticas organizativas en el movimiento anarquista". Los rusos enfatizaban
que hay "una falsa interpretación del principio de individualidad en el
anarquismo: siendo esta teoría frecuentemente confundida con la total
falta de responsabilidad". Sabemos que uno de los grandes problemas del
universo libertario es que el principio de la libertad y del antiautoritarismo
es entendido muchas veces como falta de compromiso, la tal "falta de
responsabilidad" apuntada por los compañeros rusos. Debemos recordar
también que, conforme mencionan, "los elementos individualistas y
caóticos entienden con el título 'principios anarquistas' indiferencia política,
negligencia y total falta de responsabilidad".
Sabemos que la crítica del principio individualista en el anarquismo tiene
sentido y e por eso que concordamos también que "el principio federalista
ha sido deformado en los puestos anarquistas: éste ha sido interpretado
como el derecho, por encima de todo, de manifestar el 'ego' de alguién, sin
la obligación de acarrear con los deberes para con la organización".
Juzgamos correctos a los rusos cuando reivindican que "todos los
participantes del acuerdo y la Unión cumplan completamente los deberes
asumidos, y conforme a las decisiones compartidas" y que "el tipo
federalista de organización anarquista, al mismo tiempo en que reconoce
los derechos de independencia, opinión libre, libertad individual e iniciativa
de cada miembro, requiere de ellos que asuman deberes organizacionales
fijos, y exige la ejecución de decisiones compartidas".
Debemos llamar la atención también sobre las disertaciones de Malatesta
en su respuesta, titulada Un Proyecto de Organización Anarquista, en que
resalta:
"Al revés de estimular en los anarquistas un mayor deseo por la
organización, [la Plataforma] parece deliberadamente reforzar el prejuicio
de muchos compañeros que creen que organizarse significa someterse a
jefes, adherir a un organismo autoritario y centralizador, que sofoca toda
libre iniciativa".
Cabe entonces una reflexión sobre eses asuntos que no están tan
claramente expuestos en la Plataforma. Malatesta exageró, pero vale
25

observar sus comentários y tener en cuenta para que la necesidad de


responsabilidad que defendemos, no signifique la jerarquía y
autoritarismo. Los comentários de Malatesta implican exactamente los
medios en que utilizamos para llegar a nuestros objetivos; por eso, él
resalta todavía que "es inconcebible que los mismos que profesan ideas
anarquistas y quieren realizar la anarquía, o como mínimo anticipar su
realización – hoy, en lugar de mañana – renieguen de los princípios básicos
del anarquismo en la organización con la cual se proponen luchar por su
victoria". Aún sobre el tema, enfatiza que su proyecto de organización
anarquista debe contar con "total autonomia, total independencia , por
tanto, total responsabilidad de individuos y grupos; libre acuerdo entre los
que creen útil unirse para cooperar en la obra común; deber moral de
mantener los compromisos asumidos y de nada hacer en contradición con
el programa aceptado". Para finalizar, y volviendo a la discusión de los
medios, él afirma que "para vivir y vencer, no necesitamos abandonar las
raciones de nuestra vida y deformar el carácter de la victoria eventual.
Nosotros queremos luchar y vencer, pero como anarquistas y para la
anarquía" (las comillas son nuestras). Aquí también cabe coincidir con
Malatesta, pués si deseamos conseguir nuestros objetivos con la máxima
urgéncia, no tendremos que dejar de lado los principios que acaban
implicados en el como haremos eso.
En su "Respuesta", Makhno afirma, con razón: "Tú mismo, querido
Malatesta, admites la responsabilidad individual del revolucionario
anarquista. Es más, tu la apoyaste durante toda tu vida como militante".
Algo que se comprueba si observamos la cita sobre disciplina de Malatesta
de más arriba, que data de 1920 y sustenta los mismos argumentos de
Makhno. Con mucha razón, y deacuerdo con las afirmaciones de Malatesta,
Makhno dice que "ninguno de nosotros tiene derecho de escatimar tal
responsabilidad. Al contrario, si fue hasta ahora ignorada, en las filas
anarquistas, es necesario volverla ya, para nosotros, anarquistas
comunistas, un artículo de nuestro programa teórico y práctico"; además de
eso, "apenas el espíritu colectivo y la responsabilidad colectiva de sus
militantes permitirán al anarquismo moderno eliminar de sus círculos la
idea, históricamente falsa, de que el anarquismo no puede ser una guía –
sea ilógicamente, sea en la práctica – para la masa trabajadora en un
periodo revolucionario, y, por tanto no podría exigir la responsabilidad
total".
Malatesta respondió nuevamente, ya aproximando cierto acuerdo con
Makhno, cuando escribió: "ciertamente, acepto y apoyo la visión de que
cualquiera que se asocia y coopera con otros por una causa común debe
26

coordinar sus acciones con las de sus compañeros y no hacer nada que
perjudique la acción de los otros y, por tanto, la causa común; respetar los
acuerdos hechos – excepto cuando pretenden dejar la asociación por
diferencias de opinión, cambio de circunstancias o conflicto sobre métodos
escogidos vuelvan la cooperación imposible o impropia. Así, yo sustento que
aquellos que no sienten ni practican tales deberes han de ser expulsados de
la asociación. Tal vez, hablando de responsabilidad colectiva, te refieras
precisamente al acuerdo y a la solidaridad que deben existir entre los
miembros de una asociación. Si es así, tu expresión significa, en mi opinión,
un uso incorrecto del lenguaje, pero eso sería apenas una cuestión
irrelevante de fraseología y luego alcanzaríamos el acuerdo".
Creemos también importante citar pedazos de un artículo de 1926 de
Makhno, llamado Sobre la Disciplina Revolucionaria, cuando él afirma:
"entiendo la disciplina revolucionaria como una autodisciplina del individuo,
establecida en un colectivo que actúa, de modo igual para todos, y
rigurosamente elaborada. Debe ser la linea de conducta responsable de los
miembros de ese colectivo, induciendo a un acuerdo estricto entre su
práctica y su teoría.". Makhno cierra el artículo, con una frase muy
importante: "la responsabilidad y la disciplina organizacionales no deben
horrorizar: ellas son compañeras de viaje de la práctica del anarquismo
social."
Malatesta, un año después el debate con Makhno, publica un artículo
llamado A Propósito de la Responsabilidad Colectiva en que afirma: "la
responsabilidad moral (pues en nuestro caso no puede sino tratarse de
responsabilidad moral) es individual por su propia naturaleza". Afirma, en
seguida, que "Si entre hombres que se pusieron deacuerdo para hacer
alguna cosa, alguno de estes, faltando a su compromiso, hace fracasar la
iniciativa, todos dirán que es él el culpable y, por tanto, el responsable, y
no aquellos que hicieron hasta el final todo lo que debían hacer."
Pensamos que todos los retazos citados traen enseñanzas a los libertarios
sobre las cuestiones discutidas. El objetivo de nuestra organización es
exactamente estar concebida para exaltar los elementos de compromiso,
responsabilidad y autodisciplina, sin que eso levante posturas autoritarias,
que huyan de los limites aceptables por la ética, como ya hablamos. La
ética la definimos como uno de los ejes centrales de nuestra organización.
Esos elementos, hoy y siempre, son fundamentales para la realización de
las actividades de cualquier organización que se diga seria y que tenga
objetivos de transformación social.
27

Tratemos la cuestión con ejemplos prácticos de nuestra organización. La


FARJ, como bien se sabe, trabaja en dos frentes fundamentales: el frente
comunitario y el frente de ocupaciones. Tanto en una como en otra,
compromiso, responsabilidad y autodisciplina son imprescindibles.
Por ejemplo, para las actividades del frente comunitario. La gestión del
Centro de Cultura Social do Rio de Janeiro (CCS-RJ) implica que existan unos
acuerdos para que haya personas de la organización en el CCS en los días
acordados, con el objetivo de realizar las actividades programadas y que el
espacio no se quede "muerto". Esa gestión trata de desarrollar actividades
que apunten hacia rumbos marcados por la organización, cuidar para que
las cuentas de agua, luz, etc. se paguen en el día (hacemos otro paréntesis
aquí para parafrasear a un compañero de nuestra organización que nos
recordaba, diciendo que no adelanta llegar a fin de mes para pagar la cuenta
del supermercado y decir en la caja "pero yo soy anarquista, estoy contra el
capitalismo"; eso no resuelve los problemas de quien todavía vive dentro
del capitalismo). En fin, existe toda una exigéncia de tareas que la
organización se dispone a hacer y que, si no las hace, está perjudicando el
camino rumbo aquello que se pretende conseguir con la programación de
estas tareas. De la misma manera funciona el compromiso de un militante
con el frente: si el frente delegó a uno de los militantes la tarea de abrir el
CCS, por ejemplo, se espera de este militante que vaya hasta el local en la
fecha y horario previstos y que realice su tarea. Lo mismo vale para todos
los otros proyectos que se llevan a cabo por el frente comunitario: para que
la Biblioteca Fábio Luz abra en los días y horarios previstos, para que los
libros sean registrados, para que se produzca teoría en el Núcleo de
Pesquisa Marques da Costa, etc.
En el frente de ocupaciones, las cosas funcionan de la misma forma. Hay
una gran necesidad de que los militantes frecuenten las asambleas de las
ocupaciones y que para eso, estén informados de los horarios, de los días y
de los temas a ser tratados en esas asambleas. Después de eso, es
importante que los militantes participen de las asambleas de la forma como
se ha acordado con el frente, respetando los debidos acuerdos y los
objetivos que se pretenden conseguir. Los militantes deben trabajar
también, para que las ocupaciones se articulen con las otras, en el foro que
hoy llamamos Frente Internacionalista de los Sin Tech (FIST). El compromiso
en este caso de las ocupaciones es todavía más crítico que en el frente
comunitario, visto que en el frente comunitario, muchas veces, se actúa
entre compañeros que tienen valores éticos semejantes a los nuestros, lo
que hace que el grado de organización y compromiso puedan
28

ser un poco más flexibles. En el ambiente de las ocupaciones urbanas, como


en otros movimientos sociales, se dan muchas disputas y que, algunas
veces, tenemos que lidiar con enemigos como crimen organizado, iglesia,
partidos políticos, organizaciones oportunistas de izquierda, entre otros. En
este contexto, debemos resaltar la importancia de la organización, del
compromiso y de la disciplina, pues hay una fuerte disputa por el espacio
político (poder), lo que significa que si los anarquistas abren espacio, o
tienen problemas de compromiso, etc., generan espacio para que las otras
organizaciones que están en el movimiento social ganen hegemonía. No hay
vacío de espacio político (o poder), por eso, una falta de compromiso y
responsabilidad en la realización de las actividades significa que estamos
generando espacio para que los otros lo tomen. Si queremos que los
libertarios tengan una posición preponderante y que puedan influir en el
movimiento social más que las otras fuerzas en cuestión, es fundamental
saber que debemos trabajar con el máximo de responsabilidad.
Concluimos resaltando que nuestro trabajo no puede ser algo que se de
puntualmente y que podemos hacer a veces, cuando nos apetece. El
compromiso que establecemos, como organización, exige que tengamos
responsabilidad y constancia de nuestras acciones. Eso muchas veces es
duro, pues las batallas son, muchas veces, perdidas. Es la voluntad y el
compromiso militante que harán que caminemos día tras día, para el
desarrollo de las actividades de la organización y para que podamos superar
los obstáculos y preparar terreno para nuestros objetivos a largo plazo. Es
de esta manera que entendemos poder caminar rumbo a la libertad.

PARA DEBATIR

1) ¿Cualquier práctica social aporta a un proceso de ruptura


revolucionaria en sentido anarquista?
2) ¿Cómo caracterizar un perfil de militancia anarquista de estilo de
vida?
3) ¿Cómo caracterizar un perfil de militancia anarquista activista?
29

2. Ética

La transformación social construida en el “ahora” – Practica política, ética


y estilo militante – FARJ

"Para nosotros la mayor importancia no radica en aquello que se consiga,


pues conseguir todo lo que queramos significaría que todos aceptasen y
practicasen la anarquía, que no será hecho en un día ni por medio de un
simple acto insurreccional. Lo importante es el método por el cual se
consigue mucho o poco”. Malatesta

"La izquierda tradicional ha sido sectaria, dogmática y, a menudo ha


ignorado la realidad que la rodea. Yo no creo que los anarquistas en
general hayan sido mucho mejor. Es el momento de dar el ejemplo.
Debemos apuntar a la construcción de los espacios de discusión y cambiar
los hábitos nocivos en nuestro movimiento, que no contribuyen con el
debate y que más entorpecen el desenvolvimiento del pensamiento crítico
que el necesario movimiento revolucionario tanto necesita para hacer
frente a la difícil tarea de la regeneración social que tenemos por delante”.
José Antonio Gutiérrez Danton

Para Malatesta cada fin requiere sus medios, y si luchamos por un fin
diferente del sistema de dominación y explotación capitalista los medios
para alcanzarlo también deben ser diferentes. En este sentido, entendemos
cómo ética y estilo militantes los valores que guían nuestra práctica política
cotidiana, en constante diálogo con la realidad y en coherencia con nuestro
método y nuestra concepción de trabajo. El germen de una sociedad más
justa, igualitaria y libre de explotación y la dominación está en la manera
como actuamos en el "ahora", y esto no se puede dejar para después. Esta
en la forma como nos organizamos, por medio del federalismo, la
autogestión y la acción directa. Está en la intención que le damos a nuestras
prácticas y las relaciones de nuestro medio social y político; con los sectores
populares, con otros (as) militantes y compañeros (as) y la relación entre las
organizaciones políticas. Lo que equivale a decir que el estilo militante es
la busqueda de
30

la coherencia entre las prácticas de los/as militantes, y el conjunto de la


militancia, los principios, los métodos y la línea política de la organización.

Además de definir un programa estratégico con propuestas concretas de


intervención en la realidad, una organización anarquista debe buscar una
práctica política consecuente con un determinado estilo militante, que
sirven como elemento fundamental para la construcción del poder popular
y la transformación social. La práctica es también una herramienta de
propaganda y contribuye a la organización para formar una opinión
favorable, ya que es la experiencia de la lucha y la interacción de los (las)
militantes que construye complicidad en el trabajo de base y los/as nuevos
(as) compañeros (as) y simpatizantes que se acercarán.

Es importante puntualizar que no idealizamos un ser humano perfecto, y


mucho menos un tipo de militante infalible. Los diversos problemas y
contradicciones estarán presentes en la dinámica de las luchas o en los
procesos revolucionarios, y nosotros organizados para superarlos, o
reducirlos al máximo, nos mueve hacia adelante. Hay innumerables
ejemplos, contemporáneos o históricos, en los que la propuesta anarquista
contribuyó a la organización y los enfrentamientos por las demandas de los
trabajadores. Pues nuestra convicción ideológica se da por la práctica,
nuestra teoría es para actuar en la realidad y nuestro programa es fruto de
las luchas cotidianas.

Los errores y el trabajo para corregir los errores nutren nuestro aprendizaje
y genera acumulación política y maduración. También es fundamental
conocer la crítica fraterna de (la) compañero (a) cuando sea necesario, y los
términos humildes para asumir cuando nos equivocamos, hacer una
autocrítica y tratar de cambiar nuestra conducta. Nada de hacer "la vista
gorda" o "pasar la mano en la cabeza" cuando se identifica un problema
relativo a la práctica de algún compañero/a. Cuando (los) militantes y la
organización omiten hacer frente a estos problemas, y no guiadas en las
instancias colectivas adecuadas, se puede generar una "olla a presión" que
podría socavar la relación orgánica, socavar el trabajo de base y provocar
malentendidos que de otra manera podría ser evitado.
31

Por lo tanto, el ejercicio de la crítica y el debate debe ser encarados como


importantes herramientas organizativas, puestos al servicio de la práctica y
este último también como punto de partida, ya sea en los niveles políticos
o sociales. Ninguna crítica como mero ejercicio intelectual, el debate por el
debate o con el único propósito de cambiar la conciencia de cada individuo.
Porque no es simplemente un cambio en la conciencia de la gente que
altera la realidad, sino que es la construcción de un determinado sujeto de
transformación social en los procesos diarios de la lucha contra el sistema
de dominación y explotación. Estos sujetos (los negros, campesinos,
habitantes de barrios marginales, estudiantes, jóvenes, pueblos indígenas,
mujeres, etc.) se estarán incorporando a la organización, aportando sus
experiencias y luchas.

Sabemos que el proceso para identificar y cambiar las prácticas con el que
somos formateados/as por el sistema de opresión y la dominación no es
algo que se produce en la noche a la mañana. Pero debemos tener cuidado
de no actuar de manera egoísta y vanidosa o reproducir actitudes sexistas,
machistas o homofóbicos u otras formas de la opresión y el autoritarismo
con (las) compañeros (as). Y cuando esto sucede, el colectivo debe ayudar
al/a compañero (a) a reconocer y cambiar su comportamiento, pero
teniendo en cuenta su realidad y sus limitaciones, sin querer crucificarlo (a),
caricaturizarlo/a o que le requieran una "pureza" imposible en la vida real.

También es importante saber motivar aquello positivo que tiene el/la


militante, el reconocimiento de las diferentes potenciales, temperamentos
y singularidades. Estimular en él/ella el ejercicio de la delegación, la
iniciativa, la participación y posicionamiento en las instancias colectivas.
Saber escuchar y aprender a debatir, incluso en la las posiciones
divergentes, siempre haciendo lo posible por llegar a acuerdos colectivos
sin "caballo de batalla". Dar prioridad a la construcción colectiva en lugar
de prácticas voluntaristas despegadas de la estrategia, que es diferente de
la capacidad de iniciativa de cada uno para ayudar a lo que es posible. Como
también priorizamos la organicidad en lugar de las relaciones y las
estructuras políticas informales, de carácter personalista o paternalista,
puede dar lugar a desigualdades y manipulaciones políticas
32

dentro del colectivo. Evitar el personalismo es fortalecer las estructuras


colectivas y tener criterios claros de funcionamiento para todos (as).

Nuestros diferentes niveles de actuación, el/la militante deben entender


que su práctica política, además de ser la "cara" de la organización, es
también una referencia a la otra, positiva o negativamente. Por lo tanto es
importante cultivar el espíritu de hermandad y apoyo mutuo en las áreas
de trabajo, el fomento y la promoción de la máxima confianza, la ética y la
camaradería entre los (las) compañeros (as). Y, sobre todo en el trabajo
social, no ser arrogante y pensar que llevará a la "verdad" a la gente, lo
primero es saber escuchar y aprender de la sabiduría, la realidad y la cultura
popular.

Esperemos del/a militante una actitud atenta al conjunto de su


organización, mas allá de su trabajo específico, contribuyendo y buscando
soluciones para organizar y articular el trabajo en los diferentes espacios en
los que operan, lo que ayuda a construir una política en la que los campos
lucha en la que actúa la organización mantenga cada vez más diálogos. Que
sepa equilibrar su participación para contribuir y comprometerse con las
tareas de funcionamiento interno de la organización y con las tareas
externas relacionadas con el trabajo de base. Actuar de manera
responsable y comunicar el colectivo cuando es incapaz de cumplir con una
tarea determinada. Pues tener problemas e imprevistos es normal, pero la
falta de comunicación afecta a la organicidad. Por otro lado, una sobrecarga
de tareas no significa necesariamente que la política este avanzando,
porque tal vez no se esta actuando con la planificación o el establecimiento
de prioridades.

La formación es otro elemento importante, sobre todo cuando se piensa en


una política articulada con otras actividades internas de la organización y
preocupa la admisión de los/las militantes y los recién ingresados junto a
los trabajos de bases. Se complementa con una formación teórica que
fortalece y mejora la práctica del/ la militante, dotándola de (a) las
herramientas necesarias para producir y reproducir las propuestas de la
organización. También, todo aquel que recién ingresa debe entender que el
proceso no se reinicia de cero en ese momento, y que él/ella contribuirá
33

de la mejor manera posible para multiplicar la fuerza en un proceso que ya


está caminando con los/as demás compañeros (as) y que tiene sus
acumulaciones. Todos los militantes que construyen la organización, deben
saber respetar las decisiones colectivas y actuar a partir de estos.

En el plano social la actuación en las bases nos enseñan muchas cosas, ya


sea en los movimientos sociales rurales, la ciudad, en los lugares de trabajo,
estudio o iniciativas de resistencia en los barrios pobres y las periferias.
Debemos contribuir para que los espacios colectivos que ayudamos a
construir sean agradables y fomentar la participación de todos. Una vez que
la dominación y la explotación capitalista trabajan para alejar a las personas
de la participación política, colocando la vía electoral y el individualismo
como puntos de referencia es nuestro trabajo el ejercicio de la política y la
militancia, no se debe mirar la gente como algo aburrido o algo sólo para
"Profesionales", lejos de su realidad. Una reunión o asamblea de base vacía
indica que podríamos estar haciendo algo mal. Un cierto estilo militante
aplicada al trabajo de base también puede estimular pedagógicamente, se
proporciona las condiciones para una mayor participación en los espacios
de deliberación, teniendo en cuenta las realidades y limitaciones de cada
uno.

Al mismo tiempo, en el plano político debemos valorar también por un


estilo militante y la ética en las relaciones con otras organizaciones y
corrientes de la izquierda política. La actuación en espacios más amplios y
la diversidad ideológica como foros, campañas y manifestaciones nos pone
otros retos. Nuestras propuestas no son las únicas y no vamos ni queremos
estar solos en el proceso de lucha. Para hacer frente a los opresores y
poderosos a menudo vamos a estar compuestos con otros sectores de la
izquierda construyendo consensos de lo que es un acuerdo común, lo que
no significa abandonar nuestros principios. Sería demasiado cómodo
componer políticamente con lo que estamos de acuerdo o por una afinidad
ideológica, pero eso sería adoptar el principismo como una política de
acción, que no ha de avanzar la lucha ni enriquece nuestras experiencias.
34

Es común pasar por desacuerdos, diferencias políticas o conducta poco


ética de los individuos o grupos, pero más allá de la denuncia, nuestro
enfoque debe ser difundir y avanzar nuestras propuestas. Tenemos que
saber diferenciar los enemigos de clase de los adversarios ideológicos. Sin
ella se corre el riesgo de actuar como un "monstruo" en los espacios
políticos, reduciéndolos a los espacios de disputa o "captura" de sólo
militantes.

Debemos encaminar las diferencias con tranquilidad y evitar conflictos y


controversias innecesarias, diferenciando aquellas diferencias en los
principios de la estrategia o la táctica y reconociendo los méritos de los
demás. Antes de ser crítico, ser autocríticos. Defendamos el anarquismo
firmemente antes los ataques y calumnias, y hacer la lucha ideológica
cuando sea necesario, pero poniendo nuestras posiciones y opiniones sin
dogmatismo y contextualizar nuestras críticas en lugar de generalizar a toda
una cadena, grupo o ideología. Hay discusiones que se deben hacer y las
diferencias suelen ser allí, pero que pueden llegar a ser sin sectarismo y ni
dogmatismo.

Así, la ética y el estilo de militantes no son entendidas por nosotros como


dogma, sino como concepciones de trabajo para ser incluidas en nuestras
prácticas políticas y por lo tanto las organizaciones que tratan de operar en
la Coordinación Anarquista Brasileña (CAB). Y nuestra militancia en los
sectores de lucha del campo y de la comunidad trabaja en la producción
colectiva, los sindicatos de estudiantes, la educación y la cultura popular,
como en las manifestaciones y foros populares de articulación, se busca
estimular e influenciar, pero también somos modificados en las luchas
cotidianas. Y se inserta en nuestras dinámicas sociales que una base ética y
uno concepción del estilo militante también se forja y se califica como fruto
de la madurez política y la reflexión en las luchas cotidianas.
35

Extracto del libro Acción directa una historia de fAu

Sobre OPR 33

El documento que está a continuación es un extracto del libro “Acción


directa Anarquista” de Juan Carlos Mechoso. Los 4 volúmenes del libro dan
cuenta de la historia de la FAU desde su fundación hasta la dictadura militar,
relatando las experiencias organizativas de la FAU en el medio social,
político y armado. El capítulo extraído relata una experiencia de aplicación
de una metodología libertaria en el ámbito de la lucha armada. Para ese
momento la FAU contaba con un órgano especial encargado de esa tarea
que públicamente se llamaba OPR 33, y que a la interna el nombre clave o
yuto era “chola”.
La OPR 33 tiene en su haber numerosas actividades que van desde acciones
simbólicas como la recuperación de la bandera de los 33 orientales,
expropiaciones de bancos, secuestros de burgueses para la financiación de
la organización, o para la apoyatura de conflictos sindicales de la época,
etc.
La particular interpretación de la lucha armada que hizo FAU y su matriz
libertaria en el interior de su funcionamiento orgánico, hacen que sea una
experiencia única que se merece una profundización en su abordaje.

Vida Interna
– Hay que cuidar que no se pierda el sentido de las cosas. Que determinados
valores que nos son queridos y fundamentales no vayan quedando por el
camino. Es ésta una actividad que da para ciertas y embromadas
deformaciones.
Estos comentarios fueron frecuentes cuando se armó de manera
sistemática y específica la actividad de Chola. Las prevenciones eran hijas
de nuestra concepción libertaria y de experiencias tanto históricas como las
nuevas que se estaban viendo.
Podríamos decir que había un concepto libertario sobre la actividad
armada. Un conjunto de ideas que se pensaba que podían darle un carácter
diferenciado a esta labor. Había que experimentar sobre la base de
determinados criterios.
36

