Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
VICTORIA FINANCIERA
] 1/1/2018
II. El trabajo
A. Dios creó el trabajo para beneficiarnos.
B. Dios le dio al trabajo una importante perspectiva.
1. El trabajo es necesario.
2. El trabajo desarrolla el carácter.
3. El trabajo es para el Señor.
C. Dios tomó responsabilidades con respecto a nuestro
trabajo.
1. Dios nos da las habilidades con respecto a nuestro
trabajo.
2. Dios nos da el éxito.
3. Dios controla los ascensos y avances laborales.
D. Dios nos dio responsabilidades también a nosotros.
1. Debemos trabajar duro.
2. Debemos trabajar sin caer en el exceso.
3. Debemos ser honestos.
4. Debemos honrar a nuestros empleadores.
5. Debemos honrar a nuestros compañeros.
Tres razones por las que Dios habla tanto sobre el dinero:
A. La forma en la que manejamos nuestro dinero es una
expresión externa de una condición espiritual interna.
El área del manejo del dinero es una de esas áreas de “lo muy
poco”. ¿Por qué lo decimos?... pues porque ¿quién sabe cómo está usted
manejando su dinero? Ahora que viajamos por Latinoamérica nos damos
cuenta que muchas veces las esposas no saben cómo los esposos manejan
el dinero de la casa. Entonces, si la esposa no sabe cómo su esposo está
manejando el dinero de la casa, mucho menos el pastor. El área del manejo
del dinero es un área “secreta” en nuestra vida…
Pero como le escuchamos decir alguna vez al Dr. Luis Palau, “en
la vida secreta está el secreto”. La forma en la que cada uno de nosotros
tomamos decisiones económicas muestra los principios y valores que
tenemos en la vida. Si usted decide sobornar a un policía de su país, pasar
algún equipo de contrabando por la aduana, mentir en su declaración de
impuestos o escuchar música en un disco compacto pirateado, esas
decisiones económicas simplemente muestran que es lo que es usted
realmente valora en su vida (su tiempo, su dinero), y qué lugar ocupa la
Palabra de Dios y Jesucristo mismo en el trono de su corazón.
B. La manera en que administramos el dinero afecta la intimidad de
nuestra comunión con Cristo. “pues si en las riquezas injustas no fuisteis
fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?” (Lucas 16:11). Una relación más
Íntima con Cristo es “lo verdadero” en la vida.
II. El trabajo
Una persona promedio trabaja unas 100.000 horas en su vida.
Con frecuencia, este trabajo acarrea algunas insatisfacciones. Entender los
principios de la Escritura con respecto al trabajo lo ayudara a experimentar
satisfacción en el mismo. Además, lo pondrá en una posición donde el Señor
podrá prosperarlo.
Conclusión
Jesús habló mucho acerca del dinero y las posesiones porque sabía que
nuestra vida espiritual y material tendría mucho que ver con eso. Dios es Dueño
de todo, y nos encomienda algunas de sus posesiones para que las
administremos. Quiere que seamos sabios y fieles mayordomos al poner en
práctica los principios financieros que enseña su palabra.
Él nos ha dado el trabajo para proveernos de lo que necesitamos y para
desarrollar nuestro carácter. Debemos trabajar duro y tratar de ser excelentes
porque, en realidad, trabajamos para Cristo. Debemos, también, balancear el
trabajo con otras prioridades que nos da el Señor–entre ellas, la familia, el
descanso y el Reino.
LECCION 2
Consejo, Gastos y deudas
Jesús habló mucho acerca del dinero y las posesiones porque sabía que nuestra vida
espiritual y material tendría mucho que ver con eso. Dios es Dueño de todo, y nos
encomienda algunas de Sus posesiones para que las administremos. Quiere que seamos
sabios y fieles mayordomos al poner en práctica los principios financieros que enseña Su
Palabra.
Él nos ha dado el trabajo para proveernos de lo que necesitamos y para desarrollar
nuestro carácter. Debemos trabajar duro y tratar de ser excelentes porque, en realidad,
trabajamos para Cristo. Debemos, también, balancear el trabajo con otras prioridades que
nos da el Señor –entre ellas, la familia, el descanso y el Reino.
Hoy vamos a aprender sobre tres temas cruciales: el pedir consejo, controlar los gastos y
salir de deudas.
A. Aprender a contentarse.
“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que
sea mi situación. Se vivir humildemente, y se tener abundancia; en todo y por todo estoy
enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como
para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:11-13).
