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DEMENCIA SENIL

DEFINICION

La demencia senil es un término que concentra la disminución del funcionamiento intelectual que


interfiere en las funciones cotidianas y que afecta, de forma completa o parcial,  a dos o más
capacidades del paciente, como la memoria, el lenguaje, la percepción, el juicio o el razonamiento.
La demencia, a veces, esta denominada incorrectamente como “senilidad” o “demencia senil”, al
conectarla de forma inherente al envejecimiento del paciente.
Según Sagrario Manzano, doctora y coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias
de la Sociedad Española de Neurología, “emplear el término demencia senil es erróneo, puesto
que esta enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad”.
La enfermedad de Alzheimer representa entre el 60 y el 80 por ciento de los casos de demencia. 
CAUSAS

En términos generales, la demencia suele ocurrir a una edad avanzada, entendiendo ésta a partir
de los 60 años. Por lo que el envejecimiento supone uno de los factores de riesgo más
significativos.
En la mayoría de los casos, la demencia es una enfermedad de carácter degenerativo y, por lo
tanto, irreversible. Por ello, las funciones o capacidades que se pierdan no podrán volver a ser
recuperadas por el paciente.
Como excepción, existen algunas causas de la demencia que, si son detectadas a tiempo, pueden
ser reversibles.
Éstas son, por ejemplo, algunas lesiones cerebrales, tumores en el cerebro, cambios en los niveles
de glucosa, calcio o sodio (en estos casos la demencia se considera de origen metabólico), o
niveles bajos de vitamina B12 en sangre.
Dentro de las causas que pueden provocar la demencia están:
La enfermedad de Huntington: Trastorno en el que determinadas partes del cerebro se degeneran.
Es una enfermedad que se transmite de padres a hijos.
 
 Lesiones cerebrales.
 
 Esclerosis múltiple: Enfermedad autoinmunitaria que afecta al cerebro y a la médula
espinal.
 
 Parkinson: Afección en la que las células que ayudan a controlar el movimiento y la
coordinación se van degenerando. La enfermedad provoca temblores y dificultad para
moverse o andar.
 
 Parálisis supranuclear progresiva: Trastorno que provoca dificultad en el movimiento
debido a un daño producido en las neuronas.
 
 Infecciones como sida, sífilis o la enfermedad de Lyme.

SINTOMAS

Los síntomas de la demencia abarcan muchos aspectos de las funciones mentales del paciente. En
términos  generales, se puede ver afectado el comportamiento emocional o de la personalidad, el
lenguaje, la memoria, la percepción y el pensamiento o juicio.
Previamente a presentarse la enfermedad, la persona sufre un deterioro cognitivo leve(DCL) que
incluye la dificultad para realizar varias tareas a la vez, para resolver problemas o para tomar
decisiones.
Además, dificulta el recuerdo de hechos o conversaciones recientes y la agilidad mental se ve
disminuida.
A medida que el trastorno empeora, los síntomas se agravan también y también pueden aparecer:
 Pérdida de habilidades sociales y cambios de personalidad, lo cual lleva a
comportamientos inapropiados en público y, a veces, agresivos.
 
 Problemas a la hora de comunicarse, ya que el paciente presenta dificultad para recordar
el nombre de objetos familiares. A esto se une la pérdida del sentido de la orientación por
lo que la persona puede perderse con asiduidad y no encontrar objetos.
 
 Aumento de la dificultad para memorizar o realizar actividades que requieran pensar.
 
 El paciente pierde su capacidad de juicio y no es capaz de determinar la peligrosidad de
sus acciones.
 
 Se producen cambios en el patrón del sueño, lo que aumenta el riesgo de
sufrir alucinaciones, delirios y es posible que este cuadro sintomático lleve a la depresión.
 En los casos más graves, los pacientes con demencia ya no son capaces de realizar
actividades básicas, tales como comer, bañarse o vestirse. Es posible que sean incapaces
de reconocer a familiares cercanos o de entender el lenguaje.
TRATAMIETOS

Para tratar la enfermedad, es preciso conocer cuáles son los factores causantes e intentar
erradicarlos o controlar sus síntomas.
En algunas ocasiones, los medicamentos para tratar la demencia pueden empeorar la situación del
paciente, por lo que se pueden llevar a cabo suspensión o cambios de los mismos.
En general, pueden tratarse los daños colaterales que se produzcan (anemia, infecciones o
trastornos nutricionales), o disminuir el ritmo al cual empeoran los síntomas a través de fármacos,
pero en el segundo caso, los cambios suelen ser imperceptibles.
Por último, se puede iniciar una terapia para ayudar en el comportamiento del paciente, su
pérdida de juicio o las confusiones que padece.
Una persona con esta enfermedad requerirá de apoyo en el hogar, el cual deberá aumentar a
medida que la patología empeora. 
COMPLICACIONES

Es posible que un paciente sufra un deterioro cognitivo leve pero que no llegue a padecer ningún
tipo de demencia.
Pero en los casos en los que sí se padece, esta enfermedad reduce considerablemente la calidad
de vida y las expectativas de la misma.
En estas circunstancias, los familiares de los pacientes suelen aumentar la atención de las personas
con este trastorno junto con el apoyo de las asociaciones que se dedican a la causa.
INFORMACION ADICIONAL

Prevención
La mayoría de las enfermedades de tipo psiquiátrico carecen de medidas preventivas concretas. En
el caso de la demencia, es fundamental consumir alimentos saludables y practicar ejercicio de
forma rutinaria para mantener el bienestar del organismo.
Además, es importante controlar otro tipo de enfermedades que pueden suponer factores de
riesgo, como la diabetes. Por último, los especialistas recomiendan que el paciente acuda con
frecuencia a controlarse la tensión arterial y que evite fumar en la medida de lo posible. 
Tipos
Existen varios tipos de demencia, pero las más comunes son:
Enfermedad de Alzheimer: Es la forma más común de demencia entre las personas mayores. Suele
afectar a las partes del cerebro que se encargan del pensamiento, la memoria y el lenguaje.
 
Demencia vascular: Es aquella que se produce después de un problema grave de carácter
cerebrovascular (ictus) a lo largo de un periodo de tiempo prolongado y es el segundo tipo de
demencia más común. 
Diagnóstico
Para diagnosticar la demencia, el especialista llevará a cabo las siguientes pruebas con carácter
genérico:
Un examen físico completo, revisando, sobre todo, el funcionamiento del sistema nervioso.
 
El médico llevará a cabo preguntas acerca de la historia clínica y la sintomatología.
 
Examen de la función mental del paciente para determinar si tiene alguna capacidad afectada o
disminuida. 

EPOC
DEFINICION
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, conocida con las siglas EPOC, consiste en
la obstrucción persistente de las vías respiratorias.
“Esta enfermedad de los bronquios está producida por la exposición a humo de tabaco
principalmente y ocasiona una pérdida de la función pulmonar acelerada”, explica Bernardino
Alcázar, neumólogo en el Hospital de Alta Resolución de Loja (Granada) y miembro de la Sociedad
Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), quien señala que en España afecta al 10,2 por
ciento de la población adulta española mayor de 40 años. “Principalmente se da en personas
expuestas al humo del tabaco, ya sea de forma activa o pasiva”.
La EPOC puede aparecer en forma de dos trastornos diferentes: el enfisema y
la bronquitis crónica.
El enfisema consiste en un ensanchamiento de los alvéolos (pequeños sacos de aire de los
pulmones) y la destrucción de sus paredes.
 
 La bronquitis crónica se manifiesta en forma de tos crónica persistente, que produce
esputo y que no se debe a una causa clínica perceptible, como el cáncer de pulmón, sino
que las glándulas bronquiales se dilatan, provocando una secreción excesiva de
mucosidad.
 Ambas enfermedades van muy ligadas y suelen presentarse simultáneamente, o bien una
acaba provocando la otra. Este es el motivo de que enfisema y bronquitis crónica se
agrupen bajo la denominación enfermedad pulmonar obstructiva crónica, de la que
podrían considerarse como dos formas de presentación distintas. Generalmente los
racimos de alvéolos conectados a las pequeñas vías aéreas (bronquiolos) tienen una
estructura relativamente rígida y mantienen abiertas esas vías.
En el caso de enfisema, las paredes alveolares están destruidas y los bronquiolos pierden su apoyo
estructural y se colapsan al respirar. En el enfisema, la reducción del flujo de aire es permanente.
En la bronquitis crónica, contribuyen a la obstrucción del flujo de aire la inflamación de las
pequeñas vías aéreas, la cicatrización de sus paredes, la hinchazón de su revestimiento, la
mucosidad y el espasmo del músculo liso.
Así, en esta enfermedad la obstrucción del flujo de aire es parcialmente reversible si se usan
fármacos broncodilatadores. Los afectados por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica están
más expuestos al riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón que cualquier otra persona. También
puede influir en el desarrollo de problemas cardiacos.
CAUSAS

La EPOC es la más común de las enfermedades crónicas de pulmón en todo el mundo. Millones de


personas padecen EPOC, que es la segunda causa de incapacitación laboral después de las
enfermedades cardiacas.
Los principales afectados por la enfermedad son las personas expuestas a los dos factores
externos que contribuyen en mayor medida a su desarrollo: fumar y trabajar en ambientes
contaminados. Por eso la enfermedad incide especialmente entre los mineros de carbón, los que
trabajan con cereales, en la metalurgia y otros trabajadores expuestos al polvo.
La enfermedad es más frecuente entre los hombres que entre las mujeres y tiene mayor
mortalidad entre los varones. La mortalidad entre las personas que padecen la enfermedad es
también mayor en pacientes de raza blanca y obrera, que entre los trabajadores administrativos.
La EPOC también aparece muy frecuentemente en algunas familias, hecho que hace pensa que
podría existir una tendencia hereditaria.

Fumar

La causa más importante de la EPOC es, sin duda alguna, el tabaco. Con el paso de los años, la
función pulmonar se pierde más rápidamente entre los fumadores. Un dato relevante es que entre
el 10 por ciento y el 15 por ciento de las personas que fuman desarrollan la enfermedad. Los
fumadores de cigarrillos son los que más posibilidades tienen de contraerla, seguidas de los
fumadores de pipa y cigarros.
Dado que el riesgo que entraña el tabaco es muy grande, la mejor manera de prevenir la
enfermedad es no fumar. También se ha demostrado que los hijos de padres
fumadores padecen muchas más enfermedades respiratorias que los de padres no fumadores;
estos niños se convierten en fumadores pasivos y están predispuestos a padecer bronquitis
crónica de adultos.
La polución atmosférica
La polución atmosférica, es decir, el incremento de partículas y gases anómalos en la atmósfera
también entraña riesgos. El monóxido de carbono y el óxido de sulfuroprocedentes de la
combustión de gasolina, los hidrocarburos de los automóviles o el ozono, por citar unos ejemplos,
producen irritación de las vías respiratorias y dificultan el transporte del oxígeno por el cuerpo.
La bronquitis crónica, de hecho, es dos veces más frecuente en las zonas industriales y en
las grandes ciudades que en el campo. Este factor combinado con el anterior, el tabaco, es la causa
principal de la mayor parte de casos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Infecciones
Aunque está fuera de dudas que raras veces una infección es la causa inicial de la EPOC, sí que
puede afirmarse que una infección puede ser la responsable de que se agraveuna irritación
previa desencadenada por los dos factores anteriores.
Una infección también puede desencadenar brotes posteriores de la enfermedad. Si durante la
infancia se han sufrido repetidas infecciones pulmonares, el adulto estará más predispuesto a la
EPOC.
SINTOMAS

“Los síntomas iniciales son insidiosos y consisten principalmente en tos y expectoración”, afirma
Alcázar. “Cuando la enfermedad va progresando aparecen otros síntomas de alarma, como la
dificultad para respirar o las crisis (conocidas como exacerbaciones)”.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica tiene, principalmente, dos estadios:
En las primeras fases de la enfermedad, la concentración de oxígeno en la sangre está disminuida,
pero los valores del anhídrido carbónico permanecen normales.
En las fases avanzadas, cuando la enfermedad es más grave, los valores del anhídrido carbónico se
elevan mientras que los del oxígeno siguen disminuyendo.
La EPOC se manifiesta de distintas formas, tanto en el caso de la bronquitis crónica como del
enfisema, y los síntomas iniciales pueden aparecer al cabo de 5 ó 10 años de fumar o de estar
expuesto a gases contaminantes.
Algunos síntomas pueden ser:
 Tos y aumento de la mucosidad, normalmente al levantarse por la mañana.
 
 Tendencia a sufrir resfriados de pecho.
 
 El esputo que se produce durante estos resfriados con frecuencia se vuelve amarillo o
verde debido a la presencia de pus.
 
 A medida que pasan los años, estos catarros de pecho se vuelven más frecuentes.
 
 Respiración sibilante.
 
 Sensación de ahogo cuando se hace un esfuerzo y, más adelante, ahogo en actividades
diarias, como lavarse, vestirse y preparar la comida.
 