Para empezar se le daba importancia a las palabras que se usaban en


relación con funciones necesarias. Por esa mágica relación que tienen las
palabras y las cosas.
– Junto con la palabra viene el contenido y de la mano la desviación.
Nada de jefe en ningún lado. Que los compañeros con determinadas
responsabilidades lleven nombre de encargados. Se decía con énfasis.
La actividad de Chola, OPR, nunca tuvo jefes ni comandantes. Tuvo
encargados y vaya si el contenido no resulto diferente. Claro está que junto
a esto venían otras cosas que formaban una unidad en esa campaña de
crear prácticas cotidianas, agarradas desde adentro por una ideología, se
priorizaba la formación del compañero. Una formación lo más amplia
posible.
Vamos a ver primero algunas de esas prácticas chicas, cotidianas que tanto
ayudaban a la formación.
– Que la autocrítica y el problema de los valores queden para discursos
vacíos, desprendido de lo que hacemos todos los días. Esto se decía y se
sentía.
El problema de los valores se vivía en la de todos los días. Todos los Equipos
de Chola tenían una ficha de evaluación que pautaba comportamientos. En
períodos cortos, uno o dos meses, se realizaba esta tarea de evaluación. El
propio Equipo se auto-evaluaba y en tal instancia cabía observar tanto al
encargado del Equipo como de Liga.
La ficha de evaluación contenía valores como: Solidaridad, fraternidad,
modestia, capacidad de entrega. En la página aparte irá esta ficha completa,
ello ayudará a dar una idea más acabada.
Esto arroja efectos muy positivos. Para empezar la crítica y autocrítica no
eran palabras vanas, no eran cosas para la galería. Pasaba a ser normal, algo
totalmente legitimado, el que un encargado fuera cuestionado y hasta que
se pidiera su cambio de función.
Se rompieron resortes arbitrario de poder. Esos resortes que de manera
visible o invisible generaban prácticas perversas. Se había echado a andar
una tendencia expresa de quitarles espacio, de desvalorizarlos. Era un
proceso que requería su buena mano de obra, no todo venia a pedir de
37

boca. Por lo menos en esta cultura “occidental, cristiana y capitalista”, la


cuestión del poder de exaltación del ego no resulta moco de pavo en ningún
lugar. Sin duda no era lo mismo potenciarlos que combatirlos.
– El compañero encargado de Liga debe superarse mucho. Su modestia deja
que desear.
Estos comentarios de un integrante de Equipo pasaban a ser cosa normal y
positiva. Al tiempo que su derecho era real, no una frase formal, se iba
mejorando el colectivo. Y hacía difícil que un Encargado pudiera
mantenerse arbitrariamente.
Ya no era cosa de que un jefe un se levantara justo y dijiera vamos a realizar
una crítica y autocrítica. Y que como contrapartida lógica muchos, por
temor a lo que podría venir después, transformaran esto en conformismo
puro. Y que todo quedara igual que antes y hasta la próxima. Como se dice
a veces en broma: “Toda crítica que sea para decir que está todo bien, es
bienvenida”.
Es de aclarar que la práctica cotidiana de estos valores no hacía perder de
vista el carácter específico de la actividad. Digamos por ejemplo que había
instancias puramente de ejecución y tareas permanentes que debían
realizarse. Por ejemplo, nadie ponía en dura que en el momento de la
operación el encargado de ella era quien decidía sobre los problemas que
pudieran plantearse y que quedaban fuera de planificación previa.
– Si la actividad podrá ser técnicamente militar, peor hay que
acostumbrarse a mencionar lo menos posible esa palabra. Hay que usar
términos como la acción política-revolucionaria. Decía Gerardo Gatti en un
Fomento.
Se fueron creando rudimentos culturales importantes que hacían carne los
valores priorizados. Se crearon hábitos que hacían ver al militante con
claridad sus derechos y sus deberes. Muchas cosas empezaron a ser
“naturales”. Ser autoritario, arbitrario, inmodesto, insolidario, no eran
cosas que pasaban desapercibidas y menos toleradas en silencio.
El término Comandante se usaba de broma. Había una ideología que
impulsaba y coloreaba todo esto. Algunos compañeros se habían formado
escuchando episodios de lucha, reivindicaciones de libertad, de sociedad
futuras justas y respetuosas de la persona humana. Repudiando al mismo
38

tiempo todos esos mecanismos de poder que quieren sumisión, que


glorifican autoridades y héroes de cartón. Rechazando hasta la náusea esos
instrumentos de robotización humana al servicio del poderoso como son
los aparatos represivos. La verdad que en el marco de esa cultura, parecerse
a un milico no gratificaba.
Era España revolucionaria, eran luchas históricas de los trabajadores, eran
vengadores obreros, eran Rosigna y Durruti, eran Sacco y Vanzetti y los
Mártires de Chicago, eran aquellos modestos y sacrificados organizadores
de los primeros sindicatos: eran Hijos del Pueblo y A las Barricadas. Esa
mistica estaba ahí y se reproducía y daba fuerza. No era Mao o Ho Chi Min,
eran Bakunin, Malatesta y el Che. Era lo libertario. De ahí emanaban estas
preocupaciones de no producir soldados de la revolución sino compañeros
revolucionarios. Había un fuerte dique de contención para la desviación
militarista y las prácticas autoritarias.
Así resultaba casi normal que el aparato armado estuviera subordinado a lo
político; que los hechos se hicieran en función de la estrategia general de la
Organización, de sus evaluaciones coyunturales.
La soberbia de la pistola no encontraba terreno fértil. Tampoco la soberbia
en general.
¿Este encare de la disciplina y la auto-disciplina, del protagonismo colectivo,
de ausencia de charreteras, de respecto al militante como entidad humana,
de trato igualitario, de rechazo al autoritarismo, debilitada la eficacia, el
desarrollo y el desempeño de la labor específicamente armada? Podemos
afirmar que no. En el corto período que duró la experiencia podemos sacar
muy otras conclusiones.
Ni por asomo se piense que vamos a decir que la cosa marcho aceitada, que
todo fue un lujo. No, eso no. Pero, en el marco de errores y defectos que se
iban encarando y superando o tratando de superar vimos que la eficacia,
que el fortalecimiento de la tarea se lograba. Que la autodisciplina y el
compañero convencido hacían milagros. Con grandes limitaciones y falta de
medios, las cosas igual salían. Había entrega, disposición, capacidad para
que cada uno resolviera cosas. Había un aceptable nivel de prolijidad que
iba en ascenso.
Fomento, Aguilar, las Ligas, los Equipos iban amasando, creando una cultura
del hacer armado que no tenia como referente lo que había
39

surgido en ese momento histórico y que se desparramaba por el


continente, con grandes y muy respetables heroísmos y con mucho de
imitación.
– Tenemos que ir creando lo nuestro, con cabeza propia, en relación con la
historia de este lugar y nuestras ideas. La imitación es mala consejera-, se
decía más de una vez.
Se fue creando algo que no puede decretarse, que no se da por resoluciones
de reuniones ni con buenos manuales. Se fue desarrollando una capacidad
de reflexión, de participación efectiva del militante, de tomarle cariño y
entenderla causa en la se estaba. No fue ideal y fue corto el tiempo, claro
que sí. Pero quedó un convencimiento: se puede hacer una actividad
“militar” libertaria. Y que es un mito que para esto, especialmente, todo va
mejor con autoritarismos y jerarquías.
– La Organización tiene que tener valores que prefiguren lo que
pretendemos del mañana. Se afirmaba siempre.
Dentro de esta preocupación por la formación militante, del desarrollo de
su capacidad reflexiva, hay una experiencia concreta que bien grafica esta
situación: La Escuelita.
¿Qué fue La Escuelita?. Fue una experiencia realizada en base a gente joven
de Chola que venía asumiendo mayores responsabilidades. Fue una
actividad de transferencia de conocimientos de diferentes cuestiones:
Filosofía, Psicología, Historia, Pedagogía. Se procuraba generar discusiones,
reflexiones, sobre estos tópicos. Varios compañeros especializados,
profesores la mayoría, eran encargados de la transferencia.
Esta actividad se realizó con toda regularidad y prolijidad. Nando y Silva
fueron dos grandes animadores de ella.
Para ver la importancia que se daba a esta tarea de formación es necesario
ubicar el contexto social en que se hizo. Era un tiempo en que la represión
estaba con todo. Patrullaje constante de calles, pinzas, allanamientos
masivos, vigilancia de lugares sospechosos. En esas condiciones había que
juntar compañeros del aparato armado que no pertenecían a una misma
liga y a los especialistas y profesores. Al mismo había que cubrir: la
seguridad general y la correspondiente ala
40

compartimentación para casi todo, esto demandaba un esfuerzo extra,


debía trasladarse a los compañeros asegurándose de que no supieran
donde estaban. Las reuniones también implicaban capuchas que ocultaran
rostros.
La iniciativa surgió en Fomento. No mereció mucha discusión. Había
consenso al respecto. Eran de las tareas cantadas. La formación militante
era cosa siempre bien vista. Sólo Silva, que después sería un fuerte
animador, planteó algunas dudas. Ellas eran básicamente las siguientes:
¿no sería tarea para realizar un poco más adelante; habría receptividad que
compensara el esfuerzo; los compañeros de Chola que participarían vivían
esto como una necesidad?
Evacuadas las dudas se resolvió ir adelante con la actividad. Lo referido a
organización correría por parte de Rogelio. Nando haría la primera parte,
formando un equipo que trabajaría con él, que consistía en un conjunto de
test a realizar a todos los integrantes de Chola. Test que después se
discutirían en reunión conjunta. Nando era un compañero psicólogo,
considerando técnicamente del más alto nivel, persona de una excelente
calidad humana, se comunicaba muy bien. Los compañeros que en esta
oportunidad formaban equipo con él eran también profesionales. Este
grupo trabajó intensa y prolijamente en la confección y evaluación de los
test. Una vez terminada esta parte se pasó a las reuniones regulares
colectivas en las que se trataría una amplia problemática.
Los resultados de esta experiencia fueron considerados muy buenos. Pero
aquí es mejor que dejemos hablar a uno de los participantes.
R. ¿Qué recordarás Rubén sobre La Escuelita?
Rubén. La primera cuestión fue aquel proceso de test psicoanalítico al que
fuimos expuestos. Fue una cantidad de días en el piso de un hospital, en un
anfiteatro que allí había. Una batería de test, de dibujos, contar historias,
manchas. Todos los test que en ese momento se usaban y que estos
compañeros estaban revisando en la lectura, en una actitud crítica frente al
psicoanálisis. Y eso era recontra importante. El marxismo a esto nunca le
dio pelota a lo sumo siquiatría farmacológica. Esto fue una cosa muy
importante que a mi me abrió un mundo de lecturas. Y después la escuela
propiamente instalada. La lectura de los resultados de los test que
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fueron espectaculares ya que dieron, como después veríamos, un 90% en


el clavo.
Esto de los test fue un gran prolegómeno, luego se procesaron cuestiones
de tipo teórico y práctico. En lo práctico rudimentos de explosivos, fierros y
tácticas. Había cuestiones de tipo histórico y filosófico. Me quedó grabado
una cuestión gráfica, se trataba de un cuadrado que se ponia y sacaba. El
abordaje de todo el tema de lo científico.
Una de las cuestiones que estimuló La Escuelita fue que buscáramos la
lectura por la libre, por la iniciativa de cada uno. Si vos lo comparás con la
escuela de Cuadros de la Argentina y otros lugares no tiene nada que ver,
por ejemplo, los Perretes tenían mucho ideologismo y en los fierros había
mucho bardo. En los Montos había mucho de formación militar y poco de
ideología.
En el caso de La Escuelita se habría un abanico. En todo sistema de
enseñanza siempre va a ver una relación, una base de transferencia de
conocimiento.
Integraban La Escuelita: Leonel, Juan, Misterio, Mónica, Ceferino, Lola y yo.
Otra cosa que yo recuerdo es que el conjunto de baterias de los test se los
usaba críticamente. Porque si no fuera así, si se aplicaba el criterio
ortodoxo, seríamos psicópatas inadaptados. Tenían los técnicos que
reevaluar todos los test con ese especial criterio, tenían que poner mucha
mano de obra. Había gran preocupación en el buen funcionamiento de La
Escuelita.
Yo le agregaría a esto que cuando a mi me tocó comprar el conjunto de
cuestiones que se habían quedado en la cabeza con lo que hacía en
Argentina, toda la gama marxista, me llevó a evaluar lo que fue La Escuelita
en su modestia y en su grandeza. Tanto en las técnicas psicoanalíticas, como
en materia de preocupaciones humanas y dudas filosóficas.
Eso que sólo la lucha de clases movía la historia sólo un marxista lo puede
decir. Fue bueno llenarte la cabeza de algunas dudas y certezas por lo que
te jugabas la vida. Eso resume lo maravilloso de un sistema de enseñanza.
Algo sobre los Equipos.
42

Hemos dejado para el final de este capítulo una conversación con dos
compañeros grabada por separado, en la que hacen consideraciones sobre
la vida de los Equipos de Chola.
Ruben. Si uno lo mira a la distancia fue un período muy breve de tiempo. El
Equipo nuestro es el que estaba Pedro…
Me acuerdo que habia una revista, Transformaciones, que discutíamos en
el Equipo. Había vida política en medio de una Organización que estaba muy
apremiada, lo que establecía limitaciones.
La Instancia fue en marzo del 72. El período de actividad mayor fue en 1971-
72.
Es indudable que la prédica libertaria era muy sólida, muy pesada
consciente e inconscientemente.
R. Incluso se hizo una elección interna, recordarás, para el cambio de
compañeros en lugares de responsabilidad, con “mezclas” de algunos casos.
Ruben. Si, la mezcla estaba encaminada a discutir el tema de la elección
interna y el cambio de autoridades. Me encontré contigo en la plaza Lavalle
frente al teatro Colón y es en esa instancia que yo voto. Este tipo de
instancias como las votaciones vos la podés revalorar el día que contrastás
con el funcionamiento de otras organizaciones.
Si vemos el funcionamiento de los marxistas en la Argentina por ejemplo,
todas estas cosas que teníamos, fichas de evaluación, encargado del
Equipo, el problema de los debates y las discusiones, el tema de las
votaciones, eso en la Argentina no existe, en ningún lado existe. Allí hay un
sistema piramidal de arriba a abajo que son los mandos los que van
dirigiendo para abajo. Una cadena de mando militar. En nosotros la
propuesta, en lo que nos competía, viene de los Equipos.
Las elecciones internas.
Algunas opiniones de integrantes de Equipos.
– “Oposición a que el compañero Montes cumpla tareas de dirección en la
Organización.
43

Motivos: 1) durante el período en que dicho compañero estuvo a cargo de


la Unidad 8 no promovió la formación político-revolucionaria de los
militantes… Angel.
– “Me opongo a la designación del compañero ya que entiendo que, aún
teniendo algunas características que podemos tomarlas como positivas…
existen valores morales que aún no están desarrollados. Estos valores
morales son la solidaridad y la fraternidad cosas que se manifiestan en el
trabajo diario…”. Verónica.
– “Martín (Aguilar). Entiendo que éste es un voto condicionado por la
licencia (pres9, pero entiendo que si ésta termina el compañero apto para
ocupar cargo de dirección por su experiencia dentro de la O. y alto nivel de
moral revolucionaria. Tiene preocupación formativa. Torres – AVF. 32.
– Propongo para la Dirección del sector:
Ruben: compañero obrero, con gran entrega a la causa, rápida evolución
político-revolucionaria y compenetración ideológica y en el compañerismo
y solidaridad. Capacidad operativa buena. A. Unidad 8.
Estos son algunos de los votos a favor y en contra en la elección interna
realizada en 1972. Ellos trasuntan como se practica efectivamente la
participación y como se estimaban valores como la solidaridad.
La vida interna, la vida de los Equipos de Chola es tema importante. Por eso
veremos otra opinión al respecto, la de una activa militante: Verónica:
V. Los equipos de Torres, tenían una tarea de aparato, una tarea específica:
hacer información. Pero al mismo tiempo tenían una característica que se
relaciona con la importancia que se le daba a la vida política dentro de los
equipos. Por dos razones: primero porque había un interés de la
Organización para que los militantes tuvieran inserción en la vida política
general, no solamente de la Información, como las de apoyatura, estaban
muy vinculadas a lo que ocurría, al acontecer del momento. No eran tareas
estrictamente militaristas. No eran acciones militares estrictas sino que
eran acciones que estaban vinculadas con la coyuntura política. Por lo tanto
era imprescindible para la vida de los Equipos estar vinculados a esta
coyuntura política.
R. Vinculadas con el desarrollo del proceso de cambio que llevaba adelante
el conjunto de la población, con la particularidad de cada nivel: apoyatura
44

(VF) o Chola. Los equipos de tarea interna seguían hasta donde era posible
el trabajo de “afuera”.
V. Sí. En muchos casos no se podía hacer una participación activa en el
movimiento de masas. Pero esa falta de participación ¿cómo se sustituía?:
por la exigencia, dría yo, porque creo que era una exigencia la discusión de
los temas concretos de la coyuntura, así como la discusión teórico-política
entre los militantes.
R. En ese sentido de cuáles eran las preocupaciones que había sobre el
movimiento popular en general. Cómo comenzaba la reunión de equipo por
ejemplo.
V. Como cosa gráfica te digo que era casi religioso que la iniciación de la
reunión del Equipo fuera la lectura y el análisis de la Carta de FAU, donde
había elementos de la coyuntura política. La Carta en aquel tiempo salía
semanalmente.
Los equipos tenía una reunión semanal, por lo menos, para discutir y
analizar tanto la Carta de FAY como la política en general. Y había otra
reunión regular donde se discutían los temas específicos de las tareas que
teníamos entre manos. Había otras instancias, las referidas al trabajo que
el equipo hacía afuera, tareas concretas. Pero lo importante a resaltar es
esa reunión específicamente política. Por que hemos visto, en otras
organizaciones, otras cosas, otras prácticas. Esa identidad, tan nuestra, hay
que dejarla asentada en algún lado, es algo diferente.
R. Había clara prevención con las desviaciones militaristas, se quería formar
un militante distinto.
V. Claro, te voy a poner un ejemplo, a posteriori cuando yo me encontré
con otros militantes de otras organizaciones, con lo que conviví, caso la
cárcel, yo me di cuenta de la diferencia de formación que tenía uno y otro.
Verdad, y eso ¿de dónde surgía?. Surgía de la dinámica que se tenía en los
Equipos y de la orientación de trabajo que teníamos. Este es un tema
importante a destacar. Eso creo.
R. ¿Te acordás cuántos Equipos había en la Liga de Información?
V. Si, eran tres Equipos. Estaba la Liga y los responsables de los Equipos:
Sergio, Alfredo y Federico.
45

R. Otra cosa acerca de los Equipos. La evaluación que hacían sobre la marca
de la actividad, sus opiniones. Todo un elemento diferenciado si lo
comparamos con otras organizaciones que tienen una estructura vertical.
Además los valores que se estiman importantes que se practicaran en los
equipos. ¿No?
V. Por supuesto. Las evaluaciones personales son un ejemplo. Yo acá te diría
una cosa. Me acuerdo de una experiencia personal. Yo creo que en estas
reuniones de evaluaciones yo aprendí algunas cosas que a mi me sirvieron,
el concepto de clase por ejemplo. ¿Dónde lo aprendí?. No lo aprendí en
ningún libro, lo aprendí de una lucha personal que tenía con un integrante
de la dirección que cuestionaba mi origen pequeño-burgués y ciertas
costumbres o prácticas que a ello se vinculaban. Sin embargo todo eso a mi
me sirvió en momentos extremadamente importantes, que quizás es
cuando uno más los tiene que utilizar. Por ejemplo me sirvió cuando tome
enfrenté directamente con el enemigo, aunque a vos te parezca mentira.
Recuerdo que tanto se hablaba de este tema, para mi, en ese momento era
todavía una entelequia. Pero después cuando estuvimos directamente
frente al enemigo uno se decía: acá esta la materialización de ese concepto
del que tanto hablábamos. Esto fue un aporte a la formación integral de un
militante, que capaz que nosotros en ese momento no le dábamos ese
nombre.
R. Estaba previsto por la Organización el rescate de los valores obreros.
V. Yo creo que eso hay que ponerlo, porque eso sirvió y eso prendió y no
me pasó a mi sola. Yo he hablado con otras compañeras que pasaron por
igual situación y les pasó exactamente lo mismo. Importante ese valor ese
sentimiento y especialmente cuando estás enfrentado directamente al
enemigo de clase.
Yo pasé, transcurrí, viví en esta Organización. No solamente participé en la
elaboración de una información para una acción, a mi también ese pasaje
me formó ideológicamente. Yo creo que eso es lo importante. Pues más allá
del origen de cada uno que no se puede negar, yo creo que es importante
porque son valores que hoy por hoy son muy difíciles de encontrar. ¡Está
todo tan entreverado en la realidad política de hoy!.
R. Hay una intencionalidad en toda esta orientación que se practicó. Ya
desde la gente de extracción sindical que venía de tiempos anteriores. Se
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combatió un determinado tipo de ideología, ello fue uno de los motivos de


la división de FAU en 1963. Entre otras cosas se trataba de evitar que se
hiciera una “estudiantina”, como decía Gerardo.
V. Una estudiantina o también evitar que en la especificidad de las tareas
no hay desviación. SI vos eso no lo equilibrás con la exigencia del desarrollo
de otro tipo de valores, que fueran más allá de esa tarea específica. Yo creo
que esa es la cosa.
R. Te acordás del cuestionamiento a los compañeros responsables.
V. Sí, era toda una línea, era imperativa. Había toda la libertad para hacerlo
y se hacía.
R. Temas que se discutían en el Equipo.
V. Se discutían temas teóricos, de coyuntura, documentos como el Copey.
Éste de estrategia política y lucha armada se discutió muchisimo, en
distintas etapas del Equipo. Mirá una etapa primaria, año ’69, época en que
Pablo Roger era el encargado del Equipo. Empezaba a formarse Torres. En
este tiempo ya había algo sobre el foco, después lo retomamos en la etapa
posterior del ’71 para adelante. Había otros materiales más, tales como
Huerta Grande. Otros temas que se discutían tenían que ver con la ROE.
Cuando empieza el tema de la ROE aparece el material de las dos patas.
Creo que la cita era de Gerardo. Hay materiales de elaboración interna, y
esto implica capacidad para producir esos materiales, cosa que después vi
que no era tan común. Recuerdo que también leímos “La guerra de la
Pulga”, Debrey, “La Libertad” de Bakunin. Salía Marcha y Cuadernos de ella
que también leíamos y los diarios como Ya, Ahora. Más adelante
Compañero. Ah, y un material sobre Elecciones, un folleto. Por supuesto,
además se leían diversos libros.
Te agrego. La tarea en si no era una tarea fría y totalmente limitada, en el
transcurso de cómo se desarrollaba, cómo vos acumulabas información, en
cómo vos inventabas más elementos, era al mismo tiempo una tarea
formativa. Siempre estaba presente el respeto y el valor de cada militante.
Había una relación humana buena, los valores de solidaridad de respeto por
el otro, así como valores de responsabilidad estaban permanentemente
presentes. Si en el desarrollo de la tarea aparecía un elemento que atentara
contra la solidaridad, contra el respeto al militante, eso se evaluaba. Había
una instancia de evaluación y de aporte,
47

entre el trabajo por los valores y en concretar la tarea específica, esto es un


poco la esencia del trabajo.
Para ejemplificar esto que estoy diciendo voy a relatar una experiencia
personal. Te pido que esto lo pongas. Cuando yo tenía 20 años, de esto hace
tiempo, era una mujer con poca experiencia de vida. Mientras desarrollaba
una tarea específica de información me encontré con una persona que era
un compañero que yo no conocía, nunca lo había visto. Fui, entonces con él
para hacer una tarea militante. Mientras se estaba desarrollando la tarea,
este compañero, pretende seducirme, sacarme de la tarea en la que estaba
y desarrollar una relación personal. Esa situación a mi me desconcierta y
desagrada totalmente, sin dejar la tarea de lado, el encargado de equipo
escucha mi planteo crítico, me entiende, y acomoda la situación de manera
que eso no vuelva a repetirse. Estas cosas no pasaban desapercibidas ni
eran toleradas. Este ambiente daba tranquilidad y decía que los valores no
estaban por estar.
La otra experiencia que me importa transmitir es que estando en la cárcel,
nosotros como Organización manteníamos una relación política normal con
las otras organizaciones. En determinado momento contamos la historia de
nuestra Organización y a muchas compañeras de distintas organizaciones
les sorprendió, les resultó llamativo, el respeto y la solidaridad que nosotros
practicamos. Les sorprendía la importancia dada valores que ellos no
practicaban cotidianamente en la militancia.

PARA DEBATIR

1)¿Cuál es la importancia de una ética anarquista?


2)¿Cómo se refleja en lo individual? ¿En lo colectivo? ¿Cuáles son
las principales dificultades?
3)¿Que rasgos podemos delinear para el perfil militante que
queremos construir?
48

3. Especifismo

"Anarquismo Especifista, Acción directa anarquista: Por la construcción


del poder popular" FAU

A la memoria de Alberto “Pocho” Mechoso,


“Santa” Romero,
León Duarte,
y en su nombre a todos los Anarquistas de Acción.

“Al fascismo no se le discute, sino que se le destruye, porqué el fascismo y


el capitalismo son una misma cosa.”
Buenaventura Durruti.

1. A modo de presentación e introducción.


Entendemos conveniente la cita a documentos recientes de nuestra
organización a los efectos de presentarnos y meternos en el tema que nos
convoca.

La visión que del anarquismo propugna la FAU se constituye en torno a una


crítica de las relaciones de dominación en todas las esferas del quehacer
social (políticas, económicas, jurídicas, militares, educacionales, culturales,
etc.), crítica que se redefine permanentemente según la sociedad y el
momento histórico concreto en que tiene lugar.

Al mismo tiempo es un proyecto de sociedad distinta basada en otras


relaciones sociales y valores. En su accionar práctico, el anarquismo se
destacó especialmente como parte de las luchas y realizaciones de un
sector del movimiento obrero internacional. Fue activo también en diversas
luchas reivindicativas y revolucionarias. Ejemplo de esto es la fuerte
participación de militantes anarquistas en la Revolución Española. Lugar
donde plasmó anarquismo real a nivel del funcionamiento global de
regiones enteras. Experiencias sociales de envergadura merecen tener un
49

estudio de funcionamiento más a fondo, como la Insurrección de los


Campesinos de Ucrania, los levantes del Magonismo en México, la Junta de
Aragón en la Revolución Española ya nombrada así como otros eventos de
nuestra historia.

El anarquismo como crítica del capitalismo y de su estado que se presenta


ficticiamente como poder separado y por encima de la sociedad, como
crítica de la burguesía y de la burocracia, como crítica de la dominación y el
autoritarismo deviene necesariamente en actitud de lucha y en las luchas
sociales de las clases oprimidas encuentra su razón.

Entendemos una forma de relación en la sociedad, una relación que haga


compatible lo individual en el marco de lo colectivo. Y al mismo tiempo,
entendemos la libertad como basada en la responsabilidad y no en la
coacción. Por ello entendemos el reino de la libertad como un responsable
y permanente esfuerzo de trabajo, autodisciplina y conciencia. Con un
posicionamiento individual donde la carga de valores agregados sea basada
en la iniciativa, el autodidactismo, la participación y la necesaria agresividad
política para implementar y defender las ideas y formas más socializadoras
de la vida.

Realizar en términos sociales e históricos concretos los principios y valores


fundamentales del pensamiento libertario, nos lleva de la mano al
problema político: a la ruptura del sistema actual y creación de otro orden
social.

2. Anarquismo Especifista.

a. La necesidad de la organización Anarquista.

“Una aversión inconsciente, por lo demás, se le encuentra incluso en medio


de no pocos que se profesan partidarios de la organización, pero la aceptan
sólo como una necesidad de la lucha con el preconcepto de hacer con ello
una forzada transacción con el principio anarquista, y son llevados o a darle
poca importancia o a descuidarla, o bien aceptarla tal como es la sociedad
actual, con sus defectos autoritarios de casi siempre”. Así nos
50

dice Malatesta sobre la necesidad de la Organización Política Anarquista, y


aún no solo sobre ello, sino también sobre el carácter de la misma en la
crítica hacia los “defectos autoritarios de casi siempre”.

Se trata entonces, de gestar, de concebir y practicar un tipo de


organización, que nosotros la entendemos Federalista, con prácticas,
normas, estilos, que generen una nueva humanidad, una nueva civilización.
Desde nuestra organización y hacia el medio popular. Y así profundizando
un poco más la idea de desarrollar una organización no solo para las
necesidades tácticas del presente. La misma no puede ser circunstancial,
una necesidad momentánea, debe ser la roca donde tallemos nuestras
pasiones y ansias a futuro, nuestra utopía, nuestra Libertad.

“Nosotros creemos, en cambio, que la organización no es una necesidad


transitoria, una cuestión de táctica o de oportunidad, sino que, en cambio,
es una necesidad inherente a la sociedad humana, y debe ser considerada
por nosotros como una cuestión de principio”. Y no creemos que la
Anarquía sea en sus principios enemiga de la organización, pensamos
nuestra sociedad futura como una organización libre, pensada y practicada
por todos los intereses comunes.

Para nosotros el autoritarismo, o bien le podemos llamar “la autoridad”, no


solo es enemiga de la organización social, sino que lejos de fortalecerle y
proyectarla la parasita, obstruye su evolución y a su vez encamina sus
ventajas a favor de una clase social que exprime y explota a las demas.
Somos anarquistas y gracias a ello pensamos esto de la autoridad y los
autoritarismo, “pues si creyésemos que no puede haber organización sin
autoridad, seríamos autoritarios, porque preferiríamos aún la autoridad
que obstruye y ensombrece la vida, a la desorganización que la hace
imposible” (citando a Malatesta).

A su vez, se ha hablado y se habla del partido anarquista. Si el término


partido conlleva como concepto un conjunto de individuos que tienen un
objetivo común y se esfuerzan para alcanzar el objetivo, es normal que se
entiendan, que coordinen sus fuerzas, dividan el trabajo y tomen todas las
medidas estimadas aptas para llegar al fin definido, no vemos problemas
51

más allá de lo terminológico o semántico, en nuestro medio preferimos


llamarle Organización Política, dando por cierto el papel negativo y
absolutista de los llamados partidos.

Sobrevivir aislados, trabajando cada cual por su lado sin entenderse con
otros, sin entrenarse y prepararse, sin juntarse en un puño fuerte para
golpear “significa condenarse a la impotencia, malgastar la propia energía
en pequeños actos sin eficacia y perder bien pronto la fe en la meta y caer
en la completa inacción”. “Nosotros entendemos por partido anarquista el
conjunto de aquellos que quieren concurrir a realizar la anarquía, y que por
eso tienen necesidad de fijarse un objetivo a alcanzar y un camino a
recorrer… Por consiguiente, los anarquistas son un partido y tienen un
programa, aún aquellos a quienes estas palabras desagraden” (Malatesta).

Así, con una organización anarquista sin autoritarismo, es que tomamos del
mismo teórico y militante el principio de que “la libertad no es el derecho
abstracto, sino la posibilidad de hacer algo: esto es verdad entre nosotros
como en la sociedad en general”.

En síntesis el planteo involucra un triple aspecto: la organización en general


como principio y condición de vida social, la organización de la Organización
Política Anarquista, y la organización de las fuerzas populares, el
movimiento popular.

En estos aspectos se concreta y fortalece la unidad de los anarquistas, el


encuentro para practicar una nueva humanidad, y programar y delinear la
estrategia con la que desarmaremos este mundo. Pilares y principios como
la igualdad, la democracia directa, la autonomía, independencia de clase,
autogestión, son elementos constituyentes esenciales para los libertarios
del mundo. Ellos deben de ser, por ende, fundamentales en la organización
que busque constituirse.

b. ¿Cual Organización Política para este período histórico?.

Esto nos lleva de la mano a plantearnos el papel de la organización política


en este periodo histórico. Los partidos de “vanguardia”, los que
52

“representaban” al proletariado y el pueblo parecen estar más en


bancarrota que nunca. Si se toma nuestra América Latina en estas últimas
décadas hay ricos ejemplos de cómo esos partidos, estuvieron al margen o
en posiciones de reproducción de lo existente, en las tantas movilizaciones
trascendentes y puebladas que llevo adelante el abajo en gran parte
impulsado por organizaciones sociales de amplio espectro.

Pero al mismo tiempo que protagonizan luchas social-políticas de


relevancia y más allá del planteo de los partidos de “izquierda” hay un
momento en el que hacen agua, queda un vacío que de inmediato es
llenado por los conocidos de siempre, los reformistas. Casi todas las
evaluaciones sobre ese vacío se hacen desde una lógica de la ausencia de
partidos de vanguardia que apunten a tomar zonas del estado o del
funcionamiento estatal actual con miras a iniciar un proceso desde ahí. Vale
decir que analizan o proponen desde la misma lógica que hizo que los
partidos de “izquierda” estuvieran ausentes o negando esos caminos
populares como válidos.

Casi no aparece planteado que el asunto sería otra forma de hacer política
y otra forma de concebir a la organización política, el rol que debe cumplir
lo político hoy a la luz de la experiencia histórica transcurrida. Ya no
funciona lo de “furgón de cola” y creemos que tampoco lo de “polea de
transmisión”, puede ser que sí funcione aquello de “pequeño motor”. El
papel de la organización política sigue siendo válido y cubre un espacio que
es distinto al de la acción de las organizaciones sociales. Pero cada vez más
parece necesario precisar prolijamente su área de acción y las prácticas que
a él corresponden.

Ubicamos así dos ejes de acción, dos niveles (sin ser uno superior al otro),
dos esferas (según se le denomina en diferentes partes de América): la
Organización Política propiamente dicha, y el nivel de Inserción Social.

