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Ya que aquí se trata sólo de comunicación, ponemos entre paréntesis los componentes del
nerviosismo emocional y, en lo que sigue, sólo trataremos la expresión de inquietud. Para
distinguir estos dos componentes del concepto psicológico de angustia, véase: Ralf Schwarzer,
Streß, Angst und Hilflosigkeit: Die Bedeutung von Kognitionen und Emotionen bei der Regulation
von Belastungssituationen, Stuttgart 1981, pp. 87 ss; de él mismo: “Worry and Emotionality
as Separate Components”, en Test Anxiety, International Rewiew of Applied Psychology 33
(1984), pp. 205-220. La distinción está tratada en el mencionado Test Anxiety Research.
Otras aportaciones están en los anuarios Advances in Test Anxiety Research (a partir de 1982).
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Angustia, moralidad y teoría
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Cfr., Anthony, Earl of Shaftesbury, Characteristicks of Men, Manners, Opinions, Times,
2ª. ed., op. cit., sin fecha; 1714, reimp. Farnborough, Hants, Reino Unido 1968, vol. 1,
p. 16. En esto puede verse el colapso de una construcción teórica del tipo de Thomas Hobbes.
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Véase, con esta intención, por ejemplo, William W. Lowrance, Science and the Determinarían
of Safety, Los Altos, California 1976.
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Cfr., como caso de estudio, Dorothy Nelkin, “The Role of Experts on a Nuclear Siting
Controversy”, en Bulletin of the Atomic Scientists, vol. 30 (1974), pp. 29-36; Helga Nowotny,
Kernenergie: Gefahr oder Notwendigkeit: Anatomie eines Konflikts, Fráncfort 1979; escritos
más lejanos de una extensa literatura Dorothy Nelkin/ Michael Pollak, “The Politics of
Participation and the Nuclear Debate in Sweden, the Netherlands and Austria”, en Public
Policy, vol. 25 (1977), pp. 333-57; Edgar Michael Wenz (ed.), Wissenschaftsgerichtshöfe:
Mittler zwischen Wissenschaft, Politik una Gesellschaft, Fráncfort 1983.
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Un buen indicador: calificaciones altas de quienes muestran actitud positiva académica
pueden acarrear más inseguridad a la propia evaluación y correlacionarse más con el miedo
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que en estudiantes medios. Cfr., Helmut Fend, “Selbstbezogene Kognition und institutionelle
Bewertungsprozesse im Bildungswesen: Verschonen schulische Bewertungsprozesse den
‘Kern der Persönlichkeit?’”, en Zeitschrift für Sozialisationsforschung und Erziehungssoziologie,
vol. 4 (1984), pp. 251-70. Investigación con resultados contrarios sobre todo respecto a la
inhibición de efectos de ansiedad (cfr., Schwarzer, op. cit., 1981, pp. 100ss), y el descubri-
miento de que en los más dotados es mayor que en los demás (cfr., Henk M. van der Ploeg,
“Worry, Emotionality, Intelligence, and Academic Performance in Male and Female Dutch
Secondary School Children”, en Advances in Test Anxiety Research, vol. 3, 1984, pp. 201-10).
Esta investigación parece estar todavía abierta.
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Cfr., Heinz von Foerster, Observing Systems, Seaside, California 1981, sobre todo la apor-
tación “Objects: Tokens for (Eigen-) Behavior”, pp. 274ss.
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En todo caso, las investigaciones empíricas que tratan esta cuestión han dado resultados
inconsistentes. Cfr., Kenneth L. Higbee, “Fifteen Years of Fear Arousal: Research on Threat
Appeals 1953-1968”, en Psychological Bulletin, vol. 72 (1969), pp. 426-44; Werner D.
Froehlich, “Perspektiven der Angstforschung”, en Enzyklopádie der Psychologie, C iv,
vol. 2: Psychologie der Motivación, ed. Hans Thomas, Gotinga 1983, pp. 110-320 (178ss).
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Cfr., Franz L. Neumann, Angst und Politik, Tubinga 1954.
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Werner Froehlich, Angst: Gefahrensignale und ihre psychologische Bedeutung, Múnich 1982,
p. 27.
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De cualquier manera, así lo ve William C. Clark en “Witches, Floods, and Wonder-Drugs:
Historical Perspectives on Risk Management”, en Richard C. Schwing/Walter A. Albers,
Jr (eds.), Societal Risk Assessment: How Safe is Safe Enough? Nueva York 1980, pp. 287-313.
Lo mismo parece ser el caso para otras zonas de angustia, por ejemplo: ansiedad ante los
exámenes. Véanse los resultados en D. Gertmann et al., “Erste Ergebnisse einer Fragebo-
genuntersuchung zur Prüfungsvorbereitung im Fach Psychologie”, en Brigitte Eckstein (ed.),
Hochschulprüfung: Rückmeldung oder Repression, Hamburgo 1971, pp. 54-9.
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Cfr., para una panorámica, William D. Rowe, An Anatomy of Risk, Nueva York 1977,
pp. 119ss, 300ss; para una estimación cuantitativa debatida, Chauncey Starr, “Social Benefit
versus Technological Risk: What is Our Society Willing to Pay For”, en Science, vol. 168
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(1969), pp. 1232-8. Esta hipótesis de “doble estándar” parece sostenerse empíricamente aun
cuando se considere la intervención de otros factores. Cfr., Paul Slovic/Baruch Fischhoff/
Sarah Lichtenstein, “Facts and Fears: Understanding Perceived Risk”, en Schwing/Albers,
op. cit., pp. 181-214 (196, 205ss).