 Un tercio de los pacientes experimenta pérdida de peso importante.
 
 Hinchazón en las piernas, debida a la insuficiencia cardiaca.

TRATAMIETOS

El tratamiento debe ir enfocado en primer lugar a que el paciente abandone el tabaco. “Una vez
que lo ha hecho utilizamos los broncodilatadores para mejorar los síntomas de los pacientes y los
fármacos antiinflamatorios para disminuir el número de crisis”, explica Alcázar. “Como medidas
generales no farmacológicas recomendamos la práctica de ejercicio físico de forma habitual y las
vacunaciones”.
En líneas generales las recomendaciones que deben seguir los pacientes son:
 Dejar de fumar. Abandonar el tabaco es útil en cualquier fase de la enfermedad.
 
 Tratar de evitar la exposición a partículas irritantes en el aire.
 
 La EPOC puede empeorar si la persona tiene gripe o neumonía. Por eso quienes padecen
esta enfermedad deben vacunarse contra la gripe cada año, además de recibir una vacuna
antineumónica cada seis.
 
 Usar broncodilatadores para reducir el espasmo muscular. La inflamación en las vías
aéreas puede disminuir mediante el uso de corticosteroides, pero sólo un 20 por ciento de
pacientes responden a ellos.
 
 Para expulsar las secreciones no hay ninguna terapia válida, pero evitar la deshidratación
bebiendo suficiente líquido puede prevenir las secreciones espesas y ayuda a mantener la
orina clara.
 
 La administración de oxígeno ayuda a disminuir el ahogo que sienten los enfermos cuando
realizan actividades diarias. A largo plazo, además, prolonga la vida de las personas que
padecen esta enfermedad con una concentración de oxígeno en la sangre
extremadamente baja; el oxígeno reduce el exceso de los glóbulos rojos, mejora la función
mental y reduce la insuficiencia cardiaca.
 
 En pacientes con un déficit grave de la proteína alfa1-antitripsina se puede sustituir la
proteína que falta mediante infusiones intravenosas semanales.
 
 En personas con enfisema grave se puede hacer una cirugía conocida como reducción del
volumen pulmonar. Esta opción sólo es viable en las primeras etapas de la enfermedad. En
esta cirugía se extirpan las partes más afectadas del pulmón para permitir que éste y los
músculos respiratorios restantes funcionen mejor.
 
 En casos extremos se puede llegar a transplantar el pulmón. Esta opción sólo se lleva a
cabo con determinados pacientes menores de 50 años.
 
 Hacer ejercicio, ya sea en casa o mientras se está ingresado en el hospital.

COMPLICACIONES

Profesionales con mayor riesgo de sufrir EPOC

Desarrollar la actividad laboral o pasar mucho tiempo en ambientes contaminados por vapores


químicos o polvo no tóxico puede llegar a causar la enfermedad. Las emanaciones de gases en
industrias también pueden influir.
Por este motivo, hay un grupo de profesionales entre los cuales hay mayor tendencia a
desarrollar la EPOC, especialmente la bronquitis. Entre ellos están los mineros y aquellosque
trabajan con granos de cereales.
Las sustancias irritantes causan la inflamación de los alvéolos. Si dicha inflamación se padece
durante un tiempo prolongado, puede evolucionar hacia un daño permanente. Los glóbulos
blancos se acumulan en los alvéolos inflamados y liberan enzimas que dañan el tejido conectivo de
las paredes de los alvéolos. La incidencia de este factor, sin embargo, es mucho menor que la del
tabaco.

Tos de larga duración

La tos de larga evolución va estrechamente ligada a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y,


de hecho, es uno de los síntomas que presenta este tipo de enfermedad. Se dice que se produce
tos de larga evolución cuando la tos persiste más de tres semanas y las causas concretas se
desconocen. Las causas generales de la tos de larga evolución pueden deberse a agentes
físicos, como los gases, al tabaco o distintas enfermedades.
Los tipos de enfermedad que pueden desencadenar en este tipo de tos son
las otorrinolaringológicas ("tapón de cera" -un cuerpo extraño en el conducto auditivo
externo-, rinitis, sinusitis, amigdalitis), las tráqueobronquiales (entre las cuales se encuentra la
bronquitis crónica y el asma), las pulmonares (entre ellas el enfisema y la fibrosis quística),
las pleurales y las cardíacas. En los fumadores, el tabaco y las enfermedades que se derivan de
este hábito suelen ser el principal causante de la tos. En los no fumadores, las causas más
importantes son el asma, la bronquitis crónica y el reflujo gastoesofágico. La tos de larga duración
en los niños suele deberse al asma, a las infecciones respiratorias víricas o la tos psicógena (la que
aparece por motivos psicológicos).
Los antecedentes familiares o personales también pueden provocar este tipo de
tos.Establecer el diagnóstico de este tipo de tos de larga duración requiere una serie de pasos. En
primer lugar se recurre a la anamnesis; es decir, se indaga en los antecedentes familiares,
fisiológicos o patológicos del enfermo. Más adelante se hace una exploración física para valorar el
estado general del paciente, tomarle la temperatura y comprobar la frecuencia cardíaca y
respiratoria. Después se hacen otras pruebas: se realiza una exploración otorrinolaringológica, por
si la tos pudiera deberse a problemas de este tipo;se palpan las tiroides y otras estructuras
del cuello; y se miden los diámetros torácicos, que pueden indicar una patología obstructiva o
restrictiva.
Es imprescindible descartar también la existencia de problemas cardiovasculares si se escuchan
soplos o ritmos anormales. En caso necesario se hacen otras exploraciones complementarias:
pruebas de función pulmonar, radiografías del tórax, una espirometría con prueba
broncodilatadora, una prueba de tuberculina, un hemograma o un estudio citológico y
microbiológico del esputo, entre otras.
Tratar la tos de larga evolución no es sencillo, ya que, según diversos estudios, aproximadamente
en un 18 por ciento de los casos esta tos puede deberse a dos o trescausas simultáneas. Se dice
que el tratamiento ha surtido efecto cuando se ha eliminado por completo la tos. Los fármacos
que pueden administrarse para tratarla, por vía oral o por medicación inhalada, dependerán del
tipo de tos y del origen de la misma.
La tos crónica puede ser de varios tipos y cada uno de ellos va asociado a un tipo de enfermedad,
normalmente pulmonar. Así, por ejemplo, la tos matutina se relaciona con la bronquitis crónica; la
tos nocturna se asocia a la sinupatía o al asma; la tos con expectoración maloliente se relaciona
con el absceso pulmonar; y la tos espumosa tiene que ver, normalmente, con el edema pulmonar,
entre otros muchos tipos de tos de larga duración.

Alimentación saludable para pacientes con EPOC

Aunque el aire y los alimentos son los dos elementos básicos que necesita todo ser humano para
vivir, los pacientes que presentan enfermedad pulmonar obstructiva los necesitan de forma
especial: de la misma manera que deben adoptar medidas específicas para mejorar la calidad del
aire que inhalan y tratar de abandonar hábitos y condiciones perjudiciales, también tienen que
alimentarse según las reglas de lo que se conoce como dieta saludable y equilibrada. La razón
principal de una correcta nutrición, en este caso, es que un cuerpo bien alimentado contribuye
a fortalecer a la persona ante posibles infecciones, además de prevenir enfermedades que no
harían sino complicar la enfermedad obstructiva, favoreciendo el aumento de hospitalizaciones.
Por otra parte, los alimentos aportan, entre otras cosas, la energía necesaria para llevar a cabo
incluso el sencillo acto de respirar; una persona enferma de EPOC precisa diez veces más calorías
para hacerlo que una que esté sana. A continuación aparecen algunas normas y consejos sobre
nutrición apropiada para enfermos de EPOC, sin olvidar que el más adecuado para dar las
indicaciones correctas para cada individuo en concreto es el médico especialista.
 Hay que comer alimentos de todos los grupos: frutas, vegetales, lácteos, cereales, fibra,
proteínas.
 
 Limitar la ingesta de sal y de bebidas con cafeína.
 
 Evitar alimentos que provoquen gases o sensación de pesadez.
 
 La comida principal del día debe hacerse a primera hora para aportar energías al
organismo.
 
 Opte por comidas fáciles de preparar.
 
 No ingiera productos de escaso valor nutritivo.
 
 Si utiliza oxígeno, no deje de hacerlo mientras come ni inmediatamente después: supone
un aporte de energía para realizar el proceso digestivo.
 
 Es importante que el acto de comer se realice en un entorno relajado.
 

Convivir con la enfermedad

Muchos pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica presentan, a veces, ansiedad,


depresión y aislamiento social debido a las limitaciones que la patología les impone. La percepción
de su cuerpo cambia, se sienten más solos, se crea un concepto negativo de la persona y aparece,
en muchos casos, la disminución de la autoestima. Muchas veces incluso cambia la relación del
enfermo con la familia y los amigos.
La rehabilitación pulmonar pretende combatir, en la medida de lo posible, los efectos negativos
que se derivan de la EPOC, combinando ejercicios de entrenamiento con programas educativos y
de comportamiento para mejorar la vida del paciente día a día. Además de mejorar la actividad
diaria, la rehabilitación pretende que el enfermo seaindependiente.
Un buen plan de salud para cualquier persona con bronquitis crónica debe incluir, además del
ejercicio físico, las siguientes reglas básicas:
 Visitar al médico ante cualquier principio de resfriado o de infección de las vías
respiratorias.
 
 El paciente debe preguntar al médico si se debe vacunar contra la gripe y
la neumonía neumocócica.
 
 Seguir unos hábitos saludables: mantener una dieta nutritiva y equilibrada, intentar
mantenerse en el peso correcto, no fumar, hacer ejercicio.
 
 Participar en programas educativos, que consisten en aprender los detalles sobre la
enfermedad, las posibilidades de tratamiento, sus consecuencias, etcétera, para poder enfrentarse
mejor a ellas. Estas clases incluyen también información varia: cómo funciona el pulmón, qué
medicamentos se utilizan para tratar la EPOC, en qué consiste la terapia de oxígeno, cómo
funcionan los inhaladores, entre otros aspectos.
 
 Recibir soporte psicológico por parte de profesionales de la salud, ya sea mediante
programas educativos individuales o tratamientos en grupo.
 
INFORMACION ADICIONAL

Prevención

La única manera de prevenir la enfermedad es no exponerse a los factores de riesgo que la


originan. Como se ha dicho, estos factores son el tabaco y los ambientes contaminados. Por eso,
para prevenir la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es fundamental no fumar. También es
muy importante mantener un buen estado de salud general, realizar ejercicios y seguir una dieta
sana para aumentar la resistencia del cuerpo a las infecciones. La importancia de los ejercicios, ya
sea en el hospital o en casa, radica en que contribuyen a aumentar la independencia y la calidad
de vida del afectado. Además, disminuyen la frecuencia y el tiempo de hospitalización del
enfermo.

Hacer ejercicio

La filosofía de la práctica del ejercicio es la siguiente: los pacientes que sufren la enfermedad


pulmonar obstructiva crónica necesitan energía extra para poder respirar. Si se usa esa energía de
manera más efectiva para respirar, el paciente tendrá más energía restante para llevar a cabo sus
acciones diarias y para participar en nuevas actividades. Las mejorías en la respiración pueden
conseguirse, en gran medida, haciendo deporte, pero es muy importante que los ejercicios se
hagan bajo supervisión médica y con el asesoramiento de especialistas.
El ejercicio, a todos los niveles, mejora la utilización del oxígeno, la capacidad de trabajoy
la mentalidad de los pacientes que sufren la enfermedad. Las actividades de bajo esfuerzo son más
fáciles de practicar, para estos enfermos, que las actividades de alta intensidad. Entre otros, se
pueden hacer los siguientes ejercicios:
Parte inferior del cuerpo: bicicleta fija, subir escaleras, caminar, etcétera. Estos ejercicios
fortalecen las piernas y aumentan el tono muscular y la flexibilidad. Ayudan a moverse mejor.
 
Parte superior del cuerpo: ejercicios diseñados para mejorar la fuerza de los músculos
respiratorios, los músculos del brazo y los hombros. Fortalecerlos es importante porque aguantan
la caja torácica, mejoran la respiración y hacen más fácil llevar a cabo actividades cotidianas, como
transportar bolsas, hacer la cama o levantar objetos. Un ejercicio útil es, por ejemplo, el
levantamiento de pesas.
Consejos a la hora de hacer ejercicio

Teniendo en cuenta que la forma física se pierde rápidamente cuando la persona interrumpe el
programa de ejercicios, es básico que el paciente se marque unos objetivos que pueda alcanzar y
que los vaya aumentando progresivamente. Además de los ejercicios, es recomendable que la
persona siga algunos otros consejos:
Acompañar los ejercicios de una alimentación saludable.
 
Hacer calentamiento antes de los ejercicios.
 
Cambiar de ejercicios y hacerlos variados para que el paciente no se aburra y desista: nadar,
andar, hacer pesas, practicar aeróbic de baja intensidad.
 