La Organización es la que nuclea a los Anarquistas, como se ha dicho antes,


actúa organizando con cohesión a los miembros, busca su crecimiento,
ordena la lucha. En definitiva explora y desarrolla el fortalecimiento de los
Anarquistas para formar una buena fuerza social.
53

Pero a su vez, y en relación a la fuerza social y en la construcción de un


Pueblo Fuerte se trabaja el nivel de la inserción social. Ella busca empapar
al pueblo en la lucha, y actuando los anarquistas en la proyección de su
ideología. La organización como motor, impulsora del movimiento popular,
jamás una vanguardia glorificada por sí misma. La inserción debe ser
cuidadosa y respetuosa de la pluralidad del medio donde peleamos. Debe
incluir la diversidad de opiniones y comprender a la revolución como el
proceso donde desarrollamos nuevas prácticas, nuevas relaciones, entre
otros elementos. Debe la organización política ser rigurosa en el análisis,
saber donde se introduce, sus características fundamentales, las dinámicas
que se genera, el ritmo de cambio en las relaciones.

En definitiva la inserción social que pretenda desarrollar la organización


especifista será la fuerza popular que pretenda desplegar, será el
movimiento de ruptura. Aquello que se antepondrá al sistema de opresión.

c. Teoría, Ideología, Práctica.

Nos parece bueno delinear dónde ubicamos lo teórico, y donde las


intenciones humanas, donde ubicamos la necesidad de continuar
estudiando, y donde ponemos el acento profundizando nuestro
conocimiento para entender mejor el contexto donde se ejerce la lucha
revolucionaria.

La teoría en cuanto a lo social, que es nuestro objeto en este momento,


apunta a la elaboración de instrumentos conceptuales para pensar y
conocer todo lo riguroso y profundo que nos sea posible del conjunto social
concreto, en definitiva, la formación social con sus estructuras y prácticas.
Así es que hablamos de teoría que podría ser equivalente a ciencia.

La ideología, en cambio, tiene propios elementos de origen no científico,


que contribuyen a dinamizar la acción motivándola en base a circunstancias
que, aunque tienen que ver con las condiciones sociales existentes, no
derivan en sentido estricto de ellas, no están determinadas
54

mecánicamente por lo que en algún momento se llamaron “condiciones


objetivas”. Son elementos condicionantes para la ideología: ideas,
representaciones, comportamientos, reflejos, sensibilidad. La expresión de
motivaciones, la propuesta de objetivos, de aspiraciones, de metas ideales,
de utopías, de esperanzas, odios, anhelos, eso pertenece al campo de la
ideología.

Entre teoría e ideología es de esperar una vinculación estrecha, ya que las


propuestas de la segunda se basarán en el análisis y el rigor de
interpretación de la primera, el análisis teórico. La ideología será más eficaz
y certera como motor de acción política cuanto más firmemente se apoye
en lo que tome de la teoría.

La producción teórica, tiene su carácter específico que se debe ubicar con


precisión y sin confusión. La caja de herramientas a usar no excluye
creaciones y posibles discontinuidades por más que estas sean episódicas
en la historia del conocimiento. De todas maneras es a partir de
determinado nivel de conocimiento que se hace posible la creación de un
nuevo conocimiento que afectará la episteme de turno. Nuestra intención
es dejar dicho con esto, que el conocimiento del conjunto de la realidad
social es susceptible de una profundización teórica infinita. Pues el
conocimiento, en tanto tal, es infinito.

Hablamos entonces, diferenciando ideología de teoría, de certidumbre


ideológica y de “ignorancia filosófica”, como gustaba decir a Malatesta.
“Ignorancia” en el sentido de que el conocimientos es infinito pero no en
que debemos tender a conocer el máximo posible en nuestro tiempo para
que nuestro acciones social – político no de palos de ciego.

El socialismo, la idea y aspiración humana hacia una sociedad distinta, el


establecimiento de relaciones sociales justas y solidarias, los sueños de
igualdad y libertad son elementos que pertenecen al campo de la ideología.
Ella, fuere la que fuere, es inherente a la condición humana, a un ser social.
No existen los desideologizados, no existen los “sin intenciones”, los “sin
anhelos”, los “sin sueños”, “sin odios”, “sin amores”. Al no haber un sujeto
en sí universal (invento de nuestro tiempo) los
55

sujetos han sido muy distintos en diferentes momentos. El sujeto, en tanto


construcción y producción histórica es hijo de su tiempo.

La ideología, en sus consecuencias, es fundamental para la acción política,


está siempre presente de una manera u otra, es simultánea con la acción.
Por momentos es ella la que establece acontecimientos en los que sin duda
intervienen un amplio espectro de elementos tales como lo económico,
jurídico – político.

Importa ver operando la ideología en las formaciones sociales concretas. En


sus prácticas para con el sistema capitalista para sostenerlo y reproducirlo,
profundizarlo. Pero también resistirlo, nociones que se dan orden para, en
función de sus ideas, establecer límites, darse la solidaridad, analizar y
pensar el contexto y desarrollo de su propia realidad. Es de primordial
importancia tomar como referencia la ideología desarrollada en los medios
obreros (así le llamaremos ahora al conjunto que luego definiremos como
clases oprimidas) a través de la historia, y los valores que legó a las
aspiraciones de una nueva sociedad sobre otras bases. Allí hay un buen
tramo recorrido para nuestras ideas sobre la Libertad, Autogestión, la
opresión y la explotación (por citar algunas).

3. Poder Popular.
El problema del poder, decisivo en un cambio social profundo, sólo puede
resolverse a través de la lucha política. Y esta requiere una forma específica
de organización: la organización política revolucionaria, para nosotros de
matriz libertaria. Sólo a través de su acción, enraizada en las masas, en los
diferentes procesos populares, puede lograrse la destrucción del aparato
estatal burgués, el conjunto de micro poderes que lo sostienen y recrean.
Es imprescindible su sustitución por mecanismos de poder popular visto
desde una perspectiva política y asentados en un pueblo fuerte.

Y es necesario destacar brevemente algunos elementos sobre el poder. Uno


de ellos es la comprensión de que el poder circula por todo el cuerpo social,
por todas las relaciones sociales, con sus manifestaciones y efectos en lo
jurídico – político – militar, económico, ideológico – cultural,
56

consolidándose así a nivel de toda la sociedad. A menor escala, el poder


adquiere importancia a la luz de la formación de embriones de nueva
sociedad, nuevas relaciones, en la entramada de diferentes formas de
autoorganización, autogestión.

Ese poder, en esa dimensión chica, debe ser una fábrica de nuevas
nociones, resistencias, y técnicas, prácticas nuevas, nuevas nociones de
relacionamiento. Debe ser la práctica de la solidaridad, la autogestión. No
destruiremos este mundo con sus mismas herramientas de
funcionamiento, sus nociones más generales o específicas, lo haremos con
el poder de los de abajo. Necesitamos que nuestras herramientas surjan de
los procesos sociales concretos, de aquellas prácticas que creemos
liberadoras: alimentar nuestro pensamiento y nuestro horizonte, con las
acciones cotidianas.

Es claro que no podremos construir el mundo que no nos imaginemos, que


no soñemos. Y esta utopía, estos puñados de anhelos, en tanto soñados y
pensados deben ser practicados. Allí es donde jugará un papel protagónico
la organización política, con su estrategia y táctica.

Dicen que “el poder existe en actos”, lo mismo puede decirse de la


revolución. No es una entelequia o algo que ante determinado conjuro
viene. No es un acto aislado. Exige prácticas modificadoras, de ruptura, de
discontinuidad en campos como el económico, ideológico, el político
jurídico, el cultural general. Todo ello se concreta en un proceso con activa
participación popular. Un pueblo que lo compondríamos como un amplio
espectro de oprimidos y explotados que designamos como conjunto de
clases oprimidas. Un pueblo que sufre, dentro de los cambios estructurales
ocurridos, una fragmentación que debe ser superada, tender lazos
solidarios que lo vinculen en sus partes, que la necesidad de sus luchas
constituyan un golpe contra el sistema para ganar espacios y gestionarlos
en base a nuevos valores, con el hombre nuevo para un mundo nuevo.

a. Conjunto de clases oprimidas.


57

Los cambios operados en el campo social, en la sociedad en su conjunto y


en particular en la clase trabajadora, han producido un conjunto de nuevas
y dispersas prácticas sociales. Es necesario indicar aquí el problema
ideológico que esto trae de la mano.

En otro momento histórico, otra articulación del capitalismo, se produjeron


con cierto peso un conjunto de ideas, representaciones, nociones,
sentimientos, en el imaginario del universo obrero. Los obreros organizados
en grandes fábricas se dieron sus formas organizativas para arrancar
mejoras, y por ello sufrieron crueles represiones. Las luchas frontales, las
condiciones crueles de vida, la solidaridad grupal, despertaron los sueños
que tenían que ver con la emancipación social. Si es cierto que sólo se puede
organizar lo que tiene nivel de existencia, en estas circunstancias se
organizó, en forma primaria y también con cierto desarrollo una ideología
antagónica, enemiga del sistema capitalista y con aspiraciones de otro
mundo, otro ordenamiento social.

Valores como la solidaridad, el apoyo mutuo, soñar y anhelar un mundo


distinto al existente, ubicar al opresor y explotador como enemigo
irreconciliable. Cuerpos que fueron disciplinados para el trabajo regular y
en serie, y que recrearon esa condición en orgullo de ser trabajador, de
producir bienes para toda la sociedad, de estimar su tarea como primordial
para alcanzar el bienestar.

¿Han muerto estos valores, ideas, junto a la etapa del capitalismo que duró
hasta hace cerca de tres décadas?, ¿fueron eliminados estos elementos
ideológicos con la fragmentación?.

Comprendemos, en un principio, que no es así, comprendemos, y así nos lo


indican muchos y serios estudiosos, que la ideología no tiene el mismo
ritmo de cambio que otras estructuras sociales, que tiene la capacidad de
permanecer aún desaparecidas las condiciones que le dieron existencia.
Estaría, en nuestra opinión, toda esa producción de valores y nociones aún
viva y mezclada con nuevos valores generados y producidos en el devenir
de la historia. Allí estarían elementos sustanciales, en el imaginario popular
que es tan material como cualquier otra materia.
58

¿Qué ha quedado de esta ideología, donde esta?, ¿Por qué es necesario


hablar de cosas que no sabemos donde están? Tenemos la convicción de
que sin una ideología antagónica, de valores obreros, no hay posibilidad de
superación de este inmundo sistema. Y que en nuestro continente hay
expresiones ideológicas diversas que deben ser estudiadas y que sin
comprenderlas, conocer sus valores, nociones, códigos específicos, la
comunicación de una organización política se puede parecer a arar en el
desierto. Se nos hace más que necesario encontrar, ubicar, esos elementos
ideológicos, no perdidos, aún latentes y con expresión vital, cotidiana.

La población originaria no puede ser reducida exclusivamente a la categoría


económica de agricultor, campesino. La opresión hacia diferentes etnias,
afro descendientes, la situación de la mujer, el marginado que carece de
cosas fundamentales. En este contexto, universo, no podemos generar
ideología proletaria clásica, con criterios economiscistas, relacionada en
exclusividad a su trabajo o producción. Debemos comprender las
formaciones sociales y a los oprimidos en su cotidianeidad, en lo que vive
diariamente y en cómo lo vive.

Pero volvamos al esquema anterior. Entendemos que ese esquema general,


en abstracto formal, de definir las clases, que sin duda a ese nivel existen,
entre burguesía y proletariado resultaba prácticamente poco o nada
operativo cuando el análisis se establece al nivel de las formaciones
sociales.

Hemos visto a través de la discusión, los congresos de FAU, realizar un


abordaje prolijo en cuanto a clases sociales en esta etapa del capitalismo.
Se pensó la necesidad de formular el concepto de clase de acuerdo a los
cambios operados. Fundamentalmente se estimó que la base económica
exclusivamente no resultaba suficiente para una definición de clase. Se
apunto, grosso modo, a tener presente como se expresa hoy el conjunto
complejo y articulado de relaciones de dominación en los campos de las
relaciones sociales.

“Claro está que en países capitalistas atrasados y dependientes como los


latinoamericanos – con su particular estructura económica y social más
59

afectada y debilitada que en otros períodos – no puede pensarse en las


posibilidades de un proceso revolucionario protagonizado exclusivamente
por los nucleamientos del proletariado fabril ni siquiera por los asalariados
en su totalidad. Menos aún en este momento histórico, donde por ejemplo
nuestro continente tiene enormes contingentes de desocupados, excluidos,
súper explotados y semiocupados. Donde las estadísticas nos dicen que más
de la mitad de sus habitantes están en la pobreza o por debajo de la línea
de pobreza o indigentes.

Es preciso pensar en la construcción, como herramienta estratégica básica


de un Frente de Clases Oprimidas que procure tener como núcleo central a
la clase trabajadora (o un sector de ella) pero que incluya además y en
igualdad de derechos a los trabajadores rurales, campesinos, a la gran
diversidad de trabajadores por cuenta propia – sector progresivamente
engrosado por la crisis y las respuestas del sistema ante los cambios
tecnológicos – , a los marginados que reclaman trabajo, al estudiantado y
diversas y nuevas expresiones autogestivas populares. Creemos en
principio que hay que agregar aquí reivindicaciones por derechos de
distintos sectores, tales como el movimiento negro, indígena, feminista, y
otros derechos humanos. Y considerar especialmente, desde determinado
ángulo, la problemática ecologista. Sin dejar de tener presente a la clase
trabajadora, especialmente sus calores antagónicos, globalmente el
“sujeto” sería entonces el espectro de clases oprimidas”.

“El frente de clases oprimidas a que hacemos referencia se constituye como


una red de relaciones permanentes, ligadas programáticamente, de la
multiplicidad de organizaciones de base capaces de expresar en la lucha los
intereses inmediatos de estos sectores sociales y de desarrollarlos y
profundizarlos en el sentido de metas y orientaciones de tipo
transformador, de constituirlos en fuerzas sociales de gravitación efectiva”.

Esto lo traducimos en el terreno de las luchas, a la organización de varios


problemas: la vivienda, tierra, salud, enseñanza, derechos humanos,
sostener conquistas ya alcanzadas, la previsión social, el cooperativismo, la
autogestión. Problemas articulados y reticulados en la fuerza que
60

podamos generar los de abajo en una lucha constante y sostenida contra el


capitalismo. Ante todo, generando prácticas, fortaleciendo la ideología, con
una Organización Política Anarquista fuerte.

b. El sujeto de cambio hay que producirlo.

“El sujeto también es una producción histórica” nos avisan los estudiosos y
por lo tanto hay que poner en funcionamiento prácticas de liberación que
lo vayan produciendo y organizando. O fortalecer aquellas que ya están
funcionando. El conjunto de prácticas del sistema, más las heredadas de
otros brutales sistemas anteriores, se han orientado a crear un sujeto
individual-colectivo que encaje lo más profundo posible en el orden
existente, en los valores que lo sustentan. No cabe duda que es mucho lo
que han logrado “internalizar” en ellos-nosotros.

Siendo así otro sujeto histórico no vendrá de la nada, no aparecerá como


arte de magia, debe ser el fruto de prácticas que internalicen otras
cuestiones que chocan con lo dominante. La participación efectiva, la
autogestión, la acción directa, la forma federal de funcionamiento
realmente democrático, la solidaridad y apoyo mutuo, necesitan de
mecanismos, organizaciones, prácticas regulares para su desarrollo. Y sólo
si se produce en el pueblo podrá hacer realidad el cambio. Parece claro que
necesita constantemente organización en el seno de su activa creación. La
continuidad que necesita, para un despliegue que permita el cambio,
requiere de una sostenida estrategia. Una estrategia coherente, para que
no se desteja lo que en un momento dado se teje. Una estrategia que tenga
en su interior un mundo distinto que va desplegando desde el seno de otro
que le es antagónico. El famoso “usar todos los medios” puede ser una
manera efectiva de asegurar que no se pueda desplegar ninguna estrategia
antagónica portadora de los elementos de desestructuración del sistema
vigente. Por eso es de principal importancia la estrategia establecida y las
tácticas que guardan correspondencia con ella. Tanto en lo social, como lo
político esta estrategia debe circular por el interior de todas sus prácticas.
Debe tender a formar la fuerza social
61

correspondiente. Hacer realidad en un proceso de ruptura el discurso-


práctica.

Esto no implica el todo o nada. Se debe ubicar con la mayor precisión posible
cual es el punto de partida, el carácter específico que tienen el conjunto de
las relaciones sociales que configuran y sostienen el sistema y cada
formación social histórica precisa en la que debemos actuar. Desde lo que
es hoy una cruda y brutal realidad social debemos partir, no sirve elaborar
soluciones a través de procesos mentales independientes que no guardan
relación en como son y se están dando determinados procesos sociales
concretos. No se deben fabricar realidades a nuestro gusto o para que
encajen en nuestros dogmas o esquemas, pues esto sería más lúdico que
político.

c. La Fragmentación y la nueva pobreza.

En el terreno de las relaciones sociales y las consecuencias del modelo


neoliberal identificamos una producción nueva de valores y códigos,
vinculados al mundo de la pobreza. Ha procurado, mediante la producción
de técnicas y mecanismos de poder, un nuevo disciplinamiento generando
que la pobreza adoptara comportamientos que la resignara e insertara en
esta miserable realidad social.

Desde la FAU hemos reflexionado acerca del titulo que encabeza este
punto. Nos parece de primer orden pensar sobre nuevas situaciones,
nuevas nociones generadas en el seno de nuestro pueblo. Se abordaría la
presunción, mediante interrogantes planteadas, acerca de que
determinadas dinámicas sociales podrían desplegarse y profundizarse, y
que tendríamos que hacer el esfuerzo de hacer conciencia de ello.

Transcribiremos los referidos apuntes comprendiendo que aún aportan en


la procura de ubicar las situaciones y procesos que están en curso.

“En esta etapa el capitalismo ha logrado una globalización sin precedentes.


Ha extendido su política neoliberal a gran parte del planeta. Sus organismos
internacionales actúan con coherencia aplastante. Han
62

logrado colorear con una cultura aún más individualista esa gran parte del
mundo.

Pero, y esto es lo maravilloso, mientras todos estos mecanismos


fundamentales funcionan aceitadamente, con cohesión, en beneficio de un
grupo reducido de poderosos, al mismo tiempo producen un efecto de
fragmentación hacia abajo. Se fragmenta el mundo del trabajo, los lazos
solidarios, la vida social, la propia situación de los pobres.

Y de la mano de esto viene un fenómeno de exclusión de multitudes, de


poblaciones sobrantes, la gran y despiadada lucha por la sobrevivencia, de
lo que se podría designar como “nueva pobreza”.

Una “nueva pobreza” desesperanzada, donde la perspectiva de trabajo se


pierde en el horizonte, para la que se torna imperioso lograr el pan a
cualquier costo. O hasta el consumo de objetos menos perentorios, tan
propagandeados y para ellos tan negados. “Nueva pobreza” que ve al que
tiene mucho, algo, poco, o muy poco, como objeto desde el que hay que
obtener alguna pizca de lo que precisa.

Es una “nueva pobreza” y es una “nueva miseria”, pues el volumen es mayor


que nunca en la historia y lo que falta, dada cuenta de los adelantos
habidos, es más que nunca también. Los “miserables” como nuevos
personajes escapados de las páginas de Víctor Hugo, están obligados a
contemplar la opulencia, la corrupción, el lujo, todo lo que la sociedad de
consumo ofrece sin poder acceder a nada o casi nada.

Y hasta queda marcada la diferencia con los que tienen la seguridad de un


trabajo diario, que comen todos los días y que pueden que sus hijos crezcan
teniendo lo imprescindible.

¿Este conjunto de cosas no producirá más odio, más sentimiento de ultraje


y postergación, no caerá ahí como grotesca burla la palabra justicia sea
dicha así de donde sea?.

Por aquí y por allá aparecen menciones de un fenómeno nuevo. Está


formulado fragmentariamente y muy superficialmente. ¿Estaríamos en un
nuevo momento histórico en que hay ya una guerra sorda del mundo de la
63

“nueva pobreza y miseria” contra los pudientes de arriba y hasta aquellos


de abajo que son vistos como pudientes?.”

Este problema, en los sectores de los de abajo ya no tiene como referencia


una ideología con valores obreros, por lo que se está produciendo otra.
Puede ser el caso de marginados totales, campesinos sumidos en la miseria
total que engrosan los cinturones de pobreza en los asentamientos
periféricos de las metrópolis.

“¿No guarda relación con gran parte de lo mencionado esa política llamada
“Seguridad ciudadana”?. Esa política que ayudada por los medios,
establecen que cada “miserable” es un enemigo común?. ¿No están
pretendiendo (¿y logrando?) que avance un alianza táctica de la policía (del
sistema) con los que tienen algo?. Aunque ese algo sea solo un trabajo
seguro y bien remunerado. ¿No estaremos haciendo trinchera común, a
veces de manera sutil, en la lucha contra los “miserables”, que para su
supervivencia y reproducción el sistema lleva adelante en esta etapa?.
Muchas reflexiones nos sugiere esta nueva situación”:

La guerra entre “los miserables” y contra aquellos que poco tienen. La


guerra entre los pobres por un lado, y por el otro los levantamientos
populares a lo largo de toda América. Estas luchas, no como hechos
espontáneos aislados, sino fruto de la organización del pueblo y su
resistencia, componen aún un vector rebelde, que con violencia, donde a
pesar del contexto general, quizá vaya viniendo desde este mundo de los
más oprimidos.

Allí es donde cala la fragmentación, generando nociones y valores


vinculados a la “cultura del vivo”, del oportunista, del que mira qué se
asoma para prenderse, una pequeña porción de aquello que fuere el
bienestar mediatizado producto del marketing y las nuevas necesidades
que genera el capitalismo.

d. Estrategia y táctica.
64

Es necesario acercar al concepto de poder popular algunos puntos que han


sido elaborados por nuestra organización ya desde 1970.

La actividad regular de una organización política debe tener como actividad


importante el prevenir situaciones, escenarios posibles en cuanto al
desarrollo de las luchas concretas, la política en un margen amplio y
también en cuanto a políticas sectoriales, la economía, todo ello en un
contexto de tiempo a futuro. Este análisis incluye también una línea de
acción a adoptar por la organización a los efectos de incidir sobre estos en
un sentido eficaz y adecuado.

A estas previsiones es a lo que le llamamos línea estratégica. Una línea


estratégica es válida mientras perdura la situación general a la cual
corresponde. Naturalmente si la situación general experimenta cambios
muy importantes, estos alterarían las condiciones dentro de las cuales tiene
que operar la organización y ésta, si quiere actuar con eficacia, tendría que
revisar su estrategia para adecuarla a la nueva situación.

Es de orden aclarar que ello no lleva en forma implícita, ni por asomo, la


modificación de los objetivos perseguidos, los fines, ni los principios
ideológicos. La estrategia tiene que ver con la operatividad, el
ordenamiento de la práctica política de la organización. Esta puntualización
es de rigor, dado que frecuentemente, hay quienes convierten
formulaciones tácticas o estratégicas en principios. Lo peligroso aquí es
transformar una valoración o condición del momento en un principio que
pueda desviarse en un peligroso dogma de aplicación y utilidad universal.

Íntimamente ligado a la estrategia, quien proporciona lineamientos


generales para un período de tiempo, la táctica es lo que encarna en la
realidad concreta y cotidiana. Es lo que traduce a los hechos.

En el campo de la táctica las opciones son más flexibles, las opciones


responden a problemas más precisos, concretos, inmediatos. No obstante
ello no pueden situarse a contracorriente con la estrategia, debe de confluir
en ella.
65

Una concepción estratégico – táctica, adecuada tiene que tener en cuenta


la situación real del período para el cual se pretende aplicar. Y aún con esto
no basta, lo hechos, la practica, la experiencia “pura” “inmaculada” no
basta. En la realidad, también, la experiencia “pura” no existe. La
organización llegará a una concepción a partir de ciertos presupuestos
(implícitos o explícitos) que son ideológicos, teóricos.

No puede existir una estrategia apolítica, neutral ideológicamente. Ella se


nutre de las valoraciones, objetivos, fines, principios, de la organización que
la plantea. La organización como conjunto, como cuerpo. Nunca será ajena
a las pautas morales, éticas, que la consideran y moldean, que delimitan su
tiempo, buscan y analizan su vigencia y actualidad, realizan los ajustes
tácticos para adecuarla al momento. Será un trabajo intelectual, colectivo,
con mayor aporte o presencia personal, pero no estará exenta jamás de
nuestro odio a este mundo enfermo, y nuestros amores por una sociedad
libre, con abolición de clases, nuestro Socialismo Libertario.

e. Estrategia en un sentido estricto.

Habíamos llegado a la conclusión, en discusiones congresales, que entre los


conceptos de Estrategia General y táctica había una especie de vacío en el
medio. Es decir, había cuestiones que si bien no correspondían a la
Estrategia tampoco entraban en el terreno de la táctica. Es de allí que surge
la definición provisoria de Estrategia en sentido estricto.

A este concepto, ya elemento del conjunto estrategia – táctica, le


asignamos la facultad de hacer un diseño general pero en el plano de un
acercamiento mayor a la acción social – política. Es decir, este concepto de
estrategia en sentido estricto lleva en sí los lineamientos generales ya
establecidos en diferentes campos, pero opera como herramienta para
acercar aún más a la realidad social. Significa no operar en la realidad en
forma pragmática o solamente empírica y tampoco limitados en la
dimensión táctica. A modo de síntesis y aporte adicional, es necesario
observar que nuestra discusión nos lleva a comprender que el cambio en
66

la orientación de la táctica, puede llevar en relación a las prácticas que se


definan, a un cambio, sea mayor o menor, de la estrategia.

A su vez será quien nutra de orientación coyuntural al Programa de trabajo


para el período que se estime conveniente considerar.

f. El Programa.

Según resoluciones congresales al programa “lo situamos específica y


concretamente en el campo de las prácticas sociales. En el campo que se
expresan las tensiones y luchas sociales”. Deberá tomar la evaluación que
se realice de la sociedad, el sistema, y ubicar el espacio de acción donde
desplegar la militancia.

Debe comprender también “la orientación del conjunto de nuestra acción


para un período”. Pretende pues, no ir haciendo y realizando las tareas en
función de cómo se presenten, o como se vayan dando. Tampoco pretende
analizar aisladamente cada cosa que aparece, ni darse por concluido u
obsoleto cuando el avance no es inmediatamente visible. Se trata de forjar
objetivos y avanzar hacia ellos. Lo dicho implica, claro está que habrá
actividades que no encararemos, hechos en los que no estaremos. Ellos
pueden ser importantes y hasta espectaculares, pero, no cuentan si no
encajan en los propósitos para la etapa de nuestro programa. También es
de considerar que se presenten las más diversas situaciones, donde
estemos en minoría, o con complicaciones, en situaciones que sí condicen
con nuestra propuesta programática. Estas luchas, sean que traigan
mejoras para el pueblo, sean experiencias autogestionarias, de defensa de
derechos ya conquistados, deberán contar con nuestro apoyo, y aún más
aquellas de tono combativo y adecuado sentido social.

En este contexto y marco programático es donde se debe considerar el


tiempo. ¿Cómo evaluar actividades y acciones concretas en relación a
objetivos de mediano o largo aliento?. Hay trabajos que van dando sus
resultados en relación al tiempo en el que se procesa la lucha. La
acumulación político – social que podamos desarrollar es compleja, se
67

combinan en este tiempo aciertos y errores, correcciones y reiteraciones.


El puntualismo, la tarea episódica como política no conduce a ningún
puerto por sí sola.

El programa, entonces, deberá evaluar constantemente nuestros recursos,


nuestra fuerza, nuestra energía, la capacidad de la militancia. Es allí donde
los objetivos del programa guardan una íntima relación con la fuerza que
podamos dar, con las perspectivas de crecimiento y desarrollo en el campo
político – social. El programa no comprende solo el ordenamiento del
trabajo hacia fuera, implica necesariamente hacer lo mismo hacia adentro,
agregaríamos hacia toda la dinámica y ritmo de militancia que nos demos y
nos damos los anarquistas organizados en una organización política y con
perspectivas de militancia popular. “Descuidar la tarea en cualquiera de los
dos planos nos trae de la mano una hipertrofia particularmente delicada.
Hay que cuidar que el conjunto de la actividad marche coherentemente”.

Que la organización política no quede desatendida. El “recipiente” que


recoge los frutos del trabajo militante es la organización especifista, la
organización política. Ella aúna los esfuerzos y da continuidad y sentido a la
acción. Es la custodia de una finalidad de cambio. Impulsa el crecimiento
de conciencia combativa y transformadora en la población y va sufriendo su
propia transformación en el marco de esa tarea. Si nuestra fuerza y
presencia hacia fuera crece precisamos al mismo tiempo una organización
específica con la fuerza correspondiente a los que se incide en el campo de
las relaciones sociales. Este concepto es de relevancia y tiene implicancias
decisivas en como encarar una estrategia operativa y de ruptura en las
actuales circunstancias.

g. Etapa de resistencia: poder popular y ruptura.

La realidad, la cotidianidad, las condiciones sociales, políticas e ideológicas


parecen señalarnos que no estamos ante un escenario de situación
revolucionaria, ni siquiera de acumulación combativa. Es sumamente
necesario pensar en esto, no para hacer una discusión teórico – abstracta
68

sino para articular nuestro quehacer hoy. En esta perspectiva, es que


establecemos que la nuestra, es una etapa de resistencia. Esta línea general,
no trata ni por asomo, dejar de tener en cuenta, en los análisis debidos, la
lucha armada de la guerrilla colombiana ni a esa creativa y vigorosa fuerza
del movimiento zapatista de claro y nuevo signo revolucionario.

