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RAICES DE AMOR

He buscado por dentro de mí la respuesta a la


pregunta que me dejó tu ausencia Y no la encuentro.

Silencio, solo silencio he encontrado por contestación


a lo que me he preguntado. La respuesta certera que
tú al inicio de mi avidez por saber me diste, se ha
extinguido; se ha marchado contigo, viejo
compañero del tiempo, inicio de mí antes de mi
mismo.

He transitado hoy los caminos que tu antes


recorriste, te he evocado inteligente, silencioso y
cálido.

El hilo que nos une, hoy se ha hecho más fuerte. Te


quiero, sí, nunca te lo dije, cuanto lo lamento.

No me dejaste dolor, solo sufrimiento. El árbol de la


vida en ti fortalecido me ha quedado de ejemplo.

Muchos que te quisieron, no se si hoy te extrañan. Y


yo, fuerte como tú me enseñaste, triste como nunca
he sido, estoy aquí preguntándome por ti,
buscándote en mi memoria, evocándote en mi razón,
con la vela desplegada y la barca de mi vida
detenida.

Tú, pasajero principal, sin darme una respuesta. Tu


corto e inteligente monosílabo ausente, cuanto
viento por soplar, cuanto mar por surcar.
TE ALCANZARÉ

Con el espíritu hecho pedazos, me apresto a


transitar la ruta que causó tu fatiga. Largo camino
que demandó de ti tantas lunas con sus soles.

Me anima tu recuerdo, me estimula tu pasión.

Que el molde de los grandes hombres, Dios no lo


rompió. Por ello, tu imagen se proyecta marcándome
el sendero y frescas están tus huellas aún tibias tus
palabras, tu voz me sostiene y sirve de guía.

Ayúdame a empujar el canalete propulsor para


avanzar.

Valiente decisión la del hombre que se entrega sin


luchar para apaciguar el malestar ajeno.

Sigo tus huellas, sin embargo, naufrago en el mar


de indecisión en que me ha dejado tu ausencia.

Rindo tributo a tu valor.

Te busco, estoy detrás de ti.

He de llegar al lugar donde tu estas, he recorrido


apenas la mitad de lo que tu andaste, si cuando yo
comenzaba mi andar tu estabas donde yo estoy
ahora.

Te alcanzaré?

Sí, porque tú me acompañas, siento que es así


porque lates en mí, transpiras y respiras, sueñas en
mis sueños, encuentras lo que busco e
infinitamente, me amas.
RECUERDOS VIVOS

Tantas cosas quiero heredar de ti.

Tu sencillez, tu humildad, tu silencio oportuno, la palabra


corta y certera, justa y apropiada.

Tu facilidad para aprender es el más grande patrimonio en el


testamento de tus bondades.

Honrar el trabajo para ti no era una virtud sino un


compromiso que cumplías día a día y solo lo interrumpías
para rendir tributo a tu otro Dios: El gran Dionisio a quien,
por la vida, hasta poco antes de tu adiós brindaste con
cebada fermentada.

La línea recta, tantas veces trazada en la jornada diaria en la


que sacabas figuras del árbol caído, se convirtió en la sola
senda posible de tu vida.

Los amigos bien queridos, siempre valorados, siempre


respetados y nunca mal tratados, son hoy para mí la
referencia de tu talante.

¡Cuánto corazón anidó Dios en tu pecho!.

Yo disfruté tu sonrisa y me adueñe de tu elogio. Estreché tu


cálida mano con mi mano en un saludo mutuo, preñado de
tal camaradería que decidí no soltarla por nunca jamás, para
retenerte en mi memoria como te recuerdo.

Tan fuerte y tan débil.


Tan viejo y tan joven.
Tan frío y tan fogoso, siempre indiferente y sin embargo,
irrenunciablemente presente.

Así te evocaré yo y así te dibujaré en mi recuerdo:

¡Tal como eres !.


LEJANIA

He regresado a lo más cercano de lo que fue el inicio,


cuando tú, vigoroso y virtuoso en el arte manual de la
carpintería construías el volumen rectangular de lo que sería
el aposento final de algún pariente o amigo desalojado de la
vida.

Te recuerdo vivamente, en el patio de la tía Eugenia, bajo la


enramada de todos los días.
Allí, entre los que aún quedaban alojados en este mundo de
Dios, y alrededor de una siempre fiel botella de licor, yo, tu
último retoño, te acompañaba y admiraba en medio de la
incertidumbre por saber cual sería el próximo en partir.

Ya más lejos de lo lejano, te recuerdo en el amplio patio de


Froilana junto al playón, en casa de tu primo y amigo
Miranda, el mocho.

Valiente pescador de almas nadadoras, enfrentado a la


adversidad con la explosiva creación de Alfredo, condenado a
la oscuridad perpetua, al silencio ocasional y gracias al
escape de la fuerza concentrada del Nóbel invento,
despojado de sus herramientas naturales para aplaudir.

Nunca pude disfrutar de algún fruto marino producto de tu


esfuerzo de pescador.
No te conocí como tal sin embargo, siempre supe por ti
mismo que habías disputado la vida con el mar extirpándole
langostas, pargos y caracoles.

Te he de recordar martillo, serrucho, formón, escuadra o


cepillo en mano.

Parsimonioso, celoso por lograr el corte y acabado deseado


del listón en tus manos.

Fuertes rayos de sol golpeando tu piel, exprimiendo de ella el


jugo venerable que enjuagaba tu cuerpo.

Yo estuve allí, cerca de ti, buscándote, persiguiéndote,


creciendo en tu presencia, huyendo de tu ausencia,
sembrándote en mi ser y en él, padre mío, germinaste.

Hoy, en mí te siento presente y riego con mis lágrimas la


tierra que te guarda para abonarla con mis acciones, para
que nunca jamás desaparezcas.
MI PROMESA

Alguna vez esto te dije:

“Ya las fuerzas te abandonan, te visita esa señora a la que


llaman vejez.
En tu andar ya se te ve, pues caminas algo inclinado, varios
nombres has olvidado y te has quedado sentado, se te nota
muy cansado un tanto triste y agobiado...”

Fue cuando dejó de interesarte la carpintería.


Cuando dejaste de perseguir un buen bocado de pescado
que tanto disfrutabas.
Cuando dejaste de asistir al béisbol y al boxeo.
Cuando dejé de decirte papá para cariñosamente llamarte
viejo.

Me convertí en tu lazarillo cuando andabas a mi lado.

Yo disfrutando tu presencia, y tu vejes.


Tú, orgulloso y distraído.
Saludando a tanta gente que te quería.
Mirando sin ver lo que tanto habías amado: el mar, la gente,
tu pueblo.

