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GLORIAS SEVILLANAS '" "

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NOTICIA HISTÓRICA
DE LA DEVOCIÓN Y CULTO

QUE LA MUY NOBLE Y MUY LEAL CIÜDAD DE SEVILLA


HA PROFESADO A LA

IMACULADA CONCEPCION
DE LA VIRGEN MARÍA
DESDE LOS TIEMPOS DE LA ANTIGÜEDAD
HASTA LA PRESENTE ÉPOCA

POR EL PRESBÍTERO

DON MANUEL SERRANO Y ORTEGA


Ldo. en Derecho Civil y Canónico.

SEVILLA

Imp. de E. RASCO, Bastos Tavera i


1893
& 13G474

GLORIAS SEVILLANAS

NOTICIA HISTÓRICA
DE LA DEVOCIÓN Y CULTO

QUE LA MUY NOBLE Y MUY LEAL CIUDAD DE SEVILLA


HA PROFESADO A LA

INMACULADA CONCEPCION
DE LA VIRGEN MARÍA
j

DESDE LOS TIEMPOS DE LA ANTIGÜEDAD

HASTA LA PRESENTE ÉPOCA

POR EL PRESBÍTERO

DON MANUEL SERRANO Y ORTEGA


Ldo. en Derecho Civil y Canónico.

SEVILLA

Imp. de E. RASCO, Bustos Tavera i


1893
Con censura de la Autoridad
Eclesiástica.

Tirada especial de 12 ejemplares.

Ejemplar núm. i 2
Al Excmo. Sr. D. MANUEL PÉREZ DE GUZMÁN
Y BOZA, Marqués deXerez de los Caballeros,
Correspondiente de la Real Academia de la

Historia y Académico de la de Buenas Letras


de Sevilla.

Si la amistad con
V. E. mes honra no mes
ques
impusiera el deler" des ofrecerles estes pobres trabajo,
hijo des un sentimiento p devoción des toda mi vida,
obligáramos á ello el haber" encontrado en <V. E- ge¬
neroso ¿Mecenas,
que, otorgándomes protección inme¬
recida, sacaráles á la luz pública, aunque's despro¬
visto des méritos literarios,
para gloria des la 'Virgen
Jnmaculada p des Sevilla, mi patria, por" la ques
tan entusiasta muestra
ses
siempres V. E.
"Ojalá ques sus aficiones á las glorias p las le¬
tras
españolas sirvan des estímulo á otros para que,
imitando connobles emulación el ejemplo des V. E-,

contribupan á enaltecer" más p más nuestra ¿Historia.


Servidor p "Gapellán de V. E-,

¿Manuel Serrano p "Ortega,


Ldo.
i

AL QUE LEYERE

I la Historia no tuviera demostrada


la piedad devoción de la ciudad
y
de Sevilla á la
Virgen María, bastá-
ríale para ello el ferviente culto que
desde los siglos más remotos tributó
al dulce Misterio de su Inmaculada Concepción: se¬
ría éste timbre suficiente para probar, no ya la re¬

ligiosidad del pueblo sevillano, cosa puesta fuera de


duda, sino también para demostrar de una manera
indudable que no ha existido pueblo que nos aven¬

taje en amor y devoción á la Virgen Madre de Cris¬


to; constituyendo este afecto y sentimiento nuestro
verdadero blasón, que ha valido á tan hidalgo pueblo

y hermoso suelo ser llamado por antonomasia «Tie¬


rra de María Santísima». Este debe ser nuestro

orgullo, y este es el principal distintivo de todo el


que se precie de sevillano neto, si es que no quie-
6 Glorias Sevillanas

re
de la fe de nuestros antepasados y de
renegar
las gloriosas tradiciones de la capital de Andalucía;

y esto de tal manera va adherido á nuestro modo


de ser y carácter, que llevamos ingerto, por decir¬
lo así, en la sangre y en el corazón este bendito y

purísimo amor: amor que nuestras madres inculca¬


ron en nuestras almas al
par que nos lactaban con
sus castos
pechos. Apenas nuestros labios empeza¬
ban á balbucir las primeras palabras del habla cas¬

tellana, que, según frase atribuida al emperador


Carlos I, «es la más propia para hablar con Dios»,
nos enseñaban á recitar la oración más sencilla, al
par que la más sublime, síntesis preciosa que com¬
pendia toda la profunda teología cristiana: «¡Bendito
sea el Santísimo Sacramento del Altar! ¡Bendita sea

la Inmaculada Concepción de la Virgen María!»...


costumbre hermosísima, con la que grababan en
nuestros pechos santos afectos; y al par que nos

envolvían en los limpios vestidos, símbolo de la

pureza, abrigaban el alma con otra vestidura más


preciada, la veste cándida de la santa fe cristiana,
para educarnos con los principios de la Moral de
Jesucristo.
Desde que la sangre de las vírgenes Justa y Ru¬
fina regó esta tierra; desde que por vez primera la

palabra evangélica viniera á esparcir la santa se¬


milla del Cristianismo entre nosotros, ha continuado
sin interrupción alguna el culto de María Inmacu¬
lada, avivado unas veces por la santidad y celo de
Glorias Sevillanas 7

los Isidoros y Leandros, perseguido otras por los


sectarios del Arrianismo y de Mahoma: pero siem¬
pre constante, siempre firme, y sin vacilar la fe ben¬
dita y el purísimo amor á la Madre de Dios; rin¬
diéndole el culto más ferviente; contemplándola unas
veces
bajo sus advocaciones más gloriosas y conso¬
ladoras, y otras llorando con Ella en los títulos más
amargos de la Pasión de su Hijo Jesús; pero siem¬
pre considerándola, allá en lo más íntimo del san¬
tuario de nuestra conciencia, Pura, toda hermosa,
llena de gracia en el prístino instante de su limpia
Concepción, y exenta de la mancha que imprimiera
á la Humanidad el pecado paradisiaco.

Que la fe del pueblo sevillano en la Virgen de


Nazaret siempre fué ésta, harto probado se tiene;

y por doquiera que dirijamos nuestra vista cabe el


recinto de las murallas de la antigua Híspalis no en¬
contraremos más que testimonios fehacientes de este

sentimiento vivísimo, monumentos del amor á Ma¬


ría: que en los templos, en las calles, en el hogar,
y siempre en los pechos, encontró albergue para
levantar altares sin número á la Madre del Reden¬
tor de los hombres.
Sería
prolijo enumerar las efigies que desde los
tiempos más remotos veneró la devoción sevillana,
como
prueba de cuanto venimos exponiendo: ahí
están nuestros Anales, ahí está la Historia, que no
podrán tacharnos de exagerados. Lo repetiremos
mil y mil veces: el sentimiento ó carácter que siem-
8 Glorias Sevillanas

pre distinguió á Sevilla fué la piedad, fué la religio¬


sidad; pero esta piedad y religiosidad, toda concen¬
trada y dirigida hacia María y, como última expre¬
sión de este cariño y afecto, María en su momento
más glorioso, en el primer instante de su existen¬

cia, en el instante primero de su purísimo sér; María


en su Inmaculada Concepción.

La fe vivísima y delicada de nuestro pueblo

comprendió en toda su magnitud y esplendor el tí¬


tulo más excelso y glorioso con que pudo ser en¬

grandecida y sublimada la Virgen de Nazaret: mu¬


cha prerogativa era la de ser Madre de Cristo; mu¬
cha grandeza la de subir al Calvario y ser corre-
dentora del linaje de Adán; pero toda la grandeza
de María, todas sus prerogativas, toda la excelsitud
que pudo alcanzar, se compendia en el más alto
de todos sus privilegios: en la exención que goza
al ser concebida libre de la huella de la falta del

primer padre.
Por eso la fe depueblo, al venerarla en
este

cualquiera de sus títulos ó advocaciones, siempre la


contempló con relación al Misterio de la Concepción
purísima; Misterio que consideraba esencialísimo al
plan y profunda filosofía del Cristianismo, y que
allá en sus ensueños místicos, y con la intuición de
su
gran alma de artista, delineaba ya el sublime
ideal de la Concepción, presagiando las futuras de¬
cisiones de la Iglesia á favor de su creencia; altos

designios de la Providencia, que había destinado á


Glorias Sevillanas 9

Sevilla para promover su culto y proclamar sus glo¬


rias, realizándolo tan felizmente como lo acreditan
sus Crónicas.
De lo remota historia esta de¬
que es en nuestra
voción, de lo arraigado y profundo que tenemos el
sentimiento por la Concepción, hablan esos vetustos

y elocuentes documentos litúrgicos del rito hispa¬


lense, donde de una manera irrefutable se demues¬
tra
por medio de los delicados caracteres que la ma¬
no del miniaturista trazó sobre el amarillento per¬

gamino sobre la transparente vitela, cuyos trazos y


y
dibujos ha sido suficiente para destruirlos ni bo¬
no
rrarlos la acción del tiempo á lo largo de siete si¬

glos: documentos interesantísimos, que vienen á ser


las actas de la prosapia de nuestro afecto á esta
creencia allá en los siglos primeros: devoción y es¬

píritu que más adelante serán para el Arte fuente


perenne de bellísimas creaciones, al par que de ins¬
piración á nuestra poesía; que si la Escuela pictó¬
rica sevillana es religiosa en la totalidad de su fondo,
no lo es menos nuestra Escuela
poética: que los gran¬
des ideales de los pueblos fueron siempre podero¬
sos estímulos
para levantarlos y ennoblecerlos, ha¬
ciendo grande todo cnanto con ellos se rozaba.
Borrad por un momento en nuestras tradiciones ese

gran espíritu de piedad y religión que siempre in¬


formó la vida pública y privada, y veréis en seguida

agotarse la vena poética de nuestros líricos, veréis


oscurecerse los radiantes colores de gloria
que bro-
10 Glorias Sevillanas

tan de lapaleta de los pintores sevillanos, y no con¬


templaréis esas esculturas que sólo necesitan aliento
vital para convertirse en seres reales y animados:

porque todas estas obras van profundamente encar¬


nadas y vaciadas en el espíritu religioso que las vi¬
vifica, que no es otro que el que se respira desde
la primera hoja de nuestra historia hasta su página

postrera. Así, que el día que nuestros templos ca¬


yeran en tierra; el día que sacrilegas manos nos
arrebatasen las obras de arte que los enriquecen; el
día que á este pueblo se le hubiese arrancado su
fe religiosa, esta ciudad no sería Sevilla, no sería la

legendaria Híspalis, de la que el poeta y arqueólogo


Rodrigo Caro cantaba:
«Que Dios, Sevilla, en tus preciosas venas
Para el Cielo crió tantos tesoros,
Cuantas esconde el ancho mar arenas,
Cuantas estrellas los celestes coros.»

No es de extrañar, por lo tanto, que allá por


los años de 1613, cuando si se oyó una voz
apenas
que parecía poner en tela de juicio la Pureza virgi¬
nal en la Concepción de María, fuese más que sufi¬
ciente para que este pueblo se levantara al verse
herido en su más noble sentimiento y en su más
caro afecto, y
prorumpiera: ¡Nunca!... que la Madre
de Jesús, el Tabernáculo donde había de albergarse
el Hijo de Dios, no pudo ser ni fué manchado con
la huella del pecado: y este pueblo, todo lleno de

indignación contra labios que tal profirieron, al par


Glorias Sevillanas

que de santoentusiasmo en defensa de la Señora


de sus
pensamientos, se ve levantar lleno de brío, y
salir, como sale el caballero á la palestra, á romper
la lanza de su fe en pro del más bello de sus ideales.
Sevilla asombró en aquella época por las demostra¬
ciones de su intenso amor á la Concepción: parece
como
que permitió el Cielo esta ocasión para de¬
mostrar que el pueblo de Justa y Rufina, de Isidoro

y Leandro; el pueblo que guarda las cenizas del más


grande de los monarcas castellanos, es el pueblo de
María, es el pueblo caballero de la Virgen, que dió
ejemplo á la Cristiandad defendiendo la Concepción
Inmaculada.

Aquellas manifestaciones solemnísimas del culto;


aquellas procesiones y cabalgatas imponentes, can¬
tando por las calles y plazas la más popular de las
canciones escritas en verso castellano; las justas poé¬
ticas, donde lució lo más florido de los ingenios an¬
daluces; los simulados torneos de los caballeros; la
venerable figura del preclarísimo Arzobispo D. Pe¬
dro de Castro; la apuesta y arrogante del noble
Conde de Salvatierra, Asistente de Sevilla, repre¬
sentante fiel ygenuino de la rancia aristocracia se¬
villana; aquellos jurados que le acompañan á hacer
el voto y juramento de defender la creencia piadosa
hasta derramar su sangre si preciso fuera; los capi¬
tulares de tan grata memoria, henchidos de fe y en¬
tusiasmo por la devoción, entre otros D. Gonzalo
de Ocampo y D. Lucas de Soria; el no menos céle-
12 Glorias Sevillanas

bre Arcediano D. Mateo Vázquez de Leca, y el me¬


morable sacerdote Bernardo de Toro; el infatigable
Juan de Prado, después mártir de la Religión Cris¬
tiana en Marruecos y propagador popular de la de¬

voción; el entusiasta orador sagrado Rodrigo Man¬


rique, de la Compañía de Jesús, proponiendo en
1615 que al rededor del escudo de nuestra Ciudad
se
esculpiese como gloriosa empresa: «María, Con¬
cebida sin pecado original»; la esplendidez de Núñez
de Sepúlveda, que con generosa mano dotó las fies¬
tas; las Órdenes religiosas; las Hermandades; la
Universidad de Maese Rodrigo; los gremios y oficios;
las academias literarias; y, sobre todos, los artistas
de la Concepción, que supieron con sus portentosas
creaciones dar forma al ideal de la Divina Mujer

que el pueblo había visto en sus ensueños.


¿Quién como ellos pudo dibujar la figura de la
Purísima Virgen de Nazaret, trasladando al lienzo
los colores y tintes del Cielo donde mora? ¿Quién
como vosotros, Pacheco, Murillo
y Montañés, repre¬
sentó jamás su candor, su belleza, su dulcedumbre

y su santidad? Es verdad que aprendisteis en el fuego


y amor que los hijos de Sevilla guardaban en sus pe¬
chos á María; verdad es que os bastaba para trazar
estos divinos modelos,
después de la inspiración ce¬
lestial, vuestra fe sevillana, pues habíais nacido bajo
el cielo que cobija esta región: mas si mi palabra

pareciere apasionada, hablen vuestras obras, que


siempre os acreditarán ante el mundo los artistas
Glorias Sevillanas 13

por excelencia de la Concepción, deparados por


Dios en aquel momento histórico de tanta fe; que
el pueblo que abrigó en su mente estos ideales re¬
ligiosos, bien merecía ser cuna de tan preclaros
maestros. Y al calor del sentimiento
religioso, nota
eminente de esta tierra, Sevilla se engrandece; Se¬
villa se llena de fama; Sevilla pasará á la posteridad
escribiendo con letras de oro en su historia la gloria
de sus grandes monumentos, la nombradla de los
tesoros que guarda cabe sus muros, la grandiosi¬

dad del arte religioso, la inspiración de sus poetas,


la caballerosidad de sus costumbres, que brotan al
calor de tan puros ideales, que dieron asunto tan
abundante á los inmortales genios de Lope y de
Calderón para escribir sus prodigiosas é inmortales
comedias.
Este amor á la
Concepción, tan antiguo en nues¬
tros Anales, no ha sido desmentido jamás; pues desde
las primeras hasta las últimas manifestaciones de él
nos
atestiguan las proverbiales tradiciones del pue¬
blo que un día enloqueciera por amor á la Inma¬
culada; que en esta tierra bendecida todo ha mar¬
chado siempre de consuno cuando se ha tratado de
ensalzar y cantar á la Virgen sin mancilla; y á los
fervores de la piedad y á los encantos y maravillas
del arte, se unieron las pródigas manifestaciones de
la riqueza de su industria y de su comercio; y hasta
el cielo que cubre á la Ciudad parece más celeste
al acercarse el día de su fiesta, tiñéndose sus ho-
14 Glorias Sevillanas

rizontes con colores y tintes más hermosos, que nos


elevan á región más alta y espiritual; y las campa¬
nas de sus torres son más dulces y sonoras
cuando,
antes de rayar la primera luz de la mañana el día
ocho de Diciembre, después de oir durante largo
tiempo el grave y majestuoso toque del Alba, que
con aire verdaderamente acompasado, en la varie¬

dad de los golpes metálicos que pausadamente se

dejan oir en los altos campanarios en el silencio de


la noche, produce el efecto de la más sublime y

expresiva de las cadencias musicales, subiendo de


grado este conjunto armónico cuando, al terminar
el misterioso toque matutino, rompen en atronador

repique las trescientas campanas de la Ciudad, que


inundan el espacio con sus vibrantes acentos, y que

parece que dicen y repiten sin cesar: «Bendita sea,


María, tu pura Concepción.»
La imagen popular por excelencia venerada por
los sevillanos fué siempre la Concepción: no se en¬
trará en un templo donde no se rinda culto á
este Misterio; mas no ya sólo en los templos, pero

aun en las mismas casas sería difícil no encontrarla


en ellugar más preferente de ellas; y hasta el mis¬
mo
que vela por nuestra seguridad en las vigilias
nocturnas invoca la Pureza de María al anunciar
las horas de la noche. Muchos son aún los edificios

y casas que conservan el monograma de María en


sus fachadas, procedente esta costumbre de la época
en que la creencia no era aún Dogma, y con cuyos
Glorias Sevillanas i5

distintivos queríanmoradores hacer más patente


sus
y manifiesta su adhesión.
Sevilla siempre tendrá la inmensa gloria de ha¬
ber sido la primera ciudad del mundo cristiano que
en el
primer tercio del siglo XVII acudiera á Roma,
enviando á dos de sus más predilectos hijos, para
solicitar del Pontífice que declarase Dogma de fe la
entonces creencia piadosa de que la Madre de Dios

había sido concebida en su primer instante sin la


mancha del pecado de origen; solicitud y petición

que en todo tiempo aparecerá en primer término


en el
proceso y expediente canónico instruido para
preparar la declaración del Dogma, definido más de
dos siglos después; y la Iglesia Hispalense siempre
se señala desde entonces en ser la primera que
va á la cabeza de ese movimiento iniciado á favor
de la Concepción, solicitando de Roma las gracias
y privilegios que la enriquecen y distinguen por su
culto peculiar y marcadísimo en lo que hace rela¬
ción á tan dulce Misterio.
No es mi intento reseñar en este libro cuanto

esta población haya hecho en pro de la Inmaculada


Concepción de María en todo el transcurso de su
historia; pues ni mis fuerzas alcanzan á tanto, ni yo
presumiría de realizar tal empresa: sólo aspiro á dar
algunas noticias de esta devoción sevillana, movién¬
dome para ello, de una parte mi afecto á tan ine¬
fable Misterio, y de otra el temor y casi certidum¬
bre de que al empuje y fuerza de la acción demo-
16 Glorias Sevillanas

ledora del tiempo, y por la incuria y abandono de


los hombres, pase á la noche del olvido y se borre
una de las más hermosas
páginas de su historia, que
merece se la recuerde siempre conveneración y en¬
tusiasmo: «Colligite quce superaverunt fragmenta
ne
pereant.
Delinearemos brevemente lo que se refiere á los
primeros momentos de la creencia, hasta hallarla ya
asentada y fija en los códices litúrgicos, para pro¬

seguir luego el desarroyo de su iconografía en los


diferentes monumentos concepcionistas que hemos
encontrado en los templos, viniendo á enumerar
los grandiosos portentos del arte cristiano que
nuestra Escuela levantó en su honor y defensa; el

culto grandioso y antiquísimo que le ha tributado


el fervoroso Cabildo de esta Catedral; el no menos
solemne de las Corporaciones y Hermandades, con
sus históricas
procesiones; las justas literarias tan
renombradas; los principales propagadores de la de¬
voción; noticias biográficas de los artistas y poetas
que la han cantado; los oradores famosos; las fies¬
tas del Patronato á favor de España en 1750, y

las verificadas en el siglo actual por los años de

1854 y 1879, con motivo de la declaración dogmá¬


tica y de su XXV aniversario, para terminar con
la parte bibliográfica de libros referentes á la Con¬

cepción escritos por autores sevillanos, y los impre¬


sos de esta materia en Sevilla,
ya relativos á la parte
teológica del dogma, ó bien descriptivos de fiestas,
Glorias Sevillanas 17

ó de poesía, así como un sermonario á partir del


siglo XVI.
Hé aquí el camino que á la ligera hemos de
recorrer, y que, si mi impericia no acierta á ejecutar
del modo cual cumpla al grandioso asunto de que
se trata,
válgame al menos haber iniciado el pensa¬
miento y dejado el derrotero que siga pluma mejor
templada que la mía; que en ello no llevo otra idea,
ni me alienta otro pensamiento, que el amor de un

hijo á su Madre por honrarla y enaltecerla.

3
CAPÍTULO PRIMERO

El culto á la Concepción en la Historia—La tradición.—La li¬


turgia primitiva.—El rito Isidoriano y el Mozárabe.

UE el origen ó génesis de la creencia en la Inma¬


culada Concepción de la Virgen Madre de Jesús
se pierde á lo lejos de los primeros días del Cris¬
tianismo, es cosa ya demostrada. Dejando á un lado como
fortísima comprobación las mismas palabras del Apóstol
S. Andrés:«Quomodo de inmaculata térra factus faerat
Homo primus... necessarium fuit, at de Inmaculata Virgine
natus Ckristus...» (i) podemos citar como existente ya en

el siglo V su festividad en la Iglesia de Oriente


(2). Hé
aquí, á nuestro parecer, el punto de partida para hacer la
(1) Sentencia del Apóstol, en las actas genuinas y contemporáneas
de su martirio. En igual sentido se expresan Tertuliano y otros doctos es¬
critores.

(2)
El Typicon de S. Sabas indica el 9 de Diciembre como día de
fiesta. Dice así:
«Conceptio S. Atina:, parentis genitricis Dei*\ es decir, el
día que Sta. Ana concibió á la Santísima Virgen María.

Jorge, Obispo de Nicomedia en el siglo VII, dice que esta fiesta es


antiquísima: *non novissime institutam».—C. G. Bened,, De Fesiis J. C. et
Marice, part. II, par. 202.
20 Glorias Sevillanas

historia del Dogma definido la Santa Iglesia Romana


por
en la mitad del siglo XIX: origen hay
que buscarlo en
su
las doctrinas apostólicas; las primeras manifestaciones de
su culto, en la Iglesia griega. Mas no
toca á nosotros ocu¬
parnos del tiempo que tardara en manifestarse en otros
pueblos Ó comarcas: el mayor ó menor entusiasmo con que
esta creencia se tuviera en determinadas regiones: los mo¬
tivos que hayan existido para que su desarrollo haya sido
más ó menos lento ó progresivo: sólo nos proponemos aquí
estudiar el Dogma de la Concepción relación á la his¬
con
toria de la Capital de Andalucía, donde desde muy tem¬
prano había encontrado asiento firmísimo y echado profun¬
das raíces (i).
Al hacer la historia de la devoción y culto que Sevilla
ha tributado á la Inmaculada Virgen María desde los tiem¬
pos de la antigüedad, los primeros monumentos que en¬
contramos, dando testimonio de ello de la manera más elo¬
cuente, son los documentos litúrgicos del llamado rito His¬
palense; mas la devoción de esta Ciudad es más antigua
que la época á que pertenecen estos testimonios: por lo
cual debemos remontarnos á los siglos que precedieron á
ese período, para indagar y examinar los primeros vesti¬

gios de la devoción, que, si es genuina y eminentemente


sevillana, es al par por esencia española; y podemos decir,
sin temor de incurrir en exageración, que data y tiene su

origen entre nosotros en los primeros albores de la pro¬


mulgación Evangélica en nuestra Península.

(i) En la Historia de Occidente los primeros pasos de esta creencia


se hallan España. En nota del R. P. Fidel Fita á El Triunfo de la In¬
en

maculada Concepción celebrado por la Iglesia Española de fines del IV siglo,


se lee: «así se explica el símbolo del corderillo esculpido en el costado
derecho del sarcófago zaragozano y en ademán de estar mirando de hito
en hito á la primera culpable, Eva, como pensando en la reparatrix, ó

segunda».
Glorias Sevillanas 21

La doctrina predicada los primeros propagadores


por
del Cristianismo; la Fesellaron con su sangre los san¬
que
tos mártires españoles, es la misma que sin alteración al¬

guna llega pura á la época de los Leandros é Isidoros, que,


al par que son las grandes columnas de la Iglesia hispana,
han sido los grandes maestros de la patria.
Aquella primitiva doctrina de las catacumbas y de la
época del martirio se conservó juntamente con el rito Apos¬
tólico, que tuvimos el alto honor y gloria de guardar incó¬
lume por más tiempo que ningún pueblo de Occidente,
hasta darle asiento y base en el llamado después rito Gó¬
tico ó Isidoriano.
Mas en la época naciente del Cristianismo, cuando era
perseguido y asediado por todas partes, mal podíase dar al
culto el esplendor y majestad que más tarde alcanzó; en
los lugares más apartados y escondidos á las iras de los

perseguidores se verificaban las ceremonias religiosas: la


sencillez era su principal carácter, si bien conservando in-

tegérrimos el Dogma y el Sacramental.


Al calmarse la persecución, empiezan los primeros ac¬
tos del culto público; pero sin unidad en sus manifestacio¬

nes, y siguiendo en cada localidad ceremonial diferente,


acomodado á las reglas de lo que primitivamente habían

practicado: produciendo esto, como es de suponer, una va¬


riedad inmensa en todo lo concerniente al rito.

Mas, andando los tiempos, llegamos al VI siglo de


nuestra era, período de los más florecientes de la historia
de España, en que aparece la hermosa figura de S. Lean¬
dro, que á su gran ingenio y espíritu añadió los vastos co¬
nocimientos que adquiriera durante el período de su destie¬
rro en Roma
y en Bizancio, pudiéndose decir que á él se
debe en gran parte cuanto después valió su sabio hermano

Isidoro, á quien guió en su educación científica y literaria.


22 Glorias Sevillanas

Muerto el rey
Leovigildo (i), vuelve de su destierro san
Leandro, Arzobispo de Sevilla, y en lo primero que se ocu¬
pa es en la gran obra de nuestra restauración litúrgica. El
estudio y examen que había hecho del rito oriental, al que
tanto se asemejaba el nuestro, le hizo comprender lo útil

y necesario que sería, para la Disciplina y para el mayor


esplendor y unidad del culto, realizar ciertas reformas, cu¬
yos ensayos empezó, para luego completar el gran pensa¬
miento su sabio hermano Isidoro.
Establecida la unidad católica con la conversión de
Recaredo, era ya más necesaria la unidad litúrgica en toda
España. De esto se ocupó el Concilio IV de Toledo, reu¬
nido el año de 633, tratándose en él de unificar esta mate¬
ria, trazándose para ello un rito general que rigiese en los
diferentesobispados de España. El Concilio, que no se ha¬
bía inspirado sino
en el grandioso ideal de S. Leandro, da
comisión para tan colosal empresa al Prelado que presidía
tan augusta é importante asamblea, que no era otro que el

metropolitano y entonces primado de España, S. Isidoro


de Sevilla; el cual con su vasto talento, é inspirado en el
plan premeditado por S. Leandro, da cima á tan colosal
obra. El santo Doctor
empieza sin descanso su trabajo,
ayudado aquellos discípulos más notables de su famo¬
por
sa Academia, lumbrera de la civilización
española, hasta
dar feliz término á la empresa. S. Isidoro presenta acabado

(1) (Un grabado:). ^[. Libro de los miraglos de sant Isidoro arzo¬
bispo de Sevilla j Primado y doctor excelletissimo de las Españas succes-
sor del |
apóstol Sctiago enellas: co la hystoria de su vida y fin y de su ¡
trasladacio, y del glioso doctor feo Martino su canónigo y co- | pañero. En
que se contiene muchas
cosas devotas y puechosas | pa la cociencia: y para

saber lasantigüedades de España. | Con privilegio Real. (A la fin:) La


presente obra fué impressa de primera impression | en Salamanca. Aca¬
bóse a dos dias de Enero del año | de mil i quinientos i veynte i cinco
años. (1525).
En 4.0; let. gót.; 1S2 hojas. Libro rarísimo.
Glorias Sevillanas 23

el trabajo que se le encomendara, y al terminar la grandio¬


sa composición del rito Isidoriano, ha levantado un monu¬
mento á la Iglesia y á la civilización hispánicas. Sin embar¬

go, el rito y liturgia isidorianos no son nuevos (1): el sabio


Prelado, inspirándose en el plan ideado por su hermano,
no ha hecho más que estudiar la liturgia primitiva que se

usaba en nuestra patria desde que la implantaron en ella


los Apóstoles; arreglarla unificando las variantes que se
observaban en ella, pero siempre conservando su parte esen¬
cial; ordena lo antiguo y añade algunas cosas nuevas, enri¬
queciendo el Oficio con himnos, oraciones y ceremonias,
que le engrandecen y subliman. En esta parte accidental es
donde indudablemente sufrió más reforma el rito antiguo;
el ceremonial del Oriente influyó bastante en el nuevo arre¬
glo, y de él quedan aún vestigios en la Iglesia hispalense (2);
de este ceremonial se tomó así mismo la recitación del
Symbolo ó Credo en la Misa, pues la Iglesia hispánica es la
primera que aparece en Occidente con esta reforma, ante¬
cediendo en ello aun á la misma Roma.

Veamos ahora los primeros vestigios que del culto á la


la se encuentran en el rito Isidoriano. Para su
Concepción
estudio debemos acudir á los primitivos códices donde se

consignara; mas por desgracia éstos no existen. En vista


de la carencia absoluta de las fuentes primitivas donde es¬
tudiar la materia, habremos de recurrir á las primeras edi¬
ciones que del Misal Isidoriano encontramos: hay que ate-

(1) Véase la España Sagrada por el P. Enrique Flores, tom. III.


(2) Aún se usa en la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, en el rigor
del Estío, un gran abanico, con el que se produce aire al Ministro cele¬
brante en el altar durante la Misa, hasta antes de consagrar, y
después de
la Comunión: su origen es antiquísimo, y puramente oriental, así como las
ceremonias que se practican con el velo blanco, en la Semana in Passione,
durante los Oficios divinos.
24 Glorias Sevillanas

nerse, por lo tanto, para el á lo consignado en las


examen
ediciones hechas en 1488
Venecia por mandato del Car¬
en
denal Mendoza, y en Toledo, año de 1499 (1), por el Car¬
denal Ximénez de Cisneros. La primera de éstas es suma¬
mente rara y desconocida: por la segunda se han hecho

otras nuevas en el pasado siglo y en el actual.

En todas ellas regístrase al día 8 de Diciembre: «Con-

ceptio Virginis Marie». Ahora bien; ¿hay motivos para sos¬


pechar que ha sido suplantada esta fiesta en los citados
misales? Creemos que nó; pues si bien en las nuevas edi¬
ciones aparecen santos más modernos que la época del pri¬
mitivo Misal mozárabe, hay que tener en cuenta lo dicho

por el erudito jesuíta P. Ojeda (2): «Advierto, para que nadie


se engañe, que aunque en el calendario puesto al principio

del dicho Misal se leen Santos mucho más modernos que


S. Isidoro, pero yo he examinado uno por uno la antigüe¬
dad que tienen, y hallo que los que tienen allí oficio propio
son mucho más antignos que S. Isidoro, y así se lo pudo

dar el Santo. Mas los nuevos no tienen allí oficiopropio,


como era fuerza que no lo tuviesen, siendo todo él de san
Isidoro. Añadiéronse, pues, los dichos Santos en impresión
nueva, que hizo el Arzobispo D. Francisco Ximénez, para

(1) Missale mixtum alme ) ecclecie toletane. (En el reverso de la


penúltima hoja:) Finit missale mixtu alme ecclecie Toletane: magna cu dili
| getia perlectu et emedatu: per deputatos á capit'lo ejusde | sánete eccle-
sie. in eadem regali ciuitate impresus Jussu ac impensis nobilis Melchoris
gorricij. de Novaría, arte | ac industria magistri petri haghebach alemani.
Anno sa | lutis nostre. M.CCCC.XCIX, die vero prima mensis Junij.

Fol.; let. gót.; 312 hojas foliadas, 8 de principios y 4 al fin; signs.


y-a-R.—Port. con el escudo del impresor, y por bajo el título,—Libro rarí¬
simo.—Véase su descripción en la obra La Imprenta en Toledo, por don
Cristóbal Pérei Pastor, Pbro.

(2) Información Eclesiástica en defensa de la Limpia Concepción de


la Madre de Dios, etc., por el P. Pedro de Ojeda, de la Compañía de Je¬
sús.—Sevilla, 1616.
Glorias Sevillanas 25

que se les dijese Misa de ellos en sus días, tomándola del


común del mismo Misal. Y es buen argumento el estilo,

que en todo el Misal y en cada parte es uno mismo, gra¬


vísimo y devotísimo; que todo muestra ser uno mismo el
autor, y éste antiguo.» Queda, por lo tanto, de pie esto,
mientras no se demuestre que el Cardenal Cisneros com¬

puso el nuevo rezado y Misa de este Misterio.


Más aún: en el prefacio del P. Alejandro Lesleo que
lleva la edición del Misal gótico hecha en Roma año de

1755, se dice: «.... nihilominus, Missa Conceptionis B. Vir-


ginis, quam in Missali Ximenii habemus, recentiorum Mo-
zarabum opus est. Officium ad Missan et psallendo á Mis¬
sali Romano, Orationes á Missali et Breviario Mozarabnm
desumuntur.»
En igual sentido que el citado P. Ojeda se expresa el
Excmo. Sr. D. Francisco Antonio Lorenzana en el
prefacio
de la nueva edición que
hizo en Madrid, año de 1775, del
Breviario gótico: «Additione ergo quorumdam Sanctorum,
qiápost expulsos é Hispania Saracenosjloruerunt, Breviarii
Isidoriani á Magno Cardinali editi auctoritas non obnm-
bratur. Nam nec Officium proprium, lectiones, responsoria,
aut orationes
habent; sed omnia de Communi dicuntur.»
Mas al hablar del Breviario
gótico, asáltanos .un pensa¬
miento: ¿cómo no aparece en él, no ya el Oficio completo
de la Concepción, así como el Misal contiene su Misa pro¬

pia, sino que ni aun se registra la fiesta en el santoral ó


calendario? En 1502 el insigne Cardenal Cisneros edita por
vez primera el Breviario gótico, trabajo que repite en 1755
el Cardenal Lorenzana: pues en ninguno de ellos encon¬
tramos la Concepción. Verdaderamente que es inexplicable,
cuando este mismo ilustre Cardenal, en el prefacio de su
nueva edición, dice hablando del Cardenal Cisneros: «Zelo
fidei accensus eximius ille Cardinalis Ximenius, Christia-
nus, et Politicus Heros sparsos undique Gothicos, Isidoria-
4
26 Glorias Sevillanas

nos, seu Mnzarabicos Códices in imam collegit.» Viene esto


á robustecer más y más nuestra opinión de que la Misa
que aparece en el nuevo Misal no ha sido añadida, porque
en tal caso lo mismo se hubiera hecho en el Breviario: los

ilustres editores de estos libros litúrgicos no hicieron más


que atenerse á los documentos que tenían á la vista, y que
alcanzaron en aquella época; los que, como dice el autor
anteriormente citado, debieron ser «los códices mozarábi-

gos más modernos», un tanto ya alterados por el espíritu


de reforma en pro de la asimilación al rito romano, que ya

por ese tiempo puede decirse imperaba por completo. Esto


no es de extrañar, si se tiene en cuenta además que los có¬

dices que se conservan en el Archivo de la histórica Cate¬


dral toledana, al menos de los que se tiene
noticia hasta hoy,
no suben del siglo XIV, y aun de éstos algunos, como el

Calendario ritual de la Santa Iglesia de Toledo del año

1300, no mencionan la Concepción, ni aun la Santificación


de la Virgen María, y en otros se hace referencia sólo á la
Santificación. Creemos, pues, que los documentos primeros
sobre que estudió la sabia comisión encargada por el Car¬
denal Cisneros para su gran obra, son los que deben bus¬
carse, si ha de hacerse luz en este tan importante asunto:
«Go tilicos, Isidorianos, seu Mnzarabicos, Códices in unum

collegit.» ,

Si así no fuera, y se aceptase como suposición gratuita


lo dicho sobre el punto histórico que exponemos, ¿cómo
explicar la devoción la época del gran Isidoro había
que en
á la Inmaculada Virgen, devoción de la que fué principal
defensor su santo discípulo S. Ildefonso de Toledo, y de¬
voción que ya es cosa admitida sin duda alguna que tuvo
fiesta propia en este tiempo por institución del Santo? (1).

(1) En un estudio crítico sobre la institución de la fiesta, por el


P. Fita, dice lo siguiente: «Esto afirmó, durante la primera mitad del si¬
glo XII, Hermán, Abad de S. Martín de Tournay (1127-1137), formado.
Glorias Sevillanas 27

Además, ¿cómo se explican los vestigios y documentos que


desde época tan antigua tiene en nuestra patria á su favor
la creencia en este Misterio? ¿Se cree por ventura que todo
ese cúmulo de pruebas
en pro de la devoción, que se con¬
servan en los archivos de nuestras catedrales y monaste¬
rios, tienen su punto de partida en la leyenda del Abad
Elsino en los últimos años del siglo XI? Algunos siglos an¬
tes que el célebre Abad de Reims hiciera su viaje á la Da-
cia (1) existía ya muy profundo en España el culto y ve¬
neración á la Inmaculada Virgen: no tiene, por lo tanto,
nada de común la tradicional devoción española con la ci¬
tada leyenda; acreditándolo de manera muy clara los mo¬
numentos que nos quedan en Zaragoza, Santiago, Gerona,

Sevilla y Navarra, así como los himnos de Prudencio en


el siglo IV; de Marco Máximo el VII, donde claramente
en
se alude al Misterio, y sobre todo el famoso libro de S. Il¬
defonso De perpetua virginitate Sanctez Marice, glorioso
documento en su defensa.

en la Escuela de San Anselmo, escritor nada sospechoso de parcialidad ha¬


cia nuestra nación, concienzudo historiador y teólogo peritísimo. La obra en
que lo afirma, sacada de un códice de la Abadía de Corbey y publicada por
los sabios benedictinos D'Achery y Mabillón, á
dudarlo, auténtica.
es, no
»A1 trazar su historia Hermánn ¿se dejó llevar de su propia fantasía, ó

le halló bosquejado y autorizado ya en venerandos y antiguos documentos?

Esto parece lo más seguro en un escritor exacto y fiel, que ansia la palma
de verídico y no el laurel del poeta. El tono de toda la obra respira inge¬
nuidad, respeto venerable: y por ello se ha de estimar como crónica del más
sólido fundamento.»
Artículo publicado en la Ilustración Católica, año de 1879, mes de
Diciembre.

(1) «El prudentísimo Guillermo envia á la Dacia á cierto Religioso


llamado Elsino, Abad elegido del Monasterio de Reims... Deseando volver
á Inglaterra, entra en el mar... una horrible tempestad conmovió el cielo

y las olas... cuando se hallaban sin esperanza de salvación... hé aquí que

de repente ven á un varón de aspecto muy respetable, vestido con la tiara

Pontifical, como permaneciendo enmedio de las ondas, próximo á la nave,


28 Glorias Sevillanas

Parece, pues, evidente, en atención á estos supuestos,


que S. Isidoro al arreglar la primitiva liturgia se encuentra
en ella la Concepción, de donde pasa al rito gótico; porque
el santo Doctor, al incluir en su nueva liturgia la fiesta de
la Concepción, la establece de nuevo, ó la recoge de las
tradiciones religiosas y de la liturgia antigua: lo primero
no parece muy aceptable; pues si el Concilio sólo le comi¬
sionó para «arreglar y unificar» los antiguos
y varios ritos
que se usaban en las diversas regiones de la península Ibé¬
rica, no es de innovase introduciendo fiestas que
creer que

ya no estuviesen en práctica: no pudiendo, pues, aceptarse


esta opinión en principios de buena crítica, y con arreglo á

lo que nos dicen los doctos escritores coetáneos de S. Isi¬

doro, hay que convenir que la Concepción se veneraba ya


en nuestra patria desde los tiempos apostólicos, como lo

atestiguan los monumentos del siglo IV.


Devoción que, á partir de aquella época, no se ha de

extinguir jamás en nuestra historia, y devoción que debió


encontrar mucho entusiasmo, y ser muy predilecta de la
celebérrima Escuela Isidoriana, en Sevilla, que fué centro
de toda clase de estudios, alcanzando hasta nuestros días
fama europea (i); de la cual salieron tantos sabios y tantos

quien llamando á sí al Abad, comenzó á hablarle con estas palabras: ¿quie¬


res,le dijo, evitar el peligro del mar? ¿quieres volver sano á tu patria?...
«Promete á Dios y á mí que celebrarás solemnemente y predicarás para
que se celebre el dia de la Concepción y Creación de la Madre de (Dios)
Nuestro Señor Jesucristo.»—¿Y
qué dia, contestó, habrá de celebrarse
en
esta fiesta?—El dia 8 de Diciembre,respondió, solemnizarás esta festivi¬
dad.—¿Y de qué Oficio, preguntó el Abad, usaremos en el rezo eclesiás.
tico?—Todo el oficio, contestó, que se dice en su Natividad, se dirá en su

Concepción.—Esto dicho, desapareció aquél.., Y nosotros, pues, hermanos


amadísimos, si queremos llegar al puerto de la salvación, celebremos con
Oficios dignos la Concepción de la Madre de Dios, para que por Ella sea¬
mos
recompensados con digna merced.»
(i) L'Ecole Chrétienne de Seville sous la Monarchie des Visigoths.
Glorias Sevillanas 29

santos, decididos defensores de la InmaculadaVirgen María.


El Oficio
gótico ó propiamente Isidoriano fué sancionado
por dos Pontífices: lo aprobaron, Juan X en el año de 918,
y Alejandro II en 1064, en el Concilio de Mantua, estando
en uso en nuestra patria como norma de su liturgia hasta

lostiempos en que la Iglesia comenzó su gran obra, procu¬


rando los Pontífices la introducción del rito romano; por

cuyos motivos empieza á decaer en España de tal modo,


que ya en el reinado de los Reyes Católicos había termina¬
do por completo, conservándose sólo en Toledo como re¬
cuerdo histórico en la capilla mozárabe, debido á las instan¬
cias y trabajos del gran Cardenal Cisneros.

Después de la invasión sarracénica, y durante el pe¬


ríodo que dura su dominación, estuvo en uso este rito, to¬
mando entonces el nombre de Mozárabe, por practicarlo

aquellos que vivían mezclados con los árabes; pero que no


fué otro que el propio que arregló S. Isidoro de Sevilla.

Recherches pour servir á l'Histoire de la Civilization Chretienne chez les


Barbares. Par l'Abbé Jos.-Christian Ernest Bouret.—París, 1855.
Interesante estudio de la época de S. Isidoro y la famosa Escuela fun¬
dada por él.
30 Glorias Sevillanas

CAPÍTULO II

Noticias del llamado rito Hispalense.—Causas que le dieron


origen.—Sus documentos más importantes.—La Concepción
en la liturgia Hispalense.—Fuentes
principales para su cono¬
cimiento.—De las diferencias entre las ceremonias y prácti¬
cas de esta Iglesia y el Ritual Romano.

la grantérmino
VERIFICADA feliz
á que dió
ficando el rito en toda
España,
empezaraS.S.Isidoro,
obra que hermano su
evidente
Leandro,
es rigió
y
uni¬
que en
la Iglesia hispalense, en la cual se puede decir que había
sido preparada la restauración; mas determinar luego con
certeza la época en que concluyó su observancia en este

Arzobispado, es ya cosa más difícil de declarar, porque el


período histórico de la dominación árabe en Sevilla está
envuelto en la oscuridad con respecto al punto que exami¬
namos.

De lo que no hay duda ninguna es de que los cristia¬


nos vencidos vivieron en Sevilla bajo el dominio de los
vencedores, siguiendo su propia Religión y las prácticas de
su culto. La Crónica
(i) de D. Alonso el Sabio dice: «é la
(i) Chronica del muy esclarecido | príncipe, y rey don Alonso: el
qual fue de | Emperador, y hizo el libro de las sie | te partidas. (Gra¬
par
bado; á los lados se lee: «El rey Don Alonso» | «El Sabio.») Y ansimismo
al fin deste libro | va encorporada la Chronica del rey Dod Sacho el bravo,
Glorias Sevillanas 3i

clerezía co los christianos q quisieron y


bevir so el señorío
de los moros é ser pecheros, otorgaro
les los moros que
tuviesen su ley é la usasen é viviesen segu q era costubre
de su ley: é ovieron obispos algunos d' misa E estos
christianos toviero desde entoces acá el oficio é el uso d'
Sant Isidro é de San Leadre.» Por este texto vemos se

asegura el uso del rito Isidoriano durante la época de la


dominación árabe.
Nuestro eminente historiador, el Ldo. Rodrigo Caro,
dice: «Lo que siempre he tenido yo por cosa constante es
que había (en Sevilla) muchos cristianos y Iglesias Mozá¬
rabes (1), que se conservaron hasta que el Santo Rey entró
en ella triunfante año de 1248,» etc.
El P. Flores, en el tomo IX de la España Sagrada,
dice: «Sugetada Sevilla por los Sarracenos, guardaron éstos
la política de permitir el uso libre de la Religión cristiana,

para utilizarse de la servidumbre y tributos de los fieles. Á


este fin le permitieron templos, sacerdotes y obispos» (2).

Es, pues, á nuestro parecer cosa demostrada que los cris¬


tianos permanecieron en esta población en gran número,

hijo de | este don Alonso el Sabio. | Con privilegio imperial. Impresso


rey
en Valladolid Año 1554. ¡ Esta tassado en (Al fin:) Fueron impresas
en Va
¡ lladolid, a costa y en casa de Sebastian | Martínez. Acabáronse á
diez y ocho | de llenero de mil y quinien | tos y cinquenta i qua | tro
Años. (1554)-

(1) Adiciones M. SS. del Ldo. Rodrigo Caro. (Biblioteca Capitular


Colombina.)
(2) De este período histórico es el renombrado arzobispo sevillano
conocido por Juan Hispalense, y del que se dan noticias en la Crónida Ge¬
neral antes citada. Dice así: «É en aquel tiempo era otrosí en Sevilla el

Obispo D. Juan, que era otrosí orne de Dios é de buena é de Santa vida: é
loávanlo mucho los árabes, é llamábanlo por su nombre en Arábigo Ca-

yed Almatran: é era muy sabio en la lengua arábiga: é fizo Dios por él
muchos milagros: é trasladó las Santas Escripturas en arábigo, é fizo las ex¬

posiciones de ellas según conviene á la Santa Escriptura, é assí las dejó


después de su muerte, para los que viniessen después dél.»
32 Glorias Sevillanas

si bien sufriendo las consecuencias de la dominación inva-

sora, por lohabría épocas en que serían más vejados


que
que en otras, teniendo, por lo tanto, que ocultarse algunas
veces en los actos del culto, persecución que fué muy grande

al verificarse la venida de los almohades; parece, pues, evi¬


dente que en este período tuvieron templos, ermitas, ú ora¬
torios, donde celebrar su liturgia y donde venerar sus imá¬
genes: no se sabe cuáles fueran estos templos; mas en vista
de los testimonios que de esa época nos restan, tal vez pu¬
diera señalarse el lugar donde existieron sus templos: no
creemos, por lo tanto, aventurado el sostener que los hubo
en los sitios emplazados en las cercanías ó inmediaciones
de las antiquísimas pinturas murales (i) conocidas con las

(i) Como prueba de esto podemos aducir: que el erudito arqueólogo


Rodrigo Caro encontró una lápida el primitivo templo de San Ildefonso
en
de esta Ciudad, en la cual se leía estar allí sepultado un sacerdote muerto
siete años antes de la reconquista; y aunque no cita la inscripción, porque
confiesa haberla perdido, dice: «hay personas que la vieron también como
yo.» (Adiciones M. SS.) El P. Enrique Flores reproduce esta cita al t. IX
de la España Sagrada.
En apoyo de esta opinión demostrando la antigüedad de aquel templo
cristiano y su conservación culto durante la invasión árabe, podemos
y
referir la existencia en el mismo
templo de otra lápida sepulcral pertene¬
ciente al año de 657, también de un sacerdote cristiano de la época visi¬
goda, como por la fecha se ve, y de cuya losa dan testimonio, copiándola,
todos antiguos historiadores D. Pablo Espinosa de los Monteros,
nuestros

Rodrigo Caro, Ambrosio de Morales y Ortiz de Zúñiga, el que afirma ha¬


berse conservado esta lápida hasta el año de 1649, en que se extravió con
motivo de las fosas que en dicha iglesia se abrieron para dar pronto ente¬
rramiento á tantas víctimas como causó la espantosa epidemia que en dicho
año hubo.
Parécenos que, unidos estos datos á los caracteres que presenta la pin¬
tura mural de la iglesia de San Ildefonso, no queda duda de que la efigie
de Ntra. Sra. del Coral fué venerada por los cristianos llamados muzá¬
rabes.

Respecto á la pintura de Ntra. Sra. de la Antigua, á más del juicio de


muy competentes maestros, que afirman pertenece á igual época, tiene en su
Glorias Sevillanas 33

advocaciones de Ntra. Sra. de la Antigua, del Coral, de


Roca-Amador y de S. Miguel, si bien teniéndose presente
que todas ellas han sido, no sólo restauradas, perdiendo
muchos de los caracteres de la época en que se trazaron,
sino á más movidas y trasladadas á otro lugar del que pri¬
meramente ocuparon.

Que el culto que se dio en las iglesias mozárabes du¬


rante este período fué con arreglo al rito Isidoriano, en

favor el testimonio de los historiadores sevillanos, y la narración de las Cró¬


nicas españolas, todas á una voz relatan la hermosa legendaria tradi¬
que
ción de cómo el Rey Sanio entraba en Sevilla durante el asedio, todas las

noches, para orar ante esta bendita imagen (*).


Dejando por sentado el valor histórico de esta narración, que hasta la
fecha no se ha podido destruir, siempre la preferiremos al juicio escueto y
descarnado del frío arqueólogo, que no ve en las obras que examina sino

pedazos de piedra ó madera, sin más valor que el que le han dado los años
y los siglos, conservándolos para el estudio del arte en la época en que se

hicieron, clasificándolos luego en el museo ó en el catálogo que los enu¬


mera, sin encontrar en estas obras más interés queel que ellos le quieren
dar, escapándoseles en su la parte más esencial de las mismas,
examen

que es el espíritu que las envuelve y casi vivifica; en una palabra, su parte

estética, el ideal que sirvió de norma para darles forma plástica, y al calor
del cual vivieron tantas y tantas generaciones henchidas de fe y entusiasmo,
realizando bajo su égida innumerables proezas, que sirvieron para formar
la patria y la familia cristianas.
Y al tratar de Ntra. Sra. de la Antigua no podemos por menos de ocu-

(*)Chronica del santo rey | don Fernando tercero deste | nombre; q


gano a Sevilla: y | a toda el Andalucía. El qual | fue padre del rey don
Alonso | el Sabio. Y abuelo del rey do | Sancho el brauo. Y visabue | lo
del rey don Fernando el qr | to: que murió emplazado. Y | rebisabuelo
del rey don Alo | so el onzeno: que ganó las Al | geciras. Todas las Chro-
ni | cas de los quales están tam | bien impressas. MDLV.
Impresso en Valladolid.
(A la fin:) Aqui fenesce la chronica del santo | rey don Fernando, ter¬
cero deste nobre (sic): en la qual se cuentan | sus nobles hechos, y como

conquisto y gano a Sevilla, | y á toda el Andaluzía: la qual perdió el rey


do Ro | drigo, postrimero rey de los godos. Fue im | pressa en Valladolid,
en casa de Seba | stian Martínez, junto á sane An | dres, acabo se de

imprimir á | quatro dias del mes de | Agosto, año d' mil | i quinientos | i
cincue | tas i cinco Años. (1555).

S
34 Glorias Sevillanas

cuya época toma el nombre de Mozárabe, es cosa cierta.


Mas ¿hasta qué fecha estuvo en vigor? Nada hablan las cró¬
nicas acerca de este punto; mas nosotros creemos que hasta
la fecha de la reconquista de la Ciudad.
Al entrar en ella victorioso Fernando III de Castilla,
una de las á que
más atención y preferencia dió, fué
cosas

el arreglo de la parte religiosa; para lo cual erigió la Cate¬


dral, fijó el número de parroquias, nombró Prelado propio

parnos aquí de la última obra publicada por el Sr. D. José Gestoso y Pérez,
á expensas del Excmo. Ayuntamiento, y cuyo título es Sevilla Monumental,
en la que el referido autor, al hablar de tan venerable efigie, dice lo si¬

guiente: «En el muro frontero al arco de entrada venérase la imagen titular


de la capilla, una de las más interesantes pinturas que quedan en esta ciu¬

dad, la cual ha dado motivo á piadosas tradiciones, tratando de remontar


su antigüedad no menos que á la época visigoda. No debe olvidarse que
todas ellas datan de los historiadores de fines del siglo XVI y de los del

XVII, que anteriormente no conocemos documento fehaciente alguno que


atribuya tan remota procedencia á la veneranda efigie; y cuando considera¬
mos que sus caracteres artístico-arqueológicos son los que corresponden al
gusto dominante en la XIV centuria, por fuerza habremos de dar más cré¬
dito á éstos que á para quienes eran desconocidos los principios
escritores
de una severa
imparcial crítica. Achaque general fué en todos los
cuanto

más distinguidos é ilustrados cronistas hispalenses de aquel siglo exagerar


los orígenes de las imágenes más queridas entonces de los sevillanos; y no
debe pasar inadvertido para nosotros en este caso, que lo mismo que de
la Antigua dijeron de la del Coral, de la Hiniesta, de la de la Alcobilla y
otras no anteriores al siglo XIV. Las simpatías de cada uno de aquéllos, y
hasta la piedad, contribuyeron á narrar las mayo-res excelencias, los casos
más
prodigiosos: como al remontar la antigüedad de la efigie parecía que
así sublimaban aún más los méritos de los divinos simulacros, claro es que

no se detuvieron en moderados límites, sino que cada cual quiso atribuir al


objeto de su devoción el más lejano origen. En épocas como aquéllas, que
tan esencial era
para captarse el respeto público presentar ejecutorias que
acreditasen la más antigua nobleza; en que no se concebía familia ilustre
si no contaba cientos de generaciones, ¿cómo habían de haberse contentado
con rendir los
homenajes de su devoción profunda ante imágenes que no
tuvieran las más remotas procedencias? Obsérvese, sinó, cuáles eran las más
veneradas entonces en Sevilla; aquellas que la tradición tenía por más anti-
Glorias Sevillanas 35

con suclerecía, creó la Universidad de Beneficiados, levantó


monasterios, estableció las Comunidades Religiosas, y por
lo tanto se ocuparía de introducir en el culto el uso del
rito Romano; que desde la época de Gregorio VII y Ur¬
bano II veníase tratando de la derogación del antiguo Ofi¬
cio gótico ó mozárabe, máxime cuando por la numerosa
compañía que de obispos, clérigos, monjes y frailes que
traía vendríase ya practicando.

guas. Todas estas causas contribuyeron á que nuestros historiadores, copián¬


dose los unos á los otros, hayan venido repitiendo hasta aquí que Nuestra
Señora de la Antigua data de la época de San Hermenegildo; que durante
la ocupación musulmana fué venerada los muzárabes, y que en los días
por
del sitio de Sevilla venía á postrarse á sus plantas el Santo Rey sin ser visto
de sus enemigos. Como tales narraciones se oponen abiertamente á la ver¬

dad histórica, fuerza es decirlo, no podemos aceptarlas, porque á ello se

oponen los caracteres que ofrece la imagen como obra artística y como mo¬
numento arqueológico, á los cuales nos atenemos, por estimar que con¬

vencen más
que los dichos de los historiadores, faltos de crítica y de docu¬
mentos. En más de una ocasión se nos ha argüido diciendo que la imagen

actual está ejecutada sobre la que pintaron los visigodos; pero como ésta no
la hemos visto, ni rastro de ella, y de otra parte nos atenemos solamente á
la que hoy se ofrece á nuestro examen; repetiremos que en nuestro con¬

cepto fué una de las muchas pinturas que adornaron las capillas del Tem¬
plo en el siglo XIV, cuando aún permanecía el edificio de la antigua Mez¬
quita.»
Creemos que se equivoca el Sr. Gestoso al decir que las tradiciones rela¬
tivas á la referida imagen datan de los historiadores de fines del siglo XVI
y de los del XVIL nos parece á nosotros que estas tradiciones son algo más
remotas que la época en que florecieron dichos historiadores, pues de lo
contrario lo que debió decir fué que las inventaron éstos. Que «no conoce
documento fehaciente alguno» con anterioridad á estos historiadores, dice:
cosa que es muynatural, dada la época en que se supone pintada;por lo que
no
parece posible que el Sr. Gestoso encontrara papeles que le acreditasen su
origen, y sólo ha podido hallar las narraciones que nuestros primeros histo¬
riadores pusieron en sus libros, las cuales ellos 710 inventaron, sino que re¬

cogieron de la tradición. ¿Pues quiere mayor testimonio que la tradición?


Porque si Morgado ó Espinosa hubiesen escrito algo que no hubiese sido
de la común opinión, fijamente que no se hubiera aceptado: por lo demás, ya
36 Glorias Sevillanas

Este es en concepto el momento histórico en


nuestro

que, por decirlo así, empieza á desarrollarse y á constituirse


lo que ha venido á llamarse rito Hispalense por los carac¬
teres, usos, privilegios, distinciones, ceremonias y prero-
gativas de esta Iglesia, particularidades que le hacen dife¬
renciar accidentalmente del rito Romano, pues no difiere
en nada de la parte esencial del mismo.

El período tan turbulento por que atravesábamos con

se sabe que la historia de los pueblos ese es el curso que lleva: primero las
narraciones orales ó tradiciones, y luego las narraciones escritas ó historias;
siendo imposible prescindir de las primeras, pues en este caso habría que
borrar casi toda la Historia. Antes del siglo xvi no tuvimos historiadores

ni se escribió la historia de Sevilla: por lo tanto, no es fácil que pudiera

haber encontrado nada referente al origen de Ntra. Sra. de la Antigua.


Pero bien sabe, y le consta, que en documento tan fehaciente
como es el
Libro Blanco del Racionero Diego Martínez, que se acabó de escribir en
1411, se dice: «En esta Capilla del Antigua, que se llama de San Pedro»;
luego si en un documento algo más remoto que los libros de escritores per¬
tenecientes á los líltimos años del siglo xvi se nombra á Ntra. Sra. de la
Antigua, parece como que data ya de época anterior; pues dándose este
calificativo en 1400, no como cosa nueva, sino como tradición admitida
de tiempos atrás, cuando menos tenemos que convenir en que se vendría
así conociendo en el siglo xiii; no comprendiendo nosotros por qué, si se
pintó después de 1248, época de la reconquista, se rompió con este epíteto
ó advocación, la Antigua, cuando de mucho más atrás
poseemos imágenes,
y á lo cual asiente el Sr. Gestoso, como la de los Reyes, la de las Batallas
y otras, que no tienen advocación fija, más que la de «Santa María», bajo
la cual se denominaban todas.

Tampoco estamos conformes con lo que dice de los primeros histo¬


riadores sevillanos, tachándolos de faltos de crítica y de documentos.
En cuanto á lo de faltos de documentos
comprendemos que así no

se
diga; pues sin ellos mal pudieron escribir
libros, que, dígase lo que
sus
se
quiera, con ó sin documentos, ellos escriben la historia de Sevilla, que
supone una labor grandísima, que con más ó menos defectos ha servido de
fuente para cuantos
han tratado de escribir después nuevas historias ó cró¬
nicas, en las ha hecho otra cosa que reproducir los trabajos de
que no se

Morgado, Espinosa, Caro y Ortiz de Zúñiga.


Por lo que toca á la crítica que tuvieron para redactar sus obras, ha-
Glorias Sevillanas 37

el continuo batallar yestado de guerra, que duró más de


quinientos años, en cuyo largo período vivimos una vida
anómala, sin formar las diversas regiones en que la penín¬
sula Ibérica estaba dividida un solo estado ó reino, y, por
lo tanto, cada cual con vida autónoma, leyes, usos, cos¬
con
tumbres y hasta en la parte religiosa con diversidad de ce¬
remonial y actos litúrgicos; las huellas que había dejado
en nuestro culto el rito Isidoriano ó Gótico; el estableci-

bremos de decir, se considere la época á que pertenecieron y la altura en

que se hallaba este género literario; pero que, aun así


todo, siempre mere¬
y
cerán eterna gratitud de esta Ciudad y de las letras: pues si fué «achaque

general de aquellos cronistas hispalenses el admitir cosas que hoy la mo¬


derna crítica rechaza», creemos nosotros que también hoy va siendo acha¬
que general de nuestros modernísimos críticos el exagerar los defectos de
los antiguos cronistas é historiadores.
Uniendo á lo que va dicho lo expuesto por el Sr. Tubino en su libro
La leyenda de Doña María Coronel, publicado en 1881, en donde califica al
insigne Alonso Morgado, el primero que publicó la Historia de Sevilla, de
«insensato, falto de discernimiento», así como al infatigable Ortiz de Zú-
ñiga de «poco escrupuloso» y que «escribió á tontas y á locas», medrados
quedan los historiadores sevillanos ante estos juicios.

Despréndese además de lo dicho por el Sr. Gestoso en los párrafos de


su libro antes citados que
la piedad de los sevillanos, juntamente con estas
exageraciones históricas, fueron la causa de querer remontar el origen de
las efigies más venerandas á una antigüedad remotísima; porque dice que

«¿Cómo habrían de haberse contentado (los sevillanos) con rendir los ho¬
menajes de su devoción profunda ante imágenes que no tuvieran las más
remotas procedencias? Obsérvese sinó, cómo las más veneradas eran las que
la tradición tenía por más antiguas».
No queremos creer que el autor, que tanto ha trabajado por los monu¬
mentos hispalenses, haya estampado esas reflexiones con idea de zaherir la
piedad y sentimientos del pueblo sevillano, cosas que se deben respetar
muy mucho, máxime por el Sr. Gestoso, que sabe lo que las Artes y la His¬
toria deben á esa acrisolada piedad religiosa de nuestros mayores. Pero

que, francamente, ó nuestros antepasados, al postrarse de hinojos ante las


benditas imágenes que venera la devoción sevillana, lo hacían con el co¬
razón lleno de fe, con una fe que hoy va siendo muy rara, por amor y res-
38 Glorias Sevillanas

miento de las Órdenes


Comunidades Religiosas, cada
y
una de las cuales liturgia peculiar; y, sobre todo
con su

esto, los privilegios que desde la reconquista empieza á


gozar esta Iglesia, son á nuestro entender lo que dió origen
al rito especial que empezó á usarse, y cuyas singularida¬
des han venido cayendo en olvido y aboliéndose, hasta

quedar hoy reducido á su más mínima expresión en el

peto, y no porque fueran más ó menos antiguas, ó aquellas generaciones


á sabiendas dieron pábulo á patrañas y cuentos dignos de un pueblo estú¬
pido é ignorante. No creemos aceptable esto último, ni nos parece que así
lo creerá el Sr. Gestoso; por lo que debe de convenir con nosotros en lo

primero, no admitiendo que sólo eran veneradas las de más antigüedad: las
efigies de los Reyes, del Pilar y otras eran muy veneradas también, y á
todos les constaba la época á que pertenecían.

Por lo que serefiere á la Virgen de la Antigua como obra artística y


monumento arqueológico, es cosa ya más delicada, y que conviene aclarar
bien lo expuesto acerca de ella.
Puede decirse de la Arqueología lo que de la Prehistoria: que, como
ciencias que empiezan, son nuevas y no tienen principios ciertos y fijos con

que poder prejuzgar con criterio claro é indefectible todas las cuestiones
que les están sometidas. Que la Arqueología ha adelantado mucho; que
con respecto á ciertos conocimientos, estilos y épocas
ha hecho mucha luz,
es cosa innegable: pero también es muy cierto que con respecto á algunos

asuntos de nuestra historia local no ha podido decir la última palabra, ni

poner nada en claro. Precisamente este monumento de que nos ocupamos


es
prueba de ello.
A la vista tenemos diversos juicios acerca de Ntra. Sra, de la Antigua,

de tres arqueólogos y críticos sevillanos que la han estudiado. EISr. D. Clau¬


dio Boutelou, Director de la Escuela de Bellas Artes, dice en el tomo III
de la Revista de Filosofía, Ciencias y Letras, Sevilla, 1871: «mucho antes
de ser
conquistada Sevilla, existían ya las pinturas murales que representan
las
imágenes, de la Antigua, que se conserva en la Catedral; la de la Virgen
delCoral, que está en la iglesia de S. Ildefonso, y Santa María de Roca-
Amador, en S. Lorenzo. Pues bien: estas tres obras, ya fueran de la época
de la dominación árabe, ya restos del arte visigodo, obedecen á las leyes
del Arte bizantino®.
En el tomo V de dicha Revista se lee: «la imagen de la Antigua h?
Glorias Sevillanas 39

culto de la Santa y Patriarcal Iglesia Catedral, donde sólo


desde há siglos venía conservándose.
Una de las cualidades que siempre distinguieron á la
Iglesia hispánica fué su antiquísimo rito, observado desde
la predicación apostólica, lo que le hacía venerable por su
origen, y suntuoso por su grandeza y aparato. Ya en el
siglo V la provincia Hética había merecido que el Romano
Pontífice la honrara concediendo á su Prelado, que era el

dé ser del siglo XI ó del XII»; y comparando la antigüedad de las tres


antes citadas, dice: «parece qué Ntra. Sra. del Coral es la más primitiva,

pues conserva un sello muy bizantino».


El Sr. Tubino, en la monografía que escribió de Ntra. Sra. de Roca-
Amador para el Museo Español de Antigüedades, donde vió la luz pública
(t. II, pág. 135), dice: «consérvanse memorias adecuadas para sospechar al
menos la existencia de la pintura decorativa en los siglos que precedieron
inmediatamente á la en 1248. Docu¬
reconquista de la Ciudad, verificada
mentos antiguos hablan desantuario subterráneo, llamado de S. Miguel,
un
donde los mozárabes reverenciaban un fresco representativo del Arcángel
S. Miguel. La imagen de la Catedral con la advocación de Ntra. Sra. de
la Antigua estímase anterior á la entrada de S. Fernando, y á la del Coral
se le califica de
gótica ó mozárabe». Hablando de la de Roca-Amador, de
S. Lorenzo, 129: «Es de verdadero patrón Bizantino: tiene al
dice, pág.
Hijo unido estrechamente al pecho; circunstancia conforme con el carácter
del Arte griego». A la pág. 137, en la duda de la época á que pertenece:

«que si bien pudo trazarse por primera vez en época anterior á la Recon¬
quista, con posterioridad fué tan restaurada, que se llegó á borrar su propia
fisonomía». Asegura que por su altura es bizantina.
Por último: el Sr. Gestoso la califica como obra del siglo XIV, por

sus «caracteres artístico-arqueológicos». La verdad es, que envista de estos

juicios que se han hecho sobre el mismo asunto, por arqueólogos tan ilus¬
trados y críticos coetáneos, y que sin embargo difieren totalmente en sus

apreciaciones, nos inducen á decir lo que sentamos respecto á la ciencia


arqueológica: que no puede asegurar la verdad, cuando tanto varía; vinien¬
do á estar la crítica moderna, á lo menos en este asunto, á la altura que
tenía en la
época de los tan maltratados historiadores sevillanos, quedando
nosotros en la creencia de
que son estas efigies murales antiquísimas, siem¬
pre anteriores á la reconquista (1248), y que por lo tanto en estas cues¬
tiones arqueológicas es muy atrevido y expuesto sentar opiniones absolutas
42 Glorias Sevillanas

tiempo sostuvo aquel esplendor y majestad litúrgica que


había heredado del grandioso rito Isidoriano, dió alto nom¬
bre y fama á la suntuosa Catedral de Sevilla por la gran¬
deza y solemnidad con que celebraba los Oficios Divinos,

dejando muy atrás por su lujo y severidad en las ceremo¬


nias á lo que se practica en la misma Roma, centro y ca¬
beza del Orbe Católico (i); mas lo' que hoy resta sólo es
sombra de lo que fué. El empobrecimiento del erario ecle¬
siástico con. las revoluciones políticas; la penuria de los

tiempos por que atravesamos, en que la fe tanto se ha en¬


tibiado, otras causas de todos conocidas, han venido
y
conspirando contra la tradicional grandeza de la Basílica se¬
villana. Lástima es que, así como ha encontrado admira¬
dores que se dedicaran á describir en libros lo soberbio de
su fábrica
y las maravillas que en todas las manifestaciones
del Arte conserva, no haya tenido quien describiese la ma¬
jestad de los actos religiosos que en ella se practican, la se¬
veridad de sus ceremonias, el solemne aparato de las fies¬

tas, la grandiosidad de sus procesiones, el lujo proverbial


de que siempre hizo gala; la riqueza de su antiguo archivo
musical, y todo ese cúmulo de cosas que vienen á consti¬
tuir la parte externa del culto suyo.

Ciñéndonos al objeto exclusivo de este estudio, cual es


examinar el culto á la Concepción en el rito Hispalense,
habremos necesariamente de prescindir de todo lo demás

que no sea pertinente á nuestro propósito: el examen de


los monumentos litúrgicos que desde los tiempos más re¬
motos se han usado en esta Iglesia, y que con solícito cui¬

dado ha sabido conservar el Cabildo Eclesiástico en su Ar-

(i) «En esta Catedrales todo grande, severo, admirable, sublime,


como el Dios á quien allí
adora; y en ninguna parte, ni aun en Roma,
se
parece más majestuoso el culto católico.»
Geografía Universal por Malte-Brun. Barcelona, 1876.—T. iii.
Glorias Sevillanas 43

chivo y Biblioteca, es el objeto que nos proponemos; pues


lo que en ellos se contenga con relación á esta materia
será, al mismo tiempo que testigo fiel del culto tributado
á la Concepción desde las más lejanas edades, reflejo vivo
de la piedad y devoción de nuestros antepasados.
Enlazando el Oficio primitivo ó apostólico con el Isido-
riano ó gótico, y éste á su vez, por más que sean uno mis¬

mo, con el Mozárabe, para pasar luego al examen del pri¬


mer documento
litúrgico hispalense que nos encontramos
de más remota antigüedad, podemos demostrar de una ma¬
nera clara
y evidente que esta devoción y culto no han fal¬
tado nunca en las tradiciones sevillanas: que así como al

explorador de pueblos que fueron un día en la Historia le


basta en sus investigaciones encontrar las piedras que fue¬
ron base de edificios, para calcular el desarrollo de la cul¬
tura y civilización que alcanzaran, así también estos docu¬

mentos son las


piedras miliarias que nos marcan el camino
que el culto Concepcionista siguió, paso á paso, en nuestra
Iglesia, y prueban de manera indefectible la base firmísima
del elevado edificio de nuestra fe y amor á la Inmaculada
Concepción de la Madre de Dios.
Verifícase la reconquista de esta Ciudad á mediados del

siglo XIII, y á partir de esta fecha presenta la Iglesia his¬


palense colección de documentos litúrgicos con cere¬
una
monias, rezado, prácticas y privilegios peculiares de este
Arzobispado, que son los que vienen á constituir su rito
propio.
Vamos á enumerar los que hemos podido hallar á la
mano, y que indudablemente vienen á dar idea de lo que
vamos
exponiendo.
4° Glorias Sevillanas

de Sevilla, la delegación apostólica, encomiándola por su


solicitud y celo en las prácticas del culto divino.
Este espíritu, manifestado ya desde antiguo, es precisa¬
mente el que ha venido informando durante siglos el cere¬

monial hispalense; pero en tal grado y modo, que ha he¬


cho formar esta peculiar liturgia de que nos ocupamos. Que
la Iglesia que rigieran los santos Leandro é Isidoro, y que
un día mereciera el título de Patriarcal, por haber sido cen-

co?no
quien habla ex cátedra. Creemos, pues, que el Sr. Gestoso no tiene más
fundamento citando clasifica este divino simulacro que su propio criterio; y
nos duele que en nombre de una crítica que no tiene razones sólidas se

vengan destruyendo há tiempo las tradiciones y leyendas que constituyen


toda la historia de nuestro pasado, y esto por hijos de Sevilla; y esto en
obras publicadas á expensas del erario de la Ciudad: los efectos últimos
de esa crítica sonmuy semejantes y casi idénticos á los de la piqueta revo¬
lucionaria que ha destruido nuestros monasterios, nuestros templos, nues¬
tras glorias artísticas, luego convertir los restos de esos monumentos
para
en corrales donde guarecer manadas de puercos. Y no es que queramos
que se sostengan cosas inverosímiles ó falsas á todas luces, sino que se jus-
gue con más respeto nuestra historia, sin zaherir su parte legendaria y tra¬

dicional; porque confesando y creyendo nosotros siempre el fondo de verdad


que en éstas hay, por lo cual merecen consideración, tiene que convenirse
en
que ese idealismo ó fantasear de los pueblos, ese soñar acerca de las
épocas más remotas, fueron las fuentes para las grandes creaciones de la
poesía y del arte.

Después de escritas estas líneas llega á nuestras manos el libro titu¬


lado El Arte Cristiano en España por J. D. Passavant, traducido y ano¬
tado por el Sr. D. Claudio Boutelou, y en una de sus notas parece como
que se retracta de la opinión y criterio emitido en la Revista antes citada.
Dice así el Sr. Boutelou: «Mi opinión en este punto, que todavía no me
atrevo á consignar como definitiva, es que las tres pinturas citadas corres¬

ponden al siglo XIII, época de la Reconquista de la Ciudad por S. Fer¬


nando; y me fundo para ello en que se sabe por el códice de Diego Mar¬
tínez que en la Iglesia de Santa María, ó sea la Catedral vieja que se con¬

sagró como Iglesia cristiana en el sitio de la Mezquita mayor, había en los


muros y en los pilares muchas pinturas,
entre ellas la de la Antigua... la
que por circunstancias particulares se salvó de la destrucción al derribarse
la Iglesia vieja.» (Pág. 189).
Glorias Sevillanas 41

tro y matriz de lasalieran las innumerables que se fun¬


que
daron en las Indias Occidentales
(1), ha tenido en cierto
período de la historia liturgia propia y genuína, es cosa
que no puede negarse ante los documentos que, juntamente
con la tradición, así nos lo acreditan: habránse derogado
sus
privilegios: se habrá anulado su antiquísimo ceremo¬
nial: sus usos y prácticas habrán caído en el olvido: se ex¬

tinguirá lo poco que aún subsiste: no se habrá sustentado


el derecho legítimo que para la conservación de todo ello

competía; mas nunca podrá negarse que existió para glo¬


ria de nuestra Iglesia. El rito Hispalense, que por mucho

Como se ve, la nota, en vez de arrojar luz sobre el asunto, viene á


producir más confusión; pues aquí ni niega ni afirma la época de su eje¬
cución.

Este nuevo parecer, en vez de destruir nuestro aserto, lo confirma más


y más, y viene á demostrar la contradicción de los modernos críticos ar¬
queólogos, no sólo ya entre sí unos con otros, sino la contradicción consigo
mismos; y esta contradicción nó en muchos años de diferencia, pues desde
la publicación de la Revista en 1871 á la del libro del Sr. Passavant en
1877 poco tiempo va, y en este período el asunto arqueológico en cues¬
tión no ha sufrido variante. Por lo demás, el fundamento que el Sr. Bou-
telou ha tenido para variar de criterio, según dice en la nota, es bastante

baladí, y parece que más va contra él, que le favorece; pues si se destruyó
la mezquita y con ella todas las pinturas murales que cita el Racionero

Diego Martínez, no comprendemos por qué se respetó esta de la Antigua,


máxime cuando estaba pintada en un muro que estorbaba á la construc¬
ción general del templo ó fábrica nueva, como que, según parecer del señor
Gestoso, el muro que la contenía estaba emplazado precisamente en el
sitio donde hoy está la puerta principal de entrada, dando cara la referida

pintura al sitio donde hoy la veneramos.


(1) Razón de ser Patriarcal la Santa Iglesia de Sevilla, por el Pa¬
dre Joan Bernal, de la Compañía de Jesús. Año de 1665.
M. SS. en folio; 20 hojas; copia del original. (B. C.)

Apología por la dignidad Arzobispal de la Santa Iglesia de Sevilla. En


que se prueba que sus Prelados pueden usar Cruz Patriarcal. Al Eminentí¬
simo Sr. D. Agustín Espinóla, Cardenal de la Santa Iglesia de Roma.
Año de 1645.
6
42 Glorias Sevillanas

tiempo sostuvo aquel esplendor y majestad litúrgica que


había heredado del grandioso rito Isidoriano, dió alto nom¬
bre y fama á la suntuosa Catedral de Sevilla por la gran¬
deza y solemnidad con que celebraba los Oficios Divinos,

dejando muy atrás por su lujo y severidad en las ceremo¬


nias á lo que se practica en la misma Roma, centro y ca¬
beza del Orbe Católico (i); mas lo' que hoy resta sólo es
sombra de lo que fué. El empobrecimiento del erario ecle¬
siástico con. las revoluciones políticas; la penuria de los

tiempos por que atravesamos, en que la fe tanto se ha en¬


tibiado, y otras causas de todos conocidas, han venido
conspirando contra la tradicional grandeza de la Basílica se¬
villana. Lástima es que, así como ha encontrado admira¬
dores que se dedicaran á describir en libros lo soberbio de
su fábrica
y las maravillas que en todas las manifestaciones
del Arte conserva, no haya tenido quien describiese la ma¬

jestad de los actos religiosos que en ella se practican, la se¬


veridad de sus ceremonias, el solemne aparato de las fies¬
tas, la grandiosidad de sus procesiones, el lujo proverbial
de que siempre hizo gala; la riqueza de su antiguo archivo
musical, y todo ese cúmulo de cosas que vienen á consti¬
tuir la parte externa del culto suyo.

Ciñénclonos alobjeto exclusivo de este estudio, cual es


examinar el culto á la Concepción en el rito Hispalense,
habremos necesariamente de prescindir de todo lo demás

que no sea pertinente á nuestro propósito: el examen de


los monumentos litúrgicos que desde los tiempos más re¬
motos se han usado en esta Iglesia, y que con solícito cui¬

dado ha sabido conservar el Cabildo Eclesiástico en su Ar-

(i) «En esta Catedrales todo grande, severo, admirable, sublime,


como el Dios á adora; y en ninguna parte, ni aun en Roma,
quien allí se
parece más majestuoso el culto católico.»
Geografía Universal por Malte-Brun. Barcelona, 1876.—T. III.
Glorias Sevillanas 43

chivo y Biblioteca, es el objeto que nos proponemos; pues


lo que en ellos se contenga con relación á esta materia
será, al mismo tiempo que testigo fiel del culto tributado
á la Concepción desde las más lejanas edades, reflejo vivo
de la piedad y devoción de nuestros antepasados.
Enlazando el Oficio primitivo ó apostólico con el Isido-
riano ó gótico, y éste á su vez, por más que sean uno mis¬
mo, con el Mozárabe, para pasar luego al examen del pri¬
mer documento litúrgico hispalense que nos encontramos
de más remota antigüedad, podemos demostrar de una ma¬
nera clara y evidente que esta devoción y culto no han fal¬
tado nunca en las tradiciones sevillanas: que así como al
explorador de pueblos que fueron un día en la Historia le
basta en susinvestigaciones encontrar las piedras que fue¬
ron base de edificios, para calcular el desarrollo de la cul¬
tura y civilización que alcanzaran, así también estos docu¬
mentos son las piedras miliarias que nos marcan el camino
que el culto Concepcionista siguió, paso á paso, en nuestra
Iglesia, y prueban de manera indefectible la base firmísima
del elevado edificio de nuestra fe y amor á la Inmaculada
Concepción de la Madre de Dios.
Verifícase la reconquista de esta Ciudad á mediados del

siglo XIII, y á partir de esta fecha presenta la Iglesia his¬


palense una colección de documentos litúrgicos con cere¬
monias, rezado, prácticas y privilegios peculiares de este
Arzobispado, que son los que vienen á constituir su rito
propio.
Vamos á enumerar los que
hemos podido hallar á la
mano, y que indudablemente vienen á dar idea de lo que
vamos
exponiendo.
44 Glorias Sevillanas

DOCUMENTOS DEL RITO HISPALENSE

I.—Missal Hispalense.
Códice que, por sus caracteres, parece de fines del si¬
glo XIII.
En folio; de pergamino avitelado: las letras capitales en
colores ligeros, y casi todas dibujadas sobre un fondo forma¬
do por delicadas sutilísimas líneas en rojo ó azul, ó utili¬
y
zando el mismo color del pergamino; algunas con arabescos
y trazado especialísimo, empleando en ellas el oro: falta la
lámina del Canon. Mide 35 centímetros de longitud por 24
de latitud.
En las tablas del
Santoral, que van al principio, se re¬
gistra la Concepción al día 8 de Diciembre, con la octava.
«Conceptio Ste. Maris, iiij ca. dup. pro.»
Al día 15: «Conceptio ste. Marie. f iiij. cap. dup. pr.
(Lamina i.a)
En su
lugar sólo las oraciones de fiesta.
aparecen
En este misal registra la festividad del Santísimo
no se

Corpus Christi; cuya particularidad anótase en la parte inte¬


rior de su pasta, de letra del erudito Loaysa, canónigo que
fué de esta Catedral. Dice así: «Antes del año de 1311 por
no tener la Fiesta del Corpus esto á lo menos.»
El libro, aunque está regularmente conservado, se conoce
ha sido muy usado: las pastas son de madera, forradas de
terciopelo celeste, faltándole los clavos que tuvo en tiempo.
(Biblioteca Capitular).

II.—Missal Hispalense.
Códice de los mismos caracteres que el anterior, de 0,33
de long. por 0,23 de lat., faltándole así mismo la fiesta del
Corpus. No tiene tantos adornos como el precedente, ni la
tabla con los Santos. En su lugar remite la fiesta de la Con-
Lárn. i

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J/zW hispalense anterior al año ijii, con la fiesta de la Concepción,


sin registrar la del Corpus Christi.
Glorias Sevillanas 45

cepción al día de la Encarnación, indicando las oraciones


propias antes citadas. El libro tiene forro de pergamino, y
está sumamente mutilado. (Bib. Cap.)

III.—Epistolarium Romanum in Hispalense Eclesise.


Códice de 0,29 de long. por 0,19 de lat.; hojas de perga¬
mino avitelado, é iniciales como las de los precedentes, sien¬
do muy notable la primera. Su antigüedad se hace'notar en
laprimera página por mano del Sr. Loaysa. Dice de este mo¬
do: «500 Annorum eo quod nec. Fest. Corp. Christi, nec
Comm. Omn. Fidel. Defunct. continet.»
En el mes de Diciembre, al octavo día, se lee: «In Con-
ceptione bte m.e expía. Dom. possedit me,» etc.
Pertenece á la época de los anteriores. La pasta es de ma¬
dera, forrada de terciopelo grana, conservándose en regular
estado, con castillos, leones y barras marcados en el mismo,
pero sin los clavos que tuvo. (Bib. Cap.)

IV.—Ritual Hispalense.
Códice en folio; vitela y caracteres monacales. Tiene 0,33

de long. por 0,24 de lat. En nota de Loaysa, que va puesta


á la página primera, dice: «500 annorum.»
Los tipos y dibujos de las letras capitales, así como las

del códice primero citado, tienen grandísimo parecido á las


del códice de las Cantigas de D. Alonso el Sabio.
El ritual lleva advertencias en romance antiguo sobre el
modo de administrar los Sacramentos; conserva la pesada

pasta de la época, de madera, forrada con badana y gruesos


clavos en las esquinas. (Bib. Cap.)

V.—Pontifical Hispalense.
Códice de 0,44 de long. por 0,30 de lat., del siglo XIV.
Es este libro la joya de más riqueza y valor que conserva el

Cabildo de la Catedral de Sevilla. Todo va hecho sobre de¬


licada vitela, en caracteres monacales á rojo y negro, é ilus¬
traciones de gran gusto artístico, que le hacen inapreciable,
46 Glorias Sevillanas

siendo á la vez abundante arsenal de datos iconográficos, in¬


dumentaria y costumbres de su época, mereciendo su descrip¬
ción un libro que le estudie y examine por separado. Son no¬
tabilísimas la hoja del Canon y la que le precede. (Lam. 2.a)

VI.—Pontifical Hispalense.
Códice en folio, de pergamino avitelado, del siglo XIV.
Caracteres en color rojo y negro, y letras capitales, ya de esta
época, con dibujos de los asuntos de que se ocupan los res¬
pectivos capítulos á que pertenecen. Sus dimensiones son
0,33 de long. por 0,24 de lat.
El libro encuéntrase deteriorado, aunque conserva restos
de lo que fué (Bib. Cap.)

VIL—Misal Hispalense.
Este misal, y ceremonial á la vez, pertenece al siglo XIV:
está dividido en cuatro libros, formando cada uno de ellos
una de las partes en que aparece dividido el misal.
Códice en gran tamaño, de pergamino avitelado. El pri¬
mero de ellos contiene todos los caracteres de la época: las
iniciales prolongan por los márgenes del libro, con tenden¬
se

cia á formar ya la orla, delineando, no sólo delicados rasgos


y perfiles caprichosos, sino caricaturas, dibujos de figuras hu¬
manas y animales, con
estrellas ó puntos de oro y colores.
Sus dimensiones son 0,43 de long. por 0,28 de lat.
La hoja que trae la Misa de Concepción es muy intere¬

sante, no sólo por la parte artística, sino por ser la primera


misa propia de esta festividad que registra el misal hispalen¬
se. (Véase la lám. 3.a)

En las tablas del Santoral se menciona la fiesta en igual


forma que en los anteriores.
La segunda parte la constituye el ceremonial, indicando
en las tablas de fiestas
que tiene Credo la Concepción.
Las partes tercera y cuarta son complemento de las an¬

teriores, siendo muy notable la última por la riqueza de los


adornos. (Bib. Cap.)
Lám. 2.a

Lámina del Canon de un


Pontifical hispalense del siglo XIV.
Glorias Sevillanas 47

VIII.—Missal Hispalense.
Códice cuyas dimensiones son 0,41 de long. por 0,27
de lat.; vitela; del siglo XIV. Tiene el mismo corte é índole
de adornos y caracteres que los precedentes. Entre ellos apa¬
rece un escudo de fondo rojo y cruz de oro. Registra en su
día la Concepción, é indica tener Credo.

IX.—Missal Hispalense.
En
folio; pergamino; letra á dos colores, distinguiéndose
de los anteriores por su sencillez en los adornos. Mide 0,29
de long. por 0,21 de lat. Lleva la nota siguiente,de Loaysa:
«Post Concilium Vienense anni 1311 scriptum fuit hoc Missa-
le eo quod in eo Fest. S. S. Corps. Christi invenitur.»

Registra la Concepción.

X.—Missal Hispalense.
Precioso códice en vitela, del siglo XV: su tamaño es

0,34 de long. por 0,25 de lat., reconociéndose ya en él todo


el esplendor que alcanzó en esta centuria el arte de ilustrar

los libros. Sus hojas están enriquecidas con elegantes letras

capitales: otras orladas de artísticas guirnaldas, formadas de


de flores, hojas y frutas en diversidad de colores y esmaltes
de oro, y las figuras aparecen con más animación y vida que
en los anteriores.
En las tablas del Santoral registra la fiesta de la Concep¬
ción, la que se contiene en su respectivo sitio en elegante
hoja. (V. la lám. 4.a)
El Oficio es idéntico que el registrado en el misal indica¬
do con el núm. VII. La página registrada con el núm. 2 es
notabilísima, así como muchas otras. Pastas de la época.
(Bib. Cap.)

XI.—Diurnal Hispalense.
Códice que mide 0,14 de long. por 0,10 de lat., ilustrado
con orlas y letras en oro y colores.

Lleva nota de Loaysa, que dice: «Este Diurnal de esta


48 Glorias Sevillanas

S.to I. de Sevilla es al menos de el principio de el siglo XV


ó tal vez mas antiguo. Contiene aunque mutilado la parte
de el Oficio de el Tiempo.» (Bib. Cap.)

XII.—Missal Hispalense.
Códice del siglo XV, vitela, de 0,32 de long. por 0,23
en
de lat. Tiene en la hoja sirve de guarda esta nota: «es
que
del año 1450 aprobado y corregido por D. Gonzalo Sánchez
de Cordova, Maestro de Sagrada Teología, Arcediano de
Xerez y Canónigo de Sevilla, está su nombre en la i.a foja.»
Las ilustraciones que lleva acusan la mezcla del estilo de
la época á que pertenece y el del siglo XIV.
Trae la misa de la Concepción, y en las tablas indica la
fiesta con la >5<, iiij cap. pr. p. d. (Cuatro capas, procesión,

primera dignidad.)
Conserva el libro las pastas de madera, embadanadas, sin
los clavos. (Bib. Cap.)

XIII.—Missal Hispalense.
Códice que mide 0,31 de long. por 0,23 de lat., del si¬
glo XV, en vitela. Está adornado con hermosas letras inicia¬
les en oro y colores rojo,
azul y gris. La página correspon¬
diente al día de la Concepción es interesantísima. (Bib. Cap.)

XIV.—Missal Hispalense.
Pertenece á la misma época y estilo que el precedente.
También con la Concepción. (Bib. Cap.)

XV.—Missal Hispalense.
Códiceen pergamino con adornos sólo á dos tintas. Trae

la Concepción. (Bib. Cap.)

XVI.—Missal Hispalense.
Hermoso códice del siglo XV, en vitela, de 0,48 de long.
por 0,22 de lat. Por el gusto de sus adornos, sobre todo en
orlas, es parecido al marcado con el núm. X. Contiene algu-
Lám.

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famrr ainincipio.ali auno osdinata fií:
ce a antiqs ñiirrqni óa
ñciml^c-din
cmtabifír.crcgoum com

Misal hispalense del siglo XIV, con la Misa propia de la Concepc,1011.


Glorias Sevillanas 49

ñas
páginas notabilísimas, como la que encabeza el rezado
propio de Santos de Sevilla. Le falta la lámina del Canon.
A su vez tiene indicado el rezado del Breviario.

Registra la Concepción. (Bib. Cap.)

XVII.—Missale sccTm usum alme eclesie hyspalensy.


Libro en pergamino, impreso á fines del siglo XV. Es
elejemplar más antiguo que se conserva impreso en la Bi¬
blioteca Capitular.
Su tamaño es 0,34 de long. por 0,24 de lat. Tiene por¬

tada, en la que se ve á S. Leandro y S. Isidoro con la antigua


Catedral en las manos, viéndose la Giralda en su primera for-

ma, todo encerrado en un recuadro con adornos de princi¬

pios del Renacimiento y algunos detalles góticos.


Apesar de ser impreso, está adornado á mano con ilus¬
traciones, letras, orlas y cabeceras de esta época, teniendo la
lámina del Canon iluminada. Registra la Concepción en
igual forma que en los códices antes citados. No tiene colo¬
fón. (Bib. Cap.)

XVIII.—Pontifical hispalense.
Códice que mide
0,33 de long. por 0,23 de lat. Pergami¬

no; letra gótica; iluminado á dos colores. (Bib. Cap.)

XIX.—Ritual Hispalense para la Consagración de los San¬


tos Oleos.

Códice dibujado sobre hermosa vitela, con caracteres á


dos colores, del siglo XV, y cuyas dimensiones son 0,35 de
long. por 0,26 de lat.
siguen, en letra del
Al comienzo lleva las dos notas que

siglo XVI. Dice la primera: «Há se de advertyr q esta Con¬


sagración del Olio este dia y lo demás de la missa, lo diga
el Perlado todo por este libro y no por el suyo Romano por

que ay diferencia De algunas cosas conforme á la costubre


antigua desta s.ta yglia.
La otra nota, de carácter más moderno, dice: «Este libro
7
5o Glorias Sevillanas

que contiene la Missa y Consagración de los Oleos, que se


hace el Jueves Santo celebrando el Prelado, es conforme se
hacia antes que esta Santa Iglesia recibiese el Missal y Pon¬
tifical romano, pero estando ya recebido como está, no se debe
usar de este dicho libro, por haber en él muchas cosas con¬

tra el dicho Pontifical Romano conforme están anotadas en

las margenes de este dicho libro.»


Las anotaciones á que alude aquí están puestas por la
propia mano del que escribió la advertencia.
El Códice se encuentra en tan perfecto estado de conser¬

vación, que parece está acabado de salir de la mano del mi¬


niaturista. Lleva pasta de madera, embadanada con clavetes.

(Bib. Cap.)

XX.—Ritual Hispalense para la consagración de los Santos


Oleos.

Códice de 0,34
de long. por 0,30 de lat.; pergamino; del
siglo XV. Iluminado á dos colores: pasta de madera, emba¬
danada. (Bib. Cap.)

XXI.—Forma administrandi Sacramentum extremauntio-


nis et Ordo sepeliendo mortuos.
Códice del siglo XV: sus dimensiones son 0,30 de long.
por 0,21 de lat.; pergamino.
Ilustrado de colores y oro. En la primera hoja la nota

siguiente, puesta por mano del canónigo Loaysa: «Sacra¬


mental de Sevilla de el año de 1457.» (Bib. Cap.)

XXII.—Officium defunctorum Ordinarium Eclessie Hispa-


lensis de modo celebrandi Missas.

Códice del siglo XV, á dos tintas; pasta de la época. (Bib.


Cap.)

XXIII.—Ordinarium Hispalense exequiarum.


Códice en
vitela; letras capitales iluminadas.
Lám. 4.a

* M,
tTCYVtlI

méciW munaa
Uigiqjaqucpjo
"ucnaabüib) b ti anexe t
ñon mtotóiUiñm putan,
tmcbw.au-uuxDimuo Miamjs ontmnturj&
mmisríic Incaiu fulgen' r^uwerpoftmol.
üíumnubtttc. ^a<m. j :_fhmilumnu?abi
ittfiiipluam» bfeanoje

ManOiftca q*e ene o


*
bUtamnncaqm
aoncféUntirtúis
mtnutüUv o fttumtur. i
asapfe crpm&mtcmctoi
cflfcumtquimiudte ex
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urpxcawtanüutttrao jncenccpucc ünflimci'tf
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Ocrnna mes fcuutnce. 0intóocauu6 conaepuone


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qeoñc pxbcaitflxG fumgatítútuitmwngo i
&
m

Misal hispalense del siglo XV, con la Misa de la Concepción.


Glorias Sevillanas 5i

XXIV.—Exequias de Prebendado defuncto según antigua


costumbre que oy se observa solo en los entierros de
Seculares.

Códice en vitela, de
de long. por 0,18 de lat.
0,24
Lleva una nota: «La
antigüedad de este Ordinario Ritual
Hispalense excede de 150 años.» Está puesta de mano de
Loaysa.

XXV.—Missal Hispalense.
Hermoso códice, de 0,32 de long. por 0,23 de lat., del
siglo XVI. Pergamino avitelado, con artísticas orlas, letras,
cabeceras y escudetes, entre los que se ve la torre de esta Ca¬
tedral en su antigua forma. Conserva la lámina del Canon,

que es bellísima, notable composición del estilo de la escuela


Flamenca. Consérvase en buen estado: no así la magnífica

pasta de la época con rebajos hechos sobre el becerrillo, de


que está forrada. Dibujos del Renacimiento.
Registra en las tablas del Santoral la fiesta de la Concep¬
ción en la forma antes indicada, con la misma Misa en su

lugar propio.
Este misal registra así mismo otra misa de Concepción,

propia para la Cofradía de este título que existe en la Cate¬


dral sevillana, acusando algunas variantes con la anterior.

(Bib. Cap.)

XXVI.—Missal Hispalense.
De la mismaépoca y estilo, si bien no tan cargado de
adornos, la misa de Cofradía; consérvase otro en la
y con

Mayordomía de Fábrica de la Catedral.

XXVII.—Reglas de canto plano ó de contrapunto é de


canto de órgano, fechas é ordenadas para información

y declaración de los inorantes que por ellas estudiar


quisieren; por Fernando Estéban, sacristán de la Capilla
de San Clemeint de la cibdad de Sevilla, Maestro del
52 Glorias Sevillanas

Sobredicho Arte. E fueron acabadas de lúnes, postrime¬


ro dia de Marzo, año del Nascimiento de nuestro Sal¬
vador Jesucristo de 1410.
M. S. de 41
hojg 4°; orig.
(Al fin:) «E fueron acabadas de fazer en la muy noble é
muy leal cibdad de Seuilla, lunes postrimero dia de Mar50,
año del nascimiento de nuestro Señor Jesucristo de mil é cua¬
tro cientos é diez años.» (Bib. de Gallardo.)

XXVIII.—Ceremoniale ad missan Hispalense.


Códice del siglo XVI: su tamaño es de 0,32 de long.
por en vitela, suntuosamente ornamentado. Con¬
0,28 de lat;
serva la pasta primitiva de la época, en madera, forrada de

becerro, con rebajos de dibujos arabescos. Este libro está


perfectamente conservado.

XXIX.—Orationes Sacras. (Dos viñetitas: una con el Sal¬


vador dando la paz á los Apóstoles, y en la otra abra¬
zado á la Cruz.) Orationes Sacre que per totum an ¡ num
in Ecclesia cantantur nuper | ad plenum collecte suma-

moque | labore et vigilatitia de no [ voemmendate: júne¬


te et di 1 spuncte Hispali per Petru | nuñez delgado

presbiteriu. Et in | super alique que |j defuerant addi te


¡

et que bis
j terque, quaterque legebant tur cum suis re-
|

misio ¡ nibus sígnate ne [ repetido gene | raret fasti


|

dium una | cum lee [ tioni ¡ bus et | responsoriis de


|

Job. (Toda esta portada va dentro de un recuadro.)


En 4.0, sin foliación: no tiene pie de imprenta. En las ora¬
ciones incluye las de la Concepción.

XXX.—(Grabado: la venida del Espíritu Santo.) Passio.


nes quas beatissimi a- | postoli: martyres: virginisque
in | agone suo pássi sut: gesta que luci
dissimi confe-
|

ssores i 11 vita sua


pe | gerunt: vti in sacros ea ecclesia
hi- I spalesi per circulu aoni decatan | tur felicitar inci-
Glorias Sevillanas 53

piunt. (Al fin:) Visum et aprobatu a. R. in sacra theolo.


gia mgro Roderico de scaella: d reyna archidiácono apus
inclyta hispaleci in ciuitate felici sydere: arteque mira
é ipressu Impesis no modicis ioanis lauretij bibliopole.
ano xpi M d. iij. pie i d. martias.

sin foliación; let. gót. (Bib. Provincial.)


8.° may.,

Registra las lecciones propias de la Concepción que se


rezaban en esta Iglesia, y que son las mismas que citamos
del Breviario Hispalense en el número respectivo.

XXXI.—Arte de Cato | llano puesta y reducida | nueua-


mente en su ente perficcion: según la prac | tica
| ra
del cato llano. Va | en cada Vna délas re [ glas su exem-

plo punta | do: co las Intonaciones | puntadas. Ordena¬


da | por Juan Martinez ele | rigo maestro de los mogos
de Coro de la saeta | yglesia de Seuilla. ¡ M.D.XXXII.

(Al fin:) Fué impresa la presente Ar ¡ te en Alcala de


Henares. ¡ Acabóse á XVI dias ¡ del mes de Ene [ ro.
Año de { M.D.XXXII.

8.°; frontis; sin foliar; let. gót.; recl.; sign. A-E4. Texto
(Bib. Gallardo.)

XXXII.—Reglas y orden de | tañir las j la


campanas en
torre
| de la Sancta Iglia | assi en lo corriente de cada
año co [ mo en todo lo demás qe se pueda j ofrecer: [

ordenólas | Matheo Fernandez ] Presbítero j por man¬


dado del Cab.° | Año de 1533.
M. S. en folio. (Archivo de esta Catedral.)

XXXIII.—(Escudo cardenalicio.) Missale diuinorum se j


cumdum consuetudinem sánete ecclesie | Hispalen. No-
uiter impressum: cu qui- | busdam alijs eneo et ferreo

prelo- | nunque traditis: et nunc denuo adduntur quat-


tuor officia: ] cum suis tabulis: et eua- ¡ geliu. Liber ge-
54 Glorias Sevillanas

ne-
| rationis punctis | suis designa ] to qua op | time.
(Al fin.) Missale diuinorum consuetudine alme ecclesie
Hispalen. de madato Reuerendissimi ac illustrissími dni
dni Alfonsi manrriq pbri Cardinalis tituli basilice. xij.

apl'orum: et eiusdem ecclesie archiepi atque in regnis


cesaree Maiestati gnalis inquisitoris et pris fidei catho-

lice: summo studio correctu: tersum: et emendatu: qui-

busdaque festis alijsque


p multis pbris vtilissimis denuo
(q in prioribus defuerat) auctu. Impssum Hispali
additis

per Joane Varela Salmaticei Ad instantia dni licenciati


Joannis Lemiño Canonici: Inqsitoris et vicepsulis Hispa¬
len Ita nequis alius imprimere possit sub excoicatiois

pena ex facúltate ab eode R.™o dúo Cardinali et archie-


po obtenía. Anno dni. MD.xxxiiij. pridie nonas februarij.
Un vol. en fol. de hoj., más diez preliminares
c.c.lxxi

sin foliar; let. gót.; sign. >5< II-H; port. á dos colores, con
el escudo cardenalicio de D. Alonso Manrique, y á los lados
el versículo «Dispersit dedit pauperibus,» etc. Encima de la
port. se lee: «Cum privilegio;» y debajo: «1534.» Al reverso
de la port. epístola proemial; varias hojas orladas; lámina
del Canon. Se editó nuevamente en 1537.
Registra la Concepción, é indica con respecto á esta fiesta
lo siguiente: «Festum Coceptiois t. oct. solenes: et in ejus
oct. nullu aliud festiu celebrat: pter festu scte lucie: et dnicam

advetus. Si festu tu triu letonum venerit in eis sit de eo como

sub una clau. cu comone de aduentu. Et in omib.s diebs oct.


omia dicat sicu in die. In. iij. dieb.s post fes. soleni. dicat.
Credo, et in oct. die. Aliis vero
simplicibus non dicatur. Cre¬
do. Et i die pricipali et i oc. die dr. glia d. bta. Vgie. Aliis
orno fs solenibs fol: simplicibs sum Item adverte q. qrta die
pos fes. que est prima dies simplex in q cerimonie fuit ut in
fests V. di. et i aliis sequetib cu oct.» (Bib. Cap. Colombina.)

XXXIV.—(Escudo cardenalicio de D. Fernando Valdés.)


Missale diuinorum secundum cosue | tudinem almae
Glorias Sevillanas 55

ecclesie Hispalen. de ¡ nuo impressus: in q e pluribus val-


de | necesarii suma cum diligen | tia emendatum. | 38 |
Excudebat apud inclitam Hispalim | M. Gregorius de
turri. (Escudo del Cardenal Valdés en la portada.) (Al

fin:) Missale divinoru secumdum cosuetudine almae eccle-


sise | Híspale, de madato reveredissimi ac illustrissimi
dni dni
| Ferdinandi de Valdes eiusde ecclesie archiepi
atqe in re | gnis Regie Magestatis generalis inquisitoris:
summo
¡ studio correctu: tersum: * remendatu. Ex pre¬
cepto fideli | qe zelo admodu. R. dni licentiati Ioanis
de ouado pro | uisoris. Impressum Hispali: permagistru

Gregorium. de | turri Anno á natiuitate dni. M.D.LVIIJ.


quarto kalendas | Julii. | Laus | Deo. (Viñeta de la Gi¬
ralda en su primitiva forma.)

Un vol. en fol. de
ccciiij hojas, más diez preliminares sin
foliar; sign. 38 ij-Piiij.; port.,
y todo el cuerpo del misal, en tin¬
tas á dos colores; let.
gót. En la hoja de la portada, á la
vuelta, una epístola proemial y dos viñetas, con el Calvario
en una y la Virgen en otra. Toda la obra va exornada con

grabaditos, orlas y preciosas letras iniciales, inclusa la lámina


del Canon,

Registra la Concepción, haciendo igual advertencia que


en los anteriores.

XXXV.—(Lámina con el Calvario.) Officium Hebdoma | de


Sánete secundum morem alme ecclesie | Hispalensis

nunquam | ante hac typis excussum. | i 560. (Al fin.) De


licentiaper quam magnifici admodumque | reverendi
Domini licenciati Ioanis Ouando Hi | spalensis proviso-
ris excudebat Ioanes Gutiérrez
| typographus Hispali,
via Genuensis, quarto | nona Aprilis ano á partu virgi-
nis quin | gentesimo sesagesimo supra | millessimum |
Laus | Deo.
En 8.°; 4 hoj. de preliminares, con la port., aprobación
del Juez eclesiástico D. Juan de Ovando, y dos láminas; texto
56 Glorias Sevillanas

de 289 fol.; sign. ® ij A-niij; caracteres gót. á dos colores.


Las notas explicativas del ceremonial, en castellano. Libro
rarísimo, con la liturgia sevillana en los Oficios de la Sema¬
na
Mayor. (Bib. Cap.)

XXXVI.—Breviarium | Hispalensis Dioece | sis, nunc de-


nuó accuratissi | mé excussum. (Lámina con vistas de la
antigua Catedral y torre, la Virgen de la Sede en la
parte superior y á los lados S. Isidoro, S. Leandro y las
vírgenes Justa y Rufina.) Salmantice, | In aedibus An-
drese á Portonariis. Sacra Capella | Maiestatis Typogra-

phi. | 1563.
En 8.°; xxi-596 hoj.; recl.; sign. H2a-a-a3; colofón con

el pie de imprenta. Port. letra á dos tintas; grabados inter¬


calados. Dedic. al Excmo. Sr. D. Fernando de Valdés, Arzo¬
bispo. Además de ésta existen otras de 1510, 1531 y 1551,
que cita el P. Quintanadueñas en su libro Santos de Sevilla.
En su correspondiente sitio se lee: «Conceptio immacu-
late virginis Marie, est fest. 1. digni. et habet oct. solenes.
Et in eis no dicitur de aliquo festo, preter. S. Lucie: de quo
dicatur suo die cu. com. octa. Conceptio. nisi venerit in Dni-
ca: qua tuc dicat de Domi. et fest. S. Lucie transferat ad fer.

ij sequente. Alia festa. ix. lect. celebrentur post octa, per or-
dine: et quotidie fiat come. Adventus. ad Vespe. & ad Matu.
Et legantur lectio. ferie cu sexta lect. festi: q. si fuerit Evan-

gelium, legitur cum ultime lectio. Quod si hoc. fest. venerit in


die Dominica dicatur de festo et fiat come Dnice in prim. et
in secundis Vesp. ad Matu. cum ultima lectio. festi
legatur
Evangel. Dominice.
Véase en los Apéndices el rgzo propio de Concepción de
este Breviario. (Bib. Cap.)

XXXVII.—Breve instrucción de canto-llano, asi para apren¬


der brevemente el artificio del canto, como para cantar

epístolas, lecciones, profecías y evangelios, y otras cosas


Glorias Sevillanas 57

que se cantan conforme al estilo de la sancta iglesia de


Sevilla:—ordenada por Luis de Villafranca, maestro de
los mozos de coro de la dicha
iglesia.—Con licencia
1565. (Al fin:) A gloria de nuestro señor Jesu-Cristo y
de su bendita madre fenesce el presente Arte de canto-
llano, impresso en casa de Sebastian de Truxillo. Aca¬
bóse á 3 dias del mes de abril, año de mil y quiniento
y sesenta y cinco.
En 8.°; 51 hoj.; let. gót. Port. á dos colores. Dedic. en la¬
tín al L. J. de Ovando, Provisor de Sevilla. Al fin la aproba¬
ción de Pedro Fernández, Maestro de Música en la Cate¬
dral de Sevilla, y del Maestro Francisco Guerrero. Libro ra¬
rísimo. (Bib. Medinaceli.)

XXXVIII.—Tra | ctado el | qual contiene la de | claracion


de las cale [ das. Nonas, y Idus, | en todos los doze |
meses del Año.
| Por Sebastian de Toral | Herrera
Notario. | Puestas y dirigidas al lector, en la | forma si¬

guiente | Tf Con licencia del Señor | Prouisor de Seui-


11a. | Año. 1575. (Al fin:) Finis de Nonis ¡ Idibus, &
Calendis, in om | nes duodecim men ¡ sis Anni. | Yo
el Prouisor de Seuilla, | por la presente doy licencia
á Se | bastian de Toral Herre | ra, para que podays
ha | zer imprimir esta obra | de los Idus Caledas y ¡ No¬
nas. En Seuilla
| á quinze de Mar | go. De setenta y
cinco años. Impressas en Seuilla, en casa | de Joan
Gutiérrez, Impressor ¡ de libros, en la calle de Car | pin-
teros hazia sant An | dres. Año. de 1575.

En 4.0; 8 hoj.; sign. Al Port. Al reverso: Al Letor. Texto.

(Bib. del Ecxmo. Sr. Duque de T'Serclaes.)

XXXIX.—Suma de todo lo que contiene el arte de can-to


llano, con muchos importantes avisos, así para saber bien
cantar como para rigir bien el coro, y para componer el
8
58 Glorias Sevillanas

canto-llano: recopilado de muchos y muy graves auctores,


y reducida á toda claridad, compuesta por el Br. Se¬
bastian Vicente Villegas, clérigo maestro en el mesmo
Arte, y natural de la muy Noble y muy Leal ciudad de
Sevilla. Dirigida al Illmo. y Reverendísimo Sr. D. Fer¬
nando Niño de Guevara, Cardenal de la santa iglesia de

Roma, Arzobispo de Sevilla, y del Consejo de Estado


del Rey nuestro señor. (Su escudo.) Con privilegio, im¬
preso en Sevilla en casa de J. de León, año de 1604.
(Al fin:) Impreso en Sevilla, en casa de J. de León, junto
á las Siete-revueltas año de 1604.
En 4.0; 88 pág. y 6 de principios. Dedicatoria. Prólogo.
Texto. (Arch. de la Cat.)

XL.—Proces | sionarium | totius anni ¡ iuxte consuetudi-


nem
| Almae Ecclesiae His | palensis dis | positum. |
Anno 1609. (Escudo de la Catedral.)
En
4.0; 200 hoj. Dedicatoria al Cabildo de la Catedral.
(Arch. de la Cat.)

XLI.—Dubio | Sobre | si la Fiesta | de la Immaculada |


Concepción de la Virgen Santissi j ma nuestra Señora
sin pecado Original que la Iglesia Universal celebra á

ocho de Diciembre supuesto que este año de 1619 occu-


rre en Dominica
segunda de aduiento, deua, ó pueda
celebrarse en el mesmo dia en esta Santa Iglecia y Ar-

gobispa [ do de Seuilla ó si se aya de transferir á pri¬


mero dia ¡ de socupado, como suele | Ponerse assi mis¬
mo la resolución y decreto que sobre este caso | dió el
Ilustrisimo Señor Don Pedro de Castro y Quiñones, Ar |

zobispo desta Santa Iglesia los Señores Dean | y Ca¬


con
bildo della | A los Señores | Dean y Cabildo
mesmos
de la mesma Santa Iglesia Metropolitana
j Por el Licen¬
ciado Sebas | tian Vicente de Villegas, Maestro de Ce-
Glorias Sevillanas 59

remonias della | y natural desta dicha Ciudad | Con li¬


cencia | Lo imprimió en Seuilla Juan Serrano de Vargas
yVrefia, | en frente del Correo mayor | año 1619 ¡ Vén¬
dese en la mesma Imprenta

En 4.0; 61 pág., más 2 hoj. sin foliar al principio; sign.


A-G2; recl.; al reverso de la primera hoja la aprobación y
licencia, á 27 de Noviembre de 1619, por el Ldo. D. Gon¬
zalo de Ocampo. Dedic. Introducción. Texto. (Bib. Cap.)

XLII.—Ceremonial de la Santa I. Catedral de Sevilla, que


se usa desde la Dominica-de Septuagésima hasta el
Sabado Santo inclusive, por el Ldo Sebastian Vicente
Villegas, maestro de Ceremonias en la misma. Ano de
1620.

Manuscrito en 4.0 sin foliar; let. original. Describe proli¬

jamente todo el ceremonial del período indicado, estable¬


ciendo las diferencias de éste con el Romano; es verdadera
fuente para estudiar la liturgia Hispalense. Lástima es que
no escribiera, ó que esté perdido, el tomo complementario

en que
termina el examen del año eclesiástico en nuestra
Iglesia Catedral. (Bib. Cap.)

XLIII.—Advertencia útil para tocar las horas en la Santa


Iglesia de Sevilla por D. Diego Villegas Berrio—Sevi¬
lla 1621.

En 4.0; 8 hoj. Foll. raro. (Bib. del Excmo. Sr. Duque de


T'Serclaes.)

XLIV.—Propia oficia Sanctorum Hispalensis ecclesiae, iuxta


ritum romanum disposita ex diversorum privilegiorum

Apostólica facúltate á Greg. XIII. Sixto V, Clem. VIII.


Pauloque V Summ. Pontific. ipsique Romani Brev. Ru-
bricis concesa, in hac Ecclesia et Diócesi recitanda Quo¬
rum multa prius per Illustris. ac Reverendis. bonae mem.
DD Rodericum Cardinalem de Castro Archiep. Hispa-
6o Glorias Sevillanas

lens fuerant recepte Deinde alia plurima denuo, sunt ad¬


dita atque sancita: Ex hisque aliqua in suam pristinam
solemnitatem restituía Per Ill.mum ac Revermum DD Pe-
trum de Castro & Quiñones Archiepiscopum Hispalen-
sem, cum DD. decano et Capitulo Ecclesiae Metropolita¬
nas iuxta prescriptim sacrosancti concilij Tridentini. Om-
nia vero illa et ista
a sede apostólica approbata aut. de

commij Breviarij recitanda: Iussu ipsius Illustrisimi D. Ar-


chiep. cum ipsis DD. sub uno isto volumine conserta
ac iuxta Romani Brev. a Clem. PP. VII recogniti rubri¬

cas ordinata.
Per licent. Sebastianum Vincentium
Villegas, Pres-
biterumHispalen. ipsius Ecclesias Metropolitanas Cere-
moniarum Magister Sancteque Inquisit. Ministrus.
Suscribebat Licent. Paulus a S, Maria Hispalensis.
Auno Domini. 1621.

Al día 8 de Diciembre indica lo que sigue: «Festum Ira¬


ní acúlate et illibate Conceptionis B. Mari se Virginis Matris

Dei. Hispali et per Diocesim dupex cías. & cum octava


1.
sollemni. Omnia ut in Brev.° Preter ea, que
infra assignantur
propria cum commemoratione Adventos etiam i.a die. Hoc.
enim festum declaratiim est sollemne hujus Eclessie Civitatis
et Diocessis Hispalensis, ut olini consuevit fieri aptid banc

Eclessiam et patet ex eius Hispalensis Breviario, confirmatum.


que est denuo Rubricis Breviaiii Romani á Clemente VIII.

recogniti, ut patet ex ia rub. de festo dup. 1. et Rub. 7 de


Octavis, et i, et 4.
Sigue explicando las rúbricas que se observan en los si¬
guientes días, que aquí omitimos por no extendemos más.
Consérvase este libro manuscrito en la Bib. Cap., dis¬

puesto para, su publicación con las licencias oportunas.

XLV.—Ordo Recitandi Divinum officium & Missam caele-


brandi. In Festo Soleinni Otiiniun Sanctorum. Hispalen¬
sis Eeelesie, atq; ejus Dieecesis. Dominica 2. Post-Pascha
Glorias Sevillanas 61

21 Aprilis hoc tantum Anno 1624 (Anagrama de Je¬


sús.) Iusta Ritum Romanum ex Rubricis Breuiarij & Mi-
ssalis dispositus. Ac de Mandato D.D. Decani, & Capi-
tuli Canonicoru in sacris ipsius alme Ecclesie Metropo-
litanae sede vacate, ab ómnibus Eclesis, Monasterys, &

personis Ecclesiasticis solemniter, & privatim in hac


Dioecesi servandus.

Hispali Apud viduam Gabrielis Ramos.


En 8.°;4 hoj. Al final la aprobación del Doctor D. Lucas
de Soria. (Bib. Cap.)

XLVI.—Tractado en forma de Cuestión


o Disputa que
hay bastante facultad en cada de las
una Iglesias de Es¬
paña, para poder rezar de sus sanctos naturales, Patro¬
nos y
reliquias insignes, con rezados y oficios propios,
si son del rito romano, aunque esten aprobados por la
Sede Apostólica. Conforme á los privilegios o bulas con¬
cedidas generalmente a estos reinos para este fin por
Pió V y Gregorio XIII, y á la interpretación de la Con¬

gregación super concilium hecha sobre una de las di¬


chas bulas.—De lo cual se infiere con evidencia puede
hacer lo mesmo esta Santa Iglesia de Sevilla en admi¬
tir los rezados propios de sus Sanctos nuevamente re¬
cibidos.—Satisfacense todas las objecciones que se han
ofrecido, y pueden ofrecer acerca de este dubio.—Al
limo, y Rmo. Sr. D. Diego de Guzman, patriarca, Ar¬

zobispo de Sevilla, del Consejo de S. M.—Por el Li¬


cenciado Sebastian Vicente Villegas Presbítero, natural
desta ciudad, Maestro de Ceremonias de la mesma San¬
ta iglesia Metropolitana.—Año de 1626.
M. S. en 4.0; 84 hoj. Al fin lleva la aprobación de todas
las Comunidades religiosas de Sevilla. (Arch. de la Cat.)

XLVII.—Origen i progreso | Del Oficio divino i de sus ob-


62 Glorias Sevillanas

servancias Católicas, | desde el siglo primero de la Igle¬


sia al presente. | Su autor | el P. Agustín de Herrera |
De la Compañía de Jesús, natural de Sevilla. | Su Me¬
cenas.
| El Illustriss.0 i Reveredis.0 Sr. D. Luis Camar-
go. | y Pacheco Obispo de Centuria | Del Consejo de
su Mage.ad | En Sevilla lo imprimió con privilegio de su
Mag. Francisco de Lyra. Año de M.D.C.XLIV.
En4.0; port. con escudo cardenalicio al centro; 220 hoj.
con 8 de principios; recl.; sign. §§2-A-Ee2. Es libro muy in¬
teresante y curioso, por contenerse en él muchas de las ce¬

remonias y prácticas religiosas de nuestro culto. (Bib. Cap.)

XLVIII.—Officia propria | Sanctorum [ Hispalensis Eccle-


sie | Eminentissimorum Dominorum Cardinalium, | pro
Sacris Ritibus et ceremoniis á S. D. N. Sixto V. Pontí¬
fice Máximo ¡ deputatorum. ] (Escudo del Escorial.) Ad-
ditis Sanctorum Ofñciis, denuó in predictó Hispa-
que
lensi. ¡ Ecclesie celebrantur. | Matriti. ] Apud Mateum
P'ernandez, Typographum Regium, Anuo M.DC.LIX.
En 4.0; 355 hoj., más 8 de principios; sign. §3-A-Q4;
recl.; texto. Se hizo nueva edición en 1751. En la octava de
Concepción trae las lecciones propias que se cantaban en
esta Iglesia. (Bib. Cap.)

XLIX.—Las fiestas qve en esta j Santa Iglesia y su Arzo¬


bispado de nuevo se recibe co | las q antes estava rece-
bidas, son las siguietes, dispuestas por el orde de los
Meses | por Lucas de Soria.

9 hoj. en 8.°, sin lugar de imprenta; recl.; sign. B-D.; sin


port. (Bib. Cap.)

L.—Al Rey ¡ Nuestro Señor ¡ De la Reforma | cion De


las Auistencias en los
| Templos El Doctor Lucas de
|
Glorias Sevillanas 63

Soria | Canónigo de la Santa Iglesia de Sevilla Con¬


sultor [ de la Inquisición.
En fol.; 2 hoj.; recl. (Bib. Provincial.)

LI.—® Consulta | eclesiástica | a que responde | D.n A-


drian | deElossu, | Maestro de Ceremonias | déla | San¬
ta Iglesia,
¡ Metropolitana, | y patriarcal | de | Sevilla.
(Escudo con la Giralda.) En Sevilla, por Juan Fran.co de
Blas, Impressor, mayor de dicha Ciudad año de 1690.
En fol.; 14 hoj.; recl.; sign.-B-G. Port. con orla; vuelta en
blanco.

Responde el autor libro á preguntas que se le hi¬


en este
cieron respecto á la danza de los infantillos ó seises de esta
Catedral en las fiestas del Corpus, haciendo la historia de
este baile religioso, y refiriendo también algo con respecto á

las suprimidas de gigantes, enanos, etc., alegando los textos


en que se apoyaban los defensores
de éstos. (Arch. Munic.)

LII.—Compendio | de las obligaciones que | deben cum¬


plir los Ministriles, | y capilla de música j de la Santa
Patriarcal | iglesia de Sevilla, | en el discurso de todo
el año, | según el Culto, Pompa, Magestad, y Grandeza

| con que en ella se celebran los oficios | Divinos en las


Festividades de | todo el año. | Siendo en esto, como
en todo
| la mas especial, y exemplar de todas, como
lo afirma el Padre Labe, en su Biblioteca, | tom. 2. fol.

411. | Ecclesia Hispalensis Mater ac Metro ¡ polis His-


paniae. | Mandado Imprimir | Por el Ilustrissimo, y Re¬
verendísimo Señor | Dean, y Cabildo de dicha Santa |
Patriarchal Iglesia. | En Sevilla: Por Juan Francisco de
Blas Impressor Mayor, ¡ de dicha Ciudad.

En 4.0; 60 pág., más una hoja de portada; recl.; sign.


A2-H2. (Arch. de la Cat.)

LUI.—Novissima Consultado: Au ocasione habendae Syno-


64 Glorias Sevillanas

ditam Dicecesanae, quan Provincialis Archiepiscopus ce-


lebrans Missam in Pontificalibus possit uti Pallio? Cvi
respondet Adrianus de Elossv, Almse Eccles. Metropo-
lit. Hispalens. Caerem. Magist. Hispali; Apud Ioann.
Francisc. de Blas, Typograph. eiusdem Almae Eccles.
Anno 1705.
En 4.0; 20 hoj. (Bib. Cap.)

LIV.—Officiapropria | Sanctorum ¡ Patriarchalis Ecclesia |


Hispalensis | et Diocesiis | in Sacra Congregatione | E.
D. Cardinalium pro Sacris | Ritibus et ceremoniis á S.
D. N. Sixto V. ¡ P. M. deputatorum: | ejusdem Sanctiss.

jussu recognita, et aprobata, ac demum ab eodem | auc-


thoritate Apostólica confirmata, cura, opera et studio

| E. et R. D. D Roderico Car | dinalis de Castro, Ar-


chiepiscopi Hispalensis. (Escudo de la Catedral.) His¬
pali, | et typographia D. Didaci López de Haro. M.
D.CC.LI.

En 4°; 54 hoj. (Arch. de la Cat.)

LV.—Tratado | de algunas Ceremonias | cosas antiguas


que se guar | dan en la S.a Iglesia ¡ Patriarcal, y Me¬
tropolitana | desta Ciudad de Seuilla [ Compuesto | Por
D. Bernardo Luis de Castro |
Palacios Presbytero Ma
| estro de Ceremonias de la | misma Sa Iglesia. | Año
de 1712.

M. S. en 4.0; 30 hoj.; let. orig. .(Bib. Cap.)

LVI.—Carta respondiendo, qual sea el Origen y Significa¬


do de la Ceremonia de la seña y Velo Blanco en el

tiempo de Pasión en la S.a Iglesia de Sevilla, por D. A.


de Galvez.

M. S.; 4 hoj. en 4.0 Cop. (Bib. Cap.)


Glorias Sevillanas 65

LVII.—Gálvez (D. Diego A.).


Disertación sobre que
la Santa Iglesia de Sevilla fué
laprimera que celebró la fiesta del nombre de Jesús,
contra lo común de los escritores que dicen fué la Re¬

ligión Seráfica. Por el D.r D. Diego A. Galvez.


M. S. Se leyó en la Academia de Buenas Letras de esta
ciudad. (Arch. de la Cat.)

LVIII.—Quaderno, | y recopilación | de las preces, Anti-


phonas, | Psalmos, y Oraciones, | que se dicen | en esta
Santa Metropolitana, ¡ y Patriarcal Iglesia | de Sevilla

| enlas Rogativas, | asi privadas, como solemnes, j se¬


gún reglas del Ritual Romano, ] y laudables costum¬
bres, y estilos de dicha | Santa Patriarcal Iglesia, | man¬
dado Reimprimir | por el Ilustrissimo, y Reverendísi¬
mo
¡ Señor Dean, y Cabildo de dicha Santa Iglesia | en
este año de 1779. | En Sevilla: En la Imprenta Mayor

de la Ciudad, y de dicha | Santa Patriarchal Iglesia.

En 4.0; 172 hoj. (Bib. Cap.)

LIX.—Observaciones | sobre el origen, Antigüedad, [ y


mistica significación | de la Ceremonia de la Seña, | q.e
se hace en el tiempo de Pasión,
| en la Sta. Iglesia Me¬
tropolita | na y Patriarcal de Sevilla, j y sobre la Cruz
q.e con otros | instrumentos de la Pasión | se pone en
un velo llama ¡ do Sabana Sta, con q.e se | cubre el cru-
cifixo del Altar | Mayor. Las escribia el D.r D.n | Lean¬
dro José de Flores, cura | 3.0 del Sagrario, año de 1824.
M. S. en 4.0 de 70 hoj.; let. orig.

Relación bastante extensa de estas


antiguas ceremonias.
Junto con este M. S. va una carta del curioso sevillano don
Justino Matute á D. José Leandro de Flores, cura del Sagra¬
rio, año de 1824, sobre el origen y antigüedad de cantarse
la Pasión á tres voces. (Bib. Cap.)
9
66 Glorias Sevillanas

LX.—Santos | de la Ciudad de | Sevilla | y su Arzobispa¬


do: | Fiestas | que su Santa Iglesia | Metropolitana | ce¬
lebra. | Al Ilustris.0 Señor Dean | Y Cabildo | de la mes-
ma Santa Iglesia, [ el Padre Antonio de Quintana due¬

ñas | de la Compañia de | Jesús. | Impresso en Seuilla.

Año 1637. | Por Francisco de Lyra.

En 4.0; 374 pág.; 17 hoj. de prel. y 3 de tablas finales;


port. con el escudo de la Catedral; recl.; sign.
A-CC2. Dedic. Aprob. por Fr. Gregorio Feliz, de la R. de
San Benito, en Sevilla, 1636. Otra del Mtro. Gil González
Davilla, en Madrid, 1637. Privilegio real. Tassa. Censura del
Ldo. D. Rodrigo Caro. Dos sonetos en latín. Tablas de los
Santos y Fiestas de la S. Iglesia de Sevilla y su Arzobispado
por los meses del año. Otras tablas de lugares citados. Proe¬
mio. Advertencias históricas preliminares. Texto.
A la pág. 369 se ocupa de la fiesta de la Concepción en
este Arzobispado. (Bib. del Excmo. Sr. Duque de T'Serclaes.)

LXI.—Tratado ¡ de los SS. de Sev.a | y S.n Fulgencio |


Hermano | dios SS. Arzobispos | Leandro, é Isidoro, |
y de los Libros que escrivio. | Autor el D.r Martin Váz¬
quez ¡ Siruela Ración.0 | de la S.ta Iglesia, | de Sevilla.

M. S. en fol. de
250 hoj. Copia. (Bib. Cap.)
Al principio trae índice de las cosas más notables que se
tratan en la obra.
Forma el libro una serie de discursos dilucidando sobre
varios puntos relativos á la misma materia.
Al final de este M. S. está el cuaderno B., con el rezo de
Santos de este Arzobispado, y en el mismo se ve una nota de
D. Alejandro de Gálvez, que dice: «Este Quaderno de Santos
de el Arzobispado de Sevilla, fué dispuesto por el Lic.do Se¬
bastian Vicente Villegas, Maestro de Ceremonias de su Santa

Iglesia Patriarcal y los Hymnos propios de S. Leandro fue¬


ron
compuestos por el celebre jesuita el P. Martin de Roa.»
Por la Dedicatoria que lleva al principio se conoce le
Glorias Sevillanas 67

fué mandado al autor el recoger noticias para hacer esta his¬


toria, que no dejó terminada. (Bib. Cap.)

LXI1.—Costituciones del argo | bispado y prouincia | de


Seuilla. (Portada con orla y en el centro un grabado con
la Virgen de la Sede, los Stos. Isidoro y Leandro, las

virgenes Justa y Rufina, y una vista de la Catedral con


la Giralda en su antigua forma. En la parte inferior de
la portada se lee:) Ha de pagar el Mayordomo de cada

iglesia por este libro enquadernado dos reales y medio.


(Al final:) A loor y seruicio de Dios mado imprimir es¬
tas | stituciones el muy magnifico y reuerendo Señor
co

el liceciado | Gazpar Ceruantes de Gaete prouisor en la


sancta Iglesia de | Seuilla, y arzobispado por el Ilustri-

ssimo y reverendissi | mo señor do Fernando de Val-


des argobispo de la | dicha ciudad de Seuilla, inquisidor

general | en los Reynos de España y del consejo | de


su
magestad. re. Fuero impressas | en casa de Martin
de Motes doca, | acabáronse a quatro dias | del mes de

j Octubre de | 1555. años. (Escudo del impresor.)


43 hoj. en fol.; let. gót.; sign. a-y-G-IV; port. con orla;
vuelta en blanco. Se hicieron en el Sínodo convocado por
D. Fr. Diego de Deza en 1512. (Bib. Cap.)

LXIII.—Estatutos | y Constituciones ( de la Santa Iglesia


| de Sevilla. (Grabado con las Stas. Justa y Rufina y
la Giralda.)

Libro en fol. de 180 hoj., más 6 finales de


tablas; signa¬
turas A2-IÍ2; recl.; sin pie de imprenta ni colofón; impresión
del siglo XVII. Texto.
Alprincipio trae el estatuto aprobado para esta Catedral
al consagrar la mezquita en iglesia cristiana. Dice así: «Facta
est ista ordinatio per nos Raimundum Archiepiscopum, et

Capitulum Hispalensem tertio Kalend. Madij anno Domi-


68 Glorias Sevillanas

ni M.C.C.LX. sub Era millesima ducentésima nonagésima


nona.»

Contiene disposiciones tomadas del Libro Blanco y de la


Regla vieja del Coro. (Bib. Cap.)

LXIV.—Regla [ del Coro, y ca j bildo de la Sancta Igle¬


sia ¡ Metropolitana de ¡ Seuilla. (Escudo de la Catedral.)
Impresso en Seuilla. | Por Alonso Rodríguez Gamarra
| año de 1616.
En 4.0; 8 hoj.; recl.; sign. A2-Av port. á dos colores, y á
la vuelta el auto capitular mandando hacer este Compendio.
Hay otra edición de 1658. (Bib. Cap.)

LXV.—Regla | del coro y Cabildo | de la S. Iglesia Pa-


triarchal[ de Seuilla. | Y memoria | de las processiones
y manuales | que son a cargo de los Señores | Dean y
Cabildo de ella | año de MDCCLX.

Un vol. de 143 hoj. y 4 de principios; port. con Santos


de esta Iglesia, vista de Sevilla y el escudo de la Catedral;

sign. A-LL2; recl.; texto.


Todo lo que trae referente á la Concepción lo citaremos
más adelante en el capítulo en que se trate del culto en la

Iglesia Catedral.

LXVI.—Diario | de la S.ta Iglesia Catedral, | Metropolita¬


na, Matrix, Apos | tolica, Patriarchal, prima | da anti¬
gua de las Españas ¡ de la muy noble y leal Ciudad |
de Sevilla. | En que trata lo que dirá la | hoja siguien¬
te. | Dedicado al limo S.r | Dean y Cabildo de la dha
¡

S.ta iglesia, su Author D. Bernardo Luis | de Castro Pa¬


lacios Presbytero | Maestro de Ceremonias de la | mis¬
ma Santa Iglesia. | En Sevilla año de 1715.
M. S. 4.0; 201 hoj.; let. orig. (Bib. Cap.) Lleva un pró¬
en

logo. Comprende desde 1584 á 1783. Algunas notas de don


Alejandro de Gálvez acompañan al M. S.; y al fin, como
Apéndice, con numeración distinta, se lee: «Noticias muy
Glorias Sevillanas 69

curiosas de ceremonias y prácticas que había en esta Santa


Iglesia, mencionando entre ellas algunas referentes á las re¬
presentaciones ó loas del día de Corpus y á las danzas anti¬
guas.» (Bib. Cap.)

LXVII.—Apología | por la Dignidad | Arzobispal | de la


Santa Iglesia | de Sevilla; | en que se prueva | que | sus
Prelados pueden usar Cruz | Patriarcal, j Al Eminenti-
ssimo Señor | el Señor D. Agustín Espinóla, | cardenal
de la Santa Iglesia de Roma, del Titulo de S. Bartolo¬
mé In-insula, dignísimo Arzobispo de | la Santa Iglesia

Metropolitana de | Sevilla; | Juan Gómez Bravo, bene¬


ficiado de la misma Santa Iglesia.

10 hoj. en 4° sin fol. ni lugar de impq recl.'; sign. A-H;


texto. Las dos últimas hojas las forma una Addicion al dis¬
curso de la Antigua | Primacía de Sevilla. (Bib. Cap.)

LXVIII.—Breves apuntaciones de los motivos por la S. Igle¬


sia de Sevilla toma el titulo de Patriarchal, por D. A.
Galves.

M. S. de 12 hoj. en 4.0, original.


Escribió estos apuntes para impugnar al P. Flores en su
España Sagrada, donde combate los títulos de la Iglesia
Hispalense. (Bib. Cap.)
No terminaremos esta relación de libros y documentos
para conocer la liturgia hispalense, sin mencionar como
gran complemento de ellos la rica y artística colección de
«Libros corales» que posee la Catedral para el canto en los
Oficios divinos; cuyos libros, á más del valor arqueológico

y artístico que encierran, tienen gran interés para el estu¬


dio del rezado y Oficio divino en esta Catedral que en los
mismos se contienen. En
tiempo de D. Pablo Espinosa su¬
maban ya ciento treinta y ocho; mas posteriormente, con'
los que se han reunido de los conventos suprimidos, ascien¬
den á doscientos. La mayor parte ilustrados con orlas, viñe-
7o Glorias Sevillanas

tas, letras capitales, dibujos, adornos y figuras alusivas al


rezo ú oficio que llevan, bien de la Santísima Virgen, del
Salvador, ó de los Santos; siendo además interesantísimos
por el estudio que en ellos puede hacerse de la indumen¬
taria de la época en que se miniaron. Pertenecen á los si¬
glos XVI, XVII y XVIII.
Del examen de los documentos que anteceden desprén¬
dese la antigüedad del culto al Misterio y Dogma de la Con¬
cepción en el rito Hispalense: pues á partir de los primeros
códices enumerados, de fecha tan remota como son los del
siglo XIII, en cuyas tablas de santoral registramos la fiesta;
continuando con los del XIV, en
que aparece ya el rezado
propio de esta Iglesia,y con los del XV y XVI, en que se
sostiene el mismo culto, si bien aumentado en esplendor y
solemnidad con las declaraciones que se hacen de ser fiesta
de primera dignidad, que la eleva á la categoría de las más
solemnes, procesión y octava cerrada, pues sólo por inme¬
morial costumbre se admitía en ella el rezo de Santa Lucía;
teniendo señalado día fijo al 8 de Diciembre, no obstante
que en dicho día pudiera caer la segunda Dominica de Ad¬
viento, la que se pretería á la Concepción, como ocurrió
en el pontificado del Sr. D. Pedro de Castro, año de 1619,

y constando de manera indubitada haber sido desde muy


antiguo solemnidad en que no se podía trabajar, por la
consideración que se le daba á la fiesta (1). Vemos, pues,

(1) En el Archivo de esta Catedral hay una sentencia sobre los diez¬
mos de la heredad de Cartaya, término de Gibraleón, dada
D. Andrés por
García, Deán de Cádiz, Subdelegado Apostólico, en 14 de Diciembre de
1417, por la cual revocó otra dada por el Sr. D. Alonso, Patriarca de
Constantinopla, Administrador perpetuo de la Santa Iglesia de Sevilla, y
entre los capítulos
que propone como fundamento de la revocación, hay
uno
que dice: «La quinto por cuanto la dicha Sentencia fué dada en el día
de la Concepción de Sancta María, que es dia feriado por reverencia de
Dios, según derecho y costumbre notoria, en la dicha Ciudad de Sevilla y
en todo su Arzobispado.»
Glorias Sevillanas

que esta tradicional devoción no se ha interrumpido jamás


en la Iglesia Hispalense, y que desde el rito Isidoriano
hasta la época actual la fiesta de la Concepción ha tenido
culto y veneración constante bajo este título ó denomina¬
ción, sin mencionar nunca al hablar de la creencia la pala¬
bra «Santificación», como se venía confundiendo en el re¬
zado y liturgia de otros obispados y provincias de España;
teniendo nuestra Diócesis, no sólo esta gloria, sino la de

presentar una colección de documentos litúrgicos la más


rica y en la que más alto se confiesa y celebra de siglos
atrás tan venerando Dogma.
Tres años antes que el Pontífice Pío V aprobase el Bre¬
viario en señalaba el Oficio y Misa de la Natividad
que
para la fiesta de la Concepción, se publica la última edición
del Misal Hispalense, así como en 15Ó3 se había dado la
última del Breviario Sevillano, en los que todavía aparece
la fiesta del 8 de Diciembre con su rezado propio. Ignora¬
mos cuándo
dejaría de usarse este Oficio para practicar el
promulgado en Roma. Así que, cuando en 1695 se recibió
por el Cabildo de esta Catedral carta del Rey D. Felipe IVi
en que encargaba y mandaba se rezase el Oficio y Misa

propia de este Misterio con octava, por haberlo obtenido,


decía así, en Breve de S. S. Inocencio XII para mayor
honra de la Santísima Virgen María, el Cabildo dispuso que
se contestase había que cumplimentar la orden, por ve¬
no

nir celebrándolo así el Arzobispado de Sevilla desde época


remotísima; y rogaba al par al Rey que interviniese con
S. S. para que estas disposiciones se hicieran extensivas á
todos los dominios de España y sus Indias.
En 1761, al declarar el Patronato de la Inmaculada por
nuestra patria, se concede á la vez el Oficio propio para la
la Concepción «Sicut litium» y la Misa «Egredimini» que
usaban los religiosos de la Orden de San Francisco; la que
se practicó en este Arzobispado hasta el año de 1864, en
72 Glorias Sevillanas

que se adopta el nuevo Oficio que compusiera Pío IX des¬


pués de la declaración dogmática de este Misterio.
El espíritu de la Iglesia Hispalense por esta devoción
ha sido tal que, se puede decir, siempre se adelantó á poner
en la práctica de su liturgia todas aquellas disposiciones

que más tarde han dimanado de la Sede Apostólica. Mucho


antes que se celebrara el Concilio de Basilea, tenía nuestro
Misal asignada para la Concepción la Misa «Gaudeamus»,
con octava y precepto de santificar la fiesta. Desde época
muy lejana tuvo Oficio propio, usando el color celeste ya
enel siglo XVII para las fiestas de Concepción; pues consta
como que en 1656 se empleó parte de la suma destinada
para su dotación, hecha por el caballero D. Gonzalo Núñez
de Sepúlveda, en adquirir ornamentos propios para la so¬
lemnidad de blanco y azul, como colores del Misterio. El
analista Ortiz de Zúñiga, en el tomo V, pág. 111, dice: «el

riquísimo terno de subidísima tela texida á propósito en


esta Ciudad, que en tales texidos no cede á Milán, ni á

Nápoles, tan cumplido, que hasta vestidos se hicieron para


los niños Cantorcitos, que llaman Seises, todo con guarni¬
ciones y flocaduras de igual costa y riqueza».
Mas hasta 1819 no hubo privilegio para su uso (1), el
cual concedió la Santidad de Pío VII, el día 8 de Diciem¬

bre, y la octava y Misas de Cofradía. La Santidad de Grego-

(1) El muy ilustre Sr. Dr. D. Antonio José de Urizar, Arcediano de


Sevilla y Canónigo, costeó el rico y delicado terno que hoy sirve en la
festividad de la
Señora; el cual bordaron las Sras. D.a Francisca y D.a Rita
Zuloaga, bordadoras en esta Ciudad.
En 1835 se estrenó el frontal, cazulla, dalmáticas y capa; en 1836 la

hermosa manga ó velo de la cruz patriarcal, y en 1837 el paño de pulpito


y tornavoz.
Hasta el año de 1866 los señores Capitulares llevaban en la procesión
del día 8 capas blancas; sólo los de altar iban con ornamento celeste: mas
de esta fecha,
y al cuidado del Sr. Ldo. D. Fernando de Olmedo y López
de Santaella, dignidad de Arcediano, estrenaron capas celestes los señores
Glorias Sevillanas 73

rio XVI le concede añadir en el Prefacio de la Misa á las

palabras «in Conceptionei>, que se venían usando desde el si¬


glo XV, la voz «Inmaculata», siendo la primera Diócesis
en solicitar estos
privilegios y el de agregar á la Letanía
Lauretana la imprecación «Regina sine labe Concepta»; no
terminando esta materia sin mencionar la antigua y lauda¬
ble costumbre de acabar en esta Diócesis todos los cultos

solemnes en el Sacramento de la Eucaristía


que se venera
con la hermosa, devota y popularísima oración: «Alabado

sea el Santísimo Sacramento del altar, y la Pura, Limpia é

Inmaculada Concepción de la siempre Virgen María, en el

primer instante de su ser natural.»

Del estudio que pudiéramos hacer de todos los docu¬


mentos citados, y con el ritual Roma¬
de la comparación
no, desprenderíanse sus diferencias; y por lo tanto vendría¬
mos al conocimiento cabal de las prácticas y rúbricas ob¬
servadas en
Iglesia, y que son las que han tomado la
esta

denominación de Liturgia Hispalense, no porque difieran


en lo que corresponde á la parte esencial de las mismas, co¬

mo antes dijimos, sino por las particularidades y circuns¬

tancias que les acompañaron: diferencias y particularidades

que en más ó menos grado hubo siempre en otras Dióce¬


sis, así como hay algunas otras generales á toda España (i).
La Iglesia Catedral de Toledo, sin referirnos aquí al rito
Mozárabe que en ella se conserva, guarda todavía prácticas

dignidades y canónigos, y los beneficiados. También mandó hacer dos dal¬


máticas nuevas para la Misa pontifical.
Siendo Contadores Mayores el Sr. Dr. D. Manuel Borras, Canónigo,
y d. Cristóbal Salcedo, Medio Racionero, se hicieron las nueve dalmáticas
nuevas para los colegiales.
(i) En cuanto á rúbricas generales observadas en España, y que no
son conforme al ritual Romano, recordamos, entre otras, la de conducir al
Santísimo en las custodias, llevadas por seglares y no por clérigos, así
74 Glorias Sevillanas

antiquísimas en su culto, que no se contienen en el cere¬


monial Romano (i). Lo mismo sucede en la de Santiago y
en algunas otras.
Á más de los libros antes mencionados relativos á la
materia, podríamos citar otros muchos documentos y privi¬
legios conducentes á ilustrar lo que se refiere al rito ó ce¬
remonial propio de esta Iglesia; pero siendo esto exclusivo

para la demostración y prueba de lo antiquísimo de esas


prácticas, confirmadas, bien por la tradición de siglos y si¬
glos, ó bien por privilegios pontificios, desistimos de ello,
por no ser pertinentes á nuestro objeto principal.
Las diferencias más notables con respecto al ritual Ro¬
mano se pueden notar
en los libros citados con los núme¬
ros XXXV, XL y XLII, en los que se consigna cuanto se

observaba en el ceremonial de diario y en el de las gran¬


des festividades, sobre todo en los Oficios de la Semana
Santa (2), los que revestían carácter muy especial, uniendo
lopropio y genuino de su rito con la pompa y aparato con
que se celebraban.
En el libro marcado con el número XLII se encuentra

como la diversidad de formas que hay en el rito para la publicación de la


Bula de la Santa Cruzada; pues en cada diócesis se usa en este día color
distinto.
En Milán se
practica el llamado rito Ambrosiano desde época inme¬
morial.

(1) Toledo en la mano, ó descripción histórico-artística de la magní-


fica Catedral y de los más célebres monumentos, por D. Sixto Ramón Parra.
—Toledo, 1857.
En 4.0; dos volúmenes. Á la pág. 768 del primero
se lee: «De algu¬
nas ceremonias que se las funciones de esta Catedral, y que
practican en
más generalmente llaman la atención de los curiosos.»

(2) «Entre las muchas cosas que adornan á la Catedral de Sevilla,


merece alabarse los Oficios de Semana Santa, que dejan atrás á Roma,
Señora del Mundo.»
Población general de España, por D. Juan A. Estrada.—Madrid, I747:
tom. ii, pág. 9.
Glorias Sevillanas 75

detalladocon suma prolijidad el ceremonial de gran parte

del año eclesiástico; así como por el XL se notan las parti¬


cularidades relativas al procesional. También son dignas de
estudio algunas variantes que se encuentran en los antiguos
Misales respecto á la celebración del Santo Sacrificio; ha¬
biendo existido otras muchas, no consignadas en los mis¬

mos, y cuya práctica ha venido casi hasta nuestros días.


Otras muy notables se conservan tocante al ceremonial
en el culto al Santísimo Sacramento,
cuyo origen se pierde
á lolejos de los siglos, así como el tradicional y antiquí¬
simo danzado de los niños ó infantes de coro, conocido
con el nombre de baile de los seises, cuyo estudio histórico
merece un libro. Largas páginas habríamos de llenar si tra¬

tásemos de exponer aquí todo lo que es digno de notarse


en esta materia,
lo que hace á las vestiduras sagra¬
y por
das y ornamentación propia de esta Iglesia.
En verdad que el celo del Excmo. Cabildo por la ma¬

yor ostentación y majestad en esta Catedral siempre le ha¬


rá merecedor á eterna recordación, por haber procurado
con decidido empeño levantar un templo á Dios y tribu¬
tarle un culto
que no ha tenido jamás rival en el mundo,
como lo acreditan su no desmentida fama y su historia.
Advertencia.—Nuestras observaciones sobre las antiguas prácticas
de esta Catedral van subordinadas, como es debido, al derecho que asiste á
los reverendísimos Prelados para desterrar del culto todas las corruptelas,
por inveteradas que sean; pues aquí sólo nos referimos á las prácticas loa¬
bles, que son las que la Iglesia respeta y tolera: queriendo nosotros que
conste así, en evitación de torcidas interpretaciones.
76 Glorias Sevillanas

CAPÍTULO III

Iconografía de la Concepción.—La Escuela pictórica sevillana.


—Principales monumentos iconográficos concepcionistas en
esta Ciudad.—Imágenes de la Concepción que se veneran

en la Catedral.—Capilla del Chantre D. Juan de Medina.—

Capilla de la Puebla.—Capilla del Jurado D. Francisco Gu¬


tiérrez de Molina.—Capilla de la dotación de Núfiez de Se-
púlveda.—Capilla de San Pedro.—En la Sala Capitular.—
Capilla de los Cálices.

ntes de examinar las


efigies de la Concepción que
se veneran en los
templos sevillanos, parece conve¬
niente y hasta necesario dar, siquiera sea ligeramente, al¬

guna idea de la iconografía concepcionista, con objeto de


que sirva de aclaración á lo que vamos á exponer.
El concepto iconográfico del Misterio de la Concepción
Inmaculada de la Virgen María envuelve la manera ó for¬
ma con
que á través de los siglos ha venido el espíritu cris¬
tiano representándolo.
Las advocaciones, ó títulos, bajo los cuales se ha vene¬
rado siempre á la Santísima Virgen son infinitas: las más
propias ó teológicas, por decirlo así, han sido las que con
relación á los Misterios de su vida se le han dado; y en
éstas, claro es que representó el simulacro con
siempre se
arreglo al título bajo la veneraba, como son, por
que se
ejemplo, la Encarnación, la Presentación ó la Asunción.
Glorias Sevillanas 77

Otras veces se ha invocado con nombres singulares de vir¬


tudes, dones ó atributos, como los de la Caridad, Amparo,
Amor, Socorro, etc. Otras, y quizás las más, hase designa¬
do por el título del lugar, pueblo ó circunstancia especial
que acompaña al sitio donde se venera ó fué hallada, co¬
mo las
efigies de Ntra. Sra. de Monserrat, de Guadalupe,
del Pilar, de la Hiniesta, etc.
Como las imágenes comprendidas dos clases
en estas
últimas no envolvían por su
advocación el significado de
ningún Misterio determinado, casi siempre fueron represen¬
tadas ostentando en sus brazos al Divino Jesús, y con algún

objetoen una de sus manos, símbolo del nombre que lleva¬


ban. La idea con que se quiso representar estas sagradas

efigies no fue otra que la de significar en sus simulacros á


la Virgen Madre de Dios, sin determinar ningún misterio
iconográficamente; razón por la que siempre en la anti¬
güedad eran conocidas sólo con el título de «Santa María»
ó «Nuestra Señora», envolviendo por lo tanto bajo este

epíteto todos los misterios y pasos de su santa vida; y en


cuyo sentido, aunque algunas de estas efigies eran cele¬
bradas en la fiesta del día de la Concepción, no podemos,
sin embargo, considerarlas como tales imágenes concep-

cionistas, pues que no lo eran en realidad, por no haber


nunca sido denominadas con esta advocación.

El estudio iconográfico debe reducirse á la búsqueda é

indagación de aquellos simulacros ó simbolismos bajo los


que el pueblo cristiano quiso representar la Concepción de
María, y sólo este Misterio. Y al exponer esta materia, lo
primero que debemos sentar es la gran dificultad, y casi
imposibilidad, de expresar de manera adecuada y clara el
concepto propio de este Misterio, por lo abstracto del pen¬
samiento que encierra; razón por la cual siempre la idea
de la Concepción virginal de María tuvo que ser expresada

por el arte cristiano de una manera simbólica, presentando


78 Glorias Sevillanas

con más ó menos claridad y


delicadeza la alegoría que en¬
trañaba tan profundo Dogma; siendo esa, á nuestro parecer,
la causa por qué, con ser una devoción tan antigua y ar¬
diente, no le dedicaron los pueblos efigies con título pro¬
pio hasta que la piedad, hostigada por la opinión contra¬
ria, de consuno con el arte, ya más desenvuelto y perfec¬
cionado, empieza á erigirle simulacros bajo esta advocación.
Por este motivo siempre se celebró, á lo menos en nuestra
patria, á la Concepción en todas las imágenes que se ve¬
neraban de la Virgen María, y esto aunque fueran conoci¬
das bajo advocaciones dolorosas; pues siempre los pueblos
se apresuraron
á rendirle esplendidos cultos en sus mismas
titulares, considerándolas con relación al más singular de
todos los pasos de su vida.
Veamos, pues, ahora el desarrollo iconográfico dado
por el arte al Misterio de la Concepción, desde las prime¬
ras manifestaciones que de este asunto conocemos hasta
las últimas realizadas por el genio cristiano. Las causas an¬
tes alegadas hicieron que en su representación reinara gran
diversidad de criterios, y libertad para su significación;

pues desde la primitiva alegoría de la escena que se verifi¬


ca á la
puerta oriental de Jerusalén, hasta las bellísimas
creaciones de la Escuela pictórica sevillana, media distancia

grandísima.
Los monumentos más antiguos que hemos podido en¬
contrar la historia de la Concepción se remontan al
para
siglo XII: son interesantísimos, por expresar alegóricamen¬
te el pensamiento teológico. Entendemos nosotros que, si¬

guiendo por grados el desarrollo del concepto iconográfico,


figura en primer lugar la representación que se hace del
encuentro á la puerta Áurea de Jerusalén de los Santos Pa¬

dres de la Virgen María, cuando, después de haber recibi¬


do la feliz embajada anunciándoles la Concepción sin man¬
cha de la Madre del Redentor de los hombres, acuden pre-
Glorias Sevillanas 79

surosos al templo de Jerusalén á dar gracias al Altísimo


por tan singular prerogativa. Preséntalos el artista y la pie¬
dad cristiana en actitud de abrazarse, osculando San Joa¬
quín en la frente á su casta esposa, y ambos llenos de es¬
píritu y unción religiosa, como embargadas sus almas por
suceso tan sublime y trascendental.

Este es el asunto que hallamos trazado en la pintura

que se venera desde tiempo inmemorial en la capilla de la


Concepción del convento que tiene la orden de Santiago
en Uclés desde los siglos de la reconquista, pues sabida es

la devoción de tan legendaria Orden á este Misterio; mo¬


numento importantísimo, no ya por su valor iconográfico,

si que también por ser testigo de la no desmentida devoción

española al través de los tiempos.


Sigue en orden la figuración del Misterio por la alego¬
ría que representa el árbol de Jessé con sus ramas ocupa¬
das por los reyes de Judá, otros personajes bíblicos, y en
la cúspide la figura de la Virgen con Jesús en sus brazos,
idea que por vez primera encontramos dibujada en una de
las cristaleras de la iglesia de Dorchester (i), condado de

Oxford, perteneciente también al siglo XII, cuyo asunto


vemos luego muy repetido en las portadas de libros del

siglo XVI que tratan de la Concepción, y que más tarde


servirá para inspirarse en él á uno de los más célebres
maestros de esta Escuela.
De época más adelantada hallamos otra alegoría, en
que se ven los Stos. Joaquín y Ana, de cuyos pechos bro-

(i) Estudio | sobre la mas digna y adecuada manera | de | repre¬


sentar propiedad | á la | Santísima Virgen | por | D. Javier Fuentes y
con

Ponte, | Socio de doble mérito de esta «Academia», | Consejero General


de la misma por los reinos de Castilla, Represen | tante general para el

Centenario de Colón, Miembro de | varias Reales Academias de la Corte |

y de la Real y distinguida Orden de San Juan de Jerusalén. | Lérida | Im¬

prenta Mariana | 1892


8o Glorias Sevillanas

tan dos alegóricas ramas que se entrelazan, y de la unión


brota flor, de cuyo cáliz nace la imagen de la Virgen
una

María, simbolismo delicado de su Purísima Concepción.


Hasta muyentrado el siglo XVI puede decirse que no
se encuentranefigies de la Concepción propiamente dichas;
pues si bien existían imágenes á las que desde muy anti¬
guo se les venía dando culto propio de este título, como ocu¬
rría con Ntra. Sra. de la Hiniesta en esta Ciudad, repetimos
que no pueden ser consideradas como simulacros de este
Misterio. Ya en este siglo vemos esculturas veneradas bajo
el nombre de la Concepción, como son las de las Catedra¬
les de Granada y Murcia; si bien siguen los artistas diver¬
sidad de criterios en su presentación, pues mientras unos
le colocan en los brazos el Niño Dios, para dar á entender

que su limpísima Concepción se debió á las excelencias de


su maternidad divina, otros nos la muestran sin el Hijo,
con las manos unidas en actitud orante y
contemplativa.
Esta diversidad de opiniones la consigna así el erudi¬
tísimo y delicado artista Francisco Pacheco, que floreció

por los años de 1600, y el que en su Libro de la Pintura


se
ocupa de la manera más adecuada de representar el Mis¬
terio de la preservación de María, fijando ya reglas para se¬

guir la opinión más científica y teológica que más tarde ha¬


bía de triunfar (1).
Puede decirse que por esta época casi todos los artistas

españoles de más talla empiezan á ensayar este asunto con


más ó menos acierto, ya en el lienzo ó bien en la estatua¬
ria, pero que todos ellos no hicieron otra cosa que bosque-

(1) Arte | de la pintura, | sv antigüedad, | y grandezas. | Descrí-


vense los hombres eminentes | que ha auido en ella, assí antiguos como
modernos; del dibu | jo, y colorido; del pintar al temple, al olio, de la ilu¬
minación, | y estofado; del pintar al fresco; de las encarnaciones, de po¬
li | mentó, y de mate; del dorado, bruñido, y mate. Y enseña | el modo
de pintar todas las pinturas | sagradas. | Por Francisco Pacheco | vezino
¡
Glorias Sevillanas 81

jarloy preparar el camino que más tarde habían de seguir


los maestros de la Escuela sevillana, y que tanta gloria
había de proporcionar al eximio pintor que expresó de la
manera más acertada y atrevida la sublimidad de tan en¬
cantador Misterio; el que para siempre fijó el modelo de la
Purísima Concepción de María, el artista llamado por anto¬
nomasia «Pintor del Cielo». Todos ó casi todos los artistas

españoles que florecieron de 1500 en adelante nos han le-

de Sevilla. | Año j 1649 | con privilegio, j En Seuilla, por Simón Faxardo,


impressor de libros, j a la Cerrajería.
Su criterio en este asunto lo expone así:

PINTURA DE LA PURISSIMA CONCEPCION


DE NUESTRA SEÑORA.

«Pocos dias después de la istoria passada se considera que llegó el


dichoso dia de la inmaculada Concepción de la Santíssima Virgen, en cuya
pintura se deve advertir que algunos quieren que se pinte co el niño Jesús
en los bracos, por hallarse algunas imagines antiguas desta manera: por
ventura fundados (como advirtió un docto de la Compañía) en que esta

Señora gozó de la pureza original en aquel primer instante, por la dignidad


de Madre de Dios, aunque no avia llegado el tiempo de cocebír en sus
purissimas entrañas al Verbo eterno. Y assi desde aquel punto [como sien¬
ten los
Santos] era Madre de Dios, i en ningún tiempo dexó de serlo: i
tal, que no fue possible ser mejor, como no fue, possible tener mejor hijo.
Pero sin poner a pleito la pintura del niño en los bracos, [para quien tu-

uiere la devoción de pintarla ass¡] nos conformaremos con la pintura que


no tiene niño; porque esta es la mas común: como lo muestran las medallas
que a instancia de la sagrada Orden de San Francisco (antigua defensora
deste Misterio] bendixo León Décimo, concediéndoles muchas gracias é

indulgencias: no tiene niño en los bracos, antes tiene puestas las manos,
cercada del Sol, coronada de Estrellas, i la Luna a sus pies, con el bordon
de San Francisco á la redonda. Y aun se esfuerca mas esta opinión viendo

que (en la nueva Religión Militar deste Misterio, instituida en Roma con
autoridad de la Santidad de Vrbano VIII.) se embió a 22. de Julio de
1626. con el título de Embaxador á la Magestad Católica, a don Enrique
de Guzman, caballero Sevillano, la estapa con el Abito; que es una Cruz
11
82 Glorias Sevillanas

gado cuadros y esculturas de la Inmaculada, obras en cuya


ejecución han influido en mayor ó menor grado las corrien¬
tes del Renacimiento y el gusto dominante en la época en
que vivieron; al llegar el siglo XVII, Bartolomé Es-
pero
téban Murillo, aprovechando las enseñanzas del arte anti¬

guo, é inspirado por el mismo Cielo, cuyos colores arre¬


bata para trasladarlos á sus lienzos, traza con mano va¬
liente y alma cristiana, de manera tan singular que formará

mui galana, i en medio la imagen de nuestra Señora, con el niño Jesús en


los bracos. Y después se estampó otra segunda sin el, reformado la pri¬
mera, las cuales puedo mostrar: cosa q me haze mucha fuerca, por averse
enviado en
tiempo tan advertido. Esta pintura (como save los doctos) es
tomada de la Misteriosa Muger que vio San Juan en el cielo, con todas

aquellas señales. Y assi la pintura q e sigo es la mas conforme a esta


sagrada revelación del Evangelista, i aprovada de la Iglesia Católica con
la autoridad de los santos i sagrados interpretes: i alli no solo se halla sin
el niño en los bracos, mas aun sin averie parido; y nosotros acabada de
concebir le damos hijo. En cuya conformidad el regalado Benardo umede-
cido sus labios en dulcísima leche virginal, llama a la Virgen, Señal Mila¬
grosa: porque lo fué en el primer instante de su hizoConcepción; pues
alarde en ella la Magestad de Dios de su infinito poder de
ardiente su
amor
y profunda sabiduría; no dexando llegar la culpa original. Milagro

que pasmó a los espíritus Angélicos, confundió al mesmo infierno. A se de


pintar, pues, en este aseadissimo Misterio esta Señora en la flor de su edad
de doce a trece años, hermosissima niña, lindos i graves ojos, nariz i boca

perfetissima, i rosadas mexillas, los bellissimos cabellos tendidos de color


de oro, en fin cuanto fuere posible alumano pinzel. Dos hermosura ai en el

ombre, conviene á saber de cuerpo i alma, i ambas las tubo la Virgen


incomparablemente: porque la corporal fue un Milagro, (como juzgó San
Dionisio) i no uvo criatura mas parecida a su hijo, que fué el modelo de
toda la perfecion. Los demás hijos diviertense en la asimilación del padre
i de la madre, como de diferentes principios: pero Christo Señor nuestro,

como no tuvo
padre en la tierra, en todo salió a su Madre, que después
del hijo fue la criatura mas bella que Dios crió. Y asi la alaba el Espíritu
Santo (cuya letra se aplica siempre a esta pintura) Tota pulchra es amica
mea. Ase de pintar con túnica blanca, i manto azul; assí apareció esta Se¬

ñora a doña Beatriz de Silva Portuguesa, que se recogió después en santo

Domingo el Real de Toledo, a fundar la Religión de la Concepción Puri-


Glorias Sevillanas 83

siempre escuela propia, el prototipo de la Muger Divina, el


modelo más perfecto de la belleza divino-humana, la ange¬
lical María, figurada de manera arrebatadora en el Misterio

que más la engrandece, el Misterio de su Concepción; que


los lienzos del gran pintor siempre serán los más acabados
modelos donde el alma humana pueda beber á torrentes
los efluvios purísimos del idealismo y de la belleza cristiana.
La Escuela nuestra, fiel intérpetre del sentimiento más

ssima: que confirmó el Papa Julio Segundo año de 1511. Vestida del Sol
un Sol ovado de ocrei blanco, que cerque toda la imagen unido dulcemente
con el cielo; coronada de estrellas. Doze estrellas compartidas en un círculo
claro entre resplandores, sir viendo depunto la sagrada frente, las estrellas
sobre unas manchas claras formadas al seco de puríssimo blanco, que salga
sobre todos los rayos. Pintólas mas bien que ninguno don Luis Pascual
Monje en la istoria de San Bruno para la gran Cartuxa. Vna corona im¬
perial adorne su cabeca, que no cubra las estrellas. Debaxo de los pies la
Luna; que aunque es un globo solido (tomó licecia para hazerlo) claro i
trasparente sobre los países, por lo alto mas clara i visible la media Luna,
con las puntas abaxo. Si no me engaño pienso que e sido el primero que
a dado mas
Magestad a estos adornos, quien van siguiendo los demás.
a

En la Luna especialmente e seguido la docta opinio del Padre Luis del


Alcacar, ilustre hijo de Sevilla, cuyas palabras son estas: «Suelen los pinto-
^res
poner la Luna á los pies desta Muger hazia arriba. Pero es evidente
»entre los doctos Mathematicos, que si el Sol y la Luna se carean, ambas
apuntas de la Luna han de verse hazia abaxo; de suerte que la Mujer no
aestava sobre el concavo, sino sobre el convexo.» Lo cual era forcoso para
# que alumbrara á la Muger que estaba sobre ella, recibiendo la Luna la
luz del Sol. Y plantada en un cuerpo solido, como se a dicho, aunque lu¬
cido avia de assentar en la superficie de afuera. Suelese poner en lo alto
del cuadro Dios Padre, o el Espíritu santo, o ambos, con las palabras
del Esposo, referidas. Los atributos de tierra se acomodan acertada¬
ya
mente por pais, i los del cielo si quieren entre nubes. Adornase con Sera¬

fines y con Angeles enteros que tienen algunos de los atributos. El Dragón

enemigo común, se nos avia olvidado a quien la Virgen quebró la cabeca,


triunfando del pecado original. Y siepre se nos avia de olvidar. La verdad
es
que nunca lo pinto de buena gana, i lo escusaré cuanto pudiere, por no
embacar mi cuadro con el. Pero en todo lo dicho tienen licencia los pin¬
tores de mejorarse.»
84 Glorias Sevillanas

delicado y fino de los españoles, el amor á la Inmaculada,


estaba llamada á fijar el modelo que había de servir para
siempre en la esfera del arte para la representación de la
Virgen María. Creemos, pues, que estos ideales que nos
legaron los grandes maestros Pacheco, Murillo y Montañés
en sus inspiradas obras serán siempre la norma y patrón

para la iconografía del Misterio, pues enseñan mucho más


que las reglas preceptuadas por los autores en sus obras
didácticas.
El gran
pintor sevillano expresó de la manera más teo¬
lógica, al par que en la más poética forma, sin incurrir en
la afectación y convencionalismo de otros maestros, la vi¬
sión apocalíptica del Apóstol, en la que estaba prefigurada
lagrandeza de María, fundamento de su privilegiada Con¬
cepción: toda la sublimidad y hermosura de la narración
sagrada súpola trasladar al lienzo con la poderosa facundia
de su brillante imaginación y con el estro pictórico de su
maravilloso pincel: en las portentosas creaciones de Murillo
todo es
grande, todo sublime; el artista no ha descendido
á detalles pueriles, que harían rebajar sus obras, por lo que
no hay que acudir
en busca de
pormenores que algunos
maestros creen necesarios para expresar este Misterio: el

artista cristiano puede decirse que ha llegado á la meta de


la perfección al trazar sus cuadros; y después de él, ni se
ha hecho ni se hará obra que aventaje á las suyas, en
cuanto á la representación de Nuestra Señora. María apa¬

rece vestida de blanca túnica, ceñida á la cintura, y sobre

sus hombros manto celeste,


que la cubre: la cabellera cae
noblemente de su majestuosa cabeza sobre las espaldas:
las manos unidas sobre el pecho en actitud extática y arro¬
badora: los pies desnudos, que parecen apenas si se posan
sobre la Luna, y por bajo de todo ello la Tierra, para sig¬
nificar que su origen es divino. «Ego prodivi ex ore Alti-
sszmi...» rodéanla, contemplando su belleza, ángeles y ar-
Glorias Sevillanas 85

cángeles, y sobre su figura la imagen del Eterno Padre,


que la creó antes que hiciera los cielos y la tierra, los as¬
tros y el Sol... «Nondum erant abyssi
et ego jam concepta
eram...y> Nuestro gran
maestro dijo la última palabra en
la iconografía de tan arrebatador Misterio.
Los grandes ideales de la humanidad siempre necesi¬
taron grandes maestros para su interpretación. La Concep¬

ción Inmaculada de María no había sido expresada con toda

propiedad: este es precisamente el papel que venía á llenar


el insigne hijo de Sevilla. El ideal de este pueblo era la

Concepción sin mancilla de la Madre de Dios: pensamiento


sublime; idea que continuamente le embargaba en sus éxta¬
sis religiosos, pues le daba en su mente todas las propor¬
ciones que realmente reúne la Belleza absoluta, si la abso¬
luta Belleza pudiera ser comprendida y trasladada á ima¬

gen de criatura alguna.


Pero la idea bullía continuamente en su imaginación,
revestida de todas las más altas dotes de la hermosura hu¬
mana, al par que de los más excelentes y regios privilegios
que dimanan de la Hermosura de Dios, único principio y
fuente de toda belleza.
Era esta idea en el orden de su vida
religiosa la más
profunda, la más arraigada, la más estética y genuina; pues
con ser un pueblo enamorado rendidamente de María, su

ideal constante y eterno era siempre aquél, en que la Vir¬

gen Santa de Nazaret se acercaba más al Arquetipo de la


Belleza increada.
No es raroque así fuera; pues si nuestro pueblo unía
al fuego religioso que abrigaba en su pecho, su genio de
artista, del que encierra infinitas pruebas, claro es que ha¬
bía de sentir en sus ensueños artístico-religiosos la idea ó

expresión caleotécnica más acabada, más perfecta y sublime


que se pudiera ver con los ojos del alma, representativa de
la imagen ó figura de la Inmaculada Concepción.
86 Glorias Sevillanas

Muchos siglos habían pasado sin que el objeto de sus


místicos amores hubiérase exteriorizado, dándole forma y
líneas tangibles, bien por la impotencia de la mente hu¬
mana, ó bien porque no era llegado aún el momento crí¬
tico para ello (i): pero los años se adelantan, al par que el
fervor se enciende más y más, como se avivan los grandes
afectos, que, abrigados en nuestros pechos, sin dar señales
de su existencia, suben y suben con el tiempo en quilates,

que los agigantan de tal modo, hace necesario dar


que se
salida y cumplida manifestación de ellos cuando no pueden
ser contenidos dentro de nuestras almas;
El pueblo mariano'había sido el amante por excelencia
de la Inmaculada Concepción, y el pueblo de Sevilla había
de ser, necesariamente, el más fiel intérprete de la imagen

de María. Habíase contentado hasta entonces con adorarla


allá en lo más recóndito de corazón: pero
cuando hubo
su

lengua que se atreviera á afirmar que María no fué tan lim¬


pia, tan pura y tan hermosa como él la soñaba y la creía,
se levanta como rendido adalid de
Concepción, y porsu

medio de uno de más


preclaros genios, sinó el más
sus

preclaro de todos, el pintor de la Inmaculada, da un mentís


á la impía opinión; y así como el inmortal Pontífice Pío IX,
doscientos años después, había de poner fin á la cuestión,
haciendo la declaración dogmática del Misterio desde la
Cátedra de San Pedro, así Murillo se adelanta por inspi¬
ración divina, definiendo en el arte cristiano la belleza y
sublimidad que encierra el ideal perfectísimo de la Concep¬
ción de María; que los lienzos pintados con los colores que

estampara su dulce pincel son los documentos donde se


contiene el Dogma del Arte, definiendo y fijando para siem¬
pre el modelo de la Pureza y de la Hermosura.
(i) Murillo: su inspiración providencial como pintor de la Inmacu¬
lada.—Discurso leído en la Academia de Santo Tomás de Aquino por don
José M. Asensio.—Sevilla, 1881.
Glorias Sevillanas 87

Es tangrande la riqueza de datos que posee Sevilla


para delinear la iconografía concepcionista, que fácilmente
podríamos seguir toda su historia, sin necesidad de salir de
esta Ciudad; así como podemos asegurar que no hay nin¬

guna otra población, por rica que sea en obras de arte, que
pueda presentar, perfectamente graduada como en delicada
escala cromática, la serie progresiva de monumentos que
nos señalan los distintos modos ó manifestaciones de este

ideal religioso.
En nuestra
gran Basílica, y precisamente en su gran¬
dioso retablo mayor, obra del siglo XV, podemos examinar
la representación del Misterio en el recuadro que se ve por
cima de la puerta que conduce á la sacristía y que perte¬
nece al lado del
Evangelio: son las imágenes de alto re¬
lieve, de vara y media próximamente: se figura en ellas el
encuentro que tuvieron los santos esposos S. Joaquín y

Sta. Ana, en la puerta llamada Oriental ó Áurea, después


de haber recibido ambos la noticia de la Concepción sin

pecado de la Santísima Virgen por la mediación del ángel


Gabriel, el cual aparece en lo alto uniendo á los Padres de
María en santo y místico abrazo, y posando sus manos
sobre las cabezas de efigies. Acompañan otras seis
estas

figuras, que dan animación al cuadro, cuya escena se des¬


arrolla á la vista de Jerusalén, que se distingue en lonta¬

nanza, así como el pórtico antes indicado.


Encontramos en esta descripción el dato iconográfico
más antiguo que registra la historia de esta Ciudad, pues el
retablo pertenece al último tercio del siglo XV.
Fundado en la misma alegoría, y siguiendo la tradicio¬
nal forma de simbolizar así el Misterio, le pintó de idéntico
modo el famoso maestro Alejo Fernández, cuyo artista tra¬

bajó en el estofado y dorado del antedicho retablo, ha¬


biendo ejecutado su obra en tabla que se guarda en la sa¬
cristía alta de la capilla mayor de la Catedral. El cuadro
88 Glorias Sevillanas

mide cuatro varas de alto, y


las figuras son de tamaño na¬
tural, no viéndose más que las de los Santos Esposos, el
Ángel, que aparece sobre sus dos perso¬
cabezas, y otros
najes que traen dones y presentes para ofrecerlos en el
templo: se conoce que debió ser de sus primeros trabajos,
por lo cual pertenece al mismo siglo que la anterior obra:
el cuadro está muy deteriorado. Igual pensamiento encon¬
tramos desarrollado en el convento de Santa Inés, y en la
iglesia parroquial de San Pedro, de lo que se hablará en
su lugar.
De manera más delicada, al par que profunda, y
ya
siguiendo el pensamiento trazado en la vidriera citada de
la iglesia de Dorchester, si bien modificando mucho la idea

teológica y filosófica, expresa el pensamiento de la Con¬


cepción de la Virgen el famoso pintor sevillano del si¬
glo XVI, Luis de Vargas, trazando su grandiosa obra, en
que se ve representada la Humanidad por nuestros prime¬
ros
progenitores, y algunos personajes del Antiguo Testa¬
mento, todos los que van enlazados á un árbol, alegoría de
la culpa primitiva, y en cuya parte superior se destaca la

Virgen María con el Divino Niño, pero sin tocar las ramas
del mismo: simbolismo de su preservación virginal. Consér¬
vase este monumento en la Santa Iglesia
Catedral.
En el convento de Santa Clara, así como en la iglesia

parroquial de Omnium Sanctorum, existe la alegoría de pre¬


sentar á los Santos Padres de María unidos por simbólicas

ramas, de la unión de las que nace la Virgen, y de las


cuales trataremos en su lugar.
Hasta
aquí las alegorías de la Concepción; pues en el
desarrollo de la Escuela formada por los hijos de esta re¬
gión encontraremos ya á la imagen bendita de María repre¬
sentando este Misterio en la forma antes descrita, con más
ó menos variantes ó modificaciones.
Los artistas sevillanos nunca figuraron este Misterio
Glorias Sevillanas 89

colocando al Niño Dios en brazos de su Santa Madre; pues


en el largo catálogo de las imágenes, bien en pintura ó
esculpidas, que produjeron hemos podido hallar este
no
dato, á lo menos por lo que respecta á nuestra Ciudad.
Tampoco figura á los pies de María el dragón ó serpiente,
y sólo empieza á usarse por algunos de los maestros del
siglo pasado, pero jamás por los que podemos llamar ar¬
tistas clásicos de la Concepción; así como tampoco se acos¬
tumbró á colocar alas á la Virgen, como se ve en alguna
de las efigies que se veneran en la América meridional.
En cuanto á los colores usados por los pintores sevillanos
en el
traje de la Virgen, vinieron poniendo el color jacinto
para la túnica, y el manto celeste, hasta Murillo, que em¬
pezó á dar el color blanco al vestido, siguiendo la misma
práctica nuestros escultores antes de sobredorar y estofar
las ropas de sus imágenes.
Otro dato iconográfico muy interesante es la colocación
de la imagen del Eterno Padre siempre que se trataba de

significar en un altar el Misterio; pues á más de los lienzos


que contienen esta figura, obsérvese que en todos los re¬
tablos de Concepción aparece en la parte superior de los
mismos. También es de notar que, por coincidencia ex¬

traña, en todos los retablos y capillas de este título se ve¬


neran las imágenes de S.
Juan Bautista y S. Sebastián, si
bien esto tiene un significado de que hablaremos más ade¬
lante.

Capilla del Chantre D. Juan de Medina.

Contiene esta célebre capilla, de la Catedral de esta


Ciudad, la portentosa creación artística del maestro Luis
de Vargas; la cual, según mi humilde criterio, debe consi¬
derarse como transición en la iconografía
concepcionista:
90 Glorias Sevillanas

es la
alegoría más acabada, teológica y artísticamente con¬
siderada. Entre la representación de Sta. Ana y S. Joa¬
quín, como simbolismo de este Dogma, y la obra de Luis
de Vargas hay una distancia infinita: sin embargo, así co¬
mo el pensamiento
que se ha querido simbolizar en la pri¬
mitiva alegoría, para significar la Purísima Concepción, fué

presentar los Santos Padres de la Virgen, expresando de


algún modo, aunque con signos ó figuras materiales, cual
son los ascendientes de María, un concepto tan espiritual;

así, del mismo modo, si bien desarrollando el simbolismo


con valentía y arte, Luis de Vargas trazó su gran obra va¬
liéndose de las figuras representativas de la Generación hu¬
mana de
Jesucristo para significar también la Concepción
de la Virgen. Este pensamiento, que ya se había bosque¬
jado en el siglo XII, sirvió sin duda al pintor para trazar
su obra, si bien aventajando
en su realización, no sólo por
los primores de su ejecución artística, sino por el desenvol¬
vimiento que da á la idea en toda su obra.
nuevo

El asunto está trazado en diferentes tablas, que com¬

ponen un bellísimo altar. Este es de estilo del Renacimiento


puro español: sobresale en primer término la tabla central,
que es la principal y base de toda la bellísima composi¬
ción (i). El simbolismo del asunto se figura por medio del
árbol del Paraíso, de cuya fruta al comer los primogeni¬
tores del linaje humano pecaron, y solidariamente con ellos
toda su descendencia: estas figuras son las que más se des¬
tacan del cuadro; las cuales, presentadas en primer término,
aparecen ligadas al árbol, así como toda su descendencia,
representada por los Patriarcas, Profetas y Reyes del Anti¬
guo Testamento, que todos tocan al mismo, menos la Ma-

(i) Modernamente ha sido restaurada esta capilla, y en la reforma


que se hizo desapareció
un relieve que había en la parte superior del reta¬
blo con la figura del Padre Eterno, que creemos fuera de la época de su

construcción; cosa muy propia de estos altares de Concepción.


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Glorias Sevillanas 9i

dre de Jesucristo, que aparece con Él en los brazos en la


parte superior del cuadro.
En el intrado del arco que forma el altar, pintados en
rompimientos de gloria, se ven unos grupos de ángeles,
dechados de belleza, que celebran la Concepción; uno en
actitud de tañer el organo, y los otros cantando « Tota pal¬
era est María», descrita la parte musical del papel que os¬
tentan enlas manos, la que en otro lugar reproducimos.

(Véase la lám. 5.a) En el basamento de la tabla central se


representa, según nuestro parecer, la Iglesia, que se ve figu¬
rada en el centro por una matrona que aparece sentada, y

cuyo respaldo está formado por un arco romano: en la mano


diestra ostenta las llaves, signo de su potestad, y en la si¬
niestra un cáliz, significando que á ella sólo compete decla¬
rar el Dogma. Por ambos lados se ven distribuidas hasta

trece figuras de medio cuerpo, representativas de pontífi¬

ces, obispos, frailes y doctores, que parecen indicar la tra¬

dicional creencia del Misterio, é instan á la figurada ma¬


trona para que hable en defensa de la Concepción.
En los costados del arco están S. Pedro y S. Pablo,
que simbolizan, como jefes supremos de la Iglesia, velar
por la custodia y defensa de la creencia piadosa que más
tarde había de ser Dogma. Los lados bajos del basamento
hállanse ocupados con el retrato y escudo del Chantre Juan
de Medina, fundador de la capilla.
Como complemento de tan magnífica obra, tiene una
artística frontalera digna del retablo.
Nada habremos de decir en cuando á la ejecución de
la obra, bastando sóloreproducir el juicio hecho por don
Pablo de Espinosa. «Siguió, dice, este gran pintor en este
retablo el modo de Rafael, y el de Peregrin de Baxa en
formar las cabezas, que son hermosísimas. En el dibujo
del Adán siguió á su maestro Miguel Ángel, y en su colo¬
rido y pintura al Ticiano: y en el dibuxo de la Eva siguió
92 Glorias Sevillanas

á Rafael, y en su colorido á Antonio de Alcorceso» (i). Con


lo dicho basta para formar juicio de la inmensa valía del
retablo descrito: sin embargo, Luis de Vargas, como ins¬

pirado que estaba en las grandes obras de los maestros de


Roma, no pudo apartarse de ellos para el dibujo y traza de
la figura de la Virgen que se ve en el cuadro, no siendo el

típico modelo de las clásicas de la Escuela sevillana. (Véase


la lám. 6.a) Esta obra pictórica aparece firmada en 1549.
En el Teatro de la Santa Iglesia Catedral se denomina
con el título de la «Generación de Cristo». Cean Bermú-
dez, en su Descripción Artística, la llama Capilla de la Con¬
cepción, cuyo mismo calificativo le da D. J. Amador de
los Ríos en su libro Sevilla Pintoresca.

Capilla de D. Juan de la Puebla.

Con el título de la
Concepción se clasifica por D. Pa¬
blo Espinosa en su Teatro: está situada al lado derecho
de la puerta conocida vulgarmente con el nombre de los

«Palos», ó sea la inmediata á la torre. Del mismo modo la


denominó el erudito D. Juan de Loayssa en su libro de las
Memorias sepulcrales de esta Santa Iglesia Catedral, donde
dice: «En esta nave, hácia la capilla de San Pedro, está

un altar con su rexa,


que es de la Concepción, y á los lados
S. Ildefonso y S. Diego: en el friso de la reja dice: «Este
entierro y Capilla es de D.a Isabel Ramírez y de su herma¬
no Juan
Cristóbal de la Puebla y de D.a Catalina de Acosta
su muger é de sus herederos y subcesores. Acabóse año

(1) Teatro | de la Santa Iglesia | metropolitana de Seuilla, Pri¬


mada | antigua de las Españas. | Dedicado á su Uustrissi | mo Dean y Ca¬
bildo. | Por Don Pablo de Espi | nosa de los Monteros, Presbytero | Seui-
llano. (Adornito.) Con licencia | En Seuilla por Matías | Clauijo, Ano de

1635.—Pág. 181.
Retablo de la Catedral, pintado por Luis de Virgas,
con la alegoría del Misterio de la Concepción.
Glorias Sevillanas 93

de 1593: tiene delante su bóveda, en cuya orla dice lo


mismo.»
El altar es de estilo greco-romano, dispuesto en forma
de arco como el anterior, si bien es más pequeño. Ocupa
el fondo del mismo una pintura
tabla, de cuyo centro
en
destácase laimagen déla Concepción, medio-relieve, escul¬
tura apreciable de igual época que el retablo: la Virgen

aparece de rodillas sobre nubes, querubines alados y la


Luna; con túnica y manto estofados en blanco y oro, en
ademán de mirar hacia el Cielo: la expresión de su rostro
es muy dulce, y las manos las presenta unidas en actitud
orante. Aparecen en su alrededor pintados todos los atri¬

butos virgíneos, el ciprés, la fuente, el arca, el espejo, el

templo, la torre, la azucena, la rosa, el huerto cerrado, la


estrella, la Luna, el Sol y la palma: por la parte superior
varios ángeles, y á los pies del cuadro las figuras de medio

cuerpo de S. Ildefonso y S. Diego de Alcalá, santos devo¬


tísimos de la Concepción.
Las demás pinturas que adornan el intrado del arco
son cinco tablas: tres altas, con soberbios grupos de ánge¬

les en rompimientos de gloria, y dos bajas á los costados:


en una se ve la imagen de la Concepción, coronada de glo¬

ria, y bajo sus plantas varios monstruos y un esqueleto hu¬


mano; en la otra está pintado el bautismo de Jesucristo,
sin duda en recuerdo al Santo del fundador. En el friso ó

banquillo que corre por bajo de esta parte admíranse en


la tabla central hasta quince valientes cabezas de perso¬
najes del Antiguo Testamento, y á los lados cuatro retratos
de la familia del fundador: por la parte alta del altar, sobre
el tímpano del arco, está pintada la imagen del Padre Eter¬

no, con dos ángeles á los lados, de igual modo que en el


retablo antes descrito. Toda la obra de pintura pertenece
al artista Alonso Vázquez, que floreció á fin del siglo XVI.
La escultura ignórase de quién sea. Puede decirse que el
94 Glorias Sevillanas

altar descrito es una verdaderajoya artística, no sólo por


la corrección de dibujo que en ella domina, sino por la va¬
lentía de todas las figuras y las formas majestuosas con

que el asunto está concebido.


Se conoce indudablemente por el corte de estas pintu¬
ras la influencia del colorido y fuerza del estilo de.Luis de

Vargas en este pintor, y que estudió la composición con-


cepcionista que había hecho, en la que se inspiró, si bien
apartándose ya del simbolismo, y acercándose, ó tocando
realmente, el modo que se había de adoptar en la icono¬
grafía de este Misterio.

Capilla del Jurado Francisco Gutiérrez de Molina.

Tócanos ahora estudiar el simulacro más hermoso que

guarda Sevilla de la Concepción de la Virgen María. Vené¬


rase en la Santa
Iglesia Catedral, en una de las capillas que
están adosadas al coro por el lado de la Epístola, la cual
en otros tiempos, más que capilla, parecía preciosa
con¬
cha de nácar luciente, custodiando perla tan rica, donde la

piedad sevillana acudía, siempre solícita y gozosa, á ren¬


dirle culto en aquellas inolvidables tardes de su solemnísima
octava, cuando la tibia y apagada luz del crepúsculo ves¬
pertino, después de dejar iluminados con tintes y colores
inimitables los altos ventanales y vidrieras del templo, pe¬
netraba cirniéndose débilmente sobre los alabastrinos mu¬

ros del oratorio de la Inmaculada, formando maravillosa


combinación conlos resplandores de las hachas que en su
altar ardían, produciendo todo luz misteriosísima, que, al
reflejar sobre la prodigiosa imagen de la Concepción, hacía
arrobar al alma cristiana en santos y místicos amores. Ja¬
más podremos olvidar estas impresiones, las más gratas y
hermosas de nuestra vida. Grandiosa es la Catedral hispa-
Glorias Sevillanas 95

lense; pero toda su belleza sublimidad creíamos verla re¬


y
concentrada en
aquella artística capilla, de la
que, cuando
la visitábamos, no sabíamos retirarnos; y era que toda la
hermosura espiritual y corporal de María la encontrábamos

perfecta y acabadamente trasuntada en aquel divino mo¬


delo, remembranza fidelísima del Original. Ojalá quiera
]
el Cielo que pronto la volvamos á admirar en su histórica
capilla!
Se denominó antes de San Juan Bautista, y era del Ju¬
rado Francisco Gutiérrez de Molina, y su mujer D.a Jeró-
nima Zamudio, los que la exornaron, alzando el hermoso
retablo que hoy vemos, así como la verja que la cierra,
dotándola con pingue patronato, por lo cual se les concedió
por el Cabildo enterramiento en ella.
En cuanto á la época de la erección del magnífico reta¬
blo y escultura de la Virgen hemos podido encontrar un

dato, que fija la fecha en que se terminaron. Nos referimos


á la carta que se conserva en la Biblioteca Colombina entre
los M. SS. de Rodrigo Caro, dirigida al sabio arqueólogo

por el erudito Antonio Moreno Vilches desde Sevilla, que,


entre otras cosas, le dice: «En la Capilla de la Antigua se

hace un tabernáculo de jaspes y bronce dorado, obra muy


excelente. Para el dia de Nuestra Señora de la Concepción
ha de estar puesto el retablo é Imágen que ha hecho Juan
Martínez, en uno de los altares de los alabastros q. están
debaxo del Organo pequeño. Es la imágen la primer cosa

que se ha hecho en el Mundo: con que Juan Martínez Mon¬


tañés está muy envanecido Sevilla 2 de Diciembre
de 1631.» Ejecutó, pues, tan excelente obra en el período

álgido de su vida artística, á suponer por las fechas de


otras obras, llevando ya sobre cuarenta años de cultivar el

arte: así no es de extrañar que la efigie sea un portento,

dado su genio y su empeño en dejar una escultura que le


alcanzara eterno renombre. Creemos, pues, que todas las
96 Glorias Sevillanas

imágenes del mismo título que se conservan de este autor


son anteriores á la que nos ocupa, que supera en mucho á
las demás. ¿Quién será capaz de hacer una descripción de
ella que sea, no ya exacta, pero ni que se aproxime á dar
idea de la misma? La Concepción célebre del gran escultor
sevillano necesitaser vista para formar juicio exacto de su

valía, pues aunque la pluma indique sus rasgos más sobre¬


salientes, no puede describir la inocencia, la gracia, aquella
hermosura y belleza angelicales que el artista supo poner
en su divino rostro. Es tal el encanto que respira toda ella,

es tal el idealismo en que está inspirada, que sólo ante su

presencia puede el alma humana comprenderla. Se podrá


decir que su estatura es de tamaño natural, muy esbelta,
como el cedro del Líbano: que su rostro no pudo copiarlo

Montañés en la tierra, sino que sorprendió en sus ensueños

de artista cristiano la faz de su divina hermosura: que ad¬


mira aquella majestad con que ciñe veste y manto, que
cubren su
cuerpo, el cual, aunque oculto bajo los graciosos
pliegues que de manera inimitable caen á sus pies, tiene
más belleza que las desnudeces de. las Vírgenes italianas,

inspiradas en los ideales del paganismo: sus manos apare¬


cen delicadamente unidas, en esa actitud reposada que sólo

supieron dar á la Concepción los artistas de nuestra Escue¬


la, en que aparece María arrobada pfor la oración en éxtasi
divino: su cabeza está animada de tal expresión, que parece
la vamos á ver erguirse sobre aquel ebúrneo cuello, cu¬
briéndolo hasta los hombros cabellera riquísima, que suave¬
mente descansa sobre espaldas: teniendo por peana
sus

trono de esbozadas nubes, que hiende la Luna para darle

digno escabel, que esmaltan cabecitas de alados querubi¬


nes. No permitió el delicado sentimiento del artista ponerle

á los pies la alegórica serpiente, pues su figura no debía ni


aun tocar el calcañal de la
Virgen toda llena de Gracia é
intacta del hálito del pecado. En una palabra: su belleza
Imagen de la Concepción, de J. Martínez Montañés,
que se venera en la Catedral.
I© ■
Glorias Sevillanas 97

es tal, que nunca la vieron propios y extraños sin quedar


llenos de admiracióri.
La efigie ha sufrido en el trascurso de los tiempos algu¬
nas restauraciones, pero sin tener alteración esencial en su
primitivo estofado, hecho por el mismo Montañés. Se sabe
que estuvo sobrevestida de telas en el siglo pasado, por lo
que refiere el erudito D. Antonio San Martín en carta de 11
de Junio de 1796, que se conserva en la Biblioteca Capi¬
tular, y que, al dar nota de los gastos ocasionados en 1761
para la celebración del Patronato de la Concepción, refiere
lo que sigue: «en el vestido para la Imágen 66,078 mr. En
los resplandores de plata que llevó, y conserva, 410,594.
En 5 de Noviembre de 1779 se mandó quitar á dicha Imá¬
gen el vestido, dexando descubierta la talla, por ser del
mérito que acredita sólo el nombre de su autor, y se estofó
de nuevo.»

Después de esta fecha (1796) tenemos noticia de haber


sufrido otro nuevo retocado, más bien
que restauración, y
se hizo á mediados de este siglo; pero de tan mala suerte,

y por mano tan poco perita, que el Cabildo tuvo que dis¬
poner se procediese inmediatamente á destruir el nuevo
embadurnamiento hecho á la efigie, dejándola como estaba

antes, que es como ha llegado á nosotros: pues en el año


1879 sólo se procedió á una limpieza y resanamiento de
toda ella, disponiéndose entonces se le quitaran los resplan¬
dores y corona imperial que usaba, para colocarle otra cir¬
cular con las doce estrellas que tiene hoy. (Véase la lámi¬
na 7.a)

Esta imagen ha sido conducida procesionalmente en

algunas solemnidades, entre otras la del año de 1761, pro¬


cesión que se hizo por el Patronato de la Inmaculada: en
diferentes años en la del Corpus-Christi, habiendo sido el úl¬
timo el de 1868.
En 7 de Febrero de 1860 se sacó procesionalmente,
13
98 Glorias Sevillanas

para celebrar el triunfo alcanzado en África por las armas


españolas.
En 1855 se llevó al Real Palacio de San Telmo, donde
se le hizo función solemnísima, siendo después conducida
procesionalmente por los claustros del antiguo Colegio.
El 8 de Diciembre de 1879, festividad del XXV ani¬
versario de la declaración dogmática, fué sacada en proce¬
sión por el Cabildo de esta Santa Iglesia Catedral.
Obsérvase, según lo que antes indicamos, que en su
altar se venera una efigie del Santo Precursor, obra tam¬
bién del insigne Montañés.

Capilla de la Dotación de Núñez de Sepúlveda.

Denominábase antes con el nombre de Los Conquista¬


dores: hoy es conocida con el de La Concepción Grande,
ó de San Pablo. Fué primitivamente enterramiento de los
prelados y guerreros que acudieron á la reconquista de Se¬
villa, siendo aquí trasladados desde la Iglesia vieja; y en
el año de 1654 fueron depositados
en la capilla de los Cá¬
lices. En este año indicado murió el insigne D. Gonzalo
Núñez de Sepúlveda, dotador que fué de las solemnes fies¬
tas que se celebran en el día y octava de la Concepción en

la Catedral; por lo que el Cabildo le concedió la capilla


referida para su sepultura. Existía por esta fecha en ella
un altar con Crucifijo: mas la Sra. D.a Mencía de Andrade,

viuda del espléndido dotador, y los albaceas quisieron co¬

rresponder á la distinción que les había hecho el Cabildo


concediéndoles este enterramiento, y para ello obtuvieron
permiso para levantar nuevo altar en la dicha capilla. Ha¬
bíase iniciado ya la época del mal gusto por este tiempo,

y de ello dejaron grandes pruebas en el detestable retablo


y esculturas que le colocaron. La traza y construcción del
Glorias Sevillanas 99

mismo se deben al maestro Francisco de Ribas, así^como


las esculturas á Alonso Martínez, que, con ser discípulo del
gran Montañés, no heredó las buenas dotes del maestro.
Colocóse en el nuevo retablo en el primer cuerpo una esta¬
tua colosal de la Concepción,
cuya obra no parece que la
hubiese hecho artista que había tenido tan buena escuela
donde aprender; tal el abigarramiento en el ropaje y de¬
es
más partes de la escultura, que no merece ni aun compa¬
rarse con las del eximio escultor sevillano: aparece sobre
nubes y ángeles, con la Luna en posición invertida á como
se venía colocando; es decir, como lo preceptúa Pacheco
en su Libro de Pintura. Como dato iconográfico no debe¬
mos omitir la circunstancia de tener dicho retablo en la

parte superior una escultura de medio cuerpo del Eterno


Padre. Para continuar la devoción que en este altar había,
se colocó un Crucifijo de tamaño colosal en su
cuerpo se¬
gundo. Al lado del Evangelio se fijó en el muro una me¬
moria en mármol negro y letras de bronce, cuya inscrip¬
ción es así:

«Á la buena memoria de Gonzalo Nuñez de Sepúlve-


da, caballero del orden de Santiago, y 24. de Sevilla, que
ilustró Capilla dedicándola á la Pura Concepción de
esta

Ntra. Sra., instituyendo solemnísima octava á este Santo


Misterio en la Capilla Mayor de esta Santa Iglesia, Mani¬

fiesto el Santísimo Sacrame?ito en ella, con el adorno de Al¬


tares y grandeza con que se celebra la del Corpus, y fundó

otras dotaciones de capellanías, dotes para Doncellas natu¬

rales de Sevilla y un aniversario, desposeyéndose en vida


de más de 15,000 ducados para esta perpetua memoria: y
D.a Mencía de Andrade, su muger, partícipe de todas ellas,

y Andrés de Arrióla y Isidro Blazquez, sus albaceas, pu¬


sieron esta inscripción para honra y gloria de Dios, su San¬
tísima Madre y ejemplo de los venideros, en el ario de 1664.
100 Glorias Sevillanas

Capilla de San Pedro.

Formando contraste bien notable la


capilla anterior
con

hállase ésta, cuyo retablo


sencillo y elegante, del orden
es
greco-romano. Fórmanlo nueve grandes lienzos de Zurba-
rán, apareciendo en el del centro del cuerpo segundo un
grandioso cuadro de la Concepción, en tamaño mayor del
natural, con las manos en actitud orante: túnica carmín y
ángeles á los pies: á los costados se ven los atributos de la
Inmaculada. La obra es digna de tal maestro.
Sobre este lienzo se ve el que contiene la imagen del
Eterno Padre, según se nota en los altares de Concepción

que vamos describiendo; y cuyo cuadro, que también per¬


tenecía al mismo artista, ha sido sustituido por otro de muy
escaso mérito.

Sala Capitular.

Sisorprende la entrada en esta estancia por su ele¬


gante airosa arquitectura greco-romana, por los soberbios
y
relieves y pinturas que la exornan, queda el ánimo mucho
más sobrecogido y estupefacto al elevar los ojos á la alta

cúpula y descubrir en ella una de las creaciones pictóricas


más sublimes que registra la historia del Arte cristiano.
Está dividida la primera faja de la bóveda de esta sala en
recuadros, ocupados en su parte central por vidrieras y pin¬
turas en tabla, de forma circular, con los bustos de los san¬
tos Justa, Rufina, Fernando, Laureano, Hermenegildo, Isi¬
doro, Pío y Leandro, y en el recuadro del centro corres¬
pondiente á la cabecera del regio salón, admira el espec¬
tador una tabla como de tres metros de largo, que, adap-
Glorias Sevillanas ioi

tándose á la forma elíptica del artesonado, sirvió para que


elpríncipe de la Escuela sevillana hiciera verdadero derro¬
che de los colores, belleza y gloria que esbozaba su pincel.
Esta obra, como todas las buenas obras, no se describe,
sino hay que verla para sentirla; y cuando á más de la fibra
artística acompaña al que la contempla la fibra más deli¬
cada aún del sentimiento religioso verdaderamente cristia¬

no, no hay más remedio, al fijar las pupilas en aquel pro¬


digio artístico, que tan bien retrata la soberana belleza de
María Inmaculada, que caer de hinojos, repetir en lo inte¬
rior de nuestra alma las palabras que el Ángel le dirigiera
al traerle el feliz anuncio., «Ave, gratia plena», y después
bendecir al artista cuya mano la pintó, pues que después
de aquella creación no era posible hacer más. Verdadera¬
mente la Sala Capitular'
de Sevilla está hecha para ser reli¬
cario de tal cuadro.

Aparece rodeado de una vistosa moldura de la época,


en la partealta de la cual hay un tarjetón, en el que se
lee en letras doradas sobre fondo azul la
siguiente em¬
presa: «Inmaculada Concepción desde el primer instante
de su ser.»

Acabó Murillo su ejecución, así como los ocho óvalos


restantes, en el año de 1668, habiendo tenido la suerte de
conservarse como saliera de manos del autor, por no haber
sufrido restauración.
Como encomio sólo citaremos las palabras del erudito
Cean Bermúdez: «En este lienzo el pintor sevillano depuró
todo su saber, su gracia y su buen gusto, así en el color
de las carnes como en la suavidad de las tintas.»

Capilla de los Cálices.

En la sacristía de esta capilla, entre los muchos lienzos


102 Glorias Sevillanas

que allí se conservan, encuéntranse el célebre cuadro de


Francisco Pacheco, con la Concepción, y el retrato de su po¬
pular cantor Miguel del Cid. Mide dos varas de longitud,
por una de latitud, apareciendo en su centro la Virgen, ro¬
deada de ángeles y los atributos de la virginidad, y en su

parte inferior el retrato del poeta, con sus célebres redon¬


dillas, que las ofrece á la Virgen. Este lienzo se pintó para
la puerta del Lagarto, donde estuvo mucho tiempo colo¬

cado, y de cuyo recuerdo nos ocuparemos en otro lugar.


(Véase la lám. 8.a) •
Otra se ve en la misma capilla, que es bastante buena

y tiene mucho parecido en el colorido al del autor antes ci¬


tado. En esta sacristía referida existe otra del estilo de Val-
dés Leal, y una de Escuela sevillana de reducidas dimen¬
siones. En la sacristía de la capilla de Nuestra Señora de
la Antigua se guarda una de Varela, con un retrato á los

pies, midiendo dicho lienzo dos metros por uno. Otra del
estilo y modo de Murillo, con el Padre Eterno, se ve en
la capilla de San José. En la de San Antonio se contienen
dos: la primera de Villavicencio, cuyas dimensiones son de
tres metros de longitud por dos de latitud; y la segunda,

del estilo de Roelas, es una alegoría del Misterio, y mide


tres por dos. La figura de la Virgen aparece con resplan¬

dores dorados, que la circundan, como vestida del Sol: á


sus plantas la Luna; é inmediatos á Nuestra Señora, seis

ángeles con rodelas, que la amparan de las saetas que ases¬


tan contra Ella unos monstruos que se ven en la
parte in¬
ferior del cuadro en ademán de disparar los arcos que em¬

puñan; formando gran contraste el partido de luces de la


parte alta del cuadro con los tintes oscuros y sombríos en
que aparecen envueltas estas figuras diabólicas: á los lados
están dibujados dentro de pequeños círculos los atributos
de la Concepción, el Sol y la Luna, el ciprés, etc. Por cima
de todo aparece hacia un lado la Santísima Trinidad,
y dos
Lám. 8.a

Cuadro de Francisco de Pacheco, de la Catedral.


La Concepción y Miguel Cid.
Glorias Sevillanas 103

ángeles en actitud de colocar á la Virgen una corona im¬


perial, símbolo del privilegio de la inmunidad que gozó al
ser concebida, y como atributo de
Reina Inmaculada.
ser
En la
capilla de la Concepción Grande hay un lienzo
representando la procesión del Patronato. Consérvanse al¬
gunos otros de buena escuela en las dependencias del exce¬
lentísimo Cabildo.
En la parte de la bóveda que cubre los oratorios fron¬
teros de la Sacristía Mayor hay una Concepción, obra de¬
corativa en piedra, pero que es un dato para el siglo XVI,
en
que se hizo esta pieza.
Otra efigie existe en
la Catedral, que se coloca en el
altar de plata dondecelebra su festividad y octava. La
se
escultura es de D. Pedro Duque Cornejo; obra no despre¬
ciable, si bien creemos no es de procesión, por lo que no
debería ser conducida en la del Corpus como se acostum¬
bra: se hizo para
el primitivo altar del Sagrario, que luego
se
quitó por amenazar ruina la bóveda, habiéndose pintado
otro en su lugar al fresco sobre el mismo muro. Es de ta¬

maño natural; y aunque el rostro y manos son buenos, el

ropaje es abultado: le han puesto, al ser restaurada moder¬


namente, ojos de cristal: lleva á los pies querubines alados,
nubes y la Luna.
Al acabar este capítulo, séanos permitido desde este
libro significar nuestra admiración hacia el respetabilísimo
Cabildo de la Santa Iglesia Catedral, que ha sabido con¬
servar
y proteger el Arte cristiano en todas sus múltiples
manifestaciones, de uno en otro siglo, de una en otra edad,
para hacer de la Basílica hispalense uno de los más sun¬
tuosos templos del mundo cristiano, al par que museo riquí¬
simo de nuestras glorias artísticas: que no en vano grabó
en mármol, en la Sala donde celebra sus Capítulos, el sabio

humanista Francisco Pacheco la recordatoria de los deberes


de los ilustres capitulares en elegantes dísticos latinos:
104 Glorias Sevillanas

nAd templa bona Sapientia convocat Artes,


sua

Auguste dóciles ut famulentur Herce.


Serviat auctori terrena scientia Christo:
Cedat et eternis sobria consiliis.»
Así que no es de extrañar que este Senado haya sido
siempre semillero y plantel donde se formaran eminentes
varones en todos los ramos del saber humano: de su seno

salieron centenares de Obispos, altas dignidades de la Co¬


rona, Consejeros de la Real Cámara, Presidentes de renom¬
brados Tribunales y famosos hombres de letras y erudición.
Glorias Sevillanas 105

CAPÍTULO IV

El culto de la Concepción en la Santa y Patriarcal Iglesia Cate¬


dral de Sevilla.—Disposiciones de sus Estatutos y Constitu¬
ciones.—Regla de Coro.—Prescripciones litúrgicas.—Dota¬
ción de la Reina D.a Isabel la Católica.—Del Arcediano de
Niebla D. Gonzalo de Ocampo.—De D. Mateo Vázquez de
Leca, Arcediano de Carmona.—Fundación grandiosa de don
Gonzalo Núñez de Sepúlveda, Veinticuatro de esta Ciudad.
—De D. Francisco de la Puente Veraztegui.—La Cofradía
de Concepción en la Catedral.

Distinguióse siempre el Cabildo de esta Santa Iglesia


Catedral por su amor y
mento de la Eucaristía y
devoción al Santísimo Sacra¬
á la Concepción Inmaculada de
la Virgen, de cuyas dos devociones puede decirse siempre
hizo una, confundiéndolas en un solo afecto y tributándoles
un solo culto. Desde muy antiguo encontramos en sus Es¬
tatutos la predilección especial de que fué objeto; distinción

que continúa en grado progresivo, como se puede demos¬


trar por el aumento y grandeza que vino sufriendo á través
de los tiempos el culto á la Inmaculada.
La solemnidad que la fiesta revestía, litúrgicamente

considerada, la hemos visto ya manifiesta en las tablas del


Santoral de los Misales antes citados; rúbricas que luego
más tarde vemos consignadas en la Regla Vieja de Choro
de esta Santa Iglesia, cuya tabla de fiestas movibles prin-
14
io 6 Glorias Sevillanas

cipia en 1552 y acaba en 1610; y por ella consta que el


rito que se guardaba era de primera dignidad: «Festum
Coceptionis, Inmaculate Virginis Marie, hoc est festum pri¬
ma Dignitatis et ceremonialia fiant ut in festis prime Dig¬
nitatis.» Continúa describiendo prolijamente el orden del
Oficio: «Nota quodfestum Coceptionis habet octava solemne,
et in eis non dicitur de aliquo festum
preter Sánete Lucie,
de qua dicatur suo die.i> Todo el Oficio es propio, y muy
notable por el orden de su distribución.
D. Juan Tamayo Salazar, en su obra Anamnesis sive
commemorationis Sanctorum Hispanorum, tom. VI, fol. 382,
en laexposición del día 8 de Diciembre, dice: «Anno M
CCCLXIX. iam á pluribus annis S. E. Hispalensis in
Hispania, Festum huiusmodi celebrabat, et ut solemnius co-
leretur, hoc a?ino, Statutum condidit de distributione inter
canónicos presentes die huius Festivitatis, ut constat ex Libr.
Constit. Capitul. S. E. Hispal., fol. 35.
Se añadió á las Constituciones un Estatuto sobre las

porcionesque habían de repartirse el día de la fiesta á 8


de Diciembre, y quiénes podían participar de las mismas:
por lo interesante y curioso le reproducimos íntegro:
«Martes ocho dias de Diziembre, era de imcccxljx. años,
el Dean don aparicio Sánchez é el cabildo de la Igreja
de Seuilla, ordenaron i establecieron en razón del pan que
Viene al Alfolí, que se dá en raciones á los compañeros
de qual tiempo se quente, é ordenaron que cotados los dias
del primero dia de Enero á quantos dias llegaren los dine¬
ros
que el Argobispo don Remondo dexó para dar en ra¬
ciones, que dende en adelate quenten el pan sobredicho en
raciones cada dia continuadamente hasta que sea cumplido
de dar todo el pan. Aquí fallece lo que siempre se usó.
Cerca de la manera de ganar la grosa ordenamos ó man¬
damos, que assi grosa de pan, como de marauedis se co¬
ndece á ganar desde primero dia de Enero de cada un año,
Glorias Sevillanas

y q el canónigo prebendado gane al respeto de cinco dias


con sus doblerias, un cahíz de pan terciado,-y los maraue-
diz que le pertenecieren según su prebeda, y á este respeto
gane el Racionero mayor ó menor, y este cahiz ó maraue-
diz gane cada dia si viniere de los dichos cinco días á lo

menos a una hora de las del


quaderno mayor de las missa-
das, y ganare la dicha hora, ó si fiziere recres, assi fuera
del Arzobispado, como en el, e fecha primeramente la per¬
sonal residencia año y dia según arriba fué determinada, ó
si estuuiere en patitur, ó en verdadero seruicio de la igreja.
E este orden se ha de tener todos los meses é dias que
durare la repartición de la dicha grossa repartiendo suce¬
sivamente de cinco en cinco dias cada mes hasta que se
acabe de ganar la dichaPero declaramos conforma-
grosa.
donos con el derecho qu el
que stouiere en sentecia, con-
uiene á saber, declarado por excomulgado del dia que fuere
denudado por excomulgado en adelante, ni gane grosa, ni
otra hora, ni co.sa alguna en esta santa eglesia, agora este

presente, agora ausente della.»—Del lib. de Cabildo, fol. 58.


Otro apéndice tiene el antes referido Estatuto de 1518,
sobre: «Como y quando se ganan las gallinas»:
«Nos el Dean é Cabildo de la santa Iglesia de Seuilla
estando ayuntados en nuestro cabildo según que lo auemos
de uso é costumbre, siendo llamados de ante dia por nues¬
tro pertigueropara lo infrascripto. Por cuanto el Estatuto
de las gallinas que ganan los Beneficiados desta Santa
Eglesia, según la calidad de sus prebendas, esta confuso y
con muchas enmiendas é adiciones,
queriendo reformar y
declarar, ordenamos é mandamos, que de aquí adelante
todos los Beneficiados que ouieren fecho residencia de año

y dia según los estatutos desta S. Iglesia é residieren per¬


sonalmente, ó por patitur, ó vero seruicio, ó por recres
fuera ó dentro del Arzobispado, ó se absentaren: por la

pestilencia, ó en romería con licencia del Cabildo cielo é


io8 Glorias Sevillanas

ochenta y quatro dias, que es la del año, y


mayor parte
comiegan dende primero dia de Enero en adelante, fasta el
dia de la Cocepcion de nuestra Señora inclusive, é esto-
vieren presentes, é interesentes personalmente á la proce¬
sión del dicho dia de nuestra Señora de la Concepción, ex¬
cepto si estouiere en patitur, ó vero seruicio, ganen toda
la parte de las gallinas que cupiere á su prebenda.
»Item. si no estoviere á la dicha
procesión presente,
como dicho es, que no ganen salvo la mitad de las dichas
gallinas, auiendo residido los dichos ciento y ochenta y
quatro dias, é sino ouiere residido los dichos ciento y ochen¬
ta y quatro dias, aunque esté á la dicha procession que no

gane gallina alguna: E si ouiere fecho residencia de año


no
y dia, ó la quebrare, que alguna de las galli¬
no gane cosa
nas, saluo si ouiere residido los dichos clxxxillj, dias con¬
tinuos ó por patitur ó por vero seruicio ó recres detro del
dicho Argobispado, é porque esto se guarde é cupla lo
mandamos firmar á dos canónigos y ponerlo entre los otros
estatutos desta Santa Iglesia, que fué fecho é otorgado en
XX dias del mes de Diciembre año de. imdxviij.»—Del
lib. de Quentas, fol. 46.
De fecha anterior aparece en el Libro Blanco, fol. 76,
otro Estatuto ó auto sobre la misma materia, el cual co¬

piamos:
«En nueve dias del mes de Diziembre del año de. im
ccccxl. en el Cabildo del corral de los Olmos los dichos
señores Dean é Cabildo, capitulariter congregati, ordenaron
y mandaron q todas las gallinas que han de si heredades
que de aquí adelante en cada un año se gane por pitanga,
é que esta pitanga se gane á la procession de la missa de
sancta Maria de laConcepción con la missa, é que esta
pitanga de las dichas gallinas ganen los Beneficiados pre¬
sentes é interesentes, é los que estuuieren en verdadero

patitur y en seruicio.
Glorias Sevillanas 109

»Otro si cerca del ganar


de las gallinas, ordenamos é
mandamos, que qualquier Beneficiado en esta Santa Iglesia,
assi Dignidad, como Canónigo, ó Racionero mayor ó me¬
nor que ouiere continuado el seruicio desta santa
Iglesia
personalmente ó por recres en el Argobispado ó fuera seys
messes y un dia ante del dia de la
Concepción de nuestra
Señora, ganen la mitad de las gallinas de aquel año que
caben á su beneficio, ó si el tal Beneficiado q residió seys
meses
y un dia se hallare el dia de la Concepción de nuesa
señora á la procession y toda la missa y sermón, gane

todas las gallinas que cupieren á su prebenda ó beneficio


de aquel año, y esto se entienda del Beneficiado que ha
seruido seis meses é un dia, é non del otro si ouo nueua-
mente y tiene con el primero, y desta ley goze el Benefi¬
ciado que estouiere el tal dia de la Concepción en vero pa-
titur, ó en vero seruicio del Cabildo, ó en romeria con licen¬
cia del Cabildo, o el que fuera llamado por el señor Argo-

bispo, ó por Rey, o principe auiendo constado al Cabildo el


tal llamamiento no ser fingido, ó con juramento del dicho
Beneficiado, que el tal llamamiento no es cauteloso, y tam¬
bién goze si estouiere absenté por pestilencias y endo ó es¬
tando con licencia del Cabildo, ca por estos casos ser licitos

y honestos queremos que los Beneficiados ganen todas las


gallinas que á sus prebendas pertenecen, y queremos q el
tiepo de la tal absencia se quente en la residencia de los
seys meses y un dia, q como dicho es han de residir para
assí ganar las gallinas. Item queremos que ningún Benefi¬
ciado pueda auer mas gallinas de las que como dicho es,
le pertenecieren, saluo si el Cabildo capitularmente por al¬

guna razón le quisiere gratificar, como puede hazer á otras


personas que lo ayan merecido. Otrosí si acaeciere que al¬
gún beneficiado ouiere seruido como dicho es, seys meses
y un dia en esta santa Iglesia ante del dia de la Concepción
de nuestra Señora en un beneficio: é dexando aquel ouiere
I 10 Glorias Sevillanas

otro de aquella calidad, ó ante del dia de la Concepción de


nuestra Señora, y estouiere á la processio, y toda la missa
y sermón, queremos que gane todas las gallinas, como di¬
cho es, no obstante la tal mudanza de Beneficios, pues el
seruicio y renta es una, é si algún Beneficiado ouiere ser-
uido la mayor parte del dicho tiempo de los seys meses
e un dia en un beneficio, é después ouiere otro mayor,
y cumpliere siruiedo el dicho tiempo ante del dia de la
Concepcio de nuestra Señora en la manera susodicha, aya
la mitad de las gallinas q competía al Beneficio primero

que dexó, y la otra mitad que compitiere al beneficio ma¬


yor en qu se halló el dicho dia de la Concepción, y todo lo
dicho en este articulo de las mudangas se entiende si entre
el beneficio q tomo y el qu. dexo, no ouo intérnalo de
tiempo, de guisa que estouiesse algún dia que no fuesse be¬
neficiado en esta S. Iglesia: y cerca del tiempo en q se han
de pagar las gallinas, ordenamos é madamos q se paguen
á los Beneficiados la mitad antes de Nauidad, y la otra
mitad antes de Carnestollenda, de suerte que el primero
dia de quaresma sea todas pagadas.»
En la misma Regla vieja de Coro, al fol. 30, se lee:
«Las fiestas que han de celebrar los reuerendos señores
dignidades desta santa Iglesia las siguientes:»
son
»Item Ordenamos é mandamos que las Dignidades de
la Iglesia celebren ó sean obligados á celebrar al Altar ma¬

yor las fiestas é dias siguientes cada uno según su orden


sucesivamente coviene á saber.»
Menciona entre ellas «El dia de la Concepción de nues¬
tra Señora.»
Del mismo documento consta, al cap. XII, la dotación
que D.a Isabel la Católica hizo para las Vísperas y Misa
solemne con procesión que se celebra el día octavo de la

Concepción de Nuestra Señora desde el año de 1478, cum¬


pliéndose así aquella cláusula: «Que esta Fiesta se haga el
Glorias Sevillanas i 11

dia 8 del Ochavado de la Concepción»; así como en el año


de 1384 dotó Alonso López, Canónigo, un aniversario so¬
lemne el día de la Concepción de Santa María, ante el es¬
cribano Alonso González.
Por Diciembre de 1
504 se citó á cabildo á los señores
Capitulares, á fin de acordar la formaen que había de ce¬
lebrarse la octava de Nuestra Señora de la Concepción (1),

que ya desde siglos atrás venía verificándose, y para el


mejor arreglo del asunto se comisionó á un dignidad y dos
canónigos, que entendieran en él y dispusieran lo que ha¬
bía de hacerse, recomendándoles dieran toda la solemnidad

posible á las fiestas: aumentóse la dotación de esta fiesta


en 1519, desde cuya época puede decirse se igualó en la

Catedral hispalense esta festividad con la del Santíssimo

Corpus Christi, lo que así mismo se trató y confirmó de


nuevo en capítulo celebrado en 1578, como consta de un

auto así acordado.


De época remotísima tenía establecido el Capítulo de
esta Santa Iglesia la celebración de doce Misas anuales,
una cada mes, las que son conocidas con el nombre de
Misas de Cofradías, por celebrarlas la que existe entre am¬
bos Cabildos, como después veremos, en honor y voto de
tan soberano Misterio. También en el siglo XV el Pontí¬
ficeAlejandro VI, que había sido antes designado para ocu¬
par la Silla de este Arzobispado, concedió un Jubileo é In¬
dulgencias á los fieles que asistiesen á la procesión general
(1) «Este dia llamados de antedía para en lo que se faxia
entender
en el octavario de Nra Sra de Concepción, asi
la gran devoción de su
por
Santísima Concepción como por la mucha necesidad de las aguas que al

presente habian venido: después de muchas platicas determinóse que el


dicho Octavario se faga solemne é deputaron á los Señores Arcediano de
Reina y Pedro Yebenes é Alonso Ayoxa, Canónigo, é Francisco de Ca¬
brera Compañero, que lo ordenen como les pareciese que se debe facer,
pero suponiendo que ha de ser solemne.»—Acta capitular de 13 de Di¬
ciembre de 1504.
112 Glorias Sevillanas

que en dicho día se verifica, como se ve por la Bula de 9


de Octubre de 1508, dada en Roma por el referido Papa.
Por todo esto se nota cuán antigua es la devoción del exce¬
lentísimo Cabildo á tan inefable Misterio; cuyo origen es
tan remoto, que precedióantelación á las dispu¬
con gran
tas que tuvieron lugar entre las Escuelas Teológicas en pro

y contra de la creencia. Téngase además presente como


prueba de esta afirmación, por si lo dicho no fuera sufi¬
ciente á demostrarlo, que en Bula dada nada menos que
en 1258 por el Papa Alejandro IV, en Agnania, á 7 de
Mayo, y dirigida á nuestro Prelado D. Remondo ó D. Ra¬
món de Lozana y á todos sus sucesores en la dignidad epis¬

copal, al designar los días en que debían usar «pallio», se¬


ñala cuatro fiestas de Nuestra Señora, á más de la Purifi¬
cación; y no señalándose en las Concesiones de aquel tiem¬
po, como son, por ejemplo, las de Toledo, ni indicándose
en el
cap. XVI, lib. I, núm. IV del Ceremonial de Obispos
más que cuatro fiestas de Nuestra Señora, inclusa la de la
Purificación, por no existir hasta entonces otras estableci¬
das por la Iglesia, es evidente, dice D. Alejandro de Gál-
vez
(1), la aumentada por Alejandro IV en su Bula á
que
la Iglesia de Sevilla es la de la Concepción, en cuyo día ha
sido siempre costumbre usen sus prelados el palio.
Era tanto el amor del Cabildo de la Catedral hispalense
á laVirgen Nuestra Señora, que existe auto capitular, de
1510, sobre «Que se guarde lo antiguo en cuanto á des-
cendir en el Coro á la Gloria de nuestra Señora y antífonas
de Vísperas siempre que se solemnizare»: vemos, pues, que
desde época remotísima se observaba, por devoción muy

(X) Dictamen de la Diputación de Ceremonias, de la S. I. Catedral


de Sevilla, sobre la pretensión de la de Santiago, para que se suspendiese la
publicación del Breve de S. S. en que declara Patrona de España y sus In¬
dias á la Concepción, por el Sr. D. Alejandro de Gálvez.—M. S. de dos
hojas en 4.0 (Bib. Cap.)
Glorias Sevillanas

particular, el cantar las horas canónicas en las fiestas de la


Virgen, estando todos los asistentes á coro de pie; prueba
indefectible de la excelencia del culto que aquí se tributó

siempre á Nuestra Señora. Así mismo, desde tiempo inme¬


morial se observa la laudabilísima costumbre de cantarse
en el coro
por los colegiales, antes de empezar las horas,
una oración en alabanza de la Santísima Trinidad, del Au¬

gusto Sacramento de la Eucaristía y de la Concepción de


Nuestra Señora: «Beatissime
Virginis Marie sine peccato
originali in primo instanti conceptos, sit sempiterne gloria»,
repiten todos los días por mañana y tarde, con sus infan¬
tiles voces, entonando en pausada y antigua salmodia.
Esta oración preparatoria á las horas mayores de coro
es tan antiguo el cantarla en esta Iglesia, como lo es ella

misma, y la letra es como sigue (i):


« Sanetissime Trinitati, et individúes unitati, et Domini
nostri Jesu Christi, humanitati, et augustissimes Eucharis-
tics majestad, et Beatissimcs Virginis Marics sine peccato

originali in primo instanti conceptee fecunditati sit sempi¬


terna gloria per infinita seeculorum scecula. Amen.

»Benedictum sit dulce nomen Domini Nostri Jesu Chris¬


ti, et gloriosissimes Virginis Marics Matris ejus .nunc, et in
perpetuum, et ultra: nos cum prole pia benedicat Virgo Ma-
ria. Amena>
Se encuentra impreso ya el Sanctissimes en Alcalá de
Henares en 1532 en el Arte de Canto llano compuesto por
Juan Martínez, Maestro de los mozos de Coro de la Santa
Iglesia de Sevilla, citado en el capítulo anterior.
En el libro antes citado, cuyo título es Compendio de
las obligaciones que deben cumplir los Ministriles y Capilla

(1) Aunque de pública voz se dice data su origen del tiempo del
V. Contreras,por haber estado este santo varón al frente del Colegio de
los mozos de coro, es raro que así no lo consignase en su Vida su infa¬

tigable biógrafo el P. Aranda, que tantas noticias allegó para su obra.


15
114 Glorias Sevillanas

de Música de la Catedral de Sevilla, publicado en el año


de 1620, se lee:
«Fiesta de la Immaculada Concepción. Primera clase (1)
primeras Visperas, y Maytines, en los quales han de tañer
los Ministriles solos, después del segundo, tercero, quarto
y quinto Villancico, siempre por los términos, y tonos que
los cantare la música; canta la música el Te Deum, el Be-
nedictus á fabordon por el octavo tono, y el Deo gratias,
de Música. En la Procession comienza el canto llano las
Antífonas de Laudes, desde la puerta del Choro, hasta la
primera nave, y en acabando tañen los ministriles; después
canta la Música un quatro y los ministriles van alternando

á versos del mismo tono con la Música hasta llegar la pro¬


cession á la Capilla Real en donde se canta el «Conceptio
tua Immaculata» (2), y una oración; después tañen los Minis¬
triles la tonada: «Todo el mundo en general», y prosigue
la procession y la Música cantando el Villancico alternando
á cada copla los Ministriles hasta llegar al Choro, en donde
se recibe la Procession. Sírvese la Misa y acabado el Choro
por la mañana, vá el Cabildo al altar Mayor
y se canta la
Letanía de Nuestra Señora á dos choros y el «Tamtum

ergo», de Capilla. Segundas Visperas.» __

(1) El Cardenal D. Gaspar de Borja mandó por edicto que se cele¬


brase con rito de primera clase esta fiesta de la Concepción, no obstante
disponer la Santidad de Urbano VIII se guardase en toda España de se¬
gunda clase.
Las Sinodales de este Arzobispado disponen al tratar la materia, en
el cap. I De Feriis, que sea de primera.
(2) Cántase en la actualidad por los seises, como aquí se dispone,
con
acompañamiento de orquesta, con la particularidad de ser la música la
misma de aquella época; pues su composición pertenece al siglo XVII, y

se
atribuye al famoso maestro de música religiosa, el presbítero D. Matías
Romero, conocido vulgarmente por el Maestro Capitán. Estuvo encargado
de la dirección de la Real Capilla, y aleccionó en tan divino arte al Rey
D. Felipe IV.
Glorias Sevillanas .
115

En las Ordenanzas de la Torre,


dispuestas á principios
del siglo XVII, se dispone en su correspondiente lugar lo
que sigue: «A 8 de Diziembre la Purísima Concepción. De
Ia clase tañese desde la víspera a medio dia tres repiques

y á todas las horas con tres paradas un Repique á cada


uno sino es á Laudes que se tañe uno, pero á Maitines á

media noche, y á segundas vísperas se tañe de i.a clase


sin repique. A la procession se tañe toda á repique. El qual
repique para todas las horas está dotado. Los Maitines son
solemnes á la Oración, y después de los tres repiques se
tañe con la esquila Santa Lucia y el golpe es á Santiago.

El tañido de y de las Animas no se hace sino des¬


sermón

pués de Laudes (aunque sea muy tarde.) Al alba se tañe


de cruces: á prima de 7 á 8 procesión y sermón: sesta al

algar y campana á la tarde de toda esta octava. Este dia


se suele salir tarde y se suele pedir hora para la tarde.

Esta Fiesta tiene Octava.»