Dice un documento de nuestra organización: “Y esa resistencia está


alumbrando un futuro distinto, la posibilidad de la radical transformación
de este orden. Resistencia, entonces, para esta etapa. Para fortalecer
luchas, para levantar la moral, para recrear la confianza en las propias
fuerzas, para pensar en un mañana justo, para crear una alternativa
colectiva, para combatir el individualismo y el derrotismo, para rescatar la
solidaridad, para generar nuevas posibilidades revolucionarias”.

El trabajo, en la resistencia, debe conjuntar las prácticas que demuestren


coherencia en este plano. Esto quiere decir que no convivan, por inercia de
experiencias anteriores, prácticas sociales y políticas que se correspondan
con otro momento de la sociedad en conjunto con el actual momento
histórico. Este desfazamiento puede generar confusión y llevar a que no
tengamos una práctica en el medio social, por lo que la misma intención
revolucionaria no necesariamente conllevará en sí las prácticas para un
momento diferente.

Estas prácticas, para nuestra organización, deben de girar tomando como


eje, como concepto motor al poder popular. Es por ello que él se convierte
en un elemento constitutivo de la estrategia, y en su significado más
estricto, se transforma en un componente elemental y transversal a las
prácticas revolucionarias que podamos generar, ya en el seno de las
organizaciones del campo popular.

Es así que pretendemos y proponemos esta resistencia, con dinámicas y


prácticas en su seno para construir un mundo nuevo, para resignificar la
democracia (para nosotros democracia directa dada la connotación
histórica que este concepto finalmente ha tenido). Practicar la solidaridad,
el apoyo mutuo, para crear y recrear nuevas nociones jurídicas que se
apoyen en la libertad.
69

Ahora bien, asegurar la viabilidad de implantación del poder popular, así


como lo hemos definido desde nuestra corriente libertaria, está relacionado
directamente a una definición determinada de ruptura revolucionaria. Este
debate es uno de los núcleos fundamentales de la izquierda
latinoamericana. Existen algunos planteos que no apuntan al
empoderamiento del pueblo, sino a buscar su apoyo, canalizar su energía
combativa y ansias de cambio social. Todo ello llevado hacia lo institucional,
al sistema de dominación.

Pero lo nuestro es distinto, el proceso de poder popular deberá llevar en su


esencia Autonomía. De ella depende el camino que lleve un proceso
revolucionario como las connotaciones que tengan las acciones que
combatan al sistema. La tarea debe contar con una acumulación efectiva
del pueblo creando instancias organizativas que le son propias, nuevas
formas, nuevos mecanismos, que generen un contexto finalmente de
ruptura revolucionaria en términos de desenlace popular.

En materiales de FAU se destaca: “No caben dudas, la historia lo está


señalando, que las posibilidades de construcción socialista se fortifican en
proporción a la participación popular y se debilitan si los eventos de
rebelión son concebidos exclusivamente desde un punto de vista que tiene
a cambios cupulares dentro de una estructura de dominación”.

Desde el punto de vista del poder, no se trata simplemente de quitarle a las


clases dominantes su poder global centralizado, sino de difundirlo,
descentralizarlo en los organismos populares: transformarlo en otra cosa.
Transformarlo en una nueva estructura político – social.

Así lo planteaba hace unos años Bakunin: “La libre Organización seguirá a la
abolición del estado. La sociedad podrá y deberá empezar su propia
reorganización que, sen embargo, no debe efectuarse de arriba abajo, ni de
acuerdo con algún plan ideal proyectado por unos pocos sabios o filósofos,
ni mediante decretos promulgados por algún poder dictatorial, o incluso
por una Asamblea Nacional u elegida por sufragio universal. Tal sistema,
como ya se ha dicho, llevaría inevitablemente a la formación de una
aristocracia gubernamental, es decir, a una clase de personas que nada
tiene en común con las masas del pueblo; y esta clase volvería con
70

toda certeza a explotar y someter a las masas bajo el pretexto del bienestar
común o de la salvación del Estado… En efecto, ¿Qué vemos en la Historia?
Que el estado ha sido siempre el patrimonio de una clase privilegiada.”

Así serán las cosas, crear y recrear, fortalecer y consolidar las


organizaciones obrero – populares, del conjunto de los oprimidos y
defender su protagonismo, encausar esta pelea es para nosotros el único
socialismo posible. Paso a paso, con la estrategia que nos demos los
Anarquistas siendo parte íntima del pueblo y sus nociones y practicas
solidarias. En la derrota del orden capitalista y autoritario está el poder
popular como nueva realidad, y se juega todos los días, en relación a como
se orienta y concreta el trabajo político y social permanentemente.

El trabajo, la lucha, de remover todo lo viejo, desplazarlo, desconstruir su


estructura. En tarea cotidiana, siempre de abajo hacia arriba, combatiendo
la guerra entre los de abajo, pensando, creando la resistencia, practicando
en lo poco o mucho que podamos la sociedad futura, la nueva civilización.

Esa es nuestra necesidad, más que un anhelo, debe ser algo inmediato, un
problema bien formulado para todos los días. Con la organización
especifista para nuclear a los Anarquistas, para soñar y pensar la libertad,
para fortalecernos y profundizar los lazos que estrechemos con nuestro
pueblo. Con los vecinos, los compañeros de trabajo, con los Ateneos en los
barrios, con los Sindicatos, el movimiento estudiantil, con todas las
expresiones de pueblo oprimido, dominado, con intensiones de ruptura, de
perder definitivamente y por siempre las cadenas. Con todos nuestros
hermanos caídos en la pelea con un mundo nuevo en el corazón, generación
tras generación.

En la memoria siempre, con “una gota de plomo en el lacrimal”, con las


ganas de encarnar a este mundo de libertad, que nos sacan de los márgenes
“racionales” y “correctos”, con la exigencia de la acción directa como
elemento constitutivo de la lucha y la nueva humanidad.
71

Con Durruti y las enseñanzas que nos ha dejado el anarcosindicalismo


clasista de la CNT – FAI, con nuestro hermano a la distancia “el Quico” y
todas las mujeres y hombres que han soñado esa España que se plantó fusil
al hombro contra el mundo de la opresión sea de oriente u occidente. Con
nuestros asesinados, torturados, desaparecidos, caídos en la pelea por la
libertad y con el corazón entramado en la pelea. Con la miseria ante
nuestros ojos y atravesando nuestra vida, dándonos las herramientas para
combatir y sin contener el asco contra los criminales de nuestra clase. Con
la rabia, tan necesaria, ante tanta inmundicia capitalista. Con la necesidad
de forjar la unidad como realidad en la lucha y no como slogan fanfarrón,
engañoso y manipulador.

Por el Socialismo y la Libertad.

“Construiremos un mundo nuevo,


Porque llevamos un mundo nuevo,
En nuestros corazones”.

Hasta la utopía siempre!!!.


Arriba los que luchan!!!.

FAU.

"Entrevista a la Federación Anarquista de Rio de Janeiro" (Extractos) FARJ

Entrevista a la Federación Anarquista de Río de Janeiro (FARJ), de Brasil,


realizada por Thierry L. para la revista virtual Divergences, entre diciembre
de 2007 y febrero de 2008.

(…) ¿Cuál fue el modelo de organización que escogieron?


72

FARJ: Optamos por el modelo específico – conocido por otros nombres


como “especifismo” o anarquismo organicista – en gran medida inspirado
en la FAU. Por las discusiones que tuvimos, llegamos a la conclusión de que
sería imprescindible trabajar con movimientos sociales y populares, y que,
para ello, deberíamos crear una organización con énfasis en el compromiso
militante. Una organización en estos moldes defiende algunas posiciones
claras:

· la organización como minoría activa

· el énfasis en la necesidad de organización

· la unidad teórica y la unidad de acción

· la producción de teoría

· la necesidad de trabajo social e inserción social

· el entendimiento del anarquismo como herramienta para la lucha de


clases en la búsqueda de un proyecto socialista libertario

· la diferencia entre los niveles de actuación política (de la organización


anarquista) y social (de los movimientos populares)

· la defensa de una militancia que se haga con estrategia

Es obvio que la organización no nació trabajando con todos estos


conceptos, pero hemos perfeccionado nuestro trabajo en ese aspecto, a lo
largo de estos años.

¿Es posible detallar aún más cómo funciona esa manera de organización?

FARJ: Este modelo de organización sostiene que la función de la


organización específica anarquista es coordinar y hacer convergir a las
fuerzas procedentes de las actividades militantes, construyendo una
herramienta de lucha sólida y consistente, que busca un objetivo finalista:
revolución social y socialismo libertario. Creemos que el trabajo sin (o con
poca) organización, en donde cada cual hace lo que quiere, mal articulado
73

o incluso aislado, es ineficiente. El modelo de organización que defendemos


busca multiplicar el resultado y la efectividad de las fuerzas militantes. En
este modelo, la organización específica anarquista trabaja como minoría
activa, o sea, un grupo de anarquistas que, organizados en el nivel político
e ideológico, parte hacia las acciones en el nivel social – movimientos
sociales, sindicatos, etc. En este trabajo, la organización de minoría activa
se ocupa de influenciar a los movimientos y luchas con los que está
involucrado, para que funcionen de la forma más libertaria posible.
Siempre que actúan en el nivel social, los miembros de la organización
política no buscan posiciones de privilegio, no imponen su voluntad, no
luchan por los movimientos sociales, sino que con ellos, por eso se
diferencian de una “vanguardia” marxista-leninista. Es así, la ideología
dentro del movimiento social y no al inverso. Entendemos la unidad teórica
como necesaria, pues la organización no puede trabajar con cualquier
teoría, o con múltiples teorías; eso conduce a una falta de articulación, o
incluso a una articulación conflictiva del conjunto de conceptos que lleva,
sin dudas, a una práctica equivocada, confusa o aun muy poco eficiente.
Esta unidad siempre se alcanza colectivamente y de manera horizontal en
el seno de la organización. La unidad teórica camina junto con la unidad de
acción. Por medio de ella, la organización actúa para poner en práctica las
acciones que fueron establecidas dentro de la estrategia de lucha.
Habiendo definido una línea teórico-ideológica y un programa estratégico,
todos los militantes – después, la organización como un todo – poseen la
obligación de realizar las acciones tácticas establecidas dentro del programa
estratégico. En suma, todos deben “remar el barco hacia el mismo lado”.
Este modelo de organización se caracteriza, aún más, por el énfasis que le
da a la necesidad del trabajo social y de la inserción social. El trabajo social
es la actividad que realizan los anarquistas organizados en los movimientos
sociales y populares; y la inserción social es la inserción de las ideas y de los
conceptos libertarios en estos movimientos. Si queremos luchar por una
sociedad sin explotación ni dominación, no hay coherencia en hacerlo sin el
compromiso de quien es la mayor víctima de la sociedad capitalista de
clases: el pueblo explotado y dominado. Asumir esta postura no significa
idolatrar al pueblo o creer que es revolucionario en su esencia, sino
74

apenas concordar con la idea de que la lucha contra la explotación se debe


dar con la participación de aquellos que son los más explotados. Por eso,
estimulamos fuertemente la actuación en movimientos sociales populares,
autónomos y combativos o inclusive su creación. Creemos que el
anarquismo, para florecer, debe ser utilizado como herramienta para la
lucha de clases. Otra característica de este modelo de organización es la
diferencia entre los niveles político y social de actuación. No creemos que
haya una jerarquía de la organización política sobre el movimiento social
(como es para los autoritarios); para nosotros, esta es una relación
complementaria y dialéctica, imprescindible para ambos. Así, el nivel
político (de la organización anarquista) debe actuar en el nivel social (de
los movimientos sociales) que está organizado en torno a cuestiones
pragmáticas para la mejoría de las condiciones de vida de la clase explotada.
Para que esto se haga con coherencia, se desarrollan estrategias en el seno
de la organización anarquista: es en este ámbito donde se hacen los
análisis de coyuntura; se tratan los contextos mundial, nacional y regional;
se analizan los movimientos y las fuerzas populares en juego, sus
influencias, potencialidades; las cuestiones de la política institucional que
tienen influencia sobre los ambientes en los que nos proponemos actuar.
En este mismo ámbito de la organización específica, se dan las reflexiones
sobre los objetivos a largo plazo, o sea, forjar nuestras concepciones de
revolución social y del propio socialismo libertario. Tras eso, lo más
complicado: pensar en una propuesta de acción que buscará alcanzar tales
objetivos, o al menos, hacer que se vuelvan más palpables. La estrategia
tendrá que responder la siguiente pregunta:¿cómo salir de donde estamos
para llegar a donde queremos? A esa línea “macro” (de diagnóstico,
objetivos de corto, medio y largo plazo) designamos estrategia y a los
grandes objetivos, los objetivos estratégicos. La estrategia, a
continuación, es detallada en una línea más “micro”, o sea, táctica, que
determinará las acciones que se colocarán en práctica los militantes o
grupos de militantes y que buscarán alcanzar los objetivos tácticos.
Obviamente que, la realización de los objetivos tácticos nos acerca de forma
importante a los objetivos estratégicos. Así, tal opción de organización exige
un alto nivel de compromiso de los militantes.
75

¿Quién la integra y cómo funciona?

FARJ: La FARJ es una organización de individuos que posee militantes


orgánicos y lo que podríamos llamar una “red de apoyo”, compuesta por
personas que nos ayudan de diferentes formas. Estamos divididos, los
militantes orgánicos, en lo que llamamos “frentes de trabajo”, o “frentes de
inserción”. Hasta el año 2007 estuvimos trabajando con dos frentes: uno de
ocupaciones urbanas y otro comunitario. A partir de 2008 tenemos nuestro
tercer frente: agroecológico. Hay una política determinada colectivamente
por la organización que se emplea en los frentes, que poseen cierta
autonomía para trabajar esta aplicación. De la misma forma, las líneas
maestras de lo que se realiza en los frentes se informan a la organización
que las discute colectivamente. El resultado de este proceso de
determinación de política, discusión y aplicación de la política en los
espacios de inserción, observación, análisis y discusión de los resultados de
esa aplicación práctica de la política es lo que constituye nuestro
funcionamiento básico.

“Organización e inserción social” Felipe Corrêa

El anarquismo especifista reivindicado por la Federación Anarquista de Rio


de Janeiro (FARJ), o simplemente “especifismo”, es una concepción de
organización anarquista. Traído de Uruguay, el término “especifismo”, se
refiere a los ejes fundamentales que marcan la actuación anarquista: la
organización y la inserción social, basados en los conceptos clásicos del
anarquismo, que son la actuación diferenciada en los niveles político y
social, (concepto de Bakunin) y la organización específica anarquista,
(concepto de Malatesta). Los primeros en utilizar este término fueron los
compañeros de la Federación Anarquista Uruguaya (FAU), a pesar de que
se referían a una forma de organización que comenzó a desarrollarse en el
siglo XIX y que fue perfeccionada en durante el siglo XX. En su Declaración
de Principios, la FAU relaciona el concepto de especifismo con el de
76

anarquismo organizado:
“Nuestra crítica y nuestro proyecto no se agotan en el levantamiento, la
protesta y la rebelión sino que maduran en un modelo de sociedad
libertaria inconfundiblemente socialista, en una estrategia de ruptura
revolucionaria y en un estilo militante combativo y de agitación
permanente en dirección a las transformaciones sociales en gran escala.
Este proyecto se canaliza a través de la organización revolucionaria
específica y es por tanto, lucha organizada.” La
organización y la inserción social no son defendidas por todas las corrientes
anarquistas. Sabemos que el anarquismo es bastante amplio y por eso
abarca diversas concepciones, muchas de ellas contradictorias. El
especifismo defiende una posición clara en la polémica histórica sobre la
cuestión de organización y de la práctica anarquista, es por eso que tiene
en su primer eje la organización. En primer lugar, defiende que los
anarquistas deben organizarse específicamente, como anarquistas, para
entonces trabajar con los movimientos sociales. En este modelo
organizacional vale la idea que, para actuar con eficiencia en la lucha de
clases, es preciso que los anarquistas estén organizados, en el nivel político
como un grupo de cohesión, con discusión política e ideológica avanzada,
con una estrategia bien definida, de forma que eso les dé fuerza suficiente
para actuar en el ámbito de las luchas de los movimientos sociales.
La organización específica anarquista, que trabaja en el ámbito político,
actúa en el seno de la lucha de clases, en los movimientos sociales y
populares, que constituyen el ámbito social. En este trabajo, los
anarquistas, organizados como minoría activa, los influencian en cuanto
pueden, haciéndolos funcionar de la forma más libertaria posible.
Organizados como un agrupamiento específico de cohesión, los anarquistas
constituirán una fuerza social mucho mayor y podrán funcionar como un
elemento sólido de influencia y persuasión, que tendrá menos chance de
ser “atropellado”, por un partido de izquierda, por autoritarios de cualquier
estirpe, por la iglesia, otros individuos y grupos que tentan a todo hora usar
el movimiento social para su propio beneficio.
El segundo eje del anarquismo especifista es la inserción social. La idea de
77

inserción social está ligada a aquella búsqueda del vector social perdido por
el anarquismo, cuando este terminó por desligarse de la lucha de clases y
de los movimientos sociales. Con el episodio del alejamiento de los
anarquistas del movimiento sindical en Brasil, ocurrido entre los años 1920
y 1930, hay una pérdida de ese vector social del anarquismo, que termina
por organizarse en centros de cultura, ateneos, escuelas, etc. La inserción
social refuerza la idea de que los anarquistas deben buscar, además de
estos aspectos de refuerzo de la memoria y de la promoción de la cultura
libertaria, principalmente tener un papel relevante en la lucha de los
movimientos sociales y populares. Muchos tienen un poco de recelo con el
término “inserción social”, por que lo asocian al viejo “entrismo”, de la
izquierda autoritaria en movimientos para intentar aparejarlos, o hacerlos
funcionar en su propio beneficio. En realidad, eso no es verdad. Este
concepto de inserción social de los anarquistas está ligado, solamente, a la
idea de retorno organizado de los anarquistas a la lucha de clases y a los
movimientos sociales. No en un sentido de vanguardia, de luchar por el
movimiento, sino defendiendo la minoría activa que lucha con el
movimiento. Hay algunas otras ideas que
caminan junto con los conceptos presentados encima. Por ejemplo, la
crítica a la falta de organización de la mayoría de los anarquistas,
proponiendo por lo tanto, esa forma de anarquismo organizado, orientado
por la concepción de organización específica explicada anteriormente. Hay
también una clara oposición al anarquismo individualista y a la
exacerbación de los egos, proponiendo una forma de anarquismo
comunista o colectivista, que hace de la libertad colectiva su norte
estratégico y que sin ella, considera imposible la libertad individual. Esa
forma de organización se opone al modelo sintetista, por creer que no
funciona, colocar una serie de individuos y organizaciones bajo el “paragua”
del anarquismo, simplemente realzando una identidad alrededor de la
crítica – pues generalmente solo hay acuerdo en la crítica del Estado, del
capitalismo, de la democracia representativa – o mismo de la sociedad
futura; eso por que no hay ninguna unidad en términos organizacionales, o
en las cuestiones constructivas. O sea, no hay una posición clara entorno de
la forma de organización adecuada, en “como actuar”. Muchos anarquistas
no consideran la organización tan necesaria y
78

otros la hallan hasta autoritaria. En el modelo de organización especifista,


se defiende la idea de trabajar con unidad táctica y teórica, lo que facilita
enormemente el trabajo con proyectos estratégicos bien definidos y con
todos trabajando en el mismo sentido. En esta forma de organización, hay
también un papel preponderante para la cuestión de la responsabilidad y
del compromiso, lo que veremos con algunos detalles a seguir.

Ética y responsabilidad
Junto con la noción de organización e inserción social, caminan dos
principios: la ética y la responsabilidad.
La ética es entendida siempre como un sinónimo del anarquismo,
constituyéndose en su “espina dorsal”. No debe ser entendida como un
sistema de ideas y valores teóricos; no aplicables, sino como un principio
aplicable, de valores que toma en cuenta los intereses colectivos y
universales; que define los principios de conducta. La ética anarquista es
justamente una necesidad de coherencia entre nuestra conducta y los
principios que defendemos, en el caso de la FARJ, por ejemplo, libertad,
federalismo, autogestión, internacionalismo, acción directa, clasismo,
práctica política, inserción social y apoyo mutuo. La
ética se diferencia radicalmente de la moral. La moral es algo que se coloca
de fuera para dentro, un contenido no elaborado y que por medio de la
coerción, se acepta, o simplemente se somete a ella. Distintamente, la ética
es algo que viene de dentro hacia fuera, o sea, algo que es procesado,
pensado sin coerción, que después norteará la conducta. La moral puede
ser considerada una victoria sobre el individuo, al paso que la ética es el
“vencer con” (o convencer), siendo la conducta orientada por la ética el
resultado de la elaboración y del procesamiento de los conceptos. Se
relacionó mucho, durante la historia del anarquismo, la ética con la
coherencia entre los medios y los fines. Por eso se defiende una forma de
actuación, que sea adecuada con el fin que se desea alcanzar, la llamada
coherencia entre los medios y los fines. Se entiende que si la lucha tiene por
objetivo la libertad, debe ser hecha en libertad. Eso se explica de diferentes
formas, desde rechazando un medio autoritario como el Estado para llegar
a la libertad – el concepto marxista de socialismo –, hasta defendiendo una
actuación honrada, íntegra y honesta políticamente,
79

muy al contrario de las historias de militancia de Netchaiev, por ejemplo,


que creía que todo valía la pena, para llegar a la revolución, mismo
mintiendo, engañando, chantajeando, traicionando compañeros, etc. En
la propia historia del anarquismo en Rio de Janeiro, se relacionó bastante a
la ética con el respeto mutuo, entendiéndola como un principio que exigiría
la necesidad de respetar a los compañeros de lucha y hacer del ambiente
político un lugar de solidaridad, sea con militantes antiguos, sus
compañeros, sea con los nuevos interesados. Se recomienda así, una
consideración a la pluralidad de ideas, un derecho a la manifestación y a la
voz, siempre tratando a las personas con el debido respeto y repudiando
conductas antisociales, desagregadoras y divisionistas. Además
se puede relacionar le ética con la responsabilidad, de la forma que lo hizo
Ideal Peres, cuando afirmo que “un sujeto que tiene una ética libertaria
sabe por que está luchando y consigue explicar los motivos ideológicos de
la lucha, tiene compromisos y autodisciplina para llevar a cabo las tareas
asumidas”. En esta relación Ideal Peres, que siempre reforzó los valores de
ética y responsabilidad, coloco la necesidad de los militantes anarquistas,
de conocer los motivos de la lucha, es decir, contra lo que se lucha y por lo
que se lucha, consiguiendo justificar ideológicamente sus argumentos. El
compromiso y la autodisciplina serían fundamentales para colocar en
práctica esa ética libertaria, siendo por lo tanto antiéticos, los anarquistas
que defienden una posición muy común en el universo libertario de
descompromiso e irresponsabilidad. Al entender que la responsabilidad
es contraria a la libertad, muchos anarquistas imposibilitan la relación de
cualquier actividad seria, con objetivos mínimos. Los anarquistas que
defienden la idea de responsabilidad creen que sin ella es imposible hacer
cualquier proyecto de medio o largo plazo, de colocar en práctica un
proyecto de corto plazo, o establecer una forma de acción y cumplirla. A
partir de esa división se entiende que para la realización de cualquier
actividad en una organización, debe haber una discusión previa, un
planeamiento estratégico que se desdoble, en un planeamiento táctico, con
las diversas acciones que la organización realizará. Para que esto ocurra, se
deben dividir las responsabilidades y cada uno debe hacer lo que asumió.
Como recientemente escribió la FARJ, “la autodisciplina es el motor de la
80

organización autogestionaria” , y debe funcionar sin disciplina servil, mas


con coherencia con las ideas aceptadas, con la realización de las tareas
asumidas y con la obligación severa, para con el trabajo de militancia y de
lucha.

PARA EL DEBATE

1) ¿Porque nos organizamos específicamente como anarquistas?


2) ¿Cuáles son los rasgos característicos del especifismo?
3) ¿Cuál es la relación entre la organización específica y los frentes de
inserción social?
4) ¿Cuál es la importancia de la organización política anarquista en la
construcción de poder popular?
81

4 TRABAJO E INSERCION SOCIAL


Federación Anarquista do Rio de Janeiro (FARJ)

El trabajo social y la inserción social son las actividades más importantes


de la organización especifica anarquista.
Como ya lo establecimos, vivimos en una sociedad que ubica en campos
opuestos a la la clase dominante y a las clases dominadas. Recordemos
también que nuestra lucha es por el establecimiento de una sociedad sin
clases, es por el socialismo libertario. Y la forma de llegar a esa sociedad,
a nuestro entender, es por medio de la lucha de los movimientos sociales,
de su conformación y organización popular y de la revolución social. Por
tanto, todo este proceso debe darse en el seno de las clases explotadas,
que son las verdaderas protagonistas de la transformación social que
reivindicamos.

Así, si la lucha del anarquismo apunta hacia los objetivos finalistas de


revolución social y de socialismo libertario, y si entendemos que son las
clases oprimidas las protagonistas de la trasformación en dirección a esos
objetivos, no hay otro camino para el anarquismo sino buscar una forma
de interacción con esas clases. Por este motivo,

“el anarquismo no puede continuar aprisionado en los límites de un


pensamiento marginal y reivindicado únicamente por unos pocos
grupos, con sus acciones aisladas. Su influencia natural sobre la
mentalidad de los grupos humanos en lucha es más que evidente.
Para que esta influencia sea asimilada de modo consciente, ella
debe, de aquí en adelante, dotarse de nuevos medios e iniciar
desde ya el camino de las prácticas sociales.”[Nestor Makhno.
“Nossa Organização”. In: Anarquia e Organização. São Paulo, Luta
Libertária, s/d, p. 32.]

En la lucha de clases, las clases oprimidas estarán siempre en conflicto con


la clase dominante. Este conflicto se puede manifestar de manera más o
menos espontanea, más o menos organizada. El hecho es que las
contradicciones del capitalismo generan una serie de manifestaciones de
las clases oprimidas y nosotros consideramos que es este el mejor terreno
para plantar las semillas del anarquismo. Neno Vasco, nos habla de la
siembra, utilizaba esta metáfora para decir que los anarquistas deberían
plantar sus semillas en los terrenos mas fértiles. Como ya
82

enfatizamos, para nosotros, este terreno es el campo de la lucha de clases.

Ya que pretendemos plantar nuestras semillas en el seno de la lucha de


clases, y ya que entedemos que serán las clases oprimidas las
protagonistas del proceso de transformación social, estamos asumiendo
que para que el anarquismo llegue a sus objetivos finalistas, las clases
oprimidas son imprescindibles. Cuando explicitamos este punto de vista,
no estamos idolatrando esas clases o mismo asumiendo que todo lo que
hacen es siempre acertado, sino que estamos enfatizando que su
participación en el proceso de transformación social es absolutamente
central. Por lo tanto, nosotros anarquistas “debemos estar siempre con el
pueblo” [Errico Malatesta. “Programa Anarquista”. In: Escritos
Revolucionários. São Paulo, Imaginário, 2000, p. 23].

La forma de la organización especifica anarquista buscando su interacción


con las clases explotadas se da por medio de lo que llamamos trabajo
social. El trabajo social es la actividad que la organización anarquista
realiza en el medio de la lucha de clases, haciendo que el anarquismo
interactúe con las clases oprimidas. El trabajo social da al nivel político del
anarquismo, un nivel social, un cuerpo sin el cual el anarquismo es estéril.
Por medio del trabajo social el anarquismo consigue realizar su función de
fermento de las luchas de nuestro tiempo. El trabajo social de la
organización anarquista se da de dos maneras 1) Con el trabajo
permanente con los movimientos sociales ya existentes 2) Con la creación
de nuevos movimientos sociales.

Desde nuestra fundación, pensamos que los movimientos sociales son el


terreno privilegiado para nuestra actuación, de acuerdo a lo que
establecimos en nuestra carta de principios, cuando afirmamos “la FARJ
se propone trabajar – desde ya sin intermediarios – en el sentido de
intervenir en las diversas realidades que componen el universo de los
movimientos sociales” [FARJ. “Carta de Princípios”]. De acuerdo a lo que
tratamos anteriormente, entendemos a los movimientos sociales como
resultado de “un compuesto triple de necesidad, voluntad y
organización”. Así, los anarquistas organizados deben buscar estimular la
voluntad y la organización para una movilización que se base
fundamentalmente en la necesidad de las clases explotada. Esta, en la
mayoría de los casos, esta desmovilizada por “no tener el sentimiento de
su derecho ni fe en su fuerza; y como no tienen ni este sentimiento ni esta
fe, […] continúan siendo durante siglos esclavos impotentes”
83

[Mikhail Bakunin. “Algumas Condições da Revolução”. In: Conceito de


Liberdade. Porto: Rés Editorial, s/d, p. 127].En este proceso de
movilización, debemos estimular ese sentimiento y esa fe. A partir de
entonces, la cuestión de la necesidad se torna central, ya que es el medio
por el cual se da esa movilización. Pocos son los que están dispuestos a
luchar por una idea que implica resultados a largo plazo. Por eso, para
movilizar al pueblo, debemos ante todo tratar cuestiones y problemas
concretos que los afligen y que están cerca de ellos. Para conquistar su
confianza y su adhesión.