Te sentabas largamente a esperar el tiempo no venido,


mientras escuchabas o leías las noticias, enfrentado a tu
verdugo final que, en tu boca, uno tras otro robaba en
gruesas bocanadas grises una parte de tu vida.

Aún así, no pudo vencerte.


¡Tú te entregaste!
Cansado quizás de enfrentarlo, o tal ves como un mensaje
silencioso de rebeldía, tan propio de tu raza.

He decidido no dejar caer tu bandera.

De manera que en mí vive intacta tu pasión por ese mar, por


esa gente, por ese pueblo, por la vida.

Seré una extensión tuya.


Conservaré tu apellido.
Tu gusto por el pescado, por el béisbol, por las noticias.

Y discutiré como tú lo hacías.


Y enseñaré lo que tú sabías.
Y me sentaré a contemplar la vida.

La viviré y enfrentaré, con el mismo amor con que tú la


vivías, con la misma pasión con que tú la enfrentaste, con el
mismo valor... Con la misma poesía.
AL FINAL DE LA VIDA

Te despediste del pueblo.


Del mar.
De tu gente.
Sin mirar hacia atrás te embarcaste a navegar hacia la
eternidad.
Sin miedos, sin temores, sin dudas, ni aspavientos.

Y el mar, el mismo mar de tus inicios.


Se despidió de ti. Revolcándose irritado, sin vientos
huracanados, sin mangas ni brisas.

La ciudad lo sintió:
Vomitó piedras.
Inundó calles.
Con sal maquilló la vida, se elevó hasta el cielo, anunció tu
partida.

Yo no me percaté, cuando te extraviaste un día de


Noviembre, cuando permanecías tan ausente en medio de
todos tus hijos.

Navegué junto a ti, más no hablé a tu oído como hubiera


querido.
Debí decirte tantas cosas que aún guardo conmigo.

¡Cuánto lucha un hombre para volver a ser niño!

Tú lo lograste, eras de nuevo el niño que despertaba cariño,


que balbuceaba palabras, que lloraba impotente, que ya
nada asombraba, que todo le era lo mismo.....
ADIÓS.

Al final.
Acaricié tu cabello.
Descifré tus palabras.
Interpreté tu mensaje.

Era solamente un hijo agradecido contigo.


Temeroso de perderte.

En mis brazos cargué tu cuerpo cansado,


y sentí tu olor, tu calor, tu vejes,
tu aliento irritado y tu lamento triste.

Y me dolió tu dolor.
Solo entonces lo aprendí para siempre.
Qué pequeño es el hombre ante la grandeza de Dios,
Porque ahora,

¡Cuánto sufro tu muerte!


PREGUNTAS A UN PADRE MUERTO.

¿Qué quiero de ti?

Una respuesta, Dime:

¿Cómo se acaba la vida?


¿Cómo llega la muerte? ¿Duele morir?
O, verdaderamente, como nos han enseñado por siempre,
¿es mejor que vivir?
¿Me ves?
¿Me sientes?
¿Me escuchas?
¿Has encontrado a los tuyos?

A Mi hermano, tu hijo, Rafael Antonio, tus padres, Simón y


Francisca.
¿Se han topado contigo?
Tu suegra, mi abuela, Vitalia, tu cuñado Limonta, mi tía Ana
Pérez.
¿Ya con ellos te has visto?
Tus amigos, Juancho Godoy, Raulito, Hernán, Saturnino.
¿Se encontraron contigo?

¿Cómo es el mundo en que estas?


¿Hay en él sol?
¿Hay luz, calor, color, hay amigos?
¿Tendrás allí un mar, en el que puedas pescar?
¿Habrá Pargos, Sábalos o Meros?
¿Tendrás tierra como acá en la que puedas sembrar, frutos
cultivar, árboles para acampar, aire, aire para respirar?

¿Eres tú donde estas, eres otro cambiado o te habrás


reencarnado?
Donde quiera que estés
¿Existe allí el amor? y si existe, ¿Estará acompañado de
dolor?
Porque acá no hay amor sin dolor no obstante, ¡cuánto dolor
sin amor...!

Por fortuna aquí hay un Dios compasivo, que nos ama y nos
da tanto amor que supera el más grande dolor que hombre
alguno jamás haya sufrido.

Donde quiera que estés, allí también está Dios, yo le pido a


ese Dios que te acoja con él y te de vida eterna.
TRAVESIA A VELA.

A vela.
A vela he recorrido Cuatro Calles, Bajo Adentro y Bajo Afuera
de San medina, Periquito y Punta Gigante; navegando a
vela, sin remos ni motor, con la brisa del amor y por brújula
una estrella.

A vela he buscado tu pasión, he andado tras tu huella y he


encontrado tus pisadas que han quedado marcadas en el
mar y no en la arena.

A vela he navegado por ese mar que fue tan tuyo y me he


llenado de orgullo al contemplar con devoción, el coral que
te inspiró, la Langosta que de ti huyó, el caracol que te
sedujo.

Esta bahía de Cartagena que fue tu cuna primera, adornada


y sin la pena de ver mi llanto por ti y que hoy tan sola se
queda, despierta en mí la más bella sensación de estar por
fuera del alcance de lo humano, y me deja tan cercano a la
mano del creador que tengo la impresión de estar llorando
de dolor.

Y sigo a vela, como hoja en primavera, suelta al viento sin


más amo que su propia inspiración que le sirve de motor
para transportar sola su pena.

A vela, he transportado mi pena, me detengo, ya no avanzo,


lloro a solas tu ausencia.

Cierro mis ojos y te miro como marchas a mi lado, y cual


viento huracanado haces soltar los cabos, se infla
nuevamente la vela, me embarga la emoción y mis ojos ya
no llueven, te siento en mi corazón, tan rebelde como
siempre, tan altivo como yo.
NAIDA LISETH

Tus diez años me han llevado a cuarenta acumular, y he


crecido y me he elevado, con cada gesto, cada guiño que con
tanta gracia das, que me siento transportado cuando estoy a
tu lado.
Es tu magia, es tu candor, son tus ojos o tu boca, es tu piel
y tu color es tu cabello rizado, te contemplo aquí a mi lado y
me siento transportado al más lejano país donde solo hay
colibríes y tú la más bella flor que despiertas tanto amor, e
hipnotiza tu sonrisa, tu voz tiene cuerpo de niña y figura de
mujer que hasta me has hecho enternecer a mis cuarenta
cumplidos.

Me emociono con tu risa, tus modales me impresionan,


cuanto amor hay en ti, que tienes para repartir y aún te
queda.....?
¡Mi linda niña morena! Naida liseth, como suena, tu nombre
tan melodioso yo me siento tan dichoso por tenerte aquí en
mi hogar, que nunca voy a dejar de quererte y admirarte,
porque eres tan delicada tan buena, inteligente y sincera,
que ni aun el mismo mar tiene una sirena tan bella.