Practicar ejercicio con amigos para hacer la actividad más amena.
 
Seguir con el ritmo habitual y no intentar realizar esfuerzos excesivos.
 
Detener las actividades ante cualquier molestia y consultar al médico.

Tipos

La enfermedad se clasifica en la actualidad en fenotipos o formas de presentación clínica.


“Consisten en el enfisema (destrucción del tejido pulmonar por el tabaco), la bronquitis crónica
(definida como tos con expectoración durante varios meses al año) y el fenotipo mixto EPOC-Asma
(pacientes que presentan rasgos de estas dos enfermedades tan comunes)”, especifica el
especialista de Separ.
Diagnóstico
Cuando se hace una exploración física el médico puede no hallar nada anormal, aparte de la
respiración sibilante que escucha con el fonendoscopio. Las radiografías de tórax también pueden
dar resultados normales. Además, a medida que evoluciona la enfermedad, los movimientos del
tórax disminuyen durante la respiración y se hace más difícil escuchar los ruidos de la respiración
con el fonendoscopio. Por este motivo, para hacer un diagnóstico correcto se requiere un aparato
denominado espirómetro, que mideel volumen espiratorio máximo por segundo y otros flujos y
volúmenes respiratorios. Sólo con esta prueba se puede demostrar la obstrucción o reducción del
flujo de aire que presenta una persona que tenga la enfermedad.
Esta prueba es inmediata y no produce dolor.

PARKINSON
DEFINICION

La enfermedad de Parkinson consiste en un desorden crónico y degenerativo de una de las partes


del cerebro que controla el sistema motor y se manifiesta con una pérdida progresiva de la
capacidad de coordinar los movimientos, entre otros síntomas. Se produce cuando las células
nerviosas de la sustancia negra del mesencéfalo, área cerebral que controla el movimiento,
mueren o sufren algún deterioro.
Presenta varias características particulares: temblor de reposo, lentitud en la iniciación de
movimientos y rigidez muscular.
La enfermedad de Parkinson es una patología crónica y neurodegenerativa que afecta en España a
unas 120.000-150.000 personas. Es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente
después del Alzheimer. 
CAUSAS

De momento se desconoce el origen de la enfermedad, exceptuando los casos inducidos por


traumatismos, drogodependencias y medicamentos, y algunas formas hereditarias en ciertos
grupos familiares. Existen numerosas teorías que intentan explicar el deterioro neurológico que
produce esta patología. Se cree que algunos pesticidas y toxinas, junto a cierta predisposición
genética, podrían ser los desencadenantes de la enfermedad. También se estudia la posibilidad de
que el origen se encuentre en losradicales libres, moléculas que desencadenan un proceso de
oxidación que daña los tejidos y las neuronas. El genético es otro de los factores barajados como
causantes de esta patología. Existen algunas formas de Parkinson hereditarias en algunos grupos
de familias, por lo que la investigación genética puede ayudar a comprender el desarrollo y
funcionamiento de la enfermedad. La causa hereditaria de Parkinson se estima entre un 10 y 15
por ciento de los diagnósticos y, en los casos de inicio temprano, alcanza un 50 por ciento, según
la Fundación Española de Enfermedades Neurológicas (FEEN).
En la enfermedad de Parkinson se produce una degeneración en las células de los ganglios
basales que ocasiona una pérdida o una interferencia en la acción de la dopamina y menos
conexiones con otras células nerviosas y músculos. La causa de la degeneración de células
nerviosas y de la pérdida de dopamina habitualmente no se conoce. El factor genético no parece
desempeñar un papel importante, aunque la enfermedad a veces tienda a afectar a familias.
SINTOMAS

Los primeros síntomas de la enfermedad de Parkinson son leves y se van haciendo cada vez más
notorios con el paso del tiempo. El cuadro inicial típico registra dolores en las articulaciones,
dificultades para realizar movimientos y agotamiento. La caligrafía también empieza a cambiar y se
torna pequeña e irregular. En el 80 por ciento de los pacientes los síntomas comienzan en un solo
lado del cuerpo y luego se generalizan. Asimismo, el carácter varía en los primeros estadios, por lo
que es habitual la irritabilidad o la depresión sin causa aparente. Todos estos síntomas pueden
perdurar mucho tiempo antes de que se manifiesten los signos clásicos que confirman el
desarrollo de la enfermedad.
Los síntomas típicos son los siguientes:
 Temblor: Consiste en un movimiento rítmico hacia atrás y hacia adelante. Generalmente
comienza en la mano aunque en ocasiones afecta primero a un pie o a la mandíbula. Se agudiza en
reposo o bajo situaciones tensas y tiende a desaparecer durante el sueño. Puede afectar sólo a un
lado o a una parte del cuerpo.
 
 Rigidez: Se manifiesta como una resistencia o falta de flexibilidad muscular. Todos los
músculos tienen un músculo opuesto, y el movimiento es posible porque, al activarse un músculo,
el opuesto se relaja. Cuando se rompe este equilibrio los músculos se tensan y contraen causando
inflexibilidad y debilidad.
 
 Bradicinesia: Se trata de la pérdida de movimiento espontáneo y automático y conlleva la
lentitud en todas las acciones. Esta lentitud es impredecible y es el síntoma más incapacitante,
porque el paciente no puede realizar con rapidez movimientos habituales que antes eran casi
mecánicos.
 
 Inestabilidad: La inestabilidad de la postura hace que los enfermos se inclinen hacia
adelante o hacia atrás y se caigan con facilidad. La cabeza y los hombros caen hacia delante y la
forma de andar empeora. El enfermo da pasos cortos y rápidos para mantener el equilibrio; o se
queda literalmente "plantado" a mitad de camino, sin poder moverse. Existen una serie de
síntomas secundarios que, aunque no afectan a todos los enfermos, provocan trastornos
importantes ya que empeoran los síntomas principales y agravan las condiciones físicas y
psicológicas del paciente.
 
 Depresión: Es un problema común a todas las enfermedades crónicas, y en el Parkinson
puede detectarse incluso antes de que comiencen los síntomas principales. Empeora con los
fármacos utilizados para combatir esta patología, aunque los antidepresivos consiguen frenar con
bastante éxito tanto las depresiones como los cambios emocionales. La FEEN estima que un 40 por
ciento de los pacientes con Parkinson tiene depresión.
 
 Dificultades para tragar y masticar: El mal funcionamiento de los músculos dificulta esta
tarea cotidiana, favoreciendo la acumulación de saliva y alimentos en la cavidad bucal. Como
consecuencia, son habituales los atragantamientos y el babeo. - Dicción: Al menos el 50 por ciento
de los enfermos tiene problemas de dicción: hablan en voz baja, dudan antes de hablar, repiten
palabras o hablan demasiado rápido.
 
 Problemas urinarios: Las deficiencias del sistema nervioso que regula la actividad muscular
provocan que algunos enfermos sufran incontinencia o tengan dificultades para orinar.
 
 Estreñimiento: La lentitud progresiva de los músculos intestinales y abdominales es la
principal causa del estreñimiento, aunque también influyen la dieta o la escasa actividad
física. Suele presentarse en el 50 por ciento de los pacientes según la Sociedad Española de
Neurología (SEN). 
 
 Trastornos del sueño: La somnolencia y las pesadillas son características en esta
enfermedad y generalmente están asociadas a los fármacos. Se pueden producir trastornos de
conducta durante la fase REM del sueño.
 
 Pérdida de expresividad: el rostro pierde expresividad y aparece la denominada "cara de
pez o máscara", por falta de expresión de los músculos de la cara. Además, tienen dificultad para
mantener la boca cerrada.
 
 Acinesia: Consiste en una inmovilidad total que aparece de improviso y puede durar desde
algunos minutos a una hora.
 
 Aumento o pérdida de peso: El peso del enfermo puede variar, ya sea perdiéndolo (por la
propia enfermedad, fluctuaciones motoras, medicamentos, disminución de calorías, deterioro
cognitivo, depresión, hiposmia, disfunción gastrointestinal) o en algunas ocasiones aumentándolo
(por efectos de la cirugía del Parkinson o el tratamiento con agonistas dopaminérgicos). La pérdida
de peso puede ser peligrosa, ya que puede influir negativamente en la enfermedad.
 
 Hiposmia: Consiste en la mala distinción de los olores o la reducción de la capacidad para
percibirlos. La hiposmia aparece en un 80 por cientos de los pacientes con Parkinson según la SEN.

TRATAMIETOS

Esta es una patología crónica que, de momento, no tiene curación. El objetivo del tratamiento
es reducir la velocidad de progresión de la enfermedad, controlar los síntomas y los efectos
secundarios derivados de los fármacos que se usan para combatirla.
La dopamina no puede administrarse directamente ya que no puede pasar la barrera entre la
sangre y el cerebro. Por este motivo se ha desarrollado una serie de fármacos que favorecen la
producción de esta sustancia o retrasan su deterioro y que se administran en función de la
gravedad de los síntomas. Así, en las primeras etapas, cuando los síntomas son leves, se utilizan
los fármacos menos potentes, como los anticolinérgicos; mientras que para los casos severos y
avanzados se utiliza la levodopa, el fármaco más potente hasta el momento para el tratamiento de
esta enfermedad.

Tratamiento farmacológico

Los fármacos más utilizados son:


 Levodopa: se considera el más eficaz contra los síntomas motores, especialmente la
rigidez y la bradicinesia. Puede tener efectos secundarios como nauseas, vómitos, hipotensión
ortostática, somnolencia, discinesias y alucinaciones.
 
 Bromocriptina y pergolida.
 
 Selegilina: bloquea una de las vías de metabolización de la dopamina, lo que provoca un
aumento de la producción de esta en el núcleo estriado del cerebro.
 
 Anticolinérgicos: son los primeros que se usaron en el tratamiento del Parkinson, y los
síntomas que mejor alivia son la rigidez y la bradicinesia. En los últimos años se ha desaconsejado
su uso debido a los efectos secundarios que puede producir, como sequedad de boca,
estreñimiento, visión borrosa, alteraciones cognitivas y retención urinaria.
 
 Amantadina: reduce la intensidad de las discinesias, aunque puede producir edemas
maleolares, confusión e insomnio.
 

Tratamiento quirúrgico

La cirugía pretende actuar sobre la parte dañada del cerebro. Sólo está indicada en un 5 por ciento
de los pacientes y es efectiva si están bien seleccionados. Los criterios de inclusión para
intervención quirúrgica contemplan incapacidad funcional muy grave, ausencia de demencia, edad
inferior a 70 años y diagnóstico confirmado. Entre las técnicas quirúrgicas que se utilizan para
aliviar los síntomas de Parkinson se encuentra la palidotomía y la estimulación eléctrica.
Las dos técnicas son efectivas y su elección se hace en función de la dependencia clínica del
paciente. Los beneficiarios son los pacientes con discinesias causadas por la medicación o con
enfermedad avanzada que no responden bien al tratamiento farmacológico.

Subtalamotomía

Otra técnica consiste en eliminar la zona del cerebro dañada mediante la implantación de un
marcapasos en el área afectada para generar un campo eléctrico. La subtalamotomía también
podría convertirse en una técnica alternativa a la estimulación cerebral profunda en los casos que
no responden a los fármacos y que no son buenos candidatos para la implantación de los
electrodos por rechazo psicológico u otros motivos. Por otra parte, en la actualidad se trabaja en la
aplicación de una cirugía bastante controvertida que consiste en el implante de células fetales en
el cerebro, es decir, sustituir las células muertas por otras sanas. Según los últimos estudios, esta
técnica mejora la función cerebral y motora en los parkinsonianos.

Rehabilitación física

Uno de los aspectos más importantes del tratamiento de la enfermedad de Parkinson consiste en
el mantenimiento del tono muscular y de las funciones motoras, por lo que es esencial la actividad
física diaria. También hay ejercicios determinados que pueden ayudar a mantener la movilidad de
los miembros y fortalecer los músculos que generalmente se ven más afectados.
 Para hombros y brazos: Encoger los hombros hacia arriba y descansar. Mover los hombros
dibujando un círculo hacia delante y hacia atrás. Colocar las manos en la nuca y llevar el codo hacia
atrás y hacia delante. Intentar alcanzar la espalda con la mano. Elevar y bajar los brazos lo máximo
posible. Tumbado, y con una barra entre las manos, llevar los brazos hacia atrás y hacia delante.
 
 Para las manos: Mover las muñecas describiendo un círculo hacia un lado y hacia otro. Con
los codos presionando el abdomen y las palmas de la mano hacia arriba, cerrar y abrir la mano.
 
 Para el cuello: Sentado en una silla y con la espalda recta, mover la cabeza hacia adelante
hasta tocar el pecho y hacia atrás. Girar la cabeza hacia la derecha y la izquierda.
 