En la Regla de Coro impresa en 1760 se dispone lo
anteriormente citado, pues dice: «Todos ocho dias de la
Octava, ay fiesta á la campana, con Música. Toda esta Oc¬
tava se sirve por mañana y tarde como si fuera aparato de

segunda clase y después de Completas se recibe al Cabildo


con Ministriles en el Altar Mayor, que haze Estación al
Santissimo en donde canta la Música el «Tantum ergo» y

La composición aludida en esta nota es bellísima, pues á más de po¬


seer toda la originalidad propia de la época á que pertenece, es de un
sabor religioso tal, tiene una dulzura tan encantadora, y posee el senti¬
miento que debe dominar siempre en las creaciones religiosas en tal grado,
que puede afirmarse es modelo acabadísimo en su género, pues es de lo más
puro y clásico que se ha compuesto en música religiosa.
A este mismo profesor se debe la música de las Letanías de la
Virgen
que durante su octava se han venido cantando hasta nuestros dias en esta
Catedral, siendo dicha pieza musical de igual corte que la anterior por su
armonía y expresión. Lástima es que estas joyas del arte se releguen al
olvido y no se sigan ejecutando.
Glorias Sevillanas

se dize una Oración. Ay Sermones toda la Octava Todos


los dias, después de Laudes, se encierra el Santissimo con
Alabado á coro y música.»
Alentados por este espíritu de amor á la Inmaculada,
é inspirándose en los sentimientos más tiernos y devotos
por levantar más y más su culto y ceremonial, vemos á
principios del siglo XVII á un egregio y venerable capi¬
tular, el limo. Sr. D. Gonzalo de Ocampo, Arcediano de
Niebla, después Obispo de Guadix y más tarde Arzobispo
de Lima, dotar en 4 de Diciembre de 1615 con 8.350 ma¬
ravedises los Maitines pluviales de la Concepción, como
prueba de su gran entusiasmo y veneración por el Misterio.
Algunos años después, en 1634, el celebérrimo y po¬
pular propagador de la pía creencia, el Arcediano de Car-
mona Dignidad de esta Santa Iglesia, D. Mateo Vázquez

de Leca, dotó la Kalenda de Nuestra Señora en su fiesta


del 8 de Diciembre con 4.000 maravedises, así como más
adelante, en 1637, hizo fundación para que siempre
una
que se cantase en la Catedral el «Alabado», se acompañase
por la música, en honor y reverencia de la Eucaristía y de
la Concepción.
Mas había de llegar el año de 1656, en que las fiestas

y culto de este Misterio tenían de alcanzar en Sevilla un


esplendor y pompa inusitados con la espléndida dotación
debida á la piedad y munificencia de un ilustre procer, ave¬
cindado en esta Ciudad, pero connaturalizado con ella en
su devoción más ferviente y
arraigada. Transcribiremos ín¬
tegro cuanto dice referente al asunto nuestro analista Ortiz
de Zúñiga, al tom. V, pág. 109, de sus Anales:
«Continuábanse las solemnidades de la Inmaculada Con¬

cepción, quando este año se vió otra admirable muestra de


la piedad Sevillana. Vivia opreso de enfermedad de gota y
otras dolencias en continua cama Gonzalo Nuñez de Sepúl-
veda, natural de las Islas Terceras, de origen Portugués,
Glorias Sevillanas 117

de la Orden de Santiago, y Veintiquatro de esta Ciudad,


casado con Doña Mencia de Andrade, de igual lustre, sin
hijosy con opulencia grande de bienes de fortuna, á que
deseaba algún digno logro de Christiano: deseó tomar la
fundación y patronato de algún Covento principal: no tuvo
efecto la plática en algunos, porque lo reservaba Dios

para obra mas pausible, como fué dotar en la Santa Iglesia


Catedral un solemnísimo octavario para la fiesta de la Con¬
cepción: á esto lo alentáron los Licenciados Antonio Perez,
y Duran de Torres, Letrados de la primera estima, con
quienes comunicaba sus disposiciones: ó ya en él naciese
el deseo, ó ya alguno de ellos con feliz genio se lo propu¬
siese: de la conferencia entre los tres procedió proponerlo al
Dean y Cabildo, oyéron con alegría, y admitiéron con
que
estimación igual; breve se ajustó una de las mas in¬
y en
signes dotaciones particulares que tiene España, que desde
luego comenzase á correr; porque la liberalidad de Gon¬
zalo Nuñez, á que concurrió su muger, no para después de
sus vidas, sino en ellas, é inmediato quisiéron el efecto po¬

niendo de contado cien mil ducados, que con juros y otros

empleos, llegó todo á ciento y cincuenta mil, siendo lo


acordado, que la fiesta y octava se celebrase con toda la
grandeza y solemnidad que la del Corpus haciéndose riquí¬
simos ornamentos propios de azul y blanco, colores del

misterio; que se dedicase á él capilla propia; que se ador¬


nase suntuosamente; que fuese sepultura á los dos piadosos

dotadores, con Capellanías y otras memorias, y con dotes


para casar doncellas, que hubiesen de acompañar con ves¬
tidos blancos y mantos azules la procesión del dia: todo en
el gobierno, patronazgo y administración del Dean y Ca¬
bildo, á cuyo cargo quedó el imponer en renta cierta el
caudal efectivo á que sereduxo, y á que brevemente con¬
currió lapiadosa Magestad de Filipo IV, concediendo per¬
petua reserva de medias anatas á la porción de juros que
118 Glorias Sevillanas

intervino. Y en este mismo año dió


principio á la solem¬
se

nidad con increíble gozo de la Ciudad toda,


que se hacia
lenguas en alabanzas del christiano y generoso caballero,
que no obstante su dolencia continua, llevado en silla de
manos, se halló en ella este año: prosiguiendo en la dispo¬
sición de lo que no pudo tener tan pronta execucion, que
en su muerte,
que fué á 24 de Noviembre del siguiente de
1655 quedó á cargo de su muger (que vive este año de
1675), y de Andrés de Arrióla, é Isidoro Velazquez sus
albaceas.»

Otorgóse la escritura de la dotación ante el escribano


de esta Ciudad Juan Rodríguez de Loissa en 5 de Febrero
del año antes indicado, teniendo de renta, sólo las fiestas
de la Concepción y de su octava, 140.088 maravedises, que
se distribuían en «35 arrobas de cera: de olor:
5 pomos
músicos: manuales de sermones: al contador y
veedor de
fabrica: al mayordomo de Fabrica por correr la cortina: á
los Pertigueros: á los peones por los repiques: á los por¬
teros por la ronda: á los organistas: á los niños cantores: á

los apuntadores: á los sacristanes y á los veinteneros y ca¬


pellanes». La renta de las capellanías ascendía á 96.085
maravedises y las dotes para doncellas 14.934 maravedises.
En el año de 1760 fueron dotados así mismo los Mai¬
tines pluviales en las ocho tardes del octavario por el capi¬
tular de esta Santa Iglesia Catedral D. Francisco de la
Puente Veraztegui con 26.640 maravedises.
Ya podrá comprenderse con estos datos que acabamos
de exponer el grado de esplendor y lucimiento que alcan¬
zarían las fiestas de Nuestra Señora en su fiesta del 8 de
Diciembre.
El erudito
jesuíta el P. Gabriel de Aranda, en su libro
Vida del V. P. Contreras, publicado á fines del siglo XVII,
refiriéndose al culto que se tributaba á la Concepción en
nuestra Basílica, dice lo siguiente:
Glorias Sevillanas 119

«Pero llegando ya á estos dichosos tiempos de nuestro


siglo: qué palabras ay para referir la pompa y mages-
con
tad que vemos celebrarse en este Gran Templo de Sevilla
esta Festividad, que parece no cabe mas en lo humano?
Pues, demás de ser asistida de ambos Cabildos con Proce-
ssion de capas por las vltimas naves de la Iglesia, con las
Cruzes de todas las Parroquias, en que se haze Estación á
la Imagen de Maria Santissima en su Capilla de los Reyes,
con Música de Villancicos, dancas, Repiques solemnes de

todas las Campanas, Luminarias y fuego en toda la Ciudad,


con el demás genero de festejos y alegría que aquel dia
infunde la Virgen en los corazones Sevillanos, con Missa
de primera Dignidad q celebra siepre el Dean, ó de Pontifi¬
cal el Prelado, y Sermón de los Predicadores de mas nom¬

bre; aora desde el año de 1654. acá, la logramos tan cele¬


bre y aun mas que la del Corpus, por averia dotado perpe¬
tuamente en la S. Iglesia vn gran devoto desta Señora.»

No es de extrañar, después de leer esto, que por aque¬


llostiempos, los oradores sagrados desde el pulpito y los
escritores desde sus libros, prodigasen á porfía é incesan¬
temente frases encomiásticas á este limo. Deán y Cabildo,
llamándolos «amantes y protectores de la Inmaculada Ma¬
dre de Dios» (1).
Y si bien este culto ha sufrido mucho al verse despo¬
jada la Iglesia de sus rentas de los medios con que con¬
y
taba para su sostenimiento, no ha cejado el excelentísimo
é limo. Cabildo en el empeño de elevarlo y distinguirlo
más y más, como podrá verse por las solemnes fiestas que
se hicieron en la época de la Declaración Dogmática y en

las del XXV aniversario, que en su lugar relataremos. Mo¬


dernamente se ha conseguido de la Santa Sede, después
(1) Discurso por la solemnísima fiesta de la Concepción, etc., por
Fr. Silvestre Saavedra.—Sevilla, 1643.—Véase su descripción en la parte
bibliográfica de este libro.
120 Glorias Sevillanas

de repetidas súplicas, que esta octava sea privilegiada como


las de Corpus y Pentecostés, y que la Misa de la Cofradía
de la Concepción, que antes se celebraba en día incierto,
se fije para en adelante al 8 de cada mes, siempre que lo

permitan las Rúbricas. Algunas otras noticias pertinentes


á la grandiosidad de estas solemnidades podríamos dar en
este lugar; mas como han de entrar de lleno en la relación

de fiestas particulares de esta Catedral, las reservamos para


dicho capítulo, como sitio más á propósito y oportuno.
Mas la historia del Cabildo hispalense registra otro he¬
cho importantísimo para nuestro estudio, y de gran tras¬
cendencia para su pasado, pues él solo abona tanto en pro
de aquellos célebres é ilustres capitulares, que á no contar
en sus Anales, aún por escribir, otros muy gloriosos, sería

éste más que suficiente para acreditarle y hacer imperece¬


dero su nombre: bastaríale al Excmo. Capítulo hispalense,
como demostración de su gran fe y amor vehementísimo,
nunca desmentido, á la Inmaculada Concepción, la honra
sin igual de haber sido miembro suyo el principal sos¬
un
tenedor y agente para promover la tan deseada Declara¬
ción Dogmática ante la Silla del Pontífice Romano, como
en otro lugar veremos.

Forma parte integrante del culto á este Misterio en la


Catedral, el tributado por una corporación religiosa de gran
antigüedad, existente ella y muy notable por su origen.
en
La hermandad de Concepción que se conoce más anti¬
gua en esta Ciudad, es sin duda alguna la denominada Co¬
fradía de los dos Cabildos, llamada así por estar formada

por ambos Senados Civil y Eclesiástico, á más de un sin¬


número de ciudadanos que le estaban unidos, especialmente
de la nobleza sevillana: mas determinar con certeza cuál

sea el punto de partida ú origen de tan respetable institu¬


ción, es cosa imposible. Todas las memorias, papeles é his-
Glorias Sevillanas 121

torias que se han ocupado de ella, no han dicho más sino


que su origen es remotísimo, y que se pierde en la oscu¬
ridad de los siglos. El infatigable jesuíta, el P. Gabriel de
Aranda, dice en su interesante libro Vida del V. P. Fer¬
nando de Contreras: «Restaurada Sevilla del yugo de los
Mahometanos por el invencible Rey San Fernando, su con¬

quistador, ordenando primero Argobispo Don Remondo,


su
con su Cabildo, la forma, número, distribucióny toda la
fundación de su Santa Iglesia; no ay duda que gozó en ella
su debida dignidad la Fiesta de la Concepción:
en cuyo
tiempo debió ser grande el fervor que los fieles tenían á
este Misterio; porque, según tradición constante, en la Ca¬

tedral tuvo entonces principio una célebre Cofradía, dedi¬


cada á la Concepción, cuyos principales Cofrades, demás
de toda la nobleza de Sevilla, eran los dos Cabildos, Ecle¬
siástico y Secular, que juntos asistian á las Fiestas que á
la Concepción de N. Señora se multiplicaban en la Metro¬

politana. Donde habiendo descaecido con el transcurso de


los tiempos lo formal desta Cofradía, vemos hoy, de tiem¬

po inmemorial acá, aver quedado esta memoria en cele¬


brarse cada año en el Altar Mayor de la Santa Iglesia 12
Misas solemnes, una cada mes, con tañido en la Torre,
música, capas y demás acompañamiento de Ministros, en
honra de la Concepción de la Virgen, que en los libros y
Protocolos más antiguos se hallan escritas con el título pri¬
mitivo de Misas de Cofradía; las quales (advierte el libro
de Aniversarios) que no están dotadas: excelencia la mayor
de esta devoción; pues tantos siglos la ha continuado el
Cabildo de la Santa Iglesia, sin aver tenido otros fines para
su perpetuidadque su antigua reverencia y obsequio inme¬
morial á este Sagrado Misterio.»
Esta narración constituye en breve compendio la his¬
toria de la Cofradía de Concepción en cuanto á su origen,

esplendor y decaimiento, y á esto se reduce lo que han


16
122 Glorias Sevillanas

dicho cuantos de la misma han tratado. Los documentos


más remotos hacen referencia á esta Corporación son
que
los Misales antes citados del siglo XV y el Libro de Proce¬
siones y Aniversarios; no conocemos ningún otro antece¬
dente: pero uniendo la antigüedad de estos Misales y lo

que dice la tradición con lo que arroja alguna historia de


aquel tiempo, no nos parece infundada la opinión que atri¬
buye tan remota procedencia á la Cofradía, no debiendo
olvidarse que ya en 1473 aparece una dotación en la ca¬

pilla de Santiago el Mayor, hecha por D. Gonzalo Sánchez


de Córdoba, Arcediano de Jerez, para que se le rezase un
responso «después de concluida la Misa de Cofradía» que
se celebraba en la capilla mayor.

En el Catálogo de los Obispos de Jaén por D. Martín


Ximénez, á la pág. 212, leemos (1):
«En este Año de 1250. para gloria, y honra del todo

poderoso Dios Padre, Hijo, y Espíritu Santo, fundó el Re¬


ligioso Convento del orden de la Santissima Trinidad en la
Ciudad de Vveda el Santo Rey Don Fernando en vna Per¬
mita del Título de San Sebastian extramuros, siendo el

primer Prelado, Ministro Fundador el muy venerable Pa¬


y
dre el Doctor Don Fray Agustín de Castro, Obispo que
fue después de Pamplona: el qual después por la incomo¬
didad, y poca capacidad del sitio lo traslado al que oy tiene.
Y como consta de los Privilegios que en su Archivo se

guardan, vno dellos es, que el Ministro del fuesse vno de

(1) Catalogo | de los Obispos de las | Iglesias Catedrales de | la


Diócesi de Jaén | I. | Armales Eclesiásticos | deste Obispado | Al Emin™o
y Revmo Señor | Don Balthasar de Moscoso y Sandoval, j Presbítero Carde¬
nal de la Santa Iglesia de | Roma del Titulo de Santa Cruz en Hie | ru-
salen Arcobispo de Toledo, Primado | de las Españas, Chanciller Mayor
de | Castilla, del Consejo de
Estado | de su Magestad, &c. | Por | Don
Martin de Ximenez | Jurado Presbítero, Racionero de la Santa | Iglesia de

Toledo, Secretario de | su Eminencia.


Glorias Sevillanas 123

los Regidores del Ayuntamiento de la Ciudad, con voto en


ella. La Fecha del qual es del mismo Año. Y esta parece
fue la causa porque en la Iglesia deste Convento en vn

quarton, que sustenta á el Coro, en frente de la puerta ma¬


yor se ve la Cruz, insignia desta Sagrada Religión, y á su
lado derecho las Armas del Santo Rey Don Fernando, y
al siniestro las desta Ciudad, aunque con la antigüedad

muy desvanecidos los colores. Erigióse por el mismo tiem¬


po en este Convento la Cofradía de San Sebastian: y como
parece de la Escritura original otorgada por los Cofrades
á los Religiosos en el siguiente Año de 1258. cerca de su
fundación, la que se guarda escrita en pergamino en el Ar¬
chivo, y arca de depósitos del mismo Convento, ya por
este tiempo era Ministro del el Doctor Fray Antonio Ruiz

de Camargo, Capella de su Magestad, que assistió á esta


Escritura juntamente con los demás Religiosos Conven¬
tuales. »
De la lectura de este
párrafo se deducen dos cosas que
dan bastante luz en el asunto: una, el precedente y tenden¬
cia que tenemos por parte del Santo Rey á que el Cabildo
Secular, en representación del pueblo, estuviese siempre
unido al elemento religioso en las hermandades y cofradías

por él instituidas; y la otra, la fundación por el mismo de


una cofradía, con el nombre de San Sebastián, en el referido
convento.
Si á esto se añade el haberse la misma época
erigido por
en esta Iglesia una capilla á la Concepción,
para venerar
dotándola el Santo Rey con cierto número de Misas du¬
rante el año, de cuya obligación se hizo cargo la Ciudad,

creemos no será muy difícil demostrar el origen de la Co¬

fradía de la Concepción en la ciudad de Sevilla.


«Ay también, prosigue relatando el libro antes citado,
en la Iglesia de este Covento vna antigüedad muy vene¬

rable, y de grande consideración, la qual es una Capilla,


124 Glorias Sevillanas

cuya Imagen, y Titulo es de la Inmaculada Concepción de


Nuestra Señora, que el Santo Rey Don Fernando dexó en
el, con una dotación de vna Missa Cantada todo los Miér¬
coles de el Año, la qual Fiesta al presente se dize por esta
Ciudad de Vbeda.»
Grande analogía parécenos descubrir entre la Cofradía
de San Sebastián y la dotación de Misas hecha á la Virgen
en la ciudad de Ubeda, y la nuestra erigida honor de
en
este Misterio, reconociendo también el patronato de San
Sebastián, y, como aquélla, con el fin de celebrar cierto
número de Misas dentro del año: es tal la semejanza que
entre una y otra se encuentra, que juzgamos proceden de
un mismo fundador. En los Misales del siglo XVI aparece
al fin la llamada Misa de Cofradía, en la que se registran
tres oraciones: la primera de la Virgen, la segunda de San

Sebastián, y la tercera por los fines de la Hermandad. En


vista de estos antecedentes, y de acuerdo con el espíritu y
tradición de los siglos, que siempre fué constante en atri¬
buir á Fernando III de Castilla la erección de la Cofradía
de la Concepción Ciudad, y teniendo en cuenta
en nuestra
que casi á raíz de la reconquista arroja ya el Misal hispa¬
lense datos para suponer la devoción y culto á este Miste¬
rio, creemos muy aceptable la opinión sostenida de siglos
atrás.
Idéntica es la fundación de Ubeda con la de Sevilla:
ambas tienen por objeto rendir culto á la Concepción cele¬
brando en su honor un número determinado de Misas den¬
trodel año; ambas invocan el patrocinio del mártir San
Sebastián (i), y ambas están formadas por los elementos

(x) Debe tenerse presente la gran devoción que se profesaba en nues¬


tra patria porla época de la reconquista á este Santo Mártir, quizás debido
á reconocerlo por protector y amparador de los ejércitos cristianos contra
la peste y enfermedades contagiosas,que tan desarrolladas debieron estar
en aquel tan largo período de guerras y batallas. Apenas las huestes cris-
Glorias Sevillanas 125

que representan al pueblo


á la Iglesia: espíritu de unión
y

que el Senado civil quiso significar casi desde aquella


época
en el blasón ó escudo de Sevilla,
pues la Ciudad tuvoá bien
simbolizarlo, aceptando como empresa heráldica al Santo
Rey con los Santos Isidoro y Leandro á los costados.
Fué tan excelente Corporación la encargada de sostener

y avivar siempre la devoción, aumentándose ésta allá por


el siglo XIV, cuando empezó á manifestarse en la vecina
Francia el espíritu de contradecirla, habiendo continuado
con vigor y esplendorosa siempre; pues en aquel gran pe¬

ríodo iniciado á principio del siglo XVII en demostraciones


de amor
afecto á tan dulce Misterio, ocupóse esta Cofra¬
y
día de la fundación de un convento bajo la advocación de la
«Inocencia Inmaculada de la Concepción Santísima», lo que
no se efectuó por causas que ignoramos; pero que se an¬
duvo en los pasos de ello no hay duda, por el adjunto docu¬
mento ó carta dirigida al Provincial de San Francisco:
«Bien avra entendido V. P. las
grandes obligaciones,
que á esta santa Cofradía de la Purissima Concepción de
nuestra Señora le corren, y las demostraciones, que según

su
possible, ha hecho en estos tiempos, que tan contrastada
ha estado la verdad de su inocencia; que si es cierto han
sido muchas, no han sido de todo iguales, á lo mucho que
esta
gran Señora merece, y las que desean los ánimos de
los Cavalleros de esta Ciudad, y de esta Cofradia, á quien
mas de cerca toca el amparar, y defender esta causa, miran¬

do siempre por su mayor aumento, y honra; y porque esta

tianas se
apoderaron de Sevilla, le erigen un eremitorio en el prado á que
luego da nombre, y siempre ambos Cabildos han acudido á San Sebastián
en los
períodos tristísimos en que Sevilla hase visto amenazada de grandes
peligros en su salud.
A ejemplo de esta Cofradía, obsérvese cómo siempre colocaron las
hermandades de Sevilla junto á la efigie de la Concepción la de San Sebas¬

tián, pues no hay templo donde no se hallen así.


12 6 Glorias Sevillanas

passe á delante, y llegue á el punto de Gloria, que todos


deseamos, en medio de tantas ocasiones, siempre hemos
ido cuydando, en que modo se podrá hazer á la Reyna de
los Ángeles algún servicio: hanos parecido acertado que
será grato á la Magestad de el Hijo de Dios, y de su Ma¬
dre, que en esta Ciudad se le edifique Convento, y Templo
de Religiosos, con la invocación de la Inocencia immacu¬
lada de su Concepción Santissima. Esto ha sido sabido de

algunos Religiosos, y todos nos ofrecen muy grandes co¬


modidades de sus Casas, y Conventos, pero lo que siempre
nos ha
parecido mejor, y mas á proposito, ha sido este
santo Abito, y principalmente en esta santa Provincia, de

cuya devoción, Religión, y exemplo, estámos muy ciertos:


assi por las demostraciones, que el santo Convento de se¬
ñor San Diego ha hecho, como por la comunicación, que

hemos tenido con la Paternidad de el Padre Fray Diego


Xaramillo, Definidor, que al presente es de esta santa Pro¬
vincia, hallándose en nuestras juntas en los tiempos mas
necessitados, que han passado, ayudando con su parecer,
y consejo, á las dificultades, que el caso tenia. Assi avrá
tiempo de dos años, poco menos, le trató el señor Don
Antonio Petruche, Veinteyquatro de esta Ciudad, y Alcalde

mayor de la santa Hermandad, este negocio á su Paterni¬


dad, no mas de dándole quenta de el intento; y por enton¬
ces respondió, que el negocio era grave, y era menester
encomendarlo á Dios, y dár lugar á el tiempo, para que
todo tuviesse buen acierto, y assi se ha hecho; y aora vlti-
mamente se le ha buelto á tratar á su Paternidad,
por los
señores Don Antonio Petruche, y Juan Contador de Alvo,
Veinte y quatros de esta Ciudad, por parte de esta Cofra-
dia, la cual ha mirado el caso, y lo desea; porque de mas
de el gran servicio de Dios, y provecho de las almas, será
este negocio
muy recibido de esta Ciudad. Ha respondido
su Paternidad,
que no puede tomar resolución, hasta vérse
Glorias Sevillanas 127

con los Padres de esta santa Provincia, de quien es justo


que este negocio acordado. Nosotros lo vamos tomando
sea
en cosas, con de concluir muy presto con el
esperanca
Pleyto, que traemos con los Padres sobre la Santa
Imagen de la Madre de Dios, de que podrá dár razón el
Padre Difinidor. Queriamos para esta ocasión tener toma¬
do sitio, y dispuestas cosas, para que con la brevedad po¬

sible tuviesse buen fin nuestro desseo; y assí, esta Cofradia


ofrece á V. P. esta voluntad, y obra, suplicándole la admita

y ofrece la suya de su parte á la Reyna de el Cielo, ayu¬


dando, como es razón, á que se le haga este servicio tan
agradable, que lo será mucho á el Hijo, y á la Madre. Guar¬
de nuestro Señor á V. P. muchos años. Sevilla y Septiem¬
bre diez de mil seiscientos y diez
ocho (1).»y
Firman esta carta los Capitulares de la Ciudad y mu¬
chos caballeros de la nobleza sevillana. Compréndese por
este documento, así como por otros que se refieren al mis¬

mo asunto, la
piedad y opulencia de la Cofradía que pre¬
tendió semejante fundación. Las nuevas fiestas instituidas
en honor de la creencia,
y la erección de tantas otras her¬
mandades que se formaron en su defensa, hicieron que fue¬
ran
disgregándose de esta primitiva institución muchos de
los elementos que la constituían, para formar otros tantos
centros de piedad
y culto mariano. No obstante esto, la
Cofradía continúa hasta el año de 1841, época de la incau¬
tación de los bienes eclesiásticos, con cuyo suceso sufrió
tan rudo golpe el culto en nuestra patria, y sobre todo en

Sevilla, donde la piedad de nuestros antepasados no había


tenido límites en esto de fundar dotaciones para
la mayor
ostentación y pompa religiosa. Por esta fecha cesaron las
Misas de Cofradía: mas en 1880 se volvió á las antiguas

prácticas, y las Misas de Cofradía comenzaron á celebrarse

(1) Archivo Municipal.—Papeles del Conde del Aguila.


128 Glorias Sevillanas

de nuevo mensualmente los días 8 de cada uno, si bien

desprovistas del aparato y solemnidad con que antes se


efectuaban, oficiándose por un señor capitular antes de co¬
menzar el rezo en el coro: celébranse con ornamentos de

color celeste, en virtud del nuevoprivilegio, y las acompa¬


ñan alórgano los seises; pero sin asistencia de elemento
alguno que represente y recuerde la primitiva y tradicional
Cofradía.
Glorias Sevillanas 129

CAPÍTULO V

Efigies de la Concepción que se veneran en los templos parro¬


quiales de Sevilla.—Hermandades erigidas en su honor.—
Las Sacramentales.—Nuestra Señora Santa Ana.—El cuadro
de Pedro Campaña. — San Andrés. — Escultura de Alonso
Cano.—Hermandad de Sacerdotes y Caballeros de la Con¬
cepción.—San Bartolomé.—San Bernardo.—Santa Catalina.
—San Clemente, vulgo El Sagrario.—Hermandad Sacramen¬
tal primera de Sevilla.— Invención de la insignia llamada

Sin-pecado.—Santa Cruz.—San Estéban.—San Gil.—San Il¬


defonso.—San Isidoro.—San Juan Bautista, vulgo de la Pal¬
ma.— La leyenda del Judío.— San Julián.—Antigüedad de

Nuestra Señora de la Hiniesta.—San Lorenzo.—Célebre reta¬


blo de Francisco de Pacheco.—Santa Lucía.—Escultura de
Montañés.— Santa María Magdalena.— Santa María de las

Nieves, vulgo la Blanca.—Santa Marina.—San Marcos.—San


Martín.—San Miguel.—Hermandad de la Concepción.—San
Nicolás de Bari.—Nuestra Señora de la O.—San PedroApós¬
tol.—Hermandad de Sacerdotes de este título.—Regina Om-
nium Sanctorum.—San Román.—El Salvador.—Hermandad

de Sacerdotes de la Concepción.—Santiago Apóstol.—San


Vicente.

y
tu que hemostodovisto animar refiere
El espírihispalense
tedral cuanto seen la grandi osa Ca¬
á la devoción
culto de la Virgen en su Purísima Concepción, reflejóse
proporcionalmente en todos los templos que pueblan el dila¬
tado ámbito de esta Ciudad de tal modo, que no quedó
17
130 Glorias Sevillanas

ninguno de ellos, por pequeño ó insignificante que se le


considere, donde no se colocara á la veneración pública su
bendita imagen, tributarle fervientes homenajes de
para
amor y de
respeto. A porfía fueron en esta tarea comuni¬
dades y hermandades, el clero secular, el regular y los se¬

glares; los artistas sevillanos, escultores y pintores; los céle¬


bres maestros, así como aquellos menos notables, todos pu¬
sieron los instrumentos de sus artes á
disposición de este
asunto religioso, lográndose que la efigie de Ntra. Sra. de
la Concepción fuera la más popular de Sevilla. Las herman¬
dades llamadas de Gloria, lo mismo que las de Penitencia

y Luz, todas promovieron suntuosos cultos en honor del


Misterio, instituyendo fiestas y haciendo el voto y jura¬
mento de su defensa: así que, bajo este concepto, bien pue¬

den ser consideradas como concepcionistas. Mas las que se

significaron en grado muy alto en pro de la idea fueron las


Sacramentales, que unieron á su título el de la Limpia Con¬
cepción de la Virgen María, sintetizando de este modo las
dos devociones más seguidas en Sevilla; estas corporacio¬
nes colocaron en el altar principal de sus capillas propias,

que son los sagrarios de las iglesias parroquiales, la imagen


de la Limpia Concepción. Existentes las Sacramentales en
nuestra Ciudad desde principios del siglo XVI, debida su

institución á la gran piedad de una excelsa dama de la no¬


bleza española, la Sra. D.a Teresa Enríquez (i), cuyas vir¬

il) Fué esta señora hija de D. Alonso Enríquez, tercer Almirante de


Castilla, prima hermana del Rey D. Fernando V. Casó con el Comendador
Mayor de León D. Gutierre de Cárdenas, Señor de las villas de Maqueda
y Torrijos y otros lugares: ambos desempeñaron cargos de gran confianza
cerca de los Reyes D.a Isabel y D. Fernando, en cuyo palacio vivían: mo¬
delo de virtudes, sobresaliendo por su caridad para con los pobres y su

piedad y celo para los actos del culto. Fundó un monasterio de agustinos
junto á Marchena. Quedó viuda el año de I5°3- En Roma dotó el culto
que se daba al Santísimo en la iglesia de San Lorenzo in Damaso, dis¬
poniendo que el Señor, cuando saliese á la calle, fuese bajo palio y con
Glorias Sevillanas

tudes y talento la elevaron en la opinión pública y en la


Historia á un grado mucho más superior que el que ocu¬

paba por su alcurnia y ascendencia, pues siempre será de¬


chado que imitar por su vida y por sus obras. Llevada de
su afecto á la Eucaristía había conseguido de la Santidad

de Julio II la Bula «Pastoris csterni», por la que se le facul¬


taba para la fundación de archicofradías, con el objeto de
honrar más al Santísimo Sacramento del Altar promo¬
viendo su y en cuyo documento la alaba el Romano
culto,
Pontífice por su esplendidez y piedad, declarándola autora
de tan excelentes corporaciones. Estaban éstas en todo su

auge en el primer período del siglo XVII, cuando se inició


con tantoardor aquel movimiento de públicas manifesta¬
ciones á favor del Misterio, por lo que la devoción recibió

gran impulso al declararse como hermandades concepcio-


nistas las Sacramentales; realizándolo con tal ahinco, que

hachas de cera, uso que ella introdujo en Italia. Fundó además la iglesia
colegial y principal de Torrijos, dotándola con sumas cuantiosas, así como
á otras muchas iglesias pobres de España. Edificó otros conventos en Ma-

queda y Almería. En el año de 1519 y siguientes hubo grandes miserias y


hambre en
Andalucía, motivo repartió tan abundantes limosnas
con cuyo

en pan y semillas
para los labradores, que la hicieron memorable. Fué por
algún tiempo su capellán el V. P. Contreras, que al par dirigía el colegio
que tenía en su palacio para niños desamparados. Fué gran propagadora
del culto al Santísimo Sacramento de la Eucaristía, teniendo siempre en
su morada ornamentos y objetos propios para su culto y para la celebración
del santo sacrificio de la Misa, los que repartía entre los conventos y las
iglesias necesitadas.
Pero lo que siempre la hará merecedora de eterno recuerdo, es el haber
sido la fundadora y propagadora de las archicofradías del Santísimo por
nuestra patria,virtud de los poderes y facultades que se le otorgaban
en
en la Bula delPapa Julio II, dada en Roma á 11 de Agosto de 1508,
y en la cual se conceden tantas gracias y privilegios á sus cofrades. En el

período que residió en esta capital la Reina D.a Isabel la Católica tuvo
efecto la fundación de las primeras archicofradías del Santísimo ó Sacra¬
mentales que hubo en Sevilla.
132 Glorias Sevillanas

á ellas se debe precisamente la invención del estandarte ó


bandera de la creencia piadosa, conocido vulgarmente con
el nombre de «Sin pecado», en cuya insignia aunaron per¬
fectamente ambos Misterios, colocando por su parte princi¬
pal la figura de la custodia, símbolo de la Eucaristía, y por
el reverso el anagrama mariano, atributo de la Concepción.
Á partir de esta época vemos levantarse capillas y retablos;
y la estatuaria y la pintura producir de una manera asom¬
brosa los simulacros é imágenes de la Virgen, que inundad
los templos y las moradas de los sevillanos.
Para conocer estas obras, vamos á recorrer, siquiera sea
rápidamente, fas iglesias que en la actualidad subsisten, sin
omitir aquellas otras que, aunque hayan desaparecido, me¬
rezcan por alguna particularidad ser mencionadas; enume¬

rando de este modo las efigies de la Concepción que hemos

logrado ver, bien sean esculturas ú obras pictóricas, puestas


en los
templos á la pública veneración.

Nuestra Señora Santa Ana.

Corresponde empezar por este artístico templo, no sólo


para seguir el orden alfabético de los nombres de los titu¬
lares, sino por encontrarse en él los vestigios más remotos
de corporación dedicada á la Concepción; pues nada menos
que en el año de 1491 la Sra. D.a Juana Rodríguez, viuda
de Juan Sánchez de Mayorga, dotó fiestas para la herman¬
dad titulada de la Limpia y Pura Concepción, que estaba
situada entonces en la actual capilla de Santa Bárbara: por
el año de 1601 dotó otra fiesta anual para la dicha Her¬
mandad D.a Andrea de Osorio; mas en 1680 se refundió
esta corporación con la nueva formada por la Sra. D.a Jo¬
sefa de Barros, hija de Triana, cuyo padre, el capitán Ga¬
briel de Barros, fué piloto mayor de galeones: por los nue-
Glorias Sevillanas 133

vos estatutos la Hermandad debía constar de sólo cua¬

renta individuos, de los que siete serían sacerdotes y los


restantes seglares, el fin de tributar grandes cultos á
con
Nuestra Señora en su Misterio más predilecto: había de

cumplirse todo precisamente en este templo, y en su ca¬


pilla actual ó en la que se le designase nuevamente: el Pro¬
visor Dr. D. Gregorio Bastán y Asostegui señaló nuevo si¬
tio á la corporación en el llamado altar de San Juan, lado
del Evangelio, en cuyo retablo hizo esta señora rica dota¬
ción para la octava y procesión con su titular. En 1712 se
unieron las dos hermandades del Santísimo y de la Con¬

cepción, y se labró capilla, dándole entrada por el sitio


donde se hallaba el altar de esta última; cuya efigie se co¬
locó en el retablo principal del nuevo sagrario, donde se
le continuó tributando solemnes cultos hasta la época de
la incautación. Los restos de la piadosa fundadora descan¬
san en el mismo
templo, delante de la puerta del lado del
Evangelio, con la siguiente inscripción:
«D. O. M.—Aquí yace D.a Josefa de Barros y Saave-

dra, Muger que fué del capitán Domingo Rodríguez, Piloto


mayor por su Magestad de las flotas de Nueva España,
Fundadora de la Ilustre Hermandad de la Purísima Con¬

cepción de N. Señora, cuya octava con magestuoso culto dotó


en esta Parroquial iglesia, de la
cual fué singular bienhe¬
chora. Trocó esta vida temporal por la eterna en 28 de
Abril de 1684. años, y por su mucha humildad se mandó

sepultar en este lugar, donde espera la Resurrección Univer¬


sal.—R. /. P.»
El historiador de Triana D.Justino Matute, al hablar
de este suntuoso templo, dice: «Entre esta capilla (la de
Santas Justa y Rufina) y el baptisterio hay un apreciable
retablo cerrado con rejas, en que se venera la Virgen Ma¬
ría en el Misterio de su Concepción purísima; cuya imágen,

así como las de S. Sebastian, S. Andrés, S. Blas y S. Ge-


134 Glorias Sevillanas

rónimo, y otros cuatro Apóstoles, son de lo bueno que pintó


el célebre Campaña. Es también muy arreglada la compo¬
sición del retablo, del mismo estilo y gusto que el mayor,
únicos que conservan su primitiva forma.» Esto se escribía
en el año de 1818. En la actualidad, por desgracia, ha des¬
aparecido el retablo, que si era, como se dice, del gusto
del mayor, sería admirable, á juzgar así mismo por las ta¬
blas que le formaban, las cuales están hoy colocadas en la

parte alta del lugar donde se hallaba antes su propio altar.


La Concepción se ve en la tabla central, la cual mide
dos metros y medio de alto: la figura es de tamaño natural,
de expresión dulcísima, con las manos en actitud de orar;
viste túnica roja y manto azul, plegados con gran maestría:
en la parte superior se descubre la figura del Padre Eterno,

que la bendice; á los costados los atributos de la Inmacu¬


lada: la obra es digna del renombrado Pedro Campaña.
Como dato iconográfico conviene consignar que es la

primera pintura de Concepción que existe en Sevilla pre¬


sentándola en esa actitud y forma.
En la capilla de la Concepción, que es la del sagrario,
se venera en su altar mayor
una escultura de este título,
pero que no tiene mérito artístico ninguno, y creemos no
sea la primitiva de la Hermandad.

El erudito escritor sevillano, el Abad Gordillo, al hablar


de esta parroquia en una de sus obras impresas (i), dice lo

(l) Dico ego opera mea regi. | Eminentissimo e Illvstrissimo | Señor


nvestro Sancto Fernando Tercero | de los Reynos de Castilla
y León, Res¬
taurador y Fundador de las Iglesias Co | ventílales de la Ciudad de Se¬
villa, Instituydor de la Abadía Mayor y Cabildo | de los clérigos Parro¬
quiales sus primeros Capellanes, por especial Previ | legio dado del Señor
Rey Don Alonso el Sabio, | en el Año de 1271. | Con cuya pía y religiosa
protección permanece por 380. años con grandes augmentos | de bienes
spirituales ytemporales. (Un grabado con S. Fernando en el centro y á los
lados dos clérigos de rodillas. Á su alrededor se lee: «Abad Maior y Ca¬
bildo de los clérigos parroquiales de Seuilla.» Por la parte superior dos
Glorias Sevillanas i35

que copiamos á continuación, que aunque no es pertinente


al objeto de este trabajo, queremos reproducir como curio¬
sidad histórica, lo que igualmente sehará al tratar de las
demás parroquias. Dice así el libro referido: «La Iglesia
de Santa Ana, que es fundación del Rey Don Alonso el X.
del año de 1258 no fué la primera Iglesia Parrochial de
Triana, que se llama guarda y collación de Seuilla, porque
desde que la Ciudad se ganó, la primera Parrochia se fundó

por el Rey S. Fernando, con titulo de S. Jorge dentro del


Castillo, donde estaba poco ha el Tribunal de la Inquisi¬
ción: y assi es de las mas antiguas después que la Ciudad
se ganó, y en ella se toma posesión de los Beneficios de

Santa Ana: y fue siempre por ello un lugar sagrado, inmu¬


ne, de que ay instrumento.»

San Andrés.

El autor citado dice de esta iglesia. «La parrochia de


San Andrés es fundación del repartimiento de las Iglesias
de la Ciudad, hecha el año que el Señor Rey Don Alonso X.
(y el Señor Argobispo Don Raymundo) dividió las collacio¬
nes de la población
y en ellas dió casas de repartimiento
á muchos Cavalleros de los Conquistadores que en ellas
las tienen, hasta el tiempo presente: y por el libro de los

escuditos: en uno se ve un castillo, y una cruz encima, y lleva una orla,


donde se lee: «Abadía maior de Sevilla»; al otro lado, el escudo contiene
una calavera, y á su alrededor dice: «Abad maior el Lic. A.° S. S. Gordi-
11o.» Está grabado Bartolomé Arteaga.) Ay en este Memorial instru¬
por
mentos y papeles de cosas antiguas, notables y curiosas, pertenecientes á |
el Clero actos judiciales, y extrajudiciales ciertos, y dignos de toda fee. |
Nos apertius dicimus, caeleriüs intelligimus, religiosiüs iudicamus. Plinius,
lib. 9. Epist. 2.
En fol.; 68 hoj., más 6 al principio sin foliar; sign. A-LL; recl.; In¬

dice de lo más notable del libro; Prefacio; Texto.—Libro raro. (Bib. Cap.)
136 Glorias Sevillanas

heredamientos que tiene la Ciudad, consta del año de la


dicha división que fué el 1255.»
Conserva este templo dos buenas esculturas de la Con¬
cepción. Venérase en el altar mayor una de Juan Martínez
Montañés, que según nuestro criterio debió ser quizás de las
primeras que hizo: es de tamaño natural; la cabeza es her¬
mosa, y el rostro respira todo el idealismo cristiano que
daba á sus Vírgenes: la belleza que atesora no se parece á
nada de lo terrestre, dejando verdaderamente abismado al

que la contempla, y haciendo dudar que aquella obra sea


debida á ningún mortal: el partido de paños no es, sin em¬

bargo, tan bueno como el de otras producciones de este


escultor, así como tampoco el estofado, que es más basto,
y sobre todo las manos de la imagen, que desde luego
afirmamos son de tiempo posterior á la obra: la figura des¬
cansa sobre una nube y la Luna, llevando á los pies
una
cabecita de ángel.
En la nave del lado de la Epístola hay adosado al muro
un retablo del orden
compuesto, que es de muy buen gusto
y proporciones: está enriquecido y adornado por diez y seis
tablas, colocadas en el basamento, intercolumnios, ático y
demás partes del altar, en cuyo centro se ve una escultura
atribuida á Alonso Cano, y que desde luego llama la aten¬
ción por su corrección formas clásicas: mas no obstante
y
esto, la escultura á que nos referimos no ha sido hecha
para el lugar en que hoy se encuentra, sino para ser vista
á muy gran distancia, colocándola en la parte alta de un

retablo; pues examinada en el sitio donde se halla, aparece


de formas sumamente abultadas, sobre todo la cabeza y
manos, faltando por completo en su rostro la belleza que
se admira en la
que acabamos de citar. Se ve colocada
sobre nubes, la Luna y dos cabezas de ángeles. (Véase la
lám. 9.)
En el ático del altar se contempla la imagen del Eterno
La Concepción de Alonso Cano, del templo de San Andrés.
Glorias Sevillanas 137

Padre de medio cuerpo, y en el intrado del arco ocho tabli-


tas con los atributos de la Concepción, cuyas pinturas, así
como las restantes, son atribuidas á Alonso Vázquez, vién¬
dose entre ellas á S. Sebastián. En el basamento está la

inscripción siguiente,en letras doradas sobre fondo azul:


«Ave Filia Dei Patris. | Ave Mater Dei Filii. | Ave Spon-
sa
Spiritus Sancti. \ Ave Templum et Sacrarium Sanctissi-
me Trinitatis.
\ Ave Maria concepta sine labe peccati ori-
ginalis.»
En el muro del lado del Evangelio hay un cuadro por
el estilo de Pacheco, cuya imagen recuerda la de este autor
en San Lorenzo: los atributos de la Concepción rodean á la

Virgen, y sobre su cabeza un grupo de ángeles ondea una


banda, donde se lee: « Tota pulci'a est Maria et macula
originalis non est in te.»
Hubo en esta iglesia una hermandad de Concepción,

compuesta de sacerdotes y caballeros en número de cua¬


renta hermanos, establecida en la capilla del lado del Evan¬

gelio, inmediata al presbiterio, cuyo altar era el que aca¬


bamos de referir: esta corporación, á más de cumplir con
el fin principal de su instituto (1), se ejercitaba en obras
de caridad, dotando cierto número de doncellas en su fiesta
principal, y amparando á los sacerdotes desvalidos y po¬
bres; contaba con rentas cuantiosas, y para recibir á sus
hermanos hacía probanza de vida y costumbres. En 1589
la viuda é hijos de D. Cristóbal Rodríguez Calvo fundaron
en la citada
capilla numerosas memorias, especialmente de

(1) Regla | De la Hermandad | De | Sacerdotes | Y. | Cavalleros. |


sita ) En la Parrochial | de el Señor San Andrez de Seuilla | Subtitulo | De
la Concepción | de la Virgen Sanctisima | Señora nuestra, Sin culpa ori¬

ginal: | Aprobada Por el Ordinario | de este Arzobispado. | Enriquezida |


Con perpetuas Indulgencias | concedidas por la Sanctidad de | Vrbano Oc-
tauo. | Impressa en Sevilla, por luán Gómez de Blas, | año de 1645

is hoj. en 4.0; sign. A2-E; aprob.; recl.


18
138 Glorias Sevillanas

Misas solemnes en las festividades de la


Virgen, y cuatro
capellanías, cuyos capellanes
obligados á decir cada
eran
uno veinticinco Misas en la capilla cada un mes. Á este

objeto destinaron los nombrados fundadores cuantiosas ren¬


tas, de las cuales aún se conservan algunas, con las que se
cumplen las memorias para que alcanzan.

San Bartolomé.

Dice el Abad Gordillo: «La iglesia de S. Bartolomé que


ahora ay, es muy moderna, que se hizo el año de 1480.
cuando fueron expulsos los judíos de Sevilla, y la Parro-
chial se pasó allí; afirmase que la primera Iglesia estaba

junto á las Casas de los Marqueses de Villanueva del Fres¬


no, no ay cosa cierta de ello mas que tradición, y algunas

señales, y que es del repartimiento, y fundación general.»


Este templo fué derribado en 1779 por amenazar ruina,

para edificar el actual, que acusa la época en que se levan¬


tó, estrenándose el año de 1800.
En su altar mayor, que es detestable por su construc¬
ción, venérase una efigie de la Concepción, escultura de
escaso valor: mide medio metro de altura. Al lado del Evan¬

gelio hay un cuadro con el mismo asunto, de metro y medio


de longitud, perteneciente á la Escuela sevillana.

San Bernardo.

Estrenóse el templo de este nombre el año de 1785, y


como
capilla auxiliar del Excmo. Cabildo, correspondióle
edificarlo, corriendo pareja por su gusto artístico con el an¬
terior.
En la capilla de su sagrario se ostenta en lugar prefe-
Glorias Sevillanas i39

rente de su retablo una bonita escultura de la Inmaculada,

que parece pertenecer á la Escuela de Martínez Montañés;


es de un metro de
longitud, y encuéntrase muy restaurada.
Tribútale culto la hermandad del Santísimo y Limpia y
Pura Concepción, establecida en dicha capilla; para lo cual
existen aún algunas rentas de antiguas fundaciones en favor
de este Misterio.

Santa Catalina.

En el curioso libro citado, hablando de lasiglesias pa¬


rroquiales, se lee: «La Parrochia de S. Cathalina se pone
en el repartimiento de los oficios de Jurados, y escrivanos

de las Collaciones en primero lugar: pero bien se vee por


lo dicho de las otras parrochias, que es menor su antigüe¬

dad, entra con la común.»


La hermandad Sacramental de estetemplo da culto á
laConcepción Purísima de la Virgen en su capilla propia,
donde se ve su imagen, de un metro de altura, en el altar

principal: parece ser echura de Acosta, guardando perfecta


armonía con el exornado del oratorio, que es la última pa¬
labra, por decirlo así, de la extravagante y trabajosa labor
churrigueresca.

San Clemente (vulgo el Sagrario).

Quiso el Santo Rey conquistador de Sevilla, al hacer el


repartimiento y distribución de templos parroquiales, de¬
signar al primero de ellos con el nombre del Santo Pon¬
tífice en cuyo día entró libremente por las puertas de la
Ciudad: mas el haber levantado sobre el área que ocupaba
este templo el Sagrario de la Santa Iglesia Catedral, ha
140 Glorias Sevillanas

sido la causa designando con este nombre á


que se rompa
la antigua parroquial de San Clemente. En el altar que
tuvo la nueva iglesia del Sagrario venerábase una escul¬

tura de la Concepción, obra de Duque Cornejo, y que cree¬

mos es la misma que se coloca en el altar de plata de la

Catedral en la octava de su fiesta, y de la que ya hemos


hablado.
En la actualidad venéraseen la capilla de Animas un

hermoso simulacro de la Concepción, colocada sobre nubes


y multitud de ángeles y querubes: hemos oído decir que
fué regalo del regidor de esta Ciudad Sr. Bruna, para sus¬
tituir á la que antes había, y que era denominada con la
advocación de Ntra. Sra. del Voto, entendiendo nosotros
habérsele dado este título, así como á otras, por alusión al
que hicieron estas corporaciones honor y defensa.
en su
En la sala de juntas de la hermandad Sacramental de
este templo guárdase un soberbio lienzo, pintado por He¬

rrera el Mozo, en el cual se representa á los Doctores de

la Iglesia escribiendo sobre el Dogma de la Eucaristía y de


la Concepción: en el centro, sobre fondo sumamente lumi¬

noso, destácase un viril ú ostensorio gótico, encima del cual

aparece el Espíritu Santo, juntamente con una figura de la


Concepción, de dibujo y tintas muy delicadas, reinando en
toda la obra hermosa combinación de luces, que producen

gran fuerza de claro-oscuro. El cuadro por su forma, pues


lleva dos rectángulos en la parte inferior, parece haber per¬
tenecido á un altar.

Propiedad de la misma Hermandad es una escultura de


la Concepción, obra de Roldán, muy buena, si bien con
las malas restauraciones y con haberle puesto ojos de cris¬
tal está echada á perder.
Esta hermandad Sacramental fué la ins¬
primera que se
tituyó en Sevilla en virtud de la Bula antes mencionada,
considerándose por lo tanto como la matriz de las demás,
Glorias Sevillanas 141

teniendo además la alta prerogativa de haber sido la in¬


ventora del sin-pecado, fué la primera que empezó á
pues
usarlo, y de ella corrió á las demás hermandades. Igual¬
mente cábele la honra de haber colocado por primera vez
(1616) á la veneración pública las calles de la Ciudad
en
la bendita efigie que aún se ve en la tribuna alta de la an¬
tigua capilla de los gorreros y sederos, debido á la devo¬
ción de uno de los más fervorosos cofrades de la Sacra¬
mental, Juan Clemente; viéndose perfectamente cumplido
en esta corporación lo que aseguramos de que las Sacra¬
mentales sintetizaron en uno los dos cultos del Santísimo

y de la Concepción. Desde aquella época estableció esta


Hermandad como de regla una fiesta á la Concepción en

la Dominica infraoctava. Después ha celebrado en varias


ocasiones este Misterio con suntuosas fiestas, como veremos
en
lugar. Reproducimos íntegra la noticia que acaba¬
otro

mos de dar, como curiosa é interesante, copiada de un M. S.

de D. Ambrosio de la Cuesta y Saavedra, canónigo que


fué de esta Catedral:
«La Imagen (1) de la Purissima Concepción de Nra S,ra
de pincel que está en las Gradas entre la puerta del Perdón,
y la esquina que vuelbe á la Torre, que haze frente a la Ca¬
lle de los Gorreros, se puso este año de 1616 á solicitud
de un Vezino de Gradas llamado Joan Clemente, mui de¬
voto de Maria Ssma Nra S.ra en el Misterio de su Purissi¬
ma
Concepción. Y esta pintura de la Inmaculada Concep¬
ción de Nra S.ra fué la primera que se puso en estos tiem¬
pos de estos litigios en publico. Es de mano de Francisco
de Herrera el viejo, Padre de D.n Francisco Plerrera, que
murió en Madrid Pintor del Rey, ambos á dos naturales de

Sevilla, y excelentes pintores. Y la pintura del Sto Christo


con la Cruz acuestas, que esta mas
adelante es de Vargas,

(1) Arch. Munic.—Papeles manuscritos del Conde del Águila.


142 Glorias Sevillanas

insigne pintor también Seuillano. Por estos tiempos, la de-


uocion de los Parrochianos deste barrio, hermanos casi to¬
dos de la Cofradía del ssmo Sacrameto sita en el Sagrario

de la sta Iglesia Metropolitana hizo voto de hazer vna fiesta


todos los años á la Concepción Purissima de Maria ssma
Nra S.ra que se celebraba por el mes de Dizie la Domi¬
nica siguiente después del dia de la Concepción, como
consta de la Regla desta Cofradía; y para ello se hizo un

Guión, bordado de vn lado el Smo Sacrame,to y del otro


una imagen de la Concepción de Nra Sra con sus atributos,

y vn rotulo que dezia: Maria Ss.ma Concebida sin pecado


Original: y este Guión fue el primero que se hizo en Se¬
villa de los deste genero y entonces se puso vna tabla, con
letras de oro mui grandes sobre la puerta colorada, que
es la que sale de la Iglesia del patio de los naranjos, que

dezia: Maria concebida sin pecado Original y otra sobre


la puerta del Sagrario (que oy es conocido con el nombre
del sagrario viejo) que esta junto á la del Perdón, que de¬
zia lo mismo; todo para dar á entender, y publicar el pia¬
doso afecto y deuocion de los Vezinos y Parrochianos, que
alentaban y fomentaban los Prebendados de la Sta Iglesia:
y esto lo referían mis Padres, y ancianos desta forma y yo
Vide los Rótulos que permanecieron hasta que el tiempo
los consumió, y el Guión lo vide y llebe muchas vezes
en las processiones desta festividad y otras de la Cofradía
siendo escribano della, que por razón de su oficio les toca.
Volviendo al liencq de pintura que se puso en las Gra¬
das. Mientras vivió Joan clemente con deuocion y piadoso
afecto, solicitó que se hiziesen solemnes fiestas en las Gra¬
das y sumtuosos Altares á la Imagen de Nra Sra que el so¬
licitó se pusiese en aquel sitio, especialmente el dia de la

Asumpcion de Nra Señora a 15 de Agosto, por pasar por


alli la procession con la ss.ma Imagen de Nra Señora de
los Reyes: y después de su muerte, cuido del adorno de el
Glorias Sevillanas i43

altar de la Purissima Concepción de Nra Sra Bernabé de


Escalante, Vezino assi mismo de las Gradas, deuotissimo
deste misterio de la Inmaculada Concepción de Nra S.ra
exediendo enla solicitud, y grandeza de las fiestas a
las que
se auian hecho antes gastando en ellas de su propiocaudal
muchas cantidades, por el grande afecto que tubo a la Con¬

cepción Inmaculada de Maria Ss.ma N.ra S.ra y solicitando,


y cuidando de las que hazia la Cofradía del Ssmo Sacra¬
mento del Sagrario, donde fue zeloso, y feruoroso hermano,
en remuneración de ló
qual el Uluss.mo Dean y Cabildo de
la S.ta Iglessia Metropolitana le concedió sepultura dentro
della en el sitio que está frente de la Capilla de N.ra Sra

del Pilar, y que pusiese losa sobre ella, é Inscripción, que


dize su deuocion y zelo, poniendo en ella sus armas, y assi
se executo, y después de sus dias, le enterraron en ella.»

Santa Cruz.

Data la creación de parroquia de la expulsión de


esta

los judíos en 1480, en cuya fecha se establece en la sinagoga


que aquéllos dejaron levantada en lo que hoy se denomina
plaza de Santa Cruz, considerándose como auxiliar del Ca¬
bildo Eclesiástico. Allí permaneció hasta la época de la in¬
vasión francesa, en que fué demolida, trasladándose luego
á la iglesia conventual del Espíritu Santo, de los Clérigos
Menores. Dice el historiador González de León, hablando
de la primitiva iglesia:
«Era pequeña,de tres naves iguales, divididas por arcos
desiguales, estribaban sobre columnas oscuras de gra¬
que
nito basto, como las que hay por las gradas de la Cate¬

dral, y eran desiguales en su grueso y altura, la techumbre


era de tirantes de madera, cubierta de teja. Luégo que se

consagró en iglesia se le agregaron capillas. En el altar


144 Glorias Sevillanas

principal presidia la Santa Cruz, y en otro colateral la


imagen de Ntra. Sra. de la Paz, simulacro muy antiguo del
Cabildo Ecco.»
En el actual
templo donde se halla establecida la pa¬
rroquia la Concepción en el altar del sagrario:
se venera
es de medio metro de alta, y
pertenece al siglo pasado, no
siendo de gran interés como obra de arte.

San Esteban.

Del libro antes citado: «En el mesmo tiempo, y lugar, y


estación se pone le da la mes-
la Iglesia de S. Esteva y se
ma antigüedad, y computo estimándola por la mas antigua

de la Ciudad, no ay instrumento con que probarlo mas,

que la tradición, y continuación de la estación referida, y


que su Altar está, y estuvo á la parte del Oriente, como
las demás.» Hace referencia á lo que dice de Santiago, que
insertamos más adelante.
En este artístico templo, cuyas portadas son bellísimas,
se tributa culto á la Concepción en la capilla del sagrario,
donde se halla una efigie de regular mérito.

San Gil.

«El señor Arzobispo Don Raymundo, segundo Prelado


de Seuilla, después que la Ciudad se ganó de los Moros,
fundó la Parrochia de S. Gil, á devoción de aver el nacido
en
Segovia en la Parrochial de San Gil, y dizese que fué
el de 1260, y que es Iglesia consagrada de que ay
año

muchas señales en ella, y en particular las figuras de siete

obispos pintados en el techo della.» Del Abad Gordillo.


En el altar de la capilla del sagrario se contiene una
Glorias Sevillanas 145

escultura de la Concepción de tamaño natural, obra del


pasado siglo, siendo hermandad la misma del Santísi¬
su
mo, habiéndose señalado mucho, como luego veremos, en
las fiestas del siglo XVII. Sobre la clave del arco central,
frontero al ábside, hay un lienzo como de tres metros de

longitud con el mismo asunto, pintura según el estilo de


Roelas. En el lado de la Epístola hay un altar con otro
lienzo conteniendo el Misterio de la Concepción.

San Ildefonso.

Continúa el autor que venimos copiando:


«San Ildefonso es Iglesia Parrochial, no setiene noti¬
cia especial desu fundación, está en la general assigna-
cion de las Parrochias de la Ciudad; ay en ella ra'stros de

que aya sido Mozárabe; nada es cierto, ni autetico mas de


que alli se hallan memorias, y piedras de muchos años, aun
de antes de la perdida de España, pero no puede ser que

aya tenido el nombre, ó titulo que aora tiene, por el poco


tiempo que avia passado de la muerte de el Santo Arco-
bispo de Toledo, quando la perdida de Sevilla sucedió.»
Fué demolido este templo en 1794 por amenazar ruina,

inaugurándose el actual en el año de 1816, que, como todos


los modernamente edificados, no encierra valor artístico al¬

guno. En su altar mayor, bajo un templete de pésimo


gusto, se venera una pequeña escultura de la Concepción
de la Virgen María.

San Isidoro.

Dice el Abad Gordillo: «La Parrochiade S. Isidro es de


las demás del repartimiento de la Ciudad, y assi se pone
en la división de las Parrochias en el segundo lugar, auque

19
146 Glorias Sevillanas

no
ay instrumento que certifique que el tiempo de su fun¬
dación mas que la general.»

En una hornacina que se ve


al lado de la Epístola, á
los pies de la iglesia, hermosa escultura de
se venera una
la Concepción, tamaño natural, de fines del siglo XVII, la

que perteneció al gremio de la seda, siendo conducida á


este templo en 1840 de la casa de su último mayordomo.

A este mismo lado existen dos altares, en cuyos segundos

cuerpos se ven dos pequeñas efigies del mismo título de


regular mérito. La hermandad de Nuestra Señora de la
Salud, establecida en este templo, usa, por privilegio obte¬
nido en el año de 1880, ornamentos celestes el día de su
fiesta principal en la función y procesión que celebra.

San Juan de la Palma.

«En segundo lugar entra la Iglesia de S. Juan Bautista,


que assi mismo fue Mozárabe, y estuvo en el mismo lugar,
que aora está, y demás de la tradición que dello ay, de que
los Moros, la consintieron por la devoción que tienen á

S.Juan Baptista, se manifiesta, con que ay muy pocos años


que el señor Arcobispo Don Pedro de Castro hizo quitar
vna piedra de letras Arábigas, que contenia una muy gran¬

de antigüedad, y estava en la pared de la Iglesia, que mira


al Poniente: y dentro de la Iglesia ay una sepultura con
un letrero de mas de
300 años, y que el Cabildo de la Cle¬
recía está fundado alli, cuya fundación es de luego que
se ganó la Ciudad, y se vee por el Previlegio del señor
Rey Don Alonso el Sabio, que es de el año de 1271.» Del
citado libro.
En la actualidad se halla sumamente transformado este

templo de como fuera en otras épocas, y el altar que tuvo


últimamente, elegante, artístico y de valor por la impor-
Glorias Sevillanas i47

tancia de pinturas, que eran de Pedro de Campaña, en¬


sus

cuéntrase hoy en la iglesia conventual y parroquial de San


Juan de Aznalfarache, viéndose en su lugar uno que es im¬
propio de figurar en una iglesia de Sevilla, y en el cual
aparece en su parte superior una Concepción, mayor que
de tamaño natural, procedente del derruido templo de San

Miguel, pero de muy mal gusto y embadurnada á dos co¬


lores. Al lado de la Epístola está otro altar dedicado á este
Misterio, con escultura del siglo pasado. Desde tiempo in¬
memorial corre unida á la historia de esta
iglesia una tra¬
dición ó leyenda muy interesante, y que, por referirse á la
Pureza virginal de María, vamos á transcribir, copiándola
de un cuadro que existe en la sacristía del templo:
«En el cimenterio desta Iglesia, á donde al presente
está la Cruz, antiguamente estaba una palma, al pie de la

qual están enterradas muchas personas que en años de


peste se han sepultado allí, donde pasó el milagro siguien¬
te: En años pasados quando hubo en Sevilla muchos He-

reges, predicó en esta Iglesia un Frayle de la orden de


San Francisco, el qual dixo que nadie delinquiese contra
la Fe, porque las paredes tenian ojos y oidos: la noche si¬

guiente en punto de las doce un Herege que oyó este ser¬


món, haciendo burla de lo que el Predicador había dicho,

se llegó á la Palma
y le dixo: Palma, la Madre de Dios
no
quedó virgen después del parto. Otro dia por la mañana
fué á la Inquisición un hombre anciano, y denunció contra
este Herege, el qual Herege prendiéron los Señores Inqui¬

sidores, y le tomaron su confesión, y negó: envió la Inqui¬


sición en casa del denunciador para que se ratificase, y

yendo á buscarlo á su casa dixo un nieto del denunciador,


que ese hombre que buscaban habia ochenta años que era
muerto, y que estaba sepultado al pie de la palma del ce¬
menterio de San Juan; con lo qual volviéron á la Inquisi¬
ción, y dixeron al Herege lo que pasaba, el qual dixo que
148 Glorias Sevillanas

era verdad, y que Dios habia permitido que aquel muerto


se levantase porque castigaran su pecado, y los Señores
lopenitenciaron. Este milagro esta escrito en la Santa In¬
quisición de esta Ciudad.»

San Julián.

El abad Gordillo dice, hablando de este templo:


«La Iglesia de S. Julián es muy antigua fundación (y
antes se llamava S. Ulan) por la restitución de la S. Ima¬

gen de nuestra Señora de la Iniestra que no se save de


tiempo cierto quando fue, y tiene mucha fuerca la tradición,
que le da tiempo desde el de la perdida de España, dize
que la Santa Imagen tenia vn escrito, que dezia: Soy de
vna Iglesia, ó Hermita
de Sevilla, que esta á junto á la
puerta de Cordova.»
Al ocuparnos de las efigies de la Concepción en Se¬
villa, no podemos omitir la antiquísima y tradicional ima¬
gen de Ntra. Sra. de la Hiniesta, cuyo historiador, el licen¬
ciado D. Francisco Lorenzo de Vera y Rosales, en su Dis¬
curso histórico
(1), la considera como Concepción. Dos pun¬
tos son los que hay que examinar al tratar de tan veneran¬

do simulacro: primero, su antigüedad; y segundo, si puede


sostenerse con propiedad que sea efigie de Concepción.

En cuanto al primero sentamos que la escultura es de

(i) Discurso | histórico | del origen, ocvltacion, | hallazgo, y culto


de la Milagrosísima, | y Antiquísima Imagen de | nuestra Señora | de la
Iniesta, | sita en la Iglesia Parrochial [ de San Jvlian de Sevilla. ¡ I las
grandezas, | y excelencias de la misma muy | Noble, y muy leal | Ciudad.
| Dedicado |
a la misma Señora | Sacrosanta de la Iniesta. | Por el Licen¬
ciado Don Francisco Lorenzo | de Vera y Rosales, Presbytero, Abogado
de la Real | Audiencia, y del Santo Oficio de la Ciudad | de Sevilla, | En
Sevilla, Año de 1688.
Glorias Sevillanas 149

época remotísima indudablemente: hemos tenido el gusto


de verla y examinarla con todas las condiciones necesarias

para formar juicio exacto de la época á que pertenece, cosa


que hasta ahora no se había hecho; y respetando el juicio

que acerca de la misma se ha emitido en obra muy moder¬


na, de que dicha escultura no puede pasar del siglo XIV,
habremos de decir nosotros, que opinamos es de fecha muy

anterior, como que no ponemos en duda pueda pertenecer


á la época que la tradición le señala; es decir, que es ante¬
rior á la venida de los árabes á nuestra patria.
La imagen de Ntra. Sra. de la Hiniesta es una escul¬
tura de estilo puro greco-romano: es tal el sello y carácter

que lleva impreso toda la obra, por el clasicismo que hay


en su vestidura, por la sobriedad en el plegado del manto
y túnica de la efigie, que resulta por su corte y líneas una
verdadera estatua de época muy primitiva.
La figura está de pie: su altura es de 1,26 metros: su ac¬

titud, reposada y majestuosa; líneas severas: vista de per¬


fil, tiene la traza de una estatua clásica: la cabeza esbelta,
con la
particularidad de no llevar velo que la cubra: el ca¬
bello magistralmente modelado, formando leves ondulacio¬
nes, y se conoce que en tiempo estuvo dorado: el rostro no
tiene gran expresión, pues sus facciones parecen faltas de

movimiento, revistiendo los caracteres de las esculturas del


su cuerpo descansa lleno
primer período: el cuello abultado:
de gravedad, mostrando sólo un pie, que calza (1) zapato
romano, pues la pierna izquierda la tiene colocada hacia
atrás: la veste ó túnica, de color corinto, está ceñida por
un cinturón que cae por delante, formándole leves pliegues

(1) Dictionnaire des antiquites romaines et grecques accotnpagné de


2000
gravures d'aprés l'antique representant tous les objets de divers usages
d'art et d'industrie des grecs et des romains. Par Anthony Rich. Traduit de

Tangíais sous la direction de M. Cheruel inspecteur de TAcademie de Paris.


—Paris librairie de Didot, etc. 1873.
150 Glorias Sevillanas

en el traje: el manto, que es de color celeste, es el dato ar¬


queológico más importante y que más la caracteriza; cae
del hombro derecho al brazo del mismo lado, para ser re¬

cogido y plegado por el izquierdo, recordando su pos¬


tura la de las clámides romanas: carece en la actualidad
de la diestra mano, y dice su historiador Vera y Rosales:
«la mano derecha (que, como dije, la quitaron para ador¬
no del vestido) salía inhiesta sobre la cintura, como que te¬

nía en ella alguna flor, fruta ó cetro.» Con el brazo izquier¬


do sostiene al Divino Niño, que forma parte del tronco
del cuerpo de la imagen principal: viste ligera túnica blan¬
ca, mostrando por bajo de ella uno de sus piececillos: la

expresión de su rostro es bastante dura: en la mano iz¬


quierda sostiene un pajarillo, símbolo del alma humana, y
la derecha la tiene en actitud de bendecir. Esta es la ima¬

gen de Ntra. Sra. de la Hiniesta, tal como aparece hoy,


estando mutilada por la falta de la mano derecha y el hom¬
bro del mismo lado. Es de madera de calidad muy dura,
y se encuentra sumamente apolillada: ha sufrido muchas
restauraciones, sobre todo en el rostro, pues desde que la
vistieron, con tan mal acuerdo, á fines del siglo XVII, es
lógico no sehayan ocupado del traje, por más que recien¬
temente ha sido repintado. (Véase la lám. 10.)
Sin embargo, á pesar de su estado actual, muestra bien
á las claras, examinada con detención, y analizados todos
los detalles que presenta, su origen remotísimo y su mar¬
cado tipo greco-latino: es un ejemplar que en nada se ase¬
meja á las esculturas del siglo XIV. La cuestión arqueoló¬
gica acerca de la antigüedad de esta obra se presenta en
esta forma: ¿pueden los que niegan su antigua procedencia
probar que no perteneció ni pudo ser labrada en los tiem¬
pos que la tradición le señala? Mientras esto no se de¬
muestre, y fundándonos además en los caracteres artísti¬
cos que reviste la obra, respetaremos la tradición de la an-
Antiquísima imagen de Ntra. Sra. de la Hiniesta,
en el
templo de San Julián.
Glorias Sevillanas

tiquísima efigie (i). Porque ¿hay razón para negar ó dudar


que los primeros cristianos de estas comarcas dieran culto
á Nuestra Señora? Desde el siglo II se veneraban ya estos

(i) En la obra citada anteriormente, cuyo título es Sevilla Monu¬

mental, ocupándose su autor de esta imagen, leemos lo siguiente en el


tom. I, pág. 205:

«Una memoria de D. Goncalo Argote de Molina, contiene que este


año 1380 fué traída á la Iglesia Parroquial de San Julián, la milagrosa
Imagen de nuestra señora, que en ella se venera. Siendo su Beneficiado
Martin Alonso, Cura Juan Martínez de los Palacios y Sacristán Hernán
Alvarez. Un hombre de la (dize) traxo á la dicha Iglesia la Imagen
mar

de nuestra Señora de la Iniesta, la


qual hallo riberas de mar sobre una
yerua, que llaman Iniesta, que es echura de retama, el qual la puso en el
altar de San Sebastian. Y prosigue que vn caballero de los Tous la quiso

para su Capilla, que tenia en el propio Templo, pero que milagrosamente


se bolvió al Altar de San Sebastian en que antes fné puesta de que infor¬
mados el Arcobispo y el Dean y Cabildo
fiesta y procesión solemne la
con
colocaron en la Capilla en que
aora está comencando luego a obrar muchas
maravillas.» Hasta aquí, las palabras de Argote que atribuyen procedencia

algo distinta á la efigie, cuyo tradicional origen se encuentra alterado ya


en los días del Analista, puesto que este mismo la refiere de otro modo,

«consignando que en las montañas de Cataluña la halló estando de caza


Mosen Pedro de Tous caballero catalan o aragonés, que vino á Castilla

con la Reyna D.a Leonor


en 1375: junto á la imagen estava un escrito en

latin que dezia: «Soy de Sevilla de una Capilla junto á la puerta que enca¬
mina á Córdova.»

De la contradicción aparente que se quiere ver aquí como prueba para


negar y destruir la tradición,deduce nada; pues demasiado se nota
no se

que, ya sea de un modo ó ya de otro, el fondo de la historia es el mismo.

Además, adviértase que la cita de Argote de Molina hecha por Ortiz de


Zúñiga es con referencia sólo á los apuntes manuscritos del primero, que
preparaba el Aparato para la Historia de Sevilla, cuyos apuntes no ordenó
ni corrigió, ni vieron la luz pública, como salieron los libros de Espinosa,

Morgado y otros, que refieren de común acuerdo la tradición constante de


aquella iglesia, de que falta el M. S. que, según Ortiz de Zúñiga, «consta
que hubo, en que estaba la noticia cierta»; cuyas palabras omite el Sr. Ges-
toso en el párrafo que cita de nuestro analista, y que acabamos de re¬

producir.
Continúa diciendo el referido autor;
152 Glorias Sevillanas

divinos simulacros de la Madre de Dios ostentando en sus

brazos á Jesús, costumbre


más tarde se acentúa para
que
protestar contra la herejía de Nestorio, que negaba la Di-

«Quienes inventaron la tradición de que la actual efigie de la Virgen


había sido venerada por los visigodos, y para ponerla á salvo de profana¬
ciones la condujeron hasta los montes de Cataluña: pretendieron tal vez,

asignándole tan remota antigüedad, enaltecerla más, pareciéndoles que era


poca la del siglo XIV, época en la cual, según Zúñiga, llegó á esta ciudad

Mosén Pedro de Tous: lejos estaban aquellos devotos de que alguna vez

bastaría el examen de los caracteres artísticos de la imagen para que se

destruyeran vista de aquéllos, que si bien pudo


sus asertos, probándose en
ser trasportada desde Cataluña por el mencionado caballero, es inadmisible

que el respetable simulacro fuera ejecutado por los cristianos antes de la


irrupción musulmana ó poco después de ocupada la Península por nuestros
invasores.»
De la lectura de este párrafo se deduce la inquina con que se tratan
nuestras tradiciones, abundando aquí el autor referido en el mismo sentido
y parecer con que trató las piD turas murales de la Antigua y otras; es
decir, de que se enaltecían las efigies asignándoles estudiadamente más ó
menos
antigüedad: y se trata de motejar á «aquellos devotos, que lejos esta¬
ban de que alguna vez bastaría el examen de los caracteres artísticos de la
imagen para que se destruyeran Pues bien: hasta el presente
sus asertos.»
día no hemos visto destruido nada;mientras el Sr. Gestoso sostiene
pues
su criterio, nosotros estaremos de
parte del sustentado por el eminente pin¬
tor sevillano, el Sr. D. Virgilio Mattoni, profesor de la Escuela de
Bellas
Artes de esta Ciudad, ilustradísimo en el estudio de las antigüedades cris¬
tianas y conocedor de cuanto en este género encierra la ciudad de Roma,
cuya opinión no es otra que la que aquí sustentamos: es decir, que es com¬

pletamente gratuito querer asignar á esta escultura la época que se le señala


del siglo XIV, cuando muy bien puede ser de un período mucho más ante¬
rior. Repetimos aquí que es muy aventurado fijar criterios absolutos para
juzgar de la época ó período á que pertenecen determinados monumentos
arqueológicos. La puerta llamada de la Gloria la Catedral de Santiago
en
es obra del
siglo XII; sin embargo, tiene á los ojos del crítico todas las
apariencias, por sus detalles en el estilo y corrección de dibujo, de perte¬
necer á época más adelantada: el estudio de la soberbia estatua de nues¬
tra Sra. del Pilar que se venera en esta Catedral, escultura de barro cons¬
truida por Pedro de Millán, hizo decir al Sr. D. Claudio Boutelou, peritísi¬
mo en la materia, en la Revista de Filosofía, Ciencias y Artes ya citada, al
Glorias Sevillanas 153

vina Maternidad. Del siglo IV y del VI se ven esculturas


en Atenas y Constantinopla que representan á la Santí¬
sima Virgen, y que tienen, natural, todo el corte
como es
de la estatuaria griega: nuestra historia refiere que al vol-

tom. III: «que pertenece al siglo XIII, y que la firma que lleva del referido
escultor se refiere al estofado
y ensamblamiento de ella.» Vea, pues, el señor
Gestoso cuán fácil es errar en esta materia, aun por los mismos maestros
avezados al estudio de esta clase de conocimientos. Es más: para probar
la divergencia de cuando se trata de marcar la época de algún
pareceres
objeto de arte antiguo, manifestaremos aquí que, según la opinión de un
sabio arqueólogo español de gran nombre, al examinar la imagen objeto
de este estudio, con fotografías á la vista en tres posturas distintas, que dan
idea cabal de ella, el simulacro de Ntra. Sra. de la Hiniesta no es anterior
al siglo XVI.
Ante esta diferencia de pareceres y opiniones, y en vista de la defi¬
ciencia de la Arqueología, qué atacar de manera tan descarada tradi¬
¿por
ciones respetables, que son el fondo de nuestra Historia, sin antecedentes

seguros para ello y sin más apoyo que el criterio particular de un individuo?
Aun cuando la base de esa crítica tuviera algún principio de verdad, habría
siempre medio para salvar la tradición y la leyenda. ¿Acaso la efigie no
hubiera podido ser restaurada hasta lo sumo, borrando los caracteres pri¬
mitivos, y en este supuesto ser cierto lo que nuestra historia nos dice? En
el fondo de todas estas cuestiones arqueológicas sobre asuntos cristianos
no vemos más que dos cosas: una, el afán de emitir juicios novísimos con¬
trarios á todo lo dicho con anterioridad, para ganar plaza de mejor y exce¬
lente crítico; y otra, un fin premeditado para destruir, ó socavar al menos,
las tradiciones y leyendas inspiradas en el espíritu religioso de otras edades.
A «aquellos devotos», que dice el Sr. Gestoso; á aquellos caba¬
lleros cristianos, decimos nosotros, porque vemos con la idea que se les
tacha de tales, no les parecía poco ni mucho señalarle tan remota anti¬
güedad á la vereranda efigie, razón por la que no tenían para qué conten¬
tarse con asignarle su origen en el siglo XIV, como dice en su obra. Repe¬

timos lo que dijimos antes: que mas que la parte de crítica arqueológica,
en estos estudios, nos duele la burla ó mofa con que
se trata de poner en
descubierto las creencias de aquellas generaciones, que merecen tanto res¬
peto.
Por casualidad vino á nuestras manos, y la reproducimos en demos¬
tración de la calidad de los devotos aludidos, la siguiente nómina de her¬
manos de Ntra. Sra. de la Hiniesta en el siglo XVII:
20
154 Glorias Sevillanas

ver S. Leandro del destierro, después de la persecución


arriana, condujo una imagen de Nuestra Señora, donativo
que le había hecho el Pontífice S. Gregorio Magno; cuya
efigie se veneró en esta Ciudad, y que, luego que ocurre la

«Nos los hermanos de la Hermandad de N. Señora de la Iniesta sita


en la
Iglesia parroquial de Señor San Julián desta Ciudad de Sevilla, cuyos
nombres son como se siguen:
«Don. Alonso Ortiz de Zúñiga, Ponce y Sandoval, Marqués de Valen-

cina, Hermano mayor


«Don Melchor de Meló Ponee de León, Cavallero del Orden de Cala-
trava, Alcalde.
>E1 capitán Jacinto Serrano Alcalde.
«Don Fernando de Quintanilla, Secretario

«Diego Franco, Fiscal.


«Juan Ximenes, Prioste.

«DIPUTADOS DE GOBIERNO

«Don Juan de Cárdenas Saavedra y Manrique


«Don Luis Francisco de Guzman Ortiz de Zuñiga.
«Don Melchor Maldonado Saavedra.
«Don Rodrigo Suarez Tello.
«Licdo, Don Gabriel Ossorio de León, Presbytero.
«Doctor Don Andrés Romero, Presbítero

«Felipe de la Vega, Depositario.

«HERMANOS.

«Don Pedro Giménez de Enciso, Marquéz del Casal


«Donjuán de Saavedra y Alvarado Ramírez y Arellano, Cavallero
del Orden de Santiago.
«Don Alonso Verdugo de la Cueva y Albornós, Cavallero del Orden
de Alcántara.
«Doctor Don Francisco Prada.

«Don Pedro Ossorio de los Rios, Cavallero del Orden de Calatrava.


«Don Francisco de Vargas Sotomayor.
«Don Pedro Pantoja Portocarrero.
«Don Diego Ortiz de Zuñiga, Cavallero, del Orden de Santiago
«Don Juan Francisco de Meló.
«Don Francisco de Alfaro, Familiar del S. Oficio
«El Licenciado D. Gaspar Bonifacio Ponce de León
Glorias Sevillanas i55

invasión árabe, se traslada por los cristianos á las sierras de


Extremadura, junto á Guadalupe, donde fué encontrada
más tarde, en 1326, con cuyo hallazgo dióse lugar á la fun¬
dación del monasterio de ese nombre. Con estos antece-

aDon Francisco de Olloqui


«Don Antonio Mauricio Cataño, Diputados de negocios
«Diego Fernandez de Gamez, Diputado de Capilla.
«Francisco López Castellar, escrivano publico de Sevilla
«Don Fernando Luis de Vargas,
aBernardo Limón de Pineda
«Damian de Pareja
a Don Tomas Caberos y Rendon.
«Gregorio Romero
«Licenciado Don Ignacio Trujillo, Presbítero.
«Don Christ.al de Medina

«Don Francisco Ortiz de Ocampo


«Miguel Portillo
aPedro Moreno
«Francisco Vasquez
ajoséph Francisco Vasques Garcéz
«Don Luis de Torres y Monsalve

«Don Pedro Josepf de Menchaca y Villasis


«Don Juan Agustín Carrocio, Cavallero del Orden de Santiago
«Licenciado Don Alonso Guillada, Beneficiado y Cura Propio de
S. Julián
«Licenciado Christoval Carmona, Presbítero
«Licenc. Bartolomé Vasquez, Presbítero
aLicenc. Alonso Caro Salcedo

«Dorotheo de Veas
»Don Lorenzo Vázquez
«Manuel de Valdivia

«Juan de Godoy.
«Tomas de Cordova
«Francisco Luis
«Francisco Baez
«Bartolomé Sánchez
«Pedro Honorio de Palencia
«Pedro Honorio de Palencia su hijo.
«Francisco de Vergara
Glorias Sevillanas

dentes ¿no pudoconstruida en aquella época, dando por


ser
sentado que eran admitidas al culto y veneración pública
las imágenes de la Virgen? Un crítico moderno, hablando
de arqueología cristiana, dice:
«El cristianismo
(i) hubo de adoptar en los primeros
siglos el Arte
romano para sus manifestaciones, si bien in¬
troduciendo desde el principiodiversas variantes.» Com¬
párese la imagen con las demás esculturas que de aquel
período tenemos, y se verá que no tiene semejanza con nin¬
guna de ellas, y que resulta por su estilo único ejemplar.

En cuanto á la
propiedad con que pueda ser denomi¬
nada «Concepción» esta veneranda efigie, es cosa que no
puede asegurarse. Dijimos antes que gran número de imá¬
genes se conocían ó eran invocadas con relación al lugar
ó circunstancias que acompañaron á su invención ó hayaz-

go, y en este número precisamente se encuentra la que es-

»Juan de Valdés Leal


• Vicente Portillo
• Vicente Fernandez

•Juan de Barrieta
«Juan de Molina
«Don Diego de Sandovál
«Nicolás de Solo
«Feliciano Perez»
Es decir: lo más florido de la sociedad sevillana. Estas generaciones

de devotos y exaltados fueron las que, á pesar de ser poco ilustradas, nos
legaron esos tesoros del arte cristiano español, que nosotros, hijos del siglo
de la luz y de la crítica prepotente, no hemos sabido conservar; sino que,
por el contrario, hemos derrochado y dilapidado, haciendo un puente de
la revolución anti-religiosa para que lo que no se ha destruido, ó mal con¬

servamos, se haya hecho pasar á manos extranjeras, como ha sucedido con


la inmensa mayoría de lo que se encerraba en nuestros monasterios y con¬
ventos: respetemos la memoria de aquellas generaciones, que son acree¬
doras á ello.

(i) M. Rossy. Historia de la Escultura.


Glorias Sevillanas i57

tudiamos: fué conocida desde que se trajo á Sevilla con el


título de la Hiniesta, por la circunstancia de haberse en¬
contrado en Cataluña por el caballero Mossén Per Tous de
Monsalve junto á la planta que con este nombre se conoce.
Por el título vemos, pues, que nunca fué conocida co¬
mo
«Concepción», y apoyados en lo que dijimos al tratar
de la iconografía de este asunto, dada la antigüedad de la
efigie, no creemos que pueda decirse que lo sea. Por los
atributos plásticos ó intrínsecos de la obra escultórica, por
decirlo así, no deducimos nada en apoyo de la opinión de
Vera y Rosales; pues el color celeste del manto, y la Luna

que en su tiempo vió pintada á sus pies el referido histo¬


riador, son atributos accidentales.
En este sentido, pues, creemos nosotros no poder sos¬
tenerse con fundamentos sólidos que esta venerable imagen

sea de Concepción, sobre todo cuando su principal fiesta,


desde muy antiguo, es el día de la Natividad de Nuestra
Señora. Que llegado aquel período de entusiasmo y eferves¬
cencia por el Misterio sacrosanto, el pueblo de Sevilla y
su fervorosa Hermandad empezaron á rendirle esplendoro¬
sos cultos en fiestas y
octavas; que se propuso fuese deno¬
minada así desde entonces por un devoto de la Virgen; que
desde el siglo XVII ostentó en la parte alta de su camarín,
en letras de plata sobre
terciopelo celeste, el mote «Conce¬
bida M sin Pecado Original»; que por las Reglas de su an¬

tigua Hermandad se estatuyó se le tributaran cultos solem¬


nes en su día del 8 de Diciembre, y
que los hermanos hicie¬
sen el voto y defender
juramento de la creencia pía; que
las fiestas de desagravio y en alabanza del triunfo de la

opinión fueron en 1613, 1617 y 1625 suntuosísimas, viene


todo esto á demostrar lo que antes dijimos, de que los

pueblos y los fieles rendían y tributaban culto á la Concep¬


ción Inmaculada de María en sus titulares propias, conside¬
rándolas siempre con relación á la entonces piadosa creen-
i58 Glorias Sevillanas

cia; y en este sentido es como podemos denominar á nues¬


tra Sra. de la Hiniesta como efigie de la Concepción.

San Lorenzo.

«La Parrochia de S. Laurencio fué primero hermita de


nuestra Señora de Rocamador, de su fundación no ay
cosa particular: la mas antigua memoria que en ella ay,
es la dotación del Alcalde Fernán Gongalez, que fué el año
de 13io. sesenta y dos años después de ganada Sevilla; y
está en el repartimiento de las demás; y el portal que te¬
nía delante de la puerta que sale á la plaga para recoger
los peregrinos le dava mucha antigüedad; quitóse el año
de 1572.» Libro citado del Abad Gordillo.
Al lado del Evangelio, en el presbiterio, hay una capi¬
lla de la Concepción con un pequeño altar del Renacimien¬
to: está adornado con pinturas de Roelas y Pacheco, vién¬

dose en la parte superior del mismo, sobre la hornacina


central, la figura del Eterno Padre pintada en tabla; la ima¬
gen á que se dedica este retablo con el título de nuestra
Sra. de la Concepción es de muy escaso mérito, creyendo
nosotros no fué la primitiva que allí se veneró. La mesa

de altar está revestida de azulejos del siglo XVII.


Frente á capilla hay otra, cerrada con su verja, al
esta

lado de la Epístola, siendo notabilísima por lo que encie¬


rra. Destácase en el testero principal sencillo altar,
un cons¬
tituido sólo por un arco, que está formado en el muro
sobre la mesa del mismo: en él se contiene un bellísimo
lienzo pintado por el maestro del gran Velázquez, midien¬
do 3 metros de longitud por 1,80 de latitud. No se sabe, al
contemplarlo, qué admirar más en él, si la corrección del
dibujo ó el colorido y luz que baña al cuadro todo, sobre¬
saliendo la angelical y divina figura de la Concepción, que
Glorias Sevillanas i59

parece se ve flotar en el ambiente que se respira en el aca¬


bado trabajo de Francisco Pacheco; pues los toques de su
pincel han dejado allí la huella de los efluvios sutilísimos
donde parece que la figura de la Virgen se mueve. Viste
túnica color de jacinto y manto celeste: represéntase en
su más tierna edad: la cabeza, á más de la encantadora y

espiritual belleza de su rostro, es toda llena de nobleza y


majestad: los cabellos, sueltos, caen con gran modestia so¬
bre las espaldas: las manos únelas en actitud contempla¬
tiva: la túnica, graciosamente ceñida, baja en ondulosos

pliegues sobre los pies, que los deja cubiertos: los ojos apa¬
recen velados
por sus párpados: á sus costados, y sobre
la cabeza, multitud de ángeles y querubines, modelos de
belleza por la hermosura de sus rostros.
En la parte alta del lienzo, al lado izquierdo, se ve
la Santísima Trinidad, decretando la Concepción sin man¬
cilla de la Virgen María: las Divinas Personas tienen la
vista fija en Ella, y la contemplan con fruición y compla¬
cencia. Adviértense en la parte baja del cuadro siluetas es¬
bozadas, que representan una vista de Sevilla, la que apa¬
rece rodeada de murallas, y por cima de ellas la Catedral

con la Giralda
y otros edificios, á más de la torre del Oro:
el río corre á los pies de la Ciudad, y en él se descubre una

carabela, capricho que vemos repetido en casi todos los


lienzos de Pacheco que tienen la Concepción. Según nues¬
tro pobre parecer, es la obra magistral de este insigne pin¬

tor, siendo lástima que esté colocada en sitio donde no


se
pueda admirar. Por bajo del lienzo se lee, en caracteres
dorados sobre fondo celeste: «Esta capilla reja, voveda,
altar y retablo, es de Diego Perez de Porra difunto y de
Da Isabel de Monte Mayor y de sus hijos y herederos.
Acabóse año de 1624.»
Es de suponer que en esta parroquia hubo hermandad
de Concepción, y que después se anexionaría á la Sacra-
i6o Glorias Sevillanas

mental, que en el orden de fundación es la segunda que


hubo en Sevilla, aprovechándose de la Bula de Julio II á

D.a Teresa Enríquez, según se colige del texto ó contenido


de Reglas; siendo de advertir que fué la primera que
sus

condujo solemnemente bajo palio, y con gran acompaña¬


miento de luces y música, el Santísimo Sacramento de la
Eucaristía en la salida ó visita á los impedidos para la Co¬
munión pascual. En el altar mayor de su capilla da culto á
Ntra. Sra. de la Concepción, escultura del siglo pasado.

Santa Lucía.

Dice el Abad Gordillo:


«La parrochia de S. Luzia es
la mas moderna porque en
el lugar donde se halla fundada
es, y era de muchas huertas y de lo de menos poblado de
la Ciudad; está entre las del Repartimiento, y ay instru¬
mento de el año de 1340 en que consta que ya era Iglesia
Parrochial.»
Es uno de los templos más característicos de Sevilla,
siendo verdaderamente admirable su artística fachada (1)
por el conjunto tan elegante y gracioso que forma la por¬
tada con su gran rosetón encima y la torre al costado dere¬
cho de la iglesia, formando todo una combinación de líneas
que le dan mucha originalidad. En su retablo principal se
veneraba una de las más hermosas Concepciones de Mar-

(1) En la actualidad este templo tan hermoso y artístico hállase


convertido en
depósito y almacén de industrias particulares, con desdoro
de la Religión y del Arte, que ven perdida una de sus más clásicas joyas,
próxima quizás á su ruina y destrucción, sin que la Comisión de Monu¬
mentos pueda rescatarla de la muerte: da pena pensar que esto sucede en

una
época en que se subvencionan con grandes sumas las diversiones públi¬
cas, las carreras de caballos, de velocípedos y otras de este jaez: es verdad
que esto retrata el período histórico por que atravesamos.
Lám. 27.

La Concepción de la Iglesia de Santa Lucía,


de J. Martínez Montañés.
Glorias Sevillanas i 6 i

tínez Montañés, que en la actualidad se halla en el templo


de San Julián, en la capilla del sagrario; modelo bellísimo
de esculturas, que guarda mucho parecido con la que hay
en la Catedral del mismo autor, si bien ésta de Santa Lucía

es más pequeña, y creemos que fué ejecutada antes.

Santa María Magdalena.

«Por el Privilegio que dió el señor Rey Don Alonso


el X, dice el Abad Gordillo, á los Frayles Predicadores el
año de la Parrochia de la Magdalena es
1255. se vee, que
de las primeras de la Ciudad,
pues dize que se les dá para
fundar su Monasterio en las casas en que están en la Parro¬
chia de la Magdalena. Y por el repartimiento de Duchue-
las, dado á un vezino de la dicha Parrochia, del linage de
los Valladares, y por la sepultura que estos tienen en ella

y por los indicios hayan de la forma del Templo, y


que se
campanario antiguo, de que se entiende fué también Iglesia
Mogarabe.»
Fué derribada en 1811 por los invasores: dice González

de León que era medianamente grande y de la construcción


común de arcos sobre pilares de material y techumbre
de
madera, con tres naves, la central muy ancha: la capilla
mayor era de piedra, y de estilo gótico. Al verificarse su
derribo se trasladó la parroquia á la capilla de Nuestra Se¬
ñora de la Antigua y Siete Dolores, en el compás del con¬

vento de San Pablo, á donde estuvo hasta el año 1850, en

que se estableció el culto parroquial en la iglesia de este


nombre. En la actualidad venérase en el templo de San
Pablo la imagen de la Concepción en un altar situado en el
crucero á la parte de la Epístola: la escultura es de gran
tamaño, y es para estar colocada á mayor altura de la en
21
IÓ2 Glorias Sevillanas

que se halla, y en retablo de más proporciones: es obra de


mal gusto, pues parece de la Escuela de Acosta.
En esta parroquia hizo la familia de Peláez Caro funda¬
ción á favor de la Inmaculada Virgen en el Misterio.

Santa María de las Nieves (vulgo la Blanca).

Considérase este templo como capilla de la Santa Igle¬


sia Catedral, sobre la que tenía jurisdicción, por ser su auxi¬
liar: es de construcción moderna.

Poseyó en tiempo un lienzo de Murillo con la Concep¬


ción y varios clérigos arrodillados á sus pies, cuya pintura
estaba á la cabeza de la nave del Evangelio, en el medio

punto que hay encima de la capilla que existe en este sitio.


Ef indicado cuadro fué sustraído por el Mariscal Soult en
la época de la invasión francesa, trasportándolo á su país,

y hoy se halla en el Museo del Louvre. Se pintó en el año


de 1656.
En el sagrario se venera una efigie de la Inmaculada,
escultura de buen gusto y estilo. En el siglo XVII celebrá¬
ronse suntuosas fiestas, de las que hablaremos en su lugar,

distinguiéndose en estos cultos una corporación de sacer¬


dotes allí establecida por aquella época (1).

(1) Estatutos, y constituciones, j que se han de guardar en la Reli¬


giosa Junta, y devota ¡ Hermandad de Venerables Sacerdotes de la Cathe-
dra | de nuestro Padre San Pedro en Roma. | Nuevamente erigida, y dedi¬

cada á la Virgen Santissima | de las Nieves, en su Sacro Templo de | Santa


María de la Blanca. | En el Pontificado de nuestro Santissimo Padre Urbano

octavo, |.Reynando en España el muy Chatolico Sr. D.n Fhelipe IV. | y


siendo Arzobispo de Sevilla el Eminentissimo | Señor D. Gazpar de Borja

y Velasco, j Cardenal de la Santa Iglesia de Roma. | Año de 1641.

4.0; 40 hoj., todas con orla; escudo pontificio; sin lugar de imprenta.
Glorias Sevillanas 163

Santa Marina.

«La Parroquia de S. Marina es muy antigua, dize


y se

que fue Mocarabe por tradición que ay, de que en ella avia
vn Retablo de pintura
muy antigua, que dezia en su ins-
cripcio: Fue fecho el año de 670. que fué antes de la perdi¬
ción de la Ciudad; y por que en ella ay muchas casas prin¬

cipales de repartimientos, y en las Iglesias muchas Capillas,


y sepulturas de gente noble, de grande antigüedad y dota¬
ción.» Del referido libro.
Fué este espacioso é histórico templo de los más
uno
principales de Sevilla; mas con el transcurso de los tiem¬
pos, el cambio que ha tenido la población, y el incendio
que sufrió el año de 1867, ha quedado completamente va¬
riado, si bien conserva rastros de lo que fué, sobre todo de
su antigua y primitiva fábrica, de la que tantos y tan inte¬

resantes restos aún le quedan. Lástima es que al ser restau¬

rado recientemente, con motivo del referido incendio, no


hubiese quedado al descubierto su precioso y artístico ábsi¬
de, colocando en sus grandes ventanales vidrieras con carác¬
ter de época, dejando el altar en el centro del presbiterio

aislado, constituido sólo por un sencillo templete. La ver¬


dad es, que este templo, juntamente con el que sigue, el de
Santa Lucía, San Esteban, y otros varios, representan un

período de nuestra historia local del que sólo nos restan


estos recuerdos de granito, que debemos conservar á todo
trance. En la capilla del sagrario, digna de estudio por su
especial forma, pues acusa la de los primitivos baptisterios,
por estar formada de bóveda que descansa sobre columnas,
y aislada por completo del resto de la fábrica, venérase en
su altar la imagen de la Concepción Purísima de María,

escultura del siglo pasado, de 1,20 de altura. La Hermán-


164 Glorias Sevillanas

dad Sacramental celebró grandes fiestas á la Inmaculada


en los siglos XVII y XVIII.

San Marcos.

«La Iglesia Parroquial de S. Marcos es assi mismo de


la división general de las demás Parrochias de la Ciudad,
fecha por el señor Rey Don Alonso X. el Sabio, no ay
instrumento particular que le dé otra antigüedad ni lugar
anterior, ni posterior: ponese en este por la incertidumbre
que ay de su particular fundación.»
Como joya del arte cristiano puede clasificarse este tem¬

plo, cuya portada y torre no reconocen igual; siendo lástima


que ambas no sean restauradas como procede, pues indu¬
dablemente forman ambos ejemplares uno de los monu¬
mentos arquitectónicos más notables de Sevilla.

La capilla del sagrario ostenta en su altar la efigie de


la Concepción, escultura de muy escaso valor.

San Martín.

«La Iglesia de S. Martintiene por muy antigua, y lo


se
assientan en la invención de la
Reliquia de vna espina de
la Corona de nuestro Señor Jesu Christo, que se halló en
vna pared de la Iglesia, pero no ay escritura en
q se pueda
fundar la antigüedad. Está en el repartimiento de las de¬
más.» Del Abad Gordillo.
La Hermandad Sacramental de esta Iglesia veneraba
una efigie de la Concepción en su capilla propia, que fué
sustituida con la histórica
imagen de igual título que en la
época de la invasión francesa se trajo á este templo del de
Regina, al hablar del cual nos ocuparemos de tan célebre
Glorias Sevillanas

simulacro. En este templo se hicieron varias fundaciones


dotando las fiestas de Nuestra Señora en el Misterio.

San Miguel.

«La Iglesia de San Miguel


es de las muy antiguas, ree¬
dificóla un cavallero
Mayordomo del Rey Don Pedro el
Justiciero, q se llamava D. N. de Aponte, es de la funda¬
ción general.» Dice el Ldo. D. Alonso Sánchez Gordillo.
Concedióle el referido monarca el patronato de este tem¬

plo, y por lo tanto enterramiento en él, como consta por


una
gran lápida que en el centro de la iglesia existía, y
que copiamos para recuerdo, ya que del insigne fundador
sólo queda el rótulo de la calle inmediata al que un día
fuera suntuoso y artístico templo de San Miguel, y en la
actualidad habilitado el espacio que constituyera el área de
tan soberbio edificio para centro de desmoralización más

que teatro.
«Entierro de Martin Yañez Aponte Señor de Chillas,
Caballero de la vanda, Secretario del Rey D. Pedro el Jus¬
ticiero, Fundador de este Santo Templo de S. Miguel, a
cuyacosta Fabricó, Padre de Juan Alvarez de Chillas
se
Caballero de la Vanda. Año de ijóy. Puso esta losa Juan
Ximenez Alvarez de Chillas, y su Hermano Joseph Xime-
nez Alvarez de Chillas sus legítimos Descendientes, y Gas¬
par Ximenez Padres de los Dichos.»
El templo era de los mejores de Sevilla (i): constaba

(i) El infatigable y sabio arqueólogo Dr. D. Francisco Mateos Gago,


que tanto trabajó por evitar su ruina, librando verdaderas batallas con los
señores de la Junta Revolucionaria, dice: «fué el templo de San Miguel el

último de los mudéjares, la perfección de aquel Arte... su importancia para


la historia del Arte era tan grande, como que teniendo los otros edificios

mudejáricos sus techumbres de madera, sólo San Miguel tenía bóvedas de


166 Glorias Sevillanas

de tres naves espaciosas


diáfanas: existían en él muchos
y
enterramientos de personas notables de esta Ciudad, entre
los que recordamos el del erudito arqueólogo Rodrigo Caro,

cuyos restos se pasaron á la iglesia de la Universidad Lite¬


raria, sin que hasta el presente se le haya colocado ni una
sencilla losa que recuerde descansan allí sus cenizas: ade¬
más, atesoraba otras muchas obras artísticas.
En el altar mayor
venerábase la imagen de la Inmacu¬
lada Concepción, escultura de gran tamaño, habiendo oído
nosotros asegurar que era de buena Escuela. Fué esta igle¬
sia una de las que hizo más fiestas en el siglo XVII á este
Misterio.
Allá por
los años de 1639 estuvo aquí establecida una
corporación concepcionista, cuyo título era «Hermandad
Militar de la Concepción», con aprobación del Provisor
Dr. D. Manuel Sarmiento; estaba formada de eclesiásticos

y seglares, permaneció algunos años dando culto á Nues¬


y
tra Señora. En
un
papel muy curioso que hemos visto re¬
lativo al asunto (1), se dice haberla fundado D. Antonio

ladrillos con
múltiples y elegantísimas costillas de piedra, que, arrancando
de sus postes, entrelazaban majestuosas todo el techo.»
Colección deOpúsculos, tom. I.
(1) Relación y sumario | de la Bula que dió la Santidad de | Urbano
Octavo para que se fundase en toda la cristiandad la | Religión Militar de
la Inmaculada Concepción de la Virgen | Santa Maria: y de los grandes

privilegios que la Magestad Cato | lica de Felipe Cuarto ha concedido, á


Don Antonio de Busta | mante, y á todos los que le ayudaren en su Arma¬

da, que al pre | sente está aprestando con el título de Hermandad Militar
de la | Inmaculada Concepción de la Virgen María, que ha fun | dado para

guarda de las costas de España y | socorro de los presidios | Dirijido al


Señor Don García de Sotomayor Sarmiento, Conde de Salvatierra, Mar¬
ques| de Sobroso, Comendador de los Santos, | Asistente y j Maese de
Campo general de esta Ciudad | de Sevilla. (Al fin:) Con licencia del Or¬
dinario, Impresa en este año de 1639.
En fol.; 2
hoj.; recl.—Dedicatoria.—Noticia de la Bula de Urba¬
no VIII. (Bib. del Duque de T'Serclaes.)
Glorias Sevillanas 167

Bustamante, vecino de Triana, frente á la torre del Oro:


que dicho caballero quiso, en virtud de la Bula de Urba¬
no VIII, fundar aquí la Religión Militar de la Concepción,
para lo cual solicitó y alcanzó permiso de S. M., con ob¬
jeto de defender á España contra los holandeses y los afri¬
canos, concediéndole completa jurisdicción á dicha Orden
en las naves de su armada,
supuesto que el fin principal
del Pontífice al levantar esta Orden había sido defender la
cristiandad contra la herejía: mas no habiéndolo consegui¬
do, instituyó esta nueva Hermandad Militar, con el objeto
que se indicaba, y permaneció por espacio de diez años.

San Nicolás.

El Abad Gordillo dice, hablando de esta iglesia: «Sant


Nicolás no es
Iglesia moderna, porque la Imagen de Nues¬
tra Señora llamada del Soterraño estava allí quando la

Ciudad seganó, no se dize que era Parrochia; y por el


poco distrito que tiene, se colige ser de las antiguas y de
quando tenia corta población la Ciudad que no era mas de
la mitad de los Christianos, y astava junto al Serrallo de los
Moros.»
La actual iglesia
del siglo pasado, y de mal gusto.
es
En su altar mayor aparece la imagen de la Concepción
en el segundo cuerpo del retablo; escultura de un metro
de alto, de regular mérito.

Nuestra Señora de la 0.

Auxiliar de la parroquia de Santa Ana es la iglesia que


lleva este título en el arrabal de Triana. No tiene gran an¬

tigüedad, ni su fábrica ofrece interés alguno.


i68 Glorias Sevillanas

Venérase en su altar mayor


la titular, Ntra. Sra. de la
Expectación, escultura antigua, de vestir, pero completa¬
mente desfigurada por los repintes y restauraciones sufri¬

dos. Se le tributa desde época inmemorial culto de Con¬

cepción.

San Pedro.

«De la Parrochia de San Pedro se sabe, q ya estava


fundada el año de 1340 ay escrituras de aquel tiempo, he¬
chas en favor de la dicha Iglesia y se afirma, que su torre
servia de atalaya, para los moros que vivian en el barrio
de la Morería, hasta que el señor Rey Don Alonso XI. que
los recogió allí los hecho de Sevilla.»
Se da culto en su altar mayor á una imagen de la Con¬

cepción, de gran tamaño, pero de pésimo gusto artístico.


En la capilla del sagrario encontrábase en tiempo de
González de León, pues en su Noticia Artística da razón
de ello, una escultura, obra de Montañés, representando la

Concepción: la que hoy se venera en dicha capilla no es


de este famoso maestro: á su lado se ve la efigie de San
Sebastián.
Consérvanse en este templo dos ricos retablos, colo¬
cados hoy á los pies de las naves laterales, los que estu¬
vieron situados antes de 1822 en la capilla mayor, y en
los cuales se contienen muy
excelentes pinturas. Creemos
nosotros que de conservarse en su primitiva forma, hubié¬

ramos encontrado en uno de ellos documentos iconográ¬

ficos de gran valor é importancia para el estudio de la

Concepción; pues hoy, no obstante la transformación que


los mismos han sufrido y la pérdida que hacia el año 1840
hubo de algunas de sus más interesantes tablas, como la

que contenía la Concepción, todavía se descubren señales


Glorias Sevillanas 169

más que suficientes para conocer que estuvo dedicado el


segundo que describimos al Misterio de que nos ocupamos.
Vamos á describirlos tal como hoy se encuentran.
El del lado del Evangelio contiene nueve tablas, que

pertenecen al maestro Campaña. En la central se ve á la


Santísima Virgen con el Divino Niño en sus brazos, ro¬
deada de ángeles, y un monje á sus pies; por debajo apa¬
rece una banda sostenida por un ángel, con la inscripción

«Santa María de la Paz»: este letrero es moderno. La tabla

superior que va sobre este cuadro es el escudo de armas


del fundador ó dotador D. Pedro Santiago Ferriol. Al lado
derecho hay dos tablitas, una con la calle de la Amargura,
y por debajo otra con las lágrimas de S. Pedro: al lado
izquierdo S. Jerónimo haciendo penitencia, y debajo S. Se¬
bastián mártir: forman el basamento otras tres, viéndose
en la central la Anunciación y á los costados retratos de la
familia del fundador. El retablo tiene sobre 4 metros de
altura.
Al lado de la Epístola está el otro retablo: se ven en
él hoy hasta seis tablas, pues, según refiere González de
León, se enajenaron algunas á principios de siglo, y aun
las que hoy se examinan no son todas del mismo autor

que pintara el retablo, y cuyo nombre se ignora. En el


centro hay una pintura de Jesús crucificado, la que induda¬

blemente fué colocada allí en el arreglo que se hizo en el

traslado, y la cual, aunque es buena, se ve no es de la


misma mano que hizo las otras pinturas. Al lado derecho
van dos tablitas con Sta. María Magdalena y debajo San

José: al izquierdo se examina una tabla, magistralmente


hecha, que representa á Adán y Eva en el Paraíso, y otra
con Sta. Ana y S. Joaquín en actitud de abrazarse confor¬

me al simbolismo de que tratamos al hablar de la icono¬

grafía, y algunas otras figuras que les ofrecen presentes:


el basamento no contiene pintura ninguna, y los tres huecos
22

\
170 Glorias Sevillanas

altos del retablo están ocupados con lienzos en los que se


ven pintadas modernamente las armas del fundador D. Gas¬
par de Torrejón. Lástima es que estos cuadros se conten¬
gan en tan pésimos retablos, que no merecen ni el nombre
de tales.
En esta
iglesia se halla establecida la famosa é histórica
hermandad de Venerables Sacerdotes de San Pedro Advín-

cula, que tanto se distinguió por sus fiestas y justas litera¬


rias en honor de la Concepción,sobre todo por haber sido
y
la primera que solemnemente hizo el voto y juramento de
defender esta creencia, como más adelante veremos.
Pertenece su fundación á los últimos años del siglo XVI,
atribuyéndose al racionero de esta Catedral D. Andrés de
Segura, en la iglesia conventual de Nuestra Señora de la
Paz, desde donde se trasladó á la del Príncipe de los Após¬
toles en 1583, en que actualmente se halla. Esta Herman¬
dad, que representa el espíritu y devoción del clero sevi¬
llano, ha ido siempre á la cabeza de todas las corporaciones
cuando se ha tratado de celebrar y festejar la Limpia Con¬

cepción de Nuestra Señora; lo mismo en el siglo XVII,


con las fiestas de desagravios y la de institución del jura¬

mento; las posteriores con motivo de los Breves y Rescrip¬


tos pontificios favoreciendo la pía opinión; las del siglo pa¬

sado para celebrar el patronato, que las del actual con mo¬
tivo de la declaración del Dogma y las solemnísimas del
XXV aniversario de este suceso, siempre la acreditarán de
ser la primera cuando
se trata de celebrar la Concepción.

Regina Omnium Sanctorum.

«De la misma antigüedad y memoria goza la Iglesia de


Omnium Sanctorum, cuya asignación es de la división de
las demás Parrochias de la Ciudad: y la antigüedad que ella
Glorias Sevillanas

tiene es como las otras, de que no hay noticia particular


mayor, de que el Rey Don Pedro la reedificó.» Abad Gor-
dillo.
En el altar del sagrario hay un lienzo de regular tamaño
en el que se representa una alegoría del Sacramento de la
Eucaristía y la Concepción. Se ven en él unas figuras que
sostienen una custodia, símbolo del Sacramento de la Euca¬
ristía, y á sus lados dos Doctores de la Iglesia: en la parte
alta del cuadro está la Virgen, y sobre Ella la figura del
Eterno Padre. En este mismo altar se da culto á una
efigie
de la Concepción, escultura de escaso valor.
En la nave del Evangelio existe un altar en el cual se
ven las imágenes de Sta. Ana y S. Joaquín, esculturas de

1,30 de altura, ambas con palmas en las manos que se unen,


y de su enlace elévase la figura de la Concepción, rodeada
de ángeles; las efigies parecen del siglo XVII, estando muy
restauradas; el altar es de mal gusto. Tuvo hermandad desde
época muy remota, y celebraba su fiesta el 8 de Diciembre.
La hermandad Sacramental venera en su capilla otra

imagen de Concepción de tamaño natural: es de vestir, y


sin mérito artístico.

San Román.

«Aunque se puede presumir, que todas las Iglesias Pa¬


rroquiales se fundaron luego que la Ciudad se ganó, pero
ay algunas, que por cosas particulares tienen conocida su
fundación, y antigüedad, y vna dellas es notable, la de la
Iglesia de S. Román, que primero se llamaba de S. Miguel
en tiempo de Moros; tiene mucha antigüedad, y se reputa

por Mocarabe, que se manifestó por un testimonio que pare¬


ció en una pared co unas reliquias que en ella escondió vn

Clérigo, y se refiere ser de muchos años antes que se ga-


172 Glorias Sevillanas

nase la Ciudad, y de quando los Almohades vinieron á ella.»


Libro citado (1).
Como las
iglesias anteriores, se venera la imagen
en

de laConcepción en el altar del sagrario, escultura de un


metro de longitud y de regular mérito artístico: á su cos¬

tado derecho se ve una efigie de S. Juan Bautista.

San Roque.

Esta iglesia pertenece al siglo pasado.


La hermandad Sacramental da culto en su altar á la

Concepción, escultura de principios del pasado siglo, muy


restaurada, y que mide 1.30 metros de altura.

El Salvador.

«No ay instrumento autentico por donde conste quando


se fundó laParroquia de S. Salvador en su primera Iglesia,
porque hasta el tiempo del señor Rey Don Alonso el X.
no estuvo en la
parte que aora esta, por q alli era la Mes-
quita que les quedó á los Moros, y el dicho señor Rey se
la quitó año 1340. y los echo de el termino de la Parro¬

quia; es tradición que estaba la primera Iglesia en la calle


de Gallegos, donde aora es la casa de los Caballeros del

linaje de los Tellos, y era entonces Arcob. D. Fernando


Telle, que tomo para si las casas, y el entierro principal
de la dicha Iglesia. Ay vn instrumento autentico de que

(1) El referido autor


que en esta obra venimos copiando, dice: cay
muchas señales que aun duran, de los templos que avia en tiempo de los
arabes, en la Ciudad, como es una Iglesia que está dentro de la cerca, y
casa llamada aora del estudio de San miguel, junto á la Iglesia Catedral,
que se conserva en su ornato antiguo, forma y ser.» Pág. 9.
Glorias Sevillanas i73

avia esta Parroquia el año de 1327. setenta años después


de ganada Sevilla, y no ay ninguno anterior mas que la
general fundación de las demás Parrochias, y assi la llama
su fundación particular.» Abad Gordillo.
Está colocada la efigie de la Concepción en el templete
formado sobre la mesa del altar mayor de esta iglesia: es¬
cultura de un metro de alta, obra del maestro Acosta,

que fué autor del trazado del pesado retablo, así como de
laportada del sagrario y altar de Ntra. Sra. de las Aguas,
cuya labor supera al mal gusto de los mismos.
En la octava de Nuestra Señora colócase 'en el altar

portátil de plata
que hoy posee esta parroquia, y que per¬
teneció á la Casa Profesa de la Compañía de Jesús, otra

imagen de la Concepción, de tan mal gusto y arte, que no


debiera presentarse á la veneración de los fieles. Al lado
del Evangelio, junto al altar de S. Miguel, consérvase una

pintura al fresco, sobre el muro, con la figura de Nuestra


Señora: parece de principio del siglo pasado.
Desde tiempo inmemorial se ha rendido culto en este
templo á la imagen antiquísima de Ntra. Sra. de las Aguas
como propio de Concepción,
pues en todas las solemni¬
dades relativas á este Misterio se ha festejado y conducido
procesionalmente, habiéndose señalado marcadísimamente
en estos cultos de la Colegial hispalense la Hermandad de

sacerdotes allí establecida desde el siglo XVII (1). En la

(1) Regla | déla | Hermandad | de Sacerdotes | Sita en la Colegial


de Seuilla | Aprovada por el Ordinario | de esta Ciudad, en el año del Na¬
cimiento de | Christo N. Redentor de 1636 | En el Pontificado de N. San-
tissimo P. Urbano VIII | Reynando en España el mui Católico S.or D. Fe-

lipo IIII y ciendo Arzobispo de Seuilla el Emiuentissimo Señor Don | Gas¬


par de Borja y Velasco, Cardenal de la Santa | De los Remedios Iglesia | de
Tierra | La cual Hermandad se | dedica al titulo de Christo nuestro Salua-

dor, y a su | Santissima Madre Maria Señora nuestra | Concebida Sin pe¬


cado Original | Los cuales nueuos Estatutos, y regla hizieron el Bachiller
174 Glorias Sevillanas

actualidad se conserva su solemne fiesta y octava, no obs¬


tante la
penuria de la época, como se acostumbraba en
tiempo de su suprimido Cabildo.
En la capilla del sagrario venera la Sacramental una
imagen de vestir, con el título del Voto, recordando el que
hizo la corporación en el siglo XVII: la efigie es de 1,30
de longitud; en sus manos ostenta un libro.

Apóstol Santiago.

«Santiago el Viejo es fundación muy antigua, y se cree,


que fue Mogarabe, y que alli se comencava la estación del
campo de las Santas Vírgenes Justa, y Rufina, y que esta
la usavan, y hazian los Christianos Mogarabes, de noche,
como aora se acostumbra (en
Jierusalem) por temor de los
Moros.»
Al lado delEvangelio, á la cabecera del templo, está
la capilla de Ntra. Sra. de la Concepción: en su testero
principal se ve un retablo de buen estilo, del género gre¬
co-romano, estando su mesa de altar, así como el zócalo
de este oratorio, revestido de azulejos del siglo XVII. En
la hornacina central del altar hállase una
preciosa imagen
de Concepción de metro y medio de longitud,
que parece
del estilo del maestro Alonso Cano, recordando esta escul¬
tura la que
del mismo maestro está en San Andrés: á los
lados pintados en tablas S. Sebastián y S. Roque.
vense

En el segundo cuerpo hay una tabla con la Santísima Vir¬

gen, Jesús Niño, y Sta. Ana, y á los lados S. José y S. Joa-

Luis Tamariz | de Carmona, Rector de la Hermandad, y el Licenciado


Pedro Gil | Duran: y el Maestro Francisco Correa, por comission que | les
dió el Cabildo de esta Congregación | Con licencia impressa en Seuilla por
Simón Fajardo Año de M.DC.XXXVI
En 4.0; 46 págs.; recl.; sign. A2-M; texto. (Bib. Prov.)
Glorias Sevillanas i75

quín: remata el altar un ático con una pintura del Eterno


Padre.

San Vicente.

«San Vicente tiene el primero lugar, por lo que se tiene


por cierto communmente. Esta certidumbre, y tradición se
confirma con lo que escribe Ambrosio de Morales en la

Historia general de España, lib. 12. cap. 21. dela Iglesia


Parrochial de S. Vicente de Sevilla, de quiendize, fue
Iglessia Mocarabe, y que en tiempo de los Godos, y de
los Moros se conservó en el mesmo lugar que aora tiene;

y trae la Historia del Rey Godo, q la quiso robar, y re-


bentó á la puerta de ella. Y en la leyenda de S. Isidro

Arcobispo de Sevilla, se dize, que se hizo llevar á la Iglesia


de S. Vicente, para morir alli: y por el grande distrito de

Feligresia, o Parroquia que alcaca, se deve creer que fue


la primera de la Ciudad, y assi después de la Catedral te-
dra el primero lugar.»
Dos imágenes de la Concepción vemos en este templo:
son de escaso mérito artístico, y pequeñas; hállanse colo¬

cadas en la capilla del Rosario y en el altar de la Santí¬


sima Trinidad. En la sacristía hay un cuadro de Escuela
sevillana con el mismo asunto. Señalóse esta iglesia por sus
fiestas de desagravio en 1613.
176 Glorias Sevillanas

CAPÍTULO VI

Imágenes de la Concepción en las iglesias conventuales y otras


particulares de esta Ciudad.—San Agustín.—San Alberto.—
Santa Ana. —Santo Ángel de la Guarda. — San Antonio
Abad.—Hermandad de los Nazarenos de Sevilla.—San An¬
tonio de Padua.—Asunción de Nuestra Señora.—San Benito
de Calatrava.—San Benito de Silos.—San Buenaventura.—
Nuestra Señora del Carmen.—Santa Clara.—San Clemente.
—Nuestra Señora de la Concepción, de San Juan de la Pal¬
ma.—Del mismo título,
en la collación de San Miguel.—
Otra en la de San Nicolás.—Colegio de la Concepción, vulgo
de las Becas.—Otro del mismo título para los ingleses.—El
de los irlandeses.—Nuestra Señora de Consolación, vulgo los
Terceros.—San Diego de Alcalá.—Casa profesa de la Com¬

pañía del Dulcísimo Nombre de Jesús.—Otra del mismo


nombre, vulgo los Baños.—Nuestra Señora de la Encarna¬
ción.—San Felipe Neri.—San Francisco de Asís.—Herman¬
dad de los Burgaleses.—Hermandad del Santo Cristo del
Perdón y Limpia Madre de Dios en su Concepción.—Ima¬

gen de la Concepción llamada «La Sevillana».—San Fran¬


cisco de Paula.—San Jerónimo de Buena-vista.—Colegio de
San Hermenegildo.

Parécenos tarea algo difícil el dar noticia exacta, no


ya de los monasterios y conventos que tuvo entiem¬
po Sevilla, si es que queremos tener idea aproximada de la
veneración que en ellos tuviera la Inmaculada Madre de
Glorias Sevillanas i 77

Dios, sinó que también existe esta dificultad para con aque¬
llos que hoy abiertos al culto, dado el tras¬
se encuentran
torno que en casi todos ocasionó el espíritu de destrucción
de que fueron objeto en la revolución de 1868; pues por

aquella época cerráronse casi todos, y sus obras de arte


fueron conducidas á los almacenes destinados al efecto, en

cuyo trasiego se perdió, como era de esperar, cuanto tenía


valor y era estimable: así, pues, que no habremos de hablar
más que de lo la actualidad contienen, y de aquellas
que en
otras imágenes de que hemos obtenido noticias por citas
de libros ó por referencias de personas que las conocían.
Continuando en el examen de las efigies de Concepción,

seguiremos el mismo orden establecido en el anterior capí¬


tulo, empezando por los conventos y monasterios, para ter¬
minar con las iglesias particulares de los establecimientos
de caridad, y capillas ó ermitas, de todo lo cual tratare¬
mos con la mayor brevedad posible.

San Agustín.

El templo del convento de la comunidad de frailes de


este nombre estuvo abierto al culto hasta el
año de 1850.

Fué fundación de los Duques de Arcos, quienes eran sus

patronos.
En el altar próximo al mayor, al lado del Evangelio,
encontrábase una escultura de la Concepción, obra de Pe¬
dro Roldán, según hemos oído decir, ignorando nosotros
dónde se halla en la actualidad. A este simulacro de María
se hicieron grandes fiestas en el pasado siglo con motivo
del Patronato.
El cuadro de la Concepción pintado por Roelas que
hoy se conserva en el Museo Provincial perteneció á este
convento. Mide 3 metros de alto próximamente. El tipo de

23
i78 Glorias Sevillanas

la Virgen es dulce, sobresaliendo la cabeza,


que es sober¬
bia, aunque el colorido
general es duro: figuran á los
en
lados ángeles y arcángeles, y á los pies de María la Luna
con
querubines y los atributos de la Concepción.

San Alberto.

Iglesia que fué del Colegio de frailes Carmelitas, hallán¬


dose en la actualidad establecida en ella la Congregación

de PP. del Oratorio de San Felipe Neri.


Encontramos en ella una hermosa escultura de la Con¬

cepción, en la tercera capilla del lado de la Epístola. Es ma¬


yor que de tamaño natural: de líneas severas, si bien algo
abultadas la cabeza y manos: los paños pliegan con rigidez,
teniendo á los pies dos cabezas de querubines y la Luna:
toda ella respira majestad, estando mal restaurada y todo
el rostro cubierto con barnices que la desfiguran: según
nuestro criterio es obra de Roldán.
Á los pies del templo hay un lienzo con Nuestra Se¬
ñora en este Misterio, que parece de Escuela sevillana.

Otra pequeña escultura se ve en el altar del Santo fun¬


dador de la Congregación en el nicho que está bajo la hor¬
nacina principal.

Nuestra Señora Santa Ana.

Pertenece á la Religión Carmelitana. Fundóse para mon¬


jasen el siglo XVII. La iglesia tuvo antes de 1868 un altar
dedicado á la Pureza Original de la Santísima Madre de
Dios; se veía en él una escultura de tamaño natural, debida
á mano inteligente, según nos han asegurado. Fué á parar
á los almacenes de la Junta incautadora, y de allí.... no
Glorias Sevillanas 179

queremos saber dónde. En los claustros también existían


pinturas relativas al Misterio, del maestro Meneses Osorio
y de Domingo Fernández, de las que tampoco se sabe su
paradero.

Santo Ángel de la Guarda.

Fundación de principio del siglo XVII, para Colegio


de Carmelitas descalzos.
La
Congregación llamada Hijas de María da culto en
este templo á una efigie de la Concepción, que se venera
en el altar que está en el crucero al lado de la Epístola: esta

imagen, de regular mérito, es la misma que tenía en su


capilla del convento de San Francisco la hermandad deno¬
minada de los Burgaleses: es de tamaño natural, y ha su¬
frido varias restauraciones. Esta corporación, de moderna

fundación, es una de las que más celebran á la Santísima


Virgen en este Misterio, dedicándole suntuosa octava y
fiesta en su propio día.

San Antonio Abad.

Fué este
templo, de construcción moderna, de la Orden
hospitalaria de este nombre para la cura de la enfermedad
llamada fuego sacro, encontrándose su origen en el reinado
de Alonso el Sabio. Estaban todos sus muros y techo pin¬
tados al fresco; mas con las obras y restauraciones hechas
en la referida iglesia, han quedado cubiertos con la cal.
Al lado de la Epístola se halla la capilla propia de la her¬
mandad de los Nazarenos de Sevilla y Santa Cruz en Jeru-
salén, como era denominada primitivamente, pues el título
de María Santísima de la Concepción es posterior á la épo-
i8o Glorias Sevillanas

ca de su fundación. No hemos
podido averiguar el período
en
que empiezaá llamarse así, pues en las Reglas que
en la actualidad
rigen, y que fueron dispuestas por el in¬
signe escritor sevillano Mateo Alemán y aprobadas en
1578, no se habla nada referente á ello, y sólo marcan lo
siguiente: «Acordamos ante toda la procesión llevar nuestro
estandarte de color morado, en medio una Cruz santisima
de Jerusalen, y tras de ella veinte y cuatro hermanos ves¬
tidos como los demás de sus túnicas, y doce de cada parte

llevarán 24 hachas de cera acompañando una Imágen que


nos represente los pasos de nuestra salud, poniendo con
toda veneración un Santísimo Cristo con su Cruz acuestas,
á quien todos los hermanos vayan siguiendo, y al cabo de
la dicha procesión con otra tanta cera en la manera dicha,
se lleve una Imágen de la Virgen Santa María Señora
nuestra para que llevando por capitán delante de nuestros

ojos á Jesucristo y las espaldas amparadas con su Divina


Madre, seamos libres del demonio.»
Creemos, pues, nosotros que, dado el fervor y entu¬
siasmo demostrado por la Hermandad en el siglo XVII,
desagraviando primero á Nuestra Señora con solemnes oc¬
tavarios, y después instituyendo fiesta perpetua al 8 de
Diciembre, y apoyados en lo que anteriormente dijimos al
exponer la iconografía del Misterio, de que todas las cor¬
poraciones religiosas festejaban á sus titulares con motivo
de honrar más y más la creencia piadosa; de aquí quizás,
el que los primitivos Nazarenos rompieran desde dicha

época denominando á la efigie dolorosa de la Santísima


Virgen que veneraban en su capilla, y conducían procesio-
nalmente en la Semana Santa, con la advocación referida
de María Santísima de la Concepción.
La que en la actualidad poseen de este título
imagen
es del maestro Cristóbal Ramos, ignorándose el paradero
de la primitiva. Está colocada en la capilla, al lado del altar
Glorias Sevillanas i 8 i

principal, donde la imagen de Jesús Nazareno:


se venera
es de
regular mérito, hallándose bastante restaurada la ca¬
beza y manos, pues es de las efigies de vestir. No hay duda

alguna en que esta Hermandad es la que tiene en Sevilla


la historia más gloriosa relaciona con el Mis¬
en cuanto se
terio de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Á
ella pertenece la honra y privilegio de haber sido la pri¬
mera en votar y jurar defender hasta derramar la sangre,
si preciso fuera, esta creencia. Mucho se ha discutido sobre
quién tenía la primacía en el asunto; mas ya sea que se
prestara el juramento sin solemnidad, ó que se hiciera reva¬
lidándolo luego en la fiesta que instituyó la Cofradía, lo
cierto es que ella va delante de las demás corporaciones
sevillanas en
jurar la defensa de la Concepción Purisíma de
la Madre de Dios, como luego veremos.

San Antonio de Padua.

Fué hecha la fundación de este convento á fines del


siglo XVI, habiendo donado sitioy algunas casas para ello
el vecino de esta Ciudad Pedro del Toro, de cuyo sujeto

quizás lleve nombre la calle que así se denomina. Se des¬


tinó para morada de la Orden de San Francisco, la que la

ocupó hasta la época de la exclaustración.


Venérase en su templo una imagen cuyo título es Nues¬
tra Señora del Primer Instante: se ve hoy en el retablo

principal de la iglesia. Creemos no sea esta efigie la primi¬


tiva, á que tanto culto y veneración se le rindió en los siglos
pasados, pues es muy moderna, y de mal gusto; es de ta¬
maño natural, siendo hecha para vestir; tiene las manos

cruzadas sobre el pecho. En tiempo tuvo capilla propia,


rodeada de rejas y perfectamente exornada, al sitio que ocu¬
pa en la actualidad el altar de Ánimas.
182 Glorias Sevillanas

Este
templo fué saqueado en la invasión francesa, per¬
diendo muchos objetos de arte; consérvase en la actualidad
una
preciosa peana de forma oval, compuesta de una nube
y once cabezas de ángeles, obra de Martínez Montañés,
sobre la que se ostentaba una figura de la Concepción, que

hoy no se encuentra allí, y que, á juzgar por la base, sería


una escultura de
primer orden: esta imagen era conducida
procesionalmente por la Comunidad en sus fiestas á Nues¬
tra Señora,
especialmente el día 8 de Diciembre, en virtud
del privilegio que tenía para pasearla por toda la Ciudad.
En la actualidad se ven en la iglesia dos esculturas del mis¬
mo asunto,
que tienen sobre un metro de altura y son de
buena Escuela.
El culto y devoción de la Orden Franciscana á la Con¬
cepción proverbial, y de ello daba hermosa prueba la
era
casa grande de San Antonio de Padua en Sevilla
por los
singulares privilegios de que usaba, y por las cuantiosas
dotaciones que tuvo para la Inmaculada.
En un catálogo de objetos destinados al culto, manus¬

crito, que se conserva todavía, único resto del archivo de la


casa, y que está hecho en 1658 por Fr. Andrés de Guada¬

lupe, autor de las Crónicas de la Provincia de los Ángeles,


hemos leído una noticia litúrgica bastante rara, cual es la
de consignar ya en esa época un vestuario celeste, desti¬
nado para la fiesta y octava de la Concepción: desde cuán¬
do y en virtud de qué privilegio lo usaban, es cosa que nos
ha sido imposible averiguar.
En el referido M. S. aparece la descripción del vestuario,
completísimo, no sólo de las vestiduras sacerdotales, sino
también frontales de altar, púlpito y credencia. Fué cos¬
teado por D. Rodrigo de Vargas, Veinticuatro de Sevilla,
y su hermana D.a Eusebia de Vargas, que fundaron y do¬
taron la solemne fiesta de la Virgen y su octava, á instan¬
cias de D. Agustín Venegas, devotísimo del Misterio.
Glorias Sevillanas 183

Es de seda,tejido en los talleres sevillanos, de color ce¬


leste y blanco, matizado de hilo de plata y oro: va todo
salpicado del anagrama M. R., que se repite: el fondo es
blanco y las cenefas y franjas celestes, cambiando el color
del anagrama según el color del fondo sobre que se des¬
taca: el dibujo de la tela es muy sencillo, pues son líneas

que se cruzan, encerrando en los recuadros que dejan, las


cifras antes indicadas. La forma de la casulla es antigua.
Tuvo de costo la hechura, y
56 varas á pesos, 427
pesos. Además hay otras dotaciones particulares: D.a Isabel
de Moscoso hizo la del Domingo infraoctavo, para proce¬
sión del Santísimo con la Concepción y el Niño Jesús; otra
de Justa Pérez, el siguiente Domingo; y sucesivamente
para
para los demás hicieron dotaciones Antonio Correa, el ju¬
dío Manuel Fernández y Lucas León.

Asunción de Nuestra Señora.

Hizo' esta fundación á mediados del siglo XVI la se¬


ñora D.a María Zapata. Es de monjas del Orden de la Mer¬
ced. En 1868 fué la Comunidad desposeída de su propie¬
dad, el templo se adquirió por la Sociedad Bíblica para
y
la propaganda protestante: mas en la actualidad han sido

indemnizadas por el Gobierno del despojo que sufrieron.


En eltemplo había una Concepción de vestir, escultura
del siglo pasado, y en el coro un cuadro de Céspedes con
una imagen de este título y varias religiosas de la primi¬

tiva fundación á sus pies, arrodilladas.

San Benito (de la Orden Militar de Calatrava).

La fundación de este priorato es de 1397, sobre las


184 Glorias Sevillanas

casas cedidas á la Orden el


repartimiento de la Ciudad.
en

Poseía su iglesia buenas obras, de


mano del famoso Valdés
Leal, entre ellas un altar dedicado á la Concepción, que
estaba situado al lado de la Epístola, con lienzo magistral-
mente ejecutado, el cual hoy se ve en la iglesia conventual

de Monte-Sión, donde se hallan establecidas las Ordenes


Militares. Mide el cuadro sobre 5 metros de alto, en forma
de arco. El ambiente y tonogeneral de la obra es duro, y
los paños plegados con rigidez; sin embargo, la figura de
la Virgen es bella: aparece sobre la Luna, que se ve pin¬
tada como indica Pacheco; en los costados y parte inferior
del lienzo los atributos de la Concepción; el Eterno Padre
entre celajes, contemplando á María,
corona la composi¬
ción. En la actualidad se destinan esta casa y su iglesia

para asilo de huérfanas.

San Benito de Silos (vulgo de la Calzada).

Fundación insigne de D. Alonso el Sabio fué el monas¬


terio de este nombre, donándolo con grandes rentas y here¬
dades á los monjes de esta Orden que vinieron con su santo

padre á la reconquista de la Ciudad: en tiempo fué priorato


de la Orden, y después quedó reducido á abadía capitular;
el templo actual es muy moderno.
Antes de salir su Comunidad, poseyó una escultura de
la Concepción, atribuida á Roldán, y algunos cuadros de
buenos maestros con igual asunto. Esta iglesia es hoy auxi¬
liar de la parroquia de San Roque.

San Buenaventura.

El Colegio de la Comunidad Franciscana en esta capital


Glorias Sevillanas 185

veneraba desde su fundación en el retablo principal de su


iglesia el Misterio predilecto de los hijos de esta Orden en
una escultura de mármol blanco, esculpida por un artista

italiano, cuya producción no sabemos qué se hizo de ella


al ser sustituida por la efigie que, procedente de la Casa
grande, se venera hoy en él, y de la que más adelante ha¬
blaremos.

Nuestra Señora del Carmen.

Este convento, para frailes de esta Orden, tiene su ori¬


gen en el siglo XIV.
Citan Ceán Bermúdez y González de León un cuadro
que había en este convento, de la mano del gran Velázquez
de Silva, con la efigie de la Concepción.
Lo que haya sido de él es cosa que ignoramos, así como

tampoco hemos podido averiguar la suerte que haya corrido


la antiquísima pintura mural que existía en este templo con
Ntra. Sra. de Rocamador (1).
De este edificio sólo queda hoy en pie su alta y bonita
torre.

(1) Descripción | Histórica, | A fabor de la antigüedad | de la Sa-


cratíssima Imagen | de | Santa María | de Roca-Amador, | descubierta en
el convento | de Nuestra Señora del Carmen, | de la Antigua Regular Ob¬

servancia, casa grande de Sevilla, | El dia ocho de Octvbre | de 1691.


Años. | Escríbela ¡ El M. R. P. Presentado Fr. Joseph de Haro, | Religioso

del dicho Orden, y Lector de | Teología del dicho Convento. | Y la con¬

sagra | A la Emperatriz de los Cielos María | Santíssima del Rosario, en


sv
Imagen de la ¡ Parroquial del Señor San Vicente j de Sevilla. | Con
licencia: Impresso en Sevilla, por Lvcas | Martin de Hermosilla.
En fol.; 20 págs., más 4 hoj. de principio y lámina; recl.; sign. A-E;

Dedicatoria; Censura y Aprobación de la Orden; id. del Ordinario; texto.


(Bib. del Duque de T'Serclaes.)
24
186 Glorias Sevillanas

Santa Clara.

El histórico convento de este título, fundado sobre lo

que fuera palacio del hijo de S. Fernando, el Infante don


Fadrique, encierra en su riquísimo templo joyas artísticas
de gran valía. El escultor Juan Martínez Montañés dejó en
él muestras acabadas de su pericia y gusto en el arte cris¬

tiano; pero no siendo á nuestro propósito hablar de todo


lo que en el referido templo se conserva, habremos de con¬
cretarnos á manifestar lo conducente al plan de este libro.

Venérase en su altar mayor una clásica escultura de la

Concepción, de tamaño natural, colocada en el segundo


cuerpo del retablo. Es de lo más acabado que hemos visto
en esta clase de efigies hechas por este maestro; ha tenido

la suerte rarísima de que se conserve aún sin restaurar,


pues creemos que está tal como saliera del taller del escul¬
tor, sin que la acción maléfica del barniz haya venido, como
en otras muchas esculturas, á destruir la
primitiva encar¬
nación y patina'producida por la acción del tiempo.
Su modelado es perfectísimo, siendo tal la delicadeza
en las líneas y dibujo de su rostro,
que le dan á la imagen
un carácter bastante diferente del
que las demás Concep¬
ciones suyas tienen. Sienta sus plantas sobre la Luna y

querubines entre nubes, conservando el rico estofado de


sus bien plegadas ropas el dibujo y tintes del siglo XVII.

Acerca del sitio para donde se hizo esta imagen, cree¬


mos fué el altar del sagrario, que es el primero del lado del

Evangelio, no sólo por no reunir condiciones para la altura


donde está hoy colocada, que hace no se pueda disfrutar
de su vista como debiera, sino porque el altar citado es
propiamente del Misterio, como vamos á ver.
Este retablito, así como el mayor y los restantes, los
Glorias Sevillanas 187

trazó Juan Martínez Montañés: son de estilo greco-romano,


venerándose en la hornacina principal del que hablamos
una
Virgen el Niño Jesús en los brazos, y en la mano
con
derecha cetro y rosario, de cuyo título creemos sea, pues

negamos que la efigie es de Montañés, y que represente á


la Concepción. La Comunidad la reconoce desde antiguo
con título, y en los anales de
este la casa también
le se
llama del Feliz Alumbramiento. En primer lugar,
la ya en
época del autor, y más los artistas de esta Escuela, no figu¬
raban el Misterio sino en la forma hoy admitida; y des¬

pués, que la escultura referida es muy mediana, con ojos


de cristal, estando muy retocada; pues no nos explicamos

que siendo de Montañés los altares todos y sus esculturas,


no hubiese construido la de éste, máxime si estaba dedi¬
cado á la Concepción: debió de haber hecho, por lo tanto,
para colocar aquí la que hoy se ve en el retablo mayor;
resultando de otro modo que sería muy raro hubiera repre¬
sentado este Misterio de dos modos distintos en las dos
esculturas referidas: por lo cual deducimos que la referida
imagen con Niño no es de Concepción, sino que se colocó
aquí al llevar la otra al altar mayor.
En el segundo cuerpo de este retablo se ve un medio-
relieve de una vara de alto, alegoría dé la Concepción. Apa¬
recen en él Sta. Ana y S. Joaquín, figuras
de cuerpo en¬
tero: del pecho de ambos salen dos ramas que se unen

por sus extremidades, de donde brota una flor, y en ella


aparece una imagen de la Virgen María; pensamiento deli¬
cadísimo para representar el Misterio, y dato muy intere¬
sante para la iconografía concepcionista, pero que debió

estar muy admitido, pues se ve grabado en la portada de


un libro impreso en esta Ciudad, y cuya descripción puede
verse en el capítulo de bibliografía.
188 Glorias Sevillanas

San Clemente.

El monasterio de este nombre, perteneciente á la Orden


de Nuestra Señora del Císter, es fundación gloriosa del Rey
S. Fernando, cuyo nombre le dió en conmemoración del
día de su entrada en la Ciudad. En sus claustros moraron

muchas damas de la nobleza española é infantas de Cas¬


tilla. Es sin duda el más notable é interesante de los que

hay en Sevilla, historia y por sus riquezas.


por su
En su retablo venérase la Concepción, obra de
gran
Alonso Martínez, la mejor escultura de este título que he¬
mos visto del discípulo de Montañés. Es de estatura colo¬

sal, y aunque los paños son de su estilo propio, tiene la


imagen una cabeza digna de su maestro por la nobleza y
majestad que respira. En el ático del altar, que es de traza
de este autor, destácase de medio cuerpo la figura del Eter¬
no Padre, como venimos observando en casi todos los que
han sido construidos especialmente para venerar este Mis¬
terio.

Convento de la Concepción
(vulgo de San Juan de la Palma).

Tomó este nombre por estar situado junto á la iglesia


parroquialque así se denomina. Tuvo sus comienzos á
mediados del siglo XV, en el emparedamiento fundado en
ese sitio por la venerable D.a Ana de Santillán, que con
otras damas se recluyeron allí voluntariamente para obser¬
var una vida austerísima y separada por completo del
mundo, de donde tomaba ese nombre esta clase de reco¬

gimientos á la vida religiosa: allí permaneció la noble se-


Glorias Sevillanas 189

ñora hasta 1473, en que salió para fundar el suntuoso mo¬


nasterio de Santa Paula, que sujetó á la regla de S. Jeró¬
nimo, y fué su priora hasta que murió.
Quedó á su salida por superiora del recogimiento, que
estaba ya bajo la observancia de las reglas franciscanas, la
Sra. D.a Leonor de Rivera, prima de D. Gonzalo Afán de

Rivera, Adelantado de Andalucía y Marqués de Tarifa; la


que luego hizo dejación de toda su herencia á favor de esta
fundación en su testamento, que decía así: «Sepan quantos

leyeren, como yo la indigna Emparedada Leonor de Rive¬


ra, Madre y governadora, de la Casa é Emparedamiento,

que es junto con la igreja de San Juan de la Palma de Se-


uilla, Freyla de la Tercera Regla de la Orden de San Fran¬
cisco Ntro Padre & &, les fago donación de toda mi facienda,

según que heredé de mi señor Padre Juan Vázquez Rive¬


ra», etc. Mas en 1513 obtuvieron Bula del Papa Julio II

para trocar sus reglas por las de la Religión Concepcio-


nista, recién fundada en Toledo por la nobilísima y santa
Sra. D.a Beatriz de Sylva, aceptándola desde esa fecha,
bajo la que la Comunidad ha vivido hasta el año de 1868,
en que la revolución las
arrojó de su propia casa, so pre¬
texto de mejorar á la clase proletaria, y hacer casas para

familias pobres, abaratando las rentas, habiendo después


sucedido todo lo contrario.
Su templo contenía en el altar mayor una escultura de
la Concepción, que en 1840 fué sustituida, con motivo de
las obras que allí se hicieron, por la que de mármol y de

gran tamaño existía en la portada del dicho convento con


la firma de «Ildphonsus Cano», y que, según juicio de per¬
sonas inteligentes que la han visto, es de bastante mérito.

En 1868 se la llevaron las religiosas al convento de Santa

Inés, donde se refugiaron; y de aquí la han conducido á


Arcos de la Frontera, á donde han ido á parar las últimas

monjas de la Comunidad de San Juan de la Palma.


190 Glorias Sevillanas

Lástima es que esta obra haya salido de Sevilla: pero


es fácil hacerla volver, á cambio de otra escultura del mis¬
mo título. Debiera esto gestionarse por quien corresponda,
á fin que, una vez devuelta, sirviera, dada la materia de que
está labrada, para rematar un sencillo monumento, que po¬
dría constituirlo una
gran columna, levantándola en la plaza
de Santa Cruz, que guarda las cenizas del gran pintor de
la Concepción.

Convento de la Concepción (vulgo de San Miguel).

Tuvo su asiento primero esta Comunidad en la calle de


de Santa Ana, á la collación de San Lorenzo, de donde
luego pasó á la del Amor de Dios, de la parroquia
cerca
de San Miguel. Data su origen de 1514, en que, por Bula
de León X, se agregaron al convento de la Concepción
de Toledo, para observar sus reglas y estatutos. Fueron
las fundadoras dos hermanas llamadas Violante y Elvira
Díaz de Vargas, juntamente con D.a Inés de Baena, que
salieron de los monasterios de San Clemente y de las Due¬
ñas, estando luego algún tiempo sujetas á la jurisdic¬
por
ción del Prior de Santiago de la Espada.
En su iglesia conventual venerábase una escultura de
la Concepción, atribuida á la Roldana. Se cerró al culto
en 1837.

Convento de la Concepción.

Otra fundación de esta Orden se hizo en el año de 1586,

bajo el título de las patronas de la Ciudad Stas. Justa y Ru¬


fina, en la collación de San Nicolás, por D. Alonso Fa-
xardo de Villalobos, Obispo de Esquilache. Salieron las
Glorias Sevillanas 191

primeras fundadoras, D.a Antonia Tremiño y D.a Constan¬


za Marín, del convento de la Concepción de San Juan de
la Palma.
En el altar mayor había una imagen de la Concepción,
de Duque Cornejo: ignórase su paradero después de la de¬
molición del convento.

Colegio de la Concepción (vulgo de las Becas).

El esclarecido Arcediano de Niebla, dignidad de esta


Catedral, D. Gonzalo de Ocampo, erigió con el título de
la Concepción un magnífico establecimiento de enseñanza

para estudiantes españoles,que en número de cincuenta


podían estudios bajo la dirección de los RR. PP.
cursar sus
de la Compañía de Jesús. Estuvo situado este colegio en la
Alameda de Hércules, tomando el nombre de las Becas por
usarlas sus alumnos de color rojo, que, juntamente con el
manto pardo, constituían el uniforme de este centro de es¬
tudios.
Acerca de la esplendidez de esta fundación reproduci¬
mos la siguiente noticia:
«D. Gonzalo Ocampo, Fundador principal del Colegio
de la | Concepción (1), llamado vulgarmente de las Becas
en Sevilla
j después de dotarlo con juras, y el Cortijo de la
Nava, y dar | le también la bella Biblioteca que compró de
la Testa | mentaría del Arzobispo de Santiago, la qual cons¬
taba | entonces de 13000 volúmenes y le costo 5000 Du¬
cados (sobre | que huvo pleito de lesión): haviendo después

pasado al | Arzobispo de Lima embio desde allá á los Je¬


suítas 20000 | Ducados, con cuya cantidad compraron la

(1) AToticias sobre el Colegio de la Concepción, llamado de las Becas.


—Arch. Munic.—Papeles M. SS. del Conde del Aguila.
192 Glorias Sevillanas

hacienda | de Tarazona, vendida ahora al Duque de Alva


en 138000 | p.s según parece. Las Armas del S.or Ocampo
son las que es |
tan sobre la puerta de dicho Colegio.»
Mas aumentóse esta dotación con la hecha por el Car¬

denal Arzobispo de Sevilla D. Agustín Spínola, que ade¬


más le instituyó por su universal heredero, disponiendo se
le diese sepultura en su iglesia; lo que se efectuó asimismo
con su sobrino D. Ambrosio
Spínola y Guzmán, también
Arzobispo de esta Diócesis y protector de la obra.
Los educandos del colegio pasaban con su rector todos
los días al de San Hermenegildo á asistir á las clases de
Filosofía y de Teología. Una vez terminados sus estudios,
salían de allí para empleos honoríficos y altos puestos del
Estado; habiendo producido muchos varones sabios y vir¬
tuosos, que han sido verdadero ornamento de la república
de las letras.
El templo era de forma circular, atribuyéndose su traza
al famoso escultor Pedro Roldán, autor de la escultura que
se veneraba en el altar mayor de este oratorio, y cuyo para¬
dero ignoramos.

Colegio de la Concepción (vulgo de los Ingleses).

Seerigió en 159L bajo la advocación de San Gregorio


Magno y el patrocinio de la Concepción, cuyo instituto tenía
por fin educar á los hijos de aquella nación, para que, luego
de formados en el espíritu católico, volviesen á su patria á
fomentar y propagar la Religión. Estaba esta casa bajo la
dirección de los PP. Jesuítas, contando con grandes rentas
y protectores. Salieron de ella muchos ilustres varones, y
cuenta entre sus hijos un mártir, el V. Pro. Tomás Llont,
quien sufrió el martirio en Lincoln el año de 1600. Eran
protectores perpetuos los Reyes de España y el Municipio
193

sevillano. El colegio estaba situado en la calle de las Ar¬


mas, en el local que hoy ocupa la Academia de Medicina
y la adjunta iglesia. En ésta se veía un hermoso lienzo de
la Concepción, obra del pintor Cornelio Schut. Fué Rector
por algún tiempo el erudito jesuíta sevillano, el P. Juan de
Bernal.

Colegio de la Concepción (vulgo de los Irlandeses).

Se fundó en 1619 con igual fin que el anterior: estaba


situado en la Alameda de Hércules. Tenía por titular á
S. Patricio, y por patrona á la Concepción.

Nuestra Señora de Consolación (vulgo de los Terceros).

Denomínase así por haber pertenecido este convento á


la comunidad de los PP. Terceros de San Francisco. El

templo es de construcción moderna, y en él se ven dos


esculturas de la Concepción de escaso mérito: están colo¬
cadas á los lados delpresbiterio en dos urnas. En la capilla
de la Orden Tercera, establecida en dicho templo, venérase
una imagen de vestir del mismo título: es de tamaño natu¬
ral, y de escaso mérito.

San Diego de Alcalá.

Fundación del Municipio sevillano, y perteneciendo su


Comunidad á la Orden de San Francisco de Asís, no podía
por menos esta casa de haber sido centro activísimo del
culto á la Concepción, como luego veremos en su impor¬
tante historia.

Venerábase en su templo una imagen que allá por los


25
194 Glorias Sevillanas

años de 1615 donó á la iglesia de San Diego un devoto,


vecino de esta Ciudad, pero oriundo de Flandes, el cual,
enfervorizado con la devoción que aquí se tenía á la Inma¬
culada, él mismo trazó un simulacro de la Virgen, que des¬
pués entregó á la Comunidad, siendo conducida procesio-
nalmente, colocándola en el altar del lado del Evangelio,
en la capilla mayor, donde fué'objeto de gran culto durante
la permanencia de los Franciscanos en aquel edificio.
La efigie es de tamaño natural, y está en la actualidad
preparada para ser vestida; por lo que se le adorna con
telas de colores blanco y celeste, rodeándola con ráfagas
de plata cincelada y alhajas. La escultura encuéntrase muy
restaurada, habiéndole colocado ojos de cristal. La Comu¬
nidad para denominarla la llamaba «Alma mía»; frase que
expresaba todo el afecto y amor que le tenían.
En 1784 fué conducida procesionalmente al templo de
San Luis, noviciado de los Jesuítas, donde se trasladaron
los religiosos de San Diego á causa de las molestias que
les ocasionaban las inundaciones del Guadalquivir, perma¬
neciendo en el nuevo templo hasta 1817, en que se pasa¬
ron, por haber vuelto los expulsos, á la calle Imperial, á
la casa mayorazgo de los Marqueses de la Granja, y de

aquí fueron en 1819 al templo de San Antonio Abad, donde


á la sazón se halla la referida imagen en su retablo mayor.
En este convento había varios cuadros de la Concepción

pertenecientes á buenos maestros.

Casa Profesa de los PP. de la Compañía


del Dulcísimo Nombre de Jesús.

Se halla establecida
ella, desde la expulsión de sus
en

moradores el
pasado siglo, la Universidad Literaria ó
en

colegio fundado por Maese Rodrigo de Santaella en el edi-


Lám. ii.

La Concepción de la Iglesia de la Compañía,


de J. Martínez Montañés.
Glorias Sevillanas 195

ficio que ocupa el Seminario Conciliar. La iglesia de este


establecimiento de lo mejor que tiene Sevilla, pues como
es

trazada por Herrera, resulta grandiosa y llena de majestad;


mas si por su fábrica es de primer
orden, no lo es menos
por las joyas artísticas que contiene en pinturas, esculturas,
bronces y enterramientos notables.
En el crucero, al lado de la Epístola, se ve un elegante
altar de estilo greco-romano, guardando el mismo del tem¬

plo, en que se ve una buena escultura del celebérrimo Mon¬


tañés: es de tamaño natural; su rostro ofrece la gracia y
sabor cristianos propios del autor, siguiendo el corte y es¬

tilo de las ya mencionadas. (Véase la lám. 11.)


En este altar estaba instituida la hermandad de la Con¬

cepción, compuesta de sacerdotes seculares, desde el año


de 1600; cuya corporación siempre se distinguió por su
celo en la defensa del Misterio, por la esplendidez de sus
cultos y por lo escogido del personal que la constituía, ha¬
biendo pertenecido á ella los Cardenales D. Fernando Niño
de Guevara y D. Francisco de Solís, Arzobispos que fue¬
ron de esta Diócesis,
y los limos. Sres. D. Juan de la Sal,
Obispo de Bona, D. Gaspar Camargo, de Centuria, D. Do¬
mingo Pérez de Ribera, de Gadara, D. Isidro Alfonso de
Canillas, de Zamora, y D. Gabriel Torres, de Militene. En
1609 fué Prefecto de esta congregación el tan nombrado
Arcediano de Carmona D. Mateo Vázquez de Leca, apa¬
reciendo en sus listas muchos capitulares de la Santa Iglesia
Catedral ilustres en letras y virtudes.
El fin principal de la corporación era tributar espléndi¬
dos cultos á la SantísimaVirgen en sus principales fiestas,
especialmente el 8 de Diciembre, y celebrar ejercicios reli¬
giosos en Carnestolendas y en otros días del año; visitaban
los presos de las cárceles y á los enfermos pobres, procu¬
rándoles alimentos y confesándolos. De lo notables que fue¬
ron algunas de sus fiestas se hablará después.
196 Glorias Sevillanas

Dulcísimo Nombre de Jesús.

Data el origen de este recogimiento para corrección de


mujeres de mal vivir, de la primera mitad del siglo XVI,
pues ya existía en 1550. Había en este convento comuni¬
dad de monjas que profesaban la Regla de S. Agustín, cuyo
instituto era dedicarse á la educación y corrección de esta

clase de mujeres. La iglesia, que es moderna, ha sufrido


como todas las de los conventos suprimidos, y no hemos

podido allegar noticias relativas á nuestro objeto: en la épo¬


ca actual sólo hallamos un cuadro de
gran tamaño con la
Concepción.

Nuestra Señora de la Encarnación.

Estuvo situado hasta 1811 en el sitio que ocupa la plaza


de este nombre, habilitándole luego local á su Comunidad
el Excmo. é limo. Cabildo Eclesiástico en el hospital de
Santa Marta, de cuya fundación es patrono.
Conserva en sus claustros un lienzo de Roelas, con la
Concepción, y el V. P. Juan de Mata á sus pies. En su pe¬
queña iglesia, al lado del Evangelio, se ve un altar con una
efigie de este título. Su Comunidad es concepcionista, y
observa las reglas de S. Agustín. Desde mediados de este

siglo tiene privilegio para usar ornamentos celestes en la


fiesta del 8 de Diciembre.

Espíritu Santo.

En el altar mayor de esta iglesia se venera una efigie


de la Pura y Limpia Concepción de María, escultura de
Glorias Sevillanas 197

1,50 metros de altura: es de regular mérito, pero está ma¬


lamente restaurada, y le han colocado ojos de cristal, con
lo que ha perdido por completo
primitivo carácter. Este
su
convento es de monjas Agustinas, y lleva el nombre refe¬
rido por haber su fundadora profesado en Roma en 1538
en la Orden deSancti-Spiritus, obteniendo Bula luego para
fundar en España. En 1715 le adicionó el Arzobispo don
Manuel Arias un seminario para niñas nobles que hubie¬
ran venido á la pobreza,
encargando á esta Comunidad su
educación, para lo cual le dotó con liberalidad.

San Felipe Neri.

Se estableció laCongregación del Oratorio en Sevilla


por los últimos años del siglo XVII; mas la casa é iglesia
construyéronse en el pasado por los años de 1711. Este
templo era del gusto de su época, habiéndolo ampliado
luego el P. D. Teodomiro Díaz de la Vega: en él había un
altar con imagen de la Concepción, escultura de bastante
valor artístico: á más poseía otros cuadros con el mismo
asunto. Se derribó en 1868.

San Francisco de Asís.

Data su fundación del tiempo de la reconquista de Se¬


villa, pues consta que á las Ordenes Religiosas que acom¬
pañaban á S. Fernando se les señaló sitio en el reparti¬
miento de la Ciudad. Su primitiva fábrica estuvo de pie
hasta el año de 1841, en que se demolió: constaba de sólo
una nave ancha, en forma de cruz latina, cubierta de bó¬
veda de piedra, de cuyo material era todo el edificio: la
capilla mayor era de estilo gótico: se edificó en el siglo XV.
198 Glorias Sevillanas

En el altar mayor, que era de mármol y jaspes, veíase en


el nicho principal la imagen de Ntra. Sra. de la Concep¬
ción conocida vulgarmente con el nombre de «La Sevilla¬
na», acerca de cuyo nombre corre la versión de que, ha¬
biendo sido robada varias veces de las ricas alhajas y pre¬

seas con
la piedad
que la adornaba, y preguntándose por
algunos devotos cómo la Señora había permitido seme¬
jante atentado, contestábase por otros: «como es tan sevi¬
llana, no se precia de sus adornos».
Por relación impresa del siglo XVII (1), cuya reproduc¬

ción se conserva, conócese la noticia de su colocación en

este templo. Perteneció al oratorio de una virtuosa señora


de esta Ciudad hasta el año de 1649, en que se le empezó
á tributar culto público, no habiendo decaído su devoción,
hasta que en 1840 fué llevada á la iglesia de San Buena¬
ventura, donde hoy se halla en el centro de su principal
retablo.
Laimagen, artísticamente considerada, no es de gran
mérito, pues á causa de las varias restauraciones de que ha
sido objeto ha perdido todo el sello de antigüedad que pu¬
diera tener, pareciéndonos á nosotros que es del siglo XVII,
época en la empezó á venerar. Es imagen para ves¬
que se
tir, de tamaño natural, y la expresión de su rostro es bella
á pesar de los barnices que tiene, habiéndole colocado ojos
de cristal: lleva en las manos un libro, en ademán de leer;
vístenla con ricas telas blancas y
azules, y multitud de al¬
hajas, la adornan, llevando corona imperial y rá¬
con que
fagas bruñidas de plata: creemos que esta*efigie era antes
toda tallada, pues así se ve por grabados de la misma per¬
tenecientes al siglo pasado.
Tuvo esta iglesia la suerte de poseer una de las obras

(i) Noticia de la Imagen llamada La Sevillana y origen de la pose•


sión de este tesoroen la Iglesia de San Francisco.

Fol.; uua hoja sin pie de imprenta.


Glorias Sevillanas 199

más soberbias dedicadas al Misterio de la Concepción; nos


referimos al famoso é histórico lienzo que estuvo colocado
sobre la clave del arco toral del lado del Evangelio en el
crucero, para cuya altura indudablemente lo pintó el gran
maestro.

Acerca de este cuadro corren


algunas anécdotas refe¬
rentes á los que
lo mandaron pintar, por los efectos que
produce cuando se le examina á corta distancia (1) en que
aparece tan colosal obra trazada á grandes rasgos y sin
gran perfeccionamiento en el dibujo. Se cree que Murillo
pintó aquel cuadro para el convento de San Francisco, cu¬
yos religiosos no querían admitirlo cuando lo vieron de
cerca, por el dibujo tan emborronado que al parecer ofrecía,

pero que, subido el lienzo á la altura para que fué pintado,


se mostró la obra en toda su
perfección; por lo que, aver¬
gonzados de sus observaciones, ofrecieron al maestro do¬
ble cantidad que lo estipulado, para aquietarle del disguto

que había sufrido.


Igual anécdota anda del mismo asunto, pero con rela¬
ción al Cabildo Eclesiástico; por cuyo motivo se dice que
el pintor recogió su cuadro y lo donó al convento de San
Francisco. Esto nos parece muy raro, cuando el Cabildo
de la Catedral había encargado al mismo maestro también
una
Concepción del mismo efecto, cual es la de la Sala
Capitular, y cuando Murillo tantas obras había ejecutado
para la Basílica, con gran aceptación de todos. Sea ello co¬
mo quiera,
ya de un modo ó de otro, es lo cierto que el
cuadro es una verdadera obra de Arte.

Repetimos lo que antes hemos dicho: las obras porten¬


tosasdel genio no se describen; se ven, y se admiran. La

pluma jamás podrá ni acercarse á delinear las maravillas


del Arte. El cuadro de la Concepción que perteneció á la

(1) Historia de los Pintores de todas las Escuelas, por Carlos Blanc.
200 Glorias Sevillanas

Orden de San Francisco, y que hoy se encuentra en el


Museo Provincial, sólo se comprende la magnitud del pen¬
samiento artístico y teológico que envuelve, viéndole. Al
pensador cristiano que aún tiene la dicha de creer como
creyó su autor, y de sentir como sintió el alma del que con
su pincel dejó allí, para eternizar su nombre, bosquejado el

más hermoso de los Misterios de María, tienen en seguida


que venírsele á las mientes las frases del Libro de la Sabi¬
duría, sobre las que parece está basada la gran obra pictó¬
rica: «Dominaspossedit me in initio viarum suarum, ánte-

quam quidquam fáceret... Ab eterno ordinata sum... ante-


quam térra fieret... Nondum erant abyssi et ego jam Con¬
cepta eram... Quando preparabat c ce los, áderam... quando
athera firmabat sursum... quando circundabat mari térmi-
num suum...
quando appendebat fundamenta terree... Cum
eo eram cuneta
componens...» Toda la sublimidad, toda la
expresión que encierran estas frases bíblicas, hé ahí la gran¬
diosidad y la expresión sublime de la obra de Murillo: y
no cabe más
descripción, porque allí, sobre los toques va¬
lientes, sobre los torrentes de luz que inundan la obra; sobre
las masas de colores, que producen verdadera irradiación;
sobre la majestad en que aparece envuelta la figura de Ma¬
ría, que se mueve y es trasportada á otros espacios; sobre
lo admirable de aquellos paños, que se agitan y se ahue¬
can á
impulsos de la atmósfera que allí se respira, y cuyas
partículas aéreas parece que se vislumbran; sobresale en
más proporción el concepto estético que domina todas es¬
tas partes, y es el que verdaderamente fascina al espec¬

tador cristiano: porque hay que convenir en que nuestros

artistas, no sólo eran profundos pensadores cristianos que


estudiaban perfectamente sus composiciones, sino sabios
teólogos que sabían trasladar al lienzo ó al mármol los
grandiosos Misterios del Catolicismo.
Este lienzo fué uno de los que el Mariscal Soult llevóse
Co?icepción de Murillo llamada La Colosal,
del Convento de San Francisco, hoy en el Museo Provincial.
Glorias Sevillanas 20 i

á Francia, siendo después rescatado y devuelto á Sevilla.


En1835, época tristísima para nuestra historia artística,
pues en ella se perdieron innumerables obras de gran valor
de las que se custodiaban en los conventos, fué conducido
este lienzoá la Catedral, donde estuvo colocado por algu¬
nos encima de la puerta mayor del templo, para donde
años

fué trazado según la anécdota antes referida. Ojalá nunca


hubiera salido de allí, pues á más de ser objeto religioso
un
que tiene su sitio propio en el templo,
se disfrutaría de su
vista, admirándole á la altura para que fuera pintado.
Á la entrada de la capilla mayor, al lado del Evangelio,
había otro altar de mármoles de colores, donde se
veneraba
una preciosa escultura de la Concepción, de Martínez Mon¬
tañés: ignórase su paradero.
En uno de sus claustros bajos vió Ceán Bermúdez, según
dice en su Diccionario, un lienzo pintado por Murillo, con
la efigie de la Concepción y un franciscano á sus pies, escri¬
biendo sobre este Misterio.
Por el lado del Evangelio, á la parte del crucero, tenía
entrada la capilla de los Burgaleses, que resultaba ya fuera
del área del templo, donde estaba establecida dicha Her¬
mandad, cuyos titulares eran el Santísimo Cristo de Burgos
y María Santísima de la Concepción. Estas imágenes se
veneraban en los altares colaterales, y en el central otra

efigie de la Concepción, escultura toda de talla, de regular


mérito, y que es la misma que hoy tiene la congregación
de Hijas de María, como ya se ha dicho. Acerca de esta
Hermandad no hemos podido allegar noticia alguna.
Otra cofradía dedicada á este Misterio era la del Santo
Cristo del Perdón y Limpia y Pura Madre de la Concep¬
ción, situada en un altar que había á los pies de la iglesia.
Veneraba á su titular en una efigie dolorosa, como hemos
visto en la hermandad de los Nazarenos. Desde su estable¬
cimiento hasta su extinción al cerrarse este templo, sufrió
26
202 Glorias Sevillanas

grandes alteraciones, pues ya en el siglo pasado sólo era


Congregación de Gloria.

San Francisco de Paula (hoy del Corazón de Jesús).

Perteneció este templo al Colegio ó casa de estudios


de los PP. Mínimos de San Francisco. Se construyó en el

pasado siglo. En él se veneraba una bella imagen de María


Concebida sin pecado, debida á Duque Cornejo. A más ha¬
bía un cuadro con igual asunto, debido al Mulato de Mu-
rillo, que creemos sea el mismo que hoy guarda el Museo
Provincial de Pintura.

San Jerónimo.

Estaba situado este célebre y suntuoso monasterio á un


cuarto de legua de la Ciudad. Era todo de piedra, y de es¬
tilo gótico. Su fundación pertenecía al siglo XV. Para él
hizo el gran escultor Torrigiano la famosa estatua de S. Je¬
rónimo que hoy se ve en el Museo Provincial, que, según

parecer de D. Antonio Ponz, ilustradísimo en materia de


artes, podía competir con las más sobresalientes de Miguel
Ángel; y en frase del pintor Goya, «no necesita más que
hablar». Mas del monasterio sólo quedan algunos restos, y
tanta grandeza y tanta suntuosidad ha venido á quedar
convertida.... en un corral para
cebar puercos. Así le con¬
templamos en la última visita que allí hicimos, recordando
que aún se veía de pie parte de sus muros, sobre los que se
destacaban los grandes baquetones góticos y los arranques
de las bóvedas: mas respetemos los fallos del siglo
de las
luces.
Ceán Bermúdez dice había en él un oratorio ó capilla
Glorias Sevillanas 203

con una pintura de Murillo, que representaba la Concep¬


ción de María. No parece en los catálogos de la incautación.

Colegio de San Hermenegildo.

Venerábase en su templo, sobre el que tenía patronato


elMunicipio de Sevilla, una escultura de la Concepción, la
que fué donada por el Ayuntamiento al terminar el culto
en aquella iglesia á la hermandad Sacramental del Sagra¬

rio de la Catedral.
Es una hermosa
imagen, si bien muy restaurada, y afea¬
da con los
ojos de cristal que le han colocado. La Virgen
está sobre hermoso grupo de ángeles, que la sostienen
sobre la Luna y nubes.
204 Glorias Sevillanas

CAPÍTULO VII

Santa Inés.—Santa Isabel.—San Isidoro del Campo.—San Ja¬


cinto.—San José, vulgo Santa Teresa de Jesús.—San José,
vulgo las Mercenarias.—Prioral de San Juan de Acre.—
Santa Justa y Santa Rufina, vulgo Capuchinos.—San Lean¬
dro.—San Luis.—Santa María de las Cuevas.—Santa María
de las Dueñas.—Santa María de Jesús.—Santa María Madre
de Dios.—Santa María de Monte-Sión.—Santa María del Pó¬

pulo.—Santa María la Real.—Santa María de los Reyes.—


Santa María de la Victoria.—Nuestra Señora de las Merce¬
des.—San Pablo.—Santa Paula.—Nuestra Señora de la Paz.
—San Pedro Alcántara.—Regina Angelorum.—Hermandad
de la Concepción.—Nuestra Señora de los Remedios.—Santa
Rosalía.—Nuestra Señora de la Salud.—Santiago de los Ca¬
balleros, vulgo de la Espada.—Nuestra Señora del Socorro.
—Colegio de Santo Tomás de Aquino.—Santísima Trinidad.
—Nuestra Señora del Valle.—Colegio de Santa María de Je¬
sús.—Real Colegio de San Telmo.—Hospital de San Ber¬

nardo, vulgo de los Viejos.—Del Buen Suceso.—De la Cari¬


dad.—De las Cinco Llagas, vulgo de la Sangre.—Del San¬
to Cristo de los Dolores, vulgo del Pozo-Santo.—De la Con¬

cepción y Sangre de Cristo.—Otro del mismo título.—De la


Misericordia.—De Nuestra Señora de la Paz, vulgo de San
Juan de Dios.—De Venerables Sacerdotes.—Algunas capi¬
llas dignas de mención.—Retablos.

Santa Inés.

ES fundaciincorrupto
y cuyo María Coronelclaustros
ón de la célebre D.aguarda
cuerpo , en 1376,
(1).
en sus

(1) Como leyenda y tradición sevillana que es el episodio que es


Glorias Sevillanas 205

Es su templo uno y artísticos de Se¬


de los más hermosos
villa; de piedra ladrillo,
de estilo gótico.
y y
Bajo el primer arco de la nave del Evangelio, y junto
á la capilla mayor, hay un pequeño retablo de estilo roma¬
no, en el que se venera á la Concepción, escultura de algún

mérito, creyendo nosotros es de Alonso Martínez, discípulo


de Montañés, y no de éste, á quien se le atribuye sin ra¬
zón; pues se ve á las claras que no tiene parecido ninguno
con sus obras: la efigie está modernamente estofada, y en¬
carnada con colores muy abigarrados, y tiene ojos de cris-

relata en la vida de esta noble matrona, de haberse desfigurado su rostro


con fuego ó aceite hirviendo, para así evitar
huir de la lascivia del Rey
y
D. Pedro, no pudo por menos de caer bajo la crítica del Sr. Gestoso, en

su obra citada, Sevilla Monumental, en la que dice al tom. I, pág. 285:


«Como podría parecer extraño que al llegar aquí, y después de haber exa¬
minado con toda detención el venerable cadáver, no dijéramos nuestra opi¬
nión acerca de las manchas que en su rostro se manifiestan, objeto de dudas

y controversias recientes, con la sinceridad que procuramos hablar siempre


diremos que efectivamente en la mejilla derecha, que es la única que hemos

podido ver, existen partes oscuras, y que en algunos sitios se ve la piel


un tanto tirante;
pero dicho esto, no podemos asegurar, por carecer de inte¬
ligencia ello, que las referidas manchas sean señales del cauterio de
para

que habla la tradición. Más de cinco siglos han pasado desde aquel hecho,

y por nuestra parte nos declaramos incompetentes para considerar las man¬
chas que se ven al presente como resultado del aceite hirviendo, no exis¬

tiendo tampoco vestigios de las cicatrices que debieron afear tan conside¬
rablemente el rostro de la venerable fundadora.»

Desde luego se ve la contradicción en que se incurre aquí; pues mien¬


tras que por un lado sostiene haber visto las manchas oscuras del rostro,
por otro dice no ha hallado las cicatrices que eran de suponer: es decir, que
ni afirma ni niega rotundamente, mas conviene con el Sr. Tubino, que tam¬
poco las vió, según dice en su libro Historia de Don Pedro: mas nosotros
creemos
que dice en esto lo que el caballero francés Duguesclín:
«Ni quito ni pongo rey,
Pero ayudo á mi señor.»
Ayuda á la obra ya emprendida por D. Francisco M. Tubino, negando y
tergiversando una de las más hermosas leyendas de la historia sevillana.
Mas la misma contestación que al Sr. Tubino dió el Sr. D. Francisco Ma-
206 Glorias Sevillanas

tal. En el ático del altar hay una buena tabla con la figura
del Eterno Padre.
En el retablo que
figura á la cabeza de la nave de la
Epístola, que por cierto es de muy mal gusto, pues no lo
forman más que recuadros de madera pintada de blanco,
donde encajan trece bellísimas tablas del fin del siglo XVI,
atribuidas á Alberto Durero, se ve pintada la vida de la

Virgen, encontrándose en la central la alegórica de la Con¬


cepción, representativa de las imágenes de Sta. Ana y San
Joaquín, en ademán de abrazarse y oscular S. Joaquín la
frente de la Madre de la Santísima Virgen, á la puerta
Oriental de Jerusalén.

teos Gago, en defensa del hecho histórico relativo á la noble hazaña ejecu¬
tada por la ínclita matrona D.a María Coronel, es la que damos al señor

Gestoso.
Hé aquí las palabras del insigne arqueólogo: «¿Y qué decir de las
manchas de que habla el vulgo, según dice el Sr. Tubino, existentes en el
rostro de la momia? Ante Sevilla entera,
testigo del fenómeno, es imposible
que puedan las gratuitas afirmaciones que dejo copiadas. O no es
correr
cierto que el Sr. Tubino haya visto jamás la curiosa momia, ó ha de con¬
fesar que, de cerca ó de lejos, contemplada con holgura ó con apretones,

aquella momia presenta en todo su rostro las manchas y profundas huellas


de grandes cicatrices, procedentes, al parecer, de cauterio. Y no necesito
para ello citar en mi apoyo á más de cien escribanos públicos, de profe¬
sores médicos y otros testigos de mayor excepción que lo tienen declarado
en las actas de reconocimiento desde la primera exhumación; me basta el
testimonio de mis propios ojos, que han contemplado muchas veces aquella
momia, y en alguna ocasión hasta montándome sobre la urna, para exami¬
nar bien el lado izquierdo, el público. No me atreveré á decir
que no ve
si tales y tan marcadas manchas proceden de aceite hirviendo ú otra causa
cualquiera; pero doy testimonio
como cosa indudable, rechazando por con¬
siguiente la concesión del Sr. Tubino, inclinado á creer en la exis¬
generosa
tencia de las manchas, aunque no acertó á descubrirlas.»—Carta al exce¬
lentísimo Sr. D. José M. de Hoyos.—Véase en los Opúsculos, tom. VII,

Pág 351.
Con razón decimos que en la obra Sevilla Monumental se atacan nues¬
tras tradiciones.
Glorias Sevillanas 20 7

Santa Isabel.

Fué fundado en D.a Isabel de León Farfana,


1490 por
para monjas comendadoras del hábito de San Juan de Jeru-
salén, á cuya jurisdicción eran sujetas. Este templo ha te¬
nido varias trasformaciones: en la actualidad se ve en su

retablo mayor una buena copia de la Concepción que pintó


Murillo para Capuchinos.

San Isidoro del Campo.

Se fundó recuerdo y memoria del gran Doctor de


en

las Españas, D. Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, por


haberse conservado hasta la época de la invasión en aquel

lugar las cenizas de tan glorioso príncipe, en el mismo sitio


donde, según tradición, estuvo el histórico Colegio fundado
por el Santo. Dispuso el primogenitor de la casa de Medi-
na-Sidonia tener en dicho monasterio su sepulcro, así como
el de su mujer D.a María Coronel y sus descendientes.
Dotó el monasterio de religiosos con cuantiosísimas rentas,
para sostener cuarenta monjes que diesen culto en su tem¬
plo pidiesen á Dios por él. Estuvieron primero, por espa¬
y
cio de ciento y treinta años, los religiosos de la Orden del
Cister, ó de S. Bernardo, y luego vinieron los de S. Jeró¬
nimo.
El templo y claustros de este convento eran dignos de
conservarse
(1), no sólo por su interés histórico, sino por
su importancia artística.
(1) En el momento en que estas líneas escribimos se destina gran

parte del histórico monasterio para montar una fábrica de café artificial.
Verdaderamente que esto es bochornoso, no ya sólo para los herederos de
208 Glorias Sevillanas

Hemos oído hablar de la escultura de la Concepción


que se conservaba en sus claustros, y que los monjes con¬
ducían procesionalmente, en sentido de que era una de las
mejores obras de Juan Martínez Montañés.
No se sabe dónde se halla en la actualidad.

aquel gran héroe, sino la patria, que debe velar por la memoria de sus
para
grandes hijos; día los gobiernos dispusieron de las rentas y
y ya que un
bienes destinados por Alonso Pérez de Guzmán para invertirlos en obras
de caridad y en hacer bien por su alma en el templo donde se halla su

sepultura, ha debido declarar aquel monasterio monumento nacional, que


bien lo merece por sus grandes recuerdos y por su mérito artístico, para

evitar así la profanación de aquel lugar sagrado, donde el ruido de los arte¬
factos y de la maquinaria ha sustituido á los cánticos sagrados, y en donde
en vez de oirse la oración del religioso, se escuchará quizás la blasfemia
del obrero moderno. Si la figura del gran patricio se levantara de su sepul¬
cro, sin duda creería que la España, por quien sacrificó su propio hijo y
derramó su
sangre, había sido invadida nuevamente por otra raza infiel.
Mas en el
pecado llevamos la penitencia: porque, después de hechos trizas
y despedazados los documentos donde se contenía la voluntad de nuestros
antepasados; después de haber recogido los gobiernos los bienes de todas
las fundaciones piadosas, patronatos, pósitos, monte-píos, capellanías y pro¬

pios de pueblos, hacer la dicha de la patria y conducirnos á un pe¬


para
ríodo de prosperidad bienandanza, encontrámonos que todo ha sido inú¬
y
til, pues hemos venido á parar á un estado financiero ficticio; que nuestros
tesoros,aquellos tesoros que guardaba España en otras épocas de menos
adelanto y de oscurantismo, han pasado á los bancos extranjeros; que el
oro amontonado
por aquellas generaciones odiosas del antiguo régimen se
ha perdido;
que aquellas preseas y alhajas de incalculable valor que enri¬
quecieron nuestros santuarios y templos, están en los museos extranjeros,
y que hasta los metales de las campanas se recogieron por el gran fautor
de estas reformas, por el inicuo economista que ha labrado nuestra infeli¬
cidad y desgracia:
y á pesar de todos estos desmanes y despojos, el pro¬
blema cuya resolución nos amenaza es el terrible problema económico, que
los gobiernos no pueden resolver, como se resuelve el problema social,
con el cañón y las bayonetas. Sin embargo, desde la capital de la monar¬

quía, donde el judío españolizado tiene estatua de bronce sobre elevado pe¬
destal, hasta la última aldea se encuentra su nombre rotulando las princi¬
pales plazas, y todos á una le entonan un himno de gratitud y agradeci¬
miento. i Así se envilecen los
pueblos!
Glorias Sevillanas 209

San Jacinto.

Al otro lado del río, en el barrio de Triana, levántase


este espacioso templo, edificado para la Religión Domini¬
cana en el siglo XVIII.
Le ha sucedido lo que á casi todos los que pertenecie¬
ron á comunidades religiosas; que ha sufrido mil variacio¬
nes en sus altares, retablos y efigies.
En la actualidad sólo hay en esta iglesia una pequeña
escultura de la Concepción de Nuestra Señora, de bastante
mérito.

San José (vulgo Santa Teresa de Jesús).

Débese su fundación á la eminente


española Santa Te¬
resa de Jesús, por el año de 1575. En
templo se venera
su
una bella
efigie de la Concepción en el último de los alta¬
res del lado de la
Epístola: la escultura es mayor de tama¬
ño natural, teniendo mucha expresión en su
rostro, si bien
está afeado por los barnices: se halla vestida con el hábito
de Nuestra Señora del Carmen, á cuya Orden pertenece
la casa: el ropaje es algo abultado: sin embargo, la obra
no desmerece del maestro Montañés, á quien se atribuye,
y de cuya Escuela tiene muchos rasgos.
A más se ve otra imagen de vestir, con el mismo título,
en el altar del sagrario: es pequeña y sin mérito artístico.
En el interior del convento consérvase otra escultura de
este título.

San José (vulgo las Mercenarias).

Se levantó este convento á fines del siglo XVII. La


27
210 Glorias Sevillanas

iglesia no ofrece nada notable por su construcción, profe¬


sando su Comunidad la regla de Nuestra Señora de las
Mercedes. En el altar del sagrario se ve una buena escultu¬
ra de la
Concepción, que parece de Duque Cornejo: es algo
menor que de tamaño natural, y ofrece la particularidad de
presentar las manos separadas una de otra, en actitud de
hacer oración, y no como comúnmente se la representa:
está estofada modernamente, y tiene barnizado el rostro.

Priorato de San Juan de Acre.

Es cosa cierta que,


al verificarse la reconquista de esta
Ciudad, el Santo Rey asignó á cada una de las Ordenes
Militares iglesia y territorio propios, con jurisdicción priva¬
tiva y separada por completo en lo eclesiástico y judicial;
mas con el trascurso del tiempo sólo quedó exenta la Or¬

den de San Juan de Jerusalén, de cuyo Gran Maestre de¬

pendía. Tenía su juzgado especial para conocer de los asun¬


tos criminales, haciendo de juez el prior, que á la vez era

cura
y provisor. El territorio exento estaba comprendido
dentro de ciertos límites, que formaban su compás, cuyo

privilegio se marcaba con los postes de mármol y cadena


de hierro á su gran puerta: en tiempo del historiador Mor-

gado comprendía hasta cincuenta casas, y en una estadís¬


tica de fines del siglo pasado sólo le señala treinta. El Con¬

sejo de la Orden y su Maestre nombraban á los frailes orde¬


nados de la misma que habían de administrar la parte espi¬
ritual de la feligresía. En su antiquísimo templo, pues data¬
ba de la fundación del priorato, y que se conservó después
de muchas reparaciones hasta 1805, en que se hundió, ha¬
bía un gran lienzo, debido á Herrera el Mozo, represen¬
tando á la Concepción con los caballeros y frailes de la Or¬
den arrodillados á sus pies; en el año indicado se trasladó
La Concepción de Murillo denominada Del Padre Eterno,
de la
Iglesia de Capuchinos, hoy del Museo Provincial.

1
Glorias Sevillanas 211

la parroquia á la capilla inmediata de Nuestra Señora de


la Estrella, hasta 1833, en .que se extinguió la Comunidad.

Santa Justa y Santa Rufina (vulgo Capuchinos.)

Data la fundación de este convento de 1627.


Verdadero museo del arte cristiano
iglesia de los
era la
RR. PP. Capuchinos en Sevilla. La predilección con que el

insigne maestro había mirado la casa de esta Orden, y


hasta el gusto y afición que tenía al trato de sus moradores,
hicieron que Murillo la enriqueciese con las joyas pictó¬
ricas que conservó hasta la época de la exclaustración, en

que pasaron al Museo Provincial para constituir el principal


núcleo de los cuadros que del gran pintor contiene el salón
de dicho Museo.
Dos lienzos muy bellos de la Concepción había en el
convento:

El primero estaba colocado


en el altar que figura á la
cabecera de la de la
Epístola, y cuya descripción de¬
nave

jamos á D. José Amador de los Rios. Dice así:


«La cabeza de esta Virgen tiene mucha dignidad y no¬

bleza, viéndose arrebatada de un éxtasis profundo de amor:


su
figura es gallarda, y su actitud sumamente sencilla: los
ángeles que la rodean parecen nadar en un ambiente lumi¬
noso de admirable color
y transparencia, y están pintados
con una nitidez y verdad indefinibles. El Padre Eterno se

ofrece á la vista del espectador velado de la inmarcesible

gloria de su grandeza, que apenas puede concebir el enten¬


dimiento humano, y que Murillo alcanzó á comprender in¬
tuitivamente. Hé aquí la causa de creer nosotros que es
ésta una de sus más bellas creaciones. Este sublime
pintor
del cielo, cuya rica imaginación estaba siempre henchida
de estro religioso, cuya alma estaba inundada de fe, vió
212 Glorias Sevillanas

abiertos los cielos ante su vista, y trasladó á sus lienzos


cuanto en ellos arrebató su espíritu. Por esta las
razón
obras de Murillo serán eternamente todo el
apreciadas en
mundo; y cuando acierte un incrédulo ó un impío á con¬
templarlas, no podrá menos de sentirse sobrecogido y creer
en el Dios á quien se consagraban tantas maravillas. En la

ejecución de este gran cuadro no fué, sin embargo, tan feliz


como en la de otros. Pero á pesar de esto se conoce en

todas partes la huella de su pincel fecundo, encantando la

magia de su inimitable colorido.»


Se encontraba el otro cuadro en el coro alto; dejaremos
también que lo describa el citado autor. «El pensamiento
no es, sin embargo,
tan filosófico en nuestro concepto co¬
mo el del anterior, ni la figura de la Virgen respira tanta

nobleza; tiene, sí, aquella gracia de movimiento y naturali¬


dad de expresión que Murillo dió á todas sus Concepciones.
El colorido es brillante, vaporoso, transparente, y todo el
lienzo está pintado con admirable verdad y maestría. Los

ángeles que aparecen envueltos en la nube sobre que des¬


cansa la Virgen aventajan en
gran manera á los que ro¬
dean á la Concepción del cuadro anterior, están ejecutados
con más fuerza y
calor, y ofrecen un efecto más bello y
agradable. Sus cabezas son muy graciosas, y sus actitudes
en extremo sencillas y variadas; lo cual contribuye no
poco
á que esta parte del lienzo aparezca tan rica y abundante.
A la izquierda de la Virgen hay un grupo formado
por dos
angelitos, digno del gran pintor sevillano.»

Convento de San Leandro.

Le fundó en 1297 D. Fernando IV de Castilla á la


puerta de Córdoba, y en tiempo del Rey D. Enrique le
hizo donación de las casas que hoy ocupa esta Comunidad,
Lám. 30.

La Concepción de Murillo llamada La Niña,


del templo de los Capuchinos, hoy del Museo Provincial.
Glorias Sevillanas 213

del Orden de San Agustín, ayudando con gruesas limos¬


nas para las obras la piadosa dama D.a Guiomar de Ma¬
nuel. En el coro tienen las religiosas dos cuadros de la Con¬
cepción: son de Escuela sevillana.

San Luis.

Fué noviciado de la Compañía de Jesús.


Está dedicado hoy á Hospicio Provincial. En su tem¬
plo, de estilo churrigueresco, no se encuentra más que un
lienzo con la Concepción: en una de las capillas ú oratorios
interiores del antiguo colegio conservábase una buena es¬
cultura de este título, de Duque Cornejo, autor de casi to¬
das las que hay en esta casa.

Santa María de las Cuevas.

Hizo esta fundación el


Arzobispo D. Gonzalo de Mena
para monjes de la Cartuja, siendo indudablemente la más
rica y espléndida de Sevilla. Consérvase aún de pie el her¬
moso
y robusto templo gótico, dedicado á almacén de la
industria de cerámica allí establecida. Tuvo aquí enterra¬
miento en la capillael Adelantado Mayor de Anda¬
mayor
lucía, sevillano insigne, D. Perafán de Ribera, Marqués de
Tarifa, para sí y sus descendientes; cuyos artísticos sepul¬
cros se ven hoy en la iglesia de la Universidad Literaria:

asimismo descansaron bajo sus bóvedas por algún tiempo


los restos del descubridor del Nuevo Mundo.
La titular de esta casa, Ntra. Sra. de las Cuevas, escul¬
tura del siglo XIV, se extravió en la época de la invasión
francesa, juntamente con el rostrillo que tenía la efigie, joya
inapreciable por el número y calidad de las piedras precio¬
sas
que contenía.
214 Glorias Sevillanas

En la iglesia se admiraba una de las Concepciones más


clásicas de Francisco Pacheco, creyendo nosotros sea la
que preside el Salón de sesiones de la Academia de Bellas
Artes. El cuadro tiene cerca de 2 metros de altura, ha¬
biendo hecho los discípulos de este maestro muchas y muy
buenas reproducciones de este original.

Santa María de las Dueñas.

Este monasterio era fundación


antiquísima del caballero
D. Juan Mathe de Luna, Almirante de Castilla, el que cedió
á este objeto la casa que le correspondiera en el reparti¬

miento de la Ciudad. Pertenecía al Orden del Císter, y en


sus claustros moraron siempre damas de la más distinguida
nobleza. Su iglesia era suntuosa y riquísima en obras de
arte, siendo una de las que decretó su derribo la Junta Re¬
volucionaria en 1868. Entre las numerosas pinturas que te¬
nía la Comunidad encontrábanse varios cuadros de la Con¬

cepción, debidos á buenos maestros de la Escuela sevillana;


y en la iglesia había altar dedicado al Misterio, con una
efigie de vestir.

Santa María de Jesús.

Fundáronle los Condes de Gelves á mitad del siglo XVI:


la Comunidad pertenece á la Orden Franciscana: su templo
no ofrece nada de
particular: es moderno. Al lado de la
Flpístola hay un altar dedicado á la Concepción, con escul¬
tura de tamaño natural, atribuida á la Roldana, cuya efigie
salió procesionalmente en las fiestas del XXV aniversario
de la declaración del Dogma de la Inmaculada.
Glorias Sevillanas 215

Santa María, Madre de Dios.

Su primerafundación fué al sitio llamado del Arenal;


mas las inundaciones del
Guadalquivir obligaron á la Co¬
munidad á cambiar de lugar, habiendo obtenido el que hoy

ocupan en parte por donación de la Reina D.a Isabel la


Católica en 1476. El templo es bastante capaz, hermoseán¬
dolo mucho el rico artesonado que lo cubre.
Existe al lado de la Epístola un altar donde se venera
á Ntra. Sra. del Rosario: es obra del siglo XVI todo él, y
está formado por una hermosa colección de bajo-relieves
de la época, con la vida de la Virgen y de Ntro. Sr. Jesu¬

cristo, y en el centro la titular de la Orden Dominicana.


En uno de estos detalles escultóricos que embellecen tan
lindo retablo represéntase el Misterio de la Concepción pol¬
la efigie de Nuestra Señora y los atributos de su Pureza.

Santa María de Monte-Sión.

Levantó este por los años de 15 59 Ia


convento señora
D.a Mencía Manuel de Guzmán, Comendadora del hábito
de Santiago, de la cual corre interesante historia,
acerca
que Morgado cita. Lo destinó á frailes Dominicos, que sólo
habían de dedicarse templo á predicar y adminis¬
en este

trar el sacramento de la Eucaristía y


á confesar. Guardaba
este convento una joya pictórica de gran valor, cual era un

lienzo de Alonso Cano con la efigie de Nuestra Señora en


su
Concepción; mas ignórase dónde se halla en la actuali¬
dad esta obra.

Santa María del Pópulo.


Fundóse en los últimos años del siglo XVII, para frailes
216 Glorias Sevillanas

Agustinos, en unas casas que cedió á la Orden para ello


Antón de la Cerda: el templo es pequeño y de mal gusto.
En sus claustros había un oratorio con una pequeña escul¬
tura de Martínez Montañés, representando la Pura y Lim¬
pia Concepción de la Virgen María.

Santa María la Real.

Pertenece á la Orden Dominicana, cuya


regla profesan
sus
monjas. Es fundación de principios del siglo XV, lle¬
vando este nombre de la Real por haberlo tomado bajo
su
protección la Reina D.a Catalina, madre del Rey don
Juan II. La iglesia se construyó en el año de 1670. Fué
este convento uno de los que más sufrieron en 1868, ha¬

biendo perdido en aquella época un cuadro de Zurbarán

que tenía la Comunidad en el coro alto con la Inmaculada


Concepción.

Santa María de los Reyes.

Fundación del siglo XVII, y debida á la V. M. Doro¬


tea, cuya vida escribió el erudito P. Gabriel de Aranda.
Pertenece á la Orden de Santo Domingo, cuya regla pro¬
fesa su Comunidad de monjas.
En los claustros se conservan dos cuadros de Escuela
sevillana con la Concepción.

Santa María de la Victoria.

Perteneció á la Orden de frailes Mínimos de San Fran¬


cisco de Paula. Se levantó en el año de 1512, siendo con-
Glorias Sevillanas 217

sagrado en 1517 por el limo. Sr. D. Francisco de Córdoba.


Su primitiva iglesia era suntuosa, con costosísimo artesona-
do, habiendo ardido en el pasado siglo, edificándose en su
lugar otra de estilo moderno. Á la exclaustración fueron
destruidos el convento y templo, trasladándose la lápida

que cubría los restos del patrono, D. Francisco de Duarte, á


la Iglesia de la Universidad Literaria. Este convento fué de
los más principales de Sevilla por el número é importancia
de sus religiosos, figurando en lugar preferente en la histo¬
ria de nuestra Marina; en sus celdas se ventilaron muchas
de lasgrandes empresas marítimas realizadas por los espa¬
ñoles en los siglos pasados. En la iglesia se veneraba una

imagen de la Concepción, escultura de Roldán, y á más


había un gran lienzo con pintura del mismo asunto, debida
á Sebastián Gómez (el Mulato de Murillo), y que sin duda
es la mejor obra de este maestro.

Nuestra Señora de las Mercedes.

Su origen se encuentra en la reconquista de la Ciudad.


Su instituto era la redención de cautivos. La parte más prin¬

cipal de él consérvase habilitada para Academia de Bellas


Artes, y Museo Provincial, que se halla instalado en su her¬
mosa
iglesia.
En ella venerábase una pintura de la Concepción de

gran tamaño, obra de Valdés Leal, cuyo lienzo se halla hoy


en el referido Museo.
Aunque la obra es magistral, no tiene
sin embargo, como tipo de Concepción, aquel sentimiento
é idealismo que caracteriza á las Concepciones de los clá¬
sicos maestros. La Virgen aparece rodeada y envuelta en
luminosa atmósfera, por la que vagan un sinnúmero de án¬

geles que le ofrecen los atributos de su Pureza, como son,


la rosa, la palma, la azucena; otros preséntanle la silla de
28
218 Glorias Sevillanas

la Sabiduría, Scedes Sapientice, mientras que algunos que


están á la parteinferior arrastran por el suelo un ramo con
manzanas, simbolizando el origen del pecado, del que allí

aparece preservada María: corónanla grandes resplandores,


que irradia un centro de gloria que se ve sobre su augusta
cabeza en forma circular. El colorido es brillante, si bien
no tiene la transparencia que ofrecen los cuadros del gran
Murillo.
Existía en este convento un cuadro, obra de Pantoja,
con la Inmaculada, teniendo á los pies al V. Monroy, hijo
de Sevilla y de este convento, ascendido en 1649 al gene¬
ralato de la Orden.

San Pablo.

Una de las más importantes fundaciones de la Religión


de Santo Domingo en España fué la de San Pablo de Se¬
villa. Su origen se encuentra en la reconquista. La fábrica
de su actual templo pertenece al siglo XVIII, pudiendo ase¬
gurarse que es lo mejor que en esta época se edificó; pues
no solamente llama la atención
por su capacidad y exten¬
sión, sino por sus valientes arcos y cúpula, la más alta de
esta Ciudad. Era riquísimo en obras de arte, sobre todo en

pinturas, 1587, época en que Alonso Morgado


pues ya en
publicó su Historia de Sevilla, dice que su claustro princi¬
pal, que era muy grande, estaba lleno de cuadros con la
vida de S. Pablo. En 1849 estuvo amenazada su existencia,

pues la autoridad civil autorizó el establecimiento en él de


un teatro; lo que se evitó porel Gobernador Eclesiástico,
decretando llevar á esta iglesia
la parroquia de Santa María
Magdalena, que prestaba sus servicios en la capilla de la
Antigua, como ya se ha dicho.
Hasta la exclaustración tuvo altar dedicado á la Con-
Glorias Sevillanas 219

cepción el oratorio que se ve á los pies de la nave del


en
Evangelio, habiendo nosotros oído decir era una escultura
de Roldán la que allí se veneraba.

Monasterio de Santa Paula.

D.a Ana de Santillán, fundadora del convento de la Con¬

cepción de San Juan de la Palma, de la que hemos ya ha¬


blado, fué asimismo la que levantó este nuevo monasterio
de monjas Jerónimas, á cuyo fin salió de aquel convento.
La hermosa fábrica de su
templo, claustros y bellísima por¬
tada se debió á la munificencia del Condestable de Portu¬

gal D. Juan, Marqués de Montemayor, y de su mujer doña


Teresa Enríquez, que tienen allí sus enterramientos.
En el feo y detestable retablo de su altar mayor se os¬
tenta una imagen de la Concepción, escultura de un metro

de alta: es de regular mérito.

Nuestra Señora de la Paz.

Levantó esta casa y su templo el racionero de la Cate¬

dral Andrés de Segura en 15 71, para monjas de la regla


de S. Agustín y hábito concepcionista. Tenía altar dedi¬
cado al Misterio, con una efigie de vestir. Se vendió por la

Junta Revolucionaria en 1868. Desde principios de este si¬


glo tenía la Comunidad privilegio para usar ornamentos ce¬
lestes el día 8 de Diciembre.

San Pedro Alcántara.

Su fundación es del siglo XVII, y fué de la Orden Fran-


220 Glorias Sevillanas

ciscana. Se halla hoy establecido


edificio el Instituto
en este
Provincial. Eltemplo no tiene nada de notable. En su altar
mayor, que es de pésimo gusto, se venera una escultura de
la Concepción de tamaño natural.

Regina Angelorum.

Fundóle D.a Guiomar de Castro en el siglo XVI para


monjas Dominicas; mas luego se destinó para hospedería
de los religiosos del mismo Orden, que se dedicaban á mi¬
siones en América.
Hubo eniglesia una hermandad de la Concepción
esta

en el
siglo XVI, de las llamadas de Penitencia y Luz, la
que hacía estación á la Catedral en la tarde del Jueves San¬
to, conduciendo los cofrades, que vestían túnica blanca y
escapulario celeste, la imagen de Jesús crucificado y la de
su titular. Más tarde transformóse en hermandad de Gloria,

dejando de salir en el antedicho día, celebrando varias fun¬


ciones en honor de la Concepción; desde cuya época em¬
pezaron á dar culto á otra efigie, que era la que se conducía
en las célebres que luego después se ha¬
procesiones de
blará. Al verificarse la invasión francesa fué llevada esta
escultura á la iglesia parroquial de San Martín, donde hoy
se encuentra. La imagen ha tenido tantas vicisitudes, que
no es
posible formar idea exacta de su mérito artístico, pues
se halla completamente mutilada. Según hemos averiguado,

este simulacro era una escultura tallada, con Niño en los


brazos. En la procesión del siglo XVII se describe ya ves¬
tida de ricas telas blancas y celestes, sin hacer mención del
Niño, que nosabemos si iría envuelto con el traje que se
le sobreponía á la Virgen, y con este motivo no se habla
de él. Parece que más tarde se separó la cabeza del tronco
del cuerpo para el candelero sobre
fijarla en que hoy está,
Glorias Sevillanas 221

y como las primitivas


manos no pudieron ser utilizadas de
igual modo, le colocaron las que hoy le vemos, que son
muy malas.
En este templo hállase establecida la Real Maestranza
de Sevilla, en su capilla propia, donde ha celebrado, como

luego veremos, varias fiestas á la Concepción.

Nuestra Señora de los Remedios.

Perteneció al Orden Descalzo de Nuestra Señora del


Carmen. Se erigió en el siglo XVI, y era iglesia muy fre¬
cuentada por la gente de mar, por estar situada á orillas
del río; con cuyo motivo la titular recibía muchas ofrendas
de los marineros, los que siempre al entrar en el puerto
saludábanla haciendo salvas con sus armas desde las naves.
En su
templo había dedicado un altar á la Pureza Inmacu¬
lada de la Virgen, y en sus claustros existió un gran lienzo,
que hoy se ve en el Museo, de mano de Domingo Fernán¬
dez, en el que se representa el Misterio de la Concepción,
y á un lado el Papa Paulo V imponiendo silencio á los
partidarios de la opinión contraria: el Pontífice está en acti¬
tud de pronunciar el fallo, en medio de cardenales, obispos,

reyes y príncipes.

Santa Rosalía (vulgo Capuchinas).


En el convento dereligiosas Capuchinas, fundación del
Arzobispo de esta Diócesis D. Jaime Palafox, venérase en
su retablo
principal una escultura, mayor que de tamaño
natural y de la misma época que el retablo: la exageración
de las formas en la manera de plegar los paños, y el abi¬

garramiento del grupo de ángeles que la sostienen sobre


nubes, ostentando en sus manos los signos de la Concep-
222 Glorias Sevillanas

ción, muestran muy á las claras el depravado gusto del


pasado siglo.

Nuestra Señora de la Salud (vulgo Mínimas).

Esta Comunidad, del Orden Mínimo de San Francisco


de Paula, establecióse en Triana por el año de 1567. El
templo actual quetiene es moderno y muy pequeño. En
él se ve una efigie de la Concepción, escultura de vestir,

que, aunque es antigua, está sumamente variada con las


restauraciones. Poseyó la casa de que nos ocupamos una

pintura del Mulato, con la imagen de Ntra. Sra. de la Con¬


cepción, la cual se extravió en 1868.

Santiago de los Caballeros (vulgo de la Espada).

D. Lorenzo Suárez de Figueroa, Gran Maestre de la


Orden, le fundó en 1387. El templo era de piedra,.y de
estilo gótico, correspondiendo con él la casa de la Comuni¬
dad por su gusto y proporciones. La iglesia contenía bue¬
nos cuadros de Herrera el
Viejo y de Varela, entre los que
existía una hermosa pintura de la Concepción, con varios
caballeros de la Orden arrodillados á sus pies. Había ade¬
más una pintura en cobre, de Alberto Durero, con la alego¬
ría de la Concepción, representada por S. Joaquín y Santa

Ana, que ostentan palmas en sus manos, como antes hemos


visto.
Al verificarse la exclaustración se trasladaron á la igle¬
sia de la Universidad los sepulcros del fundador D. Lorenzo
Suárez de Figueroa y el del Dr. D. Benito Arias Montano,
lumbrera de la civilización española y Prior que había sido
de esta casa.
Glorias Sevillanas 223

Nuestra Señora del Socorro.

Es fundación del año de 1522, de monjas de la regla


de S. Francisco, con hábito de la Concepción.
En uno de los altares del lado del Evangelio se ostenta
una hermosa escultura de Nuestra Señora en el Misterio
de la Concepción. Su escultura de 1,30 metros: á sus
es
pies tiene tres cabezas de querubines. Es del estilo de Mon¬
tañés, á quien se atribuye, si bien con las restauraciones
sufridas encuéntrase bastante desfigurada, si es de mano
de tan insigne maestro.
En el interior se encuentra la imagen de Nuestra Se¬
ñora conocida con el nombre de Madre Purísima, que per¬
teneció al convento de la Concepción de San Miguel.

Colegio de Santo Tomás de Aquino.

De este centro salieron centenares de hombres doctos

para llevar la civilización


al Nuevo Mundo. Es fundación
de D. Diego de Deza, del Orden de Santo Domingo y Ar¬
zobispo de Sevilla. En su precioso templo se admiraba la
gran obra de Zurbarán que se halla presidiendo el salón de
pinturas de nuestro Museo.
En un oratorio que tenían los colegiales había una Con¬
cepción de Alonso Cano.

Santísima Trinidad.

Hizo asiento la Comunidad de este nombre, al verifi¬


carse la reconquista, en el antiguo eremitorio levantado
224 Glorias Sevillanas

por los primeros cristianos sobre las cárceles donde estu¬


vieron presas las Stas. Justa y Rufina.
El templo que hay en la actualidad es moderno.
En la primera capilla del lado del Evangelio se venera
á Ntra. Sra. de la Concepción, escultura de regular mérito.

Nuestra Señora del Valle.

Es fundación del siglo XVI, y en él había frailes de la


Orden Franciscana, de los Observantes. Á la exclaustración
pasó á ocuparlo comunidad de religiosas dedicadas á
una
la educación de jóvenes. Su templo ha sido restaurado y
exornado á la moderna, siguiendo el gusto de los oratorios
franceses. En tiempo de los frailes se veía en él una de las
más hermosas pinturas de Pablo de Céspedes, con la ima¬

gen de la Concepción.

Colegio de Santa María de Jesús.

La fundación de Rodrigo Fernández de Santaella, Ar¬


cediano de Reina, canónigo de esta Catedral, vulgarmente
conocida con el nombre de Colegio de Maese Rodrigo, es
la primitiva Universidad hispalense, para cuya erección
obtuvo una provisión en i 502 de los Reyes Católicos, y
bulas de Julio II en 1505 y 1508, para Universidad de es¬
tudios con la advocación de Sta. María de Jesús, equipa¬
rando este centro en
excepciones, privilegios y enseñanza
con los de Salamanca y Alcalá. Sobre la puerta principal
había la siguiente inscripción, en caracteres góticos, por bajo
de unaefigie de piedra de la misma época: Quis locus sum
quaeris? Sum | Hospitale Monasterium domus que | doctri-
Glorias Sevillanas 225

nce humile Collegium humili | ter Christo Jesu et divce Ge-


nitrici | Marie dicatum qui humilla ¡ diligunt.
Ambas cosas, la estatua y la losa, fueron arrancadas y
rotas en 1868.
El templo preciosidad arquitectónica, digna de
es una
ser conservada con así como su retablo: en
gran esmero,
él celebró grandes fiestas é hizo el juramento en 1617 el
claustro de profesores de dicha Universidad.

Colegio de San Telmo.

Después de la reconquista se levantó fuera de las mu¬


rallas de Sevilla un arrabal, donde avecindaron las gentes
dedicadas al mar, erigiendo una capilla á S. Telmo, como
protector de los navegantes: en este arrabal vivían los cómi-
tres ó capitanes de barcos, con sus privilegios y exencio¬
nes; refiriendo el historiador González de León que en 1493
había sesenta y tres dueños de bajeles que comerciaban
con Flandes y las Canarias.
Luego esta capilla con sus de¬
pendencias pasó á ser de los Obispos de Marruecos, auxi¬
liares de esta Diócesis, donde residieron hasta el año de
1560, en época pasó al Tribunal de la Inquisición.
cuya
Más tarde, á fines del siglo XVII, se destinó á Colegio ó
Seminario de la Marina. Su templo es del siglo pasado: en
él había un gran lienzo con la Concepción, de Domingo
Martínez, habiéndose celebrado aquí grandes fiestas á este
Misterio en las declaraciones, del Patronato en 1761, y del

Dogma en el siglo presente.

Hospital de San Bernardo (vulgo los Viejos).

Tuvo principio en 1355, bajo la antedicha advocación,


29
226 Glorias Sevillanas

y su fin era amparar hombres y mujeres ancianos, que,


destituidos de bienes y haciendas, hubiesen venido á nece¬
sidad: su primer dotador fué el clérigo Alonso Sánchez,
habiéndose después enriquecido esta donaciones
casa con
numerosas. Tiene hermandad, compuesta de treinta sacer¬
dotes sevillanos: de igual naturaleza han de ser los acogi¬
dos, que no han de ser mendicantes.
En uno de los altares de su pequeña iglesia se venera
la efigie de la Concepción.

Hospital del Buen Suceso.

Venérase en su iglesia,
el altar del lado de la Epís¬
en
tola inmediato al mayor, un
lienzo de metro y medio de
alto, con la imagen de la Concepción: es pintura de escaso
mérito. Este templo perteneció al hospital del mismo nom¬

bre, y es de mal gusto, habiéndose construido á fines del


pasado siglo.

Hospital de la Caridad.
En la sala llamada de San Antonio de la famosa funda¬
ción de D. Miguel de Manara se ve un notable lienzo del

clérigo Roelas, representando la Concepción: el cuadro mi¬


de sobre dos metros de altura.

Hospital de las Cinco Llagas (vulgo de la Sangre).

Fundación grandiosa de la Sra. D.a Catalina Enríquez


de Rivera (i) y suhijo el primer Marqués de Tarifa: estuvo

(i) Esta egregia y noble señora no ha tenido todavía el honor de


Glorias Sevillanas 227

primero en la collación de Santa Catalina; mas luego los


priores de la Cartuja de San Jerónimo y de San Isidoro
del Campo, patronos de dicha obra por defunción de la re¬
ferida señora, ocurrida en 1505, y la de su hijo, en 1539,
determinaron levantar el edificio que hoy admiramos, para
instalar en él el referido hospital. Su gran fábrica, propia

por su costo y magnificencia para palacio de un magnate,


contiene en el patio de entrada el esbelto y clásico templo
que, según el erudito y competente Ceán Bermúdez, es el
segundo de Sevilla por su construcción. Contiene muchas
obras de arte, sobre todo en pinturas, en las que hay un
buen cuadro de Escuela sevillana con la Inmaculada Con¬

cepción.

Hospital del Santo Cristo de los Dolores


(vulgo del Pozo-Santo).
Esta casa de caridad y
recogimiento para mujeres an¬
cianas impedidas pertenece al año de 1682, habiendo con¬
tribuido con sus rentas á edificarla la virtuosa D.a Ana
Truxillo. El conocerse con el nombre del Pozo-Santo dé¬
bese al milagro ocurrido en el pozo situado en la dicha
plaza con un niño de corta edad. En el altar mayor de su
iglesia se venera una efigie de la Concepción, mayor que
de tamaño natural, escultura del siglo XVII, que resulta de
buen efecto, dada la altura á que se halla colocada, igno¬
rándose quién sea su autor.

Hospital de la Concepción y Sangre de Cristo.


Fué de los incorporados por D. Rodrigo de Castro en

que el Municipio de Sevilla le tribute el modesto homenaje de colocar su


nombre en alguna de las calles de la Ciudad.
228 Glorias Sevillanas

el siglo XVI: estuvo situado junto á la Casa de la Miseri¬


cordia.

Hospital de la Concepción.

Bajo este título existió para ancianos enfermos en la


calle del Arrayán, por los años de 1636, siendo fundadora
la V. M. Beatriz Jerónima de la Concepción; mas, contando
con escasos recursos, terminó en 1696.

Casa de la Misericordia.

Se fundó en 1476
el sacerdote Antonio Ruiz, el
por
que, unido á otros, formaron una corporación que se tituló
así, Hermandad de la Misericordia, cuyo único objeto era
buscar dotes para doncellas huérfanas y desamparadas, lle¬

gando á tomar tal incremento este instituto y á reunir tales


riquezas, que fué una de las primeras de España por su
importancia: subsistió hasta 1837, en clue Gobierno se
incautó de sus bienes.
Su templo, moderno, contiene en su altar mayor
que es
laimagen de la Purísima Concepción, escultura en barro,
de 30 centímetros de altura, del siglo pasado.

Hospital de Nuestra Señora de la Paz


(vulgo de San Juan de Dios.)

Se fundó para enfermos militares por el capitán Her¬


nando de la Vega y el caballero D. Diego de León.
En su iglesia se venera una efigie de la Concepción,
escultura de escaso mérito.
Lám. 12.

La Concepción de Murillo, del Hospicio de Sacerdotes de Sevilla,


hoy del Museo del Louvre.
Glorias Sevillanas 229

Hospicio de Venerables Sacerdotes.

Al llegar á este sitio sólo podemos decir, para desgracia


nuestra y baldón de Francia, que en uno de sus retablos
existió hasta 1809 la obra más acabada de Murillo como
pintura de la Concepción; siendo en esta época robada por
el Mariscal Soult, quien la llevó á su patria, vendiéndose
más tarde en subasta pública por 615.000 francos, adqui¬
riéndola el Museo del Louvre, donde se conserva, como ban¬
dera gloriosa de nuestra Fe y de nuestras Artes, colocada
en una de las rotondas del Museo, para admiración del
mundo.
El erudito Ceán Bermúdez, al hablar de este cuadro,
dice: «La Concepción es el mejor testimonio que tenemos
de la buena práctica de Murillo, de su delicado gusto é
inteligencia en la contraposición de las luces, y en el efecto
del todo; por tanto, creo que sea en esta parte el mejor
cuadro de su mano, y al que tal vez llegarán muy pocos
de la escuela Lombarda.» (Véase la lám. 12.)
Modernamente se ha colocado un lienzo con la Concep¬
ción en el altar del lado de la Epístola más inmediato al

mayor: es obra de regular mérito, y pertenece á esta Es¬


cuela.

Capilla de Nuestra Señora de los Ángeles


(vulgo de los Negros).

Reconoce por fundador al Sr. D. Gonzalo de Mena, que


murió en 1401. Venera en su altar principal á la efigie de
Ntra. Sra. de los Ángeles en actitud dolorosa. Encierra en
230 Glorias Sevillanas

sus anales esta corporación un hecho en pro del Misterio


de la Concepción, que siempre le dará eterno renombre;
refiriéndonos al acto de haberse vendido dos de sus herma¬
nos en las calles de Sevilla, para costear una
función reli¬
giosa á la Santísima Virgen en la época de las fiestas del
siglo XVII, y de cuyo hecho nos ocuparemos luego.
A más se ha distinguido siempre la titulada Hermandad

de los Negros cuando se ha tratado de solemnizar el culto


á este Misterio.

Capilla de Nuestra Señora de la Antigua.

Al sitio de las
gradas de la Catedral hállase establecido
este pequeño oratorio,
con su Hermandad propia, fervoro¬
sísima por el culto de la Concepción Purísima de la siem¬

pre Virgen María. Su origen data de principios del si¬


glo XVII, pero la primera noticia histórica que de ella hay
en su archivo es de 1684;
y desde 1691 consta de manera
cierta y positiva que sus cofrades ya salían al rayar la au¬

rora, después de rezar el santo Rosario, cantando por las


calles de Sevilla las alabanzas de su
Concepción Inmacu¬
lada en los versos compuestos por el popularísimo Miguel
del Cid; costumbre que ha llegado felizmente hasta nues¬
tros días, pues aún nuestros oídos tuvieron la gran satisfac¬
ción de escuchar el año de gracia de 1892, al amanecer del
día 8 de Diciembre, la célebre copla:
«Todo el mundo en general

Á voces, Reina escogida,


Diga que sois concebida
Sin pecado original»,

con música de la época, que por lo rara reproducimos, á


fin también de que se conozca. (Véase
la lám. 13). Fué esta
l
»1

—f

13.
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Glorias Sevillanas 231

Hermandad quizás la más popular de Sevilla, habiendo


sido gran protector de ella el Excmo. Sr. D. Luis Salcedo
y Azcona, quien le donó el antiguo sin-pecado que usa

y la cruz de carey y plata que preside á esta corporación


en sus procesiones: á partir de este Arzobispo, se decla¬

raron protectores de la Hermandad todos sus sucesores,


enriqueciéndola con gracias y privilegios, y ayudando á su
mayor lujo y ostentación. Uno de los privilegios que tiene
es el de hacer estación todas las mañanas á la Santa Iglesia
Catedral y con sus insignias á la misa fundada á este
asistir
objeto en la capilla de la Antigua, y luego, en los días
de la octava de la Concepción, entrar en la capilla mayor

y manifestar á su Divina Majestad, entonando el Tantum


ergo con la orquesta y voces que acompañan al Rosario.
Era de su instituto salir casi todas las noches del año, pero
celebraban de un modo especialísimo el día de la Pura y
Limpia y su octava: en la actualidad esto ha venido redu¬
ciéndose; pero aún, para gloria de la Virgen María, se con¬
serva algo de aquellas antiguas prácticas sevillanas.

Capilla de la Asunción.

Está situada en las gradas de la Catedral, y tuvo her¬

mandad, compuesta del gremio de sederos y gorreros, los


que se señalaron en 1617 por sus fiestas en honor de la
Concepción. Se da culto en la tribuna que está sobre esta
capilla á una imagen de este Misterio, de pintura, que, como
ya dijimos, es la primera que se puso en las calles á la
pública veneración.

Capilla de la Concepción.

Se halla situada al mismo sitio que ocupa el postigo


232 Glorias Sevillanas

del Aceite, que, con la puerta de la Macarena, son las dos


únicas que quedan de la antigua muralla: es muy pequeña.
Su origen es de los últimos años del siglo XVII: tiene un
altar con la efigie de la Concepción, atribuida á la Roldana:
su altura es de 8o centímetros, estando restaurada moder¬
namente. Tiene su correspondiente Hermandad, que, como
de este título, celebró siempre al Misterio; sobre todo en
las fiestas del Patronato, de las que salieron relaciones im¬
presas, que más adelante citaremos. Esta Hermandad tiene
sin-pecado y cruz-guión, todo de plata, con cuyas insignias
salía de noche cantando el Rosario; en la actualidad cele¬
bra aún á su Patrona al 8 de Diciembre.

Capilla de la Concepción.

Otra existe en el campo de la Macarena, que también


tuvo su hermandad; mas hoy se halla cerrada al culto.

Capilla de San José.

Existió en ella un hermoso lienzo de mano del famoso


Zurbarán, con la Inmaculada Concepción, donde lo vió Ceán
Bermúdez.

Ermita de los Mártires.

Antiquísima es su fundación, y pertenecía á la Herman¬


dad de los calafates de los puertos de esta provincia. Vene¬
raban á la SantísimaVirgen en el Misterio de su Concep¬
ción Purísima. De laefigie ó escultura que había en esta
capilla nada hemos podido averiguar, mencionándose en
Glorias Sevillanas 233

la historia de Triana que fué algunas veces conducida en


las flotas de galeones que iban al Nuevo Mundo, cuando
así lo acordaba la Hermandad.

RETABLOS DE CONCEPCIÓN
QUE HABÍA EN LAS GALLES DE SEVILLA

Calle de Doña María Coronel.

Junto á la parroquia de San Pedro hubo uno con pin¬


tura en lienzo, de buena escuela, como de un metro de al¬
tura. Hoy se encuentra dicho retablo en la iglesia referida.

Calle de la Feria.

Existió retablo con pintura de la Concepción, hecha


un

al fresco por Agustín Castillo, famoso pintor de este géne¬


ro, y del cual habla Ceán Bermúdez en su Diccionario. Di¬
cha pintura ha sido borrada de la pared donde se hallaba.

Calle de la Borceguinería.
En la actualidad se venera una
pintura de la Concep¬
ción, la que existe en dicho sitio desde época inmemorial.

Calle de la Mar.

Hasta el año de 1869 hubo retablo con una pintura


en la casa que hace esquina á la calle de Castillejos.

Patio de Banderas.

Se conserva bajo el arco que le da entrada por la plaza


30
234 Glorias Sevillanas

del Triunfo un retablo


churrigueresco, con escultura de la
Concepción, de igual época que en la que fué ejecutado
éste. Existía en dicho sitio otro con la efigie de Nuestra
Señora desde el siglo XV.

Puerta del Arenal.

En la parte interior del arco que formaba la misma ha¬


bía un retablo en tribuna alta, donde se veneraba una ima¬

gen de Nuestra Señora en el referido Misterio.

Calle de Alemanes.

En el balcón de la capilla que fué de la Hermandad


de los gorreros y sederos se ostenta un hermoso lienzo con
la Inmaculada: está muy restaurado, por lo que ha perdido
mucho.

Resolana de la Macarena.

Hay en esta calle un retablo hecho de azulejos, del si¬


glo pasado, con la Purísima Concepción.

Calle de Tintores.

Existía en ella un retablo, donde se veneraba á la Con¬


cepción en un cuadro que pasó al Hospicio Provincial.

Calle de la Alcaicería.

Á su entrada por la plaza del Pan Viejo había un arco


de los muchos que existían en esta Ciudad, y encima de
él venerábase una efigie de la Concepción, en pintura, que
se halla colocada en el Salvador sobre la puerta de la co¬
lecturía.
Glorias Sevillanas 235

Gradas de la Catedral.

Junto al Colegio de San Miguel estaba el arco de este


nombre, y sobre él un gran lienzo con la Inmaculada Con¬

cepción, como se ve en grabados del siglo XVIII.

Calle de San Andrés.

Existió un retablo con escultura de piedra, que se quitó


en 1868.

Calle de la Pureza.

Hubo una de azulejos con este título, que se quitó en


1869.

Calle Santo Rey.


Existió
azulejos hasta el año antes referido, con la
en

imagen de la Concepción y sus atributos, siendo de gran


tamaño.
Hé aquí brevemente relatado el largo catálogo de imá¬
genes de la Concepción que la devoción sevillana ha puesto
al culto público, no creyendo nosotros haber mencionado
todas las que se contenían en los templos, pues ni damos
noticias de todos ellos (1), ni las que hemos recogido juz¬
gamos sean completas, después de período tan turbulento

(1) Omitimos hablar de las iglesias Santa María de Gracia, Nuestra


Señora de Belén, de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, Santo Domingo
de Porta Cceli, San José, San Laureano, San Acasio, Sancti Spiritu, Nues¬
tra Señora de la Encarnación, San Basilio, Santa Teresa, San Onofre, y de
las Mínimas, todas cerradas al culto ó destruidas: entre las existentes no se

hace mención de San Lázaro, San Sebastián, las de algunas casas de cari-
236 Glorias Sevillanas

y tristísimo para la historia de los templos


y del Arte en
Sevilla como el que
acabamos de atravesar; tanto en escul¬
tura como en pintura se han extraviado infinidad de obras

de las dedicadas á la Concepción de la Virgen María; ha¬


biendo también omitido hablar de cierto número de iglesias

y conventos en obsequio á la brevedad, y por no haber


adquirido noticias ciertas, de otros de los derribados ó ce¬
rrados al culto. Mas con lo expuesto creemos con
razón que
basta y sobra para probar lo que dijimos antes: que la ima¬
gen de la Inmaculada Concepción de María es la más po¬
pular de esta Ciudad, que merecidamente se denomina Ma¬
riana; pues es tal el número de simulacros erigidos á su
nombre, que sería imposible enumerarlos. Por vía de apén¬
dice á este capítulo damos el siguiente catálogo de las ad¬
vocaciones con que se ha venerado á Nuestra Señora en los

templos sevillanos.

Ntra. Sra. de los Afligidos, Ntra. Sra. de las Batallas.


de las Aguas, » » de Belén.
de la Alegría, » » del Buen Aire.
del Alma mía. » » del Buen Consejo.
de laAmargura, » » del Buen Fin.
del Amparo, » » del Buen Viaje.
de los Angeles, » » de los Buenos Tempo¬
de las Angustias, rales.
de las Animas, » » de la Cabeza.
de la Antigua, » » del Cáliz.
de la Asunción, » » del Camino.
de la Aurora. » » de la Candelaria.

dad é infinidad de capillas, en todas las que se encuentra alguna imagen


de la Concepción. También hemos omitido hablar de la novísima fundación
de María Reparadora, en cuyo templo, por anomalía especialísima, no ve¬
mos expuesta á la pública veneración imagen
alguna de Nuestra Señora, ni
en este título de la
Concepción, ni con ningún otro, pues sólo se ve una
estatua decorativa sobre la baranda del coro alto.
Glorias Sevillanas 237

Ntra. Sra. de la Caridad. Ntra. Sra. la Madre de Dios.


» » del Carmen. » » del Madroño.
» » de la Cinta. » » del Mar.
» » del Císter. » » delMayor Dolor.
» » de la Concepción. » » delMayor Dolor y
» » de Consolación. Traspaso.
» » del Coral. » » de las Mercedes.
» » de la Correa. » » de Monserrat.
» » de las Cuevas. » » de las Nieves.
» » de los Desamparados. » » de la O.
» » del Desconsuelo. » » de la Oliva.
» » la Divina Enfermera. » » del Olmo.
» » la Divina Maestra. » » de la Palma.
» » la Divina Pastora. » » de la Parra.
» » de los Dolores. » » Pastora de las Almas.
» » del Dulce Nombre. » » del Patrocinio.
» » de la Encarnación. » » de la Paz.
» » de Escalas. » » de los Peligros.
» » de la Esperanza. » » de la Pera.
» » de la Estrella. » » del Perpetuo Socorro.
» » de Europa. » » de la Piedad.
» » de la Expectación. » » del Pilar.
» » de las Fiebres. » » del Pópulo.
» » de los Ganadores de » » del Pozo Santo.
Sevilla. » » de la Presentación.
» » de los Genoveses. » » del Primer Instante.
» » de Gracia. » » de la Quinta Angustia
» » de la Granada. » » del Rayo.
» » la Gran Madre. » » del Refugio.
» » de Guadalupe. » » Reina de todos los
» » de Guía. Santos.
» » de la Hiniesta. » » de los Remedios.
» » de las Lágrimas. » » del Reposo.
» » del Loreto. » » del Rescate.
» » de la Luz. » » de los Reyes.
» » de las Madejas. » » de Rocamador.
» » de las Maravillas. » » del Rocío.
238 Glorias Sevillanas

Ntra. Sra. de la Rosa de Jericó. Ntra, Sra. del Subterráneo.


del Rosario. » » del Tránsito.
del Rosario y Batalla » » de Trápana.
Naval. » » de las Tres Necesida¬
del Sagrado Corazón, des al pie de la Cruz
de la Salud. » » de las Tristezas.
de la Salvación. » » de Valvanera.
del Santo Escapulario. » » del Valle.
de Sauceda. ' » » de la Venida del Espí¬
de la Sede. ritu Santo.
de la Servilleta. » » de la Victoria.
la Sevillana. » » de Villaviciosa.
de los Siete Dolores. » » de las Virtudes.
del Silencio. » » de la Visitación.
del Socorro. » » del Voto.
de la Soledad.
Glorias Sevillanas 239

CAPÍTULO VIII

La opinión rigurosa en Sevilla.—Efervescencia popular contra


ella.—En el convento de San Diego.—Propagadores insignes
de la creencia piadosa en el siglo XVII. — El B. Juan de
Prado.—D. Mateo Vázquez de Leca.—Fr. Francisco de San¬
tiago.—Bernardo de Toro.—Sevilla, primera ciudad del orbe
cristiano en demanda al Romano Pontífice del Dogma de
la Concepción.—Poesía popular de Miguel Cid en su ala¬
banza.—Ruidosas procesiones en 1615.—La oración al San¬
tísimo y á la Inmaculada.—Demostraciones de júbilo.

