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Los derechos humanos se caracterizan por su calidad de no alienables, sobre ellos no puede
operar mecanismo alguno de pérdida, de tal manera que unidos a la condición humana resultan
inseparables de ella; por eso no son susceptibles de abandono, ni de transmisión, ni prescripción
o revocación. Quién es sujeto de tales derechos jamás puede perderlos, haga lo que haga. Si los
derechos humanos derivan de la dignidad inexorable del hombre, despojarse de ellos sería tanto
como apartarse de aquella calidad original por la que toda persona debe ser tratada.
En este artículo se reconoce la primacía de los derechos inalienables que predominan y
sobresalen dentro del universo de lo político y de lo jurídico, hasta el punto de que su
reconocimiento, respeto, armonización, tutela y promoción se identifican con el logro del bien
común.
La primacía de los derechos humanos impone por lo tanto a las autoridades deberes y
prohibiciones. El legislador, el juez y el ejecutivo están obligados a enmarcar el ejercicio de sus
competencias dentro de los límites qué tal primacía señala y exige. La Corte Constitucional
afirma que el corazón de la democracia es el respeto de los derechos de la persona. El fin último
y fundamento mismo de la organización política y democrática es la dignidad humana, la cual
solamente puede ser garantizada mediante la efectiva protección de los derechos fundamentales
Por otro lado, en la segunda parte del artículo 5 se proclama que el Estado ampara la familia
como institución básica de la sociedad, principio que enuncia el artículo 16.3 de la Declaración
Universal de los derechos humanos y el artículo 10.1 del pacto internacional de derechos
económicos sociales y culturales.
Para la corte la familia es la comunidad primaria y esencial de convivencia humana, por ello
merece por sí misma la protección del Estado. La familia constitucionalmente amparada no es
solamente la que se constituye con fundamento en el matrimonio. Según lo advierte el inciso
primero del artículo 42 de la Constitución, la célula familiar puede constituirse por vínculos
naturales o por vínculos jurídicos.
ARTÍCULO 7
La diversidad étnica y cultural es un hecho que hace parte de nuestras realidades sociales. En el
territorio colombiano han convivido desde hace varios siglos diversos grupos humanos, cuyos
integrantes se hallan vinculados no sólo por una lengua materna común, sino por un complejo de
caracteres antropológicos, históricos, políticos, religiosos, entre otros. Cada uno de estos grupos
conforma un sistema cultural propio y particular, cuya singularidad es perceptible tanto para los
miembros de la respectiva comunidad como para el observador.
Esta diversidad ha sido muy poco respetada a lo largo de nuestra historia. Como se ha reconocido
en la jurisprudencia de la Corte Constitucional, los pueblos autóctonos o aborígenes del territorio
colombiano han sido víctimas, desde el siglo XV, de prácticas abusivas y discriminatorias que se
inspiran en un larvado desprecio social. La Constitución Política de 1991 sale al paso de tal
injusticia.
En una democracia pluralista la unidad nacional jamás podrá ser invocada para justificar la
asimilación (entendida como un conjunto de medidas de orden legislativo y administrativo,
orientadas a proscribir las manifestaciones de los caracteres particulares de un grupo
etnolingüístico). Mucho menos podrán las autoridades democráticas pretender el supuesto logro
de la unidad nacional a través del etnocidio (arrasamiento sistemático de los rasgos culturales de
una etnia) o del genocidio (crimen de lesa humanidad que se perpetúa valiéndose del exterminio,
el desarraigo y la dispersión de un grupo humano).
ARTÍCULO 8
Sin embargo, ese patrimonio cada día es amenazado por las causas tradicionales de su menoscabo
tales como el saqueo, el vandalismo, la erosión y los conflictos armados se han sumado otros
cómo el llamado fracking, la explotación minera ilegal y una política extractivista. Preocupada
por esa situación, la Conferencia General de la UNESCO debatió y aprobó en noviembre de 1972
la convención para la protección del Patrimonio Mundial cultural y natural. En este caso tenemos
un claro ejemplo con la etnia Zenú en el sur de Córdoba donde en la actualidad cursa una
demanda que ya tuvo un primer fallo y se dijo que el valor de la indemnización en favor de la
etnia zenú contra Cerro Matoso era de 160000 millones de pesos.