 Para las piernas: Sentado, levantar una pierna y colocar el tobillo sobre la rodilla de la
pierna opuesta. En esta posición, empujar la pierna flexionada hacia abajo. Sentado en una silla,
elevar y bajar las piernas imitando el movimiento que se realiza al caminar.
 
 Para los pies: Apoyar la planta de los pies en el suelo y levantar y bajar las puntas con
rapidez. Con las plantas de los pies apoyadas en el suelo, elevar los talones y bajarlos golpeando el
suelo con fuerza.
 
 Levantar y estirar la pierna y mover los pies describiendo un círculo hacia la derecha y
hacia la izquierda. De pie, elevarse sobre la punta de los pies, apoyar los talones en el suelo y
levantar las puntas de los pies.
 

Otros ejercicios

Existen otras modalidades de ejercicios que se suelen recomendar a los pacientes de Parkinson:
 Cinesiterapia: es un conjunto de técnicas que implica un continuo movimiento.
 
 Masajes: al dilatar los vasos sanguíneos se favorece la nutrición celular, lo que disminuye
la tensión muscular y la ansiedad.
 
 Hidroterapia: ayuda en gran parte a la musculatura.
 

Logopedia

Es frecuente que los pacientes de Parkinson presenten alguno de los siguientes problemas al
hablar:
 Disartria: alteración al articular palabras.
 
 Hipofonía: hablar con un tono de voz muy bajo.
 
 Pérdida de la prosonia o entonación adecuada.
Existen terapias como el entrenamiento vocal de Lee Silverman, una terapia del habla, o la
musicoterapia que pueden ayudar al tratamiento de estos síntomas, especialmente los
relacionados con el volumen de la voz.

Terapias alternativas

 Acupuntura: es una de las más usadas pese a no contar con ningún aval científico. Los
síntomas que trata son principalmente los psicológicos, como la ansiedad.
 
 Tai-chi: los diferentes ejercicios que incluye esta disciplina ayudan a mejorar aspectos
como la fuerza muscular, la flexibilidad, el equilibrio y la estabilidad, reduciendo las caídas.
 
 Alimentos: existen comidas o componentes alimenticios que podrían tener efectos
positivos en los pacientes de Parkinson. Las habas o los guisantes parecen provocar mejoras
debido a su contenido en levodopa. Por otra parte, la vitamina C favorece la absorción de este
principio activo.
 
 Osteopatía: aunque por el momento no tiene muchos avales científicos, procedimientos
como la técnica de Alexander han demostrado tener efectos positivos sobre las personas con
Parkinson. Este método consiste en la “reeducación” psicofísica de una persona, con el fin de
mejorar el rendimiento, la coordinación y la percepción sensorial.
 

Consejos para mejorar la calidad de vida del enfermo

Para mejorar la calidad de vida de los enfermos de Parkinson es necesario tener en cuenta algunas
cuestiones básicas que pueden facilitar prácticas cotidianas como vestirse, comer o ir al baño.
 Prevención de caídas: La falta de control muscular y la osteoporosis que afecta a los
enfermos más ancianos pueden favorecer las caídas y la rotura de huesos. Para evitar accidentes,
es conviene eliminar todos los objetos con los que pueda tropezar el enfermo, incluyendo
alfombras que forman arrugas o escalones que comunican habitaciones. También es aconsejable
instalar manillas en las paredes cercanas a los pomos de las puertas. Esto ofrece seguridad al
enfermo permitiéndole agarrarse a la manilla de la pared mientras abre la puerta. 
 
 Durante las comidas: Una acción tan cotidiana como la de comer puede convertirse en un
infierno para un enfermo de Parkinson, ya que llevarse la comida a la boca y deglutirla puede
suponer mucho más tiempo que el habitual. A esto se suma el manejo de los cubiertos y las
dificultades para masticar ciertos alimentos como la carne o algunas verduras. Para facilitar la
tarea se puede cortar la comida del paciente, cocerla, hacer purés y facilitarle cubiertos o
instrumentos que, aunque poco convencionales, le permitan manejar con más seguridad los
alimentos.
 
 La ropa: Los botones son un gran obstáculo a la hora de vestirse por lo que es
recomendable cambiarlos por cremalleras. Para evitar los problemas que presentan los cordones
de los zapatos, se puede utilizar calzado con gomas elásticas que se sujetan bien al pie y son fáciles
de sacar.
 
 En el baño: Se pueden instalar asientos elevados frente a la taza del baño y el lavabo, así
como manillas en las paredes. También es recomendable elevar el mobiliario del baño de manera
que el enfermo pueda acceder a él y mantener el equilibrio sin tener que hacer grandes esfuerzos
musculares. 
 
 Parkinsonismo: El parkinsonismo es una situación clínica que se caracteriza por la rigidez,
el temblor, la inestabilidad de postura y bradicinesia. Las principales causas de parkinsonismo son
la enfermedad de Parkinson, la degeneración neurológica y síndromes irreversibles provocados
por drogas o toxinas

COMPLICACIONES

El Parkinson afecta por igual a hombres y mujeres de todas las razas. Su desarrollo está
relacionado con la edad: aparece generalmente a partir de los 50 años y la media de inicio de los
síntomas se sitúa en los 60. Sin embargo, en los últimos años se ha registrado un aumento
considerable de los casos de Parkinson precoz y se estima que cerca del 10 por ciento de los
pacientes tienen menos de 40 años.

INFORMACION ADICIONAL

Diagnóstico

El Parkinson es difícil de diagnosticar en sus etapas iniciales, ya que se confunde con los síntomas
propios de otras patologías. Según los últimos datos recogidos por la SEN, el diagnóstico de
Parkinson en España tarda entre uno y tres años y se cree que hasta un 25 por ciento de los
pacientes diagnosticados tienen en realidad otra enfermedad.
En la actualidad, el 70 por ciento de las personas diagnosticadas de Parkinson en España tienen
más de 65 años. Sin embargo, eso no quiere decir que sea una patología exclusiva de las personas
mayores: el 15 por ciento de los pacientes se diagnostica antes de los 50 años. 
El diagnóstico es fundamentalmente clínico y se efectúa a partir de los síntomas del paciente, ya
que no existe ningún marcador químico. Para confirmar el diagnóstico se realiza una tomografía
axial computerizada (TAC), que detecta las lesiones cerebrales en el mesencéfalo. Asimismo, son
habituales los exámenes de los reflejos.
Sin embargo, el mejor medio para detectar esta patología es la observación, ejercida tanto por el
médico como por los familiares del enfermo, ya que el contacto permanente les permite confirmar
la continuidad o progresión de los síntomas y los posibles cambios tanto físicos como emocionales.
En la enfermedad de Parkinson es esencial el diagnóstico precoz, ya que cada tipo de
parkinsonismo tiene un tratamiento diferente.

Pronóstico

Debido a las diferencias que hay entre los pacientes de Parkinson, es difícil determinar un
pronóstico general de superviviencia a la enfermedad. Al tratarse de una enfermedad que afecta
mayoritariamente a las personas de edad avanzada, los riesgos de muerte suelen estar más
asociados a otras causas.

Epidemiología

El Parkinson es el trastorno neurodegenerativo más frecuente después del alzheimer.


Según el SEN, actualmente existen entre 120.000 y 150.00 casos de Parkison en España, una cifra
que ha ido en un aumento estimado en los 10.000 casos nuevos por año. Este aumento se explica
por el envejecimiento de la población, ya que la mayoría de afectados tiene entre 60 y 70 años. Un
2 por ciento de la población mayor de 65 años tiene Parkinson en España, mientras que un 15 por
ciento de los pacientes con Parkinson tienen menos de 45 años.

ALZHEIMER
DEFINICION

El Alzheimer es una alteración neurodegenerativa primaria que suele aparecer a partir de los 65


años, aunque también puede presentarse entre gente más joven. Cuando una persona padece la
enfermedad de Alzheimer, experimenta cambios microscópicos en el tejido de ciertas partes de su
cerebro y una pérdida, progresiva, pero constante, de una sustancia química, vital para el
funcionamiento cerebral, llamada acetilcolina. Esta sustancia permite que las células nerviosas se
comuniquen entre ellas y está implicada en actividades mentales vinculadas al aprendizaje,
memoria y pensamiento.

CAUSAS

El Alzheimer se produce debido a la reducción de la producción cerebral de acetilcolina(un


neurotransmisor), lo que provoca a un deterioro en el rendimiento de los circuitos colinérgicos del
sistema cerebral.
Es difícil determinar quién va a desarrollar la enfermedad de Alzheimer, puesto que se trata de
una alteración compleja, de causa desconocida, en la que, al parecer, intervienen múltiples
factores. Estos son algunos de los elementos que pueden aumentar las probabilidades de padecer
esta patología.
 Edad: suele afectar a los mayores de 60-65 años, pero también se han dado casos entre
menores de 40. La edad media de diagnóstico se sitúa en los 80, puesto que se considera que el
mal de Alzheimer es una enfermedad favorecida por la edad.
 
 Sexo: las mujeres lo padecen con más frecuencia, probablemente, porque viven más
tiempo.
 
 Razas: afecta por igual a todas las razas.
 
 Herencia familiar: la enfermedad de Alzheimer familiar, una variante de la patología que
se transmite genéticamente, supone el 1 por ciento de todos los casos. No obstante, se estima que
un 40 por ciento de los pacientes con Alzheimer presenta antecedentes familiares.
 
 Factor genético: varias mutaciones en el gen de la proteína precursora de amiloide (APP),
o en el de las presenilinas 1 y 2. También podría asociarse con mutaciones en el gen de la
apolipoproteína E (ApoE). Esta proteína está implicada en el transporte y eliminación
del colesterol. Según las investigaciones, la nicastrina activaría la producción del amiloide beta.
 
 Factores medioambientales: El tabaco se ha mostrado como un claro factor de riesgo de la
patología, al igual que las dietas grasas. Por otra parte, pertenecer a una familia numerosa
también parece influir en el riesgo de Alzheimer.

SINTOMAS

 En un principio, surgen pequeñas e imperceptibles pérdidas de memoria, pero con el paso


del tiempo, esta deficiencia se hace cada vez más notoria e incapacitante para el afectado, que
tendrá problemas para realizar tareas cotidianas y simples, y también, otras más intelectuales,
tales como hablar, comprender, leer, o escribir.
 Síntomas neurológicos
 La enfermedad de Alzheimer afecta a la memoria en sus diferentes tipos. Estos son los
deterioros sufridos:
 Pérdida de memoria a corto plazo: incapacidad para retener nueva información.
 
 Pérdida de memoria a largo plazo: incapacidad para recordar información personal como
el cumpleaños o la profesión.
 
 Alteración en la capacidad de razonamiento.
 
 Afasia: pérdida de vocabulario o incomprensión ante palabras comunes.
 
 Apraxia: descontrol sobre los propios músculos, por ejemplo, incapacidad para abotonarse
una camisa.
 
 Pérdida de capacidad espacial: desorientación, incluso en lugares conocidos.
 
 Cambios de carácter: irritabilidad, confusión, apatía, decaimiento, falta de iniciativa y
espontaneidad.

TRATAMIETOS

La enfermedad de Alzheimer es una patología de evolución lenta. Desde que aparecen los
primeros síntomas hasta que se inicia una etapa de mayor gravedad pueden pasar años,
dependiendo de cada persona, entre 5 y 20. Por el momento no existe ningún tratamiento que
revierta el proceso de degeneración que comporta esta enfermedad. Sin embargo, sí se dispone
de algunos fármacos que pueden retrasar, en determinadas etapas de la enfermedad, la
progresión de la patología.
Se utilizan los anticolinesterásicos o inhibidores de la acetilcolinesterasa, fármacos que elevan los
niveles de acetilcolina en el cerebro. Tacrina, donepezilo, galantamina, memantina y
rivastigmina son los fármacos indicados en las primeras etapas de la enfermedad. Con estos
medicamentos se mejoran las fases iniciales y moderadas de la patología, retrasando el
deterioro de la memoria y la atención. En el 20 por ciento de los casos estos medicamentos
pueden tener efectos adversos que causan trastornos gastrointestinales como náuseas, vómitos
o diarrea. Sin embargo, no tienen ningún tipo de interacción con otros fármacos.
De manera general, los anticolinesterásicos suelen retrasar medio año el deterioro cognitivo de los
pacientes. Según la Fundación del Cerebro y la Fundación Española de Enfermedades
Neurológicas, las tasas de efectividad son elevadas: un 50 por ciento de los pacientes responde
positivamente a la administración del medicamento, mientras que un 20 por ciento responde en
mayor medida de forma positiva que la media. Por el contrario, el 30 por ciento de los pacientes
no responde a la medicación.
Este tipo de tratamiento se combina con otro sintomático, que se administra, a medida que el
paciente va denotando diversos síntomas que acompañan al mal de Alzheimer, tales como la
depresión, estados de agitación, alteraciones del sueño, o complicaciones más tardías del tipo
incontinencia de esfínteres, estreñimiento, infecciones urinarias, úlceras provocadas por la
inmovilidad o tromboflebitis.
Para los síntomas psicóticos que suelen aparecen cuando la demencia es moderada se pueden
administrar fármacos neurolépticos, aunque sólo se recomiendan en casos extremos ya que
también afectan a otros sistemas neuronales.
La vacuna, AN-1792, se basa en una forma sintética de la proteína beta amiloide, proteína que
conforma las placas en los cerebros de los pacientes con Alzheimer y estimula al sistema
inmunológico para eliminar las placas ya formadas y evitar la aparición de otras nuevas.
Es importante también la disposición que deben tener aquellas personas encargadas del cuidado
del paciente. Cuidar a alguien con Alzheimer puede ser complicado debido a los cambios de humor
o problemas de memoria, pero si se adopta la actitud adecuada el tratamiento puede hacerse más
llevadero. La Fundación del Cerebro y la Fundación Española de Enfermedades Neurológicas
ofrecen algunos consejos como los siguientes:

 Se debe tratar al paciente acorde a la edad que tenga, y no tratar de ocultarle


información.
 