B. Rechazar la codicia
“No codiciaras la casa de tu prójimo, no codiciaras la mujer de tu prójimo,
ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”
(Éxodo 20:17). Codiciar significa desear profundamente lo que otra persona tiene, y
la Escritura lo prohíbe. En otras palabras, no debemos codiciar lo que le pertenece a
otra persona.
“El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que
presta”
(Proverbios 22:7).
Satisfacción propia:
“Hombre necesitado será el que ama el deleite; y el que ama el vino y los ungüentos no
se enriquecerá” (Proverbios 21:17). Algunas personas gastan al intentar satisfacer
sus deseos nuevos.
Circunstancias:
(2 Reyes 4:1-7) Algunas personas recurren a endeudarse cuando surgen situaciones
inesperadas de emergencia, tales como la perdida de trabajo o una enfermedad.
C. Dios nos lleva por el camino de la sanidad financiera
A continuación hay nueve principios para salir de deudas
1. Ore
2 Reyes 4:1-7 En ese pasaje, un prestamista amenazó a una viuda con quitarle a sus
hijos, y ella acudió pidiendo ayuda a Eliseo. Este la aconsejó diciendo que pidiera
prestado a sus vecinos vasijas vacías. El Señor multiplicaría lo único que ella tenía,
un poco de aceite, y llenaría con eso las demás vasijas prestadas. Ella vendió el
aceite y con eso pagó la deuda para poder recuperar a sus hijos. El mismo Dios que
proveyó a la viuda se ocupará de usted para ayudarlo a librarse de las deudas. El
paso más importante es orar pidiéndole al Señor que lo ayude.
3. Haga una lista de todas sus deudas y de sus activos (cosas de las cuales es dueño).
Haga una lista de sus deudas para determinar el estado actual financiero. Luego
decida si debe vender algunas posesiones para reducir la deuda.
4. Desarrolle un plan para controlar gastos por escrito (un presupuesto). Desarrolle un
plan de gastos por escrito para asegurarse de que no gastará más de lo que gana y
para ver de dónde puede ahorrar un excedente que pueda asignar a los pagos.
Algunas personas necesitan reducir sus gastos para poder salir de deudas.
8. Adquiera sus deudas de una manera bíblica Si usted pide un préstamo, asegúrese
de que:
a. adquirir esta deuda sea una excepción a la regla. (Deuteronomio 15)
b. Planee pagarla lo antes posible. (Romanos 13:7 y 8)
c. Evite caer en un “Compromiso al descubierto” –un compromiso económico que no
tiene una garantía o prenda suficiente como para tener una forma cierta de poder
cancelar la deuda. “No seas de aquellos que se comprometen… si no tuvieres para
pagar…” (Proverbios 22:26-27)
Conclusión
Dios nos anima a pedir consejo antes de tomar una decisión importante en lo
relativo a las finanzas. “Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio
en tu vejez” (Proverbios 19:20). Debemos buscar quien nos aconseje para que los
diferentes puntos de vista y las sugerencias nos ayuden a tomar las mejores decisiones.
La Biblia nos da varios principios básicos para ayudarnos a gastar el dinero de un modo sabio.
También nos desalienta a endeudarnos. “No debáis a nadie nada” (Romanos 13:8).
El Señor quiere que no tengamos deudas porque: “El rico se enseñorea de los
pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta” (Proverbios 22:7), y el Señor
quiere que estemos libres para servirle solamente a Él.
LECCION 3
Dar y Ahorrar
Introducción
I. La importancia de aprender a dar
A. Es importante dar con una actitud apropiada
1. De por amor
2. De con alegría
3. De a Dios en primer lugar
4. De sin límites de fórmulas matemáticas
B. Es importante entender las bendiciones recibidas
1. El dar nos acerca aún más a Cristo
2. El dar nos ayuda a desarrollar un carácter cristiano
3. Dar nos permite acumular nuestros tesoros en el cielo
4. Dar puede resultar en un incremento de los bienes materiales
del dador
C. Es importante conocer a los recipientes de nuestra generosidad (¿a
quién?)