Para garantizar la efectiva protección del patrimonio cultural y natural del Estado, se tiene la
obligación de tomar como mínimo algunas medidas, entre ellas adoptar políticas que atribuyan
una función social a ese patrimonio e integrar tales políticas dentro de las estrategias y planes
nacionales de desarrollo.
¿Cómo armonizar, entonces, los requerimientos que plantea la protección del Patrimonio
Nacional y las necesidades de la subsistencia humana? Para encontrar una respuesta que
proporcione un justo punto de equilibrio, últimamente se ha formulado y se ha dado uso a la
teoría del desarrollo sostenible. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
define el desarrollo sostenible como un proceso de mejoría económica y social, que satisface las
necesidades y valores de todos los grupos interesados, manteniendo las opciones futuras y
conservando los recursos naturales y la diversidad. De acuerdo con esta definición, el desarrollo
debe ser sostenible ecológica, social, cultural y económicamente. En Colombia la ley 99 de 1993
intenta dar respuesta a las exigencias planteadas por el modelo de desarrollo sostenible. El
concepto de desarrollo sostenible está incorporado a la legislación nacional en términos tales que
es deber del Estado buscar el crecimiento económico, el mejoramiento de la calidad de vida y el
bienestar social sin agotar los recursos naturales, ni deteriorar el medio ambiente. De otra parte,
los conflictos armados constituyen una grave amenaza para el patrimonio cultural y natural.
ARTÍCULO 10
Ese artículo establece el principio del idioma oficial, empleando para ello una fórmula tomada sin
mayor discernimiento, del artículo tercero de la Constitución española de 1978.
El idioma oficial en Colombia es el español, porque en nuestro país, a diferencia de lo que ocurre
en España, no hay varias lenguas españolas.
Sin embargo, como Estado pluralista que protege la diversidad étnica y cultural, La República de
Colombia otorga también carácter oficial, aunque sólo en los territorios respectivos, a los
sistemas lingüísticos originarios y derivados que se emplean dentro de los grupos étnicos.
También para reconocer los derechos de las minorías étnicas establece constitucionalmente que
será bilingüe la enseñanza impartida en las comunidades con tradiciones lingüísticas propias.
ARTÍCULO 13
La igualdad y la libertad son los pilares en que se estructura el orden constitucional propuesto por
la Constitución de 1991. Todos nacen libres e iguales es la sentencia que encabeza la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, que, a su vez, hereda la tradición de la declaración de los
derechos del hombre y del ciudadano de 1789.
De esta manera los derechos humanos, a los que le es inherente una dimensión política, guardan
en su seno una utopía, la idea de una sociedad en la que se hayan superado notablemente las
graves vejaciones que sufren las personas.
El derecho a la libertad extiende su significado más allá de sí mismo, es también la base de los
derechos políticos. La libre participación de los ciudadanos en igualdad de derechos es una de las
condiciones esenciales de la democracia.
La igualdad de trato tiene también vigencia en el ámbito laboral, en este contexto, como
desarrolló de los principios del Estado social de derecho y partiendo de las desigualdades reales,
existe un interés del Estado en proteger a los sindicatos, lo cual restringe la libertad patronal.
El derecho a la igualdad no significa sólo que cada uno pueda ejercer un derecho de la misma
manera que los demás, sino también que todos son titulares de los mismos derechos.
ARTÍCULO 14
La personalidad jurídica radica en el hecho de que todo ser humano tiene un ámbito propio que,
por las razones que le son inherentes, da lugar a la exaltación y al respeto de los individuos. Pero
en cuanto condición existencial o ética, el hecho humano no tiene por sí mismo carácter jurídico.
