Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DE ATENCION PRE-
HOSPITALARIA EN
PACIENTES COVID-
19
Investigadores Científicos Principales :
Dr. Carlos Ernesto Márquez de la Torre
Dr. Ricardo Santos Salazar
Dr. Antonio Camargo Acosta
Dra. Julia Esther Saly Rosas Vásquez
Resumen
Capítulo X. Discusión.
El Agente Causal
• Los coronavirus CoV constituyen un grupo de virus que causan
enfermedades que van desde el resfriado común hasta infecciones
graves. Existen 4 subgrupos principales alfa, beta, gamma y delta.
• Coronavirus humanos comunes : 229 E (coronavirus alfa), NL 63
(coronavirus alfa), OC 43 (coronavirus beta), HKU 1 (beta
coronavirus).
Endocitosis [19]
Tipos de Endocitosis
Fagocitosis
Endosomas
Se encuentran dentro de la célula, son compartimientos intermedios,
tienen la función de destruir materiales que han sufrido endocitosis,
fagocitosis o autofagocitosis y para la formación de los lisosomas.
Pinocitosis
Las células que llevan a cabo la pinocitosis presentan una región en la
membrana plasmática que está recubierta por una proteína (la clatrina)
en su cara citosólica, de forma que cuando la molécula se deposita
sobre esa región de membrana se forma un caparazón revestido que la
La parte endocítica del ciclo usualmente empieza en fosas recubiertas
de clatrina, las mismas que generalmente ocupan alrededor del 2% del
área total de la membrana plasmática, el tiempo de vida de estas fosas
es corto (alrededor de un minuto después de ser formado), se invagina
dentro de la célula y se aprieta para formar una vesícula revestida con
clatrina; se estima que unas 2500 vesículas revestidas con clatrina
abandonan la membrana plasmática de un fibroblasto cultivado cada
minuto, estas vesículas son aún más transitorias que las cavidades
revestidas, cuyo tiempo de vida es de unos pocos segundos después de
su formación, por lo que desprenden su capa y son capaces de fundirse
con los endosomas tempranos; debido a que el fluido extracelular está
atrapado en fosas recubiertas de clatrina, a medida que se invaginan
para formar vesículas recubiertas, cualquier sustancia disuelta en el
fluido extracelular se internaliza, proceso denominado endocitosis en
fase fluida, posteriormente perderá ese revestimiento para poder ser
digerida por los lisosomas. En este proceso la célula incorpora líquidos
en los cuales pueden estar disueltas proteínas.
La velocidad a la que la membrana plasmática realiza este proceso
varía entre los tipos de células, pero suele ser increíblemente grande;
por ejemplo un macrófago, ingiere el 25% de su propio volumen de
líquido cada hora.
Es importante conocer que existen otros mecanismos menos conocidos
por los cuales las células pueden formar vesículas pinocíticas sin
formar cavidades y vesículas revestidas con clatrina; una de estas vías
se inicia en caveolae (vocablo latín que significa “pequeñas
cavidades”), la misma que es reconocida por su capacidad para
transportar moléculas a través de las células endoteliales que forman
el revestimiento interno de los vasos sanguíneos, los caveolae están
presentes en la membrana plasmática de la mayoría de los tipos de
células, y en algunos de ellos se ven como frascos profundamente
invaginados en el microscopio electrónico, se cree que se forman a
partir de balsas lipídicas, parches de la membrana plasmática que son
especialmente ricos en colesterol, glicoesfingolípidos y proteínas de
membrana ancladas en GPI, su principal proteína estructural es
la caveolina, proteína de membrana integral multipaso que es miembro
de una familia heterogénea de proteínas.
Se cree que las caveolae invaginan y recogen proteínas de carga en
virtud de la composición lipídica de la membrana caveolar, en lugar
del ensamblaje de un revestimiento proteico citosólico, se separan de
la membrana plasmática y pueden entregar su contenido a
compartimentos parecidos a endosomas o (en un proceso
llamado transcitocis) a la membrana plasmática en el lado opuesto de
una célula polarizada, algunos virus que atacan a animales entran en
las células en vesículas derivadas de caveolae, produciéndose un ciclo
infeccioso.
Endocitosis Mediada por Receptores
La endocitosis mediada por receptores de carga, se produce cuando los receptores se acumulan en
regiones bien definidas de la membrana celular, este mecanismo de transporte permite la entrada selectiva
de moléculas en la célula. El proceso contrario a la endocitosis es la exocitosis. La endocitosis y
exocitosis son procesos de entrada y salida de sustancias que permiten mantener la homeostasis de la
célula, están regulados por la misma con el fin de mantener constante la membrana plasmática, ya que
permiten su regeneración pues los fagosomas que contienen las moléculas fagocitadas se forman a
partir de la membrana plasmática y cuando el proceso de digestión celular llevado a cabo por los lisosomas
finaliza se lleva a cabo la excreción celular por exocitosis recuperándose la membrana utilizada para la
formación del fagosoma.
Ejemplos
Este proceso es fundamental ante una respuesta inmune, la comunicación intercelular, la transducción
de señales, la homeostasis tanto celular como la del organismo completo; a principios de 2006 se encontró
que una proteína marcadora de base lipídica, llamada flotilina-1, participa en una nueva vía de endocitosis.
Las neuronas utilizan el mecanismo de endocitosis para recuperar
un neurotransmisor liberado en el espacio sináptico, para ser reutilizado. Sin este proceso, se
produciría un fracaso en la transmisión del impulso nervioso entre neuronas.
Un ejemplo de endocitosis mediada por receptores es cuando las células humanas incorporan el
colesterol el cual es utilizado en la síntesis de membranas y también como precursor de otros esteroides.
Este proceso tiene una fuerte relación con la erradicación de la infección por VIH-1. La caveolina-
1 mediada por la absorción de VIH-1 es un mecanismo de restricción intrínseca presente en las células
de Langerhans en los humanos que previene esta infección. El aprovechar esta vía de internalización,
tiene el potencial de elaborar estrategias para una lucha contra la transmisión del esta enfermedad.
Exocitosis y Endocitosis
Se proponen dos modelos para el funcionamiento de este procedimiento, el primero sugiere que las
vesículas se someten a una secuencia reversible de exo-endocitosis, por medio del cual se preserva la
identidad bioquímica de las vesículas tanto durante como después de la conexión transitoria entre la
membrana de la vesícula y la membrana plasmática. El otro modelo establece que durante la exocitosis, la
membrana de la vesícula se añade totalmente a la membrana plasmática y la recuperación se da
tiempo después en un punto diferente de la membrana plasmática por endocitosis mediada por clatrina.
Mecanismos de Endocitosis Celular como Puerta de Entrada Viral . Mechanisms of virus entry: A way
to learn about the host cell. [17]
Resumen
Los virus representan una versión microscópica del caballo de Troya, en la que hacen uso de procesos
celulares para poder entrar a la célula e infectarla. La endocitosis es uno de estos procesos que los virus han
aprovechado para poder ser internalizados. En esta revisión se presentan las distintas vías de endocitosis
conocidas hasta el momento, así como ejemplos de distintos virus que utilizan cada ruta para ingresar a la
célula.
Abstract
Viruses represent a microscopic version of the Trojan horse by mimicking processes known to the cell to
get inside and infect it. Endocytosis is one of these processes that viruses take advantage of to be
internalized. In this review, the distinct endocytic pathways known to date are discussed. In addition, a brief
overview of the entry of different viruses known to use each of these routes is provided.
Introducción
La endocitosis es el proceso mediante el cual ingresan a la célula solutos, moléculas y partículas de
distintos tipos. Este proceso consiste en la invaginación de la membrana plasmática, formando una vesícula
cuyo contenido es transportado del exterior al interior de la célula. La endocitosis tiene un papel
fundamental en diferentes procesos celulares como son la respuesta inmune, la comunicación intercelular,
la transducción de señales y la homeostasis, tanto celular como del organismo completo.
Este proceso celular está constituido por una red de varios organelos los cuales difieren en su
composición proteica y propiedades bioquímicas (Figura 1).
Existen diferentes rutas de endocitosis que son usadas por la célula para llevar a cabo distintas
funciones (Figura 1). Sin embargo, dados los avances metodológicos recientes, así como la complejidad
de este proceso, se siguen encontrando nuevas rutas cuya caracterización es aún incompleta.
Existen varios criterios para clasificar los diferentes tipos de endocitosis, éstos son: el tipo de molécula
que se internaliza (toxina, virus, ligando, receptor), el componente que cubre la vesícula (clatrina, caveolina,
flotilina, etc.), la participación de GTPasas en el proceso, el mecanismo de escisión de la vesícula de la
membrana y la participación del citoesqueleto de actina, entre otros.
La presencia de las GTPasas de la familia Rab contribuye a la diferenciación entre los distintos tipos de
endosomas. Estas GTPasas son importantes en la regulación del tráfico intracelular porque regulan la fusión
de las vesículas a los endosomas. De manera general, la unión del ligando al receptor favorece la formación
de la vesícula endocítica. Esta vesícula entrega su cargo a los endosomas tempranos (o endosomas de
distribución), organelos con un pH alrededor de 6 donde se localizan las Rab GTPasas 4 y 5. En los casos
donde la molécula endocitada es un receptor unido a su ligando, el pH ácido puede promover la disociación
del ligando de su receptor. Usualmente, el ligando, el cual permanece en la vía, es degradado, mientras que
el receptor entra a los endosomas de reciclamiento (donde está localizada Rab11) para regresar a la
membrana celular. Las moléculas que son destinadas a su degradación o que requieren llegar al interior
celular, cerca del núcleo, entran a los endosomas tardíos (también conocidos como cuerpos multivesiculares
-MVBs-). En estos organelos, con un pH menor a 6, se localiza la GTPasa Rab 7. Finalmente, la molécula
endocitada llega a los lisosomas donde puede ser degradada por enzimas que están activas en un ambiente
ácido. En el transcurso de toda la ruta endocítica, existen posibles rutas de escape para evitar la degradación
en los lisosomas (Figura 1).
A continuación se da una breve descripción de las rutas más conocidas hasta el momento que han sido
clasificadas de acuerdo a las proteínas que recubren las vesículas endocíticas.
La endocitosis mediada por clatrina es el mecanismo mejor caracterizado para la entrada de moléculas a
la célula. Este tipo de endocitosis requiere una serie de componentes estructurales para poder formar la
vesícula de manera que pueda ser internalizada. Uno de estos componentes, y por el cual esta vía recibe su
nombre, es la clatrina.
La clatrina es un complejo proteico formado por tres cadenas ligeras y tres cadenas pesadas que
constituyen una unidad llamada “el triesqueleto” (triskelion) de clatrina. Este complejo es reclutado a la
membrana plasmática por proteínas adaptadoras. Una de estas proteínas adaptadoras, es el complejo AP-2,
formado por cuatro subunidades (α, β2, μ2 y σ2). El complejo AP-2 interactúa con clatrina, a través de la
subunidad β2, y estimula su polimerización generando una malla de clatrina que cubre la vesícula (Figura
2).
Durante el ensamblaje progresivo de clatrina en la membrana, ésta va adquiriendo curvatura hasta que
se forma la vesícula endocítica. La fisión de la vesícula cubierta con clatrina es controlada por la GTPasa
dinamina. Se ha propuesto que la dinamina actúa como una mecano-enzima la cual usa la hidrólisis de GTP
para generar la fuerza necesaria para estrangular el cuello y escindir las vesículas de la membrana (Figura
2). Existen diferentes maneras de inhibir esta vía de endocitosis. Desde agentes químicos como sacarosa o
clorpromazina hasta siRNAs o mutantes dominantes negativas de los componentes estructurales de la vía
(Tabla I).
La segunda vía de endocitosis mejor caracterizada es la mediada por caveolas. En esta ruta, las
caveolinas son el principal componente estructural. A diferencia de clatrina que requiere proteínas
accesorias para ser reclutada a la membrana, las caveolinas son proteínas integrales que están asociadas
a microdominios en la membrana plasmática ricos en colesterol y esfingolípidos también llamados Balsas
Lipídicas. La formación de la caveola depende de la expresión de caveolina-1 en células no musculares y de
caveolina-3 en células musculares. Estas proteínas forman oligómeros que cubren las vesículas, las cuales
son liberadas de la membrana plasmática, a través de la acción de dinamina, a estructuras llamadas
caveosomas presentes en el interior de la célula (Figura 1). La ausencia de marcadores para endosomas
tempranos, tardíos y de reciclaje indica que estas estructuras representan un nuevo tipo de organelos. A
diferencia de los endosomas, estos organelos tienen pH neutro.
El tratamiento de las células con genisteína, un inhibidor de tirosín cinasas extraído de la soya, bloquea
la invaginación de las caveolas. Se sabe que la cinasa Src fosforila a la caveolina-1 en la tirosina 14 y esto
incrementa la dinámica de las caveolas. En la Tabla I se muestran otras maneras diferentes para inhibir
esta vía.
Macropinocitosis
Algunas vías de endocitosis han sido parcialmente caracterizadas recientemente y se han observado que
son independientes tanto de clatrina como de caveolina y, sin embargo, pueden o no depender de
dinamina.
Un ejemplo de cargos que entran por una vía independiente de dinamina son las proteínas ancladas a
glicosil-inositol-fosfato (GPI). En general, las proteínas ancladas a GPI entran a la célula por esta vía y son
dirigidas a compartimentos endosomales tempranos enriquecidos en proteínas ancladas a GPI, GEECs (por
sus siglas en inglés de GPI-AP enriched early endosomal compartments). Los GEECs son compartimentos
endosomales distintos, que no colocalizan con caveolina. La inhibición de la endocitosis mediada por
clatrina, y el uso de mutantes de dinamina, no inhiben la internalización de estas proteínas. La expresión de
una dominante negativa de la GTPasa cdc42 sí inhibe esta vía.
A principios del 2006, Glebov et al., encontraron que flotilina-1, una proteína marcadora de balsas
lipídicas, participa en una nueva vía de endocitosis (Figura 1). Esta novedosa ruta fue caracterizada por
la internalización de proteínas asociadas a glicosilfosfatidilinositol (específicamente, CD59-GPI). Estos
investigadores encontraron que estas proteínas entran a la célula a través de una vía que es dependiente de
flotilina pero independiente de clatrina, caveolina y dinamina. Por otro lado, Payne et al., mediante el uso
de drogas, RNAi y la expresión transitoria de proteínas descubrieron que la entrada de los proteoglicanos es
independiente de clatrina y caveolina pero dependiente de flotilina y dinamina. Además, encontraron que
estas moléculas y sus ligandos entran directamente a los endosomas tardíos dado que los complejos
(proteoglicanos y sus ligandos catiónicos) colocalizan con Rab9 pero no con Rab5.
Los virus son parásitos intracelulares obligatorios formados por una cubierta proteica (cápside) que
rodea el material genético. Algunos virus tienen además, una envoltura lipídica proveniente de la célula que
infectó previamente rodeando su cápside. El ciclo replicativo de cualquier virus comienza con la unión de
éste a sus receptores (entre ellos integrinas, gangliósidos, glicoproteínas, etc.) lo cual provoca cambios en la
partícula viral que favorecen las siguiente etapas. Una vez que el virus ha reconocido a sus receptores, el
siguiente paso es la penetración de la membrana celular. Este paso puede darse a nivel de la membrana
plasmática o en membranas intracelulares de diferentes organelos dependiendo de los requerimientos de
cada virus. Muchos virus utilizan las vías de endocitosis para entrar a la célula, mientras que pocos
atraviesan directamente la membrana celular por un mecanismo llamado penetración directa (Figura
3).
Cabe señalar que la jornada de un virus no termina cuando llega al interior de la célula, a partir de ese
momento, la partícula viral requiere desnudarse, es decir, liberar el genoma viral para que pueda ser
replicado o traducido. Finalmente, las proteínas virales se ensamblan para generar nuevas partículas virales
que salen de la célula y son capaces de infectar a otras células.
En esta revisión nos enfocaremos a la entrada viral que es la primera etapa del ciclo replicativo de un
virus. Específicamente, nos referiremos a las distintas rutas endocíticas que utilizan los virus para ingresar a
la célula. Esta fase inicia desde que el virus se une a sus receptores celulares hasta que llega a su sitio de
replicación, el cual puede ser desde el citoplasma hasta el núcleo. Este proceso involucra varios pasos
(unión, penetración y desnudamiento de la partícula viral) y en el que es necesaria una cápside metaestable
que, por un lado, sea resistente para sobrevivir en ambientes extracelulares y que, por otro lado, sea fácil de
desensamblarse una vez llegado al sitio apropiado de replicación para liberar su material genético.
La entrada de un virus utilizando el proceso endocítico de la célula le da varias ventajas. Primero, evita
la barrera del citoesqueleto de actina cortical que se encuentra inmediatamente debajo de la membrana
plasmática y forma una malla difícil de atravesar. Y por otra parte, le da acceso a los organelos endocíticos
los cuales proveen de micro-ambientes que favorecen la penetración viral. Las proteasas endosomales o el
bajo pH de estos organelos son algunos de los recursos más usados por los virus para facilitar procesos
tales como el desnudamiento de la partícula.
Es posible ver directamente a los virus mediante el microscopio electrónico o a través de microscopía de
fluorescencia y se puede evaluar el papel de la inhibición de alguna vía de endocitosis en particular sobre la
entrada del virus. Es factible marcar la envoltura, las proteínas o el genoma viral con compuestos
fluorescentes lo que permite seguir a los virus así marcados durante su entrada en células vivas. Sin
embargo, uno de los problemas que hay con este tipo de enfoque es que no es posible distinguir cuáles de
las partículas virales que entran a la célula son infecciosas y, por lo tanto, dan una infección productiva y
cuáles no son infecciosas, por lo que no llevan a cabo una infección productiva. Éste no es un problema
menor, ya que normalmente hay un gran número de partículas virales que no son “funcionales”, este
número puede llegar a ser como de 1:100 ó 1:10,000 donde hay una partícula infecciosa por cada cien o
hasta diez mil partículas que son defectuosas. Al observar estas partículas por microscopía no es posible
distinguirlas y, por consiguiente, no es posible determinar sólo con este método la vía de entrada productiva
que utiliza un determinado virus.
Otra manera que permite evitar este problema es evaluar el efecto que tienen los inhibidores de
endocitosis sobre la producción de proteína viral o sobre la replicación del genoma viral. Éste es el enfoque
más usado en virus cuya proporción de partículas físicas versus infecciosas es alta, ya que permite estar más
seguro de que se está determinando la vía de endocitosis que usan las partículas infecciosas.
Existen varios ejemplos de virus que utilizan las diferentes rutas de endocitosis para ingresar a la célula y
a continuación daremos una breve descripción de los ejemplos más conocidos.
Endocitosis mediada por Clatrina: Mecanismo muy socorrido por los virus
La endocitosis mediada por clatrina es uno de los mecanismos más utilizados entre los virus, como lo
habíamos mencionado anteriormente (Figura 3). Esta vía es utilizada por virus de diferentes familias
como son el virus de la estomatitis vesicular, papilomavirus y el virus del Nilo, entre otros. Virus de gran
impacto médico como son el de la influenza o el del dengue también entran a la célula por este mecanismo.
En general, las moléculas -incluidos los virus- que entran a la célula por endocitosis mediada por clatrina
están expuestas al ambiente ácido de los endosomas y pueden responder al bajo pH sufriendo cambios
conformacionales. En el caso de los virus, estos cambios conformacionales permiten la exposición de
péptidos de fusión los cuales a su vez interactúan con la membrana del endosoma facilitando su liberación
al citosol. Dependiendo del pH que se requiera para provocar el cambio conformacional, el sitio de
penetración de los virus puede ser los endosomas tempranos (que tienen un pH 6.5 a 6.0), tardíos (pH 6.0 a
5.5) e inclusive los lisosomas (pH 5.5 a 4). Un ejemplo de un virus que sufre una fusión catalizada por un
ambiente ácido es el virus de influenza. En la superficie celular, el virus se une a receptores que tienen ácido
siálico a través de las cabezas globulares de la glicoproteína viral hemaglutinina (HA). El virus es entonces
internalizado vía la endocitosis mediada por clatrina y el bajo pH de los endosomas tardíos provoca cambios
conformacionales en las cabezas globulares de la proteína HA. Esto expone al péptido de fusión el cual es
una región altamente hidrofóbica de la proteína. Además, estos cambios lo acercan a la membrana del
endosoma con lo cual la fusión de la membrana viral con la endosomal se puede llevar a cabo y el genoma
viral es liberado al citoplasma. Si los cambios conformacionales se inducen antes de que el virus sea
internalizado, mediante un tratamiento de las partículas virales con pH ácido, por ejemplo, el virus se
inactiva y pierde su infectividad.
Por otro lado, en algunos casos el pH ácido no es suficiente para inducir algún cambio conformacional
necesario para facilitar la fusión de la partícula viral con el endosoma. Se ha reportado que algunos virus son
activados a través de cortes proteolíticos que son llevados a cabo por proteasas endosomales, como las
catepsinas (que son proteasas cuya actividad depende de pH). En este caso el pH endosomal es necesario
para activar a la proteasa endosomal que al cortar alguna proteína viral promueve el cambio conformacional
de la partícula viral, lo que favorece a su vez la penetración al citoplasma celular.
Existen varios virus que pueden entrar por la ruta dependiente de caveolina como son el virus de la
leucemia murina, ecovirus y SV40, entre otros (Figura 3 ).