Raro dulce el tuyo, acaso eres capullo, o almíbar de una


rosa, te contemplo y me destroza la razón, saber que un
corazón tan pequeño como un puño late a prisa y
desbocado; y que pronto ha de llegar el jinete aventajado
que lo dome y lo acaricie, lo cabalgue y lo domine, y lo
aparte de mi lado.......

Yo no lloraré, solo te prepararé, y también aprenderé a


cabalgar a su lado, nunca triste ni apartado, muy orgulloso y
altanero, gritaré al mundo entero: ¡es mi hija y se ha
casado!
TRAVESIA DE AMOR

En el entretanto de tu sueño, con la tranquila agitación de tu


respiración dormida, te contemplo y me sumerjo extasiado
en el inmenso mar de la admiración que te tengo.

¡Cuanto he cultivado para hacer germinar en ti ese amor que


me entregas, amarrado con cadenas que aprisionan mi razón
y mi ser!

El rítmico compás de tus senos bailando alegremente en


medio de los trazos artísticos, que el creador imprimió en
oscuros tonos iluminados por la luna, despiertan el brioso
corcel que está guardado en mis adentros......

y te cabalgo, solitario, sin acicates, al trote primero y


después desbocado por los solícitos murmullos que emergen
de tu boca cuando interrumpo mis besos para recorrer con
mi músculo mojado tu cuerpo.

Espasmos de placer que adornan nuestra unión, lucha


amorosa que construye más mar, más luz, naturaleza, vida;
explosión de pasión, de lujuria de verso y poesía.

La ardiente lava del volcán dentro de ti depositada coincide


con la calidez y la humedad de la cárcel en que aprisionas
una parte de mí mismo.
MI GRA ÑA

Has llegado y me acompañas con ese palpitar sonoro y


destellante que me ilumina y deslumbra y me impide
descansar en el regazo del seno que me desvela............

Grandes nubes de colores a mi alcance, que empañan el


horizonte del día a día, amenazando con llover desde mis
ojos, inundando y anegando las calles por donde transita a
pie nuestro idilio. Torrencial de lagrimas mías que no
humedecen tus palabras.............. Dolor, dolor.

Alíviame con la píldora sanadora de tus gestos, de tu amor y


tus palabras. Inyéctame con el elixir sagrado y salvador que
inoculas en mí cuando me asaltas armada de pasión,
embadurnada de tu aliento y de tu fuerza para no olvidarme.
ERES.......KAREN LUCIA

Eres la canción con que me duermo, la palabra con que


despierto, el verso con que enamoro. Eres dulce y serena,
inquieta y totalmente buena.

Eres mi hija menor, la que brilla sin temor y hasta le da brillo


al sol, la que humedece la lluvia, la que enternece mi razón
con su voz tan delicada y su risa cristalina, sus ocurrencias
de niña, su mirada nocturna y sus palabras de adulta.

Eres hermosa y valiente como la flor, que abre su corazón al


ave que la apabulla para robarle su néctar y ella, preciosa y
esbelta, quieta se queda; para que el ave así pueda no
convertirse en ladrón sino solo en tomador de lo que la
naturaleza le ofrece y al tomarlo él obedece un mandato
divino...........

Eres mi más tierna y pequeña flor, que habla y construye


amor, que anda y fabrica vida y así solita me inspiras para
navegar en el mar, embravecido y crecifo te todos los días*

Eres peñueña`e inmensa, coraje y valor s/n adjetivos que te


pintan de cuerpo entero, yo snlo tengo el enhelo de veòte
còecer A mi lado de beber de t}13sonrasa y alImentqrme de
tu gracia.

Er%s la Picardía que endulza mi vejez, la luz que )|uminc


mir `asos y muestra el"rõmbo que he de weguir `ara que
tu(avances, eres iamor que calienta mi orgullo y eres de una
vida capullo, pEro ante todo eres.n.......... mI `ija menor n

VESTIDO AMARILLO.

He sido testigk ausenta de tu desnudez, poRque me


alojaste transitoriamente en du pensamiento, q desde
allí adentro, fui"inquilino de tu piel, visitador dystraído
dE tu cuerp/, humeda| y tierra negra ¡vido de abono
para que fácilmente en él germine la semilla äe mi
otro ser, una vez óembrafa duranve la tempestad qee
en ocasioîes azota en amor entre los dos.

He tenifo alas que ee tòansportaron0y me han llevado


a ti, y me depoóhtaron dulcemenôe en el regazg de tu
seno duro¬ oscuro nubarrón que como lunares
decoran el firmamento infInito de tu cálida desnudez.
He deseado tu aliento, rocío que escolta el alba de la
hermosa mañana que se anuncia, y que se derrama
de tu boca abierta mientras susurra gritos y murmura
voces silenciosas que lo dicen todo.

He contemplado tu cuerpo desnudo, santuario de


lujuria enmarcada en el ritmo del tambor que regala
su lamento cuando es acariciado duramente por la
mano de mi ancestro, vi temblar tu pecho,
contornearse tu cintura, estremecer tu cadera, en
respuesta al lastimero grito del cuero tamborero y vi
tus muslos duros protegiendo el nido, enjambre de
ramas negras ramajeadas con la fuerza de quien llora
ausente por la madre muerta.
HOY VI NACER UN NUEVO DIA

Luz de la mañana cuando amanece, que te pierdes en la


oscuridad del nuevo día, iluminando almas presentes y en
ocasiones dejando en penumbras corazones como el mío;
arrúllame con el haz del rayo que tu posees, cual hijo
consentido en los brazos de la madre que por primera ves lo
mira.

Padre primero de todas las luces, calor arrojado por la boca


del dragón que desde el infinito nos mira y lanza el fuego de
la vida.

Tú que naces en la mañana, cuando la mano del niño que


inicia, borra la oscuridad de la noche que termina, y pinta
con los más bellos y vivos colores al astro mayor, quien nos
da los buenos días cuando por fin nos logramos soltar de la
maraña en que está enredada nuestra conciencia. Irrádiame
y muéstrame con tu poder el camino que debo transitar para
alcanzar la serena madures con su ropaje de sabiduría.

Yo doy fe del poder sobrenatural que sobre nosotros gravita,


capaz de parir el día sin partera y sin dolor, dar a luz la luz:
murmullo de colores que danzan solos, con la fuerza de su
presencia. Gritos de amor interpretados con voces
silenciosas, prohibidos para los que no cultivan ilusiones.
Hoy he visto nacer un nuevo día.
AMOR DE SIEMPRE.

