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IX Congreso Argentino de Antropología Social.

Facultad de Humanidades y Ciencias


Sociales - Universidad Nacional de Misiones, Posadas, 2008.

La Representación de la
Muerte en el arte funerario del
Cementerio Municipal de San
Fernando del Valle de
Catamarca.

Juan Manuel March.

Cita: Juan Manuel March (2008). La Representación de la Muerte en el arte


funerario del Cementerio Municipal de San Fernando del Valle de
Catamarca. IX Congreso Argentino de Antropología Social. Facultad de
Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad Nacional de Misiones,
Posadas.

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CAAS 2008 - La Representación de la Muerte en el Arte Funerario del Cementerio
Municipal de San Fernando del Valle de Catamarca J.M.March

La Representación de la Muerte en el arte funerario del Cementerio Municipal de San


Fernando del Valle de Catamarca*

*J.M.March – Cátedras Ecología General/Epistemología de las Ciencias Naturales – ESCUELA


DE ARQUEOLOGIA – Universidad Nacional de Catamarca.
E-mail: juanmanuelmarch@yahoo.com.ar

Palabras Clave: representación, arquetipo, cementerio, simbolismo.

INTRODUCCIÓN
La representación de la muerte como arquetipo thanático en la sociedad POST-INDUSTRIAL1 posee
una gran variedad de expresiones estéticas e ideológicas. Conocer la significación de este
arquetipo implica explorar terrenos donde la racionalidad de esta civilización no posee certeza
alguna ni capacidad para emitir respuestas satisfactorias. Por lo tanto, la existencia de un
fenómeno como la “muerte” desafía la racionalidad Iluminista y cartesiana que proporcionó los
fundamentos filosóficos a la actual civilización fundada en la Razón. Ciertamente, la ciencia y la
filosofía positivista intentaron por décadas depurar de metafísica y subjetivismo todo
conocimiento que ingresaba dentro del terreno de la ciencia, justamente, para obtener un
conocimiento que no estuviera atado a la superstición y la religión. Sin embargo, el problema de
la finitud de la existencia no ha podido ser resuelto aún por la ciencia. Existen planes
tecnocráticos para superarla como Hans Moravec en Extropía o la prolongación de la vida a
través de estudios genéticos, los cuales serían respuestas dadas a través de la ciencia adoptando a
la muerte y la vejez como simple enfermedades.

1
Daniel Bell, en EL ADVENIMIENTO DE UNA SOCIEDAD POST – INDUSTRIAL, afirmó que nos encontrábamos en el inicio de una
nueva clase de sociedad informacional orientada hacia servicios que reemplazaría al modelo basado en la industria, el cual
había sido dominante en Occidente en los siglos XIX y XX. Una SOCIEDAD POST–INDUSTRIAL posee para Bell tres
componentes principales: “un cambio de manufacturación hacia servicios”; “la centralidad de las industrias basadas en
nuevas ciencias”; y “el advenimiento de nuevas elites técnicas y la venida de un nuevo principio de estratificación”. Bell
vislumbró claramente la dirección que la cultura occidental tomaría y su trabajo prefigura mucho del pensamiento
postmoderno, el cual ha enfatizado similarmente el poder de transformación social de la tecnología de la información. La
necesidad de romper con la desactualizada narrativa del modernismo, la cual incluía dentro de sí una creencia acrítica en el
progreso industrial y explotación del mundo material, devino en una idea ampliamente reconocida, y, para un cierto grado, la
mayoría de las economías occidentales avanzadas podrían ser descriptas como post–industriales. Ciertamente, las industrias
de servicios, la producción de conocimiento, y la tecnología de la información forman una parte incrementadamente
importante de la vida occidental, particularmente al ser observadas como creación de bienestar. Si se acuerda o no con la
particular visión de Bell, el tipo de sociedad ideal enarbolada por la mayoría de los postmodernistas es inequívocamente
post–industrial. La mayoría de las economías avanzadas en Occidente ahora pueden ser descriptas como post- industriales en
algún sentido, en aquel en que se han movido significativamente hacia una posición donde los servicios, el conocimiento y la
información han devenido las ganancias más valiosas para propósitos comerciales. Las cinco dimensiones de una sociedad
post–industrial se pueden resumir en bienes producidos para una economía de servicio, dominancia de clases de
profesionales y técnicos, centralidad del conocimiento teórico, orientación hacia futuro y elaboración de decisiones
científicas (“tecnología intelectual”) En: BELL DANIEL 1973 The coming of Post-Industrial Society: A venture in social
forecasting. New York: Basic Books.
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Municipal de San Fernando del Valle de Catamarca J.M.March