En el caso de SV40, un virus de DNA que tiene el potencial de causar tumores, su infectividad se ve
disminuida cuando se trata a las células con drogas como la nistatina, que inhiben esta vía. Asimismo, la
expresión de una mutante dominante negativa de dinamina (defectuosa en su actividad de GTPasa) inhibe
la entrada de este virus, lo que sugiere que SV40 entra a la célula por una vía dependiente de caveolina y
dinamina. Continuando la caracterización de la vía de entrada, Pelkmans et al., demostraron que
inhibidores de tirosín cinasas como la genisteína bloquean la internalización de este virus. Además, SV40
requiere un citoesqueleto de actina dinámico dado que inhibidores de la polimerización de actina afectan su
infectividad. La ruta de entrada de SV40 es bastante inusual, este virus después de ser internalizado por la
vía dependiente de las caveolas es llevado a organelos celulares neutros llamados caveosomas (Figura 1)
y de ahí es transportado al retículo endoplasmático donde la partícula viral es desensamblada por enzimas
de la maquinaria del plegamiento de proteínas. Al ser un virus de DNA, el sitio de replicación de este virus es
el núcleo de la célula. Aún se desconoce el mecanismo que utiliza este virus para llegar hasta este organelo.
Macropinocitosis
Recientemente, Mercer et al., encontraron que vaccinia, un virus de DNA envuelto que es responsable
de la viruela en las vacas y que se replica en el citosol, entra por macropinocitosis (Figura 3). En este
trabajo, siguieron la entrada de vaccinia usando tanto partículas virales como proteínas celulares marcadas
con fluorófloros y mostraron que este virus se asocia a filopodios, estructuras tipo dedo formadas por el
citoesqueleto de actina que se proyectan del cuerpo de la célula. Siguiendo el paso de vaccinia, los autores
vieron que este virus utiliza este tipo de estructuras para acercarse al cuerpo de la célula y una vez en la
membrana plasmática, el virus es literalmente engullido. Inhibidores del citoesqueleto de actina,
tratamientos con amilorida que es un inhibidor de los intercambiadores Na+/H+ y mutantes dominantes
negativas de Rac1 y PAK1 reducen la infección.
Otros virus como adenovirus, virus de DNA no envueltos que infectan principalmente las vías
respiratorias, también utilizan la macropinocitosis para entrar a la célula. La unión de estos virus a su
receptor activa Rac1, además, microscopías electrónicas muestran que el virus se asocia a vacuolas grandes
y sin cubierta. Inhibidores del citoesqueleto de actina y de los intercambiadores Na+/H+ bloquean la
infección; el virus también activa CtBP1 para cerrar los macropinosomas con adenovirus en ellos. En el caso
del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), un virus envuelto con genoma de RNA, se ha reportado que
entra por diferentes vías dependiendo del tipo de célula. Sin embargo, la macropinocitosis ha sido sugerida
como su mecanismo de entrada en los macrófagos humanos. Esta observación se sustenta en la presencia
del virus detectada por microscopía electrónica en macropinosomas y la inhibición de su entrada por drogas
que evitan la formación de ruffles (extensiones de membrana generadas por la remodelación del
citoesqueleto de actina), tales como amilorida.
Insistimos en que inicialmente se pensó que cada familia de virus utilizaba una sola vía de entrada para
infectar diferentes tipos celulares. Sin embargo, cada vez hay más evidencia de que un mismo tipo de virus
puede entrar por diferentes mecanismos dependiendo del tipo celular. Como se mencionó anteriormente,
el representante típico de la endocitosis mediada por clatrina es el virus de influenza. Sin embargo, se ha
encontrado que en células HeLa este virus no es afectado por drogas o mutantes dominantes negativas que
inhiben tanto las vías de endocitosis mediadas por clatrina, como las mediadas por caveolina, sugiriendo
que el virus de la influenza puede entrar también por una vía independiente de clatrina y dinamina
(Figura 3). Virus que entran por endocitosis mediada por caveolas como SV40 también pueden tener
otras vías de entrada. En el 2005, Damm et al., demostraron que este virus puede entrar en células sin
caveolina y utilizar una vía que es independiente tanto de caveolina como de clatrina y de dinamina
(Figura 3). A pesar de utilizar diferentes mecanismos de endocitosis para ser internalizado, SV40
mantiene su dependencia por el colesterol y el requerimiento por las cinasas de tirosina en ambas vías de
entrada.
Por otro lado, se ha encontrado que cepas de rotavirus que presentan diferentes requerimientos por los
receptores de membrana podrían entrar por distintas vías endocíticas (Gutiérrez, M. et al., resultados sin
publicar). En este trabajo, se evaluó el papel de las vías de endocitosis mejor caracterizadas (la dependiente
de clatrina, de caveolina y la macropinocitosis) en la entrada de varias cepas mediante el uso de agentes
químicos, siRNAs y mutantes dominantes negativas. Además, se determinó la dependencia del proceso de
entrada por el pH endosomal. Los resultados obtenidos muestran que sin importar las interacciones con los
receptores, las cepas pueden entrar por vías distintas entre ellas la endocitosis mediada por clatrina y/o la
dependiente de flotilina (Gutiérrez, M. et al., resultados sin publicar).
Conclusiones
Debido a su tamaño (que puede ser 100,000 veces más pequeño que una célula), los virus dependen de
toda la maquinaria celular para su replicación y, por lo tanto, han desarrollado estrategias para aprovechar
al máximo los recursos de su huésped. Es por esto que la caracterización del ciclo replicativo de los virus
representa una fuente de conocimiento sin precedentes. A través de la caracterización de las rutas de
entrada de los virus, éstos han contribuido enormemente a la comprensión del funcionamiento de la célula.
Varias de las vías de endocitosis aquí descritas se descubrieron gracias al estudio de los mecanismos de
entrada utilizados por los virus. Detalles de la formación de las vesículas cubiertas por clatrina han sido
descubiertos usando virus como reovirus, influenza y dengue. En sí mismos, estos agentes infecciosos son
fascinantes pero a la vez su alta adaptabilidad y especificidad por el tipo celular que infectan, los hacen una
herramienta molecular muy útil.
La proteína S es un trímero formado por tres péptidos, cada uno con dos subunidades S1 y S2. La
subunidad S1 actúa como una bisagra con dos conformaciones llamadas «abajo» (RBD down) y «arriba»
(RBD up). La imagen por criomicroscopia electrónica muestra que solo uno de los péptidos está en estado
«arriba», estando los otros dos en estado «abajo». La unión al receptor celular se realiza en la configuración
«arriba». Tras la unión se escinden los tres péptidos de la proteína S por el punto S1/S2; luego se produce
una segunda escisión por el punto S2′, que despliega el péptido de fusión (FP) clave en la unión entre las
membranas. La conformación tridimensional observada indica que la fusión entre el virus y el huésped es
muy similar a la documentada en otros coronavirus (sobre todo para el coronavirus de la hepatitis murina,
M-CoV, y para el SARS-CoV).
Fuente: Spike Protein / S Protein (Sino Biological).
La proteína S (espicular) es una proteína trimérica transmembrana de tipo I con entre 1160 y 1400
aminoácidos, según el tipo de coronavirus. Esta proteína que forma la «corona» de los coronavirus está
constituida por tres péptidos repetidos (es un trímero) y está muy glicosilada (contiene entre 21 y 35 sitios
donde se adicionan carbohidratos), lo que facilita su unión a azúcares y proteínas. Cada péptido está
formado por dos dominios llamados S1 y S2. En los gammacoronavirus y en algunos betacoronavirus se
produce una escisión de las subunidades S1 y S2 durante la fusión entre las membranas, mientras que en los
alfacoronavirus y en algunos betacoronavirus no se produce dicha escisión. SARS-CoV-2 es un
betacoronavirus en el que se produce la escisión.
El dominio S1 tiene a su vez dos subdominios, uno N-terminal (NTD), que finaliza con un aminoácido que
posee un grupo amino libre (-NH2), y otro C-terminal (CTD), que termina en un grupo carboxilo (-COOH);
ambos se acoplan al receptor ACE-2 de la célula huésped, luego son dominios de unión al receptor (RBD). El
dominio S2 es de tipo C-terminal y está muy conservado entre todos los coronavirus, que se diferencian
mucho más en la subunidad S1. El dominio S2 contiene dos regiones, HR1 y HR2, en las que se repiten
grupos de siete aminoácidos (llamados heptads), en la forma abcdefg, conteniendo a y d residuos
hidrófugos que participan en la fusión entre las membranas. Los dominios HR1 y HR2 son dianas
terapéuticas, pues se conocen fármacos que inhiben su acción, evitando o dificultando la fusión.
La infección de células epiteliales de las vías respiratorias está orquestada por la proteína S del virus. La
figura ilustra los pasos generales del proceso de fusión. Primero, el dominio S1 reconoce y se acopla al
receptor de la célula huésped. Segundo, se produce una primera escisión de los dominios S1 y S2, y una
segunda escisión en el punto S2′; esta última permite que se active el péptido de fusión (FP) que conecta las
membranas del huésped y el virus (esta fase se llama etapa intermedia de fusión, o fusion-intermediate
stage). Y tercero, la región entre HR1 y HR2 se reconforma (se dobla) dando lugar a un heptámero (6-HB)
que une ambas membranas permitiendo la entrada del virus.
La proteína S de los coronavirus es clave en el desarrollo de vacunas (antígenos que induzcan una
respuesta inmune a la presencia del dominio S1) y para el desarrollo de antivirales (inhibidores de algunas
de las etapas de la fusión entre membranas, normalmente atacando regiones concretas del dominio S2).
Conocer la estructura tridimensional de la proteína S es fundamental para combatir la epidemia de COVID-
19.
Smriti Mallapaty
La envoltura del coronavirus está dotada de una proteína S específica que le ayuda a fijarse a las células
humanas y a infectarlas. Se están estudiando estrategias para inactivarla y evitar así la propagación de la
enfermedad.
El nuevo virus se propaga mucho más fácilmente que el que causó el síndrome respiratorio agudo grave
responsable de la epidemia de 2002, SARS-CoV (también un coronavirus), y ha infectado diez veces más a las
personas que por entonces contrajeron el SARS.
Para infectar una célula, los coronavirus utilizan una proteína, denominada S, la cual se une a la
membrana celular a través de un proceso que es activado por enzimas específicas de la célula. Los análisis
genómicos han revelado que la proteína S del nuevo coronavirus difiere de las de sus parientes cercanos, y
sugieren que la proteína presenta un sitio, o dominio, que es activado por una enzima de la célula
huésped llamada furina.
Este dato es importante, porque la furina se halla en numerosos tejidos humanos, incluidos los
pulmones, el hígado y el intestino delgado, lo que significa que el virus tiene el potencial de atacar
múltiples órganos, explica Li Hua, biólogo estructural de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong
en Wuhan, donde comenzó el brote. El hallazgo podría explicar algunos de los síntomas observados en
personas con el coronavirus, como la insuficiencia hepática, explica Li, coautor de un análisis genético del
virus que se publicó en el repositorio ChinaXiv el 23 de Febrero del 2020. El SARS-CoV y otros
coronavirus del mismo género que el nuevo virus no tienen lugares que pueden ser activados por la furina,
apunta.
El sitio de activación de la furina «prepara al virus de manera muy diferente al SARS-CoV para que pueda
entrar en las células, y posiblemente ello contribuye a la estabilidad del virus y, por lo tanto, a su
transmisión», opina Gary Whittaker, virólogo de la Universidad Cornell, en Ithaca, Nueva York. Su equipo
publicó otro análisis estructural de la proteína S del coronavirus en bioRxiv el 18 de Febrero del 2020.
Otros grupos también han identificado el sitio de activación como el posible mecanismo que le permite
al virus propagarse con eficacia entre los humanos. Han destacado que estos sitios también los presentan
otros virus que se transmiten fácilmente entre las personas, incluidas algunas cepas graves del virus de la
gripe. En ellos, el sitio de activación se encuentra en una proteína llamada hemaglutinina, no en la proteína
S.
La puerta de entrada del virus en el ser humano se sabe que es a través de la unión de una de las
proteínas de su envoltura, la proteína “spike” (proteína S) con la unión en un receptor de membrana celular,
la enzima convertidora de la angiotensina tipo 2 (ACE2) en el humano, y que esa proteína S por mediación
de una enzima proteolítica (la furina) se escinde en dos proteínas S1 y S2, siendo la S1 la que realiza la
unión al receptor humano en la proteína ACE-2, y siendo la S2 escindida por una serina proteasa de la
superficie celular humana la TMPRSS2 (Transmembrane protease, serine 2) siendo la que ayuda a la
fusión del virus con la célula humana infectada. Este es el mecanismo que también utiliza el coronavirus
causante del Síndrome Respiratorio Agudo Severo, el SARS-Cov-1.
Además, este nuevo coronavirus se puede unir a las células humanas, a través de otra proteína la
CD147, presente en células epiteliales y endoteliales y en los leucocitos, proteína muy conocida ya que el
protozoo causante de la enfermedad de la malaria la utiliza para infectar al ser humano. Esta proteína es
una inmunoglobulina que estimula las células “estromales” (células madre mesenquimales multipotenciales
primitivas) facilitando la degradación de proteínas de la matriz extracelular y de las células y tejidos
humanos. Es a través del bloqueo de esta proteína CD147 como actúa la hidroxicloroquina, medicamento
qué asociado con un antibiótico, la azitromicina, al parecer como tratamiento combinado, es eficaz y capaz
de reducir la propagación del virus, cuando la carga viral aún no es muy importante (de ahí la importancia
de un diagnóstico precoz mediante test específicos masivos como viene realizando en Alemania con una
mortalidad muy reducida comparativamente con España).
Dianas Terapéuticas
El equipo de Li también está buscando moléculas que puedan anular la acción de la furina, las cuales
podrían investigarse como posibles tratamientos. Pero su progreso es lento debido al brote. Li vive en el
campus y actualmente es el único miembro capaz de acceder al laboratorio de su equipo.
El grupo de McLellan en Texas ha identificado otra característica que explicaría por qué el nuevo
coronavirus infecta con tanta eficacia las células humanas. Sus experimentos han demostrado que la
proteína S se une al receptor ACE-2, con una fuerza al menos diez veces mayor que lo hace la proteína S del
virus SARS-CoV.
El equipo de Veesler también observó que la proteína S se une con una elevada afinidad al receptor
ACE-2, lo que sugiere que este puede constituir otra posible diana terapéutica en el desarrollo de vacunas o
terapias. Por ejemplo, un medicamento que bloquee el receptor podría dificultar la entrada del coronavirus
en las células.
PUERTA DE ENTRADA DEL COVID-19 A TRAVES DE UN PORO NUCLEAR : Mecanismo de Acción
Antiviral de la Ivermectina : Rol de la Importina Alfa/Beta 1 evitando el Ingreso del Virus a través de un
Poro Nuclear
Este fármaco tiene un efecto antiviral contra un gran rango de virus de RNA de cadena única (como el
Dengue o Fiebre Amarilla), al inhibir su replicación en modelos in-vitro. El virus SARS-CoV-2, agente causante
del COVID-19, es un virus RNA de cadena única de sentido positivo, en cuyas proteínas se ha revelado un rol
potencial de la Importina α/β1 durante la infección en el cierre nucleocitoplasmático, dependiente de la
señal de la proteína nucleocápside SARS- CoV, y ello afecta la división celular del huésped. Adicionalmente,
la proteína accesoria ORF6 del SARS-CoV antagoniza la actividad antiviral del factor de transcripción STAT1
al secuestrar IMPα/β1 en la membrana rugosa ER/Golgi. En un estudio in-vitro la Ivermectina fue adicionada
a células Vero-hSLAM infectadas por 2 horas con SARS- CoV-2. Se observó una acción antiviral que produjo
la reducción en 5000 veces el ARN viral a las 48 horas de adicionado. Por lo tanto, este fármaco debido a su
acción inmunomoduladora controla la respuesta inmunológica desordenada ante el virus SARS CoV-2,
evitando de esta manera su replicación viral dentro de las 24 a 48 horas.
Ataque del COVID-19 a la Cadena Beta-1 de la Hemoglobina y Captura de la Porfirina para inhibir el
Metabolismo Heme Humano
El mecanismo también interfirió con la vía anabólica heme normal del cuerpo humano, esperando
causar enfermedades humanas. En base a la biblioteca de fármacos de molécula pequeña, se buscaron
fármacos unidos a proteínas virales por acoplamiento molecular. Los resultados mostraron que algunos
medicamentos contra el cáncer podrían unirse al sitio de ORF3a y N unido a hierro hemo. Remdesivir fue
relativamente más obvio que la hidroxicloroquina y la cloroquina en términos de la capacidad de unión de
ORF3a, pero el papel combinado de tres medicamentos para ORF3a fue menor. Desafortunadamente,
ningún fármaco podría unirse al sitio E de hemo-hierro. Además, estas energías de unión más altas pueden
evitar que todos los fármacos seleccionados se unan firmemente a las proteínas virales. Como no había
datos clínicos, los efectos inhibitorios sobre ORF3a y N todavía no estaban claros.
Metahemoglobinemia
Los signos y los síntomas de la metahemoglobinemia (metahemoglobina> 1%) incluyen dificultades para
respirar, cianosis, alteraciones del estado mental, dolor de cabeza, fatiga, dificultad para hacer ejercicio,
mareos y pérdidas del conocimiento. La sangre arterial con niveles de metahemoglobina elevados tiene un
característico color marrón chocolate comparado con el color rojo brillante que tiene la sangre arterial
normal.
Los pacientes con metahemoglobinemia grave (metahemoglobina> 50%) sufren arritmias, convulsiones,
coma y la muerte (> 70%). La población sana no debería tener muchos síntomas con niveles de
metahemoglobina <15%, sin embargo, pacientes con otras enfermedades como anemia, enfermedades
cardiovasculares, enfermedades pulmonares, septicemia, o la presencia de otras especies de hemoglobina
anormales (por ejemplo, carboxihemoglobina, sulfahemoglobina o hemoglobina falciforme) podrían
experimentar síntomas desde moderados hasta graves a niveles mucho más bajos (tan bajos como 5-8%).
Tratamiento
Esto se consigue proporcionando un receptor artificial de electrones (como azul de metileno o flavina)
por la NADPH metahemoglobina reductasa. Los glóbulos rojos normalmente no tienen ningún receptor de
electrones y la presencia del azul de metileno permite a la enzima funcionar a un nivel cinco veces superior
al normal. El NADPH es generado a través de la vía de derivación de la hexosa monofosfato.
El Factor Hematológico: Por qué las autopsias en muertos por coronavirus muestran coágulos de
sangre en sus pulmones?
En los últimos días comenzó a tomar fuerza la teoría acerca de una alteración a nivel sanguíneo en el
intercambio de dióxido de carbono y oxígeno como la causa del daño pulmonar que manifiestan los
pacientes con COVID-19. De qué manera la inflamación generalizada que genera el virus favorece la
formación de trombos.
Lo que se vio en un estudio que llevó a cabo un grupo de universidades chinas es que en pacientes con
COVID-19 la hemoglobina se altera (Shutterstock)
“En China le decían ‘neumonías que caminan’ a los pacientes cuya placa de tórax denotaba que no
deberían poder estar de pie y sin embargo tardaban varios días en requerir oxígeno”. La descripción del
médico cardiólogo Jorge Tartaglione (MN 67.502) es gráfica. Ante la consulta de Infobae sobre cuál sería la
causa de los coágulos sanguíneos que mostraban las autopsias realizadas a pacientes muertos
por coronavirus en los EEUU, el presidente de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) fundamentó: “Las
últimas investigaciones reflejan que en algunos pacientes graves el sistema inmune responde con una
‘tormenta de citoquinas’, lo que agrava su estado”.
“De repente el organismo empieza a defenderse de manera infernal de este patógeno, los glóbulos
blancos liberan grandes cantidades de citoquinas, lo que genera una inflamación que impacta en todo el
organismo”, comenzó a explicar Tartaglione.
Es que los últimos estudios dejan ver que en los pacientes que alcanzan
cuadros graves de coronavirus la mecánica respiratoria está intacta, por eso
las personas no responden al respirador artificial: porque la dificultad
respiratoria no es por falta de oxígeno sino por incapacidad de las
células para transportarlo.
“Lo que se vio en un estudio que llevó a cabo un grupo de universidades chinas es que en pacientes con
COVID-19 la hemoglobina se altera, no puede transportar oxígeno: se altera liberando hierro que hay en el
glóbulo rojo, y éste hierro intoxica al pulmón inflamándolo”, detalló el médico neurólogo Conrado Estol a
este medio sobre esta hipótesis acerca de qué es lo que haría colapsar los pulmones de las personas
infectadas con el nuevo virus.
Y continuó: “También se ha propuesto otro mecanismo en que el virus ataca células de los pequeños
sacos pulmonares (alvéolos) causando su colapso lo que impide que pase oxígeno a la sangre. La neumonía
que se observa en imágenes no es la típica con pus en el pulmón sino que es una neumonía inflamatoria que
por alguno de los mecanismos descritos causa la hipoxia (falta de oxígeno)”.
“Se dan dos fenómenos -retomó Tartaglione-. Una alteración en el transporte de oxígeno y por otro lado
la formación de micro coágulos que impactan a nivel pulmonar”. Y puntualizó: “Cuando el virus entra al
organismo ingresa en el receptor de la enzima convertidora ACE2 y rompe la célula pulmonar, se multiplica,
hace carga viral y el sistema inmune empieza una respuesta que produce un estado hiperinflamatorio, que
se exagera en pacientes obesos, hipertensos, diabéticos, en los que predominantemente se genera un
estado protrombótico (que favorece la formación de trombos)”.
La neumonía que se observa en imágenes no es la típica con pus en el pulmón sino que es una
neumonía inflamatoria que por alguno de los mecanismos descritos causa la hipoxia (Shutterstock).