1. De a la iglesia local, a los ministros, los ministerios y
obreros cristianos
2. De a los pobres
II. La importancia de aprender a ahorrar
A. La Biblia nos alienta a ahorrar
B. La Biblia nos alienta a ahorrar regularmente
C. La Biblia no nos dice cuanto debemos ahorrar
D. La Biblia nos dice por qué debemos ahorrar
1. Para tener ahorro en caso de emergencias inesperadas
2. Para tener ahorros cuando necesitamos hacer una
compra grande
3. Para tener ahorro para necesidades en el futuro
E. La Biblia nos habla sobre inversiones
1. Evitar las inversiones riesgosas
2. Diversificar las inversiones
F. La Biblia nos enseña a evitar las apuestas
Repasemos lo que aprendimos en esta serie de sermones. Primero, descubrimos
que Dios es Dueño de todo. Nuestra responsabilidad es ser fieles mayordomos
(administradores) de las posesiones que el Señor nos ha encomendado. También
aprendimos que la Biblia nos enseña acerca del trabajo y cómo debemos ganar dinero.
El día de hoy, aprenderemos lo que la Biblia dice acerca de los principios de ahorrar y
dar.
La mejor manera de dar por amor es dar cada cosa como si se la entregásemos
directamente a Jesucristo. Cuando usted le da al Señor, esto puede ser un acto de
adoración porque Dios es nuestro Salvador y fiel proveedor.
2. De con alegría.
“Cada uno de cómo propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque
Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7).
La palabra traducida del griego como “tristeza” significa aflicción, pena o pesar. La
palabra traducida “alegría” significa gozo, felicidad y vivacidad. No debemos dar
tristemente, porque nos duele, sino con gozo porque tenemos la oportunidad de
ayudar a otros y de invertir en el Reino. Deténgase a examinarse. ¿Cuál es la actitud
que tengo al dar? Es muy importante que al dar tengamos la actitud apropiada. Si
damos por amor, probablemente también demos con gozo en el corazón.
El Señor quiere que sepamos que podemos invertir para nuestra eternidad.
Pablo escribe: “No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra
cuenta” (Filipenses 4:17). ¡Dar es la mejor inversión económica! Cuando damos, lo
estamos depositando en una cuenta que cada uno de nosotros tiene en el cielo, y de
la que disfrutaremos por la eternidad… ¡El Bando del cielo, nunca quiebra! ¡Los
depósitos están garantizados por la eternidad!
4. El Dar puede resultar en un incremento en los bienes materiales del
dador.
“Hay quienes reparten, y le es añadido más; y hay quienes retienen más de lo
que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; y el que saciare,
el también será saciado” (Proverbios 11:24-25). (2 Corintios 9:6-11).
Estos versículos nos enseñan que el dar puede dar por resultado también un
incremento en lo material: “generosamente también segara… teniendo siempre en
todas las cosas todo lo suficiente… abundéis para toda buena obra… proveerá y
multiplicará vuestra sementera, y aumentara los frutos… para que estéis enriquecidos
en todo”. Sin embargo fíjese por que el Señor le está dando más: “para toda
liberalidad… y acción de gracias a Dios”. El Señor nos permite que tengamos más cosas
materiales para que nosotros podamos dar más y, al mismo tiempo, suplir nuestras
necesidades.
Conclusión
De acuerdo a la palabra de Dios, el dar es una prioridad. Es una mayor bendición
dar que recibir. Nosotros, los latinoamericanos, más que usar una fórmula matemática,
debemos aprender a ser generosos, bondadosos, usando el diezmo como el lugar del
cual comenzar y no la meta que alcanzar en nuestras donaciones.
El Señor nos alienta a ahorrar para las necesidades del futuro. Mientras que
endeudarse es asumir que podemos afrontar los pagos en el futuro, ahorrar es actuar
como buenos administradores, preparándonos para el futuro. La clave del ahorro es
gastar menos de lo que se gana y ahorrar la diferencia por un periodo prolongado.
LECCION 4
Honestidad
Enseñando a sus hijos y el plan de Dios para nuestras vidas
“Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque
somos miembros los unos de los otros. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje,
haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que
padece necesidad” (Efesios 4:25,28).
Al restituir algo haceos el esfuerzo por corregir algo mal hecho. Zaqueo nos da un
ejemplo de este principio. Él le prometió a Jesús: “He aquí, Señor, la mitad de mis
bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo
cuadruplicado” (Lucas 19:8).
Conclusión
Dios quiere que seamos completamente honestos. Cada decisión honesta que
tomamos fortalece nuestra fe. La Biblia nos da el remedio para los casos en que hemos sido
deshonestos. Los hijos necesitan aprender la manera en que Dios quiere que administren
el dinero, y Dios nos ha dado la responsabilidad de enseñárselos. Dios nos ha creado para
que tengamos una relación personal con El. Nuestro pecado ha quebrantado esa relación
y nos ha separado de Él. Por medio de la fe en Jesucristo, podemos recibir el perdón, la
restauración de nuestra relación con Dios y una vida eterna con El.