 No dar órdenes ni exigencias, tratando de mantener un tono positivo siempre.
 
 Hablar claro y explicar las cosas de forma relajada y lo necesariamente extensas que sea
posible para que el paciente pueda comprender lo que se le trata de decir o explicar.
 
 Tratar de que el paciente tenga su propia independencia y ayudar en la medida de lo
posible, sin anular sus acciones.

COMPLICACIONES

La depresión, o ciertos síntomas depresivos, puede ser el primer indicio de la enfermedad de


Alzheimer. La depresión puede causar estados de confusión, dificultad para concentrarse y prestar
atención, aunque todos estos síntomas mejoran cuando se trata el problema de fondo.

Otro de los factores que complica el diagnóstico es la coexistencia de ambas patologías. En los
pacientes con Alzheimer, la detección de una depresión resulta bastante complicada para el
facultativo, puesto que se trata de personas incapaces de explicar cómo se sienten.

Como signos más claros de que una persona con Alzheimer sufre también una depresión, se
encuentran:
 La pérdida de apetito.
 Alteraciones del sueño.
 Pérdida de energía e iniciativa.
 Sentimientos de baja autoestima.
 Irritabilidad y ansiedad.
 Baja concentración.
Estos síntomas suelen aparecer juntos en una persona con Alzheimer, aunque el diagnóstico sólo
puede establecerlo el médico especialista con pruebas más exhaustivas. A partir de este
diagnóstico, puede ser necesario iniciar un tratamiento con antidepresivos.

INFORMACION ADICIONAL

Prevención

Las recomendaciones de los expertos se centran fundamentalmente en dos puntos


clave: detección precoz de los primeros síntomas, y ejercitar la memoria y la función intelectual.
Además, mantener una dieta equilibrada, baja en grasas, protege frente al deterioro cognitivo,
además, la vitamina E ejerce un efecto protector. En general, mantener unos hábitos de vida
saludables puede reducir el 40 por ciento de los casos de Alzheimer, según la Sociedad Española
de Neurología (SEN).
Existen además algunos factores de riesgo no genéticos que pueden determinar el momento en el
que comienza a aparecer el Alzheimer:
 Nivel educacional: cuantos más años de formación tenga una persona, más tarde
aparecerán los posibles efectos del Alzheimer, pues el haber estado ejercitando la memoria
fortalece el cerebro.
 
 Salud cardiovascular: existen alteraciones del sistema cardiovascular que pueden afectar
al sistema cognitivo de una persona, como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus,
la obesidad, la falta de ejercicio físico o el tabaquismo.
 
 Traumatismo cráneoencefálico: se puede perder conocimiento en el impacto.
 
 Depresión: puede favorecer la aparición del Alzheimer o una enfermedad vascular
cerebral.
El ejercicio de la memoria y de la actividad intelectual no tiene por qué ir parejo al nivel de
educación o cultural de la persona. La Prueba de los siete minutos se utiliza para la detección
precoz de la enfermedad, e indaga en las zonas que con más frecuencia aparecen alteradas en el
mal de Alzheimer: la orientación, memoria, percepción visual y lenguaje. La prueba se divide en
varias áreas:
 Orientación: Pide a la persona de la que sospecha estar afectada, que identifique en que
día, mes y año se encuentra. El grado menor de error es confundirse en el día de la semana o el día
del mes, el mayor, una confusión en el mes o el año.
 
 Memoria: El sujeto observado tiene que identificar 16 figuras presentes en 4 láminas de
imágenes diferentes. Debe indicar qué tipo de objeto o figura ha de buscar. Cuando haya
identificado correctamente el objeto, se guarda la lámina y se saca otra, sobre la que se pregunta
otro objeto. Al identificar las 16 figuras, se le hace descansar, pensar en otra cosa y después, se le
pide que repita las 16 figuras y objetos identificados que pueda recordar.
 
 Percepción visual: pide el dibujo de un reloj, con las manecillas marcando las cuatro
menos veinte. Valora el resultado, según la corrección del dibujo.
 
 Lenguaje: Para evaluar la fluidez oral, tiene que nombrar todos los animales que pueda en
un minuto.
La Fundación del Cerebro y la Fundación Española de Enfermedades Neurológicas dan en forma de
conclusión una serie de medidas preventivas que se pueden llevar a cabo teniendo en cuenta todo
lo mencionado anteriormente:
 Mantener un control de los factores de riesgo vascular.
 
 Llevar un estilo de vida saludable, siguiendo una dieta como la mediterránea y evitando las
grasas saturadas, o realizar ejercicio físico durante al menos dos horas a la semana.
Favorecer la actividad cognitiva con actividades como hablar varios idiomas, tocar instrumentos
musicales, leer, estudiar una carrera, realizar actividades en grupo o practicar juegos intelectuales
como el ajedrez.
Tipos
Dependiendo de la etapa en que se encuentre el paciente, se dan los siguientes estadios:
 Estadio Leve: El daño de la enfermedad todavía pasa desapercibido, tanto para el
paciente, como para los familiares. El enfermo olvida pequeñas cosas, como dónde ha puesto las
llaves, o tiene alguna dificultad para encontrar una palabra. En esta etapa todavía puede trabajar o
conducir un coche, aunque es posible que empiece a experimentar falta de espontaneidad, de
iniciativa y ciertos rasgos depresivos. La capacidad de juicio se reduce y tiene dificultad para
resolver nuevas situaciones y organizar actividades. Pueden aparecer signos de apatía y
aislamiento y cambios de humor.
 
 Estadio Moderado: La enfermedad ya resulta evidente para familia y allegados. El paciente
presenta dificultades para efectuar tareas como hacer la compra, seguir un programa de
televisión, o planear una cena. Ya no es sólo una pérdida de memoria, sino también de capacidad
de razonamiento y comprensión. En esta etapa, el deterioro avanza con bastante rapidez y los
afectados pueden llegar a perderse en lugares familiares. Además se muestran visiblemente
apáticos y deprimidos.
 
 Estadio Grave: Todas las áreas relacionadas con la función cognitiva del paciente se
encuentran afectadas. Pierde la capacidad para hablar correctamente, o repite frases inconexas
una y otra vez. No puede reconocer a sus familiares y amigos; ni siquiera se reconocen a ellos
mismos ante un espejo. La desorientación es constante. Los pacientes más graves se olvidan de
andar y sentarse y, en general, pierden el control sobre sus funciones orgánicas. Se olvidad de
hechos recientes y lejanos. Permanecen horas inmóviles sin actividad, y generalmente no pueden
andar. Dejan de ser individuos autónomos y necesitan que les alimenten y les cuiden. Gritan,
lloran o ríen sin motivo y no comprenden cuando les hablan. En su etapa más grave surgen
rigideces y contracturas en flexión, permanecen en mutismo y pueden llegar a presentar
trastornos deglutorios. Muchos de ellos acaban en estado vegetativo.
Existen además otro tipo de clasificaciones más extensas y que tienen en cuenta otro tipo de
variables para determinar el estadio de la enfermedad en el que se encuentra el paciente:
 FAST (Functional Assesment Staging): es una división en siete fases, dependiendo de las
repercusiones funcionales.
 
 GDS (Escala de Deterioro Global): también divide el estado del paciente en siete fases,
pero en base a los déficits cognitivos.
 
 CDR (Clinical Dementia Rating): se usa sobre todo en investigación. Son cinco fases en base
de seis variables: memoria, orientación, juicio, vida social, funcionamiento del hogar y
autocuidado.

Diagnóstico

Según la SEN, entre un 30 y 40 por ciento de los casos de Alzheimer podría estar sin diagnosticar,
de los cuales un 80 por ciento pertenecen a un estadio leve.
La enfermedad se diagnostica con datos recabados sobre los problemas del paciente de memoria y
aprendizaje, para llevar adelante la vida cotidiana. y preguntando a familiares o personas que
conviven con el supuesto enfermo. Los análisis de sangre y orinadescartan otras posibles
enfermedades que causarían demencia y, en algunos casos, también es preciso analizar fluido de
la médula espinal.
Un estudio realizado por Sanitas Residencial titulado de Por una atención del Alzheimer centrada
en la persona refleja que un 78 por ciento de las personas con Alzheimer conocen con dos años de
antelación que van a sufrir la enfermedad.
Resulta importante que el paciente cuente con un apoyo cercano de un familiar o una persona de
su entorno, ya que el propio enfermo puede tratar de minimizar los síntomas del Alzheimer que
sufre a la hora de explicarlos. Además, debido a los trastornos de memoria que sufre o el resto de
problemas puede que el propio paciente no dé a conocer todo lo que percibe que le ocurre.

Pruebas y exámenes

Entre las pruebas más empleadas para observar los cambios que esta enfermedad produce en el
cerebro destaca la resonancia magnética (RM), la tomografía por emisión de positrones (conocida
por su acrónimo inglés, PET) y una combinación de ambas. Con la RM, se visualiza la forma y
estructura del cerebro. Con la PET se pueden detectar los primeros cambios en el tejido cerebral,
incluso antes de que aparezcan los síntomas visibles (como el deterioro de la memoria).
Para detectar si una persona cuenta con deterioro cognitivo se realiza una prueba de cribado o
screening cognitivo. Se trata de una serie de tests que tratan de determinar si las habilidades
cognitivas de una persona se han visto afectadas de alguna manera. Son tests sencillos, que no
implican grandes costes, y cuya rapidez en realización permiten obtener rápidamente un
resultado. Algunos de estos tests son:
 Eurotest: consiste en la manipulación de monedas de euro para estudiar la memoria o la
capacidad para manejar dinero.
 Exploración Neuropsicológica Mínima en Demencias: consiste en siete pruebas con
diferentes fines.
 Memory Impairment Screen: para la memoria verbal.
 Test de los siete minutos: es una prueba que permite diagnosticar la enfermedad de
Alzheimer en las primeras fases y en pacientes de todas las edades, midiendo la orientación
temporal, la capacidad del paciente para recordar y aprender, la fluidez del lenguaje y su habilidad
para realizar un dibujo.

Clasificación histológica

El Alzheimer presenta un cuadro histológico en el que se puede observar áreas de los lóbulos
frontotemporales atrofiadas, así como pérdida del tejido cerebral. Esto provoca una hidrocefalia
ex-vacuo (agrandamiento de los ventrículos).
Además de esto aparecen ovillos neurofibrilares en el citoplasma de las neuronas. Cuantos más
ovillos hay, mayor es el deterioro cognitivo. También se puede detectar Alzheimer con la aparición
de placas seniles o neuríticas (conjunto de proteínas), un depósito amiloide vascular (aumenta la
probabilidad de que los vasos cerebrales se rompan) o cuerpos de Hirano (se desconoce su
efecto).

Epidemiología

Según el Subcomité de Estándares de Calidad de la Academia Americana de Neurología, el


Alzheimer afecta del cinco al diez por ciento de la población mayor de 65 años, y conforme avanza
la edad las posibilidades de sufrirlo se van haciendo aún mayores.
La edad y el sexo pueden ser predictores de la enfermedad: los hombres tienden a tener una
mayor tasa de mortalidad a causa de Alzheimer que las mujeres. En cualquiera de los casos, se
estima una supervivencia entre 3,4 y 5,9 años desde el diagnóstico, según el Consortium to
Establish a Registry for Alzheimer's Disease  (Cerad).
Según recoge la Sociedad Española de Neurología, en España hubo 600.000 casos de Alzheimer en
el año 2014, y se prevé que está cifra irá aumentando con el paso del tiempo: cada año aparecen
40.000 nuevos casos de Alzheimer, y para el año 2050 se estiman un millón y medio de afectados.
Todo esto se debe al envejecimiento progresivo de la població

GASTRITIS CRONICA GRADO D


DEFINICION

La gastritis es la inflamación de la mucosa que recubre las paredes del estómago. El revestimiento
del estómago contiene células que segregan enzimas y ácido que ayudan en la digestión y que
cuando se inflama ocasiona molestias.