Lo que l evamos hasta aquí relatado prueba muy alto


que la devoción concepcionista hallábase arraigada
profundamente entre nosotros, y que, por lo tanto, no se
engendra ni aparece por vez primera en los comienzos del
décimo-sétimo siglo, al calor de las disputas teológicas: so¬
lamente la tenacidad de la contraria opinión, con sus alar¬
des y manifestaciones inoportunas, dió pie, con una leve

chispa, á que se encendiese y estallara inmenso volcán de


la popular devoción, hasta entonces latente y apagada al

parecer. Lo que ocurre en ese momento es verdadera¬


mente asombroso. Jamás pueblo alguno dió nunca prueba

mayor de respeto y veneración á la Santísima Virgen, co¬


mo ofreció Sevilla en aquellas
circunstancias: la Ciudad en
masa puede decirse que se levanta á protestar contra lo

que ella creía era un tanto ofensivo á la Inmaculada Pu-


240 Glorias Sevillanas

reza de la Reina del Cielo, haciéndolo á porfía, como en un


solo haz, los Senados Civil y Eclesiástico, las Comunidades
y el Prelado, el guerrero y el magistrado, las Academias,
los gremios y las artes bellas, el noble y el hijo humilde
del pueblo; así que en público y privadamente, en las pla¬
zas y en los templos, en las calles
y en las moradas de los
ciudadanos, no se oye, no se repite más que una frase, no
brota más que una sola expresión: «¡Acudamos en defensa
de la Virgen María, no tocada ni manchada con la culpa

original!»
Desde ese intante no se dan mano á descansar de su

noble empresa: el artista, idealizando los prodigiosos mo¬


delos que nos ofrece como tipos incomparables de la siem¬

pre Virgen María; el teólogo, con sus tratados profundos


é irrefutables; el poeta, con sus endechas, en que canta las
bellezas y perfecciones de la Madre del Divino Amor; el
orador sagrado, levantando al pueblo con los arranques de
elocuencia que brotan de sus labios al ensalzar los privile¬

gios de la Mujer preservada de la culpa de Adán; las Aca¬


demias, promoviendo justas literarias para poner en compe¬
tencia á nuestros ingenios; las corporaciones religiosas, rea¬
lizando fiestas y procesiones, que son verdaderas marchas

triunfales; el noble y el opulento, cediendo sus bienes y


cuantiosa fortuna para el esplendor del culto de la Virgen;
el caballero, dotando doncellas, como prueba de amor á la
Pureza; los egregios capitulares, dejando pingües rentas
para que la liturgia resulte digna de la majestad del culto
de Nuestra Señora, ó cediendo sus patrimonios para correr
á Roma, llenos de fe y encendidos en celo religioso, para

pedir al Pontífice infalible que hable en defensa de la Con¬


cepción. Mas ¿qué promovió todo esto?
Oigamos lo que refiere nuestro cronista, coetáneo de
testigos presenciales de lo ocurrido:
«Por el mes de Setiembre del año de 1613, en las fies-
Glorias Sevillanas 241

tas de la Natividad de Nuestra Señora, religioso de cier¬


un
ta Religión, á que dió infinito que padecer su particular
atrevimiento, mostró en un sermón con claridad que lle¬
vaba la opinión menos piadosa acerca de la Concepción
de la Reina de los Angeles, cuya inmaculada pureza, nun¬
ca tocada de la culpa original, estaba tan firmemente creida

en los ánimos de toda esta ciudad,


que desde su restaura¬
ción tenía fiestas dotadas á su sacrosanto misterio. Fué á
esta aborrecible novedad notabilísima la conmoción
pública;
cada uno hacía
propia la ofensa, y como que le tocaban en
las niñas de sus ojos, tocando en dudas de la Inmaculada
Pureza de la Concepción, de la que lo era de los de Dios.
El Arzobispo, ya devotísimo á este misterio, y su Dean y
Cabildo, tuvieron por muy suya la primera obligación de
hacer grandes demostraciones públicas en desagravio (así
le dió vulgarmente el nombre indicativo de lo grave de la

devoción general) de la Reina concebida sin pecado ori¬

ginal, y fué menester gran cuidado para que la familia cuyo


hijo motivó tanto alboroto no padeciese estragos grandes
del pueblo ofendido, que los miraba con horror, y los per¬

seguía con oprobios, de que en papeles de aquel tiempo


hay notables particularidades.
»Dióse principio á solemnísimas fiestas, en que después
no quedó Comunidad,
ni quedó templo que no se esme¬
rase: á una voz la Ciudad toda detestaba la duda y á los
dubitantes; y clamaba aquella voz universal, María conce¬
bida sin pecado original. Voceábanla los niños por las ca¬
lles, y diósela en piadosos metros Miguel Cid, celoso y de¬
voto siervo de la Virgen, que todos tuvieron por estribo

aquella célebre cuarteta:


« Todo el mundo
general», etc.;
en

poesía sagrada, que no sé cuál en el mundo consiguió más


aplauso, é hizo á su autor más famoso.»
Era la vez primera que la opinión contraria asomaba
31
242 Glorias Sevillanas

públicamente la cabeza en esta Ciudad. Lo quesucedió des¬


pués lo refiere el analista muy claramente; pues, escandali¬
zada Sevilla entera con manifestaciones tan contrarias á sus

sentimientos, siguióse la conmoción pública: «cada uno ha¬


cía propia la ofensa inferida á la Pureza de María»; que,
como dice
gráficamente el historiador, era para los hi¬
tan

jos de esta noble tierra «como tocar en la niña de sus ojos»,


tocando algo que atañese á la Concepción sin mancilla.
No era nacido en esta región, por cierto, el que sentara

proposición tan atrevida, que de serlo no pensara de esa


manera; y si verdaderamente todavía en aquella época no
era
punto de fe el que se refiere á esta materia, mas parece
como
que fué un insulto á nuestras creencias y tradiciones
el ponerse á hablar desde la cátedra sagrada en este sen¬
tido dudoso cuando, á más de lo delicado é innato que era

aquí aquel fervor y devoción, aún se recordaban los con¬


ceptos emitidos desde el púlpito de la Catedral en pro de
la Concepción los Stos. Vicente Ferrer, Raimundo de
por
Peñafort y Luis Beltrán, trasmitidos de padres á hijos y de
generación en generación: aún resonaban bajo las bóvedas
de esta Basílica las majestuosas y graves palabras del maes¬
tro Fr. Alberto de Aguayo, Obispo de Astorga; del maestro

Fr. Bartolomé de Miranda, ilustre en letras sagradas y más


tarde Maestro del Sacro Palacio en Roma, y del maestro
Fr. Alonso de Cabrera, excelente predicador, cuyas doctri¬
nas
y sentencias quedaron grabadas por muchos años en
los ánimos de los sevillanos.
No siendo á nuestro propósito el historiar el origen de
las disputas de escuela sobre la entonces creencia piadosa,
sólo diremos con el R. P.
Ojeda (i): «Desde que la opinión
contraria asomó de Francia, donde tuvo su origen, por los

(i) Información Eclesiástica en defensa de la Limpia Coticepción,


por el P. Pedro de Ojeda, jesuíta. Sevilla, 1616. Véase la descripción de r

este libro en la parte bibliográfica.


Glorias Sevillanas 243

montes Pirineos, la miró España- de mala guisa: Reyes, No¬


bles, Prelados, Iglesias, Religiones, todo el mundo se puso
al paso para estorbárselo; y después ha hecho el esfuerzo
que diremos para que no hiciese asientos, ni tomase pose¬
sión en nuestra España, como nunca la ha tomado.»
Los monarcas españoles fueron los primeros que, fieles
á las creencias de antepasados, alzáronse contra seme¬
sus

jantes novedades. Alto ejemplo de ello dieron los Reyes


D. Jaime I y II de Aragón con sus célebres pragmáticas en
defensa de la Virgen Purísima: los Reyes Católicos, aun
sobre el campamento levantado ante las murallas de Gra¬

nada, fundan hermandad de este nombre y prometen por


voto religioso, luego que tomaran la ciudad, dedicar un tem¬

plo á la Inmaculada, como lo cumplen después de la rendi¬


ción: y el mismo Cristóbal Colón, al encontrar nuevas tie¬
rras, después de llamar San Salvador á la primera isla que

descubre, denomina á la segunda con el nombre de Santa


María de la Concepción (1).
Pudo, sin embargo de todo esto, ingerirse la contraria
opinión entre nosotros, si bien ocultándose de las miradas
de los pueblos, y procurando siempre acechar la ocasión
oportuna para contradecir la Concepción sin pecado, é in¬
culcar la doctrina de la santificación, en menoscabo de la
integridad de la Pureza Virginal de la Madre de Dios. Esto
fué lo que sucedió en nuestra Ciudad en el año de 1613 (2),

(1) Corre la tradición de haber orado Cristóbal Colón en el antiguo


retablo que hay á las puertas del Alcázar por el arco de Banderas; retablo
que desapareció, para colocar el que existe en la actualidad, en el cual siem¬

pre se ha venerado una imagen de la Concepción.


(2) En la Crónica de la Merced, por el P. Fr. Pedro de S. Cecilio,
se reñere el hecho de la manera siguiente:
«La aclamación de Sevilla su tenor) derivada en toda España sobre
(es
laopinión de que la Virgen nuestra Señora fué concebida sin pecado, co¬
menzó por
los fines del año de 1613: originóse de que un religioso de la
opinión contraria predicó un sermón de la Natividad de la Madre de Dios,
244 Glorias Sevillanas

quedando sus moradores verdaderamente sorprendidos con


aquella doctrina, que jamás habían creído, ni oído predicar
nunca; mas ocurrió, como era de suponer, el escándalo, y
tras del escándalo la protesta popular.
Dignas de eterno recuerdo serán siempre aquellas ma¬
nifestaciones verificadas por los sevillanos en contra de las

y en él explicó aquellas palabras de los Cantares: Quam pulchri sunt gresus


tui in calceamentis Filia Principis. Dixo que los primeros pasos de la Vir¬
gen habian sido su concepción y nacimiento, y que habían sido hermosos:
el primero, porque luego que fué concebida, fué santificada: el segundo,
porque salió al mundo más santa que otra pura criatura; y que para signi¬
ficar el Espíritu Santo que habia contraído la culpa original, no alababa
como
quiera sus pasos, sino dados como con zapatos, que se hacen de
pieles de animales muertos, aludiendo á las túnicas pelíceas que hizo Dios
á nuestros primeros padres después que pecaron.»

El templo donde se predicó este sermón, aunque aquí no lo indican

las Crónicas, fué el de Regina Angelorum; valiendo después al orador el


ser
reprendido duramente por el Superior de aquel convento y su traslación
de esta localidad. El pueblo inventó aquella célebre redondilla:
c
Aunque se empeñe Molina
Y los frailes de Regina
Con su
padre Provincial,
María fué Concebida
Sin Pecado Original.»
También corrieron las siguientes quintillas:
«Con pecado
sin pecado
y
Uno afirma y otro niega:
Yo pongo el sin á mi lado,
Y ponga la gente ciega

Aquel con desatinado:


»Que aunque más ladre el mastín
A la Pura Concepción
Diciendo con, con, sin fin,
¿Qué importa que diga con,
Si fué Concebida sinP»

La imaginación del pueblo, un tanto exaltada por su animadversión


al lugar donde se efectuó la predicación consabida, empezó á usar frases
picantes relativas á dicho convento, significativas de desprecio, y las cuales
han llegado hasta nuestros días. En esta época se colocó en la hornacina

que está sobre la puerta una efigie de la Concepción de Nuestra Señora,


para demostrar la creencia de aquel Colegio hacia la Pureza de María.
Glorias Sevillanas 245

palabras del atrevido orador y en prueba de amor y adhe¬


sión á la creencia piadosa.
Continuó el estado aquel de cosas durante el año de

1614; y habiendo tenido eco la doctrina aquí predicada en


algunos de los pueblos del Arzobispado, el Prelado D. Pe¬
dro de Castro dió comisión á su* Provisor D. Gonzalo de

Ocampo á los Vicarios de Écija, Utrera, Jerez, Aracena


y
y Morón para que cuidaran lo que de esta materia se decía,
y para que se persiguiera y delatara á los propagadores
de la doctrina menos piadosa, contra los que se abrió infor¬

mación, redactando veintiséis proposiciones jurídicas, que


vieron la luz en un folleto que se tituló: Información jurí¬
dica para proceder contra los impugnadores de la creencia
de que la Madre de Dios fué Concebida sin pecado en el

primer instante de su ser. En Sevilla, año de 1615.


Mas superaba y ahogaba por completo la creencia pia¬
dosa á la rigurosa en cuantas tentativas procuró realizar

para ostentarse en público, siendo más de una vez las que


tuvo que intervenir la autoridad en evitación de gravísimos

conflictos, dando todo ello por resultado la proscripción ra¬


dical de la tal doctrina en esta región: ¡Sevilla quedó por la

Concepción Inmaculada (1).


(i) Apenas se había iniciado el periodo de las disputas, el pueblo,
que con su instinto poético es aficionado á poner en verso los grandes
sentimientos que le conmueven, halló poeta que le trovara su devoción y
afecto á la piadosa opinión. Reproducimos sus versos, por ser interesantes

á este estudio. (De la Concepción Inmaculada de | la Madre de Dios. (Al

fin:) Con licencia; | en Seuilla. | Por Alonso Gamarra. Dos hoj. en 4.0)
Que por tenerle a María Que porque vn santo Prelado
Tan grandes obligaciones Cuidando de sus ovejas,
Tenga entre dos opiniones Dé piadosas orejas
El pueblo Fiel la mas pía. Al balar de su ganado,
Que confiesse, noche, y día Os mostréis vos enojado,
Ser linpia al primer instante, No cessará el alegría,
Por serle tan inportante Que si a la Virgen María
Para ser Madre de Dios. (Sin culpa) la onramos nos:
Que se os da a vos? Que se os dá a vos.?
246 Glorias Sevillanas

No paró por cierto el fervor y , entusiasmo del pueblo


en sólo las ruidosas procesiones y fiestas religiosas que se
efectuaron, sino que de todo ello nació un pensamiento su¬
blime, de gran trascendencia é importancia, y de grandí¬
simo valimiento para la causa en defensa de Nuestra Seño-

Que fiestas, donde ven


aya Los que son luzes, i exemplos
Cuanto primor verse espera, Les abran de en
par los Tenplos
Y aya sido la primera Siendo inspirados de Dios;
La Cruz en Jesusalen. Que se os dá a vos.
Y que prosiga tanbien Que de doze Religiones
Luego Santa Ana, y San Gil
I,a Magdalena, y cien mil
Que en Sevilla están oi día,
Las onze esten por la pía
Vna a una, i dos a dos; De aquestas dos opiniones:
Que vos?
se os dá a
Y que a tan sabios varones
Y si porque un Prebendado Los siga el demás gentío,
Canónigo de Escritura Porque el Ímpetu del río
Con dotrina sana, y pura Cerca la ciudad de Dios
De estudio, peso, i cuidado
Que se os dá a vos?
La inmunidad a probado
De la Virgen sin manzillas Que entre con tanto trofeo
Y El Clero en este torrente,
si se muestra Seuilla
Franca, con quien lo fué Dios; Que aquesto lo fomente
La devoción de un Mateo:
Que se os da a vos?
Y ponga todo su enpleo
Que doctos Predicadores Como en el Hijo, en la Madre,
Tomen por blanco, i assunto
Pues no esperfecto Cafadre
Adelgazar este punto
Con mil fútiles primores:
Quien no lo es de anbos a dos;
Que se os dá a vos?
Que aleguen santos Doctores
No violentos, ni torcidos, Que porque los que nauegan
Mas con llaneza entendidos; Hagan fiestas noche, y día
Como se lo dicta Dios; Con su brava artillería,
Que se os dá a vos? Tanto, que á vista ciegan:
Y si por puntos se llegan
Que desta sacra Princesa
Se escriua en cada cantón, A hazer varias capillas,

En las andas, o el guión Y a cantar las maravillas


El blanco de su Limpieza. De María en alta voz;

Que el niño entre su simpleza Que se os dá a vos?


Y el bonete, y la capilla
•fj Que si
van por los caminos
Canten la dulce letrilla Cantando los caminantes,
Tan celebrada entre nos; Y como firmes amantes
Que se os dá a vos? Cantan cantares divinos:
Que esta canción soberana Y sin dezir desatinos
Salgan con entrañas puras Les ayudan los pastores,
Cantando en
tropas, no a escuras Y el que corta espiga, y flores
Ni con
gayta zamorana: Con el compás de su voz;
Que con alegría Christiana Que se os dá a vos?
Glorias Sevillanas 247

ra. Destino altísimo de esta nobilísima y leal Ciudad, que,


al par que fueron sus hijos los primeros
ima¬ en mostrar su
gen en la esfera del Arte cristiano, de manera que cautivara
siempre á las almas grandes, así también, los primeros que
acudieran á Roma en demanda de la definición dogmá¬
tica de la Virgen Purísima habían de ser sevillanos; que el

primer documento que figura en la historia del proceso ca¬


nónico seguido para dar al mundo el Dogma, es la peti¬
ción humilde hecha allá en el siglo XVII por la Metrópoli
de Andalucía. Cábele, por lo tanto, á Sevilla la honra in-

De igual época son las siguientes coplas:


Lo que dizen del pecado Que para mi, que no fue
Madre mia en buena fe, bien lo sé,
Lo que dizen del pecado pero yo me lo callaré.
bien lo sé,
Veo que ya Andrés murió,
pero yo me lo callaré.
que esta verdad sustentó
de un esperezo que dio
Dizen, que halló acogida
al yr a ser concebida sobre una cruz al reués.
en la
Zagala garrida, Que a viuir quien era Andrés
bien lo sé
que fue esposa de Josef.
y el dezir como no fue pero yo me lo callaré.
bien lo sé, Y ase, que a viuir Simón
pero yo me lo callaré: el que esgrimió el nauajon
la noche de la passion,
Bueno será de vna moza,
y quePapa después fue.
q a Dios parió en media choza,
Que el nos lo diera por Fe
y oi nombre de Vírge goza
bien lo sé,
dezir que limpia no fue!
no
puede ser. Y el porque
pero yo me lo callaré.
bien lo sé Mas aun bien que
el de oy es Papa
pero yo me lo callaré. a
quien nada le escapa,
se
y que aunque le echen la capa
Antes que se concibió al Toro, que al caso fue,
el pecado tulló,
se no le
cieguen. Y el porque
viose coxo, y no llegó, bien lo sé,
porque Dios le quebró el pie. pero yo me lo callaré.
Y el dudar como esto fue
bien lo sé Confessemos pues sin tachar
todos a esta tal mochacha,
pero yo me lo callaré.
pexe, o rana a la capacha,
Dudando varios varones cante el ciego, y el que vee,
fundados en sus razones, niño, y viejo. Y el porque
mas ellos sus opiniones, bien lo sé,
yo la mia, y dexenme. pero yo me lo callaré.
248 Glorias Sevillanas

comparable de haber iniciado tan hermoso pensamiento,


siendo la primera en promover é ilustrar el litigio donde se
había de probar la alta alcurnia, la nobilísima procedencia,
el origen inmaculado de la Madre de Dios, alegando para
ello razones y poderosos fundamentos, para dejar sentada
sin ningún género de dudas su Limpieza Original. ¡Loor
eterno á aquellas generaciones tan amantes de la Concep¬

ción y que tan denodadamente trabajaron por su exaltación

y gloria! ¡Mil veces benditos los nombres de nuestros ante¬


pasados, que nos legaron florón de tanto precio, y página
digna de ser escrita con caracteres de oro en la Historia
de Sevilla!
Mas para que todo lo que acaeciese en orden al movi¬
miento y fervor concepcionista fuera de carácter muy sevi¬

llano, sucedió que había en esta capital un célebre conven¬


to (1), sobre el cual ejercía patronato la Ciudad por haberle
labrado á sus expensas en el siglo XVI, gastando en su
fábrica sobre veinte mil pesos, á más de dotarle de jardi¬
nes y extensa huerta,
para entregarlo á los Religiosos Des¬
calzos de San Francisco, denominándole con la advocación

(1) Primera parte délas Chronicas de la provincia de S. Diego en


Andalvcia de Religiosos descalzos de N. P S. Francisco, escrita por el Pa¬
dre Fr. Fran.co de Jesvs Maria de San Jvan del Puerto, Missionero Apostó¬

lico de los Reynos de el Africa, Lector de Theologia, Calificador de el


Santo Oficio, Chronista General de las Missiones de Marrvecos, de Tierra
Santa, y especial de sv Provincia,
y definidor que ha sido en ella. Qvien
la dedica á la muy noble, fidelísima Civdad de Sevilla. | Con Privilegio
y
En Sevilla, en el Convento de S. Diego año de 1 724.
Un vol. en fol.; 466 hoj. á dos col.
En el momento de escribir estas líneas se
procede á la demolición
del histórico convento, para abrir comunicación entre el prado de San Se¬
bastián y el paseo de San Telmo. De sentir es que en aquellos sitios no

quede un recuerdo ó monumento, por sencillo que fuera, donde se perpe¬


tuase la memoria de aquel templo y convento, donde empezóse á preparar

la definición de un Dogma de la fe cristiana, por el que Sevilla tan en¬


tusiasta se mostró siempre, y cuya gloria le perteneee a ella sola.
Glorias Sevillanas 249

de San Diego de Alcalá: pues bien; en esta fundación, he¬


chura propia de Sevilla, por ser obra suya, es donde se
fragua la atrevida piadosa empresa de solicitar de Roma
y
que declarase Dogma de fe la creencia pía, para poner fin
á las contiendas suscitadas, imponiendo silencio á la opi¬
nión contraria. El templo de San Diego puede afirmarse
fué el foco en rededor del cual se agitaban todos
principal,
los asuntos relacionados con la Inmaculada Concepción.
Desde 1592, época en que los religiosos se posesionaron de

él, llevando por superior ai B. Juan de Prado, empieza á


distinguirse por su amor y culto á este Misterio. En 1613,
cuando se escandalizó Sevilla con las ofensas inferidas á
sus creencias, vense salir de allí diariamente procesiones de
desagravio y de pública reparación; largos cortejos de fie¬
les, llevando á su cabeza á un humilde y santo franciscano,
que, conduciendo en sus manos un estandarte (1) con la
efigie bendita de María, cruzan por las plazas y calles de la
Ciudad cantando sus alabanzas y atrayendo con su fervor
para engrosar las filas á millares de personas; aquel vene¬
rable religioso era el Guardián de aquella memorable casa,
el P. Fr. Juan de Prado, luego muerto en Marruecos á mano

de infieles por confesar la fe cristiana. Siendo después Pro¬


vincial Pr. Diego de San Nicolás en la Provincia de San

Gabriel, dispuso que pasase á este convento de San Diego


el P. PY. Francisco de Santiago, varón de muy ejemplares

(i) que aquí se hace referencia no era otra cosa que


El estandarte á
uno de los
primitivos sin-pecados sevillanos, que contenía por una de sus
caras la
imagen de la Concepción, pintada sobre lienzo. Después de la ex¬
claustración conservóse en la iglesia de San Telmo, como la más inmedia¬
ta al templo de San Diego, hasta hace pocos años, que obtuvieron permiso,
del Emmo. Sr. D. Fr. Zeferino González, Arzobispo de la Diócesis, los
RR. PP. Franciscanos para llevárselo á Santiago de Galicia; siendo esto de
sentir, por ser un recuerdo de la historia sevillana: así como también se
llevaron los restos del Venerable, que estaban depositados en la Santa Igle¬
sia Catedral, dejando sólo algunas reliquias.
32
250 Glorias Sevillanas

virtudes y devotísimo de la Concepción Inmaculada, lo cual


fué providencial, á más de la obediencia con que ejecutaba
las órdenes del Superior, que, como le escribió, comprendía
perfectamente «que San Diego, era el teatro que Dios le
avia destinado para una obra muy de su santo servicio».
Al llegar nuestro religioso, era por segunda vez Guardián
el luego glorioso mártir Fr. Juan de Prado. Inútil parece
decir ni ponderar los diálogos y conversaciones que habría
entre aquellos dos santos varones acerca de lo más útil y
conveniente que había de hacerse para conducir á buen
puerto la causa y negocio en honor de Nuestra Señora. Es
indudable que tan espinoso cuan difícil asunto lo dejaron
en manos de la oración, la
que solamente parece fué la que
preparó el terreno y abrió fácil camino para todo, convir¬
tiendo aquella religiosa estancia en relicario bendito, donde
había de tratarse negocio tan delicado y de tanta monta

para la Fe. No parecerá exagerado que digamos ahora que


la Providencia quería que Sevilla fuera la gonfaloniera ó

porta-estandarte en el litigio que á través de los tiempos


había de provocarse en pro de la Limpieza de María; mas

veamos, sin precipitar las cosas, el curso que éstas llevaron.


Por aquella época en que arribó á Sevilla el P. Fr. Fran¬
cisco de Santiago frecuentaba, y aun casi vivía en retiro
continuo en el convento de San
Diego, el famoso Arcedia¬
no de Carmona, canónigo de esta Catedral, el ilustre don
Mateo Vázquez de Leca, de cuya trágica historia nos ocu¬

paremos más adelante. Intimo amigo, y dirigido en su con¬


versión y espiritual vida por el P. Fr. Juan de Prado, inú¬
til es decir que pronto entró en relaciones con Fr. Fran¬
cisco de Santiago, estableciéndose entre ellos mutuas co¬
rrientes de simpatías, encendidos como estaban por tan
ardiente afecto y devoción. Mas tenía Dios dispuesto que
antes de entrar de lleno á tratar de asunto tan difícil y ar¬
duo, se asociase un nuevo cooperador, que había de tener
Glorias Sevillanas 251

parte muy la realización de esta gran obra.


principal en
Cuentan las Crónicas franciscanas, de que
el P. Santia¬
go, estando en el Monasterio de Guadalupe, año de 1609,
un sabado, á 9 de
Mayo, haciendo oración, tuvo un rapto
y oyó que le hablaba la Santísima Virgen, diciéndole (1):
« Trata del Misterio de la Concepción, porque ya es llegado
el término»; á que, respondiendo el siervo de Dios: ¿Quién
soy yo para tan alta empresa? le fué dicho: «No eres tú el
que lo ha de hacer: prenda llevarás que te asegure». Siguié¬
ronse otras visiones de la Virgen, y entre ellas tuvieron lu¬

gar dos en la Corte de España, en ocasión de estar orando


ante Ntra. Sra. de Atocha. Por la primera se le reveló «que

había de levantarse gran contradicción contra el Misterio, y


que para su defensase aprestase acudiendo á los
mismos
monarcas en demanda de protección y ayuda», como
lo veri¬
ficó el P. Santiago, obteniendo de los Reyes palabras de

promesa segura. No eran pasados más que ocho días, y


tuvo otro rapto, en el cual vió á la Virgen vestida de blan¬

co
y manto celeste, colores que luego se adoptan para ve¬
nerarla en este Misterio, diciéndole «que un hijo espiri¬
tual del V. Hernando de Mata, sacerdote sevillano, había
de medio para que llegase esta causa á buen término.»
ser

Ocurrido todo esto, dispónese la venida á Sevilla del


P. Fr. Francisco de Santiago, en circunstancias tan críticas
como
por las
atravesábamos en el año de 1614, época
que
que se le había anunciado al santo varón en sus éxtasis
como de gran contradicción
para la creencia: por eso su
llegada á esta gran Ciudad es providencial, pues estaba dis¬
puesto así, porque este modesto convento de San Diego
era «el teatro que Dios le avia destinado para una obra de

muy su santo servicio».


(1) Historia Universal de la primitiva y milagrosa imagen de tVues¬
tra Señora de Guadalupe, fundación y grandezas de su Santa Casa, etc., por
el Rmmo. P. Fr. Francisco de San Josef. En Madrid, 1749.
252 Glorias Sevillanas

Estando ya en Sevilla, ansiaba por saber cuál fuera el


compañero que Dios le destinaba para llevar adelante su
gran cometido: mas sólo sabía que era hijo espiritual del
V. Hernando de Mata el que había de ayudarle. Fuése por
este motivo al convento de la Encarnación, donde estaba

sepultado el Venerable, y una vez allí postróse sobre su se¬


pultura, que era frontera al altar de la Concepción, para
pedir luces al Cielo sobre á quién había de dirigirse; per¬
severando en su oración, diósele á comprender que el su¬
jeto que la Virgen le deparaba para compartir las glorias
y trabajos en su defensa estaba muy cercano de él, pues
no era otro
que el santo y fervoroso Bernardo de Tord,
que tenía su confesonario en aquel templo. Como el imán
atrae al acero, sintiéronse así atraídas en aquel mismo ins¬
tante aquellas dos almas, que ardían en fuego santo, infla¬
madas por el amor que profesaban á la Concepción; sin¬
tiéndose movido por impulso extraordinario, y como si oye¬
se una voz secreta, se levanta Bernardo de Toro del lugar

donde se hallaba, y, como si estuviera inspirado, dirígese al


altar de la Virgen; aún continuaba de rodillas el P. San¬

tiago, que al verle venir se levanta, y sin conocerse, ni nun¬


ca
jamás haberse visto, aquel religioso y el clérigo se en¬
tienden intuitivamente con sólo una mirada, compenetrán¬
dose de los grandes sentimientos que ambos abrigaban y
del purísimo ideal que los dos perseguían. El autor de la
Vida del V. Hernando de Mata dice (1): «y queriendo los
dos hincarse de rodillas estuvieron un rato impidiendo el

(1) Vida., | Virtudes, y | Dones soberanos del | Venerable, y Apos¬


tólico | Padre | Hernando | de Mata, ¡ Con elogios de svs principales |
Dicípulos., | Por Fr. Pedro de Jesv María, | Monge de la Congregación
Reformada, del | Orden de San Basilio Magno, del | Yermo de Tardón. |
Decícalo al Mysterio de la | Immaculada Concepción de Maria Santíssima

| Señora Nuestra. | Con licencia, | En Malaga, por Mateo López Hidal¬


go. | Este año de 1663.
Glorias Sevillanas 253

uno al otro esta humilde acción con una santa contienda,


y abrazándose con estraño fervor, no acertavan á apartar¬
se. Descubriéronse el uno al otro sus secretos tan llenos de

mysterios, de afectos de cuyas maravillas dió fé Do¬


como
ña María de
Vallejo, que me las certificó de palabra, y por
escrito, y se halló presente y los vió arrodillarse y abra¬
zarse desde las rejas del Coro.»

Después de la primera entrevista que tuvieron el padre


Bernardo de Toro y Fr. Francisco de Santiago, empezóse á
tratar ya por los dos lo que habría de hacerse
para la pro¬
secución del pensamiento; mas andaba aún el primero algo

temeroso, debido esto á su gran humildad, y á considerarse


incapaz é indigno obrero de asunto tan elevado, cuando
creía se necesitaban para ello personas de más valía y vir¬
tudes. Devotísimo como era de Ntra. Sra. de los Reyes,
hallábase un día orando ante ella, para que le iluminase
en el desempeño de le favoreciese para po¬
su proyecto, y
nerle práctica. Recibió inspiración de la Virgen, que le
en

manifestó en su oración «era designado para ir á Roma, á


hablar al Sumo Pontífice en defensa de su Santísima Con¬

cepción, y que en su compañía y ayuda habría de ir Don


Mateo Vázquez de Leca, que á la sazón se encontraba en¬

fermo, pero que sanaría ».


Marchó á visitarle en
seguida, encontrándole en su ca¬
sa postrado en cama; contóle el asunto que traía y el aviso
que para él había recibido. Pocas palabras tuvo que profe¬
rir, pues al punto ofrecióse el Arcediano de Carmona in-
condicionalmente con su persona y con su cuantiosa ha¬

cienda, que estaba dispuesto á consumirla en la demanda


de obra tan de su agrado, para la gloria de Nuestra Seño¬
ra. Desde este instante ya está todo preparado; tío falta

más que el momento decisivo para comenzar: mas antes,


tratándose de empresa tan grave, y por sujetos de tanto

espíritu, parecióles muy conveniente prepararse con el re-


254 Glorias Sevillanas

tiro y la meditación espiritual, para salir bien templados á


reñir batalla de tal trascendencia, pues se trataba nada me¬
nos que de la honra de la Madre de Dios, y siempre fué
costumbre de caballeros cristianos velar sus armas antes

de marchar á la lid.

Entregáronse por espacio de ocho días al retiro de sus


almas, apartándose al convento de San Diego de las cosas
del mundo, y allí acrecentaron sus virtudes y su amor sin
límites á la Concepción, saliendo luego dispuestos á aco¬
meter su gigantesco proyecto.
Desde este momento tenemosunidos en perfec¬
ya
ta armonía, inspirados por un solo pensamiento, á
como

aquellos virtuosos varones, que han de ser las piedras fun¬


damentales sobre las que se alce soberbio y majestuoso
edificio. Los nombres de Fr. Francisco de Santiago, Ber¬
nardo de Toro y D. Mateo Vázquez de Leca figurarán

siempre los primeros en la historia del Dogma de la Con¬


cepción; decididos á trabajar en pro de causa tan hermosa,
el P. Santiago será la cabeza que dirija, el celebérrimo ca¬

pitular brazo fortísimo que ejecute, y Bernardo de Toro


corazón de fuego, para tener siempre encendidas á aque¬
llas grandes almas en santo fervor y entusiasmo por la

Concepción; ó lo que es lo mismo: el P. Santiago repre¬


senta la inspiración divina
iniciar obra semejante, Váz¬
para
quez de Leca el celo para emprenderla,
y Bernardo de To¬
ro la santidad
y energía para realizarla.
Consultóse con personas de calidad sobre lo que se ha¬
bía de realizar al objeto consabido, y todas aplaudieron y
animaron para que se adelantase el negocio, conviniéndose
en
que era necesario levantar el espíritu público, á cuyo
fin se habría de proponer una gran
manifestación religiosa,
para que Sevilla diera pruebas de
su acendrado amor al
Misterio. Obtúvose el permiso y aun la cooperación del
Prelado, pues dispuso que después de salir estos piadosos
Glorias Sevillanas 255

varones tocaríale á él organizar otra procesión, á cuyo fin


se determinó se hicieran algunos versos devotos que pro¬
clamasen la inmunidad de Nuestra Señora en cuanto á que

estuvo al ser concebida libre de la


culpa en el instante pri¬
mero de su ser, y que éstos
repartiesen por todas partes.
se
Convocóse al convento de San Diego á algunos poetas, á

quienes se manifestó el deseo; y habiéndose compuesto


varios al asunto, determinóse que con la invocación del Es¬

píritu Santo se sorteasen todos, para que saliesen de este


certamen los que fuesen más convenientes al santo fin que

se proponían.

Tocóle la suerte á los compuestos por Miguel del Cid (1),

(1) Discútese sobre quién sea el autor de la célebre redondilla «To¬


do el mundo en general»; mas para nosotros es cosa fuera de todo género
de dudas, que no es otro que el popular cantor de la Inmaculada, Miguel
Cid. No se deduce de otro modo de la narración que hace el cronista de

la Provincia de San Diego, cuando relata lo que se acordó por los piado¬
sos
propagadores, convocando al convento varios poetas para que hiciesen
alguna composición en alabanza del Misterio. Veamos lo que dice la refe¬
rida Historia: «Convocaron á el Convento de San Diego algunos Poetas,
á quienes descubrieron su animo encargándoles, que con metro fácil elo-
giassen el Mysterio: y aviendose compuesto diferentes papeles, los sortea¬
ron todos, con la invocación de el Espíritu Santo, para que fuessen publi¬
cados los que mas conviniessen. Salieron aquellos versos,
que glossan la
redondilla, que dize:
«Todo el Mundo en
general,
A Reyna escogida,
vozes

Digan, que sois Concebida


Sin pecado Original.»

íHízolos vn Devoto de el Mysterio, vezino de Sevilla, llamado Miguel


Cid, como lo afirman muchos, y parece por su retrato, que tiene en la ma¬
no vn
papel de los versos ofreciéndolos á Imagen de la Concepción
vna
de nuestra Señora, que está en la Santa Catedral de Sevilla, enfrente de
la Capilla de la Granada, donde lo he visto muchas veces. El punto de
solfa les dió el Padre Bernardo de Toro, que entre sus muchas prendas, tu¬
vo la de gran compositor de la Música.»—Primera parte de las Crónicas,
tom. I, págs. 39 y 40.
256 Glorias Sevillanas

poeta sevillano, piadoso varón, pero sin estudio ni letras,


pues sólo á María le impulsó á alabarla y á can¬
su amor
tarla Concepción. (Véase la lám. 14.) Encargóse é
en su

hizo la música para ellos el P. Bernardo de Toro, que, co¬


mo más adelante veremos,
poseía este noble arte. (Véase
la lám. 15.) Corrió por cuenta del Arcediano la impresión
de los versos, de los cuales hizo una tirada de cuatro mil

ejemplares, los que se por toda la Ciudad, y


repartieron
aun muchos los envió á las demás poblaciones de España,
para popularizar las coplas. Enfervorizóse el pueblo con
No se dice aquí que la redondilla sea de autor distinto que la glosa,
pues en este caso se hubiera así expresado, como se indica que hizo la
parte musical Bernardo de Toro.
El autor ya citado, el P. Gabriel de Aranda, dice en la Vicia del Ve¬

nerable Coniferas: «el arcediano mandó á un hombre piadoso de Sevilla,


llamado Miguel Cid, compusiese algunas coplas que cantasen los niños en
las Escuelas... el qual compuso aquella letra, Todo el mundo en general».
Con lo dicho por este escritor, y con la afirmación de la Crónica de
San Diego, parece no queda duda á creer que Miguel Cid hizo la redondi¬
lla que glosa, lo que así mismo afirma Espinosa en su libro Historia y gran¬
dezas de Sevilla, tom. II, pág. 121. Mas en el año de 1806 el Sr. D. Justino
Matute y Gaviria publicó en el Correo Sevillano un artículo sobre este asun¬
to, en el que decía poseer la segunda edición de las coplas referidas con
una nota,
que no dice si impresa ó manuscrita, por más que así debía serlo,
pues en la primera edición no se indica nada, en la que se manifiesta que
el autor de la redondilla es Fr. Francisco de
Santiago; mas entre lo aseve¬
rado en la nota que cita Matute y lo dicho por los autores antes referidos,
optamos por los últimos, porque no comprendemos que el P. Fr. Francisco
de Jesús María, franciscano y autor de la Crónica referida, no manifestase
con
completa claridad cosa que tanto le interesaba á suOrden, cual era la
de que la célebre redondilla estaba compuesta por un miembro de ella. Por
otra parte, si esto era así, es decir, si Fr. Francisco de Santiago era poeta,
no se
comprende que, dado su amor á la Concepción, no hubiese hecho las
octavas glosando el verso «Todo el mundo en general», sin necesidad de
haber invitado á los poetas de Sevilla, así como Bernardo de Toro hizo la
música sin invitar á certamen musical á los maestros de este arte. Por las
láminas citadas se
puede ver la reproducción fiel de la primera edición de
los versos de Miguel Cid.
Lám. 14.

Las coplas de Miguel Cid—Primera edición, de 1615.


Todo el mundo en
general
•M
a vozes
Reyna eícogida
diga,que fóys concebida
finpecadooriginaL 9

V
B&cos vucftro
libre de leyes, y
y
vn
Eípofo caro •*

dio con que defenderos


preuilegio de amparo:
fueros,
El Señor
tanto de

en
que
con fu poder
gracia os llenó,
que la culpa no halló
pudieíTecaer:
1
i
*§■
A

fue preuilegio efpecial Y a is i fi 11 hazeros mal. 1


el fer de Diosdefendida,
con qncfuitles concebida

-

da-culpa,fe fue corrida,


porque os halló concebida
||j|
fin pecado original. fin pecado original. íg
s| Simando Dios verdadero Toda vos
refplandccevs •

f j-
al padre,y la madre onrar,

.
coníbberano arrebol,
lo que nos
.
hs-
mandó guardar que vueítra cafa en cí Sol
el lo quifo obrar primero: dize Dauid que

h
Y afsi cita
t'encys: ■f
ley celeftiaí De rcíplandor celeíiial 4'aí
í

en vos la dexó
cumplida, os cercó el
Rey de la vida, ■8?
pues os hizo concebida para hazeros concebida
fin pecado original. fin pecado original. ; f
^

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«-• carnes n.uy denotas de ¡osglor¡of¡jlimos SáIoachim,y Santa >Jnna,pcdrti
* fiuefíra Señora?y delgteriofijiimaSan lofepb^fpofn fuyo.' i
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j1—-* V H'- M A R I A, I Q AC H1 M,
A N NAJOSE PH ■"*

^
1
^¿^^^ccnriadel OWnarlo^ot Alonfo RodrÍPuCrGairiTr í yX » V
xm ,ÍP. mí J
Glorias Sevillanas 25 7

esto de tal modo, que ya se oían por todas partes y á toda


clase de personas; por lo que, viendo que estaba en sazón
la cosa, dispuso aquel venerable Consejo que había tomado
á su cargo la defensa de la Virgen el salir por las calles
entonando aquellas canturías religiosas. Señalóse para ello
Con posterioridad compuso con el mismo objeto otros, que copiamos
aquí:
«Hermosa toda y sin mancha U «Padre é Hijo, ambos á dos,
Os dió el Rey por apellido, Y el Espíritu Sagrado
Y asi Vos lo habéis vestido Os tejen, que sois brocado
No de paño de la Mancha: De los tres altos de Dios:
Por no hacer vestido tal Y sois como tela tal
Do mancha fuera caida Sin raza alguna tejida
Os hizo á Vos Concebida Y sin mancha Concebida
Sin pecado original. Sin pecado original.
«¿Qué razón habrá que cuadre «Dios sus antiguos enojos
Ser Eva en
gracia creada, Hizo con sumo saber,
Y hallar á la criada Que no venga á caer
Mas honrrada que á su madre? En vos niña de sus
ojos:
La honra os dió sin igual Y assi os mira como a tal
Que á tal Madre era debida Y os
quiere como a su vida,
Pues os hizo Concebida Pues os hizo concebida
Sin pecado original. Sin pecado original.»

Del mismo autor son las siguientes décimas.

H «En la Ciudad por grandeza, »No quiere Dios, porque es fiel,


Quando se casa algún Rey, Que culpa alguna os ofenda,
Suele, por mostrar (SU alteza, Ni que el Demonio cruel
Dejarla franca ley por Os tuviese a vos
por prenda,
Y asi goza de franqueza. Porque érades prenda de él.
Virgen, Ciudad Soberana, Redemida del Señor
Dó Dios casamiento ha hecho Quedáis con os preservar,
Con naturaleza humana, Y aun es el modo mejor,
Y os dexó franca del pecho Y asi se
puede llamar
Antiguo, de la manzana. Vniversal Salvador.

«Tanto de gracia os llenó «Si os pudo limpia hacer,


El Señor con su poder, Ponemos falta en su amor
Que la culpa no halló Decir que faltó el querer:
Vacio á donde caber, Quiso y no pudo, es error,
Y sin entrar se volvió. Que es negarle su poder.
La culpa y gracia en carrera Pues siendo Dios vuestro escudo
Corrieron ámbas á dos; Para os defender á vos,
Fué la gracia mas ligera, Ni en
querer ni en poder dudo:
Y entróse dentro de vos, Quiso quanto pudo Dios
Y la culpa quedó fuera. Quanto quiso, hizo y pudo.
33
258 Glorias Sevillanas

el día 23 de Enero de aquel año de 1615, fiesta de S. Ilde¬


fonso, gran defensor de su Pureza original; á poco que em¬
pezaron unídseles tal número de personas, que formaron, en
decir de un historiador de la época, «Esquadron formida¬

ble, alentando á los Devotos y horrorizando á los menos pios:


conque siendo la devoción, que la gran Sevilla tiene á Ma¬
ría Santísima, tan de el corazón, ahora con la nueva músi¬

ca, resono todo un coro de Serafines, abrazados en obsequio


de su Pureza».
El poeta sevillano Baltasar de Cepeda hizo el relato de
la procesión en el siguiente romance (1):

«Mándame vuessa merced Que aunque es esta tan antigua,


que por esta se refiera, que se cree q fue ante sécula,
(en respuesta de la suya) por hazer lo que me manda
que ay de nueuo en esta tierra. sela escrivo aqui por nueua.
Y queriendo obedecer, De esto en general se trata,
no hallo nueua mas cierta, porque no solo las lenguas
que la limpia Concepción confiessan esta verdad,
de la que es madre, y donzella. pero paredes y puertas.

»¿Era justo ni razón


Que Dios fuese aposentado,
Quando se hizo Varón,
En casa, dó había tomado
Su enemigo posesión?
Sin pecado concebida
Sois, que no pagais escote:
De todo sois preferida,
Por ser del gran Sacerdote
Tierra Virgen y escogida.»

(i) Relacio de algunas Proessiones, [ y fiestas en Conuentos, y Pa¬


rroquias, que ha hecho la fa | mosa Ciudad de Sevilla á la Inmaculada
Concepción de | Maria Virgen Señora nuestra, Concebida | sin mancha de
Pecado Original, En respuesta | de vna Carta de vn amigo al autor. | Lleva
al fin vna Chanconeta al Arcángel San Miguel, aplicada | al misterio de

la limpissima Concepción, | Compuesta por Baltasar de Cepeda, hijo de


Seuilla. | Lleua assi mesmo vn Soneto á San Josef, dormido en sus bracos
el | Niño de Jesús (Viñeta.) Con licencia en Baeca por luán de la Cuesta.
Y por su Original
| en Seuilla por Aloso Rodríguez, en la Calle de la Muela
Año 1615.—(Véase su
descripción en la parte bibliográfica).
Lóm. 15.

INSTRVCCrON.

P*A R.-A queíad^nociontanafTencadaen los Fielesde la Inmaculada


Concepción de la Virgen nueítaa Señora fe lleue adelante, es muy a
propofitoque el papel dé Capiicas,que trata delta mitario junto có
la Eftampa de la Concepción qué va con eta,fe enícñe en las Eícueias a los
niños,para que lo carite en íus cafas,y por las calles a todos tiempos,de día,
yde noche,y las demás pcríoriás las enfeñen vños a otros,déinanera que to
dos a vna voz en general digan vnarriefma cofa. Yporquela femejan^afe
guarde cambien en el dono de la canturía, fe pone aqui impreífo, para qué;
vniformemence fe cant® como aqui le ligue.

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PP1.- ' i y f. w - ' i 1-1


q iüistó ce bi tía fin pe ca doo ri gi nal. fin pe ca doo rigi nai.

h os feys primeros "verfos de las coplasfe ha de cantar cada dos en la canturía délos dos p ri"
meros dejlc estribillo }y los dos últimos Verfos de las coplas por los dos últimos de[ta cataría.'
Y alfindecadacoplafedde.repetir^Xoúo el mundo en general,<jrc.
Eíle torio, y coplas fe
á de catar en las Efcuelas cada día, hada que en
dos,otresfemánásferprcndan bien, y aprendidas vna vez bien, íe podran
fiazer cantar cada Sábado, y las vilpcras de nuetaa Señora, porque .fe tome
a deííeo,y
no cayga feniejánte'deuocion,como acaece en otras.
Feío la deuocion que vá ri.oráda al pie de la Eftampa de la Virgen¿ qup
tsj& del Santiísimo Sacramento,y de la Concepción, le á de dezir fiempre
todo el año al principio,y fin del rezar la Dotrina Criftiana, empecando pa
labra por palabra,y reípondiendó todos juntos los niños.
Exemplo deílo:díziedo vno folo en voz alca ¡ALABADO SEA,
y refpondeñ todos ¡ALABÁDOSEAfy buelua a dezir ¡EL S A N-
TISSlMO S ACRA MENTO : y refponden todos ¡ E L SAN-
O SACF, AMENTO; y afsi lo demasjbafta el linde la de¬
uocion que alli eftá.Y afsi mifmo el Maetaó de cada Elcucla,o en qualqifie
ra comunidad de Conuento de Frayles,o Monjas ie pondrá vna Eftampa, y

coplas deltas en vna tabla, o cartón en vna parte publica dóde todos lo pue
dan leer,y aprender.

Punto de solfa compuesto por Bernardo de Toro


para cantar las coplas de Miguel Cid.
Glorias Sevillanas 259

Fíxanse Rótulos varios, que como esta sacra Reyna


que aunque de letras diuersas fue la primera Costodia
dizen vna cosa misma del Sacramento en la tierra.
todas sus diuersas letras. Orando a la madre el Hijo,
Porq en onra de Hijo, y madre oy su Sagrario le presta,
se alaban en todas ellas donde toman al salir
de el, el Sacramento santo, la bendición de el, yde ella.
de ella, la pura limpieza. Luys Aluarez el Doctor
Y los Rótulos impressos lleua la primer vandera,
con toda esta diferencia que es el Notario mayor
passan de setenta mil, de la Arcobispal Audiencia.
según fidedigna quenta. Y pues el mayor Notario,
Mas setenta mil que son, la mayor enseña lleua,
sí porque no se contentan señal es que su mayor
con vn rotulo, los mas esta procession aprueua.
ponen vno en cada pieca. Periquillo mira, mira,
Ay processiones sobre esto que de mochachos le cercan,
y yendo a ver la primera, que a lleuar vno en los hobros
que a honor de esta deuocion San Cristoval pareciera.
salió de la Santa Iglesia. Cantando van de la Virgen
Le diré aqui lo que vi, la general chanconeta,
como lo hiziera en
presencia, y el conceto de la copra
si mereciera hallarme es que sin
culpa es conceta.
en
parte donde le viera. Y es, q Dios suele en los labios
Entre el tumulto de gentes, de los niños de edad tierna
que concurrieron a vella perfecionar la alabanca,
vn padre, y hijo
acudieron según lo dize el Profeta.
de polayna, y de montera. No miras como prosiguen
Viejo el padre, y niño el hijo, en dos formadas hileras,
y supe yo lo que eran cantando a vozes las bocas,
de vn dialogo de entreambos, lo que las almas confiessan?
que empecé de esta manera. Y mas Pedro, que ay de todo,
Ásete bien de essa capa que entre los de capa negra,
Periquillo, no te pierda como anda mezclado el dia,
que oy venimos a ganar muchos tabie van de mezcla.

mas que a perder a esta fiesta. No es Dios aceta personas,


No oyes hablar las campanas, y assí su bondad inmensa,
sí oyras que, tienes orejas como en comu llama á
todos,
y ellas para ser oydas, jamas humilde desecha.
sin ser de agua tienen lenguas. Poder de Dios q de Frayles,
Mas que en los naranjos hojas y que de ello que campean,
ay presonas en la Igreja, haziendo real la junta,
que como las mueue Dios según de coronas lleuan.
se han cobidado ellas mesmas. El Licenciado Gordillo,
Del Sagrario van saliendo, es
aquel q el Guión despliega,
26o Glorias Sevillanas

que porque son cuyas son, Prouincial es


que asaetea.
engorda con estas fiestas. Prioste de vna hermandad,
La Vniuersidad lo sigue, en cuyo poder no veas
de Beneficiados, y esta mientras biuieres Perico
ser vniuersal el voto, a nadie que tu bien quieras.
de esta procession demuessa. Aquel el señor Chantre,
es
Estos son los Congregados y aquel que a su lado lleua
que huyes, nohuyas, llega, el señor Arcediano
que aunque Congregados son de Xerez de la Frontera.
por congregarse no pecan. Y aqueste señor es don
Ni de la Iglesia se apartan, Mateo Vázquez de Lecca,
que la Santa madre Iglesia Arcediano de Carmona,
congregación es de fieles, mouedor de esta grandeza.
de quien el Papa es cabeca. Hombre que como es Mateo,
El que reparte las copras, ser vn San Mateo
quisiera,
y da el tono a los que yerras, por escriuir dela Virgen
es Medrano,
aquel muy gordo la inmaculada limpieza.
que quien bie sirue, bie medra. Y el padre Toro es aquel,
Y assi si mi parecer que según la fortaleza
se tomamejor dixeran, que muestra en esta ocascion
no Medrano,mas medrado, nobre, y hecho en el cocuerda.
en la virtud Gran deuoto de María,
que professa.
Aquellos que van en tropas y hombre sobre tener letras
con los remiendos de seda de conocida virtud,
traen hábitos, sin frayles,
ser y ejemplar vida, y prudencia.
que dizque son Encomiendas. Y tal que por sustentar
Y encomiendo a Dios el q ay (como de hecho sustenta)
de ellos todos, que aunque vea de las dos, la opinión pia
yr par de si al mas humilde dara a vn filo la cabeca.
de su lado se desdeña. Dixo Perico,
y aquel?
Mira pues si faltan nobres, respondió el padre, el q cierra,
que oy á la Virgen festejan, y pone á esta fiesta fin
que de nobres no se quieren con esta enseña prostera:
poner en quintas con ella. Es un padre Religioso
Mira quanto prebendado, de los que guardan la regla
y ciudadano de quenta del Seráfico Francisco,
por la procescion sembrados y pues no ay mas que ver, ea.
la adornan con sus
presencias. Dixo aqui el mochacho, padre
El de esta vanda es
Jurado, y esta procession tan luenga
y veynte y quatro el de aqlla, do llegará? y dixo el viejo,
de aquellos que en el Cabildo hijo a la Igreja de buelta.
de esta noble ciudad entran. Que como es hecha por sabios
Aquel es vn Prouincial, Perico, es como culebra,
piensas q es frayle, no espera, que junta cabeca, y cola
q no es Prouincial q absuelue, porque es símbolo de ciencia.
Glorias Sevillanas 261

Por calde de Abades an ydo a su costa,


y mención mesma
donde para poder vella a Frayles, y acompañados
la aguardaua a vna ventana (que fuero muchos) dio cera.
el mayoral de esta tierra: Y es tan noble Cofradía
El Arcobispo Ilustrissimo que lleuó por compañeras
Pastor, por quien sus ouejas las demás que en el Conuento
se
pueden llamar felices, tienen capillas perpetuas.
Pedro en la Fe firme piedra. Lleuó mucha Clerezía
De allí va a la Compañía, con sotana, manteo, y velas
donde los padres la esperan, y copias varias de música
que esperan en su Jesús cantando la misma letra.
salir bien de aquesta empressa. Tesorero, y Contadores
Ya se q está en buenas manos, que rigen la Audiencia regia
o por mejor 'dezir, letras, de la Contratación de Indias
que yo sé de ellos que pocos salieron también en ella.
se
queman mejor las cejas. Dando con su autoridad
Y porque ya es tarde vamos, quanta dessear pudieran,
y ten con lo visto quenta, a quantos nuestra opinión

porque en llegado que llegues tan justa mente professan.


se lo quentes á tu agüela. Tabie yuan dos Marqueses;
Aqui fueron los dos,
se por fin en la parte estrema,
y yo tras de ellos me fuera de la procession piadosa,
aun no bien harto de
oyllos, con dos luzientes candelas.
si la noche no viniera. El Marqués de Alcala honor,
En fin fue vna procession, de Girón, y de Ribera,
que si contarse pudieran y a su lado el de la Guardia,
passaran de veynte mil que de la fiesta lo era.
los hombres que yuan en ella. Y acompañándolos muchos,
Y después que esta se hizo, que sobre las capas negras,
á auido otras, y tan buenas lleuauan entre cayreles
que de por sí cada vna Cruzes verdes, y bermejas.
pedia vna carta entera. Y no mas la primer vez,

Porque de San Saluador que las dos vezes postreras,


nuestra Colegial Iglesia, aunque salieron personas
salió luego la segunda de estimación, y de quenta.
de inuencion, y gala llena. Fue la excelencia mayor,
Que desde casa del primo que puedo afirmar con veras;
(por ser dia de su fiesta) que todos baxos, y altos
fue en orden hasta la casa cantando seguian vn tema.
del Santo de las veneras. Y agora en los dos Cabildos,
De San Francisco después de la Ciudad, y la Iglesia,
salió también la tercera se trata de hazer la quarta,
de la Santa vera Cruz, si fuere tratare della.

y procescion verdadera. Si tengo papel en que,


Porque la Cofradía insigne que ella será de manera,
262 Glorias Sevillanas

según su grandeza y pompa, que para lo dicho está


que serán menester resmas. cesso
aquí, y no de rogar
Y en fin lo que mas admira a cessen las fiestas.
Dios, no
es que en estos dias q quema De esta ciudad de Seuilla,
a ocho del mes que encierra,
mas
que el elemento quarto,
el mayor de los Planetas. por auer hecho su Agosto,
A la limpia Concepción, el Labrador su cosecha.
en diferentes Iglesias, El que professa la ley
son los Octauarios hechos, que la madre Iglesia enseña,
seys, y las fiestas setenta. de vuessa merced criado

Y porque no es para mas, su Baltasar de Cepeda.»

Tal aceptación tuvo todo esto, que durante algún tiem¬


po no se dedicaron á otra cosa el celoso Guardián Fr. Juan
de Prado, el Arcediano, Bernardo de Toro, Fr. Diego de
Xaramillo y el P. Francisco de Santiago, y se les veía por
todas partes ocupados en estas faenas, no siendo ya por
último necesaria la presencia de ellos, pues bastaba que

alguien entonase las canciones de la Concepción, para que


inmediatamente le siguiesen infinidad de personas de toda
clase, sexo y condición, organizando en seguida procesiones,
que terminaban en San Diego ó en la capilla de Ntra. Se¬
ñora de la Antigua.
Tocóle el turno á la
procesión organizada por el Ar¬
zobispo D. Pedro de Castro Quiñones, de tan grato recuer¬
do para los amantes de la Concepción, la que hizo ruido
en la cristiandad,
pues concurrieron á ella más de cuarenta
mil personas, como están contestes en afirmar los historia¬
dores de la época. Salió del Sagrario de la Santa Iglesia

Catedral, día del Príncipe de los Apóstoles, y después de


haber atravesado y discurrido por las plazas y calles de Se¬
villa, se hizo estación á la iglesia de San Pedro Mártir, en¬
trando por la puerta que está á los pies del templo y sa¬
liendo por la del lado de la Epístola aquella ingente y asom¬
brosa manifestación, en la que iban mezclados y sin distin¬
ción alguna señores, títulos, hijos del pueblo, caballeros de
las Órdenes Militares, frailes, dignidades del Cabildo Ecle-
Glorias Sevillanas 263

siástico, mujeres, ministros de S. M., artistas


y menestrales;
en una palabra, todas las representaciones de la Ciudad.
En este período de enfervorización y entusiasmo em¬

pieza á popularizarse y á extenderse la tan conocida y tra¬


dicional oración sevillana: «Benditoy alabado sea el Santí¬
simo Sacramento del altar y la Inmaculada Concepción de
la siempre Virgen María, Señora nuestra, concebida sin
mancha de pecado original en el primer instante de su ser
natural. Amén.» Desde entonces hasta nuestros días cán¬
tase para terminar los más solemnes cultos en todos los
templos; inscribió así mismo en los muros de las iglesias
se
y de las casas; se recitaba para empezar los actos todos
de la vida; en los colegios se repetía, cantándola los niños
hasta la saciedad; adoptóse como fórmula de salutación
cristiana, y es la primera oración que las sevillanas enseñan
á sus hijos, y casi las primeras palabras que aprenden á ar¬
ticular pequeñuelos; y desde entonces fué fórmula nece¬
sus

saria para empezar los sermones los oradores sagrados, á


cuyo efecto hizo una dotación el Arcediano de Carmona
D. Mateo Vázquez de Leca.
No parezca extraño esto, si se considera la antigüedad
de estas alabanzas; pues en la oración que diariamente se
canta por los colegiales en la Catedral, y de la cual habla¬

mos á la
pág. 113, se encuentra ya contenida, y es de
donde procede, como se puede ver. El Alabado, que es el
nombre con que se conoce, ha sido puesto en música por
casi todos los maestros de capilla de esta Iglesia; recor¬
dando nosotros, entre otras, las partituras de D. Francisco

Guerrero, Francisco Javier García, conocido por el Espag-


noletto, Sanz, Ripa, Arquimbau, Eslava, el actual maestro
D. Evaristo García Torres, y especialmente la bellísima

composición del Pbro. D. Matías Romero, ó sea el maestro


Capitán, que es la que se canta en la actualidad á voces
solas por los seises, siendo notabilísima por la dulzura y
2Ó4 Glorias Sevillanas

melodía religiosa con que está escrita. (Véase la lám. 16).


En el año de 1616 aparece por vez primera en público
el anagrama de la Concepción: amaneció una mañana fijado
sobre la puerta que se denomina Colorada de la Catedral,

que es la del crucero que comunica con el patio de los


Naranjos. Este anagrama, trazado con caracteres dorados
de tamaño colosal, se componía de las letras M y R, y por

bajo se leía: «Concebida sin pecado original»; por la parte


superior una corona imperial, y todo encerrado entre dos
palmas que, enlazadas pór sus troncos, se veían en la parte
inferior de este escudo.
Alborozó esto mucho al pueblo, como era de esperar,
y desde aquel día no quedó ya ninguno en que no siguiese
apareciendo nuevamente esta empresa mariana, para sig¬
nificar el piadoso afecto de las corporaciones y vecinos de
la Ciudad.
Un escritor de esta testigo ocular, dice (1): «En
época y
la ciudad de Sevilla he leido diversas paredes de edifi¬
en

cios públicos y privados, en las portadas de las casas par¬

ticulares, de los templos, de los palacios, dentro y fuera de


las mismas casas y edificios, más de diez mil inscripciones,
(1) «In Hispaleosi Vrbe legi in diversis parietibus publicis, et pri-
vatis: in faciebus domorum particularium, Templorum, Palatiorun, intra. et
extra ipsas domos, et sedificia, plusquam decem millia inscriptionum, quae
omnem Civitatem illustrant. Vno solo dilucido visi sunt bis mille tituli be-

llissimi, quasi nova quaedam Astra Hispalensium oculos, et ánimos recrean-


tia. Vniversam Baeticam discurre, quae sicut in temporalibus fructibus est
beata, ¡n hac erga Mysterium Purísima Conceptionis pietate, non Baeticam,
sed beatissiman apello. Nihil enim aliud videbis, praecipue in Xere-
mea
zana
Vrbe, nisi pulcherrimas inscripciones: María Sine Pecado origi-
nali Concepta. Putabis te videre novos Cáelos, novis stellis, signis. et
constelationibus sydereis intermicantes. Hispani, et praecipué Baetici hoc usi
sunt artificio, vt semper hoc Mysterium celebretur. Dum ipsi dormientes
tacent, suo loco susficiunt lapides, qui quasi clamoroso silentio vociferen-
tur: maria sine peccato
Originali Concepta.»
Comtntntaria in canticum canticorum Salomonis. Lucronis, 1637.
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Glorias Sevillanas
265

que dan esplendor á toda la ciudad. En una sola mañana


se vieron dos mil bellísimos
letreros, que como si fueran
nuevos astros recreaban las miradas
y ánimos de los sevi¬
llanos.

»Los españoles,
y más aún los andaluces, se han valido
de este artificio,
el fin de que
con
constantemente sea cele¬
brado este Misterio. Mientras ellos
durmiendo callan, les
sustituyen las piedras, que con elocuente silencio
gritan:
María, concebida sin pecado original.»—G. de Ormachea.
Lo mismo dice el P.
Agustín de Herrera en la Vida de
Doña Beatriz de
Sylva: «que siempre esta Nobilísima Ciu¬
dad fué la primera en los
alientos de toda
piedad, y más
en
aquellos que atienden á las glorias de
María, Madre de
Dios, y este Misterio: así lo repiten
aún las piedras de sus
edificios, templos, palacios, casas, rubricadas con los
mati¬
ces
que callando claman á María Concebida sin
pecado
Original».
Aún en el día se conservan muchos de estos letreros
en
azulejos, y casi hasta nuestra época se distinguieron
per¬
fectamente los caracteres
rojos con que estaban escritos
sobre los muros de la iglesia del Sagrario de esta Catedral.
Por esta fecha
aparece también en las calles de la Ciu¬
dad la primera efigie de Nuestra Señora
para ser venerada
en este Misterio, al sitio de las gradas de la
Catedral: aún
se conserva
por ventura en el mismo
lugar donde la colo¬
cara el devotísimo de la
Concepción, Juan Clemente, vecino
del Sagrario, y que tanto promovió su culto
y fiestas. En
la misma época se colocó otra en el antiguo arco de San
Miguel, inmediato al colegio de este nombre.
No se cansaba la
piedad de los buenos sevillanos en
procurar por todos los medios posibles ensalzar
y alabar la
Concepción Purísima de Nuestra Señora, por lo
que desde
el período crítico de las
disputas establecióse la costumbre
34
266 Glorias Sevillanas

loabilísima de salir todos los días festivos á las puertas


de
la Ciudad, al toque del Ave-María, y después de rezar la
salutación angélica, entonar con acompañamiento de cla¬
rines las coplas de Miguel Cid, cuyo estribillo repetía el

pueblo desde las murallas y azoteas; costumbre que sub¬


sistía en 1653, como consta de las declaraciones que hicie¬
ron los testigos en la información que abrió por este año

el Cabildo de la Santa Iglesia para elevarla á la Santidad


de Inocencio X.
Glorias Sea'illanas 267

CAPÍTULO IX

El Arzobispo D. Pedro de Castro Vaca y Quiñones.—Su pro¬


tección á la creencia piadosa.— Legacía enviada al Rey
D. Eelipe III.—Audiencia real en Madrid.—Junta nombrada

por el Monarca para decidir el asunto.—Su informe.—Nom¬


bramiento oficial de D. Mateo Vázquez de Leca y del Licen¬
ciado Bernardo de Toro para llevar la embajada á S. S., pi¬
diendo declarase materia de Fe el Misterio de la Concep¬
ción.—Cartas del Rey al Prelado y Cabildo Eclesiástico de
Sevilla.—Salida para Roma.—Audiencia con la S. de Pau¬
lo V.—Decreto de la Sagrada Congregación.—Llegada á Se¬
villa del Breve de S. S. prohibiendo atacar la opinión piadosa.

—Continúan los trabajos de los emisarios sevillanos, y nue¬


vas instancias del
Rey D. Felipe IV.—Breve de la S. de Gre¬
gorio XV en 1622.—Carta del Romano Pontífice á esta Ciu¬
dad.—Regreso del Arcediano y nombramiento del caballero
D. Enrique de Guzmán.—Muerte del Edo. Bernardo de Toro
en Roma
y nombramiento de D. Alonso Gómez de Rojas
para sustituirle.—La opinión contraria oponiéndose al título
de Concepción Inmaculada.—Información hecha en Sevilla
á nombre del Cabildo Eclesiástico en 1653.—Alejandro VIL

—La Bula Sollicitudo omniurn Ecclesiarum, cerrando este pe¬


ríodo y preparando la declaración del Dogma.

dado
l egadolaelideamomento
Erapráctica de marchar
las conferencias tenidas
había desegúnponerse
en queá Roma, lo
la Sala de
en acor¬
en en
Capítulo del
convento de San Diego, á fin de presentar la causa de la
268 Glorias Sevillanas

Concepción ante el Romano Pontífice. Dios, que había dis¬


puesto que se reunieran aquellos doctos y santos varones
para la realización de tan grandioso pensamiento, había
igualmente deparado en aquella sazón á esta Diócesis un
prelado tan entusiasta por la creencia, que no era posible
pedir más. Ya le hemos visto promover y presidir la gran¬
diosa procesión celebrada el día del Príncipe de los Após¬
toles, por lo que se podrá venir en conocimiento de su fe
y adhesión al Misterio; devoción que de muy antiguo pro¬
fesaba. Desde su arribo á esta Ciudad estudiaba con deten¬
ción el curso quela creencia piadosa seguía y la acepta¬
ción y amor con que los fieles sevillanos la miraban; razón

por la cual conocía más á fondo el verdadero estado de la


causa. Juzgaba
D. Pedro de Castro que era ya tiempo de
gestionar lo que fuese concerniente en su favor, tanto para
poner coto y atajar el incremento que la opinión contraria
pudiera tomar, así como para saber á qué atenerse en mate¬
ria tan delicada, oyendo de los labios del Jefe Supremo de
la Iglesia palabras de consuelo y de esperanza para los

patrocinadores de la Concepción Inmaculada.


Al efecto, antes de disponer ni gestionar nada relativo
al asunto con la Corte romana, quiso saber el parecer de
otros prelados, para lo cual escribió cartas dando cuenta

del asunto á los de Toledo, Santiago y Cuenca, las que fue¬


ron contestadas alentándole en la empresa y
ofreciéndole
.la cooperación y ayuda que pudieran prestarle. Procedió

luego á reunir en consejo los sujetos más doctos y compe¬


tentes de Sevilla, concurriendo á la junta entre otros los

doctores D. Juan de la Sal, Obispo de Bona, D. Gonzalo de

Ocampo, Arcediano de Niebla, D. Juan Hurtado, D. Manuel


Sarmiento y Mendoza, gran predicador, D. Bernardo Alde-

rete, canónigo de Córdoba, los RR. PP. Juan de Pinedo,


Diego Ruiz y Diego Granado, de la Compañía de Jesús, y
el M. R. P. D. Fr. Plácido Pacheco, General que fué de la
Glorias Sevillanas 269

Orden de San Benito y Obispo de Cádiz. Consultado antes


el Cabildo Eclesiástico, convinieron juntamente con tan

graves sujetos que era muy prudente el disponer la gestión


en Roma de lo conveniente y necesarias que serían
acerca

las declaraciones de la Santa Sede, para saber á qué ate¬


nerse en tan arduo
negocio, dada la exaltación y fervor
popular, á efecto fuesen nombrados embajadores para
cuyo
representar en Roma la solicitud de la Ciudad de Sevilla.
Mas procedía antes de todo poner en conocimiento del
Monarca el plan concebido, para si lo juzgaba conveniente,

y en este caso pedirle su protección y amparo: á cuyo efec¬


to fueron nombrados para llevar esta legacía á la Corte
D. Mateo Vázquez de Leca y el Ldo. Bernardo de Toro. La
decisión de la Junta no fué más que la confirmación del

plan que bullía en la mente de estos sacerdotes hacía ya


algún tiempo, y el cual había sido propuesto solemnemente
en la Sala de Capítulo del hoy derruido convento de San

Diego; así que, al tener noticia de que eran nombrados


oficialmente legados especiales de este negocio, alegráronse
sus ánimos al ver cómo se les preparaba franco y seguro
camino para su demanda.
Hacía ya algún tiempo que el P. Fr. Francisco de San¬
tiago había partido para la Corte con el propósito de hablar
con el Rey
y recabar de S. M. el auxilio y protección que
para el asunto se necesitaban, como es fácil de compren¬
der, en virtud de ciertas palabras de ofrecimiento que había
obtenido allá por los años de 1611; mas al tratar de pedir

permiso al Provincial á este fin, parecióle, informado de


sus intentos, empresa muy grande para un religioso solo;

por lo que desestimó su petición, ínterin no le acompaña¬


sen sujetos de más categoría y poder, temiendo sin duda
algún desaire ó fracaso en esta comisión al acometerla el
religioso: con esta respuesta del superior, retiróse á Carrión,
para allí aguardar la resolución de la Junta de Sevilla.
270 Glorias Sevillanas

Mientras tanto despacharon en esta Ciudad cartas y re¬


comendaciones, que se entregaron á los agentes nombrados
al efecto, tanto por parte del Cabildo de esta Santa Iglesia,
como
por el Prelado, que les entregó una para el Rey, en
la cual le recordaba la consulta hecha por el Consejo en

1603, las varias súplicas del Reino en Cortes, de los ofi¬


ciospasados por medio de su Embajador á la Santidad de
Clemente VIII sobre este asunto, y del estado en que se

encontraban; haciéndole notar la pública conmoción reli¬


giosa sufrida en este Arzobispado, y la necesidad que había
de tranquilizar los ánimos con las decisiones de Roma.

Provistos así mismo de los poderes que les otorgaron los


Capitulares de esta Catedral, pónense en marcha el 26 de
Julio del referido año de 1615, saliendo de la Ciudad can¬
tando las coplas de Miguel Cid, acompañados de los cria¬
dos y servidumbre del Arcediano, y seguidos de numeroso

pueblo, que los aclamaba y bendecía al verlos partir. Con


iguales manifestaciones de júbilo hicieron su entrada en
todas las poblaciones y aldeas del tránsito, hasta llegar á
la Corte, lo que verificaron en 9 de Agosto del mismo año;
hicieron aquí parada con objeto de entregar las cartas que
llevaban de su Prelado para el Nuncio de S. S. D. Antonio

Gaetano, á más de otras para el Inquisidor General, Presi¬


dente del Consejo de Castilla, Arzobispo de Santiago y

Obispo de Cuenca.
Cumplido este encargo, salen para Valladolid, reunién¬
dose allí con el P. Fr. Francisco de Santiago, y donde á la
sazón se hallaba la Corte, entrando en dicha ciudad el 23
de Agosto, presentándose el mismo día á cumplimentar
en
á su Prelado y
entregarle carta del de Sevilla. Presentólos
éste en seguida al Duque de Lerma, quien leyó con gran
satisfacción la misiva que le llevaban, logrando que á los
dos días hablaran con el Rey. Verificóse esta entrevista,

que duró cerca de una hora, y en ella el Monarca, después


Glorias Sevillanas 271

de leída la epístola que con el debido acatamiento le entre¬


garon los enviados sevillanos, ofreció satisfactoria y pronta
resolución al llegar la Corte á Madrid.
Trasladóse ésta á Burgos en Setiembre, y con ella los
enviados, á fin de poner otra carta en manos de su Arzo¬
bispo D. Fernando de Acevedo, que á su vez era Presi¬
dente del Consejo de Castilla, y de aquí viniéronse ya á
Madrid á esperar el regreso del Rey, que se verificó en 12
de Diciembre. Levantáronse algunas contradicciones para
la prosperidad del negocio por personas de gran influencia
en el ánimo real; mas á mediados del mes de Enero del

siguiente año de 1616 celebróse la tan deseada audiencia,


en la que los comisarios nombrados por esta Ciudad entre¬
garon al Rey D. Felipe III el siguiente memorial:

«Señor. Los Prebendados de la Santa Iglesia de


Sevilla, que venimos en nombre de nuestro Arzobis¬
po, y con intervención de los de Toledo, y Santiago,
y Obispo de Cuenca, á besar a V. Mag. la mano, y
en la causa de la
limpia Concepción de la Virgen N.
Señora Madre de Dios, estuvimos 30. dias en Valla-
dolid y mas de 50. Burgos, siguiendo la Corte, y
en
esperando lo que V. Mag. ordenasse. Dezimos: Que
aviendo entendido el Christianisimo zelo, y pecho de
V. Mag. y que se servirá de favorecer tan justa, y
santa demanda, como todo aquel Reyno de Andalu-

zia desea proponer á su Santidad, acompañándole


los Reynos de Castilla Vieja, y Nueva, y los de Por¬

tugal, Aragón, Mallorca, y Cerdeña que todos al pre¬


sente arden en esta ferviente, y amabilísima devoción:

Aora que ya las justas ocupaciones de felizes casa¬


mientos dán lugar, nos presentamos ante los Pies de
V. Mag. y de parte de todos humildemente le supli¬
camos, que para mayor justificación de lo que V. Mag
272 Glorias Sevillanas

creemos tiene bien entendido en esta causa, y sobre


este Divino Mysterio, yde lo que todos podemos
pretender y desear. Que pues en esta Corte asisten
tantos Prelados, V. M. se sirva de mandar hazer una

junta de todos, ó de los que V. Mag. fuere servido,


con el Arzobispo, y Cardenal de Toledo Primado de

las Españas, donde se vea nuestra demanda con la


detención, que su gravedad pide y necesita; y que
de lo que resolvieren, que conviene hazer para infor¬
mar á su Santidad, sea V. Mag. primero informado,

coviniendo el acuerdo de la junta al mayor servicio


de Dios, y de su Santissima Madre, V. M. la favo-

resca, y ampare, con que todos entenderán la justifi¬

cación, con que se procede y con que V. Mag. que¬


dará mas seguro en amparar esta causa. Cuya real

persona N. Señor guarde en su mayor exaltación y


grandeza.»

Pasaron luego á exponer á S. M. las pretensiones de


esta Ciudad, para obtener licencia real para acudir á Roma
con su
legacía; lo que fué autorizado, y así lo participó el
Presidente del Consejo de Castilla á nuestro Prelado:

«Ha
parecido conveniente con la aprobación de
su Magestad, que el Arzediano de Carmona y el Padre
Bernardo de Toro vayan á Roma en prosecusion de
la demanda de V. S. I, por ser tan piadosa y del ser¬
vicio de Dios y honra de su Madre, alienta á cual¬

quier trabajo y obliga á que todos ayudemos á su


buena dirección.»

Alentó esta noticia los ánimos de los defensores de la


causa
pía, un tanto temerosos de no tener buena aceptación
sus deseos; por lo cual, visto el buen resultado, siguieron
Glorias Sevillanas 273

insistiendo y trabajando por el triunfo, consiguiendo así


que el día del Corpus Christi de este año fuese nombrada
por el Rey la Junta solicitada, formándola los prelados que
siguen: limo. Monseñor Nuncio, Presidente de ella, é Ilus-
trísimos Sres. Arzobispo de Santiago, Obispo de Cuenca y
D. Francisco Sobrino, Obispo electo de Valladolid, á los
cuales inmediatamente ofició el Arzobispo de Sevilla enco¬
mendándoles la importancia del asunto, por tratarse de ne¬

gocio de tanta monta para la Religión. Todos correspon¬


diéronle-en seguida, ofreciendo resolver el asunto del modo
más favorable al fin apetecido, incluso el Nuncio de S. S.,
que escribió la siguiente epístola á nuestro Arzobispo:

«limo y
Rmo. Sr. He visto la de V. S. I. de 14.
del passado, por lo qual tanto me encarga, y enco¬
mienda el negocio de la Limpia Concepción de N.
Señora, el qual de suyo se está tan encomendado,
y encargado, que de mi parte procuraré hazer todo
quanto me fuesse possible en servicio de la Madre
de Dios, á quien por tantas razones está obligada la

Sedé Apostólica, y sus Ministros. Ademas que terné


en mucha consideración el averme V. S. I. encomen¬

dado negocio, á quien por muchas causas debo


este

dar todo Téngalo V. S. I. cumplidísimo en


contento.

todas las cosas, como yo deseo, cuya Illma. Persona

guarde Dios largos años De Madrid, y Julio 3. de


1616. De V. S. I. y Rma. afectíssimo Servidor, A.

Arzobispo de Capua.»

Empezó la Junta á celebrar sus sesiones, y en ellas des¬


de luego se mostró el espíritu á favor de lo que se trataba
por tan sabios y conspicuos sujetos, que, después de pesar
razones, y encendidos como estaban por la devoción y
amor á Nuestra Señora,
presentaron á la real considera-
35
274 Glorias Sevillanas

ción su de que se autorizase á la embajada sevi¬


parecer
llana, á más se enviase á Roma en nombre de su real
y
persona un legado con igual solicitud, indicándole que el
limo. Arzobispo D. Pedro de Castro podría designar quien
llevara tan alta representación á los pies del Santo Padre.
Fueron propuestos para la real legacía innumerables

sujetos importantes por su saber y por sus virtudes; entre


otros, se indicó para ello al Provisor de este Arzobispado,
D. Gonzalo de Ocampo, Arcediano de Niebla; á D. Ber¬
nardo Alderete, Canónigo de Córdoba; al Dr. D. Gonzalo
Mesía, Racionero de esta Catedral: el mismo Obispo de
Cuenca ofrecióse á ir, diciendo, «iría á ella con más gusto

que á tomar posesión del mismo Pontificado»; el Arzobispo


de Granada también demostró deseos de ir, así como el
anciano Obispo de Osma, y nuestro Prelado escribió al Rey:
«Debo, Señor, á la Madre de Dios tan singulares merce¬
des, que pienso no hay en el mundo otro más obligado que
yo á servirle en esta jornada, si V. M. me concede para
ello licencia»: y aun el mismo monarca D. Felipe III excla¬
mó al oir la proposición de la Junta por él nombrada: «Si
hubiese su Santidad de darnos este Misterio de Fe, nego¬
cio era de partir yo á Roma en persona á hacer la súplica
á su Beatitud.»
Era tal la fama que por sus virtudes y celo en esta cau¬
sa habían alcanzado nuestros enviados, que D. Felipe III
tuvo á bien el honrarlos llevar nombre al Pon¬
para en su
tífice tan favorecida embajada. Decidido el asunto, escribió
el Rey al Prelado de Sevilla la siguiente misiva:

«Por el Rey. Al muy Reverendo en Christo Padre


Arzobispo de Sevilla, del mi Consejo. =
»Muy Reverendo en Christo Padre Arzobispo de
Sevilla, del mi Consejo: aunque generalmente en es¬
tos mis Reynos se tiene tan gran devoción con la
Glorias Sevillanas 275

purísima Concepción de nuestra Señora he sabido lo


que en esto os aventajáis y procuráis señalaros, y el
zelo y pió afecto con que traíais de ella, lo qual os

agradezco y deseando favorecer vuestro intento, he


mandado dar nuestra carta para mi Embaxador en
Roma, que favorezca al Arcediano de Carmona, y al
Licenciado Bernardo de Toro, que se han dispuesto
á ir por sus personas a proseguir lo que vos y vues¬
tro Cabildo tan exemplarmente habéis comenzado.
De San Lorenzo el Real á 4 de Octubre de 1616
años.— Yo el Rey.»

Con igual fecha escribía al Cabildo Eclesiástico lo si¬


guiente:

«Venerables Dean y Cabildo, por la gran devo¬


ción que tengo á la Virgen nuestra Señora, he hol¬
gado entender las veras con que tratáis de la piado¬
sísima opinión de su purísima Concepción, porque os

doy muchas gracias, que todo es muy conforme á lo


que de vuestras personas se puede esperar; y al Ar¬
cediano de Carmona, y al Licenciado Bernardo de
Toro, á Roma á este negocio, he mandado
que van
dár carta para mi Embaxador, les asista, ayude, hon¬
re
y favorezca de que os he querido avisar para que
lo tengáis entendido, pues proseguiré lo que vosotros
tan piadosamente comensasteis. De San Lorenzo á

4 de Octubre de 1616 años.— Yo el Rey.»

Á ésta correspondió el Cabildo con la siguiente res¬


puesta:

«La carta que vuestra Magestad mandó escribir


á 4 de este mes, ha regocijado los ánimos de todo
2 76 Glorias Sevillanas

este Cabildo, que honrándonos, nos arrodillamos á


los pies de nuestro Señor y Rey natural, confesando
el misterio de la limpia Concepción de nuestra Se¬
ñora sin pecado original, y encendidos en nueva de¬

voción con tan grande exemplo, celebramos de aquí

adelante con mayores afectos de religión, piedad y


culto divino este misterio, ofrecido á impetrar su in¬

tercesión,
en cuya honra se hacen, para que nos guar¬
de y conserve á vuestra Magestad largos y felices

años, para gloria suya, y bien nuestro y de todos sus


Reynos. De nuestro Cabildo», etc.

Se despachó al mismo tiempo por la Cámara real otra


epístola con el nombramiento y designación hecha por la
real persona de Felipe III, que decía así:

«Por el Rey: A Don Mateo Vázquez de Leca, Arce¬


diano de Carmona y Canónigo en la Santa Iglesia
de Sevilla y Licenciado Bernardo de Toro.
»Don Mateo Vázquez de Leca Arcediano de Car-
mona y
Canónigo en la Santa Iglesia de Sevilla y
Licenciado Bernardo de Toro, yo he entendido el zelo

y devoción con que traíais lo que toca á la purísima


Concepción de nuestra Señora, y que estáis determi¬
nados de ir á Roma á proseguirlo, agradezcoos el pió
afecto en que esto teneis, el qual me ha parecido fa¬

vorecer, y asi escribo al Cardenal Borja, que hace


oficio de mi Embaxador en aquella Corte, la carta

que se os entregará con esta, para que os asista, hon¬


re y favorezca como lo mereceis. De San Lorenzo á

4 de Octubre de 1616 años.— Yo el Rey.»

Con este documento veíanse satisfechas las aspiracio¬


nes
y cumplidos los deseos de los nombrados por el Mo-
Glorias Sevillanas

narca, agitadores incansables de tan santa causa, que, pro¬


movida allá en la soledad y retiro de los humildes claustros

del convento de San Diego en Sevilla, había tomado cuer¬

po é incremento bajo la protección del Prelado y su Junta,


para tener luego por último la aceptación del ánimo real,
bajo la autoridad de sus consejeros. Mientras tanto el pa¬
dre Fr. Francisco de Santiago, que juntamente con el Ar¬
cediano de Carmona y Bernardo de Toro se había estado
ocupando en la prosperidad y buen resultado del asunto,
hablando primero al Rey, y luego influyendo con los indi¬
viduos que componían la Junta de la Corte que había de
entender del negocio; visto ya en camino de realizarse el

proyecto por que tanto se había afanado, cumplida su mi¬


sión, retírase, obedeciendo las órdenes del superior, al con¬
vento de Plasencia, y de allí pasó al de Alburquerque,

donde dejó de existir en aquel mismo año, á 15 de Di¬


ciembre, día octavo de la fiesta de la Concepción.
En 21 de Marzo habían recibido los emisarios de Sevilla
cartas de D. Pedro de Castro y de los dos Cabildos para
acreditar representación en la ciudad de Roma, así como
su

el Rey D. Felipe III habíales entregado los nombramientos


de Embajadores en este asunto. Dispuestas todas las cosas,

y arreglado todo lo necesario al viaje, parten de Madrid á


15 de Noviembre, arribando á Roma después de penoso
viaje, en el que sufrieron grandes contratiempos y peligros,
en 23 de Diciembre del mismo año de 1616. Una vez allí,

presentáronse inmediatamente al Cardenal Borja, que era


el Embajador del Rey de España, con la siguiente carta:

«Don
Felipe, etc.—Muy Reverendo en Christo
PadreCardenal, mi muy caro y verdadero amigo, Don
Mateo Vázquez de Leca, Arcediano de Carmona, y

Canónigo de la Santa Iglesia de Sevilla, y el Licen¬


ciado Bernardo de Toro, Predicador en ella, se han
278 Glorias Sevillanas

puesto á ir á esa Corte á tratar cosas con su Santi¬


dad, de lo que toca á la purísima Concepción de nues¬
tra Señora, y advertir algunas cosas particulares de
parte de su Prelado é Iglesia, y aunque yo envió á
ello, y á otras cosas á Fray Plácido de los Santos,
mi Predicador, me ha parecido acompañar con esta
á los dichos Arcediano y Licenciado Toro, y rogaros
y encargaros, como lo hago muy afectuosamente, que
habiéndolos oido, los asistáis y ayudéis en lo que se
ofreciere y pareciere justo y conveniente para nego¬
cio tan pió como el que van á tratar; honrándolos y
favoreciéndolos,como merecen sus personas; y lle¬

gando ahi Don Baltasar ele Zúñiga, le encargareis lo


mismo de mi parte, que en ello recibiré de vos agra¬
dable placer y servicio, y sea muy Reverendo Padre

Cardenal, mi muy caro y muy amado amigo, nuestro


Señor en vuestra continua guarda y protección. De
San Lorenzo el Real á 4 de Octubre de 1616 años.—
Yo el Rey.»

Cumpliéronse estos encargos al pié de la letra, siendo


los embajadores atendidos en todo aquello que les fué ne¬
cesario para alcanzar audiencia pronta de S. S. Púsose á
sus órdenes el Dr. D. Pedro de Mirabal, agente particular

en
aquella curia de D. Pedro de Castro, quien se los reco¬
mendó encarecidamente, como así mismo al General de la
Compañía de Jesús, el que les dió entrada libre en la mag¬
nífica biblioteca del Colegio Gregoriano, asignándoles para
asistirles en lo que ocurriese á los RR. PP. Juan Lorino y
Andrea Greco, varones de mucha ciencia, que dirigieron á
los embajadores sevillanos en lo concerniente á la relación

y presentación de memoriales documentos en el palacio


y
del Vaticano y Sagradas Congregaciones.
Instalados ya en Roma, solicitaron en seguida audien-
Glorias Sevillanas 279

cia de S. S., á fin de poner á sus pies la petición que traían


en nombre de la ciudad de Sevilla. Alcanzaron prontamen¬

te este permiso, y lograron hablar al Romano Pontífice


Paulo V, que los recibió y escuchó con gran afabilidad y
cortesía: nuestros embajadores entregaron el siguiente plie¬
go, donde se contenía la petición objeto de su visita y viaje
á aquella Corte:

«Beatísimo Padre.=Especial es la obligación que


esta Santa Iglesia y Ciudad de Sevilla tiene á la glo¬
riosísima Virgen nuestra Señora, por cuya interce¬
sión el Santo Rey Don Fernando la recobró de los
Moros, y cuya sagrada imágen que traía siempre en
su exército, con humilde reconocimiento de haber sido
suya la victoria, quiso que entrase triunfando con so¬
lemnísima procesión hasta la Iglesia que se edificó á
su nombre y advocación, y esta devoción y afecto ha
ido conservando desde aquellos tiempos hasta los pre¬
sentes, con demostración de religión y culto divino
en honor y reverencia de
su nombre, con procesio¬
nes, Misas y oficio divino, celebrando entre todos con

particular devoción y celebridades el misterio de su


limpia Concepción, de que tiene dotaciones muy gran¬
des, no solo en su dia, pero en el descanso del año.
Este divino afecto ha seguido esta Ciudad y Provin¬

cia, como tan reconocida y obligada con este benefi¬


cio mismo, y extendiéndose no solo por estos Rey-

nos, sino llegado á los extraños y hasta los nueva¬


mente conquistados en las Indias, de que tenemos

noticia, y nos hallamos acompañando con


gozosos,
esta devoción la confecion de la Limpia Concepción
de Nuestra Señora concebida sin pecado original, la
del Rey Don Felipe nuestro Rey y Señor natural que
con aclamación universal de estos Reynos la celebra,
28o Glorias Sevillanas

confiesa y solemniza. Para dar cuenta á vuestra San¬


tidad en negocio tan grande de todo lo sucedido, co¬
mo á cabeza universal, Padre y
Señor de todos, re¬
mitimos á vuestros santísimos pies, con el acatamien¬
to y reverencia debida, a Don Mateo Vázquez de

Leca, Arcediano de Carmona, y Canónigo de esta


Santa Iglesia y de nuestro Cabildo, y al Licenciado
Bernardo de Toro, Presbítero, varones de vida exem-

plar, y conocido zelo de virtud. Suplicamos humilde¬


mente á vuestra Santidad, los reciba y
oiga en nues¬
tro nombre, y dé crédito en lo que en él representa¬
ren á vuestra Santidad cerca de ello, y alegre y rego¬
cije con sus santas determinaciones los ánimos de los
fieles de esta Ciudad, Provincia y Reynos, que con
tan grandes deseos están esperando esta merced de

nuestro Señor, por la determinación de vuestra San¬

tidad, en su nombre habla y nos enseña, á quien su¬


plicamos nos guarde los largos y felices años que la
Iglesia ha menester.»

Oída esta solicitud, S. S. decretó en el acto ase proce¬


diese en esta cansa sin el estilo ordinario de secreto, para

que las partes pudiesen alegar i informar*, encargando su


pronto despacho á la Congregación de la General Inquisi¬
ción, que era la que había de entender en el asunto.
Al par concedió cien días de indulgencias al que reci¬
tase la siguiente antífona y oración á la Inmaculada
Virgen
María:
aHec iste Virgo, in qua nec nodus originalis,
Nec cortex actualis culpe fecit.
»Vers. InConceptione tua Virgo Inmaculata fuisti.
»Resp. Ora pro no bis Patrem, cujus Filium peperisti.
Oretnus. Deus qui per Inimacidatam Virginis Concep-
»

tionem dignum Filio tuo habitaculum prceparasti, qucesu-


Glorias Sevillanas 281

mus, at qui, (ex morte ejusdetn Filii sui presvisa) eam ab


omni labe prceservasti, nos quoqne mandos ejus intercessio-
ne ad te
pervenire co?icedas. Per eundem Dóminnm nos-
trum », etc.
Durante la permanencia de los embajadores en Roma
no cesó D. Pedro de Castro de influir con S. M. para que
instase á los Obispos españoles y á las Universidades del
Reino escribiesen á S. S. en sentido de favorecer el triunfo
de la creencia piadosa; lo cual ejecutó de muy buena vo¬
luntad el Monarca, decretándolo así en Mayo de aquel año
mismo. No dejaban tampoco
Roma los embajadores de
en
activar el asunto; porlo que en 28 de Agosto, día de San
Agustín, verificóse la primera junta de la Congregación
para entender en la causa de la Inmaculada, durando des¬
de las dos de la tarde hasta muy avanzada ya la noche:
señaláronse en la defensa de la opinión piadosa muy mar¬
cadamente los Cardenales Silvestre Aldrobandino, Benito
Justiniano, decano de esta Congregación, y Belarmino, y
convinieron, y votó la mayoría, « Que S. S. debía definir el
punto declarando la Pureza Original, y de todos modos im¬
poner perpetuo silencio á la contraria opinión».
Grande fué laalegría de los piadosos sevillanos al saber
el primer resultado de su noble empresa, no desmayando
en su tarea de
pedir con instancias repetidas el triunfo de
la causa de la Virgen, visitando personalmente á los Car¬
denales que habían de decidir el negocio. No se dejó de¬
sear mucho la sesión segunda, pues la Santidad de Paulo V,

que tenía vivísimos deseos de favorecer la santa causa, en


seguida que supo el resultado de la junta primera, convocó
la segunda á 31 del mismo mes, la cual se celebró bajo
su presidencia. Duró más de seis horas, y de ella salió un

Decreto, que se confirmó por Breve de 12 de Setiembre,


para que nadie se atreviese á afirmar en sermones, leccio¬
nes, conclusiones, ó en cualquiera otro acto público, que

36
282 Glorias Sevillanas

la Virgen María había sido concebida con la mancha del


pecado de origen.
Inútil es decir ni ponderar cuál sería la satisfacción y

regocijo de D. Mateo Vázquez de Leca y Bernardo de To¬


ro al ver el
principio del triunfo de sus peticiones: conside¬
rábanse, por un lado, indignos de haber sido instrumen¬
tos ó medios para alcanzar semejante declaración; mas por

otro llenábanse de júbilo sus almas al ver defendida por

disposición pontificia la Pureza original de Nuestra Señora,


por cuya exaltación tanto se afanaban y trabajaban. Ver¬
daderamente, que después de saber el resultado de la se¬
gunda sesión, por la que ellos temían mucho á causa de
las contradicciones que se presentaban, quedarían altamen-
re regocijados al ver cumplidos parte de
sus deseos; mas
alentados por esta gran victoria, siguieron luchando, siem¬

pre confiados en el vencimiento de la causa de María.


A 9 de Octubre de aquel año llegaba el Breve pontifi¬
cio con la fausta noticia á la Corte española, y el 22 del

mismo, á las diez de la noche, entraba en Sevilla el correo

por la calzada de la Cruz del Campo, conduciendo el docu¬


mento, que había de levantar el espíritu público de tal mo¬
do, que su entusiasmo fué rayano en la locura. ¡Mil veces
felices aquellas generaciones creyentes, que se conmovían
con sentimientos tan nobles y con ideales tan purísimos!

A aquella misma hora corrió la voz de la nueva que


acababa de llegar, é instantáneamente el pueblo se lanzó á
la calle, presentando la Ciudad aspecto indescriptible; ilu¬
mináronse los edificios públicos y las casas con tal profu¬
sión, que parecía la hora del mediodía, según afirmación
de testigos oculares; todos corrían de un lado á otro, y con¬
tentos con poseer la noticia, deseaban comunicarla á los

demás, dándose unos á otros la más cumplida enhorabue¬


na; gritaban aclamando la Concepción, y turbaban el silen¬
cio de la noche con sus vítores y alegría. Se abrió la ma-
Glorias Sevillanas 283

yoría de los templos, iluminando sus altares. Organizó la


Cofradía de Nazarenos una lucida procesión con más de
setecientas personas, que con luces encendidas iban ento¬
nando las coplas de Miguel Cid. Rompieron á las doce de
la noche en atronador repique las campanas de la Giralda,

y tras ellas las de los demás templos. En aquella hora se


abrieron las puertas del Palacio Arzobispal, invadiéndolo
la muchedumbre, que daba la enhorabuena al ilustre Pre¬

lado, que los recibía lleno de entusiasmo y fervor, al ver


cumplidos los deseos de nuestro pueblo. Hiciéronse mu¬
chas fiestas en los siguientes días, de las que hablaremos
en el capítulo correspondiente.

Mas no por lo conseguido dormía la embajada en Ro¬

ma, pues continuaba con nuevos bríos trabajando para con¬

seguir el fin propuesto, máxime cuando la opinión contra¬


ria, al aherrojada con el Breve de Paulo V, descubrió
verse
nuevo ardid para
seguir impugnando en secreto la opinión
piadosa, en cuanto esto no se prohibía.
No cejaban un momento los enviados para procurar

corregir este mal, no menos grave, á fin de que se diese


nueva disposición pontificia que le pusiera coto.

No sólo trabajaban los piadosos varones D. Mateo Váz¬

quez de Leca y Bernardo de Toro influyendo sin descanso


con las recomendaciones
y cartas que recibían de España,
y especialmente de D. Pedro de Castro, para los Cardena¬
les de la Congregación que entendían del asunto, sino que
durante el tiempo que les quedaba libre y desocupado de¬
dicábanse á la predicación y á promover más y más el
culto y devoción del Misterio, como verdaderos apóstoles

que eran de él; así es que se les veía continuamente, ya


predicando, ya discutiendo, ya celebrando funciones, y has¬
ta lograron organizar una procesión por el estilo de las
que
hicieron en Sevilla en 1615, y en ella iban cantando en
nuestra lengua las celebérrimas coplas de Miguel Cid; cu-
284 Glorias Sevillanas

yas manifestaciones se hubieran repetido, á no haberse


opuesto los partidarios de la opinión contraria, que alega¬
ban que aquello eraincitar al pueblo y provocar alboro¬
tos, y que por lo tanto debía prohibirse.
En todo cuanto atañese á la gloria de María mezclá¬
banse nuestros emisarios; así que no es de extrañar verlos

por aquellos días, en que se trataba en Roma de la funda¬


ción de la Orden Militar de Nuestra Señora, hablar y bullir
entre sus promovedores, con objeto de conseguir algo con¬

ducente á mayor honra y gloria de la Concepción Inmacu¬


lada, como efectivamente lo consiguieron. Ocupábanse en
esta
empresa muchos caballeros residentes en la Corte pon¬
tificia, oriundos de Alemania y de otras naciones de Euro¬
pa, todos de la más encumbrada nobleza; sabido por los
sevillanos el objeto de esta fundación, empezaron á traba¬

jar á fin de que se intitulase dicha Orden de la Concepción


de la Virgen María, y de que usaran insignias con los colo¬
res del Misterio y medalla con la imagen
de Nuestra Se¬
ñora, lo que lograron se hiciese así.
En carta dirigida por Bernardo de Toro á esta Ciudad
se expresa de este modo: «Solo digo, que cuando no hu¬
biéramos venido de Sevilla á Roma y estado los 8 años,

que avernos estado, sino para lo que en esto avernos he¬


cho, se podría dar por muy bien empleado: porque avrá
V. mercede de saber que aunque era la santa imagen é in¬

signias todas de Concepción y no de ningún otro Misterio,


con todo esto no avian pedido sino que se confirmase su
Religión Cristiana, en protección de N.tra S.ra sin añadir
nada mas. Y estando ya para confirmarse lo supimos el Ar¬
cediano y yo, y revolvimos el mundo y hablamos al Sr. Du¬
que de Neuers, para que se llamase de la Concepción, y el
Duque se dió verdaderamente por convencido, diziendo que
no avia
reparado en ello.... mas nos avernos dado tan bue¬
na maña
que la Religión Militar de la Santa Concepción,
Glorias Sevillanas 285

queda hecha con este titulo. Contradigan los hombres y


hagan lo Se¬
que quisieren y mandaren, que Dios nuestro
ñor ha de hazer lo que fuere servido. Esclavo de la
Vir¬
gen Santisima, Bernardo de Toro.—Roma dos de Febrero
1623.»
Juntamente con esta carta vino otra del Arcediano, en
la que se daba cuenta del modo de ingresar en la Orden

príncipes y altos dignatarios que pertenecían á ella, su ex¬


tensión por toda Europa, distintivos que usaban sus miem¬
bros y fin primordial de dicha corporación, cuyas cartas
fueron impresas en esta Ciudad (1).
Ocurre en este intervalo la muerte del Pontífice Pau¬
lo V, con lo que parecía que iba la causa á sufrir retraso,
por cuanto los contrarios aprovechaban toda clase de co¬
yunturas para oponerse á ella, y seguían haciéndole guerra
en las conclusiones teológicas que privadamente celebra¬
ban, así como no rezaban al día 8 de Diciembre el oficio
de Concepción, sino el de la Santificación.
Mas por suerte sucedió en la tiara pontificia Grego¬
rio XV, devotísimo de Nuestra Señora y del dulce Miste¬
rio de su
Concepción.

(1) Relación | de la institvcion | en Roma, de la orden militar, de la


Inmacu | lada Concepción de la Virgen Maria N. S. | Por la Santidad del
Papa N. Señor | Vrbano VIII. | Copia de dos cartas, escritas de Roma, á
dos Señores Prebendados | de la Santa Iglesia Mayor desta Ciudad de Se-

uilla. (Al fin:) Impresso con licencia, en Seuilla por Matías | Clauijo, á la

Carpintería, Año 1624.


Folleto de 2 hoj. en fol.
Relación enviada de | Roma por Don Mateo Va ¡ zquez de Leca, y
el dotor Bernardo de Toro, á Gre | gorio Muñoz de Medrano, en que le

dan quenta | de la forma en que se hati de pretender los hábitos de la nue¬


va
| Religión Militar de la Concepción y de los Potenta | dos que en todo
han de ser sus protectores. (Al fin:) Con licencia | impressa en Seuilla, por

Francisco de Lyra en la calle de | la Sierpe. Año 1624.


Folio; 2 hoj. (Bib. del Excmo. Sr. Duque de T'Serclaes).
286 Glorias Sevillanas

Murió enaquella fecha también el monarca D. Feli¬


pe III, patrocinador de la causa, siguiéndole en la corona
su hijo D. Felipe IV, heredero á la vez de su amor y afecto

á la Madre de Dios, por cuya Concepción Inmaculada ha¬


bía hecho «voto de defenderlo y promesa de procurar con
S. S. por todos los medios posibles, lo declarase de Fe, y

que si para ello conviniese ir descalzo á Roma, lo haria.»


Renovó, por lo tanto, las instancias al subir al trono de
España por medio de sus embajadores en Roma, delegando
especialmente para esto al Conde de Monte-Rey, que se
presentó al Romano Pontífice á ofrecerle los respetos de la
Corona de España, asistido del Rmo. P. Gonzalo de Al¬

bornoz, de la Compañía de Jesús, significándole los deseos


vehementísimos del Monarca español, para que se despa¬
chase el negocio de los agentes de la Concepción de la
manera más pronta, y como se pedía.
Acogió Gregorio XV con gran interés la súplica de Fe¬
lipe IV, y en su demostración proponía con urgencia á la
Congregación se ventilase de nuevo la causa.
En 6 de Abril de 1622 se reunieron los Cardenales en

solemne sesión para tratar el asunto, y, después de largas


discusiones, se acordó proponer á S. S. decreto favorecien¬
do la creencia piadosa, en el cual se disponía que nadie
osase afirmar de palabra ni por escrito, pública ni privada¬
mente, bajo pena y censura gravísima, nada contrario á la
Concepción de Ntra. Sra. la Santísima Virgen María, y
prohibiendo que en los Oficios divinos se usase la voz «San¬
tificación» en subrogación de la palabra «Concepción». Fué,

por lo tanto, este Decreto confirmación y aclaración á su


vez del dado en 1617 por Paulo V.

Lo declaró así Gregorio XV Breve publicado en 24


por
de Mayo, con cuyo motivo pasaron á darle las gracias los
enviados por la causa, en nombre del Rey y de la Ciudad
de Sevilla.
Glorias Sevillanas 28;

En los primeros días de Julio llegó á esta población la


fausta noticia, repitiéndose, en su consecuencia, las demos¬
traciones de alegría y público regocijo que veremos en otro

lugar.
Había escrito el Municipio sevillano á la S. de Grego¬
rio XV, haciéndole presente los deseos de este pueblo por¬
que se declarara Dogma de la Fe cristiana el Misterio de la
Concepción, á cuya solicitud contestó el Pontífice en No¬
viembre de este mismo año en la siguiente epístola:

«A los Amados Hijos del Senado, de la ciudad de


Seuilla.

»Gregorio Papa XV.


muy amados salud, y nuestra Apostólica
»Hijos
bendicio. No pueden traer a vuestra Ciudad las ricas
Armadas de las Indias, que a ella vienen tanta her¬
mosura, y ornamento, quanto la observancia de la
Religión Católica, y el cuydado de la piedad Chris-
tiana. Gran cosa
por cierto es que a vuestros puertos
se
traygan las riquezas de otro mundo nueuo, pero
mucho mayor es, q vuestras animas se enriquezcan
con tesoros de diuina gracia: y fuera de aquellas ri¬
quezas atraen a vuestros puertos Seuillanos gran mu-
chedubre de hombres de estrageras naciones; mas
essa piedad introduze esquadrones de celestiales sol¬
dados en vuestros fuertes, y a los coracones piadosos
de los Fieles socorre con el ayuda, y familiaridad de
los Angeles. Bien auenturados por cierto os podeys
llamar, amados hijos, puesconoceys bien quanto mas-
dignas que las riquezas mundanas sean las palabras
del Señor, mas amadas, y estimadas que el oro, y las
piedras preciosas. Demás desto, vuestras cartas que
poco á nos dieron los amados hijos Mateo Vázquez,
y Bernardo de Toro, nos an llenado de paternal ale-
288 Glorias Sevillanas

gria, consiste en la saluacion de las naciones Chris-


que
tianas: ydel tenor de las cartas, y de lo que ellos nos
informaron, entendimos con quanta diligencia, y cuy-
dado procurays la gloria de la Beatissima Virgen. Assi
verdaderamente conuiene que sienta, y hable vna Ciu¬
dad, a quien Dios, Señor de los señores, tiene tan a
su
cargo, y custodia, tan fundada, y establecida en
fundamento de firme, y solida piedad; porque lo que
es verdadera alabaca,
y para bien de los hobres, es
lo mismo que si fuera del Cielo. Bien mostrays cami¬
nar por el camino de la saluacion, mientras teneys

por propio vuestro el Apostólico decreto, con que


quisimos ouiar las questiones discordes Teológicas;
atendiendo también a la dignidad, y gloria de la

Reyna de los Angeles. Cierta tabien de los benefi¬


cios y amparo de aquella Virgen causa de nuestra

alegría, por cuyos ruegos Dios ta de ordinario aparta


de la cabeca de la Christiandad el acote de su justi¬
cia divina. Y Nos tabien con caridad paternal os abra¬
camos' en las entrañas de Jesu Christo, derramando

larga y liberalmente sobre essa Ciudad (no menos


abundante de riquezas, que de virtud) los tesoros que
en si encierra la bedicio
Apostólica; rogando a Dios,
y a su gloriosa Madre, que siempre mas y mas enri¬
quezca essa ciudad de Seuilla con mayores mercedes,
y documentos de la divina voluntad. Dada en Ro¬
ma
apud Sanctam Mariam Maiorem a 4 de Nouiem-
bre de 622, y de nuestro Pontificado el año segundo.»

Después de este triunfo volvió el Arzobispo de


nuevo
Sevilla á escribir alRey D. Felipe IV, instándole á que no
dejase de pedir reiteradamente la definición del Dogma, é
interesase á las Ordenes religiosas y Cardenales adictos á
este asunto, porque trabajasen en igual sentido.
Glorias Sevillanas 289

Ocurrió 1624 la muerte de D. Pedro de Castro, por


en

cuya causa determinó el Arcediano regresar á Sevilla, á


fin de seguir promoviendo desde la Península este asunto;

consiguiendo que el Rey D. Felipe IV designase con em¬


bajada especial, para continuar en Roma sustituyéndole, al
caballero sevillano D. Enrique de Guzmán, ardentísimo de¬
fensor del Misterio, al cual había dejado D. Mateo Váz¬
quez de Leca en Madrid el asunto al
como agente suyo en
trasladarse á Roma en 1616, con la asignación de 400 du¬
cados anuales, que facilitaba de su peculio para atender á
estos asuntos.

Este mismo caballero fué quien presentó al Rey don


Felipe III una solicitud
1619, pidiendo que en la mo¬
en
neda que nuevamente se acuñase se pusiera el busto de la

Virgen con la orla «Sin pecado original» (1).


Su decisión y celo por la causa los demostró pronta¬

mente; pues apenas arribó á Roma, y enterado por Ber¬


nardo de Toro del estado del negocio, empezó, juntamente
con el Duque de Pastrana, á
activarlo. Le nombró el Con¬
sejo Supremo de la Orden Militar de la Concepción Emba¬
jador de la misma cerca del Rey de España, en atención
á sus servicios y afecto al Misterio.
Mas desde este período es precisamente cuando los de¬
fensores de la opinión piadosa tienen que luchar con deci¬
sión y ahinco, pues los de la opinión rigurosa, al ver publi¬
cado el Breve de Gregorio XV, en el cual quedaban por

(1) Memorial que D. Henrique de Guzman y Cárdenas nobilísimo


caballero hijo de esta ciudad de Sevilla, agente por S. M. de la causa de
la Concepción de Nuestra Señora dió al catolicisimo Rey Don Felipe III
Nuestro Señor en el
mes de Enero de 1619, en el que pide se ponga en
la moneda de oro
plata que de aqui adelante se acuñe se le cifre Maria
y
Santísima, y por orla Sin pecado original, y para lo que alega muchos
ejemplos de Sumos Pontífices Reyes y principes cristianos que lo han hecho
Impreso en Sevilla por Juan Serrano de Vargas 1619.
Cita de Matute en sus Hijos Ilustres.

37
290 Glorias Sevillanas

completo vencidos, trataron de levantar nuevamente la ca¬


beza, oponiéndose á su resultado final, cual era se diese
como materia de fe lo que entonces era sólo creencia pia¬
dosa.Trabajaban los defensores de la Concepción de tal
modo, que Bernardo de Toro escribía á Sevilla lo siguiente:
«certifico há 15 dias no comemos ni dormimos, visitando
estos Sres. Cardenales y haziendo memoriales y oponién¬
donos á la dicha contrariedad...»; mas la muerte de Gre¬
gorio XV vino á paralizar todo y á evitar lo que ya era
casi seguro: acceder á la petición de los españoles, decla¬
rando el Dogma de la Concepción Inmaculada de Nuestra
Señora. Indudablemente que fué este acontecimiento de

gran contrariedad para el progreso y adelantamiento del


negocio, pues habían de pasar algunos años sin que se con¬
siguiese nada favoreciendo la tan empeñada causa: durante
los pontificados de Urbano VIII é Inocencio X no se ob¬
tuvo declaración alguna.

Murió en 1643 el esclavo de la Virgen Bernardo de


Toro, después de haber estado veintiocho años dedicado
día por día á una causa tan hermosa cual era la que le llevó
á Roma, y cuyo triunfo le alegraría allá en la Gloria, de la
que, piadosamente pensando, gozará el que se afanó tanto
en la tierra por la Madre de Dios. Su vida ejemplarísima

en la Corte pontificia le atrajo el cariño y


respeto de los
que le trataron, disponiendo el Papa Urbano VIII se escri¬
biese su vida cuando murió.
Deseando el Cabildo Eclesiástico de Sevilla se conti¬
nuara la empresa de la declaración dogmática, nombró para
representarle en Roma como agente de la causa de la Con¬
cepción al prebendado de esta Catedral D. Alonso Gómez
de Rojas, entusiasta y elocuente orador del Misterio, cuyo
nombre figura en las principales fiestas realizadas en Sevi¬
lla por aquel período.
En el año de 1647 salió un Decreto de la Inquisición
Glorias Sevillanas 291

General, por el cual se prohibía que el título de Inmaculada


se
aplicase á la Concepción, sino á la Virgen, disponiendo
además se borrase de los libros, pinturas y efigies de Nues¬
tra Señora donde estuviese estampado: esta disposición iba

firmada por Juan Antonio Thomás, Notario de la indicada

Congregación. Fácil será comprender el efecto que produjo


en el ánimo de los defensores del Misterio este Decreto,
que, por lo que hace á España, no se cumplió; y por lo
que toca á Sevilla, sirvió de poderoso estímulo para multi¬
plicar de tal modo los rótulos de que antes hemos hablado,
que hubo una verdadera inundación de ellos, dando ejem¬
plo el Excmo. é limo. Cabildo Eclesiástico, que le colocó
con este motivo grandes caracteres en su grandiosa
con

Sala Capitular, como antes dijimos.


Continuaba el entusiasmo por la causa en esta Ciudad,
sin ceder en su antiguo fuego y vigor; por lo cual el Ca¬
bildo Eclesiástico comprendió era necesario, en vista de lo
que se movían los de la opinión rigurosa, dar nuevo empuje
en el asunto, y
para ello dispuso se abriese información
jurídica ante el Prelado de esta Diócesis, para elevarla á la
S. de Inocencio X, en demanda de que se accediese á la

primera petición hecha en 1616.


Declararon á este intento, al tenor del interrogatorio

presentado, las personas más calificadas por su virtud y


ciencia de esta Ciudad, siendo todas las testificaciones he¬
chas favorables á lo que se indicaba en el capítulo de pre¬
guntas. Presentóse ante el Arzobispo de Sevilla, que lo era
en
aquel tiempo D. Fr. Pedro de Tapia, el siguiente escrito
en nombre del Cabildo de esta Santa Iglesia Catedral:

«limo y Rmo Sr.


»E1 Ld° D. Fernando de Bazan can.° y el L.do D. An¬
drés de Velasco Racionero de la S.ta Iglesia en nom¬
bre de los Señores Dean y Cavildo de la santa Igle-
292 Glorias Sevillanas

siametropolitana de Sevilla y en aquella bia y forma


que mas le combenga y aya lugar de derecho=Digo
que para perpetua memoria y para que conste a la
Sant.d de nuestro muy santo Padre Inocencio décimo

y a su santa Sede apostólica, del informe conmun y


general sentir de los fieles y pueblo christiano de es¬
ta ciud.d y su Arzobispado
la celebridad y obser-
en
bacion de la fiesta de la concepción de la Virgen
nuestra S.ra que se celebra a ocho dias del mes de

Diciembre de cada año y todas las demás que por


entre año se celebran y dedican á su concepción sanc-

tissima. assi mi parte y su metropolitana Iglesia, co¬


mo todas las demás Iglesias Parroquiales
y regulares
de ella y de su Arzobispado á su ejemplar y imita¬
ción las an celebrado y
celebran con el sentido de la
concepción Inmaculada y sin pecado original en el
primer instante de su concepción teniendo por objeto
deste culto y beneraciones festivas y publicas la san¬
tidad y pureca de la sacratissima Virgen nuestra Se¬
ñora en su concepción y la preservación del pecado

original, por lo qual combiene a el derecho de mi


parte y publicación de su afecto. Hacer información
de lo sussodicho y de como al presente y antes de
aora y de tiempo ymemorial a esta parte se a cele¬

brado la dha fiesta y fiestas en la santa Iglesia y las


demás a su exemplo por los fieles sintiendo general-
m.te que las dhas fiestas se hacen y su culto y bene-

racion teniendo el dho objecto de Inmaculada Con¬

cepción preserbada del pecado original y que esto se


a obserbado
y tenido por cierto antes y desde que
se publicaron los breves de la sant.d de Sixto quarto

y Pió quinto y los de Paulo tercero y Gregorio déci¬


mo quinto, en
que no solo se aprobaron las dhas fes-
tibidades y culto publico con misas y oficio especial
Glorias Sevillanas 293

dellas. con indulgencias concedidaslos fieles que


a
las celebrasen sino también agora sin ynterump-
asta

cion o alteración alguna conformándose en las missas

y resso que la santa Iglesia de Roma celebra y a ce¬


lebrado presente los summos pontífices que hasta ago¬
ra ansido creyendo y entendiéndose que los summos
Pontífices enlos dhos breves y el santo Consilio de
trento en sus decretos anssi lo an sentido en quanto

a las dhas fiestas tolerándolas y


aprobándolas como
de Concepción Inmaculada determinadamente y no
en sentidogeneral, o común de concepción y de co¬
mo assi esta
persuadido todo el pueblo de este Arzo¬
bispado en virtud de los dhos breves y de la anti¬
quísima costumbre de celebrarla como por tal por
las tradiciones de sus mayores que ansi lo hicieron y
de como para confirmación deste sentido y piedad y
veneración y reconocimiento de su conformidad con
la intención de la sede Apostólica a honrra y gloria
de Dios nuestro señor y manifestación de sus debo-
ciones se an hecho y continuado fiestas de la concep¬
ción Inmaculada en la Iglesia metropolitana con do¬
taciones perpetuas el dia de la Concepción a sus. pro¬
cesiones maitines y oras, y en las demás Iglesias lo
mismo y en los sermones que se predican por todo
el año acabada la salutación dicen los predicadores
Alabado sea el santissimo Sacramento y
la ynmacu-
lada Concepción lo mismo a el comencarse las ora
y
de Tercia y vísperas y los sábados quando renueba
el sagrario y quando se lleba Biatico a los enfermos

y al fin de todas las solemnidades de el año y el dia


del Corpus la qual debocion se a dotado por diferen¬
tes personas y lo mismo se dice y canta a las puer¬

tas de la ciudad, los dias de fiestas al avemaria con

grandes concursos y solemnidades y assí mismo de


294 Glorias Sevillanas

como muchas Cofradias eclesiásticas y seglares y Co¬


munidades, Colegios y Universidad publica y solem¬
nemente an hecho botos de defender y continuar el
dho común sentir y culto creyendo es el verdadero y
conforme del yntento de su Santidad y sus anteceso¬
res
y de como si en algunas ocaciones publicas de la
dha celebridad y manifestación de su culto y sentir
referido, o los predicadores en los pulpitos an omi¬
tido decir en el principio Alabado sea el santissimo
Sacramento y la Inmaculada Concepción de nuestra
Señora, o dholo en otra forma faltando a la devoción
y obligación que se les a ympuesto an avisado senti¬
miento en el auditorio y adbertidoseles para adelante

syn tolerar semejante nigligencia y si alguna vez se


a
ynsinuado predicar algún fundamento contrario á
causado escándalo y lo mismo en las seculares plati¬
cas en que se a tratado destas festividades y
misterio
de ellas de todo lo qual y lo perteneciente necesario
en
general, o particular en nombre de mi parte ofres-
co la dha
informagion para el efecto susso dho.»

Puso el Prelado á esta petición el siguiente auto:

«Don Fr. Pedro de Tapia Arzobispo de Se¬


villa Por quanto por parte de los venerables her¬
manos nuestros Dean y Cabildo de nra Santa Iglesia

se nos á representado, que para enviar á su Santidad

y Santa Sede app.ca pretende se recivan ciertas in¬


formaciones aviendo condescendido con tan
y
sancto intento,offrecido asistir á todo por nuestra
y
propia persona se nos á pedido Dado en nro pa¬
lacio Arcobpal á seis dias de el mes de Maio de mil

y seiscientos y cinquenta y tres años = Por tanto


confiando de la devoción, prudencia, letras, é inteli-
Glorias Sevillanas 295

gencia de el D.or D. Diego de Castrillo Juez de nra


Santa Iglesia, official, y Vicario general de ella, y
nuestro Arcobipdo le cometemos asista á esta cau¬
sa »

«PROVANCA que se hace a instanzia de los Señores


Dean y cavildo de la santa iglesia metropolitana de Se¬
villa ante el Señor Doctor Don Diego de Castrillo Juez
official yvicario general de la dicha Santa Iglesia y Ar-
cobispado de esta dicha Ciudad en virtud de comisión
particular del Illustrissmo y Reverendísimo Sr. Don Fray
Pedro de Tapia mi s.r por la gracia de Dios y de la santa
sede apostólica Argobispo de Sevilla del consexo de
su
Magestad para onrra y gloria de Dios nuestro Sr. y
de la Virgen Maria nuestra Señora su venditissi.ma ma¬
dre en razón de la celebridad y
observancia que en esta
ziud.d y Arcobispado de Sevilla ay de la fiesta de su
Concepción ynmaculada que se celebra en ocho de di-
ziembre de cada un año y de las demás que entre año
se an dedicado
y dedican por los fieles con creencia ob-
jecto y sentido de que en ellas dan culto y beneracion
como Concepción inmaculada determinadamente desde

el primer ynstante de su Concepción Santísima con ge¬


neral y común sentido de que las aprobaciones y tole¬
rancia de la dicha fiesta y fiestas dadas por los summos
Pontífices en sus Breves an tenido y tienen el mesmo

objeto y sentido. La qual dha provanca es en la forma


y manera siguiente:»

Continúa el interrogatorio, que aquí omitimos, y sólo


hacemos referencia de algunas de las respuestas ó contes¬
taciones dadas por el limo. Sr. D. Luis de Camargo, Obispo
de Centuria, que concurrió á la información.
296 Glorias Sevillanas

«A la primera pregunta del dicho ynterrogatorio


=dixo que tiene conocimiento de los señores deán
y cavildo de la dicha santa Iglesia metropolitana de
cinquenta años á esta parte por ser como su señoria
es natural
y originario desta dicha ziudad y en todo
este tiempo á visto y rreparado en el fervor y devo¬

ción con que los dichos señores ancelebrado en su

Iglesia la fiesta de la inmaculada consepcion de la


Virgen nuestra Señora procurando aumentar y ade¬
lantar con demostraciones eclesiásticas y asimis¬
mo save
el dicho cavildo a hecho delixencias con
que
todo calor y devoción rrepetidas vezes para que la
santa sede apostólica declarase y definiese este mis¬

terio y festividad y el modo de selebrarla con reso y


off.° divino y en orden á que consiga la mayor exce-
lensia y gloria de la Virgen Santíssima en orden á
su
ynmaculada concepción á enviar en diferentes oca-
ciones el dicho cavildo prevendados de su santa Igle¬
sia con mucho gasto y costa a la corte Romana como
fueron el Do.r Don Matheo Vasques de Leca Arce¬
diano de Carmona y canónigo y el dor Alonso Gó¬
mez de rroxas
y aviendo partido de la dha corte Ro¬
mana el dho Arcediano de Carmona dexó en su lu¬

gar de orden del dho cavildo á el dor Bernardo de


Toro a el qual avia llevado consigo desde esta ziu¬
dad para el mesmo efecto y este persevero en la mes-
ma agencia hasta que murió que abra como dos años
y esto responde.
»Que asi formalmente ha entendido y entiende
que la dicha fiesta y culto se hace á la Virgen como
preservada de la culpa original en el primer instante
de su concepción santíssima y en este sentido se ce¬
lebra la dicha fiesta en el clia ocho de dize de cada
año y luego rrepetidamente en todo el discurso de
Glorias Sevillanas 297

todo el año y en este sentido se entiende el rezo y


festividad y misa del dho dia ocho de diziembre y
esto responde.
»Que save que siempre que se ha celebrado y ce¬
lebra la dicha fiesta asi en las parroquias de esta
dha ciudad como en las Iglesias de regulares ombres
y mugeres hospitales y hermandades á sido enten¬
diendo y creyendo firmemente en su cosa con todo

quanto se les permite por la santa sede apostólica y


estas dichas fiestas y celebridades son a que la vir¬
gen nuestra Señora Santissima fue conzevida sin man¬
cha de pecado original en el primer instante de su
santissima Concepzion y no á otro fin ni con otro
yntento y esto dizen y publican a vozes en sus com-
bersaciones y platicas particulares y generales y lo
pregonan y aclaman por las calles a todas oras y tie¬
nen
escripto en las puertas de sus casas y dentro de
ellas y mas firme en sus corazones sin haber persona

ninguna que sepa ni diga lo contrario ni lo sienta sino


algunos padres de la rreligion de santo Domingo que
á su entender de este testigo son mui pocos porque
los mas que ha tratado y comunicado y comunica
cada dia en sus platicas particulares sienten y creen
en este misterio lo mismo que los demás fieles con

grande afecto en su corazón si vien en publico no lo


manifiestan con aclamaciones publicas, y en estos úl¬
timos años y en las fiestas que se an continuado a

que ha asistido este testigo, celebrando misa de pon¬


tifical, todos uniformemente los que han predicado
que son muchos, todos han predicado celebrando con
mucho afecto la concepción inmaculada de la Virgen
Maria y haber sido concebida sin pecado original en
el primer instante de su concepción y traido para esto
muchas authoridades y lugares de la sagrada escrip-
38
298 Glorias Sevillanas

tura dando á entender a el pueblo y queriendo satis¬


facerle que ni piensan ni creen otra cosa que lo que
la piedad y fee de todos los demás catholicos creen

y celebran afirmando una y muchas vezes que la Vir¬


gen nuestra Señora fue concebida sin pecado origi¬
nal en el mismo instante de su consepcion y esto
rresponde.
»Dijo que savia que el dho culto y veneración re¬
ferido tolerado y aprovado por los señores Arcobis-

pos y demás prelados eclesiásticos que en esta dha


ziudad ha ávido y también ha sido apoyado y per¬
suadido creyendo firmemente los dhos Srs prelados
aver sido la Ss.ma Virgen concebida sin pecado y en

particular el 111.mo y doctíss.mo señor don Pedro de


Castro y Quiñones Arcobispo que fue desta ziudad
juntamente con los cavildos eclesiástico y secular hi¬
go voto y juramento y ahora en este ultimo año
lo han hecho y van haziendo el dho voto todas las
comunidades seculares y eclesiásticas de aqueeste Ar-
gobispado con grandísima devoción deseando entra¬
ñablemente la difinicion deste misterio y teniendo
creído los fieles en su corazón firmemente la santifi¬
cación de la Virgen para cuyo juramento han
hecho y hazen grandissimas fiestas todo lo qual
save por haber sido los mas de los dhos votos he¬

chos en sus manos de su Señoría y tener la memoria


de los que votan y aver visto hacer la mesma acción
á las mas de las comunidades desta dha ziudad
»Dixo que es tan grande la devoción de los fieles
desta ciudad y la firmesa con que creen y entienden
la inmaculada concepción de nuestra Señora en el

primer instante de su concepción que si algún predi¬


cador en contravención deste sentido se atreviere a

predicar alguna cosa correría notorio riesgo su vida y


Glorias Sevillanas 299

fuera el sentimiento de los fieles indecible no solo por


su
piedad y devoción sino porque la aclamación y
sentir de todos los fieles está tan firme y arraigada
en sus coracones como si verdaderamente estubiera
definido y determinado por la santa sede apostólica
y en tal conformidad lo manifiestan y publican en
todas ocasiones y esto responde.
»Dixo que en continuación de su zelo y fervor los
fieles y pueblo cristiano de España y con particulari¬
dad el desta ciudad han instado y instan y se re¬
conoce de que
movido dicho Cabildo eclesiástico de
las instancias y fervor de las peticiones de los fieles há
embiado las personas y agentes que van referidos en
la primera pregunta y hecho las dilixencias referi¬
das y hoy se están continuando con el Rey nuestro
S.r Phelipe quarto y save que su Magestad tiene
noticia de las dichas instancias porque no solo son
desta ciudad sino de todos sus Reynos y no son me¬
nores las que se hacen en la corte de su Magestad y

esto responde.
»Oue todo es notorio, de publica voz y fama y
la verdad so
cargode juramento fecho en que se afir¬
mó y ratificó y que es de la edad de sesenta y dos
años y lo firmó» (1).

Siguieron las declaraciones de otros testigos, las que


convinieron con ésta
que hemos extractado. Vemos, pues,
que el ánimo del Cabildo de esta Catedral no había decaí¬
do un punto en su fervor y entusiasmo por la causa de la

Virgen, y que subsistía el espíritu del tiempo de D. Félix


de Guzmán, D. Gonzalo de Ocampo, D. Manuel Sarmiento

(1) Todos los documentos citados en este capítulo están tomados


de los archivos del Colegio del Sacro Monte de Granada y del Municipal y
Capitular Eclesiástico de esta Ciudad.
300 Glorias Sevillanas

y Mendoza, D. Baltasar de Torres, D. Alfonso Díaz, don


Mateo Vázquez de Leca, y de toda aquella serie de nobles
capitulares que tan denodadamente trabajaron en los prin¬
cipios del siglo XVII.
Remitióse dicho informe á Roma, para presentarlo á
S. S. con el fin de activar el resultado final de este asunto,

rogando al mismo tiempo no se prohibiese en lo sucesivo


llamar Inmaculada á la Concepción de Nuestra Señora; con

cuyo objeto trabajaban sin descanso el P. Gonzalo de Cas¬


tilla, jesuíta y delegado especial del Rey de España para
tratar con el Pontífice, así como el P. Antonio Pérez, nota¬
ble profesor del Colegio Romano, y D. Alonso Gómez de
Rojas; los que consiguieron con sus escritos y conferencias
dejar triunfante el aludido título de Inmaculada, preparando
en su consecuencia Inocencio X un Decreto, que no se lle-
^gó á publicar por haber ocurrido su muerte.
Le sucedió en la tiara el Pontífice Alejandro
VII, de
tan feliz memoria para
los defensores de la Inmaculada
Concepción, pues con su elevación á la Silla de San Pedro
se inauguraba un período de
gran prosperidad para la cau¬
sa
pendiente, pudiendo decirse que con la Bula del 8 de
Diciembre de 1661 decide para siempre la cuestión y deja

preparada, para cuando la Iglesia juzgase oportuno, la de¬


claración del Dogma.
Por la Bula «Sollicitudo omnium Ecclesiarum» se pre¬
ceptuaba el culto de la Virgen en este Misterio perpetua¬
mente, prohibiendo con penas graves poner en duda la
creencia piadosa; con cuya declaración quedó muerta para

siempre la opinión contraria, pues no dejó con dicha dispo¬


sición punto vulnerable ninguno para que atacasen á los
defensores de aquélla. Cuarenta y cuatro años de súplicas,
instancias y grandes trabajos por parte de los representan¬
tes de los monarcas
españoles y de los miembros de las
Órdenes religiosas, especialmente los franciscanos y los je-
Glorias Sevillanas 301

suítas, había costado la publicación de este importantísimo


documento pontificio, que indudablemente fué de gran tras¬
cendencia para la causa de la Inmaculada Concepción, pues
en él se dieron reglas fijas para saber á qué atenerse en el
asunto, ínterin no se hacía materia de Fe la creencia pía,
la que desde este momento queda patrocinada por el Ro¬
mano Pontífice, y casi se vislumbra su declaración futura

como Dogma incontrovertible. La Bula de


Alejandro VII
publicada en 1661 cierra el período de las disputas de es¬
cuelas y corona la gran obra acometida por los agentes se¬
villanos en el pontificado de Paulo V. Como documento de

grandísimo interés á nuestro estudio, lo reproducimos ín¬


tegro.

»Alexandro Papa VII, para perpetua memoria.


»E1 cuidado de todas las Iglesias, que aunque con
méritos y fuerzas muy desiguales, por voluntad y

providencia de Dios omnipotente exercemos, nos tie¬


ne sumamente atentos y vigilantes, para que los es¬

cándalos que entre los fieles por la corrupción y fra¬

gilidad humana es fuerza que sucedan, quanto fuese


posible se eviten ó minoren; y si algunos hubieren
nacido, asimismo con toda brevedad y diligencia se
destierren; porque á los que los ocasionan, manifiesta
perdición de pecado; y á los que se dan, peligro ma¬
nifiesto; cuyo daño, según lo que pide nuestro oficio
pastoral, sumamente nos duele,
el riesgo continua¬
y
mente nos lastima.Antigua es la piedad de los fieles
de Christo para con su Madre María Virgen Santí¬
sima, que juzgan y sienten haber sido su alma pre¬
servada y libre de toda mancha de pecado original
en el primer instante de su creación é infusión en su

cuerpo con especial gracia y privilegio de Dios por


los méritos de Jesu-Christo su Hijo, Redentor del li-
302 Glorias Sevillanas

nage humano; y tanto que en este sentido celebran


y veneran la festividad de su Concepción con so¬
lemne rito. Creció el número de estos devotos, y
asimismo este culto y veneración, después que Six¬
to IV Papa, predecesor nuestro, de feliz recordación,

la favoreció y amparóApostólicas constituciones,


con
que el Sagrado Concilio Tridentino no sólo reservó,
sino que mandó se observasen. Esta piedad y este
culto se aumentó y dilató de nuevo para con la Ma¬
dre de Dios, instituyendo con aprobación de los Ro¬
manos Pontífices, con este nombre de
Concepción,
la Religiosa Orden y las Cofradías, concediendo las
indulgencias en tal manera, que allegándose también
á esta sentencia las más célebres Vniversidades, ya

casi todos los Católicos la abrazan. Y porque de la


ocasión de la contraria sentencia en los sermones,
lecciones, conclusiones y actos públicos: conviene á
saber, que la dicha Santísima Virgen María Señora
nuestra fué concebida pecado original, se origi¬
con

naban y nacian el pueblo Christiano, con ofensa


en
grande de Dios, escándalos, alborotos y disensiones;
Paulo V, de feliz memoria, también predecesor nues¬

tro, prohibió la opinión contraria á la sentencia que


está referida, y que no se enseñase ó predicase públi¬
camente; la qual prohibición extendió Gregorio Pa¬
pa XV, de piadosa memoria, asimismo predecesor
nuestro, aun á los coloquios particulares, mandando
de nuevo en favor de la misma sentencia, que en el
sacrosanto Sacrificio de la Misa y divinos oficios que
se celebran asípúblico como en particular, no de
en

otro que del nombre de la Concepción qualquiera

deba usar. No obstante esto, como casi todos los ve¬


nerables hermanos Obispos de las Españas, con los
Cabildos de sus Iglesias, con cartas nos han repre-
Glorias Sevillanas 303

sentado, allegándose también la manifestación del de¬


seo del muy amado en Christo hijo nuestro Felipe,
Rey Católico de las mismas Españas, que envió so¬
bre esto al Venerable Hermano Luis,
Obispo de Pla-
sencia, por Embaxador singular, por quienes nos fue¬
ron asimismo
propuestas las súplicas de los Reynos
de las mismas Españas, advirtiendo prosiguen algu¬
nos defensores de aquella contraria opinión, contra
las prohibiciones referidas así en particular como en
público, impugnando y poniendo en controversia la
sentencia referida; y de tal manera presumen inter¬

pretar el favor que los Romanos Pontífices en favor


de ella han mostrado siempre á este culto y festivi¬

dad, que se frustre y sea en vano. Y asimismo nie¬


gan que la Iglesia Romana favorece á esta sentencia
y culto, que según ella se ha dado á la Virgen San¬

tísima, procurando derribar á los piadosos fieles de


Christo casi de su pacífica posesión. De donde los

encuentros, escándalos y alborotos que Paulo V y


Gregorio XV, predecesores nuestros, quisieron evi¬
tar, duran todavía, y de la ocasión que dan los mis¬
mos que contravienen, se
esperan prudentemente, y
con razón se temen
mayores daños que estos en ade¬
lante. Por lo qual asi los Obispos referidos como los

Capítulos de sus Iglesias, como el dicho Rey Felipe


y sus Reynos hicieron con instancia nos fuesen he¬
chas súplicas por el remedio en buena sazón.
»Nos considerando que la Santa Iglesia Romana
celebra solemnemente la fiesta de la Concepción de
la Inmaculada y siempre Virgen María, y para esto
ordenó especial y propio Oficio, según la piadosa y
loable institución que de Sixto IV, predecesor nues¬
tro salió; y queriendo favorecer á esta piedad, digna
de alabanza y devoción, fiesta y culto que se ha dado
304 Glorias Sevillanas

en la Iglesia Romana, después de la institución del


mismo culto, que nunca se ha mudado, siguiendo el
exemplo de los Romanos Pontífices predecesores
nuestros, también defendemos esta piedad
y devo¬
ción de reverenciar ycelebrar la Sacratísima Virgen
Señora nuestra, previniendo la gracia del Espíritu
Santo, que fuese preservada del pecado original; y
deseando en el rebaño de Christo unión espiritual y
concordia, de paz conservar (sosegados los encuen¬
tros discordias y desterrados los escándalos) en
y
quanto á la instancia y ruegos de los referidos Obis¬
pos con los Capítulos de sus Iglesias, y del Rey Fe¬
lipe y de sus Reynos las constituciones y decretos
que de los Romanos Pontífices precedesores nuestros,
y principalmente de Sixto IV, Paulo V y Grego¬
rio XV, han salido en favor de la sentencia que afir¬
ma, el alma de la Bienaventurada Virgen María en
su creación é infusión en el cuerpo, que fué dotada
con la gracia del Espíritu Santo, y preservada del
pecado original, y también en favor de la fiesta y
culto que se le da á la Concepción de la misma Vir¬

gen Madre de Dios, según esta pía sentencia, como


se refiere, renovamos y mandamos se observen con

las mismas censuras y penas en las mismas constitu¬


ciones contenidas. Y más todos y cada uno de los

que las dichas constituciones y decretos de suerte in¬


tentaren interpretar, que el favor de ellas á la senten¬

cia referida, y á la fiesta ó culto, que según ella se

da, frustren y devanezcan, ó los que la misma senten¬


cia, fiesta ó culto se atrevieren á traer á disputa, ó
contra ella, de qualquier suerte que sea, directa é in¬

directamente, debaxo de qualquier precepto, aun de


examinar su última división, ó de glosar, ó de inter¬

pretar la Sagrada Escritura, los Santo Padres, ó los


Glorias Sevillanas 305

Doctores, y de qualquier otro pretexto, ú ocasión,


por escrito, óvoz, hablar, predicar, tratar, disputar
contra lo referido, determinando alguna cosa, ó di¬

ciendo, ó trayendo argumento contra ella, dexándo-


los sin resolver, ó de otro qualquier modo posible,
fuera de las penas y censuras en las constituciones
de Sixto IV contenidas, en que queremos que los ta¬
les incurran, y por las presentes damos por incursos,
aun de la facultad de predicar, de leer, en público, ó

de enseñar é interpretar, y de la voz activa y pasiva,


en qualquier elección por el mismo hecho, sin otra

declaración alguna, queremos que sean privados; y


también por el mismo hecho, sin otra declaración al¬

guna incurren en la pena de ser perpetuamente in¬


hábiles para predicar, leer públicamente enseñar é

interpretar; de las quales penas la absolución y dis¬


pensación ño de otro que de nosotros mismos, ó de
nuestros sucesores los Romanos Pontífices la puedan

alcanzar. Así mismo queremos incurran los tales en


otras penas que se pondrán según nuestro arbitrio, ó

el de los mismos Romanos Pontífices sucesores nues¬

tros, como por la presente lo hacemos, innovando las


constituciones y decretos arriba referidos de Paulo V

y Gregorio XV. También los libros en los quales la


dicha sentencia, fiesta ó culto, según de ella se duda,
ó contra ella de qualquier manera se escribe, ó se
lee alguna cosa, ó sermones, ó tratados, ó disputas
que contra ello se contienen, después que salió el
loable decreto de Paulo V ya referido, ó salieron en
adelante, los prohibimos con las mismas penas y cen¬
suras el índice de los libros prohibidos están
que en
contenidas; el mismo caso, sin otra declaración,
y por
queremos y mandamos se tengan expresamente por
prohibidos. Más vedamos, siguiendo las constitucio-
39
3 o6 Glorias Sevillanas

nes de Sixto IV que ninguno afirme que por esto los


que defiendan la contraria opinión, conviene á saber,
que la gloriosísima Virgen María fué concebida en
pecado original, incurren en crimen de heregía, ó pe¬
cado mortal, no estando todavía difinida por la Igle¬
sia Romana y Sede Apostólica como Nos al presente
de ninguna manera queremos difinir ó intentamos;
ántes bien los que atrevieren condenar, ó notar aque¬
lla contraria opinión de herética, ó de pecado mor¬
tal, ó de impiedad, fuera de las penas que les impuso
Sixto IV y otros predecesores nuestros los Romanos
Pontífices, otras mayores penas incurran, que á los
que contravinieren á esta nuestra constitución arriba
señalamos. Lo qual queriendo se guarde, observe y
execute contra los transgresores de nuestra institu¬

ción, aunque sean regulares, de qualquier orden ó ins¬


tituto, aunque sean de la Compañía de Jesús, y de
qualquier manera escritos y otras qualesquier perso¬
nas así eclesiásticas como seculares, de qualquier es¬
tado, grado, orden, ó dignidad eclesiástica ó secular,
como se refiere, así á los
Obispos y Prelados supe¬
riores, y los demás Ordinarios de los Lugares, como
los Inquisidores contra la herética pravedad en qual-

quiera parte diputados, queremos procedan, y con


apremio los castiguen, porque Nos á los mismos, y
á qualquier de ellos de proceder contra los tales trans¬

gresores, de inquirir, y de refrenar con penas, y cas¬


tigar con autoridad, damos libre facultad, y que pro¬
cedan, inquieran y castiguen apretadamente, manda¬
mos, no obstante de las constituciones y ordenanzas,

y cualesquier indultos y Bulas Apostólicas á quales-


quiera personas concedidas, aunque sean calificadas,
y aunque sean constituidas en Cardenalato, Patriar¬

cado, Arzobispado, Obispado, ó en otra qualquier


Glorias Sevillanas 307

dignidad y honra, y aunque sea que contra ellos no


se pueda proceder ó poner entredichos, suspensión y
excomunión, de qualquier suerte que les sea conce¬
dido. Á los quales todos y cada uno en particular,

aunque según la derogación suficiente de ellas y de


sus errores, especial, específica, individua y expresa

mención, palabra por palabra, y no por generales


cláusulas se habia de tener, ú otra exquisita forma se
habia de observar los tenores de esta manera, como
si de verbo ad adverbum fuesen insertos y explica¬
dos, teniendo por la presente por suficientemente ex¬
presos, con este tenor especial, y expresamente dero¬
gamos, y todo lo que hubiere á esto contrario.
»Y para que esta nuestra constitución, y todas
las premisas con más comodidad y mejor puedan lle¬

gar á noticia de todos aquellos á quienes toca y per¬


tenece en virtud de santa obediencia, y debajo de
pena de incurrir por el mismo caso en privación de
la entrada en la Iglesia, mandamos á todos y cada
uno de los Ordinarios, y
á sus Vicarios sufragáneos
y Oficiales, y á todos y cada uno de los á quien en
qualquier manera toca y pertenece en quanto esta
nuestra constitución, que á los Predicadores de su

Diócesis y distrito, y á los demás á quien juzgaren y


vieren que conviene á tiempo, hagan que la insinúen

y publiquen, porque ninguno en adelante pueda en


manera alguna de las premisas pretender
ignorancia,
ó en contra excusarse. Asimismo queremos, deter¬
minamos y mandamos con la misma autoridad, que

por algunos de nuestros Cursores en las puertas de


los templos de San Juan de Letran, y del Príncipe

de los Apóstoles,
y de la Chancillería Apostólica, y
á la vista deCampo Flora como se acostumbra, se
publique esta presente Bula, y se fixe, la qual obra
308 Glorias Sevillanas

de fixar y publicación de tal suerte comprehenda y


obligue á todos y á cada uno á quien tocare, como
si á ellos personalmente fuese intimada; y que á los
traslados de ella impresos ó escritos por algún Nota¬
rio, y sellados con el sello de alguna persona consti¬
tuida en dignidad eclesiástica, se dé el mismo cré¬
dito que dieran á la presente, si se les exhibiera ó
mostrara.

»Dada en Roma en Santa María la Mayor, de-


baxo del anillo del Pescador, el dia octavo de Di¬
ciembre, año de M. D. C. LXI. y el séptimo de nues¬
tro Pontificado.»
Glorias Sevillanas 309

CAPÍTULO X

Sevillaen los siglos XVI y XVII.—Fiestas extraordinarias á la

Concepción en 1613 y 1614.—En 1615.—Voto de la Her¬


mandad Sacramental del Sagrario, instituyendo fiesta anual
á este Misterio.—Fiestas en Santa Ana, San Gil y San Vi¬

cente.—El P. Rodrigo Manrique y el escudo de Sevilla.—


La Hermandad de Nazarenos de la Santa Cruz en Jerusa-

lén.—Célebre junta en 29 de Setiembre de 1615.—La pro¬

posición del hermano Tomás Pérez.—El acuerdo.—La ban¬


dera del juramento.—Suntuosas fiestas y octavario en el con¬
vento de San Francisco de Asís.—En 1616.—Notable pro¬
cesión de la Hermandad de la Limpia Concepción del con¬
vento deRegina Angelorum al templo de San Francisco y
fiesta celebrada en él.—Entusiasmo popular al regreso de la

sagrada imagen.

razar un cuadro que abarque y describa por com¬


pleto la grandeza y encumbramiento que alcanzó la
antigua capital del reino de Andalucía allá por los siglos
XVI y gran parte del XVII, es punto menos que imposi¬
ble. Fué tal el desarrollo y prosperidad de su comercio é

industria; eleváronse las artes á tan alto grado de esplen¬


dor; tan prodigioso fué el número de los hijos ilustres que
produjo letras y armas; fueron tantos los edificios
en artes,
que en aquella época se construyeron, y los templos, mo¬
nasterios y escuelas, centros del saber, con que la Ciudad
3IQ Glorias Sevillanas

contaba, que sería muy difícil con sólo una ojeada histó¬
rica dar idea cabal de lo que por este período á que nos
referimos fué la ciudad de Sevilla.
Alcanzó esplendor y brillo tan inusitado nuestra
un

Ciudad en el
siglo XVI, que con sobrada razón pudo ser
denominada emporio de las Españas. Muchas serían las

páginas que habríamos de llenar si tratásemos de recoger


y presentar ordenadas cuantas frases laudatorias y epítetos
encomiásticos encontramos en los escritores castellanos de
todas las épocas, que parece siempre fueron á porfía en
esto de ensalzar más y más la fertilidad de su suelo, la be¬
nignidad de su clima, la grandeza de sus edificios, la leal¬
tad de sus ciudadanos, la hermosura de sus damas, la fe¬
cundidad de ingenios, la diafanidad y pureza de su cie¬
sus

lo, la apostura bizarría de sus caballeros, la nobleza de


y
sus
antiguas casas, la riqueza de su comercio, la religiosidad
de sus habitantes: en una palabra, cuanto constituye ver¬
daderamente nuestro carácter é individualidad propios. Mi¬

guel de Cervantes, en su tan conocido soneto A las honras


de Felipe II en Sevilla, la llama
«Roma triunfante en ánimo y grandeza»;
y el Fénix de los ingenios españoles, en su comedia Los
peligros de la ausencia, á la escena VI del acto I, pone en
boca de D. Juan, uno de los personajes de la obra, las si¬

guientes palabras:
«Llegué, hermosa doña Blanca,
A Sevilla, al mismo centro
De la nobleza, al valor
Del mundo, al humano cielo.»

Indudablemente que plugo á la Divina Providencia do¬


tarla de tales condiciones, y enriquecerla con elementos
tan valiosos,
que siempre gozó de gran preponderancia y
autoridad, en cuantas esferas se desarrolla el espíritu huma¬
no; siempre moviéndose y agitándose con vida y acción
Glorias Sevillanas 3ii

propias, que le han dado carácter completamente suyo; el


genio peculiar y exclusivo de esta región es tan original,
que le hará distinguirse por sus obras, y siempre ocupará
lugar propio cuando se la estudie, ya en la gran república
de las Letras, ó ya en la historia de las Artes. Parece como

que aquella semilla civilizadora que un día sembrara en


este suelo la famosa Escuela Isidoriana del siglo VI
estaba
llamada á no desaparecer y á constituirse en fuente inago¬
table de sabiduría y poder; y así es sin duda alguna, pues
el esplendor que alcanzáramos á través de los siglos y de
los tiempos, no son otra cosa q.ue feliz renacimiento de aque¬
llos efluvios y reminiscencias de que quedara completamen¬
te saturado nuestro espíritu. Mucho se ha dado en ensalzar

el saber y cultura de los árabes, tratándose quizás de buscar


en ellos la causa de nuestro desarrollo intelectual, científi¬

co, artístico y literario, sin recordar los que tal han hecho
el estado de civilización de aquel pueblo vencido, que si
fuésojuzgado por el poder del alfanje islamita, jamás pudo
ser
sobrepujado en su ilustración, porque de hecho él era
vencedor, en cuanto que el triunfo siempre es de la verdad
moral, que él poseía.
Formada patria al eco estruendoso de aquel con¬
nuestra

tinuo guerrear de tantos siglos, dimos cimiento á una socie¬


dad viril y potente, que, llena siempre del recuerdo de su

pasado y del gran esfuerzo que le había costado su recons¬


titución, elevó el ideal de la patria al grado en que podemos
contemplarle bajo el reinado de la gran Isabel y de Fer¬
nando. Los descubrimientos geográficos de esta etapa his¬
tórica sirven para enriquecer y dar nuevos límites al pue¬
blo de los Alfonsos, llegando á ser nuestra Monarquía por
un momento dominadora de los mundos yde los mares.
Representación fidelísima de aquel engrandecimiento y
poderío, fué en aquella época gloriosa Sevilla como foco
poderoso donde habían afluido todas las fuerzas vitales que
312 Glorias Sevillanas

nos elevaron á tanta grandeza. Sevilla, situación


que con su
topográfica habíase convertido llave de la An¬
en centro y
dalucía, y que con su puerto abrigado y seguro á orillas
del Guadalquivir había adquirido preponderancia maríti¬
ma en tanto
grado, que podía competir, y de hecho com¬
petía en aquella sazón, con los puertos más famosos de Eu¬
ropa, siendo sin duda alguna el más principal de todos
ellos, pues á él convergían, como centro principal de la ri¬
queza del Mundo Nuevo, aquellos galeones que apenas si
podían surcar las aguas del Oceáno bajo el peso de las
grandes masas de oro y plata que arrastraban.
La actividad y agitación mercantil en este período no
es dable calcularlos, si tenemos en cuenta las relaciones
comerciales y marítimas con los demás puertos del mundo.
Dióle toda su preponderancia la fundación en ella de la
famosa é histórica Casa de la Contratación de Indias, de
nombre universal, primer centro del saber y conocimientos
náuticos en aquella época, según el sabio Humboldt. Ense¬
ñábase en sus clases la
Cosmografía, Astrología, Matemá¬
ticas, Arte de construirnaves y demás estudios relaciona¬
dos con la navegación, cuyos conocimientos explicaron des¬
de sus cátedras Jerónimo de Chaves, Pedro de Medina,
Tomé de Dios Cano, Fernández Enciso, Americo Vespu-
cio, piloto mayor que fué de este Colegio, y otros muchos
hombres de ciencia, que educaron á aquella pléyade de

navegantes y descubridores que nos dieron hecha la geo¬


grafía del Continente Nuevo.
Era al par la oficina general donde se preparaban las

grandes armadas y flotas que iban á surcar mares desco¬


nocidos y á defender los derechos de la española monar¬

quía. Bajo la dirección de sus oficiales, y en nuestros talle¬


res de las Atarazanas, armáronse las naves
que, al mando
de D. Juan de Austria, fueron á Lepanto para dar aquella
célebre batalla con la cual quedó herido de muerte para
Glorias Sevillanas 3i3

siempre el poder musulmán. Tenía este centro marítimo


el registro general de licencias para poder navegar por el
mar Oceáno y hacer
viajes á las Indias Occidentales, con
cuyo monopolio se podrá comprender la aglomeración de
barcos que habría en el puerto de Sevilla y las conside¬
rables sumas que ingresarían en su tesoro, que con sólo
las riquezas fabulosas que custodiaba, trasportadas de los
nuevos países descubiertos, superaba á cuantas puedan con¬

tener en el día todos los Bancos juntos de Europa; no ol¬

vidando que la Aduana de Sevilla tenía bajo su jurisdic¬


ción las de Cádiz, Sanlúcar, Puerto de Santa María, Rota,

Jerez de la Frontera, Málaga, Murcia, Lorca, Cartagena y


Lisboa.
«Cosa es de admiración, dice un historiador de la épo¬
ca, y no vista en otro puerto alguno, las carretas de á qua-
tro bueyes que en tiempo de Plota acarrean la suma ri¬
queza de oro y plata en barras, desde Guadalquivir hasta
la Real Casa de la Contratación de las Indias con su

Sala del Tesoro, que si toda la suma de riqueza que ha


entrado en ella, después que ellas fueron descubiertas, se

aplicara para el empedrado de las calles de Sevilla, se vie¬


ra
(si así puede decirse) empedrada de ladrillos de oro y
plata, perlas y pedrería» (1).
El comercio sevillano levantó para sus operaciones y
tráficos mercantiles la suntuosa Lonja de mercaderes y Con¬
sulado comercial, cuya costosa y valiente fábrica acredita
del importante papel que por los tiempos de su construc¬
ción desempeñaba en los mercados del mundo, contando
además con las Casas del Banco de Sevilla, donde, según
frase de un escritor de la época, «se pesaba tanta infinidad

(1) Véanse, la Historia de Sevilla de Alonso Morgado, el libro de


Pedro de Medina Grandezas de España, el de Veitia Linage Norte de la
Contratación de las Indias Occidentales, y el Viaggio fatto iti Spagna dal

magnifico M. Andrea Navaggiero, in Venezia, 1563.


40
3M Glorias Sevillanas

de moneda de plata cuanto en el banco más caudaloso de


que se tenga noticia».
Grande era el trasporte que
hacía de los productos y
frutos de esta región, especialmente de los de su Aljarafe,
no sólo á las nuevas Indias, sino á Flandes, Inglaterra y

los Países Bajos, con cuyos países cambiaba sus produccio¬


nes. «Cosa es maravillosa, dice Morgado, la
gran riqueza
de las calles de Sevilla de todo lo bueno y curioso de Flan-
des, Grecia, Génova, Francia, Italia, Inglaterra, Bretaña y
demás partes setentrionalesde las indias de Portugal
y
Y la otra suma riqueza de la Alaycería ó Alcaycería de
oro, plata, perlas, cristal, piedras preciosas, esmaltes, co¬
ral, sedas, brocados, telas riquísimas, toda sedería y paños
muy finos.»
Llega á todo su auge en este período la importantísima
industria de la seda: los terciopelos; los tejidos de oro, pla¬
ta y la imaginería; la fabricación de los lienzos y lanas; el
arte del vidriado y azulejos; la orfebrería y los cinceladores
de metales preciosos; la tipografía; la construcción de los
navios y preparación de jarcias para los mismos; la fabrica¬
ción de armas
y otras que no mencionamos, dan gran es¬
plendor á la industria sevillana, acusando el empleo sólo de
estas artes incalculable número de operarios. En un me¬
morial (i) hecho al Rey D. Carlos II por Francisco de
Cisneros y Jerónimo de Porras, Alcalde del Arte mayor

(i) Epítome de los Discvrsos que ha dado a | su Magestad, Fran¬


cisco Martínez de Mata, Sieruo de los pobres afligidos, | en que prueba
como la causa de la pobreza, y despoblación de España, y los ¡ daños gene¬

rales, y particulares que padece, y destruicion, y empeños de la | Real ha-


zienda, ha procedido de la omission común de los vassallos, en no pe | dir
el cumplimiento de las leyes ordenadas a la conseruacion de las Artes, | tra¬

tos, y modos de vivir, y que el remedio vniuersal | consiste en que los


inte- 1 ressados pidan su obseruancia, y corra por su quenta, y costa se¬

guir | los pleitos, para que se executen, y guarden | dichas leyes.


En fol.; 5 hoj.; sign. A-B; recl.; texto. (Bib. Cap.)
Glorias Sevillanas 3i5

de la seda en Sevilla, dice así: «Teniendo esta Ciudad mas


de tres mil telares
que se ocupan y en los demás ofi¬
en

cios adherentes al beneficio de la seda, que son criadores

y torcedores, de
30000 personas, es así, que de pre¬
mas
sente no
telares, por no tener que hazer, por¬
ay sesenta
que no se gastan los texidos de Sevilla, sino los que traen
de fuera de estos reynos; con lo qual no ay quien compre
seda ni quien la beneficie: y absolutamente se perderá este
trato.»

Resulta de lo dicho la cifra de


operarios tan sólo en el
arte de la afirma también en el Informe (1)
seda; lo que se
que hizo Francisco Martínez Mata, como representante de
la Hermandad de los gremios y oficios de la ciudad de
Sevilla, en el que decía al Rey D. Felipe IV: «Que el Arte
mayor de la seda tenia en esta Ciudad de Sevilla mas de
tres mil telares y se ocupavan en los exercicios adherentes

á el, mas de treinta mil personas; y mayor cantidad fué


la q sustentó la fabrica de los liengos, y géneros de lanas,

armas, herramientas y demás géneros de hierro, Navios y

jarcias para la navegación, causando grande comercio y


gruesos caudales en sus tratantes.»
En una estadística de Sevilla (2), impresa á fines del

(1) £¡¿( Informe que haze |en materia de estado | la Hermandad de


los Gremios de las Artes, y | Oficios de la muy Noble, y muy leal Ciudad
de | Seuilla, pidiendo, y suplicando con el rendimie- | to deuido la aproua-
cion,y confirmación de | las ordenancas, y constituciones de | que presenta.
A la Magestad Católica de Felipe
IV. | Rey de las Españas nuestro
Señor. |
Y propone el medio eficaz de la restauración de las Artes, y Oficios,
y con ellas | el comercio, y riquezas destos Reynos, y el resguardo, y forma
que ha de | tener la moneda, para darle punto fixo, sin que se pueda fal¬
sear, con | mentos ciertos de la Real Hazienda.
au-

En fol.;
hoj. sin fol.; sign. A-A^; recl.; á continuación del encabe¬
4
zamiento el texto. (Bib. Cap.)

(2) Breve expresión de lo que en sí contiene la Ciudad de Sevi-


316 Glorias Sevillanas

siglo pasado,
se lee: «En el año de 1632 mantenía esta
ciudad más de 3,000 telares de texidos de oro, plata y
seda, quedó tan aniquilado, que en el año de 1743 sólo
y
habia 96: y mediante la gracia que el Rey nuestro Sr. don

Felipe V (que esté en gloria) hizo á los Comerciantes de


libertarlos de la contribución de Alcabalas y Cientos de las
ventas de los texidos de sus fábricas, por orden de 19 de

Marzo del mismo año, confirmada por Real Cédula de 3


de Marzo de 1746, se aumentó al número de 450 telares

que se hallan existentes.»


Cuál fuera la población de Sevilla en el siglo XVI no
se sabe de cierto: mas de lo que no cabe duda alguna es
de que fué numerosísima, dado, no ya sólo el incremento
de las artes é industrias, sino el movimiento marítimo que
tenía su puerto con el embarque continuo para el Nuevo
Mundo, que sostendría una población flotante de considera¬
ción, pues se calcula que sólo en el primer siglo del descu¬
brimiento se trasladaron á América sobre dos millones de

españoles, los que hacían estancia por algún tiempo en esta


Ciudad. No creemos aventurado decir que la población de
Sevilla hubo período en que pudo ascender á cuatrocientas
mil almas (1), si tenemos en cuenta la estadística de la mor-

lia. | Híspalis: Ab Hercule, et Cesare Nobilitas, á sé ipsa Fidelitas. | Con


licencia: En Sevilla en la imprenta de Vázquez y Compañía en calle de

Genova.
Una hoj. en fol.
(1) Al hacer este cálculo debemos hacer presente que el perímetro
de Sevilla ó parte habitable de la misma era mucho más extenso que el

que hoy tiene, refiriéndonos aquí á los arrabales. Cuéntese con que el de
la Macarena se extendía hasta cerca del Empalme, pues la ermita de San
Onofre, que era del arte de la seda, estaba en este sitio y pertenecía al ba¬
rrio; y en pintura que se conserva de la época se ve el Hospital Central
enclavado dentro del casco de la población, pues se ve
rodeado de casas,
que siguen hasta el convento de Capuchinos. El barrio de la Calzada tam¬
bién tuvo muchas más edificaciones de las que hoy se ven, así como existía
Glorias Sevillanas 3i7

tandad que hubo en 1649, cuyos datos están dados por tes¬
tigos oculares de aquellos tristísimos acontecimientos para
nuestra Ciudad; tan tristes, que de esta epidemia parte la

decadencia de la capital de Andalucía, pues con ella quedó


casi despoblada.

Según el Atlas Blaviano (1) publicado en Amsterdam,


año de 1672, refiriéndose á Sevilla, dice así: «Año de 1649

padeció esta Ciudad contagio tan general, que por espacio


de un año que duró murieron doscientas cuarenta mil per¬

sonas, sin las que de secreto se enterraron.»


En libro sobre la población general
1747 publicó un
de España D. Juan Antonio de Estrada, dedicado al Mar¬
qués de la Ensenada, en cuya obra asegura murieron en
Sevilla en la epidemia de 1649 «sobre dos cientas ochenta
mil personas».

Dejó manuscrita la relación de la misma epidemia don


Diego Ignacio de Góngora (2), testigo que fué de ella, y en

el barrio de Marruecos inmediato á San Telmo, extendiéndose hacia Ta¬


blada. Y acerca del de Triana no
hay que fijarse más, para comprender
cuál sería su extensión, sino en que el convento de Santa María de la Vic¬
toria estaba en una de las calles del populoso arrabal.
El escritor Carlos Romey, en Historia de España, vertida al caste¬
su
llano por A. Bergnes de las Casas, el tom. III, pág. 469, dice que «En
en

1517 se contaron en Sevilla hasta 16,000 telares de seda, empleándose


ciento y treinta mil operarios en su ejercicio y el de las fábricas de paños».
Ignoramos de dónde pudo tomar este dato, cuya cifra nos parece exa¬
gerada.
(1) Parte del | Atlas Mayor |
o ¡ Geographia | Blaviana ¡ Que con¬
tiene las Cartas yDescripciones | de | España. (Un grabado.) En Amster¬
dam | Y la Officina de | Juan Blacu. | M.DCLXXII.

(2) Relación | del contagio que padeció esta | Ciudad de Sevilla | el


año de 1649. | Sacada de la que se rimitió al Rey
| N. S. D.n Felipe iv.,
y á su R.i Consejo, | y de otras memorias de este tiempo; y lo que vido | y
notó quien la escribe, que se halló en | Seuilla el tiempo q.e duró | la

Epidemia.
M. S. de 54 hoj. en fol. cop. (Bib. Cap.)
318 Glorias Sevillanas

su libro asiente á lo consignado por estos otros autores,


pues calcula que murieron sobre 300.000 personas.
Hay á más otra relación (1), publicada en el mismo año
por un religioso que fué actor en aquellas escenas, en la
cual dice al hablar del número de defunciones: «De la mul¬
titud de los muertos diré lo que
Marco Aurelio dexó no¬
tado de otra Pestilencia que
Italia padeció en su tiempo: la
qual procurado algunos historiar, le fue mas fácil contar los
que quedauan viuos, que describir el numero de los muer¬
tos. La opinión mas cierta es, que doscientas mil personas,

y en solo Seuilla ciento y cinquenta mil. Esto afirma mu¬


chos Médicos que han andado en toda la fuga del Conta¬

gio. De la Ciudad se salió mucha gente huyendo al Campo


y a las Quintas, tanto que Sierra Morena estaua casi po¬
blada: y como estos que huyeron el riesgo, ya á manos del
mesmo daño que las alcancó ya de la incommodidad de

habitar los Motes y Campos, perdieron muchissimos la vi¬


da. De aquí es el dezir q faltan oy desta Ciudad docientas
mil personas.»

Teniendo, pues, en cuenta estos datos estadísticos, for¬


mados por contemporáneos de los sucesos sobre cálculos
que, si no exactos, son al menos muy aproximados; te-

(1) Copiosa | Relación j de lo svcedido | en el tiempo que duro | la


Epidemia enla Grande y Augustissima ¡ Ciudad de Seuilla, Año de | 1649.
| Escrita por un Religioso a sv | Reuerendissimo Padre General. | Sacala
a luz Pedro
López de | San Román Ladrón de Gueuara, Jurado de la ¡ di¬
cha Ciudad, y Familiar del Tribunal | de la Santa Inquisición, j Dedícala al
Excelentíssimo Señor | Don Luis Mendez de Haro y Soto mayor, Marques
del Carpió, Conde- | Duque de Oliuares, Gran Canciller de las Indias, Gen-
tilombre de la | Camara de su Magestad, y su Caballerizo mayor, Comen¬
dador | de Alcántara, y Alcayde de los Reales | Alcacares de Seuilla, &c. |
mi señor. | Con licencia. ¡ Impresso en Ezija, por Juan Malpartida de las

Alas, | Año de 1649.


En 4.0; 26 hoj.; sign. A3-G; recl. Dedicatoria firmada por Pedro López

de San Román; texto. (Bib. del Excmo. Sr. Duque de T'Serclaes.)


Glorias Sevillanas 3i9

niendo además presente que se refieren al año de 1649, en


que esta Ciudad no estaba primitivo esplendor de
ya en su
que gozó en todo el siglo XVI; no olvidando tampoco la
inmensa población flotante que aquí había, ni el número
de extranjeros avecindados en Sevilla, pues en el Informe

que acabamos de citar, muy posterior á 1649, hecho por


la Hermandad de los Gremios y Oficios, se queja ésta, del
número de los no naturales de España que aquí residían,
haciéndolo ascender á más de 12.000, no parecerá, repeti¬
mos, exagerado el número de almas que calculamos ten¬
dría esta Ciudad en el período de su mayor apogeo.

Correspondiendo al desenvolvimiento del Comercio y


de la Industria, adelantan en igual grado las Artes y las
Letras. En este siglo se enriquece Sevilla con monumentos
tan importantes como son las Casas Consistoriales; la ya
mencionada Casa-Lonja, de líneas tan severas y de corte
tan clásico; la fastuosa Sala Capitular del Cabildo Eclesiás¬

tico; el soberbio Hospital fundación de D. Per Afán de Ri¬


vera, con su elegante iglesia; la Capilla Real de San Fernan¬

do; el Palacio de los Duques de Alcalá; la iglesia de la Com¬


pañía de Jesús, de carácter tan puro; la bellísima portada
y monasterio de Santa Paula: y, por último, el Mtro. Her¬
nán Ruiz completa las obras de la torre de la Catedral

hispalense, dándole el artístico y esbelto remate que co¬


rona dicha fábrica,
que, sin quitarle nada de su primitiva y
característica construcción, la hace más hermosa y gallar¬
da, habiendo podido decirse de ella con razón lo que en su
base grabó sobre lámina de piedra el famoso humanista
Francisco de Pacheco: «Esta torre de fábrica africana y de
admirable pesadumbre, levantada ántes dos cientos y cin¬
cuenta pies, cuidó el Cabildo de la Iglesia de Sevilla que se
reparase á gran costa en el favor y aliento de D. Fernando
de Valdés, piísimo prelado: hiciéronla de más augusto pare¬

cer, sobreponiéndole costosísimo remate, alto cien pies de la-


320 Glorias Sevillanas

bor y ornato más ilustre; en él mandaron el coloso de


poner
la Fe vencedora noble á las regiones del cielo » (i).
De esta misma época son otras muchas fundaciones re-

(x) En el libro ya citado del Sr. D.José Gestoso y Pérez, Sevilla


Monumental, se da por su autor el siguiente juicio crítico de las últimas
obras ejecutadas en la famosa Giralda por el Mtro. Llernán Ruiz en el
siglo XVI:
«Si en conjunto, y vistos los cuerpos modernos á cierta distancia, no

producen mal efecto, sobre todo á los sevillanos, tan apasionados de su


Giralda; estudiando sus diversas partes una por una, y examinando sus por¬
menores, nada hallamos que sea digno de encomio, y, lo que es más, en
los detalles ornamentales encontramos rasgos de verdadero mal gusto por
su
pesadez vulgaridad. La coronación del cuerpo actual de campanas,
y
que adornan abominables vasos, lo macizo de los restantes, la falta de
armonía entre aquel primero y los últimos, y el conjunto general, no han

de merecer ciertamente los aplausos de los artistas y entendidos: y no se

diga en contrario que su autor realizó en estas obras prodigios de mecá¬


nica, ni tampoco alardeó de atrevido; pues, según opinión de personas com¬
petentísimas, ni lo uno ni lo otro se manifiesta en dicha obra. Extraño es
que, habiéndose realizado en una época de gran esplendor artístico, no se
hubiese alcanzado al arquitecto Ruiz otro remate más elegante y artístico
dentro de las enseñanzas del Renacimiento: mucho más pudo haberse hecho
si aquél hubiese sentido el Arte de la manera que otros sus contemporá¬
neos, que poblaban á España entera de maravillas arquitectónicas. Nada

hay que admire en el trazado de la torre; nada que distraiga el espíritu


por sus cualidades de elegancia ó de belleza, y nada, finalmente, que sor¬
prenda por su atrevimiento ó grandiosidad.»
Sin poseer nosotros los conocimientos arquitectónicos del Sr. Gestoso,
ni mucho menos su ilustración
en estas materias, ocúrresenos desde luego

que la parte moderna de la Giralda es para vista desde lejos; y que, por lo
tanto, la ornamentación y pormenores de la misma no son para examinados
según dice, uno por uno, sino en conjunto, que es como guardan armonía
y resultan según la mente del que dirigió la obra: en esta forma, vista la
torre á alguna
distancia, se observa cuánto gana en majestad; y en vez de
parecer de mal gusto y abigarrados los detalles ornamentales por su pesadez
y vulgaridad, entonces, examinada en las proporciones debidas, teniendo
en cuenta la altura en
que van colocados esos adornos y detalles arquitec¬
tónicos, resultará la obra digna de encomio, por más que el Sr. Gestoso
no encuentre nada que á él se lo merezca.
Glorias Sevillanas 321

ligiosas, que, al par que llenan de numerosos templos la


Ciudad, conviértenla en inmenso museo, donde se desarro¬
llan las artes bajo la protección que se les dispensaba; y

Objeto de alabanzas ha sido siempre, no sólo como se dice en el citado


párrafo para los sevillanos apasionados, sino para los extraños todos que la
han visto, bien sean españoles ó extranjeros, que, desapasionados, por no
ser hijos de esta tierra, han admirado la belleza y sublimidad del monu¬
mento. Verdad es
que en ésta, como en otras materias de Arte, hay gustos
y criterios más ó menos elevados y exquisitos; pero que para nosotros, á
fuer de sevillanos, y sevillanos apasionadísimos
por todas las grandes obras

que encierra esta Ciudad, siempre fué la Giralda objeto de nuestra admira¬
ción y encanto; y aun á trueque de no pertenecer, como dice el Sr. Gestoso,
al grupo de los artistas y entendidos, pues en realidad de verdad ni una

ni otra cosa somos, creemos y sostenemos que la torre de la Catedral his¬


palense, la Giralda de fama universal, pues es quizá la obra más típica y
característica del mundo, es un monumento, tal como se encuentra hoy,
acabadísimo dentro de las reglas del Arte, que admira por su trazado gene¬
ral, por su elegancia, por su esbeltez, por su gracia, por su gallardía, por
su
grandiosidad y por su atrevimiento, partes de que carece por completo,
según el juicio copiado del libro del Sr. Gestoso.
Por otro lado, decimos que el Mtro. Hernán Ruiz estudió perfecta¬
mente la obra que se le cometiera, la cual realizó cumplidamente, parecién-
donos un tanto atrevida y
pretenciosa la acusación que se le hace de que
no hubiese sentido el Arte, y que
podía haber hecho otra obra más artística
y elegante: quisiéramos conocer el trazado que al Sr. Gestoso se le ocurre
en este caso, pues al hacer esa afirmación es
porque ve y compone con su
imaginación, ó habrá dibujado, algo que supere á la obra moderna de la
torre sevillana.
No convenimos tampoco con que la obra árabe fuese mutilada, como
más adelante dice; sí que creemos, por el contrario, que ganó, y ganó de
tal modo, que precisamente la gallardía y gracia que atesora el monumento

procede de la unión y armonía de las dos arquitecturas, pues con el nuevo


coronamiento la torre, en frase del insigne Pacheco, resulta cde más augusto
parecer>.
Suprimid por un momentola obra del siglo XVI: reconstruid imagi¬
nativamente el segundo del alminar con su remate de tres grandes
cuerpo
globos esféricos, y tendréis, sí, un monumento clásico árabe, con todo el
sabor que se le quiera dar; pero nunca tendrá el corte hermoso y artístico
de que en la actualidad se halla revestida la Giralda, fuera parte del con-

41
322 Glorias Sevillanas

la pintura la escultura, la orfebrería y la imaginería pro¬


y
ducen obras tan apreciables, y en tanto número, que no es
posible calcular lo que se custodiaba en los guarda-joyas y
armarios de las sacristías de los templos hispalenses.
Cada comunidad tenía Colegio propio, como eran los
de San Buenaventura, Santo Ángel, San Acasio, San Lau¬
reano y el famosísimo de Santo Tomás; costeaba la Ciu¬

dad la enseñanza en el de San Hermenegildo, que, junta¬


mente con el histórico de Maese Rodrigo, y el no menos

célebre de San Miguel, á expensas del Excmo. Cabildo Ecle¬


siástico, y en cuyas cátedras enseñaron Nebrija y Mallara,
eran verdaderos focos de saber é ilustración. Al abrigo de

estas casas formáronse riquísimas bibliotecas, donde se re¬


gistraban, no sólo obras de teología y ciencias eclesiásticas,

traste que formaría al lado de la grao Catedral gótica; por lo que se ve que
todo el valor y encanto actual del monumento se debe al maltratado maes¬
tro Hernán Ruiz, que no amenguó las proporciones de la gran fábrica mu¬
sulmana, sino, antes al contrario, las aumentó y engrandeció en grado muy
elevado.
No merecieron igual juicio este profesor y su obra á los autores del
Diccionario de los Arquitectos y la Arquitectura en España, los señores
D. Eugenio Llaguno y Amírola y D. A. Ceán Bermúdez,
en cuya obra se
lee, refiriéndose á lo que se hizo en la torre:Con esta obra tan atrevida, que
«
sólo pudo emprender un hombre bien seguro de su arte y de su práctica, acabó
de acreditarse Hernán Ruiz de artífice diestro y sólido; y con razón, pues sub¬
siste íntegra no obstante los muchos temblores de tierra que ha padecido.»

Estas alabanzas no son tributadas por sevillanos apasionados, sino

por los eminentes críticos autores del Diccionario, peritísimos conocedores


de la materia, pues vieron y examinaron para escribir su libro todos los
monumentos
arquitectónicos de España; debiendo tenerse presente que el
Sr. D. Juan A. Ceán Bermúdez ha sido uno de los críticos más competen¬
tes y concienzudos de nuestra época, y por lo tanto no puede ser compren¬

dido, así como el Sr. Llaguno y Amírola, en el grupo de los no entendidos


y artistas.
Una cosa nos consuela en este punto de que nos ocupamos; y es que
la Giralda se halla á una altura casi inconmensurable, comparada con la
novísima crítica sustentada, y que se ríe de las censuras de sus detractores.
Glorias Sevillanas 323

sino las producciones más exquisitas y clásicas de la lite¬


ratura castellana.

Verdad es que la Sevilla que describimos es la ciudad


de los monasterios y de las comunidades religiosas; la ciu¬
dad de los innumerables templos y de los retablos en las

calles; pero es al par la Sevilla de los pintores y de los


grandes artistas, de los navegantes y de los grandes capi¬
tanes: es la ciudad de Luis de Vargas, de Zurbarán, de He¬

rrera, de Roelas, de Valdés Leal, de Pacheco, de Murillo y


del gran Velázquez; es la ciudad que atesora los portentos
artísticos de Pedro Campaña y de Torrigiano, Roldán, Mon¬
tañés y Núñez Delgado. En ella florecieron Juan de Mal-
lara y Nebrija, Pedro de Mejía y Arias Montano; Jáuregui

y Baltasar de Alcázar; Pedro de Quirós y Juan de la Cue¬


va; Cetina y Rodrigo Caro; y sobre todos ellos, Francisco
de Rioja y el divino Hernando de Herrera. Es, en una pala¬
bra, la Sevilla que alcanzara eterno renombre con sus es¬
cuelas de pintura y de poesía; la ciudad predilecta de la
nobleza castellana, pues en ella tuvieron asiento las famo¬
sas casas de Alba, del Infantado, de Feria, de Sesa, de

Arcos, de Alcalá y de Medina-Sidonia, y otras mil que no


mencionamos, que le dieron gran lustre y esplendor.
Sevilla, cercada de sus antiguas murallas y torreones;
con sus calles típicas de líneas
tortuosas; con sus clásicas
casas, descritas por Pedro de Mejía en sus Diálogos y por
Andrés Navaggiero en su Viaje por España en el siglo X VI,
donde refiere los encantos que en ella encuentra, es la ciu¬
dad legendaria por excelencia, pues en cada calle y en cada

plaza tiene una tradición ó leyenda que relatar: que las


páginas de su vetusta historia han dado asuntos sin fin á
los genios de Tirso de Molina, Calderón de la Barca, Lope
de Vega, el Duque de Rivas y Zorrilla.

Desde el siglo XVI existían en esta Ciudad, como an-


324 Glorias Sevillanas

tes dijimos, hermandades de Concepción establecidas en


Regina Angelorum, en San Francisco de Asís, en Santa
Ana y en la iglesia de la Compañía de Jesús, las que ve¬
nían celebrando periódicamente culto especial á su titular,
la Virgen Nuestra Señora. Las primeras, como corporacio¬
nes de Penitencia y Luz, salían procesionalmente en la Se¬

mana mayor, para hacer estación con sus efigies á la Cate¬

dral; y las últimas ocupábanse en festejar á la Concepción,


la de la Compañía con especialidad, en los días de Carnes¬
tolendas, en cuya fiesta verificaba grandiosas funciones, co¬
mo sucedió en los años de 1606 y 1607, las que tuvieron
historiador particular en el presbítero D. Francisco Luque

y Fajardo, en las Cartas impresas que dirigió al Caballero


de Gracia de Madrid dándole cabal noticia de cuanto aquí
hiciera la referida Congregación en honor de este Misterio.

(Bibliografía, núms. 1 y 2.)


Masen 1613 inaugúrase un período excepcional de fies¬
tas tan extraordinarias, que llamaron poderosamente la aten¬

ción por su número, por la fastuosidad con que se hicieron,

por las circunstancias especialísimas de algunas de ellas, y


sobre todo por el fervor y entusiasmo con que se realizaron.
Ya hemos visto al capítulo VIII el efecto que produjo
en la Ciudad la primera manifestación de la opinión con¬

traria á la creencia concepcionista: pues bien; desde aquel


momento creyéronse obligados á hacer funciones de pú¬

blico desagravio los templos todos de Sevilla, empezando

por la Catedral y terminando con la última de sus ermitas:


celebráronlas las iglesias parroquiales, las conventuales, las

hermandades, los colegios y academias y los gremios.


Es de suponer, dada la prosperidad y florecimiento de
la Ciudad, el gusto y boato, las galas y riquezas que se

desplegarían en estas solemnidades, tratándose como se


trataba de ensalzar y alabar al Misterio más amado del
pueblo sevillano.
Glorias Sevillanas 325

Fué la primera en estas circunstancias la Hermandad


de Ntra. Sra. de la Hiniesta, formada por las personas más

principales de la Ciudad, bien por su nobleza ó bien por su


importancia en las Letras y en las Artes. Celebraba esta
corporación á la Inmaculada, como dijimos ya antes, en su
día propio; mas quiso en esta ocasión hacer fiestas parti¬
culares á Nuestra Señora en el año de 1613. Esmeróse en
adornar el templo de San Julián con costosas colgaduras
de terciopelo y oro, que vestían sus muros y pilares, lujosa

y rica candelería de plata, y todo el demás aparato que


acostumbraba á colocar en las grandes solemnidades.
En la capilla detitular pusieron sobre la puerta un
su
escudo, formado de campo azul y letras doradas, con el
rótulo «Concebida sin pecado original», y encima otro más

pequeño con las letras G. O. A. O. M. P. C. D. C., y so¬


bre estas letras una corona imperial con dos palmas cru¬
zadas. Las letras del geroglífico decían:

Genitrici. Omnipotentis. Ab.


Originali. Macula. Pcccati.
Conceptam. Dicimus. Corde.
«Decimos y confesamos de todo corazón que la Madre
del Omnipotente fué concebida sin la mancha del pecado
original.»
Se colocaron además otros emblemas y versos alusivos
á la Concepción de Nuestra Señora: las fiestas duraron por

espacio de ocho días, repitiéndolas la Hermandad en 1617


y 1622.
Sigúela luego la Congregación de Sacerdotes de la Casa
profesa de la Compañía de Jesús, que, como concepcionis-
ta, no se quedó atrás en el triduo de desagravio que cele¬
bró al intento. Era en aquella ocasión su Prefecto el doc¬
tor D. Félix de Guzmán, Arcediano de Sevilla y Obispo

electo de Mayorca. Predicaron los PP. Juan de Herrera,


Diego Granado y Juan de Armenta, de la Compañía y se-
326 Glorias Sevillanas

ñalados por su amor al Misterio: en las funciones de la ma¬


ñana ofició el Prefecto, y por la tarde asistía para ocultar
su Divina Majestad el Sr. D. Gonzalo de Ocampo, Provi¬
sor del Arzobispado.
Continuaron en 1614, la ilustre Colegial de San Salva¬
dor congran procesión y un octavario solemnísimo á Nues¬
tra Señora de las Aguas, y las parroquias de Santa María
Magdalena, San Miguel, San Nicolás y San Bartolomé.
Abrió solemnemente el año de 1615 la insigne Her¬
mandad Sacramental del Sagrario, celebrando por el mes
de Marzo, en el segundo Domingo de Cuaresma, suntuosí¬
sima fiesta, con Misa pontifical, sermón y gran aparato de

luces, flores y música, en virtud de un acuerdo tomado en


Febrero del mismo año, obligándose con voto á celebrar
anualmente esta fiesta á la Concepción. Hé aquí el docu¬
mento que lo testifica:

«Cabildo para ordenar la dotación de la fiesta de la


madre de Dios, La pura concepción de cada año.
»La ciudad de Seuilla domingo de mes, quinze
dias del mes de ffebrero año del nacimiento- de nues¬

tro Salbador Jesuxto de mil y seisto y quinze año es¬


tando en cabildo general los señores alcaldes y her¬
manos de la sancta cofradía del Sanctissimo Sacra¬
mento desta santa yglesia maior de seuilla como lo
an de ussocostumbre conviene á sauer, Fernando
y
de Palma y Joan Clemente (sigue la lista de los que

asistieron) todos hermanos desta cofradía se dixo, Por


el jurado pedro López de Verastegui que ase saber
al cab.do que de muchos años antes esta sancta cofra¬
día a estado con el deseo de fundar é ynstituir una
fiesta de la pura y Limpia concepon de la madre de
dios, y todos los ermanos están con deseos de que
no se detenga esto para lo qual suplica al cavildo se
Glorias Sevillanas 327

sirva mandar fundarla dicha fiesta con toda autoridad

y solemnidad y perpetuidad que dexa para siempre


jamas en el sagrario desta santa iglesia ó en la capilla
desta santa cofradía qual mas conviniese á la autori¬
dad desta fiesta (continúa el acta, que es muy extensa,
tomando en cuenta la proposición, disponiendo se
haga la fiesta con música, sermón, etc., y termina:)
y para mas perpetuidad della noslos alcal.d oficia¬
les y h.nos presentes por nos en nombre de los demás
que lo son y serán daquí adelante, ynstituymo voto
de la cumplir y guardar por siempre jamas y propu¬
simos que no se pueda dexar de azer por ninguna
causa ni razón
que sea ni se pueda pedir absolución
ni dexacion del voto a nigu prelado que lo pueda con-

ceder=y lo que cueste dicha fiesta sea de pagar y


pague de las rentas desta cofradia,» etc.

Como se ve por este acta, la hermandad del Santísimo


Sacramento de la iglesia parroquial del Sagrario de esta
Ciudad es la
primera que hace constar oficialmente su de¬
voción y afecto á la creencia piadosa, haciendo voto de
celebrar la fiesta de la Concepción anualmente; devoción

que se ha sostenido por sus cofrades al través de los siglos,


señalándose marcadamente esta corporación siempre que
se han hecho fiestas extraordinarias al Misterio. Este mis¬
mo Juan Clemente asiste á la junta es el que coloca,
que
como antes dijimos, la primera imagen de la Concepción
que se venera en las calles de Sevilla, siendo desde aquella
fecha de cuenta de la Hermandad costear el alumbrado

que tiene el retablo que se ve en las gradas de la Catedral.


En el convento de San Diego tuvo lugar un lucido tri¬

duo, que se celebró en los días de Pascua de Resurrección


de aquel año.
Siguióle la parroquia de San Gil con un octavario de
328 Glorias Sevillanas

fiestas y sermones, predicando D. Alonso Gómez de Rojas.


Laiglesia de Santa Ana, que tiene hermandad de la
Concepción desde tiempo antiquísimo, no se olvidó de ce¬
lebrarla ruidosamente con iluminaciones, fuegos artificiales,
máscaras y gran aparato en el templo.
Las fiestas que se hicieron en San Vicente merecían,

según Luque Fajardo, particular historia por lo suntuosas


y vistosas que fueron; predicaron en ellas el canónigo de
esta Catedral D. Manuel Sarmiento de Mendoza, insigne
orador de este Misterio, y el jesuíta Rodrigo Manrique, que
en la oración que pronunció á 2 de Julio de aquel año aca¬
bó así:

«Ilustrísima ciudad, nobleza Seuillana, donde está reco¬

gida la mas noble sangre de España, pueblo deuoto, gente


piadosa, perseuerad firmes en la santa deuocion, que con
la Virgen Santissima teneis, y con su purissima Concep¬
ción sin mancha de pecado Original: no os espanten con¬

tradiciones, ni os hagan voluer atras amenazas, ni os aco¬


barde, ni amilane el poder, ni autoridad, que os parece te¬
ner el esquadron cotrario: porque teneis a la Virgen por

defensora, pues por honrar la seguís esta, opinión. Sabed


que con mas fuerca y poder que aora, fue combatida anti¬
guamente la Religión Seráfica, que fundó aquel Serafín hu¬
mano el glorioso Francisco, y
con todo por ayudarles esta
Emperatriz del cielo, nos dieron passo franco por el mar
de las sagradas letras, que entonces estaua cerrado, hazien-
do con sus grandes letras, continuos estudios, industria, pru¬

dencia, y maña junta con autoridad, que la Sede Apostó¬


lica declarasse, que los que seguían esta opinión, defendian
vna cosa santa
y buena, en que no auia error alguno, ni
escrúpulo de pecado; Bien créo que si este insigne Cabildo
Eclesiástico, y secular amparasse nuestra opinión, haziendo
rostro a los contrarios,
q saldríamos en esta ocasión con
Glorias Sevillanas 329

vna gloriosa vitoria, alcancado de su Santidad, que le aca-


basse ya de determinar por de Fe; porque si autoridad se
requiere para tal empresa, quien en el mundo la tiene ma¬
yor, que vna ciudad, que es cabeca de vn tan grande, é
ilustre Reyno, como el de la Andaluzia y vna Iglesia, que
es a quien todos
respetan, y tienen en grande aprecio, ve¬
neración, y estima. Que pedirán dos tan insignes Cabildos
á su Santidad, que no haga? siendo la causa tan justa, y

pia, como lo es esta, en especial teniendo dos cabecas tan


ilustres en sangre, tan calificadas con los seruicios que ellos,

y ssus passados le an hecho, tan zelosas del bien común,


y buen estado de su república, ta aceptas a su persona, por
las buenas relaciones que dellas tiene. A que se inclinará,

que no lleue tras si los titulados, y grandes del Reyno? q


ayuda procurará de los Reynos estraños, que no alcance
dellos, siedo Católicos, viéndolo' apellidar al sumo Pastor,
para que determine cosa de todos tan desseada? como en
esto la tendrá por tratarse de su honra. Animo, que buena

orla es para las armas desta nobilissima, y lealissima ciu¬


dad María Concebida sin pecado Original. Que falta? plata,
veisme aquí, vuestro soy, vendedme por esclauo, y apro-
uechaos del precio, que para esto poco basta. Y viua Ma¬
ría concebida sin pecado Original, por ser de qua ncitus est
Jesus; porque no es razón que digamos que la Virgen Ma¬
dre de Dios, y Reyna del cielo fue igual con Mahoma y
con Lutero en el instante de su
Concepción, como algunos
con osado atreuimiento se dexan dezir,
siguiendo la opi¬
nión contraria. Gloria sea dada a Dios, y la Virgen San-
tíssima sea onrada, por auer sido Concebida sin Mancha
de Pecado original.»

Siguieron las fiestas en Omnium Sanctorum, San Lo¬


renzo y Santiago, y la realizada con procesión ostentosa por
la hermandad de la Vera-Cruz del convento de San Fran-
42
330 Glorias Sevillanas

cisco. Mas quien dió la nota en este período de festejos fué


la hermandad de los Nazarenos con el título de Santa Cruz
de Jerusalén, cuyos hermanos echaron el resto de su devo¬
ción, en frase de un escritor de la época, que dice hicieron
á más de la fiesta religiosa una justa literaria, que se pu¬
blicó, y la cual nosotros
hemos podido encontrar. Celo¬
no
sísima esta corporación por la honra y gloria de la Madre
de Dios, dispuso un octavario votivo á la Concepción, pre¬
dicando en elprimer día el P. Juan de Pineda, de la Com¬
pañía de Jesús, uno de los campeones más decididos por la
defensa del Misterio purísimo. Mas no contentos los cofra¬
des con lo hecho, reuníanse en el mes de Octubre, día de
San Miguel del mismo año, para celebrar cabildo, donde
había de acordarse la perpetuidad de una fiesta á la Con¬

cepción todos los años al 8 de Diciembre, y á más propo¬


ner el
juramento en defensa de la Concepción, hasta dar la
vida si por ello preciso fuera. Presentó esta proposición el
hermano Tomás Pérez, acordándose á voz general su acep¬
tación por los presentes, que eran más de ciento veinte
hermanos, por sí y por los que en lo sucesivo ingresasen
en la Hermandad, que se les exigiría tal
juramento.
Era la primera vez que en Sevilla se realizaba aquel
acto tan imponente y conmovedor, ofreciéndose aquellos

devotos de la Concepción á derramar su sangre en defensa


de la Pureza original de la Madre de Dios, y cuyo ejemplo
heroico habían de seguir luego todas las corporaciones de
esta Ciudad. Título gloriosísimo será siempre para esta Her¬

mandad el acta de la sesión celebrada á 29 de Setiembre


del año de 1615, pues por ella se le da la primacía en
la práctica del voto y juramento;
á su vez será padróny
donde ostente su fe, adhesión á la entonces
su amor y su
piadosa creencia. Publicóse este acuerdo en papel impreso,
cuyo título es: «Fiesta que instituyó la insigne Cofradía de
los Nazarenos, y santissima Cruz de Jerusalen, sita en San
Glorias Sevillanas 33i

Antonio Abad desta ciudad de Senilla, y juramento que hi-


zieron los Hermanos en fauor de la inmaculada Concepción
de la soberana Reyna de los Angeles Maria Madre de Dios
y Señora nuestra, Concebida sin Pecado Original.» (Biblio¬
grafía, núm. 3.)
Por lo interesante, copiamos la propuesta que se hizo

en esta sesión:

«Proposición. Tomas Perez, Hermano Mayor de


estaSanta Cofradía de la Santísima Cruz de Jerusa-
lem: Digo, que según los efectos que por obra se han

visto, y cada dia se vén, con mucha razón se puede


tener nuestra Santa Hermandad por muy
dichosa,
habiendo sido la que en estos felices tiempos, no sin

particular Acuerdo, y ordenación Divina, haya dado


P7'incipio, haya sido Motivo, Luz y Dechado á la cele¬
bridad de Octavarios tan celebres, y festivos, así en
nuestra Ciudad de Sevilla, como en otras muchas,
donde han celebrado, y cada dia se
se
celebran, de¬
dicados á la Magestad de Dios nuestro Señor, y hon¬
ra del Sér Inmaculado de su Soberana Madre la Vir¬

gen María Ntra. Señora en su Purísima Concepción;


por lo qual yo de mi parte rindo á todos vuesas mer¬
cedes las debidas gracias, por la gran demostración,

que con tan liberal mano, y abundantes limosnas acu¬


dieron á el tiempo, que les propuse esta Festividad,
como siempre lo han hecho en todas las ocaciones,

que se han ofrecido, y se ofrecen á esta Santa Cofra¬


día: mediante lo cual tan ilustremente se celebran las
festividades de sus obligaciones tan en servicio de
Dios, yagrado de los Fieles, que no menos es céle¬
bre por todo el Mundo, por tener tantos, y tan prin¬

cipales Hermanos, quanto lo es por su exemplo, por


su edificación, y modestia, siendo dechado de todas
332 Glorias Sevillanas

las de esta Ciudad, y aun de todas las de la Chris-


tiandad. Por lo qual todos debemos rendir muchas
gracias a Dios Nro. Señor, y á la Santísima Madre
suya, que nos ha favorecido en admitirnos en su ser¬
vicio, lo qual se debe estimar por singular merced de
sus Reales manos. No menos razón se sigue que la

propuesta, para lo que á vuesas mercedes en nombre


de esta Soberana Señora les suplico ahora, bien sa¬

tisfecho, y cierto de que se me concederá, pues á la


Virgen Nra. Señora se le seguirá honra, y gloria, y
a nuestra Santa Hermandad tan
singular honor, y
bien siendo la primera como lo es, y lo fué en lo
hecho: á que a vuesas mercedes, que lo pido en dia
del Gloriosísimo Arcángel San Miguel, en cuya juris¬
dicción y Feligresia militamos, justo será se me con¬
ceda, y lo será que le imitemos, apellidando, como
apellidó, siendo valeroso Caudillo, y Capitán de los
Ejércitos Angélicos, el Nombre inefable de la Mages-
tad Divina de Dios Nro. Señor defendiéndolo: ¿Quien
como Dios? Digamos nosotros también; ¿Quien como
María, Madre de Dios concebida sin pecado original?
Prometiendo, y jurando de defenderlo hasta morir;
pues la celebridad de tan Purísima Concepción es
honra de Dios, que la obró con tan admirable Pre¬
servación de la Original culpa, y es Acto de la virtud
de Religión celebrar tan lucida Obra del Altísimo.
A nosotros mas que á otros nos toca la defensa de esta

causa, como á Hermanos de la Santísima Cruz, Ins¬


trumento Divino, y causa eficaz de su Redención, y

la nuestra, aunque para esta esclarecida Señora le fué


medicina preservante, báculo fuerte, en quien siem¬

pre estuvo arrimada, sin nunca, ni aun por solo un


instante caer, y asi amó respetó y adoró esta Sagrada

Insignia, como á bien de todos, y como á prenda,


Glorias Sevillanas 333

que tanto amó Christo Nro. Señor su Unigénito Hijo.


Mi causa es
justa, píos, y aficionados
Christianos
sus
pechos de vuesasmercedes, por hace nues¬
quien se
tra abogada, Madre del que nos ha de juzgar, pode¬
rosa para satisfacer, y pagar lo
que por su Mages-
tad se hiciere. Así será bien, que por Auto Capitular

quede asentada, y establecida esta Religiosa opinión,


tan conforme á el sentir de antiguos, y Santos Padres

de la Iglesia, y jurado en el Libro de autos de esta


Santa Cofradía: Como tenemos, creemos, y confesamos,
que la Virgen María nuestra Señora, Madre de Dios,
fué concebida sin pecado Original. Y asimismo si á
vuesas mercedes les pareciere,
que en su glorioso, y
santo dia en cada un Año, que es á ocho dias del

mes de Diciembre, le celebremos una Fiesta, lo mas


suntuosamenteque ser pueda, y que en ella nuestra
Hermandad todos generalmente aquel dia confiesen,

y comulguen, para que mas dignamente, y con la


debida preparación se asista aquel dia á los divinos
Oficios, pues por ello nuestra Santa Madre Iglesia
Católica Romana, y su cabeza el sumo Pontífice, Vi¬
cario de Christo nuestro Señor, concede todas las Gra¬
cias, é Indulgencias, que están concedidas a el dia
Santísimo del Corpus Christi. Pues si tal Ínteres tene¬
mos, y tanto bien conseguimos, ¿quien será el des¬
medrado, que lo quiera perder? Y para memoria de
estevaleroso hecho, y capitulación y para que sea
recuerdo a todas vuesas mercedes, y á los Herma¬

nos, que de aquí adelante fueren, se ha puesto hoy


elinsigne Rotulo, que sobre la puerta principal de
nuestra Capilla tan agradable, lucido y adornado vue¬

sas mercedes han visto, para que sea pregonero de


nuestra confesión, y protesta que hacemos. Nro. Se¬
ñor Dios guarde, prospere en su gracia esta Santa
334 Glorias Sevillanas

Hermandad, con aumento de bienes temporales, y


espirituales; y lo pido por testimonio= Tomas Pereza

Leído este documento, la Hermandad, según el libro


de Actas, acordó lo que sigue:

«Vista la dicha y habiendo tratado,


Proposición,
y conferido lo ella el dicho nuestro Hermano
que por
Mayor pide, y 'viendo ser justo, y piadoso: El dicho
señor Comendador Frey Juan Perez, por sí y en nom¬
bre de los dichos Oficiales, y Hermanos que presen¬
tes estaban: Dixo, que estimaban y agradecían el

buen zelo, y voluntad, con que siempre acudía á las


cosas del servicio de Dios Nro. Señor, de su Santí¬

sima Madre bien y utilidad de esta Santa Cofradía,


y que en quanto a lo que por la dicha su Proposi¬
ción dicen, todos juntos, y cada uno de por sí, siem¬

pre habian tenido, y creído, y creian, tenían, y con¬


fesaban la opinión, de que la esclarecida Virgen Rey-
na de los
Angeles Maria Madre de Dios, y Señora
Nra. habia sido, y era concebida sin macula de Pe¬
cado Original; y que para mayor fuerza, y confirma¬
ción de ello, ahora de presente hacían Voto en forma
de tenerlo, creerlo, y confesarlo, hasta dar la vida por
ello, según arriba declara en la Proposición, que
se
se ha hecho. Y que á todos los demás Hermanos,
que desde hoy en adelante se recibieren, se les haga
saber el dicho Acuerdo, para que estén, y pasen por
él, y lo obedezcan, y cumplan, como en el se con¬
tiene. Y que en quanto á la Festividad, que se pide
se haga en cada un año: Dixeron,
que la establecían,
y establecieron perpetuamente para siempre jamas:
la qual Festividad sea Vísperas, Misa, y Sermón, con

Música, y la demás solemnidad, que se pudiere ha-


Glorias Sevillanas 335

cer, lo qual hacían por sí y en nombre de todos los

demás Hermanos, y Oficiales, que al presente son, y


serán de aquí adelante, y para que en ellos Dios
Nro. Señor, y su Gloriosa Madre la Virgen Nra. Se¬
ñora sean mas dignamente servidos de nosotros, quan-
to mas puros, y limpios asistiéremos a esta Festivi¬
dad, tanto mas salgamos medrados con tan gran su¬
ma de intereses Celestiales, justo, y muy puesto
sera
en razón, que vamos tales, quales conviene, Confe¬
sando, y Comulgando el dicho dia toda nuestra Her¬
mandad á la Misa Mayor de ella. Y para que esto
con mayor cuidado, solicitud y grandeza se haga,
y
celebre, Acordaron, establecieron, y ordenaron, que
se elijan en cada un año ocho Hermanos
Diputados,
para que acudan á todas las cosas, que necesarias,
fueren en ornato de la Iglesia, y Altares, como á los

gastos, y demás cosas, que fueren menester, para la


dicha Fiesta, los quales se elijan, y nombren el dia,

que se eligieren los demás Oficiales: y para la festi¬


vidad de este presente año nonbraban, y nombraron
ocho Hermanos, los quales aceptaron el dicho cargo,

y lo firmaron de sus nombres. Según que todo lo


suso dicho mas
largo consta, y parece por el dicho
Libro de Autos, que en mi poder queda, á que me

refiero, y para que de ello conste, di el presente Tes¬


timonio en Sevilla á quatro de Octubre de mil y seis¬
cientos y quince años=En testimonio de verdad=

Juan de Carranza, Escribano de su Magestad.»

Censuraron la proposición y el acuerdo el canónigo don


Alonso Gómez de Rojas y los Ldos. Antonio de Villagrán
y Jerónimo de Alfaro, aprobándolo el Ldo. D. Gonzalo de
Ocampo, Provisor, en 15 de Octubre de 1615.
Celebróse aquel año de 1615 por vez primera la fiesta
33<5 Glorias Sevillanas

con la solemnidad que era de esperar,siendo el orador en


ella el Ldo. D. Alonso Gómez de Rojas, en cuyo sermón
se lee la siguiente dedicatoria:

«A D. Frey Francisco de la Presa y de la Mota, Co¬


mendador mayor del Orden del glorioso Padre
S. Antonio Abad, en estos Reynos de Castilla,

Portugal, y Indias, &c.


»No contentándose nuestra insigne Cofradía de

los Nazarenos, y Santíssima Cruz de Jerusalen, con


auer, sido la primera en celebrar Octauario tan imi¬

tado, y copiado, como original, no solo en esta Ciu¬


dad, sino en todas las demás de España, en honra
del Inmaculado ser de la Santíssima Virgen María
nuestra Reyna, y Señora. Para mostrar con mayor
afecto la pía deuocion, que esta santa Hermandad
tiene a este
purissimo misterio, tan propio suyo, por
el
glorioso título nuestro de la Santíssima Cruz, ins¬
trumento diuino desta preuenida redención, digna de

Madre de Dios. En veynte y nueue de Setiembre


deste presente año de mil y seyscientos y quince dia
del glorioso Arcángel San Miguel, hizo con vniuersal

aceptacio de todos nosotros, assi Eclesiásticos, como


seglares, el loable voto, y religioso juramento de te¬
ner, creer, y defender la certissima confession, de que
a la Princesa de los
Angeles María, Señora nuestra,
no le tocó la
primera culpa, siendo siempre Santa,
siempre pura, siempre inmaculada, desde el primer
instante de su Concepción, ta tenida, y confessada
de tatos y tan antiguos Padres, y tan fauorecida de
los Romanos Pontífices, y tan amorosamente recibi¬
da de la Iglesia santa: en que tanbien por diuino fa-
uor fue nuestra Cofradía la
primera, anticipándose a
jurar lo que otras grauisimas Cogregaciones an se-
Glorias Sevillanas 337

guido, teniendo en esto buen logro, y luzido nuestro


intento. Y para que fuesse perpetua la memoria deste
voto, que por la diuina gracia se hizo, prometimos
celebrar cada año a ocho de Diziembre dia de la In¬
maculada Concepción solemne fiesta, con
vna muy
comunión general de nuestros Hermanos, a que se
dio principio este año, honrando el pulpito en ella
sus calificadas letras,
con
y doctrina el Licenciado
Alonso Gómez de Roxas, cuyo Sermón nuestra san¬
taHermandad dedica, y ofrece a v. m por ser pri¬
micias desta fiestas, tan deuidas, a v. merced, como
nuestra cabeca, dueño, Patrono,y Hermano, a quien
como a tal
suplicamos, que con el valor de persona,
y dignidad de v. m. se sirua de admitirlo por prenda
de nuestros desseos en seuirlo, fauor que siempre re-
conocerémos por muy grande. Dios nuestro Señor
guarde a v. m. con la prosperidad en todo, que des¬
seamos. Tomás Perez Hermano mayor.»

Dice el historiador de esta Hermandad, D. José M. Mon¬


tero de Espinosa (i), que al ofertorio de la Misa se revalidó
el voto hecho en el Cabildo del29 de Setiembre; lo que cons¬
ta también por
papel impreso en 1671. (Bibliog., núm. 4.)
Desde dicha
época empezó á usar esta Hermandad una
insignia para significar el acuerdo tomado del voto y jura¬
mento: era ésta una bandera con el
anagrama de María y
las letras Q. S. D. A. L. y C., ensalzando su Concepción

(1) (Una lámina con la Concepción.) Memorias Históricas | del ori¬


gen y grandezas | de la ilustre y antigua Cofradía | de Jesús Nazareno, |
S.ta Cruz en Jerusalem, | y Maria Sma de la Concepción; | situada en la
real iglesia | de San Antonio Abad de Sevilla. | Por D. J. M. M. de E. N.
y V. de la misma. | Con licencia: | Sevilla, por la Viuda de Vázquez y
Compañía. | Año de 1817.
En 4,0; 22 págs. (Bib. del Excmo. Sr. Duque de T'Serclaes.)

43
33§ Glorias Sevillanas

sin mancha
(i). Consta por la Relación de las fiestas de la
Hermandad de San Pedro Advíncula que en la procesión

que hizo 1616 asistieron los Nazarenos, pues dice así el


en
autor de la dicha Relación: «Después entró, no con ménos
lustre y autoridad cristiana, la Cofradía de la Cruz de Jeru-
salen, que llaman de Nazarenos, y sacó cien cofrades con
velas y hachas de cera blanca, Estandarte, Ministriles y un
excelente guión y rótulo de María sin Pecado Original, que

para semejantes fiestas ha hecho, de tal riqueza, curiosi¬


dad y costa, que no es fácil referirla.»
Lo usa la Hermandad en todos los actos más principa¬
les de su culto, como son las procesiones y fiesta de ins¬
titución que celebra por Mayo el día de la Cruz. La insig¬
nia ha sufrido varias alteraciones para restaurarla. (Véase
la lám. 17.)
No fueron solamente las iglesias parroquiales y las her¬
mandades las que trataron de desagraviar á Nuestra Se¬
ñora festejándola al intento de lo, dicho por la opinión con¬

traria, sino que las comunidades establecidas en Sevilla pro¬


movieron al par otras funciones religiosas, iluminaciones,

paseos de gala, mascaradas, procesiones, fuegos de artifi¬


cio y cuanto entonces constituía el esparcimiento y distrac¬
ción popular. Así se vió en los conventos de la Santísima

Trinidad, de Nuestra Señora del Carmen, la Merced, San


Diego, la Compañía de Jesús, y especialmente en el de San
Lrancisco de Asís, cuya ínclita Orden, acérrima defensora
del Misterio, hizo fiestas que resultaron verdaderamente bri¬
llantísimas. En carta del P. Damián Lugones, Prior de este

convento, al Cardenal Zapata, que corre impresa (Biblio¬


grafía, núm. 6), se hace descripción completísima de todo
cuanto se realizó en la Casa grande de San Lrancisco de

(1) Noticia histórica del origen de la insigne Cofradía de los Naza¬


renos
y Santísima Cruz en Jerusalem. (Bibliog., núm. 5.)
Lám. 17.

Insignias concepcionistas sevillanas.


Sinedabe de i854.-Sin-pecado del siglo XVII.-Guión celeste de 1871.
Bandera del juramento, de lóig.
Glorias Sevillanas 339

esta Ciudad: lo extensa que es esta relación detallando los


preparativos adornos de los altares, capillas y claustros, y
y
en la descripción de las fiestas que durante su novenario

se celebraron, con las procesiones, fuegos en la plaza de

San Francisco y otras particularidades, nos impide su re¬

producción íntegra; mas para dar á conocer algo de lo que


en la misma se relata, por lo caprichosas, raras
y extrava¬
gantes que resultan ahora las costumbres de aquella época,
vamos á copiar algunos trozos de la referida carta:

«Ilustrissimo, y Reuerendissimo señor mió, y mi Patrón


colendissimo. Mándame V. Ilustrissima en carta suya de
primero de Nouiembre, que de la fiesta, y Octauario de la
Inmaculada Concepción de nuestra Señora, que el Conuento
de San Francisco de Sevilla (donde indignamente soy Guar¬

dian) á hecho el dia mesmo que la Iglesia santa tiene dedi¬


cado a este soberano misterio, que es a ocho de Diziebre,

haga vna relación, que contenga todo lo que promete vn


cartel de lapublicacio della, que a V. Ilustrissima remiti:
porque á juzgado del, q fue solemnissima; y aunque me
pudiera escusar, suplicando á V. Ilustrissima mandara esto
á quien con mas erudición, y mejor estilo le siruiera: en cosa

que parece tiene V. Ilustrissima gusto llegue a las manos


de su Satidad, y que vea su Beatitud con sus ojos la sin¬

gular deuocion que los hijos, y moradores de Seuilla tie¬


nen a la Reyna
de los Angeles, y Señora nuestra; no me
escuso, porque sé con certeza, que ninguno vio la fiesta, y
todo quanto en ella se hizo para poderlo referir tan pun-
tualmete como yo, pues passó todo por mi mano desde el

principio hasta el fin; y assi diré con verdad lo que en ello


vuo, con que tedra V. Ilustrissima entera satisfacion, aun¬

que vaya dicho mas grosseramente, que al fin la verdad es


de suyo tan hermosa, y bella, que donde está todo lo her¬

mosea, y haze agradable. Perdonará V. Ilustrissima, como


340 Glorias Sevillanas

quie es, si la relación fuere algo prolixa, que obliga a esto


lo mucho que la fiesta tuuo, y no se puede hazer mas breue,
sin que se haga agrauio a la solemnidad.
»Avnque este Convento insigne pudiera (señor Ilustris-
simo) desde los principios del año passado de mil y seys-
cietos y quinze, q se comenco a remouer con muy peque¬
ños fundamentos en esta Ciudad el
antiguo debate de las
dos escuelas de Santo Tomas Doctor Angélico, y del Sub-
tilissimo Escoto sobre la Inmaculada Concepción de la Vir¬
gen nuestra Señora, á que luego salió la piedad santa de
todos los hijos de Seuilla, haziendo solemníssimas fiestas,
y Octauarios con exquisitas demonstraciones de grandeza,
ordenadas todas á fundar, y arraygar la piedad tan reci¬
bida ya de la vniuersal Iglesia, que la Virgen Santíssima
fue Concebida sin pecado Original; conformándose con los
demás a hazer lo mismo, que ellos, pues la obligación a
este misterio es mas de la orden de nuestro Padre S. Fran¬

cisco, que de ningunos otros, con todo juzgando que cosa


ya tan assentada en los coracones de los fieles no auia de
retroceder por ningún caso por muchas que fuessen las hu¬
manas diligecias de los opuestos, como no á retrocedido,
sino passado muy adelante, y que assí no era necessario,
que se hiziesse demonstracion alguna que el tiepo mismo
obligasse, y la fiesta establecida la santa Iglesia Ro¬
por
mana madre por las puertas. Estu-
nuestra se nos entrasse

uose siempre a la mira,


dando gracias a nuestro Señor, de
ver el feruor singular con que todos lo de la
ciudad, gra¬
des, y pequeños, nobles, y plebeyos, señores, y criados,
religiosos, y seculares, eclesiásticos, y los que no lo son,
yua continuado sus fiestas, vnas por deuocio, y otras por
obligación de voto, que destas se an hecho muchas. Y ya
entrado el mes de Nouiembre, que haze vísperas al de Di-
ziembre propio tiempo á la fiesta, empeco este Conuento a

disponer vna insigne con su Octauario a la Inmaculada Con-


Glorias Sevillanas 34i

cepcion de nuestra Señora. Procurarose artífices primíssi-


mos
para el adereco de la Iglesia, q se tracó fuesse de sin¬
gular inuecion, y sin los religiosos, que se hallaro en el
Conueto muy a proposito para esto, que fueron muchos,
descubrió la misma Virgen, como la obra era en su serui-
cio, otros dos los mayores, y mejores, que tiene este Reyno
para ocasiones semejantes; el vno Clérigo Sacerdote hora-
dissimo, y virtuosissimo por estremo, y singular deuoto del
misterio, y el otro Religioso de la santa, y sagrada Reli¬
gión de la Copañía de Jesús, que basta dezir esto para re¬
comendado suya, y de su particular virtud, y deuocion á
la Virgen nuestra Señora. No fuero menester muchas dili¬

gencias para que los dos acudiessen con todo gusto al ser-
uicio de la Virgen; porque su sagrada Religio de la Com¬

pañía, assi en dar su Religioso para este efecto, con todo


lo demás que a sido menester, a acudido, y acude con las

mayores veras, y voluntad que se á visto: y el bendito Clé¬


rigo dexó todas sus ocupaciones, no pequeñas, ni de poca
importancia, y por mas de vn mes de todo punto se dedicó
a esta santa
ocupación. Hallándose el Conuento ayudado
de ta grandes maestros, auiedo tratado su Octavario, y so¬
lemnidad primeramete con la santa Cofradía, e insigne Her¬
mandad de la Vera Cruz, que dentro del está, y con algu¬
nas otras Hermandades,
que ay en el, y con personas par¬
ticulares muy deuotas, y ricas, y encargándose todos de
celebrar el Octauario insignemente por sus dias singulares
conforme el orden del cartel, que a V. Ilustríssima remití,

y tomando el conueto a su cuydado el adereco de la Igle¬


sia, del claustro segundo, y de las Capillas, y el dezir las
Misas, predicar los Sermones, hazer las procesciones todo
graciosamente, y sin ningu interés de limosna, assi el Con¬
ueto, como las Cofradías, y personas particulares, empe-
caron desde luego a poner a
punto quanto era necessario,
aun
juzgando por muy corto, y breue el tiepo que se auia
342 Glorias Sevillanas

tomado de antemano para lo mucho que pensauan hazer.


Por lo qual se pidió licecia al señor Arcobispo para que los
oficiales trabajassen también los dias de fiesta, la qual dio
su Ilustríssima muy buena gana, como quien es tan de ve¬

ras fautor de la santa Piedad, que professamos en este mis¬

terio. Auida esta licencia, se llamaron los Carpinteros, Pin¬

tores, Pastistas, y otras suertes de Oficiales, que fueron me¬


nester para la obra, assentando con ellos por su concierto

todo lo que cada vno auia de hazer, viniéndose a trabajar


dentro del Conuento con sus ayudantes por todo el dia, y
lo que fuesse menester de la noche, y se les mostró la li¬

cencia, que auia del Señor Arcobispo para trabajar los dias
de fiesta. Pidieron los materiales necessarios, conforme lo

que cada dellos auia de hazer, intimándoseles, que to¬


vno
do quanto les pareciesse auian menester lo pidiessen, porq
se les daria
cumplidíssimamente, siendo como era esta la
voluntad de los que hazian el gasto, dispuestos a qualquie-
ra por
muy grande q fuesse, en orden á que la fiesta no
padeciesse falta alguna. Con esto dieron principio todos,
en vn
quarto particular, que el Conuento tiene muy apro-
posito para estas ocasiones, a lo que auian de hazer, es¬
tando tan retirados aun de los mismos Religiosos, que en
el Conuento esta, que muy pocos dellos vieron la obra an¬
tes de ponerse en la Iglesia.»

Sigue luego describiendo prolijamente los adornos de


laiglesia y de cada capilla y altar en particular, la riqueza
de las colgaduras con que se vistió todo el templo, el
nú¬
mero de luces y candelería, las imágenes que se colocaron
y los ropajes con que fueron vestidas, y otros muchos por¬
menores sumamente curiosos, que omitimos para copiar la
fiesta, que se efectuó desde las vísperas del día 7 de Di¬
ciembre hasta acabar la función del siguiente día:
Glorias Sevillanas 343

«Al punto de mediodia Lunes siete de Diziembre hizo


señal la santa Iglesia co el mas solene, y regozijado repi¬
que de capanas, que se ha oydo en esta ciudad: respodie-
ro todas la
Iglesias Parroquiales; los Conuentos de religio¬
sos, y religiosas (que son muchíssimos) los Hospitales, Her-
mitas, lugares, que tienen capanas, sin q quedasse alguno,
y
duró este primero repique espacio de media hora, y al so¬
nido suyo se abriero de par en par las puertas de nuestro

Conuento, dando lugar a que entrase la gente, que en in¬


finito numero estaua golpeándolas por entrar, empecaron
todos con admiración y gozar los aderecos de la Igle¬
a ver

sia, claustros, capillas, creciendo cada punto de manera


y
el gentío, que con ser la Iglesia tan grade, tan grandes los

claustros, y el copás de ninguna manera se pocha andar


por ellos, desde esta hora hasta la de vísperas en tres pau¬
sas vuo tres diferentes repiques
en toda la ciudad. Los her¬
manos de la
insigne Cofradía de la Vera Cruz, cuya fue la
fiesta del dia principal truxeron para las vísperas dos sin¬

gulares capillas de música, y dos diferentes compañías de


ministriles, los cuales jutos co mas de docietos religiosos,
que estuuieron en el coro cataron las vísperas ta solemne¬
mente, que empecandolas las antes de las tres era casi ce¬
rrada la noche quando se acabaron: no se pudieron dezir
en
ninguna Iglesia Catedral, ni en ninguna capilla Real con
mayor juta de buenas vozes, ni de mas acordados instru-
metos.

»En tocado a las Aue Marías la Iglesia mayor, hizo de


nueuo señal al repiq,
la ciudad le respodieron de la mis¬
y
ma suerte,
y a esse punto por todas las acoteas, miradores,
torres, balcones y ventanas apareciero tata infinidad de lu¬
minarias de diferentes formas y hechuras, que boluiero la
noche dia, y la ciudad toda parecía un cielo estrellado: en
las placas principales, y en todas las casas de los tribuna¬
les, en la del señor Arcobispo, de los señores Canónigos,
344 Glorias Sevillanas

señores Oydores, y las de los Príncipes, y Ca-


Alcaldes, en
ualleros se pusieron grande de hachas de cera de
numero
a
quatro pauilos. En lo alto de las Iglesias Paroquiales, y
conuentales infinidad de luzes; y de otros artifisiosos fue¬

gos: sonaua las capanas todas, y en diferentes puestos de


la ciudad en vnos trompetas en otros clarines, en otros
ministriles en otros atabales, y otros diferentes instrumen¬
tos destas músicas tan acordadamete, q parecía q estando

muy lexos vnos de otros se correspondía, y formauan Ca¬


pillas. Era tata la infinidad de cohetes voladores, q como
cometas discurría por el ayre, cruzadose vnos por otros, y
leuatadose de manera
q parecía llegaua a las nubes; y des¬
de ellas boluiendose hazia la tierra en ramos hermosíssi-
mos de lagrimas de fuego, q a todos causaua co admira¬
ción notable regozijo. Esto pasaua en toda la ciudad gene¬
ralmente, pero los fuegos, y las inuenciones dellos fuero
singularíssimos en la placa d S. Fracisco, porque todos los
vezinos della adornaron los frotispicios de sus casas, veta-

nas, acoteas, y balcones, y hasta las mismas puertas de


tata diferecia de laternas, y luminarias, q no se a visto

semejate cosa en esta ciudad, formado dellas Cruces, Ima¬


gines de Satos, letreros, q dezía; María concebida sin pe¬
cado Original; todo co notable artificio. Las casas del Ca¬
bildo de la ciudad y las de la real Audiencia, que están de
frete tuuieron gran numero de hachas encendidas por todas

partes: en el contorno de la placa vuo tres quadrillas de


ministriles, dos de trompetas, q sonauan en diferentes par¬
tes: en el suelo dozena y media de barriles
de alquitrán,
que alurqbraua grandemente. Desde las acoteas en sola la
placa de San Francisco se deuieron de echar aquella no¬
che, assí voladores, como de los que llaman buscapies, y
de los que corre por cuerdas boluiendo de vnas partes a

otras, vnos dos mil cohetes, y de rato en rato se yuan en¬


cendiendo las inuenciones diferentes de fuegos, en que gas-
Glorias Sevillanas 345

tó la Cofradía de la Vera Cruz aquella noche gran suma de


ducados: estas inuenciones fueron dos arboles muy altos
de cohetes, vnas sierpes, vnas galeras, vnos carros, que todo
ello estauapendiente de cuerdas en la misma placa; el gen¬
tío que estaua por toda ella por las ventanas, y acoteas pa¬
rece impossible reduzirlo a numero. Acabáronse estos fue¬

gos en la placa como a las ocho de la noche, aunque en


las demás partes de la ciudad duraro toda ella: ganaron los

ministriles, y las trompetas en sola esta noche gran suma


de dinero, porque desseado cada persona q podia tener¬
los en su casa si quiera media hora les fueron pujando los

precios de manera, que me certificaron algunos dellos a


mí auerles ofrecido en muchas casas a cada quatro por sola
media hora diez ducados, y no auer podido acudir.
»A las ocho de la noche hiziero señal las campanas
del
Conuento, y a ella acudieron gran numero de caualleros,
los señores del Audiencia, y otra infinidad de hobres de
todas suertes (porque á mugeres no se dio entrada) estaua
los claustros del Conuento altos, y baxos poblados de lumi¬
narias muy curiosas, recibieron los Religiosos todos velas
encendidas en las manos, y
todas las demás personas prin¬
cipales, ordenando vna solemnissima procession por la
y
Iglesia,y por el claustro se lleuó en ella la Imagen de la
Inmaculada Concepción de nuestra Señora, que estaua en
las andas puesta para las processiones. Subió la procession

por la escalera principal del Conuento al coro alto, en el


qual estaua hecho un hermosissimo altar adornado de mil
curiosidades, arrimado al facistol, haziendole espaldas vn
estremado dosel carmesí, y cielo, vn palio de terciopelo car¬
mesí todo bordado puesto sobre seys hermossisimas varas
de plata, q assentaua sobre seys bladones grades de lo
mismo; con que el palio quedaua leuantado casi ocho va¬
ras del suelo delante del altar auia marauillosas alfombras,
sobre ellas bufetes de plata con pomos de lo mismo, que
44
346 Glorias Sevillanas

despedían fragantíssimo olor: desde los lados del altar al


cuerpo del coro salían al sesgo dos hileras de blandones,
ocho por vanda, con sus hachas encendidas: en el mismo
altar seys blandocillos de plata de media vara de alto con
sus
seys cirios de a libra encendidos: toda la varandilla del
coro
que mira a la Iglesia, la del Organo, y la de la tri¬
buna frontero del organo, y toda la coronación alta de las
sillas estaua de candeleros de plata con velas encendidas,

que por todas passauan de ciento: con estas luzes, y con


las que ardían en el altar mayor, y en las capillas de la

Iglesia, que unas y otras pasaban de trecientas, estaban la


Iglesia, y coro, y con los aderegos arriba referidos, que pa¬
recía vn retrato de la gloria. Acompañó esta procession la
música de los ministriles, la de dos órganos el canto de
tanto numero de religiosos, y todo esto, ya cerrada la no¬

che, hazia ta agradable vista a los ojos, tan marauilloso


sonido a los oydos, que no cabían en sí de contento todos
los que en ello se hallaron: quedó la Imagen de nuestra
Señora en su altar con grandiosa magestad acompañada

de tan gran belleza, y hermosura, que hazia verdadera re¬


presentación del misterio soberano, que en honra, y gloria
de la Madre de Dios le celebramos. Ocuparon todas las
sillas altas del coro los señores del Audiencia, y los demás
caualleros, que alli se hallaron, que fueron muchos: la de-
mas gente secular se acomodó como pudo, los religiosos á
cada parte del coro se pusieron en tres hileras (q el coro
es capacíssimo de todo aquesto) y luego se empecaron a
cantar las completas co notable solemnidad, y armonía de

voces; duraron por buen espacio: concluyéronse, y rema¬


táronse con la solemníssima, y
alegríssima Antíphona; Tota
pulchra oración de la Inmaculada Con¬
es, con su verso, y
cepción; y haziendo señal el Prelado se sentaron todos, assí
los seculares, como los religiosos: y de vn coro pequeño

particular que está dentro del mayor salieron doze perso-


Glorias Sevillanas 347

ñas seculares vestidos, y aderecados admirablemente con


vestidos de diferentes colores, cubiertos los rostros con mas¬
caras, y á las espaldas de cada uno de ellos vn criado en
cuerpo bien aderecado, con vna hacha encendida en las
manos, y en el espacio que estaua desocupado delante del
altar, y hacia medio del coro, en seruicio de la Virgen San-
tíssima, y de su Inmaculada Concepción hizieron vn sarao
de danca, y baile, que teniendo diferentes mudancas, y va¬
rias maneras de danca, duró muy buenas dos horas, ha-
zíanles el son quatro músicos con quatro diferentes instru¬
mentos, y las personas del sarao eran muy honrados, esti¬
mados, y conocidos por tales en la ciudad, los quales se
mouieron con
piedad, y devoción a hazerle este
muy gran
festínregozijado a la Reyna de los Angeles, y señora nues¬
tra Quam laudant astra matutina, etc., jnbilant omnes filii

Dei: y pues los hijos de Dios (por quien entiede eneste lu¬

gar los Angeles, muchos varones doctos) jubilan, y dancas


en
presencia de la Reyna del Cielo; y Dauid Rey de Israel
bayló, y dancó delante del Arca, representación desta di-
uina Reyna: honra fué muy grade para estas personas tan
honradas el baylar, y dancar y hazer sarao a la Imagen

representadora de la Inmaculada Concepción de la Virgen:


concluyóse, y rematóse el sarao, poniéndose todos de rodi¬
llas ante la santa Imagen, y cantando un religioso con ad¬
mirable voz:

»Todo el mundo en general

a vozes
Reyna escojida
diga, que soys concebida
sin pecado original».

»Respodiendole todos quantos en el coro estauan, sin


quedar ninguno, bañando muchos dellos los rostros con la¬
grimas de regozijo, y de gozo. Despidióse con esto la fiesta
por esta noche para los seglares, que todos yuan diziendo
no auer visto, ni gozado fiesta semejante en su vida: pero
348 Glorias Sevillanas

no se acabó para los religiosos,


que los mas de ellos se
quedaron en el acompañando a la Virgen nuestra Se¬
coro
ñora, cantadole motetes, y Antífonas deuotíssimas hasta la
media noche, que se dixeron los maytines solemníssimos,

y después de los maytines hasta la mañana, que se tocó


antes de amanecer a la prima, y en diziendola, todos los

religiosos en la misma solemnidad, y acompañamiento de


luzes en procession solemníssima baxaron la santa Imagen
del coro, al lugar donde auia de estar para la procession de

aquel dia: fue esta acción del amanecer mucho mas deuota,
que de prima noche, por hazerla los religiosos á sus solas,
y cerradas las puertas sin el ruydo, y tropel de la gente
secular.
»Abrieronse las puertas de la Iglesia después de colo¬
cada la Imagen sn su lugar, y aunque era muy de mañana,
fue copiossísimo el numero de la gente que aguardaua para
entrar; también se abrieron las de los claustro, y se empe-
caron á dezir las Misas en los altares de ellas, con que se

desahogó algo de la mucha gente que estaua en la Iglesia,


y se pudieron poner los aparadores para el pontifical, los
assientos de la real Audiencia, el coro, dentro del qual auian
de estar las Donzellas co sus madrinas,
los diputa¬
y con
dos, que las acompañan (que en este dia dotó, y caso la
insigne Cofradía de la Vera-Cruz.) Los aparadores con la
plata del pontifical se pusieron arrimados a la esquina de
la capilla de los Vizcaynos adornados de hermosíssimas
fuentes de plata doradas con marauillosas labores de talla
labradas en ellas, con muy grandes aguamaniles de lo mis.
mo: con que quedaron tan ricos, autorizados, y vistosos,

que todo el tiempo que duraron puestos dieron que ver a


la gente, y hazian gran parte de adereco en la Iglesia el
assiento para la real Audiencia (que vino en forma de tri¬
bunal con todos sus oficiales) se puso en forma de coro
desde las primeras gradas del altar mayor hasta en medio
Glorias Sevillanas 349

de la Iglesia, y vn poco mas abajo en la misma proporción


se formó el coro las doncellas, para los diputados, y
para
las madrinas, cerrado por todas partes con vnos escaños
grandes.
»A las ocho y media de la mañana se hizo señal para
entrar en el oficio, díxose la tercia con solemnidad con las
mismas capillas de música, y ministriles, que se dixeron
las vísperas, y mientras la tercia se dezia se vistió de pon¬
tifical en el altar mayor el señor Obispo de Bona, assis-
tiendole los diáconos, y los assistentes con sus capas, y

quatro religiosos, otros reuestidos de almaticas para turife¬


rarios, y ceroferarios, y el maestro de ceremonias con ellos.
En la sacristía se vistieron treynta religiosos con albas, es¬
tolas, los seys dellos para lleuar el palio á las es¬
y capas,
paldas de la Imagen en la procession, los quatro co alma-
ticas para lleuar en los ombros las andas, y los veynte para

yr repartidos a trechos de dos en dos. En medio de la pro¬


cession baxaron los religiosos del coro dicha la tercia, y

empecóse la processio a ordenar por la Iglesia, que tardó


en solo
componerse para salir a los claustros bien una hora
entera, estando todo este tiempo el Señor Obispo con sus
ministros en sillas en el altar mayor; el orden de la proces¬
sion fue el siguiente:
»En elprincipio della las trompetas, y luego el esta-
darte mayor de la Cofradía de la Vera Cruz, que es mara-

uilloso, y muy autorizado de damasco verde con sus fran-


jones de oro al rededor, y en medio de vn hermossísimo
escudo bordado con las armas de la Cofradía, q son Cruz,

y Llagas, en vna muy grande hasta de cañones de plata,


con su Cruz de lo mismo por remate, y della pedientes
sus cordones de seda verde, y oro, con sus borlas de lo
mismo: lleuaua este vna persona muy principal de la Cofra¬
día, acompañándole con hachas muy gruesas de cera verde
dos dozenas de los hermanos, y junto al estandarte dos de
35o Glorias Sevillanas

los religiosos reuestidos con sus capas: seguía al estandarte


toda la Cofradía puesta a dos hileras, lleuando los herma¬
nos sus velas encendidas en las manos de á dos libras, y
a cada cinquenta, hermanos, otros dos religiosos
o sesenta
con sus capas, yuan ordenando, y gobernando este primer

cuerpo de la procession con sus varas muy gruessas de


plata labradas, y escudos en ellas de lo mismo, con las ar¬
mas de la Cofradía, los dos mas principales oficiales della:

auiendo passado por este orden la Cofradía, empecaua el

segundo cuerpo de la procession con vna tropa de minis¬


triles, y junto a ellos vn guión marauilloso nueuo de tela
de oro verde con muchas puntas
de hilo de oro al rededor,
y en medio del Imagen de la Concepción, con su le¬
vna
trero de muy hermosas letras formadas de hoja de plata,

que dezia: María concebida sin pecado Original: yua pen¬


diente de otra muy gruessa hasta de cañones de plata con
su Cruz de lo mismo por remate, y sus cordones con bor¬

las de seda, y oro verdes, este lleuaua un caballero muy

principal de abito y con el yua otros muchos, y algunos


señores titulados, y muchas hachas encendidas alrededor.

