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2018

VICTORIA FINANCIERA

] 1/1/2018

EDITADO POR: GLADYS


LEÓN DE C
INTRODUCCIÓN

Debemos reconocer que las dificultades económicas, como producto de una


administración no eficiente de la economía familiar, muchas veces nos producen
ataduras y nos esclavizan, y esas ataduras llegan a tener una importancia
significativa en nuestras vidas, pero también es de vital importancia reconocer que
podemos y debemos de aprender a liberarnos de estas ataduras. Cuando la
libertad económica llega a nuestras vidas, se hace evidente en cada aspecto de
nuestra existencia: hay un alivio de preocupaciones y tensiones por deudas
atrasadas, una conciencia limpia delante de Dios y los hombres, además de la
completa seguridad de que nuestra situación financiera está bajo control
Dios nos dio pautas para administrar el dinero porque nos ama y se preocupa
por nosotros. En la Biblia hay más de 2.350 versículos que se refieren al dinero y
a las posesiones. Jesús enseñó más acerca del dinero que sobre cualquier otro
tema. El tema del dinero es el más mencionado en el Nuevo Testamento, aparte
del tema del amor. El Señor sabía que necesitaríamos sabiduría para usar el
dinero, por eso reveló en la Escritura los principios acerca del trabajo, las
ganancias, los gastos, los ahorros, las inversiones, el dar, el salir de deudas y la
enseñanza que se le debe dar a los hijos sobre cómo manejar el dinero. Si a
las personas se les ha enseñado algo acerca de la manera en la que Dios espera
que se maneje el dinero, generalmente se refiere al dar.
Cuando Dios maneja nuestra economía, no tenemos por qué preocuparnos.
Él es el dueño del universo, y es en Su sabiduría que tomamos nuestras
decisiones. Nosotros, como somos seres humanos, podemos cometer errores en
cualquier momento. Aun cuando comprendemos los principios de Dios, es posible
que nos desviemos de Su voluntad; pero en cuanto admitimos nuestra
equivocación y permitimos que Dios tome el control de nuestras vidas, volvemos a
estar sujetos a Su liderazgo. Desde ese momento, las cosas empiezan a marchar
como debe ser.
Cuando un cristiano acepta y experimenta la libertad financiera bíblica,
nunca más deseará estar fuera de la voluntad de Dios. En nuestra sociedad hay
mucha gente que tiene éxito en las finanzas, pero no he conocido a un incrédulo
realmente libre de preocupaciones, ansiedad, tensión, hostigamiento o amargura
en cuanto al dinero. Una vez que alguien experimenta y vive la libertad financiera
(la libertad de las ataduras de deudas, de la opresión, de la envidia, del
resentimiento y de la codicia por las posesiones de otros) esa persona se destaca
como un faro en medio del mar.
LECCION 1
La parte de Dios, nuestra parte y el trabajo

Introducción: Tres razones por las que Dios habla de dinero

A. La forma en la que manejamos nuestro dinero


es una expresión externa de una condición
espiritual interna.
B. La manera en la que administramos el dinero
afecta la intimidad de nuestra relación con
Cristo.
C. El dinero compite con Cristo por el trono de nuestro
corazón.

I. La función de Dios y la nuestra frente al dinero


A. La función de Dios.
1. Dios es el Dueño de todo.
2. Dios tiene el control.
3. Dios provee para nuestras necesidades.
B. La función del ser humano frente al dinero
1. Somos mayordomos de las posesiones de Dios.
2. Debemos serle fieles.
3. En la fidelidad, Dios nos bendice.

II. El trabajo
A. Dios creó el trabajo para beneficiarnos.
B. Dios le dio al trabajo una importante perspectiva.
1. El trabajo es necesario.
2. El trabajo desarrolla el carácter.
3. El trabajo es para el Señor.
C. Dios tomó responsabilidades con respecto a nuestro
trabajo.
1. Dios nos da las habilidades con respecto a nuestro
trabajo.
2. Dios nos da el éxito.
3. Dios controla los ascensos y avances laborales.
D. Dios nos dio responsabilidades también a nosotros.
1. Debemos trabajar duro.
2. Debemos trabajar sin caer en el exceso.
3. Debemos ser honestos.
4. Debemos honrar a nuestros empleadores.
5. Debemos honrar a nuestros compañeros.

Tres razones por las que Dios habla tanto sobre el dinero:
A. La forma en la que manejamos nuestro dinero es una
expresión externa de una condición espiritual interna.

Lucas 16:10 dice: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo


más fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”.

El área del manejo del dinero es una de esas áreas de “lo muy
poco”. ¿Por qué lo decimos?... pues porque ¿quién sabe cómo está usted
manejando su dinero? Ahora que viajamos por Latinoamérica nos damos
cuenta que muchas veces las esposas no saben cómo los esposos manejan
el dinero de la casa. Entonces, si la esposa no sabe cómo su esposo está
manejando el dinero de la casa, mucho menos el pastor. El área del manejo
del dinero es un área “secreta” en nuestra vida…

Pero como le escuchamos decir alguna vez al Dr. Luis Palau, “en
la vida secreta está el secreto”. La forma en la que cada uno de nosotros
tomamos decisiones económicas muestra los principios y valores que
tenemos en la vida. Si usted decide sobornar a un policía de su país, pasar
algún equipo de contrabando por la aduana, mentir en su declaración de
impuestos o escuchar música en un disco compacto pirateado, esas
decisiones económicas simplemente muestran que es lo que es usted
realmente valora en su vida (su tiempo, su dinero), y qué lugar ocupa la
Palabra de Dios y Jesucristo mismo en el trono de su corazón.
B. La manera en que administramos el dinero afecta la intimidad de
nuestra comunión con Cristo. “pues si en las riquezas injustas no fuisteis
fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?” (Lucas 16:11). Una relación más
Íntima con Cristo es “lo verdadero” en la vida.

C. El dinero compite con Cristo por el trono de nuestro corazón.


“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al
otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a
las riquezas” (Mateo 6:24).

Es un hecho científicamente comprobable que a los latinoamericanos se


nos está cambiando el color de los ojos: ¡se nos están poniendo verdes! (el
color de los dólares). La economía de mercado y el amor al poco dinero que
tenemos compite por el amor al Señor y su Reino (por eso, muchas veces
estamos dispuestos a comprometer nuestra lealtad a Cristo por unos pocos
pesos o dólares).

I. La función de Dios y la nuestra frente al dinero


A. La función de Dios
1. Dios es el Dueño de todo.
“De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él
habitan” (Salmos 24:1). Dios creó todas las cosas: “en el principio creó Dios los
cielos y la tierra” (Génesis 1:1). El jamás ha transferido, ni nunca le transferirá
a las personas la propiedad de Su creación.
a. Dios es dueño de toda la plata y el oro. “Mía es la plata, y mío es el
oro, dice Jehová de los ejércitos” (Hageo 2:8).
b. Dios es el dueño de la tierra. “La tierra no se venderá a perpetuidad,
porque la tierra mía es. (Levítico 25:23)
c. Dios es dueño de los animales. “Porque mía es toda bestia del bosque,
y los millares de animales en los collados… y todo lo que se mueve en los
campos me pertenece. Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque mío es
el mundo y su plenitud” (Salmos 50:10-12).
Como seguidores de Cristo, nosotros reconocemos que Dios es
dueño de todas nuestras posesiones. Jesús dijo: “Así, pues, cualquiera de
vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo”
(Lucas 14:33).
2. Dios tiene el control.
“Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en
los mares” (Salmos 135:6).

Nuestro amante Padre celestial es quien tiene el control total y


absoluto de cada cosa que sucede. “Y alabé y glorifiqué al que vive para
siempre… él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes
de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” (Daniel
4:34-35).
Está en quienes lo sigan, el darse cuenta de que Dios usa todo
para bien, aún las circunstancias difíciles serán de provecho propio. “Y
sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto
es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28).
Esto lo podemos ver en la vida de José, a quien sus hermanos
celosos lo vendieron como esclavo. Sin embargo, José les dijo: “No os
entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación
de vida me envió Dios delante de vosotros… Así, pues, no me enviasteis acá
vosotros, sino Dios… Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó
a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo”
(Génesis 45:5-8; 50:20).

3. Dios provee para nuestras necesidades.


En Génesis 22:14 a Dios se lo llama Jehovah-jireh, que significa,
“Jehová proveerá”. “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). “Mi Dios, pues, suplirá
todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”
(Filipenses 4:19).

Dios es predecible e impredecible. El es predecible en el sentido


de su fidelidad para proveernos, e impredecible en la manera que lo hará.
En la Biblia, el Señor provee para su pueblo de muchas diferentes maneras
y, con frecuencia, de modo inesperado. El mismo Señor que alimentó con
Maná a los hijos de Israel durante los 40 años en el desierto, y que alimentó
a los 5,000 con tan solo cinco panes y dos peces, nos ha prometido que
proveerá para nuestras necesidades. Este es el mismo Señor que le dijo a
Elías: “Yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer; Y los cuervos le
traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde” (1 Reyes 17:4,6).

B. La función del ser humano frente al dinero

1. Somos mayordomos de las posesiones de Dios.


Salmos 8: “… todo lo pusiste debajo de sus pies…” Mayordomía
significa administrar las pertenencias de otro.

2. Debemos ser fieles.


“Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno
sea hallado fiel” (1 Corintios 4:2).

Dios es dueño de todo lo que nosotros tenemos, y nos da dado


la responsabilidad de administrar nuestras cosas de una manera fiel, de
acuerdo a los principios de la Escritura acerca de las finanzas.

a. Debemos ser fieles con lo que tenemos. No solamente


debemos ser fieles mayordomos en cuanto al diez por ciento que damos,
sino también con el noventa por ciento restantes. Todo lo que tenemos es
del Señor y debemos administrarlo de una manera que lo complazcamos a
Él.
b. Debemos ser fieles en las pequeñas cosas. “El que es fiel
en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto,
también en lo más es injusto” (Lucas 16:10).

Si somos fieles en las pequeñas cosas, Dios podrá confiarnos


responsabilidades mayores. No debemos gastar el dinero de una manera
que desagrade a Dios porque esto nos conduciría a ser mayordomos infieles.

3. En la fidelidad, Dios nos bendice


Dios nos bendice de tres maneras:
a. Nos acercamos a Jesucristo más y más. “El que tiene mis
mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será
amado por mi Padre, y yo le amaré y me manifestaré a él” (Juan 14:21).
Cuando somos fieles en la obediencia y el servicio al Señor,
aprendemos a amarlo más. Jesús dijo: Al aplicar con fidelidad los principios
de Dios sobre las finanzas, nuestro amor por Cristo crecerá cada vez más.
b. Desarrollamos un carácter a la imagen de Dios.
Dios se vale del dinero para revelar y refinar nuestro carácter. La
manera en que manejamos el dinero es un indicador de nuestra verdadera
condición espiritual. Usted puede decir mucho de una persona cuando
examina la manera en la que maneja el dinero. Por ejemplo, si es honesto o
deshonesto, o si apuesta dinero o lo da a los pobres.
C. Comenzamos a tener estabilidad financiera.

A medida que aplicamos los principios de Dios en la


administración de nuestras finanzas, comenzaremos a gastar más
sabiamente y a ahorrar para el futuro y a dar aún más para la obra de Cristo.

Tenga mucho cuidado con las enseñanzas extremistas en relación


a la riqueza y la pobreza. Es una barbaridad pensar que la santidad se da
solamente en la pobreza. E dinero y las posesiones pueden usarse para bien
o para mal. Un número importante de personas devotas a Dios, que la
Escritura nos menciona, fueron los más ricos de su época. En el Antiguo
Testamento el Señor hace llegar su recompensa de abundancia a su pueblo
cuando le obedece, mientas que la pobreza recae sobre ellos como
consecuencia de su desobediencia. Deuteronomio 30:15-16 dice “Mira, yo he
puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te
mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes
sus mandamientos, sus estatutos y decretos, para que vivas y seas
multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga”.

Salmos 35:27 dice: “Pero que se alegren y griten de alegría: ¡El


Señor es grande, y le agrada el bienestar de su siervo!” Podemos orar
genuinamente para que Dios nos prospere cuando nuestra relación con el
Señor es saludable y tiene la perspectiva adecuada con respecto a las
posesiones. “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y
que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 2). La Biblia no dice que
alguien que es de Dios debe vivir en la pobreza. Un creyente puede tener
recursos materiales.

El otro extremo está en creer que todos los cristianos que


tienen una fe verdadera siempre serán prósperos económicamente. Esto
también es un error. Al estudiar la vida de José, vemos el ejemplo de una
persona fiel que experimento la prosperidad y la pobreza. El nació en el seno
de una familia prospera, después sus hermanos lo vendieron como esclavo
porque estaban celosos de él. Cuando fue un esclavo su amo lo ascendió
para que fuese el administrador de la casa. Luego, al negarse a cometer
adulterio con la mujer de su amo, ¿sabe qué sucedió? Padeció años en
prisión por haber tomado la decisión correcta. Pero, en el tiempo de Dios,
asumió el cargo de primer ministro en Egipto.

Los lineamientos para la prosperidad se encuentran en Josué


1:8 “Nunca se apartara de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditaras en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en
él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá
bien”. Este pasaje tiene dos requisitos para ser prospero. Meditar en la
Escritura y hacer todo lo que nos ordena. Cuando usted hace esto, está en
una posición que le permite ser prospero económicamente. No hay
garantías, sin embargo, Dios preferirá que usted sea prospero. Él sabe lo que
es mejor para usted, y espera que confíe en El cualquiera sea su decisión
divina.
Por favor, repase este diagrama que contrasta las tres
perspectivas.

La pobreza La prosperidad La mayordomía

Las Malignas Un derecho Una


posesiones son: responsabilidad
El Solo Es para Sirven a Cristo
Trabajo: cubre volverse rico
necesidades
básicas
El Pobre Rico Fiel
pueblo de Dios
es:
El Rico Pobre Infiel
incrédulo es:
Doy: Porque debo Para obtener Porque amo a
hacerlo algo Dios
Al Temor y sin Irresponsable- Devoción y
gastar lo hago gozo mente y responsabilidad
con: siendo
consumista

II. El trabajo
Una persona promedio trabaja unas 100.000 horas en su vida.
Con frecuencia, este trabajo acarrea algunas insatisfacciones. Entender los
principios de la Escritura con respecto al trabajo lo ayudara a experimentar
satisfacción en el mismo. Además, lo pondrá en una posición donde el Señor
podrá prosperarlo.

Dios creo el trabajo para beneficiarnos.


A.
La primera tarea que Dios le asignó a Adán fue el trabajo. “Tomo,
pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo
labrara y lo guardase” (Génesis 23:15). El Señor creo el trabajo para nuestro
propio beneficio en un medio libre de pecado como lo fue el huerto del Edén.
Después de la caída, cuando el pecado entró al mundo, el trabajo se hizo más
dificultoso. “Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de
que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa;
con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te
producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el
pan hasta que vuelvas a la tierra” (Génesis 3:17-19).

B. Dios le dio al trabajo una importante perspectiva


1. El trabajo es necesario.
“Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2 Tesalonicenses
3:10). El trabajo es tan importante que en Éxodo 34:21 Dios nos ordena:
“Seis días trabajaras”.

2. El trabajo desarrolla el carácter.


“La mano de los diligentes señoreará; más la negligencia será
tributaria” Proverbios 12:24.

Una de las principales razones de trabajar es para desarrollar el


carácter. Mientras el carpintero edifica la casa, la casa también edifica al
carpintero. Su destreza, diligencia, destreza manual y juicio son refinados.
Un trabajo no es una mera tarea para ganar dinero; es también un medio
que Dios nos da para que tengamos un carácter a la imagen de Él.

3. El trabajo es para el Señor.


“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y
no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la
herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Colosenses 3:23-24).

La Escritura revela que cuando trabajamos, en verdad estamos


sirviendo al Señor con nuestro trabajo. Considere la actitud que usted tiene
con respecto al trabajo. Si puede ver a Jesús como su jefe,
¿Trataría de ser más fiel en lo que hace? La pregunta más
importante que usted necesita hacerse cada día es: “¿Para quién trabajo?”
Usted trabaja para Cristo.