Dulce, azucarado, suave y aún más dulce que la miel, así es


mi amor por ti, porque es sincero; yo proclamo al mundo
entero que te quiero, que te amo.

Te amo, porque en ti fecundé otras vidas.

Te amo, porque has sido huella de mis pasos, plegaria de


mis ruegos.

Te amo, porque por ti aprendí a vivir atado al cálido


recuerdo del tiempo en que me amabas.

Luna de mis súplicas, sol de mis anhelos, es mi


incertidumbre tan grande como el mismísimo cielo.
¿Tú me quieres?
¿Aún soy tuyo?
Yo me entrego si me tomas; porque sé que a tu lado yo
trasciendo.
Que a tu lado yo no muero.

Aún te amo como tú me amaste un día; si no lo recordara


moriría.
Porque tu amor es el aire que respiro, es la fuerza que me
inspira, me gobierna y me cautiva.
MI HERMANO EL ROBLE

En la inmensidad de su grandeza está sembrada esa semilla


que palpita e impulsa la sabia nutritiva que alimenta esa vida
tuya, tan al servicio de otros.

…Viejo roble de grandes y fuertes brazos negros,


impecablemente ataviado con verde ropaje, incólume frente
a la ira del viento y enternecido frente a la suave brisa
marina que apenas lo toca y acaricia, como la pequeña y
tierna mano del niño que se levanta para alcanzar los ojos
de la noche.

Los frutos que tu has dado, cuanto se han enverado, sus


raíces en poco estarán sobre esta tierra. Grande es tu
nobleza, fuertes tus palabras, en ocasiones obstinadas frente
a la razón ajena. Más la infinita pasión por tus creencias
nos llevan a ceder y declinar el orgullo ante tu elocuencia. Te
miro desde lejos, aún no estaba yo crecido, y desde
entonces tus ramas nos protegen, elevando al infinito
nuestra propia dignidad.

Eres el más grande orgullo de este bosque al que han


llamado familia, encomiada en tu nombre. Mi hermano, el
más alto roble, el de mirada siempre altiva, el de gestos
bondadosos, el de brazos victoriosos.

He visto llover desde tus ojos, y he admirado aún más tu


valor, porque hablando con el hombre me topé con el niño
que no escondes, tu adlátere de siempre, nuestro faro
orientador............ Viejo y fuerte roble de frondoso ramaje,
y rancia hojarasca, sostén emocional de este arbusto menos
fuerte, recibe esta humilde ofrenda como testimonio del
amor fraterno que por ti siento.
PLEGARIA AL HERMANO AUSENTE

El helado calor de tu fría frente, se ha quedado encerrado en


la bóveda de mi mente, en mi corazón aún guardo el dolor
que me produjo tu muerte. Y todavía escolto dulcemente tus
despojos, cual vigía de la noche que protege las estrellas, sin
alterarse, sin temores sin asombros.... con honda pena. No
hay llanto ya en mis ojos, ya no crece más mi desconsuelo.
Ilustre guardián de mis pasos, vigilante para siempre de mis
sueños, aún te quiero.

En la penumbra de mi memoria está la luz de tu recuerdo, y


en ella vivirás por siempre, antiguo compañero de mi propia
suerte, como la referencia principal del tiempo ausente.
¿Dónde está el camino que juntos recorrimos dónde están
las huellas de los pasos que juntos dimos, dónde están, que
se hicieron?

Amo y señor de mi destino, principio y final de lo que existe,


tú que por misericordia con los suyos lo recogiste, tú que
dolor y resignación me diste, tú que en tu infinita bondad
nos recibiste, bendícelo señor, bendícelo y acógelo en tu
seno para que en él habite.
AU REVOIR (ADIOS)

Entre soles y calores, vapores de esta tierra que ha parido


de todo: Hombres buenos y hombres malos. Hombres
grandes, menos grandes y aún otros más grandes. Notas de
mil tonos, mil frecuencias y colores. Pasiones indescifrables,
amores que no terminan, violencia de las palabras que
atropellan la razón, está un maltrecho corazón que palpita
cabalgando en corcel de muerte herido.

Ya llegado el momento de la gloriosa partida, no te miro, no


te siento, no te tengo, e invoco tu presencia entre brumas y
dolor, ojos temerosos que te buscan, labios temblorosos que
te llaman, bridón que se detiene lentamente, retozando con
dulzura la balada de una vida que fue tuya.

Ya no estoy y permanezco, no me tienes y soy tuyo.


MIRAME

Lanzas tu mirada y es un puñal que atraviesa el aire y


muerde mi carne aunque no sangre. Pero por allí fluye la
vida y se escapa y me deja.

¿Qué tienes que puedes arrancar la propiedad ajena? único


bien entregado por Dios a este mortal, que no es pobre pero
se arruina porque se le acaba la vida.

¡Más.... no sufro!

Disfruto que laceres mi carne a la distancia y el aguijón


etéreo que me hiere, causa en mí la sensación de
importancia por que tú me miras.

Y respiro, y palpitan dentro de mí esas ganas de vivir que tú


despiertas, porque me miras, y permanezco ausente de la
otra gente porque soy tuyo. Solo tuyo.

Y tu mirada hacia mí dirigida, es la ración que nutre mi


existencia y fortalece mi interés por permanecer disfrutando
del dulce aroma de este soplo que es tu voz, del suave color
de esos ojos tuyos, y del dócil palpitar de tu corazón
detenido en vilo cuando un sollozo invade la fuente
inspiradora de donde brota tu mirada, que como un puñal
atraviesa el aire y muerde mi carne aunque no sangre.
ODA AL DOLOR

He tenido la penosa sensación que estas aquí, en alguna


parte de mí, desagradable compañía que oprimes un pedazo
de mi sien y revelas tu hosca presencia. Salvaje e
inoportuno visitante, te has quedado instalado en alguna
habitación de mi cuerpo, en ocasiones dormido, pero estas
allí y despiertas siempre furioso y me punzas....... me haces
daño!

Eres lúgubre y tenebroso, horrenda criatura salida de mi


conciencia, te imagino sin rostro, sin cuerpo, sin voz ni
cerebro, nada, solo a mí tienes. De manera que existes
porque yo existo, y triunfas porque me vence el miedo.

Te siento llegar de lejos, como si vinieras de un viaje de


adentro de mi mismo, anunciándote con multicolores
fogonazos. Me resiento porque te odio! Te extraño cuando no
vienes!. Me asusto porque te temo! ......... Porque de tanto
perturbarme cuando despiertas, me has permitido aprender
a controlarte y, en agreste guerrero me convierto, y te
enfrento armado de analgésicos, y en ocasiones, como hoy,
te venzo.
CANTO A LA PATRIA

Pedazo de tierra donde un día reposará mi cuerpo, pronto


serás la valija donde sin honores, estarán depositados mis
despojos; porque a fuerza de quererte, he olvidado
defenderte, grande huerta donde tantos frutos han nacido,
quiero poder gritar tu nombre erguido, orgulloso, engreído,
y con fatua inmodestia y superior prepotencia, mostrar mi
documento de identidad aún en las afueras de tus propias
fronteras.