A este guión seguian las Doncellas vestidas de blanco con

escapularios azules, tocadas honestamente, cubiertos los ros¬


tros con belos blancos, lleuando cada una dellas su madri¬
na, y a los lados de la nouia y de la madrina, dos cofrades
de los ancianos, y principales de la Cofradía, y assí ellas,
como ellos con velas verdes en las manos: fueron las Don-
zellas treynta, y otras tantas las madrinas, y sesenta los
diputados. Al principio deste segundo cuerpo de proces¬
sion yuan dos religiosos con capas, en medio otros dos, y
otros dos en el fin, y remate.
»A segundo cuerpo de la procession seguía el ter¬
este

cero, empecauale la Cruz del Conuento, cuya manga bor¬


dada toda de imaginería, es sin duda la mas rica, costosa,

que ay en esta ciudad; la Cruz es de plata dorada, labrada


Glorias Sevillanas 35i

con
graprimor, y arte, y de vna vara de alto, y los bracos
en deuidaproporción, para lleuarla se reuistieron de ami¬
tos, roquetes, y collares dos religiosos de muy buenas fuer-
cas, porque son assí menester, según es el peso, a los la¬
dos de la Cruz yuan otros dos religiossos mancebos reues-
tidos de almaticas muy ricas con ciriales de plata en las
manos; y a las espaldas dellos otros dos con sus capas de

vísperas: y luego todos los religiosos del conucnto en dos


coros, que serian hasta dozientos, y pudieran yr mas de

quinientos, si este dia no fuera tan solemne, que obligó a


que no se juntassen todos los de cinco couentos de la or¬
den de S. Francisco, que ay en esta ciudad, porque vuie-
ron de assistir forcosamente en sus casas: y también falta¬

ron de los del mismo couento mas de treynta, que


assistie-
ron este dia en los conuentos de las
monjas á predicar, y
dezir las Misas cantadas, y en otras partes. Entre esta pro-
cession yuan repartidos a trechos otros tres pares de reli¬

giossos con capas; y en el vltimo tercio della en sus andas


(qual arriba diximos) la Imagen de nuestra Señora, que re¬
presenta la Inmaculada Concepción, en ombros de los reli¬
giossos, que yuan reuestidos de almaticas, y a sus espaldas
el palio bordado carmesí, en varas de plata, como sitial de

magestad; tras la imagen yuan dos dozenas de religiosos


los mas graves, y ancianos del conuento; y delante de la

Imagen toda la música de cantores, con otra segunda qua-


drilla de ministriles. Remataua este tercero cuerpo de pro-
cessio el señor Obispo de Bona, vestido de potifical, con
sus diáconos, y assistentes, y algunos Clérigos de su fami¬

lia con sobrepellizes, y pajes en cuerpo con hachas. Luego

seguia toda la procession, la real Audiencia muy en orden


con todos sus oficiales,
y ministros.
»En este orden, y concierto salió la procession por el

cuerpo de la Iglesia al claustro primero, y principal, passó


los tres paños del, entró por la capilla de la Vera Cruz,
352 Glorias Sevillanas

della salió al claustrosegundo, que estaua aderecado, an-


duuole todo, y boluio a salir por puerta diferete al claus¬
tro primero, y del por la portería, y su claustro salió al

compás; anduuole todo, que es muy espacioso, y estaua


aderecado de la manera que diximos: boluio a entrar en la

Iglesia por la puerta principal della hasta el mismo altar


mayor, donde acabó su jornada, dexando á la santa Ima¬
gen en el mismo lugar donde estaua primero; y al señor
Obispo en el altar mayor con sus ministros para cantar la
Missa, a la real Audiencia en su assiento, y a las Donze-
llas, madrinas, diputados en su coro.
y
»Empecose la Missa de pontifical a mas de las onze,
cantóse solemníssimamente, administrándola las capillas de

cantores, y ministriles: predicó al Evangelio un muy doc¬


to, y pío sermón con marauillosos pensamientos, y razones
fuertes, y pías probando la Inmaculada Concepción de la
Virgen, el padre fray Juan de Rutia Lector jubilado, Cus¬
todio, y Padre desta Prouincia de Andaluzía, y Consultor
del santo Oficio de la Inquisición.
»A la misma hora se cantó solemníssimamente la Missa
de la Concepción de nuestra Señora con mucha música de
ministriles en la Capilla de los Burgaleses, que está en el

Capitilo, y se predicó el misterio propio, como ya se dixo


en su lugar,
y ambos, y a dos oficios el de la Iglesia y desta
Capillase acabaron a la vna de la tarde.
»A las tres este mismo dia se tañó
vísperas, y em-
a

pecó á solemnizar la fiesta la muy honrada, y religiosa Co¬


fradía de la gloriosa santa Ana; que tiene su capilla en el
coro baxo de la Iglesia,
y lo primero q hizo fue adornar
todo el altar mayor, las gradas del, y varandillas, que le
cercauan con hermosíssima cera blanca labrada de propo¬
sito para esta ocassion, quitando primero toda la cera ver¬
de de la Cofradía de la Vera Cruz, que hasta entonces auia
ardido; quedó con este nuevo adereco el altar todo de nueuo
Glorias Sevillanas 353

muy bie parecido, y autorizado: puso la Cofradía en medio


de la Iglesia con espacioso coro de escaños para los cofra¬
des, que assistieron a las vísperas este dia, y a la Missa, y
sermón el siguiente,
y a la procession en muy grande co¬
pia, y con mucha, y muy buena cera blanca encendida en
las manos; truxo su música esta santa Cofradía de minis¬

triles, y cantores, que cantaron las vísperas segundas so-


lemníssimamente, que casi se concluyero al cerrar de la
noche: no se hizo processio a la tarde, pero determinóse,
que todas las processiones del octauario fuessen por las tar¬
des, por dar lugar con esto, y tiempo á la solemnidad de
las Misas, y sermones por la mañana.
»Tocaron los fuegos del Martes en la noche a esta Co¬
fradía de santa Ana, por ser suya la fiesta el dia siguiete,
y como los mas de los Cofrades della son los vezinos, y
moradores de la misma placa de San Francisco, al cerrar
de la noche la pusieron de manera con barriles de alqui¬
trán, luminarias curiosíssimas, y vistuosíssimas en las aco-
teas, miradores, terrados, balcones, ventanas, ahuyetaron
las tinieblas de la noche, y dexaron la placa tan clara como
el medio dia: en varias partes della vuo trompetas, minis¬

triles, y atabales, el Campanario del Conuento, la capilla


mayor, y crucero por lo alto, todo el tejado de la Iglesia,
y de los claustros se pobló de luminarias de la misma for¬
ma, y hechura que las de la placa: fue sin numero la mul¬
titud de cohetes, que se arrojaron, vnos al ayre bolando, y
otros al suelo,
que culebreando entre la gente hazian gracio-
síssimas suertes en los que no se guardauan bien, y vnos,

y otros al concluyrse hazian tanto estruendo, como lo haze


los mosquetes por cuerdas, que cruzauan la placa de vna

parte a otra, corrían también destos cohetes, que co la fuer-


ca del fuego yua, y venían dos, y tres, y quatro vezes con

muy galano artificio; y vuo esta noche estremadas inuen-


ciones de los mismos cohetes, que se quemaron a sus tiem-
45
354 Glorias Sevillanas

pos vnas grandes jarras, que parecieron muy bien, vna sier¬
pe, vna pirámide, y quatro montante de fuego, que anda-
uan entre la gente por
el suelo muy sin riesgo de los que
trayan, y no con pocodaño de las capas, y sombreros de
los que estauan en la placa. En efecto los fuegos desta no¬
che fueron tan costosos, y vistosos, como los de la pri¬
mera. »

En los días siguientes del octavario hicieron las funcio¬


nes por su turno los Portugueses, la hermandad de Ma¬
reantes de Triana, la de Sastres de Ntra. Sra. de los Reyes,
la de San Luis, formada por los franceses, y la de Artille¬
ros de Santa Bárbara, predicando en ellas notables orado¬

res y entusiastas
defensores de la Concepción, entre ellos
el P. Diego de Xaramillo, Superior del convento de San

Diego, siguiendo el mismo orden de la primera en cuanto


se refiere al interior del templo, como á la fiesta, procesión

y regocijos públicos. Fueron muy sonadas estas funciones,


las que se describieron, á más de en la Carta cuyos trozos
hemos reproducido, en otro papel que se imprimió en esta
Ciudad. (Bibliog., núm. y.)
Continuó por el año de 1616 el mismo espíritu de fer¬
vor y entusiasmo manifestado en el anterior, mereciendo

especial mención la fiesta y procesión de la hermandad de


la Concepción del convento de Regina Angelorum, que por
lo notables y ruidosas que fueron describiéronlas en prosa
y verso varios ingenios sevillanos, siendo después dadas á
la imprenta.
El movimiento religioso de pública protesta iniciado en
1613 y continuado en 1614 y 1615 contra el sermón pre¬
dicado en la citada iglesia, imponía el deber á esta Her¬
mandad de realizar algunas fiestas que mostrasen en alto
grado el entusiasmo y fervor por su titular, y su protesta
por lo que en su templo se oyera; razón por la que dispu-
Glorias Sevillanas 355

siéronse sus cofrades á celebrar grandiosa función de des¬


agravios.
Había ocurrido un altercado entre la Comunidad del
convento y la Cofradía, que quizo en 1613 trasladarse á
otro templo, disgustados los hermanos con que desde el

púlpito de aquella iglesia se hubieran hecho manifestacio¬


nes en contra de la creencia en el Misterio, por lo que in¬

tentaron llevarse la imagen de Ntra. Sra. de la Concepción

que ellos veneraban en su altar propio: opúsose á esto el


Superior del convento; en vista de lo cual promovióse un
litigio muy reñido, en el que intervino el Nuncio de S. S., y
después de correr el pleito por sus trámites legales, decretó
en auto
judicial que la imagen se diera á la Cofradía en
posesión y se le dejara el uso libre de ella, pudiendo sa¬
carla para sus fiestas y procesiones, con tal de que vol¬
viese á la iglesia de este convento, mientras se terminaba el

litigio declarando la verdadera propiedad de la misma. Así


que la Cofradía supo la decisión del Nuncio, determinó en
vista de lo mandado celebrar una solemnísima función re¬

ligiosa en el convento de San Francisco, para lo cual dis¬


puso que la santa imagen habría de ser llevada triunfal-
mente por las calles de Sevilla el día 18 de Setiembre, cele¬

brando la fiesta el Domingo 19, en cuya noche regresaría


á la iglesia.
Es tan importante la descripción que salió escrita por
Pedro de Escalante, no sólo por los detalles y noticias cu¬
riosas que da de la cosa, sino por manifestar el amor sin
límites que en aquella ocasión se demostró á la creencia

piadosa, y el entusiasmo y casi locura de aquel pueblo,


que no se saciaba de gritar «María concebida sin pecado
original» dentro del mismo lugar donde se había dicho lo
contrario en 1613; que, como papel curiosísimo, copiamos

íntegra tanto la primera como la segunda parte de la misma


descripción:
356 Glorias Sevillanas

«Para dar noticia a esta nobilíssima ciudad de su santa,


y justa determinado, se hizo algunos dias antes vn sole-
níssimo passeo de muchas personas de a cauallo, por todas
las calles por dode auia d yr, y boluer la processio, lic¬
uado delate atabales, y trompetas, y alcabo del acopaña-
mieto vn
pendón de tela blaca en asta de plata co la Image
de la Cocepcio, yuasse jutamete pregonado, todos barries-
q
sen, y colgassen sus pertenecías, sin obligar co apremio d
penas a q lo hiziesze, remitiedolo al apremio, q era muy
cierto les haria á todos sus volutades aficionadas a nuestra

Señora, y deuotas de
puríssima Concepción sin pecado
su
original. Recibióse el pregón co vniuersal aplauso, y acla¬
mación, y acudiero todos co singular voluntad, unos al ade-
reco, y ornato de sus pertenencias: y otros al empréstito,

que era necessario hazer de quanto bueno y precioso te¬


nían en sus casas, de joyas, de colgaduras, quadros de pin¬

tura, plata, etc. Quien en esto dio grande exemplo fueron


los señores Capitulares desta santa Iglesia, que auido su

acuerdo, y franqueando su Sacristía, dieron de ella quanto


se les pidió, esto es todas sus colgaduras de tela de oro,

fuera desto decretaron repique vniuersal de campanas, y


hazer á la santa Imagen el recibimiento, que se dirá des¬

pués. Los señores del Cabildo secular tuuieron también su


acuerdo, decretaron acompañar la Procescion a yda, y buel-
ta, y assistir á los diuinos oficios en forma de Ciudad, como
lo hizieron con la magestad, q en semejantes ocaciones sue¬

len. El sabado víspera de la fiesta se fixaron por los can¬


y puertas de las Iglesias muchos carteles impressos,
tillos,
en que los señores Cofrades de la Concepción declarauan

mas en particular
sus intentos santos, y dauan mayor noti¬
cia de su Procession. El Domingo a las doze del dia vuo
vniuersal repique de campanas en las Parroquias, dando
principio a el todas las de la torre de la Catedral. Como a
las quatro poco mas, ó menos comencé a salir la Proces-
Glorias Sevillanas 357

sion de Regina, auiendo primero estado mucha gente, que


se halló
en
aquella Iglesia, cantado a voces las coplas de la
Concepción, lo qual hizo también la música antes de rao-
uerse la santa Imagen de su lugar. Tomó la Processio so¬

bre mano derecha, y por las Almonas vino á dar en la Casa


Pofessa de la Copañía de Jesús, de aquí no haziendo mas

que tocar en el barrio de do Pedro Ponce, se entró por la


calle de Dados, y haziendo passo por la placa de la fruta,

passeó toda la calle de Francos de largo a largo, y por la


calle de Placentines, se fue estendiendo hasta llegar á la

puerta de la Iglesia mayor, que llaman de las Campanas,


auiendo primero recibido la bendición del señor Arcobis-

po, que estaua en las ventanas, que caen sobre la puerta


de sus casas Arcobispales. Entrando por la dicha puerta,
atrauesó por entre dos coros, y passando por nuestra Se¬
ñora de la Antigua, salió por la puerta, que llaman de

San Miguel, y por la calle principal de las Gradas, y la


calle de Genoua dio termino a su viaje en la Iglesia de

San Francisco, bien cerrada la noche, sin que parassen vn

punto todas las campanas de la Iglesia mayor en tres ho¬


rascontinuas y aun mas. El orden de la Procession fue este.
Delante yua haziendo calle la danca de Gigantes, a estos
seguia vna tropa de niños en forma de doctrina, cantando
las coplas: después se seguia las Cofradías por este orde.
En primero lugar las dos Cofradías de la purísima Cocep-

cion, y del Rosario hermanadas, como en memoria de la


compañía que se havian hecho, por espacio de tantos años
en el Conuento de Regina. En segundo lugar la de los Na¬

zarenos, cerrando su acompañamiento con vna vanderola

riquíssima de terciopelo morado, costosamente bordado con


vna Imagen de la Concepción. En tercero lugar la Cofradía,

que llaman la entrada del Señor en Gerusalen. En quarto


la de nuestra Señora de la Palma. En quinto la de nuestra
Señora de Regla. En sexto la de nuestra Señora de Mon-
358 Glorias Sevillanas

serrate. En séptimo la de nuestra Señora del Socorro. En


octavo la de la Espiración. En nono la del nombre de Je¬
sús. En dezimo la de nuestra Señora de la Antigua. En
undezimo la de nuestra Señora de la Iniesta. En duode-
zimo la de la Humildad de Christo nuestro Señor. En de¬
zimo tercio la de nuestra Señora de la Piedad. En dezimo

quarto la de nuestra Señora del Rosario del Convento de


Monte Sion. En dezimo quinto, la del Despedimiento, y
Virtudes. En dezimo sexto la de la Caridad. En dezimo

séptimo la de la Soledad. En dezimo octavo la de las Cinco


Llagas. En dezimo nono, la de la Coronación. En vigésimo,
la del Santíssimo Sacramento. Esta lleuaua en medio vn

Niño Jesús,
andas todas de plata, con una vandera en la
en
mano, y en ella escrito; Mi Madre fue Concebida sin pe¬
cado: y remataua con una vanderola admirable de tercio¬

pelo carmesí, bordado de vna parte el Santíssimo Sacra¬


mento, y de otra vna Imagen de la Concepción. Todas es¬
tas Cofradías lleuauan sus estadartes con escudos bordados
de su advocación: ytodos los Cofrades co velas de a dos
libras, o cirios, o hachas:
y muchíssimos de ellos lleuauan
a los cuellos listones de seda, de que pendían Imágenes de

la Concepcio de oro esmaltado dentro de vnos círculos de


la misma materia, con letras al rededor, que dezian: Con¬
cebida si?i pecado original. El ordinario tamaño destos es-
cuditos era buen pedago mayor que un real de a ocho,

aunque auia otros menores. Otros en lugar de la Santa Ima¬


gen lleuauan en el escudito el nombre de María, con letras
de oro. A las Cofradías seguían diez y nueve Cruces de

Paroquias. La vltima era de San Pedro, con ciriales de pla¬


ta delante: Luego yuan muchos Clérigos cobidados
para
esta Procession, y eran en numero mas de ciento, en
cuyo
seguimiento yua vna capilla de música de la Catedral, yua
cantando a punto; Todo el mundo en general, etc. Y seruia
de alguna diuision entre los Clérigos conbidados, y la sa-
Glorias Sevillanas 359

grada Cofradía de San Pedro ad Vincula, que se seguía


luego. Eran en numero los Cofrades ciento y diez, y seys,
lleuauan velas gruessas, y sobre las sobrepellizes estolas, y
destas pendientes escudos bordados de la Concepción. Los

prebendados de la santa Iglesia, que son desta Cofradía, la


acompañauan con sus manteos, hasta llegar cerca de la Igle¬
sia mayor, y entonces se adelantaron para salir con sobre¬

pellizes al recibimiento en cuerpo de Cabildo. Cerró esta


Procession la Santísima Imagen, bellíssima por estremo,

que junto con vna Magestad, y grandeza que representaua


parecia que yua con su alegre rostro, dando las gracias a
sus deuotos,
y defensores de su puríssima Concepción, lle-
uaua delate veynte y quatro cirios, yua en ombros de Sa¬

cerdotes co capas de coro, y seguíala el Palio en manos de


Sacerdotes también con capas. De manera que yuan entre
todos docientos y cincuenta Clérigos de respeto con sobre¬

pellizes. Fuera de los que yuan siruiendo con las Cruces, &c.
Para el adereco desta Santa Imagen se juntaron las mas ri¬
cas, y costosas joyas, que se hallaron en los plateros de
oro de la Alcaycería, fuera de otras muchas de
personas
particulares, que se valuaron en cien mil ducados por lo
menos. El vestido era vna
saya grande blanca de tela, so¬
bre ropa de raso blaco bordado,
escapulario azul enrique¬
cido de joyas, dos collares de grande precio. Manto azul
de raso bordado, y corona formada de piecas de oro, y dia¬
mates muy particulares en valor, y obra. Después de todo

esto se seguia la Ciudad de Seuilla, precendíanla doze Algua-

ziles, dos maceros con ropas de tela carmesí, y macas de


plata doradas a los ombros. Entre Jurados, y Veyntiqua-
tros se contaron setentq y dos personas con el señor Conde

de Saluatierra, Assistente desta ciudad: entre velas de a

mas de libra, y hachas yuan en la Procession al pie de tres


mil luzes. Duró en passar esta Procescion por donde la vio
el Autor desta Relación dos horas y quarto, medidas por
36o Glorias Sevillanas

relox. Y esto sin que vuiesse quiebra, ni interrupción, ni


detenimiento de consideración.

»Quatro recebimientos tuuo la santa Imagen. El pri¬


mero, le hizo la Compañía de Jesús, porque passando por
la Casa Professa, salieron de ella casi dozientos Religiosos
de las quatro Casas, que en esta ciudad tiene esta sagrada

Religión. Y con su presencia, y el sumptuosíssimo altar,


que tenían hecho, de que se dirá después. Y con el rico
adereco de las paredes de su pertenencia, y el repique de
tres campanas siruieron a la santíssima Virgen, cuya Con¬

cepción puríssima defienden desde su primera fundación.


El segundo recebimiento fue de Señora santa Ana, dichos-
sísima Madre de tan gloriosíssima Hija. Estaua la santa se¬
ñora aguardando a su Hija en la placa de la fruta acompa¬

ñada de la Cofradía de su advocación: aquí la salió a rece-

bir, aquí se reconocieron las dos, y la Hija honró a su Ma¬


dre, y la Madre reuerenció á su Reyna, y Hija. El tercero
recebimiento hizo el Cabildo desta santa Iglesia, que salió
en Processio con Cruz alta
acompañada de ciriales, y con
diáconos, y preste: hasta la puerta de las campanas, y era
todos entre Dignidades, Canónigos, Racioneros, Medios
Racioneros, Veynteneros, &c. ochenta y quatro personas:
Quando la santa Imagen llegó cerca de la Iglesia mayor, y
al salir de ella, se dispararon desde la torre, y terrados del

Sagrario mucho boladores de obra. En entrando en la Igle¬


sia cató la música el Antífona, y el Preste dixo la Oracio

propia deste misterio (q su Satidad nueuamete a favore¬


cido co indulgecias) acabada la Oracio lleuó el Cabildo en
Procescion la santa Image co veynte y quatro cirios, y otros

ciriales, y paradola entre los dos Coros, boluio á entonar


la música, y el Preste subió al altar mayor, y dixo la Ora¬
cio, que vsa la Iglesia. Famulis tuis. De aquí prosiguió lle-
uadola hasta la puerta por dode auia de salir, y boluieron
a cantar la mesma Antífona,
y Oracio, q a la entrada, se
Glorias Sevillanas 361

despidió,y la santa Imagen prosiguió su camino. El quarto


recibimiento, fue de las Religiones de san Francisco, de
nuestra Señora del Carmen, y de nuestra Señora de la Mer¬

ced, y nuestra Señora de Consolacio de Terceros. Era los


Religiosos al pie de seyscientos, y de solos Fran¬
en numero
ciscos poco meno de quatrocietos, precedía la Cofradía de
la Vera Cruz, q plantó su estadarte a la puerta de la Igle¬
sia mayor enfrente de S. Miguel, y los Cofrades, y Religio¬
sos ocuparo sucessiuamente hasta la puerta de san Fran¬

cisco (q son dos calles muy largas) lleuauan en este recibi¬


miento algunos de los santos Patriarcas de Religiones en
andas de plata adornadas con flores contrahechas: y tam¬
bién los santos de la Religión Seráfica en pariguelas solas,

que puestos a trechos en dos hileras en la calle de Genoua


autorizaron en gran manera el recibimiento, y fiesta. El
orden con que estauan era este. En las dos esquinas de la
boca de la calle mirado a Gradas estauan S. Fracisco todo
de talla, yS. Ignacio fundador de la Copañía de Jesús co
manteo, y sotana de terciopelo, diadema de plata en la
cabeca, y vn Jesús grande de plata dorada en la derecha.
Luego se siguian Santa Isabel, Santa Clara, San Diego,
San Luys Obispo y Confessor, S. Bernardino, San Anto¬
nio de Padua, San Buenauentura, Santos de la Religión de
San Francisco. A seguian, San Raymundo funda¬
estos se

dor de la Merced con abito desta


Religión, quaxado de jo¬
yas de oro, san Angel mártir del Carmen en nombre de
su
Religión, san Gerónimo, san Agustin, y Sa Basilio con
vestido de tela de oro negra. Cerraua este recebimiento vn
Niño Jesús, vestido de encarnado en andas de plata: y por
medio deste recibimiento entró la Processio en S. Fran¬
cisco.

Tf »E1 adereco de las calles fue tan grandioso, quanto se


podia esperar de voluntades muy aficionadas al misterio, y
dicho por mayor es cosa cierta, de algunos años
que a esta
46
362 Glorias Sevillanas

parte, no se a visto en Seuilla semejante ornato de calles


en ninguna Procescion. Pero apuntando algunas cosas, para
que se refiera algo en particular, lo que mas luzio, y dio
mucho que ver, fue un gradiosíssimo altar, que hizo la Casa
Professa de la Compañía de Jesús, á las espaldas de su

Iglesia, en el espacio que corre desde la puerta de nuestra


Señora hasta el esquina. Aderecaron todo este testero con
el sitial, y telas ricas del señor Conde del Castellar (que es
de las mejores colgaduras que ay en Seuilla) entretexiendo
muchos quadros por este orden. En medio estaua el sitial,

y a los dos lados dos fajas de arriba abajo de quadros de


la vida de nuestra Señora, pintura de Italia: luego vnas pi¬
lastras de terciopelo bordado, después dos fajas de qua¬
dros de santos de estatura entera, a la derecha san Fran¬
cisco, san Buenaventura, san Antonio de Padua, y a la

izquierda, san Ignacio, B. Francisco Xauier. B. Estanis¬


lao. Seguíase por vna, y otra parte a dos ordenes el ancho
de vn dosel de seys bedenes de seda: y cerrauan el testero
otras dos fajas d quadros como los primeros. Sobre vn ta¬

blado alto del suelo vara, y media, se mostraua vn altar de


cinco cuerpos en alto. El primero tenía cinco hazes, o fren¬
tes con otros tantos frontales de carmesí bordados. El se¬

gundo otras cinco mas recogidas con frontales blancos bor¬


dados. El tercero tres hazes también blancas, y bordadas.
El quarto era un medio ovado con frontal blanco bordado,
no tendido, sino en forma istriada, formando nueue nichios.
El quinto era vn frontal carmesí bordado:
medio círculo con
y sobre todo vn pedestal ricamete aderecado. En este es¬
taua vn Niño Jesús marauillosamente vestido de blanco con

vn letrero en la mano de letras azules en campo de oro, que


dezia: Singulariter redempta. Luego se seguía en el altar
vltimo, vna Imagen de la Concepción hermosa, y modesta
por estremo, vestida de velillo blanco, escapulario, y manto
de velillo azul listado de plata, collares de oro al cuello ca-
Glorias Sevillanas 363

bellos como hebras de oro, largos y tendidos, y corona im¬


perial de plata: tenía un rétulo de letras de oro en campo
azul, que dezia: Singulariter sum ego. En el altar siguiente
estaua san Joaquín, y santa Ana de .talla, mirando a su

Hija con vnos ramos de flores, que saliendo de sus manos


llega.uan a los pies de nuestra Señora: en medio destos dos
santos estaba en vn nichio su bendito Nieto, como mil oros,
con corona dorada, y bestido de blanco bordado,
y los ni-
quios restante también de talla con
ocupauan otros santos
diademas de plata. Los demás altares estaua llenos de cuer¬

pos, y medios cuerpos de Satos, bracos, pirámides, y cír¬


culos con reliquias: y en los otros dos de las esquinas se
vian dos grandiosas vnas en medio cada vna de dos san¬

tos, todas doradas, y llenas de reliquias de varios santos


(que se mostrauan detras de vidrios muy claros) las quales
haziendo obra con los altares en
que estauan, formauan dos
grandiosas pirámides. Todo este cuerpo de quinze altares,
demás de las reliquias, estauan enriquecidos con variedad
de macetas, ramilletes, plumages de flores contrahechas,
con
peuetes muy largos, y gruessos, y con treynta blando¬
nes de
plata blanca y dorada, con otras tantas velas. Salió
este compuesto boníssimo en superlatiuo grado, y hazía vna

agradable, y graciosa vista. A los pies de nuestra Señora


estaua vn María abreuiado de tres cuartas de largo,
y mas
abajo quatro letras C. S. P. O. que a letra por parte, de-
zian: Concebida sin pecado original, eran de media vara en

largo: y todas cuatro hechas de joyas preciosíssimas de oro,


y diamantes, q se valiaron en quarenta mil ducados. La
calle de Dados estuuo ricamente aderecada víanse en ella
varios altares curiosos, y pendientes de las paredes, por
no el passo: entre todos salió marauillosamete vno,
ocupar
q estaua a la puerta de vna casa. Adelante estaua hecha
vna portada
muy curiosa, formada de quadros de a media
vara, engastados en lazos de murtas, y otras ramas: los
364 Glorias Sevillanas

quadros de las pilastras, y el friso, era de los Mártires de


la Compañía de Jesús, y su fundador san Ignacio, y casi
toda la cornisa de quadros de la Concepción co vidrios de¬
late. La calle de Francos tuuo dos cosas muy para ver, vna
fue un arco triunfal lleno de mil primores,
y curiosidades
con varios rétulos, yfiguras vestidas: y sobre todas vna
Imagen de la Concepción. La segunda, fue el adereco del
testero, que ay entre la calle de Placentines, y la de los
sombrereros, porque se vistió todo de plumages, y quadri-
tos con tal primor, asseo, y correspodencia, y hermosura,

que no se puede escrivir. Baste saber que de solas manos


les costó a lo que lo costearon trecientos reales.
»Entre otras cosas muy buenas, q vuo en la calle de

Genoua, fue una, vn altar que se hizo á la puerta de vna


casa, muchas vezes bueno, y curioso. Al passar la santa

Imagen por esta calle, hazia el fin de ella, se abrió vna


nuue, y pareció vna Paloma viua, artificiosamente colgada,
con vn letrero en el
pecho que dezia: Concebida sin pecado
original. El Compás de S. Fracisco estaua colgado de vn
orden de doseles, y sobre ellos a trechos proporcionados,

quadros de santos de la Orden: y enfrente de la calle, arri¬


mado a la
Iglesia estaua leuantado vn rico altar de cinco
cuerpos en alto con mucho adereco, y curiosidad: y en el
vltimo cuerpo se mostraua vna Imagen de la Concepción,
vestida de tela carmesí debajo de andas de plata. Al lado
deste altar auia un grandioso risco, al pie de una Cruz gran¬

de, encima de el estaua santa Elena, madre de Constan¬


tino, y enmedio el B. san Francisco recibiedo las Llagas, y
mas
abajo fingido vn prado, donde se vian muchas diferen¬
cias de animales contrahechos, con harta curiosidad, y pro¬

piedad. La puerta principal del Templo estaua enriquecida


con vna vistosíssima
portada de madera, con todos los re¬
quisitos de arquitectura, vestida toda de arriba abajo con
velillo blanco, y fondo de viso de oro: y en dos niquios,
Glorias Sevillanas 365

que auia entre las columnas, estaua San Francisco, San


Antonio de Padua. El adereco interior del Templo, y Al¬
tar, se dirá en la Relación de la fiesta del Lunes siguiente,
quando se dé noticia de los diuinos oficios, que en el se
celebraron. Auíanse de cantar vísperas de las fiestas: pero
dexarose de dezir por auer entrado mucho la noche.» (Bi-
bliog., núm. 8.)

Segunda relación.

«Luego que cerró la noche el Domingo, y se acabó.la


procession solemníssima, con que se trujo la santa Imagen
de la Concepción al conuento de san Francisco; comenca-
ron los vezinos (a quien tocaua acudir á la celebridad del
diasiguiente) a coronar sus galerías, y terrados con innu¬
merable variedad de luminarias curiosas, e ingeniosas, y a
alumbrar pertenencias, y calles con muchas antorchas,
sus

y hachas de quatro pavilos en las ventanas. Y para que a


los que auian de passar la noche en vela, aderecando sus
arcos triunfales, componiendo
sus altares, y sedas, no les
faltasse algún rato de entretenimiento, acordaron algunas

personas particulares ordenar vna mascara, que si bie no


fue muy grande en numero de quadrillero, fue bastante¬
mente luzida, y suficiente para su intento. Esperáronse los

vnos a los otros en las casas de la viuienda del señor Conde


de Palma, y de ellas salieron como a las onze de la noche
hasta treynta y quatro, o treynta seys enmascarados a ca-
uallo co diferentes trages,
lleuauan delante dos criados a
pie y disfracados sendas hachas; seguíanse los ataba¬
con
les, y trompetas en muías, luego el numero de los quadri-
lleros apareados co sus hachas de quatro pavilos en las ma¬
nos
y vltimamente cerraua este esquadron vn Cardenal con
vn pendón de tela blanca en asta de plata. Desta manera

passearon las calles, y placas, y las regozijaron. Quando


366 Glorias Sevillanas

amaneció el Lunes ya estaua aderecadas casi todas las que


la santíssima Imagen de nuestra Señora de la Concepción
auia de onrar con su presencia, passeandolas por la tarde.
Pero antes que digamos quales, y quatas fueron, es bien

que quede dicho primero la manera como se celebraron


los Diuinos oficios por la mañana en el insigne conuento de
san Francisco, y el ornato, y adereco del Templo, y altares.

»Estaua colgada toda la Iglesia con tres ordenes de ri-

quíssimas telas, de la santa Iglesia, y del Cabildo de la


Ciudad, y porque todos pudiessen gozar de la santa Ima¬
gen a su plazer, se le hizo el altar fuera de la rexa, y todo
el testero con su arco toral cubierto con cinco ordenes de
doseles bordados, y de tela. En este testero estauan tres
sitiales de telas de diferentes colores, y debajo del mayor,

que ocupaua el lugar de enmendio, se colocó la Sata Ima¬


gen, y se le adereco su altar con vn frontal blanco rica¬
mente bordado. Debajo del sitial de la mano derecha se

hizo otro altar con frontal también rico, y en el se mos¬


traría en andas de plata el Niño Jesús, que auia salido on-

rado á su Madre. Y el sitial a la mano yzquierda siruio de


autorizar el aparador de plata para el seruicio de la Missa.

Ardian en los altares muchas velas gruessas, y delante dellos


diez cirios en otros tatos bladones de plata, seys de ellos

grandes, y quatro algo mas bajos. Estos, y quatro de los


grandes era de la santa Iglesia, y los otros dos de señores
particulares. Celebró de Pontifical el señor don Juan de la
Sal Obispo de Bona, y la Missa la ofició con toda la mu-
sica de la Catedral. Predicó en esta fiesta el muy Reue-
rendo Padre Fray Damian de Lugones Guardian de san
Francisco, persona bien conocida en esta Ciudad, por ser
hijo della, y mucho mas por su mucha Religio, y valor,
hizo vn sermón muchas vezes bueno, como lo suele hazer,
que fuera acertado se estampara, para que los que no pu¬
dieron oyrle de su boca, le leyera. Assistio a los divinos
Glorias Sevillanas 367

oficios la Ciudad en forma de Ciudad, en


cumplimiento de
lo que tenía decretado, y mucha otra gente de todos esta¬
dos, porque como la fiesta era tan celebre, y todos auian
quedado alentados, y deuotos con la procession del dia an¬
tes, acudieron tantas personas este dia á San Fracisco, que
aunque el templo es capaz para esta ocasión, otro mucho
mayor fuera pequeño.
»Despues de medio dia se comencaron a disponer las
cosas
para la Procession de la tarde, y las calles por donde
auia de passar se fueron embaracando con tanto aprieto,

que parecía que no auian visto los Seuillanos processiones


en su vida, ni calles aderecadas, o que estauan oluidados
de lo del dia antes: pero á la verdad, ni fue lo vno, ni lo

otro, sino que el adereco, y colgado de ellas mereció ser


visto, y alabado. Y porque dizen, que la comparación es
odiosa, no me entremeto en hazerla entre el ornato del Do¬
mingo, yadereco del Lunes. Lo cierto es, que unas, y otras
calles estuuieron muy bien aderecadas, y muy bien colga¬
das, y que las voluntades de vnos, y otros vezinos dieron
bastantes muestras del amor que tienen a la santíssima Vir¬

gen, y la entrañable afición a su Concepción puríssima sin


pecado original. Aunque no por esto queremos huyr el cuer¬
po, y dexar de contar algunas cosas particulares, que para
que quede pareja la sangre de entrebos bracos, se notarán,
auiendo primero dado noticia del camino por donde bol-
uio la santa Imagen á Regina. Atravesó lo primero por la

placa de san Francisco: y auiedo andado la mitad de la


calle de los Manteros, dobló á mano yzquierda por calde
Catalanes, hasta entrar en la calle de Colcheros: passeola
toda hasta el cabo, y tomando sobre mano derecha, vino
a dar en la Cerrajería: de aquí fue por la calle de Carpin¬

teros arriba, hasta la placuela, que llaman de don Pedro

de Pineda, y vltimamente entrando por la calle, que va a


la Venera, tomó la placa de Regina. Con ser la placeta de
368 Glorias Sevillanas

la Venera pequeña, halló la deuocion de los vezinos della


lugar hazer tres altares, sin estoruar el passo, y todos
para
tres buenos por cierto, y bien aderecados En la calle de
Colcheros vuo varias cosas que ver, y notar para ponerlas
por memorias, porq los vezinos anduuieron en esta ocasión
harto alentados. Leuantaronse en ella tres arcos triunfales,
al principio, al medio, y al fin, y todos tres conuinieron en
vnas cosas, y en otras se diferenciaron. Conuinieron en el
vestido, q en todos fue de color verde, y de ramos de mur¬
tas tarahes, y otros al proposito. Este bestido tenia sus

golpes, y por ellos se mostrauan, ya almohadas bordadas


ricamente, ya florones de seda, ya piecas de plata dorada.
Tenía tabien el vestido muchas guarniciones de quadros,
vnos mejores que otros, y de todos tamaños según, y como
los pedia el lugar donde estauan assentados. Y conuinieron

también, en que todos tenian figuras de bulto con sus le¬


tras. Difereciaronse en el numero destos personages, y figu¬
ras, y en lo significado, por ellas y el tamaño de los arcos,
que fueron desiguales, porque se acomodaron a la desigual¬
dad, q la calle tiene por lo ancho, y vltimamete en otras
cosas
notando. El arco primero, era mas reco¬
que se yran
gido, y tenía
en la parte mas superior ias tres virtudes Teo¬
logales, Fe Esperanca, y Caridad, en figura de tres gallar¬
das Damas, muy bien aderecadas. Tenía demás desto en
las quatro esquinas a san Gerónimo, san Gregorio, san Juan

Damasceno, san Ilefonso, Doctores que defiende la Cocep-


cio Inmaculada: y assí tenían en otras tantas tarjetas letre¬
ros al proposito de la fiesta. El
arco de enmedío, se esten-
dia un poco mas, y adornauan sus quatro esquinas otros
quatro santíssimos varones, que claramente, enseñaron la
común
que oy corre con tan vniuersal aclamación. Estos
eran San Andrés, Santiago' Apóstoles, san Juan Chrí sos-

tomo, y san Ambrosio, que estauan mostrando lo que auian


dexado escrito sobre esta materia. El espacio medio que
Glorias Sevillanas 369

auia entre estos santos ocupaua vn realejo, en que se can-


tauan coplas en alabanca de la Concepción puríssima, y se
dauan ratos de buena música a los que passauan. Deste
mismo arco
pendiente vna nube de buen tamaño,
estaua

que abriéndose artificiosamente al passar la Virgen santís-


sima por debajo, llenó el ayre de muchos, y diferentes pa-

xaricos. El tercero arco, era mucho mayor, y en el se con-


taua veynteocho fuentes grandes de plata doradas, y
y
engastadas en los lazos de los ramos, ilustrauan sus quatro
esquinas quatro santos defensores del misterio, que se cele-
braua, san Bruno, san Benito, san Buenauentura, san Au-
gustin, cuyas palabras se leia escritas en vnos escudos. De-
mas destos arcos auia en la mesma calle dos cosas nota¬

bles, la vna fue vn rico altar de quatro, o cinco cuerpos en


alto, lleno de mil curiosidades, que aunque gustara de de-
zirlas en particular, las dejo, por auerlo hecho assi con to¬
dos los altares (fuera del grandioso de la Compañía) con¬
tentándome con hablar de ellos por mayor, por no cansar

repitiendo mismas cosas Lo qual fuera forcoso, para


vnas
no dexar alguno agrauiado, si descriuia las particularida¬
a

des de vnos, y dexaua las de otros. Lo segundo, que hizo

reparar fue vn testero desta calle milagrosamente adere-


cado. Por las espaldas de san Francisco corre vn lienco de

pared grade, y vna parte della haze frente a la calle de Col-


cheros: pues esta frente se quaxo toda de quadros de dife¬
rentes tamaños, y pinturas acomodados, y hermanados vnos

con otros de tal manera,


que venían a componer vn gran
retablo a marauilla vistoso, aora lo mirassen de cerca, aora
de lexos, por la mucha variedad, assí de los colores, como
de las pintadas, q todas era, o santos, o q combi-
cosas

daua a deuocion, y piedad, fueron en numero estos qua¬


dros ochenta, y á ellos estaua arrimado vn altar con una

Imagen de la Concepción, y otras piecas, que lo llenauan,


y hazian salir. Con ser la placa de san Francisco tan espa-
47
370 Glorias Sevillanas

ciosa, como todos saben, auerla de rodear la Proces-


y no
sion, porque solo hizo arrimándose hazia las casas
passo
de el Cabildo, y por esta razón poderse dar por escusados
de trabajo los vezinos muy apartados, como los Plateros
de oro, y Ropauegeros, con todo esso aderecaron, y colga¬
ron todos ellos
muy bien sus pertenencias: y assí estuuo
esta placa bizarra, y causaua recreación rodear los ojos

por ella.
»La procession comenco a salir de S. Francisco entre

tres, y quatro de la tarde, y acabó de entrar en el Con-


uento de Regina después buen rato de cerrada la noche, y

en todo este tiempo estuuieron tocando las


campanas de
la Iglesia mayor. Y para que este dia, y el Domingo antes
no cessasen vn punto las
campanas al tiempo de las Pro-
cessiones, assalarió la Cofradía sesenta hombres, que se fues-
sen remudando. Salieron a
despedir a la santa Imagen los
mesmos Patriarchas, y santos, que se auian hallado en su
recibimiento, menos el B. san Raymundo, á quien sus Re¬
ligiosos de nuestra Señora de la Merced, prudentemente
no
quisieron dexar vn puto de la mano, respecto de ser
muchos los oros, y joyas, que traia encima, y assí como lo
auian traydo Domingo por la tarde con acompañamiento
de todo el Conuento, para recibir la procession, assí se lo
boluieron a su casa en cerrando la noche. Estauan pues

puestos a trecho en dos hileras por el compás de san Fran¬


cisco los Patriarcas de las Religiones, y los santos de la
Religión Seráfica. San Francisco, y san Ignacio fundador
de la Compañía de Jesús, al principio junto a la puerta de
la calle, enmedio, los demás santos huespedes: y en vltimo

lugar los santos del Orden. Por medio de este celestial es-
quadron hizo passo la Magestad sereníssima de la Reyna
del cielo, y con su licencia se quedaro los santos en sus lu¬

gares. El orden de la procession, y acompañamiento, de


ella fue el mismo, que el del dia antes: a assí sería cansar,
Glorias Sevillanas 37i

y cansarse sin prouecho boluerlo á referir por extenso: pero


en breue.
Gigates, veynte Cofradías, diez y ocho Cruces de
Parroquias, dos Capillas enteras de música de voces, e ins¬
trumentos. La vna de ellas la de la Iglesia mayor, que en
ambas procesciones yua delante de nuestra Señora, dán¬
dole música con letras de su Concepción puríssima.Qua-
tro copias de chirimías, tres dancas fuera de la de los Gi¬

gantes. Vn luzidíssimo acompañamiento, q yua delante de


todo, de caualleros muy principales con vn pendón de tela
blanca, en asta de plata, con María concebida sin pecado
original (estas tres cosas vltimas fueron también en la pro-
cession del Domingo, y por oluido no se refiere en ella) La
Ciudad por Ciudad, &c. La diferencia que vuo fue, que a
la venida fue el cuerpo de la procession de Clérigos (como
se
dixo). Y en esta buelta de la santa Image, el cuerpo de
procession fue de Religiosos, de san Francisco en mayor
numero, del Carmen, de san Benito, y san Basilio, vnos
entre otros como yuan cayendo, y fueron todos en numero

trecientos y veynte, poco mas a menos. Verdad es, q yuan


muchos Clérigos, pero con sus manteos acompañando: o
con
capas de coro, siruiendo de lleuar en ombros la santa
Imagen, o las varas del palio, o haziendo oficio de Preste,
y Diáconos. Añidióse también a esta Procession la insigne
Cofradía de la Vera Cruz, que no se halló el dia antes, por¬

que salió al recibimiento, que hizieron los Padres Francis¬


cos. Acerca de la cera, lumbres desta segunda procession,

á auido entre algunos varios pareceres, sobre si fueron tatas

oy, como ayer. Vnos dizen, que sí, otros quieren que ayan
sido muchas mas. Yo me arrimo a lo primero, aunque no
me entremetí en contarlas este dia: porque dado
que sobre¬
vino la Cofradía de la Vera Cruz con mucho numero de
luzes. Y que los Religiosos fueron en mayor numero, q los
Clérigos: con todo esso, el ser el Lunes dia de trabajo, y
ser muchos hermanos de las Cofradías, que salieron, oficia-
372 Glorias Sevillanas

les, que an menester trabajar para comer, me persuade,


que dexarian bastante vazío, donde cupiessen los que en
esta procession se añadieron.
»No tuuo esta buelta de la santa Imagen mas de vn

recibimieto, porque en todo el camino no vuo Conuento de


Religiosos, ni otra comunidad, que pudiesse salirla a rece-
bir. El vnico recibimiento fue de los Padres de la sagrada

religión de Predicadores, en copañía de los de la sagrada


religión de S. Francisco de Paula, por otro nombre de la
Vitoria. Acudieron los segundos con la Imagen de su Sato
Fundador al conueto de Regina (adonde tambie auian con¬
currido muchos Religiosos de los demás conuentos de santo

Domingo) y de allí salieron en procescio con Cruz, y Pres¬


te, vnos entre otros, y se estediero hasta la placeta de la
Venera, que es razonable trecho. Serían en todos como do-
zientos Religiosos poco mas, ó menos. Al fin desta proces¬
sion, y puerta de la Iglesia de Regina estauan aguardando
co el Preste el B. Santo Domingo en andas de plata, y

muy bien aderecado, y el B. Sa Fracisco de Paula todo de


talla, y en pangúelas solas. Al entrar la santa Image por
la placeta de Regina, y por gran rato después, hasta que
vuo entrado toda la procession en la Iglesia, fue cosa
es¬
pantosa el alarido que alearon quantos estaua en ella, repi¬
tiendo muchas vezes, y con increybles vozes: Concebida sin

pecado original. Hizieron eco estos gritos en la Iglesia, y


acudiedo a el los que estauan en ella, comencaron a repe¬
tir lo propio con tan grandes vozes, y continuación, que

parecía venirse a bajo todo el Templo, y juntándose en vno


las vozes, que salían acanaladas por la puerta de la Iglesia,

y las que en la placeta se dauan, no parecía, sino q se auia

ya llegado el dia vltimo, y fin del mundo. No es posible


q puedad imaginar, como fue esto, los que no lo oyeron,
ni los que lo oyero saben explicarlo, lo q se sabe dezir es,

q mucho trecho legos de la placeta oian los gritos. Y pues


Glorias Sevillanas 373

el comu prouerbio afirma, q la voz del pueblo es voz de


Dios, que corazón avrá de los que lo vieron, y oyeron, y
de los q lo leyere, y supiere, en quien pueda caber duda,
de q esta comu voz, y aclamación fue impulso del Espíritu
Santo? Entró al fin la santa Image en la casa donde tantos
años se á conseruado. Y
luego la música de la Catedral
cantó las coplas de la Concepción, y después el Antífona,

y versos propios del misterio. Y el preste dixo la oración


Deus qui per immaculatam Virginis Coceptionem, &c. Y úl¬
timamente los cantores entonaron á punto Alabado sea el
Santíssimo Sacramento, y la Inmaculada Concepción de nues¬
tra Señora laVirgen María, Concebida sin mancha de pe¬
cado original. Y a cada palabra respondían a vozes lo mis¬
mo los qu estauan en la Iglesia: y oyendo dezir la Inmacu¬

lada Concepción se arrodillaron todos con mucha deuOcion,

y reuerencia. Con esto se acabo la fiesta, y aun no auia


quien echasse la gente de la Iglesia a las nueue de la no¬
che. Y los señores Cofrades han quedado muy cotetos de
auer
festejado su santa Imagen, y hechole este seruicio con
tan grande obstetacion, sin perdonar trabajo, ni a gasto, q
a sido d muchos centenares de ducados. Mucho quisiera
auer sabido en particular lo q las Cofradías gastaro en cera,

q forsocamente sería muchísimo: particularmente gastaría


la de la Vera Cruz, q es muy rica, y muy copiosa de gente,

y q en estas ocasiones suele andar cuplidíssima. Solo supe


a caso, que los Cofrades de la Santa Cruz en Gerusalen,

q es Cofradía muy principal, y deuota deste misterio, y le


á hecho, y haze fiestas gradiosas, auia labrado para esta,
catorce arrobas de cera en trecientas velas de a libra, y
media. Los gastos qhizieron los vezinos de todas las calles
por dode passan las processiones Domingo, y Lunes, fue¬
ron muy grandes, porq gastaron sin duelo, y si se pudiera

auer preguntado a cada vezino en particular, no ay duda

sino q sumara algunos millares de ducados. Los vezinos


374 Glorias Sevillanas

desta Ciudad, con este grade esfuerco, q se á hecho, an


quedado mas cofirmados en su antigua deuocio, y alenta-
díssimos a defender, y amparar la puríssima Cocepcion de
su Señora la Virgen María, concebida sin pecado original.

»Y porque fue también parte de las fiestas referidas lo

que passó el Miércoles de mañana dia de san Mateo, es


bien que también se diga. Y fue que auiendo los Padres de
la Compañía de Jesús lleuado de noche, y al encubierto a
san Ignacio
su fundador al Conuento de S. Francisco, a pe-
ticio de aqllos santos Religiosos, que quisieron sacarlo (co¬
mo está
dicho) con los otros Patriarcas de Religiones al
recibimiento de la santa Imagen; no permitió el Padre Guar¬
dian, que el santo boluiesse á su casa de la manera que vi¬
no, y asjí dio orden, que sus Religiosos lo boluiesse a la
casa Proffessa el dicho dia co
publicidad, no auiendo hecho
semejante cosa con los demás Patriarcas, que vuo huespe¬
des en su casa:
y para esto señaló al Padre Vicario de su
conuento conReligiosos á cumplimiento de cinquenta, que
por couento traxero el santo con velas gruesas, o cirios en
las manos, y en las andas de plata, que el mismo Padre
Guardian le auia hecho buscar, y aderecar con flores, para
sacarlo en el recibimiento que hizo el Domingo, y en el

despedimiento del Lunes. Cogióles la voz a los de la Com¬


pañía descuydados, porque el Padre Prepósito de la Cassa
Professa auia embiado a suplicar al Padre Guardian super-
sediesse de tan onrado, y cumplido intento: y assí por esto
a
penas tuuieron lugar de salir a recebir a su fundador, y
Padre, y al graue, y Religioso acopañamiento con que bol-
uia a su casa. En llegando a. la Iglesia cantaron los Padres
de san Francisco el himno; Iste con/essor, con su verso, y
el Padre Vicario dixo la Oración propia del Santo. Y aca¬
bada dieron la buelta a sucasa, dexando a la Compañía

muy obligada, como los Religiosos de ella publica, y dizen


a todos.» (Bibliog., núm. 9.)
Glorias Sevillanas 375

Como se ve por esta descripción, quiso el pueblo en


el acto de entrar la Santísima Virgen en el templo des¬
agraviarla públicamente, pues que en público se habían lan¬
zado allí mismo palabras que no decían bien de su Con¬

cepción Inmaculada, por cuya razón prorumpieron los fie¬


les en aquellos vivas y gritos ensordecedores, hijos de un

gran amor, que al par que llenaban el espacio con sus es-
clamaciones de júbilo, vertían lágrimas copiosas, pues que
en aquellas manifestaciones
no les impulsaba otro móvil
que el gran afecto que sentían en sus pechos á la Madre
de Dios. Recuerdo imperecedero dejó en Sevilla la proce¬
sión de Regina, que, además de la relación que acabamos
de copiar, la cantó en octavas reales el poeta sevillano Luis
Belmonte, y en romance popular Gil López de Lucenilla.
(Bibliog., núms. 10, n y 12.)
Glorias Sevillanas

CAPÍTULO XI

La Hermandad de sacerdotes de San Pedro Advíncula en las


fiestas de laConcepción.—Junta de 4 de Noviembre de 1615
y la proposición del cofrade Juan Gómez Vallejo.—Las fun¬
ciones del Octavario.—Solemne juramento.—La procesión.

—Justa literaria.—En 1617.—La Universidad hispalense y


el nuevo Estatuto en defensa del Misterio de la Concepción.
—Fiestas escolares.—Cabalgata histórica.—Función de toros
y cañas en la plaza de Maese Rodrigo.—Juramento del Claus¬
tro universitario.—Regocijos públicos al Breve de Paulo V.

—Procesión del Cabildo con la imagen de Ntra. Sra. de los

Reyes.—Los gremios y artes.

DIÓ la nota á las fiestas concepcionistas en el año 1616


referir.
una
gran solemnidad religioso-literaria, que vamos á

Seguía en aumento el afecto y devoción del pueblo se¬


villano al Misterio más predilecto de Nuestra Señora, no
saciándose de las repetidas muestras que hacía tiempo ve¬
níale prodigando. Al hablar de la Iglesia de San Pedro Após¬
tol dijimos que existía allí desde el siglo XVI una herman¬
dad de venerables sacerdotes del título de San Pedro Ad¬
víncula, representación genuina del clero secular de esta Ciu¬
dad; inútil parece decir, por lo tanto, que todos sus miem¬
bros eran acérrimos defensores de la creencia piadosa: era,
por lo tanto, ocasión en que lo demostrasen públicamente,
Glorias Sevillanas 3 77

para lo cual quisieron hacerlo de la manera más solemne


y señalada, dejando pruebas inequívocas de ello. Hemos
visto ir por grados el modo como las corporaciones religio¬
sas de Sevilla
querían obligarse á qonfesar perpetuamente
el Misterio; yasí como aparece en primer lugar la Sacra¬
mental del Sagrario con el voto para celebrar todos los años
función solemnísima, y luego los Nazarenos de la Santa Cruz
en Jerusalén hacen extensivo este voto con juramento á la

defensa de la Concepción sin pecado, ahora veremos á los


cofrades del Príncipe de los Apóstoles hacer el mismo voto
con toda solemnidad en la misma Misa de su grandiosa
función.

Apenas se hizo público el acto practicado por la her¬


mandad de Nazarenos, citábase á junta extraordinaria á los
cofrades de San Pedro para el día 7 de Octubre del mismo
año de 1615, á fin de dar cuenta de una propuesta que
hacía á lacorporación el hermano Juan Gómez Vallejo.
Reunidos en sesión en su capilla, bajo la presidencia de

D. Bartolomé Olalla de Rojas, dignidad de Chantre de esta


Catedral, se hizo presente que el referido cofrade, Mayor¬
domo de la decía: «Que bien sabe
corporación, proponía y
la Cofradía la gran devoción y fervor con q el pueblo chris-
tiano celebra y haze fiestas ála purísima concepción de la
Virgen N. S.ra concebida sin mancha de pecado original,
y en razón de este mysterio las muy solemnes y suntuosas
fiestas q se an celebrado, y cada dia se celebran, de que
Dios nuestro Señor y la Santíssima Virgen su Madre son

muy servidos; y entre todos los fieles no cabe la menor


obligación á los sacerdotes q por tantos títulos son hijos
desta Soberana Señora, parallevar adelante tan santa de¬
voción defendiéndola y amparándola á imitación de mu¬
chas y mui insignes Universidades, q lo an tomado por
particular asumpto, obligándose con juramento á defender
y á amparar la dicha opinión por lo q: Pedia y suplicaba á
48
378 Glorias Sevillanas

los dicho Rector y conciliarios fuesen servidos de tomar á


su cargo la dicha defensa para que assí los cofrades que
al presente son, como los que fueren de aquí en adelante,

hagan voto y juramento solemne en manos del señor Rec¬


tor que pro tempore fuere ó del Vice-rector en su ausencia
y en presencia del secretario de la dicha cofradía de defen¬
der en todas las ocasiones que se hallase la dicha opinión
sin q de ningún modo vaya contra ella y que el cofrade

que no hiziere el dicho voto sea escluido de la dicha Cofra¬


día, y que los que de aquí adelante entraren en ella, antes
de ser recevidos hagan el dicho juramento según dicho es.»
Fué aprobada por todos la tal proposición, para que
se tuviera
por estatuto inviolable, si bien antes había de
darse conocimiento al Arzobispo y Provisor, para cuya co¬
misión fueron nombrados el Mayordomo proponente y el
Secretario Juan Moreno de Castañeda.
Dispúsose inmediatamente la fórmula del juramento, á
fin también de someterla á la
aprobación jurisdiccional, que
presentóse con la adjunta solicitud, todo lo cual se impri¬
mió luego en papel suelto. (Bibliog., núm. 13.)

«Illmo. Señor. El Lic. Don


Juan Gómez Vallejo,
Presbytero, Comissario del Santo Oficio, y Mayordo¬
mo de la Cofradía de Sacerdotes de la Vincula de nues¬

tro Padre San Pedro de esta Ciudad, sita en su


Igle¬
sia Parroquial: y el Lic. Juan Moreno de Castañeda,
Presbytero, Secretario de dicha Cofradía: Dezimos,
que á nosotros se cometió pedir á V. S. I. licencia
para votar, y con juramento defender la Inmaculada
Concepción de la Virgen María N. Señora, concebida
sin mancha de pecado original. Y para hazer esta¬
tuto inviolable, que se guarde para siempre jamas,

como consta del Testimonio, de que ante V. S. I. ha-

zemos
presentación de acuerdo, que se hizo en la di-
Glorias Sevillanas 379

cha Cofradía. A V. S I. pedimos, y suplicamos, le


mande ver, y nos conceda licencia para hazer el di¬
cho voto, y juramento según, y como se contiene en
vna formula, que junto con esta presentamos á V. S. I.
para que vista, sea aprobada por V. S. I. ó como
mejor á V. S. I, parezca, con cuya licencia, y apro¬
bación quede todo firme, y para perpetua memoria,

y observancia de todos los que oy son, y adelante


fueren de la dicha nuestra Cofradía. Y para su ma¬

yor fervor, zieren el dicho voto, ó promesa, y qual-


y
quiera otro, que por su devoción quisieren renovar el
dicho voto, ó promessa, en publico ó secreto, los clias
de indulgencia, que por la razón de la Dignidad de
V. S. I. y comunicación de la Sede Apostólica puede,

y suele V. S. I. conceder. De lo qual, y de ser parte


de la dicha Cofradía del todo sean excluidos los que
no hizieron el dicho voto, y promessa.En lo qual
V. S. I. nos hará muy gran merced, favor servi¬
y
cio. N. Señor, y á su Santíssima Madre.—Ldo. Juan
Moreno de Castañeda.—Ldo. Juan Gómez Vallejo.»

No se despachó por el Prelado el asunto con la pron¬


titud que hubiera deseado la Cofradía, pues trascurrieron
más de siete meses hasta su aprobación, que no se dió sino

después de largas consultas y oir opiniones sobre lo que


iba á realizarse, durante cuyo largo período no descansa¬
ron los comisionados, al efecto de conseguir lo que desea¬
ban. Era esperada con ansias, no sólo por la Cofradía, sino
por toda la Ciudad, la resolución del negocio, pues ya to¬
dos se aprestaban á solemnizar este triunfo de manera que

hiciesen eco en toda España estas fiestas de la Concepción.


Decretóse por fin como se pedía, llenando de inmenso jú¬
bilo á todos los cofrades, que inmediatamente reuniéronse
en sesión para acordar la celebración del acto. Comisiona-
38o Glorias Sevillanas

ron para ello á los Ldos. Francisco Luque Fajardo, Juan


Moreno de Castañeda y Juan Gómez Vallejo, dándoles fa¬
cultades ampliasdisponer todo lo relativo al adorno
para
y suntuosidad que el
pedía; igualmente nombraron á
caso
seis cofrades que pasaran á palacio á dar las gracias más
rendidas al venerable Prelado, y suplicándole honrara estas
fiestas con su presencia, de lo que se excusó por sus ocu¬

paciones y salud delicada; obtuvieron de paso la venia para


la función y procesión, que ofreciéronle los comisionados

pasaría por el dicho palacio. Se notificó todo esto de nuevo


á la Hermandad, disponiéndose que los comisarios de fies¬
tas se diesen prisa en solicitar y prevenir ornamentos, col¬
gaduras, adornos, aderezos de altares, músicas, fuegos, ilu¬
minaciones, paseos de galas, carteles de justa literaria, con¬
vite de otras corporaciones
asistir á la gran proce¬
para
sión, y los óradores habían de
ocupar la sagrada cáte¬
que
dra durante un octavario que se acordó celebrar. Se impri¬
mió un cartel de gran tamaño, que decía así:

«OCTAVARIO DE FIESTAS Y SERMONES


en la
iglesia parrochial del Príncipe de los Apostóles San
Pedro de esta ciudad deSevilla, que se comengaran, Do¬
mingo diez y nueve dias del presente mes de Junio.
»La venerable Confraternidad de Sacerdotes, que
en deuocionsingular, y afecto al esclarecido misterio
de la Concepción puríssima de la Virgen María, y
con estrecho, y cordial vínculo de amor, está dedi¬

cada al glorioso triunfo, y Cadenas milagrosas del


mesmo Apóstol, nuestro Padre, con título de S. Pe¬

dro ad Vincula. Desseando hazer alguna solemne de¬


mostración de que resultasse mayor gloria al Hijo de

Dios, y a la Madre siempre Virgen, Cocebida sin pe¬


cado original: dedica, y ofrece ocho fiestas, y Sermo-
Glorias Sevillanas 38i

nes (sino como deue, que esto fuera imposible) con


la mayor suntuosidad, y circunstancias de solemni¬
dad, que a fuer de pía,
y Religiosa, alcanca sus fuer-
cas. Y porquelos sacrificios, y Sermones, sean ofren¬
da casera, sin mendigarla a puertas agenas, dirán las
Missas, y predicarán nuestros Hermanos Cofrades,
pues por la bondad diuina, ay muchos, que luzen en
buenas letras, y talentos de pulpito, si bien para que
á una acción de tan grande importancia se le dé fun¬
damento que lo leuante de punto. Comencando en el
nombre de Jesús, dara principio a los Sermones el
Padre Juan de Pineda, de su Colegio, y Compañía,

y dize la Missa el señor Chatre nuestro Rector, en


cuyas manos se a de hazer el juramento de la Inma¬
culada Concepción.
»Lunes veynte del dicho mes predicará, el Licen¬
ciado Chistoual Xuares de Ribera, Vicerrector de la
dicha Cofradía.
»Martes veynte y vno di dicho mes, el Doct. Agus¬
tín de Cisneros, Cura del Sagrario de la santa Iglesia
desta Ciudad, nuestro Cofrade.
»Miércoles veynte y dos del dicho mes, el Doc¬
tor Esteuan de villarreal y Estrada Cofrade.
»Jueue veynte y tres del dicho mes, el Doctor
Bartolomé de Prado, Cofrade.
»Viernes veynte y quatro del dicho mes el Licen¬
ciado Antonio de Villagran y Anaya Cofrade.
»Sabado veynte y cinco del dicho mes, Licen¬
ciado D. Antonio Ruiz Rincón.

»Domingo veinte y seys del dicho mes el Doctor


Don Manuel Sarmiento de Mendoza, Canónigo de la
Catedral, Cofrade. Este dia celebrará de Pontifical el
Sr. Obispo de Bona, Cofrade.»
382 Glorias Sevillanas

Dispuso el Municipio la limpieza y adorno de las calles


por donde habría de pasar la procesión, y con el fin de
estimular la Cofradía á los dichos vecinos, publicó el si¬
guiente cartel anunciando premios á los que ofrecieran me¬
jores adornos:

«Atento que se an dado pregones, en que se


manda aderegar las calles puertas y ventanas por
donde á de pasar laprocession de la Vincula de San
Pedro Domingo en la tarde diez y nueve deste mes
de Junio: para su mayor solemnidad á acordado la
dicha Cofradía de Sacerdotes, dar nuevos premios,
de la mesma calidad, que los de la justa, á quien mas
curiosamente y con invención de ingenio adornare su

puerta, y ventanas ó hiziere mejor altar. Las calles


serán desde San Pedro al barrio de Don Pedro Pon-
ce, por la cassa Professa de la Compañía, de allí por
la Cerraxería, calle de la Sierpe, plaga de San Fran¬
cisco, calle de Genova y Gradas, saliendo por la puer¬
ta de la torre de la Iglesia mayor, por las cassas del

señor Argobispo, calle de Francos, plaga de San Sal¬

vador calle de Lineros hasta bolver a la dicha Igle¬


sia de San Pedro. Todo en honra de la Concepción
puríssima de la Madre de Dios.»

Se vistió todo el templo de damasco de seda de color


encarnado y amarillo, galoneado de oro y franjas: lucían
los altares riquísimas frontaleras bordadas y gran número
de candeleros de plata, con multitud de jarras de flores; el
altar mayor excedía por su lujo y esplendor, en el
á todos
cual se ostentaba la imagen de Ntra. Sra. de la Concep¬
ción que luego fué conducida procesionalmente, habiéndose
traído para ello por los cofrades y muchos personajes de
la Ciudad tapices, alfombras, alhajas y cuanto de valor te-
Glorias Sevillanas 333

nían en sus
y pudo utilizarse en la decoración del
casas

templo. La víspera de la solemnidad hubo en las puertas


de la iglesia fuegos de artificio, así como lucida orquesta
de ministriles y atabales, iluminación en las azoteas y torre,
la que no cesó un punto con sus repiques anunciando la
fiesta que iba á tener lugar.

Llegó por fin el tan deseado día 19 de Junio, y ya muy


de mañana empezaron á acudir los fieles al templo ante el
temor de no poder participar de la función. Reunida la Her¬

mandad en el coro á las nueve, todos sus individuos con

sobrepellices y estolas bordadas con la orla «María conce¬


bida sin
pecado original» y la imagen de Nuestra Señora,
empezó el oficio con gran acompañamiento de música y
voces; que para este caso habían reunido todos los profe¬
sores de la Ciudad, á más de la capilla de
la Catedral, que
concurrió al acto. Dijo la Misa el Chantre, asistido de dos

canónigos, revestidos con ornamentos de gran valor artís¬


tico. Ocupó el pulpito en esta función el P.Juan de Pineda,

que hizo la oración sagrada versando sobre la Concepción


y el juramento que se iba á celebrar aquel día.
Llegó la hora solemne del juramento, al acabarse el
Ofertorio, y volviéndose el Preste al pueblo, y sobre las
gradas del presbiterio, con voz reposada y grave leyó la
fórmula del voto, que vertida en castellano, como se hizo

para el día octavo, es como sigue: «Yo... aunque indigno


Sacerdote, y ministro de aquel Sumo, y del todo Santo, y
limpio Pontífice Christo Jesús, y de su Esposa la Católica
Iglesia, santa, sin, mancha, ni ruga: por la obligación que
tengo de seruir y honrar con toda veneración y deuotíssima
piedad a la santíssima Virgen Madre de Dios, Reyna sobe¬
rana de Cielos, y tierra (pues ella es la que a nosotros los

Sacerdotes a dado el celestial Pan de vida, y el Cordero


sin mancha, que cada dia ofrecemos en sacrificio.) Digo,
que yo para que alcance, y merezca exercer, santa, y dig-
3^4 Glorias Sevillanas

namente oficio tan alto de Sacerdote, ofrecer tan santo, y


y
limpio sacrificio con limpieza de alma, y cuerpo. Primera¬
mente (en la forma, y manera, que por la santa Iglesia, y

decretos de sagrados Pontífices, me es permitido) creo, y


confiesso, que la verdadera, y natural Concepción de la
santíssima Virgen Madre de Dios, en aquel primer instan¬
te, que el soberano Criador infundio el alma en su sagrado
cuerpo, de ninguna suerte le tocó, ni afeó la común man¬
cha de la culpa original, que a los demás hijos de Adán
con
gran fealdad se les pega quando son concebidos: por¬
que aquella sagrada Virgen siempre fue santa, siempre lim¬
pia, y hermosa, y siempre agradable a los diuinos ojos. Y
mas a la misma soberana Virgen, y al todo poderoso Dios

su hijo, y a su Vicario en la tierra, el santíssimo Padre

Paulo V. nuestro Señor, y también a el Ilustríssimo señor


don Pedro de Castro y Quiñones Arcobispo de esta santa

Iglesia de Seuilla, mi señor, y a sus sucessores, en pre-


cencia del señor Doctor don Bartolomé Olalla de Roxas,

Chantre, yCanónigo de la misma Iglesia, Rector digníssi-


mo de nuestra santa Cofradía; prometo, y juro por estos

santos quatro Evangelios, que en todo tiempo y en qual-

quier parte, donde me hallare, tendré, professaré, y defen¬


deré, que la natural, y verdadera Concepción de la San¬
tíssima Virgen María fue Limpia, y Santa, y preseruada
de toda culpa, y mancha original. Y que ni de palabra, ni

por escrito, ni de otra manera, diré, ni enseñaré lo cotra-


rio; mas ante procuraré, que los fieles Christianos, assí hom¬
bres, como mugeres, sean instruydos, e informados en tan
santa, pía, y loable doctrina; y exorten, y animen, assí a la
profession de este misterio, como a la celebridad de la mis¬
ma fiesta.
Que sea para mayor gloria de Dios y de la San¬
tíssima Virgen María su Madre, seruicio de la santa Igle¬
sia, y bien de mi alma. En Sevilla, en la Iglesia del señor
san Pedro.»
Glorias Sevillanas 385

Durante esta lectura cada cofrade había tenido en las


manos otra fórmula igual é impresa; de todo lo cual le¬
vantó acta el secretario de la corporación, que se hallaba
colocado en el presbiterio al lado del preste para dar fe
del acto
que se ejecutaba.
Concluida la lectura del juramento, el oficiante, que era
á su vez Rector de esta Hermandad, arrodillóse ante el

Obispo de Bona, D. Juan de la Sal, había subido al


que
presbiterio y sentádose en un estrado con el libro de los
Evangelios abierto en sus manos; colocó el jurante las su¬
yas sobre dicho libro, y dijo: Así lo juro y prometo. Hizo
luego el Sr. Obispo este mismo juramento en manos del
preste, retirándose en seguida al coro, y continuando los
demás cofrades la misma ceremonia de dos en dos, llevan¬
do velas encendidas en sus manos. Durante este tiempo
estuvo la capilla cantando las coplas de Miguel Cid y vi¬
llancicos alusivos á este solemnísimo y conmovedor espec¬
táculo.

Llegada la hora de vísperas la tarde de aquel mismo


en
día, empezó el pueblo á invadir la plaza y alrededores del
templo para presenciar la salida de la procesión, que pro¬
metía de gran vista y
ser lucimiento. Formóse ésta llevan¬
do delante gran concurso de niños, que, con su guión blan¬
co y
celeste, iban entonando la música de Bernardo de
Toro y los versos de la Concepción; seguían las trompetas
de la Ciudad, que anunciaban con sus salvas el paso de

aquel cortejo; venía después la cofradía de Ntra. Sra. de


Guía, establecida en aquella iglesia, con más de cien her¬
manos con hachas, estandarte, músicos y cantores; tras
ésta la hermandad de la Santa Caridad, con gran número
de cofrades, que llevaban velas azules, estandarte, capilla
de voces y un con el alusivo mote «Concebida sin
guión
pecado original»; en tercer lugar entraron los Nazarenos
de la Santa Cruz en Jerusalén, en tan crecido número que
49
386 Glorias Sevillanas

llamaron la atención, conduciendo la célebre bandera del

juramento, de que ya dimos noticia, y por último figuraba


entre las hermandades convidadas, quiso fueran
que no se
más de cuatro
por no alargar demasiado la comitiva, la co¬
fradía de Ntra. Sra. de la Concepción del convento de Re¬
gina, en la que iba mucha nobleza sevillana, llevando su
correspondiente guión indicando ser defensora de la Pu¬
reza original.
Entraba luego la corporación promovedora de esta fies¬
ta, precedida de la cruz parroquial con ciriales, mas otras
doce parroquias que desearon asistir: iban los cofrades en
la forma y con las insignias que habían tenido por la ma¬
ñana, y en medio una nutrida capilla de músicos y canto¬
res alabando á la Inmaculada Concepción en motetes, vi¬
llancicos, himnos y letras compuestos para este acto, alter¬
nando con ellos el coro de voces de la Hermandad, que
recitaba en canto llano el
«Ave, Maris Stella». Venía lue¬
go, conducida en andas
sacerdotes, una bellísima ima¬
por
gen de Nuestra Señora, ricamente vestida de blanco y ce¬
leste, con gran adorno de inapreciables joyas de piedras
preciosas, llevando de escolta diez sacerdotes con hermo¬
sas
capas pluviales, que conducían un palio con varas de
plata, de riquísima tela de brocado rojo y oro: cerraban la
comitiva el Rector de la Hermandad D. Bartolomé Olalla
de Rojas, Chantre de esta Catedral, D. Juan de la Sal, Obis¬
po de Bona, los cofrades prebendados, y muchos caballe¬
ros de las Órdenes Militares, vestidos con sus hábitos, y
otros no menos nobles, presididos por el Conde de Palma,
todos con cirios encendidos.

Siguió la procesión la ruta señalada en el cartel de cer¬


tamen, haciéndose al paso de ella por las comunidades re¬
ligiosas del tránsito digno recibimiento. La primera esta¬
ción fué en la iglesia de la Compañía, cuyos religiosos es¬

peraban á la puerta con hachas encendidas, preste y turi-


Glorias Sevillanas 337

ferario. Á la esquina de la calle de las Sierpes aguardaban


los franciscanos con las imágenes de los santos de la Or¬
den, la hermandad de la Vera-Cruz, la de los sastres con
su titular Ntra. Sra. de los Reyes, y los hermanos Terce¬
ros; incensado el paso de la Concepción, y dichas las pre¬
ces propias, continuó hacia calle de Génova, en cuyo punto
empezó á repicar la Giralda, saliendo al paso en seguida la
Sacramental del Sagrario con velas encarnadas y el famoso

guión de María Concebida sin pecado Original. Entró en


la Basílica, y llegando entre los dos coros, salió un pre¬
bendado revestido para recitarlas preces de la Virgen, con¬
cluidas las cuales siguió la procesión por la puerta de los
Palos, pasando por el palacio arzobispal, en cuyos balco¬
nes estaba el Prelado, que bendijo á tan piadoso concurso;

continuando luego á la iglesia de San Pedro, con gran con¬


tentamiento de todos por haber realizado tan hermosa ma¬
nifestación en honor y honra del Misterio inmaculado.

Siguió el octavario con el mismo aparato y lujo del pri¬


mer día, predicando sucesivamente
en las fiestas los seño¬
res indicados en el cartel y
celebrando de pontifical el día
último el limo. Sr. Obispo de Bona; cerrándose así el pe¬
ríodo de tan ruidosas festividades, donde lucieron sus ta¬
lentos encomiando los privilegios de la Madre de Dios, y
especialmente el de su Concepción, los mejores oradores
sagrados que se conocían. Salieron varios romances des¬
cribiendo la función, copiando nosotros el siguiente, de fray
Bernardo de Cárdenas:

«Lleuadme agarrada Mingo Que lindo que está el Retabro,


por la halda del sayuelo, con el viejo honrado enmedio,

no sea el diabro, que me pierda, medio, por


donde se alcanca
y andemos dempues á preyto. el cielo, de que es portero.
Si la hiesta emos de ver, Pues la Virgen que está abajo,
que en la Igreja de san Pedro assi me dé Dios el sueño,
hazen los Cregos, y Abades, como me parece a
mi
persinemonos, y entremos. su
coriosidad, y asseo.'
388 Glorias Sevillanas

Que linda que tien la cara, y Retor deste Colegio,


y que gentilombre el cuerpo, en cuyas manos se hizo
parece que está sobida el sollene juramento.
en somo de algunos quecos. En las de vn don tal Obispo,
Que de telas ay colgadas que dizque es la Sal del suelo,
amarillas, con el miedo veale yo Papa Sal,
de ver tantos maldicientes, que ase, que es diño de sello.
que nadie dellos.
se escapa Hizo juramento el Preste,
Las verdes, coloradas,
y de hinojos en tierra puesto,
a quien ha vestido el tempro y ell Obispo, y los demás
con las colores del Mayo, ante el hizieron lo mesmo.

hazen Primauera el tiempo.


Llegaron de dos en dos,
De verguenca las paredes
y omillados por el suelo
hasta el techo se cobrieron lo juraron en vn libro
de telas, y de brocados, de los santos Euangellos.
damascos, y terciopelos. Juraron de defender,
Que de papeles colgados que en el instante primero
en somo las hue presentada de culpa
sargas veo,
que pues ellos lo están oy la que es Reyna de los Cielos.
presto lo estaran sus dueños. No sé que dezirvos mas,
Pues viendo que an trabajado, ni puedo, porque ya veo,
y que los dexan sin premio, que sale la Procescion,
mas de dos tienen de hazer
y voy a vella corriendo,
lo que aquel mal despensero. Ya sale vn pendón azul,
Dizen, que ay ocho sermones, lleno de borlas y fruecos,
y que oy ha sido el primero, que por ser el de la Guía,
por serlo, y por ser tan primo guía a los demás derechos.
la prima de todos ellos. Ya la Caridad le sigue,
Los demás son siete hermanos, que como en este misterio
pero no los Macabeos, - tuuo tanta parte amor,
porque en esta hermadad santa jura, y vota defendello.
son todos Christianos Ya los Lazarenos salen,
viejos.
Del vltimo soldemente que como hue Lazareno
sé el nobre, y si bien me niebro, Christo, a su Madre le hazen
se tien de llamar don tal hiestas por el parentesco.
de Mendoza, y de Sarmiento. Y aunque en esta Procession
Las Missas dizque se dicen son en orden los Terceros,

todo el ochauario entero, en orden a los demás


por degnidad de la Igreja ellos losprimeros hueron.
Galondrigo, o Racionero. Verad, que rica Patena
La primera diz que dixo de oro, prata, y terciopelo
vn viejo reuerendo, con la Concepción por orla,
muy
y con mas autoridad, y con sus armas en medio:
que el Cura de nuesso puebro. Ya la Concepción assorna,
Dizque es Trache de la Igreja, con el
pendón roto y viejo,
Glorias Sevillanas 389

por dezir lo que Corte's, para ser Madre del Verbo.


viejo, y cargado de preytos: Dorabuena os engendraron

Dios se lo perdone, amen, aquellos honrados viejos,


á quien hue la causa dellos, que siendo estériles antes
mas presto si a Dios le prace fruto tan fecundo dieron.
avrá buen fin de el, y dellos. Yo vos prometo Señora
Que de gente le acompaña, con voto y con juramento
todos con velas ardiendo, de defender que sois limpia
con tantos cirios, y hachas, y dar la vida por ello:
que no hay numero, ni cuento. Y tenerlo para mí
Ya los sacristanes llegan por de fé, pues que lo crego,
con sus Cruces, y sus velos, que sin mancha oregenal
que en lleuar la Cruz pagados vos hizo, quien pudo helio.

parecen al Cirineo. Tras preste, Obispo y Rector


Ya vienen tras de las Cruces que fin á hiesta dieron,
Mingo, los señores Cregos, otra Procession empieza
con vnas camisas brancas, de seglares caballeros.
en sorno los prietos,
sacos Algunos dellos descubren
en el
vnas fajas galanas,
muy pecho unos remiendos
anchas como
quatro dedos, ya verdes, ya colorados
qaga de los ombros en los saos, y
por en herreruelos.
les dan buelta a los pesquemos. Tan polidos, y galanes,
Son casi todas gayadas valasme Dios que van dellos,
con prata, y oro, y enmedio como creyó en
el Señor,
vna como
gallaruza, que van mas de sobecientos.
que yo le visto á san Pedro. Va en medio el Code de Palma,
Y ñas Patenas bordadas y el de la Guardia su yerno,
llevan los mas en los pechos, con vnas Cruces por dagas
que en somo del corazón galanes,
aunque pequeños.
lleuan lo que tienen dentro. Vamonos por vuessa vida
La musquina llega ya. en
pos de la hiesta, viendo
o que lleua de estormentos. de las puertas, y ventanas
que a sopros habrar los hazen eladorno, y aderezo.
como si hueran herreros. Que entapizado está todo
Verá aquel que mete, y saca, con sargas, y paramentos,
y essotro á modo de cuerno, que de coriosos altares,
que hazen de gorgoritos, que de retabros, y lienzos.
estó por yrme tassellos: Decraradme Mingo hermano,
Mas no: llega la Virgen
que Que Crerigos son aquestos,
de rodillas por el suelo, que a estrotos que vienen, haze
pues el cielo se le omilla sollene recebimento.
mientras pasa, le habremos. Apuesto que son Teatinos,
Vos seays muy bien llegada y cuydo, que atino en esto,
Reyna escogida ab eterno, que Cregos tan comedidos
no pueden ser
(como el cura lo espricó) sino ellos.
390 Glorias Sevillanas

La pra§a de san Francisco oy salen, segunda vez


llena de sus frades veo, para animaros de nueuo.
que esperan puestos en orden, Rezando están los Maytines
a sin ella passemos.
que los señores veynteneros,
Bendígalos Dios, amen, quando en la Igreja mayor,
que gordos, y que rellenos y del mundo el mayor tempro.
están, con aquestas hiestas, Entrando muessa Señora
que engorda mucho el cotento. con tanto acompañamiento
Tambiem los señores jastres, hasta las mismas pariedes
con muchas hachas ardiendo de alegría se rieron.
van delante, acompañando
*
El altar mayor estaua
las reliquias, y los huessos. tan galano, y tan compuesto,
En somo vnas pangúelas como el dia del el Señor,
sacaron tantos de cuerpos, O Pasqua del Nacimiento.
dizen, de vnos santos,
que son Por vna puerta salimos,
cuyas almas tiene el cielo. donde escriuen vnos viejos,
Ya estamos en gradas
Mingo, cartas a todos, por ser
mas valasme Dios, que es Secretarios de Consejo.
esto?
quien haze tanto roydo, Dimos de cara en la casa
tanto alboroto, y estruendo? del Pastor, á quien de el cielo
Como creyó en Jesso Christo, tras el báculo,
y la mitra,
que estó tembrando de miedo, el merecido capelo,
creyendo, que es tespentad Y pues es Pedro, y es santo
de relámpagos, y truenos. hagalo Dios Padre nuestro,
Empero, niembreme Dios que un Pedro santo está bien
marido, que ya me acuerdo, en la silla de vn san Pedro.
que son estas las Campañas, Veldo Mingo á su ventana
que se están pedamos hendo. tan apazible, y risueño,
Este le llaman repique, que parece que está dando
empero no el de los cientos, mil parabienes al Clero.
son el
que haze la Igreja Mil bendiciones mos echa,

de alegría, y de contento. la suya le den los cielos,


Creyó, que es la Cofradía y a nosotros buen viaje
aquesta del Sacramento, desde aqui hasta nueso puebro.
que en las velas coloradas En esto dio la Oración,
se vee su ardiente desseo. y hiriéndose en los pechos
Como a aquesta Procession Teriesa, Alonso, y su Mingo
ellos el principio dieron la rezaron y se fueron.
Latís Deo.

Mas las fiestas de la hermandad de San Pedro Ad-vín-


cula no sólo tuvieron carácter religioso, sino que éste revis¬
tió el de un
gran acontecimiento literario, pues los dipu¬
tados nombrados al efecto quisieron que las letras anda-
Glorias Sevillanas 39i

luzas vinieran también á rendir á la Virgen sin mancilla su


tributo de admiración y respeto. Para ello convocaron á
certamen poético á cuantos cultivaban la literatura y eran

defensores y amantes de la creencia piadosa, publicándose


la justa trece días antes del octavario referido en la forma

siguiente: salióse de la iglesia de San Pedro á la hora de


vísperas, llevando delante los atabales y ministriles de la
Ciudad: el muñidor de la Hermandad á caballo, con un re¬

postero de terciopelo carmesí con el escudo de la misma


y sus insignias, dentro del cual conducía los carteles anun¬
ciadores: luego las trompetas, avisando el concurso litera¬
rio: los colegiales de la Universidad de Maese Rodrigo: cua¬
renta sacerdotes de la corporación montados en muías, de
dos en dos, llevando interpolados algunos caballeros de ca¬
pa y espada, y en medio de todos una música; cerrando el
paseo el Mayordomo, Secretario y Consiliario con un guión
de plata y el rótulo «María Concebida sin pecado original»,
en letras doradas, y por bajo aparecía un cartel que decía
lo siguiente:

«LITERARIA JUSTA,
a
que la sagrada Cofradía de venerables Sacerdotes de la
advocación del Príncipe de los Apostóles Sa Pedro ad
Vincula, en su Iglesia desta ciudad de Sevilla. Llama,
y Combida A las Christianas Musas, grandes ingenios,
facundos Oradores, cultos Poetas, que con blacas, y ter¬
sas armas de subtiles plumas,
artificiosas composiciones,
granes prosas, dulces versos, curiosas pinturas, varias
invenciones, prueueu la buena suerte de su valor, alen¬
tados co la esperaca de no vulgares premios, predas de
los mayores q recibirá del Supremo Juez.

»E1
Sempiterno supremo Sacerdote, eternamente
agradecido a la soberana Virgen Madre suya, en cu¬
yo digno Sagrario de sus puríssimas entrañas, reci¬
bió las blancas sacras vestiduras, con q reuestido de
392 Glorias Sevillanas

Pontifical, ofreció la inmaculada Hostia de nuestra co¬

piosa Redención, tan prouechosa al mundo, quanto


gloriosa a su Padre; gustoso siepre de la mayor onra,
y adoración de la que tata parte puso en la milagrosa
consagración de su diuino Pontificado; ordena con
extraordinaria soberana prouidecia en estos tiempos,

para inmortal lustre, y crecimiento de la grandeza de


nuestra ciudad, que por ministerio, y deuocion de sus

sagrados Sacerdotes, se renueue, y crezca en ella la


gloria de tan esclarecida Virgen, entonando ellos, y
respondiendo la general aclamación, y aplauso con
la publica confession de la Limpieza de su Inmacu¬
lada Concepción, agena de toda original mancha, y

culpa: Fauor del Cielo, ser compañeros de los Ange¬


les en la alegría, y celebridad desta milagrosa Con¬

cepción; con que reconociéndose por nueuo título obli¬


gados, los que siempre lo estuuieron, a el mayor ser-
uicio de esta sagrada Sacerdotal Reyna (que siendo
la oueja del milagroso dorado Vellocino, es Madre
del Inmaculado Cordero, que quita con su sangre el

pecado del mudo; Virginal tierra, que produjo el gra¬


no, que redimió la vniuersal hambre del hombre, cau¬
sada de vna mala golosina; la fuerte Madre de PMmi-
lias, que de limpia massa sin leuadura de culpa, for¬
mó el bocado de vida; Horno caldeado con el diuino
Amor, en que se sazonó,
cozio el Pan de Angeles,
y
que cada dia se le sirue al Señor) no solo
en su mesa
an
proseguido en la continuación de estos dichosos
principios, y acompañamiento de tan alegres fiestas,
mas quieren aora cerrar el esquadron de tantas so¬

lemnidades, y octauarios, siendo solos Sacerdotes los


que por sí la celebren. Quales son los de la sagrada
Congregación de San Pedro ad Vincula, que de tal
suerte sean el fin, y colmo de tan santa deuocion,
Glorias Sevillanas 393

que de nueuo den principio a la mayor firmeza, y


perpetuydad della, en otras santas Congregaciones;
pues obligándose á la confession, y defensa deste mis¬
terio de la Pura Concepción, co vn santo religioso
voto, y juramento, obligan con su exemplo a su imi¬
tación, deuocion de la santíssima Virgen Ma¬
y mayor
ría. Y de la possible combidan, y obligan con
manera

la presente Justa, y premios a los mas curiosos, y


deuotos ingenios de nuestra República, a que acompa¬

ñen, y onren la Fiesta, y de su parte aviven el fuego


de la feruorosa deuocion, con el aliento de sus vozes

y acetos.»

Continúa el cartel dando cuenta de los certámenes, que


habían de ser ocho:

I.—De prosa latina.


II.—Versos heroicos latinos.

III.—Epigramas latinos.
IV.—Versos castellanos glosando la redondilla:
«Oy juro Señora y voto
Que soys limpia, y tan seguro
Estoy, que cuanto mas juro
Me tengo por mas devoto.»

V.—Sonetos en castellano.
VI.—Octavas sobre los misteriosos títulos comprendi¬
dos en estos versos:

«Palma, Oliva, Ciprés, Vid, Lirio, Rosa,


Plátano, Cinamomo, Mirra, Balsamo.
Puerta, Torre, Ciudad, Escala y Fuente
Norte, Luzero, Sol y Luna llena.»
VII.—Canción en alabanza del Apóstol San Pedro.
VIII.—Sobre pinturas, tarjas ó geroglíficos.
IX.—Un romance describiendo la fiesta.
Y X.—De los aventureros, en variedad de lenguas.
50
394 Glorias Sevillanas

Siguen las leyes han de observar en la presen¬


que se
tación, calificación adjudicación de premios, nombrando
y
jueces del tribunal á D. Bartolomé Olalla y Rojas, Rector
de la Cofradía; al Rmo. Sr. D. Juan de la Sal, Obispo de
Bona; al Sr. D. Manuel Sarmiento y Mendoza, Magistral
de la Catedral; al Sr. D. Antonio Petruche, Provincial de
la Santa Hermandad; al Sr. D. Francisco Araoz, Alguacil

Mayor de la Real Audiencia, y al Sr. D. Juan Contador y


Dalvo, Veinticuatro de la Ciudad.
Fué dejando carteles el Secretario de la Hermandad en
la Casa profesa de la Compañía, Colegio de San Hermene¬
gildo, Real Audiencia, Casas Capitulares, convento de San
Francisco, Colegio de Gramática de San Miguel, Universi¬
dad de Maese Rodrigo, Real Alcázar y Palacio Arzobispal,
en cuyos edificios quedaban fijos á sus puertas, á más del

que el Sr. Secretario pasaba á entregar.


Prorogóse la justa hasta el día de San Juan Bautista
primeramente, y luego al 14 de Julio: mas la aglomeración
de los justadores, que fueron más de ciento treinta, obligó
á diferir el acto de la adjudicación
al 20 de Julio. Llegado
este día, reuniéronse en el templo de San Pedro, prepa¬

rado al objeto, los jueces que componían el tribunal de la

Justa, el Secretario y muchos miembros de la corporación,


más el concurso propio de estudiantes, poetas y demás gen¬
tes de letras.

Empezóse la lectura de los que habían obtenido pre¬


mios por el orden que los certámenes habíanse anunciado.
En el primero lo obtuvieron: por su Oratio in Dive
Virginis laudetn, Juan B. de Castro, estudiante del Colegio
de San Hermenegildo, un corte de jubón de tafetán pardo;
al niño Juan de la Parra, del mismo Colegio, una cuchara
de plata, por la redondilla latina, imitación de la castellana:

« Toto mundo universali

vocibus Regina electa


Glorias Sevillanas 395

dicaris esse concepta


sine noxa originalh;
y el tercer premio cupo á Juan B. de Salazar, estudiante;
un
par de guantes adobados.

En el certamen segundo fué premiado en primer lugar


Tomás Bartono, del Colegio de los Ingleses, con un bolso
labrado de seda y oro, por su composición en verso heroico
Maria Virgo semper intacta Mater Dei sine ulla peccati
originalis contagione concepta. Siguióle Francisco Guillandi,
de igual nacionalidad, siendo agraciado con un mondadien¬
tes de piezas de plata en curiosa trenza de seda, por su poe¬

sía Carmen Heroycum in Conceptione Beatce Maria imma-


culata. El premio tercero fué para Juan de Robles, poeta
sevillano, por una oda latina.

En el tercer certamen, de epigramas latinos en alaban¬


za de la Virgen y de su santa madre, obtuvieron gracias:
Francisco de Guillande, un corte de jubón de tela de plata y
un rosario de
coyoles finos engarzados e7i plata por dos com¬
posiciones que presentó; y otro igual por la suya el P. Fray
Francisco de Aguirre, del Orden del Carmen. Guillermo

Fanconio, del Colegio Inglés, obtuvo sortija de oro, y dos


premios extraordinarios Juan de Robles.

Llegó el certamen de las glosas, que fué muy reñido


entre los jueces, presentando cada uno de ellos censura dis¬

tinta; lo que hizo que se cometiese la decisión final al Rec¬


tor, Secretario y Consiliario de la Hermandad, que dieron
la sentencia siguiente: el premio primero para Juan A. de
Herrera; un corte de jubón de tela de oro: el segundo fué

adjudicado por suerte á Domingo de Luque, de Ecija; un


par de medias verdes de seda toledana.
Fué el tercero para el poeta sevillano D. Juan de fáu-
396 Glorias Sevillanas

regui, y consistía en una rica vanda de gasa guarnecida de


puntas de plata.
La glosa dice así:

H Oy juro Señora y voto


Que soys limpia, y tan seguro
Estoy, que quanto mas juro
Me tengo por mas devoto.

lf Virgen, de mi fe enseñado
juro a Dios viuo, q en vos
no cupo jamas pecado,
y os hago voto a los dos
de defender lo jurado.
Oyga el juramento, y voto
el ingrato, y el deuoto,
y entienda que con certeza
vuestra original limpieza
oy juro Señora, y voto.

TI Si me satisfaze el pecho
la razón:
y me assegura
lo que el Pontífice á hecho;
no puedo estar por ventura

bien seguro, y satisfecho?


Assí lo defiendo, y juro
mil vezes: y a buen seguro

que no salga de la brega


tan satisfecho, el que niega,

que soys limpia, y tan seguro.

*ff Aunque es en desprecio, y es


de muchos en desonor
el jurar a dos por tres,
yo jurando en vuestro onor
lo esperimento al reués.
Quanto mas callo, y procuro
no
jurar, menos seguro
viuo de ser despreciado:
y nunca mas estimado
estoy, que quanto mas juro.
Del Clero deuoto, y pío
la Congregacio que os ama
me presta el feruor, y brío,
Glorias Sevillanas 397

porque la encendida llama


de su pecho alcanca al mió.
Ya cual ellos juro, y voto
(aunque pese al indeuoto)
ya sigo alegre su rito,
y quanto mas los imito
me tengo por mas denoto.

El cuarto premio adjudicóse á Juan B. Camacho, y era


un par de guantes de ambar blanco.
Su glosa es así:

TI La ilustre Congregación
de Pedro, vuestra limpieza
oy jura con afición,
porque es bien q su nobleza
jure en vuestra Concepción.
Y si juramento, y voto
hazen, con pecho deuoto,
de defender vuestro onor,
lo mismo, y con tal valor,
oy juro Señora, y voto.

TI Y si con gloria infinita


q soys limpia jura el Clero,
la razón lo facilita,
pues vos le dais vn Cordero,
que manchas de culpas quita.
Y pues con animo puro,
confiessan lo que yo juro,
tan seguros de su fé,
yo también confessaré,
que soys limpia, tan seguro.

H Porque tan seguro sé,


q esverdad vuestra pureza,
que por ella moriré,
porque en mí tiene firmeza,
como si fuera de fé.
Y si juro tan seguro
esta verdad
(bien se vee
que no es por fe) q procuro,
pues mas cierto de mi fe
estoy que quanto mas juro.
398 Glorias Sevillanas

TI Y pues Sacerdotes tantos


juran vuestra Concepción,
con himnos, fiestas y cantos;
imitar será razón,
pechos tan puros y santos.
Y assíVirgen, juro, y voto
de nunca violar el voto
hecho a misterio tan puro,
porque quanto mas lo juro
me tengo por mas denoto.

Otro premio se adjudicó á Gil López; dos lientos enrío-


sos de olanda fina.

premio extraordinario la siguiente glosa de Gre¬


Tuvo

gorio Manrique:

TI Si el juramento acredita
la verdad, y la nobleza,
oy Virgen vuestra limpieza
a
quela jure me exita
para descubrir su alteza.
Y con el agudo Escoto
por hazerme mas deuoto,
que fuistes Virgen sagrada
ele la culpa preseruada,
oy juro Señora, y voto,

Tí Si del Virginal brocado


el mismo Dios se vistió,
claro está, que lo escogió
mas limpio q el Sol dorado,
.
y mancha en el no cayó.
Por defender que el Sol puro,
Virgen en vos no fue obscuro,
mi cabeca daré oy
tan cierto Señora estoy,

que soys Iwipia, y tan seguro.

H Si todo el mundo confiessa,


que soys Virgen escogida
sin pecado concebida,
y que nunca fuistis pressa,
ni del demonio oprimida.
Quanto yo puedo procuro
Glorias Sevillanas 399

jurar muy á mi seguro,


que soys limpia, porq siento
que nunca yo mas contento
estoy, que quanto mas juro.
H Jurar que a vuestro cristal
mas candido que la nieue
no tocó la culpa aleue
del pecado original,
la misma verdad me mueue.

De parecer indeuoto
tan lexos estoy, que voto,
q soys limpia, y lo confirmo,
porq quanto mas lo afirmo
me
te?igo por mas denoto.

En igual lugar entró Fr. Bernardo de Cárdenas, religio¬


so del Colegio de San Basilio, con premio extraordinario.

Correspondióle turno al certamen de los sonetos, que


fué también muy reñido, apareciendo en primer término el
que compuso Gregorio Manrique, premiado con una tem¬
bladera de plata.
El segundo premio lo obtuvo D. Juan de Jáuregui, á

quien se le dió un rico bolso de ambar, pór el siguiente

SONETO

Triunfó la culpa, incontrastable y fiera,


Hasta que el Cielo resolvió, aplacado,
Que vna Virgen sin mancha de pecado,
La atropellára y su altivez rindiera.
Dio al hombre Dios su libertad primera,
Y estableció, por mejorar su estado,
El Sacerdocio santo, en que humanado
Le goza, y siempre de gozarle espera.
Oy, que la Virgen sigue su vitoria,
Ya votan su limpieza, en voz festiua,
Los Sacerdotes con feruor deuoto.
Bien oprimida yazes, culpa altiua,
Pues son tu oprobrio eterno, y nuestra gloria,
Virgen, Limpieza, Sacerdocio, y voto.
400 Glorias Sevillanas

Se premió luego á Juan B. Camacho con un libro de


todos los tratados que estos dias han salido acerca del Mis¬
terio, bien encuadernado con listones de seda, por el siguiente

soneto

Virgen el impíreo Cielo,


mas pura que
Aurora quien se muestra el Sol diuino
en

Con splendor mas claro, y peregrino,


Que en los demás que visten mortal belo:
Ni el ángel, que leuanta mas su buelo
Pudo con vos correr igual camino,
Limpia en cualquier instante (assi conuino)
Os hizo Dios con amoroso zelo.
Esta verdad, con voto, alegre canta
De el Sacerdocio santo lo escogido,
Lo ilustre, lo acendrado, y mas deuoto.
Y esta es la causa que con fiesta tanta
Solo suena entre el celebre
ruydo,
Virgen, limpieza, Sacerdocio, y voto.

Se
premiaron otros dos del Mtro. D. Melchor de Aya-
la, de Olivares, y de Fr. Bernardo de Cárdenas, con
cura
sendos pares de guantes de atnbar.
El poeta Rodrigo Fernández de Rivera, secretario del

Marqués de la Algaba, presentó los dos siguientes:

soneto

De el Sol diuino (o Sacerdote humano)


Que assi dichoso de la mansa oliua
(Planta siempre con flor) trata, y cultiua
El sacro fruto en el altar tu mano,
El alto oficio, el zelo de hortelano
Con luz te inspira ilustremente viua:
Pues juras ya, que nube no vio esquiua
Aquesta planta en su primer Verano.
Que era tan propio al Sacerdocio santo,
Que quien Virgen la amó en su onor hiziera
Oy voto a su limpieza assi deuoto:
Que no cumpliera amando; si con tanto
Zelo juntado por su onor no vuiera
Virgen, Limpieza, Sacerdocio, y voto.
$ ©
Glorias Sevillanas 401
/v

y
soneto piscatorio

Deja la barca al mar, y la atarraya


Deste escollo, Damon, pendiente deja,
Marañe el Sol en ella su madeja,
Y assí nudos enxugando vaya.
sus

Ondas dora la luz, y campo raya,


La tierra ocupa tu, de el mar te aleja,
Pues ni Austro silua, ni el Alción se queja,
Y l'agua adula en tanta paz la playa.
Al templo ven de el gran Simón (sagrado
Pescador) do sus hijos, imitando
Su fe, y no su negar, juran agora,
Que la Estrella de el mar. Su Norte amado,
No vio nube en su luz, o eclipse, quando
Al mundo la dio el Sol, de quien fue Aurora.

En el sexto certamen, de octavas, llevó el premio pri¬


mero, un cuadro al olio de Ntra. Sra., la preciosa compo¬
sición de Juan de Jáuregui que reproducimos á continua¬
ción:

OCTAVAS

Soys Palma excelsa (o Virgen) Triunfadora


Del árbol del Soys verde Oliua,
error.

Que en lo de las aguas mora,


supremo
Yerde á pesar de su diluvio, y viua.
Soys Vid, que el golpe de la hoz ignora:
Ciprés, que essento de la muerte esquiua
Anuncia muerte con funesta guerra
Al que esperaua derribarle en tierra.
Soys Lirio assido á la pungente, y dura
Rama de espinas, y jamas violado.
Rosa cuya beldad intacta, y pura
No marchitó la noche, y viento elado
O sin ygual, purissima criatura!
Que preseruada del común pecado.
Soys, en desprecio suyo, vitoriosa
Palma, Oliua, Ciprés, Vid, Lirio, y Rosa.
U Soys Plátano de ramas tan copioso
Al fértil
riego de perpetua fuente,
Que nunca el yelo su follage vmbroso
A penetrado, ni el Agosto ardiente.

5i
402 Glorias Sevillanas

Mirra escogida, Balsamo oloroso,


Cuya interna virtud perpetuamente
Os reseruó incorrupta, y sin ofensa
Contra el contagio de la culpa inmensa.

If Soys el Cinámo de fragante, y fina


Especie; oculto en aspereza tanta,
Que ni guadaña al tronco se auezina,
Ni falta vn ramo de la fértil planta.
O en los humanos ecepcion diuina!
Y del Criador Imagen sacrosanta!
Por gracias mil deuidamente os llamo
Plátano, Mirra, Balsamo, Cinámo.

TI Soys Torre ebúrnea, altíssima,y fundada


Para asilo feliz del vando amigo,
Que su noticia inmunidad sagrada
Fue siempre incontrastable al enemigo.
Ciudad en cuya cerca leuantada
No abrió el contrario entrada, ni postigo.
Escala del olimpo, inaccesible
Al pie atreuido de la bestia horrible.

TI Puerta, que aun antes que su Autor la abriera


Ya estaua al aduersario defendida.
Fuente, que al Aspid, y culebra fiera
Dios negó de sus ondas la bebida.
O en soberanas honras la primera!
Sin sombra de pecado concebida!
Bien soys, con semejanca preeminente,
Torre, Ciudad, Escala, Puerta, y Fuente.

íf Soys encendido Sol, y tan fogoso


Que no permite congelar nublado,
Ni el factor de las sombras espantoso
A visto el globo de su luz turbado.
Soys Luzero del Alúa, luminoso,
Que en los solares rayos inflamado,
Huye el eclipse lóbrego, funesto,
Cercano siempre al Sol, y nunca opuesto.

lí Norte que de las ondas se retira


Sinver jamas en ellas triste ocaso.

Luna que al Sol supremo siempre mira,


Ni el mundo estonia de su vista el paso.
Glorias Sevillanas 403

O singularidad que al Cielo admira!


Rindo a tan pura luz mi ingenio escaso,
Pues no se
incluye en alabanca alguna
Vuestro Sol, y Luzero, Norte y Luna.

Adjudicóse al P. Fr. Juan de Alcayde el premio se¬


gundo, consistente en una Cruz de Reliquia, por las si¬
guientes
octavas

H Diuina Palma, humano


cuyo tronco
De la culpa sufre carga,
común no
Libre del daño que ofreció el mancano
Al padre antiguo con la fruta amarga:
Oliua santa que al varón Christiano
La paz anuncia en la borrasca larga,
Quando las olas del salado charco
Bramando acotan de su cuerpo el barco.

Ciprés incorrutible, y oloroso,


Vid de cuya hermosa cabellera
Pendió bello razimo poderoso,
Que ablandó con licor la dura esfera:
Candido Lilio en castidad hermoso,
Rosa teñida en sangre verdadera,
Que dio por nuestro bien el sacro dueño
Con tres clauos cosido a vn basto leño.

H Qual Plátano de hojas coronado


Al cielo sube la frondosa frente,
Quando entre flores por el verde prado
El tronco baña fugitiua fuente,
O del monte en Pancaya celebrado,
Mirra escogida, y Balsamo excelente,
Tal es la Esposa del diuino Esposo
Plátano, Mirra, y Balsamo precioso.

Sagrado Cinamomo en cuyo pecho


Nueue meses durmió el Adán segundo,
El vientre casto (Relicario estrecho)
En cielo buelto por el bien del mundo,
Que pudo, y quiso preseruar de hecho
La Virgen apesar del monstruo inmundo,
Qual nueuo Alcides quebrantando entonces
Hidra de escamas en dureza bronzes.
404 Glorias Sevillanas

TI Puerta del Cielo del metal mas puro,


Que al gran Betis ofrece el Indio auaro,
Ciudad cercada con exelso muro,
Torre que afrenta la inmortal de Faro,
Que al golfo alumbra de este mundo obscuro
Y en ella halla el nauegante amparo,
Quando el demonio, aunque arrogante ciego
Arroja con furor balas de fuego.
TI Escala rica, cuya punta bella
Toca de olimpo el estrellado coro
Del mar de vuestro valle clara estrella,
Que de Febo auerguenca de oro:
el carro
Fuente de cuyo parto (aunque donzella)
Nació la Fuente celestial tesoro,
Que con lanca en el sacro monte abierta
Dio sangre, y agua al mundo, al cielo puerta.

De mi Carmelo flor, y antorcha clara,


Norte claro del pecho mas hambriento,
Que tras del oro eterno mares hara,
Dando tablas al agua, lino al viento.
Luzero matutino, cuya cara
De Luz bordando el alto firmamento
Entre roxo, y azul descubre al suelo,
El Sol que fabricó la tierra, y cielo.
Diuina Aurora, cuyo seno santo
Dio al suelo el Sol diuino en nochebuena,
Princesa, quien el Sol sirue de manto,
a
Calcando el blanco pie la Luna llena:
A cuya Concepción alegre canto,
Leuanta el Betis en su rica arena
Plomando la opinión del sabio Escoto,
Con fiestas, himnos, y perpetuo voto.

El tercer premio fué para el hermano Cristóbal de la


Asunción: tres lientos de holanda fina.
Merecieron que se imprimiesen las siguientes de Ro¬
drigo Fernández de Rivera, sin optar á premio alguno.

OCTAVAS

T[ Si al Sol quiero, Señora, compayaros,


Madre de vn Sol os hallo mas luziente:
Glorias Sevillanas 405

Que a adornaros aspira, y no a ygualaros


Aquel, cediendo de este al sacro Oriente,
Sus rayos prostra Cintia: y por mas claros,
Se miran vuestros pies sobre su frente.
Los astros pues, por parecer cabellos
Vuestros, hazen su luz corona en ellos.
fí Si aquella sacra misteriosa Escala
a
Os quiero ya igualar; y miro aquella
De Angeles llena, que a la empírea sala
Vienen, y van: por vos, o Escala bella
El mismo Dios bajó, a quien nadie iguala.
Si a Torre de David, pendientes della
Mil escudos están: y de vos penden
Virtudes, que sin numero os defienden.
U" Si
a la santa Ciudad, si a aquella puerta
De la estrellada Alcacar sacrosanta,
Que semejays ciertá
presumo, es cosa
Tales no
estima es tanta.
ser, aunque su
Que Fuente al Sol la blandamente abierta
Risueña boca de cristal leuanta
De la montaña onor, solaz de el valle,
Que en sí cristal, para ygualaros, halle?
T¡ Candido al Lilio, a la purpurea Rosa
En primero matutino adorno
su

Consulto, a ver si el bello, y ella hermosa


Copia vuestra me dan: pero en retorno.
Humilde aquel, y aquesta vergoncosa
Se muestran a la luz de voz en torno,
Ella me ofrece
purpura, el blancura;
Parte no igual de toda esta hermosura.
TI La Palma erige el alto essento cuello
Al cielo vitoriosa: y que os imita
Presume en lo constante, y en lo bello.
La alegre Vid fecunda solicita
Assí abundante por humilde aquello,
Que la Palma por alta: y no marchita
Tener jamas su amiga plánta ofrece;
Cuydando assí, que en algo se os parece.
La pacífica Oliua coronada
De sí misma intentó por su piadoso
Fruto, imitaros de su intento honrada.
Y de esta ilustre imitación gozoso
40 6 Glorias Sevillanas

Está el Ciprés gentil torcido en nada


La belleza de el Plátano pomposo
Miro: mas no la vuestra toda en ella:
Que soys, aunque es tan bello, vos mas bella.
1[ Sude el árbol precioso de Judea
Balsamo al esplendor de vuestra frente.
Cerner a l'Alua en Cinamomo vea
Perlas el Sol de su natiuo Oriente.
Y risa en vuestro honor, no llanto, sea
Licor que vierta Mirra dulcemente:
Que no a su incorrupción, y olor comparo
Tan pura incorrupción, olor mas raro.

Vos de vos sola sed símil bastante:


Que soys, no siendo Dios, por razón clara
Quanto hay que ser desde el primero instante
Sol, Luna, Estrella, Escala Ciudad cara.
Puerta soys,Fuente y Lilio, y soys fragante
Rosa, Palma, y Vid soys, Oliua rara,
Ciprés, Plantano, y Balsamo, Alegría
Soys Cinamomo, y Mirra. Y soys María.
0

En igual caso están las composiciones de Fr. Bernardo


de Cárdenas y Fr. Pedro de Santamaría, que sólo obtuvie¬
ron la gracia de la publicación.

Seguía el certamen de las canciones donde se cantaba


la exención del primer pecado en la Santísima Virgen y la
libertad del Apóstol San Pedro en las cadenas de su pri¬
sión. Se premió por su orden: á D. Juan de Jáuregui, con
unos
guantes de cordovan de ambar, que valen diez escudos;
á Rodrigo Fernández de Rivera, con las obras de Ludo-
vico Blosio; la canción de D. Gregorio Manrique con un
estruche de herramienta fina estrangera.
Otra canción del Ldo. D. Miguel Meléndez y Valdivia
se premió
con un par de guantes de ambar; mereciendo
sólo el honor de la impresión la del hermano Cristóbal de
la Asunción y la del bachiller Diego Quixada.
Glorias Sevillanas 407

Entró el certamen de geroglíficos, pinturas é inscrip¬


ciones.
Llevó el primer premio Juan A. de Herrera, rosario
un
de coyoles engarzados en plata, por su inscripción ingeniosa
pintada sobre una tarja.
El segundo fué para el geroglífico de Pedro Luque Fa¬

jardo, y consistía en un espejo grande cristalino.


Presentó en este certamen una inscripción el Ldo. Ro¬

drigo Caro, adjudicándosele unos guantes de ambar.

En el siguiente entraban los romances; siendo agracia¬


do con el primer premio Fr. Bernardo de Cárdenas, con
un relicario curioso, y
denoto, con iluminaciones y biriles,
imagen de la Virgen y rótulo si?i pecado original; cuyo ro¬
mance fué el que dimos antes describiendo la fiesta de la

Hermandad.
Llevó el segundo premio Alonso Díaz, que era un volu¬
men de todos los Sermones predicados del Inmaculado Mis¬
terio por varones píos, y doctos bien encuadernado con listo¬
nes de seda.

Copiárnosle á continuación:

Porque ahorre de camino Imitando en este zelo


señor Cura quatro leguas, tantos santos, tantas letras,
le quiero hacer patente tantas Vniuersidades,
en este
papel la fiesta. que lo juran, y confiessan.
Quixera que Cicerón Y para que se hiziesse
me prestara su eloquencia, con la deuida decencia

mas por aquesso le estoruo vn


magnífico Otauario,
vna modorra muy buena. sin perdonar gasto ordenan.
Los Sacerdotes Cofrades Para esto publicaron
de Pedro, y de sus cadenas vna
justa de Poetas,
como
hijos de tal Padre que como el Ibierno hongos
nietos,
no, ni Dios lo quiera. los produze aquesta tierra.
Proponen de hacer voto Salieron pues a cauallo,
a la diuina Princessa atabales y trompetas,
con solene juramento con sonoras chirimías

de defender su limpieza. haziendo mil diferencias.


40 8 Glorias Sevillanas

Luego siguen de Cofrades adornan todos, y arrean


las personas reuerendas con aluíssimas estolas,

en muías, a quien adornan bordadas de mil maneras.

gualdrapas, y tocas negras. Cantores, y ministriles


Y también les acompaña de la matriz, ya comiencan
mucha entre los himnos, y Salmos,
gente noble lega,
que sino en corona, en grados sus alegres chanconetas.
de deuocion le empareja. Ya la Iglesia de San Pedro
Y entre dos los mas
antiguos, me parece, y
me semeja
vi el a la que cantó san
mayordomo que lleua Juan
en vn guión el certamen, quando se mostró Profeta.
que el intento manifiesta. Que aquí tienen los ancianos
Van assí por la ciudad, coronas en las cabecas,
donde en Conuentos, e Iglesias sus estolas en los ombros,
los reparten, y los fixan, y por palmas blancas telas.
para que notorio sea. Y al son de música santa
A todos las nueue hermanas hazen dichosa assistencia
combidan a sus Poemas, al mismo sacro Cordero,
prosas, y versos Latinos, que en essotra reuerencian.
enigmas, pinturas bellas. Pero vamos á la Missa
Grandiosos premios ofrecen, que el señor Chantre la empieza,
a quien mejor los merezca, famoso por su virtud,

aunque no se siete indigno quanto por las roxas señas.


ninguno, por ruyn que sea. En efeto el sermón fué
Al fin llegada la noche, del Padre Juan de Pineda,
que al festiuo dia preceda, en
quien ciencia, y deuocion,
vuo en la torre de fuegos vá corriendo á las parejas.
varios, y alegres cometas. Al ofertorio se hizo
Partió con ligero buelo la jura, no en la ballesta,
la noche, por verse negra sino en las manos sagradas
mas contenta, porque á dado del Preste, como cabeza.
para el chapín de la Reyna. Aunque el primero que todos
Salió el Sol bello, y vfano la hizo, y fué la primera
ver que en su dia comienza en las del señor Don
en
Juan
la fiesta de la Señora, de la Sal, Sal de la tierra.
que el vistió ya de sus telas. El buen Obispo de Bona
De brocado amaneció quien dos sales se encierran
en

vestida toda la Iglesia, que Dios le acomoda


una

y el Altar mayor compuesto y essotra de su nobleza.


de incomparable riqueza. Y luego su señoría
La ilustre Congregación, juró, y hizo su promesa,
ya se junta, y se congrega, y se bolvió á su lugar,
ya se sientan en escaños, del Coro á su presidencia.
que todo el templo atrauiessan. Luego los demás Cofrades
Las blancas sobrepellizes de dos en dos, por su cuenta,
Glorias Sevillanas 409

ministros,y prebendados hermano que no viniera.


hazen la misma protesta. Todos van cantando a coros

Juran que defenderán aquella divina letra


la Concepción siempre bella que nos compuso el Miguel
de María: y assí á Dios Cid de tan grande defensa.
parezca yo como aciertan. De Cruzes de las Parroquias,
Hecha la solenidad yuan luego vna dozena,
la Missa adelante lleuan, y. dellas la Cofradía
y fue el Ite missa est, ilustríssima comienza.
mas de la doze, Admiró la nouedad
a y media.
La solene Procession ver juntos ciento y cinquenta
fue a la tarde, esta quisiera Sacerdotes, con estolas
no fiarla de mi pluma, y en las manos blancas belas.
porque cierto que es concecia. Las estolas les ponian,
Diera vn dedo señor Cura, no se que virtud secreta,
porque se hallara en ella, que parecen cortesanos
mas señor lo dicho dicho, de los que pisan estrellas.
perdone, y tenga paciencia. Y creo que se assomaron
Pregonóse las calles,
por los que allá las trae entre ellas,
que cuelguen las pertenencias, y tuuieron nueuo gozo
y para mas obligalles en verlos de su librea.

fue con premios, no con penas. Venía a la postre vna Imagen


Estos y la deuocion con tanto adorno, bella,
y tan
se juntaron, y assí cuelgan,
que aunque trasladaua al viuo
también q auque fuero tantas, de aquella que representa:
vuo que ver bien en ellas. Y en ser tan viuo el traslado,
A poco mas de las cinco pocos ay que no confiessan,
la Procescion se concierta, que en su original no vuo
y el estandarte que guía original de tiniebla.
es de la Virgen de Regla. Van luego muchos Cofrades
Sigue el de la Caridad, prebendados de la Iglesia,
que con suma diligencia, y el señor Obispo, y Chantre,
caridad sola los mueue con que el esquadron se cierra.

a acudir a tal empressa. Ivan de acompañamiento


Van luego los Nazarenos cien caualleros de cuenta,
con su guión, rica piega, que guía el Conde de Palma,
que es propio dellos seuir lustre honor de nuestra era.

aquesta flor Nazarena. Fueron por la Compañía,


Luego va la Concepción, y los Religiosos della
y si los hijos de fuera los salen a recebir,
con tal deuocion acuden que en estos Padres es deuda.
como vendrán, con
que veras. Quien dirá el recibimiento
Lo que sé decir, que en todos del Patriarca, a quien sella
fue grande el gasto de cera, Christo, con su blasón mismo,
porque en ninguna quedó passarlo en silencio es fuerza.
52
4io Glorias Sevillanas

Solo diré que salieron Al fin desde allí á San Pedro


(para dezir su grandeza) van siguiendo su carrera,
bien trecientos Religiosos, donde llegaron de noche,
que ciñen la santa cuerda vencida con tanta cera.
Y entre ellos en ricas andas No piensen que aquí doy fin
todas las siete lumbreras, que no es menos lo que queda
que en tan Santa Religión, si prosiguiesse la otava
resplandecen como estrellas. tan grave, y tan opulenta.
Prosiguió la procession Los predicadores fueron
y al salir de cal de Genova de casa, que es casa llena,
estava la cofradía y fuera poco acertado
que en su genero es la Reyna. mendigar en las agenas.
La que en el Sagrario assiste Mas todos an predicado
en servicio de la mesa, con tan diurna eloquencia,

que tiene Iglesia Dios,


en su tan levantados conceptos,
al chico,
al grande puesta.
y que ya mas no se dessea.
Ocupan todas las gradas Ésto es cifra señor Cura
en dos hermosas hileras, de toda aquella grandeza,
con sus dos ricos guiones, que si vuiera de escreuilla,
y roxas hachas, y belas. no ay papel en vna resma.
Passan al fin adelante, Para quando nos veamos
y en la Iglesia mayor entran, advertite lo que queda,
y de allí salen, y las cassas todos tenemos salud,
del gran Prelado rodean. al ama mis encomiendas.
Donde en un balcón estava, Y porque no es para mas,
lo advierte todo,
contempla, y A Dios, que le guarde. Fecha
y echando mil bendiciones, a veynte y cinco de Junio,
su contento manifiesta. vuestro seruidor, &c.

Fué también premiado el romance que presentó D. Car¬


los Silva, con unos lientos de olanda fina, en vez de las
cintas, por haberlo pedido así el autor.
Cerróse la justa con el certamen de los aventureros. Ob¬
tuvo el primer lugar Rodrigo Fernández de Rivera con un
soneto latino, siendo el premio cintas vistosas.
El P. Fr. Bernardo de Cárdenas presentó un soneto en
latín, y el que sigue, en lenguaje vizcaíno:

SONETO

11 A Ha juras a Dios llegado as dias


En que el rehogo, y mascara le quitas,
Glorias Sevillanas 411

Jurando a voces por el Cruz benditas


I)e defender el onra de Marías.
Juras, defiendes opiniones pías.
Pues padres juras, a quien Juancho imitas,
Y Pedro viejo onrado solicitas,
Que ya confiessas, si negar sobas.
Ya se si el nabajon del vayna sacas,
Quando a tratar de opiniones llegas,
Que orejas cortas, y caberas hiendes.
Vizcayno presto enojas, tarde aplacas,
Y si el verdad del Concepción le niegas,
Burro estás, y a bocado, y coz defiendes.

Del mismo autor son los dos que siguen:

SONETO

Ensilla Sancho amigo a Rozinante,


Dame la lanca,
y el yelmo de Mambrino,
Acomoda la alforja en el pollino,
Y el balsamo precioso pon delante.
Pues Dios me hizo cauallero andante,
Oy desfazer un tuerto determino,
Que faze a vna donzella vn malandrino,
Jayan desaforado, y cruel Gigante.
Dize, que fue su esclaua esta Señora,
Y miente, pues sé yo, que quando el dize,
Ella deshizo á cozes su cabera.
A mí me toca Sancho el defendella,
Pues soy su cauallero, y voto hize
De defender su
original pureza.
Subió con ligereza,
Y tomando su yelmo, escudo, y langa
Le siguió su escudero Sancho Panca.

tf soneto escarramanado
Entre boarced acá, sor Hoan Redondo,
Que está aquí Escarraman, y quiere ablalle,
Saquemele boarced hazia la calle,
Que en la Iglesia, ni hablo, ni respondo,
Salga el gallina acá, que no está hondo,
412 Glorias Sevillanas

Y en paz reciba vn chirlo que é de dalle


De oreha a oreha, o entraré a matalle,
Si la de Hoanes del pelleho mondo,
Que no es husto que estando puesto en lista
De brauos, que la pía defendemos,
Por essotra
mos venda valentías.

No venga a nuestra hiesta, si es Tomista,


Que pepitoria haré de sus estremos
Por el pastor, que derribó a Golías,
No entiendo Tollohías,
Que solo entiendo en arrollar valientes
Con el rodancho, y el timebunt gentes.

Se publicó otro en vizcaíno del Ldo. Antonio de Ri¬


vera, y el siguiente del P. Fray Bernardo de Cárdenas:

1f soneto
en coloquio entre vn soldado y vna beata

Soldado. Yo hago voto a Dios.


Beata. Pues a Dios vota
Hijo mió,
tiembla quando jura.
no
Soldado. Yo voto, y juro por la Virgen pura,
Y es obra de virtud santa, y deuota.
Y juro á Dios.
Beata. La sangre me alborota
Viendo que perseuera en su locura,
No jure hijo mas.
Soldado. Porque me apura
Madre, que la paciencia se me agota?
Y assí vn millón de vezes voto, y juro
De defender la honra de María,
Pues mientras juro mas, soy mas premiado.
Beata. Si esso es assí verdad, jurar procuro,
También de defender la opinión pía.
Mas ay que grande escrúpulo me á dado
Si avrá en jurar pecado
Vn alma que de ser perfeta trata?
Autor. Esto dudó en san Pedro vna Beata.

Esta es la célebre justa de la hermandad de Sacerdo¬


tes de San Pedro Advíncula, que hemos extractado de la
Glorias Sevillanas 4i3

descripción que hizo de ella, así como de las funciones reli¬


giosas, cofrade de la misma, el Ldo. Francisco Luque
un
Fajardo, cuyo libro se intitula así: «Relación de las Fies¬
tas que la Cofradía de Sacerdotes de San Pedro Advíncula

celebró en su Parroquial Iglesia de Seuilla á la Puríssima

Concepción de la Virgen María nuestra Señora. Con el es¬


tatuto de defender su inmunidad y limpieza. Al limo, y

reverendísimo señor Do Pedro de Castro y Quiñones, Ar¬


zobispo de Seuilla, del Consejo del Rey nuestro señor. Por
el Licenciado Francisco de Luque Faxardo Presbítero, &.
Sevilla 1616.» (Bibliog., núm. 14.)
Fueron tan sonadas estas fiestas religioso-literarias, que
la Hermandad recibió muchas cartas de pláceme por lo

que hizo en honor de Nuestra Señora en su Misterio Inma¬


culado; siendo de recordar entre otras la que recibió de
D.a Ana de Austria, Abadesa de las Huelgas de Burgos y
hermana del celebérrimo D. Juan de Austria, y la de don
Fernando Martínez Mascareñas, Obispo de Algarve, Inqui¬
sidor General del reino de Portugal y Capitán General de
la costa y varón de gran sabiduría.

Abrió el período de fiestas en el año de 1617 la Uni¬


versidad hispalense ó Colegio de Santa María de Jesús, es¬
tableciendo en 29 de Enero de dicho año un estatuto con
el voto y juramento de la defensa del Misterio de la Con¬

cepción, celebrándolo con grandes fiestas y regocijos. Ha¬


biendo entrado por este tiempo de Rector del dicho esta¬
blecimiento literario el Dr. D. Francisco de Fontanilla Gil,
viendo el estado de esta Ciudad á favor de la creencia pia¬
dosa y lo había practicado en otras universida¬
que ya se
des de España, quiso igualmente establecer para los gra¬
dos académicos y claustro actual de profesores el estatuto
de la Concepción, á que todos asintieron de la mejor vo¬

luntad, en capítulo que tuvieron al efecto, donde fué oída


414 Glorias Sevillanas

la propuesta del Rector con aplauso, devoción y regocijo


de todos, que á seguida nombraron diputados comisarios
y
para que se preparasen fiestas.
He aquí el acuerdo del Claustro:

«ESTATUTO

»Por quanto en estos tiempos, en esta Ciudad, y


en estos Reynos particular merced de Dios nues¬
por
tro Señor á crecido la deuocion de la limpia Concep¬

ción de la Santíssima Virgen María Patrona, y parti¬


cular Abogada deste Colegio, y Vniuersidad: Y mu¬
chas principales Comunidades an hecho solemnes de¬
mostraciones de santo afecto á este misterio: moui-
dos de deuoto zelo, y por el buen exemplo que deue-
mos dar, para que esta deuocion se aumente. Esta-
tuymos; ordenamos, mandamos, que de aquí adelan¬
te, todos los que se graduaren Vniuersidad,
en esta
de qualquier grado mayor, o menor, y en qualquier
facultad que sea, antes de recebir el dicho grado, ju¬
ren antes los Señores Rector,
y Conciliarios, y el Se¬
cretario de la Vniuersidad, de tener, y fauorecer la

opinión, que dize: Que la Santíssima Virgen en el pri¬


mer instante de su Concepción, fue Concebida sin
mancha de pecado Original, sin que en el dicho jura¬
mento vsen de equiuocacion alguna; sino que clara¬

mente prometan dezir, y defender toda su vida, que

en la Puríssima Anima de la Madre de Dios nunca

vuo pecado Original. Y el mismo juramento hagan


los que leyeren qualesquier Cátedras de propiedad,
antes que seles haga collación dellas. El qual jura¬
mento sea, y se entienda, demás de los otros juramen¬

tos, que conforme á los Estatutos desta Vniuersidad,


son obligados a hazer: y que
el Secretario en las car-
Glorias Sevillanas 4i5

tas que diere de los dichos grados, ponga el dicho ju¬


ramento fecho por el dicho Graduado diziendo: Etju-
ranit se perpetuo defensurum Virginis Marico Con-

ceptionem semper inmaculatam. Y assí lo estatuymos,


y mandamos, y firmamos de nuestros nombres:—
Doct. Francisco de Fontanilla Gil. Rect.—Doct. Hi¬

dalgo y Tobar.—Doct. Luys Perez de Vargas.—


Doct. Juan de Soto y Rueda.—Lic. don Goncalo de
Inarte y Francés.—Lic. Francisco Cabeca de Anaya.
—Gabriel de Sarabia, Notario, y Secretario.»

Dispusiéronse en seguida las fiestas, que duraron cinco


días, empezando el primero con un vistoso paseo de gala
y anuncio. Reunidos en la plaza del Colegio la víspera á
las tres de la tarde, organizóse la comitiva en esta forma:
en
primer lugar iba la música militar de la Ciudad, con ata¬
bales, trompetas y clarines; luego seguían los bedeles del
Colegio con mazas de plata á los hombros; el Secretario,
con el estandarte de la Universidad, de terciopelo carmesí

y fleco de destacándose en su centro la imagen de


oro,
Nuestra Señora, y por bajo el nuevo estatuto concepcio-
nista; capilla de ministriles y cantores entonando las con¬
sabidas coplas «Todo el mundo en general»; venían luego
los estudiantes, á caballo; después los doctores y maestros,
en tan
gran número, que pasaban de ciento, llevando sus
insignias profesionales; cerrando por último el Sr. Rector,
con muceta de terciopelo negro y
raso blanco, con el som¬
brero rectoral, llevando á la derecha al Conde de Salvatie¬

rra, Asistente de Sevilla, y á izquierda al Conde de la


su
Torre: con cuyo orden y formación dieron la vuelta á la
Ciudad, regresando al sitio de donde salieron.
Al siguiente día, á las once de la mañana, reuniéronse
delante del convento de San Diego los estudiantes, dividi¬
dos en seis numerosas cuadrillas de máscaras, formadas
4i 6 Glorias Sevillanas

por las facultades de Medicina, Teología, Gramática, Filo¬


sofía, Leyes y Cánones, tardando su arreglo y disposición
hasta las tres de la tarde, en cuya hora pusiéronse en mar¬

cha, formando vistosa larga cabalgata, cuyos raros trajes


y
y representaciones
eran como sigue. Iban delante cuatro
estudiantes vestidos de pieles, cabelleras postizas y enor¬
mes clavas á los hombros, imitando hombres de selva. De¬

tras aparecía, en una preciosa yegua manchada, con gual¬

drapa de terciopelo negro, un hermoso niño ó paje ves¬


tido con calza larga de este color, coleto de obra y entre¬
telas de velillo blanco deplata, jubón de tela, y capa corta
forrada del mismo velillo, moteada de botones de oro, y

gorra muy bien preparada de terciopelo azul y vistosa gar¬


zota de plumas blancas, conduciendo con gracia y garbo
el estandarte de la Universidad, cuya asta apoyaba en el
estribo de cabalgadura. Seguíanle en numerosa tropa
su

los caballeros aventureros, llevando á la cabeza al famoso


D. Quijote montado sobre Rocinante, cargado su cuerpo
de viejas y mohosas armas, tan pesadas que á la mitad del
camino llenó su papel, pues él y
su caballería dieron de
redondo en el suelo; llevaba lanza y rodela, donde se leía:
«Soy Don Quijote el manchego
Que aunque nacido en la Mancha
Hoy defiendo á la sin mancha.»
Acompañábale Sancho Panza con su rucio, vestido de
paño pardo viejo, todo muy arrellanado en su jumento; so¬
bre él llevaba alforja, de donde continuamente sacaba pa¬
necillos y otros comestibles, que engullía por sus grandes

fauces; en la espalda tenía este letrero:


«Caballeros esso mismo
defiendo desde mi rucio:
y del pecado abernució.»

Seguían seis caballeros andantes, vestidos de punta en


blanco con lucidas armas y vistosísimos
penachos de varia-
Glorias Sevillanas 4i7

do plumaje, montados en soberbios caballos, y escrito sobre


sus
adargas lo que sigue:
«Oy se deshaze un gran tuerto
Porque la cavallería
Dize no ay mancha en María.»
Á continuación bien estudiada alegoría del
venía una

verso «Todo el mundo general», representada por diez


en

personajes de diversas naciones, que acudían á la fiesta á


confesar la Concepción sin mancha. Iba en primer término
un
arrogante mancebo vestido á la romana antigua, en brio¬
so corcel manchado de blanco
y negro, con jirel verdemar
salpicado de flores de plata, penacho alto de plumas y el
vaquero de raso azul bordado, y los faldones de raso ver¬
degay y leonado, trencilla de oro y plata, y de lo mismo
tres especies de aldabones
que llegaban á la mitad del bra¬
zo. El romano calzaba botilla blanca abierta por delante,
media rosada, calzón de tabí azul con pasamanos de oro,
cabellera descubierta, manto de tafetán cogido á los hom¬
bros, encima de rico jubón de tela rosada; en la mano dies¬
tra una tarja con este rótulo:
«Todas las naciones siguen
De España aquesta opinión
De la limpia Concepción.»

Continuaba globo, imagen del Mundo, representado


un

sobre un caballo,le conducía, como segunda palabra


que
del geroglífico en acción, y tras él un general á caballo,
cubierto con jaez morado: el guerrero llevaba peto, gola,

espaldar, calza de raso blanco bordada de canutillo de oro


y sombrero de fieltro canelado, con un lustroso cintillo,
vuelta la falda y sujeto con pluma de diamantes; en la ma¬
no derecha bastón de mando apoyado al estribo. Tras él

aparecía la Fama, representando la palabra á voces, ves¬


tida con vaquero largo de tabí blanco iluminado de palmas

y coronas de oro, con simuladas y bien hechas alas, que


53
418 Glorias Sevillanas

salían de los hombros, mas gran número de adornos en


piedras finas, y en la mano una trompeta, que iba tocando.
Siguiendo la letra, apareció una reina riquísimamente ves¬
tida de tabí plata azul y cuero de lo mismo, esmaltado el

traje de puntas de oro, y corona y cetro imperial. Un per¬


sonaje vestido de terciopelo verde y oro, con una azucena
en la mano, figuraba la voz escogida; así como otros dos

muy graves, vestidos de terciopelo negro, en ademán de


platicar, figuraban la palabra digan. Para representar la
Concepción de Nuestra Señora venía un tierno niño lleno
de candor y belleza, montado sobre caballo blanco como
armiño, con gualdrapas de raso del mismo color, bordadas
de lirios y estrellas de oro; el infante vestía con grave mo¬
destia tunicela de tafetán blanco, y manto de igual tela azul,
con estrellas de plata y oro: sobre su larga y rubia cabe¬

llera natural, costosa diadema de esmeraldas, rubíes y to¬

pacios; las manos sobre el pecho; siendo tal la modestia y


compostura que guardaba, que según el historiador de la
fiesta dudábase si era escultura: por tras de su figura apa¬
recía un sol de grandes dimensiones y rayos luminosos,
con este rótulo:

«En la que visten mis rayos


De quien la Luna es alfombra
No se
compadece sombra.»
Daba fin á esta cuadrilla la sierpe infernal, represen¬
tando al pecado original, con alas pardas extendidas, esca¬
moso cuello, arpada lengua y cola tortuosa.

Venían luego cinco caballeros aventureros, y el prime¬


ro, mantenedor de la justa, con esta tarja:

«Soy el justa defiendo


que en
Mañana con
porfía
gran
La limpieza de María.»
Marchaban á seguida los padrinos y jueces con sus res¬
pectivos letreros, cerrando esta cuadrilla otra representando
Glorias Sevillanas 419

la Universidad con todos los adminículos propios de ella,


en actitud de recibir grado de Doctor.
un

Seguían las Facultades, empezando la Gramática, acom¬


pañada con personajes representando la griega, latina y
hebrea, cada:' una en su propio hábito, siguiendo cuatro au¬
tores famosos de ellas, Donato, Despauterio, Lorenzo Vala

y Nebrija, cada cual con su mote ó letra; después los tiem¬


pos gramaticales, que llevaban este tema:
«En todos tiempos es justo
Que se siga esta opinión
De la limpia Concepción.»

Acompañaban los poetas latinos Virgilio, Horacio, Ovi¬


dio y Marcial, vestidos á la romana con vaqueros hechos
de hoja de hiedra, melena larga, barba rapada y coronas
de laurel y murta. Virgilio ostentaba este tema:
«
Jam redit et Virgo»]
y el de Ovidio:
«Munda quidem magni animi, magnique decoris.»
En pos de ellos los famosos oradores Hortensio, Cice¬
rón, Demóstenes y Quintiliano, vestidos con togas largas,
clámides terciadas al hombro y cíngulos. Su mote:
«Nuestra oratoria confiese
Que á María no á tocado
De Adán el primer pecado.»
Seguía la cuadrilla de las Artes y Ciencias: la Filosofía
Natural y Moral con calzas largas, coleto de obra negro, y
jubón igual, con capa corta y birretes con martinetes; am¬
bos personajes caballeros sobre briosos alazanes, seguidos
de suslacayos á pie. Detrás aparecían cuatro filósofos mo¬
ros con marlotas, capelleras, almaizares y turbantes.
En pos de ellos un gran carro, representando la Mú¬
sica, todo cubierto de instrumentos, si bien dándole un as¬

pecto cómico y burlesco, y le acompañaban doce estudian¬


tes, vestidos con tal número de cascabeles, que no era posi-
420 Glorias Sevillanas

ble ver la tela sobre que


estaban asentados; y terminaba
la danza Euterpe y Melpómene, las musas del arte mu¬
con

sical, vestidas con vasquiñas de tela verdemar, vaquerillos


nacarados de tabí de oro con alamares, cabelleras rubias
y tocados á modo de sibilas, todas cubiertas con gasas de
oro
y verde; iba luego Orfeo, vestido de cotón de brocatel
azul y faldones leonados, con gasa celeste sobre la cabeza

y manto largo que, pendiente de los hombros, casi cubría


el caballo que montaba, llevando lira en sus manos.

Seguían las Matemáticas, figuradas en cuatro graves se¬


ñores cubiertos de ropones largos, con bonetes, cartabo¬

nes, reglas y compaces.


A continuación los Astrólogos, vestidos con follados de

paño negro, capas cortas y gorras milanesas, ostentando


esferas celestes y los motes:

«Orta est stella», « Vidimus stcllam eius» y «Dios sobre todo.»


No se quedaron atrás los Cosmógrafos, en trajes de fla¬
mencos, con la esfera terrestre y el mote:
«Funiculum hereditatis ejus.»
Venían pilotos vestidos con almillas de lienzo
cuatro

embreado, conducían cartas de marear y agujas imanta¬


y
das. La Astronomía apareció toda cubierta de estrellas, co¬
metas, la Luna y el Sol, y llevaba un astrolabio. La Pers¬
pectiva era una dama cubierta de espejos de pies á cabeza,
así como su caballo.
Terminaba esta cuadrilla con la Filosofía, representada
por cuatro varones vestidos de ropas talares negras y go¬
rras del mismo color.
Tras ellos figuraba el Mundo, representado por doce
se

planetas, siendo los primeros Júpiter y Marte, vistiendo cos¬


tosas
ropas de felpa y adornos de plumas varias, con tri¬
dente el uno y espada el segundo, siguiendo dos persona¬

jes, el Sol y la Luna, con vestimenta de esterlín azul en


Glorias Sevillanas 421

forma de hopa, y lucientes estrellas con grandes mascaro¬


nes en las manos, y los motes:
«Electa ut Sol» y «Pulchra ut Lima.»
Después el Fuego, que iba figurado en dos sujetos cu¬
biertos de chupas de palmitos, que parecían llamas, y en
las manos varas de zarza y el mote:
«Incombustus.»
Costosísimas eran las ropasde los dos estudiantes que
figuraban el Aire, pues todas se componían de plumas de
colores, llevando alas de lo mismo, y los caballos enjaeza¬
dos con igual gusto primor; sus motes eran:
y
«Spiritus Domini» y «Spiritus ubi vult, spirat.»
El elemento Agua era simulado por dos estudiantes con

vaqueros de mangas sueltas, faldones largos de esterlín azul


y ondas de plata, cabelleras verdes ondeadas, y los caba¬
llos con jireles de lo mismo y todos cubiertos de conchas,
caracolillos de mar, corales y perlas, y grandes ánforas de
plata en actitud de verter el líquido que contenían: los mo¬
tes eran:

«Non salebrosa» y «Appellavit María.»


Fué la alegoría más vistosa la de la Tierra, represen¬
tada por dos estudiantes sobre hermosos caballos, cubier¬
tos éstos de jireles de hojas de limón prolijamente prepa¬

rados, y las figuras de ellos cubiertas de hojas, rosas, cla¬


veles, lirios, alelíes, azucenas, jazmines y frutos, con tal gra¬
cia que parecían dos ramos de flores, y por mote llevaban:

«Nunquam maledicta.»
Cerraban esta cuadrilla Platón y Aristóteles, vestidos
de griegos, y los motes:
«
Optimi agentis est óptima adducere» y «Natura non ausa est
antevertere gratiam.»
Vino la cuadrilla
siguiente, abriéndola la Medicina, re¬
presentada cómicamente en largo cortejo de enfermos, doc¬
tores y farmacéuticos.
422 Glorias Sevillanas

Continuaba la Jurisprudencia, y su primer figura era la


Justicia,que representábala un grave personaje vestido de
calza de tela rosada y entretelas azules, jubón igual, coleto
bordado de torzal de plata, con adornos de argentería,
gorra primorosamente bordada y garzota blanca empina¬
da, con mascarón de diamante, rebozo de velillo tendido á
la espalda, medalla con cadena de oro al cuello, y en la
mano derecha una espada y por bajo el peso en el fiel; iba
sobre brioso caballo con gualdrapas de terciopelo negro.
Escoltábanlo los caballeros de las Ordenes Militares con

sus varios trajes, á caballo, enjaezados con jireles pintados


y penachos de plumas, y algunos de los caballeros vesti¬
dos de guerreros, con peto, espaldar, cota y celada de me¬
tal luciente, y grabadas en estas piezas historias y varios
adornos: las calzas eran de raso dorado con cuchilladas bor¬
dadas de gorbión, entretelas de tela de oro, faldones de
raso pajizo, y sobre la celada un mazo de garzota y marti¬
netes: así dos caballeros; que los otros dos vestían calzas

blancas de raso con entretelas de velillo azul, igual clase


de faldones, penachos en las celadas y botas blancas, lle¬
vando tal gallardía y marcialidad, que fueron admirados de
todos. Iban á caballo, así como los que les seguían, con los
mantos y cruces de Santiago, Alcántara, Calatrava
y San
Juan.
Apareció el pecado original sobre un asno, y dos ermi¬
taños le acompañaban preparándole á bien morir, y el
mo¬
te decía:

«Por el paso en que me veo


Declaro haber tocado
no

A María sin pecado.»

A su lado el pregonero, que gritaba:


«Esta es la justicia, que
Sabe Dios hacer sanando
Á unos y á otros preservando.»
Glorias Sevillanas 423

Después iban seis abogados con togas, muy bien vesti¬


dos, de terciopelo negro y mucetas rojas, con este mote:
«A la que es
nuestra Abogada
Los abogados probamos
Que sin culpa la hayamos»;
y á continuación veíanse ocho oidores y alcaldes de corte,
vestidos con calzas, garnachas y gorras, con esta tarja:
«Visto el processo y los autos,
Ser sin pecado fallamos
La Virgen, y lo firmamos»:
siguiendo varios canonistas y legistas en actitud de defen¬
der esta opinión.
No faltaron las dosimportantes figuras de los Reyes
de Aragón D. Juan D. Martín, tan acérrimos defensores
y
de la creencia pía. Sus vestiduras eran calzas de tela blan¬
ca
y entretelas leonadas, jubón de este color, así como el
forro de las capas, que iban salpicadas de camafeos; gorras
de gran vista por las perlas y plumaje; calzaban botas blan¬
cas, espuelas doradas, y los caballos con aderezos curio¬
sos. Llevaban estos motes:

«El zelo de aqueste Rey


Con otro fuero imitamos
Y alegre lo publicamos.»
«Excluir de nuestro Reino
Quiere nuestra devoción
A la contraria opinión.»

Cerraban la cuadrilla cuatro emperadores romanos con


traje propio y coronados de laureles, llevando una gran
tarja donde se leía:
<íAugustavi legibus non comprehendimus.»
Diósele entrada en la comitiva á los oriundos de las is¬
las Canarias, que iban representados por un caballero ar¬
mado de punta en blanco, á caballo, con un guión en la
diestra de raso azul y siete coronas, con letra que decía:
424 Glorias Sevillanas

«Instile afortúnate»; siguiéndole infinidad de moros y turcos


humillados.

Aparecieron los predicadores sobre fingidos pulpitos,


en actitud depredicar, y pertenecían á la Orden de San
Francisco, á la Compañía, á la de San Basilio y á la del
Carmen.
Gravísimos y venerables, con gran propiedad, riqueza
y gusto, entraron los Doctores de la Iglesia griega y latina,
y por último Santo Tomás con el Libro de las Sentencias
abierto por el lugar donde confiesa la creencia; este perso¬
naje iba aderezado con gran riqueza de rubíes, esmeraldas,
topacios y diamantes.
Por último, cerraba la gran cabalgata un carro triunfal
adornado con multitud de flores, en
cuyo frente alzábase
un sitial de brocado, con airoso frontispicio, bajo el cual se
veía escultura de la Concepción
una
con inapreciable ri¬
queza en adornos y aderezo: á sus pies aparecían las siete
islas Canarias rindiéndole veneración, y cada una osten¬
taba su
correspondiente mote. El primero era: «Sedunt in
civitate judie antis», y el rótulo decía:
«Canaria y su Audiencia real,
Admite la ejecutoria
Que soys Hidalga notoria
Sin pecado original.»
La Palma iba pintada en el ribazo de un monte, y por
mote: «
Sicutpalma exaltata.»
«La Palma os a dado Dios
Porque en la original calma
Sola voz lleváis la palma.»

La de Hierro figurábase por un hombre cavando, y el


tema: « Terre cavernis ferrum.»

«Aunque es el Yerro de Adán,


Virgen, no os alcanza á voz
Que no ay yerro, donde ay Dios.»
Glorias Sevillanas

La de Fuerte-Ventura pintábase por un camello de los


que tanto allí abundan, cargado y de rodillas.
«De la carga del pecado
Sola voz estáis segura,
Que teneis fuerte ventura.»
Tenerife iba con pintura de cofres y metales, como tie¬
rra rica. «Et abundantia in turribus tuis.»

«Tenerife y su riqueza
Virgen se os ofrece á voz
Pues os a librado Dios
De la Original pobreza.»
La de Gomera, abundante en trigo y pan, «Panem quem
ego dabo», llevaba en la tarja:
«La Gomera, la famosa
Jura que en voz no hay pecado
Por el Pan que le habéis dado.»

Lanzarote, como tierra deshabitada, llevaba por lema:


«
Que est ista, que ascendit sicut virgula fumi?»
«Que nunca tuvistis culpa
Lanzarote afirma es cierto
Sin dar voces en desierto.»

Rodeaban al carro infinidad de músicos y niños can¬


tando «Todo el mundo en general».
Correspondió esta cuadrilla final á los canarios, por cuya
razón la prepararon ellos en este sentido: y así acabó la
célebre máscara, que tanto llamó la atención en Sevilla,
durando su paseo hasta la noche.

Al día
siguiente era la fiesta en la plaza de Maese Ro¬
drigo, consistiendo en una justa, y fiesta de toros, para la
cual preparó convenientemente con andamios y tribunas
se

vestidas de tapices y telas, donde se acomodó la gente que


cupo. Empezó la fiesta á las dos, soltando el toro primero,
que así como los otros cinco fué muy bravo, luciéndose los
54
426 Glorias Sevillanas

caballeros con muy lucidas suertes, que entretuvieron hasta


las cinco.

Llegó la hora de la justa, que se había anunciado tres


días antes en la misma plaza al son de atabalesy clarines,

cuyo cartel era como sigue:

«El Cauallero Piadoso, hago saber a todos los ca-


ualleros, Seuillanos, Estremeños, Canarios, del Con¬
dado, y de Vtrera y sus noticia vi¬
confines, a cuya
niere el siguiente
presente desafío, como el Viernes
después de la lección de vísperas, mantendré en esta
placa, y en carrera publica a tres lancas de sortija la
cuja al ristre, que el Estatuto hecho en nuestra Vni-
uersidad, cerca de la limpíssima Concepcio de nues¬
tra Señora, está bien hecho: y esto sustentaré siendo

condición demás de las acostumbradas, que el que


de conformidad de los
juezes, saliere conmigo perdi¬
doso, sea obligado a firmar mi opinión de su nom¬
bre: demás de que el auenturero, a quien su buena
suerte diere la honra de la vitoria, ganará de mi parte

por justo premio de su valor, vn excelente Vademé¬


cum, con todo recaudo de escriuir.»

En punto de las cinco apareció el caballero mantene¬


dor, ylos aventureros, que eran diez y seis, de dos en dos,
vestidos con gran gusto y montando con gentileza hermo¬
sos caballos: asistían además los padrinos de la justa
y los
correspondientes lacayos, que, después de pasear toda la
plaza, hicieron despejarla para correr las cañas, como lo
hicieron después de pedir el campo al mantenedor, logrando

victoria; por lo que acudieron al palenque de los jueces,


que estaba á la puerta de la Universidad; si bien dando á
todo esto, siguiendo la costumbre de la época, un carácter
burlesco en cuanto á la manera de correr las lanzas, la ad-
Glorias Sevillanas 427

judicación de premios, calidad de los jueces y todo lo de¬


más relacionado con la fiesta, que agradó mucho á los es¬

pectadores.

Las fiestas del día posterior consistieron en una función


teatral, representada en el patio del Colegio por la compa¬
ñía de Valdés, que hizo la comedia de La vida humana,

bailes y entremeses chistosos, con gran concurrencia de la


nobleza, clérigos y personas convidadas, acabando todo al
Ave-María; en cuya hora tuvo lugar una vistosísima fiesta
de fuegos artificiales á las puertas de la Universidad, ilu¬
minando la plaza con barriles de brea encendidos.

Terminaron las fiestas el 29 de Enero con


Domingo
una gran solemnidad religiosa la mañana de este día,
en
celebrando Misa con muy buena orquesta y sermón. Á la
tarde tuvo lugar el juramento; á cuyo efecto estaba todo el

Colegio de gala, revestidas sus paredes con colgaduras de


damasco de seda rojo, así las galerías como la capilla y
sala rectoral, donde se verificó la ceremonia en el acto de
dar un
grado de doctor. Reunióse el Claustro en pleno;
asistiendo á más el Obispo de Bona, el Asistente de Sevilla,
los superiores de las casas de religión, el Deán y dignidades
de la Catedral, y mucha de la nobleza sevillana. Formada
la comitiva, entró bajo mazas en la sala, colocándose la

presidencia en un trono preparado al efecto; empezado el


acto, levantóse el Sr. Rector, y cediendo su sitial al ilustrí-
simo Sr. D. Juan de la Sal, subió al estrado, sentóse, y con
el libro de Estatutos, forrado de celeste y cantoneras de
plata, abierto por el nuevamente añadido, púsose el Rector
de rodillas, é hizo el juramento con la fórmula siguiente:
428 Glorias Sevillanas

«SANCTI JURAMENTI FORMULA


De tímida immaculata sanctissime Virginis Deipare Conceptione,
emittendi juxta nuperum Insignis Collegij & Vniuersitatis
Hispalensis Sánete Mario, de Jesu, a Domino Rectore, ac
DDns Doctoribus, ac Magistris, pro tempore existentibus,

deincepsque ab ómnibus in quacumque facúltate ad Doctora-


tus Magisterij, Licentie, ac Bacalaureatus gradum promouen-

dis, a die 2g. Januarij. An. ióiy.

y>Ego Doctor Franciscas de Fontanilla Gil, Rec¬


tor tnaioris
Collegij, & alinee Hispalen. Vniuersitatis
Sanctissimce Marico de Jesu; fub cuius amp lissimo ho-
noris, & patrocinij nomine, huius Academice alumni
militamus; Omnipotenti Deo Virginis Filio, atque ipsi
sanctissime Deipare, quee Mater es sapientice, gentium

Magistra, Morum disciplina; Coram Reuerendissimo


ac per ilust. Dn. Doct. D. Joane de la Sal Episcopo

Hippon. ac cceteris Dnns. Doctoribus & Magistris, Pro-


mitto, ac sancté juro per hcec ipsa santa quatuor Evan-
gelia, me iuxta pium, ac laudabile huius Academice
statutum, quod jirmun perpetuumque foré cupio, ac
volo; semper & ubique professurum, doctorum defen-
sorum, ñeque vnquam aliter verbo, escripto, aut qua¬

cumque alia ratione acturum, veram illam ac nactura-


lem Sanctissimce Virginis Conceptionem in primo ipso
vitce initio omniprorsus originalis labe caruisse: quip-

pe quam in nullo vnquam tempori momento primipa-


rentis primum peccatum attigit. Quod (quantum mihi

per Fcclesice Catholicce, & sanctissimorum Pontificum


sanctiones licet, toto corde. profiteor ac Credo: atque
ad Dei, & Virginis Matris gloriam sapientice Chris-
tiance splendorem, huius Academice ornamentum, &
anima; mece salutem cessurum
spero.»
Glorias Sevillanas 429

Leída esta fórmula, levantóse el Rector, y ya en sus


manos continuaron los profesores y doctores del Claustro
universitario repitiéndola, cambiando el nombre de la fór¬
mula y poniéndose de rodillas de uno en uno, siguiéndose

gran algazara de aplausos, vítores, música y alegría en los


intermedios de cada acto; terminando la ceremonia con un

vejamen que se dió á un nuevo doctor, pero que resultó


verdaderamente para el pecado original, más que para el
.graduando.
Describió estas funciones, no sólo con todos sus deta¬
lles y minuciosidades, sino también con galanura de estilo
y en prosa muy castiza, el Ldo. Alonso Sáez, en papel que
vió la luz pública en esta Ciudad el mismo año de 1617.

(Bibliog., núm. 15.)

En elcapítulo IX dejamos indicado el júbilo y alegría


con que se recibió en esta Ciudad la primera noticia del
Breve de Paulo V, haciendo allí presente las manifestacio¬
nes
que en las altas horas de la noche ejecutaron todos los
templos y el pueblo en general, demostraciones que siguié¬
ronse practicando durante algunos días; mas pasados aque¬

llos momentos, hubo necesidad de pensar en la manera


como se había de celebrar tan fausta nueva,
cuya disposi¬
ción pontificia se había dado precisamente cediendo á las
vivas instancias y grandes trabajos que hacía tiempo venía
practicando la ciudad de Sevilla. Continuó el pueblo lleno
de alborozo, repitiendo en las noches subsiguientes las mis¬
mas funciones de luminarias, fuegos de artificio, másca¬
ras
y otras, por lo que el Excmo. Cabildo de esta Cate¬
dral determinó hacer fiestas magníficas al siguiente Do¬

mingo, en cuya mañana, á las nueve, condujo procesional-


mente la sagrada imagen de Ntra. Sra. de los Reyes, con

gran asistencia de hermandades, religiosos de todas las Ór¬


denes, clerecía de las parroquias, el venerable Arzobispo
43° Glorias Sevillanas

y el Cabildo Secular, siendo tan lucida la procesión y tal la

aglomeración de fieles, que sólo en dar la vuelta á la Cate¬


dral invirtió dos horas y media. Verificóse luego Misa so¬
lemne de primera clase, siendo las doce de la mañana la
hora en que subió al pulpito el P. M. Fr. Domingo Cano,
Provincial de la Orden Dominica, terminándose la función
á las dos de la tarde.
De una carta escrita y
publicada con motivo del Breve
de Paulo V copiamos lo siguiente:
«Aviendo tenido esta nueva el Arzobispo de Sevilla, y
Cabildo Eclesiástico Lunes 16. del dicho mes, la Iglesia
embió recaudado a la Ciudad della, y la ciudad ordeno que

luego aquella noche aya e toda ella regozijadíssimos jue¬


gos: y ambos Cabildos el Domingo veynti dos de Octubre
hagan solemníssima procession al rededor de la Sta Iglesia
con la
ymagen de Nuestra Señora de los Reyes, haziendo
el mesmo repique el Sabado antes al medio dia, y a la ora¬
ción. Y que el Señor Dn Gonzalo de Ocapo combide al
Clero, y Religiones para esto. Y que los Señores D. Ma-
noel Sarmiento, y Don Antonio de Estudillo vayan luego
al Cabildo de la Ciudad á Combidarle para esta procession,
y darle aviso de esta tan dichosa de lo que el
nueva, y
Cabildo ha determinado en esto. Y el dia de la
como
para
Concepción se reservan todas las demás demonstraciones
que se deven, prevenidas con el cuidado que el Cabildo
dessea en servicio deste gran misterio.» (Bibliog., núm. 16.)
Llamaron mucho la atención en esta ocasión las fiestas

organizadas por los Gremios y Artes mayores, bajo cuya


denominación comprendíanse las asociaciones de las indus¬
trias mecánicas y artífices que, constituidos en hermanda¬
des, tenían y observaban ordenanzas particulares, con sus
sindicatos, tribunales, demarcación y titular ó patrono pro¬
pios. El espíritu cristiano que por aquellos tiempos infor¬
maba todo cuanto tenía vida y acción, les daba á los gre-
Glorias Sevillanas 43i

mios, al estar constituidos bajo la tutela de algún Santo,


cierto carácter religioso, por cuyo motivo no parecerá raro
ver cómo se asociaron á las manifestaciones religiosas en
pro de la Concepción de la Virgen Nuestra Señora, seña¬
lándose en estas fiestas
muy marcadamente el Arte mayor
de la Platería y los gremios de sederos, gorreros, jubeteros,

espaderos, roperos, barberos, cirujanos y otros muchos (1).


Terminadas las fiestas que hizo el Cabildo Eclesiástico,

aprestáronse á solemnizar el Breve de Paulo V los indivi¬


duos de estas industrias, siendo los primeros los cirujanos

y barberos, que el Jueves siguiente organizaron lucida más¬


cara
paseó las calles de la Ciudad. Privaba
joco-seria, que
por aquellos tiempos esta clase de diversiones; por lo que
es
muy natural ver cómo se repiten á cada momento, así
como tampoco es de extrañar que mezclasen en estas cabal¬

gatas, junto con los asuntos serios que representaban, otros


cómicos ó ridículos, pues igualmente se observaba así en
las representaciones teatrales.

(1) Las Ordenanzas de Sevilla hechas en tiempo de los Reyes Cató¬


licos, é impresas en esta Ciudad en el año 1527, mencionan los siguientes
oficios:

«Comiega la segunda parte de las ordenanzas de los oficios mecánicos


y otros oficios particulares que seuilla tiene.
»
Carpinteros, albañies, zurradores, borzeguineros, zapateros, pintores,
sastres, calceteros y jubeteros, roperos, pellejeros, guadamecileros, colche,
ros, cordoneros de las redes, de la xarcia, y de la cabestrería, alpargateros,
texedores de terciopelo, hiladores del torno de la seda, sederos, toqueros,
chapineros, xervilleros, de hilo de oro, cinteros, bone¬
correeros, correeros
teros, texedores de lino ylana, brosladores, sombrereros, sagaleros, arbar-
deros, esparteros, atahoneros, odreros, picheleros, corredores de bestias y
de lonja, traperos, tundidores, caldereros, agujeteros, cereros, y candeleros,
candeleros de sebo, oiebres y cambiadores, especieros y boticarios,
cera y

plateros, molineros y afiacales y del peso de la harina, barberos, toneleros,


hortelanos, herreros, cerrageros, freneros, espaderos, cochilleros y dora¬
dores.»
De todos ellos van tratando las dichas Ordenanzas en capítulo aparte.
Glorias Sevillanas

La primera cuadrilla figuraba un casamiento en una al¬


dea, apareciendo todos los personajes que hacían al caso
presentados bajo un aspecto burlesco, lo que regocijó alta¬
mente al pueblo que presenciaba el desfile.

La segunda era seria: precedíale un soldado de la época

á caballo, con alto guión de terciopelo celeste y la imagen


de Nuestra Señora bordada; después continuaban varios

personajes del Antiguo Testamento, representación de la


ascendencia de Cristo en la tierra, y entre ellos veíanse
las venerables figuras de Santa Ana y San Joaquín, y dos
tiernos infantes sobre acaneas figurando la pureza y santi¬
dad de la Virgen María; todo presentado con gran propie¬
dad. Cerraba la tercera cuadrilla, que era muy numerosa,
compuesta de caballeros de las cuatro Ordenes Militares,
familiares de la Inquisición, frailes de todas las comunida¬
des, obispos, cardenales, y por último el Pontífice Paulo V
con elRey Felipe III, escoltados por un gran séquito de
guardias nobles, lacayos, pajes y soldados; siendo de admi¬
rar la riqueza y costo de los trajes que llevaban.

Hicieron en los siguientes días gran fiesta religiosa los


PP. del convento de Ntra. Sra. de las Mercedes, adornando
los patios, galerías, torre y fachada del templo con flores,

follaje, banderas, gallardetes, pinturas alegóricas, gasas y


escudos; luciendo la víspera del triduo vistosa iluminación
por todo el barandaje y comizas de la parte alta del con¬
vento, alternando durante las horas de la noche la música
de la Ciudad fuegos de artificio.
con

El barrio de la Pieria, con


su iglesia de Omnium Sancto-

rum, no quisieron dejar en esta ocasión de festejar á Nues¬


tra Señora; y para ello dispusieron, á más de magnífica

función religiosa, y novenario, una encamisada vistosísima


con innumerables hachas de estopa y brea, barriles de la
misma materia, cirios en las ventanas y balcones y música
militar, siendo esta fiesta de las más lucidas que se hicie-
Glorias Sevillanas 433

ron. En la
parroquia de San Miguel hubo novenario reli¬
gioso luminarias todas las noches en el palacio y edifi¬
con
cios de la plaza del Duque de Medina-Sidonia (i) y en las
calles de la feligresía. Otro se hizo en la iglesia de San
Marcos; un decenario en San Francisco de Paula; otro en
los Descalzos de la Merced, y triduo en el hospital de San
Lázaro, de todo lo cual salió papel impreso é hizo rela¬
un

ción Gil López de Lucenilla en el romance que compuso


en el año de 1617, y que copiamos aquí.
(Bibliog., núms. 17
y 18.)

El alma, a quien vuestro amor, No de vuestro actiuo Esposo,


Virgen, anima, y leuanta, que en vos se anida, y regala,
fácil le será por vos las gracias son, con que adorna
la mas impossible hazaña. vuestra pureza inviolada.
I assí, vuestra puridad Humildes sí, y amorosas,
mi pluma repite y canta, son deuidas alabanzas

oblación,
que de impossibles de vn alma, a quien amartela
mi amante pecho os consagra. la hermosura que en vos halla.
No, son los dulces requiebros Engolfado estoy, Señora,
del Hijo eterno, que baxa sobre el mar de mi ignorancia,
del cielo, a tomar librea en cuyas naufragas ondas,

de vuestro Virgíneo Nacar. flutua mi humilde vrania.


No las ternezas que os dixo Y assí, porque deste golfo
el gran Dios de las batallas, venga mi amor las borrascas,
quando eternamente os pinta ministrad a mi tibieza
sin borron, tilde, ni mancha. vuestras fauorables auras.

(1) Este es el verdadero nombre de dicha plaza,que por anomalía


rarísima se denomina hoy cDuque de la Victoria», habiéndole quitado su
verdadera rotulación de plaza del Duque, con la que era á más conocida

gran parte de las calles inmediatas, llamándole barrio del Duque, refirién¬
dose á la histórica Casa de Medina-Sidonia, que tanto significado tiene en
la historia de Sevilla y de la Andalucía; pues este nombre llena las páginas
de nuestras Crónicas durante muchos siglos,
haber contribuido pode¬
por
rosamente á la
reconquista de la patria. En buen hora que se pongan los
nombres de los capitanes modernos en las calles y en las plazas, pero nunca

quitando los de otros que tanta nombradía y recuerdo tienen en esta loca¬
lidad; pues á nuestra historia siempre importará más el título del Duque de
Medina-Sidonia que el de la Victoria.

55
434 Glorias Sevillanas

Las fiestas que a vuestro honor interno amor sus entrañas,


Seuilla, prodiga, franca,
y piadoso zelo, sus obras,
á hecho mostrando en todo, y agrado, y paz, sus palabras.
el valor, co que honra a España. Se leuanta, y determina
Canto, (si bien atreuido) manifestar, quanto os ama
no con soberuia con la hazaña mas
arrogancia, heroyca,
pues os canto Esclaua humilde que inmortaliza su fama.
del Verbo, que en vos encarna. Manda, pues, que a los rendidos
Después, (o Virgen diuina) que en sus cárceles enlazan
que, á peticiones, y a instancia los pesados eslabones,
de don Matheo, y del Toro, que Mulciber forjó, y labra.
que en vuestra defensa brama, Se dé libertad, y en ellas
Su Santidad, dió el Decreto, no se escuche en fiesta tanta
que fauorece las causas el eco triste del hierro,
de vuestro honor q al soberbio que susdelictos arrastran.
Cherub, derriba, y contrasta. (O Príncipe valeroso,
Nuestro Pastor, digno Pedro en
quien la Virgen se agrada,
del cayado, que, oy, abarca pues en fiestas de su honor
el Mayoral de la Iglesia no
hay mercedes, que no hagas.)
(dichosa en el la Tiara.) Luego el sagrado Cabildo
Aquel, que en ancianos miembros de la santa Iglesia, trata
valiente forceja, y alga de hazeros fiesta, rindiendo
en sus ombros, el gouierno al Cielo infinitas gracias.
de la Iglesia Seuillana. Y assí con deuido acuerdo

Aquel, cuyo propio objecto del Castro ilustre, a quie aman,


es la virtud, cuyas ansias
para el próximo Domingo
son pulsadoras del Cielo, la determinan, y trazan.
donde sus obras lo llaman. Llegado, pues, aquel dia,
Aquel, a quien de Genil de su torre el bronze clama,
el sacro Vestiglo aclama, y siendo sus lenguas mudas,
por ser quien en Templos trueca por vos se alegran, y hablan.
sus cabernas, y pizarras. Vuestra Imagen de los Reyes
Después, que, a su imperio justo, de su aurado Trono bajan,
dieron vozes las campanas, porque en Procession visite
y se vió el tiznado Dios el círculo de las gradas.
arder entre zelo y rauia. A cuyo progresso insigne
Amaneció de la Luna las Religiones se hallan,
el dia, con arracadas a quien la madre del mundo

de los flamantes piropos, Seuilla, abriga, y ampara.


que el Turquí del Cielo engasta. A quien, del Guzman Domingo
Y quando del Pitio Delio presidió la fiel manada,
nuestro Pastor vió en sus quadras (que siendo ouejas del Cielo

mensageros luminosos contra el herético ladran.)


contra las tinieblas tardas. Luego el Clero, y Prebendados
Vertiendo sus ojos risa, yuan, con la insignia blanca,
Glorias Sevillanas 43 5

que la puridad, (deuida al ni un solo instante


os profana

Sacerdocio) retrata: Y que de Dios, al concebiros,


A quien vuestra Estampa ermosa puso en vos, Virgen, mas gracia,
siguió, cuya beldad rara que dio al bellíssimo Adán
los Celícolas Timantes en su formación primaria.

de esse original trasladan. Acabóse el sacrificio


Siguióse, nuestro Arzobispo, de aquella eterna palabra,
guardándole las espaldas, a
quien de velo siruieron
porq es muy de amantes tiernos telas de vuestras entrañas.
el seguir la cosa amada. Y después, antes que Febo
Luego los Christianos Heroes, baxe a ver del las aguas,
mar

cuya Goda sangre ensalma a vuestro retrato Pulcro


la lealtad (jamas perdida) ponen en sus propias aras.
de su Seuillano Alcázar. Quedó tan gustoso el pueblo,
De su Pastor amoroso que si la fiesta durara
van siguiendo las pisadas, vn siglo, como fue vn
dia,
(porque el seruiros vinculan lo diera a vuestra alabanza.
por corona de sus Armas.) Y como la deuocion

El Conde de Saluatierra de aqueste misterio abrasa


les presidió, digna vara las almas de los piadosos,
del Regio bastón, que oprime en seruirosauentaja.
se
las ceruizes Otomanas. Y assí de losjubeteros
Y la música, (entonando la piedad deuota, y casta,
diuinos Motes, que pasman publica mascara alegre
de Arion, y el Tracio Orfeo llena de inuenciones varias.
las encantadoras harpas.) En Españoles ginetes
Entró en la
Iglesia la Imagen, passean calles, y plagas,
donde luminoso atajan quando el nocturno silencio
vn sitio, que a su belleza se duerme entre sombras pardas.

la mayor Capilla guarda. Lleuaron vistosas lumbres,


Comentó la Missa el Preste, que en piramidales llamas
y quando el libro se acaba fingen del puro zafir
de los Israelitas Reyes, las eternas luminarias.
Arbol de quien fuisteis rama, Los barberos oluidan,
no os

Subió al pulpito vn Jayan ni el cirujano desama,


os
hijo, de aquel Patriarca pues a vuestro honor dedican
a quien el Rosario disteis otra mascara estremada.
del Cielo Diuina escala. La generación de Christo,
Digno Presul, y cabega y vuestra, piadosos sacan,
de su Prouincia Guzmana, tan al viuo, que atrepellan
y Apostólico orador oluido de edades largas.
de vuestra pureza intacta. Salieron al tiempo, quando
Este pues, vuestra limpieza Eton, y Flegon girauan
sobre el Cherubin leuanta, la carroga de rubíes
confessando que la culpa donde Venus sale vfana.
436 Glorias Sevillanas

Fueron todos admirables, fue su Santidad, que honraua


con inuenciones bizarras, á Escoto, por ser defensa
a quien adorna el tesoro contra aquellos que os agrauian.
que el Indio auariento guarda, Luego el Sabado siguiente,
y después llenos de amor dia en que celebra, y guarda
de vuestra pureza santa, a dos Apóstoles juntos

los roperos os preuienen nuestra Religión Christiana.


otra festiua
algazara. En este, pues, santo dia,
En seys quadrillas diuiden vuestra casa Mercenaria;
sus
pensamientos, y en tantas cuya fabrica, si viera
suple de Apolo la ausencia el Sabio Rey, se admiraua.
el resplandor de sus hachas. A tres fiestas dio principio,
Fue la primera de doze agradecida, y pagada
saluajes, que al ombro echadas de aquel Terno indiuisible
lleuaron, contra Luzbel que os preseruó de desgracia.
doze formidables magas. Y como en la concepción
La segunda de Romanos vuestra, assisten, y se hallan
Emperadores, lleuaua su
gracia, amor, y poder,
el mismo numero y visten con que tan perfeta os labran.
su bastón, traje, y guirnaldas. Assi el Triduo que celebran,
En la tercera salieron al trino poder consagran,
los doze Pares de Francia, y en el señora, os confiessan
suEmperador, y Argobispo, limpia, pura, inmaculada.
llenos deprimor, y gala. Aderegose la Iglesia
La quarta, doze naciones con la perfecion mas alta,

diuersas, os hacen salua, que el ingenio de los hombres


publicando, a vozes, todas en esta materia alcanga.
que la original no os mancha. De tres ordenes de telas
La quinta, bastaua sola se vio su forma
alcorgada
a ser famosa, entre quantas vestida, colores
y con mas
ha fabricado el ingenio que las labores Mosaycas.
desde Noé primer nauta. Dozientos paños texidos
Fue de los doze Planetas del oro que engendra Arabia,
visten ebras doradas, tuuo la mayor capilla
que
que desde el copete al pie sobre su faycion neuada.
los coronan, y los caigan. Cuya boueda eminente
Los cauallos que sugetan, hasta el cielo se encarama,
desde la crin hasta el anca, imitadora de Olimpo,
era del oro fingido, que a las nubes desbarata.
(finas peñas) viuasascuas. De lucientes y bruñidas,
Las Ordenes militares sus
paredes dilatadas,
en otra quadrilla marchan parecen, sino de nieue,
al son del clarín, que rompe espejos de limpia plata.
laregión del ayre vaga. En medio desta Capilla
vn altar forman, y plantan
Cuyo remate vistoso
Glorias Sevillanas 437

a quien de Phidias se rinde rayos, que de amores matan.


la architectura mas sabia. En cuyas trigueñas sienes
Tuuo tres cuerpos, el vno vna corona se enlaja,
vn quadriangulo formaua, a quien el Pactólo, y Hermo
cuyos frontales pudieran dieron el metal, que bañan.
dorar la Eclíptica sacra. Y en círculo y puntas
cuyo
Deste los ángulos eran el Pastor de Amphriso engarba
quatro nichos, cuya traqa los diamantes, y jacintos
mostró el primor del ingenio, que entre peñascos derrama.
que lo viste, pule, y labra. El vestido, de brocado
Formóse pues, el segundo tan excelente, que basta
sobre aqueste, menos ancha para enriquecer las Indias
su forma,
y en proporción, el oro, que en el se espacia.
con la primera encontrada. Y los candidos vacíos
Los frontales, que los ciñen deste Altar, ocupan jarras
a los primeros igualan, del bello jardín de Flora,
donde, (como en laberinto) y adorna Reliquias santas.
los rayosdel Sol se enqarqan. Y de suerte proporcionan
Sobre aqueste forman otro; este Altar, que el que miraua
que como el primero quadran por todas partes descubre
mas pequeño, donde a vos lo que al principio repara.
osreciben vnas andas. Entre las dos principales
Deste los frontales eran puertas, desta Iglesia estauan
pedaqos de limpia escarcha dos altares guarnecidos
girónados de las hebras de los pinzeles de Italia.
que Apolo en perlas ensarta. A quien visten amorosos
La capacidad vistosa hermosos niños, que estampan
de las andas, se empinaua al que, vuestro claustro puro
sobre el triforme edificio, fue nueue meses morada.
que es Pirámide Gitana. Y en el transito, que sirue
La forma superior de grauedad, y antesala
era en proporción ouada, a la Sacristía, ponen
a
quien de plata sustentan otro Altar, que festejaua
diez y seys columnas blancas. Al mas curioso, y discreto,
Sobre cuyo capitel siendo para los que passan
las aues, que el ayre rasgan imán, o dulce Sirena,
pusieron sus plumas rizas, que los suspende, y encanta.
y sus copetes las garbas. En el Claustro, la Capilla
En este concauo espacio de la Concepción, dilata
vuestra belleza, retrata de su autor la valentía
vna Imagen, que vos sola igual perfecta,y bizarra.
le podeys hazer ventaja. Y assí para no ofendella
Tan antigua como hermosa, mi pluma, en silencio passa
de cuya faz soberana su eminente architectura,
nacen, de piedad diuina, que a Polito emboba, pasma.
438 Glorias Sevillanas

Otros Altares auia, el lauro que en ellas gana,


que el Claustro señoreauan y en la palestra Euangelica,
llenos, (si vien de riquezas) como vn san Pablo batalla.
de perfecciones humanas. Del concurso de la gente
Entre los quales el vno se vió la
Iglesia preñada,
vna Capilla adornaua, tanto que por no romperse

que esta en el ángulo recto, aborta los que la ensanchan.


que a la Iglesia dá la espalda. Fiesta, al fin de las Mercedes,
Donde (sin encarecerlo) donde multiplicays tantas,
vi la mas valiente estatua, que las reciproca amor,
que pudo de Praxiteles y dellas mesmas os pagan.
esculpir la acción gallarda. La Iglesia de san Miguel
Era de aquel Sebastiano luego comienza vna octaua,
a
quien la crueldad tirana para quien, a sus paredes
a vn tronco, de ojas desnudo de las Tyrias sedas carga.
oprime, liga, y quebranta. La Iglesia de Todos Santos
Y entre las laminas bellas, de nueue fiestas se encarga
que en igualdad dispertauan y ay vezinos
valor en sus
los ingeniosos Apeles, para hazer mil nouenarias.
que el Tíber inunda, y baña. Vistieron la Iglesia toda
Estauan dos, de quien solas del carmesí, que a la grana
Parrassio, y Zeusis se espantan, hurta el color, y del Sol
vno borrando el racimo, los arreboles esmalta.
y otro su fingida olanda. Costosas telas abrigan
Predicó elprimero dia la capilla, que ygualadas,
aquel Doctor, que desata de su texido lustroso
los entricados nudos
mas doradas centellas saltan,
de la Escritura Sagrada. Lo alto de la capilla
Fray Hernando de Ribera, cubre vn cielo de esmeraldas,
eminente en sciencias sacras, que simboliza la gloria,
en los pulpitos Chrysostomo, donde viue su esperanza.
ydocto Aquino en las Cathedras. Y lozanos mancebos,
sus

Cuya celestial doctrina entre la risa del Alúa,


el Genio mas terco ablanda vuestra pureza defienden
diuina fuerga del zelo, en marcial encamisada.
que su noble pecho abrasa. Y no sola destos solos,
El segundo, el Presentado soys, o Virgen festejada,
fray Juan de Rojas, balanza sino de la ciudad toda,
de la virtud, y en las letras que en seruiros no se cansa.
exemplo de las mas sabias. Los Mínimos del Colegio

Siguióle el Padre Maestro de sanFrancisco de Paula,


fray Andrés de Portes, Vara, vn decenario de fiestas
que produze marauillas á vuestra Concepción cantan.
de virtud extraordinaria. La Parrochia de san Marcos
A quien las Cátedras rinden sigue las demás octauas,
Glorias Sevillanas 439

que ya se tienen por tibios de la piedad de mi patria.


los que en ellas no os alaban. Prestadme para que cante
Mas bien es
Virgen diuina, el Torneo que me aguarda,
que vnos, y otros,fiesta os haga, el dulce licor que vierte
pues de alabaros no cessan vuestra perenne Castalia.
las angélicas esquadras. Que entonces, si me assistis,
Y pues mi pluma atreuida, podrá ser queden borradas
llena de amor, se adelanta, las faltas deste, y por vos
a ser Coronista humilde alcancen perdón mis faltas.
440 Glorias Sevillanas

CAPÍTULO XII

Juramento de la Ciudad de Sevilla en defensa de la Inmaculada


Concepción de la Virgen María en 8 de Diciembre de 1617.
—El caballero Veinticuatro D. Juan de Vargas Sotomayor y
el acuerdo del Municipio hispalense.—Auto capitular de esta

Santa, Patriarcal y Metropolitana Iglesia Catedral para hacer


el voto en unión del Arzobispo D. Pedro de Castro y el Ca¬
bildo Secular.—La augusta y solemnísima ceremonia de la

Jura.—Fiestas de toros y juegos de cañas en la plaza de San


Francisco para celebrar el Breve de Paulo V.—Los caballe¬
ros en
plaza.—Famosa máscara hecha por los oficiales del
Arte de la Platería.

Alentado el Arzobispo de Sevil a D. toda


con
Pedro de Castro
el universal sentimiento que en su extensa
diócesis se había manifestado por la Concepción, pues los
Cabildos Seculares de Jerez de la Frontera, Écija y Mar-
chena habían hecho voto de celebrar anualmente fiestas en

honor del Misterio, del mismo modo que lo hizo la Her¬


mandad Sacramental del Sagrario en esta Ciudad; llevado
además del ejemplo que diera la de los Nazarenos de la
Santa Cruz de Jerusalén, y sobre todo enfervorizado por
la solemne y conmovedora ceremonia que tuviera lugar en

19 de Junio de aquel año de 1617 en la iglesia parroquial


del Apóstol San Pedro, ansiaba por prestar el mismo jura¬
mento, junto con su venerable Cabildo Metropolitano. Ha-
Glorias Sevillanas 441

bía consultado el caso con anterioridad, para censurar la


proposición del hermano Tomás Pérez en 1615, y para
acceder á la petición de la cofradía de Advíncula, con los
más graves sujetos de la Compañía en Roma y con los
PP. Juan de Pineda, Diego Ruiz de Montoya, Diego Gra¬
nado, Miguel Vázquez, y otros no menos conspicuos varo¬
nes de esta Ciudad
por su ciencia y virtud, los cuales todos
habían asentido á que el susodicho voto y juramento era,
no sólo lícito, sino una práctica loabilísima y santa. Ha¬
biendo venido, pues, en Octubre de 1617 la nueva dispo¬
sición pontificia para que nadie osase hablar contra la pia¬
dosa opinión, ni atacar á sus partidarios, no hubo necesi¬
dad de más razones para decidir el ánimo del Prelado en
tan santo empeño; por lo que se dispuso para ejecutar la
ceremonia religiosa en la fiesta propia de la Concepción el
8 de Diciembre de este año.
Corrió por voz de que para dicha festividad
Sevilla la
harían solemne juramento el Arzobispo y el Capítulo de
canónigos y demás clero de la Catedral, aprestándose para
el acto con el aparato y fastuosidad de las grandes solem¬
nidades. Parecía, pues, muy natural que, dado el afecto y
asentimiento común de toda la Ciudad al Misterio de la

Concepción sin mancha, acudiera la representación de la


misma, el Municipio, á este acto, en el que debía tomar
parte en nombre de Sevilla, como por derecho correspondía.
Celebrábase cabildo por el Senado Secular en 29 de
Noviembre de aquel año, y levantándose el caballero Vein¬
ticuatro D. Juan de Vargas y Sotomayor, presentó una pe¬
tición escrita, y además dijo: «.que habiendo el Prelado de
Sevilla y el Cabildo Eclesiástico de jurar la defensa del Mis¬
terio en la festividad de la limpia Concepción, proponía y

suplicaba á la Ciudad gozase de la ocasión que se le ofrecía


de mostrar la piedad y devoción que tenía á la Concepción
de Nuestra Señora en la fiesta solemne que al efecto se iba
56
442 Glorias Sevillanas

á celebrar, jurando la opinión piadosa, que sería así muy


justo, pues que la Ciudad había de asistir á la Catedral,
en virtud de lo acordado, continuase dando más fuerza al
acuerdo, lo que haría un acto merito¬
con este juramento, en
rio para Dios y de glorioso servicio á la Virgen; todo lo
cual era vehemente deseo de toda esta universal República

y Provincia; y pues que no podía hacerse así por todos y


cada uno de sus ciudadanos en participar, se haría por este
Ayuntamiento, que los representaba, con cuyo ejemplo conti¬
nuaría la Ciudad el primado de que gozaba en el fervor y

defensa de esta devoción, dando ejemplo á la Cristiandad y


principio al afecto ardiente con que hoy se reverencia el Mis-
terioy>\ continuando algunas razones en apoyo de su
con

propuesta. Fué oído todo este razonamiento con religiosa


atención, y con tan general asentimiento, que, concluido,
aceptóse por aclamación, y con tal entusiasmo, que ha¬
biendo bastado por esta causa su consignación en acta de
esta manera, no quisieron los Capitulares se hiciese así, sino

que constase individualmente el voto de todos y cada uno


particularmente, como se hizo para perpetua memoria de
aquellos caballeros regidores y jurados que asistieron á la
sesión; y hasta los escribanos de Cabildo, que no tenían
voz ni voto, levantáronse encendidos por la devoción para

que constasen sus nombres y súplica á la Ciudad, acor¬


dando seguidamente lo que había de hacerse para este caso
del voto y juramento, así como los regocijos y festejos popu¬
lares; todo lo cual aparece de las actas capitulares, que
copiamos íntegras para mejor conocimiento del asunto.

Cabildo de 29 de Noviembre de 161 f


«Dijo el señor don ju.o de bargas beyntiq.tro que
sup.ca á la ciudad se sirva de gozar de la ocasión
q.e se le ofreze de mostrar su piedad y debocion
Glorias Sevillanas 443

q.e tiene a la limpia concepción de nra s.ra en la so¬


lemnidad de su dia en elmrd entendido
qual a su
q.e el señor arzobispo tiene proposito de celebrar misa
de pontifical y hazer juram.to de tener la opinión pia¬
dosa y será muy justo que la ciudad q.e a de asistir
allí continuando lo q.e tiene acordado haga lo mismo

que será vn acto de muy gran mérito para con nues¬


tro señor y muy glorioso serbicio á la virgen y la

cosa mas conforme al deseo vnibersal de toda esta

república que lo q.e no les lícito por indibiduos par¬


ticulares lo haga por la congregación que le repre¬
senta y en esto la ciudad terna el prim.o que a tenido
en el ferbor de esta debocion dando exemplo á toda
la cristiandad y principio al glorioso estado q.e tiene
esta debocion.
»e luego dijo el sa don A.o de monsalbe alcalde
m.r q.e dize lo mismo,
»e
luego dijo el sa p.o descobar q.e dize lo mismo.
»e luego todos los caballeros capitulantes q.e se
hallaron presentes en este cabildo q.e fueron los se¬
ñores el lie.do justino de chabes t.e m.or de asistente

desta ciudad don al.o fz. de córdoba alcalde m.or don


A.opetruche probincialde la s.tahermdad don at.o de
monsalbe, p.° descobar m.o, don luis de carranza de
la cerda don p.° de pineda don lorezo de ribera al-
cades mayores don p.o menchaca don xpbal mejía
don al.o de casaus don martin de jauregui, ju.an con¬
tador dalbo, juan antonio de medina, don ber.do de
ribera don fr.co melgarejo de herera, don fr.co perez
de meñaca, rafael de ribera xpobal de acuña de el
barco don baltasar de león don fr.co de chabes don
fer.do de saabedra beyntiq.tros q.e dizen lo mismo q.e
a dho el señor don ju.o de bargas.
»e luego dijo el sa jurado ju.o de perea y el sa ju-
444 Glorias Sevillanas

rado ju.o bap.ta de lesana como mayordomos de el


cabildo de los señores jurados y en su n.e y por sí y
desta república q.e dize lo propio
dho y pro¬
q.e a
puesto el s.r don ju.o de bargas y todos los demás
caballeros capitulantes presetes con el s.r lie.do jus-
tino de chabes t.e m.or de asistente y sup.ca a la ciu¬
dad haga en esta fiesta vna muy grade demostración
pues el caso lo requiere y q.e m.de q.e no falte caba¬
llero ninguno beyntiq.tro ni jurado y q.e la víspera
desta fiesta haga fuegos y demostración de regozijo
en la
plasa de s.t fr.co
»e
luego dijo el s.r don gaspar de alcozer beyn¬
tiq.tro y p.or m.or q.e dize lo mismo por sí y como
p.or m.r
luego dijeron los señores don fer.do de medina
»y
y el señor don fer.do de vlloa q.e dizen lo mismo.
»e luego dijeron los señores jurados at.o de tre-

biño gaspar dias cataño andres ortiz don al.o gra. de


laredo fr.co de cetina don ju.o de oviedo y xpobal de

Villegas q.e dizen lo mismo.


»e luego dijeron fr.co de torres correa y ger.rao

medez de acosta ser.os deste cabildo suplican a la


ciudad lo mismo.
»Acordóse de conformidad que se guarde lo q.e la
ciudad tiene pasado aber de yr en forma de ciu¬
en
dad a la yglesia mayor a asistir á la fiesta de nra
s.ra
y se haga el juram.to contenido en la proposi¬
ción del s.r don ju.o de bargas beyntiquatro en ma¬
nos de su s.a ill.ma de el s.r arzobispo en la forma

que los señores don ju.° de bargas don ber.do de ri¬


bera don fer.do de saabedra beyntiq.tros gaspar dias
cataño jurado lo acordaren con el señor arzobispo a
quien de p.te de la ciudad den vn recaudo en la con¬
formidad q.e lo an entendido de la boluntad de la
Glorias Sevillanas 445

ciudad y la forma q.e diere y quedare asentada la


diga el s.r don ju.o de bargas a la ciudad el primer
dia de el cabildo y para entonzes. los porteros llamen
á todos los caballeros capitulantes y jurados para ha¬
llarse a esta procesión y juram.to y para q.e sea noto¬
ria la boluntad conla ciudad desea hazer demos¬
q.e
tración desta fiesta la víspera della el señor don gas-

par de alcozer beyntiqAr° y p.°r m.or haga q.e en la


plaza de S.to ff.co en los coredores de el cabildo y
bentanas se hachas en la forma y cantidad
pongan
q.e se suele hazer la plasa bariles de alquitrán y
y en
q.e se hallen las copias de las trompetas y ministriles
y atabales y se hagan las demás demostraciones de
regozijos para la celebración desta fiesta y lo que cos¬
tare se pague de el arca de la hazienda por la borden

y el dho señor don gaspar de alcozer de p.te de la


ciudad de un recado al señor Reg.te de lo contenido
en este acuerdo
y diga la razón de el todo lo q.e le pa-
reziere y así mismo lo de a su s.a de el conde asistente

para q.e m.de pregonar en las p.tes publicas que le


pareziere q.e la víspera desta fiesta aya luminarias
generales en toda la ciudad y sus arabales y en con¬
formidad de la dha propusicion y acuerdo los caba¬
lleros diputados q.e ban nombrados para dar el re¬
cado al sa arzobispo lo den así mismo al cabildo de
la s.ta yglesia y q.e al sa don at.° petruche le de el

pres.te sen.o test.o desta propusicion y acuerdo para


q.e lo haga ymprimir con la respuesta de el sa arzo¬
bispo y el juram.to q.e la ciudad hiziere y q.e el pres.te
sen.o se halle pres.te al acto de el juram.to para dar

testimonio de el.—Justino de chctbes.— G.mo mendez


de acosta scn.°»

Á la misma hora y día reuníase el Capítulo de la Igle-


446 Glorias Sevillanas

sia Catedral, presidido por el Dr. D. Félix de Guzmán,


Arcediano de Sevilla, y levantándose el Sr. Provisor don
Gonzalo de Ocampo, Arcediano de Niebla, hizo presente
como el limo. Sr. Arzobispo tenía propósito de jurar la
defensa del Misterio de la Concepción sin mancha el día
propio en que se celebra el Misterio, y que no quería ha¬
cerlo sin dar cuenta, como lo hacía, á su Cabildo por me¬
dio del que hablaba, á fin de
que asistiesen á dicho acto
los Prebendados que lo tuviesen á bien, movidos sólo de
su afecto y devoción, sin obligar á nadie ni por cortesía.

Oyóse con gran satisfacción por los señores Capitulares


la resolución del Prelado, que tanto deseaban practicar, por
el celo que en toda ocasión había manifestado este Cabildo

por la Concepción de María.


Se nombróuna comisión
que pasara á ver á S. I., ofre¬
ciéndose incondicionalmente á coadyuvar en todo lo que
hiciera relación al acto de la jura del Misterio por cuya
causa tanto se venía
trabajando por todos los Capitulares.
Hé aquí el documento en que consta el acuerdo del Ca¬
bildo Eclesiástico:

«En Sevilla miércoles 29 de Noviembre de 1617


=estando los señores Dean y Cabildo de la santa
Iglesia de esta Ciudad juntos capitularmente en su
Cabildo ordinario como lo han de uso y costumbre

presidiendo el D.r D.n Feliz Guzman Arcediano de


Sevilla y Canónigo propuso el S.r D.n Gonzalo de

Campo Arcediano de Niebla y Canónigo Provisor y


dixo de parte del II.mo Sr. D.n Pedro de Castro y

Quiñones Arzobispo de esta S.ta Ig.a como su S.a


II.ma estaba determinado á jurar el misterio de la pura

y limpia Concepción de la Virgen nuestra Sra su


dia que es á 8 de Diciembre y que gustaba de ha¬
cerlo dando cuenta de ello al Cabildo como lo hacía
Glorias Sevillanas 447

para que convidase á los S.es Prevendados que qui¬


siesen acompañarle á hacer el mismo juramento por
su devoción lo cual oido por los dichos señores y
habiendo platicado sobre ello determinaron que todo
el Cabildo hiciese el mismo juramento y que los S.es
D.n Francisco de Monsalves maestre scuela y Canó¬
nigo Diego de medrano canónigo y el Da Dionisio
de Prado Canónigo Racionero respondiesen á su S.a
111.ma de parte del Cabildo como estimaba esta deter¬
minación y se habia alegrado della sumamente y que
todo el Cabildo siguiese á su S.a 111.ma haciendo tam¬
bién el dho juramento y que se sirviese de mandarlo
ordenar como le pareciese mas aproposito para el
efecto de esta santa resolución y que el Cabildo ha-
ria por su parte lo que le tocase en ella con muy
buena voluntad por el celo y servicio de la S.ma Vir¬
gen como era razón y mandaron llamar al m.tro de
ceremonias para determinar que particularidad de so¬
lemnidad se hacia este año el dia de la pura Concep¬
ción de la virgen nuestra señora por la fiesta del
dicho dia y la que en este acto del juramento se ha
de añadir.»

Cumpliendo las instrucciones


que se habían dado en el
Cabildo de la Ciudad á 29 de Noviembre, pasó la comisión
nombrada para ello á visitar al limo. Sr. Arzobispo el día

siguiente, dándole cuenta de lo acordado en pública sesión


por el Municipio, suplicando al par dispusiera la forma,
tiempo y demás circunstancias del juramento. Tuvo el Pre¬
lado gran alegría con la visita y comisión presentada en
nombre de Sevilla, recibiéndola cariñosamente y significán¬
dole su gozo verdadero en lo acordado, ofreciendo estudiar
la forma y modo, para dar cumplimiento á los deseos de
los caballeros Veinticuatros y Jurados de la Ciudad, pues
448 Glorias Sevillanas

nada más justo, no sólo por el ejemplo que se daría al


Reino, sino por la obligación que tenía el Cabildo Secular,
como fiel representante de la Ciudad concepcionista por
excelencia.
Hicieron al siguiente día la misma visita al Cabildo cate¬
dralicio, en y sentido de manifestar sus deseos
igual forma
vivísimos por asociarse á tan magnánima resolución, y su¬

plicando que se sirviese ordenar lo que fuera más conve¬


niente al caso, á fin de que la fiesta resultase con todo el

esplendor y aparato que este caso requería.


Respondieron los señores Diputados de ceremonia que
á su tiempo se manifestaría á la Ciudad todo lo que se acor¬
dara realizar por este Cabildo, así como el ceremonial de
la jura; á cuyo efecto pasaría á las Casas Consistoriales la

Diputación de ceremonias á ponerle en conocimiento de lo


que se hubiere de practicar.
Celebró sesión capitular á los dos días el Cabildo de
esta Catedral, acordándose lo que por la siguiente acta

consta:

«En 4 de Diciembre del dho año 1617 juntos los


S.es Capitularmente y presidiendo el dho S.r D.n Fe¬
liz de Guzman Are.o y Can.o de Sev.a y siendo lla¬
mado para determinar que demostraciones se hacían
de fiesta el dicho dia de la pura y limpia Concepción
con mas particularidad por lo que este año seofrece
con el solemne del
juramento que el II.mo S.r Ar-
acto

gobispo el Cabildo de esta S.a Ig.a y el desta insigne


Ciu.d an de hacer aquel dia de tener y defender la

opinión que la virgen N.a S.a fue concebida sin pe¬


cado original y habiendo oido de parte de su 111.raa en

respuesta del recaudo dicho que la forma del jura¬


mento se traería al Cabildo el miércoles que biene 6
de Diciembre y que se habia de hacer después del
Glorias Sevillanas 449

sermón, mandaron que la víspera del dho dia de la


Concep.n sehaga á la hora del medio dia y á la de
las vísperas y después á la noche y el dia siguiente en
la torre los repiques que el año pasado de 1616 con
la solemnidad que entonces y en dado la oración la

víspera se ponga iluminaría en la torre y en las de-


mas partes de la Ig.a que suelen y se gasten
fuegos
y en los maytines se canten chagonetas y se pongan
las hachas necesarias p.a q.e la Ig.a esté autorizada y
clara como conviene y en todo se solemnisen dhos

maytines como el año pasado y la procesión de aquel


dia vaya también como el año pasado por las ulti¬
mas naves de la Iglesia y en la Cap.a de nuestra S.a

de los Reyes se haga estación á aquella S.ta Imagen

y que se vistan los seises como el dia del S.mo Sa¬


cramento para que bailen y canten con regocijo la
fiesta y cometieron á los dhos S.es D.n Fran.co de
Monsalves, Diego de Medrano, y al D.r Dionisio de
Prado vayan al Cab.° de la Ciu.d á darles cuenta de
esta determinación y de que están esperando saber

como se le enviara la forma del juramento en dan-

dolo el S.r Argobispo para que también si les pare¬


ciese prevenir algunas Danzas que alegre el lugar

aya tiempo para ello y así lo ordenaron y mandaron


=D.n Baltasar de Salablanca Secretario. »=

El día 6 de Diciembre pasaron al Cabildo de la Ciudad


los señones Capitulares designados, y el Sr. D. Francisco
de Monsalve, Dignidad de Maestrescuela, dió las gracias
en nombre de su Cabildo por el acuerdo tomado por el

Municipio de asistir y hacer el juramento el día 8 de Di¬


ciembre. Después pasó á exponer lo que se había determi¬
nado celebrar al efecto en la Santa Iglesia Catedral, así
como la forma
y ceremonia del acto de jurar ambos Cabil-
57
450 Glorias Sevillanas

dos, de lo cual se enviara un tanto á la Ciudad, indicando


por último que ésta podría disponer algunos regocijos pú¬
blicos como mejor le pareciese. El Asistente de Sevilla dió
las gracias á los comisionados, y acto seguido se pasó á
tratar lo que conviniera hacerse para este día, disponiendo

asistieran las danzas á la Catedral la víspera y día de la

fiesta, que se iluminase la Casa del pueblo y la plaza de


San Francisco, que se empavesaran los navios surtos en
el puerto y la torre del Oro, y que á la hora de celebrar la
jura se hicieran salvas de artillería; todo lo que consta por
la siguiente acta, que reproducimos íntegra:

Cabildo de 6 de Diciembre de 1617.


«Entraron en este cabildo los señores don fr.co de
monsalbe scuela el can.° medrano y dionisio fr.z ra-
me

zionero de la s.ta yglesia y dijeron á la ciudad de p.te


de el cabildo de la s.ta yglesia lo q.e tiene acordado
se a de hazer en la fiesta de nra s.ra de la
limpia con-
cecion y conbido a la ciudad para las vísperas para
q.e se halle en ellas y la ora en q.e la ciudad a de
hazer el juram.to q.e tiene acordado q.e es después de
el sermón.

»Acordóse de conformidad q.e los porteros lla¬


men todos los caballeros de el cabildo para yr ma¬
a

ñana a la tarde a las vísperas de la fiesta de nra s.ra

de la limpia concecion por ciudad y q.e el s.or p.or


m.or haga que se pregonen todas las danzas q.e pu¬
diere q.e esten de manera q.e puedan parecer para
q.e se la yglesia m.or mañana a las vísperas
hallen en
y el otro dia sigui.te para andar con la procesión las
quales an de estar toda la tarde y el otro dia sigui.te
hasta que se acaben los oficios y el s.r don gaspar
concierte esto (lo mas barato q.e pudiere y sea posi-
Glorias Sevillanas 45i

ble) y lo q.e costare se pague en el arca por la hor-


den por cédula de su s.a de el conde asistente ó su
lugart.e y de el s.r don gaspar de alcozer y en come¬
ter al s.r ju.° gallardo de cespedes protector de las
naciones hordene a todos los nabios q.e estubieren
surtos en el rio desta ciudad a si de estrangeros como
de naturales hagan salba con toda el artillería que
tubieren al tiempo q.e se quiera comenzar a hazer el
juram.to y q.e pongan los nabíos con flámulas gallar¬
detes y banderas y todas las demás demostraciones
de regozijo q.e pudieren y el señor don p.° g.do de
abren beyntq.tro de pM de la ciudad de vn recado al
s.r lie.do don
fr.c° de tejada presidente de la casa de
la contratación de las yndias y en cometer al s.r don
p.° g.d° beyntq.tr° para q.e en la torre del oro pro¬
cure
q.e se pongan banderas, y gallardetes y haga
todas las demás demostraciones de alegría q.e fuere
posible y el s.r p.or m.or haga lo mismo en las casas
de el cabildo y ejecute lo q.e esta acordado.
»fueronse y
quedaron el s.or t.e y p.° descobar
my.r don luis de caranza don p.° de pereda alcaldes
m.es don fer.do de mendoza don alonso martel don

p.° de castañeda don gaspar de alcozer don fer.do de


vlloa rafael de ribera xpobal de acuña de el barco
don fer.do de saabedra monsalbe don antonio de mon-

salbe don ju.° de vargas don fr.co melgarejo de he¬


rrera y don fr.co de cespedes.—Justino de chabes.—
G.m° mendez de acosta ser.o

Llegó el día 7 de Diciembre, víspera de la Concepción,


y al mediodía, en punto de la hora de la plegaria, se echa¬
ron á vuelo todas las campanas de la Giralda, respondién¬

doles las de la Ciudad, así de parroquias como de monas¬


terios y ermitas; conmoviendo de tal modo á los sevillanos
452 Glorias Sevillanas

este aviso, que poco después todas las calles y plazas se


veían invadidas por el pueblo, lleno de alegría y regocijo.
Sevilla se puso de gala, mostrando en sus palacios y casas

colgaduras de gran valor y bellísimos tapices, que cubrían


los muros y barandas; el puerto presentaba aspecto visto¬
sísimo con tantas banderas, flámulas y gallardetes, así como
la torre del Oro, en cuyo segundo cuerpo lucía sobre ele¬
vada asta un estandarte de seda con la cifra María Co?ice-
bida sin pecado original, viéndose otras muchas banderas
por las azoteas de la Catedral y su torre, Casas Consisto¬
riales, de la Contratación, Audiencia Real, Lonja de Mer¬
caderes y demás edificios públicos. El adorno de la Iglesia

Metropolitana excedió con mucho á lo acostumbrado, pues


estuvo riquísimamente aderezada con toda clase de telas

bordadas, la tapicería del Apocalipsis en las columnas, y


especialmente las capillas titulares de Nuestra Señora, en¬
tre las que sobresalía la de la Antigua con sus grandes

lampareros conteniendo doscientas lámparas de plata bru¬


ñida; por todo el ámbito del templo había gran número de
hachas, blandones, flores, candeleros, lámparas, pebetes
con sustancias odoríferas, ricas alfombras
y demás aparato
que sólo se desplega en las más notables solemnidades. La
capilla mayor estaba dispuesta para el pontifical que iba
á celebrarse: en el altar se veía un trono para manifestar á
su Divina Majestad durante la Misa; el dosel para
el Pre¬
lado; los ricos aparadores ocupados con jarras y bandejas
repujadas para el acto, en la parte del presbiterio, y en la
planta inferior de la capilla un estrado para los caballeros
Veinticuatros y Jurados.

Llegada la hora de Vísperas, reuniéronse éstos en la


casa de Cabildo, y precedidos de sus porteros de maza,

que iban vestidos con garnachas y gorras de terciopelo en¬


carnado, veinte alguaciles á caballo, las trompetas y demás
acompañamiento, dirigiéronse en formación á la Catedral.
Glorias Sevillanas 453

Había acudido al Palacio el Cabildo Eclesiástico para


traer á S. I., que, llegado
que hubo al templo, revistióse
de pontifical, y seguidamente dieron comienzo las Víspe¬
ras, que fueron solemnísimas, durante las cuales doce niños
del coro, vestidos con telas de seda y oro, estuvieron can¬
tando motetes, y las danzas de la Ciudad asistieron por las

naves del templo; terminaron tan tarde las Vísperas, que

empezaron á continuación los Maitines.


Llegado que hubo el toque de Ave-María repitiéronse
los repiques nuevamente, y como por encanto quedó la
Ciudad iluminada con aspecto fantástico por el sinnúmero
de ovillos embreados que ardían en todos los sitios altos
de los edificios públicos, especialmente la iluminación de
la Giralda y azoteas de la gran Basílica, que no presentaba

ningún saliente de sus múltiples adornos donde no apare¬


ciese un foco de luz, produciendo, como es de suponer,

gran efecto los calados de sus largos antepechos, las cres¬


terías de sus valientes hastiales, y el sinnúmero de altas

pirámides que coronan el edificio gótico. No había á más


calle ó plaza donde no ardiesen sin cuento de barriles alqui¬

tranados; edificio público ó particular que no luciera costo¬


sas hachas de ocho pábilos, y torre ó campanario desde

donde no se arrojaran voladores, cohetes, bombas y cuanta


clase de fuego de artificio entonces se conocía.
Celebráronse mientras tanto en la Catedral los Maitines
con la solemnidad y aparato de Navidad, siendo oficiante
el famoso y devoto capitular, dotador de ellos, el señor
D. Gonzalo de Ocampo, asistiendo á estos oficios gran con¬
currencia de fieles.
Fueron casi con los
seguidos los repiques de la víspera
de la festividad, pues aquéllos duraron hasta bien entrada
la noche y los segundos empezaron al terminar la hora de
Alba, en la que se dió aviso de cruces; y continuaron para
la hora de Prima, la cual terminada, salió el Cabildo por el
454 Glorias Sevillanas

Prelado á su Palacio, llegando después á la Iglesia con el


Ayuntamiento, que había venido en la forma que el ante¬
rior día. Procedióse á revestir á S. E., siendo asistente ma¬
yor de S. I. el Sr. D. Félix de Guzmán, Arcediano de Se¬
villa yCapellán Mayor de San Fernando; asistentes diáco¬
nos D.
Juan de Villavicencio y D. Diego de Medrano, diá¬
cono D. Francisco del Carpió
y subdiácono el Dr. Lucas
de Soria; haciendo asistencia de dignidades D. Gaspar de
Herrera, Tesorero, D. Francisco de Monsalve, Maestres¬
cuela, D. Gonzalo de Ocampo, Arcediano de Niebla, y don
César Raimundo, Arcediano de Reina, todos con capas plu¬
viales y mitras de brocado. Sirvieron el pontifical y la toalla
al Prelado el Caballero del hábito de Calatrava Bartolomé

López de Mesa el Regidor más antiguo de Sevilla. Re¬


y
vestido de los pontificales S. E., entonó la Ter¬
ornamentos

cia, que se cantó con gran acompañamiento de voces y


orquesta, y terminada se organizó la procesión claustral.
Precedían las cruces parroquiales de Sevilla, con la cate¬
dralicia en pos de ellas, y clero propio de las mismas; los

capellanes y beneficiados de la Veintena, luego los preben¬


dados de capas blancas con palias y cenefas bordadas, los

dignidades mitrados, el Prelado con sus asistentes, y en el


cuerpo de la procesión la música, los cantores, los seises y
las danzas, entonando motetes y villancicos alusivos; ce¬
rrando tan hermosa comitiva la Ciudad en forma capitular,
presidiendo el Conde de Salvatierra.
Empezó su curso la procesión por la nave de la Epís¬
tola, haciendo estación á la Real Capilla ante la efigie ve¬
neranda de María Santísima de los Reyes, que estaba lujo¬
samente vestida y adornada de rica pedrería, con un gran
número de luces, que le daban en su elevado sitial todo el
aspecto de aquella Reina cuya representación ocupa en la
tierra; pues en aquel gran momento histórico, en que el
pueblo sevillano acudía al templo para ofrecerla un jura-
Glorias Sevillanas 455

mentó que ya de hecho lo tenía recibido Nuestra Señora,


la Catedral hispalense era indudablemente trasunto fiel de
la Jerusalén celestial. El Prelado dijo las preces de costum¬
bre propias de la Concepción, después de incensado el altar

y cantar los seises la preciosísima antífona « Conceptio tua


Dei genitrix Virgo gaudium anuntiavit universo mundo,
gaudeamus omnes in Domino diem festum celebrantes.»
Siguió la procesión por la nave del Evangelio, entrando
el clero en el coro, y la Ciudad ocupó su lugar en el es¬
trado de la capilla mayor como es de rúbrica.
Manifestóse en el grandioso trono á su Divina Majes¬
tad, y mudado de ornamentos el Arzobispo, empezó la
Misa con una solemnidad y esplendor estraordinarios, pre¬
sentando el altar ese aspecto tan deslumbrador que sólo
revisten las fiestas de la Catedral sevillana. La capilla de
música ofició con toda clase de instrumentos y voces una
hermosa composición, que alargó bastante la fiesta, pues
eran las doce del día cuando el P.
Juan de Pineda, jesuíta,
subió á la sagrada cátedra, que ocupó en tan fausto acon¬

tecimiento, empleando en el desarrollo de su discurso sólo


media hora. Versó la oración sagrada sobre el Misterio de

la Concepción y el acto que en nombre y representación


de este pueblo iba á celebrar el Prelado en unión de la
Ciudad y del clero.
Terminado el ofertorio de la Misa se procedió á la cere¬
monia de la jura, á cuyo efecto estaba colocado en el pres¬
biterio sitial cubierto de rico paño de brocado y encima
un

un almohadón de igual tela y otro delante para arrodillarse:


sobre el sitial veíase abierto el libro de los
Evangelios. Le¬
vantóse el Prelado de silla, y sin mitra, después de reve¬
su

renciar á su Divina Majestad, se puso de pie junto al di¬


cho estrado, dando cara al lado de la Epístola, y en ésta,
frente á S. I., el Asistente Mayor D. Félix de Guzmán, y
á ambos lados los demás ministros asistentes y dignidades,
456 Glorias Sevillanas

con el rostro hacia el altar mayor, todos de pie, así como


los prebendados en el coro y los regidores en su lugar. El
diácono D. Francisco del Carpió, precedido del Maestro de
ceremonias, después de hecha genuflexión al Santísimo,
besó la mano al Prelado, vino al centro del presbiterio, y,
dando cara al altar, presentáronle una tabla ricamente guar¬
necida de piedras preciosas, donde se contenía la fórmula
del juramento, y poniendo sus manos sobre ella, con parti¬
cular entonación escrita para el acto, y que no era otra que
la propia de las Kalendas de Navidad, en voz alta y ma¬
jestuosa, representando al pueblo en el Sacrificio de la
Misa, cantó la siguiente letra:

«JVRAMENTO.
»Ad tuce Maiestatis pedes,
ó celi terraque Regina
Maria, pro voluti, et tua beneficia recolentes, atque
erga Immaculatam tuam Conceptionem deuotioni ac-
cepta referentes; Nos Petras Christi filij tui,famuhis
et Apostólica Sedis gratia Archiepiscopus Hispalensis

& venerabilis nostri Capituli chorus, floretissimaque


Civitas Hispalensis sacrarum litterarum, sancionan

Conciliorum, Tridentini prcesertim, sanctissimorurn


Romanonan Pontificurn, ac B. D. nostri Pauli diuina
prouidentia Papce V. de tue glorie amplificatione be-
nemeriti, probatissimorum Patrian, nec non prcedece-
ssorian nostrorum huius Ecclesice
prcesidian, vniuerso
fere iam populo Christiano plaudente, vestigijs inhce-
rentes; in hoc tibi sacro templo máximo Hispalensi, in
hac nobis leta, et fausta festiuitatis tue die: fatemur
te Dei Mater, in primo tuce
Conceptionis instanti, prop-
ter Christi filii tui, et filij Dei merita iam ab ipsa sua

ceternitate prceuisa, fuisse ab originali peccato prce-


seruatam. Testamur que Deum, ac filium tuum, nos
Glorias Sevillanas 457

hanc setentiam de tua á peccato origincili prceserua-


tione nostro iam dudum insitam peciori Deo inspiran¬
te, constantissimé ad vltimnm vitce spiritum retentu-
ros. Hocpublicé, hoc priuatim docebimus; kec eadem
á nos tris ouibns et á cceteris ómnibus (quantum in

nobis fuerit) teneri, et doceri Deo adiuuante, curabi-


rnus. Ita vovemus, ita spondemus, ita jura-mus, sic nos

Deus adiuuet, & hac santa Dei Euangelia: Quam


assertionem, votum, et iuramentum ad pedes sanctis-
simi Domini nostri Pauli Papce V. sub mittimus, vt
hac omnia Apostólica betiedictione promouere dignetur.
Tu ergo ó fcelix, ó summé felix, quce ab initio,
»

et ante scecula ab ipso Deo electa, et prceseruata fuisti

beatissima Virgo, eundern sanctissimum Dnm hostrum


Paulum diuturnitate pacis, ac fcelicitatis amplifica; et
Catholicum Regem nostrum Philippum tuce sine pec¬
cato conceptioni constanter addictum ómnibus bonis ac-

cumula, et longeve senectutis, imperij que iusti glo¬


ria exorna: nobisque; ómnibus animorum puritatem,
ac peccatis sordium detestationem impetrare
digneris.
»Hispali octava die Decembris anni millessimi
sexcentissimi decimi septimi.»

Cuyo tenor en castellano es así:

«Postrados humildemente pies, O María


a tus

Reyna del Cielo y tierra, y trayendo a la memoria


tus Beneficios,
y atribuyendo los recibidos a la devo-
ció que tenemos para con tu Inmaculada Concepción;
Nos D. Pedro de Castro, por la gracia de Christo hijo

tuyo, y de la Sede Apostólica Arzobispo de Sevilla,


y la venerable junta de nuestro Cabildo, y la muy no¬
ble y muy leal Ciudad de Sevilla, Siguiendo las pisa¬
das de la Sagrada Escritura, de los Sanctos Conci-
58
453 Glorias Sevillanas

lios, particularmente el de Trento y de los Sanctísimos


Pontífices de Roma, y de nuestro Beatíssimo Señor
Paulo, por la divina providencia Papa V. benemérito
de la amplificación de tu hora, y gloria de los padres
aprovados, y también de los Arzobispos desta Santa
Iglesia, predecessores nuestros, haziendo aplauso, y
favoreciendo esta causa y a casi todo el pueblo Chris-
tiano en esta Iglesia mayor de Sevilla a tí consagrada,
en este dia de tu Festividad,
para nosotros alegre y
dichoso: confessamos que tu, o Madre de Dios, fuiste

preservada del pecado original, en el primero ins¬


tante de tu
Concepción, por los merecimientos de
Jesu Christo hijo tuyo, previstos ya desde su misma
eternidad: y hazemos testigos a Dios, y a tu Hijo,

que nosotros tendremos firme y constantíssimamente


hasta el vltimo trance de nuestra vida, esta setencia
de preservación del pecado original, que en estos
tu

tiempos, por diuina inspiración está impresa en nues¬


tro pecho, esto en publico, esto en particular lo ense¬

ñaremos, esto mesmo procuraremos (en quanto pu¬


diéremos)con el favor de Dios, que sea tenido y en¬
señado de nuestras ovejas, y de las demás. Desta
suerte hazemos voto, desta suerte lo prometemos,
desta suerte lo
juramos, assí Dios nos ayude, y estos
Sanctos Evangelios. La qual sentencia, voto, y jura¬
mento sometemos a los pies de nuestro Sanctíss. Se¬

ñor Paulo Papa V. para que todo esto se digne de

engradecerlo, y honrarlo con su Apostólica bendición.


»Tu pues, o dichosa, o sumamente dichosa Sanc-
tíssima Virgen, que fuiste preservada y escogida del
mesmo Dios desde ab inicio, y antes de todos los

siglos, amplifica al mismo Sactíssimo Señor nuestro


Paulo, en larga duración de paz y felicidad; y aug¬
mento a nuestro Catholico Rey Philipo (constante-
Glorias Sevillanas 459

mente destinado a tu Concepción pura y sin pecado)


de todos los bienes, y adórnalo de la honra y gloria
de larga vejez, y
una
de un Sancto y Justo Imperio: y
dígnate de alcancar para todos nosotros pureza en
las almas, y aborrecimiento de las inmundicias del

pecado.
»En Sevilla, en ocho de Diziebre, de 1617.»

Al llegar el diácono en el canto del juramento á las


palabras « Tu ergo ó felix, ó summé felix, que ab initio et
ante sécula, ab ipso Deo electa, etpreservata fuisti», elevó

la voz con mayor entonación y pausa, poniéndose en el


acto de rodillas el Prelado, ministros, prebendados, los re¬

presentantes de la Ciudad, y el pueblo todo.


Acabada la lectura ó recitación de la fórmula, contestó
el coro, acompañado de orquesta, á una voz tDeogratias»,
y en seguida el subdiácono tomó el libro de los Evangelios,
y acompañado del Maestro de ceremonias y el asistente
mayor D. Félix de Guzmán, acercáronse al Arzobispo, que
permanecía de pie y sin mitra, y díjole el asistente: « Tua
illustrissima dominatio, voves ac iurat per hec Sancta Del

Evangelia semper profiteri ac deffendere hanc opinionem?»


En el acto contestó S. E., colocando sus manos sobre el
libro de los Evangelios: «Sic voveo, sic iuro, sic spondeo, sic
Deus me
adjuvet, et hec Sancta Del Evangelia»; y dichas
estas palabras, besó el sagrado texto, y en el mismo ins¬
tante echáronse á vuelo todas las campanas de la Giralda
y demás torres de la Ciudad: el coro entonó solemnemente
el grandioso himno « Te Deum laudamus», y al par todas
las campanillas del coro y de la Iglesia se agitaban ince¬
santemente en señal de inmensa alegría: desde las tribunas

todas del templo, especialmente de las del coro y capilla

mayor, caía lluvia copiosísima de preciosas aleluyas con la


empresa «María Santísima Concebida sin pecado Origi-
460 Glorias Sevillanas

nah. Se abrieron las puertas del templo, penetrando en él


las danzas de la Ciudad. La Torre del Oro hizo repetidas
salvas, á que respondieron los navios y galeras anclados
en el puerto, y las músicas militares empezaron á tañer las
trompetas y chirimías, produciendo todo gran animación y
júbilo.
Así que terminó el Arzobispo, se trajo un sillón, colo¬
cándole de espaldas al altar y delante del sitial donde es¬
taba el libro de los Evangelios; púsose la mitra, y, sentán¬
dose, fué rodeado de todos los ministros asistentes, empe¬
zándose el juramento de ellos por D. Félix de Guzmán,
que, arrodillado y puestas las manos sobre el libro, dijo:
« Sic voveo, sic iuro
per hec Sane ta Evangelia-¡>, cuyas pala¬
bras fueron repitiendo todos los presbíteros asistentes, diá¬
cono, subdiácono y dignidades. Vinieron luego los preben¬

dados, presididos por su pertiguero, que continuaron la ce¬


remonia, empezando por los más antiguos, volviendo al
coro así que acabaron.

Salió en seguida D. Gaspar de Alcocer, Procurador Ma¬


yor de la Ciudad, con dos porteros de maza, á la puerta
de la capilla mayor, en la que tiene su sitial el Asistente
de Sevilla, y hecha la venia, acompañóle hasta el presbite¬
rio con los maceros, que al llegar al último escalón alto de
las gradas bajaron sus mazas en señal de respeto al lugar,

y arrodillándose el Conde de Salvatierra, Asistente de Se¬


villa, pronunció en alta voz: «.Así lo juro y así lo prometo
por los Santos Evangelios.» Continuaron los caballeros vein¬
ticuatros y jurados de la Ciudad, por su orden de antigüe¬
dad, permitiéndosele á los regidores asistir al acto con ar¬
mas, pues que se trataba de un juramento de defensa. Al
acabar el Ayuntamiento siguieron los beneficiados de la
Veintena y capellanes de coro. Mientras duró la ceremo¬
nia estuvieron, por parte de la Catedral el Notario Apostó¬
lico D. Cristóbal de Aybar, y por la Ciudad el escribano
Glorias Sevillanas 461

mayor Francisco Torres Correa, dando fe de los preben¬


dados y regidores que asistieron á jurar, y que, según las
actas levantadas, fueron los siguientes:

El ilustrísimo, y Reuerendíssimo señor Don Pedro de


Castro Vaca y Quiñones, Arzobispo de Seuilla.
El Doctor Don Félix de Guzman Canónigo, Arcediano
de Sevilla.
Don Juan de Medina, y Villauicencio, Diácono.
Diego Herber de Medrano Canónigo, segundo Diácono
asistente.
Don Francisco del Carpió Canónigo, Diácono de Evan¬
gelio.
Doctor Lucas de Soria Canónigo Subdiacono.
Don Gaspar Rodríguez de Herrera Tesorero.
Licenciado Don Francisco de Monsalue, Canónigo, y
Maestrescuela.
Licenciado Don Gonzalo de Ocampo Canónigo, y Arce¬
diano de Niebla, Prouisor.
Don Cesar Reymundo Arcediano de Reyna.

Assistentcs con capas en el Coro.


Hernando Mejia Pacheco Canónigo.
Licenciado Don Luys Melgarejo Canónigo.
Licenciado Don Tomás de Ayala Canónigo.
Licenciado Don Francisco de Melgar Canónigo.
Juan Pichardo Canónigo.
Don Antonio de Astudillo.

Canónigos.
Don Luys Ponce de León Jubilado.
Doctor Juan Hurtado.
Don Luis Manuel.
Doctor Don Manuel Sarmiento de Mendoza.
462 Glorias Sevillanas

Doctor Francisco Balza.


Don Francisco de Salablanca.
Doctor Juan Checa.
Don Pedro Villagomez.
Don Diego de Guzman.
Don Andrés Ibañes de Heredia.
Don Fernando de Andrada.
Don Diego Arias de Mendoca.
Alonso Bujan de Sumoza.
Diego Gómez Barraca.
Licenciado Juan Manuel Suarez.
Doctor Don Gregorio Sarmiento de Mendoca.
Diego de Camargo.

Racioneros.

Diego Vidal.
Don Christoual Llanos de Cancela.
Licenciado Mexía.
Licenciado don Antonio de Couarruuias, y Leyba, Juez
de la Iglesia.

Juan Fernandez del Corral.


Pedro Ponce.
Doctor Dionisio de Prado.
Antonio Diaz Bejarano.
Licenciado Gaspar de Espinosa.
Licenciado Juan de Padilla.
Don Francisco Velez de la Peña.
Licenciado Pedro Fernandez Barragan.
Doctor Luis de S. Lorente.

Geronymo de Prado.
Licenciado Don Gonzalo Mexía.

Juan Baptista de Herrera.


Sebastia Perez de la Helguera.
Don Baltasar de Salablanca.
Glorias Sevillanas 463

Pedro López de León.


Francisco Gil de la Mota.
Antonio de Merlo.

Agustin de Abrego.
Don Pedro de Cañisares.
Don Francisco de la Peña Saauedra.
Doctor Antonio Laynes.
Fernando Sánchez Aluarez.
Martin Ximenez.
Licenciado Lorenzo Hamon.
Licenciado Tomas de Velasco.

Juan de la Plaza Bueno.


Alfonso Pablo.
Francisco Perez de Cabrera.

En representación de la Ciudad hicieron juramento:

Alcaldes mayores.

Don Diego Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salua-


tierra, Assistente, y Capitán General de Seuilla, y
su tierra.
Don Sebastian de Casaus Teniente de Alguazil mayor
por el Duque de Alcala.
Don Antonio Petruche Prouincial de la Hermandad.
Don Antonio Tous de Molsalue.
Don Luis de Carranca.

Veinticuatros.

Bartolomé Lopes de Mesa.


Don Pedro de Menchaca.
Don Christobal Mexía.
Don Francisco Melgarejo.
Don Alonso de Casaus.
Don Baltasar de Porras.
464 Glorias Sevillanas

Don Martin de Jauregui.


Juan Martinez de Herrera.
Juan Contador Daluo.
D. Fernando de Medina.
Don Alonso Martel.

Juan Antonio de Medina.


Don Francisco Perez de Meñaca.
Don Juan de Vargas.
Don Diego Arias de la Hoz.
Don Fernando Cauallero.
Don Bernardo de Ribera.
Pedro de Alio.

Juan Fernandez de Quevedo.


Don Francisco de Herrera Melgarejo.

Gaspar de Vargas Machuca.


Juan Gallardo de Cespedes Teniente del Conde de Oli-
uares Alcaide de los Alcázares.
Don Pedro de Castañeda.
Don Gaspar de Alcocer.
Rodrigo Suares por el Duque de Arcos Alcalde mayor.
Don Fernando de Ulloa.
Don Pedro Galindo de Abreu.

Geronymo Buron.
Cristóbal Acuña del Barco.
Rafael de Ribera.
Don Fracisco de Corcuera.
Francisco Seco de los Rios.
Francisco de Lara por el Almirante de Castilla.
Don Baltasar de León.
Antonio de Armijo, Escribano de Sacas.
Don Fracisco de Chaues, y Mendoza.
Don Jorge de Balmaseda.
Francisco de Torreblanca.
Don Fernando de Saauedra, y Monsalue.
Glorias Sevillanas 465

Jurados.
Acabado el juramento del Cabildo de la Ciudad, baxó
el procurador mayor á su lugar, y subió a jurar Juan Pe-
rea, y Juan Baptista de Lezana, Mayordomos del de los

Jurados, y les siguieron.

Diego Ramírez de Madrid.


Antonio Treuiño.

Gaspar Dáuila.
Francisco Ramos Vela.
Bartolomé Gutiérrez Pacheco.
Lorenco Diaz de Viruega.
Pedro López de Verasguí.
Juan Gaitan de Ambla.
Gaspar Diaz Cataño.
Francisco Gómez Serrano.
Andrés Ortiz.
Luis Telles de Ribera.
Francisco Ruidias de Pineda.
Don Alonso García de Laredo.
El Licenciado Pedro Sánchez de Vtrera.
Luis Gómez.