Se requiere un reconocimiento por el derecho, en nuestro caso por la Constitución, el conjunto de
los tratados internacionales de Derechos Humanos y las costumbres que encarnan el Estado
actual de la civilización, para que esa realidad adquiera un contenido jurídico. El reconocimiento
general de la personalidad jurídica de todo ser humano es condición necesaria de la existencia de
la democracia, sin tal reconocimiento no hay derecho, ni Estado democrático y sólo existen
totalitarismos.
Todo ser humano por el solo hecho de existir tiene derecho a ser titular de derechos y
obligaciones. Este reconocimiento le da capacidad para actuar en la órbita jurídica, haciendo que
sus actos tengan relevancia para el derecho, y a la vez le hace ocupar el lugar de la razón de ser y
fin esencial del orden constitucional. Con el artículo sexto de la Declaración Universal de los
derechos humanos que dice «todo ser humano tiene derecho en todas partes al reconocimiento de
su personalidad jurídica», se estableció internacionalmente este principio.
Solo las personas naturales son titulares del derecho constitucional, al reconocimiento de su
personalidad jurídica, en cuanto tienen acceso a él por el solo hecho de su existencia.
ARTICULO 18
La libertad de conciencia es el derecho a tener en nuestro fuero intimo cualquier idea o creencia,
en todo respecto cuestiones políticas, religiosas o de la visión filosófica del mundo y de la vida.
La conciencia no puede ser invadida por los otros, ni por las autoridades.
El respeto de las ideas de los demás es la condición necesaria de la tolerancia, y con ella el
pluralismo y el debate político en una democracia. El esfuerzo por el dialogo entre formas de
pensamiento diferentes es requisito del respeto a la diversidad cultural y posibilidad de
crecimiento y humanización de la persona.
En una democracia el ámbito de la conciencia no admite la menor intromisión. Por motivo de sus
convicciones la persona no puede ser ni siquiera molestada. Las personas tienen derecho a no
revelar sus concepciones, lo que es de especial importancia cuando se trata de conjurar la común
exigencia de hacer pública la filiación política en el momento de acceder a los cargos públicos.
La Corte Constitucional se ha pronunciado diciendo que los funcionarios públicos, inclusive los
militares tienen derecho de no actuar contra su conciencia y por tanto a no obedecer una orden
que como la de la tortura, asesinar o desaparecer, constituyen una grave violación de los derechos
humanos. Los miembros de la fuerza pública tienen también el deber de no obedecer la orden de
desaparecer a una persona, en este caso un ejemplo vívido es el asunto de los falsos positivos y el
ejemplo es que hubo militares que en muchos casos se rehusaron Hacer parte de esta práctica y
eso les costó que lo retiraran del servicio.
ARTÍCULO 20
La libertad de expresión desempeña un rol capital en la vida política, pues es la vía democrática
para la búsqueda del cambio social y con él de la justicia. La denuncia y la crítica de las
actuaciones del Estado son los medios a través de los cuales los ciudadanos y las organizaciones
sociales pueden ejercer el control sobre las actuaciones del Estado y plantear derroteros legítimos
para su acción. En este ámbito la libertad de expresión no es solo un derecho individual, sino
también condición de la existencia y libre desenvolvimiento de la opinión pública.
En la época actual los medios de comunicación social son instrumentos indispensables para el
pleno desarrollo de la libertad de expresión, debido a que sólo a través de ellos es posible la
divulgación de las ideas a toda la comunidad. De aquí nace una forma evolucionada de la libertad
de expresión, el derecho a informar y a ser informado, es importante allí analizar la experiencia
que se tiene en la actualidad con los medios alternativos de comunicación como es el caso de
YouTube.
La libertad de informar está limitada por el respeto de los demás derechos contemplados en la
carta constitucional, especialmente el derecho a la honra, el derecho a la intimidad y la
presunción de inocencia. La democratización de los medios de comunicación es condición
indispensable para la democratización de la sociedad, puesto que la restricción de su ejercicio
limita el pluralismo ideológico, la participación y con ellos, las posibilidades de acceso al poder
de los sectores minoritarios o excluidos.