Cuántos que como yo se deleitaron con el sol surgido del


firmamento en tus fronteras, en las radiantes mañanas de
este terruño ofendido, hoy se tienden arrodillados a otros
soles, en ocasiones menos fuertes, a otros cielos, a otras
gentes, y blasfeman contra ti patria mía, sin que les tiemble
la voz, otro escudo los encarna, otro himno los excita, otra
bandera los abriga, ...ya son de otra nación.

Aquí esta mi voz encendida, con mis más sentidas palabras


de amor por ti patria mía, aquí mi brazo armado, mi corazón
inflado por la emoción, mi conciencia clara y mi espíritu
rebelde, que ofrendo a tu grandeza, que entrego con fervor
para rescatar tu esplendor, que un hombre sin corazón no
es completamente un hombre, más un hombre sin patria es
aún menos hombre.
LIBERTAD, LIBERTAD.

Brotas y me abrazas como el fuego de la hoguera que me


quema y atormenta, pasión por lo infinito, devoción por lo
indeleble, grande mundo que desde mi pensamiento brota,
con formas imaginadas, con voces ignoradas, que gritan en
silencio reclamando sus derechos… Pan y agua, y un techo
donde morir de viejo.

Toma mi mano y ara esta tierra que es más tuya que de los
que dicen ser sus dueños, siembra amor, siembra esperanza,
siémbrale fe, y riégala con las lágrimas de la madre que llora
por la sangre derramada de su hijo, para abonar otra
tierra…….

Brotas y me abrazas como el fuego de la hoguera que me


quema y atormenta, rufián de mis ideas, lazarillo de mis
sueños, espíritu del guerrero detenido por el miedo, lucha
en las reyertas de tus fantasías, dispara tus palabras, libera
tus ideas, y conduce a tu ejercito de quimeras hacia la tan
anhelada LIBERTAD.
BELLA BOGOTA

Ausente del fervor que calienta el corazón, esta la gran


ciudad que se llama Bogotá; majestuosa y vistosa mole de
rancia y tradicional cultura, grandes y silenciosas piedras
grises, importantes sueños dorados y cotidianas realidades,
guardada en el refrigerador de un soñador despertado por la
fría brisa descarriada del fuego inspirador que enaltece la
razón.

Bella Bogotá, capital del extraviado amor de un andariego,


ciudad vestida de paño cual viejo ermitaño distraído por el
ruido silencioso de su grande corazón dormido. Capital de la
suprimida Santa fe, no estas amurallada como la hermosa de
Indias Cartagena, ni tienes, como ella, un inmenso y bello
mar que bañe los espíritus de tus gentes, ni un radiante y
caliente sol que pinte con calido color tus desencajados
transeúntes.

Más…………. tienes el grande honor de ser tú, Bogotá,


inmensa capital, de calor desterrado con aire acondicionado,
del más hermoso país donde por privilegio nací que aún está
por construir y del que somos humildes obreros.
EN LAS ALTURAS

Pompones de algodón que en el duro espacio flotan,


importunados por el ruido de turbinas que impulsan el
pájaro en que volamos, que como mechones de dulce lana
ocupan el infinito, residencia perpetua de los sueños de los
que idolatramos el amor.

Y permanecen allí, donde nadie llega, en ocasiones


maquilladas con pálidos colores. Nada sobre ti, nada cerca
de debajo de ti. Van, cual nublos extraviados, al lado de las
ideas de todos, sin peso y sin cuerpo, en el pensamiento de
los enamorados, de los que sueñan y añoran sin llorar al ser
que quieren a su lado.

Grandes nubes grises de fondo azul, en la inocencia de mi


niñez miles de formas te obsequiaba, y en grandes aves te
soñaba. Eras, enorme dinosaurio de escalofriante poder en la
infinita imaginación del entonces niño ora crecido. Hoy, eres
como el deseo que existe en cada hombre, oculto y siempre
presente. Solo tomas forma verdadera cuando, subimos a tu
lado, normalmente con el espíritu abandonado.
LAMENTO TRISTE.

Soledad………., valerosa compañera del viaje que emprendí


cuando estimulada por la más grande urgencia mi madre
parió al mundo mi triste y poderoso llanto, embargado del
más grande dolor por el rompimiento de la fuente que nos
unía……..

Y desde entonces, has estado conmigo, como un miembro


más del sagrado templo en que se ha convertido mi cuerpo,
cueva del helado viento en que se transforma el irredimible
torbellino de mis ilusiones.

Cuanto solo me siento entre el tumulto de esas gentes sin


voz ni palabras ni llantos ni gritos, únicamente con quejas
ahogadas por los aterradores sonidos del elocuente silencio
con que demandan misericordia por sus vidas, vendidas a
centavo al último comerciante interesado por ultrajarlos. El
de más equis en el tarjetón o aquel que manda desde las
sombras sin tomarse al menos, el trabajo de aparecer en la
cartilla electoral.
PERDIDO

Eres como un naufrago perdido en palabras y envuelto en


sueños y deseos ansiando el mar tanto como su familia
buscando un rumbo fijo y tranquilo contemplando así el
inmenso mar infinito y sin horizonte. Con ansias de volver a
casa pero aun así de dejar huella por donde vaya para así
poder mostrarle al mundo tu hermoso dialecto, tus
esperanzas con la ilusión de que así podrás salvar a un país
sin progreso poniendo estas en manos de tus hijas con el
deseo de que ellas se vuelvan más grandes de lo que tu
deseas y no quedarte tranquilo hasta verlas como unas
damas miembros de esta sociedad.

Tus huellas han quedado atrás tus pies cansados de caminar


piden ayuda desesperados pues ya han buscado descanso
pero son mas tus ganas de triunfar que tu hambre por
saciar. Te caracterizas por tu olor a pescado y a mar salado
te distingues de los demás por que no has de olvidar la
esperanza de ser rescatado.

Algún día has de encontrar esa felicidad que te mereces y así


podrás tus ojos cerrar con una dulce y fina lagrima de esas
que solo tiene tus ojos y evocar en mi recuerdo ese amor
eterno y desde la tierra poder gritar

¡ESE ES MI PAPA!
TEMPESTAD DE SENTIMIENTOS

Me refiero al intenso silencio que brota de lo más profundo


de tu capacidad para gritar.