Para el Biólogo y Doctor en Ciencias Federico Prada “una de las características a nivel biológico más
importantes que tiene este coronavirus es que está utilizando como puerta de entrada una molécula que
está muy distribuida en el organismo, que se llama enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE-2), que al
tener una cantidad muy grande por célula de esa molécula el virus encuentra múltiples sitios por donde
entrar a las células y al organismo”. Para el director de la licenciatura Bioinformática y la licenciatura en
Biotecnología de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) “eso también explica un poco la
sintomatología que no solamente está restringida al área respiratoria, sino que también hay otros efectos
colaterales por tener infección en otros órganos”.
Entonces, “el SARS-CoV-2 entra a la célula, y a partir de ese momento comienza a duplicar su material
genético con el objetivo de dividirse, de amplificarse y generar nuevas partículas”. “Una vez que se terminó
de replicar, tiene que salir, romper la célula donde está y es ahí donde se prende una alarma en el sistema
inmune -si es que no fue detectado previamente-. En ese momento, numerosas células del sistema inmune
comienzan a llegar al sitio y esto genera una inflamación y la inflamación trae aparejada aumento de la
temperatura, irrigación de sangre al área y en muchos casos un arribo de muchas células desde el torrente
sanguíneo hasta el tejido afectado”, ahondó el especialista, quien describió lo que ocurre a continuación
como “una verdadera batalla a nivel inmunológico entre las células de defensa y el virus que se está
propagando”.
Lo que los especialistas observan son microtrombos en pequeños vasos a nivel del pulmón
(Shutterstock).
“Lo que está pasando con las trombosis que se están viendo en autopsias es que el virus genera un
cambio en el endotelio de los vasos sanguíneos y esos cambios lo alteran y lo vuelven procoagulante, lo cual
lleva a que se formen microtrombos en los pequeños vasos del pulmón”. El médico hematólogo del Hospital
Británico José Ceresetto (MN 74596) explicó a Infobae que “en lugar de dar origen a una coagulación
intravascular diseminada (CID), pareciera que este trastorno se genera localizadamente a nivel del pulmón”.
En la CID se activan las dos enzimas centrales en la coagulación -trombina y fibrina- pero en pacientes
con coronavirus ésto ocurriría de manera localizada en los pulmones.
En concreto, lo que los especialistas observan son microtrombos en pequeños vasos a nivel del pulmón
y esto es lo que provoca falta de oxígeno en el paciente, en consonancia con un aumento del dímero D, “un
marcador de que en el organismo está ocurriendo formación de coágulos”. “No se entendía por qué estaba
alto este valor en pacientes con COVID-19 y ahora con estas autopsias se vieron estos microtrombos que
explican un poco más la situación”, señaló el especialista miembro de la Sociedad Argentina de
Hematología, quien precisó que “el marcador aumentado aparece antes de que el paciente se descompense
tanto; señala que algo está pasando y que ese paciente va a tener una complicación peor”.
Lo cierto es que en la práctica “cada vez se ven más eventos clínicos de trombosis en pacientes con
coronavirus” y según el experto “tiene que ver con este desbalance en la coagulación de la sangre
específicamente ‘gatillado’ a nivel del pulmón”.
“Se usa heparina de bajo peso molecular, que ayuda a prevenir microtrombos para evitar esta
complicación, pero no lo evita por completo”, explicó el hematólogo, quien reconoció que “no se sabe
cuánto escalar ese tratamiento, que en dosis de prevención es casi inofensivo, pero en el caso de subir la
dosis en estos pacientes que están sépticos y con plaquetas bajas podría ser peligroso”.
RESUMEN
El hierro tiene la capacidad de ceder o donar electrones con facilidad y puede catalizar reacciones vía
radicales libres e incrementar el estrés oxidativo. Así, la peroxidación lipídica y riesgo cardiovascular son
consecuencias de la sobrecarga de hierro. Recientemente, se ha descrito también una relación entre el
metabolismo del hierro y la resistencia a la insulina y la obesidad. Por el contrario, aún existe gran
controversia en cuanto a la relación anemia ferropénica-enfermedad cardiovascular.
Esta Revisión presenta de forma breve los conocimientos actuales sobre la regulación del metabolismo del
hierro, su biodisponibilidad y los trastornos por sobrecarga y deficiencia de hierro, para posteriormente
examinar las relaciones existentes entre el hierro y el riesgo cardiovascular, tanto en la deficiencia como en
la sobrecarga. Finalmente presenta propuestas para desde la nutrición utilizar estrategias para paliar la
sobrecarga o prevenir la anemia por falta de hierro.
Palabras clave: Metabolismo del hierro. Anemia ferropénica. Sobrecarga de hierro. Enfermedad
cardiovascular. Nutrigenómica.
ABSTRACT
Although iron is an essential mineral for maintaining good health, excessive amounts are toxic. Nowadays, much
interest is focused on the mechanisms and regulation of iron metabolism by down-regulation of the hormone
hepcidin. The HAMP gene encodes for hepcidin appears to be exceptionally preserved. Disorders of iron
metabolism could lead to iron overload, mainly causing the rare disease hereditary hemochromatosis, or on the
other hand, iron deficiency and iron deficiency anaemia. Currently, these alterations constitute an important
problem of public health. The genetic variation implicated in iron overload and iron deficiency anaemia, involves
mutations in several genes such as HFE, TFR2, HAMP, HJV, Tf and TMPRSS6.
Iron has the capacity to accept and donate electrons easily and can catalyze reactions of free radicals
production. Therefore, iron overload causes lipid peroxidation and increases cardiovascular risk. Recently, a
relationship between iron metabolism and insulin resistance and obesity has been described. In contrast,
regarding a possible relationship between iron deficiency anaemia and cardiovascular disease, many aspects
remain controversial.
This review presents an overview of the most recent information concerning iron metabolism, iron
bioavailability and iron overload/deficiency related diseases. The relation between iron and cardiovascular risk,
in iron overload and in iron deficiency situations, is also examined. Finally, strategies to modify dietary iron
bioavailability in order to prevent iron deficiency or alleviate iron overload are suggested.
Key words: Iron metabolism. Iron deficiency anemia. Iron overload. Cardiovascular disease.
Nutrigenomics.
El hierro es un mineral vital para el ser humano. Participa en múltiples procesos metabólicos, ya que se
encuentra como componente de enzimas y otros complejos moleculares. Dentro de sus funciones
principales se pueden mencionar: transporte de oxígeno a través de la hemoglobina; síntesis de ADN, al
formar parte de la enzima ribonucleotido reductasa; y transporte de electrones, por tener la capacidad de
aceptar los y donarlos.
El papel del hierro en la función del sistema nervioso es muy importante. El hierro parece intervenir en
la síntesis, degradación y almacenamiento de neurotransmisores, serotonina, dopamina y ácido
gammaaminobutírico (GABA). La distribución del GABA y la dopamina coincide aproximadamente con la de
este metal, y se ha sugerido que debe existir alguna participación del hierro en las funciones dopaminérgicas
y gabaminérgicas.
El recambio cerebral del hierro es muy lento; por lo tanto, las deficiencias producidas en etapas
tempranas de la vida son muy difíciles de corregir y tienden a persistir. Además, el hierro es imprescindible
para la mielinización. El oligodendrito, responsable de la producción de mielina, es el tipo de célula que
predominantemente contiene hierro en el cerebro. También se ha relacionado la influencia de este mineral
en el hipocampo y áreas de memoria. De hecho muchas enfermedades degenerativas cerebrales como
Parkinson o demencia, parecen tener su origen en alteraciones del metabolismo del hierro.
Otros aspectos menos estudiados relacionan la falta de hierro con alteraciones hepáticas como las
colelitiasis. Muy posiblemente en estas alteraciones está implicada la 7-alfa-hidroxilasa de colesterol,
enzima dependiente de hierro y ligada al sistema de los citocromos, que interviene en la transformación de
colesterol a ácido cólico.
Así mismo, se ha correlacionado la falta de hierro con la Pica, trastorno de la conducta alimentaria del
que aún se conoce muy poco. Ésta se define como el consumo constante e inadecuado de sustancias no
nutritivas durante un período de por lo menos un mes. Aunque la causa de la Pica aún sea desconocida,
algunos estudios epidemiológicos y clínicos la relacionan con la falta de hierro y zinc. Se dice que su origen
radica en que la carencia de dichos minerales, tiene como respuesta una conducta secundaria del organismo
a dichas necesidades. Se ha descrito Pica y déficit de hierro en mujeres embarazadas, niños y personas con
pérdidas sanguíneas digestivas, entre otros. Se ha visto que la administración de hierro resuelve la Pica en
muchos casos, incluso antes de verse corregida la anemia. El poco conocimiento de dicho trastorno hace
que actualmente sea objeto de estudio por parte de antropólogos, geógrafos, pediatras, ginecólogos,
hematólogos, psiquiatras, psicólogos y nutricionistas.
Todos estos datos, demuestran la importancia del hierro en numerosas funciones orgánicas, siendo
imprescindible para la función cognitiva y el rendimiento físico, lo que explica el reciente interés en las
posibles repercusiones de la deficiencia de hierro en el rendimiento académico de adolescentes y en la
productividad laboral de las mujeres.
Un adulto promedio sano contiene un total de 3-4 mg de hierro corporal (40-50 mg por kg de peso
corporal), del cual aproximadamente un 50% se encuentra en forma de hemoglobina, 25% como reserva
hepática (ferritina), y el resto está constituido por las mioglobinas y proteínas que contienen hierro en su
estructura.
El hierro de los alimentos se encuentra básicamente en dos formas: hemo y no hemo. El hierro hemo
está presente en los productos de origen animal y está compuesto por una molécula de protoporfirina IX y
un ion de Fe2+16. El hierro no-hemo (Fe2+ yFe3+) se encuentra en alimentos de origen animal y vegetal
(cereales, verduras, legumbres, frutas). Éste constituye el 90-95% de la ingesta total del micronutriente.
La mayor reserva de hierro en plantas y animales es la ferritina. Muchos textos nutricionales consideran
únicamente el hierro hémico y no hémico (o inorgánico), ignorando la posibilidad de la ferritina como
posible fuente dietética del metal. Aunque su biodisponibilidad aun está en controversia, varios estudios
muestran que la ferritina tanto de animales y plantas se absorbe de manera similar al sulfato ferroso. Por
otro lado, recientemente se ha destacado el potencial de la lactoferrina añadida a los alimentos como
antiinflamatorio y a la vez su capacidad para mejorar el estado de hierro.
El hierro no-hemo presenta una absorción muy baja, que está influenciada por otros componentes de la
dieta. Por su parte, el hierro hemo presenta una absorción del 20-35%, al no verse influida prácticamente
por otras sustancias. La absorción de ambas formas de hierro tiene lugar fundamentalmente en el duodeno.
No obstante, únicamente en torno a un 10% de hierro que se ingiere es absorbido en este tramo del
intestino, lo que implica que el 90% llega al colon y es excretado en heces. Sin embargo, hay evidencia que
sugiere que el colon proximal tiene capacidad transportadora de hierro a través de mecanismos que pueden
ser similares a los del duodeno. Se ha demostrado que la expresión de los transportadores de hierro en el
colon puede estimularse, pero la capacidad de transporte en este segmento del intestino es muy limitada,
incluso en situación de anemia. Así, un estudio en el que se emplearon isótopos estables para conocer si la
suplementación con prebióticos incrementaba la absorción de hierro en cerdos, mostró que el hierro
absorbido en el colon no contribuye significativamente a la absorción total del mineral. No obstante, la
evaluación del papel fisiológico de la absorción de hierro en el intestino grueso requiere una investigación
más profunda.
Biodisponibilidad
Dado que el proceso digestivo constituye el principal regulador fisiológico del hierro corporal y que una
vez absorbido los mecanismos para excretarlo son ineficaces, los componentes de los alimentos que afectan
su solubilidad y transporte intestinal, modificarán su biodisponibilidad. El conocimiento de dichos factores,
estimuladores o inhibidores, puede ser muy útil para los pacientes que sufren trastornos del metabolismo
del hierro, bien por deficiencia o por sobrecarga, como se comentará al final de ésta revisión.
Estimuladores
El medio ácido en el intestino favorece la absorción de los minerales en general, debido a que a pH bajo
se mantienen en solución. Así, el hierro en la forma Fe2+, al ser más soluble, es más disponible que en la
forma oxidada Fe3+.
Los alimentos de origen animal (carne, pescado, pollo) contienen el denominado “factor carne” que
incrementa la absorción de hierro. Dicho factor parece estar constituido por una serie de péptidos que se
liberan durante la digestión de estos alimentos proteicos. Dichos péptidos se combinarían con el hierro
formando complejos solubles y lo protegerían de otros componentes inhibitorios de la dieta permitiendo su
absorción más eficazmente. Más recientemente se ha descrito que puede tratarse de fracciones de hidratos
de carbono (glucosaminoglucanos) o fosfolípidos, presentes de forma natural en estos alimentos.
Se ha documentado muy bien el papel estimulante de la absorción de hierro que ejerce la vitamina C o
ácido ascórbico. Este nutriente actúa de varias maneras: reduce el hierro a la forma Fe2+, más soluble; y
forma en el medio ácido del estómago un complejo ascorbato férrico muy estable, que permanece soluble
al pH más alto del duodeno. Constituye por tanto el mejor potenciador de la biodisponibilidad del hierro no-
hemo que se conoce. Para que esta activación de la absorción sea efectiva, deben ingerirse en la misma
comida los alimentos ricos en hierro y los que aportan vitamina C (por ejemplo, carne y naranja), requisito
de simultaneidad que a menudo se ignora. Así, es habitual que aunque las personas con deficiencia de
hierro conozcan que los cítricos aumentan la absorción de hierro, suelen tomarlos en ayunas o separarlos de
las comidas principales que generalmente son las que aportan una proporción mayor del hierro de la dieta.
Respecto a la grasa, los ácidos grasos saturados y el aceite de oliva, también favorecen la absorción de
hierro, mientras que la grasa más insaturada, particularmente el ácido linoleico y los omega-3
(eicosapentaenoico y docosahexaenoico), en exceso, pueden reducir la biodisponibilidad de éste.
Inhibidores
Es importante resaltar que el consumo de bebidas antioxidantes ricas en polifenoles, goza de gran
popularidad, y las personas con predisposición a anemia ferropénica, desconocen la importancia de separar
su consumo de las comidas principales.
Así mismo, se han descrito las capacidades de diferentes fuentes de fibra dietética para quelar varios
metales, entre ellos, el hierro. Sin embargo en un estudio realizado por Vaquero y cols., se observó que la
influencia del consumo de una fibra insoluble hipocolesterolemiante rica en taninos condensados
procedente de algarroba, como única fibra dietética o en combinación con celulosa o con pectina, no
modificaba la biodisponibilidad de hierro.
Sin embargo, la fibra presente en algunas algas parece inhibir la absorción de hierro. Bocanegra et
al. estudiaron la biodisponibilidad de hierro en dietas que contenían algas con poder hipocolesterolemiante.
Se observó que la absorción aparente de hierro disminuía por la presencia del alga Nori, pero no por la del
alga Konbu, en la dieta.
Otros minerales (Ca, Zn, Cu, Cd, etc.) interaccionan con el hierro en el tracto gastrointestinal. Así,
ingestas excesivas de calcio y zinc pueden reducir la biodisponibilidad del hierro, interaccionando en la
propia mucosa. Además, el calcio, es el único componente de los alimentos que en condiciones particulares
puede inhibir el hierro tipo hemo ingerido. No obstante, la repercusión del consumo de suplementos de
calcio o alimentos enriquecidos con él en personas susceptibles de padecer anemia no está suficientemente
documentada.
Algunos autores proponen que el hierro férrico se absorbe en el enterocito por un mecanismo distinto a
la reducción previa y transporte vía DMT1. En este modelo, el hierro férrico, sería liberado del alimento en
el ambiente ácido del estómago y quelado por mucinas en la superficie del borde de cepillo, manteniendo el
hierro en su forma férrica. El Fe3+ atravesaría la membrana apical del enterocito al interactuar con la β3-
integrina y la mobilferrina. Una vez en el citosol, este complejo se combinaría con una reductasa, la flavina
monooxigenasa, y la β2-microglobulina para formar un gran conglomerado conocido como paraferritina,
resultando la reducción del hierro absorbido de la forma férrica a la forma ferrosa. Hay evidencia que
sugiere que el complejo de paraferritina contiene DMT1, que permite la entrada del hierro Fe 2+ a los
orgánulos intracelulares. El hierro en forma ferrosa podría almacenarse en forma de ferritina (fig. 1).
Por su parte, el hierro hemo se absorbe por un sistema diferente (fig. 1). Se ha identificado una
proteína de la membrana apical de la célula del epitelio intestinal, denominada proteína transportadora de
hemo (Heme Carrier Protein 1, HCP1) como posible transportador del hierro hemo. Una vez dentro del
enterocito, la hemo-oxigenasa 1 (HO-1) y sus homólogos HO-2 y HO-3 son las encargadas de romper la
molécula de hierro para liberar Fe2+. La reacción también genera monóxido de carbono (CO), que está
involucrado en vías de señalización, y biliverdina, que se convertirá enzimáticamente en el antioxidante
bilirrubina.
Una vez dentro del enterocito, el hierro puede almacenarse en forma de gránulos de ferritina (como
Fe3+) que se eliminan por descamación, o bien ser exportado a la circulación por la acción combinada de una
reductasa denominada hepaestina (Hp) y una proteína transportadora de la membrana basolateral
denominada ferroportina (FPN). El hierro ferroso debe ser oxidado a férrico, mediante la ceruloplasmina, y
así se une a la transferrina (Tf), la cual distribuye el metal por todo el cuerpo para su utilización y
almacenamiento.
Hepcidina
La hepcidina es una proteína plasmática de 20-25 aminoácidos, considerada actualmente una hormona
del hierro, proveniente de un precursor de mayor tamaño, que reduce la absorción intestinal de hierro al
tiempo que impide su liberación excesiva de los macrófagos.
El gen que codifica la hepcidina (HAMP), se expresa y secreta en el hepatocito, aunque hay evidencia de
que también se expresa en corazón, riñón, tejido adiposo, páncreas, células hematopoyéticas, monocitos y
macrófagos. Sin embargo, la relevancia biológica de la hepcidina extrahepática aún es objeto de intensa
investigación.
Mutaciones en el gen HAMP en humanos generan enfermedad por sobrecarga severa de hierro. Una
completa deficiencia de hepcidina causa hemocromatosis juvenil, teniendo lugar una excesiva absorción de
hierro dietético a pesar de las reservas excesivas del metal34. Por el contrario, una expresión incrementada
induce una anemia por deficiencia en la absorción de hierro a pesar de una dieta normal o rica en hierro.
La síntesis de hepcidina es estimulada por las reservas y los niveles plasmáticos de hierro ( fig.2), así
como por la inflamación a través de citoquinas (TNFα, IL-6). Por el contrario, la expresión de la hepcidina es
inhibida por la actividad eritropoyética, para asegurar que las concentraciones de hierro plasmático
extracelular y las reservas se mantienen estables, a la vez que la demanda eritropoyética de hierro está
cubierta.
Como se mencionó anteriormente, aunque el hierro es un nutriente esencial para el ser humano un
exceso en el organismo implica una amenaza para células y tejidos.
Hemocromatosis
La hemocromatosis se puede definir como una enfermedad donde hay un incremento de almacenes de
hierro, causando cambios patológicos. Hay dos tipos de hemocromatosis: idiopática primaria (o hereditaria)
y secundaria. En base a las alteraciones clínicas y genéticas, según la Online Mendelian Inheritance in Man
Database (OMIN), se han identificado 4 tipos de hemocromatosis hereditarias (HH), siendo la tipo I la más
frecuente y la tipo II la más grave, tal como se observa en la Tabla II.
Según Wolff y cols. (sic), a medida que transcurre el tiempo y aumenta la sobrecarga férrica, los
pacientes con hemocromatosis pasan por las siguientes fases:
1. “Fase genética”, con predisposición a la enfermedad, pero sin anormalidad bioquímica, ni histológica, ni
manifestaciones clínicas.
2. “Fases de sobrecarga férrica asintomática”, con acumulación de hierro (depósito férrico 2-5 g) y sin
síntomas.
3. “Fases de sobrecarga férrica con síntomas precoces”, con acumulación de hierro y síntomas como astenia,
letargia, artralgia.
4. “Fases de sobrecarga férrica con lesión orgánica”, en que destaca especialmente la cirrosis hepática.
En etapas avanzadas es posible observar la tríada clásica descrita desde sus primeras definiciones que
contempla cirrosis hepática, hiperpigmentación cutánea y diabetes. También se pueden observar síntomas
menos frecuentes e inespecíficos como dolor abdominal, debilidad, letargia y pérdida de peso. El cuadro
clínico puede incluir, además, manifestaciones dependientes de diversos órganos y sistemas, según el grado
de daño producido por el depósito de hierro.
El Doctor Hu
Weifeng,
luchador en
primera línea y
desde los
primeros
momentos
contra
el coronavirus,
falleció en el
Hospital Central de Wuhan tras más de cuatro meses de lucha contra la enfermedad. Fue uno de los dos
médicos que se hicieron famosos tras volverse negra su piel después de contraer la enfermedad. Es
la primera víctima mortal en China tras varias semanas sin ellas. Si bien es cierto que los medios de
comunicación consideraron a la cloroquina como posible causa del cambio de color su piel a color negro,
consideramos más bien que es un caso de hemocromatosis adquirida por daño hepático causado por la
intoxicación y sobrecarga por hierro. Hay que tener en cuenta que el Dr. Hu Weifeng estuvo cuatro meses
enfermo, tiempo más que suficiente para que se produzca daño hepático por hemocromatosis adquirida.