Adicionalmente, analizando el problema desde otro lado, la misma ciencia de la biología no


puede definir qué es el fenómeno de la “vida”, describe sus propiedades pero no la puede explicar
en esencia. Entre un organismo muerto y un organismo vivo se encuentran todos los componentes
esenciales pero está ausente esa particular corriente que hace que cumpla con sus funciones
vitales. Todos estos dilemas conducen a una representación borrosa de la “muerte”, que también
implica una representación borrosa de la “vida”. Por supuesto, la calidad de “borroso” se aplica
desde un marco interpretativo de la ideología postindustrial y neopositivista.
A lo largo de este trabajo se tiene como meta presentar la realización de un análisis antropológico
de estas cuestiones existenciales que ayude a resolver y orientar el lugar del arquetipo thanático
dentro del universo simbólico de la sociedad postindustrial. Los vacíos explicativos de la
ideología postindustrial no echan luz acerca de dilemas relativos a tangible – intangible o
material – inmaterial que constituyen regiones cercanas al problema de representación de la
“muerte”. Justamente el objetivo de este trabajo es llegar a interpretar a partir del arte funerario el
significado de la “muerte” como arquetipo thanático dentro de la iconografía del cementerio
municipal “Fray Mamerto Esquiú”. Para tal fin, la metodología que se aplicó consistió en
observación, registro fotográficos y análisis iconológico – contextual de construcciones y objetos
estéticos funerarios.
Una reflexión a partir de las representaciones estéticas constituye la primera etapa para poder
observar el interior y delinear el universo simbólico dentro del que nos encontramos incluidos,
este proceso contribuye a nuestra ampliación de la conciencia de la vida y la muerte.

I – HERMENEÚTICA DE LA “MUERTE”
¿Cómo es posible interpretar la “muerte” como hecho cultural desde los fundamentos ideológicos
de la propia cultura? Interpretativamente se lo puede considerar como un patrón límite,
analizando el hecho desde una distancia etnográfica. Fundamentalmente, la muerte como hecho
cultural marca un terreno más allá del cual no es posible argumentar. Las argumentaciones se
vuelven excesivamente especulativas para los cánones de la racionalidad postindustrial. Esto hace
que el hecho cultural de la “muerte” quede encriptado en un sitio más allá de la racionalidad de la
vida cotidiana.
Sin embargo, desde un punto de vista antropológico, tal como Stalinav Groff afirma: “Las
sociedades preindustriales parecen, por lo tanto, estar de acuerdo en que la muerte no es la
derrota definitiva y el fin de todas las cosas, sino una transición importante. Las experiencias
asociadas con la muerte se consideraban como visitas importantes a dimensiones de la realidad
que merecían ser experimentadas, estudiadas y cuidadosamente cartografiadas”2 La racionalidad
postindustrial no puede procesar el fenómeno de la muerte debido a que constituye un hecho más
allá de la “materialidad” cotidiana. Pero, al mismo tiempo, está presente como un límite tangible.
Esta dualidad marca una contradicción en la seguridad psicológica de los miembros de la
sociedad postindustrial. Tal como recalca el mismo autor, un individuo que muere en una
sociedad industrial está influido por una visión atea y materialista que implica que la historia del
universo es una historia del desarrollo de la materia, concluyendo que la vida, la conciencia y la
inteligencia son parcialmente accidentales apareciendo en miles de millones de años de
evolución; y, lógicamente, no existe un lugar para espiritualidad alguna en un mundo en que la
realidad se define únicamente como algo material, tangible y medible.3