Plan para controlar gastos (escriba sus gastos mensuales)
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
Planilla presupuestaria de 7 días
Categoría 1 al 7 8 al 15 16 al 21 22 al 31
Entrada: Entrada: Entrada: Entrada:
DIEZMO
Auto/Transporte
Casa
Comida
Cuenta de ahorro
Deudas
Gastos de Banco
Recreación
Ropa
Salud
Seguro
Gastos Varios
Educación
Cuidado de niños
¿Cuánto queda?
LECCIÓN 5
• Son gastos que usted tiene todos los meses y las cantidades son
siempre las mismas.
• Contribuciones a obras de caridad, iglesias, diezmos, ofrendas
B. Gastos variables
Compra de alimentos
• Luz, agua, teléfono, gas
• Ropa
• Gastos médicos (, médico, dentista, medicinas)
• Ahorros
•Misceláneos, gastos varios
NOTA: Para poder determinar correctamente los gastos variables, sugerimos que
coloque en una caja todos los recibos de sus compras al mes. Si no tiene recibos
de las compras, anótelas en un papel. Apunte cada gasto, incluso los que considera
más pequeños.
H. Ahorros
LECCIÓN 6
EL PRINCIPIO DEL AHORRO
Benjamín Franklin solía decir: «Un centavo ahorrado es un centavo ganado».
Esa es una gran verdad: una de las formas más efectivas de darnos un aumento de
salario es reduciendo nuestros gastos. Es por eso que al final de este libro ocuparé
un buen número de páginas dando consejos prácticos para ahorrar en los gastos de
todos los días.
El problema con nuestra capacidad de ahorrar tiene que ver, muchas veces,
con la forma en la que nos vemos a nosotros mismos. Algunas personas se verán a
ellas mismas como ahorradoras. Tratan de guardar y de ahorrar cuanto centavito
encuentren. Otros, por su lado, se ven como «inversores». Este tipo de gente es la
que regularmente habla de «invertir» en una computadora, en un auto nuevo, en un
televisor, o un equipo de sonido para el hogar.
Sin embargo, aquí hay una idea muy importante para compartir con estos
«inversores»: nunca podemos ahorrar gastando. Pareciera ridículo tener que
decirlo, pero muchos «inversores» creen sinceramente en las campañas
publicitarias que dicen «Compre y ahorre» o «Compre ahora y ahorre después».
Cuesta tener que explicar que estos términos son contradictorios y opuestos.
Uno no puede gastar y ahorrar al mismo tiempo, excepto, por supuesto, cuando
compramos para satisfacer una necesidad real y la compra se hace a un precio más
barato que el regular. Es por eso que me gustaría hacer un paréntesis para clarificar
dos conceptos muy importantes: el concepto de la necesidad y el del deseo. Antes
de clarificar estos dos conceptos quisiera recalcar que no está mal tener deseos
y satisfacerlos. No estamos promoviendo el masoquismo. Sin embargo para llegar a
fin de mes es importantísimo tener en claro cuáles son nuestras necesidades y cuáles
son nuestros deseos. Debemos satisfacer nuestras necesidades primeramente y,
luego, satisfacer nuestros deseos solamente en el caso de que tengamos los
recursos económicos disponibles para hacerlo.
a. La necesidad
Cuando tomé mis clases de psicología en la universidad, se estudió en alguna
de ellas la famosa
«Escala de Maslow». Esa escala dividía las necesidades del ser humano en
cinco áreas generales que iban desde las más básicas (fisiológicas) hasta la
necesidad de sentirse realizado (pasando por la necesidad de seguridad,
pertenencia y estima propia).Sin embargo, para los propósitos de nuestro estudio
voy a definir como «necesidad económica» todas aquellas cosas que realmente
necesitamos para sobrevivir: comida, vestimenta, un techo sobre nuestra cabeza,
etc. No solamente cosas materiales o corporales, sino todo aquello que estemos
verdaderamente necesitando para nuestra supervivencia como seres humanos (por
ejemplo: seguridad, salud, transporte, etc.).
Nosotros debemos colocar nuestras necesidades en el nivel de prioridad más alto.