C. Dios tomó responsabilidades con respecto a nuestro


trabajo
1. Dios nos da las habilidades para realizar nuestro trabajo.
“Y todo hombre sabio de corazón a quien Jehová dio sabiduría e
inteligencia para saber hacer toda la obra del servicio del santuario, harán
todas las cosas que ha mandado Jehová” (Éxodo 36:1)

Debido a que Dios le ha dado a cada persona talentos y


habilidades únicos, la Escritura no resalta una ocupación como más
importante que otra. Hay una gran variedad de trabajos descritos en la
Biblia. David fue un pastor y un rey. Lucas fue un médico. Lidia fue una
vendedora de telas purpuras. Daniel fue un trabajador gubernamental.
Pablo fue un hacedor de tiendas; y por último el Señor fue un carpintero.

2. Dios nos da el éxito.


“Más Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su
amo el egipcio. Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él
hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano” (Génesis 39:2-3). José es un
ejemplo de cómo Dios ayuda a una persona a tener éxito. Nosotros tenemos
responsabilidades, pero debemos darnos cuenta de que es Dios quien nos
dará el éxito.

3. Dios controla los ascensos y avances laborales.


“Porque ni de oriente ni de occidente, ni del desierto viene el
enaltecimiento. Mas Dios es el juez; a éste humilla, y a aquél enaltece”
(Salmos 75:6-7). Aunque nos sorprenda mucho, las personas no son las que
controlan quien le ascenderá (enaltecerá) a usted; es el Señor quien controla
su éxito y ascensos.

Por otro lado…

D. Dios nos dio responsabilidades también a nosotros


1. Debemos trabajar duro.
“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas;
porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”
(Eclesiastés 9:10). “Haber precioso del hombre es la diligencia” (Proverbios
12:27). La escritura condena la holgazanería al mismo tiempo que alienta la
diligencia y el trabajo duro. “También el que es negligente en su trabajo. Es
hermano del hombre disipado” (Proverbios 18:9) La vida de Pablo fue un
ejemplo de duro trabajo. “Ni comimos de balde el pan de nadie, sino que
trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de
vosotros; no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos
un ejemplo para que nos imitaseis” (2 Tesalonicenses 3:8-9).

2. Debemos trabajar sin caer en el exceso.


Éxodo 34:21 dice: “Seis días trabajaras, más en el séptimo día descansaras;
aun en la arada y en la siega, descansaras”. Sin embargo, el trabajar
duramente debe equilibrarse con las demás prioridades de nuestra vida. Si
su trabajo le requiere demasiado tiempo y energías, al punto de que usted
deja de lado su relación con Cristo, o sus seres queridos, esto significa que
está trabajando en exceso. El descanso es un asunto de fe, ¿Puede el Señor
hacer que nuestros seis días de trabajo sean más productivos que siete? ¡Si!
El Señor instituyó un descanso semanal para que tengamos salud física,
mental y espiritual.
3. Debemos ser honestos.
“No hurtaréis, y no engañareis ni
mentiréis el uno al otro” (Levítico 19:11).
4. Debemos honrar a nuestros empleadores.
1 Pedro 2:18 dice: “Criados (léase
empleados), estad sujetos a todo
respeto a vuestros amos (empleadores);
no solamente a los buenos y afables,
sino también a los difíciles de soportar”.
El pueblo de Dios siempre debe honrar a
sus patrones.
5. Debemos honrar a nuestros compañeros de trabajo y nunca
difamarlos.
“No acuses al siervo (léase empleado)
ante su señor (empleador), no sea que te
maldiga, y lleves castigo” (Proverbios
30:10).

Conclusión
Jesús habló mucho acerca del dinero y las posesiones porque sabía que
nuestra vida espiritual y material tendría mucho que ver con eso. Dios es Dueño
de todo, y nos encomienda algunas de sus posesiones para que las
administremos. Quiere que seamos sabios y fieles mayordomos al poner en
práctica los principios financieros que enseña su palabra.
Él nos ha dado el trabajo para proveernos de lo que necesitamos y para
desarrollar nuestro carácter. Debemos trabajar duro y tratar de ser excelentes
porque, en realidad, trabajamos para Cristo. Debemos, también, balancear el
trabajo con otras prioridades que nos da el Señor–entre ellas, la familia, el
descanso y el Reino.
LECCION 2
Consejo, Gastos y deudas

Dios nos enseña a pedir consejo

A. Debemos pedir consejo a nuestro cónyuge


B. Debemos pedir consejo a nuestros padres
C. Debemos buscar consejo en la Palabra de Dios
D. Debemos pedir ayuda a consejeros cristianos de
buen testimonio
E. Debemos huir de los adivinadores, médiums o
espiritistas
II. Dios espera que controlemos nuestros gastos
A. Aprender a contentarse
B. Rechazar la codicia
C. Aprender a vivir una vida simple
D. Proveer a los necesitados a través del Cuerpo de
Cristo
E. Resistir a la influencia de la publicidad
F. Desarrollar y poner en práctica un plan de gastos
(un presupuesto).
III. Dios nos anima a pagar nuestras deudas
A. Él nos exhorta a través de Su Palabra.
1. La Palabra nos llama “esclavos” cuando estamos
en deudas.
2. La Palabra nos desanima a endeudarnos en el
Antiguo Testamento
a. Estar endeudado era una consecuencia de la
desobediencia
b. Estar libres de deudas era una de las
recompensas a la obediencia
3. La Palabra nos desanima a endeudarnos en el
Nuevo Testamento
4. La Palabra nos prohíbe hacer “Presunción del
Futuro”
5. La Palabra nos hace responsables del pago de
nuestras deudas
B. Él nos muestra por qué nos endeudamos
 Falta de conocimiento
 Falta de planeamiento y disciplina
 Satisfacción propia
 Circunstancias
C. Dios nos lleva por el camino de la Sanidad
Financiera
Nueve principios para salir de deudas
1. Ore.
2. No adquiera nuevas deudas.

3. Haga una lista de todas sus deudas y de sus


activos (cosas de las cuales es dueño).
4. Desarrolle un plan para controlar gastos por escrito
(un presupuesto).
5. Establezca un plan de pago para cada deuda.
6. Considere tener un ingreso adicional.
7. Reduzca los gastos
8. Adquiera sus deudas de una manera bíblica.

Si usted pide un préstamo, asegúrese de que:


a. Adquirir esta deuda sea una excepción a la regla (Deuteronomio 15)
b. Planee pagarla lo antes posible (Romanos 13:7 y 8)
c. Evite caer en un “Compromiso al descubierto” –un compromiso económico
que no tiene una garantía o prenda suficiente como para tener una forma
cierta de poder cancelar la deuda.
d. Evite ser codeudor.

Jesús habló mucho acerca del dinero y las posesiones porque sabía que nuestra vida
espiritual y material tendría mucho que ver con eso. Dios es Dueño de todo, y nos
encomienda algunas de Sus posesiones para que las administremos. Quiere que seamos
sabios y fieles mayordomos al poner en práctica los principios financieros que enseña Su
Palabra.
Él nos ha dado el trabajo para proveernos de lo que necesitamos y para desarrollar
nuestro carácter. Debemos trabajar duro y tratar de ser excelentes porque, en realidad,
trabajamos para Cristo. Debemos, también, balancear el trabajo con otras prioridades que
nos da el Señor –entre ellas, la familia, el descanso y el Reino.
Hoy vamos a aprender sobre tres temas cruciales: el pedir consejo, controlar los gastos y
salir de deudas.

Dios nos enseña a pedir consejo


“Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio” (Proverbios 19:20) Dios
nos anima a que busquemos quien nos aconseje cuando tenemos que tomar importantes
decisiones financieras. “El camino del necio es derecho en su opinión; más el que obedece
al consejo es sabio” (Proverbios 12:15). Algunas personas, por orgullo, no quieren que se
las aconseje. Les parece que pedir un consejo es un signo de debilidad, sin embargo la Biblia
enseña lo contrario. Debemos buscar quien nos aconseje para que los diferentes puntos de vista y
las sugerencias nos ayuden a tomas las mejores decisiones. La escritura nos anima a pedir consejo
de diferentes fuentes.

A. Debemos pedir consejo a nuestro cónyuge


“No es bueno que el hombre esté sólo; le haré ayuda idónea para él” (Génesis 2:18) Si
usted está casado, la primera persona a quien le debe consultar es a su cónyuge. El marido
y la mujer son uno, y para tomar las decisiones apropiadas deben hacerlo juntos. Las
mujeres tienden a poseer una naturaleza intuitiva más precisa. Los hombres tienden a
concentrarse más en los hechos y el análisis. Muchas veces el Señor se comunica más
claramente con el esposo a través de la esposa porque Dios la creó para que sea de ayuda
idónea. El marido siempre debe pedir el consejo a su esposa en lo que se refiere a las
cuestiones financieras, aunque ella no tenga experiencia en estos asuntos.

B. Debemos pedir consejo a nuestros padres


“Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre y no dejes la enseñanza de tu madre;
átalos siempre a tu corazón, enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando andes; cuando duerme
este guardarán; hablarán contigo cuando despiertes” (Proverbios 6:20-22). Otra fuente
para pedir consejo son nuestros padres. Nuestros padres cuentan con la experiencia de los
años, y nos conocen muy bien.
C. Debemos buscar consejo en la Palabra de Dios
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos
filos… y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12). También
debemos pedir el consejo de personas creyentes que conozcan cómo aplicar los principios
que se encuentran en la Palabra de dios. La Biblia es un libro viviente del cual nuestro Señor
se vale para comunicarse con todas las generaciones. Sus verdades son para todos los
tiempos y todos los países y todas las culturas. Salmos 119:98-100 dice: “Me has hecho más
sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo. Más que
todos mis enseñadores he entendido, porque tus testimonios son mi meditación. Más que
los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos”.

D. Debemos pedir ayuda a consejeros cristianos de buen testimonio


“El que anda con sabios, sabio será; más el que se junta con necios será quebrantado”
(Proverbios 13:20) Cada uno de nosotros tiene un conocimiento y experiencia limitados;
por eso necesitamos comunicarnos con los demás para estimular nuestro pensamiento y
obtener otras alternativas, que de otro modo, no habríamos considerado. “Los
pensamientos son frustrados donde no hay consejo; más en la multitud de consejeros se
afirman” (proverbios 15:22). “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; más en la
multitud de consejeros hay seguridad” (Proverbios 11:14).

E. Debemos huir de los adivinadores, médiums o espiritistas


“No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con
ellos. Yo Jehová vuestro Dios” (Levítico 19:31). Lea este pasaje con cuidado: “Así murió Saúl
por su rebelión con que prevarico contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no
guardó, y porque consultó a una adivina, y no consultó a Jehová” (1 Crónicas 10:13- 14). La
Biblia nos dice que nunca debemos pedir el consejo de adivinadores, médium o espiritistas.
Saúl murió en parte, porque consultó con una adivina. Debemos evitar cualquier contacto
con lo oculto, los horóscopos y cualquier otro método relacionado a la adivinación del
futuro.
I. Dios espera que controlemos nuestros gastos
Hay varios principios bíblicos muy importantes que nos pueden ayudar a controlar
nuestros gastos. Aquí hay algunos:

A. Aprender a contentarse.
“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que
sea mi situación. Se vivir humildemente, y se tener abundancia; en todo y por todo estoy
enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como
para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:11-13).

El primer principio para controlar nuestros gastos es el principio del contentamiento. La


“Doctrina del contentamiento” ha desaparecido de la iglesia latinoamericana. Ahora que
nos ha llegado el consumismo, nos hemos olvidado por completo de este principio bíblico
para nuestra vida económica. La doctrina del contentamiento dice que: “Cada uno de
nosotros debemos aprender a ser feliz en el lugar económico en el que Dios nos ha
colocado”… Pablo “aprendió” a contentarse. No nacemos sabiendo contentarnos, sino que
tenemos que aprender a contentarnos.
“Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” (1 Timoteo 6:8). El
contentamiento bíblico es una paz interior que proviene al aceptar o que Dios ha escogido
para nuestra actual situación financiera. “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos
con lo que tenéis ahora; porque él dijo: “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5)

B. Rechazar la codicia
“No codiciaras la casa de tu prójimo, no codiciaras la mujer de tu prójimo,
ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”
(Éxodo 20:17). Codiciar significa desear profundamente lo que otra persona tiene, y
la Escritura lo prohíbe. En otras palabras, no debemos codiciar lo que le pertenece a
otra persona.

C. Aprender a vivir una vida simple


“Y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y
trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, a fin de que
os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de
nada” (1 Tesalonicenses 4:11-12). Algunas cosas demandan tanta atención,
tiempo o dinero que perjudican nuestra relación con el Señor y nuestros seres
queridos. La Escritura nos anima a vivir una vida tranquila y sencilla.
D. Proveer a los necesitados a través del cuerpo de Cristo
“Porque no digo esto para que haya para otros holgura, y para vosotros
estrechez, sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra
supla la escases de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la
necesidad vuestra, para que haya igualdad, como está escrito: “El que recogió
mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos”. (2 Corintios 8:13-15).

La iglesia primitiva fue un ejemplo en la cuestión de suplir las


necesidades. Hay mucha gente en nuestras iglesias que no recibe suficiente
dinero de su trabajo para sostenerse o sostener a su familia –especialmente las
madres solas o las viudas. Cada iglesia debería tener un Ministerio de
Benevolencia para ayudar a los necesitados y, así, los que tienen más pueden
ayudar a los que tienen menos.

E. Resistir a la influencia de la publicidad


Muchos de nosotros estamos expuestos a los efectos de la publicidad
que nos provoca un descontento con lo que tenemos. Con frecuencia el
mensaje engañoso nos comunica que si compramos algo estaremos contentos.
Sin embargo, el propósito de la publicidad es crear en nosotros una disposición
a gastar dinero. Busque la guía del Señor y el consejo de personas creyentes
cuando se trate de tomar decisiones con respecto a los gastos. Si a usted le
parece que tal o cual compra no agradará a Dios, entonces no lo compre.

F.Desarrollar y poner en práctica un plan de gastos (un presupuesto)


“Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus
rebaños, porque las riquezas no duran para siempre” (Proverbios 27:23 y 24).
Dios nos anima a que sepamos exactamente con cuánto dinero contamos y
cómo lo estamos invirtiendo…

“porque las riquezas no duran para siempre”. Tener un plan para


controlar gastos es una manera sabia para tomar control del dinero y no dejar
que el dinero nos controle a nosotros.

II. Dios nos anima a pagar nuestras deudas


Una deuda es el dinero por el cual una persona se obliga a pagarle a otra una
cierta cantidad de dinero. Las deudas las podemos tomar con nuestros
familiares y amigos, tarjetas de crédito, préstamos bancarios, prestamos sobre
la propiedad o hipotecas.

A. El nos exhorta a través de su palabra


1. La palabra nos llama “esclavos” cuando estamos en deuda

“El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que
presta”
(Proverbios 22:7).

Pedir prestado no es pecado (si lo hubiera sido, Dios nunca le hubiera


permitido al pueblo de Israel prestarse el uno al otro en Deuteronomio 15). Sin
embargo, El Señor quiere que su pueblo esté libre de deudas para servirlo a El,
y no para ser siervos de los prestamistas.

2. La Palabra nos desanima a endeudarnos en el Antiguo Testamento


a. Estar endeudado era una consecuencia de la desobediencia.
“Si no oyeres la voz de Jehová tu Dios,… vendrán sobre ti todas estas
maldiciones… El extranjero que estará en medio de ti se elevara sobre ti muy
alto, y tú descenderás muy abajo. Él te prestara a ti, y tú no le prestaras a él”
(Deuteronomio 28:15,43-44).

b. Estar libres de deudas era una de las recompensas a la obediencia.


“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios,
para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy,
también Jehová tu Dios te exaltara sobre todas las naciones de la tierra. Y
vendrán sobre ti todas estas bendiciones… Y prestaras a muchas naciones, y tu
no pedirás prestado” (Deuteronomio 28:1-2,12).

3. La palabra nos desanima a endeudarnos en el Nuevo Testamento


“Pagad a todos lo que debéis… No debáis a nadie nada” (Romanos 13:7 y 8).