2
GROF STANISLAV 2006 El Viaje Definitivo. Barcelona: Edit. La Liebre de Marzo. Pág. 17
3
GROF STANISLAV Ibidem, Pág. 20
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De esta forma, teniendo en cuenta estos dilemas ideológicos propios de la racionalidad


postindustrial, en este trabajo se tratará a la “muerte” como un arquetipo, como el thánatos
definido por S.Freud y luego analizado por Jung, aunque no estaba de acuerdo con la visión de
Freud con el rol de fuerza de destrucción al instinto thanático, de todas formas, quedó inscripto el
sitio de este arquetipo dentro del mapa organizacional de la psicología profunda. ¿Qué se
entiende por arquetipo? De acuerdo a C.G.Jung, los contenidos del inconsciente colectivo son los
llamados arquetipos. Jung también les llamó dominantes, imagos, imágenes primordiales o
mitológicas y otros nombres, pero el término arquetipo es el más conocido. Sería una tendencia
innata (no aprendida) a experimentar las cosas de una determinada manera. El arquetipo carece
de forma en sí mismo, pero actúa como un “principio organizador” sobre las cosas que vemos o
hacemos. El arquetipo es como un agujero negro en el espacio. Solo sabemos que está ahí por
cómo atrae materia y luz hacia sí mismo.4 En el caso de la “muerte” constituiría una figura
cultural desde este punto de vista, se lo percibe por contrastes pero no por una identidad bien
delimitada sino como un área difusa más allá de la comprensión cultural.

II- EL LENGUAJE DE LA ICONOLOGÍA


La iconografía constituye la representación material de la iconología. Los objetos estéticos que
adornan las tumbas constituyen “mensajes” que informan acerca del arquetipo de la “muerte” y
su lugar dentro del mapa simbólico de la cultura. Dentro del Cementerio “Fray Mamerto Esquiú”
existen dos tipos de bóvedas: Primero, aquellas que responden a una iconología cristiana y
católica, que se caracterizan por una iconografía sobria, con una mínima cantidad de símbolos y
alegorías que aluden a sentimientos de compasión y piedad. Segundo, un grupo de bóvedas
caracterizadas por una gran profusión de símbolos y alegorías que aluden a la transformación del
ser, a partir del análisis contextual realizado se evidencia que responden a un lenguaje esotérico
no comprensible para el profano que no comparte los ritos que le dieron origen.
A continuación se presentarán, en primer lugar, las distintas esculturas y patrones arquitectónicos
que pertenecen al segundo grupo de bóvedas, las cuales nos informan directa o indirectamente
acerca del rol de la “muerte” dentro de un contexto esotérico vinculado a prácticas masónicas.

Ángel Inclinado

4
C.G.JUNG. http://www.psiconet.org/jung/.
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Este ángel inclinado se encuentra señalando con dos dedos al cielo, los ángeles indican – en este
caso – la obediencia a la ley, también los cuatro querubines de las cuatro esquinas. La estructura
central se asemeja a un ara – “Etimológicamente el vocablo Ara significa Altar o Piedra de los
Sacrificios”5 - y en el centro, entre dos pilastras, presenta la cruz con la letra P6 .

Columna Trunca
En esta foto se observa la imagen de una columna trunca con un lazo anudado. La simbología de
esto sería la siguiente: Por un lado, indicaría la cadena de unión que conecta a todos los
hermanos. «Por otro lado, la cadena de unión es también la cuerda anudada (o houppe dentelée)
que aparece figurada en los "cuadros de Logia" masónicos, y concretamente en los pertenecientes
a los grados de aprendiz y de compañero. La significación simbólica de dicha cuerda es idéntica a
la de la cadena de unión, pero, al mismo tiempo, y vinculado específicamente con el simbolismo
del cuadro de Logia, habría que considerar también otro aspecto importante de ella: el que tiene
como función "proteger", además de "unir" y de "ligar", los símbolos y emblemas que aparecen
dibujados en el cuadro, el que es considerado como un espacio sacralizado, y por tanto inviolable.
En este sentido, la idea de "protección" está incluida en el simbolismo de los nudos y las
ligaduras, que por sus formas respectivas recuerdan el trazado de los dédalos y laberintos
iniciáticos»7.