CAUSAS

Las causas que pueden provocar la inflamación del revestimiento del estómago son:
 Algunos fármacos, como ácido acetilsalicílico, naproxeno o ibuprofeno.
 
 Infección del estómago con la bacteria Helicobacter pylori.
 
 Abuso de alcohol o ingesta de sustancias corrosivas, como algún tipo de veneno.
 
 Ingesta de alimentos picantes.
 
 Consumo de cocaína.
 
 Fumar.
 
 Reflujo de bilis hacia el estómago o reflujo biliar.
 
 Trastornos autoinmunes.
 
 Infección viral, sobre todo en personas con déficits en el sistema inmunológico.
 
 Estrés excesivo.
Otras causas menos comunes que pueden causar gastritis son el hecho de haberse sometido a
una cirugía mayor o sufrir alguna enfermedad gástrica que pueda inflamar la mucosa del
estómago.

SINTOMAS

Aunque en algunas ocasiones esta patología no presenta síntomas, las personas que la sufren
pueden experimentar las siguientes molestias:
 Dolor abdominal.
 
 Náuseas y vómitos.
 
 Acidez de estómago.
 
 Aerofagia.
 
 Ausencia de hambre o inapetencia, que en ocasiones puede producir pérdida de peso.
 
 Heces de color negro y vómitos con sangre, en el caso de que la gastritis cause sangrado
en el revestimiento del estómago.

TRATAMIETOS

La sustancia o afección que causa la inflamación de la mucosa del estómago será el factor del que
dependa el tratamiento. Aunque lo normal es que la gastritis se cure cuando desaparezca el
agente causante, en ocasiones, dependiendo de la incidencia de los síntomas y de la gravedad de
la enfermedad, se utilizan algunos medicamentos, como antiácidos e inhibidores de la bomba de
protones, que reducen la cantidad de ácido gástrico producido por las glándulas que cubren las
paredes del estómago, como omeprazol, pantoprazol o esomeprazol, entre otros. En la mayoría de
los casos el tratamiento con fármacos sólo es necesario cuando hay infección bacteriana. 

COMPLICACIONES

¿Cuándo acudir al médico?

Si el dolor abdominal es muy fuerte y no desaparece, las heces son negras o en el vómito aparece
sangre o una sustancia parecida al poso del café, se debe acudir a un especialista.

Alimentos prohibidos para la gastritis

En el caso de sufrir gastritis, es recomendable evitar una serie de alimentos que pueden agravar la
enfermedad y sus síntomas. Los alimentos prohibidos en estos casos son:
 Algunas verduras y hortalizas: En especial aquellas consideradas flatulentas, es decir, que
pueden provocar gases, como el brócoli, la coliflor o los pimientos.
 
 Frutas ácidas o poco maduras: Sobre todo los cítricos, como el limón o el pomelo.
 
 Lácteos enteros: Hay que tratar de evitar en lo posible la leche entera, la nata y el queso
curado.
 
 Carnes ricas en grasas: Principalmente los embutidos, como el chorizo o el salchichón.
 
 Bebidas con gas: Las bebidas carbonatadas no están recomendadas en estos casos.
 
 Bebidas con cafeína: Como el café o el té.
 
 Salsas y condimentos picantes: La ingesta de alimentos y condimentos picantes es una de
las causas que puede producir gastritis, por lo que su consumo agrava los síntomas de la
enfermedad y puede hacer daño al estómago.
 

Alimentos recomendados para la gastritis

Los alimentos que no causan ningún perjuicio en el estómago en el caso de sufrir gastritis son:

 Pasta y arroces.
 Pan blanco.
 Verduras cocidas.
 Pescados.
 Productos lácteos desnatados.
 Bebidas sin cafeína.
 Carnes magras, como pollo, pavo o conejo. 

INFORMACION ADICIONAL

Prevención

La prevención de la gastritis pasa por evitar el uso de las sustancias que pueden inflamar la
mucosa del estómago. Evitar el uso prolongado de medicamentos como el naproxeno, el
ibuprofeno o el ácido acetilsalicílico, así como reducir o suprimir la ingesta de alcohol y de comidas
que puedan irritar el revestimiento estomacal, evitará que se desarrolle una gastritis causada por
este tipo de agentes. 
Tipos

La gastritis se puede clasificar según la duración de la patología y según sus síntomas y


consecuencias. Según la duración, la gastritis puede ser:
 Gastritis aguda: Una gastritis es aguda cuando dura algunos días y desaparece cuando lo
hace el agente causante. La gastritis aguda suele estar causada por el consumo prolongado de
algunos fármacos, como el ibuprofeno, la ingesta excesiva de alcohol o el estrés.
 
 Gastritis crónica: Se produce cuando la enfermedad dura meses o incluso años. La
principal causa de la gastritis crónica es la infección por la bacteria Helicobacter pylori. También
puede deberse a una alcalinización del pH del estómago que se origina por el reflujo biliar.

Según la sintomatología y las consecuencias que pueda acarrear, la gastritis también se puede


clasificar en:
 Gastritis erosiva: Se produce cuando se origina una ulceración en la mucosa del estómago,
debido a la debilidad de las mucosas que las protegen, que dejan pasar los ácidos. Tiene una gran
relación con el abuso de tabaco y alcohol. Las erosiones pueden llegar a producir sangrado.
 
 Gastritis atrófica: En este caso la capa protectora del estómago resulta afectada,
incrementando el riesgo de sufrir cáncer de estómago. La causa más común de afectación de esta
capa es la presencia de la bacteria Helicobacter pylori. La gastritis atrófica presenta otro tipo de
síntomas, además de los comunes, como anemia, déficit de alguna vitamina o mala absorción de
los nutrientes durante la digestión.

Diagnóstico
La gravedad de la enfermedad y su duración dependen del agente causante, por lo que en la
mayoría de las ocasiones la gastritis se cura cuando desaparece la sustancia, enfermedad o
afección que la provoca. Las principales complicaciones que se pueden presentar son el sangrado y
el aumento del riesgo de sufrir cáncer de estómago. En ocasiones, si la mucosa que recubre el
estómago permanece demasiado tiempo alterada, los ácidos pueden llegar a causar úlceras.
Entre las pruebas y exámenes que se pueden realizar para detectar una gastritis está el análisis de
sangre, con el objetivo de analizar el nivel de glóbulos rojos y detectar una posible anemia que
puede derivar en un debilitamiento del revestimiento del estómago; una gastroscopia para
comprobar el interior del estómago y el estado de las mucosas; un análisis de heces para verificar
si hay sangrado, que puede ser un signo de hemorragia digestiva causada por gastritis y también
para detectar la presencia de la bacteria Helicobacter pylori.

HIPERTENCION ARTERIAL
DEFINICION

La hipertensión arterial es una patología crónica que consiste en el aumento de la presión arterial.


Una de las características de esta enfermedad es que no presenta unos síntomas claros y que
estos no se manifiestan durante mucho tiempo.
En la actualidad, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en
España. Sin embargo, la hipertensión es una patología tratable. Si no se siguen las
recomendaciones del médico, se pueden desencadenar complicaciones graves, como por ejemplo,
un infarto de miocardio, una hemorragia o trombosis cerebral, lo que se puede evitar si se
controla adecuadamente.
Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se endurecen a medida
que soportan la presión arterial alta de forma continua, se hacen más gruesas y puede verse
dificultado al paso de sangre a través de ellas. Esto se conoce con el nombre de arterioesclerosis.
Según datos de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la
Hipertensión Arterial (Seh-Lelha), en España existen más de 14 millones de personas con
hipertensión. De esta cantidad, 9,5 millones no están controlados y 4 millones están sin
diagnosticar.
CAUSAS

Aunque todavía no se conocen las causas específicas que provocan la hipertensión arterial, sí se ha
relacionado con una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas
que la sufren. Conviene separar aquellos relacionados con la herencia genética, el sexo, la edad y
la raza y por tanto poco modificables, de aquellos otros que se podrían cambiar al variar los
hábitos, ambiente, y las costumbres de las personas, como: la obesidad, la sensibilidad al sodio, el
consumo excesivo de alcohol, el uso de anticonceptivos orales y un estilo de vida muy sedentario.

Causas no modificables
Factores genéticos:

La predisposición a desarrollar hipertensión arterial está vinculada a que un familiar de primer


grado tenga esta patología. Aunque se desconoce el mecanismo exacto, la evidencia científica ha
demostrado que cuando una persona tiene un progenitor (o ambos) hipertensos, las posibilidades
de desarrollar hipertensión son el doble que las de otras personas con ambos padres sin
problemas de hipertensión.
Sexo:

Los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión arterial que las mujeres hasta
que éstas llegan a la edad de la menopausia. A partir de esta etapa la frecuencia en ambos sexos
se iguala. Esto se debe a que la naturaleza ha dotado a la mujer con unas hormonas que la
protegen mientras está en la edad fértil (los estrógenos) y por ello tienen menos riesgo de padecer
enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, las mujeres jóvenes que toman píldoras
anticonceptivas tienen más riesgo de desarrollar una patología cardiaca.
Edad y raza:

La edad es otro factor que influye sobre las cifras de presión arterial, de manera que tanto la
presión arterial sistólica o máxima como la diastólica o mínima aumentan con los años y
lógicamente se encuentra un mayor número de hipertensos a medida que aumenta la edad.
En cuanto a la raza, los individuos de raza negra tienen el doble de posibilidades de desarrollar
hipertensión que los de raza blanca, además de tener un peor pronóstico.

Causas modificables
Sobrepeso y obesidad:

Los individuos con sobrepeso están más expuestos a tener más alta la presión arterial que un
individuo con peso normal. A medida que se aumenta de peso se eleva la tensión arterial y esto es
mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres. La frecuencia de la hipertensión
arterial entre los obesos, independientemente de la edad, es entre dos y tres veces superior a la
de los individuos con un peso normal.
No se sabe con claridad si es la obesidad por sí misma la causa de la hipertensión, o si hay un
factor asociado que aumente la presión en personas con sobrepeso, aunque las últimas
investigaciones apuntan a que a la obesidad se asocian otra serie de alteraciones que serían en
parte responsables del aumento de presión arterial. También es cierto, que la reducción de peso
hace que desaparezcan estas alteraciones.
Otras causas
Vasculares:

Entre el 2,5 y el 6 por ciento de los problemas relacionados con el riñón pueden influir en la
aparición de la hipertensión arterial. De hecho, suponen entre el 2,5 y el 6 por ciento de las
causas. Las principales patologías vasculares que influyen son:
 Enfermedad renal poliquística.
 Enfermedad renal crónica.
 Tumores productores de renina.
 El síndrome de Liddle.
 Estenosis de la arteria renal.
Endrocrinológicas:

Las causas endocrinas representan entre el 1 y el 2 por ciento. En éstas se incluyen desequilibrios
hormonales exógenos y endógenos. Las causas exógenas incluyen la administración de corticoides.
Aproximadamente el 5 por ciento de las mujeres que toman anticonceptivos orales puede
desarrollar hipertensión. Los factores de riesgo para la hipertensión asociada con el consumo de
anticonceptivos orales incluyen la enfermedad renal leve y la obesidad.
Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden tener efectos adversos sobre la
tensión arterial. Estos fármacos bloquean tanto la ciclooxigenasa-1 (COX-1) como las enzimas COX-
2. La inhibición de la COX-2 puede inhibir su efecto natriurético que, a su vez, aumenta la
retención de sodio. Los antiinflamatorios no esteroideos también inhiben los efectos
vasodilatadores de las prostaglandinas y la producción de factores vasoconstrictores, es decir, la
endotelina-1. Estos efectos pueden contribuir a la inducción de la hipertensión en un paciente con
hipertensión controlada o normotenso.
Las causas hormonales endógenas incluyen:
 Hiperaldosteronismo primario.
 El síndrome de Cushing.
 Feocromocitoma.
 Hiperplasia suprarrenal congénita.
Las causas neurogénicas incluyen:
 Tumores cerebrales.
 Poliomielitis bulbar.
 Hipertensión intracraneal.
Además existen drogas y toxinas que pueden propiciar la aparición de la hipertensión:
 Alcohol.
 Cocaína.
 Ciclosporina, tacrolimus.
 Fármacos antiinflamatorios no esteroides.
 Eritropoyetina.
 Medicaciones adrenérgicas.
 Descongestionantes que contienen efedrina.
 Remedios a base de hierbas que contienen regaliz
 Nicotina.
Por último, existen algunas enfermedades que se relacionan con la hipertensión como son el
hipertiroidismo e hipotiroidismo, la hipercalcemia, el hiperparatiroidismo, la acromegalia, la apnea
obstructiva del sueño y la hipertensión inducida por el embarazo.