4. La palabra nos prohíbe hacer “presunción del futuro”


“No te jactes del día de mañana; porque no sabes que dará de si el día”
(Proverbios 27:1) Presumimos del futuro cuando tomamos una deuda presente
basados en ganancias futuras (ejemplo: comprar una máquina de crédito, suponiendo
que, con lo que produzca la maquina se pagara la deuda adquirida). La Biblia nos
desanima a presuponer de esa manera. “! Vamos ahora! Los que decís: Hoy y mañana
iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no
sabéis lo que será mañana… En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere,
viviremos y haremos esto o aquello” (Santiago 4:13-15)

5. La palabra nos hace responsables del pago de nuestras deudas


“El impío toma prestado, y no paga; más el justo tiene misericordia, y da”
(Salmos 37:21). Los creyentes deben pagar sus deudas tan pronto como puedan.
Proverbios 3:27-28 dice: “No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando
tuvieres poder para hacerlo. No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te
daré, cuando tienes contigo qué darle” (Proverbios 3:27-28). Debemos tratar de
pagar cada deuda a tiempo para demostrarle al mundo que Jesucristo es quien nos
ha convertido en gente mucho más responsables en el área de las finanzas.

B. Él nos muestra porqué nos endeudamos


 Falta de conocimiento:
Muchas personas no tienen el suficiente entrenamiento para administrar el dinero de
acuerdo a los principios de Dios. “Con sabiduría se edificara la casa y con prudencia
se afirmara; y con ciencia se llenaran las cámaras de todo bien preciable”.
(Proverbios 24:3,4)

 Falta de planeamiento y disciplina:


“Los planes del diligente ciertamente tienden a la abundancia; mas todo el que se
apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza” (Proverbios 21:5 RV95) Muchas
personas gastan el dinero de forma impulsiva porque no tienen un plan escrito o
presupuesto que le determine el que no se excederá de sus ingresos.

 Satisfacción propia:
“Hombre necesitado será el que ama el deleite; y el que ama el vino y los ungüentos no
se enriquecerá” (Proverbios 21:17). Algunas personas gastan al intentar satisfacer
sus deseos nuevos.

 Circunstancias:
(2 Reyes 4:1-7) Algunas personas recurren a endeudarse cuando surgen situaciones
inesperadas de emergencia, tales como la perdida de trabajo o una enfermedad.
C. Dios nos lleva por el camino de la sanidad financiera
A continuación hay nueve principios para salir de deudas

1. Ore
2 Reyes 4:1-7 En ese pasaje, un prestamista amenazó a una viuda con quitarle a sus
hijos, y ella acudió pidiendo ayuda a Eliseo. Este la aconsejó diciendo que pidiera
prestado a sus vecinos vasijas vacías. El Señor multiplicaría lo único que ella tenía,
un poco de aceite, y llenaría con eso las demás vasijas prestadas. Ella vendió el
aceite y con eso pagó la deuda para poder recuperar a sus hijos. El mismo Dios que
proveyó a la viuda se ocupará de usted para ayudarlo a librarse de las deudas. El
paso más importante es orar pidiéndole al Señor que lo ayude.

2. No adquiera nuevas deudas

3. Haga una lista de todas sus deudas y de sus activos (cosas de las cuales es dueño).
Haga una lista de sus deudas para determinar el estado actual financiero. Luego
decida si debe vender algunas posesiones para reducir la deuda.

4. Desarrolle un plan para controlar gastos por escrito (un presupuesto). Desarrolle un
plan de gastos por escrito para asegurarse de que no gastará más de lo que gana y
para ver de dónde puede ahorrar un excedente que pueda asignar a los pagos.

5. Establezca un plan de pago para cada deuda.


La mayoría de los acreedores estará dispuesto a negociar con las personas honestas
que desean pagar su deuda, por eso comuníquese con ellos y haga un seguimiento
continuo. Trate de pagar primero las deudas pequeñas o aquellas que tengan un
interés más alto. Una vez que pago la primera deuda, agregue ese pago al monto
regular de otro pago. Cuando esta se haya saldado, envié el monto que pagaba por
las dos deudas anteriores a la siguiente deuda que quiera pagar, y así
sucesivamente, hasta que cancele todo lo que debe.

6. Considere tener un ingreso adicional


Muchas personas tienen un trabajo que no les da lo suficiente para suplir sus
necesidades, aun cuando gastan de un modo sabio. Entonces deberán tener una
segunda fuente de ingresos para evitar endeudarse.
7. Reduzca los gastos

Algunas personas necesitan reducir sus gastos para poder salir de deudas.

8. Adquiera sus deudas de una manera bíblica Si usted pide un préstamo, asegúrese
de que:
a. adquirir esta deuda sea una excepción a la regla. (Deuteronomio 15)
b. Planee pagarla lo antes posible. (Romanos 13:7 y 8)
c. Evite caer en un “Compromiso al descubierto” –un compromiso económico que no
tiene una garantía o prenda suficiente como para tener una forma cierta de poder
cancelar la deuda. “No seas de aquellos que se comprometen… si no tuvieres para
pagar…” (Proverbios 22:26-27)

9. Evite ser codeudor


Proverbios 17:18 dice: “El hombre falto de entendimiento presta fianzas, y sale
por fiador en presencia de su amigo”. El ser codeudor o fiador también le convierte
en deudor. Cuando usted firma como garante o se compromete como codeudor, es
legalmente responsable por el dinero que el otro tomó prestado. Es lo mismo que si
usted hubiera pedido el dinero prestado para dárselo a su amigo. La Biblia se opone
a que seamos codeudores, garantes o salgamos de fiadores de otras personas.

Conclusión
Dios nos anima a pedir consejo antes de tomar una decisión importante en lo
relativo a las finanzas. “Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio
en tu vejez” (Proverbios 19:20). Debemos buscar quien nos aconseje para que los
diferentes puntos de vista y las sugerencias nos ayuden a tomar las mejores decisiones.
La Biblia nos da varios principios básicos para ayudarnos a gastar el dinero de un modo sabio.
También nos desalienta a endeudarnos. “No debáis a nadie nada” (Romanos 13:8).

El Señor quiere que no tengamos deudas porque: “El rico se enseñorea de los
pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta” (Proverbios 22:7), y el Señor
quiere que estemos libres para servirle solamente a Él.
LECCION 3
Dar y Ahorrar

Introducción
I. La importancia de aprender a dar
A. Es importante dar con una actitud apropiada
1. De por amor
2. De con alegría
3. De a Dios en primer lugar
4. De sin límites de fórmulas matemáticas
B. Es importante entender las bendiciones recibidas
1. El dar nos acerca aún más a Cristo
2. El dar nos ayuda a desarrollar un carácter cristiano
3. Dar nos permite acumular nuestros tesoros en el cielo
4. Dar puede resultar en un incremento de los bienes materiales
del dador
C. Es importante conocer a los recipientes de nuestra generosidad (¿a
quién?)
1. De a la iglesia local, a los ministros, los ministerios y
obreros cristianos
2. De a los pobres
II. La importancia de aprender a ahorrar
A. La Biblia nos alienta a ahorrar
B. La Biblia nos alienta a ahorrar regularmente
C. La Biblia no nos dice cuanto debemos ahorrar
D. La Biblia nos dice por qué debemos ahorrar
1. Para tener ahorro en caso de emergencias inesperadas
2. Para tener ahorros cuando necesitamos hacer una
compra grande
3. Para tener ahorro para necesidades en el futuro
E. La Biblia nos habla sobre inversiones
1. Evitar las inversiones riesgosas
2. Diversificar las inversiones
F. La Biblia nos enseña a evitar las apuestas
Repasemos lo que aprendimos en esta serie de sermones. Primero, descubrimos
que Dios es Dueño de todo. Nuestra responsabilidad es ser fieles mayordomos
(administradores) de las posesiones que el Señor nos ha encomendado. También
aprendimos que la Biblia nos enseña acerca del trabajo y cómo debemos ganar dinero.

Luego, aprendimos sobre la importancia de buscar el consejo de personas


creyentes y experimentadas cuando debamos tomar decisiones de índole financiero;
Hablamos sobre la manera de gastar el dinero sabiamente; y lo que la Biblia enseña
sobre cómo evitar endeudarse y cómo salir de las ataduras de las deudas.

El día de hoy, aprenderemos lo que la Biblia dice acerca de los principios de ahorrar y
dar.

I. La importancia de aprender a dar


La Biblia nos anima a ser generosos. En realidad, hay más versículos referentes al
dar que a cualquier otro asunto relacionado con el dinero. En Latinoamérica, más que
aprender a dar el 10% de nuestras entradas al Señor, nosotros tenemos que aprender
a dar. Debemos aprender a ser generosos, de nuestro futuro en la Patria Celestial. Hay
ciertos principios que debemos poner en práctica y que son muy importantes al
momento de dar.

A. Es importante dar con una actitud apropiada


1. De por amor.
“Y si repartiese todos mis bienes… y no tengo amor, de nada me sirve”. (1
Corintios 13:3). Es difícil imaginar algo más digno y apreciable que el darle todo a los
pobres. Pero si se hace con una actitud equivocada, sin amor, nunca recibirá la
bendición de Dios. Dios evalúa nuestro dar observando la actitud con la que lo
hacemos. En Mateo, Jesús dice: 23:23: “! Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
Porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley:
la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello”.

Para Dios, el “ser” es más importante que el “hacer”. Los fariseos


cuidadosamente daban a Dios el monto correcto de sus ganancias –hasta la última hoja
de menta de sus huertas. Sin embargo, debido a que su actitud no era la correcta, el
Señor los reprocha y los rechaza porque no lo hacen con amor. Nuestro Padre Celestial
nos da un ejemplo de dar por amor: “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que
ha dado a su Hijo unigénito” (Juan 3:16).

La mejor manera de dar por amor es dar cada cosa como si se la entregásemos
directamente a Jesucristo. Cuando usted le da al Señor, esto puede ser un acto de
adoración porque Dios es nuestro Salvador y fiel proveedor.

2. De con alegría.
“Cada uno de cómo propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque
Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7).

La palabra traducida del griego como “tristeza” significa aflicción, pena o pesar. La
palabra traducida “alegría” significa gozo, felicidad y vivacidad. No debemos dar
tristemente, porque nos duele, sino con gozo porque tenemos la oportunidad de
ayudar a otros y de invertir en el Reino. Deténgase a examinarse. ¿Cuál es la actitud
que tengo al dar? Es muy importante que al dar tengamos la actitud apropiada. Si
damos por amor, probablemente también demos con gozo en el corazón.

3. De a Dios en primer lugar


“Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos” (Proverbios
3:9). Parte de nuestra responsabilidad de ser fieles administradores es retornarle a
Dios una parte de lo que Él nos ha encomendado. Dios no necesita de nuestro dinero,
pero nosotros necesitamos darle a Él. Darle al Señor es un recordatorio de que Dios es
Dueño de todo lo que poseemos y de que Él es nuestro Proveedor. También es un
indicador de nuestra obediencia a los principios de Dios.

4. De sin límites de fórmulas matemáticas.


“Y le dio Abram los diezmos de todo.” (Génesis 14:20)

Las raíces de nuestras ofrendas en la iglesia se encuentran en la práctica del


diezmo, dar a Dios el diez por ciento de nuestros ingresos. Cuando el pueblo de Dios
desobedeció este principio, se consideró que le había robado al mismo Dios: “¿Robará
el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado” (Malaquías 3:8-9). Además del
diezmo, el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento daba limosnas, ofrendas, primicias
y daba en forma sacrificial. El Nuevo Testamento construye sobre estas enseñanzas y
el Señor nos muestra cuál es Su “estándar” para nuestro “dar”: “Y vino una viuda pobre,
y echo dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo:
“De cierto os digo que esta viuda pobre echo más que todos los que han echado en el
arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero esta, de su pobreza echo todo
lo que tenía, todo su sustento” (Marcos 12:42-44). Estamos convencidos de que el
diezmo es el mínimo monto que debemos darle al Señor, y deseamos poder dar más
que el diezmo a medida que el Señor nos prospera o guía. Cada uno debe dar de
corazón de acuerdo a lo que Dios le ha prosperado, usando el diezmo como “base”
desde la cual comenzar.

B. Es importante entender las bendiciones recibidas.


“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y
recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: “Mas bienaventurado es dar que
recibir”. (Hechos 20:35). Si una ofrenda se da con una actitud apropiada, el dador se
beneficiara de cuatro maneras.

1. El dar nos acerca aún más a Cristo.


“Porque donde este vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”
(Mateo 6:21). El dar demuestra que nuestro corazón desea acercarse a Cristo, porque
hemos hecho de El nuestro tesoro. Por eso es necesario que cada ofrenda se la demos
a Jesucristo. Cuando usted le da su ofrenda a El, su corazón automáticamente se
acercara más al Señor.

2. El dar nos ayuda a desarrollar un carácter cristiano. (Filipenses 2:5).


Nuestro Padre celestial quiere que sus hijos se asemejen a Jesucristo. El
carácter de Cristo es el de un dador generoso, sin egoísmo. Desafortunadamente, los
seres humanos somos egoístas por naturaleza. Una de las maneras en la que nos
podemos asemejar más a Cristo es imitándole en la forma en la que El mismo dio.
3. Dar nos permite acumular nuestros tesoros en el cielo.
“Sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y
donde ladrones no minan ni hurtan”. (Mateo 6:20)

El Señor quiere que sepamos que podemos invertir para nuestra eternidad.
Pablo escribe: “No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra
cuenta” (Filipenses 4:17). ¡Dar es la mejor inversión económica! Cuando damos, lo
estamos depositando en una cuenta que cada uno de nosotros tiene en el cielo, y de
la que disfrutaremos por la eternidad… ¡El Bando del cielo, nunca quiebra! ¡Los
depósitos están garantizados por la eternidad!
4. El Dar puede resultar en un incremento en los bienes materiales del
dador.
“Hay quienes reparten, y le es añadido más; y hay quienes retienen más de lo
que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; y el que saciare,
el también será saciado” (Proverbios 11:24-25). (2 Corintios 9:6-11).

Estos versículos nos enseñan que el dar puede dar por resultado también un
incremento en lo material: “generosamente también segara… teniendo siempre en
todas las cosas todo lo suficiente… abundéis para toda buena obra… proveerá y
multiplicará vuestra sementera, y aumentara los frutos… para que estéis enriquecidos
en todo”. Sin embargo fíjese por que el Señor le está dando más: “para toda
liberalidad… y acción de gracias a Dios”. El Señor nos permite que tengamos más cosas
materiales para que nosotros podamos dar más y, al mismo tiempo, suplir nuestras
necesidades.

II. La importancia de aprender a ahorrar.


A. La Biblia nos alienta a ahorrar. Proverbios 21:20
B. La Biblia nos alienta a ahorrar regularmente. Proverbios 21:5
C. La Biblia nos dice cuanto debemos ahorrar. Génesis 41:34
D. La Biblia nos dice porque debemos ahorrar
1. Para tener ahorros e caso de emergencias
inesperadas Proverbios 20:11
2. Para tener ahorros cuando necesitamos hacer una compra grande
Proverbios 6:6-8
3. Para tener ahorro para necesidades en el futuro Proverbios 30:34 y 25
E. La Biblia nos habla sobre inversiones
1. Evitar las inversiones riesgosas Eclesiastés 5:13
2. Diversificar las inversiones Eclesiastés 11:2
F. La Biblia nos enseña a evitar las apuestas Proverbios 28:20

Conclusión
De acuerdo a la palabra de Dios, el dar es una prioridad. Es una mayor bendición
dar que recibir. Nosotros, los latinoamericanos, más que usar una fórmula matemática,
debemos aprender a ser generosos, bondadosos, usando el diezmo como el lugar del
cual comenzar y no la meta que alcanzar en nuestras donaciones.
El Señor nos alienta a ahorrar para las necesidades del futuro. Mientras que
endeudarse es asumir que podemos afrontar los pagos en el futuro, ahorrar es actuar
como buenos administradores, preparándonos para el futuro. La clave del ahorro es
gastar menos de lo que se gana y ahorrar la diferencia por un periodo prolongado.