Gaspar de Torquemada.
Antonio de Argandona.
Luis Leonardo Aratia.

Diego de Soto de la Torre.


Agustin Ruano de Loya.
Juan Ximenez Delgado.
Francisco de Cetina.
Francisco Rodríguez Montero.
Juan de Basurto.
Francisco Bermudes Santiso.
Francisco de Molina.
59
466 Glorias Sevillanas

Melchor de Torres de la Cámara.


Alonso Rodríguez de Medina.
Fernán Pinto de Fonseca.
Félix Escudero de Espinosa.
Francisco de Escobar Herrera.

Juan de Ouiedo.
Luys de Morales.
Christobal deVillegas.
Juan Careo de Maya.
Diego Serrano.
Juan de Cerón.
Pedro Venegas.
Don Diego Cauallero de Illescas.
«
Qni vidit testimoniu perhibuit, et verun est testimoniu
eius.»

Terminado el juramento, se anunciaron las indulgen¬


cias de esta fiesta, y el Arzobispo dió la bendición al pue¬
blo, continuando luego la Misa, durante la cual se canta¬
ron villancicos
y coplas de la Concepción, siendo más de
las dos de la tarde cuando todo dió fin, pudiéndose contar
este día como uno de los más señalados en la historia de
nuestra Iglesia Catedral. La Ciudad salió en forma del tem¬
plo, y luego, tomando caballos, volvió á las Casas Capitu¬
lares con el
acompañamiento y ostentación que fué á la
Catedral, luciendo en este acto los caballeros del Senado
popular lujosas ropas y adornos valiosos, que como gran
solemnidad habían ostentado. Salió relación impresa de
esta función, de la cual, juntamente con la que hizo el Maes¬
tro de ceremonias, el Ldo. Vicente Villegas, tomamos to¬
dos los detalles que aquí se dan. (Bibliog., núms. 19 y 20.)
Para festejar el solemne juramento de la Ciudad y el
Breve de la S. de Paulo V en favor de la creencia piadosa,
los caballeros de la Nobleza sevillana acordaron celebrar, á
Glorias Sevillanas 467

propuesta é instancias de D. Melchor del Alcázar, una vis¬


tosa función de toroscañas en la plaza de San Fran¬
y
cisco, donde lucieron gallardía y apostura en el arte de
su
la gineta, y su destreza y valor en el manejo de las armas.

Reproducimos íntegro el relato de esta fiesta, tal como lo


hizo el escritor sevillano D. Juan de Arguijo, que lo pre¬
senció, á fin de no quitarle el carácter y sabor que tiene
en esta
descripción, que como todas las de aquella época
pierden al ser extractadas de los papeles que las describen:

«Después de otras muchas y varias demostraciones de


contento que esta Ciudad ha hecho por el nuevo decreto
de la Santidad de Paulo V. Sumo Pontífice, en favor de la
Inmaculada Concepción de nuestra Señora, así de inven¬
ciones de fuego,
como de máscaras grandes en número,
costa y lucimiento, y de un torneo que pareció digno de

volverse á hacer, para que el pueblo todo le gozase: se


hiciéron últimamente las fiestas de toros y juegos de cañas
con libreas que
ántes estaban concertadas, habiéndose dila¬
tado mas de quince dias por el mal tiempo y muchas aguas:
hechos ya los tablados, y dispuesto todo, para que el pri¬
mero que fuese a proposito se pudiesen hacer. Lunes 18
de Diciembre amaneció con tiempo seguro, y por no per¬
der la buena ocacion, se dispuso la plaza, para que el Mar¬
tes se hiciesen las fiestas que fueron este dia. Dió la Ciu¬

dad doce toros para este regocijo, y vistió sus trompetas,


ministriles y atabales para que acompañasen á Don Mel¬
chor del Alcázar, que tomó á su cargo todo lo restante de
las fiestas. Poco después de medio-dia estuviéron todos los
Tribunales en sus sitios, dispuestos y aderezados como siem¬

pre suelen en fiestas Reales; las ventanas y tablados con


las Damas, Señoras y Caballeros de esta Ciudad, y mucho
número de pueblo, adornada la plaza con el mayor luci¬
miento de colgaduras, que otras veces se ha visto: y ha-
468 Glorias Sevillanas

biendo hecho su entrada y paseos con acompañamiento de


Ministros, primero el Alguacil mayor de esta Real Audien¬
cia Don Francisco Araoz, y poco después Don Sebastian
de Casaos, Aguacil mayor de Sevilla: últimamente entró
el Conde de Salvatierra, Asistente, acompañado de sus dos
Tenientes, Alcalde de la Justicia executor de la vara, y
todos los Aguaciles de los Veinte y habiendo subido á su
asiento, mando luego echar toro en la plaza: corriéron siete
ántes de hacer su entrada los Caballeros, y fuéron los tres
de ellos bravos yregocijados, embistiendo con los peones,
y tropicando muchos, sin muerte de ninguno. Los demás
no fuéron tales, ni este tiempo en lo mas riguroso del in¬
vierno puede tenerlos con fuerza para mas efecto del que
hicieron. Antes de- las tres avisó Don Melchor del Alcázar,

que llegaban ya los Caballeros de las fiestas á la puerta de


la plaza, para que se despejase, como lo hizo Don Sebas¬
tian de Casaos muy ayrosamente galan á la brida, acom¬
pañado de los Ministros de buen número de
su vara, y
bastoneros, Quedó, pues, la plaza desembarazada, y los
ánimos de todos suspensos y atentos á lo que esperaban;

y porque en la entrada esté sabido como iban vestidos,


diré primero quales fueron las libreas. Vistiéronse todos de
una misma manera y de
unas mismas colores: las marlotas
sobre loma de plata acerada, largueadas en arpón de faxas

encarnadas, bordadas de una onda de flueco de plata retor¬


cido; las faxas de dos dedos de ancho, y los blancos del
mismo tamaño. Los capellares de grana de polvo de tiro,
bordados de cortaduras muy relevadas de la misma lama
de plata acerada, orladas de flueco retorcido de plata, cua¬

jados de un Romano bellísimo; la orla de una tercia de


ancho, y lo restante de unas SS trabadas puestas en esca¬
ramuza; los tocados, monteras de terciopelo negro, guarne¬
cidas de plata, toquillas de gasa de plata encarnada, enca¬
rrujados dos órdenes al rededor de puntas de plumas blan-
Glorias Sevillanas 469

cas, las cubrían todas ménos las faldillas, y sobre la


que
capa un rizo grande de plumas encarnadas, del qual salía
un mazo de
garzotas blancas, y de las rosas de las toqui¬
llas penachos atravesados de plumas largas encarnadas y
blancas. Fuéron estas libreas por voto general las mas luci¬
das que en Sevilla se han visto en los años de que puede
durar la memoria, así por la alegría de los colores, como

por la riqueza del adorno y novedad de la disposición. En


el orden de la entrada precediéron los atabales, trompetas

y Ministriles, en número diez y seis, vestidos vistosamente


de tafetán encarnado con blanco y negro, y con gualdra¬

pas de los mismos colores. Tras de ellos entráron doce La¬


cayos en trage de Tudescos, calzas y coletos con cuchilla¬
das de faxas leonadas, guarnecidas de pasamanos amari¬
llos y plata, y plumas caidas leonadas y amarillas, medias

amarillas, ligas de gasa de plata leonadas, y espadas pla¬


teadas con correas blancas: estos Lacayos fueron del Mar¬

ques de Ayamonte, y Don Melchor del Alcázar, que en¬


tráron compañeros los primeros, corriendo desde ántes de
la puerta de la calle de la Sierpe, hasta la puerta de la
calle de Genova, pasando la carrera muy iguales, con lan¬
zas todas vestidas de flores contrahechas, de colores y ar

genterías, y en los hierros dos cendales de toca de plata


de gasa leonada: en los cuentos de las lanzas salían de dos
rosas dos cometas de toca leonada de plata que atravesá-

ron la plaza; mangas de oían ricas con martinetes en los

codos, asidos con toca de gasa y cabos de ella, y en las


monteras en el lugar de las garzotas, martinetes. Entráron

los segundos Don Bernardo de Saavedra, del Hábito de

Santiago, y Don Fernando Melgarejo, Veintiquatro de Se¬


villa, no ménos iguales que los primeros, las lanzas desnu¬
das con banderillas y cometas azules y plata, mangas de
oían cuajadas de argentería de oro. Siguiéronles Don Alonso
de Anaya, del Habito de Santiago, y Don Luis Antonio de
47° Glorias Sevillanas

Figueroa con banderillas leonadas y plata, y las mangas


encarnadas y plata,
mangas ricas blancas: Don Juan Ramí¬
rez de Guzman,
y Don Fernando Ponce el mozo, lanzas
vestidas de plumas de colores: Don Juan con manga de
oían crespo, con borlas de seda de colores; y Don Fer¬
nando de tela de plata negra, bordada de seda verde y ar¬

genterías negras: Juan Contador de Baena, y Don García


Contador su hijo, lanzas vestidas de gasa leonada y plata,

y á trechos rosas de gasa azul con fluecos de plata, y de


rosa á rosa arcos de gasa de plata amarilla, mangas blan¬

cas rizas: Don Fernando de Cabrera, y Don Christobal Du¬

ran, metiéron quatro Lacayos vestidos de paño pardo, lan-

gueados de pasamanos de plata, jubones, medias y ligas


blancas, espadas plateadas, sombreros negros, con cordo¬
nes de plata y plumas blancas: las lanzas y mangas como

las de Juan Contador y su hijo. Don Lucas de Jáuregui, y


Don Francisco de Jáuregui, lanzas vestidas de gasa verde
y plata, y a trechos rosas de la misma toca, mangas rizas
con borlas de colores. Don Fernando Ponce el mayor, y
Don Juan Suarez, banderillas azules y plata, mangas blan¬
cas con argenterías negras: Don Fernando de Lozada, del
Hábito de Santiago, y García de Quadros, metiéron doce

Lacayos, los ocho de D. Fernando, vestidos de raja azul,


largueados de pasamanos de oro, y en los blancos sem¬
brada lantejuela de oro, con penachos de plumas de colo¬

res, medias y ligas encarnadas, y jubones de tela naran¬

jada, con medias, ligas y plumas del mismo color, y espa¬


das plateadas. Las lanzas muy lindamente vestidas de toca
de plata azul, encornejadas y argenterías, y en los cuentos
dos imágenes de nuestra Señora, con una luna á los pies

y flámulas grandes una punta azul y otra blanca que vola¬


ban vistosamente: la manga de Don P'ernando de tela en¬

carnada, y la de García de Quadros de tela negra. Don


Femando Maldonado, y Don Sebastian de Olivares, las
Glorias Sevillanas 47i

lanzas con rosas de toca de cendales a


plata leonada, y
trechos de toca de plata blanca, y las mangas rizas. Don
Luis del Alcázar, y Don Bernardo de Añasco, en las lan¬
zas banderillas azules
y plata, y desde la empoñadura hasta
el cuento plumas grandes en arpón azules y blancas, imi¬
tando á plumas de saetas, mangas de toca de plata azul
y blanca, encarrujada a bandas. Diéron fin a la entrada
Don Luis Portocarrero, hijo del Conde de Palma, y Don
Alonso de Godoy, Caballero del Hábito de Santiago, Se¬
ñor de las Quemadas: las lanzas con banderillas de plata

acerada, con flueco y borlas encarnadas y plata, mangas


de tafetán encarnado, sacados bocados de velo de plata.
Iban todos con calzas de colores de pasamanos
de oro y
de plata: atravesáron quatro veces la plaza, corriendo muy

igual y aprestadamente en excelentes caballos y jaeces. Al


primer toro que salió, después de estar los Caballeros en
la plaza, metiéron garrochones seis de los doce Lacayos
Tudescos del Marques de Ayamonte y de Don Melchor:
los de Don Alonso de Godoy, Don Alonso de Anaya, Don
Fernando de Losada y García de Quadros, de Don Fer¬
nando Ponce, padre é hijo, de Don Fernando Maldonado,
de Don Sebastian de Olivares y Don Juan Suarez, con que
estuvo la plaza llena de Toreadores y de Lacayos que pare¬
ció extremedamente: á este toro entró D. Fernando Ponce
el mozo muy arriesgadamente junto á un tablado, y el toro
lo embistió, quebró el garrochón, y salió tan mal herido el
caballo, que a poco espacio murió: socorrió á Don Fer¬
nando Don Sebastian de Olivares, dando una valiente cu¬
chillada al toro; y
ántes de salir otro hubo un gracioso en¬
tremés que regocijo mucho la plaza: entró á dar lanzada
Juan de Cazalla, Enano de Don Melchor del Alcázar tan
pequeño, que para que alcanzase á los estribos se los cla-
uáron junto al arzón delantero de la silla sobre la mochila;
salió en un caballo blanco, con jaez hecho para esta oca-
472 Glorias Sevillanas

cion, sobre negro guarnecido de flueco de plata, mochila,


jarel y copeteta como se traían los jaeces en las Indias, que
cubren las caderas y parte del cuello del caballo, y de to¬
das las puntas que tiene este género de jaez que son mu¬
chas, pendian borlas de plata y negro. Iba el Enano vestido
con calzas
y cuera sobre pestañas negras, con pasamanos
de oro, capa corta de terciopelo negro, muy guarnecida de

pasamanos de oro, gorra de lo mismo aderezada, y con


plumas negras y blancas, y un mazo de garzotas largas,
espada dorada y vayna, y correas blancas, borceguíes blan¬
cos, y espuelas de pico de gorrión doradas: sus Lacayos
eran quatro negros, todos tan altos, que sin encarecimiento

sacaban la cabeza por cima de las demás gentes, vestidos


con marlotas encarnadas, largueadas
muy menudo de flueco
de plata retorcido, bonetes de lo mismo con toquillas de
velillo de plata con cabos pendientes sobre las espaldas, y

penachos de pluma de colores alfanges plateados, pendien¬


tes de tahelíes blancos, calzones blancos anchos hasta me¬
diapierna, y con medias encarnadas, zapatos blancos des¬
nudo los brazos, que por las mangas anchas de las marlo¬
tas se descubrían hasta la mitad; el uno llevaba la lanza, y
el otro con el tafetán
y antojos para el caballo: dio vuelta
a la
plaza, acompañándolo todos los Caballeros á tropas
detras de él, que fué quando mas luciéron las libreas y el
número de los Lacayos: entró tan en sí, que no mudó el
semblante, ántes con muy buena gracia y riéndose fué qui¬
tándola gorra, y hablando a los Tribunales, Damas y Caba¬
lleros de la plaza; paró enmedio de ella aguardando suerte:
echaron luego un toro, que junto a la Audiencia volteó a
un muchacho; y revolviendo sobre él para tonarle á herir,
le socorrió Don Fernando Ponce el mozoespada,
con la
librándole, sacando mal herido el caballo; a Don Fer¬
y
nando acudieron Don Alonso de Anaya, y Don Melchor
del Alcázar con las espadas, atravesando el toro toda la
Glorias Sevillanas 473

plaza de esquina á esquina, y al pasar por donde estaba el


Enano, le tiró un bote con la lanza, que se la hincó un
palmo: continuáronen seguimiento del toro Don Alonso y
Don Melchor del Alcázar con las espadas, el qual aunque

procuró dando con la espada á su caballo echarlo sobre el


toro, no pudo, porque el caballo lo rehusó; y á este tiempo
llegáron los Lacayos, y lo desjarretáron. Salió otro toro
que fué de los mejores, en que rompió un rejón Don Fer¬
nando Maldonado, sacando el caballo libre; y otros de los
Caballeros referidos que lleváron garrochones procuráron
hacer suertes, pero no los quiso el toro, el qual estando

parado a un lado de la plaza, entró el Enano puesta la


lanza en su lugar, como lo pudiera hacer el mayor Torea¬

dor, hasta tocarle con el hierro en los cuernos, no solo con


resolución, sino con temeridad. Esto hizo por dos veces
siendo el toro bravo, como he referido, y no habiendo que¬

rido, se salió de la plaza. Corrióse siempre a todos tiem¬


pos, aun habiendo toro en la plaza, atravesándola por qual-
quier parte que la dexaba libre en parajes de quatro y de
seis, con que estubo la plaza desde que entráron los Caba¬
lleros hasta el fin de las fiestas la mas entretenida y rego¬

cijada que jamas se ha visto. Llegó la hora de tomar las


adargas para el juego de cañas, y dividiéndose en dos pues¬
tos, guió el uno el Marques de Ayamonte, apadrinado de
Don Gómez de Figueroa, del Habito de Calatraba, y de
Don Juan de Córdoba su hermano, del Hábito de Santiago,
y el otro Don Melchor del Alcázar, con otros dos padri¬
nos, que fueron Don Juan de Saavedra, y Don Fernando
de Saavedra y Monsalve, vcintiquatros de Sevilla, todos

quatro con capas y gorras en caballos enjaezados. Entrá¬


ron á
galope por las dos esquinas encontradas de la plaza,
rodeándola y cruzándola en escaramuza, amenazándose con
las cañas, todo con mucho concierto; dividióse cada puesto
en tres quadrillas, cada una con caperuzas y plumas y ban-
6o
474 Glorias Sevillanas

das diferentes en las adargas; las tres del puesto del Mar¬
ques de Ayamonte, revolviéron su Señoría, y Don Fernando
de Losada, y Juan Contador, las del puesto contrario, Don
Melchor del Alcázar, Don Fernando Melgarejo,
Don Luis
y
del Alcázar: comenzó el juego de cañas gran rato, siempre
muy entero y muy concertado, sin que en él sucediese ni
un
pequeño desayre. Pusiéronlos en paz los Caballeros Pa¬
drinos: y lo que sobró del dia corriéron siempre á todas

partes con tan buen aliento como al principio; con lo qual


se acabaron las fiestas,
que entre otras muchas circunstan¬
cias fuéron solemnísimas, por la devoción y piedad del in¬
tento á que se hiciéron, y por haberlas honrado los Señores

y Caballeros referidos en esta relación.» (Bibliog., núm 21.)

Los artífices del artede la platería en esta Ciudad ha¬


bían celebrado por Noviembre del mismo año un lucido
paseo de gala ó mascarada histórica, en el que invirtieron
grandes sumas para el costo de trajes y adornos. Llevaban
entre las representaciones que salieron la Fama y la ciu¬

dad de Sevilla, Hércules y Julio César sus fundadores le¬

gendarios, los emperadores romanos, el Rey Baltasar, el


Sol, el imperio de las Indias, la Francia, Portugal, el Ar¬
cángel San Gabriel, D. Mateo Vázquez de Leca, Bernardo
de Toro, el Colegio de Cardenales, el Rey D. Felipe IV,
el Pontífice Paulo V, y á sus lados Felipe II y Felipe III,
cerrando la cabalgata la guardia noble del Papa; á más,
entre estos personajes iba un gran
cortejo de acompaña¬
miento de caballeros, ministriles, soldados, indios, lacayos,
potentados, ángeles, sacerdotes, príncipes, reyes de armas,
guerreros y pajes, que sumaban sobre trescientas personas,
que saliendo de los Reales Alcázares pasearon por toda la
Ciudad, pasando por la plaza mayor, calle de Colcheros, ba¬
rrio del Duque, Alameda de Hércules, Amor de Dios, Sier¬

pes, Gallegos, Salvador, Francos y Gradas de la Catedral.


Glorias Sevillanas 475

A continuación va el romance salió describiendo


que
circunstanciadamente dicha cabalgata:

lí No quiero del Sacro Monte Opinión, que fauorese


Parnaso, flores, ni rosas, a una Reyna, que fue Esposa
para que con solo olellas del Sacro Espíritu Santo
den fuerga y vigor mis obras. candidíssima Paloma.
Solo quiero que me ayude Estendiose en la Ciudad
vna Ninfa, vna Señora, esta nueua tan dichosa,
que tiene la Luna, al pie, tan desseada de todos
y de Estrellas se corona. con regozijos y costas.

Aquella Madre y Doncella Encendieron luminarias


limpia, y Pura, cuya historia haziendo fuegos, y bombas
es declarar la de artificios, tal que suben
grandeza
de vna Mascara costosa. buscando su Esfera propia.

Que la insigne Platería Ordenan los Ciudadanos,


destaantigua Babylonia reboluiendo las memorias
destaSeuilla, que al fin hazer Mascaras diuersas,
es Ciudad dinas de Palma y corona.
mejor que todas.
En ella pienso contar, No quedaron los Conuentos,
sin quitar, ni poner cosa, ni se oluidaron Parrochias
los gastos tan excessiuos, de celebrar el contento
y quadrillas milagrosas. con las santas ceremonias.

El modo de todo, y trages, Qual haze bello Otauario,


que á la nación mas remota qual el sacro Templo adorna
se que causará contento, de Doseles, tal, que suben
y mas á la mas deuota. con el desseo a la Gloria.
El gasto, y fiesta que hizieron Ya después de todo aquesto
entre tan nobles personas, apercibiendo las cosas
de los Plateros insignes necessarias, se aperciben
passó, y fue de aquella forma. los Artífices de joyas.
Llegó a los quinze de Octubre Señalan el tiempo, y dia,
vn buleto, que de Roma y la persona curiosa
nuestro Padre Santo embia sino se enfada, verá
en fauor de la Piadosa salir la Mascara toda.

^ Segundo Romance,
de las entradas de las quadrillas en el Real Alcázar.
A
Veynteseys de Nouiembre, los Plateros de Seuilla.
que Domingo fue este dia, Salieron casi a las tres
arrojaron su grandeza con libreas muy luzidas
476 Glorias Sevillanas

los tres Bedeles, que fueron y tras el luego seguían


los que a todos los regían. las trompetas, y vn clarín,
Iuan todos muy bizarros, y copia de chirimías.
con galas muy peregrinas, Vna Azemila tras ellas,
vestidos á lo Español llena de plumas tan ricas
dando a todo el mundo embidia que vna cosa es declarallo,
Lleuauan quatro lacayos y otra ver su mucha estima.
cada uno, y estos yuan Lleuaua encima sus hachas
de la color de sus amos, puestas en orden, y encima
diferentes en Diuisas. vn Repostero bordado
Passearon la Ciudad, con fuerza de valentía.
y al mismo tiempo que Cintia A quien apretaua todo
buscaua a la hermosa Venus, cuerdas de la color misma,
van metiendo las Quadrillas. con sus garrotes de plata,
Ea grandeza con que entraron que fue assombro de Seuilla.
no se si la lengua mia Tras la azemila sus doze,
podra pintar, pero sí, O la cantidad que yuan
como testigo de vista. mas
galanes que se vieron
Metió pues cada Bedel enMascaras, ni salidas.
por el orden que tenía, Todos de aquesta manera
las Quadrillas que le tocan, se
juntaron, donde priuan
desde adonde se vestían. la vista, ver tanta gala
Hasta el Alcázar Real con sus hachas encendidas.
que es adonde se recogían, El orden, y la manera
tan bizaros y galanes, me dá lugar que aperciba

que fue mucha gallardía, la memoria, y que a otro Canto


lúa su Bedel delante, el yr saliendo remita.

7[ Tercer Romance, de la salida del Alcázar.


Fue del Alcázar saliendo, dos Bedeles, cuyas galas
dando primero a su plaza puede Ñapóles callar
buelta, la Mascara insigne, y el mundo tenerse a raya.
digna de ser celebrada. Lleuauan la Fama enmedio,
Fueron saliendo primero tan vistosa y adornada,
doze criados con hachas, vestida costosamente,
alumbrando á la Justicia, y en estremo muy bizarra.
que serian doze varas. Con sus dos alas de plumas
A quien siguen las trompetas, puestas con industria tanta,
que con sus libreas varias y artificio tal que puso
pregonauan la grandeza, silencio a la misma Fama.
con solo el viento tocadas. Tocaba vn claro Clarín,
Siguieron por consiguiente y tan diestra le tocaua,
Glorias Sevillanas 477

que sacara de su centro sujetas entrambas Assias.


a la misma Diosa Palas. Tan galanes y vistosos
En vn brioso cauallo con vestiduras Romanas

con tan rica encubertada, hechas de costosas Telas,


que en ver a entrambas a dos que Calde Francos lo canta.
queda la gente admirada. Tanta costa en guarnición,
Siguió tras ella Seuilla, tanta grandeza de caigas
que aquí se cifró el Mapa de diferentes colores,
de dezilla, Non plus vltra todo a costa de sus casas.

de su modo, suerte, y traga. Sus mantos a lo Romano


Iua armada vn coselete, y en los dos ombros lleuauan
porque assí se pinta armada sus Mascarones, insignias
imitando a la Belona de Roma, su antigua Patria.
hija del Dios de batallas. Cada vno en vn Escudo
Era el coselete hecho en nombre suyo declara,

todo de labor grauada, que en el diestro brazo lleua


dorado, y a tanta costa, escrito con letras claras.
que arrojaua vivas llamas. Do escrita vna Quintilla,
va

Lleuaua los faldamentos toda ella en alabanza


por encima de vna saya de la Inmaculada Virgen
tan costosa por ser Tela reseruandola de mancha.
con mil resaltos bordada. Sus coronas de Laurel,
Pues querer significar honra y premios de batallas,
de la cabeza las galas, que no ay mas que dessear,
y las joyas de Diamantes, ni pedir la vista humana.
ellas mismas muestran dauan. En poderosos cauallos
Iva encima de vn brioso Andaluzes, cuyas aguas
cauallo con
gualdrapa,
su el sacro Guadalquivir
tal, que dos mil bendiciones les dio pasto en sus criangas.
de los que la ven, alcanga, Adrezados por estremo,
con sus cubiertas sembradas
Sigílenla sus fundadores,
que los lleua á las espaldas de mil Florones de seda,
Hercules, y Julio Cesar, sobre velillos de plata.
con sus colunas y basas. Lleuauan doze lacayos
A lo Romano vestidos, con libreas, hachas
y con
Con tal brio,
arrogancias,
y los de apié,
los de a cauallo
y
que bien pudieran los muertos cera mucha, y toda blanca.

rendirse a sus mismas plantas. Siguióles otra quadrilla


Tan gallardos en estremo con la apariencia mas rara

que bien la vista se paga, que se a visto en regozijo,


y se admira en solo vellos, porque fue trasordinaria.
y con callar los alaba. ■ Fue aquella de doze Negros
con tal
Siguieron luego los Doze gallardía y gracia
Emperadores, Monarcas, que alegró mucho la gente,
a cuyos yugos tuuieron dexando a toda pagada.
478 Glorias Sevillanas

Eran blancos, hechos negros, con tal fuerga, y tal pujanga,


tan relucientes las caras que la gente pensó
mas
que a fé que dieron desseo ser Faetón, que otra vez baxa.
ele haber nacido en su raza. Siguenle doze Caziques
Lleuauan sayos vaqueros, con las galas mas
brauatas
blancos mas que vna Quajada, que puede contar mi pluma,
de tafetán, todos llenos ni otras quatro, que no bastan.
de muchas cifras doradas. Lleuauan sus cotas de Telas,
Que declarauan María guarnecidas, sembradasy
fue en su instante reseruada con passamanos de oro,
de laculpa original, con trezientas mil lazadas.
pensamiento heroyco, y traga: Los justillos tan bien hechos,
En los cuellos lleuan puestos hecho a la misma vsanga,
muchas joyas de Esmeraldas, tal que dieron harta embidia
y de Diamantes y Perlas á los Indios de Guaxaca.
en los bragos muchas sartas. Las plumas de la cabeza
Mantos azules, y atras, en derecho, son de a vara,
que sobre el cuello, y la espalda y de lo ancho en redondo
les colgaua, y del bonete mas de a vara y media passan.
vna toca muy bizarra. Lleuauan de las narizes
Los caballos de lo mesmo, joyas de perlas colgadas,
tan vistosos que no acaba, sin otras mil de Diamantes
el entendimiento humano en los brazos y gargantas.
en alabar esta Esquadra. Sus mantos de varias sedas,
El Rey Baltasar les sigue, puestos á su modo y traga
que si vino á rendir parias tal, que el mismo Motezuma
a Belen, agora viene nunca les hizo ventaja.
a defender esta causa. Lleuauan arcos al
sus
ombro,
Los lacayos lleua negros, por ser sus antiguas armas
con
xaquetas coloradas, y sus carcaxes de flechas
y botones de lo mesmo, echados atras con gracia.
y los calzones de Olanda. Los cauallos en que iuan
Lleuauan sus instrumentos, Al viento veloz igualan,
tamborilillos, y flautas, tan adregados de plumas,

Mazambiques, y Macoas, que en ver tanto, el mundo pasma


muy metidos en sus dangas. De apie lleuan doze Indios,
Regozixó mucho al pueblo, que los siruen, y acompañan,
y después desta passada vestidos al mismo trage,
passó otra mas peregrina, en sus cintas sus macanas.

que fue la nación Indiana. Passó la quarta quadrilla,


Passaron sus Ministriles, que no se como pintalla,
y tras ello luego passa según yua de costosa,
vna
figura de vn Sol, que eran la gala de Francia.
cosa nunca
imaginada. Eran de tan solos onze

Arrojaua de si Rayos que dexaron en Nauarra


Glorias Sevillanas 479

al que hazio a Galalon, y al cuello vistosas vandas.


que temieron otra caga. Los cauallos adornados,
Fue aquesta cuadrilla insigne, tan briosos, que se ygualan
con mucha costa de los Bauiecas del Cid,
galas, a

tal, que jamas no se vio ó los mejores de España.


a lo Francés otras tantas Iuan
adregados todos
Passó primero vn Clarín de cubiertas estremadas,
con su vaquero y gualdrapa y plumas en las testeras,
de raso azul largueado y florones en las ancas.
con passamanos de plata, Su Delfín les sigue luego,
A quien siguen de improuiso su
Rey, señor y Monarca,
dos bizarros Reyes de Armas, Mas galan que el mismo Sol,
muro de la Ley
con vaqueros
de lo mismo, Christiana.
y en sus diestras, diestras lanzas Vestido todo de tela,
Tan briosos, y bien puestos que el gran Ñapóles, y Italia,
los caballos con coragas le rindieron los brocados
al modo, suerte, y postura de jubón, ropilla, y caiga.
que se arrojan a batalla. El bohemio de lo mismo,
Siguieron los Potentados sembrado muchas lazadas
con la fuerga de perlas en el, y en gorra
y arrogancia
que gallardean Franceses siruen por cay reí dos sartas.
quando quieren ganar fama. Iua en un cauallo blanco,
Passaron de dos en dos a quien cubre vna gualdrapa
en
cuerpo, que cierto igualan de terciopelo, cubierta
a la misma admiración, de flor de Lises de plata.
talle, brío, modo,y baruas. Cercauan a su persona
Iuan vestidos de Raso los soldados de su guarda
azul, con costa tanta, que eran veynte alabarderos
de guarnición tal, que el fondo sin doze pages con hachas.
con la vista no se alcanga. Los Potentados también
Luego en los compartimietos dieron sus libreas brauas
de vnos blancos que quedauan a los criados de apie,

vna Rosa de
vn Diamante costamucha, y bolsas francas.
sobre velillo de Nacar,
un Rematóse esta quadrilla,
Tan llenos de pedrería, y el gran Portugal me llama
que para creello basta para que pinte la suya,
el dezir que son Plateros, y aquí mi pluma repara.
que la tienen en sus casas. Que de Reyes
para tratar
No quedó joya ninguna diez y siete, la esquadra,
que es
que en tal ocasión no salga, temo porque a Dios, y a
Reyes
sin que se alquile, o se busque el temer, la ley lo manda.
que ellos nunca alquilan nada. La calle donde los vi
Iuan todos a la brida, a este mismotiempo paran,
con sus
espuelas doradas, y pues ellos hazen alto
melenas a lo Francés, también mi lengua descansa.
480 Glorias Sevillanas

Quarto Romance,
en
que se remata toda la Mascara.
Fue siguiendo por su orden Los criados, qual de Reyes,
a la quadrilla Francesa de quatro en quatro en hilera,
la famosa Lusitana, mas
galanes y briosos
toda llena de grandeza. que vieron las Portuguesas.
Passó vn bizarro Clarín Siguióles otra Quadrilla
muy galanen la librea la mejor, y mas moderna
y el Alférez Real del Reyno q se á visto en nuestra España
con su Estandarte en la diestra. en regozijos, ni fiestas.

Sobre vn hermoso cauallo Passaron sus Ministriles


con tan hermosa cubierta, escogidos, y de
prueua,
despulin de plata y oro, con sus vaqueros de grana,
llena de flores de seda. guarnición en ellos, bella.
Diez y siete Reyes siguen El Embajador le sigue,
por su orden, y en la era que desde el Cielo a la tierra
que reynaua cada vno fue el mensagero de paz.
al natural representan. que nos confirmo las treguas.
Todos lleuan coseletes El que dixo, Aue María,
hechos de costosas telas, y prosiguió, Gratia plena,
tan guarnecidos de oro, viene oy a defender
que la vista embota y ciega. vna heroyca empressa.

Tanta de la Rosa en brago, Que si Miguel valeroso


tanta de la caiga entera, contra la infernal soberuia
tanta variedad de galas, se opuso, quien como Dios?
tanta Corona, y bien puestas, Gabriel, quien como mi Reyna?
'i antas joyas de Diamantes, Lleuaua vn Escudo fuerte,
tanta barba y cabelleras con vna blanca Acucena,
sacadas del natural, Diuisa antigua, Blasón,
dentro de Lisboa hechas. y remate esta letra.
Ivan todos tan costosos, Soy Embajador de Paz,
y el postrero, la presencia que yo la truxe a la tierra,
del famoso Sebastian y para siempre jamas
que bien conocio la guerra. queda acabada la guerra.
Los cauallos escogidos, A sus dos dichosos lados
y tan estreñios, que lleuan por sus Acólitos lleua
medio mundo en cada vno, a vn Benardo,y a vn Mateo
según su adrego, y testeras. personas de grandes prendas.
Los tres Grandes de aql Reyno Son también Embajadores,
que son de su sangre mesma, pues a costa de su hazienda
los acompañan, y siguen, dentro en la Corte Romana
arrojando mil centellas. que se dé por Fé dessean.
Glorias Sevillanas 481

luán vestidos los dos para salir mas entera


con sus-Louas reuerendas, al Príncipe Don Felipe,
y por el cuello y los ombros Quarto en nobre fama eterna.
dos diferentes Mucetas. Iva vestido de blanco,
El valeroso Arcediano de vna muy costosa Tela,
por ser de Leyes su ciencia con suma de guarnición,

es verde, y con caiga, bohemio, y cuera.


también la borla
que en su bonete se muestra. En vn brioso cauallo,
La del compañero es blanca, con vna gualdrapa llena

que es Teología perfeta, de chapería de plata,


medicina para el alma y el en sí mucha grandeza.
si es que della se aprouecha. Siguióle luego el Guión
Fueron con tal grauedad, del Piloto de la Iglesia,
que aunq están tan lexas tierras, que le lleuaua un Legado,
parecieron ellos mismos, persona de grandes letras.
porque muchos lo confiessan. Detras de todos siguió
Fueles siguiendo catorce con magestad,
y reuerencia
Cardenales, que mi lengua nuestro Pontífice Paulo,
no sabe honrando con su presencia
por donde empiece,
que para tanto es pequeña. La grandeza que lleuaua
Los Capelos que lleuauan era cosa tan suprema

eran tales, que pudieran del Pontifical, y adrego


honrar a qualquier Christiano desde el pie hasta la cabega.
el prouecho de su seda. Alúa que a la misma Alúa
Las Alúas todas bordadas, con tanta blancura afrenta,
y las mas dellas con Perlas, bordada de canutillo
y tanta punta y encaxe de oro plata, seda, y perlas.
de valientes manos hechas. Iva en vn cauallo blanco,
Los sombreros carmesíes, con vna gualdrapa puesta,
con tantas borlas que cuelgan, realgada de bordadura,
representando entre todos y de terciopelo ella.
vna
magestad inmensa. Lleua vn rico pectoral
Las colas de los Capelos en el
pecho; de ocho piedras,
hasta el mesmo suelo llegan, tal, que el mismo Padre Santo
por encima de las muías, solo es digno de tal prenda.
que en estremo señorean. Acompañanle a los lados
Eran en estremo todas, los dos muros, y defensa
adregadas, y dispuestas de la Fe, los dos Felipes,
con
gualdrapas carmesíes, que al hereje ponen rienda.
sembradas todas de Estrellas. La Magestad del Segundo
De la plata que el Piru lleua a la mano derecha,
rinde a España, de sus venas que es muy justa obligación,
los criados de lo mismo, y a su hijo a la siniestra.
y entre todos mucha cera. Sacaron los dos tal gala,
Lleuó esta insigne quadrilla que no se si dezir pueda
61
482 Glorias Sevillanas

la grandeza de las joyas, y en los cuellos golas puestas,


que fueron muchas, y buenas. con vandas de mucha costa,
El adrego de las gorras, sin mil galas y presseas.
calcas, y jubón de Telas Lleuan sus langas de ristre,
tan llenas de bizarría, y en las puntas vanderetas,
y ellos que lo representan. la mitad de color blanca,
La guarda cerca á los tres, y acules las otras medias.
puesta en torno, haziendo rueda En cauallos valerosos,
con alabardas grauadas con
plumas en las testeras,
las armas de cuyas eran. y a lo soldado terciadas
Las libreas peregrinas, en los sombreros que lleuan.
tantas hachas, todas hechas Los arcones con mochilas,
con letras, que declarauan con sus Pistolas Francesas,
de la Virgen la Limpieza. todos con tal
propiedad,
Passó la postrer quadrilla que no hay mas q hazer se pueda
por remate, y la postrera, Las personas que lleuaua
que fue la guarda del Papa la mascara, se me acuerda,
toda de gente de guerra. que por Dios que las conté
Passó vn Trompeta delante, y eran cerca de trezientas.
á quien sigue en delantera Fueron todas las
Quadrillas
vn gallardo Capitán dando letras muy
discretas,
con su bastón, o Gineta. y todas en alaban ga
Va armado de punta en blanco de la Inmaculada Reyna,
de vnas armas Milanesas, Gastaron todo este gasto
tan bien puesto en su cauallo costeado de su hazienda,
hazia temblar la tierra. en seruicio de la
que Virgen,
Sus soldados de a cauallo Gran Señora, y Reyna nuestra.
le siguen, y en dos hileras, Passearon la Ciudad,
tangalanes, que por Dios y después de dalla buelta
que engrandecieron la Fiesta. se boluieron a sus casas,
Con coletos guarnecidos, rematándose la Fiesta.
Glorias Sevillanas 483

CAPÍTULO XlU

El torneo y festín de los gremios de sederos y gorreros en Gra¬


das de la Catedral.—La hermandad de Nuestra Señora de
los Angeles ylos esclavos de la Concepción.—Acto heróico
realizado por los negros Domingo de Molina y Pedro Fer¬
nández Moreno.—Privilegio litúrgico en esta Diócesis á la
fiesta de la Concepción el año de 1619.—Publicación de la
Bula de Gregorio XV en 1622.—Las fiestas y funciones que
Sevilla hizo en su honor.—La celebrada por los dos Cabil¬
dos.—Suntuosa y notable procesión de las Comunidades,
Gremios y Hermandades.—Otra justa de los sederos y gorre¬
ros en la
plaza de San Francisco.—La cabalgata histórica
de las Platerías.—Funciones religiosas en 1653.—La Bula
de Alejandro VII y las fiestas de 1662.—Procesión solemne
del Cabildo Eclesiástico y del Municipio.—Solemnidad reli¬

gioso-literaria de la Hermandad Sacramental del Sagrario al


estreno de su nuevo templo.—Suntuoso novenario á la Euca¬
ristía y á la Concepción.—Procesión triunfal con la vene¬
randa imagen de la Inmaculada de Juan Martínez Montañés.

—Justas literarias en el Patio de los Naranjos.—Nuevas fies¬


tas en la Catedral por el Breve de 1664 concediendo á Es¬

paña el Oficio y Misa propios del Misterio.—Funciones reli¬


giosas en Santa María la Blanca.—Estreno del Jubileo de
las Cuarenta Horas en esta Catedral á 8 de Diciembre de

1698.—La Giralda y la devoción sevillana á la Virgen.

LOS gremios de los sederosla esplendidez,


y gorreros lulujo
estas solemnidades por ciéronse en y gusto
con
que simularon un torneo de caballeros, al sitio de Gra-
484 Glorias Sevillanas

das de la Catedral, siendo los directores de la fiesta Tomás


de Vivar, muy adicto á la opinión pía
y autor de los motes

y adornos, y el maestro de equitación D. Juan de Ojeda,


que ensayó á los justadores en casa de Gregorio Muñoz de
Medrano, Tenedor de Bastimentos de las Armadas Reales,
todos devotos de la Concepción, como hijos espirituales
que eran de Bernardo de Toro. Esmeráronse en los trajes
que sacaron los personajes del torneo, así como en el arre¬
glo del palenque, para cuyo emplazamiento escogieron el
sitio de Gradas, por tener en ellas la capilla del gremio, y
á más por su cercanía á las casas de la Alcaicería de la
Seda (1), oficiales y operarios fueron los que desem¬
cuyos
peñaron los papeles en esta representación. Dejamos la
descripción de la fiesta á un escritor de la época, que la
publicó en varios folletos, con la lectura de los cuales re¬
sulta ésta con todo el colorido y sabor de aquel tiempo.

«Fue el
objeto del torneo el vencimiento de Adán, por
el pecado y cotraccion del original en todos sus descen¬
dientes, exceptando a la santíssima Virgen, que della que¬
dó vencido: el qual se solenizó y hizo Miércoles quinze de
Nouiembre, desde las cinco de la tarde, hasta las diez y
media de la noche, aunque la misma mañana huuo vna
contradicion (como muchas dellas que en esta materia se
han ofrecido y desecho) que por poco no se hiziera.
»Estuuieron las casas todas de Gradas, de Placentines

(1) Constituía la Alcaicería de este gremio de la seda, ó sean las


ricas tiendas donde se expendían en aquella época los tejidos de terciopelo

y seda fabricados en Sevilla, la actual calle Hernando Colón, cerrada en


sus extremidades por dos arcos con sus respectivas puertas,
cerrábanse
que
de noche para la mejor custodia de la riqueza que allí se contenía, teniendo

para el régimen y gobierno de la circunscripción de estos mercaderes, á


más de las Ordenanzas propias del gremio, un Alcaide encargado durante
las horas de la noche de las llaves de dicha Alcaicería.
Glorias Sevillanas 485

a cal de Genoua, ocupadas de tres tablados en alto, con


infinidad de gente, sin otra tanta en el suelo, ventanas bal¬
cones, aguteas y tejados, y almenas y torre de la iglesia
mayor. El tablado del torneo fue muy grade y capaz, de
altura de vn estado ciento y treinta pies de largo, y mas de
cincuenta de ancho, que con ambas cruxías llegaua desde la

esquina de Gradas hasta la puerta del Perdón, y en aquella


ancha calle solo dexaua lugar para que passase vn coche.
En medio del estaua la baila de negro y amarillo, alta de
medio estado, de cinco varas de largo, bien dispuesta: dos
varas de la qual se puso el árbol de la Vida, alto de dos

estados, cargado todo de fruto. Púsose la tienda del Man¬


tenedor (que fue el Pecado original) de pardo obscuro, con
llamas de oro
y argentería, a vn lado a la pared, con dos
baúles, y vn bufete grande lleno de todas armas, y junto a
ella vna silla toda negra, y allí cerca cien langas de com¬
batir. Al lado diestro estaua el Cabildo de la santa Iglesia,
sin faltar vn Prebendado en su tablado
grandioso, hecho
para aquel efeto: y al siniestro de la tienda la Ciudad toda
y señor Asistente, enotro tan grande y capaz, ambos en¬
cima las gradas, a los quales hazia enmedio presencia la
santíssima Imagen de la inmaculada Señora, del altura de
vna gentil muger, que los mismos Gorreros con
singular
deuocion y animo, el año passado colocaron, gastando en
ella y su adorno mas de mil ducados. Tenía su Altar mara-
uillosamente aderegado de cera blanca, en blandocillos mu¬

chas luzes, peueteros, olores y macetas, colgadas las pare¬


des de telas y brocados. Hízose vn trono con su dosel de
brocado a los Juezes en dos sillas de terciopelo y oro (te¬
niendo en medio otra, buelta a la pared, en que después
de conseguir el triunfo del pecado, la santíssima Virgen se

sentó) encima de tres altas, anchas, y alfombradas gradas


a los
pies del mismo Altar, correspondiente a la mitad del
tablado.
486 Glorias Sevillanas

»Amaneció este dia, que fue muy claro y muy bueno,


pendiente de vn grueso marmol, en vn muy grande y fuerte
escudo, vn cartel de desafío que dezía:

«Oy sustento, que a mi brago


jamas le pudo vencer
todo el humano poder.»

»Firmaba luego,
«Yo el pecado Original.»
»A la hora dicha de las cinco, entraron al tablado por
la cruxía de cal de Placetines los Juezes, delate los quales
venían seis caxas con pifaros quatro clarines, las trom¬
tres

petas de la ciudad, vna copia de chirimías, quatro Ange¬


les armados, presidiéndoles mas ricamente aderegado el

Arcángel san Miguel, con vna rodela de ochenta espejos,


donde se parecía toda la fiesta en qualquier parte que es-
taua. Lleuauan todos hachas blancas de quatro pauilos en¬

cendidas, aunq no auia escurecido. Después dellos seis man¬


cebos, vestidos de tela de plata y naranjado, jubones de
tela de plata, sombreros negros con toquilla de plata y

perlas, plumas naranjadas y blancas en penachos, con ha¬


chas blancas de quatro pauilos encedidas: a lo vltimo de
todo los dos Juezes Justicia y Misericordia, que represen-
tauan Alonso Perez y Goncalo Iñigo, viniendo á la diestra

la Misericordia, que vestia caiga larga encarnada, aforrada


en tela de plata, jubón de tela de plata, coleto
como las
caigas, botin dorado y azul encintado, tunicela de tela de
plata, guarnecida de botones de diamantes, manto
oro y
de encarnado y plata, de diamantes y perlas, y plu¬
corona
mas blancas en la cabega,
espada y daga dorada, con ramo
de oliua y oro en la mano. La Justicia traya caigas blancas
de terciopelo y de plata, armas doradas grauadas, gorra
bordada de diamantes, y en ella vna corona muy rica de
oro y matices de encarnado, en la diestra mano vna espada
Glorias Sevillanas 487

dorada desnuda. Dieron buelta al tablado, y haziendo sus


cortesías á la Iglesia y Ciudad, Títulos y Señoras, se assen-
taron en su assiento, dexando a todos suspensos el pensa¬
miento, el primor, riqueza grauedad de la entrada.
y
«Siguióse a esto la entrada del Padrino del Mantene¬
dor por la cruxía de cal de Genoua, a reconocer el campo

puesto y tienda de su ahijado. Sacó delante vn clarin, tres


pifaros y seys cajas, dos fieríssimos y muy grandes salua-
jes, cubiertos de tosca piel, con dos gruessas magas de dos
varas
y media al hobro, dando a enteder la fiereza de la
batalla: a los
quales seguían dos muy lucidos hombres, co
penachos de pluma pagiza y negra, vestidos a lo Español
de cauellado, bordados de lantejuela de plata, y bandas y
bastones negros: luego ocho dispuestos mancebos, por es¬
tremo aderegados, bandas negras, penachos de negro y pa-

gigo, con ocho hachas negras encendidas, a cuyas espaldas


yvan dos furias infernales de negro, con follages de llamas
de oro, y junto a ellas vn muchacho tambie de negro y lla¬

mas, con rodela y morion negro dorado, presidiéndoles el


mismo Padrino, cuya persona era Pedro de Falconete, con
bota dorada y negra, medias, calgon y jubón de seda ro¬
sada y plata, coleto negro a lo Romano, quajado de llamas
de oro y chochuelos de oro en las
llamas sobre negro y
mascarones de infierno, sombrero y
vanda negra, con lla¬
mas de
fuego en el, penacho amarillo y negro, bastón de
los mismos colores: y auiendo dado buelta al palenque, re¬
conocido su campo, y dispuesto las cosas de la tienda del
Mantenedor, y apercibido las astas del torneo, boluio a sa¬
lir con la misma grauedad y denuedo a la casa de su ahi¬

jado, que ya le esperaua.


»Salió el Mantenedor (q era Francisco Joseph) de su
casa, brauo, vistoso y terrible, y dando buelta a la plaga
de S. Fracisco, del Cabildo de la Ciudad le festejaron con
hachas y chirimías, por ser ya obscuro, y por cal de Ge-
488 Glorias Sevillanas

noua entró al
palenque, lleuaua botas doradas con cintas
pagizas vñas negras y espolones de de¬
y negras, con vnas
monio, caiga negra de obra, aforrada en tela pagiza, las
cuchilladas quajadas de chochuelos de oro labrado, tonelete

negro, con chochuelos, llamas y espejos, armas matizadas


de oro y mascarones, celada de lo mismo y penacho negro,

sembrado de argentería, espada de combatiente muy fina,

q jamas saltó en onze Auetureros (por tornear dos dellos


dos vezes, esperado combatientes) aderego de oro y negro,

pica de veinte y cinco palmos, negro toda, y el cuento do¬


rado, hierro negro de media bara de largo, con dos gan¬
chos negros dorados a forma de infierno, y sobre las armas
volante de tela negra y argentería con dos rosas q pendían
de los hombros, y cayda por el lado izquierdo vna vanda

grande encarnada con puntas de oro. El acompañamiento


que sacó delante, fue el mismo que el de su padrino, con
los dos monstruosos saluajes detras, las bombas ó magas
dichas, ya encendida y Lucifer, Símbolo de la Soberuia,
retratado en la rodela del paje.
»Dio la buelta al palenquecon muy arrogante brio, ha-
ziendo a todos las reuerencias deuidas, hasta llegar a su

puesto, donde jugó de la pica con destreza y valentía la qual


no
perdió jamas, sin descansar ni sentarse, cosa q admiró
a todos, con recebir fuertes golpes de contrarios, saltando
mil centellas de sus armas.

»E1 primer Auenturero fue Juan López, que represen-


taua a Adán (que entró por la cruxía de Placentines, y to¬
dos los demás torneantes) con seis mancebos delante en ha¬
bito de labradores, camisas blancas bordadas las mangas
de varios colores,pellicos de raso y brocado, guarnecidos
de pasamanos de oro, con sus cauellos a lo antiguo, y mu¬
chas trengas colgando, caperugas y campestres cabelleras,
con
agadones al hombro, los palos dellos bordados de oro,
y las palas de plata de martillo, paños de rostro a la cin-
Glorias Sevillanas 489

tura, bordados como las mangas, medias blancas,


y abar¬
cas bordadas de oro y hachas blancas encendi¬
verde, con
das, labradas de verde y oro, a quien seguian dos galanes,
vestidos de chamelote de aguas rosado, con pasamanos de
oro, y golas, con vandas de oro; los sombreros muy curio¬
sos con cintillos de diamantes, espada y daga dorada; y
allíjunto al paje de la rodela, vestido de verde bordado,
con vn vistoso penacho de plumas blancas, y la rodela de

verde Symbolo de la Esperanga, dorada y grauada, y vna


blanca paloma pintada en ella, Symbolo de la inocencia.

»(Venian siempre delante de los auentureros, caxas, pi¬


faros y vn clarin, y respondían los del mantenedor desde
su
puesto) á quien seguía el Padrino la Esperanga, con
caiga de raso verde, bordada de oro gapato blanco con
cintas bordadas de perlas, jubón de tabí verde bordado de

oro, con coleto de lo mismo, gola blancay sombrero, con


cintillo de muy ricas esmeraldas, penacho de plumas ver¬
des, y vanda de tafetán verde bordada de oro espada y
daga dorada, aderego y baynas de terciopelo verde bor¬
dado bastón aforrado de lo mismo, con mil perlas gordas
finas. A lo ultimo su ahijado, con cendalias bordadas de
oro
y verde, vn justillo de raso melado, de color de carne,
como que yua en carnes de la cendalia a la cintura, tone¬

lete de raso verde bordado de oro, armas dobles blancas


de Borgoña, vanda de tafetán verde de oro bordada, con
vn manto de lo mismo, penacho de nouenta plumas blan¬

cas, cuyo remate grandioso era cincuenta dozenas de blan¬


cas
gargotas, espada corta de tornear, y su aderego verde
bordado de perlas y oro, pica corta de tornear blanca y
bien dispuesta. Acompañauale la Inocencia, vestida toda
de blanco y estrellas de oro, que representaua vn niño: dio
buelta con todo su acompañamiento al palenque, hasta lle¬

gar a los Juezes, donde su Padrino dio el mote, que (ces-


sando los instrumentos en alta voz fue leido y dezia:
62
490 Glorias Sevillanas

«Si me faltó la Inocencia


en mi súbita mudanga,
no me faltó la Esperanga.»

»Hizo la reuerencia al altar de nuestra Señora, a los Jue-


zes, y a todo el teatro, passando al puesto donde auia de
tornear, y pedida por su padrino licencia a los Juezes de
romper sus tres langas, se la dieron. Midieron luego el y el
Padrino del Mantenedor las espadas de los ahijados, si eran

iguales, y hallándolas, caláronles las celadas, hizieronles se¬


ñal de acometer, y lo mismo las caxas, pifaros, clarines y

trompetas, y mostrándose ambos justadores dos Leones


ferocíssimos en la escaramuga, vibrando y cruxiendo las lan¬
gas, se acometieron con tanta fuerga, que las hizieron peda-
gos y quebrando la segunda y la tercera de la misma suerte,
al dar los cinco golpes de la espada, no se dieron, porque el
Mantenedor furioso, cogiendo con grande rabia vna man¬

gana del árbol ya referido, le tiró al Auenturero Adán, ven¬


ciéndolo y derribándolo en tierra: llegaron luego los padri¬
nos de los dos,
y retirando al vencido, y lleuandolo a los
Juezes su Padrino, el Mantenedor se quedó en el puesto
vfano de la vitoria. Guadaron todos los demás Auentureros
este modo de passeo y tornear, exepto el de la mangana,
porque en su lugar se dieron los acostumbrados golpes de
espada, si no fue nuestra Señora.
»Entró Cain por segundo (que le representaua Fran¬
cisco Rodríguez muy soberuio y espantable, y delante del
seis furias, vestidas de negro y oro, con muchas culebras
fieras mordiendo de coragones, gapatos negros, la media y
liga amarilla y puntas de oro, bandas de culebras, y en
ellas penachos de plumas negras y amarillas, con seis ha¬
chas negras encendidas en las manos: el page de la rodela
media y ligas amarillas, vestido negro de terciopelo bor¬
dado de rosas de oro, coleto adobado, banda de amarillo
y oro, penacho con plumas negras y amarillas, en la rodela
Glorias Sevillanas 491

dos culebras, mordiendo de vn coragon, que es Symbolo


de la Imbidia.

«Seguíase luego al Padrino la Imbidia, vestido de ter¬


ciopelo negro bordado de perlas y oro, media y ligas ama¬
rillas, con puntas y encajes de oro, dorada la espada y
daga, manto negro bordado, tocado de negro y oro muy
costoso, con vn penacho negro y amarillo.
» A lo vltimo venía el
ahijado brauo arrogante y furioso,
con botin
plateado Romano, y cintas de varios colores, ves¬
tido de leonado, caiga larga de lo mismo, bordada de oro,
armas doradas grauadas, tonelete bordado de oro, penacho

de cinquenta plumas amarillas y negras muy soberuio, y

por remate garzotas, langa corta negra y tosca al hombro


terciada.
«Entró el tercer torneante, que representaría a Abra-
han, con tres Angeles delante en forma de peregrinos y
tras dellos seis gibosos, vestidos de primauera, to¬
enanos

dos con hachas blancas encendidas


en las manos,
y luego
el page de rodela vestido de marauillas, y en la rodela vn
Cáliz y la Hostia, con mote alusivo.
«Venía por Padrino la Fé, con caiga, coleto y jubón de
tela encarnada, tunicela de velillo de plata, labrado de ar¬
gentería, cabellera con plumas blancas y encarnadas, por
los ojos vna venda aderego dorado.

«Luego el Auenturero, caiga y jubón blanco y azul,


bordada de oro, sandalias plateadas, y en ellas cintas azu¬
les, grauadas y doradas, y en el yelmo penacho de
armas
blancas y azules plumas, manto de belillo de azul y plata,

aderego dorado, langa de justar ondeada de blanco, encar¬


nado y verde.
«Entró Job, quarto torneante, con seis pages delante,
con hachas encendidas, gapatos blancos, medias y ligas na¬
caradas, con puntas de oro, calgones de tabí de colores,
vaqueros acuchillados de terciopelo carmesí, con guarnido-
492 Glorias Sevillanas

nes de plata, y entretelas y jubones de lo mismo, bandas


azules con puntas de oro, dagas doradas: el de rodela traya
el mismo vestido que los pajes, aunque en el sombrero plu¬
mas y coleto distinto y rodela.
»Lleuaua en ella vn yugo símbolo de la paciencia. Se¬

guíase luego el padrino la paciencia, medias y ligas blancas


con punta de plata, calgon de tabí azul y rojo, jubón blanco

de tela de plata, coleto blanco guarnecido de plata, vanda


carmesí y puntas de plata, aderego dorado, dio el mote a
los Juezes.
»Lleuaua vn compañero vestido de tela blanca y oro,
con banda blanca, aderego dorado. A lo vltimo el Auentu-

rero con caiga de carmesí y molinillo de plata,


manto de
velillo de plata blanco de oro escarchado y plata, jubón
blanco de tela, armas grauadas doradas, penacho de plu¬
mas rojas, banda de tafetán carmesí, manto de velillo blanco
de plata, langa de tornear azul y blanca.
»Entró el quinto torneante David, con seis mancebos a
la Española, gapatos y medias blancas, ligas encarnadas,
calgones de tabí guarnecidos de oro jubones de tela blanca
de plata, coletos con passamanos de
sombrero negro
oro;
con cintillos dey perlas, plumas, guantes, y hachas en¬
oro

cendidas blancas: el page de rodela, botillas plateadas en¬


cintadas de encarnado y blanco, vanda encarnada, espada

y daga dorada, embragada vna rodela Milanesa, y en ella


retratado cilicio, symbolo de penitencia.
vn

»Lapenitencia, padrino, salió con caiga encarnada de


plata, coleto de lo mismo, vanda encarnada, aderego pla¬
teado, gorra bordada de perlas, con toquilla de diamantes,
plumas blancas y encarnadas, dio el mote a los Juezes.
»Luego el ahijado Dauid, con medio botin de plata,
caiga de tela de plata y encarnado, tonelete de lo fnismo,
guarnecido de passamano de plata, armas doradas graua¬
das, con penacho de cien plumas blancas y encarnadas, y
Glorias Sevillanas 493

por remate cincuenta dozenas de gargotas, langa blanca y


azul. Entró Geroboan, sexto auenturero, curioso, costoso,

y peregrino, en sí, y en su acompañamiento: delante vn


Indio muchacho vestido de felpa azul y blanca, manto de
tabí rosado y celeste, calgones de delgadíssimo
mangas, y
liengo, bordados de seda de colores, y lantejuelas de plata,
puntas de plata y seda, con mascarilla leonada de color de
Indio, pendiente de narizes y boca quatro calabagas de per¬
las muy gruessas, y finas: guantes hasta el codo, y botini-
llos del mismo color, y dorados, abiertos, y con muchas

cintas, cabellera corta, y sobre ella vn tocado al modo de


la Florida, hecho vn medio círculo redondo de cinquenta

plumas encarnadas, y blancas con apretador de perlas, pie¬


dras y joyas muy costosas, arco, y aljaua con flechas, y su
catana a lo Indio con la guarnición de plata, hacha blanca

de quatro pauilos listada de azul encendida con la qual


alumbraua a otro Indio de nación vestido de encarnada

pluma, hecha de mano de Indios, con su aljaua de flechas


y arco, y sobre el vna vanda de belillo encarnado, y vn to¬
cado hecho también de India, muy estraño en modo,
mano

y en inuencion, escudo embragado hecho en In¬


con vn
dias, dorado todo, y en el vna figura de bronze encima de
vna pirámide, y en el una inscripción.

»A seguían dos Indios vestidos de damasco y felpa


este

rosada y blanca, del propio modo vestidos, y aderegados


que el primero, con catanas guarnecidas de plata conteras,
y sobre chapas, tahalíes de plata con penachos del mismo
modo. A estos dos seguia el padrino, vn Indio vestido de

felpa encarnada y blanca, la tilma y manto sembrados de


perlas y pedrería, y letras que decían «Idolatría,» catana
y bastón muy ricos.
»Seguian luego al padrino dos Indios con achas encen¬
didas, luego el auenturero con caiga de encarnado y plata,
botin a la garganta del pié, con cintas encarnadas, jubón
494 Glorias Sevillanas

de tela, tonelete
plateado, armas doradas y grauadas, pena¬
cho de plumas carmesíes de vara y tercia de largo, y al
remate vn gallardo mago de doze docenas de gargotas, de

cuyo pie nacían dos penachos, también carmesíes, algo mas


cortos coruados, que baxauan a la cintura, y subian a su
nacimiento, a los remates garzotas, de la misma forma que
el de arriba, y aderego dorado, pica larga al hombro, lis¬
tada de azul, con manga de terciopelo carmesí, bordada de
oro y plata, y borlas de lo mismo.
»E1 sétimo Auenturero fue Acab, sacó dos hombres
muy altos, con caigas, aederego, guantes, mascaras, pena¬
cho de pluma, mantos de velillo y plata,
con rosas gran¬
des al hombro, bastones en la mano todo de negro, con
cadenas de oro al cuello: y luego diez hombres vestidos de

terciopelonegro, jubones de tela, coletos de ante guarne¬


cidos de oro, con las ropillas abiertas, ligas de puntas de
oro, aderegos dorados, sombreros largueados de
negros,
trencilla de oro
y sin toquillas, con grandes de cin¬
rosas
tas, bueltas las faldas, con penachos de diuersos colores,
y cuellos de puntas grandes. Dos pages vestidos de cha¬
melote de aguas largueados de sevillanetas de oro y plata,
jubón de tela, vandas de red cabelladas de seda, oro y plata,
dagas doradas, medias de seda, sombreros largueados de
trencilla de plata, con ricos penachos. El page de rodela,

caiga de tela amarilla, y fondo de tela blanca gapato blanco,


jubón de tela amarilla, coleto de ambar con botones de
oro, vanda de red de seda encarnada de plata y oro con

puntas, sombrero negro con vanda encarnada, penacho de


plumas blancas encarnadas, rodela de azero grauada y
y
dorada, con insignia de ingratitud en ella.
»Venian luego la Codicia por Padrino, viejo muy an¬
ciano, con bota justa blanca, caiga de tela encarnada, el
fondo blanco, jubón de lo mismo de tela, sayo a lo antiguo
de raso negro largueado, con sayas bordadas de esses de
Glorias Sevillanas 495

perlas y piedras, botones de oro, vanda de tafetán negro,


y puntas de vna mano de oro y plata, bordada de perlas
y assientos de oro, cuello pequeño de puntas, tres dedos
de polainilla, barba y coleta blanca y venerable, gorra chata
de terciopelo y perlas, dos puntas de pluma pequeñas, con
un mago de gargotas, cadena de treinta bueltas de plata

bruñida al cuello, antojos grandes de cristal, caxa de cuchi¬


llos con guarnición de plata, escarcela de terciopelo bor¬

dada, pañuelo de puntas, y decenario de quentas negras


de coyoles, pendiente todo de la pretina, espada ancha y

corta, de cruz, bayna y tiros de terciopelo, guantes blan¬


cos, con bueltas que le seruian de puños, y vn bastón en
la mano.

»A lo vltimo el Justador, con caiga de tela rosada bor¬


dada, gapato blanco, jubón de tela, tonelete de brocado
rosado realgado de cañutillo, manga de lo propio en la pica,
armas doradasgrauadas, penacho de ochenta plumas ama¬
rillas y encarnadas y vn mazo de nueue dozenas de gargo¬
tas manto de tafetán naranjado, labrado de argentería y

encaje de oro.
»Fue el otauo Justador san Juan Bautista, con doze man¬
cebos delante, ricamente aderegados, cada dos de su ma¬
nera, jubones de tela, sombreros con cintillos y penachos,
hachas blancas encendidas: vn page ricamente vestido, y
morrión en la cabega- con plumas blancas, y vna rodela

dorada y grauada, con vn corderito en ella y vna vande-


rola encarnada.

»Traya por Padrinos la Gracia y el Amor, venía pri¬


mero el Amor, con botilla dorada y cintas, media y liga
carmesí con
puntas de oro, vestido de tela carmesí y plata,
tunicela de velillo de oro y argentería, cabellera rubia, to¬
cado de flores de argentería, con assientos de oro y pie¬
dras, penachos de plumas carmesíes con vna medalla de
oro, vanda y manto de oro y carmesí, aderezo dorado, bas-
496 Glorias Sevillanas

ton de nacar y oro. Seguíase luego la Gracia no menos


galan, botilla blanca plateada con listones blancos, media
de seda blanca y ligas, jubón y calgon de tela de plata,
alúa de tafetán blanco, sembrada de estrellas de oro, con

puntas de oro y plata, tunicela de velillo de plata, sem¬


brada de argentería, hermosa cabellera enrizada, adornada
de pedrería y flores diuersas,. penacho de cincuenta plumas
blancas, y en medio del vna Imagen de diamantes y oro
de la limpia Concepción, manto de velillo de plata y oro,

aderego plateado, bastón dorado y blanco.


»Siguiose el Auenturero con caiga blanca de tela, y lo
fondo de lo mismo, media botilla plateada abierta, con sus
listones, jubón blanco de tela, tonelete de pieles finas, bor¬
dado de oro, perlas y piedras, armas doradas grauadas, la
zelada Borgoñona, con cien plumas blancas en el penacho
della, y trescientas gargotas por remate, manto de oro de
Milán y carmesí, con puntas de plata y oro bordado por
las cenefas, aderego dorado, pica larga blanca y azul, con

manga verde bordada, vn velo negro en el rostro, hasta


que quebró sus tres langas y se le cayó al dar los golpes
de espada, con los quales venció al mantenedor dando a
entender por esto, como el pecado lo venció en su Concep¬
ción: y en su santificación antes de nacer, san Juan al pe¬
cado.
»Entró por nono y vltimo combatiente la Virgen nues¬
tra Señora(a quien representaua vn niño de solos nueue
años) con cincuenta personas de acompañamiento, demás
de las cajas, pifaros y clarines, hachas y caualleros del tor¬
neo q salieron a recebirle, y muchos Angeles, niños de qua-

tro á cinco años, que sinificauan las celestes Hierarchías,

cada vno en vna hasta azul vn círculo, y en el, vno de los


atributos de su Inmaculada Concepción: y luego siete vír-

gines de la misma edad que los niños, sinificando sus vir¬


tudes: a todos los quales acompañauan ambos lados cada
Glorias Sevillanas 497

dos hombres con bizarros vestidos, con hachas blancas en¬


cendidas: y luego tres Angeles armados, con langas dora¬
das, blancas y azules, con vn rotulo en cada vna a lo largo,
que dezia:
I Hija de Dios Padre.
II Madre de Dios Hijo.
III Esposa del Espíritu Santo.

»Lleuaua dos padrinos que eran Gracia y el diuino Amor,


con la misma disposición y traza que los del santificado Bau¬
tista, y dieron este mote:
«En mi Concepción gloriosa
oy ha de verLucifer
como le pude vencer.»
»Luego el paje de la rodela, niño de tres años y medio,
con caiga y ropilla abierta de carmesí y oro, jubón de tela
vanda azul, aderego plateado, sombrero con cintillo de per¬

las, penacho de plumas blancas, y por remate martinetes,


y en la rodela letra alusiva.
»A lo vltimo la diuina torneante, con diadema de ra¬

yos de plata, con doze Estrellas en ella, y en medio de


cada vna, vnafiníssima piedra, cabellera rubia esmaltada de
pedrería, tunicela de tafetán blanco estrellado de oro, tone¬
lete azul de raso, bordado de perlas y piegas de oro, manto
de raso azul quajado de estrellas de oro y perlas, botilla y

aderego plateado, guante blanco pica azul y blanca, y en


ella este rotulo: Hija de Adán. Iua passando el palenque, y
el Mantenedor, poniendo los ojos en ella con saña y bra¬
veza, temblaua con gran propiedad, el cual temblor aumen-
taua quanto mas se le yua acercando. Llego a su puesto
gozosa, y desseosa del combate, tiro la lanza a la baila,
hizo su escaramuza, acometiendo con animo al pecado, y

quebrando sus tres lanzas en el, se le cayeron las suyas a


el de la mano, sin tocarle, y sin dar golpe de espada cayó
rendido en el suelo debaxo de la misma baila, donde le
63
498 Glorias Sevillanas

puso el pie sobre la cabega: Et ipsa conterer caput tuum.


Y le cantaron la gala del vencimiento los músicos y chiri¬
mías de la santa Iglesia, con el celebrado verso.
«Cielo y tierra en general,
a Reyna escogida,
vozes,
dizen que sois concebida
sin pecado original.»
»En el ínterin del llegaron los padrinos al palen¬
canto

que, y lleuandola assiento entre los Jueces, se ordenó la


a su
folla de mantenedor y Justadores, y dándose fuertes golpes
en las celadas, se
emprendió la baila en fuego, y se apar¬
taron, y en luzidos esquadrones marcharon hazia sus casas,
y se dio fin a esta famosa fiesta.»

Salieron á más de estas relaciones algunas otras, y un


romance del mismo asunto por Gil López de Lucenilla. (Bi-
bliog., núms. 25, 26, 27 y 28.)
Continuaron con el mismo fervor y entusiasmo los re¬
gocijos y actos públicos de piedad y amor al inmaculado
Misterio por el año de 1618, pues Sevilla estaba desde
1613 «arrebatada de sus vehementísimos deseos, y como si
hubiera salido fuera de sí, porque las noches eran claros
dias por el resplandor y claridad que daban las luzes y

fuegos inmensos de las calles, y los dias resplandecían con


duplicada luz con el esplendor y aparato con que en los
templos se solemnizaba... ni sólo en el recinto de las igle¬
sias, mas en las plazas públicas se veian hermosos adornos
de costosos altares y bellas tapicerías, de las que pendían

Hyeroglíficos, Symbolos, Emblemas con figuras, motes y


elegantes poesías en loa de el Misterio. Descubríanse por las
calles arcos triumphales levantados en honor á María...» (1).

(1) El Caballero de la Virgen, etc., por el p. Antonio de Solís, de


la Compañía de Jesús. Sevilla, 1742.
Glorias Sevillanas 499

Mas continuemos con el relato de las fiestas que en este


año hubo.
Una de las páginas más hermosas en este período de
la historia de la devoción de Sevilla al Misterio de la Con¬

cepción Inmaculada es sin duda alguna la que se refiere al


acto realizado por dos cofrades de- la antiquísima herman¬

dad de Nuestra Señora de los Angeles, formada por indi¬


viduos de la raza negra, libres y esclavos. Residían éstos
desde el tiempo de D. Enrique III en la Ciudad, formando
numerosa
colonia, establecida en las afueras de ella al lado
de la puerta de Carmona, donde tenían sus casas y aloja¬
mientos, bajo la autoridad de un mayoral ó jefe, que era
designado entre los más sobresalientes de ellos por su con¬
ducta y capacidad, habiéndose señalado en este cargo el

negro Juan de Valladolid, Portero de cámara que fué de los


Reyes Católicos, y vulgarmente conocido por el Conde Ne¬
gro, de los cuales ganó Cédula en 8 de Noviembre de 1475

para desempeñar dicho oficio.

«Por los muchos, buenos, é leales, é señalados


servicios (dice su tenor) que nos habéis fecho, y fa¬
céis cada dia, y porque conocemos vuestra suficiencia
y habilidad y disposición, facemos vos Mayoral, é
Juez de todos los negros, é Loros libres é captivos
que están, é son captivos, é horros en la Muy Noble
y Muy Leal Ciudad de Sevilla, é en todo su Arzo¬
bispado, é que non puedan facer, ni fagan los dichos
Negros, y Negras, y Loros y Loras; y mandamos
que vos conozcáis de los debates y pleytos y casa¬
mientos, y otras cosas que entre ellos hubiere, é non
otro alguno, por quanto sois persona suficiente
para
ello, ó quien vuestro poder hubiere, é sabéis las leyes
é ordenanzas que deben tener é Nos,somos informa¬
dos que sois de linage noble entre los dichos Negros.»
5oo Glorias Sevillanas

Teníancapilla propia para los actos del culto, y hos¬


pital la cura de los enfermos y heridos, siendo sus am¬
para
paradores y protectores los Arzobispos de Sevilla, á partir
de D. Gonzalo de Mena en el siglo XIV. Desde tiempo re¬
motísimo formaron también Hermandad de penitencia y
luz el título del Santo Cristo de la Fundación y
con María
Santísima de los Ángeles.
Al ocurrir los célebres sucesos del siglo XVII en favor
del Misterio de la Concepción, siendo la Hermandad de
los negros muy adicta á la creencia pía, y queriendo sus
individuos seguir el ejemplo de las demás de Sevilla, tribu¬
tando homenajes de amor y respeto á la Inmaculada, retí¬
nense en cabildo para ocuparse de lo que conviniera y pu¬

diera realizarse; pero los mayordomos de fábrica hicieron

presente que la Hermandad no tenía caudal ninguno en


fondo, y que por lo tanto se carecía de medios para cele¬
brar la fiesta de desagravios á la Concepción según era el
deseo de los cofrades.
Grande fué el apuro y pesar queéstos tuvieron al saber
que no podían unir su voz á la de toda Sevilla proclaman¬
do, cual creían, la Concepción sin pecado, celebrando sun¬
tuosa función en que así lo demostraran. Mas pronto termi¬

nó este estado, pues discurriendo los fervorosos esclavos de


la Concepción sin mancilla la forma y modo cómo podrían
allegar los recursos necesarios al efecto, su acendrada y
cristiana devoción á la Reina de los Ángeles, cuya era su
patrona, inspiróle á dos cofrades de los que eran libres la
idea de salir por las calles y plazas de Sevilla voceando su
libertad y ofreciéndose en venta, á fin de obtener algún
caudal con que costear á la Virgen María una fiesta solem¬

ne. Así recorrieron y pasearon toda la Ciudad, hasta que


encontraron quien los comprase, verificándose el trato en
laantigua calle de Catalanes, frente á la desembocadura
que á la misma tenía la de Colcheros, y junto á los muros
Glorias Sevillanas 501

del convento de San Francisco, en cuyo mismo lugar se


colocó para recuerdo una cruz, que hoy por desgracia no
existe, ha relegado al olvido como inútil antigualla.
y se
En nuestro afán de saber y dilucidar lo que sobre esta
tradición sevillana hubiera, tradición que desde niño ha¬
bíamos oído referir con asombro siempre que escuchába¬
mos su relato,
por la fe que encierra y por el espíritu de
amor que la informa, acudimos al archivo de la susodicha

Hermandad, á fin de evacuar la cita ó referencia en el libro


de actas de aquella época; mas con gran pesar nuestro vi¬
mos
que no existían, á semejanza de otros muchos
éstas
archivos de esta Ciudad, que se hallan exhaustos de la do¬
cumentación que formara la historia y glorias de su pasado.
Convencidos de que no nos era fácil allegar más noticias

que ilustrasen el suceso, cual deseábamos, dímosle al olvi¬


do, contentándonos con lo que del hecho sabíamos; mas
hojeando cierto día algunos legajos de papeles manuscritos
en el Archivo de esta Catedral, y cuando menos lo pensá¬
bamos, viniéronsenos á las manos ciertos muy curiosos
documentos relativos á los negros de Sevilla, y cuál no
sería nuestra sorpresa y alegría al notar
que al abrir el
legajo, lo primero presentaba, y lo que con¬
que se nos
sideramos nosotros providencial, pues ni buscábamos en

aquel momento la relación que teníamos á la vista, y mu¬


cho menos con los datos y detalles que aparecía, fué una

copia del acta de la histórica sesión ó cabildo que celebró


la hermandad del Santo Cristo de la Fundación y María
Santísima de los Ángeles dar cuenta del resultado de
para
la venta del Hermano Mayor y de su Alcalde, en demanda
de recursos para la fiesta piadosa.
La relación presentada á la Hermandad por los negros
que vendieron su libertad dice de este modo:

«Fernando de Molina, Hermano mayor des ta Co-


502 Glorias Sevillanas

fradía y Pedro Francisco Moreno, que aze el oficio


de alcalde en ella, dezimos: q faltando el dinero para
nuestra fiesta: y noteniendo modo de averio: con altas
vocez q dimos pregonamos: q si se ayase alguno q
diesse sobre nuestras personas q eramos libres dos-
cientos pesos de á ocho, nosotros quedaríamos por es¬
clavos de quien los diesse para nuestra fiesta. Oido
esto, salieron algunos deuotos y nos dieron hasta ochen¬
ta pesos de limosna, y Gerónimo Rodríguez de Mo¬

rales nos ha prestado ciento y veinte sobre nuestras


cartas de libertad con que ya tenemos para nuestra
fiesta q puede cua7ido quisiere determinarla la cofra¬
día.»

Hé aquí la relación del documento que acredita la no¬


bleza de alma cristiana de aquellos individuos, de cuya
fe podría decirse lo que dijo Jesucristo de la del Centurión:
«En verdad os digo que no encontré mayor fe en Israel»;

pues ciertamente que en Sevilla se hicieron solemnísimas


fiestas, se desplegó un lujo y fausto asombroso por las her-
mandes y corporaciones, y se prometió y juró la defensa
del Misterio; mas á nosotros nos parece que el acto heroico
de Fernando de Molina y Pedro Francisco Moreno aventaja

y supera con creces á todo eso: y lo que es más, ellos, sin


haber todavía proferido con sus labios palabras de oferta

purísima para defender á la Virgen Nuestra Señora, ponen


desde luego en práctica ese juramento, y, si no derraman
su sangre ni pierden la vida con el acto que ejecutan,
ena¬
jenan sus cuerpos y pierden la libertad, para convertirse
de hecho, y con realidad de verdad, en esclavos de la Con¬

cepción de la Virgen.
La Hermandad de los negros realizó las fiestas que de¬
seaba, y que en decir de un escritor de la época del suceso
«asombraron á Sevilla,porque no se habia visto suntuosidad
Glorias Sevillanas 503

como la suya».Este tan conmovedor episodio, relatado bre¬


vemente, es el hecho más singular y culminante, y el que
da más colorido á cuanto se hizo en aquel período tan her¬
moso de la historia sevillana, siendo lástima que no haya

sido cantado cual se merece por algún poeta sevillano, así


como
que, ya que con tan mal acuerdo se procediera á
arrancar la cruz que lo recordaba, no se haya colocado una

modesta lápida lo conmemore y perpetúe.


que
En el año de
1619 coincidió la Dominica segunda de
Adviento con la fiesta de la Concepción al día 8 de Diciem¬

bre, con cuyo motivo surgieron algunas,dudas sobre si ha¬


bría que trasladar la fiesta de Nuestra Señora para dar lu¬

gar á la Dominica: mas el Excmo. Sr. Arzobispo D. Pedro


de Castro determinó y proveyó por medio de auto, que se
imprimió y publicólos templos, en 28 de Noviembre
en
de aquel año, no se transfiriese la fiesta de la Virgen, sino

que se celebrase en su propio día, según había dispuesto


de acuerdo con el Deán y Cabildo, y conforme al santo
Concilio de Trento, haciendo extensiva esta disposición para
los demás años que así ocurriese; declarándola al par, se¬

gún uso y costumbre, de primera clase y extensiva á toda


la Diócesis hispalense.
Con este motivo el Ldo. D. Vicente Villegas, Maestro
de sagradas ceremonias de la Catedral, publicó un folleto
en el cual hacía el examen y estudio de este punto, soste¬
niendo que era lícito celebrar la fiesta de Nuestra Señora
en dicha Dominica;
cuyo libro citamos al hablar de los do¬
cumentos del Rito hispalense al núm. XLI.

Continuó el año de 1620 con igual fervor que los an¬

teriores, celebrando el Cabildo Eclesiástico la fiesta de la


Concepción con el mismo aparato de luces, repiques, ilu¬
minaciones y fuegos en la Giralda que en 1617. Igualmente
las corporaciones religiosas no decayeron en su piedad,
siendo muy notable el solemnísimo octavario que la incan-
504 Glorias Sevillanas

sable hermandad de la Santa Cruz en Jerusalén celebró por


Abril, cuyas fiestas describió en verso Hernando Casiano
Camacho en el publicó sobre el origen, dis¬
romance que
curso
y estado de la pía creencia en Sevilla. (Bibliog.,
núm. 29.)
Del mismo año es un papel que se publicó por Juan
Serrano de Vargas en verso dialogado entre Sevilla y los

pueblos de Lebrija, Utrera, Castillo de las Guardas, Cons-


tantina, La Higuera, Aznalcázar, Alcalá de Guadaira, Man¬
zanilla, Valencina, Alcalá del Río, Sanlúcar la Mayor, Vi-
llamartín, Cortegana y Cazalla, hablando del Misterio y de
la devoción que en dichos lugares se le profesaba, alegando
Sevilla el amor entrañable que le tiene la hermandad de los
Nazarenos de la Santa Cruz. (Bibliog., núm. 30.)
En 1621, habiéndose restaurado la veneranda efigie de
Ntra. Sra. de la Sede, se acordó por el Cabildo «se llevara
en la
procesión de Tercia del dia 8 de Diciembre, sin hacer
estación á la Real Capilla, y que en la víspera se quemasen
treinta docenas de cohetes y setecientos ovillos de lumi¬
naria. »

Llegó á esta Ciudad, como ya antes dijimos, á princi¬


pios de Julio de 1622 el Decreto dado por la santidad de
Gregorio XV en Mayo del mismo año, ratificando lo dis¬
puesto por Paulo V, y ampliando las declaraciones que
este Pontífice hizo en favor de la creencia piadosa. El efecto
que hizo en el pueblo sevillano fácil calcular, cuando
es

aquí sin necesidad de nuevos motivos ó causas de alegría


se estaban promoviendo continuamente festejos y funcio¬
nes en honor de la Concepción.
El Municipio sevillano acordó en 12 de Julio de dicho
año escribir una carta al Sumo Pontífice Gregorio XV, dán¬
dole las gracias por su Decreto, cuyo tenor es el siguiente:

«Beatísimo Padre: Esta Ciudad, y con ella toda


Glorias Sevillanas 505

la Provincia, de tal modo se juzga enriquecida con


aquel bien y favor que conoce haber resultado
gran
del Sagrado Decreto de Vuestra Beatitud, acerca del
Misterio de la Inmaculada Concepción de la Virgen
Santísima Madre de Dios y Señora Nuestra, que pos¬
trada á los pies de Vuestra Beatitud os dá las más
afectuosas gracias, cuales se deben á este inmortal y
como divino beneficio. Y por cuanto en ese fausto
Pontificado de Vuestra Beatitud ha concedido Vues¬
tra Santidad, por divina inspiración, esta gracia tan
deseada á los felicísimos Reinos de Su Magestad (por
la cual ha hecho eterno su nombre, que jamás en

ningún tiempo se borrará de los corazones de los fie¬


les), esta ciudad, con peculiar empeño, no inferior á
ningún otro, conforme á la medida de la gratitud de¬
bida y de perpetua obligación, siempre rogará al Se¬
ñor que conserve incólume á Vuestra Beatitud por

muchos y muy felices años, según es la necesidad


del Orbe Cristiano. Dada en Sevilla por el Consejo
de la Ciudad el 12 de Julio, del año de 1622.»

Se recibió contestación en la forma que indicamos en


la pág. 287.
Pusiéronse de seguida en movimiento las cofradías, co¬
munidades religiosas y los gremios para celebrar el nuevo
Decreto.
Los dos Cabildos tomaron el acuerdo de festejarle jun¬
tamente el
Domingo 21 de Julio con Misa de pontifical
muy solemne, leyéndose después del Ofertorio el Decreto,
arrojándose acabada su lectura desde las tribunas de la Ba¬
sílica flores y gran número de láminas con la imagen de
la Virgen y la empresa de su Concepción; repicaron las
campanas de todos los templos é hizo salvas la infantería
de la Ciudad con sus mosquetes, que estaba aprestada en
64
50 6 Glorias Sevillanas

escuadrón á las gradas del templo mismo. Por la mañana


había sido conducida procesionalmente la imagen de Nues¬
tra Señora de los Reyes desde su Real capilla por los alre¬

dedores de la Iglesia á la capilla mayor, donde estuvo hasta


la tarde del dicho día, en que volvieron ambos Cabildos

después de Vísperas á llevarla á su propio lugar, por el mis¬


mo sitio que se condujo en la mañana, siendo presenciado

el paso de la procesión por numerosísimo concurso de fie¬

les, que rompieron en vítores y aclamaciones al verla salir


del templo, habiéndose preparado la carrera con toldos,

banderas, arcos de ramaje y flores.


No contentos con esto, acordóse por las comunidades

y cofradías hacer una procesión el Domingo 28 de Agosto,


seguida de octavario que costeó el Ayuntamiento. Salió
del monasterio de San Francisco á las tres de la tarde. Iban
abriendo -calle las danzas de gigantes y enanos: después
las doce cofradías de los marineros, alfareros, artilleros,
del Gran Poder, de: la Coronación, de la Oración del Huerto,
de la Quinta Angustia, de la Pasión, de la Concepción, de
los Burgaleses, del Prendimiento y de la Caridad, todos sus
cofrades con velas: seguían
los reverendos padres mercena¬
rios, jesuítas, carmelitas, franciscanos y mínimos, con sus
titulares respectivos. En primer lugar se veía á S. Francisco
de Asís; luego S. Ignacio de Loyola y S. Francisco Javier,
rodeados por los estudiantes del Colegio de San Hermene¬

gildo, vestidos con lujosos uniformes. Los franceses condu¬


cían á S. Luis, Rey de Francia: luego S. Juan Bautista y
S. Juan Evangelista, del convento de Santa Inés, que eran

figuras de plata, con gran número de reliquias y adornos de


piedras preciosas. Venían después los Stos. Leandro é Isi¬
doro; el primero con los corredores de Lonja, que formaban
su hermandad, y el segundo con la Universidad de Benefi¬
ciados. Apareció un hermoso carro triunfal, todo vestido de
telas azul y oro, en forma de nave, cuyo costo ascendió á
Glorias Sevillanas 507

mil ducados: conducíanlo los oriundos de Portugal, vién¬


dose en la delantera de la carroza á S. Antonio de Padua,
vestido riqueza asombrosa, pues las perlas, joyas, ade¬
con

rezos
y demás adornos estaban tasados en trescientos mil
ducados: en la popa del barco aparecía una doncella muy
bien vestida, con un clarín en la mano diestra y cornucopia
en la
izquierda, representando á la ciudad de Sevilla en el
acto de proclamar la Concepción de María sin pecado ori¬

ginal. El carro iba rodeado de los portugueses, que vestían


á la usanza de su país, representando las varias provincias
del reino lusitano. Seguía la ifnagen del Apóstol S. Andrés,

que llevaban los flamencos, precedida de veintidós niñas


muy ricamente aderezadas de telas de oro y raso celeste,
con mazas de
plata á los hombros, representando las pro¬
vincias de Flandes. Era la postrera la Cofradía Sacramental
del Sagrario, que conducía las patronas Sta. Justa y Santa
Rufina y el guión concepcionista. De preste iba el Arce¬
diano D. Diego Herber de Medrano, con numeroso clero y

prebendados.
En esta forma salieron del templo por las calles de Viz¬
caínos y de la Mar, y llegando á esquina de Gradas vino
el Cabildo con cruz alzada á recibir la procesión, que acom¬
pañó dentro de la Catedral hasta la puerta de los Pa¬
por
los, en la que se había levantado un altar con una imagen
de Nuestra Señora figurada en un jardín de flores natura¬
les. Siguió su curso por la de Génova, en la cual se admi¬
raba grandioso arco de follaje, y en su parte superior Santa
Ana y San Joaquín, con la Virgen enmedio; y por bajo de
sus pies ostentaba un rótulo dorado, que decía: «Concibié¬

ronme sin pecado.»

Entró la procesión en la plaza de San Francisco: á las

puertas del Municipio habían levantado un trono para colo¬


car la Virgen de los Reyes, la Hermandad de los sastres,
que le daban escolta de honor, gran número de cofrades
508 Glorias Sevillanas

con
trajes militares, y las banderas tradicionales de la Her¬
mandad. Siguió por la calle de las Sierpes, donde los pre¬
sos habían hecho á las puertas de la
Cárcel otro altar con
la Virgen del Carmen y S. Dimas. En la fachada del con¬
vento de Nuestra Señora de Consolación de la misma calle
colocaron las hermoso geroglífico de la victoria
monjas un
de la Gracia sobre el pecado de origen, representado por
una pintura de la Virgen María aplastando la cabeza del

dragón, y por cima de la figura de Nuestra Señora leíase:


tjpsa conteret caput tuum.»
En lo alto de la cola del monstruo el siguiente verso:
«Fué concebida en belleza
Christo por naturaleza
Y por su Gracia, María.»
Por
bajo de este geroglífico se colocó un altar con la
imagen de S. Francisco de Paula, é infinidad de velas y
cirios en candeleros de plata.
Continuó su ruta la comitiva por la plaza del Duque
á la calle de las Armas, y al pasar por el templo de San
Antonio Abad, salió la hermandad de la Santa Cruz en

Jerusalén, todos los cofrades con hachas encendidas. A la


puerta del Colegio Inglés habíase formado soberbio altar
de plata con la efigie de la Concepción
los Stos. Luis y
y
Estanislao, bajo dosel de brocado de oro, adornado el altar
con jarras y candelería del mismo metal y muchos relica¬

rios. En el centro de la calle habían construido un gran¬


dioso arco, sobre el cual había un castillo con las banderas
inglesa y española unidas, teniendo por guarnición á los
estudiantes, vestidos de soldados y armados con mosque¬
tes, los que disparaban siempre que pasaba alguna imagen
de las que iban en la procesión; estando ocupada la parte
superior ó azotea de dicho arco por la música militar.
Pasó luego al convento de la Merced: en el compás de
dicha iglesia elevábase un monumento cuadrangular, cuyos

(
Glorias Sevillanas 509

cuatro costados eran altares de cinco varas de largo, y so¬


bre éstos otros ocho en disminución, rematando con ele¬
gante palio de terciopelo azul, sostenido por cuatro varas
de plata, y bajo de él descubríase una escultura de la Con¬
cepción de tamaño natural: los altares estaban vestidos de
ricas telas de tisú de oro y raso azul, y en cada uno de ellos

reliquias ó santos de la Orden: el número de luces colocadas


en toda esta pirámide era incalculable, teniendo á su alre¬

dedor ochenta blandones de plata con cirios de ocho pá¬


bilos.

Siguió luego por la calle del A, B C, á venir por delante


de la Casa grande de San Pablo, en cuyas puertas, por la
parte del compás, habían preparado los Dominicos cinco
altares con imágenes de santos de la Orden y vestido los
muros con todas las colgaduras y adornos que tenía el con¬

vento.

De pasar por el Colegio del Ángel, cuya


aquí vino á
decoración fué muy admirada, pues consistía en un elevado
risco, á cuyos estribos aparecían los doce Apóstoles: coro¬
nábale la imagen de Ntra. Sra. del Carmen.
Entró luego por la calle de Colcheros, y en el hospital
del Espíritu Santo se veía en su pórtico un 'gran cuadro
con la Virgen
en el acto de su Concepción, apareciendo
preservada por el Santo Espíritu, que la vivificaba y cu¬
bría con sus rayos, para no ser contaminada con el pecado

primero. Al final de la calle, en el sitio donde estaba la


cruz del negro, de que hemos hablado, aparecían tres be¬

llísimos altares, cubiertas las paredes con las colgaduras


del convento de Santa Inés, que eran de las más ricas de
Sevilla.

Llegó la procesión de vuelta al templo de San Fran¬


cisco á las diez de la noche.
Al día siguiente se dió comienzo á la octava de la Ciu¬
dad, por mañana y tarde, durante la cual hubo todos los
Glorias Sevillanas

días representaciones de loas, comedias y fuegos de arti¬


ficios en diferentes sitios de la población.
Hicieron además fiestas
particulares en obsequio al
triunfo de la creenciapiadosa, favorecida y amparada con
el Decreto de Gregorio XV, las hermandades de Concep¬
ción de Santa Ana, la de la Casa profesa de la Compañía,
la de Regina, y con especialidad la de los Nazarenos de la
Santa Cruz, que costearon un quincenario que dió principio
en
29 de Julio de este año.
Mandó llamar el Asistente de Sevilla á los Alcaldes de
los gremios de sederos y gorreros, á fin de que celebrasen
un torneo yjusta en honor á la nueva disposición ponti¬
ficia, á lo que accedieron gustosos, por tratarse de cosa de
tanta devoción para los gremios:
el Asistente les dió las
gracias en nombre de la Ciudad, y les fijó la plaza de San
Francisco para que en ella tuviera lugar el festival. Acor¬
dado el sitio, día y hora del torneo, juntáronse, al efecto
de anunciar la pelea, el Sargento Mayor de Sevilla, su Ayu¬
dante, dos clarines, el mantenedor de la justa, y más de
cien peones con lanza á caballo, que después de dar la
vuelta por las afueras de la Ciudad, llegaron al amanecer á
la plaza, y á las puertas del Cabildo se pregonó el siguiente
Cartel, que quedó clavado en dicho sitio desde aquel mo¬
mento.

«CARTEL DE DESAFÍO

«Felicísima ciudad de Sevilla, á quien el cielo ha


puesto en el Real trono de toda la grandeza, que ufana,
gloriosa y coronada entre todos los Imperios del uni¬
verso, levantas tu Real cabega, a quien reconociendo

por Reyna, te paguen feudos en las doradas arenas


de tu sagrado Betis. Mil parabienes te doy, no tanto
de los heroes fundadores muy hijos de la antigüedad,
Glorias Sevillanas

y de la fama en eternizadas columnas; ni por el suelo


fértil y rico, que sirve de bordadas alcatifas a tus
Reales plantas, emulación jie los campos Elíseos, y
retrato de los del Paraiso; ni de la nobilíssima sangre
de los Españoles Príncipes, que en los obeliscos de
tus marmoles encierras: ni menos de la pirámide del
mundo, de tu altiva torre, sagrado Templo; no de los
tesoros inestimables, que por tus arenas ruedan, so¬

brados para sembrar tus calles de oro y plata, y le¬


vantar paredes de diamantes y zafiros, siendo el arca
de los rios de oro y plata, que de tí se reparten por
todas las fuentes de Europa y Asia. Sino doyte mil

alabanzas, de que te aventajas a todas las ciudades


del mundo, en la piedad y devoción a la santíssima

Reyna del Empíreo, defendiendo su puríssima Con¬


cepción. Siendo tu la torre de Marfil, de quien penden
mil escudos de su defensa, pues de tí han salido los

Capitanes, que en Roma la defienden: y en tí ha es¬


tado, y está el batallón de los setenta fuertes, q han
guardado el trono del divino Salomón, contra los que
en la misma luz diuina de la Aurora María, tinieblas
imaginan, y sueñan noches. Siguiendo en esto (nobilí¬
ssima cabega de Europa) los passos de tus Reyes Es¬
pañoles, que con las armas mismas, con la sangre de
sus venas
y Reales tesoros, defendieron a la inmacu¬
lada Princesa; de los quales fue el Capitán General el
piadoso Español Sisenando, que Reynó el año de 633.
cuyos passos siguió el rayo de la guerra Rey Cintila:
y después el invencible Tulga. Y no fue inferior a los
passados el valeroso Rey Sindasuinto, soldado va¬
liente del campo de la santíssima Virgen: cuyo exem-

plo imitó y aventajó el prudente Español Rey Bamba.


Y después entró en el palenque el piadoso Rey don

Jaime, que defendió el partido de la pureza de la Vir-


512 Glorias Sevillanas

gen, de obra y palabra, fundando en honra suya la


Religión blanca y pura de las Mercedes el año de 1218.
Pero entre todos se señalaron los dos Soles de Es¬

paña Reyes de Aragón, ambos Juanes, y devotíssimos


de la inmaculada Concepción de N. Señora, sacando
elprimero aquel insigne Privilegio en su defensa, el
año de 1388 y el segundo, aquella ley digna de ce¬

dro, del mismo intento, hecha en Calataiud el año


de 1461. A cuyos espejos claros miraron nuestros
Reyes de Castilla, siguiendo la misma derrota: el Ca¬
tólico Rey don Fernando, el invencible Carlos V. y el

prudente Felipe II. el piadoso y Santo Felipe III. Y


aviendo sacado de las entrañas de tu piedad (ó santa

patria mia) tus hijos la heredada devoción, a la Reyna


de los Serafines, siguiendo tus passos, y pisando tus

huellas, avernos seguido tus estandartes en la van¬


guardia de tus piadosos exercitos: pero alcanzada ya
la desseada vitoria, y gozando de la esperada paz,
viendo a nuestra Emperatriz Santíssima con el lauro

y palma, q no dio, sino publicó el cielo por boca


de nuestro muy santo Padre Gregorio XV.
«Desenlazando los militares yelmos, colgando los
escudos en la torre de David, y clavando en los reue-
llines della, los de los vencidos, me determino yo el
Cavallero de la Inmaculada, con el fabor del cielo, a

publicar este Torneo a todos los cavalleros aventure¬


ros, assí de mi nación, como de las estrañas, y ar¬
mado de valientes armas (si ya humildes por mi per¬
sona) apadrinado de la verdad misma, saldré en cam¬
po abierto, delante de la gente Sevillana y estrangera,
sustentando, y defendiendo, q la novilíssima ciudad
de Sevilla, patria mia, ha sido, y es la mas zelosa, la
mas devota, y la mas pía, y la q con mayor liberali¬

dad á celebrado este misterio.


Glorias Sevillanas 5i3

»Y para el efecto, cito y señalo el dia de la glo¬


riosa S. Teresa, a 5. de Otubre.
en la plaza de S. Francisco, donde
»Tf El sitio será
estaré desde las 5. de la tarde hasta las 11. de la no¬
che. íf Avrá luzidos premios para el que mejor lo
hiziere, que serán estos.

«Premios de la Invención.

1. A la mejor invención, y mas costosa, se le dará


un
vernegal d plata dorada.
2. Al 2. deste genero, se le dará una sortija de dia¬

mantes de valor de 20 escudos.

Premio á la Gala.

1. A la mas curiosa Gala, se le dará un corte de tela

fino, con que pueda proseguirla.


2. Al segundo, vna vanda carmesí con punta de oro.

Premio a la letra.

1. A la mas propia, e ingeniosa Letra, se le dará me¬


dia dozena de cucharas de plata.
2. Al segundo, unas medias de seda de color, a gusto
de quien las pagare.

Premio al Passeo.

1. Al q mas brioso y bizarro entre en la plaga con

pica larga, se le dará la misma con que passeará


el Mantenedor.

Premio de Lancas.

1. Al que con mayor donayre y compostura corriere


tres Langas, se le dará un bizarro estuche con to¬
dos requisitos.
2. Al 2. se le dará vn vistoso bolso bordado de oro.

65
5M Glorias Sevillanas

Premios de la Espada.
1. Al que diere cinco, diez, o quince golpes de Es¬
pada, y con mayor destreza los exercitare, se le
dará un aderego de
Espada y daga dorado.
2. Al 2. una caxa de cuchillos con cabos dorados.

Correr la Baila.

i. Al que con mayor destreza y bizarría corriere la


Baila por una y otra parte al tiempo de la folla,
se le darápremio
en un bizarro espejo de cristal
guarnecido de oro.

Condiciones.

Que pueda el Mantenedor nombrar uno, o dos


1.

acompañados.
2. Que no pueda entrar ningún aventurero sin in¬

vención, o letra.
3. Que no pueda ningún aventurero entrar en el
palenque sin licencia de los señores juezes.
4. Que pueda el Padrino del Mantenedor, con li¬
cencia de los señores juezes, medir langas y espadas
de los aventureros.

Juezes.
El señor D. Pedro Deza y del Aguila Conde de
la Fuente, Assistente y Capitán General de Sevilla.
El señor D. Pedro Girón Marques de Alcala. El señor
D. Rodrigo Tello de Guzman Baylio del Sepulcro.
Y porque cumpliré lo contenido en este Cartel, lo
firmo de mi nombre. Fecho en Sevilla a 21 de Se¬
tiembre de 1622.
El Caballero de la Inmaculada.»

»Y no pudiendo cumplirse este cartel por justas causas


Glorias Sevillanas 5i5

en el dia señalado, se aplazó para el Domingo 16. de Otu-


bre, el qual dia amaneció en la plaza un tablado de treinta
varas delargo, y veynte y dos de ancho, con dos cruxías;
una para el mantenedor, y otra para los aventureros. Del

medio del palenque salia otra crujía, que rematava en el


assiento de los señores juezes, adornado de telas de seda

pajiza; y á uno, y otro lado los premios citados en el desafío.


Víase en el palenque un monte de yerva, murtas, y lentis¬
cos: y junto a el una hermosa tienda de damasco carmesí,

con mucha diversidad de armas, morriones y espaldares.


»E1 Mantenedor, nombrado el Caballero de la Inmacu¬

lada, entró alegrando la plaza en un hermoso cavallo blanco,


galan, y bien puesto. Vistió calza de raso blanco, bordada
de plata, y tonelete de lo mismo: armas lizas blancas, ce¬
lada Borgoña, y penacho de argentería en forma de Ciprés,
atributo de la Virgen. Manto de tela azul y plata, de siete
varas de largo, que le llevaba
un page, á caballo, con tanto
brío, que dió mucho que ver, por ser de edad de siete años:
vestia tabí verde bordado con coronas y Marías de oro y

plata. Ivan delante el Sargento mayor, y su ayudante, seis


Sargentos, doze caxas, seis pifaros, y dos clarines. Doze
criados Moros con almillas de grana largueadas de oro,
calzones de tafetán con puntas de oro; quatro ginetes Mo¬
ros con lanzas
y adargas, vestidos de tela pajiza y passa-
manos de
plata. Seguíanse diez Padrinos también á cavallo,
calzas negras, forradas de tela blanca, jubones de lo mismo,

ropillas de terciopelo negro con botones de diamantes, ca¬


denas de oro, bandas azules, y en ellas pendientes imáge¬
nes de la Concepción. Espadas doradas, botas blancas, som¬

breros con plumas, y bastones de bengala guarnecidos de

plata. Por remate llevava una azemila luzidísimamente ade¬


rezada, con hachas y picas para el torneo, cubiertas con re¬
postero de terciopelo carmesí, chapas y barrotes de plata.
Iva delante del Mantenedor una figura de Hercules susten-
516 Glorias Sevillanas

tando un estandarte, y en el pintados los atributos de la


Virgen.
»Con todo este lucidíssimo
acompañamiento entró el
Mantenedor de la justa, y aviendo dado buelta al Palenque,
dio el Padrino a los Juezes esta letra:

«Ni mas firme enamorado


Ni mejor favorecido
De la que siempre a servido.

»Y aviendo el Mantenedor hecho saludos Juezes, a los


damas y señores, colocose en su campo y sitio, y al mismo
tiempo que arrojó la pica larga sobre la Baila, dispararon
doce piezas de fuego, tocaron pifaros, caxas, chirimías, y

trompetas; y se abrió el monte que estava en el Palenque,


descubriéndose una hermosa Virgen plantada en lo alto de
un Manzano en
cuyo tronco se enroscava la sierpe, figura
de la que engañó á nuestros primeros padres, y de la que
triunfó María, la que para ser Madre de Dios se concibió
libre de la primera culpa. Al pie del Manzano estava la

figura de Sevilla, ofreciendo una espada al Mantenedor, con


una letra que dezia:

«Ser grande mi antigüedad


Mi fundador lo atestigua,
. Y si esto tengo de antigua,
Mas de nobleza y lealtad:
Pues ten por felicidad
Ser mi hijo si yo aquí
Lo mismo hago por tí
Ofreciéndote esta Espada;
Empresa tienes honrada
No degeneres de mí.»

»A1 tiempo que el monte se deshizo, y la Imagen se


descubrió, hincáronse todos de rodillas, el Padrino tomó la
Espada que Sevilla ofrecia y se la dió al Mantenedor que
sustentó con ella todo el torneo. La Virgen tenía esta letra:
«Ante sce cilla créala.-*
Glorias Sevillanas 5i7

»Ocupó el Mantenedor su puesto, aguardando á los


Aventureros, que fueron entrando por la calle de Genova,
por este orden.
»E1 primer aventurero fue el cavallero del Alva, de na¬
ción Aragonés: entró en la plaza, llevando delante un león
coronado, que abrazava un pavés con las barras de Ara¬
gón, y una letra que dezia:
«Nadie mas, tanto ninguno.»
»Alumbravanle quatro pajes de brocatel,
con vaqueros
y girones de tela, plata y carmesí. A estos seguían dos
meninos con calzas y jubones de raso pajigo; coletos de
obra negros, y gorras aderegadas. Tras estos iban sus ca-
valleros con sus pajes de hacha, vestidos de tela azul y

plata, aderezados con broches de oro y perlas. Seguíanse


dos cavalleros vestidos de pajigo, calzas atacadas, jubones

y coletos bizarros, sombreros con penachos pajizos, pajes


de hacha vestidos a lo Español, de grana acuchillada, con

guarniciones de oro, y entretelas de naranjado y plata. A


este acompañamiento se seguia el Padrino vestido con calza
entera, y jubón y coleto pajizo de obra, sombrero bordada
la falda, y un penacho de plumas pajizas, cintillo rico, con
medalla de diamantes. Una banda rica azul y plata, a imi¬
tación de su ahijado, que inmediatamente le seguia, vestido
con calza de blanco, rico tonelete bordado sobre razo
oro y
azul, con gran numerode diamantes. Armas doradas de
atauxia, con penacho en forma de un mundo. Entró con
pica larga, espada dorada, volante que atava el penacho, y
zapato de razo azul cairelado de oro. La letra que el Pa¬
drino dio a los Juezes, decia:

«En defender que María


Fue pura en su Concepción
Siempre Aragón fue un León.»
»E1 segundo Aventurero fue El Cavalier de la Bella
Dona, de nación Romana. Entró acompañado de doze ca-
5i8 Glorias Sevillanas

balleros vestidos con cotas y


justillos de plata, matizados
de verde, y botillas de lo mismo. Penachos blancos, mantos
de velillo de plata, mascarones de oro espadas plateadas,
atalíes de terciopelo, y vainas de lo mismo. A estos doce

seguia el Padrino, con calza entera de tela blanca, forrada


de lo mismo y de lo propio la cota: manto de tela blanca

guarnecido con puntas de oro, y sombrero con plumas blan¬


cas. Detras del Padrino iba un muchacho vestido también
de tela blanca, tarjeta en que de plata se veian
con una

estas letras S P
Q R.
»Seguíase luego el Aventurero, que vestía caiga blanca
bordada, armas grabadas blancas, tonelete bordado sobre
razo blanco cuajado de lentejuela de plata,
manto blanco
de tela con puntas de plata, plumas blancas zapatos a lo
Romano, cairelado de plata, y quajado de diamantes.
»En tercer lugar entró el caballero de Etiopia, en una
Nao también aderesada y abastecida de todos los instru¬
mentos necesarios a la navegación, que no faltava el menor

de ellos. Iva llena de gallardetes y vanderolas, que hadan


un hermoso efecto. Tirábanla dos Delfines, tan propiamente

contrahechos que pudieran confundirse con los naturales. En


la popa estava una tarjeta con letra alusiva al Preste Juan.
»Era este el nombre del Aventurero. Llevava la nao

bandera azul de capitana, estrella de plata, que en


con una
el corazón tenía el nombre de María con corona Imperial,
á quien abragavan dos palmas; á los lados el Sol y Luna,

y en medio una letra que decia:


«De mí reciben la luz.»

»Dió buelta á la plaza, y dando fondo junto á la crujía


de los aventureros, salió de dentro uno de los padrinos,
armado de armas negras y oro, calza entera de pasamanos
de oro de Milán conforros de tela rosada, el tonelete de lo
mismo. Manto de tela rosada, cuajado de perlas, y en la
cabeza curioso tocado á su usansa con diamantes de mucho
Glorias Sevillanas 5i9

valor, y penacho de plumas rosadas. Aconpañavanle seis


muchachos Etiopes, vestidos con tal arte, que parecían des¬
nudos; las ropas eran de pañetes de tafetán blanco con
guarnición de plata; tocados ricos, y mantos de tela
oro y
de diversos colores; carcajes, arcos, y cuchillos de monte

pendientes de atalíes bordados. Con este lucidícimo acon-


pañamiento se presentó el Padrino a los Juezes, a quien
pidió licencia para desembarcar su ahijado: y dándosela,
se bolvieron a la nao con la misma orden. Desembarcó

luego el aventurero, acompañado de nueve padrinos, y doce


criados Etiopes en tan propios trajes, imitando al desnudo,

que lo parecían en realidad. Sobre los cuerpos traian unas


tunicelas de velillo de plata con puntas de oro; mantos de
tabíes de diversos colores, sembrados de perlas y con pun¬
tas de oro. Tocados ricos, con muchas perlas y plumas de

diversos colores. A estos seguía un paje con una tarjeta,


en que se veian unos ramos de azucena, y al pie un perro

con una hacha encendida en la boca.

«Seguíase el aventurerocon calza entera de encarnado


y plata, forros de lo mismo; tonelete bordado de plata,
con
armas blancas y doradas, manto de tabí rosado y plata con

puntas de lo mismo. Penacho blanco en forma de palma,


atributo de la Virgen, paseando el palenque.
«Aviendo quebrado tres lanzas, y dado sus golpes de

espada, estando retirado en su campo, le envió el mante¬


nedor un recado con el padrino, diciendole que aficionado
de su fortaleza y brío, le pedia fuese servido de ayudarle
en lo restante del torneo:
aceptólo, y saliendo el uno y el
otro con lucidísimo aconpañamiento, se recibieron los pa¬

drinos con estraordinarias cortesías, y lo mismo hicieron


mantenedor y aventurero, y luego el Etiope corrio seis lan¬
zas con otros dos aventureros,
y quebradas volvió el Man¬
tenedor á dejarle en su campo.
»E1 quarto aventurero fué el cavallero de la Flor de lis,
520 Glorias Sevillanas

de nación Francés; entró


con armas negras cuajadas de fio-
res de lis de
plata, con una encomienda de San Juan en el
pecho: á la cabeza plumas blancas y negras, puestas en
forma que hacían una flor de lis; y por remate un mazo de

garzotas, manto pendiente del penacho, hecho de tres pa¬


ños de tela blanca aprensada, con grandes puntas de plata,

y por remate una grande rosa de plata y negro. Tonelete


todo bordado de flores de lis de hoja de plata asentada so¬
bre razo negro, que todo parecia un monte de negro y plata;

pica larga con asta plateada medias negras, liga blanca en


la pierna derecha con hebilla de plata, zapato blanco y
rosas de perlas. Llevava delante
a los doce Pares de Fran¬
cia vestidos de razo negro largueado de entorchados de

plata tirada, con rosas y flores de lis de lo mismo; en los


blancos muchas cintas de listones blancos con cabetes de

plata; cuellos pequeños, con puntas, y puños de lo mismo:


y sombreros negros bizarros, y larguedas las faldas con
entorchados de oro y plata tirada, con rosas y flores de lis
en los blancos,
presas airosamente las faldas con rosas ne¬
gras y blancas: penachos grandes de plumas blancas y ne¬
gras: medias y ligas negras, zapato blanco, con rosas de
plata; espadas lucientes con aderezos plateados. Seguíase
el padrino con calza alta, jubón a lo Francés, bordado de
flores de lis de plata y perlas: medias negras, liga blanca
en la pierna derecha con hebillas de
plata: zapato blanco,
rosa de perlas, y en la cabeza sombrero
negro, bordada la
falda de rosas de plata, con un penacho grande de plumas

negras y blancas, cuello y puños a lo Francés, bastón negro


en la mano derecha guarnecido de
plata, del cual pendia
un
papel, que se dio á los Juezes.
»A1 padrino seguía un paje de rodela vestido costosa¬
mente de negro y plata, jubón y calzón a lo Francés con
entorchados de plata, rosas y flores de lis. Llevava una
tarjeta á modo de escudo, y en medio una hermosa flor de
Glorias Sevillanas
\ 521

lis de plata en campo negro, y en lo alto una corona Im¬


perial de oro, y al pie una letra que decia:
«Sicut Liliurn inter spinas.»
»Alegró la plaza la invención, gala y aseo deste aven¬
turero, que subiendo al Palenque, y aviendo hecho las ne¬
cesarias cortesías, corrió sus tres lanzas, y ocupando su

puesto, dio lugar al quinto.


»Era el ultimo aventurero, el Cavallero de la Luna, de
nación Turco. Entró en una luzidísima Galera, bizarramente

compuesta de Estandartes, Vanderolas, y Gallardetes: acom¬


pañándole catorce Moros remeros, con almillas de Perpe¬
túan carmesí, sembradas de rosas de plata; calzones de va¬
rios colores, botines argentados de plata, y sentados en sus
remiches. La Crujía ocupavan nueve Turcos costosamente
vestidos á su estilo. En la Popa iba una música de chiri¬
mías, clarines, pifaros, y dos cajas. Llevava en la popa un
Sol, a quien hacian orlas estas letras:
«Electa ut Sol.»

»En el hueco de la popa iba sentado el aventurero, bes-


tido de carmesí y plata, caiga alta, tonelete igual, armas do¬
radas de tauxia, un penacho de rosas y encima una Luna

por divisa. La letra era:


«Pulchra ut Luna.»

«Disparó'la galera algunas piezas que trahia;y des¬


pués desembarcaron todos por su orden en el mismo Pa¬
lenque.
«Habiendo torneado este ultimo aventurero, bolvió el
mantenedor á correr otras dos vezes lanzas con todos los
Aventureros: y luego los padrinos, poniendo en sus luga¬
res a los ahijados, comenzaron sus paseos con lucidísimo

concierto, quedando al fin de ellos los padrinos y aventure¬


ros en sus
propios puestos, sin que huviese el menor desor¬
den. Luego se hincaron de rodillas, y caladas las viseras,
se tocaron los tambores a la oración, y aviendola rezado,
66
522 Glorias Sevillanas

tocaron a
guerra con tanto ruido de cajas, pifaros, e ins¬
trumentos bélicos, que parecia hundirse, no solo el palen¬
que, mas toda la plaza, representando todo una gran ba¬
talla, y ordenada pelea. Luegose embistieron con tanta
fuerza y violencia, que en todos los presentes causó admi¬
ración y espanto. Rompieron las lanzas, remitiendo á las

espadas el resto de la batalla, dándose tan fuertes golpes,


que apenas fué bastante la resistencia de todos los padri¬
nos á
apartarlos: y aviendose retirado, se bolvieron aco¬
meter segunda vez, con tanto ánimo, como si entonces em-
pesaran el Torneo. Duró este segundo acometimiento, hasta
que un gran golpe de fuego los desvió; retiráronse con el
mismo orden que cuando comensaron, y luego los seis pa¬
drinos se
presentaron á los juezes, pidiendo a sus señorías
premiasen a sus ahijados el trabajo de aquel dia; y los se¬
ñores juezes, siendo fiscales de cada uno, repartieron los
premios siguientes, y lo firmaron.

Premios á la invención.
Primero, al caballero de Etiopia.
Segundo, al caballero de la Luna.
Premios de la gala.
Primero al caballero de la flor de lis.

Premios de la letra.

Primero, al caballero negro.


Segundo al caballero de la Luna.
Premios al paseo.
Al Mantenedor.

Premios de las lanzas.


Primero al caballero deAragón.
Segundo al caballero Romano.
Glorias Sevillanas 523

Premios de la espada.
Primero al Mantenedor.

Segundo al caballero de la Luna.


Premios de la baila.
Al Mantenedor: el qual presentó todos sus premios
al Padrino.

El Conde de la Fuente.—El Baylio del Sepulcro.


—Don Rodrigo Tello de Guzman.—El Marques de
Aleala.

Muy vistosa y lucida debió ser esta fiesta por la gala¬


nura
representación de los personajes que tomaron parte
y
en ella, cuyos ricos y preciosos trajes debieron dar buen

golpe de vista á la plaza de San Francisco, figurándonosla


nosotros llena de la animación y vida que le prestaría este
festival del décimosétimo siglo. Por esto hemos querido, al
extractar el raro papel que la describe (Bibliog., núm. 31),
no omitir nada de lo que se refiere á la parte del vestuario

y ropaje que exhibieron los oficiales de los gremios de se¬


deros y gorreros, que, así como los pertenecientes á los
demás artes, no perdonaban sacrificio por ostentarse en es¬
tas solemnidades, primordial fin era festejar la Con¬
cuyo
cepción, con todo el lujo y esplendor posibles.
Otra mascarada en forma de paseo de gala preparó el
Arte de la Platería, á deseos también de la Ciudad; salió de
los Reales Alcázares con más pompa y aparato
del que
desplegara en la célebre de 1616. Precedía el Comisario de
fiesta á caballo, revestido de toda clase de armas grabadas
de oro y plata, con gran bastón en la mano, representando
un maestre de campo: llevaba cuatro esclavos negros, ves¬

tidos á lo turco, con alabardas, y dos pajes con clarines,

que iban avisando el paso de la comitiva: seguíanle las


524 Glorias Sevillanas

cuadrillas, que empezaron á salir á las doce de la noche


acompañadas de gran número de hachas, de las cuales lle¬
vaban buena cantidad preparada, y eran conducidas en ca¬
ballos con reposteros de seda y terciopelo.
Era la Fama laprimera figura, con gran manto de tela
de plata, tan largo
que cubría las ancas de su caballo, y la
veste de tela carmesí y oro; cortejábanla seis pajes con

vestimentas iguales y sendas hachas. Después venían Hér¬


cules y Julio César, el primero vestido de piel de león y
con la cabeza imitando la de este animal, con gran maza
de plata en las manos y cabalgando un tigre. Iba repar¬
tiendo cedulillas en fino papel, que tenían esta letra:
«Hercules dize que soys
Sin pecado concebida:
Y por vos dara la vida.»
Julio César vestía elegante traje romano con cota y fal¬
dón de tela celeste, mascarillas en los brazos y rodillas,
montando hermoso caballo con rica gualdrapa, y numerosa
escolta de soldados romanos.

Entró otra cuadrilla de negros con justillos de tercio¬


pelo negro, con cifras de plata que decían «María conce¬
bida sin pecado original»; llevaban sus arcos y carcajes re¬
pletos de flechas, y sus cabezas adornadas de finas plumas
negras, con cuyos jaeces iban revestidos así mismo los ca¬
ballos que montaban. Seguíanles los criados, vestidos al

igual, con flautas y tamborilillos, cantando «Todo el mundo


en
general», y otros con hachas, rematando el Rey de la
Abisinia con sus guardias, todos vestidos con gran varie¬
dad y gusto.
Venía luego otra cuadrilla de indios con trajes del país,
en bizarros caballos con
gualdrapas de multitud de colores
de tela de seda, cerrando con un coche de plata tirado por
seis caballos, que iban cogidos á sus bridas otros tantos co¬
cheros vestidos con vaqueros de mangas perdidas guarne-
Glorias Sevillanas 525

cidos de pasamanos de oro y plata, y los caballos con gual¬


drapas de terciopelo rojo y penachos de plumas blancas y
verdes. Sobre el coche aparecía una gran pirámide, y en
su base un sitial, donde estaba sentado el emperador Mo-
tezuma, vestido con propiedad y riqueza, pues eran innu¬
merables las piedras y perlas de que estaba bordada su
vestimenta, destacándose en ella las cifras M. C. S. P. Cer¬
cábale numerosa corte de indios, soldados y músicos, y
detrás de la carroza cuatro indias 'en caballos, los que pa¬
recían de plata según que iban completamente vestidos de
esta tela.
Otra cuadrilla fué de los Caballeros de Malta: iban ves¬

tidos de terciopelo negro, con calzones, ropilla y ferreruelos


cuajados de chapería de plata, formando caprichosas labo¬
res, y en los centros la cifra concepcionista: las botas eran

blancas, espuelas doradas, espadas de acero, sombreros de


raso
negro con cintillos de diamante, broches y lazos, en
cuya unión se veían enlazadas las letras M. C. G. Ostenta¬
ban en sus pechos la cruz de la Orden, hecha de plata;
los caballos llevaban gualdrapas de tabí negro con pasama¬
nos
plateados, en la cabeza diversos adornos con grandes
penachos de plumas blancas, y mascarillas en las ancas.
Cada caballero llevaba dos criados con hachas, cerrando
esta cuadrilla el gran
Maestre con sus lacayos de negro y
plata con alabardas: iba vestido con calzas de obra negra,
forradas de raso blanco y filetes de plata escarchada y ador¬
nos de
perlas; la cuera igual, y el forro del bohemio era
chapería de plata con labores, en cuyos blancos iba la cifra
de «María concebida sin pecado»; la gorra de terciopelo
cuajada de diamantes, y por cairel gruesas perlas. Detrás
seis soldados con la cruz de Malta, y por bajo esta letra:

«Concebida sin pecado


Os llama el suelo Andaluz
Por Dios y por esta Cruz.»
52Ó Glorias Sevillanas

La cuadrilla
siguiente formábanla los romanos, prece¬
didos de dos clarines que llevaban en medio un porta-estan¬
darte vestido de celeste y plata, que conducía á caballo
la insignia del Senado romano, formada de alta vara de

plata, tela celeste, y sobre ella las letras S. P. Q. R., que


decían: Santa, Pura, Querpo impecable y Reina libre. Por
el reverso las águilas imperiales.
Entró otra cuadrilla muy
original, vestida de telas imi¬
tando á leones, tigres y águilas, todo de gran riqueza: lle¬
vaban mascarillas semejantes á las fieras que simulaban, y

otros, de plata los cuellos, brazos y piernas, y grandes bas¬


tones en las manos.
Arrojaban cédulas con la inscripción:
«Del diluvio general
Quedó libre la paloma,
Y así nos lo dice Roma.»

La sexta cuadrilla formábanla los Padres del Antiguo


Testamento Adán, Noé, Seth, Enós, Canaám, Malalael, Ja-
red, Henoc, Matusalem, Lamec Noé. Los vestidos eran
y
de pieles unos, y otros de hojas de diversas clases de plan¬

tas, con barbas y cabelleras largas de hilo de plata, y cada


cual con una cartela con su nombre propio. Matusalem re¬
partía la cédula siguiente:
«Nuestro Santísimo Padre,
Que aqueste Decreto dió
Viva mas años que yo.»

Ibanseguidos de sus criados en traje de pastores.


Llegó la sétima, de los Patriarcas del linaje de la San¬
tísima Virgen, empezando por Abraham: sus vestimentas
eran de hebreos, de telas de colores; vaqueros y mantos

largos, y cada cual ostentaba en la cabeza uno de los atri¬


butos de la Virgen, la torre, la ciudad, la fuente,
que eran
el Sol, la Luna, la estrella, la palma, el ciprés, el espejo,
la escala, la rosa, el jardín, el huerto, todo expresado ale¬

góricamente en piezas de oro y plata. En medio de los dos


Glorias Sevillanas 527

profetas últimos iba el Arcángel S. Miguel con tunicela te¬


jida de oro, celada y armas doradas, cabellera de hilo de
oro, botas de raso blanco y espuelas de plata; en la mano

izquierda una gran vara de plata, de la que pendía sobre


terciopelo celeste el Decreto de S. S. sobre la Concepción,
y en la derecha la espada, guarnecida de piedras preciosas:
en la hoja se leía: «Invenís ti gratiam apud Deum: Ergo
sine peccato originali concepta.» Le precedían seis criados
vestidos con vaqueros blancos y adornos de plumas de

igual color.
La octava cuadrillacomponía de los reyes de Fran¬
se

cia, acompañamiento de soldados á la usanza de este


con

país. Empezaba por S. Clodoveo, y seguían los más nota¬


bles, como Carlomagno, S. Luis y otros: iban vestidos con
jubones y calzonas de tabí carmesí cuchilleados de verde,
con la flor de lis bordada en ellos, sombreros á la francesa
con
largas plumas, y espadas. Terminaba esta cuadrilla el
Rey Luis Borbón, vestido de raso carmesí con bohemio,
jubón y calzón, todo cuajado de pasamanos de oro de Mi¬
lán y bordaduras de coronas imperiales y flores de lis en
oro
y plata: cabalgaba brioso caballo, en cuya frente se
veía el escudo de Francia y el de España: precedíanle doce
alabarderos y doce pajes con hachas.
La última cuadrilla fué representación de la Casa de
Austria. Iba primer término el gran Emperador Rodul-
en

fo, armado de punta en blanco, y encima del casco la co¬


rona
imperial, y en el brazo izquierdo rodela con grabado
del Santísimo y de la Concepción, y el caballo con vistosos
jaeces de terciopelo y oro. Seguían muchos reyes y prín¬
cipes de este país, con ricos trajes á lo tudesco, con coro¬
nas reales ó
imperiales, según que habían sido reyes ó em¬
peradores; cerrando la comitiva el invicto Carlos V de Ale¬
mania y I de España y los Felipes II, III y IV, nuestros
monarcas. Iban vestidos de terciopelo negro, y los trajes
528 Glorias Sevillanas

guarnecidos de botones de asientos de diamantes;


oro y
calzas de obra con labores llenas de
pedrería y perlas; go¬
rras de igual tela, con rosas grandes de diamante, y garzo¬

tas negras. Los primeros llevaban escolta preparada á la

alemana, y Felipe IV veinticuatros y alabarderos españoles


vestidos de celeste y blanco, con grandes sombreros con

plumas, á más de un sinnúmero de criados con hachas en¬


cendidas.
De presumir es el efecto que causaría esta cabalgata,
no ya sólo por la riqueza y gusto con que fué presentada,
sino por la hora en las calles de Sevilla,
que salió por
viéndose personajes y figuras á la luz sola de las
tantos

antorchas con que eran iluminados, pareciéndonos á nos¬


otros sería verdaderamente fantástica por el desfile de tal

número de ginetes de tan vario y tan lucido ropaje, el rui¬


do de la multitud, el tocar de los antiguos instrumentos y
por los demás detalles y circunstancias con que se exhi¬
bieron.

Después del voto juramento que hiciera la hermandad


y
de San Pedro Advíncula y del que practicara el Prelado
con los dos Cabildos,
siguieron fomentando la devoción to¬
das las comunidades aquí establecidas, así como las demás

corporaciones religiosas, no quedando absolutamente nin¬


guna que dejara de tributar culto á la Concepción de la
Santísima Virgen Nuestra Señora, de igual modo que todas

aceptaron, como ya hemos podido ver, la insignia que vino


en denominarse Sin-pecado (lám. 17), como
señal de seguir
la santa creencia de la Concepción sin mancilla; á lo que
hace referencia el poeta francés Antonio Canut, que, ha¬
blando de las ciudades más empeñadas por el sacro Mis¬
terio en su libro de la Concepción, señala en España á Se¬
villa como la más sobresaliente en esta devoción, y de la
cual dice:
Glorias Sevillanas 529

«Hispalis Juzc magnas inter laudabilis Urbes,


Inter etHispanas cclebri clarissima dono
Regalía dona
Stemmata, que textis in splendida verba lapillis
Conceptam sine lave ferante
Seguíase celebrando periódicamente la fiesta del día 8
de Diciembre, y las demás instituidas al Misterio dentro del
año, á no ser que por algún motivo extraordinario hubiera
que salir de lo acostumbrado, como precisamente ocurrió
en el año de 1653, en
que, no sosegados aún los ánimos
con las disputas de escuelas, y alentados los de la opinión

rigurosa con la prohibición de llamar Inmaculada á la Con¬


cepción, creyeron ver seguro el triunfo de su doctrina, por
lo cual los defensores de la creencia piadosa dieron de nuevo
comienzo á solemnes octavarios y fiestas, ensalzando y ala¬
bando más y más la Concepción Inmaculada y obligándose
á su defensa con voto y juramento; en cuya época se ge¬
neralizó á todas las corporaciones.

Empezáronse éstas en la Casa profesa de los Jesuítas


por la Congregación que de este título allí existía, acor¬
dando los congregados: «Que puesto que otras Herman¬
dades, que no tienen la especial obligación que la nuestra,
por estar debajo de el Título de Inmaculada Concepción,
hazian ya el Voto y Juramento de su defensa. Era debido
que en la dicha fiesta, para colmo mayor de nuestro afecto,
servicio y obsequio á Ntra. Sra. y Soberana Reina, se hi-
cieze publico y solemne Voto y Juramento en defensa de
la Immaculada Pureza de Concepción Santísima.»
su

El día 23 de Febrero de este año se hizo la función con


el aparato propio del acto, celebrando la Misa el Prefecto
secular de la Congregación D. Luis Ponce de León, del
hábito de Santiago, y tuvo la oración sagrada el P. Fran¬
cisco de Silva, Prepósito de la Casa de la Compañía. Lle¬

gado el Ofertorio, subió al pulpito el P. Diego de Monte-


Frío, y leyó en alta voz la fórmula del voto, escuchándola
67
530 Glorias Sevillanas

los sacerdotes de la Congregación en el presbiterio de pie;


y terminada, la recogió el Secretario el Ldo. Luis de Pa¬
tencia, y llevóla al altar mayor, colocándola en manos del
Preste, que la dejó sobre el ara, y después de terminar el
sacrificio de la Misa, postrado ante su Divina Majestad, que
se hallaba patente á la adoración de los cristianos, dijo en

alta voz:«que juraba y votava, según y como se contenia en


aquella formula», poniendo una mano sobre los Evangelios
y la otra sobre su pecho; y luégo, sentándose y teniendo
delante dicho libro y fórmula, fueron viniendo los congre¬

gantes á hacer lo mismo, pronunciando las palabras «Sic


juro, sic voveo», quedando desde entonces como capítulo
de Regla esta ceremonia para todos los años.
La hermandad de la Concepción en el convento de Re¬

gina Angelorum, que había celebrado el año de 1635 fies¬


tas de desagravios al Santísimo Sacramento y á la Inmacu¬

lada Virgen María durante un novenario en el mes de Di¬


ciembre, no quiso quedarse atrás en este de 1653, dispo¬
niendo una solemne función para el mes de Julio, determi¬
nando los celosos cofrades hacer el juramento y voto de
defender el Misterio.
Adornóse el
templo con telas de damasco de seda y
terciopelo galoneadas con franjas de oro, colocando á la
titular en hermoso trono que se había formado en la capilla

mayor, ocupando el altar con la rica candelería de esta Ca¬


tedral. Los alrededores del templo fueron adornados con
arcos de follaje y flores, con grandes tarjetones que conte¬
nían inscripciones alabando la pura y limpia Concepción de
la Virgen, y otras alusivas al juramento que iba á cele¬

brarse, á más de muchas banderas blancas y celestes colo¬


cadas en las azoteas y torre del templo. La función revistió

gran solemnidad, asistiendo comisiones de la Ciudad y del


Cabildo Eclesiástico. (Bibliog., núm. 32.)
El colegio de San Hermenegildo hizo también este año
Glorias Sevillanas 53i

muy solemnes fiestas en los tres días de la Pascua de Pen¬


tecostés con motivo de estatuir el voto y
juramento con-
cepcionista; siguiendo así mismo su ejemplo los colegios
de los Ingleses y el de Irlandeses, cuya fórmula, escrita en

latín, se publicó luego. (Bibliog., núm. 33.) También salió


á la luz pública una relación de la suntuosa función del

día en que se hizo la jura por los estudiantes de estos tres


centros de enseñanza, con los adornos que se pusieron en
el templo, claustros avenidas del Colegio; describiendo
y
además el paseo de gala que hicieron por las plazas y calles
de la Ciudad conduciendo en una carroza la imagen de la

Concepción acompañada de músicas, cantores, estandartes


de todos los colegios de Sevilla y demás requisitos con que
se realizaban estos festejos.
(Bibliog., núm. 34.)
Pin los Anales de Ortiz de Zúñiga se lee al año de 1653

que, deseando los negros celebrar, á imitación de las demás


hermandades, función, y no contando con recursos, ven¬
dióse un negro para con el producto de su venta poder rea¬
lizar la función. D. Justino Matute, en su libro de Noticias

pertenecientes á la Historia de Sevilla, dice que enterado el


caballero Veinticuatro D. Gonzalo Núñez de Sepúlveda, lo
mandó comprar en doscientos ducados, dándole luego li¬
bertad (1).
Célebre es en la historia del
Dogma de la Concepción
el año de 1661 por
haber promulgado la santidad de Ale¬
jandro VII su famosa Bula «Sollicitudo omniurn Ecclesia-
rum», con la que preparaba su futura definición. Recibióse

(1) Signe refiriendo luego el citado historiador Matute, que por esto
se denominó Cruz del Negro desde entonces á la que estaba situada en la
calle de los Catalanes; mas esto no es cierto, pues dicha cruz venía llamán¬
dose así desde hacía muchos años en recuerdo del suceso de que antes
hemos hablado: y esto lo demostramos con la Historia escrita por D. Pablo
Espinosa de los Monteros, publicada en 1630, en la cual ya se designa con
el nombre de la Cruz del Negro á la situada en la calle referida.
532 Glorias Sevillanas

la noticia en Sevilla á 16 de Enero de 1662, en cuyo acto


anuncióse con tres repiques de campana en la Giralda, reu¬
niéndose el Cabildo de esta Santa Iglesia Catedral al si¬
guiente día para acordar la forma en que había de solemni¬
zarse la promulgación del documento pontificio,
para cuya
publicación tanto había contribuido desde el año de 1615.
Determinóse celebrar un triduo en los días 6, 7 y 8 de Fe¬
brero inmediato, en la forma y con el esplendor que se
hace la festividad del Santísimo Corpus, invitando para ello
al Cabildo Secular con el fin de que tomara parte en las
fiestas y promoviese algunos festejos populares. El último
día se solemnizó con procesión, en la que fueron conducidos

por la carrera del Corpus, que estaba preparada como para


esta fiesta, el Santísimo Sacramento en la bellísima custodia
de Juan de Arfe, y la imagen de la Concepción, precedida
de las Patronas Sta. Justa y Sta. Rufina y de los Stos. Isi¬
doro y Leandro. Terminada la procesión, hubo representa¬
ciones de autos y loas en la plaza de San Francisco y á las

puertas de los Reales Alcázares.


Continuaron por todo el curso del año las funciones en
las iglesias parroquiales y conventuales, siendo las más no¬
tables las verificadas en Santa Ana, San Andrés y
Santa
María Magdalena, las del convento de San Francisco, que
y
fueron muy señaladas, y duraron ocho días, terminando con
procesión por la plaza mayor, para la que, según papel pu¬
blicado con la relación de la fiesta, «las casasde Cabildo
estaban adornadas en lasgalerías bajas con los tapices de
su propiedad, que tienen la historia de Carlos V.» (Bibliog.,
núm. 35.)
La hermandad Sacramental del Sagrario celebró su fies¬
ta el Domingo 26 de Abril solemnidad y apa¬
con gran
rato, haciendo sus cofrades en este día el juramento y voto
de la Concepción en manos del Chantre de esta Catedral,

que oficiaba la función, D. Francisco Domonte y Veraz-


Glorias Sevillanas 533

tegui, como Visitador del Sagrario, decretándolo desde


aquel momento como de Regla para lo sucesivo.
Mas con motivo de haberse terminado en este año las

obras del templo del Sagrario, acordó esta Herman¬


nuevo

dad celebrar la apertura del templo al culto con ruidosas


fiestas que revistiesen carácter religioso-literario, las que
duraron por espacio de diecisiete días, consagrando nueve
á fiestas religiosas y los restantes á las justas literarias, que
tuvieron lugar en el Patio de los Naranjos. Quiso la Her¬
mandad que estos cultos y fiestas fuesen juntamente tribu¬
tados al Santísimo Sacramento y á la Inmaculada Concep¬
ción; siendo verdaderamente prodigioso el aparato con que
se decoró la capilla para este novenario. Colocóse
nueva

en el altar
principal la imagen de la Concepción de Juan
Martínez Montañés y la custodia grande de la Catedral, á
más de todas las reliquias que en la misma se conservan,
con la candelería de plata de la fiesta del Corpus. El exte¬

rior del templo nuevo fué revestido de telas, pendientes de


sus mas altas comizas, pintadas imitando tapices con asun¬

tos de la Biblia y otros relativos á las gestiones hechas por

Sevilla en Roma en demanda de la declaración del Miste¬


rio comoDogma de fe. Sobre las puertas de dicha iglesia
se colocaroncuatro grandes lienzos pintados; los del lado

del patio con los retratos de Alejandro VII y Felipe IV, el


de Gradas con el escudo de la Ciudad, y el de la puerta
interior de la Catedral con la Giralda y las santas Patronas.
Á más, todas las Gradas se convirtieron en floridos jar¬
dines formados con macetas de los Reales Alcázares, entre
las que aparecían fuentes
con surtidores de agua. La víspera
del novenario lució espléndida iluminación en la Giralda y
crestería de la Catedral y de su nuevo sagrario, terminando
la fiesta nocturna con la quema de vistosos fuegos de arti¬

ficio, costeados por el Comercio, en la plaza de la Lonja.


Á la siguiente mañana amaneció la Giralda con banderas
534 Glorias Sevillanas

de tamaño colosal, en las que se veían los símbolos de la


Eucaristía y una pintura de la Concepción.
El primer día de la novena asistieron á la función am¬
bos Cabildos y el Prelado, siendo el orador sagrado fray

Gregorio de Santillán, estando todo su discurso dedicado


al Misterio de la Concepción, y ofició el prebendado don
Alonso Ramírez de Arellano.
Continuaron las funciones los demás días con la misma
solemnidad, teniendo el altar en todos ellos los Capitulares
de esta Catedral, y ocupando la sagrada cátedra los más

como eran el Arcediano


insignes oradores de aquel tiempo,
de Niebla D. Pedro Francisco Levanto, el R. P. Guardián
de los capuchinos Fr. Josef de Campos, el Dr. D. Luis Ay-
llón, Rector de la Universidad y Cura del Sagrario, el do¬
minico Fr. Pedro Delgado, Fr. Juan de la Concepción, agus¬
tino, el Superior de la casa grande del Carmen, Fr. José
de Velasco, Fr. Juan de San Agustín, Prior de su convento
en esta Ciudad, y el M. R. P. Fr. Juan de Alzamora y

Ursino, monje del convento de San Jerónimo.


En la tarde del último día se efectuó la procesión, que
estuvo lucidísima. El Conde de Villa-Umbrosa, Asistente
de la Ciudad, había decorado la carrera que siguió con
toda pompa y esplendor, presentando el mismo aspecto
que tiene en la procesión del Corp.us, entoldadas las calles
y regadas con hierba, hojas y flores aromáticas; así como
el vecindario adornó las fachadas de sus casas con
gran
gusto y riqueza. Empezó á organizarse el acompañamiento
dentro de la Catedral, y á las cinco en punto de la tarde
asomaba por la puerta de San Miguel la deforme tarasca
de siete cabezas, con cuya figura quería representarse en

aquellos tiempos, y por eso iba siempre en las grandes


procesiones, la culpa y pecado de Adán; seguíanle las dan¬
zas de gigantes y enanos; veinticuatro niños vestidos de

ángeles, con cirios encarnados; el guión de la Hermandad;


Glorias Sevillanas 535

los cofrades de ésta en gran número con el sin-pecado é

insignias; los religiosos de las Ordenes establecidas en Se¬


villa; las cruces parroquiales, de las que era la última la ca¬
tedralicia entre dos ceroferarios, y el clero rodeando las
sagradas reliquias que se guardan en la Catedral. Venía
después un hermoso carro triunfal de gran capacidad, afec¬
tando la forma de una nave, en cuya popa alzábase un
trono formado de columnas de plata y cúpula calada de

igual materia, y bajo él, sobre rico pedestal, la bellísima


imagen de la Concepción de Montañés. A sus pies, arrodi¬
llados, dos hermosos mancebos vestidos con tunicelas de
blanco encaje y viso celeste, botas altas de tisú de oro,
alas de plumaje blanco y azul, cabelleras rubias, cíngulos
guarnecidos de rica pedrería, y en las manos artísticas car¬
telas donde se leía: «Supe7'abundavit Gratia», en una, «Et
macula non est in te», en la otra; ostentando además en
las manos los signos figurativos de las especies sacramen¬
tales, representados por un cáliz y una patena, ambas pie¬
zas de oro labrado.
En la cubierta de la nave veíanse esculturas, imágenes
de Adán, Abraham y propiedad y ri¬
David, vestidos con
queza, y entre ellos la figura de la serpiente, que miraba de
hito en hito la imagen de la Purísima. En la proa apare¬
cían sobre pedestales las figuras de los pontífices Sixto IV,
Paulo V, Gregorio XV y Clemente VII, que se han seña¬
lado por su amor al Misterio. Además iban al rededor del
sitial de la Virgen, y en otrosespacios de la gran carroza,
los seises de la Santa Iglesia Catedral, entonando villan¬
cicos y coplas á Nuestra Señora. En los costados de la

misma se veían pintados los atributos de la Virgen y los de


la Eucaristía: las cuatro ruedas sobre que descansaba si¬
mulaban cuatro grandes soles formados de rayos dorados.
En la proa iba esculpido un mascarón, en cuya boca lleva¬
ba un gran argollón del cual pendían atados infinidad de
536 Glorias Sevillanas

listones de raso blanco y azul, á los que marchaban cogi¬


dos muchos niños vestidos de ángeles, en actitud de con¬
ducir el carro triunfal.
Veníandespués doce colegiales con sendos cirios de
ocho pábilos alumbrando á la sagrada reliquia del Lignum.
Crucis; á continuación entraban los Veinteneros, el Capítulo
de Canónigos, y por último la artística custodia, rodeada
de veinticuatro sacerdotes revestidos de estolas y casullas,
y otros ocho con dalmáticas, que llevaban incensarios, con
los que constantemente arrojaban espesa columna de blanco
humo, que embalsamaba la atmósfera de los más exquisitos
olores; cerrando la comitiva el Cabildo de la Ciudad.
A lasiguiente tarde dióse comienzo á las fiestas lite¬
rarias, que duraron ocho días y tuvieron lugar en el her¬
moso Patio de los Naranjos; se había preparado éste en¬

toldándolo y formando un estrado sobre el lienzo de muro

que corre entre la puerta del Perdón y la iglesia del Sa¬


grario, á cuyo efecto se había revestido toda esta parte con
las colgaduras de terciopelo de la Catedral; levantando tres

espaciosas tribunas, una al frente para los jueces del certa¬


men y dos laterales para las señoras y los caballeros, que¬

dando entre éstas amplia calle para llegar á la primera, en


la que se destacaba una hermosa pintura de la Concepción
de mano de Murillo; sobre el tablado había cinco sillones
de terciopelo rojo y marcos dorados, un bufete y la mesa
del secretario. Todo el pavimento hallábase alfombrado.
Las justas se habían anunciado á principio del mes de

Mayo con el siguiente cartel, propio de aquella estragada


época de mal gusto:

«Palestra
Superior á el ingenio.—Justa poética, y
Iustíssimo ardor que aliente las Musas Beticas, que
depuestos los ardores profanos, vistan sagrado el ar¬
nés del Sol, en aplausos
numerosos de la gloria de
Glorias Sevillanas 537

María Santíssima, por la espedicion del Breve, que la


Santidad de Alejandro VII. concedió en favor de su

Concepción sin mancha. A cuya ingeniosa contienda


apercibe la Illustre Hermandad Sevillana, de el ma¬
yor sobre los augustos, Señor Sacramentado, en el
Solio de su Sagrario Nuevo, estrenando sus limpias
Aras con tan siempre candido culto después de tras¬
ladar en ellas sus blancas Sacramentadas Especies.»

Sigue un preámbulo, y luego la designación de temas


y premios, quefueron:
«I. Canción real al estreno del Sagrario, se premiara
con estuche de zapa, guarnecido de filigrana de
plata.
II. Soneto á la Virgen, cuyo premio será un par de
medias de Milán.
III. Composición de seis octavas ensalzando las devo¬
ciones del Santísimo y de la Concepción una sor¬

tija de oro con dos rubíes.


IV. Romance á Felipe IV en veinticuatro coplas, un
armador de lama de aguas.
V. El que mejor cante en la Eucaristía,la Pureza y
la
Esperanza, un sacramento de filigrana.
VI. Vejamen al Dragón infernal en quince coplas de
diez y seis versos; habrá tres premios para tres

obras, consistentes en una cruz filigrana, un po¬


mo de
plata bruñida, unas medias de pelo.»
Jueces: el Sr. D. Pedro Francisco Levanto, el Rmo. Fray
Gregorio de Santillán, D. Justino Neves y Chaves, canó¬
nigo, el Sr. D. Juan Fernández, Conde de Arenales, el se¬
ñor D. Alonso Ortiz de Zúñiga, Marqués de Valencina, y

Secretario D. Fernando de la Torre Farfán; continuando


con los demás requisitos de la justa.
68
538 Glorias Sevillanas

Todas las composiciones presentadas y premiadas son


de tal gusto y condición, que no hay ni una sola que me¬
rezca reproducirse.
Con motivo de estas fiestas se abrió una lámina en co¬

bre en esta Ciudad, representando el vencimiento de la


Gracia sobre la culpa en el primer instante de la Concep¬
ción de la Virgen. (Bibliog., núms. 36 y 37.)
Habiendo el santísimo Padre Alejandro VII concedido
en el año de 1664 á toda
España la Misa y Oficio de Con¬
cepción con octava de precepto, el Cabildo de esta Cate¬
dral quiso solemnizar la nueva disposición que hacía gene¬
ral á todo el reino lo que en nuestraDiócesis estaba esta¬
tuido y vigente hacía muchos siglos. Reuniéronse los seño¬
res Capitulares en cabildo oficial á 14 de Noviembre de
este año, acordando una fiesta en acción de gracias por el

nuevo Breve.
El acuerdo se hizo en la forma siguiente:
/

«Los Señores Dean y Cavildo de la Santa Iglesia


Metropolitana de Sevilla, juntos capitularmente como
lo han de uso y costumbre ordinaria, presidiendo el
Señor Doctor D.n Fran.co Domínguez Dean y Canó¬

nigo, acordaron que la víspera del dia que en esta


Santa Iglesia, se haga publicación del Breve que há
concedido Su Santidad de Alexandro VII en fabor
de la inmaculada Concepción de Nuestra Señora, para
que se rese de su octava de precepto en todos los
Reynos sujetos á S. M., Dios le guarde, dicha vis-
pera en punto de las doce se den en la torre de esta
Santa Iglesia tres repiques con toda solemnidad y á
la noche se hagan fuegos en dicha Torre, y que su
costo sea de la Mesa capitular.»
«En miércoles 19 de dicho mes y año, mandó el
cavildo se haga dicha publicación el dia 4 de Di-
Glorias Sevillanas 539

ciembre de este dicho año, y nombró diputación de


los Señores Maestrescuela, Señor Canónigo D.n Diego
Castrillo, Señor Racionero D.n Agustin de Aguirre,
para que de ello dén cuenta al Señor Arzobispo, y
asimismo nombró el Cavildo Diputación de los Seño¬
res Canónigos D.n Alonso de Olivares D.n Fran.co de

Espinosa, Señor Racionero Dn Agustin de Aguirre;


para combidar á la Ciudad que asista á dicha publi¬
cación.»
«En 26 de dicho mes de Noviembre, mandó el
Cabildo que en estafiesta haya la tarde antes, vísperas
de Concepción con aparato de primera clase, y que

la Procesión se haga por cima de las gradas con la

mayor solennidad, y así mismo mandó el Cavildo,


este dia se transfiriera la Procesión de Santa Barbara

que cae en dicho dia 4 de Diciembre, y así lo acor¬


daron y mandaron.»

En 3 de Diciembre de 1664 años, en conformidad de lo


acordado por el Cabildo Secular, se hizo lo siguiente:
«Amaneció este dia en las ventanas de la Torre, ban¬
deras y gallardetes de diferentes colores, y empabesada de
Carmesí, por bajo de las campanas con balletas de color que
parecía terciopelo, que para este efecto se trajeron, y en la
ventana de enmedio
que cae a gradas, se puso una hechura
de nuestra Señora de la Concepción pintada de cuatro va¬
ras de largo sentada sobre un docel de
terciopelo carmesí
de seis varas de largo, y perfilada con galón de oro, de
modo que pareció estar bordada en el dicho docel, orlose
todo el dicho paño con dos franjas de plata ancha y la luna

que está á los pies, se hizo de la misma franja, de modo


que pareció así en la pintura como en lo demás, tan agra¬
dable y vistoso á la vista, que no se há visto en la Torre
cosa mas hermosa.
540 Glorias Sevillanas

»A la hora del medio dia se dieron tres repiques muy


solemnes en la Torre.
»Prevínose para esta noche dicha cuatro jarras grandes
de á ocho varas de largo, y se vistieron con bombas, en

que se gastaron ocho bombas y cuatro paños que subían


desde el pie de las campanas hasta las cornisas sobre el
relox vestidos de bombas.
»Hecharonse á mano cuarenta docenas de boladores
en la giralda, con ochenta docenas de boladores, cien rue¬
das y ocho docenas en cuatro cajones que estaban sobre
las jarras.
»Para las vísperas que dijeron de Nuestra Señora, se
aderezó el altar mayor de primera clase, con el frontal azul
de su fiesta y el capirote para el Sermón del dia siguiente
de lo mismo prevínose asientos para la Ciudad que vino á
la procesión y misa, en la Capilla Mayor.
»Jueves siguiente 4 de Diciembre, se hizo la procesión
con la Ciudad que salió por la nabe de la Antigua, y nave

postrera de la puerta grande, y salió por la puerta del Bau¬


tismo, por encima de gradas, y entró por la puerta del la¬
garto, y nave de Nuestra Señora de los Reyes en cuya ca¬
pilla se hizo estación, volvio á salir por ultima nave de
S.n Pablo, y Cavildo y nave postrera á el altar mayor,
Dixo la misa el Señor D.n Fran.co Levanto Arcediano de

Reyna.
»En el barandal del Relox se puso otro empavesado co¬
mo el que se puso en las campanas; púsose a la giralda
una banda azul y blanca de nueve varas de larga y una
bandera en la mano de cuatro varas de largo, azul y blan¬
ca.
(1).

(1) Estas noticias, así como algunas otras de las que damos en este
capítulo el anterior, están tomadas del Archivo de la Santa Iglesia
y en
Catedral, donde se han conservado inéditas en papeles manuscritos de la
época hasta la presente publicación.
Glorias Sevillanas 54i

Otras fiestas también notabilísimas se efectuaron en el


año de 1665 en la iglesia parroquial de Santa María de las
Nieves, vulgo la Blanca, capilla que es de esta Catedral.
Tuvieron el doble objeto de solemnizar las obras de res¬
tauración verificadas en dicho templo, y juntamente la pu¬
blicación de la Bula de Clemente VII en 1664. La consi¬
deración que tenía esta parroquia de ayuda de la Catedral,
así como el ser los encargados y patrocinadores de la obra

ilustres prebendados, hizo que se verificaran las fiestas con


gran lujo y ostentación, como vamos á ver. Dispúsose un
octavario, que empezó á i.° de Agosto de dicho año. Tuvo
comienzo todo con un pregón en el que se mandaba asear
las calles por donde hubiera de pasar la procesión y ador¬
nar las casas del tránsito con telas, paramentos y lumina¬

rias, dando igual orden el Provisor de la Diócesis con res¬


pecto á los templos; disponiendo el Cabildo Eclesiástico
iluminación y fuegos de artificio en la Giralda, y á más fa¬
cilitar de sus alhajas cuanto fuere preciso para el adorno

y compostura de la dicha iglesia.


Como este templo es pequeño, amplióse uniéndole la

plaza frontera y gran parte de la calle transversal, que se


decoraron magníficamente. Levantóse frente á la iglesia, en
la referidaplaza, un altar de gran elevación, de orden roma¬
no, y en los intercolumnios que formaba aparecían sober¬
bias pinturas del maestro Murillo: en el centro iba un cua¬
dro de la Concepción, que creemos fuera la que de este

templo se llevó el mariscal Soult, y á los lados otras dos


pinturas del mismo pintor, representando al Niño Jesús en
actitud de Divino Pastor y á S. Juan Bautista. Desde la
base de los nichos donde iban estos lienzos hasta la mesa

de altar mediaba gran espacio, ocupado con las reliquias


de la Catedral, y en el centro la efigie de S. Fernando, de
tamaño natural, y todo alumbrado con -infinidad de luces
en rica candelería de plata: coronaba este soberbio altar el
542 Glorias Sevillanas

hermoso lienzo de Herrera que la hermandad Sacramental


del Sagrario tiene en su sala de juntas, representando la
íntima unión y enlace que existe entre el Misterio Eucarís-
tico y el de la Concepción. Delante de tan grandioso mo¬
numento se veían los blandones de la Catedral con
grue¬
sos cirios, que le daban aspecto solemnísimo.
Desde la esquina de la plaza hasta !a casa de enfrente,
que era la del Marqués de Ayamonte, construyóse alta ga¬
lería formando tribuna, sobre la cual se veían tres altares

bajo doseles: el central aparecía luciente sol, en cuyo


en
foco se leía
gruesos caracteres: «Inmaculada desde el
en

primer instante de su Sér;» y en uno de los laterales estaba


representada la Fe con una cruz de plata, y en el otro la
Iglesia, que ostentaba en sus manos una custodia. Por todo
el ámbito de la plaza y calle cubriéronse sus muros con
las colgaduras de terciopelo y oro de la Catedral. Sobre la

puerta de la iglesia, pendiente de los balcones de la torre,


destacábase una artística colgadura imitando un tapiz, en
la que se veía la imagen de la Concepción, tal como la des¬
cribe el Apocalipsis, vestida del Sol, sus pies tocando á la
Luna y rodeada de estrellas, cuya obra se debió al pincel
del maestro Valdés Leal: se colocaron altares de trecho en

trecho, en los que se veían las inmortales obras de Roelas,


los Herrera, Murillo, Luis de Vargas, Alonso Cano y Pa¬

checo; esmerándose los vecinos cuyas moradas cogieron en


el círculo descrito en la exornación de las paredes y ven¬
tanas de las casas, sobresaliendo entre todos el Marqués
de Ayamonte, que ostentó rica colección de pinturas
con
pasajes del Viejo Testamento, que se mostraban entre bor¬
dadas colgaduras que llevaban los blasones de los Guz-
manes y ele los Zúñigas. El espacio total iba cerrado
por
dos esbeltos arcos. Colocóse uno mirando á la puerta de
la Carne, y era de gran altura, al estilo romano, de tres
huecos, el de enmedio en forma de arco y los otros dos
Glorias Sevillanas 543

cuadrados, y sobre ellos un templete formado de columnas,


bajo el cual iba una escultura de la Concepción en gran
tamaño; toda la obra revestida de ricas telas, argenterías y
otros primores. El otro daba vista á la calle de San José,
y era del mismo estilo y altura que el anterior; iba reves¬
tido de felpa verde y adornos plateados; en su parte supe¬
rior aparecía un gran pelícano con el pecho abierto, alimen¬
tando con su propia sangre á sus polluelos, símbolo con

que se figuró la Eucaristía.


Llegada la víspera de las fiestas, anunciáronse con lar¬
gos y alegres repiques de campanas en toda la Ciudad, y

y por la noche con iluminaciones de barriles y ovillos em¬


breados en las cercanías de Santa María la Blanca, espe¬
cialmente en los llanos que
había en las afueras de la puerta
de la Carne, donde se efectuaron buenas fiestas nocturnas
de fuegos artificiales, que llevaron á aquel sitio gran concu¬
rrencia.

Llegó el día primero del octavario: á las nueve de su


se abrieron las
mañana
puertas del templo, presentando
aspecto deslumbrador, adornados sus altares con la riqueza
que es propiedad de esta Catedral; el mayor, el pulpito y
algunos otros estaban vestidos de brocado celeste, de cuyo
color eran asimismo los ornamentos que en este día y los

siguientes se usaron. Empezó la función con el canto del


himno Te, Deum, laudamus, y seguidamente salió la Misa,
en la
que oficiaron los capitulares el Dr. D. Diego de Sca-
vias de Carvajal, dignidad de Maestrescuela, D. Fernando
Gómez y D. Juan de Loaysa, acompañados del número de
ministros y fastuoso ceremonial que se usa en la Catedral.
Al entonar el Gloria se abrió una nube que se había for¬
mado de gasas y velillo de plata en el centro de la iglesia,

y cayeron multitud de cedulillas con letra alusiva á la Con¬


cepción y estreno del templo.
Ocupó la cátedra sagrada el Arcediano de Reina don
544 Glorias Sevillanas

Francisco Levanto, versando su oración sobre la Eucaristía


y la Pureza de la Virgen. Se cantaron durante la fiesta vi¬
llancicos y motetes preparados para este acto.
Siguieron los demás días con igual solemnidad y osten¬
tación, siendo los oradores el dominico Fr. Antonio de Ver-
gara, el franciscano
Fr. Juan del Castillo, el mercenario fray
Francisco Fregoso, el mínimo Fr. Sebastián Bejarano, el
jerónimo Fr. Juan del Castillo, el carmelita Fr. Pedro de
León y el prebendado de esta Iglesia D. Pedro Blanco In¬
fante. Cada día de los indicados tuvo el altar distinta comu¬

nidad de las establecidas en la Ciudad,procurando cada


cual esmerarse en
poner al servicio de la fiesta las joyas y
ornamentos más ricos y preciados que conservaban en sus
casas; el primero y último días, que, como hemos
menos

manifestado, los Sres. Capitulares sirvieron los oficios reli¬


giosos, llevando al efecto de su Basílica todo lo necesario
para las sagradas ceremonias (i). Estrenóse en esta ocasión
un nuevo Alabado,
compuesto por el Maestro de Capilla el
racionero Juan Sáenz, que cantaron los seises, que asistie¬
ron al octavario vestidos de blanco y azul, y cuya letra,
aunque defectuosa y de mal gusto, la reproducimos:

«Alabado sea mil veces


El Santísimo, admirable
Sacramento, incomprensible
Sol de la Iglesia triunfante.
Y la purísima Aurora
Blanca para ser su Madre
Sin la culpa original
Desde su primer instante.»

Por esta misma época se cantaba también:

(i) Usaba el Excmo. Cabildo para estas ocasiones en que tenía que
asistir á las distintas iglesias de Sevilla en las grandes fiestas, caballerías y
vehículospreparados al efecto, con guarniciones y jaeces de plata y corres¬
pondientes reposteros de terciopelo rojo con las armas catedralicias.
Glorias Sevillanas 545

«Oh admirable Sacramento


De la gloria dulce prenda
Por los siglos de los siglos
Tu nombre alabado sea.
Y la pura Concepción
Del Ave de gracia llena
Sin pecado original
Por siempre alabada sea.»

Las tardes del octavario también fueron solemnizadas


con actos religiosos en el templo, grandes iluminaciones en
las afueras de la puerta de la Carne y fuegos de artificio;
llegando por fin la última, en que se verificó la solemní¬
sima procesión.
Daba á ésta comienzo la indispensable tarasca, con la
caterva de mojarrillas siempre le precedía; las danzas
que
de gitantes y enanos, vestidas á estilo de los varios países
de Europa, y á continuación venía toda la nobleza sevillana
con cirios
rojos, siendo presidida por el Marqués de Aya-
monte, que conducía un sin-pecado, cuyas dos borlas lleva¬
ban D.Juan de Saavedra Alvarado, Caballero de Santiago,

y D. Alonso Ortiz de Zúñiga, Marqués de Valencina; é in¬


terpolados iban siguiendo la procesión con varas de plata
D. Miguel de Mañara Vicentelo de Leca, D. Alonso Ver¬

dugo, Alcaide Mayor de Alcántara, y el Sr. D. Luis Ortiz


de Sandoval. Venía después la religión Mercenaria de des¬

calzos, conduciendo á S. José sobre parihuelas, y los frailes


con luces; los Mínimos, con su
patriarca S. Francisco de
Paula; los Mercenarios calzados, con S. Pedro Nolasco; los
Carmelitas, con S. Alberto; los Agustinos, con S. Nicolás,
y los Franciscanos y Dominicos, con sus fundadores. Seguía
luego la danza llamada de las espadas, que sólo se exhibía
en la fiesta del Corpus. Las cruces parroquiales,
con la ca¬
tedralicia á su cabecera, acompañada de dos ceroferarios,

que conducían los magníficos ciriales de ángeles. Luego


entraba la hermandad de Sacerdotes de San Pedro Advín-
69
546 Glorias Sevillanas

cula, cuyo Santo titular conducían en andas; siguiendo el


clero parroquial con el del coro y Veintena de la Catedral,
en medio de los cuales iba su capilla de música entonando
el «Todo el mundo en general.» Llegó el
paso de la Vir¬
gen, precedido de veinte colegiales con hachas y rodeado
de los prelados reverendísimos de las comunidades religio¬
sas. Las andas en que iba la imagen de Santa María la

Blanca pertenecían á la Catedral, pues era el paso que en

aquella época se usaba para la procesión de Ntra. Sra. de


los Reyes el día 15 de Agosto, y cuya descripción la trae
así el autor de la relación de estas fiestas.
«Las andas iban adornadas de sus mismos
preciosos
arreos de brocado rico, enlagado de
grandes y copiosos ala¬
mares de oro,
que sirven de ajustarlo á la madera. Ademas
su propio toldo bordado de primorosa imaginería, sobre

sus hermosos mástiles de plata: en medio de quien se le¬

vantaba un peñasco de mas de dos varas y media en qua-

dro, proporción perteneciente en lo alto, para que en


con
el triunfase laImperial Señora. Fue todo plateado con in¬
geniosa disposición, tal que imitase la escarcha ó nieve con
que se pinta el monte Esquilino en Roma, guardando la
representación y forma de un gran collado.»
La Virgen y el Niño Jesús estrenaron en este día ricas
vestiduras de raso blanco con adornos formando palmas y
estrellas de seda celeste, y perfiles de oro y plata; siendo
el manto de tan buen tamaño, que caía encima de las an¬
das, cubriéndolas. Terminaba la procesión con su Divina
Majestad, llevado en un paso construido á propó¬
que era
sito, en un plata y terciopelo, por no haberse po¬
trono de
dido llevar la gran custodia de la Catedral por impedirlo la

puerta del templo: rodeábanlo veinte sacerdotes revestidos


de casullas, y á más el limo. Capítulo de la Catedral, de
manteo y bonete, con luces en las manos; cerrando la mi¬

licia de la Ciudad.
Glorias Sevillanas 547

Entró la procesión por la calle de los Céspedes, que lu¬


cía colgaduras de damasco y terciopelo adornadas de bro¬
cateles, y cruzada de lado á lado con guirnaldas de flores
sujetas en las ventanas; continuó la procesión por la plaza
del convento de Nuestra Señora de las Mercedes, junto á

cuyos muros se había levantado un precioso altar con los


Santos de la Orden, iluminándolo con cirios; pasando luego

por la calle de los Toqueros á buscar el convento de las


Vírgenes, cuyas titulares estaban en-la puerta del templo
presenciando el paso del religioso cortejo. Igual aspecto
presentaban la calle de las Águilas y el convento de Santa
María de Jesús, que también se había esmerado en los ador¬
nos de su fachada; mas la que llamó la atención en la ca¬
rrera fué la plazuela de
Pilatos, donde se halla el palacio
de los Duques de Alcalá, que se hallaba adornado de ri¬

quísima tapicería y colgaduras de terciopelo rojo bordadas


de oro.

Siguió la procesión por San Esteban, cuya efigie se ha¬


bía colocado á las puertas del templo, vistiendo la torre con
banderas celestes y blancas; de aquí pasó por la calle del
Vidrio á la plaza de San Bartolomé, que se hallaba toda
entoldada, luciendo junto á los muros del templo un ele¬
vado altar de tres apareciendo en su parte princi¬
cuerpos,
pal la imagen de Nuestra Señora con el Niño Jesús en sus
brazos, á más de otras efigies y reliquias que se admiraban
entre innumerables luces y ramos de olorosas flores: el inte¬

rior de la iglesia también se había engalanado como


para
las mayores solemnidades, oficiando al paso de la comitiva
una numerosa capilla de música. De
aquí continuó ya la
procesión hacia la iglesia de Santa María la Blanca, con el
mismo entusiasmo y alegría que había salido, entre el in¬
menso clamoreo y vítores de la multitud,
el alegre repique
de las campanas de los templos del tránsito, las músicas
militares que acompañaban, y las voces de los cantores
y
548 Glorias Sevillanas

niños, que entonaban el «Todo el mundo en general.» (Bi-


bliog., núm. 38.)
Habiendo la santidad de Inocencio XII concedido á esta
Ciudad y Arzobispado el Jubileo é indulgencia de las Cua¬
renta Horas, estrenóse el año de 1698 á 8 de Diciembre
en la Iglesia Catedral con gran ostentación asis¬
y aparato,
tiendo de pontifical el Prelado á la fiesta,
vísperas,
y sus
solemnizándose con iluminación en la torre; y á partir de
esta fecha viénese celebrando dicho Jubileo en la Iglesia

matriz los cuatro primeros días de la octava de la Con¬

cepción.
Al referir las fiestas de 1664, describimos los adornos
y colores con que se engalanó la famosa Giralda, adoptada
desde el siglo XVII, después de la conclusión de las nuevas
obras, juntamente con dos jarras de simbólicas azucenas,
como escudo ó blasón de la Catedral sevillana.
Mas fijando la atención, la banda que
parece que con
se cubriera la magnífica y artística estatua de la Fe triun¬
fante, digna corona y remate del grandioso monumento,
así como con el lábaro ó bandera blanca y celeste que se

pusiera en sus manos, quísose significar, y de hecho se


significó si en ello no hubo esta intención, la proclamación
de la primacía que por derecho corresponde á esta Dióce¬

sis, y particularmente á la ciudad de Sevilla, en cuanto se


refiere al culto, devoción y defensa del Misterio de la Con¬

cepción Inmaculada de la Virgen: pues al vestir con los co¬


lores blanco y celeste al coloso de la Fe vencedora, colo¬
cado por la piedad sevillana allá en las regiones de las nu¬
bes, y aceptado por el Excmo. Cabildo como armas de su
Iglesia, tremolando á los aires los purísimos colores emble¬
mas de la Nobleza Original de María, limpia de pecado
en
el instante primero de su Sér, de hecho y en realidad se

significó con este acto, y por medio de esta gran fábrica


de granito, levantada por los hombres para proclamar la
Glorias Sevillanas 549

idea de Dios, consagrada y dedicada por el Cristianismo


Á la gran es decir á la Virgen
Libertadora, María; libre y
exenta de toda clase de culpa y pecado, á la Inmaculada
Concepción, que esteMisterio en su culto, devoción y de¬
fensa pertenecía de lleno á la muy Noble y muy Leal ciu¬
dad de Sevilla, pues por ella en el año de 1664 se veía la
creencia piadosa en el estado felicísimo que gozaba; que,

según declaración de Urbano VIII, no restaba otra cosa


que hacer respecto á ella sino darla como dogma de Fe: y
esta gloria corresponde de lleno á Sevilla, que por medio

de sus embajadores, y con sus instancias á Felipe III y á

Felipe IV, había conseguido las declaraciones de Paulo V,


Gregorio XV, Urbano VIII, Inocencio X y Alejandro VII,
que no hicieron más que preparar el camino para que el
Pontífice Pío IX pronunciara su última palabra; á Sevilla,

cuya representación oficial como tal Ciudad, su Municipio,


es el primero que jura solemnemente la defensa del Miste¬

rio, pues hasta aquella fecha no se había hecho más en


otras ciudades que formular voto en celebración de fiestas á

la Inmaculada; á Sevilla, cuyas hermandades son las pri¬


meras del orbe cristiano en dar público y ruidoso testimo¬
nio de su amor y fe inquebrantable al Misterio; á Sevilla,
cuna de los grandes artistas de la Concepción y de su sin¬

gular cantor; á Sevilla, que guarda las más bellas obras del
arte cristiano que representan á la Purísima Virgen María

en su Inmaculado Misterio; á Sevilla, que por el número

de altares y simulacros de Nuestra Señora, y especialmente

por los dedicados á este dogma, supera á los demás pue¬


blos; á Sevilla, que por su antiquísima liturgia,-por sus es¬
pléndidas dotaciones á esta fiesta y por el número de in¬
signias, emblemas y símbolos exclusivos de la Concepción,
desde el histórico y popular sin-pecado hasta el guión ce¬
leste de 1871 concedido por Pío IX á la venerable y pia¬
dosa hermandad de Nazarenos de Sevilla, pregona muy alto
55o Glorias Sevillanas

la prerogativa, la supremacía y derecho que ostenta con or¬


gullo de ser la Ciudad de la Virgen, la Ciudad Mariana por
excelencia, la Ciudad de la Inmaculada Concepción. Y pre¬
cisamente por esto su gran torre, su hermosísima y sublime

Giralda, será siempre la representación genuína de este pue¬


blo, que al consagrarla á la Virgen María, Á la gran Libei'-
tadora, como se lee á los pies del monumento, ha querido
encarnar en ella, si así puede expresarse, su sentimiento

más vehemente, su más delicado amor, su carácter más pu¬


ro, su más constante aspiración, su pensamiento más fino,
su virtud más distinguida, que es la piedad que siente por
la Madre de Dios en el dogma de su sobrenatural Concep¬
ción. Por esto para Sevilla y para los sevillanos el monu¬
mento más querido, juntamente con su Catedral, es y será

siempre la Giralda, en la que vemos representados nuestros


ideales, nuestros sentimientos y nuestras glorias pasadas y
presentes; y por ello el instinto religioso de nuestros ma¬
yores supo colocar á los lados de la gallarda torre á las
Vírgenes sevillanas, primeras mártires de la Fe de Cristo
en esta tierra, á Justa y á Rufina,
cuya preciosa sangre, de¬
rramada en aras de nuestra Religión, fué en este suelo ben¬
dita semilla, que hizo luego germinar ardientemente las
virtudes cristianas y un amor sin límites á la Madre del
Redentor de los hombres.
Glorias Sevillanas 55i

CAPÍTULO XIV

Noticiasbiográficas de los promovedores de la devoción y culto


concepcionista en el siglo XVII.—El P. Hernando de Mata.
—Fr. Juan de Prado.—El Arcediano D. Mateo Vázquez de
Leca.—El Ldo. Bernardo de Toro.—Fr. Francisco de San¬

tiago.—El Arzobispo D. Pedro de Castro.—Los artistas de


la Inmaculada.—Luis de Vargas.—Francisco de Pacheco.—
Bartolomé Esteban Murillo. —
Juan Martínez Montañés.—
Poetas y cantores sevillanos de la Concepción.—Miguel Cid.

—Juan de Jáuregui.—Alonso Díaz.—Baltasar de Cepeda.—


Luis Belmonte Bermúdez.—Alonso Maldonado.—El Licen¬
ciado D. Juan de Guzmán.—Gil López de Lucenilla.—Ro¬
drigo Fernández de Ribera.—Antón Tapia.—Cristóbal Cas¬
tillo.—Lázaro Díaz.—Oradores y expositores.—Fr. Fernando
de Santiago, mercenario.—Fr. Pedro de Valderrama, agus¬
tino.—El P. Juan de Pineda, jesuíta.—El Racionero D. Alon¬
so Gómez de
Rojas.—El Magistral D. Manuel Sarmiento y
Mendoza.—Fr. Gregorio de Santillán, franciscano.—Fr. Be¬
nito Díaz de laSerna, benedictino.—Fr. Silvestre de Saave-
dra, mercenario.—Fr. Alonso Sobrino, carmelita.—El P. Je¬
rónimo de Guevara, jesuíta.—El Dr. D. Alvaro Pizaños de
Palacios.—El Ldo. D. Francisco León Garavito.—El Canó¬

nigo Gonzalo Sánchez Lucero.—Efemérides sevillanas de la


Concepción en el siglo XVII.

Al tratar de las vidas de aquelloslo varones relaciona


tantes que
historia de Sevilla
tomaron parte en
con
más impor¬la
que se
el Misterio de la Concepción en su

culto, devoción, defensa y manifestaciones artísticas y lite¬


rarias, no hemos de hacer otra cosa que apuntar ligeras
552 Glorias Sevillanas

noticias biográficas, que nos den á conocer los rasgos más


principales y característicos de cada uno, para formar idea
exacta de ellos. Siendo grande el número de todos los que

se refieren á este asunto, como hemos podido ver por la

narración de los capítulos anteriores, sólo habremos de ha¬


cer relación de aquellos sujetos que aparecen en primera

línea. Los principales promovedores de las conferencias en


San Diego; los varones espirituales en cuya escuela se for¬

maron; los agentes de la causa en Madrid y en Roma; los


artistas que nos legaron esos admirables monumentos ad¬
miración del mundo, y que dan testimonio de cómo aquí
se sentía
y expresaba el Misterio sacrosanto; los cantores
de la Inmaculada y los romanceros de las fiestas; los expo¬
sitores yoradores sevillanos de la creencia piadosa; hé aquí
de los que vamos á hablar muy á la ligera, para completar
el cuadro que nos propusimos describir, demostrando lo

que Sevilla ha hecho en la Historia por el Misterio de la


Concepción.

El P. Hernando de Mata.

Nació tan excelente varón en Sevilla el año de 1554,


en la calle denominada hoy de San Felipe, en la collación
de Santa Catalina. Fueron sus padres Francisco González
Hidalgo y Juana de Mata, con cuyo último apellido rom¬
pió luego el vulgo llamándole, y por el cual es conocido.
Eran sus ascendientes de condición humildísima, pues su
padre dedicábase á la industria de la calderería, si bien tu¬
vieron por riquezas una conducta y honradez intachables.
Así que hubo aprendido Hernando las primeras letras, pasó
al Colegio de San Hermenegildo para el estudio de las Hu¬
manidades, pues desde pequeño mostró su inclinación á los
libros, juntamente con una modestia y virtud que le distin¬
guían entre sus compañeros. Siguió creciendo en años, y
Glorias Sevillanas 553

con ellos crecía en el buen ejemplo de su vida y costum¬


bres; pues, según su historiador (i), fué en la juventud viejo
por su cordura, y tan ajustado en sus costumbres, tan per¬
fecto en sus virtudes y tan espiritual en su trato, que afir¬
man
personas graves que aun antes de llegar al sacerdocio
tenía muchos sujetos á quienes guiaba y dirigía en los ca¬
minos espirituales.
Formaron á varón
apostólico el Dr. Cristóbal Juá¬
este

rez iglesia y hermandad de San


de Rivera, fundador de la

Hermenegildo en esta Ciudad, sacerdote ejemplarísimo, y


el jesuíta Rodrigo Álvarez, que fué quien verdaderamente
educó su espíritu, y de quien se ocupa Francisco de Pa¬
checo en su Libro de los Retratos,
designándolo como muy
sobresaliente hombre de virtud y ciencia espiritual.
Fué ordenado de presbítero Hernando de Mata sobre
el año de 1579, aumentando en el fervor y celo con el con¬
tinuo trato que sostenía con otros santos varones de esta
Ciudad. Púsole en relación con Sta. Teresa de Jesús, que
vino á fundar el convento de San José, el P. Rodrigo Ál¬

varez, confesor de la Doctora cuando residía en Sevilla.


También tuvo íntimo trato con el famoso lego dominico
Fr. Pablo de Santamaría, del convento de San Pablo; con
el P. Fr. Bernardo de la Cruz, del orden jeronimiano, y
con el P. Diego Granados, jesuíta, escritor, hombre de gran
ciencia y muy distinguido del Papa Urbano VIII durante
su estancia en Roma,
y otros muchos que aquí omitimos.
Fueron ocupaciones continuas el confesonario y la
sus

predicación, habiéndole valido su fama de virtud y celo


que el Cabildo le diese el título de predicador del púlpito
de Ntra. Sra. de la Granada, en el Patio de los Naranjos,
cargo muy distinguido en Sevilla. Mas en lo que induda-

(1) Lo fué Fr. Pedro de Jesús María, remitiéndonos á la pág. 252,


donde dimos la papeleta del libro que trata de tan notable varón.
70
554 Glorias Sevillanas

blemente sobresalió más fué en el don de consejo, pues Pa¬


checo, la semblanza que hace de él en su Libro de los
en

Retratos, dice «era tan conocido en España que de toda


ella concurrian á la luz de su acierto, ya por carta ya por
sí propios, consultándole en las mas dudosas i graves difi¬
cultades, quedando con él los ánimos seguros y satisfechos,
i todos los estados llenos de personas beneméritas.»
Entre los muchos sujetos que dirigió y llevó por las vías
del espíritu merecen recordarse el P. Luis de Cuadros, je¬
suíta, y nuestro famoso D. Mateo Vázquez de Leca, quien
hablaba así de Hernando de Mata: «Conocí, y trate al Apos¬
tólico varón el Padre Hernando de Mata, y por su consejo
obré algunas acciones que la experiencia me ha mostrado
quan acertadas han sido: su espíritu, y zelo era de vn Após¬
tol, insaciable en la sed de las almas, é incansable en los
trabajos por ellas. Su pobrega en el traje, y casa era Evan¬
gélica; exterior indicio manifiesto de la pu¬
su compostura
reza de su alma; auer muerto virgen
es publica voz, y fama
desta Ciudad, no reconociéndole jamas la mas leue señal
contra esta virtud: Su
paciencia en algunas enfermedades,
trabajos, y afrentas,le ofrecieron fue muy conocida,
que se
como también su humildad, no
oyéndole cosa que oliesse
a vanidad. Los dones del Espíritu
Santo, resplandecieron
sin duda en este Venerable varón, con muchas ventajas:

principalmente el de Consejo, de discreción de espíritus, y


de profecía, que calificó, y manifestó nuestro Señor, con
muchos y raros sucesos que entonces fueron públicos en Se-
uilla. La alteza con que hablaua de nuestro Señor, princi¬

palmente de su amor diuino, y de su Nacimiento, y Muer¬


te, con que convertía innumerables Almas, y hizo singula-
ríssimo fruto; publicaua la alteza de estas tres virtudes

Theologales, Fe, Esperanga, y Caridad, con que estuuo


adornado. Finalmente toda su vida fué propia de un Apos¬

to!, y de vn perfectíssimo Sacerdote, con que vivió, y mu-


Glorias Sevillanas 555

rió, con aclamaciones de varón Santo, y se le hizieron en¬


tierro, y honras, según la grave estima que de su heroyca
virtud tuuo toda esta Ciudad.»
Fueron
igualmente discípulos suyos D. Alonso Gómez
de Rojas, D. Juan Dionisio Portocarrero, Juez que fué de
este Arzobispado, D. Gonzalo de Ocampo, Martínez Mon¬

tañés, Bernardo de Toro y otros muchos varones de su


época, pudiéndose considerar á Hernando de Mata, y por
esta razón le damos aquí lugar en primer término, como el

varón de verdadero espíritu cristiano en cuya escuela edu¬


cóse aquella pléyade de hombres ilustres en letras, artes

y virtudes que tanto se distinguieron luego por su amor á la


Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, de cuyo Miste¬
rio fué tan amante. Después de una vida toda llena de tra¬

bajos, celo apostólico y grandes frutos para el Cielo, mu¬


rió en Setiembre de 1612, con gran sentimiento de Sevi¬

lla, que perdía uno de sus mejores hijos y un verdadero


santo. Su cadáver fué llevado á hombros por los Capitula¬

res de la Catedral hasta el convento de la Encarnación, lu¬

gar de su enterramiento, y sobre su fosa colocaron la si¬


guiente lápida:

«Fernandas de Mata Hispalensis sa \ cerdos vitce


integritate mirabilis | cuius simulacrum cemis, hic si¬
tas est.
| templi huius D. D. Patroni viri sancti | ta-
tem venerantes altare ad monu mentum qnod heredes
\

non seqnatur dedere. Obiit anno. CID. 13C. XII etatis

sue LIIX.»

Consérvase su retrato en el Libro del eminente Fran¬


cisco de Pacheco, que su dibujo (lám. 18), y en cuyo
hizo
dibujo supo darle prodigioso lápiz toda la manse¬
con su
dumbre, modestia y paz espiritual con que su alma estaba
enriquecida según confesión de todos cuantos con él trata-
556 Glorias Sevillanas

ron; y para cuyo retrato compuso el poeta Antonio de Al¬


cázar unas décimas que figuran con él.

Fr. Juan de Prado.

Muévese la figura de este mártir de la Fe cristiana, al


asunto de este libro, dentro del gran cuadro que se des¬
arrolla en el convento fundado por el Municipio sevillano á
las márgenes del Guadalquivir, dedicado á S. Diego de Al¬
calá allá en los primeros años del siglo XVII. En todas las
obras más heroicas de la humanidad entran dos valiosos
elementos componentes de ellas: unos, los que las prepa¬
ran; otros, los que las realizan. El B. Juan de Prado perte¬
nece al número de los
primeros: hombre de gran fe, que
quiere decir de magnánimo corazón, estaba designado por
el Cielo para dirigir buen camino una gran em¬
y poner en
presa; un proyecto tan trascendental y de tanta magnitud,
como
que de su prosperidad y buen acierto dependía la de¬
claración de un dogma de la santa Fe cristiana, ó cuando
menos su preparación, como así efectivamente aconteció (i).

Oriundo de las montañas de León, é hijo de D. San¬


cho de Prado y de D.a Isabel de Armenzón, ambos de

distinguida é ilustre prosapia, desde su más tierna edad de¬


mostró ser flor escogida en el campo de las virtudes cris¬

tianas, y su amor é inclinación á la vida más perfecta. Hu¬


bo de buscar para la práctica de ella el áspero y simpático

sayal del humilde franciscano, abrazándose á las Reglas que


escribiera con fuego el Serafín de Asís. Siempre las obser-

(i) Pueden verse noticias de este Santo en el Compendio histórico de


los Santos y Venerables de la Descalcez Seráfica, por el p. Serrate, impreso
en Sevilla año de 1729; en la Crónica de la Provincia de San Diego que

citamos en la pág. 248, y á más en los siguientes libros, escritos expresa¬


mente para relatar la vida de él.
Glorias Sevillanas 557

vó con el mayor escrúpulo


y encarecimiento; pues si era
piadoso y dulce los demás, mirábase á sí propio
para con
con dureza y desprecio, ya en el vestir, ya en el comer y en

«Relación | del viage espiritual, y [ prodigioso, que hizo á Marruecos


el Venerable | Padre Fray Juan de Prado, Predicador y primer | Provincial
de la Provincia de San Diego | del Andalucía. | Escrita por el Padre Fray j
Matías de San P'rancisco, su humilde compañero, | Guardian al presente
del Convento de su Orden: | fundado en Marruecos. | Sale á luz debaxo
de la protección | de la Excelentísima Señora doña Ana Fernandez de Cor-
dova | Duquesa de Feria, & | Año (Escudo de la Orden.) 1644. | En Ma¬
drid. Por Francisco García, Impressor del Reyno.»

En 4.0; 115 hoj. de texto, más 4 de principios y una de tabla al fin;

recl.; sign. ^[2-^[3-A2-Ff4.—Suma de privilegio.—Fee de erratas.—Tasa.


—Aprob.—Dedic.—Décima al Autor.—Preámbulo.—Texto.
Otras ediciones de 1643 y de 1677 en Cádiz.

«Sol de Marrvecos, | El V. Padre | Fr. Juan de Prado, | primer Pro¬


vincial de la | Santa Provincia de S. Diego | de Franciscos descalzos | de
la Andalvzía. | cuya vida admirable, | Fleroycas virtudes, y glorioso | Mar¬

tirio, panegiriza el Padre | Fray Francisco | de S. Buena ventura, | Lector


de Theología, exdifinidor | de la misma Provincia, y guardián | del Con¬

vento de la Reyna de los Angeles | de la Ciudad de Cádiz. | Al Patriarca

grande, | y glorioso Padre mió | Santo Domingo | de Gvzman, | Mejor


timbre, y corona de los Bvenos, | los Excelentíssimos Señores Duques de
Medina Sydonia, en quienes | recaen las glorias de los valerosos triunfos,

que la obra | contiene, por mano de la Religión gravíssima de | Predicado¬


res.
| Impresso en Sevilla, por Juan Francisco de Blas, Impressor Mayor |
de dicha Civdad, Año de 1691.»
En 4.0;
460 págs., más 22 de principios y 4 de tabla al fin; recl.; sign.
*2-A-Mmm2.—Dedic.—Aprob.—Lic.—Prólogo.—Retrato del Venerable.
—Texto.

«Relación del rigv |


roso marty | rio, qve el Padre Fr. loan de Prado
de la Provincia de San | Diego de Sevilla, Predicador y Provin | cial, que
fué de la misma Provincia, que | es de Frayles descalzos Franciscos: Pa |

decio en la Ciudad de Marruecos por | mano y orden de el Rey de la di¬


cha | Ciudad, la qual Relacio embió el | Governador de Marzagan, á el |
Excelentíssimo Señor Duq | de Medina Sydonia. | Con licencia | Impressa
en Sevilla por Luys Estupiñan, en la calle de las | Palmas, Año 1631.»
Dos hoj. en fol. con un escudo.
558 Glorias Sevillanas

las demás necesidades propias de la vida. Sus pies siempre


desnudos, posándose sobre la tierra dura; ceñido
su cuerpo
con vestiduras que eran
cilicios, pues llevaba continuamente
un jubón
de cerda que, con un cinturón de cardo, mace¬
raba sus carnes de continuo, cubriéndolas pobrísimo há¬

bito, que fué el único que vistió en su santa vida.


Fué su gran escuela la oración, y puede decirse que

siempre estaba dedicado á ella, pues durante las horas de


la noche, desde acabado el rezo del oficio sagrado hasta
rayar la luz de la aurora, pasábalas en éxtasis
y arroba¬
mientos de espíritu, viéndosele unas veces conlos brazos
abiertos en forma de cruz, otras postrado tocando con todo
su
cuerpo el frío suelo; y cuando no era de este modo, de
rodillas y mirando al Cielo. Encantábanle de tal modo las

flores, que con gran cuidado cultivaba el jardín de San Die¬


go para ofrecerlas luego en los altares del Sagrario y de la
Virgen Inmaculada, sucediendo alguna vez encontrarle por
la mañana al salir el Sol completamente embelesado ante
la vista de algunas flores, cuya belleza llevábale en seguida
á la meditación y contemplación de la Suprema Belleza;
mirándole los demás religiosos cuando así le hallaban con
extraña admiración tanto llena de terror, pues parecía
un

completamente transfigurado y fuera de sí. Era su libro pre¬


dilecto la obra de S. Juan de la Cruz, «Noche escura del
Alma y declaración de las canciones que encierran el camino
de la perfecta unión con Dios, qual se puede en esta vida.»
En verdad que un espíritu de su temple podía comprender

y penetrar el espíritu con que están escritas las sublimes é

inspiradas estancias del poeta santo.


«En una noche escura
Con ansias en amores inflamada,
O dichosa ventura!
Salí sin ser notada,
Estando ya mi casa sosegada.
Glorias Sevillanas 559

En la noche dichosa
En secreto que nadie me vehia
Ni yo miraba cosa,
Sin otra luz, ni guia
Sino la que en el coraron ardia.
En mi pecho florido,
Que entero para el solo guardaba,
Allí quedé dormido,
Y yo le regalaba,
Y el ventalle de cedros ayre dava.

Quedeme y olvideme,
El rostro recliné sobre el Amado,
Cessó todo, y dexeme,
Dexando mi cuydado
Entre las azucenas olvidado.

A donde te escondiste
Amado, y me dexaste con gemido?
Como ciervo huyste,
Aviendome herido,
Salí tras tí clamando y eras ydo.
Pastores los que
fuerdes
Allá por las majadas al otero
Si por ventura vierdes
Aquel que yo mas quiero
Dezidle que adolezco, peno y muero.

Buscando mis amores

Iré por esos montes y riberas


Ni cogeré las flores
Ni temeré las fieras ,

Y pasaré los fuertes y fronteras.


Ay quien podrá sanarme!
Acaba de entregarte ya de vero
No quieras enviarme
De oy mas ya mensagero,
Que no saben dezirme lo que quiero.
Y todos cuantos vagan
De tí me van mil gracias refiriendo.
Y todas mas me llagan
Y dexame, muriendo
Un no se que, que quedan balbuciendo.»
56o Glorias Sevillanas

Tan encendida estaba el alma de Fr. Juan de Prado


por el Divino Amor, que con gran propiedad podemos apli.
car á su vida los anteriores versos, escritos por otra alma
no menos compenetrada de los mismos encendidos afectos.
Sus devociones
predilectas eran la Sagrada Eucaristía
y la Concepción de la Virgen, de cuyos Misterios cuando
hablaba desde el púlpito lo hacía con tal dulzura y fervor,

que encantaba á sus oyentes, haciéndoles verter lágrimas.


En la procesión del Corpus que se verificaba por los
claustros de San Diego jamás permitió, siendo Guardián
del monasterio, desempeñar otra función que la de turife¬

rario, yendo con roquete y estola, conduciendo el incensa¬


rio para ofrecer de rodillas á su Divina Majestad su más

profunda adoración, quemando ante su presencia las sus¬


tancias más olorosas de la tierra; subiendo al par, entre las

espirales del blanco humo que la mirra y el aloe producían,


la plegaria de su corazón, en el que había quemado todos
los afectos del mundo.
Su bondad y mansedumbre quedan retratadas en sus
mismas palabras, al saber que le habían levantado calum¬
nia contra la pureza y castidad, virtud la más sobresaliente
de su vida: al llegar á su conocimiento lo que contra él se
había dicho falsamente, retiróse á su celda, y postrándose
ante la imagen de Jesús en la cruz, prorumpió en las si¬

guientes frases: «Crucificado Dueño mió, la gravedad de


mis culpas me tienen aterrrado en vuestra presencia, sin
dexar vér enmi cosa, con que pudiera aver inclinado á vues¬
trasdulces Piedades; pero yá, Dueño mió, conozco, que á
mi ruindad vence vuessa bondad infinita, con tan dulces li¬
beralidades como vuestras, pues os dignáis, sin yo mere¬
cerlo, de dárme a gustar vuestras penas, en estas vozes,
que contra mí se han difundido. Padezca yo culpado, aun¬
que sabe vuestra infinita comprehension, que no lo estoy
en esta impostura; pero padezca yo culpado, en otras mu-
Glorias Sevillanas 561

chas materias, con que os he ofendido, pues en todas vos


padecéis Inocente; y si con esta suplica no os desagrado,
os pido, mi Dios, que á los que hubieren sido los instru¬

mentos, los perdonéis, y atendáis con Misericordia, para


que no os ofendan. Componedlo, Señor, de forma, que yo
padezca, y que vuestras ofensas se eviten, que esto es lo
mas, y lo otro es nada. No me falten vuestros socorros; y
sigustáis, vengan persecuciones.»
Si por sus virtudes fué un varón santo y perfecto, por
sus
prendas físicas, dicen los que le conocieron, era de rostro
hermoso, blanco, retratando en su semblante la austeridad
y las huellas de la mortificación, si bien bañado de un cierto
espíritu y animación sobrenatural.
Destinado por la santa obediencia para regir el nuevo
convento de San Diego, llega á Sevilla en el mismo período

en
que habia muerto el P. Hernando de Mata, el sacerdote
ejemplarísimo, guía y pastor de un gran rebaño de almas
cristianas, que al encontrarse sin padre fijan sus ojos en el
humilde y modesto retiro de San Diego, cuyo guardián
Fr. Juan de Prado será en adelante el que las dirija por los
delicados caminos de la vida espiritual, convirtiendo al par
aquella santa casa en foco principalísimo, de donde parte
todo aquel inmenso movimiento que puso á Sevilla como
fuera de sí; preparándose allí mismo el viaje que se empren¬
diera á la capital del orbe católico, en prosecución de la idea
de que se diera por la Santa Sede como dogma de fe la
entonces creencia piadosa de la Concepción Inmaculada de

la Virgen, dirigiendo y activando Fr. Juan de Prado todo


lo concerniente á la realización de tan santo proyecto. ¡Con¬
vento histórico, santuario sublime de nuestra fe y de nues¬

tras olvidadas tradiciones, yo te saludo en este momento,

al contemplar tus ruinas y demolición, á impulsos de la

piqueta destructora del excéptico siglo XIX1


Mas Fr. Juan de Prado, no sólo es el alma y director de
71
562 Glorias Sevillanas

aquella grey que se mueve y agita en seguimiento de em¬


presa digna de una epopeya, sino que bajo su consejo evan¬
gélico, y al fuego de su palabra, se ha realizado una gran
conversión; se ha cambiado un corazón lleno de pasiones
livianas ymateriales en otro abrasado en amor de Dios y
encendido por el más puro é ideal de los amores, el amor
á la Virgen María. D. Mateo Vázquez de Leca, convertido
en ejemplarísimo, en el amante rendido de la
el sacerdote
Eucaristía y de la Madre de Dios, y espléndido dotador
de su culto: hé ahí la gran obra de Fr. Juan de Prado. El
Arcediano de Carmona, después de recibir el primer aviso
del Cielo para el cambio que se había de obrar en su vida,

refugiase en las humildes celdas del convento de San Diego


de Alcalá, y el B. Fr. Juan de Prado es el señalado para
conducirle por las aguas tranquilas y serenas de manso río,
que le deje y asegure en puerto de bonanza, donde las
olas de las antiguas pasiones, aunque toquen y embistan

con furioso ímpetu, se quiebren y rompan ante fortísimas

piedras que levanten el fuego abrasador de un amor más


fuerte que todos los amores terrenos. Hé aquí la gran obra
de Fr. Juan de Prado, la conversión de aquel hombre, que
tan
grandes servicios prestó luego á la causa de la Con¬
cepción, pues indudablemente el Arcediano de Carmona
fué quizás su más principal agente. Veíase al celoso y de¬
voto Guardián dedicado continuamente á tan importante

negocio, unas veces predicando del Misterio, otras promo¬


viendo fiestas religiosas en su honor, ó presidiendo con el
estandarte de la Concepción las innumerables procesiones

que siguieron á aquella notabilísima organizada en este con¬


vento, y siempre avivando y extendiendo la devoción, bien
con sus consejos, ó bien repartiendo los versos
de Miguel
Cid. Pero donde descuella más su figura es en aquellas cé¬
lebres juntas que tuvieron lugar en 1613 y los años siguien¬
tes en la sala de Capítulo del convento de San Diego, don-
Glorias Sevillanas 563

de se reunían bajo su presidencia todos aquellos santos va¬


rones, tan entusiastas por el Misterio y promovedores deci¬
didos de su triunfo. Figúrasenos ver en la modesta estan¬
cia, asociadas en dulce y apacible compañía, ocupándose
en el plática del asunto de la Inmaculada Concep¬
trato y

ción, á la venerable y austera figura de Fr. Juan de Prado;


la noble y típica de D. Mateo Vázquez de Leca, cuyas her¬
mosas y simpáticas facciones hallábanse
ya apagadas pol¬
la vida de maceración y penitencia; la del modesto sacer¬
dote Bernardo de Toro, en cuyos ojos ardía todo el fuego

que por la Concepción encerraba su pecho; la del inspirado


cantor del Misterio, Miguel Cid; la del entusiasta capitular

D. Gonzalo de Ocampo; la de Fr. Diego de Xaramillo, y


la de todos los demás que tomaron participación más ó
menos directa en el asunto. ¡Qué diálogos, qué proposicio¬

nes, qué defensas, qué ofertasqué palabras del más deci¬


y
dido entusiasmo escucharían aquellos muros, testigos mu¬
dos de las santas conversaciones que sostuvieron los cam¬

peones de la causa de la Virgen! Así, al volver de Roma


el Arcediano de Carmona después de promulgados los pri¬
meros Breves pontificios á instancias de los agentes sevilla¬

nos acerca de la Santa Sede, exclamaba


siempre al pasar
por esta estancia celebérrima, dirigiéndose á los religiosos
que le acompañaban: «De aquí, Padres, de aquí, de esta
Capilla, salió la devoción á el Misterio de la Concepción Pa¬
ríssima, y se originó el estado, que oy goza en la iglesia.»
Después de colocado camino de triunfo el arduo
en
asunto de la Concepción, Fr. Juan de Prado, no contento

con el
campo que aquí le ofrecía la dirección del convento
y la numerosa prole espiritual que bajo su cuidado tenía,
ardiendo por la propagación del reino de Cristo, deseaba
con ansias vivísimas desde hacía tiempo ir á predicar el
Evangelio á tierra de infieles. Fué trasladado á Cádiz para
regir aquel convento, y una vez allí empezó á ocuparse del
5^4 Glorias Sevillanas

modo cómo podría pasar á Marruecos. Entró en relaciones


con un comerciante que tenía tratos
tierra de infieles,
en

y rogóle consiguiese un salvo-conducto para poder marchar


á aquellas regiones sin impedimento de las autoridades,

para socorrer y ayudar á los esclavos, que yacían en la


mayor miseria de cuerpo y alma. Así que esto se hubo lo¬
grado obtuvo las licencias necesarias del General para co¬
rrer en alas de su fe y amor en Cristo á aquellas bárbaras
regiones.
«Buscando mis amores

Iré por esos montes y riberas


Ni cogeré las flores
Ni temeré las fieras
Y pasaré los fuertes y fronteras.»

Embarcóse compañía de otros religiosos, arribando


en

á la tierra de deseos, donde en seguida empezaron la


sus

apostólica tarea: se entregó en cuerpo y alma al servicio de


los esclavos, á quienes llamaba sus hermanos, atendiendo

juntamente á sus necesidades corporales y espirituales. Mas


pronto los sectarios de Mahoma habían de fijar en él sus
odios y rencores y delatarlo al Emperador, que mandó fuese

aherrojado y metido en lóbrega mazmorra. Puesto luego


en libertad, volvió de á su predicación, anunciando
nuevo
la verdad de Jesucristo
bautizando á los convertidos. Re¬
y
nuévase la persecución, es apedreado, y manda el Rey sea
conducido ante su presencia, é interrogado acerca de su doc¬

trina, contesta Fr. Juan de Prado condenando el mahome¬


tismo, en cuyo acto el mismo Rey le da tan recio golpe con
su alfanje en la cabeza, que brota de ella abundante san¬
gre: mas esto no le intimida; continúa anunciando el Evan¬
gelio, diciendo que él morirá por la verdad y jamás acce¬
derá á la propuesta de que reniegue de la Fe de Cristo. En
el acto es asaeteado, y no pudiendo terminar así con su vida
los verdugos, es arrojado á una hoguera, donde sus ropas
Glorias Sevillanas 565

y carnes parecen incombustibles, pues no las devora la ac¬


ción del fuego; y como continuase predicando entre las lla¬
mas, empezaron á darle tan duros golpes en la cabeza, que
le hicieron caer desfallecido, abiertos sus brazos en cruz, y

pronunciando las palabras de David: «/« Do¬


manus tuas
mine commendo spiritum meum.» Su martirio fué el año
de 1631.
Los restos venerandos
trajeron á Sevilla, donde es¬
se

tuvieron depositados
San Diego en rica urna; pasando
en
luego á San Antonio Abad, y de aquí á la Catedral, donde
en la actualidad se conserva el cráneo del Mártir, habién¬
dose dado las demás reliquias á la Orden de que fué hijo
Fr.Juan de Prado. La Iglesia le venera en sus altares como
campeón de la Fe cristiana.

El Arcediano D. Mateo Vázquez de Leca.

Es sin dudaalguna este personaje el que más relieve


tiene en todo el movimiento
concepcionista de los primeros
años del siglo XVII. Se marca en alto grado la arrogante

figura del egregio capitular por su tipo legendario de tanto


interés por su hermosa conversión, por su desprendimiento
y esplendidez dotando el culto de esta Catedral, y sobre
todo por su devoción y amor intensísimo á la Sagrada Eu¬
caristía y á la Limpia é Inmaculada Concepción de Nuestra
Señora. Merece el relato de su vida algo más que las cortas

páginas que aquí vamos á dedicarle, pudiéndose formar de


él un extenso é interesante libro, que nos dé á conocer
exactamente su historia.
Nació D. Mateo Vázquez de Leca en el arrabal de Tria-
na de esta Ciudad el día 22 de Noviembre del año de 1573,
siendo bautizado en la pila de la iglesia parroquial de Se¬
ñora Santa Ana; en cuyo acto le apadrinó el Ldo. Pedro
566 Glorias Sevillanas

de Abós Enríquez, Alcalde de la Justicia de esta ciudad de


Sevilla, segúnse desprende de la partida bautismal. Fueron
sus
padres D. Andrés Barrasi y D.a María Luchano Váz¬
quez de Leca, cuyo apellido, siguiendo costumbre de la
época, toma en primer término. Sus ascendientes eran de
prosapia ilustre, tanto por la línea paterna, cuyos progeni¬
tores habían desempeñado altos cargos en la república de

Génova, como por la de su madre, cuyo hermano fué Se¬


cretario particular del Rey D. Felipe II, ocupándose de su
alta alcurnia el historiador D. Gonzalo Argote de Molina.
Ambos aportaron cuantiosas fortunas al matrimonio, del
cual tuvieron á D. Mateo. Recibió éste educación esmera¬

dísima, enviándole de muy corta edad á Alcalá, donde cursó


los primeros estudios, con tal aprovechamiento, que á los
quince años se encontraba cursando las Facultades mayo¬
res. Quisieron sus padres dedicarle al estado eclesiástico,

por lo que mereció del Cardenal D. Rodrigo de Castro le


ordenase de tonsura, nombrándolo familiar suyo, y adju¬
dicándole una canongía en la colegial de San Salvador de
esta Ciudad premio de sus buenas dotes y aplicación.
en

En 1591 obtuvo el grado de Bachiller en Filosofía por la


Universidad de Alcalá; y habiendo muerto su tío, que lle¬
vaba igual nombre y apellido que él, quiso el Cabildo de
Sevilla hacerle gracia del Arcedianato de Carmona, vacante

por esta muerte, para lo cual hubo que impetrar de Roma


la dispensa de edad, y de asistencia á coro, para terminar
sus estudios; lo
que verificó en i 596, por cuyo año se or¬
denó de Epístola en el obispado de Osma. En estas referi¬
das circunstancias, contando poco más de veintidós años,

se vino á Sevilla, y empezó á asistir al coro y á cumplir

las obligaciones propias de su distinguido cargo. Mas los


resabios propios de la juventud, juntamente con su cuan¬
tiosa fortuna, su desmedida vanidad y malos amigos, hicie¬
ron cambiar al Arcediano de su buena vida y costumbres,
Glorias Sevillanas 567
*

empujándole por muy mal camino, que hizo se fijara en él


la atención pública.
Hablando de su vida, dice uno de los escritores que de
él se han era poca, y la renta
ocupado: «Como la edad
mucha, no fueron sus ajustados á las obligaciones
pasos tan
en que el estado eclesiástico le ponia y assí mas ostentaba

las prebendas para el fausto, que lucian en el las Prebendas

para el ejemplo: gastaba en profanidad lo que debiera en


limosnas, y aunque de estas no se escusaba por su libera¬
lidad natural, las hazía mas por grandeza que por éaridad.
Y aunque avia muchos ilustríssimos Capitulares, que le de-
zian con su virtuoso ejemplo como un prebendado se debia
de portar, no atendia á sus eficaces mudas voces: parecíale
que los ancianos habían sido mozos y que la virtud que
professaban entonces vendría con los años: á esto juntaba
malos consejeros, que á los mozos liberales y ricos no sue¬
len faltar... en fin Don Mateo era de los que tenian mas

aplauso entre la gente moza y liviana que entre los hom¬


bres maduros y cuerdos.»
Cuentan las tradiciones que era por sus prendas físicas
de arrogante presencia y figura, habiendo prodigado en él
naturaleza todas las perfecciones y dotes que puede con¬
ceder al hombre; las que siempre gustaba lucir apareciendo
en
público con ricos trajes y galas, que confesaban muy
alto su
presunción y vanidad. Amigo del lujo y del boato,
su mansión era propia de un magnate por la riqueza con

que la tenía amueblada y alhajada, y su mesa estaba muy


lejos de ser la de un sacerdote, donde debe reinar la sobrie¬
dad, y semejaba siempre con más propiedad la de un festín
ó sarao. Era trasnochador; demostrando en todos los demás
actos públicos su agitada vida, llena de azares, y sus cos¬
tumbres licenciosas. Mas en medio de todas estas borrascas

y .aguas amargas por que atravesaba su pobre alma, había


una piedra que habría de salvarle ciertamente de aquel mar
568 Glorias Sevillanas
m

tanprofundo, donde parecía que iba á perecer ahogado al


embate furioso de las indomables olas de las pasiones hu¬
manas. El
joven capitular recibió educación profundamente
cristiana, la que por mucho había entrado un amor en¬
en
trañable á la Santísima Virgen; así que testigos oculares

aseguraban que, á pesar de la vida desordenada y libre


que llevó el Arcediano, se le veía diariamente al entrar en
la Catedral dirigirse á la capilla de Nuestra Señora de la
Antigua y á la de los Reyes, postrándose ante sus altares.
Había pasado algunos años en esta tan azarosa vida,
mas aún gozaba de la lozanía de
la juventud, pues contaba
sobre treinta años de edad, cuando el Cielo quiso avisarle
del peligro en que se encontraba. Corría el año de 1600:
era el día en que se celebra la más solemne de las fiestas

del cristianismo, y una de las más clásicas en Sevilla, la del


Santísimo Corpus Christi. Habíase preparado el Arcediano
para vestir en ella un riquísimo traje de brocado, que lucía
con toda claridad á través de la
transparente sotana y suti¬
lísima sobrepelliz que llevaba. Las galas que ostentaba,

juntamente con su gallardía y apostura, atraían las miradas


de tan gran concurso, cual eran los deseos de Vázquez de
Leca. Terminada la procesión, y á la hora del mediodía,
dióse comienzo, según costumbre entonces, á las represen¬
taciones de los autos y loas sacramentales, ó fiestas de los

carros, como se decía, en la puerta mayor de la Basílica,


preparada al efecto con tablados y tribunas, donde se colo¬
caban los dos Cabildos y los invitados. Durante las horas
de la fiesta continuó nuestro Arcediano haciendo alarde
de su hermosura y galantería, quedando prendado en sus
paseos y revueltas de la belleza de cierta dama que estaba
en la concurrencia. Terminados los autos,
siguióle los pasos
por el laberinto de las calles de Sevilla, que parecía nunca
se acababan, mostrándose por parte de la dama empeño
en cansar á su galán con el continuo barajar de calles y
Glorias Sevillanas 569

callejuelas: masel Arcediano no cejaba en el seguimiento


de ella, asediado por el deseo de entablar conversación con
la dama, que parecía le esquivaba en sus pretensiones. Las
horas pasan; y después de haber cruzado la Ciudad hasta

llegar al barrio de la Macarena, la misteriosa mujer cambia


sus pasos, y empieza á dirigirlos otra vez hacia la Catedral,

á la cual llegan ya anochecido, sin haber logrado Vázquez


de Leca hablar con la dama, ni, lo que es más, que le diri¬

giera su mirada para contemplar de nuevo su hermosura,


poniendo gran cuidado en encubrir y tapar más y más su
rostro á medida que las sombras de la noche invadían el

espacio. Al entrar en la Basílica ya se había apagado la luz


del crepúsculo: la grandiosa nave de la iglesia que mira á
la puerta de San Miguel aparecía iluminada opacamente

por gruesas hachas de cera, que en sustentáculos de hierro


estaban adheridas á las columnas; centelleaban las luces
misteriosas en las
lámparas de las capillas; lo avanzado de
la hora y la oscuridad hacían elevar más y más las bóvedas
del templo, cuya altura parecía inconmensurable; el lugar
estaba desierto, y sólo interrumpía el profundo silencio que
allí reinaba el tañido de la esquila, que avisaba á los capi¬
tulares acercábase la hora para empezar el rezo de los Mai¬
tines. Su sonido hirió amargamente los oidos de Vázquez
de Leca, pues parecía aviso para que detuviera sus pasos

y no profanara aquel sitio sagrado con sus liviandades; mas


la esquila calló, y el Arcediano continuó siguiendo á la ta¬

pada, que con paso ya más lento se dirigió hacia la Real


capilla; empezó á turbarse de nuevo Vázquez de Leca al
considerar que el lugar á donde la dama caminaba era el
altar de la imagen de Ntra. Sra. de los Reyes, á la que, no
obstante su vida ligera, siempre había venerado con filial
cariño: al llegar á la capilla del Cristo, ó de San Pablo, agi¬
tado por dos distintas ideas, que á cual más poderosas lu¬
chaban en su mente, la idea del templo santo donde se
72
57o Glorias Sevillanas

hallaba, y el aguijón de sus deseos, que le impulsaba con


ciega pasión, tuvo necesidad de parar sus pies y agarrarse
á la reja para no caer al suelo; mas la dama encubierta,
viéndole vacilar ante el fin de la aventura, hízole señas de

que la siguiera, á cuya demostración Vázquez de Leca no


pudo vacilar, sino que precipitóse locamente tras de la ta¬
pada, y sin temor ni respeto al sagrado lugar, atrevióse ¡sa¬
crilego! á poner su mano sobre el rostro de aquella mujer,
para arrancar el velo que la cubría y gozar de la belleza
que en aquella tarde había herido tan profundamente su
corazón. Mas ¡oh terrible espanto! al posar sus manos sobre

aquel cuerpo rebozado en el largo manto que lo cubría, éste


cae al suelo, y su mano queda yerta al contacto de horrible

osamenta humana, que era lo que el Arcediano tenía ante

sus ojos, contemplándola


atónito y lleno de pavor, sin darle
lugar más que para caer súbitamente en tierra como herido
por conmoción violentísima. Al volver en sí encontróse com¬
pletamente solo, bañado su cuerpo de copioso sudor frío,
como si acabara de sufrir horrible calentura: los cánticos
del coro, que salmodiaban el himno de Laudes, vinieron
hasta oídos para desvanecer tan
sus
terrible visión... mas
él sólo escuchaba una palabra, que sonaba desde lo más
hondo del templo y desde lo más alto de las bóvedas, y

que incesantemente repercutía en su pecho y abrasaba su


corazón: «¡Eternidad! ¡Eternidad!» Palabra que no dejó en
adelante de pronunciar todos los días de su vida, y que á
la postrera hora de la muerte la tuvo también en sus la¬
bios. La conversión se había obrado: el joven mozo que se
levanta del suelo y precipitadamente sale del templo, no
es aquél que entró lleno de liviandades; ha caído peca¬
ya
dor, para levantarse penitente; y aquellas galas y preseas
con
que cubre y viste su agraciado cuerpo se tornarán pron¬
to en ásperos cilicios, en modesta y pobre vestidura; los

muebles de su ostentosa morada se convertirán en mo-


Glorias Sevillanas 57i

desto ajuar, y las fabulosas sumas que gastaba en la orgía


las destinará á empresas santas, á la pompa y majestad
del culto divino, y á socorrer la casa de Expósitos.
Así quehubo salido Vázquez de Leca del templo, diri¬
gióse á una de las calles inmediatas á San Nicolás, entrando
en una casa
que tenía señorial aspecto. Era la suya: mas
pronto se le ve salir despojado de su lujoso traje, y vis¬
tiendo otro pobrísimo: va completamente solo, sin criado

que le acompañe, no obstante la hora avanzada de la no¬


che; se encamina hacia Santa Catalina; penetra en un ca¬
llejón angosto, y parándose ante una casa de muy pobre
apariencia, llama, y cerciorándose de que estaba la persona
por quien él pregunta, penetra, y sale á recibirle un sacer¬
dote, á cuyos pies se arroja derramando copiosas lágrimas;
quiere besarle las manos, mas el sacerdote se lo impide
levantándole del suelo y dándole un abrazo que llenó las
almas de los dos de espiritual alegría, pues el pastor había
encontrado á la oveja perdida.
Este sacerdote era el respetable P. Hernando de Mata,

que desde aquel momento se encarga de la dirección del


Arcediano, y, juntamente con la gracia del Cielo, logrará
que D. Mateo Vázquez de Leca se reforme de tal modo,
que sea en adelante modelo y dechado de heroicas virtu¬
des; pues el jesuíta Gabriel de Aranda dice se mudó tan en
otro del que era antes que parece se avia convertido en otro

hombre, ó por mejor dezir dexado de ser hombre y pasado


á ser
Angel.»
Breve fué la conferencia entre los dos: Vázquez de Leca
refirió lo ocurrido, yel P. Hernando de Mata le dió las ins¬
trucciones y consejos de lo que procedía practicar.
Era el día siguiente de la festividad del Corpus en 1600,

y muy de mañana se veía penetrar por la ancha puerta del


patio del convento de San Diego al Arcediano de Carmona,
Dignidad de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, D. Ma-
572 Glorias Sevillanas

teoVázquez de Leca, que, guiado por un religioso, es lle¬


vado á la celda del P. Guardián. Pocas palabras se cruzan
entre ambos, pues pronto comprende Fr. Juan de Prado
elobjeto de la visita á tan temprana hora. El noble y jo¬
ven
capitular va en busca del sosiego y retiro de su alma,
para tratar á solas con Dios las cuentas de su alegre y
mundanal vida, y entrar por derroteros nuevos; el Guardián
señálale religioso, con quien ha de hacer confesión ge¬
un

neral y que le dirija durante los días que dure este retiro
espiritual. Se comprenderá la predilección con que mira
desde ahora Vázquez de Leca al convento de San Diego

y la estrecha amistad que tuvo con Fr. Juan de Prado.


Cambiado completamente, aconsejóle el P. Hernando
de Mata se á recibir las sagradas Ordenes, para
preparase
llegar al presbiterado; mas era tal el respeto que al sacer¬
docio tenía Vázquez de Leca, sobre todo acordándose de
su anterior vida, que rechazaba por completo esta idea.
Tuvo que imponérsela el director, y hacerle comprender
tenía obligación de ello, pues por las prebendas de que

gozaba debía servir en el coro y en el altar; y que si el as¬


cender al sacerdocio era sacrificio muy grande por la in¬
mensa responsabilidad
que contraía, así se lo imponía Dios.
Convencido de ello, dispúsose lo necesario, y después de
dos años de ejemplarísima vida le confirió las órdenes de

Evangelio y Presbítero el Arzobispo Cardenal D. Fernando


Niño de Guevara, en los años de 1601 y 1602, celebran¬
do su primera Misa el día de S. Joaquín de este último en
el altar de Ntra. Sra. de los Reyes, ante cuya presencia se
había verificado el misterioso suceso que diera ocasión á
su nueva vida; en recuerdo de lo cual, y por devoción al

Inmaculado Misterio, hizo poner á los lados del nuevo ta¬


bernáculo que labró para el divino simulacro las efigies de
Sta. Ana y S. Joaquín.
Á partir de esta fecha vemos agrandarse la figura del
Glorias Sevillanas 573

Arcediano, pues, alentada su alma y henchido su magná¬


nimo corazón con las gracias
le comunica su nuevo es¬
que
tado sacerdotal, toma tales
proporciones, que llena por com¬
pleto aquel gran período de la historia de Sevilla, en que
tanto se mueve y agita á impulso de la devoción concep-

cionista.
Bien había comprendido el P. Hernando de Mata des¬
pués de su primera entrevista con Vázquez de Leca, en la
que éste le proponía su pensamiento de retirarse á la vida
más apartada y oscura, ingresando en alguna de las órdenes

religiosas más estrechas, que no era aquél el fin para que


Dios le destinaba en el mundo, y que estaba llamado á
realizar grandes empresas y á edificar con sus hermosas
virtudes.
Sus continuas visitas al convento de San Diego, del
que era bienhechor, habíanle hecho tomar parte muy ac¬
tiva, si no la más principal de todas, en la serie de juntas
y sesiones que allí se celebraron para preparar el viaje á
Roma.
íntimo amigo de Fr. Juan de Prado y del celocí§imo
Bernardo de Toro, su confesor desde la muerte de Hernan¬
do de Mata; encendida su devoción, si posible era que su¬
friese aumento, con las pláticas de Fr. Francisco de San¬
tiago, vérnosle ofrecer espléndidamente su cuantiosa fortu¬
na
para la santa empresa de la Concepción: que él, cuando
se trata de honrar á la Virgen Inmaculada, no
quiere nada
para sí.
Al ir el P. Bernardo de Toro á verle en su casa, indi¬
cándole la revelación que ante la Virgen de los Reyes había
tenido, no creyéndose capaz ni suficiente para la obra pro¬
yectada, después de comunicarle aquellas palabras que oyó,
«que fuese á seguir su causa á Roma en compañía del Ar¬
cediano de Carmona, para autoridad y rentas le
que con su
ayudase», Vázquez de Leca contesta: «.710 sólo mi hacienda,
574 Glorias Sevillanas

sino mi persona y misma vida daré por la Virgen, si es pre¬


ciso»', lo que demostró cumplidísimamente, empleando cua¬
renta mil ducados en las gestiones que se practicaron para
la defensa del Misterio.
El Arcediano, antes lleno de presunción y vanidad, no
rehusa ahora salir por las calles de Sevilla como el clérigo
más humilde, vestido con pobres hábitos, entonando las

coplas compuestas por Miguel Cid; costeando de su propio


peculio la edición primera que se hizo de estos versos, pro¬
curando corriesen por toda España los cuatro mil ejem¬

plares que se publicaron.


Ejercitó la mayor parte de su vida en los asuntos rela¬
cionados con la Inmaculada, pues desde 1613 hasta 1622,
en que regresa de la Corte pontificia, estuvo dedicado cons¬

tantemente en cuerpo y alma al mejor resultado de este

santo negocio, que le absorbía y embargaba por completo.

Y primero en Sevilla, después en Valladolid, Burgos, Ma¬


drid, Toledo, y por último en Roma, se le ve continuamente
moverse
y agitarse en la práctica de gestiones, poniendo
al servicio de la causa todas sus grandes influencias y rela¬
ciones poderosísimas.
Ya le hemos visto partir de Sevilla en Julio de 1615
en unión del Ldo. Bernardo de Toro, acompañado de sus
familiares y criados, entonando por los campos y pueblos
que atravesaban el «Todo el mundo en general», predi¬
cando y extendiendo la devoción. Así mismo vimos la aco¬
gida le hizo Felipe III y la alta honra que le dispensó,
que
designándole para ir como Embajador suyo al Pontífice
Paulo V, que tanto le distinguió durante su estancia en
Roma.
Mas su ferviente amor ycelo por la Santísima Virgen
y la Sagrada Eucaristía no los demostró solamente de esta
manera, sino con las dotaciones y rentas que dió con mano
espléndida y liberal. En 1634 dotó el oficio de Prima y Ka-
Glorias Sevillanas 575

lendas de las Vísperas de la Concepción con tal suntuosidad


de música, canto, aparató y repiques, que según el P. Aran-
da «se podría dudar si se reducía á este día toda la fiesta
del Misterio?>\ y continúa diciendo que á no estar dotada
la festividad principal, la dotara el Arcediano, porque cuan¬
do llegaba el día 8 de Diciembre, «ni su zelo tenía límites

ni término su devoción». Mas no pudiendo hacerlo así, cuales


eran sus deseos, demostrólo con el Hijo, y en 1613 dotó,
por escritura pública ante el escribano Gaspar de León, de
una manera fastuosa la fiesta
y octava del Corpus Christi;
pues si bien en esta Catedral veníase celebrando desde
muy antiguo con gran pompa y majestad, ahora se au¬
mentó á la fiesta mucho esplendor y riqueza con dotación
de asistencia que aumentó en 1637, nuevo altar y dosel,

cien candeleros de plata, terno blanco exclusivo para esta


solemnidad, con todas las piezas adherentes para el día,
como son frontaleras,
paños de púlpito, de cruz, cortinas
para cubrir el Sacramento, ricos faldones para las andas
de la Custodia, y altares portátiles de plata: dota así mismo
los sermones, música, repiques, iluminaciones y procesión,
en una palabra, todo
cuanto se relaciona con esta fiesta;
nombrándole el Cabildo, agradecido, Diputado perpetuo de
ella mientras viviese.
Dotó también el canto y música del Alabado en la Ca¬
tedral siempre que se renovase el Sagrario ó saliese su
Divina Majestad en procesión, así como su recitación por
los oradores sagrados en las fiestas del Cabildo, y para que
en las horas que median en el día del Corpus no faltase
la música.
Otra dotación dió para
los clérigos que conducen el pa¬
lio en las
procesiones del Sagrario de esta Catedral, cuya
fundación se conoce con el nombre de Capellanías de vara;
así como hizo otra para los mozos que llevan la sagrada
Custodia en el día del Corpus, y que formaban la herman-
5 76 Glorias Sevillanas

dad de Nuestra Señora de la Granada en el Patio de los

Naranjos.
Otras muchas obras de este género dejó, como las que
realizó en la capilla Real, donde empleó gran cantidad en
la restauración del trono de Nuestra Señora, costeándole
además un rico traje
para la fiesta de la Asunción, un
velo de raso rojo
cubrir todo el retablo y una preciosa
para
pieza de terciopelo bordado, para ser colocada en la parte
superior de dicho altar, donde en grandes caracteres de
bruñida plata leíase: «Sin pecado».

Fijó una dotación de cien ducados para el canto del


Credo romano todos los Domingos en esta Catedral, y otra

para velar la noche del Jueves Santo el Monumento, á más


de las obras que hizo fuera de la Catedral, y aun de Sevilla;

pues á él debe el sepulcro donde descansan los restos


se
del gran apóstol de Andalucía, próximo á ser venerado
en los altares, el Mtro. Juan de Avila, de quien era muy
devoto el Arcediano, habiendo hecho dos viajes á Mon-
tilla para visitar sus reliquias.
Á instancias suyas acordó el Excmo. Cabildo de esta
Catedral, en 16 de Enero de 1615, la construcción de la
nueva
capilla del Sagrario,
pues la que había era indeco¬
rosa é impropia de la grandeza de esta Catedral.
Juntamente con esta prodigalidad piadosa resaltaba en
él un extremado amor hacia la vida austera y pobre: des¬
pués de su portentosa conversión no hay que ir á buscarle
á la aristocrática casa de San Nicolás, pues habita ahora
en otra muyhumilde, inmediata á la Catedral, en el llamado
callejón de Santa Marta. El lujoso ajuar ha desaparecido,
convirtiéndose en una cama propia de hospital, pues la cons¬
tituían cuatro tablas sobre dos bancos, un colchón, algunas
sábanas, y mantas; y en otra pieza exterior veíanse algu¬
nas sillas de enea, una mesa con un Crucifijo, y una cala¬
vera; en las paredes cuadros con santos y ermitaños, cuya
Glorias Sevillanas 577

vida quería imitar medio del mundo. Su comida era dis¬


en
puesta y regulada por los directores físico y espiritual, que
obligábanle á alimentarse bajo conciencia, en atención á
su delicada salud; pues á consecuencia de su vida mortifi¬

cada contrajo una enfermedad de estómago, que le duró


toda su existencia, haciéndole padecer mucho, sin que ja¬
más se le oyera quejarse.
Mas todo este olvido y desprecio que sentía y usaba
él consigo mismo, tornábase en conmiseración para los des¬
validos y necesitados, sobre todo hacia los niños abando¬
nados, por los que se interesó mucho durante su vida, em¬
pleando en sus atenciones más de treinta mil ducados.
Eran escasas ó casi nulas las rentas para atender á estas

obligaciones en la casa de Expósitos; lo que, sabido por


D. Mateo Vázquez de Leca, lleno de piedad hacia estas
inocentes criaturas, encargóse de su cuidado en adelante,
mereciendo su caridad y celo
el Ldo. D. Luis Brochero
que
escribiese y le dedicase un libro Sobre el uso de esponer
los niños, que se publicó en esta Ciudad en 1626.
Otras veces salía en coche acompañado de su confesor,
é iba á buscar á los necesitados y desvalidos en sus mismas
casas, socorriéndolos secretamente vistiéndolos, para lo
y
cual llevaba buen repuesto de zapatos y ropas; sucediendo
más de una vez regresar á su casa desnudo de pies, por
haber cedido su calzado á algún anciano que lo necesitaba.
En cambio él, según un escritor de la época, «el vestido

que usava en invierno era sotana de paño, mudándole en


el verano en imperialete por sus achaques: los cuellos que
se ponia, eran de liengo ordinario, las medias de cordellate,

el jubón y calgones de paño pardo bien basto: nada de seda


admitía en sí; en la iglesia no se ponia sobrepelliz de oían,
mas de un liengo algo delgado, que no tenia mas aderezo

que estar limpia: no usaba guantes, ni en su casa abrigaba


con otra cosa las manos que con entrarlas alguna vez en las

73
578 Glorias Sevillanas

mangas de la sobreropa que solia ser de paño: y que ape-


sar de los calores de Sevilla, en que aun el vestido de ta¬
fetán fatiga en verano, no tanto admiraré su humildad y

pobreza quanto su mortificación en andar por el estío ves¬


tido de lana.»
Era tanta la devoción que tenía al patriarca S. Joaquín,
que todos los años en su día, recordando ser además el en
que celebró por vez primera la santa Misa, repartía una
gran limosna á quinientos ancianos, en metálico y pan; no
debiéndose olvidar que estando en Roma se concedió á sus
instancias el rezo de este Santo y que se introdujese en el

Breviario, así como más adelante trabajó por que se cele¬


brara en España la fiesta de los Desposorios de Nuestra
Señora, lográndose al cabo de algunos años; habiendo sido
además el infatigable promovedor del proceso de canoni¬
zación del venerable sacerdote, hijo del barrio de la Maca¬
rena, Hernando de Contreras, alcanzando, después de gran¬
des trabajos y dispendios, se incoasen las primeras diligen¬
cias de declaraciones de testigos, quedando todo paralizado
al ocurrir su muerte.