SINTOMAS

Según, Julián Segura, el presidente de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la


Lucha contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha), “la mayor limitación a la hora de detectar la
hipertensión es que la mayoría de los casos de hipertensión transcurren sin que haya ningún
síntoma y, por tanto, la enfermedad pasa desapercibida, con el riesgo que eso conlleva”.
Segura indica que hay síntomas inespecíficos, como las cefaleas, que ayudan a detectarla porque
ponen en alerta al paciente que decide ir al médico o acudir a la farmacia a que les tomen la
tensión. Sin embargo, señala que esos síntomas no se pueden atribuir a la hipertensión porque
coinciden en el tiempo como respuesta al dolor.
En el caso de los hipertensos que han estado sin diagnóstico durante mucho tiempo, el presidente
señala que estos pueden sufrir en un momento dado una complicación, como una angina de
pecho, que es un síntoma derivado de esa complicación.
TRATAMIETOS

A la hora de tratar la hipertensión hay dos bloques fundamentales de acciones a realizar:


Mejora de los hábitos de vida
El paciente tiene que llevar una dieta saludable, disminuir el consumo de calorías, de azúcares y
grasas y aumentar la práctica de ejercicio físico. Estas dos prácticas tienen como resultado un
mejor control del peso y si el peso está bien controlado es una manera sencilla de controlar la
hipertensión.
Julián Segura, presidente de la Sociedad Española de la Hipertensión- Liga Española para la Lucha
contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha), señala que muchos hipertensos surgen porque las
personas llevan tiempo sin cuidarse y ganan unos kilos. “Cuando el hipertenso ya está identificado,
parte de su tratamiento es controlar bien su peso, evitar ganar kilos, tener una vida activa y evitar
llevar una sedentaria”.
Por último, Segura recomienda que si el paciente es fumador, conviene que abandone ese hábito y
si suele consumir alcohol, es aconsejable que lo reduzca considerablemente.
Tratamientos farmacológicos
En caso de que los cambios de los hábitos de vida no funcionen, hoy en día
existen tratamientos farmacológicos que son muy útiles para controlar la presión arterial.
Inicialmente estos tratamientos comienzan con un solo fármaco. No obstante, en algunos casos
esta medida no es suficiente y necesitan combinar con dos o tres medicinas para controlar la
presión arterial.
Debido a que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica, es fundamental que los
pacientes sean constantes con los tratamientos. Según los datos de la Seh-Lelha, el 90 por ciento
de los pacientes diagnosticados de hipertensión no lleva a cabo las recomendaciones de los
especialistas en materia de higiene o dieta y el 50 por ciento no sigue los tratamientos que tienen
prescritos.
Esto se debe a que como es una patología que se padece durante muchos años, los pacientes
tienden a relajarse con las instrucciones que le da el médico. Esto puede tener una serie de
consecuencias. La principal es que tendrá la hipertensión mal controlada, lo que a largo
plazo puede derivar en complicaciones cardiovasculares mayores como infarto de miocardio, ictus,
deterioro de la función renal o de la circulación de las piernas, entre otros.
COMPLICACIONES

¿Cuándo debe recomendar el especialista la automedición de la presión arterial?


En líneas generales, el profesional sanitario puede recomendar la automedición de la presión
arterial siempre (salvo algunas excepciones, principalmente en pacientes obsesivos y con
tendencia a la automedicación). Se trata de un método eficaz que permite conocer la tensión del
paciente fuera de la consulta, en su vida cotidiana, evitando así el conocido como fenómeno de
la bata blanca  (la sensación que experimentan los pacientes al llegar al centro sanitario y ponerse
frente al profesional sanitario. Este fenómeno provoca que la presión arterial de los pacientes se
eleve un poco con respecto a su cifra normal).
La automedición de la presión arterial debe realizarse por la mañana y por la noche, tras un reposo
previo de 3 minutos. La posición adecuada es la siguiente: sentado, con las piernas sin cruzar, la
espalda apoyada en la silla y el brazo en donde se coloque el manguito apoyado sobre la mesa. Es
recomendable que el manguito se ponga en el brazo (y no en la muñeca, salvo excepciones
-personas obesas-).
Tras la automedición, el paciente debe registrar los resultados obtenidos apuntándolos en un
cuaderno. Deberá llevar este cuaderno al profesional sanitario correspondiente (médico o
enfermero) cuando tenga su cita para revisarlos juntos. Con estos resultados, el profesional
valorará el tratamiento y seguimiento del paciente.

¿Cómo medir la tensión arterial?


Existen diversas maneras de medir la presión arterial:
 Esfigmomanómetro de mercurio: Es el más exacto y menos expuesto a errores. Para su
uso se requiere un fonendoscopio.
 Esfigmomanómetro de aire: Es el más utilizado y es también un aparato preciso.
Igualmente necesita de un fonendoscopio para su uso.
 Aparato electrónico: Se utiliza mucho para realizar el autocontrol, no necesita
fonendoscopio porque lleva un detector del pulso incorporado y es de fácil manejo. No obstante,
se trata de un aparato muy sensible a los ruidos y a los movimientos, por lo que para que los
valores obtenidos sean exactos, es necesario que el brazo no se mueva y que no se hable. Es
importante que el aparato esté en buenas condiciones y se revise periódicamente.
INFORMACION ADICIONAL

Prevención

Tener hábitos de vida saludable y, sobre todo, evitar el sobrepeso y la obesidad son los principales
factores para prevenir la aparición de la hipertensión.
Los especialistas señalan que llevar una dieta sana y practicar ejercicio puede ayudar a que la
población general esté exenta de sufrir esta patología.
En los casos en los que en la familia haya antecedentes de hipertensión y por tanto haya una
predisposición a ser hipertenso a lo largo del tiempo, este factor genético supone una llamada de
atención adicional a que el paciente cuide esos hábitos de vida y vigile sus cifras de tensión
arterial.
Tipos

La tensión arterial tiene dos componentes:

 Tensión sistólica: Es el número más alto. Representa la tensión que genera el corazón
cuando bombea la sangre al resto del cuerpo.
 Tensión diastólica: Es el número más bajo. Se refiere a la presión en los vasos sanguíneos
entre los latidos del corazón.
La tensión arterial se mide en milímetros de mercurio (mmHg). La tensión arterial alta (HTA) se
diagnostica cuando uno de estos números o ambos son altos. Esta enfermedad se conoce también
como hipertensión.

La tensión arterial alta se clasifica como:

 Normal: menos de 120/80 mmHg


 Prehipertensión: 120/80 a 139/89 mmHg
 Estadio 1 de hipertensión: 140/90 a 159/99 mmHg
 Estadio 2 de hipertensión: 160/109 a 179/109 mmHg
 Estadio 3 de hipertensión: mayor de 179/109 mmHg

Diagnóstico

La primera línea de combate de la hipertensión son los equipos de atención primaria, tanto los
médicos, como las enfermeras. En la consulta tienen protocolos de actuación para que cuando
acudan los pacientes, por los motivos que sean, los sanitarios realicen una medición. Si el paciente
no está diagnosticado, a partir de ese momento puede empezar su tratamiento si le hiciera falta.
Otras áreas que ayudan a que el paciente identifique una hipertensión y que le advierte de que
sería recomendable que acudiera al especialista para obtener un posible diagnóstico son
los chequeos rutinarios que hacen las empresas o cuando los pacientes se hacen una revisión
porque quieren empezar a practicar algún deporte federado o semi profesional.
“Estos controles son muy importantes porque se realizan normalmente en personas que nunca
han pasado por un médico porque han estado sanos hasta el momento y puede ayudar a
diagnosticar al paciente”, apostilla Julián Segura, presidente de la Sociedad Española de
Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha).
Pronóstico

En los últimos años el grado de control de la hipertensión ha ido aumentando como consecuencia


de la mejora de los tratamientos, mediante la intensificación de los mismos, y por el aumento de
la concienciación de mejorar los estilos de vida. El refuerzo de los medicamentos (pacientes que
antes sólo tomaban un medicamento y ahora toman dos, por ejemplo) ha sido crucial para
mejorar el control.
Sin embargo, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de
complicaciones y de mortalidad a nivel mundial. Esta situación se mantendrá en los próximos años
debido a la epidemia que hay de obesidad y que las autoridades sanitarias esperan que aumente.
Desde la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión
Arterial, indican que la obesidad y la hipertensión son los dos problemas de salud pública
principales a los que los países tendrán que hacer frente en el futuro próximo.

LESION CEREBROVASCULAR

DEFINICION

El ictus es una enfermedad cerebrovascular que afecta a los vasos sanguíneos que suministran
sangre al cerebro. También se le conoce como accidente
cerebrovascular (ACV), embolia o trombosis. Los dos últimos términos, no obstante, se refieren
más a bien a distintas causas del ictus. Un ictus ocurre cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre
al cerebro se rompe o es taponado por un coágulo u otra partícula. Debido a esta ruptura o
bloqueo, parte del cerebro no consigue el flujo de sangre que necesita. La consecuencia es que las
células nerviosas del área del cerebro afectada no reciben oxígeno, por lo que no pueden
funcionar y mueren transcurridos unos minutos.

CAUSAS

Muchos de los factores que pueden aumentar las posibilidades de padecer riesgo no se pueden
controlar (la edad, la historia clínica familiar, la raza o el sexo). Sin embargo, la mayor parte de los
factores que aumentan el riesgo pueden ser cambiados, tratados o modificados.
 Edad avanzada: Pasados los 55 años, cada década vivida dobla el riesgo de padecer un
ictus. No obstante, esto no quiere decir que las personas jóvenes no sufran el problema.
 
 Sexo: Se producen, más o menos la misma cantidad de ictus en los dos sexos. No obstante,
más de la mitad de las muertes son en mujeres.
 
 Herencia familiar y raza: El riesgo de sufrir un ictus es mayor si alguna persona de la familia
lo ha padecido. Los negros tienen más riesgo de muerte y de padecer discapacidades más grandes
que los blancos, en parte debido a que en esta raza la presión sanguínea elevada tiene más
incidencia, y este problema es un factor de riesgo importante en ictus.
 
 Haber sufrido un ictus recientemente: Una vez sufrido un accidente cerebrovascular las
posibilidades de padecer otro aumentan considerablemente.
 
 Tener la presión sanguínea elevada: La hipertensión arterial es el factor de riesgo que
mejor predice el ictus. De hecho, otros riesgos dependen de éste. Aproximadamente un 70 por
ciento de los ictus ocurren a causa de la hipertensión. Muchos científicos opinan que la mejora en
los tratamientos de esta patología es una razón clave para explicar la bajada acelerada del número
de muertes por ictus.
 
 Fumar: En los últimos años los estudios han demostrado que fumar cigarillos es un factor
importante de riesgo. La nicotina y el monóxido de carbono dañan el sistema cardiovascular de
varias formas. El uso de anticonceptivos orales sumado al tabaquismo incrementa en gran medida
el riesgo de ictus.
 
 Padecer diabetes mellitus: La diabetes es un factor de riesgo independiente y esta
relacionada en gran medida con la presión sanguínea elevada. Aunque la diabetes se puede tratar,
padecerla incrementa el riesgo de ictus. Los diabéticos suelen tener también el colesterol alto y
sobrepeso, lo que aumenta todavía más sus riesgos.
 
 Sufrir enfermedad de la arteria carótida. Las arterias carótidas del cuello proveen al
corazón de sangre. Una carótida dañada por la aterosclerosis puede bloquear el vaso y provocar
un coágulo de sangre, que puede causar un ictus. El diagnóstico de este problema lo realiza el
médico escuchando con su estetoscopio en el cuello y detectando un sonido anormal.
 
 Presentar enfermedad cardiaca: Un corazón enfermo aumenta el riesgo de ictus. De
hecho, las personas que padecen problemas cardiacos tienen el doble de posibilidades de padecer
este problema. La fibirlación atrial (el latido rápido y descoordinado de las cámaras cardiacas
superiores) aumenta particularmente el riesgo de ictus. El ataque al corazón también es una de las
causas de muertes más frecuentes en los supervivientes de un ictus.
 
 Sufrir ataques isquémicos transitorios: Se los conoce como mini ictus que producen
síntomas similares, pero no daños que perduran.
 
 Contador de glóbulos rojos alto: Un incremento moderado o importante del número de
glóbulos rojos también es un indicador importante de ictus. La razón es que los glóbulos rojos
provocan que la sangre se espese, lo que puede provocar coágulos más fácilmente.
 
 La estación del año y el clima: Las muertes por ictus ocurren con más frecuencia con
temperaturas extremadamente frías o calurosas.
 
 Consumir alcohol en exceso: El exceso de alcohol puede aumentar la presión sanguínea,
aumentar la obesidad, los triglicéricos, el cáncer y otras enfermedades, causar fallos cardíacos y,
en consecuencia, provocar un ictus.
 