ARTÍCULO 26
Las autoridades quedan también autorizadas para que, el desarrollo de disposiciones legales
vigile el ejercicio de las profesiones, es el caso de los abogados que son vigilados en su ejercicio
profesional por los consejos seccionales de la judicatura, que a su vez tienen un superior que es el
Consejo Superior de la judicatura, el cual expide las tarjetas profesionales para poder desarrollar
el ejercicio profesional.
La libertad de enseñanza de la cual son sujetos los planteles educativos y los docentes es
manifestación del derecho de fundar establecimientos educativos y de autonomía educativa. Todo
particular que cumpla con los requisitos de idoneidad para impartir educación está en el derecho
de comunicar a otros su conocimiento.
A su vez, aquel que aprende, está en la libertad de tomar para sí o de no adoptar como propios los
conocimientos que se le han puesto a consideración, así como también elegir una cierta
metodología de aprendizaje.
Del derecho a la libertad de cátedra son titulares los docentes de cualquier nivel de la educación y
de cualquier especialidad. Los profesores tienen derecho a adoptar los programas, decidir la
forma en que se desarrollará la materia y los criterios de evaluación, sobre el supuesto de su
preparación y su idoneidad en el área.
ARTÍCULO 40
En Colombia el régimen político del Frente Nacional había hecho crisis a finales de los años 80.
Instalado gracias al plebiscito de 1957 el Frente Nacional había logrado detener la violencia
liberal-conservadora de mitad del siglo y había creado a la vez un sistema político de exclusión
de las fuerzas políticas distintas a las tradicionales, lo que llevó a que se desatendiera las
propuestas de los ciudadanos y las organizaciones populares y se reprimirán sus acciones de
protesta. Los puentes entre la Sociedad y el Estado se encontraban sustancialmente limitados para
dar cabida a la expresión de los múltiples reclamos que nacían de una comunidad agobiada por la
violencia y la pobreza. El clientelismo y la corrupción se hicieron características de las
instituciones, haciendo que éstas actuarán en favor de intereses particulares como la permanencia
en el poder de las huestes de los partidos tradicionales y el enriquecimiento de los sectores
poderosos de la economía, y no en la búsqueda del bienestar general. El desprestigio de los
partidos políticos y la corrupción electoral, pero en especial la deslegitimación del Congreso, los
cuales obraron como causas y detonantes de la crisis y de la convocatoria de la Asamblea
Nacional Constituyente.
De ahí que el proceso de paz que confluyo junto con otras iniciativas en la adopción de la nueva
Constitución estuviera acompañado necesariamente de un acuerdo de apertura democrática, que
permitiera actuar a los grupos guerrilleros convertidos en actores políticos en el debate público
legal, con una opción real de acceder a las diferentes instancias del poder. La supresión
constitucional del sistema de alternación en el poder entre los partidos liberal y conservador, y la
adopción de un Estatuto de la oposición son, entre otras, expresiones de tal objetivo histórico.
El ejercicio de los derechos políticos hace real el principio de la soberanía popular, el gobierno
del pueblo. De la distinción entre los derechos de la persona y de los derechos del ciudadano se
deriva la diferencia entre derechos civiles y derechos políticos. Los derechos políticos son ahora
de todos los ciudadanos, con la excepción de las limitaciones derivadas de la pertenencia a la
fuerza pública, de las sanciones penales y de la doble nacionalidad.
El poder de los ciudadanos de incidir en la orientación del Estado no se limita ahora al momento
de la realización periódica de las elecciones. Los mecanismos de participación permiten su
intervención en los asuntos públicos durante el transcurso del ejercicio de los cargos, tanto a nivel
municipal como departamental y nacional. De esta manera pueden presentar sus ideas a
consideración de las instancias decisorias o discutir las de otros ciudadanos o las de sus
representantes, a través del ejercicio por ejemplo del Cabildo abierto, la iniciativa legislativa o de
la reforma constitucional y la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
A la vigencia de los derechos políticos es necesario el goce del derecho de asociación, y una
reglamentación que impulse la existencia y el libre desempeño de agrupaciones políticas y de la
oposición. El derecho a participar en política a través de la formación de asociaciones no se limita
a las entidades permanentes como los partidos políticos, sino que también cobija los movimientos
políticos y las organizaciones sociales. Los partidos y movimientos políticos que no participan en
el Gobierno tienen derecho a ejercer la oposición en todos los niveles territoriales de la
administración. En uso de este derecho los partidos pueden criticar al Gobierno y plantear
alternativas políticas, tener acceso a la información oficial y a los medios de comunicación del
Estado.