Una de las más le obligaron á volver de Roma


cosas que
después de haber conseguido los dos Breves de Paulo V y
Gregorio XV, fué la asistencia al coro, pues era grande la
complacencia y afecto que profesaba al canto de los divinos
Oficios, así que no había noticia que hubiera faltado nunca
á él, por muy enfermo que hubiera estado; para lo cual

quiso mudarse á las casas de Santa Marta, á fin de vivir,


si así puede decirse, en la Catedral misma por cuyo es¬

plendor y culto tanto se desvivía, renunciando por esto el


obispado de Tortosa y el arzobispado de Zaragoza, que le
ofreció repetidas instancias Felipe IV, alegando el Ar¬
con

cediano al Presidente de Castilla, en carta á él dirigida,


«que su vocaciofi era el Coro», para que así lo expusiera
al Monarca; aseverando sus coetáneos que la compostura y
Glorias Sevillanas 579

silencio que guardaba en él era tal, que sólo el contemplarle


infundía devoción y reverencia profunda; empleando el tiem¬

po que le quedaba libre en la oración y meditación; habiendo


nombrado para administrar sus bienes, á fin de que no le
distrajesen, al Racionero D. Francisco de Sosa, que se fué á
vivir á su misma casa, el cual luego dió muchas noticias
relativas á la vida y costumbres del Arcediano.
El pensamiento de la muerte y el de la eternidad eran
desde su conversión los que predominaban en su mente,
y los puntos principalísimos de sus meditaciones; compren¬
diéndose que así fuera, al considerar la mudanza tan radi¬
cal que en sus costumbres se obró, pues á no ser de esta
manera no se explicaría su vida de anacoreta, llena de pri¬

vaciones, penitencia, sobriedad y espíritu de oración, que


le transforman por completo en otro sér absolutamente nue¬
vo. Ocho años antes de morir hizo que cavaran en su ora¬
torio una fosa, donde colocó el ataúd en que á su muerte
habían de enterrarle, haciéndose retratar en el fondo, y en
un lienzo grande con la palabra «Eternidad» repetida va¬
rias veces, para que lo cubrieran.
Hizo testamento en el año de 1639; mas su desprendi¬

miento había acabado con los cuantiosos bienes que forma¬


ban su hacienda, repartiendo en vida sobre ciento cincuenta
mil ducados, así que apenas si tenía de qué disponer para
después de su muerte.
Esta ocurrió de
Junio de 1649, día último de la
en ri

octava del Santísimo


Corpus Christi, tan desprovisto de
bienes, que su entierro lo hizo de limosna el Excmo. Ca¬
bildo, habiendo acudido á él todo lo más principal de esta
Ciudad por la mucha estimación de que gozaba el Arce¬
diano, concediéndosele sepultura dentro de la Catedral, no
obstante la horrorosa epidemia que azotaba á Sevilla, si
bien D. Mateo no murió de ella, sino de congoja de ánimo
al contemplar los estragos que ésta hacía, señalándole una
58o Glorias Sevillanas

fosa inmediata al altar mayor enla nave del Evangelio, según


voluntad suya, siendo depositado en el mismo ataúd que
él hiciera construir en vida para este solemne momento.
Murió á los setenta y seis años de edad, cuarenta y nue¬
ve de los cuales hizo vida perfecta y cristiana.

Sobre su sepultura se colocó una losa con la siguiente


inscripción, redactada por el Racionero de la Catedral el
Dr. D. Martín Vázquez Siruela, peritísimo en Letras divi¬
nas
y humanas:

«Immortali Memoria? Sacrum.D. \ Mattheus Váz¬


quez de Leca, | Claris natalibus Hispali ortus, | et hu-
jus Ecclesice canonicus: | effusa in pauperes liberalita-
te, | ac insigni erga B. Virginem, \ cui se, suaque de-
voverat, \ observantia, Orbi notus: \ Romee presertim
diaturna legatione \ ad Piam Virgine Coticepcionis |
causamfovendam, ¡ strenuissime obita,
[ hoc loco sepe-
liri optavit; | ut e conspectu SS. Eucharistice, | cuites
cultum vivus egregie promoverat | ne mortuus quidem

avelleretur, ¡ vivere desiit auno CID. CIC. XLIX.

El Ldo. Bernardo de Toro.

Son muy distintos los caminos por los que Dios busca
y llama las almas á sí: van unas conducidas desde sus prin¬
cipios muy dulcemente, sin variar un ápice de la vía que se
les señalara, como esos mansos arroyuelos que esmaltan los
prados, que, noobstante las lluvias torrenciales del invier¬
no, apenas si en ellos se nota alteración ó cambio de im¬

portancia que les haga salir de su aspecto ordinario, sirvien¬


do siempre para recrear nuestra vista y alegrar el espíritu;
otras parece como que caminan á ciegas y empujadas á

todos lados, quedando maltrechas y destrozadas por las as¬


perezas y escollos de la vida, á igual que ocurre con los
Glorias Sevillanas 581

ríos, que encauzados prestan grande alivio á la humanidad,


mas cuando rebasan sus bordes precipítanse como fuerte
aluvión, arrasando cuanto á su paso encuentran. Este es el
contraste que hallamos entre la vida de Bernardo de Toro
y la del famoso varón que á la ligera acabamos de narrar:
sin embargo, todos van á cumplir un fin y objeto; naciendo
de esta variedad de caracteres y diversidad de circunstan¬

cias la gran ley de la humanidad.


Nació Bernardo de Toro en la ciudad de Sevilla el día 6
de Junio de 1570: fueron sus padres Esteban de Toro y
D.a Leonor de Basurto, naturales también de esta Ciudad,
en la que eran muy conocidos por su nobleza y buena po¬
sición. Ya entrado en edad competente, dedicaron á Ber¬
nardo al estudio de las Letras y de la Música, en la que sa¬
lió muy aventajado, luciendo siempre por la excelente voz
que poseía.
Guiado espiritualmente porel P. Hernando de Mata}
conoció éste con su
gran inteligencia la Suerte para que de¬
paraba el Señor á aquel gallardo mancebo tan celebrado
y aplaudido en la buena sociedad sevillana, inclinando su
corazón noble y virtuoso para que abrazara el estado ecle¬

siástico, al que era llamado por sus bellas prendas y con¬


diciones especiales. Impúsole en el estudio de las Letras

Sagradas y de la Teología, las que cultivó con gran apro¬


vechamiento, no quedándose atrás, sino caminando muy á
la carrera, en el estudio más importante de las virtudes

que deben adornar al perfecto sacerdote.


Persuadióle el P. Mata, en vista de su adelantamiento
espiritual y científico, á que recibiera las Ordenes sagra¬
das, obteniendo de Roma la correspondiente licencia de
dispensa de edad que para ello necesitaba. No dudó en obe¬
decer las indicaciones de su maestro, á quien acataba y se¬
guía en sus menores observaciones y consejos á fuer de
obediente discípulo.
582 Glorias Sevillanas

Logróse todo como el P. Mata quería, celebrando la pri¬


mera Misa Bernardo de Toro en el convento de Carmelitas
descalzas, en le apadrinó su venerable director,
cuyo acto
que presagiaba las grandes empresas á que estaba desti¬
nado su más predilecto
aventajado discípulo, á quien
y
amaba con verdadero cariño
paternal.
Apenas estuvo revestido de la dignidad sacerdotal, em¬
pezó á dar muestras de sus grandes talentos y dotes en el
confesonario, en la cátedra sagrada y en las lecciones de
sus
consejos y ejemplos.
La modestia era una de sus más principales virtudes,
demostrándolo en sus acciones y aspecto de tal modo, que
con sólo su
presencia predisponía los ánimos de los que con
él trataban. En el vestir fué siempre muy humilde, no obs¬
tante poseer grandes bienes de fortuna, disponiendo siem¬

pre de sus rentas, que sumaban ochocientos ducados anua¬


les, para socorrer secretamente á familias que, habiendo es¬
tado en buena
posición, habían venido á menos.
En principios teníale el P. Mata como auxiliar de
sus

confesonario, en cuyo puesto vino luego á sucederle con


gran aceptación de todos.
El Cabildo de esta Catedral le distinguió con el cargo
de predicador del pulpito de la Granada, por cuyo nom¬
bramiento puede comprenderse la fama y veneración de

que gozaría en Sevilla el P. Bernardo de Toro, pues este


púlpito sólo le ocupaban los más excelentes por
varones
sus virtudes y méritos, como fueron todos los que le tuvie¬
ron, y cuando aún estaban en la memoria de todos las vene¬
rables figuras del Mtro. Juan de Ávila y Hernando de Con-
treras.

Sus hijos de confesión fueron numerosísimos, merecien¬


do citarse entre ellos el devoto y castizo escritor de la Pa-

sión de Cristo, D. Lucas de Soria, capitular de esta Catedral.


Su humildad fué tan extremosa, que jamás permitió re-
Glorias Sevillanas 583

tratarse; y deseando sus discípulos


alguna estampa
poseer
de él, fué sorprendido varias veces por un pintor de Roma
mientras celebraba el santo sacrificio de la Misa, y logró
hacer su retrato, que juntamente con la imagen de la Con¬

cepción fué colocado en una lámina que se abrió en dicha


ciudad, de donde se remitió á Sevilla, sin haber nosotros
podido encontrar ninguna de ellas.
Distinguióse siempre por la devoción y afecto á la San¬
tísima Virgen, siendo objeto de su predilección la vene¬
randa efigie de Ntra. Sra. de los Reyes; piedad y afecto

que luego aumentó en muy alto grado, ocupando lugar pre¬


ferente en su corazón la del Misterio de la Inmaculada, por

cuya causa tanto se desvivió, viniendo á ser como la ocu¬


pación única y exclusiva de su vida, pues puede afirmarse
que desde 1613 á 1643, en ci1^ murió, no trató de otra
cosa que de la defensa de este Misterio; y en Sevilla, en

Madrid y otros puntos de España, y especialmente en Ro¬

ma, no se dedicó más que al estudio y progreso de la em¬

presa santa.
Hemos visto al hablar de las gestiones hechas por esta
Ciudad en
pro del asunto, figurar varios personajes, que
cada uno ocupa su lugar propio; mas entre los que apare¬
cen en primera línea, ninguno demostró la constancia de

ánimo, ni se esforzó personalmente, como lo hizo el Licen¬


ciado Bernardo de Toro, que los treinta años últimos de su

ejemplar vida fueron consagrados por sus escritos, por su


predicación, por sus trabajos, por sus gestiones y por sus
viajes al servicio de la Inmaculada Virgen María. No ha¬
bremos, por lo tanto, de repetir en este sitio lo que ya
hemos expuesto en otro lugar: allí referimos su primera en¬
trevista
con Fr. Francisco de Santiago; sus visitas al Ar¬
cediano de Carmona; allí vimos la parte esencialísima que
tomó en las célebres pláticas y conferencias del histórico
convento de San Diego; su activísima y ardiente propagan.
5§4 Glorias Sevillanas

da porlas calles de esta Ciudad, cantando la célebre letra de


Miguel Cid con la misma música que él compuso. (Véase
la lám. 15.) Y luego más tarde la honra con que le distin¬
guiera el Cabildo de la Catedral, nombrándole su gerente
en la Corte de España acerca de la majestad de Felipe III,

quien á su vez le designó, por ultimo, para la embajada


que remitiera al Santo Padre Paulo V, en unión del Arce¬
diano.
Demostró en Roma espíritu incansable y su verda¬
su

dero afecto y amor á la Santísima Virgen, como ya tam¬


bién pudimos ver, en las continuas y dilatadas conferencias
que celebró con los Cardenales; las audiencias que tuvo
con los Pontífices; en aquel continuo trabajar y agitarse,

escribiendo unas veces á los personajes más influyentes de

España para que hablasen y se interesasen por el feliz re¬


sultado del asunto, y otras influyendo con toda clase de

sujetos, á fin de conseguir el pronto despacho de los expe¬


dientes confirmativos de gracias, ó para declarar algún pun¬
to pertinente á la creencia pía.

El Ldo. Bernardo de Toro fué el agente más poderoso


de la Concepción, pues estaba tan consagrado á su defensa,

que por sus cartas se puede venir en conocimiento de que


no descansó ni un punto hasta que se promulgaron los Bre¬

ves de Paulo V y Gregorio XV;


por cuya razón podía ape¬
llidarse con toda propiedad, como así lo hacía firmando
los escritos y cartas, «El esclavo de la Virgen».
Descubrió así mismo este afecto á Nuestra Señora en

el empeño santo que puso en llevar adelante las declara¬


ciones pontificias en su favor,
obstante la oposición que
no
muchas veces encontraba, suscitada por los contrarios al
Misterio, sufriendo con gran resignación los disgustos que
esto le ocasionaba, y confiando siempre al Cielo el resul¬

tado de todo. Así, que cuando sus amigos é hijos espiri¬


tuales le escribían desde aquí para que regresase, en vista
Glorias Sevillanas 585

de las dificultades y grandes inconvenientes que el asunto


ofrecía, él contestaba con grandeza de alma: « Volver las

espaldas al enemigo, nó, dar la vida, si.»


Su espíritu y ardor por popularizar la creencia piadosa
fué tal, que ya dijimos anteriormente cómo logró levantar
al pueblo de Roma y salir por las calles y plazas procesio-
nalmente entonando el «Todo el mundo en general», para
que -así se cumpliera mejor el sentido de la tan repetida
redondilla; remitiéndonos aquí al capítulo donde se trató
esta materia, como complemento de estos ligerísimos apun¬

tes biográficos.
Debido á este fervor y
á su ejemplarísima vida, fué muy
distinguido el Pontífice Urbano VIII, á instancias del
por
cual se en Roma. El Cardenal Borja,
doctoró después Ar¬
zobispo de esta Diócesis, le apreciaba tanto, que continua¬
mente quería traerle á su lado, ya en la mesa, ya en el pa¬

seo. El Duque de Alcalá D. Fernando Enríquez de Rivera

logró que el Rey D. Felipe IV le presentase para el arce-


dianato de Zamora, después de darle Bernardo de Toro
y
las gracias yadmitir el nombramiento real, renunció la renta
de este beneficio en manos de S. S., aprovechando sólo
el venerable varón todas sus relaciones é influencias para

promover, á más del principalísimo asunto que le detenía


enRoma, las causas de beatificación de Fernando III de
Castilla, del P. Contreras y de la V. M. Sor. Dorotea.
Durante su
permanencia en la Ciudad Eterna fué tan
grande el número de papeles y documentos que coleccionó
relativos al Misterio de la Concepción, que pensaba formar
con ellos un libro; proyecto
que se frustró con su muerte,
recogiéndolos todos su íntimo amigo el sevillano Juan de
Lugo, de la Compañía de Jesús y que luego vistió la púr¬
pura cardenalicia. Formaban estos apuntes manuscritos un
voluminoso libro en folio, con este título: Verdadera, legal

y puntual Relación del favor, origen y principios que tuvo


74
586 Glorias Sevillanas

la devoción que en estos tiempos se ha excitado, ?io solo en


losRey nos de España, pero en los de las Indias, Orientales
y Occidentales, Reynos de Italia, y otras partes cerca de la
devocio7i de la purísima Concepción de la Virgen nuestra
Señora, concebida sin mancha de pecado Original; siendo
de suponer lo interesante de este manuscrito por el caudal

de noticias que pudo allegar tratando, como lo hizo, tan de


cerca en Roma el asunto de la Concepción.
También
publicó: «Circa institutionem Militaris Reli-
gionis Immaculate Conceptionisi>, y su traducción en caste¬
llano.
En 1618 escribió: «Memorial en relación de los Santos

y Reliquias que el Padre Doctor Bernardo de Toro, Pres-


bytero y natural de la Ciudad de Sevilla visitó en la Santa
Ciudad de Roma, Tolentino, Asis, y otras partes, dedicado
á la Serenísima Infanta Doña Margarita de Austria, religiosa

ejemplar en el Convento Real de las Descalzas de Madrid.


En Roma, 1618»; demostrando en todas estas publicacio¬
nes su pericia
en los asuntos que trataba.
En el año de 1643, siendo este varón Prior y Admi¬
nistrador del hospital de Santiago de los Españoles en Ro¬
ma, acometióle una enfermedad que acabó con él, muriendo
el día 12 de Noviembre, á los setenta y tres años de su
edad, después de recibir los Santos Sacramentos, mostrán¬
dose en sus últimos instantes tan ejemplar y piadoso como
en vida había sido: sus últimas
palabras fueron de encare¬
cimiento al P. Lugo, diciéndole «que persistiera y no aban¬
donara la defensa de la causa de la Concepción, que él con
sus oraciones le ayudaría desde el Cielo, donde esperaba

ir por la Misericordia de Dios».


Al recibirse la noticia en Sevilla, dispuso el Arzobispo
D. Pedro de Castro se le hiciesen suntuosas honras, cual
merecía por sus virtudes y servicios á la Iglesia, especial¬
mente por haber promovido con tanto éxito el culto y de-
Glorias Sevillanas 587

voción de la Virgen. El Pontífice mandó se escribiese su


vida, que no llegó á publicarse; así como con su muerte
se dejó en olvido el proceso de canonización del V. P. Her¬

nando de Contreras.
El más cabal contemporáneo suyo,
encomio, según un
encuéntrase en las
palabras de S. Isidoro al santo Elias:
«Sacerdos magnus fides plenus, devotione summus, in la-
boribus fortis, in industria solers, in excellenti ingenio prce-
ditus, in disciplines sanctee meditatione assiduus, metuque
mortis intrépidas.»
Está enterrado en la
iglesia de Santiago de la Ciudad
Eterna, siendo su epitafio el siguiente:

«D. O. M.
| Doctor Bernardas de Toro | Hispa-
lensis:
\ pro Hispaniarum Rege | in causis Inmacu-
latce ¡ Conceptionis Mariis, \ et canonizationis S. Re-

gis Ferdinandi | agens in curia; j in hac ecclesia


S. Jacobi asse hcerede j bis administrator; | Origina-
lem Marice Innocentiam \ ardenter promovit: | Fes-
tum Conceptio7iis liberaliter \ dotavit: \ vivens solem-

niter celebravit: | Obiit ann. MDC.XLIII. mens. No-


vembr. die XII. | Quod es fui \ Quod sum eris.»

Fr. Francisco de Santiago.

Corazón de fuego, y alma que no vivía sinó de la con¬


templación de las cosas del Cielo, absorto siempre en la
consideración de los grandes Misterios, encendido por su
ferviente oración y arrobado continuamente con las inspira¬
ciones celestiales, fué destinado providencialmente por la
santa obediencia de la familia franciscana para venir al con¬
vento de San Diego de Sevilla, y puede decirse de él que
vino á avivar más y más aquel volcán de la devoción sevi-
588 Glorias Sevillanas

llana, dispuesto á iluminar con sus resplandores la faz en¬


tera del orbe cristiano.
Era natural de la ciudad deFregenal en Extremadura,
donde nació el 30 de Agosto de 1567. Siendo de muy corta
edad pasó á América, donde estuvo dedicado al comercio
hasta entrado en años; mas conociendo que Dios le bus¬
caba por otro camino, se ordenó de sacerdote en el obis¬

pado de las Charcas, cuyo prelado le distinguió con eleva¬


dos cargos en atención á sus virtudes y condiciones.
Mas este espiritual varón aspiraba á la práctica de la
vida evangélica en su mayor perfección, por lo que deter¬
minó ingresar en la vida religiosa; para lo cual volvióse á

España, é hizo antes algunas peregrinaciones al santuario


de Nuestra Señora de Guadalupe, al de la Virgen de la Ca¬
beza y á Santiago de Compostela. Pasó luego á comunicar
su resolución al Rdo. P. Provincial de Franciscanos des¬
calzos de la provincia de San Gabriel, el que desde luego
le admitió á la probación; y al siguiente año de 1604 hizo
su
profesión solemne, el día de la Purificación de Nuestra
Señora, en el convento de Monte-Coeli, adoptando el sobre¬
nombre de Santiago por su amor al Apóstol.
Su vida fué ejemplarísima: su trato y carácter dulce y
y afable con todos los que á él llegaban. Distinguióse en
la predicación, á la que daba todo el fuego y vehemencia
que abrigaba en su pecho por Jesús y por la salvación de
las almas. Su ocupación continua cuando vacaba á las obli¬

gaciones de la comunidad era la oración, siendo favorecido


con el dón de
profecía. Con frecuencia iba á hacer oración
al monasterio de Guadalupe, donde su alma se arrobaba
en éxtasis divinos,
y recibía tan abundantes consolaciones,
que le hacían exclamar entre amorosos afectos «que no po¬
día sufrir tanta g/oria y mercedes tan altas». Más de una
vez, orando ante tan divino simulacro, sesintió inspirado
sobrenaturalmente en los arcanos de las Sagradas Escritu-
Glorias Sevillanas 589

ras relativas al Misterio de la


Concepción, que era el más
predilecto alma, habiendo en este templo oído aque¬
para su
lla voz que le dijo: « Trata del Misterio de mi Purísima

Co7icepcion, porque ya ha llegado el tiempo»; y dudando él


de sus fuerzas y
medios necesarios para promover tan ar¬
duo negocio, escuchó: «No eres tú quien lo has de hacer,
prendas llevarás que te aseguran.»
Indudablemente que estas prendas fueron sus relaciones
con la familia Real, con la
que entró en tratos .íntimos á
consecuencia de haber sido designado para Confesor de la
Reina D.a Margarita de Austria, mujer de Felipe III, y

principalísimamente los piadosos varones sevillanos que el


Cielo tenía deparados para tan alto asunto. Su amor á la

Virgen Inmaculada era tal, que una vez fué sorprendido


por un religioso hermano suyo en el acto de templar al
fuego un hierro con la cifra del santo nombre de María,
con el fin de grabarlo en su rostro; pues él sólo quería apa¬

recer ante el mundo como verdadero esclavo de Nuestra


Señora.
Le hemos visto llegar á Sevilla en 1614, al convento
de San Diego, donde en unión de Fr. Juan de Prado, fray
Diego de Xaramillo, el Arcediano de Carmona y el licen¬
ciado Bernardo de Toro, prepararon aquellas escenas y prin¬

cipios tan ruidosos y de tanto significado en la historia del


dogma de la Concepción. Allí relatamos su primera entre¬
vista con el P. Bernardo de Toro en el convento de la En¬

carnación; sus conferencias yplanes conducentes al objeto


que se proponían, y la grande y decisiva influencia de su
palabra para enardecer los ánimos de los sevillanos desde
los pulpitos de las iglesias de esta Ciudad: su venerable

figura en la célebre procesión de 23 de Enero de 1615 des¬


cuella en primer término, así como en las numerosas que
le siguieron: por último se le ve marchar á la Corte antes
de salir de esta Ciudad los agentes de la causa, con el ob-
590 Glorias Sevillanas

jeto de recordar al Rey D. Felipe III la palabra que le diera


de patrocinar este negocio cuando se tratara de promo¬
verlo; y al estar todo preparado, antes de salir para Roma,
nombrados por el Rey de España, los egregios varones que
han de impetrar del Pontífice la declaración del Dogma de
la Concepción, por el cual tanto se había afanado en su
vida el humilde religioso Fr. Francisco de Santiago, se le
ve partir, después de despedirse de sus
santos compañeros,
para el convento de Placencia, y de allí, luego de residir
algún tiempo en el de Alburquerque, para el de Nuestra
Señora de la Luz en Brozas, donde, después de haber cum¬
plido misión en esta tierra, agravado de una enfermedad
su
que padecía, recibió los Santos Sacramentos, y dispúsose
para morir, entregando su espíritu el i 5 de Diciembre de
1616, día de la octava de la Concepción, siendo las últimas
palabras que pronuncian sus labios el sacrosanto nombre
de la Inmaculada Virgen Alaría.
Sobre su sepulcro se colocó la inscripción siguiente:

H. S. E. j V. P. Fr. Franciscus a Sancti Jaco-


bo \ B. Alarice Virginis Dei Genitricis | absque labe
conceptee originali \ piissimus cidtor ac propugnator \
sancto fine quievii die XV Decembris \ anuo Domi-

ni AIDCXVI. | P. I. P. A.

El Arzobispo D. Pedro de Castro.

Nació D. Pedro de Castro Vaca y Quiñones en la villa


de Roa de la provincia de Burgos el día 14 de Mayo de 1534.
Le dirigió en los años primeros de su (1) vida el V. P. Pe-

(1) Mystico Ramillete, | Histórico, Chronologico, Panegírico, | Te-


xido | de las Tres Fragantes Flores del Nobilissimo | antiguo Origen, exem-
Glorias Sevillanas 59i

dro Fabro, uno de los fundadores de laCompañía de Jesús.


Estudió Valladolid, y se ordenó en 1561, ocupando el
en

arcedianato de Salamanca después de haber sido graduado


con la licenciatura en la misma Universidad. En 1578 ob¬
tuvo Real cédula por la que se le nombraba Presidente de
la Real Chancillería de Granada, y después de la de Va¬
lladolid.
En 1589 recibió las Bulas nombrándole Arzobispo de

aquella ciudad, después de una gran resistencia que había


hecho á ello, lo mismo que á las mitras de Tarragona y
Calahorra, pues sus intenciones desde que recibiera el Or¬
den sagrado fueron retirarse á la vida cenobítica; de lo que
le disuadieron muy graves y doctos varones.
Durante su episcopado
en Granada se distinguió por
su celo en la buena administración de las cosas eclesiásti¬
cas; visitó todos los pueblos del arzobispado, edificó mu¬
chos templos, inspeccionó la enseñanza y repartió abun¬
dantes limosnas á las clases necesitadas.
En 1610 fué propuesto para la Sede hispalense, de la
que tomó posesión personalmente á 7 de Diciembre del
mismo año, cuando contaba setenta y siete de edad, por lo

que se podrá comprender, juntamente con su vida laboriosa


y activa, el estado de su quebrantada salud; no obstante lo

plarissima Vida, meretissima Fama posthuma | del Ambrosio de Gra¬


y
nada, segundo Isidoro de Sevilla, y segundo | Ildefonso de España, Espejo
de Juezes Seculares y exempiar | de Eclesiásticos Pastores, | El Illmo. I. V.
Sr. Don Pedro | de Castro Vaca, y Quiñones, | Presidente Integerrimo de
las dos Chancille | rias de España, dignissimo Arzobispo de Granada, y

Sevilla, y | Fundador Magnifico de la Insigne Iglesia Colegial del | Sacro


Monte Illipulitano. | Dalo á la Luz Publica | El Doct. D. Diego Nicolás

de Heredia Barnuevo, | Canónigo Presidente de dicha insigne Iglesia Colé,


gial,... | Y lo dedica | Al Illmo. Sr. D. Juan Francisco de la Cueva, | y
Zepero, Cavallero del Orden de Calatrava, Colegial en el Mayor | de Santa
Maria de Jesús Vniversidad de Sevilla, Alcalde del Cri | men,... | Impresso
en Granada en la Imprenta Real Año de 1741.
592 Glorias Sevillanas

cual su espíritu no decae en los oficios anejos á su alto


cargo, viéndosele continuamente en todos aquellos actos
que reclamaban su investidura como Prelado.
Mas lo quele hizo notable en Sevilla fué su entusiasmo
y amor por el Misterio de la Concepción Inmaculada, am¬
parando con su protección á los promovedores de su culto,
y acogiendo como suya la idea y plan fraguado por los res¬
petables varones que se reunían en el convento de San Die¬
go, de marchar á Roma para pedir á S. S. la declaración
del Dogma. No es de extrañar que así lo hiciera nuestro ve¬
nerable y piadoso Arzobispo, que había colocado en todas
las habitaciones de su palacio el rótulo «Maria non tetigit

peccatum primi hominis».


Elayudó grandemente al felicísimo éxito que tuvo el
asunto, primero en la Corte y luego en Roma, escribiendo,
como ya hemos visto, á todos los prelados de España, á

los individuos del Consejo Real, á los Cardenales, á los Em¬

bajadores de Felipe III cerca del Pontífice, y á todas cuan¬


tas personas pudieran influir para el mejor despacho de las

negociaciones pendientes.
Se ofreció D. Pedro de Castro á ir á Roma personal¬
mente después de la buena acogida dispensara el Rey
que
á los agentes de la ciudad de Sevilla; y lo hubiera realiza¬

do, á no impedírselo su avanzada edad: mas él desde aquí,


y á pesar de sus muchos años, demostró un tesón y ener¬
gía tales para la mejor marcha y pronta decisión de la cau¬
sa emprendida, que no eran propios de un anciano, y sí

que pregonaban muy claro su gran fe y vivísimo afecto al


dulce é inefable Misterio. Por eso seguía con gran interés,
no sólo el movimiento piadoso que notaba en su archidió-

cesis, sino los contados pasos por que marchaba en Roma


el arduo asunto, que preocupaba tanto á esta Ciudad y á
sus Cabildos.
Y cuando en el célebre día 22 de Octubre de 1617 se
Glorias Sevillanas 593

recibe aquí á las altas horas de la noche la primera noticia,


feliz precursora del resultado final que se presagiaba, vésele
levantar de su lecho lleno de entusiasmo y alegría, man¬
dando á sus criados que iluminen las ventanas del palacio
y sus puertas en señal de regocijo, y á aquella misma
abran
hora tan avanzada recibe con el corazón lleno de júbilo al

pueblo de Sevilla,que invade los salones de su casa para


darle la enhorabuena. Dispone, después de oir la primera
palabra del Supremo Pontífice, lo necesario para prestar
su juramento unión de los Senados Eclesiástico y Civil;
en
que él, no obstante sus ochenta y cuatro años de vida, no
quiere bajar al sepulcro sin rendir este hermoso pleito ho¬
menaje de su acendrada devoción á la Reina del Cielo y
de la Tierra.
Su eficacísima
cooperación en la hermosa causa de la
Concepción hemos podido verla en los capítulos XI y XII,
disponiendo de la manera más acertada aquella magnífica
manifestación que salió del Sagrario de esta Catedral, y en
la cual tomaron parte todas las clases, sin distinción de no¬
ble ó plebeyo, rico ó pobre, eclesiástico ó seglar, y la cual él
preside, consiguiendo así hacer patente el común sentir y
la arraigada opinión religiosa del pueblo sevillano en orden
á este Misterio. El otorga después los poderes que llevaron
á Felipe III D. Mateo Vázquez de Leca y el Ldo. Bernardo
de Toro, como agentes de la causa, entregándoles cartas
para el Presidente del Consejo de Castilla, para los Arzo¬
bispos de Toledo, Zamora y Jaén,
el Conde-Duque
y para
y otros personajes, que influyeron poderosamente en la más
pronta decisión del negocio.
Y no obstante su entusiasmo, admira su cordura con¬

teniendo la efervescencia del pueblo piadoso, evitando las


malas consecuencias que pudieran tener las disputas de las
opiniones en pro y en contra; y al par que se le ve consultar
con los hombres de ciencia
y examinar detenidamente las
75
594 Glorias Sevillanas

proposiciones de las hermandades de los Nazarenos, de los


Sacerdotes y otras, cuando piden estas corporaciones las
censuras y aprobaciones de sus acuerdos
para hacer el voto
y juramento de defender, hasta derramar su sangre si pre¬
ciso fuera, el Misterio de la Concepción, dilatando el despa¬
cho de estos asuntos por más tiempo que el que los fieles
hubieran deseado, da las más severas instrucciones á los
vicarios de su extensa diócesis para
delatar á los impugna¬
dores de la pía creencia, y nombra Juez especial de este
asunto, para la persecución y castigo de los que hablasen en
público en este sentido, á su Provisor D. Félix de Ocampo.
Su piedad ayudó á la piedad de Sevilla en el asunto,

pudiéndose contar á nuestro Arzobispo como uno de los


primeros propagadores y defensores del Misterio; y su celo
y ejemplo estimularon á otros prelados de España para
estatuir el voto y juramento, y promover la fundación de
hermandades y cofradías de la Concepción, que luego se

distinguieron por sus demostraciones religiosas de piedad


y afecto.
Después de celebrar gran fiesta en la Catedral de Se¬
villa, en acción de gracias por el Breve de Paulo V, en cuya
solemnidad ofició de Pontifical no obstante su avanzada
edad, puede decirse que empezó con este acto á prepararse
para su muerte, que ocurrió, aun no trascurridos dos años,
á los ochenta y nueve de su vida. Sus restos mortales des¬
cansan en la iglesia del Sacro Monte de Granada, donde
él dispuso por testamento fueran depositados. (Véase la
lám. 19.)

No siendo nuestro ánimo hablar sino sólo de los sujetos


más principales, omitimos hacerlo de un sinnúmero de va¬
rones notables por la participación que tuvieron en la pro¬

pagación y defensa del culto concepcionista, como fueron,


entre otros, el limo. Sr. D. Gonzalo de Ocampo, que tanto
Lám. 19.

El Arzobispo D. Pedro de Castro.


I— ■- . 5 \—

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'
Glorias Sevillanas 595

se distinguió en la información jurídica que se abrió contra


los impugnadores de la creencia pía en esta archidiócesis,
dotador magnífico de los Maitines de la Concepción, y fun¬
dador del colegio de este nombre ó de las Becas.
El espléndido y devoto D. Gonzalo Núñez de Sepúl-

veda, cuyo nombre siempre aparecerá en primer lugar al


hablarse de la historia del Misterio de la Inmaculada por
su ferviente amor á las
grandezas de su culto.
Los dotadores de lascapillas concepcionistas en esta
Catedral, el Chantre D. Juan de Medina, D. Juan de la Pue¬
bla, y el Jurado D. Francisco Gutiérrez de Molina.
Las ilustres damas D.a Andrea Ossorio, D.a Josefa Ba¬
rros y D.a Juana Rodríguez, fundadoras de la Hermandad
y fiestas en la parroquial de Señora Santa Ana.
D. Cristóbal Rodríguez Calvo, que instituyó capellanías

y otras fundaciones para la Concepción en la parroquia de


San Andrés.
El Racionero D. Andrés Segura, fundador de la her¬
mandad de San Pedro Advíncula.
La noble fundadora del convento de la Concepción de
San Juan de la Palma, y luego del monasterio de Santa
Paula, D.a Ana de Santillán; y las del de igual nombre en
la feligresía de San Miguel, D.a Violante, D.a Elvira Díaz
de Vargas y D.a Inés de Baena.
El Obispo de Esquiladle, limo. Sr. D. Alonso Fajardo
Villalobos, fundador del de Santa Justa y Rufina, dedicado
á monjas concepcionistas.
Tomás Pérez, á cuya propuesta hizo el voto y juramento
de defensa la Hermandad de Nazarenos; así como el presbí¬
tero Juan Gómez Vallejo, en la de San Pedro Advíncula.

El Veinticuatro D. Juan de Vargas Sotomayor, propo¬


niendo á la Ciudad haga el solemne juramento de la de¬
fensa.
Fr. Diego de Xaramillo, Guardián que fué del convento
596 Glorias Sevillanas

de San Diego, que tanto ayudó á los que allí se reunían.


El devotísimo Juan Clemente, vecino de la parroquia
del Sagrario é individuo de su Hermandad Sacramental,

que es el que coloca por vez primera en las calles de Se¬


villa retablo de la Concepción, tributándole culto público;

y Bernabé Escalante, que continuó después en este mismo


espíritu y devoción.
El Cardenal D. Gaspar de Borja, Arzobispo de Sevilla,

que tanto protegió á sus embajadores por la causa de la


Concepción en Roma, estando en dicha ciudad como Le¬
gado de Felipe III.
El Arcediano D. Félix de Guzmán; los ilustrísimos se¬
ñores D. Gaspar Camargo, Obispo de Centuria, D. Domin¬
go Pérez de Rivero, de Gadara, D. Isidro Alfonso de Cani¬
llas, de Zamora, D. Gabriel Torres, de Militene, todos los
cuales se distinguieron promoviendo el culto de Nuestra
Señora; sin omitir al incansable Obispo de Bona, ilustrísi-
mo señor D. Juan de la Sal, que figuró en las principales
fiestas que se hicieron en esta Ciudad en el primer tercio
del siglo XVII.
D. Antonio Bustamante, fundador del Orden Militar de
la Concepciónen esta población.
El Cardenal D. Fernando Niño de Guevara, estable¬
ciendo en las sinodales de este
arzobispado la fiesta de la
Concepción como de primera clase, y de precepto en toda
la diócesis.
Los negros Fernando de Molina y Pedro Francisco
Moreno.
El Sr. D. Diego Sarmiento de Sotomayor, Conde de
Salvatierra, Asistente de Sevilla.
Fr. Bruno de Solís y Valenzuela, extendiendo la devo¬
ción por medio de la estampación de láminas y grabados.
D. Alonso Gómez de Rojas, ilustre capitular, agente
en Roma de la causa de la Concepción.
Glorias Sevillanas 597

El caballero sevillano D.
Enrique de Guzmán, memora¬
ble por su acendrada y ardiente devoción á la Inmaculada,
como lo demostró en las gestiones que practica en Madrid

en los reinados deFelipe III y IV para coadyuvar á la pro¬


mulgación de los Decretos pontificios que salieron en pro
de la opinión piadosa; á cuyo efecto, como ya hemos dicho
en otro lugar, dejólo en la Corte de
España D. Mateo Váz¬
quez de Leca, pasando luego á Roma con igual encargo á
la vuelta del Arcediano. Fué agraciado con el título de Em¬

bajador de la Orden Militar de Nuestra Señora cerca del


Rey de España en 1626. Presentó á Felipe III un memo¬
rial pidiendo se pusiese en la moneda el busto de la Con¬

cepción, como dijimos en el capítulo VIII, y escribió un tra¬


tado, que no se imprimió, titulado De Immaculata Virginis
Conceptione. D. Juan Antonio Alcázar le compuso una em¬
presa heráldica alabando su devoción al Misterio, que expli¬
có luego en un discurso el poeta Juan de Jáuregui; el cual
se conserva inédito en la biblioteca
capitular Colombina.
El Dr. Francisco Fontanilla Gil, Rector de la Universi¬
dad de Santa María de Jesús, estableciendo el Estatuto de
la defensa del Misterio para los graduandos y profesores
de dicho centro literario; y otros muchos que sería prolijo
enumerar.

Igual plan hemos de seguir con respecto á los pintores


y escultores que han expuesto el Misterio, ocupándonos con
especialidad de aquellos más sobresalientes y que con toda
propiedad podemos designar con el título de artistas de la
Concepción, por ser los que más se han señalado en su re¬
presentación por la originalidad, excelencia y número de
estas obras; pues evidente es que, de tener que tratar de

los pintores ó escultores que en esta Ciudad han ejecutado

alguna obra de la Concepción, habría necesidad de hablar


de todos los maestros de la Escuela sevillana, pues que to¬
dos tienen alguna pintura ó escultura dedicada á este asunto.
598 Glorias Sevillanas

Luis de Vargas.

Nació en Sevilla en 1502. Desde niño dedicóse al arte


de la pintura; mas deseando perfeccionarse y abandonar
las enseñanzas de la antigua Escuela, se marchó á Italia,
donde permaneció siete años según D. Antonio Palomino,

y veintiocho según Francisco Pacheco: lo cierto es que al


regresar á su patria traía un nuevo estilo y manera de pin¬
tar, que le constituyen en uno de los fundadores de la Es¬
cuela sevillana, pudiendo ser considerado como gran maes¬
tro en el arte de la pintura.

Fué muy correcto en el dibujo, dedicándose en esta Ciu¬


dad á la pintura al fresco y al óleo. Dice de él Ceán Ber-
múdez: «Nada hay mas exacto que sus contornos nada mas

grandioso que sus formas, ni cosa alguna mejor entendida


que sus escorsos, pues superó en estas partes á cuanto pin¬
taron después de él sus mas acreditados paisanos. Si en

las tablas de Vargas hubiese ambiente y graduación de


luces y tintas como tienen brillantez en el colorido, buenos

partidos de paños, ternura y espresion en los semblantes,


nobleza en los caracteres y actitudes, gracia y buen ayre
en las cabezas y figuras, y una puntual imitación de la na¬

turaleza en los accesorios, hubiera sido el mejor pintor de

España.»
La obra magistral debida á su pincel, y por la cual pre¬
cisamente le damos preferente lugar en este libro, es la co¬
nocida vulgarmente con el nombre de La Gamba, aludien¬
do á la pierna de Adán, tan valientemente escorzada se¬
gún la frase de Mateo Pérez Alesio, que al verla le dijo:
«Piu vale la tua gamba, cKl mió San Christophoro.» La
importancia que tiene esta obra como monumento icono¬
gráfico en la historia de la Concepción, juntamente con su
Lám. 20.

Luís de Vargas.
Glorias Sevillanas 599

inmenso valor artístico, vímosla al hablar de la capilla del


Chantre D. Juan de Medina en esta Catedral, que es á quien
pertenece dicha fundación. (Véase la lám. 5.a) Allí hicimos
su análisis, pudiendo
añadir ahora que en esta obra cam¬
pean en grado muy superior todas las dotes que acabamos
de enumerar como propias de Luis de Vargas.
Muchas y muy buenas son todas las pinturas que se
conservan de este artista, pudiéndose enumerar á más de

la dicha el retablo con el Nacimiento y otros Misterios de


Nuestra Señora que está enla Catedral; el de la Piedad,
en Santa María la Blanca; el fresco que se ve en el patio
de la Casa de la Misericordia, representando el Juicio Final;
algunas en el hospital de la Sangre; la calle de la Amar¬
gura del retablo de la esquina de Gradas, encima de la ca¬
pilla de Nuestra Señora de la Antigua; los frescos de la
Giralda, y otras no menos notables.
El nombre de Luis de Vargas siempre importará mucho
á la Escuela pictórica sevillana, pues á él se debe el nuevo
rumbo que tomó á la vuelta de este artista de Italia, apro¬

piándose los elementos que trajo, para sobre ellos fundar


el estilo propio de nuestros artistas.
Fué de carácter muy dulce y apacible.
La vida de Vargas fué ejemplarísima, pues confesaba

y comulgaba con gran frecuencia, siendo muy dado á la


contemplación de la Pasión de Nuestro Señor y de las pos¬
trimerías del hombre, para lo que tenía en su estudio un
ataúd. Encontráronsele á su muerte cilicios y varios ins¬
trumentos de maceración. Murió en esta Ciudad el año
de 1568. (Véase la lám. 20.)

Francisco Pacheco.

Ignórase el lugar donde viera la luz por primera vez este


6oo Glorias Sevillanas

insigne maestro, que tanta fama goza como pintor y ele¬


gante poeta. Mas sea ó no hijo de esta Ciudad, su gloria
pertenece de lleno á Sevilla, como lo expresó D. Francisco
de Quevedo en una silva que compuso, donde parece lo
declara desde luego como hijo de ella:
«Por
tí, honor de Sevilla
El docto, el erudito, el virtuoso
Pacheco, con el lápiz injenioso
Guarda aquellos borrones
Que honraron las naciones,
Sin que la semejanza
A los colores deba su alabanza
Que del carbón y plomo parecida
Reciben semejanza, alma y vida.»

Debió nacer, historiador D. José M. Asensio


según su
y Toledo (i), el año de 1573 ó el 1574. Fué sobrino del
célebre Ldo. Francisco de Pacheco, canónigo de esta Cate¬
dral, varón de grandes letras y erudición. Desde niño se
dedicó al arte de la pintura, bajo la dirección del pintor de

sargas Luis Fernández, en esta Ciudad, donde vivía al lado


de su tio, el cual le impuso también en el estudio de las
Letras desde su más temprana edad.
Fué muy dado á la imitación del estilo de Rafael de
Urbino, como dice en su Libro de la Pintura: «á quien por
oculta fuerza de naturaleza desde muy tiernos años he pro¬
curado siempre imitar, movido de las bellísimas invenciones

(1) «Francisco Pacheco, | sus obras | artísticas y literarias j especial¬


mente | el libro de descripción de verdaderos retratos | de ilustres y me¬
morables varones | que dejó inédito. | Apuntes ¡ que podrán servir de in¬
troducción á aquel libro | si alguna vez llega á publicarse | por D. José
M." Asensio. | Sevilla. | Francisco Alvarez y C.a Impresores. | Tetuan 24.»
Del mismo autor es el siguiente libro:
«Francisco Pacheco | sus obras artísticas y literarias | Introducción | é
historia del libro | de descripción de verdaderos retratos | de ilustres y me¬
morables varones | que dejó inédito | Sevilla [ Imp. de E. Rasco, Bustos
Tavera i.° | 1886.»
Glorias Sevillanas

suyas y de papel original de la escuela, de su mano, de


un
aguada, vino á mis manos, y he conservado muchos
que
años há, debuxado con maravillosa destreza y hermosura.»

Sus primeros trabajos en 1594 fueron las pinturas que


hizo de los estandartes en damasco carmesí para las flotas
de Nueva España.
Dedicóse con gran maestría á encarnar y estofar las es¬
culturas y á dar perspectiva á los bajo-relieves, pues de

su mano son esta clase de trabajos en la soberbia estatua

de S. Juan Bautista que hizo Pedro Núñez Delgado para


el convento de San Clemente, lo mismo que la encarnación
del Cristo de la Cartuja y el Sto. Domingo de Porta-Coeli,
hechuras de Montañés.
Su fama y nombre hicieron que en1618 le nombrase
el Tribunal de la Inquisición
para que velase sobre la de¬
cencia y decoro de las pinturas de asuntos religiosos.
Tuvo por discípulos, entre otros, á los muy afamados
Alonso Cano y Diego Velázquez de Silva, el último de los
cuales casó luego con su hija D.a Juana de Pacheco.
Estuvo en Madrid el año de 1611 estudiando las gran¬
des obras del Palacio Real y las del Escorial, siendo nom¬
brado 1623 pintor de Cámara de Felipe IV.
en

Fué correcto en el dibujo, y muy guardador de las re¬


glas de la composición, estudiando mucho las obras que
emprendía, si bien en el colorido no tuvo la dulzura de
Murillo.
La importancia de Francisco Pacheco para este trabajo
nuestro dedúcese por haber antecedido á Bartolomé Este¬
ban en la representación iconográfica más clásica de la

Concepción, y por marcar un grado en la escala que siguió


el arte cristiano para llegar á sus manifestaciones últimas
en este asunto. Verdad es que ya Pedro
Campaña había
pintado, cuando empezó Pacheco, su hermoso cuadro de
la Concepción para la iglesia parroquial de Señora Santa
76
602 Glorias Sevillanas

Ana, cuya obra es el primer documento artístico que en la


materia existe. Mas indudablemente Francisco Pacheco ex¬

tendió y vulgarizó el pensamiento, haciéndolo más intere¬


sante los místicos atributos que siempre ponía en estas
por
representaciones, y por haber fijado teóricamente en su Li¬
bro de la Pintura la para su expresión y significado,
norma

que con algunas variantes sirvió luego á Murillo.


Fué el cuadro de la Concepción que hoy se conserva
en la Sala de actos de la Academia de Bellas Artes obra
de este maestro, tan admirado y aplaudido por sus discí¬
pulos, que apenas si quedó alguno que no le dibujara; á lo
que se debe el sinnúmero de las copias que se conocen
de él.
Sin embargo, en Pacheco hay que admirar algo más
que al erudito y al pintor especulativo, y precisamente esto
sucede en la representación del Misterio concepcionista; su
bellísimo cuadro de la Inmaculada en la iglesia de San Lo¬
renzo siempre le dará un
lugar muy preferente como ins¬
pirado pintor de la Concepción. Al hablar de este templo
hicimos el juicio de su grandiosa obra, sintiendo nosotros
no haber podido dar reproducción de ella
en este libro, pues
juzgamos que es un monumento del arte de la pintura en
Sevilla y dato de gran aprecio y valía para escribir la his¬
toria de los pintores de la Inmaculada. ¡Lástima es que el
cuadro no pueda ser admirado y visto como merece por
los aficionados é inteligentes, para lo que debiera sacarse
del lugar donde se halla, ó poner dicha capilla en condi¬
ciones de poder visitarla, para estudiar el hermoso lienzo
de Pacheco.

Siguiendo un mismo modelo y tipo trazó este maestro


sus Concepciones, puede verse por la comparación de
como
éstas con la que pintó para la capilla de la Granada en la

Catedral, en memoria de su cantor popular Miguel Cid, cu¬


yo retrato puso al pie del cuadro. (Véase la lám. 8.a)
Glorias Sevillanas 603

Como se ve por estas sus tres obras más principales del


Misterio, prescindió en
no ninguna de los atributos propios
del mismo, como son el huerto, la palma, el Sol, la Luna,
la torre yla ciudad, poniendo siempre para significar estos
dos últimos la Giralda y una vista de Sevilla, expresando
al par de esta manera el cariño de nuestra Ciudad á la

Virgen.
Mas no ya sólo por medio de los pinceles demostró
Francisco Pacheco su entusiasmo por
la Concepción, si que
también con lapluma salió á la defensa de la Virgen Purí¬
sima, no ya bosquejando y trazando la iconografía del Mis¬
terio en su Libro de la Pintara, como vimos en el capí¬
tulo III, sino en el terreno de la discusión, publicando un
folleto, Apacible conversación entre un Tomista y un Con¬
gregado del Misterio de la Purísima Concepción de
acerca
Ntra. Si'a., que se imprimió en Sevilla el año 1620 por
Francisco de Lyra.
Lleva una dedicatoria «Á la venerable Hermandad de
la Santa Cruz en Jerusalen, en San Antonio Abad», en la
que se muestra ardientemente concepcionista. Dice:
«Por muchas razones, reduzco a tres solamente,
que
dedico a vuesas mercedes este
papel (que halló lugar entre
mis ocupaciones.) La primera por ser hermano de esta
Santa cofradía, no menos que desde el año 1583: la otra,
por la demostración tan grande, como es notorio que ha
hecho en honra del Misterio de la Purísima Concepción de

Ntra. Sra., a que desde los primeros años he sido aficio¬


nado: y la última por haber hecho voto de tenerlo y vene¬
rarlo en compañía de esta Noble congregación.

»Holgara ser mas capaz para manifestar mi afecto y las


obligaciones que tengo a la Sant.a Virgen, a quien supli¬
quemos todos nos alcance gracia de Ntro. Sr. y perseve¬
rancia en su santo servicio. Primero de Enero de 1620.»
Entre sus obras pictóricas merecen mencionarse las que
604 Glorias Sevillanas

hizo al fresco el
palacio de D. Fernando Henríquez de
en

Ribera, tercer Duque de Alcalá; el cuadro del Juicio Uni¬


versal, que perteneció al convento de Santa Isabel, y que
se llevaron los franceses; los mármoles que pintó para el

colegio de San Hermenegildo; la Anunciación del retablo


mayor de la Casa profesa de la Compañía, y, sobre todas, el
famoso lienzo con San Miguel hollando la figura del demo¬

nio. Dejó además el célebre libro con los retratos de los


más principales personajes de su época, hechos al lápiz y
con noticias biográficas de los sujetos cuya imagen re¬

produce.
Su estudio en Sevilla era centro de reunión para la gente
más selecta en artes y letras de aquel período, pues siem¬

pre fué considerado este varón como hombre de gran saber


y erudición, y dice de él Ceán Bermúdez, «que siempre
ocupará alto grado de honor y reputación en la historia de
los artistas españoles por haber sido un pintor correcto,
un sabio escritor, y un gran poeta».
El retrato que damos de este hombre ilustre está to¬
mado de su cuadro el Juicio Universal, que hoy se halla
en París.
Murió en esta Ciudad el año de 1654. (Véase la lámi¬
na
21.)

Bartolomé Esteban Murillo.

Es el príncipe de la Escuela pictórica sevillana. Su nom¬


bre encarna de tal modo las glorias de esta Ciudad, que
jamás podrá hablarse de las grandezas de Sevilla sin pro¬
nunciar el nombre de Murillo, ni nunca que se mencione á
Murillo podrá prescindirse de Sevilla, pues de tal modo
van unidos estos nombres, que parecen una sola cosa; y
si él dió á su cuna corona eterna de gloria, ella prestó alas
Lám. 21.

Francisco de Pacheco.
Glorias Sevillanas

á inspiración, en la luz de
su su la belleza de sus
cielo, en
prados, en la grandiosidad de los co¬
sus monumentos, con
lores de sus crepúsculos, y en la fe religiosa de sus hijos,
con la cual fué amamantado,
y de la que dejó pruebas in¬
delebles en
gigantescas creaciones.
sus

Nació este genio en los últimos días del mes de Diciem¬


bre de 1617, siendo bautizado el i.° de Enero de 1618 en
la iglesia de Santa María Magdalena de Sevilla. Fueron sus

padres Gaspar Esteban Murillo y María Pérez. Como se


ve, su nacimiento ocurrió en el período álgido de aquella
conmoción religiosa sentida en esta Ciudad con motivo de
las manifestaciones de piedad y amor que este pueblo dió

por el Misterio de Concepción sin mancha de la Madre de


Dios; lo tanto, verdaderamente providencial su na¬
es, por
cimiento aquella fecha y precisamente en Sevilla; y es
en

que esta Ciudad estaba destinada por el Altísimo, como ya


hemos dicho antes, para ser la privilegiada defensora de tan
hermoso Misterio, cabiéndole la suerte de ser cuna del ar¬
tista que expresara de la manera más propia y elevada la
Concepción de María.
Si las obras del hombre son las que acreditan el sér ín¬
timo del mismo, su educación, sus pensamientos, su modo
de sentir y querer, su corazón y su vida, ahí están las obras
de Murillo, que hablan más alto que cuantos documentos
pudieran presentarse en pro de su educación y sentimientos
profundamente religiosos. Enseñado desde su más tierna
edad en los severos principios de la moral cristiana, sir¬
viéronle luego para elevar su genio á la contemplación de
los más altos Misterios de la Religión de Jesucristo, mos¬
trándose en sus obras conocedor acabado de la Teología
más perfecta; admirando en ellas, al par que su inimitable

colorido, el poder de inventiva en la representación de los


asuntos, expuestos de manera tan nueva y magistral, que
parecen estar tocados de ese quid divinutn que da á sus
6o6 Glorias Sevillanas

cuadros una belleza y encanto verdaderamente misteriosos.


Este fondo de moral, este misticismo religioso, esa un¬
ción que se respira en las obras del gran maestro, hé ahí
su vida, su modo de ser, su corazón y sus costumbres.
Hablando de su carácter, dice Ceán Bermúdez: «La
amabilidad de Bartolomé Estéban Murillo convenía perfec¬
tamente con la dulzura y estilo de sus pinturas. Manifestó
esta virtud y otras prendas en la enseñanza que daba á
sus discípulos, dirigiéndolos con blandura por el buen ca¬

mino que va á la imitación de la naturaleza.» D. Antonio


Palomino refiere de él que era favorecido del Cielo, no ya
sólo por su habilidad, sino por las dotes de naturaleza; de
amable trato, buena persona, humilde y modesto, tanto,
que no se desdeñaba de aceptar corrección de cualquiera;
de ejemplar vida, pues fué sumamente honesto, como se

prueba por su última enfermedad; nunca fué avaricioso, an¬


tes al contrario tan desprendido, que habiendo ejecutado
tantas obras, al morir sólo se le halló una cantidad muy
exiguaen metálico como única propiedad. Casó en 1648 con
D.a Beatriz de Cabrera Sotomayor, señora de buena posi¬

ción, de la villa de Pilas, de la que tuvo á D. Gaspar, que


fué canónigo de esta Catedral, á D. Gabriel, y á D.a Fran¬
cisca, monja del convento de Madre de Dios de esta Ciudad.
De gran fe religiosa, como se demuestra por los asun¬
tos que siempre pintó, sintiéndolos con tanto afecto y ver¬

dad, que no es posible se transcribiera al lienzo el amor


con que S. Francisco de Asís recibe el abrazo de Jesús

crucificado, sin tener el pecho encendido por vivísimos sen¬


timientos de piedad y de ternura. Amante de la vida soli¬
taria y de la paz del claustro, retirábase con frecuencia al
convento de Capuchinos, para allí empaparse en la pro¬

funda filosofía de que están impregnados sus santos, sus

frailes, y en general el fondo de todas sus obras.


Murillo ha tenido el privilegio de espiritualizar de tal
Glorias Sevillanas 607

modo la belleza humana, que desafiamos á quien quiera


para que indique en cuál de sus obras donde se vea pintada
la Mujer Virgen, la Madre de Dios, aparezca ni el más li¬

gero toque que pueda provocar á pensamientos livianos;


pues las Vírgenes del maestro, á más de participar de toda
la gracia y hermosura que se ve en el realismo humano,

están selladas con un espíritu y carácter, que ante ellas el


alma humana sólo siente amor, respeto y veneración reli¬

giosa. Mas cuando Murillo se muestra verdaderamente so¬


ñador y arrebatado, es al significar con sus pinceles el Mis¬
terio de la Concepción; pues entonces lo que logra, ayu¬
dado de poder sobrehumano, es materializar, si así puede

decirse, expresando con los colores el candor, la pureza y


la inocencia Suma. Y cuales son sus obras, tal es el hom¬
bre: alma elevada y noble, corazón lleno de bondad y dul¬
zura, y sentimientos religiosos en
costumbres cristianas
tanto grado, cuanto lo supo
expresar en sus lienzos; y la
compasión, la modestia, la sencillez, la caridad, la piedad
y la laboriosidad son las virtudes que más resplandecen en
su vida.
Se ha inventado por la impiedad que nuestros artistas
se pasaban la vida en orgías y bacanales, y hasta que eran
descreídos, no obstante sus obras religiosas; mas mienten
los que tal profieran. Y no es que aseveremos que eran
santos, ni que como débiles mortales dejaran de tener pa¬
siones; pues de esto á lo que se quiere sentar media dis¬
tancia infinita: nunca se podrá demostrar que los maestros
de la centuria clásica de la Escuela sevillana fueron liberti¬
nos ni
impíos; que siempre el necio quiso para defenderse
poner sus manchas en la vida del hombre probo.
Uno de sus biógrafos dice: «Desde muy temprano dió
señales de su inclinación al dibujo, borrageando los libros
de la escuela, las paredes y cualquier papel que llegaba á
sus manos: prueba nada equívoca de una verdadera voca-
6o 8 Glorias Sevillanas

cion. Los padres, luego que advirtieron su afición, y des¬


pués de haber aprendido á leer y á escribir, le llevaron al
obrador de su pariente Juan del Castillo, bien acreditado
en la ciudad, porque era buen dibujante, aunque algo des¬
apacible el colorido. El muchacho tenía el genio blando
en
y estaba bien educado, por lo que en poco tiempo se gran-
geó la predilección de el maestro á los demás condiscípu¬
los, Pedro de Medina Valbuena y Andrés de Medina, se¬
villanos, y Pedro de Moya y Alonso Cano, granadinos; pero
sin dispensarle jamás del trabajo de moler los colores, de

limpiar los pinceles, de poner la tablilla, ni de aparejar


lienzos, como operaciones que debe saber todo pintor.»
Pronto descubrió su gran talento y admirables disposi¬
ciones para la pintura; así que de seguida empezó á pintar

para la Feria los cuadros que le encargaban los traficantes


con las Indias. Mas quería él perfeccionar el Arte empren¬
diendo algún viaje á Inglaterra, Italia ó á Madrid; pero ca¬
reciendo de recursos, tuvo que desistir de ello hasta el año
de 1643, en q116) nierced á su aplicación y laboriosidad, pu¬
do reunir algunos fondos con que marchar á la Corte. Allí
se
presentó á su paisano D. Diego Velázquez de Silva, el
que le proporcionó que estudiase todas las pinturas exis¬
tentes en el Palacio Real y en el Escorial, dedicándose des¬

de su llegada á la copia de las obras de Ticiano, Rubens,


Wan-Dick, Ribera y Velázquez; mas con tal aprovecha¬
miento y amor, que en dos años que permaneció en Ma¬
drid se hizo verdadero maestro, siendo la admiración de
sus compañeros cuando en 1645 regresó á Sevilla.
Á partir de esta fecha empieza la verdadera vida artís¬
tica de Bartolomé Esteban Murillo, dividiéndola los críticos
en períodos, señalados por los años de 1650, 1660
tres

y 1670, hasta su muerte, yendo, como es de comprender,


ganando en maestría, dibujo y colorido á medida que se
avanza al último período, que es el más principal de su ca-
Glorias Sevillanas 609

rrera artística,
pues á él pertenecen los mejores lienzos que
legó á la posteridad. Empieza por imitar las escuelas que
estudiara, para seguir luego emancipándose en el segundo
período, y terminar creando un estilo propio, que es el mo¬
mento de su mayor auge y encumbramiento.

Como no vamos á hacer la biografía de este genio, cla¬


ro es omitimos la relación de todas sus obras, concretán¬
donos aquí á sus pinturas concepcionistas, que son las si¬
guientes, al menos de las que nosotros hemos adquirido
noticia.

1.La Concepción del Hospicio de Sacerdotes, hoy del


Museo del Louvre. (Véase la lám. 12.)
2. La de la iglesia de Santa María la Blanca, existente
también en dicho Museo.

3. La de la Sala Capitular de esta Catedral.


4. La del Padre Eterno del convento de Capuchinos, hoy
nuestro Museo.
en
(Véase, así como la que sigue, al
hablar de este convento.)
5. La llamada la Niña, hoy en el Museo.
6. La colosal del convento de San Francisco, que se halla
hoy en el Museo. (Véase en su lugar, al hablar de este
monasterio.)
7. Otra del mismo convento, con un religioso á los pies
de la Virgen, escribiendo del Misterio. Ignórase su pa¬
radero.
8. La de la iglesia de San Felipe, en Cádiz.
9. La de la Cartuja de Granada.
10. La del convento de San Jerónimo de Sevilla. Ignórase
su
paradero.
11. La del convento del Carmen, en Madrid.
12. Las tres que existen en el Museo de Madrid.
13. La que perteneció al Infante D. Gabriel, rodeada de
77
6io Glorias Sevillanas

querubes y palomas, hoy de Mrs. Woodburn, en Lon¬


dres.
14. Otra sobre nubes y querubines, que fué de la Reina
Isabel Farnesio, hoy propiedad de Lord Ashburton, en
Londres.

15. Otra de M. Sanderson.


16. La del Marqués de Lansdwone.
17. La de Lord Jones Loyd.
18. La del coronel Baillie.

19. Otra pequeña, de los herederos de S. Q. M. Bracken-


bury.
20. La pintada cobre, de Gev. Vivían, Claverton.
en
21. Otra de forma octogonal, de Sir F. Baring Straton.
22. La del Colegio de Dulwich.

Estas últimas las menciona D. Francisco Tubino en su

Catálogo razonado de los cuadros de Murillo (1), de donde


copiamos las citas haciendo referencia á varias otras que
existieron en galerías que se habían formado en Sevilla y
en la actualidad no existen. De la descripción y mérito de
estas obras nos hemos ocupado
el lugar respectivo de
en
cada una de ellas, al hablar de las imágenes de la Concep¬
ción que se veneran en los templos sevillanos.
Murillo, á más de ser el fundador del estilo propio de la
Escuella sevillana, estableció la primera Academia que aquí
hubo para la enseñanza de las Bellas Artes, inaugurándose

(1) Son demasiado conocidos los principales críticos é historiadores


de Murillo; por cuya razón omitimos aquí la reproducción de las obras que
de él tratan: á más, que de enumerar cuantos trabajos se han hecho acerca
de este maestro, resultaría largo catálogo bibliográfico, que no pertenece á
este lugar. El último estudio del insigne pintor, está hecho
que conocemos
por Luis Alfonso en uno de los volúmenes publicados por la Biblioteca de
Artes y Letras, donde dicho escritor pone un largo catálogo con todas las
obras pictóricas atribuidas á Murillo.
Glorias Sevillanas

en la CasaLonja el 11 de Enero de 1660, siendo él su di¬


rector y el primero que enseñó públicamente el desnudo,
explicando las proporciones y la anatomía humana.
Señálanse sus obras, dice Ceán, «por el estilo de sua¬

vidad, que le caracteriza entre los primeros naturalistas, y


que se distingue entre todos por un acorde general de tintas
y colores; por una indecisión de perfiles sabia y dulcemente
perdidos; por los cielos opacos que dan el tono á la escena;
por las actitudes sencillas y decorosamente expresivas; por
los semblantes de amabilidad y virtud; por los pliegues de

paños francos y bien trazados; por la fuerza de luz en los


objetos principales, y sobre todo por el verdadero color
de las carnes».

De importancia y significado en la iconografía con-


su

cepcionista hemos tratado al exponer esta materia, y á cuyo


lugar nos remitimos.
Su época más notable la forman los años que median
de 1670 á 1680, en la que llegó á su mayor esplendor ar¬

tístico; en este período compuso las obras que le dieron


más fama y nombradla, como son los ocho cuadros del hos¬

pital de la Caridad, los tres que había en el hospicio de


Venerables Sacerdotes, y los diecinueve que hizo para el
convento de Capuchinos.
Pasó á Cádiz á pintar el cuadro de los Desposorios de
Santa Catalina, para el convento de Capuchinos de aquella
ciudad, estando concluyendo esta obra cayó del andamio
y
en
que estaba subido, por cuya razón tuvo que venirse á
Sevilla bastante mal de salud; y de resultas de esta caída
se agravó tanto, que hubo necesidad de administrarle los

últimos Sacramentos y murió, en el momento de estar otor¬

gando testamento, en brazos de su discípulo D. Pedro Nú-


ñez de Villavicencio, caballero de la Orden de San Juan,

el día 3 de Abril de 1682: se enterró en la derruida iglesia

parroquial de Santa Cruz, delante de la capilla donde estaba


612 Glorias Sevillanas

el magnífico lienzo de Pedro Campaña con el Descendi¬


miento, cuya obra tanto él admiraba. Vivió los últimos días
de su vida en una casa de las inmediatas al antiguo templo
donde fué sepultado. (Véase la lám. 22.)

Juan Martínez Montañés.

Van tan íntimamente enlazados los nombres de Monta¬


ñés y de Murillo, cual van sus genios para expresar el mis¬
mo ideal, el mismo pensamiento, el mismo Misterio. Y si
Murillo con sus pinceles
dibujó la visión apocalíptica del
Apóstol de Patmos; Montañés con la gubia y con el mazo
nos la representó tan al vivo, que no es posible alcanzar

mayor grado de belleza; que Murillo con los colores de su


paleta arrebató las luces y tintas de las moradas celestiales,
para colocarlas en sus cuadros alrededor de la Virgen Ma¬
ría; Montañés con sus herramientas é inspiración modela,
si así puede decirse, de tal manera sus imágenes de la Con¬

cepción, que son verdaderos trasuntos del Original divino;


que Montañés es el genio de la escultura para representar
á la Virgen Inmaculada, así como Murillo lo es para la pin¬
tura; pudiendo decirse, que ambos, dentro del Arte que
profesan, se complementan, se unen y van á un mismo fin,
pregonándolos la fama universal como los más eximios y
clásicos artistas de la Concepción.
Cuál sea la patria de Juan Martínez Montañés es cosa

que todavía está por averiguar, pues hasta el presente no


se sabe dónde fué bautizado,
y quiénes dicen que nació en
Sevilla, y quiénes en Alcalá la Real. Mas es lo cierto que
ganó carta de naturaleza en esta Ciudad, donde vivió toda
su vida, y á la cual miraba con la predilección de verdadera

madre; así que, de no ser hijo natural de ella por su naci¬


miento, lo es por adopción, por el cariño qne le tuvo, por
haber sido el teatro de su vida, por ser la Ciudad que ate-
Bartolomé Esteban, Murillo.
Glorias Sevillanas 613

sora casi todas sus grandes obras, y por haber sido el más
eminente de los profesores de escultura que aquí florecieron,
por cuyos títulos siempre Sevilla podrá considerarle cual
hijo suyo, mientras otra cosa no se demuestre en contra.
Debió nacer el ilustre maestro por los años de 1570 á
1580, si se tiene en cuenta que su primera obra firmada es
del de 1607, y que á la muerte del venerable P. Hernando
de Mata, ocurrida en 1612, en el testimonio de su vida que
dió para calificar sus virtudes y santidad, dice Juan Martínez
Montañés que lo trató por espacio de catorce ó quince años;
lo que prueba, no sólo sus relaciones íntimas con tan es¬
piritual varón, y por lo tanto su buena vida y costumbres,
pues quizás fuera su hijo de confesión, sino que esto da á
entender de manera muy evidente y clara que sería ya su¬

jeto de alguna edad y autoridad, pues todos los informes


y testimonios pedidos al intento se dieron por personas de
calificada virtud y nombre. Casó con D.a Catalina de Sal¬
cedo y Sandoval, de la que tuvo á D. Ignacio, D. Fran¬

cisco, D. Hermenegildo, y dos hijas.


Ceán Bermúdez da el siguiente juicio de él: «Pocos es¬
cultores españoles le han aventajado en la naturalidad de
las actitudes, en el plegar de los paños y en la amabilidad
de los semblantes; y pocas estatuas hay tan respetables, ni

que tanto muevan á devoción como la de vestir de Jesús


Nazareno, llamado de la Pasión. ¿Pues qué diré de la de
Santo Domingo, mayor que el natural, desnuda de medio

cuerpo arriba y en actitud de penitencia? Hizo en ella os¬


tentación del saber é inteligencia que tenía en todas las

partes del Arte, manejadas con gusto y delicadeza, bus¬


cando el buen efecto y la verdad.»
Su primer maestro en tan difícil arte fué el granadino
Pablo de Rojas, con cuyas enseñanzas y con la propia ins¬
piración formó aquel su estilo propio que le distingue de
todos los demás escultores de su época, pues sus obras tie-
6i4 Glorias Sevillanas

nen un sello tan puede decirse forman escuela


original, que
propia. La nota más saliente de ellas, á más del naturalismo
en
que están vaciadas, es la dulzura, esa bondad innata que
aparece en todas sus esculturas, no ya en las que repre¬
senta á la Virgen María y en los incomparables Niños-

Jesús, sino aun en las de los simulacros de Jésucristo, tanto


en los Crucifijos como en el que se cita antes, del título de

la Pasión, que se puede decir de ellos son encarnaciones


vivas de la más profunda ternura y bondad.
Mas en lo que agotó su indiscutible genio el célebre
Montañés fué en las esculturas de la Concepción, donde

expresó el realismo de la belleza de manera tan inimitable


y sublime, que nadie ha podido llegar tan alto como él
para expresar el summum del idealismo cristiano en la re¬
presentación de la Inmaculada Virgen María, pues ante sus
obras, como dijimos al hablar de su compañero y hermano
de genio en la iconografía concepcionista, el inmortal Mu-

rillo, sólo se siente la veneración más profunda, porque las


Concepciones de Juan Martínez Montañés retratan en sus
rostros algo de la Divinidad. Por esta razón nuestros artistas
serán siempre los artistas cristianos por excelencia, que han
sabido dar á sus hermosas obras ese toque divino con que
sus imágenes elevan
siempre el alma del que las contempla
al pensamiento de lo sublime, apartándola de cuanto se ve
en la tierra.
En los capítulos III y IV hicimos referencia de las escul¬
turas de Concepción de este autor que se conservan en
nuestra Ciudad y que hemos logrado ver y examinar, á

cuyas descripciones nos remitimos, así como á las estampas


que damos con las reproducciones de algunas de ellas, por
más que es sabido nunca puede darse idea cabal de las
obras de arte por medio de una sencilla lámina. Las escul¬
turas que conocemos de este título son las que siguen. (Véa¬
se la lám. 7.a)
Glorias Sevillanas 615

1. La de la Santa Iglesia Catedral.


2. La de Santa Lucía, la cual es atribuida por Ceán Bermú-
dez á Alonso Cano, cuando tan lejos está dicha estatua
de pertenecer al indicado maestro, como puede verse
comparándola con sus otras obras que representan igual
Misterio. (Véase la lámina al hablar de dicho templo.)

3. La que fué de la Casa de la Compañía, hoy Universidad


Literaria, en cuyo templo se venera. (Véase la lám. 11.)
4. La de la iglesia parroquial de San Andrés, en su altar
mayor.
5. La del convento de Santa Clara.

Atribúyensele además algunas otras, como hemos visto


al enumerar los templos de esta Ciudad, pero que nosotros
no admitimos como indubitables de este maestro, por no
reunir todos los caracteres condiciones que llevan sus
y
obras clásicas, pudiendo pertenecer á alguno de sus más
aventajados discípulos.
Al hablar de estas obras escultóricas dijimos que la me¬

jor de todas es indudablemente la de la Catedral, que se


estrenó en su capilla propia á 7 de Diciembre de 1631; es
la imagen de la Concepción más acabada de cuantas hizo,

pudiendo pasar como modelo del idealismo más clásico y


perfecto. Sigúele después la del convento de Santa Clara,
cuyo tipo se aparta bastante del anterior, pues es el que
representa á la Virgen en su Concepción con expresión
más aniñada. Parécenos debe darse luego lugar á la de
Santa Lucía, que, si bien es la más pequeña de todas, por
su esbelta cabeza, llena de belleza y majestad, y
por su
postura elegante y graciosa, resulta muy singular y notable.
Para nosotros esta imagen está llena de realismo, pero de
realismo cristiano, no siendo posible que nadie aventaje á
este maestro en la expresión de la humana hermosura, según

es la animación,
espíritu y vida que ha colocado en el her-
6i6 Glorias Sevillanas

mosísimo rostro de esta estatua. La de San Andrés, que

guarda mucho parecido con la anterior, fué hecha para vista


á gran altura, siendo lástima que esté mutilada en sus ma¬
nos, pues sin duda alguna las que posee en la actualidad
no son del autor de la obra. La que hizo para la Congre¬

gación de Sacerdotes Seculares establecida en la iglesia de


la Compañía nos parece la última, artísticamente conside¬

rada, sin dejar por esto de ser muy buena obra, en la que
se ve retratada de la manera más perfecta
la Pureza é Ino¬
cencia virginal, en aquel reposo y paz que respira la bellí¬
sima imagen. .. .

Innumerables fueron las obras de otros asuntos que nos

dejó Montañés, recordando entre las muchas que se con¬


servan, los retablos y esculturas de la iglesia de San Isidro
del Campo, de la parroquia de San Lorenzo, del monas¬
terio de Santa María de las Cuevas y del de Santa Clara;
las imágenes de Sto. Domingo de Porta-Coeli, de S. Cris¬
tóbal de la colegiata del Salvador, el titular de San Juan
Bautista, S. Pedro Alcántara en su iglesia, las bellísimas
esculturas que hizo de San Ignacio de Loyola y otros santos
de la Compañía, la de Sta. Clara de Sta. Inés, el Crucifijo
del Amor, el de la iglesia del Ángel, el de San Bernardo,

y el notabilísimo que se ve hoy en la iglesia de Santa Isa¬


bel, y otras varias obras qf^)no mencionamos, así como el
modelo que dió para la
e£Abua ecuestre del Rey Felipe IV
en Madrid, cuya obra se ejecutó en Italia.

Murió en Sevilla por Julio de 1649, víctima de la terri¬


ble epidemia que en aquel año hubo. (Véase la lám. 23.)

A más de estos cuatro maestros de que


hacemos espe¬
cial mención, han dejado obras de mérito dedicadas al Mis¬
terio de la Concepción, y de las cuales hemos hablado en
sus respectivos lugares, los insignes pintores Pedro Cam¬

paña, Alejo Fernández, Alonso Vázquez, Zurbarán, Valdés


Lám. 23.

Juan Martínez Montañés.


Glorias Sevillanas 617

Leal, Roelas, los dos Herrera, Céspedes, Diego Velázquez


de Silva, Cornelio Schut, Villavicencio, Sebastián Gómez,
Meneses Osorio, Domingo Martínez, Agustín del Castillo,
Varela, Alberto Durero, Pantoja, y los escultores Alonso
Cano, Pedro Roldán, Duque Cornejo, Luisa Roldán, Hita
del Castillo, Acosta, Ramos, Molner y otros.

Así como tuvo la devoción sevillaná sus artistas pre¬


dilectos para representar á la Concepción, del mismo modo
produjo hijos ilustres cultivando la poesía, dedicáranse
que,
á ensalzar las glorias y excelencias de este Misterio, á des¬
cribir las fiestas y homenajes de amor que aquí se le tribu¬
taran, y á popularizar la piadosa creencia, mereciendo de
esta suerte ser llamados los poetas y romanceros de la

Inmaculada; no siendo nuestro intento hablar de todos los


autores sevillanos que se hayan ocupado incidentalmente
de este asunto, sino sólo de los que con particular prefe¬
rencia se dedicaron á cantar en loor y alabanza de la Purí¬
sima Concepción.

Miguel Cid.

No siempre las grandes proezas y hazañas son las que


alcanzan el aura popular
y la celebridad á los hombres; que
bastan á veces hechos humildes y obras modestas para con¬

seguir gran fama y nombre imperecedero. Es lo que sucede


con Miguel Cid, que sin haberse distinguido por sus gran¬

des acciones ó portentosas obras, sin embargo su nombre


ha recorrido el mundo, y ocupa lugar muy preferente en
la historia sevillana. Miguel Cid es el tierno y dulce cantor
de la Concepción sin mancilla, el más celebrado de los poe¬
tas populares, pues sus versos corrieron por toda España,
y se oyeron lo mismo en las plazas de Roma que en los
78
618 Glorias Sevillanas

bosques é incultas llanuras de la América, donde los llevó


el humilde misionero franciscano; y
mientras las sublimes
composiciones del divino Hernando de Herrera y las clási¬
cas del maestro León sólo se han escuchado en las Acade¬
mias y son recitadas por los amantes ele la bella literatura,
la modesta y conmovedora letra

«Todo el mundo en general


A voces, Reina escogida,
Diga que sois concebida
Sin pecado original»

ha sido cantada desde que se escribiera por cuantos han


hablado la hermosa lengua castellana.
Tan escasas son las noticias biográficas que poseemos
de este varón, que su vida está compendiada en estas dos
frases ó períodos: fué sevillano devotísimo de la Virgen en
el Misterio de su gloriosa Concepción, predilecto can¬
y su
tor, por lo cual alcanzó tan gran nombradla, que Ortiz de
Zúñiga dice de él: «No sé cuál en el mundo consiguió más
aplauso, ni hizo á su autor más famoso.»
No hay duda alguna de que fué hijo de Sevilla; pues si
bien no hemos podido encontrar la partida bautismal no
obstante la prolija búsqueda que hemos hecho de ella, ase-
véranlo así todos los historiadores y escritores sevillanos de

aquella época, deduciéndose por el año de su fallecimiento,


y por que murió ya entrado en edad, debió nacer á media¬
dos del siglo XVI. El padre jesuíta Gabriel de Aranda y
Fr. Pedro de Jesús María, monje jerónimo, dicen que era
sevillano, de condición y carácter muy humilde, rico en bie¬
nes de fortuna, gran defensor de la creencia piadosa, y de

fácil ingenio para componer versos, si bien no era hombre


de letras. En testimonio de todo esto, y en comprobación
de lo que dijimos á la pág. 255, sosteniendo que el verda¬
dero autor de la redondilla «Todo el mundo en general» es
el sevillano Miguel Cid, vamos á copiar los siguientes pa-
Glorias Sevillanas 619

rrafos de las Memorias de Don José Maldonado Dávila,


manuscrito inédito de la Biblioteca Capitular, y cuya auto¬
ridad parécenos no debe ser dudosa en la materia, pues á
este eruditísimo hombre de letras, tío del cronista Ortiz de

Zúñiga, débensele muchas de las más curiosas é interesan¬


tes noticias que aparecen en nuestros Anales. «En este año
de 1615 se hizo Sevilla aquella celebre redondilla tan
en

repetida en todo el Mundo, cuio autor fué Miguel Cid na¬


tural de Sevilla, y cuio Retrato al pié de una imagen de
pincel de la Purísima Concepción de Ntra. Señora (Véase
la lám. 8.a) en el qual el autor tiene las coplas en la mano,

que tenía en su poder Joan de Ochoa de Basterra, al qual


conocí, se puso á la puerta de la Iglesia que cae en la nave
del Lagarto; que la devoción deste honrrado republicano,

y Parrochiano, solicitó se pusiese allí, y en este año de 1697,


(que es el en que se copian estas memorias) se conserba
en este sitio junto al pulpito que sirve para predicar los

Sermones los Domingos del año frente á la Capilla de Ntra.


Señora de la Granada. La causa por que se hizo la redon¬
dilla dizen que fué esta, lo qual me referia mi padre y otros
hombres ancianos de aquel tiempo. Un deuoto hombre po¬
nía todos los años un Nacimiento de Ntro. Señor en su Casa,
adornándolo con el
primor de figuras que significasen el
Misterio; entre ellos yba Miguel Cid, á quien pidieron hi¬
ciese algunas coplas al Santo Nacimiento de Ntro. Señor,

y se referían allí, exitando la deuocion de los que concu¬


rrían. El lo prometió y á la noche siguiente las traxo, y
las leyó á sus amigos. Era Miguel Cid mui deuoto de la

Concepción Puríssima de Ntra. Señora, y hizo esta redondi¬


lla y la trajo con las otras que auia compuesto. Pareció mui
bien y en aquel tiempo del año de 1615. que auia estos

ruidos y opiniones, parece que era quanto podia decirse al


intento. E oido dezir q. D.n Matheo Vázquez de Leca Ar¬
cediano de Carmona, Dignidad y canónigo de la Sta. Igle-
/

620 Glorias Sevillanas

sia deSeuilla, gran deuoto de la Concepción Puríssima de


Ntra. Señora, y que fué á Roma sobre la defensa de la
opinión piadosa, tubo noticia de esta Redondilla, o porque
el se hallase presente al leerla, o porque otros deuotos ecle¬

siásticos, que con los seglares concurrían allí, le diesen la


noticia, la hizo poner á punto de solfa y se cantó allí, y
después por la Ciudad, y en las processiones, y fiestas la
cantaban los Músicos, con otras coplas, y glosas del Mis¬

terio, y los Niños de noche por las calles. Con que lo que
yo oy referir y ponderar á mi Padre fué que esta Redon¬
dilla tan celebre, y decantada por todo el Mundo, se hizo
en Sevilla,y por un sujeto natural desta Ciudad.»
«Yo conocí á un hijo suyo, llamado también Miguel Cid,
hombre muy honrado y virtuoso, mui caritativo y en los
bienes de fortuna acomodado... y ya muy anciano tomó el
habito de Religioso de Sto. Domingo....»
Creemos que con el testimonio aducido, juntamente con
lo dicho por los autores ya citados, no quedará duda de

que el autor de la redondilla no fué otro que el sevillano


Miguel Cid, pues siempre éstos tendrán más autoridad que
la simple nota que D. Justino Matute vió entre los papeles
de D. Juan N. González de León, en que se decía haberla

compuesto el P. Francisco de Santiago, y la glosa Miguel


Cid, cosa que no explicaría la popularidad que alcanzó este
poeta, pues su nombre no hubiera sido tan aplaudido por
la glosa sola, porque otros muchos ingenios también glo¬
saron la célebre redondilla sin
conseguir la fama que este
poeta alcanzó.
Mas si esto no fuera suficiente,
oigamos lo que dice su
hijo en el proemio del libro que publicó con las poesías de
su padre, pues compuso Miguel Cid, además de sus glosas

en honor del Misterio, un sinnúmero de versos, en diversi¬


dad de metros, todos dedicados á asuntos religiosos; los
que después de muerto se coleccionaron formando el libro
Glorias Sevillanas 621

que se titula (1) «Justa sagrada del bisigne y memorable


Poeta Miguel Cid, sacada á luz por su hijo, heredero de su
mismo nombre, dedicada á la Virgen Santísima María Nues¬
tra Señora concebida sin mancha de pecado original. Con

privilegio, impreso en Sevilla, por Simón Fajardo, año de


1647»; libro que ha venido á ser tan raro, que apenas si se
conocen ejemplares. Luce y campea en todo él la musa

cristiana de nuestro poeta, del cual refiere su hijo en la De¬


dicatoria:
«Si mi padre, Serenísima Señora, fué señalado devoto
vuestro y acérrimo defensor de vuestra Concepción Inma¬
culada....»
Y más adelante,dirigiéndose al lector, da las siguientes
noticias, que vienen á dejar sentada sin ningún género de
duda nuestra opinión:
«Mientras que mi padre vivió, se ocupó en alabar á
Dios, á su Madre y á sus Santos... Aficionabansele todos,
religiosos y seglares, particularmente cuando compuso las
coplas de « Todo el mundo en generah en honra de la Pura
y Limpia Concepción de Nuestra Señora, tan celebradas
en toda la Cristiandad que
muchas veces los deuotos deste
Misterio lo abrazaban y aplaudían por las calles de Seuilla.
Pues su memoria y afición quedó tan arraigada que al cabo
de treinta años que es muerto me han pedido encarecida¬
mente que imprima sus obras...»

Mas si todavía quedaran escrúpulos para admitir lo que


se ha venido sosteniendo cerca de tres siglos, veamos lo
que dice otro poeta contemporáneo suyo en un folleto pu¬
blicado en el año de 1615 en esta misma Ciudad, en la

portada del cual se lee: «Aquí se contienen tres obras muy


curiosas. La primera es un Romance á la Inmaculada Con.

(1) La descripción bibliográfica de todos los libros y folletos citados


en esta parte al hablar de los poetas de la Concepción, se puede ver en el
último capítulo de este libro.
622 Glorias Sevillanas

cepcion de la Virgen María Nuestra Señora. La segunda


es, otro Romance en alabanga de aquella letra tan celebrada
Todo el mundo en getieraly de su autor. La tercera es una

glosa al mismo intento y unas octavas. •[[ Compuesto por


Christobal del Castillo, natural de la insigne Ciudad de Se-
uilla.» Aunque del contexto referido dedúcese ya la opi¬
nión del poeta Castillo, no renunciamos á la reproducción

íntegra del aludido romance (i), donde se evidencia más


(i) Oy canto de tres guerreros el Espíritu diuino
tres diferencias de guerras, fabricaua las ideas
y tres suertes de Vitorias, El cielo os fue fauorable:

y tres modos de excelencias. y mas vale que lo sea


Ay vn Miguel en el Cielo que Castalias ni Parnasos,
y dos Cielos en la tierra Palas, Cirses, ni Mineruas.
cuyas hazañas me obligan Todo el mundo en
general
a
que cante sus grandezas. ya canta a la sacra Reyna,
Miguel venció a los demonios que desde el primer instante
en vna celeste guerra, no se halló mancha en ella.
apellidando a su Rey Ya está impressa la letrilla
con diuina fortaleza. y se que está mas impressa
El primer Cid fue Rodrigo en los nobles coragones
que en los Reynos de Valencia que en el Arte de la Imprenta.
fue solo, escudo, y muralla Venturoso don Mateo
de las Cristianas vanderas. mata que tal fruto lleua
Cobró de Cid el renombre llegara su fruto y flores
entre las moriscas lenguas a la soberana mesa.

que alabangas del contrario Son sus concetos diuinos


se estiman por excelencia. sustanciales sin ofensa,
Otro Miguel, y otro Cid lisos, dulces, y agradables
ofreció el Cielo a la tierra, mas
que el almíbar y el néctar.
cuyas alabangas canto Son sus luzes como el Sol
como
aprendiz de su ciencia. que ilustran toda la tierra
Dexo las justas famosas pues ya canta el nueuo mundo
y los premios que le premian, lo que nuestra patria mesma.
do salió siempre su langa Lleuó el dichoso Virrey
sana, libre, lisa, y tersa. destos papeles diez rezmas
Donde sacó por diuisa para darlos por reliquias
el blanco de su beleta donde da el oro sus venas.

siete coragones de oro No ay rincón en nuestra España


en vn círculo, o esfera. por mas oculto que sea
Fue dichosa profecía donde no canten á bozes
de que compondría vna letra ciudades, villas, y aldeas.
que se lleuaria tras sí Cádiz, Malaga, y san Lucar
lo mas noble de la tierra. yXerez de la frontera,
Tengo para mí gran Cid Madrid, Toledo, Alcala,
que queriendo componella y Salamanca y su tierra.
Glorias Sevillanas 623

quién sea el autor de la redondilla célebre. Pruébanos esta


composición al par la popularidad que alcanzó el cantor de
la Virgen recién publicados sus versos, lo cual no pasó con
Alonso de Bonilla, con Diego Villegas de la Cruz, ni con

otros, no obstante que también glosaron el «Todo el mundo


en
general», y cuyas glosas son de la misma época.
En cuanto al mérito de Miguel Cid como poeta, se le
ha tachado de conceptuoso; y si bien esto es cierto, debe
tenerse presente que sus versos eran muy acomodados á

las circunstancias en que escribía, dado aquel período de

disputas y luchas entre las escuelas que defendían la Con¬


cepción sin pecado, y las que sólo admitían la Santifica¬
ción, por lo que desde luego quiso que sus octavas no fue¬
ran otra cosa que la defensa
teológica de la creencia para
acomodarla á todas las inteligencias, metrificando estos pen¬
samientos á fin de que el pueblo los retuviese en su mente,
sacrificando las galas del ingenio á la razón teológica, que
era lo
que deseaba apareciese en sus composiciones, por
cuya razón bien puede ser denominado el poeta teólogo
del Misterio: y esto de tal modo es así, que dentro de sus
estrofas puede verse hasta la disputa silogística defendiendo
la santa creencia:

«Si os pudo limpia hacer,


Ponemos falta en su amor

Es tan dulce y agradable el hallarse vna comida


que tengo por cosa cierta que a todos gustos bien sepa.
que la Capilla del Cielo Cántalo el viejo, y el niño,
haze a su acento respuesta. la señora y sus doncellas,
Obligado tiene al mundo y bonetes y capillas,
esta soberana letra, sus dulces versos celebran.
á eternizar su memoria Cántalo los menestriles,
para que jamas se pierda. los órganos en la iglesia,
Y que en laminas de plata el galan, y el Religioso,
haziendo de oro las letras y el labrador en su aldea.
quede este verso esculpido Hasta las aues del Cielo
para la edad venidera. y los cantores y piedras,
Es sabroso a todos gustos la Militante, y Triunfante
y no es assí como quiera que son nuestras dos Iglesias.
624 Glorias Sevillanas

Decir que faltó el querer:


Quiso y no pudo, es error,
Que es negarle su poder.
Pues siendo Dios vuestro escudo
Para os defender á vos,
Ni en querer ni en poder dudo:
Quiso cuanto pudo Dios
Cuanto quiso, hizo y pudo.
¿Que razón habrá que cuadre
Ser Eva en gracia creada
Y hallar á la criada
Mas honrada que á su madre?»

Mas á pesar de dominar siempre la idea teológica á la


soltura de la frase y á la inspiración
poética, no faltan por
esto en sus composiciones grandes y elevados pensamien¬

tos, dulzura y verdadero estro poético.

«Hermosa toda y sin mancha


Os dió el Rey por apellido,
Y así vos la habéis vestido
No de paño de la Mancha.»
«Toda vos
resplandecéis
Con soberano arrebol,
Que vuestra casa en el Sol
Dice David que teneis.!»
«Hízoos vuestro Esposo caro
Libre de leyes, y fueros
Y dió con que defenderos
Un privilegio de amparo.»

«Dios sus antiguos enojos


Hizo con sumo saber,
Que no vengan á caer
En niña de sus ojos:
vos
Y así os mira como á tal
Y os
quiere como á su vida,
Pues os hizo concebida
Sin pecado original.»

Á Miguel Cid podrá tachársele como se quiera, pero


Glorias Sevillanas 625

siempre habrá que convenir en que es el poeta popular


por excelencia y el más aplaudido cantor de la Virgen In¬
maculada, mereciendo que el gran Cervantes hablara de
él Viaje al Parnaso, donde le coloca entre los poetas
en su

que habían de ayudar á Apolo en la empresa de exter¬


minar á los malos compositores de versos.

«Este que sigue es un poeta santo


Digo, famoso: Miguel Cid se llama
Que al Coro de las Musas pone espanto.»
La primera edición de las coplas que compuso á la

Concepción puede verse en la lám. 14, que reproducimos


de la edición de 1615. Poco tiempo después, habiéndose
sin duda agotado la primera, se repitió, dejándole el mismo

pie de imprenta, si bien imitando los mismos tipos de letras


y adornos. Se hizo otra nueva en 1672, dos en el siglo
pasado y una en el presente, todas en Sevilla, á más de
las que se han tirado fuera de esta Ciudad; teniéndose pre¬
sente que al hacer las reproducciones de las glosas de

Alonso de Bonilla, las han mezclado con los versos de Mi¬

guel Cid los impresores, sin hacer anotación alguna de unas


y otras, y apareciendo por lo tanto todas bajo el nombre
de aquel poeta. En el libro de las Justas sagradas apare¬
cen
algunas composiciones á la Concepción, las que pueden
verse á la pág. 257, donde las dimos al hablar del certa¬

men del convento de San Diego, adonde concurrió


Miguel
Cid. Por lo que dice su hijo en el proemio de este libro ci¬

tado, debió morir el año de 1617, pues refiere que, «su me¬
moria quedó tan arraigada, que al cabo de treinta años

que es muerto...» y esto lo manifiesta en el de 1647, en


que se publicó la obra.
Referentes á su fallecimiento hemos hallado unos apun¬
tes inéditos curiosísimos (1), que prueban todo cuanto he-
(1) Archivo Municipal.—Papeles M. SS. del Conde 3el Águila.—
Parece letra de D. Francisco Aldana y Tirado.
79
Ó2Ó Glorias Sevillanas

mos venido refiriendo acerca de su devoción á Nuestra Se¬


ñora y la fama que gozó en esta Ciudad.
«Murió Miguel Cid y un tio suyo sacerdote tiene se¬
pultura propia en frente de la Capilla de la Granada, quiso
enterrarse en ella y
mandó el Cabildo, que sobre su sepul¬
tura se pusiese una pintura de N.a S.a de la Concepción y
al pie de la Imagen un verdadero retrato de Miguel Cid,
con las
coplas en las manos, como q.e la está cantando
como solia por las calles con gran multitud de niños, y

hombres la víspera y dia con toda su octava de este purí¬


simo misterio.
«Vino el entierro á la S.ta Iglesia y la SS.ma Virgen
como tan agradecida quiso dar muestras de su agradecim.t0
y movio á todos los maestros de las Escuelas embiasen que
á los niños de ellas queá choros fuesen delante del entierro
cantando las coplas que el habia compuesto y enseñadolos;
Y detras del cuerpo le acompañaron Dignidades, Canóni¬

gos, Prebendados, Beneficiados de las parrochias, Religio¬


sos de todas ordenes, Jueces, Caballeros y todo el resto de

este numerosísimo Pueblo que supo su muerte incitando á

los niños, con que mas fué la Procesión mas festiva y so¬
lemne que jamas vió Sevilla, q.e entierro de difuntos: Venia
el cuerpo descubierto con el habito de S.n Fran.co y en las
manos sobre el pecho unas coplas impresas de las suyas,
con que le enterraron.
»Venia al tiempo del entierro una danza de una fiesta
que habia de celebrarse aquel dia en un Convento de reli¬
giosos y los muchachos los hicieron entrar entre ellos dan¬
zando y tocando sus festivos instrumentos; y llegando á la

puerta de S.n Pedro y S.n Pablo de la S.ta Iglesia se subie¬


ron cantidad de muchos a la torre y repicaron las campa¬

nas de ellas en lugar de doble sin haber quien se lo impi¬

diese, considerando aquellos caballeros Prebendados devo¬


tísimos y doctos de aquel tiempo eran signo de que en la
Glorias Sevillanas 627

gloria los Angeles hicieran mayor fiesta al recibir su pia¬


dosa alma que la que los niños (impensadamente y movidos
de alta inspiración) hacian al entrar en la Iglesia el cuerpo
de quien habia en vida servido á su gloriosísima Reyna.
»No he visto impresso este casso y me da lastima de

que se olvide para que sepan los devotos de la Concepción


en Gracia de M.a SS. Nra. Reyna y señora que acá y allá

han de tener premio: A. Anselmo Ob. en sus obras dice: si

portum salutis volumus obtinere, Dei Genitris Conceptio-


nem
dignis obsequiis es officis celebremus... Celebratoribus
fuises festivitatis datur post trancitu vit requies eterna. Con¬
que según la autoridad de tan gran doctor piadosamente
podemos hacer; que el alma de Miguel Cid goza en la eter¬
na patria el seguro premio de su cordial amor y devoción
á puro misterio nunca bastantemente celebrado y tan
tan

entrañado en los Seuillanos corazones desde la predicación


de nuestro único patrón de las Españas el San Jacobo ma¬
yor yfundación de nuestra Catholica Seuillana patriarchal
Metrópoli de todas ellas.»

D. Juan de Jáuregui.

Ilustre sevillano, nacido hacia el año de 1570 de noble


ascendencia, unió á una agudeza de ingenio singular un
gran estudio de las bellas letras. Fué caballero del Orden
de Calatrava, y ocupó altos puestos en la corte del Rey
de España. Cultivó el arte de la pintura, en la que fué muy
notable, habiendo emprendido un viaje á Roma para es¬
tudiar á los maestros clásicos.
Fué muyaplaudido escritor, habiendo merecido elogios
de Lope de Vega en su Laurel de Apolo; del excelente
poeta Juan Arguijo, su paisano; de Francisco Pacheco, de
Miguel Cervantes, de Solís y de otros.
628 Glorias Sevillanas

Lasprincipales obras que escribió son sus Rimas con


la traducción de las obras de Tasso, impresas en Sevilla
año de 1618; el Orfeo, Madrid, 1624; La Farsalia, traduc¬
ción de Lucano, y otras varias.
Mas lo que hace al intento de colocarle aquí nosotros,
no es más que por ser autor de la más bella composición
poética que en honor de la Concepción se escribió en 1616,
la que fué premiada en el certamen literario celebrado por
la hermandad de Sacerdotes de San Pedro Advíncula, y
la cual reproducimos á la pág. 401, juntamente con una

glosa del mismo autor. No puede darse nada más delicado,


al par que sublime, para cantar el Misterio de la Concepción
de Nuestra Señora que las octavas de este poeta, en donde
no se sabe qué admirar más, si la suavidad y dulzura del

lenguaje poético ó la elevación y grandeza de los concep¬


tos y pensamientos; allí la cadencia del metro, la sencillez

del estilo, la propiedad de las comparaciones, la harmonía


de los períodos poéticos, producen el mismo efecto que la
más hermosa de las cadencias musicales.

«Sois Palma excelsa ¡ó Virgen triunfadora!


Del árbol del error. Sois verde Oliva,
Que en lo supremo de las aguas mora
Verde á pesar de su diluvio y viva.»

«Sois Lirio asido á la pungente, y


dura
Rama de espinas, y jamas violado.
Rosa cuya beldad intacta y pura
No marchitó la noche, y viento helado.»

«Mirra escogida, Balsamo oloroso,


Cuya interna virtud perpetuamente
Os reservó incorrupta, y sin ofensa
Contra el contagio de la culpa inmensa.»

«Norte que de las ondas se retira


Sin ver jamas en ellas triste ocaso
Luna que al Sol supremo siempre mira,
Ni el mundo estorva- de su vista el paso.
Glorias Sevillanas 629

¡Oh singularidad que al Cielo admira!


Rindo á tan pura Luz mi genio escaso,
Pues no se
incluye en alabanza alguna
Vuestro Sol, y Luzero, Norte y Luna.»

Bajo este concepto puede ser considerado Juan de Jáu-


reguí como el más elegante poeta de la Inmaculada nacido
en Sevilla, pues no hay ninguno que le supere por sus do¬
tes como compositor delicado y de sentimiento.
Escribió además para el mismo certamen una canción,
según el tema que se marcaba, elogiando este Misterio y
la prisión de S. Pedro.
Otra canción hizo además Á
Reyna de los Angeles
la

probando la limpieza de Concepción Santísima, bellísima


su
poesía, en que se muestra digno discípulo del sublime Her¬
nando de Herrera, en cuya escuela estudió; empieza así esta

composición:

«Plantó el Criador para el Adán primero


Un paraíso, estancia, aunque terrena
De recreación yde belleza inmensa,
Tan puro y limpio, que la mancha agena
No pudo consentir, lanzando fiero,
Agresor primitivo de la ofensa.
Trazada la costosa recompensa
Del grave mal por el autor del mundo,
En vos plantar, Oh pura Virgen, quizo
Segundo Paraíso
Y recreación para el Adán segundo.»

Del mismo estilo es la canción que tiene dedi¬


corte y

cada Á la
Asumpcion de Nuestra Señora á los Cielos, y
otras varias que dejó sobre asuntos religiosos.

Según el analista Ortiz de Zúñiga, murió en Madrid el


año de 1650.
630 Glorias Sevillanas

Alonso Díaz.

Poeta del último tercio del siglo XVI, natural de Sevilla,


según dice en las portadas de sus libros. No hay noticias
ningunas de él, si no son las que de sus composiciones se
desprenden; todas están dedicadas á cantar la Concepción
Inmaculada, al menos las conocidas, siendo la primera de
1611 y la última de 1619. En todas ellas, no sólo demues¬
tra su afecto á la creencia piadosa, sí que también aparece

al par como elegante poeta y buen versificador. Las obras

suyas que conocemos son las que siguen:


«Historia de Nuestra Señora de Aguas Santas. Poema
castellano. Con algunas iustas literarias en alabanza de San¬
tos. En Sevilla, 1611.»
Libro rarísimo, que no hemos logrado ver.
« Concetos nuevos á la Inmaculada
Concepción de la Vir¬
gen Nuestra Señora. En Sevilla, 1615.»
Lleva la siguiente dedicatoria: «A vuestra puríssima
Concepción (Sereníssima Virgen) dedica un devoto vuestro
estos humildes versos, que si como siente en su alma este
Misterio, lo acertara á significar con la pluma, á ninguna le
concediera ventaja. Pero Señora, ya estays hecha a recebir
el mas mínimo cornadillo del que con el ofrece su voluntad;

que aun vuestro Soberano Hijo parece que lo mamó en


la leche, pues con tan buena recibió el de esotra vejezita.
Conozco que mi pobre caudal no se leuanta dos dedos de
la tierra, y assí debaxo de metáfora de tierra e querido
alabar vuestra pureza, pues con vuestro fauor salí a salua-

mento, en el profundo mar de vuestras Aguas santas; Tam¬


bién espero aquí el mismo sucesso, pues es menos peligro
irse tierra á tierra, que engolfarse en alta mar.»
«Otavas á la Inmaculada Concepción de la siempre
Glorias Sevillanas 631

Virgen María Madre de Dios y Señora nuestra, Donde


se dizen algunos apodos á este soberano Misterio. Grana¬
da, 1616.»
«A la Inmaculada Concepción de la Virgen María, con¬
cebida sin mancha de pecado original, versos nuevos dife¬
rentes de los que hasta aquí han salido. Con un romance
de Ximena aplicado al mismo Misterio. En Sevilla, 1619.»
Concurrió al certamen de San Pedro Advíncula en 1616,
siéndole premiado el romance que hizo de las fiestas, y que
hemos reproducido á la pág. 407.

Baltasar de Cepeda.
Poeta sevillano que floreció en el primer tercio del si¬
glo XVII, sin más noticias de él. En todas
que se tengan
sus
composiciones confiesa ser hijo de Sevilla. Fué Notario
de la curia eclesiástica, y en sus obras unas veces se llama
Bachiller y otras Licenciado. D. Nicolás Antonio no refiere
nada de su vida, y D. Justino Matute le llama «docto y ele¬

gante poeta».
Puede ser considerado como el más clásico de los ro¬

manceros de fiestas sevillanas en loor de la Concepción,


pues sus romances, como puede verse por las reproduccio¬
nes
que de ellos hemos dado, son muy bellos, y todavía
no adolecen del mal gusto y corrupción que se nota en
otros de esta misma época. Conocemos las siguientes obras

suyas:
«Relación de algunas procesiones y fiestas en conventos
que ha hecho la famosa ciudad de Sevilla. En Baeza, 1615.»
Testimonio en relación que da el tiempo del estado q. oy
«

tiene el pleito de la Inmaculada Concepción. Sevilla, 1615.»


«Sumario y pronostico ge7ieral de las verdades que su¬
cederán en el año de mil seiscientos y diez y siete acerca de
la Limpísima Concepción. Sevilla, 1617.»
632 Glorias Sevillanas

a El Paternóster y el Ave-maría glossados á la Inmacu¬


lada Concepción. Sevillla, 1615.»
« Testamento y ultima voluntad de un fiel devoto y pia¬

doso, acerca del sacrosanto Misterio de la Inmaculada Lim¬


pieza de la Concepción. Sevilla, 1617.»
Fué Baltasar de Cepeda devotísimo del Misterio, como

puede verse por las composiciones citadas, especialmente


por la última, que es muy donosa por la manera que tiene
en ella el poeta de expresar sus sentimientos arraigadísimos

en favor de la
Concepción. Del mismo autor son las coplas
que citamos á la pág. 245.
D. Nicolás Antonio cita además otra obra de este au¬

tor, que se titula «Jornada de Larache por Don Juan de


Mendoza. Sevilla, 1615.»

Luis de Belmonte Bermúdez.

Poeta sevillano de fines del siglo XVI. Da noticias suyas


Juan Bermúdez y Alfaro en el prefacio que lleva un poema
inédito de Belmonte, titulado iLa hispálica», en el cual
dice: «habiendo gastado los mejores años de su vida en
pregrinaciones navales, es hoy el que de quince años á esta
parte ha escrito mas en España, que por haber sido lo de-
mas en Indias, no se tiene tan general
noticia de sus obras.»
Como hijo de esta Ciudad, rindió tributo á su devoción

predilecta, y compuso un poemita á la Concepción, titulado


*La Aurora de Cristo. En Sevilla, 1615.» Libro muy raro.
Además puso en verso la relación de los festejos que
hizo la Hermandad de Regina en 1616, cuyo título es: <¿La
solemnísima fiesta y procession que hace la Ilustre Cofradía
de la Pura y Limpia Concepción á su imagen. En Sevi¬
lla, 1616.»
Escribió un
poemita titulado a.El Cisne del Jordán»,
Glorias Sevillanas 633

y otro de la « Vida del Patriarca San Ignacio de Loyola»,


é infinidad de comedias y romances.

Alonso Maldonado.

No poseen noticias algunas de este escritor, que ca¬


se

lifica D.
Justino Matute de «elegante poeta sevillano», sa¬
biéndose sólo que pertenece al primer tercio del siglo XVII,

y que los versos suyos conocidos están dedicados á cantar


el inefable Misterio de la Concepción, de lo que se deduce
su afecto y devoción al mismo.
La Biblioteca de Gallardo cita seis curiosos folletos de
este autor, que son los siguientes:
«Glossa sobre el Credo en alabanza de la Inmaculada

y Puríssima Concepción de la Sereníssima Reyna de los


Angeles, Madre de Dios y Señora nuestra concebida sin
mancha de pecado original... En Sevilla, por Alonso Ga-

marra, 1616.»
« Glossas de la salve de la Madre de Dios, en alabanza
de su
pura y limpia Concepción: juntamente con un ro¬
mance á lo divino de lo que dice la bella Celia... En Sevi¬

lla, por Francisco de Lyra, año de 1616.»


«Doce
glossas sobre la copla que dice «Todo el mundo
en general»; la primera es del Sr. Don Pedro de Castro
Argobispo de Sevilla. La segunda del Autor, la tercera y
quarta de los dos Cabildos della. La quinta de la Compañía
de Jesús y Orden de San Francisco. La sexta de la Augus-
tina y Trinitaria. La sétima de la Carmelita y Mercenaria.
La octava de la de San Benito y San Basilio. La novena
de la de San Gerónimo. La decima del Común.
Cartuja, y
La oncena de los Pastores. La ultima de Santiago Apóstol,
todas en alabanza de la Inmaculada Concepción... En Se¬

villa, por Alonso Rodríguez Gamarra, 1616.»


80
634 Glorias Sevillanas

«Glossas nuevas sobre las


coplas que comienzan, «Todo
el mundo en general», «Hizoos vuestro Esposo caro», «Si
mandó Dios verdadero», «El Señor con su poder» y «Toda
vos
resplandeceys»; que eslo que hasta aquí se ha cantado
de la Pura y Limpia Concepción... En Sevilla, por Fran¬
cisco de Lyra, 1616.»
«Dos
glossas. La primera del persignarse. La segunda
del Padrenuestro. Aplicadas al Misterio de la Inmaculada

Concepción... En Sevilla, por Alonso Rodríguez Gama-


rra, 1617.»
« Glossa
peregrina en alabanza de la Inmaculada y Pu-
ríssima Concepción de la Sereníssima Reyna de los Angeles
Madre de Dios y Señora nuestra Concebida sin pecado ori¬

ginal... En Sevilla, por Alonso Rodríguez Gamarra, 1617.»

D. Juan de Guzmán.

Menciona D. Nicolás Antonio en su Biblioteca Nova á


un humanista y poetallamado D. Juan de Güzmán, el cual
fué hijo de Sevilla, aunque allí no se expresa, afirmándolo
así D. Gregorio Mayáns en la Vida de Virgilio que escri¬
bió para las obras de este autor traducidas al castellano.
D. Justino Matute, en su obra Hijos de Sevilla, menciónalo
como tal, á más de otro
que figura en el mismo libro con
igual nombre y apellido, también poeta. Nosotros, sin em¬
bargo, creemos que estos dos sujetos citados son en realh
lidad uno solo. Tuvo por maestros á Juan de Malara y á
Sánchez Brócense, según dice D. Juan de Guzmán en el
prólogo de las Geórgicas traducidas por él. Viajó por Amé¬
rica, y á su vuelta obtuvo una cátedra de latinidad en Pon¬
tevedra; luego explicó Retórica en Alcalá de Henares, don¬
de se graduaría de Licenciado en Jurisprudencia, dada su
afición «á adquirir toda clase de conocimientos», como con-
Glorias Sevillanas 635

fiesa en el citado prólogo, siendo posible que luego obtu¬


vieraalguna cátedra de Jurisprudencia, según él se llama¬
ba «profesor de Leyes», en dos folletos que hemos visto

impresos del mismo. Sus obras son:


«Las Geórgicas de Virgilio, Principe de los Poetas La¬
tinos, nuevamente traducidas en lengua castellana en verso
suelto juntamente la decima Egloga, con muchas nota¬
con
ciones... Dedicado al muy ilustre Sr. D. Felipe Montenegro

y Sotomayor... En Salamanca, por Juan Fernandez, año


de 1586.»
«Primera partede la Rhetorica de Juan de Guzman
público profesor de esta facultad, dividida en catorce con¬
vites de oradores, donde se trata el modo que se debe

guardar en seguir un concepto por sus partes en cualquiera


platica, razonamiento ó sermón Dirigida al Conde de
Tendilla D. Luis Iñigo Hurtado de Mendoza. En Alcala de
Henares, por Juan lñiguez de Lequerica, año 1589.»
Cancioii á la Inmaculada y Limpia Concepción de la
«

Virgen Maria Señora nuestra. Por el Licenciado Don Juan


de Guzman profesor de Leyes natural de Sevilla. Dirigida á
la excelentissima Señora Doña Juana de Sandoval Duque¬
sa de Medina Sidonia... En Sevilla,
por Francisco de Ly-
ra, 1616.»
Está escrita la canción con estilo levantado y hermoso,
y llena de bellísimos pensamientos. Empieza así:

«El Aguila caudal q ensima el vuelo


sobre el alto collado donde para,
absorta mira el Cielo,
donde vió una visión, tan nueva y rara,
que ofuscó su sentido,
y el alma trasportada
entre rayos de un sol luciente vido
una
muger de estrellas coronada,
que la Luna vistosa
era chapines de su
planta hermosa.»
636 Glorias Sevillanas

Siguen otras estrofas bellísimas:

«Angélicas legiones á millares


postradas á sus pies con instrumentos
su música y cantares

regocijan el cielo, y sus acentos


resuenan en la tierra,
paz ofrecen al mundo,
y al infierno amenazan cruda guerra,
Luzbel tiembla, estremecese el profundo,
y el Cielo franca entrada
le dá á su carne Pura é Inmaculada.»

«Y desu misma hechura


alegre el Padre
del pecho inmenso de su inmensa ciencia,
mirando á Hijo y Madre
se oyó
la voz de su divina essencia:
toda amiga querida
eres bella y hermosa
sin mancha de pecado concebida
que assi convino para ser mi Esposa;
eres un Relicario,
de mis tesoros el divino erario.
»Eres la palma altiva de que orno
la magestad excelsa de mis sienes,
oliva con que adorno
el cielo (que á gozar querida vienes)
eres mi fuente viva

lirio y rosa olorosa


ciprés, que corrupción nunca recibe,
pozo sin suelo de agua milagrosa:
eres huerto cercado
en donde el hombre y Dios se vio encerrado.»

«Llamóte Gabriel Llena de Gracia,


bendita mas que todas las mugeres,
un
punto en mi desgracia
no has estado querida que aunque eres
hija de Adán culpado,
y como tal sugeta,
á contraer su culpa, te he librado
del toque vil de su mortal saeta,
quise, pude y lo hice,
porque mas su linage se eternice
«Fuiste en tu Concepción cual clara aurora
Glorias Sevillanas <537

que trasla noche tenebrosa y larga


la culpa de Adán dora,
y á sus hijos releva de su carga;
en concebir mi
Hijo
fuiste Luna hermosa,
que al seno de Abrahan dió regocijo;
tu muerte sera un Sol de luz vistosa
cuyos santos reflejos
serán para estos Angeles, Espejos.»

«Verase
un
tiempo en el futuro siglo,
tu Concepción divina celebrada,
á pesar del Vestiglo,

cuya frente por tí fué quebrantada:


alabaran tu nombre
con música en el suelo:

cantará la muger, el niño, el hombre;


responderá gozoso todo el Cielo,
porque solo á tí es dado
el himno que te canta sin pecado.»

«Los
principes y grandes potentados
tendrán esta opinión por la mas cierta,
y en escudos pintados
en vez de armas
pondrán sobre sus puertas,
el nombre de Maria
sin mancha concebida;
será común en todos la alegría,
por tu defensa habrá quien dé la vida.
empezará Sevilla,
seguirán los reinos de Castilla.»

Escribió también: « Octavas á la Limpia y Pura Con-


cepcio7i de Ntra. Sra. quien no tocó la culpa oi'iginal de
en
la inobediencia de nuestro primero padre Adán, por parti¬
cular privilegio... Sevilla, 1617.»
En la Biblioteca de Gallardo, al número 2453, se men¬
ciona á un escritor llamado D. Juan de Guzmán, autor de
la «Relación de las ho?iras que hizo la ciudad de Córdoba
á Doña Margarita de Austria... 1612.»

¿Será el mismo autor de que nos ocupamos?


638 Glorias Sevillanas

Gil López de Lucenilla.

Se llama en sus composiciones «hijo humilde desta Ciu¬


dad». Floreció en el primer tercio del décimo-sétimo siglo,
siendo uno de los romanceros más populares de las fiestas
concepcionistas de dicha época en Sevilla. No se conservan
más datos de su vida. Fué ferviente devoto del Misterio.
Sus composiciones no son tan clásicas como las de Balta¬
sar deCepeda, pues adolecen ya del mal gusto literario.
Conocemos las siguientes:
«Relación de las fiestas qae la nobilísima Cofradía de
Nuestra Señora de la Concepción, sin mancha original, hizo
á su soberana imagen en la salida del convento de Regina
al de San Francisco de la ciudad de Sevilla Domingo 18
de Setiembre de 1616.»

«Segundo Romance á la buelta de la Imagen de la Lim¬


pia Concepción de nuestra Señora sin mancha original desde
el Convento de San Francisco hasta el de Regina Angelo-
rum desta ciudad de Sevilla Lunes 19 de Setiembre des te
año de 1616... En Sevilla, por Alonso Rodríguez Gamarra,

año de 1617.»
« Vitoria de la Virgen contra la primera culpa. En Se¬
villa, por Francisco de Lyra, 1618.»
«Discurso deuoto á la aparición de la imagen de nues¬
tra Señora de la Iniesta, sita en la iglesia
parroquial de
San Julián de Seuilla, en que se tocan algunos puntos á su
Inmaculada Concepción sin mancha original... En Sevilla,

por Alonso Rodríguez Gamarra, Año 1616.»


«Fiestas que ha hecho la ciudad de Sevilla en hazi-
miento de gracias, assí en las Iglesias, como por los vezinos
de lia, con mascaras, alegj'ias, regocijos mui honestos y gus¬
tosos en celebración del Decreto que dio la Santidad de
Glorias Sevillanas 639

Paulo V... En Sevilla, por Alonso Rodríguez Gamarra,


año 1617.»
«Relación del Decreto que su Santidad ha concedido en
favor de la opinión pia de la Concepción de nuestra Señora
Madre de Dios, Concebida sin mancha original. Y lasfies¬
tas que ha hecho la Ciudad de Seuilla en orden á tan ven¬

turosa nueva... En Sevilla, por Alonso Rodríguez Gamarra,


año de 1617.»
« Testamento que
ha hecho la Ciudad de Sevilla en ha-
cimiento degracias eti celebración del Decreto de Paulo V
en
favor de la Inmaculada Concepción... En Sevilla, por
Alonso Rodríguez Gamarra, 1617.»
«Relación de la solemnissima fiesta
hizo a la
que se
primera piedra que se puso en el nuevo edificio del Sagra¬
rio de la Santa Iglesia de la nobilísima ciudad de Sevilla
con las ceremonias
que en este acto se hicieron, con unas
dezimas á la Concepción de la Virgen Maria... En Sevilla,

por Francisco de Lyra, 1618.»

Rodrigo Fernández de Rivera.

Nació este poeta en Sevilla, año de 1579 (1). Ocúpase


de él D. Nicolás Antonio en su Biblioteca Nova, y dice:
«Fué poeta ingenioso y de buen estilo, mas la estructura,
y harmonía de sus versos no es la mas escogida.»
Escribió varias obras en verso, entre ellas una titulada
«Escuadrón humilde, levantado á deuocion de la Inmacu¬
lada Concepción de la Virgen nuestra Señora. Dirigido á
lasagrada Religión del Seráfico Patriarca San Francisco...
En Sevilla, por Alonso Rodríguez Gamarra, Año 1616.»

(1) Véase la Biografía del poeta sevillano Rodrigo Fernández de Ri¬


vera y juicio de sus principales obras, por D. Joaquín Hazañas y la Rúa.
Sevilla, 1889.
640 Glorias Sevillanas

Es una colección de
poesías dedicadas á cantar el sa¬
grado Misterio: fórmanla cien décimas, un madrigal, un so¬
neto, una canción formada de las primeras letras del título
«María concebida sin pecado original», la glosa de la re¬
dondilla

«Virgen, no os pudo obligar


De el original la Ley;
Porque la madre del Rey
Ningún pecho ha de pagar»,
y otras varias redondillas.

Antón Tapia.
No poseemos noticia alguna de este poeta, que se lla¬
ma
hijo de Sevilla en el único papel impreso que hemos
visto de él, intitulado: « Treyntay una octavas á las treynta

y una letras que contiene; Maria Concebida sin Pecado Ori¬


ginal, tomando por guia y principio dellas las letras conte¬
nidas... En Sevilla.»
La primera estrofa es como sigue:
«Maria Virgen, resplandor del suelo,
Aurora luminosa, Virgen santa,
Paloma que bolaste hasta el Cielo,
Rindiendo las Estrellas a tu planta:
El coro que te vido con tal buelo
Con vna voz sonora
alegre canta
Excelencias sin fin de tal persona
Al tiempo que los tres te dan corona.»

Y termina:

«Libro de nuestra Ley, limpio, adornado


De blanca seda todo guarnecido,
Libro, que los que en el an apuntado
Ni vn átomo de errata an conocido.
Otra Ester, que un pueblo á remediado,
Virgen en el remedio as parecido,
No pudiéndolo hacer otra ninguna,
Sino tu, que te adorna Sol, y Luna.»
Glorias Sevillanas 641

Cristóbal Castillo.

Poeta sevillano, según se dice


los papeles impresos
en
que hemos visto en honor del Misterio. Conocemos las si¬
guientes composiciones suyas:
«Aquí se contiene tres obras muy curiosas, La primera
es un romance á la Inmaculada
Concepción de la Virgen
María Nuestra Señora La segunda es otro romance en ala¬
banza de aquella letra tan celebrada, Todo el mundo en
general, y de su Autor. La tercera es una glosa al mismo
intento y unas otavas. Compuesto por Christoval del Casti¬

llo, natural de la insigne ciudad de Sevilla... Impreso en


Murcia, Año de 1615.»
«Aquí se contiene doze otavas nuevas, en muy sentido
estilo á la conversión del Pecador, y desengaño del hombre:
donde se tratan cosas de la Passion de N. Señor Jesu Chris-
to, estando en la Cruz; Con un famoso Romance nuevo, en
alabanga de la Inmaculada Concepcio7i de nuestra Señora;
y al cabo lleva una Glosa sobre aquella letra; qíie dice: To¬
do el mundo en general... En Murcia, por Diego de la To¬
rre, año 1615.»

Lázaro Díaz.

Hijo de esta ciudad de Sevilla, como se desprende de


la composición poética que hizo á la Inmaculada Concep¬
ción, cuyo título es así: «Nacimiento y prosapia de la San¬
tísima Virgen Maria, y reto que haze con'su Limpia Con¬
cepción á todo el Infierno y al pecado original. Compuesto
por Lazaro Diaz, natural de la insigne Ciudad de Sevilla...
En Baeza, por Pedro de la Torre, año 1615.»
81
642 Glorias Sevillanas

Campea en la composición el afecto piadoso y devoción


del poeta, más que el buen gusto.
« Glosas
para cantar la Limpia Concepción de la Virgen
Maria, sin macula del original pecado de Adán, según la
letra Todo el mundo en general, por Lazaro Diaz... Sevi¬
lla, 1616.»
«Glossa muy denota para cantar los niños de Seuilla
en alabanza de la Purissima Virgen Maria Señora 7iues-
tra Concebida sin mancha de pecado en el primero instante
de su ser. Sevilla, 1617.»

Diego Villegas de la Cruz.

Fué hijo de esta Ciudad, y escribió: « Glosas muy devo¬


tas para cantar en alabanza de la Inmaculada Concepción
de Nuestra Señora, concebida sin pecado original. Compues¬
tas por Diego Villegas de la Cruz, presvitero Beneficiado

de la veintena de la Santa Iglesia de Sevilla y natural de-


11a... En Malaga, por Juan Regné, 1615.»
Son estas glosas una imitación de las que hizo Miguel
Cid al mismo asunto, habiéndole seguido en los pensamien¬
tos que expone en las suyas.

Blas de las Casas Ales.

Fuéhijo de Sevilla y gozó de gran fama como poeta


popular de la Concepción, publicando muchas composicio¬
nes en su defensa, contra los partidarios de la opinión ri¬

gurosa. Conocemos impresas las siguientes quintillas: «A


la Inmaculada Concepción Maria Madre de Dios y Señora

nuestra, concebida sin mancha de pecado original.» Lleva al


fin un soneto al <s.Santissimo Sacramento, y á la Limpissi-
ma Concepción... En Granada, Año de 1615.»
Glorias Sevillanas 643

Francisco de la Peña.

Poeta sevillano; escribió: «Coloquio entre tres Pastores


en
que se glossa este verso; Sin pecado original, por las le¬
tras del A. B. C. Lleva mas un soneto y otro A. B. C. y un
Villancico. Todo en alabanza de la Limpissima Concepción
de la Virgen Santissima nuestra Señora... En Sevilla, por
por Alonso Rodríguez Gamarra. Año 1616.»

Escribieron asimismo de la Concepción los poetas don


Carlos Cepeda y Guzmán y D. Francisco Martel Párraga (1).
Juan Porcel de Medina, en su «Ramillete espiritual en loor
de Ntra. Sra. Sevilla, 1636». Luis de Ribera, en su obra
«Poesías sagradas, en Sevilla, 1612». D. Francisco José
Aldana y Tirado compuso un poema de muy mal gusto,
titulado «Asaltos al oscio con que en diversos ratos perdidos
dio batería a la pereza el canon de Francisco Josef Aldana
á la Pura candida y rutilante Aurora,» etc. etc.
mas

También pueden mencionarse en este lugar los escri¬


tores de las fiestas sevillanas, Fr. Damián
Lugones, el Pres¬
bítero D. Francisco Luque P'ajardo, Pedro Escalante, el
Ldo. Alonso Sáez, D. Juan de Arguijo, Hernando Casiano
Camacho, el Ldo. Vicente Villegas, Maestro de ceremonias
de la Catedral, y D. FVrnando de la Torre Farfán, todos

hijos de esta Ciudad.

Descuellan en
primer término como oradores de la Con¬
cepción en el siglo XVII los sevillanos de que nos ocupa¬
mos á continuación.

(1) Manuscritos de la Biblioteca Capitular Colombina, donde se con¬


tienen composiciones de dichos autores.
644 Glorias Sevillanas

Fr. Fernando de Santiago.

Nació en Sevilla el año de 1557. Desde muy joven de¬


dicóse al estudio de las Letras Sagradas, ingresando á los
diecisiete de edad en la Orden de Nuestra Señora de la
Merced, en cuyo convento principal de esta Ciudad profe¬
só. Desde niño, dice Francisco Pacheco en la semblanza

que hizo de él, «dió raras muestras de gran predicador,


por su natural elocuencia y facundia en la lengua. Estudió
la Gramática y Retórica, en que salió consumadísimo, y
desde joven se conoció su delicado ingenio y viveza de en¬
tendimiento.» Ordenado de presbítero, pasó á Madrid, don¬
de predicó delante del Rey Felipe II un sermón casi im¬
provisado, pero con tanta maestría y arte, que el Rey le
puso por nombre «pico de oro», que después le quedó toda
su vida, gustando el Rey oirle con frecuencia,
quedando y
cada vez más encantado de su oratoria. Hizo dos
viajes á
Roma en tiempo de Sixto V y de Paulo V, predicando con
admiración de todos en la iglesia de Santiago de los Espa¬
ñoles, llegando á oídos del Pontífice la fama que había al¬
canzado, por lo que quiso escucharle, quedando luego ad¬
mirado de su elocuencia, no obstante los grandes oradores

que en aquella época sobresalían en la Corte pontificia; mas


Sixto V preferíale á los demás, porque, comparándole con
los otros, decía que Fr. F'ernando de Santiago reunía las
buenas cualidades de los otros: «delectat, movet et docet.i>
Distinguióle el Papa de tal modo, que gozó de la confianza
más completa, viniendo á convertirse durante su perma¬
nencia en Roma casi en un familiar suyo.
Predicó delante
del Colegio de Cardenales de la grandeza romana el ser¬
y
món de Mandato del Jueves Santo en castellano, á petición
del Pontífice, dejando asombrado á todo el auditorio. Reu-
Glorias Sevillanas 645

nía indudablemente las dotes oratorias más superiores que


se han conocido; así, que juntamente con el fuego de su
elocuencia y su escogido lenguaje, reunía una memoria tan
prodigiosa, y una facilidad para tocaral ánimo de sus oyen¬
tes, que el autor antes citado dice de él: «Tenía los cora¬
zones tan en la mano, que cuando queria movia á lágrimas,
tan señor era de los afectos y
pasiones del ánimo.»
Fué piadosísimo, y varón de grandes virtudes; por lo
que no sólo le distinguieron en esta Ciudad, el Cabildo Ecle¬
siástico llevándolo á predicar á su iglesia Catedral muy

joven aún, y los grandes magnates, como el Duque de Al¬


calá, de Arcos de Medina, sino aun los mismos Reyes,
y
como Felipe II, que siempre gustaba de conversar con él.
En el año 1631 fué nombrado Rector del Colegio de San

Laureano de esta Ciudad.


Escribió y se publicaron las siguientes obras:
« Consideraciones sobre las Dominicas y Ferias de Cua¬
resma.»

Varios sermones, entre otros:


«Oración fúnebre á las honras que hizo la ciudad de
Malaga á el Rey Don Felipe II.»
«Sermón en las honras de Felipe III.»
« Tratado del acto de Contriccion» y un Santoral.»
Tenía preparado además para la imprenta un tratado,
cuyo título era «Marial ó sermones de la Virgen Señora
Nuestra»; mas este manuscrito no llegó á ver la luz pública
por haberse extraviado al autor en uno de sus frecuentes
viajes.
Era de carácter muy bondadoso, de buena figura y de
rostro agradable, según le dejó retratado su contemporá¬

neo y amigo Francisco de Pacheco. No se le conoció nunca

enfermedad alguna, muriendo, puede decirse, de edad, pues


falleció á los ochenta y dos años de su vida, á 3 de Abril
de 1639. Enterróse en la Casa grande de la Merced, en el
646 Glorias Sevillanas

mismo templo donde hizo su profesión religiosa, tribután¬


dosele solemnísimas honras, que por espacio de ocho días
le hicieron todas las Comunidades religiosas de esta Ciudad.
Hablan de este insigne sevillano, á más del Libro de
los Retratos, D. Nicolás Antonio, en su Biblioteca Nova, y
Arana de Varflora en su obra Hijos de Sevilla.

Fr. Pedro de Valderrama.

Nació en Sevilla año de 1550,


siendo educado en su ju¬
ventud por los PP. de la Compañía de Jesús, que le comu¬
nicaron abundantemente virtud y ciencia. De dieciocho años
de edad entró en el noviciado de la Orden de San Agustín,
en esta misma Ciudad, é hizo su profesión el de Agosto
27
de 1
569, víspera del fundador de su Religión. La gran apli¬
cación que tuvo á las Divinas Letras, y sus naturales dotes,
luciéronle famoso teólogo, y más elocuente orador. Fran¬
cisco de Pacheco dice en su semblanza, hablando de este
varón: «Siguió á San Agustín en la predicación, en la cual
se ejercitó muchos
años haciendo tan gran fruto como el
que más ha hecho en estos tiempos, lo cual fué ocasión
que en toda la tierra se estendiese la fama de su nombre,
y se oyese el sonido de su voz... testigo es también la Corte
de su magestad donde le oyeron muchos sermones con

aplauso y aceptación, y para que no lo busquemos fuera,


diga Sevilla lo que obra en ella con sus palabras de vida;
y diga también cómo venido su Generalísimo á España y
visitando este Convento año de 1 588, le predicó un sermón
de Capítulo, con tal eloquencia y sabiduría, que el Padre
General le hizo muchas honras y favores, graduándole por
suficiencia y llevó el Sermón á Roma para mostrarle á
S. Santidad, ufano de tan lucido hijo del insigne Doctor.»
Resaltaban al igual de su talento, su modestia, su sen-
Glorias Sevillanas 647

cillez y su afabilidad para con todos, siendo muy dejado en


el vestir y en las atenciones de su persona. Su actividad
no sólo la demostró en el púlpito y en los libros, pues es¬
tudiaba catorce horas al día, sino también en la goberna¬
ción y dirección de su Convento, del cual fué Prior muchos
años, habiendo hecho en él costosas obras, en que invirtió
cincuenta mil ducados. Reunía, pues, Fr. Pedro de Valde-
rrama las condiciones
especialísimas de gobernar, estudiar
y enseñar como pocos religiosos han tenido.
Escribió: «Ejercicios espirituales para todos los dias de
Cuaresma», de cuyo libro se hicieron dos ediciones; la
primera en Sevilla en 1602, y la segunda en Barcelona
en 1604, siendo más tarde traducida al francés y al ita¬
liano.

«Ejercicios espirituales para las Dominicas de Advien¬


to. Barcelona, 1607»; libro que también vertió al francés.
se
«Ejercicios espirituales para las tres Dominicas de Sep¬
tuagésima, Sexagésima y Quincuagésima.» Se conocen dos
ediciones, de Barcelona y Lisboa.
«Ejercicios espirituales para todas las festividades de
los Santos.» Otras dos ediciones, en las mismas ciudades,
en 1607 y 1608.
« Teatro de las Religiones.» Se hicieron tres ediciones:
Sevilla, 1612; Barcelona, 1615, Venecia, 1616.
y
Estas obras todas predicables, y en la última in¬
eran

cluía sermones de los fundadores y santos de las Ordenes

religiosas. Puede apreciarse por el número de sus libros,


y por la repetición de sus ediciones, la facilidad de este au¬
tor para escribir, y la aceptación con que eran recibidos

sus tratados; habiendo nosotros visto además impreso


un
«Sermón á la Inmaculada Concepción predicado á la Vir¬

gen de la Caridad de Sanlucar de Barrrameda, ante el Du¬


que de Medina-Sidonia... Sevilla, 1609.»
Murió el 25 de Setiembre de 1611, en el convento de
648 Glorias Sevillanas

San Agustín, donde fué enterrado, habiéndole compuesto


el escritor sevillano D.Juan de Robres el siguiente epitafio:
Ordinis, tirbis honos, caput, Augustiq; novator
ccenobii Christi Tnllius, ore, libris,
Valderrama silet sub humo, super astra, sed uno,
contentas verbo, verba superna facit.

El P. Juan de Pineda.

Es el verdadero orador del Misterio de la Concepción


en Sevilla, pues fué quien autorizó con su elocuente pala¬
bra las fiestas más principales y solemnes de 1615, 1616
y 1617. Predicó á la hermandad de Nazarenos de la Santa
Cruz en Jerusalén el primer día del octavario que se hiciera

para solemnizar el juramento de los cofrades en defensa


del Misterio: su voz se oyó de igual modo en la iglesia de
San Pedro, antes de hacer el mismo voto la Hermandad de

Sacerdotes; y él, por último, sube al pulpito de la Catedral

hispalense en la célebre mañana del día 8 de Diciembre


de 1617, en que ambos Cabildos y el Prelado verificaron
tan solemne ceremonia. Fué su cuna la muy noble ciudad

de Sevilla, donde nació en 1553. A los catorce años de su


edad ingresó en la Compañía de Jesús, donde vivió hasta
su muerte. Pdoreció en toda clase de letras
y virtudes, y
su vida fué la del varón justo,
no distinguiéndose en el ejer¬
cicio de una virtud más que en otra, sino que pobreza,
obediencia y castidad encontraron en él su más fiel cumpli¬

dor, no engriéndole jamás su vasto talento y erudición; ni


le envaneció su trato con los grandes del mundo, de los que
nunca se les
pegó nada, no obstante el roce continuo que
con ellos tuvo
por los grandes negocios que traía siempre,
ni se enorgulleció con los altos puestos que tuvo, ni con las

embajadas que le cometieron. En su celda, pobre y despro¬


vista de cosas supérfluas, sólo se veían algunos libros; su
Glorias Sevillanas 649

vestir fué humildísimo, pues siempre llevaba ropas usadas,


cual unpobre novicio; su carácter noble y lleno de since¬
ridad, sin afectar ninguna de estas virtudes, que poseía no
por estudio, sino de natural propio. Fué el P. Juan de Pi¬
neda un varón cuya vida merece estudiarse, no sólo para

los que profesan en Religión, sino para todas las clases y


estados, pues es el modelo del varón perfecto.
Informó toda su vida una piedad sin límites por la ma¬

yor gloria de Dios y por la de su Santísima Madre, cuyo


afecto era vivísimo en su alma, como lo demuestra su pre¬
dicación continua fomentando y exponiendo los cimientos
teológicos del Misterio de su Limpia Concepción, por lo
mucho que trabajó en defensa de la pía creencia, de lo que
fué testigo Sevilla entera. Sus estudios fueron muy profun¬

dos, alcanzando tal nombradla y fama como hombre de


ciencia, que en todas partes donde explicó Artes ó Letras
dejó nombre imperecedero; en prueba de lo cual la Univer¬
sidad de Ebora salió á recibirle bajo mazas, y después de
invitarle á que disertase en sus cátedras, mandó esculpir
con letras de oro en los muros de sus aulas: «Hic Pineda

fuit.» Explicó Filosofíaen Madrid, Córdoba y Granada.


Más tarde fué Director de la Casa profesa de esta Ciudad

y Rector del colegio de San Hermenegildo, á cuya funda¬


ción contribuyó; y como Procurador de esta Provincia mar¬
chó luego á Roma, señalándose además por sus conoci¬
mientos profundos en las lenguas hebrea, griega y latina.
Á pesar de su agitada vida, ya con la predicación, ya
con la enseñanza de la cátedra, con las prelaciones que ob¬

tuvo y con los diferentes asuntos que le embargaban, dejó

escritas varias é importantes obras, que le han dado gran


nombre en la república de las letras.
En la Biblioteca de D. Nicolás Antonio se mencionan
las que siguen:
«Commentariorum in Librum Job, adjnncta singulis ca-
82
650 Glorias Sevillanas

pitibus sua Paraphrctsi.» Dos volúmenes en folio, impresos


en Madrid los años 1597 y ióor. La obra es, en juicio de
los peritos, la exposición más elegante y mejor escrita que
hay de este libro sagrado; editándose fuera de Es¬
acerca
paña, en Colonia, año de 1600, y en Venecia en 1609.
«De rebus Sctlomonis.» Se imprimió en la ciudad de
Lión, año de 1609, en folio.
«Commentarioi'um in Ecclesiastem.» Dos tomos, impre¬
sos en Amberes en 1620, en folio.
«Prcelectionem sacram in Cántica Canticorum, qna no¬
mine Theologici Gymnasii accepit Hispali Cardinalem de
Guevara hujus Urbis Prcesulem cum Collegium Societatis
invisseret.» Imprimióse en Sevilla, año de 1602, por Cle¬
mente Hidalgo; un volumen en 4.0
«Indicem
expurgatorium librorum.-¡> Impreso en Madrid
en 1640, habiéndole formado
por orden del Inquisidor Ge¬
neral, el Cardenal Zapata; un tomo en folio.
«De C. Plinii loco inter eruditos controverso ex lib. 7.

cap. 1.: atque etiam morbus est aliquisper sapientiam mori.»


Escribió en castellano:
«.Memorial de la Santidad y
Virtudes de Don Fernan¬
do III.Rey de Castilla y León»; cuya publicación le valió
que el monarca D. Felipe IV designárale para que fuese á
Roma á preparar y activar la canonización del Santo Rey,
lo que no pudo verificar por sus achaques y edad.
Acerca del Misterio dejó escritos y publicados los li¬
bros siguientes:
«Advertencias del
privilegio XI. de los del Señor Rey
Don Juan el Primero de Aragón, en favor de la Fiesta de
la Concepcio7i de Nuestra Señora, con una Constitución de
Cataluña y otro Fuero de Aragón del Señor Rey Don Juan
el Segundo en la misma materia.» Publicóse en esta Ciu¬
dad en 1615.
«Memorial de respuestas á las oposiciones que se hacen
Glorias Sevillanas 651

contra el Privilegio del Señor Rey Don Juan el Primero de


Aragón.»
«Sermón del Padre Joan de Pineda de la Compañía
de Jesús en el primer dia del Octavario votivo á la Inma¬
culada Concepción de la Santísima Virgen que la insig7ie
Cofradía de la Santa Cruz en Jerusalen de los Nazarenos
celebró en la iglesia de San Antonio Abad de Sevilla, á los
26 dias de Abril de 161 y...»
«Sermón en el dia i fiesta de la Concepción de la S."'a
V. M.a nuestra S.a solemnidad del Publico Juramento i
voto de siempre tener y defender su Inmaculada Limpieza,
que en su Metropolitana hizo el limo. Sr. D. Pedro de Cas¬
tro con los dos Cabildos de Iglesia i Ciudad...»

Su muerte ocurrió el 27 de Enero de 1637, en el cole¬

gio de San Hermenegildo, donde fué sepultado, habiéndose


extraviado sus cenizas en las continuas revueltas que este
centro de enseñanza ha sufrido en este siglo. Copiamos su
retrato, á la lám. 24, del Libro de Pacheco.

El Ldo. Alonso Gómez Roxas.

Sevillano ilustre por su pulpito»,


«virtud, erudiccion y

según dice de él Francisco de Pacheco en el libro titulado


Arte de la Pintura. Fué discípulo del P. Hernando de Ma¬

ta, y se distinguió desde la juventud por su santidad y


virtudes, por lo cual era muy apreciado y querido en Se¬
villa. Tuvo muchos conocimientos en las Escrituras y Sa¬

grada Teología, llamando la atención por su elocuencia en


la cátedra cuando hablaba del Misterio de la Concepción.
El Cabildo Eclesiástico le honró dándole prebenda y
una

haciéndole consultor suyo para los más arduos negocios


que emprendía. Debido á esto, le nombró Embajador en
Roma para los asuntos relacionados con la Concepción, á
652 Glorias Sevillanas

más de los procesos de S. Fernando, el V. Contreras y la


V. M. Sor Dorotea, que le detuvieron en la Corte romana
algún tiempo, durante el que adquirió relaciones con altos
dignatarios, merced á sus talentos y virtudes, honrándole
el mismo Pontífice Inocencio X con particular amistad.
En esta Ciudad fué uno de los que más denodadamente

trabajaron desde el pulpito en defensa de la opinión piado¬


sa, estando siempre unido con D. Mateo Vázquez de Leca,
entre los cuales había muy estrecha amistad. Muchas fue¬

ron las fiestas en


que predicó el canónigo D. Alonso Gó¬
mez de Roxas.
Hemos visto impresos los siguientes discursos suyos:
« Sermón que predicó el licenciado Alonso Gómez de Ro¬
xas en la soleninissima Otava que se celebró en la Iglesia
de San Gil desta ciudad de Seuilla á la Inmaculada Con¬

cepción de la Santísima Virgen Maria nuestra Señora á


quien no tocó la primera culpa, ni el debito delia... En Se¬
villa, 1615.»
«Sermón que predicó elLicenciado Alonso Gómez de Ro¬
xas dia de la Inmaculada Concepción de la Santísima Vir¬
gen nuestra Señora en la solemne fiesta que celebró la in¬
signe Cofradía de la Santissima Cruz en Jerusalen, en su
iglesia de San Antonio Abad de Sevilla, en cumplimiento
del voto que hizo de tener y confesar la verdadera y santa
devoción de que la purissima Madre de Dios fué concebida
sin mancha de pecado Original... Sevilla, 1617.»
«Sermón que predicó el Licenciado Alonso Gómez de
Roxas en el segundo Octavario que celebro la insigne Co¬

fradía de los Nazarenos i Santa Cruz en Jerusalen, desde


jo de Abril hasta 7 de Mayo de 1617... Sevilla.»
Hipólito Marrado, en la Biblioteca Mariana, dice: «A¿-
phonsus Gómez de Roxas, natione hispanas, patria Ilispa-
lensis, Hispalique Canónicas; virpietate illustre egregiaque,
sapientice, laude conspicuus: nomem suum ad posteritatem
Glorias Sevillanas 653

notitiam cum gloria transmisit, scribendo hispánica lingua


de Conceptione B. M. Virginis.»
Murió en 29 de Junio del año de 1649, enterrándose
en la Santa Iglesia Catedral.

El Magistral D. Manuel Sarmiento Mendoza.

No fué este célebre varón hijo de Sevilla; mas habiendo


venido á ocupar un alto puesto en su Cabildo, y distinguí-
dose por su elocuencia predicando de la Concepción, en
tantas y tantas funciones como lo hizo en el siglo XVII,
podemos considerarle como de los principales orado¬
á uno
res concepcionistas que aquí sobresalieron.
Era hijo de Madrid, y nació en el año de 1563, proce¬
dente de noble estirpe. Se educó al lado de su tío D. Fran¬
cisco Sarmiento de Mendoza, Obispo de Jaén y famoso ju¬

rista, el que le impuso en el estudio de las Letras, con tal


aprovechamiento, que llegó á ser profesor y Rector de la
Universidad de Salamanca, distinguiéndose la sagrada
en
cátedra y en la exposición de las Escrituras. En 1600 vino
á Sevilla á hacer oposición á la canongía magistral, que
obtuvo y sirvió por espacio de treinta años con aplauso
de todos.
Gozó de gran fama elocuencia, siendo en su trato
por su
apacible y bondadoso, pero lleno de autoridad, y muy
amante de la justicia, por lo que el
Cabildo le honró con
muy difíciles embajadas, y fué siempre su consejero.
Dejó escrito un libro titulado «Militia Evangélica»,
obra de mucha erudición y de hermoso estilo.
Hizo Pacheco su retrato, y dice de él: «Han sido vene¬
rados y patentes los sermones que ha escrito é impreso.»
Nosotros conocemos dos de los últimos predicados en ho¬
nor de la Concepción en las fiestas celebradas por la lier-
654 Glorias Sevillanas

mandad de San Pedro Advíncula en ióió, y otro en San


Vicente, año de 1615. Murió en 1630.

Fr. Gregorio de Santillán.


Sevillano, hijo de ilustre casa
en esta Ciudad, floreció
á mediados del siglo XVII. Perteneció á la Orden de San
Francisco, profesando en su convento de Sevilla, del que
más tarde fué Prior, así como de los de Jerez y Ecija, y
Provincial de Andalucía, asistiendo en Roma á un capítulo
general allí celebrado, donde le nombró Definidor Gene¬
se
ral. Eminentísimo en la predicación, obtuvo gran fama por
su oratoria, llena de
majestad y unción evangélica, por su
estilo elegante y por su lenguaje hermoso y castizo. Era
tan dispuesto para la predicación, que para él era cosa fa¬
cilísima la improvisación, por difíciles que fueran los puntos
que tuviera que exponer ó se le encomendaran: así, que
predicó en esta Catedral toda la octava del Corpus en 1649,
con motivo de la terrible
epidemia de este año, que acabó
con todos los oradores anunciados. El Rey D.
Felipe IV
nombróle su Predicador de Cámara, cuyo magisterio des¬

empeñó con universal aplauso de la Corte, donde residió


algún tiempo. Su devoción predilecta y el asunto de que
más gustaba en el pulpito era el Misterio de la Concepción;

por lo que siempre era solicitado para estas fiestas, donde


superaba á sus contemporáneos en el arte de la palabra,
pues conmovía con gran facilidad á su auditorio cuando
trataba de la Virgen Nuestra Señora. Publicó:

«Question Teológica por la Inmaculada Concepción....


Sevilla, 1660.»
«Sermones de la Concepción Purísima de la Madre de
Dios... Sevilla, 1642.»
Murió en el convento de San Francisco de esta Ciudad
el año de 1670.
Glorias Sevillanas 655

El P. Bartolomé Escobar.

Procedente de familia nobilísima, nació en Sevilla en


el último tercio del siglo XVI. Entró en la Compañía de
Jesús el año de 1580, distribuyendo antes una cuantiosa
fortuna que poseía. Distinguióse por sus grandes virtudes,

especialísimamente la caridad y la pobreza. Profesaba en¬


trañable amor á la Concepción de Nuestra Señora, habien¬
do pasado en las Indias la mayor parte de su vida, evan¬

gelizando en las misiones. Fué orador de mucha unción re¬


ligiosa, y siempre alcanzaba grandes frutos en sus predica¬
ciones. Escribió:
«Sermones varios de la Concepción N.tra S.ra concebida
sin macula de pecado... Lisboa, año de 1622.»
«Condones Quadragessimales ac de Adven tu...»
« Condones de Christi.»
«Pro Quadraginta horis in Quinquagessima... En Lyon,
1617.» -

« Condones de festis Domini... Paris, 1624.»


« Condones super onines Beatoe Virginis festivitates....
Paris, 1624.»
« Condones de Historiis Sacres Scripturce.»
Murió en América á mediados del siglo XVII.

Fr. Benito de la Serna.

Fué hijo ilustre de esta Ciudad y del Orden de San Be¬


nito, brillando por sus letras y enseñanzas en el colegio de
San Vicente de Salamanca, noviciado de su Religión. Ob¬
tuvo elgrado de Doctor en Sagrada Teología por aquella
Universidad. Fué Rector del indicado Colegio y Maestro
General de la Congregación Benedictina en España.
656 Glorias Sevillanas

Dejó escritas las siguientes obras.


«
Triunfos de Mario, Santísima: Declarase el modo de
su preservación de la culpa original y el lugar que tuvo en
el orden de la Gracia... Sevilla, 1615.»
«
Qnestiones misceláneos.»
Fué también poeta excelente, y concurrió el
(1) muy
año de 1653 á una que se hizo por la cofra¬
justa literaria
día del Santísimo Sacramento del Sagrario de la Santa

Iglesia Metropolitana al Misterio de la Concepción, de quien


era
muy devoto, escribiendo una Canción Real, que envió
á dicha justa, premiando el certamen su composición. Mu¬
rió en Sevilla después de 1660.

Fr. Silvestre Saavedra.

Nació en Sevilla, en cuyo convento de la Merced pro¬


fesó. Fué varón doctísimo y Maestro de número en su Pro¬
vincia, según dice Nicolás Antonio en su Bliblioteca. Es¬
cribió:
«Razón del pecado
original, preservación del, en la Con¬
cepción Purísima de la Rey na de los Angeles, Maria... Se¬
villa, 1615.»
«Sacram Deiparam sive de omnipotentísima.»
«Dignitate Dei Genitricis Immaculatissimce.... Lyon,
1655.»
«Discurso por la solemnísima fiesta de la Concepción

(1) Claros varones en Letras, naturales de esta Ciudad de Sevilla,


que juntaba el Ldo. Rodrigo Caro, y los que pone en la Biblioteca His¬
pana Don Nicolás Antonio, caballero del Orden de Santiago, Agente de su
Magestad en Roma, Canónigo de la Santa Iglesia Metropolitana de Sevilla
y natural de dicha Ciudad. Añadidos á estos los que inquiere la diligencia

y cuidado de otro hijo de dicha Ciudad de Sevilla.»


M. S. en folio de la Biblioteca Capitular Colombina.
Glorias Sevillanas 657

de N.tra S.ra siempre feriada en la Iglesia y nunca por pre¬


cepto formal de la Sede Apostólica dedicado al Dean y Ca¬
bildo de la Santa iglesia de Sevilla... impreso en esta Ciu¬

dad, año de 1643.»

Fr. Alonso Sobrino.

Fuéhijo de esta Ciudad, donde nació el año de 1578,


profesando en el convento del Carmen de la misma en
1594. Consumado teólogo, gran predicador y escritor ele¬
gante, mereció el nombramiento de Provincial de Andalu¬
cía. Es el fundador de la iglesia de San Alberto, Colegio

que fué de su Orden, del cual fué así mismo Rector. Ar¬
diente defensor del Misterio de la Concepción, y su predi¬
cador incansable, escribió al fin que solicitaba la ciudad de
Sevilla una « Carta á todos los Prelados de España en nom¬
bre de la Religión del Carmen para que pidan á Su San¬
tidad la declaración en el Articulo de la Concepción de Nues¬
tra Señora... Sevilla, 1615.»
« Tratado de la Inmaculada Concepcioii de la Virgen
Maria Señora nuestra... Sevilla, 1615.»
«Sermones predicables en las fiestas de N.tr0 Señor y la
Santísima Virgen... Sevilla, 1618.»
Murió el año de 1628.

El P. Jerónimo de Guevara.

Floreció en la primera mitad del siglo XVII.


Considéralo D. Nicolás Antonio en su Biblioteca como

hijo de Sevilla, y así lo confiesa él mismo en los libros que


dejó publicados. Perteneció á la Compañía de Jesús, donde
hizo sus estudios con gran lucimiento, demostrando desde
83
658 Glorias Sevillanas

sus primeros sermones su aptitud para la cátedra sagrada,


en la que tanto brilló, llegando á adquirir
grandísima fama
y nombre. Siempre se mostró en sus discursos y diserta¬
ciones teológicas amantísimo del Misterio de la Concep¬

ción, dejando escritas las obras siguientes:


«De augustissimo Immaculatce Conceptionis Mariana

mysterio... impreso en Sevilla, 1640.»


«Commentariorum in Mattheo Evangelizan... Madrid,
1648.»

El Dr. Alvaro Pizaño de Palacios.

Dice de este notable varón Francisco de Pacheco, en su


Libro de los Retratos, donde dibujó su efigie, que era hijo de
Sevilla, por habérselo oído decir así muchas veces. Desde
los primeros años de su vida lució su ingenio, talento y
aplicación, pues apenas si había terminado los estudios de
Filosofía, cuando obtuvo en concurso la cátedra de Artes
en la Universidad de Maese Rodrigo, donde, dice el autor
citado, «quedó Rotulado, Laureado.y Graduado de Maes¬
tro en esta Facultad aplauso increíble». Fué muy aven¬
con

tajado en la oratoria, desde niño ensayábase ya en


pues
este difícil arte; así que, cuando ordenado de Evangelio em¬

pezó á predicar públicamente, lo hacía con gran destreza


y habilidad, y atrajo la atención general de Sevilla por su
elegante estilo, sonora voz y demás accidentes propios del
buen orador. Ocupó, previas las oposiciones de rigor, la

canongía magistral de Antequera y Córdoba, enseñando


Escritura con admiración de todos,
predicando sin descan¬
so, no sólo en Córdoba, sino en Sevilla, Málaga, Antequera

y Granada, donde continuamente era solicitado. Á fuer de


buen sevillano era devotísimo de la Concepción, con cuya
materia y asunto estrenóse predicando, y ocupó lugar muy
Glorias Sevillanas 659

preferente como orador en las solemnísimas fiestas de esta


población en los años 1615, 1616 y 1617, alentando á las
corporaciones y hermandades á celebrar funciones y nove¬
narios en alabanza de Nuestra Señora.

Dejó escrita una importante obra teológica, titulada:


«Discurso Primero en confirmación de la Purissima Con¬
cepción de la Virgen Maria Madre de Dios, Reyna de los
Angeles y Señora nuestra... Sevilla, 1615.»
Imprimióse al siguiente año el segundo discurso, termi¬
nando la materia relativa á la defensa de esta creencia.

El Ldo. Francisco León Garavito.

Sevillano ilustre y entusiastadefensor del Misterio, es¬


cribió el
precioso libro «Información en Derecho por la Pu¬
rísima y Limpísima Concepción de la siempre Virgen Ma¬
dre de Dios y Señora nuestra, concebida sin mancha, ni deu¬
da de pecado original en dedicación de la hazaña de las
doncellas de Simancas, á la Real ciudad de León... Sevi¬
lla, 1625.»
Es un hermoso tratado histórico-teológico, donde el au¬

tor, enlazando el susodicho punto histórico con la defensa


de la Concepción, hace gala de sus grandes conocimientos
escriturarios y demuestra su devoción ardentísima.

El Dr. Gonzalo Sánchez Lucero.

Nació en Sevilla, imponiéndole sus padres desde muy


tierna edad en el estudio de las letras sagradas, para las
cuales mostraba grandes condiciones y aplicación, sobresa¬
liendo prontamente en la Filosofía, Teología y en la predi¬
cación, lo que le llevó á la Corte á ser predicador del Rey.
66o Glorias Sevillanas

Fué colegial
mayor del Real de Granada, catedrático de
Teología la Universidad de la misma, y desempeñó la
en
magistralía de su Catedral, cuyos cargos obtuvo siempre
por oposición. En el período de las controversias sobre la
Concepción de Nuestra Señora señalóse marcadísimamente
en su defensa, ya desde el púlpito, ya escribiendo tratados
teológicos en que examinaba la cuestión bajo todos sus
aspectos, como puede verse en su libro «Dos discursos teo¬
lógicos en defensa de la Inmaculada Concepción de Nuestra
Señora dirigidos á Don Alonso de Salazar Inquisidor Ge¬
neral y Canónigo de esta Catedral... Sevilla, 1617.»
Había antes publicado otra obra, titulada: «Relación de
la Pasión de Cristo con algunas consideraciones para me¬
ditar sus misterios... Granada, 1614.»
Murió en el año de 1617, á los cuarenta y ocho de su
edad, habiendo hecho su retrato y semblanza Francisco de
Pacheco.

Fr. Gonzalo de Cervantes.

Pertenece al primer tercio del siglo XVII.


Nació en Sevilla, siendo hijo de distinguida familia en
nuestra Ciudad. Contando aún muy pocos años ingresó
en la
Compañía de Jesús, donde hizo sus primeros estu¬
dios con gran aprovechamiento, y muy joven aún fué de¬
dicado á la enseñanza en el colegio de San Hermenegildo:
mas él, gustando de la vida retirada y contemplativa, ob¬

tuvo permiso para pasarse á la religión de San Agustín,

donde terminó su vida, siempre retraído del bullicio y trato


de los demás, no saliendo jamás de su celda si no era para
actos obligatorios de la Comunidad. Poseía á la perfección

las lenguas hebrea, griega y latina. Publicó varios libros,


entre ellos los que siguen:
Glorias Sevillanas

«In Librum Sapi entice commentarios et theorias... His-


palis, 1614.»
«Parecer de San Agustín en favor de la Concepcioji Pu-
rissima de N.tra Señora, en doce insignes lugares con res¬

puesta á otros doce al parecer encontrados dedicado al


limo, y Rdmo. Sr. Don Pedro de Castro... Sevilla, 1618.»

El P. Alvaro Arias de Armenta.

Fué hijo de esta Ciudad, naciendo en el último tercio


del siglo XVI. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1593.
Tenía gran ingenio y talento extraordinario, sobresaliendo

siempre entre sus compañeros de estudio, y siendo consi¬


derado como uno de los hombres más eminentes de su épo¬
ca. Fué dieciséis años Rector de la Casa de probación en
Montilla, del Noviciado de San Luís en Sevilla, Rector del
Colegio de esta Ciudad, y luego del de Córdoba, llegando
á ser nombrado Superior de esta Provincia, y por último
Asistente General de España é Indias en Roma. Escribió:
«Encomia Sanctissimce Eucharistice et Beatissimce Vir-

ginis Marice, ex Sacra Scriptura de prompta... Hispalis,


1621.»
« Concierto con la
Virgen Nuestra Señora. Baeza, 1620.»
« Contratoespiritual del hombre á Dios... Sevilla.»
Fué devoto de la Concepción, distinguiéndose en su de¬
fensa. Murió en Roma el 30 de Enero de 1643, en cuya
Casa profesa está sepultado.

Fr. Pedro de Herrera.

Nació en esta Ciudad el año de 1560; tomó el hábito


de Santo Domingo, habiendo alcanzado grandes puestos
662 Glorias Sevillanas

en su Religión por su virtud y sabiduría. Fué consumado


teólogo y excelente expositor de la Sagrada Escritura, go¬
zando de fama universal. Ocupó los obispados de Canarias,

Tuy, Tarazona y Salamanca, donde falleció en 1622, y se


halla enterrado en la sacristía del colegio de San Esteban
de dicha ciudad. Dejó escritas las obras que siguen:
Tractatus de Trinitate D. Thomce Aquinatis cum com-
«

mentariis et disputationibus... Paris, 1627.»


«.De Conceptione Deiparce Virginis.» Manuscrito que se
conserva en la Biblioteca de Santa María de la Minerva en

Roma, y en cuyo libro defiende el Misterio de la Concep¬


ción de Nuestra Señora.

Escribieron á más de estos autores, los sevillanos Pedro


de Colindres,jesuíta, varón de grandes estudios, y que pu¬
blicó: Triumphiim de peccato originali... Astigi, 1641.»
«

El eximio Francisco de Rioja, del cual citan D. Nicolás


Antonio y su biografista D. Cayetano Alberto de la Ba¬
rrera un libro titulado «Ildefonso ó Tratado de la Concep¬
ción de N.tra Señora», donde expuso su autor, según don
Tomás Tamayo de Vargas, el principio de autoridad de
esta fiesta y Misterio, en contra de los que la atacaban.
El dominico Fr. Luís de Venegas publicó el libro «Sa-
cellutn Marice Beatissimce Virginis variis conceptibns mo-
ralibus illustratam... Transburgo, 1624.»
El Ldo. Melchor Zambrano, «Dialogo de la Inmaculada
Concepción de la Soberana Virgen nuestra Señora concebida
sin mancha de pecado original... Sevilla, 1616.»
El Dr. Luís de las Casas, «Defensoriumpro Immaculata

Virginis Conceptione... Sevilla»; y otra obra titulada «Pro


defendenda pura Conceptione Virginis Marie Sevilla,
1503.»
Cita Arana de Varflora en su libro Hijos de Sevilla á
Fr. Felipe Alberto, carmelita, hijo también de esta Ciudad,
Glorias Sevillanas 663

del año de 1425, de quien dice fué gran predicador y teó¬


logo, dejando escrita una obra titulada «Sobre la Inmacu¬
lada Concepción» y una « Carta sobre el Misterio».
El Pro. Melchor de la Serna, llamado el esclavo de la
Madre de Dios, es autor de una obra en prosa y verso,
«
Coloquio espiritual», en la cual toca al Misterio de la Con¬
cepción.
Estos son los oradores y expositores de que hemos po¬
dido alcanzar noticias ciertas que, siendo sevillanos, se han
ocupado del Misterio de la Concepción; no dudando nos¬
otros quizás de la existencia de otros muchos cuyo conoci¬

miento no ha llegado á nosotros, á más de otros varios cuyo

origen ó naturaleza es dudosa, y los que han escrito, bien


en
prosa ó bien en verso, del mismo asunto sin haber ma¬
nifestado su nombre.
En 1622 se Ciudad sin nombre de au¬
publicó en esta
tor, en forma de Catecismo, un libro cuyo título es «Breve
instrucción del Misterio y fiesta de la Immaculada Concep¬
ción de la Virgen Maria, nuestra Señora para consuelo de
sus devotos
particularmente de los que no tienen estudios, dis¬
puesta en preguntas y respuestas para mayor inteligencia
de este soberano Misterio,» que por lo curioso, interesante
y raro reproducírnosle por vía de nota (1).

(x) Preg. Sois devoto de la Virgen Santíssima, y de su puríssima


Concepción?
Resp. Deseo (aunque indigno Esclavo suyo) serlo, y parecerlo, con
afectos, conpalabras, y con obras.
P. Qué sentís de la Concepción de la Virgen Santíssima?
R. Que fué concebida sin pecado original.
P. Qué concebida sin pecado original?
cosa es ser
R. No ser
Concepción manchada con la torpeza de la culpa de
en su

nuestro primero Padre Adán: ser por la Gracia soberana Hija adoptiva de
Dios, y heredera del Reyno de los Cielos.
P. Quándo fué libre del pecado original?
R. En el instante en que fué concebida.
i

664 Glorias Sevillanas

Sobresalieron también como eminentes oradores de la


Concepción, y de los cuales se conservan sermones impre¬
sos en Sevilla, los siguientes:
El P. Rodrigo Manrique, jesuíta, del que hablamos en
el capítulo X.
Fr. Miguel Ruiz, trinitario, del año 1615.
R. P. Alonso de Herrera, agustino, de 1615.

P. Quál fué el instante en que fué concebida?


R. El primer instante en que fué criada su puríssima Alma, y fué in-
fundida en su Virginal
Cuerpo.
P. Cómo fué en aquel instante concebida sin pecado original?
R. Porque en aquel mismo instante, en que auia de ser manchada
con la culpa original, la infundió Dios su gracia, y no pudo la culpa en¬
trar dentro de su Alma.
P. Por qué no pudo el pecado entrar dentro de su Alma?
R. Porque la gracia, que Dios la infundió, cerró la puerta al pecado
para que no entrasse dentro della.
P. Cómo cerró la Gracia la puerta al pecado, para que no entrasse
dentro de puríssima Alma?
su

R. Porque la Gracia la adornó con su soberano resplandor, con el

qual no pueden juntarse las tinieblas del pecado: como con la luz del día,
no
pueden juntarse las tinieblas de la noche.
P. Cómo sin aver pecado originalmente, pudo ser redimida con la

muerte de su preciosíssimo Hijo, que murió solamente para redimir á los

pecadores?
R. Porque la redimió preservándola del pecado original, y á los de¬
más hijos de Adán nos redimió librándonos, y sacándonos del pecado ori¬

ginal en que aviamos caido.


P. Cómo la redimió preservándola de la culpa original?
R. Porque assí como ofreció al Eterno Padre su muerte, y passion
por librarnos del pecado, en que aviamos caido: assí también le ofreció
su
muerte, y passion porque su Madre no cayesse en la culpa: y este ofre¬
cimiento fué aceptado ab eterno por la Santíssima Trinidad.
P. Podréis mostrarme con
algún exemplo, el modo con que Dios la
redimió preservándola?
R. Puedo mostrarlo con vn exemplo claríssimo. Si vn Rey diera mil
ducados para el rescate de vn vasallo suyo, que estava cautivo en Berbe¬
ría; y diera mil ducados, para que otro vasallo suyo no lo cautivaran sus
Glorias Sevillanas 665

El Deán de la Catedral de Cádiz Dr. D. Alonso Ayala


y Guzmán, de 1615.
El Dr. D. Francisco Núñez Navarro, Catedrático de la
Universidad de Osuna, de 1615.
El Dr. Francisco Guillándiz, de 1616.
El R. P. Alfonso de Toledo, franciscano, de 1610.
Fr. Miguel de Santiago, carmelita, de 1616.

enemigos: al primero le redimiera del cautiverio, en que ya estava; pero al


segundo le redimiera preservándole del cautiverio en que auia de estar: y
de este segundo modo redimió Christo á su Madre, no porque la sacó de
la culpa en que avia caído, sino porque la preservó para que no cayesse
en ella.
P. De dónde se colige todo lo
que sentis de la Concepción?
R. De la declaración que
la Santa Iglesia ha dado de su fiesta.
P. Qué dize la Santa Iglesia quando declara su fiesta?

R. Que celebra á la Virgen Santíssima en el primer instante en que

fué criada su Alma, é infundida en su cuerpo, adornada con la Gracia del

Espíritu Santo, preservada de la culpa original.


P. Puede celebrarse esta fiesta otro sentido, ó con otra inteligencia?
con

R. No por cierto, porque la Santa Iglesia manda, que no pueda con


otro sentido ni con otra inteligencia celebrarse; y obliga á todos los fieles
á que la celebren del modo que le propone, y declara.
P. Qué más declara en esta fiesta á los fieles?

R. Que siempre se ha celebrado en la Santa Iglesia esta fiesta en


este sentido; todas las interpretaciones, y explicaciones que se han
y que
dado hasta aora, y se darán de aquí adelante contrarias á lo que declara,

son falsas, y agenas de toda verdad.

P.Qué más ordena en la declaración de esta fiesta?


R. Prohibe con gravíssimas penas, que nadie explique, ni interprete
la celebración de esta fiesta en otro sentido diferente del que queda dicho,
ni por escrito, ni por palabra, ni por modo de disputa.
P. Teneis más que desearpunto?
en este
R. En el punto de la fiesta,
he conseguido quanto puedo desear;
ya

y espero conseguir quanto deseo: porque declarado que la Virgen Santí¬


ssima en el
primer instante de la creación de su Alma, y de su infusión
en el cuerpo, es lo que celebra la Santa Iglesia en la fiesta de la Concep¬
ción, es muy consiguiente el difinirla.
LAVS DEO.

84
666 Glorias Sevillanas

Fr. Antonio de Ximénez, mínimo de San Francisco de


Paula, de 1616.
El Mtro. Fr. Francisco de Espinosa, carmelita, de 1616.
El R. P. Juan Bautista de Castro, de 1616.
Fr. Francisco Moreno, jerónimo, de 1617.
Fr. Diego de Cea, capuchino, de 1620.
El Dr. D. Antonio Farfán de los Godos, de 1622.
Fr. Juan de Durán, carmelita, de 1622.
El Dr. D. Guillermo de Escobar, cuyos sermones se im¬
primieron en París, según la Biblioteca de Alba y Astorga,
de 1622.
El Dr. Diego de Haro, de 1624.
El P. Dionisio Guillén, de 1624.
D. Baltasar de Torres, canónigo de Sevilla, de 1624.
Fr. Francisco Tello de León, trinitario, de 1625.
Fr. Pedro de la Asumpción, mercenario, de 1625.
El Dr. D. Antonio Ruiz Cabrera, de 1635.
El Ldo. Paulo de Carmona Valderrama, cura de San Gil
en esta Ciudad, de 1639.

El Dr. D. Francisco Levanto, canónigo de esta Cate¬


dral, de 1664.
Fr. Juan del Espíritu Santo, jerónimo, de 1652.
Fr. Domingo de la Cruz Romero, franciscano, de 1680.
Fr. Jerónimo de Velasco, carmelita, de 1683.
Fr. Isidoro de Bruselas, capuchino, de 1684.

EFEMÉRIDES SEVILLANAS DE LA CONCEPCIÓN


EN EL SIGLO XVII

Año de 1600.—Fúndase en la
iglesia de la Casa pro¬
fesa de la Compañía de Jesús la congregación de Sacerdotes
de la Concepción Purísima de la Virgen.
Glorias Sevillanas 667

1601.—Hace dotación parala fiesta del Misterio en la


parroquial de Señora Santa Ana la piadosa D.a Andrea
Osorio.
1602. — Primer centenario del nacimiento del insigne
Luís de Vargas, autor de la famosa pintura de Concep¬
ción en la capilla del Chantre D. Juan de Medina, de la Ca¬
tedral.

1603.—Termínanse las obras del convento de San An¬


tonio de Padua, estableciéndose en él la hermandad de
Nuestra Señora del Primer Instante, tan señalada por su
amor y culto á la Concepción.
1604.—Celebra Sínodo provincial el Arzobispo D. Fer¬
nando Niño de Guevara, declarando de precepto para toda
la Diócesis la fiesta del 8 de Diciembre.
1605.—Sube al solio pontificio la Santidad de Paulo V,
el cual, á petición de la embajada sevillana enviada á Roma,
publica su Breve defendiendo al Misterio de la Concepción.
1606.—Fundación á favor de la fiesta del 8 de Diciem¬
bre por la hermandad de la Limpia Concepción del con¬
vento de Regina
Angelorum.
1607.—Solemnes funciones á la Inmaculada por la Con¬
gregación de este título en la Casa profesa, durante los días
de Carnestolendas, cuya relación hizo el escritor sevillano
Francisco Luque Fajardo.
1608.—La misma Hermandad instituye fiesta anual á
la Concepción propio día.
para su
1609.—El R. P. Fr. Francisco de Santiago recibe aviso
por inspiración celestial para que tratara del asunto de la
Concepción, porque era llegado el tiempo de ello.
1610.—Entra á regir la Diócesis hispalense el excelen¬
tísimo é limo. Sr. D. Pedro de Castro Vaca y Quiñones,
amantísimo de la Concepción y protector de los propaga¬
dores y defensores de la creencia en esta Ciudad.

1611.—Segunda revelación al P. Fr. Francisco de San-


668 Glorias Sevillanas

tiago, ante la Virgen de Atocha, para que buscara á un


sacerdote sevillano, discípulo del V. Hernando de Mata,
con el cual había de tratar
y emprender la defensa de la
santa causa.

1612.—El Rey D. Felipe III ofrece protección á este


religioso,
para cuando llegue el momento de gestionar en
Roma el asunto.—Muere el P. Hernando de Mata.

1613.—Promuévense graves escándalos á consecuencia


de la predicación hecha en el convento de Regina Ange-
lorum exponiendo como dudosa la doctrina de la Limpia

Concepción.
1614.—Publica el sevillano Fr. Silvestre de Saavedra,
del orden de la Merced, su libro «Razón del pecadooriginal
y preservación del en la Concepción Purísima de la Reyna
de los Angeles Marías.—Empiezan las funciones y octava¬
rios de fiestas en todos los templos desagraviar á la
para
Santísima Virgen.
1615.—A propuesta del sevillano Tomás Pérez, la her¬
mandad de los Nazarenos de la Santa Cruz en Jerusalén

hace voto y juramento de defender el Misterio de la Pura

Concepción de la Madre de Dios, hasta derramar la sangre


si preciso fuere para ello.—Publícase el libro del sevillano
Fr. Alonso Sobrino, carmelita, « Tratado de la Inmaculada
Concepción de la Virgen María N.tra Señora ».—Estrénanse
las coplas de Miguel Cid.
1616.—La venerable hermandad de Sacerdotes de San
Pedro Advíncula hace el voto y juramento de la defensa
del Misterio solemnísimamente, festejándolo con procesión
y justa literaria.—El clérigo sevillano Dr. Alvaro Pizaño de
Palacios da á luz su tratado «Discursos en
confirmación de
la Purísima Concepción de la Virgen Marías.

1617.—La Universidad hispalense promulga el Estatuto


de defender el Misterio.—Celebran la ceremonia del voto

y jura de la Concepción, el Senado de Sevilla, el Cabildo


Glorias Sevillanas 66 9

Eclesiástico y el venerable Arzobispo D. Pedro de Castro.


—Muere Miguel Cid.—Fiestas de los gremios y artes.
1618.—Nacimiento del pintor de las Concepciones, el
insigne Bartolomé Esteban Murillo, en la calle de las Tien¬
das, collación de Santa María Magdalena, de esta Ciudad.
1619.—El caballero sevillano D. Enrique de Guzmán
presenta un memorial al Rey D. Felipe III pidiendo que
en la moneda
española se ponga el busto de la Virgen con
la inscripción «Concebida sin pecado original».
1620.—Los negros Domingo de Molina y Pedro Fer¬
nández Moreno véndense públicamente por amor á la Con¬
cepción.—El Arcediano de Niebla D. Gonzalo de Ocampo
funda el colegio de la Concepción.
1621.—Procesión solemne en la Catedral con nuestra

Sra. de la Sede el día 8 de Diciembre.—Imprímese el libro


titulado «Hermosura corporal de la Madre de Dios», por
el carmelita Fr. Juan de las Roelas, sevillano.
1622.—Nuevo triunfo en Roma de la
embajada sevi¬
llana con la
publicación del Decreto de Gregorio XV.—Pro¬
cesión triunfal de las comunidades, hermandades, gremios

y artes.
1623.—Muerte de D. Pedro de Castro, después de ha¬
berconsagrado gran parte de su vida á la defensa de la
Concepción.— Regresa de Roma D. Mateo Vázquez de
Leca.

1624.—Pinta el famoso Francisco de Pacheco el bellí¬


simo altar de la Concepción de la parroquia de San Lo¬
renzo.

1625.—Suntuosas fiestas á la Concepción por la her¬


mandad de Nuestra Señora de la Hiniesta.—Publícase el
libro titulado «Información en Derecho por la Purísima y
Limpísima Concepción de la siempre Virgen Madre de
Dios», por el Ldo. Francisco de León, sevillano.
1626.—Dotación de fiestas solemnes al Misterio por la
670 Glorias Sevillanas

hermandad de los Burgaleses del convento de S. Francisco.


1627.—Dotación en el convento de San Antonio de Pa-
dua para la procesión de Ntra. Sra. del Primer Instante el
8 de Diciembre, por el caballero Veinticuatro de esta Ciu¬
dad D. Rodrigo de Vargas.
1628.—Estrénase el retablo y la imagen de la Concep¬
ción de Juan Martínez Montañés en la iglesia de la Com¬

pañía.—Marcha al África Fr. Juan de Prado.


1629.—Pinta Francisco de Pacheco el cuadro de la Con¬
cepción, con Miguel Cid ofreciéndole sus coplas.
1630.—Es aprisionado por primera vez en Marruecos el
V. Fr. Juan de Prado.

1631.—Estrénase el retablo y escultura de la Concep¬


ción de Juan Martínez Montañés en la Santa Iglesia Cate¬
dral.—Sufre el martirio Fr. Juan de Prado.

1632.—Primer centenario de la muerte de Luís Vargas.


162,3.—Se estrena en la iglesia de San Andrés el reta¬
blo y escultura de la Concepción de Alonso Cano.

1634.—Dotación, por el Arcediano D. Mateo Vázquez


de Leca, de las Calendas de Concepción.
1635.—Octavario solemnísimo en el convento de Re¬
gina, por la hermandad de la Limpia Concepción.
1636.—El poeta sevillano Juan Porcel de Medina pu¬
blicasu libro «Ramillete
espiritual en loor de N.tra Señora
lasiempre Virge7i Maria concebida en gracia del Espíritu
Santo y sin la mancha del pecado primero».

1637.—Dotación de D. Mateo Vázquez de Leca para


que siempre que se renueven las Especies Sacramentales
en el altar mayorde la Basílica, ó se manifestase, ó se hi¬
ciese estación á alguna parte con su Divina Majestad, se
cante el Alabado con acompañamiento de música.
1638.—Grandiosas fiestas á la Virgen en el convento
del Carmen, las que describió en verso D. Pablo Espinosa
de los Monteros.
Glorias Sevillanas 671

1639.—Dotación de D. Mateo Vázquez de Leca para


que en todos los sermones que se predicasen en la Cate¬
dral, ó los en que asistía su Cabildo, se recite perpétua-
mente, para comenzar, el Alabado, ensalzando á la Euca¬
ristía y á la Concepción.

1640.—Muerte del pintor Juan del Castillo, maestro de


Bartolomé Esteban Murillo.
1641.—Suntuosas fiestas para la instalación en esta Ciu¬
dad de la Orden Militar de la Concepción, por el caballero
sevillano D. Antonio Bustamante, capitán de las flotas es¬
pañolas.
1642.—Muere en Roma el Ldo. Bernardo de Toro.
1643.—Esculpe Juan Martínez Montañés la bellísima
efigie de la Concepción de la iglesia de Santa Lucía.
1644.—Se dan poderes al Ldo. Alonso Gómez de Ro¬
jas para que entienda en Roma de la causa seguida por
este Cabildo para obtener la definición del Dogma de la
Concepción.
1645.—Imprímense las Reglas de la hermandad de Sa¬
cerdotes y Caballeros de la Concepción en el templo pa¬
rroquial de San Andrés.
1646.—Primer centenario del nacimiento del V. P. Her¬
nando de Mata.

1647.—Publícase el libro de Miguel Cid titulado «Jus¬


tas Sagradas».
1648.—Colócase á la veneración pública en el arco de
la Puerta de Carmona de esta Ciudad la imagen de la Con¬
cepción pintada por Cornelio Schut.
1649.—Es conducida al convento de San Francisco la
imagen llamada La Sevillana, y se coloca en el altar ma¬
yor.—Publícase en Sevilla la obra de Francisco de Pache¬
co El Libro de la Pintura.—Muerte de D. Mateo Váz¬

quez de Leca y de Juan Martínez Montañés.


1650.—Publícase en esta Ciudad la obra intitulada «Ro-
672 Glorias Sevillanas

sario inmaculado de la Virgen Santísima y mayores testi¬


gos de su orighial gracia, por el P. Juan Quirós.
1651.—Hace el voto y juramento la cofradía de la Lim¬
pia Concepción del convento de San Francisco.
1652.—Acuerdo del Cabildo de la Santa Iglesia Cate¬
dral para solicitar del Arzobispo se abra información jurí¬
dica acerca de la devoción de Sevilla á la Concepción, á
fin de hacer nuevas instancias en Roma.
1653.—Fiestas en el colegio de San Hermenegildo, en
la Casa profesa y en Regina con motivo de verificarse en
dichos templos la ceremonia del voto y jura de defender
á la Concepción.
1654.—Muerte del insigne pintor Francisco de Pacheco.
1655.—Sube al trono pontificio Clemente VII.—Fr. Be¬
nito de la Serna publica su libro « Triunfo de Maria San¬
tísima: declarase el modo de su preservación del pecado ori¬

ginal».—Véndese un negro para costear una fiesta religiosa


á Nuestra Señora.

1656.—Magnífica dotación del caballero D. Gonzalo


Núñez de Sepúlveda á favor de la octava de la Concepción
en la Catedral.

1657.—Se tejen en esta Ciudad telas con los colores


blanco y celeste y el monograma de la Concepción, con
destino á la fundación de Núñez de Sepúlveda y para el
convento de San Antonio de Padua.

1658.—Pinta Murillo la Concepción del Padre Eterno


para el templo de los Capuchinos.—Publica Alonso de Flo¬
res su libro «La Ave-Maria: salutación
angélica».
1659.—Estrénase la capilla de la dotación de Núñez de
Sepúlveda, dedicándola á la Concepción.

1660.—Pinta Bartolomé Esteban Murillo la Concepción
destinada para el convento de San Francisco, conocida con
el nombre de La Colosal.
1661. — Publicación de la Bula «Sollicitudo ormiium
Glorias Sevillanas 673

ecclesiarmm.> por Clemente VII, resultado final de las ges¬


tiones é instanciaspracticadas en Roma.
1662.—Se publica en Sevilla el Catecismo del Misterio
de la Concepción.

1663.—Suntuosas fiestas por la hermandad Sacramen¬


tal del Sagrario de la Catedral, á la Eucaristía y á la Con¬

cepción, con motivo del estreno del nuevo templo. —Publí¬


case la « Vida de Hernando de Mata».
1664.—Fiestas al Breve de Alejandro VII declarando
de precepto en los dominios de España el Oficio y octava
de la Concepción.

1665.—Pinta Murillo la Concepción del templo de San¬


ta María la Blanca,
hoy del Louvre.
1666.—Solemnes octavarios y procesiones en dicho

templo enhonor del Misterio y en celebración de las últi¬


mas disposiciones pontificias.
1667.—Primer centenario del nacimiento de Fr. Fran¬
cisco de Santiago, apóstol de la Concepción.
1668.—Termina Murillo el grandioso cuadro de la In¬
maculada Concepción de la Sala Capitular de esta Catedral.

1669. — Publícase en esta Ciudad el poema titulado


«
Triunfo Inmaculado de la Emperatriz del Cielo y tierra
Maria, concebida sin mancha de culpa original en el pri¬
mer instante de su ser», por el poeta D. Pedro Torrado

Guzmán.

1670.—Primer centenario del nacimiento de Bernardo


de Toro.

1671.—El inmortal Murillo pinta el cuadro de la Con¬


cepción conocido vulgarmente por La Niña, para el tem¬
plo de los Capuchinos.
1672.—Publícase el libro «Oficio Inmaculado, diversos
Discursos al rezo que celebra la Iglesia al primer instante
del Ser purisimo de la Virgen N.tra Señora», por D. Juan
B. Navarro, Abad de Olivares.
85
674 Glorias Sevillanas

1673.— Centenario del nacimiento de D. Mateo Váz¬


quez de Leca.
1674.—Pinta Juan Valdés Leal el cuadro de la Concep¬
ción del convento de la Merced.

1675.—Colócase en los claustros del convento de San


Francisco el cuadro de la Concepción, y un religioso á sus
pies escribiendo del Misterio, pintado por Murillo.
1676.—Hace el juramento de defender á la Concepción
la hermandad de Sacerdotes establecida en la colegial de
San Salvador.

1677.—Se coloca la imagen de la Concepción en el ar¬


co interior de la puerta del Arenal y en el retablo de la
Alcaicería de la Loza.

1678.—Termina Murillo el cuadro de la Concepción


del hospicio de Venerables Sacerdotes.
1679.—Solemnes fiestas en el templo de Santa María la
Blanca el 8 de Diciembre, por la hermandad de Sacerdotes
allí establecida.
1680.—Publícase en esta Ciudad el libro titulado « Vic¬
toria de la original Gracia contra la primera culpa», por
Fr. Domingo de la Cruz.
1681.—Fundación á favor de la hermandad de la Con¬

cepción en la iglesia de Santa Ana, por D.a Josefa Barros.


1682.—Muerte del pintor de las Concepciones, Barto¬
lomé Esteban Murillo.

1683.—Sebastián Gómez, el mulato de Murillo, pinta


la Concepción que hoy pertenece á la Galería de los suce¬
sores del Sr. D. ManuelLópez Cepero.
1684.—Establécese en su capilla propia de Gradas la
hermandad de Nuestra Señora de la Antigua, que tanto se

distinguió por su fervor y culto á la Concepción.


1685.—Grandes funciones por la hermandad de la Con¬
cepción en el Postigo del Aceite al estreno de su nueva
imagen, obra de Luisa Roldán.
Glorias Sevillanas 675

1686.—Primer centenario de la fundación del convento


de lasVírgenes Justa y Rufina, de monjas concepcionistas.
1687.—El caballero D. Pedro de Villavicencio, el más
aventajado discípulo de Murillo, pinta para el Municipio se¬
villano el cuadro de la Concepción que se conserva en las
Casas Consistoriales.
1688.—Grandes fiestas á la Concepción en el convento
de Nuestra Señora de la Victoria en Triana, con octavario
y procesión.
1689.—El poeta sevillano Alonso Martín Brahones da
á luz su «Epitome de las glorias de Maria á funda¬
poema
ción de su Gracia y abismo
de su humildad».
1690.—Sale por vez primera procesionalmente por las
calles el Rosario de la hermandad de Nuestra Señora de la

Alegría de la. parroquia de San Bartolomé.


1691.—Muere el pintor sevillano Juan Valdés Leal.—
Publícase el libro titulado «Sol de Marruecos», con la vida
de Fr. Juan de Prado, por el P. Fr. Francisco de San Bue¬
naventura.

1692.—Se estrena de gala el Rosario de la Antigua,


cantando las coplas de Miguel Cid.
1693.—Establécese la costumbre de cantar los Rosa¬
rios las glosas del «Todo el mundo en general», haciendo
estación á los retablos de Concepción.
1694.—Obtiene privilegio la hermandad del Rosario de
la Antigua para entrar en la capilla mayor de la Catedral
durante la octava de la Concepción y manifestar á los fie¬
les su Divina Majestad.
1695.—La hermandad de los Gremios de Sederos ce¬
lebra grandes fiestas en su capilla de Gradas en la octava
de la Concepción.
1696.—Octavario á la Virgen Inmaculada en San An¬
tonio Abad por desacato cometido en las puertas del tem¬

plo ante su imagen de la Antigua.


6y6 Glorias Sevillanas

1697.—Pedro Duque Cornejo termina la imagen de la


Concepción de la Catedral.
1698.—Concede la Santidad de Inocencio XII el Jubi¬
leo circular de las cuarenta horas á la ciudad de Sevilla, co¬

menzando en la
Iglesia matriz el 8 de Diciembre.
1699.—Publícase en Sevilla el libro titulado «Glorias de
Maria Santísima Nuestra Señora en sus Misterios y festi¬
vidades», por Fr. Francisco Silvestre.
Glorias Sevillanas 677

CAPÍTULO XV

Fiestas á la Concepción en 1709, con motivo del Breve de Cle¬


mente XI.—En 17x1.—Beatificación de Fr. Juan de Prado.
—La Corte en Sevilla.—Instancias de Felipe V á sus Reinos
en 1732 solicitasen de Roma la declaración del
para que

Dogma de la Concepción.—Carta suplicatoria del Municipio


hispalense elevada á Clemente XII.—Práctica de la devoción
del Rosario en esta Ciudad en el siglo XVIII.—Acuerdo de
los dos Cabildos en 1755, para revalidar anualmente el voto

y juramento en defensa de la Concepción en la fiesta del


Patrocinio de Nuestra Señora.—Petición de las Cortes espa¬
ñolas al Rey en 1760, para declarar Patrona de España y de
sus Indias á la Inmaculada Concepción.—Breve confirmato¬
rio de Clemente XIII.—Fiestas sevillanas al Patronato.—So¬
lemnísimo triduo en la Catedral por los
dos Cabildos.—La
procesión.—Funciones de la hermandad de la Santa Cruz
en
Jerusalén.—El gremio de toneleros.—Fiestas en el barrio
de Triana.—La hermandad del Rosario de la capilla de la

Concepción.—Suntuosas fiestas por la hermandad Sacramen¬


tal del Sagrario.—La custodia de la Catedral hispalense.

urante el
largo período de fiestas que hemos rela¬
tado,
y después de promulgadas las disposiciones
pontificias defendiendo la creencia piadosa de que la Ma¬
dre de Dios fué exenta de la culpa original en el instante

primero de su animación natural, se puso á raya en esta


Ciudad á la opinión rigurosa, no quedando partidario al¬

guno de ella, ó al menos no se atrevió en adelante á ma-


678 Glorias Sevillanas

nifestarse públicamente, pudiendo asegurar que ni aun en


privado, pues después del suceso aislado de la célebre pre¬
dicación de 1613 en el convento de Regina Angelorum, no
se tiene noticia alguna de que aquí, ni en el templo ó aca¬

demia, en sermones ó disertaciones, se defendiese la doc¬


trina de la Santificación, al contrario, todas las
pues, antes
comunidades y colegios de religiosos en esta Ciudad fue¬
ron acérrimos defensores de la verdadera doctrina de la

Concepción en sus actos académicos y disputas ó disquisi¬


ciones teológicas. Y si bien en el año 1667 un predicador
del orden del Carmen se permitió en el pulpito de esta
Catedral aseverar algo de lo sostenido por los partidarios
de la Santificación, apoyándose para ello en los resquicios

que aún dejaban antiguas disposiciones, que prohibían lla¬


mar
herejes á los que sostenían la citada opinión, fué bas¬
tante esto para que se denunciase á los superiores de su

Religión, los que dispusieron inmediatamente su castigo,


enviándole desterrado fuera de esta Provincia, y promo¬
viéndose un largo expediente (1) contra el referido religio-

(1) Existe en el Archivo de esta Catedral, formando un abultado


mamotreto manuscrito, entre cuyos papeles he visto el siguiente impreso:
«Exposición del Dean y Cabildo de la Catedral de Sevilla á la Reina
Doña Mariana de Nieremberg, para que se castigue al P. Fr. Josef de Ve-
lazco por el Sermón predicado en esta Santa Iglesia, entre los dos coros,
contra la Pureza de María.»

Fol.; 4 hojas, sin pie de imprenta.


Además, por acta capitular de 7 de Setiembre de 1667, aparece:
eEn este día mandó el cauildo que se escriba á todas las sanctas igle¬
sias, prelados y Universidades de España, dándoles quenta del feliz suceso
que ha tenido en el pleito que ha seguido contra Frai Josef de Velazco y
se les envíe un tanto del auto
proveído por el S.or Arzobispo nuestro pre¬
lado, en que mandan lo denuncien y publiquen, por publico excomulgado,
reservada la absolución á Su Santidad, por haber incurrido en las penas y
censuras del Breve de nuestro muy Sancto Padre Alex.0 7.0 espedido
en fa¬
vor del Misterio de la Purísima
Concepción de N.a S.a concebida sin peca¬
do en el primer instante de su ser y animación. >
Glorias Sevillanas 679

so, por el cual quedó excomulgado haber incurrido en


por
las censuras del Breve de
Alejandro VII.
Las primeras fiestas extraordinarias de que tenemos no¬
ticia en el siglo XVIII á la Concepción fueron las celebra¬
das en el año de 1709 con motivo del Breve dado por
Clemente XI á 6 de Diciembre de 1708, que empieza « Com-
missi nobis», por el cual declaraba de precepto para todo
el mundo cristiano la fiesta del Misterio. Con tan fausto
motivo llenóse de alegría esta Ciudad, celebrando largas y
solemnes fiestas, que recordaron á las del anterior siglo.
Reuniéronse ambos Cabildos, y acordaron enviar al Pontí¬
fice gratulatoria por su Breve favorecedor de la devo¬
carta

ción predilecta de Sevilla. Determinaron así mismo cele¬

brar solemnísima función de acción de gracias en la iglesia


Catedral, la que se efectuó el 3 de Marzo del referido año.
Se engalanó la capilla mayor con el mismo lujo y aparato
de la fiesta de la Concepción; hubo Misa de pontifical y
sermón, que predicó el canónigo Dr. D. Juan Santos Hi¬
dalgo, cantándose al final el Te-Deum, y luciendo la vís¬
pera gran iluminación en las azoteas de la Basílica y en
la Giralda, á más de la que se vió por toda la Ciudad, jun¬
tamente con grandes repiques de campanas, bandas de mú¬

sica y las danzas de enanos y gigantes, que se exhibie¬


ron en la
plaza de San Francisco por tres días consecuti¬
vos.
(Bibliog., núm. 39.)
Con este motivo la hermandad de Sacerdotes estable¬
cida en la colegial de San Salvador efectuó un ruidoso oc¬
tavario á Nuestra Señora de las Aguas, y en la función
matutina principal revalidaron cofrades el voto que ya
sus
tenían hecho de defender la Pureza Original. (Bibliografía,
núm. 40.)
Siguieron las hermandades más amantes del Misterio,
sobresaliendo la de los Nazarenos de la Santa Cruz en Je-

rusalén, la de la Casa profesa, la de Regina y las de las


68o Glorias Sevillanas

parroquiales de Santa Ana, San Andrés, Santa María Mag¬


dalena y San Vicente.
En el año de 1711 hubo grandes fiestas por las victo¬
rias obtenidas en Villaviciosa y Brihuega, entre las cuales
efectuóse en la Catedral una función de gracias á la Concep¬
ción, por haber obtenido los referidos triunfos, terminada
la cual sacóse en procesión la imagen de la Concepción de

Juan Martínez Montañés por las calles de Placentines, Fran¬


cos, Agujas, Cruz de los Polaineros, Chicarreros, San Fran¬
cisco, Génova y Gradas. La función tuvo lugar ante el San¬
tísimo Sacramento, pronunciando la oración sagrada el doc¬
tor D. Francisco Lelio de Levanto, Arcediano de Niebla,
concurriendo á ella la Ciudad con las danzas. Desde este
indicado año mandó el Rey D. Felipe V que en la Domi¬
nica infraoctava de laConcepción se hiciera fiesta de des¬
agravios al Santísimo por los que en la guerra referida ha¬
bía sufrido su Divina
Majestad de los herejes.
Después que padeció el martirio Fr. Juan de Prado, co¬
menzó su Orden en esta provincia de San Diego á gestio¬
nar lo pertinente
para su canonización, en cuyo negocio
ayudáronle mucho los Cabildos Eclesiástico y Secular de
la Ciudad, instando con repetidas súplicas á Roma á fin de

preparar y dar curso al proceso, habiéndolo por fin logrado


por el año de 1616, en el cual la Sagrada Congregación
expuso al Pontífice que la causa de este mártir estaba ya
terminada favorablemente para su beatificación; mas esto
prorogóse hasta el año de 1728. Tuvieron lugar muchas
fiestas en toda Sevilla celebrando al antiguo Guardián de
San Diego, ardiente defensor del Misterio de la Concep¬
ción. Empezaron en la Catedral el 7 de Noviembre, y con¬
tinuaron las comunidades, terminando con un novenario
suntuosísimo que le dedicó su antigua Casa, de la que el
último día en la tarde salió vistosa procesión con la efigie
del B. Juan de Prado en el acto del martirio, haciendo es-
Glorias Sevillanas

tación altemplo de San Pedro Alcántara, refiriendo las


crónicas deaquel tiempo haber asistido á la comitiva una
confesada del Beato, que murió de ciento treinta y tres
años.

En el de 1729 se estableció en Sevilla la Corte de la


Monarquía española, por lo cual trasladóse á ella el Rey
D. Felipe V con toda su familia. Admiróse el Monarca, no
sólo de la suntuosidad y grandeza de nuestra Basílica, sino
de la pompa y majestad con que aquí se celebraban los
Divinos Oficios, pudiendo observar después de algunos años
de estancia en la capital de Andalucía, la sólida piedad y
afecto entrañable que los naturales de esta región profe¬
saban al dulce Misterio y lo que se desvivían cuando se tra¬
taba de él; por lo que, comprendiendo sería cosa agrada¬
bilísima para la ciudad de Sevilla, á la que tantas simpatías

profesaba, solicitar del Romano Pontífice la declaración del


Dogma de la Concepción, después de enterado de las ges¬
tiones verificadas desde 1615 por nuestros embajadores en
Roma acerca del mismo asunto, ilustrado con los documen¬
tos
y libros referentes á la materia se habían escrito,
que
y el felicísimo estado en que había parado todo, pues cier¬
tamente aquella sazón la creencia piadosa era materia
en

definible según parecer de la Sagrada Congregación, des¬


pués de las declaraciones pontificias, dirigió á este efecto
el Rey cartas reales á los cabildos, municipios, universida¬
des, prelados y comunidades religiosas de España, á fin
de que solicitasen reverentemente al Santo Padre la decla¬
ración del Dogma de la Concepción Inmaculada. Feliz coin¬
cidencia fué la de que Felipe V despachase desde aquí sus
instancias á tan respetables corporaciones en un asunto tan
sevillano como era el que se trataba, entendiendo nosotros

que esto no fué casual, y sí que el Rey, juntamente con las


causas que hemos antes expuesto, fué influido más ó me¬

nos directamente
por los naturales de esta Ciudad para de-
86
682 Glorias Sevillanas

cidirlo á hacer la susodicha petición; mas sea de un modo


ó de otro, es lo cierto, que así como de Sevilla parte el
movimiento concepcionista á principios del décimo-sétimo

siglo, así también en el décimo-octavo promuévense en ella


las primeras gestiones para repetir en *Roma las instancias
solicitando nuevamente la declaración del Dogma de la

Concepción.
El Excmo. Cabildo de esta Catedral recibió el siguiente
documento:

«El Rey. Venerable Dean, y Cabildo de la Santa


Iglesia Metropolitana de Sevilla. Haviendo escripto
á N. M. S. P. para que se sirva dár la terminativa
Definición de el Sagrado Mysterio de la Puríssima

Concepción de Nuestra Señora, y mandado á mis Mi¬


nistros en la Corte de Roma continúen en mi Real
Nombre las instancias convenientes á tan piadoso, y
devoto fin: he resuelto ordenaros, y encargaros (como
lo hago) para que os interesseis con nuevas instancias

para la Definición de este Sagrado Mysterio, haciendo


por vuestra parte á su Santidad la mas humilde y re¬
verente suplica, para que se digne concluir, y deter¬

minar esta causa, tan deseada de los Fieles: y la Car¬

ta, que en razón de esto escribieredes, la remitiréis


á manos de el Abad de Vivanco, Secretario de mi
Real Patronato, para que se dirija á
Roma, que en
ello me serviréis. De Sevilla a 24. de
Septiembre de
1732. Yo el Rey. Por mandado del Rey N. Señor.
D. Lorenzo Vivanco y Angulo.»

En iguales términos estaban redactadas las cartas que


recibiera el Senado hispalense, la universidad de Santa Ma¬
ría de Jesús y las comunidades religiosas, las que respec¬
tivamente contestaron á S. M., y dirigiéronse al Pontífice
Glorias Sevillanas 683

en la forma que se deseaba. El Cabildo Eclesiástico con¬


testó al Monarca con la carta siguiente:

«Señor. El Real precepto de V. Mag. expressado


en su Carta, fecha en 24. de
Septiembre próximo pa-
ssado, en que nos hace el honor de mandarnos reite¬
rar nuestras
antiguas, y fervientes suplicas á la Santa
Sede para la final, y formal Definición de el Sagrado

Mysterio de la Concepción Inmaculada de María San-


tíssima Señora Nuestra: Recibimos con la submision
mas rendida, qual inspira la noble obligación de
nos
Vassallos con
nacimos, y de que hacemos el de¬
que
bido pundonor. Con la complacencia mas tierna, y
mas viva, por el contenido, y materia de el precepto;

pues tan notorio es en el Mundo, quan viva arda en


nuestros pechos la noble ansia de vér executoriada,

con el Sagrado de la Definición Apostólica, la Ori¬

ginal Pureza de María Santíssima Señora Nuestra: y


saben todos ser una de las prerogativas, que mas dis¬

tinguen á esta Patrialchal Iglesia, haberla escogido la


Divina Providencia por instrumento para excitar el

Catholico, y piadoso zelo de los Señores Reyes Pro¬


genitores de V. Mag. á solicitar la feliz conclusión de
esta causa, y á aquel gran dia, que esperamos ha de

colmar, y coronar las felicidades de el glorioso Rei¬


nado de V. Mag. Assí lo esperamos fundados sobre
otras grandes el Testimonio ele San Celes¬
razones en
tino Papa, aclamando el zelo de Thodocio en caso
que
no
desemejante escribe assí en la Epístola 10. á San
Cyrilo: Indifficultér est Fidei speranda tranquillitas,
quandopro hac elaborare Principes sic videmus... Non
est inefficax in Divinis máxime causis cura Regalis.

Obedeciendo el resto de el Real Precepto de V. Mag.


remitimos a su Real mano, y corrección nuestra Carta
684 Glorias Sevillanas

suplicatoria á su Santidad, en la que si los rasgos de


la pluma hubieran expressado adequadamente lo ar¬
diente de nuestros afectos, ni nos quedara que decir,
ni que desear.
»Permítanos la Real Benignidad de V. Mag. le

supliquemos con el debido rendimiento, la perseve¬


rancia en el empeño sobre tan glorioso assumpto, em¬
pleando en su promoción las eficacias todas de su
ardiente devoción á esta Señora, de quien sobre tan¬
tos favores recibidos espera V. Mag. nuevos y mas
crecidos, los que no cessarémos de implorar de la
Divina Clemencia, la que guarde y prospere la Real
Persona de V. Mag. para seguridad, y felicidad de
sus Reynos, como le necessitamos. Sevilla, y Noviem¬
bre 5. de 1732.»

Notabilísimo fué el documentosuplicatorio elevado por


el Municipio hispalense al Santo Padre, pues en él se res¬
piraba la ansiedad que los sevillanos sentían por la defini¬
ción del Dogma, y parecía redactado por aquellos mismos
caballeros que, llenos de amor y devoción al sacrosanto
Misterio, prometieron y juraron en 1617 derramar'la úl¬
tima gota de sangre en sn defensa; con lo cual vemos que
no se había amortiguado el
aún espíritu de pasadas épo¬
cas, ni resfriado el ardentísimo celo de este pueblo por la
honra de la Madre de Dios, á la queseguía tributando culto
muy especial. Siempre será timbre de gloria para el Ayun¬
tamiento sevillano la petición hecha al Pontífice Clemen¬
te XII con este motivo. Dice así:

SSmo. Padre. El Senado, y


Pueblo de Sevilla,
después de besar rendidíssimos, como Fieles Hijos de
la Iglesia Catholica con la mayor submision de el
animo, el Sagrado Pie de vuestra Santidad, expone-
Glorias Sevillanas 685

mos á las gradas de su excelso Trono nuestros fer¬


ventísimos deseos; y son los mismos, que siempre:
pero aora mas que nunca con mayor instancia (y
acaso, porque ha llegado la plenitud de el tiempo á
nuestras ansias) suplicando a vuestra Santidad se dig¬
ne dárnos el dia mas alegre, que puede esta Ciudad
esperar, como devotíssima de el Inmaculado Myste-
rio, declarándolo Artículo de la Fé, pues siendo vues¬
tra Santidad el organo por donde nos manifiesta sus
Oráculos el Espíritu Santo, deseamos con summo an¬
helo (Dios nos es testigo) abra vuestra Santidad sus
Sagrados labios, y pronuncie yá finalmente aquella
sentencia de tantos buenos deseada, que declare: Li¬

bre, y exempta de la común culpa de Adán, y Conce¬


bida en Gracia en el primer instante de su animación
á la siempre Virgen María, Madre de Dios, y Se¬
ñora nuestra mejor Esthér por quien 110 se instituyó

la común Ley, ni fué comprendida en ella. Y esto


SSmo. Padre lo suplicamos por dos capítulos, que

juzgamos poderossísimos á mover el Sagrado animo


de vuestra Santidad. El primero, el mérito de la cau¬
sa, pues según nos afirman los Doctores, y Maestros

Teologos, la tiene vuestra Santidad yá próximamente


definible, y solo resta el Fiat de sus Sacratísimos la¬
bios, que alegre la Iglesia, y será el motivo de el ma¬
yor jubilo a la Inclyta Nación Española, y el summo
gozo de esta Patria, la que jamás contaría por hijo
suyo á el que tuviesse otro sentimiento, que el que aquí
expressamos a vuesta Santidad, y el que siempre con-
fessarémos hasta derramar la ultima gota de sangre
en defensa de el Immaculado
Mysterio, mientras essa
Santa Sede (a quien siempre sugetamos nuestro dicta¬

men) otra cosa no determine. El segundo, SSmo. Pa¬


dre, la cierta ciencia, que vuestra Santidad tiene de
686 Glorias Sevillanas

el ferventíssimo desseo, que brilla en eldevotíssimo


corazón de el Señor D. Phelipe Quinto, Rey Catho-
lico de las Españas, nuestro Señor (y lo considera
S. Mag. como ingénito á la Real Sangre de España)
acerca de la Definición expresada; y aora que logra¬

mos la felicidad de su Real presencia en esta Capital,

deseamos tenga S. Mag. en ella el dia de la mayor

alegría de su piadosíssimo corazón, con el favorable


Rescrito de vuestra Santidad, que declare al Pueblo
Christiano universal Concebida en Gracia a la siem¬

pre, y en todo instante Immaculada Señora. Esto su¬


plica instante, é instantísimamente, y rendidíssimo á
los Santíssimos Pies de vuestra Santidad. El Senado,

y Pueblo de Sevilla.»

Mas por ahora no pudo conseguirse lo que se deseaba, y


todo continuó en el estado que anteriormente tenía. A fines
del siglo XVII tomó gran incremento en esta Ciudad la de¬
voción á salir procesionalmente por las calles cantando el
Santo Rosario de Nuestra Señora, siendo la primera her¬
mandad que lo verificó, en 17 de Junio de 1690, la de la
Virgen de la Alegría, establecida en la iglesia de San Bar¬
tolomé, siguiéndole luego otras en gran número, cuya pro¬
paganda fué debida al apóstol del Rosario en esta Ciudad,
el V. P. Fr. Pedro de Santa María Ulloa. Mas no contentos
los fieles con la sola canturia del Rosario, quisieron agre¬
garle instrumentos alternaban entonando pre¬
y voces, que
ciosos villancicos y coplas alusivas á los Misterios de la
vida de Nuestra Señora, lo que contribuyó á que en estas
manifestaciones de la piedad empezaran á cantarse las co¬

plas de Miguel Cid, como hemos visto en el Rosario de


Nuestra Señora de la Antigua; y los del Sagrario y San Vi¬
cente imprimieron un papel intitulado «Coplas de la Purí¬

sima Concepción de N.ira S.ra por los Misterios de su San-


Glorias Sevillanas 687

tisimo Rosario» (1), en verso, con los Misterios gozosos,


gloriosos y dolorosos, glosando la redondilla «Todo el mun¬
do en general», con lo cual vino á ser esta práctica religiosa

(0 Os publica concebida
Todo el Mundo general en Sin pecado original.
A voces, Reyna escogida,

Diga que sois concebida V.a


Sin pecado original. Por vuestra
gracia eminente
En el Templo hallar supisteis
Gozosos. A Jesús á quien perdisteis
Tan solo corporalmente:
I.a
Pues con presencia especial
El encarnar Dios en Vos Siempre fuisteis asistida
Vuestra Pureza asegura De Dios siendo concebida
Que á no ser de Virgen pura Sin pecado original.
No tomára carne Dios:
Y en Dios
pureza esencial
No cabe el haber vestido Dolorosos.
Carne en
que hubiera caido I.a
El pecado original. En el Huerto y sus horrores
II.a Visteis misteriosamente
Al Redentor inocente
De vuestra gracia en honor
Entre angustias y temores:
Quando á Isabel visitasteis Y
En gracia santificasteis
en
agonía mortal
su

Os miró el Rey de la vida


De Jesús al Precursor:
Primogénita escogida
Porque la culpa fatal Sin pecado original.
No debió estar detenida
Donde entro la Concebida
II.a
Sin pecado original.
A una columna ligado
IIIa Azotan al Hombre Dios
En Belen Y su dolor quedó en Vos
Virgen Sagrada
Dando á luz al Intimamente copiado:
Prometido,
Fuisteis del Sol mas lucido Que para ser copia tal
La Aurora A Dios la mas
parecida
mas
agraciada:
Y á la Aurora Celestial Os previno concebida
Del bello Sol de justicia Sin pecado original.
No le tocó la malicia
De la IIIa
culpa original.
Para mayor irrisión
IVA Al Salvador coronaron

Sin mancha os ha predicado De Espinas, que lastimaron


Simeón quando predixo Vuestro tierno Corazón:
En el Templo á vuestro Hijo Pero este dolor mortal
Por Mesías deseado: Es la Corona escogida
Que el ser Madre natural Que os distingue concebida
De Dios allí conocida Sin pecado original.
*

688 Glorias Sevillanas

otro medio de sostener y avivar la fe


el Misterio de la
por
Concepción, teniendo había templo ó her¬
en cuenta que no
mandad en Sevilla donde no estuviera
organizada la salida
constante del Rosario, bien por la mañana, noche, ó á la

hora del Alba, cuyas procesiones eran formadas separada¬


mente de señoras y caballeros. Sobre el origen de esta de¬

voción publicáronse dos curiosos libros (i) en que se da

IV.a Lleno de gloria y honor


Sois Luna sin detrimento Subir al Cielo triunfante:
Y de este triunfo real
Que mas de cerca ha mirado
Al místico Sol cargado Fuisteis la Palma lucida
Con la Cruz todo sangriento: Adornada y escogida
Y si por gracia especial Sin la culpa original.
Vais á su Cruz tan unida
IIIa
Por ella sois concebida
Sin Vino al
Colegio Sagrado
pecado original.
El Espíritu Divino
V.a Pero su fuego os previno
Con amor mas abrasado:
En el Calvario Señora
Visteis á Jesús propicio Porque su llama inmortal
Antes estaba emprendida
Consumando el Sacrificio
En suEsposa concebida.
En que sois Co Redentora:
Sin pecado original.
Y en vos estaría mal

Dignidad tan distinguida IVA


A no hallaros prevenida Con pasmo y admiración
Con la gracia original. Los Angeles celebraron
La gloria con que os llevaron
Gloriosos. A la Celestial mansión:
Y vuestra entrada triunfal
Ia
Fue mas hermosa
y lucida
Tanto os ha privilegiado Porque fuisteis concebida
El Señor, que merecisteis Sin pecado original.
Ser la primera que visteis
AJesús resucitado: Va

Porque en su amor filial Como Madre, Hija y Esposa


A todas sois preferida De la Trinidad Sagrada
Como su Madre escogida Fuisteis al fin coronada
Sin pecado original. Del Cielo Reyna dichosa.
Y esta Corona inmortal
11.a Solo en Vos fue merecida
Cercado de luz brillante Como sola concebida
Mirasteis al Redentor, Sin pecado original.

(i) «Origen | progresso, y fruto | del Santíssimo Rosario | de María


Santíssima | Nuestra Señora, | de los avmentos, | que siempre ha tenido. |

*
Glorias Sevillanas 689

noticia de la época de las salidas respectivas de cada her¬


mandad, del número de ellas y de otras circunstancias.
En el año de 1737 la hermandad del Santísimo Cristo
de Burgos y María Santísima de la Concepción, establecida
como se ha dicho en el convento de San Francisco, celebró

muy solemnes fiestas al Misterio por la renovación de su


capilla y estreno de su nuevo retablo. Hizo la relación de
las fiestas, en versos de pésimo gusto, D. Anselmo Rodrí¬

guez Brioso (Bibliog., núm. 41), y en la función principal


reiteraron el voto de la defensa.
Con motivo del horrible terremoto sentido en esta Ciu-

y el estado eminente en | que al presente se halla | en breue compendio. |


Compuesto Don Pedro | Hernández, Devoto de la milagrosa Imagen |
por
de María Santíssima de la Alegría, sita en la Parroquial del Señor S. Bar-
ho | lomé, y lo dedica, y consagra a | la misma Señora, como a | singular

abogada de esta | devoción.»


En 8.°; 64 págs., más hojas de principios;
14 una en blanco; recl.;
sign. a. D3.—Dedicatoria a la Virgen de la Alegría. —Licencia del
Superintendente de las Librerías en impresiones de Sevilla.—Parecer de
Fr. Pedro de S. Luis.—Licencia del Provisor. Informe de Fr. Juan de—

Castro en 21 de Enero de 1793, casa grande de S. Francisco. — Erratas.—


Texto.—No lleva colofón.—Librillo muy raro.
Se da en él de las
cuenta primeras corporaciones ó templos que pro¬
movieron las procesiones cantando el Santo Rosario por las callas, enu¬
merando hasta treinta y seis de hombres y veinticuatro de señoras.
También
'

publicó sobre esta costumbre el libro que sigue:


se

«Ave María (Escudo


Real.) Esquadra Mariana. | Defensa Publica | De
una Pura Devoción
| Secretamente Impugnada | Establece La Licitud, I
, ,

Mérito En | aclamar devotas processionalmente, del Santíssimo Rosario, A


la | Emperatriz del Cielo sus mas gustosos loores en las tardes de | festivos
dias las Mugeres por las calles, prevenidas con | prudente cautela: La mo¬
destia, y debidas circunstancias, | que en tan loable cxercicio practica Se¬
villa, y su | Arzobispado, haviendole difundido este | soberano bien A mu¬
chas partes | de el Reyno, | Sacala a luz publica, auxiliada de la Real pro¬
tección, favorable auspicio de la Reyna nuestra Señora, | El Lic. Don
y

Gaspar de Amaya Lanzarote, | Capellán de honor de S. M. su Consejero


en el Real de
| Placienda, y Juez Subdelegado del Supremo | de la Santa
Cruzada.»

87
690 Glorias Sevillanas

dad el i.° de Noviembre del año de 1755, tomaron ambos


Cabildos diferentes acuerdos para que rigieran perpetua¬
mente en acción de gracias por los favores que otorgó la
Divina Providencia en la indicada calamidad, librando á
Sevilla de una
gran catástrofe. El Cabildo Eclesiástico acor¬
dó, á más de la procesión anual al Triunfo el día de Todos
los Santos, el sermón moral que había de predicarse en
dicha fiesta, recordatorio del suceso, y el que se quitaran
por vía de penitencia los asientos de piedra que existían
alrededor de las columnas de la Catedral, y que en lo su¬
cesivo todos los años, en la fiesta del Patrocinio, instituida
en 1655 Por el Rey Felipe IV, se renovase el voto y jura¬
mento celebrado el 8 de Diciembre de 1617 defendiendo
laConcepción de la Santísima Virgen, á cuyo acuerdo, á
más del que hizo de ir á la fiesta de la Catedral el día de
Todos los Santos, adhirióse el Municipio, que ya asistía á
esta festividad de la segunda Dominica de Noviembre en
cumplimiento de la Real cédula que recibiera en 1655 (1).

(i) «(Grab. en mad.) Copia | de Carta | y orden | Magestad


qve sv
(Dios le | gvarde) se ha servido | embiar al Cabildo Regimiento de la
y

muy | Noble, y muy Leal ciudad de Seuilla, sobre la cele- | bracion de la

Fiesta, que nueuamente se instituye en | estos Reynos de España, el se¬


gundo Domingo de | Nouiembre de cada vn año, con la Advocación Del |
Patrocinio De La Virgen Santíssima N. Señora | Concebida Sin Mancha
De Pecado Original: | en demonstracion de agradecimiento, por los sin-

gu- | lares beneficios que esta Monarquía ha recebi- | do, y cada dia recibe
de la poderosa mano de | Dios, por la Intercession desta | Señora (Adorno

tipográfico.) Con licencia. En Seuilla, por luán Gómez de Blas. Año 1655.»
Pol.; 2 hojas sin fol ni sign.; port.; á la vuelta el texto.
Texto: «5< El Rey. Concejo, Assistente, Alcaldes, Alguacil mayores,

Veintiquatros, Caualleros, Jurados, Escuderos, Oficiales, y Hombres buenos


de la muy Noble y muy Leal Ciudad de Seuilla. Por los motiuos, que con¬

tiene el papel impresso, que vá con' esta, firmado de D. Antonio Carnero,

del mi Consejo, y mi Secretario de la Camara, y Estado de Castilla, vereis


la Fiesta particular, que he resuelto se haga a N. Señora, que se ha de inti¬

tular, y nombrar Del Patrocinio De la Virgen, el segundo Domingo de


Glorias Sevillanas 691

La revalidación del voto practica por medio de la


se

diputación de ceremonia del Excmo. Cabildo Eclesiástico, y


otra del Secular,
que al Ofertorio de la Misa suben al pres¬
biterio y se colocan á los lados derecho é izquierdo del al¬
tar mientras el diácono recita en alta voz la fórmula, ter¬
minada la cual, ofrecen el juramento en manos del Preste.
La fórmula es como sigue:

«Coetus Ecclesiasticus, Prceses, & Capitulum Al¬


inee Metropolitana, Patriarchalis Ecclesice Hispa-
ac
lensis, nec non Senatns, Populusque Hispalensis, in
vnam congregati in hoc
máximo Patriarchali Templo,
Vestigijsque Majorúm nostrorum inhcerentes,fatemur,
Beatissimam Virginem Mariam in primo snce Con-
ceptionis instanti propter Christi Filii sui merita jam
ab ipsa ceternitate prcevisa, ab originalis labe pecati

fuisse presemjatam. Testamurqué, ó Beatissima Vir¬


go, Deam, ac Filinm tuum, nos have sententiam, &
tuam a peccato originali praservationem, Deo inspi¬

rante, constantissimé ad vltimum vsqne vitce spiritum


retentaros. Hoc publicó, hoc privatim docebimus: haec

eadem a nostris, & a cceteris ómnibus quantum in 110-


bis fuerit, teneri, & doceri, Deo adjuvante, curabimus.

Quod itá pollicemur, itá vovemus, itá juramus, cum


debita in ómnibus Sedis Apostólica judicio summis-
sione.»

Nouiembre deste año, en el ínterin que se assienta con autoridad Apostó¬


lica. Y auiendo essa Ciudad mostrado en todas ocasiones la deuocion que
tiene a nuestra Señora, quedo con toda
seguridad lo dispondréis en esta de
manera, diuina Magestad se dé por muy seruido: que a mi cuydado
que su
queda el mandar se solicite en Roma se ponga esta Fiesta entre los Santos
de España con oficio propio. De Madrid a 28 de Septiembre de 1655. Yo
el Rey. Por mandado del Rey nuestro Señor. Antonio Carnero.»
Bib. del Excmo. Sr. Duque de T'Serclaes.

*
692 Glorias Sevillanas

El texto fué corregido al declararse el Dogma en su co¬

rrespondiente lugar, intercalando lo siguiente: <<juxta dog-


maticam Sanctissimi Papce Pii noni definitionem: etproniit-
timus hoc fidei catholice Dogma pariter ac omnia alia qucs
profitetur Sánete Eclesia constantissime usque ad ultimum
vites spiritum retentaros.»
Convocadas las Cortes generales del Reino para la jura
del Monarca D. Carlos III y la del Príncipe de Asturias,
después de aprobados los poderes de los Procuradores de
las provincias en sesiones preparatorias, tuvo lugar la so¬
lemne ceremonia el día 19 de Junio de 1760 en el monas¬
terio de San Jerónimo de Madrid, donde, después de hecho
el juramento del Rey, los Procuradores pusieron en sus rea¬
les manos una proposición en que se rogaba se declarase

por S. S. el patronato de la Inmaculada Concepción de la


Virgen á favor de España y de sus Indias; recordando sin
duda los representantes de estos reinos el voto y jura¬
mento que hicieran las Cortes españolas
en 1621, de seguir
y defender esta doctrina. Accedió el Rey gustoso á la sú¬
plica, que leyó en dicho acto desde el trono, y púsola en
manos del Presidente del Consejo
para que se cumpliese
como se pedía, á cuyo efecto mandáronse extender las pre¬

ces de
petición y súplica para la Santidad de Clemente XIII,
el cual á 7 de Noviembre de igual año daba su Bula acce¬
diendo á lo pedido y declarando Patrona de España y de
sus Indias á la Concepción, concediendo la fiesta de la Vir¬

gen como de primera clase con octava, y á más indulgen¬


cia plenaria y remisión de los pecados á los fieles que, con¬
fesados y comulgados, visitasen algún templo desde las Vís¬

peras de la fiesta de la Concepción hasta la puesta del Sol


de este mismo día, y rogasen por los fines de la Iglesia.
Habiendo llegado á la Corte la Bula, decretó el Rey su
inmediato despacho á las ciudades del reino, para hacerles
saber tan grata nueva, y el Domingo 14 de Junio de 1761
Glorias Sevillanas 693

se recibió en ésta por


los dos Cabildos un tanto del docu¬
mento apostólico, y al día siguiente á las nueve de la ma¬
ñana, que fué cuando se dió cuenta de ello en Cabildo, de¬
terminóse anunciarlo al pueblo con repiques en la Giralda,
á los que respondieron todas las campanas de la Ciudad,
que se alborozó y llenó de júbilo con tan feliz anuncio,
acordándose que la noche de este día y los dos siguientes
hubiese iluminaciones generales, músicas y otros regocijos,

que salieron á anunciar en seguida ocho ministros del Ca¬


bildo Secular y un escribano, todos á caballo, antecedidos
de los clarines y timbales de la Ciudad. Nombráronse dipu¬
taciones por ambos Cabildos que diesen conocimiento de
la nueva disposición al Emmo. Sr. Cardenal Arzobispo don
Francisco de Solís, al Sr. D. José de Aguilar y Cueto, Pro¬
visor de esta Diócesis, á los Tribunales de la Fe, Real Au¬
diencia y Alcaide de los Reales Alcázares. Hé aquí el con¬
tenido de la real carta-orden recibida por el Municipio:

«El Rey.