LECCION 4
Honestidad
Enseñando a sus hijos y el plan de Dios para nuestras vidas

I. Dios nos demanda total honestidad. ( Proverbios 12:22, Proverbios6:16-17,


Levítico 19:11, Efesios 4:25,28)

A. ¿Por qué Dios demanda integridad en nuestras vidas?


1. Porque uno de los atributos de Dios es que Él es la verdad (1 Pedro
1:15- 16, Juan 14:6, Juan 8:44)
2. Porque no podemos ser deshonestos y amar a Dios Proverbios 14:2,
Mateo 6:33)
3. Porque no podemos ser deshonestos y amar a nuestro prójimo (Romanos
13:9-10)
4. Porque La honestidad sienta las bases para una evangelización eficaz
(Filipenses 2:15)
5. Porque la honestidad confirma que estamos caminando por
donde Dios quiere que lo hagamos.
(Proverbios 4:24-26)
6. Porque demuestra donde estamos parados en nuestra vida
espiritual (Lucas 16:10)

B. ¿Cómo podemos evitar ser deshonestos?


1. Sujetándonos al Espíritu Santo (Gálatas 5:16-17, Marcos 7:21-22)
2. Teniendo un temor saludable a la disciplina de Dios (Hebreos 12:11,
Proverbios 16:6)
3. Rodeándose de gente honesta (Proverbios 29:24, 1 Corintios
15:33)
C. ¿Qué debemos hacer frente a la deshonestidad?
1. Debemos restaurar nuestra comunión con Dios (1 Juan 1:9)
2. Debemos devolver a su propio dueño todo lo que se ha recibido en
forma deshonesta
(Levítico 6:4, Lucas 19:8)
D. ¿Cuáles son las bendiciones y maldiciones asociadas con
nuestro comportamiento?
1. Dios promete ciertas bendiciones por ser honestos (Proverbios 3:32,
Proverbios 20:7, Proverbios 15:6)
2. Dios tiene maldiciones reservadas para el deshonesto
(Salmos 101:7, Proverbios 28:9, Proverbios 15:27, Jeremías 8:10,
Proverbios 19:9, Proverbios 21:6, Proverbios 13:11, Proverbios
28:12 y 13)
E. ¿Cuál es la posición de Dios con respecto al soborno? (Proverbios 22:6)

II. Dios nos requiere la educación de nuestros hijos


A. ¿Cómo le enseñamos a nuestros hijos?
1. Enséñeles verbalmente (Deuteronomio 6:6-7)
2. Enséñeles con el ejemplo (1 Corintios 11:1)
3. Enséñeles haciéndolos participes
B. ¿Qué le enseñamos a nuestros hijos?
1. Les debemos enseñar cómo dar (Proverbios 3:9)
2. Les debemos enseñar a ahorrar (Proverbios 6:6-8)
3. Les debemos enseñar a gastar sabiamente (Proverbios 27:23 y 24)
4. Les debemos enseñar a evitar endeudarse (Proverbios 22:7)
5. Les debemos enseñar a trabajar por su dinero (Proverbios 12:24)

III. Dios nos presenta un mejor plan para nuestras vidas


A. Dios nos arma y quiere que experimentemos una vida
plena. (Juan 10:10, Juan 3:16)
B. Nosotros estamos separados de Dios. (Romanos 3:23,
Romanos 6:23, Hebreos 9:27)
C. El único medio que Dios proveyó para acercarnos a Él
es Jesucristo. (1 Timoteo 2:5, Juan 14:6, Efesios 2:8-9)
D. Cada uno de nosotros debemos recibir a Cristo. (Juan 1:12, 1 Juan 5:13)
Repasemos lo que aprendimos desde que comenzamos esta serie de Las finanzas
y la Biblia:
Primero: descubrimos que Dios es Dueño de todo. Nuestra responsabilidad es ser
fieles administradores (o mayordomos) de las posesiones que el Señor nos ha
encomendado. También aprendimos que la Biblia nos enseña acerca de cómo trabajar
y cómo debemos ganar dinero.
Aprendimos sobre la importancia de buscar el consejo de personas creyentes y
experimentadas cuando debamos tomar decisiones de índole financiero. Hablamos
sobre la manera de gastar el dinero sabiamente; y lo que la Biblia enseña sobre cómo
evitar endeudarse.
Finalmente, vimos los principios de Dios sobre el dar y sobre el ahorro. Cuando
recibimos nuestros ingresos, lo primero que debemos hacer es darle lo que hemos
acordado darle al Señor. “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus
frutos” (Proverbios 3:9). Y, luego, debemos tratar de ahorrar parte de lo que ganamos.
“Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; más el hombre insensato todo lo
disipa” (Proverbios 21:20).
En el tiempo que nos queda por delante, aprenderemos a aplicar el estándar de
honestidad que Dios espera en nuestra vida diaria. También veremos cómo educar a los
hijos según los principios financieros de Dios y, finalmente, trataremos el tema de mayor
importancia para todos: Cómo conocer a Dios por medio de Jesucristo.

I. Dios nos demanda total honestidad


“Los labios mentirosos son abominación a Jehová” (Proverbios 12:22). Todos
nosotros tenemos que tomar decisiones diarias sobre cómo administrar de manera
honesta o no el dinero. ¿Le decimos a la persona que nos dio demás en el vuelto de la
compra? ¿Ha tratado alguna vez de vender algo, y se ha visto tentado a no decir
totalmente la verdad porque podría perder la venta? ¿Qué es lo que usted piensa sobre
el usar programas de computadoras o música “pirateadas”? ¿Y qué hay del soborno?
¿Qué cree usted con respecto a sobornar a las autoridades para que los tramites lleguen
a buen término o los equipos que compramos en el exterior puedan ser entrados por la
aduana?... Este tipo de decisiones son cada vez más difíciles de tomar debido a que
muchas de las personas que nos rodean actúan de manera deshonesta.
Dios, sin embargo, quiere que nosotros seamos completamente honestos. Hay
cientos de versículos en la Biblia que nos dicen que el Señor espera que nosotros seamos
totalmente honestos. Proverbios 6: 16-17 dice: “Seis cosas aborrece Jehová… la lengua
mentirosa” “No hurtareis, y no engañareis ni mentiréis el uno al otro” (Levítico 19:11).

“Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque
somos miembros los unos de los otros. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje,
haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que
padece necesidad” (Efesios 4:25,28).

A. ¿Por qué Dios demanda integridad en nuestras vidas?


1. Porque uno de los atributos de Dios es que El es la verdad.
“Sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito
está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15-16). El Señor se identifica como la
Verdad. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad…” (Juan 14:6). El Señor nos ordena
que reflejemos su honestidad y santidad.

La naturaleza de Dios es la opuesta a la de Satanás. Juan 8:44 describe el


carácter diabólico: “El (el diablo) ha sido homicida desde el principio, y no ha
permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo
habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”. El Señor quiere que nosotros seamos
honestos como Él lo es, en vez de ser deshonestos como el diablo.

2. Porque no podemos ser deshonestos y amar a Dios.


“El que camina en su rectitud teme a Jehová; más el de caminos pervertidos
lo menosprecia” (Proverbios 14:2). Cuando somos deshonestos, actuamos como si Dios
no existiera. Creemos que Dios no es capaz de suplir exactamente lo que necesitamos,
aun cuando Él nos ha prometido hacerlo: “Mas buscad primeramente el reino de Dios
y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). También actuamos
como si Dios fuera incapaz de darse cuenta de nuestra deshonestidad, y no tuviera la
autoridad y el poder para disciplinarnos. Si realmente creemos en que Dios nos
disciplinara, ni consideraríamos el actuar deshonestamente. Una conducta deshonesta
es una cuestión de fe. Una decisión honesta puede parecer tonta a la luz de lo que se
ve, pero el creyente sabe que Cristo vive, aun cuando no lo veamos. Cada decisión
honesta que tomamos fortalece nuestra fe en Dios.
3. Porque no podemos ser deshonestos y amar a nuestro prójimo.
“Porque… No hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciaras, y cualquier
otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amaras a tu prójimo como a ti mismo.
El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor”(Romanos
13:9-10). Si actuamos de forma deshonesta, le estamos robando a otro. Nos podemos engañar
a nosotros mismos y pensar que el que sale perdiendo es un negocio o el gobierno, pero en
realidad estamos robándole al dueño del negocio o a los demás ciudadanos de nuestro país.
La victima al final de cuentas siempre es una persona.

4. Porque la honestidad sienta las bases para una evangelización eficaz.


“Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de
una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares
en el mundo” (Filipenses 2:15). Una conducta honesta nos permite demostrar la
realidad de Jesucristo a aquellos que no lo conocen. Confirma que servimos a un Dios
Santo. ¡Cuántas veces los cristianos latinoamericanos hemos dejado mal parado al Señor!
Debemos arrepentirnos por las veces en las que hemos prometido algo y luego no lo
cumplimos.

5. Porque la honestidad confirma que estamos caminando por donde Dios


quiere que lo hagamos.
“Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de los labios. Tus
ojos miren lo recto, y diríjanse tus parpados hacia lo que tienes delante. Examina la
senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos” (Proverbios 4:24-26) En la mediad
que usted es honesto, “todos los caminos serán rectos”. Al elegir ir por la estrecha
senda de la honestidad eliminamos cualquier posible avenida de la deshonestidad.

6. Porque demuestra donde estamos parados en nuestra vida espiritual


“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel” (Lucas 16:10). La forma
en la que tomamos decisiones económicas es una expresión externa de una condición
espiritual interna. Simplemente demuestra mis verdaderos valores y principios. A
veces nos decimos, “Pero es que si no lo hacemos de esta forma el asunto no se
resuelve”. O “Así es como funcionan las cosas en nuestro país”. Sin embargo, frente a
este tipo de actitud la pregunta es ¿Le creemos a Dios, o solamente decimos que le
creemos?
B. ¿Cómo podemos evitar ser deshonestos?
1. Sujetándonos al Espíritu Santo
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque
el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se
oponen entre si, para que no hagáis lo que quisieres” (Gálatas 5:16-17). Si no viviéramos
una vida en el Espíritu, seriamos todos deshonestos. El deseo que nace de la naturaleza
humana es actuar con desobediencia. “Porque de dentro, del corazón de los hombres,
salen los malos pensamientos,…los hurtos,… el engaño” (Marcos 7:21- 22). El deseo
que nace del Espíritu en nosotros es ser completamente honestos. Una vida totalmente
honesta es sobrenatural. Una vida deshonesta simplemente muestra lo carnal que
somos –no importa el cargo que ocupemos en la iglesia. Debemos sujetarnos
enteramente a Jesucristo como Señor y permitirle vivir en nosotros. No existe otra
manera.

2. Teniendo un temor saludable a la disciplina de Dios


“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de
tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido
ejercitados” (Hebreos 12:11) Dios es un Padre amoroso que disciplina a sus hijos por el
propio bien de ellos. Una de las maneras en que Dios nos motiva a vivir honestamente
es por medio de un “temor saludable”. Proverbios 16:6 dice: “Con el temor de Jehová
los hombres se apartan del mal”. Cuando nuestro Padre celestial nos disciplina lo hace
con amor, y generalmente de una manera en la que nosotros podamos recordarla por
el resto de la vida –de la misma manera en la que nosotros lo hacemos con nuestros
hijos. No para castigar, sino para “discipular”.

3. Rodeándose de gente honesta.


“El cómplice del ladrón aborrece su propia alma” (Proverbios 29:24). La escritura
nos enseña que las personas que nos rodena, influyen en nosotros, ya sea para bien o
para mal. “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1
Corintios 15:33). Si bien no debemos aislarnos de aquellos que son deshonestos,
debemos desarrollar amistad para poder compartirles el evangelio (y ser “sal y luz” en
el mundo); por otro lado, es mucho más fácil mantener una actitud de honestidad si
nos rodeamos – nos “asociamos”- de personas honestas.
C. ¿Qué debemos hacer frente a la deshonestidad?
1. Debemos restaurar nuestra comunión con Dios
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad”. (1 Juan 1:9) Cuando actuamos de manera
deshonesta, pecamos y quebrantamos nuestra comunión con el Señor. Debemos
coincidir con Dios en que nuestra deshonestidad es un pecado, y luego aceptar
agradecidamente el perdón de Dios para poder restablecer y disfrutar de nuestra
comunión con El.

2. Debemos devolver a su propio dueño todo lo que se ha recibido en forma


deshonesta.
“Entonces, habiendo pecado y ofendido, restituirá a aquello que robo, o el daño
de la calumnia, o el deposito que se le encomendó, o lo perdido que hallo” (Levítico
6:4). Si usted tiene algo que lo ha conseguido deshonestamente devuélvaselo a su
propio dueño. A esto se le llama “hacer restitución” y es vital para el proceso de
sanidad espiritual que usted necesita.

Al restituir algo haceos el esfuerzo por corregir algo mal hecho. Zaqueo nos da un
ejemplo de este principio. Él le prometió a Jesús: “He aquí, Señor, la mitad de mis
bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo
cuadruplicado” (Lucas 19:8).

D. ¿Cuáles son las bendiciones y maldiciones asociadas con nuestro


comportamiento?
El Señor nos ha prometido que nos bendecirá por ser honestos, mientras que las
maldiciones se reservan para los deshonestos. Muchas veces no avanzamos en la vida
personal, ministerial y, aun en nuestro propio negocio o en los negocios del país
porque no somos íntegros y honestos en nuestro andar. El problema económico más
importante en nuestros países latinoamericanos no es la economía de mercado, ni la
coyuntura financiera, ni las políticas económicas de nuestros gobiernos; es nuestra
falta de integridad, es la deshonestidad y el robo descarado e impune.
1. Dios promete ciertas bendiciones por ser honestos:

 La bendición de una relación más íntima con el Señor. “Porque Jehová


abomina al perverso; más su comunión intima es con los justos” (Proverbios3:32).
 La bendición de una familia feliz. “Camina en su integridad el justo; sus hijos
son dichosos después de el” (Proverbios 20:7).
 La bendición de la provisión económica. “En la casa del justo hay gran
provisión; pero turbación en las ganancias del impío”(Proverbios 15:6) .
2. Dios tiene maldiciones reservadas para el deshonesto:
 La maldición de una vida alejada de Dios –una vida espiritual “fría”.
“No habitara dentro de mi casa el que hace fraude; el que habla mentiras no se
afirmara delante de mis ojos” (Salmos 101:7) “El que aparta su oído para no oír la ley,
su oración también es abominable” (Proverbios 28:9).
 La maldición de problemas en la familia. “alborota su casa el
codicioso” (Proverbios 15:27). Ver también el contexto de Jeremías 8:10.
 La maldición de una vida corta. “El testigo falso no quedara sin
castigo, y el que habla mentiras perecerá” (Proverbios 19:9) “Amontonar tesoros con
lengua mentirosa es aliento fugaz de aquellos que buscan la muerte” (Proverbios 21:6)
 La maldición de una falta de provisión. “Las riquezas de
vanidad disminuirán” (Proverbios 13:11). Ver también Proverbios 28:12 y 13

E. ¿Cuál es la posición de Dios con respecto al soborno?


“No aceptes soborno, porque el soborno vuelve ciegos a los hombres y hace que
los inocentes pierdan el caso” (Éxodo 23:8, versión de Dios habla hoy) Soborno es
cualquier cosa que se le da a una persona para influenciarla a hacer algo ilegal o
incorrecto. La escritura prohíbe el soborno. “El impío toma soborno del seno par
pervertir las sendas de la justicia” (Proverbios 17:23). Dios no bendecirá a quien sea
deshonesto, pague o reciba sobornos. Eso lo podemos dar por seguro.

II. Dios nos requiere la educación de nuestros hijos.


“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartara de él”
(Proverbios 22:6) Cada generación es responsable de transmitir las verdades de la
Escritura, incluyendo los principios financieros de Dios, a sus hijos. Cada niño necesita
aprender la manera en la que Dios quiere que se administre el dinero que Él pone en
sus manos.
A. ¿Cómo le enseñamos a nuestros hijos?

Debemos usar tres métodos para enseñarles a los niños.


1. Enséñeles verbalmente.
“Y estas palabras que o ten mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las
repetirás a tus hijos, y hablaras de ellas estando en tu casa, y andando por el camino,
y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6-7).

2. Enséñeles con el ejemplo


“Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1 Corintios 11:1). Los padres y
adultos necesitan ser ejemplos de cómo administrar el dinero en forma sabia.
Solamente necesitamos demostrar lo que realmente hacemos.

3. Enséñeles haciéndolos participes.


Los niños necesitan oportunidades para aplicar lo que han oído y visto.
Permítales que administren el dinero para poner en práctica los principios financieros
de Dios sobre el trabajo.