Debemos buscar suplirlas a toda costa. Allí deben ir nuestros recursos financieros
sin mayores dudas ni retrasos.
b. Los deseos
Cuando hablamos de las compras que tenemos que hacer, todo aquello que no
es una necesidad, es un deseo. Ya sea un deseo «de calidad» (o, DC), en el que
queremos satisfacer una necesidad con algo que tenga una calidad más alta o sea
un deseo «propiamente dicho» (al que llamaremos simplemente «deseo» y lo
identificaremos con la letra «D»), que significa que simplemente quisiéramos tener
algo que nos gusta.
Un DC (deseo de calidad) podría ser, por ejemplo, un buen pedazo de bistec en
lugar de una hamburguesa
. El alimento es una necesidad básica del cuerpo. Pero, en este caso, uno está
queriendo satisfacer esa necesidad con un producto más costoso y de más alta
calidad: un bistec. Lo mismo podría ocurrir en todas las otras áreas de necesidades
reales en nuestra vida: podemos comprar un vestido en una tienda de vestidos
usados o podemos comprar uno de alta confección. En ambos casos, la vestimenta
es una necesidad, pero la forma en la que queremos satisfacer esa necesidad puede
transformar la compra en un deseo.
Un deseo «D» es todo aquello que no tiene nada que ver con una necesidad.
Comprarnos un gabinete para el televisor, una mesa para el patio de la casa, una
videograbadora, un velero o comprar otra propiedad para hacer negocio con ella
pueden ser ejemplos de este tipo de deseos. Nosotros deberíamos satisfacer
nuestros deseos solamente después de satisfacer nuestras necesidades y si
tenemos los recursos económicos para hacerlo.
Por lo tanto, antes de salir de compras es importante que tengamos en claro lo
que es una necesidad y lo que es un deseo. En estos días la gente tiene la tendencia
de decir: «necesito una computadora» o «necesitamos una máquina de sacar
fotos», cuando, en realidad, deberían estar diciendo: «¡cómo quisiera
comprarme una computadora!» o «¡cómo nos gustaría tener una máquina de sacar
fotos!».
Lamentablemente, en los últimos treinta años hemos pasado a través de un
proceso de condicionamiento para comenzar a hablar de
«necesidades», en vez de reconocer nuestros deseos. Al hacerlo, creamos una
ansiedad interior que nos impulsa a satisfacer esa «necesidad». Es entonces
cuando invertimos nuestro dinero en cosas que realmente podrían esperar y nos
olvidamos de proveer para aquellas cosas que realmente necesitamos (ya sea en
forma inmediata o a largo plazo).
Finalmente, debemos tomar nota de que no siempre lo que parece un «ahorro»
realmente lo es. Por un lado, porque, como dicen muchas damas del continente
Latinoamericano: «lo barato sale caro». En algunas circunstancias nos conviene
comprar cosas de mejor calidad, pero que nos durarán de por vida, que cosas de
baja calidad que tendremos que reemplazar cada cierta cantidad de años.
Por otro lado, no siempre es una buena idea comprar en «ofertas». Si yo
compro diez jabones de lavar la ropa porque estaban casi a mitad de precio y
después de dos días me quedo sin dinero para comprar leche, he hecho una mala
inversión. Ahora tengo dinero sentado en la repisa del cuarto de lavar la ropa
riéndoseme en la cara porque no puedo prepararme un café con jabón, necesito
leche. Este es un típico caso en el que no me conviene «ahorrar gastando».
Sin embargo, si el almacén de la esquina de mi casa está ofreciendo dos litros
de leche por el precio de uno, yo debería inmediatamente tomar la oferta
(especialmente si tengo niños en casa). La leche es un elemento de consumo diario
y es una necesidad básica para mi supervivencia. El jabón de lavar la ropa y otros
limpiadores pueden ser reemplazados por alternativas más baratas
Este último problema de comprar más de lo que uno necesita y tener dinero
estancado en las alacenas de la casa es un problema que millones de negociantes
confrontan cada día a lo largo y ancho del mundo. Lo creas o no, el manejar la
economía de un hogar tiene mucho que ver con la forma en la que se maneja la
economía de un negocio, incluso, con la forma en la que se maneja la economía de
un país.
Ahora que nos vemos a nosotros mismos como gerentes o administradores,
necesitamos comenzar a manejar los negocios de la casa con las mismas
herramientas con las que se manejan los negocios en el mundo de hoy. Si tú eres
la persona que maneja el dinero en el hogar, a partir de hoy podrás colocar en tu
currículo vitae: «Presidente de la Junta Financiera (tu apellido) y
Asociados».