»Concejo, Assistente, Alcaldes, Alguacil Mayores,


Veintiquatros, Caballeros Jurados, Escuderos, Oficia¬
les, y Hombres buenos de la Muy Noble, y Muy Leal
Ciudad de Sevilla: Sabed, que conformándose mi Re¬

ligioso zelo, y devoción al Mysterio de la Immaculada


Concepción de la Virgen Santíssima Nuestra Señora,
con el
que igualmente han conservado siempre mis
Reynos, vine gustoso en condescender á la Súplica,
que estos me hicieron en las últimas Cortes celebra¬
das el diez y siete de Julio del año próximo passado,

tomando, como desde luego tomé, por especial Pa-


trona, y Avogada de todos mis Reynos, y Dominios
de España, y de las Indias, á esta Soberana Señora,
en el referido
Mysterio de su Puríssima Concepción,
sin perjuicio del Patronato, que en ellos tiene el Apos-
694 Glorias Sevillanas

tol Santiago. Y haviendo en su consequencia inter¬


puesto mis reverentes súplicas con su Santidad, para
que se sirviesse aprobar, y confirmar este Patronato,
y conceder el Rezo, y Culto correspondiente, há ve¬
nido su Beatitud en dispensar ambas gracias, por su
Breve, de que os remito el adjunto exemplar impre-
sso, firmado de D. Andrés de Zerezo y Nieva, de mi

Consejo, y Comissario General de la Santa Cruzada,


llegue á noticia de todos, y se observe, y cumpla li¬
teralmente su contenido, de que me daré por servido.
De Aranjuez á 2 de Junio de i76i=Yo el Rey=
Por mandado del Rey nuestro Señor=Z?. Agustín
de Montiano y Luyando

Aprestáronse las corporaciones, comunidades, cofradías,


hermandades y templos para festejar dignamente el patro¬
nato de la Concepción, pudiendo decirse que Sevilla estuvo

entregada á las fiestas religiosas y regocijos populares por


espacio de más de medio año, pues desde el 17 de Junio,
en que dió comienzo la comunidad de Santa Paula, hasta

i.° de Enero de 1762, en que terminó la capilla de Nuestra

Señora de la Piedad, vulgo de los Toreros, al sitio del Bara¬


tillo, no cesaron las funciones, novenarios, procesiones, dan¬
zas, iluminaciones y cuanto constituía las distracciones pú¬
blicas en aquella época. No hay que buscar el primor y
gusto con que se celebraron las de 161 5 é inmediatos años,
pues las artes estaban en decadencia, á más que los gre¬
mios tenían la pujanza y poderío de anteriores épocas,
no

pues la Sevilla de 1760 no era ni con mucho la descrita al


capítulo X. Predominaron en estas festividades los adornos
extravagantes y abigarrados, los geroglíficos y las composi¬
ciones poéticas para escudos y tarjas del más pésimo es¬
tilo, que pregonan muy alto el período desgraciado á que
pertenecían, no obstante que el espíritu de piedad y celo
Glorias Sevillanas 695

por la Concepción fué el mismo de pasadas épocas, como


se demuestra por el número de fiestas que tuvieron efecto,
conservándose un manuscrito (1) de la época donde se des¬
criben prolijamente, á más de los papeles impresos que
salieron relatando algunas particulares. Después de celebra¬
das en varios templos, verificáronse las de la Catedral, que
tuvieron lugar en los días 7, 8 y 9 de Agosto, anuncián¬
dolas préviamente.
Bien quisiéramos la reproducción total de las descrip¬
ciones que de aquellas fiestas se hicieron, tanto por cono¬
cer todas cuantas se efectuaron, como
por lo originalísimas
que son muchas de las noticias que se dan relativas á la
exornación de las imágenes y pasos, templos y calles, y
otros particulares; mas la necesidad de abreviar, nos obliga
á extractar dichas relaciones y á omitir gran número de
ellas, ocupándonos sólo de las más principales.
El mismo día 5 se publicaron de orden de la Ciudad
las fiestas para los siguientes días 7, 8 y 9. Los clarineros
y timbales iban á caballo con sobrevestes de damasco car¬
mesí ribeteados de galoncillos de oro, y ocho ministros en

traje de golilla y vara alta, y un escribano, todos muy lu¬


cidamente equipados, y terminaba la comitiva con un co¬
che de respeto.
Acordó el Excmo. Cabildo se adornase la nave prin¬
cipal y puerta mayor con la colgadura de terciopelo car-

(1) Reducido Compendio | de las Solemnes fiestas que se han |


Celebrado en la Muy Noble y Muy
Leal | Ciudad de Sevilla | En obsequio
de María Santísima Sefiora | y Madre Nuestra | Por haver declarado á esta

Señora en | el Terníssimo Misterio de su Concepción | por Patrona de Es¬

paña y de las Indias, | La Santidad | De nuestro Muy Santo Padre Cle¬


mente | Deximo Tercio, | A pedimento de Nuestro Catholico Monarcha |

Don Carlos Tercero | Rey de las Españas y Emperador de la America | Es¬

cribiólas 1 Manuel Antonio, Delgado, Peres | de Cabañas y Sequeiros: |


Año de 1761.»
Libro manuscrito de la Biblioteca Colombina.
696 Glorias Sevillanas

mesí galoneada de franja de oro que en España, y acaso


fuera de ella, no reconoce igual, la capilla mayor
y que en
se pusiese el majestuoso dosel de terciopelo bordado de

oro, y altar de plata, que sirve en las solemnes festividades


del Corpus y la Concepción; pudiéndose decir que no hay
en la tierra trono ó altar más digno en que poder colocar

la Majestad, porque se compone de lo más precioso que


Dios crió en la tierra, como es la plata, el oro y las perlas

preciosas siendo crecido el número de luces que arden en


su
presencia; ocupando el medio de este magnífico altar
la Imagen de María en el Misterio de su Concepción, y á
sus lados S. Leandro y
S. Isidoro, cuyas figuras, de cuerpo
entero, son de plata; y desde la primera grada donde se
sube al presbiterio hasta la última lo ocupan otros dos al¬
tares de tres cuerpos cada uno, también de plata, los cua¬

les terminan con otras dos efigies de medio cuerpo, que en

preciosas cajas de plata y cristales, embutidas en sus pe¬


chos, conservan venerandas reliquias. Entre estos dos alta¬
res se venera de medio cuerpo la imagen de Sta. Rosalía;

y repartidas por ellos en primorosas urnas de plata, las


más principales reliquias de esta Santa Iglesia, sin las mu¬
chas jarras de plata y otros primores de que estaban ador¬
nados; contribuyendo también á la grandeza de esta ca¬
pilla el primoroso alfombrado que adorna el pavimento, y
los cuatro bancos de pies dorados, enfundados de tercio¬

pelo carmesí, con alamares y galones de oro, y en ellos


ocho libros forrados de la misma tela, para que los veinte¬
neros turnarlos canten loores al Santísimo
y á la Virgen
cuando el Cabildo ha concluido sus horas canónicas; omi¬
tiendo referir, dice el autor del manuscrito citado, «lo cos¬
toso de los temos, la melodía de la música, respetuosas
ceremonias y gravedad y pausa del coro en los Divinos Ofi¬
cios,que por esta razón se dice de este Cabildo, Nullis
Secundus; bien lo dió á entender aquel timbre que le dió
Glorias Sevillanas 697

la Santidad de Gregorio XIII, haciéndolo ideal y exemplar


á cuya imitación se formaran las Iglesias del Nuevo Mundo,
y claro está, que quien así informa á los demás, tiene en
en sí toda la perfección.»
El día 6 amaneció adornada la célebre torre desde el
sitio de sus primeros balcones hasta los últimos, por todas
sus cuatro fachadas,
con gallardetes de tafetán celeste y
blanco. En el último balcón que da vista á calle de Placen-
tines se veía una hermosa bandera con el anagrama de la

Concepción, y sus atributos, como son: las palmas, el Sol,


la Luna, una estrella y el rótulo «María concebida sin pe¬
cado original». En el hastial de la fachada principal del
templo lucían infinidad de banderas y flámulas de colores,
y en ellas los atributos de la Virgen. La estatua de la Fe
que estaba sobre la cúpula del Sagrario tenía en su diestra
mano un
gran estandarte con los emblemas eucarísticos, re¬
pitiéndose iguales adornos en la puerta del Perdón y cam¬
panario que está sobre ella.
Se anunció la fiesta con grandes repiques de campanas,
y por bandas de música los intermedios tocaban en
que en
lo altó de la Giralda, concurriendo también para este efecto
el estruendo de las salvas que hacían los cañones y pedre¬
ros de las naos surtas en el Betis. Cantáronse las
Víspe¬
ras de este día con gran solemnidad,
al toque del Ave-
y
María se iluminaron, la grandiosa Giralda hasta el cuerpo
de campanas, y las azoteas altas y bajas de la Basílica, Sa¬
grario, capilla Real, Sala Capitular y sacristía mayor, con
el sinnúmero de pirámides que coronan al soberbio edificio,
calculándose el número de luces que ardían en cuatro mil,
siendo esta iluminación muy alabada de los forasteros y ex¬
traños de toda Andalucía que habían concurrido á las fies¬
tas;acompañando al regocijo de la Iglesia matriz los demás
templos de la Ciudad, que también fueron engalanados é
iluminados por tres noches consecutivas. La Casa Lonja
88
698 Glorias Sevillanas

extremóse con su alumbrado, tanto en ventanas, azoteas


y pirámides, como en los postes de mármol que la rodean
por sus cuatro fachadas, oyéndose en su patio durante las
primeras horas de la noche grandes conciertos de música:
lo mismo tendríamos que decir de la Audiencia Real, Pala¬
cioArzobispal, Universidad, los Reales Alcázares, la casa
que en ellos habita el Asistente de Sevilla, el castillo de
Triana, las naves ancladas en el puerto, y en general todo
el vecindario de la Ciudad, que dió nuevas pruebas de su
antiguo y constante amor á la Concepción.
El Cabildo Secular convidó al Eclesiástico para que
desde las galerías altas de las Casas Capitulares presenciase
la función de fuegos de artificio que había de tener lugar
en la Giralda, á cuyo
efecto decoráronse las fachadas de la
plaza mayor con colgaduras de terciopelo y damasco bor¬
dadas en oro, con los escudos de Sevilla, y en el centro se
levantó un altar con la efigie de la Concepción bajo regio
dosel rojo y oro, adornándolo con innumerables piezas de

plata, tanto de candelería como jarras de flores. A los cos¬


tados se veían sobre pedestales las imágenes de las Patro-

nas, S. Fernando y S. Hermenegildo; estando convertido


todo el ándito de dicha fachada en un verdadero jardín, é
iluminada ésta de arriba á abajo con hachas de cuatro pábi¬
los. Los fuegos dieron comienzo al toque de Oraciones,
durando por espacio de una hora, y luego, dice el referido
libro que extractamos, «que sirvió la Ciudad al Cabildo un
esplendido refresco de tres géneros de helados, biscochos y
dulce seco, y de solo dulce se gastaron 64 arrobas, portán¬
dose en esto la Ciudad con tanto garbo y bizarría, que qui¬
zo
que el pueblo también participara arrojándole por los
balcones encopetadas fuentes de dulces».
Amaneció el día 7, primero de las fiestas, y se vió la
torre adornada por entero, desde los balcones primeros
hasta la figura de la Fe, con telas, colgaduras y banderas;
Glorias Sevillanas 699

en las esquinas iban cuatro gallardetes celestes y blancos


que tenían cincuenta varas de largo y tres de ancho, que
suman ciento cincuenta varas de tafetán cada uno. En los
pretiles de 'los arcos de las campanas lucían cuatro hermo¬
sísimas colgaduras: la del lado Norte era de tisú de oro,
liso, guarnición de plata, y en el centro una imagen de
con
la Concepción pintada, guarnecida de puntas de plata, y
toda ella con fleco y borlas de oro; las otras tres de los
otros lados eran de damasco encarnado y oro, con los es¬
cudos de la Catedral y de Sevilla bordados en el centro: en
las cuatro jarras había otras tantas banderas celestes y
blancas iguales escudos y las cifras M. C. S. P.; lo res¬
con

tante estabacon
gallardetes, así como la figura de la Fe,
que ostentaba uno de grandes dimensiones con la cruz pa¬
triarcal bordada en colores.
Se gastaron en estos adornos mil y quinientas varas
de tafetán, cuarenta y cuatro de damasco de seda, veinti¬
dós de tisú de oro, y cincuenta de plata.
A las seis de la mañana se manifestó el Santísimo Sa¬

cramento, y á las ocho salió de las Casas Capitulares el


Cabildo, antecedido de las danzas, dirigiéndose por la Al-
caicería de la Seda á la Basílica. Predicó en la función el
Dr. D. Luís Ignacio Chacón, Deán de la Santa Iglesia, con¬
tinuando el manifiesto de Divina
Majestad hasta las seis
su

de la tarde al terminar las Vísperas. Predicó


en el segundo
día D. Francisco José de Olazábal, dignidad de Chantre, y
en el último el elocuente orador D. L'elipe Ponce de León,

Penitenciario.
En este día, á las dos de la noche, empezaron á salir los
Rosarios, reuniéndose hasta quince en memoria de sus Mis¬
terios; y después de haber recorrido las más principales
calles de la Ciudad cantando la salutación angélica, se di¬
y eran los que siguen: el de Nuestra
rigieron á la Catedral,
Señora del Consuelo, de San Pablo; el de los gorreros y se-
7o o Glorias Sevillanas

deros, de Gradas; el de Nuestra Señora de la Antigua; el


del Amparo, de la Magdalena; el de la Purísima Concep¬
ción; del Postigo; el de San Miguel; el de Nuestra Señora
de la Salud; el de Nuestra Señora de la Rosa; el de Nues¬
tra Señora de los Dolores, de la Laguna; el de Nuestra Se¬
ñora de la Piedad, del Baratillo; el de Nuestra Señora de
Valvanera, de calle Chicarreros; el de Nuestra Señora de
la Merced, de la Puerta Real; el de Nuestra Señora de la
Visitación, junto á la Cárcel Real; el de Nuestra Señora de
la Europa, contigua á la Alameda, y el de la Cruz de la
Cerrajería.
Iban todos de gala, es decir, adornados sus faroles altos

y bajos con flores, banderas y gasas, conteniendo cada uno


cinco luces, y muchos eran de plata, yendo vestidos los

que los conducían con trajes militares. Las cruces que van
delante eran, ó talladas ó de metales cincelados, represen¬
tando la del gremio de sederos, la Giralda y encima la cruz
patriarcal, yla del Postigo, la torre del Oro. Los sin-pe-
cados eran costosísimos, de terciopelo y oro, muchos de los
cuales se conservan aún; y dice el referido autor que el costo

del más inferior pasaba de cuatrocientos


pesos. Todos iban
acompañados del correspondiente número de cantores y
músicos alabando la Concepción Inmaculada.

Luego que entraron en la Catedral se colocó cada uno


en su correspondiente capilla, donde se les dijo Misa, y de

allí pasaron á la sacristía mayor, donde estaba preparado


el paso que había de salir en procesión por la tarde, con
la imagen de la Concepción de Montañés, ante la cual can¬
taron una solemne salve, y los de la Antigua, del Sagrario,

del Consuelo y de la Concepción pasaron á la capilla ma¬

yor para Divina Majestad. Por la tarde se


manifestar á su
con la imagen que había
condujeron á este lugar las andas
de ser llevada procesionalmente, y ante ella se cantaron
solemnes Vísperas y Maitines.
Glorias Sevillanas 701

Las calles que siguió la procesión fueron las mismas de


la carrera del Corpus, las que estaban adornadas con toda
clase de colgaduras, tapices, paños de corte, banderas, ga¬
sas, arcos de flores y arañas.
El balcón que está frente á la puerta grande de la Ca¬
tedral, donde asistía á las fiestas el Claustro de la Universi¬
dad de Santa María de Jesús, estaba adornado con muy
rica tapicería antigua; cada columna de las de Gradas
en
veíanse ángeles con los atributos de la Concepción, y toda
la gradería cubierta de macetas y blandones con cirios de
cuatro pábilos.

El retablo de Nuestra Señora del Pópulo en calle de


Génova se preparó formando ante él un altar, y encima
una nube de gasas, que cogía gran parte de la calle, para

que al paso de la procesión se abriese arrojando cedulillas,


palomas, coronas y estampas.
También se compusieron los retablos: de la Visitación
de la Virgen, á las puertas de la Cárcel Real, en calle de
las Sierpes; el de Nuestra Señora del Carmen, de la misma

calle; el de Nuestra Señora de los Desamparados, esquina


de la Carpintería: el Cabildo de San Salvador puso su titu¬
lar la Virgen de las Aguas á la puerta principal del tem¬

plo: el de Nuestra Señora del Rosario, esquina de la calle


Pajaritos, y el de la Virgen de los Reyes, en la de Placen-
tines, sin referir los muchos altares improvisados en la ca¬
rrera, y los adornos caprichosísimos que se exhibieron en
las casas particulares.

Empezó á salir la comitiva á las cinco de la tarde,


abriendo la marcha la tarasca con la turba de gigantes y
enanos, y á continuación la hermandad Sacramental del
Sagrario las Patronas de Sevilla; venían luego los Ca¬
con
puchinos con S. Francisco de Asís; los Mercedarios con
S. Pedro Pascual; los Mínimos con S. Francisco de Paula;
los Mercedarios calzados con S. Pedro Nolasco, y los Car-
702 Glorias Sevillanas

melitas con S. Elias, que era conducido en un paso de


grandes dimensiones, donde se había imitado el Monte Car¬
melo; los Agustinos, los Franciscanos y Dominicos con sus
respectivos fundadores. Seguían las cruces parroquiales, pre¬
sididas por la patriarcal; el numerosísimo clero de la Me¬
trópoli; el de la Catedral; la curia eclesiástica; la Universi¬
dad de Beneficiados; comisión del Cabildo de la Colegial;
las danzas, repartidas por el cuerpo de la procesión; el
limo. Cabildo, con sus prebendados, canónigos y dignida¬
des; los cantores y músicos de capilla, con los seises, que
iban cantando coplas al Patronato, y doce colegiales de
San Miguel con cirios de á quince libras; por último las
andas, sobre que iba la Concepción en una gran peana de
plata, con ángeles entre nubes de gasa y velillo de plata.
La imagen era la del célebre Juan Martínez Montañés, se¬

gún dijimos á la pág. 97, á cuyo efecto se vistió y adornó


según el gusto de la época (1).
El autor del libro que describe las fiestas generales que
se hicieron, D. Manuel Antonio Delgado, dice: «Traia la
Señora la túnica de tela de plata de color blanco, y el man¬
to de tela celeste con una
punta de plata al ayre: á sus
plantas la Luna, y vestida de un Sol de plata que subia des¬
de sus sagradas plantas hasta los hombros y daba vuelta
circundando su sagrada cabeza; la corona estaba toda cu¬
bierta de joyas de diamantes, y los sarcillos y collar eran
de la misma clase de piedras; en su pecho llevaba un esqui-
sito braca-manto de brillantes; en sus manos artísticas pul¬
seras ybroches de diamante, y un ramo de oro y diaman¬
tes de estraña y esquisita hechura; el manto iba todo guar¬

necido de igual clase de piedras; en fin no era posible des¬


cribir la grandeza de este paso, y sí solo advierto, que se-

(1) Cartas eruditas é históricas, por d. Antonio de San Martín.—


M. S. original.—Es una preciosa colección de documentos para ilustrar la
historia de Sevilla en materia de antigüedades y artes.
Glorias Sevillanas 703

gun el aprecio que hizo el platero que colocó las alhajas


que llevaba la Señora, tenían estas de valor dos millones y
sesenta y cuatro mil pesos.»

Á las esquinas del paso iban cuatro capitulares con plu¬


viales, y de preste el Sr. D. Luís Ignacio Chacón, Deán
de la Catedral.
Cerraba la procesión la Ciudad, escri¬
con sus maceros,
banos, ministros, caballeros veinticuatros, jurados, alcaldes
mayores y el Asistente Sr. D. Ramón de la Rumbe, caba¬
llero del Orden de Santiago, seguido de una escolta de sol¬
dados con tambores y pífanos.
Entró la procesión de vuelta á las nueve de la noche,
estando completamente iluminada la Basílica con hachas
en los
pilares y capillas. Luego que se colocó la imagen
de Nuestra Señora en la capilla mayor, «dijo la oración el
Sr. Dean, entre el alegre estruendo de clarines, tambores,
viguhelas, castañetas, órganos, trompetas y músicas, con
lo que se puso fin á esta celebérrima solemnísima función,

y todo el pueblo que estaba en la Iglesia prorrumpió en


festivos alegres vivas nacidos del gran amor, que los hijos
de esta Mariana ciudad tienen á su querida Madre, parti¬
cularmente en el Misterio de su Concepción. La cera que
se dió
para esta procesión fueron 119 arrobas; el Cabildo
ecco. dio
75, y el de la Ciudad 44».
Solemnísimo fué también el triduo que dedicara á la
celebración del Patronato la hermandad de los Nazarenos
de la Santa Cruz en Jerusalén, tan tradicional y ferviente
por la Inmaculada,cuya descripción salió en un papel im¬
preso con el extravagante título de «Astronomía Mariana
con la
que la siempre ilustre y venerable Hermandad de Je¬
sús Nazareno... observó en el cielo de su Capilla el paso de

la mas pura Estrella de Venus, María e?i el graciosísimo


instante de su Concepción... (Bibliog., núm. 43).
Adornaron para las fiestas gran parte de la calle de las
704 Glorias Sevillanas

Armas, convirtiéndola lujoso salón, donde abundaban


en
las colgaduras de terciopelo, damasco y tapicería, que, cu¬
briendo los muros y fachadas de las casas, producían her¬
mosa vista; las cartelas con versos alusivos y geroglíficos

se veían por todos lados; los retratos de Clemente XIII y

Carlos III, bajo doseles, la empresa del Patronato, esta¬


tuas alegóricas de la Fama Nazarena, un grandioso altar

con la
efigie de Nuestra Señora, el pavimento alfombrado,
y todo este espacio cubierto con toldos de colores, dábanle
al templo de San Antonio Abad una magnífica entrada.

Seguían los adornos de paños de corte y cornucopias an¬


tiguas por el atrio ó patio de dicha iglesia, donde estaban
pintados en lo más alto de él los doce signos del Zodiaco,
cada uno con su correspondiente quintilla y otra pintura

alegórica de Sevilla contemplando al través de un telesco¬


pio el paso de la estrella, con lo que se quería aludir al de¬
clarado Patronato.
Pasando al interior del templo se veía la misma clase
de raros adornos, sobresaliendo entre ellos una famosa pin¬

tura, en la que se representaba el juramento de los Naza¬


renos en
por varios de ellos que estaban
1615, figurándolo
amparando á la imagen de Nuestra Señora con las cruces
de Jerusalén, y otros con hachas ardiendo y espadas en sus
manos. En el altar mayor se ostentaba radiante de gloria

la efigie de la Concepción, completamente cubierta de al¬

hajas riquísimas, de toda clase de pedrería, é iluminada


por infinidad de velas y cirios sostenidos en candeleros de
plata.
La víspera en la tarde se cantó solemnemente el Te-
Deum con gran acompañamiento de orquesta y voces, con¬
cluido el cual se ocultó Divina
Majestad, y después de
su

entrada la noche, quemáronse en la plaza del Duque visto¬


sos fuegos de artificio,
que llamaron la atención al gran
concurso de fieles que desde la tarde había
invadido el tem-
Glorias Sevillanas 705

pío y sus avenidas, donde así mismo hubo iluminaciones


las tresnoches. El primer día predicó el R. P. Mtro. Fr. Do¬
mingo Máximo Zachariaz, y el segundo el Magistral de esta
Catedral D. Antonio Urbano de Cárdenas; siendo las fun¬
ciones lucidísimas por el aparato que se presentó en ellas,
revalidando la Hermandad el voto de 1615 el día primero
de las fiestas.
Con el doble motivo de solemnizar el Patronato y la
instalación en su
capilla, la ilustre archicofradía del
nueva

gremio de toneleros, bajo la advocación de María Santísima


de la Luz en el Misterio de sus Tres Necesidades, efectuó
lucidas fiestas los días 15, 16, 17 y 18 de Agosto. Estable¬
cida desde antiguo esta corporación en el colegio de San
Francisco de Paula, acordó edificar un nuevo templo en el
arrabal de la Carretería, por estar más inmediato al sitio
donde vivían la mayoría de sus Cofrades, adjunto al cual
edificaron así mismo un pequeño hospital para los enfermos
é inválidos del dicho gremio. Nombrada, en cabildo que

tuvo, la comisión que había de entender en lo relativo al


traslado y fiestas en la nueva capilla, dispúsose la bendi¬
ción de la misma el día 14 de Agosto, verificándose la ce¬
remonia por el presbítero D. Juan Félix de Oviedo, Mayor¬
domo de la Hermandad.
El día 1 5 tuvo lugar en la iglesia
de San Francisco de
Paula una función de despedida por la Comunidad, y en
la tarde de aquel mismo día efectuóse la traslación de las
sagradas imágenes procesión solemne, que siguió las
en
calles de las Palmas, barrio del Duque, Campana, Sierpes,
plaza de San Francisco, Génova, Gradas, Mar, Puerta del
Arenal, y Real de la Carretería, donde se construyó la nue¬
va iglesia; todas las cuales estuvieron adornadas. La proce¬

sión salió en la forma que sigue: banda de música; el estan¬


darte de la Archicofradía, conducido por su Fiscal, con gran

acompañamiento de hermanos, que llevaban gruesos cirios;


89
yo 6 Glorias Sevillanas

una de las danzas de la Ciudad; el sin-pecado, llevado por


el Secretario, alumbrándole cincuenta cofrades con velas;
la parroquial de San Lorenzo; capilla de música can¬
cruz

tando á la Concepción, y en andas la preciosa ima¬


motetes

gen de gloria, del título de' la Luz, colocada sobre peana


de plata y alumbrada por cuatro faroles del mismo metal,
rodeando el paso cuatro sacerdotes con capas pluviales;

luego el resto de la Hermandad, convidados y los religio¬


sos de San Francisco, todos con cirios, terminando la comi¬
tiva con el grandioso paso del Calvario en el momento de
ir á descender á Nuestro Señor de la Cruz.
En la Puerta del Arenal habíase levantado un gran ar¬
co; otro á la entrada de la calle Real, la cual hasta llegar
á la capilla hallábase vistosamente engalanada con telas de
damasco, figurones de cartón recortados con emblemas de
la Concepción, tarjas con inscripciones, geroglíficos, repre¬
sentaciones del gremio de toneleros, cornucopias, arañas,
gasas, flores artificiales é infinidad de luces por todos lados,
cuya detallada enumeración y descripción minuciosa puede
verse en el curioso libro que salió impreso con estas fun¬

ciones. (Bibliog., núm. 44.)


Al día
siguiente, después de colocadas las imágenes en
sus respectivos altares, tuvo lugar una función, en la cual

predicó el R. P. Mtro. Fr. Juan de Gálvez sobre la dedica¬


ción y estreno de la dicha iglesia; el día 17 predicó el doc¬
tor D. Ignacio de Valencia Espinosa, y el 18, en que se

celebró el nuevo Patronato, el R. P. Fr. Miguel de Cabre¬


ra, oración se imprimió, estando este día manifiesta
cuya
su Divina
Majestad, y tuvo el altar y coro la Comunidad
de la Casa grande de San Francisco de Asís.
No pudo olvidarse en esta ocasión la hermandad de
San Pedro Advíncula, devotísima de la Concepción; por lo

que dispuso para los días 10 y 11 de Agosto ruidosos cul¬


tos. Los adornos del templo en su interior y exterior fue-
Glorias Sevillanas 7 o;

ron de tan mal gusto como en las demás iglesias, repar¬


tiendo en los indicados días una abundantísima limosna de

pan. Estuvo colocada en el altar mayor una bellísima efigie


de la Inmaculada, entre millares de cirios y velas, y otros
adornos que convertían el retablo en lujoso trono, autori¬
zando las fiestas la real presencia de la Eucaristía. Cele¬
bráronse Vísperas á toda orquesta, con asistencia de la Cor¬
poración y de la Universidad de Beneficiados, terminando
aquella noche con fiestas populares, música y fuegos artifi¬
ciales en la plaza delante del templo. Al siguiente día can¬
tóse solemne Tercia, el himno Te-Deum, y luego proce¬
sión claustral, terminada la cual empezó la Misa, en que
ofició el Rector y predicó el Br. D. Antonio de Luces, cuyo
sermón corre impreso, así como la noticia de esta festivi¬
dad. (Bibliog., núm. 45.)
La Comunidad del real convento de San Francisco pre¬
vino un octavario, que dió comienzo en 28 de Junio
gran
y continuó enlos días siguientes, esmerándose como de
costumbre en festejar á la Concepción. Vistióse todo el

templo de damasco rojo, coronándose el templo de ban¬


deras y gallardetes celestes y blancos. La imagen de la
Inmaculada que es conocida por La Sevillana colocóse en
un paso, ricamente ataviada de alhajas de gran precio y

lujosas vestiduras, iluminándola doscientos blandones de


plata que ante ella ardían en un altar portátil, luciendo en
el mayor otras tantas velas, así como por el cuerpo de la

iglesia. Empezó el primer día manifestándose á su Divina


Majestad por la tarde, y á continuación entonóse por la ca¬
pilla el Te-Deum, que fué seguido de sermón, que hubo
todos los días; y el último celebróse con la referida imagen
una procesión por el compás y claustros, que se adornaron
con paños de corte y tapices. Fué ésta muy vistosa, pues
en ella iban la tarasca y gigantes del convento de Santa

Clara; una danza con los clarines y tambores de la Ciudad;


708 Glorias Sevillanas

la Orden Tercera, la Comunidad y las Hermandades, con


sus titulares S. Francisco de Asís, S. Luís,
Rey de Francia,
S. Diego de Alcalá, S. Antonio de Padua, Sta. Clara, san
Buenaventura, el Niño Jesús, la Concepción, y la custodia
con su Divina
Majestad, que se ostentaba en costoso viril
de oro y diamantes. Iba además una numerosa capilla de
música ensalzando el Patronato de Nuestra Señora, y por
el cuerpo de la procesión muchos niños, vestidos con pro¬

piedad y riqueza, representando á S. Miguel, S. Gabriel,


S. Rafael, S. Francisco, S. Buenaventura, el sutil Escoto,
el Cardenal Cisneros, Sta. Clara, la V. M. Sor María de
Agreda, y otros santos y personajes. De estas fiestas salió
también papel impreso el título de «Agradable mapa»,
con
etc., que puede verse en la Bibliog. al núm. 46.
La hermandad de la Limpia y Pura Concepción de la

iglesia de Señora Santa Ana, al otro lado del Guadalquivir,


dedicó fiestas al Patronato en los días 22, 23 y 24 de Agos¬
to. Anunciáronse préviamente por la carrera que había de

seguir la procesión, que eran las calles de Cadenas, Santo


Domingo y Larga, con objeto de que sus vecinos adorna¬
sen las fachadas de las casas. Formóse la comitiva anuncia¬
dora, de los timbaleros y clarineros, vestidos con ropones
de seda carmesí guarnecidos de galón de oro; seis alguaci¬
les de capa corta, de golilla y vara alta; un escribano ves¬
tido á lo militar, á caballo, llevando á su estribo el prego¬

nero, que iba voceando las próximas funciones, y una ca¬


rrosa de respeto, tirada por seis caballos enjaezados. El
mismo día hubo repiques generales en todos los templos
del barrio, y por la noche iluminación en todas las calles, y
barcos del Guadalquivir, llamando la atención la que tenía
la parroquial donde se iban á celebrar las fiestas, pues co¬
ronábala un crecido número de vasos de colores con luces,
que formaban el letrero «Ana concibió á María sin pecado
original», terminando la noche con la quema de varios cas-
Glorias Sevillanas 709

tillos, árboles de fuego y otras invenciones de pólvora, al¬


ternando la artillería del río y las músicas colocadas en las
azoteas del templo. En la mañana del día primero amane¬
cieron la torre y partes altas de todo el edificio cubiertas
de banderas y flámulas celestes y blancas. El interior se
veía primorosa y ricamente engalanado con tapicerías de

terciopelo y seda; el altar de plata en la capilla mayor, y á


su derecha un paso con las efigies de Sta. Ana, S. Joaquín

y la Santísima Virgen, con vestiduras de tisú de oro bor¬


dadas y gran número de piedras preciosas. En el día pri¬
mero ofició el Cabildo de la Catedral, conduciendo, como
de costumbre, todo el servicio necesario de la Patriarcal,
el cual, unido á las alhajas joyas que posee el templo
y
de Santa Ana, dábanle aspecto brillantísimo, pues no se
veían más que riquísimas piezas de cincelada plata por do¬

quiera. Estuvo de Misa en este día el Chantre Sr. D. Fran¬


cisco Olazábal, y predicó el prebendado D. Alonso de Vi-
llasís y Menchaca. El segundo tuvo la función la hermandad
de la Concepción, predicando el Superior de la Victoria; y
el tercero la costeó la hermandad Sacramental, predicando
el R. P. Mtro. Fr. Fernando Ceballos, religioso del con¬
vento de San Isidoro del Campo, notable filósofo y teólogo.

En la tarde de este día se efectuó la procesión por las


calles que hemos dicho. Iba en primer término la Herman¬
dad del gremio de alfarería, con sus patronas Sta. Justa y
Sta. Rufina; la Sacramental, con el Niño Jesús; los frailes
carmelitas de los Remedios, con Sta. Teresa de Jesús; la
religión de San Francisco de Paula, con el titular; la de
Santo Domingo, con S. Jacinto; la cruz parroquial; el clero,
con la hermandad de la Concepción, y la capilla de músicos

y cantores, entonando coplas al Patronato delante del paso


antes indicado, donde se veía la Sacra Familia; el palio de

respeto, el Preste, el tribunal del Santo Oficio, y una com.


pañía de soldados. Distinguiéronse los vecinos del tránsito
710 Glorias Sevillanas

por los costosos adornos que pusieron, así como las her¬
mandades de los marineros, de la O y de los panaderos,
que daban culto á la cruz que había en el Altozano. (Bi-
bliog., núm. 47.)
Otras de las fiestas más lucidas fueron las efectuadas
por la congregación del Rosario de la capilla de la Con¬
cepción situada en el Postigo del Aceite, por los días 11,
12 y
13 de Julio. A este efecto convirtieron en templo la
plaza del Almirantazgo, cubriéndola de toldos, y revistiendo
paredes, balcones y ventanas con telas, pinturas, retratos,
geroglíficos, versos, emblemas, alegorías, cornucopias, alta¬
res, arañas, banderas y flores, formando en una de sus en¬
tradas un
gran arco de madera forrado con telas, y estatuas
representativas de Sevilla y su devoción al Misterio. Frente
á él levantóse un altar, donde bajo dosel de terciopelo y
oro
aparecía la escultura de la Concepción que se venera
en la dichacapilla, adornada de numerosas alhajas y can¬
delería de plata y jarras de flores. El arco del Postigo re¬
presentó la empresa del Patronato con pinturas alegóricas,
motes, versos, banderas, inscripciones, y los retratos de Cle¬
mente XIII y Carlos III. En medio de la plaza se puso un

palenque para colocar el pan que había de distribuirse á


los pobres los tres días de fiestas. La función principal y
sus
Vísperas se celebraron en el convento de San Fran¬
cisco, de donde la última tarde salió en procesión de gala
el Rosario de la Congregación, en unión del de la parro¬

quia del Sagrario, siguiendo la carrera del Corpus, que se


hallaba toda adornada é iluminada. Los cofrades iban con

trajes á lo militar, conduciendo los faroles altos y bajos, que


llevaban revestidos de flores y gasas, á más de los que con¬
ducían cirios é insignias; delante del precioso sin-pecado
de la Concepción venía una capilla de música entonando

coplas y motetes, y cerraba una compañía de soldados.


Terminó su carrera la procesión en la capilla de la Hermán-
Glorias Sevillanas 7 ii

dad, estando al llegar los cofrades completamente ilumi¬


nada toda la referida plaza, en medio de la cual cantóse
á grandescoros una Salve solemne, terminando con la que¬
ma de castillos de fuego, tocatas de música y bailes popu¬
lares. (Bibliog., núm. 48.)
La parroquia y hermandad Sacramental del Arcángel
San Miguel celebraron sus fiestas en los días 28, 29 y 30
de Setiembre, siendo muy lucidas por la exornación del
templo y por la magnífica procesión que hicieron. Figuró
en la iglesia un gran lienzo con pinturas
alegóricas, que
llamó la atención por sus colosales dimensiones y por el
asunto que expresaba. Aparecía sobre el globo terráqueo
la imagen de San Miguel, armado como Generalísimo de
las milicias celestiales, sosteniendo en la mano derecha el
simbólico peso y en la izquierda la espada, embrazando á
más el broquel, que tenía pintada la Concepción; á sus pies,
de rodillas, estaba una matrona que figuraba á España, con
manto bordado de castillos y leones y corona mural, ofre¬

ciendo una moneda que tenía grabados los dos mundos,


las columnas de Hércules, el busto de la Concepción, y el

«Nonplus ultra-»] á los lados, ele gran tamaño, los retratos


al óleo de Clemente XIII y Carlos III. Salió sobre esta pin¬
tura un
papel impreso. (Bibliog., núm. 49.)
El templo llamó la atención por sus colgaduras de co¬
lores blanco y celeste y por el número de hachas que ar¬
dían en sus columnas, en las cuales veíanse sobre pedes¬
tales los santos sevillanos S. Isidoro, S. Leandro, Sta. Jus¬
ta, Sta. Rufina, S. Fernando, S. Hermenegildo y otros. El
altar mayor y los laterales lucían riquísimo servicio de pla¬

ta, así como las capillas del templo. La víspera se coronó


todo el edificio de gallardetes y banderas, y por la noche
se iluminó con vasos de colores, apareciendo en igual forma
las casas de las inmediaciones.
Tuvieron lugar tres funciones matutinas muy solemnes,
712 Glorias Sevillanas

y en la tarde del día último, después de cantar Maitines á


gran orquesta, hubo una gran procesión, en la que se con¬
ducía á la Concepción rodeada de infinidad de niños vesti¬
dos de ángeles, y á su Divina Majestad en una hermosa
custodia de plata, con el consiguiente acompañamiento de

clero, cofrades, convidados, cantores y músicos.


El día 11 de Octubre efectuó la Sacramental del Sagra¬
rio su grandiosa función, para la que le franqueó el exce¬
lentísimo Cabildo todo cuanto hubo menester para la ma¬

yor ostentación y pompa del templó: se colocó el altar de


plata en la forma que se pone en el trascoro el día de Cor¬
pus, viéndose en él la imagen de la Concepción de Monta¬
ñés, con el plan de altar propio de esta Catedral, engala¬
nándose todas las capillas con flores y gran número de ci¬
rios. Se manifestó á las siete de la mañana, y á las diez
fué la función, estando de Misa los Sres. Prebendados, y
el sermón lo tuvo el Chantre D. Francisco Olazábal, reva¬
lidando al Ofertorio el voto y juramento.
Por la tarde hubo procesión por las últimas naves de
la Catedral, puesel tiempo no permitió salir á la calle, se¬
gún estaba dispuesto, para hacer estación á la colegial de
San Salvador, á cuyas puertas aguardaba su Sacramental
con Ntra. Sra. del Voto, habiendo adornado costosamente
las portadas del templo y la plaza.
La procesión formóse del modo siguiente, según el au¬
tor que describe las fiestas:

«La tarasca, los gigantes y cuatro danzas; seguían doce


niños con mantos de paño color de grana y roquetes, co¬
ronadas sus cabezascon guirnaldas de flores, y otros tantos

cirios de cera encarnados, delante del sin-pecado de la her¬


mandad; seguia un concierto de trompas, flautas, y oboes;
la hermandad, y con ella intercalada la comunidad de San

Francisco, y muchos capitulares del Cabildo Eclesiástico;


la capilla de música; doce colegiales con cirios de quince
Glorias Sevillanas 7i3

libras y otros doce de la hermandad, de cera encarnada


en manos de religiosos de S.n Francisco. La cruz del Sagra¬
rio, los colegiales de la matriz, los capellanes del Sagrario,
y aquí en un costosísimo carro triunfal, la sagrada imagen
de la Purísima Virgen.
»E1 carro tenia hechura de una nave, y en la proa es¬
taba una
figura que representaba el amor; esta tenia ven¬
dados los ojos con una vanda de velillo de oro, y en su
mano diestra un cáliz y
hostia, y en la izquierda el arco y
flechas, y á los lados dos angeles, el uno con una cruz pa¬
triarcal, y el otro una mitra.
»Todo el carro era de madera tallada, plateado y do¬
rado y en algunas partes bruñido; por los costados estaban
unas targetas de medio relieve y en ellas de pintura histo¬

riado lo siguiente.
»En las targetasde la parte de proa, en la de la mano
derecha, estaba Santiago adorando á N.ra S.ra del Pilar; y
en la de la mano siniestra San Fernando adorando a N.ra
S.ra de los Reyes. En la de enmedio del lado derecho esta¬
ba nuestro católico monarca el Sr. D.n Cárlos III. con una

bandera en sus manos y en ella pintada la imagen de la


Purísima virgen. En la compañera el rey Felipe IV.; en los
dos que estaban hacia la popa, estaban pintados los dos
compañeros que salieron del convento de San Diego can¬
tando las coplas de la Purísima Concepción por las calles
de esta ciudad, que uno era arcediano de nuestra Catedral,
y el otro religioso del referido convento.
»Toda la popa estaba tallada de hoja de cardo, y en
ella enbutidos cristales azogados; en su medio tenia una

concha, y en su centro en unos primorosos obalos, los re¬


tratos de N.tro Santísimo Padre Clemente XIII, y N.tro Ca¬

tólico Monarca Don Cárlos III.; á los lados estaban dos an¬

geles de gran tamaño y sostenían unas vandas de velillo


de oro; por remate tenia la popa, la torre de la iglesia, y á
90
714 Glorias Sevillanas

los lados dos jarras de azucenas de plata de martillo, y


repartidos por todo el carro varios angeles con rótulos alu-
civos al misterio.
»Sobre un de tres
gradas vestidas de velillo de
trono

oro, y se dejaba ver y adorar, la sa¬


sostenida de angeles,
grada imagen de nuestra señora, vestida de una túnica de
tela blanca, toda sembrada de joyas de diamantes, y un
manto de tela celeste sembrado de joyas de gran valor, y

lo sostenían dos angeles, que servian de pajes de falda de


la Purísima reyna; la media luna estaba adornada de per¬
las y diamantes, la corona estaba adornada por ambos la¬
dos con diamantes y perlas riquísimas: collar y sarcillos de

brillantes, y pulseras de perlas circundaban las manos de


la sagrada efigie.
»Delante de nuestra señora estaban dos triángulos ves¬
tidos de velillo de oro con hachetas de cera encarnada, y
dos angeles de crecido porte, delante arro¬
y un poco mas
dillados adorando á la Señora, cuatro Arzobispos de esta
Santa Iglesia, es á saber; San Fio, San Carpoforo, San Lean¬

dro, y San Isidoro, todos con plumas en sus manos, y ador¬


nados de unos roquetes muy superiores, y unas capas plu¬
viales de tela de oro, con las cenefas bordadas de oro y

Santos de imajineria, y superiores pectorales de finísimas


piedras, y las mitras vestidas de velillo de plata y cubiertas
de joyas de diamantes; pasó el valor de los diamantes que
llevaba la Señora, y los Santos, de docientos y cincuenta
mil pesos, y el del carro, sin la plata labrada de quinientos

pesos.
«Inmediato al carro iban
capellanes con capas
cuatro

pluviales, y detras de él, un palio sostenido de diez varas de


plata, y terminaba la procesión con el preste, y diáconos;
se acabó a las siete de la noche.
«Todos los pilares de la iglesia tenían hachas de cuatro
pabilos y hubo repique general en la torre de la matriz,
Glorias Sevillanas 7i5

altiempo de la procesión, y luego que dió la oración se


repitió la iluminación como la noche anterior, con lo que
se puso fin, á tan sumptuosa función.»
Los PP. Terceros del convento de Nuestra Señora de
Consolación festejaron el Patronato con grandes funciones
religiosas y magnífica procesión, en los días 27, 28 y 29 de
Setiembre. El adorno del templo, altares, azoteas,
en sus
torre y calles inmediatas, fué del gusto anteriormente des¬
crito, si bien presentando para ello las riquezas que con¬
servaba el convento en aderezos de plata para las funciones
más solemnes, no faltando los geroglíficos
y composiciones
poéticas, que eran innumerables y del gusto más deprava¬
do. La carrera
que anduvo la procesión estuvo conveniente¬
mente preparada, llamando la atención la capilla improvi¬
sada en medio de la plaza de San Román por la hermandad
de la Santa Cruz que allí existía, pues convirtieron dicho

lugar en un verdadero risco, donde se contemplaban todos


los accesorios propios de estos paisajes, terminando en su
altura con la imagen de la Divina Pastora. Las religiosas
del Socorro, la parroquia de San Marcos, el convento de la
Paz y la iglesia de Santa Catalina tuvieron sus respectivos

templos decorados con efigies de Nuestra Señora y retra¬


tos de la M. Agreda, S. Buenaventura, el sutil Scoto, san

Francisco y Clemente XIII. La comitiva que formaba la pro¬


cesión era larguísima, por haber asistido casi todas las co¬
munidades aquí establecidas, y llevaban las efigies de san
Antonio de Padua, S. Francisco, Santiago á caballo, y la
Santísima Virgen, ataviadas con mucha riqueza é ilumina¬
das con profusión de luces. De esta fiesta salió un roman¬
ce, á más de otro papel en prosa, con su descripción. (Bi-

bliog., núms. 50 y 51.)


Suntuosísimas fueron las que hizo la Compañía de Je¬
sús en los días comprendidos desde el 6 al 1 5 de Setiembre
en su Casa profesa, anunciándose por medio de las campa-
716 Glorias Sevillanas

ñas de todos los templosque la Orden tenía en Sevilla, á


más de las banderolas y flámulas que colocaron en las to¬
rres y azoteas. En el centro del templo erigieron un monu¬

mento de dieciséis varas de alto al triunfo de la Concep¬

ción: tenía éste cuatro fachadas, y en cada una de ellas un


santo de la Compañía, empezando por el fundador S. Igna¬

cio, S. Francisco de Borja, S. Francisco Javier y S. Luís


Gonzaga, rematando con la efigie de la Concepción de
Montañés, propiedad de la Congregación de Sacerdotes, á
más de los ángeles y otras esculturas que adornaban el di¬
cho triunfo. En el presbiterio se colocó el altar de plata,
bajo dosel de terciopelo, que tenía la Casa y hoy para en
el Salvador; los restantes altares del templo estaban enga¬
lanados con gran primor y lujo. En el exterior de la Casa
se exhibió una magnífica decoración, en la
que se destaca¬
ba la ciudad de Sevilla, rodeada de murallas y castillos;
sobre ella se veía una nube con la Inmaculada, que tenía á
sus pies postrados dos hijos de esta Ciudad; sobre los mu¬

ros, hacia el lado izquierdo, aparecían los PP. Salmerón,

Laines, Salazar y Pineda, escribiendo del Misterio; en el


lado derecho se veían los Reyes Felipe II, III y V, y Car¬
los III. Figuraba otra pintura de gran tamaño con la Giral¬

da, y en su cúspide la imagen de la Concepción, llevando


á sus pies un tarjetón significando la protección de Nues¬
tra Señora á Sevilla, y otras muchas pinturas con alegorías

de las Letras y las Ciencias confesando el Misterio.


Las funciones las tuvieron el Cabildo Eclesiástico, la
Comunidad de San Francisco, los Colegios de la Compa¬
ñía, los patronos de la Iglesia y las hermandades de la San¬
tísima Trinidad y la del Espíritu Santo, compuesta de abo¬
gados y procuradores. (Bibliog., núms. 52 y 53.)
Interminable se haría esta relación si hubiéramos de dar
cuenta de lo que se hizo en todos los templos de Sevilla, y
baste decir que no quedó ninguno que dejara de tributar
Glorias Sevillanas 717

cultos á la Concepción, pues las ermitas más pobres, los


hospicios, los hospitales, y hasta en los retablos y cruces
de las plazas y calles, se festejó el Patronato.

Según una estadística que pone el libro de donde ex¬


tractamos estas relaciones, se hicieron en Sevilla ciento cua¬
renta
yseis funciones, sin incluir las de las Vísperas, que
lo eran realmente, pues en todas había exposición de su
Divina Majestad. Se repartieron diez y siete mil hogazas
de pan, cuatro mil raciones de carne, y gruesas limosnas
en metálico y ropas. (Bibliog., núms. 54,
55 y 56.)
La última fiesta extraordinaria del siglo XVIII de que

hay noticia especial en papel impreso fué la efectuada en


1767 por los Nazarenos de la Santa Cruz de Jerusalén,
para celebrar la concesión hecha por Clemente XIII á los
reinos españoles para que se pudiese rezar en ellos todos
los sábados no impedidos el Oficio y Misa propios de Con¬

cepción, por razón de su Patronato, y que en las Letanías


Lauretanas pudiese añadirse la deprecación Mater Inma-
culata. La función religiosa tuvo lugar el día 1 5 de Marzo
de dicho año, revalidando los cofrades el voto y juramento;
con cuyo motivo se arrojaron en este acto, según costum¬

bre de aquel período, infinidad de cedulillas ó aleluyas con


versos alusivos á la fiesta, y de las cuales se publicaron dos

folletos. (Bibliog., núms. 57 y 58.)


En confirmación de lo que hasta aquí hemos venido

sosteniendo, de que las devociones predilectas de esta Ciu¬


dad y de su Excmo. Cabildo Eclesiástico han sido siempre
la Eucaristía y la Concepción de la Virgen Nuestra Seño¬

ra, puede aducirse como prueba el magnífico monumento


de arte cristiano debido á la mano del famosísimo Juan de
Arfe y Villafañe, en el cual se ven hoy perfectamente pa¬
tentizados los dos grandes afectos piadosos de Sevilla, ma¬
nifestados bajo un solo pensamiento, así como bajo una
sola fórmula ú oración há siglos venía expresándose; pu-
;i8 Glorias Sevillanas

diéndose, por lo tanto, decir que la grandiosa custodia se¬


villana expresa y sintetiza los grandes amores religiosos de
la Ciudad.
Entre las más hermosas joyas artísticas que se conser¬
van en la es indudablemente una de
Iglesia Metropolitana,
las más preciadas la custodia donde se conduce á su Divi¬
na
Majestad en la solemne procesión del Santísimo Corpus
Christi. Es tal la gallardía y belleza que resulta de la pro¬

porción de sus cuerpos, de lo bien combinado de sus ador¬


nos, de la esmerada ejecución con que fué construida y de
la riqueza de toda ella, que no puede por menos de ser la
admiración de cuantos la contemplan. El esplendor y mag¬
nificencia con que según la liturgia católica debe celebrarse
esta festividad hizo pensar al Cabildo Eclesiástico en la

construcción de un tabernáculo donde con el decoro y gran¬


deza debidos condujese procesionalmente por las calles
se

de Sevilla al Rey de los Cielos, como así lo acordó por au¬


to capitular en cabildo celebrado en el histórico Corral

de los Olmos en 21 de Enero de 1499; á cuyo efecto se


convocó á concurso para su ejecución, habiendo entre otros
concurrido dos muy hábiles artífices del arte del oro y de
la plata, Juan Merino y Juan Arfe y Villafañe, ambos cono¬
cidos por sus muchas y afamadas obras, habiéndose prefe¬
rido el diseño de este último, no obstante que agradó el
del primero; por lo que mandó el Cabildo entregarle mil

reales, encargándole al par la construcción de la célebre


cruz que se lleva en las grandes solemnidades, que es cono¬

cida por su apellido, y la cual sería suficiente para haberle


acreditado de hábil artista, á no ser conocido por otras
obras importantes. Juntamente con Juan de Arfe fué desig¬
nado para trazar el plan teológico en que había de estar
basada tan prodigiosa obra el celebérrimo humanista el
Dr. D. Francisco de Pacheco, canónigo de esta Catedral,
«doctísimo en todo género de buenas letras», como le lia-
Glorias Sevillanas 719

ma AlonsoMorgado en su Historia de Sevilla, como no


podía de serlo el amigo querido de Arias Montano,
menos
Pablo Céspedes y Ambrosio Morales, insignes todos en la

gran república de las letras, y tío del no menos célebre, el


otro Francisco de Pacheco. Indudablemente que si la obra

de la custodia hizo famoso á su hábil artífice, no lo hizo


menos al entendido escriturista que tan sabiamente escogió
los textos, motes, geroglíficos, alegorías, estatuas, historias,
ángeles y adornos que habían de constituir y formar el
más bello monumento consagrado á ser depositario de la
Divina Eucaristía.
Es la custodia de forma redonda, y su altura de cua¬
tro varas, dividida en siguiendo el orden
cuatro cuerpos,
de la arquitectura greco-romana. Pertenece el primero al
orden jónico, formándolo, así como á los tres restantes,
veinticuatro columnas istriadas y adornadas con follaje bajo
la forma de vides y niños
espigas en sus manos, y en
con
lospedestales de estas columnas treinta y seis bajo-relieves
con pasajes del Nuevo y Antiguo Testamento; en el centro

de este cuerpo va una estatua de la Virgen en el Misterio


de su Concepción Inmaculada, con tres figuras á sus pies,

que representan la Sabiduría humana, el Entendimiento y


la Herejía, y al lado los Apóstoles S. Pedro y S. Pablo, con
el Espíritu Santo en lo alto de la bóveda, que asiste á su

Iglesia, que va representada en este cuerpo. En el embasa¬


miento
aparecen sentados los cuatro Doctores de la Iglesia
con Sto. Tomás,
que compuso el rezado del Santísimo Sa¬
cramento, así como el Papa Urbano IV, que instituyó esta
solemnísima fiesta. En los intercolumnios se ven represen¬
tados por figuras los sacramentos del Bautismo, Confirma¬
ción, Penitencia, Extrema-Unción y Orden, rematando con
doce ángeles-mancebos con ramos de azucenas en las ma¬
nos, simbolizando la Pureza virginal de la Madre de Dios.
El segundo cuerpo es corintio, siguiendo el mismo estilo
720 Glorias Sevillanas

en el adorno queel primero, y en su centro va colocado


el magnífico ostensorio ó viril, guarnecido en sus extremos
de piedras preciosas, con su Divina Majestad, á cuyos pies

aparecen los cuatro Evangelistas, con las figuras alegóricas


del León, el Toro, el Águila y el Hombre, cada uno con
su
inscripción alusiva al Santísimo Sacramento, del cual
dieron ellos fiel y verdadero testimonio.
En la parte exterior van los santos tutelares de Sevi¬
lla, Sta. Justa, Sta. Rufina, S. Isidoro, S. Leandro, S. Her¬
menegildo, S. Sebastián, S. Fernando, S. Germán, S. Lau¬
reano, S. Carpóforo, S. Clemente y S. Florencio.
En los pedestales de sus columnas van seis historias
de todos los sacrificios antiguos que eran significación de
este que hoy celebramos, así como en los remates de las
mismas aparecen doce figuras, que son los dones de este

Sacramento.
Pertenece el cuerpo tercero al género llamado com¬
puesto, ytodo él representa á la Iglesia triunfante, figurada
por el Cordero Inmaculado, que está sobre el Libro de los
siete sellos en un trono, con los cuatro animales llenos de
ojos que contempló el profeta Ezequiel en su visión; y en
los pedestales de las columnas se ven grabados varios pa¬

sajes del Apocalipsis, alusivos al triunfo de la Iglesia, con


otros geroglíficos
con
é inscripciones pertinentes á este
asunto.

Sigue el cuarto cuerpo, que es del mismo orden que


el anterior, y que, como coronación de la idea teológica

que informa á esta obra de arte, contiene en su centro, so¬


bre el arco iris, la Beatísima Trinidad, foco de luz y centro
de todo el sistema de la Fe Cristiana, con cuya estatua se
remata toda la obra; va vestida con una túnica larga, manto

volante, el cáliz y la hostia en la mano derecha, y en la


izquierda una gran cruz, que se apoya en sus pies.
No vemos
hoy esta obra tal como saliera de manos de
Glorias Sevillanas 721

sus primitivos autores Arfe y Pacheco, los que, siguiendo el


plan teológico en que está basada tan valiosa joya, coloca-
, ron en el centro del primer cuerpo la estatua de la Fe; mas
la ardiente y tradicional devoción de esta Ciudad al Misterio
de la Concepción Inmaculada de María movió al Cabildo
á hacer esta innovación, colocando además los referidos án¬
geles que llevan lugar de los
azucenas en sus manos en
que antes había con los atributos de la Pasión, quitar el
antiguo remate de la custodia, que era un obelisco egip¬
ciaco terminado en cruz, así como otras variaciones, deján¬
dola en la forma que hoy la contemplamos.
Tal es, brevísimamente y á la ligera descrita, la famosa
custodia de Sevilla, que el insigne artífice Juan de Arfe la¬
bró y esculpió tan cumplidamente, que, como él mismo
dice en la dedicatoria del libro (1) que escribió sobre el
mismo asunto, «La Fábrica de la Custodia de Plata que
por encargo de V. S. he hecho y acabado, á gloria de Dios,
para esta Santa Iglesia. La cual por ser la mayor y mejor
pieza de plata, que deste género se sabe, quise dar noticia
á todos de su figura y traza», y la cual indudablemente dejó

(1) «Descripción de la tra | 5a y ornato de la Custodia de | plata


de la Sancta Iglesia de Seuilla. (Grabado en madera.) Con licencia. En Se-
uilla en casa de Juan León. | Véndese en gradas en casa de Raphael Char-

di | enquadernador de libros blancos. | 1587.»


En 8.°; 16 hojs.; sign. A-B; Port. v. en b.—Licencia
en Sevilla á pos¬
trero 1587.—Tres sonetos laudatorios, del Dr. D. Pedro de Soria, don
de

Juan de Mesa y D. Antonio Pérez de Almansa.—Dedicatoria, firmada por


el autor, al Cabildo: Sevilla 20 Mayo 1587.—Grabado en madera con la

planta de la custodia.
Libro rarísimo, pues no se conoce más ejemplar que el que posee el
Excmo. Sr. Duque de T'Serclaes en su selecta librería.
Á
más se conoce el siguiente libro manuscrito:

«Descripción | Panegirica de la Custodia de la S.ta | Iglesia metro¬


politana y Patriarchal | de la Ciudad de Sevilla. | Y explicación exornada
de Simbolos motes, | y Gyeroglificos assi los que la ilustraban antiguos,
91
722 Glorias Sevillanas

complacidísimo al Cabildo Eclesiástico, así como á Sevilla


toda.
Salió por
primera vez en la procesión de 1587, habién¬
dose otorgado carta de pago en 1588, ante el escribano
Pedro Espinosa, recibiendo el artista por su trabajo la can¬
tidad de 235.664 reales vellón.
El erudito Ceán Bermúdez, cuya crítica en esta mate¬
ria indisputable por sus grandes conocimientos artísticos,
es

después de hacer algunas reflexiones acerca de las innova¬


ciones hechas en la custodia, dice: «este es el estado en
que se halla la gran Custodia de plata de la Catedral de
Sevilla que es la mejor y más rica alhaja del reino y que
mereció ser la admiración de aquel sábio Cabildo, de toda
la Ciudad y de toda España. Pesa ahora 2.174 marcos y 5
onzas y según el analista Matute y Gaviria 45 arrobas y 3

libras y el herraje 80 arrobas».


Esta es, pues, la más preciada joya que enriquece á
nuestra Catedral, juzgada por personas tan peritas é inteli¬
gentes como los citados maestros escritores. Nosotros, á
y
fuer de buenos sevillanos y fervientes católicos, no podemos
por menos de sentirnos orgullosos con ser poseedores de
esta rica presea, muestra patente y viva de la fe de nuestros

antepasados y de la grandeza á que el arte cristiano se elevó


en esta hermosa tierra, á cuyos mejores y más altos bla¬
sones van siempre unidos los de su fe cristiana y ardiente
piedad: así el insigne artífice, honra de nuestra patria, Juan
de Arfe y Villafañe, inspirado en el gran espíritu católico,

| como los que la perficionan modernos. | Dedicada | á su Illustrisimo y


Reverendísimo Señor Dean | y Cabildo. ¡ Por | Don Fernando de la To¬
rre
1 Farfan | Indigno Sacerdote, natural desta misma | Ciudad de Sevilla.»
M. S. de 183 hoj. en fol; Cop.—Dedicatoria al limo, y Rmo. Deán y

Cabildo de esta Santa Iglesia.—Prólogo.—Planta de la Custodia.


La descripción presente raya en lo profuso, descendiendo á toda clase
de detalles y pormenores de tan preciosa alhaja.—(Bib. Cap.)
Glorias Sevillanas 723

y siendo representación de aquella época en que vivía, cin¬


celó y ablandó el duro metal, legándonos ese precioso Ta¬
bernáculo, digno, humanamente hablando, de ser trono del
Rey de los Cielos, bajo las especies con que se nos ma¬
nifiesta en la Divina Eucaristía.
Al publicarse el Breve de Alejandro VII en 1661 pensó
el Excmo. Cabildo Eclesiástico en su reforma, con el fin
de unir en ella
predilectas devociones: para ello hubo
sus

que luchar con la falta de. buenos profesores (1), pues indu¬
dablemente la época era de decadencia; en cuyas circuns¬
tancias encargó las reformas al Mtro. Juan de Segura, que
las ejecutó en los años de 1668 y 69, colocando en el pri¬
mer cuerpo bajo la imagen de la Concepción, según hemos
dicho antes.

(1) Del mejor ó peor acierto con que se hayan ejecutado reformas
ó restauraciones en ésta, como en otras obras artísticas, jamás podrá ser
responsable el Excmo. Cabildo Eclesiástico, sino la época en que se han
efectuado; pues siempre los gustos dominantes, y la mayor ó menor pericia
de los artistas, son los que se reflejan é imponen en estas materias; por
lo que nunca veremos justificadas las acres censuras que se le dirigen por
los críticos y aficionados, sin tener en cuenta que en estos períodos de de¬

cadencia han participado por igual del mal gusto todas las obras, ya sean

ejecutadas por corporaciones civiles ó eclesiásticas, y lo mismo las obras


artísticas que las literarias.
724 Glorias Sevillanas

CAPÍTULO XVI

Los seises de la Catedral hispalense en las fiestas de la Concep¬


ción.—Villancicos.—Noticias de algunos Maestros de Capi¬
lla autores decomposiciones musicales concepcionistas.—
Los Responsorios de D. Evaristo García Torres.—Privilegios

pontificios de Pió VII y Gregorio XVI á la Catedral de Se¬


villa, en orden á la liturgia de las fiestas y culto de la Con¬
cepción.—Preliminares á la declaración del Dogma de In¬
maculada.—El Cardenal Cienfuegos.—La Bula Ineffabilis

Dens, promulgada por Pió IX el 8 de Diciembre de 1854.—


Fiestas de Sevilla en su honor.—Carta del Pontífice al Dean

y Cabildo de esta Catedral.—La


nueva insignia de las cofra¬
días llamada el Sine-Labe.—Concesión del Guión celeste en

1871 á la hermandad de la Santa Cruz de Jerusalén.—Las


fiestas del XXV aniversario delDogma de la Concepción.—
Solemnísima función en la Catedral.—La procesión.—Fies¬
tas escolares.—Ojeada sobre el culto á la Inmaculada en la

actualidad.—Bibliografía concepcionista sevillana. | Fiestas.


—Poesías.—Tratados teológicos.—Sermonario.

Es nota muy sobresaliehispalense,


nte en las cuales
dades de la Catedral las festivi¬
más solemnes son en que
se rinde adoración á la
Sagrada Eucaristía y las dedicadas
al tierno Misterio de la Concepción de Nuestra Señora, la
encantadora y dulce figura del seise sevillano, vestigio her-
Glorias Sevillanas 725

mosísimo de antiguas costumbres religiosas admitidas por


la Iglesia allá en los siglos pasados, tolerado en la actuali¬
dad, y digno de conservarse como excelente privilegio y
tradicional recuerdo de la gran Basílica sevillana. Siempre
fué grato á la Divinidad oir de los labios de los pequeñue-
los, expresión la más adecuada del candor y la inocencia,
las alabanzas de grandeza y majestad. zEx ore infan-
su

tiurn et lactentium perfecisti laúdeme... que no es otro el

pensamiento é ideal que envuelven los cánticos que con


melifluas y delicadas voces entonan los seises, ya subli¬
mando los arcanos del Misterio Eucarístico, ó ya prorum-

piendo en sentidas endechas para ensalzar las divinas pre-


rogativas de la Madre de Dios. ¿Quién que haya presen¬
ciado la acompasada danza de los tiernos infantes al són
de sus melodiosas voces, no se ha sentido
profundamente
afectado yconmovido por dulcísima emoción, cual es la que
siempre despierta en el alma la idea de lo bello, de lo en.
cantador y sublime?
Cuando en la mañana del grandioso día de la fiesta del
Santísimo Corpus Christi,en que el trascoro de la Catedral
se encuentra adornado con sus más ricas preseas, vestidos
sus altísimos pilares de terciopelo rojo galoneado de ancha

franja de oro; el pavimento cubierto de costosas y raras


alfombras; el altar luciente como trono digno del Rey de
los Cielos, donde no se ve otra cosa que artísticas telas de

brocado, alhajas de oro purísimo cuajadas de perlas de in¬


calculable valor, y artística peana de plata bruñida, rodeada
de sinnúmero de gruesas hachas ardiendo, que hacen re¬
saltar más y más el esplendor y riqueza de aquel taberná¬
culo, que semeja pirámide de oro y fuego, para mostrar en
ella á la adoración de la tierra y de los Cielos al Supremo
Hacedor de todas las cosas; la luz meridional penetrando

por la ancha y espaciosa puerta, apagada la fuerza y calor


de sus vividos rayos por las telas que forman el alto vela-
726 Glorias Sevillanas

men, y que después de reverberar sobre los rojos tapices


y adornos dorados de la elegante y regia banquetería de
terciopelo y del grandioso cancel que sirve de fondo á este
cuadro, viene á reflejarse, formando haces de múltiples co¬
lores, sobre la nunca bien alabada obra del celebérrimo
Juan de Arfe, admiración de propios y ex¬
ese monumento
traños, de ejecución tan maravillosa, de perfección tan ca¬
bal, que marca la meta á donde pueden llegar los artífices
del arte de la platería, siendo apropiado escabel y sagrario

para pasear al Dios Sacramentado por las calles de la ar¬


tística y religiosa Hispalis; la atmósfera saturada con los
aromas del mirto, el romero, la
juncia, la rosa y el arrayán,
que, mezclados juntamente con los perfumes más exquisitos
del Oriente, que en este solemnísimo día se ofrecen ante
el altar en incensario de oro labrado, al celebrar el sacrificio
santo de la Misa, conviértese el grandioso templo en para¬
ninfo de la Gloria. ¿Quién al asistir á esta fiesta, contem¬
plando bajo las sublimes arcadas góticas aquellas maravi¬
llosas vidrieras sostenidas por marcos y resaltos de calada

piedra, que semejan encajes finísimos á través de los cuales


se dibujan en colores radiantes de luz los Profetas, los Pa¬

triarcas, los Mártires, las Vírgenes y las Milicias angélicas;


quién al escuchar en medio de todo este esplendor y majes¬
tad los inspirados acentos del inmortal Eslava, de las argen¬
tinas voces de los seises, en frases y ritmos musicales que
hieren lo más profundo de nuestras almas con toda la fuer¬
za que tienen las notas sublimes, no cree estar escuchando
los divinos cánticos de los serafines y querubines de la
mansión celestial, que, abrasados del amor más puro, no
cesan de repetir el Hosanna de la eternidad al Rey de la
Gloria?...
Y si de esta festividad pasamos á la del inefable y dul¬
císimo Misterio de la Inmaculada Concepción, donde toda
la intensidad del amor de Cristo para el hombre, dejándole
Glorias Sevillanas 727

aquí en la tierra su propio Cuerpo, conviértese en armo¬


nías celestiales, dulcedumbre, pureza, virginidad, fragancia
de virtudes divinas, limpieza de toda clase de mancha, y
amor infinito é inmenso de Dios para con María en mis¬
teriosos lazos de unión, que si cabe son más recónditos y
profundos, pues no se muestran al mortal para que los vea
con los ojos del cuerpo, como percibe las divinas Especies
Eucarísticas, sino que es allá todo misterioso, infranqueable
para el hombre, que sólo puede adivinar muy someramente
los secretos de estos sublimes deliquios, en que el Amado
es todo para su Amada, criándola, antes de todos los siglos

y de todas las cosas, Pura y Toda Hermosa, sin la mancha


del primer pecado; en esta solemnidad donde las infantiles
vocecillas de los niños celebran las bellezas de la más su¬

blime de todas las criaturas, ¿quién no cree estar escuchando


de boca de aquellos infantes las frases del Sagrado Libro,
«Quién es Esta, Hermosa la Aurora, Escogida como
como
el Sol, Pura como la Luna...? ¿Cómo no recordar ante las
bellezas de este cuadro, en que á la expresión de la frase,
á la inspiración de las melodías musicales, á la esbelta y

graciosa figura del seise, engalanado con vistosísimo y ar¬


tístico traje en que luce los delicados colores blanco y ce¬

leste, que son los colores del Cielo, se añade el suavísimo


movimiento de la religiosa danza, en que semejan grupo
de ángeles que se mueven y juguetean ensalzando á la sin

par María; cómo no recordar en las fiestas de la Concepción


esos esbozos de cabecitas animadas, de serafines alados,
esos niños divinos, con que
el pintor de la Inmaculada, el
mágico pincel de Murillo, esmaltó las Glorias de sus cua¬
dros, sobre todos, aquellos en que dibujó la Pureza original
de la Virgen, donde hizo verdadero derroche de sabiduría

y arte, aunando perfectísimamente la Inocencia virginal de


la Madre de Dios y el candor que se retrata en ios rostros
de las ternísimas figuras que colocó á su lado?
728 Glorias Sevillanas

Siempre, al presenciar la religiosa danza, creemos ver


en
aquel precioso conjunto de tan lindas y tiernas figuras,
moviéndose tan cerca del altar de la Virgen, que los gra¬
ciosos modelos que Juan Martínez Montañés y la Roldana
crearan en sus hermosos niños y en los ángeles que pue¬

blan nuestros templos, han tomado animación y vida para

festejar á Nuestra Señora en la fiesta más hermosa y subli¬


me que le dedica
la Iglesia Católica. Hieren profundamente
el alma cristiana aquellos acordes sentidísimos con que pro-

rumpen los seises:

«Cantemos sus loores


En placentera calma,
De gozo llena el alma,
De amor el corazón,
Y diga el mundo entero
Con grata melodía:
—¡Bendita sea, María,
Tu pura Concepción!» (i).

Otras veces, uniendo los dos afectos de la Eucaristía y


de la Concepción:
«Por su Madre preservada
Venid y á Dios adoremos:

(0 VILLANCICOS Á LA INMACULADA

INTRODUCCIÓN Dulce canto en el aire resuena,


Voz de aplauso festiva corrió.
¡Oh Reina de los Cielos, Voz de gloria á la perla escogida,
Purísima María! La que el pie victorioso levanta,
¡Oh Madre Inmaculada La que el cuello escamado quebranta
Del mísero mortal! Del rebelde que á Dios se igualó.
Escucha las plegarias
Ya en su trono se ostenta más linda,
Que al pie de tus altares
Levanta hasta los Cielos Ya más vivos de luz deja rastros,
La Ya más bellos la ciñen los astros,
pobre humanidad.
Ya la aurora le
pide jazmín.
A sus plantas más claros los cielos,
COPLAS
Más alegre el lucero á la tarde,
Gala hermosa los Cielos se visten, Más el sol de lucir hace alarde,
Luz divina los ámbitos llena, Más galano el mayor serafín.
Glorias Sevillanas 729

Tu Concepción celebremos,
¡Oh María Inmaculada!» (1).
<5El tierno y dulce acento
Acoge, Virgen santa,
Con que mi lengua canta
Tu pura Concepción.»

Ensalzando la devoción española al Misterio, cantan


en suavísimos tonos, compuestos por el Mtro. Eslava:

«A la Madre de Dios escogida,


Y de España Patrona Real,
Compañeros, cantad concebida
Sin la culpa funesta de Adán.»

«Salve ¡oh Virgen! más pura y más bella


Que la aurora y que el astro del día:
Hija y Madre y Esposa, ¡oh María!
Y la Puerta de Dios Oriental» (2).

(1) COPLAS
Elmundo, acompañando Á tan sublime canto
Los cantos de la Gloria, De tu
pecho querido,
Tu singular victoria El monstruo corrompido

Repita sin cesar: De la impureza audaz,


Y vea nuestra España, Que hoy la tierra esclaviza
Que la cantó gozosa, Bajo su cetro inmundo,
Su creencia piadosa Se ahuyenta y deja al mundo

Doquiera proclamar. En santa y dulce paz.

O)
COPLAS Que se exhala en aromas divinos,
Nos enseñan los rectos caminos;
Norte fijo en el mar proceloso,
Nos prometen la gloria eternal.
Nos liberta del duro naufragio,
Arca Santa, que fuisteis presagio INTRODUCCIÓN
De salud y de vida al mortal;
¿Quién es la que del Cielo
Porque á Tí ni el silbido espantoso Serena se desliza,
Del soberbio Aquilón se resiste,
Del Sol y Luna ornada,
Ni del Cócito impuro acreciste
De estrellas mil ceñida,
Un momento el inmundo raudal.
De fulgor esplendente
Pues de España sois Madre piadosa, En torno circuida,
De la Iglesia Abogada constante, Purísima Azucena,
No nos niegue tu auxilio un instante, Paloma sin mancilla?
Alcanzadnos la gracia final. Es la Madre del Verbo,
Tus virtudes, cual mística rosa Sin mancha concebida.

92
730 Glorias Sevillanas

Cuando alaban su victoria contra el pecado:

«Ruge el Averno y con furor se agita


Al ronco
grito que lanzó Luzbel;
Bajo la planta trémula palpita
De aquella Virgen que esperó Israel.
Vence al Sol en sus claros resplandores,
Y al júbilo que llena el corazón
Himnos, gloria, virtudes y loores
Canta el Orbe á su Pura Concepción» (i).

ESTRIBILLO Hoy alza España el pabellón sagrado,


Dulce Patrona, y te celebra hermosa.
Brote el Cielo resplandores,
El suelo palmas y rosas; estribillo
Que es concebida María,
De Dios Madre venturosa: Cantemos, compañeros,
Sin miedo ysin zozobra,
Ángeles y serafines
De Dios la
Á tránsito se postran,
su grande obra,
Y el universo á sus plantas Que El mismo celebró.
La cerviz humilde dobla.
COPLAS

COPLAS
¡Oh cuánto, Poderoso,
De bienes muy cumplidos
Tu Pureza inmaculada El alma y los sentidos
Cielos y tierra pregonan, De su Amada dotó!
Fulgente Lirio del valle, Así el dragón furioso,
De Jericó esbelta Rosa. Que al hombre vencería,
Postrado ante María,
De su amor ofrenda pía Al Tártaro cayó.
A Tí consagra devota
Sevilla, que reverente ¡Oh! Tú del alto Cielo,
De tu protección blasona. Do riges las estrellas,
Atiende á las querellas
Del pueblo que te amó.
INTRODUCCION
Si no Tí, el consuelo
de
De sus acerbos
males,
¿Por quién á los mortales
Jamás se le otorgó?

estribillo Dan gloria á María


y á su
Concepción.
La tierra y el Cielo,
La noche y el día,
Con santa alegría COPLAS
Levantan su voz. Quiso astuta la serpiente
Con místico anhelo, ¡Impotente!
Sin tregua, á porfía, Morder tu virgínea planta,
Clfdoinecaesptió.
laessins
Los
Glorias Sevillanas 73i

Tiene tal colorido el cuadro que pretendemos describir,


que es preciso verle para poder apreciarlo en todo su rea¬
lismo; y si, como hemos dicho, siempre parece muy bella
la figura del seise de la Catedral hispalense, no sabemos

por qué en esta solemnidad del 8 de Diciembre y su oc¬


tava reviste más encanto y resulta más típico al pie de la
imagen de la Concepción; subiendo de punto el sabor reli¬
gioso de estos actos del culto con la peculiar expresión y
dulzura que tienen las composiciones musicales que le acom¬

pañan, inspiradas en la escuela propia que forma la música


de los Maestros de Capilla de esta Catedral, cuya nota ca¬
racterística es una melodía dulcísima é inenarrable y ge-
nuinamente religiosa. (Véase la lám. 25.)

Pero la ciega y espanta ESTRIBILLO


El brillo de tu candor.
¡Bendito el primer momento
Mar de gracia fué, Señora, De tu sér, y más la gracia
¡Vencedora! Con que en él fué enriquecida
Tu Concepción sin mancilla; Tu benditísima alma.
Que en ella potente brilla Máquina trina del mundo,
La mano del Hacedor.
Suprema, intermedia y baja,
Vén y dobla la rodilla
No hay vestigio ni memoria Á la que es tu soberana.
¡Ni en la Gloria!
De flor de tanta belleza: COPLAS
De su aroma y su pureza Tan preciosa te concibes
El Verbo se enamoró:
Y tan santa por extremo,
Y en tu seno de ternura
Que sólo se te aventaja
¡Virgen pura!
Halló un trono preparado,
El que pudo y quiso hacerlo.
Y de Tí nació encarnado, Atónita la milicia
Por Tí al mundo redimió. Del ejército del Cielo,
¿Quién es ésta, se pregunta,
INTRODUCCIÓN Que arranca tan alto vuelo?
¿Por qué ¡oh Cielo! te admiras?
INTRODUCCIÓN
¿Por qué, tierra, te pasmas
De que soy De negra tiniebla
concebida
Toda hermosa y sin mancha? De abismo profundo,
Siendo yo de ab ceterno Rebelde querube,
Prevista y destinada Con ronco rugir,
Para Madre del Verbo Veloz se abalanza
Y de la misma gracia, Al mísero mundo,
No era bien que estuviese Que antiguo pecado
Ni un instante manchada. Condena á gemir:
732 Glorias Sevillanas

No es nuestro intento hablar del origen de los seises,


ni de las visicitudes de su historia, y sí sólo ocuparnos de
ellos en sus relaciones con las fiestas concepcionistas. Baste
decir que creemos existían ya casi á raíz de la reconquista,
pues en las láminas que ilustran el notabilísimo é inaprecia¬
ble códice del Rey Sabio, Las Cantigas, vense ya allí los
infantillos de coro ante la Virgen de la Sede, en actitud de
entonar sus alabanzas; y que tal consideración tuvieron los

niños cantores (i) en la liturgia de esta Catedral, por la

parte que en la música desempeñaban, que se obtuvo Bula


de Eugenio IV asignándoles una ración para ayudar al sos-

Mas brilla en Oriente La cabeza quebranta


La Estrella anunciada, Y la soberbia humilla
La Madre del Fuerte, Del infernal dragón.
La Luz de Israel;
Y Cielos y tierra COPLAS
Celebran domada
La voz del Dios potente
La horrible pujanza Acatando natura,
Del fiero Luzbel.
María refulgente
Ufana brota y pura
ESTRIBILLO Dulce fruto inocente
En suelo pecador.
Derrame alegre el Cielo
Vividos resplandores, Suenan las arpas de oro
Flores germine el suelo, En el celeste asiento,
Y á María loores Y en cántico sonoro,
Entone el corazón; Por tierra,
mar y viento,

Que, pura y sin mancilla, La aclama el almo coro

Bajo su tierna planta Madre del Redentor.

(i) «Ademas de los Colegiales, hay los seises, por que son seis, que
visten saya ybonete encarnados y beca azul. A ellos y á su Maestro esta
unida una Ración que hoy percibe por mitad la Fabrica que cuida del ali¬
mento de los niños en el Colegio, y el Maestro que lo es el de Capilla

que antiguamente los tenia en su Casa, en virtud de Bula de Eugenio IV


dada en Florencia 8 Kal. Octobris ann.
1438. Tienen también los Seises
dos dotaciones, por D. D.° de Carmona y D. Diego de Rivera el i.° Dean,
que fué Seise, y el 2.0 Canónigo, para cuando mudan la voz y se les dá
cierta cantidad, estando de Colegiales por cuatro años con certificación del
Maestro de Gramática de estudiar con aprovechamiento.»

Cartas de D. Antonio Sanmartín.—(Bib. Cap. Colombina.)


Glorias Sevillanas 73 3

tenimiento de ellos y de su Maestro, en virtud de la cual los


seises usan capas pluviales y se colocan en las procesiones
al lado de los capitulares, pudiendo cubrirse en los días que

usan bonete colorado, teniendo al par el tratamiento co¬


rrespondiente. Mas ¿cuándo empezaron á tomar parte en
las fiestas de la Concepción? Esto ya se ha visto por los
capítulos antecedentes, en que hablamos de la liturgia his¬

palense y de las fiestas extraordinarias de 1617: mas para


aseverar cuán admitido estaba el uso de las danzas religio¬
sas en los templos, sólo por niños, que parece cosa
y no ya
más natural por representar éstos la sencillez y la inocen¬

cia, sino aun por hombres, el P. Damián Lugones, en la


Carta que escribió sobre las fiestas de la Concepción del
convento de San Francisco en 1615, dice: y de un coro

pequeño particular que está dentro del mayor, salieron doze


personas seculares vestidos y aderegados admirablemente...
y delante del altar hizieron un sarao de danga y baile...»

(Pág. 339.)
Desde la fiesta del Juramento en 1617, á lo menos, cons¬
ta de manera fija é indubitada que han venido bailando los
seises en el día de la Concepción y en su octava, lo cual se
confirma por la disposición que hizo D. Gonzalo Núñez
de Sepúlveda, según el historiador Ortiz de Zúñiga, que
dice hablando de esta materia: «los quales (los albaceas)
acabaron de hacer fabricar el riquísimo temo de subidísima
tela texida á proposito en esta Ciudad, que en tales texidos
no cede á Milán, ni á
Ñapóles, tan cumplido, que hasta ves¬
tidos se hicieron para los niños Cantorcicos que llaman Sei¬

ses, todo con guarniciones y flocaduras de igual costa y rique¬


za». Hiciéronse los dichos trajes de colores celeste y blan¬

co, guardando armonía con los ornamentos de igual clase;


lo que prueba ser cosa ya admitida en la fiesta y octava
de la Concepción la danza de los niños, máxime cuando
todos los historiadores están conformes en que esta solem-
734 Glorias Sevillanas

nidad se verificaba con el aparato y


ostentación de la del
Corpus Christi, á la que se quiso igualar.
En la descripción impresa de las fiestas que la Catedral
hizo en 8 de Diciembre de 1617 con motivo del Juramento,
se lee: «Fueron las
vísperas de tanta solemnidad, música,
variedad de instrumentos y voces, que duraron desde la
hora ordinaria hasta casi la noche. Celebrólas el Ilustríssi-
mo Arzobispo de Pontifical. Regocijaron la fiesta doce ni¬
ños de Coro, vestidos de telas de oro de colores, con dan¬
zas, y motetes, y extraordinarias invenciones de alegría,
con danzas que la Ciudad previno, y en tan corto tiempo
fué de estimar lo bien que se vistieron y aderezaron, con
mucha música, andavan por las naves del templo, regoci¬

jando la solemnidad de este piadoso dia.»


A este efecto todos los Maestros de seises y de capilla
desde aquella época han venido escribiendo preciosas com¬
posiciones musicales propias para la Concepción, señalán¬
dose por su belleza extraordinaria las compuestas por los
Maestros Arquimbau, Andrevi, Eslava, Bueno, Infante y
el actual D. Evaristo García Torres.
Desde aquel período en que se quiso engrandecer y le¬
vantar los actos todos del culto á este Misterio, hizo la de¬
voción introducir en el Oficio de sus Maitines el popular
canto de los villancicos con tonadas alusivas á la Concep¬
ción, costumbre muy seguida desde antiguo en las más
grandes solemnidades, acompañando el rezo ó canto de los
Divinos Oficios con estas
coplas en romance, relacionada
su letra con las fiestas que se celebraban.
Las que hemos visto impresas para los
primeras coplas
Maitines de la Concepción datan del año de 1619, á partir
de cuya fecha se conoce una colección de letras, cuyo

gusto literario va decayendo á medida que llegamos á fin


del siglo pasado, siendo del año 1777 la última que hemos

encontrado, como puede verse en la parte bibliográfica.


Glorias Sevillanas 735

Mas los abusos cometidos en épocas de decadencia artística


y literaria, bien con la introducción de personajes, frases y
voces impropias de la severidad y majestad del culto divi¬
no, hizo pensar en la abolición de semejante costumbre en
todas las festividades del año, inclusa la de Concepción,
lo que se verificó radicalmente en 1810, desdefecha
cuya
empezáronse á cantar con orquesta los Responsorios de
Maitines, como medio de compesar lo que era tan grato
y aplaudido por el vulgo, y con cuya disposición ganaron
al par la dignidad de la liturgia y el arte musical. Mas an¬
tes de la supresión de los villancicos de la Inmaculada, para

los cuales habían compuesto música los Maestros Salazar,

Sanz, Rippa, Rabasa, Soler, Cuesta y otros, conocíanse


desde el pasado siglo preciosas partituras para los Respon¬
sorios de sus Maitines. El Maestro de esta Metropolitana
D. Diego Arquimbau escribió para el Oficio de la Concep¬
ción en 1794, á toda orquesta, el Responsorio «Ego ex ore

Altissimi»; otros dos, obligados de corno inglés, «Meum


est Consilium» y «Ego diligentes me diligo»; otro, «Omnes

moriemini», en el año de 1799; Misa magistral á ocho vo¬


ces, con violines, obués, trompas y violoncelo obligado, para
la fiesta propia de la Concepción, en 1801; el himno «Ave
Maris Stella», con igual instrumentación, y una preciosa

partitura para la antífona « Tota pulchra est Arnica mea»,


que se canta en la octava de la Concepción por el Rosario
de Nuestra Señora de la Antigua.
El Maestro D. Francisco Andrevi también escribió para
la capilla de música en el año de 1828 algunos Responso¬
rios y bailes para los niños, entre otros el que lleva la le¬
tra: «¿Quién es la que del Cielo...»

D. Hilarión Eslava, Maestro que fué de esta Catedral


desde 1832 á 1844, dejó escritos preciosos números musi¬
cales, que aún se cantan: entre las composiciones suyas
que se hallan en el Archivo de música dedicadas á la Con-
736 Glorias Sevillanas

cepción, se cuentan las siguientes para bailes: «Con cánti¬


cos sonoros», «Salve ¡oh Virgen!», «¿Por qué ¡Cielos! te ad¬
miras...» y «Gloria á Tí, ¡oh Dios!»\ están hechos para vo¬
ces de niños y orquesta de violines,
viola, violoncelo, con¬
trabajo, flauta, clarinetes, trompas, fagot y trombón.
Puso también en música las coplas de Miguel Cid, para
ser cantadas por los seises, como se oyen aún en las Misas

de Cofradía, y en las de los sábados á Ntra. Sra. de la An¬

tigua. (Véase la lám. 26.)


Tiene además varias partituras para cantar el Alabado
á toda orquesta, llenas de armonía y sentimiento religioso,

que es el que respiran todas sus composiciones.


El actual Maestro D. Evaristo García Torres, su discí¬

pulo, eminente compositor, en cuyas obras predominan


siempre las notas del más profundo sentimiento religioso,
tiene los siguientes números dedicados á la Concepción:
«•Bendita sea tu Pureza», á una voz y acompañamiento de
orquesta; a La divina Pastora», á tres voces y orquesta; el
himno «Salve ¡oh Madre!», para coro y orquesta; así como
el «Ave María»\ hizo para voces y gran orquesta una Sal¬
ve, y para voces solas «Sancta María»; « Todo el mundo
en
general», para tiples y acompañamiento; y los bailes
«De la mancha de Adán», «¡Oh Reina de los Cielos!», «Por
su Madre preservada», «De negras tinieblas» y «Ruge el
Averno», todos para tiples y orquesta, á más de los núme¬
ros «María Mater Gratice», varias Letanías, y sus inspi¬
radísimos «Alabados».
Pero entre todas obras
siempre le harán sobresalir
sus

como clásico maestro del arte


religioso sus admirables Res-
ponsorios de la Concepción: son ocho números musicales de
primera fuerza, por su expresión rítmica, por los tesoros de
armonía que contienen, por su delicado corte y por su sa¬
bor y dulcísima melodía; están escritos á toda orquesta para
cuatro voces, observándose en ellos la particularidad que
26.
Lám. \-I^I■^pr 4^-

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Glorias Sevillanas 737

el tema musical que precede en cada uno de ellos se repro¬


duce al final de los mismos en fugas, resultando de efecto
extraordinariamente grandioso. Todos los números be¬ son
llísimos; sin embargo, el más sublime de todos es induda¬
blemente el primero, «Ego ex ore Altissime pródiviprimo¬

génita ante omnem creaturam», donde el Mtro. García To¬


rres ha logrado que la expresión musical iguale é interprete

fidelísimamente el espíritu y sentido de la letra: puede de¬


cirse que esta obra es la que le ha dado gran nombre de

maestro de armonía, y por la cual D. Hilarión Eslava le

expresó su más cumplida enhorabuena. Se estrenaron estos


Responsorios en el año de 1868, habiéndose cantado en al¬
gunos otros, y últimamente el de 1879.
Compuso una Misa que se estrenó el día de la Concep¬
ción de 1871, y otras para las grandes solemnidades, so¬
bresaliendo entre todas la que tiene á gran orquesta y
coros de tiple, contraltos, tenores y bajos, la cual siempre

le dará lugar muy sobresaliente entre los grandes compo¬


sitores españoles de música religiosa; tal es la inspiración
con que se halla escrita tan sublime concepción ártística,

digna de estudio y merecedora de gran alabanza (1).

Al promediar el siglo XIX, cuando ya el Enciclopedis-

(1)Eo el Diccionario de Músicos notables de Paradas se lee que el


Maestro Francisco Guerrero, que lo fué de capilla en esta Catedral en el
siglo XVI, escribió, entre otras, la Misa cSancta lmmaculata», y á más el
himno «Ave Maris Stella».
También dejó escritas las Pasiones de Semana Santa, el Stabat Mater
y varios motetes.
La reproducción de los números musicales que publicamos en este
libro debérnosla al Pro. D. Emigdio Mariani, beneficiado de esta Catedral,
seise que fué de la misma, y á cuyos conocimientos en esta materia hay
que agradecer la publicación de dichas composiciones, de algunas de las
cuales no se conservaban papeles, y sólo eran cantadas de memoria, lográn¬
dose ya con este trabajo evitar la pérdida total de las mismas.
93
738 Glorias Sevillanas

mo francés había recorrido y tomado carta de naturaleza


en todos lospueblos de la vieja Europa, arraigando en ellos
las máximas anticristianas que con Voltaire negaban la Re¬

ligión, con J. J. Rousseau la familia, y con Proudhon la pro¬


piedad, estos principios del Derecho Novísimo que han con¬
movido á la Sociedad presente hasta más profundos
en sus
cimientos, y cuyas últimas consecuencias aún no se han to¬
cado; cuando las Escuelas filosóficas, las Artes y la Lite¬
ratura no tenían más principio inspirador que el sensualis¬

mo; cuando parecía que la Sociedad quería romper y pres¬


cindir por completo de los moldes antiguos en los que había
alcanzado un
grado de civilización, hoy perdido ya com¬
pletamente, pues podemos decir que estamos en plena de¬
cadencia; cuando se agitan y pasan como buenos principios
y doctrinas que no son otra cosa que el comienzo de un
gran período de destrucción y de odios, que hacen estre¬
mecer
y bambolear todos aquellos fundamentos necesarios
para la verdadera vida de los pueblos y para el adelanto
moral de las razas; ved á la Iglesia en medio de tanta per¬
turbación, en medio de tanto estremecimiento social, levan¬
tándose cual faro de salvación para iluminar, en medio de
tantas tinieblas y tempestades, mostrando á la faz de los
pueblos y de las gentes la verdadera doctrina que salva
espiritual y materialmente; oponiendo á la creencia brutal
del siglo, el dogma de Cristo; al materialismo más grosero,
el espiritualismo de la razón; al naturalismo que degrada y

envilece, la divinidad de la Fe, que eleva y dignifica; á la


negación y á la duda que corroe los corazones y mata los
sentimientos, la afirmación de otra patria, que créa los
grandes caracteres y endulza la existencia en la tierra. Dios,
que vela por la conservación de las cosas, y que tiene pre¬
visto en el curso de los grandes acontecimientos humanos
lo que ha de suceder, tenía reservado para el siglo XIX un

gran suceso en el orden moral, que había de servir para la


Glorias Sevillanas 739

restauración de la Sociedad: y cuando llega el instante mar¬


cado por la Providencia en el libro de la Historia, la Iglesia,
por medio de su Pontífice infalible, desde la Cátedra de San
Pedro, pronuncia palabras inspiradas por el Espíritu Santo,
declara como de fe una creencia, define un dogma cuya
altísima trascendencia nos es imposible calcular, pero que
con toda certeza habrá de salvar á la Humanidad. Mucho
se habíanagitado los pueblos por saludar tan hermoso día
allá en
siglos de más piedad y más fe, mas induda¬
otros

blemente que éste fué su momento oportuno; y cuando el


Pontífice se hallaba fuera del centro del Catolicismo, á im¬

pulso de las fuerzas que le habían arrojado de Roma, muy


lejos de decaer su espíritu por las persecuciones que sufre,
poseído de su misión en la tierra, Dios le inspira un pen¬
samiento sublime, cuya realización era providencial en
aquel momento histórico. Pío IX había sido inspirado para
preparar la declaración del Dogma de la Concepción.
Con este motivo dirige desde Gaeta, en el año de 1849,
á los patriarcas, arzobispos y obispos, una Encíclica consul¬
tándoles su pensamiento, rogándoles sus oraciones para

que el Espíritu Santo le iluminase, y encargándoles saber


el estado de sus pueblos en este punto de la devoción al

Misterio, y rogándoles sus pareceres ó criterios en parti¬


cular. El notabilísimo documento empezaba así: «Desde el
momento en que elevado á la sublime Cátedra del Príncipe
de los Apóstoles, no por nuestros méritos, sino por los se¬
cretos designios de la Providencia Divina, tomamos en nues¬

tras manos las riendas del gobierno de la Iglesia universal,

experimentamos el mayor consuelo al saber el ardentísimo


deseo que durante el pontificado de nuestro predecesor, de
venerable memoria, Gregorio XVI, se despertó en todo el
orbe católico de que al fin llegara el momento de que la
Silla Apostólica definiera solemnemente que la Santísima
Madre de Dios, y Madre también nuestra amantísima, la
74° Glorias Sevillanas

Inmaculada Virgen María, habia sido concebida sin mancha


de pecado original. De este piadosísimo deseo son claro é
indudable testimonio y demostración las incesantes súpli¬
cas dirigidas á nuestro predecesor, y á Nos mismo, por es¬

clarecidos prelados, ilustres cabildos y religiosas congrega¬

ciones, entre ellas el ínclito Orden de Predicadores, en las


que á porfía pedían se añadir paladi¬
les permitiese decir y
na y públicamente en la sagrada liturgia, y
especialmente
en el Prefacio de la Misa de Concepción, lapalabra Imma-
culata; súplicas á las que nuestro predecesor y Nos hemos
accedido con el mayor gusto. Agréguese á esto, venerables
hermanos, que muchos de vosotros no han cesado de di¬
rigir continuas cartas, pidiéndonos repetidas veces, y con
las más vivas instancias, tuviésemos á bien definir como
doctrina de la Iglesia Católica que la Concepción de la Bea¬
tísima Virgen María fué enteramente Inmaculada y com¬

pletamente inmune de toda mancha de pecado original. Ni


faltaron tampoco en nuestros dias varones insignes por su

talento, su virtud, su piedad y su ciencia, que con sus doc¬


tos y laboriosos escritos ilustraron de tal modo este punto

y la muy piadosa sentencia, de que no pocos se admiren


de que todavía la Iglesia y la Silla Apostólica no hayan
acordado definitivamente á la Santísima Virgen este honor,

que la común piedad de los fieles tan ardientemente desea


se le tribute
por una solemne decisión de la misma Iglesia
y de la Santa Sede. Muy gratos y de mucho consuelo nos
han sido estos deseos, á Nos, que desde nuestros más tier¬
nos años nada hemos mirado con más gusto é interés, que
honrar á la Bienaventurada Virgen María. Así es que des¬
de el principio de nuestro pontificado dedicamos con la

mayor solicitud y alegría á un negocio de tanta importan¬


cia nuestros desvelos y nuestros pensamientos, y fijamos en
él nuestra más séria atención...» La Encíclica está fechada
en Gaeta á 2 de Febrero de 1849.
Glorias Sevillanas 74 I

Por lo que acabamos de reproducir vendremos en co¬


nocimiento del estado de la causa de la creencia
piadosa
al aproximarse la mitad del siglo XIX; no habían, por lo

tanto, terminado los incesantes clamores de los pueblos pi¬


diendo á voz en grito la declaración dogmática, procuran¬
do, ya de un modo ó ya de otro, que en la liturgia apare¬
ciese como confesada la Concepción.
Á este efecto el Emmo. Cardenal D. Francisco J. Cien-
fuegos y Jovellanos y el Cabildo de la Santa y Patriarcal
Iglesia Metropolitana de Sevilla, no contentos con que se
hubiera obtenido en 28 de Noviembre de 1817 de la San¬
tidad de Pió VII, en virtud de solicitud entonces elevada,
un Breve con el
privilegio de poder usar el día de la Con¬
cepción Inmaculada y su octava ornamentos celestes, no
obstante que ya había tiempo se venía haciendo, como di¬

jimos en el capítulo II, solicitaron del Pontífice Grego¬


rio XVI en 1834 el privilegio de que en la Misa de la

Concepción y la octava pudiera decirse en el Prefacio, «et


te in Conceptione Tmmaculata», lo que se alcanzó por Bre¬

ve de 6 de Setiembre de dicho año, así como el poder aña¬

dir á las Letanías iauretanas «Regina sine labe Concep¬


ta»
(1); en el uso de cuyos privilegios va nuestra Iglesia de¬
lante de todas. La devoción del Excmo. Sr. D. Francisco

Javier Cienfuegos por la Inmaculada fué tal, que no con¬


tento con el uso exclusivo de estos privilegios en nuestra

Diócesis, trabajó por que se hiciesen generales á toda la


cristiandad, como puede verse por las cartas (2) que repro-

(1) Archivo de la Catedral de Sevilla.

(2) «Alicante á i.° de Julio de 1839.


»Muy señor mió y dueño: Usted
hizo el honor muchos años há de
me
dedicarme un opúsculo, mucho aprecio, y voy á pagarle
que conservo con
este obsequio con otro, que no dudo le será grato, aunque tenga algo de

molesto. Usted habrá observado que en esa Diócesis se dice en la Letanía


7 42 Glorias Sevillanas

ducimos, imitando de esta devoción del


manera el celo y
célebre D. Pedro de Castro, y de digno sucesor. quien era
Recibióse por el Cabildo una comunicación del Arzo¬
bispo, Excmo. é limo. Sr. D. Judas José Romo, en la que
se pedían informes á éste tocantes á la devoción de Sevilla

lauretana esta invocación: «Pegina sine labe concepta», etc. Su Santidad


nos concedió este privilegio, ya ántes concedido á los Padres Franciscanos
claustrales de Italia.
»Deseando que este elogio tan debido á la Señora se haga general, he
determinado suplicar á nuestro muy Santo Padre que expida un decreto
para que se agregue aquella invocación, y tengo el consuelo á que piden
lo mismo otros Prelados del Reino, y de Francia, y aun Congregaciones

religiosas, como la de San Alfonso María Ligorio.


»Aquí entra mi súplica á usted para que se sirva extender el memorial
para S. S. pidiendo la concesión de esta gracia á todos los fieles, y para
esto se inserte el referido en la Letanía, fórmula de orar generalmente. Las
razones
solicitud son á usted harto conocidas, y á mi
para apoyar esta
parecer no es ménos convincente que ellas la observación que nos ofrece
la medalla milagrosa en que recibimos de María la órden ó mandato de
invocarla «concebida sin pecados, y casi al mismo tiempo de empezar á
usarse el elogio de la Letanía. Esta coincidencia de inspiraciones hacen
muy creíble que vienen de un mismo y celestial origen, etc.
»Si usted se resuelve á hacer este obsequio á la Señora, desearía que
fuese cosa reservada entre nosotros dos, y que usted me enviara el escrito

ya extendido de forma que pudiera firmarse y darle curso. El que entregue


ésta recogerá la de usted y proporcionará cuanto usted necesite para hacer

ménos molesto el encargo.


»Tuve el gusto de hablar al P. Vega, que pasa á Cádiz por causa de
Nuestra Señora y Santa Filomena. Buenas protectoras: no es de tener que
le abandonen.
»Deseo á usted toda salud, y que pueda continuar sus tareas en
beneficio de esos fieles. Dios lo haga como se lo ruega este su affmo.
amigo y servidor Q. S. M. B.—El Cardenal Arzobispo, P. Nicolás Mon¬
te mayor.»

Mucho fué el amor y celo que este Prelado tuvo al Misterio de la


Concepción,y sus deseos por verlo definido dogmáticamente, y tal vez pu¬
diéramos haber señalado la participación que tuviera en preparar tan fausto
como hermoso dia, si su numerosa como interesantísima correspondencia
con varios personajes de la Corte Romana hablando de tan delicado punto
Glorias Sevillanas 743

por la Concepción de Nuestra Señora, cuyo informe se eva¬


cuó en 25 de Mayo de 1849
por los señores capitulares
D. Manuel Borrás, D. Luís López Vigil y D. Ramón Mau-

ri, Secretario capitular, que redactaron una Memoria, en


la que se tocaban todos los puntos más notables del culto

no se hubiera extraviado. Sólo hemos logrado ver la que acabamos de re¬


producir y la que á continuación copiamos.

«Emrao. Sr. Cardenal de los Príncipes de Croy-Dalmen, Arzobispo de Rúen.


» Alicante 12 de 1840.
«Aunque no tengo la honra de haber seguido con V. E. correspon¬
dencia, me atrevo á molestarle con esta carta, y espero que será bien reci¬
bida; así me lo persuade la bondad
que distingue á V. E., y experimenté
cuando concurrimos juntos en la elección del actual Papa. Me persuade lo
mismo la ardiente piedad de V. E., y celo en obsequio á Ntra. Sra. conce¬
bida sin pecado, de que se sirve V. E. dar un singular ejemplo proporcio¬
nando á sus subditos la facultad de usar en la Misa de Concepción el Pre¬
facio nuevamente concedido á otra diócesis de éste y de ese reino junta¬
mente con el elogio, Regina sine labe concepta, en la Letanía, mediante

concesión pontificia y con extensión á todas las diócesis de la provincia.


»Por estos motivos me atrevo á rogar á V, E. que se sirva unir su

súplica con la que yo tengo presentada al Padre Santo, pidiendo á S. S. que


se
digne extender á toda la Iglesia el uso de ámbas gracias, si no por de¬
creto preceptivo, al menos permisivo. Las razones que convencen cuán

fundada es esta súplica son demasiado conocidas, entre ellas cuento yo la

aparición de la medalla milagrosa, porque los continuos prodigios que se


obran por su medio son evidentes y persuaden que Dios Ntro, Sr. se com¬

place en que su Madre Santísima sea alabada é invocada con las palabras
que se vieron en la Imágen que se cree aparecida, que casi son idénticas á
la invocación que pretendemos extender.
»Me abstengo de hacer reflexiones sobre este asunto. La sabiduría y
devoción de V. E. le surgerirán muchas más las que pudiera dictar
que
mí corta capacidad, y así me limito á suplicar á V. E. que tenga á bien
acceder, y, si en ello no encuentra reparo, promover que otros venerables
hermanos nuestros tributen este obsequio á la Santísima Virgen.

«Aprovecho esta ocasión, en que felicito á V. E. con motivo de las


próximas festividades del Nacimiento de Ntro. Salvador, para ofrecer á
V. e. la seguridad de mi respetuoso afecto y sinceros deseos de ocuparme
en su servicio.»
744 Glorias Sevillanas

de Sevilla, y especialmente de su Catedral, al Misterio, si


bien esto se hizo
con gran concisión y omitiendo algunas

cosas muy importantes.

Continuaban en Roma los preliminares relativos á la

Definición, celebrando sesiones consultivas los Emmos. Car¬


denales, y enterándose de las respuestas dadas por los obis¬
pos de todo el orbe católico, para saber la opinión general
del universo cristiano en orden á la materia que se trataba.
En vista de la aceptación universal que la tal doctrina go¬
zaba, de la suma de fundamentos y sentencias alegados
y

por las iglesias particulares del mundo cristiano, después de


largas consultas y de muy premeditado estudio, entendió
la Santidad de Pió IX era llegado el supremo momento de
dar como Dogma de la Santa Fe cristiana la Concepción
Inmaculada de la Virgen María, invitando para tan solemne
acto á todo el episcopado, que casi en su totalidad acudió

á Roma, gozoso de presenciar ceremonia tan sublime, pues


desde el siglo V, en que la Iglesia se reuniera en Efeso para

promulgar el dogma de la Maternidad Divina contra las


doctrinas de Nestorio, no se había dado espectáculo más
commovedor ni de más trascendencia para la devoción y
culto de Nuestra Señora; pues indablemente las declara¬
ciones de Celestino I en Efeso, por el año de 431, y la de
Pío IX en Roma el año de 1854, serán siempre para la
historia de la Madre de Dios sus dos más preciados flo¬
rones.

Precedió á la
imponente ceremonia consistorio secreto
del Colegio de Cardenales el i.° de Diciembre, en el cual
el Pontífice pronunció una hermosa alocución, en la que

luego de exponer los motivos que le habían decidido, é im¬


pulsado la Declaración, terminaba de este modo: «Después
de saber con indecible consuelo de nuestra alma, ya sea

por los votos de la congregación particular formada para


el exámen y estudio de este punto, ya por las respuestas
Glorias Sevillanas 745

de casi todos los obispos, ya finalmente por el dictámen de


los sobredichos teólogos, que se solicitaba de Nos esta de¬
finición con vivas ánsias, hemos mandado componer y co¬
municaros ejemplar de cartas apostólicas. Así que, des¬
un

pués de tomadas todas estas disposiciones, ha sido nuestra


voluntad el pediros en este dia, según lo acostumbraron
nuestros predecedores, vuestro parecer sobre un asunto tan

grave, en tanto que Nos imploramos humildísimamente el


socorro de la divina luz. Por lo tanto ¿os place que Nos

demos un Decreto dogmático tocante á la Inmaculada Con¬

cepción de la Beatísima Virgen María?» Alcanzaron estas


palabras del Pontífice Pío IX asentimiento general por toda
la venerable asamblea, en vista de lo cual señaló el día ocho
de Diciembre de mil ochocientos cincuenta y cuatro para
su
promulgación en la Basílica del Vaticano.
En el día señalado, con todo el aparato y pompa que

requería el actoy se acostumbra en tan solemnes ceremo¬


nias, después del aviso oficial por las campanas de todos
los templos de Roma y por los cañones de sus fuertes, el
Pontífice augusto, rodeado del Sacro Colegio de Cardenales
y del Episcopado del mundo cristiano, desde la Silla de San
Pedro hizo la Declaración dogmática del Misterio de la In¬
maculada Concepción de la Virgen María, Señora Nuestra,
contenida en la Bula que empieza «Ineffabilis Deus», do¬
cumento el más grandioso entre todos los publicados en el

siglo XIX, como monumento teológico, filosófico é histórico,


y el que, después de hacer la historia del Misterio y expo¬
ner sus fundamentos, termina así:
«Por lo cual, después de no haber interrumpido nunca
en humildad y ayuno nuestras privadas oraciones y las pú¬
blicas de la Iglesia á Dios Padre por intercesión de su Di¬
vino Hijo, á fin de que dirigiese nuestra mente con la vir¬
tud del Espíritu Santo paráclito, é inspirándonos así el mis¬
mo, declaramos, pronunciamos y definimos á honra de la
94
746 Glorias Sevillanas

Santa é indivisa Trinidad, para decoro y ornamento de la


Bienaventurada Virgen María, para exaltación de la Fe Ca¬
tólica y aumento de la Religión Cristiana, y con la autori¬
dad de Nuestro Señor Jesucristo y de sus bienaventurados

Apóstoles S. Pedro San Pablo, y con la nuestra, que la


y
doctrina por la cual se juzga que la Santísima Virgen María
en el primer instante de su Concepción se preservó libre
de toda culpa original, por singular gracia y privilegio de
Dios Omnipotente, atendidos los méritos de Nuestro Se¬
ñor Jesucristo, Salvador del género humano, ha sido reve¬

lada por Dios, y por lo tanto debe creerse firme y constan¬


temente por todos los fieles. En razón de esto, si algunos

pronunciaren, lo que Dios no permita, opinar en su corazón


de diversa manera de lo que hemos definido, sepan y séales
notorio que se condenan por su propio juicio, que padecen

naufragio en materia de Fe, que se han apartado de la uni¬


dad de la Iglesia; y además, que por el mismo hecho están

sujetos á las penas establecidas á jure si se atreven á expre¬


sar de palabra ó por escrito, ó de otro modo exterior cual¬

quiera, lo que sienten en su corazón.


»Rebosa ciertamente de gozo nuestra boca y de alegría
nuestra lengua, y damos y daremos siempre las humildes
y rendidas gracias á Nuestro Señor Jesucristo porque se
ha dignado por especial beneficio concedernos, no mere¬

ciéndolo, decretar y ofrecer esta honra y esta gloria y ala¬


banza á su Santísima Madre. Y alimentamos la más cierta

esperanza y la mayor confianza de que esta misma Virgen,


que toda hermosa é Inmaculada pisó la cabeza venenosa
de la cruel serpiente, y trajo al mundo la salud anunciada

por los Profetas y Apóstoles, y honor de los Mártires y ale¬


gría y corona de todos los Santos, refugio segurísimo y
ciertísimo auxiliar de cuantos se hallan en peligro, pode¬
rosa mediadora y conciliadora de todo el orbe para con su

unigénito Hijo, y decoro, ornamento clarísimo y firme apo-


Glorias Sevillanas 747

yo de la Santa Iglesia, destruyó siempre todas las herejías,


y libró á los pueblosy naciones fieles de las mayores ca¬
lamidades, salvándonos á Nos mismo de riesgos inminen¬
tes, se digne prestar su eficaz patrocinio para que la Santa
Madre la Iglesia Católica, removidas todas las dificultades

y desbaratados todos los errores, se robustezca más y más


cada dia en todas las naciones y lugares, y florezca y reine

del uno al otro mar y desde el principio hasta los confines


del orbe, y se goce de completa paz, tranquilidad y libertad,

para que los reos obtengan el perdón, los enfermos medici¬


na, los pobres de espíritu fuerza, los afligidos consuelo, los

que peligran socorro, y para que todos los que yerran, apar¬
tada la ofuscación de la mente, vuelvan al sendero de la
verdad y la justicia, y no haya más que un solo redil y
un solo Pastor.»
Tan sublime Declaración venía á coronar el
trabajo em¬
prendido, especialísimamente desde el siglo XVII, por los
Pontífices Paulo V, Gregorio XV, Alejandro VII y Cle¬
mente X, y
en el cual cabía tanta parte, para gloria y honra
suya, á la muy Noble y muy Leal ciudad de Sevilla, que
sin cesar se había agitado á través de los tiempos y de las
edades por que el sucesor de S. Pedro pronunciara tan
consoladoras palabras.
Habían transcurrido doscientos treinta y nueve años des¬
de que llegaran á la Ciudad Eterna dos sacerdotes sevilla¬

nos, y, prosternados ante la venerable figura de Paulo V,


hicieran esta misma petición al Jefe supremo de la Iglesia

universal, anticipándose así á todos los pueblos de la tierra


en tan tierna solicitud por la Madre de Dios; doscientos

treinta y nueve años, durante los que había instado la ciu¬


dad de Sevilla repetidas veces, pidiendo por que llegara el

supremo instante de que ya gozamos. Dios en su inmensa


Misericordia premiaría los afanes de todos aquellos santos
varones que,
llenos de una fe y un amor sin igual, tanto
748 Glorias Sevillanas

trabajaron por la honra


y gloria de la Virgen Santísima,

cuyas almas
llenarían de júbilo en la otra vida al ver
se
aclamada acá en la tierra por la Iglesia universal la Inma¬
culada Concepción de Nuestra Señora; y hasta las veneran¬
das cenizas del humilde Bernardo de Toro, el Esclavo de
la Virgen, saltarían de gozo al escuchar en su sepulcro el
estampido del cañón anunciando que el inmortal Pío IX
había levantado su voz para proclamar á la faz del universo

que la Madre de Dios había sido concebida en gracia, sin


el pecado del primer hombre. Por felicísima coincidencia, ó

quizás providencialmente, concurrió al solemne acto de la


promulgación dogmática un sevillano ilustre, con el cual
puede decirse estuvo allí representada esta devota y amante
Ciudad de María: nos referimos al Emmo. Sr. D. Nicolás

Wissemán, Arzobispo de Westminster, que asistió á Roma


en 1854, y en esta Ciudad el año
el cual había nacido
de 1802. Y al verificarse tan imponente ceremonia, se cum¬
plían las palabras del poeta sevillano que allá en el año de
1616 escribía en dulcísimos versos:

«Veráse
un tiempo en el futuro siglo

tu Concepción divina celebrada,


apesar del Vestiglo
cuya frente por Tí fué quebrantada.»

Al narrar las fiestas que


hiciera Sevilla con motivo de
este gran acontecimiento, si bien en aquellas manifestacio¬
nes aún vemos arraigado en sus hijos
el espíritu tan acen¬
drado y ferviente de otras edades, ciertamente que no se
encuentra nada que iguale al entusiasmo tan universal del

décimo-sétimo siglo y del siguiente, no obstante de haber


alcanzado el momento por el que tanto habían suspirado
nuestros mayores, y por el que tanto se había desvivido

esta Ciudad. Mas por desgracia la fe religiosa de la época

que atravesábamos no era ni mucho menos la fe de otras


Glorias Sevillanas 749

edades de más gloria para la Religión y para la patria.


Las causas de estas variaciones son harto conocidas y muy

ajenas de este lugar, para que hayamos de enumerarlas.


Con la decadencia de nuestro antiguo espíritu religioso, hay
juntamente que deplorar la ruina de nuestros templos, la
pérdida de las joyas de arte religioso que poseíamos (i),
los vasos sagrados, las pinturas, las esculturas, las telas y
ornamentos preciosos, los libros y códices de los colegios

y conventos, y cuantas riquezas constituían nuestra pasada


preponderancia y daban gran esplendor al tradicional culto
sevillano. Las comunidades fueron arrojadas de sus casas;
los gremios se vieron privados del amparo de sus antiguos

patronos y despojados de sus bienes; arrebatáronse á las


hermandades sus propiedades; anuláronse las fundaciones
dotando las fiestas de la Virgen; secularizáronse los cen¬
tros docentes, mandando cerrar los de carácter puramente

(i) El período de decadencia que sufrieron el culto y el arte reli¬


gioso en esta Ciudad se inaugura con la invasión francesa, á la que siguió
el saqueo de los templos, el incendio, la ruina y el robo de innumerables

preciosidades artísticas, que hoy se exhiben en los museos extranjeros.


Relativas a este período son las siguientes curiosas noticias del Dia¬
rio de González de León que se conserva en el Archivo Municipal.
«En la Catedral para la Octava de Concepción (por estar toda la

plata en Cádiz) pusieron en el docel de la Páscua de Espíritu Santo el Ma¬


nifestador del Sagrario sobre unas graditas de madera pintadas de piedra,
en las
que se pusieron todos los candeleros de plata del Sagrario, de la her¬
mandad del Santísimo y de la Capilla Real. Delante de estas gradas se

puso sobre una peana que fué del Convento de San José, la Concepción de
la Capilla grande, y sobre las gradas del presbiterio dos triángulos de bron¬
ce
que eran y servían en el Altar mayor de la Cartuja, y ahora en el Sagra¬
rio, y abajo de las gradas, diez hachas de palo plateados, los seis que fue¬
ron de la Merced y que ahora los tenia la hermandad del Santísimo del

Sagrario, y los cuatro de los Vizcaynos. Lo demás de la Octava, fué como

siempre. 1810.»
La búsqueda de esta noticia, así como la de las Actas Municipales

que dejamos insertadas en los capítulos anteriores, la debemos á la bondad


de nuestro amigo el excelente calígrafo D. Luis G. de Gueto.
750 Glorias Sevillanas

religioso, con todo lo cual el culto sufrió funestísimo golpe,


privándole de aquellos poderosos medios con que contaba
en otros tiempos para su mayor suntuosidad y magnifi¬

cencia.
Y si á tan lamentable estado se une la situación angus¬
tiosísimaen que se encontraba la Religión en nuestra patria

el mismo año de la declaración dogmática, y las restriccio¬


nes que se pusieron al pase de la Bula Ineffabilis Deus en 9
de Mayo de 1855, no extrañará ya que las fiestas realizadas
en la Ciudad Mariana por excelencia, la Ciudad de la In¬

maculada, no correspondieran á lo que sus tradiciones é


historia exigían. Mas no obtante esto, no faltaron numero¬
sas funciones, con las se procuró solemnizar el nuevo Dog¬

ma. No salieron de ellas descripciones particulares impre¬

sas, como en los siglos anteriores, excepto dos, que son


las únicas que las obtuvieron. De las demás fiestas reli¬

giosas, copiamos lo que en aquella misma época publicó


una revista de esta Ciudad (1):

«El entusiasmo religioso con que Sevilla acogió la de¬


claración dogmática del Misterio de la Inmaculada Concep¬
ción de María Santísima, ha correspondido, como no podia
ménos de suceder, á la especialísima devoción que esta Ciu¬
dad profesa á la Madre de Dios y á la firmeza con que siem¬

pre sostuvo la creencia que es ya felizmente un dogma


católico.
»Para hacer una descripción de todas las funciones re¬
ligiosas que se han celebradosiguen celebrándose en Se¬
y
villa, necesitaríamos un muy abultado, y áun no
volumen
sería posible reseñar en él toda la grandeza, toda la magni¬

ficencia, todo el esmero y entusiasmo con que se ha cele¬


brado el Dogma de la Concepción. La Santa Iglesia Cate-

(1) La Cruz, Revista religiosa de España y demás países católicos,


publicada con censura y aprobación de la Autoridad Eclesiástica. Año
de 1855, tomo ii.—Sevilla, imprenta de Juan Moyano.
Glorias Sevillanas 75i

dra], el Seminario Conciliar, las parroquias, las comunida¬


des suprimidas, la Real Maestranza de Caballería, las cua¬
tro Ordenes Militares, los colegios y otras casas y corpora¬

ciones, han rivalizado en dar expansión á su alegría con


solemnidades en que parece se agotó todo cuanto puede
contribuir al ornato de los templos y á fomentar el entu¬
siasmo religioso. Las iluminaciones generales, las músicas
en los atrios de los templos, los fuegos artificiales, las her¬

mosas y numerosísimas
banderas azules y celestes que on¬
deaban en las torres y azoteas y puertas de los templos,
la profusión de luces con que éstos estaban interiormente
iluminados, las ricas y escogidas colgaduras nuevas, las
guirnaldas de flores que á millares cubrian el pavimento,
las bóvedas y los muros, los ricos alfombrados, la elegantí¬
sima combinación de hermosas arañas de cristal, las or¬

questas escogidas y compuestas de gran número de profe¬


sores, los cánticos, los himnos, salves y letanías de nueva

composición, tales son los detalles principales que han sido


casi comunes á las festividades consagradas en los templos
de Sevilla por el clero, hermandades, por las religiosas y

por las corporaciones de varias clases, habiéndose hecho


también notables algunas por las limosnas que distribuye¬
ron á los pobres. ¿Cómo hacer una descripción cumplida,

y en que no incurriésemos en repeticiones, si comunes son


á todas los principales elementos y accidentes que ántes
hemos marcado? En la imposibilidad, pues, de dar nosotros
variedad á lo que en no la tiene, hemos preferido afir¬

mar que todas las funciones hechas en Sevilla, desde la de

la Catedral hasta el más infeliz convento de monjas, todas


han sido dignas, todas expresión del entusiasmo de los co¬
razones sevillanos.
»SS. AA. RR. los Sermos. Sres. Duques de Montpen-
sier, tan justamente admirados por su piedad, se han dis¬
tinguido de una manera notable, ya por la suntuosa fun-
752 Glorias Sevillanas

cion, una de las más majestuosas de Sevilla, celebrada en


su Palacio de San Telmo, ya por el ejemplo de caridad que
en ella dieron, distribuyendo propia mano abun¬
con su
dante limosna de pan á los pobres, ya por la frecuente asis¬
tencia con que acudieron á rendir sus adoraciones á María
en muchos de los templos que solemnizaban su pureza, ya,

finalmente, por la solemne restitución al culto y consagra¬


ción á la Concepción de María Santísima del antiguo tem¬

plo de San Diego, profanado desde fines del siglo pasado,


y hoy propiedad de SS. AA. RR.
»Prévia esta ligera indicación, y supuesta la imposibili¬
dad de hacer descripciones parciales sin incurrir en repe¬

ticiones, insertamos una nota en la que constan, no todas,


sino parte de las funciones principales de que tenemos con¬
vocatoria.

»Mes de Febrero.

»Dias 3, 4, 5 y 6.—La Santa Iglesia Catedral dió prin¬


cipio á las funciones por la declaración dogmática con un
solemnísimo triduo, igual en magnificencia á la octava
anual que esta Santa Iglesia celebra á la Inmaculada Con¬
cepción, habiéndose aumentado estos cultos con el solem¬
ne Te-Deum que se cantó el primer dia con estación á la

capilla de la Concepción y con la la hora que pagó un de¬


voto. La justa celebridad que esta Santa Iglesia ha adqui¬

rido por la imponente y patética magnificencia de sus cul¬

tos, nos excusa hacer una descripción detallada de lo que,


no solamente es conocido, sino también admirado de na¬
cionales y extranjeros. Los sermones predicados en las fun¬
ciones de por la mañana estuvieron encomendados á los
Sres. Vigil, Vilaró y Astorga.
»E1 devoto pueblo sevillano, no sólo se apresuró á
asistir á estos cultos, sino que, siguiendo el ejemplo de la
Glorias Sevillanas 753

Catedral, cuya Giralda apareció iluminada como si fuera


un monte de fuego, iluminó también sus casas, pudiendo
asegurar que hasta las ventanas de los barrios más retirados
y de los vecinos más pobres aparecían adornadas con la luz
de la piedad. Algunas personas hicieron mayores demos¬

traciones, no sólo por la profusión de luces y vasos de co¬


lores con que iluminaron sus casas, sino con la exposición
de la imágen de Nuestra Señora, que apareció rodeada de

colgaduras y hermosos adornos.


«Sevilla en estas funciones se ha demostrado digna del
título de Ciudad Mariana, con que tanto se enorgullece.
»Dia 7.—Las religiosas de la Concepción hicieron tam¬
bién su función solemne en este dia, en que predicó D. Ma¬
nuel Jurado. La iglesia estaba adornada con esa sencillez
encantadora en que tanto se distingue el piadoso esmero
de las esposas de Jesucristo.
»Dia 9.—La hermandad de Sacerdotes Seculares de
San Pedro Advíncula hizo en este dia su función solemne
en el convento de las Dueñas, á la queconcurrió gran nú¬
mero de sacerdotes, quealternaron la
enoración y vela al
Santísimo Sacramento, que estuvo expuesto todo el dia.
La iglesia, y principalmente el altar mayor é imágen de
Nuestra Señora, estaban magníficamente adornados: predi¬
có D. Antonio María de la Peña.
»Dia 10.—Con la misma solemnidad hizo su función al

siguiente dia la comunidad de religiosas de las Dueñas.


»Dias 8, 9 y 10.—Triduo solemnísimo por las religiosas
de la Encarnación, y en el que predicaron los Sres. Carog-

gio, Mijares y Sevilla: el ornato del templo, su iluminación


y demás, excitaron la admiración de los fieles.
»Dias 11, 12 y 13.—Las ilustres archicofradías Sacra¬
mental y de Ánimas Benditas del Sagrario hicieron un so¬
lemnísimo triduo, que no pudo ménos de llamar la aten¬

ción, tanto por la sorprendente novedad y esplendor del


95
754 Glorias Sevillanas

ornato de toda la iglesia, la profusión de bande¬


como por
ras y gran iluminación de la torre y muros exteriores del
templo, á cuya puerta hubo por la noche una banda de
música militar tocando mientras se quemaban los fuegos
artificiales. Esta magnífica fiesta concluyó con la solemní¬
sima procesión
por las naves de la Santa Catedral, á la que
concurrieron SS. AA. RR., acompañando á su Divina Ma¬

jestad é imágen de Nuestra Señora. (Bibliog., núm. 59.)


»Dia 11.—Función de los exclaustrados del extinguido
convento de San Antonio de Padua, con una solemnidad
superior á la pobreza áque hoy se ven reducidos estos hijos
de S. Francisco. En esta función predicó el Pro. D. Anto¬
nio López.
»En el mismo dia fué la función de la hermandad de
Nuestra Señora de la Salud y clero de la parroquia de San
Isidoro, y en que se dió la conocida
y célebre pompa re¬
ligiosa con que en esta iglesia se celebran los cultos: pre¬
dicó por la mañana el P. Fondá y por la tarde el Sr. Cam¬

pos y Perez. Entre las muchas banderas que descollaban


de su torre, sobresalía una de gran tamaño, en cuyo centro
estaba pintada la imágen de la Concepción.
»En el mismo dia fué la función de los exclaustrados
de San Diego y San Pedro Alcántara, con las Órdenes
Terceras de penitencia de dichos conventos. Á la magnifi¬
cencia de estos cultos, rendidos en la iglesia de San Diego,

correspondió el ornato del templo y la iluminación con va¬


sos de colores en la torre y azotea. Debemos hacer notar
que contribuyó mucho á aumentar el entusiasmo de los fie¬
les, que en gran número concurrieron á esta solemnidad,
la circunstancia de conservarse en esta iglesia, después de
doscientos cuarenta años, el estandarte con que procesio-
nalmente principió en Sevilla la aclamación del Misterio

por el Sr. D. Mateo Vázquez de Leca, Arcediano de Car-


mona, por el Beato Juan de Prado, Guardian de dicho con-
Glorias Sevillanas 755

vento, y por el venerable P. Fr. Francisco de Santiago.


»Dia
13.—Hermosísima función celebrada por las re¬
ligiosas de la Asunción, y en la que compitieron en mag¬
nificencia con las celebradas en los demás conventos de
esta ciudad.
»En el mismo dia fué la suntuosa función de las reli¬

giosas dominicas de Madre de Dios, que, á pesar de su su¬


ma pobreza, igualó
en esplendor á muchas de las más so¬
lemnes, constándonos las privaciones que, como casi todas
las comunidades de Sevilla, se impusieron para rendir á
María Santísima un homenaje digno de su amor. Esta Co¬
munidad puso iluminación en los patios interiores del con¬
vento.

»En el mismo dia rindieron sus cultos á la


Concepción
las monjas del Espíritu Santo, en los que, si no excedie¬
ron, igualaron la magnificencia de los demás conventos.
»En el mismo dia solemnizó la declaración del dogma
la hermandad de la Santa Caridad; y en la imposibilidad
de poder describir dignamente la majestad de estos cultos,
nos referimos á la
descripción extensa que insertó el Dia¬
rio de Sevilla de aquella época.
»En el mismo dia, y agotando los esfuerzos de su pie¬
dad, hicieron suntuosas funciones el Beaterío de la Santí¬
sima Trinidad, la hermandad de Nuestra Señora de la Ale¬
gría en San Bartolomé, y la comunidad de Capuchinos.
»Dia 25.—Brillaron por su ternura, esmerado ornato
deltemplo y majestuosa severidad las funciones que con¬
sagró en estos dias la comunidad de Santa Paula.
»Dias 26, 27 y 28.—Solemnes funciones de las Carme¬
litas calzadas de Santa Ana, y en que acreditaron ser dig¬
nas
hijas del Carmelo.
756 Glorias Sevillanas

»Mes de Marzo.

»Dias 2, 3 y 4.—Triduo solemne


en San Miguel por la
cofradía de la Pasión de Jesucristo
»Dia 4.—Función en el real palacio de San Telmo por
los Sermos. Sres. Duques de Montpensier, quienes, des¬
pués de acompañar á Divina Majestad y María Santí¬
su
sima en la procesión de la tarde, con la Concepción de
Montañés que se venera en la Catedral, repartieron por su
mano abundante limosna de pan
á los pobres de Sevilla;
acto ejemplarísimo de devoción y caridad, que enterneció

á la numerosa concurrencia. El ornato del templo, la ilu¬


minación y demás correspondió á la reconocida religiosi¬
dad y amor que SS. AA. profesan á María Santísima.
»En los dias 4, 5 y 6 se celebró la función de la her¬
mandad de Nuestro Padre Jesús y Santa Cruz de Jerusalen,
en la Iglesia de San Antonio Abad,
que apareció toda cu¬
bierta de colgaduras blancas y de azul celeste, con profu¬
sión de guirnaldas de flores. Este triduo fué uno de los más
solemnes de Sevilla, y en él se repartió abundante limosna
de pan á los pobres. (Bibliog., núm. 60.)
»En los mismos dias se celebró otro triduo en las mon¬

jas de Santa Inés, con más pompa y esplendor que los que
ordinariamente emplea en todas sus funciones y solemni¬
dades. Amor, ternura y patética gravedad se vieron allí
reunidos con la majestad y la magnificencia.
»Dia 6.—La hermandad de Nuestro Padre Jesús de las
Tres Caidas celebró en San Isidoro una solemne función
matutina y vespertina.
»Dia 10.—Función la
iglesia de San Juan de Dios,
en

digna de los cultos constantes que en esta iglesia se tribu¬


tan á Dios, á su Divina Madre y á sus Santos.

»Dia 11.—Función solemne en San Juan de la Palma

por el clero y hermandad del Silencio.


Glorias Sevillanas 757

»Dia ii.—Otra, solemnísima, por las religiosas Merce¬


narias descalzas.
»Dia 15.—Cultos, notables por su magnificencia, en las
religiosas Franciscas de Santa Clara.
»Dia 18.—La hermandad del Santísimo Cristo del Amor
celebró su función dia, y en el mismo solemnizaron
en este

la declaración dogmática la hermandad de la Quinta An¬


gustia y las Sacramentales y clero de las parroquiales del
Salvador y Santa Ana de Triana
»Dia 22.—Magnífica función de la hermandad de Nues¬
tra Señora del Valle, y clero de San Andrés.

»Dia 26.—Función solemne en la capilla de la Expi¬


ración.

»Mes de Abril.

»Dia 9.—El clero y la Sacramental de San Gil rindie¬


ron un homenaje de su piedad y de su amor á María San¬
tísima en la magnificencia de
los cultos de este dia.
»Dia 15.—Memorable es también la función celebrada
en los Trinitarios descalzos porla Congregación de Luz y
Vela, y no lo es ménos la que la hermandad de la Merced
de la Puerta Real celebró en el mismo dia en las monjas
de Santa Clara.
»Dia 16.—Varios devotos de María Santísima acredi¬
taron su piedad y desprendimiento en la gran función cele¬
brada en el convento de Santa María la Real.
»Dia
17.—Hermosísima fué la solemnidad que consagró
á laConcepción de María Santísima la hermandad de San
Hermenegildo en su Iglesia propia.
»Dia 22.—Las hermanas de las Escuelas de María y el

Colegio de la Purísima Concepción rindieron en la parro¬


quia de Santa Cruz solemnes adoraciones, con gusto en el
ornato del templo y con una ternura y devoción dignas de
758 Glorias Sevillanas

su piedad. No fué ménos notable la función celebrada en


el mismo dia por las religiosas de la Asunción, y la otra
consagrada por la Sacramental y hermandad de las Nieves
en San Isidoro.
»Dias 22, 23 y 24.—Triduo solemnísimo, con ilumi¬
nación, músicas y fuego, en las monjas de Santa María de
Jesús.
»Dia 23.—Función notable de las Religiosas de la Paz.

»Mes de Mayo.
»Dia 6.—El clero, Sacramental y hermandad de Nues¬
tra Señora de Gracia llamaron justamente la atención por
la solemnidad de estas funciones.
»Dia 17.—Cultos de varios devotos de la Divina Pas¬
tora en el convento deCapuchinos.
»Dia 29.—Los exclaustrados de la Merced solemniza¬
ron la declaración dogmática en el convento de las Merce¬
narias calzadas, con una magnificencia muy superior á la si¬
tuación lamentable en que se encuentran los exclaustrados.

»Mes de Julio

»Dia 12.—Los religiosos de la Consolación, en unión


con las
corporaciones cristianas de dicha iglesia, se distin¬
guieron este dia en la suntuosidad de sus funciones.
»Dia 15.—Los Carmelitas descalzos exclaustrados ago¬
taron todos sus recursos y esfuerzos en la iglesia del
Ángel,
donde celebraron una de las más hermosas funciones con¬

sagradas á María Inmaculada.


»Dia 29 de Julio.—Función muy solemne de los ex¬
claustrados de San Basilio en su antigua iglesia.
Glorias Sevillanas 759

»Mes de Agosto.
»Dias 10, ii y 12.—Suntuosas y magníficas en todas
sus circunstancias y accidentes fueron las adoraciones que
el clero, un devoto y la hermandad del Gran Poder rindie¬
ron en San Lorenzo á la Pureza.

»Mes de Setiembre.

»Dia 2.—El clero, Sacramental y hermandad de la Divi¬


na Pastora de Santa Marina son
dignos de elogios por los
cultos á Nuestra Señora.
»Dia 8.—El clero, Sacramental y hermandad de Nues¬
traSeñora de la Luz, con varios devotos de la parroquia
de San Estéban, solemnizaron la declaración dogmática de
una manera
digna como notable.
tan

»Dia9.—Las religiosas Dominicas descalzas de los Re¬


yes y una familia devota hicieron en este dia una función
que se hizo notar por todas sus circunstancias.
»Dia 16.—El clero, Sacramental y varios devotos de
Ntra. Sra. de la Hiniesta, Patrona de Sevilla, igualaron en
sus cultos á los que más sobresalieron.

»Mes de Octubre.

»Dia 10.—Sumamente tierna y digna de mención es


la solemnidad religiosa que la Hermandad de marineros
consagró á María Santísima en su capilla de Triana.

»Mes de Noviembre.
/
»Dia 11.—La hermandad de Nuestra Señora de Val-
vanera atrajo granconcurrencia al templo donde celebró
la declaración dogmática.
j6o Glorias Sevillanas

»Mes de Diciembre.

»Dia 9.—Función muy solemne del clero y Sacramen¬


tal de San Nicolás.
«Funciones en la parroquia de San Pedro. El clero y
algunas personas de esta iglesia costearon un triduo so¬
lemnísimo y muy digno de elogio por el delicado y ele¬
gantísimo ornato del templo y de los altares y por la se¬
veridad y magnificencia de estas funciones.
»Las pobres religiosas Agustinas del convento de San

Leandro, unas de las más ejemplares por la virtud y ob¬


servancia de sus hijas, hicieron brillar en sus funciones por
la declaración dogmática todo el fuego del amor divino que
arde en sus corazones y todo el gusto y delicadeza de es¬

posas de Jesucristo y de hijas amantísimas de María.

Esta es la relación más detallada que hemos podido en¬


contrar de las fiestas sevillanas en honor del
Dogma de la
Concepción, que, como se ve, si bien fueron muy nume¬
rosas
y solemnes, creemos no correspondieron á lo que Se¬
villa estaba obligada en tan críticas circunstancias, dados
sus antecedentes históricos en este punto, así como tam¬
bién se nota la omisión de no haber tenido representación
oficial en el Vaticano la memorable mañana del 8 de Di¬
ciembre de 1854. Mas del mismo modo que el sentimiento
cristiano hizo grande á nuestra patria, teniendo siempre uni¬
dos á sus
hijos como en apretado haz para realizar gran¬
des hazañas y renombradas proezas y para sublimar y enal¬
tecer el nombre bendito de ¡España!, así las nuevas y an¬

ticristianas doctrinas del siglo XIX vinieron á romper este


precioso vínculo y á separar unos de otros, creando odios
y rencores, que destruyeron la virtud más sobresaliente del
español, su distintivo más glorioso y grande, la virtud de
Glorias Sevillanas 761

la Religión, á cuyo calor siempre fuimos grandes y respe¬


tados.
En estas fiestas de Sevilla nótase desde luego la ausen¬
cia de la representación popular del Municipio; de aquel
Senado cuyos caballeros y jurados, allá en la décima-séti-
ma centuria, juraron, postrados de hinojos ante las aras del
altar de María, con las manos sobre las cruces de sus es¬

padas, defender hasta derramar la última gota de sangre


el Misterio purísimo de su Concepción, por sí, y en nombre
de la ínclita Sevilla, la ciudad por esencia concepcionista;
mas ahora... aquel amor que produjo caracteres nobles y

almas grandes, santos y artistas, hase trocado en política


rastrera, que nos vilipendia, roe como la carcoma los ci¬
mientos sobre que se alzara gloriosa la patria de los Alfon¬

sos y Fernandos, y ha hecho girones la santa bandera que

un día cobijara bajo sus pliegues á cuantos hablan el cas¬

tellano en el Nuevo y Viejo continente, en el África y en la


Occeanía. Dolor cuesta decirlo, pero ello es cierto; la Bula

Inejfabilis Deus,que debió haber llenado de júbilo y entu¬


siasmo á los que regían los destinos de la patria, recordan¬
do nuestra historia pasada y la de los grandes monarcas

españoles, les obcecó, y pusieron restricciones á tan glo¬


rioso documento; hasta que más tarde vinieron en revocar
limitaciones tan absurdas y necias, como deshonrosas para
nuestro buen nombre
(1).
El limo, y Excmo. Cabildo de esta Catedral, junto con
el de Jerez de la Frontera, elevaron en 8 de Julio de 1855

(1) «REAL DECRETO


«Teniendo en consideración las poderosas razones que me ha expuesto
el Ministro de Gracia y Justicia, de acuerdo con el parecer del Consejo Real
en
pleno, vengo en resolver que sean y se tengan por preteridas y testadas
las restricciones con que se concedió
de Mayo de 1855 el Regium
en 9
exequátur á la Bula Ineffabilis Deus, en la cual se declaró dogma de fe el
Misterio de la Inmaculada Concepción de la Virgen, Madre del Salvador,

96
762 Glorias Sevillanas

al Santo Padre una manifestación de amor incondicional


é inquebrantable á la Cátedra de San Pedro, felicitándole
al par por la declaración del dogma de la Concepción, ro¬
gándole que distinguiera á la Iglesia de Sevilla con alguna
Gracia, siempre la primera por su fe y amor á la Inmacu¬
lada y por su culto á la Bienaventurada Virgen María, co¬
mo lo demostraban sus gestiones en otros tiempos
por al¬
canzar lo que ya era un hecho. A su debido tiempo con¬

testó el Santísimo Padre en la forma siguiente;

«A Nuestros Amados Hijos el Dean y Cabildo de la


Iglesia Metropolitana de Sevilla.
»Pío, Papa IX.
»¿Amados Hijos Nuestros: Salud y Bendición Apos¬
tólica. Muy gratas han sido para Nos vuestras letras,
que acabamos de recibir, dadas en 8 de Julio y es¬
critas con expresión íntima de vuestro afecto y vene¬
ración hácia Nos y hácia la Cátedra de San Pedro.
Por ellas nos hemos enterado con suma complacencia
de Nuestra alma con cuánta religiosidad y júbilo fue¬
ron recibidas por vosotros, por todo ese clero y pue¬
blo fiel Nuestras letras apostólicas sobre la Concep¬
ción Inmaculada de la Santísima Madre de Dios la

Virgen María; lo cual ciertamente, aunque muy satis¬


factorio, no era ni nuevo ni inesperado para Nos, que
sabemos muy bien la singular solicitud piadosa que el
clero y pueblo sevillano siempre han rendido á la In¬
maculada Concepción de la Madre de Dios, y las fun¬
dadas preces en que vuestro Cabildo solicitó muchas
entendiéndose concedido lisa y llanamente como ahora lo concedo.—Dado
en
palacio, á siete de Diciembre de mil ochocientos y cincuenta y seis.—
Está rubricado de la real mano.—El Ministro de Gracia y Justicia, Manuel
de Seijas Lozano.»
Glorias Sevillanas 763

veces aquella Definición Dogmática. Para que más


y más se excite y aumente en el ánimo de todos los
fieles la devoción de la Gloriosísima Virgen, hemos ac¬
cedido gustoso á vuestras religiosas preces y deseos.
»Así, pues, por estas Nuestras letras, y en virtud
de Nuestra apostólica Autoridad, concedemos indul¬

gencia plenaria por una sola vez y para todos los años
á todos los fieles de uno y otro sexo que, después
de purificados por la confesión sacramental y refrige¬
rados con la
Sagrada Comunión, visiten devotamente
la Santa Iglesia Metropolitana de Sevilla ó la insigne

Colegiata de Jerez de la Frontera en el día en que se


celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción de la
Santísima Virgen María, ó en cualquiera de los de la
octava; cuya indulgencia plenaria, usando de la mis¬
ma Autoridad, concedemos también
que sea aplicada
en
sufragio de las almas de los fieles difuntos.
»Réstanos haceros saber cuán grato ha sido para
Nos el nuevo testimonio que nos dais de filial vene¬
ración, vosotros y los Capitulares de la mencionada
Colegiata, manifestándonos las públicas solemnes ac¬
ciones de gracias que unos y otros disteis á Dios To¬

dopoderoso por el singular beneficio que nos dispensó


en el dia 12 de Abril, sacándonos salvo é incólume
del gravísimo peligro á que estuvo Nuestra vida. Fi¬
nalmente, Amados Hijos Nuestros, en testimonio de
Nuestro paternal amor hácia vosotros, Amados Hijos
Nuestros, y á los Canónigos de la mencionada Cole¬
giata,os enviamos amorosamente nuestra Apostólica
Bendición.
»Dado en San Pedro de Roma á 15 de Noviem¬
bre de 1855.
»Año décimo de Nuestro Pontificado.—Pío, Pa¬
pa IX.
76 4 Glorias Sevillanas

Llenó de santa alegría esta carta al Cabildo Eclesiástico


y á la Ciudad, que habían querido expresar al Pontífice con
su anterior misiva el verdadero gozo y placer con que Se¬

villa recibió la felicísima noticia de la Definición Dogmática,


en medio de las protestas y censuras concitadas por el
Racionalismo y las sectas impías.
Parecía como que el Infierno se revelaba contra la au¬

gusta Declaración, y no satisfecho con alentar el espíritu de


impiedad, que enfurecido se revolvía contra la Concepción,
no contento con ver de qué
manera la Madre de Dios ha¬
bía aplastado con su calcañar la cabeza de la maldita ser¬
piente/cuya inmunda baba había tocado los corazones y
los labios de muchos de los hijos de este siglo, quiso hasta
derramar sangre por odio á tan venerando Dogma, verifi¬
cándolo así el 3 de Enero de 1857 en la venerable persona
de Monseñor Sibour, Arzobispo de París,
el solemne mo¬
en
mento de ir á bendecir á su pueblo el día de Santa Ge¬

noveva, patrona de aquella ciudad, con cuyo sacrilego aten¬


tado quiso simular el homicida, imbuido por el odio y la
soberbia satánica, enemigos de la Pureza de Nuestra Señora,

según sus frases... la muerte del Dogma de la Inmaculada


Concepción. Fué este acto indudablemente la última expre¬
sión de rabia y retorcimiento diabólico de Luzbel contra
la Primogénita de todas las criaturas, cuyo triunfo en la
tierra se acababa de proclamar por medio de la voz infali¬
ble del inmortal Pío IX. Todos los grandes principios cris¬
tianos salvadores de la Humanidad tienen su bautizo de

sangre. ¡La sangre de este mártir selló el nuevo Dogma,


que salvará á la Sociedad presente del Materialismo que
pretende ahogarla!
El Excmo. Cabildo de esta Ciudad, al tener noticia de
tan horrendo atentado, acordó celebrar en desagravio de
Nuestra Señora, supuesta la malvada intención que prece¬
dió á la comisión del sacrilego crimen, una fastuosísima
Glorias Sevillanas 765

función religiosa, con procesión solemne por la carrera del


Corpus, llevando la Concepción de Montañés, en cuya fies¬
ta predicó el Penitenciario de esta Iglesia el Sr. D. Victo¬

riano Guisasola, asistiendo las autoridades civiles y milita¬

res, SS. A A. RR., el clero parroquial y todo el pueblo, en¬


viando además una carta al Cabildo de la Catedral de Pa¬

rís, donde expresaba el dolor y amargura con que se ha¬


se

bía aquí recibido tan triste noticia. Al mismo tiempo elevó


á S. S. un sentido Mensaje por el mismo suceso, en nom¬
bre de esta Ciudad (1).
(1) «Beatísimo Padre:
«Los católicos de la ciudad de Sevilla, profundamente afligidos con
el terrible suceso de que acaba de la capital de la Francia cris¬
ser teatro
tianísima, después de haber implorado auxilios y consuelos del que es Pa¬
dre de Misericordia y de la Madre de toda Consolación la Inmaculada Vir¬

gen María, acudimos á Vos, que sois padre amoroso, para depositar á
Vuestros SS. PP. las lágrimas ardientes de nuestro dolor, las profundas
emociones de nuestras almas y los leales sentimientos de nuestros corazones.
«Hijos Vuestros somos, que hemos sufrido con resignación las repe¬
tidas calamidades con que el Señor nos ha llamado á penitencia; hijos Vues¬
tros somos, que hemos procurado responder á los divinos llamamientos; y
cuando creíamos retirada la mano de los castigos por nuestras humildes ex¬

piaciones, vimos, B. P., caer sobre nuestras cabezas y herir nuestros cora¬
zones un
rayo más terrible que el cólera que nos arrebató nuestros padres,
nuestras esposas y nuestros hijos,
mal más horrendo que la miseria
y un
que aflige estas favorecidas, cuando las virtudes, el fer¬
comarcas antes tan
vor de las oraciones
y el arrepentimiento de las culpas abrian los Cielos

para que á nosotros vinieran lluvias de beneficios.


«Faltaba, B. P., un castigo superior á todos; y Uios nos le ha envia¬
do: faltaba purificáramos de antiguas contaminaciones una
para que nos
expiación que, para nuestras culpas, fuera eficaz llamamiento
siendo castigo
para nuestras almas, ejemplo prodigioso que más encendiera nuestra fe, y
timbre que sellara la última revelación de los Cielos, el dogma de la Con¬

cepción Inmaculada.
Porque juramos defender y no defenditnos con. solicitud y entusiasmo
»

este
dogma sacrosanto; por eso ha permitido Dios que se levante una mano
sacrilega, que aspirando diabólicamente á herir el dogma, ha herido nues¬
tros corazoqes. Compadeceos, B. P., de Vuestros desgraciados hijos, y dig-
766 Glorias Sevillanas

Desde la fecha declaró el Dogma, las cofradías


en que se
ó hermandades de y luz de esta Ciudad empe¬
penitencia
zaron á usar una insignia nueva en conmemoración de este

suceso, y que fué designada con el nombre de Sine-labe por


el letrero ó inscripción que tiene. Su hechura difiere esen¬
cialmente del popular Sin-pecado: es de forma oblonga,

constituyéndola una tela de terciopelo bordada en oro, co¬


mo de tres metros de largo, por setenta centímetros de an¬

cho en su cabecera, viniendo angostando hacia su extremi¬

dad, formando labores por ambos costados, y rematando


en dos puntas por su parte inferior. Esta tela lleva la ante¬
dicha inscripción y va adherida mediante ricos cordones de

naos absolvernos de una falta que ya queremos lavar con la sangre de nues¬
tras venas.

«Porque nos vanagloriábamos los primeros, los más predilectos y


ser
entusiastas adoradores de María, cuando éramos quizas los últimos en vin¬
dicar su nombre ultrajado y en imitar sus virtudes; por eso ha permitido
Dios que seamos confundidos por la más infernal de las negaciones. Le¬

vantadnos, B. P., de la postración y abatimiento á que nos han reducido


las humanas flaquezas.
«Porque todos nos habíamos ofrecido á ser mártires por María Inma¬
culada, y porque ninguno nos atrevimos á serlo cuando la impiedad nos
afligía con sus sacrilegas blasfemias; por eso escogió Dios, para poner el
sello del martirio al dogma de la Concepción sin mancha, no la sangre de

ninguno de nosotros, sino el corazón del primer Pastor de la Francia cris¬


tianísima. Acoged, B. P., las lágrimas que derramamos por no haber sido
acreedores á que Dios nos elija para mártires por la gloria de María.

«Nosotros, B. P., nosotros, hijos de los primeros que levantaron, la


bandera de la Concepción Inmaculada, nosotros éramos llamados á ser los

primeros que sellaran con su sangre el dogma que Dios se dignó revelar¬
nos por Vuestros augustos labios; pero ya que no merecimos ser los pri¬
meros, aspiramos á ser los segundos; y si más mártires quiere Dios para

gloria de su Santísima Madre, ofreced, B. P., á Dios los corazones de todos


los hijos de Sevilla.
«Para hacernos dignos de coronas tan inmarcesibles, lavaremos nues¬
tras almas en la piscina de la salud; no andaremos más caminos que los

de la ley santa del Señor; velaremos por la gloria de su nombre; soldados


Glorias Sevillanas 767

oro á una vara metálica bastante más larga que ella, y en


su parte alta tiene del mismo metal el anagrama de María
con corona y palmas; fué la primera hermandad en usarla
la del Dulcísimo Nombre de Jesús y María Santísima de la
Quinta Angustia, siguiéndole después las demás que la lle¬
van; siendo esta insignia conducida en las procesiones de
la Semana Santa. (Véase la lám. núm. 17.)
En el año de 1870 acordó la celebérrima hermandad
de nazarenos del título de Santa Cruz en Jerusalén y María
Santísima de la Concepción suplicar á la Santidad de Pío IX

que en virtud del juramento de dicha Corporación en 1615,


de su celo por la Concepción, y en conmemoración de la

esforzados seremos en defensa de la Iglesia, y tan hijos vuestros, que hu¬


mildes escucharemos Vuestra voz, y ciegos la acataremos, ya sea envián-
donos consuelos, ya imponiéndonos castigos debidos á nuestras culpas.
«Para mitigar, B. P., el dolor de que está poseído vuestro corazón;
para desagraviar á Dios ofendido y á María Santísima ultrajada; para que
sólo queden los frutos del martirio del ilustre Prelado de París, y se borre
todo rastro del sacrilego parricidio, nos prosternaremos, B. P., á Vuestros
SS. PP., pidiendo á Dios, con todo el mundo católico, por la mayor exal¬
tación de la Inmaculada Concepción, por la continuación de la gloria in¬
memorable de vuestro Pontificado, y por la salvación del desgraciado que
ha vestido de luto y llenado de amargura todos los pueblos católicos.

«Hablad, B. P., hablad y dignaos señalarnos las preces que hemos de


elevar á los Cielos, los homenajes que hemos de rendir á María Santísima,

y las penitencias con que hemos de aplacar las iras del Señor.
«Entre tanto, B. P., los hijos se Sevilla ofrecen á VV. SS. PP. en ex¬

piación de tantos males las lágrimas efe sus ojos y la sangre de sus corazones.
«¡Que los Cielos y la tierra, que los ángeles y los hombres sean testi¬
gos de la eficacia de nuestros deseos!
«Que la bendición apostólica, que humildemente imploramos de V. B.,
sea escudo
que nos defienda, llama que nos inflame, bálsamo que nos cure
y gracia que nos enriquezca.

«Sevilla, dia del Dulce Nombre de Jesús y Cátedra de S. Pedro en


Roma, año de la Redención 1857.
«Beatísimo Padre, Besan humildemente VV. SS. PP. (Siguen nume¬
rosas firmas.)
768 Glorias Sevillanas

definición de tan inefable Misterio, le concediesealgún dis¬


tintivo ó insignia la acreditase ante los fieles como la
que
más ardiente promovedora y defensora de tan singular de¬
voción; á lo que el Beatísimo Padre se dignó acceder, fa¬
cultándola en 7 de Febrero de 1871 para llevar en sus pro¬
cesiones públicas una bandera en forma de Guión, com¬

puesta de vara metálica terminada por la cruz pontificia,


y una banderola pequeña de color celeste, con la fecha «VIII
Decem. MDCCCLIV» en un lado, y por el otro el escudo
heráldico de Pío IX. Esta insignia es conducida siempre

por un sacerdote de la Hermandad en la procesión de la


madrugada del Viernes Santo, delante del paso de Nuestra
Señora de la Concepción.

Otra prerogativa ó célebre acuerdo es también el que


tiene la hermandad de sacerdotes de San Pedro Advíncula,
de que hemos hablado tanto como devotísima de la Con¬
cepción, hecho en cabildo solemne general de 29 de Di¬
ciembre de 1874, á propuesta y ruego de su Rector el pres¬
bítero Dr. D. José María Ruiz y García, Canónigo de esta
Santa Iglesia Catedral, y el cual dice así: «Nosotros los que
al presente somos cofrades de esta Venerable Hermandad
de Señores Sacerdotes de Nuestro Padre y Sr. San Pedro
ad Vincula, siguiendo las huellas que nos han dejado nues¬
tros antepasados, suplicamos con todo el afecto de nuestro

corazón á los
que nos sucedan que cuando llegue el año de
mil novecientos cincuenta y cuatro, primer centenar de la

Definición Dogmática del Misterio de la Inmaculada Con¬


cepción de la Sma. Virgen María, se celebre con gran so¬
lemnidad y pompa, así como los sucesivos centenarios, pro¬
curando que nuestra Hermandad se distinga tanto en ser
la primera en celebrarlo, como también en la solemnidad de
su celebración.»
Hermosa expresión de vivísima fe y entusiasmo sin lí-
Glorias Sevillanas 769

mites, que no sólo atiende á la actualidad, sino que pre¬


vé y dispone para el porvenir, con una solicitud hija de
entrañable afecto y cariño.

En el año de
1879 cumplíase el XXV aniversario de
la declaración del
dogma de la Concepción Inmaculada,
con cuyo motivo la ciudad de Sevilla quiso conmerporar

solemnemente tan glorioso suceso. Puede decirse que en


esta ocasión cumplieron como buenos ambos Cabildos, lu-

ciéndose^en cuanto proyectaron y se ejecutó, compensando


de este modo lo que se
omitiera en 1855; pues en verdad
se puede decir, que las fiestas del
primer Jubileo de la de¬
claración del Dogma superaron con creces á cuanto se hizo
en aquella
otra fecha. Bullía y agitábase como alma de todo
este movimiento concepcionista un celebérrimo hijo de la

Compañía de Jesús, el que, por su amor inmenso á la In¬


maculada y por su incansable laboriosidad en cuanto atañe
á este sacrosanto Misterio, bien puede ser llamado con toda

propiedad Apóstol de la Concepción, pues su vida entera


ha sido consagrada á Ella, y su alma se halla de tal modo
abrasada por este afecto, que cuando habla del Dogma sus
labios siempre pronuncian palabras encendidas y arreba¬
tadoras.
Encontrábase providencialmente á la sazón por aque¬
lla época entre nosotros, logrando de este modo dar rienda
suelta á sus más vehementes deseos. Sevilla encontró en

él al incansable Bernardo de Toro y la persuasiva palabra


de Fr. Francisco de Santiago, para conseguir cuanto fuera
á mayor gloria y honra de la Concepción. Verdaderamente,

que si bien aquí no faltaban el fervor y devoción de otros


tiempos, el P.Juan B. Moga fué destinado por el Cielo para
avivarlo más y más, alentando á unos, enfervorizando á

todos, removiendo obstáculos que parecían insuperables,


promoviendo suntuosas manifestaciones de amor á la Vir-
97
77° Glorias Sevillanas

gen Inmaculada, y tocando en el corazón de los sevillanos


para recordarles otros días de mayor júbilo y entusiasmo
para nuestra Ciudad. Indudablemente que hubo momento
en
aquellas circunstancias, en que parecíanos estar trans¬
portados al período de Vázquez de Leca, Miguel Cid y Mu-
rillo. ¡Qué alegría y qué efervescencia por doquiera! Por to¬
das partes no se hablaba más que de la Concepción; por
todas partes no se veía más que hacer aprestos para las fies¬
tas; y las damas y los caballeros, y el sacerdote y el mili¬
tar, el Cabildo Secular y el Catedralicio, los niños y los an¬
cianos, parece como que por resorte mágico se habían pues¬
to de acuerdo para no tener más que un sentimiento, para
no exhalar más que una palabra, para no pensar más que
en un ideal... ¡la Concepción! ¿Y cómo sentir de otra ma¬
nera, ni cómo pensar de otra forma, si se trataba de hon¬
rar á la Inmaculada, y cuando en Sevilla se trata de Ella,
todos son unos
y no hay contrarios partidos, ni banderías
opuestas, ni diferencia de clases, sino un solo corazón y un
solo afecto? ¡Bendito mil veces tan santo ideal, amor tan
purísimo, que ha servido para hacer grande y enaltecer tan¬
to á Sevilla!
Era ésta materia dispuesta, así que sólo faltaba, como
en otra ocasión sucedió, quien viniera á prender en ella, y
de todo resultaría manifestación imponente, descubriéndose
aún los quilates de cariño Sevilla guarda con ahinco
que
á la devoción de toda su vida cristiana. Este
papel llenóle
perfectamente el hijo de S. Ignacio; parecía como que su
figura se multiplicaba, pues se veía en todo lugar y tiem¬
po; y aquella naturaleza, al parecer débil y sin fuerzas, no
decaía ni por un momento, como sostenida por espíritu de
lo alto, que le confortaba y le daba aliento para tanto tra¬

bajo, comunicando al par á su rostro algo espiritual, que re¬


trataba muy al vivo lo que sentía su alma, y sabiendo co¬
municar á aquellos á quienes hablaba su gran entusiasmo.
Glorias Sevillanas 771

Aún le recordamos en precedie¬


aquella serie de días que
ron á las fiestas: unas veces conferenciando
capitu¬ con los
lares de esta Santa Iglesia sobre el mayor esplendor y for¬
ma que podrían revestir los cultos; otras visitando al Arzo¬

bispo para solicitar de Roma algún privilegio; ya en el des¬


pacho del Alcalde, ó en el del Capitán General, ó conver¬
sando con la Comisión de las fiestas; otras con los artistas,
ó asistiendo á los ensayos de los coros, disponiendo
el con¬
curso de todos los elementos que tomaron parte enlos fes¬
tejos, y las más ocupado en su residencia del Colegio de la
calle Argote de Molina con los jóvenes sevillanos, tratando
de lo que habían de hacer, ó de otros múltiples asuntos

que siempre le traían en actividad continua (1).


Al sonar la hora de las doce de la mañana el día 7 de
Diciembre del año de 1879 Sevilla presentaba el aspecto
más hermoso que la imaginación puede figurarse: aparecía
toda engalanada y vestida de blanco y celeste con las col¬

gaduras que ostentaban las casas, que con muy raras excep¬
ciones todas las lucían. En lo más alto de la Giralda se

daba á los aires la bandera de la Concepción, ocupando las


azoteas del cuerpo de campanas bandas de música milita¬
res, que atronaban el espacio con el ruido de los instru¬
mentos metálicos; otras recorrían la población en diversos
sentidos, alegrando los ánimos de todos: entusiasmo que
se aumentó al llegar la noche con las vistosas iluminacio¬
nes que se vieron en todos los edificios públicos, civiles y
religiosos, y en lasparticulares; pudiendo asegurarse
casas
que esta iluminación ha sido la más general que Sevilla ha

(1) Debido á sus instancias y á su amor al arte cristiano, llevóse á


efecto de la manera más concienzuda la restauración de la preciosa y artís¬
tica capilla de la Gamba, en esta Catedral, coincidiendo su feliz termina¬
ción con las fiestas del XXV aniversario; y sobre la cual tiene hechos es¬
tudios curiosísimos, dignos de que vieran la luz pública por muchos con¬

ceptos.
772 Glorias Sevillanas

visto en todo lo que va


de siglo. Así mismo el Cabildo
Eclesiástico dispuso celebraran los Oficios
que este año se
de la Concepción con todo el esplendor y magnificencia po¬

sible, cantándose en las Vísperas la partitura del Mtro. Es¬


lava, y en los Maitines que tuvieron lugar de noche, los
Responsorios del actual Maestro de capilla D. Evaristo Gar¬
cía Torres, y de los que ya hemos hablado.

Llamó bastante la atención el adorno que colocara en


las Casas del pueblo el Excmo. Ayuntamiento, que fiel á
sus tradiciones, dió muestras de su devoción á la Inmacu¬
lada. En el balcón principal que da vista á la plaza de San
Fernando se rico dosel de terciopelo rojo y oro,
puso un
y bajo él un gran cuadro con pintura de la Concepción, atri¬
buido á Sebastián Gómez el Mulato de Murillo (i), en la im¬

posibilidad de haber colocado uno de los del célebre maes¬


tro, por no haberlo podido facilitar la Academia de Bellas
Artes. Dábanle guardia dos reyes de armas, que vestían las

preciosas dalmáticas antiguas que guarda el Municipio, em¬


puñando artísticas mazas.
Por el lado de la plaza de San Francisco, en el andén,
se colocó el altar de plata
que hoy pertenece á la parro¬
quia del Salvador, donde se veía una escultura de la Con¬
cepción entre infinidad de hachas de cera y ramos de flo¬
res; luciendo todo el resto del edificio sus colgaduras de

gala y multitud de luces de gas.


En el opuesto lado, y á la altura del vestíbulo de en¬

trada, se levantó amplía plataforma de madera, forrada de


bayeta roja, para las bandas militares que había de guar¬
nición en la Ciudad, y que en aquella noche dieron un gran

concierto, tocando reunidas las célebres Marchas de las An¬


torchas y otras piezas del más escogido repertorio.

(i) Perteneciente á la rica galería de los herederos del excelentísimo


Sr. D. Manuel López Cepero.
Glorias Sevillanas 773

Indescriptible el efecto que todo esto producía en


era
tan célebre noche: Sevilla en aquellos momentos con toda

verdad se podía decir que era la Ciudad de María, pues


con emulación santa rivalizaban las autoridades
y los dú¬
danos para ver cuál le prodigaba las mayores muestras de
fe y de amor. Y en medio de tantas pruebas de alegría,
Ella, como verdadera reina de los corazones andaluces, pre¬
sidiendo el hermoso espectáculo que se desarrollaba á su
vista desde el balcón de las Casas del pueblo.
La Catedral preparó la capilla mayor con el magnífico
altar de plata, según es costumbre en esta fiesta, vistiendo
los pilares con las colgaduras de terciopelo. El eminentí¬
simo Sr. Arzobispo Cardenal D. Fray Joaquín Lluch y Ga-
rriga quiso asociarse á tan general movimiento, y dispuso
que en la función solemnísima oficiaría de gran pontifical,
y al par dirigiría su voz á los fieles con tan fausto motivo.
Aún la luz no había roto las densas tinieblas de la no¬

che, cuando todas las campanas de los templos hispalenses


prorumpieron, después del toque de Alba, repique uni¬
en
versal, pero tan alegre y conmovedor, que parecía que los
metales sagrados se anticipaban á dar la enhorabuena al

presente día 8 de Diciembre de 1879, cuya prístina luz salu¬


daban, y cuyos primeros albores escucharon llenos de re¬
gocijo aquellos mismos acentos, las mismas palabras con
que se ensalzara la Concepción Inmaculada de María en 8
de Diciembre de 1617. Habían transcurrido cerca de tres¬
cientos años, y el pueblo se alborozaba del mismo modo,
lleno de singular afecto y ternura, y entonando los mismos
cantares.

La hermandad de Nuestra Señora de la Antigua salió de


su capilla para hacer su tradicional procesión, visitando la
efigie de la Virgen que se venera en el Postigo del Aceite,
y luego ir á la Catedral. Algunos otros Rosarios salieron
este día y su víspera ensalzando el dogma de la Concep-
774 Glorias Sevillanas

ción Inmaculada. Llegada la hora conveniente reuniéronse


en la Santa mayor los dos Cabildos y el Prelado, y
Iglesia
después del rezo de las Horas, empezó la Misa de pontifi¬
cal, ejecutándose á gran orquesta una del actual Maestro
de capilla. Terminado el Evangelio bajó S. E. del presbi¬

terio, y colocado sobre un estrado que al efecto se levantó


entre los dos coros, sentado en regio sitial, hizo una bellí¬

sima oración, versando sobre el motivo de la gran fiesta

que se estaba realizando en aquellos momentos. Terminada


ésta, y después del Ofertorio, subió al pulpito el Sr. D. Ca¬
yetano Fernández, dignidad de Chantre, y con voz llena
de unción religiosa leyó la Protestación de Fe Católica, en
la que se renovaba el antiguo juramento de defender la

Concepción de la Virgen, el que hicieron en manos del Ar¬


zobispo los Cabildos Secular y Eclesiástico, durante cuya
ceremonia se cantó por doscientas voces, con acompaña¬

miento de órgano, desde las tribunas altas del coro la mag¬


nífica composición de Eslava « Tu es Petras», así como los
mismos coros de voces solas interpretaron después, resul¬
tando de bellísimo efecto por el sabor musical de la épo¬
ca, el tema del retablo de Luis de Vargas,
« Tota pulchra
es Arnica mea», quedimos en la lámina núm. 6, y cuyo
arreglo ejecutó para dicho acto el excelente Maestro orga¬
nista de esta Catedral D. Buenaventura Iñiguez (i).

(i) Contribuyó poderosamente al éxito de estas fiestas con su genio


musical el Sr. D. Buenaventura Iñiguez, presbítero, actual organista de esta
Catedral. Compuso un himno á la Concepción de gran brillantez y armo¬
nía, sobre la antigua letra de Miguel Cid «Todo el mundo», etc., para coro
general, y números particulares de tiples, otro de tenores y otro de bajos
en las respectivas estrofas, habiéndose ensayado y cantado bajo su dirección
por las voces de que se pudo disponer para ello. Asimismo amplió el tema
musical de la «Gamba-», que constaba de veintiséis compases del género
fugado según la escuela de Palestrina, aumentándole hasta ciento treinta
y dos compases, haciéndolos pasar al contrapunto, á la imitación y armo¬

nía, hasta lograr formar de él un número de música tal como hoy se exige,
Glorias Sevillanas 775

Acabada la Misa,
procedióse á organizar la procesión.
Abría la marcha una escolta de la Guardia
Municipal, con
banda de música miltar. Seguían las hermandades de glo¬

ria, las de penitencia y luz, y la de la Santa Caridad: la


V. O. Tercera con la imagen de S. Francisco de Asís, con¬
duciendo uno de sus hermanos el histórico estandarte de

principios del siglo XVII del B. Juan de Prado, pertene¬


ciente al convento de San Diego, y el cual figuró tanto en
las procesiones que diariamente salían por las calles de esta
Ciudad cantando el « Todo el mundo en
generah. Venían lue¬
go cuatro niños vestidos con traje de la época, representan¬
do á Miguel Cid, Montañés, Luis de Vargas y Murillo. Las
cruces parroquiales, presididas por la patriarcal, con mangas
celestes que, costeadas por el Arzobispo, se estrenaban;
los seminaristas de San Isidoro, el clero parroquial y el ca¬

tedralicio; los seises, entonando las coplas tradicionales; el


Cabildo Metropolitano, con cuyos miembros iban mezcla¬
dos los jefes y oficiales militares y el elemento civil; y en
el centro aparecía sobre andas, y rodeada de cuatro capi¬
tulares con pluviales, la bellísima efigie de la Inmaculada

Concepción del gran Martínez Montañés, á cuyo efecto ha-

para su más fiel y hermosa interpretación; labor que siempre daría al señor
Iñiguez gran nombre, si ya no le tuviera adquirido como insigne maestro.
En estas fiestas se cantó también su
inspirado himno á Pío IX, compuesto
en el año de1878, si bien hasta éste no se logró oirlo en la forma que se
ejecutó, por un coro tan nutrido de voces y las dos bandas militares que
le acompañaron. Bajo su dirección también se ejecutó la composición de
Eslava «Tu es Petrus». En el desempeño de estas obras tomaron parte,
á más de las bandas de música de los regimientos de Soria, Wad-ras y Ca¬
taluña, con susrespectivos Músicos mayores, las diferentes sociedades de
canto que en aquella época había en Sevilla, y gran número de soldados

de los dichos regimientos, que se prestaron á ello; habiendo sufragado los

gastos que se ocasionaron con este motivo la Excma. Diputación Provincial,


cuyo Presidente, el Sr. Conde del Cazal, así como el Excmo. Sr. Capitán
General, D. Emilio Terreros, coadyuvaron en alto grado á cuanto se realizó.
7;6 Glorias Sevillanas

bía sufridoescrupulosa limpieza, resultando aumentada su


hermosura y gracia con la artística corona de estrellas que
llevaba en sustitución de la imperial de plata que antes
usaba. El paso llevaba jarras y candeleros cincelados del
mismo metal, por lo que ofrecía aspecto sencillo y elegante.
Á su continuación los Sres.
Dignidades de la Catedral, con
su Deán á la cabeza, oficiaba de Preste; cerrando la
que
comitiva la representación popular, con el Excmo. Gober¬
nador Civil, y el batallón de Cazadores de Cataluña con
bandera y música.
La procesión salió por la puerta de San Miguel, conti¬
nuando por la carrera del Corpus, que toda se veía inva¬
dida del pueblo sevillano. Al llegar la Virgen á la plaza
de San Francisco presencióse un cuadro encantador: in¬
mensa muchedumbre la ocupaba de lado á lado; todos sus

balcones estaban engalanados de celeste y blanco, y en las


azoteas de las Casas Capitulares las masas corales, compues¬

tas de doscientas voces, que, al dar vista la sagrada imagen

á la plaza, entonaron, acompañadas de tres bandas milita¬

res, el nunca olvidado « Todo el mundo en general», con


música muy característica, compuesta por D. Buenaventura

Iñiguez, como ya se ha indicado. Al llegar delante del altar


levantado en las puertas de la Casa del pueblo, los seises
cantaron y danzaron ante él; y al terminar, los coros ento¬

naron un precioso Himno á Pío IX, cuya música era de¬

bida también ai antedicho Maestro. Siguió su ruta la pro¬


cesión enmedio de los vítores y aclamaciones del pueblo,
de las músicas militares, de los motetes y villancicos que
entonaba la capilla de música y del estruendo de todas las

campanas de los templos, deslizándose suavemente el paso


en
que era conducida la efigie de la Concepción sobre es¬
pesa alfombra de flores y yerbas olorosas arrojadas á su
tránsito, ingresando en el templo por la llamada puerta de
los Palos á las dos de la tarde.
Glorias Sevillanas 111

Para
completar este hermosísimo día, el Excmo. Arzo¬
bispo había dispuesto en el gran salón de su palacio una
Velada artístico-literaria, á la que concurrió toda la socie¬
dad sevillana con las Autoridades de esta localidad. La sala
veíase adornada con sencillez y gusto:
presidía el Arzobis¬
po; componiéndose la sesión nocturna de piezas musicales,
poesías y un discurso inaugural, que pronunció con la elo¬
cuencia que le distingue el limo. Sr. Dignidad de Capellán

Mayor de San Fernando, D. Servando Arbolí y Faraudo,


el cual luego, á invitación del Prelado, leyó un telegrama
de S. S. León XIII, en el que bendecía á este pueblo y á
su Pastor.
Al terminar la Velada se verificó en la
plaza de San
Fernando una función de
fuegos de artificio, estando aún
descubierta la imagen de la Concepción expuesta en el an¬
terior día, y ante la cual, desde la tribuna alzada en el ves¬
tíbulo del Ayuntamiento, cantaron ele nuevo los coros las
mismas composiciones que se escucharon en aquella ma¬

ñana; la plaza aparecía imponente por el pueblo que en


ella se aglomeraba. Las piezas de fuego que se quemaron
fueron alusivas al acto y compuestas ad hoc: estaban for¬
madas de sólo los colores blanco y celeste, luciendo en la
función por sus brillantes luces los nombres de GregorioXV,

Escoto, Suárez, Miguel Cid, Vázquez de Leca, Bernardo


de Toro, Murillo, Luis de Vargas, Montañés, Pío IX, la
fecha XXV Aniversario, 1879, Y un bellísimo monograma
de la Concepción, rodeado de la más popular invocación y
salutación de esta tierra: «Ave María Purísima, sin pecado
concebida.»
En esta misma noche el Seminario Conciliar celebró una

Velada religioso-literaria en honor del Aniversario XXV,


con cuyo objeto adornóse el gran patio del Colegio, vistién¬
dolo de celeste y blanco, y arcos de flores, iluminándole,

y erigiendo monumental altar á la Concepción, á cuyo fin


98
778 Glorias Sevillanas

se llevó una de gran tamaño


de la iglesia de San Pablo.
Preces, discursos, poesías piezas de música escucháronse
y

aquella noche, todo en honra y alabanza del Misterio, de


sus propagadores y defensores, de su Pontífice y de
su Ciu¬
dad más amada.
El día 11 del mismo quiso la guarnición militar de
mes

la plaza rendir tributo de veneración y de respeto á la Vir¬


gen Inmaculada, su protectora en tantos y tantos combates:
para ello dispuso el Excmo. Capitán General del distrito
la celebración de una Misa de campaña, á la que asistie¬
ron todas las fuerzas disponibles de esta Capital. Tuvo lu¬

gar ésta en la glorieta que forman los jardines de San Tel-


mo, el huerto de la Mariana y las Delicias: levantóse una

plataforma, y sobre ella un sencillo altar con la Concep¬


ción, bajo templete de follaje y flores. Tuvo lugar el acto
religioso á las doce del día, celebrando el Santo Sacrificio
el Subdelegado castrense; concluido el cual, desfilaron to¬
das las tropas ante el divino simulacro, al cual presentaban
al pasar sus estandartes y banderas, entre el ruido militar
de las armas y músicas, que llenaban los espacios con sus
bélicos acordes, resultando el acto brillantísimo y conmo¬
vedor sobre todo encomio.
Al acercarse la fecha que
promovió tanto entusiasmo,
levantando el espíritu religioso de esta Ciudad
y alcanzando
tan lucidas manifestaciones de acendrada piedad, quisieron

los jóvenes estudiantes de Sevilla asociarse á este general

movimiento, recordando lo que en 1615 hicieran los esco¬


lares del colegio de Santa María de Jesús en celebración del
nuevo Estatuto del
juramento de esta Universidad en favor
de la opinión piadosa; creyéndose por lo tanto obligados
á seguir el ejemplo de sus predecesores, dando así mues¬
tras del amor que aún la juventud sevillana conservaba á

la Purísima Concepción.
Puestos de acuerdo los primeros iniciadores del pensa-
Glorias Sevillanas 779

miento, quisieron consultar su propósito con los RR. PP. de


la Compañía del colegio que por aquella época tenían en
esta Ciudad, y avistádose que hubieron con el Superior

del mismo el R. P. Verasategui, éste aplaudió la idea, cre¬

yéndola digna de encomio, ofreciéndoles para su dirección


al R. P.Juan B. Moga. Puesto éste en relación con los pro¬
movedores de tan hermoso pensamiento, que no era otro
sino el de que todos los jóvenes sevillanos se unieran para

festejar el XXV aniversario, pronto quedaron íntimamente


ligados por los santos afectos y franqueza que engendra la
amistad cristiana.

Aprobada, la idea de los estudiantes, y contando


pues,
ya con director que los guiara en la realización de sus pro¬
pósitos, en seguida corrió la voz de lo que se proyectaba,
comentándose y hablándose de ello, no sólo en los claus¬
de la Universidad Literaria, sino en los de la Escuela
tros

de Medicina, Instituto Provincial, Seminario Conciliar y Es¬


cuela Normal. Propalada que fué la noticia, y vista la uni¬
versal aceptación con que contaba, pensóse por los organi¬
zadores en la manera de dar forma y desarrollo al plan;

para lo cual se convocó á una reunión preparatoria, que


tuvo lugar en una de las dependencias del Patio de los Na¬
ranjos. Verificóse bajo la presidencia del Sr. D. Agustín
Sánchez y Torres, Lectoral de esta Catedral, á quien se in¬
vitó para este efecto. Dirigió la palabra á los concurrentes,

que eran en crecido número, representando los diversos cen¬


tros docentes ele esta Ciudad; y con aquella elocuencia con

que hablaba enardeció el ánimo de los jóvenes, aplaudiendo


su
objeto como inspirado por la Virgen, y exhortándolos
á que trabajasen para dar á Sevilla el sublime espectáculo
de ver á toda su juventud reunida en uniforme masa rin¬
diendo homenaje á la Concepción Inmaculada. Procedióse

luego á designar los individuos que habían de componer la


Junta Directiva y las diversas comisiones de los centros de
780 Glorias Sevillanas

enseñanza. Expúsose desde luego que lo que había de ve¬


rificarse para la Dominica infraoctava de la Concepción,
que era el día señalado para la fiesta, se reduciría á una
Comunión general, donde concurriesen todos los jóvenes
sevillanos, y la procesión, que se efectuaría el mismo día
á las doce, para hacer estación á la Santa Iglesia Catedral
con la efigie de Nuestra Señora.

En las sesiones particulares que siguieron celebrándose


acordóse pedir al Pontífice su Apostólica Bendición y po¬
ner en conocimiento del Excmo.
Arzobispo el proyecto de
los estudiantes. Fué designado el templo del Divino Salva¬
dor para verificar los actos religiosos, en la imposibilidad
de que fuera el de la Universidad Literaria, desea¬
como se
ba. Encomendóse la dirección artística del paso que había
de conducirse en la procesión al Sr. D. Virgilio Mattoni, el
cual ofreció asimismo, pintada por su mano, la bandera que
había de usarse en la fiesta. Fueron dando cuenta las co¬

misiones particulares de trabajos de propaganda y de


sus
recaudación de fondos para solventar los gastos que habían
necesariamente de originarse, llegando éstos á la suma de

7.642 reales, y las entradas importaron 7.343. Verificáronse


estos trabajos en el mes de Noviembre del mismo año, y

al acercarse el día de la gran solemnidad se determinó cele¬


brar una gran asamblea concepcionista, para dar más im¬

pulso al pensamiento que se trataba de realizar. Designóse


al efecto uno de los grandes salones de la Casa Lonja, seña¬
lando el día 7 de Diciembre para la reunión magna, á la que
se convocó
por medio de un cartel (1) de invitación, ó pro-

(1) «Á LOS JÓVENES CATÓLICOS *


DE LA CIUDAD DE SEVILLA.

»La voz del Vicario de Jesucristo ha resonado majestuosa bajo las sa¬

gradas bóvedas del Vaticano.


>Un grande y venturoso acontecimiento para los fastos del Catolicis¬
mo se acerca, y el mundo entero se conmueve solícito
por solemnizarlo.
Glorias Sevillanas 781

clama, que se fijó en todos los templos y centros docentes.


Á la hora del mediodía el salón que ocupa la Cámara
de Comercio se hallaba todo invadido por la juventud sevi¬
llana, calculándose en más de quinientos el número de los
asistentes. En el fondo del mismo veíase bajo rico dosel de
terciopelo la imagen de la Concepción, en pintura, copia
de un cuadro de los del inmortal Murillo. Bajo ella colocóse
la Junta Directiva, presidiendo el Sr. D. Agustín Sánchez

»Esa voz
augusta, cuyo dulcísimo eco se ha dejado oir en todos los
corazones, es la voz de la Iglesia Católica, que anuncia á sus hijos el vigé-
simoquinto aniversario de la declaración dogmática de la Inmaculada Con¬
cepción de María.

«JÓVENES CATÓLICOS DE LA RELIGIOSA SEVILLA,


«Cuando se trata de honrar á María en su más bello y encantador
Misterio, ¿quién podrá mudo é insensible, sin que se avive en
permanecer
su pecho, rebosando de entusiasmo, la llama inextinguible de su fe
y de
su amor á la Virgen Inmaculada?

«Nuestros recuerdos patrios vinculados se encuentran siempre á tan

precioso nombre; y á la sombra protectora del estandarte de María es¬


cribió España las más brillantes páginas de sus gloriosísimos triunfos.
«Y María Inmaculada fueron las primeras palabras que balbucieron

nuestros labios, aleccionados por el amor de nuestras madres.

«Fortalecidos con la unidad de


sentimientos, y excitados por el amo¬
roso acento del gran sucesor
de Pío IX, los jóvenes católicos de la ciudad
Mariana deben ocupar su puesto de honor en la espontánea y espléndida

manifestación religiosa que se organiza, llevando lo primero, como feliz au¬

gurio, la bendición de nuestro amantísimo Prelado.


»Y el Pontífice de la Inmaculada,
que tanto amaba á los jóvenes ca¬
tólicos, verá complacido desde el Cielo la magnífica protesta de nuestra
fe, y postrado junto al trono de María concebida sin pecado, nos asegu¬
rará su maternal amparo.
«Con este fin la
Junta Directiva, encargada de realizar tan piadoso
intento, invita encarecidamente á todos los jóvenes sevillanos á que le
presten su eficaz concurso.

«JÓVENES CATÓLICOS,
«Por nuestra fe, por nuestra patria, por la dulce y santa memoria de
782 Glorias Sevillanas

y Torres el R. P. Juan B. Moga. Grandísima fué la ani¬


y
mación que reinó en esta célebre junta de jóvenes sevilla¬
nos, que acudieron á ella guiados solamente del amor que
tienen á María, y sin más ideal ó aspiración que la de ren¬
dirle tributo de cariño en día de tanto júbilo y regocijo

para la ínclita Ciudad, su amante y defensora más rendida.


No fué otra cosa lo que demostraron los jóvenes que pro¬
nunciaron discursos, haciendo brotar de sus labios períodos
hermosísimos y frases elocuentísimas, llenas de vigor y pro¬
fundo sentimiento religioso, que sólo respiraban el más

puro afecto á tan dulce Madre. Fué verdaderamente con¬


movedora aquella sesión, donde todos querían hablar (1)

Pío IX, ¡adelante! y pongámonos presurosos á la sombra del estandarte


de la Virgen Inmaculada.
«Demos una vez más vivo y consolador testimonio, á despecho de la
indiferencia y de la incredulidad que nos rodean, del férvido y entrañable
amor
que profesamos á nuestra excelsa Patrona.

«JÓVENES SEVILLANOS,
«¡Gloria á la Inmaculada Concepcioti de la Vírgen María! ¡Gloria
en el Cielo al Pontífice que tantola ensalzó en la tierra! ¡Viva por mu¬
chos años á nuestro amor de
hijos su inmediato sucesor León XIII! ¡Viva
siempre sin mella, y crezca y dilátese sin término la devoción tan antigua,
tan dulce y fervorosa de Sevilla á María Santísima concebida en gra¬

cia sin mancha de pecado original!

»Presidente, Manuel Serrano y Ortega.— Vice-Presidente, Cristóbal


Guajardo.—Secretario, Rafael Sánchez y Arraiz.— Vice-Secretario, Manuel
Campos y Munilla.— Tesorero, Sebastian García-Pego é Insunza.— Vice-Te-
sorero, Miguel Zaldo y Torres.— Vocales, José Antonio Martinez de Azcoi-
tia yRojas.—Manuel Medina.—Luis González de Lamadrid.—Manuel Mar¬
tinez de Azcoitia yGalindez.—José López de Rueda.—Juan A. Estrada.—
Francisco Sousa y Fernandez.—Rafael Martinez Azcoitia y Rojas.»

(1)«Congregados ante la imágen de la Reina Inmaculada, y bajo la


presidencia de honor de los Sres. D. Agustin Sánchez y Torres, Canónigo
Lectoral de esta Santa Iglesia, y el Rdo. P. Juan B. Moga, el Presidente
de la Junta Directiva Sr. Serrano expuso el programa, si así puede decirse,
Glorias Sevillanas 783

para demostrar el amor que en sus pechos abrigaban á


María, terminando entre los vítores, aclamaciones y vivas
más afectuosos, mezclados con el ruido de las músicas y el
estruendo de las campanas de la vecina Giralda, que vol¬
teaban sin cesar anunciando al
pueblo la gran festividad del
siguiente día.
Llegó el tan deseado día de la Dominica infraoctava de
la Concepción, señalado para la fiesta de la juventud. A
las ocho de la mañaña verificóse en el templo del Salvador
la Comunión, celebrando el Santo Sacrificio el R. P. Juan

de las fiestas que habían de llevarse á cabo; llamando especialmente la


atención sobre la Comunión general, que tendrá lugar el Domingo 14 á las
ocho de la mañana en la
parroquia del Salvador, y sobre la procesión so¬
lemne que, saliendo á las doce de la referida parroquia, debia hacer esta¬
ción á la Iglesia Metropolitana.
»E1 jóven Sr. López de Rueda hizo una gallarda apología del gran
«Pontífice de la Inmaculada», que tantos dias de júbilo proporcionó á la
comunión católica; excitó á sus compañeros á mostrarse verdaderamente
dignos de realizar el pensamiento concebido, é hizo votos por que la Virgen
sin mancilla se mostrase propicia á los ruegos de sus hijos y derramara
abundantes bendiciones sobre la nación y pueblo que la proclamaron su
Patrona á través de los siglos.
»En un discurso eminentemente filosófico
y con gran copia de citas el
Sr. de Burgos dejó irrefutablemente demostrado que «la unión constituye
la fuerza»; y haciendo aplicación de este principio, animó á la concurrencia
á protestar unánimes del común entusiasmo que lleva á los jóvenes cató¬
licos de Sevilla al pie de los altares de María Inmaculada.
«Con gracejocandor inimitables hizo presente el jóven Sr. de Val-
y
denebro y Cisneros la caballerosidad de hidalgos españoles exigía del
que
católico concurso pagar un tributo de gratitud á la Reina y Señora que áun
en carne mortal se dignó visitar nuestra querida patria en las márgenes

del Ebro; y si bien no era preciso acudir en romería al venerando Pilar de

Zaragoza para cumplir esta deuda sacratísima, estábamos al menos obli¬


gados á pasear en triunfo por las calles y plazas de nuestra hermosa Ciu¬
dad á la que es el encanto de los Cielos y fué nuestra esforzada Capitana

doquiera que tuvimos que luchar por la fe de Jesucristo.


»En un razonado y florido discurso el Sr. de Delgado y Cisneros excitó

vivamente al auditorio para que el Domingo próximo se mostrasen dignos


784 Glorias Sevillanas

B.
Moga: el templo ofrecía aspecto imponente, pues su gran
nave central veíase toda ocupada por los jóvenes, que, de
rodillas ante la imagen bendita de María, se preparaban

para recibir el Sagrado Cuerpo del que llevó Ella en su pu¬


rísimo seno. ¡Dichoso y feliz momento aquél, en que se
veían colmados y cumplidamente satisfechos los deseos de
quien iniciara el propósito de ver reunidos los jóvenes se¬
villanos sólo para honra y gloria del Misterio de la Inma¬
culada Concepción!
Durante el Ofertorio de la Misa se cantó desde las tri-

sucesores de los que al celebrar hace veinticinco años la definición del dog¬
ma de la Inmaculada, con regocijos y fiestas formaron época en la historia

del Catolicismo. Se congratuló del entusiasmo despertado en la juventud


sevillana: trazó un cuadro de vivísimos colores demostrando la religiosidad
de nuestro pueblo, y en un arranque de patriotismo decia que, si la gene¬
ración presente negaba sus honores á María, nuestros antepasados saldrían
de sus sepulcros, y áun las piedras mismas de innumerables monumentos
vendrian á postrarse y formar un solio refulgente á la Reina de los Cielos.
«Recordó con la mayor energía el Sr. de la Sota que la puntual asis¬
tencia á la Mesa Eucarística en la mañana del Domingo disiparía toda
vacilación y daria fuerzas suficientes á los jóvenes católicos para protestar

después pleno dia de la fe que late en sus «Marianos» corazones, y


en
para rechazar las burlas y asechanzas que, según costumbre, opondría la

impiedad á esta manifestación genuina y puramente religiosa.


»E1 jóven Sr. González de Lamadrid, retratando en su semblante el

entusiasmo, tributó un homenaje de admiración y respeto al Pontífice de la


Bula Ineffabilis; describió el momento solemne de la definición del dogma

de la Inmaculada; recordó el celo de España en defender y fomentar las

glorias de María, y terminó repitiendo calurosamente que su voz, aunque


débil, sólo con el amparo de la Virgen era bastante para llenar de terror
á los abismos y de alegría á los Cielos.
«También la juventud del Seminario tuvo en esta sesión dignos re¬
presentantes. El Sr. de Villena manifestó ser conforme á los deberes de
católicos, españoles y caballeros el obsequio que la juventud de Sevilla pro¬
yectaba tributar á la Santísima Virgen. Como católicos, porque debíamos
honrar á nuestra Madre común, cuyo nombre de María fué el primero que
invocaron nuestros labios juveniles; como españoles, porque fuera injusto
olvidar que en María están vinculadas las glorias todas de nuestra querida
Glorias Sevillanas 785

bunas de la iglesia, á voces solas, la composición musical


« Totapulchra», dirigida por el Sr. D. Buenaventura Iñi-
guez: llegado el momento de dar la Comunión, colocando
el vaso sagrado sobre el ara del altar, y vuelto de cara al

pueblo, el celebrante pronunció palabras sentidísimas, lle¬


nas de tal fervor y unción, que jamás podrán
olvidarlas
cuantos le oyeron en aquella mañana; el sacerdote jesuíta,

completamente transformado por la vehemencia y fruición


con
que hablaba, sobre todo cuando pronunciaba el nom¬
bre benditísimo de «María Inmaculada», parecía como fue-

patria; y como caballeros, porque no es propio de la raza á que pertene¬


cemos retroceder ante la burla miserable de indignos compatriotas. «La
Ester divina, decia, que trocó en misericordia la justicia; la Judit inspirada
por Dios quebrantar la cabeza de la infernal serpiente, pulverizará
para
una vez más las nuevas formas que la astucia satánica reviste para seducir¬

nos, y nosotros vamos á tener la dicha de ser cooperadores á este triunfo.»

»El Sr. de Gelo, seminarista, leyó una sencilla y entusiasta poesía á


María Inmaculada, con motivo de esta solemnidad, que fué escuchada con
el mayor agrado por los concurrentes.
«Elogió el Sr. de Astillero, también del Seminario, el movimiento re¬
ligioso de Sevilla con motivo de este Jubileo, y describiendo el puesto que
á la juventud correspondía en esta exclamaba:
empresa,
«Nosotros, jóvenes católicos, que sentimos latir nuestros corazones
con todo el rigor y fortaleza que nos presta la hermosa primavera de la
vida, debemos marchar á la cabeza de ese movimiento religioso que ha
obrado en los corazones cristianos la devoción á María. Somos las tropas
de refresco que en la lucha titánica y desesperada que hoy presencia el
mundo, acuden á las huestes católicas para alentar á los que desmayan á
impulsos de las horribles acometidas de la impiedad, y para dar á la Igle¬
sia nuevas esperanzas de victoria y de gloriosos triunfos.»
»E1 entusiasmo indescriptible que animaba á todos los concurrentes,

y los calurosos y nutridos aplausos con que fueron saludados los jóvenes

que tomaron la palabra, no pudo ménos de hacer brotar lágrimas de ale¬


gría á los Sres. Presidentes de honor; y el Sr. Lectoral apenas pudo diri¬
gir una sentida exhortación á los jóvenes, animándoles más y más, cual lo
habia hecho en ocasión análoga, á protestar ante la faz del orbe de su
amor á la Reina de los Ángeles, que ama entrañablemente á los que le
corresponden.» (De la Revista Católica.)
99
786 Glorias Sevillanas

ra de sí; y su rostro tenía tal animación, y sus brazos se


elevaban con tal dulzura y suavidad hacia lo alto, que hubo
momentos en que, revestido como estaba con los ornamen¬
tos celestes, manifiesto su Divina Majestad sobre el altar,
y pronunciando frases llenas de amor y afecto profundísi¬
mo
por la Concepción, semejaba más ángel que hombre, y
como que su cuerpo se iba á elevar de la tierra.
Terminada la Misa, el mismo celebrante, revestido aún,

leyó la protestación de Fe que hacía la juventud de Sevilla


para confesar ante el mundo, que á ejemplo de sus padres
y mayores, estaba dispuesta á verter su sangre, si preciso
fuera, en defensa del Misterio y Dogma de que la Virgen
Madre de Jesucristo y de Dios había sido concebida sin la
rastra del pecado del Paraíso. Concluida que fué dicha pro¬

testación, se cantó por los antedichos coros el « Tu es Pe¬


tras» del Mtro. Eslava, terminándose con la lectura de un

telegrama de S. S., que anunciaba la Bendición Apostólica


en tan solemne momento.
La fachada del templo estaba desde la víspera vestida
de blanco y celeste, y en su parte superior coronábanla in¬
finidad de banderas y gallardetes de iguales colores, sobre¬
saliendo por cima de todas una cuya asta hallábase adhe¬
rida á la cruz de hierro que remata la fachada en su parte
más alta. Por la noche del día 7 hubo magnífica ilumina¬
ción de ovillos embreados á la antigua por todos los pun¬
tos más elevados del edificio, inclusa la torre, habiendo
anunciado sus
campanas la festividad á distintas horas del
mismo día. Una banda de música militar, situada en la pla¬
za después de haber recorrido la estación que había de lle¬
var la procesión, estuvo tocando varias piezas hasta las diez
de la noche.
Al llegar la hora anunciada para la procesión, el templo
y todos sus alrededores hallábanse completamente ocupa¬
dos por los fieles, y en punto de las doce y media empe-
Glorias Sevillanas 787

zóse á organizar. Abría la marcha una sección de la Guar¬


dia Civil, y á continuación el popular Sin-pecado, de ter¬
ciopelo celeste y oro; en dos largas é interminables filas
iban los jóvenes, interpolados los de los distintos centros
de enseñanza, con velas de cera de á dos libras. En el
centro la cruz
parroquial, con la el Sub-
manga celeste, y
diácono con riquísimos ornamentos de este color,
al pro¬ y
mediar la comitiva, la hermosa bandera pintada por Matto-
ni para tan solemne acto: es de gran tamaño; sobre fondo

de raso blanco destácase en tamaño menor que el natural la

imagen de la Concepción, efigie verdaderamente ideal y


de líneas purísimas; el forro de la bandera es de tafetán

celeste, siendo conducida esta insignia alternativamente por


los individuos de la Junta Directiva. Algo más atrás iban
los niños vestidos á la antigua representando á Murillo, Mi¬
guel Cid, Luis de Vargas y Montañés; seis acólitos de so¬
tanas celestes y roquetes, con incensarios y ciriales; la Junta

Directiva, presidida por el Sr. Lectoral y el P. Moga, y en


último término, cerrando, el elegante y artístico paso de
estilo romano ideado por el Sr. Mattoni. Sobre andas que
medían cuatro metros de longitud por dos de latitud, ele¬
vábase un airoso pedestal dorado, octógono, con su corres¬

pondiente plinto cuadrado, midiendo su altura metro y me¬


dio; este pedestal contenía varias inscripciones relativas al
Misterio, á su definición dogmática y al XXV aniversario,
sustentando encima una preciosa efigie de la Concepción,
menor que de tamaño natural, perteneciente á
la comuni¬
dad de religiosas de Santa María de Jesús, la cual llevaba
corona de estrellas, y á sus
pies, cogida por dos de los án¬
geles que adornaban la peana, una banda de gro blanco,
con una
inscripción de caracteres dorados en que se leía:
«.Los jóvenes católicos de Sevilla.» La parte posterior del

paso iba formada de dos altas columnas sobre pedestales,


y de una á otra pasaba gruesa barra terminada en sus ex-
788 Glorias Sevillanas

tremos por pinas, todo de madera tallada y dorada: las co¬


lumnas remataban en artísticos plumeros blancos. Pendiente

de ambas columnas, y sujeto por grueso y rico cordón de


oro, caía amplio paño de terciopelo celeste forrado de ta¬
fetán blanco, con agremanes y flecos de oro, en airosa y
elegante disposición. Por la parte anterior lucía el paso
gran número de jarras de plata con ramos altos de flores
naturales, é infinidad de candeleros y candelabros del mis¬
mo metal, sobresaliendo entre todos dos de ellos colocados
sobre altos pedestales dorados, conteniendo cada uno cin¬
cuenta luces, que juntas con las demás, sumaban doscien¬
tas treinta y cuatro. Las andas iban cubiertas de damasco
blanco, produciendo todo admirable golpe de vista y de
gran efecto artístico. Detrás iban el Preste y el Diácono,
con el clero
parroquial, vistiendo el terno celeste de la her¬
mandad de la Concepción de la parroquia de Santa Ana,

generosamente cedido para este acto; concluyendo con pi¬


quete militar, bandera y música, que con la mayor espon¬
taneidad tuvo á bien enviar el Capitán General.

Imposible es describir el entusiasmo que se produjo en


el momento de aparecer la Santísima Virgen á las puertas
del templo: la plaza, completamente ocupada por el pue¬
blo que se aglomeraba en ella dando vivas sin cesar; las
casas vestidas de colgaduras blancas y celestes; las azoteas

de la iglesia, coronadas por las flámulas que gallardamente


ondeaban en el aire; desde los sitios altos caía copiosa llu¬
via de flores, palomas, versos, estampas y aleluyas con
motes alusivos á la Concepción; la música militar atronando

los espacios con los acordes de la marcha real, y todo en


uno de esos días tan esplendorosos que la Naturaleza ofre¬

ce á Sevilla, de sol radiante y cielo azul y sereno, después

de haber visto desfilar á la flor y nata de la juventud, en


tal número, que llegaron á más de seiscientos los cirios re¬

partidos por el que escribe estas líneas. Tanto en este mo-


Glorias Sevillanas 789

mentó, como al entrar la procesión y á su paso por la plaza


de San Francisco y por la Giralda, los coros cantaron los
números musicales de que ya hemos hablado antes, contri¬

buyendo de esta manera al mayor lucimiento de la fiesta.


Siguió la comitiva por las calles de Alcuceros, Dados,
Encarnación y Universidad, para pasar por este centro de

enseñanza, siguiendo luego la carrera ordinaria de las ca¬


lles Cuna y Cerrajería, plaza de San Francisco y calle de
Génova, en cuyo punto empezaron á oirse las campanas
de la Giralda, que anunciaban la proximidad de la Virgen;
haciéndose estación á la Catedral, en cuya puerta de San

Miguel esperaba una comisión del Excmo. Cabildo, que


acompañó hasta la de salida, ó sea la de los Palos, habien¬
do visitado la comitiva religiosa las capillas de la Antigua,
la Gamba y la mayor.
En los balcones del Palacio Arzobispal estaba el Pre¬
lado lleno de complacencia, viendo manifestación tan her¬
mosa
y garrida hecha por la juventud á la Reina de los
Cielos, dando su pastoral bendición á tan numeroso con¬
curso enmedio de los vivas á la
Concepción y del sonoro
canto que al pie de la Giralda entonaban los sevillanos:

«Todo el mundo en
general,
A voces, Reina escogida,
Diga que sois concebida
Sin pecado original»;

que hoy como ayer, y mañana como hoy, será siempre el


grito de entusiasmo con que esta Ciudad se distinguirá,
proclamando al universo mundo la Limpia Concepción de
María. Siguió su ruta por las calles de Placentines y Fran¬

cos, mostrándose por todas partes la alegría y júbilo que


su presencia despertaba, arrojando las damas desde los bal¬

cones un diluvio de flores. Al llegar de vuelta al


templo era
imposible el tránsito por la plaza, pues todos pugnaban
por ver entrar la Virgen en la iglesia. Cuanto de este mo-
790 Glorias Sevillanas

mentó se diga es poco,


pues allí las masas corales cantan¬
do el Himno de Pío IX, la banda de música por otro lado,
el órgano del templo dando al aire todos sus registros, y
las voces de mil criaturas que no exhalaban más que un
grito de amor á la Inmaculada, produjeron tal estruendo,
que sólo puede ser comparable con la escena que se veri¬
ficó en Regina Angelorum en 1616, según dijimos en el

capítulo en que hablamos de las fiestas de ese año.


Así se realizó y terminó la fiesta escolar en el XXV ani¬
versario de la declaración dogmática, llenándose cumplida¬
mente el ideal que sus promovedores se propusieran, cual

fué, dar testimonio público del gran amor que sentía la ju¬
ventud de esta noble tierra por su devoción más pura, her¬
mosa y tradicional.

La Universidad de Beneficiados de esta Ciudad, com¬

puesta por todos los Sres. Párrocos de la misma, acordó


verificar solemnísimos cultos á la Concepción
la iglesia en
del Divino Salvador los días 14 y 15, como lo efectuaron
con toda
pompa y esplendor; teniendo lugar en la mañana
del último día una numerosa Comunión general, donde con¬
currieron las congregaciones religiosas de todas las demás

iglesias parroquiales.
Conmovedora é imponente fué asimismo la que se cele¬
bró en el trascoro de la Santa Iglesia Catedral el último

día, dispuesta por el capitular entonces, y hoy Obispo de


Málaga, el Excmo. Sr. D. Marcelo Spínola y Maestre, á la
cual concurrió, como estaba invitada, toda la población ca¬
tólica de Sevilla. Efectuaron asimismo solemnes fiestas, la
hermandad de San Pedro Advíncula, los nazarenos de la
Santa Cruz de Jerusalén y María Santísima de la Concep¬
ción, las religiosas Franciscanas, y en general todos los
templos de la Ciudad (1).

(1) Merecen recuerdo especial por su actividad y fervor en las fies-


Glorias Sevillanas 791

Actualmente los cultos que se tributan al Sacrosanto


Misterio de la Concepción están
relación con el período
en
que se atraviesa. Entibiada la piedad y empobrecida la
Iglesia con las distintas incautaciones que los Gobiernos
han venido efectuando en sus bienes y riquezas, claro es

que hubieron de desaparecer ó aminorarse aquellas pingües


rentas con que en otros días, tanto en la gran Basílica co¬

mo en las parroquias, se efectuaban solemnísimos y


esplén¬
didos octavarios dotados por la piedad española para honra

y gloria de la Santísima Virgen. Por lo tanto, disminuidas


las rentas de la fundación de D. Gonzalo Núñez de
Sepúl-
veda, es evidente que el culto catedralicio
no puede ser el
de antiguas épocas, sino que se ha rebajado y empobrecido

proporcionalmente. Sin embargo, las riquezas artísticas, las


joyas, la majestad y aparato de esta Catedral, hacen que
aún resulte grandiosa la fiesta de la Concepción y su so¬
lemne octava. Desde 1879 viene celebrando de nuevo en
se
la misma la Misa de Cofradía, habiendo obtenido privilegio
para efectuarla el 8 de cada mes y vestir ornamentos celes¬
tes si lo
permite la liturgia del día. Aún se conserva la cos¬
tumbre de cantar en ella por los seises, como en la de los

Sábados á Ntra. Sra. de la Antigua, las coplas de Miguel


Cid, con la música que damos en este libro y que dejamos
referida.
Conserva gran
solemnidad el octavario que tributa á
laConcepción el clero de la parroquia del Divino Salvador,
guardando la tradición de la antigua Colegial: celébrase
estando manifiesto el Santísimo Sacramento en el altar de

plata de la Compañía, rezándose durante estos días todas


las Horas canónicas áórgano y con número de sochantres,
tas que acabamos de referir, el Excmo. Sr. D. José M. de Hoyos, Presidente
á la sazón del Ayuntamiento, y la comisión nombrada por el Cabildo Ecle¬
siástico, compuesta de los Sres. D. Marcelo Spínola y Maestre, actual
Obispo de Málaga, y D. José M. Ruiz, canónigo.
7 92 Glorias Sevillanas

resultando los expresados cultos dignos de iglesia catedral.


No sucede asíen la parroquia
de Santa Ana, donde la
hermandad Sacramental, que sufragaba los gastos de la
fiesta y octava, ha perdido casi todos los bienes destina¬
dos á este fin, reduciéndose hoy por lo tanto á verificar el

octavario, si bien colocando el altar de plata, pero con gran


modestia y sencillez. Igual pasa en Santa María Magdale¬
na, San Bernardo, San Gil, San Vicente y otras, cuyos bie¬
nes se han perdido en su totalidad, dando por resultado

el término de los cultos, que antes se rendían con gran os¬


tentación.
En la
iglesia de San Antonio Abad, en cuyo altar ma¬
yor venérase la efigie de la Concepción que estaba en el
convento de San Diego, y de la que hemos hablado en el

capítulo IV, celébrase anualmente á dicha imagen lucida


novena, que costea con gran munificencia, así como otros
numerosos cultos que tienen
lugar en distintos templos de
esta Ciudad, la piadosísima Sra. D.a Gertrudis Suazo, viu¬
da de Caballero Infante.
La hermandad del Rosario de Nuestra Señora de la

Antigua aún continúa saliendo procesionalmente con mú¬


sica en la mañana del 8 de Diciembre, haciendo estación á
la capilla de la Concepción del Postigo, y luego á la Cate¬
dral. Mas, sin duda alguna, los cultos más hermosos que
se tributan á la Inmaculada en Capital en las iglesias
esta

particulares son los de la Congregación de las Hijas de


María, cuya fundación en Sevilla data de 6 de Enero
de 1856, en el templo de Santa Inés. Desde esta época ha
venido la Asociación referida celebrando anualmente con

más ó menos solemnidad la novena de la Concepción, pu¬


diéndose decir que en la actualidad es lucidísima, tanto por
el lujo y esplendor que en ella despliega, como por la con¬
currencia de fieles que lleva al templo del Santo Ángel,
donde se halla establecida.
Glorias Sevillanas 793

Celébranse además otros muchos octavarios, ya en las

iglesias conventuales, ó bien en las parroquiales, costeados


por fieles y devotos del Misterio; habiendo sido en el últi¬
mo año en tan crecido número, que apenas si quedó tem¬

plo alguno donde se dejara de efectuar; recordando aquí


de paso que es devoción de esta tierra, como es sabido, el
celebrar la octava concepcionista en todos los colegios y
en muchas casas
particulares.
Claro y evidente es que el decaimiento que sufre en
general el sentimiento religioso ha tenido que afectar, como
parte que es de él, á la devoción y culto concepcionista:
mas, sin embargo de esto, y á pesar de la penuria de los

tiempos presentes, sigue siendo la nota más delicada y el


afecto más vivo de la piedad sevillana el amor á la Purísi¬
ma Concepción, heredado de otras generaciones de más fe

y más alientos religiosos que las actuales; pudiéndose ase¬

gurar que aún para los sevillanos el día de la Concepción


es el día clásico por excelencia, gozando su fiesta del en¬
canto y sabor de otras edades, y siendo la festividad propia
de esta Ciudad. Todavía en la noche del 7 de Diciembre

aparece iluminada de la manera más espontánea que darse


puede, expresando así sus inveterados afectos y sentimien¬
tos; y al sonar la hora de las doce ese día, cuando todas
las campanas se echan á vuelo para festejar á nuestra ex¬
celsa Patrona, y en la Casa del pueblo se iza la bandera
blanca con la efigie de la Concepción dibujada en su fondo
con tintas celestes (1), y la Ciudad empieza á ostentar en

(1) Es costumbre en las Casas Capitulares izar esta bandera en la


gran fiesta del 8 de Diciembre, desde las doce de la mañana del día de
la víspera. Data tan loable uso de la épocafué Alcalde el Sr. D.Juan
en que
García de Vinuesa, de tan grato recuerdo Ciudad.
para esta
En la actualidad también asiste el Excmo. Ayuntamiento á la función
de dicho día en la Catedral; si bien esto sufrió algunas intermitencias, con
motivo de los cambios de la política, en épocas pasadas.
100
794 Glorias Sevillanas

las fachadas de sus casas colgaduras con iguales colores,


por un momento parece y recuerda la misma de otras
edades.
Ya hemos visto cómo en fecha
muy remota Sevilla
no

respondió generosa y denodadamente cuando se le habló


invocando el nombre sacrosanto de la Concepción Inmacu¬

lada, y se alborozó llena de alegría y entusiasmo ante el


ideal santo de toda su vida. Indudablemente que aún con¬
serva en el fondo de pecho el amor más acendrado y
su

puro por tan dulce Madre; mas, como sentimiento delica¬


dísimo, guárdale en lo más recóndito del corazón, y no ha¬
ce constantemente alarde de él; pero que enmedio del in¬

diferentismo y de la impiedad, que quieren terminar con


toda clase de afectos religiosos, hartas pruebas tiene dadas
de su fe inquebrantable y de lo que abriga en su alma. Se¬
villa no puede dejar de ser religiosa, porque sus hijos lle¬
van
ingertas estas ideas, como dijimos en el prólogo, hasta
en la médula de sus huesos: podrán venir períodos en que

se
ataque á la Religión, al culto de sus templos, á la prác¬
tica de las costumbres y preceptos religiosos; pero jamás
se podrán destruir estos sentimientos, que vivirán con ella

eternamente.

Cierto que en la época presente ha llevado golpe rudí¬


simo, y que aún le combate, habiendo salido de esta lu¬
se
cha lastimado, no ya sólo el espíritu religioso, sino aun el
sentimiento artístico, que en ella siempre vivió al calor de
las grandes creaciones de otros siglos, si bien dando pruebas

muy débiles de su existencia, pero siempre inspirado en los


ideales de nuestra propia escuela, eminentemente artística

y religiosa, produciendo obras que aun con sus defectos de


época resultaban más preferibles que las que nos aporta el
novísimo arte, extraño por completo al nuestro. Y que esto
haya sucedido no es de extrañar, pues aquí las artes sólo
prosperaron al lado de la Religión; así que, en pos del ata-
Glorias Sevillanas 795

que y empobrecimiento de ella, no pudo por menos de


ocurrir, no ya la decadencia artística más absoluta, tendién¬
dose á borrar hasta las huellas de aquellos imitadores del

antiguo estilo, sino aun, lo que es peor, ha venido la per¬


versión del gusto artístico-religioso.

Jamás podremos acostumbrarnos á ver sobre los altares


de nuestros templos esas obras de cartón-piedra y esca¬

yola, producto de la industria moderna, que parece van á


tomar carta de naturaleza en esta tierra, contra cuyas tra¬
diciones pugnan por completo. Menos mal, aunque no con¬
formes, con que esta moda y género de imágenes hubiese
invadido las moradas de los fieles; pero jamás debieron re¬
basar las puertas de los templos donde se admiran los pro¬

digios de Montañés, Roldán, Torrigiano, Hernández, Del¬


gado, Gijón, la Roldana, Hita del Castillo, Duque Cornejo,
Ramos, Molner, Astorga y otros mil, cuyas obras están
constantemente acusándolas de profanación de la Religión

y del Arte, pues en ellas nada hay que eleve el alma á la


contemplación de las cosas divinas, ni el verdadero espíritu
que vivifica las obras de arte, encontrándose sólo el ama¬
neramiento y afectación propios de las obras mecánicas ó
de molde; siendo por lo tanto verdaderamente ofensivas

para la estética cristiana.


Junto con esta decadencia del gusto religioso-artístico,
nótase en general un desviamiento de nuestras tradiciones

y del culto de antiguas y venerandas imágenes (i), que no

(i) Va tomando tal incremento todo lo que conspira contra nuestro


culto propio genuino, antes siempre severo, grave y sublime, que creemos
debe ponerse conato especialísimo en
desterrar todo aquello que ha ve¬
nido á adulterarlo, y aun amenaza terminar con él. Nada queremos decir
de las efigies novísimas, bien las importadas de Francia ó bien las ejecu¬

tadas siguiendo ese mismo estilo, pues son verdaderamente detestables, no


encontrándose en ellas nada que sea artístico, y resultando muchas feas y
ridiculas.
796 Glorias Sevillanas

puede de deplorar todo corazón español y reli¬


por menos
gioso. ¡Lástima debieran frecuen¬
es que no se vean como
tados nuestros santuarios, testigos fieles de la fe de nues¬
tros padres y de las maravillas y milagros obrados en ellos.

El Pilar, Santiago, Covadonga, Monserrat, Aranzazu, la

Antigua, Guadalupe, la Hiniesta, los Desamparados, Val-


vanera, Regla, Fuencisla, la Almudena, la Caridad, Atocha,
Gracia y otros mil fueron en un tiempo los centros ó focos
de donde irradiaba la piedad española, y ya en los últi¬
mos años del siglo XIX sus lámparas yacen apagadas y sus

caminos están desiertos, pues apenas si hay quien de ellos


se acuerde. Á los pies de
sus altares se formó el espíritu
que nos hizo un pueblo grande: en ellos oraron nuestros
capitanes, nuestros guerreros, nuestros poetas, nuestros san¬
tos, nuestros artistas, nuestros escritores, y en ellos también
se postraron los Fernandos é Isabeles, los Isidoros é Ilde¬
fonsos, y los vencedores de las Navas, de Lepanto y de

Pues no digamos nada del moderno alumbrado: en los templos sólo se


usó
para el culto divino la cera y el aceite de oliva; mas hoy la moda ha
abierto mano con tal amplitud en esto, que el gas sirve para alumbrar, no
ya lo que constituye el cuerpo de iglesia, sino que también se ve en los
mismos altares, pareciéndonos esto irreverente, pues creemos debe haber

alguna diferencia entre los escenarios de teatros, iluminados en esta forma,


y los altares donde se venera al Dios vivo, Creador de todas las cosas, y

que por lo tanto débesele ofrecer lo más limpio y puro que ofrece la Na¬
turaleza.

En otros tiemposiluminaban los templos y retablos, es verdad, con


se
menor número de luces que
hoy, ordinariamente, que en casos precisos
también se excedía de ciertos límites; pero resultaban las iglesias llenas de

majestad y unción mística, que en la actualidad han perdido por completo


esas iluminaciones teatrales, hechas con
con
bujías de estearina, en que las
múltiples lucecitas forman curvas, líneas, arcos, pirámides, triángulos y
otras figuras geométricas, que en las verbenas y fiestas profanas llenan

perfectamente su papel: mas en las iglesias debe desterrarse este abuso, que
constituye una verdadera profanación y ofende á la estética cristiana.
Todo esto obedece á yo no sé qué aires transpirenáicos, que tratan
Glorias Sevillanas 797

Bailén. De esos benditos santuarios, de sus venerables imá¬


genes de María, fulguró siempre el culto y devoción con-
cepcionista, devoción y culto eminentemente españoles, y
en ellos se bebió aquella fe y aquella piedad que constante¬

mente, un siglo y otro siglo, un año y otro año, un día y


otro día, un instante y otro instante, hizo clamar al Rey

de España y á su pueblo, al potentado y al pobre, al sa¬


cerdote y al soldado, al niño y al anciano, para que lle¬

gara el felicísimo día que nos dió el Pontífice Pío IX; y


en Guadalupe
y en Atocha Fr. Francisco de Santiago, y
en la
capilla de los Reyes de la Catedral sevillana el ve¬
nerable Bernardo de Toro, escucharon palabras que les in¬

dujeron y alentaron á realizar empresa santa, una empre¬


sa celestial: la de emprender los primeros pasos de la obra

que había de coronarse en la inolvidable mañana del 8 de


Diciembre de 1854; y tales fuerzas tomaron con las pala¬
bras de tan divinos Simulacros, que después de levantar

de aclimatar en nuestros templos modas, no contentos con haber¬


sus usos y
se
ingerido en nuestra lengua, literatura, y en nuestras costum¬
en nuestra
bres; y esto de tal modo y grado ha descendido á la vida práctica, que
hoy desgraciadamente hasta en las academias y colegios se enseña á rezar
á las jóvenes y se les hace usar devocionarios escritos... no en el idioma de
Sta. Teresa, de Fr. Luis de Granada y de Cervantes, sino en francés.
Esto y otras cosas que nomencionamos vense hoy por desgracia, y
con las cuales
jamás podremos transigir, pues las respele en general el sen¬
timiento religioso español, que á fuer de tal, siempre tendrá que ser puro
é inspirado en las costumbres y usos de nuestros mayores. Ofrezcamos,

pues, á la Virgen culto informado en las antiguas prácticas y tradiciones,


y no queramos amalgamarlo con nada extraño, para que en la vida religiosa
no suceda lo que en la social, que toda está basada en el corte de patro¬
nes extranjeros. Procuremos atenernos en un todo al sentido práctico ge-
nuinamente español, hemos tenido que ir á tierras
para que no se crea que
extrañas á mendigar aquello en lo que siempre nosotros dimos ejemplo

á todo el mundo; teniendo siempre entendido que con el destierro de estas


imodas y abusos ganan mucho el sentimiento religioso y el sentimiento pa¬
trio, que á todo trance debemos procurar se conserve incólume.
798 Glorias Sevillanas

pueblos y ciudades, villas y aldeas, todo el mundo en ge¬


neral, acuden á Roma, donde la vida del último se consa¬

gra á tan ardua tarea,pero tan por completo y de lleno,


que allí acaba sus días, después de largos años de labor
en prosecución de este fin, permitiendo el Cielo que su
muerte acaeciera en dicha ciudad y que allí quedara ente¬

rrado, como para que sus cenizas y restos mortales fueran


un día, andando los
tiempos, como testigos de la gloriosa
Definición, que el humilde sacerdote sevillano había ido á
impetrar del Vicario de Cristo sin más mérito para ello que
los avisos é inspiraciones que recibiera del Cielo, y un
corazón rendidamente enamorado de la Inmaculada Virgen
María.

Llegamos á la última página de este pobre y desali¬


ñado trabajo, en el que sólo hemos querido historiar á la
ligera la devoción sevillana de la Concepción, tocando como
de paso los puntos más culminantes de la misma, para de¬
mostrar lo que nos propusiéramos: es decir, que no hay

pueblo en el mundo que nos aventaje en amor á tan Purí¬


simo Misterio, ni que tanto haya trabajo por su exaltación;

por lo que con sobrados motivos se llama á Sevilla la Ciu¬


dad Mariana y la Tierra de María Santísima. ¡Ojalá que
con ello hayamos podido contribuir siquiera á sostener el

recuerdo de acontecimientos memorables, y el de los gran¬


des varones que obraron inspirados por este sentimiento

nobilísimo, para que así sirvan de memoria á los venide¬


ros, alentándolos á la imitación de sus ejemplos y virtudes.

Quiera el Cielo que al conmemorar el Excmo. Ayunta¬


miento de esta Ciudad en el año de 1904 el quincuagésimo
aniversario de la declaración del dogma de la Concepción,

acuerde, á imitación de otras ciudades que con menos mo¬


tivo lo han ejecutado, la erección de un monumento, ele¬
vándole en una de sus plazas, donde sobre altísima colum¬
na se vea vaciada en bronce una de las portentosas y su-
Glorias Sevillanas 799

blimes creaciones que nos dejara trazadas el divino pincel


del inmortal Murillo, que, como La Colosal, se ostentaría
en
aquella actitud arrebatadora en que la contemplamos,
cerrándose con este fausto suceso el ciclo concepcionista
sevillano: dicho monumento compendiaría la gran fe reli¬
giosa de nuestro pueblo y su profundo sentimiento artís¬
tico cristiano, pues en él aparecerían perfectamente auna¬
dos el amor de la Muy Noble, Muy Leal, Heroica é Invicta
Ciudad á María Inmaculada y la apoteosis más cumplida
de su más predilecto hijo, el más fiel intérprete de sus amo¬
res
religiosos, del pintor de las Concepciones, cuyos dos
títulos constituyen las grandes glorias sevillanas.

A. M. G. B. V. M.
p—■

'

.■

MSÍ
BIBLIOGRAFÍA SEVILLANA
DE

oonsrcEDPGXóisr

DESCRIPCIONES DE FIESTAS

—Jesús, Maria, Joseph: Relación | breve del modo | con


qve los sacerdotes | y Clérigos de la Congregación de
Seuilla, cele ¡ braron sus santas Carnestolendas, en la
Casa | Professa de la Compañía de Iesvs | de la mes-
ma Ciudad, este Año de 1606. Escrita al Cauallero de
Gracia, Fundador del Con | uento de la Concepción de
Descaigas, Yglesia de San Ioseph de Madrid; Por el Li¬
cenciado Francisco de | Lvque Faxardo, de la mesma
Congregación [ y su Secretario.
Folleto de 8 hojas en 4.0; grab. en mad.; recl.; sign. A.—
Texto. (Biblioteca de Gallardo.)

—Copia de unas | cartas qve el ¡ Licenciado Francisco


de ¡ Luque Fajardo, Prefecto de la Congregación de
Sa | cerdotes de Seuilla, escriuió al Cauallero de Gracia
en el quele da cuenta de las | Santas Carnestolendas j
que la dicha. Congregación celebró en la Casa Pro | fessa
de la Compañía de Iesus, y de otras que | se celebraron
dentro y fuera de la mes | ma Ciudad, este presente
año de 1607. | Conceptio tua Dei
genitrix Virgo. (Gra¬
bado.) Gaudium anuntiauit vniverso mundo. | Al Caua¬
llero de Gracia, que guarde Dios, en su Conuento ¡ de la
IOI
8o2 Glorias Sevillanas

Concepción Descaigas, Ygíesia de San Ioseph, jun | to


á la Red de san Luys. En Madrid.
Foll. de 12 hs. en
4.0; recl.; sign. A.—Texto. (Bib. Gall.)

3.—Fiesta que | instituyó la insigne Cofradía | de los Naza¬


renos, y santissima Cruz de Jerusalem, | sita en San An¬
tonio Abad desta ciudad de Seuilla, ¡ y juramento que
hizieron los Hermanos j fauor de la inmaculada Con¬
en

cepción de | la soberana Reyna de los Angeles. | Ma¬


ría Madre de Dios, y Se | ñora nuestra, concebí | da
sin pecado | original. (Grab. en mad.) En Seuilla, por
Alonso Rodríguez Gamarra. 1615.

4.0; 4 hs.; sign. a.— Port.—Texto.—Aprob. de Alonso


Gómez de Rojas.—Censuras del L. Antonio de Villagrasi,
sin fecha, y del L. Jerónimo de Alfaro: 5 de Octubre 1615.
—Lic. del vicario para la impresión: Sevilla 5 de Octubre

1615. (Bib. del Excmo. Sr. Duque de T'Serclaes.)

4.—Fiesta | que instituyó la insigne cofradía | de Nro P. Je¬


sús nazareno, | y Santissima Cruz de Jerusalem, [ en su
Capilla sita la Real Casa hospital de | San Antonio
en
Abad de Sevilla, | para la annual revalidación del So¬
lemne | voto, y Juramento | de defender hasta dar la vi¬
da, que la Virgen Maria | N.a S.a fué Concebida sin
Mancha de pecado Original en el | primer instante de
su ser natural, que hicieron sus Hermanos | en Acuerdo
General el dia 29. de Septiembre [ del año de 1615. |
Impresso primeramente por Alonso Rodriguez Gamarra,
en el mismo año | de 1615. y reimpresso en este de
1671. con addicion de la forma de la | Revalidación del
dicho Voto, según se ha venido ejecutando | anualmen¬
te desde aquel tiempo. | Con licencia: En Sevilla, en la

Imprenta de Joseph Padrino, | Mercader de Libros en


la Calle de Genova.

Foll. de 8 hs. en 4.0; grab. en la port. (Arch. Municipal.)


Glorias Sevillanas 803

5.—Noticia histórica | del origen de la Bandera | Que de


nuevo
| vuelve a sacar en su procesión ¡ El viernes San¬
to de madrugada | la insigne cofradía de los Nazarenos
|y Santísima Cruz en Jerusalen | este año de 1816. |
Cara principal de la Bandera. (Grab. con el dibujo de
la
bandera.) Explicación. | Quis Sicut Maria Deipara
Absque labe Concepta? ] Quien como Maria Madre de
Dios Sin pecado Concebida? (Al fin:) Sevilla Imprenta
Castellana y Latina | Calle de la Mar. Año 1816.
En 4.0; 10 págs. (Bib. Capitular.)

Publicóse luego una

52-0—Adición | á la noticia histórica | de la bandera | que


saca en su procesión
| el Viernes Santo de madrugada
| la antigua cofradia | de los Nazarenos y Santísima
Cruz | en Jerusalen. (Grab. con los dibujos de la
band.)
2 hs. en 4.0 sin lugar de imprenta. (Bib. Cap.)

6.—Carta | Al Ils.mo y R.mo Se | ñor Cardenal Qapata, |


del Padre Damian de Lugones, Guardian del | Conuento
de San Francisco de Seuilla, en la qual ¡ responde á su
Ilustrissima, dándole cuenta de la | solemnísima fiesta,
y Octauario, que el dicho Conuen | to hizo á la Inma¬
culada Concepción de la Virgen I nuestra Señora, en
ocho de Diziembre del año | de mil y seyscientos y

quinze, con todo el | aderego de la Iglesia, y Capilla,


Al | tares, Claustro, Sermones, Pro | cesiones, Fuegos,

y todo ¡ lo demás la | fiesta


uvo. (?) (Adorno.)
que en
Con licencia;[ Impresso en Malaga, por Antonio René.
Año de | mil y
seyscientos y diez y seis.
En 4.0; 51 págs.; recl.; sign. A2.-N3.— Texto. (Biblio¬
teca D. T.)
En contestación á esta carta se recibió la siguiente:
804 Glorias Sevillanas

62°— Relación | de vna carta qve el Re | uerendissimo


Padre Fray Antonio de Trejo | dignissimo General de
la sagrada Religión | del Seráfico Padre San Francisco
escriuio a la | Cofradía de la Inmacvlada Concep | cion
de nuestra Señora Concebida | Sin Mancha de Pecado

j Original: en respuesta de otra carta, | que la Cofradía


escriuio a su Reuerendissima
| dándole cuenta de su pa-
ssada al Conuento de | de (sic) San Francisco desta Ciu¬
dad. Y de vna pa- ¡ tente que el dicho Padre General
mandó des- ¡ pachar en orden al augmento, y comodi¬

dad, | que la Cofradía tenga en el dicho Monasterio. [ Y


de las gracias que da en ella al Padre ¡ Fray Damian
de Lugones | Guardian del. (Adorno.) Impresso con
licencia, en Seuilla, por Alonso Rodri- | guez Gamarra.
Año 1616.

4.0; hs. sin foliar, con la sing. A.—Port.—V. en blanco.


4
—Esc. de la Compañía de Jesús.—Texto.—Pág. en blanco.
(Bib. D. T.)

7.—Discvrso de las | Fiestas que se hizieron, a la ¡ inma¬


culada Concepción de la Virgen Maria nuestra señora j
madre de Dios, concebida sin mancha de pecado origi¬
nal | : en el insigne conuento del Seráfico padre san
Francisco de | Seuilla, desde su dia ocho de Diziembre
deste Año de 1615 | hasta quinze del dicho mes, y
.

quien predicó, y hizo las | fiestas: ordenado el discurso


dellas, por un deuoto ¡ de la limpísima Concepción de
nuestra Señora. Con licencia | . Impresso en Seuilla,

por Diego Perez. Año de 1615 | . Vendense, frontero


del Collegio de la Compañía de Jesús ] , a el barrio del

Duque.
Fol.; 2 hs.; recl. (Bib. Cap.)

8.—Relación de las | Phestas qve en Sevilla se hizieron á


Glorias Sevillanas

| diez y y diez y nueue de Setiembre á la Imagen


ocho,
de la Inmacu | lada Concepción de Nuestra Señora, con
ocasión de la pro | cessiones que hizo su Cofradia, lle-
uandola al Conuen | to de San Fran.co y boluiendola
al de
| Regina donde Salió. | Por Pedro de Escalante
Presbítero, vezino de Seuilla (Al fin:) Impressa con li¬
cencia, en Seuilla por Alonso Rodríguez Gamarra. ¡ Año
de mil y seyscientos y diez y seys.

Foll. de 4 hs. en 4.0; sign. A2; recl.—Texto. (Bib. Cap.)

—Segvnda { relación de la Fies | ta que se hizo en Se¬


uilla Lunes diez y| nueve de Setiembre á la Santa Ima¬
gen de | la Concepción, con ocacion de la proces | sion,
que sus Cofrades hizieron pa | ra bolverla del Conuento
de San Francisco al | de Regina. (Al fin:) Impressa con
Licencia en Sevilla por Alonso Rodríguez Gamarra. |
Año de mil y seyscientos y diez y seys.

4 hs. en 4.0; recl.; sign. A.—Texto. (Bib. Cap.)

.—La solenissima | fiesta, y procession, qve haze la ¡


Ilustre Cofradia de la Pura, y Limpia Concecion á su

Imagen, [ llevándola de el Monasterio de Regina-coeli, á


la Iglesia mayor, ¡ y de alli al Convento de San Francis¬
co. Y el ornato, y col
| gaduras estraordinarias, que no
perdonando sun | tuosos gastos, los vezinos desta ciu¬
dad ] por las calles, y passage de la j Procession hazen.
¡ Compuesto por Luis de Belmonte Bermudez. (Est. de la
Virgen.) Con licencia por Francisco de Lyra, ¡ 1616.
En 4.0; 4 hs.; recl.; sign. A2-A4.—Texto. (Bib. Cap.)

.—Relación de la Fiesta que la nobi | lisima Cofradia


de nuestra Señora de la Concepción (sin mancha origi

j nal) hizo á su soberana Imagen en la salida del Cno-


8o 6 Glorias Sevillanas

uento de Regina | al de San Fran.co de la Ciudad de


Seuilla, Domingo diez y ocho | de Setiembre deste año
de 1616. | En Sevilla, con licencia por Gil López Lu-
cenilla hijo humilde de esta Ciudad.
4 hs. en 4.0; sign. A.—Romance á dos columnas.
Empieza así:
«En la ciudad mas ilustre
que el Sol con sus rayos viste»,
y termina:
«para el segundo prometo
pluma ayrosa, y lengua libre.» (Bib. Cap.)

12.—Segundo Romance a la buelta de j la Imagen de la


limpia Concepción de nuestra Señora sin mancha ori
| ginal, desde el Convento de San Francisco hasta el de
Regina | Angelorum desta Ciudad de Sevilla, Lunes |
diez y nueve de Setiembre deste | año de 1616. | Com¬

puesta por Gil López de Lucenilla, hijo humilde desta


ciudad, á pe | dimientos de Juan de Acosta, | Escrivano
de Su Magestad y del Cabil j do de los señores Jura¬
dos della. j Con licencia, en Sevilla por Alonso Rodrí¬

guez Gamarra | año de 1617.


4.0; 4 hs.; grab. en mad.
Empieza así:
«Después que el pastor d'Admeto
Hizo del mar christalino...» (Bib. Gall.)

13.—Estatuto | acuerdo ¡ del voto, y iuramento; que con


y
licencia, aprobación del Ilustrisimo Señor D.n Pedro
¡ y
de Cas | tro y Quiñones, Arzobispo de Seuilla, &.a hizo
la sagra ¡ da Cofradia de Sacerdotes del Señor S.n Pe¬
dro ad Vin | cula desta Ciudad de Seuilla: cerca del Mis¬

terio, y | celebridad de la Purísima Concepción de la


j Santissima Virgen Nuestra | Señora.
Glorias Sevillanas 807

En Seuilla á quatro dias del Mes de Margo, de ¡ 1616.


años. Ante el Ilustrissimo Señor D.n Pedro | de Castro,
y Quiñones mi Señor, Arzobispo de | Seuilla, del Con¬
sejo de su Magestad &.a | se presentó esta petición.
4 hs. en 4.0 sin pie de imprenta. (Bib. D. T.)