Expresivo silencio, con el que dices lo que sientes, con el que


atraviesas los sentidos de quien te escucha………..y el
murmullo pronunciado del grito con que callas revela el
conflicto al que te enfrentas: las razones del corazón que la
razón no entiende, ni entenderá por nunca jamás.

El vacío de las palabras del silencio que guardas es vehículo


invisible, inaudible e inhumano que transporta limpiamente
el deseo reprimido, la pasión que se desborda, como El
Magdalena cuando se crece para reclamar sin violencia, pero
sí con grande determinación y excitante ternura, lo que
antes era suyo.

Tu silencio me atormenta, me reclama, me desvela, me


enamora, me doblega, me acusa, y sin embargo me dice
que me quieres.

Ante el silencio de tus ojos, la mirada de tu boca y el rubor


de tus modales yo me inclino, y me entrego mansamente
para disfrutar de tus palabras.
PALABRERIAS.

Escucha por favor mis palabras, te las voy a decir en silencio para
que queden repicando al mismo ritmo que palpita tu corazón
sacudido por mí, en tu ausencia;

No es que yo las repita no, es que tú las recuerdas y en tu


memoria se repiten infinitamente mientras dudas si soy yo quien
las dice o tú que las extrañas.

No las he construido afinadas porque había perdido ya mis armas


de conquista, sólo tu presencia ha devuelto la pasión perdida, la
juventud ida y el deseo reprimido de volver a visitar de noche las
caballerías de Usaquén, tan temidas en los tiempos del Doctor
Turbay, uno más de nuestros dictadores democráticos.

Confieso que ya había yo transitado antes por estos tortuosos


cultivos del amor juvenil, solo que en el pasado, mi cabalgadura
andaba libremente por ellos y yo me dedicaba a recoger el
trigo……….. Hoy, desmontado como estoy del viejo corcel que me
acompañaba, recorro descalzo estos caminos arriesgados del
amor, y me encuentro que han cambiado muchas señales: han
quitado, por ejemplo, la verde e intensa hojarasca con que
entonces se engalanaban los árboles para esconder sus raíces,
fuertemente fijadas a la madre tierra, ya no hay nidos en sus
ramas, ni se pasean victoriosas las hormigas, ni cantan solemnes
los grillos, ni se escucha el temible rugido de las fieras en claro
reto a las reglas, a las normas, a la sociedad entera. No se respira
el mismo aire por suerte, el amor,…… ah El amor!, aún se escribe
con las mismas letras de siempre.

Y yo, siento el mismo arrojo de antaño que me impulsaba a


enfrentar la adversidad provisto tan solo con sentimientos limpios,
pulcros y sinceros, con la verdad como escudo, y empuñando el
mismo corazón que hoy te ofrezco, golpeado por el tiempo,
endurecido por la vida, lleno de cicatrices mal curadas causadas
por las largas noches de incertidumbre que dejaron amores
equivocados, pero aún capaz de conmoverse por los bellos
colores con que se estrena cada día.

Sé que todo lo dicho, para ti solo son palabras que no van a


derrotar tus miedos, palabrerías lanzadas al aire hoy, cuando ya
las mariposas no son amarillas y a nadie más pareciera importarle
que no lo sean.

Palabrerías de un soñador que todavía conserva sus viejas alas y


pretende seguir usándolas para remontar el vuelo, sin importarle
que se tropezará con pájaros tripulados por hombres y mujeres
con corazones de hojalata, sentenciados a no soñar, y a no vivir,
confinados en un mundo hecho a la medida de nadie, donde solo
hay semáforos y lámparas y celulares y autos y edificios y toda esa
barahúnda de cosas que solo sirven para poderlas palpar.
T’A RAISON.

Sometido como estoy a la más grande angustia, me esparzo


dulcemente por el aire, arrojado al vacío por el impulso
infinito del desamor con que me castigas.

Soy como esa humilde hoja de primavera que arrancada por


la fuerza invisible de tu razón (T’A RAISON), del verde
guayabo que aun no ha parido sus frutos, vaga tristemente
por el infinito, temiendo caer, aferrada fuertemente a la piel
del viento, con la certeza de que en el tiempo, mas tarde o
más temprano chocará duramente contra la fuerte roca que
será tu ausencia.

Y aún así te amo.


REFLEXIONES

Solo porque te amo puedes dominarme, solo porque te


amo y temo estar sin ti. Que amor es el tuyo capaz de
ofenderme? que amor es el tuyo capaz de dolerme? Y
yo sigo aquí, anclado en mar profundo, donde el ancla
no toca fondo, y el suave viento golpea sobre mi
herido pecho, y sin que yo lo note me aleja de ti que
eres el muelle que yo quiero.

Estoy a la deriva, y me alejo, ya desecho, del regazo


de tu pecho,

Cuanto sufro tu alegría y mi dolor.

Es cierto, tal vez sea lo mejor y yo lo se, tal vez pero y


si no es lo mejor, como lo resisto? como lo vivo? y
aunque sea lo mejor como no muero?

No quiero ya quererte pero te quiero, no quiero yo


olvidarte pero te olvido.

Tanto te olvido como olvido mi nombre, de igual


manera te olvido como olvida respirar cualquier ser
vivo.
SALTO AL VACIO

He aprendido a morir en el naufragio de mi soledad.


Y mansamente derramo lágrimas de rebeldía,
Atormentado por la fuerza del dolor, estimulado por el eco repetido del
odio que sentí en tus palabras.

Con la Amarga sensación de besar los labios de la mujer que no amo,


peregrino sin rumbo hacia ti, oscuro final de todos. ¡Acércate!
Lentamente te busco, con la esperanza de encontrarte y de
encontrarme al fin, entre los míos.

¡Esto es la soledad!

No hay sangre en las venas del hombre herido,


Hay amor en el pecho de quien ama,
Hay pasión en el alma de quien sufre.
Hay dolor en el alma del vencido, hay dolor en mi pobre alma herida.
FANTASÍAS

Me entristece la utopía de las palabras con


que me honras, las que dicen que me quieres,
que me amas.

Fantasía de la verdad salida de unos labios que


me ilusionan, me apasionan, me engañan…….y
al final me abandonan a mi propia suerte.

Me atormentan tus maltratos cuando sabes


que te busco, que te lloro, que sin ti ya no soy,
ya no estoy, ya no existo ni progreso: No corre
sangre por mis venas.

Mis palabras y mis manos no tropiezan ese


corazón sobre el que permanecen al acecho las
dos bellas fuentes de la vida, custodiadas por
tres negros….lunares que se agitan al vaivén
de las olas que produce tu respiración,
excitada por la irreverencia que en el aire
traza mi presencia y mis ojos no se rozan con
tu piel, manto sagrado que te cubre y te
esconde y te lleva de mi lado.