El gobierno ejercido por el pueblo da pie al derecho de los ciudadanos a ser funcionarios de la
administración, o sin serlo, a desempeñar funciones públicas. Este derecho lo tienen los
ciudadanos con independencia de toda consideración acerca de su afiliación política y debe estar
al margen de todo favoritismo.
Como un desarrollo de los derechos de la mujer en concordancia con el principio de igualdad se
obliga a que las mujeres tengan una adecuada participación en los niveles decisorios de la
administración y todas las ramas del poder del Estado.
En los tratados, la vigencia de los derechos políticos y con ellos de un sistema democrático, es
condición necesaria el respeto de los derechos humanos. Según la interpretación de instancias
internacionales los gobiernos elegidos popularmente son mejor garantes de los derechos
humanos. La presencia de un Gobierno de elección popular y un respeto mayor o menor al
principio separación de poderes, no son suficientes para lograr el respeto de los derechos
humanos. La democracia no existe, si siendo un Gobierno del pueblo, no es a la vez un Gobierno
para el pueblo, es decir, un Gobierno para la libertad de cada uno de los individuos que
comprenden el pueblo, o lo que es lo mismo, un Gobierno respetuoso de los derechos de las
personas.
ARTÍCULO 41
Este artículo trata sobre la pedagogía constitucional. La última de las cláusulas que reconocen
derechos civiles y políticos, desarrolló al menos 3 ámbitos del orden constitucional: la educación,
la democracia participativa y la divulgación de la carta fundamental. Reunidos en este artículo
estos tres órdenes de la normativa constitucional confluyen en el objetivo de contribuir a la
consolidación de los principios democráticos en la vida política y social, en la cotidianidad y en
la cultura.
La vigencia de la carta fundamental se cifra, entre otros aspectos, en que ella se convierta en una
Constitución viva, logre dar continuidad al proceso político del cual se originó y fortalezca y
amplíe la tradición democrática que la hizo posible. Y a la vez, en que ella contribuye a que la
vida política colombiana que sigue a su expedición, se logre dentro de los cauces democráticos.
Además de la eficacia derivada de su fuerza legal, la tarea de hacer realidad la Constitución sólo
puede darse si se cuenta con una cultura que impulse el ejercicio de las libertades, el respeto de
los derechos de los demás, la participación política y la búsqueda de la justicia social y la paz.
Este artículo orienta la educación hacia la formación del colombiano en el respeto a los derechos
humanos, la paz y la democracia. En adelante la educación no debe estructurarse con
exclusividad del aprovisionamiento de información sobre la ciencia y la técnica, sino que debe
hacer énfasis en la construcción de una cultura y una sociedad democrática. Convertidos los
derechos humanos en método, la educación, no sólo posibilita un distanciamiento de la
tradicional educación autoritaria, sino que también pueden afincarse circunstancias más propicias
para la creación del conocimiento, en un ambiente de libertades, tolerancia, diálogo y critica hay
una mayor posibilidad de pensar.
Una visión de este artículo identificada de manera exclusiva con la pedagogía constitucional
resulta a todas luces parcial a menos que ésta se entienda como comprensiva, no sólo de la
obligación del Estado de divulgar la Constitución, sino también de la definición del sentido
fundamental de la educación y de la reiteración del deber de las autoridades de promover en todas
sus actuaciones las prácticas participativas.