 Ciertos tipos de consumo de drogas: Tomar drogas por vía intravenosa aumenta el riesgo
de ictus debido a un émbolo cerebral. El uso de cocaína también se ha relacionado fuertemente a
ictus, ataques de corazón y varias complicaciones cardiovasculares. Estos problemas se han dado,
incluso, cuando se ha consumido por primera vez cocaína.
SINTOMAS

 En general, los ictus son de inicio súbito y de rápido desarrollo, y causan una lesión
cerebral en minutos (ictus establecido). Con menos frecuencia, un ictus puede ir empeorando a lo
largo de horas, incluso durante uno o dos días, a medida que se va necrosando un área cada vez
mayor de tejido cerebral (ictus en evolución). Por lo general, esta progresión suele interrumpirse,
aunque no siempre, dando paso a períodos de estabilidad en que el área de tejido necrosado deja
de crecer de forma transitoria o en los que se observa cierta mejoría.
 En función del área del cerebro afectada pueden producirse muchos síntomas diferentes.
 Adormecimiento o debilidad repentina en la cara, el brazo o una pierna, especialmente en
uno de los lados del cuerpo.
 
 Confusión repentina, dificultad para hablar o para entender.
 
 Repentina dificultad para andar, mareo, pérdida de equilibrio o coordinación.
 
 Problemas repentinos para ver en uno o los dos ojos.
 
 Dolor de cabeza repentino sin que se conozca la causa.
 
 Cuando el ictus afecta a la región izquierda del cerebro, la parte afectada será la derecha
del cuerpo (y la izquierda de la cara) y se podrán dar alguno o todos los síntomas siguientes:
 Parálisis del lado derecho del cuerpo.
 
 Problemas del habla o del lenguaje.
 
 Estilo de comportamiento cauto, enlentecido.
 
 Pérdida de memoria. 
 
 Si por el contrario, la parte afectada es la región derecha del cerebro, será la parte
izquierda del cuerpo la que tendrá problemas: 
 Parálisis del lado izquierdo del cuerpo.
 
 Problemas en la visión.
 
 Comportamiento inquisitivo, acelerado.
 
 Pérdida de memoria.
 Se han desarrollado algunas formas de saber cuándo una persona va a sufrir un ictus.
Entre ellas, se encuentra, por ejemplo, la escala Cincinnati, que consiste en tres comprobaciones:
 Asimetría facial: Se hace sonreír al paciente para comprobar si ambos lados de la cara se
mueven de forma simétrica. En caso anormal, un lado mostraría deficiencias para moverse.
 
 Fuerza en los brazos: Se indica al paciente que estire los brazos durante 10 segundos. En
caso anormal, uno de los brazos no se mueve o cae respecto al otro.
 
 Lenguaje: Se indica al paciente que hable. En caso anormal, arrastra las palabras, tiene
problemas para hablar o no habla.
 Si alguna de estas tres comprobaciones obtiene el resultado anormal, cabe la posibilidad
de que el paciente vaya a sufrir un ictus.

TRATAMIETOS

El tratamiento es distinto si el ictus es debido al bloqueo de un arteria o a causa de la ruptura de


un vaso En todo caso, hay algunos pasos que hay que seguir para mejorar la supervivencia:
 Reconocer rápidamente los signos y síntomas del ictus, anotando cuando ocurren por
primera vez.
 
 Activar con rapidez los servicios de emergencia.
 
 Transporte rápido de emergencia y prenotificación al hospital. La mejor forma de llegar al
hospital es mediante estos servicios, puesto que advertirán cuanto antes al servicio de urgencia
del hospital.
 
 Llevar a los pacientes a una Unidad de Ictus, centros médicos especializados en el
tratamiento de esta enfermedad. Hay varios tipos (agudos, de estancia completa, para
rehabilitación).
 
 Comenzar el cuidado y la evaluación del paciente durante el transporte al hospital: En
cuanto el paciente sufra un ictus, los servicios médicos responsables deben tener en cuenta
determinados aspectos del paciente como una adecuada oxigenación, así como controles de
alimentación, presión arterial, glucemia, fiebre u otras complicaciones.
 
 Recibir el diagnóstico y el tratamiento rápidamente en el hospital para que esté bajo
vigilancia intensiva.
 
 En ocasiones se debe recurrir a la cirugía para eliminar el coágulo que bloquea las arterias
del cerebro.
 
 Cuando el ictus ya haya pasado, el tratamiento depende de las incapacidades que le hayan
quedado al paciente.

COMPLICACIONES

Epidemiología

El ictus es la segunda causa de muerte más frecuente en España, y la primera en el caso de las
mujeres, como recoge el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (Geecv) de la
Sociedad Española de Neurología (SEN). Cada año se producen de 110.000 a 120.000 muertes en
España, lo que se traduce en una muerte por ictus cada 14 minutos.
Los ictus comprenden el 70 por ciento de los ingresos en neurología en nuestro país, y en los
últimos 15 años el número de pacientes ha crecido en un 40 por ciento. Se prevé que esta cifra
vaya aún más en aumento con el paso de los años debido al envejecimiento de la población.

Etiología

Los ictus isquémicos se clasifican de la siguiente manera según su etiología:


 Ictus aterotrombótico: La obstrucción del flujo sanguíneo se produce por la alteración en
las paredes vasculares de las arterias cerebrales.
 
 Ictus embólico: Se produce por la migración de un émbolo desde una región circulatoria
extracerebral hasta una arteria cerebral.
 
 Ictus hemodinámico: Surge tras la aparición de una hipoxia global en el cerebro,
provocando infartos en las regiones peor perfundidas.
 
 Ictus lacunar: Se produce por la obstrucción de las ramas arteriales perforantes.

INFORMACION ADICIONAL

Prevención

La Sociedad Española de Neurología recomienda una serie de hábitos saludables para evitar sufrir
un ictus:
 Llevar una dieta rica y saludable: Esta dieta también tiene que tratar de evitar el colesterol
LDL, lo que se consigue reduciendo las grasas saturadas. Además, así se evitan problemas de
obesidad: una persona debe mantener su índice de masa corporal por debajo de 25 para reducir el
riesgo de ictus.
 
 Realizar ejercicio de forma habitual y moderada: Los problemas derivados de una vida
sedentaria pueden provocar otros problemas que a su vez causen un ictus.
 
 No fumar: Además, la exposición pasiva al tabaco también aumenta la probabilidad de
sufrir un ictus.
 
 Moderar el consumo de alcohol: El consumo de alcohol no debe superar los 60 gramos al
día, pero esto no significa que haya que evitarlo a toda costa: aquellas personas con un consumo
leve (menos de 12 gramos al día) o moderado (entre 12 y 24 gramos al día) de alcohol tienen
menos probabilidades de sufrir un ictus que aquellas personas que no lo consumen.
 
 Llevar un control de la tensión arterial de forma regular: Para ello se pueden llevar
controles sobre la tensión arterial. En aquellas personas que no hayan sufrido un ictus
anteriormente la tensión arterial debería ser inferior a 140/90, y para diabéticos o personas que ya
hayan sufrido un ictus, inferior a 130/80.

Tipos
Los problemas de los vasos sanguíneos cerebrales pueden ser de dos tipos:

1. Ictus isquémico:

Los vasos están obstruidos dentro. Los coágulos causantes del problema se denomiman trombos
cerebrales o embolismo cerebral. Causado por una obstrucción del vaso sanguíneo. Este problema
se suele producir por el desarrollo de depósitos de grasa en los muros del vaso, lo que se
denomina ateroesclerosis. Los depósitos de grasa provocan dos obstrucciones:
 Trombosis: un coágulo que se desarrolla en el mismo vaso sanguíneo cerebral.
 
 Embolismo: el coágulo se desarrolla en otra parte del cuerpo, generalmente en las grandes
arterias de la parte superior del pecho y el cuello o el corazón. Una porción del coágulo se
desprende y viaja por el flujo sanguíneo hasta que encuentra un vaso que es más pequeño y lo
bloquea.
Los ictus isquémicos son los más frecuentes de todos los ictus, comprendiendo un 80 por ciento
del total. En España se estiman de 150 a 200 casos anuales por cada 100.000 habitantes. Los dos
tipos de ictus isquémicos más frecuentes son:
 Ataque isquémico transitorio (AIT): Presenta unos síntomas similares a los de un infarto,
pero es más corto y no muestra las consecuencias propias de un infarto. El AIT es un episodio de
déficit neurológico de corta duración que en la mayoría de los casos dura menos de dos horas.
Entre el 7 y el 40 por ciento de los pacientes que sufren un AIT, poco después sufren un ictus
isquémico.
 
 Infarto cerebral: Deja una lesión cerebral permanente.
Según su extensión y localización, los ictus isquémicos pueden clasificarse de la siguiente manera:
 Ictus isquémico total: Es de gran tamaño y afecta a la arteria cerebral media o la arteria
cerebral anterior. Provoca disfunción cerebral superior, hemianopsia homónima y déficit motor
y/o sensitivo homolateral.
 
 Ictus de Circulación Posterior: Afecta a los pares craneales que provocan déficit motor y
sensitivo contralateral. Provoca patología oculomotora, disfunción cerebelosa sin déficit de vías
largas ipsilaterales y hemianopsia homónima aislada.
 
 Ictus Lacunares: Provocan hemisíndromes motor puro, sensitivo puro, sensistivo motor,
hemiparesia atáxica y disartria.

2. Ictus hemorrágico:

El vaso se rompe, lo que provoca que la sangre irrumpa en el cerebro. Al entrar la sangre
comprime el tejido cerebral. Existen dos subtipos de este tipo de ictus, la hemorragia intercerebral
y la subaracnoidea. Sucede cuando se rompe un vaso sanguíneo débil. Existen dos tipos de estos
vasos débiles que provocan ictus hemorrágicos: los aneurismas y las malformaciones
arteriovenosas.
 Aneurisma: es una región inflada o debilitada de un vaso sanguíneo. Si no se trata el
problema crece hasta que el vaso se rompe.
 
 Malformación arteriovenosa: es un grupo de vasos sanguíneos formados de manera
anormal. Cualquiera de estos se puede romper.
 
 Ataques isquémicos transitorios: las condiciones indicativas de un ictus isquémicos se
presentan durante un pequeño periodo de tiempo, y se resuelve por sí solo a través de
mecanismos normales. Es un indicativo potente de un ictus, por lo que cuando se produce, hay
que tomar medidas para evitar un ataque más serio.
Las hemorragias cerebrales suponen el 15 por ciento de todos los ictus y presentan una tasa de
mortalidad del 45 por ciento. Afectan de 10 a 30 personas por cada 100.000 al año, y la
recuperación de los supervivientes no es rápida: solo un 10 por ciento de ellos podrá ser
independiente al  cabo de un mes, y el 20 por ciento lo será a los seis meses.
Las hemorragias subaracnoideas, por otra parte, son menos frecuentes, registrando sólo el cinco
por ciento de todos los ictus. Se dan de siete a 10 casos por cada 100.000 personas cada año, y es
más común entre la gente entre 50 y 60 años, especialmente las mujeres. La tasa de mortalidad se
encuentra en un 51 por ciento.
Diagnóstico
Habitualmente, el médico puede diagnosticar un ictus por medio de la historia de los hechos y de
la exploración física. Esta última contribuye a que el médico pueda determinar dónde se localiza la
lesión cerebral. También se suelen realizar pruebas de imagen como una tomografía
computadorizada (TC) o una resonancia magnética (RM) para confirmar el diagnóstico, aunque
dichas pruebas sólo detectan el ictus cuando han transcurrido unos días del mismo. Una TC o una
RM son también eficaces para determinar si un ictus ha sido causado por una hemorragia o por
un tumor cerebral. El médico puede realizar una angiografía en el caso poco probable de que se
plantee la posibilidad de una intervención quirúrgica.
El médico trata de establecer la causa exacta del ictus, puesto que es especialmente importante
determinar si éste se ha producido por un coágulo (embolia) que se alojó en el cerebro o por la
obstrucción de un vaso sanguíneo debido a una aterosclerosis (aterotrombosis).
En efecto, si la causa es un coágulo o una embolia es muy probable que ocurra otro ictus, a menos
que se corrija el problema subyacente. Por ejemplo, si se están formando coágulos en el corazón
debido a una frecuencia cardíaca irregular, ésta debe tratarse a fin de prevenir la formación de
nuevos coágulos que pudieran causar otro ictus. En esta situación, el médico suele realizar
un electrocardiograma (para detectar una arritmia) y también puede recomendar otras pruebas de
estudio del corazón. Éstas pueden ser: una monitorización Holter, que consiste en la realización de
un electrocardiograma continuo durante 24 horas, y una ecocardiografía, que valora las cavidades
y las válvulas del corazón.
Aunque las demás pruebas de laboratorio son de poca utilidad, se hacen igualmente para
confirmar que el ictus no fue causado por una carencia de glóbulos rojos (anemia), un exceso de
glóbulos rojos (policitemia), un cáncer de los glóbulos blancos (leucemia) o una infección. En
alguna ocasión se necesita una punción lumbar después de un ictus. De hecho, esta prueba se
lleva a cabo solamente si el médico está seguro de que el cerebro no está sujeto a demasiada
presión y ello generalmente requiere una TC o una RM. La punción lumbar es necesaria para
comprobar si existe una infección cerebral, para medir la presión del líquido cefalorraquídeo o
para determinar si la causa del ictus ha sido una hemorragia.

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