Me sumerjo en lo profundo de ese océano que


en mí se forma cuando lloro pues no estás y
mis lagrimas caudalosas como ríos que me
bañan, como mares sempiternos, no me
ahogan, no me callan porque me protege la
muralla en que se ha convertido mi amor y
me oculto del dolor, me refugio en tu recuerdo
y evoco tus palabras y tus gestos y tus
temores, y me consuelo en la esperanza
incierta que me das de permanecer por
siempre en tu recuerdo.
PREGUNTABA

Porqué me abandonas si no te he mentido,


porqué ese arrebato ahora de dejarme sin ti,
porqué ese inusitado interés de navegar sin mí,
porqué hay tantos porqué en mi memoria cuando
te recuerdo, porqué, por favor dime porqué
Respuestas

Tal vez este navegando perdida porque no


encuentro mi destino, tal vez te abandono porque
necesito una salida, al igual que tu soy un ser
incomprendido que busca incesantemente
respuestas a mis preguntas, tal vez cuando hablo
tu no me entiendes, tal vez cuando lloro tu no lo
sabes, no te has preguntado por cuantas cosas he
pasado, cuantas veces he llorado o cuantas me
han defraudado? hay muchas preguntas sin
respuestas pero desde mi perspectiva tu fuiste
quien se embarco en un viaje eterno te vi partir
lentamente con el corazón en las manos te
alejaste sin mirar atrás y ahora te empeñas en
decir que yo te abandone, yo sigo esperando tu
regreso , he decido ocultar mi dolor he decidido
ocultar mis pensamientos, mis sueños mis deseos,
he decido ocultar mi ser dentro de las sombras
esperando un nuevo amanecer, no te dejes
engañar por mis desprecios ni mis gestos por
dentro estoy ardiendo de dolor y soledad, tengo
sed de tu cariño, ámame es lo único que te
pedido, escúchame y tenme paciencia el silencio
es mi mas fiel amigo pero quiero escapar de sus
brazos y rebosarme en los tuyos simplemente si
tienes preguntas, déjame darte mis respuestas.

RECUERDOS DE LA NOCHE: EVOCACIONES.

Vee, que linda eres, si pareces un paseo en coche,


de noche en Cartagena.
Vee, eres como la penumbra, que ni la luna
alumbra,
Y solo se ilumina con tu sonrisa y despierta una
vida, mi vida, tu vida, las dos vidas.

¿Las dos vidas…? Una sola vida.

El blanco de tus dientes contrasta con el negro


azabache del vestido que engalana tu cuerpo, todo
pegado a ti cuando estas desnuda y solo el
pelambre ramajeado del nido te cubre y yo
suspiro y me desvelo pensando

¿En verdad te quiero?

A VOUS, PEINTRE DE RÊVES.


Pinta mi corazón, pintora de sueños, pinta también
el tuyo y entrégamelo.

Ponle rojo intenso al mío, para que sepan que sufre.


¿Sabrás cual es?

No quiero prestar nada de ti, me has dicho que eres


mía y te he hecho mía.

Quieren despertarme de mi placido sueño con


rumores sobre tu infidelidad, más la ilusión de
creerte mía, me mantiene en el letargo porque
quien llegue a ti solo poseerá tu cuerpo.

¡Al menos eso creo!

Aún así, ausente en el tiempo, presente en el


espacio, me esparzo dulcemente en lecho de
desconsuelo y lloro cuando otro te goza.

Dibuja mi corazón, pintora de sueños y quédatelo.


¡Poséelo por siempre!

Dibuja también el tuyo y entrégamelo.

Ponle rojo cadmio al mío, para que sepan que sufre.

Al fin y al cabo, dibujaras uno solo.


JE SUIS.

¿Que soy sino un recuerdo?


No solo un recuerdo.
¡Soy un mal recuerdo!

He amado intensamente hasta la muerte, he


querido al mundo entero y he sufrido.

Del mundo, he aprendido a derramar mi


sangre con motivos, y a esparcir mis
lágrimas contigo. No por amor, que el amor
hace heridas que no sangran.
Es por el dolor que he sentido en el camino,
mientras lentamente tránsito a mi destino.

¿Que soy sino un recuerdo?

Soy el triste recuerdo de los días de gloria


del viejo soldado, que fue un héroe en la
batalla y un estorbo una vez el fragor de la
guerra es ido.

Soy el crío envejecido, el tirano antes


temido, ya derrotado y abatido, soy el amor
bañado en odio, la esperanza del naufrago
perdido, soy el ayer visto mañana, el canto
de la lechuza que asusta al niño, soy el
mohán, soy el trueno de la lluvia en noche
oscura.

Soy un recuerdo.
No solo un recuerdo.
¡Soy un mal recuerdo! Que a fuerza de
quererte te ha perdido.

JUNTOS, TOMADOS DE LA MANO.


Nos casamos enamorados  y  aun avivas mi  amor
con tus palabras y tus gestos, y lo haces  crecer al
infinito.

La ternura con que sostienes esta vida mía, que


también  es tuya,  solo es  comparable con
la  grandeza de tu ser.

Gracias por quererme como me quieres.  ¡Te juro


que eres cabalmente correspondida!

Siento que una  vida no es suficiente para quererte


como yo quiero quererte. Y por eso, he decidido
amarte aun después de nuestra muerte.

¡Te amo, eres la botella de oxigeno de donde respiro!

Mujer, que acompañas e este viajero entristecido,


despojado de toda pretensión mundana, desnudo de
sentimientos impuros, e invadido en cuerpo y alma
por tu espíritu.

¡Todo  a ti debo!

Me tomaste y me pariste. Y nací nuevo y mejorado.


Reconstruido por ti, para ti.

Ahora mi corazón late más lento pero es más fuerte,


tengo la certeza de quererte.

Y vivo enamorado de las ofrendas que me diste:


otras vidas, dos nuevas vidas que sumaste a mi vida,
a tu vida  y que a fuerza de querernos  has
convertido en una sola vida: nuestra vida.
Wanda en la isla fumando marihuana.

Como barca libre en mar abierto


Vago en el infinito valle de mi
infortunio;
Abrumado por tu ausencia, e irritado
por el dulce olor de tu presencia.

No te extraño porque estás ausente,


sino porque permaneces aquí,
Sin hablarme, sin mirarme.
Ahogándome en el vapor caliente del
aliento que dejaste, cuando gritabas
excitada por la pasión que despierta un
amor prohibido.

Vives aún en el cadáver que dejaste


aquí;
Escribiendo para ti,
llorando por ti;
Envuelto en las llamas del olvido
y cocinándose a fuego lento en la
hoguera infame donde me arrojó tu
ausencia.