14.—Relación | de las Fiestas


qve la Cofradia de | Sacer¬
dotes de San Pedro ad Vincula celebró en su Parroquial

(así) | Iglesia de Seuilla la Purissima Concepción de


a
la Vir- | gen Maria nuestra Señora. Con el estatuto | de
defender su inmunidad, y | limpieza. | Al Ilustrissi¬
mo
y reuerendissimo señor don Pedro de Castro y Qui¬
ñones
j Argobispo de Seuilla, del Consejo del Rey nues¬
tro señor. | ^ Por el Licenciado Francisco de Luque Fa-

xardo Presbítero | Rector del Colegio Seminario de la


misma Ciudad. (Esc. de armas de D. Pedro de Castro,

grab. en madera.) Con Licencia. | En Seuilla, por Alon¬


so Rodríguez Gamarra. Año de 1616.
4.0; 74 hs.: 4 de principios y 82 foliadas (son 70: desde
el fol. 45 en adelante está muy equivocada la numeración)-
sign. A-S, de cuatro hs., menos la S, que tiene dos.
Port.—V. en
blanco.—Aprob. de Mateo Rodríguez: En
este Colegio de San Hermenegildo de la Comp. de Jesús (de
Sevilla) 23 de Julio de 1616.—Lic. del Ldo. D. Gonzalo de
Campo: Sevilla 27 Julio 1616.—Al Lector.—Dedic. firmada
por el autor: De este Colegio Seminario (de Sevilla) 3 Oc¬
tubre 1616.—Adorno.—Erratas.—Prefación.—Texto.—(Ad¬
vertencia que dice:) «Por no alargar mas esta Relación, se

deja un gran formulario de cartas de personas gravísimas,


que aprueban el intento y saldrán en otro volumen. Lo mis¬
mo
digo de los Sermones.»—Pág. en blanco.
Jueces: D.r D. Bartolomé Olalla de Rojas.—Reverendísi¬
mo Sr. D.r D.
Juan de la Sal, Obispo de Bona.—D. Manuel
Sarmiento de Mendoza.—D. Antonio Petruche y Lecca.—
D. Francisco Araoz.—Sr. Juan Contador Dalvo.
8o8 Glorias Sevillanas

Poetas: Tomás Bartono, del Colegio Anglicano.—Fran¬


cisco Guillaudi. Id.—D. Juan de Robles.—Fr. Francisco de
Aguirre. — Guillermo Fanconio, anglicano. — Juan Antonio
de Herrera.—Domingo de Luque, natural de Ecija.—D. Juan
de Jáuregui.—Juan Bautista Camacho.—Gil López.—D. Gre¬

gorio Manrique.—Fr. Bernardo de Cárdenas.—Ldo. Antonio


de Villagrán.—M.° D. Melchor de Ayala, cura de Olivares.

—Rodrigo Fernandez de Ribera.—Fr. Juan Alcaide.—Fray


Cristóbal de la Asunción. — Fr. Pedro de Santa María.—
Ldo. D. Miguel Melendez y Valdivia.—B.r Diego Quijada.
—Alonso Diaz.—D. Cárlos de Silva.—Ldo. Antonio de Ri¬
bera.

15.—Relación | de la fiesta, qve | el Colegio Mayor de


Santa | Maria de Iesvs Vniuersidad de la Ciudad de |
Seuilla hizo, en lapublicación de vn Estatuto, j en que
se
Juró la Concepción limpissima de | Nuestra Señora
sin mancha de | pecado original. | Al Dotor Fran.co de
Fontanilla ¡ Gil Rector del Colegio Mayor de Santa Ma¬
ria de | Iesvs Vniuersidad de Seuilla. (Al fin:) Impressa
con licencia del Conde de Saluatierra Asistente de Se

| uilla, por Fran.co de Lyra en la Calle de las armas en


el j callejón del Colegio Ingles. Año | 1617.

Foll. de 12 hs.
4.0; sign. A-C2; recl.—Texto.
en

Trae al principio el autor, á guisa de prólogo ó introduc¬


ción, una reseña de lo que sea la Historia, lamentándose de
que en España sean muy pocos los que hacen historias de
hechos tan grandes como en los que abunda nuestro suelo;

poniendo al terminar su nombre, que no aparece al princi¬


pio. A continuación describe las justas literarias, fiestas y
demás regocijos que se celebraron en el Colegio de Maese

Rodrigo. (Bib. Cap.)

16.—Capitulo de una | carta del Secretario de las Indias


de la Orden de | S.n Francisco, escrita á | un Religioso
Glorias Sevillanas 809

grave de la misma Orden deste Con | vento de Sevilla,


en
que le avisa que su | Santidad á decretado acerca del
misterio | de la Inmaculada Concepción | de la Virgen
(S. N.)
Dase cuenta de las fiestas que su illustrissima Se | ño-
ria manda hazer | y de las que ordena el Cabildo de la
| misma ciudad.
2 hs. en 4.0, sin lugar de imprenta.—Una viñeta. (B. Cap.)

17.—Relación | qve contiene las svmas | fiestas de Octa-


uarios, fuegos, mascaras, y | torneos que Seuilla ha he¬
cho, alegre con la nueua calidad que se le | ha dado á
la opinión piadosa, mandando solo | de¬se predique y
fienda ser la
Virgen Nuestra Señora | limpia de toda cul¬
pa en su origen. | Remitida á D.n luán de la Cueua y
Mendoza, del Habito de Calatraua. | Diuidese la mate¬
ria en varias Copias. ¡ Copia Primera (Est. con la Inma¬

culada.) Con licencia. | En Seuilla, Por luán Serrano de


Vargas. Año de 1617. | Vendese en su casa, en frente
del Correo mayor.

4 hs. en 4.0—Una viñeta.—Al fin una lámina con esta


inscripción: «Maria | Concebida sin mancha | de pecado ori¬
ginal.» (Bib. Cap.)

18.—Fiestas que á hecho la Ciudad de Se | uilla en ha-


zimiento de gracias, assi en las Iglesias, como por los
ve
| zinos della, con mascaras, alegrias, y regozijos muy
honestos, y gus | tosos,
celebración del decreto que
en
dio la Santidad de Paulo V | . nuestro señor, en fauor
de la inmaculada Concepción de la | Virgen Santissima
nuestra Señora, concebida | sin mancha de Pecado Ori¬

ginal. [ Compuesta por Gil López de Luzenilla hijo de


Seuilla. | Impressas con Licencia en Seuilla, en casa de
Alonso Rodriguez | Gamarra. Año de 1617.
102
8io Glorias Sevillanas

4hs. en 4.0; recl.; sign. A.


Empieza así:
«El alma, á quien vuestro amor,
Virgen, anima, y leuanta»,
y acaba:
«las faltas deste, y por vos
alcancen perdón mis faltas.» (Bib. Cap.)

19.—Relación | del Solemne | Ivramento, qve el Ilvs | tri-


ssimo D.n Pedro de Castro | i Quiñones Argobispo de
Seuilla, i su insigne | Cabildo Eclesiástico: i la muy no-
ble i leal | Ciudad de Seuilla, hizieron en | ocho de Di-
ziembre de | 1617. | Impresso por mandado de la Ciu¬
dad de Seuilla: Por Francisco de Lyra, Año de 1617.

Foll. de 16 hs. en 4.0; reclq sign. B-B4.—Texto. (Biblio¬


teca Cap.)

20.—Orden que guardó en Ceremonias de


la solemnidad y
la Fiesta | de la Purissima Concepción de la Inmacula¬
da Virgen nra Señora Concebida | sin Pecado Original,
el dia que la Iglesia Vniversal celebra siempre esta | fies¬
ta á 8 de Diziembre según el Orden y forma que esta

Santa Iglesia Metropolitana | de Seuilla la celebro este


año de 161 y, atento al juramento que de defen |
der
para siempre este misterio hicieron en ella el propio dia
infra Missarum | solemnia el 111.mo D. Pedro de Castro
y Quiñones Argobispo de la misma | Sancta Iglessia y
los dos Cabildos Eclesiástico y Secular y todo el Clero
de ella.
M. S. de 4 hs., original del Ldo. Vicente Villegas, que
fué Maestro de Sagradas Ceremonias en esta Catedral. (Ar¬
chivo de la Catedral.)

21.—Relación de las fiestas de toros y juegos de cañas


con libreas, que en la Ciudad de Sevilla hizo don Mel-
Glorias Sevillanas 811

chor Alcázar en servicio de la Purissima Concepción


de Nuestra Señora, martes 19 de Diciembre de 1617.
Imprimióse el año de 1617.
R. Caro, en su obra M. S. Claros Varones de Sevilla, cí¬
tale así, sin que hayamos podido verle nosotros.

22.—Relación verdadera, | de la fiesta y regocixo qve | es¬


ta insigne Ciudad de Seuilla hizo á la Inmaculada Con
| cepcion de la Virgen Maria Señora Nuestra, Con | ce-
bida sin mancha de Pecado Original, y costo | sa mas¬
cara la Platería de | lia hizo.
que
Impressa con licencia, En Seuilla, por Gabriel Ra¬
mos Be | jarano en la Calle de Genoua. en este año de
mil seys | cientos y diez y siete.
Foll. en 4.0; 6 hs.; recl.; sign. A2-A3.—Texto.—Al fin la
licencia de impresión. (Bib. Cap.)

23.—Copia segunda (Al fin:) Con licencia. Impressa en Se¬


uilla, por Gabriel Ramos Bejarano: | En cal de Genoua.
Este año de 1618.

4 hs. en 4.0

232°—Copia 1 tercera (Al fin:) Con licencia. | Impressa en


Seuilla, por Gabriel | Ramos Bejarano, en calde | Ge¬
nova: en este año de ¡ 1618.

4.0; 4 hs.; sign. A.

233 o—Copia quarta (Al fin:) Con licencia. | Impresso en


Seuilla, Por Gabriel Ramos Bejarano. En Calde | Geno¬
va: En este año de 1618.

4.0; 4 hs.; sign. A.

24.—Copia sexta, ¡ qve cventa de la masca | ra que los


812 Glorias Sevillanas

Artistas Plateros hizieron. (Al fin:) Con licencia. | Im-


pressa en Seuilla, Por Gabriel | Ramos Bejarano, en Ca¬
lle j Genoua. En este año de 1617.
Foll. de 4 hs. en 4.0 (Bib. Gall.)

25.—Primera parte | del Torneo | y Festin, qve los Gorre¬


ros ¡ sederos de la Ciudad de Seuilla hizieron, en | ale¬
y
grías y acción de gracias, por el nueuo Decreto, que la
Santidad de núes | tro Señor Paulo Quinto dio en Ro¬
ma á treynta y vno de Agosto deste año | de mil y

seyscientos y diez y siete, en fauor de la pia Opinión de


la Inmacu j lada Concepción de la Virgen Maria nuestra

Señora, con | cebida sin pecado, ni deuda Original. (Vi¬


ñeta de la Concepción.) Con licencia. | En Seuilla. Por

luán Serrano de Vargas, en frente del Correo mayor.

| Año M.DC.XVII.
4 hs. en 4.°- recl.—Texto. (Bib. Cap.)

26.—Segvnda y vltima parte j del Torneo | en la qval se


haze re | lacion de todo lo restante del. Impresso con
li| cencia, en Seuilla en casa de Juan Serrano | de Var¬
gas, en frente del Correo [ mayor, Año de 1617.
4 hs. en 4.0—Al fin una viñeta. (Bib. Cap.)

27.—Copia qvinta qve | contiene la fiesta de tor | neos,


que la Comunidad de Sederos y | Gorreros hizieron (Al
fin:) Con licencia. | En Seuilla, Por Gabriel Ramos Be-
jarano, En la calle | de Genoua. Año de 1617.
Foll. de 8 hs. en 4.0; recl.—Texto. (Bib. Cap.)

28.—Vitoria | de la | Virgen ¡ contra la | primera | cul¬


pa | Por Gil López Lucenilla, hijo desta insigne | ciu¬
dad de Sevilla. (Una María coronada.) En Sevilla, | íf
Glorias Sevillanas 813

Impresso con licencia del Ordinario, por | Francisco de


Lyra. Año | 1618.
4.0; 6 hs. sin foliar, á dos columnas, con la sign. A.—Por¬
tada.—Vuelta: Texto; lleva al principio las letras siguientes:
I. DD. P. C. Q. R. C. | A. H. I. D.—Nota del autor.—Pág.
en blanco.

Poema en octavas.—Empieza:
«Prosigo mi afición, repito y canto
(si bien humildad de fabor lleno)
con
festiva aceptación, júbilo santo,
del virginal candor de mancha ajeno,
armiño sin borron, verde amaranto
contra el rigor estubo siempre ameno,
eterna puridad, rosado oriente
del sol, que vivió en él eternamente.»

29.—Canciones | del principio, | discurso, y estado | pre¬


sente del caso de la purissima Comcepcion | de la Vir¬

gen santissima nuestra señora, | concebida sin pecado,


ni deuda ori ¡ ginal, y fiestasque en este nouenario á
este inmaculado misterio ha hecho | la Cofradía de los
Nazarenos de la santa Cruz en Ierusalen desta | Ciudad
de Seuilla, que se comentaron dia de san Marcos | vein¬
ticinco de Abril deste presente | año de 1620. | Com-
pvesto por Hernando Casiano Cama | cho, Seuillano y
cursante en las escuelas de la Compañía de Iesus | de
la misma Ciudad. | Con "licencia. | Impresso en Madrid
por luán Sánchez, año | de mil y seiscientos y veinte.

4 hs. en 4.0; recl.; sign. A.—Port.—Texto.


Empieza así:
«Solo esta vez quisiera
Levantases el vuelo, pluma mia,» etc. (Bib. Gall.)

30.—Arbol pro civitate Hispalensi, Sonetos, Decimas, y


Quintillas en que hablando la muy noble y muy leal ciu¬
dad de Sevilla, y villas de su jurisdicción, del Misterio
814 Glorias Sevillanas

de la Inmaculada Concepción de nuestra Señora, hablan


á la insigne Cofradía de los Nazarenos y Santissima
Cruz en Jerusalen, acérrima defensora deste mysterio, &.

Populi autem interlocutores sunt: Lebrixa, Castil de


las guardas, Utrera, Constantina, la Iguera, Haznalcazar,
Alcala de Guadaira, Manzanilla, Valencina, Alcala del
Rio, Arazena, Coria, Villamartin, Cortegana, San Lucar
la Maior, Cazalla. En Sevilla 1620.

Estapapeleta está tomada del libro del P. Alba Militia


Co7iceptionis, donde dice que publicó este trabajo el sevillano
Juan Serrano de Vargas y Ureña.

31.—Relación de las fiestas | que los Sederos y Gorreros


| hizieron la plaga de San Francisco, Domingo 16
en
de Octubre | por el nuevo Decreto de su Santidad, en
favor de la | Concepción de la Virgen | Impresso con
licencia del Señor Oydor Veas Bellon. en Sevilla por
Francisco | de Lyra año de 1622.

4.0; 4 hs.; port. con orla; sign. B2.—Texto.—(Bib. D. T.)

32.—(Grab. con la Inmaculada.) Forma del voto, y Ivra-


mento | qve la imperial | hermandad de la Pvra, y | lim¬

pia Concepción de la Vir ¡ gen N. Señora, Concebida


sin mancha | de pecado original, haze á qvatro | de Ivlio
| Dia del Señor San Laureano | deste presente año de
1653. ¡ En el Convento de Regina | Angelorum de Se-
uilla. | >5.
Foll. de 2 hs. en fol. sin pie de imprenta. (Arch. Mun.)

33.—Formula | iuris iurandi | ac voti, quod | publicé D. O.


M. in honorem intemeratae | Conceptionis B. V. M. nun-
cupatum sunt. | Collegium | Hispalense D. Hermenegil-
di. | Societatis Jesu, Collegium eiusdem B. M. Concep¬
ta | sine labe, Seminarium Anglicum, & | Hybernum
Glorias Sevillanas 815

eiusdem Societatis. (Est. de la Inmaculada.) Hispali |


Apud Ignatium de Lyra, Anno Domini 1653.
2 hs. en fol. (Arch. Mun.)

34.—Relación | de la fiesta | que hizo el Colegio de | san


Hermenegildo de la Compa | ñia de Jesús | los tres
dias de Pasqua | de Espíritu Santo de este año de 1653.

¡ Al solemne juramento y voto que con | sus Escuelas


hizo, de sentir, y defen | der el misterio de la Immacu-
lada | Concepción de la Virgen | Maria S. N. (Esc. de
la Comp. de Jesús.) Año de M.DC.LIII.
En 4.0; 6 hs.; recl.; sign. A2-A3. (Bib. D. T.)

35.—Relación de las fiestas ocacion del Breue de Ale-


que a
xandro Séptimo ha celebrado la Seráfica Religión de
San Francisco en la Casa grande de Sevilla.

2 hs. en fol.—Texto. (Bib. Provincial.)

36.—Templo | Panegírico, | al Certamen Poético, | qve ce¬


lebro la Hermandad [ Insigne del | S.m° Sacramento,

| estrenando la Grande Fabrica del | Sagrario nuevo de


la Metrópoli | Sevillana, | con las Fiestas en obseqvio

| del Breve concedido por la Santidad de N. Padre | Ale-


xandro VII. al primer instante de | Maria Santissima

| Nvestra Señora sin pecado | original, | qve ofrece por


Bernabé de | Escalante, en nombre de la insigne Her¬

mandad, al | Ilustrissimo, y Reverendissimo señor Dean


) y Cabildo de la S. Iglesia Cathedral, | y Patriarchal
|

D. Fernando de la Torre Farfan. | Con licencia, impre-


sso en Sevilla, por Juan Gómez de Blas, | Impressor ma¬
yor. Año de 1663.
4.0; 288 hs.: 16 de principios, inclusos el antefrontis y el
retrato, y 267 foliadas (son 272: está equivocada la foliación);
8i 6 Glorias Sevillanas

sign. IMÍHUIÍ, A-Z, Aa-Zz, Aaa-Yyy, todas de cuatro hojas,


menos la líUIflí
que tiene dos.
Antefrontis grab. en cobre por Matías Artiaga, tirado

aparte.—Port.—V. en blanco.—Aprob. del P. M.° Fr. Fran¬


cisco Ramírez: Sevilla 3 Febrero 1663.—Lic. del Dr. D. Fran¬
cisco Domonte y Verastegui: Sevilla 12 Febrero 1663.—De¬
dicatoria firmada por el autor.—Pág. en blanco.—Sonetos
de D. José de la Barrera, de D. Pedro Torrado de Guzmán

y de D. Juan Cervino de Vivaldo.—Carmen elegiacum de


D. José de la Barrera.—Adorno.—Pág. en blanco.—Censura

crítica de D. Cristóbal Báñez de Salcedo.—Pág. en blanco.—


Al lector.—Epigrama y anagrama, en latín, de D. José de la

Barrera.—Erratas.— Retrato del autor, grab. en cobre por


Matías de Artiaga, Sevilla, año 1663, tirado aparte.—Texto.

Jueces del Certamen: D. Pedro Fran.co Levanto.—Fray


Gregorio de Santillán.—D. Justino de Neve y Chaves.—
D. Juan Fern.ez de Hinestrosa, Cárdenas, Ribera y Cerón,
Conde de Arenales, Vizconde de la Torre de Guadiamar.—
D. Alonso Ortiz de Zúñiga Ponce de León y Sandoval, Mar¬

qués de Valencina.—D. Fernando de la Torre Farfán. (Se¬


cretario.)
Poetas: D. Cristóbal Báñez de Salcedo.—D. Pedro To¬
rrado de Guzmán.—D. Diego de Borja y Aragón.—Fr. An¬
drés de Lillo y Villamanrique.—Secretario Juan de la Barre¬
ra.—Fr. Antonio de Espinosa.—Lic. D. Alonso de Vacas.
—Dr. Duarte Núñez de Acosta.—Fr. Jerónimo Narciso.—
Lic. D. Juan de Torres Castro.—D. José Miguel de la Calle.
—B.r Francisco Barrientes.—D. José de la Barrera.—Licen¬
ciado D. Gonzalo Suárez de San Martín.—D. Jerónimo de
Tejada Alderete.—D. Nicolás Rizer de la Cueva.—D. Fran¬
y
cisco Andrés de Carvajal y Valdés.—D. Juan Ignacio del
Mar Montaño y Muñecas. — D. Pedro de Santa María.—
D. Domingo Bernardo de Molina.—D. Juan Durán de To¬
rres.—Secr.0 Francisco Jiménez Sedeño.—Fr. Juan Riquel-
me.—Cont.or Juan de Santa María.—Lic. D. Diego Antonio
de Carrión.—Fr. José Narciso.—D. Alonso Martínez Brao-
nes.—D. Juan de Ocaña y Lugo.—Fr. Jerónimo de Arce.—
Glorias Sevillanas 817

D. José Dávila.—D. José Román de la Torre y Peralta.—


D. Francisco de Contreras y Villarroel.—D. Juan Cervino
de Vivaldo.—D. Cárlos de Sorsa.—D. Martín de Valcárcel.
—D. Jerónimo Ruiz Samaniego.—Secr.0 Rodrigo Martínez
de Consuegra.—P. D. Francisco Jiménez.—D. Fernando de
la Torre.—D. Nicolás de Cervantes y Ervias.—D. Juan de

Ulloa.—Capitán D. Francisco de Eraso y Arteaga.—Fr. Bal¬


tasar de Huerta.—D. José Miguel de la Calle.—D. Fernando

de la Torre Farfán.

37.—Festin | de las tres gracias, | en celebridad del primer


| instante Puro de Maria Santis.ma | concebida sin man¬
cha. | Vexamen al Demonio, y á vn Poeta, | que se lau¬
reó si mismo. | Recvperacion de lo propio, qve por sv-
a

yo | vendió la malicia. | Restitvcion de lo ageno, qve


vsvrpo el error | ó la ignorancia. | Por D.n Ioseph Ro¬
mán
| de la Torre y Peralta. | Dedicalo | al mas azerri-
mo defensor de la mas | intacta
Virgen ¡ al zelo mas Fer¬
voroso de svConcepción | purissima, | Al verdadero
vnico y legitimo avtor, | de la ingeniosissima estampa
de su triunfo inmaculado, que en | abiertas laminas pu¬
blico Seuilla. Año de 1663 | El M. R. P. D. Fray Bru¬
no
| de Solis Valenzvela Monxe Professo | de la Real
Cartuxa del Paular de Segouia y natural ¡ de Santa Fé
del nueuo | Reyno. | Con licencia. Impresso en Seuilla,

por Miguel de Aldabe. Año de 1664.


Foll. de 14 hs. en 4°, con aprobación y licencias necesa¬
rias.—Todas las hojas con orla.—Composición poética, que
empieza así:
«Qve nueuo acento en desusada salva
como que la dispierta pulsa al Alva?»
y termina:
«mas que mucho acaeciese tal el dia,

si le estrenó en las glorias de María.» (Bib. Cap.)

38.—Fiestas | qve celebro | la Iglesia Parrochial | de S. Ma-


103
818 Glorias Sevillanas

ria | la Blanca, | Capilla de la S.ta | Iglesia Metropolita¬


na, | y Patriarchal de Sevilla: | En obsequio del nvevo
| Breve concedido | Por N. S.mo Padre ¡ Alejandro VIJ.
| En favor del Purissimo Mysterio | de la Concepción
sin Culpa Original de Maria j Santissima Nuestra Se¬
ñora, en el Primero | Instante physico de su Ser. | Con
la circunstancia de averse \ fabricado de nuevo su tem¬

plo para esta fiesta. |


Dedicase á la Avgvsta | Blanqui-
ssima Señora, por el postrado afecto de vn | Esclavo
de su Purissima | Concepción (Al fin:) Con licencia | En

Sevilla, por Ivan Gómez [ de Blas | su Impressor ma¬


,

yor. | Año de 1666.


4A 190 hs., más 8 al principio y una al fin; recl.; signado
1¡2 A-Bbbb2.—Una lám. con grab. de Nuestra Señora por
Matías Arteaga.— Aprob. de Fr. Juan Asensio, en el con¬
vento de la Merced, á 18 Octubre 1665.—Id. de Francisco
Suárez, en 13 de Octubre, del convento de San Agustín.—
Lic. del Ordinario.—Dedic.—Pról.—Narración de las fies¬

tas, con los sermones predicados, y al final descripción en


verso de esta fiesta por el mismo autor. (Bib. D. T.)

39.—Descripción de la Fiesta Oración panegyrica en la


y
solemnissima acción de qve celebró la Iglesia
gracias,
Metropolitana y Patriarchal de esta Ciudad de Sevilla
por el nvevo Breve de N. M. S. P. Clemente XI para
que el dia de la Inmaculada Concepción de la siempre
Virgen Maria N. Señora sea perpetuamente festivo de
Precepto en toda la Christiandad. Qve dixo presente el
Exc. Sr. D. Manuel Arias Argobispo de Sevilla, y los
dos 111.mos Cabildos Eclesiástico y Secular, el Sr. Doctor
D.n Jvan Santos Hidalgo, Canónigo de dicha S. Iglesia,
el dia 3 de Marzo de 1709. Concurriendo la Dominica

3 de Quaresma. Sale á luz de Orden del Ilustrissimo Ca¬


bildo. | En Sevilla. Por Juan Franc. de Blas Impres.
Mayor.
Glorias Sevillanas 819

4.0; 27 págs., más 12 hs. de principios sin foliar; port.


con
orla; v. en blanco; recl.; sign. A2-D.—Auto capitular.
—Breve de Clemente XI.—Carta gratulatoria á la Ciudad.—
Aprob.—Lic.—Texto. (Bib. Cap.)

40.—Fiesta y revalidación del Voto, |


qve la siempre | Ilvs-
tre, Piadosa, Caritativa | Hermandad | de Sacerdotes
| y
sita en la Iglesia Colegial | de N. S.r S. Salvador, | des-
ta Civdad de Sevilla, | Libre, y expontaneamente
| haze
consagra, y ofrece a el ] Misterio de la Concepción | en
gracia de | Maria N. Señora, | en el primero Instante
| de su animación, | para mayor Gloria [ de Dios, alegria
de los Angeles, ¡ terror del Infierno, y provecho | de los

hombres, revali | dado el año de | 1709.


Con Licencia en Sevilla, por Juan | Francisco de
Blas.
Foll. de 7 hs. en fol., todas con orla; una estampa de la
Concepción. (Bib. Cap )

41.—Ocio Epico, | veridica narración, | demonstracion fes¬


tiva, del Ethna arti | ficioso, y función del estreno | de
el nuevo Retablo del | Santissimo Christo de | Burgos,

| y Maria Santissima de la | Concepción, | que celebró


en el convento de
| N. P. S. Francisco, | su afecta Na¬
ción | Burgense | el dia 19. de Enero, de 1737. años,
su avthor
| D. Pablo Anselmo Rodríguez Brioso Osso-
rio. | y lo dedica | al Sr. D. Nicolás de Ortega y del¬
|

gado, Thesorero de la Real Camara, | y Fisco de su Ma-


gest. de la Inquisi ¡ cion de esta Ciudad. | Con licencia:
En Sevilla, en la Imprenta de Joseph Na | varro y Ar-

mijo, en Calle de Genova.


Foll. en
4.0; 8 hs.; port. con orla; recl.; sign. A-B.—
Dedic.—Texto. (Bib. D. T.)

42.—Relación de las solemnes fiestas | que en el mes de


820 Glorias Sevillanas

Agosto de este año de 1761., en devoto Triduo, | y


Procession General, se han hecho en la Santa Metro¬
politana, [ Patriarchal Iglesia de Sevilla, por su Ilustri-
y
ssimo Cabildo, y | con assistencia de el Nobilissimo Se¬
nado de la Ciudad, en celebra | cion de el Titulo de Uni¬
versal Patrona de todos los dominios de | España, que
á María Santissima Nuestra Señora en el Mys | terio de
su Purissima Concepción ha concedido nuestro muy San.
to 1 Padre Clemente XIII á petición del Rey nuestro
Señor D. Carlos | Tercero, (que Dios guarde) y de to¬
dos los Diputados de las Ciu | dades Capitales, que se

juntaron en Cortes, para prestar á su | Magestad el Ju¬


ramento de Fidelidad, y
Pleyto Omenage, | como á su
Rey, y Señor legitimo en el año | passado de 1760. (Al
fin:) Con licencia: En Sevilla, en la Imprenta mayor de
dicha muy Noble, y | muy Leal Ciudad.

6 hs. en 4.0—Descripción en verso.

Empieza así:
«Sobre los Regios esmaltes
que á la Augusta Real persona»;
y termina:
«en las
Regiones que habita
las felicidades todas.» (Arcb. Mun.)

43.—Astronomía Mariana, | con la que la siempre Ilustre,


¡ y Venerable Hermandad | de Jesús Nazareno, | y San¬
tissima Cruz de Jerusalem, | sita en la Real casa hospi¬
tal | de San Antonio Abad | de esta Ciudad de Sevilla,
| observó [ en el Cielo de su Capilla, | el passo de la
mas pura estrella
| de Venus, Maria, | en el graciosi-
ssimo instante | de su Concepción Immaculada, | su Tu¬

telar, | con la nueva brillantez ¡ de Patrona de las Es-


pañas, | al mas resplandeciente sol | de Jesús Nazareno,
¡ en los dias 27. 28. y 29, de Junio de este año de 1761.
Glorias Sevillanas 821

| la dá á luz dicha Hermandad, para mayor Honra, y


gloria de Dios, | y de tan purissimo mysterio, | y la de¬
dica | al invictissimo Catholico Monarcha; | rey de Es¬

paña, y Emperador de dos mundos, | el Señor D.n Car¬


los Tercero; | Con licencia en Sevilla, en la Imprenta

mayor.
Un vol. de 40hs. en 4.0 con las licencias y aprobaciones
necesarias—Algunas composiciones poéticas al principio.—
Una est. con las imágenes que venera esta Hermandad: otra
con una vista del adorno que se puso en la calle de las Ar¬

mas á la
puerta de dicha Iglesia.—Texto. (Bib. Prov.)

44.—Resumen puntual ¡ de la sumptuosa función | dispues¬


ta
| por la Ilustre Archi-cofradia | de Maria Santissima
j de la Luz, y tres Nececidades, | por el Gremio de To¬
neleros, | al estremo de su nueva Capilla | al sitio de la
Carretería, ¡ estra-muros de la Ciudad de Sevilla: | tras¬
lación de sus sagradas Imágenes | desde el Colegio | del
Señor San Francisco de Paula, | y acción de gracias

| por el concedido Patronato | de la Reyna de los Cie¬


los, | en su Concepción Inmaculada, | para los Reynos
de España, y de las Indias, | en los dias 15. 16. 17. y
18. de Agosto | de el año de 1761. | Dase á la estampa

¡ por dicho Gremio de Toneleros, j quien lo dedica | á


su Soberana Patrona,
¡ y Señora de la luz. | Con licen¬
cia: En Sevilla, en la Imprenta del Dr. Geronymo de

| Castilla, Impresor mayor de dicha Ciudad.


Foll. de iv-54 hs. en 4.0; recl.; port. con orla; sign. *A2-
P2. (Arch. Mun.)

45.—Solemnes aparatos, ] plausibles rumbos, | con que la


Ilustre Hermandad de Señores Sacerdotes ¡ de Sr. San
Pedro Advincula | dió muestras de su fervor, | en el
beneficio concedido á los | Españoles Dominios, j en el
822 Glorias Sevillanas

nuevo
| de María Santissima | en el Mysterio
Patronato
de su
| purissima Concepción, | en los días 10 y 11
del mes de [ Agosto de este presente año | de 1761.

| Sacanlos á luz dos afectos | de dicha Venerable Her¬


mandad ¡ y los dedican | á el Señor D. Alonso de Orte¬

ga, | Cura mas antiguo del Hospital del Amor de Dios,


| Confessor nombrado por el Emminentisimo Señor Car¬
de [ nal para el Convento de las Capuchinas, | y Rec¬
tor de dicha Venerable Hermandad. J con licenzia. | En

Sevilla, por D. Joseph Márquez frente del | Real Con¬


vento de San Pablo.

Foll. de 16 hs. en 4.0, todas con orla. (Arch. Mun.)

46.— Agradable mapa [ descripción compendiosa | que


ofrece relacionadas | las celebres funciones | que con mo¬
tivo | del nuevo regio universal Patronato de Maria San¬
tissima | en el Misterio | de su concepción Inmaculada

| obtenido de la Santidad de N. Beatísimo P. | Clemen¬


te XIII |
por nuestro Catholico Rey | el Señor Carlos
Tercero para todos los vecinos | de España y de las In¬
dias | hizo el Real Convento | casa grande | de nues¬
tro S. P. S. Fran.c° de la Ciudad Sevilla | en una Oc¬

tava á la que dio principio | el Domingo dia


28 del mes
de Junio y termino j en el siguiente 5 de Julio con una
celeberri- | ma y festiva pro | cecion año de 1761 | No-
tance sus mas señaladas | circustancias
para gustoso re¬
creo de la de
| vocion Sevillana | Dala á luz un devoto
del misterio ¡ y muy afecto á la seraphica orden [ Con
las licencias nesesarias | Impreso en Sevilla por loseph.
Padrino en Calle Genova.

Foll. en 4.0 de 18 hsq reclq sign. B-D.—Versos laudato¬


rios.—Texto. (Arch. Mun.)

47.—Puntual noticia | del pausible triduo | que, para cele-


Glorias Sevillanas 823

brar | el Universal patronato | declarado | á favor de


España | y de las Indias [ de Maria ] Señora nuestra

|
en el misterio de su Concepción
| Hizo | la Real Igle¬
sia Parroquial | de | Señora Santa Ana j de Triana | en
los dias 22. 23 y 24 de Agosto [ del año 1761. | Con
licencia | en Sevilla: en la Imprenta del Dr. D. Gero-

nymo | de Castilla. Impressor mayor.

4.0; 47 págs., más 6 hs. de principios.—Aprob.—Lic.—


Descripción de la fiesta.—Sermones. (Bib. Prov.)

48.—Festivos cultos | que consagró | la devota congrega¬


ción | de | Maria ¡ Santissima | de la Concepción | ve¬
nerada al sitio | del postigo del aseite | en esta ciudad
de Sevilla | en los dias 11, 12 y 13 de Julio de este
año de 1761. | Al conseguido universal Patronato [ de

esta soberana Reyna | en el Sagrado


Misterio de su
Inmaculada Concepción | Dedícalos su fervorosa Her¬
|
mandad ¡ á su amada Patrona ¡ Con las licencias nece¬
sarias | En Sevilla en la Imprenta de Joseph Padrino en
calle de Genova (Al fin:) Se vende en casa de Alonso
Castizo en la Alcaizeria de la loza.

4.0; 81 págs., más 3 hs. de principios; recl.; sign ^[2 A-K2.


Dedic. por la Hermandad. — Pról. en verso.-—Introd.—


Descrip. de los adornos, fiestas, etc., en prosa y verso. (Bi¬
blioteca D. T.)

49.—La moneda, | en las Españas, | y vale vn


que corre
patronato de infinito | precio: | Fue idea, que en un
gran lienzo, | arrogantemente pintada, se vió en la Real
Parroquial Iglesia del Señor San Miguel Archangel. de
esta | Ciudad de Sevilla, en los dias veinte y siete, vein¬
te y | ocho, veinte y nueve, y treinta, que fueron los
de la | Celebridad de la Inmaculada Patrona. (Al fin:)
Se hallara en casa de Alonso Castizo, en la Alcayceria
824 Glorias Sevillanas

de la Loza. ¡ Con licencia: En Sevilla, en la Imprenta


Mayor de | dicha muy Noble, y muy Leal Ciudad.
En 4.0; 4 hs.; recl.—Port. con orla.—Texto. (Bib. Prov.)

50.—Breve noticia | de las solemnes funciones | que | á


Maria Santissima | de la Concepción ] declarada univer¬
sal | Patrona de las Españas | por nuestro mui Santo
Padre | Clemente XIII | á petición | de N.tr0 Catholico
Monarca [ Don Carlos III |
que Dios prospere | consa¬
graron | los Terceros Hijos de nuestro | Seráfico Padre
San Francisco ( en su Convento de Consolación ( de la
Ciudad de Sevilla en los dias 27, 28 y 29 | de Septiem¬
bre de 1761 | dala á luz un devoto
| el que la dedica
a la misma Inmaculada
| Señora | Con licencia: En Se¬
villa, en la Imprenta de Manuel Nicolás Vázquez, en
calle Genova.

4.0; 40 págs.; recl.; sign. A2-T2.—Dedic. al lector.—Com¬


posición en verso y prosa describiendo la procesión que se
hizo.—Composición de mal gusto. (Bib. D. T.)

51.—Relaciónque remite un Celestial de Bormujo, | á la


Tia Tomasa, de la función que se celebro en el Con¬
vento de | nuestra Señora de Consolación, que es de
los Terceros, hijos de N. P. S | Francisco de Sevilla,
en acción de gracias,
por haber sido elegida | Maria
Santissima en el Mysterio de su Concepción, en | gra¬
cia por Patrona de estos Reynos. Año de 1761. (Al

fin:) En Sevilla, en la Imprenta de Nicolás Vázquez, en


Calle Genova.

4 hs. en 4.0—Carta en verso.

Empieza así:
«Mui tia, y Señora mia,
llegué á esta Sudia hontaa
Glorias Sevillanas 825

y en la Jondiga logré
vender presto la cebaá»;
y termina:
«Y Dios guarde á usté su vida
mi Señora Tia Tomasa.» (Arch. Mun.)

52.—Vitor con que un afecto | á la Sagrada Compañía de


Jesús exclamó | en las tres classicas Funciones, que tu¬
vo | esta los dias 6. 7. y 8 de Septiembre j de este
en
presente año de 1761. á la cele | bridad del Patronato
de la Purissima Con | cepcion, el Viva Jesús Maria, y

| la esclarecida Compañía, en los siguien | tes Pensa¬


mientos, que se colocaron | en el gran Patio de la casa
| Professa (Al fin:) Con licencia: en Sevilla: en la Im¬
prenta mayor de | dicha muy noble, y muy Leal Ciudad.
Foll. en 4° de 4 hs. orladas.
Romance que empieza así:
«Ego flos Estudiantorum,
Macarronice loquendo»;
y termina:
«Que en defensa de la Pia
tiene estos Pios conceptos.» (Arch. Mun.)

53.—Una Señora Sevillana | en elogio de las suntuosas


Fiestas que en su | casa profesa | Celebró la Compañia
de Jesús de j Sevilla al Patronato en España de Maria
Santísima, en el Misterio | de su Purísima | Concepsion
(Al fin:) En Sevilla en la Imprenta de José Padrino Ca¬
lle de Genova.

Foll. de 18 hs. en 4.0, todas con orla.—Composición poé¬


tica, en octavas reales. (Bib. Prov.)

54.—>5 Reducido compendio | de las Solemnes fiestas que


se han | celebrado, en la Muy Noble y Muy Leal ¡ Ciu¬
dad de Sevilla, ¡ en Obsequio de Maria Santissima Se-
104
826 Glorias Sevillanas

ñora | Madre Nuestra ¡ Por haver declarado á esta Se¬


y
ñora en j el Ternissimo misterio de su Concepción | por
Patrona de España y de las Indias, | La Santidad | de
nuestro muy Santo Padre Clemente | Dezimo Tercio

¡ Y á pedimento de nuestro Catholico Monarcha | Don


Carlos tercero | Rey de las Españas, y Emperador de la
America | Escribiólas [ Manuel Antonio Delgado, Peres

| de Cavañas y Sequeiros; j Año de 1761.


M. S. de 182 hs. en fol.—Letra original.—La port. con
adornos á la pluma.
Describe el autor las fiestas que con aquel motivo se cele¬
braron en Sevilla.—Es muycurioso por lo raro y extrava¬
gante de las inscripciones, versos, adornos, alegorías, gero-
glíficos, etc., que se exhibieron, en lo que se refleja el gusto
de aquel siglo.
Al final lleva una tabla de las iglesias, hermandades y
gremios que festejaron el nuevo Patronato. Merece ser leída.
(Bib. Cap.)

55.—Fiestas al Patronato de la Purísima Concepción de


N.a S.ra en Sevilla.

M. S. en 4.0 de 50 hs.—Copia. (Bib. Cap.)


Detállanse prolijidad las diversas funciones
con
que se
ejecutaron, adornos, fuegos, etc.

56.—Relación en obsequio de la Inmaculada | Concepción


| de Maria Santísima ¡ Señora nuestra. | Escribia una
pluma Sevillana. Año de 1761. (Al fin:) Con licencia: en
Sevilla en la Imprenta de Manuel Nicolás Vázquez en
Calle de Genova.

4.0; 2 hs.—Verso. (Bib. D. T.)

57.—Fiesta acordada | por la antigua insigne Hermandad


| de N. P. Jesús Nazareno | la Virgen Maria de la Con¬
cepción, | y Santa Cruz en Jerusalem, | en acción de
Glorias Sevillanas 827

gracias á Dios Sacramentado, ¡ por el nuevo culto de su


amada titular, concedido por su Santidad | á ruego de
nuestro Catholico monarcha, para sus Dominios, de |
que en todos los Sábados del año, no impedidos con
otro rezo, se | del propio de la Concepción de la
use
Virgen Maria, por razón de | su Patronato Universal de
estos Reynos: y que en la Letania | Lauretana inmedia¬

tamente después del epitecto de | Mater intemerata se

diga el de mater Inmaculada, | y executada | en su Igle¬


sia, sita en la Real casa Hospital de | San Antonio Abad
de esta Ciudad de Sevilla, el dia de la Anunciación ] de
nuestra Señora, y Concepción de el Divino Vervo hu¬

manado, | veinte y cinco de Marzo de este año de 1767.


| Con licencia: En Sevilla, en la Imprenta mayor.
Foll. de 14 hs. en 4.0—Grab. en la port. de Nuestra Se¬
ñora. (Bib. D. T.)

58.—Quinas santas [ ó alleluyas, | que han de servir en la


Fiesta | de la revalidación del Voto | de defender, hasta
sacrificar la vida, ¡ que la Madre de Dios fué concebida

| sin Pecado Original, | hecho por la insigne hermandad


de | los Nazarenos de Sevilla | en 29 de Septiembre
de 1615. | que se renueva el dia de la invension [ de
la Santa Cruz, tres de Mayo de cada año, en su Igle¬
sia de | nuestro Padre Jesús Nazareno, la Virgen Ma¬
ria de la Con | cepcion, y Santa Cruz de Jerusalem, sita
en la Real Casa Hospital
| de San Antonio Abad | Em¬
presa de la Vanderola Nazarena. (Aquí tres viñetas con
los dibujos de la bandera.) Quis... Sicut... Maria Deipara

Absque labe... Concepta? | Quien... Como... Maria Ma¬


dre de Dios... Sin Pecado Concebida? | De otro modo
cruzando las cifras del Centro, | y haziendo dos Trián¬

gulos imaginarios. | Quis... Sicut... Deus?... Maria... Abs¬


que labe... Concepta? | Quien... como... Dios?... Maria
828 Glorias Sevillanas

Sin Pecado Concebida. | En Sevilla, con licencias nece¬


sarias, en la Imprenta Mayor.
Foll. de 12 hs. en 4.0 (Bib. Cap.)

59.—Noticia de las Funciones celebradas por la Herman¬


dad Sacramental del Sagrario de la S. I. M. y P. de Se¬
villa con motivo de la Declaración del Dogma de la Con¬

cepción Immaculada de la siempre Virgen Maria. Se¬


villa 1855. Imprenta de E. Hidalgo.

Foll. de 8 hs. en 4.0 (Arch. Cat.)

60.—Solemnes Funciones | Que en acción de gracias al


Todopoderoso | por el triunfo de la | Sma. Virgen Maria
| en la declaración dogmática del misterio | de su | Con¬
cepción en Gracia, | celebró la antigua y primera her-
*
mandad de los | Nazarenos de Sevilla, | Archicofradia

primitiva Pontificia de | Ntro Padre Jesús Nazareno, |


Ntra. Señora de la Concepción | y Santa Cruz en Jeru-
salen | en los dias 4, 5 y 6 de Marzo del año de 1855.
| discurso pronunciado, | en el primero de dichos dias,
y
en honor y gloria de tan inefable | Misterio, por el
Sr. Ldo. D. Juan Bautista Romero y Gante, Pro. | Abo¬

gado de los Tribunales de la Nación y del Ilustre Co¬


lé | gio de Sevilla, Canónigo Doctoral de la Iglesia | Ca¬
tedral de Coria. (Un grabado.) Sevilla: | Imprenta de
D. Eduardo Hidalgo y Compañia. | 1855.

Foll. en 4.0 de 8 hs., llevando á continuación el sermón


que se predicó en esta fiesta. (Arch. Cat.)

61.—Villancicos | qve se | cantaron | en la santa Iglesia de


| Seuilla, la Fiesta de la purissima Concepción de la
en
| Virgen nuestra Señora, concebida ¡ sin mancha | de
pecado original, en los Maiti | nes y Missa, este año de
mil y | seiscientos y diez y | nueue. | En Sevilla. | Los
Glorias Sevillanas 829

imprimió Juan Serrano de Var | gas y Ureña, enfrente


del Correo | mayor, Año de 1619.
4.0; 4 hs.—Port. con orla.—Texto.—Grab. en mad. (Bi¬
blioteca Gall.)

62.—Villancicos que se Cantaron en el Real Convento de


N. Señora de la Merced Redención de caiítiuos de Se-

uilla, en los Maytines de la Inmaculada Concepción de


la Virgen Maria Señora Nuestra. Este año de 1653.
4 hs. en 4.0—Port. con orla. (Bib. Cap.)

63.—Letras | de los Villancicos | que se Cantaron en los


| Maytines de la Purissima Concepción | de la Siempre
Virgen Maria | Nuestra Señora | en la Santa Iglesia Me¬
tropolitana. | de Sevilla. | Compuestas por el Racionero
Jvan Sanz, | Maestro de Capilla de dicha S. Iglesia, Año
de 1663. | en Sevilla | Por Juan Gómez de Blas, | Im-

pressor [ Mayor de dicha | Ciudad. Año de 1663.


2 hs. en 4.0; recl. (Bib. Prov.)

64.—Letras [ de los Villancicos ¡ que se Cantaron en los


Maitines | de la Inmaculada Concepción de nuestra Se¬
ñora | Concebida Sin mancha de pecado original ¡ en el
primer instante de su Ser. | En la Iglecia Metropolita¬
na
| de Sevilla | Compuesto por el Racionero Juan Zanz,
Maestro de Capi | lia de dicha Santa Iglecia | Impres-
sos en Sevilla |
por Juan Francisco de Blas, su Impres-
| sor Mayor. Año de 1670.
2 hs. en 4.0—Port. con orla. (Bib. Prov.)

65.—Letras | de los Villancicos | que se Cantaron en los


maitines | de la Immaculada Concepción de nuestra se¬
ñora, | concebida sin mancha de pecado original ¡ en el
primer instante de su Ser. | En la Colegial de Señor
830 Glorias Sevillanas

San | Salvador de Sevilla. | Compuestos por Miguel


Ossorio | Maestro de Capilla de dicha Iglecia (Estampa.)
Impresso, en Sevilla por Juan Francisco de Blas, Impre-
ssor.
| Mayor de dicha Ciudad. Año de 1673.
4 hs. en 4.0; sign. A; recl. (Bib. Prov.)

66.—Letras ] de los | Villancicos | qve se cantaron en los


| solemnes Maytines de la Pvrissima | Concepción de
N. Señora, en la Parroquial Iglesia | de Señora Santa
Ana de Triana, este año | de 1695. | Cantados por la
Capilla de Música de Sr. S. Miguel | de Sevilla, | Y
compuestos por el Lic. Francisco Saenz, Maestro de di¬
cha | Capilla.
4 hs. á dos cois., sin fol., con la
4.0; sign. A.
Contiene ocho villancicos. (Bib. D. T.)

67.—Letras | de los | Villancicos, | que se cantaron en los


Maytines | de la Pvriss.ma Concepción | de Maria San-
tissima, | Concebida en Justicia, | y Gracia Original, | en
la Santa, Metropolitana, y Patriarcal Iglesia | desta Civ-
dad de Sevilla, | este Año de 1697. | Compvestos por
D. Diego Joseph de Salazar, | Racionero, y Maestro de
dicha S. Iglesia.

2 hs. imp. á dos cois.


4.0;
Contiene cinco villancicos. (Bib. D. T.)

68.—(Grab. en madera que representa la Inmaculada, y de¬


bajo:) Letras de los | Villancicos | qve se han de cantar
| en la | Iglesia Parroquial | de | Señora Santa Ana ¡ de
Triana | en los Maytines de la Inmacvlada | Concepción
de | Nvestra Señora. | Por la Música de San Miguel des¬
ta Ciudad ¡ de Sevilla, en este año de 1697.

4.0; 4 hs.; 8 págs.—Port. con orla.—V. en blanco.—Tex¬


to á dos cois.
Contiene nueve villancicos. (Bib. D. T.)
Glorias Sevillanas 831

69.—Letra | de los | Villancicos | qve se cantaron en los


| Maitines de la Inmaculada Concepción de | N. Señora
la virgen María Conce | bida sin culpa Original desde el

prime | ro instante de su Concepción Santissi | ma, en


la insigne Iglesia Colegial de | nuestro señor San Salva¬
dor de la Ciudad de Sevilla. | siendo maestro de capilla
Don Salvador García. | año (Un grabado.) 1700 | En Se¬
villa por Francisco Leesdael, en la calle de los Boteros.

4.0; 6 hs.; recl.; sign. B. (Bib. Prov.)

70.—^ | Letras | de los Villancicos, | qve se cantaron en


los | solemnes Maytines de la Pvrissima | Concepción
de N. Señora, | en la Santa Iglesia Metropolitana, | y
Patriarcal desta Ciudad de Sevilla. | Compvestos | Por
Don Diego Joseph de Salazar, Racionero, y Maestro de
| Capilla de dicha Santa Iglesia. (Al fin:) En Sevilla, por
Juan Francisco de Blas, Impressor mayor de | dicha Ciu¬
dad, año de 1702.
4.0; 2 hs. imp. á dos cois.
Contiene cinco villancicos. (Bib. D. T.)

71.—Letras | De los villancicos | , que se cantaron en los


solemnes | Maytines de la Concepción de Maria Santi-
ssima, | Nuestra Señora. | En la Santa Iglesia Metropo¬
litana, | y Patriarchal de Sevilla, este año de 1724. |
Pvestos en música por Don Pedro Rabassa. | Racionero,

y Maestro de Capilla, en dicha Santa Iglesia.

8.°; 8 hs.; port. con orla; recl.; sign. A. (Arch. Mun.)

72.—Letras | de los villancicos | que se , cantaron en los


solemnes | Maytines de la Concepción | de Maria Santi-
ssima | Nuestra Señora | , en la Santa Iglesia Metropo¬
litana, | y Patriarchal de Sevilla, este año de 1741 | .
832 Glorias Sevillanas

Puestos en Música por D. Pedro Rabassa | , Racionero,


y Maestro de Capilla, en dicha Santa Iglesia.
8.°; 12 hsq recl.- sign. A2. (Arch. Mun.)

73.—Letras de los Villancicos, | que se cantaron en los so¬


lemnes maytines | de la Immaculada Concepción | de
nuestra señora | en la Santa Metropolitana, y Patrial-
,

chal Iglesia | de Sevilla, este presente año de 1758 | .

Puestos en Música Por Don Francisco Soler | , Maestro


de Capilla en dicha Santa Iglesia.
4 hs. en 4.0; recl. (Bib. Cap.)

74.—Letras | de los Villancicos, | que se cantaron en los


solemnes Maytines | de la Purissima Concepción | de
Maria Santissima ¡ Nuestra Señora, | en la Santa Iglesia

Metropolitana, | y Patriarchal de Sevilla, | este año de


1764. Puestos en Música por D. Francisco Soler, | Maes¬
tro de Capilla de dicha Santa Iglesia. | Con licencia: En

Sevilla, en la Imprenta Mayor del Doctor | Don Gero-


nymo de Castilla.
4.0; 4 hs. (Bib. Cap.)

75.—Letras | de los villancicos, | que se cantaron en los


solemnes Maytines | de la Purisima Concepción | de
Maria Santissima | Nuestra Señora, | en la Santa Iglesia

Metropolitana, | y Patriarchal de Sevilla, este año de


1765. [ Puestos en Música por Don Manuel de Cuesta,
| Racionero Músico de dicha Santa Iglesia, por manda¬
to de | su Ilustrissimo Cabildo. | Con licencia: En Sevi¬

lla, en la Imprenta del Dr. D. Ge | ronymo de Castilla,


Impressor Mayor de dicha | Ciudad.
4.0; 4 hs. (Bib. Cap.)

76.—Letras | de los Villancicos, ¡ que se cantaron en los


Glorias Sevillanas 833

solemnes Maytines | de la Concepción | de Maria San¬


tísima. | Nuestra Señora, | en la Santa Iglesia Metro¬
politana, | y Patriarchal de Sevilla, este Año de 1767.
| Puestos en Música por Don Pedro Rabassa, ¡ Racio¬
nero, Maestro de Capilla en dicha Santa Iglesia. | Con
licencia: En Sevilla, en la Imprenta del Dr. D. Gero-

nymo | de Castilla, Impressor Mayor de dicha Ciudad.


4.0; 4 hs.—Port. con orla. (Bib. Cap.)

77.—Letras de los Villancicos, | que se cantaron en los so¬


lemnes | Maytines de la Concepción | de Maria Santis-
sima | Nuestra Señora, | en la Santa Iglesia Metropoli¬

tana, | y Patriarcal de Sevilla, este año de 1768 | . Pues¬


tos en Música, Por Don Antonio Ripa, | Racionero, y
Maestro de Capilla en dicha Santa Iglesia. | Con licen¬
cia: En Sevilla, en la Imprenta del Doctor D. Geronymo
| de Castilla, Impressor Mayor de dicha Ciudad.
4.0; 4 hs. (Bib. Cap.)

78.—Letras de los Villancicos, | que se cantaron en los so¬


lemnes | maytines de la Concepción | de Maria Santí¬
sima | Nuestra Señora, | En la Santa Iglesia Metropo¬
litana, | y Patriarchal de Sevilla, este Año de 1769.
| Puesto en Música por Don Antonio Ripa, | Racione¬
ro, y Maestro de Capilla en dicha Santa Iglesia. | Con
licencia en Sevilla, en la Imprenta Mayor.

4.0; 4 hs. (Bib. Cap.)

79.—Letras de los Villancicos, ¡ que se cantaron en los so¬


lemnes j Maytines de la Concepción | de Maria Santí¬
sima | Nuestra Señora, | en la Santa Iglesia Metropoli¬

tana, | y Patriarchal de Sevilla, este Año de 1770. |


Puestos en Música por Don Antonio Ripa, j Racionero,

y Maestro de Capilla en dicha Santa Iglesia. | Con li-


105
834 Glorias Sevillanas

cencia: En Sevilla, en la Imprenta del Doctor Don Ge-


ronymo de Castilla, Impre | ssor Mayor | de dicha Ciu¬
dad.

4.0; 4 hs. (Bib. Cap.)

80.—Victoria | de la mystica soberana Jael, contra el Si¬


sara infernal, | en métricas expressiones laudatorias | de
Maria Santissima Nuestra Señora, | que se han de can¬
tar en los solemnes Maytines j de la Festividad | de su

Purissima Concepción, | en la Santa Iglesia Metropoli¬

tana, y Patriarchal | de Sevilla, en este Año de 1771.


| Puestas en Música | por Don Antonio Ripa, Racione¬
ro, | y Maestro de Capilla de dicha Santa Iglesia. | Con
licencia: En Sevilla en la Imprenta del Doctor Don Ge-

ronymo | de Castilla, Impressor Mayor de dicha Ciudad.

4.0; 4 hs. (Bib. Cap.)

81.—Triunfo | de la mas divina Esther, | que consiguió


¡ contra el Aman infernal, | humillado por el poder so¬
berano | del Altissimo. | oratorio harmónico, | que se
ha de cantar | en los solemnes Maytines | de la Festi¬
vidad de la Purissima ¡ Concepción | de nuestra Seño¬

ra, | en la santa iglesia Metropolitana, | y Patriarchal


de Sevilla. | en este Año de 1772. | Puesto en Música

| Por Don Antonio Ripa, | Racionero, y Maestro de Ca¬


pilla | de dicha Santa Iglesia | Con licencia: en Sevilla,
en la Imprenta del | Doctor Don
Geronymo de Casti¬
lla, | Impressor Mayor de dicha Ciudad.
4.0; 6 hs. (Bib. Cap.)

82.—Triunfo | de Maria Santissima, | Arca viva de la


Alianza | entre Dios, y los hombres ¡ que venciendo, y
destrozando [ al idolo Dragón, | salió libre de la mancha
del pecado ) original en su | Concepción Purissima, | se
Glorias Sevillanas 835

ha de cantar | en los solemnes Maytines | de


su Festi¬
vidad Gloriosa |
la Santa Iglesia Metropolitana, | y
en
Patriarchal de Sevilla | Puesto en Música por Don An¬
tonio | Ripa, Racionero, y Maestro de Capilla en dicha

| Santa Iglesia. | Año (Esc. del Cabildo.) 1773. | Con li¬


cencia: En Sevilla, en la Imprenta de la Ciudad.

4.0; 4 hs. (Bib. Cap.)


/

83.—Letras | de los Villancicos, | que se cantaron en los


solemnes Maytines | de la Festividad | de la Purissima

Concepción | de Maria Santissima, | en la Santa Iglesia


Metropolitana, | y Patriarchal de Sevilla, | este año de
1775. | Puestos en Música por D. Antonio Ripa, | Ra¬
cionero, Maestro de Capilla de dicha Santa Iglesia,
y
j Con licencia: En Sevilla, en la Imprenta Mayor de la
Ciudad.

4.0; 4 hs. (Bib. Cap.)

84.—Letras | de los villancicos, | que se cantaron en los


solemnes Maytines | de la Festividad de el Mysterio |
de la Purissima Concepción j de Maria Santissima, | en
la Santa Iglesia Metropolitana, | y Patriarchal de Sevi¬
lla | este año de M.D.CC.LXXVII. | Puestos en Música
Por D. Antonio Ripa, | Racionero y Maestro de Capi¬
lla en dicha Santa
Iglesia. | Con licencia: En Sevilla, en
la Imprenta Mayor de la Ciudad.
4.0; 4 hs. (Bib. Cap.)

85.—Nveva relación, y cvrioso | de¬


romance, en qve se
clara la solemne fiesta, y pomposa Procession, que hi¬
cieron los Padres | del Señor San Diego de esta Ciudad
de Sevilla, á la solemne Beatifi ¡ cacion del Señor San

Jvan de Prado: Con todo ] lo demás que verá el curio¬


so Lector
| Año de 1728 (Al fin:) Con licencia: En Se-
836 Glorias Sevillanas

villa, en la Imprenta Castellana, y Latina de Diego Ló¬


pez de Haro, en calle | de Genova.
2 hs. en 4.0—Grab. del B. Juan de Prado. (Arch. Mun.)

86.—Voto que hizo el Cabildo de la Ciudad de Ezija de


defender la Inmaculada Concepción de la Virgen M.a
en 1615.
2 hs. en fol. sin lugar de imprenta. (Bib. Cap.)

87.—Relación | del votoque hizo y octavario | que cele¬


bró la Ciudad de Xerez de la Frontera, } en honra de
la santisima | siempre Virgen Maria Madre de Dios, y
] Señora nuestra, Concebida sin | Pecado Original. (Al
fin:) En Seuilla, con licencia, por Alonso Gamarra año
1616.

4 hs. en 4.0; recl.; sign. A-A.—Port.—V. en blanco.—


Lám. con la Virgen. (Bib. Cap.)

88.—Voto, |
Juramento, | que el Serenissimo Señor Don
y
| Juan de Avstria hizo en el Real y Religio | sisimo Mo¬
nasterio de N. Señora de Monserrate, en ¡ defensa y

obsequio de la Inmaculada Concepción de | la Reyna


de los Angeles, Maria, Madre de Dios | Señora Nuestra,
en 13. de Octubre
| de 1653. | Refierese también como
hizieron el mismo voto y Juramento los Cabos y oficia¬
les del Exercito de Cataluña, y | la gente de la familia
de su Alteza, y particularmente | los Religiosos del Mo¬
nasterio de N. S. de Monserrate. | Y el recibimiento que
hizieron á su Alteza en la | Ciudad de Barcelona. (Al

fin:) Con licencia. En Seuilla por Juan Gómez de Blas,


año 1653.

4.0; 6 hs. (Bib. Cap.)

89.—Relación de | las Fiestas, que la Ciudad ¡ de Ronda


Glorias Sevillanas 837

hizo en honra del misterio de la


limpia Con | cepcion de
laVirgen nuestra Señora en su dia, siendo | Corregidor
don Antonio Tabuyo de Quiñones en ella, | con la de
Marbella, y su Capitán á guerra, y diputados | los caua-
lleros Regidores Licenciado Gonzalo | Franco del Valle,

y el Capitán don | Gaspar Vázquez de Mondragon, | y


Juan Cordero Jurado. | TJ Recopilada por vn deuoto de
la Virgen. Dirigido al Ilustrissimo | Señor don Pedro de
Castro y Quiñones Argobispo de Seuilla, &c. (Al fin:)

Impressa con licencia en Seuilla, por Alonso Rodríguez


Gamarra, en la calle de la Muela, frontero del Ciprés de
Martin Cerón. Año de Mil seiscientos y diez y seis.

Foll. en 4.0; 4 hs.; reclq sign. A-A3.—Texto. (Bib. Cap.)

90.—Relación | délas | Famosas Fiestas, | luminarias mas¬


caras, encamisadas, | solene Procession, que la ciudad
y
de Paris hizo | el dia que llegó la nueua del Decreto que
su Santidad hizo en Roma, en fauor de la inmaculada
Concepción de la Vir | gen santísima. Sacada de una
carta que vn criado del [ Embaxador de España embió

á vn su amigo. (Lámina.) Con licencia en Sevilla por

Juan Serrano de Vargas enfrente del Correo mayor,


Año 1618.

Foll. en 4.0; 4 hsq recl.—Texto. (Bib. Cap.)

91.—©^^?Copia de una | Carta, con aviso de la So | lem-


nidad, y fiestas que se hizieron en la insigne villa | de
Marchena, en el juramento que el Excelentísimo | Du¬
que de Arcos, señor della, y el Clero, y Caualleros | de
la dicha villa hizieron, de defender la Purissima | Con¬

cepción de nuestra Señora la Virgen Maria, sin | Pecado


Origina]; escrita á vn Titulo destos reynos. (Al fin:) Con
licencia. | En Sevilla por Alonso Rodri ¡ guez Gamarra,
838 Glorias Sevillanas

en la calle | de la Muela. | Año de mil y seyscientos y


diez y seis.
4.0; 4 hs.; sign. A2; recl.—Texto. (Bib. Cap.)

92.—Segunda | y ultima parte de la | fiesta y mascara, que


hizieron en la Villa de ] Vtrera, por la nueva del De¬
creto que su Santidad hizo en fauor | de la limpia Con¬
cepción. Impressa con licencia en Seuilla por luán | Se¬
rrano de Vargas enfrente del Correo Maior, 1618
| .

4 hs. en 4.0 (Bib. D. T.)

93.—Breve resumen | y compendiosa descripción | del so¬


lemne culto y magestuoso aparato, con que el Religio-
si | simo convento de R.R. P.P. Franciscos Des | cal¬
zos de la Villa del Arahal, conocido | vulgamente por
su titular ¡ San Roque ¡ celebró | el dia 20 de Septiem¬
bre del ¡ presente año, el nuevo y Regio universal | Pa¬
tronato | de Maria S.S.ma | en el misterio | de su Concep¬
ción | Immaculada | obtenido de Su Santidad ¡ N. S.S.
Padre Clemente XIII. por Nuestro Catho | lico Rey el
Señor Carlos III, paratodos | los Reynos de España y
de las Indias | Escrito
por dicha Comunidad y costeado
| por sus bienhechores | Con licencia en Sevilla, en la
imprenta de la Universidad, en calle de Genova.
4.0; 18 págs. y una h. al fin con un monograma del nom¬
bre de María; port. con orla; v. en blanco; recl.; sign. A2.
(Bib. D. T.)

94.—Festivas entonaciones | que alterna la santa comuni¬


dad | del religioso Convento ¡ de N. S. P. S. Francis¬
co
| de la observancia de esta M. N. | y M. L. Ciudad
del Gran Puerto de Santa Maria en la celebridad de
haverse declarado por [ Patrona universal de España á
la ¡ Purissima Virgen j en el Mysterio de su ¡ Concep-
Glorias Sevillanas 839

cion | en Gracia | Las dá á la prensa, en aplauso y


ho¬
nor de este soberano Mysterio, un humilde devoto
de
la Purissima Reyna y reverente apassionado de la Se-

raphica | Familia. | Con licencia | impresso en dicha


Ciudad por Francisco Usente Muñoz, Impressor mayor
de la espresada | Ciudad en la calle de Luna año | de

1761, y reimpreso en Sevilla por Manuel N. de Váz¬


quez en calle de Genova.

4.0; 12 págs.; port. con orla; á la v. un grab.; recl.—Lic.


—Aprob.—Décimas. (Bib. D. T.)

95.—Letras | de los Villancicos ¡ han de cantar en


qve se
los Maitines | de la Pvrissima Concepción | de N. Seño¬
ra.
| Dia en que el Excelentissimo Señor Duque de Ar¬
cos haze fiesta j á la Dedicación del Nuevo Retablo, y

Capilla que su Exce | lencia acabó á nuestra Señora de


la Mota, | en su Iglesia y casa de su Exce | lencia. | En

Sevilla, ¡ Por Juan Francisco de Blas, Impresor mayor


de dicha Ciudad, j Año M.DC.LXX.

4 hs. en 4.0 (Arch. Mun.)

II

POESÍAS

96.—Historia | de Nvestra ¡ Señora de Aguas | Santas [


Poema castellano. | Con algvnas justas lite | rarias en
alabanga de Santos, j Dirigida a Doña Beatriz de | Ta-
uara
y Corte Real, Duquesa de Alcala, &c. | Por Alonso
Diaz natural de Seuilla. (Esc. de armas.) Con privilegio,

j En Seuilla por Matías Clauijo, 1611.


8.°; 180 hs.; sign. §-§§. A-X.—Port.—H. en blanco.—Su¬
ma del priv. á Diego Vázquez, librero, por diez años: Lerma,
840 Glorias Sevillanas

13 Mayo 1610.—Aprob. del Dr. Francisco Sánchez de Vi-


llanueva: Madrid, 28 Abril 1610.—Tasa: Madrid, 25 No¬
viembre 1610.—Errat.—Dedic. suscrita por el autor, sin fe¬
cha.—Declaración del librero Diego Vázquez, en la que ma¬
nifiesta haber impreso el libro á sus expensas, por haber sa¬
bido iba dedicado por su autor á la Duquesa de Alcalá, á

cuya casa sirve (según dice) en las cosas de su arte y oficio


más há de treinta años.—Fernando Caro al lector.—Esparsa
del L, Rodrigo Caro.—Soneto del capitán Gaspar de Vargas
Machuca y Palomares.—Quintillas del L. Antonio de Villa-

grán.—Soneto de Juan de López del Valle.—Redondillas de


Miguel Cid.—Otras de Francisco Pacheco.—Soneto de Pe¬
dro de la Fuente de Robles.—Texto.—2 hs. en blanco. (Bi¬
blioteca de D. J. Sancho Rayón.)

97.—Otavas á la | Inmaculada Concepción de | la siempre


Virgen Maria, | Madre de Dios, y Se | ñora nuestra. |
Donde se dizen algunos apodos á este soberano | mis¬

terio, diferentes de los que hasta | aora se an impresso.


| Compuestas por Alonso Diaz natural de la muy |
leal ciudad de Seuilla. (Al fin:) Impressas con licencia,
en Granada, en casa de Martin Fernandez—año de 1616
4 hs. en 4.0; sign. A; recl.
Empieza:
«Gente del suelo, y la que el Limbo encierra,
Oyd la nueva, que en el Cielo pasa,
Que Dios prendado de la baxa tierra
Quiere habitarla, y edifica casa.»
Dos de las octavas dicen así:

«Y á ti Sevilla
insigne, tu que as sido
Origen de
que se haya renovado
Lo que con tal valor as defendido,
Lo que con tanto zelo as celebrado;
Los títulos y triunfos que as tenido,
Con este los as todos ilustrado,
Y aumentaras tu fama si le pones
En el primer lugar de tus blasones.
Glorias Sevillanas 841

»Entre tu antigüedad, y tu grandeza


Tus nobles edificios, tu gran templo
Tu trato universal, y tu riqueza
Tus letras, y armas, y otros que contemplo.
Y al fin entre el mayor de tu nobleza,
Que es el de muy leal, glorioso ejemplo,
A las demás ciudades de la España,
Pon esta por mas celebre hazaña.» (Bib. Cap.)

98.—Concetos nuevos | á la inmaculada Concepción | de


laVirgen Nuestra Señora, con un Ro | manee á la Com¬
pañía de Jesús. ¡ Compuesto todo por Alonso Diaz, na¬
tural de Seuilla. | Con licencia enMalaga, y por su ori¬
ginal impresso en Seuilla | por Matías Clauijo. Año de
1615. (Tres grabaditos.)
4.0; 4 hsq recl.—Dedic.—Texto.
Empieza así:
«Ya que el Padre Adán nos dió
de tierra el cuerpo pesado
bien fuera avernoslo dado
como el lo recibió»;
y termina:
«Donde el Coro Celestial
á vozes, Reyna escogida
canta, que soys concebida
sin pecado original.» (Bib. Cap.)

99.—A la Inmaculada Concepción de | la Virgen Maria,


concebida sin mancha de pecado original, | versos nue-

uos, diferentes de los que hasta aqui an salido. Con | vn


Romance de Ximena, aplicado al mismo Misterio, | y
vn Soneto a la misma
Concepción. Por Alonso ] Diaz,
hijo desta Ciudad. Impresso con licen- | cia en Seuilla
por Alonso Rodríguez | Gamarra, Año de 1619. | Visto,
y aprouado por el Padre Pedro de Vargas de la Com¬
pañía de Jesús. (Grab. en mad. de la Purísima Concep¬
ción, rodeada de sus atributos.)
4.0; 4 hs. á dos cois., sin foliar, con la sign. 2.
106
842 Glorias Sevillanas

Título.—Aprob. del P. Pedro de Vargas.—Grab.—Tex¬


to.—Adorno.—Soneto al Misterio de la Concepción.
Contiene unas
coplas y un romance.—Coplas:
«Vincula en su mayorazgo
elpríncipe del profundo,
que al entrar en este mundo
todos le paguen portazgo.»
Romance:
«En un altar de la Virgen
de la limpia Concepción
de hinojos está Jimena,
mujer del Cid Campeador...» (Bib. J. S. R.)

100.—A la Inmaculada Concepción de la | Virgen Santísi¬


ma Maria Madre de Dios, y
Señora | nuestra, Concebi¬
da sin mancha de Pecado original. | Lleua al fin vn So¬
neto al Santissimo Sacramento, y á la Limpissima Con¬

cepción. | Compuesto todo por Blas de las Casas Ales,


hijo de Seuilla. | (Viñ. con la presentación del Niño.) Im-
presso con licencia del Ordinario, en Granada, en casa
de | Antonio Rene. Año de mil y seyscientos y quinze.

4 hs. en 4.0; recl.; sign. A2.


Composición poética, que empieza así:
«Ya no puede mi afición
Virgen bella callar tanto»,
y termina:
«que quien daua el pecho á Dios
pagasse pecho al pecado.»

(Al fin): A vna fiesta grandiosa, y cele | bre que hizo la


villa de Manganilla, jurisdicion de la | ciudad de Seuilla, á
la Inmaculada Concepción j de la Virgen nuestra Señora, y
al Santissimo Sacramento. | Soneto.
«Al milagro de amor fiestas celebra,
Y al prodigio de gracia, Manganilla;
Pide sus inuenciones á Seuilla,
Dispara fuegos, corre, y langas quiebra.
»Eua segunda, que a la vil culebra
La ceruiz corta, y el orgullo humilla,
Glorias Sevillanas 843

Siendo de el Padre rara marauilla,


En quien el se requiebra:
regala, y se
»Prueua la filiación delHijo eterno,
A quien vistió su carne no manchada,
Y a quien dá la Hostia Santa su apellido.

»Llamase pura, Santa, Inmaculada,


Y a pesar de las dudas, y el infierno,

No desdize la tela del vestido.» (Bib. Cap.)

101.—(Lám. con la Concepción, y á su alrededor dice:)


En el rosario acabada cada avemaria será cosa muy de¬
vota repetir, «Sin mancha de pecado original. Alabado
sea el S.S.m° Sacramento:| i la Inmaculada Concepción
de | la Virgen Nuestra Señora sin | mancha de pecado

original.» (Al fin:) En Sevilla con licencia del Ordina¬


rio, por Alonso Rodríguez Gamarra.
4.0; 2 hs.—Glosa á la redondilla, «Todo el mundo en

general», etc.
Acompaña al ejemplar que hemos visto otra hoja en fo¬
lio con una Instrucción para como se han de cantar estas co¬

plas. (Bib. Cap.)

102.—Relación de algunas Processiones, | y fiestas en Con-


uentos, y Parroquias, que ha hecho la fa | mosa Ciudad
de Seuilla, á la Inmaculada Concepción de | Maria Vir¬

gen Señora nuestra, Concebida | sin mancha de Pecado


Original, En respuesta | de vna Carta de vn amigo al
autor. | Lleua al fin vna Changoneta al Arcángel San

Miguel, aplicada | al Misterio de la limpissima Concep¬


ción. | Compuesta por Baltasar de Cepeda, hijo de Se¬
uilla. | Lleua assi mesmo vn Soneto a San Josef, dor¬
mido en sus bragos el Niño de Iesvs. (Viñeta.) Con Li¬
¡

cencia en Baega, por luán de la Cuesta. Y por su origi¬


nal | en Seuilla por Alonso Rodriguez, en la Calle la
Muela. Año 1615.

4 hs. en 4.0
844 GloUias Sevillanas

Empieza así:
«Mándame vuessa merced
que por esta le refiera»,
y acaba:
«de vuessa merced criado
suBaltasar de Cepeda.»

Sigue una letra al Arcángel S. Miguel, aplicada á la


Concepción, y un soneto de Lope de Vega. (Bib. Cap.)

103.—El pater noster | y el ave maria Glossado á la | In¬


maculada Concepción de la Virgen Maria ¡ Nuestra Se¬
ñora, Concebida sin man | cha de pecado original. í[ Lle-
ua vnaglossa al mismo intento. Y también lleua al |
cabo vna changoneta de Alonso de Bonilla | . % Com¬

puesto por Baltasar de Cepeda, hijo de la nobi | lissima


y gran Ciudad de Sevilla | (Estampeta.) Con licencia,
.

impresso en Baega, por Juan de la Cuesta | , y por su


original en Seuilla por Matías Clauijo | Año de 1615. .

(Al fin:) Alabado sea el Santissimo Sacra [ mentó, y la


Immaculada Concepción de la Virgen nuestra | Señora
sin mancha de pecado original.
4.0; 4 hs.
Empieza así:
«Omnipotente Señor,
tu que siendo el primer Padre

quisiste que la mejor


de tus hijas fuese Madre...» (Bib. Cap.)

104.—Lunario, y Pronostico general | de las verdades que


sucederán en el año de mil yseyscientos y diez | y siete,
acerca de la Limpissima Concepción de la Virgen | Ma¬
ria Madre de Dios, y Señora nuestra, Con | cebida sin
mancha de pecado original | . visto y examinado por
el Maestro Andrés de Valdés, Tesorero de | su Señoría
ilusstrisima el Argobispo de Sevilla, &c. | Compuesto
Glorias Sevillanas 845

por el Bachiller Baltasar de Cepeda, hijo de Seuilla | .

Con licencia, en Seuilla, por Alonso Rodriguez Gama-


rra. Año 1617.
(Lám.)
4. hs. en 4.0; recl.
Empieza:
«Sumario y compendio breve
donde adivina á su modo
muchas cosas venir
por
un
pió y moderno astrólogo.» (Bib. Cap.)

105.—Testimo | nio en Relación; | que da el Tiempo del


estado que oy tiene | el pleyto de la Inmaculada Con¬
cepción de la Virgen nuestra señora. | Por el Licenciado
Baltasar de Cepeda, Notario en la Audiencia Arzobis¬
pal. | Visto, y esaminado, y con licencia impresso en
Seuilla, por Alonso Gamarra. (Estampa.)
4.0; 4 hs.
Empieza así:
»Ya el tiempo antiguo vezino
de las tres partes del mundo...»
Termina con una glosa al verso siguiente:
«No halló la culpa en vos
Virgen do entrar pudiera
por
Que si culpa en voz cupiera,
No pudiera caber Dios.» (Bib. Cap.)

106.—Testamento, y vltima voluntad | de vn fiel deuoto,


y piadoso, acerca del sacrosanto misterio de la | Inma¬
culada limpieza de la Concepción de la Virgen San | ti-

ssima, á cuyo exemplo los deuotos desta soberana | Se¬


ñora, le deuen imitar. Lleua al fin una [ letrilla curiosa.
| Compuesto por el Licenciado Baltasar de Cepeda, No¬
tario Apostólico, | en la Audiencia Argobispal. ¡ TJ Vis¬
to, y examinado, y con licencia impresso en Seuilla,
| por Alonso Rodriguez Gamarra. Año 1617.
4.0; 4 hs.; recl.; sign. a2.
846 Glorias Sevillanas

Empieza:
«En el nombre sacrosanto
de la inmensa Trinidad,
una indivisa unidad,
Padre, Hijo, Espiritu Santo.»

Composición muy donosa que, como toda las de este au¬


tor, está impregnada de su gran amor á la Concepción. Ter¬
mina con la graciosa letra que empieza: «Lo que dizen del
pecado», que dimos en el cap. VI. (Bib. Cap.)

107.—Aqvi se contienen doze | octavas nueuas, en muy


sentido estilo, á la Conuer | sion del Pecador, y desen¬
gaño del hombre: donde ¡ se tratan cosas de la Passion
de N. Señor Jesu Christo | estando en la Cruz; Con vn
famoso Romance nue | uo, en alabanga de la inmaculada

Concepción de ¡ Nuestra Señora: y al cabo lleua una


Glossa, sobre a ¡ quella letra que dice: Todo el mundo
en general.
| Compuesto por Christoual del Castillo na¬
tural de | Seuilla. Con licencia, Impresso en Murcia por

| Diego la Torre, en este año de mil y | seyscientos y


quinze.
4.0; 4 hs.; sign. A. (Bib. Gall.)

108.—Aqui se contiene tres obras


muy curiosas, La pri¬
mera es un Romance á la Inmaculada Concepción de
laVirgen Maria Nuestra Señora. La segunda es, otro
Romance en alabanga de aquella
letra tan celebrada,
Todo el mundo en general, y de su Autor. La tercera
es unaglosa al mismo intento, y vnas otauas. Com¬
puesto por Christoual del Castillo; natural de la insigne
Ciudad de Seuilla. Con licencia, impresso en Murcia,

por Diego la Torre y por su original en Seuilla por


Matias Clauijo. Año de 1615. (Al fin:) Alabado sea
el
| Santísimo Sacramento, y la inma | culada Concepción
Glorias Sevillanas 847

de la Virgen | Maria Nuestra Señora, con | cebida sin


mancha de | pecado original.
Foll. en 4.0 de 4 hs. (Bib. Cap.)

109.—Glosas | muy devotas para cantar | en alabanza de


la Inmaculada Concepción de Núes | tra Señora, con¬
cebida sin pecado original. Compuestas ¡ por Diego Vi¬

llegas de la Cruz, presvitero Beneficia ] do de la Veyn-


tena de la Santa Iglesia de Sevilla y na
| tural della.
Impresso con licencia en Malaga ¡ en casa de Juan Reg-
ne. 1615.
4.0; 4 hs.

Empieza la glosa:
«Toda gracia en vos se encierra
Virgen, que os hizo capaz,
para que entrase de paz
Dios, la culpa destierra.
que
Por tanto elantiguo mal
no quiso que os ofendiesse

para que el mundo os confiesse


sin pecado original.»

Copiamos algunas otras:


«En aquel primer instante
en
que fuystes concebida
os hizo Dios tan crecida
que á el solo llevays delante.
Nadie llega á vuestro igual
que á todos dejais atras
pues por gracia corréis mas
sin pecado original»
TI «lodos en Adán pecaron
dijo aquel Vaso escogido,
mas á aquesto es entendido
no de vos, que os preservaron.
Pues toda la Trinidad
de personas y una esencia
os formó por su potencia,
sin pecado original.»
848 Glorias Sevillanas

T[ «Si después de concebida


Dios os hubiera librado
ya en el lodo del pecado
antes, fuerays caida;
Mas por no dar caida tal
fuystes de Dios prevenida
haciéndoos el concebida
sin pecado original.»
«En repartidas quadrillas
y en concertadas hileras,
llevándoos en las banderas
cantan vuestras maravillas.
Y al alto Dios inmortal
rinden gracias sin medida
porque os hizo concebida
sin pecado original.»
«Deponiendo Dios enojos
puso sus ojos en vos
y en vos sola vido Dios
la nifiita de sus ojos.
Soys su espejo y de Cristal
pues Christo se mira en vos,
y vos misma os veys en Dios
sin pecado original»
«En vuestros hermosos ojos
niña tierna, y celestial
todo el mundo en general,
quita siempre sus enojos.
Y assi por regalo tal
no sabe con
que pagaros
sino á vozes confessaros
sin pecado original.»
«Confessamos sin rencilla
(mas por pura devoción)
que fué vuestra Concepción
pura, y limpia, y sin mancilla.
Pues por tenerla por tal
(con piedad) la Iglesia santa
os celebra fiesta y canta
sin pecado original.» (Bib. Cap.)

lio.—Nacimiento y pro | sapia de la Santissima Virgen


| María, y reto que haze con su limpia Concepción á
to | do el Infierno y al pecado
Original. | Compuesto
Glorias Sevillanas 849

por Lazaro Diaz, natural de la insigne |Ciudad de Se¬


villa. (Viñeta muy curiosa representando el Nacimiento
de la Virgen.) Con licencia en Baega por Pedro la To¬
rre, y por su ori | ginal impresso en Seuilla | en casa

de Matias ¡ Clavijo. Año de mil y seyscientos y quince.

4.0; 4 hs.—Romance.
Empieza así:
«Apenas pañales viste
la Princesa Virginal»,
y acaba:
«Salid que
Mari a soy
de gracia el profundo mar,
que en mis aguas cristalinas
veniros tengo ahogar,» etc. (Bib. D. T.)

m.—La Avrora | de Cristo | por Lvis de Belmonte | Ber-


mudez | A D. Joan del Castillo | del Consejo del Rey
nuestro señor, y |
su oydor en la Real Audiencia | de
Sevilla. | En Sevilla, | Impresso con licencia y Preuile-

gio, por j Francisco de Lyra. Año ¡ 1616.


8.°; 40 págs., más 6 de principios.—Privilegio por diez
años.—Poema en octavas. (Bib. Gall.)

112.—^ Tota pulchra es amica mea, et macula non est


in (Enmedio de esta inscripción una preciosa lámina
te.

en acero con la Concepción grabada por Heylan.)?^

Soneto<^¿A la Immaculada Concepción de la Madre de


Dios. Dirigido á Doña Constanga Remirez de Guzman.

^?Compuesto por Tomas de la Vega, vezino de Seuilla.


(Al fin:) Impresso en Sevilla con licencia, por Alonso
Rodríguez Gamarra.
«Paloma Virgen, que la verde oliva
Alegre lleva con ligero buelo;
£arga que ardiendo de Moisés el zelo
Al profundo misterio se derriva.
107
850 Glorias Sevillanas

»Arca del Nuevo Testamento viva


Antes labrada que lo fuese el Cielo
Judie valiente,
que bañado el suelo
Dexó con sangre de la bestia altiva.
»0 candida Cordera Palestina,
Que ofrece á Gedeon el Bellocino:
Hester graciosa que por ella inclina
»E1 Padre al Verbo de su Trono Trino;
A tal alteza Fénix peregrina
Immaculada Concepción convino.»

Una h. en fol., con orla. Al fin lleva la licencia. Biblio¬


teca Cap.)

113.—Discvrso | Alabanga | de la Inmaculada Concep¬


en
ción | de la Madre de Dios, y | Señora nuestra. ¡ Diri¬
gido | Al Padre Fray Christoual Lobo del Orden del Se¬
ráfico San | Francisco, Presidente en el Colegio de San

¡ Buenauentura. | Compuesto por Tomás de la Ve¬


ga, vezino | de Seuilla. | Año (Grab. en mad. de la
Virgen.) 1616. | *¡¡ Con licencia, en Seuilla, por Alonso
Rodríguez Gamarra, en la calle de la Muela frontero de}
Cypres de Martin Cerón.
4.0 sin fol.; 10 hs. con la sign. A.
Port.—V. en blanco.—Aprob. de los PP.
Gabriel de Or¬
tigosa Cristóbal Ruiz: Sevilla 8 Marzo 1616.—Lic. del
y
Lic. D. Gonzalo de Campo: Sevilla 23 Julio 1616.—Dedica¬
toria firmada por el autor.—Adorno.—Texto con apostillas.
—Dos sonetos.

Es un
romance; empieza:
«A Imágen de la Virgen,
una

que estaba en una pared,


esto le dijo un devoto
postrado á sus santos pies.»
Acaba:
«Por vuestra alma
limpia y pura,
os suplico me alcancéis
que viva y muera en la gracia
de aquel por quien la teneis.»
Glorias Sevillanas 851

Primer soneto. Empieza:

«Espiga Virginal, que el Pan de vida...»


Segundo. Empieza:
«La espantable garganta ejecutiva...»
Precede á este soneto la siguiente nota del autor: «Este
soneto último me le pidió un amigo, á quien le di, el cual
(antes que yo le sacase á luz) le imprimió sin mi interven¬
ción; púsole con un coloquio de pastores que salió habrá dos
meses: y aunque sea ventaja mia apliquen mis
que otros
obras á su nombre, siendo ellas tan cortas mi caudal,como
con todo eso siento mucho que
se hagan dueños de mi tra¬
bajo, y gocen lo que no les costó ninguno. Sirva de aviso á
el lector.» (Bib. J. S. R.)

114.—Coloquio en | defensa, y alabanza de la limpia ¡ Con¬


cepción de la Madre de Dios, concebida sin mancha | de
pecado original, donde se prueua con muchos autores
que la | Virgen fué libre de la primera culpa. Lleua al
cabo las | Coplas que dicen, atengome á la opinión de
los niños de Seuilla y un Soneto del Cauallero | de Gra¬

cia; con otras changonetas en | alabanga de la Reyna de


los | Angeles ( Compuesto todo por Diego de Castro,
natural de Baheza. (Grab. en mad.) Impresso con licen¬

cia, en Granada, por Martin Fernandez y por su Origi¬


nal en Seuilla, por Fran.co de Lyra | año de 1616.

4.0; 4 hs. (Bib. Gall.)

115.—Glosa sobre la salve | de la Madre de Dios, en ala


| banza de su pura y limpia Concepción; juntamente con
un
| Romance buelto á lo divino, de lo que dice la bella
Celia, &c. | Compuesto por Alonso Maldonado | ve¬
cino desta Ciudad de Sevilla ¡ ^ Impresso con licencia,
en Sevilla, por Francisco de Lyra. | Año de 1616.
4.0; 4 hs.
852 Glorias Sevillanas

Empieza:
«Tu que á Dios pidiendo estas
El perdón no merecido...» (Bib. Gall.)
ii 6.—Glossa peregri | na, en alabang a (sic) de la Inmacu
| lada, Purissima Concepción de la Serenissima Reyna
y
de los | Angeles Madre de Dios, y señora nuestra, Con¬
cebida sin pe | cado original. Compuestas por Alonso
Maldonado vecino de | Seuilla. Con licencia en Seuilla

por Alonso Rodríguez ¡ Gamarra, en la calle de la Mue¬


la. Año | de 1617.

4.0; 4 hs. sin numerar-, sign. A. (Bib. Gall.)

n
7.—TI Glosas nuevas sobre las coplas | que comiengan,
Todo el mundo en general, Hizoos vuestro Esposo | ca¬

ro, Si mandó Dios verdadero, El Señor poder, con su


y Toda voz resplandeceys: que es lo que hasta aqui se
ha cantado de la | pura, y limpia Concepción de la Vir¬

gen Señora nuestra. Con un Romance en alabanga de


la misma Virgen. Compuesto todo por Alonso Maldo¬
nado | vecino de Seuilla. | Impresso con licencia, por
Francisco de Lyra. junto á los Hercules de la Lameda.
Año 1616.

4.0; 4 hs. sin paginar; recl. (Bib. Gall.)

118.—Dos glosas. | La primera, del persignarse. La | se¬


gunda, del Padre nuestro. | Aplicadas al Misterio de la
Inmaculada Concepción de la sacra | tisima Reyna de
los Angeles, Madre de Dios, y Señora nuestra | Conce¬
bida sin pecado original, j Compuestas por Alonso Mal-

donado, vecino de Sevilla. | Impresas con licencia en


Sevilla, por Alonso Rodríguez Ga | marra, en la calle
de la Muela, frontero del Ciprés de Martin | Cerón. Año
de mil seyscientos y diez y siete.

4.0; 4 hs.; un grab.


Glorias Sevillanas 853

La primera glosa empieza:


«Maria Virgen graciosa
Dios con inmenso saber...»
La segunda:
«Luego que el Rey eternal
Te crió, dulce Maria...» (Bib. Gall.)

119.—Doce glosas sobre la copla que | dice; Todo el mun¬


do en general; la primera, es del señor don Pe | dro de
Castro y Quiñones, Argobispo de Seuilla. La segunda
del | Autor, la tercera y quarta de los dos Cabildos de-
11a. La quinta, de | la Compañía de Iesvs, y orden de
San Francisco. La sesta de la ] Augustina, y Trinitaria.
La sétima, de la Carmelita, y Mercenaria. ¡ La otaua,
de la de San Benito, y de San Basilio. La nouena. de la

| (Cartuja, y de San Ieronimo. La decima del Común.


La oncena, ¡ de los Pastores. La vltima, de Santiago

Aposto! Patrón de Es- | paña; todas en alabanga de la


inmaculada Concepción j de la serenissima Reyna de los

Angeles, Madre, de Dios, y Señora nuestra concebida


sin mancha | de pecado original. Compuestas por |
Alonso Maldonado, ve- j ciño de Sevilla. | Tf Impressos
con licencia, en Seuilla, por Alonso Rodríguez Gama-

rra. | Año de mil y seycientos y diez y seys.

4.0; 4 hs. sin numerar; sign. A; recl. (Bib. Gall.)

120.—Coloquio entre tres Pastores, en que ¡ se glossa este


verso: Sin Pecado
Original, por las letras del [ A, B, C.
Lleua mas vn Soneto, y otro A, B, C. y vn Villancico.

| Todo en alabanga de la Limpissima Concepción j de


la Virgen santissima nuestra Señora. ¡ Tf Compuesto por
el Licenciado Francisco de la Peña presbítero. | Visto,

y examinado, y con licencia impresso, por Alonso Ro¬


dríguez | Gamarra, en la calle de la Muela, frontero del
854 Glorias Sevillanas

Ciprés de Martin | Cerón. Año de mil y seyscientos


y diez y seys. (Monograma de María.)
Foll. 4.0; 4 hs. sin numerar.—Intervienen tres pasto¬
en

res, llamados Antón, Pascual y Ginés.


Empieza así:
«A. Que diremos, di Pascual,
viendo que el mundo apellida
que es Maria concebida
sin pecado original?
P. Que te parece Gines
hacer en esta ocasión?
G. Que á su Limpia Concepción
hagamos fiesta los tres.
A. Aora dime tu Pascual
qual será fiesta cumplida?
P. Cantar que fué concebida
sin pecado original.
G. Todo el caudal que tenemos
se acaba en el A. B. C.
A. Basta que en el ay con qué
bien la fiesta celebremos.
P. Gástese todo el caudal
pues la fiesta á mas combida,
que es de Reyna concebida
sin pecado original.
G. Yo no se como podamos
con la A, B, C.
A. Oye aora.
Un nombre de esta Señora
en cada letra digamos.
G. La traga es buena Pascual.
P. Pues comienga por tu vida,
y glossa que es concebida
sin pecado original.»
Sigue la glosa según el orden de letras del abecedario,
en
conceptos levantados y hermoso estilo poético. Luego un
soneto intitulado Sin mancha de pecado originaly otro
A. B. C., terminando con villancicos al mismo asunto. (Bi¬
blioteca Cap.)

121. —
Esquadron Humilde ¡ levantado | a devoción de
Glorias Sevillanas 855

la Inmaculada Concepción ¡ de la Virgen nuestra Se¬


ñora. | Dirigido | A la sagrada Religión del Seráfico
Patriarca | San Francisco. | Tj Por Rodrigo Fernandez
de Ribera Secretario | del Marqués de la Algaba, y |

Hardales, &c (Esc. de la orden Seráfica.) Año 1616.


Con licencia, En Sevilla, por Alonso Rodríguez Ga-
marra.

4.0; 18 hs. sin paginar; recl.; sign. A2-A9.—Aprob.—Lic.


—Soneto á S. Francisco.—Octavas al Santísimo Sacramento.

—Dedic.—Madrigal en alabanza de la Compañía de Jesús.


—Décimas.—Madrigal.—Soneto á la fiesta que hizo el Hos¬
pital de San Antón de Sevilla á la Concepción.—Canción á
la Virgen.—Glosa y redondillas. (Bib. Cap.)

122.—(Una viñ.)—A la Immaculada Concepción.—Soneto:


«Cual fresca rosa en Jericó plantada,
Que del alba libó en la luz dudosa
Preciadísimo aljófar, más gloriosa
Al fulgor de Titán se opone osada;
»Y en verde ramo al Cielo levantada,
El oro ostenta y púrpura hermosa,
Desparciendo fragancia deliciosa,
Reina de los pensiles aclamada:
»Tal, pura Virgen, sois; habéis triunfado
Del sañoso Luzbel, porque el rocío
De la gracia os previno en vuestra aurora:
»Que en la alteza eternal que se os ha dado,
Nunca en su honor debió tener vacío
De Dios la Madre á quien el orbe adora.»
Una h. en fol. con orla.—Es de Francisco de Pacheco,
cuyo original está en la Bib. Cap.

123.—Octavas | á la Limpia, y | pura Concepción de nues¬


tra | Señora, quien no tocó la cul ¡ pa original de la
en
inobediencia j de nuestro primero padre | Adán, por par-
ticu ¡ lar priuilegio. | Dirigidas á Doña Mariana | Rie-
Glorias Sevillanas

dre mi señora, dignissima Marquesa de Gua | dalcagar,


Virreyna de la Nueua | España, &c. | TJ Por el Licencia¬
do Don | Juan de Guzman, Professor de Leyes, | y hijo
de Sevilla. | Con licencia; | En Seuilla, por Alonso Ro
| driguez Gamarra | . Año 1617.
Foll. 4.0 de 8 hs.; sign. a2-a5; recl.—Dedic.—Lic. al
en

fin, por D. G. de Campo:

Empieza así:
«Humíllesete el mundo, oh gran Señora,
Y confiese tu carne inmaculada...» (Bib. Cap.)

124.—Canción | á la Inmacu | lada, limpia Concepción


y
] de la Virgen Maria Señora nuestra. | Por el Licen¬
ciado Don Juan de Guzman | professor de Leyes, natu¬
ral de Seuilla. ¡ Dirigida a la excelentissima señora
D.a Juana de Sando | ual Duquesa de Medina Cidonia,
Condesa de Nie | bla, y Marquesa de Cacasa, &c. (Est.)
En Sevilla | Con licencia del ordinario impressa por
Francisco | de Lyra. Año 1616.

4 hs. en 4.0; recl.—Dedic.


Al hablar de este poeta enla parte biográfica citamos
algunas estrofas de esta composición. (Bib. Cap.)

125.—Canción en ala ¡ banga de la Virgen Ma | ria nues¬


tra Señora, Concebida sin man j cha de pecado ori¬
ginal. ¡ Dirigida á D.n Iñigo Briceño de la Cueua ca-
uallero del Abito de Santiago, y Teniente de Capitán

| General de la Caualleria de la costa del Reyno de Gra¬


nada: cuya Caualleria celebra todos los Saba | dos fies¬
tas a la limpissima Concepción, y los dias de sus festi-

uidades, en Velez Malaga. Compvesta por el Hermano


Christoval de la Assvmpcion. (Al fin:) Impressa con li¬
cencia, Malaga, por Antonio René. Año de mil
en y
seyscientos y quinze.
Glorias Sevillanas 857

Una h. en fol. mayor.—Viñeta y orla.


Oda, que empieza así:
«Los blancos pies, Paloma blanca, y pura
Nunca las aguas turbias ensuziastis,
en

Bolando al arca con la verde oliva»,


Y termina:
«Canción si de este buelo
Llegarais á la Reyna esclarecida,
Mostradle vuestro zelo
Y de Seuilla á todas preferida,
Celebrándole fiesta á su limpieza
Con increyble aplauso de grandeza.» (Bib. Cap.)

126.—Discvrso | Devoto a la Apa- j ricion de la Imagen


de Nves- | tra Señora de la Iniesta, sita en la Iglesia
Parroquial (así) | de San lulian de Seuilla, en que se to¬
can algu-
| nos puntos a su Inmaculada Conce- | pcion
sin mancha Original, j Por Gil López de Luzenilla,
hijo humilde de la mesma ciudad. (Grab. en mad. que
representa la Virgen, sentada, con el Niño en brazos, y
dos ángeles coronándola.) Con licencia, en Seuilla,
por Alonso Rodriguez | Gamarra. Año 1616.
4.0 4 hs. sin fol., impresas á dos cois., la sign. A.
con
Port.—Vuelta: Texto (es un romance).—Soneto al parto
de Santa Ana.

Empieza:
«Cuando por lascivos gustos
del godo Rey, miró España
sus católicas riberas,
llenas de velas preñadas.» (Bib. J. S. R.)

127.—Testamento ha hecho la Ciudad de Sevilla en


que
hacimiento de gracias... en celebración del decreto de
Paulo V en favor de la Inmaculada Concepción de nues¬
tra Señora.

Son dos largos romances en 4.0, impresos en Sevilla por


el dicho Rodríguez Gamarra en 16x7.
108
858 Glorias Sevillanas

Cita este papel D. Justino Matute en su libro Hijos Ilus¬


tres de Sevilla.

128.—Relación del Decreto, qve sv | Santidad á concedido


en fauor de la opinión pia de la Concep
| cion de nues¬
tra Señora Madre de Dios, Concebida sin | mancha Ori¬
ginal. I las fiestas que la Ciudad de | Seuilla á hecho
enorden á tan | venturosa nueua. | Por Gil López de

Luzenilla, hijo humilde desta Ciudad de Seuilla. (Grab.


de la Inmaculada.) (Al fin:) Impressa con licencia, en
Seuilla por Alonso Rodríguez | Gamarra. Año de 1617.
4 hs. en 4.0; recl.; sign. A2-A3.
Empieza así:
«En la ciudad, cuyos muros
fueron sepulcro de Remo»,
y acaba:
«pues sabeys, que amor á sido
quien me obliga á tales yerros.»

129.—Treynta y vna Octauas a las | treynta y vna letras,


que contienen; Maria Con- | cebida sin Pecado Original,
| tomando por guia, y principio dellas las letras conte¬
nidas. | Compuestas por Antón de Tapia, natural de Se¬
uilla. | Con licencia, en Seuilla, por Alonso Gamarra.
Año de 1618. (Viñ. con la Virgen.)

4.0; 4 hs.; recl.; sign. A-2-3.—Texto. (Bib. D. T.)

130.—Ramillete virginal en loor de Nuestra Señora por el


presbítero Juan Porcel de Medina, impreso en Sevilla
año de 1636.
Cítale D. N. Antonio en su Bib. Nova.

131.—Justas sagradas del insigne y memorable Poeta Mi¬


guel Cid, sacadas a luz por su hijo, heredero de su mis¬
mo nombre; dedicadas á la Virgen Santísima Maria
Glorias Sevillanas 859

Nuestra Señora, concebida sin mancha de pecado ori¬


ginal. Con privilegio, impreso en Sevilla, por Simón
Fajardo, año 1647.
8.°; 335 págs. ds., 727 más de principios; ítem 7 de ta¬
bla, al fin.

Retrato.—Aprob. del Dr. D. Cristóbal de Porras, Racio¬


nero de Sevilla: Sevilla, i.° Febrero 1647.—ítem de D. Pe¬
dro Calderón de la Barca: Madrid y Julio 12 de 1647.—ítem
de Fr. Juan Ponce de León, mínimo (en 12 hojas, llenas de

bambolla, presunción y gerundiadas): Vitoria de Madrid,


15 de Agosto 1647.—Dedic. á la Reina del mundo y Empe¬
ratriz del Cielo María Santísima, Madre de Dios, concebida
sin pecado original... ect.: «Si mi padre, Serenísima Señora,
fue señalado devoto vuestro y acérrimo defensor de vuestra

Concepción inmaculada...»—Al lector: «Mientras que mi pa¬


dre vivió, se ocupó en alabar á Dios, á su Madre y á sus san¬
tos. Aficionábansele todos, religiosos y seglares, particular¬

mente cuando compuso las coplas de Todo el mundo en ge?ie-

ral en honra de la pura y limpia Concepción de Nuestra Se¬


ñora, tan celebradas en toda la cristiandad, que muchas ve¬
ces los devotos deste misterio lo abrazaban y aplaudían por
las calles de Sevilla. Pues su memoria y afición
quedó tan
arraigada, al cabo de treinta años que es muerto me han
que
pedido encarecidamente que imprima sus obras...» etc. (Mu¬
rió, pues, Miguel Cid el año de 1617.)—Versos laudatorios:
Redondillas del P. Antonio de Quintanadueñas á la efigie
del autor.—Soneto de D. Anastasio de Ortega. «No el fabu-
lar de Ovidio memorable, | No el historiar de Plomero mi¬

lagroso, | Ni el verso de Virgilio sonoroso...» etc.—D. Cris¬


tóbal de Saavedra.—Dos de D. Miguel Cid de Salcedo, bis¬
nieto del autor.—Décima de D. Cristóbal de Salcedo y Cés-

peces, id.—Soneto de Miguel Cid, editor.—D. Gabriel Bo-

cángel Unzueta, Bibliotecario que fué de la Cámara del


Sermo. Cardenal-Infante.—D.a Julia Salicia.—Alonso Díaz
Guzmán, particular amigo del autor.—D.a Isabel María de la
Loza y Salcedo.—Décimas de Luis Alvarez, escribano públi-
86o Glorias Sevillanas

co de Sevilla.—Suma del priv.: Madrid, 19 de Julio 1647.—


Errat.: Sevilla, 15 de Octubre 1647.
Esta papeleta está copiada de la Biblioteca de Gallardo,
pues la rareza del libro no ha permitido hayamos podido
ver ni un solo ejemplar.

132.—(Grab. en mad.) Loa | sacramental, | que en las fies¬


tas | del Corpus Christi, se represento á los Ilustrissimos

Cabildos de la | muy noble, y muy Leal Ciudad de Se-


uilla, | este año de 1655. | Por Antonio de Castro, | Au¬
tor de la Compañia del Coliseo de la dicha Ciudad | Per¬

sonas
| Luzbel. ¡ El Genero humano | El Pecado Origi-
ginal | El sueño villano | El Tiempo, barba, | La fé |
La Gracia | La Esperanza ] Música (Al fin:) Con licen¬
cia | En Sevilla. Por Juan Gómez de Blas. Año 1655.

4.0; 4 hs.; sign. A.—Port.—Texto. (Bib. Gall.)

13 3.—©A mayor gloria de Dios. [ Epitome ¡ de las | Glo¬


rias de Maria |abvndancia de sv gracia, | y avismo de
sv humildad.
| En cvya meditación dessea | el espíritu
por medio de tan gran Señora conocer la | suprema, y
Divina Magestad, y á su amor, | adoración, y alabanga
combida á las | criaturas. | Escrivialo en quinientas oc¬
tavas | Don Alonso Martin Braones. ¡ Dedicándolo | a

la Santissima Trinidad | Padre, Hijo, y Espiritu Santo,


Tres Personas | distintas, y Un solo Dios verdadero. |
Vendese en Casa de Pedro Ponce, Mercader de libros,
en
| Calle de Genova. Con licencia, en Sevilla, por luán
Antonio Tarazona. Año 1689.
4 hs. prels. sin fol.; 84 hs. fol. de texto; 2 hs. al fin
4.0;
sinfol.; sign. (comienza en el fol. 1) A-Y, todas de 4 hs.,
menos Y que tiene dos; apostillas.

Port. orlada.—V. en blanco.—Aprob. del P. Diego de

Castelblanco, de los Clérigos Menores: Sevilla 2 Eebrero


Glorias Sevillanas

1689.—Lic. de D. José de Bayas, Provisor y Vicario General


de Sevilla: 1 Febrero 1689.—Sonetos de un Abogado de la
Real Audiencia, de D. Pedro Soriano Carranza y de un re¬

ligioso.—Al que leyere.—Texto.—Soneto acróstico de don


Alonso Martín Braones.—Protesta.—Advertencia del Autor

(es una lista de las obras que había impreso hasta enton¬
ces). (Bib. Prov.)

134.—Asaltos al osgio; con que en diuersos ratos perdidos


dió batería á la Pereza el cañón de Francisco Joseph de
Aldana Tirado Q. L. D. O. I. C. á la mas Pura candida
y rutilante Aurora que en su primer alvor amaneció tan
diafana al Dia de la Gracia sin pasar las lobregueses de
la noche de la culpa que (hallándola preservada del co¬
mún contagio de la primer
inobediencia) por copiar los
rayos de sus luces se adocenaron en corona las estre¬
llas, se entretegió para vestirla el Sol, y se formo ar¬
gentado chapín la barra de plata de la Luna, á Maria
Santissima Madre de Dios Omnipotente en su soberana

imagen milagrosa de Nuestra Señora de los Reyes. O.


S. C. S. M. E. C. R. (Al fin:) Año 1692.

M. S. let.
orig.—211 hs. y 5 al fin.—Versos.
Composición de pésimo gusto, de lo que puede servir de
ejemplo la anterior portada. (Bib. de D. José M. de Álava.)

135.—Nueuas alabangas á la pura, y lim | pia Concepción


de la Virgen Santissima, Madre de Dios y j Señora
nuestra, concebida sin mancha [ de pecado Original. |
Lleua al fin vn Romance en Alabanga de la Ciudad de
Seuilla | Compuesta por Ignasio de Pereña, natural de
la imperial | Ciudad de Toledo. (Grab. con la Virgen.)
Con licencia, en Seuilla, por Alonso Rodriguez Ga | ma¬
rra frontero del
Ciprés de Martin Cerón. Año de 1615
4 hs. en 4.0
862 Glorias Sevillanas

El romance final empieza así:


«Con justa razón Seuilla
reyna del mundo te llaman»,
y termina:
«hazednos graciosa Virgen
herederos de la gracia.» (Bib. Cap.)

136.—Decimas, y Glosas en alabanga de la | Inmaculada


Concepción de la Virgen Santissima nuestra Señora,
Concebida sin mancha de pecado original. | Van apli¬
cadas unas Decimas al Altissimo, y Soberano Sacra |
mentó del Altar, y á la Virgen Sacratissima, casando

estos dos misterios sacrosantos, j Recopiladas por el

padre Fray Miguel Auellan, de la Orden ¡ del Seráfico


Padre San Francisco (Grab. en mad.) Impressas, con li¬

cencia, en Malaga, por luán Renné y por su | original


en Seuilla, por Alonso Rodriguez Gamarra, frontero
| del Ciprés de Martin Cerón. Año de 1615.
4.0; 4 hs.; sign. A.—Port.—Texto.
Empieza:
«Virgen, bien se nos trasluce
que si la culpa pudiera
mancharos, que en vos no fuera
oro, todo lo que reluce.» (Bib. Cap.)

137.—Glosas | á la Inmaculada | Concepción de la siem¬


pre Virgen [ Maria Madre de Dios y Señora Nuestra,
j En forma de changonetas, Glossando el verso que se
canta en común: | Todo el mundo en general. | íf Com¬
puestas por Alonso de Bonilla, natural de la ciudad de
Baega á | instancia, y pedimiento de la singular deuo-
cion que en particular ¡ tiene á este sacrosanto misterio
la insigne ciudad de Cordoua. | Va añadida una chan¬
goneta del Santissimo Sacramento, aplicada al misterio
| desta soberana Señora. Es de otro autor. (Viñ.) Con
licencia, en Seuilla, por Alonso Rodriguez Gamarra, en
Glorias Sevillanas 863

la | calle de la Muela, frontero del Ciprés de Martin Ce-


ron. Año 1615.
4 hs.—Aprob.
4.0;
De este papel se han hecho otras ediciones mezclando
las coplas de Bonilla con las de Miguel Cid, como se ve
una del
en
siglo pasado hecha en Sevilla por Tómas López
de Haro. (Bib. Cap.)

138.—Coloquio pastoril, en alabanga de la ¡ limpia, y pu¬


ra Concepción de la Virgen nuestra Señora, sin man

| cha de pecado original. Lleua al cabo vn Romance muy


| gracioso en Viscaino de la misma | materia. | Com¬
puesto por Lope de Vega Carpió Impresso con licencia
en Sevilla
| por Alonso Rodriguez Gamarra | y por su
original | en Malaga, por luán René. Año 1615. (Viñ.
de la Virgen y Sta. Ana.)

4.0; 4 hs. (Bib. Cap.)

139.—Segundo Coloquio ¡ de Lope de Vega, Entre vn


Portuguez, | y vn Castellano, un Viscaino, vn Estudian¬
te, y un mogo de muías, | en defensa, y alabanga | de
la limpia Concepción de nuestra Señora | concebida sin
mancha de pecado original. | Con licencia en Sevilla por
Alonso Rodriguez Gamarra y en Malaga por loan Re¬
ne | Año 1615.

4 hs. en 4.0 (Bib. Cap.)

140.—Conceptos Divi | nos al Santissimo Sacramento y á


| la Virgen nuestra Señora, prosiguiendo los coloquios
de | Lope de Vega. Impressos con licencia J en Seuilla
este Año | 1615. (Al fin:) Impressos en Seuilla con li¬

cencia del ilustrissimo Conde de Salvatierra, Assistente


desta Ciudad.

4.0; 4 hs. (Bib. Cap.)


864 Glorias Sevillanas

141.—Canciones | á la inmaculada | Concepción de la Vir¬


gen Santissima | nuestra Señora, Concebida sin mancha
¡ de pecado original. ¡ Sesenta y tres en numero, á los
años de su purissima vida ¡ . Tí Dirigidas á don Pedro

de Castro y Quiñones Arzobispo de Seuilla | del Con¬ .

sejo de su Magestad, & | Compuestas por el Licen¬


.

ciado Pedro de Monsalve, natural de Granada | . Año

(Estampeta.) 1615. Con licencia en Seuilla, por Alonso


Rodríguez Gamarra | .
4.0; 18 hs.; recl.; sign. A2-A10.—Aprob.—Lic.—Dedic.
—Texto.
Son, dice el autor, «sesenta y tres canciones á los años de
su purísima vida.» (Bib. Cap.)

142.—Romance la Inmaculada Concepción de la Virgen


a
Maria Nuestra Señora; sin mancha de pecado original.
Tí Por el Maestro Joset de Valdiuieso, Capellán del Ilus-
trissimo Señor Cardenal de Toledo mi Señor. (Al fin:)
Con licencia; en Seuilla; en la Imprenta de Gabriel Ra¬
mos Vejarano, Año de 1616.
Una h. en 4° (Bib. Cap.)

143.—Tratado | de la pvra | limpia e inma- | culada Con¬


cepción de la Virgen Maria Madre de Dios, | concebida
sin pecado j original. | Sacado del libro, que en Coplas
Castellanas compuso el Doctor Frey Damian | de Ve¬
gas, del Abito de San luán. | Año (Grab. de la Inma¬
culada.) 1616. | Aora nueuamente Impresso, con Licen¬
cia del Señor Prouisor | Por Gabriel Ramos | Vejarano,
en la Calle de Genoua. (Al fin:) Impressas en Seuilla,
por Gabriel Ramos ) Vejarano, en la Calle de Ge- j no-
ua. Año 1616.
8.° may.; 2 hs. prels. sin fol. y 18 hs. fol.; sign. A-B, la
Glorias Sevillanas 865

primera de 8 hs. y la segunda de 10. Las hojas preliminares


no tienen signatura. (Bib. Prov.)

144.—(Lám. de la Concepción, y á los lados:) Alabado sea


| el Santissimo | Sacramento, y la Purissima Virgen Ma¬
ría, conce | bida sin pecado original. (Al fin:) Con licen¬
cia del señor Comissario de la Cruzada. En Madrid, por

Luys Sancha: Y por su original impresso en | Sevilla


por Gabriel Ramos Vejarano | Año de 1616.
Una h. en fol.
Contiene la Antífona y versos aprobados por la Santidad
de Paulo V en
1615, concediendo indulgencia á los que la
recitaren. (Bib. Cap.)

145.—Canción á la pura y lim | pia concepción de la | san-


tissima Virgen Maria Madre de Dios, y | Señora nues¬
tra, | Compuesta por un devoto | suyo, natural de Va¬
lencia (Grab. en mad.) En Sevilla, | Impresso con licen¬
cia, por Francisco de Lyra. ] Año 1616
4.0; 4 hs.; sign. A. (Bib. Gall.)

146.—Poema á la Inmaculada Concepción por Antonio de


Villagran impreso en Sevilla año de 1616.
Cítale el P. Alva en su Militia Conceptionis.

147.—Jvsta | Poética, A la | Pureza de la Vir |


gen Nues¬
tra Señora | Celebrada
la Parroquia de | San An¬
. en
drés de la Ciudad de Cordoua, en quinze | de Enero, de

1617. | Año 1617 (Viñ. con la Virgen.) Con licencia | .

Impresso En Seuilla, Por Gabriel Ramos Bejarano, En


| la calle de Genoua.
Foll. 4.0; 12 hs.; recl.; sign. Aiij-Avj.—Dedic. á la Vir¬
en

gen Inmaculada.—Texto.
En 1889 se hizo nueva edición, también en Sevilla, por

109
866 Glorias Sevillanas

el Excmo. Sr. Marqués de Xerez de los Caballeros, con adi¬


ciones del Ldo. D. José M. Valdenebro y Cisneros. (Bibliote¬
ca Cap.)

48.—Glosas | á la Inmaculada Concepción de la Virgen


Maria | Nuestra Señora | Alonso de Bonilla. | Con
por
licencia: Impresso
Sevillla, | por Matías Clauijo á la
en
Carpintería junto el molino del yeso 1617.
4.0; 4 hs. (Bib. D. T.)

49.—Fracmento | á la Purissima | Concepción de Maria


Sin | Pecado en sv Primero instante. En la Protección
de don Gaspar Saauedra Presidente en la Sala de los
Alcaldes desta Real Audiencia de Seuilla. Agora fauo-
recido por la debocion de Diego de Arana S de camara
en ella. Afecto Piadoso de Andrés de Claramonte Co-
rroi. Con licencia | Impresso en Seuilla por Francisco de
Lyra. | Año 1617.
4.0; 10 hs.; recl.: sign. A2-A5.—Dedic.—Versos lauda¬
torios al autor.

Empieza así:
«Canto la Concepción mas limpia y pura
que obró en la tierra el sempiterno Padre
en la muger, que preservar procura,
para carne del Verbo, y Virgen Madre.»
Hermosa y elegante composición. (Bib. Cap.)

50.—Poema de la Limpia Concepción de Nuestra Señora


por Antonio de Ribera Impreso en Sevilla año de 1616.
Cítalo D. N. Antonio en su Bib. Nova.

51.—Gozo de España ¡ la Nueva | Calidad que la


por
1 Santidad de Paulo V. j Pontífice Máximo, ha Dado, a
j la Sentencia Pia de la Con ¡ cepcion Limpissima. | Y
Glorias Sevillanas 867

Gracias que haze [ inuicto Rey Filipo III. ¡ Por


a su
la Heroica Piedad afecto, con que ha assistido á es¬
| y
te | Decreto santo. | En Sevilla ! Por Juan Serrano de

Vargas, Año de 1617. | Vendese en su casa, en frente


del Correo mayor.

8.°; 8 hs.; recl.; sign. H2-H4.—Composición en verso.


Empieza así:
«Filipo invicto, cuyo imperio ufano...» (Bib. Cap.)

152.—(Una lám. de la Concepción.) Nuestro | Santissimo


Padre y Señor ¡ Paulo Papa Quinto, concedió dozientos
dias de | Indulgencia a todas las personas que cada sa-
ba | do cantaren, o se hallaren presentes mientras se
can ¡ ta este Hymno á la santissima Virgen, conce ¡ bida

sin pecado original. Han de tener la Bu ¡ la de la Santa


Cruzada | En Seuilla lo imprimió Juan Serrano de Var¬
.

gas, enfrente del Correo mayor, Año de 1619. Ven¬


dese en la misma Imprenta.
Una h. en fol. con orla.
Lleva además una «Canción á la pureza de la Concep¬
ción de la Virgen Santissima, de una Señora principal, hija
desta Ciudad de Sevilla.» (Bib. Cap.)

153.—Poema á la Inmaculada Concepción de la Madre de


Dios. Por Carlos de Sylva, impreso en Sevilla año 1616.

Cítale el P. Alva en su Militia Concepiionis.

154.—Triunfo | Immaculado | déla Emperatriz ¡ del Cielo


y tierra | Maria | concebida sin mancha | de culpa ori¬

ginal | en el primer instante | de su ser | Compuesto


Por Don Pedro ¡ Torrado de Guzman natural y vezino

j de la Villa de Feria, en Estremadura, | y recidente en


esta Ciudad ] de Sevilla | Dalo á la estampa Don luán

| Francisco Ladrón de Cegama, amigo ¡ del Autor | Con


868 Glorias Sevillanas

licencia en Sevilla por luán | Francisco de Blas, Impres-


sor mayor de dicha | Ciudad año de 1669,
4.0; 36 hs., más 8 de princs.; recl.; sign. ÍI3 A-E2.—De-
dic. á la Emperatriz de Cielo y tierra M. S. N. S.—Censura.
—Lic.—Un soneto laudatorio en latín y dos en castellano.
—Pról.—Texto.—Poema en octavas reales. (Bib. D. T.)

155-—Canto alabanza de la Purisima Concepción, y dig¬


en
nidad de Madre de la Sacratísima Virgen Nuestra Se¬
ñora dedicado al Excmo. Sr. D. Pedro Girón, Duque de
Osuna y Conde de Ureña, Virey del Reyno de Nápoles
y Capitán General de la Magestad Real del Rey Filipo.
—Compuesto por el Maestro fray Vicente Ernandez, de
la Orden de Predicadores y Catedrático de prima de

Teologia en la insigne Universidad de Osuna 1582.


M. S. orig. en 4.0; 106 hs. (Bib. Gall.)

156.—Diario | métrico | en aplauso de la Inmaculada |


Concepción j de | Maria Santísima distribuido para todo
el año, | y compuesto | por Joseph Soares de Silva.
| Lisboa occidental | En la Emprenta de Pascoal de Sil¬
va, | Impressor de su Majestad. | M.D.CCXVII. | Con
todas las licencias necessarias, y Privilegio Real.
Un vol. 4.0 de 480 págs., más 21 hs. de princs. y una
en

en
blanco; recl.; sign. aij, cij, A-G, g, iiij.—Dedic. Pról.—
14 sonetos laudatorios en castellano y portugués.—Romance
al autor.—8 epigramas y una elegía encomiástica en latín.—

Lies, de la Inquisición y del Ordinario.—Al fin protesta del


autor y tablas de materias.—Texto, que lo constituyen 346

sonetos á la Concepción, uno para cada día del año, llevando

sus correspondientes glosas.

En el soneto CCCXXXIX se ocupa de la tradición sevi¬

llana sobre el niño que estando en brazos de su madre, y que


aún no balbucía palabra alguna, acariciado por ésta al pa¬

sar unos niños ya mayores que iban entonando las coplas de


Glorias Sevillanas 869

Miguel Cid, y diciéndole al tierno infante por qué él no can¬


taba también, dícese que el niño prorumpió balbuceando el
tan popularísimo cantar «Todo el mundo en general,» etc.

El soneto es como sigue:


«Fiado de su madre al cuello amigo,
En sus maternos brazos descansava
Un tierno infante, á quien el pecho dava
Fácil sustento, delicioso abrigo:
»Quando por ser su corta edad testigo
Que al uso de razón anticipava
La que Maria inmunidad gozava,
Con los otros cantó, cantó consigo.
»La canción que en las calles de Sevilla
Cantavan otros niños, este infante
Con obediente y clara voz repite.
»¡Ohcomo asi en Maria ciega y brilla
La luz dese primer humano instante!
Que en su aplauso aun la infancia se compite.
(Bib. del Excmo. Sr. Marqués de Xerez de los Caba¬
lleros.)

157.—©Coplas en alabanza de la Inmaculada | Concepción


de la siempre Virgen Maria Madre de Dios, y Señora
núes |
tra compuestas á devoción é influencia de Don
Mateo Vázquez de | Leca [ Arcediano de Carmona y

Canónigo de la Santa Iglesia Metro | politana de Sevilla


por Miguel Cid, natural y vezino de dicha Ciu | dad
donde se imprimieron y publicaron la primera vez el
dia 23 de | Enero de 1615. y de donde se han comuni¬
cado después con sumo | aplauso á todo el mundo ca¬
tólico | Va añadido de una chanzoneta del Santissimo

1 Sacramento aplicada al Misterio de esta Soberana | Se¬


ñora | (Grab. con la Virgen.) (Al fin:) Con licencia en
Sevilla por Josef Padrino en calle Genova.
Foll. de 4 hs. en 4.0 (Bib. D. T.)

158.—Afectos, | y | alabanzas | a la | Santisima | virgen


Glorias Sevillanas

| Maria | por un devoto de esta | Sagrada Reyna. | En


Sevilla: En la oficina de los Sres hijos | de Hidalgo, y
González de la Bonilla. | Año de 1794.

Foll. en 8.°; 8 hs. (Bib. Cap.)

159.—>5 Coplas | de la Purísima | Concepción | de nuestra


Señora, | por los misterios | de su Santísimo Rosario.
| Compuestas por un cordial devoto de | Maria Santí¬
sima de este Titulo de la | antigua y Basifica Iglesia (sic)
del Señor | S. Vicente Mártir de esta Ciudad, | En Se¬
villa: | Imprenta Real. Año de 1814.
4.0; 6 hs. (Bib. Cap.)

160.—© Corona poética al Augusto Sacramento de la Eu¬


caristía y á la Inmaculada Concepción de Maria, madre
de Dios y Sra. Ntra. Maria sine labe concepta. Ofrenda
religiosa tributada á tan sagrados objetos por el Exmo.
Ayuntamiento de esta Capital en la solemne festividad
del Santissimo Corpus Christi. Sevilla Imprenta: Libre-
ria Española y Estrangera, calle de las Sierpes n. 35.

1859.
Foll.
de 15. hs. en 4°
Trae
composiciones de los poetas Velázquez y Sánchez,
Bueno, Zapata, Ruiz de Apodaca, Benavides, Justiniano y
otros. (Arch. Mun.)

161.—Cancionero | de la Inmaculada Concepción | de la


Santísima Virgen Maria, Madre de Dios
y Señora Nues¬
tra: | Dispuestoordenado | Por el Doctor en Letras
y
| D. Francisco Rodríguez Zapata y Alvarez, | Presbítero
| Capellán Real en la de Ntra. Sra. de los Reyes y San
Fernando de esta ¡ Ciudad, y Catedrático por oposición
de Retórica y Poética en el | Instituto Provincial de la
Glorias Sevillanas 871

misma. (Grab. de la Concepción.) Sevilla. | Imp. de Gi-


ronés y Orduña. Lagar 3. | 1875.
Un vol. en 4.0; 746 págs., más 16 de princs.- un grab. de
laVirgen.—Dedic.—Observaciones preliminares.—Texto.
Constituye este trabajo un ensayo para continuar forman¬
do el Cancionero de la Concepción, pudiéndose aumentar al¬

gunos volúmenes al presente, relativos todos al citado Mis¬


terio.

62.—(Viñ. con el Santísimo.) Las fiestas religiosas de Se¬


villa.| El Corpus y la Inmaculada. | Romance (Al fin:)
Se imprimió este romance ¡ en la muy Noble, muy

Leal, Heroica é Invicta ] Ciudad de Sevilla, en la Ofici¬


na de Enrique Rasco, calle Bustos Tavera, núm.
1, ¡ el
día XXVII del mes de No | viembre del año del Naci-

| miento de Ntro. Señor ¡ Jesucristo de ¡ MDCCCXCIII.


2 hs. en 4.0 á dos cois.
Lleva al fin el nombre del autor, Luis Montoto.

III

TRATADOS TEOLÓGICOS

63.—Tratado de la | Inmaculada Concepción de la | vir¬


gen Maria nuestra Señora. | Dirigido al Ilustrissimo, y
Reverendissimo ¡ Señor don Pedro de Castro y Quiño¬
nes, Argobispo de Seuilla, | y del Consejo de su Ma-

gestad, &c. | Por el P. M. F. Alonso Sobrino, del Or¬


den de nuestra Señora | del Carmen, y Rector del Co-
llegio del glorioso Padre | Santo Alberto de Sevilla.
| Año 1615 (Grab. con San Alberto y los atributos de
872 Glorias Sevillanas

la Virgen á los lados.) Con licencia, En Seuilla por Cle¬


mente Hidalgo.
Un vol. en 4.0 de 50 hs.; recl.; sign. A3-G2.—Licencia y

aprob.—Tabla de lo que trata este libro.—Carta dedicatoria.


—Al Cándido y sincero lector.—Texto. (Bib. Prov.)

164.—Razón del | pecado original | y preservación del | en


la Concepción pvris | sima de la Reyna de los Angeles
| Maria. | discursos que entresaco el P. | Presentado
Fr. Siluestre de Saauedra de la orden de N. S. | de la
Merced Redención de Cautiuos, de los libros del Re- |
uerendissimo señor Obispo de Gaeta, Assistente | de
su Santidad, de la mesma Orden. | Año (Esc. de la

Merced.) 1615. (Al fin:) Con licencia; ¡ En Seuilla, Por


Clemente Hidalgo. | Año. 1615.

8.°; 95 hs., más 8 de princs.; recl.; sign. a2, A-N3.—Lic.


—Pról.—Dedic. —Texto.
Otra edición, de este mismo año é impresor, en 4.0

165.—(Monograma de la Compañía.) Memorial | de | Res¬


puestas | á las j oposiciones, que se hazen | contra el
Priuilegio de j el señor Rey D.Joan | I. de Aragón. | y
su Declaración,
y Aduertencias, que sobre el [ hizo el
Padre Joan de Pineda de la Compañia de | Jesús, cerca
de la Fiesta, y Celebridad de la in | maculada Concep¬
ción de la Santissima Virgen | Maria Madre de Dios, y
Señora j nuestra. (Al fin:) Vendese en casa de Gabriel
Ramos, en la calle de Genova.
Foll. de 14 hs. en 4.0; recl.; sign. A2-D.—Texto, que em¬
pieza á la v. de la h. primera. (Bib. Prov.)

166.—Advertencias ¡ á el Previlegio | onzeno de los de el


señor Rey | don Juan el primero de | Aragón, | En Fa¬
vor de la Fiesta, y Mys | terio de la Concepción de la
Glorias Sevillanas 873

Beatissima Virgen Maria j sin mancha de pecado ori¬


ginal. | Con una Constitución de | Cataluña, y otro Fue¬
ro de Aragón del Señor Rey
¡ don Juan el segundo, en
la misma materia. | Por el P. Juan de Pineda | de la

Compañia de Jesús. | Con Licencia, j Impresso en Sevi¬


lla por Gabriel Ramos Bejarano. | Año 1615.

4.0; 48 hs., más 7 de princs.; recl.; sign. ^¡2, A-M3.


Censura por el Dr. Gutierre de Cetina en Madrid á 22 de
Enero 1616.—Aprob. y lie. del Consejo de Castilla.—Id. de
la Compañía, por Diego Granado.—Id. del impresor.—De-
dic. al Duque de Béjar.—Texto.
Interesante trabajo histórico. (Bib. Prov.)

167.—Información jurídica j para proceder contra los im¬


pugnadores | de la creencia de que la Madre de Dios
| fué Concebida sin Pecado | en el primer instante de
su ser.
[ En Sevilla año 1615
Fol.; 13 hs.; sign. A-D.—Texto. (Arch. Cap.)

168.—Discvrso | primero en ¡ confirmación de [ la purissi-


ma Concepción de la | Virgen Maria Madre de Dios,
Reyna de los Angeles | y Señora nuestra, j Com¬
puesto por el Doctor Aluaro Pigaño de Palacios, Canó¬
nigo de [ Escritura de la Santa Iglesia de Cordoua, Con¬
sultor del Santo Ofi ¡ ció de ella, y Seuilla. ¡ TJ Al Ilus-
trissimo Señor Don Pedro de Castro y Quiñones, j Ar-

gobispo de Seuilla. | (Esc. cardenalicio.) Con licencia.


| En Sevilla; Por Gabriel Ramos Vejarano, Año. 1615.
4.0; 52 hs., más 4 de prines.; recl.; sign. *3, A-G3.—
Aprob.—Lic.—Dedic.—Al lector.—Texto. (Bib. Prov.)

169.—Segundo | Discurso ¡ en confirmación de la [ Con¬


cepción Pvrissima de la J Virgen y Madre de Dios, j
Reyna de los Angeles y Señora | nuestra j . Por el
110
874 Glorias Sevillanas

Doctor Aluaro Pigaño de Palacios Canónigo de | Es¬


critura de la santa Iglesia de Cordoua, y Consultor | del
santo oficio de ella,
y de Seuilla j . Al Ilustrissimo se¬
ñor don Pedro de Castro y | Quiñones, Arzobispo de

Sevilla, &c. (Esc. cardenalicio.) En Sevilla j . Con licen¬


cia, Por Alonso Rodríguez Gamarra. Año 1616.
4.0; 41 hs.; recl.; sign. A2-H2.—Dedic.—Texto. (Biblio¬
teca
Prov.)

170.—Dialogo j de la Inmaculada | Concepción de la So¬


berana | Virgen nuestra Señora, concebida sin pecado
| Original. | *f[ A Don Diego Fernandez de Cordoua,
Dean, y Cano- | nigo de la Santa Iglesia de Seuilla, y
Señor [ de Armuña, &c. | D. D. Q. | Por el Licencia¬
do Melchior Zambrano Beneficiado de la
¡ Iglesia de
San Pedro de Seuilla, Capellán mayor de la Capi- | lia
del Señor Obispo de Escalas de la Santa Iglesia; y | Co¬

frade, y Consiliario de la Sagrada Cofradía de | Sacer¬


dotes de la Vincula N. S. y Padre | S. Pedro, Sita en
su Iglesia. | T. (Esc. de armas. Veritas eins cincunda-
bi¿.) U Con licencia; en Seuilla en la Imprenta de Gabriel
| Ramos Vejarano; En la Calle de Genoua. | Año de
1616.

14 hs. sin fol. en 4.0—Aprob. y lie.—Dedic.—Texto.


Escribióse este tratadito con motivo del célebre juramento

que hicieron los cofrades de San Pedro Advíncula en 1616.


(Bib. D. T.)

171.—Dos discvrsos ] teológicos, en defensa de | la Inma¬


culada Concepción de la Virgen San- | tissima, Madre
de Dios, y S. N. | La qual (entre otros testimonios) se

prueua con el, que della dan los glorio- | sos Mártires
san Cecilio,
y san Tesifon, Obispos de Granada, y dis¬
cípulos del Aposto! Santiago el Zebedeo, en vno de los
Glorias Sevillanas 875

libros que se an descubierto en el sacro monte della.

|
| TJ Compuestos, y aora de nueuo añadidos, y enmenda¬
dos por j el Doctor Gongalo Sánchez Luzero, Canónigo
de la Magis- | tral de la santa Iglesia de Granada, y Ca¬
tedrático de | prima de Teologia de aquella Vniuersi-
dad. | A don Alonso de Salazar, Inquisidor Apostólico
en la villa de Llerena, y
su ¡ distrito, y Canónigo de la
santa Iglesia de Seuilla, Primera parte. (Una lám. de la

Concepción.) Con privilegio. | En Seuilla, por Alonso


Rodríguez Gamarra. Año 1617.
4.0; 106 hs., más 4 de princs.; recl.; sign. ^z, A-N4.—
Tasa.—Suma de privilegio.—Aprob.—Lic.—Dedic.—Texto.
En las seis últimas hojas trae un sermón de S. José. (Bi¬
blioteca Cap.)

172.—Dialogo ¡ entre maestro, y dicipulo, | en que se trata


de la purissima Concepción ¡ de nuestra Señora la Vir¬

gen Maria. | concebida sin mancha de ¡ pecado origi¬


nal. | Con la declaración de lo tocante al misterio. ¡ Au¬
tor el Licenciado Pedro Suarez de Castillapresbytero.
(Un Grab.) La M. significa Maestro, y la D. Discipulo
(Al fin:) Impresso con licencia, en Alcala de Henares,
por la | Viuda de Juan Gracian. Año 1615, y reim¬
preso por su original en Sevilla año de 1617.

4.0; 4 hs.- recl.; sign. A2.—Texto.—Foll. curioso. (B. Cap.)

173.—Parecer | de S. Avgvstin | en favor de la | Concep¬


ción Pvrissima ¡ de la Virgen Maria madre de Dios, sin
| peccado original | en doce insignes Lvgares y princi
| pios Theologicos del santo Doctor. Con respuesta á
otros doce ¡ al parecer encontrado en sus obras, j Por

el M. Fr. Goncalo Cervantes Augustiniano j Dedicado


al Illustrissimo y Reve ¡ rendissimo señor Don Pedro de
Castro y Quiñones Arzobispo de Sevilla [ Año (Grab.)
876 Glorias Sevillanas

1618 | C011 licencia | En Sevilla por Gabriel Ramos Ve¬


jarano; en Cal de Genova.

4.0; 66 hs., más 6 de princs.; sign. §3, A-R.; recl.—


Aprob.—Lic.—Dedic.—Al docto y pío lector.—Texto. (Bi¬
blioteca Cap.)

174-—Memorial que D. Henrique de Guzman y Cárdenas,


nobilísimo caballero,hijo de esta ciudad de Sevilla, agen¬
te por S. M. de la causa de la Concepción de Nuestra

Señora, dió al catolicisimo Rey D. Felipe III, Nuestro


Señor en el mes de Enero de 1619, en el que pide se

ponga en la moneda de oro y plata que de aqui ade¬


lante se acuñase, la cifra de «Maria Santissima,» y por
orla «Sin pecado original,»lo que alega muchos
para
ejemplos de Sumos Pontífices, Reyes y Principes cris¬
tianos, que lo han hecho | Impresso en Sevilla por Juan
Serrano de Vargas, 1919.

4.0—Otra edición en fol., con 2 hs. (Arch. Cap.)

175.—Apacible conversación ¡ entre un tomista y un con¬


gregado j acerca del Misterio | de la | Purissima Con¬
cepción | Nuestra Señora | En Sevilla por Francisco
.

Lira año de 1620.

Foll. en 8.°
Su autor es el pintor y poeta Francisco de Pacheco. No
hemos podido ver ningún ejemplar de la primera edición.

176.—Hermosvra j corporal, de la ¡ Madre de Dios. | com¬


puesto por el R. P. M. Fray Jvan | de las Ruelas, natu¬
ral de la Ciudad de Seuilla, del Orden de nuestra | Se¬
ñora del Carmen y difinidor en la Prouincia del Anda-
luzia. [ Dirigida a Doña Leonor de £uñiga y Sotoma-

yor, Marqueza de Ayamonte. | Con privilegio. | Impre¬


sso en Seuilla, por Diego Perez. Año de 1621.
Glorias Sevillanas 877

Un vol. en 4.0; 223 hs., 13 de princs. y una final; recl.;

sign. § A-Kkkz.—Aprobaciones.—Suma del privilegio.—Lic.


—Tasa. Dedic.—Pról.—Poesías laudatorias por Fr. Juan

Alcayde y Carlos de Sylva.—índice de capítulos.—Texto.


(Bib. Cap.)

177.—Circa institutionem Militaris Religionis Inmaculatae


Conceptionis, auctore Bernardus de Toro Matritum anno
Domini 1624.
Cítale el P. Alba en su obra Militia Conceptionis.

178.—Información | en derecho por j la pvrissima y limpi-


ssima | Concepción déla siempre Virgen madre de Dios,

y Señora | nuestra, concebida sin mancha, ni deuda de


| pecado original. | En dedicación de la hazaña de [ las
donzellas de Simancas, a la Real ciudad de León. | Por
Don Francisco de León | Garavito, licenciado en sacros
cánones
por la vniversidad de Salamanca. Año (Una
lám. con la Concepción.) 1625. | Con licencia, Impresso
en Sevilla, Por Francisco de Lyra.
Un vol. en4.0; 49 hs., 4 al princ. y una final sin fol.;
recl.; sign. íf2, A-M2.—Aprobaciones y lie.—Erratas.—De¬
dic. á la real ciudad deLeón, con el escudo de la misma.
—A la Purísima Concepción, poesía por D.a Feliciana Enrí-
quez de Guzmán.—Lám. de la Virgen.—Texto.—Libro raro.

179.—Discurso | por la solen ¡ nissima fiesta ¡ de la Con¬


cepción purissima ¡ de nuestra Señora, siempre feriada
en la Iglesia
| i nunca por precepto formal de la j Sede
Apostólica. | Deseos del M. Fr. Silvestre de Saabedra
| fué esclauo compañero deN. Reuerendissimo P. M. Ge¬
neral de la sagrada | i real Religión de N. Señora de la

Merced, Redención j de Cautiuos [ A los señores Dean


i Cabildo Illustrissimo de la santa Iglesia metrópoli ] ta-
878 Glorias Sevillanas

na de Seuilla, Amantes y protectores de la Inmaculada

| Madre de Dios. (Grab.) Con Licencia | en Seuilla por


Simón Faxardo, Impressor de libros, año de 1643.

4.0; 20 hs.; sign. A-A6; rec.1.—Lic. y aprob.—Dedic.—


Texto. (Bib. Prov.)

180.—(Dos viñ. los esc. pontificio y el de España.)


con
Breve Instrucción | del Mysterio, y fiesta de la | Imma-
culada Concepción | de la Virgen Maria | nuestra Seño¬
ra
| para consuelo de sus devotos, | particularmente de
los que no ¡ han estudiado, | dispuesta en preguntas,

| y respuestas, para mayor inteligencia de | este sobe¬


rano Mysterio.
j Con licencia. En Sevilla, por Juan Gó¬
mez de Blas, impressor mayor de | dicha Ciudad. | Año

de 1662.

4 hs. (Bib. D. T.)

181.—Oficio ¡ Inmaculado. | Diversos discvrsos, y con- | si¬


deraciones ajustadas al rezo que celebra la ¡ Iglesia vni-
uersal al primer instante del Ser Purissimo de la Virgen
nuestra | Señora. | Y al rezo particular desta | Sagrada
festiuidad, concedido a la Seráfica | Religión del glorioso
Patriarca S. Fran-
¡ cisco, con titulo de Concep | cion
inmaculada. | Dedicalo a esta Reina de los | Cielos, y
la tierra el Doctor Don Juan Baptista Ñaua | rro, Abad

Mayor de la insigne Colegial de ¡ Oliuares. | Dirigido


| al Coro de las Vírgenes con sagradas a Jesu | Chris-
to nuestro Redentor. ¡ Parte primera, tratado de | las

Vísperas, j Con licencia, en Seuilla por Juan de Ossuna.


| En este año de 1672.
Un vol. en 8.°; 116 hs., más 4 de princs. y unalám. grab.
en acero, de la Concepción; recl.; sign. ^2, A-P2.—Aprob.
por Fr. Benito de Salazar en Madrid 22 Junio 1671.—Lic.
del Ordinario.—Id. del Consejo.—Introducción á la obra.—
Glorias Sevillanas 879

Forma del juramento hecho en la abadía de Olivares.—De-


dic. á la V. N. S.—Texto.

182.—Glorias | de | Maria Santissima | señora nvestra, | en


sus misterios y festividades | que en diez y siete sermo¬
nes da a | la estampa el maestro fray | Fran.co Silves¬
tre | Religioso del orden de N. P. | S.n Augustin | de
la provincia de Andaluzia, | de la observancia, Provin¬
cial, que ha sido dos veces | en ella y tres veces pre¬
sidente del Capitulo | Provincial, Reveren¬
por nuestro
dísimo | P. General, y Examinador Synodal | de este
Argobispado de | Sevilla. | Dedícalo á la Virgen S.ma
| de las Virtudes | En Sevilla por luán de la Puerta Im-
pressor en las siete rebueltas. Año de 1699.
Un vol.en 4.0 de
463 hs., más 12 de princs. y 26 de ta¬
bla y apéndice finales; reel.; sign. *2, A-Mmm.—Dedic.—
Aprob.—Lic.—Censura.—Suma.—Tasa.—Erratas.—Pról.—
Texto.
Los dos primeros son de la Concepción. (Bib. Cap.)

183.—Triunfos | de la Reyna | de los Angeles | donde


por discursos Predica | bles, se prueba su Concepción
sin ninguna ¡ raga de pecado | Por el P. Presentado
Fr. Bartolomé de Loysa | Lector de Escripturas y Rec¬
tor del Colegio de
| N. Señora del Carmen de Carmona
| Dirigido al Ilustrisimo y Reverendísimo Señor don
Pedro | de Castro y Quiñones, Argobispo de Seuilla y
del¡ Consejo de su Magestad (Grab. de la Concepción.)
Año=i6i6 | Con licencia | En Seuilla en la Imprenta
de Gabriel Ramos | Vejarano; en la Calle de Genova.

Foll. en 4.0 de 42 hs. y 4 al princ. sin fol.; recl.; sign. A-


E5.—Tabla de lo contenido en el tratado.—Lic. y aprob.
por J. de Pineda.—Dedic.—Pról.—Texto. (Bib. Cap.)

184.—Tratado | Segundo ] de los Triunfos de la Reyna de


88o Glorias Sevillanas

los | Angeles Señora Nuestra Concebida sin man | cha


de Pecado Original [ Por el P. Presentado Fr. Bar¬
tolomé de Loaysa | Lector de Escriptura, y Rector del

Colegio de | N. Señora del Carmen de Carmona | Diri¬


gido al Ilustrissimo, y Reverendissimo Señor Don Fer¬
nando Martinez Mascareñas Inquisidor General del Rey-
no de
Portugal, Obispo del Algar | be y Capitán Ge¬
neral de su costa y del Con | sejo de su Magestad.

| Año=i6i6 | Con licencia | En Sevilla; Por Gabriel


Ramos Vejarano en la Calle Genoua.

4.0; 40 hs. y 4 de princs.; recl.; sign. A-E4.—Licencia y


aprob.—Dedic.—Dos sonetos laudatorios del Dr. Juan de
Quevedo y del Ldo. Juan de Bobadilla.—Texto (Bib. Cap.)

185.—Libro | de la Pvrissi | ma Concepción de la | madre


de Dios: en el qval á lo | historial y teologo se tratan
las cosas mas principales | deste misterio han
que acerca
sucedido en el mundo,
| desde el dia en que la Santi-
ssima Virgen fue | concebida, hasta los tiempos ¡ de

agora. ¡ Dirigido á la Inmaculada Concepción | de la


Virgen N. S. concebida sin pecado original. | Compues¬
to por Fr. Antonio Daza | indigno frayle menor, prouin-

cial de la Santa prouincia de la Con | cepcion, y cro¬


nista de la orden. | Año (Est. de la Concepción.) 1629.

| Con privilegio, | En Sevilla, Por Francisco de Lyra.


Un vol. en 4.0; 196 hs., más 8 de princs. y 15 finales de
tablas.; recl; sign. ^[A-Ggg.—Tasa.—Erratas.—Lic.—Aprob.
—Dedic.—T exto.

186.—Información | Ecleciastica ¡ en defensa de la Lim¬


pia | Concepción de la | Madre de | Dios | Al Excelen¬
tísimo Señor | Don Rodrigo Ponce de León Duque de
Arcos &c | Por el Padre Pedro de Ojeda de la Compa-
ñia de Jesús | Catedrático de Escriptura en el Colegio de
Glorias Sevillanas 88 i

la | misma Compañía de Cordoua | Con licencia | en Se¬


villa | Por Alonso Rodríguez | Gamarra | Año 1616.
Tí Hallaranse en la calle de Genova en la tienda de Her¬
nando de Velasco. Y en la Iglesia mayor junto al Tribu¬
nal de la S. Cruzada.

4.0; 67 hs., más 6 de princs.; recl.; sign. TI 2-A3-I4.—


Aprob.—Lic.—Erratas.—Dedic.—Pról.—Texto. (Bib. Prov.)

187.—De | Immaculata | B. V. Dei Genitricis M. | Con-


ceptione. | Sive | De Singulari Illius Immu | nitate ab
Originali peccato, per Iesu Christi filii | eius cumulatissi-
mam
Redemp- | tionem, ¡ Liber unus. ¡ Avtore | Iaco-
bo Granado Gaditano Societatis | Iesu, in Collegio His-
palensi S. Hermenegilde eiusdem Socie ¡ tatis, Theolo-
gie professore. ¡ Ad 111.m et R.m D. D. Petrum | de Cas¬
tro et Qviñones | Archiep. Hispal. (Monograma de la
Compañía.) Hispali, | Apud Franciscum de Lyra, cum
gratia, & priuilegio. | Anno M.D.C.XVII.
4.0; 114 hs., 4 de princs. y 2 finales de índice; recl.; sign.
A-Q2.—Aprob. de la Comp.—Dedic.—Texto. (Bib. Cap.)

188.—Tratado de la | Immaculada Concepción de [ Nues¬


tra Señora, parte del | vltimo Capitulo de las Adi¬
es
ciones del Padre Maestro ¡ Fray Vicente Iustiniano An¬
tis de la orden de | Predicadores, á la historia del Santo
F. Luys | Bertrán. En Valencia en casa de Pedro | Pa¬
tricio. Año de 1593. (Un grab. con la Concepción.) Con
Licencia | En Seuilla; Por Gabriel Ramos Vejarano. En
la | Calle de Genoua. Año de 1615.

Foll. de 22 hs. en 4.0; recl.; sign. A-D3.—Lic.—Aproba¬


ciones.—Al lector.—Texto. (Bib. Prov.)

189.—Tratado de la Purísima Concepción de la Virgen


111
882 Glorias Sevillanas

Maria Nuestra Señora por Fr. Antonio Ximenez, impre¬


so en Sevilla año de 1616.

190.—De Conceptione Beatae Virginis Mariae. Fr. Francis-


cus Moreno Hispali apud Alphonsum Gamarram 1617.

191.—Judicium de Immaculata Beatissime Virginis Mariae


Conceptione, et pro illius ultima deffinitione et Apos¬
tólica canonizatione. Fr. Ludovicus del Campo. Hispali
anno 1650.

192.—Tratado de la limpissima Concepción de la Virgen


Santissima Madre de Dios, sobre el Psalmo XLVIII, por
el P. Fr. Juan Redondo del Orden de la Santísima Tri¬
nidad, en Sevilla año de 1616.
Cita estos cuatro últimos libros D. N. Antonio en su Bi-
bliotheca Nova.

193.—Maravilloso Discurso de la Concepción por Juan de


la Peña, impreso en Sevilla año de 1616.

Cita del P. Alba en su libro Militia Co?iceptionis.

194.—Encomia Sanctissime Eucharistie, et Beatissimae Vir¬


ginis Marise. Ex sacra Scriptura de prompta, & ordine
Alfabético disposita. (Esc. de la Compañía.) Cum Fa¬
cúltate Superiorum. Apud Gabrielem Ramos Vejarano
Anno Domini. 1621.

8.°; 30 hs.
Su autor es el jesuíta Alvaro Arias Armenta. (Bib. Prov.)

195. — Rosario | Inmacvlado | de la Virgen | Santísima


¡ y mayores testigos de su originea ] Gracia, j Ex his¬
|

toria Euangelica elucidantur | Missus est Gabriel Angel.


Luc. x. 1. | Confíteor tibi Pater Matth. 11 | Paternóster,
Glorias Sevillanas 883

qui es in ccelis. Mat. 6,~| Compuesto por el padre fray


Ivan | de Quiros, de la sagrada orden de Menores Lec¬
tor Iubilado, | Consultor del Santo oficio, padre de la

Provincia de | Andalucía, y Vicecomisario General j de


las Indias. ¡ Dedicado á la católica magestad del Rey

¡ nuestro señor D.n Felipe Quarto monarca dignísimo


de ¡ las dos Españas, y de entrambas Indias. | primero
tomo de las glorias de Maria | En el Real Convento de

S.n Francisco de Sevilla. | Con privilegio. | En Sevilla,

por Andrés Grande, Impressor de Libros. [ Año M.


D.C.L.

Fol.; 170 hs., más 24 de princs. sin numerar; una de port.


con S. Francisco de Asís y Sto. Domingo, y enmedio la Con¬
cepción; recl.; sign. 1f2-A-Mm.—Censura del insigne Cole¬
gio de San Buenaventura de esta ciudad.—Aprob.—Priv.—
Tasa.—Erratas.—Tablas de materias.—Pról. — Proemio.—
Texto.—Á continuación viene la segunda parte, de 122 hs.,
más 29 de índice. (Bib. Prov.)

196.—Marial | y Segundo | tomo de los ] misterios, y


Glorias | de la Reyna de los | Angeles. | Dedicado al
Exc.mo Señor | D,n Francisco Fernandez | de la Cveva,

| Dvque de Alburquerque, marques de | Cuellar, Conde


de Ledesma, Marques de Cadereyta, Conde de Huelma

| señor de las villas de Monbeltran y la Codolera, Gen¬


tilhombre de la | Camara de su magestad, y su Capitán
General | de las Galeras de España | Compvesto por el

padre F. Iuan de Quiros | de la sagrada orden de los


Menores, Lector Iubilado, Calificador del Santo Oficio
| padre de la provincia de Andalucia, Vicecomisario Ge¬
neral de las | Indias, Examinador General, y Guardian
del Real Convento de | S. Francisco de Sevilla. | Con

privilegio j En Sevilla por Miguel de Aldabe, Impressor


de Libros. I Año de M.D.C.L.I
884 Glorias Sevillanas

Fol.; 734 hs., 4 de princs. y una de port.; recl.; sign. ^¡2-


A-Rr.—Censura.—Aprob.—Lic. real.—Texto. (Bib. Prov.)

97.— La | Ave Maria | Salutación Angélica | trazada |


por el mismo Dios | Recitada por el Arcángel S.n Ga¬
briel. | íllustrada | con asuntos varios en | abono de la
| Inmaculada Concepción [ de la Virgen madre | Por el
P. Alonso de Flores de la | Compañia de Iesus Cate¬
drático de | Sagrada Escritura, y predicador | en la An¬
dalucía | En Seuilla por luán Gómez de Blas. Año de

1658.
Un vol. en
4.0; 320 hs., 14 de princs. y 16 al fin de ta¬
blas.; recl.; sign. "ffA-Tt4.—Port. grab. en acero con los atri¬
butos y símbolos de la Concepción.—Dedic. á la Duquesa
de Arcos.—Al lector.—Censuras y aprobaciones.—Tabla de
los discursos contenidos en la obra.—Texto. (Bib. Prov.)

98.—Discvrso | jvridico devoto | En fauor de la inmacu¬


lada Concepción j de Maria Madre de Dios, | Señora y
nuestra | Dedicale al Emi.mo Señor ( D. Pascual de Ara¬
gón | Cardenal de la S. I. C. R. | del titulo de S.ta Bal-
uina, de los | Consejos de Estado, y Guerra, de S. M.-
| su Virrey, lugarteniente, y Capitán | Gen.l, del reino
de Ñapóles | El D.r D. Pedro Rodríguez Cortes | Iuez
de la Gran Corte | de la Vicaria. | En Ñapóles por Egi-
dio Longo impresor regio 1664, y reimpreso en Sevilla

por Juan de Ossuna aña 1672.

4.0; port. grab. en acero con la Inmaculada; 220 hs.; recl.;


sign. 1U-2-A -R2.—Dedic.—Aprob. y lie.—Poesías laudato¬
rias en latín, castellano é italiano.—Texto.

99-—El Sagrado Imán de los Corazones de los Pieles, Ma¬


ria Santissima sin Pecado Concebida, Cuya divina pre¬

rrogativa, por sus raras preeminencias, consideradas en


Glorias Sevillanas 885

orden á Dios, á si mesma y á las criaturas, obtiene pe¬


culiar originaria virtud Magnética de atraer á si á los
Fieles á la mas cordial devoción
Reyna,
con esta Gran

y Señora de los Santos Angeles, como en parte lo in¬


sinúa en este su opúsculo, Su autor El R. Fr. Andrés
de Montilla Predicador Capuchino, y Guardian, que ha
sido muchas vezes. Y lo dedica A la Misma Celestial
Princesa. Con Licencia: En Sevilla: En la Imprenta Cas¬
tellana, y Latina de los Herederos de Tomas López de
Haro, en calle de Genova, año de 1722.
Unvol.; 407 págs.; 24 hs. de princs. y 16 de tablas fina¬
les; recl.; sign."[[A-IiÍ2.— Piadosa exhortación al lector en
verso.—13 décimas.—Una lám. con la Concepción y los fran¬
ciscanos á los pies.—Dedic.—Censura.—Aprob.—Lic.—Pról.
—Texto. (Bib. Prov.)

200.—Sufragio | a la Piedad Española | acerca | De el Mis¬


terio | de la | Immaculada Concepción | de | Maria San-
tissima, | Escrito | Por el P. M. Fr. Diego Tello Lasso
de la | Vega Padre de la Prior.a de And.a de el Real

| y Militar Orden de N. S. de la Merced | Consultor de


las Sagrad. Congregaciones del 1 Indice, y de Ritos,
theol.° Votante de la visita
Ap.ca | y calific.or de la Su¬
prema Inquisición.
M. S. en 4°, let orig., sin numerar.
Va dividido este
trabajo en trece capítulos, donde se es¬
tudian diversos puntos relacionados con la definición del
Dogma de la Concepción. (Bib. Cap.)

201.—Defensa del Misterio de la Inmaculada Concepción


de Maria Santisima Señora Nuestra por el Conde del
Valle de San Juan. Impreso en Sevilla por Juan Moyano
año de 1853.
8.°; 200 págs.
886 Glorias Sevillanas

202.—Discurso que en la velada religiosa ¡ artístico-litera-


ria | celebrada el 8 de Diciembre de 1879 | en el Palacio
Arzobispal de Sevilla, | pronunció | el limo. Sr. Dr. |
D. Servando Arbolí, | Dignidad de Capellán Mayor | de
San Fernando de esta Sta. Metropo | litana y Patriar¬
cal Iglesia, etc., etc. | Sevilla.—1880. | Imp. y lib. de
los Sres. Izquierdo y sob., | Francos, núms. 60 y 62.

8.°; 28 págs.

IV

SERMONARIO

203.—Sermón primero | de la Concepción de nvestra | Se¬


ñora predicado en la gran fiesta que hizo el Ex | celen-

tisimo señor Duque de Medina Sidonia, | á la | califica¬


ción de los milagros de la devotissima Imagen de la

Caridad, de su | ciudad de | Sanlucar de Barrameda.


Por el muy reverendo padre maestro Fray Pedro de
Valderrama | provincial de la orden de S.n Agustin.
(Viñ. de la Concepción.) Con licencia en Sevilla | por
Alonso Rodríguez Gamarra. Año 1609.

4.0; 14. hs.- reclq sign. B-B6.—Texto.—Al fin la aprob.


y lie. (Bib. D. T.)

204.—Sermón | que predico | Don Manuel Sarmiento de


| Mendoga, Canónigo Magistral de la Santa Me ¡ tropo-
litana de Seuilla, en San Vicente, á la fiesta | de la In¬
maculada Concepción | de la Virgen Maria. | Pro B. ex-
cellentia pugnare, optus est Spiritus Sancti (Esc. de la
Ciudad.) Con licencia, en Seuilla. Por Alonso Rodríguez
Glorias Sevillanas 887

Gamarra. Año 1615. | Tienelos Hernando de Velasco


librero en la Iglesia mayor, i en cal de Genova.
12 hs. en 4.0—Aprob.—Dedic. á Sevilla. (Bib. Prov.)

205.—Sermón | qve Predicó | el maestro Don Manuel Sar¬


miento | de Mendoga Canónigo Magistral de la Santa
Iglesia | Metropolitana de Seuilla, el dia octauo de las
fiestas | de la Inmaculada Concepción de nuestra Señora

| de la Cofradía de Sacerdotes de la Vincula de | S.n Pe¬


dro, en Parroquial Iglesia, | Domingo veynte y seys
su
de | Ivnio de 1616 | A D.n Mateo Vázquez De | Lecca
Arcediano de Carmona y Canónigo en la Santa | Igle¬
sia de Seuilla | &c | Con licencia [ en Seuilla por Alonso

Rodríguez | Gamarra | Año 1616.


4.0; 20 hs.; recl.; sign. A-D.—Texto. (Bib. Prov.)

206.—Sermón | del padre loan de Pineda de la | Compañia


de Iesvs | En el primer dia del Octauario Votivo á la
Inmaculada Con | cepcion de la Santissima Virgen Ma¬
dre de | Dios Señora nuestra. | Que la insigne Cofradía
de Santa | Cruz en Jerusalem de los Naza | renos, cele¬
bró en la Iglesia | de San Antonio Abad, | en Sevilla á
los 26 | de Abril de | 1615. | Dirigido á la Duquesa de
Alcalá. | Con licencia del ordinario; | en Sevilla, | por
Alonso Rodríguez Gamarra. (Al fin:) Con licencia del or¬
dinario; | en Sevilla, [ por Alonso Rodríguez Gamarra.
Foll. de 25 4.0—Dedic.—Aprob.—Dedic. á la Du¬
hs. en
quesa de Alcalá.—Recl.; sign. A2-G.—Por el P. Martín de
Roa, del Colegio de San Hermenegildo, en Sevilla, á 20 de
Mayo de 1615. (Bib. Cap.)

207.—Sermón | en el dia | i fiesta de la ¡ Concepción | de


la S.ma V. M.a | nuestra S,a | i solemnidad del | Pvblico
Ivramento, | i voto | De siempre tener i defender su in-
888 Glorias Sevillanas

maculada | Limpieza | , Qve en su metropolitana | hizo


el 111.mo S. D. Pedro de Castro i Quiñones, | con los dos
Cabildos de Iglesia | i Ciudad. | Predicólo el P.e loan
de Pineda | de la Compañia de Iesvs. | En Seuilla, por
Francisco de Lyra, con Licencia del Ordinario | Año
de 1618.

4.0; 24 hs.—Dedic.—Texto.—Al fin la aprobación en 8


de Enero 1618, Colegio de San Hermenegildo de Sevilla,
por Jorge Hemelman. (Bib. D. T.)

208.—Sermón, | que pre j dico ellicen | ciado Alonso | Gó¬


mez de Roxas, en la solemnis | sima Octava, que se ce¬
lebro en la Iglesia de San Gil desta | ciudad de Sevilla,
á la Inmaculada Concepción | de la Santissima Virgen
Maria | nuestra Señora, á quien no tocó la primera |

culpa, ni el debito della | Con licencia, | en Sevilla ¡ Por


Alonso Rodríguez | Gamarra. | Año de 1615

4.0: 28 hs.; port.; v. en blanco; recl.; sign. AD2.—Lic. y


aprob.—Una lám.—Texto. (Bib Prov.)

209.—Sermón | Qve predicó el Li | cenciado Alonso de


Gómez de Ro | xas dia de la Inmaculada Concepción
de la Santissima Vir | gen Maria Nuestra Señora, en la
solemne fiesta que celebro la In | signe Cofradía de la
Santissima Cruz Ierusalem. En su | Iglesia de San
en

Antonio Abad de la Ciudad de Seuilla. En | cumpli¬


mientos del voto que hizo de tener y confifesar | la ver¬

dadera, y santa devoción, de que la purissi | ma madre


de Dios fue concebida | sin mancha de pecado | Original

| á D.n Frey Francisco de la | Presa y de la Mota, Co¬


mendador mayor de S.n Antonio Abad, | en los Rey-
nos de Castilla y Portugal, |
y Indias &c | Año (Esc. de
la Hermandad.) 1617 | Con Licencia | en Seuilla por
Alonso Rodríguez Gamarra.
Glorias Sevillanas 889

4.0; 12 hs.—Port.—Aprob. y lie.—Carta dedicatoria por


el hermano Tomás Pérez. (Bib. Prov.)

210.—Sermón qve predicó el | L.do Alonso Gómez | de Ro-


xas | en el segundo Octavario, qve celebró la Insigne
Cofradia de los Naza | renos i santa Cruz en Ierusalem.
| En sv Iglesia de San Antonio | Abad desta Ciudad de
Seuilla, desde 30 de Abril, hasta 7. | de Mayo de 1617
¡ á el Ilvstrissimo i Reuerendissimo | Señor D. Antonio
Zapata Cardenal de la santa Iglesia de Roma | titulo de
santa Cruz en Ierusalem, &c (Esc.) Con Licencia | Im-

presso en Seuilla por Francisco de Lyra Año 1617.

4.0; 14 hsq reclq sign. A-A4. (Bib. Prov.)

211.—Sermón | de la Limpia | Concepción de la Virgen


j Maria nuestra Señora | Predicado por el Padre | Ro¬
drigo Manrique de la compañía de Iesus, á 2. de Iulio
de | 1615. en el Octauario que desta festiuidad se cele¬
bró | en la collación de San Vicente de Seuilla. (Esc.
de la Comp. de Jesús.) Con licencia, | Impresso en Se¬
uilla por Francisco de Lyra. Año | 1615.

4.0; 20 hs.-, 4 de prinesq recl.; sign. B2-D.—Aprob.—Lic.


—Texto. (Bib. Prov.)

212.—Sermón panegírico | de la Concepción ¡ de Maria


Señora | nvestra | predicado en la | Colegial de S.n Sal¬
vador | de Seuilla el dia primero de la memorable octa-
ua
| que celebró á la Imagen Santa Maria llamada | de
las Aguas este año de 1615 j Dixolo el M. R. P. M.
Alonso | de Herrera, del orden del grande padre de la

| Iglesia san Agvstin | Diola á la estampa Don Ivan | de


Salvatierra, Canónigo de la dicha Iglesia de S.n ¡ Sal¬
vador, y Familiar del Santo Oficio. | Dedicándolo | á
D.n Pedro del Camino | Caballero del orden de San-
112
890 Glorias Sevillanas

tiago. | Con licencia | Impresso en Sevilla por luán Lo¬


renzo Machado en la calle de la | Cerrajería en este año
de 1618.

4.0; 12 hs. (Bib. Prov.)

213.—Sermón | de la Inmaculada Concepción de | la Vir¬


gen Maria nuestra Señora, ¡ predicado en la Parroquia de
S.n Mi | guel de Sevilla, á 8 de Diciembre | año de 1615.
| Por el D.r Don Alonso Ayala y Guzman | Dirigido á
D.n Rodrigo de Villavicencio, Inquisidor | Apostólico
de Seuilla, y su districto, Dean y Ca | nonigo de la
santa Iglesia de Cádiz. [ Prueuase el mysterio con la co¬

mún de los Santos Doctores,


y mas á lo | largo de la
doctrina y sentencia expressa del Angélico Doctor. |
Santo Tomas de Aquino. [ Con Licencia [ En Seuilla.

por Alonso Rodríguez Gamarra. ¡ Año 1615.

4.0; 12 hs. (Bib. Prov.)

214.—Sermón | de la Purissima Concepción de la Vir | gen


Maria Señora N. | Predicado por el Doctor Francisco
| Nuñez Navarro, Catedrático de Theologia de S. Bue-
nauentura, en propiedad ] en la insigne Vniversidad de
Ossuna, y hijo de la Ciudad de Ecija. En dos | dias del
Mes de Iulio, de 1615. en el Octauario de Fiestas que
se celebró en la Iglesia Parroquial de Santa Maria la
Blanca desta Ciudad. | Dirigido al Ilustrissimo, y Reue-
rendissimo Señor Don Pedro | de Castro y Quiñones
Argobispo de Seuilla del Consejo ¡ de su Magestad, &.
(Una est.) Con licencia. | En Seuilla; Por Gabriel Ramos
Vejarano, En la Calle de Genoua; | Año de 1615. (Co¬
lofón.)
4.0; 14 hs.; sign. A3-C3; recl.—Lic.—Aprob.—Dedic. y
advertencia. (Bib. Prov.)
Glorias Sevillanas 891

215.—Sermón | de la Inmacu | lada Concepción; | predi¬


cado en una fiesta votiva | muy solemne, que se celebró
en el Convento grande de nuestra | Señora del Carmen
de esta Ciudad de Sevilla; Por el P. | Presentado F. Mi¬
guel de Santiago, lector de la Ca | tedra de Prima de
Teología á el mismo | Convento. | dedicado á nuestro
muy Reverendo P. el M. F. Pedro Carranza, Provincial
dignísimo y Consultor calificante del Santo Oficio, (Una
lám. de la Concepción.) Impresso en Sevilla, Por Ga¬
briel Ramos Vejarano; En la Calle | de Genova Año de
1616.

4.0; 18 hs., más una de port.—Aprob. por Juan de Pine¬


da.—Lic. del P. Provincial.—Dedic.—Texto. (Bib. Prov.)

216.—Sermón | de la Inmacvlada | Concepción de la San-


tissi | Virgen Maria N. S. Predicado en | el convento
ma
del glorioso san Francisco de esta Ciudad, en la fiesta

que hicieron los Cofrades de la | Veracruz y hermanos


Terceros. ¡ por el padre Fr. Alonso de Toledo | Lector
de prima y corrector del Colegio de Nuestra Señora
de la | Vitoria de la misma villa á 6 de Febrero | de
1616 años. ¡ Dirigido al N. Rmo. Padre M. Fray Diego

| Arias de Varcarcel General de la sagrada orden de los


mínimos ¡ de N. glorioso P. S. Francisco de Paula, Con-

| sultor y Calificador del santo Oficio. (Grab.) Con li¬


cencia | En Sevilla por Fernando Rey | Año 1616.

4.0; 12 hs. (Bib. Prov.)

217.—Sermón | de la Purissima | Concepción de la Virgen


Ma | ria madre de Dios sin pecado | original | Dedicado
á D.a Francisca Faxardo, y Valenzuela, muger de Don
Fer | nando Carrillo Cauallero del Avito de Santiago, y
Presidente | del real Consejo de su hacienda de su | Ma-
gestad | por el padre Lector Fr. Antonio Ximenez Re-
892 Glorias Sevillanas

gente de los estudios | del Colegio de nuestro glorioso


Patriarca San Fran | cisco de Paula, donde lo predicó.
(Grab.) Impresso con licencia en Seuilla por Francisco
de Lyra. | Año 1616.

4.0; 10 hs.; recl.; sign. A-A2. (Bib. Prov.)

218.—Sermón ¡ á lalnmacv | lada Concepción de la | Vir¬


gen nuestra Señora, Concebida sin mancha | de pecado
original. | Predicado en nvestra Señora [ del Carmen
de los Calgados: A una fiesta solemne que alli se hi | zo,

por el Padre Maestro Fr. Francisco de Espinosa de la


dicha orden. | Al mvy reverendo padre maestro [ Fray
Teodoro Estrado, Procurador General del mismo Or¬
den | Comissario Visitador general de las Prouincias
y
| de España &c. j Año (Un grab. con la Virgen.) 1616
| Con Licencia. | En Seuilla, por Matias Clauijo.
4.0; 12 hs. (Bib. Prov.)

219.—Sermón | déla Inmaculada Concepción de la Virgen


| Maria madre de Dios, | y Señora | nuestra. ¡ predi¬
cado por el P. Presentado Fr. Miguel Ruiz, Cátedra

| tico de Escritura en el Real Conuento de la Santissima


Tri | nidad Redención de Cautivos, á 15 Mayo 1615.

| en la Iglesia Parrochial de S.n Gil de la Ciudad | de


Seuilla en un Octauario, que a la limpia Concepción de
la Virgen hizie | ron sus devotos. Dirigido á Don Ma¬
teo Vázquez Arce | diano de Carmona y Canónigo de

la Santa Iglesia de Sevilla. | Año (Un grab.) 1617 | Con


licencia. Impresso en Seuilla, por Gabriel Ramos Veja¬
rano.

4.0; 10 hs. (Bib. Prov.)

220.—Sermón j de la inmaculada | Concepción, Predicado


Viernes 29, de Julio de 1622 dia j 13 del solemne quin-
Glorias Sevillanas 893

cenario de fiestas, que hizo la insigne cofradía de los Na¬


zarenos, y S. Cruz en Je | rusalem en la Iglesia de S. An¬
tonio Abad | de la Ciudad- de Sevilla | En hazymien-
to de gracia de la exaltación de este dulcissimo myste-
rio con el Silen | ció que N. M. S. P. Gregorio 15 impo¬
ne por su decreto á la opinión contraria | Pruevan como
assi esta gloria presente del silencio, como todo lo de
| mas que en nuestros tiempos á sucedido á cerca de
este punto, esta | figurado y profetizado en la Sagrada
Escriptura | Por el padre Maestro Fray loan Duran, de
la Orden de nuestra Señora | del Carmen | Al Licen¬
ciado don Gongalo de Campo, Arcediano de Niebla y
Ca | nonigo Provisor, y Vicario General de Sevilla | y
Su Arzobispado | año (Esc.) 1622. Con licencia | En
Sevilla por Gabriel Ramos Bejarano, en Cal de Genova.

4.0 14 hs., más 2 de princs.; reclq sign. A3-D3. Aprob.—


Lic.—Dedic. (Bib. Prov.)

221.—Sermón | de la Purissima | Concepción de la Madre


| de Dios, predicado en la Iglesia de san Martin de | la
ciudad de | Sevilla | En la estrena del Iubileo conce¬
dido de nuestro ¡ muy S. P. Urbano octavo, para todos
los dias ¡ que uviere fiestas de toros en la | dicha ciu¬
dad | Por el P. M. Fr. Francisco Tello de León del or¬
den de ¡ la santísima Trinidad, natural de la ciudad | de
Granada | Dirigido al Ilustrissimo y Reverendissimo Se¬
ñor Don Luis Fer | nandez
de Córdoba, Argobispo de
Sevilla del Consejo | de su Magestad | Con licencia ¡
Impresso en Sevilla. Por Francisco de Lyra | Año de
1625.
4.0; vi-20 hsg recl.; sign. A.-D.—Port. con orla.—Texto.
(Bib. Prov.)

222.—Victoria | de la original Gracia, contra la primer cul-


894 Glorias Sevillanas

pa: | trofeo de la vida, |


triunfo que consiguió de la
y
muerte | Maria SS.ma | las armas de su pureza, |
con
dando á un devoto suyo milagrosa vida con el aceyte
de su lampara | Deduce estos títulos en su Ser Inma-
cvlado, de diversos enigmas de la Escritura, y doce adi¬
vinaciones gvstosas | el P. Fr. Domingo de la Cruz Ro¬
mero, | Lector que ha sido de artes, y maestro de es¬
tudiantes, de Theologia | en nuestra Señora de Loreto,
Convento de la santa Recolección de nuestro Seráfico

padre S.n Francisco | en la provincia de Andalucia | Ce¬


lebrase todos los años esta fiesta | manifiesto el SS.mo
Sacramento. [ Con solemne procesión desta Señora |
sita en la hermita de S.n Miguel, que esta de la Villa-
nueva del Ariscal
| algo distante. ¡ En Sevilla por Tho-
mas
López de Haro, en las siete Rebueltas 1680
4.0; 12 hs. (Bib. Prov.)

223.—Oración | Panegyrica | del Misterio de la Concep¬


ción de Maria | predicada el dia | veinte y uno de |

Septiembre y | tercero de las fiestas, que a este sobe¬


rano
¡ nombre consagró la Venerable deuocion | Her¬
mandad | de la Virgen Santissima ¡ de la Escala | Qve
es de religiosos de Nves | tra Señora del Carmen Ob¬

servante, en el | Convento Grande desta Ciudad ¡ de


Seuilla | Dixola el R. P. Presentado F. Geronymo de
Velasco, Colegial y Cathedratico de Tercia del Co | le-
gio de S.n Alberto de dicho orden. | Dase á la estampa
á expensas de vn deuoto Cofrade de | dicha hermandad
el cual la ofrece á los pies de la ¡ Esclarecida Reyna de
los Serafines Maria | Santissima de las Escalas | Con

licencia, impresso en Seuilla por Ioam de Ossuna ¡ En


este año de 1683.
4.0; 12 hs. (Bib. Prov.)
Glorias Sevillanas 895

224.—Sermón | de la | Concepción | Pvrissima | patente


el Santissimo Sacramento, | en el Capitvlo que celebró
lasagrada | Provincia de Andalucia de los R.R. P.P.
Capuchinos en el Con | vento de Sevilla Sabado 8. de
Enero del año de 1684. | Presidiendo el Rmo P. Fr. Isi¬
doro Francisco de Brvselas, | Lector de Sagrada Teolo¬
gía de dicha Orden, | celebrando la fiesta, y asistiendo
| á ella el Excelentissimo Señor | Don Pedro Manvel
Colon | de Portvgal, Gran Almirante de las Indias, | &.a
Imprimesse de orden de su excelencia. ¡ En Sevilla luán
Antonio Tarazona, vive en calle Genova.
Foll. de 16 hs. en 4.0; port. con orla; recl; sign. A2-E.—
Lic. y aprob. (Bib. Cap.)

225.—Oración | Panegírica | en la acción de gracias qve


| la Santa Iglesia Metropolitana, y Patriarchal ¡ de Se¬
villa consagro á Christo Sacramentado, | y á su Purísi¬
ma Madre en el
Mysterio de la Inmaculada Concepción,
con
publicas de | mostraciones de regocijo en el dia
dos de | Enero de este Año, por los felices sucessos y
victorias conceguidas de las Armas Ca | tholicas del R.
N. Sr. (que Dios | guarde) contra los enemigos [ de su

Corona, | Dixola el Doctor D. Fran.co Lelio | Levanto


y Vivaldo, Arcediano de Niebla, ¡ Dignidad en dicha
S. Iglesia, | Que dedica el Dr. Doct. D. Pedro | Fran.co
Levanto y Vivaldo, su Hermano, Arcediano de Reyna,

Dignidad y Cano | nigo, Obispo de Lacedemonia, Ar


| gobispo electo de Lima, | al Serenissimo Señor D. Lvis
| Fernando de Borbon, Principe lurado ¡ de las Asturias.
Foll. de viii-8 hs. en 4.0 sin lugar de imprenta.—Port.
con orla, con aprob. y lie. (Bib. Prov.)

226.—El patronato | de la purissima | Concepción | de


896 Glorias Sevillanas

nuestra Señora | antiguo | universal y particu¬


y nuevo
lar, | Universal España: | particular y an¬
y nuevo para

tiguo para la venerable | congregación de Señores Sa¬


cerdotes de la purissima Concepción, | sita en la Casa

professa de la Compañía de Iesus | de Sevilla. | Panegy-


rico circunstanciado, | que, con pocos dias de término,
en la fiesta, |
que el Sabado 12 de Septiembre de 1761
celebró dicha venerable | Congregación en dicha Casa
al Nuevo Patronato | de la Purísima Concepción. | Dixo

| el 111.mo Sr D. Domingo de Ribera | Obispo de Gadara


auxiliar de Sevilla digno | miembro de dicha Venera¬
ble Congregación por cuyo | decreto se imprime | y de¬
dica al e.mo Sr Cardenal de Solis, | Arzobispo de Sevi¬
lla, yprefecto perpetuo | de dicha Congregación | Con
licencia | En Sevilla por losé Padrino, en calle Génova

4.0; 18 hs.; port. con orla; recl; sign. B-D2.—Texto. (Bi¬


blioteca Cap.)

227.—Oración panegírica, | Pronunciada | En la Capilla del


Sagrario | de la Santa Patriarchal Iglesia | de Sevilla,
¡ en la Solemnissima Función, | que el domingo once
de Octubre | de el año de 1761. | Celebró la Ilustre Ar-
chi-Cofradia | del Santissimo Sacramento, ¡ con motivo

| de revalidar su voto, | Y la nueva declaración del Pa¬


tronato | de las Españas, é Indias | A Maria Santissima

| Nuestra Señora, | En el Purissimo misterio | de su Con¬


cepción Inmaculada, | Dixo | El Sr. Dr. D. Francisco
Ioseph de Olazaval | y Olayzola, Dignidad Chantre, y
Canónigo de dicha Santa Pa | triarchal, su Diputado en
la Corte de Madrid á las Catholicas | Magestades de

Fhelipe V. y Fernando VI. Iuez Apostólico Synodal de


su
Arzobispado, y Doctor Theologo del | Claustro, y
Gremio de la Vniversidad de ¡ dicha Ciudad, j Dala a
Luz | La misma Archi-Cofradia. | Con licencia: en Se-
Glorias Sevillanas 897

villa, en | la imprenta del Dr. D. Geronymo de ¡ Castilla,


Itnpressor Mayor de dicha Ciudad.
4° 12 hs. (Bib. Cap.)

228.—Sermón | Predicado el dia once | de Agosto | de mil


setecientos sesenta y uno,| En la fiesta, que hizo | en la
Iglesia parroquial | de nuestro padre San Pedro, | La
venerable é Ilustrissima Hermandad, | de Señores Sa¬
cerdotes | de San Pedro Advincula, | en acción de gra¬
cias por el patronato de la vir | gen Santissima en el
Mysterio de su Inmacula | da Concepción, nuevamente
obtenido de la | Silla Apostólica en favor de los Rey-
nos
| de España, y de las Indias. | Por | el Señor Don
Antonio de Luces, | Capellán Mayor del Convento de

Religiosas | de Nuestra Señora Santa Maria de la Paz,


| y Hermano de dicha Ilustrissima j Hermandad. [ Por
cuyo acuerdo se da á la prensa, y dedica á Maria Santi¬
ssima, Patro | 11a de España, en el Mysterio de su Puri-
ssima, | é Inmaculada Concepción. ¡ Con licencia: En
Sevilla, por Joseph Padrino en calle Genoua.
4.0; 12 hs. (Bib. Prov.)

229.—Oración panegyrica | que en las solemnes fiestas |


que hizo la Archicofradia | de nuestra Señora de la Luz,
| y tres necesidades de su nueva Capilla | Situada en el
Barrio de la Carretería j á que se trasladó el dia 15 de

Agosto del año 1761 | desde la que tiene en la Iglecia


del Colegio | de San f.co de Paula | de esta Ciudad de
Sevilla | dixo | (en el dia 18 que fue el tercero de la de-
di | cacion gelebrando la Venerable Comunidad de di¬

cho Colegio la | Fiesta á que destinó dia sabiamente la


Archi-Cofradia y fue teminar los cultos con los debidos
al nuevo Patronato | que logran los Españoles de Ma¬
ria Santísima Madre de Dios ¡ y Reyna de los Ange-
113
898 Glorias Sevillanas

les, prinsipal en el Misterio | de su Concepción Imma


culada) | El M R P Fr. Miguel Cabrera Lector Jubilado
del Orden de Mínimos &.a | La que saca al publico [ la
Ilustre Archi-Cofradia
j y la dedica [ Al eminentísimo
Señor D. Francisco Solis: | Presbytero Cardenal de la
Santa Romana Iglecia Arzobispo | de Sevilla del Con¬

sejo de S M.
4.0; 16 hs.; recl.; sign. A-N.—Lic.—Dedic. por la Her¬
mandad.—Texto. (Bib. Prov.

230.—La patrona patrocinada: | la purissima Concepción


| de nuestra Señora, | Patrona de España, y patrocinada
| por España: ¡ Patrona de Sevilla, y patrocinada [ por
Sevilla: | Patrona de la Compañía de Jesús, [ y patroci¬
nada | por la misma sagrada religión. | Panegyrico cir¬

cunstanciado, | que en la Solemne Fiesta, con que la


Com | pañia de Jesús Sevillana, juntas todas sus Ca

| sas en la Professa, celebró el nuevo Patronato [ de Es¬


paña en la Purissima Concepción | de Maria Santissi-
ma.
| Dixo | el dia 6 de Septiembre de este | año de
1761. R. P. Joseph del Hierro | de la Compañía de Je¬
sús, Prepósito, que fué, j de su Cassa Professa, y Exa¬
minador Syno | dal de los Arzobispados de Granada | y
Sevilla &c. | Con licencia: En Sevilla, por Joseph Padri¬
no, j en calle Genova.

Foll. de vi-ii hs.


4.0; port. con orla; v. en blanco;
en

recl.; sign. A-D.—Lic.—Aprob.—Texto. (Bib. Cap.)

231.—La Consolación Nacida | en el nuevo Patronato | de


la Concepción Purissima | de Maria | Señora Nuestra
| sobre los Reynos de España | Oración Panegyrica |
Que en el solemne decenario de fiestas. ¡ Consagrado
á la misma | Inmaculada Patrona | Por la ¡ Compañía
de Jesús en su casa Professa | de Sevilla
| y en la que
Glorias Sevillanas 899

erigió el mismo Patronato, | y Señora con el Titulo | de


Consolación | el dia de su Natividad 8 de Setiembre de
1761, | la Señora Doña Maria del Rosario Cavaleri, To¬
rres
y Fuenes | Marquesa Tous y de la Cueva del Rey
en acción de gracias por el beneficio recibido en la sa¬

lud recobrada del Señor D. Fran ¡ cisco Xavier de Ri¬


vera y Agirre Hinestrosa, y Monsalve Ca
| vallero del
Orden de Calatrava Márquez de Tous y de la | Cueva
del Rey Señor de la Higuera | Dixo | El M. R. P. M.
Rafael de Corclova | de la Compañía de Jesús, Secreta¬
rio de su Provincia | Y la da á luz | la misma Señora

Marquesa. | Con licencia: en Sevilla, por Joseph Padri¬


no, en Calle Genova.
4.0; 16 hs. (Bib. Prov.)

232.—Viva Iesus. | Sermón predicado el dia treinta | de


Agosto de 1761. ¡ en la fiesta, que hizo la congregación
del oratorio | del Señor San Felipe Neri | de Sevilla,
| para celebrar el patronato | de la Virgen Santissima,
| el Mysterio ¡ de su Inmaculada Concepción, [ nue¬
en
vamente obtenido | de la Silla Apostólica, en favor de
los Rey | nos de España, y de las | Indias. | Por el Pa¬
dre Don Teodomiro | Ignacio Diaz de la Vega, | Pres-

bytero de dicha Congregación. | Con licencia: en Sevi¬


lla por Joseph Padrino, | en calle Genova.

Foll. de vi-12 hs. 4.0—Port.


en con orla.—Aprobaciones
y licencias necesarias. (Bib. Prov.)

233.—Ecos | de siete voces, que resonaron [ en siete ele¬


vados montes. | Oración panegírica laudatoria, [ que en
el dia 15. de Diciembre | del año de 1776. | dia octavo
del Mysterio ¡ de la Concepción en Gracia
| de Maria
Santissima, | en la Santa Metropolitana, | y Patriarchal
Iglesia | de la Ciudad de Sevilla, á nombre de la Santa
900 Glorias Sevillanas

Provincia de | Andalucía de la Regular Orservancia de


N. S. P. S. Francisco, | á quien este dia toca el Pulpito,
por singular favor de di | cho Ilustrissimo Cabildo. | Di-
xo
| El R. P. F. Cosme Ramírez, predicador | General,
ex-Difinidor de dicha Provincia, Guardian, que ha ] si¬

do, de los Conventos de la Villa de Marchena y Casa


Gran | de de la Ciudad de Ecija, Vicario, que fué del
Religiosissimo | Convento de Santa Isabel de los An¬
geles de la Ciudad de Ron | da, y actual Comissario Vi¬
sitador Primero del Venerable, y [ Esclarecido orden
Tercero de Penitencia, del Real | Convento Casa Gran¬
de de dicha | Ciudad. | Con licencia: | En Sevilla, por

Joseph Padrino, en calle Genoua.


4.0; 12 hs. (Bib. Cap.)

234.—Discurso ¡ que, en la solemne Función Religiosa,


| Acción de Gracias | que hizo | La Real, Pontificia y
Primitiva | Archicofradia | de Jesús Nazareno, [ y de

| Maria Santisima de la Concepción, | por haber decla¬


rado | dogma de fé el sumo Pontífice Pió IX, | el mis¬
terio de la Concepción Inmaculada | De la Purisima Vir¬

gen Maria, | Pronunció en la Iglesia de San Antonio


Abad | de Sevilla | el dia 4 de Marzo | el Señor Ldo.
D. Juan Bautista Romero y Gante, Pro. | Abogado de
los Tribunales de | la Nación, y del Ilustre Colegio de

Sevilla, | Canónigo Doctoral de Coria, examinador Si¬


no | dal de Toledo, Sevilla, Salamanca, Cádiz etc. etc.
1855.
4.0; 8 hs.
APÉNDICE

EL OFICIO DE LA CONCEPCIÓN
SEGÚN EL RITO HISPALENSE

CONCEPTIO BEATAE MARIAE

Ad Vésperos.
Antiphona.—Gaude, Mater Ecclesia, | Nova frequentans gau-
dia, | Lux micat de calígine, | Rosa de spinae germinet.
Psalmus.—Dixit Dominus, cum allis propiis B. M. V.
Capitulum.—Dominus possedit me, etc.
Responsorium.—Cordis ac vocis iubilo | Pangamus laudes
Domino | Cujus Matris Conceptio | Mundum profudit gaudio.

Versus.—Suscipe devotse praeconia, Christe, catervae.


Postilla.—Cujus Matris Conceptio | Mundum profudit gaudio.
Versus.—Doxa Patris sit, honor genitoque; | cum Pneumate
sancto.

Hymnus.—Ave, maris stella, etc.


Infira in horis.— V.—Conceptio tua Dei genitrix virgo.
R.—Gaudium annuntiavit universo mundo.
Antiph. ad Magníficat.—Ave, decus virgineum, | Ave, ju-
bar aethereum, | Nobis praesens solemnitas | Datur perpes jocun-
ditas; | Tua nanque Conceptio | Summa es gratulatio. Alleluja.
Cant.—Magníficat anima mea, etc.
Oratio.—Deus ineffabilis Mariae, quae primae piacula mulieris
per Virginem expianda sanxisti: da nobis quaesumus, Conceptio-
902 Glorias Sevillanas

nis ejus digne solemnia venerari, qu® Unigenitum tuum virgo


concepit et virgo peperit Dominum nostrum Jesum Christum Fi-
lium tuum, qui tecum, etc.

Ad Completorium.
Antiphona supra dicta, et ad Nunc dimit, ect.
Corde et animo Christo canamque gloriam in hac sacra so-
lemnitate pr®cels® genitricis Dei Mariae.

Ad Matutinos.

Invit.—Eia pervigiles Domino iubilate fideles. P.—Con-


ceptumque; pise solemnízate Mari®.
Psal.—Venite, etc.
Hymn.—Quem térra, etc.

In I Noct.

Antiph.—Gaude fidelis concio, | adest eius creatio | qu®


Ev® delet maculara, | vit® redonat insulam.
Psal.—Domine domine, etc.
Antiph.—Cui Eva obedivit, | h®c serpentis caput trivit: | iu-
gum spernes nuptiarun, | Deo vovit c®libatum.
Psal.—Cceli enarrant, etc.

Antiph.—A prophetis pr®cinitur, | et Scripturis ostenditur, |


qu® mulier procederet | qu® virgo Deum pareret.
Psal.—Domini est térra, etc.
V.—Hodie concepta est virgo Maria.
R.—Ex progenie David.
Lectio I.—Anselmus Canturiensis, etc.
R.—Fulget dies hodierna | digna laude sempiterna.
P.—Qua concepta est Maria, | per quam patet coeli via.
V.—Germine regali, | nec non et pontificad.
Lectio II.—Tempore namque: illo qua, etc.
R.—Sicut rosa inter spinas ] illis addit speciem, ¡ sic venus-
tat suam | virgo Maria progeniem.
Glorias Sevillanas 903

P.—Germinavit enim florem, | qui vitalem dat odorem.


V.—Cui cunctorum laus | promitur ore piorum.
Lectio III.—Audientes Daci Angliam, etc.
R.—Virga Jesse de radice | genus duxit inclytum, | oraculis
Prophetarum | quod fuerat praedictum.
P.—Inde virgam egressuram j florem Christum parituram.
V.—Voce prophetie | signatur origo Mariae.

P.—Inde, etc.
V.—Gloria.

In II Noct.

Antiph.—lile robus incombustus, | Moysem que terruit,


Haec et Virgo quae, pudore j Salvo, Deum genuit.
Psal.—Eructavit, etc.
Antiph.—Virga Aaron fructífera, [ María pium gesseras; |
Qui nobis fructum attulit, | Nostramque famem depulit.
Psal.—Deus noster, refugium, ect.
Antiph.—Isaías, ille divus | Secretorum Dei vivus | Virgae
movens mentionem | Pandit hanc Conceptionem.
Psal.—Fundamenta, etc.
V.—Conceptio tua Dei genitrix virgo.
R.—Gaudium annuntiavit universo mundo.
Lectio IV.—Ut cum jam maximam partem maris prospero

curso, etc.

R.—Prophetavit nubem levem ¡ Vox, dixit ascenderé | Sal-


vatorem aegipteque | Tenebris illuscere.
P.—Ut in mortis calígine | Sedentes lustret lumine.
V.—Difugiunt tenebrae, | pandunt secreta latebrae.
P.—Ut in, etc.
Lectio V.—Qui aduo cansadse Helsinum, etc.
R.—Celebris dies colitur | In qua Virgo concipitur, | Quae
per obedientiam ¡ Mundo refudit gratiam.
P.—Ut quod ruit per Evam | Relevetur per feminam.
V.—Ista fuit digna | transgressus tergere signa.
P.—Ut quod, etc.
Lectio VI.—Spondet ille illico, etc.
9°4 Glorias Sevillanas

R.—Ecce verbum per Prophetam | Super terram facere tes-


taturactor, | Virum fseminam circundare ¡ Veneranda novitate; |
O Dei miracula.
P.—Nam Maria praegnans | Alvus Dei prolem bajulat.
V.—Sanctus obumbravit huic Spiritus, | Et gravidavit, fecit-
que parens, | Et virgo manet veneranda.
P.—Nam, etc.
V.—Glorie, etc.

In III Noct.

Antiph.—Abrahae sit promissio | Quod illius successio, | Ve-


lut arena, cresceret; | Stellisque aequalis fieret.
Psal.—Cántate, etc.
Antiph.—Hoc promissum est impletum | Castae per Mariae
foetum; | Quae gignendo granum sevit, | De quo seges tanta
crevit.
Psal.| Dominus regnavit, ect.
Antiph.—Vinea quodam sterilis, | Deo cultore fertilis, | Vi-
tam faecundat pupulat | Fundentem cunctis pócula.

Psal.—Cántate, etc.
V.—Conceptio est hodie santae Mariae virginis.
R.—Cujus vita inclyta cuntas illustrat ecclesias.
Lectio VII.—Liber generationis Iesu Christi filii David, etc.
R.—O beata progenies, | O veneranda series, | Unde surgit
ut aurora | Maria virgo decora.
P.—Quae produxit mundo florem, | Veram Dei Patris prolem.
V.—Hsec mérito dicta super omnes est benedicta.
P.—Quae produxit, etc.
Lectio VIII.—Sed quserendum est curtot patrum, etc.
R.—Patriarcharum semine, | Prophetarum origine; | Regum

atque Pontificum \ Genus vernans magnificum.


P.—Unde Virgo concipitur, | Christique mater eligitur.
V.—Nobilis et clara | stirps est, Dominoque cara.
P.—Unde, etc.
Lectio LX.—Sed haec quaestio facile solvitur, etc.
R.—Gloriosa dicta constant | De te, mundi Domina.
Glorias Sevillanas 905

P.—Namque vatum quod loquuntur | Veridica carmina 1


Tuum te, adversus morem j Generare genitorem.
V.—Pro meritis claris per cuneta, Virgo bearis.
P.—Namque vatum, etc.
Canticum.—Te Matrem Dei laudamus: te Mariam Virginem,
profitemur.
Te .¿Eterni Patris Filiam: omnis térra veneratur.

Tibi omnes Angelí, et Archangeli: tibi Throni et Principatus


fideliter deserviunt.
Tibi omnes
potestates, et Virtutes ccelorun; et universa Do-
minationes obediunt.
Tibi omnes Chori; tibi Cherubim et Seraphim, exultantes
assistunt.
Tibi omnis Angélica creatura; incessabili voce proclamant.
Sancta, Sancta, Sancta Maria; Dei Genitrix, Mater et Virgo.
Pleni sunt cceli, et térra; majestatis glorise fructus ven tris tui.
Te gloriusus Apostolorum chorus: sui Creatoris Matrem co-
llaudat.
Te ¡beatorum Martyrum ccetus candidatus: Christi Genitri-
cem glorificat.
Te gloriosus Confessorum exercitus: Trinitatis templum ap-

pellat.
Te sanctarum Virginum chorea amabilis: Virginitatis, et hu-
militatis exemplum praedicat.
Te tota ccelestis curia: Reginam honorat.
Te per universum orbem: Eclesia invocando concelebrat.
Matrem divinas Majestatis.
Venerandam te veram Regis ccelestis puerperam: sancta quo-
que,dulcem, et piam.
Tu Angelorum Domina: Tu Paradisi janua.
Tu scala Regni ccelestis, et glorioe.
Tu thalamus; Tu arca pietatis.
Tu vena misericordia; Tu Sponsa, et Mater Regis aeterni.
Tu templum, et Sacrarium Spiritus sancti: totius beatissimae
Trinitatis nobile triclinium.
Tu mediatrix Dei, et hominum: amatrix mortalium, coelestis
illuminatrix.
114
9 o6 Glorias Sevillanas

Tu agonizatrix pugnantium, advocata pauperum: miseratrix,


et refugium peccatorum.
Tu erogatrix munerum; superatrix, ac terror daemonum, et

superborum.
Tu mundi Domina: cceli Regina, post Deum sola spes nostra.

Tu salus te invocantium, portus naufragantium: miserorum

solatium, pereuntium refugium.


Tu Mater omnium beatorum, gaudium plenum post Deum:
omnium supernorum civium solatium.
Tu promotrix justorum: congregatrix errantium, promissio

Patriarcharum.
Tu veritas Prophetarum: prseconium, et doctrix Apostolo-
rum, magistra evangelistarum.
Tu fortitudo Martyrum, exemplar Confessorum; honor et fes-

tivitas Virginum.
Tu ad liberandum exulem hominem: Filium Dei suscepisti
in útero.
Per te expugnato hoste antiquo: sunt aperta fidelibus Regna
coelorum.
Tu cum Filio tuo, sedes ad dexteram Patris.
Tu ipsum pro nobis roga, Virgo Maria, quem nos ad judi-
candum credimus esse venturum.
Te ergo poscimus, nobis tuis famulis subveni; qui pretioso
sanguine Filii tui redempti sumus.
.¿Eterna fac, pia Virgo Maria: cum Sanctis tuis nos in gloria
numerari.
Salvum fac populum tuum, Domina: ut simus participes hse-
reditatis Filii tui.
Et rege nos: et custodi nos in aeternum.
Per singulos dies, ó Domina Maria te salutamus.
Et laudare te cupimus usque in seternum, mente et voce.

Dignare, dulcís Maria, nunc et semper; nos sine delicto con¬


servare.

Miserere pia nobis: miserere nobis.


Fiat misericordia tua magna nobiscum: qua in te, Virgo Ma¬
ria, confidemus.
In te, dulcís Maria, speramus: nos defendas in aeternum.
Glorias Sevillanas 90;

Te decet laus, te decet imperium: tibi virtus, et gloria in sae-


cula sseculorum. Amen.

In Laudibus.

V.—Odor tuus Sancta Dei genitrix.


R.—Quasi lilium sic eflorebit.
Antiph.— Conceptus hodiernus | Marise semper virginis, |
Nsevum tersit, nexum solvit | Vetustae originis; | Moestis reddit
laetitiam | Dat criminosis veniam.
Psal.—Dominus regnavit, etc.
Antiph.—Gloriosa semper virgo, ¡ María dulcisima, | Prseci-
bus te venerantum | Annuc piissima; | Y offensis ne labamur | A
te semper protegamur.
Psal.—Jubilate, etc.
Antiph.—María plena gratia, | Stirpe concepta regia, | Assis-
tentes tuse laudi | Miserando nos exaudi.
Psal.—üeus Deus, etc.
Antiph.—O quam larga te perfudit, | Virgo benedictio; | Qua
deletur quaminduxit | Eva maledictio; | Intende nostris laudi¬
bus, | Benedicta in mulieribus.
Psal.—Benedicite, etc.
Antiph.—Dignare me laudare | Te, Virgo et puérpera | Te
laudantes ab aerumnis | Leva super cethera; | Potes enim, ut Do¬
mina | Poli pandere limina.
Psal.—Laúdate, etc.
Capitulum.—Dominus possedit me initio, etc.
Hymnus.—O gloriosa Domina | Excelsa super sidera | Qui
te creavit provide | Lactasti sacro ubere. | Quod Eva tristis abs-

tulit, | Tu reddis almo germine, | Intrent ut astra flébiles [ Cceli


fenestra facta es. | Tu regis alti janua, | Et porta lucis fulgida; |
Vitam datam per Virginem | Gentes redemptse plauditse ¡ Gloria

tibi, Domine, | Qui natus es de Virgine | Cum Patre, etc.


V.—Odor tuus sancta, etc.
Antiph. ad Benedictas.—Benedicta es Maria | Laus nostra,
spes etdomina, | Te collaudat, colit orbis, | Trina mundi ma-
go8 Glorias Sevillanas

china. | In tua Conceptione | Congaudentes confove | Profutura

largiendo ¡ Nocitura remove. Alleluja.


Oratio, capitulum et antiphoncB laudibus, per horas diei.

In secundis Visp.

Antiph.—Gaude fidelis concio | Adest eius conceptio, | Quae


delet Evae maculam | Vitae redonat insulam.
2.—Yinea quondam sterilis, etc.
3.—Ista vitis est Maria | lúdase ex progenie, | Ad conceptum
nutu Dei | Quae processit hodie.
4.—Haec est botrum paritura | Virgo plena gratia | Qui cru-
cis pressus in praelo | Conjurantes debriat.
5.—Gratulare et laetare, etc.
Antiph. ad Magnif.—Magnifica Christi Mater, | Regina clara
coelorum, | Reparatum se laetatur | Per te coetus beatorum | Ut
per tua sufragia | Collactemur in gloria.
Et reliqua ut supra.

Contiene además el Breviario hispalense otras lecciones,


é indica las variantes que hayan de hacerse en los días de
la octava; lo que omitimos por no alargar más este trabajo.
Comparando este Oficio con el antiquísimo que rigió
en el siglo XIV en la diócesis de Compostela, se observa
la gran analogía que entre ambos hay, si bien existen bas¬
tantes variantes, tanto en las antífonas de las lecciones, que
son del todo distintas, como en el himno final de Maitines,
que, como hemos visto,el compuesto por S. Buenaven¬
es
tura en honor de la Santísima
Virgen.
En los Misales hispalenses encuéntrase el siguiente Ofi¬

cio, propio de la Concepción en esta Diócesis, á partir del


señalado con el núm. Vil en los Documentos citados á la

pág. 44, y el cual pertenece, como dijimos, al siglo XIV,


conservándose en la misma forma hasta el Misal impreso
de 1558.
Glorias Sevillanas 909

Officium.

Gaudeamus omnes in domino diem festum celebrantes: sub


honore Mariae virginis: de cuius Conceptione gaudent angelí: et
collaudant filium Dei. jf. Gaudeut angelí: et exultant archangeli:
letantur iusti: et congratulantur omnes sancti. f. Gloria Patris, etc.

Hymnus.—Gloria in excelsis Deo. Et in térra pax hominibus


bonse voluntatis. Laudamus te. Benedicimus te. Adoramus te.
Glorificamus te. Gratias agimus tibi propter magnam gloriam
tuam. Domine Deus rex celestis: Deus Pater
omnipotens. Domine
fili
unigenite Jesu-Christe. Spiritum et almce orphanorum Para-
clitce. Domine Deus Agnus Dei Filius Patris. Primogenihim Ma¬
ñee Virginis matris. Qui tollis peccata mundi: miserere nobis.

Qui tollis peccata mundi suscipe deprecationem nostram. Acl


Mariam gloriam. Qui sedes ad dexteram patris miserere nobis.

Quoniam tu solus sanctus. Mariam sanctificas. Tu solus Domi-


nus. Mariam gubernans. Tu solus Altissimus. Mariam coronans.

Jesu Christe. Cum Sancto Spiritu in gloria Dei Patris. Amen.


Oratio.—Deus ineffabilis misericordiae: que primee piacula
mulieris per virginem expianda sanxisti: da quesumus Conceptio-
nis eius digne solemnia venerari: que Unigenitum tuum virgo
peperit. Dominum nostrum Jesum Christum filium tuum. Qui te-
cum, etc.
Epist. Dominus possedit me in initio viarum suarum, etc.
R.—Propter veritatem et mansuetudinem et justitiam: et de-
ducet te mirabiliter dextera tua. p Audi filia et vide et inclina
aurem quia concupivit rex speciem tuam. Alleluya. -p Con-
tuam:

ceptio tua Dei genitrix virgo gaudium attulit universo mundo:


quia ex te ortus est sol justitiee Christus Deus noster.
Evang.—Liber generationis, etc.
Offer.—Félix namque es sacra virgo Maria et omni laude
dignissima: quia ex te ortus est sol justitise Christus Dei noster.
Sacra.—Unigeniti tui nobis Domine sucurrat humanitas: ut
qui natus de virgine Matris integritatem non minuit sed sacravit:
in Conceptionis ejus solemniis á nostris nos piaculis exuens: obla-
tionem nostram sibi faciat acceptam Jesús Christus Dominus
noster. Qui tecum, etc.
9io Glorias Sevillanas

Pref.—Et te in veneratione beatas et gloriosas semperque


virginis Mariae et exultantibus animis laudare benedicere et pre¬
dicare. Quae et Unigenitum tuurn Sancti Spiritus obumbratio-
nem concepit et virginitatis gloria permanente huic mundo lu-

mem eternum effudit Jesum


Christum Uominum, etc.
Com.—Beata viscera Mariae Virginis quae portaverunt eterni
Patris Filium.
Post. com.—Mensae celestis participes effecti imploramus cle-
mentiam tuam Dominem Deus noster: ut qui festum Conceptio-
nis Sanctae Dei genitricis Mariae colimus: á cunctis malis immi-
nentibus: ejus intercessionibus liberemur, per eundem, etc.
ADICIONES

Al hablar en el cap.
III de la iconografía concepcionista, ex¬
poniendo el desarrollo de esta materia en la Escuela pictórica
sevillana, dijimos que nuestros más afamados artistas no acos¬
tumbraron á poner á los pies de la Virgen la figura del dragón

infernal; y aunque esto es cierto en principio, por rarísima ex¬


cepción háse encontrado en el cuadro de la Concepción llamada
Del Padre Eterno, de Murillo, si bien en forma completamente
distinta de la que después se observó, pues la figura de la bestia,

que abre sus grandes fauces y mira á la imagen de María, se ve


en el ángulo derecho del lienzo, mostrando sólo la cabeza y una

pequeña parte del cuerpo, adhiriéndose con sus garras al globo


terráqueo, pero guardando grandísima distancia del lugar donde
se halla la
Concepción, que se eleva por cima del mundo y del
demonio, y por lo tanto no la toca, á más de ser muy poco
perceptible por hallarse dibujada sobre el fondo oscuro que for¬
ma la parte inferior del
cuadro.

II

En la nota segunda que se ve á la pág. 114 se dice que la


composición musical « Conceptio tria Immaculata», que se canta
el día 8 de Diciembre por los seises, es obra de D. Matías Ro-
912 Glorias Sevillanas

mero: su verdadero autor es Fr. Francisco de Santiago, carmelita,

que fue Maestro de capilla en esta Catedral desde 1619 á 1623.


Igualmente se le atribuye á la pág. 263 la composición mu¬
sical del Alabado que reproducimos en la lám. 16, que pertenece
á Francisco J. García, conocido por el Spagnoletto, según
el Dic¬
cionario de Música de Paradas.

III

Al hablar
en el cap. VI de las fundaciones de colegios en esta

ciudad bajo el título de la Concepción, olvidamos el establecido


con dicho título
por los Sres. D. Nicolás de Robles y D.a Dioni-
sia de Encinas, su mujer, á mediados del siglo XVII para la en¬
señanza de las primeras letras, dando su dirección á los PP. de
la Compañía de Jesús, y que vulgarmente es conocida dicha fun¬
dación con el nombre de Escuelas Pías de San Luis, que aún
subsisten.

IV

Omitimos al referir las efigies de la Concepción en el con¬


vento de Capuchinos la antigua pinturaque de la misma se ve
ejecutada al fresco en su portada, y el cuadro que está junto al
altar de la Virgen de las Maravillas en San Juan de la Palma.

Además existieron retablos del mismo título en las calles de


Alcalá, San José, Lope de Rueda, Muro de los Navarros, Bailen,
Palmas, Santa Catalina, y dos en la de la Feria. Sobre la gran
lápida que existía en la puerta de Jerez también se leía en gran¬
des caracteres: «María concebida en gracia de pecado original.»
Indice

Págs.

Dedicatoria. 3
Al que leyere, 5
Capítulo I.—El culto á la Concepción en la Historia.—La tradi¬
ción.—La liturgia primitiva.—El rito Isidoriano y el Mozárabe. 19
Cap. II.—Noticias del llamado rito Hispalense.—Causas que le die¬
ron
origen.—Sus documentos más importantes.—La Concepción
en la
liturgia Hispalense.—Fuentes principales para su conoci¬
miento.—De las diferencias entre las ceremonias y prácticas de
esta Iglesia y el Ritual Romano 3o
Cap. III.—Iconografía de la Concepción.—La Escuela pictórica se¬
villana.—Principales monumentos iconográficos concepcionistas
en esta Ciudad.—Imágenes de la Concepción que se veneran en
la Catedral.—Capilla del Chantre D. Juan de Medina.—Capilla
de la Puebla.—Capilla del Jurado D. Francisco Gutiérrez de Mo¬

lina.—Capilla de la dotación de Núñez de Sepúlveda.—Capilla


de San Pedro.—En la Sala Capitular.—Capilla de los Cálices. 76
Cap. IV.—El culto de la Concepción en la Santa y Patriarcal Iglesia

Catedral de Sevilla.—Disposiciones de sus Estatutos y Constitu¬

ciones.—Regla de Coro.—Prescripciones litúrgicas.— Dotación


de la Reina D.a Isabel la Católica.—Del Arcediano de Niebla
D. Gonzalo de Ocampo.—De D. Mateo Vázquez de Leca, Arce¬
diano de Carmona.—Fundación grandiosa de D. Gonzalo Núñez
de Sepúlveda, Veinticuatro de esta Ciudad.—De D. Francisco de la
Puente Veraztegui.—La Cofradía de Concepción en la Catedral. 105
Cap. V.—Efigies de la Concepción que se veneran en los templos

parroquiales de Sevilla.—Plermandades erigidas en su honor.—


US
9*4 Págs.
Las Sacramentales.—Nuestra Señora Santa Ana. El cuadro de
Pedro Campaña.—San Andrés.—Escultura de Alonso Cano.—
Hermandad de Sacerdotes y Caballeros de la Concepción.—San
Bartolomé.—San Bernardo.—Santa Catalina. — San Clemente,
vulgo El Sagrario.—Hermandad Sacramental primera de Sevi¬
lla.—Invención de la insignia llamada Sin-pecado.—Santa Cruz.
—San Estéban. — San Gil.—San Ildefonso.—San Isidoro.—San

Juan Bautista, vulgo de la Palma.—La leyenda del Judío.—San


Julián.—Antigüedad de Nuestra Señora de la Pliniesta.—San Lo¬
renzo.—Cél'ebre retablo de Francisco de Pacheco.—Santa Lucía.
—Escultura de Montañés.—Santa María Magdalena.—Santa Ma¬
ría de las Nieves, vulgo la Blanca—Santa Marina.—San Marcos.
—San Martín.—San Miguel.—Hermandad de la Concepción.—
San Nicolás de Bari.—Nuestra Señora de la O.—San Pedro

Apóstol.—Hermandad de Sacerdotes de este título.—Regina Om-


nium Sanctorum.—San Román.—El Salvador.—Plermandad de
Sacerdotes de la Concepción.—Santiago Apóstol.—San Vicente. 129
Cap. VI.—Imágenes de la Concepción en las iglesias conventuales

y otras particulares de esta Ciudad.—San Agustín.—San Alberto.


—Santa Ana.—Santo Ángel de la Guarda.-—San Antonio Abad.
—Hermandad de los Nazarenos de Sevilla.—San Antonio de Pa-
dua.—Asunción de Nuestra Señora. | San Benito de Calatrava.—
San Benito de Silos.—San Buenaventura.—Nuestra Señora del
Carmen.—Sauta Clara. — San Clemente.—Nuestra Señora de la

Concepción, de San Juan de la Palma.—Del mismo título, en la


collación de San Miguel.—Otra en la de San Nicolás.— Cole¬
gio de la Concepción, vulgo de las Becas.—Otro del mismo tí¬
tulo para los ingleses.—El de los irlandeses.—Nuestra Señora
de Consolación, vulgo los Terceros.—San Diego de Alcalá.—Ca¬
sa
profesa de la Compañía del Dulcísimo Nombre de Jesús.—
Otra del mismo nombre, vulgo los Baños.—Nuestra Señora de la
Encarnación.—San Felipe Neri.—San Francisco de Asís.—Her¬
mandad de los Burgaleses.—Hermandad del Santo Cristo del
Perdón y Limpia Madre de Dios en su Concepción.—Imagen
de la Concepción llamada «La Sevillana».—San Francisco de
Paula.—San Jerónimo de Buena vista.—Colegio de San Herme¬

negildo 176
Cap. VII.—Santa Inés.—Santa Isabel.—San Isidoro del Campo.—
San Jacinto.—San José, vulgo Santa Teresa de Jesús.—San Jo¬

sé, vulgo las Mercenarias.—Prioral de San Juan de Acre.—Santa


Justa y Santa Rufina, vulgo Capuchinos.—San Leandro.—San
Luis.—Santa María de las Cuevas.—Santa María de las Dueñas.
gi 5

— Págs.
—Santa María de Jesús.—Santa María Madre de Dios.—Santa
María de Monte-Sión.—Santa María del Pópulo.—Santa María la
Real.—Santa María de los Reyes.—Santa María de la Victoria.
—Nuestra Señora de las Mercedes.—San Pablo.—Santa Paula.
—Nuestra Señora de la Paz.—San Pedro Alcántara.—Regina
Angelorum.—Hermandad de la Concepción.—Nuestra Señora de
los Remedios.—Santa Rosalía.—Nuestra Señora de la Salud.—

Santiago de los Caballeros, vulgo de la Espada.—Nuestra Señora


del Socorro.—Colegio de Santo Tomás de Aquino.—Santísima
Trinidad.—Nuestra Señora del Valle.—Colegio de Santa María
de Jesús.—Real Colegio de San Telmo.—Hospital de San Ber¬
nardo, vulgo de los Viejos.—Del Buen Suceso.—De la Caridad.
—De las Cinco Llagas, vulgo de la Sangre.—Del Santo Cristo
de los Dolores, vulgo del Pozo-Santo.—De la Concepción y San¬
gre de Cristo.—Otro del mismo título.—De la Misericordia.—
De Nuestra Señora de la Paz, vulgo de San Juan de Dios.—De
Venerables Sacerdotes.—Algunas capillas dignas de mención.—
Retablos 204
Cap. VIII.—La opinión rigurosa
Sevilla.—Efervescencia popular
en
contra ella.—En el convento de San Diego.—Propagadores in¬

signes de la creencia piadosa en el siglo XVII. — El B. Juan de


Prado.—D. Mateo Vázquez de Leca.—Fr. Francisco de Santiago.
—Bernardo de Toro.—Sevilla, primera Ciudad del orbe cristiano
en demanda al Romano Pontífice del Dogma de la Concepción.

—Poesía popular de Miguel Cid en su alabanza.—Ruidosas pro¬


cesiones en 1615.—La oración al Santísimo y á la Inmaculada.
—Demostraciones de júbilo 239
Cap. IX.—El Arzobispo D. Pedro de Castro Vaca y Quiñones.—
Su protección á la creencia piadosa.—Legacía enviada al Rey
D. Felipe III.—Audiencia real en Madrid.—Junta nombrada por
el Monarca para decidir el asunto.—Su informe.—Nombramiento
oficial de D. Mateo Vázquez de Leca y del Ldo. Bernardo de
Toro para llevar la embajada á S. S., pidiendo declarase mate¬
ria de Fe el Misterio de la Concepción.—Cartas del Rey al Pre¬

lado y Cabildo Eclesiástico de Sevilla.—Salida para Roma.—


Audiencia con la S. de Paulo V.—Decreto de la Sagrada Con¬
gregación.—Llegada á Sevilla del Breve de S. S. prohibiendo ata¬
car la opinión piadosa.—Continúan los trabajos de los emisarios

sevillanos, y nuevas instancias del Rey D. Felipe IV.—Breve de la


S. de Gregorio XV en 1622.—Carta del Romano Pontífice á esta

Ciudad.—Regreso del Arcediano y nombramiento del caballero


D. Enrique de Guzmán.—Muerte del Ldo. Bernardo de Toro en
C) 16 Págs.

Roma y nombramiento de D. Alonso Gómez de Rojas para susti¬


tuirle.—La opinión contraria oponiéndose al título de Concepción
Inmaculada.—Información hecha en Sevilla á nombre del Cabildo
Eclesiástico en
1653.—Alejandro VII.—La Bula Sollicitiido om-
nium Ecclesiarum, cerrando este período y preparando la decla¬
ración del Dogma 267
Cap. X.—Sevilla en los siglos XVI y XVII.—Fiestas extraordinarias
ála Concepción en 1613 y 1614.—En 1615.—Voto de la Her¬
mandad Sacramental del Sagrario, instituyendo fiesta anual á es¬
te Misterio. Fiestas en Santa Ana, San Gil y San Vicente.—El

P. Rodrigo Manrique y el escudo de Sevilla.—La Hermandad


de Nazarenos de la Santa Cruz en Jerusalén.—Célebre junta en

29 de Setiembre de 1615.—La proposición del hermano Tomás


Pérez.—El acuerdo.—La bandera del juramento.—Suntuosas fies¬
tas y octavario en el convento de S. Francisco de Asís.—En 1616.

—Notable procesión de la Hermandad de la Limpia Concepción


del Convento de Regina Angelorum al templo de San Francisco

y fiesta celebrada en él.—Entusiasmo popular al regreso de la sa¬

grada imagen 309


Cap. XI.—La Hermandad de sacerdotes de San Pedro Advíncula en

las fiestas de laConcepción.—Junta de 4 de Noviembre de 1615


y la proposición del cofrade Juan Gómez Vallejo.—Las funcio¬
nes del Octavario.—Solemne juramento.—La procesión.—Justa
literaria.—En 1617.—La Universidad hispalense
y el nuevo Es¬
tatuto en defensa del Misterio de la
Concepción.—Fiestas esco¬
lares.—Cabalgata histórica.—Función de toros y cañas en la pla¬
za de Maese
Rodrigo.—Juramento del Claustro universitario.—
Regocijos públicos al Breve de Paulo V.—Procesión del Cabildo
con la imagen de Ntra. Sra. de los Reyes.—Los gremios y artes. 376
Cap. XII.—Juramento déla Ciudad de Sevilla en defensa de la In¬
maculada Concepción de la Virgen María en 8 de Diciembre de

1617.—El caballero Veinticuatro D.Juan de Vargas Sotomayor


y el acuerdo del Municipio hispalense.—Auto capitular de esta
Santa, Patriarcal y Metropolitana Iglesia Catedral para hacer el
voto en unión del Arzobispo D. Pedro de Castro y el Cabildo
Secular.—La augusta y solemnísima ceremonia de la Jura.—Fies¬
tas de toros y juegos de cañas en la plaza de San Francisco para
celebrar el Breve de Paulo V.—Los caballeros en
plaza.—Famosa
máscara hecha por los oficiales del Arte de la Platería. . . . 440
Cap. XIII.—El torneo y festín de los gremios de sederos y gorreros
en Gradas de la Catedral.—La hermandad de Nuestra Señora de
los Angeles y los esclavos de la Concepción.—Acto heróico rea-

917 — J
lizado por los Domingo de Molina y Pedro Fernández
negros
Moreno.—Privilegio litúrgico en esta Diócesis á la fiesta de la
Concepción el año de 1619.—Publicación de la Bula de Grego¬
rio XV en 1622. —Las fiestas y funciones que Sevilla hizo en su
honor.—La celebrada por los dos Cabildos.—Suntuosa y notable
procesión de las Comunidades, Gremios y Hermandades.—Otra
Justa de los sederos y gorreros en la plaza de San Francisco.—
La cabalgata histórica de las Platerías.—Funciones religiosas en

1653.—La Bula de Alejandro VII y las fiestas de 1662.—Pro¬


cesión solemne del Cabildo Eclesiástico y del Municipio.—So¬
lemnidad religioso-literaria de la hermandad Sacramental del Sa¬
grario al estreno de su nuevo templo.—Suntuoso novenario á la
Eucaristía y á la Concepción.—Procesión triunfal con la veneran¬
da imagen de la Inmaculada de Juan Martínez Montañés.—Jus¬
tas literarias en el Patio de los Naranjos.—Nuevas fiestas en la
Catedral por el Breve de 1664 concediendo á España el Oficio y
Misa propios del Misterio.—Funciones religiosas en Santa María
la Blanca.—Estreno del Jubileo de las Cuarenta Horas en esta Ca¬
tedral á 8 de Diciembre de 1698.—La Giralda y la devoción sevi¬
llana á la Virgen
Cap. XIV.—Noticia biográfica de los promovedores de la devoción
yculto concepcionista en el siglo XVII.—El P. Hernando de
Mata.—Fr. Juan de Prado.—El Arcediano D. Mateo Vázquez de
Leca.—El Ldo. Bernardo de Toro.—Fr. Francisco de Santiago.
—El Arzobispo D. Pedro de Castro.—Los artistas de la Inmacu¬
lada.—Luis de Vargas.—Francisco de Pacheco.—Bartolomé Es¬

teban Murillo.—Juan Martínez Montañés.—Poetas y cantores se¬


villanos de la Concepción.—Miguel Cid.—Juan de Jáuregui.—■.
Alonso Díaz.—Baltasar de Cepeda.—Luis Belmonte Bermúdez.
—Alonso Maldonado.—El Licenciado D. Juan de Guzmán.—
Gil López de Lucenilla.—Rodrigo Fernández de Ribera.—An¬
tón Tapia.—Cristóbal Castillo.—Lázaro Díaz.—Oradores y ex¬

positores.—Fr. Femando de Santiago, mercenario.—Fr. Pedro de


Valderrama, agustino.—Él P. Juan de Pineda, jesuíta.—El Ra¬
cionero D. Alonso Gómez de Rojas.—El Magistral D. Manuel
Sarmiento y Mendoza.—Fr. Gregorio de Santillán, franciscano.
—Fr. Benito Díaz de la Serna, benedictino.—Fr. Silvestre de Saa-
vedra, mercenario.—Fr. Alonso Sobrino, carmelita.—El P. Jeró¬
nimo de Guevara, jesuíta.—El Dr. D. Alvaro Pizaño de Pala¬
cios.—El Ldo. D. Francisco León Garavito.—El Canónigo Gon¬
zalo Sánchez Lucero.—Efemérides sevillanas de la Concepción en
el siglo XVII
918 Págs.
Cap. XV—Fiestas á la Concepción en 1709, con motivo del Breve
de Clemente XI.—En 1711.—Beatificación de Fr. Juan de Prado.
—La Corte Sevilla.—Instancias de Felipe V á sus Reinos en
en

solicitasen de Roma la declaración del Dogma de la


1732 para que
Concepción.—Carta suplicatoria del Municipio hispalense elevada
á Clemente XII.—Práctica de la devoción del Rosario en esta
Ciudad en el
siglo XVIII.—Acuerdo de los dos Cabildos en
1755, para revalidar anualmente el voto y juramento en defensa
de la Concepción en la fiesta del Patrocinio de Nuestra Señora.
—Petición de las Cortes españolas al Rey en 1760, para decla¬
rar Patrona de España y de sus Indias á la Inmaculada Concep¬

ción.—Breve confirmatorio de Clemente XIII.—Fiestas sevillanas


al Patronato.—Solemnísimo triduo en la Catedral por los dos

Cabildos.—La procesión.—Funciones de la hermandad de la


Santa Cruz en Jerusalén.—El gremio de toneleros.—Fiestas en
el barrio de Triana.—La hermandad del Rosario de la capilla de

la Concepción.—Suntuosas fiestas por la hermandad Sacramen¬


tal del Sagrario.—La custodia de la Catedral hispalense. . . 677
Cap. XVI.—Los seises de la Catedral hispalense en las fiestas de
la Concepción.—Villancicos.—Noticias de algunos Maestros de

Capilla autores de composiciones musicales concepcionistas.—Los


Responsorios de D. Evaristo García Torres.—Privilegios pontifi¬
cios de Pió VII y Gregorio XVI á la Catedral de Sevilla, en or¬
den á la liturgia de las fiestas y culto de la Concepción.—Preli¬
minares á la declaración del Dogma de Inmaculada.—El Carde¬
nal Cienfuegos.—La Bula Ineffabilis Deus, promulgada por Pío IX
el 8 de Diciembre de 1854.—Fiestas de Sevilla en su honor.—

Carta del Pontífice al Deán y Cabildo de esta Catedral.—La nue¬


va
insignia de las cofradías llamada el Sine-labe.—Concesión del
Guión celeste en 1871 á la hermandad de la Santa Cruz de Jeru¬
salén.—Las fiestas del XXV aniversario del Dogma de la Concep¬
ción.—Solemnísima función en la Catedral.—La
procesión.—Fies¬
tas escolares.—Ojeada sobre el culto á la Inmaculada en la ac¬
tualidad.—Bibliografía concepcionista sevillana.—Fiestas.—Poe¬
sías,—Tratados teológicos.—Sermonario 724
Apéndice.—El Oficio de la Concepción según el rito hispalense. . 901
Adiciones 911
PLANTILLA
PARA LA COLOCACIÓN DE LAS LÁMINAS

Págs.
Portada.
Lámina 1.a—Misal hispalense anterior al año 1311, con la fiesta de
laConcepción, sin registrar la del Corpus Christi 44
Lám. 2.a—El Canon de un Pontifical hispalense del siglo XIV. . 46
Lám. 3.a—Misal hispalense del siglo XIV, con la Misa propia de la

Concepción 48
Lám. 4.a—Misal hispalense del siglo XV, con la Misa de la Con¬

cepción S°
Lám. 5.a—Retablo de la Catedral, pintado por Luis de Vargas, con
la alegoría del Misterio de la Concepción 92
Lám. 6.a—Tema musical que aparece en manos de un ángel del re¬
tablo de Luis de Vargas, en loor de la Concepción 91
Lám. 7.a—Imagen de la Concepción, de J. Martínez Montañés, que

se venera en la Catedral 97
Lám. 8.a—Cuadro de Francisco de Pacheco, de la Catedral.—La
Concepción y Miguel Cid 102
Lám. 9.a—La Concepción de Alonso Cano, del templo de S. Andrés. 136
Lám. 10—Antiquísima imagen de Ntra. Sra.. de la Hiniesta, en el

templo de San Julián 150


Lám. 1 x.—La Concepción de la Iglesia de la Compañía, de J. Martí¬
nez Montañés. 194
Lám. 12.—La Concepción de Murillo, del Hospicio de Sacerdotes
de Sevilla, hoy del Museo del Louvre 229
Lám. 13.—Música del siglo XVII para cantar las coplas de Miguel
Cid en alabauza de la Concepción 230
920 Págs.
Lám. 14.—Las coplas de Miguel Cid.—Primera edición, de 1615. . 256
Lám. 15.—Punto de solfa compuesto por Bernardo de Toro para
cantar las
coplas de Miguel Cid 258
Lám. 16—Alabado que se canta actualmente en la Catedral. . . 264
Lám. 17.—Insignias sevillanas de la Concepción.—Sine-labe de 1854.

—Sin-pecado del siglo XVII—Guión celeste de 1871.—Bandera


del juramento, de 1615 338
Lám. 18.—El V. P. Hernando de Mata 555
Lám. 19.—El Arzobispo D. Pedro de Castro 594
Lám. 20.—Luis de Vargas 598
Lám. 21.—Francisco de Pacheco 604
Lám. 22.—Bartolomé Esteban Murillo 612
Lám. 23.—Juan Martínez Montañés 616
Lám. 24.—El P. Juan de Pineda 651
Lám. 25.'—Los seises en las fiestas de la Concepción 730
Lám. 26.—Música de D. Hilarión Eslava para las coplas de Miguel
Cid 736
Lám. 27.—La Concepción de la Iglesia de Santa Lucía, de J. Mar¬
tínez Montañés 160
Lám. 28.—Concepción de Murillo llamada La Colosal, del Convento
de San Francisco, hoy en el Museo Provincial 200
Lám. 29.—La Concepción de Murillo denominada Del Padre Eterno,
de la Iglesia de Capuchinos, hoy del Museo Provincial. . . 210
Lám. 30.—La Concepción de Murillo llamada La Niña, del templo
de los Capuchinos, hoy del Museo Provincial 212
CORRECCIONES

Págs. Líns. Dice. Léase.

16 22 I750. 1761,
7i 20 D. Felipe IV, D. Carlos II,
7i 32 litium lilium
73 5 imprecación deprecación
132 6 anagrama monograma
246 25 Cafadre Cofadre
264 6 anagrama, monograma,
268 32 Pinedo, Pineda,
282 34 Se abrió Abriéronse
338 32 de la insigne Cofradía de la Bandera
375 7 que al par y al par
455 6 anuntiavit annuntiavit
773 29 cantares. cánticos.
797 25 respele repele

116
.

'
©
f EN LOOR Y ALABANZA
de la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, hace fin
este libro intitulado Glorias Sevillanas. Fué impreso
en la
Muy Noble y Muy Leal Cuidad de Sevilla, á
expensas del Excmo. Sr. D. Manuel Pérez de Guz-
mdn y Boza, Marqués de Xerez de los Caba¬

lleros, en la tipografía de Enrique Rasco,


calle Bustos Tavera.

Acabóse á los V días del mes de Junio, año


MD CCCXCIV del Nacimiento de N S.

Jesucristo y el XL de la definición del


Dogma de la Concepció?i de Nuestra
Señora por el Pontífice Pío IX,
de gloriosa memoria.

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