B. ¿Qué le enseñamos a nuestros hijos?


1. Les debemos enseñar cómo dar. (Proverbios 3:9) Enséñeles a sus hijos que:
 Reconozcan que Dios es Dueño de todo.
 Le den primero a Dios
 Den para mantener económicamente la obra de Dios.
 Den voluntariamente para ayudar a los necesitados.
2. Les debemos enseñar a ahorrar. (Proverbios 6:6-8) El hábito de ahorrar debe
establecerse tan pronto como el niño crezca, aprenda a contar y comience a
recibir un ingreso.
3. Les debemos enseñar a gastar sabiamente.
Proverbios 27:23 y 24) Establezca límites para sus gastos y aconséjeles y guíeles
mientras les da la libertad de tomar decisiones por sí mismos.
4. Les debemos enseñar a evitar endeudarse. (Proverbios 22:7) Enséñeles lo
que la Biblia dice acerca de las deudas y anímelos a evitar endeudarse.
5. Les debemos enseñar a trabajar por su dinero.
(Proverbios 12:24) También, enséñeles a sus hijos que Dios diseño
el trabajo para beneficiarnos y para que lo hagamos como para Cristo. Por
lo tanto, debemos trabajar duro y honrar al Señor haciendo lo mejor que
podamos. Comience por permitirles a sus hijos tener un trabajo dándoles
responsabilidades en el hogar.
III. Dios nos presenta un mejor plan para nuestras vidas
Dios nos ha creado para que lo conozcamos a El en forma personal. Hay cuatro
verdades básicas que explican de qué manera esto es posible.

A. Dios nos ama y quiere que experimentemos una vida plena.


“Yo (Jesús) he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia” (Juan 10:10). Dios padre lo ama, y ha dado a su único Hijo Jesucristo
para que muriera por usted. “Porque de tal manea amo Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más
tenga vida eterna” (Juan 3:16).

B. Nosotros estamos separados de Dios.


“Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”
(Romanos 3:23). Dios es santo, lo que significa que El es perfecto.
Desafortunadamente, todas las personas han pecado. La consecuencia del
pecado es la separación de Dios “La paga del pecado es muerte” (Romanos
6:23). Nuestro pecado ha creado una brecha que nos separa de Dios. Los
individuos tratan, sin éxito, de unir dicha brecha por medio de sus propios
esfuerzos, tales como la filosofía, la religión o una vida moral sana.
Es importante entender que vivimos solamente una vez en esta tierra.
“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran un sola vez,
y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27). No existe la reencarnación.

C. El único medio que Dios proveyó para acercarnos a Él es Jesucristo.


“Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5) “Mas Dios muestra su amor para con
nosotros” (Romanos 5:8). Jesucristo murió en la cruz para pagar por nuestros
pecados. El unió esa brecha entre Dios y nosotros. “Jesús le dijo: Yo soy el camino,
y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi” (Juan 14:6) Esta unión es
un regalo de Dios; “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se glorié” (Efesios
2:8-9).
D. Cada uno de nosotros debemos recibir a Cristo.
“Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). “Estas cosas os he escrito a
vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida
eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5:13).

Conclusión
Dios quiere que seamos completamente honestos. Cada decisión honesta que
tomamos fortalece nuestra fe. La Biblia nos da el remedio para los casos en que hemos sido
deshonestos. Los hijos necesitan aprender la manera en que Dios quiere que administren
el dinero, y Dios nos ha dado la responsabilidad de enseñárselos. Dios nos ha creado para
que tengamos una relación personal con El. Nuestro pecado ha quebrantado esa relación
y nos ha separado de Él. Por medio de la fe en Jesucristo, podemos recibir el perdón, la
restauración de nuestra relación con Dios y una vida eterna con El.
Plan para controlar gastos (escriba sus gastos mensuales)

Ingreso Mensual (después de impuestos) 8.Entretenimiento y Recreación

Dinero que trae el esposo Comidas fuera de casa


Dinero que trae la esposa Niñera
Otros Ingresos Paseos y excursiones
1. TOTAL DE INGRESOS Vacaciones
Menos Otros Gastos
Diezmos y Ofrendas TOTAL ENTRET. Y RECR.
¿Otros impuestos? 9. Ropa (promedio mensual)
2. Ingreso Neto Disponible -IND
3. Vivienda 10. Ahorros mensuales
Hipoteca (alquiler) 11. Gastos médicos
Seguro de la casa Doctor
Impuestos Dentista
Electricidad Medicinas
Gas Otros
Agua TOTAL GASTOS MEDICOS
Salubridad
Teléfono/Internet 12. Gastos Varios
Mantenimiento Perfumes y cosméticos
Otros Gastos Salón de belleza y peluquería
TOTAL DE VIVIENDA Lavandería y planchado
4. Comida (total mensual) Gastos varios y almuerzos
5. Transporte Suscripción de revistas,
periódicos
Pagos Mensuales/Viajes autobús Regalos (incluyendo navidad)
Gasolina y cambio de aceite Gastos en dinero efectivo
Seguro de automóvil Otros Gastos
Placas o Impuestos TOTAL GASTOS VARIOS
Reparación/Reposición
TOTAL DE AUTOMOVIL 13. Escuela/Cuidado de niños
6. Seguros Matricula
Seguro de vida Materiales didácticos
Seguro medico Transportación
Otros pagos de seguros TOTAL DE ESCUELA/CUIDADO
DE NIÑOS
TOTAL DE SEGUROS 14. Inversiones
7. Pagos mensuales de deudas Total de Gastos (sume todos los
totales)
Tarjetas de Crédito INGRESOS VS. GASTOS
Préstamos y pagare Ingreso neto disponible
Otras deudas Menos Gastos
Total de pagos mensuales 15. Déficit (faltante) o sobrante
Análisis de deudas

Nombre de la Contacto y Cantidad Cuota o Interés que me Notas


deuda número de que pago están cobrando
teléfono todavía mensual
debo
¿Cuánto es suficiente para mí?
Metas financieras

1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
Planilla presupuestaria de 7 días

Categoría 1 al 7 8 al 15 16 al 21 22 al 31
Entrada: Entrada: Entrada: Entrada:
DIEZMO

Auto/Transporte
Casa
Comida
Cuenta de ahorro
Deudas
Gastos de Banco
Recreación
Ropa
Salud
Seguro
Gastos Varios
Educación
Cuidado de niños
¿Cuánto queda?
LECCIÓN 5

PRINCIPIOS PARA ALCANZAR LA LIBERTAD FINANCIERA

¿Cómo podemos lograr la libertad financiera familiar? ¿Qué debemos hacer?


Aquí les presentamos principios bíblicos fundamentales y algunas sugerencias
personales para ser libres en cuestión de finanzas.

1. Entregue la propiedad de sus posesiones a Dios


Como cristianos tenemos que aprender a ceder la propiedad de todas nuestras
posesiones a Dios; aquí incluimos el dinero, tiempo, familia, posesiones materiales,
educación, carrera, e incluso, el potencial futuro para obtener mayores ingresos. No
sólo debemos reconocer que Dios es único y el Señor de nuestra vida con nuestras
oraciones, también debemos aprender a manejar nuestras posesiones como
“administradores” y no como “dueños”. Esta actitud es esencial si deseamos
experimentar una vida llena del Espíritu en el área de las finanzas. Observe cómo
Dios nos ha colocado como “administradores” de este mundo, por ejemplo, en el
Salmo 8, verso 6.
Si usted cree que es el dueño de una sola cosa en su vida, entonces su actitud
personal con respecto a ella será muy diferente de la actitud que usted tendría si
fuera simplemente administrador de ella. Dios no nos obligará a cumplir Su voluntad.
Él espera que nosotros le cedamos nuestras vidas voluntariamente.
Si le cedemos a Dios todo lo que nos pertenece, usted puede estar seguro de
que Él nos demostrará Su poder. Dios cumplirá Su promesa de proveer todo lo que
necesitamos en lo material y espiritual. Por ello, es necesario e importante
comprender y aceptar las condiciones que Dios pone para mantener nuestro control.
Analice, por ejemplo, el pasaje bíblico de Deuteronomio 5:32-33.
Es fácil decir: “entrego todo lo que tengo en las manos de Dios”, pero no es
tan fácil hacerlo. Al principio, tendremos dificultad en buscar siempre Su voluntad
en lo que respecta a las cosas materiales porque estamos acostumbrados a
administrar y controlar nuestros propios asuntos. Pero cuando aprendemos a
obedecer a Dios en el manejo de nuestras finanzas, empezamos a experimentar lo
que en esencia significa tener libertad financiera.
Es un gran alivio entregarle nuestras preocupaciones al Señor. Si algo le
sucede al automóvil, por ejemplo, en vez de enojarnos y vociferar que no tenemos
bendiciones, expresemos con mucha calma la siguiente oración: “Padre, te he
entregado este auto. Lo he cuidado tanto como he podido, pero no es mío. Te
pertenece, así que haz con él lo que desees”. Es a partir de ese momento de entrega
voluntaria de las cosas materiales que iniciamos la búsqueda de bendiciones que
Dios nos dará como resultado de esta actitud.
2. Libérese de las deudas

Usted y yo debemos liberarnos de todas las deudas.


¿Qué es una deuda? Aquí algunas definiciones:
• Obligación que uno tiene de pagar o reintegrar a otro una cosa, o de cumplir
un deber. Por lo común dinero. Obligación moral contraída con otro.
• Es el pasivo que aparece en un balance. En otras palabras, si usted tuviera
que convertir en dinero todos sus bienes, habría un saldo negativo en su cuenta
• Hay ansiedad en el área de la responsabilidad económica, y las necesidades
básicas de la familia ya no se pueden satisfacer debido a los hábitos de gastos,
pasados o presentes, del individuo o familia.
¿Cómo librarnos de las deudas? Seguidamente les enseñamos algunos secretos
que nos permitirán liberarnos de ellas:
A. Confeccione un “Plan para controlar sus gastos” (un presupuesto familiar
básico)
Hacer un “Plan para controlar sus gastos” por escrito, es absolutamente
necesario para cualquier individuo o familia que vive bajo la esclavitud financiera.
Realice una lista de todos los gastos en orden de importancia. Ubicarlos en ese
orden es trascendental porque últimamente hemos perdido el punto de referencia
entre lo que es una necesidad, un gusto y un deseo. Examinemos sus diferencias:
• Necesidades. Son los gastos que hacemos para proveer las necesidades
básicas como el alimento, la ropa, el trabajo, un lugar donde vivir y la salud, entre
otras. “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” (1 Timoteo
6:8).
• Gustos. Son aquellas cosas que satisfacen una necesidad básica en nuestras
vidas, pero que son de una mejor calidad. Por ejemplo, usted necesita vestirse, de
forma sencilla y habitual, pero algunas veces puede elegir comprar ropa de mejor
calidad o de una marca reconocida. También puede elegir un filete en vez de carne
molida, tomar un taxi en vez de caminar al trabajo, entre otras alternativas. El apóstol
Pedro en su primera carta nos da un punto de referencia importante con respecto a
los gustos en la vida del cristiano: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados
ostentosos, de adornos de o o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón,
en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima
delante de Dios” (1 Pedro 3:3-4).
• Deseos. Son las cosas que nos gustaría tener pero no son necesidades
básicas para nuestra subsistencia. De acuerdo con el plan de Dios, sólo pueden ser
adquiridos con fondos excedentes después que todas las otras obligaciones se
hayan cumplido. No está mal comprarlas, si tenemos el suficiente excedente de
dinero, lo ideal es saber controlarlo. En la primera carta de San Juan, capítulo 2,
leemos: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al
mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los
deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene
del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2: 15 -16).
B. Identifique cuáles son las cosas esenciales para la vida y cuáles no.
Una persona que está endeudada debe dejar de hacer gastos que no son
absolutamente esenciales para vivir. Observe qué tareas de mantenimiento del
hogar pueden realizarse sin pagar a otros; comience a adquirir habilidad e ingenio
para desarrollar esas tareas. Mediante este plan puede empezar a disminuir algunos
de los gastos que en realidad no son esenciales. Estudie, en este caso, el capítulo
21 del libro de Los Proverbios, verso 17, en el Antiguo Testamento.
Debe empezar a desarrollar una actitud de conservación. Comience a eliminar
todos los gastos que no sean de importancia real. Cabe resaltar que muchos de los
gastos que consideramos esenciales lo son porque la sociedad, en su concepto de
consumismo, nos ha hecho creer que son así. Por ejemplo, un claro indicador de
esto es la necesidad de adquirir una computadora para entrar en el sistema
multimedia y mantener la armonía con el avance tecnológico de la sociedad. Pero,
en realidad, ¿necesitamos la computadora?
C. Piense antes de gastar
Cada uno de nosotros debe pensar antes de hacer cada compra. Cada gasto
debe de ser evaluado de la siguiente manera:
• ¿Este gasto es una necesidad, un gusto o un deseo?
• ¿Refleja este gasto mi ética cristiana? (Por ejemplo, la suscripción a una
revista pornográfica no la reflejaría). ¿Puedo seguir comprando revistas,
enciclopedias, libros o discos aun cuando debo dinero a otros?
• ¿Es lo mejor que puedo obtener por este precio, o estoy gastando sólo porque
se me hace fácil y me dan la facilidad de pagar con mi tarjeta de crédito?
Es un artículo que se devalúa rápidamente? ¿Estoy comprando algo que se
deprecia rápidamente? (las piscinas, las casas rodantes, las lanchas, las
computadoras y los automóviles, por ejemplo, pertenecen a esta categoría).
• ¿Es costoso el mantenimiento? (Debemos recordar que no sólo necesitamos
dinero para comprar cosas como un automóvil, ropa o mandar a hacer unapiscina.
¡También tenemos que tener dinero para mantenerlas!).