Llorar, reír, amar u odiar.


Las mismas acciones vistas con ojos
diferentes.
¡En el fondo, soy yo sin ti, y tú
conmigo para siempre!
TU MUNDO Y EL MÍO

El viento no quiso detenerse y trajo tus palabras. Y


sacudieron el mundo que a fuerza de desearte había
construido solo, sin ti pero contigo.

Un mundo de sueños y quimeras, de ilusiones y


amores a escondidas. Un mundo triste, en el que los
arboles perdían sus cepas, las aves extraviaban
su trino, y los hombres Derrochaban su alegría.

Un mundo al fin y al cabo. Mi mundo.

En él he odiado la química que nos separa, he


amado la física que nos atrae, he reverenciado la
filosofía que me consuela, y abrazo dulcemente la
poesía que me sirve de refugio y me acoge, con
la misma ternura de la madre que abriga al crio.

Un mundo que admira la sangre fría con que


limpias la espada que has clavado con certera
estocado en este corazón, mientras engalanas tu
rostro con una triste sonrisa para llorar de alegría mi
agónica partida

Sola has construido un mundo sin mí, lleno de


objetos, decepciones, realidades y engaños. Un
mundo alborozado, con luces y colores, sonidos y
aplausos.

Un mundo al fin y al cabo. Tu mundo.


CANTO DE AMOR A LA MUJER AMADA

Nunca podré soltarme del suave lazo con que me atrapa tu


olor.
No quiero soltarme de él.

Soy prisionero voluntario del dulce aroma que despide tu


piel.
Me acurruco en ese aroma y respiro sin cesar tu olor, y me
envuelvo en el largo manto esparcido por el aire que deja
tu presencia, cuando pasas junto a mí, altiva como la luna
llena en medio de la penumbra de la noche.

Toda tú eres un carnaval de fragancias.

Tu cabello tiene olor a hierba húmeda, bañada por la brisa


salada que viene del mar.
Tu cuello retador, huele a aserrín acabado de arrancar de
la piel de un madero.
Tus axilas, en constante ebullición, embrujan el ambiente
con aroma de albahaca, canela y yerbabuena, untadas de
azafrán.

Déjame detener un segundo en la cueva de mi felicidad.

En ella todo olor es sagrado.

A veces es amargo, al tiempo empalaga la gruesa textura de


su emanación salvaje, y su frondoso follaje agreste, escolta
con su vaho retador al frecuente visitante erguido, para que
entre al paraíso y deposite en él la semilla de la vida, y lo
devuelve derrotado, y compungido.

¡Ya no está erguido!

Te quiero.

EXTRAÑA SENSACIÓN.
Hoy tuve la penosa sensación de que no estabas
Te juro que permanecí raro, solo y perdido.

No entiendo como pude pensar que no estabas.

Si tu respiración tropieza con mi suerte,


y tu aliento llena la atmosfera y enrarece el aire que respiro.

Que no estabas.
¡Qué extraña sensación!

Si cuando tú no estás yo siento que no existo


y cuando estas, muero en franco desconsuelo.

Debe ser que te extraño.


¿Qué extraño?
¡Todo!

Primero tu sonrisa, que lava el aire y hace que el canto de


los pájaros se mantenga y el llanto de los niños se extinga
para siempre.

Extraño el brillo de tus ojos, que derrota la penumbra, y


hace la noche oscura menos oscura, y da luz a la luna y las
estrellas.

Extraño tus caricias, con tus frágiles dedos cual cerca


engarzada en oro que deslizas dulcemente sobre mi rostro y
logras despertar el niño que viaja dentro de mí.

Extraño la extraña sensación que me producía tu presencia


y que ahora aun más grande me produce tu ausencia.

ENTRE TÚ Y YO.
Yo a ti te beso siempre con pasión.
Pasión de la buena, a la que tú llamas
ternura.
Y de la mala, a la que yo llamo fogosidad o
arrechera.

Es que mi encuentro contigo no es casual.


Nos miramos, nos acercamos y hasta
hablamos, pero en un instante, nuestras
lenguas no son ya para articular palabras
ni para generar sonidos, sino para
producir amor.
Siento que allí nace el fluido pegajoso que
luego encuentro en tu vagina.

Tu lengua, la que en veces usas para


hablarme largamente de lo malo y de lo
bueno, la prefiero moviéndose en mi boca
chocando contra la siempre tímida lengua
mía, logrando que esta se envalentone en
ese encuentro fortuito con tu musculo
mojado.
Siento que tu lengua, alegre en mi boca,
aprisiona mis testículos cuando juguetona
choca con mis dientes, lame y chupa mi
pobre lengua asustada e irrita la
profundidad de mi garganta con su
examen de astronauta recién llegado a la
luna.

Yo disfruto morder suavemente las puertas


de gruesa carne roja que abren y cierran
tu boca.
Allí me recreo, al acecho de lamer tu
lengua, antes de dirigirme al velamen
siempre listo de tu culo. Me  quedo un rato
adicional en la cumbiamba de tu boca
porque al lamer tu lengua me preparo
valientemente para entrar a la nave de tu
chucha, para sumergirme en ella como el
más grande submarino en lo más profundo
del océano.

Yo muerdo tu lengua y manoseo tu cuerpo,


lo acaricio con decisión, con lujuria y con
ansia.
Toco las dos fuentes con que
amamantaste a mis hijas y triste y afligido
me despido de tu lengua con la ilusión de
chupar tus tetas como si fuera un crio.
Amo tus tetas, son  grandes, firmes y
duras como piedras de carbón y tienen los
pezones como aceitunas moradas y
salobres, con una acidez dulce que
despiertan mi vocación de caníbal. Sé que
un día no podre evitarlo y voy a morder, a
masticar y degustar una porción de tus
tetas, para nutrirme de ellas y hacerme
más fuerte y llegar vigoroso al paraíso de
mis deleites.

Llego allí, sin pasar por la estación


obligada de tu ombligo, que como un oasis
en el desierto está plantado en la mitad de
tu cuerpo, haciendo de antesala al lodazal
en que se convierte tu chucha.
Confieso que con frecuencia me enredo en
el agreste y rustico pelambre que como
ramas de árboles espinosos se levantan en
el bosque para proteger el manantial
donde se encuentra la fuente del placer.

No importa la agresión dolorosa que hacen


a mi lengua los pelos de tu chucha, porque
cuando beso los labios escondidos en ellos
e introduzco mi lengua en la gruta del
amor, encuentro asustado el diminuto
musculo del placer, que es tu boleto sin
retorno al viaje peregrino que emprendes
cabalgando en mi verga  

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