ARTÍCULO 44
No obstante, la prevalencia de los derechos de los niños sobre los derechos de los demás, que
establece el artículo 44 plantea problemas de orden interpretativo para conciliar dicha prevalencia
con el principio de igualdad legal que establece el artículo 13 de la carta constitucional. En caso
de conflicto, prevalecen los derechos de los niños sobre los derechos de los demás.
Las sentencias de la Corte Constitucional definen que está prevalencia ha sido reconocida en el
caso del derecho constitucional de los niños a tener una familia y no ser separados de ella. Es
claro que a la familia le corresponde la responsabilidad fundamental de la asistencia, educación y
cuidado de los niños, tarea en la que habrá de contar con la colaboración de la sociedad y del
Estado. Este último cumple una función manifiestamente supletoria cuando los padres no existen
o cuando no puedan proporcionar a sus niños los requisitos indispensables para llevar una vida
plena.
La familia ha sido definida como elemento natural y esencial de la sociedad y de los Estados en
el pacto de los derechos económicos, sociales y culturales, en su artículo 10.
ARTÍCULO 45
La Constitución de 1991 hace un reconocimiento del joven como sujeto de derechos y deberes y
garantiza su participación en los organismos públicos y privados que tengan a cargo la
protección, educación y progreso de la Juventud. La Asamblea Constituyente señaló que los
jóvenes tienen derecho a la protección y formación moral, física, psicológica, intelectual, sexual y
social por parte del Estado y de la sociedad. Respecto a los espacios de participación, se definió
que ésta no estaría limitada a los gobiernos escolares, sino que también debía predicarse frente a
los organismos públicos y privados que tuvieron a cargo la protección, educación y progreso de
la Juventud.
ARTÍCULO 64
En este artículo se consagran los deberes de promoción del Estado, con esta norma La
Constitución buscó extender los beneficios del Estado social y democrático de derecho a los
habitantes de las áreas rurales de Colombia, tanto, en lo que se refiere al derecho de la propiedad,
como a los bienes y servicios que es deber del Estado prestar con el fin de mejorar el ingreso y la
calidad de vida de los campesinos.
Contra el éxito de estos programas se alzan una gran variedad de problemas y limitantes como la
falta de voluntad política, la debilidad, la capacidad de gestión institucional, la descoordinación y
poca integralidad frente a la aplicación de las políticas de Desarrollo Rural, la ausencia de
prácticas democráticas en la gestión pública, la profundización de la violencia y la pobreza rural
y el bajo desarrollo y la debilidad de las organizaciones sociales y rurales.
A raíz de la negociación del proceso de paz y la definición de los territorios donde se trató de
hacer una planeación con enfoque territorial y tuvo como producto los PDET se quiso superar
esta brecha que siempre se ha presentado con todo el ejercicio del agro para dar cumplimiento a
estos deberes y la promoción de los mismos por parte del Estado, a la fecha esta planeación con
enfoque territorial no ha tenido el desarrollo con las expectativas propuestas; sin embargo, ésta ha
sido contemplada a largo plazo.
ARTÍCULO 67
La ley 115 contempla como objetivos fundamentales del servicio educativo mejorar la calidad de
la enseñanza y ampliar la cobertura en todos los niveles, desde preescolar hasta la educación
media y en todas las modalidades de educación formal, informal y no formal. Presenta como
finalidad esencial del proceso educativo brindar formación integral y permanente a todas las
personas en condiciones de equidad y sin más limitaciones que las que emanan del derecho de los
demás y del respeto al orden jurídico.
ARTÍCULO 68
Esta norma de derecho a la libre iniciativa del sector privado para fundar y administrar
instituciones escolares, dentro de condiciones que podrá establecer la ley para su creación y
gestión.
Los padres de familia tienen derecho a escoger el tipo de educación para sus hijos menores, es un
principio de la libertad de enseñanza, cátedra y aprendizaje que permite opciones democráticas en
la escogencia de planteles educativos. Además, esto garantiza el derecho de los padres a que sus
hijos reciban una educación religiosa, ideológica y moral, acordé con sus propias convicciones.