Cuando Hu Weifeng y su compañero Yi Fan experimentaron el cambio de pigmentación, el mismo se
atribuyó al uso de la cloroquina. La cloroquina habría contribuído al daño hepático por sinergia junto con la
intoxicación por hierro, a su vez causa del oscurecimiento de la piel. Yi Fan fue dado de alta posteriormente.
Quizás la muerte del Dr. Hu Weifeng no fue en vano. El cambio de color en su piel nos dejó un mensaje :
”Investiguen el daño oxidativo por sobrecarga de hierro”. China ha condecorado a título
póstumo a 34 miembros del personal sanitario por su lucha contra el coronavirus, de los
que 23 eran médicos, y seis de ellos del Hospital Central de Wuhan.
En general, en estos casos el contenido total de hierro en el organismo llega a ser superior a 5 g. La
frecuencia de portadores (heterocigotos para hemocromatosis hereditaria) es de 8-10%, con una proporción
de homocigotos de 0,3-0,8%. Estas patologías se clasifican como enfermedades raras, al afectar a menos de
5 casos por cada 10.000 habitantes en la comunidad, según la definición de la Unión Europea.
La HH es 5 veces más frecuente y de aparición más temprana en los hombres que en las mujeres. Las
primeras manifestaciones clínicas en hombres se producen entre los 30 y los 50 años, mientras que en
mujeres después de los 50 años. Algunas personas pueden presentar síntomas a edades más tempranas en
la hemocromatosis juvenil.
Existe sobrecarga de hierro por otras causas diferentes a hemocromatosis. Entre las principales causas
se pueden mencionar.
• Anemia sideroblástica y ciertas anemias hemolíticas.
• Talasemia mayor.
• Transfusiones sanguíneas frecuentes.
• Causas “médicas” (iatrogénicas) como administración de dextrano ferroso para el tratamiento de
algunas anemias.
• Hepatopatías crónicas: alcohólica, asociada al virus de la Hepatitis C.
• Esteatohepatitis no alcohólica.
• Porfiria cutánea tarda.
• Aceruloplasminemia.
• Atransferremia congénita: rara anemia hipocrómica microcitica.
• Tirosinemia hereditaria.
• Síndrome cerebrohepatorrenal (síndrome de Zellweber).
• Hemodiálisis crónica.
• Sobrecarga dietética.
• Sobrecarga parenteral.
• Cortocircuito portocava.
• Siderosis en algunos subsaharianos y afroamericanos.
Años atrás, se han identificado las llamadas “Nuevas proteínas del metabolismo del hierro”, tales como:
hepcidina, hemojuvelina, transportador de metales divalentes (DMT1), ferroportina, proteína
transportadora de hemo (HCP); las cuales se han estudiado para relacionar la posibles mutaciones de los
genes que las codifican con la sobrecarga de hierro. Más recientemente, se están describiendo otras
proteínas que desempeñan distintos papeles, receptores de membrana y factores de transcripción.
La mejor representación de exceso de hierro es la HH clásica, que se diagnostica por la existencia de las
mutaciones del gen HFE, C282Y y/o H63D. La mutación C282Y es más frecuente en el norte de Europa,
mientras que la H63D abunda más en los países mediterráneos como España y ocasiona trastornos más
leves. Además de la HH, existen situaciones patológicas en las que se da una sobrecarga férrica secundaria
(hemocromatosis secundaria) que constituye una complicación severa de la enfermedad con
manifestaciones clínicas superponibles a la HH. Algunas de estas patologías son las talasemias severas o los
síndromes mielodisplásicos.
Un déficit de hepcidina conduce a elevados niveles de hierro plasmático y a una sobrecarga de hierro.
Los pacientes con HH no producen hepcidina o la producen en cantidad insuficiente. Por otro lado, las
mutaciones en el gen de la hemojuvelina (HJV), que codifica el receptor de membrana HJV, modulador de la
expresión de la hepcidina, produce una elevación en los niveles de hierro. A este respecto, la variabilidad
genética de hepcidina y hemojuvelina está siendo objeto de estudios, si bien restringidos a casos clínicos
concretos o en poblaciones distintas a la española.
Dado que ha podido demostrarse la importancia del receptor de transferrina en la homeostasis del
hierro, otros factores genéticos en el metabolismo del hierro pueden ser las mutaciones en el gen del
receptor de transferrina (TFR2). Así, algunos autores han descrito que la homocigosis para la mutación
Y250X en TFR2 dentro de familias de origen siciliano produce HH tipo 3. Otros autores, sin embargo, han
concluido que las mutaciones del gen TFR2 no son relevantes para explicar las alteraciones del metabolismo
del hierro, por lo que todavía no resulta claro su papel en estados patológicos relacionados con el
metabolismo del metal.
Recientemente, se ha descrito una hemocromatosis juvenil que no está relacionada con el gen HFE, el
del TFR2 o el de la ferroportina. Esta sobrecarga temprana de hierro se relaciona con mutaciones del
gen HJV, concretamente se ha señalado la mutación G320V.
La eficiencia del hierro Fe2+ para ceder electrones y la del hierro Fe3+ para aceptarlos, es una
característica fundamental para muchas reacciones bioquímicas del organismo. Sin embargo, ésta
característica lo convierte también en un peligro potencial, ya que bajo condiciones aerobias, fácilmente
puede catalizar la formación de radicales libres nocivos, especies reactivas de oxígeno o más coloquialmente
radicales libres.
La toxicidad del hierro se basa en la química de Fenton y de Haber-Weiss, donde pequeñas cantidades
del mineral son suficientes para formar radicales hidroxilo (OH·) a partir de superoxido (O2·-) y peróxido de
hidrógeno (H2O2), conocidos como intermediarios reactivos de oxígeno (ROS).
Cabe mencionar que los ROS se producen inevitablemente por la respiración aerobia y se forman a
través de la reducción incompleta de oxígeno molecular en la mitocondria. Así mismo, se pueden generar
durante reacciones enzimáticas en otros subcompartimentos de la célula, tales como peroxisomas, retículo
endoplásmico o en el citoplasma. También se producen en el borde de la membrana celular a través del
complejo NADPH oxidasa, una enzima que se expresa principalmente en neutrofilos y macrófagos, pero
también es expresada en otros tipos celulares. La NADPH oxidasa es una herramienta importante para la
defensa del organismo.
El potencial redox del hierro no sólo cataliza la formación de radicales hidroxilo; también cataliza la
formación de especies reactivas orgánicas, tales como ROOs, ROs, RS o RSOOs. Del mismo modo, el hierro
hemo (contenga o no hemoproteínas) cataliza la formación de radicales libres, vía formación de
intermediarios de oxoferrilo.
Finalmente, el hierro ferroso también puede contribuir como reactivo más que como catalizador, para la
generación de radicales libres a través de una interacción directa con el oxígeno.
Los radicales libres son especies muy reactivas y promueven la oxidación de proteínas, peroxidación de
lípidos de membrana y modificación de ácidos nucleicos.
Un incremento en los niveles de especies reactivas de oxígeno, que va más allá de la capacidad
antioxidante del organismo, ocasionando estrés oxidativo, se puede encontrar en ciertas situaciones
patológicas como inflamación crónica, reperfusión isquémica causada por una lesión o neurodegeneración,
y en general las enfermedades cardiovasculares.
Un exceso de hierro con actividad redox agrava el estrés oxidativo y acelera la degeneración tisular. Esto
se hace evidente en desórdenes hereditarios o sobrecargas secundarias de hierro.
Hipótesis de Hierro
Diversos factores de riesgo se asocian claramente con aterosclerosis: edad, género, dislipidemias,
tabaquismo, hipertensión, diabetes mellitus, obesidad y estilo de vida sedentario. Sin embargo, se sugiere
que la causa de casi la mitad de los casos de aterosclerosis no se define por dichos factores. De ahí que la
investigación de los posibles factores de riesgo o protección de enfermedades cardiovasculares sigue siendo
motivo de estudio.
En 1981, Jerome Sullivan propuso que la deficiencia de hierro era un posible factor protector contra
enfermedades cardiovasculares. Inicialmente, la “hipótesis de hierro” fue formulada para explicar las
diferencias entre sexo y riesgo cardiovascular, de modo que la menstruación en las mujeres constituiría un
factor que condicionaría un escaso reservorio corporal de hierro y por tanto menor riesgo cardiovascular.
Sin embargo, este razonamiento es aún motivo de discusión.
En 1992, Salonen y cols., publicaron un estudio prospectivo acerca de la hipótesis del hierro y las
enfermedades cardiovasculares. Se encontró que una asociación positiva entre las concentraciones de
ferritina sérica, indicador de almacenes de hierro, y determinados factores de riesgo de enfermedades
cardiovasculares. La asociación fue fuerte en hombres con altos niveles de LDL-colesterol sérico, sugiriendo
un papel sinérgico de altos depósitos de hierro y altos niveles de LDL-colesterol. Estos hallazgos fueron
confirmados por otros investigadores, que muestran que el exceso de hierro estimula la formación de
lesiones ateroscleróticas en conejos hipercolesterolémicos. Kiechl y cols., comprobaron en un estudio
asintomático de aterosclerosis carotídea evaluado por ecografía dúplex, la existencia de una fuerte
correlación entre la aterosclerosis y los depósitos de hierro en hombres y mujeres, los cuales fueron más
prominentes cuando se asociaron con hipercolesterolemia.
Por lo tanto, aunque hay pruebas de que la cantidad total de hierro en el cuerpo está relacionada con la
enfermedad aterosclerótica, no está claro si es una relación gradual ni la existencia de una relación causa-
efecto. Además, los procesos inflamatorios que cursan con ferritina elevada constituirían un factor
contundente. No obstante, sí se conoce una clara relación entre sobrecarga de hierro, peroxidación lipídica
elevada y cirrosis hepática en enfermos de hemocromatosis hereditaria.
Un estudio realizado en adultos obesos, demostró que las demandas celulares de hierro pueden ser
medidas a través del receptor de transferrina y la inflamación a través de la proteína C reactiva.
Sobrecarga
La quelación es el tratamiento por el cual se elimina suficiente cantidad de hierro para prevenir daño a
órganos endocrinos, hígado y corazón por una sobrecarga de hierro. Los quelantes se dan principalmente
por vía parenteral.
En relación a posibles quelantes de los alimentos, se ha observado que el poder inhibitorio del té en la
absorción del hierro puede ser útil para disminuir el acumulo de hierro en pacientes con hemocromatosis, y
reducir las secuelas de esta enfermedad. La recomendación a estos pacientes deberá ser consumir té en las
comidas principales para que la interacción se produzca con el hierro de los alimentos. Además se evitará
ingerir en las mismas componentes que aumenten la absorción del metal. Kaltwasser y cols., demostraron
que el consumo de té negro con las comidas, reducía las frecuencias de flebotomías requeridas en el manejo
de pacientes con hemocromatosis.
Lo mismo ocurre con el consumo de té verde y otros alimentos que contienen compuestos fenólicos,
tales como el vino tinto y el café que condicionan una inhibición en la absorción del hierro no-hemo. Por lo
tanto, se podrían utilizar combinados de inhibidores de la absorción, para paliar los efectos de la sobrecarga
de hierro.
Las acciones benéficas del té verde van más allá del secuestro de hierro como complemento en la
terapia médica de hemocromatosis. Esto es debido a que dentro de su composición química se encuentran
un tipo de polifenoles, las catequinas, que tienen acciones benéficas en la prevención de enfermedades
cardiovasculares.
Se han identificado ocho catequinas diferentes al extraer los polifenoles del té. Principalmente se
pueden mencionar: galato epigalocatequina y galocatequina, que constituyen el 51,8% de las catequinas
totales del té. Dichas catequinas pueden disminuir el daño celular causado por estrés oxidativo. Así mismo,
se ha visto que su consumo puede ser útil en el tratamiento de control de peso1, al incrementar la
termogénesis y la oxidación de la grasa y en el tratamiento de la hipercolesterolemia, pues disminuye la
absorción intestinal del colesterol al reducir su solubilidad en las micelas. Además los polifenoles del té
presentan una fuerte actividad protectora contra la oxidación de las LDL ayudando así en la prevención
enfermedades cardiovasculares.
Futuras Investigaciones
Teniendo en cuenta la literatura revisada creemos que es necesaria la realización de más investigaciones
sobre la relación de la deficiencia o exceso de hierro sobre diversos factores de riesgo cardiovascular. En
particular deben programarse estudios donde se analice la influencia de diferentes grados de
deficiencia/exceso de hierro sobre los niveles de lipoproteínas aterogénicas (LDL, VLDL, Lp(a)),
antiaterogénicas (HDL) y sobre el grado de peroxidación de las mismas.
Dada la falta de información bibliográfica existente, también deben analizarse los efectos de los grados
de ferropenia o sobrecarga de hierro sobre trombogénesis, agregación plaquetaria, factores de la
coagulación sanguínea y fibrinolisis.
Teniendo en cuenta la relación entre hepcidina, estatus del hierro y procesos inflamatorios, desde esta
revisión se insta a investigar sobre las posibles implicaciones del hierro tisular sobre citoquinas y/o
adipoquinas. Además, dado que la enfermedad cardiovascular y el síndrome metabólico tienen una base
inflamatoria, los estudios futuros deben incidir en las implicaciones que suplementos de hierro o consumo
de alimentos enriquecidos en dicho mineral puedan tener en personas anémicas o con deficiencia de hierro
sobre los niveles de insulina y/o citoquinas proinflamatorias y antiinflamatorias.
Las lipoproteínas tienen un rol relevante en el sistema inmunitario durante las infecciones y sufren
variaciones durante las reacciones inflamatorias.
El HDL podría disminuir la expresión de citoquinas pro- inflamatorias como TNF-α, IL-1β e IL-6 en
monocitos y macrófagos, así como también niveles elevados de HDL se relacionan con múltiples
mecanismos protectores durante cuadros de sepsis. En este sentido, la apoA es considerada como un factor
antivírico en las infecciones del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
El rol del LDL en infecciones virales no está bien establecido. Se ha observado que algunos virus
requieren un receptor funcional de lipoproteínas de baja densidad (LDL-R) para la entrada a la célula
huésped. Asimismo, podría existir una relación entre el virus, la membrana y el LDL el cual funcionaria como
facilitador de la entrada del virus a la célula.
Estatinas e Infecciones
Las estatinas son el grupo terapéutico más usado en el tratamiento de las hipercolesterolemias y han
demostrado reducir el riesgo de eventos y mortalidad en los pacientes con enfermedad cardiovascular
previa.
Existen estudios controvertidos del rol de éstas en infecciones virales y bacterianas. Sus mecanismos
pleiotrópicos y antinflamatorios podrían jugar un rol protector en infecciones bacterianas y en neumonías
por influenza. Asimismo, podrían ser beneficiosas en el tratamiento de pacientes con afecciones graves
asociadas con desregulación de las citoquinas. En este sentido, se observó un potencial beneficio en
infecciones por coronavirus tanto en MERS como COVID-19. Se postulan como mecanismos que las
estatinas mantienen el nivel normal de expresión del gen MyD88 (sobre expresado en infecciones severas
por SARS-CoV2) y disminuyen la activación del NF-κB.
Otra hipótesis plantea que el tratamiento con estatinas podría resultar en una producción muy baja de
colesterol endógeno, con un consecuente incremento de los receptores de LDL, una mayor incorporación de
colesterol a la membrana y un mayor número de balsas lipídicas. Las balsas lipídicas son zonas de baja
densidad y alto contenido en lípidos en donde se localizan los receptores ACE2IX.
Los hipotéticos beneficios de las estatinas han impulsado su uso en ensayos clínicos aleatorizados en
pacientes con infecciones respiratorias agudas. En este sentido, no se halló beneficios en pacientes con
neumonías asociadas a respirador ni en sepsis asociada a cuadros respiratorios agudos.
En una guía recientemente publicada por el Massachusetts General Hospital se propone mantener el
uso de estos hipolipemiantes en infecciones por SARS-CoV2 e iniciar tratamiento en pacientes con
enfermedad cardiovascular previa.
El SDRA es una de las manifestaciones de las infecciones por SARS-CoV2. Las estatinas podrían ser
beneficiosas en los pacientes con SDRA mediante sus efectos pleiotrópicos. En este sentido han sido
evaluadas en diferentes estudios, sin demostrar beneficios clínicos.
Las estatinas son metabolizadas por isoenzimas del CYP450, con excepción de la pravastatina que es
metabolizada en el citosol celular. Atorvastatina, lovastatina y simvastatina sufren metabolismo de primer
paso por la CYP3A4.
Conclusiones
Las estatinas han demostrado reducir eventos y mortalidad en los pacientes con enfermedad
cardiovascular. Con las evidencias actuales, la recomendación es continuar la terapia con estatinas en los
pacientes con COVID-19 y enfermedad cardiovascular establecida.
Es importante el monitoreo de las enzimas hepáticas en los pacientes internados por COVID-19.
En esta Fase el virus ya se reprodujo millones de veces, sobretodo dos días antes del inicio de la
sintomatología. En esta Fase la sintomatología inicia generalmente en forma brusca con tres síntomas
principales: fiebre de alrededor de 38.5° C ó más, intenso malestar general y tos seca, dolor de garganta o
garraspera. En esta fase la Saturación de Oxígeno está por encima del 95%.
Esta Fase es muy importante de establecer y conocerla, pues determina en qué momento el paciente es
de Atención Pre-Hospitalaria o Atención Hospitalaria. Consta a su vez de la Fase II-A y la Fase II-B. Los
pacientes presentan fiebre, malestar general, tos seca, garraspera, dolor de garganta, congestión nasal,
dolor de espalda, dolor articular, dolor muscular o abdominal, disnea, dificultad u opresión respiratoria,
síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos y diarrea), hipogeusia, anosmia y confusión mental. Para ello
es indispensable contar con un pulsioxímetro portátil, a fin de determinar la Saturación de Oxígeno del
paciente.
Fase II-A : La Neumonía Viral es Leve. La Saturación de Oxígeno está situada entre 90 a 95%. Esta Fase se
puede manejar en Atención Pre-Hospitalaria.
Fase II-B : La Neumonía Viral es Moderada. La Saturación de Oxígeno es menor al 90%. En esta Fase ya
se requiere Oxigenoterapia y Atención Hospitalaria. Eventualmente se podría manejar en Atención Pre-
Hospitalaria, bajo la supervisión diaria y estricta de un médico tratante, teniendo como recursos
primordiales un balón de oxígeno, un pulsioxímetro, un termómetro y acceso a los medicamentos por vía
oral.
FASE III : FASE INMUNOTROMBOTICA GRAVE O CRITICA CON HIPOXIA Y SINDROME DE DIFICULTAD
RESPIRATORIA AGUDA. ASOCIADO CON SINDROME HIPERINFLAMATORIO AGUDO O TORMENTA DE
CITOQUINAS.
La Fase III Inmunotrombótica constituye una enfermedad grave, potencialmente letal con hipoxia
severa, infiltrados de “vidrio esmerilado” a nivel pulmonar bilateral y progresión al síndrome de dificultad
respiratoria aguda (SDRA) con alta carga viral. Es de Atención exclusivamente Hospitalaria.
El SDRA es la principal causa de muerte en la enfermedad COVID-19, y tiene características
inmunopatógenicas similares en las infecciones por SARS-CoV y MERS-CoV. Una de las características
principales del SDRA es la “Tormenta de Citoquinas”, una respuesta inflamatoria sistémica no controlada
que resulta de la liberación de citoquinas y quimiocinas pro-inflamatorias por las células efectoras inmunes.
Se han detectado altos niveles de citoquinas y quimiocinas en sangre en pacientes con Infección por COVID-
19, que incluye: IL1-β, IL1RA, IL7, IL8, IL9, IL10, FGF2 básico, GCSF, GMCSF, IFNγ, IP10, MCP1, MIP1α, MIP1β,
PDGFB, TNFα y VEGFA. La tormenta de citoquinas resultante desencadena una respuesta inmune
inflamatoria violenta que contribuye al SDRA, insuficiencia orgánica múltiple y finalmente la muerte en
casos graves de infección por SARS-CoV-2, similar a las infecciones por SARS-CoV y MERS-CoV. Los pacientes
infectados con COVID-19 mostraron un mayor número de leucocitos, hallazgos respiratorios anormales y
mayores niveles de citoquinas pro-inflamatorias en plasma. La causa directa de muerte por COVID-19 agudo
implica el daño de la tormenta de citoquinas a los pulmones y múltiples órganos del cuerpo: corazón, riñón
e hígado, lo que conduce a una falla multisistémica de los órganos.
El informe más grande de COVID-19 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de
China resumió los hallazgos de 72.314 casos y señaló que si bien el 81% eran de naturaleza leve con una tasa
de letalidad general del 2,3%, un pequeño subgrupo del 5% presentó insuficiencia respiratoria, shock
séptico y disfunción multiorgánica que resultó en la muerte en la mitad de estos casos, un hallazgo que
sugiere que es dentro de este grupo que la oportunidad de tomar medidas para salvar vidas puede ser más
pertinente.
Una vez que la enfermedad es manifiesta las medidas de apoyo se inician con cuarentenas; sin embargo,
un enfoque terapéutico sistemático que modifica la enfermedad sigue siendo empírico.
La farmacoterapia dirigida contra el virus es muy prometedora cuando se aplica temprano en el curso
de la enfermedad, pero su utilidad en etapas avanzadas puede ser dudosa.