5
E.MARQUEZ MARÍN 2005
6
S.ESPÓSITO 2005
7
ARIZA F. 2005
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Figura 1
Como lo muestra arriba la Figura 1, la cadena de unión circunda a toda la Logia que representa el
mundo. Por otra parte, el nudo de la cuerda se asemeja a la letra G que se encuentra en el centro
del pentagrama o estrella flamígera, un signo destinado a señalar el trazado geométrico de la
sección dorada, proporción contenida en el pentágono estrellado que permite alzar el velo que
oculta las bases positivas de la armonía universal8. La columna trunca aludiría al hecho
irreversible de un hermano que ha dejado esta vida luego de haber pasado por la enseñanza y la
iniciación.

Tres Péndulos
En esta bóveda se observa en los ángulos un cuadrado del cual descienden tres péndulos.
Nuevamente se presenta la importante iconología del número tres, asimismo, los tres extremos
del péndulo recuerdan un triángulo equilátero hacia abajo. Esta figura es análoga a la alegoría del
péndulo como en la Figura 2:

8
J.P.BAYARD 1995
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Figura 2

Parte Trasera Original Centro

Parte Trasera Original – Sector Derecho


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Parte Trasera Original – Sector Izquierdo

Las Fotos que se encuentran arriba constituyen imágenes de la parte trasera original del
cementerio. Aquí se pueden observar distintas alegorías. En el centro se encuentra el círculo, que
representa el cielo y la perfección, entre las dos pilastras de las Fotos de los sectores izquierdo y
derecho están los ángeles que son los mediadores entre el cielo y la tierra. También entre las dos
pilastras se puede apreciar las palmas que se encuentra incluidas en un marco que representa la
cuadratura del círculo, las palmas significan el martirio9, la cuadratura del círculo que implica
obtener un círculo con el mismo perímetro que un cuadrado, el cuadrado es la tierra y el círculo
es el cielo, esto simboliza la relación entre ambos planos. “La cuadratura del círculo es, sin duda,
el símbolo de la armonía universal…”10 Sobre el arco ojival de la puerta, del centro emergen
ramas de acacias, ya que bajo un árbol de acacia fue enterrado el Hiram Habif, el arquitecto del
templo de Salomón luego de ser asesinado. En la Foto de abajo se encuentra simbolizado el
número tres: las tres gotas triangulares a los lados del arco ojival, y los tres ganchos de la
molduras en altorrelieve que encuadran a los ángeles:

Parte Trasera Original – Arco Ojival

9
S.ESPÓSITO 2005
10
J.P.BAYARD 1995:283
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Este grupo de esculturas y patrones arquitecturales evidencia una ideología acerca del tránsito
hacia un más allá y de los ritos de pasaje que jalonan este tránsito. Además, presentan una
profusión de símbolos asociados a un conocimiento que solamente pueden comprender los
“iniciados” o “ungidos” en la instrucción de este conocimiento. El símbolo constituye un
instrumento para trascender los niveles ordinarios de la existencia y acceder a un contacto cada
vez más directo con la Divinidad (“El Gran Arquitecto del Universo”). Dentro de este universo
simbólico, la “muerte” constituye únicamente una fase dentro de un rito de pasaje, ya que dentro
de las sucesivas iniciaciones dentro de las logias o grupos masónicos existen muchas “muertes”
que tienen que ver con “morir y renacer” como un nuevo ser. La aprehensión de los símbolos
constituye el mecanismo para “morir” como ser ordinario y comenzar a “renacer” como un nuevo
ser con otro nivel de conciencia. Es decir, existe una simbiosis entre el adepto y los símbolos y
alegorías, sin esta relación es imposible el trabajo masónico. “Masonería y Simbología son
mutuamente incluyentes. Tradicionalmente el simbolismo ha servido para expresar o preservar
los conocimientos y los secretos de la orden manteniéndolos, a la vez que claros para el iniciado,
ininteligibles para el profano no apto para entenderlos o aprovecharlos.”11. De esta forma, todo el
trazado simbólico delinea el camino de la ascensión del adepto, revelando la existencia de una
racionalidad oculta a los ojos profanos pero que, de alguna forma, busca explicar y responder a
las angustias existenciales de los miembros de la logia. Los ritos de paso culminarían con el rito
de paso final que sería la misma “muerte” del cuerpo físico y se liberaría el alma.
Dentro del otro grupo de bóvedas, pertenecientes todas al credo católico, no existen evidencias de
esta profusión de simbología. La sobriedad y austeridad ornamental son el patrón que las
caracteriza. Tal como lo revela la Foto tomada abajo, de una congregación de monjas católicas, la
simbología alude a la cruz sobre un frontispicio neoclásico, sin otro símbolo más:

Congregación de Ambers
En la Foto de abajo, dentro del arco ojival, se encuentra el sagrado corazón y, coronando el arco
ojival, la cruz; todo esto responde a una iconografía católica.

11
C. VERA QUINTANA 2005
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Municipal de San Fernando del Valle de Catamarca J.M.March

Sagrado Corazón

Tres Lápidas
En la foto de arriba, una tumba que presenta tres cruces, la existencia del número tres podría
indicar una alusión a la masonería pero, al no estar asociado a más alegorías, puede constituir una
simple variación artística dentro de la estética funeraria del cementerio.
Finalmente, estos dos grupos de obras funerarias revelan una representación de la “muerte” bien
diferenciada: 1- Aquel grupo de filiación esotérica – masónica que presenta una gran profusión
de simbología respecto al pasaje a “la otra vida”, dentro del cual la “muerte” constituye una parte
más en este camino. 2 – El otro grupo que responde al credo católico muestra una reducción de
simbología a los símbolos que aluden a la pasión de Jesús Cristo.

III- CONCLUSIÓN
El arquetipo de “la muerte” o arquetipo thanático se evidencia en una pluralidad de
representaciones tanto católicas como esotéricas y su análisis antropológico conduce a una
comprensión más profunda de la finitud existencial dentro del contexto ideológico de la sociedad
postindustrial.
En este cementerio aparece, entonces, una representación de la “muerte” que alude tácitamente a
un espacio más allá de lo visible y tangible, desde dos aproximaciones filosóficas diferentes:
Una, desde una filosofía esotérica como la masónica, que implica una representación de la
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“muerte” como un rito transicional hacia otra vida, y que considera a la muerte “física” solo
como una clase de “muerte”. Otra, desde una filosofía vinculada a la teología católica, como un
hecho desgraciado pero con un desenlace que puede implicar un encuentro con la divinidad.
Ambas representaciones constituyen espacios que han sido dejados vacíos por la racionalidad
Iluminista y parcialmente resueltos por las religiones.

BIBLIOGRAFÍA
• ARIZA F. 2005 El Símbolo y el Rito Masónico de la Cadena de Unión. En:
http://www.geocities.com/glolyam/s7frar1.htm
• BAYARD J.P. 1995 El Secreto de las Catedrales. Garalt: Edit. Tikal.
• BELL DANIEL 1973 The coming of Post-Industrial Society: A venture in social forecasting.
New York: Basic Books.
• ESPÓSITO S. 2005 Simbología. En: http://www.cementeriorecoleta.com.ar/index.html
• GROF STANISLAV 2006 El Viaje Definitivo. Barcelona: Edit. La Liebre de Marzo.
• C.G.JUNG. http://www.psiconet.org/jung/.
• MARQUEZ MARÍN E. 2005 El Ara. En: http://www.glrbv.org.ve/Trabajos%20y%20Trazados%
20Masonicos/El%20Ara.htm

• VERA QUINTANA C. 2005 Símbolos http://www.logiaeloyalfaro.org/ trazados/


simbol_emblem.htm#_ftn1

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