“[...] es preciso comenzar por hablar, no de los males generales de


todo el proletariado internacional, ni de las causas generales de
donde provienen estos, sino de sus males cotidianos, privados. Es
preciso hablar de su profesión y de las condiciones de su trabajo,
precisamente en la localidad en la que habita; de la duración y de la
gran extensión de su trabajo cotidiano, de la insuficiencia de su
salario, de la maldad de su patrón, de la carestía de los viveres y de
la imposibilidad de nutrir y de instruir convenientemente a su
familia. Y proponerles medios para combatir sus males y para
mejorar su posición, y es necesario hablarle luego de los objetivos
generales y revolucionarios.[…] Primeramente solo es preciso
proponer los objetivos que según su sentido común y experiencia
cotidiana no puedan ignorar su utilidad ni rechazarlos.” [Idem.
“Educação Militante”. In: Conceito de Liberdade, pp. 145-146.]

De esta forma, en el proceso de movilización, se puede establecer la


cuestión de que las personas no poseen empleos, o no tienen un lugar
para vivir, etc. Por eso, la función de la organización anarquista es la de
explicitar las necesidades y movilizar en torno a ellas. Sea en la creación
de movimientos sociales o en el trabajo en movimientos ya existentes, la
idea central es siempre movilizar en torno a las necesidades.

Los movimientos sociales son las instancias en que se da la movilización de


las clases oprimidas y, por tanto, son esos movimientos la práctica política
de esas clases. Su práctica política se desarrolla por medio de “toda
actividad que tenga por objeto la relación [de confrontación] de los
explotados y los oprimidos con los organismos del poder político, el
estado, el gobierno y sus distintas expresiones”[FAU. “Declaración de
Principios”..] Además de otros organismos de sustento del sistema
capitalista. La práctica política busca ubicar al pueblo en ese combate
84

contra las fuerzas del sistema que lo oprime y por tanto incita al
enfrentamiento de estas fuerzas para “la defensa y la ampliación de las
libertades públicas e individuales, la capacidad de propuestas que
correspondan al interés general de la población y los aspectos parciales
del mismo.” La practica política también puede ser “la insurreccion como
instancia de cuestionamiento violento a una situación que queremos
cambiar [… y también] las propuestas que, recogiendo las reivindicaciones
populares enfrentan a los organismos de poder, presentan soluciones a
cuestiones generales y concretas y obligan a aquellos organismos de
poder, a tornarlas válidas para toda la sociedad”

Por medio de su práctica política, los movimientos sociales deben


imponer todas sus conquistas a las fuerzas del capitalismo y el estado. El
pueblo debe exigir, imponer y realizar, el mismo todas las mejoras,
conquistas, libertades deseadas, de acuerdo a su sentido de necesidad,
por medio de la organización y de la voluntad. Estas reivindicaciones
deben ser permanentes y aumentar progresivamente, exigiendo cada vez
más y buscando la completa emancipación de las clases oprimidas.

“Cualesquiera sean los resultados prácticos de las luchas por las


mejoras inmediatas, su principal utilidad reside en la propia lucha.
Es por ella que los trabajadores aprenden a defender sus intereses
de clase, comprenden que los patrones y los gobiernos tienen
intereses opuestos a los de ellos, y que no pueden mejorar sus
condiciones, ni mucho menos emanciparse, sino uniéndose y
volviéndose más fuertes. […] Si consiguen obtener lo que desean,
vivirían mejor. Ganarían mas, trabajarían menos, tendrían más
tiempo y fuerza para reflexionar sobre las cosas que les interesa; y
ellos sentirían de repente deseos y necesidades mayores. Si no
tuvieran éxito, deberían estudiar las causas de su fracaso y
reconocer la necesidad de mayor unión, mayor energía; y
comprender en fin que para vencer, segura y definitivamente es
preciso destruir el capitalismo.”[Errico Malatesta. “Programa
Anarquista”. In: Escritos Revolucionários, p. 18.]

La práctica política de los movimientos sociales traducida en las luchas


por las conquistas de corto plazo y el sentido pedagógico da ganancia de
conciencia a los militantes, tanto en la victoria como en las derrotas.

De la misma manera funciona la practica politca de la organización


85

especifica anarquista. Afirmamos anteriormente que entendemos al


anarquismo como una ideología y, en este caso, “un conjunto de ideas,
motivaciones, aspiraciones, valores, que estructura un sistema de
conceptos, que poseen una conexión directa con la acción – lo que
llamamos práctica política”. El trabajo social es la principal parte de la
práctica política de la organización anarquista que, en este caso,
interactuando con las clases oprimidas organizadas en los movimientos
sociales, retira al anarquismo de los pequeños círculos y siembra
ampliamente sus ideas en el seno de la lucha de clases.

A pesar de eso, para nosotros, más que simplemente interactuar con los
movimientos sociales, el trabajo social de la organización especifica
anarquista debe buscar influenciarlos en la práctica, haciendo que tengan
determinadas características de funcionamiento.

Llamamos inserción social al proceso de influencia de los movimientos


sociales a partir de la práctica anarquista. Así, la organización anarquista
posee trabajo social cuando crea o desarrolla trabajo con los movimientos
sociales y posee inserción social cuando consigue influenciar los
movimientos con prácticas anarquistas.

La inserción social no tiene por objetivo “ideologizar” a los movimientos


sociales transformándolos en movimientos sociales anarquistas. Sino que
debe buscar darles algunas características determinadas, de forma que
puedan caminar hacia la construcción y el desarroll de la organización
popular, y apuntar hacia la revolución social y el socialismo libertario.
Buscando que los movimientos vayan los más lejos posible.

“No queremos esperar a que las masas se vuelvan anarquistas para


hacer la revolución; es más estamos convencidos de ellas nunca se
volverán inicialmente si no derrumbamos por la violencia, las
instituciones que mantienen la esclavitud. Como precisamos del
acompañamiento de las masas para constituir una fuerza material
suficiente, y para alcanzar nuestro objetivo específico que es el
cambio radical de la organización social gracias a la acción directa
de las masas, debemos acercarnos a ellas, aceptarlas como ellas son
y, como parte de la masa, hacerlas ir lo más lejos posible. Eso si
queremos, evidentemente trabajar de hecho para realizar en la
práctica nuestros ideales y no contentarnos con arar en el desierto,
para la simple satisfacción
86

de nuestro orgullo intelectual. “[Idem. “A Propósito de Revolução”.


In: Anarquistas, Socialistas e Comunistas. São Paulo: Cortez, 1989,
p. 55.]

Recordemos que defendemos la posición de que la ideología debe estar


dentro de los movimientos sociales y no los movimientos sociales los que
deben estar dentro de la ideología. La organización especifica anarquista
interactúa con los movimientos sociales buscando influenciarlos para que
tengan la formas más libertaria e igualitaria posible. A pesar de que
tratamos al anarquismo y a los movimientos sociales como niveles de
actuación diferenciados, entendemos que hay una relación de influencia
mutua entre ambos.

Esta relación, complementaria y dialéctica, hace que el anarquismo


influencie a los movimientos sociales, y que los movimientos sociales
influencien al anarquismo. Cuando hablamos de inserción social, estamos
hablando de la influencia del anarquismo en los movimientos sociales. En
esta relación, a pesar de que sostenemos una separación entre los niveles
políticos (de la organización anarquista) y social (de los movimientos
sociales), no entendemos que haya una relación de jerarquía ni dominio
del nivel político para el nivel social. Tampoco pensamos que el nivel
político luche por el nivel social, ni enfrente de este, sino con este, siendo
esta, una relación ética. En su actuación de minoría activa, la organización
especifica anarquista lucha con las clases oprimidas y no por ellas o al
frente de ellas, ya que “no queremos emancipar al pueblo, queremos que
el pueblo se emancipe” [Errico Malatesta. “A Organização das Massas
Operárias...”. In: Escritos Revolucionários, p. 40]. Más adelante
discutiremos, con un poco más de detalle, esta relación entre
organización especifica anarquista y los movimientos sociales.

Al entender a la inserción social como la influencia que la organización


especifica anarquista ejerce en los movimientos sociales, entendemos
que es importante detallar un poco más, lo que entendemos por
“Influenciar”. Influenciar, para nosotros, significa causar modificaciones
sobre una persona o grupo de personas, por medio de la persuasión, de
los consejos, de los ejemplos, de las orientaciones, inspiraciones y
prácticas. Ante todo, consideramos que en la propia sociedad hay, todo
el tiempo, una multiplicidad de influencias entre los diferentes agentes
que influencian y son influenciados. Podemos decir que “renunciar a
87

ejercer influencia sobre otros significa renunciar a la acción social, o


inclusive a expresar los propios pensamientos y sentimientos, o que […]
es tender a la inexistencia” [Mikhail Bakunin. “Libertad e Igualdad”. In:
G. P. Maximoff (org.). Escritos de Filosofia Política vol. II. Madrid: Alianza
Editorial, 1990, p. 9].Incluso desde una perspectiva antiautoritaria, esta
influencia es inevitable y saludable:

“En la naturaleza como en la sociedad humana, que en si misma no


es otra cosa que la naturalez, todo ser humano esta sometido a la
condición suprema de intervenir de la manera mas positiva sobre la
vida de los otros – intervenir de manera tan poderosa en tanto le
permite la naturaleza de cada individuo. Rechazar esta influencia
reciproca significa condenar a muerte el propio sentido de la
palabra. En tanto pedimos libertad para las masas no pretendemos
abolir la influencia natural ejercida sobre ellas por cualquier
individuo o grupo de individuos”[Ibidem.]

En el trabajo practico, esta influencia debe darse a partir de características


que buscamos dar a los movimientos sociales. Anteriormente, cuando
tratamos a los movimientos sociales y la organización popular,
detallábamos mas esta característica. Por tanto no nos ocuparemos en
este momento nuevamente de detallar todas ellas. Apenas apuntaremos,
aunque sea de manera breve, cuales son las características que debemos
sustentar en los movimientos sociales. Son estas: fuerza, clasismo,
combatividad, autonomía, acción directa, democracia directa y
perspectiva revolucionaria.

Los movimientos sociales deben ser fuertes, sin estar enrolados en una
ideología, ya que imponer la causa del anarquismo a los movimientos
sociales, “no sería otra cosa sino una ausencia completa de pensamiento,
de objetivo y de conducta común, y […] debería conducir, necesariamente
a una impotencia común”[Idem. “Táctica e Disciplina do Partido
Revolucionário”. In: Conceito de Liberdade, p. 192.] Deben ser clasistas y
poseer corte de clase, lo que significa buscar participación amplia de las
clases oprimidas para sustentar la lucha de clases; deben ser combativos,
estableciendo sus conquistas por medio de la imposición de su fuerza
social; deben ser autónomos en relación al estado, los partidos políticos,
los sindicatos burocratizados, la iglesia, entre otros organismos
burocráticos y/o autoritarios, tomando sus decisiones y actuando por
cuenta propia.
88

Además de eso, deben utilizar la acción directa como forma de acción


política, en oposición a la democracia representativa.
“Fundamentalmente se tarta de hacer prevalecer el protagonismo de las
organizaciones populares, apuntando a la menor mediación posible y
asegurando que la necesaria mediación no implique el surgimiento de
centros de decisión separados de los interesados” [FAU. “Declaración de
Principios”]. Los movimientos sociales deben, entonces, utilizar la
democracia directa como forma para la toma de decisiones de forma en
que todos los militantes efectivamente tomen las decisiones de manera
igualitaria. La democracia directa no da espacio a “ningún género de
privilegios, sean estos económicos, sociales, o políticos; [y constituye] una
institucionalidad donde la revocabilidad de los miembros este
inmediatamente asegurada y donde por tanto no haya espacio a la
habitual irresponsabilidad política que caracteriza a la democracia
representativa” [Ibidem.]
Finalmente la perspectiva revolucionaria que “debe ser introducida por
un trabajo constante de los revolucionarios que actúan dentro y fuera de
su seno, pero no puede ser una manifestación natural e normal de su
función”[Errico Malatesta. “Los Anarquistas y los Movimientos Obreros”.
In: Vernon Richards. Malatesta: pensamiento y acción revolucionarios.
Buenos Aires: Anarres, 2007, p. 114.].

La inserción social de la organización especifica anarquista en los


movimientos sociales que se da por la influencia, debe apuntar, en un
segundo momento para la conexión de las luchas y la creación de la
organización popular, buscando permanentemente aumentar su fuerza
social.

Para la realización del trabajo y de la inserción social la organización


anarquista debe tener en cuenta algunas cuestiones.

La movilización, debe ocurrir, principalmente, por la práctica, pues en


medio de la lucha es como el pueblo aprende que puede conquistar más
y más. Mucho mas que hablar, debemos enseñar por la acción, por el
ejemplo, que es “la mejor de las explicaciones verbales que [el trabajador]
recibe de sus camaradas, rápidamente reconoce todas las cosas por su
propia experiencia personal en adelate inseparable y solidaria con la de
los otros miembros” [Mikhail Bakunin. “Educação Militante”. In: Conceito
de Liberdade, p. 146.]. Es mucho más relevante
89

considerar que el proceso de movilizacion y de influencia pasa, además


de los aspectos objetivos de la lucha, por aspectos subjetivos. Nuestra
practica viene demostrando que para movilizarse e influenciar a los
movimientos sociales es muy importante utilizar, no solo los aspectos
racionales y objetivos, sino también aspectos emocionales y subjetivos,
siendo ellos lazos afectivos, amistades o relacionamientos que
naturalmente son construidos en el seno de las luchas. Es también
relevante identificar las personas de los barrios, comunidades, de los
movimientos, de los sindicatos que poseen influencia sobre los demás
(líderes sociales oriundas de la base y legitimadas por ella) para enfocar
nuestros esfuerzos en ellas. Estas personas son muy importantes para
ayudar en la movilización de la base, para potencializar la influencia
anarquista, y además, para integrar los agrupamientos de tendencia.
Hecha de esta manera, la movilizacion termina funcionando como una
cierta “conversación”, siendo importante observar que

“[...]sólo se puede convertir a quienes sienten la necesidad de ser


convertidos, a quienes llevan ya en sus instintos o en las miserias
de su posición, tanto exterior como interior, todo lo que queráis
darles; nunca convertiréis a quienes no experimenten la necesidad
de ningún cambio, ni incluso a quienes, aún deseando salir de una
posición de la que están descontentos, son impulsados por la
naturaleza de sus hábitos morales, intelec-tuales y sociales, a
buscar una posición mejor en un mundo que no es el de vuestras
ideas. [Ibidem. “Operários, Camponeses, Burgueses e Intelectuais”.
In: Conceito de Liberdade, p. 110.]

En este proceso de movilizacion, la organización especifica anarquista


debe siempre, independiente de cualquier cosa, actuar con ética,
tratando de no establecer relaciones de jerarquía o de dominio sobre los
movimientos sociales; de decir la verdad y de nunca engañar al pueblo y
siempre sustentar la solidaridad y el apoyo mutuo en relación a los otros
militantes. De esta manera, se debe tener una postura propositiva
buscando construir y hacer que los movimientos caminen hacia adelante
y no solo para tener posiciones críticas.

Incluso cuando las posiciones de la organización anarquista no fueren


mayoritarias, ellas deben ser puestas en evidencia, dejando claro los
puntos de vista que defiende. Cuando en contacto con los movimientos
jerarquizados, la organización anarquista debe siempre tener en mente
90

que lo que interesa a ella es la base de los movimientos sociales. Por tanto
cualquier tipo de trabajo, la organización debe siempre aproximarse no a
los dirigentes y a aquellos que detentan estructuras de poder de los
movimientos sociales, sino a los militantes de base, que generalmente son
oprimidos por la dirección y que constituyen la periferia, y no el centro de
los movimientos.

Otra cuestuib que debe ser observada es que los militantes de la


organización especifica anarquista deben conocer bien el ambiente en el
que están actuando, teniendo prescencia constante en los movimientos
sociales en los que se propone realizar el trabajo social. El conocimiento
del “terreno” en que se actua es fundamental para saber cuales son las
fuerzas políticas en juego, quienes son los posibles aliados, quienes son
los adversadrio, donde están las fuerza, las debilidades, las oportunidades
y los riesgos. La prescencia constante es importante para que los
militantes anarquistas estén completamente integrados con los otros
militantes de los movimientos sociales, que tengan reconocimientos,
legitimidad, que sean escuchados, que sean queridos, que sean personas
bienvenidas.

En un esquema estratégico, podemos entender que la organización


especifica anarquista debe realizar trabajo social, ya que “como
anarquistas y como trabajadores, debemos incitarlos y alentarlos [ a los
trabajadores] a luchar y luchar con ellos”[Errico Malatesta. “Programa
Anarquista”. In: Escritos Revolucionários, p. 18]. Incitando y alentando al
pueblo, debemos buscar inserción social, y conseguir que los
movimientos sociales trabajen de la forma más libertaria e igualitaria
posible. Con inserción social en los movimientos sociales debemos
conectar las luchas y construir organización popular. Asi, conseguiremos
estimular su permanente aumento de la fuerza social y preparar a las
clases oprimidas para la revolución social, ya que “nuestro objetivo es
preparar al pueblo, moral y materialmente, para esta expropiación
necesaria; e intentar y renovar los intentos, tantas veces cuanto la
agitación revolucionaria nos de ocacion de hacerlo hasta el triunfo
definitivo” [Ibidem. p. 17], con el establecimiento del socialismo
libertario. Podemos decir entonce que la funcion de la organización
especifica anarquista en el trabajo e inserción social es ser un “motor de
las luchas sociales. Un motor que no substituya ni representa” [FAU.
“Declaración de Principios”]. Apuntamos a poder constituir este motor
“participando combativamente en el dia a dia de la lucha de los
91

movimientos populares en actividad, en un primer momento, en Brasil,


en America Latina, y en especial en Rio de janeiro”[FARJ. “Carta de
Princípios”.]

Nota:
1. Em “Em Torno de Nosso Anarquismo”, Malatesta enfatiza: “Provocar,
tanto quanto nos seja possível, o movimento, nele participando com todas
as nossas forças, imprimindo-lhe o caráter mais libertário e mais
igualitário que seja; apoiar todas as forças progressivas; defender o que é
melhor quando não se puder obter o máximo, mas conservar sempre bem
claro nosso caráter de anarquistas”. [grifos nossos] Ver Escritos
Revolucionários, p. 80.

Resistencia Popular (Rio de Janeiro)

¿Por qué exactamente el término “trabajo de base”? Este término remite


a tres sentidos fundamentales: 1. De que lanza las bases para un proyecto
de poder y de reorganización social 2. De que por encima de esta base se
estructuran las relaciones sociales de nuevo tipo y, en estas bases, reside
todo el poder sobre estas relaciones. 3. De que la lucha social debe partir
de una base cotidiana – la realidad de cada uno – y no de donde nos
gustaría que fuese.

El trabajo de base es asi, el trabajo cotidiano, que se estructura en función


de la realidad (de las necesidades y voluntades locales) y busca construir
los cimientos de una nueva relación de poder.

La “base” en contornos más concretos gana el sentido de “comunidad”, o


sea es la base local donde se realiza la vida de determinado grupo o
segmento social.

Cuando mencionamos “base”, designamos el estado de situación de vida


de una comunidad/grupo/segmento en que se expresa directamente su
realidad. Para el trabajo de base, el presupuesto fundamental reside en la
comprensión de estas cuestiones esenciales que afligen/interesan a una
92

base social dada. En este sentido, el camino para un trabajo de base que
certero solo puede venir de la vivencia de la “base”, porque, si por un
lado, solo se puede hacer un trabajo de base coherente y eficiente
conociendo una comunidad local, solo se puede conocer esta realidad a
través de la vivencia y de la experiencia en el medio de ella

El objetivo del trabajo de base según nuestra concepción, es insertar en el


medio de la realidades diversas la opción de una organización social
estructurada en función de las necesidades y voluntades de la base local,
orientadas por un modelo de gestión federalista y por los principios de la
democracia socialista revolucionaria, el de la igualdad y libertad. A partir
de la inserción en las realidad locales se da la identificación de las
cuestiones esenciales para la comunidad, y nuestras tareas son: 1.
Contribuir para que estas cuestiones sean conectadas con cuestiones de
orden general (políticas, económicas, culturales), apuntando hacia la
elevación de la conciencia de la situación global 2. Movilizar en torno de
los problemas inmediatos que al largo plazo estarán en contradicción con
los problemas estructurales, puede ser una ampliación de la propia visión
del mundo. 3. Generar posibilidades de nuevas experiencias, que
impliquen la participación en la organización.

Nuestra tarea no es “educar” a la “base” sino, contribuir con acciones


positivas para que surjan otras experiencias y, por medio de estas, las
personas se eduquen a sí mismas.

No llevamos la “conciencia” a las “bases”, nosotros llevamos acciones y


experiencias que contribuyen a la generación de conciencia.

Nuestro compromiso es fundamental para llevar adelante acciones


propositivas a los más diversos niveles de la sociedad, y a partir de la base,
trabajar para que la restructuración de las relaciones sociales se de en
función de las necesidades y voluntades locales.

Pero no podemos incurrir en los errores en los que normalmente los


grupos activistas caen: la victimización de la base y el basismo.

El victimismo considera que la acción en el medio de la base es por si


autoritaria y conservadora, pues considera al pueblo incapaz de
93

autoafirmarse frente a determinadas acciones y propuestas. Nosotros


consideramos que el pueblo es plenamente capaza de delinear sus
elecciones y hacer valer su voluntad, y tenemos el deber de ubicar
nuestras propuestas a su disposición para que el las juzgue. Además de
eso, esa visión estimula algo que existe en el leninismo, que cree que la
conciencia es externa al pueblo. Nosotros nos consideramos como una
parte integrante de el, y es por eso que tenemos legitimidad en tanto
pueblo para hacer valer nuestras posiciones.

La consecuencia drástica de esta mirada es el inmovilismo. No se puede


hacer nada para “no ser autoritario con el pueblo”

Otro error es el basismo, que consiste en no ser capaces de ante el


rechazo de nuestras propuestas, reafirmar nuestra posición. ¿Qué
podemos hacer? Quedarnos como furgón de cola de posiciones
conservadoras para “acompañar a las bases”

El trabajo de base visto de esta forma gana el carácter de lucha entre


diferentes culturas y diferentes proyectos. Estando insertos en una base,
desarrollamos un trabajo que este en conexión con un proyecto que no se
reduzca a las condiciones locales, por el contrario, tiene la pretensión de
ser un eje de conexión entre las varias realidades locales en el sentido de
lanzar las bases de una nueva estructura social y de un nuevo sistema de
poder.

La inserción social que se da a través del trabajo de base es la inserción de


nuestro proyecto en las realidades locales, o sea, en la vida de las clases
populares.

No es la inserción de las personas físicas, a pesar de que es inconcebible la


inserción de propuestas sin inserción de personas, pero la inserción o la
presencia física no es garante de nada. Es preciso influenciar el medio
social del cual se forma parte, de hacer valer nuestro proyecto.

Una de las metas del trabajo de base es la formación de militantes,


entendida en tanto proceso de capacitación para potencializar el propio
trabajo.
94

A pesar de que la experiencia genera conocimientos, ellos a veces no son


suficientes para la adquisición de una visión lo mas amplia posible de las
posibilidades. En este caso el trabajo de base tiene que apuntar a
cuestiones de como viabilizar el fomento de la discusión, el debate, el
estudio, en fin los mecanismos de construcción y producción de
conocimiento para no quedar reducidos a visiones pragmáticas o
simplistas del proceso social. Esto contribuye a la renovación, no solo de
las ideas, sino también de las personas y cuadros del movimiento social, y
cualifica a la participación de las bases.
95

5. Anarco-feminismo

-Herramientas táctico-estratégicas para el anarco-feminismo. Igualdad de


género- Perspectiva de género. Pensar prácticas concretas.
En el siguiente apartado buscaremos abrir dos herramientas metodológicas
para la militancia anarquista como son la Perspectiva de Género y la
Equidad de Géneros. A partir de ambas podremos generar posiciones de
ruptura y orientar nuestras acciones concretas en la lucha contra el
patriarcado y el machismo. Además buscaremos abrir como punto final el
problema o debate en torno al rol de los varones en las organizaciones
políticas y sociales y cómo abordar la lucha anti-patriarcal de forma más
efectiva.
La perspectiva de género como herramienta transversal a toda elaboración
o re-elaboración de ideas y prácticas implica por un lado, reconocer las
relaciones de poder que se dan entre los géneros, en general favorables a
los hombres como grupo social. Por otro lado, entender que estas
relaciones han sido construidas social e históricamente y son constitutivas
de las personas. Y por último, que estas relaciones atraviesan todo el
entramado social y que se articulan con otras relaciones sociales como las
de clase, etnia, edad, religión. Esta mirada de género no está supeditada a
que la adopten las mujeres ni está dirigida exclusivamente a ellas, sino que
se trata de observar la realidad desde las miradas de los géneros y sus
relaciones de poder de forma de visualizar si éstas se están reproduciendo
o combatiendo. En este sentido es de vital importancia comprender que no
existen decisiones o acciones neutrales al género.
Complementariamente, la equidad de género se constituye como un
conjunto de instrumentos y mecanismos que partiendo de la afirmación de
que varones, mujeres, trans, travestis, gays, lesbianas y bisexuales tienen
diferentes necesidades e intereses, y establecen relaciones asimétricas de
poder, permite buscar garantía de igualdad de oportunidades en la
participación en todos los ámbitos de la vida, inclusive el político. Es decir
que busca eliminar la desigualdad social en función del género y por otro
lado la desconsideración y el irrespeto a las diferencias.
En última instancia abriremos el problema del rol de los varones. En este
sentido Wright nos plantea que el involucramiento de los hombres en el
96

feminismo es un tema que requiere cautela. Por esto, solo si estamos al


tanto del riesgo de cooptación al feminismo en los planes masculinos,
solamente si están dispuestos a escuchar las voces de las mujeres, pueden
los hombres contribuir al movimiento feminista. A pesar de todo eso,
muchos de los obstáculos que mantiene el machismo en los hombres son
complejos, integrados y bastante inexplorados. Los hombres pueden tener
un compromiso con la lógica feminista, la igualdad de género, etc. pero
seguir sin detectar como su comportamiento puede ser vivido como
intimidante o arrogante.
Es importante abordar este problema ya en la misma historia el anarquismo
se han desarrollado situaciones donde aunque los varones militantes
manifestaron una aparente simpatía por el feminismo, la misma fue
acompañada por una oposición sustancial en la práctica. Y es en este
sentido que el feminismo anarquista o anarco-feminismo surge discutiendo
lo que ocurría dentro de las mismas organizaciones políticas y sociales
vinculadas al anarquismo o a la izquierda en general. Así lo plantea Susan
Brown: En los años 60 el movimiento de mujeres emerge no sólo en
oposición a la cultura dominante, sino también en respuesta a la falta de
actitud no-sexista dentro de la misma izquierda. En este sentido, el
movimiento conocido como Nueva Izquierda, no discutió el poder de los
hombres sobre "sus" mujeres y muchas veces excluyó a las mismas de los
espacios políticos.

Apuntes feministas desde la óptica del anarquismo organizado


Nota Feminismo Periódico “Voluntad
nº3”

Nos parece oportuno en esta edición especial en el marco del XXXI


Encuentro Nacional de Mujeres delinear algunos aspectos fundamentales
sobre el lugar de la lucha feminista en el marco de nuestra propuesta
política anarquista desde un sentido amplio e integral.
97

Ubicándolos entonces, en el marco de un análisis acerca del sistema de


dominación capitalista actual, que se construye en base a la teoría de la
interdependencia de las esferas política-jurídica-militar, económica,
ideológica-cultural. En este sentido entendemos que las relaciones de
poder se encuentran presentes en todas las relaciones sociales,
impregnando a la sociedad de forma capilar, y de esta manera el poder
penetra en las relaciones cotidianas y en las vidas de todos nosotros/as.

No creemos que se trate de “añadir” el feminismo como algo más, ya que


sería una declamatoria vacía y oportunista. Sino por el contrario
consideramos que la lucha contra la opresión machista es de primer orden
para un proyecto que busca la ruptura revolucionaria contra el sistema de
dominación. En este sentido, el considerar este tipo de dominación, no sólo
implica abordar las problemáticas que se desprenden de allí, sino que
modifica la forma en que entendemos y enfrentamos los otros tipos de
opresión.

En primer lugar, entendemos al feminismo –en nuestro caso el anarco-


feminismo- como una praxis, en permanente construcción. Así,
consideramos que la lucha feminista es altamente valiosa, ya sea desde su
manifestación en las luchas concretas como en la intensa búsqueda de
marcos teórico-conceptuales que permita abordar la opresión.

Creemos pertinente dejar en claro que valoramos los diferentes aportes


teóricos que desde distintas corrientes del feminismo han elaborado. Por
ejemplo, las feministas de la igualdad plantearon sobre la necesidad de
establecer derechos universales en tanto personas, independientemente
del sexo. O cómo la teoría queer, nos advierte a nunca bajar la guardia sobre
los mecanismos de dominación que incluso interfieren en la creación de
conceptos como patriarcado o género (o sexo), viciadas de la lógica
dicotómica (hombre/mujer), imposibilitando o reprimiendo la existencia de
otras formas de experimentar la sexualidad y la construcción de las
identidades.

Sin embargo, a pesar que reconocemos los aportes hechos de gran ayuda
para la militancia cotidiana, debemos distanciarnos de otros planteos de
dichas corrientes, que nos conduce a hablar de anarco-feminismo como
98

parte intrínseca nuestro proyecto. Muchos de esos planteos, en términos


políticos-programáticos tienden a la institucionalización de la lucha
feminista; llevando a planteos de igualdad como el acceso igualitario a los
mecanismo de dominación (aspirar a tener mujeres presidentas,
empresarias, legisladoras, líderes, etc.); lo que evidencia un claro “olvido”
del resto de las múltiples formas de dominación atraviesas la realidad
compleja y que configura la lucha de la clase oprimida por la liberación.
Negamos cualquier estrategia de institucionalización estatal de nuestra
lucha, ya que no sólo no podemos concebir el patriarcado sin el estado y
viceversa, sino que cotidianamente experimentamos cómo el estado ejerce
el poder de dominación machista de manera material y simbólica
(disciplinamiento corporal e identitario, victimización de las mujeres,
proxenetismo, etc). En otros casos, nos apartamos de posturas que llevan a
la inacción o negación de la capacidad de transformación, como si toda
acción organizada posible fuera en definitiva resultado del sistema de
dominación que nos deja siendo funcionales a él.