De manera similar, el uso de terapia antiinflamatoria aplicada demasiado temprano puede no ser
necesaria e incluso podría provocar la replicación viral, como es el caso de los corticoides.
Cabe señalar que la procalcitonina sérica es baja a normal en la mayoría de los casos de neumonía por
COVID-19.
Una minoría de pacientes con COVID-19 pasará a la tercera y más grave etapa de la enfermedad, que se
manifiesta como un síndrome de hiperinflamación sistémica extrapulmonar. En esta etapa, los marcadores
de inflamación sistémica están elevados. La infección por COVID-19 produce una disminución en los
recuentos de células T auxiliares, supresoras y reguladoras.
Los estudios han demostrado que las citocinas inflamatorias y los biomarcadores como la interleucina
IL-2, IL-6, IL-7, factor estimulante de colonias de granulocitos, la proteína inflamatoria de macrófagos 1-α, el
Factor de Necrosis Tumoral-α, la Proteína C reactiva, la Ferritina y el Dímero-D están significativamente
elevados en aquellos pacientes con enfermedad más grave. La troponina y el péptido natriurético de tipo B
N-terminal pro (NT-proBNP ) también se puede elevar.
Una forma similar a la linfohistiocitosis hemofagocítica (SHLH) puede presentarse en pacientes en esta
etapa avanzada de la enfermedad.
TROMBOSIS Y COVID-19
COVID-19 y trombosis: ¿Qué sabemos sobre los riesgos y el tratamiento? Los médicos están
observando altas tasas de coágulos sanguíneos en pacientes que están gravemente enfermos con COVID-19,
pero las preguntas continúan sobre las mejores prácticas.
¿Qué tan común es la trombosis en pacientes críticos con COVID-19? Un estudio holandés reciente de
184 pacientes con neumonía por COVID-19 ingresados en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) encontró
una incidencia acumulada del 49% de complicaciones trombóticas, principalmente cambios observados en
los angiogramas pulmonares por tomografía computarizada (TAC).
Los autores dijeron que este nivel era “notablemente alto”, dado que todos los pacientes recibieron al
menos dosis estándar de tromboprofilaxis. Otros estudios de Francia y los Países Bajos también han
sugerido que se produce trombosis en el 20-30% de los pacientes con COVID-19 en estado crítico, incluso
con profilaxis.
“El grado de trombosis que estamos viendo con COVID-19 es extraordinario”, manifestó a The BMJ
Roopen Arya, Director Clínico de Hematología del Hospital King’s College. “Diría que un tercio de las
personas gravemente afectadas con COVID-19 en cuidados críticos es una estimación conservadora”.
¿Por qué los pacientes con COVID-19 tienen un riesgo particular de trombosis? El COVID-19 causa
incremento de citoquinas que aumentan la inflamación masiva, lo que aumenta la producción de factores
de coagulación en el hígado, explica Beverley Hunt, Director Médico de Thrombosis UK. Por ejemplo, los
niveles de fibrinógeno en una paciente gravemente enferma de COVID-19 son de 10-14 g / L, en
comparación con 2-4 g / L normalmente y 5-6 g / L en una mujer embarazada.
¿Es la tasa de trombosis en pacientes con COVID-19 más alta que en pacientes sin la enfermedad en
cuidados críticos?
“Todos los pacientes en cuidados críticos tienen un mayor riesgo de coágulos porque están inmóviles”,
manifestó Hunt. Los estudios de las tasas de tromboembolismo venoso en pacientes sin COVID-19 en
cuidados críticos muestran que las tasas de trombosis pueden llegar al 28% si los pacientes no reciben
ninguna profilaxis. Entre los pacientes que reciben profilaxis, las tasas se reducen a la mitad. Por lo tanto,
parece que estamos viendo tasas significativamente más altas de trombosis en pacientes con COVID-19.
¿La trombosis está contribuyendo a la tasa de mortalidad por COVID-19? “La trombosis
definitivamente está contribuyendo a la alta tasa de mortalidad por COVID-19”, dice Hunt. “No solo puede
conducir a una embolia pulmonar, que puede ser fatal, sino que también hay tasas más altas de accidentes
cerebrovasculares y ataques cardíacos”.
¿Los coágulos en pacientes con COVID-19 son diferentes de los observados en otros pacientes
críticos? Los estudios post mortem están encontrando coágulos en los capilares de los pulmones en
pacientes con COVID-19, lo que impide que la sangre oxigenada se desplace a través de los pulmones. Hunt
dice: “No solo estamos viendo altas tasas de trombosis venosa profunda y embolias pulmonares en estos
pacientes, sino que también estamos viendo inmunotrombosis con destrucción pulmonar debido a la
inflamación”.
Definitivamente se debe usar una dosis de tratamiento en pacientes que han tenido una embolia
pulmonar, aconseja Hunt. Pero también favorece las dosis intermedias para otros pacientes debido al riesgo
aún desconocido de sangrado con dosis más altas. Sin embargo, ella dice que la coagulación está en la
cadena de eventos del COVID-19. “Si tiene menos carga viral, tendría menos inflamación, menos sangre
trombogénica y menos TEV [tromboembolismo venoso] e inmunotrombosis”.
¿Qué investigación se necesita? Otra pregunta que necesita respuesta urgente, dice Hunt, es si los
anticoagulantes deben administrarse a pacientes con COVID-19 cuando salen del hospital y durante cuánto
tiempo. Ella le dijo a The BMJ: “Los pacientes de COVID-19 seguirán teniendo sangre trombogénica cuando
vuelvan a casa, y sabemos que el 60% de los pacientes tendrán coágulos en los 90 días posteriores al
alta”.
En la actualidad, casi todos los países notifican tasas de mortalidad relacionadas con COVID-19
significativamente más altas en los hombres que en las mujeres.
• Los países de todo el mundo están comunicando que la tasa de mortalidad de COVID-19 es
significativamente mayor en los hombres que en las mujeres.
• Las investigaciones sugieren que los mastocitos de las mujeres son capaces de iniciar una respuesta
inmunológica más activa, lo que puede ayudarlas a combatir las enfermedades infecciosas mejor que los
hombres.
Imagen: BMC
Inmunidad de Rebaño
El Viernes 13 de Marzo del 2020 el Primer Ministro del Reino Unido
mencionó la noción de “inmunidad colectiva” como una solución a los
episodios futuros de epidemias de coronavirus. El tratamiento de
choque es aceptar que el 60% de la población contraerá el virus,
desarrollando de esta manera una inmunidad colectiva y evitando
futuras epidemias de coronavirus. Las cifras son nefastas. Con un poco
de más de 66 millones de habitantes, unas 40 millones de personas se
infectarían, 4 a 6 millones se enfermarían gravemente y 02 millones
requerirían cuidados intensivos.. Alrededor de 400,000 británicos
morirían. El Primer Ministro prevee que “muchas familias más van a
perder seres queridos antes de tiempo”. Es eso justo o tiene alguna
lógica? Pues ninguna. Es prácticamente absurdo y va en contra de todas
las medidas de cuarentena y de control epidemiológico de las
enfermedades. Imaginemos que apliquemos esta política sanitaria en el
Perú. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informatica (INEI),
actualmente en el año 2020 somos aproximadamente 32’131,400
millones de peruanos. Esto representaría que morirían 214,210
peruanos, lo cual es totalmente inaceptable desde todo punto de
vista.
La forma más fácil es simplemente abrir las ventanas siempre que sea
posible, lo que diluye la cantidad de virus en el aire. En Japón ventanas
se mantienen abiertas en los trenes subterráneos, lo que ha ayudado a
prevenir brotes en el abarrotado sistema de tránsito del país.
Los filtros HEPA portátiles, que pueden costar tan solo unos pocos
cientos de dólares, son capaces de capturar partículas tan pequeñas
como el nuevo coronavirus y podrían usarse para limpiar aulas
individuales.
d) Ambientes Confinados
CAPITULO V
Pruebas Rápidas y Pruebas Moleculares. Interpretación
¿Qué son las Pruebas Rápidas?
Las pruebas moleculares detectan el material genético y la carga viral del virus, usando una técnica de
laboratorio llamada Reacción en Cadena de la Polimerasa. También conocida como RCP, un trabajador del
cuidado de la salud recolecta fluido nasal o de la garganta con un hisopo, o saliva. Los resultados se dan en
minutos si se analiza en el mismo lugar, o uno o dos días si se envía a un laboratorio externo. Las pruebas
moleculares se consideran muy exactas cuando se realizan de manera adecuada por un profesional de
atención médica. La FDA también aprobó ciertas pruebas para hacer en casa para la COVID-19, que solo se
pueden adquirir con aprobación del médico: un kit con hisopo nasal y uno para saliva. La muestra se envía a
un laboratorio para analizarla. La FDA advierte a los consumidores que no compren análisis para hacer en
casa que no estén aprobados, porque pueden ser imprecisos e inseguros.
CAPITULO VI : FARMACOLOGIA PARA EL COVID-19
SEGURIDAD Y TOXICIDAD
Mecanismo de Acción
La Cloroquina y su derivado Hidroxicloroquina son drogas utilizadas como agentes antimaláricos y como
terapias inmunomoduladoras para enfermedades reumáticas. Hoy consideradas como un posible
tratamiento para el COVID-19 debido a su actividad antiviral in vitro bien conocida en un amplio espectro
de especies virales, tales como el VIH , el virus de la Hepatitis A, Hepatitis C, Influenza y otros, desde el año
2005. Hay estudios recientes que pueden inhibir el SARS-Cov-2 in vitro. Ello sugiere que son potencialmente
aplicables a Pacientes con COVID-19.
Los efectos terapéuticos y los mecanismos celulares siguen siendo aún desconocidos. Se han propuesto
varios modos de acción: se postula que estos medicamentos crean un ambiente intracelular no propicio
para el virus al incrementar el pH endosómico, y prevenir la fusión del virus a las células. El virus para
desligarse de la cubierta que ha sido resultado de la fusión del mismo virus con la membrana celular,
requiere de un medio ácido. Sino existe ese medio ácido no se produce la transcripción y la subsiguiente
síntesis de proteínas víricas.
La Hidroxicloroquina tiene un efecto alcalinizador y neutralizador del medio ácido de la célula. Interfiere
en la glucosilación del receptor ACE-2 que representa el receptor celular del virus y por lo tanto bloquea la
unión de la proteína S del SARS-Cov-2 al receptor ACE-2.
Varios estudios han demostrado que la HCQ aumenta el pH intracelular e inhibe la actividad lisosómica
en las células presentadoras de antígeno (APC), incluidas las células dendríticas plasmacitoides (pDC) y las
células B. También bloquea el complejo de histocompatibilidad mayor (MHC) clase II, el cual interviene en la
mediación de la presentación de antígeno a las células T CD4 +, y por lo tanto evita la diferenciación de estas
células T (como las células T foliculares auxiliares). Ello también conduce a una reducción en la producción
de citocinas, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), interleucina 6 (IL-6), factor estimulante de
colonias de macrófagos de granulocitos (GM-CSF) e IL-1β. HCQ puede reducir eficazmente los síntomas en
pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES) al suprimir los pDC a las citocinas proinflamatorias
secretadas inducidas por los complejos inmunes asociados con el anti-dsDNA. Se ha informado igualmente
que la CQ bloquea la activación de la vía de señal TLR7 mediada por el ARN.
La infección por SARS-Cov-2 generalmente se puede dividir en 3 etapas: asintomática, leve y grave.
Durante las etapas sintomáticas tempranas y asintomáticas se cree que si se desarrollan respuestas inmunes
adaptativas específicas, el virus puede eliminarse y la enfermedad no progresará a la etapa severa para
desarrollar el Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda (SDRA).
Por lo tanto aumentar las respuestas inmunitarias en pacientes en la etapa temprana o leve de la
infección es sin duda la clave para prevenir la progresión a una enfermedad grave. En la etapa grave de la
infección por SARS-Cov-2 la inflamación es crítica y conduce al daño tisular, especialmente en los pulmones.
En esta etapa es muy probable que suprimir la inflamación tenga beneficios terapéuticos, al reducir la
liberación masiva de citocinas por parte de varias células inmunes e interferir en el procesamiento de
antígenos. El efecto de la Cloroquina e Hidroxicloroquina puede ocurrir también en la presentación cruzada
del antígeno, en el que una célula dendrítica presenta el antígeno a las células TCD8. La activación de las
células TCD8 a través del reconocimiento del antígeno, resulta en la inducción de la muerte selectiva de las
células infectadas, por lo tanto puede acelerar la eliminación viral del COVID-19.
Dichos mecanismos apoyan la hipótesis de que es probable que la Hidroxicloroquina tenga la capacidad
de controlar el SRC (Síndrome de Liberación de Citocinas o “Tormenta de Citoquinas”) al suprimir las
respuestas inmunes hiperactivas y posteriormente promover la reparación en tejidos, como la protección
del endotelio contra la lesión mediada por el SARS-CoV-2.
Diversos Investigadores sugieren diferentes combinaciones de drogas para el tratamiento del COVID-19,
que incluyen la Hidroxicloroquina a fin de potenciar su acción antiviral y regular la actividad
inmunomoduladora de estos agentes que limitan la actividad sistémica inmune asociada a COVID-19. La
Hidroxicloroquina tiene un alto nivel de seguridad, indicado en niños y gestantes y mujeres en periodo de
lactancia, durante periodos largos, debido a que su acción inmunomoduladora no conlleva riesgos de
complicaciones infecciosas, a diferencia del Metotrexate y la Leflunomida.
Las dosis utilizadas para pacientes con COVID-19 varían según los protocolos de estudio y fases de la
enfermedad. Se consideran dosis de 400 mg,qd o bid por 5 o 7 días y/o asociado a otras drogas
inmunomoduladoras. Algunos proponen más días de tratamiento por su actividad antiinflamatoria y
antitrombótica. Actualmente lo que queda claro es que HCQ debe usarse precozmente en la fase inicial de la
infección, como en toda infección debe iniciarse tratamiento precozmente antes de que se convierta en una
superinfección con sus consecuencias sistémicas y como profilaxis al ganarle en el tiempo al virus debido a
su efecto inmunomodulador, y antes de que se desarrolle la fase inflamatoria de la enfermedad y la
subsecuente fase trombótica.
Al cabo de seis meses de la Pandemia se han visto publicaciones e informaciones repetitivas de que la
Hidroxicloroquina presenta algún tipo de riesgo cardiaco severo. Esto podría ocurrir si se han utilizado dosis
muy altas ó porque estaba asociada a otras drogas con reconocido riesgo cardiovascular.
EFECTOS SECUNDARIOS : No hay datos específicos en niños. Se describen los muy frecuentes (> 10%),
frecuentes (1-10%), y/o de relevancia clínica, el resto consultar ficha técnica. Las reacciones adversas más
frecuentes (1-10% pacientes) son los trastornos gastrointestinales que desaparecen al interrumpir el
tratamiento. Pueden reducirse disminuyendo la dosis al inicio del tratamiento e incrementándola
paulatinamente.
Los trastornos oculares, tales como disminución de la agudeza visual, fotofobia, etc. son frecuentes y excepto
cuando se deben a retinopatía suelen ser reversibles al interrumpir el tratamiento. La retinopatía es rara pero es
una reacción adversa grave ya que puede causar ceguera. Trastornos gastrointestinales: Náuseas, vómitos,
diarrea, dolor epigástrico, anorexia. Trastornos Sistema nervioso central: Cefalea. Trastornos Oculares
Alteraciones en la córnea que incluyen edema y opacidad, con o sin síntomas (visión borrosa, halo visual o
fotofobia), alteración de la acomodación con síntomas de visión borrosa, agudeza visual disminuida.
Trastornos generales: Pérdida de peso.
CAPITULO VIII
Uso de Anticoagulantes Orales en la Fase I, II-A, II-B y
Posterior a la Fase III Inmunotrombótica
La Sociedad Española de Cardiología apoya el Uso de
Anticoagulantes de Acción Directa (ACOD) como tratamiento de
elección para la Enfermedad Tromboembólica Venosa (ETEV),
siguiendo la línea de las guías de Práctica Clínica para el diagnóstico y
manejo del embolismo pulmonar agudo, publicadas en 2019 por la
Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y la Sociedad Europea de
Respiratorio (ERS).
La ETEV se posiciona como la tercera causa de síndrome
cardiovascular agudo, tras el infarto de miocardio y el ictus. Esta
enfermedad incluye la trombosis venosa profunda (un coágulo
sanguíneo que se forma en una vena profunda del cuerpo,
habitualmente en piernas o muslos) y el tromboembolismo pulmonar
(causado por un coágulo que ocluye o tapona una parte del territorio
arterial que va del corazón a los pulmones). La incidencia anual de la
primera, según los registros europeos de 2019, es de 39 a 115 casos
por cada 100,000 habitantes, y la de la segunda se sitúa entre 53 y
162 casos por cada 100,000 habitantes.
En los últimos años se había observado una tendencia al aumento
progresivo de la incidencia de enfermedad tromboembólica venosa.
Esta tendencia va a sufrir, con toda probabilidad, un incremento
brusco en relación con la pandemia del COVID-19, ya que se ha
objetivado una asociación clara con un aumento de los eventos
trombóticos, señala la Dra. María Lázaro Salvador, Coordinadora del
Grupo de Circulación Pulmonar de la SEC. Por ello es todavía más
importante y urgente ofrecer a los pacientes el tratamiento óptimo en
cada caso, concluye la especialista.
Las alternativas terapéuticas disponibles actualmente son :
• Los Antagonistas de la Vitamina K (AVK) : acenocumarol o
warfarina, los cuales requieren controles periódicos para ajustar
las dosis, lo que obliga a los pacientes a desplazarse a los Centros
de Atención Primaria al menos una vez al mes.
• Las Heparinas de Bajo Peso Molecular (HBPM) se inyectan
por vía subcutánea. El costo es de aproximadamente 300 euros al
mes, dependiendo del peso del paciente.
• Los Anticoagulantes de Acción Directa (ACODs) (Dabigatrán,
Rivaroxabán, Apixabán y Edoxabán) se administran vía oral, no
requieren monitorización para el ajuste de dosis, presentan menos
interacciones farmacológicas que los AVK y su precio es de unos
85 euros al mes.
En el contexto actual de la Pandemia por COVID-19, a fin de evitar los
desplazamientos para realizar los controles de los AVK, en el sistema
público de salud se ha priorizado el tratamiento con HBPM sobre los
AVK. Es importante resaltar que las heparinas suponen un gasto tres
veces mayor que los anticoagulantes de acción directa, el paciente debe
pincharse diariamente y puede aumentar el riesgo hemorrágico con
comorbilidades, explica el Dr. Antonio Castro, Coordinador del Grupo
de Circulación Pulmonar de la SEC.
En comparación con las HBPM, los ACODs son más económicos,
más seguros y pueden reducir la necesidad de hospitalización, ya
que permiten el manejo domiciliario de los pacientes con riesgo bajo a
intermedio. Además, no requieren monitorización con lo que se
permite evitar los desplazamientos a los Centros de Salud inherentes al
tratamiento con AVK, con el potencial riesgo de contagio que conlleva
durante la pandemia, concluyen ambos expertos, una opinión con la
que coinciden la Dra. Inmaculada Roldán y el Dr. José Luis Ferreiro,
Coordinadores del Grupo de Trabajo de trombosis Cardiovascular de
la SEC. Nuestro Grupo de Investigación concuerda plenamente con
todos estos argumentos, y hemos basado nuestro Protocolo
Terapéutico en base a los Anticoagulantes de Acción Directa, a
nivel de la Atención Pre-Hospitalaria en Pacientes COVID-19
Positivos Sintomáticos en Fase I, Fase II-A y II-B, y en aquellos
pacientes que superaron la Fase III Inmunotrombótica. Describiremos
a continuación el uso del Dabigatrán y el Rivaroxabán.
DABIGATRAN
RIVAROXABAN
El día 08 de Mayo del 2020 el Ministerio de Salud del Perú aprobó mediante Resolución Ministerial Nro.
270-2020, la utilización de la Ivermectina y la Hidroxicloroquina como parte del Protocolo Terapéutico para
los Pacientes COVID-19, entre otros medicamentos. Nosotros consideramos en base a la Evidencia Científica
que hemos presentado en la presente Revisión Clínica el siguiente Protocolo Terapéutico:
Casos Asintomáticos COVID-19 Positivos o Personas que hayan tenido contacto con un COVID-19
Positivo Asintomático o Sintomático dentro de un Núcleo Familiar o un Ambiente Confinado
En primer lugar : No sabemos si el paciente está en periodo de incubación o va a vencer la enfermedad
mediante su propio sistema inmunológico. Según la OMS, el 80% genera su propia inmunidad al virus, pero
el 20% desarrollará la enfermedad.
En segundo lugar : El 44% de los contagios se producen por los pacientes COVID-19 Asintomáticos
Positivos (Estudio del Dr. Erin Bromage)[4], por lo tanto deben ser tratados para frenar la pandemia.
En tercer lugar : No podemos jugar a la ruleta rusa con estos pacientes. Tienen una probabilidad de 1 en
5 de desarrollar una enfermedad potencialmente mortal y rápidamente letal. Debemos hacer verdadera
medicina y dar tratamiento a estos pacientes de todas maneras.
En cuarto lugar : Dentro de los núcleos familiares o familias que viven dentro de una misma casa, lo
cual implica en general todo ambiente confinado, dichas personas, sean niños, adolescentes, adultos
jóvenes, adultos mayores o de la tercera edad deben recibir un tratamiento preventivo, cuando uno de los
miembros de su familia o de aquellos que laboran en un ambiente confinado hayan mantenido contacto con
un Paciente COVID-19 Positivo Asintomático o Sintomático COVID-19 por un periodo de cincuenta minutos
o más.