D. Deje de comprar a crédito


Una persona que está endeudada debe empezar a comprar sólo al contado,
debe de evitar toda compra a crédito, uno de los motivos es por los intereses altos
que está pagando.
A menudo, una persona con deudas y que posee alguna cosa de valor que
podría convertirla en efectivo se pregunta: “¿Sería mejor vender esto para pagar mis
deudas?” Ese es un error normal y debemos de tener mucho cuidado al ponerla en
práctica ya que si nos limitamos sólo al hecho de vender el bien, estamos tratando
los síntomas en lugar de tratar el problema.
Recuerdo a una pareja que estaba muy apretada económicamente a causa de
las deudas por las tarjetas de crédito. Debían más de 20.000 dólares, y pagaban
más de 4.000 dólares anuales sólo en intereses. Ante esta situación optamos por
preparar un plan alternativo. Me pareció razonable que vendieran su casa y
utilizaran el dinero para cubrir todas sus deudas porque esa cantidad de dinero era
suficiente para hacerlo. Así lo hicieron, pero en menos de un año estaban
endeudados otra vez, con 6 mil dólares de cuenta en sus tarjetas de crédito y esta
vez no tenían un lugar para vivir.
¿Qué sucedió? Se había tratado un síntoma en vez del problema. El problema
era su actitud hacia las tarjetas de crédito. Me habían asegurado que no las
utilizarían, pero como no hubo un plan alternativo para dejar de usarlas, cayeron de
nuevo en la misma trampa. En cuanto algo les hacía falta y no tenían efectivo para
comprarlo, sacaban las tarjetas, y continuaban con el círculo de deudas.
El principio a observar es el siguiente: Si usted está endeudado por el mal uso
de las tarjetas de crédito, deje de usarlas. Y déjelas en forma total. Aquellos que
tienen problemas en controlar el uso de sus tarjetas de crédito deberían
comprometerse a pagar cada mes el total de las compras que han hecho con la
tarjeta. Para el primer mes en el que no pueda cumplir con la promesa,
Una vez que haya desarrollado buenos hábitos económicos, haya roto ataduras
financieras producidas por el mal uso de los préstamos y las tarjetas de crédito y
haya cambiado su comportamiento con respecto al dinero, entonces evalúe la
posibilidad de vender algunas cosas de valor para poder liquidar sus deudas. De
esa manera, no se estarán tratando sólo los síntomas sino el problema principal.
E. Evite el “palanqueo” y la “lotería” financiera
Cuando uno está endeudado, debe evitar el llamado “palanqueo” financiero, que
consiste en la forma de inversión que permite comprar un activo o bien grande y
caro, con una pequeña inversión de capital.
Recuerdo una pareja latinoamericana, el hombre quería comenzar su propio
taller de enderezado y pintura de autos. Luego de algún tiempo de búsqueda, los
dos se entusiasmaron con un taller inmenso que costaba más de un millón y medio
de dólares. Como no tenían esa cantidad tan grande de dinero, el marido le pidió a
su suegra, que era viuda, si podía hipotecar su casa (por unos $ 100.000) y
prestarles el dinero para comprar el taller. La suegra, actuando de forma prudente y
sabia, afirmó que no hipotecaría todos los ahorros de su vida para invertirlos en ese
negocio y la joven pareja me llamó para preguntarme qué hacer.
A pesar de poner en juego las relaciones familiares, aquella viuda pudo darse
cuenta de lo que muchos jóvenes inexpertos no ven en estos días, que sumando el
impulso y la inexperiencia dan como resultado una catástrofe financiera.
La viuda pudo advertir la siguiente situación: El porcentaje de inversión inicial
requerida para comprar el negocio ($100.000) era demasiado pequeño con respecto
al monto total de la deuda en la que su hija y su yerno se iban a involucrar (menos
del 10%). Esto es lo que se llama “palanqueo”. Es el movimiento de un gran capital
con una pequeña inversión. El problema de “palanquear” es que si algo, aunque sea
mínimo, no sale como se planeó, el tamaño y peso de la deuda puede caer sobre el
individuo y pulverizar su vida financiera.
Lo que este joven debería haber hecho es iniciar el taller en su casa, quizá en
su garaje, para luego, y en la medida que sus negocios obtuvieran un crecimiento,
trasladarse a un lugar más cómodo, amplio y sofisticado.
Este contexto nos obliga a olvidarnos, de una vez por todas, de tratar de
hacernos ricos “por la vía rápida”. No solamente ponemos en juego nuestros
negocios, sino que estamos poniendo en peligro nuestra vida familiar.
F. Aprenda a ahorrar
Finalmente, para afianzar su vida financiera familiar en el proceso de pagar sus
deudas, uno debería aprender a ahorrar dinero de manera regular, incluso aquellas
personas que están endeudadas. Aprenda a desarrollar la disciplina del ahorro. Una
de las mejores costumbres que una familia puede desarrollar es la de ahorrar una
pequeña cantidad de dinero en forma regular.
Todas las personas que viven por encima del nivel de extrema pobreza tienen
la posibilidad de ahorrar dinero. Muchos no lo hacen porque creen que la cantidad
que podrían ahorrar es tan insignificante que no vale la pena; decisión no acertada
y que no contribuye en nada al desarrollo familiar.
Sin embargo, para poder salir de sus deudas, usted debe prevenir las
“situaciones inesperadas” que le llevarán a gastar más allá de su presupuesto
obligándolo a pedir prestado. Estas situaciones no serían tan “inesperadas” o no
nos golpearían tan fuerte el plan de gastos familiar si tuviéramos algunos ahorritos
que actuaran de “colchón”.
El sabio Salomón una vez dijo en su libro de Proverbios: “Tesoro precioso y
aceite hay en la casa del sabio; más el hombre insensato todo lo disipa” (Proverbios
21:20). Una gran verdad 3.000 años atrás y una gran verdad el día de hoy.
3. Acostúmbrese a dar
El tercer principio para aplicar en su viaje hacia la libertad financiera es el
principio de dar. Cada creyente en Cristo debe establecer el diezmo como
testimonio mínimo de que Dios es dueño de todo lo que posee. Entonces, ¿cómo
puede alguien decir que le ha entregado todo a Dios cuando nunca ha dado
testimonio de ello?
Es al momento de compartir que adquirimos la perspectiva de Su poder en las
finanzas. Dios desea que siempre le demos la primera parte a Él, pero también
desea que paguemos a nuestros acreedores. Ante esta situación de cumplir con
Dios, de plasmar sus enseñanzas y cumplir con nuestras obligaciones es que
requerimos de un plan de acción, que probablemente sacrificarán algunos gustos y
deseos hasta que nuestras deudas se hayan liquidado.
Pero usted no puede sacrificar la porción que le pertenece a Dios. Esa no es
su ventaja ni alternativa como cristiano. Pero esto digo: “El que siembra
escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente,
generosamente también segará” (2 Corintios 9:6). ¿Cuál es la clave, entonces? Si
es necesario un sacrificio, y casi siempre lo es, no sacrifique ni la porción de Dios,
ni la de sus acreedores. Sacrifique una porción de sus propios gastos.
4. Acepte la provisión de Dios
Para disfrutar de paz con respecto a las finanzas, reconozca y acepte la
provisión de Dios para dirigir su vida. Muchas veces las personas se olvidan de que
la voluntad de Dios se puede llevar a cabo a través de la falta de fondos. Solemos
pensar que Él sólo nos bendice cuando hay abundancia de dinero; pero ese es un
entendimiento netamente materialista del concepto de la “bendición”. Al estudiar las
Escrituras nos damos cuenta que Dios no permite que todos vivan con gran
abundancia. Lo que no necesariamente quiere decir que estemos obligados a vivir
en la pobreza. En muchos casos, por ejemplo, puede ser que Dios desee que
aprendamos a depender más y más de Él cada día.
Cada cristiano tiene que aprender a vivir con lo que Dios le provee, resistiendo
la fuerte presión de los deseos por obtener más riquezas y bienes materiales. Para
lograrlo se requiere planear un estilo de vida de acuerdo con la provisión que Dios
ha suplido.
¿Significa esto que usted no debería aspirar a avanzar y mejorar en su vida?
¡De ninguna manera! Lo que significa es que el avance económico y el avance en
la posición social no tiene nada que ver con la violación de uno o más principios
bíblicos de mayordomía financiera, siendo muy probable que ese avance que usted
anhela no esté dentro de los planes de Dios para su vida.
Por ejemplo, supongamos que usted desea comprar una casa en una zona de
mayor categoría, y el costo sobrepasa el nivel de gastos que tiene. Entonces, como
usted no cuenta con el dinero para pagar las cuotas de la hipoteca, va a “confiar en
Dios” para que le provea; tengo malas noticias para usted, porque es muy probable
que Dios no le provea. No porque Dios no pueda hacerlo, sino porque usted no ha
confiado en Su provisión antes de tomar el compromiso económico.
Dios es tan poderoso para otorgarle el dinero antes y después de una compra.
La diferencia está en que si usted confía en Él para que le provea con el dinero antes
de hacer la inversión económica, usted sabe que Dios está bendiciendo su decisión.
Pero si se apura y efectúa un compromiso basado en lo que usted “sintió” del Señor,
esperando la confirmación divina, puede que Él le diga “eso es lo que tú sentiste”
pero no es lo que yo te dije que era mi “voluntad”.
5. Desarrolle una conciencia limpia
Debemos tener una conciencia limpia tanto en nuestras prácticas comerciales
como en nuestros negocios personales. La liberación financiera, en este caso, tal
vez incluya cambio de actitud y “restitución”.
Recuerdo a un amigo que, antes de convertirse a Cristo, había perjudicado
económicamente a una persona. Dios lo convenció de su culpa y le indicó que
hiciera una “restitución”. Buscó a esta persona, le confesó lo que antes había hecho,
y le ofreció arreglar las cuentas. La persona, por su parte, se negó a perdonarle,
rehusándose a aceptar el dinero que quería restituir.
Como consecuencia de este hecho, por un tiempo, el ego y el orgullo de mi
amigo quedaron dañados. Pasaron unos días y él reconoció que no había actuado
para el beneficio de la persona ofendida, sino en respuesta a un principio de Dios y
para beneficio de sí mismo.
No había ofrecido la restitución para saldar la pérdida que había ocasionado,
sino para obedecer la voluntad de Dios en su vida. El Señor lo había perdonado y
mi amigo había hecho exactamente lo que Dios le había pedido que hiciera. No se
requería más.
6. Ponga a otros en primer lugar
Si está buscando la liberación económica debe estar dispuesto a colocar a
otros en primer lugar. Este principio no implica que tenga que dejarse pisotear. Lo
que significa, de manera sencilla, que no debe obtener ganancia a expensas de
otras personas. Trate a los demás como le gustaría que ellos le traten a usted.
Confirmamos, entonces, que la clave está en la actitud.

7. Administre su tiempo sabiamente


Aprenda a limitar el tiempo que dedica a los negocios, sobre todo cuando no
pasa el tiempo suficiente con la familia. “No te afanes por hacerte rico; sé prudente,
y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ninguna? Porque se harán
alas como alas de águila, y volarán al cielo. Proverbios 23: 4-5). Mucha gente se
encuentra atrapada en el compromiso excesivo con los negocios o la búsqueda de
más dinero o posición social y esa actitud perjudica la relación y permanencia que
debe de existir en la familia.
Es importante recordar que las prioridades que Dios pone para nosotros son
muy claras. Debemos analizar que cada cristiano que busca la voluntad de Dios
tiene que comprenderlas. La primera prioridad en la vida del cristiano es desarrollar
su relación personal con el Señor Jesucristo.
La segunda prioridad en el compromiso de un cristiano es su familia. Esto
incluye enseñarles sobre la Palabra de Dios. Esta práctica requiere un compromiso
con la unidad familiar, e indica también un compromiso específico de tiempo. Cristo
merece la mejor parte de nuestro día. Si usted estudia mejor de mañana, madrugue
y dedíquele tiempo al Señor. Sacrifíquese si es necesario. Si se da cuenta de que
el devocional familiar es más provechoso en horario nocturno, entréguele ese tiempo
a Dios. Apague el televisor, asegúrese de que los niños hayan terminado temprano
las tareas escolares, y empiecen a estudiar la Biblia. Es importante que todos en la
familia comprendan las cosas de Dios y oren juntos. También deben orar por las
necesidades de otros. Ayude a sus hijos a ser conscientes de que los cristianos,
como intercesores, pueden y deben de orar por otros y esperar respuestas de Dios.
La tercera prioridad en la vida del cristiano es el trabajo, luego, la actividad en
su iglesia, su grupo social y el pasatiempo que desee tener.
8. Evite los lujos y los excesos
La persona que desee lograr la liberación económica, debe evitar los lujos y
los excesos en la vida.
Si queremos encontrar un ejemplo que cabe dentro de la voluntad de Dios,
leamos Lucas 9:23, donde Cristo dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese
a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”, y Juan 6:27: “Trabajad, no por la
comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo
del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre”.
¿Está su estilo de vida dentro de estos límites? ¿Está usted dispuesto a confiar
en Dios y a negarse algunos lujos? Al hacerlo, Él le dará aún más.
Desdichadamente, evaluemos la mayoría de nosotros somos egoístas, y rara vez
dejamos de lado un gusto o un deseo, y mucho menos una necesidad. Pero a la luz
de las necesidades a nuestro alrededor, es importante que los cristianos nuestro
nivel de vida. Muchos podrían reducir los gastos de manera considerable sin bajar
significativamente su estándar de vida.
9. El consejo profesional cristiano
Cuando tenga dudas, es importante buscar asesoramiento cristiano. “Los
pensamientos son frustrados donde no hay consejo; más en la multitud de
consejeros se afirman” (Proverbios 15:22). Dios nos exhorta a buscar consejo, y no
sólo a confiar en nuestros propios recursos. Al preparar un plan para controlar sus
gastos, mucha gente se frustra porque no tienen el conocimiento necesario y
terminan dándose por vencidos, grave error, pues Dios ha dotado a otros con la
habilidad de ayudarnos en el área de las finanzas. Busquemos entonces a los
profesionales indicados.
PASOS PARA PREPARAR UN “PLAN PARA CONTROLAR SUS GASTOS”
La información proporcionada a continuación tiene el propósito de ser una guía
práctica para ayudarle a establecer un plan para controlar sus gastos. A medida que
usted desarrolle y utilice este plan de finanzas, debe seguir diversos pasos lógicos,
cada uno de los cuales requiere un esfuerzo individual.

1. Enumere los gastos mensuales del hogar


Al enumerar los gastos que tenemos, clasifiquémoslo en dos categorías:
A. Gastos fijos

• Son gastos que usted tiene todos los meses y las cantidades son
siempre las mismas.
• Contribuciones a obras de caridad, iglesias, diezmos, ofrendas

• Impuestos a las ganancias (ya sean impuestos estatales o municipales, de


seguro social o jubilación). Si son deducidos de su sueldo automáticamente, no
tome en cuenta este punto.
• Gastos de vivienda (hipoteca o alquiler)
• Impuestos
• Educación
• Seguros (de vida, médico, del auto)
• Pagos mensuales de deudas
• Otros gastos fijos

B. Gastos variables

Compra de alimentos
• Luz, agua, teléfono, gas

• Diversiones, recreación, salidas, paseos

• Ropa
• Gastos médicos (, médico, dentista, medicinas)
• Ahorros
•Misceláneos, gastos varios
NOTA: Para poder determinar correctamente los gastos variables, sugerimos que
coloque en una caja todos los recibos de sus compras al mes. Si no tiene recibos
de las compras, anótelas en un papel. Apunte cada gasto, incluso los que considera
más pequeños.

2. Enumere los ingresos disponibles por mes.


A continuación le proveemos una lista de posibles ingresos.
• Sueldo o salario
• Rentas o alquileres de algunos bienes que poseamos
• Pagarés
• Intereses sobre algunas cuentas que tengamos
• Dividendos
• Devolución de impuestos (cantidad anual dividida entre 12)
• Apoyo recibido de terceras personas
• Otros

NOTA: Si usted no se maneja sobre la base de un sueldo fijo como empleado u


obrero, y tiene un pequeño negocio o ingresos como independiente, tome la
cantidad de ingreso recibido en el último año y divídalo entre doce. Eso le dará su
salario promedio mensual que podrá usar para armar su “Plan para controlar sus
gastos.