Nuestra propuesta es la de crear y fortalecer poder popular autogestivo, a


través de la organización, consolidación y superación de la fragmentación
del campo popular. Es en el marco de las organizaciones populares, que la
clase oprimida construye en su resistencia a la dominación, donde
encontramos el sustento de la lucha feminista. E insistimos, no agregando
términos inclusivos y proclamas, sino luchando y reflexionando en código
feminista.

Entendiendo entonces que la respuesta es organizada y popular, es que


para nosotras/os el concepto de patriarcado –y género- son necesarios y
estratégicos, lo que nos lleva a resignificarlo, con todos los recaudos que
requiere para dejar de lado su costado totalizador y dicotomizado. Así,
creemos que el patriarcado es el conjunto de mecanismos que de forma
sistémica condiciona el modo de organización social, en donde, por un lado,
basado en un sistema sexo-género, se establecen relaciones asimétricas de
poder a favor de los varones y, por el otro, se produce el establecimiento
de la heteronormatividad, a través de la represión de la homosexualidad.
99

El valor del concepto patriarcado, como forma de nombrar lo invisibilizado


y de evidenciar su carácter sistémico; así como el valor del concepto de
género para poner de relieve la construcción cultural que encierra este tipo
de opresión, y por tanto, susceptible de transformación, adquiere una
dimensión programática, ya que a partir de éste se pueden articular una
serie de reivindicaciones, por parte de los movimientos populares, en torno
a los efectos o expresiones que la opresión machista tiene en las distintas
esferas del ámbito social.

De esta manera, a partir de la lucha contra la violencia machista y


homofóbica, por el derecho al aborto, por el acceso a la salud sexual y
reproductiva, contra la discriminación salarial de las mujeres, por la
democratización de las tareas domésticas y de cuidado; no sólo nos permite
avanzar, al tiempo que se consolida una fuerza antagónica a la dominante,
sino que permite ir profundizando y develando aquellos mecanismos que
obstaculizan y limitan la capacidad de decidir sobre nuestras vidas y
nuestros cuerpos.

Teniendo en cuenta todo lo expuesto, se nos presenta el desafío de delinear


estrategias concretas para que nuestra militancia social y política promueva
y fortalezca, la lucha contra el patriarcado como parte configurativa del
sistema de dominación actual, contextualizada en nuestro lugar y tiempo.

Primeramente, se plantea la necesidad de establecer, por un lado,


mecanismos garanticen el tratamiento específico de las problemáticas
propias de las opresiones patriarcales, y por otro, que se debe tratar de
transversalizar la mirada de género ya que, como se dijo más arriba, tiene
expresiones en todos los ámbitos de la vida, y no hay acción que sea neutral
al mismo.

Sumado a lo anterior, otro elemento importante a tener en cuenta es cómo


encarar la lucha feminista sobre una tradición de organizaciones sociales-
políticas desarrolladas en función de ciertos ámbitos donde la dominación
se expresa, y que podría llegar a presentar algunas limitantes.
100

Entre la que se destaca, la sectorización1 y que dichas tradiciones encierran


muchas veces lógicas machistas, donde los roles de género han marcado, y
aun marcan en muchos casos, restricciones a la participación de las
mujeres.

Apuntamos desde la FAR a fomentar organizaciones sociales (movimientos


sociales, gremios, sindicatos, centros de estudiantes, etc.) que sean capaces
de abrazar la lucha feminista, no solo desde las reivindicaciones propias de
la temática sino también donde se haga una revisión constante de las
lógicas machistas que atraviesan a las propias organizaciones.

De esta manera buscamos evitar en nuestra práctica una especialización de


la lucha feminista apuntando a revertir la fragmentación existente en el
campo de las luchas sociales, sin generar una jerarquización de las
opresiones que pueda devenir en un abandono del trabajo de base y la
perspectiva de clase.

Entendemos que como militantes debemos aportar a que exista un


equilibrio entre especificidad y transversalización dentro de las
organizaciones de las que somos parte. Es decir, que puedan existir espacios
específicos -traducidos en cambios estructurales formales o no de las
mismas- pero que la mirada feminista pueda atravesar toda la vida de
dichas organizaciones.

A fin de sintetizar en este artículo la propuesta, creemos que existen dos


ejes articuladores que podrían orientar la tarea al corto plazo:

➢ Participación. Este eje es fundamental para toda nuestra estrategia


anarquista, fomentar la participación, como la recuperación de la
capacidad de decidir, como meta y como metodología de las
organizaciones populares. En este marco, la dimensión de género
1
A modo de ejemplo, vemos el trabajo asalariado ha sido un gran eje no sólo ordenador de la vida sino
de también de la resistencia a la opresión capitalista a través de los sindicatos. Éstos tienen una agenda
propia del sector, en donde son aquellas problemáticas de género en relación con el empleo –como ser
la no discriminación salarial a las mujeres- las que son mayormente tomadas; otras como el derecho al
aborto siguen poseyendo cierto sentido de ajenidad al mismo. Algo similar sucede con lo estudiantil. En
contraposición, existe una vasta experiencia de organizaciones sociales, por ejemplo de tipo territorial,
en donde existe cierta diversidad de problemáticas que se abarcan desde allí; y que las reivindicaciones
feministas pueden ser abordadas más ampliamente.
101

nos obliga a pensar cuales son las limitantes para la participación de


las mujeres, o mejor dicho de todas las personas que no encajan en
el estereotipo de varón heterosexual, que el patriarcado refuerza
constantemente. En este sentido, no sólo se deben asegurar
mecanismo formales que garanticen la participación, sino que se
deben revelar y combatir aquellos dispositivos no formales –
invisibles- de carácter machista que obstaculizan la participación; no
sólo en temas referidos a la lucha feminista o “de mujeres”, sino en
toda las actividades de las organizaciones, buscando deconstruir
aquellos roles asignados históricamente. Esto requiere un
acompañamiento activo de dicha promoción con acciones de
formación y reflexión en torno a esta temática. Pero, además,
participar en términos autogestivos, implica que sean/seamos
protagonistas. Que nos reconozcamos como sujetos políticos capaces
de transformar la realidad y transformarnos.
En este contexto, retomamos el concepto de voluntad de E.
Malatesta, como la fuerza “capaz de producir efectos nuevos,
independientes de las leyes mecánicas de la naturaleza, es un
presupuesto necesario para aquellos que sostienen que es posible
reformar la sociedad” para relacionarlo con la aceptación y
celebración que también somos seres deseantes, y que nadie mejor
que nosotras mismas sabemos lo que queremos. Bien era expresado
por las compañeras del periódico La Voz de la Mujer: ”...hemos
decidido levantar nuestra voz en el concierto social y exigir, exigir
decimos, nuestra parte de placeres en el banquete de la vida”.
➢ Construcción de una agenda reivindicativa, que permita visualizar
las problemáticas sectoriales, como expresiones del patriarcado en
distintos ámbitos, así como otras más generales (aborto, violencia
machista, entre otras); buscando enlazar ambos niveles de forma de
ir desenmarañando los mecanismos de dominación existente. La
construcción de esta agenda, creemos debe ir involucrando
paulatinamente a todos los miembros de la organización, tanto en
términos de delineamiento como de la lucha en la calle. De esta
forma, se pretende que las organizaciones se apropien de la agenda
102

de forma cabal y asignándole el lugar de importancia que creemos


debe tener.
103

6. Categorías para el análisis social

Elementos para un análisis social:


TEORIA DE LA INTERDEPENDENCIA, CATEGORIAS Y CONCEPTOS.

Felipe Correa

La teoría de la interdependencia de las esferas:

El último elemento teorico-metodologico a ser discutido es la totalidad y la


interdependencia de las esferas aplicadas al análisis social. Eso fue llamado
la Teoría de la interdependencia de las esferas, desarrollada por la
Federación Anarquista Uruguaya (FAU), a partir de los años 70 y, más
recientemente por Rocha (2009). Esa teoría se adecua al análisis de carácter
sistémico, que involucra a las 3 esferas estructurales de la sociedad:
económica, política/jurídica/militar y cultural/ideológica, definidas por
Rocha (2009ª, p. 285-286) de la siguiente manera:

Esfera económica: La economía esta relacionada “al mundo del trabajo, de


la producción y de la circulación de bienes, productos, riquezas y servicios;
trata sobre las condiciones materiales y aun de los bienes no tangibles en
desarrollo, y la exigencia misma de la sociedad y como se da la distribución
y concentración del producto social”. Se trata de una esfera que envuelve
la producción, distribución y consumo de bienes de una sociedad
determinada; y los medios materiales de existencia de los hombres y
mujeres; los sistemas de intercambio y sus estructuras.

Esfera política/jurídica/militar: La política esta relacionada “ con los niveles


generales de decisión de una sociedad; es el nivel que analiza los partidos,
gobiernos, organismos macro del estado y a las fuerzas sociales organizadas
(grupos, organizaciones, dentro de lo institucional: los partidos políticos –
izquierda o derecha con distintas variaciones, legales o no); el espacio de
las negociaciones y enfrentamientos entre dominantes, entre las clases
oprimidas y los acuerdos” Lo jurídico esta relacionado “al campo jurídico y
directamente al poder judicial; también los fueros , las normas, las
instancias reguladoras que sanciona (los litigios por ej.) Y que pueden definir
penas dentro de la una sociedad.” No se debe confundir necesariamente
con el derecho con la ley, la defensa con el abogado y el acuerdo normativo
(ej. una base estatutaria) con la definición de leyes.” Lo militar esta
relacionado al empleo de la fuerza, de manera sistemática
104

o no, teniendo que ver con todos los niveles represivos, de violencia en la
sociedad y de posible enfrentamiento y opresión física, de las estructuras
de dominación y de liberación/emancipación a través del uso de la fuerza”.

Esfera cultural/ideológica: La cultura esta relacionada con las actitudes,


normas, creencias, mas o menos compartidas por los miembros de una
sociedad. Envuelve conocimientos, arte, moral, costumbres y hábitos, y
posee relación con “las instituciones sociales, la forma de vida en la
sociedad, las existencias familiares, los lazos, los vínculos y las
perspectivas”. La ideología dice respecto a “todo lo que circula en el campo
de las ideas, de las subjetividades, de las connotaciones que no son
materiales, al nivel simbólico y de las representaciones. Es parte de aquello
que seria el inconsciente colectivo y también de lo que trasciende lo
material. Los sentimientos de religiosidad y el mundo de las utopías y de las
aspiraciones del ser humano se encuentran en este nivel. Los contenidos de
los mensajes, la estética y valores contenidos en la comunicación y en a
cultura también están en este nivel”.2
La totalidad sistémica se define por la interdependencia de esas esferas.

No se establecería a priori la determinación de una estructura sobre las


otras.
Esa determinación seria producto de análisis respectivos y no estarían dados
a priori. […]
Seria una estructura global sin predominio prestablecido de una esfera
sobre otra. Ósea, sin determinación que no se interdependencia.
Lo “determinante”, si queremos usar ese termino, seria la matriz que ese
conjunto global […] posee en el actual periodo.
Tomamos distancia así del reduccionismo como del relativismo.
(Rocha, 2009, p. 110-111)

Considerar esas tres esferas interdependientes implica una noción de que


ellas constituyen una totalidad en el que el todo no puede ser resumido a
la suma de sus partes y los cambios en una de esas esfera implica el cambio
en todas; implica también que no hay determinación, obligatoria y

2
La ideología es aquí conceptuada de manera de explicar su papel en la esfera cultural/ideológica en la
teoría de la interdependencia de las esferas; se relaciona así, al campo de las ideas, de las
subjetividades, de lo inmaterial y de lo simbólico. Se distingue, por eso, de la categoría presentada y
discutida adelante, que subsidia la definición de anarquismo, y tiene significado semejante al de
doctrina política, involucrando no solamente ideas, subjetividades, inmaterial y simbólico, si no también
practicas, hechos objetivos y materiales.
105

necesaria, de una esfera en relación a la otra, establecida de antemano. Esa


determinación solo puede ser identificada a partir de análisis de contextos
específico. Las esferas poseen, así, autonomía relativa una en relación a las
otras.
Las relaciones sociales que se dan en las esferas implican un dinamismo, un
cambio permanente en un proceso histórico correspondiente; el sistema no
constituye un organismo en el sentido funcionalista del término, es, por
eso, que ofrece espacio para el cambio y la transformación. Se considera
que la acción humana, mismo que sufriendo influencia de las estructuras
sistémicas, tienen condiciones de modificarlas, sustentando así una noción
de sujeto capaza de intervenir en las relaciones sociales y en la propia
estructura sistémica.
Adoptar estos fundamentos teóricos implica por lo tanto, romper con
algunos presupuestos: de una determinación obligatoria y necesaria de una
esfera sobre otra, adoptada de antemano (determinismo económico,
determinismo cultural etc.); de una primacía de los hechos sobre las ideas
y vice-versa ( es por tanto, la noción clásica de materialismo e idealismo);
de un determinismo necesario y obligatorio de las estructuras sobre la
acción humana y vice-versa ( y por lo tanto de un estructuralismo duro y de
un completo voluntarismo)

Categorías centrales y conceptos accesorios

Las categorías centrales […] son las siguientes:

• Estrategia: Medio mas eficaz para alcanzar objetivos, y, por


consecuencia, un camino, constituido a partir de tácticas, por medio
de la cual se desarrolla la intervención política en conflictos
determinados.
• Fuerza Social: Conglomerado grupal, con intereses colectivos
(generalmente una situación común de clase), que implica cierto
grado de capacidad y de voluntad para actuar en busca de intereses,
y que actúa efectivamente – en la realidad social – en función de esos
intereses.
• Poder: Relación social concreta y dinámica entre diferentes fuerzas
asimétricas, en la cual hay preponderancia de una(s) fuerza(s) en
relación a la otra(s). Se encuentra en todos los niveles y todas las
esferas de la sociedad y forma las bases para el establecimiento de
106

regulaciones, controles, contenidos, normas, sistemas, que poseen


relación directa con la toma de decisiones.
• Dominación: Relación social jerárquica que puede darse en las tres
esferas de la sociedad e institucionalizar que uno decida por otro/s
y/o todos. Explica las desigualdades estructurales, incluye la relación
de mando/obediencia entre dominador/dominado, la alienación del
dominado, entre otros aspectos. Es el fundamento básico de las
relaciones de clase, aunque no puede ser reducida a la dominación
de clase. Su aplicación generalizada implica un sistema de dominio.
• Autogestión: Relación social, antítesis de la dominación, que implica
la participación en los procesos decisorios, proporcionalmente en
cuanto sea afectado por ellos, personal, grupal o colectivamente, en
las tres esferas. Su aplicación generalizada implica un sistema de
autogestión, caracterizado como una sociedad igualitaria/libertaria,
sin clases sociales y sin otro tipo de dominación.
• Clases sociales: Agrupamientos humanos históricos de relativa
homogeneidad entre si, en lo que refiere a aspectos, atributos o
elementos distribuidos desigualmente en una determinada sociedad,
relacionados por la similaridad en la asimetría de distribución de
bienes materiales, inmateriales, en términos cuantitativos y
cualitativos. Siempre ligados a la existencia de otras clases sociales,
relacionado con las desigualdades estructurales, consistentes y
estables, y no las desigualdades no consistentes o circunstanciales.
Son definidas a partir de la dominación.

A continuación se aborda con alguna profundidad, estas categorías y


conceptos accesorios y sus relaciones.

Estrategia

[…] La federación Anarquista de Rio de Janeiro (FarJ) […] define asi a la


estrategia:
107

Podemos definir a la estrategia a partir de la


formulación de respuestas para estas tres
preguntas: 1) Donde estamos? 2) Donde
queremos llegar? 3) Como pensamos salir de
donde estamos para llegar a donde queremos
llegar ? La estrategia es, entonces, la formulación
teórica de un diagnostico de la presente
situación, la concepción de la situación a la que
se desea llegar y de un conjunto de acciones que
tienen por objetivo transformar la presente
situación, haciendo llegar la situación deseada.
[…] Esa línea “macro” (de diagnostico, objetivos
de medio y largo plazo) es llamada estrategia y
los grandes objetivos, son los objetivos
estratégicos. La estrategia, a continuación, es
detallada en una línea mas “micro”, osea, táctica,
que determina los objetivos de corto plazo y las
acciones que son llevadas a la practica por
militantes y grupos de militantes que buscan
alcanzar los objetivos de corto plazo.
Obviamente, el alcance de los objetivos tácticos
debe contribuir a la aproximación, o al alcance,
de los objetivos estratégicos. ( Farj,2009, p. 197-
200)

[…] Según Bonante (2004, p. 431), la estrategia es “la técnica utilizada para
alcanzar un objetivo”, sea ese objetivo “individual o colectivo, privado o
publico, pacifico o belico-militar”. Para Rocha (2009ª, p. 246), la estrategia
es la “ciencia del conflicto”, incluyendo luchas, enfrentamientos, batalla.
Fundamentados en clásicos con Clausewitz y otros teóricos de la estrategia,
Rocha caracteriza a la estrategia como el arte de utilizar esos conflictos para
alcanzar determinados objetivos.
De acuerdo con Bonante y Rocha, la practica política envuelve,
necesariamente, objetivos, y la estrategia constituye por lo tanto, los
medios mas eficaces para esos objetivos sean alcanzados y, por
consecuencia, un camino por medio del cual se desarrolle la intervención
política en conflictos determinados.
108

Bonante (2004, p. 431) considera que la “determinación de la


estrategia” es la “elección de los meios mas eficaces” que hacen que se
alcancen los objetivos establecidos. Clausewitz (2010,p.71) afirma que, en
cualquier estrategia, son los objetivos los que condicionan a las acciones,
osea, los objetivos estratégicos implican una estrategia coherente con ellos
, que se despliegue en tácticas; las tácticas deben aportar para la estrategia
y esta para el objetivo estratégico. Siguiendo a Clausewitz Bonante (2004,
p.432) afirma : “ la estrategia debe estar subordinada a la política, asi la
táctica no puede dejar de estar subordinada a la estrategia”. […]

Fuerza Social

Alfredo Errandonea (1989, p.90- 91) define sistema como un todo


dinamico que constituye a la sociedad, con relaciones e influencias mutuas
entre sus elementos, y estructura como un conjunto de relaciones sociales
estables y concretas presentes en un sistema; tales conceptos permiten
afirmar que la sociedad constituye un sistema con determinada estructura.
La categoría fundamental para la comprensión de como se
estructuran los sistema es la de fuerza social. Para Errandonea,

Una fuerza social es un conglomerado grupal, con intereses


colectivos (generalmente, una situación común de clase),
con cierto grado de capacidad y de voluntad para actuar en
la búsqueda de intereses, que actúa efectivamente, de
manera consiente en función de intereses, lo que le
confiere la condición de factor de proceso social en una
coyuntura especifica. (Errandonea, 1989, p. 118)
Para Fabio Lopez (2001, p.60), la fuerza social es definida como la
energía “aplicada por los agentes en la consecución de sus objetivos en la
sociedad”
Partiendo de las definiciones de Errandonea y Lopez, se puede decir
que una fuerza social se caracteriza por un agrupamiento colectivo real que,
por medio de la capacidad y de la voluntad, a partir de intereses comunes
(que pueden ser clasistas), se dispone a actuar, y de hecho actúa,
convirtiéndose en una energía aplicada por los agentes sociales, de un
momento histórico dado, en un determinado espacio geográfico, en
109

favor de objetivos – dando cuerpo a una acción en alguna de las esferas


estructuradas de la sociedad o en una mas de ellas.
Solo las fuerzas sociales que , en su correlacion entre si, determinan
los elementos estructurales, y la relación entre esos elementos que
constituyen la estructura de un determinado sistema, por medio del vector
resultante del enfrentamiento entre fuerzas.
La categoría fuerza social no puede ser comprendida como un
elemento esencialmente político, ligado a la violencia. Se considera, por la
interdependencia de las esferas, que la fuerza social se constituye y se
desenvuelve en las tre esferas estructuradas de la sociedad, relacionándose
a la producción, la distribución, al consumo, la violencia, la toma de
decisión y la legitimidad.
De acuerdo a Lopez, la capacidad de realización esta en el campo de
la posibilidad, y la fuerza social esta en el campo de la realidad; la primera
puede incidir en la realidad, en el caso de que sea aplicada en el juego de
las fuerzas estructurales, mas no necesariamente incide. Todos los agentes
poseen capacidad de realización, pero no transforman esa capacidad en
fuerza social en la medida en que intervienen en el juego de fuerzas que
caracteriza una estructura social determinada.
Por lo tanto hay solamente dos alternativas de intervención en la
realidad: intervenir por medio de una fuerza social para reforzar el status-
quo o para modificarlo de alguna manera. No intervenir, aunque se tenga
capacidad para ello, significa, obligatoriamente, reforzar la situación dad, el
status-quo, y , asi, la fuerza social preponderante es la relación de poder
establecida, por razones de esos agentes sociales no transformaran su
capacidad en fuerza social.
Partiendo de Errandonea (1989) y Lopez (2001), se pueden definir
algunos conceptos accesorios, ligados a la categoría Fuerza Social:

Sistema Social: Sociedad, orden, statu-quo; una totalidad dinámica,


compuesta de elemento inter-relacionados, que se afectan mutuamente de
manera variable, auto-transformándose constantemente, de manera global
y gradual; vector resultante de las relaciones sociales en juego.
Estructura Social: Configuración del conjunto de relaciones sociales
estables y concretas establecidas por las fuerzas sociales presentes en un
sistema.
Capacidad de realización: Posibilidad de los agentes de causar efectos
en otros, directa o indirectamente; fuerza potencial que puede ser más no
necesariamente es, aplicada en una determinada relación.
110

Agentes sociales: Individuos que viven en sociedad, poseen voluntad,


capacidad de elección y acción. Pueden asociarse colectivamente, por
varios motivos, a partir de bases grupales y/o clasistas.

Poder

Tomas Ibañez (2007ª, p. 43-44) considera posible agrupar las


innumerables definiciones de poder en tres: 1) Aquellas que conceptúan al
poder como capacidad, 2) aquellas que conceptúan al poder como
asimetría en las relaciones de fuerza, y 3) aquellas que conceptúan al poder
como estructura y mecanismos de regulación y control. Se opta, en esta
disertación, por la segunda definición, fundamentada en las concepciones
que conceptúan al poder como asimetría en las relaciones de fuerza.
Esa definición no se contrapone directamente a las otras. Ella
considera que la capacidad puede constituir poder, pero esto no significa,
necesariamente, poder; la definición de poder como capacidad se asimila a
la noción de capacidad de realización definida anteriormente. Se considera,
también, que estructuras y sistemas, así como sus mecanismos de
regulación y control, son siempre resultado de determinada relaciones de
fuerza y, así, de las relaciones de poder resultantes. Definir al poder como
asimetría en las relaciones de fuerza permite conceptuarlo, mas
específicamente, como una relación que se establece en las luchas y
disputas entre diversas fuerzas sociales, cuando una(s) fuerza se impone a
otra/s. Poder y relación de poder funcionan , de esa manera, como
sinónimos.
Ibañez (1982, p. 99-100), al desarrollar lo que el llama “paradigma
estratégico del poder”, contribuye con esa definición al afirmar que: el
poder es una relación social concreta, dinámica y conflictiva entre
diferentes fuerzas asimétricas, en la cual hay preponderancia de una fuerza
en relación a la otra – por eso, la categoría estrategia se torna central; es
relación es, como mínimo, bilateral e involucra aquellos que ejercen el
poder y aquellos que sufren sus efectos – no hay por lo tanto, relación de
poder sin sujetos; el poder emana de las relaciones sociales que se dan en
todas las esferas estructuradas de la sociedad – no se restringe, así, a una
noción jurídica, a un reflejo de la economía , las instituciones y los
soberanos.
111

Participación: Dominación y Autogestión

La participación es establecida por las relaciones de poder.


Errandonea (1989, p. 122) la define como “capacidad de incidencia e
iniciativa propia en las decisiones que afectan a los [agentes sociales],
personal, grupal o colectivamente. Todo tipo de decisiones: en el sentido
mas amplio”. Las decisiones referentes a las tres esferas sociales son
forjadas a partir de distintos niveles de participación, que implican la
constitución de regulaciones, controles y normas.
En el campo de la participación son posibles dos extremos, que,
conforme al grafico ubicado más abajo, funcionan como tipos ideales de
poder: la dominación y la autogestión.

Para Errandonea (1989, p. 63-82), la dominación es una relación


social jerárquica que puede ocurrir en las tres esferas de la sociedad e
institucionalizarse por la cual unos deciden aquello que corresponde a otros
y/o a todos. Ella explica las desigualdades estructurales, incluye a la relación
mando/obediencia entre dominador/dominado, alienación del dominado,
entre otros aspectos. Es el fundamento básico de las relaciones de clase,
aunque no puede ser reducida a la dominación de clase.
De acuerdo con Lopez (2001, p. 122) y Michael Albert (2004, p. 17-
26), la autogestión es una relación social, antítesis de la dominación, que
implica la participación en los procesos decisorios, proporcionalmente a
cuanto se ve afectado por ellos, personal, grupal o colectivamente; las
112

relaciones de autogestión también se dan en las tres esferas sociales. En la


relaciones de autogestión, las decisiones son compartidas, así como las
responsabilidades derivadas, no habiendo monopolio político por parte de
algunos agentes, agrupamientos o clases sociales.
Un sistema en el que predomina la dominación puede ser
caracterizado como un sistema de dominación; un sistema en el que
predomina la autogestión, como un sistema de autogestión. La autogestión,
así constituye una alternativa a la dominación, y el sistema de autogestión
una alternativa al sistema de dominación.
En el limite de la dominación, los agentes sociales no poseen ninguna
capacidad de incidencia ni iniciativa en relación a las decisiones que los
afectan; en el limite de la autogestión ellos tienen la mayor incidencia e
iniciativa posible, participando ampliamente de los procesos decisorios que
les afectan. Los extremos constituidos por la dominación y por la
autogestión demarcan teóricamente, las posibilidades lógicas de los límites
de los procesos de participación. Entre tanto tales extremos solo funcionan
como limites teóricos para pensar situaciones reales y concretas, que, en la
inmensa mayoría de los casos, no se sitúan en los extremos sino en
posiciones intermedias.
Sin embargo esos extremos posibilitan evaluar las relaciones de
poder, y los procesos de participación por ellas establecidos. El aumento y
la disminución de la participación en las decisiones evidencian en que
sentido caminan las relaciones de poder y si ellas se aproximan mas a un
extremo u a otro. Ese modelo también permite evaluar distintas estrategias
políticas que tienen por objetivo intervenir en las relaciones de poder
buscando modificar (aumentar o disminuir) la participación en los procesos
decisorios.
Amedeo Bertolo ( 2005, p. 94), Lopez (2001, p. 84) e Ibañez (2007ª,
p. 45) consideran imprescindible distinguir la categoría poder del concepto
de dominación, según lo trabajado anteriormente. Las relaciones de
dominación son, de acuerdo a como ellos las conciben, subconjuntos de las
relaciones de poder. Lógicamente, hablar de dominación implica hablar de
poder, mas hablar de poder no significa necesariamente hablar de
dominación, ya que esta es un subconjunto de aquella. Para estos autores
se puede hablar de relaciones de poder que no implican dominación.
Los argumentos de Errandonea, Ibañez, Bertolo y Lopez permiten
elaborar dos modelos de poder y sus características principales, que
también son definidos a partir de tipos ideales:
113

1. Poder autogestionario: Autogestión, participación amplia en


las decisiones, agentes no alienados, relaciones no
jerárquicas, sin relaciones de dominación, sin estructura de
clases y explotación.
2. Poder Dominador: Dominación, jerarquía, alienación,
monopolio de las decisiones por una minoría, estructura de
clases y explotación.
Estos modelos de poder se caracterizan, cada uno, por la dominación
y por la autogestión, apartir de una lógica que cuanto mayor la
participación, mas próximo de un tipo ideal de poder
autogestionario, cuanto menor , mas próximos a un tipo ideal de
poder dominador
, como esta graficado mas abajo.