Ivermectina : 200 microgramos/kilo de peso por día por 02 días. Repetir una tercera dosis de refuerzo
de 200 microgramos/kg de peso una semana después de la primera dosis. Está contraindicado dar
ivermectina a niños menores de dos años o con menos de 15 kilos de peso. En los niños menores de dos
años aún no se ha desarrollado completamente la barrera hematoencefálica del cerebro, por lo que puede
producir toxicidad clínica.
Ivermectina : 200 microgramos/kilo de peso por día por 02 días. Repetir una tercera dosis de refuerzo
de 200 microgramos/Kilo de peso una semana después de la primera dosis.
Ivermectina : 200 microgramos/kilo de peso por día por tres días seguidos. Repetir una cuarta dosis de
refuerzo de 200 microgramos/kilo de peso una semana después de la primera dosis.
En Personas que hayan tenido Contacto en un Ambiente Confinado con un Paciente COVID-19 Positivo
Asintomático o Sintomático, por un Periodo de 01 hora o más.
Desde el momento en que se detecta a un paciente COVID-19 Positivo Sintomático sea en la Fase I Viral
Infecciosa o Fase II de Neumonía Viral Leve (Fase II-A) y Neumonía Viral Moderada (Fase II-B) su vida está en
riesgo. El Protocolo Terapéutico es el siguiente:
Se debe iniciar desde el Primer Día de aparición de los síntomas un TRATAMIENTO TRIPLE, para
erradicar la Fase I Infecciosa Viral, y evitar que el paciente llegue a la Fase II con Neumonía Viral Leve (II-A), a
una Neumonía Viral Moderada (II-B), o avance a la Fase III Grave o Crítica Inmunotrombótica, con Síndrome
de Dificultad Respiratoria Aguda y Síndrome de Hiperinflamación Aguda (Tormenta de Citoquinas), con Falla
Multisistémica.
De acuerdo a la Clasificación Clínica de Siddiqi y Mehra, que indica que la replicación viral es máxima en
los tres primeros días de la sintomatología, y luego desciende en los dos últimos días de la sintomatología, y
de acuerdo al Protocolo Terapéutico del Estudio Clínico realizado por Aránzuzu González Canga et.al.
(mencionado en el Estudio Clínico del Dr. Antonio Camargo), consideramos administrar en Pacientes COVID-
19 Positivos Sintomáticos a partir de los 18 años dosis planas de Ivermectina de 60 miligramos por día
(independientemente del peso) durante los tres primeros días del inicio de los síntomas (Fase I Viral
Infecciosa), seguido de dosis planas de 30 miligramos por día en los dos días subsiguientes, cuando termina
la Fase Infecciosa. En total, se administran cinco días seguidos de Ivermectina.
La Ivermectina debido a su acción antiviral rápida puede negativizar la carga viral in vitro dentro de las
primeras 48 horas, y en 72 horas in vivo tal como lo demostró mediante Pruebas Moleculares el Dr. Antonio
Camargo, en un Estudio Clínico realizado en base a su propia persona, ya que contrajo el COVID-19
Sintomático Positivo en Fase I Infecciosa Viral, como lo mencionaremos más adelante. Dichas dosis
terapéuticas altas de Ivermectina al inicio ya han sido probadas con toda seguridad en seres humanos desde
hace muchos años, sin efectos tóxicos ni adversos mayores.
Debemos aplicar un poco el sentido común: Ante un virus tan agresivo y letal, nosotros como
profesionales de la salud debemos actuar igualmente en forma agresiva contra este virus, y evitar a toda
costa que el paciente se descompense y llegue a la Fase III Crítica Inmunotrombótica.
A continuación, presentamos un extracto de la Publicación Científica del Dr. Antonio Camargo, por ser
relevante desde el punto de vista clínico y terapéutico. Consideramos que el Protocolo Terapéutico que el
Dr. Camargo utilizó en su propia persona es bastante interesante y queda a criterio de la comunidad
científica y del médico tratante si lo aplica o no. Sin embargo, nuestro Grupo de Investigadores considera
que el Protocolo Terapéutico de Uso de Altas Dosis de Ivermectina propuesto por Aránzazu González Canga
se ajusta mejor a la curva de la Fase I Infecciosa Viral de la Estadificación Clínica de Siddiqi y Mehra.
En este estudio los científicos australianos descubrieron un hecho impresionante: El SARS COV-2 era
inhibido potentemente por concentraciones micromolares de 2 a 5 “umols” a la presencia del fármaco
llamado IVERMECTINA en lapsos de tiempo muy cortos. Así, a las 23 horas de la primera exposición de la las
células infectadas, se había logrado una reducción del 93% en la solución sobrenadante del total de virus, y
a las 48 horas de exposición, prácticamente el 99.8% del virus había sido erradicado completamente de las
célula infectadas. Es decir, dentro de las 48 horas de iniciado todo el proceso, se cuantificó una reducción
dramática, con una disminución de 5000 mil veces la presencia de ARN viral, algo realmente impresionante.
Estos datos interesantes fueron además presentados por Caly y su Equipo, ya que la Ivermectina es un
fármaco ampliamente utilizado en el mundo por millones de dosis para el tratamiento de la Filariasis y la
Oncocercosis principalmente en humanos, amén de otros usos, habiendo sido inclusive motivo de un
Premio Nobel en Medicina. Si bien el equipo Australiano había desarrollado ya numerosos estudios en
diferentes tipos de virus, el último de ellos, el Dengue, donde lograron reducir la carga viral notablemente
con el uso de la IVERMECTINA, lo cierto es que plantearon interrogantes, principalmente en lo relativo a la
dosis del fármaco. Normalmente la dosis convencional de la IVERMECTINA, es bastante baja y única,
indicándose en promedio 200ug/kg. de peso (unos 12 miligramos por persona de 60 kg), esto para filariasis.
Pero la pregunta surge cuando se trata de eliminar un virus tan letal como el SARS-CoV-2.
Es de resaltar que Estudios realizados por Aránzazu González Canga et.al., han demostrado una
seguridad notable con dosis más altas que las sugeridas, así, usando dosis de 1000ug/kg. por 3 días por
ejemplo, no se notaron efectos adversos algunos, incluso con dosis adicionales de 200ug/sc, no hubo
problema alguno, resaltando que el metabolismo del fármaco es de amplia distribución, principalmente en
los peroxisomas hepáticos. Se han probado diversas dosis que oscilan entre 30 y 120 miligramos y no se han
reportado efectos adversos.
En otro artículo recientemente publicado por Virginia D. Schmith, PhD et al. de Nuventra Pharma
Sciencies, se plantea que las dosis únicas aprobadas por la FDA son insuficientes para el control del SARS-
COV2, ya que para alcanzar la dosis necesaria que permita eliminar este virus, debe de estar en el orden de
35x, superiores a las usadas en las dosis convencionales; por ejemplo, la concentración a una dosis de 150 a
200 ug/kg sólo alcanzan 46,6ng/ml, mientras que para alcanzar el IC 50 de 2 umol suficiente para eliminar la
mitad del virus, se requiere una concentración de 1750ng/ml (37 veces más la dosis convencional), es decir,
necesitaríamos para una persona de 60 kg. en promedio utilizar no solo 12 mg, sino aproximadamente
400mg por dosis.
En vista a los Estudios Clínicos de tolerancia excelentes que señala Guzzo et. al, con dosis de hasta 120 y
200mg., se plantea que es posible alcanzar (administrando diariamente el producto por unos pocos días),
concentraciones equivalentes al ¼ del IC 50 a dosis convencionales, y mucho más altas si utilizamos las
dosis que hoy planteo, a propósito de haberme infectado, y luego combatido personalmente a este terrible
patógeno.
La presente experiencia clínica demuestra por vez primera, tomando data de estudios y registros de
pruebas moleculares que determinan objetivamente la carga viral del infectado, acerca del uso de la
IVERMECTINA administrada en dosis planas de 60mgs por día, por 3 días seguidos en un primer caso, y otras
más altas como las que ha experimentado en carne propia el autor del presente artículo.
En efecto, el día Sábado 09 de Mayo del 2020, a raíz de un eventual contacto de alto riesgo en días
anteriores, decidí realizarme un Hisopado Nasofaríngeo para la realización de una Prueba Molecular en las
instalaciones del Laboratorio de Genómica y Biología Molecular “XECUENXIA”. El resultado del PCR en TR,
obtenido a las pocas horas, se expresa en el gráfico que incluyo a continuación:
Quantitation Report
Experiment Information
Operator Isaac
Notes
Legend:
NEG (NTC) - Sample cancelled due to NTC Threshold.
NEG (R. Eff) - Sample cancelled as efficiency less than reaction efficiency threshold.
FIGURA 01
Ante este diagnóstico, inmediatamente inicié el tratamiento basado en la información recopilada en los
estudios previamente citados y en varios casos con diagnóstico de COVID-19 moderado a los que días antes
y con mucha dedicación y cuidado había tratado con dosis más bajas de IVERMECTINA, obteniendo
resultados satisfactorios, pero lentos. Esta vez, en mi caso, el protocolo de tratamiento, considerando la alta
carga viral que presentaba en el Test Molecular, auguraba un pronóstico bastante reservado.
El protocolo fue el siguiente: Debía alcanzar un teórico del 50% del IC 50 de 2 umol. calculado por L.
Caly, así que decidí utilizar dosis planas de IVERMECTINA de 60MG (2 Frascos de QUANOX) en ayunas, en
medio vaso de agua diariamente por 4 días., y luego 30 miligramos en dosis planas por 3 días más.
FIGURA 02
Como se puede observar en la Fig.2, este resultado corresponde a un nuevo control luego de 3 días de
iniciado el tratamiento con dosis de 60 mg. de IVERMECTINA diariamente, resultando impresionante el
hecho de que no se encuentra positividad al virus, se observa que la carga viral es completamente negativa
a la presencia de virus, graficada por la línea verde debajo de la roja, indicando la desaparición completa del
patógeno luego de 3 días de tratamiento con este medicamento.
Como se puede apreciar, esta es la primera evidencia absolutamente objetiva, en el sentido de que
luego de un tratamiento exitoso con dosis relativamente altas de IVERMECTINA, se logra alcanzar al menos
un nivel calculado de 50% del IC50 para eliminar el virus según lo expuesto en el Estudio de León Caly et al. ,
y hoy plenamente corroborado in vivo por el suscrito.
En tal sentido, no debe utilizarse sub-dosis de IVERMECTINA, ya que esta puede causar la falsa
impresión de lograr algún efecto, aunque esto no se descarta. Merece en todo caso apostar por las dosis
máximas toleradas y sugeridas con la finalidad de erradicar eficazmente el virus, y lograr tasas rápidas de
curación de la enfermedad.
Con este Estudio propio (Caso Reporte), me queda la evidencia, que la IVERMECTINA representa hasta el
momento el agente “coronicida” más potente y eficaz que existe para el rápido tratamiento y ataque del
patógeno, por lo tanto sostengo que su aplicación merece ser masiva ante la convulsión de la pandemia,
pues su uso es de aplicación sencilla y muy superior en cuanto al perfil de seguridad y toxicidad frente a
otros fármacos.
Está contraindicado dar ivermectina a niños menores de dos años o con menos de 15 kilos de peso. En
los niños menores de dos años aún no se ha desarrollado completamente la barrera hematoencefálica del
cerebro, por lo que puede producir toxicidad clínica.
Ivermectina : 300 microgramos/kilo de peso por día por 03 días. Luego 200 microgramos/kilo de peso
por dos días más.
Ivermectina : 400 microgramos/kilo de peso por tres días. 200 microgramos/kilo de peso por 02 días
más.
Ivermectina : Dosis planas de 60 miligramos/día (independientemente del peso) por tres días seguidos.
Luego se ajusta a dosis planas de 30 miligramos por dos días más. En total se dan cinco días seguidos de
Ivermectina.
Para poder llevar a cabo este Protocolo Terapéutico, sería recomendable utilizar Formulaciones
Magistrales preparadas por Farmacias o Laboratorios debidamente acreditados por el MINSA y supervisados
por SUSALUD, para poder utilizar concentraciones más altas de Ivermectina y realizar un manejo más
simple, utilizando menor cantidad de gotas. Tendría la ventaja de ser más económico, ya que la
concentración es más alta y el volumen podría ser seis veces mayor que las presentaciones comerciales.
10 miligramos = 01 mililitro
10,000 microgramos = 01 mililitro
10,0000 microgramos = 20 gotas
1000 microgramos = 02 gotas
500 microgramos = 01 gota
FORMA DE PRESCRIPCION
Cuando se utilizan dosis planas de 60 miligramos por día en mayores de 18 años durante los tres
primeros días y 30 miligramos por día en los dos días subsiguientes en pacientes COVID-19 Positivos
Sintomáticos, ya no tomamos en cuenta el peso del paciente. La cantidad a administrar de Ivermectina al 1%
en solución oral sería de 06 mililitros/día por tres días, ó 120 gotas por día. Esta dosis de 60 mg por día sólo
se va a utilizar durante los tres primeros días, y luego se disminuirá la dosis a 30 miligramos por día ó 60
gotas por día por dos días más, de acuerdo a nuestro Protocolo Terapéutico.
Además, esta misma presentación farmacológica se puede utilizar igualmente para los otros tipos de
pacientes, es decir como Medida Preventiva en Personas que han tenido contacto con un paciente COVID-
19, o en pacientes COVID-19 Asintomáticos, simplemente disminuyendo la dosis a 200 microgramos/kg de
peso. Para ello, presentamos tres ejemplos de prescripción.
La dosis para ese paciente es de 20 gotas/día. Se toma dos horas antes o dos horas después de los
alimentos, con medio vaso con agua (no usar jugos) con el estómago vacío.
Las soluciones orales de Ivermectina al 0.6% vienen en dos presentaciones comerciales : Quanox y
Polcem. Los frascos tienen una concentración de 6 mg/ mililitro, frasco de 5 ml. En total, cada frasco traería
30 miligramos.
En dichas concentraciones 200 microgramos/kilo de peso equivale a una gota. Sin embargo, hemos
encontrado en la presentación de Quanox que la presentación dice “30 gotas por mililitro”, lo cual
contradice el principio universal de que 20 gotas equivalen a 01 mililitro. Serán gotas más pequeñas? Esta
forma de presentación ha generado mucha confusión dentro de la comunidad científica. Valdría la pena una
aclaración por parte de dicha empresa.
Hemos encontrado además que en las presentaciones comerciales dice en el inserto : Administrar como
máximo 50 gotas. Eso puede ser absolutamente válido como uso antiparasitario, pero no como uso antiviral.
Como uso antiviral debemos trabajar en dosis planas de 60 miligramos los tres primeros días en
pacientes COVID-19 Positivos Sintomáticos (independientemente del peso), y dosis de 200 microgramos/kilo
de peso en los dos días restantes.
Suponiendo que el paciente pesa 100 kilos y es un COVID-19 asintomático, debería tomar 100 gotas por
día según el protocolo establecido en nuestro Grupo de Investigación. Si tomara solamente 50 gotas, como
lo precisa el inserto de las marcas comerciales, se estaría trabajando en sub-dosis con ese tipo de pacientes.
En todo caso, el inserto debe especificar que para las dosis virucidas la prescripción es diferente.
Iniciar desde el primer día la Hidroxicoroquina es necesario, ya que los Estudios Clínicos han demostrado
que la Hidroxicloroquina reduce la carga viral a partir del cuarto día de su prescripción. Se debe continuar
hasta el décimo o catorceavo día debido a su efecto inmunomodulador, y para frenar o evitar el Síndrome
de Hiperinflamación Aguda o Tormenta de Citoquinas. Es recomendable antes de iniciar el tratamiento o en
caso de que el paciente presente antecedentes cardiacos de arritmias que se le realice un ECG basal antes
de iniciar el tratamiento con hidroxicloroquina, a fin de determinar sino existe una prolongación del
segmento QT, y un segundo ECG una semana después de iniciado el tratamiento para evaluar que no haya
alteraciones en el segmento QT.
En el primer día se da una dosis de ataque de 400 mg cada 12 horas (02 tabletas de 200 mgs cada 12
horas). A partir del segundo día hasta el décimo día se prescribe una tableta de 200 mgs cada 12 horas. La
duración del tratamiento es de diez días a catorce días, dependiendo de la evolución clínica del paciente.
TERAPIA ANTICOAGULANTE O ANTITROMBOTICA
Hasta 75 kgs. se prescribe la dosis menor. Y más de 75 kgs se prescribe la dosis mayor. En adultos
mayores de 75 años se prescribe la dosis menor. La duración del tratamiento para ambos anticoagulantes es
de 14 días.
DERMATOLOGÍA PRÁCTICA
Doxycycline, an Antibiotic or an Anti-Inflammatory Agent? The Most Common Uses in Dermatology.
Resumen
La doxiciclina es una tetraciclina sintética aprobada por primera vez en 1967. Además de las
propiedades antibacterianas de amplio espectro que posee esta molécula, se han ido descubriendo
propiedades antiinflamatorias interesantes que la han convertido en una posible opción terapéutica en
múltiples enfermedades no infecciosas. En el campo de la dermatología, las tetraciclinas son probablemente
el antibiótico oral más prescrito, con dosis, en general, inferiores a las indicadas para procesos infecciosos,
con un perfil de eficacia y seguridad óptimo. Enfermedades relacionadas con la unidad foliculosebácea,
procesos granulomatosos y proliferaciones vasculares, entre otros, pueden ser tratados con doxiciclina
gracias a la inhibición de las vías moleculares relacionadas con estos procesos. Las principales características
de la doxiciclina, y su amplio uso en dermatología, obligan al dermatólogo a estar familiarizado con este
fármaco.
Abstract
Doxycycline is a synthetic tetracycline that was approved in 1967. This wide-spectrum antibiotic has
been shown to also have useful anti-inflammatory properties that make it suitable for the treatment of a
number of noninfectious conditions. Tetracyclines are probably the most commonly prescribed antibiotics in
dermatology, where they are usually used at doses lower than those effective against infections. They also
have an excellent efficacy and safety profile. Because of doxycycline’s ability to inhibit the molecular
pathways associated with certain processes, this antibiotic can be used to treat hair follicle diseases,
granulomatous diseases, and vascular proliferation, among other conditions. The main properties of
doxycycline and its many applications in dermatology make this drug one that specialists should become
familiar with.
Palabras clave
Doxiciclina
Enfermedades de la unidad foliculosebácea
Pemfigoide ampolloso
Dermatitis perioral
Dermatosis neutrofílicas
Sarcoidosis
Angiomatosis bacilar
Sarcoma de Kaposi
Prurigo pigmentoso
Urticaria a frigore
Keywords
Doxycycline
Bullous pemphigoid
Perioral dermatitis
Neutrophilic dermatoses
Sarcoidosis
Bacillary angiomatosis
Kaposi sarcoma
Prurigo pigmentosa
Cold urticaria
Introducción
Propiedades químicas
Las tetraciclinas contienen un anillo de naftaleno de 4 átomos, cuyo núcleo tetracíclico, derivado
químicamente de la naftalenocarboxamida policíclica, define el nombre de este grupo de antibióticos. El
comportamiento anfotérico de la molécula le permite formar sales tanto con ácidos como con bases. Son
capaces de quelar metales divalentes o trivalentes, como el calcio, el manganeso o el magnesio.
La modificación sintética de la tetraciclina, que produce doxiciclina y minociclina, ha mejorado la
funcionalidad biológica de estas moléculas, conservando el papel antimicrobiano del grupo dimetilamino y
añadiendo mayor capacidad lipofílica, que se traduce en una mejor penetración tisular, lo que permite
concentraciones mayores del fármaco en múltiples órganos, como la piel. El hecho de que las tetraciclinas
circulen como ionóforos (unidos a hierro ferroso o calcio) permite funciones intracelulares, que actúan
sobre la división celular, entre otros.
Farmacocinética
La doxiciclina se absorbe hasta en un 95% en el duodeno. El 82-93% viaja unida a proteínas. La vida
media es de 12-25 h. La distribución en el organismo se centra principalmente en los órganos con actividad
excretora, como el hígado, el riñón o el tracto digestivo. No se han descrito metabolitos secundarios tras el
paso por dichos órganos. La excreción se realiza fundamentalmente a través de la orina (33-60%) y las heces
(40-65%).
Metaloproteinasas de la matriz
La doxiciclina puede actuar como un inhibidor de las MMP-2, 3, 8, 9 y 13. Cultivos de células del cáncer
de mama expresan MMP-2, o gelatinasa A, y actúan en la división celular, que puede ser inhibida de manera
no competitiva con doxiciclina. La MMP-3 se expresa en fibroblastos, neuronas y células endoteliales, donde
la doxiciclina actúa inhibiendo la síntesis de esta molécula. Esto podría justificar el papel de la doxiciclina en
algunas enfermedades que cursan con prurito o fibrosis dérmica. La MMP-8, o colagenasa de neutrófilos,
también es inhibida por la doxiciclina, sobre todo en las células endoteliales o en pacientes con
periodontitis. La MMP-9 participa en la degradación de componentes de la membrana basal para favorecer
la migración de células inmunes a través de la membrana basal durante un proceso inflamatorio. La
doxiciclina ha demostrado reducir la síntesis de MMP-9 en estudios in vitro.
El receptor 2 de proteasa activada (PAR2) se expresa en los queratinocitos basales epidérmicos, así
como en células inflamatorias, estimulando la síntesis de interleucina (IL) 1β y el factor de necrosis tumoral
α (TNF-α). Es activado por serina proteasas endógenas y exógenas (productos bacterianos, alérgenos, etc.).