Para poner en práctica
Acostúmbrate a diferenciar entre necesidades, deseos de calidad (DC) y
deseos propiamente dichos
(D). Escribe al lado de cada palabra las letras N, DC o D según
corresponda. Compara las respuestas con las nuestras en la siguiente página.
N = Necesidad básica del ser humano.
DC = Deseo de calidad: Necesidad básica satisfecha con una solución de más
alta calidad
OTROS EJEMPLOS
El presupuesto personal o familiar
Un presupuesto te ayudará a sacar todo el partido de tu dinero.
Pasos para elaborar un presupuesto:
1. Identifica tus ingresos y gastos
Los ingresos son las entradas de dinero: nómina o pensión, intereses de cuentas
bancarias, pensiones, ayudas, etc.
Los gastos son todas las salidas de dinero, ya sean grandes o pequeñas,
periódicas u ocasionales: hipoteca, gastos de luz, agua, gas, teléfono, viajes, etc.
2. Ajusta los gastos a los ingresos
Intenta que los gastos no superen el 90% de los ingresos para poder ahorrar
al menos el 10% cada mes. Cuanto más ahorres antes lograrás tus objetivos
financieros. Si no puedes ahorrar cada mes, deberás recortar algunos gastos.
Hay distintos tipos de gastos:
Gastos fijos que no se pueden evitar, como la hipoteca.
Gastos variables pero necesarios, como la comida, la ropa, etc. El resto
de gastos son los que puedes reducir o eliminar con más facilidad.
CONSEJO
Destina todos los meses una pequeña parte al ahorro como “gasto fijo”: será
como pagarte a ti mismo, de la misma manera que pagas la luz, el agua, el
teléfono.
. 3. Haz un presupuesto de ingresos y gastos y ajústate a él
Escribe en una lista todos tus ingresos y en otra, todos tus gastos fijos. Los
ingresos deben cubrir todos los gastos, incluyendo una pequeña parte para el ahorro
mensual
4. Revisa el presupuesto
Los gastos y los ingresos pueden variar con el tiempo. Es aconsejable revisar
de vez en cuando el presupuesto, para que se ajuste siempre a la realidad.
CONSEJO
Si te suben el sueldo, no aumentes los gastos en la misma cantidad. Es
aconsejable que ahorres parte de ese aumento. Con la inflación, todo será cada vez
más caro.
El fondo de emergencia
¿Qué ocurre si el carro o la lavadora se estropean? ¿Y si pierdes el trabajo? Si
tienes un fondo de emergencia podrás hacer frente a situaciones de emergencia,
como estas. El dinero que destines al fondo de emergencia dependerá de la cantidad
con la que te sientas seguro. Mientras no utilices este dinero puedes ponerlo en
cuentas bancarias que paguen intereses o en fondos que inviertan en activos a corto
plazo. Así podrás recuperarlo con facilidad y no perderá valor con el tiempo.
LECCIÓN 7
Como sabrás, parte importante de lograr sobrevivir a una crisis económica tiene
que ver con poder ahorrar lo más que se pueda. Siguiendo esa línea, te
recomendamos que sigas los mejores trucos para ahorrar sin renunciar a nada, y
conseguir así llegar a fin de mes. Sin más preámbulo ahora presta atención a los 8
consejos que te presentamos.
1) Aprovecha la crisis y emprende un negocio: No es un mito eso de que en
época de crisis suelen presentarse oportunidades únicas que sin miedo deberías
aprovecharlas. Durante un periodo de inestabilidad económica surgen nuevas
necesidades dentro de los mercados, por lo que el nivel de consumo es mayor; si
logras detectar una de esas brechas dentro del mercado, y además cuentas con la
idea e información necesaria, no dudes en emprender tu negocio que con esfuerzo
y dedicación te traerá muchos beneficios.
4) Consume de forma eficiente: Dentro de una sociedad que pase por una
hiperinflación debes olvidarte del derroche o de consumir bienes o servicios que de
verdad no son necesarios para tu subsistencia. Muchas personas cometen el error
de querer costear el mismo estilo de vida que tenían durante una economía sana
cuando viven una crisis económica; esa actitud no es prudente, lo mejor es que
optes por ofertas en cualquier área de consumo para así optimizar tus gastos.
8) Paga las deudas: Esta tal vez debería ser la primera acción que tienes que
realizar en caso de vivir en una crisis económica. Las deudas crean estrés y merman
tu poder adquisitivo, lo que no te permite invertir en cosas realmente importantes
como la salud o el alimento. Salda tus deudas cuanto antes.