Además de los conceptos de dominación y autogestión, presentados


anteriormente, se puede definir más claramente el concepto accesorio de
participación, también ligado a la categoría poder.
Participación: Establecida por las relaciones de poder, es la capacidad
de incidencia e iniciativa propia en las decisiones que afectan a los agentes
sociales personal, grupal o colectivamente. Posee dos extremos, que
funcionan como tipos ideales de poder: la dominación y la autogestión.
Clases sociales

Errandonea (1989, p. 29-31) afirma que las clases sociales no pueden


ser definidas solo por la explotación, concebida como un resultado de una
relación social económica, en el campo del trabajo, que
114

implica plus-valía. El autor parte del concepto de explotación para concebir


a las clases sociales por medio de un concepto mas amplio, el de
dominación, que abarca al concepto de explotación; la explotación
constituye un tipo de dominación y es uno de los elementos para definir a
las clases sociales.
Para Errandonea (1989, p. 97-98), la dominación es el “fundamento
básico de las relaciones de clase; por lo tanto, de la conformación de las
clases sociales y de su propia estructura de clases en la que ella se da”. El
autor presenta elementos que permiten conceptuar la categoría clase
social, enfatizando que ellas están completamente relacionadas con la
asimetría social, la desigualdad, cuando esta posee una conformación
estructural consistente y estable. Así, las clases sociales son
“agrupamientos humanos de relativa homogeneidad entre si”, de aspectos,
atributos y elementos distribuidos desigualmente en una determinada
sociedad, agregados por las similaridades que dicen respecto de las
desigualdades sociales.
Las clases sociales constituyen categorías históricas, variables
conforme el tiempo, pudiendo aparecer, desempeñar un papel, modificarse
y mismo desaparecer; no pueden por lo tanto, ser definidas, indefinida e
exclusivamente, en torno a la propiedad de los medios de producción, ya
que ella puede no ser un determinante estructural dependiendo del
contexto en el cual se trata.
De manera más general, un sistema de dominación se fundamenta
en una estructura de clase, que incluye clases dominantes y clases
dominadas. Un sistema clasista, de dominación implica por lo menos ambos
conjuntos. En su obra, Errandonea (1989, p. 104-112) conceptúa y tipifica a
las clases sociales a partir del concepto de dominación. El autor detalla las
categorías más globales y generales – clases dominantes y clases dominadas
-, en cuatro tipos de clases sociales: “ clases dominantes, clases medias,
clases dominadas propiamente dichas y marginales – aportando a un
modelo que permite tipificar las clases sociales concretas en distintos
contextos históricos.
Se utiliza en esta disertación, solamente los conceptos mas amplios,
globales y generales: clases dominantes y clases dominadas, los cuales son
definidos, a continuación, conjuntamente con el concepto de explotación
– todos en base a la obra de Errandonea.
Explotación: Relación social económica, en el campo del trabajo entre
capitalistas y trabajadores, en la cual el subproducto del trabajo realizado
(plusvalía) por los trabajadores es apropiado por los capitalistas.
115

No fundamenta completamente la noción de clases sociales y no explica


toda la realidad social; es u tipo de dominación.
Clases dominantes: Clases sociales concretas cuyos miembros
controlan el conjunto de los mecanismos de dominación presentes en una
determinada configuración de relaciones de dominación, resultante de la
combinación especifica de medios en ellas vigentes para ejercerlas.
Conjunto de posiciones sociales que suponen un acceso permanente e
institucionalizado a los mecanismos en relación a los cuales se adoptan
decisiones sociales.
Clases dominadas: Clases sociales concretas cuyos miembros no
controlan el conjunto de los mecanismos de dominación presentes en una
determinada configuración de relaciones de dominación. Se componen de
clases que pueden participar de la instrumentación de la dominación, clases
dominadas propiamente dichas, integradas al sistema e imprescindibles
para su subsistencia, y clases marginales, no integradas al sistema, pero
relevantes para su funcionamiento.

Intereses, conciencia, lucha de clases, cambio y transformación social

Errandonea (1989, p. 130-132) sustenta que los sistemas se


fundamentan en el conflicto social, el cual es definido como “toda relación
social de oposición manifiesta entre actores sociales que se traducen en
acciones concretas orientadas en contraposición mutua”.
Involucra individuos, grupos, clases, independiente de sus posiciones
sociales, además de oposiciones entre fuerzas sociales e intereses distintos,
los conflictos sociales pueden ser clasificados en base a distintos criterios:
identificación de los agentes en contradicción, nivel de violencia o
intensidad, objetivo de los agentes, entre otros. El autor trabaja con cuatro
criterios para esa clasificación: 1) tipo de agentes: de un lado aquellos
conflictos que se dan entre individuos, pequeños grupos u organizaciones
no clasistas, del otro, aquellos que se dan entre fuerzas sociales de origen,
filiación o reclutamiento clasista; 2) Objetivo para con el agente
contradictor: de un lado, los conflictos que proponen la eliminación (
desaparición de la estructura), por otro, aquellos que buscan acceso a
ciertos objetivos para beneficio propio – el primero se llama de lucha y el
segundo de concurrencia 3) Dirección del conflicto: de un lado, los conflictos
horizontales, que no se proponen alterar la estructura de
116

clases del sistema de dominacion, sino mejorar la posición de los agentes


dentro de esa estructura, por otro, los conflictos verticales, que poseen el
objetivo de modificar la estructura y el sistema; 4) institucionalizados y no
institucionalizados: de una lado, los conflictos institucionalizados, que
se dan con la aceptación, por parte de los agentes, de las reglas del juego,
proporcionada por la estructura sistémica, para la solución, por otro, los
conflictos no institucionalizados, que se disponen a utilizar medios que no
son aceptados por el agente contradictor, no habiendo en este caso, una
regulación común a los agentes en conflicto.
Los conflictos sociales pueden ser o no clasistas; dependiendo de la
manera como se conforman, pueden contribuir con el refuerzo de las
relaciones de poder de un sistema de dominación vigente o colocarlas en
jaque:
Los conflictos no-clasistas, la competencia, los
conflictos horizontales y los institucionalizados, no
solo no contradicen el consenso [legitimidad del
sistema de dominacion y de la estructura de
clases], mas se supone que tienden a reforzarlo. Al
contrario, los conflictos entre fuerzas sociales
clasistas, en lucha, los conflictos verticales y no
institucionalizados, en cada caso con variantes que
deben ser consideradas, implican en algún nivel el
cuestionamiento de la legitimidad del sistema de
domincion y de la relación de dominacion concreta
en cuetsion, y tienden a producir – cuando no
envuelven directamente – un cuestionamiento del
consenso del sistema, (Errandonea, 1989, p. 132)

Los conflictos sociales motivan el desarrollo de distintos intereses,


que pueden ser comprendidos y evidenciados en términos individuales,
grupales o clasistas. En los casos de los intereses individuales y grupales,
ellos se asocian al progreso particular, de movilidad de individuo o de grupo,
posibilitado por la estructura de clases. Esos intereses entran en juego por
la creencia en la legitimidad del sistema de dominación o por la búsqueda
de “jugar con las reglas del juego”, apuntando a modificar la posición de los
agentes en la estructura y no al sistema de dominación – no implica, por lo
tanto, el cambio o la transformación del sistema de dominación y de su
estructura de clases como un todo.
117

En el caso de los intereses clasistas, ellos están relacionados a una


clase o conjunto de clase determinado, que comprende que esos intereses
solo puedan ser buscados con eficacia de manera colectiva. Los intereses
de clase pueden estar latentes o manifiestos; en este último caso podemos
hablar de conciencia de clase. Estos no derivan automáticamente de las
posiciones estructúrales de los agentes en la estructura de clase, aunque
sea un factor de relevancia, e incluye posiciones culturales e ideológicas
significativas. Se relacionan directamente con la búsqueda de la satisfacción
de necesidades socialmente percibidas como mininas y con la aspiración
para mejorar su nivel, se relaciona con aquello que se distribuye de manera
desigual en la sociedad.
En un sistema de dominación, que implica una estructura de clases,
muchas veces, “ la tendencia es la percepción de la contraposición”. “Los
dominadores procuran no solo mantener sino aumentar su dominio (y por
lo tanto, reducir la participación de los dominados)”, al mismo tiempo, “los
dominados procuran aumentar su participación (disminuir su condición de
dominados), las cuales son tendencias estructurales contradictorias de los
intereses respectivos”. Cuando los intereses de clase son comprendidos y
demostrados en términos clasistas, cuando se aumenta el nivel de
conciencia de clase, cuando la capacidad y la potencialidad se convierten en
fuerza social concreta, “el conflicto social tiende a converger y convertirse
en conflicto a lucha de clases”, manifestada abierta y conscientemente. La
lucha de clases puede ser, así comprendida, un “conflicto social que
constituye lucha vertical, no- institucionalizada entre fuerzas sociales
clasistas procedentes de tipos de clases opuestas”. Esa lucha de clases
coloca en jaque al sistema, tanto en lo que respecta a la correlación de
fuerzas, como en relación a su legitimidad; diferentemente, los conflictos
no implicados en la lucha de clases (conflictos no clasistas, competición,
conflictos horizontales e institucionalizados) sirven, en gran medida para
legitimar al sistema y su estructura. ( Errandonea, 1989, p. 125; 132-133)
El conflicto social motiva tanto el cambio como la transformación
social. Cuando la estructura de clases de un determinado sistema es
modificada, alterada, hay cambio social en el sistema – cambio cotidiano
que no afectan los aspectos fundamentales del sistema y su identidad
(reformas). Cuando esta estructura es transformada, hay transformación
social de sistema – alteraciones profundas de las bases de las relaciones
sociales de dominación (revolución). La transformación social puede o no
118

ser resultado de diversos cambios sociales; ambos conceptos no están


necesariamente en contradicción.
De esta formulación, se pueden extraer otros conceptos accesorios
relevantes:
Intereses de clase: Intereses generados por lo agentes sociales en
razón de su posición de clase ocupada en la sociedad (sistema y estructura
en que están insertos), aunque haya interferencias culturales e ideológicas
significativas. Pueden estar latentes o manifiestos.
Conciencia de clase: Intereses de clase comprendidos y manifiestos
por determinados agentes sociales.
Lucha de clases: Conflicto social de clase, que puede implicar lucha
vertical (aquella que tiene como objetivo modificar la estructura de clases)
y no-institucionalizadas (aquellas que se dispone a utilizar medios que no
son aceptado por el agente contradictor) entre fuerzas sociales de origen,
filiación o reclutamiento clasista, procedentes de tipos de clases opuestas.
Cambio social: Modificación o alteración cotidiana del sistema que no
afecta sus aspectos fundamentales y su identidad (el modelo de poder) y
que implican medidas de corto plazo, reformas que pueden o no aportar
para un proceso mas amplio de transformación.
Transformación social: Modificación o alteración profunda del
sistema, que afecta sus aspectos fundamentales y su identidad (el modelo
de poder). Puede ser comprendida como revolución y ocurre cuando los
conflictos sociales se tornan lucha de clases abiertas y consientes,
extrapolando las esferas y generalizándose al conjunto de las relaciones
sociales.

ELEMENTOS PARA EL ANALISIS SOCIAL

Sistema, estructura y fuerza social.

Errandonea dice “La vida social esta determinada, de una manera mas
compleja de lo que habitualmente se tiende a creer” (p 127).
El considera que “Cada sociedad es un sistema. Sus partes están
interrelacionadas de tal manera que lo que sucede en una de ellas tiene
repercusión en las partes restantes, claramente en grado variable”
(p. 90). Esa influencia/determinación mutua entre distintos elementos
relacionados constituye un dinamismo, una realidad viva y actuante, que
implica que “las partes, sus relaciones y el todo convive en propia y
constante transformación”. (p.91)
119

El autor define sistema como “ Un todo dinámico, compuesto de elementos


interrelacionados, que se afectan mutuamente de manera variable, auto-
transformándose constantemente, de manera global y gradual”.- Una
categoría que, para el, contiene en si la noción de cambio y transformación
social. (pp. 90/91)
En un sistema, las partes que lo componen se disponen recíprocamente
con sus propios elementos, y en este sentido, cada sistema se constituye a
partir de una estructura. “Mas allá de la abstracción que excluye la
dimensión dinámica, esa disposición de partes, de elementos
estructurales, como se dice, se encuentra en inter –relación y mutua
afectación constante. Por tanto, en alteración y modificación permanente,
en constante fluir dinámico. En realidad, la estructura separada del
cambio, de la dimensión dinámica no existe (…) entonces, toda sociedad
esta estructurada. Pero la conceptualización que haremos de esta
estructuración responderá a los elementos que consideremos relevantes y
de las nociones que elaboremos sobre ellos. Definimos anteriormente –
en un nivel mas general - la estructura social como la conformación de
elementos y sus relaciones mutuas, que resulta de una abstracción de
regularidad empíricamente percibida, considerada relevante en el
contexto escogido. Si hacemos eso, ósea, si rehacemos ese concepto con
los elementos teóricos que para nosotros nos dan cuenta de esa realidad
estructural, deberíamos decir que la estructura social es la configuración
del conjunto de relaciones sociales estables y concretas que implican
dominación y/o participación, presente en un sistema social”.(pp.91/92)
Las definiciones del autor de la categoría sistema – el todo dinámico que
constituye la sociedad con relaciones e influencias mutuas – y de la
categoría estructura – conjunto de relaciones sociales estables y concretas
presentes en un sistema- permite afirmar que la sociedad constituye un
sistema con una determinada estructura. La realidad estructural, es por
tanto, sistémica, varia en cada tiempo y lugar, por razón de sus distintas
relaciones sociales estables y concretas, que constituyen las bases
fundamentales de la estructura y del sistema. Esa realidad generada por
los acontecimientos que envuelven diversos factores, diferentes
circunstancias y condiciones que posee, según errandonea, un papel
fundamental en la acción humana. No solo la acción individual, de algunas
personas o de simples conjuntos de individualidades, sino la acción
colectiva, de todos los grupos, del conjunto de agentes y de sus relaciones
en la sociedad. Buscando profundizar esas nociones de acción humana y
de sus implicancia en las relaciones sociales, errandonea define a la
categoría fuerza social: “Por medio de las fuerzas sociales se expresan las
120

mencionadas incidencias, y debe hacerse la lectura de la historia social del


momento por su acción reciproca. Una fuerza social es un conglomerado
grupal, con intereses colectivos (generalmente una situación común de
clase), con un cierto grado de capacidad y de voluntad para actuar en la
búsqueda de sus intereses, que actúa efectivamente, de manera consiente
en función de sus intereses lo que le confiere la condición de factor en el
proceso social de una coyuntura especifica.” (p.118). Entonces, una fuerza
social se caracteriza, como un agrupamiento colectivo real que, por medio
de sus capacidad y su voluntad, a partir de intereses comunes (que pueden
ser clasistas), se dispone a actuar, y de hecho actúa, convirtiéndose en un
agente, un actor de un momento histórico dado y de un determinado
espacio geográfico- dando cuerpo a una acción en algunas de las esferas
estructurales de la sociedad.
Solo las fuerzas sociales que, en su correlación entre si, determinan los
elementos estructurales y la relación entre esos elementos que constituyen
la estructura de un determinado sistema.
La propia relación entre los elementos estructurales también es
responsable por la determinación de la estructura y del sistema.” En una
situación social históricamente concreta, que constituye un momento de un
proceso, el curso de los acontecimientos depende de la ecuación resultante
de la acción de las fuerzas sociales presentes y actuantes. Ella no es una
"suma ponderada" de las fuerzas sociales existentes, ni siquiera de sus
acciones, sino el 'vector' resultante de sus acciones en las circunstancias,
con toda la compleja configuración - como ingredientes, además de la
presencia – de su voluntad de acción colectiva, de su capacidad de
organización y movilización, de la eficacia de su acción colectiva, de la
adecuación de los medios utilizados , e incluso la posible incidencia de
circunstancias fortuitas y oportunidades que pueden aumentar o disminuir
su eficiencia. Y la presencia, la organicidad, la capacidad, la fuerza y la
eficacia de las fuerzas sociales existentes que operan como determinantes
y condicionantes del tipo de sistema de dominación y su funcionamientos
social.” (pp. 127-128). Así la realidad social es el resultado de la interacción
de las distintas fuerzas sociales en juego, que se mueven dinámicamente y
constituyen resultados – lo que el autor llama “vector resultante” de la
interacción de esas fuerzas- que constituyen estructuras y sistemas, el
conjunto de la realidad social. Por lo tanto la realidad, presente o histórica,
debe ser observada, de acuerdo al autor, a partir del juego de fuerzas, de la
correlación dinámica entre las diferentes fuerzas.
121

En una relación de dominación, se considera que, entre dominadores y


dominados, los primeros poseen mayor fuerza social movilizada y aplicada
en el conflicto y los segundos menos. Un determinado status quo,
constituido a partir de una relación de dominación, hay así dos grades polos
de fuerza – el polo dominante (que por un motivo u otro logra movilizar y
aplicar mayor cantidad de fuerza social en el conflicto) y el polo dominado
(que moviliza y aplica menor fuerza social). La relación de poder establecida
entre polo dominante y polo dominado constituye un status quo, un
“orden”, una estructura determinada, un sistema – si se concibe en
términos macro-sociales. En la búsqueda de un avance cauteloso en
relación a un método de análisis de la realidad que de cuenta de la
correlación entre las fuerzas sociales, Errandonea expresa: “ Para tratar de
comprender los acontecimientos de un determinado momento histórico,
en una situación concreta, y también para tratar de hacer pronósticos con
cierta “probabilidad” de que ocurra, parece necesario partir del diagnostico
del sistema de dominación vigente y su funcionamiento, para en seguida
identificar y situar las fuerzas sociales que operan en una situación. Las
fuerzas sociales conformarían una especie de ecuación, trabada en su
disputa mutua en una situación histórica concreta. En ella, los términos de
esa ecuación se configuran por agregados mesclados o alianzas entre
diversas fuerzas sociales. Luego el análisis de seguir incorporando aquellos
componentes que reducen o aumentan la eficacia de cada fuerza social” [p.
129]. En ese método de análisis de la realidad social, es fundamental, según
el autor, el identificar y analizar la interacción de varias fuerzas sociales
movilizadas y aplicadas por los diferentes agentes en sus relaciones
sociales, de manera de comprender cuales son las relaciones sociales que
se están forjando en las distintas esferas del sistema y cuales son los
agentes involucrados y cual es el papel que representan en su
estructuración. Nótese que la categoría fuerza social es central en el
método de análisis del autor.
Las innumerables fuerzas sociales que dan cuerpo a la estructura del
sistema, cuando operan en la realidad por medio de esas relaciones,
asumen generalmente “conformaciones formales, que se expresan
generalmente por medio de grupos, organizaciones, asociaciones
voluntarias y otras formaciones”. [p. 129- 130] En las distintas esferas de la
sociedad y según las condiciones dadas, esos conjuntos manifiestan mas
visiblemente las fuerzas sociales en juego; en la esfera política, por ejemplo,
diferentes partidos, grupos de presión etc.; en la económica, empresas,
sindicatos etc.; en la cultural/ideológica, empresas de comunicación,
costumbres, moral etc. Errandonea enfatiza que en general
122

muchos de esos actores colectivos tienen “actuación en más de una esfera


con su propia identificación y organicidad”. [p. 130] El método de
errandonea, que encuentra en la correlación de fuerzas sociales el
resultado de la estructura sistémica, implica una comprensión de que
“cualquier realidad concreta es coyuntural” y “lo coyuntural y lo estructural
intervienen como planos sobrepuestos en el cual el primero se desliza de
manera inestable sobre el segundo”. Para el autor, no comprender eso,
equivaliera a “renunciar a comprender la historia cotidiana y concreta”.
[Ibíd.] Así, no se opta por la indeterminación absoluta, ni por la
determinación rígida y mecanicista: “esa determinación es mucho mas
compleja de lo que suponen los esquemas habituales”. Y continua con una
critica a otros métodos de análisis: “nuestras disciplinas están todavía muy
atrasadas metodológicamente y teóricamente para poder resolver
satisfactoriamente las dificultades que esa complejidad nos exige.”[p.129]
Errandonea tiene por intención superar los métodos de análisis que se
fundamentan en esa “determinación rígida y mecanicista” que según él es
un método “ingenuo”. Para ello, no obstante que la noción de
determinación sistémica/estructural de la sociedad sea fundamental, ella
no puede ser considerada a partir de leyes teológicas que se coloquen fuera
del campo de las relaciones sociales, de la estructura y del propio sistema
en cuestión. Su método, según apunta, se distingue del “determinismo
mecanicista y simplista y de diversas formas de cientificismo”, que
transfieren “analógicamente y sin ninguna adecuación alguna el modelo de
las llamadas ciencias naturales – se ese causal, funcional o, algo mas,
elaborado, estocástico- , o del “socialismo científico” marxista-leninista”.
[p.128]
El grafico de abajo sistematiza las categorías sistema, estructura y fuerzas
sociales.
123

Sistema de dominación:

Siguiendo a Errandonea que considera que el “sistema” es un todo dinámico


que implica a la sociedad, con sus relaciones e influencias mutuas, y la
“estructura” es el conjunto de las relaciones sociales estables y concretas,
entre elementos estructurales presentes en un sistema.
Pasando del modelo teórico y relativamente abstracto a casos mas reales y
concretos, el autor complementa su modelo de análisis, conciliando el
poder y la economía, por medio de una categoría dominación, considerada
por el una categoría mas general para explicar las desigualdades
estructurales, para la “explicación de lo social”.
Por tanto introduce la noción de “sistema de dominación”, la cual define
como el “conjunto de mecanismos que corresponden a diversas fuentes y
factores que se combinan en una determinada estructura de clases y al
conjunto que ellas constituyen institucionalmente con la resistencias
participativas en su funcionamiento histórico concreto” [p.89] Los
mecanismos son para el, “elementos estructurales”, cuyo conjunto
compone una estructura social. Ese sistema esta estructurado en bases
clasistas forjadas por mecanismos (elementos estructurales) que envuelven
fuentes y factores que constituyen el resultado de un conflicto entre fuerzas
sociales que interactúan mutuamente.
124

En un sistema de dominación, “la estructura social es una estructura de


clases” [p.92] – las clases sociales y su papel estructural son, según
sostienen, los principales aspectos de esa estructura social esencialmente
clasista. Para Errandonea, las clases sociales, definidas a partir de la
categoría dominación, se constituyen a partir de las desigualdades y
repercuten en efectos de dominación. Ese abordaje clasista de la estructura
social no es el único posible; es posible analizar el sistema social y su
estructura a partir de otras categorías, pero eso no impide al autor sostener
que “en nuestra perspectiva, esta [la estructura clasista del sistema de
dominación] es nuestra herramienta analítica fundamental”. [ibíd.] El
conjunto constituido por las clases y sus relaciones forman la estructura
social.
Así como el sistema de dominación, una estructura de clases puede ser
explicada por la perspectiva del poder (incluyendo a la economía), a partir
de la noción de dominación, aunque “una categoría tan general, que tanto
abarca, por fuerza lógica, se empobrece de contenido como resultado de la
abstracción que supone”. Eso permite afirmar que hay dominación en la
relación entre las clases, pero no toda dominación es dominación de clase.
Además de esto, “el poder en si, por si solo, no es una explicación suficiente
al fenómeno de las clases, pero suficiente en su aspecto mas general”; y que
"es un gran 'continente' de informes sobre el fenómeno de las clases, pero
debe tener "contenidos" en el que efectivamente se funde la dominación”.
[p.87] Ósea, si la dominación es una categoría amplia que puede auxiliar la
comprensión de las estructuras de clase, ella necesita de contenidos mas
específicos que permitan una explicación mas pormenorizada de esa
estructura.
A cada estructura corresponden distintas relaciones de dominación de
clase, diferentes mecanismos y factores que implican relaciones
económicas y no económicas y que varían, combinándose y jerarquizándose
de diversas maneras – recuérdese que en este método no se considera
obligatoria y valida en todos los casos la determinación económica sobre
otras esferas. “la dominación se constituye y se ejerce por medio de
diferentes mecanismos. Ellos establecen, a su vez, el modo de
conformación de las asimetrías que constituyen la dominación y la
explicación especifica de la forma asumida en una situación y en un sistema
dado. Esos mecanismos son generalmente varios, están jerarquizados y
entrelazados mutuamente en cada combinación peculiar. Constituyen una
ecuación concreta de un sistema de dominación determinado. En cada uno
de ellos corresponde un factor, a una categoría (explotación, coacción,
poder político, alienación cultural). Cada sociedad
125

puede ser caracterizada por la combinación de ellos, la cual debe dar cuenta
de sus características diferenciales de ese sistema de dominación y de su
estructura de clases.” [p. 89-90]
Así, la estructura social constituye la resultante de las relaciones entre
distintos mecanismos, que implican dominaciones en la esfera económica,
pero también en otras esferas estructuradas de la sociedad. Cada
combinación particular implica, para el autor, que, las distintas situaciones,
la resultante sea distinta por razón de las múltiples determinaciones. La
estructura social de un sistema de dominación puede ser de diferentes tipos
y operar por diversos medios. Hay distinto modos de dominación que
pueden derivar de la explotación, alienación cultural, control político-
burocrático etc. “Difícilmente una relación estructural de dominación en el
nivel de una sociedad global” se base “exclusivamente en una de ellas”. “Tal
relación se explica por una combinación especifica” de esos mecanismos,
habiendo siempre preponderancia de uno o mas de ellos en la relación.
[p.88]
Con respecto a la relación entre las clases sociales, esa resultante
estructural y resultado de la interacción dinámica de diferentes fuerzas
sociales movilizadas y aplicadas por las clases sociales en conflicto, un
contexto de preponderancia de las fuerzas sociales de las clases dominantes
en relación a las fuerzas de las clases dominadas. Esa estructura implica en
ese sentido, una superación de la resistencia establecida por las fuerzas
sociales de las clases dominadas, las cuales pueden o no tener un proyecto
de participación como contrapunto a la dominación. El dinamismo
caracteriza toda estructura social, ya que la estructura de clases y de las
relaciones de dominación varía según tiempo y lugar. Ese dinamismo
implica que, en la mayoría de los casos, una estructura social no pueda ser
explicada por un mecanismo o factor; distintas combinaciones y diversos
mecanismos/factores constituyen, en cada sociedad, distintas relaciones de
dominación y diversas estructuras de clase. Así una estructura social puede
ser explicada de varias maneras, en base a la resultante de la interacción
que en ellas y en entre ellas fueron establecidas.
Las relaciones sociales que constituyen la base de la estructura social
generalmente se estructuran institucionalmente, formalizando esas
relaciones en instituciones que son, al mismo tiempo, causa y consecuencia
de esas relaciones; son estructuradas por ellas y poseen capacidad de
estructurar.
Ese gran “continente” de dominación, como se refiere el autor, permite
identificar “contenidos” en cada tipo de sistema de dominación. “Las
126

relaciones de dominación constituyen la red de una sociedad clasista de una


estructura de clase; y, en general, de ella da cuenta. Pero, como dijimos
anteriormente, las relaciones de dominación operan por medio de un
conjunto de mecanismos que constituyen el aparato de dominación del
sistema. Ese aparato, ese conjunto de mecanismos resultan de la
combinación específica de diversos factores y medio de dominar que
denominaremos tipos de dominación: explotación, coacción física, poder
político etc. Cada uno de ellos constituye medios porque son maneras de
ejercer la dominación, y el acceso a cada uno de los cuales permite alcanzar
la dominación o su ejercicio. Y también son factores porque por medio de
ellos es que se genera o establece la relación de dominación. No
necesariamente medios y factores son los mismos para una situación
específica: la dominación puede ser explicada fundamentalmente por un
factor y en el acontecer de su ejercicio se da principalmente por otro medio.
Pero la tendencia es la coincidencia, la consistencia para una situación dada.
[…] Todas son maneras de operar de la dominación, todas constituyen
relaciones de dominación, todas son dominación. Es lógico que los
mecanismos que las implementan responden a factores que las sustentan-
2 [p.93]
Definiendo mejor los términos empleados, Errandonea afirma que el
sistema de dominación es formado por una estructura de clases y opera por
un conjunto de mecanismos (un aparato de dominación de un determinado
sistema) que el resultado de diferentes factores y medio de dominación
(tipo de dominación). Factores y medios son categorías abiertas e
históricamente contingentes cuyas combinaciones varían. “A cada forma
especifica de combinar los diversos tipos de dominación en una
determinada configuración de relaciones de dominación, llamamos
ecuación posible de factores o medios de modos de dominación.”[p.94]
Modos que consisten en una manera especifica de combinación
jerarquizando y ligando los distintos mecanismos, los diferentes tipos de
dominación. Los “sistemas sociales de dominación en el que prevalece un
determinado modo de dominación constituye en conjunto un tipo de
sistema de dominación [ibíd.]
Errandonea realiza un raciocinio inicial de algunos tipos de dominación
principal, que pueden ser reconocidos, en términos históricos, mas
evidente. [p.95-96] 1. Explotación: Ya trabajada anteriormente la
explotación prevalece en las “sociedades con economía de mercado y su
papel de determinante casi exclusiva en el capitalismo del tipo del siglo XIX
europeo” Hay otros tipos de dominación económica menos comunes que
la explotación. 2. Coacción física: Tipo de dominación mas antiguo
127

históricamente, constituye la ultima instancia en todos los sistemas de


dominación”. Su utilización es mucho mas desgastante, tiene un alto costo
para el poder vigente, no se setenta en el tiempo como fundamento único
del sistema. “Los aparatos policial-represivo y las organizaciones militares
modernas son sus manifestaciones actuales” 3.Politico-burocratico: Se
constituye por el monopolio de la toma de decisiones que afectan a la
sociedad de manera general, generalmente por medio de gobiernos y
sistemas políticos de estado. En el capitalismo del siglo XX este tipo de
dominación gana relevancia, prevaleciendo en regímenes nazi-fascistas, en
el “socialismo” soviético y en algunas “democracias populares”. Las
democracias liberales del mundo capitalista operan menos evidentemente,
por mecanismos que se presentan como igualitarios y libres,
fundamentados en reglas objetivas que posibilitan el acceso a distintos
grupos a estructuras de poder – elecciones, sufragio universal, parlamentos
etc.- que confieren a este tipo de dominación cierta legitimidad. Las
ventajas para las clases dominantes se dan “en la propia desigualdad de las
estructuras de clase del sistema de dominación y en los propios
mecanismos de el aparato partidocaratico. Este tipo de dominación fue
fundamental para el desenvolvimiento del capitalismo; en relación a él, la
teórica clásica marxista enfrenta significativas dificultades explicativas. Hay
ciertamente, de acuerdo al autor, otros tipos d e dominación: “cultural-
alienadora, religiosa-clerocratica, propaganda y manipulación de la
información etc.” Que según el tienen una relevancia de segundo orden en
los sistemas históricos mas conocidos, no obstante que también tengan su
importancia. El acredita que los tipos de dominación presentados “figuran
mas frecuentemente entre los mas importantes de los principales tipos de
sistema de dominación” [p.97]
El grafico de abajo sistematiza las categorías sistema de dominación,
estructura social y mecanismos/factores.
128