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Para el cambio y lo adecuado de la percepción del riesgo desde la perspectiva política,
cfr., Meinholf Dierkes, “Perzeption und Akzeptanz technologischer Risiken und die
Entwicklung neuer Konsensstrategien”, en Jürgen von Kreudener/Klaus von Schubert (eds),
Technikfolgen und sozialer Wandel: Zur politischen Steuerbarkeit der Technik, Colonia 1981,
pp. 125-41; también con una literatura detallada y estudios empíricos propios, Ortwin Renn,
Wahrnehmung und Akzeptanz technischer Risiken, 6 vols., Jülich 1981.
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Notable que el miedo ante un desastre atómico se estime de manera contrainductiva,
es decir, que el cálculo sobre el riesgo no se obtenga de las estimaciones estadísticas sobre
accidentes sino se proyecte de manera arbitraria e irrestricta. Admirable la comparación con
otras percepciones de riesgo de Slovic et al., op. cit., 1980, p. 193.
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Es destacable que el temor aumenta mientras los peligros decrecen: un caso de comunica-
ción de angustia autoinducida tratada arriba. En este campo, la ansiedad de “doble estándar”
(voluntaria/involuntaria) puede observarse fácilmente. Se teme más a la química de los
alimentos que al mal comer propio cuando, en realidad, hay más razones para preocuparse
de esto último.
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En el sentido de la Allport School. Cfr., especialmente, Richard L. Schanck, A Study of a
Community and its Groups and Institutions Conceived of as Behaviors of Individuals, Princeton,
Nueva Jersey 1932; Ragnar Rommetveit, Social Norms and Roles: Explorations in the Psychology
of Enduring Social Pressures with Empirical Contributions from Inquires into Religious Altitudes
and Sex Roles of Adolescents from Some Districts in Western Norway, Oslo 1955.
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Para la moralidad y lógica del amonestar, cfr., Lars Clausen/Wolf R. Dombrowsky,
“Warnpraxis und Warnlogik”, en Zeitschrift für Soziologie, vol. 13 (1984), pp. 293-307.
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Cfr., Niklas Luhmann, Soziale Systeme, Fráncfort 1984, pp. 638ss.
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Véase, también, Niklas Luhmann, “The Self-Description of Society: Crisis Fashion and
Sociological Theory”, en International Journal of Comparative Sociology, vol. 25 (1984),
pp. 59-72.
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La racionalidad de la comunicación ecológica
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La racionalidad de la comunicación ecológica
1
Jürgen Habermas, Der philosophische Diskurs der Moderne: Zwölf Vorlesungen, Fráncfort
1985, p. 432.
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Puede objetarse, entonces, que la pregunta no sería la misma, pero esto sólo desplazaría la
discusión sobre los criterios de racionalidad del planteamiento.
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Cfr., Douglas R. Hofstadter, Gödel, Escher, Bach: An Eternal Golden Braid, Hassocks, Sussex
1979. Véase, además, cap. 5.
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4
Así, Habermas en Der philosophische Diskurs der Moderne, Fráncfort 1985, pp. 426ss.
5
Cfr., también, Niklas Luhmann, Soziale Systeme, Fráncfort 1984, pp. 638ss.
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De acuerdo a Heinz von Foerster, Observing Systems, Seaside, California 1981.
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Ética ambiental
1
Para más detalle, véase Niklas Luhmann, “Soziologie der Moral”, en Niklas Luhmann/
Stephan H. Pfürtner (eds.), Theorietechnik und Moral, Fráncfort 1978, pp. 8-116;
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Ética ambiental
Luhmann, “Il fondamenti sociali della morale”, en Niklas Luhmann et al., Etica e Politica;
Riflessioni sulla crisi del rapport fra società e morale, Milán 1984, pp. 9-20.
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Esto era muy explícito en el siglo xvii (incluso un requerimiento proyectado sobre Dios:
¡Dios odia a los pecadores!). Cfr., por ejemplo, Edward Reynolds, A Treatise of the Passions and
Faculties of the Soule of Man, Londres 1640, reimpreso Gainesville, Florida 1971, pp. 111ss,
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137ss. Tal teoría, que ya no refleja la paradoja, es entonces una mera apariencia (el mundo
después de perdida la gracia), pues tanto el amor como el odio pueden tener consecuen-
cias buenas y malas. Incluso puede hablarse de una codificación paralela de la moral y de
las pasiones que debe imaginarse el hecho de que esto puede torcerse.
3
Robert Musil, Der Mann Ohne Eigenschaften, Hamburgo 1952, p. 1204.
4
Sólo se hace notar la suposición de que una reflexión suficientemente radical tiene que
conducir consistentemente a volver a incluir a la paradoja, tal vez a la manera de una
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Glosario
Acoplamiento
Autopoiesis
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Glosario
Autorreferencia
Designa cada operación que se refiere a algo más allá de ella misma
y mediante esto vuelve hacia sí. La pura autorreferencia que no se
refiere a algo externo a ella, equivaldría a una tautología. Las opera-
ciones o sistemas reales dependen de un “despliegue” o destautolo-
gización de esta tautología porque sólo así pueden comprender que
son posibles en un entorno real de manera restringida, no arbitraria.
Código
Comunicación
Complejidad
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Diferenciación funcional
Ecología
Observación
Paradoja
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Glosario
Programa
Redundancia
Representación
Resonancia
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Sistemas sociales
Sociedad
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