UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA

TALLER DE EXPRESIÓN ORAL Y ARGUMENTACIÓN

2020 – I

TEMA: EL ENSAYO VALOR: 30 pts.

NOMBRE: SUJAD EL KADI 2019226003
Lea con atención el siguiente ensayo.
La vocación sin don y el don sin vocación

Georges Bernanos, escritor católico francés, dijo: “Toda vocación es un llamado”.

El Diccionario de Autoridades, que fue el primero de la Real Academia en 1726, la
definió como “la inspiración con que Dios llama a algún estado de perfección”. Era,
desde luego, una generalización a partir de las vocaciones religiosas. La aptitud, según el
mismo diccionario, es “la habilidad y facilidad y modo para hacer alguna cosa”. Dos
siglos y medio después, el Diccionario de la Real Academia conserva estas definiciones
con retoques mínimos. Lo que no dice es que una vocación inequívoca y asumida a fondo
llega a ser insaciable y eterna, y resistente a toda fuerza contraria: la única disposición
del espíritu capaz de derrotar al amor.

Las aptitudes vienen a menudo acompañadas de sus atributos físicos. Si se les canta la
misma nota musical a varios niños, unos la repetirán exacta, otros no. Los maestros de
música dicen que los primeros tienen lo que se llama el oído primario, importante para
ser músicos. Antonio Sarasate, a los cuatro años, dio con su violín de juguete una nota
que su padre, gran virtuoso, no lograba dar con el suyo. Siempre existirá el riesgo, sin
embargo, de que los adultos destruyan tales virtudes porque no les parecen primordiales,
y terminen por encasillar a sus hijos en la realidad amurallada en que los padres los
encasillaron a ellos. El rigor de muchos padres con los hijos artistas suele ser el mismo
con que tratan a los hijos homosexuales.

Las aptitudes y las vocaciones no siempre vienen juntas. De ahí el desastre de cantantes
de voces sublimes que no llegan a ninguna parte por falta de juicio, o de pintores que
sacrifican toda una vida a una profesión errada, o de escritores prolíficos que no tienen
nada que decir. Sólo cuando las dos se juntan hay posibilidades de que algo suceda, pero
no por arte de magia: todavía falta la disciplina, el estudio, la técnica y un poder de
superación para toda la vida.

Para los narradores hay una prueba que no falla. Si se le pide a un grupo de personas de
cualquier edad que cuenten una película, los resultados serán reveladores. Unos darán sus
impresiones emocionales, políticas o filosóficas, pero no sabrán contar la historia
completa y en orden. Otros contaran el argumento, tan detallado como recuerden, con la
seguridad de que será suficiente para transmitir la emoción del original. Los primeros
podrán tener un porvenir brillante en cualquier materia, divina o humana, pero no serán
narradores. A los segundos les falta todavía mucho para serlo -base cultural, técnica,
estilo propio, rigor mental- pero pueden llegar a serlo. Es decir: hay quienes saben contar
un cuento desde que empiezan a hablar, y hay quienes no sabrán nunca. En los niños es
una prueba que merece tomarse en serio.

Por: Gabriel García Márquez

ACTIVIDADES

1. Escriba la tesis que se observa en el ensayo.

El ensayo se apropia de una tesis que nos refleja que existe un dilema en el éxito de las
personas “Las aptitudes y las vocaciones no siempre vienen juntas”, es decir, que a
veces existe el don sin actitud y la actitud sin don, y ambas direccionan al fracaso, pero
solo cuando se tienen ambas, junto con el poder de la superación, la técnica y la
disciplina, es que puede lograrse.

2. ¿A qué clase pertenece la tesis del ensayo? Justifique su respuesta.

Es una tesis descriptiva, que argumenta una problemática del fracaso de las personas en
sus profesiones en base a la vocación y el don. En este tipo de tesis se pretende
simplemente determinar e identificar propiedades, comportamientos y rasgos, los cuales
sirven para aclarar un problema, a través de la recolección de datos e información,
como lo hizo Gabriel García Márquez, busco varias fuentes, conceptos e información
para sustentar su argumento y dar una razón.

3. Escriba por lo menos tres fuentes sobre las cuales basó el autor sus argumentos.
Tomo conceptos del diccionario de la Real Academia, una frase del escritor católico
Georges Bernanos, información sobre Antonio Sarasate en su experiencia musical y
sobre el primer oído musical según maestros de música.

4. Clasifique los párrafos argumentativos empleados por el autor en el contenido del

ensayo.
En el primer párrafo se sustenta de un argumento basado en definiciones, el segundo y
el tercero son descriptivos, ya que en ellas se encuentran varias argumentaciones y el
ultimo es un argumento por generalización, utiliza un ejemplo de comparación de un
grupo de personas.
5. ¿Está de acuerdo o no con lo expuesto por el autor en su ensayo? Justifique su
respuesta.
Es discutible lo expuesto por el autor, pero hay que destacar que no en todos los casos
esta situación es real. Es cierto que hay personas que tienen la vocación, pero no la
aptitud, como hay otras que tienen la aptitud, pero no la vocación. Así mismo, también
existen personas que no tienen ninguna de las dos, pero desarrollan el talento y la
actitud necesaria para lograrlo. Concuerdo con el autor y la importancia del poder de la
superación, pero es este mismo el que impulsa a las personas a la práctica y de la
practica a la disciplina, para mejorar su técnica cada vez más y finalmente tener las dos
sustanciosas cualidades.
El talento y el don son similares, pero no significan lo mismo, ambas pueden definirse
como capacidades especiales para llevar a cabo una actividad, pero una se puede
aprender y la otra, por así decirlo, se nace con ello, no se enseña y se cree que es un
regalo. Ahora hablemos de lo que es actitud y aptitud, una es el temperamento que se
impone ante una situación mientras que aptitud es un talento, habilidad o destreza que
se tiene para algo. Ahora que tenemos estos conceptos claros y conocimiento de sus
definiciones, podemos decir que no es necesario tener un don y vocación para lograr ese
éxito y conformidad en lo que se desempeñe. En mi opinión, lo necesario es tener la
actitud y disciplina para tener un talento y finalmente de que “ese algo” que menciona
el escritor, suceda.