Recientemente se ha descrito la relación del PAR2 en la diferenciación queratinocítica y la hidratación de la
piel, inflamación neurogénica y la sensación de prurito. La estimulación del PAR2 induce una pérdida de la
permeabilidad de la barrera cutánea. La doxiciclina inhibe la activación de PAR2 in vitro mediante la acción
del SLIGKV-NH27. Otros estudios han demostrado la inhibición de la serina proteasa de tipo tripsina en la
piel mediante la inhibición de la calicreína 5, que también participa en la inflamación cutánea.
La Doxiciclina es capaz de inhibir la MCP-1, de modo que puede disminuir la migración de neutrófilos
en el epitelio pulmonar y aórtico. Muestra un efecto sinérgico, dado que disminuye los niveles de IL-8,
que participa en la quimiotaxis de neutrófilos en la epidermis.
La Doxiciclina disminuye los niveles de TNF-α, IL-1β, IL-6 e IL-8 mediante la supresión de la activación
de la vía NF-kB y de la enzima convertidora de TNF-α (TACE).
Óxido nítrico sintasa
En modelos de osteoartritis, la doxiciclina ha demostrado que inhibe los niveles de óxido nítrico sintasa
(NOS) mediante la desestabilización de la enzima y la modificación postranscripcional de la NOS inducible,
aumentando la degradación de la molécula.
Otros
Estudios in vitro han demostrado que la doxiciclina disminuye los niveles de la inmunoglobulina E (IgE)
en pacientes asmáticos. En conjuntivitis alérgica inducida en ratones, la doxiciclina mostró una disminución
en la liberación de IgE así como una reducción en la liberación de histamina por los mastocitos, mediante la
modulación de la vía PI3k/Akt. También ha demostrado, en ratones con periodontitis inducida, capacidad
para eliminar radicales libres y reducir el estrés oxidativo mediante una acción protectora frente a la
peroxinitrito antiproteinasa A1. Otros modelos in vitro han demostrado que la doxiciclina es capaz de inhibir
la proteína cinasa C, importante en la formación de granulomas. También se ha observado la inhibición de la
fosfolipasa A2, molécula con papel clave en procesos inflamatorios, mediante la liberación de ácido
araquidónico y la producción de eicosanoides.
En la tabla 1 quedan recogidas las principales enfermedades dermatológicas en las que el uso de
doxiciclina ha demostrado eficacia. En la tabla 2 queda reflejada la posología recomendada para cada una
de las enfermedades descritas.
Grado de Nivel de
Enfermedad
recomendación evidencia
Acné A I
Rosácea A I
Hidrosadenitis
B II
supurativa
Penfigoide
A I
ampolloso
Dermatitis
C III
perioral
Grado de Nivel de
Enfermedad
recomendación evidencia
Dermatosis
C III
neutrofílicas
Sarcoidosis A II
Síndrome
A II
SAPHO
Angiomatosis
C IV
bacilar
Sarcoma de
C IV
Kaposi
Prurigo
B III
pigmentoso
Urticaria a
C IV
frigore
Dermatosis
perforante C IV
adquirida
Tabla 2. Principales indicaciones de doxiciclina en dermatología y la posología recomendada
Enfermedad Posología
Acné y Rosácea
La doxiciclina se emplea en ambas, con dosis de 100 mg/24 h en el acné y dosis comprendidas entre los
50 y los 100 mg/24 h en la rosácea. Las guías más recientes indican que los ciclos deben limitarse a 3-6
meses. Su uso está recogido en la ficha técnica con un nivel IA de evidencia. En las erupciones acneiformes
la doxicilina también ha demostrado su utilidad.
Hidrosadenitis supurativa
Dermatitis perioral
Se ha empleado a dosis iniciales de 100 mg cada 24 h durante las primeras semanas, con reducción
posterior a 50 mg cada 24 h. Algunos autores defienden que, al no intervenir ninguna bacteria en la
patogenia, una dosis de 40-50 mg al día es suficiente. No está incluido en la ficha técnica; con una evidencia
IIIC.
La doxiciclina también ha demostrado ser eficaz a dosis de 200 mg/24 h. Especialmente útil en casos en
los que haya que mantener el tratamiento a largo plazo. Queda por determinar si la eficacia es por su acción
antimicrobiana o por el efecto antiinflamatorio, aunque cada vez hay más datos que respaldan esta última
hipótesis. Es un fármaco de segunda línea con un grado de evidencia IIA.
Síndrome SAPHO
El síndrome SAPHO recibe su nombre del acrónimo basado en la presencia de sinovitis, acné, pustulosis,
hiperostosis y osteítis. Es un trastorno inflamatorio escasamente prevalente que afecta a huesos,
articulaciones y piel. Como en el acné vulgar aislado, las tetraciclinas son el tratamiento de primera línea.
Los regímenes comunes incluyen doxiciclina (100 mg 2 veces al día) y minociclina (100 mg 2 veces al día). La
mejoría en el acné se da desde las primeras semanas de tratamiento y los síntomas osteoarticulares
también pueden mejorar. Esta dosis completa se utiliza entre 1 y 3 meses, dependiendo de la respuesta, y
se reduce a una vez al día en pacientes que han respondido. La doxicilina presenta nivel de evidencia IV, no
incluido en ficha técnica.
Angiomatosis bacilar
La angiomatosis bacilar es una infección multisistémica que provoca un desorden vascular proliferativo
causado por Bartonella Henselae y Bartonella quintana. Principalmente ha sido descrito en personas con
infección por VIH con recuento de CD4 inferior a 200 linfocitos/ml. Afecta a cualquier órgano, si bien la piel
es una localización electiva. Su manifestación clínica se caracteriza por pápulas eritematosas y nódulos con
collarete descamativo que sangran profusamente ante mínimos traumatismos. El tratamiento se basa en la
administración de 100 mg/12 h de doxiciclina entre 8 y 12 semanas, con reevaluación al terminar este
periodo. La doxicilina muestra un nivel de evidencia III, indicado en la ficha técnica.
Sarcoma de Kaposi
El sarcoma de Kaposi es un tumor vascular con 4 subtipos, de los cuales destaca el asociado a la
infección por VIH. Su etiopatogenia se ha relacionado con el HHV-8. La inhibición del metabolismo de las
MMP parece desempeñar un papel importante en su progresión y, por ello, se ha considerado la doxiciclina
como una opción terapéutica posible. Dezube et al. realizaron un ensayo de fase II de CMT-3 (fosfolipasa
secretora de inhibición A2 y algunas MMP) con resultados prometedores y análogos a otros tratamientos
convencionales. La doxiciclina muestra un nivel de evidencia IV, no incluido en la ficha técnica.
Prurigo pigmentoso
El prurigo pigmentoso es una rara entidad descrita en Japón en 1971 que se caracteriza por la aparición
clínica de pápulas eritematosas de afectación cervical y troncular que coalescen formando placas y parches
de aspecto reticulado y moteado. Se han descrito lesiones ampollosas, que se resuelven en el curso de
varias semanas y dejan una clara hiperpigmentación residual. Con frecuencia cursa en brotes. La mayoría de
las series de casos publicadas optan por aplicar una dosis de 200 mg/24 h en un periodo de entre 1 y 5
semanas, con buena respuesta. La doxiciclina muestra un nivel de evidencia IV, no incluido en la ficha
técnica.
Urticaria a frigore
La urticaria crónica por frío es una forma rara pero grave y potencialmente mortal de urticaria crónica
inducible, caracterizada por el desarrollo de habones o angioedema tras la exposición de la piel al frío. La
fisiopatología es desconocida, si bien el concurso de la histamina está bastante consolidado. Según
Gorczyza, desde el punto de vista terapéutico, los efectos de la doxiciclina en esta enfermedad podrían
explicarse por su actividad en infecciones bacterianas subclínicas crónicas subyacentes que causan y
mantienen el frío. Sin embargo, hay muy poca evidencia en la literatura de que las infecciones bacterianas
sean una causa relevante de la urticaria a frigore. Los efectos de la doxiciclina también podrían deberse a
su inmunorregulación y a la actividad y su impacto en la producción de citocinas. Las tetraciclinas, y
particularmente la doxiciclina, suprimen el TNF-α, IL-1β y la IL-6, involucradas en diferentes trastornos
inflamatorios de la piel. Además, la doxiciclina inhibe la degranulación mediada por IgE y la permeabilidad
vascular inducida por histamina. El estudio más consistente establece su uso a dosis de 200 mg/día durante
4 semanas en monoterapia o combinada con anti-H1, con resultados prometedores. La doxiciclina muestra
un nivel de evidencia IV, no incluido en la ficha técnica.
La dermatosis perforante adquirida es una entidad poco frecuente asociada a otras enfermedades
sistémicas, especialmente diabetes mellitus e insuficiencia renal, o incluso ambas. Su tratamiento es
realmente un desafío terapéutico y tan solo hay 2 casos publicados, con moderada respuesta a la doxiciclina
(100 mg/12 h o 24 h durante 14-28 días). La doxiciclina muestra un nivel de evidencia IV, no incluido en la
ficha técnica.
Aftosis oral
El uso de doxiciclina tópica puede ser una opción terapéutica en este grupo de pacientes. El efecto
antibiótico junto con sus propiedades antiinflamatorias son responsables del efecto beneficioso. La
doxicilina se ha usado de forma triturada o formulada en hidrogel al 0,15%, aplicada hasta la resolución de
las úlceras, unos 10-14 días. Nivel de evidencia I.
Interacciones farmacológicas
Modo de Administración
La doxiciclina es un antibiótico oral cuya administración se recomienda en el transcurso de una comida,
con la ingesta acompañada de un vaso grande de agua y evitando alimentos lácteos, que disminuyen su
absorción. La recomendación más importante la constituye el hecho de dejar transcurrir al menos una hora
antes de tumbarse o acostarse para dormir, con el objeto de evitar reflujo gastroesofágico y prevenir úlceras
en el tracto digestivo superior.
Precauciones y contraindicaciones
No se recomienda su uso en el período de dentición (2.a mitad del embarazo, lactancia y niños menores
de 8 años), puesto que puede causar coloración permanente de los dientes, así como retraso en el
desarrollo de los huesos. Según la Food and Drug Administration, la doxiciclina presenta una
contraindicación absoluta en pacientes con lupus eritematoso y miastenia gravis, y una contraindicación
relativa durante el embarazo y la lactancia.
Conclusiones
El uso de las tetraciclinas ha evolucionado gracias a la síntesis de moléculas como la doxiciclina. Su uso
en dermatología la ha coronado como el principal antibiótico oral prescrito en esta especialidad, gracias
principalmente a sus propiedades antiinflamatorias. El espectro de enfermedades que cursan con afectación
de la unidad foliculosebácea, lod procesos granulomatosos o las proliferaciones vasculares conforman un
amplio abanico de posibilidades para este fármaco. Son necesarios más estudios para mejorar la evidencia
de enfermedades distintas al acné, como se ha ido desarrollando a lo largo del artículo.
A Extremadamente recomendable.
B Recomendación favorable.
D Ni se recomienda ni se desaprueba.
NAFAMOSTAT
Tratamiento con Mesilato de Nafamostat en combinación con Favipiravir para Pacientes Críticos con
COVID-19: Una Serie de Casos [9]
Se requiere urgentemente el desarrollo de una terapia específica contra el coronavirus 2 del síndrome
respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2). Se están investigando varios medicamentos, como los antipalúdicos
y antirretrovirales, para la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). La proteasa transmembrana serina
2 (TMPRSS2) juega un papel crucial para la entrada de SARS-CoV-2 en el citoplasma. Se supone que la
inhibición de la actividad de la proteasa TMPRSS2 prohíbe la entrada viral de SARS-CoV-2. Mediante el
cribado de alto rendimiento de 1017 fármacos existentes, se identificó un inhibidor de la serina proteasa
mesilato de nafamostat como un inhibidor potente de la entrada del coronavirus del síndrome respiratorio
de Oriente Medio en las células epiteliales humanas. Más recientemente, se demostró que el mesilato de
nafamostat inhibe la entrada de SARS-CoV-2 en las células epiteliales humanas a una CE 50 de ~ 10 nM. El
mesilato de nafamostat se ha utilizado clínicamente para el tratamiento de la pancreatitis aguda y la
coagulación intravascular diseminada en Japón. Mediante administración intravenosa, sus concentraciones
en sangre se mantienen a 30–240 nM, que son suficientes para bloquear la entrada del virus. El favipiravir,
un medicamento contra el virus de la influenza A H1N1, exhibe actividad antiviral contra otros virus de ARN
y, por lo tanto, se espera que tenga una acción antiviral contra el SARS-CoV-2. Este medicamento ha sido
aprobado en Japón para la nueva enfermedad del virus de la influenza.
Once adultos con infección por SARS-CoV-2 confirmada por reacción en cadena de la transcriptasa
inversa fueron ingresados en la unidad de cuidados intensivos (UCI) en el Hospital de la Universidad de
Tokio entre el 6 y el 21 de abril de 2020, y tratados con mesilato de nafamostat en combinación con
favipiravir. Las características demográficas y clínicas y los hallazgos de laboratorio y radiológicos al ingreso
en la UCI se enumeran en la Tabla 1 . Todos los pacientes necesitaban oxigenoterapia. Ocho pacientes
(73%) necesitaron ventilación mecánica invasiva (VM), y 3 pacientes (27%) necesitaron oxigenación de
membrana extracorpórea venovenosa (VV-ECMO).
Los pacientes recibieron tratamiento combinado con mesilato de nafamostat [0.2 mg por kg por hora
por infusión intravenosa continua, mediana de tratamiento 14 días (RIC, 10 a 14 días)] y favipiravir [3600 mg
el día 1 y a 1600 mg por día el día 2 y tratamiento medio posterior 14 días (RIC, 12 a 14 días)]. No hubo
interrupción del tratamiento antiviral debido a reacciones adversas a los medicamentos, excepto en un
paciente que desarrolló hipercalemia el día 9 (por mesilato de nafamostat). Los 11 pacientes tuvieron al
menos 33 días de seguimiento hospitalario. A partir del 22 de mayo, 1 paciente, que tenía una orden de no
reanimar, falleció el día 7 de la UCI. Siete pacientes fueron destetados con éxito de VM [duración media de
MV 16 días (RIC, 10 a 19 días)] y 9 y 7 pacientes fueron dados de alta de la UCI y del hospital,
respectivamente (Fig. 1 ).
Figura 1
Este es el primer informe sobre el tratamiento con mesilato de nafamostat en combinación con
favipiravir contra COVID-19. En comparación con los informes anteriores sobre pacientes críticos con Covid-
19, nuestra serie de casos también demostró un alto número de pacientes (8 [73%]) que requirieron un
requerimiento de VM; sin embargo, la tasa de mortalidad fue baja (1 paciente [9%]). Los pacientes con
COVID-19 grave a menudo sufren de trombosis microvascular y hemorragia con inflamación alveolar e
intersticial extensa en el pulmón. El mesilato de nafamostat podría ser eficaz, ya que inhibe la coagulopatía
intravascular, además de apuntar directamente a la entrada del virus en las células epiteliales del huésped.
En conclusión, la terapia con mesilato de nafamostat en combinación con favipiravir puede permitir el
bloqueo de la entrada y replicación del virus, así como la inhibición de la respuesta patógena del huésped,
es decir, la hipercoagulopatía. Aunque el número de pacientes en esta serie de casos fue muy pequeño, esta
baja tasa de mortalidad sugiere que el tratamiento combinado de favipiravir y mesilato de nafamostat
puede ser efectivo para pacientes críticos con COVID-19. Se iniciará en Japón un ensayo clínico para el
tratamiento combinado de mesilato de nafamostat y favipiravir contra COVID-19.
La nueva enfermedad por coronavirus (COVID-19), causada por el grave síndrome respiratorio agudo
coronavirus 2 (SARS-CoV-2), es una amenaza global. Se deben desarrollar antivirales y vacunas para
controlar la enfermedad. Esto no solo implica un gasto considerable, sino que también llevaría algún tiempo
probar la seguridad de un medicamento recientemente desarrollado y, mientras tanto, serían inevitables
varias muertes más. En estas condiciones exigentes, la administración de las drogas seguras ya desarrolladas
debería ser el atajo más inteligente.
TMPRSS2 es una serina proteasa que prepara la proteína espiga de los coronavirus humanos altamente
patógenos, como el coronavirus grave relacionado con el síndrome respiratorio agudo (SARS-CoV) y el
coronavirus relacionado con el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV), y facilita su entrada en
el célula huésped. El mesilato de Camostat (CM), un inhibidor de TMPRSS2, bloqueó la propagación y la
patogénesis del SARS-CoV en un modelo de ratón patógeno y se esperaría que mostrara un efecto similar en
MERS-CoV. Hoffmann y col. determinó que el SARS-CoV-2 requiere TMPRSS2. Además, utilizando una
muestra de virus SARS-CoV-2 aislada de un paciente, descubrieron que CM bloquea la entrada del virus en
las células pulmonares.
La combinación de los dos Protocolos Terapéuticos anteriormente mencionados nos parece lo más
razonable y seguro para Pacientes COVID-19 Positivos Sintomáticos en Fase I Infecciosa Viral, y en Fase II-A
de Neumonía Leve y Fase II-B de Neumonía Moderada. Lo hemos estado utilizando bajo los conceptos de la
fisiopatología de la enfermedad, los beneficios y efectos secundarios o adversos de los medicamentos, y con
excelentes resultados clínicos. Es MUY IMPORTANTE para que el tratamiento sea eficaz iniciar desde el
primer día de los síntomas. Mientras más tardíamente actuemos el pronóstico será más reservado.
Debemos recordar que el virus ya se ha multiplicado millones de veces en el organismo del paciente y ya ha
comenzado el daño multisistémico.
El Protocolo Terapéutico estaría basado en iniciar en simultáneo todos los medicamentos necesarios
para tratar y prevenir la Fase I Infecciosa I Viral, la Fase de Neumonía Leve II-A y la Fase de Neumonía II-B y
evitar de llegar a la Fase III Inmunotrombótica. El Protocolo Terapéutico es el siguiente, para personas
mayores de 18 años :
TERAPIAS COADYUVANTES
Resumen La neumonía causada por coronavirus, que se originó en Wuhan, China, a finales de 2019, se
ha extendido por todo el mundo convirtiéndose en una pandemia. Desafortunadamente, a día de hoy no
existe ninguna vacuna específica para el virus COVID-19, y el tratamiento está siendo de soporte con
añadido de antivirales y otros fármacos, sin que hasta la fecha se haya evidenciado un beneficio claro.
Muchos de estos pacientes se deterioran rápidamente y requieren ser intubados y ventilados
mecánicamente, lo que está provocando el colapso del sistema sanitario en muchos países debido a la falta
de ventiladores y de camas de críticos.
En este documento revisamos dos terapias adyuvantes sencillas de aplicar, sin efectos deletéreos y de
un coste bajo que podrían ser de utilidad para el tratamiento de la infección por coronavirus agudo severo
asociado al síndrome respiratorio agudo (SARS-CoV-2). La vitamina C, un potente antioxidante, se ha
convertido en una terapia relevante debido a sus beneficios potenciales cuando se administra por vía
intravenosa. El efecto potencial de la vitamina C en la reducción de la inflamación en los pulmones
podría desempeñar un papel clave en la lesión pulmonar causada por la infección por coronavirus. Otra
posible terapia eficaz es el ozono. Pese a la controversia que siempre le ha acompañado, se ha estudiado y
utilizado ampliamente durante muchos años y su eficacia se ha demostrado en múltiples estudios. Sin
embargo, nuestro objetivo no es hacer una revisión exhaustiva de dichas terapias sino difundir sus efectos
beneficiosos.
KEYWORDS
Two known therapies could be useful as adjuvant therapy in critical patients infected by COVID-19
Abstract Pneumonia caused by coronavirus, which originated in Wuhan, China, in late 2019, has been
spread around the world already becoming a pandemic. Unfortunately, there is not yet a specific vaccine or
effective antiviral drug for treating COVID-19. Many of these patients deteriorate rapidly and require
intubation and are mechanically ventilated, which is causing the collapse of the health system in many
countries due to lack of ventilators and intensive care beds.
In this document we review two simple adjuvant therapies to administer, without side effects, and low
cost that could be useful for the treatment of acute severe coronavirus infection associated with acute
respiratory syndrome (SARS-CoV-2). Vitamin C, a potent antioxidant, has emerged as a relevant therapy due
to its potential benefits when administered intravenous. The potential effect of vitamin C in reducing
inflammation in the lungs could play a key role in lung injury caused by coronavirus infection. Another
potential effective therapy is ozone: it has been extensively studied and used for many years and its
effectiveness has been demonstrated so far in multiples studies. Nevertheless, our goal is not to make an
exhaustive review of these therapies but spread the beneficial effects themselves.
Obviously clinical trials are necessaries, but due to the potential benefit of these two therapies we
highly recommended to add to the therapeutic arsenal.