La jurisprudencia señala que a la luz de la nueva Constitución no se puede obligar a que la
religión católica sea cursada como materia básica. De lo contrario se violaría la libertad de
conciencia. En consecuencia, las instituciones educativas oficiales deben mantener una posición
neutral y preguntarle al educando o a sus padres (si es menor) al momento de la matrícula, acerca
de si desea estudiar la asignatura religión, sin indagar si en efecto profesa o no dicho credo.
Igualmente, el Estado garantizará que los grupos étnicos reciban una educación acordé con sus
características culturales. El terreno ganado por la etnoeducación durante la década de los 80 fue
corroborado en la Constitución de 1991.
ARTÍCULO 69
En desarrollo del mandato constitucional, la ley 30 de 1992 señala en su artículo 57 “de acuerdo
con el cual la Ley establecerá un régimen especial para las universidades del Estado”. El carácter
especial del régimen de las universidades estatales comprenderá la elección de directivas, del
personal docente y administrativo, la organización del sistema de las universidades estatales
oficiales, el régimen financiero, el régimen de contratación y control fiscal.
ARTÍCULO 70
Según el uso ordinario del concepto “cultura” engloba todas las formas de comportamiento
específicamente humano: la técnica, las costumbres, los ritos y creencias, la expresión artística,
los sistemas de educación, la Ley.
Los derechos culturales se caracterizan por garantizar al ser humano los cauces por donde puede
buscar su propia identidad personal y colectiva, con objeto de situarse existencialmente y así
orientar su propia vida, individual y colectiva. También se caracterizan por consistir en
actividades de admiración, creación y tradición sobre materias como la educación, la ciencia y la
cultura.
Los derechos culturales dependen del concepto de Cultura. Es cierto que la cultura puede ser
entendida de muchas maneras y que puede ser expresada en muchos lenguajes. Pero existe el
concepto universal “cultura” y es aprehensible también. La cultura consiste en una perpetua
búsqueda que hace todo ser humano, como individuo y como miembro de todos y cada uno de los
grupos sociales en que se instala, a partir de la familia y sobre todo desde ella, buscando su
identidad en sus raíces, para darle sentido a su existencia y progresar hacia un futuro apetecible
como un bien mejor -inmanente o trascendente-
Los derechos culturales están concebidos como una clase de derechos humanos, por esta razón y
en consideración a la filosofía de la constitución misma se protege de manera especial este
derecho.
ARTÍCULO 300
Este artículo regula las funciones de las asambleas las cuales se ejercen a través de ordenanzas.
Es necesario decir que una ordenanza no es un acto de orden legislativo sino administrativo. Por
eso el control de constitucionalidad y legalidad de las ordenanzas no radica en la Corte
Constitucional sino la jurisdicción contencioso-administrativa (Consejo de Estado).
Las asambleas ejercen una función en concurrencia con el municipio, eso implica que ambos
entes territoriales desde sus administraciones intervienen articulada y armoniosamente en el
ámbito de la educación para sus territorios.
En general este artículo establece para los sectores salud, educación, obras públicas y agricultura
funciones puntuales a las asambleas.
Se puede concluir que el sistema territorial colombiano a nivel seccional gozará en la práctica de
la autonomía qué le quiere conferir el legislador, el cual determinará realmente qué tan cerca o
tan lejos se está de un sistema unitario o de un sistema federal-regional.
ARTÍCULO 336
En este articulo esta el contenido de las disposiciones que regulan la intervención del Estado en la
economía, esta relacionado con los monopolios.
Concepto de los monopolios: es el productor (monopolista) oferente, que tiene un gran poder de
mercado, es el único en una industria que posee un producto, bien, recurso o servicio
determinado y diferenciado.
El artículo 336 solo trae como excepción los que se establezcan como arbitrio rentístico y con
una finalidad de interés público o social previamente autorizados por la ley e indemnizados los
particulares afectados con la exclusión.
ARTÍCULO 366
Este articulo hace parte del bloque de normas que regula la finalidad social del Estado y los
servicios públicos.