3. Determine los impuestos que tiene que pagar

Si usted es trabajador independiente calcule el impuesto que le corresponde


pagar al estado, considerando el total de sus ingresos del mes, este importe se
denomina “aporte al estado”.
En el caso de ser un trabajador dependiente y que además de los descuentos
de ley que le hacen en su planilla le corresponde pagar impuestos a la renta, por el
monto anual de sus ingresos, determine primero el total de impuestos que tiene que
pagar anualmente y luego divida esa cantidad entre 12, el resultado considere como
“aporte al estado”, esta suma deberá ir guardando para cuando le toque pagar los
impuestos.
4. Calcule le la parte que le corresponde a Dios
Para todo cristiano esta es la parte más importante, ya que uno de los principios
de la Palabra de Dios nos manda cumplir con darle a Dios la parte que le
corresponde, es decir con los diezmos y las ofrendas.
Esto determina nuestro grado de fidelidad y amor a nuestro Creador, así como
la dependencia que tenemos de Él. En los diezmos, más que la cantidad, lo
importante es la actitud con la que le damos a Dios, debemos de darle con amor y
sin ningún tipo interés.
La cantidad de nuestros diezmos y ofrendas debe de estar en una estrecha
relación entre nuestro amor y dependencia de Dios; es decir, entre más amo y
dependo de Dios mi diezmo y ofrendas serán mayores. Mi punto de partida debe
ser el 10% de mis ingresos brutos y no del neto. Se considera ingreso bruto a la
cantidad de mi sueldo antes de los descuentos y neto es la cantidad real que me
dan al final después de los descuentos.
La suma del diezmo y las ofrendas se determina “la parte de Dios”.
5. Sume las aportaciones
Este punto es solo con la idea de facilitar los cálculos. En esta parte de nuestro
“Plan para controlar los gastos” debemos de sumar la parte que corresponde a los
“aportes al estado”, en el caso que tengamos esta obligación, más la
correspondiente a “la parte de Dios”, la suma de estas dos cantidades se denomina
“suma de aportaciones”.
6. Determine el Ingreso Neto Disponible (IND)
Es importante poder determinar el Ingreso Neto Disponible para poder
continuar con los cálculos de nuestro “Plan para controlar los gastos”.
Este es un cálculo muy sencillo, lo que debemos de hacer es una simple resta
del “ingreso neto”. De la cantidad que nos pagan después de los descuentos de ley,
debemos de restar la “suma de aportaciones”, al resultado se le denomina “Ingreso
Neto Disponible” (IND); es decir, la cantidad de dinero que tenemos disponible para
gastar al mes.
7. Compare el Ingreso neto disponible (IND), con los gastos
Compare el ingreso neto disponible al mes (IND), con la suma de los importes
de sus gastos. Si su ingreso neto disponible (IND) es superior a sus gastos, usted
sólo necesita implementar un método de control de sus gastos en su hogar para
maximizar sus ingresos. Sin embargo, si los gastos son mayores que el ingreso neto
disponible, requiere solucionar este problema Lo antes posible. Para ello le
recomendamos hacer un “Plan para controlar sus gastos” mucho más estricto y
detallado. En ese caso, hay que analizar cada área del presupuesto a fin de reducir
gastos.
Examinemos, a continuación, “los destructores de su plan”: Estos
“destructores” son áreas con problemas potenciales que pueden arruinar un plan
económico a corto plazo. Si fallamos en el control de estas áreas, el resultado puede
ser el desastre económico del hogar.
A. Vivienda
Por regla general, éste es uno de los más grandes problemas que crean un
desbalance en la economía del hogar. Muchas personas compran o alquilan una
vivienda que está fuera de sus posibilidades económicas, motivadas principalmente
por presiones externas, generalmente familiares, amigos u otras influencias
negativas. En principio, no es necesario que todo el mundo sea dueño de una
vivienda. La decisión de comprar o alquilar debe basarse en una relación directa
entre las necesidades que tienen y la capacidad económica disponible, y no en
presiones internas o externas.
B. Comida
Muchas familias compran demasiada comida. Otras no compran la suficiente.
Para equilibrar y/o reducir los gastos en comida de una familia, hay que tomar en
cuenta dos elementos básicos: la cantidad y calidad de los alimentos.
Ideas para ahorrar en la compra de comestibles:
• Elabore una lista escrita con alimentos necesarios antes de ir al mercado.
• Trate de ahorrar en movilidad, haciendo sus compras para un período más
largo, y en mayores cantidades.
• No salga de compras cuando tenga hambre (especialmente si le gustan las
cosas dulces).
• Si es posible, utilice una calculadora para ir controlando el total de gastos a
medida que realiza las compras.
• Reduzca o elimine el uso de productos descartables: platos, vasos, servilletas
de papel, etc. Use platos de loza o plástico, servilletas de tela, vasos de vidrio.
• Evalúe dónde conviene comprar los productos de higiene personal como el
shampoo, pasta dental. (generalmente se pueden conseguir a mejor precio en las
ofertas especiales que tienen las de grandes mercados y farmacias).
• Evite los cereales procesados y endulzados (son costosos y poco nutritivos).
• Evite los alimentos pre-cocidos y procesados, como comidas para el horno o
el microondas, alimentos congelados, pasteles, etc., (está pagando demasiado por
mano de obra que puede hacerlo usted).
• Vea cuáles son los cortes más económicos de carne que pueda encontrar, y
pídale al carnicero que lo corte (sin embargo, a veces resulta económico comprar
carne empaquetada que está de oferta en los supermercados).
• Pruebe los productos enlatados que llevan la marca del mismo supermercado
donde está haciendo las compras (generalmente, como no pagan por publicidad,
son más económicos e igualmente nutritivos).
• Los supermercados hacen gran publicidad con algunos productos que
colocan a muy bajo precio para atraer clientes y venderles otros productos a precio
regular. Aproveche estas ofertas y compre esos productos con descuento. Pero no
se olvide de comparar el precio de las demás compras porque ¡allí puede perder
todo lo que se ahorró en la oferta!
• Trate de comprar alimentos al por mayor. Si hacen un fondo común entre tres
o cuatro familias, pueden comprar cantidades más grandes de alimentos a los
precios que pagan los vendedores de las calles o los mercados minoristas.
• Si las hay en su ciudad o pueblo, aproveche las “ferias” en las que los
productores directamente traen los productos para vender a los consumidores.
• Prepare en casa las papillas para su bebé, pasando alimentos normales por
la licuadora.
• Deje a sus hijos en casa a fin de evitar presiones innecesarias cuando sale
de compras.
• Preste atención a cada artículo y verifique su precio mientras se lo cobran en
la caja registradora, revise la cuenta antes de salir del supermercado para cualquier
aclaración y/o devolución.
Considere la posibilidad de preparar conservas de sus propias verduras
frescas cuando sea posible. Junto con otras familias, trate de comprar directamente
de los puestos de los granjeros y agricultores.
NOTA: Compre los elementos y aparatos necesarios para preparar las conservas
fuera de temporada, cuando la demanda es más baja.
C. Transporte

Los medios de comunicación generalmente nos llaman “consumidores”, pero


no es siempre la mejor descripción. Creo que el empresario de circo P.T. Barnum
tenía una palabra más apta: “bobos”. Es un hecho que los seres humanos no somos
muy sabios a la hora de tomar decisiones económicas que tienen que ver con las
máquinas en general, y especialmente los automóviles.
Muchas familias, por ejemplo, compran autos nuevos que están más allá de sus
posibilidades económicas, y los cambian mucho antes de que se haya acabado su
vida útil. Los que compran un auto nuevo y lo mantienen por menos de cuatro años,
para entonces cambiarlo por otro nuevo, tienen el récord de haber derrochado la
máxima cantidad de dinero posible. Algunas personas, como por ejemplo, los
agentes de ventas que conducen bastante, necesitan automóviles nuevos con cierta
frecuencia; pero la mayoría de nosotros no. He visto mucha gente que cambia de
auto simplemente porque quiere, y no porque sea necesario. En este tipo de
decisión influyen factores tales como el ego, la autoestima, la madurez.
D. Seguros

Muchas de nuestras familias latinas están seriamente desinformadas dentro de


esta área. Pocos comprenden cómo funciona el sistema de seguros, su efectividad,
o cuál es el tipo que uno necesita. Casi nadie permitiría que alguien le vendiera un
auto Mercedes Benz cuando sólo le alcanza el dinero para comprar un pequeño
Tico; sin embargo, muchos compran seguros costosos cuando sus necesidades
dictan otra cosa.
El seguro debe ser una provisión suplementaria para la familia, no una
protección ni una ganancia. Un plan de seguros no está diseñado para ahorrar
dinero (como algunos vendedores sugieren), ni para ser usado durante su jubilación.
Pregúntele a cualquier persona que pensaba de esa manera y verá que el resultado
final fue la desilusión.
Es importante contar con un agente de confianza. Por lo general, un buen
agente de seguros es aquel que puede seleccionar de entre varias compañías y
brindarle la mejor opción posible. Dicho personaje sabrá un plan breve y sencillo
para analizar sus necesidades reales.
E. Pago mensual de deudas

Como hemos mencionado, las tarjetas de crédito, los préstamos bancarios y


los pagos a plazos han hecho que las familias se endeuden en gran manera. ¿Qué
puede hacer una vez que esta situación ya existe? Si usted ya tiene problema con
sus deudas:
• Como primer paso, destruya o guarde bajo llaves todas sus tarjetas de
crédito.
• Establezca un “Plan de pagos de deudas” que incluya a todas las
instituciones y personas a las que les debe.
• Póngase en contacto con todos ellos, explíqueles sinceramente sus
problemas, y haga arreglos para un plan de pago equitativo.
• Compre todo al contado y sacrifique sus gustos y deseos particulares hasta
que haya pagado todas sus deudas.
Le recomiendo que lea junto a su familia el libro “¿Cómo salgo de mis deudas?”
del Dr. Andrés Panasiuk. He visto y oído muchas historias profundamente tristes en
las que la presión económica ha jugado un papel preponderante en el
desmembramiento del núcleo familiar. Tome en serio su situación.
F. Entretenimiento y Recreación

Vivimos en una sociedad inclinada al entretenimiento. Eso no es malo, si se


pone en la perspectiva correcta. Pero los que están endeudados no pueden utilizar
el dinero con el que pueden pagar sus deudas para la recreación. Nuestra tendencia
es escapar de los problemas, aunque sólo sea por un corto tiempo... ¡Aun cuando el
resultado de este “escape” sea que los problemas empeoren! Mientras
tengan deudas, las personas deben resistir este impulso y controlar los gastos de
recreación y entretenimiento.
¡Qué terrible es ver a alguien que ya está en aprietos económicos y se da todos
los gustos a expensas de otros! Dios sabe que necesitamos descanso y
esparcimiento, y confíe en que Él se lo va a proveer de maneras inesperadas
siempre que nuestra actitud en la vida sea correcta. Cada persona, tenga deudas o
no, debe intentar controlar sus gastos de entretenimiento. Esto generalmente se
puede lograr sin sacrificar la calidad del tiempo que dedicamos a la familia.
Ideas para ahorrar en el entretenimiento:
• Dentro de lo posible, planifique sus vacaciones fuera de temporada alta.
• Elija lugares de vacaciones en sitios cercanos al lugar donde usted vive.
Trate de intercambiar casas con una familia amiga que viva en otra área a fin de
poder disfrutar de vacaciones económicas.
• Utilice juegos de mesa en vez de salir de paseo (dentro de este entorno sirven
los juegos que se recibieron en Navidad, pero que nunca se utilizaron).
• Considere la opción de ir de vacaciones con otras familias para reducir los
gastos y aumentar el compañerismo.
• Si viaja por avión, utilice los vuelos más económicos (por ejemplo, a veces
los viajes de noche o en la madrugada pueden ahorrarle del 10 al 20% del costo del
pasaje. Consulte también otras restricciones que le permitan disminuir los gastos
del boleto).
G. Ropa
Muchas familias con deudas sacrifican esta área del presupuesto a causa de
excesos en otras áreas. Sin embargo, cuando hay prudencia en los planes y enlas
compras, la familia puede vestir bien sin grandes gastos. Aquí hay algunas ideas:
• Ahorrar suficiente dinero para evitar comprar a crédito.
• Educar a su familia en cuanto al cuidado de la ropa.
• Disciplinar a los niños para que cumplan estas costumbres.
. Aprendamos a utilizar nuestros recursos en vez de ser simplemente
consumidores. ¿Cuántas familias que gozan de una mejor posición económica
tienen guardarropas llenos con elementos que ya no utilizan, porque están fuera de
moda? Hay muchas. Sólo depende de usted discernir entre lo útil y lo necesario.
Dentro de este contexto considere si en realidad es importante tener toda la
ropa de última moda. ¿Reflejan sus compras la conveniencia o su ego? ¿Compra
ropa para satisfacer una necesidad o un gusto?
Ideas para ahorrar en gastos de vestimenta:

• Confeccione tanta ropa para los niños como su tiempo le permita.


(Como promedio, ahorrará entre el 50 y el 60%).
• Haga una lista escrita de las necesidades de ropa, y compre las cosas fuera
de temporada, siempre que su presupuesto lo permita.
• Escoja ropa que se pueda utilizar con múltiples combinaciones. Frecuente
las tiendas de descuento que venden ropa “de marca”, pero sin la etiqueta.
• Para obtener buenos precios en mercadería de calidad, vaya a las tiendas
que venden directamente de fábrica. A veces, puede conseguir a precios mucho
más bajos ropa que, por tener pequeños daños, las fábricas no pueden vender a
tiendas regulares. Las fábricas, en muchos países, llaman a esta ropa de “segunda
selección” o ropa con “falla”.
• Escoja ropa que pueda lavarse en casa.
• Remiende su ropa dañada desde un principio. Aprenda a utilizar al máximo
toda la ropa (especialmente la de los niños).

H. Ahorros

Es importante implementar algún tipo de ahorro en su plan para controlar sus


gastos. De otra manera, el uso del crédito llega a ser una necesidad permanente y
solicitarlo (es caer en deudas) se convierte en un estilo de vida. Sus ahorros le
permitirán hacer compras con dinero en efectivo, y encontrar las mejores ofertas,
sin tener que limitarse a ciertas tiendas porque sólo ellas trabajan con su tarjeta de
crédito. Además, su cuenta de ahorros le permitirá tener un “colchón” de protección
para cuando lleguen las situaciones de emergencia.
Aquí hay algunas ideas para ayudarle a ahorrar:
• Si es posible, utilice el sistema de ahorro automático de una parte de su
sueldo. Así le retirarán el dinero antes que usted lo reciba.
• Utilice el débito automático de su banco a fin de hacer pagos como la luz, el
agua y otros, eso le evitará el pago de movilidad y la comisión del banco.
• Cuando termine de pagar cierta deuda, empiece a ahorrar esa cantidad de
dinero.
I. Gastos médicos/dentales
Con el incremento actual que tienen los costos de los programas de cuidado de
la salud en algunos países latinoamericanos y en Estados Unidos, usted debe
proveer fondos para estos gastos dentro de su plan familiar para controlar sus
gastos. Adopte ciertos hábitos para apartar fondos de manera regular y cuidar de la
salud de su familia.
Si no lo hace, echará a perder su plan para controlar sus gastos y estará
abriendo el camino para endeudarse. No sacrifique la salud de su familia por falta
de planificación, pero al mismo tiempo, no vaya al médico en forma excesiva.
Recuerde que “prevenir es mejor que curar”.
Podrá evitar muchas cuentas dentales, por ejemplo, si le enseña a sus hijos a
comer alimentos adecuados y a cepillarse correctamente los dientes. Su dentista le
suplirá toda la información necesaria sobre este tema. Utilizando este plan pueden
evitarse muchas cuentas médicas
Cuide su cuerpo con una sana alimentación, descanso y ejercicio, y el resultado
será una buena salud. Si abusa de su cuerpo, al final tendrá que pagar sus excesos
con la enfermedad. Esto no quiere decir que la negligencia sea la causa de toda
enfermedad o todos los problemas. Pero muchas enfermedades se podrían evitar
con una pizca de prevención.
No dude en preguntar de manera anticipada a médicos y dentistas acerca del
costo de la atención. Además, aprenda a discernir cuándo está recibiendo buena
atención a cambio de su dinero. La mayoría de los profesionales honrados no se
ofenderán por sus preguntas. Si su médico se ofende, quizá sea una indicación de
que es hora de buscar otro.
En el caso de las recetas para remedios, cotice precios en varios lugares. En
algunos países se sorprenderá al descubrir la gran variedad de precios de una
farmacia a otra. También pregunte por el descuento de ciertos productos, si se
realiza el pago en efectivo.
Gastos diversos
Estos gastos pueden incluir infinidad de cosas. Aquí entran los regalos en
general (incluso los de Navidad), gastos de arreglo y corte del cabello, perfumería,
cosméticos, lavandería, tintorería, subscripciones a revistas, etc. Algunos gastos
ocurren mensualmente (como las suscripciones a clubes, revistas o hobbies)
mientras que otros, de vez en cuando (como la compra de cosméticos, regalos de
Navidad, etc.).
NOTA IMPORTANTE: Algunas familias sostienen a sus padres y a sus abuelos.
Algunos los tienen viviendo en sus propias casas, otros envían dinero a su país de
origen. Algunas familias han tomado la responsabilidad de ayudar a parientes o a
familias amigas. Si su familia tiene este tipo de gastos, entonces no se olvide de
colocarlos dentro de su plan familiar para controlar sus gastos y deducir los
porcentajes de gastos en otras categorías para que su plan familiar esté
debidamente balanceado.

CONCLUSION: Recuerde que usted necesita de todas las categorías para


subsistir. Ninguna familia puede vivir por mucho tiempo sin proveer ropa a sus
miembros; sin recrearse y entretenerse; o sin dinero para el transporte o sin ahorrar
para los imprevistos
Por todo lo explicado, recomendamos que no elimine categorías. Simplemente
redúzcalas a un nivel razonablemente bajo. Como dicen en algunos de nuestros
países: “Más vale que sobre y no que falte”.
Recuerde de antemano que uno de los factores más importantes en los gastos
del hogar es usted. Si puede hacer tareas de mantenimiento y reparación, por
ejemplo, podrá evitar gastos innecesarios. Muchos se justifican diciendo que no lo
hacen porque su tiempo vale demasiado.
¡Tonterías! Si cada hora del día está comprometida al trabajo para ganar dinero,
entonces, por definición previa, usted es un esclavo. Parte del cuidado y
mantenimiento de las cosas de la casa se relaciona con la vida familiar, en particular,
con la instrucción de los hijos.
Cuando vean que mamá y papá están dispuestos a hacer una tarea física para
ayudar en el hogar, aprenderán buenas costumbres. Pero si usted se niega a
ocuparse de esos menesteres, ¿por qué habrían de hacerlo sus hijos? ¿Dónde
aprenderán a bastarse por sí mismos? Algunos hombres evitan el trabajo y las
reparaciones en el hogar porque dicen que les faltan las habilidades necesarias. Sin
embargo, esas habilidades se adquieren, no son naturales. Hay muchos buenos
libros que explican cómo llevar a cabo cada área del mantenimiento del hogar.
Vivir de acuerdo con un “Plan para controlar sus gastos” no sólo es prudente,
sino que también puede ser agradable. A medida que tenga éxito en su plan y vaya
saliendo de sus deudas, dígaselo a otros, y estimule a sus hijos a hacer lo mismo.
Ahora usted tiene las herramientas necesarias para establecer su “Plan para
controlar sus gastos”. El resto depende de usted. ¡Adelante! ¡Anímese y tome
control, de una vez por todas, de los recursos que Dios le ha dado para administrar!
Recuerde que Dios bendice a los que viven «decentemente y con orden».
NOTA: Si le interesó el tema de aprender a controlar sus gastos y mejorar el manejo
de su vida financiera, quisiéramos recomendarle que lea el libro escrito por
el Dr. Andrés Panasiuk llamado “¿Cómo llego a fin de mes?”, el cual puede cambiar
su vida económica y ser de excelente ayuda para usted.