Introducción
Los coronavirus son virus ARN encapsulados rodeados de glicoproteínas muy características en forma de
espiga, que forman una especie de corona, de ahí su nombre. Contienen los genomas de cadenas ARN de
sentido positivo de una sola hebra más grandes que se conocen en la actualidad. Una vez que se logra la
entrada celular, el virión arroja su envoltura para comenzar su replicación en el citoplasma de la célula
huésped. Se une a los ribosomas celulares y la polimerasa viral liberada comienza el ciclo de replicación del
ARN. Las nucleocápsides recién formadas continúan su ensamblaje con la adquisición de nuevas envolturas
mediante la gemación a través de las membranas del retículo endoplásmico de la célula. Luego, los viriones
se liberan en la circulación sanguínea y linfática general, listos para infectar nuevas células, otros órganos y
nuevos huéspedes. El síndrome progresa a enfermedad grave con dificultad respiratoria y desaturación de
oxígeno que requiere soporte ventilatorio en más de un tercio de los pacientes, aproximadamente 8 días
después del inicio de los síntomas. Se ha observado que la mortalidad varía según los grupos de transmisión,
y va del 3 al 20%. Esto sugiere que la etiología del SARS depende de una población heterogénea de
cuasiespecies virales con grados variables de virulencia.
Características de las lesiones inflamatorias sistémicas graves
Curso clínico
Los síntomas iniciales suelen ser fiebre, generalmente alta, escalofríos, cefalea, mialgias y tos seca,
pudiendo evolucionar a sensación de falta de aire, apareciendo disnea y dificultad respiratoria. El deterioro
respiratorio es rápido requiriendo en muchos pacientes intubación en las primeras 48 h del inicio de la
sintomatología respiratoria.
Laboratorio
En la etapa temprana de la enfermedad los glóbulos blancos en sangre periférica son normales o están
disminuidos, con un recuento linfocitario reducido. Algunos pacientes pueden tener una función hepática
anormal y los niveles de lactato deshidrogenasa (LDH), creatina cinasa (CK) y mioglobina (Mb) aumentados.
La mayoría de los pacientes tendrán niveles altos de proteína C reactiva (PCR) y de velocidad de
sedimentación globular (VSG) pero con niveles normales de procalcitonina. En casos severos los niveles de
dímero D estarán elevados y otros indicadores de coagulación pueden verse afectados. Los niveles elevados
de citocinas inflamatorias, como IL-2, IL-6, TNFa, pueden ocurrir durante la etapa de progresión de la
enfermedad y la ferritina, una proteína almacenadora de hierro, se incrementa reflejando la respuesta
inflamatoria causada.
Radiología
El examen temprano de TAC suele mostrar múltiples áreas parcheadas pequeñas o un patrón de vidrio
esmerilado. Unos días más tarde las lesiones aumentan y muestran lesiones más extensas, con un patrón de
vidrio esmerilado más establecido y/o lesiones infiltrantes, algunas de las cuales muestran consolidación
establecida; los derrames pleurales son poco frecuentes. El típico «pulmón blanco» del SDRA es raro.
Tratamiento
Se ha utilizado un esquema terapéutico múltiple, pero aún no ha sido exitoso. Las diferentes
combinaciones, como el sulfato de hidroxicloroquina o el fosfato de cloroquina con azitromicina, parecen
mostrar cierta efectividad en el tratamiento. Se está administrando interferón (se prefiere el interferón K) y
se están probando distintos cócteles de antivirales, aunque la eficacia aún no ha podido ser probada en
ensayos clínicos. Por lo tanto, la terapia principal está siendo de soporte, porque lamentablemente al día de
hoy no se ha encontrado un tratamiento curativo.
Dos posibles terapias adyuvantes, la vitamina C intravenosa y la ozonoterapia, podrían tener un papel
importante en el esquema terapéutico en estos pacientes.
Vitamina C intravenosa
Introducción
Farmacocinética
La vitamina C ejerce la mayoría de sus funciones biológicas intracelularmente y es adquirida por las
células con la participación de transportadores de membrana específicos. La absorción, distribución y
retención de la vitamina C se rigen principalmente por la familia de los transportadores saturables
dependientes de sodio (SVCT). La expresión diversa y la dependencia de la concentración de estos
transportadores en el organismo han derivado en una farmacocinética altamente compleja, compartimental
y no lineal de la vitamina C a niveles fisiológicos. Sin embargo, la farmacocinética de la vitamina C parece
cambiar de cero a primer orden, mostrando una vida media constante e independiente de la dosis cuando
se administra en infusión intravenosa. Después de una dosis, la vitamina C circula en el plasma, se filtra
libremente por el glomérulo renal y se reabsorbe en el túbulo proximal a través del primer transportador de
vitamina C dependiente de sodio (SVCT1). Si bien el SVCT1 regula la homeostasis de la vitamina C en todo el
cuerpo, un transportador de vitamina C dependiente de sodio de alta afinidad y baja capacidad (SVCT2)
protege a las células metabólicamente activas contra el estrés oxidativo, facilitando la acumulación de
vitamina C donde se necesita. Por otro lado, el ácido deshidroascórbico (la forma oxidada de la vitamina C)
se transporta a través de la familia de transportadores de glucosa (GLUT), donde se reduce para evitar la
descomposición irreversible. En situaciones como la sepsis hay una disminución de la absorción en las
células por una mayor liberación de citocinas.
Efectos biológicos
Quemaduras
La infusión continua de vitamina C parece ser un complemento útil para minimizar los efectos de la
lesión por radicales libres y reducir los requisitos de reanimación con líquidos en los pacientes con
quemaduras. Altas dosis de vitamina C parecen mejorar la disfunción de la barrera microvascular, sin afectar
a la activación de los leucocitos. En un estudio con perros que sufrieron lesiones por quemaduras, la
administración de vitamina C (14 mg/kg/h) disminuyó la peroxidación lipídica, la fuga de proteínas y la
necesidad de fluidos i.v.. Un estudio aleatorizado y doble ciego en ovejas demostró una reducción
significativa en el equilibrio neto de líquidos y la peroxidación de lípidos plasmáticos entre las ovejas que
sufrieron una quemadura mayor al 40% del área de superficie corporal total que fueron reanimadas con
fluidoterapia junto con altas dosis de ácido ascórbico. Los estudios en pacientes también han sido
prometedores. En un estudio aleatorizado y prospectivo en pacientes con más del 30% de superficie
quemada se demostró que la administración de vitamina C (1,584 mg/kg/día) fue bien tolerada y redujo los
requerimientos de fluidos i.v. junto con una mejora general en la función pulmonar, lo que derivó en una
reducción significativa en los días de ventilación mecánica22.
Sepsis
Neumonía y SDRA
La vitamina C i.v. ya se está empleando en China contra el COVID-19. En Zhongnan Hospital de la Wuhan
University se ha registrado un ensayo clínico en fase 2 para verificar su eficacia (identificador:
NCT04264533): en dicho estudio los pacientes están recibiendo 24 g de vitamina C i.v. al día durante 7 días.
Por otro lado, el grupo de expertos en el tratamiento clínico de la enfermedad por COVID-19 de Shanghái ha
recomendado incluir altas dosis diarias de vitamina C en pacientes críticos afectados por SARS-CoV-2,
debido a que su uso continuo parece lograr además una mejora significativa en el índice de oxigenación33.
Algunos hospitales ya han incorporado al esquema de tratamiento de azitromicina e hidroxicloroquina la
vitamina C i.v. junto con zinc oral (220 mg), incluso en pacientes con afectación no grave. La UCI de North
Shore University Hospital, en Nueva York, está también administrando vitamina C en dosis de 3 g cada 6 h y
Marik 12 g al día.
Chequear: hemograma, función renala, hierro, ferritina, electrolitos, y G6PD (no imprescindible en
población hispana)
IL-6 y ferritina son marcadores de evolución y respuesta al tratamiento. La vitamina C puede aumentar
los niveles de ferritinab
Usar agua estéril, Plasmalyte, Ringer Lactato o Suero fisiológico son otra alternativa
Suplementar con calcio, magnesio si necesariod Añadir por ruta enteral: Sulfato de Zince 220 mg/24h,
tiamina (400 mg/d), vitamina D 5.000-10.000 UI/24 hf, vitamina E 1600 UI/48 h, Melatonina 6 mg/24 horas.
Protocolo de administración
Para tratar la neumonía y la hiperinflamación causada por COVID-19, la vitamina C se debe administrar
en dosis altas. Varios protocolos han salido a la luz estos días con dosis y frecuencia de administración
distintas. La controversia del efecto pro-oxidante de la vitamina C a dosis altas no ha podido demostrarse
«in vivo», ni se conoce a qué dosis se produce. La tormenta de citocinas genera especies reactivas de
oxígeno que pueden tratarse eficazmente con dosis de 30-60 g de vitamina C. Al mismo tiempo, el nivel
relativamente alto de vitamina C puede promover una quimiotaxis mejorada de glóbulos blancos
(neutrófilos, macrófagos, linfocitos, células B, células NK).
En la tabla 1 se recoge el protocolo de administración que hemos diseñado. Dicho protocolo es flexible y
debe adaptarse a la condición clínica del paciente y a las terapias coadyuvantes que esté recibiendo. Por
ejemplo, la administración de ozono obligará a variar las dosis y frecuencia de administración ya que sus
acciones pueden ser antagónicas, dejando un intervalo libre de 3 horas desde y hasta su aplicación.
Conclusión
La vitamina C puede ser una terapia efectiva en el tratamiento del SARS-CoV-2 debido a su capacidad
antioxidante, sus propiedades antivirales, la mejora del sistema inmunológico y sus propiedades
antiinflamatorias. Además, la vitamina C también puede ayudar a eliminar el líquido alveolar acumulado en
el distress al prevenir la activación y la acumulación de neutrófilos al reducir el daño causado a nivel del
epitelio alveolar. Su administración es segura por infusión i.v. a dosis máximas de 100 g, siempre que se
tomen las precauciones descritas.
Ozonoterapia
Introducción
Pese a que hay suficiente evidencia científica sobre el uso clínico del ozono, la ozonoterapia aún no ha
sido completamente aceptada. No podemos olvidar que el ozono es un gas compuesto por tres átomos de
oxígeno (O3). Los generadores de ozono lo producen a partir de oxígeno puro al pasar a través de un
gradiente de alto voltaje (4-13 KV) de acuerdo con la reacción:
En consecuencia, siempre se recolecta una mezcla de gases que comprende no menos del 95% de
oxígeno y no más del 5% de ozono, por ejemplo, una concentración de 50 pg representa un 97,5% de
oxígeno y un 2,5% de ozono. Un generador de ozono médico produce concentraciones de ozono de 1 a 100
pg/ml, pero para fines médicos se utilizan concentraciones de 15 a 70 pg/ml. La ozonoterapia se caracteriza
por la simplicidad de su aplicación, su gran efectividad, su buena tolerancia y la ausencia virtual de efectos
secundarios.
Rusia, Cuba y Turquía lo han reconocido en su legislación. En España hay regulaciones específicas en
algunas comunidades autónomas, que también existen en otros países como Italia.
La efectividad del ozono contra los patógenos es bien reconocida: el ozono parece ser el mejor agente
existente para la esterilización del agua34. Debido a sus propiedades biológicas, la ozonoterapia puede
desempeñar un posible papel en la terapia del COVID-19 como complemento de los regímenes de
tratamiento estándar.
Farmacocinética
El ozono es un gas, y se disuelve físicamente en agua pura de acuerdo con la ley de Henry en relación
con la temperatura, la presión y la concentración de ozono. A diferencia del oxígeno, el ozono reacciona de
inmediato tan pronto se disuelve en cualquier fluido biológico. En el organismo tiene una vida media de
milisegundos debido a su alta afinidad por los dobles enlaces covalentes, preferentemente carbono-carbono
localizados en los ácidos grasos poliinsaturados que viajan en las moléculas de albúmina de modo que crea
metabolitos de vida media más prolongada llamados ozónidos -especies reactivas de oxígeno y productos
de oxidación de lípidos, incluidos los peróxidos, hidroperóxidos y aldehidos-. Estas moléculas actúan como
mensajeros de los efectos bioquímicos e inmunomoduladores, clave de la terapia con ozono. El ozono
reacciona rápidamente con las biomoléculas que poseen este doble enlace y causa una rápida reacción de
oxidación, con la consiguiente formación de moléculas secundarias, que son las causantes de su acción
terapéutica. La eficacia terapéutica de la ozonoterapia se debe pues al estrés oxidativo controlado y
moderado producido por las reacciones que genera con varios componentes biológicos35.
Efectos biológicos
Los virus pueden ser susceptibles al ozono, aunque dicha susceptibilidad es variable. Se ha encontrado
que los virus encapsulados con cubierta lipídica son los más sensibles, y el coronavirus es uno de ellos.
El coronavirus en su envoltura es rico en cisteína, y sus residuos deben estar intactos para su actividad
viral. La cisteína contiene un grupo tiol o sulfhidrilo (-SH); muchos virus, entre ellos el coronavirus, requieren
de estos grupos sulfhidrilo reducidos para la fusión y entrada celular36. Los grupos sulfhidrilo son vulnerables
a la oxidación, y por tanto susceptibles al ozono dado su poder oxidante. Los peróxidos creados por la
administración de ozono oxidan cisteínas37,38 y muestran efectos antivirales a largo plazo que pueden servir
para reducir aún más la carga viral. Eliminada su cápside, los viriones no pueden sostenerse ni replicarse. La
creación de virus disfuncionantes debido al ozono ofrece posibilidades terapéuticas únicas.
Debemos resaltar la mejora de la oxigenación tisular que produce el ozono, ya que eleva la
oxihemoglobina al aumentar el 2-3 DPG, y a su vez se estimula la glucólisis. Esto supondrá un aumento de la
tasa energética, en forma de ATP, que a nivel del eritrocito le permitirá mantener y mejorar la cesión de
oxígeno a los tejidos más hipóxicos. En el paciente afectado por COVID-19 suele haber hipoxia, de modo que
este efecto oxigenante será muy beneficioso. Se ha sugerido que, en los leucocitos, puede mejorar la
actividad fagocítica de los neutrófilos, dentro de los monocitos y linfocitos, el peróxido de hidrógeno es
reconocido como un compuesto señalizador intracelular, capaz de activar una tirosín quinasa que fosforila al
NF-KB con la consecuente síntesis de diferentes proteínas39,40. El NF-KB juega un papel clave en la regulación
de la respuesta inmune debida a la infección y en la respuesta inflamatoria41,42. De gran importancia
también es la capacidad del ozono para inducir la liberación y modulación de interferones y de algunas
citocinas que disminuyen la inflamación (IL-4, IL-6, IL-10, TNFI3)43.
Autohemoterapia mayor
La autohemoterapia mayor (AHTM) consiste en la extracción de sangre procedente del sistema venoso,
normalmente entre 50 y 225 ml, la cual es mezclada con un volumen de oxígeno-ozono a concentraciones
de 15 a 70 pg/ml para luego reinfundirla al organismo por una vía i.v. para que cause sus efectos35.
La dosis total, por tanto, se calcula simplemente multiplicando la concentración de ozono por el
volumen de gas. Como ejemplo, si ozonamos un volumen de sangre de 150 ml con 150 ml de gas (ratio 1:1)
con una concentración de ozono de 30 pg/ml, la dosis total es equivalente será de 4,5 mg de ozono.
Las concentraciones de ozono para usos sistémicos van desde 10 a 70 pg/ml. Concentraciones
superiores a 80 pg/ml deben evitarse dado el riesgo de hemólisis, disminución del 2,3 DPG y una
consecuente incapacidad de activación de las células inmunocompetentes.
Los efectos secundarios que pueden observarse son mínimos; la World Federation of Ozone therapy
(WFOT) estima la incidencia de complicaciones en un 0,0007%. Dados sus efectos beneficiosos, en ocasiones
puede requerirse el ajuste de medicación adyuvante, por ejemplo, medicación antidiabética o
antihipertensiva a dosis más bajas.
Existen múltiples artículos sobre la ozonoterapia y su efectividad contra virus, pero no es nuestro
objetivo hacer una revisión completa de la literatura. Cespedes et al.44 trataron a enfermos con hepatitis B
crónica durante un año con AHTM, y los pacientes mostraron negativización del antígeno de superficie,
positividad de anticuerpos contra el antígeno de superficie, disminución significativa de la carga viral a
valores indetectables y valores normales de las transaminasas, que demostraron la recuperación funcional
de la enfermedad asociada con una respuesta inmunológica favorable. También trataron a pacientes con
VIH-sida durante 2 años y obtuvieron una disminución significativa de la carga viral a valores indetectables y
un aumento de CD4 y CD845. Robert Jay et al.46 trataron a 5 pacientes infectados de Ébola con ozono
obteniendo una curación en todos ellos tras 10 días de tratamiento. Al igual que el COVID-19, el virus del
Ébola también induce una tormenta de citocinas, que el ozono es capaz de contrarrestar por su acción
inmunomoduladora.
Tabla 2 Protocolo de administración de autohemoterapia mayor con ozono en la infección por COVID-19
Acceso venoso periférico preferiblemente con una palomilla 19 G o una cánula periférica ≥ 20 G. Puede
hacerse por vía central
Dosis inicial: 50 pg/mL de ozono. Incrementar a 70 pg/mL si necesario en días sucesivos. Volumen de la
mezcla oxígeno/ozono 200 mLa
Agitar suavemente la botella una vez el ozono se mezcle con la sangre en el frasco y durante la
administración Reinfusión en 10-15 minutos
Experiencia en críticos
Protocolo de administración
El protocolo descrito aquí (tabla 2) es flexible, ya que depende de la condición clínica del paciente y de
su evolución. Los pacientes a los que les hemos administrado ozonoterapia han mejorado tanto clínica como
analíticamente desde la primera sesión de tratamiento. La terapia con ozono es segura y su frecuencia de
aplicación puede aumentarse según necesidad.
Conclusión
El ozono tiene propiedades biológicas que le convierten en una terapia ideal en los pacientes son SARS-
COV-2. Su capacidad antiinflamatoria e inmunomoduladora contrarrestando la suelta de citocinas y su
acción para estimular la liberación de óxido nítrico, vasodilatador con acción antiagregante plaquetario en la
microcirculación hacen del ozono una terapia ideal para estos pacientes. El ozono además tiene un potencial
efecto viricida al actuar sobre las proteínas de la cápside vírica inutilizando al virus.
CAPITULO XI
Informar a la Comunidad Científica y a la Opinión Pública que
YA EXISTE EVIDENCIA CLINICA que la 1Ivermectina
disminuye la Tasa de Letalidad en pacientes Estudio Clínico del
Dr. Patel y del Dr. Walter Mogrovejo.
El Estudio Clínico del Dr. Amit N. Patel et al. : “Usefulness of
Ivermectin in COVID-19 Illness” es un Estudio Observacional
Prospectivo de Casos y Controles en 1408 pacientes COVID-19,
realizado entre el 1° de Enero y el 31 de Marzo del 2020 en 169
hospitales de tres continentes.704 pacientes recibieron Ivermectina y
otros 704 pacientes no la recibieron. Demostró que la asociación con
Ivermectina redujo la tasa de mortalidad de 1.4% versus 8.4%
pacientes que no la recibieron. Además, en aquellos pacientes que
requerían ventilación mecánica la mortalidad fue de 7.3% versus
21.3%. Fue aprobado por la Guía de la FDA de Medicina Basada en
Evidencias, y es estadísticamente significativo.
En el Estudio Clínico del Dr. Walter Mogrovejo Ramos : “Intervención de la Ivermectina Pre-Hospitalaria
para la Modificación de la Evolución del Covid-19. Estudio realizado en Perú.” Presentado en Mayo del
2020. Dicho Estudio Clínico tuvo por objetivo determinar la relación del suministro de Ivermectina en la
modificación de la evolución del virus del COVID-19 en pacientes en situación pre- hospitalaria, con la
finalidad de recomendar un tratamiento de soporte precoz en personas con infección sospechada o
confirmada de SARS-CoV-2 durante la Fase I y II. El marco metodológico consideró un enfoque
cuantitativo, de alcance correlacional, diseño pre-experimental de corte prospectivo. La muestra
estuvo constituída por 63 pacientes altamente sospechosos de SARS-CoV-2. Los resultados obtenidos
en cuanto al suministro de Ivermectina durante 48 horas a los pacientes evidenció una recuperación
favorable. Por lo tanto, se demostró estadísticamente que la intervención farmacológica de la
Ivermectina modifica sustancialmente la evolución del coronavirus COVID-19 durante la Fase I y II de la
enfermedad.
CAPITULO XII
DISCUSION
• No se debe retirar la Hidroxicloroquina del Protocolo Terapéutico,
debido a que actúa como inmunomodulador, disminuye la carga viral
a partir del cuarto día de su prescripción y tiene adicionalmente un
efecto antitrombótico. Se debe realizar un ECG basal antes de iniciar
el tratamiento y a los siete días para evaluar que no exista prolongación
del segmento QT.
•
CAPITULO XIV
BIBLIOGRAFIA
17. Herman Yves. Los pulmones son una de las partes más afectadas por
el COVID-19. REDACCIÓN LA VOZ 07/05/2020 14:26 Newsletters :Toggle
navigation.
18. Hernández A. et al. Dos terapias conocidas podrían ser efectivas como
adyuvantes en el paciente crítico infectado por COVID-19. Revista Española
de Anestesiología y Reanimación 2020; 67(5) : 245-252. Publicado el 14 de
Abril del 2020.
19. Hillaireau H. and Couvreur P. Nanocarriers’ entry into the cell:
relevance to drug delivery. Cellular and molecular life sciences, 2009, 66 (2873-
2896).
20. Jacqui Wise Fuente: BMJ 2020; 369
doi:https://doi.org/10.1136/bmj.m2058 Covid-19 and thrombosis: what do we
know about the risks and treatment?
21. Jairo Victoria Ch., MD, MSc. Dermatóloga- Epidemióloga.
Ivermectina : Sus Múltiples Usos, Seguridad y Toxicidad. Universidad del Valle.
Universidad Libre Seccional Cali. Cli, Colombia. Rev. Chilena Dermatol. 2010;
26(4) : 358-368.