Dominación y clases sociales

Errandonea afirma que la dominación es el “fundamento básico de las


relaciones de clase; por lo tanto, de la conformación de las clases sociales y
de la propia estructura de clase en que ella se da” [p.97]. Inicia una
argumentación aportando elementos que permiten conceptuar la categoría
clase social, enfatizando que ella esta completamente relacionada con la
asimetría social, la desigualdad, cuando esta posee una conformación
estructural, consistente y estable. En este sentido, las clases sociales son
“agrupamientos humanos de relativa homogeneidad entre si”, de aspectos,
atributos o elementos distribuidos desigualmente en una determinada
sociedad, agregado por las similitudes que guardan relación con las
desigualdades sociales. Entendiendo de esa manera “el concepto de clase
es relativo a la existencia de otras clases”. [p. 98] “La sociedad asume una
estructura de clases sociales cuando la distribución de aquello que en ella
existe es desigual. Claramente, no nos estamos refiriendo exclusivamente a
los bienes y recursos materiales. Nos referimos también a ellos esta claro;
pero no solo en términos cuantitativos, si no también en términos
cualitativos (no solamente cuantos, si no que tipo de bienes; no solamente
cuanto es el sueldo, sino para que profesión, para que tipo de tarea o
servicio cuando se trata de salario; etc.) Pero la referencia es más amplia.
Todo lo que se distribuye desigualmente: acceso diferencial o exposición a
los medios de coacción, poder político, prestigio social, etc. (también aquí
en términos cuantitativos y cualitativos).” [ibíd.] Las clases sociales están
relacionadas a todo lo que se distribuye desigualmente en la sociedad y
alas coincidencias en las distintas asimetrías. En relación a diferentes
elementos, hay “privilegiados y desposeídos “en su conjunto, pudiendo
haber situaciones mas o menos intermedias. Las clases sociales no se
establecen por “desigualdades no consistentes “o “desigualdades
circunstanciales”; se trata de “desigualdades consistentes, estables,
institucionalizadas, resistentes. De tal manera que unas refuerzan a otras:
son efectivamente estructurales” [p.98-99]
El sistema de dominación se establece sobre relaciones sociales asimétricas
y dispone de elementos y partes relevantes para ese ordenamiento,
constituido por “grandes agrupamientos o estratos que resultan de
diferentes papeles y funciones cualitativas posibles en las relaciones de
dominación”. [ibíd.]
Hay conjuntos humanos que poseen papeles y funciones destacadas en los
mecanismos que determinan a el sistema de dominación y esos conjuntos
constituyen las clases sociales.” La conformación de esos conjuntos
129

humanos distribuidos en papeles en las relaciones de dominación – las


clases sociales -, en su conjunto, constituyen la estructura de clase de la
sociedad”, la cual esta compuesta de “tipos de clases, ósea, que cada uno
de esos tipos aglutina un conjunto de clases sociales concretas que
desempeñan ese papel en la estructura de clases”. [p.100] En este sentido,
las clases sociales concretas “son conjuntos humanos cuyos miembros
tienen en común ciertos atributos adecuados, que los habilitan para la
inserción en el desempeño del papel respectivo” [Ibíd.] Así concebidas, las
clases sociales constituyen categorías históricas, variables conforme al
tiempo, pudiendo aparecer, desempeñar un papel, modificarse y al mismo
tiempo desaparecer. Los tipos de clases constituyen “papeles, posiciones
que – básicamente- subsisten en cuanto dura el sistema de dominación
clasista de cuya estructura forman parte”.
En este sentido, Errandonea entiende que es necesario “distinguir tipos de
clase cualificadas como tal por el papel que desempeñan en la estructura
de clases, y las clases sociales concretas e históricas, que desempeñaban
uno o (sucesivamente) vario de esos papeles”. [Ibíd.] La definición
descriptiva sobre las clases sociales anteriormente realizada no habla de las
clases sociales concretas; la definición de tipo de clases sociales posee un
grado mayor de abstracción y exige una teoría que de cuenta de una
realidad determinada, especifica en cuestión. “En cada tipo de clase puede
aparecer – normalmente aparecen – mas de una clase social concreta”
afirma el autor. Cada una de esas clases sociales concretas se define como
tal por las “características concretas que ella asume en la percepción de sus
peculiaridades en cuanto distribución societaria desigual […], en su
condición de fenómeno histórico y singular.” [p.101] Hablar de tipos de
clase exige reflexionar sobre los papeles y funciones que cada uno e esos
tipos desempeña en la estructura de clases; al mismo tiempo, hablar de
clases sociales concretas exige hacer una reflexión sobre el conjunto de los
“atributos que conforman ese conglomerado llamado clase […] y que
conducen ese conjunto al desempeño de alguno de los dos papeles posibles
en la estructura de clase, a su inserción en ella en un tipo de clase.” [ibíd.]
Por es la necesidad de distinción de las dos categorías. Se puede así definir
los tipos de clases sociales como “aquellas clases o conjuntos de clases
sociales concretas, cuyos miembros desempeñan a un papel similar en las
relaciones de dominación”. [p.102]
De manera general, se puede decir que un sistema de dominación se
fundamenta en una estructura social clasista que envuelve clases
dominantes y clases dominadas. “un sistema clasista, un sistema de
dominación”, afirma Errandonea, “requiere por lo menos, universalmente,
130

amabas categorías”. No obstante, ellas no son suficientes para “abarcar los


posibles papeles que – también de manera genérica – las clases sociales
concretas pueden desempeñar en un sistema de dominación” Para dar
cuenta de los distintos papeles y funciones es necesario “desdoblar y
separar” las clases dominantes de las dominadas, de manera que se torne
posible llegar a categorías operacionales que permitan comprender la
realidad social. [Ibíd.]
El autor distingue cuatro papeles en las relaciones de dominación: “a)El
ejercicio – la titularidad – de la dominación; b) La participación en la
instrumentación de la dominación ( y, como luego veremos, la competencia
para acceder al citado ejercicio); c) La situación de dominados, integrados
al sistema de manera necesaria para su subsistencia; d) la situación de los
dominados no-integrados (relativamente poco integrados, que no son
esenciales para la existencia del sistema).”[Ibíd.]
A partir de estos cuatro papeles, se deduce que en un sistema de
dominación clasista hay papeles evidentemente dominadores (a) y
dominados (c), y otros (b,d) que constituyen parte del sistema, pero que no
coinciden plenamente en todos los sistemas sociales y pueden o no estar
presentes, aunque normalmente lo estén. Eso no significa entretanto, “que
haya socialmente una situación intermedia entre el papel de dominador y
dominado, con una lógica propia”. [p.103]
El sistema de dominación tiende a desarrollar una “segregación parcial de
cierto segmento de las clases dominadas para instrumentar su dominación”
[Ibíd.], dando a ella (b), a cambio, parcelas de autoridad de dominación y de
acceso a gratificaciones diferenciadas – un proceso que tiende a estimular
la movilidad individual para el asenso social. No obstante, Errandonea
afirma que no hay posibilidad real de abstenerse y de ser excluido de un
sistema de dominación:”aquellos que lo integran, están sometidos a el”
[Ibíd.], inclusive agentes que auxilian a la dominación (b). Puede haber
también agentes poco integrados o cuasi excluidos – casos en que la
asimetría y la sumisión son mayores (d). Para el autor, las categoría “b”, “c”
y “d” son de dominados, fundamentalmente por la dinámica global del
sistema. Aunque Errandonea afirme que son esos cuatro papeles comunes
en distintos sistemas de dominación, el avisa que las exigencia de los tres
papeles que componen las clases dominadas (b, c, d) no son inexorables.
Un sistema puede funcionar solamente con las categorías “a” y “c”. Los
cuatro papeles en las relaciones de dominación definidos por el autor da
cuerpo a lo que el llama los cuatro “tipos de clases” fundamentales: “clases
131

dominantes (papel a), clases medias (papel b), clases dominadas


propiamente dichas (papel c) y marginales (papel d) [p. 104]- lo que esta
representado en el grafico siguiente.

Los tipos de clases sociales

Errandonea presenta, conforme lo descripto arriba, cuatro tipos de clases


sociales, las cuales discute con algún detalle.
Las clases dominantes, define, se constituyen en “clases sociales concretas
cuyos miembros controlan el conjunto de los mecanismos de dominación
presentes en una determinad configuración de relaciones de dominación,
resultante de la combinación especifica de medios en ellas vigentes para
ejercerlas”. Así, son “el conjunto de posiciones sociales que suponen un
acceso permanente e institucionalizado a los mecanismos en relación a los
cuales se adoptan decisiones sociales”. [p. 105] Las clases dominantes
ejercen la dominación sobre otras clases de la sociedad, tanto en las
relaciones políticas (que involucran la dominación político-burocrática)
como en otras esferas de la sociedad, como la económica, que implica
decisiones fundamentales. Esas clases “disponen de medios que les
permiten defender, mantener y hasta aumentar sus privilegios”, lo que en
realidad es su aspecto mas relevante. Las clases dominantes son por lo
tanto, “aquellos tipo de clases sociales concretas cuyos miembros
monopolizan el control básico sobre el aparato de dominación propio de
modo vigente y prevaleciente en el sistema de dominación del cual se
trata”. [p.106]
132

Las clases medias, afirma, constituyen parte del conjunto de las clases
dominadas, en sentido amplio, aunque se diferencien significativamente de
otros tipos de clases por razón de acceso, que es bastante limitado, a ciertos
mecanismos de dominación que le posibilita instrumentar la dominación y
recibir algunos privilegios. Ese estrato constituye un tipo de “escalera” o
“puente” de acceso para la movilidad social vertical y por eso se caracteriza
por las aspiraciones de ascenso generadas por la presencia en ese campo
de “reclutamiento para la reposición y renovación de las clases
dominantes”. [Ibíd.] Por otro lado, ese estrato también genera líderes
potenciales para movilizaciones contrarias a las clases dominantes. Se
constituye, por lo tanto, como un estrato que puede al mismo tiempo,
permitir la movilidad individual o dar fuerza al cambio social colectivos.
Además de eso, ese estrato también presenta personas que eran parte de
las clases dominantes y que perdieron tal posición. Es por esa
heterogeneidad de las clases medias, que sea difícil de caracterizarlas y
conceptuarlas; para el autor, la solución teórica involucra “asumir la
complejidad real y comprender que las estructuras de clase con ciertos
grados de movilidad social y de complejidad poseen sus bisagras en esos
estratos intermedios”, cumpliendo mas de un papel. [p107] Las clases
medias “pueden ser definidas por su papel en la instrumentación de la
dominación y como campo de renovación y reclutamiento de la clase
dominante” [p.108] Cuanto mas compleja fuese la sociedad, se afirma, mas
numerosas y heterogéneas serán las clases, dificultando el trabajo teórico
de análisis. Además de esto, esa heterogeneidad no permite afirmar la
inexistencia de elementos comunes: ellos son las clases con menos
conciencia de su condición social, tiende a asumir modelos de conducta que
las aproxima a la de las clases dominantes - las cuales aspiran a integrar -,
poseen horror a la posibilidad de decaer a estratos mas bajos, buscando
afirmarse por símbolos de status y evidenciar la distancia que los separa de
esos estratos.
Las clases dominadas propiamente dichas son “un conjunto – generalmente
muchos mas numeroso [en relación al conjunto de clases dominadas] – de
aquellas posiciones sociales caracterizadas por su subordinación,
integradas al sistema y esenciales para su supervivencia” [Ibíd.] Ellas son las
dominadas, ya que no poseen acceso a los mecanismos de dominación y el
hecho de ser estratégicas al sistema les ofrece a ellas grandes capacidades
de potencial transformador. Son las clases “que realmente producen los
bienes y servicios que la sociedad produce y acumula” y “sin su presencia
no hay dominación posible”. [P.109] Ese estrato posee dos características
fundamentales: una también ligada al
133

acceso y a la movilidad individual para estratos mas elevados, aunque sea


considerado mas difícil que en las clases medias, y otra que la posibilidad
de desarrollo de estrategias, y acción y culturas clasistas, en mayor medida
que en otras clases dominadas. Entretanto Errandonea advierte: “la historia
de las clases dominadas en el capitalismo evidencia el acontecimiento de
variantes suficientes para prevenirnos contra la tentación de formulaciones
muy cerradas en este nivel” [p.110] el siglo XX, según afirma, habría
modificado significativamente las relaciones de dominación y el propio
proletariado poseería mucho más que perder que sus cadenas. El autor
apunta que, en términos teóricos, la sumisión de los dominados adquiere la
dimensión implicada por su condición de clase se fuesen tenidos en cuenta
los siguientes aspectos: “ exclusión de la participación, alienación cultural,
apropiación de su tiempo, manipulación de la información, represión de
hecho y efectiva a la disidencia, utilización de acceso a al salud, a ala
educación a la asistencia, etc., además del grado de acceso unidimensional
al confort (Marcuse), entre otros”[p.111] En fin Errandonea define:
“entendemos por clases dominadas propiamente dichas al conjunto de
clases sociales concretas cuyos miembros integran ala sistema de
dominación – y son esenciales a el – en la condición de dominados”. [P.111-
112]
Los marginales son “Conjunto sociales de clases dominadas (en el sentido
amplio) caracterizados por grados relativos menores de integración y
participación, cuya presencia no es esencial para la subsistencia del
sistema”. [p.112] Esas clases están menos integradas y participan en menor
mediad del sistema de dominación, y por esto poseen menor grado de
acceso a la satisfacción de necesidades; o acceso residual a ellas o menor
que otras clases. “Los marginales de una sociedad no alcanzan el nivel de
satisfacción de necesidades socialmente percibió o considerado mínimo en
ella.” [Ibíd.] Los marginales por mas que estén presentes en el mismo
espacio social en que se producen las relaciones de dominación poseen una
peculiaridad en esa relaciones: “Subordinación no-integrada relativamente
o no esencial al sistema” [Ibíd.] la cual puede asumir distintas variables en
términos de funcionalidad o disfuncionalidad para el sistema involucrando
“ejercito industrial de reserva”, “disponibilidad política”, “potencial
desestabilizador” etc., puede ser su presencia mayor o menor desde que no
amenace los fundamentos del sistema de dominación. Las sociedades mas
urbanizadas, los marginales vienen siendo distanciados espacialmente de
los centros de poder, viviendo en favelas, ocupaciones y desarrollando
culturas propias; en medios rurales se caracterizan por el aislamiento de la
sociedad global.
134
135

Clases sociales concretas

Para Errandonea las clases sociales concretas involucran manifestaciones


históricas, geográficas y singulares de la realidad descripta. Como figura en
el grafico presentado anteriormente, esas clases pueden ser clasificadas en
tipos, papeles, funciones y categorías más globales y universales. Las clases
siempre presentan dos características: la bilateralidad y la concreción
relacional; se establecen en relaciones sociales concretas y asimétricas.
“esa relación social concreta y asimétrica se debe a algo, resulta de cierto
factor o factores u opera por determinado medio o medios; generalmente
factores-medios.” [p. 115] No obstante que esa relación sea singular o
combine varios factores-medios, la determinación de esa asimetría es
siempre especifica. “Cada relación de dominación tiene una determinación
especifica, que da cuenta de ella concretamente. Otras relaciones de
dominación tienen otras determinaciones también especificas” [Ibid.] Esas
determinaciones pueden darse en relaciones económicas, políticas,
culturales, involucrar explotación, coacción, alienación etc., o mismo una
combinación de ellas, que es lo mas frecuente.
La conformación histórica, geográfica y singular de las clases sociales
concretas , por el método de análisis de Errandonea, como se vio, no se da
solamente por relación del determinismo estructural, infra- estructural;
cuenta significativamente para esa conformación “ las circunstancias
resultantes de la actuación de los hombres y de los grupos sociales
involucrados, de la conformación de fuerzas sociales que resulten de esa
actuación, y dela correlación de fuerzas resultantes”.[Ibid] En ese sentido,
las fuerzas sociales se tornan elementos fundamentales para la
comprensión de las relaciones de dominación de clase.
El autor avanza asi para conceptuar las clases sociales concretas que
son, así, definidas como “ el conjunto de personas que tienen una situación
relativamente igualitaria en todo aquello que se distribuye desigualmente
en la sociedad, y, por eso, se sitúan en una posición similar en las relaciones
concretas de dominación con idéntica determinación especifica”.[p.116]
Esa “igualdad relativa frente a las desigualdades sociales estables” esta
relacionada a cada contexto social determinado y, por tanto, las
“circunstancias de la sociedad que se trata y de las condiciones que ella
asume en términos de producción, gobierno, y organización social en
general”. [Ibid] “Señores, esclavos, señores feudales, siervos, burgueses,
proletarios, campesinos, latifundarios, tecnoburocratas, etc. Son clases
sociales concretas, históricamente
136

singulares. Son producidas por determinados sistemas de dominación en


los cuales ellas cumplen ciertos papeles y funciones, según las condiciones
y circunstancias se reproducen. Pero la propia dinámica de la sociedad lleva
a esas clases a ser substituidas históricamente, transformadas y a
desaparecer. Todo lo que define el status teórico de la noción. A partir de
la ecuación peculiar y diferencial ‘acceso – no acceso’ ( cuantitativo y
cualitativo) que caracteriza y define una clase social concreta, resultan los
atributos para su inserción en la estructura de clases; esos atributos pueden
ser definidos por esa ecuación. Para decirlo de otra manera; en una relación
social concreta de dominación, sus términos y los sujetos, que ocupan las
posiciones a partir de las cuales se involucran en la relación, están por ella
integrados a la sociedad con condiciones determinantes – geográficas,
históricas, de circunstancias – la sociedad le da a ellos su especificidad”
[Ibid]
De esta manera, la teoría de Errandonea establece las líneas
generales para que se pueda determinar las clases sociales concretas de
cada sociedad. Para eso, es evidente que rechaza los esquemas que
desconsideran la historia, la geografía y la coyuntura en la discusión de las
clases sociales. A partir de la ecuación colocada se puede, en cada sociedad,
establecer una estratificación determinada
y llegar las clases sociales concretas y las propias relaciones existentes
entre ellas.
137

Conflicto social, lucha de clases y cambio social

De acuerdo a lo afirmado, para Errandonea la “contrapartida de la


dominación es la participación, que constituye su limite”. “ El limite”,
afirma, “la participación máxima generalizada que consiga substituir
totalmente la dominación, que la reduzca a la inexistencia, implicaría una
sociedad igualitaria”.[p. 122] El autor define la participación “como la
capacidad de incidencia e iniciativa propia en las decisiones que los afectan,
personal, grupal o colectivamente”. Eso dice respecto a “todo tipo de
decisiones: en el sentido amplio. El concepto tiene todo el sentido
abarcativo de la propia dominación: y su opuesto”. [Ibid] La
institucionalización del poder se constituye a partir de su dos variables: la
dominación y la participación; por medio de un proceso dinámico, los
sistemas de dominación concilian relaciones de dominación
preponderantes, y, la mayoría de las veces, algún nivel de participación,
fundamental para que el sistema tenga legitimidad.
El autor sustenta que “cada situación de clase corresponde a un
cierto conjunto de intereses que podemos denominar ‘intereses de clase’ “,
los cuales pueden o no ser percibidos como tales o ser considerados
voluntades estrictamente individuales o grupales. Esos intereses se dividen
en dos: “a) la satisfacción de las necesidades socialmente percibidas como
mínimas” y b) la aspiración para mejorar el nivel de ellas”. [pp. 123-124] Las
necesidades son consideradas ampliamente en ambos casis y, en el
segundo, incluye el acceso a situaciones de clases superiores a aquella en la
que se esta inserto. Por encima del teórico nivel absolutamente mínimo de
necesidades de una persona, hay siempre un nivel socialmente percibido
como mínimo, que varia histórica y geográficamente y también entre las
propias clases sociales. El autor considera necesario diferenciar ese nivel
mínimo socialmente percibido de las aspiraciones; estas constituyen, para
ello, el deseo de superar el nivel poseído, sea cual fuese ese – en este
sentido, las aspiraciones deben ser comprendidas como “tendencias
volitivas de superar el nivel poseído de satisfacción de las necesidades y de
aquello socialmente percibido como mínimo”. [Ibid] Entre las aspiraciones,
se incluye la mayor de ellas: la de ascender a los niveles de satisfacción de
las clases superiores, o sea, el ascenso de clase. No obstante que el nivel de
necesidades socialmente percibido como mínimo y las aspiraciones sean
variables y dinámicas, se puede decir que hay un movimiento constante:
todos los miembros de una sociedad tienen aspiraciones y, en el momento
en que ellas se concretizan y se establecen, siendo percibidas como
necesidades mínimas,
138

es natural que se desarrollen otras aspiraciones. Aunque que se pueda


percibir los intereses de clase como concepciones individuales, Errandonea
afirma: “su desarrollo es cultural y su internalización es social y de clase”.
[p. 125] Eso significa afirmar que, no obstante que los intereses no sean
completamente determinados por la posición de los agentes (sistema y
estructura en que están insertos socialmente), mismo que esos intereses
puedan ser alterados cultural e ideológicamente, ellos poseen su
significativa influencia. Así, la posición de los agentes en una determinada
estructura de clases y en un sistema de dominación posee una
determinación significativa de sus intereses; hay, por tanto, intereses de
clase, aunque ellos puedan ser latentes o manifiestos, caso en que se podría
llamarlos conciencia de clase.
El aumento de la satisfacción de las necesidades – tanto de las
percibidas como mínimas como las que incluyen aspiraciones – es posible
por medio del crecimiento de aquellos que esta distribuido socialmente; el
hecho de que los intereses se ubiquen como compatibles o contrapuestos
dependerá de la satisfacción de esas necesidades. En un sistema de
dominación, que implica una estructura de clases, incluyendo desigualdad
en las relaciones de poder, el autor afirma que “la tendencia es a la
percepción de la contraposición. Por lo tanto, el sistema de dominación en
funcionamiento supone la presencia activa y contrapuesta de intereses
sociales de clase de sus miembros. Los actores participan del conflicto que
esa contraposición supone. Con diferentes grados de aceptación, de
contraposición, y de representación que pueda ubicarse sobre ella.” [Ibid]
Ese desarrollo social de los intereses existe , independientemente de si son
comprendidos o demostrados en términos individuales, grupales o
clasistas. En los dos primeros casos (intereses comprendidos y demostrados
en términos individuales y grupales),ellos se asocian al progreso particular,
de movilidad del individuo o grupo, posibilitado por la estructura de clases.
Esos intereses entran en juego por la creencia en la legitimidad del sistema
de dominación o por la búsqueda de “jugar con las reglas del juego”,
buscando modificar la posición de los agentes en la estructura y en el
sistema de dominación – no incluye por lo tanto la modificación del sistema
de dominación y de su estructura de clases como un todo. En el tercer caso
(intereses comprendidos y demostrados en términos clasistas), ellos
refieren respecto a una clase o conjunto de clases determinado que
comprende que esos intereses solo pueden ser buscados con eficacia
colectivamente. La tendencia de que prevalezca una u otra representación
de los intereses (individual, grupal, clasista) depende según el autor, del
nivel de satisfacción, proporcionado por el
139

sistema, en lo que refiere a las necesidades socialmente percibidas como


mínimas y en el mantenimiento del acceso a las aspiraciones; en este caso,
ambos condicionantes deben ser percibidos por el amplio conjunto de
agentes de la sociedad. Los intereses de clase se traducen en “el
mantenimiento y en la mejoría del nivel participativo, en el mantenimiento
y no incremento de la dominación, para las situaciones de clase implicadas.”
[p. 124] “ Los dominadores procuran no solo mantener, sino aumentar su
dominio ( y por tanto, reducir la participación de los dominados)”, al mismo
tiempo, “los dominados procuran aumentar su participación (disminuir su
condición de dominados), las cuales son tendencias estructurales
contradictorias de intereses respectivos”. [p. 133] Eso ocurrirá, afirma, a no
ser que el aumento de la capacidad de satisfacción de las necesidades y de
la percepción rea de la posibilidad de acceder a sus aspiraciones, para los
dominados, disminuyan las contradicciones y mantengan la legitimidad del
sistema; es entonces que los dominadores, para preservarse como tales,
flexibilizen de alguna manera el sistema, de manera de abarcar algunos
intereses sociales de los dominados, de manera de postergar la
intensificación de la lucha de clases.
Como se vio, los intereses que no se transforman en fuerzas sociales
no tienen condiciones de modificar el sistema de dominación y su
estructura de clase, aunque esos intereses puedan generar conciencia y
cuestionamientos de la legitimidad del sistema y de su estructura.
Entretanto existe relación significativa entre los intereses de clase y el
poder, mas específicamente aquellos que refiere al mantenimiento o al
cambio del orden, del status-quo.
Errandonea define al conflicto social como “toda relación social de
oposición manifiesta entre actores sociales que se traduce en acciones
concretas orientadas en contraposición mutua”. [p.130] Con esa definición,
excluye la predisposición antagónica de oposición y ubica el conflicto en el
campo de las relaciones sociales que implican “acciones recíprocamente
orientadas de cada uno de los actores entre ellos o contra otros”. Así, el
conflicto involucra grupos, clases, individuos en ciertas posiciones sociales,
etc. Para ello, todas las oposiciones evidentes de fuerzas sociales
constituyen conflicto. “Los intereses sociales que corresponden a
posiciones de la estructura social, que se contraponen mutuamente,
constituyen las bases de motivación del conflicto”. [p131] Para el autor, los
conflictos sociales pueden ser clasificados a partir de diferentes criterios:
identificación de agentes en contradicción, nivel de violencia o intensidad,
objetivo de los agentes, entre otros. Su opción es
140

trabajar con cuatro criterios para esa clasificación: a) tipo de agentes: de


una lado aquellos que se da entre individuos, pequeños grupos u
organizaciones no-clasistas, de otro, aquellos que se dan entre fuerzas
sociales de origen, filiación o reclutamiento clasista; b) Objetivo para con el
agente contradictor: de un lado, el conflicto que propone la eliminación
(desaparecimiento de la estructura), por otro, aquel que busca el acceso a
ciertos objetivos para beneficio propio – el llama al primero de lucha y al
segundo de concurrencia; c) Dirección del conflicto: de un lado, el conflicto
horizontal, que no se propone alterar la estructura de clase del sistema de
dominación, sino mejorar la posición de los agentes dentro de esa
estructura, por otro, el conflicto vertical, que posee el objetivo de modificar
la estructura y al sistema-, d) Institucionalización y no institucionalización:
por un lado, el conflicto institucionalizado, el cual se da con aceptación de
los agentes de las reglas del juego proporcionadas por la estructura
sistémica para su solución, por otro, el conflicto no- institucionalizado, que
se dispone a utilizar medios que no son aceptados por el agente
contradictor, no habiendo, en ese caso, una regulación común a los agentes
en conflicto. [pp. 131-131]
“Los conflictos no-clasistas, la competencia, los conflictos
horizontales y los institucionalizados, no so lo contradicen el consenso
[legitimidad del sistema dominación y de la estructura de clases], sino que
tienden a reforzarlo. Al contrario, los conflictos entre fuerzas sociales
clasistas, la lucha, los conflictos verticales y los no institucionalizados, en
cada caso con variantes que deben ser consideradas, implican en algún nivel
el cuestionamiento de la legitimidad del sistema de dominación y de la
relación de dominación concreta en cuestión, y tienden a producir – cuando
no involucran directamente – un cuestionamiento al consenso del sistema”.
[p. 132] La cuestión de los conflictos, por tanto, se coloca entre refuerzo de
la legitimidad del sistema de dominación o en su cuestionamiento y es a
´partir del concepto de conflicto social que el autor elabora su noción de
lucha de clases. Errandonea considera que cuando los intereses de clase son
comprendidos y demostrados en términos clasistas, cuando s amenta el
nivel de conciencia de clase, cuando la capacidad y la potencialidad se
convierten en fuerza social concreta, “el conflicto social tiende a convergir
y convertirse en conflicto o lucha de clases”. [p.126]
Para el, la lucha de clases es el “conflicto social que constituye lucha vertical,
no institucionalizada entre fuerzas sociales clasistas procedentes de tipos
de clases opuestas”. [pp. 132-133] La lucha de clases pone en jaque al
sistema, tanto en lo que refiere a la correlación de fuerzas, como
141

en relación a su legitimidad; al contrario, los conflictos no implicados en la


lucha de clases (conflictos no clasistas, competencia, conflictos horizontales
e institucionalizados) sirven para legitimar el sistema y su estructura.
Para Errandonea, la dinámica del conflicto social de clases hace que
los actores “que operan fuera del sistema, con tendencia a oponerse a el,
tiendan a conformar entre si, con mayor o menor claridad de definición, un
sistema paralelo y contrapuesto al sistema” – el cual es llamado por el como
“contra-sistema”. [p. 134] Un contra-sistema no necesariamente surge por
razón de falta de legitimidad del sistema o por el bajo nivel de consenso; el
es una tendencia estructural de las sociedades complejas y en los casos de
alta legitimidad y amplio consenso, el puede tornarse un interlocutor
valido, como cuando los conflictos son mediados institucionalmente. “El
contra-sistema constituye la concreción organizada, el iceberg consiente
estructurado a partir de las fuerza sociales de las clases dominadas”
[p.142]” El contra-sistema, entonces, no es necesariamente disfuncional a
la estabilidad del sistema. Mas su definición mas clara, su creciente
organicidad, su cohesión, su fuerza, y sobretodo, la radicalización de su
cuestionamiento al sistema son disfuncionales, implican un
cuestionamiento del consenso, constituyen una amenaza a la estabilidad y
a la continuidad del sistema de dominación

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