LECCIÓN 6
EL PRINCIPIO DEL AHORRO
Benjamín Franklin solía decir: «Un centavo ahorrado es un centavo ganado».
Esa es una gran verdad: una de las formas más efectivas de darnos un aumento de
salario es reduciendo nuestros gastos. Es por eso que al final de este libro ocuparé
un buen número de páginas dando consejos prácticos para ahorrar en los gastos de
todos los días.
El problema con nuestra capacidad de ahorrar tiene que ver, muchas veces,
con la forma en la que nos vemos a nosotros mismos. Algunas personas se verán a
ellas mismas como ahorradoras. Tratan de guardar y de ahorrar cuanto centavito
encuentren. Otros, por su lado, se ven como «inversores». Este tipo de gente es la
que regularmente habla de «invertir» en una computadora, en un auto nuevo, en un
televisor, o un equipo de sonido para el hogar.
Sin embargo, aquí hay una idea muy importante para compartir con estos
«inversores»: nunca podemos ahorrar gastando. Pareciera ridículo tener que
decirlo, pero muchos «inversores» creen sinceramente en las campañas
publicitarias que dicen «Compre y ahorre» o «Compre ahora y ahorre después».
Cuesta tener que explicar que estos términos son contradictorios y opuestos.
Uno no puede gastar y ahorrar al mismo tiempo, excepto, por supuesto, cuando
compramos para satisfacer una necesidad real y la compra se hace a un precio más
barato que el regular. Es por eso que me gustaría hacer un paréntesis para clarificar
dos conceptos muy importantes: el concepto de la necesidad y el del deseo. Antes
de clarificar estos dos conceptos quisiera recalcar que no está mal tener deseos
y satisfacerlos. No estamos promoviendo el masoquismo. Sin embargo para llegar a
fin de mes es importantísimo tener en claro cuáles son nuestras necesidades y cuáles
son nuestros deseos. Debemos satisfacer nuestras necesidades primeramente y,
luego, satisfacer nuestros deseos solamente en el caso de que tengamos los
recursos económicos disponibles para hacerlo.
a. La necesidad
Cuando tomé mis clases de psicología en la universidad, se estudió en alguna
de ellas la famosa
«Escala de Maslow». Esa escala dividía las necesidades del ser humano en
cinco áreas generales que iban desde las más básicas (fisiológicas) hasta la
necesidad de sentirse realizado (pasando por la necesidad de seguridad,
pertenencia y estima propia).Sin embargo, para los propósitos de nuestro estudio
voy a definir como «necesidad económica» todas aquellas cosas que realmente
necesitamos para sobrevivir: comida, vestimenta, un techo sobre nuestra cabeza,
etc. No solamente cosas materiales o corporales, sino todo aquello que estemos
verdaderamente necesitando para nuestra supervivencia como seres humanos (por
ejemplo: seguridad, salud, transporte, etc.).
Nosotros debemos colocar nuestras necesidades en el nivel de prioridad más alto.
Debemos buscar suplirlas a toda costa. Allí deben ir nuestros recursos financieros
sin mayores dudas ni retrasos.
b. Los deseos
Cuando hablamos de las compras que tenemos que hacer, todo aquello que no
es una necesidad, es un deseo. Ya sea un deseo «de calidad» (o, DC), en el que
queremos satisfacer una necesidad con algo que tenga una calidad más alta o sea
un deseo «propiamente dicho» (al que llamaremos simplemente «deseo» y lo
identificaremos con la letra «D»), que significa que simplemente quisiéramos tener
algo que nos gusta.
Un DC (deseo de calidad) podría ser, por ejemplo, un buen pedazo de bistec en
lugar de una hamburguesa
. El alimento es una necesidad básica del cuerpo. Pero, en este caso, uno está
queriendo satisfacer esa necesidad con un producto más costoso y de más alta
calidad: un bistec. Lo mismo podría ocurrir en todas las otras áreas de necesidades
reales en nuestra vida: podemos comprar un vestido en una tienda de vestidos
usados o podemos comprar uno de alta confección. En ambos casos, la vestimenta
es una necesidad, pero la forma en la que queremos satisfacer esa necesidad puede
transformar la compra en un deseo.
Un deseo «D» es todo aquello que no tiene nada que ver con una necesidad.
Comprarnos un gabinete para el televisor, una mesa para el patio de la casa, una
videograbadora, un velero o comprar otra propiedad para hacer negocio con ella
pueden ser ejemplos de este tipo de deseos. Nosotros deberíamos satisfacer
nuestros deseos solamente después de satisfacer nuestras necesidades y si
tenemos los recursos económicos para hacerlo.
Por lo tanto, antes de salir de compras es importante que tengamos en claro lo
que es una necesidad y lo que es un deseo. En estos días la gente tiene la tendencia
de decir: «necesito una computadora» o «necesitamos una máquina de sacar
fotos», cuando, en realidad, deberían estar diciendo: «¡cómo quisiera
comprarme una computadora!» o «¡cómo nos gustaría tener una máquina de sacar
fotos!».
Lamentablemente, en los últimos treinta años hemos pasado a través de un
proceso de condicionamiento para comenzar a hablar de
«necesidades», en vez de reconocer nuestros deseos. Al hacerlo, creamos una
ansiedad interior que nos impulsa a satisfacer esa «necesidad». Es entonces
cuando invertimos nuestro dinero en cosas que realmente podrían esperar y nos
olvidamos de proveer para aquellas cosas que realmente necesitamos (ya sea en
forma inmediata o a largo plazo).
Finalmente, debemos tomar nota de que no siempre lo que parece un «ahorro»
realmente lo es. Por un lado, porque, como dicen muchas damas del continente
Latinoamericano: «lo barato sale caro». En algunas circunstancias nos conviene
comprar cosas de mejor calidad, pero que nos durarán de por vida, que cosas de
baja calidad que tendremos que reemplazar cada cierta cantidad de años.
Por otro lado, no siempre es una buena idea comprar en «ofertas». Si yo
compro diez jabones de lavar la ropa porque estaban casi a mitad de precio y
después de dos días me quedo sin dinero para comprar leche, he hecho una mala
inversión. Ahora tengo dinero sentado en la repisa del cuarto de lavar la ropa
riéndoseme en la cara porque no puedo prepararme un café con jabón, necesito
leche. Este es un típico caso en el que no me conviene «ahorrar gastando».
Sin embargo, si el almacén de la esquina de mi casa está ofreciendo dos litros
de leche por el precio de uno, yo debería inmediatamente tomar la oferta
(especialmente si tengo niños en casa). La leche es un elemento de consumo diario
y es una necesidad básica para mi supervivencia. El jabón de lavar la ropa y otros
limpiadores pueden ser reemplazados por alternativas más baratas
Este último problema de comprar más de lo que uno necesita y tener dinero
estancado en las alacenas de la casa es un problema que millones de negociantes
confrontan cada día a lo largo y ancho del mundo. Lo creas o no, el manejar la
economía de un hogar tiene mucho que ver con la forma en la que se maneja la
economía de un negocio, incluso, con la forma en la que se maneja la economía de
un país.
Ahora que nos vemos a nosotros mismos como gerentes o administradores,
necesitamos comenzar a manejar los negocios de la casa con las mismas
herramientas con las que se manejan los negocios en el mundo de hoy. Si tú eres
la persona que maneja el dinero en el hogar, a partir de hoy podrás colocar en tu
currículo vitae: «Presidente de la Junta Financiera (tu apellido) y
Asociados».
Para poner en práctica
Acostúmbrate a diferenciar entre necesidades, deseos de calidad (DC) y
deseos propiamente dichos
(D). Escribe al lado de cada palabra las letras N, DC o D según
corresponda. Compara las respuestas con las nuestras en la siguiente página.
N = Necesidad básica del ser humano.
DC = Deseo de calidad: Necesidad básica satisfecha con una solución de más
alta calidad
OTROS EJEMPLOS
El presupuesto personal o familiar
Un presupuesto te ayudará a sacar todo el partido de tu dinero.
Pasos para elaborar un presupuesto:
1. Identifica tus ingresos y gastos
Los ingresos son las entradas de dinero: nómina o pensión, intereses de cuentas
bancarias, pensiones, ayudas, etc.
Los gastos son todas las salidas de dinero, ya sean grandes o pequeñas,
periódicas u ocasionales: hipoteca, gastos de luz, agua, gas, teléfono, viajes, etc.
2. Ajusta los gastos a los ingresos

Intenta que los gastos no superen el 90% de los ingresos para poder ahorrar
al menos el 10% cada mes. Cuanto más ahorres antes lograrás tus objetivos
financieros. Si no puedes ahorrar cada mes, deberás recortar algunos gastos.
Hay distintos tipos de gastos:
 Gastos fijos que no se pueden evitar, como la hipoteca.
 Gastos variables pero necesarios, como la comida, la ropa, etc. El resto
de gastos son los que puedes reducir o eliminar con más facilidad.
CONSEJO
Destina todos los meses una pequeña parte al ahorro como “gasto fijo”: será
como pagarte a ti mismo, de la misma manera que pagas la luz, el agua, el
teléfono.
. 3. Haz un presupuesto de ingresos y gastos y ajústate a él
Escribe en una lista todos tus ingresos y en otra, todos tus gastos fijos. Los
ingresos deben cubrir todos los gastos, incluyendo una pequeña parte para el ahorro
mensual

4. Revisa el presupuesto
Los gastos y los ingresos pueden variar con el tiempo. Es aconsejable revisar
de vez en cuando el presupuesto, para que se ajuste siempre a la realidad.
CONSEJO
Si te suben el sueldo, no aumentes los gastos en la misma cantidad. Es
aconsejable que ahorres parte de ese aumento. Con la inflación, todo será cada vez
más caro.
El fondo de emergencia
¿Qué ocurre si el carro o la lavadora se estropean? ¿Y si pierdes el trabajo? Si
tienes un fondo de emergencia podrás hacer frente a situaciones de emergencia,
como estas. El dinero que destines al fondo de emergencia dependerá de la cantidad
con la que te sientas seguro. Mientras no utilices este dinero puedes ponerlo en
cuentas bancarias que paguen intereses o en fondos que inviertan en activos a corto
plazo. Así podrás recuperarlo con facilidad y no perderá valor con el tiempo.

Vigila las deudas


A menudo, para comprar algunos bienes, como un carro o una casa, se necesita
dinero prestado. Los préstamos tienen un precio: los intereses, que debes pagar
periódicamente a la entidad que te lo ha concedido. También debes pagar
comisiones y otros gastos. Al final habrás pagado más de lo que vale el producto
porque tienes que sumar los intereses y gastos. Siempre que sea posible, primero
ahorra y después compra. Así sólo pagarás lo que cuesta el producto.

LECCIÓN 7

En la actualidad son muchas las regiones del mundo que se encuentran


azotadas por una inestabilidad económica producto de diferentes factores, siendo
el más destacado la hiperinflación. Ante tal hecho las personas que habitan en esos
países, cuyas crisis financieras parecen incontrolables, son las que más sufren las
consecuencias; al encontrar casi imposible poder llegar a final de mes gracias al
alto costo de la vida.

Teniendo eso en cuenta y movidos por el deseo de ayudarlos a que puedan


sobrellevar mejor esa difícil situación; en este artículo les revelamos una series de
consejos que aplicados a sus finanzas personales les proporcionarán la capacidad
de enfrentar con mejores herramientas la crisis económica. Ten en cuenta que los
casos de inestabilidad si bien guardan similitudes a nivel mundial, la verdad es que
debes adaptar estos consejos a tu realidad específica para conseguir unos
resultados eficaces que te sirvan de aliados.

Como sabrás, parte importante de lograr sobrevivir a una crisis económica tiene
que ver con poder ahorrar lo más que se pueda. Siguiendo esa línea, te
recomendamos que sigas los mejores trucos para ahorrar sin renunciar a nada, y
conseguir así llegar a fin de mes. Sin más preámbulo ahora presta atención a los 8
consejos que te presentamos.
1) Aprovecha la crisis y emprende un negocio: No es un mito eso de que en
época de crisis suelen presentarse oportunidades únicas que sin miedo deberías
aprovecharlas. Durante un periodo de inestabilidad económica surgen nuevas
necesidades dentro de los mercados, por lo que el nivel de consumo es mayor; si
logras detectar una de esas brechas dentro del mercado, y además cuentas con la
idea e información necesaria, no dudes en emprender tu negocio que con esfuerzo
y dedicación te traerá muchos beneficios.

2) Utiliza el Internet para conseguir ingresos extras: Dentro de la web existen


una infinidad de plataformas digitales que sirven como motores de búsqueda que
conectan empresas con trabajadores libres. Si tienes conocimiento o experiencia en
áreas como el diseño o la traducción de seguro conseguirás una oportunidad de
trabajo digna que además te permita ganar en otras divisas mejor valoradas.

3) No escatimes en invertir en tu salud: Durante una crisis económica gozar de


una buena salud se convertirá en tu bien más preciado, por eso debes cuidarla. Esto
se debe a que si estas enfermo o sufres algún accidente esos factores podrán
dificultar el desempeño que le pongas al trabajo; cosa que no debe ocurrir, ya que
eso será tu sustento. Procura consumir una dieta balanceada y hacer ejercicio de
forma diaria, esa actitud también te mantendrá más positivo.

4) Consume de forma eficiente: Dentro de una sociedad que pase por una
hiperinflación debes olvidarte del derroche o de consumir bienes o servicios que de
verdad no son necesarios para tu subsistencia. Muchas personas cometen el error
de querer costear el mismo estilo de vida que tenían durante una economía sana
cuando viven una crisis económica; esa actitud no es prudente, lo mejor es que
optes por ofertas en cualquier área de consumo para así optimizar tus gastos.

5) No vendas tus activos: Puede que dentro de una situación económica


delicada tu primer pensamiento sea vender o empeñar tus activos, pero la verdad
es que eso es lo que menos debes hacer. Estos activos pueden ser muchos más
útiles para ser empleados en una situación más crítica (que para ser realistas puede
pasar); te recomendamos que te deshagas de esos bienes, que si bien cuestan algo
de dinero, no son indispensables como el hogar o un automóvil por ejemplo.

6) Aprende un oficio aparte de tu profesión: Las tasas de desempleo dentro de


las sociedades con crisis económicas siempre son alarmantes, incluso si cuentas
con un puesto estable en una compañía, lo mejor que puedes hacer es invertir en
tu preparación. Diversifica tus talentos e incursiona en actividades que pueden serte
útiles en caso de que las requieras.
7) Establece un presupuesto y cúmplelo: Esta será una de las herramientas que
más te servirán para hacerle frente a la crisis económica que viva tu país. Lo
primordial es que establezcas en ese presupuesto los gastos fijos que tienes
pendientes, y también el nivel de ingresos neto mensual; todo esto con el fin de que
puedas determinar estrategias que te permitan cumplir con tus obligaciones
financieras y seguir ahorrando algo de dinero.

8) Paga las deudas: Esta tal vez debería ser la primera acción que tienes que
realizar en caso de vivir en una crisis económica. Las deudas crean estrés y merman
tu poder adquisitivo, lo que no te permite invertir en cosas realmente importantes
como la salud o el alimento. Salda tus deudas cuanto antes.

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